La Sociologia
La Sociologia
estudia los fenómenos colectivos producidos por la actividad social de los seres humanos
dentro del contexto histórico-cultural en el que se encuentran inmersos.
Historia de la sociología
Los estudios acerca de la sociedad surgieron mucho antes del término o delimitación de las
aristas de esta ciencia. La diversidad de los usos y costumbres entre las diferentes
sociedades intrigó a los pensadores de muchas partes del mundo. Por ejemplo, Heródoto en
el siglo V a. C. efectuó una descripción de pueblos y sus costumbres. Ibn Jaldún acuñó la
palabra Ilm al Urman, ‘la ciencia de la sociedad’,1 también creó teorías sobre la sociedad y
describió las sociedades del Magreb. Sin embargo, dichos estudios o relatos (a excepción
Ibn Jaldún) más bien se podrían caracterizar como una mezcla de historia, antropología,
psicología social y sociología, junto con análisis del folklore. Muchas veces debido a un
enfoque etnocéntrico eran formas encubiertas o abiertamente prescriptivas de lo correcto o
incorrecto de una determinada sociedad con respecto a otra.
Durante la Ilustración, lo social y las actividades del hombre cobran gran interés. Escritores
como Voltaire, Montesquieu, Giambattista Vico se interesan por analizar las instituciones
sociales y políticas europeas. Lord Kames inicia el de las causas del cambio social, y tras
él, surge una corriente conservadora, muy interesada en saber las razones de los cambios y
estabilidad existentes en la sociedad, liderada por Joseph de Maistre y Edmund Burke,
quienes criticaron muchas de las premisas de la Ilustración.
La sociología continuó con un desarrollo intenso y regular a principio del siglo XX. Émile
Durkheim, quien se inspiró en algunas teorías de Auguste Comte para renovar la
sociología, quería en particular "estudiar los hechos sociales como si fueran cosas". Uno de
los retos de la sociología era desarrollarse como una ciencia autónoma. Durkheim buscó
distinguir a la sociología de la filosofía por un lado y de la psicología por el otro. Se le
considera como uno de los padres fundadores de la sociología.
Él postuló las bases de una metodología científica para la sociología, en particular en la obra "Las
reglas del método sociológico" (1895), y en "La división del trabajo social" (1893), libro que
además es su tesis. Su método reposa esencialmente en la comparación de estadísticas y
características cuantitativas, buscando liberarse de todo subjetivismo ligado a toda interpretación
cualitativa, y a desembarazarse de todos los prejuicios morales o moralizadores a priori para
comprender los hechos sociales como en su obra: "El Suicidio"
Karl Marx es otro pensador que ha tenido una profunda influencia en el pensamiento social
y la crítica del siglo XIX. Fue principalmente en Alemania donde desarrollara una teoría
mayor de la sociología, influenciando posteriormente, entre otros, en la Escuela de
Frankfurt.
Métodos Cuantitativos
Dentro de todos los análisis de los métodos cuantitativos podemos encontrar una
característica basada en el positivismo como fuente epistemológica, que es el énfasis en la
precisión de los procedimientos para la medición, así como la relación clara entre los
conceptos y los indicadores con los que se miden, para evitar las confusiones que genera el
uso de un lenguaje oscuro, que pese a ser seductor, es difícil de comprobar su veracidad.
Otra característica predominante de los métodos cuantitativos es la selección subjetiva e
intersubjetiva de indicadores (a través de conceptos y variables) de ciertos elementos de
procesos, hechos, estructuras y personas. Estos elementos no conforman en su totalidad, los
procesos o las personas (de allí se deriva el debate entre los cuantitativistas que nunca ven
un fenómeno integrado, sino siempre conjuntos de partículas de los fenómenos
relacionados con la observación, y los cualitativistas que pueden percibir los elementos
generados que comparten los fenómenos). Sin embargo, las nuevas técnicas cuantitativas,
como el análisis de redes sociales, o la historia de acontecimientos, consiguen en cierta
medida superar estas limitaciones.
Las siguientes teorías son consideradas como las grandes escuelas de la teoría sociológica
moderna. Además de las expuestas, entre el grupo de las grandes escuelas se encuentran
también la Teoría neomarxiana y la Fenomenología, en su vertiente sociológica.3
Funcionalismo estructural
La teoría está asociada a Émile Durkheim y más recientemente a Talcott Parsons, además
de a otros autores como Herbert Spencer y Robert K. Merton. A pesar de la indiscutible
hegemonía que ostentó durante las dos décadas posteriores a la Segunda Guerra Mundial, el
funcionalismo estructural ha perdido importancia como teoría sociológica.
Neofuncionalismo
Al igual que los funcionalistas, los teóricos del conflicto se orientan hacia el estudio de las
estructuras y las instituciones sociales. En lo fundamental, esta teoría es poco más que una
serie de afirmaciones que se oponen radicalmente a las de los funcionalistas. El mejor
ejemplo lo constituye la obra de Ralf Dahrendorf (1958,1959), en ella se contraponen los
principios de la teoría del conflicto con los de la escuela funcionalista.4 Para los
funcionalistas la sociedad es estática o, en el mejor de los casos, se encuentra en equilibrio
móvil. Para Dahrendorf y los teóricos del conflicto cualquier sociedad está sujeta a
procesos de cambio en todo momento. Allí donde los funcionalistas subrayan el orden de la
sociedad, los teóricos del conflicto ven la presencia del conflicto en cualquier parte del
sistema social. Los funcionalistas (o al menos los primeros funcionalistas) afirman que todo
elemento de la sociedad contribuye a su estabilidad; los exponentes de la teoría del
conflicto identifican muchos elementos sociales que contribuyen a la desintegración y al
cambio.
Interaccionismo simbólico
1. A diferencia de los animales inferiores, los seres humanos están dotados de capacidad de
pensamiento.
3. En la interacción social las personas aprenden significados y los símbolos que les
permiten ejercer su capacidad de pensamiento distintivamente humana.
5. Las personas son capaces de alterar o modificar los significados y los símbolos que usan
en la acción y la interacción sobre la base de su interpretación de la situación.
7. Las pautas entretejidas de acción e interacción constituyen los grupos y las sociedades.
El conductismo está más vinculado a la psicología, pero en sociología tiene una influencia
directa en la sociología conductista y una influencia indirecta en la teoría del intercambio.
El sociólogo conductista se ocupa de la relación entre los efectos de la conducta de un actor
sobre su entorno y su influencia sobre la conducta posterior del actor. Los conductistas se
interesan mucho por las recompensas y los costes de las acciones. Las recompensas se
definen por su capacidad de reforzar la conducta, mientras los costes reducen la
probabilidad de la conducta. En este sentido, el conductismo en general, y la idea de
recompensas y costes en particular, han influido poderosamente en la primera teoría del
intercambio.
George Homans junto a Peter Blau son los principales exponentes de la teoría del
intercambio. El núcleo de la teoría de Homans consiste en un conjunto de proposiciones
fundamentales. Aunque algunas proposiciones de Homans incluyen a dos individuos
interactuantes, tuvo la cautela de advertir que sus proposiciones se basaban en principios
psicológicos. Desarrolló varios proposiciones centrándose en distintos tipos de situaciones
de interacción y basándose en anteriores estudios de Burrhus Frederic Skinner: proposición
de éxito, proposición de estímulo, proposición del valor, proposición de la privación-
saciedad, proposición de agresión-aprobación y proposición de racionalidad.
La teoría del intercambio de Peter Blau se diferencia en distintas facetas con la de Homans,
la meta de Blau era "contribuir a una comprensión de la estructura social sobre la base de
un análisis de los procesos sociales que rigen las relaciones entre los individuos y los
grupos. La cuestión básica...es cómo se llega a organizar la vida social en estructuras cada
vez más complejas de asociaciones entre personas"(1962: 2).
Teoría de sistemas
Walter Buckley (1967) aborda una cuestión de importancia central: las ventajas de la teoría
de sistemas para la sociología. En primer lugar, dado que la teoría de sistemas se deriva de
las ciencias naturales y dado que, al menos a los ojos de sus exponentes, es aplicable a
todas las ciencias sociales y conductistas, ofrece un vocabulario que las unifica. En segundo
lugar, la teoría de sistemas incluye varios niveles de análisis y puede aplicarse igualmente a
los aspectos macro más objetivos y a los aspectos micro más subjetivos de la vida social.
En tercer lugar, la teoría de sistemas se interesa por las diversas relaciones entre los
numerosos aspectos del mundo social, y por tanto, milita contra los análisis parciales del
mundo social.
Los teóricos de sistemas rechazan la idea de que la sociedad o sus grandes componentes
deben analizarse como hechos sociales unificados. El objeto del análisis debe de ser, en
cambio, las relaciones o procesos en los diversos niveles del sistema social.
Etnometodología
La etnometodología es una corriente sociológica surgida en los años sesenta a través de los
trabajos de Harold Garfinkel.
Dinámica Social
1. ORÍGENES La palabra Sociología fue creada por Augusto Comte en 1839, al unir dos
palabras: socius (sociedad en latín) y logia (ciencia o estudio profundo - serio, en griego),
es decir, etimológicamente Sociología quiere decir estudio de la sociedad en un nivel
elevado. Pero la Sociología ha evolucionado y las definiciones dadas también, han tratado
de precisar o delimitar con mayor concreción lo que se considera que es la sociología es la
ciencia que estudia al hombre en sus relaciones con los otros.
3. Nisbet ha señalado que las cinco ideas-elementos esenciales de la sociología, ellas son:
comunidad, autoridad, lo sagrado, status y alineación. Pero es posible dar un paso más que
el mero listado de ideas-fuerza: la Sociología clásica obtiene también del pensamiento
tradicionalista una serie de proposiciones entrelazadas acerca de la sociedad. El tema
central es el orden social, el equilibrio. El pensamiento de Saint-Simon está plagado de
tensiones internas que pueden ofrecer una alternativa revolucionaria o conservadora. En
su obra se fusionan elementos progresivos y conservadores. El sistema estaba gobernado
por una elite integrada por científico, esta elite aseguraba la unidad orgánica de la sociedad.
10. La Sociología como ciencia, se encuentra en relación directa con la actividad práctica,
al intervenir en la solución de los problemas inmediatos y en la formulación de planes que
busquen mejorar las condiciones de vida de los habitantes del mundo entero. En el presente
siglo la Sociología es de importancia vital para todas aquellas personas, que por la
naturaleza de su profesión, necesitan manejar o al menos poseer conocimientos de esta
ciencia; así tenemos que resulta de mucha ayuda para el maestro, para el jurista, el médico,
al estadista, al trabajador social y al hombre de negocios
12. ELEMENTOS 1.- Es la ciencia que estudia las diferentes formas de organización social
y de las relaciones e instituciones sociales ahí surgidas, con la finalidad de elaborar las
leyes del desarrollo social que conforman una sociedad, veremos que los grupos sociales y
las instituciones ocupan un lugar primordial, los hombres, sin embargo se encuentran
divididos jerárquicamente, es decir, dentro de una cierta estratificación, pero tienen cierta
movilidad social.
17. 3.- SOCIOLOGÍA CON 1.- SOCIOLOGÍA DERECHO CON LA ECONOMÍA 2.-
SOCIOLOGÍA 4.- SOCIOLOGÍA CON LA HISTORIA CON LA PSICOLOGIA
18. 5.- SOCIOLOGÍA CON LA POLÍTICA 7.- SOCIOLOGÍA CON 6.- SOCIOLOGÍA
ANTROPOLOGÍA CON LA DEMOGRAFÍA
19. SOCIOLOGÍA CON LA ECONOMÍA Dentro del sistema de la Economía. Es la
ciencia de las leyes de la producción social y de la distribución de los bienes en las
relaciones sociales, la Economía solo estudia las relaciones económicas, materiales, las
relaciones de producción y las leyes que la rigen, dejando a un lado la investigación de las
manifestaciones sociales en estas relaciones y la representación de ellas en la conciencia
social.
20. SOCIOLOGÍA CON LA HISTORIA La sociología explica las leyes generales que
describen la evolución humana y sirven como método para la investigación histórica. Así,
por ejemplo, la Sociología establece la doctrina general de que las formas de gobierno
dependen de las formas económicas, el historiador debe buscar y encontrar en cada época
relaciones específicas y mostrar su expresión concreta. La historia a su vez facilita material
para llegar a conclusiones en Sociología y elaborar generalizaciones sociológicas.
21. El derecho es un hecho social que actúa como una fuerza social moldeándolas bien e
interviniendo en ellas como auxiliar o guía según los intereses y valores de cada sociedad.
23. SOCIOLOGÍA Y POLÍTICA Permite conocer la forma en que ejerce el poder, como
los hombres dirigen a otros en todas las sociedades, con el fin de que cada una de ellas
alcance las metas que se ha propuesto. Por eso estudia en las diferentes sociedades, como
los hombres eligen a sus dirigentes, como los ciudadanos participan individualmente y en
grupo en dirección de la sociedad
I. SOCIOLOGÍA
1. Definición
Estudio de los fenómenos socioculturales que surgen de la interacción entre los individuos
y entre los individuos y el medio. Ciencia que estudia el desarrollo, la estructura y la
función de la sociedad. Otras disciplinas de las ciencias sociales (economía, ciencias
políticas, antropología y psicología) también estudian temas que caen dentro del ámbito de
la sociología. Los sociólogos estudian las formas en que las estructuras sociales, las
instituciones (clase social, familia, comunidad y poder) y los problemas sociales (delito)
influyen en la sociedad.
La sociología se basa en la idea de que los seres humanos no actúan en base a sus propias
decisiones individuales, sino de acuerdo con influencias culturales e históricas y según los
deseos y expectativas de la comunidad en la que se encuentran. Así, el concepto básico de
sociología es la interacción social o la respuesta entre individuos, ya que esta interacción es
el punto de partida para cualquier relación en una sociedad. Los sociólogos que estudian los
detalles de las interacciones de la vida cotidiana reciben el nombre de microsociólogos y
los que se ocupan de los patrones de relación entre sectores sociales más amplios (el
Estado, la economía e incluso las relaciones internacionales) reciben el nombre de
macrosociólogos.
Las distintas escuelas sociológicas insisten y ponen de relieve en grado diverso los factores
relacionados, algunos subrayando las relaciones mismas, tales como la interacción, la
asociación; otras destacan a los seres humanos en sus relaciones sociales, concentrando su
atención sobre el "socius" en sus diversos papeles y funciones.
Se reconoce que los métodos de la sociología pueden ser estrictamente científicos y que las
generalizaciones comprobadas que constituyen la característica inequívoca de la verdadera
ciencia ha venido siendo cimentada en una extensa y concienzuda observación y análisis de
las reiteradas uniformidades que se manifiestan en la conducta del grupo.
2. Historia
El término sociología fue creado por Comté para designar la "ciencia positiva" de
No se puede negar que la historia del pensamiento occidental ofrece ejemplos anteriores de
investigación de los hechos sociales, desde Aristóteles a Maquiavelo. Pero, sin embargo, es
evidente que el propósito metodológico de observar los fenómenos sociales y de
individualizar las leyes que lo gobiernan nace de una actitud mental sólo posible en el
ámbito de la cultura positivista. Por otra parte, es muy significativo el hecho de que en el
pensamiento prepositivista la "filosofía social" había prevalecido ampliamente sobre la
observación de los modos reales de la convivencia humana. Según Comte también la
sociología había acrecentado los poderes del hombre, poniéndolo en condiciones de dar un
sólido fundamento a la organización de la sociedad (sociocracia) y de preparar el
advenimiento de una nueva sociedad.
3. Los fundadores.
El que lleva a descubrir leyes del desarrollo social es Montesquieu, es cierto que el tema es
el análisis de las instituciones políticas, pero la perspectiva con la que lo encaraba ya era
sociología. Para Montesquieu las instituciones políticas dependen del tipo de estado y éste
del tipo de sociedad. Por esto es que no hay ningún tipo de régimen político universalmente
aceptable: cada sociedad debía construir el suyo. Piensa que es posible construir una
tipología de sociedades, basada en la experiencia histórica, y ordenada en una sucesión
temporal de progresiva complejidad. Este desarrollo produce cambios en las estructuras
económicas y sociales y provoca modificaciones en el Estado. Lo que cambia son las
formas de solidaridad entre los individuos caracterizadas por una compleja división de
trabajo. Surge así la reacción antiiluminista, uno de los eslabones importantes de la
sociología.
Nisbet ha señalado que las cinco ideas-elementos esenciales de la sociología, ellas son:
comunidad, autoridad, lo sagrado, status y alineación. Pero es posible dar un paso más que
el mero listado de ideas-fuerza: la sociología clásica obtiene también del pensamiento
tradicionalista una serie de proposiciones entrelazadas acerca de la sociedad. El tema
central es el orden social, el equilibrio.
El pensamiento de Saint-Simon está plagado de tensiones internas que pueden ofrecer una
alternativa revolucionaria o conservadora. En su obra se fusionan elementos progresivos y
conservadores. El sistema estaba gobernado por una elite integrada por científico, esta elite
aseguraba la unidad orgánica de la sociedad.
Surge la distinción entre Razón Pura y Razón Práctica, lo material, puede ser conocido; lo
cultural sólo puede ser intuido. Los hechos históricos son únicos e irrepetibles.
4.Áreas de la sociología.
5. Subáreas.
Las subáreas más antiguas de la sociología son aquéllas que estudian los fenómenos
sociales que no han sido todavía considerados como objeto de estudio por otras ciencias
sociales, como, por ejemplo, el matrimonio y la familia, la desigualdad social, la
estratificación social, las relaciones étnicas, las conductas 'desviadas', las comunidades
urbanas y las organizaciones formales. Subáreas de origen más reciente son la gerontología,
la sociología del sexo y los roles de género.
Dado que prácticamente toda actividad humana implica una relación social, otra de las
áreas importantes de especialización de la sociología es el estudio de la estructura social de
áreas de actividad humana, que engloba la sociología de la política, el derecho, la religión,
la educación, el ejército, las ocupaciones y las profesiones, las burocracias, la industria, las
artes, las ciencias, el lenguaje (o sociolingüística), la medicina, los medios de comunicación
y los deportes. Estas subáreas difieren de modo considerable en cuanto a volumen de
investigación y número de adeptos. Algunas áreas (como la sociología del deporte) son de
origen reciente, mientras que otras (como la sociología de la religión y del derecho) tienen
sus raíces en los primeros estudios sociológicos. Algunas subáreas de escasa popularidad
han sido incorporadas a otras más amplias. La sociología industrial, por ejemplo, fue un
área floreciente en Estados Unidos en las décadas de 1930 y 1940, para ser después
absorbida por el estudio de las organizaciones complejas. En Gran Bretaña, sin embargo, la
sociología industrial se ha mantenido como un área independiente de investigación. Un
fenómeno sociológico más habitual es la división de una subárea en subdivisiones. Así, por
ejemplo, la sociología del conocimiento se ha dividido en campos sobre la ciencia, el arte,
la literatura, la cultura popular y el lenguaje.
Dos subáreas (demografía y criminología) ya eran áreas independientes mucho antes de que
existiera la disciplina formal de la sociología. Antiguamente se las solía asociar a otras
disciplinas. En algunos países la demografía (ciencia que estudia el tamaño, el crecimiento
y la distribución de la población) está estrechamente ligada a la economía, pero en algunos
países occidentales se la considera una subdivisión de la sociología, mientras que otros le
consideran propio de la geografía humana. En las últimas décadas, la criminología cada vez
se ha ido relacionando más con el estudio de las desviaciones (cualquier forma de conducta
diferente a la considerada normal o a la aceptable desde el punto de vista social) y de sus
formas no delictivas de conducta.
6. Áreas interdisciplinarias.
La subárea interdisciplinaria más antigua de la sociología es la psicología social. A menudo
ha sido considerada una disciplina independiente que atraía a estudiosos tanto de la
sociología como de la psicología. Mientras que los sociólogos estudian principalmente
normas, roles, instituciones sociales y estructuras de grupo, los psicólogos sociales se
concentran en su impacto sobre la personalidad del individuo. Los psicólogos sociales
formados en sociología han estudiado las interacciones en pequeños grupos informales, la
distribución de creencias y actitudes en la población, y la formación del carácter y de las
aspiraciones bajo la influencia de la familia, el colegio, las amistades y demás instituciones
socializantes. Las ideas psicoanalíticas derivadas del trabajo de Sigmund Freud y de otros
psicoanalistas posteriores también han tenido su influencia en el área de la psicología
social.
Han surgido varias corrientes, que basadas en la psicología social de Mead, coinciden en
subrayar la importancia de la comunicación simbólica y la interacción individuale en la
vida social ( sociología de la comunicación),abandonando así los planteamientos
macrosociológicos anteriores.
II.EMIL DURKHEIM
Emil Durkheim (1858-1917), de origen judío, fue profesor de filosofía, campo desde el que
accedió al estudio de lo social, contribuyendo notablemente a la consolidación de la
sociología como disciplina independiente. Recoge las aportaciones de sus antecesores, ya
sea para apoyarlas o para refutarlas, siguiendo la línea positivista iniciada por Comte.
