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Cultivando el Alma

Por
Silvia Castellanos

Copyright © 2017 Silvia Castellanos


All rights reserved
ISBN-13: 978-1545170243
ISBN-10: 154517024X

Título: Cultivando El Alma


Autor: Silvia Castellanos
Editor: Ignacio Bárcenas
Diseño: Mayra Reséndiz & Heriberto Flores

Queda prohibida la reproducción total o parcial de este libro sin


previa autorización del autor. Está permitido citar una frase o párrafo
de este libro, siempre y cuando se haga referencia bibliográfica del
autor original.

Para mayor información:


Teléfonos (562) 295-8192 – (503) 2278-8350
Email: [email protected]
DEDICATORIA
A mí amado esposo Alexander Castellanos por su habilidad y
esmero, quien siempre está presto a revisar la redacción de mis
escritos.

A Nelson Garay mi yerno, que semana a semana, anteponiendo


sus muchos compromisos, ha dedicado tiempo para publicar mis
artículos en internet y difundirlos en las diferentes redes sociales.

A mis amadas hijas, Vanessa Castellanos, Ligia Castellanos y


Sara Castellanos, por ser mis primeras lectoras y darme ánimo.

A Dios Padre, al Señor Jesucristo y al Espíritu Santo.

AGRADECIMIENTOS
Un sueño, como de cuentos, pues cuando comencé a escribir
artículos, no era mi intención llegar tan lejos como para publicar un
libro, me fui enamorando de la escritura a tal grado que en mi mente
surgió el deseo que la generación actual y las venideras, puedan
ayudarse por medio de la lectura de Cultivando El Alma .

Expreso mi sincera gratitud a quien de una plática cotidiana hizo


realidad mi sueño de publicar este libro, él es mi hermano y maestro
Ignacio Bárcenas.

Gracias por la decisión al asumir el riesgo de publicar este


primer volumen. Especiales agradecimientos también a mí amado
hermano en la fe Dan C. Coker Ph.D, quien gentilmente estuvo
prestó a escribir el prólogo.
Ha sido mi plegaria, y continuará siendo, que la publicación de
este libro, sea de mucha ayuda y bendición para cada uno de los
lectores, en un mundo donde cada día nos es más necesario cultivar
nuestra alma.

Con eterna gratitud.


Silvia Castellanos
Mayo 2017

CONTENIDO
INTRODUCCIÓN
PRÓLOGO
CAPÍTULO 1
PREPARANDO LA TIERRA
COMO ESTÁ TU CORAZÓN
IGNORADA
¡ME SIENTO SOLO!
EL MIEDO
NO LLORES
NO ME DEJES
INSEGURIDAD
LA FAMA
LA CULPA
¡QUÉ ABURRIDO!
CAPÍTULO 2
SEMBRANDO LA SEMILLA
SALUD MENTAL
N.T.O.C.Y.T.A
LA RISA
LOS TIEMPOS DEL PERDÓN
TEJIENDO ESPERANZA
MUJERES DE VALOR
CAPÍTULO 3
ARRANCANDO LA HIERBA MALA
ORGULLO VERSUS HUMILDAD
CAPRICHOS
NO SE DUERMA
LA DESNUDEZ
VENGANZA
DICEN QUE
EL MAR MUERTO
PREJUZGAR
LA SEQUÍA
A MI MANERA
PECADOS NO CONFESADOS
¿POR QUÉ NO TE CALLAS?
DEFRAUDAR
VELAS APAGADAS
FRÍO Y CALIENTE
EMBOSCADA
LA ERA DEL HIELO
APARIENCIA
MI DEDO ÍNDICE
¿A QUÉ VELOCIDAD QUIERES MORIR?
CAPÍTULO 4
PLANTAS FRUCTÍFERAS
SÉ ORIGINAL
NO CALLES
LA PRUDENCIA
EJERCICIOS
SILENCIO
UN VASO DE AGUA
QUE TODO QUEDE LIMPIO
ASÍ ME GANO LA VIDA
LA BASURA EN SU LUGAR
TRABAJANDO EN EQUIPO
EL MURO
TOLERANCIA
GRACIAS
ME LEVANTARÉ
ESCOGE TU ALIMENTO
EL BORRADOR
DECISIONES
SÍ QUIERO
ESCRIBE
LEVANTO MIS MANOS
HOY ES EL MOMENTO
LA ÚLTIMA PARADA
PRIMEROS AUXILIOS
UNA MIRADA
ACUERDOS DE PAZ
BENEFICIOS DE LA UNIDAD
EL RESPETO A LOS ANCIANOS
CAPÍTULO 5
LA LLUVIA DEL CIELO
ALGUIEN NOS VE
EL ESPEJO
MUJERES DE DIOS
LA ARITMÉTICA DE DIOS
LAS PRIMICIAS
EL SECRETO DE DIOS
LA FAMILIA DE DIOS
RECORDATORIO
LA LEJÍA
DURO MENSAJE
ANTE LA PRESENCIA DE DIOS
EL CLAMOR DE LOS PROFETAS
UN PATRÓN JUSTO
AMAR A DIOS CON LA MENTE
DOCE UVAS
CAPÍTULO 6
SEMBRANDO EN MI PARCELA
ANTES DE CONTRAER NUPCIAS
EL MATRIMONIO
LA CABEZA DEL HOGAR
MIS GEMELAS
AFUERA NO TE CUIDO
MI ABUELA
LA VEJEZ
MI MAMÁ ME ESTÁ VENDIENDO
EL CASTIGO PARA UN MAL PADRE
CAPÍTULO 7
SEMBRADORES
EL MINISTRO DE DIOS
ANCIANO DE DIOS
EL MÉDICO AMADO
TE PRESENTO A UN AMIGO
HIJOS ESPIRITUALES
CUIDANDO TUS OVEJAS
RESTAURAR
BIBLIOGRAFÍA

INTRODUCCIÓN
« Nada se sabe bien sino por medio de la experiencia ». Sir
Francis Bacon. Cultivando el Alma es una colección de artículos,
todos escritos basados en mis experiencias de vida como una mujer
cristiana.

El libro contiene un prólogo, el cual nos introduce en la historia y


pensamiento del autor. El cuerpo del libro se divide en 94 artículos
distribuidos en 7 capítulos.

En cuanto al lenguaje, hay ciertos aspectos que aparecen en el


libro tales como: juegos de palabras, expresiones populares o
palabras más cultas, aparecen también poesías, referencias a letras
de canciones y coros, pero especialmente citas bíblicas, tomadas
de la versión (Reina Valera 1962).

Cada artículo que conforma el libro, contiene un consejo positivo


y reflexivo para el lector, tomando como base el consejo bíblico. El
libro está dirigido a cristianos, pero también a lectores que busquen
cultivarse tanto en el aspecto moral como espiritual.

La Biblia ha sido mi principal inspiración para escribir este libro y


transmitir una enseñanza positiva, con el propósito de cultivar el
alma a mis lectores. Esperando sea de mucha bendición y deje un
importante aprendizaje en su vida , Silvia Castellanos.
PRÓLOGO
Esta colección de artículos es una obra importante que
representa varios años de esfuerzos especiales por parte del autor,
Silvia Castellanos. Su amplia experiencia en el campo misionero ha
sido caracterizada por su muy evidente talento de observar,
describir y aplicar las lecciones espirituales que se pueden sacar de
las experiencias cotidianas de los seres humanos. Es decir, Silvia ha
entendido muy bien que entre todo lo que acontece en la «vida
normal» de uno, Dios provee a Sus hijos la oportunidad de aprender
una lección valiosa y volverse más eficiente y eficaz en su manera
de relacionarse con sus semejantes.

Por lo tanto, a todo discípulo de Cristo le conviene examinar


cuidadosamente cada historia presentada y explicada en los
excelentes artículos escritos por Silvia de Castellanos. Ella tiene un
impresionante «currículum» por virtud de sus años de destacado
trabajo en la obra de relacionarse con los centroamericanos,
enseñándoles formal e informalmente por medio de sus clases,
ejemplo y artículos que hacen al lector pensar en su condición como
hijo de Dios aquí en la tierra.

Por mi parte, considero el escribir este prólogo un gran placer y


honor, porque a Silvia le conozco muy bien, y estoy familiarizado
con la excelente obra realizada por ella a través de los últimos
veinte años. Yo sé que, al lector de esta obra literaria, le será una
gran bendición.

Dan C. Coker Ph.D.

Capítulo 1
Preparando la Tierra
COMO ESTÁ TU CORAZÓN
U n corazón enfermo revela varias manifestaciones las cuales
nos alertan con luz roja que debemos tener una cita con el
Cardiólogo. Podría ser algo tan simple, así como cuando nos vemos
los pies hinchados, esto puede revelar que estamos reteniendo
líquidos, podría ser que nuestro corazón no esté bombeando
suficientemente fuerte la sangre como para arrastrar y llevarse los
desechos fuera de los tejidos.

Cuando tenemos un corazón enfermo, ya sea de odio, de


desprecio, o de todos los frutos de la carne, también estamos en luz
roja. Nos urge tener seriamente una cita con el que puede sanar
nuestro corazón, no podemos andar deambulando por el mundo
ante tales condiciones, no puede usted mi hermano(a) andar
salpicando a la hermandad con su amargura, con su odio que
destila por doquier, arrastrando de esta manera tan fuera de los
parámetros de Cristo a todo el que le preste sus oídos. «¿Aún tenéis
endurecido vuestro corazón? ». (Marcos 8:17).

El famoso cantante George Harrison, expresa en una de sus


canciones, llamada « Give me Love », («Dame Amor»). «Dame
amor, dame amor, dame paz en la tierra, dame luz, dame
vida, libérame desde el nacimiento. Dame
esperanza, ayúdame a hacer frente con esta pesada carga, tratando
de tocar y llegar a ti con corazón y alma».

Esta canción arrancó del público multitud de lágrimas, lo triste es


que a este hombre lo veían como un dios, como sigue sucediendo
con muchos. Qué letra, cómo pudo expresar a plena luz que su
corazón estaba agonizando, igual que el de su público.

¿Porqué, no elevar una oración con un corazón limpio y humilde


ante el Creador de nuestros corazones, suplicándole que sane
nuestro corazón para poder acercarnos a Él? es una verdadera
tristeza espiritual.
Un hombre sabio tiene ojos grandes, orejas grandes y lengua
chiquita. No nos portemos como necios. « Dice el necio en su
corazón: No hay Dios. Se han corrompido, hacen obras
abominables; no hay quien haga el bien ». (Salmos 14:1).

En una de las bienaventuranzas, la cual muchos hemos


disertado a todo pulmón, se deja ver claramente esa limpieza de
corazón de Nuestro Amado Señor Jesucristo. « Bienaventurados los
de limpio corazón, porque ellos verán a Dios ». (Mateo 5:8).

No podremos ver el cielo con un corazón enfermo de pecado,


pero sí podemos limpiarnos para poder gozarnos. Dios no hará nada
si no lo queremos, pero se complacerá cuando con humildad nos
acerquemos a Él.

Los cristianos que hemos obedecido sus mandamientos, somos


de un mismo Padre, tenemos un mismo Espíritu, y nos gozamos en
una misma esperanza. « Y la multitud de los que habían creído era
de un corazón y un alma; y ninguno decía ser suyo propio nada de
lo que poseía, sino que tenían todas las cosas en común ». (Hechos
4:32).

IGNORADA
C uántas veces nos ha pasado esto que por alguna razón
hemos sido ignoradas en el mundo. A mí no me afecta mucho. Sin
embargo, en el seno de la Iglesia dejaría de ser sin sentimientos e
hipócrita el aceptar que no me turba, pero depende del por qué, si
es carnalidad, pues no gasto mis neuronas con prestarle atención.

Pero, qué duro es en el seno del hogar el verse ignorados como


esposos donde no hay ni tema de conversación. Pienso que es un
hogar enfermo con un tipo de cáncer que se va consumiendo poco a
poco: Ojos vemos corazones no sabemos. Bien dicho, cada
matrimonio es una historia.
Cuando puse este título, duro, por cierto, pienso en el día
internacional de la mujer. Cuántos en sus hogares pasan por
desapercibido este día, sin decirle ni una palabra de agradecimiento
a su amada de la juventud, y no solamente esto, asumen demencia
total cada vez que cumplen su aniversario, o cumpleaños, diciéndole
a su esposa que todo es negocio.

No se trata de educación, sino de sentimientos, hay muchos


hogares rotos, sin vida, sin esperanzas por tales actitudes de
simpleza para con su pareja, porque para conquistarle usaron hasta
mentiras, ofreciéndoles la luna y las estrellas, y aquella pobre mujer,
que solamente oía halagos para ella, se las creyó, y ahora es
totalmente ignorada, solo sirve para cocinar, y compartir el salario
que ambos ganan.

Cuánto nos hemos olvidado, del enamoramiento, y se convierten


los hogares en puro ruido. « Si yo hablase lenguas humanas y
angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o
címbalo que retiñe ». (1ª Corintios 13:1).

El Maestro de maestros que es mi guía, halaga a las mujeres sin


importarle su condición, y es capaz de sentarse a dialogar con una
mujer que no era bien vista en la comarca donde vivía. « Venid, ved
a un hombre que me ha dicho todo cuanto he hecho. ¿No será éste
el Cristo? » (Juan 4:29). Sale corriendo llena de alegría, porque ese
Hombre no la ignoró, la hizo sentir bien a tal grado que su vida
cambió totalmente.

¿Realmente nos están amando como Cristo amó a su Iglesia? «


Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la Iglesia,
y se entregó a sí mismo por ella ». (Efesios 5:25). O será que solo
estamos viendo una apariencia ante la Iglesia, ante la sociedad.
Dios mío, cuántas mujeres ignoradas conocemos.
Que Dios ayude a todos los hogares que están viviendo una
vida usando el nombre de Dios en vano. « Sea bendito tu manantial,
y alégrate con la mujer de tu juventud, Como cierva amada y
graciosa gacela. Sus caricias te satisfagan en todo tiempo, y en su
amor recréate siempre ». (Proverbios 5:18-19).

Elevemos todos Juntos como pueblo escogido una oración por


las mujeres del pueblo de Dios y por aquellas que viven humilladas
e ignoradas en todo el mundo.

¡ME SIENTO SOLO!


Q
¡ ué paradoja de la vida! Muchas veces estamos rodeados
de seres queridos, de amigos, y experimentamos la soledad. Un día
en la clase bíblica, vi a un niño, que no estaba prestando atención a
la clase, y me acerqué a él, y le pregunté: ¿qué tienes, sientes algo?
«Me siento solo», fueron sus palabras que brotaban de su corazón,
lo pude ver cuando le vi sus ojitos.

La soledad muchas veces no es buena compañía, le podemos


preguntar a David que en un momento de soledad hizo lo
desagradable ante Dios (2º Samuel 11:2). También a Eva (Génesis
3: 4), que en un momento de separación de su esposo platicó con el
mismo diablo, desatando en todo el mundo un desastre peor que la
bomba de Hiroshima.

Sin embargo, la soledad muchas veces es tan necesaria como


el alimento, evidentemente que todos los sentimientos que
experimentemos deben ser conducidos con sabiduría divina, y por
supuesto con responsabilidad.

Me fascinan las madrugadas cuando solamente puedo escuchar


el canto de los pájaros, y es uno de los momentos en que me deleito
hablando con mi Padre Celestial, el tiempo no cuenta en ese
momento, pues es mi reunión en la cual no hay interrupciones de los
afanes de la vida.
Fue en la madrugada, un primer día de la semana cuando María
Magdalena fue al sepulcro a buscar al Señor de su vida (Juan 20:1).
Y el dulce cantor de Israel, muy temprano se presentaba ante Dios
(Salmos 5:3). Evidentemente que Dios nos ha creado para vivir en
compañía, porque Él dijo que no era buena la soledad para el ser
humano (Génesis 2:18).

No somos Islas como dijo un cantante, que una isla no puede


llorar, y una roca no siente dolor. Usted y yo jamás estaremos solos,
es una promesa cumplida de nuestro Señor Jesucristo, nos dio al
Espíritu Santo. Él no permitió que nos sintiéramos abandonados,
porque Él lo vivió con sus discípulos (Mateo 14:23). Pero su Padre
estaba con Él (Juan 8:16; Juan 16:32).

En nuestras etapas de soledad, no permitamos que


pensamientos vanos invadan nuestra mente, por el contrario, deben
ser momentos en los cuales podamos estar en comunión con el
Padre, con el Hijo, y con el Espíritu Santo que mora en cada una de
nuestras almas. « Por lo demás, hermanos, todo lo que es
verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo
amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo
digno de alabanza, en esto pensad ». (Filipenses 4:8). La soledad
solo es productiva cuando tenemos pensamientos dignos que
glorifiquen siempre el nombre de Dios.

EL MIEDO
Q uién en su vida no ha experimentado alguna vez este
sentimiento que muchas veces nos traiciona y nos hace caer en
situaciones no agradables.

Cuando era pequeña mi abuela me decía que si me portaba mal


el mono me iba a comer, como no era un angelito, sino una
personita de carne y hueso, me aterraba la idea cuando me portaba
mal, al llegar la noche cubría mi cuerpo de pies a cabeza, y así me
dormía, pues no sabía lo que era arrepentimiento.
A lo mejor, usted que lee, su historia es totalmente diferente, en
lo que sí tenemos en común es que de alguna manera el miedo le
ha tocado. Muchas personas le tienen miedo, a algunos animales,
como lo son las ratas, las cucarachas, o miedo a la soledad, la
tristeza, la muerte, etc.

El miedo nos paraliza, a tal grado que nos volvemos impotentes


para accionar. Y es que el miedo, nació en el Edén, y hasta el día de
hoy nos persigue.

Hombres de Dios lo experimentaron y marcó sus vidas. Jacob le


tuvo miedo a Lavan, por eso cuando pensó huir de él no le dijo que
lo haría. Moisés cubrió su rostro porque tuvo miedo de mirar a Dios.
Saúl y todo Israel tuvieron miedo al oír al filisteo Goliat. Los
discípulos tuvieron miedo al no reconocer a Jesús.

David cuando andaba huyendo de Saúl, y al sentirse reconocido


por Aquis, se fingió loco. « Y cambió su manera de comportarse
delante de ellos, y se fingió loco entre ellos, y escribía en las
portadas de las puertas, y dejaba correr la saliva por su barba ». (1º
Samuel 21:13).

Sin embargo, existe un miedo que debe congelarnos porque


tiene que ver con la eternidad, es el miedo a perder nuestra
salvación. Cómo plantearnos esta realidad, ya que la palabra de
Dios nos amonesta a cuidar una salvación tan grande (Hebreos 2:3).

El hombre de Dios tiene a su disposición la solución para mitigar


este sentimiento que debilita, y nuestro Salvador Jesucristo nos
arropa con sus palabras amorosas, Él expresa en (Juan 14:27). «
No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo ». Estamos muy
armados con la coraza del Señor para no sentir miedo, sin embargo,
cuando nos sintamos amenazados por este villano, recordemos las
palabras de Cristo cuando nos dice: « No temáis, manada pequeña,
porque a vuestro Padre le ha placido daros el reino ».
NO LLORES
Q ue tema, tan sublime, saben por qué, porque es propio del
ser humano. Nacemos llorando, y por la vida vamos llorando hasta
llegar a nuestro final, lloramos de dolor, de angustia, de dejar a
nuestros seres queridos.

En lo personal hay tres cosas por las que derramo lágrimas:


Escudriñar la palabra y meditar en ella, por mi familia, y por la
injusticia. Muchas veces consolamos a las personas que están
llorando diciéndoles que llorar es bueno, que el llorar son las
válvulas del corazón, que después nos sentiremos mejor, y
efectivamente así es.

La Biblia está llena de ejemplos de personas que derramaron


lágrimas, por diversas situaciones que vivieron en su tiempo.
Tenemos a Jacob y Esaú después de una larga enemistad se
encuentran y se abrazan se besan y lloraron. Jacob se negó a
recibir consuelo de sus hijos y sus nueras cuando recibió la noticia
de que José había muerto. Y lo lloró, en silencio.
José lloró a gritos cuando reconoció a sus hermanos, a tal grado
que en la casa de Faraón escucharon. De Ana, dice la Palabra que
lloraba y no comía, ella estaba derramando su alma hacia Dios por
la petición que le estaba haciendo. David lloró por su hijo Absalón,
aunque este quería matarle. La hija de Jefté, al darse cuenta que su
padre la había ofrecido a Dios como sacrificio, ella le pidió que
cumpliera su promesa, pero que antes le dejara por dos meses llorar
con sus amigas su virginidad.

Cuántas veces hemos visto llorar a nuestros hijos, y con ternura


les hemos dicho no llores. Estas mismas palabras pronunció
Jesucristo cuando se estremeció al ver llorar a una madre que
llevaba a enterrar a su Hijo Único. « Y cuando el Señor la vio, se
compadeció de ella, y le dijo: No llores ». (Lucas 7: 13).
La mujer que enjugó los pies de Jesús a pesar de ser
censurada, ella le estaba mostrando su adoración, su entrega, su
arrepentimiento, su devoción, a través del llanto. El mismo Jesús, al
experimentar la muerte de su amigo Lázaro, se le desplomó el
corazón, quedando este hecho registrado como uno de los
versículos más cortos del nuevo testamento. « Jesús lloró » (Juan
11: 35). Seremos consolados por nuestro Salvador, es una promesa,
y sus promesas son fieles y verdaderas.

Él nos dice con voz de certeza, de autoridad, de seguridad: no


llores, porque seremos consolados por Él mismo. Lo que nos pide
es que guardemos sus mandamientos (Apocalipsis 21:4). «
Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá
muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras
cosas pasaron ». recordemos esta frase: « Si lloras por no haber
visto el sol, las lágrimas te impedirán ver las estrellas ».

NO ME DEJES
A quí estoy de nuevo con ustedes compartiendo
pensamientos, que nos ayuden a cultivar cada día nuestra alma,
para ser mejores en este nuevo año, que Dios nos concede.

En diciembre del año pasado visitamos una de las montañas de


nuestro pequeño país llamada Cerro Verde. El guía nos mostraba
uno de los árboles del bosque, que se llama « No Me Dejes ». Están
sembrados el uno al lado del otro, muy juntos. Pero en determinado
tiempo uno de ellos enfermó, y el que estaba alentado, alzó una de
sus ramas, lo abrazó y no le soltó, y es así como viven juntos hasta
el día de hoy.

Tal vez esto puede coincidir en que alguna vez le dijimos estas
palabras a alguien que nos iba a abandonar, por algún viaje o
porque una enfermedad nos lo arrebató, quedándonos en cierta
manera con un sabor amargo; y es que desprenderse de algo, o de
alguien, siempre suele ser de mucho dolor.
La Palabra de Dios siempre nos cuenta de personas que dijeron
esas palabras con sinceridad, por eso ella es nuestro oportuno
socorro en tiempos difíciles. Dios constantemente nos está diciendo
no me dejen, no me abandonen, porque Dios sabe que somos
inestables, y que las atracciones del mundo nos perturban y caemos
ante los encantos ficticios que éste nos ofrece. Algunas veces es
necesario dejar algo, o a alguien, como sucede cuando formamos
un matrimonio, ya que este es de dos, la Palabra de Dios nos dice: «
Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su
mujer, y serán una sola carne ». (Génesis 2:24). Pero que el hijo de
Dios se aferra al mundo a tal grado de abandonar a Dios, es una
gran pérdida. « Más vosotros me habéis dejado, y habéis servido a
dioses ajenos; por tanto, yo no os libraré más. Andad y clamad a los
dioses que os habéis elegido; que os libren ellos en el tiempo de
vuestra aflicción » (Jueces 10:13,14).

No me dejes, es muchas veces una súplica que sale del alma


adolorida, por el quebranto, por el dolor, por la tribulación, o por el
simple hecho que amamos, como ese árbol que se aferró al otro
rogándole que no le abandonara. Y nos suenan esas bellas e
impresionantes palabras que brotaron del corazón de una mujer
moabita, que aprendió a vivir con su suegra a tal grado de querer
quedarse con ella solamente para cuidarla, a pesar que su esposo
había muerto. ¡Qué ejemplo, tan sublime! Deberíamos de imitarlo.

Esa mujer estuvo dispuesta a cambiar radicalmente a los dioses


para adorar al único Dios verdadero. « Y Noemí dijo: He aquí tu
cuñada se ha vuelto a su pueblo y a sus dioses; vuélvete tú tras ella.
Respondió Rut: No me ruegues que te deje, y me aparte de ti;
porque a dondequiera que tú fueres, iré yo, y dondequiera que
vivieres, viviré. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios ». (Rut 1:
15,16). Qué vida tan cristalina la de Nohemí con sus nueras, que
una de ellas sin saber los planes de Dios se subió al transporte de la
esperanza, de la seguridad, de la bendición, a tal grado que nuestro
amado Salvador Jesucristo, vino a formar parte de esa decisión de
Rut.
INSEGURIDAD
C omo seres pensantes y hechos para vivir en sociedad,
anhelamos vivir en un ambiente donde queremos sentirnos seguros,
pensamos en un techo que nos cubra de las inclemencias del
tiempo, como la seguridad de un trabajo que nos ayude a obtener
nuestro pan diario.

Qué tristeza me dio escuchar a una madre, expresarse que ella


desearía que su niño no creciera por la inseguridad que como
ciudadanos vivimos en nuestros países, lamentablemente la
inseguridad es a nivel mundial. La inseguridad es la existencia de
peligro o riesgo. No escribo sobre algo nuevo, es algo que viene
rodando desde nuestros primeros padres. ¿Cuál es la causa? ¡El
pecado!

