Ecofeminismo Latinoamericano

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Ecofeminismo latinoamericano

por Celina A. Lértora Mendoza (FEPAI)

El ecofeminismo, que surgió hace unos veinte años de la confluencia de dos corrientes
independientes, la deep ecology y el feminismo, se vincula en América Latina sobre todo a
corrientes anteriores y ya arraigadas: la filosofía y la teología de la liberación. Ello se debe
fundamentalmente a que el feminismo latinoamericano, a su vez, se ha vinculado estrechamente
a estas corrientes y sus temas se han conjugado alrededor de cuestiones relativas a la praxis
concreta de liberación.

El ecofeminismo toma también del feminismo el método hermenéutico de la de-construcción,


aplicándolo al nuevo objeto: la relación hombre-naturaleza y asume más acentuadamente la
vinculación con los movimientos de liberación y de derechos humanos.

Aunque todavía con escaso desarrollo teórico, el ecofeminismo latinoamericano se perfila como una
corriente en crecimiento, que se interesa por los graves problemas ambientales presentes en la región,
sobre todo en relación con el mayor perjuicio relativo que causan a los pobres y marginados, cuyo
hábitat está siendo devastado por prácticas depredadoras y correlativas ideologías perniciosas. Se prevé
así que esta dirección de síntesis entre la filosofía de la liberación y el feminismo, ya presente, se
afianzará también en el ecofeminismo latinoamericano de los próximos años.

l ecofeminismo es un movimiento social que conecta la explotación de la naturaleza y la opresión


de la mujer.

El ecofeminismo propone un cambio a mejor tanto para el ecologismo como para la lucha de
feminista a través de un ingrediente común: el respeto. Cultivando el respeto se promueve la no
explotación de la naturaleza y la justicia para las mujeres. Esto resultaría en toda una
transformación de las relaciones humanas y de estas con el resto de seres vivos.

Mary Mellor (Reino Unido):

"El ecofeminismo es un movimiento que ve una conexión entre la explotación y la degradación del
mundo natural y la subordinación y la opresión de las mujeres. Emergió a mediados de los años 70
junto a la segunda ola del feminismo y el movimiento verde. El ecofeminismo une elementos del
feminismo y del ecologismo, pero ofrece a la vez un desafío para ambos. Del movimiento verde
toma su preocupación por el impacto de las actividades humanas en el mundo inanimado y del
feminismo toma la visión de género de la humanidad, en el sentido que subordina, explota y
oprime a las mujeres".
La motivación principal de este ensayo gira en torno a la búsqueda de respuestas a dos problemas
derivados del avance despiadado del capitalismo neoliberal en América Latina, como el
crecimiento de la exclusión, la desigualdad social y la degradación ambiental.

América Latina históricamente ha constituido un gran atractivo para los países del Norte, debido,
entre otras razones, a la gran riqueza que representa su biodiversidad, lo cual la ha convertido en
una región estratégica para la explotación de sus recursos naturales. Y ¿ los resultados? no han
podido ser otros: deforestación, degradación de los suelos, contaminación del aire, tierra y aguas,
pobreza, desempleo

Las reacciones a ésta situación han sido múltiples y hasta contradictorias, cuando se revisa su
procedencia. Así, por ejemplo, es posible destacar los movimientos sociales que han surgido en el
contexto latinoamericano, entre estos, los ambientalistas y los movimientos sociales de mujeres
que se han conformado para protestar por, entre otros problemas, él deposito en esta región de
desechos tóxicos, la instalación de plantas nucleares, la contaminación que ocasiona la actividad
industrial y los daños a la salud que produce la utilización irracional de biocidas.

Del otro lado, se observa la propuesta del desarrollo sostenible y del involucramiento de las
mujeres como salvadoras del Planeta, consideradas como el sector social idóneo para curar las
heridas del ambiente, olvidándose que hasta ahora las mujeres han sido invisibilizadas,
violentadas y explotadas al igual que la naturaleza. Pretendiéndose ignorar también que han sido
los hombres de los países desarrollados y dirigentes de las empresas transnacionales quienes han
causado los peores daños al ambiente.

El ecofeminismo en América Latina constituye un movimiento de muy reciente data y aún no bien
definido, pero que ha venido conformándose en el transcurso de sus prácticas concretas para
enfrentar las amenazas que sobre la vida de las mujeres y la de sus hijos ha significado el avance
del capitalismo neoliberal, traducido éste en la implantación de modelos de producción y consumo
lesivos a la naturaleza y a los hombres y mujeres, por ser altamente contaminantes y generadores
de pobreza, lo que agrede directamente a las mujeres.