En Las reglas del método sociológico pone en práctica la tarea que considera que debe ser
la principal de todos los teóricos de la sociedad de su época si quieren avanzar en su
conocimiento de los fenómenos sociales: dotar a sus estudios de un método científico
propio. Esto permitirá a la sociología constituirse como una ciencia autónoma, de manera
análoga a lo sucedido en el campo de las ciencias naturales, establecidas en siglos
precedentes.
Su labor va a ser, con respecto a la sociología, muy parecida, como él mismo dice, a la
realizada por Descartes con respecto a las ciencias naturales: eliminar los prejuicios
morales, religiosos o psicológicos, de tal modo que los elementos de estudio- la sociedad y
sus componentes- puedan ser analizados y entendidos como cosas, como objetos
independientes de instancias psicológicas o divinas. Para ello habrá de enfrentarse a la
tendencia de los sociólogos de su época a implicarse en el objeto de estudio por cuestiones
morales, políticas, etc., y a asumir nociones precientíficas, comunes sin un análisis crítico.
Valora muy positivamente las aportaciones de Comte y Spencer en contra de esta extendida
actitud, pero considera que ni siquiera sus teorías lograron evitar ese tipo de injerencias por
parte de otros campos, como la filosofía o la historia.
Texto:
“Consideramos los hechos sociales como cosas, pero como cosas sociales. El tercer rasgo
característico de nuestro método es el de ser exclusivamente sociológico. Con frecuencia
ha parecido que estos fenómenos, a causa de su gran complejidad, o bien eran refractarios
a la ciencia, o bien no podían entrar en ella más que reducidos a sus condiciones
elementales, sean físicas, sean orgánicas, es decir, despojados de su naturaleza propia.
Nos hemos dedicado, por el contrario, a establecer que era posible tratarlos
científicamente sin quitarles nada de sus caracteres específicos. Incluso nos hemos negado
a identificar esta inmaterialidad sui generis que los caracteriza con la ya compleja de los
fenómenos psicológicos; con mayor razón nos hemos prohibido subsumirla, como la
escuela italiana, en las propiedades generales de la materia organizada. Hemos hecho ver
que un hecho social sólo se puede explicar por otro hecho social y al mismo tiempo hemos
mostrado cómo es posible este tipo de explicación, señalando el medio social interno como
el motor principal de la evolución colectiva. Por lo tanto, la sociología no es aneja de
ninguna otra ciencia; es ella en sí misma una ciencia distinta y autónoma; el sentimiento
de los que tiene de especial la realidad social es incluso tan necesario al sociólogo que
sólo una cultura especialmente sociológica puede preparar para la comprensión de los
hechos sociales.”
En el texto hay una alusión a la autonomía tanto de los hechos sociales como de la propia
sociología.
La independencia del hecho social hay que entenderla en dos sentidos: con respecto al
observador y con respecto a otro tipo de fenómenos. A esto es a lo que alude Durkheim
cuando dice que “[...]estos fenómenos, a causa de su gran complejidad, o bien eran
refractarios a la ciencia, o bien no podían entrar en ella más que reducidos a sus
condiciones elementales [...]”.
La segunda de las observaciones de Durkheim va dirigida contra otra de las tendencias que
también hace peligrar la constitución de la sociología como ciencia autónoma: la de
estudiar los fenómenos sociales desde el paradigma de otras ciencias, entendiendo que el
hecho social no es sino una manifestación más compleja de otro tipo de hechos
(psicológicos o físicos, sobre todo). Este es el caso de Comte y sus epígonos, que
analizaban los hechos sociales desde el marco conceptual de la física, dando forma a lo que
denominaban la “física social”. Y también hacen lo mismo quienes pretenden que los
hechos sociales son simplemente proyecciones externas de fenómenos psicológicos, y las
sociedades yuxtaposición de individuos singulares. Es sobre todo contra el psicologicismo
en sociología contra lo que batalla Durkheim al caracterizar el hecho social. Por un lado, la
inmaterialidad que caracteriza tanto a ciertos fenómenos sociales (como creencias,
corrientes de opinión...) como a los fenómenos psicológicos no es suficiente para
establecerlos dentro de un mismo tipo de fenómenos, ya que los hechos sociales poseen,
además, otras características incompatibles con la interioridad e individualidad de lo
psicológico: no son un producto de una entidad psicológica individual, de una mente, ya
que no pueden ser modificados a voluntad por ella; son coercitivos, ya que ejercen una
presión social (que puede convertirse, finalmente, en una presión psicológica) sobre el
individuo, existen castigos inherentes a su cumplimiento, sean regulados conforme a
derecho o no. Así, los fenómenos sociales no son hechos psicológicos generalizados sino
que, muy al contrario, son generales precisamente por su condición de hechos sociales.
Además son producto de y afectan a una colectividad, un grupo social, lo que supone un
impedimento más para identificarlos con los hechos psicológicos, individuales.
Todo esta reflexión acerca de la naturaleza del hecho social permite a Durkheim afirmar la
necesidad inequívoca de una ciencia nueva y autónoma que estudie los fenómenos sociales
con todas sus características, para lo que es preciso elaborar un método científico específico
para ella. Este método debe basarse principalmente en la observación empírica del carácter
externo de los hechos sociales, de su manifestación externa y visible, para, posteriormente,
elaborar enunciados científicos que expresen de forma concisa los datos recopilados.
Durkheim aspira fundamentalmente a la elaboración de leyes que expresen las
regularidades y las relaciones causales halladas en los hechos sociales, para así poder
predecir los cambios y controlar su evolución.
Durkheim señala que la felicidad del ser humano sólo es posible si éste no exige más de lo
que le puede ser acordado. Los límites no deben buscarse ni en su constitución orgánica, ni
psicológica. El hombre se plantea fines inaccesibles y así cae en la decepción, tiene que
conseguir que sus pasiones sean contenidas hasta detenerse en un límite que sea reconocido
como justo, ese límite debe ser impuesto por un poder moral que esté fuera de ellos
mismos, una autoridad que respeten. Únicamente la sociedad está en condiciones de
desempeñar ese papel moderador (ella es el único poder moral superior al individuo y cuya
superioridad es aceptada por éste).
El Orden Moral es equivalente al Orden Social. Se expresa como sistema de normas que se
constituyen en Instituciones. La sociología es el análisis de las instituciones, de la relación
de los individuos con ellas. Dice que la sociedad está por encima del individuo y permite
explicar la forma en que los individuos se asocian entre si; el análisis de los tipos de
solidaridad que se dan entre ellos. Durkheim reconoce dos tipos de solidaridad: La
solidaridad mecánica: está vinculado a las formas más primitivas, la conexión entre los
individuos se obtiene de su escasa diferenciación. Es una solidaridad construida a partir de
las semejanzas, y de la poca existencia de posibilidades de conflicto. La solidaridad
orgánica (propia del Industrialismo): es más compleja. Supone la diferenciación entre los
individuos y como consecuencia la recurrencia de los conflictos entre ellos, que solo
pueden ser sanados si hay alguna autoridad (la conciencia colectiva) exterior que fije los
límites. En otro de sus libros dice que, ya no es la familia, ni la religión, ni el estado
quienes pueden asegurar esa solidaridad. La unidad integrativa es la profesión y la
institución que integra a los hombres por profesiones (gremios).
Uno de los libros más significativos de Durkheim es El Suicidio, y dice que: al suicidio no
hay que verlo como algo aislado, lo tenemos que considerar en conjunto, durante una
unidad de tiempo y sociedad dada, esto constituye a algo superior a la suma de los actos
individuales: es un hecho social. Y los hechos sociales es terreno de la sociología.
Durkheim tipifica al suicidio en tres tipos: el altruista, el egoísta, el anómico. El egoísta es
motivado por un aislamiento demasiado grande del individuo con respecto a la sociedad. Es
el suicidio de los marginados, de los solitarios, de los que no tienen lazos fuertes de
solidaridad social. El suicidio altruista corresponde al otro extremo, si el hombre se mata
cuando está desligado de la sociedad, también lo hace cuando está demasiado fuertemente
ligado a ella. El medio social en el que el suicidio altruista exista en estado crónico es el
orden militar. El suicida anómico (ausencia de normas), es aquel que no ha sabido aceptar
los límites que la sociedad le impone, aquel que aspira más de lo que puede y cae en la
desesperación.
En los tres casos s la relación individuo-normas lo que lleva al suicidio. Son fenómenos
individuales que responden a causas sociales.
Luego de este libro, se publica otro que define a la sociología y su objeto. El objeto de la
sociología es el estudio de los hecho sociales y el método para estudiarlos es considerarlo
como cosas; a partir de esto la sociología puede legítimamente ser considerada como una
ciencia similar al resto de las ramas del conocimiento empírico. Un hecho social (anteriores
y externos al individuo) consiste en toda forma de obrar, sentir, pensar, que ejerce sobre el
individuo una presión exterior (lo obligan a actuar). Todo esto se expresa en normas, leyese
instituciones que aseguran la tendencia a la buena integración del individuo con la
sociedad. El problema es la objetividad y exterioridad del mundo social, que al ser aceptado
como dato, se transforma en un orden natural, sostenido sobre la normatividad establecida.
Para él el origen del capitalismo aparece ligado a la concepción calvinista del éxito como
prueba de que la gracia divina es favorables.
Emplerá para esto no el método empírico, sino el de "tipo ideal", especie de caso límite que
se alcanza "pensando" una acción considerada según una acción única.
1. Racionalidad y dominación
El punto de partida de Weber fue el criticado por Durkheim. Si este construye el objeto de
la sociología desde la exterioridad y la coacción de lo social sobre el individuo, Weber
considerará como unidad de análisis a los individuos, precisamente porque son los únicos
que pueden albergar fines en sus actos. Se trata de dos caminos metodológicos inversos,
producto de dos tradiciones culturales opuestas, el naturalismo positivista de Durkheim y el
historicismo de Weber.
Weber trabaja por una doble determinación. Por un lado, la vigencia en Alemania de la
discusión sobre el status científico del estudio de lo social, como ciencia de la naturaleza y
ciencia del espíritu. Intentará superar esta polémica diseñando un método histórico-
comparativo que la permita recuperar a la vez la particularidad y la universalidad del hecho
social. Para la segunda determinación, la orientación marxista es grande en Alemania y
nula en Francia, el objetivo de Weber era completar la imagen de un materialismo
económico con un materialismo militar y político, el tema central que le permitirá poner en
práctica esa propuesta, es el origen y el carácter del capitalismo.
El método por el cual llega a aislar la causa fundamental del capitalismo es el histórico-
comparativo. Si comparando sociedades diferentes, logramos equiparar las principales
variables que aparecen en ellas, que dando una, cuya característica no son compartidas por
la totalidad, queda claro que es la decisiva para explicar la diferencia específica. Sería el
caso del papel que juega la ética protestante en los orígenes del capitalismo como sistema
social.
El análisis histórico pasa a ser sociológico cuando el científico construye, a partir de una
realidad, conceptos-tipo o tipos-ideales. Se obtiene un tipo ideal al acentuar uno o varios
puntos de vista y encadenar una multitud de fenómenos aislados, difusos y discretos, que se
encuentran en gran o pequeño numero y que se ordenan según los precedentes puntos de
vista elegidos unilateralmente para formar un pensamiento homogéneo. Pero el punto de
partida para esta construcción es el actor y la acción social, las relaciones sociales y los
hombres interactuando.
La sociología es una ciencia que pretende entender la acción social, para de esa manera
explicarla causalmente en su desarrollo y efectos.
El desarrollo del hombre es una creciente racionalidad en su relación con el mundo. Las
regularidades en la conducta humana se deben al reconocimiento por los actores de la
existencia de un orden legítimo que les otorga validez. Esta legitimidad puede estar
garantizada por la tradición, por la entrega efectiva, por el acatamiento a valores absolutos
o por adhesión a la legalidad estatuida positivamente. Esta última es la legitimidad
contemporánea, sobre la que se construye el moderno tipo de dominación, legal y
burocrática, racional.
Paradigmas de la sociología
Los paradigmas sociológicos son modelos acerca de la naturaleza de lo que se estudia. Por
ejemplo, los antiguos antiguos griegos creían que el universo estaba regido por los
caprichos de los dioses. Todos los científicos por el contrario, suponen que el universo esta
ordenado y funciona de acuerdo con ciertas leyes que podemos descubrir. Así, Isaac
newton desarrollo las leyes de la gravedad, luego de observar que las manzanas caían
siempre hacia abajo y nunca hacia arriba. Una serie de suposiones validas reciben el
nombre de un "perspectiva", un "enfoque" o algunas veces un "paradigma".
· Crítico, Marx fue el iniciador ya que poseía una visión crítica de la sociedad en la
que él vivía, la que tenía que ser modificada por la praxis política, por la revolución. Praxis
es la acción práctica, la acción de los hombres que puede modificar la situación y provocar
el cambio. La idea es que las ciencias sociales deben analizar críticamente la realidad social
y denunciar las condiciones restrictivas.
· Emil Durkheim (1858-1917), de origen judío, fue profesor de filosofía, campo desde
el que accedió al estudio de lo social, contribuyendo notablemente a la consolidación de la
sociología como disciplina independiente. Recoge las aportaciones de sus antecesores, ya
sea para apoyarlas o para refutarlas, siguiendo la línea positivista iniciada por Comte.
Teoría funcionalista: sostiene que las instituciones sociales son medios colectivamente
desarrollados para la satisfacción de las necesidades biológicas y emocionales de una
sociedad.
Teoria del conflicto: La tradición marxista y la teoría del conflicto se desarrollo en las
decadas del 1950. Una serie de estudios e investigaciones de Lewis A. Coser el conflicto
por los valores y por el estatus, el poder y los recursos escasos.
También se usa en cibernética; aquí significa -en un sentido muy amplio- un preprograma
conceptual para el ordenamiento de unos datos aún más caóticos en términos relativos.
Nótese la similitud con el concepto de entropía en química o física. En este sentido, un
paradigma sería una suerte de prohibición para realizar cualquier acción que pudiera
incrementar la entropía total del sistema. Para crear un paradigma un sistema cerrado
debería aceptar que se requieren algunos cambios; de esta forma puede ser solamente
aplicado a un sistema que no esté en su etapa final de desarrollo.
Algunos puristas de la lengua piensan que -contra lo expuesto por los filósofos del mercado
y los defensores de cualquier clase de cambio- se abusa ampliamente de un término que en
este contexto carece absolutamente de significado.
Este podría ser el caso, por ejemplo, de la actual necesidad de disponer de información
edafológica con vistas a resolver ciertos problemas ambientales acuciantes para las
sociedades modernas industrializadas, bajo un paradigma claramente agronómico-
productivita que no lo proporciona debidamente. Sin embargo, personalmente coincido con
Kuhn que nos enfrentamos a problemas conceptuales inherentes al corpus doctrinal de la
disciplina, más que a otros de índole metodológica y/o tecnológica.
La sociedad del riesgo, desde una perspectiva del riesgo cultural y el riesgo tecnológico.
Esto implica, además, el estudio de la vulnerabilidad y la evaluación del riesgo y los
cambios culturales y los riesgos asociados.
Solidaridad Mecánica
Una sociedad regida por la "solidaridad mecánica" se caracteriza por una total competencia
de cada individuo en la mayoría de los trabajos, surgiendo una mínima diferenciación por
edad o sexo. La Solidaridad Mecánica, propias de las sociedades primitivas, es aquella que
surge de la conciencia colectiva. En estas sociedades, el derecho instalado es el represivo:
El crimen es visto como ofensa a la sociedad en conjunto, al órgano de la conciencia
común.
Solidaridad Orgánica
Durkheim afirma que la fuerte especialización de cada individuo origina una gran
interdependencia, base de la cohesión y solidaridad grupal, de las personas con su sociedad.
A esta clase la llama "solidaridad orgánica". Así, cada miembro posee una parte de los
conocimientos generales y sus recursos, por lo que todos dependen de todos. Este tipo de
solidaridad se suele presentar en las sociedades desarrolladas.
Áreas
Psicosociología de la comunicación
Psicosociología de la educación
Psicosociologia de la salud
Psicosociología política
La sociología aplicada y práctica sociológica ha llegado a ser utilizada para referir a la
intervención empleando el conocimiento sociológico en un escenario aplicado. Los
sociólogos aplicados trabajan en una amplia variedad de escenarios incluyendo en las
universidades, el gobierno y la medicina privada, utizilando métodos sociológicos para
ayudar que comunidades resuelvan problemas cotidianos, como mejorar la colaboración
ciudadana y la prevención del crimen, evaluar y mejorar las cortes de la droga, la
evaluación de las necesidades de los barrios urbanos, el desarrollo de la capacidad de un
sistema educativo o la promoción del desarrollo de la vivienda y recursos relacionados para
poblaciones envejecidas.1
Como reacción a estos fenómenos los discursos simbólicos de, por ejemplo, los grupos
medioambientales tienen un tinte sectario para este autor, que los hace estar contra la
jerarquía, la complejidad y la modernidad, pues la ecología está pensada como sistema
holista, autorregulador y pacífico. La tecnología según este enfoque solo tendrá valor
positivo al servicio del hombre por una interpretación del discurso de salvación y
condenación. Como signo de estos cambios el autor llama a la constante revisión de la obra
de Marx, Durkheim y Habermas, pues lo que se ha hecho es reinterpretarlos.
"Sólo una sociología cultural, afirmamos, puede ofrecer un programa fuerte semejante en el
que el poder de la cultura consistente en conformar la vida social, se proclame con toda su
fuerza." Jeffrey C. Alexander.
Historia
Como reconocieron los economistas más tempranos, las instituciones económicas tienen
una importancia profunda para la sociedad y el contexto social afecta a la naturaleza de las
instituciones económicas locales. Karl Marx reivindicó que las fuerzas económicas fueron
absolutamente centrales a la sociedad e influyeron profundamente sus estructuras sociales.
Las figuras fundadores de la sociología, como Max Weber, también consideraron los
procesos económicos como fundamentales a la estructura de la sociedad. Georg Simmel, en
particular en su libro La filosofía de dinero, fue importante en el desarrollo temprano de la
sociología económica, como fue Émile Durkheim tras La división social del trabajo. Otras
contribuciones tempranas importantes a la sociología económica fueron hechas por
personas que son usualmente consideradas economistas, como Thorstein Veblen y Joseph
Schumpeter.
Karl Polanyi en su libro La Gran Transformación fue el teórico que primero utilizó la
noción del arraigo, afirmando que la economía se arraiga en las instituciones sociales y que
es vital para el mercado no destruir otros aspectos de la vida humana.
Más adelante, los pensadores marxistas y otros pensadores económicos de izquierda se han
centrado en las implicaciones sociales del consumismo y el desarrollo económico dentro
del sistema de relaciones económicas que los producen.
La sociología económica actual se centra en particular en las consecuencias sociales de los
intercambios económicos, en los significados sociales que suponen y en las interacciones
sociales que facilitan o bloquean. Las figuras más influyentes en la sociología económica
moderna incluyen a Mark Granovetter, Harrison White, Paul DiMaggio, Joel M. Podolny,
Richard Swedberg y Viviana Zelizer en los Estados Unidos y a Luc Boltanski, Laurent
Thévenot, y Jens Beckert en Europa. A esta lista se puede añadir Amaitai Etzioni, quien ha
popularizado la idea de la socioeconómica, y Chuck Sabel y Wolfgang Streeck, quienes
trabajan en la tradición de economía/sociología política.
Sociología marxista
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Doctrina de Karlos Marx, que se funda en la interpretación materialista que da Hegel del
proceso histórico y económico de la humanidad, y es la base teórica del socialismo y del
comunismo. Movimiento político y social que en nombre de esa doctrina pretende imponer
en el mundo la dictadura proletaria..El MARXISMO pretende oponer al socialismo utópico
un socialismo científico; su base es el materialismo histórico, que quiere explicar el
desarrollo de la humanidad por el de las fuerzas materiales de la economía, y se vale de la
lucha de clases. Segun su teoría del "valor" toda cosa cuya propiedad satisface alguna
necesidad es mercancia, y toda la mercancia tiene un "valor de uso" y otro de "cambio"; el
primero lo contiene aquélla en si misma,y el segundo es la proporción en que se cambian
entre si. El término sociología marxista se refiere a la conducta de la sociología desde una
perspectiva marxista.1 El marxismo si mismo puede reconocerse como una filosofía política
y una sociología, en particular hasta el punto que intenta quedarse científico, sistemático y
objetivo en vez de puramente normativo y preceptivo. La sociología marxista puede
definirse como "una forma de la teoría del conflicto asociado con... el objetivo de marxismo
de desarrollar una ciencia positiva empírica de la sociedad capitalista como parte de la
movilización de una clase obrera."2 La Asociación Sociológica Estadounidense tiene una
sección dedicada a los asuntos de la sociología marxista; la sección "está interesada en
como la investigación de perspicacias de la metodología marxista y el análisis marxista
pueden ayudar explicar la dinámica compleja de la sociedad moderna".3 La sociología
marxista vendría a facilitar los desarrollos de la teoría crítica y estudios culturales como
disciplinas aproximadamente distintas.