No existía seguridad ni en el primer hogar. Caín mató a su


hermano Abel, niños y niñas están siendo abusados en sus propios
hogares, matrimonios donde su pareja es maltratada, algunos hasta
llegan al asesinato.

Sucede desde el que vive en una casita humilde hasta los que
viven en una mansión, ¿hablo del mundo? ¡No! También hablo a
cristianos, a pesar que en él vivimos, no somos del mundo, pero en
nuestros hogares en algunos casos, parece que no hay diferencia.

En el pasado como en el presente, viviremos inseguros, pero


marquemos la diferencia, que como llamados de Dios aprendamos a
vivir seguros en nuestras escondidas vidas. « Entonces Pedro,
abriendo la boca, dijo: En verdad comprendo que Dios no hace
acepción de personas, sino que en toda nación se agrada del que le
teme y hace justicia ». (Hechos 10:34,35).
Necesitamos como países vivir seguros, pero necesitamos vivir
seguros en nuestra vida en Cristo, amamos a un Dios de lo
imposible, que para vivir seguros prometió a aquella nación de Israel
que eran tan fáciles para hacer lo que Dios aborrecía.
« En aquel tiempo haré para ti pacto con las bestias del campo,
con las aves del cielo y con las serpientes de la tierra; y quitaré de la
tierra arco y espada y guerra, y te haré dormir segura. Y te
desposaré conmigo para siempre; te desposaré conmigo en justicia,
juicio, benignidad y misericordia. Y te desposaré conmigo en
fidelidad, y conocerás a Jehová ». (Oseas 2:18-20).

¡Qué ternura destila nuestro buen Dios para esta nación! Pero
con nosotros se desbordó, dándonos a su Hijo para enseñarnos
seguridad plena si hacemos su benigna voluntad. « Por lo cual estoy
seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni
potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni
ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que
es en Cristo Jesús Señor nuestro ». (Romanos 8:38,39). ¡Qué
hermosa seguridad!

Definitivamente no hay excusa para no vivir seguro, estamos


bien equipados, espiritualmente hablando. Loor a nuestro Dios de
amor.

Gracias por la seguridad que nos da. « Tenemos también la


palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos
como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día
esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones ».
(2a Pedro 1:19). Seguridad me dio Jesús cuando su mano me
tendió.
LA FAMA
E n estos recientes días se han celebrado en Hollywood,
California, los premios Oscar. Allí desfilaron en la alfombra roja
personajes de renombre, unos como mejor actor, mejor película,
mejor guión, mejor actriz. Un momento de glamour, de belleza, de
luces, y de muchas sonrisas, y comentarios. El encanto es
deslumbrante, y muy fuera de serie, ya que es un evento único en
toda la extensión de la palabra.
Déjeme recordarle qué es la fama. Es un hecho de ser
reconocidas las cualidades de una persona, o los actos de una
persona por mucha gente y que se hable de ellos. Esto no es fácil,
se adquiere a lo largo de la vida. Como sierva de Dios, escribo a
aquellas personas que han crucificado su vida en Cristo.

Tal vez aquí en la tierra no seamos tan famosos, ni nos debería


de importar, pero sí estar con una visión totalmente definida que
nuestro galardón es único e incomparable a los de Hollywood. Se
destacan hombres con temple en el Antiguo Testamento como
Moisés, que, sin preparación en lidiar con tanta gente, ya que su
vida había sido en el palacio egipcio.

Moisés confió plenamente en que Dios estaría con él, y aunque


muchas veces flaqueó, Dios no le olvidó instalándolo en el salón de
la fama espiritual, su merecido galardón.
« Por la fe Moisés, hecho ya grande, rehusó llamarse hijo de la
hija de Faraón, escogiendo antes ser maltratado con el pueblo de
Dios, que gozar de los deleites temporales del pecado, teniendo por
mayores riquezas el vituperio de Cristo que los tesoros de los
egipcios; porque tenía puesta la mirada en el galardón ». (Hebreos
11:24-26).

Desde el Génesis hasta el Apocalipsis, Dios destaca a hombres


y mujeres que tuvieron fama porque se enfocaron viendo al Invisible.
Cómo dejar de hacer notar la fama de nuestro Redentor y Salvador
Jesucristo, y no porque él la procuró o la buscó.

El escritor lo destaca por inspiración divina que el carpintero


hacía la obra de Dios, y siempre los hechos hablan más fuerte que
las palabras. « Y estaban todos maravillados, y hablaban unos a
otros, diciendo: ¿Qué palabra es esta, que con autoridad y poder
manda a los espíritus inmundos, y salen? Y su fama se difundía por
todos los lugares de los contornos ». (Lucas 4:36,37).
Su fama era incontrolable, nadie podía dejar de hablar de Él, y
de seguirle, pero su humildad, es mucho más desbordante al grado
que las palabras se quedan mudas, la fama se la daba la gente.
Pero su dependencia era totalmente de Su Padre.

« Más él se apartaba a lugares desiertos, y oraba » (Lucas


5:16). Jamás caminaremos por la alfombra roja, pero sí le digo que
estos que caminan por la alfombra roja, no caminarán por calles de
oro, y verán un mar de cristal, porque sólo los que como el apóstol
Pablo dice con hechos concretos. « De aquí en adelante nadie me
cause molestias; porque yo traigo en mi cuerpo las marcas del
Señor Jesús ». (Gálatas 6:17).

Y el apóstol Juan ya para cerrar su libro de Apocalipsis en la


gloriosa visión que el Espíritu Santo le reveló, expresa con firme
convicción espiritual: « Bienaventurados los que lavan sus ropas,
para tener derecho al árbol de la vida, y para entrar por las puertas
en la ciudad ». Amén y Amén. (Apocalipsis 22:14).

LA CULPA
D esde que leímos en Génesis sobre la culpa todos de una
manera descarada, continuamos cometiendo este error tan grotesco
que se dio en el Edén, y digo grotesco porque Adán y Eva estaban
hablando con el que conoce la perversidad del corazón del hombre.
« Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso;
¿quién lo conocerá? ». (Jeremías 17: 9).

Culpa, según la palabra divina dice que es una falta, que es un


delito, pero si nos vamos al diccionario, nos da la definición del
hombre según la mentalidad humana, de acuerdo a los estudiosos
de las palabras, para enriquecer nuestro buen saber de las cosas,
como del conocimiento, a fin de darnos a entender humanamente. Y
nos dice que culpa es: « conducta negligente, sin intención directa
de perjudicar, que lesiona un derecho ajeno o infringe un precepto
penal ».
Cuando se es culpable de algo, tenemos que ser cristianos y
asumir la responsabilidad, y si no lo somos pues para qué hablar. Ya
que culpable es el que ha provocado consecuencias negativas, o
resulta responsable de un delito.

Tanto el diccionario como la Palabra de Dios nos dicen que la


culpa es un delito. La conciencia del hijo de Dios ya debe cambiar,
ya que siempre por falta de honestidad estamos culpando, a
nuestros hijos, a nuestros esposos o esposas, a nuestros vecinos, a
nuestros padres, evadiendo una verdad que nos corresponde
asumir.

El otro día, un hermano andaba afanoso buscando sus lentes, y


se refirió a que su esposa tenía la culpa de haberlos perdido, y cuál
fue su chasco cuando al que le estaba contando, le dijo: « hermano,
pero usted trae puestos sus lentes ».

Muchas veces culpamos a nuestro prójimo de cosas


insignificantes, pero siempre dañan, pero cuando se culpa con
premeditación y alevosía, esto es un pecado penado por Dios.

« El hombre de verdad tendrá muchas bendiciones; Mas el que


se apresura a enriquecerse no será sin culpa ». (Proverbios 28:20).

Muchas veces estamos recordando que siempre echamos la


culpa a otros porque es lo que hizo Adán y Eva. Adán culpó a Eva,
Eva a la serpiente, Adán fue más lejos: Culpó a Dios. « Y el hombre
respondió: La mujer que me diste por compañera me dio a comer
del árbol, y yo comí ». (Génesis 3:12).

Nosotros los cristianos, no tenemos ya esa excusa, pues


tuvimos la gran bendición de la reconciliación, mediante nuestro
Salvador Jesucristo, que nos dio la oportunidad a través de su
muerte, y el nacer de nuevo, del agua y del espíritu.
De tal manera que somos de la simiente del segundo Adán, que
es señor del cielo. Y si hemos muerto con Cristo andaremos en
nueva vida. « Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros:
fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y
avaricia, que es idolatría ». (Colosenses 3:5).

Debemos de ser pensadores antes de culpabilizar a alguien,


siempre y cuando no tengamos elementos de juicio para hacerlo;
solamente porque un hermano se ha extraviado de la doctrina, eso
no nos da derecho a que sólo por tener una amistad con ese
hermano extraviado, usted o yo, como amigos de él, ya estamos
participando de su desviación doctrinal; recuerde, que Dios nos
juzgará, no usted, ni nadie, no seamos apresurados; tengamos
temor y reverencia a los juicios de Dios, y vivamos una vida pía
delante de Él.

Saúl mató a Ahimelec, cuando David con mentiras llegó ante él,
fingiendo que el rey le había encomendado un asunto, y que se le
habían terminado las provisiones, y éste lo único que tenía era pan
sagrado, Ahimelec no era culpable, pero había ayudado al enemigo
de Saúl. «¿He comenzado yo desde hoy a consultar por él a Dios?
Lejos sea de mí; no culpe el rey de cosa alguna a su siervo, ni a
toda la casa de mi padre; porque tu siervo ninguna cosa sabe de
este asunto, grande ni pequeña ». (1º Samuel 22:15).

Que Dios nos ayude a ser más hacedores de la Palabra y no tan


solo oidores. Seamos más responsables en asumir honestamente
cuando culpamos a nuestros hermanos. « Bienaventurado el
hombre a quien Jehová no culpa de iniquidad, Y en cuyo espíritu no
hay engaño ». (Salmos 32:2)

¡QUÉ ABURRIDO!
H ay muchas cosas que nos parecen aburridas, pero que
tenemos que hacerlas. A los niños les resulta aburrido comer
vegetales, a los jóvenes que les pongan a lavar trastos o alguna
tarea casera, a los adultos ir de compras con la esposa.
Evidentemente que todo lo que es una monotonía resulta
aburrido. Cuando estamos en la Iglesia podemos observar las caras
de los jóvenes que están sumamente aburridos por el sermón, ya no
se aguantan porque el hermano predicador termine su mensaje,
porque la mayoría de los predicadores dicen muchas veces que ya
terminan, y no es así, luego dicen con esta cita termino, y continúan
con algunas más.

Luego en los anuncios los hermanos encargados dan


comunicados que faltan dos meses o más para que se dé dicha
actividad, da la impresión que es el siguiente día; luego mencionan
a todos los hermanos ausentes por nombre; nombran a los que
cumplieron año.

El otro día en la Iglesia habían puesto en la lista de


cumpleañeros a un hermano ya fallecido. Es que cuando se está en
el estrado del púlpito sí que nos excedemos, olvidándonos de los
ancianos que ya no aguantan estar largo tiempo sentados y atentos.

Nos tomamos en serio el texto bíblico que Pablo predicó hasta la


media noche, por favor no seamos ignorantes recuerde que había
un propósito del por qué Pablo se extendió en el mensaje.

Hay cosas que Dios las repite porque son de suma importancia.
Como es el gran mandamiento. « Oye, Israel: Jehová nuestro Dios,
Jehová uno es. Y amarás a Jehová tú Dios de todo tu corazón, y de
toda tu alma, y con todas tus fuerzas. Y estas palabras que yo te
mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y
hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al
acostarte, y cuando te levantes ». (Deuteronomio 6:4-7). Cuán
necesario es que se las repitamos a nuestros hijos hasta el
cansancio, porque ellos se las repetirán a sus hijos cuando los
tengan.
Dios le repite a su pueblo desde el día que los sacó de Egipto
con mano fuerte, asimismo a nosotros, para que no nos olvidemos
que somos peregrinos en esta tierra.

Algunos hermanos me han dicho que les resulta aburrido el


Antiguo Testamento, expresan por qué tanto nombre y por qué el
censo para repartir por tribus y por familias la tierra prometida.

Esto para Dios era de suma importancia, a fin de dar a cada


familia, según el número que la formaban, siempre Él es justo. « Y
habló Jehová a Moisés, diciendo: A éstos se repartirá la tierra en
heredad, por la cuenta de los nombres. A los más darás mayor
heredad, y a los menos menor; y a cada uno se le dará su heredad
conforme a sus contados ». (Números 26:52-54).

No me diga que la Palabra le aburre, porque será un total


desconocedor si no se entera de la historia del Antiguo Testamento.
Dios fue tan cuidadoso al grado que tuvo cuidado de no dejar
desamparadas a las hijas de Zelofehad. «¿Por qué será quitado el
nombre de nuestro padre de entre su familia, por no haber tenido
hijo? Danos heredad entre los hermanos de nuestro padre. Y
Moisés llevó su causa delante de Jehová. Y Jehová respondió a
Moisés, diciendo: Bien dicen las hijas de Zelofehad; les darás la
posesión de una heredad entre los hermanos de su padre, y
traspasarás la heredad de su padre a ellas ». (Números 27:4-7).

Tenga paciencia y sobre todo pida al Señor la asistencia para


leer, meditar, escudriñar Su Palabra, y no me diga que Crónicas se
lo saltó porque tanto nombre le aburre, hay un propósito cuando
usted entienda el por qué, entenderá desde donde se nos viene
anunciando al Hijo de Dios, el Cordero de Dios que vino a quitar el
pecado del mundo.

Déjeme decirle con plena certeza, qué aburrido se sentirá en el


infierno por toda la eternidad sin ninguna esperanza.
¡Que la Palabra de Dios no le aburra! « Y vi a los muertos,
grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y
otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados
los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según
sus obras ». (Apocalipsis 20:12).

Capítulo 2
Sembrando la Semilla

SALUD MENTAL
C abe decir que todos necesitamos tener salud mental. No
estoy hablando de locos, o que ya necesitamos camisa de fuerza,
aunque algunos por su forma de proceder pienso que urgentemente
la necesitan.

Nuestro buen Dios nos aconseja a través de Juan en su tercera


carta. Dios quiere que nos mantengamos saludables, de manera
que tener salud mental es primordial. « Amado, yo deseo que tú
seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como
prospera tu alma ». (3ª Juan 3:2). ¿Qué es salud mental? Es la
forma en que una persona piensa, siente, interactúa y se comporta.

En términos generales es la capacidad de hacerle frente a la


vida incluyendo las alegrías y las tristezas; además, es la capacidad
de convivir adecuadamente con los demás disfrutando los
aspectos agradables de la vida, enfrentándose a las dificultades y
saliendo fortalecidas de ellas.
En nuestro mapa divino encontramos a muchos que pasaron
diversas situaciones muy fuertes que en su momento su mente no
les pudo responder. También a nosotros nos suceden cosas en las
que nuestra mente se queda en blanco, pero hay excelentes noticias
para los que optamos por un cambio, y esta es de haber elegido a
Jesucristo como nuestro piloto, como nuestro capitán, como nuestro
guía en todo.

Si hablamos del agotamiento, todos en los afanes que vivimos


terminamos exhaustos, o por situaciones que vivimos por la
inseguridad mundial. Elías experimentó este agotamiento por la
malvada Jezabel, salió sin rumbo, olvidándose que bastaba clamar
a Dios. Terminando agotado, de tanto caminar, cayó debajo de un
árbol donde fue alimentado por cuervos, fruto de la providencia de
Dios.
« Entonces envió Jezabel a Elías un mensajero, diciendo: Así
me hagan los dioses, y aun me añadan, si mañana a estas horas yo
no he puesto tu persona como la de uno de ellos. Viendo, pues, el
peligro, se levantó y se fue para salvar su vida, y vino a Beerseba,
que está en Judá, y dejó allí a su criado. Y él se fue por el desierto
un día de camino, y vino y se sentó debajo de un enebro; y
deseando morirse, dijo: Basta ya, oh Jehová, quítame la vida, pues
no soy yo mejor que mis padres ». (1º Reyes 19:2-4).

Otra característica de no tener salud mental es desear la


muerte, la sufrió Job, el hombre del sufrimiento extremo. «¿Por qué
me sacaste de la matriz? Hubiera yo expirado, y ningún ojo me
habría visto ». (Job 10:18). La depresión es una enfermedad del
siglo 21, y ha sido de todos los siglos. Increíblemente que hasta los
niños son objeto de esta enfermedad mental.
La depresión es un estado de tristeza, de desánimo, con
disminución del tono de voz, como también de la actividad
intelectual y física. La vivió el rey David, a causa del pecado con
Betzabé, y toda la maraña en que se envolvió, llegando hasta el
asesinato de Urías. Su mente no podía pensar a causa de la tristeza
y no era para menos. « Entonces David rogó a Dios por el niño; y
ayunó David, y entró, y pasó la noche acostado en tierra. Y se
levantaron los ancianos de su casa, y fueron a él para hacerlo
levantar de la tierra; mas él no quiso, ni comió con ellos pan » (2º
Samuel 12:16,17). « Y les dijo: ¿Qué pláticas son estas que tenéis
entre vosotros mientras camináis, y por qué estáis tristes? ». (Lucas
24:17).

Insomnio, es la incapacidad de dormirse aun cuando se siente la


necesidad de hacerlo. Esto lo vivió el Rey Asuero. « Aquella misma
noche se le fue el sueño al rey, y dijo que le trajesen el libro de las
memorias y crónicas, y que las leyeran en su presencia » (Ester
6:1). Qué bueno que le dio insomnio al rey, porque su mente pudo
discernir al dar honor a quien se lo merecía.

Pero el que sí con urgencia necesitaba camisa de fuerza por su


maldad incontrolable, su orgullo desmedido, era Amán. No
permitamos llegar a estas consecuencias de enfermedad mental,
todos estos ejemplos que nos sirvan para no ignorar que
necesitamos salud mental.

Esto no se cura con fármacos porque no es clínico, esto es


puramente espiritual, y este mal hay que aniquilarlo, la receta es
aniquilarlo con puros pensamientos positivos. « Más el fruto del
Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,
mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley ». (Gálatas
5:22,23).
Que dependamos cada día de Dios que es la fuente para
mantenernos sanos mentalmente. « Por lo demás, hermanos, todo
lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo
lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si
algo digno de alabanza, en esto pensad ». (Filipenses 4: 8).
N.T.O.C.Y.T.A
E n un correo que alguien me envió, vi estas siglas y me llamó
tanto la atención, que ahora quiero usarlas para todas las parejas
que formamos un matrimonio honroso, « Honroso sea en todos, el
matrimonio, y el lecho sin mancilla; pero a los fornicarios y a los
adúlteros los juzgará Dios ». (Hebreos 13:4).

El tiempo nos convierte en amigos, en los cuales con toda


confianza podemos depositar, lo que con mucha delicadeza
nuestros hermanos nos confiesan. La confianza que debe existir en
un matrimonio debe de construirse, paso a paso, como cuando
escalamos una escalera.

Tomando en cuenta la clase de confianza que Dios anhela que


tengamos en Él. Nos dice en (Proverbios 3:5-6). « Fíate de Jehová
de todo tu corazón, Y no te apoyes en tu propia prudencia.
Reconócelo en todos tus caminos, Y él enderezará tus veredas ».

No cabe la menor duda que cuando ya tenemos años de


caminar juntos como pareja, el amor es mucho más fuerte. Eso hace
que las relaciones sean llenas de sabiduría, hablo con aquellas
parejas que el centro de su hogar es y ha sido Cristo, esto no se
finge, esto se nota; es igual a si usted es un cristiano verdadero o
una simple fachada. Recuerde: Dios no puede ser burlado.

Un hombre dijo que « el amor es el deseo de encontrar la mitad


perdida dentro de nosotros mismos ». Y cuando esa mitad aparece,
la mujer o el hombre no pueden resistirse a la voz que llama a su
alma, « Porque fuerte es como la muerte el amor. Las muchas
aguas no podrán apagar el amor, Ni lo ahogarán los ríos ».
(Cantares 8:6-7).
Cada uno tenemos nuestra propia historia de amor, y esto es
hermoso hablarlo con nuestra pareja, recordar el día que nos
conocimos, cómo ahora nos hemos convertido en buenos amigos
confiables, a tal grado que podemos decirnos qué bien nos sientan
las canas, y las arrugas, que son el mejor testimonio de que hemos
librado batallas juntos, que el juramento que ante Dios hicimos, lo
hemos cumplido porque nos llegó, la pobreza, la enfermedad, el
conflicto, el desacuerdo, las palabras mal dichas, y continuamos
nuestro camino, ¿Hasta cuándo?, hasta que la muerte nos separe.

Pero la lucha debe ser vivir eternamente juntos. Cuando estaba


jovencita de 14 años, un jovencito decía que estaba enamorado de
mí, y nunca olvido un papel que me envió con una compañera de
escuela. Éste decía: «Te amo como se aman las rosas en la noche,
con suavidad, con delirio, con angustia, y sin que tú lo sepas vida
mía». Me lo sé de memoria porque día y noche lo leía. Esto no era
amor, este jovencito había copiado quién sabe dónde estás bellas
palabras, pero yo me las había creído.

Las palabras amorosas para su amada, para su amado, jamás


deben quedárselas, dígaselas, expréseselas a esa
persona que ha caminado a su lado, por todos los años que han
bregado juntos. Que han criado sus hijos dentro del temor de Dios.
Una vez viendo un programa acerca de la salud con mi esposo,
dijeron, « que la soledad sube la presión arterial », y le pregunté, tú
te sientes solo, y él me dijo: « No mientras tú estés a mi lado ». Esas
palabras al igual que María cuando Jesús le dijo: «¿No sabíais que
en los negocios de mi Padre me es necesario estar? » (Lucas 2:49).
Yo las guardé en mi corazón.

Dios tuvo mucho cuidado de todos los detalles en el matrimonio


que los dejó plasmados en el hermoso cantar de los Cantares de
Salomón. El deseo de Dios es que amemos a nuestra pareja, así
como Cristo amó a su Iglesia. Para mi amado de siempre:
N.T.O.C.Y.T.A Estas siglas significan: «Nunca Te Olvides Cuánto
Yo Te Amo».
LA RISA
D icen que la risa es una de las buenas terapias para
mantener saludable el corazón, por eso el proverbista nos dice en
17: 22, « El corazón alegre constituye buen remedio ». En la
congregación tenemos a un hermano, que todo el tiempo saluda con
una sonrisa, independientemente como él se sienta anímicamente,
siempre nos da una sonrisa.

Yo siempre le digo: me encanta verle pues siempre anda con


una sonrisa para mí; él me cuenta que así ha sido todo el tiempo,
pero desde que su vida la entregó a Cristo, ha sido mejor esta
hermosa virtud en él. Dicen que la risa es uno de los tónicos más
valiosos que el hombre conoce. Ya que es una de las emociones
agradables que expresamos.

Algunos expertos en salud, dicen que la risa ayuda a manejar la


tensión, la depresión, el miedo y las preocupaciones. Agregan que
estimula los procesos de convalecencia, la risa, produce grandes
beneficios espirituales, sociales, psicológicos y hasta medicinales,
ya que ayuda a oxigenar el organismo, relaja los músculos, ayuda a
disminuir el dolor, desacelera el pulso y baja la presión arterial. Y es
que la risa es alegría, regocijo.

Por eso nos dice (Proverbios 15:13). « El corazón alegre


hermosea el rostro ». Ya que la risa es un comunicador universal,
que trasciende todas las barreras de la raza y cultura. Qué don
maravilloso de Dios, se ríe el pobre, se ríe el rico, el anciano, el
joven y el niño también.

Hace unos días vi una noticia de un niño que no podía oír nada,
y al bebé, le pusieron unos aparatitos en los oídos, y desde que
comenzó a escuchar, se soltó en risa, y créanme que me hizo llorar,
de ver lo feliz que se sentía por oír a su madre que le decía cosas
bonitas. Esa sonrisa dio la vuelta al mundo.
Yo sé que no se puede reír cuando se está disgustado, no se
puede reír cuando hay preocupaciones, ya que la tensión y las
preocupaciones no son compatibles con la risa. Pero no se vale, que
solo porque alguien no sea de nuestro agrado, no le demos una
sonrisa. Ya que es un don real de Dios, uno se puede embriagar de
risa y nunca habrá sobredosis. Sin embargo, debe ser muy
espiritual, pues hasta con una risa puede hacerse caer a un
hermano, o a cualquier persona, si ésta es causa de malicia, o de
burla.

Recuerde que Dios está en los cielos y desde allí ve lo justo y lo


injusto. Recuerde que hasta para reír hay tiempo. Dice un corito que
los niños cantan con tanta alegría: « Da una sonrisa más, sonrisa
abierta, sonrisa cierta llena de amor. Quien quiere a Jesús, vive para
cantar, está siempre sonriendo, aunque le vaya mal, tropieza aquí
¡Huy! se cae allá, se levanta de nuevo y se pone a cantar ».
LOS TIEMPOS DEL PERDÓN
E s verdad lo que dice el predicador en Eclesiastés « todo
tiene su tiempo », y aquí entra el perdón. Cuando me ha tocado
enseñar sobre este tema, que tan importante es para la salud física
y espiritual, he comprendido con la gran ayuda del Espíritu Santo,
que muchas veces el perdón se va dando en facetas, así como las
estaciones del año: primavera, verano, otoño e invierno.

