Vino de Mortiño EL ÚLTIMO INCA
Vino de Mortiño EL ÚLTIMO INCA
Vino de Mortiño EL ÚLTIMO INCA
CHIMBORAZO
FACULTAD DE ADMINISTRACIÓN DE
EMPRESAS
ESCUELA DE MARKETING
MARKETING INTERNACIONAL
NOMBRES:
Chinlli Jessica
Carrera Lizbeth
Jhoana LLanga
Daniela Mazón
Noriega Lady
Jadira Oña
Vargas Germania
CURSO: Noveno “1”
DOCENTE: Ing.
FECHA: 29/10/19
TEMA:
ASOCIACIÓN DE PRODUCTORES Y COMERCIALIZADORES DE VINOS DE
MORTIÑO “EL ÚLTIMO INCA”
Reseña histórica
El barrio Quinticusig donde está ubicada la planta cuenta con un total de 80 familias que
se dedican a la agricultura y la ganadería, son familias luchadoras que trabajan con
empeño para salir adelante en la comunidad, pero las familias que pertenecen a la planta
procesadora son solo 22 familias, estas familias son legalmente constituidas ya como
empresas “Asociación de Productores y Comercializadores Agropecuarios de Vino de
Mortiño de Quinticusig” el Vino de Mortiños son elaborados por personas de la
asociación ya que nació en el año 2010 el grupo como comunidad con el Facilitador
enviado por MAGAP. En 2011 Define el grupo, 2012 Forma la Asociación con 17
personas por medio del MAGAP, en 2013 es Legalmente constituido, 2014 La
Asociación es Jurídico en Ambato atreves de la SEPS, 2015 están formado por 20
personas y 2016 La Asociación forma con dos miembros más la cual cuenta con 22
socios. “Nosotros elaboramos el vino de mortiño artesanalmente, nuestro envase es de
color verde contiene 750 ml con etiquetas frontal y contra frontal, con corchos de
madera y con capuchones en la etiqueta indica, el registro sanitario, grado de alcohol,
código de barras nombre del producto, la marca, la dirección, etc. El precio de venta al
público está en $5,00 - $7,00 Dólares americanos” manifiesta Gerente Luis Lutuala, en
el año 2015.
VINO DE MORTIÑO ELABORADO EN SIGCHOS LLEGA A MERCADOS
LOCALES
El azul del cielo que cobija a Sigchos, un poblado de 23.000 habitantes en Cotopaxi,
contrasta con el verde de las praderas que lo rodean. Más arriba, a 4.000 metros sobre el
nivel del mar, está el páramo, con extensos pajonales y pequeños arbustos cargados de
mortiño.
María Catota, Antonio Guayta y Danilo Sigcha caminan presurosos esquivando la paja
hasta llegar a la parte más alta del páramo y de inmediato empiezan a cosechar. Sus
dedos están adaptados para desgranar los mortiños que tienen el tamaño y color
adecuados. Cada uno lleva una canasta de carrizo para recoger el producto.
La Asociación de Productores y Comercializadores Agropecuarios de Quinticusig, al
mando de Flavio Sigcha, levantó una fábrica de elaboración de vino de mortiño, en
Quinticusig, una de las comunidades de este cantón, cuya marca es El Último Inca.
Desde los 12 años, Flavio ha estado involucrado en el área social por la motivación que
recibió del padre Hugo Villavicencio, conocedor del proceso de los quesos Salinerito de
Salinas de Bolívar.
“Él encaminaba a los jóvenes que tengan otro estilo de vida o que sean líderes
comunitarios”, relata. “Los intermediarios nos explotaban; toda la vida fuimos
recolectores de mortiño, pero solo en finados. Yo cargaba una caja de 40 kilos y
caminaba tres horas desde la finca de mi papá hasta el mercado de Sigchos, ahí la
vendía por $ 5. Ellos se llevaban casi toda la ganancia”.
“Eso también me motivó a emprender mi propio negocio”, concluye.
Desde el 2002 hasta el 2005 realizaron investigación y formaron una organización
comunitaria, cuenta, pero no tuvieron éxito.
En 2010, nació la Asociación de Productores y Comercializadores Agropecuarios de
Quinticusig y “comenzamos elaborando una botella de Tesalia de 6 litros de vino, y
poco a poco crecimos. Actualmente, producimos dos mil botellas de 750 ml., cada mes
y el precio en la planta es de $ 6,40”.
Flavio y sus 20 compañeros de la Asociación se dieron cuenta de que la materia prima
era esencial y decidieron cultivar y reforestar plantas de mortiño para aumentar la
producción y preservar el páramo. Ahora disponen de una hectárea de plantas de un año,
pero todavía no están de cosecha.
Además, la Asociación compró 30 hectáreas de páramo por $ 38.000, donde aspiran a
tener unas 30.000 plantas con un rendimiento de un kilo y una producción anual
aproximada de 50.000 botellas.
Hoy, la fábrica necesita 1.000 kilos de mortiño por mes, pero el negocio está en
aumento, y a partir de septiembre próximo se requerirán unos 10.000 mensuales para
cumplir con la demanda de fin de año que se estima en 35.000 botellas.
Flavio asegura que, a partir de que la fábrica empezó a producir, autoridades locales, el
Ministerio de Agricultura y una ONG canadiense ayudaron a consolidarla.
La producción se vende en las tiendas Camari y Salinerito de Quito y Latacunga;
también se distribuye a Cuenca, Lago Agrio, Sacha y todas las tiendas del cantón
Sigchos. La ganancia neta es de 0,84 centavos por cada botella vendida.