Conceptos y asuntos
Dentro del campo de la teoría sociológica, la sociología marxista, reconocida como uno de
las paradigmas sociológicas más importantes, es asociada con el conflicto y la teoría
crítica.1
Comparada con la filosofía marxista, la sociología marxista pretende desarrollar una ciencia
política económica de la sociedad en lugar de una filosofía crítca de praxis.2
Desarrollo histórico
La sociología marxista surgió durante los fines del siglo XIX/comienzos del siglo XX,
influenciada por el pensamiento de Karl Marx.1 2 4 Se considera Marx uno de los
pensadores más influyentes en la sociología temprana, junto con pensadores como Max
Weber y Émile Durkheim.4 La primera escuela marxista de sociología fue conocida como
el austromarxismo y pensadores marxistas importantes de ese período incluyeron Carl
Grünberg y Antonio Labriola.4 Mucho del desarrollo en el campo de la sociología marxista
tuvo lugar en las afueras de la academia, y unos se enfrentaron la sociología marxista contra
la sociología de la burguesía.4
Durante bastante tiempo, esta división fue reforzada por la Revolución rusa, que llevó a
cabo la creación de la Unión Soviética; sin embargo, dentro de poco la sociología se
encontró una víctima de la investigación reprimida de la ciencia de la burguesía en los
estados comunistas.4 Mientras después de varias décadas la sociología se restableció bajo
los estados comunistas, dos corrientes de pensamiento distintas evolvieron dentro de la
sociología marxista: el marxismo soviético, desarrollado en los estados comunistas del
siglo XX (primariamente en la Unión Soviética), serviendo los intereses estatales, y
paralizado de una manera significativa por adherencia forzada a la dogma de materialismo
histórico, y la escuela más independiente se centró en los estudios del marxismo en el
Occidente.1 2 La escuela de marxismo occidental (durante los años 1940) se convirtió en
aceptado en la academia occidental, y poco a poco se partió en varias perspectivas distintas,
como la Escuela de Frankfurt o la Escuela de teoría crítica.1
Hay cuatro áreas principales que son enfoques de investigación en la sociología política
contemporánea:
El campo también mira como las tendencias sociales principales pueden afectar el proceso
político, además de explorar como varias fuerzas sociales trabajan juntas para cambiar las
políticas políticas. Los sociólogos políticos aplican varias teorías a asuntos sustantivos.
Cada teoría reivindica que es comprensiva, pero realmente tiene pocas áreas de fuerza
porque fue desarrollada para tratar de asuntos específicos y opera en un nivel de análisis.
El pluralismo ve la política primariamente como un concurso entre los grupos con intereses
que competen. Un representativo destacado es Robert Dahl.
La teoría directiva o élite a veces se llama un enfoque centrado en el estado. Explica lo que
hace el estado por mirar restricciones de estructura organizacional, directores de estado
semiautónomos y intereses que surgen del estado como una organización única que
concentra el poder. Un representativo destacado es Theda Skocpol.
El análisis de clase enfatiza el poder político de élites capitalistas. La teoría surgió del
marxismo durante los años 1850 basada primariamente en la premisa de la explotación
económica de una clase por otra. Divide en dos partes: una es la estructura de poder o
enfoque instrumentalista, otra es el enfoque estructuralista. Le estructura de poder enfoca
en quien regla y su representativo más conocido de G. William Domhoff. El enfoque
estructuralista enfatiza que la manera en que opera una economía capitalista sólo permite y
fomenta el estado a hacer algunas cosas pero no otras. Su representativo más conocido fue
Nicos Poulantzas. Innovaciones importantes en el campo vienen del pragmatismo francés y
en particular de la sociología política y moral elaborada por Luc Boltanski y Laurent
Thévenot.
Se trata del estudio científico de la actividad y comportamiento entre personas que viven
distantes de lugares de gran concentración de población y actividad económica. Como
todas las disciplinas sociológicas, la sociología rural incluye el análisis de datos
estadísticos, entrevistas, teoría social, observación, investigación por encuestas, etc.
La economía rural es uno de los focos de la sociología rural y gran parte de este campo está
dedicado a la economía de producción agraria (agrícola y ganadera) y silvícola. Otras áreas
de estudio incluyen el éxodo rural y la despoblación, la sociología ambiental, las políticas
de tierras de propiedad estatal, la alteración social, el cuidado de la salud, las políticas
educativas, etc.
PROBLEMATICA RURAL:
El funcionalismo o teoría general de los sistemas supone que los grupos o sociedades se
consideran sistemas orgánicos, cada una de cuyas partes (religión, educación, costumbres,
etc.) cumple algún tipo de función potencialmente útil o necesaria. Desde este punto de
vista, el simbolismo religioso resulta apropiado en la medida en que funciona
adecuadamente. Así, los símbolos religiosos, tanto si son como si no son ‘objetivamente
ciertos’, pueden contribuir a un propósito legítimo en el sistema social autoregulador. La
religión cumple una función oculta, y en consecuencia tiene cierto significado, quizá
latente, en un grupo o cultura dados.
Hermeneútica fenomenológica
Por lo menos desde una perspectiva válida, el símbolo religioso es exactamente lo que dice
ser. No es tan solo una función manifiesta que oculta la verdadera función latente. Para
comprender el significado de los símbolos el mejor enfoque es una interpretación empática.
La hermeneútica proviene de la fenomenología general, o intento de descubrir la naturaleza
y el significado de los actos mentales como tales actos y no simplemente reduciéndolos a
diversas manifestaciones objetivas.
Un acto mental es lo que Husserl llamó acto intencional: tiene significado o valor porque se
refiere o comprende otros fenómenos.
La base ortodoxa
Estructuras personales
4. Mágico: principio de los ámbitos mentales, incluyendo imágenes simples, símbolos y los
primeros conceptos rudimentarios. 5. Mítico: más avanzado que el nivel mágico, con un
inicio del pensamiento operativo concreto, pero todavía incapaz del razonamiento
hipotético-deductivo. 6. Racional: primera estructura que no solo puede pensar acerca del
mundo, sino pensar a cerca del pensamiento.
El paso de cada nivel al siguiente paso supone no una mera evolución, sino una revolución.
Si tratamos la religión como una estructura entre otras estructuras, y no como algo que
todas ellas comparten potencialmente, entonces el desarrollo histórico creciente muestra
claramente un curso de religiosidad decreciente. Se pasaría desde una religión mágica en el
paleolítico hasta la revolución de la racionalidad que comienza en Grecia. Según este
esquema, no existe ninguna estructura religiosa de conciencia altamente desarrollada, pues
la estructura superior es la científico-racional.
Hegel veía la historia como algo que a la larga trascendía la autoconciencia mental a la
conciencia mental de uno mismo en el conocimiento absoluto del espíritu como tal espíritu.
Aurobindo sostenía que la evolución avanza hasta la realización de la supermente; Teilhard
de Chardin la veía culminar en el punto omega, o la conciencia de Cristo en general; y el
filósofo ruso Berdyaev llegó a la conclusión de que la evolución avanza desde la
subconciencia hasta la autoconciencia y de ésta a la superconciencia.
Niveles transpersonales
• Nivel psíquico: Cuando la mente formal establece relaciones superiores (‘si a entonces
b’), la cognición psíquica establece redes de estas relaciones. Es pues, el principio de una
capacidad de síntesis. A causa de la intensa conciencia panorámica en este nivel, el
individuo podría empezar a experimentar una profunda intuición e incluso iluminación, que
parece ir más allá del pensamiento y constituir una visión noética, numinosa y en ocasiones
extática. A los adeptos de tales estados se les conoce generalmente como yoguis.
• Nivel sutil: se dice que es la sede de los auténticos arquetipos y de las formas platónicas.
Los adeptos que dominan los ámbitos sutiles (revelación, comunicación directa con Dios)
se les conoce como santos.
Lo importante es que no sólo existe una variedad de experiencias religiosas, sino que existe
una jerarquía de experiencias religiosas. Existe, además, una distinción entre experiencia
mística panhénica, teísta y monista, que se corresponde con los niveles de organización
estructural psíquico, sutil y causal.
El ser humano es un individuo compuesto, formado por todos los niveles pasados de
desarrollo y coronado por el nivel actual. En potencia, el ser humano esta compuesto de
materia, prana, mente, alma y espíritu. Lo importante es retener que, dado que cada nivel de
estructura es un proceso de intercambio relacional, cada uno de ellos esta necesariamente
unido a los objetos que ‘satisfacen’ esas necesidades.
Sin embargo, es preciso que esto quede claro, mientras que el nivel superior ‘descansa en’
eL inferior, el superior no está causado o constituido por el inferior. El superior es en parte
emergente, discontinuo, es un hito, es revolucionario. Cuando el alma llega a emerger,
inicialmente está fundida y confundida con la mente, y así sucesivamente. Cada nivel
superior emerge a partir del inferior.
Marx hizo del nivel material y sus intercambios paradigma de todas las formas de
existencia. Freud hizo exactamente lo mismo en el siguiente nivel ascendente: las energías
sexuales-emocionales son la realidad, y todo lo demás, cultura, mente, ego, religión, no es
otra cosa que una tortuosa tergiversación de la libido. Para Habermas, la comunicación se
vuelve paradigmática. Nuestros niveles de análisis incluirían tanto el nivel físico, como el
emocional, como el mental, psíquico, sutil y causal.
Definiciones generales
Antes de la liberación final, dice Wilber, la vida es una batalla de mana contra tabú.
Para que un individuo se integre en el nivel superior, habrá de aceptar la muerte del nivel
presente de adaptación, es decir, poner fin a una identidad exclusiva con ese nivel. El
desarrollo es una serie de proyectos de inmortalidad que cambian progresivamente,
mediante el desprendimiento progresivo del as capas de yo para cuya protección estaban
diseñados, elevándose hacia nuevos niveles de alimento para cada fase, verdad y mana.
Cada transformación es un proceso de muerte y renacimiento en el nuevo nivel emergente.
6. Religión exotérica. Sistema de creencias utilizado para invocar o apoyar la fe, aspectos
preparativos de la experiencia y adaptación exotéricas.
Por ejemplo, el maoísmo tenía un alto grado de legitimidad pero un bajo grado de
autenticidad. No era muy auténtico, porque sólo ofrecía adaptación a o en los ámbitos
racionales-míticos, no producía la realización superconsciente de Dios.
Creencia
La forma más baja de compromiso religioso. El impulso de incredulidad en el creyente
puede llevarle a proyectarse en otros, dando lugar al proselitismo (lo que uno intenta
convertir es su propio yo incrédulo).
La fe
La fe va más allá de la creencia, pero no tan lejos como la verdadera experiencia religiosa.
La persona de fe sufre con frecuencia grandes dudas religiosas, que el creyente verdadero
nunca experimenta.
Experiencia
Va más allá de la fe, y consiste en un encuentro real y una cognición literal. Es una
intuición temporal de uno de los niveles auténticos de la organización estructural religiosa
(psíquica, sutil y causal).
Adaptación estructural
Racionalismo creciente
Según la mayoría de los sociólogos, el curso del desarrollo moderno está marcado por una
creciente racionalización, no obstante, esta tendencia general tan sólo cubre la primera
mitad del esquema de desarrollo que hemos propuesto: de lo arcaico a lo mágico, de ahí a
lo mítico, y finalmente, a lo racional. Pero el esquema continúa de lo racional a lo psíquico,
lo sutil, lo causal y lo esencial. La adaptación racional es perfectamente religiosa, capaz de
proporcionar una visión del mundo convincente, integradora y significativa (buen mana).
Ahora bien, no puede proporcionarnos una Visión Total del Mundo, puesto que, según los
sabios, sólo el impacto causal/esencial puede lograr la absolutización.
Robert Bellah
Según Bellah, hay que tratar a la religión como religión, es decir, no hay que tratarla de
forma reduccionista.
Críticas
• Al tratar todas las expresiones religiosas de una manera no reduccionista, Bellah tiende a
perder la capacidad crítica, concediendo quizá una categoría eminente a lo que no sea más
que una fijación infantil
Anthony y Robbins
Crítica
• Según Wilber, habrá que distinguir entre lo que sucede en cada nivel del espectro de la
existencia, no confundiéndolo con los niveles superiores. Las religiones auténticas tienen
estructuras profundas y superficiales, y no se superponen necesariamente. La mayor parte
de las religiones en el curso de su historia parecen enfrentarse con diversas crisis de
legitimación, que suelen producir diversas estructuras superficiales rivales. Pero en
ocasiones una religión particular podría enfrentarse a una crisis de autenticidad. En
occidente han ocurrido por lo menos dos grandes transformaciones:
• Los pre-ley son los individuos que no son capaces o no desean alcanzar el nivel medio
que cabe esperar de adaptación estructural de una sociedad dada. La astrología, el vudú o la
cognición mágica son fenómenos asociados.
• Los contra-ley constituyen la porción más amplia de lo que se conoce en general como
‘contracultura’. Son capaces de convertir auténticas prácticas espirituales en emociones
caricaturizadas (empiezan a aproximarse, dice Bellah, al modelo de consumidor de
cafetería). Estos movimientos no son triviales, sino transformativos, tienen una función útil:
ayudan a adelantar y estabilizar las traslaciones determinadas de la sociedad al permitir a
sus miembros, sobre todo los adolescentes, adoptar sus calores dominantes mientras fingen
que no lo hacen, logrando a la vez la necesaria socialización e individualización.
• Los trans-ley. Capaces de realizar auténticas transformaciones sociales, aunque las fases
diferentes deberán antes realizar plenamente las potencialidades de su estructura. Jacob
Needleman (“Lost christianity”) ha afirmado que las nuevas traslaciones yóguicas tendrán
probablemente ciertas estructuras superficiales compatibles con las simbolizaciones previas
de la estructura superficial. Los tres grandes dominios del desarrollo humano, el
subconsciente infantil, la conciencia de uno mismo adolescente y la superconciencia
madura están relacionados con una actitud psicológica: dependencia pasiva, independencia
activa y rendición activamente pasiva. Así, el bebé y el niño se identifican más o menos
exclusivamente con el cuerpo, cuando emerge la mente adolescente, destruye la identidad
exclusiva con el cuerpo, pero no destruye al mismo cuerpo, sino que lo incluye en su
identidad mental más amplia. De la misma manera, cuando emerge el espíritu, destruye la
identidad exclusiva con la mente (y el cuerpo incluido en ella), pero no destruye a la
C.misma mente, sino que la incluye en su propia identidad suprema mayor.
Durante la revolución industrial, los sociólogos como Max Weber y Émile Durkheim
centraron en la urbanización creciente de la vida social y los efectos que tuvo sobre los
sentimientos de la gente de alienación y anonimidad.
Temas de investigación
Desarrollo y autores
No sin generar cierta controversia, un nutrido grupo de teóricos protagonizó lo que Steve
Woolgar denomina como “el giro hacia la tecnología”, desplazando a la ciencia, en buena
medida, como objeto estudio y centrando su esfuerzo en la investigación de las tecnologías
desde el campo de los estudios sociales. Este giro vino inspirado, entre otros, por la figura
de Langdon Winner y sus trabajos en dicha área.
Hoy en día este campo tiene continuidad en varias vertientes, aunque se suelen nombrar dos
escuelas:
Sin embargo, desde la teoría feminista también se han realizado importantes aportaciones al
campo. En este sentido, destaca la figura de Donna Haraway y su metáfora del cyborg para
designar aquello que hoy somos. Aunque con reminiscencias de la literatura de ciencia
ficción y un lenguaje muy metáforico, su enfoque es cercano al de la Teoría Actor-Red, sin
embargo, Donna Haraway resalta la necesidades ético-políticas de la teoría.
Estudiar los medios de comunicación significa examinar como el mismo mensaje mediático
tiene, según el contexto cultural, económico y social consecuencias distintas sobre los
grupos sociales y los individuos. Algunos de los principales sociólogos que han trabajado
en esta área son:
Los estudios que desde la sociología se han realizado de la cultura pueden clasificarse en
tres grandes grupos (Smith, 1998): la teoría cultural europea, teoría cultural británica y
la sociología cultural estadounidense. Cada uno de ellos representa una serie de
características específicas.
En primer lugar, la teoría cultural europea unifica autores como Jürgen Habermas, Michel
Foucault o Pierre Bourdieu, quienes hacen su aporte principalmente en elementos teóricos y
cualitativos. En segundo lugar, los estudios británicos, influido por el "marxismo británico"
de E.P. Thompson y Eric Hobsbawn, que fue quizá pionero en reconocer la incidencia de la
cultura en los hechos sociales. Finalmente, encontramos la sociología cultural americana,
compuesta por autores como Clifford Geertz, Jeffrey C. Alexander o Philip Smith. Son un
campo de estudios más centrado en la sociología y menos político. Las ideas de Émile
Durkheim y Max Weber son más influyentes que las de Karl Marx, abogándose por una
autonomía de la "esfera cultural". Trabajan con teorías de alcance medio positivistas, que
tratan de analizar causas y efectos mediante métodos empíricos. Las explicaciones buscadas
son multidimensionales, pudiendo hallarse causas simultáneas en la cultura, en la estructura
social o en los actores individuales. El problema de la agencia se aborda con las
herramientas que proporciona el pragmatismo, la historia comparada y la fenomenología.
Pierre Bourdieu ha logrado dar una visión completa e influyente en la materia. En su obra
tardía (desde principios de los 80 hasta fines de los 90, cuando murió) ha logrado dar con
las claves de la dominación a través de la cultura, centrándose en la educación. En una
sociedad posmoderna que se enfrenta a desigualdades, exclusiones y riesgos que ya no
explican por la teoría tradicional, Bourdieu ofrece desde la sociología de la cultura
elementos que están cambiando la forma de entender lo social.
Es por ello que un acto sólo puede ser juzgado como desviado en relación a:
No hay nada justo o injusto que no cambia de cualidad con el cambiar del clima, tres grados
de latitud subvierten toda la legislación[...] En pocos años las leyes fundamentales cambian,
el robo, el incesto, el asesinato de padres e hijos, todo ha encontrado un lugar entre las
acciones virtuosas.
Las normas sociales se definen como proposiciones que prescriben a individuos o grupos el
comportamiento adecuado en determinadas situaciones, o bien las acciones a evitar.8
Pueden ser clasificadas según diversos criterios, pero el más habitual dentro de la
sociología de la desviación es agruparlas dentro de sistemas normativos según el grado de
la sanción que se aplica al infractor. Con este sistema obtenemos una clasificación de los
comportamientos desviados según su gravedad:
Normas penales: Son las recogidas en el código penal, que representa el núcleo duro de
cualquier sistema social. Recoge las normas que tutelan los bienes fundamentales del
grupo social —la vida, la propiedad, las instituciones, etc.—. El incumplimiento de éstas es
un delito y convierte al autor en delincuente. Conlleva el tipo de sanción más grave: la
pena.
Normas jurídicas: Son las normas contenidas en reglamentos u ordenamientos; su
violación es un acto ilícito y conlleva sanciones de tipo pecuniario o administrativo.
Normas sociales: Es un amplio grupo de normas socialmente reconocidas, como la moda,
la tradición, los usos y costumbres, etc. Su incumplimiento no implica una sanción
institucionalizada, aunque sí algún tipo de recriminación o reproche social. En las últimas
décadas existe la tendencia a reconceptualizar estos comportamientos de desviados en
diversos
Moral individual: Son las normas autoimpuestas del tipo no comeré nunca en un
McDonald's. Incumplirlas tiene escasa relevancia social, pero puede ser calificado como
hipocresía.
En el diagrama puede observarse cómo los distintos sistemas normativos se agrupan unos
dentro de otros. Esto se hace para reflejar cómo, por ejemplo, no todas las normas sociales
están en el código penal, pero todas las normas del código penal son normas sociales. En
realidad este modelo es una simplificación de cómo se interrelacionan los sistemas
normativos, ya que existen multitud de excepciones: es habitual que alguna de las normas
sociales existentes no sea aceptada por la moral individual de algunas personas, lo que da
lugar a la aparición de las subculturas; también sucede a menudo que algunas normas del
sistema jurídico o penal no lleguen a integrarse dentro de las normas sociales. Esto sucede,
sobre todo, en los sistemas no democráticos, aunque también ocurre en las democracias. Un
ejemplo actual es la contradicción de muchas legislaciones con la aceptación social de las
descargas por internet. Cuando existen fuertes contradicciones entre los sistemas
normativos puede producirse una crisis que los modifique. Por este motivo, autores como
Durkheim consideran la desviación como un motor del cambio social.4
En los últimos años algunos autores han identificado la existencia de situaciones en las que
se califica de desviado, no a quien incumple la norma sino a quien la cumple con
demasiado celo. Glenna Huls ejemplifica este fenómeno con la concepción social del
empollón o de quien paga religiosamente sus impuestos en la sociedad norteamericana. 5
Teorías presociológicas de la desviación
Teoría clásica
Se denomina Teoría Clásica de la desviación a los esfuerzos teóricos del iluminismo por
dar una definición objetiva del delito y de la pena que sustituyese la concepción relativista
y arbitraria característica del Antiguo Régimen. Esta objetivización del delito era
imprescindible para construir el Estado de derecho —base del Estado liberal— ya que es un
prerrequisito necesario del principio de legalidad, la seguridad jurídica o la igualdad ante la
ley.
El autor más representativo fue Cesare Beccaria, que desarrolló sus ideas en un libro que se
ha convertido en un clásico del Derecho: De los delitos y las penas, en el que, en palabras
del propio autor, se incluyen
Los presupuestos para una teoría jurídica del delito y de la pena [...] en el cuadro de una
concepción liberal del Estado de derecho, basada sobre el principio utilitarístico de la
máxima felicidad para el mayor número de personas y sobre la idea del contrato social.