El no perdonar a alguien que nos ha ofendido, como el no


perdonarse uno mismo, con el tiempo, no se vuelve tan hermoso
como las estaciones del año, cuando contemplamos el verdor de las
plantas en el verano, en el invierno, la tierra se satura tanto de agua,
que algunas plantas mueren, en la primavera observamos la
esplendidez de un sol en toda su máxima expresión, y en el otoño
vemos como los árboles comienzan a botar sus hojas para luego
mudar.
Al no perdonar lo que sucede es que la persona se seca por
dentro, se pudre, y se infesta, a tal grado que muere lentamente.
Fue triste para mí cuando una hermana de 60 años se paró y me
preguntó, como puedo perdonar a mi esposo de 65 años, que acaba
de serme infiel, yo no quiero ni verlo.

Al recordar la pregunta, brotan mis lágrimas como ese día,


recordé lo que es la empatía, lo que me salió decirle es, (Mateo
6:12,14,15). « Y perdónanos nuestras deudas, como también
nosotros perdonamos a nuestros deudores. Porque si perdonáis a
los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro
Padre celestial; más si no perdonáis a los hombres sus ofensas,
tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas ».

Cuando nacieron mis primeras hijas que son gemelas, no pude


tenerlas normal, pues cada una pesaba 6 libras, me practicaron una
cesárea, tuve que pasar buen tiempo para que sanara la cirugía, día
con día tenía que curarla, pude ver que me había quedado una
cicatriz.

Así estaba mi hermana que me hizo la pregunta, su herida


estaba abierta, tenía que ser curada día tras día, mes tras mes, año
tras año, ella ya no tenía, la fuerza de una mujer joven, como para
lidiar con este dolor. Su cara cambió, se hizo una mujer amargada,
ya no sentía sabor a cantos, oraciones, ni escuchar la Palabra.

Hace unos meses la vi en una confraternidad, evento donde nos


reunimos muchas mujeres, y al verla le pregunté: cómo se siente, y
con una gran sonrisa me dijo: « Bien hermana », ella sin duda había
perdonado. esto pasó con Jacob y Esaú, cuando, Jacob suplantó a
Esaú engañando a su padre, valiéndose de su ceguera, y de su
vejez, alimentado por su propia madre, que sin temor a Dios, le
ayudó a recibir la bendición que pertenecía a su hermano Esaú, esto
desató la furia y el odio entre dos hermanos.
« Y aborreció Esaú a Jacob por la bendición con que su padre le
había bendecido, y dijo en su corazón: Llegarán los días del luto de
mi padre, y yo mataré a mi hermano Jacob ». (Génesis 27: 41). Esto
hizo que Jacob huyera de su hermano, y el odio se fue con ellos.
Hasta que el día se llegó cuando tenían que encontrarse, Jacob
mandó al primer criado con presentes y suaves palabras para su
hermano Esaú, y el segundo, y el tercero, para así apaciguar la ira
de su hermano.

No cabe duda que todo esto ya estaba en las manos de Dios


pues Jacob se lo había pedido. Pues cuando se encontraron, se
olvidaron de todo y se envolvieron en un hermoso abrazo, donde no
les importó quien les viera llorando. « Pero Esaú corrió a su
encuentro y le abrazó, y se echó sobre su cuello, y le besó; y
lloraron ». (Génesis 33:4).

Pudieron ver todas las bendiciones que Dios les había otorgado.
Esaú pregunta vv. 8,9. «¿ Qué te propones con todos estos
grupos que he encontrado? Y Jacob respondió: El hallar
gracia en los ojos de mi señor. Y dijo Esaú: Suficiente tengo yo,
hermano mío; sea para ti lo que es tuyo. Y dijo Jacob: No, yo te
ruego; si he hallado ahora gracia en tus ojos, acepta mi presente,
porque he visto tu rostro, como si hubiera visto el rostro de Dios,
pues que con tanto favor me has recibido » (v.10). Jacob de puro y
real agradecimiento erigió un altar: « Y erigió allí un altar, y lo llamó
El-Elohe-Israel ». (v. 20).

Por cada hermano que nos perdone, por cada hermana, que nos
perdone. Elevemos una oración al cielo con plena gratitud.

TEJIENDO ESPERANZA
Q ué hermoso este eslogan, y no es algo simple sino algo
realmente que tiene mérito propio, y hablo de artesanas indígenas,
hermanas en Cristo del departamento del Quiché en Guatemala.
Ellas elaboran hermosa artesanía con el fin de ayudarse
económicamente, ya que la mayoría son mujeres que sufren
maltratos, de toda índole; viudas, y madres solteras, que luchan por
dar el pan de cada día a sus pequeños.

Detrás de cada artículo hay una historia que conmueve el alma,


usted y yo los podemos obtener al pagar el precio, pero ellas se
quedan solamente con la gratificación que le da el que alguien
aprecie su arte cargado de mucha historia.

Uno de mis yernos, Mario Rosas, ha tenido acceso y podido


apreciar vívidamente el arte de estas mujeres, vendiendo sus
artículos a hermanos americanos, el da la explicación a cada
persona que se lleva una prenda a su casa, ya que ésta le sirve no
solo para embellecer su entorno, sino para apreciar el arte y elevar
una oración por la entrega de estas mujeres indígenas de las
montañas del Quiché.

Cada uno de nosotros podemos también cambiar la historia de


cada persona, trayéndole esperanza mediante el evangelio de
nuestro Salvador Jesucristo. Ya que para él no existen fronteras,
color de piel, nivel social, porque él no pensó en eso sino en la raza
humana. « Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a
su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda,
mas tenga vida eterna ». (Juan 3:16).

Podemos tejer esperanza en cada ser humano que no conoce a


Dios, a Cristo y al Espíritu Santo, es un cambio renovador que lleva
directamente en pensar definitivamente en nuestra vida después de
la muerte física, por eso es que al predicar el evangelio hay un
cambio de mente al que lo recibe con un corazón muy preparado
para emprender una hermosa realidad con Jesucristo que dio la vida
porque sabía que usted y yo sin Él no vivimos, solamente existimos.
A veces suceden cosas que nos estremecen cuando enseñamos el
evangelio.
La Biblia nos muestra hechos asombrosos de hombres y
mujeres que eligieron escuchar y luego obedecer; a algunos, Dios
mismo se encargó de que le mirasen, ya que había un enorme
potencial para la maldad, y Dios revirtió esa maldad en enorme
bendición para gloria de Él, y beneficio de muchos.

Saulo era un hombre dado a hacer el mal, un criminal, no le


importaba matar a quien se le pusiera en frente con ideologías que
no fueran las de sus autoridades judías. Dios doblega la mente más
empedernida. « Más yendo por el camino, aconteció que, al llegar
cerca de Damasco, repentinamente le rodeó un resplandor
de luz del cielo; y cayendo en tierra, oyó una voz que le decía:
Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? » (Hechos 9:3,4). No
entendía qué era lo que pasaba, pero Dios actúa de maneras que
no podemos entender.

« Él dijo: ¿Quién eres, Señor? Y le dijo: Yo soy Jesús, a quien tú


persigues; dura cosa te es dar coces contra el aguijón. Él,
temblando y temeroso, dijo: Señor, ¿qué quieres que yo haga? Y el
Señor le dijo: Levántate y entra en la ciudad, y se te dirá lo que
debes hacer ». (vv. 5, 6).

Cuánto puede cambiar la vida de un ser humano cuando Dios le


llama, pero no es nada fácil, muchas veces perdemos algo como
Saulo. « Entonces Saulo se levantó de tierra, y abriendo los ojos, no
veía a nadie; así que, llevándole por la mano, le metieron en
Damasco ». (vv. 8).

Los resultados son asombrosos cuando le entregamos la vida a


nuestro Salvador, aunque muchas veces pensemos que es
imposible, si lo es para nosotros, pero no para Dios. Tenemos que
pasar por la etapa de la metamorfosis. « Y al momento le cayeron
de los ojos como escamas, y recibió al instante la vista; y
levantándose, fue bautizado ». (vv. 18).
Detrás de cada persona hay una historia que urge cambiar,
dediquemos a esto, no a perder el tiempo en mordernos unos a
otros. Seamos como artesanos llevando esperanza al mundo que
cada día se pierde, muchas veces porque nosotros perdemos el
tiempo en no predicarles el evangelio de salvación.

MUJERES DE VALOR
B ueno mis amadas de Dios, nos llegó nuestro turno, ya que
siempre se dice hasta en un canto: « Hombres de valor necesita
Dios ». Pero es que hay que ser realistas, no serían de valor sin la
mujer, ya que las mujeres somos las que traemos al mundo a los
futuros hombres de valor, y los que ya hay en esta tierra en el Reino
del Señor Jesucristo.

Qué hermoso es que en la Iglesia siempre hay mujeres que


están listas al servicio. Qué haría la congregación sin un buen grupo
de mujeres con las que se puede contar incondicionalmente. Si las
tiene su congregación, les animo a que siempre les estimulemos
con algún detalle, aunque sepamos que ellas trabajan para Dios, sin
embargo, nos beneficiamos todos con estas mujeres de valor.

Conocí a un equipo de mujeres que ellas se encargan de la


cocina, en los eventos que tiene su congregación, mientras el que
enseña la palabra alimenta a las ovejas, ellas afanadas,
acomodadas en el suelo preparan los alimentos para las
hambrientas ovejas que saldrán después de tres horas de
enseñanza bíblica. Son nuestras amadas hermanas de la
congregación de Paxot II, departamento del Quiché, Guatemala.

Yo aprovechando su idioma aprendí a como darles gracias: «


Maltiot Wachalal » quiere decir: «Gracias hermana», y «Dios le
Bendiga»: « Diox catewechinik » y « cómo te llamas »: « Su a bé ».
Nada parecido al español, pero es su hermoso idioma. Fue una
experiencia muy hermosa en mi vida de misionera, me impactó con
qué alegría trabajan y hablan en su dialecto.
« Servid a Jehová con alegría; Venid ante su presencia con
regocijo». (Salmos 100:2). Cuando trabajamos con este buen ánimo
todas las cosas salen bien, Dios bendice para que abunde todo.
Recordemos cómo aquellas mujeres seguían a Jesús hambrientas
de escucharle. «Si alguno me sirve, sígame; y donde yo estuviere,
allí también estará mi servidor. Si alguno me sirviere, mi Padre le
honrará ». (Juan 12:26).

Qué estimulante tiene que ser que todos tengamos la buena


disposición para servir. En la vida de Cristo somos un equipo, ya
que en la vida de la Iglesia somos de mucha importancia, no somos
solo adornos que no hablan, que no trabajan, aunque para servir
todos tenemos que quitarnos la toalla para hacerlo con un espíritu
de humildad, como el Hombre de Galilea. Si alguien está prestando
un servicio con amargura, por favor deje que los demás trabajen sin
usted, porque usted es un obstáculo.

Recibí una sorpresa de una hermana en una reunión de la


Iglesia, reunión muy trascendental. Fui a la cocina a dar las gracias
a las hermanas cocineras por la comidita dada a la concurrencia de
cristianos durante toda una semana. De repente sentí que entra una
hermana, por cierto, la esposa de un buen predicador, me tomó del
brazo y me sacó de la cocina con una actitud muy enojada, yo
solamente le dije que estaba agradeciendo. Sin embargo, eso a mí
no me perjudica, pues solamente vi al cielo y dije « Dios, Tú le has
visto ».

A otra me acerqué para darle un beso, pero luego volvió su cara


a otro lado, solo recordé que a Cristo le dieron de bofetadas y le
crucificaron. « Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho,
hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios
Padre por medio de él ». (Colosenses 3:17).
Mujeres de valor no solamente fueron, Rut, Débora, Abigail, la
Viuda de Nain, ni Jocabed; nosotras también tenemos guerreras en
el pueblo de Dios. Pongamos todo el amor en lo que hacemos,
como las que servían a Jesús de sus bienes, por puro
agradecimiento (Hebreos 6:10).

Capítulo 3
Arrancando la Hierba Mala

ORGULLO VERSUS HUMILDAD


E videntemente que son como el vinagre y el aceite, no
pueden mezclarse, y si los ponemos en el ámbito espiritual peor, no
pueden mezclarse. Una es un fruto puramente de la carne, del viejo
hombre, que no ha sido purificado a través de la sangre de nuestro
Señor y Salvador Jesucristo. Y la otra es puramente fruto del
Espíritu cuando ha sido renovado, con una mentalidad puramente
divina.

El orgullo, es la manifestación de pretender que no necesitamos


ayuda de ninguna índole, es así como nos sumergimos en nuestras
propias convicciones y opiniones, en las cuales vienen el daño
interno, y externo, y las manifestaciones visibles de este proceder.

Les serán conocidas estas palabras expresadas de un hombre


orgulloso hasta la médula. Que creí que el profeta saldría a
recibirme personalmente. «¿Acaso los ríos de Damasco, el Abana y
el Farfar, no son mejores que toda el agua de Israel? ». (2º Reyes
5:11-12). Esto solo revela un orgullo desmedido, que no
razona, que no permite sugerencias, aunque en ello va
implícito su bienestar.
La humildad, no se refiere a cuánto soy capaz de soportar, o en
relación a mi presentación, en cuánto a mi vestir, o las palabras que
debo de usar. No, esto en un vivir, un accionar, es reconocer
constantemente, mis debilidades que poseo.

Qué contraste entre Naamán y este hombre humilde que bastó


con que Jesús le dijera. « Ve a lavarte en el estanque de Siloé ». No
respondió, ni preguntó. Fue entonces, y se lavó, y regresó viendo
(Juan 9:7).

Los hijos de Dios constantemente se nos mandan a desarrollar


un carácter humilde, porque no es posible que seamos orgullosos, y
hablemos de un Cristo que se humilló hasta lo sumo.

El orgullo, hace que la persona viva enferma por dentro y por


fuera, mientras que la humildad nos ennoblece. « Humillaos delante
del Señor, y Él os exaltará ».

CAPRICHOS
P arece un tema sobre niños, ya que los caprichos son
usualmente hechos por los niños, cuando no se les atiende, en su
alimentación a su hora, muchas veces dejan de comer, solo por el
simple hecho que no fueron atendidos en su momento.

También es propio de los niños el mostrar capricho cuando no


se le compra el juguete que en ese momento él desea. Según el
diccionario: Capricho es: « Propósito o idea que uno se forja sin
fundamento y de manera repentina » (Empeño, antojo). Me parece
que es una manera de camuflaje de algo usando argumentos
antojadizos.
La diferencia entre el capricho del niño, y el del adulto es la
maldad, es el veneno con que éste se usa. El niño solo lo usa como
una manera de obtener lo que él quiere o muchas veces para llamar
la atención en ese momento y allí terminó. No es así en la persona
que tiene una madures en la que está con todas sus capacidades
mentales y motoras que lo capacitan para poder discernir.

Estos caprichos salen en plenas reuniones, desde la cúpula de


los gobiernos, hasta en las manifestaciones sociales o políticas que
a diario presenciamos en nuestros países.

Pero qué del seno de la Iglesia del Señor, tristemente nos


volvemos intolerantemente caprichosos, porque las cosas no se
dieron como yo lo propuse, porque tal hermano no merece ser líder
y yo sí, en fin, son innumerables las cuestiones que nos llevan
muchas veces a perder el buen orden cristiano, solamente por los
caprichos, frutos de una pobre educación, frutos de una
inmensurable fuerza de poder, fruto de una tremenda soberbia
impropia de un verdadero hombre de Dios.

Los ejemplos de la palabra de Dios hablan más fuerte que mis


limitaciones de vocabulario, porque estas proceden del cielo.

Por el capricho de Jonás, muchas almas iban a perecer, cuando


pretendemos tomarnos el lugar de Dios, todo va a la deriva. Porque
Él tiene todo bajo su control.

Huir de la presencia de Dios cuando él nos da una orden, es el


peor de los errores que puede el hombre hacer. Jonás tuvo que
pagar muy caro su capricho, terminando en un enorme pez. «
Entonces clamaron a Jehová y dijeron: Te rogamos ahora, Jehová,
que no perezcamos nosotros por la vida de este hombre, ni pongas
sobre nosotros la sangre inocente; porque tú, Jehová, has hecho
como has querido ». (Jonás 1:14).
Y se cuenta del rey Acab, que se le metió el capricho de querer
poseer una viña que pertenecía a Nabot, éste le hizo el trato que se
la vendiera, pero Nabot no pudo hacer trato porque la tierra le
pertenecía a Dios, él y su familia eran los administradores, y
venderla seria violar las leyes. « La tierra no se venderá a
perpetuidad, porque la tierra mía es; pues vosotros forasteros y
extranjeros sois para conmigo ». (Levíticos 25:23).

Nabot se negó a venderle la viña al rey, y éste tomo una actitud


infantil, no propia de un rey, ni de una persona adulta. a) Se fue a su
casa deprimido y malhumorado, b) se acostó de cara a la pared, c)
no quiso comer.

Al final Acab fue complacido en su capricho por su amada


esposa, quien usó toda su maldad, cargado con todo el veneno
posible de una feroz serpiente para que la viña fuera de su esposo,
deshaciéndose del obstáculo que era el humilde Nabot. « Cuando
Jezabel oyó que Nabot había sido apedreado y muerto, dijo a Acab:
Levántate y toma la viña de Nabot de Jezreel, que no te la quiso dar
por dinero; porque Nabot no vive, sino que ha muerto ». (1º Reyes
21: 15).

Que los caprichos, no hagan nido en nuestras vidas, dijo


alguien: « no podemos impedir que los pájaros vuelen sobre nuestra
cabeza, pero si podemos impedir que hagan nido en ella». «Sed,
pues, imitadores de Dios como hijos amados » (Efesios 5:1).

NO SE DUERMA
En una ocasión debieron practicarle un electroencefalograma a
una de mis hijas, y una indicación que nos dijo el Neurólogo, es que
ella no debía dormir por ciertas horas antes del examen, fue una
lucha, ya que los niños suelen dormirse con mucha facilidad, cuando
le vencía el sueño, comenzábamos de nuevo a decirle no te
duermas, lloraba porque no le dejábamos dormir; llegado el examen,
lo primero que el doctor preguntó fue si se nos había dormido, de lo
contrario no podía hacerle el examen.

Muchas veces nos comportamos peor que niños en los cultos


que presentamos a nuestro Dios, ya que es comenzando la clase o
el sermón, algunos comienzan a dormirse sin prestar atención
alguna a la palabra; me da mucha tristeza. Muchos buscan la parte
de atrás, porque allí pueden entregarse en los brazos de Morfeo sin
que se les exhorte al respecto de ese mal hábito.

La juventud cuando presentan a un artista favorito va a pagar


para escuchar las tonterías más grandes que dicen, y para ello
ocupan los puestos de primera fila. Da tristeza el desprecio que le
dan a Jesucristo quien les rescató de sus pecados, el que ha ido a
preparar una morada especial para usted y para mí.

Decimos el primer día de la semana, cuando vamos a


presentarle a Dios un culto en Espíritu y en Verdad, muchas veces
los encargados de servir son los primeros en no cumplir ya que
cualquier cosa les llama la atención, menos el mensaje.

Cuándo dejaremos de mentirnos a nosotros mismos, nos dice


Eclesiastés en 5:1. « Cuando fueres a la casa de Dios, guarda tu
pie; y acércate más para oír que para ofrecer el sacrificio de los
necios; porque no saben que hacen mal ». El que diseñó nuestro
cuerpo, tomó en cuenta que tenemos derecho a dormir a fin de
tomar energías para continuar en nuestras faenas.
No obstante, el dormir espiritual es letal para el hijo de Dios, la
vigilancia de la venida de Cristo debe ser una prioridad. Cantares
dice en 5:2. « Yo dormía, pero mi corazón velaba ». Con mi corazón
les digo, que la venida de Cristo es inminente en cualquier tiempo, y
que debemos mantenernos como firmes atalayas esperándole.

Seamos prudentes como las vírgenes que estaban muy


preparadas esperando al esposo, y que tuvieron la
oportunidad de entrar y gozarse con él, no fue así con las
insensatas que se atuvieron, se durmieron tanto física como
espiritualmente, tenían en su mente que el esposo tardaría.

Es así como muchos piensan que Cristo tarda, y les llega un día
la muerte, y no se encontraron preparados. Efesios 5:14. « Por lo
cual dice: Despiértate, tú que duermes, Y levántate de los muertos,
Y te alumbrará Cristo ». Simón Pedro fue reprendido por su Maestro
cuando le dijo. «¿Duermes? No has podido velar una hora». (Mateo
26:40). Era necesario mantenerse despiertos en ese momento
crucial que Cristo estaba pasando, pues su hora estaba cerca, cerca
de entregarse por todo el mundo.

Una hora dura un sermón, cuando mucho, y en ese tiempo


dormimos por la irreverencia que hoy en día se ve en la Iglesia, solo
conozco de un sermón que duró hasta la media noche, era especial,
un hombre que era amado se marcharía al amanecer, y quiso estar
con sus hermanos hablándoles de su enorme cambio al haberse
entregado al hombre de Nazaret.

Uno que estaba en una ventana cayó porque se quedó dormido, que
bueno que la mayoría de nuestros edificios no son de doble piso,
pues con la apatía que existe en escuchar Palabra de Dios ya
hubiera muchas tumbas.
« Porque todos vosotros sois hijos de luz e hijos del día; no
somos de la noche ni de las tinieblas. Por tanto, no durmamos como
los demás, sino velemos y seamos sobrios. Pues los que duermen,
de noche duermen, y los que se embriagan, de noche se embriagan.
Pero nosotros, que somos del día, seamos sobrios, habiéndonos
vestido con la coraza de fe y de amor, y con la esperanza de
salvación como yelmo ». (1ª Tesalonicenses 5:6-8).

LA DESNUDEZ
C on esta reflexión solamente anhelo dejar al descubierto algo
que de alguna forma queremos cubrir, pero que ya se nos escapó
de las manos. Ya que, en las Iglesias, la desnudez impera, vemos a
las jovencitas, muy preciosas, por cierto, halándose la falda, para
poder taparse un poco cuando se sientan, cosa que lo que pueden
lograr es quedarse con un pedazo de tela en sus manos, en vista de
que la falda no estirará más.

Buscando en el diccionario sobre la palabra desnudo dice


simplemente: « Alguien que no lleva ropa, o lleva muy poca. Que
carece de lo que cubre ». La palabra desnudo tiene su origen
etimológico en el latín «nudos» que significa «sin ropa». En la
sagrada Palabra de Dios: Desnudez significa: Vergüenza,
esto quiere decir que esto se perdió en el Edén.

Es lo que le pasó a Adán cuando ya hubo malicia en él, vio a


Eva, y la vio sumamente hermosa, deseable como la fruta prohibida.
Desde luego que hay dos clases de desnudez, y estos dos
descubrieron las dos al desobedecer a Dios. «¿Dónde estás tú?
¿Quién te enseñó que estabas desnudo? ¿Por qué te escondes? ».
(Génesis 3:9-10).

Dios se encargó de tapar la desnudez física (Génesis 3:22).


Sabemos bien quién se encargó de hacerles sentir infelices ante
Dios. En la antigua ley de Dios, la desnudez era algo muy
vergonzoso a tal grado que dejó vasta enseñanza para que el
pueblo en ese tiempo no se degenerara, y aun así desobedecieron.
Vemos como Noé maldijo a su hijo Canaán por haber visto su
desnudez, y que no le bastó verlo solamente él, sino que invitó a sus
hermanos para ver a su padre, quienes sí tuvieron mucho temor y
respeto de él. « Entonces Sem y Jafet tomaron la ropa, y la pusieron
sobre sus propios hombros, y andando hacia atrás, cubrieron la
desnudez de su padre, teniendo vueltos sus rostros, y así no vieron
la desnudez de su padre ». (Génesis 9:22).

Se cuenta que David mandó a unos servidores de él a consolar


por la muerte del Padre al hijo de Nahas, y estos hombres fueron
avergonzados por el trato que les dieron. « Entonces Hanún tomó
los siervos de David, les rapó la mitad de la barba, les cortó los
vestidos por la mitad hasta las nalgas, y los despidió. Cuando se le
hizo saber esto a David, envió a encontrarles, porque ellos estaban
en extremo avergonzados; y el rey mandó que les dijeran: Quedaos
en Jericó hasta que os vuelva a nacer la barba, y entonces volved ».
(2º Samuel 10:4-5).

¿Por qué los seres humanos pagan con mal las muestras de
benevolencia? A nuestro Cristo lo despojaron de sus ropas, qué
dolor, qué tristeza, qué abandono, que impotencia y que vergüenza
sintió, y lo soportó porque su propósito tenía que llegar hasta el fin,
a fin de cubrir nuestra desnudez, ya que estábamos muertos en
delitos y pecados.

El apóstol Pablo para la desnudez, por inspiración divina, nos


aconseja cómo debemos vestirnos, tanto los hombres como las
mujeres, para esto tenemos que ser muy cuidadosos al exhortar a
las jovencitas, y jovencitos.

Permita que sea la Palabra que lo haga, ayúdele a crecer en


este aspecto, sin avergonzarlo. Sin embargo, la peor desnudez es la
del alma, la que con temor y temblor debemos cuidar con todo el
celo que atañe a la verdad de Dios.
Ya que ésta tiene una poderosa influencia delante de Dios, la
cual nos impedirá verle cara a cara. Por favor, releamos una y otra
vez la situación tan caótica en que estaba la Iglesia en Laodisea.

