Escritura Cerebro Estilos Aprendizaje PDF
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Introducción
Los autores del estudio, docentes y pedagogos, leen cotidianamente textos manuscritos
de alumnos. La escritura personal es un canal de información, pero también de
comunicación de la personalidad y puede servir para detectar problemas que dificulten
los procesos de enseñanza-aprendizaje. En estas páginas, se revisan estudios sobre
neurociencia y estilos de aprendizaje, y se ofrecen líneas de investigación que coadyuven
a la detección y solución de algunos de esos problemas en el ámbito educativo.
Unido a las manos no podemos dejar de hablar de escritura, del hecho de escribir, acto
que también nos resulta especialmente familiar. Todos tenemos cerca un útil (lápiz,
bolígrafo, pluma, pincel, rotulador, puntero para PD, para tableta,…) y todos hemos
usado alguno de esos útiles de escritura sobre alguna superficie donde hemos dejado
constancia de nuestra actividad gráfica.
Si nos fijamos en las expresiones gráficas de las que tenemos constancia, también
podríamos contemplar el arte, la arquitectura o los avances científicos y tecnológicos. O
atendiendo a la expresión gráfica, podríamos quedarnos en algo tan fundamental como la
escritura en sí misma, en lo que supuso de adelanto y de revolución para el desarrollo de
los seres humanos, también a nivel neurológico.
No vamos a dejar de lado, ni mucho menos, al elemento de la “escritura” como tal, pero
parémonos a reflexionar qué es lo que hacemos y qué es lo que sucede cuando
escribimos, máxime porque decimos que es una forma de expresión. Las letras, las
palabras y los párrafos son ideas que vamos enlazando para comunicar algo que
pensamos o que sentimos y lo hacemos mediante una serie de signos-códigos aceptados
convencionalmente y que deben conocer emisor y receptor para que se dé la
comunicación.
No basta con conocer el vocabulario (signos, código), hay que atenerse y respetar una
serie normas establecidas de gramática, ortografía, sintaxis, giros, licencias, expresiones
coloquiales, etc., que van a dar contenido o, mejor, van a cargar de significado a esas
expresiones que llamamos escritos.
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Habría que poner en valor el sentido del tacto, en la piel en general y en las manos con particular relevancia.
Por tanto, será la actividad de esas redes neuronales distribuidas por toda la extensión
del cerebro (hablando de él en general) las responsables de que seamos capaces de leer,
de escuchar, de decodificar los sonidos y de escribir. En el lóbulo occipital del cerebro
está radicada el área visual, en el área temporal inferior se localizaría la auditiva,
asociadas, lógicamente, a las redes responsables de la motricidad.
El acto de escribir
Estamos tan acostumbrados a escribir que se olvidamos que es el cerebro quien ordena y
la mano la que ejecuta, es el cerebro quien decide y quien hace que se muevan los dedos,
la mano, la muñeca, el brazo o que se acomode el resto del cuerpo.
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Por ejemplo en los garabatos de los niños en etapas pre escriturales. Dependerá de la edad el considerar la intención
comunicativa.
tanto, un claro reflejo de esas tendencias conscientes e inconscientes, de la psiquis de las
persona y que se van a poner de manifiesto en las expresiones gráficas.
R. Luria explica que “la escritura es un acto voluntario, aunque automatizado, que surge
como consecuencia de una actividad cerebral que abarca unas determinadas funciones
interrelacionadas estrechamente”. Esto presupone una actividad cerebral localizada en
zonas concretas y determinadas en los hemisferios que posibilitan la integración de las
imágenes que son percibidas por los sentidos y la posibilidad de reproducirlas.
Juan L. Allende, de una forma didáctica expresa “el acto de escribir como un acto
humano, por lo tanto implica un pensamiento consciente e inconsciente, en el sentido de
que su contenido se va a reflejar en la escritura de una manera simbólica. Desde el
punto de vista del pensamiento: el elemento mínimo del pensamiento es la idea, el
elemento mínimo de la escritura es la letra. Cada letra es por lo tanto la manifestación
simbólica inconsciente de una idea. La unión de dos ideas forman un juicio; la unión de
dos letras y su conexión simbolizan inconscientemente un juicio. La unión de varios
juicios dan lugar a un razonamiento y la unión o desunión de varias letras, nos van a
mostrar nuestra forma de razonar”.3
Las diferencias en el modo de aprender también van a provocar que nos sintamos más
cómodos aprendiendo con un determinado estilo de enseñanza y con las estrategias que
se lleven a cabo para desarrollar determinados objetivos.