Cesare Becaria.9
La Teoría Clásica tiene los evidentes límites de que se centra en el delito —sin analizar el
resto de desviaciones sociales— y que no investiga sobre las causas de éste, lo que es el
objeto principal de las teorías posteriores. Esta teoría tendría una gran influencia sobre la
Teoría de la Elección racional, llegando al punto de que algunos autores denominan a esta
última como Teoría Neoclásica.
Enfoque biológico
Desde los años 80 se está dando una revitalización del enfoque biológico, basada en los
avances de la genética. En este ámbito se han hecho particularmente populares los estudios
sobre el Síndrome del XYY —una anomalía cromosómica por la que el varón recibe un
cromosoma Y extra— que algunos autores relacionan con una tendencia a la violencia,
aunque numerosos estudios han confirmado que esto no se observa con frecuencia. 12 13 14 15
16
Teoría funcionalista
Los teóricos funcionalistas se vieron ante la tarea de hallar respuesta a la necesidad, por
parte de algunos individuos, de no cumplir las reglas. El primero en describir algunas de las
funciones sociales que cumplía la desviación fue Émile Durkheim. Aunque parezca
contradictorio, para Durkheim la desviación contribuye a consolidar los valores y las
normas culturales, ya que es parte indispensable en el proceso de creación y mantenimiento
del consenso sobre las mismas. La base de esta idea es que sin el delito no hay justicia ni es
posible por tanto el consenso sobre las ideas del bien y el mal. En este sentido la desviación
contribuiría a definir los límites morales. Definiendo a algunos como desviados el resto de
la sociedad puede observar claramente el límite entre el bien y el mal. Otra función de la
desviación sería el fomento de la unidad social, ya que la respuesta unitaria frente a las
acciones extremas de desviación —asesinato, atentados— fortalece el lazo social. Por otro
lado la desviación también contribuiría al cambio social, ya que el transgredir una norma
invita a reflexionar sobre la necesidad o la conveniencia de ésta, y representa un modelo de
conducta alternativo que puede llegar a convertirse en mayoritario, ya que lo que hoy es
una conducta desviada puede no serlo en el futuro.4
Teoría marxista
Aunque ya desde sus inicios el marxismo había tratado temas relacionados con la
desviación, es en los años 70 cuando aparecen obras sistemáticas sobre ésta desde una
perspectiva marxista. Autores destacados en esta sistematización fueron Iain Taylor, Paul
Walton y Jock Young, que argumentaron que las teorías existentes obviaban ciertos
factores estructurales, como la desigual distribución del poder y la riqueza, que eran
fundamentales para entender las conductas desviadas.17
Este argumento fue posteriormente desarrollado por Steven Spitzer, que ejemplificó
ampliamente cómo las personas que son etiquetadas como desviadas suelen ser sujetos que
obstaculizan el desarrollo del Capitalismo. Spitzer analizó cómo los sujetos que amenazan
la propiedad privada, base del capitalismo, son siempre calificados como desviados; sin
embargo, los actos de las clases privilegiadas contra los intereses de las subordinadas, como
una gran subida del precio de la vivienda, lejos de considerarse desviadas, son asumidas
como una legítima defensa de sus intereses. También analiza cómo, al ser la explotación del
trabajo otro de los fundamentos del capitalismo, quien no trabaja, sea por imposibilidad —
minusválidos, parados involuntarios—, sea por voluntad, tiene muchas posibilidades de ser
etiquetado como desviado. Ejemplos de esto los encontramos en la legislación contra vagos
y maleantes.18
Teoría de la subcultura
Esta teoría se basa en el principio de que la conducta desviada —al igual que el resto de
conductas— se aprende en el ambiente en que se vive. Los actos desviados serían por lo
tanto una consecuencia de la socialización en ambientes con valores y normas distintos a
los de la sociedad en general. La teoría fue elaborada por Clifford Shaw y Henry Mckay y
tiene su origen en los estudios etnográficos realizados por la Escuela de Chicago durante
los años veinte. Los investigadores dividieron la ciudad de Chicago en cinco zonas,
realizando círculos concéntricos y comparando la tasa de delincuencia y la relación entre el
número de delincuentes y el total de la población de cada zona. Los datos evidenciaron que
el valor de la tasa disminuía conforme se alejaba del centro, y lo que es más interesante,
que entre 1900 y 1920 la relación entre las tasas de delincuencia de cada zona permaneció
invariable, a pesar de que en este periodo hubo grandes movimientos de población que
cambiaron la composición étnica de cada zona. Estos hechos hicieron llegar a los
investigadores a la conclusión de que la subcultura desviada formaba parte de la
idiosincrasia de algunos barrios, por lo que era trasmitida a los nuevos habitantes.
Numerosos investigadores han desarrollado la teoría, comprobando que es común que los
individuos con comportamientos desviados pertenezcan a grupos en las que estas conductas
son permitidas —o incluso prescritas— por lo que tal conducta solo podría juzgarse como
desviada respecto a las normas y valores de la sociedad, pero no respecto a las de su grupo
de referencia. Respecto a esto el criminólogo Edwin Sutherland escribiría que
La cultura criminal es tan real como la legal, y mucho más difundida de lo que se piensa
habitualmente.
Edwin Sutherland3
Walter Miller estudió cómo se crean las subculturas de la desviación, llegando a la
conclusión de que éstas suelen aparecer entre los jóvenes de clase baja, ya que son los que
tienen menos posibilidades de cumplir sus aspiraciones por medios legítimos. Miller
además individuó las características de estas subculturas, cuyos principales rasgos serían:
La rutinización del conflicto, la dureza, la sagacidad y la autonomía.19
Los grupos sociales crean la desviación estableciendo reglas cuya infracción constituye una
desviación, y aplicando estas reglas a personas particulares, que etiquetan como outsiders
[...] La desviación no es una cualidad de la acción cometida sino la consecuencia de la
aplicación —por parte de otros— de reglas y sanciones. El desviado es alguien al que la
etiqueta le ha sido puesta con éxito; el comportamiento desviado es el comportamiento
etiquetado así por la gente.
Howard Becker.20
La desviación secundaria está muy relacionada con el concepto de estigma desarrollado por
Erving Goffman, definido como una marca social negativa usada para definir a una
persona. El estigma se convierte en un rol dominante del individuo y todos los actos
pasados empiezan a reinterpretarse bajo la perspectiva del nuevo estigma, en un proceso de
distorsión biográfica conocido como etiquetaje retrospectivo. Goffman desarrolló la
posibilidad de que al estigmatizar a alguien —con mayor o menor motivo— se activasen
una serie de mecanismos, como el rechazo social, que le impulsaran a buscar compañía
entre quienes no le censuran —otros estigmatizados— reforzando así la identidad desviada
e impulsándolo a continuar su carrera delictiva. De este modo la desviación podría ser una
de esas profecías autorealizadas que Robert K. Merton elaboró basándose en el Teorema de
Thomas.
El control social
La importancia de la familia y del sistema educativo viene dada sobre todo por su función
en el proceso de interiorización de las normas, en el cual las normas sociales son
transformadas en normas morales, siendo así asumidas como propias por los individuos.
Este proceso permite que no se incumplan las normas aun cuando ningún factor externo lo
impida y, lo que es más importante, nos convierte a todos en agentes de control social, ya
que mantendremos una actitud reprobatoria ante quien las incumpla.26
En este sentido, la psicología social ha estudiado de forma experimental distintos
mecanismos interiorizados del control social. El experimento de Milgram demostró los
actos que se pueden llegar a hacer si éstos son ordenados por una figura de autoridad; el
experimento de la cárcel de Stanford, la obediencia que se puede obtener con ideología
legitimadora; el experimento de Robber's Cave, cómo a través de la construcción del
enemigo externo se logra la unidad interna; los experimentos de Sherif y Asch, cómo se
cambia la propia opinión para que ésta se adapte a la de la mayoría. Estos experimentos,
hoy ya convertidos en clásicos, muestran con qué naturalidad nuestros comportamientos se
adaptan a las exigencias de la norma, la normalidad y la autoridad.
El castigo
John Macionis identifica cuatro funciones que, en distintas sociedades o épocas, han
justificado la existencia del castigo. La primera, y más antigua, sería el desquite, que se
basa en la idea de recuperar el orden interrumpido, por lo que se aplica al infractor un daño
proporcional al daño cometido. Está contenida en la ley del talión y el principio bíblico de
ojo por ojo, diente por diente. La segunda, la disuasión, es la idea de que el castigo
desincentiva el incumplimiento normativo. Se formaliza teóricamente en el siglo XVIII,
con la concepción del ser humano como un ser racional, movido por cálculos de coste y
beneficio. La tercera es la rehabilitación, por la que se pretenden modificar las pautas de
conductas desviadas del individuo. Toma auge en el siglo XIX con la aparición de las
Ciencias sociales y los estudios científicos sobre la conducta humana. Por último estaría la
función de protección de la sociedad por la que se separa al desviado del resto del cuerpo
social, ya sea encerrándolo, desterrándolo o ejecutándolo. El hecho de que, más allá de que
en un momento histórico determinado se ponga el acento en una u otra, el que las cuatro
ideas sobre la función del castigo puedan darse contemporáneamente es contingente.
Por otro lado, la cuestión de la eficacia de los castigos ha supuesto grandes debates entre
los estudiosos, siendo la prisión —que desde su aparición en el siglo XVIII se ha
convertido en la forma generalizada del castigo penal— uno de los centros del debate. Su
eficacia ha sido puesta en duda por diversos autores, avalados por una gran cantidad de
estudios en diversos países que muestran el alto porcentaje de personas que retornan a la
cárcel tras haber cumplido condena. La reincidencia en los tres primeros años de la
excarcelación es de un 40 a un 60%,27 en Estados Unidos el porcentaje de reincidencia
estaría en torno al 60%5 y en España entorno al 40%.28 Estas cifras han llevado a algunos
autores a concluir que la prisión no es una institución eficiente en su función de modificar
los comportamientos y conductas delictivas.29 Se señala también que la prisión puede tener
aspectos que incluso fomentarían el delito ya que los largos periodos de reclusión
destruirían los lazos sociales, y el contacto casi exclusivo con delincuentes fomentaría la
creación y reproducción de la subcultura criminal. Las críticas han provocado que las
instituciones penitenciarias realicen pruebas experimentales sobre soluciones alternativas a
la simple privación de libertad, generalmente centradas en terapias de desintoxicación, que
han dado resultados notables.
Otros autores continúan defendiendo como innegable el efecto disuasorio de las prisiones.
Otro castigo que provoca grandes debates sobre su eficacia es la pena de muerte, un castigo
que ha sido practicado desde la antigüedad en prácticamente todas las sociedades. En el
siglo XIX se inicia una tendencia hacia su abolición —o limitación a casos
extraordinarios— en un creciente número de países. Por ello, en los países donde todavía se
practica, como Estados Unidos, existe un debate político sobre la conveniencia de abolirla,
que ha provocado que se realicen numerosos estudios sobre su eficacia en la prevención del
crimen, ya que éste es el principal argumento para su mantenimiento. Los diversos estudios
realizados hacen concluir a la mayoría de los autores que las evidencias empíricas
disponibles muestran que la pena capital apenas tendría efecto disuasorio.32 33 34
Los estudios sobre la incidencia de la delincuencia se han encontrado con problemas aún
mayores. Los sociólogos han utilizado a menudo como fuente las estadísticas policiales
sobre denuncias, o las judiciales sobre condenas, pero se ha comprobado que se cometen
muchos más delitos que los registrados. Investigaciones llevadas a cabo en Inglaterra en los
años noventa llegaron a la conclusión de que el porcentaje de delitos que se notifica es del
47%, el que se denuncia el 27% y el que llega a condenarse en un tribunal tan solo un 3%. 35
Las causas de este bajo índice de denuncias son múltiples: temor a represalias —como en el
caso de la mafia—, cercanía al que lo comete —violencia de género—, tolerancia —
maltrato a animales—, voluntad de olvidarlo —violaciones—, desconfianza en la utilidad
de la denuncia —hurtos—, ignorancia sobre si constituye un delito —delitos de índole
económica—, etc. En este sentido se ha comprobado cómo los distintos tipos de delitos
tienen un porcentaje de denuncias muy desigual, hay delitos que se denuncian
prácticamente en su totalidad, como el robo de coches o las muertes violentas, y otros que
su inmensa mayoría no son denunciados, como el intento de violación o los pequeños
hurtos.
Estas limitaciones en las fuentes oficiales han obligado a desarrollar métodos alternativos
para la cuantificación de la delincuencia. Actualmente se utiliza tanto la autodenuncia, en
el que se realiza una encuesta a una muestra de población preguntándoles si han cometido
algún delito y si este ha sido denunciado, como la victimización, que es un método similar
pero en el que se pregunta si se ha sido víctima de algún delito.
ser una sociología especial. Es decir, es una de las ciencias sociológicas (como
también la sociología de la familia, la sociología del trabajo, la sociología de la
religión) que se ocupan de alguno de los aspectos concretos de lo social. En este
sentido es una rama de la sociología general, coordinada con las otras sociologías
especiales mencionadas.
ser una ciencia de la educación, en tanto que tiene como objeto de estudio la
educación. Esto no significa que sea una ciencia pedagógica, ni que pertenezca a la
pedagogía, sino que es una ciencia sociológica que pertenece a la sociología.
Introducción
Son diversas las relaciones que se pueden establecer entre literatura y sociedad, aunque
básicamente se reducen a dos: el análisis puede pretender ilustrar la sociedad utilizando el
texto literario como un documento de época o establecer conclusiones acerca de la obra
basadas, en último término, en las relaciones que se presumen entre las estructuras literarias
y las sociales. Normalmente, esta segunda línea se adscribe filosóficamente al ámbito del
marxismo.
La sociocrítica se interesa por la procedencia y condición social de los autores, así como
por sus ideas políticas y sociales como ciudadanos y su grado de integración en el proceso
social; se interesa también por el grado de dependencia de los escritores respecto de la clase
dominadora o las fuentes económicas que le permitían subsistir, y la necesidad de trazar
una historia del autor en la sociedad.
El precepto del realismo socialista según el cual la literatura debería reflejar la realidad y
mostrar ciertas actitudes políticas, está profundamente arraigado en la crítica marxista. Esta
teoría es uno de los argumentos con los que la crítica marxista hizo frente a las teorías
formalistas. La idea de que el arte es reflejo de la estructura social aparece en numerosos
textos marxistas y recibió su mejor formulación en las obras de Lúkacs.
Lukács
La forma que toma la obra debe ser aquella que con mayor inmediatez permita acceder al
contenido, no debe funcionar como obstáculo, no debe servir de distracción de la realidad
que cuente el autor. El escritor debe aspirar a la máxima transparencia y no deformar los
objetos que represente. Desde este punto de vista, el ideal sería que no existiera forma, lo
que supondría identificar o superponer ambos planos: el mundo y la literatura.
Lucien Goldmann
La compleja relación que une y separa al individuo con la sociedad es uno de los grandes
temas de la investigación de origen marxista. Entre quienes mejor teorizaron sobre los
vínculos que unen las ideas políticas y sociales con la literatura está Lucien Goldmann y su
propuesta de sujeto colectivo.
Goldmann estudia los textos para comprobar en qué medida recogen la visión del mundo,
de la clase o grupo social a que pertenece su autor. Cuanto más se acerque un texto a la
articulación más completa de esa visión, más clara será su validez artística. Las obras
literarias no deben verse sólo como creaciones de individuos sino de un sujeto colectivo, de
unas estructuras mentales trans-individuales, es decir, de las ideas y valores que comparte
un grupo. De acuerdo con estos principios, la interpretación de una obra literaria no
consiste en señalar sus rasgos lingüísticos inmanentes. Para entenderla en su más amplio
sentido debe recurrirse a las estructuras sociales, que dan cuenta de su génesis en una
situación concreta.
Terry Eagleton
Terry Eagleton ha propuesto estudiar las obras literarias a partir de unos niveles que se
relacionan y articulan en un proceso continuo, con la intención de capturar o definir el
inasible espacio en el que se mueve lo literario. Ninguna categoría es suficiente para
determinar por sí sola qué es la literatura, cómo y por qué surge.
Para ello, propone conocer, en primer lugar, el Modo general de producción (el feudalismo,
el capitalismo) que es dominante en la sociedad que produce unos textos; en segundo lugar,
se refiere al Modo literario de producción, que se define como una unidad de ciertas
fuerzas y relaciones sociales de la producción literaria en una determinada formación social
(en los estudios sobre la imprenta, por ejemplo). En tercer lugar, destaca la Ideología
general, constituida por los discursos acerca de creencias y valores que están
relacionadoscon las estructuras de producción material, y que reflejan las relaciones entre
las experiencias vividas de sujetos individuales con las condiciones sociales en que se
producen.
Esta Ideología general no siempre estará de acuerdo con el Modo literario de producción y
el Modo general de producción. La clase social, el sexo, la nacionalidad, las creencias, etc.
componen la ideología del autor, que se insertará o no de manera armoniosa en la Ideología
general, pues entre ambas puede haber homología efectiva o una profunda contradicción
(así podría ocurrir entre la ideología del autor y la expresada en la obra literaria).
La Ideología estética sería el estrato más complejo, que interesa desde el papel de la
estética o de la cultura dentro de una determinada formación social, el carácter más o
menos avanzado de algunas realizaciones literarias, etc. Y finalmente, el texto, que es el
producto que nace de la convergencia de los elementos mencionados.
El campo es un mundo relativamente autónomo con sus reglas y su lógica, porque impone
los agentes y los objetos que pueden entrar en él. Se trata de un espacio de conflictos en el
que los contendientes luchan por monopolizar el capital común. Los agentes que forman el
campo (clases, grupos, instituciones) pujan dentro de él para mantenerlo o cambiarlo. Su
funcionamiento no puede reducirse a una única lógica. Por lo demás, los campos, tal y
como los define Bourdieu, no son entidades intemporales, sino que cambian, se
desarticulan y vuelven a articularse de otra manera, es decir, se transforman.
El debate acerca de la transformación de la sociedad a través del arte sufrió un gran impacto
con la aparición de ¿Qué es la literatura? (1948) de Jean Paul Sartre.
Sartre dirigió su ensayo a sus contemporáneos pero su objetivo concreto fue rebatir las
opiniones vertidas por Julien Benda (1867-1956) en un conjunto de estudios sobre literatura
titulado La France byzantine (1945) y en un ensayo aparecido en 1927 y titulado La
trahision de los clercs (la traición de los intelectuales).
Sartre responde asegurando que la misión del escritor es arrimar el hombro en el momento
que le ha tocado vivir, y escribir para los contemporáneos en vez de mirar el mundo con
ojos futuros. El escritor no es sinónimo de creador, sino casi de soldado o de combatiente.
Frente a los calificativos de obra hermosa o emocionante, el existencialismo de Sartre
valora las obras en función de su importancia, de la eficacia para la causa a la que se
adhiere. No son sus valores estéticos los que cuentan sino la influencia que su mensaje
puede ejercer enn los contemporáneos. Lo primordial de la literatura es servir a la
comunidad, y eso es lo que platea Sartre en ¿Qué es la literatura?, donde propuso tres
preguntas: ¿Qué es escribir?, ¿Por qué escribir? y ¿Para quién se escribe?
Sartre libera de compromiso a la poesía, porque según él, no utiliza palabras-signos sino
palabras-cosas, del mismo modo que la música usa sonidos o la pintura colores. Para el
prosista las palabras son significados, son las armas de las que se vale; para el poeta, las
palabras son la cosa misma. El escritor vive en una situación, de modo que el silencio es
tan responsable, tan culpable, como la acción. Todo escrito posee un sentido, aunque diste
de aquel que el escritor quiso dar a sus páginas, pero inevitablemente, el escritor está
comprometido hasta su retiro más íntimo, tanto si opina mediante su obra como si calla.
Según Sartre, el placer estético es puro cuando llega por añadidura, pero primero ha de
reflexionarse sobre la intención de lo que se escribe y solo después considerar el estilo o la
construcción literaria.
Para Sartre, en definitiva, se escribe para revelar la relación del hombre con el mundo, lo
que implica que se escribe para el público (contemporáneo) y, además, con el objeto de
incitar a quienes nos rodean a tomar postura ante lo que se tiene delante. La idea básica es,
entonces, que no hay comunicación al margen del tiempo; las obras del espíritu se producen
para ser consumidas en el mismo lugar y momento en que se producen.
Historia de la disciplina
Los primeros sociólogos en interesarse por la música como una parte importante de la
sociedad fueron Alfred Schütz y Max Weber. Este último analizó la evolución histórica del
sistema tonal poniendo en relación su evolución hacia una mayor rigidez con el proceso de
racionalización del capitalismo.
En los años 30 y 40 su mayor exponente fue Theodor Adorno, que dedicó varios estudios a
la música clásica, el jazz y a la música como una mercancía de consumo. En las décadas
posteriores la sociología americana produjo varios trabajos que contribuyeron a ampliar la
perspectiva de las investigaciónes. Algunos de los trabajos que se descatacaron, fueron los
realizados por Howard S. Becker y Richard Peterson.
