El Duelo

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El duelo

¿Qué es el duelo?
1El duelo es el proceso psicológico que se produce tras una pérdida, una ausencia,
una muerte o un abandono. Es diferente para cada persona. Se pueden sufrir
diferentes síntomas emocionales y físicos como: ansiedad, miedo, culpa, confusión,
negación, depresión, tristeza, shock emocional, etc.

El dolor por la pérdida se puede experimentar no solo por la muerte, sino cada vez
que en la vida tenemos una experiencia de interrupción definitiva de algo, de
pérdida, de distancia que no podrá ser cubierta. La experiencia emocional de
enfrentarse a la pérdida, es lo que llamamos elaboración del duelo, que nos conduce
a la necesidad de adaptación a una nueva situación.

En general se habla de que en el proceso de duelo se distinguen varias fases,


escalones que hay que superar, aunque ello no significa que en todos los casos
aparezcan todos.
Fases o etapas del duelo
Etapa de la negación:

La incredulidad es la primera reacción ante un golpe de la vida. La negación es un


escalón inevitable que hay que atravesar y del que finalmente hay que salir para
digerir la pérdida. Negar es una manera de decirle a la realidad que espere, que
todavía no estamos preparados. El impacto de la noticia es tan fuerte que dejamos
de escuchar, de entender, de pensar. Puede suceder que en un primer momento el
bloqueo sea tan grande que no podamos ni sentir. La negación tiene el sentido de
darnos una tregua. Hay quien niega la pérdida pero también hay quien aceptando
precipitadamente la crudeza de la realidad lo que en realidad trata es de negar el
dolor.
Etapa del enfado:

La rabia tiene una razón de ser. Es pedir ayuda, nos impulsa a tomar otros caminos,
cuando estamos en el fondo del agujero nos hace tomar impulso para salir a flote. Es
un arma para la supervivencia. Toda la rabia que se queda dentro, que intentemos
negar o esconder nos acabará machacando.
Etapa de la negociación:

Es el momento en que fantaseamos con la idea de revertir la situación, se puede


llegar a pactar con quien haga falta hasta incluso con Dios prometiendo lo que sea
necesario. Se buscan formas de hacer que lo inevitable no sea posible. Pero esta etapa
es breve porque estar pensando todo el día en soluciones es realmente agotador.
Etapa del miedo o depresión:

La persona siente tristeza, incertidumbre ante el futuro, vacío y un profundo dolor.


La persona se siente agotada y cualquier tarea se vuelve complicada. Pero a pesar
de que pueda pensar que esto no acabará nunca y que va a durar para siempre, la
realidad es que solo desde este punto podrá volver a reconstruirse.
Etapa de la aceptación:

Es el último paso del duelo. Nunca es fácil aceptar que lo que se perdió se perdió y
no hay vuelta atrás. Tenemos la alternativa de no aceptar pero una vez llegados aquí
nos damos cuenta de que si no lo hacemos el precio a pagar es muy alto. Llegar a
este punto requiere de un gran trabajo. Se trata de aceptar que las piedras que vamos
encontrando en la vida también forman parte del camino.
El duelo es patológico o no resuelto

Se convierte en duelo patológico cuando después de un tiempo la persona sigue


teniendo los mismos síntomas.

Es frecuente, que una pérdida no elaborada de forma adecuada de paso a problemas


emocionales e incluso trastornos psicopatológicos al cabo de meses o incluso años.

Sin embargo, un duelo elaborado adecuadamente mejora las capacidades futuras


para enfrentarse a las situaciones de pérdida, frustración o sufrimiento.

Un tema importante son los duelos en los niños, saber afrontarlos, hablarlos, no
minimizarlos ni negarlos, porque la manera en que se enfrenten en sus primeros
duelos les ayudará a crear esas capacidades futuras.
¿En qué consiste la terapia de duelo?
El tratamiento del duelo lo trabajamos a través de la Terapia Breve Estratégica y
EMDR (siglas en inglés de Desensibilización y Reprocesamiento a través de
Movimientos Oculares) que son las técnicas que han demostrado ser las más
innovadoras y eficaces para afrontar los procesos de duelo y trabajar los bloqueos,
las resistencias y las defensas.

Primeramente se deberá detectar en cuál de las fases de elaboración del duelo se


encuentra la persona.

