SGC Plantas Alimentos
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ALIMENTICIAS
Lic. Graciela Perelli (*)
“La calidad es satisfacción y precios competitivos para el cliente, y rentabilidad y sostenibilidad para la
empresa”.
“Inocuidad es la condición de los alimentos que garantiza que no causaran daño al consumidor cuando
se preparen y/o consuman de acuerdo con el uso al que se destinan. La inocuidad es uno de los cuatro
grupos básicos de características que junto con las nutricionales, las organolépticas, y las comerciales
componen la calidad de los alimentos”.
Si bien las dos definiciones que inician el presente artículo son complementarias, la industria alimenticia
latinoamericana no siempre las considera en forma conjunta, cuando la unión de estas dos premisas es
la única que garantizara la idoneidad de los alimentos humanos.
La particular situación de una economía globalizada, hace que la implementación de un Sistema de
Gestión de Calidad e Inocuidad Alimentaria sea indispensable para satisfacer las demandas de los
consumidores y si bien existen distintas normativas internacionales (ISO 22000:2005, Codex, HACCP,
AIB, SQF, IFS, BRC, etc.), la aplicación de cada una de ellas estará condicionada por los
requerimientos del cliente.
Un porcentaje elevado de las industrias alimenticias locales implementan estos métodos solo como
respuesta a las exigencias de sus compradores, considerando su desarrollo e implementación como un
gasto y no como una inversión. Suponen que su función está restringida a cuestiones de prevención de
riesgos para la salud de los consumidores y no formando parte de un Sistema de Gestión Integral de
una compañía.
Generalmente, se asocian estos sistemas a costos elevados y recurrentemente las empresas
manifiestan su falta de recursos, sin realizar un estudio previo sobre los beneficios y ahorros que se
desprenden del adecuado manejo de una gestión organizada y sostenida a lo largo del tiempo.
Las corporaciones deben adoptar un enfoque integrador cuyo propósito sea desarrollar un plan de
aseguramiento de la inocuidad, para condiciones particulares de producción, dentro de un marco de
calidad de alimentos, al menos costo posible.
Las preguntas a la que el empresariado nacional debería dar respuesta ante el requerimiento de
implementar un Programa de Gestión de Calidad e Inocuidad deberían ser:
¿Cuáles son los beneficios a mediano y largo plazo que puedo obtener de llevar a cabo esta
actividad?
Si bien estos sistemas están implementados para proteger la salud del consumidor, la consecuencia
final de su correcto desarrollo es la protección de la compañía y el prestigio de la marca.
La marca es el principal activo de una empresa y por tenaz que sea el departamento de Marketing, un
juicio relacionado con la salud de la población o la publicidad negativa derivada de desvíos de inocuidad
detectados en un alimento, hace que se pierdan clientes.
En Latinoamérica, las compañías todavía no tienen una cultura que comprenda el verdadero valor de
estos intangibles y pocas se preocupan por desarrollar una adecuada estrategia de protección de su
reputación en el mercado.
Tanto en el nombre como en la marca se centra la comunicación dirigida al consumidor, y en ella se
basa el capital de confianza y de fidelidad que permite asegurar el éxito de un producto en la sociedad
actual.
Con un asesoramiento adecuado y una implementación eficaz y sostenida de un Sistema de Gestión de
Calidad e Inocuidad, se pueden evitar futuros conflictos legales y sus costos asociados.
Otro punto importante a largo plazo en la decisión de adecuarse a una norma de Calidad e Inocuidad es
el trabajo en mejora continua, con objeto de disminuir los costos asociados a la no calidad.
¿Cómo elijo la normativa bajo la cual debo trabajar?
La selección del estándar a utilizar para desarrollar un Sistema de Gestión de Calidad e Inocuidad
dependerá fundamentalmente de los países a los cuales se exporte o a los requerimientos del cliente.
Todas las normas existentes sobre Inocuidad de alimentos son certificables.
Generalmente los países importadores tienden a darle prioridad a las normas de su región, pero la
recomendación general es trabajar en base ISO 22.000:2005 e incorporar a este sistema todos aquellos
ítems establecidos específicamente en otras normas internacionales, con objeto de poder aprobar
auditorias bajo cualquier normativa existente en alimentos.
Es indiscutible que estos programas son integrales, independientemente de la normativa usada y que
deben ser implementados a medida para cada planta industrial, es imposible basarse en un proyecto
general y tratar de adecuarlo a una planta especifica.
Las compañías que ya tienen implementado ISO 9000 se encuentran un paso adelante de las que no
tiene todavía desarrollado un sistema de gestión, ya que la empresa se encuentra ordenada y maneja
estandarización de la calidad, por lo que sobre esta base se pueden desarrollar los requerimientos de
inocuidad de alimentos.
Un esquema básico de implementación en calidad e inocuidad está representado en el grafico siguiente:
Alternativas de implementación
(*) Licenciada en Bromatología, durante 10 años fue auditora a nivel internacional en Sistemas de
Calidad e Inocuidad Alimentaria de Kraft Foods S.A. Actualmente se desempeña como directora de
GNPerelli & Asociados, consultora en calidad, especialista en inocuidad alimentaria.