Alphons Silbermann, por otra parte, elaboró un amplio estudio sobre las cuestiones
derivadas del estudio específico de la sociología de la música, dejando sentada una base
que anuncia algunos supuestos epistemológicos que le dan vida a este campo especifico de
la vida social musical. Estos supuesto parten de lo siguiente: la sociología de la música se
compone de:
1°. La caracterización general de función y estructura de la organización socio-musical,
como un fenómeno que proviene de la interacción de individuos en grupos para satisfacer
sus necesidades.
A partir de los años 80 la sociología de la música se mezcló con otras disciplinas como la
Antropología, la etnomusicología, la historia de la música, los estudios sobre las
subculturas y la sociología del arte, confluyendo en los conocidos popular music studies.1
Actualmente tiene un gran peso en la Postmusicología.
El interés por la religión y su interacción social se desarrolló intensivamente hacia fines del
siglo XIX y principios del siglo XX, recibiendo el aporte de grandes teóricos entre los que
es clásico citar a Émile Durkheim, Max Weber y Karl Marx. Entre los sociólogos de la
religión más recientes, pueden citarse a Émile Poulat, Peter L. Berger, Michael Plekon,
Rodney Stark, Robert Wuthnow, François Houtart, René Rémond, Danièle Hervieu-Léger,
James Davison Hunter y Christian Smith. En América Latina sobresalen Christian Parker
(chileno) Fortunato Mallimaci (argentino) Otto Maduro (venezolano) e Imelda Vega-
Centeno (peruana), entre otros.
Algunos filósofos y personalidades, siguiendo las huellas de Nietzsche anunciaron a partir
del siglo XIX la muerte de Dios y otros, sobre todo luego de la Segunda Guerra Mundial,
pronosticaron el declive de las religiones. Sin embargo estas conservan aún hoy en día un
rol importante en la vida de los individuos y sociedades. En los Estados Unidos por
ejemplo, la frecuentación de lugares de culto se mantuvo estable en los últimos cuarenta
años. En África, el cristianismo se difundió aceleradamente: hacia 1900 el continente
contaba con unos 10 millones de adeptos; a comienzos del siglo XXI se estiman en 200
millones. Otro fenómeno digno de mencionarse es el desarrollo del Islam y su creciente
presencia e influencia en el mundo occidental. En otras palabras, la pronosticada
secularización (dependiendo de la definición y alcance que se dé a este término) no habría
tenido lugar. Otros sociólogos ponen de relieve que la frecuentación de iglesias y las
creencias religiosas personales pueden coexistir con la pérdida de influencia de las
autoridades religiosas en cuestiones políticas y sociales.
James Hunter anticipó el llamado "conflicto de culturas" del fin del siglo XX, especialmente
su carácter religioso.
Muchos sociólogos anticiparon el crecimiento del Islam y sus connotaciones políticas
Robert Wuthnow pronostica actualmente en los Estados Unidos el éxito de futuras
colectas de fondos del gobierno federal a través de organizaciones caritativas.
Karl Marx
Pese a la influencia que Marx ejerció, él mismo no concebía su obra como una respuesta
ética o ideológica al capitalismo del siglo XIX (como muchos otros comentaristas
posteriores). Sus esfuerzos se centraban, en su propia opinión, en lo que podría llamarse la
ciencia aplicada, moralmente neutra. Para Marx, los hombres son guiados de manera más
adecuada por la razón y la religión es un obstáculo para el pensamiento racional.
Émile Durkheim
Émile Durkheim se autodefinía como positivista, haciendo hincapié en que su óptica era
desapasionada y científica. Uno de sus intereses centrales era descubrir las variables que
explican la cohesión de las sociedades modernas. Durkheim, claro representante del
racionalismo francés, investigó durante unos quince años "in situ" las religiones primitivas
de los indígenas australianos. El interés subyacente de esta empresa era elucidar las formas
elementales de la religión, una especie de denominador común extrapolable a todas las
sociedades.
Cuando una sociedad entra en contacto con otras, existe una tendencia a enfatizar el
universalismo. Sin embargo, de la misma manera que la división del trabajo le da al
individuo según Durkheim la ilusión de un rol más importante, los sistemas religiosos
apuntan crecientemente a la conciencia y salvación individual.
Max Weber
Max Weber no investigó acerca de la esencia de la religión sino más bien las ideas
religiosas y los grupos que interactúan con otros aspectos de la vida social, principalmente,
en la economía. En su sociología, Weber utiliza el vocablo alemán "Verstehen"
(comprender) para describir su método de interpretación de la intención y del contexto del
accionar humano. Weber no es un positivista, en el sentido que no piensa que en la
sociología pueden encontrarse hechos ligados por relaciones de causalidad. Bien que piensa
que se pueden realizar proposiciones generales sobre la vida social, las concibe más bien
como relaciones y secuencias en narraciones históricas y casos particulares.
Para Weber, la religión puede comprenderse mejor si se considera que responde a las
necesidades de "teodicea" y de "soteriología". La primera concierne el problema de como el
extraordinario poder de Dios puede conciliarse con la imperfección del mundo que creó y
rige. En términos prácticos, la gente necesita comprender por ejemplo por qué merecieron
infortunio y sufrimiento. La religión brinda una respuesta soteriológica, es decir
concerniente su salvación: consuelo, liberación del sufrimiento. La búsqueda de la
"salvación", se vuelve así una de las variables de la motivación humana.
Debido a que la religión contribuye a la definición de esa motivación, Weber considera que,
especialmente el protestantismo, tuvo una influencia determinante en la emergencia del
capitalismo. Es la tesis de su más famosa y controvertida obra: "La ética protestante y el
espíritu del capitalismo".
La tesis sobre la "Ética protestante" ha sido desde entonces objeto de muchísimas críticas,
disputas y refinamientos. Pero constituye aún hoy en día un terreno de debates fecundos en
la sociología de la religión.
La sociología del arte es una disciplina de las ciencias sociales que estudia el arte desde un
planteamiento metodológico basado en la sociología. Su objetivo es estudiar el arte como
producto de la sociedad humana, analizando los diversos componentes sociales que
concurren en la génesis y difusión de la obra artística. La sociología del arte es una ciencia
multidisciplinar, recurriendo para sus análisis a diversas disciplinas como la cultura, la
política, la economía, la antropología, la lingüística, la filosofía, y demás ciencias sociales
que influyan en el devenir de la sociedad. Entre los diversos objetos de estudio de la
sociología del arte se encuentran varios factores que intervienen desde un punto de vista
social en la creación artística, desde aspectos más genéricos como la situación social del
artista o la estructura sociocultural del público, hasta más específicos como el mecenazgo,
el mercantilismo y comercialización del arte, las galerías de arte, la crítica de arte, el
coleccionismo, la museografía, las instituciones y fundaciones artísticas, etc.1 También
cabe remarcar en el siglo XX la aparición de nuevos factores como el avance en la difusión
de los medios de comunicación, la cultura de masas, la categorización de la moda, la
incorporación de nuevas tecnologías o la apertura de conceptos en la creación material de la
obra de arte (arte conceptual, arte de acción).
La sociología del arte debe sus primeros planteamientos al interés de diversos historiadores
por el análisis del entorno social del arte desde mediados del siglo XIX, sobre todo tras la
irrupción del positivismo como método de análisis científico de la cultura, y la creación de
la sociología como ciencia autónoma por Auguste Comte. Sin embargo, la sociología del
arte se desarrolló como disciplina particular durante el siglo XX, con su propia metodología
y sus objetos de estudio determinados. Principalmente, el punto de partida de esta disciplina
se suele situar inmediatamente después de la Segunda Guerra Mundial, con la aparición de
diversas obras decisivas en el desarrollo de esta corriente disciplinar: Arte y revolución
industrial, de Francis Klingender (1947); La pintura florentina y su ambiente social, de
Friedrich Antal (1948); e Historia social de la literatura y el arte, de Arnold Hauser
(1951). En sus inicios, la sociología del arte estuvo estrechamente vinculada al marxismo –
como los propios Hauser y Antal, o Nikos Hadjinikolaou, autor de Historia del arte y lucha
de clases (1973)–, si bien luego se desmarcó de esta tendencia para adquirir autonomía
propia como ciencia. Otros autores destacados de esta disciplina son Pierre Francastel,
Herbert Read, Francis Haskell, Michael Baxandall, Peter Burke, Giulio Carlo Argan, etc.2
El estudio social del arte se debe principalmente a las aportaciones realizadas por la
sociología general, como ciencia que estudia la dimensión social de los hechos humanos y
los múltiples factores que intervienen en ellos: política, economía, cultura, etc. Así, la
sociología del arte es la que, tomando esta base metodológica, la aplica al estudio del arte.
El principal interés de esta disciplina es explicar el hecho artístico en base a los factores que
lo generan, contextualizando obra y artista dentro de la sociedad y evidenciando las
relaciones intrínsecas entre ambos. Cabe remarcar que esta relación es recíproca, y que la
sociología del arte estudia tanto la influencia de la sociedad en el arte como la que pueda
aportar este último al desarrollo social.
La relación entre arte y sociedad es una comunicación fluida, dinámica, que ha ido variando
a lo largo del tiempo. Por ello, la sociología del arte debe tener especial cuidado con la
relativización del análisis histórico, pues una misma circunstancia social puede tener
distinta interpretación según el lugar y el momento histórico. Por lo general, la incidencia
del factor social en el arte es de tipo estructural, ya que no se trata de factores aislados sino
de un conjunto de relaciones que intervienen de forma organizada en la creación artística.
La sociología del arte debe adaptarse pues al contexto específico que rodea cualquier obra
artística, por lo que no puede elaborar leyes generales ni extrapolar conclusiones de un
hecho artístico a otro. Cabe remarcar igualmente que no es una ciencia exacta ni pretende
aportar explicaciones exhaustivas ni soluciones definitivas, ya que en el arte incurren
muchos más factores de índole más subjetiva y difícilmente interpretable. Como dijo
Hauser: “todo arte está condicionado socialmente, pero no todo en el arte es definible
socialmente”.
Antecedentes
Si bien diversos autores se han planteado a lo largo de la Historia la función social del arte
–Platón por ejemplo se lo cuestionó en La República–, es principalmente desde el siglo
XIX que empieza a analizarse la relación arte-sociedad: los cambios sociales producidos
por la Revolución francesa y la Revolución industrial, tanto a nivel político como
económico, llevaron a los filósofos a replantearse la relación del hombre con la sociedad.
Así surgió la sociología del arte, ciencia fundamentada en los principios metodológicos del
positivismo que considera al artista como parte indisoluble de la sociedad, siendo la obra
artística un fiel reflejo de los condicionamientos sociales que envuelven al artista.5
El primer teórico que estudió el arte desde un punto de vista sociológico fue Hippolyte-
Adolphe Taine: en su Filosofía del arte (1865-1869), aplicó al arte un determinismo basado
en la raza, el contexto y la época (race, milieu, moment). Para Taine, el arte opera como
cualquier otra disciplina científica, en base a parámetros racionales y empíricos: el arte “no
es más que una especie de botánica aplicada no a las plantas, sino a las obras del hombre”.
Considera las obras de arte “productos de los que hay que determinar sus características y
buscar sus cauces”, aceptando cualquier forma artística como “manifestaciones del espíritu
humano”. Jakob Burckhardt, en La cultura del Renacimiento en Italia (1860), esbozó desde
la perspectiva del historicismo un análisis del arte estudiado desde cualquier fenómeno que
rodea al mundo del arte: desde la política y la moral, hasta la vida doméstica y la situación
de la mujer. Igualmente, Jean Marie Guyau, en El arte desde el punto de vista sociológico
(1888), planteó una visión evolucionista del arte, afirmando que el arte está en la vida, y
que evoluciona como ésta; y, al igual que la vida del ser humano está organizada
socialmente, el arte debe ser reflejo de la sociedad.9
La sociología del arte tuvo en el siglo XIX una gran vinculación con el realismo pictórico y
el naturalismo literario, así como con movimientos políticos de izquierdas, especialmente el
socialismo utópico: autores como Henri de Saint-Simon, Charles Fourier y Pierre Joseph
Proudhon defendieron la función social del arte, que contribuye al desarrollo de la
sociedad, aunando belleza y utilidad en un conjunto armónico. 10 Por otro lado, en el Reino
Unido, la obra de teóricos como John Ruskin y William Morris aportó una visión
funcionalista del arte: en Las piedras de Venecia (1851-1856) Ruskin denunció la
vulgarización del arte llevada a cabo por la sociedad industrial, así como la degradación de
la clase obrera, defendiendo la función social del arte. Asimismo, en El arte del pueblo
(1879) pidió cambios radicales en la economía y la sociedad, reclamando un arte “hecho
por el pueblo y para el pueblo”. Por su parte, Morris –fundador del movimiento Arts &
Crafts– defendió un arte funcional, práctico, que satisfaga necesidades materiales y no sólo
espirituales. En Los fines del arte (1887) postuló un concepto de arte utilitario pero alejado
de sistemas de producción excesivamente tecnificados, próximo a un concepto del
socialismo cercano al corporativismo medieval.11
Por otro lado, la función del arte fue cuestionada por el escritor ruso Lev Tolstoi: en ¿Qué
es el arte? (1898) se planteó la justificación social del arte, argumentando que siendo el arte
una forma de comunicación sólo puede ser válido si las emociones que transmite pueden
ser compartidas por todos los hombres. Para Tolstoi, la única justificación válida es la
contribución del arte a la fraternidad humana: una obra de arte sólo puede tener valor social
cuando transmite valores de fraternidad, es decir, emociones que impulsen a la unificación
de los pueblos.12
Fuente, de Marcel Duchamp. El siglo XX supone una pérdida del concepto de belleza clásica para
conseguir un mayor efecto en el diálogo artista-espectador.
Marxismo
La teoría del materialismo dialéctico formulada en el siglo XIX por Marx y Engels tuvo
derivaciones en el campo de la teoría del arte en el siglo XX, sobre todo en Rusia. De la
obra de Marx se desprendía que el arte es una “superestructura” cultural determinada por
las condiciones sociales y económicas del ser humano. Marx consideraba el fenómeno
artístico como uno de los factores integradores de la dinámica social, y puntualizó la
alienación del arte en relación a los grupos sociales. Para Marx, el arte es un componente de
la ideología: cada ideología se corresponde con una visión del mundo que trata de justificar
el orden social establecido. Así, la ideología artística equivale a una manera de representar
que tiende a justificar la realidad social resultante de las relaciones económicas de
producción. Para los marxistas, el arte es reflejo de la realidad social, si bien el propio Marx
no veía una correspondencia directa entre una sociedad determinada y el arte que produce.
Georgi Plejánov, en Arte y vida social (1912), formuló una teoría materialista que rechaza
el “arte por el arte”, así como la individualidad del artista ajeno a la sociedad que lo
envuelve. Después de la Revolución Soviética el arte, enmarcado en el realismo socialista,
fue estandarizado en unos parámetros definidos principalmente por Maksim Gorki y Andréi
Zhdánov: el artista ha de ser catalizador de las fuerzas sociales, fomentando el proceso
revolucionario marxista.15
Para György Lukács el arte de vanguardia es reflejo del “irracionalismo burgués”. Influido
por Wilhelm Dilthey y su distinción entre “ciencias de la naturaleza” y “ciencias del
espíritu”, aplicó esta diferencia para establecer una ontología del arte: si la ciencia trata
“con los hechos y con sus conexiones”, el arte “nos ofrece almas y destinos”. Para Lukács,
el arte está ontológicamente ligado a la verdad, a una verdad mítica perdurable en el
trasfondo del hombre durante milenios. En Historia y conciencia de clase (1925) aplicó la
dialéctica marxista al arte, concibiendo este como una estructura profunda y recurrente
inherente al devenir histórico a lo largo del tiempo. El arte es así un fenómeno mimético
que recoge los aspectos más esenciales y universales de los acontecimientos históricos.
Para Lukács, “el arte verdadero representa siempre la totalidad de la vida humana”. 16
El Museo Guggenheim Bilbao. El siglo XX ha puesto de manifiesto una mayor interrelación entre el
arte y la sociedad, lo que se ha hecho patente en la proliferación de nuevos museos.
La obra de Arnold Hauser tuvo más éxito y difusión, y supuso una mayor sistematización y
categorización de esta disciplina, por lo que muchos le consideran el padre de la moderna
sociología del arte. Discípulo de Heinrich Wölfflin y Max Dvořák, su adscripción al
marxismo será evidente en toda su obra, por lo que recibió numerosas críticas. Sin
embargo, la obra de Hauser, una vez eludida su ideología, es fuente indispensable para el
estudio sociológico del arte. En Historia social de la literatura y el arte (1951), Hauser
intentó explicar la historia del arte desde el materialismo histórico, por lo que, si bien
adolece de excesiva esquematización ideológica, este primer intento de análisis social del
arte sentará las bases de la sociología del arte. En Teorías del arte (inicialmente Filosofía
de la historia del arte, 1958), sentó de forma más elaborada las bases del estudio
sociológico del arte, delimitando sus objetivos y analizando el arte por estratos culturales.
Por último, en Sociología del arte (1974), realizó la aportación más completa a esta
disciplina, analizando de forma rigurosa los distintos componentes teóricos que repercuten
en esta ciencia.21
Igualmente, Lucien Goldmann abre la sociología del arte a otras disciplinas como la
antropología, la lingüística o la psicología, proponiendo un “estructuralismo genético” en el
que el lenguaje es reflejo de una determinada “visión del mundo” presente en toda
estructura social. Asimismo, Pierre Bourdieu enfatizó el origen sociocultural del arte
vinculándolo al comportamiento humano, analizando pautas de comportamiento presentes
en distintas sociedades, desde las más primitivas hasta las más avanzadas. 23
Peter Burke, pese a no ser historiador del arte, incluyó el arte en sus estudios de historia
social, que aglutina el análisis antropológico y cultural, analizando en El Renacimiento
italiano (1972) la posición social del artista, así como el mecenazgo y la función del arte.
Por otro lado, Rudolf Wittkower plasmó en Nacidos bajo el signo de Saturno (1963) uno de
los mejores tratados sobre la evolución de la condición social del artista, así como su
carácter y conducta social. De igual manera, Patrones y pintores (1963) de Francis Haskell
es referencia obligada sobre el patronazgo artístico.25
Uno de los más recientes terrenos de estudio de la sociología del arte es el de la cultura de
masas, vinculada a la apertura actual del concepto del arte y a la atomización de estilos y de
materiales presente en el arte contemporáneo, con utilización de nuevos soportes y nuevas
tecnologías: la fotografía, el cine, el video, el cartel, el cómic, el diseño, la publicidad, el
graffiti, la moda, la utilización del cuerpo (body-art) o la naturaleza (land-art) como soporte
artístico, o la performance y el happening, suponen un nuevo abanico de posibilidades para
el arte contemporáneo, y un nuevo objeto de estudio para la sociología del arte. En La era
neobarroca (1987), Omar Calabrese pretende aglutinar todas estas manifestaciones en una
“estética social” basada en el gusto común presente en la expresión y comunicación de
estas nuevas tipologías, independientemente de su función y cualidad. 26
Críticas
La sociología del arte ha recibido diversas críticas provenientes de variados sectores, desde
la propia Historia del arte o la misma sociología, hasta la filosofía o la antropología. En
especial, las críticas han incidido especialmente en la escuela marxista: Hauser fue criticado
por su intento de formular una teoría universal que integrase el estudio del arte en el
contexto de un análisis holístico sobre el ser humano, sin detenerse a analizar la obra de
arte en sí misma –su estructura, significado o relevancia artística–. Su obra Historia social
de la literatura y el arte fue duramente criticada por Ernst Gombrich, que señaló las
deficiencias de su enfoque teórico y metodológico, así como la superficialidad y falta de
rigor histórico de muchas de sus formulaciones. Se critica a Hauser la rigidez de un
determinismo que sólo encuentra en el arte un producto de las condiciones socio-
económicas. De igual forma, Nikos Hadjinikolaou fue tachado de mecanicista, por negar el
talento creador de los artistas, sin lugar para la improvisación o la innovación, o cualquier
circunstancia espontánea e improvisada en el devenir del hecho artístico. Antal, sin ser tan
dogmático, fue igualmente criticado, aunque por lo general se considera su estudio como
una valiosa aportación a la Historia del arte.27
La sociología del conocimiento consiste en el estudio de los orígenes sociales de las ideas
y del efecto que las ideas dominantes tienen sobre las sociedades (comparar con la historia
de las ideas).
Escuelas
Karl Mannheim
Los filósofos políticos Karl Marx (1818–1883) y Friedrich Engels (1820–1895) afirmaron
en Die Deutsche Ideologie (1846, La ideología alemana) y en otras obras que la ideología
de la gente, incluidas sus creencias y opiniones políticas y sociales, derivaban de sus
intereses de clase, y más en general en las condiciones sociales y económicas en que vivían:
"Es el hombre, quien en el desarrollo de sus intercambios materiales, cambia, junto con su
existencia real, su pensamiento y los productos de su pensamiento. La vida no está
determinada por la conciencia, sino que la conciencia lo está por la vida" (Marx-Engels
Gesamtausgabe 1/5).
Para Schutz, era importante poner entre paréntesis las cuestiones fácilmente asumidas sobre
la vida para poder entender correctamente el mundo vital de aquéllos entes sociales
estudiados.