Entre las primeras sensaciones aparece la rabia y esta puede dirigirse hacia uno
mismo o hacia los demás transformándose en sentimiento de culpa o cólera. Cuando
esta sensación se vuelve tan intensa llega a bloquear el proceso normal de
elaboración del duelo y entonces es necesario una intervención inmediata que
permita que esa rabia fluya para poder dar paso a las restantes sensaciones que poco
a poco irán apareciendo.

La rabia que no puede fluir lleva a revivir pensamientos y sensaciones devastadoras.

Una de las principales maneras de trabajar la rabia es a través de la escritura. Si


escribimos lo que sentimos conseguimos bajar su intensidad, descubriendo partes
de la realidad que negábamos. Lo que queda después de la rabia es un profundo
dolor y la única manera de superarlo es pasar por en medio.
Textos bíblicos en relación al duelo
2La pérdida de una persona significativa en nuestras vidas produce sentimientos
negativos, los cuales muchas veces nos llevan a tener pensamientos dañinos.
Eclesiastés 3 dice que hay tiempo para llorar y también para reír, por lo cual no
debemos subestimar el tiempo de duelo. Tener un momento para llorar la muerte
de alguien es importante, pero también es crucial que aprendamos a encontrar
esperanza en medio del dolor. La Biblia dice que las personas que deciden aceptar a
Jesús como su salvador y siguen sus enseñanzas, tienen un lugar especial junto a Él
en el cielo. Esta promesa cambia nuestra perspectiva con respecto a la muerte, pues
ya no se convierte en el fin, sino en el principio de una nueva vida feliz junto a Dios.
Mientras estamos en la Tierra, podemos hallar paz y consuelo en Cristo, a través de
lo que nos dice en su Palabra:
Isaías 41:10(PDT)

“No temas, estoy contigo. Yo soy tu Dios, no tengas miedo. Te fortaleceré, sí, te
ayudaré. Te salvaré con mi mano victoriosa.”
Lamentaciones 3:31-33 (NTV)

“Pues el Señor no abandona a nadie para siempre. Aunque trae dolor, también
muestra compasión debido a la grandeza de su amor inagotable. Pues él no se
complace en herir a la gente o en causarles dolor.”
Salmos 34:18 (NTV)

“El Señor está cerca de los que tienen quebrantado el corazón; él rescata a los de
espíritu destrozado.”
Juan 14:1-4 (PDT)

“No se preocupen; confíen en Dios y confíen también en mí. Hay muchos lugares en
la casa de mi Padre. Si no fuera así, se lo diría. Voy a prepararles un lugar, y si voy
y preparo un lugar para ustedes, regresaré. Los llevaré conmigo para que estén
donde estoy yo. Ustedes saben el camino para ir a donde yo voy.
Romanos 8:18 (DHH)

“Considero que los sufrimientos del tiempo presente no son nada si los comparamos
con la gloria que habremos de ver después.”
2 Corintios 1:3-4 (PDT)

“Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre misericordioso y


Dios que siempre nos da consuelo. Dios nos consuela en todos nuestros sufrimientos
para que también nosotros podamos consolar a quienes sufren, dándoles el mismo
consuelo que recibimos de él.”
1 Tesalonicenses 4:13-18 (TLA)

“Hermanos míos, queremos que sepan lo que en verdad pasa con los que mueren,
para que no se pongan tristes, como los que no tienen esperanza. Nosotros creemos
que Jesucristo murió y resucitó, y que del mismo modo Dios resucitará a los que
vivieron y murieron confiando en él. Por eso les decimos, de acuerdo con lo que el
Señor Jesús nos enseñó, que los que aún vivamos cuando él venga nos reuniremos
con él, después de que se hayan reunido con él los que estaban muertos. Porque
cuando Dios dé la orden por medio del jefe de los ángeles, y oigamos que la trompeta
anuncia que el Señor Jesús baja del cielo, los primeros en resucitar serán los que antes
de morir confiaron en él. Después Dios nos llevará a nosotros, los que estemos vivos
en ese momento, y nos reunirá en las nubes con los demás. Allí, todos juntos nos
encontraremos con el Señor Jesús, y nos quedaremos con él para siempre. Así que,
anímense los unos a los otros con estas enseñanzas.”
Apocalipsis 21:4 (PDT)
“Él secará todas sus lágrimas, y ya no habrá muerte ni sufrimiento, ni llanto, ni dolor,
porque el mundo que existía antes ya desapareció.”

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1Blanca Díaz, Psicóloga Sanitaria, Formada por el psicólogo Nardone en Terapia Breve Estratégica y especialista en EMDR
2https://cvclavoz.com

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