Mientras Rocío, Dorila y Flavio terminan de poner corchos, etiquetas, sellos y
almacenan las botellas en las estanterías del almacén, junto a seis barriles de roble que
contienen 200 litros de vino, en proceso de envejecimiento cada uno, Flavio descorcha
una botella y varias copas se llenan del fragante y rojizo vino de mortiño.[ CITATION
Car18 \l 12298 ]
APRENDIZAJE COLECTIVO, LIDERAZGO FEMENINO Y DESARROLLO
COMUNITARIO.
Su historia
Los habitantes de Quinticusig siempre han conocido las cualidades y el potencial del
Mortiño y lo han utilizado durante generaciones. Con el objetivo de difundir y
compartir sus beneficios pero también para crear sus propios medios de vida, en 2012
unas 20 mujeres de esta comunidad decidieron establecer la Asociación de Productores
de Vino de Mortiño, una organización cooperativa que produce un sabroso vino
artesanal; un producto local único, orgánico, rico en nutrientes y en propiedades
medicinales.
El Mortiño es un arbusto silvestre y leñoso, nativo de las tierras vírgenes de los Andes
ecuatorianos. Produce una sabrosa pequeña baya redonda muy conocida por sus
numerosas propiedades medicinales y nutricionales: calma el reumatismo, disminuye la
fiebre, los dolores menstruales y alivia los síntomas de la gripe y las enfermedades
hepáticas.
Algunos datos
Cosechan Mortiño y, con él, producen un delicioso vino dulce al que le han dado
el nombre de “El útimo Inca”.
La asociación cuenta en la actualidad con 28 miembros, en su mayoría mujeres
(18). La mayor parte de sus miembros son mestizos (24), y 4 de ellos, personas
de avanzada edad, son indígenas nativos de la zona.
Esta organización comunitaria se estableció en 2012 y se encuentra registrada en
la Superintendencia de Economía Popular y Solidaria.
Se encuentran en la comunidad de Quinticusig, en el cantón de Sigchos,
provincia de Cotopaxi, en Ecuador.
Además, las botellas de vino producidas por la asociación han sido denominadas ‘El
último Inca’, en homenaje al legado inca de Sigchos. Esta región, lugar en el que esta
empresa cooperativa elabora este delicioso producto, es también la ubicación que ha
albergado los últimos descubrimientos acerca de una construcción Inca muy especial: el
lugar en el que los incas rindieron tributo a Atahualpa, el último emperador Inca, tras ser
asesinado por el ‘conquistador’ español Francisco Pizarro.
En este fase, están trabajando para mejorar sus habilidades administrativas; obtener un
certificado sanitario para poder exportar el vino; equipar y configurar adecuadamente su
planta de procesamiento con el fin de aumentar su volumen de producción hasta 15.000
botellas de vino al año; y colaborar con el proyecto de turismo comunitario que CEF
también está apoyando en la región. La asociación está muy cerca de poder ofrecer una
de las que podrían ser las principales atracciones turísticas de Sigchos: un delicioso
producto local, orgánico, elaborado en el corazón del legado inca de Ecuador.
[ CITATION Comsf \l 12298 ]
EL "ULTIMO INCA" CUENTA CON PLANTA PROPIA
El alcalde de Sigchos, Mario Andino indicó que el impacto del vino de mortiño en el
mercado nacional ha sido positivo, siendo uno de los productos con mayor venta en la
última feria de emprendimiento internacional realizada en el parque la Carolina ciudad
de Quito semanas atrás, ahora se busca que “El Ultimo Inca”, llegue al mercado
internacional, en la ciudad del Cuzco, Perú.
MISIÓN
VISIÓN
Posicionar sólidamente a la Empresa Ultimo Inca hasta el año 2020 dentro del mercado
local y nacional como líder y pionera en la producción de vinos de mortiño y
caracterizarse por una producción que cumpla con procesos de estricto control de
calidad, teniendo un impacto positivo en mejorar la calidad de vida de sus integrantes.
UBICACIÓN
LA FÁBRICA
El vino
El vino es exclusivamente la bebida resultante de la fermentación
alcohólica completa o parcial de uva fresca o de mosto de uva.
Su graduación alcohólica adquirida no puede ser menor de 8.5
%.
El vino de mortiño
Bajar de peso, ya que aporta muy pocas calorías, solo 30 calorías por cada
100grs, de mortiño.
Ayuda a restablecer los niveles normales de azúcar en la sangre en personas con
problemas de hipoglicemia y diabetes.
Combate trastornos digestivos
Contiene ácidos orgánicos, vitaminas A, B, Y C, y sales minerales, que les
confieren propiedades aperitivas, digestivas, remineralizantes, diuréticas y
laxantes.
Disminuir el colesterol.
Ayuda a prevenir distintos de cáncer y enfermedades degenerativas al ser un
antioxidante natural.
Previene infecciones urinarias.
Generalidades del cultivo del interés
En esta parte del estudio se puntualiza de manera general las características más
importantes de la materia prima (mortiño) para la elaboración de vino de mortiño.
El mortiño.
Es una planta endémica y estacionaria conocida también como manzanilla del cerro,
raspadura quemada, blueberry de los Andes y otros nombres. Tiene una producción
escalonada dentro del territorio ecuatoriano por los que también es muy importante e
interesante las poblaciones con paramos que producen este fruto.
Descripción botánica.
Humedad % 83,2
Proteína gr. 0,7
Grasa gr. 0,5
Energía Kcal. 62
Carbohidratos gr. 15,3
Ca Mg. 15,0
P Mg. 13,0
Mg Mg. NA
K Mg. 81
Na Mg. 1,0
Antocianinas Mg. 490
Vitamina C Mg. 14,1
Usos del mortiño.