Michel Foucault
Por último, en Las palabras y las cosas (1966) y en La arqueología del saber (1969),
Foucault introdujo los conceptos abstractos de mathesis y taxonomía. Según él, estos
conceptos transformaron los estudios, propios de los siglos XVII y XVIII, sobre "gramática
general" convirtiéndolos en la moderna "lingüística", la "historia natural", en la "biología"
moderna, y el "análisis de la riqueza", en la "economía" actual. Todo ello, apuntó Foucault,
sin pérdida de sentido. El siglo XIX transformó lo que había sido hasta entonces el
conocimiento.
Quizá la más famosa y controvertida afirmación de Foucault ha sido que, según él, antes
del siglo XVIII, "el hombre no existía". Los conceptos de humanidad y de humanismo
fueron invenciones o creaciones de esta transformación acaecida en el siglo XIX. Del
mismo modo, se introdujo un prejuicio o sesgo cognitivo en la ciencia, al conceder total
confianza a la capacidad del científico individual para ver y representar las cosas
objetivamente. Este estudio aún sirve de guía para la sociología del conocimiento y se
considera que está en el origen del postmodernismo.
Bruno Latour
Bruno Latour es un sociólogo de la ciencia francés, conocido por sus obras Nunca hemos
sido modernos, La vida en el laboratorio y La ciencia en acción, que describen el proceso
de investigación científica desde la perspectiva de una construcción (constructo) social,
basada en la observación de campo del trabajo de los científicos.
Literatura de Referencia
Puede verse de Emilio Lamo de Espinosa, J. M. González García y C. Torres Albero, "La
sociología del conocimiento y de la ciencia" (Alianza Editorial, Madrid, 1994). El
Diccionario Crítico de Ciencias Sociales tienen sendos artículos : 'Sociología del
Conocimiento Científico' y 'Sociología del Conocimiento Formal'. La Enciclopedia
Symploké en su categoría 'Teoría Filosófica de las Ciencias' tiene un artículo sobre la
'Sociología del Conocimiento'.
Los primeros textos en la sociología del deporte aparecieron a principios de los años 1920;
sin embargo, esta sub-disciplina de la sociología no se desarrolló plenamente hasta los años
1960, prominentemente en Europa y Norteamérica. Eruditos de educación física y
sociología formaron un comité internacional para la sociología del deporte (ICSS) en 1965,
conocido actualmente como International Sociology of Sport Association.
Varias universidades enseñan actualmente cursos en sociología del deporte, y cada vez un
mayor número de escuelas ofrecen graduados.
La Sociología del Derecho, es aquella disciplina que estudia los problemas, las
implicaciones, objetivos y todo aquello concerniente a las relaciones entre el Derecho y la
sociedad. A diferencia de la Teoría del Derecho y de la Filosofía política, el principal
problema u objeto de estudio de la sociología jurídica es el de la eficacia del derecho.
La sociología jurídica es para todos, una rama de la sociología general. Para otros, es una
subdisciplina del derecho (En europa se institucionalizo como disciplina). A nivel general,
es una aproximación sociológica al derecho.
Los orígenes de la sociología jurídica pueden rastrearse hasta las obras de los clásicos, a
saber, Max Weber, Émile Durkheim y Karl Marx. Algunos precursores modernos son
Rudolph Von Ihering, Francois Gény, Eugene Ehrlich, Jean Carbonnier, Georges Gurvitch,
Roscoe Pound, Axel Hägerström y Renato Treves. Un desarrollo inigualable le han dado a
la sociología jurídica Max Weber y Niklas Luhmann, especialmente este último con sus
obras Gesellschaft der Gesellschaft y Gesellschaft und Recht, obras que salvo en México y
Chile son aún prácticamente desconocidas en el ámbito hispanohablante.
A nivel mundial, Roger Cotterrell,1 David Nelken,2 Alan Hunt,3 Vicenzo Ferrari,4 Volkmar
Gessner,5 H. Rottleuthner, Gunther Teubner,6 Mathieu Deflem,7 Max Travers,8 Reza
Banakar,9 Boaventura de Sousa Santos,10 Marc Galanter, Yves Dezalay, David Trubek,
Bryant Garth, Brian Tamanaha, Sally Engle Merry, Ronen Shamir, Michael McCann,
Heinz Klug y Jacques Comaille son algunos sociólogos del derecho contemporáneos
reconocidos.
Esta disciplina ha venido expandiéndose y tomando fuerza en los últimos años en América
Latina. Algunos sociólogos del derecho latinoamericanos de gran renombre son Roberto
Gargarella, Eliane Junqueira, Wanda de Lemos Capeller, Carlos María Cárcova, Oscar
Correas, Manuel Jacques, Mauricio García Villegas, Rodrigo Uprimny, Arthur Max y
César Rodríguez Garavito, Camilo Borrero García entre otros
La sociología del lenguaje es una disciplina que nace a fines de la década de 1950 para dar
cuenta de los problemas lingüísticos de los Estados en procesos de descolonización. Los
nuevos estados, independientes de sus metrópolis coloniales, necesitaban liberarse de las
lenguas de la etapa anterior para poder quitar todo resabio colonial. Para eso, aparece la
sociología del lenguaje, que busca intervenir directamente en la lengua mediante políticas y
planificación lingüísticas, llevadas a cabo (principalmente) por el Estado, para poder así
construir una identidad nacional.
Cada formación social desarrolla un tipo específico de relaciones sociales para atender la
actividad laboral que impacta decisivamente en las características de cada sociedad y en la
cultura y forma de vida de sus habitantes. La constitución misma de la humanidad como
especie social está vinculada al desarrollo de relaciones cooperativas en el trabajo. Por otra
parte el conflicto social derivado de las relaciones laborales es una de las cuestiones más
atendidas por la Sociología.
(Yahveh Dios) Al hombre le dijo: «Por haber escuchado la voz de tu mujer y comido del
árbol del que yo te había prohibido comer, maldito sea el suelo por tu causa: con fatiga
sacarás de él el alimento todos los días de tu vida. Espinas y abrojos te producirá, y
comerás la hierba del campo. Con el sudor de tu rostro comerás el pan, hasta que vuelvas al
suelo, pues de él fuiste tomado. Porque eres polvo y al polvo tornarás.»
(Génesis, Cap. 3)
Los griegos de la Edad de Oro pensaban que sólo el ocio recreativo era digno del hombre
libre. La esclavitud fue considerada por las más diversas civilizaciones como la forma
natural y más adecuada de relación laboral. Desde mediados del Siglo XIX, 2 vinculado al
desarrollo de la democracia y el sindicalismo, la esclavitud deja de ser la forma
predominante del trabajo, para ser reemplazada por el trabajo asalariado. Con él emerge
una valoración social positiva del trabajo, por primera vez en la historia de la Civilización.
Para la Sociología del Trabajo el estudio del trabajo va más allá de las "relaciones sociales
de empleo" para concentrarse en el mucho más amplio y complejo concepto de "mundo del
trabajo", abarcador de todas las formas de trabajo y actividad, prestando atención tanto a la
actividad como a la intención para la cual la actividad es llevada a cabo, y llegando hasta el
concepto mismo de "empresa", como esfuerzo colectivo del trabajo. Cuando se llega a ello
estamos en el plano "micro" de la sociología del trabajo, o sea las condiciones y medio
ambiente de trabajo originadas por el plano "macro" que llevan el nombre de CyMAT
(Condiciones y Medio Ambiente del Trabajo) que es una especialidad en la Sociología
Laboral 3
La Sociología presta atención y estudia las implicancias sociales de la relación del trabajo
con la herramienta (técnica y tecnología). Las profundas transformaciones que derivan del
paso del trabajo con simples herramientas individuales (artesanado), al trabajo industrial
con grandes máquinas (maquinismo), al trabajo con computadoras (sociedad de la
información),y el impacto micro que generan, constituyen un permanente tema de estudio
sociológico .
Trabajo humano
Para la Doctrina social de la Iglesia, el trabajo significa "todo tipo de acción realizada por el
hombre independientemente de sus características o circunstancias; significa toda actividad
humana que se puede o se debe reconocer como trabajo entre las múltiples actividades de
las que el hombre es capaz y a las que está predispuesto por la naturaleza misma en virtud
de su humanidad. Hecho a imagen y semejanza de Dios en el mundo visible y puesto en él
para que dominase la tierra, el hombre está por ello, desde el principio, llamado al trabajo.
El trabajo es una de las características que distinguen al hombre del resto de las criaturas,
cuya actividad, relacionada con el mantenimiento de la vida, no puede llamarse trabajo;
solamente el hombre es capaz de trabajar, solamente él puede llevarlo a cabo, llenando a la
vez con el trabajo su existencia sobre la tierra. De este modo el trabajo lleva en sí un signo
particular del hombre y de la humanidad, el signo de la persona activa en medio de una
comunidad de personas; este signo determina su característica interior y constituye en cierto
sentido su misma naturaleza".1
El catecismo expone que "el trabajo humano procede directamente de personas creadas a
imagen de Dios y llamadas a prolongar, unidas y para mutuo beneficio, la obra de la
creación dominando la tierra (cf Gn 1, 28; GS 34; CA 31). El trabajo es, por tanto, un
deber: ‘Si alguno no quiere trabajar, que tampoco coma’ (2 Ts 3, 10; cf 1 Ts 4, 11). El
trabajo honra los dones del Creador y los talentos recibidos. Puede ser también redentor.
Soportando el peso del trabajo (cf Gn 3, 14-19), en unión con Jesús, el carpintero de
Nazaret y el crucificado del Calvario, el hombre colabora en cierta manera con el Hijo de
Dios en su obra redentora. Se muestra como discípulo de Cristo llevando la Cruz cada día,
en la actividad que está llamado a realizar (cf LE 27). El trabajo puede ser un medio de
santificación y de animación de las realidades terrenas en el espíritu de Cristo".
Asimismo señala el Catecismo "en el trabajo, la persona ejerce y aplica una parte de las
capacidades inscritas en su naturaleza. El valor primordial del trabajo pertenece al hombre
mismo, que es su autor y su destinatario. El trabajo es para el hombre y no el hombre para
el trabajo (cf LE 6) Cada cual debe poder sacar del trabajo los medios para sustentar su vida
y la de los suyos, y para prestar servicio a la comunidad humana".4
Se establece que el salario justo es el fruto legítimo del trabajo. Negarlo o retenerlo puede
constituir una grave injusticia (cf Lv 19, 13; Dt 24, 14-15; St 5, 4). Para determinar la justa
remuneración se han de tener en cuenta a la vez las necesidades y las contribuciones de
cada uno. 'El trabajo debe ser remunerado de tal modo que se den al hombre posibilidades
de que él y los suyos vivan dignamente su vida material, social, cultural y espiritual,
teniendo en cuenta la tarea y la productividad de cada uno, así como las condiciones de la
empresa y el bien común'5 El acuerdo de las partes no basta para justificar moralmente la
cuantía del salario.
El Documento de Aparecida (2007) describe (120- 122) la importancia que los Obispos
latinoamericanos otorgan al trabajo señalando que éste se vincula con la creación ya que
"en la belleza de la creación, que es obra de sus manos, resplandece el sentido del trabajo
como participación de su tarea creadora y como servicio a los hermanos y hermanas. Jesús,
el carpintero (cf. Mc 6, 3), dignificó el trabajo y al trabajador y recuerda que el trabajo no
es un mero apéndice de la vida, sino que “constituye una dimensión fundamental de la
existencia del hombre en la tierra", por la cual el hombre y la mujer se realizan a sí mismos
como seres humanos. El trabajo garantiza la dignidad y la libertad del hombre, es
probablemente “la clave esencial de toda ‘la cuestión social’”.
Asimismo señalan que "Damos gracias a Dios porque su palabra nos enseña que, a pesar de
la fatiga que muchas veces acompaña al trabajo, el cristiano sabe que éste, unido a la
oración, sirve no sólo al progreso terreno, sino también a la santificación personal y a la
construcción del Reino de Dios. El desempleo, la injusta remuneración del trabajo y el vivir
sin querer trabajar son contrarios al designio de Dios. El discípulo y el misionero,
respondiendo a este designio, promueven la dignidad del trabajador y del trabajo, el justo
reconocimiento de sus derechos y de sus deberes, y desarrollan la cultura del trabajo y
denuncian toda injusticia. La salvaguardia del domingo, como día de descanso, de familia y
culto al Señor, garantiza el equilibrio entre trabajo y reposo. Corresponde a la comunidad
crear estructuras que ofrezcan un trabajo a las personas minusválidas según sus
posibilidades".
Alabamos a Dios por los talentos, el estudio y la decisión de hombres y mujeres para
promover iniciativas y proyectos generadores de trabajo y producción, que elevan la
condición humana y el bienestar de la sociedad. La actividad empresarial es buena y
necesaria cuando respeta la dignidad del trabajador, el cuidado del medio ambiente y se
ordena al bien común. Se pervierte cuando, buscando solo el lucro, atenta contra los
derechos de los trabajadores y la justicia."
Para conseguir este trabajo decente, uno de los instrumentos que los Servicios Públicos de
Empleo deben mantener, desarrollar y profundizar son los "Itinerarios Personalizados de
Inserción", como forma de atención personalizada que gestione las políticas activas de
empleo de forma mas efectiva y afectiva. Durante la década de los noventa y la primera del
siglo, buena parte de las economías europeas, empujadas por el cambio tecnológico,
experimentaron una profunda reestructuración. La globalización, la irrupción de la sociedad
de la información, de las nuevas tecnologías de la comunicación y la aparición de una
nueva relación capital/trabajo, aceleraron la terciarización de la economía y,
definitivamente, hicieron desaparecer la industria pesada y gran parte de la manufacturera.
En consecuencia se desencadenó una dramática reasignación de recursos productivos de un
sector a otro. Por supuesto, también humanos y laborales. Millones de trabajadores
engrosaron las filas del.desempleo. Estamos ante una nueva modernidad (Beck, 2006). Una
sociedad construida en torno a un orden post-tradicional. en la que el individuo se ve
sometido a la influencia de un entorno cada vez más amplio, global, sujeto a las
consecuencias de sucesos e influencias remotas, que le afectan como si fueran muy
próximas. El trabajador se torna móvil, se desvincula de los horizontes más cercanos,
aunque aún mantenga vínculos poderosos con instancias, locales, familiares o comunales,
se desconecta de una geografía conocida y de la experiencia de generaciones anteriores. La
sociedad y por supuesto el mercado de trabajo, se individualiza. Los trabajadores tienen que
aceptar la movilidad geográfica y funcional como nunca antes lo hicieron. La organización
flexible de la producción les fuerza a un cambio continuo y a la necesidad de asumir
riesgos. Pasamos de la sociedad del trabajo a la sociedad del riesgo, donde se afianza lo
precario, lo individual y lo impreciso. La diferencia entre la sociedad industrial y la
sociedad del riesgo radica en que hemos cambiado la lógica de la producción y la
distribución de riqueza, por la lógica de la producción y la distribución del riesgo.
Considerado el riesgo como las amenazas de un futuro que depende de las decisiones que
tomamos en cada momento presente. Decisiones que son cada vez son más difíciles, más
complejas y requieren más reflexión, información especializada y a menudo apoyo
profesional.(Beck, 2007) La individualización y la flexibilidad del mercado de trabajo se
extienden fruto del fin de la sociedad industrial que conocimos después de la segunda
guerra mundial. El individuo que antes se estructuraba socialmente por su profesión, su
clase y su capacidad de consumo, se ve ahora liberado, pero a la vez obligado a elegirlo
todo, a construir su propia biografía en una especie de bricolage que ensamble, identidad,
carrera profesional y carácter. El trabajador apoyado sólo en su cualificación ha de tomar
decisiones que le permitan adaptarse a un futuro incierto. Lo tendrá que hacer de forma
responsable y autónoma, pero necesitará orientación, información y ayuda experta. Es éste
uno de los síntomas más claros de una sociedad incierta, flexible e individualizada. A este
respecto una propuesta novedosa es la conocida como mercados de trabajo
transicionales. Un nuevo enfoque que ofrece herramientas para la gestión del riesgo a lo
largo de la vida del trabajador. Podemos definir los mercados de trabajo transicionales
como aquellos que permiten y promueven la movilidad del trabajador a lo largo de
diferentes situaciones laborales, entre las que se encuentran transiciones entre el empleo y
el desempleo, diferentes empresas, ocupaciones, tipos de contrato, trabajo remunerado o
voluntario. Se trata de una visión del mercado en términos de flujos y no de stocks, que
cambia radicalmente la concepción de las políticas del estado de bienestar y por supuesto
de las políticas de empleo, que ya no podrán concebirse como programas sino como
acompañamientos.(Mercader, 2009)
Origen
El concepto de «trabajo decente» fue acuñado por Juan Somavía, en su primer informe
como Director General de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en 1999.
El término fue introducido como respuesta al deterioro de los derechos de los trabajadores
que se registró mundialmente durante la década del 90, como consecuencia del proceso de
globalización y la necesidad de atender la dimensión social de la globalización.
El trabajo social en sus distintas expresiones se dirige a las múltiples y complejas relaciones
entre las personas y sus ambientes. Su misión es facilitar que todas las personas desarrollen
plenamente sus potencialidades, enriquezcan sus vidas y prevengan las disfunciones. Por
ello, los y las profesionales en trabajo social, se convierten en agentes de cambio en la
sociedad y en la vida de las personas, familias y comunidades para las que trabajan. El
trabajo social es un sistema integrado y dinámico de valores, teoría y práctica
interrelacionados.
Funciones de los profesionales en Trabajo Social
El trabajo Social en cárceles o dirigido a reclusos juega un papel muy importante dentro de
los ámbitos de actuación profesional de un trabajador social. Las instituciones carcelarias,
según el trabajo social, es un ámbito para la modificación de conductas y la ocultación
temporal o permanente de personas que amenacen la convivencia social bajo un medio
libre, ya que por cierta causal han corrompido la misma. El propósito del trabajador social
con los reclusos es el lograr alcanzar la reinserción social del individuo, ¨con el fin que éste
tome conocimiento e identifique las circunstancias que originaron su conducta delictiva y
las consecuencias derivadas de la privación de la libertad¨ (Acevedo, 2003, p.21) siendo
dicho profesional un componente vital en todo el tratamiento interdisciplinario a el cual los
reclusos están expuestos.
De primera instancia el trabajador social debe tener presente que su trabajo va dirigido a un
sujeto en situación que de igual modo sigue siendo persona y posee dignidad humana.
Dentro de las funciones que lleva a cabo el trabajador social, dirigido al ámbito carcelario
se encuentra (Fuente: Vélez, Z. (1997). Un trabajador social para el nuevo mileno. Rio
Piedras, Puerto Rico: Universidad de Puerto Rico.):
La metodología que utiliza el trabajador social en los casos con reclusos es la siguiente:
(Fuente: Aguilar, I., Chacón, L., González, M., Gozález, R., Jiménez, S., Loaiza, M., Mora,
L., Murillo,F. y Ortiz,J. (2006). La intervención de trabajo social y psicología en la
administración de justicia costarricense. San José, Costa Rica: Editorama.)
Dentro del marco de referencias que el trabajador social tiene que investigar y estudiar para
alcanzar su objetivo:
Otro enfoque a el cual va dirigido los servicios de un profesional de trabajo social dentro de
una institución carcelaria lo es: la socialización institucional o integración adaptativa de la
entrada del individuo a la cárcel. La realidad es que el recluso se enfrentara a la falta de
coherencia interna entre los integrantes de una institución, los intereses contrapuesto,
humana ausencia de coordinación de las actividades y los criterios de compresión del hecho
social que erige en la figura del detenido.(Acevedo, 2003, p.21). De igual modo, la
interacción social y el bienestar mental van de la mano en situaciones que involucren la
privación de la liberta e integración a una institución carcelaria. Un artículo de la revista
academica Social Forum nos plasma un estudio realizado por Research Triangle Institute,
Health and Social Policy Division a hombres y mujeres reclusos con el propósito de definir
su bienestar mental tomando como variantes de estudio su estado civil, posesión de hijos y
apoyo social (interno y externo). Como resultado se mostro que las instituciones carcelarias
en lugar de promover el bienestar mental, las relaciones sociales dentro y fuera de la
institución están asociados con mayores niveles de angustia dentro de su salud mental. Los
más altos niveles de ansiedad y depresión los poseen los reclusos que se encontraban con
relaciones matrimoniales y los reclusos con mayor nivel de hostilidad eran aquellos que
mantenían relaciones sociales dentro de la cárcel. Dicho estudio es una prueba
indispensable de la necesidad de todo recluso de contar con ayuda de un trabajador social
que le brinde herramientas para su convivencia e integración en la institución junto con
otros reclusos.
El estado actual de Trabajo Social en torno al desarrollo profesional, se caracteriza por dos
insumos, por una parte, se incorporan diversos elementos a partir de diversos programas de
investigación sociológica, antropológica, filosófica y psicológica; que han logrando
ensamblarse transdisciplinariamente, a partir por los esfuerzos realizados por parte de
investigadores e investigadoras universitarios (as), como también por parte de
investigadores e investigadoras provenientes de otras instituciones, fundaciones, ONGs, o
agencias de servicio social.
Por otra parte, la praxis profesional permite una retro-alimentación de las investigaciones
universitarias o institucionales. No obstante, estos dos insumos han marcado una brecha
entre la información obtenida a través de la práctica profesional y las eruditas
investigaciones institucionales.
