El Rol de La Magistratura
El Rol de La Magistratura
El Rol de La Magistratura
PROFESIONAL DE DERECHO
TEMA
EL ROL DE LA MAGISTRATURA
Autora
CLAUDIA NOLAZCO GUTIERREZ
CAÑETE – 2018
INTRODUCCIÓN:
INTRODUCCION
Sin embargo como cualquier actividad humana, la Magistratura también tiene sus
tropiezos y errores, y porque no, el Magistrado se encuentra dentro de dicho ámbito y
así como existe la división entre lo bueno y lo malo también existe la división entre
los buenos y malos magistrados. Sin embargo, antes que satanizar los errores es
necesario identificar ciertos factores que contribuyen a la existencia de los mismos, en
la búsqueda de soluciones o aportes a fin de optimizar la administración de justicia.
Pero también será injusto no considerar la valentía con que muchos Magistrados
hicieron frente a los abusos del poder especialmente en las dictaduras. Como no
recordar aquella Sala Penal de la Corte Suprema que fuera descabezada por el gobierno
militar en los años setenta, para dar paso a absurdas instituciones a medida del
gobierno.
EL ROL DE LA MAGISTRATURA
En el día de hoy, donde las condiciones materiales de subsistencia están cubiertas por
el altísimo grado de desarrollo científico y tecnológico, resulta importante sostener que
los nuevos cambios en la educación y en la cultura buscan contribuir al desarrollo de
las potencialidades y capacidades de los ciudadanos.
Debemos reconocer, para no caer en la ingenuidad, que los desafíos del hombre
moderno son inmensos en el terreno económico y moral. Millones de hombres viven
en pobreza y en pobreza extrema, desafiando así los éxitos y los progresos del mundo
industrializado.
Todos estos problemas crean una nueva cultura de valores que no son precisamente
los más adecuados. Nuestra realidad nos hace pensar que:
Estamos en una época marcada por una economía global que se caracteriza por
una creación incesante de riqueza y por una explosión de la innovación
tecnológica que produce desconcierto y una aguda alineación cuando golpea al
individuo común y corriente.
La "patología" de esta economía está determinada muchas veces por demandas
y expectativas imposibles, mejor calidad con precios más bajos y con
innovaciones más rápidas, las que generan formas de estrés sin precedentes.
La dinámica del mundo presiona a la gente para que alcance objetivos cada vez
más altos, en todos los campos del trabajo, en riqueza y estilo de vida. Las
personas tienen que aprender a luchar con esa presión permanente en sus vidas.
Los medios de comunicación y la cultura de masas le están dando un
tratamiento vergonzoso a los negocios. El mensaje que se difunde "usted vive
en el mejor país del mundo, en el mejor momento de la historia, posee un grado
sorprendente de libertad para hacer lo que diera, junto con una oportunidad sin
precedentes de volverse rico y exitoso en tiempo récord", refleja
lamentablemente la pérdida de valores y de conducta ética en que se encuentra
y se forma a gran parte de la población humana.
A pesar de las dificultades que trae la globalización y la nueva economía del mundo,
los pueblos aún atrasados aspiran tanto como los avanzados a la excelencia en el
comportamiento moral, político, material y económico, nadie puede estar en contra de
una calidad de vida mejor.
No hay pues duda en afirmar que en la excelencia ética del magistrado está viva la
justicia y la garantía de una sociedad humana plenamente realizada. Hemos aprendido
en el Perú, por las dolorosas experiencias vividas, que solamente con jueces probos y
honestos podemos enfrentar el desarrollo económico, social y política del país.
El magistrado debe ser un ejemplo vivo tanto en su desempeño personal como social.
No puede tener como divisa central la contraprestación que gira en torno a la
remuneración que espera recibir.
Desde este horizonte es que el magistrado debe propiciar la creación de una cultura de
valores en el entorno en el cual se desempeña, tanto en la familia, como en el trabajo
o en la corte. De esta manera contagiará con su actitud a los demás compañeros de
trabajo y personas allegadas y convertirá su centro de trabajo en un centro de
tolerancia, respeto y justicia.
Crear una cultura de valores supone que el magistrado tenga varios objetivos centrales:
Para llegar a su meta el juez, puede ser audaz, más no temerario. El magistrado no
puede ser imprudente porque lleva sobre sí la responsabilidad de la libertad o del
patrimonio de otros. Como líder ético debe dar el ejemplo en todo momento y ser capaz
de utilizar todas las herramientas a su alcance para el cumplimiento de su función y
así honrar el derecho.
CAMINO DEL LIDERAZGO.
La característica más importante de una persona que busca ser líder, y es el caso del
magistrado, es la integridad. Así como nosotros confiamos en bancos para resguardar
nuestro dinero, los subordinados confían en sus líderes y esperan ser remunerados con
pagos de integridad.
En el caso de que el líder no sea íntegro los subordinados se comportan tal como lo
harían con el banco retirar su confianza y lo dejan sin poder.
El primer paso que debe dar aquella persona que quiere ser líder es aprender a estar
consiente de sí y de los demás, pues éste es un elemento clave para lograr el liderazgo
personal y social. No podemos ser líderes de otros si no tenemos la capacidad primero
de liderarnos a nosotros mismos.
Aristóteles decía: "Tanto la virtud como el vicio están en nuestro poder. En efecto,
siempre que está en nuestro poder el hacer, también lo está el no hacer, y siempre
que está en nuestro poder el no, lo está el sí, de modo que si está en nuestro poder el
obrar cuando es bello, lo estará también cuando es vergonzoso, y si está en nuestro
poder el no obrar cuando es bello, lo estará asimismo, para no obrar cuando es
vergonzoso".
Esta mística profesional, nace del código personal de conducta. En tal sentido puede
describirse como una manera de actuar que es coherente con el conjunto de valores
morales que una persona ha asimilado a lo largo de su vida. Es un modo de ser frente
a los demás que surge de los valores de la persona y de su actitud moral fundamental.
Gary Zukav en su libro "The SEAT of the soul", sostiene que "la verdadera evolución
del hombre viene cuando desarrolla actividades por encima de sí mismo, cuando
servicio desinteresado y gracias a ello deja de pensar sólo en sus beneficios y se
preocupa por los demás. En realidad, para él, "la evolución del hombre no radica en la
tecnología, sino en su nivel de conciencia".