3
ALLENDE DEL CAMPO, J.:"Apuntes de Grafopsicología” Ed. Asociación Grafopsicológica. Madrid 1985.
4
MEYNEL A.: “Tratado de Grafocrítica” Ed. Trivium. Madrid 1992.
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Incluso funciona de modo diferente en hombres y mujeres, las interconexiones de los hemisferios van a ser distintas,
etc.
estimuladas o son más sensibles a los modos de recibir información, de procesarla, de
retenerla y, lógicamente, a las maneras de aprender y de trabajar.
La grafología es una ciencia cada vez más usada en las empresas. El análisis y la consulta
a expertos grafólogos puede ayudar también en la educación para detectar, entre otros
asuntos, la personalidad y las competencias más desarrolladas en los estudiantes.
Partiendo de sus conclusiones, los educadores pueden conocer mejor a sus alumnos y
diseñar estrategias educativas que promuevan el desarrollo de sus estilos de aprendizaje.
Estilos de aprendizaje
Es una responsabilidad que ahora compete no solo al docente que presenta los
contenidos, sino al alumno que ha de procesarlos, asumirlos; ha de construir
conocimiento con ellos, desarrollarlos y transformarlos en nuevos conocimientos y todo
ello presentado con nuevos entornos de enseñanza aprendizaje tecnológicos o no,
síncronos o no, ubicuos o no y con un enfoque compartido también con los iguales en
tareas colaborativas en la que cada cual pone en funcionamiento sus potencialidades, sus
conocimientos, su bagaje experiencial. Esto obligará a replanteamientos didácticos y
cambios de metodologías y estrategias6 para adecuarse lo más posible al estilo de
aprendizaje de cada “usuario”.
De acuerdo con Alonso y otros (1994), Guild y Garger (1998), Riding y Rayner (1999a),
Lozano (2000) y García Cué (2006) al hablar de Estilo de Aprendizaje hablaríamos de
un conjunto de aptitudes, preferencias, tendencias y actitudes que tiene una persona para
hacer algo y que se manifiesta a través de un patrón conductual y de distintas destrezas
que lo hacen distinguirse de las demás personas bajo una sola etiqueta en la manera en
que se conduce, viste, habla, piensa, aprende7, conoce y enseña e incluso disfruta de su
ocio.
6
Esta forma de trabajar planteará también formación permanente del docente.
7
Citado por Gutiérrez M. Cué y Melaré en
http://www.uned.es/revistaestilosdeaprendizaje/numero_10/articulos/Articulo05.pdf (pág. 3)
En suma, el término “estilo de aprendizaje” hace referencia al modo en que cada cual
aprende, al método y estrategia que emplea, a sus preferencias, a sus modos de
interacción con otros, compañeros o docentes y a su realidad personal, que en el caso de
los niños incluye los ambientes familiares (afectivo-emocionales), escolares,
socioeconómicos en los que se desenvuelven, culturales e incluso medioambientales.
Son varias las opciones que podemos utilizar para enlazar los EA con la escritura y de
entre ellas, al aplicarlas al aula en general y a Primaria en particular, podemos excluir
algunos modelos, no porque no se puedan aplicar todos los modelos, pero quizás como
explicación de lo que se presenta, sería más fácil reducirlos a dos modelos: el de los
hemisferios cerebrales y el VAK.
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No son recetas, son “herramientas”
De todos es conocido que hay zonas específicas en cada hemisferio que van a ser las
responsables de algunas de las actividades que desarrollamos entre otras la escritura.