Trabajo social puede ser considerado como transdisciplina cuyas propiedades definitorias
emergen a partir de la convergencia teórica y metodológica de diversas y variadas
disciplinas de raigambre subjetual e histórico - subjetual,5 en el contexto de la praxis
profesional de diversos gremios en distintos momentos históricos y ubicaciones
geográficas. Las propiedades emergentes de esta transdisciplina, definen sus sujetos-
objetos, sus finalidades, sus métodos y metodologías, sus jergas y terminologías
especializadas. Sus referentes se orientan integralmente tanto a las personas, grupos o
sociedades objetivas (su dimensión óntica), como a los fenómenos en torno a las
dinámicas subjetivas de las personalidades individuales, o a las dinámicas intersubjetivas de
actividades grupales, organizacionales o institucionales (su dimensión ontológica).6
Se diferencia sustantivamente de otras praxis profesionales, por lo que delimita sus propios
sujetos-objetos (dimensión óntico-ontológica), sus modos, métodos y metodologías
(dimensión epistemológica) y sus niveles de discurso, jergas y terminologías especializadas
(dimensión gnoseológico-cognoscitiva). En su aspecto teorético-cognoscitivo, tiene las
propiedades de una ciencia histórico-subjetual, que emerge transdisciplinariamente 10 en el
contexto de ciencias históricos subjetuales como la psicología, la antropología, la
sociología, la politicología, la antropogogía;11 tecnologías subjetuales12 como las
intervenciones psicoterapéuticas, la gestión institucional, la salud ocupacional, el derecho
laboral, civil y familiar; alcanzado sus propiedades diferenciantes que le dan la autonomía
disciplinaria. En su aspecto de transformación e intervención sobre las estructuras sociales
objetivas (ónticidad) y en las intersubjetividades dinámicas de las intersubjetualidades
sociales (ontologicidad), tiene las propiedades de una tecnología subjetual y que es la
dimensión que surge como un producto histórico de la praxis disciplinar y cuya validez se
logra en el contexto de acciones comunicativas intersubjetivas.
Las dos raíces más determinantes en el desarrollo de la profesión, han sido la de origen
europeo, de influencia Belga, Inglesa, Francesa, Alemana e Italiana, como por otro lado, y
con diferencias sustantivas, se halla la tradición estadounidense, la cual ganó hegemonía
posterior a la Segunda Guerra Mundial. No obstante, diversas formas de asistencialismo
social han estado presentes en otros momentos históricos y por otras tradiciones culturales
no occidentales.
El debate en Latinoamérica
Eduardo Galeano.
Eduardo Galeano inicia su Las venas abiertas de América Latina con una descriptiva
pintura de la cruenta historia de América Latina: "La división internacional del trabajo
consiste en que unos países se especializan en ganar y otros en perder. Nuestra comarca del
mundo, que hoy llamamos América Latina, fue precoz: se especializó en perder desde los
remotos tiempos en que los europeos del Renacimiento se abalanzaron a través del mar y le
hundieron los dientes en la garganta. Pasaron los siglos y América Latina perfeccionó sus
funciones. Éste ya no es el reino de las maravillas donde la realidad derrotaba a la fábula y
la imaginación era humillada por los trofeos de la conquista, los yacimientos de oro y las
montañas de plata. Pero la región sigue trabajando de sirvienta. Continúa existiendo al
servicio de las necesidades ajenas, como fuente y reserva del petróleo y el hierro, el cobre y
la carne, las frutas y el café, las materias primas y los alimentos con destino a los países
ricos que ganan consumiéndolos, mucho más de lo que América Latina gana
produciéndolos[...] Es América Latina, la región de las venas abiertas. Desde el
descubrimiento hasta nuestros días, todo se ha trasmutado siempre en capital europeo o,
más tarde, norteamericano, y como tal se ha acumulado y se acumula en los lejanos centros
de poder. Todo: la tierra, sus frutos y sus profundidades ricas en minerales, los hombres y
su capacidad de trabajo y de consumo, los recursos naturales y los recursos humanos. El
modo de producción y la estructura de clases de cada lugar han sido sucesivamente
determinados, desde fuera, por su incorporación al engranaje universal del capitalismo".
Antonio Gramsci.
En pleno contexto de la denominada Guerra Fría, que de fría tuvo poco en Latinoamérica,
surgen propuestas no tan conservadoras, como: un proyecto “gramsciano” iniciado a fines
de los años 60 en Brasil, paralelo con el movimiento de reconceptualización que busca
romper con la hegemonía del asistencialismo de inspiración católica, y que se profundizan
durante los años setenta junto a la lucha de diversos movimientos sociales contra el régimen
militar y después durante la transición democrática iniciada en 1984.
(PEPO), concebido como una herramienta discursiva para la lucha política dentro de la
profesión (tanto en los ámbitos académicos, sindicales como institucionales) y como una
intervención en la realidad.
La primera verificación, por ende, es que la autocrítica se torna imposible, privada por la
fragmentación de cualquier posibilidad de discurso unitario. Asimismo, la desaparición de
los mitos de totalidad: el proletariado, la revolución y la sociedad socialista, transforma el
recurso al historicismo en una simple cuestión de fe en una forma de intervención histórica
sobre lo real.
La fuente de las opiniones de José Paulo Netto sobre la violencia históricamente necesaria
para la construcción del socialismo, se encuentra en György Lukács. Marco Baldino28 ha
señalado: "... Según Lukács con la revolución de octubre tendrían "...nacido los
fundamentos materiales del marxismo para la real construcción científica tantas veces
requerida por Engels y después también por Lenin en los Cuadernos Filosóficos. La
inmensa culpa histórica del estalinismo está no sólo en haber dejado inutilizada esta
construcción científica, sino en haberla hecho retroceder." Baldino continúa:29 "En su
esencia, la culpa histórica del estalinismo no estaría en los dieciséis millones de muertos de
que habla, por ejemplo, Foucault, sino en el hecho de que Stalin (para
Lukács)[...]"obstaculizó la tendencia que habría sido capaz de esta construcción científica".
Las raíces políticas de los fundadores de la corriente y sus epígonos, están clavadas en los
iconoclastas argumentos de M.Foucault,30 iniciando con su perspicaz crítica al "marxismo
de los partidos" [...] "definido por los partidos comunistas, que son los que deciden cómo
usted ha de usar a Marx para lograr que ellos lo declaren marxista",31 a partir de la cual,
impugna el denominado "stalinismo post-stalinista, que al excluir del discurso marxista
todo aquello que no sea una repetición temerosa de lo ya previamente dicho, no permite
develar dominios inexplorados [...]. El precio que los marxistas pagaron por su fidelidad al
viejo positivismo fue el de una sordera radical a toda una serie de cuestiones planteadas por
la ciencia",32 concluyendo que: "La concepción del papel de la violencia estalinista es
paradigmática. No estoy descubriendo nada. Sólo informando de una realidad que es
conocida en el mundo todo hace mucho tiempo".33
Estos juicios de Foucault, han sido fielmente corroborados en las narraciones realizadas por
Aleksandr Solzhenitsyn, escritor, historiador y Premio Nobel de Literatura ruso,34
develando los horrores del genocidio estalinista, en su obra: "Archipiélago Gulag",en la
cual analiza el sistema de prisiones soviético, el terrorismo y el papel de la policía secreta.
Solzhenitsyn enumeraba las atrocidades de un Estado enfrentado demencialmente a su
propio pueblo casi desde sus inicios. En uno de los momentos de mayor esplendor del
gulag, hacia 1936, había unos cinco millones de prisioneros que componían lo que Franz
Kafka hubiera llamado " la colonia penitenciaria". Un número que aumentó año tras año
hasta la muerte de Stalin, en 1953. En total, entre 1928 y el fallecimiento del "Padre de los
pueblos", entre 40 y 50 millones de personas fueron enviadas a cumplir condenas en lo que
metafóricamente denominó Solzhenitsyn archipiélago de campos de trabajo repartidos por
toda la URSS. Aproximadamente la mitad de ellas nunca regresaron.
Ese intento de Lukács, partiendo desde sus presupuestos éticos, de fundar una "ontología
del ser social"; se convierte en un claro remanente, que lo vincula a la visión de mundo, de
la era más dura del autoritarismo estalinista-hitleriano,43 cuando Martin Heidegger, en su
eufórica pretensión de convertirse en "Führer del Führer",44 evidenciada en su obra "Ser y
Tiempo", explicita que: "el Dasein (-Ser ahí, o simplemente el Ser -)auténtico debe ser
entendido como Comunidad (Gemeinschaft), como Pueblo, y que éste debe elegir él mismo
"a su Héroe" con el fin de "volverse libre para la continuación del combate". 45 Además,
Heidegger acuña también el término: "Volk Sein"(-ser del pueblo-), expresión de la que es
posible encontrar múltiples similitudes con diversos conceptos de Lukács; tanto con la
noción "conciencia de clase"' 46 en la etapa temprana de su obra, como la noción de "ser
social" en su última etapa.47
Entonces, el rol del profesional se enmarca de una manera no muy clara, en desempeñar
una "resistencia" a lo interno de las instituciones sustentadoras del "status quo" del
capitalismo monopólico, como solución a las situaciones de explotación en el contexto de
las tensiones de capital - trabajo; reduciendo de esta manera a los y las profesionales en
Trabajo Social en una especie de "guerrilleros institucionales" o en el mejor de los casos en
beligerantes líderes sindicalistas o ecologistas, que sin una estrategia clara, sin una
formación técnica sólida, sin una propuesta que rompa con la visión ética de mundo
conservadora, terminan o por ser expulsados (as) o por ser asimilados (as) por los sistemas
institucionales concretos. Por lo tanto, si se propone la "resistencia" como solución, es
porque institucionalmente los capitanes de la erudición de las tribus universitarias, no han
sido capaces de deconstruir69 las fisonomías espectrales de su propio conservadurismo, por
lo que sus propuestas surgidas en el contexto de una endogamia académica —y
continuando con la metáfora de Foucault— terminarán: " provocando unas cuantas
ondulaciones superficiales, pero que no son más que tormentas en un vaso de agua".
El trabajo social es resultado de las transformaciones del capitalismo, cuando este alcanzó
su estadio monopolista.
Las tareas asignadas al Estado en este escenario histórico, lo lleva a demandar cuadros
profesionales operativos para la “neutralización” y control de la “cuestión social”.
Por medio de políticas sociales, el Estado opera en función de los intereses del capital, de
los capitalistas. Este tipo de maniobras promulgadas desde los poderes estatales, busca la
manipulación de las demandas de los diversos estratos sociales, en especial de la clase
trabajadora. Este tipo de ingeniería social, requiere ejecutar procesos por etapas,
partiendo del diseño planificado de las políticas sociales, de su implementación y de su
control permanente. Para lograr esto se demanda recurso humano especializado, y este es
el rol que se le asigna a la disciplina de Trabajo Social, haciendo un énfasis en su dimensión
de tecnología subjetual, que se convierta en sus profesionales en in tipo de ingenieros
sociales, que diseñen y ejecuten la planificación de las políticas sociales requeridas por un
Estado que se sustenta en una economía capitalista monopólica.
Entre los cuadros profesionales demandados en relación con las políticas sociales y con la
“cuestión social”, se reconoce al Trabajo Social, profesión que históricamente había sido
configurada por ciertas prefiguraciones, las cuales son capturadas por el Estado, u
organizaciones privadas de formación, donde se tecnifica, normatiza, sanciona y
encomienda a ciertas labores esencialmente interventivas.
Los profesionales de esta área se encuentran al igual que otras personas trabajadoras -
especialmente mujeres- dentro de las dinámicas de la tensión: capital - trabajo,
manifiestas en las condiciones de explotación y asalariamiento. Entonces, este tipo de
recurso humano, como tecnólogos subjetuales, participan en la reproducción del capital,
en especial como práctica mediatizadora para extraer de plusvalía, moralización, control y
“refuncionalización”.
En Iamamoto (1992)75 se establece el estudio de la profesión del Trabajo Social inserta en
la división sociotécnica del trabajo; por lo que la profesión de Trabajo Social se caracteriza
por:
1. Ser reconocida en la división social del trabajo, y tiene como referente el desarrollo
capitalista industrial y la expansión urbana.
2. Sus protoformas fueron centralizadas, racionalizadas (influye aquí desde luego la
racionalidad lógico formal abstracta) y, por ende, tecnificadas, incluida posteriormente
como carrera de nivel superior.
3. Su aparición responde a las modificaciones en la “cuestión social”, y de las demandas de la
clase trabajadora (y poblaciones desempleadas), que presentan diversas configuraciones.
4. El profesional en Trabajo Social es una persona con formación intelectual, pero que ha
adolecido de producción de conocimiento científico.
5. Específicamente se ha caracterizado por ser una profesión volcada a la intervención -
especialmente hacia la “cuestión social” - que se apoya en el conocimiento construido por
otras áreas de las llamadas "ciencias subjetuales" e "histórico - subjetuales",
especialmente, para fundamentar su "aplicabilidad".
Otra perspectiva sobre el mismo fenómeno, es presentado por Montaño (1998), 76 para quien
es posible reconocer insumos para la discusión especialmente acerca de la naturaleza de la
profesión, que es entendida en relación con la legitimación del orden y el aumento de la
acumulación capitalista y tiene, según él, una naturaleza y una funcionalidad política y
económica y no altruista como en sus protoformas. Para Montaño (1998), 77 se puede
estimar que:
1. Para profundizar en la génesis-reproducción del Trabajo Social, hay que tener un referente
de totalidad.
2. El Estado genéticamente es el primer y potencial empleador de trabajadores sociales y,
por lo tanto su principal legitimador.
3. Hay una articulación genética entre la profesión del Trabajo Social y las políticas sociales,
que en sus inicios se constituyó en operador terminal.
4. Es frecuente que sus agentes fueran en su mayoría mujeres, provenientes de clase alta y
media alta, reclutadas muchas veces por instituciones de caridad y filantropía, y
posiblemente tuvieron relación con la Iglesia.
5. Las particularidades de los agentes en sus protoformas, se han incorporado en la
aprehensión de su ámbito profesional en función de estos, o sea, se ha llegado a
considerar que la profesión es lo que son sus profesionales.
1. Entre las variables que le son subyacentes a la génesis y reproducción al Trabajo Social se
encuentran la alienación, la contradicción y el antagonismo.
2. Sus orígenes están marcados por el matiz que dieron sus protoformas con rasgos de
humanitarismo y que el Estado protegió dentro de su lógica, para proyectarla como una
profesión con “deseo de servir”.
3. El Trabajo Social no ha tenido una identidad construida por sus agentes, sino que se le
atribuyó por parte de su contratista (especialmente el Estado, quien reconoció y validó la
profesión), donde se identifica la alienación.
4. La Iglesia Católica jugó un papel de protección en los inicios de la profesión, en algunos
países.
Todo ello, permite establecer la conceptualización del ejercicio del Trabajo Social que en
este análisis permitió una mayor aprehensión histórica, por lo tanto: la categoría Trabajo
Social es aprehendida como una profesión que se moviliza entre las mediaciones que se
confrontan en la ontología del ser social y, por ende, en las políticas sociales, como espacio
predominante de intervención, y que forma parte constitutiva de un proyecto económico (el
capitalismo), -en su edad monopólica-, por lo que viene a ser partícipe de la racionalidad
predominante en la vertiente que le da génesis (positivismo), bajo la cual actúa y orienta su
intervención, debido a que es fundamentalmente una profesión interventiva en la “cuestión
social”.
La captura por parte del Estado, especialmente, de las protoformas “de la” profesión, que
posteriormente tecnifica, normatiza, sanciona y direccionaliza, coloca a los profesionales en
condiciones de explotación y asalariamiento, e igualmente que otras personas -en especial
mujeres-, participan en la producción y consumo (y reproducción) capitalista.
Las variables subyacentes en el escenario que le dio origen han sido entre otras la
alienación, la contradicción y el antagonismo, incidiendo en su identidad profesional que es
mediada por el mismo modo de producción que le da génesis.
En relación con la génesis del Trabajo Social, desde la perspectiva del proyecto ético -
político, el estudio de la categoría profesional desde este enfoque, pierde sentido si no es
enlazada a las condiciones históricas que le dan origen, Netto (1992)74 y Iamamoto (1992)79
son dos de los autores que han direccionado especialmente este análisis de la
contextualidad histórica en que se gesta y reproduce la profesión.
Para Netto (1992)80 ya han existido estudios, que sin ser, relacionan el surgimiento del
Trabajo Social con las carencias propias al orden burgués, y las secuelas necesarias de los
procesos que se presentan en la constitución y en la reproducción del capitalismo, en
especial aquellos concernientes al binomio industrialización y urbanización.
Subraya el autor, que si a este señalamiento no le siguen determinaciones más detalladas, la
particularidad de la profesión tiende a diluirse planteándose como una emergencia
inmediata y directa de ese contexto, que postula entonces que por el desarrollo capitalista,
aparece una configuración profesional, que se distingue apenas institucional y formalmente
de la tradición de sus protoformas.
Es, según Netto (1992),81 en el entrelazamiento del Servicio Social con las peculiaridades
de la “cuestión social”, en el ámbito de la sociedad burguesa fundada en el capitalismo
monopolista, que se da su determinación fundamental.
Se apunta, además, que estas ofrecen un mínimo de respaldo efectivo a la imagen del
Estado como “social”, como mediador de intereses conflictivos , pero la presenta de manera
fragmentada y parcializada, pues si se toma, dice Netto (1992),83 como problemática
configuradora de una totalidad procesual específica, se remite concretamente a la relación
capital trabajo en su totalidad.
En la edad del monopolio, las políticas sociales no retiran el componente individualista del
liberalismo, que comprende a la persona como responsable de su destino, y es la persona
quien debe asumir la responsabilidad de su éxito y su fracaso, por lo que los problemas
sociales son convertidos en problemas individuales y privados.
En otro espacio -y no separado del anterior-, es que se reconoce una de las médulas del
desarrollo de la intervención social del Estado en la “cuestión social”, lo cual es el estilo de
pensar lo social al tener al positivismo como norte de análisis, y se entiende, en este caso, el
positivismo, como algo más que una escuela sociológica; es la autoexpresión ideal del ser
social burgués, mediado, desde luego, por la metafísica. Permitiendo ocultar la específica
ontología de las dinámicas sociales intersubjetivas, al ecualizar la forma de entender la
sociedad en relación con la naturaleza, pues al naturalizar “lo social”, se establece
nítidamente la ineptitud de las personas de dirigir la sociedad según sus proyectos, al
plantearla como una realidad ontológicamente ajena a ellas y al aceptar una supuesta
“evolución” , sea cual fuera su sentido. En palabras de Netto al naturalizar la sociedad, la
tradición en cuestión es forzada a buscar una especificación del ser social que sólo puede
ser encontrada en la esfera moral (Netto, 1992: 36).80 Al establecer la “psicologización” de
vida social, esta no se comprende como resultado de las instituciones que componen la
sociedad, sino de un conjunto de dilemas mentales y morales, que deshistorizan y
deseconomizan la “cuestión social”, para dar una conversión de los problemas sociales en
patologías sociales. amor En otro orden, el autor recalca que la historia no es un mero
proceso de requisiciones económicas y sociales que convocan respuestas automáticamente
necesarias, sino que ha sido construida por protagonistas históricos, quienes en su curso se
confrontan con proyecciones y estrategias propias y diferenciadas por fuerzas políticas y
proyectos específicos. El proletariado y la burguesía, como protagonistas históricos, no
agotan el entendimiento de la realidad en que se alcanza el monopolismo capitalista, parece
imposible, por una parte negar la presencia de otros sectores y el reconocer que es
indiscutible detectar proyectos únicos en cada uno de sus territorios.
Con los argumentos anteriores que definen de manera significativa, pero no agotan las
relaciones sociales, es indispensable para un estudio histórico crítico el reconocer y validar
el Trabajo Social como profesión inscrita en la división sociotécnica del trabajo, en el
estudio del capitalismo monopolista, en las modificaciones en la “cuestión social”, y las
particulares de las políticas sociales, lo que también aporta para desvendar el significado
social de esa institución y de las prácticas desarrolladas en su ámbito por agentes
especialmente cualificados, como son los profesionales en Trabajo Social.84 Siguiendo con
la autora citada, debe reconocerse que el Trabajo Social reproduce intereses contrapuestos
que conviven en tensión, tal y como los son las clases sociales, así como otros protagonistas
ahí presentes. Dicha profesión responde tanto a demandas del capital como del trabajo y
solo puede fortalecer uno u otro polo por la mediación de su opuesto, a pesar de muchos
discursos que se orientan por intentar volver capitalistas a todas las personas de la sociedad.
El Trabajo Social, además, participa tanto de los mecanismos de dominación y explotación
como también, al mismo tiempo y por la misma actividad, da respuesta a las necesidades de
sobrevivencia de las clases trabajadoras y de la reproducción del antagonismo en esos
intereses sociales, donde refuerza las contradicciones que constituyen el móvil básico de la
historia, la lucha de clases, que es donde debe ser aprehendido el Trabajo Social como
profesión.
Para referirse al número de parados de la población se utiliza la tasa de desempleo por país
u otro territorio. La situación contraria al desempleo es el pleno empleo.