Dios sabía cómo estaban las almas de estos cristianos, tenían


una posición óptima en cuanto a lo material, más sin embargo, una
decadencia espiritual imperaba en sus vidas, a tal grado que les
advierte que serían vomitados; y todavía tenían el coraje de decirle
que no necesitaban de Él.

Pero Él les desnuda el alma, al enumerarle lo que realmente


eran, desventurados, miserables, pobres, ciegos, desnudos. «
Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna
cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado,
miserable, pobre, ciego y desnudo ». (Apocalipsis 3:17).

Que nuestro Dios nos diga: « Yo te conozco », es fuerte, porque


solo Él es capaz de penetrar hasta nuestra alma misma. Tomemos
el consejo que nos da, y afiancémonos cada día de no estar
desnudos delante de su presencia en el día del Juicio final.

« Por tanto, yo te aconsejo que de mí compres oro refinado en


fuego, para que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte, y que
no se descubra la vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con
colirio, para que veas. Yo reprendo y castigo a todos los que amo;
sé, pues, celoso, y arrepiéntete ». (Apocalipsis 3:18,19).

VENGANZA
Q ué tema este, pues yo ya he pasado por esto, pues no
queremos soportar el agravio, y que se burlen de nuestra integridad.
Gracias a Dios que me he dado cuenta que al actuar de esa
manera, estoy insultando el nombre de Dios, cuando quiero tomar
en mis manos algo que no puedo manejar por mi propia cuenta, y
luego me convierte en persona peor que la que me ha dañado.
« No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad
lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo
pagaré, dice el Señor ». (Romanos 12:19). Si podemos hacer algo,
que todo sea guiado por Dios, con sinceridad y amor, cosa difícil
pero así dice Dios. « Por lo cual, desechando la mentira, hablad
verdad cada uno con su prójimo; porque somos miembros los unos
de los otros ». (Efesios 4:25).

Dice el diccionario que vengar, es: « Causar mal a alguien, como


reparación de injurias, agravio, o daño recibido ». Es duro recibir
agravios solo porque oímos algo negativo de alguien, digo que el
que actúa de esta manera no ha crecido en Cristo, todavía
continúan en él o ella residuos de su pasada manera de vivir.

Dicen que la venganza es dulce, esto lo puede decir un pagano


que no conoce las Sagradas Escrituras, pero nosotros los hijos de
Dios no podemos pensar ni actuar de esa manera.

Para vengarnos de alguien no necesariamente tiene que ser con


un arma. « Todo aquel que aborrece a su hermano es homicida; y
sabéis que ningún homicida tiene vida eterna permanente en él ».
(1º Juan 3:15).

La venganza nunca ha traído buenos resultados, y lo más triste


es que nos podrimos en nuestro interior al estar pensando como
vengarnos de alguien.
Dios grita desde el Antiguo Testamento a que no practiquemos
la venganza. « No aborrecerás a tu hermano en tu corazón;
razonarás con tu prójimo, para que no participes de su pecado. No
te vengarás, ni guardarás rencor a los hijos de tu pueblo, sino
amarás a tu prójimo como a ti mismo ». (Levíticos 19:17,18).

La venganza no trae satisfacción, porque no somos justos, no


sabemos si fuimos más severos, o menos severos de lo que la
persona merecía.
Esaú juró matar a Jacob por haberle quitado su primogenitura,
esto causó que Jacob huyera de él; una cabeza caliente hace que
se digan muchas cosas indebidas. ¡Qué buen final tuvo este tiempo
que se ausentaran el uno del otro! « Pero Esaú corrió a su
encuentro y le abrazó, y se echó sobre su cuello, y le besó; y
lloraron ». (Génesis 33:4).

Bien nos habla el poderoso Dios que todo tiene su tiempo,


siempre esperemos el tiempo de Dios. « Mía es la venganza y la
retribución; a su tiempo su pie resbalará ». (Deuteronomio 32:25).
Tengamos cuidado con estas palabras de Dios pues nos las repite
en Hebreos 10:30. Cuando él dice « mía », es que solo él puede
ejecutarla. El v. 31 nos presenta esta sentencia: «¡Horrenda cosa es
caer en manos del Dios vivo! »

El profeta Nahúm nos habla de la ira de Dios contra Nínive, y


hace esta interrogante: « ¿Qué pensáis contra Jehová? El hará
consumación; no tomará venganza dos veces de sus enemigos ».
(Nahúm 1:9).

Conocemos la verdad infalible de Dios, no la ignoremos al tomar


algo que solo a él le pertenece. Que nuestra oración diaria sea por
aquellos que no han medido sus palabras en contra de su prójimo.
Esperemos y confiemos en Nuestro Dios ya que Él es justo.
DICEN QUE
E stas dos palabras han causado tanto daño en la Iglesia,
como fuera de ella. Y es que en ellas podemos esconder una falsa
apreciación de una persona dañándole su integridad, especialmente
si las usamos con el fin de causar inestabilidad espiritual tanto en la
Iglesia como individualmente.

Se usa como una manera de difamar, calumniar, denigrar e


injuriar a nuestro prójimo. El consejo que Tito nos da es muy
acertado: « Que a nadie difamen, que no sean pendencieros, sino
amables, mostrando toda mansedumbre para con todos los
hombres ». (Tito 3:2).
Esta frase no es nueva, pues Satanás la dijo a Eva en el Edén,
disfrazando una verdad que Dios le había dado a Eva. Por eso es
que esta frase es la tercera persona del plural del presente
indicativo; ni siquiera se encuentra en el diccionario « dicen que »,
porque se refiere a otras personas que dijeron algo, que puede ser
verdad o puede ser mentira, depende de la buena o mala intención
con que se use.

Qué bueno cuando nos enfocamos en que nuestra palabra sea


sí, sí, no, no. Pero qué tendencia a no asumir una injuria que yo
quiero hacerle a mi prójimo, sino que usamos el « dicen que », es
falta de hombría, y falta de honestidad. Por esta manera de hablar,
se ha dividido mucho la Iglesia, se han roto amistades, y se
traspasan los linderos bíblicos de la palabra santa, precisamente por
carecer de sinceridad de los unos para con los otros.

« El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo


bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo
malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca ». (Lucas
6: 45).

De Juan el Bautista solamente porque no comía como usted y


yo decían que tenía demonios (Lucas 7:33). De Cristo decían que
era un «.. .comilón y bebedor de vino, amigo de publicanos y de
pecadores ». (Lucas 7:34).

Si usted tiene esta tendencia, por amor a su alma, ore para que
le sea quitada, pues es un obstáculo a su misión y visión espiritual
en esta tierra, como también para ganar el cielo.

Use esta frase para decir: Dicen que usted tiene la virtud de usar
y trazar bien las Escrituras, es decir, que sean palabras que
edifiquen el alma, que construyan amistades, que evoquen al amor,
que inspiren pensamientos positivos. « Todo árbol que no da buen
fruto, es cortado y echado en el fuego. Así que, por sus frutos los
conoceréis ». (Mateo 7:19-20).
EL MAR MUERTO
E l mar muerto que se encuentra entre Israel, Jordania y otros
territorios palestinos, tiene una característica por la cual su nombre
nos dice mucho. En el no hay vida, está lleno de sales y minerales a
tal grado que no puede crecer ninguna clase de planta, ni peces;
muy diferente a los mares y lagos donde se puede apreciar la fauna
en su esplendor.

Es totalmente distinto al Jordán, y qué paradojas, justamente el


Jordán abastece a este mar, pero éste no comparte con nadie
debido a que se encuentra en una zona desértica, más que todo se
evapora su agua por la cantidad de cloruro de magnesio, sodio,
calcio y otros minerales.

Hoy en día es muy visitado por muchas personas que van en


busca de la belleza, porque se dan baños de lodo, incluso la misma
Cleopatra visitó ese lugar, las personas van por fines terapéuticos ya
que les ayuda darse baños para curar sus dolencias. Y buena
noticia para los que no saben nadar, no se preocupen, debido a la
alta concentración de sal y minerales, usted puede estar en lo más
profundo y no se hunde, desde allí puede tranquilamente hablar por
su celular sin problemas, leer en posición acostada el periódico, un
libro, etc. solamente que no le entre ni una gota de agua en sus
ojos.

Mi enfoque principal es que hay muchas personas que son


parecidas al mar muerto, viven cargadas de egoísmo, de envidias,
de avaricia, las cuales les impiden el tener la virtud de compartir, son
miserables hasta con Dios, demás está decirlo Él no necesita de
nosotros ya que es el dueño del universo. « Mía es la plata, y mío es
el oro, dice Jehová de los ejércitos ». (Hageo 2:8).
Jesús no nos deja en el aire, Él nos dejó toda su enseñanza a
través de su bello ejemplo. « Pues para esto fuisteis llamados;
porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo,
para que sigáis sus pisadas» . (1ª Pedro 2:21).

Sin embargo, muchas veces estamos tan llenos del viejo


hombre como el ejemplo del joven rico, sabía todo, pero estaba
perdido. Pensó que al decirle « Maestro bueno » (Mateo 19:16).
¡Cuidado!, al Maestro no se le viene con adulaciones o chantajes. «
No os hagáis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe
de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis ».
(Mateo 6:8).

Evidentemente, Él sabe todas las cosas antes de que le


pidamos. Si quieres la vida eterna tienes que guardar los
mandamientos, ¿Cuáles? (Mateo 19:18-20), no me estás diciendo
nada nuevo porque todo lo he guardado desde mi juventud, sí pero
desde su juventud había guardado muchas riquezas sin compartirlas
como el mar muerto. Sabía todo lo concerniente a la ley, pero era
insensible a las necesidades de su prójimo.

Lamentablemente, hay muchos que están perdidos dentro de la


Iglesia por tener esta actitud que no refleja a Jesucristo que dio su
vida para que tuviéramos la vida abundante de la que gozamos, al
marcarlo Jesús con su tajante respuesta: « Jesús le dijo: Si quieres
ser perfecto, anda, vende lo que tienes, y dalo a los pobres, y
tendrás tesoro en el cielo; y ven y sígueme ». (Mateo 19:21). A
cambio de ser generosos, Jesús nos ofrece vivir con Él por la
eternidad, pero no todos estamos dispuestos a pagar el precio.
« Oyendo el joven esta palabra, se fue triste, porque tenía
muchas posesiones ». (Mateo 19:22). Este joven decidió continuar
ser un imitador del mar muerto. « Más bienaventurado es dar que
recibir ». (Hechos 20:35).

Dios nos da la sabiduría, en ningún momento nos inclina a ser


insensatos, sino solo a ser dadivosos, misericordiosos con el
necesitado, con un corazón realmente dispuesto a hacer el bien.
« Porque si primero hay la voluntad dispuesta, será acepta
según lo que uno tiene, no según lo que no tiene. Porque no digo
esto para que haya para otros holgura, y para vosotros estrechez,
sino para que en este tiempo, con igualdad, la abundancia vuestra
supla la escasez de ellos, para que también la abundancia de ellos
supla la necesidad vuestra, para que haya igualdad, como está
escrito: El que recogió mucho, no tuvo más, y el que poco, no tuvo
menos ». (2ª Corintios 8:12-15).

PREJUZGAR
C uánto desprecio nos evitaríamos si antes de prejuzgar a
alguien nos indagáramos de la certeza de dicho acto. Según el
diccionario prejuzgar significa: « Sentenciar sin conocimiento de
causa, o sin suficiente reflexión ». Es un verbo transitivo, ya que
daña a otras personas.

Muchas veces no nos damos tiempo de analizar una situación


sino que simplemente lo damos por hecho. Cuánto nos falta
aprender, algunos piensan que ya se graduaron y no necesitan que
nadie les enseñe, a estos les digo «... no les ha amanecido ».
(Isaías 8:20).
Nunca nos graduamos en Biblia, siempre continuamos en ese
proceso de aprendizaje. Sabios consejos que Pablo dio a Timoteo. «
Entre tanto que voy, ocúpate en la lectura, la exhortación y la
enseñanza. Ocúpate en estas cosas; permanece en ellas, para que
tu aprovechamiento sea manifiesto a todos » (Timoteo.4:13,15).
Tengamos cuidado cuando prejuzgamos por pura apariencia, una
vez una de mis hijas vio en el periódico a un hombre muy feo, e
inmediatamente dijo este hombre ha de ser malo, qué lección recibió
cuando juntas leímos la noticia de él, le estaban galardonando por
un buen acto que había hecho.
Esto me hace recordar a los hermanos de David cuando fue
enviado por su Padre a dejarles alimento a sus hermanos, pero sus
hermanos lo prejuzgaron. « Y oyéndole hablar Eliab su hermano
mayor con aquellos hombres, se encendió en ira contra David y dijo:
¿Para qué has descendido acá? ¿Y a quién has dejado aquellas
pocas ovejas en el desierto? Yo conozco tu soberbia y la malicia de
tu corazón, que para ver la batalla has venido ». (1º Samuel 17:28).

Me encanta como les respondió David a pesar de su juventud. «


David respondió: ¿Qué he hecho yo ahora? ¿No es esto mero
hablar? » (V. 29). Así debe ser el hombre que es íntegro, cuando le
prejuzgan. El mismo rey le prejuzgo, por su juventud, sin embargo
creyó en sus palabras cuando este le dijo: « Añadió David: Jehová,
que me ha librado de las garras del león y de las garras del oso, él
también me librará de la mano de este filisteo. Y dijo Saúl a David:
Ve, y Jehová esté contigo ». (v. 37).

Debemos pensar al prejuzgar a alguien quien está influenciando


nuestros pensamientos, será la astucia con que nos cuentan las
cosas, o Dios que es el que en realidad conoce las estaciones, y
sobre todo nuestro corazón. « Porque cuál es su pensamiento en su
corazón, tal es Él ». (Proverbios 23:7). Por prejuzgar sin tener
elementos de juicio, iba a exterminarse a los hijos de Rubén, y la
media tribu de Manasés.

« Y llegando a los límites del Jordán que está en la tierra de


Canaán, los hijos de Rubén y los hijos de Gad y la media tribu de
Manasés edificaron allí un altar junto al Jordán, un altar de grande
apariencia ». (Josué 22:10). Ellos solo estaban mostrando
agradecimientos para Dios, pero fueron prejuzgados: « Toda
la congregación de Jehová dice así: ¿Qué transgresión es esta con
que prevaricáis contra el Dios de Israel para apartaros hoy de seguir
a Jehová, edificándoos altar para ser rebeldes contra Jehová? » (V.
16).
Pero ellos les dijeron: Nos están prejuzgando sin elemento
alguno, no es así: « Entonces los hijos de Rubén y los hijos de Gad
y la media tribu de Manasés respondieron y dijeron a los cabezas de
los millares de Israel: Jehová Dios de los dioses, Jehová Dios de los
dioses, él sabe, y hace saber a Israel: si fue por rebelión o por
prevaricación contra Jehová, no nos salves hoy » (vv. 21, 22).

Cuidado: « Lo hicimos más bien por temor de que mañana


vuestros hijos digan a nuestros hijos: ¿Qué tenéis vosotros con
Jehová Dios de Israel?... Y dijo Finees hijo del sacerdote Eleazar a
los hijos de Rubén, a los hijos de Gad y a los hijos de Manasés: Hoy
hemos entendido que Jehová está entre nosotros, pues que no
habéis intentado esta traición contra Jehová. Ahora habéis librado a
los hijos de Israel de la mano de Jehová ». (vv. 24, 31).

Muchas veces actuamos despiadadamente, al grado que no


escuchamos los razonamientos espirituales, sino que damos por
sentado porque el hermano que nos está diciendo lo consideramos
muy espiritual, e invalidamos el consejo de Dios.

Cristo fue blanco de los escribas y fariseos, que aún los hay hoy
en día. Que la abundancia del amor de Dios nos instruya cada día a
conocerle mejor, para que no prejuzguemos, sin tomar en cuenta su
sabiduría inagotable.
LA SEQUÍA
H ablar de la sequía es hablar de muerte, ya que nuestro
cuerpo se compone de un 70% de agua, podríamos decir que el
agua es el principal componente de nuestro cuerpo, ya que se
distribuye por todo el torrente sanguíneo. Por eso los expertos en
salud recomiendan que el ser humano debe consumir ocho vasos
de agua al día, hacerlo nos ayuda a mantener nuestra piel hidratada
y nuestros riñones muy agradecidos.
En nuestro país estamos pasando por una falta de lluvia,
tremenda a tal grado que muchas cosechas se han perdido. Vi una
noticia donde aparecieron unas reses muertas por haber comido
sorgo que, por carecer de agua, no germinó, y ellas comieron el
químico que tenía dicho alimento, lo cual les causó una intoxicación
severa.

Estamos cada vez más llenos de asfalto, además, la tala


indiscriminada de los árboles por tanta construcción, hace que las
nubes no dejen caer el agua que alimenta la tierra preparándola
para las siembras. Cuán necesaria nos es el agua, a diario se
cierran calles por la gente promulgándose por el vital líquido del cual
todos tenemos derecho, y ahora los cielos se cierran, a tal grado
que como Elías tenemos que orar no tres veces sino
constantemente para que nuestro Dios nos la envíe.

Se nos habla en la Palabra divina de la sequía espiritual que el


ser humano sufre, que, por no buscarla, muere internamente con su
alma completamente disecada, ya no es por ignorancia de no saber
de Dios, sino por ignorar al que nos ofrece agua viva que sacia el
alma. Ya no hay excusa, pues tantas Biblias que se regalan, las
cuales son arrinconadas, por no darle la importancia a la sed
espiritual.
Esta clase de personas solo viven para saciar sus apetitos
carnales, pecado que los antepasados cometieron al ignorar
completamente a Dios. «…y he aquí gozo y alegría, matando vacas
y degollando ovejas, comiendo carne y bebiendo vino, diciendo:
Comamos y bebamos, porque mañana moriremos ». (Isaías 22:13).
Aún este pensamiento es expresado por algunos cristianos tomando
la venida del señor muy lejos.

No se confundan mis hermanos, y que las luces del mundo no


les hagan dejar de anhelar beber del agua de la roca, que nos
sostiene. « Gruñimos como osos todos nosotros, y gemimos
lastimeramente como palomas; esperamos justicia, y no la hay;
salvación, y se alejó de nosotros ». (Isaías 58:11).
La sequía que vivieron los antepasados, fue por su pecado, por
su displicencia que tenían hacia Dios, por eso les decía Hageo que
la sequía espiritual les nublaba tanto el alma, que poco les
importaba ofender a Dios. « Pues así ha dicho Jehová de los
ejércitos: Meditad bien sobre vuestros caminos… Buscáis mucho, y
halláis poco; y encerráis en casa, y yo lo disiparé en un soplo. ¿Por
qué? dice Jehová de los ejércitos. Por cuanto mi casa está desierta,
y cada uno de vosotros corre a su propia casa. Por eso se detuvo de
los cielos sobre vosotros la lluvia, y la tierra detuvo sus frutos. Y
llamé la sequía sobre esta tierra, y sobre los montes, sobre el trigo,
sobre el vino, sobre el aceite, sobre todo lo que la tierra produce,
sobre los hombres y sobre las bestias, y sobre todo trabajo de
manos ». (Hageo: 1:5,9-11).

Busquemos ardientemente la fuente que no seca el alma, y


podamos decir como David, el hombre conforme al corazón de Dios.

« Dios, Dios mío eres tú; De madrugada te buscaré; mi alma


tiene sed de ti, mi carne te anhela, En tierra seca y árida donde no
hay aguas, Para ver tu poder y tu gloria, así como te he mirado en el
santuario ». (Salmos 63:1). Jesucristo nos dice en Juan 6:35: «
Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca
tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás ».

A MI MANERA
A pesar de que es una bonita canción, la cual habla de un
hombre de avanzada edad, y cercano a la muerte, que mira
satisfecho el acontecer de su vida mientras relata algunos de los
aspectos más relevantes de ésta a un amigo, el cual lo escucha
atentamente sentado a su lado, la vida que él vivió a su manera,
canción que inmortalizó Frank Sinatra en la cual algunos fragmentos
dicen que jamás se arrepintió y que fue feliz a su manera, se
equivocó, lloró, amó.
Ahora que cesan mis lágrimas encuentro todo tan divertido,
pensar que yo hice todo eso y permítanme decirlo, sin timidez, yo lo
hice a mi manera. Llanamente puedo decir que Dios no estaba en
sus planes de vida. Permítanme recordarles que es una insensatez
querer vivir a nuestra manera.

Todos los que han vivido así están haciéndole compañía a aquel
rico que vivió a su manera ignorando y pisoteando al pobre, con
mucha educación la cual caracterizaba a Lucas, el médico nos
relata. « Había un hombre rico, que se vestía de púrpura y de lino
fino, y hacía cada día banquete con esplendidez ». (Lucas 16:19).

Por supuesto que ser rico no es ningún pecado, siempre que no


tenga que despojar a nadie, y que sea fruto de su trabajo, éste vivía
a su manera, tenía todo el dinero del mundo para hacerlo, pero esta
opulencia mal balanceada lo llevó a enfrentarse un día con la
muerte, es algo que el dinero no evita.

Cuando se vio en tormento pidió ayuda a aquél pobre que en


vida había despreciado. Recordemos que tarde o temprano la
muerte es inminente y podemos escuchar los gritos de aquél rico
pidiendo compasión. « Había también un mendigo llamado Lázaro,
que estaba echado a la puerta de aquél, lleno de llagas, y ansiaba
saciarse de las migajas que caían de la mesa del rico; y aun los
perros venían y le lamían las llaga. Y en el Hades alzó sus ojos,
estando en tormentos, y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro en su
seno ». (Lucas 16:20, 21,23). Nosotros no podemos tener actitudes
de vivir a nuestra manera la vida que por gracia de Dios hemos
conocido, nuestra manera de vivir nos insta a ser diferentes.

« Y Jesús le dijo: Ninguno que poniendo su mano en el arado


mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios ». (Lucas 9:62).
Ahora tenemos que vivir la vida que agrada a Cristo, todo lo que
hagamos a nuestra manera ignorando las leyes divinas, nos saldrá
mal.
Si usted cree que no, le invito a que le demos un vistazo a
Sansón, que terminó siendo payaso de sus enemigos, o a Salomón
el rey, con una sabiduría grande. « Toda la tierra procuraba ver la
cara de Salomón, para oír la sabiduría que Dios había puesto en su
corazón ». (1º Reyes 10:24).

Pero éste después quiso vivir la vida a su manera. « Y tuvo


setecientas mujeres reinas y trescientas concubinas; y sus mujeres
desviaron su corazón ». (1º Reyes 11:3). Ya no sujeto a Dios, su fin
lo dice con sus palabras: « Vanidad de vanidades, dijo el
Predicador; vanidad de vanidades, todo es vanidad ». (Eclesiastés
1:2).

En la Iglesia no podemos hacer las cosas a nuestra manera


porque Cristo es la cabeza de la Iglesia. Cristo nos invita a vivir a su
manera, y yo quiero vivir a la manera de Cristo hasta mi último
suspiro.

Es mi plegaria permanente. « Si, pues, habéis resucitado con


Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la
diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la
tierra. Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con
Cristo en Dios. Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces
vosotros también seréis manifestados con él en gloria ».
(Colosenses 3:1-4).

PECADOS NO CONFESADOS
E s triste y desanimado ver tantas sillas vacías en una
congregación, los que estamos al frente nos preguntamos el por
qué, si tienen alimento espiritual continuamente.

A veces los conflictos que se dan en las congregaciones desaniman


a la hermandad, pero lo peor es cuando hay pecados ocultos que no
han sido confesados. Todo el tiempo la Iglesia tiene que estar
aplicando el jabón, o sea la disciplina a la Iglesia, para que le
presentemos frutos dignos.
Dios siempre ha deseado que su pueblo sea sincero en la
adoración que le presenta. En el pasado Dios reclama su honra a
los sacerdotes, su temor porque le estaban ofreciendo lo peor. «
Habéis además dicho: ¡Oh, qué fastidio es esto! y me despreciáis,
dice Jehová de los ejércitos; y trajisteis lo hurtado, o cojo, o
enfermo, y presentasteis ofrenda. ¿Aceptaré yo eso de vuestra
mano? Dice Jehová. Maldito el que engaña, el que teniendo machos
en su rebaño, promete, y sacrifica a Jehová lo dañado. Porque yo
soy Gran Rey, dice Jehová de los ejércitos, y mi nombre es temible
entre las naciones ». (Malaquías 1:13-14). Lo triste que vemos ese
menosprecio para Dios siempre, porque no nos acercamos
a Dios con un corazón lleno de agradecimiento.

Cómo tener una miserable idea que a Dios podemos engañarlo,


simulando una pobre y mediocre adoración, teniendo el corazón
podrido. « Porque Jehová Dios de Israel ha dicho que él aborrece el
repudio, y al que cubre de iniquidad su vestido, dijo Jehová de los
ejércitos. Guardaos, pues, en vuestro espíritu, y no seáis desleales
». (Malaquías 2:16).

Cuánta historia cargada de engaño, qué ignorancia la del ser


humano, Dios no puede ser burlado. « No os engañéis; Dios no
puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso
también segará ». (Gálatas 6:7).
Acán sí lo pensó, y qué desastre causó su pecado no
confesado, 36 Israelitas murieron por su pecado. El pueblo de Dios
decayó en su vigor, en su fuerza, en su coraje, se vino abajo como
agua, desfalleciendo su ánimo, su valor.

