Efesios 4
Efesios 4
Efesios 4
(Efesios 4:1-3) “Yo pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como
es digno de la vocación con que fuisteis llamados, con toda humildad y
mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor,
solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz.”
Esto requiere que vivamos una vida santa y pura. Muchas veces el
cristianismo es presentado como si nada se requiriera de la creyente; y
piensan que la necesidad de que Dios actúe en la salvación, no deja
lugar para la responsabilidad humana.
Una vida con Dios, y con Su ayuda, es una vida de disciplina y esfuerzo.
Queremos una vida de discipulado, sin disciplina; ¡eso no existe! Solo
buscamos irla pasando, pero el reto es de hacer lo que se debe, y de
vivir una vida digna del llamado de Dios.
¿Será posible que la teología nos pasa por el cerebro, pero que nunca
nos llega al corazón? ¡Eso no sirve para nada!
¿Pero cómo podemos vivir una vida digna del llamado de Dios?
Hace tiempo leí acerca de un pastor que fue elegido como el pastor más
humilde del país. Y su congregación le dio una medalla que decía, “Al
pastor más humilde del país.” Pero ese domingo se la quitaron porque se
la puso.”
Mansedumbre no es una
palabra que usamos todos
los días. Y ser mansa no
significa ser mensa. Mensa
es ser tonta o boba. SER
MANSA, por el contrario,
significa ser bondadosa...
ser dócil, suave. Para
poder ser dóciles o
bondadosas, tenemos que
deshacernos de la
crueldad y la violencia.
En vez de la crueldad, la
falta de interés, y la
violencia que vemos en
nuestro mundo, la Biblia
nos dice que debemos
practicar mansedumbre.
¡Debemos ser mansas! Las
relaciones, entre seres
humanos, no pueden ser
sanas si son a la fuerza o
bajo amenaza.
PAUSA
Algunas cristianas son tan
irritantes y tan pesadas,
que nadie quiere estar con
ellas. Aún cuando tengan
la razón, son
insoportables de todas
maneras. Mansedumbre
conlleva sensitividad... el
deseo de no hacer daño,
de valorar a la otra
persona, por muy pesada
que sea.
Cuando hay
mansedumbre... cuando
hay bondad, las personas
son tratadas con cariño y
ternura.
La mansedumbre es importante EN TODAS NUESTRAS RELACIONES,
incluyendo en el trabajo y en la iglesia, y sobre todo, en el hogar. La
casa debería ser el lugar más amoroso, pero a veces, es a donde más
daño se hace... física y emocionalmente.
Tu esposo y tus hijos... pueden ser destruidos por tus palabras duras e
hirientes... y por la violencia. Todas podemos decir, “Ay, de verdad que
no era mi intención herirte,” pero el daño ya ha sido hecho.
Sin embargo, Pablo nos dice que seamos pacientes con los demás. ¿Pero
cómo? Podemos comenzar por reflejar la paciencia que Dios nos
demuestra a nosotras – Su paciencia es infinita, inmerecida, y
compasiva – y luego, dejar que esa misma gracia, fluya a través
nuestro.
Pablo dice “soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor.”
Para poder tener un amor tolerante, debemos de renunciar a nuestros
propios derechos.
¿No es esto un poco exagerado? Todo esto suena tan pasivo... tan débil.
¿Dónde está ese enfoque a ser fuerte y enérgica, y confrontar a las
personas que necesitan confrontación? ¿Si nos enfocamos en ser
humildes y mansas… no nos pisotearán estas gentes pesadas,
caprichosas, cargosas y egoístas?
Al contrario, este pasaje nos dice claramente lo que debemos hacer para
cumplir el llamado de Dios. Una vida digna del llamado de Dios es una
vida de amistad y cariño, que no puede llevarse a cabo sin humildad, sin
mansedumbre, sin paciencia y amor tolerante.