Además de la población activa, en la que se incluye tanto a los que están trabajando como
al conjunto de los parados o desempleados de un país, la sociedades cuentan con una
población inactiva compuesta por aquellos miembros de la población que no están en
disposición de trabajar, sea por estudios, edad -niños y población anciana o jubilada-,
enfermedad o cualquier otra causa legalmente establecida.
Historia
Aunque en la Edad Media “el problema del desempleo como se entiende hoy aún
no existía”, había desocupados. (La disoccupazione nella storia [El desempleo en la
historia].) No obstante, en aquel tiempo, a la persona que no trabajaba se la tenía por
holgazana o vagabunda. En su libro Idle Hands (Manos ociosas), el profesor John Burnett
explica que hasta el siglo XIX muchos analistas ingleses “identificaban a los desempleados
principalmente con los ‘inadaptados’ y trotamundos que dormían a la intemperie y
deambulaban de noche por las calles”.
El “descubrimiento del desempleo” tuvo lugar a finales del siglo XIX o principios del XX.
Se formaron comisiones gubernamentales especiales para estudiarlo y resolverlo, como la
Comisión Selecta de la Cámara de los Comunes británica para tratar la “Consternación por
la falta de empleo”, de 1895. El desempleo se había convertido en una epidemia.
Tipos de desempleo
Desempleo estructural,
Desempleo cíclico y
Desempleo friccional.
Desempleo monetario.
Desempleo estacional.
Además de estos tipos puede hablarse de desempleo de larga duración, desempleo abierto,
desempleo en iniciadores y desempleo oculto entre los inactivos o trabajadores
desalentados
Desempleo cíclico
Este tipo de desempleo ocurre solo por un ciclo, en este caso, sus consecuencias pueden
llevar a países con instituciones débiles a la violencia y finalmente la desobediencia civil.
En países desarrollados la situación puede provocar vuelcos desde las políticas de Estado
hasta definitivamente la adopción de un sistema económico distinto como pena del
debilitamiento institucional. Un caso de desempleo cíclico ha sido la crisis mundial de
1929.
Para economistas como Arthur Cecil Pigou el desempleo prácticamente ocurría sólo por
razones del ciclo económico, y durante la crisis de los años treinta sostuvo aquello y tuvo
que enfrentar a un duro opositor a su visión económíca neoclasica de parte del economista
británico de la Universidad de Cambridge John Maynard Keynes.
De Cecil Pigou se suele decir que "-a diferencia de Marshall- estuvo a favor de muchos de
los objetivos de los socialistas, aunque se opuso a otros planteamientos, como, por ejemplo,
la existencia de empresas públicas. En cualquier caso, el impacto de sus postulados sólo
captó un interés muy limitado en su momento, ya que a medida que transcurría su vida, su
fama se fue viendo eclipsada por las nuevas doctrinas de su colega en Cambridge John
Maynard Keynes, con quien tuvo más de una polémica".
Desempleo friccional
Se refiere a los trabajadores que van de un empleo a otro para mejorarse. Su desempleo es
temporal y no representa un problema económico. El desempleo friccional es relativamente
constante.
Desempleo estacional
Por una parte, el desempleo estacional es aquel que varía con las estaciones del año debido
a fluctuaciones estacionales en la oferta o demanda de trabajo. Se habla de desempleo
estacional, por otra parte, para referirse al que se produce por la demanda fluctuante que
existe en ciertas actividades, como la agricultura, por ejemplo.
El desempleo de larga duración provoca un efecto negativo sobre la capacidad que tiene el
mercado de trabajo, en el modelo clásico, para restablecer el pleno empleo de forma
automática. En este modelo, el mercado tiende de manera natural hacia el equilibro sin
desempleo, porque ante la existencia de paro, los desempleados compiten con los ya
empleados por los puestos de trabajo disponibles, presionando a la baja los salarios y
restableciendo el equilibrio con una disminución de salario. En el desempleo de larga
duración por el contrario, el mercado se distorsiona ya que este tipo de desempleados no
compiten con los empleados, porque las empresas no los consideran "elegibles", en la
medida en que entienden que no son capaces de sustituir a los que están desempeñando sus
mismas tareas y por tanto no presionan a la baja los salarios y no reconducen el mercado de
trabajo hacia un nuevo equilibrio.
Esta distorsión del mercado de trabajo hace necesario que el Estado intervenga, prestando
una atención especial a este tipo de parados.2
Desempleo abierto
Desempleo en Iniciadores
Son las personas que no estaban trabajando en los últimos 7 días y que si le ofrecieran un
trabajo en ese momento trabajarían, pero no buscaron trabajo en ese periodo de referencia
porque no creen poder encontrarlo, se cansaron de buscar, o no saben dónde consultar.
De cuando en cuando, los países experimentan un elevado desempleo que persiste durante
largos períodos, a veces hasta diez años. Es lo que ocurrió en Estados Unidos durante la
Gran Depresión, que comenzó en 1929. En unos pocos años, el desempleo aumentó
afectando a casi una cuarta parte de la población trabajadora, mientras que la producción
industrial se redujo a la mitad.
Suicidios
Las crisis económicas se acompañan de peor salud (por el aumento del paro y de la
pobreza, y por el incremento de la diferencias entre pobres y ricos) pero no siempre se
acompañan de mayor mortalidad. Las crisis económicas no aumentan las muertes en
general, sí aumentan las muertes por suicidio en todos los países y situaciones. El
desempleo se asocia a suicidio. En España los suicidios están aumentando y son ya la
tercera causa de muerte, tras la mortalidad cardiovascular y el cáncer. En el mundo, el
suicidio es la segunda causa de muerte, tras los accidentes de tráfico, entre los 10 y 24 años.
Se puede evitar el aumento de los suicidios, con el rechazo a las políticas que hacen caer el
sistema de previsión social, la educación, la sanidad, la cultura y el medio ambiente. 3
Tasa de desempleo
Las cifras sobre el trabajo y el desempleo se encuentran entre los datos económicos más
minuciosos y más amplios de un país. Se obtienen mensualmente mediante un
procedimiento conocido con el nombre de encuesta de población activa. Todos los meses se
encuesta a unos hogares con preguntas referentes a su historia laboral reciente.
Ocupados. Son las personas que están realizando trabajo remunerado, así como las que
tienen empleo pero están ausentes por enfermedad, huelgas o vacaciones.
Desempleados. Son las personas que no están ocupadas, pero que han buscado trabajo
activamente o están esperando volver a trabajar. Más exactamente, una persona está
desempleada 1) si no está trabajando y ha realizado esfuerzos específicos por encontrar
empleo durante las cuatro últimas semanas 2) ha sido suspendida de empleo y está
esperando a ser llamada nuevo o 3) está esperando a ocupar un trabajo el mes siguiente.
Además debe declarar que ha hecho un esfuerzo concreto (como acudir a empresas
locales, responder a anuncios de ofertas de trabajo,...) por encontrar un empleo.
Inactivos. Esta categoría comprende el porcentaje de la población adulta que está
estudiando, realizan tareas domésticas, jubilada, demasiado enferma para trabajar o que
simplemente no está buscando trabajo
Población activa. Comprende las personas que están ocupadas y las desempleadas.
La forma en que la política fiscal afecta al empleo es un tema complejo, por lo que es
necesario sopesar cuidadosamente los efectos de incentivo y desincentivo que conlleva la
intervención del sector público. Por ejemplo, un sistema de prestaciones por desempleo
bien diseñado no solo brinda una importante red de protección a la población, sino que,
además, permite a los trabajadores dedicar más tiempo a la búsqueda del empleo más
productivo. Sin embargo puede al mismo tiempo, prolongar la duración del desempleo, lo
que tendría efectos secundarios sobre el potencial de producción de la economía, porque los
trabajadores que se encuentran en una situación de desempleo de larga duración
experimentan una depreciación de su capital humano. Las posibles desventajas de las
prestaciones sociales se observan con más claridad en sus efectos sobre la oferta de factor
trabajo. Con frecuencia se menciona el pago incondicional o ilimitado de prestaciones por
desempleo como uno de los principales factores que desincentivan la búsqueda de empleo.
Este tipo de prestaciones puede, asimismo, reducir las presiones para reformar un mercado
de trabajo ineficiente con altas tasas de paro porque los desempleados disfrutan de esos
beneficios. También los sistemas públicos de pensiones tienen efectos significativos sobre
la oferta de trabajadores. La escasa penalización de la jubilación anticipada, o incluso su
promoción activa, han reducido dicha oferta. Por otra parte, la perspectiva de jubilación
anticipada constituye un desincentivo para que los trabajadores mantengan sus
conocimientos profesionales y participen en un proceso de aprendizaje continuo. Además,
los incentivos a la jubilación anticipada facilitan la eliminación de mano de obra incluso en
circunstancias en que el despido es muy difícil. Como resultado, las empresas que necesiten
reducir su plantilla la recortarían en los segmentos de mayor edad, dándose el caso de que
estos trabajadores pueden ser precisamente los que más experiencia tengan y no los menos
productivos. Las políticas orientadas al mercado de trabajo, si se diseñan y ponen en
práctica adecuadamente, pueden estimular la oferta y la demanda de factor trabajo y, por
consiguiente, la tasa de ocupación. Los programas de formación pueden ayudar a mantener
y mejorar los conocimientos profesionales, reduciendo los desajustes entre oferta y
demanda y el deterioro del capital humano entre los desempleados de larga duración. Otro
desafío que se plantea es la reintegración de los grupos difíciles de emplear, como los
trabajadores poco cualificados, los parados de larga duración o los trabajadores de más
edad.4
Protección laboral
Unión Europea
España
Artículo principal: Desempleo en España.
El gobernador del Banco de España, Miguel Angel Fernández Ordóñez en 2009 considera
que los mecanismos de ajuste laboral "no funcionan de forma adecuada". En su opinión, las
numerosas ineficiencias en el sistema laboral español determinan el "rotundo fracaso" en el
objetivo de reducir el desempleo provocan efectos perjudiciales en el productividad, por lo
que ha insistido en la necesidad de emprender "con urgencia" reformas de las instituciones
laborales. 6 Las palabras del gobernador llegan en medio de la controversia generada por la
propuesta lanzada por la Confederación de Empresarios de Madrid de crear un contrato
contra la crisis con una indemnización de 20 días por año trabajado en lugar de los 45
actuales.7
Estas declaraciones ha suscitado una fuerte polémica.8 Así, el presidente del Gobierno de
España, José Luis Rodríguez Zapatero considera inviable la medida excepcional propuesta,
defendiendo al estado del bienestar frente a esta propuesta de adelgazamiento y recomienda
centrar esfuerzos en los actuales problemas de liquidez del sistema financiero, opinión
compartida con los sindicatos que consideran que la rigidez del mercado laboral sea causa
determinante del desempleo. Sin embargo, durante su presidencia se ha llegado a más de
cuatro millones de parados actualmente.
La crisis económica mundial ha mermado los fondos las arcas públicas de Alemania, Reino
Unido, España y Estados Unidos, por lo que las administraciones públicas, en su
responsabilidad han realizado las medidas que estiman oportunas para equilibrar las ayudas
al desempleo con los ingresos públicos.
En España, tienen derecho a la prestación por desempleo los trabajadores que vengan a
España por haber cesado su actividad laboral en el extranjero. No se realizan cruces con la
Seguridad Social de otros países de la Unión Europea para saber los desempleados inscritos
en España que están trabajando en el extranjero.
Cosechadora de algodón John Deere. La mecanización en el sector primario produjo una enorme
pérdida de empleos durante el siglo XIX y el siglo XX que, en parte, fueron absorbidos por la
creciente industria urbana. La denominada revolución verde, entre 1950 y 1984 aumentó la
producción agrícola y redujo aún más el número de puestos de trabajo necesarios en el sector
primario.
David Anisi señala en su libro Creadores de escasez que ya Keynes en 1936 asociaba la
gestión de la demanda (crisis de demanda - sobreproducción - subconsumo) con el
mantenimiento del pleno empleo y como la presión demográfica requería aumento de la
demanda y aumento de la produccíón para el mantenimiento del pleno empleo. Sin
embargo, indica Anisi, no supo ver que el problema del empleo no salmente estaba
asociado a la demanda sino también al aumento de la productividad que requería
inevitablemente una disminución real del tiempo de trabajo si se quería mantener el pleno
empleo.4 Cuando esta disminución del tiempo de trabajo no se produce se genera un
desempleo estructural sin solución que se convierte en desempleo cíclico indicador de una
crisis económica.5
Para autores como Paul Krugman, Tony Judt, Angus Maddison, Vicenç Navarro y Josep
Fontana, entre otros, la denominada edad dorada del pleno empleo, fundamentalmente en el
mundo occidental desarrollado, se localiza en el período aproximado de 1950 a 1973,
básicada desde el final de la Segunda Guerra Mundial hasta la crisis del petróleo de 1973.
La razón fundamental de esa edad dorada de pleno empleo o gran convergencia en la
igualdad social y económica, fue la prioridad política que se dió al pleno empleo y su
aplicación económica mediante el keynesianismo (Acuerdos de Bretton Woods). Los tipos
de cambios fijo, aunque no rígidos, facilitaron los créditos a escala internacional, las
políticas sindicales se reforzaron y mejoraron las condiciones económicas y la seguridad de
los trabajadores, se produjo un fuerte aumento en el comercio mundial. La ruptura de la
prioridad política del pleno empleo ha dado lugar a una desigualdad de ingresos, la
aparición del desempleo estructural y cíclico que ha sido denominado como la gran
divergencia por el economista Paul Krugman. El pleno empleo facilita la reivindicación,
frente a lo que Marx denominada Ejército industrial de reserva, de la reducción de la
jornada de trabajo. Por tra parte, el desempleo estructural puede también reducirse con un
reparto estructural del tiempo de trabajo.6 7 8
Stiglitz reconoce que un aumento en las horas trabajadas como resultado del crecimiento
demográfico que no redunde en un aumento de la productividad impactará en el nivel de
vida debido a que la mayor renta no tendrá un valor real de consumo por la menor cantidad
de bienes o servicios producidos, según la fórmula (i de crec. de Producción = i de aum. de
horas trabajadas + i de aum. de productividad). En ese sentido, en un contexto de
productividad superior, para mantener niveles de crecimiento de la producción total en
valores de equilibrio, es necesario reducir la jornada, por cuanto resulta económicamente
innecesario sobrepasar dichos niveles de crecimiento estable, en concordancia con una
tendencia al desarrollo sostenible, y en un contexto de estancamiento demográfico. 14
Autores como David Anisi, Guy Aznar, Alain Caillé, André Gorz, Jean-Lousi Laville,
Jacques Robin, Roger Sue, Jeremy Rifkin, Carlos Gabetta,15 16 consideran que hay una
crisis del sistema salarial tradicional como consecuencia del desarrollo de la sociedad
tecnológica actual que han disociado el crecimiento económico de la creación de empleo
haciendo incluso compatible que una disminución del trabajo asalariado se produzca junto a
una alta productividad y crecimiento -al que actualmente contribuye el taylorismo digital-.
También deben considerarse en este contexto los límites ecológicos y productivos de la
Tierra; en este sentido Donella Meadows ha señalado que los límites del crecimiento del
planeta podrían producir un colapsos sociales y guerras climáticas.17 18
Los planes de reducción de las horas de trabajo se consideran sumamente eficaces durantes
periódos de crisis ya que reducen el número de despidos. En Alemania, por ejemplo,
durante la crisis económica de 2008-2011, la estabilidad del empleo se ha logrado en buena
medida gracias a los ajustes en las horas de trabajo gracias al diálogo social y como una de
las medidas para proteger tanto el empleo como la productividad y viabilidad de las
empresas.21 22
La mejora de las condiciones de trabajo como consecuencia de las luchas sociales del
movimiento obrero y el movimiento sindical que, entre otras demandas, siempre han
reivindicado una disminución del tiempo de trabajo como modo de redistribuir los
beneficios (crecimiento de la renta nacional) del crecimiento económico y la productividad.
sociedad industrial
Robert Owen comenzó a partir de 1810 a difundir la reivindicación una jornada de ocho
horas.
En la Tabla 1 puede apreciarse la evolución de las horas de trabajo por año, semana y día
por persona en el Reino Unido desde 1785 al año 2000. En este país se ha pasado en unos
200 años de 3.000 horas anuales a 1.489, prácticamente la mitad; de igual modo ha
descendido el horario semanal y diario, si bien con la advertencia de que los días anuales no
trabajados han ido aumentado y, a la vez, disminuyendo los días laborales semanales, desde
6 días, en algunos desde 7, hasta 5 los días laborales. Puede apreciarse un constante
incremento de la productividad por hora trabajada y PIB per capita y su explosión desde los
años 1950 hasta los 2000 período en el que se ha cuadriplicado y triplicado
respectivamente.
Reducción de la semana laboral
El primer paso para la reducción de la semana de 6 días fue, en los países occidentales, la
implantación del fin de semana inglés que unía la tarde del sábado al domingo (1 día y
medio de descanso).
La extensión de una sociedad de consumo que requiere tiempo para las compras y el gasto
en ocio ha generalizado en buena medida y en todo el mundo la semana laboral de 5 días;
de lunes a viernes en los países de tradición cristiana y judía (fin de semana el sábado y
domingo); de domingo a jueves en la mayoría de países musulmanes (fin de semana el
viernes y sábado).
Para autores como Enric Sanchis en la esencia del capitalismo está la generación de
desigualdades sociales que fueron moderadamente mitigadas durante la etapa fordista -
pacto keynesiano posterior a la segunda guerra mundial- pero que comenzaron a desbocarse
desde la década de 1980 y que no han parado de crecer. Estas desigualdades son cada más
mayores y fragmentan la sociedad dejando una élite muy rica, una parte de la población
trabajando cada vez en peores condiciones y otra en la más absoluta pobreza. 33
En el taylorismo digital se aprecian dos procesos unidos: la reducción del trabajo por la
informatización y digitalización de procesos junto a la deslocalización y abaratamiento del
trabajo.
El taylorismo digital somete a las tareas, hasta hace poco consideradas no mecanizables -de
caracter creativo, intelectual-, propio de las clases medias y muchos profesionales, al
mismo destino que las artesanales. Dichas tareas son codificadas y digitalizadas
consiguiendo que la capacidad humana de decisión y juicio pueda ser sustituida por
programas informáticos con protocolos de decisión establecidos. Además, por su facilidad
de deslocalización y movilidad técnica de los procesos -propia de las conexiones globales
informatizadas- los empleos son fáciles de exportar, cambiar y sustituir.34
Son los países desarrollados los que más van a sufrir el taylorismo digital ya que las tareas
informatizables aumentan día a día y es en los países en desarrollo y subdesarrollados
donde se encuentran salarios cada vez más bajos.
Sociología
Este campo considera las estructuras sociales, tanto cognitivas como materiales. Un ejemplo de
una estructura social cognitiva lo es la institución establecida de la religión y como su operación
afecta la conciencia colectiva. Por ejemplo, los cristianos promedio comparten la disposición de
que la vida humana es un elemento separado de la naturaleza y que matar un feto es incorrecto.
Concurrente-mente, el sistema monetario basado en la competencia posee proponentes que
impulsan ideas tales como que la competencia es el estado social mas productivo del que puede
participar el humano.
Las estructuras materiales por otro lado son muy obvias y existen en la forma de corporaciones y
gobiernos, cada uno teniendo una muy fuerte influencia en la sociedad. Por supuesto, todas las
estructuras materiales se vierten hacia las cognitivas, pues todas deben poseer una ideología tras
ellas.
Ahora, un asunto sociológico común tiene que ver con la naturaleza humana y su efecto en el
sentido colectivo. Por ejemplo, la mayoría de las personas se les ha enseñado que los humanos
somos naturalmente competitivos unos con los otros, ademas de la asumcion de que la
estratificación y las estructuras jerárquicas son también una tendencia natural humana.
De igual manera, en nuestra actual sociedad humana, ocurre lo mismo. Los humanos hemos vivido
el mismo tipo de escasez desde tiempos remotos. Sin embargo, con el paso del tiempo, nuestra
capacidad de crear nos ha llevado a ser más civilizados . A diferencia de los leones, los humanos
somos capaces de crear herramientas y poner en marcha procesos que nos liberan de problemas
particulares, reduciendo así la escasez.
Dado lo antes establecido podemos ver que a un nivel fundamental, si la escasez pudiera ser
erradicada, entonces el comportamiento humano tendría un cambio dramático, moviéndose lejos
de la competencia, dominancia y la estratificacion.
Del mismo modo, las ideologías fuera de contexto que no superan la prueba del tiempo, como lo
es la religión teistica, mantienen el mito de de que los humanos y las sociedades fueron creadas de
cierta manera. Por ejemplo, la iglesia católica predica la ideología de que los humanos nacemos en
pecado .
No hay diferencia entre un bebe Ghandi o un bebe Hitler; es el medio-ambiente lo que moldea la
persona y a su vez la sociedad (y viceversa).
Entonces, un cambio social verdadero vendría si elimináramos las condiciones que causan los
patrones de comportamiento aberrante que contaminan nuestra sociedad. La prisión, policía y las
leyes, son parches que con el tiempo tienden a empeorar la situación.
Por último, tendremos que re-diseñar nuestra cultura si queremos hacer mejoras al
comportamiento humano.