Josué no entendía el porqué de la derrota, a tal grado que le


reclama a Dios. « Y Josué dijo: ¡Ah, Señor Jehová! ¿Por qué hiciste
pasar a este pueblo el Jordán, para entregarnos en las manos de los
amorreos, para que nos destruyan? ¡Ojalá nos hubiéramos quedado
al otro lado del Jordán! ». (Josué 7:7). Mientras Josué se lamenta de
lo que no entiende, Dios se lo explica y le dice el por qué.
« Y Jehová dijo a Josué: Levántate; ¿por qué te postras así
sobre tu rostro? Israel ha pecado, y aun han quebrantado mi pacto
que yo les mandé; y también han tomado del anatema, y hasta han
hurtado, han mentido, y aun lo han guardado entre sus enseres. Por
esto los hijos de Israel no podrán hacer frente a sus enemigos, sino
que delante de sus enemigos volverán la espalda, por cuanto han
venido a ser anatema; ni estaré más con vosotros, si no destruyereis
el anatema de en medio de vosotros. Levántate, santifica al pueblo,
y di: Santificaos para mañana; porque Jehová el Dios de Israel dice
así: Anatema hay en medio de ti, Israel; no podrás hacer frente a tus
enemigos, hasta que hayáis quitado el anatema de en medio de
vosotros ». (Josué 7:10-13).
Muchas veces hace falta una limpieza en la Iglesia, pregunté a
una joven si se iba a quedar a la clase de mujeres, esto sucedió
después de la reunión de adoración un día del Señor, me respondió
que no; ella había hecho comentarios muy espirituales de una
actividad reciente, le dije, pero eso no va de acuerdo al comentario
que hace poco hiciste. Me contestó que estaba empalagada de
tanta Palabra de Dios y que podía vomitar.

Por supuesto, me sorprendió mucho su respuesta y actitud, le


dije lo que dice el apóstol Pablo en 1ª Corintios 14:40, «… pero
hágase todo decentemente y con orden ».
Ella me dijo, ahora quiero hacerlo al revés, me confundió su
cristianismo. Terminó yéndose por su cuenta de la Iglesia, qué
bueno: « Porque de la abundancia del corazón habla la boca ».
(Mateo 12:34).

El pecado escondido siempre saldrá a la luz tarde o temprano.


«… y el que fuere sorprendido en el anatema, será quemado, él y
todo lo que tiene, por cuanto ha quebrantado el pacto de Jehová, y
ha cometido maldad en Israel ». (Josué 7:15). Qué triste y merecido
final el de Acán, Dios terminó con toda su familia. « Y le dijo Josué:
¿Por qué nos has turbado? Túrbete Jehová en este día. Y todos los
israelitas los apedrearon, y los quemaron después de apedrearlos ».
(Josué 7:25).
Dios y Cristo, como el Espíritu Santo, no toleran el pecado en la
Iglesia, si no, dé un vistazo a las 7 Iglesias de Apocalipsis 2,3. «
Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida
eterna en Cristo Jesús Señor nuestro ».(Romanos 6:23).

¿POR QUÉ NO TE CALLAS?


E sta interrogante se hizo famosa cuando el rey Juan Carlos
de España, se la dijo al presidente de Venezuela, Hugo Rafael
Chávez Frías. Hizo tanto alboroto que los comerciantes comenzaron
a sacarle lucro, estampando dichas palabras en camisetas y en
algunos otros objetos, un escritor ha editado hasta un libro
poniéndole estas palabras como título. Son palabras fuertes, pero
como dice este escritor en su libro, « No es lo que decimos, sino
cómo lo decimos ». Por supuesto con un grito, es natural que
hagan subir el furor.

Estas palabras las hemos dicho a nuestros hijos, a nuestros


esposos alguna vez, si se las decimos con un tono de voz suave,
por supuesto que no se va a tener la misma reacción.

Todos hemos leído cuando Pedro con su carácter impulsivo,


toma aparte a Jesús para persuadirle que a lo mejor no valía la pena
que muriera por nosotros. Pero Jesús luego le puso en su lugar
callándole en público. « Esto les decía claramente. Entonces Pedro
le tomó aparte y comenzó a reconvenirle. Pero él, volviéndose y
mirando a los discípulos, reprendió a Pedro, diciendo: ¡Quítate de
delante de mí, Satanás! Porque no pones la mira en las cosas de
Dios, sino en las de los hombres ». (Marcos 8:32,33).

Una vez en unas conferencias, estaba una madre con su hijo y


este bebé estaba llorando demasiado, por supuesto que a la madre
le faltó prudencia ya que no hizo nada por controlar a su niño, ni se
salió a un lugar apartado, el conferencista dijo con voz enérgica: «
Que esa madre calle a su hijo ». Hubo un silencio profundo, esa
madre hasta que fue amonestada salió con su niño.
Tengamos cuidado, seamos inteligentes, no esperemos que
nadie nos calle, como madres debemos ser delicadas con nuestros
hijos sabiéndoles educar y disciplinar. Tengamos cuidado cómo
empleamos las palabras, no sólo le demos rienda suelta a la lengua
sin pensar.

Sucedió algo cuando Moisés manda a reconocer la tierra de


Canaán, y algunos comenzaron a argumentar que era imposible,
estos fueron callados. « Entonces Caleb hizo callar al pueblo
delante de Moisés, y dijo: Subamos luego, y tomemos posesión de
ella; porque más podremos nosotros que ellos ». (Números 13: 30).

Nehemías el profeta, manda callar al pueblo, y le pide que se


concentraran en el gozo de escuchar la palabra de Dios, que se
deleitaran en el gozo del Señor porque Él es un Dios dispuesto a
perdonar, bondadoso y compasivo. « Los levitas, pues, hacían callar
a todo el pueblo, diciendo: Callad, porque es día santo, y no os
entristezcáis ». (Nehemías 8:11). Esta forma de callar iba cargada
de mucha compasión. Tomemos ejemplo en que la diferencia está
no en lo que decimos, sino cómo lo decimos.
DEFRAUDAR
T odos en alguna vez hemos sido defraudados, el que no haya
pasado por eso es porque ya no está entre nosotros. Su significado
nos deja claro el marco de un sabor no grato, ya que nos dice que
es perder la confianza o esperanza que se tenía en alguien o algo.
Es un verbo que está relacionado con una violación de la confianza.

La persona que defrauda a otra le ha mentido o no ha cumplido.


Mientras no estemos en el cielo, seremos defraudados, o, nosotros
defraudaremos a alguien. Este hecho sucede en todos los
ambientes, en el cual estemos involucrados como entes sociales.
Tenemos que aprender que siempre que nos suceda esto, el mundo
continuará girando, que la vida no se detiene por un desengaño, que
el sol no deja de brillar y que ni una estrella en el infinito dejará de
existir. Por el contrario, tomemos este mal momento para crecer,
para aprender, y convencernos que somos humanos nada más.

Cuán necesario es que estemos muy familiarizados con la


Palabra de Dios, en ella encontraremos siempre la palabra
adecuada para la situación que estamos pasando, recordemos que
Dios nos habla cuando abrimos su Palabra, debemos tomarla día a
día como el postre diario, no solo para eventos especiales.

Cuando sintamos que el mundo se nos viene encima por una


situación de engaño de que nos han defraudado, no nos olvidemos
que nosotros defraudamos a Dios con cada actitud mal encaminada.
Tristemente le digo que los más defraudados somos nosotros.

« Bienaventurado el hombre que me escucha, velando a mis


puertas cada día, Aguardando a los postes de mis puertas. Porque
el que me halle, hallará la vida, Y alcanzará el favor de Jehová. Más
el que peca contra mí, defrauda su alma. Todos los que me
aborrecen aman la muerte ». (Proverbios 8:34-36). ¡Qué duele!,
recordemos que el poderoso Dios nos creó con sentimientos, de lo
cual debemos sentirnos satisfechos, de lo contrario seríamos una
chatarra, que cuando termina su tiempo de vida, se amontona para
pasar por una máquina para ser convertida en un objeto, y no
somos eso, los objetos se usan, las personas no podemos entender
a Esaú que fue engañado por su propio hermano, podemos
entender a su hermano Jacob engañado por su tío Labán, y éste
engañado por su sobrino. Samuel lloró cuando Saúl hizo lo contrario
de lo que él le había dicho por mandato de Dios, con respecto a la
destrucción total de los amalecitas. « Y nunca después vio Samuel a
Saúl en toda su vida; y Samuel lloraba a Saúl; y Jehová se
arrepentía de haber puesto a Saúl por rey sobre Israel ». (1º Samuel
15:35).
Tengamos la valentía de levantarnos y reivindicarnos, y actuar
con sabiduría Espiritual no terrenal. « Cuando Jesús llegó a aquel
lugar, mirando hacia arriba, le vio, y le dijo: Zaqueo, date prisa,
desciende, porque hoy es necesario que pose yo en tu casa.
Entonces él descendió aprisa, y le recibió gozoso. Al ver esto, todos
murmuraban, diciendo que había entrado a posar con un hombre
pecador. Entonces Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: He aquí,
Señor, la mitad de mis bienes doy a los pobres; y si en algo he
defraudado a alguno, se lo devuelvo cuadruplicado ». (Lucas 19:5-
8).

Que nuestros hogares y la Iglesia se llenen de bendición al


darnos Jesús seguridad que Él realmente mora en nuestras vidas. Y
aprender con buena conciencia de Zaqueo que estemos dispuestos
al cambio total. Defraudar, engañar, son verbos que se usan para
decepcionar, desilusionar, frustrar a una persona.

¡Que siempre la ayuda divina nos ayude cuando somos


defraudados, y tengamos cuidado de no defraudar a nadie! « Pero
ahora os jactáis en vuestras soberbias. Toda jactancia semejante es
mala; y al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado »
(Santiago 4:16-17). El Señor se desilusionó del mundo por causa de
su pecado, pero a pesar de todo le dio salvación.

VELAS APAGADAS
H ace unos días en el hospital donde se encuentra recluida mi
madre por la enfermedad del alzheimer, les hicieron una velada.
Llevaron a un imitador de Elvis Presley, y me llamó la atención que
todo se veía en tinieblas; de manera que pregunté a mi hermana,
por qué estaban casi a oscuras, ella me dijo que la velada era con
velas, le repliqué, por qué no están encendidas, me
respondió: Porque se pueden quemar los enfermos internos.
Muy cierto, eso me hace recordar en tantos hermanos, que
ahora deambulan en similitud de zombies, pues dejaron apagar su
luz, por un pecado que los atrapó, y los mantiene acorralados como
peces en red.

Una vez ellos pronunciaron con certeza y con ímpetu estas


palabras del salmista. « Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién
temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de
atemorizarme? » (Salmos 27:1). Siempre en mi niñez le tuve miedo
a la oscuridad, y un día conocí la verdadera luz, y ahora ya no tengo
ese temor, porque camino en la luz de Dios.

Qué responsabilidad la que tenemos, ser atalayas y no dejar


que nuestra luz se apague, ya que podemos estar dentro de la
Iglesia y no reflejar luz. Ser luz no para crear un señorío, sino para
ser útiles para los que necesitan la luz del Evangelio. « Vosotros
sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se
puede esconder. Ni se enciende una luz y se pone debajo de un
almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en
casa. Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que
vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que esta
los cielos ». (Mateo 5:14-16).

Cuántos aún desprecian la luz del Evangelio, porque les place


vivir en tinieblas, de esta manera continúan constantemente
rechazando la luz que vino al mundo. « Y esta es la condenación:
Que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas
que la luz, porque sus obras eran malas ». (Juan 3:19).

Recordemos que la luz debe resplandecer donde se encuentre,


si tenemos amistad con alguien que no conoce la luz de Cristo,
debemos ser teas ardiendo ante ellos para contagiarlos, no para que
ellos nos leuden con sus oscuridades. « No os unáis en yugo
desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la
justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas? »
(2ª Corintios 6:14).
Dios nos ha tenido tanta compasión y bondad, que al
mantenernos en su obediencia, nos premia al elevarnos a una
categoría que solamente podemos disfrutar con libertad cuando nos
mantenemos cerca de la verdadera luz. « Más vosotros sois linaje
escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios,
para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las
tinieblas a su luz admirable; vosotros que en otro tiempo no erais
pueblo, pero que ahora sois pueblo de Dios; que en otro tiempo no
habíais alcanzado misericordia, pero ahora habéis alcanzado
misericordia » (1ª Pedro 2:9-10).

Debemos ser cuidadosos de ser luz en nuestros hogares, donde


necesitamos que nuestros hijos conozcan la verdadera Luz, no
aparentemos ser luz. « Si decimos que tenemos comunión con Él, y
andamos en tinieblas, mentimos, y no practicamos la verdad; pero
si andamos en luz, como Él está en luz, tenemos comunión unos
con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo
pecado ». (1ª Juan 1:6-7). ¡Que la luz de la esperanza no se apague
en el pueblo de Dios!
FRÍO Y CALIENTE
C uando en algún momento hemos tenido alguna lesión, por
caída o por algún accidente, una de las recomendaciones del
especialista es la terapia de frío y caliente, por supuesto que nuestro
cuerpo es el mejor termómetro para detectar cuánto podemos
aguantar, siempre con precaución de no causar quemaduras por
exceso de helado o caliente.

Dios siempre está interesado en que nuestra salud física sea,


buena, sin descuidar definitivamente la espiritual. « Amado, yo
deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas
salud, así como prospera tu alma ». (3ª Juan 2).
Sin embargo cuando se refiere a la Iglesia de Laodisea, no tiene
nada que pueda alagarles, pues su forma de conducirse era
deplorable espiritualmente. Existía una extrema
desubicación de los parámetros espirituales para ser una Iglesia de
Cristo.

Se dice que Laodisea se encontraba entre dos ciudades


importantes llamadas Colosas y Hierápolis. Colosas estaba
edificada en un valle y hasta ella llegaban desde la montaña arroyos
de aguas frías, mientras que de Hierápolis brotaban manantiales de
aguas termales que llegaban hasta Laodisea formando una
cascada.

Cuando el agua llegaba al valle donde estaba ubicada Laodisea


ya estaba tibia, putrefacta y nauseabunda debido a los minerales, no
servía para beber, como las de Colosas, ni para bañarse como las
de Hierápolis.
Qué características más peculiares de estas aguas, unas
vigorizaban, y otras curaban. A pesar que Cristo tiene palabras de
censura, aún continúa amándoles. « Yo conozco tus obras, que ni
eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente! » (Apocalipsis
3:15).

Debemos aceptar que para Dios no existen intermedios, a pesar


que el ser humanos busque siempre alternativas para desubicar una
verdad que no puede ser cambiada.

El hecho era que la riqueza de los de Laodisea, les había


sucumbido a caer en un grado desagradable ante los ojos del
Creador. « Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a
Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus
razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido ». (Romanos
1:21).
Qué amonestación para esta Iglesia, que también resuena para
nosotros, a fin de que aprendamos a no acomodar la Palabra a
nuestros estados de conveniencia. El vómito es desagradable, hasta
mencionarlo, más desagradable nos debe parecer ser vomitados por
nuestro Hacedor.

Habacuc nos recuerda lo terrible que es deshonrar a Dios con


nuestra falsa identidad ante Él. « Te has llenado de deshonra más
que de honra; bebe tú también, y serás descubierto; el cáliz de la
mano derecha de Jehová vendrá hasta ti, y vómito de afrenta sobre
tu gloria ». (Habacuc 2:16).

La riqueza de Laodisea era la embriaguez de su desenfreno,


olvidándose que todos estamos bajo la lupa de Dios. « Porque tú
dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo
necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable,
pobre, ciego y desnudo ». (Apocalipsis 3:17).

EMBOSCADA
E l ser humano se caracteriza por ser desleal con su prójimo.
Cuando hablo de esta palabra no es invento mío, ya que la
encontramos en diccionarios, así como en la Biblia.
Emboscada es una treta que consiste en esconderse para atacar
por sorpresa. Acción o plan secreto que se prepara en contra de
alguien.
En el campo militar es muy usada esta táctica para derrotar al
enemigo. Tuvimos 12 años de guerra en nuestro país El Salvador.
En nuestra casa fuimos dañados en una emboscada que el ejército
realizó a sus enemigos los guerrilleros, les tiraron un proyectil con
una bazuca el cual cayó en un árbol, el impacto hizo que se
quebraran ventanas y se dañará nuestro techo. Nos protegimos con
nuestras hijas en un solo cuarto, pues comenzaron a atacarse
ambos bandos en conflicto.
El amor de Dios es fiel y eterno, ya que puedo contar lo
sucedido. Como pueblo de Dios, puedo decir que hay muy poco de
esto, realmente, no debería de existir ni esos pocos, ya que hay
mucho en que ocuparnos mientras esperamos el regreso de nuestro
Salvador. Sufrió más el pueblo de Dios en los tiempos de la
preparación del Mesías prometido, desde que Dios por medio de
una zarza llama al temeroso Moisés para que sacara a Su pueblo de
Egipto.

Las emboscadas eran parte de las estrategias usadas por


ambos bandos, Dios las usó para librar a su pueblo como nos relata
Josué. « Entonces se levantaron Josué y toda la gente de guerra,
para subir contra Hai; y escogió Josué treinta mil hombres fuertes,
los cuales envió de noche. Y les mandó, diciendo: Atended,
pondréis emboscada a la ciudad detrás de ella; no os alejaréis
mucho de la ciudad, y estaréis todos dispuestos ». (Josué 8:3,4).
Qué podemos esperar cuando somos asaltados por una calumnia,
por un desliz de la lengua, si Jesús vivió esa experiencia en el
Getsemaní, donde muchas veces derramó toda su angustia ante Su
Padre. « En aquella hora dijo Jesús a la gente: ¿Cómo contra un
ladrón habéis salido con espadas y con palos para prenderme?
Cada día me sentaba con vosotros enseñando en el templo, y no
me prendisteis ». (Mateo 26:55).

Y el apóstol Pablo, jamás se imaginó que experimentaría, lo que


él hacía cuando perseguía a los del camino, les tendía emboscadas
hasta exterminar a los cristianos, ignorando lo que Dios tenía
preparado para él. « Venido el día, algunos de los judíos tramaron
un complot y se juramentaron bajo maldición, diciendo que no
comerían ni beberían hasta que hubiesen dado muerte a Pablo…
Ahora pues, vosotros, con el concilio, requerid al tribuno que le
traiga mañana ante vosotros, como qué queréis indagar alguna cosa
más cierta acerca de él; y nosotros estaremos listos para matarle
antes que llegue ». (Hechos 23:12,15).
Increíble, las paredes oyen, y en este caso su sobrino fue el
ángel de Pablo para dar aviso del ardid del cual sería su final.
Grande es la fidelidad de Dios porque ya se lo había dicho antes. El
plan fue frustrado. « A la noche siguiente se le presentó el Señor y
le dijo: Ten ánimo, Pablo, pues como has testificado de mí en
Jerusalén, así es necesario que testifiques también en Roma… Y
llamando a dos centuriones, mandó que preparasen para la hora
tercera de la noche doscientos soldados, setenta jinetes y
doscientos lanceros, para que fuesen hasta Cesarea; y que
preparasen cabalgaduras en que, poniendo a Pablo, le llevasen a
salvo ante Félix el gobernador ». (Hechos 23:11, 23,24). Dios se
encarga de proteger a sus escogidos que se conducen
correctamente. Tengamos ánimo.

LA ERA DEL HIELO


M e imagino que todos pensaron en la película súper chistosa
en la cual la ardilla Scrat se vuelve loca por una bellota. Tampoco
hablo de la edad de hielo que fue un período frío que abarcó desde
los comienzos del siglo XIV hasta mediados del XIX.

No quiero decirlo, pero es una realidad que vivimos, hermanos


causando divisiones, envidiándose unos a otros, no dudo que este
escrito sea motivo de envidia, mi única intención es que vivamos un
cristianismo real, no de apariencias.

Hay muchos buenos programas, pero no se llevan a cabo por


una opinión que lanzó un hermano, o no apoyar eventos a nivel
nacional cuando son propios de la Iglesia de Cristo, solo porque
determinado hermano que no me cae bien está en el equipo
organizador. Esto es carnalidad de la cual nos habla el apóstol
Pablo.
« De manera que yo, hermanos, no pude hablaros como a
espirituales, sino como a carnales, como a niños en Cristo. Os di a
beber leche, y no vianda; porque aún no erais capaces, ni sois
capaces todavía, porque aún sois carnales; pues habiendo entre
vosotros celos, contiendas y disensiones, ¿no sois carnales, y
andáis como hombres? » (1ª Corintios 3:1-3).

« El amor, no solamente se predica, el amor también se vive y


se practica, hacia el cielo levantemos una mano y la otra
extendámosla al hermano ». (Estrofa de un canto espiritual).

Como siervos de Dios no podemos tener esa actitud ante los


hermanos, de lo contrario, somos peores que los incrédulos.
Muchas veces somos solo hojas verdes en un árbol, somos tan
atrayentes al ojo de ver tanta hermosura, pero nunca damos frutos,
tengamos cuidados no vayamos a ser como la higuera maldita. «
Entonces Pedro, acordándose, le dijo: Maestro, mira, la higuera que
maldijiste se ha secado ». (Marcos 11:21).

Cada vez el cristianismo lo estamos dejando solo para los


domingos, hay parejas que experimentan la estación invernal de vez
en cuando, el invierno puede durar un mes o más, o puede
instalarse durante 30 años, veo esposas que se reúnen en una
congregación y el esposo en otra.

¿Qué está pasando, será que nos estamos desamorando?


vivimos un congelamiento en que no nos importa si mi hermano
solucionó su problema de su sustento, o mi pareja está en una
soledad crónica.

Estamos viviendo como dice el dicho. Vive y deja vivir. Cristo no


nos enseñó algo tan fútil, tan frío ni tan fuera de todo sentimiento
humano, de lo contrario la Iglesia del primer siglo no hubiera
subsistido, porque era necesario vivir de acuerdo a lo que habían
aprendido del Nazareno.
« Todos los que habían creído estaban juntos, y tenían en
común todas las cosas; y vendían sus propiedades y sus bienes, y
lo repartían a todos según la necesidad de cada uno. Y
perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en
las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón,
alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor
añadía cada día a la Iglesia los que habían de ser salvos ». (Hechos
2:44-46).

Realmente debemos de releer la vida de Jesús, y de practicar la


doctrina de los apóstoles. « Pero sed hacedores de la palabra, y no
tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos ».
(Santiago 1:22).
APARIENCIA
S e cuenta que dos niños jugaban en la playa armando
castillos con la arena. A lo lejos venía un anciano todo sucio, con
sus ropas rotas, zapatos muy terminados, llevaba un saco, los niños
alcanzaron a verlo, y cada vez veían que se acercaba a ellos, sus
familias al ver a los niños asustados, los llamaron para donde
estaban ellos, el señor cuando pasó cerca de ellos los volvió a ver, y
se sonrió con ellos, más estas personas no devolvieron la sonrisa; al
siguiente día lo vieron de nuevo, y pudieron enterarse del porque el
señor se agachaba.

Este recogía todos los vidrios que había enterrados en la arena,


para que los niños no fueran a dañarse los pies. Cuántas veces
hemos actuado de esta misma forma nosotros al juzgar por las
apariencias. Y es que el ser humano se dirige por lo que ve, y no
pensamos, no nos detenemos a observar un momento, sino que
emitimos juicios sin fundamento.
Cuando Samuel fue enviado por Dios a Belén con el propósito
de ungir a uno de los hijos de Isaí, cuando vio a Eliab, dijo, « de
cierto delante de Jehová esta su ungido ». (1º Samuel 16:6). « Y
Jehová respondió a Samuel: No mires a su parecer, ni a lo grande
de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová no mira lo que
mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus
ojos, pero Jehová mira el corazón ». (1º Samuel 16:7). David era un
humilde pastorcillo, a lo mejor no era tan grande como sus
hermanos, pero donde el hombre ve un pastor Dios ve un rey.

Tengamos cuidado al dejarnos guiar por las apariencias,


recordemos que Dios está en el cielo donde Él ve al justo y al
injusto. Que el aspecto de lo que vemos, u oímos de nuestros
hermanos, no nos haga imponer las manos con ligereza. « No
juzguéis según las apariencias, sino juzgad con justo juicio ». (Juan
7:24).
MI DEDO ÍNDICE
C uando nace un bebé lo primero que la madre se cerciora es
de todo su aspecto físico, ve sus piecitos cuántos deditos trae y en
sus manitas también. Qué funciones más hermosas tienen nuestras
manos, y cómo el tener completos los deditos nos son de mucha
utilidad.

Siempre en todo hay un pero. Frecuentemente usamos nuestro


dedo índice no sólo para la maravilla de la tecnología, no sólo para
cambiar de canal con el control remoto, lo usamos para muchas
cosas útiles.