Cada hemisferio, podríamos decir que es especialista o que está especializado “más
específicamente” en algunas de las cosas que somos capaces de realizar. Podría
concretarse en que:
Esto va a suponer, por la misma razón, que uno de los hemisferios es más activo, el
dominante. Nuestras habilidades y destrezas van a depender de qué hemisferio sea el
dominante y de nuestras preferencias de pensamiento sin olvidar que ambos hemisferios
son complementarios9. La dominancia o el uso “diferencial”10 va a tener su reflejo en el
modo en que los alumnos procesan la información y adquieren los conocimientos y va a
tener su reflejo en la escritura que a la vez es un reflejo de la forma de pensar, actuar y
elaborar la información de esa persona.. y nos hace ser diestros o zurdos y por eso,
escribir con la diestra o la “siniestra”.11
Dicho así como de gran complejidad para llevarlo al aula de primaria. Vamos a intentar
explicar por qué nos hemos decidido por este modelo en detrimento de otros. Este
modelo es también conocido como VAK aunque el nombre oficial sea el de PNL =
Programación Neuro Lingüística, un modelo formal y dinámico para explicar cómo
funciona la mente humana, cómo percibimos, procesamos tanto la información como las
experiencias. Con esas premisas identificar las estrategias internas que utilizamos es
factible también y con esos registros detectados programar u organizar estrategias de
enseñanza-aprendizaje encaminadas a la mejora de resultados y a la solución de los
problemas de aprendizaje, de los problemas de relación y la solución de conflictos,
mayor eficacia, etc. es posible.
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Exactamente igual sucede con los estilos de enseñanza.
10
Todos somos conscientes de que siempre utilizamos el cerebro, no solo una parte.
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Por oposición a diestro = derecho lo sinestro es lo que no es bueno, que es oscuro,… por eso la tendencia era la de
obligar a los niños a aprender a escribir con la derecha (zurdos contrariados).
Serían las tres letras iniciales de Visual, Auditivo y Kinestésico (cenestésico o
cinestésico)12 que responden a la formas de representación mental de las
informaciones que recibimos (input): vista, oído y el cuerpo (en sí mismo). Podemos
concretarlo del siguiente modo:
Los alumnos A = Auditivos: Una de las características que hacen diferente a los
Auditivos es que los recuerdos – los procesos van organizados de forma secuencial según
un orden. Son más cerebrales por decirlo de algún modo. Cuando se les explica algo
prefieren la forma oral y lo rememoran de la misma manera (hablando – repitiéndolo
mentalmente). El menor error en la secuencia es un problema para los auditivos13. Son
capaces de escuchar y de explicarse, de contar, pero al tener que ir de forma secuencial
le faltará la visión global.
Los alumnos K = Kinestésicos: Cuando algo se aprende a través del uso “del cuerpo”14
se aprende de una forma duradera porque la memoria podría decirse que es “muscular”
(ver definición de kinestésico o cenestésico). Aquello que no se puede “experimentar” les
cuesta mucho aprenderlo. Es más lenta que los otros dos sistemas de representación lo
que no es sinónimo de menos inteligentes. Se encuentran muy cómodos en un
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RAE.es:” Sensación general de la existencia y del estado del propio cuerpo, independiente de los sentidos externos, y
resultante de la síntesis de las sensaciones, simultáneas y sin localizar, de los diferentes órganos y singularmente los
abdominales y torácicos.”
13
Por eso estos alumnos suelen tener más facilidad para la música, para hablar idiomas, …
14
“quien aprendió a montar en bicicleta nunca lo olvida” solemos decir.
laboratorio, en actividades que precisen movimiento, son alumnos “movidos” en el aula,
con facilidad para relacionarse con los demás.
Conclusión
Pensar en la escuela primaria (e incluso en Infantil) supone pensar en niños que han de
ir aprendiendo a desenvolverse, a adquirir conocimientos, a aprender, pero procurando
que cada día sea mayor su autonomía, que cada vez sean mayores los automatismos de
modo que el desarrollo cerebral sea el adecuado.
Si pensamos en los EA, vemos que dan la razón a esta propuesta puesto que la escritura
exige una coordinación visomotora unida, salvo problemas auditivos, a una audición
necesaria, con lo cual se está favoreciendo un trabajo de los tres sistemas de
representación: escuchar, interpretar, y mediante el movimiento, plasmar en un espacio
aquello que se escucha, que se entiende, que se interpreta controlado por la vista.