Estas virtudes no tienen nada que ver con debilidad. Por el contrario,
requieren “fortaleza” y un sentido claro de propósito. El amor busca
justicia... y ama lo suficientemente para confrontar... si no, no es
verdadero amor.
Dos cosas se necesitan aquí: (1) Hablar la verdad con amor, y (2)
Tolerar a otros con amor.
Si tú crees que este tipo de vida es una vida débil y pasiva... mira con
que aplomo y seguridad Pablo les dice a sus convertidos que lo imiten; y
con qué fuerza confronta a Pedro por su hipocresía en Antioquia, y con
qué poder confronta a las iglesias de los Corintios y Gálatas.
ES ESA UNIDAD DEL ESPIRITU, por la cual Jesús le oró al Padre en Juan
17:11, cuando estaba en el aposento alto con sus discípulos, poco antes
de ser traicionado y arrestado…
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Mi tía había organizado una reunión bien bonita y todas mis primas
estaban ahí. De repente una de mis primas me pide que comparta con
ellas acerca de “mi cristianismo… de mi nueva religión.” Yo pensé,
“Gracias, Dios mío, por la oportunidad de compartir con mi familia.”
Así que recuerda, si tú está yendo por ese camino... solo recalcando
errores... CAMBIA... lo único que tienes que hacer es darles a Jesús. ¡El
es el único Redentor del Mundo! ¡No hay vida eterna sin Jesús!”
Pablo nos dice que hay un solo Cuerpo y un solo Señor sobre el Cuerpo –
Jesucristo. ¿Qué pasa cuando no obedecemos Sus mandatos – o cuando
no seguimos Su guía? Terminamos siendo un Cuerpo enfermo.
Pablo escribió en Romanos 10:9, “Si confesares con tu boca que Jesús
es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los
muertos, serás salvo.”
Cuándo los apóstoles le pidieron a Jesús que les enseñara a orar, El les
dijo en Mateo 6:9, “Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás
en los cielos, santificado sea tu nombre.”
Y es el que ascendió más arriba de las estrellas para llenar todas las
cosas. Jesús llena todas las cosas porque El es la fuente de toda
bendición, la suma de todas las virtudes, y el Soberano Supremo sobre
todas las cosas.
Gente quebrantada viene a las iglesias. No con huesos rotos, pero con
corazones quebrados... hogares fracturados... sueños destrozados... y
vidas angustiadas. Cojean con fe fracturada, y si la iglesia opera como
iglesia, es ahí adonde encuentran curación... y consuelo.
¿Por qué? Porque les pareció que la estatua “sin manos” era el mejor
mensaje de que Dios hace Su obra con manos humanas por medio de Su
gente. Dios le da dones, a las creyentes, para que seamos Sus manos,
Sus pies, Su boca.
Por esos Efesios 4:12 dice que ”A fin de perfeccionar a los santos para la
obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo.”
(VV 14) “Para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera
de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para
engañar emplean con astucia las artimañas del error.”
De acuerdo con el Libro de Efesios, escrito tres años después, Pablo les
vuelve advertir acerca de doctrinas falsas. Y si “1ero de Juan” fue escrito
a los Efesios (y muchos teólogos piensan que si), la iglesia todavía
estaba batallando herejías.
Más adelante, cuando el Libro del Apocalipsis fue escrito por Juan, en el
año 95 DC (más de treinta años después), la iglesia de los Efesios seguía
batallando con apóstoles falsos.
El no dijo, “Cada cual puede encontrar a Dios a su manera.” ¡NO! “El que
cree en el Hijo tiene vida eterna.” Y Jesús también dijo en Juan 4:14,
“Mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás.” El no
dijo “Cualquier bebida que tomes es tan buena como la otra.”
Juan Stott dijo, “La verdad se vuelve dura, si no está suavizada por el
amor; y el amor se vuelve débil, si no está fortalecido por la verdad.
Pablo nos pide que unamos la verdad con el amor.”
PARA CONCLUIR