Pero también lo usamos para señalar a nuestro hermano una


falta que a lo mejor ni nos consta. Es un adiestramiento del dedo
índice, ¿por qué no es el meñique? A lo mejor es por la posición que
optamos al señalar algo a alguien, siempre los demás dedos quedan
al lado nuestro. ¿Será que al señalar a mi hermano estos demás
dedos me están recordando lo peor que yo soy? ¡El señalar a
alguien es un ataque agresivo, y por cierto muy molesto!
Un personaje que marcó la historia por su prepotencia ante
Dios fue Jeroboam, cuando fue advertido por un varón de Dios de
todas las abominaciones que estaba haciendo incitando al pueblo
de Dios a pecar. « He aquí que un varón de Dios por palabra de
Jehová vino de Judá a Bet-el; y estando Jeroboam junto al altar para
quemar incienso, aquél clamó contra el altar por palabra de Jehová
y dijo: Altar, altar, así ha dicho Jehová: He aquí que a la casa de
David nacerá un hijo llamado Josías, el cual sacrificará sobre ti a los
sacerdotes de los lugares altos que queman sobre ti incienso, y
sobre ti quemarán huesos de hombres. Y aquel mismo día dio una
señal, diciendo: Esta es la señal de que Jehová ha hablado: he aquí
que el altar se quebrará, y la ceniza que sobre él está se derramará.
Cuando el rey Jeroboam oyó la palabra del varón de Dios, que
había clamado contra el altar de Bet-el, extendiendo su mano desde
el altar, dijo: ¡Prendedle! Más la mano que había extendido contra él,
se le secó, y no la pudo enderezar ». (1° Reyes 13:1- 4).

¿Cuántos el día de hoy no tuviéramos el dedo índice?, pero


nuestro Dios nos ama con amor eterno, así como Jeroboam clamó
la restauración por medio del profeta: « Entonces respondiendo el
rey, dijo al varón de Dios: Te pido que ruegues ante la presencia de
Jehová tu Dios, y ores por mí, para que mi mano me sea restaurada.
Y el varón de Dios oró a Jehová, y la mano del rey se le restauró, y
quedó como era antes ». (v. 6).

Nosotros gozamos de la misericordia y bondad de Dios por


medio del Señor Jesucristo y su sangre que nos limpia. « Hijitos
míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno
hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo
el justo ». (1ª Juan 2:1). Nuestro Salvador, pensando en nosotros,
siempre que hablaba, era para enseñarnos acerca del
comportamiento para con nuestros hermanos.
Recuerda que a los suyos vino y estos no le recibieron, más
tarde le buscaban. « Y extendiendo su mano hacia sus discípulos,
dijo: He aquí mi madre y mis hermanos. Porque todo aquel que hace
la voluntad de mi Padre que está en los cielos, ése es mi hermano, y
hermana, y madre ». (Mateo 12:49,50). Cuando nos señalen, que
sea por algo loable, como pasó para elegir al sucesor de Judas. « Y
señalaron a dos: a José, llamado Barsabás, que tenía por
sobrenombre Justo, y a Matías ». (Hechos 1:23).

Que el dedo índice también nos señale cuando andemos


adulterando la Palabra. Cuidado cómo lo trata, como lo señala. « Si
alguno no obedece a lo que decimos por medio de esta carta, a ése
señaladlo, y no os juntéis con él, para que se avergüence.
Mas no lo tengáis por enemigo, sino amonestadle como a
hermano » (2ª Tesalonicenses 3:14,15).

¿A QUÉ VELOCIDAD QUIERES


MORIR?
E sta pregunta se la hizo la policía a un hermano que iba a
una velocidad excesiva en su vehículo. Muchas veces cuando
salimos de casa con nuestras familias, elevamos una oración
pidiendo protección, sin embargo, cuando el jefe de familia agarra el
volante se le olvidó completamente su oración, pues lo que menos
tiene es prudencia al manejar.

Aunque, muchas veces, esta misma pregunta se puede referir a


una bala. El otro día nos quedamos impactados un grupo de
hermanos cuando nos pidieron que oráramos por una familia que
acababa de perder a su hijo, ya que éste se había disparado en la
cabeza. Una bala tiene mucha más velocidad que el Kilometraje de
un vehículo, sin embargo, los resultados son los mismos. Una joven
de 16 años se ahorcó, los padres no entendían el por qué, pues era
una niña con una apariencia sana, espiritualmente hablando. Esta
muerte indudablemente fue lenta.
Justamente hoy murió a los 73 años una señora muy adinerada.
Murió por complicaciones a causa del Alzheimer. Su muerte fue en
su tiempo. Esta señora que no conoció a Dios, se enfrenta ante el
juicio de Dios, sin ninguna esperanza. Y los anteriores ejemplos,
tenían esa hermosa esperanza, pero decidieron renunciar a ella.
Queda contando el cuento nuestro hermano que viajaba a máxima
velocidad. « El hombre que reprendido endurece la cerviz, De
repente será quebrantado, y no habrá para él medicina ».
(Proverbios 29:1). Que sin duda alguna la pregunta de la autoridad
lo dejó pensativo al tomar de nuevo el volante. Dios ha destinado el
día y hora de nuestra muerte, de nosotros depende respetar el
tiempo de Dios o adelantarnos.

« A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros,


que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la
maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu
descendencia ». (Deuteronomio 30:19). Sabio el predicador al
expresar que todo tiene su tiempo. « Todo tiene su tiempo, y todo lo
que se quiere debajo del cielo tiene su hora. Tiempo de nacer, y
tiempo de morir ». (Eclesiastés 3:1,2).

El mismo Señor Jesucristo expresó aún no ha llegado mi hora,


cuando les enseñaba en el templo con toda autoridad, y sus mentes
embotadas no podían discernir lo que él les decía. « Estas palabras
habló Jesús en el lugar de las ofrendas, enseñando en el templo; y
nadie le prendió, porque aún no había llegado su hora ». (Juan
8:20). Y Cuando ésta se llegó, también se los expresó. « Entonces
vino a sus discípulos y les dijo: Dormid ya, y descansad. He aquí ha
llegado la hora, y el Hijo del Hombre es entregado en manos de
pecadores ». (Mateo 26:45).
Seamos agradecidos con la vida que Dios nos da, y que
podamos decir como el salmista. « Aunque ande en valle de sombra
de muerte, No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; Tu
vara y tu cayado me infundirán aliento » (Salmos 23:4). Y que
cuando se nos llegue nuestra hora de dejar esta tierra podamos
agradarnos de las palabras expresadas también por el salmista. «
Estimada es a los ojos de Jehová La muerte de sus santos ».
(Salmos 116:15).

Capítulo 4
Plantas Fructíferas

SÉ ORIGINAL
H ay muchas personas que se ganan la vida imitando a
célebres cantantes, o personas en lo particular. Claro esto es su
medio de vida, pero fuera de la imitación vuelven a su vida
cotidiana. La vida en Cristo no debe convertirse en una simple
imitación de cristianismo, cada día debemos ser genuinos y optar
por ir adquiriendo las características de Jesús, el hijo de María y
José el carpintero.

La originalidad de las personas es una posición que no puede


ser suplantada porque es su identidad, formada por su propio
carácter, ha oído decir que hay siete caras parecidas, pero nunca
una persona con el mismo carácter que la otra. El diccionario nos
dice qué es ser original: « Se aplica al autor u obra que no es
producto de la copia ni de la imitación ». Hay muchas personas que
no son ellas mismas, sino una pobre imitación de alguien o de algo,
eso es frustrante ya que no tienen su propia identidad.
Podemos imitar buenos hábitos, pero nunca la personalidad de
nadie, sería un desfile de una misma persona. Sin embargo, si
hablamos en el sentido puramente espiritual, el apóstol Pablo nos
dice que le imitemos, porque él imitaba a Cristo. Si queremos imitar,
que ese alguien sea la persona de Cristo Jesús, porque él es el
Resplandor de su Padre, Dios.

Desafortunadamente hay muchos cristianos que lo que menos


quieren es imitar a Cristo. Y esto se refleja en toda su forma de vivir.
La madre le dice a su hija jovencita no usar tan corta la falda, luego
ella le replica, que Eva andaba desnuda; o el jovencito por qué me
dices que no me emborrache, si Noé lo hizo. El no ser original es
una forma de engaño, no tanto para las personas sino para sí
mismo.

Saúl se disfrazó, para consultar a una adivina, lo hizo para no


ser reconocido porque él había acudido a los adivinos, ya que él
había prohibido que se consultaran, sin embargo la mujer lo
reconoció.

Tamar, nuera de Judá, se vistió de prostituta para engañar a su


suegro, éste no la reconoció porque ella fingió ser una ramera. La
mujer de Jeroboam se disfrazó para no ser reconocida por Ahías. «
Cuando Ahías oyó el sonido de sus pies, al entrar ella por la puerta,
dijo: Entra, mujer de Jeroboam. ¿Por qué te finges otra? He aquí yo
soy enviado a ti con revelación dura ». (1º Reyes 14:6).

Todos estos ejemplos son tristes porque las vidas de estas


personas no tenían valor, no tenían buena reputación, no tenían
influencia, tenían que fingir ser otras personas. Dentro de todo esto,
la tristeza más enorme es fingir ser cristiano, fingir ser un hijo de
Dios. Cuando usted es auténtico no tiene por qué disfrazarse,
cuando sus hechos hablan más fuerte que sus palabras no tienen
que usar argumentos falsos.
No prediquemos lo que no vivimos, qué terrible es escuchar a un
hombre muy elocuente que conoce la palabra y la traza con una
habilidad tremenda, pero dentro de los que le escuchan está alguien
quien conoce la vida que lleva de pecado; esta clase de personas ya
no tienen influencia dentro de sus congregaciones y andan de la
seca a la meca, donde no les conocen. Un día el disfraz se les
caerá. « Porque nada hay encubierto, que no haya de descubrirse;
ni oculto, que no haya de saberse ». (Lucas 12:2).

Tengamos mucho cuidado de fingir lo que no somos. Y peor aún


ser reprendidos por la voz de nuestro Señor Jesucristo, diciéndonos:
«¿Cómo podéis hablar lo bueno, siendo malos? Porque de la
abundancia del corazón habla la boca ». (Mateo 12:34). Seamos
cristianos originales, porque Cristo es original, porque su Iglesia es
original. « Hermanos, sed imitadores de mí, y mirad a los que así se
conducen según el ejemplo que tenéis en nosotros ». (Filipenses
3:17).

NO CALLES
E sta palabra la pronunciamos mucho las madres, a nuestros
hijos, y también a cualquiera que quiera abusar de ti: No calles. Las
instituciones u organismos que prestan atención a mujeres
maltratadas, tanto física como psicológicamente, siempre están
aconsejando públicamente: No calles, habla, denuncia, pide ayuda.

Muchas veces las victimas callan por miedo a ser chantajeadas,


también porque muchas veces los abusos quedan empapelados, y
nadie vuelve a tocar el caso. La Palabra de Dios nos revela abusos
que se cometieron, y aunque nadie vio, me refiero al ojo humano,
pero Dios que está sentado en su trono, nos observa cómo nos
comportamos con nuestro prójimo. Caín invita a dar un paseo a su
hermano Abel, y en la soledad del vasto campo a plena vista de
Dios el Supremo, da muerte a Abel, quíen abogaría por la muerte de
Abel. Si Caín se cuidó que nadie le siguiera, dicen que no hay
crimen perfecto, y en este caso Abel tenía a su mejor abogado,
Dios.
Se recuerda también de Dina la hija de Lea, ella solo salió a
verse con sus amigas, pero unos ojos la vigilaban con lujuria, ella lo
ignoraba, era el hijo de un príncipe, que valiéndose de su posición
solo la tomo, y la deshonró vilmente, este tuvo que probar la ira de
los hermanos de esta jovencita. « Pero sucedió que al tercer día,
cuando sentían ellos el mayor dolor, dos de los hijos de Jacob,
Simeón y Leví, hermanos de Dina, tomaron cada uno su espada, y
vinieron contra la ciudad, que estaba desprevenida, y mataron a
todo varón. Y a Hamor y a Siquem su hijo los mataron a filo de
espada; y tomaron a Dina de casa de Siquem, y se fueron ».
(Génesis 34:25-26).

Esto continúa sucediendo hoy en día, funcionarios que están en


altos cargos, y por qué no decirlo, en algunos casos quizás haya
hermanos en las Iglesias que se aprovechan de las angustias que
muchas veces van a depositar nuestras hermanas.

Creyendo ellas que les darán el consejo ecuánime, resultan


tomando la inocencia, estropeando la confiabilidad, y deshonrando
no solo a la hermana sino el nombre de Dios. ¡No calles mi
hermana!

Esto se da en las familias también, hagamos memoria, como


nos narra la Escritura, con otro ejemplo, Amnón, hijo del Rey David,
finge estar enfermo para que su hermana llegue a darle de comer,
solo era una trampa. « Entonces Amnón dijo a Tamar: Trae la
comida a la alcoba, para que yo coma de tu mano. Y tomando
Tamar las hojuelas que había preparado, las llevó a su hermano
Amnón a la alcoba. Y cuando ella se las puso delante para que
comiese, asió de ella, y le dijo: Ven, hermana mía, acuéstate
conmigo. Mas él no la quiso oír, sino que pudiendo más que ella, la
forzó, y se acostó con ella ». (2º Samuel 13:10,11,14). No calles
esposa que eres maltratada por tu esposo, y no lo dices, recuerda
que en un momento de ira pueden suceder cosas peores.
El Doctor Dawson en uno de sus libros que tiene como título «
Lo que callamos las mujeres », pero también los hombres pueden
estar pasando momentos duros con una esposa que es un
obstáculo para el ministerio, y sí que las hay, recordemos a la
esposa de Job con sus insultantes palabras para con su esposo,
que ya casi era un cadáver comido por la sarna maligna que sufría.
« Entonces le dijo su mujer: ¿Aún retienes tu integridad? Maldice a
Dios, y muérete ». (Job 2:9).

Hay muchas cosas que se nos demanda a no callar, Jesús les


dijo a sus Discípulos, « vayan por todo el mundo y prediquen el
evangelio », más tarde los fariseos, querían callar a los discípulos
de Jesús porque gozosos decían «¡Bendito el Rey que viene en el
nombre del Señor, paz en el cielo, y gloria en las alturas! ». (Lucas
19:40). El, respondiendo les dijo: « os digo que sí estos callaran, las
piedras clamarían ».

No callemos lo injusto, los abusos, pero sobre todo no callemos


en predicar las buenas nuevas de Salvación. « Entonces el Señor
dijo a Pablo en visión de noche: No temas, sino habla, y no calles;
porque yo estoy contigo, y ninguno pondrá sobre ti la mano para
hacerte mal, porque yo tengo mucho pueblo en esta ciudad ».
(Hechos 18:9-10).
LA PRUDENCIA
E l consejo del Señor Jesucristo fue el ser prudentes como
serpientes. Muchas veces no pensamos lo que decimos, dice un
pensamiento: « Antes de poner tu lengua en movimiento, pon tu
cerebro en funcionamiento ». Ya que esta palabra significa, ciencia,
cordura, sabiduría, tenemos que usar los sentidos para discernirla, y
poder aplicarla.
La imprudencia ha causado mucho dolor, tanto a personajes de
la Escritura, como hoy en día en el medio que nos rodea. Cuando
nos dejamos guiar por el Espíritu Santo, dejando que sea Él quien
ponga las palabras adecuadas en nuestra boca, podemos ser de
mucha Bendición. Abigail, un personaje que no solo era belleza
física, sino que se caracterizaba por su belleza interior, nos da un
tremendo ejemplo de lo que es ser prudente.

David que siempre andaba huyendo del odio de Saúl, esta vez
se encontraba con tremenda necesidad de alimentos, para él y sus
hombres, aprovechando la época en que trasquilaban las ovejas,
manda a uno de sus criados a pedir ayuda, a Nabal, esposo de
Abigail, éste iba adiestrado por David, con las palabras adecuadas y
finas con que se iba a introducir ante Nabal, pero Nabal, con mal
propósito aludió el desconocer a David, diciendo que a lo mejor era
uno de los tantos esclavos que escapan de sus amos.

Quíen no sabía de David, sí había matado al Filisteo Goliat.


Fueron duras las palabras con las que se refirió Nabal de David, a
tal grado que enfurecieron al dulce cantor, desatando la ira,
dispuesto a terminar con Nabal, es entonces que aparece Abigail
con estas palabras.
« Y cuando Abigail vio a David, se bajó prontamente del asno, y
postrándose sobre su rostro delante de David, se inclinó a tierra; y
se echó a sus pies, y dijo: Señor mío, sobre mí sea el pecado; más
te ruego que permitas que tu sierva hable a tus oídos, y escucha las
palabras de tu sierva; no haga caso ahora mi señor de ese hombre
perverso, de Nabal; porque conforme a su nombre, así es. Él se
llama Nabal, y la insensatez está con él; mas yo tu sierva no vi a los
jóvenes que tú enviaste, ahora pues, señor mío, vive Jehová, y vive
tu alma, que Jehová te ha impedido el venir a derramar sangre y
vengarte por tu propia mano. Sean, pues, como Nabal tus
enemigos, y todos los que procuran mal contra mi señor, y ahora
esté presente que tu sierva ha traído a mi señor, sea dado a los
hombres que siguen a mi señor, y yo te ruego que perdones a tu
sierva esta ofensa; pues Jehová de cierto hará casa estable a mi
señor, por cuanto mi señor pelea las batallas de Jehová, y mal no se
ha hallado en ti en tus días. Y dijo David a Abigail: Bendito sea
Jehová Dios de Israel, que te envió para que hoy me encontrases, Y
bendito sea tu razonamiento, y bendita tú, que me has estorbado
hoy de ir a derramar sangre, y a vengarme por mi propia mano ». (1º
Samuel 25:23-28,32-33).

No hay maneras para describir a esta bella mujer, no cabe duda


que el proverbista le llame mujer virtuosa. Doble prudencia, pues
cuando regresó a casa y vio a su esposo borracho, no le mencionó
nada, esperó a que estuviera sobrio, así él tendría la capacidad de
enfrentarse al castigo de Dios.

Que la palabra de Dios nuevamente nos instruya, a que


aprendamos a ser prudentes. Que sea una de nuestras oraciones
en lista. « Todo hombre prudente procede con sabiduría; Mas el
necio manifestará necedad ». (Proverbios 13:16).

EJERCICIOS
H oy en día existen diferentes nombres de ejercicios para
llamar la atención a fin de que la gente se involucre en ellos: biceps,
triceps, pilates, aeróbicos, y otros más. Definitivamente, los
ejercicios físicos son beneficiosos para tonificar y fortalecer la
musculatura, y así mantenernos en forma, y por supuesto para tener
nuestro colesterol, triglicéridos, glucosa, tiroides, en buen
funcionamiento.

Para todo nos sirve que practiquemos ejercicios, cuánto puede


ayudarnos una pequeña caminata todos los días para tonificar y
fortalecer nuestro corazón.

Todos anhelamos una salud estable, sin embargo, no podemos


vitalizarnos por fuera y olvidarnos que estamos hechos de alma,
cuerpo y espíritu, y que lo de afuera tiene que armonizar con lo
interior, con lo que el hombre no ve, pero Dios que es nuestro
creador sí nos conoce. Nos dice el Salmista, « Dios, tú conoces mi
insensatez, Y mis pecados no te son ocultos ». (Salmos 69:5).

Nos urge que hagamos ejercicios para el alma, y fortalecer


nuestro espíritu, porque estamos propensos a las pruebas, si
estamos careciendo de anemia espiritual, estamos indefensos, pues
tenemos bajas toda nuestra protección, ya que nuestra lucha no es
contra carne y sangre.

Ejercitarnos en la piedad trae beneficios en esta vida y en la


venidera, tenemos que tener clara nuestra visión y anhelo de
encontrarnos con nuestro Señor Jesucristo, solo podemos lograrlo
con nuestra buena nutrición espiritual, con el ejercicio interior de
donde procederán ríos de agua viva.

Un bue siervo de Dios no debe afanarse solo por mantener en


forma su débil contextura, sino que debe aferrarse a las enseñanzas
vividas por nuestro gran Maestro, y consecuentemente por los
apóstoles.
Un ejercicio primordial que lo debemos hacer hasta lograr un
musculo fuerte es la fe, ya que, si estamos carentes de ésta, no
podemos agradar ni acercarnos a Dios. A continuación se detallan
ocho ejercicios por hacer.

Fe : nos sirve para elevar nuestras oraciones ante nuestro Padre


Celestial, la fe nos ayuda a manifestar las obras, ya que la fe sin
obras es muerta urge que la fortalezcamos mediante el vivir
estudiando las escrituras.

Virtud : Este es un pensamiento que denota el pensar y actuar


en bienestar, tanto en pensamiento como en hechos en bien de
nuestro prójimo. Mateo 7:12, expresa: « Así que, todas las cosas
que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también
haced vosotros con ellos; porque esto es la ley y los profetas ».

Conocimiento: Evidentemente que este ejercicio nos permite


tonificar el cerebro, pero mayormente nuestra alma, así como los de
Berea quienes eran estudiosos del texto bíblico.

Dominio Propio: El decirnos no a todo lo que queremos hacer


sin control.

Paciencia: Esta es una de las etapas que alcanzamos cuando


nos vemos en las pruebas, que el éxito del ejercicio será, el de
alegrarnos en vencer las pruebas a través del ejercicio de la
paciencia.

Piedad: Sería como la empatía, de saber llorar con los que


lloran y reír con los que ríen.

Afecto Fraternal: Esto causa dolor, porque aunque nos hagan


cosas duras tenemos que ser perdonadores.
Amor: Cuando se llega al final del ejercicio, este es el que
permanece, no podemos saltarnos, porque todos son sumamente
importantes. « porque el ejercicio corporal para poco es provechoso,
pero la piedad para todo aprovecha, pues tiene promesa de esta
vida presente, y de la venidera ». (1ª. Timoteo 4:8). « Por esto, yo no
dejaré de recordaros siempre estas cosas, aunque vosotros las
sepáis, y estéis confirmados en la verdad presente ». (1ª Pedro
1:12).

SILENCIO
S egún el diccionario silencio significa «abstención de hablar».
La Biblia, la Palabra divina dice que es « callar », « enmudecer ».
Sea cual sea el significado de Dios, la realidad es que todo ser
humano necesita del silencio.

Este es un buen compañero, en ciertas ocasiones,


especialmente cuando nuestro espíritu está intranquilo. El bullicio de
la rutinaria vida nos deja tan cargados de stress que cuando
experimentamos el silencio descansa todo nuestro sistema nervioso
y por supuesto nuestro espíritu. Muchas veces ante la injusticia hay
que callar, para dar al tiempo, que haga su parte. De esa forma
agarramos energías, y pensamos mejor.

Muchas veces cuando guardamos silencio, aprobamos o


desaprobamos, nos aprueban o nos desaprueban, es grata nuestra
compañía o no, como que el silencio tiene su propia manera de
expresarse.

El Salmista aparece aquí en el momento adecuado, dándonos el


consejo oportuno, ante algunas situaciones de mal proceder, nos
aconseja que primero confiemos en Jehová, nos insta a hacer el
bien, a deleitarnos, a encomendar nuestro camino en Jehová, nos
dice: « Guarda silencio ante Jehová, y espera en Él ». (Salmos
37:7).
Nuestro Señor Jesucristo nos dice que caminemos en sus
pisadas ya que con toda seguridad nos expresa que Él es nuestro
ejemplo en guardar silencio cuando no debemos hablar. « Y
levantándose el sumo sacerdote, le dijo: ¿No respondes nada?
¿Qué testifican éstos contra ti?, mas Jesús callaba …». (Mateo 26:
62,63). Isaías en su profecía nos dice, angustiado él, y afligido, no
abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y
como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su
boca».

El silencio le dio la victoria, (vv. 12). « Por tanto, yo le daré parte


con los grandes, y con los fuertes repartirá despojos; por cuanto
derramó su vida hasta la muerte, y fue contado con los pecadores,
habiendo él llevado el pecado de muchos, y orado por los
transgresores ».

Cristo mismo nos exhorta a que guardemos silencio cuando nos


encontremos, angustiados, afligidos, y que por supuesto como nos
dice el salmista que esperemos en Él. A la mujer especialmente le
aconseja a guardar silencio, como una señal de que está sujeta a Él,
como a su esposo, que sobresalgan en ella el decoro, las buenas
obras, y la piedad, que son frutos del Espíritu.

El silencio, lo vivimos cuando escuchamos Su Palabra en


asamblea ya que dice (Habacuc 2:20). « Más Jehová está en su
santo templo, calle delante de él toda la tierra ». El tiempo de
silencio que necesitamos que sea para meditar en la grandiosa
venida de nuestro Salvador, y prepararnos para recibirle.

UN VASO DE AGUA
S egún las investigaciones médicas, nuestro cuerpo está
formado alrededor de un 70% de agua.
Es un hecho que cuando no tenemos el buen hábito de tomar
agua, el cuerpo comenzará a tomar de las reservas que tiene. Esto
da lugar a que comencemos a visitar médicos por algo que pudimos
evitar, si hubiéramos tenido como norma tomar ocho vasos de agua
al día.

Nuestro buen Dios al formar al hombre evidentemente que tuvo


que usar algún líquido para poder darle forma al barro que estaba
manipulando, teniendo en su mente crear a un ser humano con
sentimientos y necesidades, y uno de estos es el precioso liquido
conocido como H2O, el cual había en abundancia, ya que Génesis
dice que « el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas ».
(Génesis 1:1-2).

Dios vio la necesidad de este preciado líquido para la vida


humana y animal, y por supuesto, para la naturaleza en su plenitud.
Con este líquido nos bañamos por dentro y por fuera ¡qué maravilla!
Tanto poder tiene el agua que es capaz de saciar la sed, como de
recordarnos la presencia de Dios mismo, al brotar agua de una
peña.

Recuerdo a una mujer que dio muerte a Sisara cuando éste le


pide agua, este hombre era uno de los enemigos del pueblo de
Dios, en este incidente era perseguido por Débora y Barac. « Y él le
dijo: Te ruego me des de beber un poco de agua, pues tengo sed ».
(Jueces 4:19).