I. El Ecofeminismo vs. Capitalismo Patriarcal: Las Mujeres y la Naturaleza como Ejes de


Violencia y Explotación. El término “Ecofeminismo” fue utilizado por primera vez en
1976 por Francoise D’Eaubonne para definir las acciones desarrolladas por feministas
francesas que protestaban la ocurrencia de un desastre ecológico. Desde finales de los
años 70, y durante la década de los 80 el “Ecofeminismo” describió el activismo
feminismo organizado para proteger el entorno. Estas prácticas feministas surgieron
del imperativo de la vida y la salud humana, de la necesidad de contrarrestar las
agresiones contra el ambiente. No fueron el producto de la puesta en práctica de una
teoría preconcebida. Es así como la protesta del Movimiento Campaña Verde
conformado por mujeres en Kenya y luego en otros países Africanos contra la
deforestación, así como las amenazas de reforestación que estas emprendieron; las
protestas en Inglaterra y México contra el poder nuclear o el de mujeres de Estados
Unidos y Brasil en contra de los desechos tóxicos, ponen de relieve la relación
existente entre la violencia contra la naturaleza, los sectores pobres de la población y
en definitiva la violencia contra la mujer. Son las mujeres las que perciben
directamente y sufren en carne propia los daños que en su salud y la de sus hijos
ocasiona la utilización de substancias tóxicas en sus sitios de trabajo, así como la
contaminación de aguas, tierras y aire o, la deforestación comercial que realizan las
empresas multinacionales, lo que indudablemente afecta también sus cultivos y
disminuye la posibilidad de contar con alimentos sanos.

Por otro lado, el feminismo cultural o radical -que representa una corriente distinta del feminismo
liberal y el feminismo socialista- plantea que el aspecto más importante consiste en determinar y
analizar en qué consiste el resentimiento que está detrás de la dominación del macho sobre la
hembra, por lo tanto es obligado estudiar no sólo los orígenes y el desarrollo del patriarcado sino
los mecanismos que ha utilizado este sistema para mantener las relaciones de dominación-
subordinación que se establecen entre el hombre y la mujer. El feminismo radical conocido como
la lucha de sexos,

Desde la perspectiva ecológica, señala Shiva que existe la tendencia en señalar que la mejor forma
en que las mujeres pueden enfrentar la dominación y violencia patriarcal y lograr su liberación es
ocupando los espacios públicos que tradicionalmente éstas han tenido. (SHIVA, 1996:56

De esta manera se estará a la vez destruyendo los patrones ideológicos-culturales que han servido,
tanto para dividir los espacios en públicos y privados, siendo estos últimos reservados a las
mujeres, como para considerar las actividades de las mujeres como insignificantes, inferiores, no
productivas y sin valor, en contraste con las que realizan los hombres considerados
ideológicamente creativas, productivas y portadoras de progreso y conocimiento.

En tal sentido Shiva señala que el ecofeminismo plantea que, desde el punto de vista histórico,
cultural y simbólico, existen importantes interrelaciones entre la explotación, opresión y violencia
contra las mujeres y la explotación, opresión y violencia contra la naturaleza, siendo que estas
relaciones han sido estructuradas por la sociedad y la ideología patriarcal. No obstante ello, el
ecofeminismo señala que es necesario crear espacios de libertad, donde la diversidad y la
autonomía sean los valores que guíen las acciones de los hombres y mujeres para la construcción
de una sociedad socialmente sostenible

La perspectiva ecofeminista ve en los patrones culturales y simbólicos capitalista patriarcales los


soportes mediantes los cuales se ha justificado la explotación tanto de la naturaleza como de la
mujer. En tal sentido, la cosmovisión patriarcal plantea como natural e inevitable la dominación y
explotación de la tierra, los animales y la mujer
¿Qué es el patriarcado?

La palabra "patriarcado" viene del griego y significa gobierno de los padres. A lo largo de la
historia, el término ha sido utilizado para designar un tipo de organización social en el que la
autoridad la ejerce el hombre como jefe de familia, dueño del patrimonio, y cuya opinión, deseo y
voluntad se cree que es más importante (sino la única) que la mujer (su esposa) y sus hij@s.

El patriarcado sostiene que la idea de superioridad del hombre se extiende a las mujeres de la
sociedad en general. Así, el patriarcado se hace presente tanto en el sistema familiar como en
ámbitos públicos donde el rol de la mujer queda sujeto a los roles que el poder masculino le
asigne.

En lo privado, el patriarcado ha definido los roles que las mujeres deben ocupar en la familia
(realización de tareas domésticas, cuidado de los niños, limitación en sus estudios, etc.) y de esta
manera se ha extendido a la sociedad en el ámbito laboral, político, religioso, cultural y
económico.

Con este artículo nos interesa mostrarte cómo funciona el patriarcado al interior de los hogares,
pues es en el seno familiar donde se desarrolla y conforme vamos creciendo e interactuando con
diferentes grupos sociales, podemos observar cómo se reproducen los patrones del patriarcado en
los distintos aspectos de nuestra vida social: la escuela, la religión, la pareja, las amistades, el
trabajo...

El dinero y las posesiones se utilizan como herramientas del poder patriarcal para controlar a los
demás miembros de la familia. Es común en familias patriarcales la utilización de las posesiones
para alimentar el sentimiento de superioridad y egoísmo y disminuir las necesidades/deseos de la
mujer. El patriarca cree erróneamnete que su esposa e hijas son de su propiedad y por tanto le
compete tomar decisiones sobre su vida. En ocasiones, es tan aceptada esta forma del patriarcado
por parte de tod@s los miembros de la familia que muchas mujeres son quienes legitiman la
superioridad del hombre consultando todo con ellos o pidiendo su opinión para todo.

https://sentiido.com/feminismo-en-colombia-una-historia-de-triunfos-y-tensiones/

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