Cada vez nos urge entender cuán preciado debe de ser este
líquido, y cómo tenemos que contribuir a usarlo
adecuadamente para que no le falte a nadie, ya que sin él no
existiría la humanidad. Lo más trágico, no tendríamos ninguna
posibilidad de entrar al reino de los cielos, pues cuando
reconocemos que somos pecadores necesitamos « nacer del agua y
del Espíritu ». (Juan 3:5). Necesitamos el agua para lavar nuestros
pecados.
Jesús mismo dejándonos ejemplo pidió a Juan que le bautizara,
y sí que había mucha agua ya que su bautismo se dio en el Jordán.
Tuvo sed también, en una ocasión le pide a una mujer Samaritana le
dice: « Dame de beber » (Juan 4:7).
La pobre mujer no entendía, que la necesitada del agua era ella,
por eso se desarrolla una conversación que termina reconociendo al
Maestro. « La mujer le dijo: Señor, dame esa agua, para que no
tenga yo sed, ni venga aquí a sacarla » (Juan 4:15). Qué bendito
líquido fue usado por Jesús en su primer milagro, cuando transformó
el agua en vino de primera calidad (Juan 2:9). Cómo somos de
bendecidos, hasta por dar un vaso de agua, tenemos una
recompensa del Dios Creador del agua. « Y cualquiera que dé a uno
de estos pequeñitos un vaso de agua fría solamente, por cuanto es
discípulo, de cierto os digo que no perderá su recompensa ». (Mateo
10: 42).

Muchas veces se oyen expresiones de personas enemistadas,


que dicen: « A éste ni un vaso de agua le daría ». Usted y yo, si
vivimos conforme al Maestro de Galilea, no podemos hacer esto,
pues aunque nos aborrezcan, siempre debemos marcar la
diferencia. « Si el que te aborrece tuviere hambre, dale de comer
pan, y si tuviere sed, dale de beber agua ». (Proverbios 25:21).

Al fenecer en esta vida, Dios nos promete guiarnos a fuentes de


agua de vida: « porque el Cordero que está en medio del trono los
pastoreará, y los guiará a fuentes de aguas de vida ». Al final de
nuestras vidas, seremos más que dichosos al leer estas bellas y
reconfortantes promesas: « Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el
que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome
del agua de la vida gratuitamente » (Apocalipsis 22:17). Alguien a
quien amo, cada vez que toma agua dice: « ¡Ay! ¡Agua bendita!»
Como una expresión de agradecimiento. Yo también digo a la par
del Señor: « Bendita agua ».

QUE TODO QUEDE LIMPIO


A todos nos gusta, andar limpios, vivir en lo limpio, y es que
esto de la limpieza requiere tiempo, dedicación, y mucho trabajo.

Con dulzura recuerdo que cuando las mujeres fueron de


madrugada a ver la tumba de Jesús dice que vieron dobladas las
sabanas o lienzos, qué cosa tan insignificante podrían decir, pero sí
hasta en esto nos dejó ejemplo el Señor Jesucristo « Luego llegó
Simón Pedro tras él, y entró en el sepulcro, y vio los lienzos puestos
allí, y el sudario, que había estado sobre la cabeza de Jesús, no
puesto con los lienzos, sino enrollado en un lugar aparte » (Juan
20:6,7).

En lo especial me encanta ver mi cocina limpia, asimismo toda


mi casa. Dios me bendijo con tres mujeres, en la etapa que me tocó
formarlas, todas tenían sus compromisos, una hacía la comida, la
otra hacía la limpieza y a la menor le tocaba lavar los trastos;
todavía veo los lagrimones que salían de sus pequeños ojitos de mi
hija menor cuando estaba en la faena, ya que era algo que no le
gustaba. Ahora, dos de ellas, ya casadas, puedo ver que valió la
pena tal enseñanza, pues veo sus casas muy ordenadas por el
trabajo que realizan en ellas, juntamente con sus esposos, les
ejecutan limpieza general los días sábados.

Nosotros tenemos nuestras almas, las cuales necesitan estar


limpias todo el tiempo y a cada instante, porque allí mora el Espíritu
Santo de Dios. No es que vamos a esperar el sábado, porque se
acerca el domingo para hacer limpieza general de nuestra alma,
esto es de urgencia. (Hebreos 2:2,39), nos dice: « Porque si la
palabra dicha por medio de los ángeles fue firme, y toda
transgresión y desobediencia recibió justa retribución, ¿cómo
escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande?
La cual, habiendo sido anunciada primeramente por el Señor, nos
fue confirmada por los que oyeron ».
No podemos vivir acumulando la basura del odio, del orgullo, de
la vanidad, del egoísmo, de la murmuración, del chisme, de las
concupiscencias. « Los pecados de algunos hombres se hacen
patentes antes que ellos vengan a juicio, mas a otros se les
descubren después. Asimismo, se hacen manifiestas las buenas
obras; y las que son de otra manera, no pueden permanecer ocultas
». (1ª Timoteo 5:24,25). Que todo nuestro ser sea limpio como
Quien que nos creó, con toda autoridad Él nos manda a que seamos
santos, el apóstol Pedro nos expresa: « como hijos obedientes, no
os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra
ignorancia; sino, como aquel que os llamó es santo, sed también
vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito
está: Sed santos, porque yo soy santo ». (1ª Pedro 1:14-16).

Evidentemente que esto requiere que optemos por una manera


de vivir diferente, pues estamos en el mundo, pero ya no somos del
mundo, como que cada día debemos de limpiarnos, y optar por no
tomar nuevas tendencias que nos incitan a adquirir nuevos pecados
y volvernos a ensuciar. « Seguid la paz con todos, y la santidad, sin
la cual nadie verá al Señor ». (Hebreos 12: 14).

Ahora, en estos tiempos, muchas personas son dadas a tener


un animalito como mascota, y hay uno que se ha hecho famoso,
como lo son los cerditos, y sus amos los mantienen limpios, pero
resulta que a ellos les encanta mucho revolcarse en el lodo, puede
ser por su sistema anatómico, ya que ellos no sudan en vista que no
tienen glándulas sudoríparas.

Pero nosotros somos creados a imagen y semejanza de Dios,


con capacidades de discernimiento, para que entendamos lo que es
ser santo, y esto es ser puro, limpio. Es un proceso de día a día, no
nos olvidemos que la oración: sana, restaura, limpia, purifica, y lo
mejor nos vuelve a Dios. « y teniendo un gran sacerdote sobre la
casa de Dios, acerquémonos con corazón sincero, en plena
certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y
lavados los cuerpos con agua pura ». (Hebreos 10:21,22).
Al terminar nuestras faenas del día, miremos a nuestro derredor
que todo quede limpio y ordenado. Al disponernos a descansar,
tomemos mucho más cuidado que nuestra alma esté limpia, a fin de
que podamos decir como David: « Ofreced sacrificios de justicia, Y
confiad en Jehová » (Salmos 4:5).

ASÍ ME GANO LA VIDA


C risto nos dice en Su Palabra que a los pobres siempre los
tendremos entre nosotros. Sin embargo, en el Antiguo Testamento
Dios dice que Él vela por ellos. Y es que a unos les cuesta ganarse
la vida de una forma más dura que a otros.

Cuántas rodillas deben de estar dobladas de puro


agradecimientos; para aquellos que tienen oportunidades de estar
en un escritorio, con aire acondicionado, y en una buena silla, a lo
mejor esa persona estará disconforme con el trabajo que tiene, pero
solo veamos a Marvín con su niño, se dedican a hacer carboneras,
les explico en qué consiste este trabajo. Forman volcanes de leña,
luego los tapan con tierra, dejando solo un hueco en la punta para
desde allí seguir echando leña a fin de que ésta se convierta en
carbón.

Improvisan cerca una capa de plástico para pasar noche tras


noche, con el propósito de vigilar que este volcán no se les apague.
Este proceso dura aproximadamente ocho días para que se
convierta en carbón, una vez está listo lo depositan en bolsas de
cien libras e irlo a vender. Mientras tanto, ellos sufren por estar
absorbiendo todo el humo que sale así como estar a la intemperie
del tiempo.

Pero una cosa muy loable de parte de Marvín al relatarme este


proceso es que lo hace con mucha alegría, y goza cada noche
viendo las estrellas y contemplando el amanecer con el canto de los
diferentes pájaros que con su canto le dicen que ya es hora de
revisar de nuevo el trabajo.
Su pequeño hijo Oswaldo en su inocencia juega alrededor del
volcán esperando que se queme todo para empezar otro. Muchas
veces quisiéramos tener una varita mágica para hacerles menos
tediosa la vida a los menos afortunados, especialmente a los de la
familia en la fe. El primer día de la semana baja Marvín del volcán
de San Salvador junto con Rosa su esposa, cristiana también, y sus
dos niños, muy contentos.

Oswaldo estuvo hospitalizado por varios meses el año pasado.


Los médicos le encontraron una rara enfermedad, de repente
andaba jugando y ya no pudo caminar, se paraba, pero sus piernitas
no le respondían, estuvo con un aparato en forma de chaleco por un
buen tiempo. Dios ha hecho la obra pues ahora ya comenzó a correr
libremente como lo es él en la campiña.

Esto me trae a la memoria de una viuda que vivía con su hijo en


Sarepta, esta mujer ya no tenía alimentos, recogía leña, junto con su
hijo para hacerse su última comida y luego dejarse morir. Los planes
le cambiaron porque Dios que ve desde el cielo, Él, que tiene el
control de todo, hace que los panoramas cambien de color y dolor, a
esperanza.

Dios envía al profeta Elías justo al lugar necesitado, para que la


viuda no se quite la vida a causa de la hambruna. ¿Puede usted
creerlo? La viuda no lo entendía, primero el forastero enviado de
Dios le pide agua, su última agua, luego su último bocado de pan
para ella y su hijo, y leamos y lloremos juntos con la respuesta de
esta viuda: « Y ella respondió: Vive Jehová tu Dios, que no tengo
pan cocido; solamente un puñado de harina tengo en la tinaja, y un
poco de aceite en una vasija; y ahora recogía dos leños, para entrar
y prepararlo para mí y para mi hijo, para que lo comamos, y nos
dejemos morir ». (1º Reyes 17:12).
Lo que a continuación expreso, lo digo a gritos, es increíble que,
en muchos hogares, especialmente en los Estados Unidos, cada día
se botan cantidades de comida, no solo en los establecimientos de
comida, sino también en algunos hogares cristianos; qué paradojas
de la vida, mientras Cristo no venga, este desperdicio seguirá
sucediendo.

Pero quiero llegar al corazón, de mis hermanos que viven en


países donde la comida no es una preocupación ya que como he
dicho, en algunos hogares hasta la tiran. Por favor enséñenles a sus
hijos, y que todo el hogar entienda que si tienen el pan de cada día y
dan gracias por él.

Que aprendan a saber usarlo ya que para muchos estar cerca


del cesto donde la botan sería una gran bendición.

Elías, a través de Dios Padre le dio esperanzas, dame a mi


primero, y veras como Dios traerá bendición sobre ti. « Elías le dijo:
No tengas temor; ve, haz como has dicho; pero hazme a mí primero
de ello una pequeña torta cocida debajo de la ceniza, y tráemela; y
después harás para ti y para tu hijo. Porque Jehová Dios de Israel
ha dicho así: La harina de la tinaja no escaseará, ni el aceite de la
vasija disminuirá, hasta el día en que Jehová haga llover sobre la
faz de la tierra. Entonces ella fue e hizo como le dijo Elías; y comió
él, y ella, y su casa, muchos días. Y la harina de la tinaja no
escaseó, ni el aceite de la vasija menguó, conforme a la palabra que
Jehová había dicho por Elías » (vv. 13-16).

Marvín con Oswaldo, seguirán haciendo volcanes de leña para


convertirlos en carbón, a fin de lograr tener sus alimentos y tener
para pagar el pasaje del bus y así poder reunirse el primer día de la
semana.
LA BASURA EN SU LUGAR
C orrectamente es la palabra del artículo que describo a
continuación. Desde nuestro hogar todos tenemos más de algún
depósito para poner todo lo que se llama basura.
Dios es tan maravilloso cómo preparó todo dándonos la
capacidad de discernimiento para poder entender que todo tiene su
lugar.

Los depósitos de basura ahora están en todo lugar y hay varios


para diferenciar que no toda la basura es igual; hay una tóxica como
otra que es orgánica, y otra reciclable. Es increíble cómo de alguna
clase de basura se hace el papel periódico, como de las cáscaras
de guineo en su estado de putrefacción se puede producir energía
eléctrica, además que mucha de la basura sirve de abono orgánico
para plantas.

Ahora hay otra clase de basura que es la que nos concierne


como hijos de Dios, por supuesto si usted ha comprendido cómo
Nuestro Señor Jesucristo tenía mucho cuidado en no darle énfasis a
todo aquello que daña el alma y contrista el Espíritu.

Las palabras que usamos mal, especialmente si es con el fin de


dañar a nuestros hermanos, o a nuestro prójimo, es basura que
tiene que ser desechada. Cada día debemos pensar en las palabras
que pronunciamos más y enfatizar que debemos borrarlas de
nuestro vocabulario. Nos declara específicamente si usted se está
contaminado con toda esta basura. «Y manifiestas son las obras de
la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia,
idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas,
disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras,
orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os
amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales
cosas no heredarán el reino de Dios ». (Gálatas 5: 19-21).

Todos los días por internet somos bombardeados por cosas


insignificantes que las echamos en el icono que dice basura, las
eliminamos de nuestra computadora, y el siguiente día es lo mismo;
y como es un aparato hecho por el hombre, nunca vamos a dejar de
estar eliminando la basura que nos llega.
La televisión nos advierte que los padres de familia somos
responsables de que nuestros hijos no vean estos programas. Si no
están aptos para sus hijos, tampoco para nosotros los hijos de Dios.

Así es en nuestra vida, por eso nos dice el Salmista: « Crea en


mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de
mí ». (Salmos 51:10).

El apóstol Pablo nos dice de otra manera cuando ya el Espíritu


Santo mora en cada una de nuestras vidas: « Por tanto, no
desmayamos; antes, aunque este nuestro hombre exterior se va
desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día ». (2ª
Corintios 4:16).

La renovación nos ayuda a que cada día eliminemos toda la


basura que adquirimos, por cuenta propia, cuando hablamos,
cuando miramos, cuando sentimos en contra de nuestro prójimo.

Basura es todo aquello que reemplaza el lugar que solo a Dios


le pertenece, esto se da todos los días, no la podemos acumular
porque se pudre y emana malos olores, tengamos cuidado; a mí no
me gusta estar junto a la basura, pienso que a nadie, tengamos
cuidado cómo nos conducimos y todo lo que almacenamos que sea
lo que realmente agrada a Dios.

Es loable el trabajo que hacen los recolectores de basura en


nuestras comunidades, ellos viven por necesidad con la basura,
pero ellos no son basura, pues son hechos a imagen de Dios.

Es necesario que tengamos cuidado nos dice Jesús con lo que


sale de nuestras almas ya que de la abundancia del corazón habla
la boca. « Porque del corazón salen los malos pensamientos, los
homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos
testimonios, las blasfemias ». (Mateo 15:19). Esa es la basura que
degrada la Santidad de Dios, si decimos que le amamos, y que
somos hijos de Dios, es un insulto a la Santidad de Dios.
Ya que el diccionario define a la basura como desechos, como
estiércol, que esto nos ayude a que cuando abramos la boca
digamos palabras para la mutua edificación. Si andamos en el
Espíritu de Dios, evidentemente que seremos luz y sal, porque
nuestras palabras son las que nos delatan. Recuerden, la basura en
su lugar.

A veces cuando vamos en la carretera, vemos como personas


sin educación, van tirándola desde sus automóviles o los buses, así
es la persona que no tiene ningún cuidado cuando sale basura de
su boca para ofender a su prójimo.

Un esposo le dice a su esposa: « Cuando no quieras que te diga


nada, puedes salir por esa puerta». Recordemos que de toda
palabra ociosa daremos cuenta. «Sea vuestra palabra siempre con
gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a
cada uno ». (Colosenses 4:6).

TRABAJANDO EN EQUIPO
E s grato trabajar en equipo, cuando todos tenemos el mismo
fin, sí, no lo dudo que al hacerlo en equipo el beneficio es para
todos, no solo para uno, si vemos a los equipos de futbol, se
enfocan todos en hacer un buen trabajo, aunque el que mete el gol
sea uno, el triunfo es de todos.

Algunas veces se presentan problemas, esto lo que hace es


debilitar al grupo, muchas veces hay que sacar a alguien que está
causando problemas para mantener al resto del equipo en armonía,
y que se sustituya por otro elemento.

A algunas personas dentro de la Iglesia les cuesta trabajar en


equipo, muchas veces solo quieren que se tome en cuenta la
opinión de ellos y esto no puede ser así, ya que todos tienen la
capacidad de pensar, y de todas las buenas cosas que digan los
demás, es que podemos hacer una unidad del trabajo para sacarle
mejor provecho.
Muchas veces se torna difícil trabajar en equipo, pero no
imposible, Cristo Jesús trabajó en su ministerio con un equipo fuera
de serie a cada uno les preguntó si estaban dispuestos a seguirle, a
los dos primeros les dice que les hará pescadores de hombres,
estos pescadores no lo pensaron dos veces, y dice que al instante le
siguieron, llamó a otros dos los cuales su trabajo era el de remendar
redes, al instante le siguieron.

Luego vino un escriba, quien le manifestó que deseaba seguirle,


Jesús le dijo: « Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo
nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar su cabeza ».
(Mateo 8:20).

Otro quería enterrar a su Padre, Jesús le dijo: « Sígueme; deja


que los muertos entierren a sus muertos » (v. 22). Luego, vio a
Mateo, el recaudador de impuestos al servicio de Roma: « Pasando
Jesús de allí, vio a un hombre llamado Mateo, que estaba sentado al
banco de los tributos públicos, y le dijo: Sígueme. Y se levantó y le
siguió ». (Mateo 9:9).

¡Qué equipo de 12 hombres que formó Jesús! Con estos trabajó


arduamente, los enviaba de dos en dos,
designándoles el trabajo que tenían que hacer. Pero en el equipo
había uno que no se adaptó a sus propósitos divinos ni a sus
compañeros, y el resultado no tardó en verse. « Entonces uno de los
doce, que se llamaba Judas Iscariote, fue a los principales
sacerdotes, y les dijo: ¿Qué me queréis dar, y yo os lo entregaré? Y
ellos le asignaron treinta piezas de plata. Y desde entonces buscaba
oportunidad para entregarle ». (Mateo 26:14-16).

Hay que tener mucho cuidado cuando se trabaja en equipo,


pueda que el que esté más cerca de usted es el que clavará el puñal
en su espalda, Judas murió, pero lamentablemente, dejó algunos
que le imitan. Sin embargo, no todo es negro en los grupos que se
dedican al trabajo en la viña del Señor.
Consideremos lo abundante que resulta cuando trabajamos en
equipo. Los doce discípulos más adelante en los inicios de la Iglesia
de la cual fue maravillosa la cosecha, el crecimiento que tenían, que
ellos ya no pudieron solos y tuvieron que hacer otro equipo de
trabajo que resultó excelente porque estaba siendo guiado con la
Bendición de Dios.

« Agradó la propuesta a toda la multitud; y eligieron a Esteban,


varón lleno de fe y del Espíritu Santo, a Felipe, a Prócoro, a Nicanor,
a Timón, a Parmenas, y a Nicolás prosélito de Antioquía; a los
cuales presentaron ante los apóstoles, quienes, orando, les
impusieron las manos ». (Hechos 6: 5-6).

Cuando se trabaja en equipo habrá diferencias, pero que estas


no desestabilicen los propósitos santos, todos nuestros esfuerzos
deberán ser para que sepamos armonizar.

La gloria no es para nosotros sino para el Único que la merece:


nuestro Dios Padre, el Señor Jesucristo, y el Espíritu Santo.
Estamos todos en un mismo barco, con la misma lucha, superemos
en número a Noé y su familia, que en vez de 8 seamos multitud de
personas salvas las que anhelemos ir al cielo porque somos
obedientes al Dios Eterno.

EL MURO
B ueno, hay tanto de donde sacar temas, porque tenemos un
idioma muy completo para poder dejar volar nuestra
imaginación a través de las palabras de un florido vocabulario. Hay
diversas cosas, objetos, como también personas que nos inspiran a
dar rienda suelta a la bella lectura, qué bellas son las palabras.

Uno de mis yernos juega futbol, y por su estatura, su puesto en


el equipo es ser defensa, y parece que es bueno para evadir los
goles, a lo mejor por eso le llaman «el muro».
Muro significa: « elemento arquitectónico compacto y vertical
que cierra los espacios y sostiene otra estructura, por ejemplo un
muro de contención impide que el agua de una presa inunde un
lugar ».

Esto nos hace recordar el muro que Dios hizo con las aguas, del
mar rojo para que su pueblo pasara en seco cuando los egipcios
venían detrás de ellos. Qué terrible cuando los seres humanos
hacemos muros, con nuestros egoísmos, envidias, soberbias,
mentiras, etc. con nuestros mismos hermanos, nos olvidamos que
somos hechos a imagen y semejanza de Dios.

Tenemos que aprender a soportarnos, a tolerarnos, con nuestras


pobres imperfecciones, debilidades, e inmadureces, pero, sobre
todo, reflexionar en comenzar a construir muros que nos acerquen,
muros que nos protejan, como Dios lo hizo con su pueblo antiguo.

Cuando Nehemías se enteró cómo estaba Jerusalén en total


ruina sus muros quemados, ésta fue su expresión: « Cuando oí
estas palabras me senté y lloré, e hice duelo por algunos días, y
ayuné y oré delante del Dios de los cielos. Y dije: Te ruego, oh
Jehová, Dios de los cielos, fuerte, grande y temible, que guarda el
pacto y la misericordia a los que le aman y guardan sus
mandamientos; esté ahora atento tu oído y abiertos tus ojos para oír
la oración de tu siervo, que hago ahora delante de ti día y noche, por
los hijos de Israel tus siervos; y confieso los pecados de los hijos de
Israel que hemos cometido contra ti; sí, yo y la casa de mi padre
hemos pecado ». (Nehemías 1:4-6).

Pero su visión, su actitud, no fue cruzarse de brazos, después


de vaciar su corazón con Dios, pensó qué podía hacer para
restaurar los muros.

De igual manera, nosotros tenemos qué pensar, qué hacer para


restaurar los muros que nos dividen, en nuestros hogares, en
nuestra relación con Dios, con nuestros hermanos, como con
nuestro prójimo.
Nehemías tenía dos clases de muros, las paredes que se
necesitaban levantar, y otro muro que era el muro humano: Tobías y
Sanbalat eran sus enemigos los cuales tenía que derribar. « Pero
oyéndolo Sanbalat horonita y Tobías el siervo amonita, les disgustó
en extremo que viniese alguno para procurar el bien de los hijos de
Israel ». (Nehemías 2:10).

Era un trabajo muy duro, difícil pero no imposible, y él les daba


valor a los que estaban ayudándole. « Y dijo Judá: Las fuerzas de
los acarreadores se han debilitado, y el escombro es mucho, y no
podemos edificar el muro ». (Nehemías 4: 10).

No es así que también nosotros podemos hacer la diferencia, si


en todas nuestras diferencias ponemos a Dios en el centro
notaremos la victoria.

No dormiremos para no ser sorprendidos, los muros que


construyamos tienen que ser de materiales resistentes al odio, al
desamor, a las burlas, ya que estos no estaban exentos a ellas. Y
estaba junto a él Tobías amonita, el cual dijo: « Lo que ellos edifican
del muro de piedra, si subiere una zorra lo derribará ». (Nehemías
4:3).

Los muros de nuestras casas, que sirvan para protegernos de la


intemperie del sol, la lluvia, etc. pero los muros de la gracia de Dios
que nos estimulen para ser mejores, Cristo rompió los muros con su
muerte y resurrección, nos ofrece una ciudad hecha de piedras
preciosas, que nos gozaremos de verla en la Jerusalén Celestial.
¡Quiere usted gozar esa bendición eterna! Derribemos todo
muro que nos impida tener este gozo. « He aquí yo vengo pronto, y
mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su
obra ». (Apocalipsis 22:12).

TOLERANCIA
c onsidero este tema de vida o muerte, y no es que sea
fatalista, pero urge en nuestras vidas, en nuestros hogares, como
también en nuestras congregaciones; una cosa es hablarlo como un
consejo otra es vivirlo en el momento justo. Nos preocupamos tan
poco de ejercitar la tolerancia, que nos volvemos intolerantes, la
verdadera prueba de la tolerancia viene cuando nuestros derechos
son violados. Se dice que esta palabra proviene del latín « tolerare
». que significa: «s oportar », « aguantar ». Entonces quiere decir
que debo tener la capacidad de aguantar y de soportar, ideas o
actitudes de las demás personas, aunque no coincidan con las
mías.

No es que vamos a enterrar la cabeza como el avestruz, sino


que en el momento que vivamos una situación de intolerancia,
debemos razonar con el Espíritu de Cristo. « Pero yo os digo: Amad
a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a
los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen;
para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que
hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre
justos e injustos ». (Mateo 5:44-45).

Debemos ser portadores de vivir una vida apegada al Espíritu


Santo, ya que somos cartas leídas que puede el mundo leer en mí.
Cuando no tengo ni un poco de tolerancia para con mi pareja, para
con mi hijo, para con mi hermano cuando me ofende; o tenemos
este pensamiento de esta mujer, que dijo estas palabras. « Soy
extraordinariamente tolerante, y paciente con tal que al final me
salga con la mía ». (Margaret Thatcher).

Yo de ella puedo esperar eso y más, pero de la familia en la fe,


yo espero ser considerada, respetada, y sobre todo Amada, a pesar
de que mis ideas no concuerden con las de mi hermano y hermana.
No hablo de doctrina, porque ella está escrita por nuestro Dios y
debemos sujetarnos nada más. Sin embargo, los frutos que se
producen, son de la carne o del Espíritu, y estos debemos dejar que
broten para definirnos qué clase de árbol somos.

Un hombre decía que los cristianos somos los menos tolerantes.


Somos de este planeta y en algún momento nos hemos vuelto
intolerantes. Lo fueron los discípulos.

« Y envió mensajeros delante de él, los cuales fueron y entraron


en una aldea de los samaritanos para hacerle preparativos. Mas no
le recibieron, porque su aspecto era como de ir a Jerusalén. Viendo
esto sus discípulos Jacobo y Juan, dijeron: Señor, ¿quieres que
mandemos que descienda fuego del cielo, como hizo Elías, y los
consuma? Entonces volviéndose él, los reprendió, diciendo:
Vosotros no sabéis de qué espíritu sois ». (Lucas 9:52-55).

A usted y a mí, muchas veces se nos olvida de qué espíritu


somos, cuando tenemos esta misma actitud. La intolerancia nos
vuelve malos, revelando de esta manera nuestro viejo hombre.
Jesús nos amonesta con amor a que le imitemos en ser humildes de
corazón, a ser mansos.

En el antiguo pacto se le conoce a Dios, como « tardo para la


ira, y grande en misericordia ». (Éxodo 34:6). Pero también se le
conoce como « fuego consumidor ». (Deuteronomio 4:24). Solo que
nosotros no somos Dios, no nos olvidemos que somos barro, y que
debemos ser considerados los unos para con los otros; que
sepamos con la gran ayuda de Dios, con la intervención de Su
amado Hijo, y con el Espíritu Santo que mora en cada una de
nuestras almas a practicar la tolerancia.
Resolver malos entendidos, palabras mal pensadas, las
resolveremos, siempre y cuando adoptemos la vida y calvario de
Cristo. « el cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca;
quien cuando le maldecían, no respondía con maldición;
cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba la causa al que
juzga justamente». (1ª Pedro 2:22-23).

GRACIAS
p alabra que usamos diariamente a cada instante tanto para
mostrar agradecimiento a Dios como con personas que nos hacen
favores diversos. La canta autora Violeta Parra, compuso una linda
canción llamada «gracias a la vida» , de la cual uno de sus trozos
dice: « Gracias a la vida, que me ha dado tanto, me dio dos luceros,
que cuando los abro, perfecto distingo lo negro del blanco y en el
alto cielo su fondo estrellado ».

Muy linda la canción, pero ignoro totalmente como pudo cantar


hermosas palabras para terminar suicidándose. Nos sucede igual,
pues muchas veces estamos cantando: « Gracias Dios por tu
bondad te alabo por tu majestad… », pero con un rostro que no
refleja que estamos cantándole a la Majestad Eterna, o teniendo de
enemigos aún a nuestros propios padres.

Muchas veces, nos hemos convertido en expertos en pedir, pero


miserables en agradecer.

Tengo tantos motivos para darle gracias a mi Dios, y uno es por


todos los hermanos que me han sorprendido cuando me ven y me
dicen, a usted ya la conozco, y cuando les pregunto ¿dónde nos
hemos visto? Me dicen, usted no me ha visto pero yo sí en
Cultivando El Alma.
Estoy muy agradecida con Dios pues hay compañeros de
trabajo de una de mis hijas, que no son creyentes, ellos leen mis
artículos reflexivos, hacen buenos comentarios, me place que a
través de esta página hay personas que piensan en el estado de su
vida.

Si logro por este medio convertir a muchos, es un motivo grande


para decirle a Dios: Gracias desde lo más íntimo de mi ser. Doy
gracias a aquellos que me animan a continuar, a mi familia, a mis
hermanos en la fe, a un gringo de ojos azules que siempre me
estimula, al heraldo de Greenville, que dirige mi amado hermano
Víctor Maldonado junto con su amada esposa; pero sobre todo a
Dios por darme la bendición de ser parte de la gran comisión a
través de este medio.

Esto no es mérito propio, esto proviene de Dios, a Él le doy la


honra y la gloria. « Doy gracias al que me fortaleció, a Cristo Jesús
nuestro Señor, porque me tuvo por fiel, poniéndome en el ministerio
». (1ªTimoteo 1:12). He tenido muchas satisfacciones por este
medio, que mi mente se queda corta en pensar lo que podemos
hacer en las manos de Dios cuando nos proponemos ser utensilios
útiles.

Tomando como ejemplo único a nuestro Señor Jesucristo quien


daba gracias a Dios su Padre por todo lo que hacía, a pesar que
cuando partiera aquel pan en la última cena con sus discípulos fuera
para morir.

« Y habiendo tomado la copa, dio gracias, y dijo: Tomad esto, y


repartidlo entre vosotros; Y tomó el pan y dio gracias, y lo partió y
les dio, diciendo: Esto es mi cuerpo, que por vosotros es dado;
haced esto en memoria de mí ». (Lucas 22:17,19).
Les animo a ser agradecidos poniendo a trabajar los talentos
que Dios nos ha dado. Y que siempre presentemos a Dios nuestras
gracias con actitud de adoración. « Y siempre que aquellos seres
vivientes dan gloria y honra y acción de gracias al que está sentado
en el trono, al que vive por los siglos de los siglos, los veinticuatro
ancianos se postran delante del que está sentado en el trono, y
adoran al que vive por los siglos de los siglos, y echan sus coronas
delante del trono, diciendo: Señor, digno eres de recibir la gloria y la
honra y el poder; porque tú creaste todas las cosas, y por tu
voluntad existen y fueron creadas ». (Apocalipsis 4:9-11).

ME LEVANTARÉ
E n una ocasión, mi primo y mi hermana mayor estaban
jugando de pasarse de un techo de un carro viejo al techo de otro.
Comenzaron a decirme con burla que yo no tenía valor de pasarme,
y les demostré que sí lo tenía. Emprendí la hazaña, pero mis
pequeños pies no alcanzaron a llegar al otro carro luego del salto y
caí al suelo, a tal grado que ya no me pude mover quedando
inconsciente.

Escondiéndose ellos de no ser vistos, me arrastraron y me


pusieron donde nadie nos viera, al rato de hacerme ellos quién sabe
qué cosas, logré incorporarme.

Esto fue cosa de niños traviesos. Pero, hablando en el sentido


espiritual, cuántos caen y no logran levantarse, porque han caído en
las drogas, alcoholismo, prostitución, etc.

Muchos de nuestros hermanos caen y no se levantan, porque


les gustó volver al ambiente del cual un día salieron. « Porque mejor
les hubiera sido no haber conocido el camino de la justicia, que
después de haberlo conocido, volverse atrás del santo mandamiento
que les fue dado. Pero les ha acontecido lo del verdadero proverbio:
El perro vuelve a su vómito, y la puerca lavada a revolcarse en el
cieno ». (2ª Pedro 2:21,22).
La parábola del hijo pródigo es una bella enseñanza de un padre
amoroso que siempre está esperando a aquel hijo que se ha
extraviado, éste tiene que tener la necesidad de levantarse cuando
se ve que ha tocado fondo. Cuando anhele la comida de los cerdos,
cuando se encuentre solo, y que no pueda levantarse por sí mismo,
siempre habrá una luz en el sendero. « Y volviendo en sí, dijo:
¡Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan,
y yo aquí perezco de hambre! » (Lucas 15:17).

Hay un momento de lucidez y es el que muchos aprovechan, y


hay una enorme y fuerte bondad a nuestro favor la cual es la de
Dios, pues el ser humano la rechaza, la tira a la calle, pero nunca
verá eso de Dios.

Me di cuenta de un hermano que había caído en adulterio y lo


reprendieron los hermanos a tal grado que lo echaron de la Iglesia,
él manifestó arrepentimiento, pero estos hermanos no fueron
compasivos, él no dejaba de ir a la Iglesia, y su asiento era una
piedra afuera del edificio. ¿Cómo podemos hacer lo que el mismo
Dios no haría? ¿Por qué somos tan despiadados?

Cuando era pequeña, mi hermano mayor llegaba embriagado a


altas horas de la noche, y mi santa madre siempre le dejaba
preparado un buen plato de comida, mis hermanas y yo nos
enojábamos, pues no entendíamos por qué si llegaba en tales
condiciones y sin trabajar, ella siempre le trataba bien. Ahora que
soy madre lo entiendo a la perfección, y yo sé que usted también
que lo es, lo comprende perfectamente.
Jamás debemos rechazar ni a nuestros hijos, ni a nadie. El hijo
pródigo dijo que, aunque ya no fuera su hijo preferido, decidió
levantarse. « Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: Padre, he
pecado contra el cielo y contra ti » (v. 18). Esa es la solución, no se
quede en el lodo, no se quede anhelando comer algarrobas. Nuestro
Padre celestial nos está esperando, y no le importa que nuestro olor
sea el de los cerdos, la actitud de Él es diferente. « Y el hijo le dijo:
Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, y ya no soy digno de ser
llamado tu hijo. Pero el padre dijo a sus siervos: Sacad el mejor
vestido, y vestidle; y poned un anillo en su mano, y calzado en sus
pies ». (vv. 21,22). Conoce usted a alguien que no puede levantarse:
¡Ayudémosle!

ESCOGE TU ALIMENTO
C uando estamos preparando algún evento en la Iglesia, en la
empresa, en una boda, un aniversario, etc., siempre es menester
pensar en la comida, luego comenzamos a pensar en diversos
platos, si lo hablamos entre varios, evidentemente que saldrán
numerosas opiniones. Lo mejor es que siempre podemos escoger lo
que nos gusta.

En lo personal disfruto mucho la dieta del profeta Daniel. Lo


importante sucede que al alimentarnos somos fortalecidos,
adquirimos energías. « Se levantó, pues, y comió y bebió; y
fortalecido con aquella comida caminó cuarenta días y cuarenta
noches hasta Horeb, el monte de Dios ». (1º Reyes 19:8).

Cuando viajamos que alegría sentimos que los que nos esperan
nos inviten a comer. « Aconteció también que un día pasaba Eliseo
por Sunem; y había allí una mujer importante, que le invitaba
insistentemente a que comiese; y cuando él pasaba por allí, venía a
la casa de ella a comer ». (2º Reyes 4:8).
Una de las virtudes que se destacan en la mujer de Proverbios
31 es su esmero en alimentar a su familia muy digna de imitar, no
alimentaba con chatarra, pues para eso no era necesario el
sacrificio. « Se levanta aun de noche Y da comida a su familia Y
ración a sus criadas ». (v.15).

Cuán necesario y vital es el alimento, nos ayuda a mantenernos


sanos, ya que adquirimos defensas que nos evitan que nos
enfermemos con facilidad. Bien dijo Hipócrates, « Que tu medicina
sea tu alimento, y tu alimento tu medicina ». Fue considerado el
padre de la medicina.

Pero también existe otra clase de comida la que sustenta el


alma, y por supuesto que también existen variedades, pero es allí
donde debemos ser inteligentes y escoger el mejor alimento para
nuestra alma. Jesús mismo les habla a sus discípulos acerca de la
verdadera comida, comida que ellos tenían que aprender a comer y
sobre todo saber degustarla, con el entendimiento espiritual.

No entendían a su Maestro porque tenían otros pensamientos


acerca de Él. « Él les dijo: Yo tengo una comida que comer, que
vosotros no sabéis… Jesús les dijo: Mi comida es que haga la
voluntad del que me envió, y que acabe su obra ». (Juan 4:32,34).

Esa es la comida que debemos anhelar ya que nos promete


verdades eternas. «¡Quién me diera el saber dónde hallar a Dios! Yo
iría hasta su silla… Del mandamiento de sus labios nunca me
separé; Guardé las palabras de su boca más que mi comida ». (Job
23:3,12).

Qué angustioso para aquel que no encuentra sabor a su vida en


medio de las angustias de la vida; Job, a pesar de su dolor, sabía
que su fortaleza interior estaba en el Dios sustentador del alma
afligida y abrumada. Cuántas veces pasamos por enfermedades
que lo único que nos sustenta es clamar a Dios con todo nuestro
ser. «… porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino
justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo ». (Romanos 14:17).
Gracias a nuestro buen Dios que nos dio la capacidad de la
elección, seamos sabios en escoger nuestro mejor alimento. El
Señor Jesucristo dijo: « Mas buscad primeramente el reino de Dios y
su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas ». (Mateo 6:33).

EL BORRADOR
¡ Q ué invento fabuloso tuvieron la pareja italiana Simonio y
Lyndiana Bernacoti! Claro que ellos hicieron un lápiz chato, por eso
se llama invento; pero alguien tuvo otra idea, y ya la hicieron mucho
más tecnificada a la cual le añadieron una goma llamada borrador;
por supuesto, el grafito era la materia primordial para la elaboración
de dicho invento, el cual vino a hacernos el enorme favor de borrar
toda equivocación en el aprendizaje de las primeras letras.
Nada es perfecto, a lo mejor por eso se inventaron el borrador.
Una verdad que sin ambages puedo decir, ya que el único perfecto
es Cristo Jesús. A usted y yo, Dios nos hizo perfectos, pero un día
nos equivocamos en algo, en una palabra, en algo que escribimos,
en algo que pensamos, y necesitábamos una limpieza general
desde el interior de nuestro ser. « No te maravilles de que te dije: Os
es necesario nacer de nuevo ». (Juan 3:7).

Y no se sorprenda, aun así necesitamos siempre estarnos


renovando, y borrando cada pecado, cada transgresión, los cuales
son borrados por el Dios soberano quien por medio de la Sangre de
Cristo borró todos nuestros pecados. Necesitamos no el borrador
del lápiz, ni ningún intercesor humano, ni de tipo religioso,
necesitamos acudir a nuestro abogado. « Hijitos míos, estas cosas
os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado,
abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo ». (1ª
Juan 2:1).
Cuántos nos ofendemos, y tomamos el camino fácil. Muchos
cristianos dicen al verse en problemas: « Me cambio de
congregación », de manera que arrastran ese desprecio para la
Iglesia del Señor, prefieren hacer eso antes que humillarse,
lamentablemente, algunas congregaciones están llenas de
hermanos con raíz de amargura. « Porque todo aquel que hace lo
malo, aborrece la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean
reprendidas ». (Juan 3:20). Recuerde el «maranatha», es decir:
Cristo viene… Que la venida del Señor nos haga actuar con
sensatez y con óptima espiritualidad en nuestras decisiones.

Prestemos atención a los nuevos visitantes, mostremos interés


espiritual del cuál es el objeto de su visita, no pensemos en llenar
locales de personas que no conocemos, si llegan por algún pecado
ayudémosles a la obediencia mostrándoles el evangelio de
salvación y que lo acaten, para que pueda Dios reconocerles como
sus hijos.
Hermanos con problemas en sus congregaciones,
preocupémonos porque vuelvan y resuelvan los problemas que
ocasionaron de donde salieron y pidan perdón, ayudémosle a que
se restauren bíblicamente hablando, no les dañemos ignorándoles
su pecado, mucho menos recibiéndoles y aceptándoles sus
pecados. « Quiero, pues, que los hombres oren en todo lugar,
levantando manos santas, sin ira ni contienda ». (1ª Timoteo 2:8).

Solo la sangre de Cristo es el único borrador espiritual que


continúa sanando, limpiando y restaurando. « Porque si la sangre de
los toros y de los machos cabríos, y las cenizas de la becerra
rociadas a los inmundos, santifican para la purificación de la carne,
¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno
se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras
conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo? »
(Hebreos 9:13,14).
Cuando usemos el borrador de un lápiz para borrar algo en
nuestras notas, u otra técnica para borrar algo, no olvidemos que
también necesitamos borrar el pecado de nuestros corazones. «…
pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión
unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo
pecado ». (1ª Juan 1:7).

DECISIONES
T odos en nuestra vida tomamos decisiones que nos marcan
de por vida para bien o para mal, qué importante es pensar, antes
de decidir. Tomamos decisiones desde que nos levantamos,
decidimos si encomendarnos a Dios, o simplemente lo ignoramos,
decidimos qué desayunar o no hacerlo.

Por ende, tomar decisiones es el proceso mediante el cual se


realiza una elección entre las opciones o formas para resolver
diferentes situaciones de la vida, en diferentes contextos: A nivel
laboral, familiar, sentimental, o empresarial.
Todas las decisiones requieren una meditación seria,
responsable, ya que se trata de nuestra tranquilidad
emocional, por tanto, tienen que ir bien encausadas. Recuerdo a
una madre aconsejando a su hijo, diciéndole que la mujer que había
escogido para compartir su vida no era la adecuada para él, pero
éste no quiso escuchar lo que su madre estaba viendo en la joven,
él estaba embobado, como sucede con casi todos los jóvenes
cuando se enamoran ciegamente, simplemente se dejó llevar por lo
que miraba en la joven, evidentemente por la atracción externa.
El matrimonio de esta pareja fue un rotundo desastre, a tal
grado que se terminó en poco tiempo. « Descendió Sansón a
Timnat, y vio en Timnat a una mujer de las hijas de los filisteos. Y su
padre y su madre le dijeron: ¿No hay mujer entre las hijas de tus
hermanos, ni en todo nuestro pueblo, para que vayas tú a tomar
mujer de los filisteos incircuncisos? Y Sansón respondió a su padre:
Tómame ésta por mujer, porque ella me agrada ». (Jueces 14:1,3).
Entre las trascendentes decisiones que el ser humano debe tener
cuidado es con quién va a compartir su vida, y es para que lo medite
con el corazón y la cabeza guiadas por el Santo Espíritu de Dios. «
Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; Porque de él mana la
vida ». (Proverbios 4:23).

Las decisiones que tomemos siempre nos identificarán, cuando


las decisiones se toman como Iglesia, éstas deben ser respetadas, y
quien no acate dichas decisiones, debería ser fuertemente
amonestado, ya que se convierte en un obstáculo en los acuerdos
avalados por Dios.

Indudablemente, una de las decisiones que enmarcan al ser


humano es la entrega total de su vida al servicio de Dios. Ya que es
una decisión que lo conduce al cielo. La llave que poseemos es
poderosa para emprender cualquier decisión en nuestras vidas, esta
llave es la oración. « Más yo a ti he clamado, oh Jehová, Y de
mañana mi oración se presentará delante de ti ». (Salmos 88:13).

Impactada quedé cuando una jovencita manifestaba que el


joven que les imparte clases no ora al iniciar su clase, ni cuando
salen a alguna actividad de Jóvenes; ella le pregunta: ¿Hermano no
vamos a orar? A lo que él le contesta de una manera prepotente que
no, me dice la jovencita que fue llamada aparte por él, y le dijo que
no fuera una imprudente, que él era el líder de la clase y que él iba a
decidir cuándo orar.
Qué bueno que la Joven tuvo discernimiento y contó la situación
que se estaba viviendo en la clase de Jóvenes, esto nos debe de
ayudar a comprender y hacerlo, de tal manera que, tenemos que
vigilar qué es lo que se les enseña a nuestros jóvenes, y por
supuesto, tomar sabias decisiones para la salud espiritual, no todo
lo que brilla es oro.

« Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo


en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por
medio de Él ». (Colosenses 3:17).

La Oración es vital para cualquier decisión en la vida, ya que


nos provee de sabiduría. « Y si alguno de vosotros tiene falta de
sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente
y sin reproche, y le será dada ». (Santiago 1:5). Nuestro Señor
Jesucristo fue un óptimo ejemplo en mantenerse en contacto con su
Padre a través de la oración. « Si permanecéis en mí, y mis
palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os
será hecho ». (Juan 15:7).

SÍ QUIERO
T odos en algún momento hemos pronunciado estas palabras,
tanto en hechos trascendentales, como cuando nos unimos en
matrimonio, o cuando nos preguntan cualquier cosa que implique
como respuesta: Sí quiero. Muchas veces esa frase es urgente
donde se necesita una respuesta inmediata.

Recuerdo a una pareja que cuando a la mujer le hicieron la


pregunta si aceptaba al fulano por esposo, llanamente dijo que no.
Sin embargo, pregunte a uno de sus hijos si quiere un helado,
prontamente le dirá sí quiero.

En la Palabra de Dios encontramos cómo un leproso se había


mezclado entre la gente, solamente para pronunciar estas palabras
al que él consideraba que podía curarle.
« Vino a él un leproso, rogándole; e hincada la rodilla, le dijo: Si
quieres, puedes limpiarme. Jesús, teniendo misericordia de él,
extendió la mano y le tocó, y le dijo: Quiero, sé limpio ». (Marcos
1:40,41). Cómo podemos hacer felices a muchas personas con dos
simples palabras, y lo contrario también, cuando la disposición no
está en el corazón.

Pedro el seguidor de Jesús, etiquetado por impulsivo, a lo mejor


por las pláticas que tenía con el Maestro de Galilea se atrevía a
hacerle preguntas a veces de sus mismos compañeros, pero Jesús
era su polo a tierra para que se ubicara que quien tenía la última
palabra era Él, como la sigue teniendo hoy en día.

« Volviéndose Pedro, vio que les seguía el discípulo a quien


amaba Jesús, el mismo que en la cena se había recostado al lado
de él, y le había dicho: Señor, ¿quién es el que te ha de entregar?
Cuando Pedro le vio, dijo a Jesús: Señor, ¿y qué de éste? Jesús le
dijo: Si quiero que él quede hasta que yo venga, ¿qué a ti? Sígueme
tú ». (Juan 21:20-22).

¡¡Hay Pedro!! Cómo te conocía el Maestro, puede poner su


nombre, yo pongo el mío, cómo conocía a Pedro, que le dijo me
negarás tres veces y tres veces dirás que me amas, sí Señor tú
sabes que te amo.

Tengamos cuidado cuando pronunciemos estas interrogantes


que tienen repercusiones de gran envergadura, como lo expresó
Pablo. « Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no
quiero, eso hago. Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino
el pecado que mora en mí ». (Romanos 7:19,20). Somos de la
misma casta que Pablo.

Expresando la interrogante, usémosla reflexivamente porque


somos como dice Santiago neblina, mejor es apegarnos cada vez
más al consejo divino. « En lugar de lo cual deberíais decir: Si el
Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello ». (Santiago 4:15).
¡¡Oh sí, yo quiero vivir y morir con Cristo!!
ESCRIBE
S e habla del analfabetismo en muchos países el cual
realmente no debería de existir. En mí país El Salvador, el gobierno
se ha interesado por esta necesidad que es prioritaria, ya hay
municipios con cero analfabetismo.

Analfabeto, hace referencia a una persona que no sabe leer ni


escribir. Podría decirse que es una epidemia, que atenta contra la
libertad y el progreso de una nación. Una persona que no sabe leer
ni escribir se estanca, y no tiene aspiraciones de superación por
esta carencia que la vuelve discapacitada en muchos aspectos del
desarrollo de la vida.

Cuando ya estaba en mi tercer grado, me agradaron las


palabras que expresó mi maestra acerca de mi persona. Dijo al
grupo de compañeras que le gustaba como yo leía, para mí fue
como una vitamina que me inyectó, al grado que finalicé mi tercer
grado con un primer lugar, me encantaban los dictados, ponía
esmero en cómo escribía.

Cuán importante era para el pueblo de Dios, en los tiempos


antiguo testamentarios, que muchas cosas eran necesarias
escribirlas y leerlas. « Y Moisés vino y contó al pueblo todas las
palabras de Jehová, y todas las leyes; y todo el pueblo respondió a
una voz, y dijo: Haremos todas las palabras que Jehová ha dicho…
Y tomó el libro del pacto y lo leyó a oídos del pueblo, el cual dijo:
Haremos todas las cosas que Jehová ha dicho, y obedeceremos ».
(Éxodo 24:3,7).
El pueblo de Israel tenía el beneficio de Moisés, pues sabemos
la educación que éste tuvo, y que fue de grande ayuda para los
propósitos de Dios. « Y Jehová dijo a Moisés: Escribe tú estas
palabras; porque conforme a estas palabras he hecho pacto contigo
y con Israel ». (Éxodo 34:27). Dios tenía profundo interés en que
este pueblo fuera temeroso, y guardara su ley escribiéndolas él
mismo con su dedo. « Y me dio Jehová las dos tablas de piedra
escritas con el dedo de Dios; y en ellas estaba escrito según todas
las palabras que os habló Jehová en el monte, de en medio del
fuego, el día de la asamblea ». (Deuteronomio 9:10).

Varios profetas fueron llamados por Dios para escribir, algunas


eran sentencias como vemos en (Jeremías 36:2). « Toma un rollo
de libro, y escribe en él todas las palabras que te he hablado contra
Israel y contra Judá, y contra todas las naciones, desde el día que
comencé a hablarte, desde los días de Josías hasta hoy ».
Ignoramos qué escribió Jesús con su dedo cuando un grupo de
hipócritas e ignorantes le presentan a una mujer sorprendida en
adulterio. « Más esto decían tentándole, para poder acusarle. Pero
Jesús, inclinado hacia el suelo, escribía en tierra con el dedo ».
(Juan 8:6).

Cómo nos beneficiamos los que pusimos empeño en aprovechar


que nuestros padres nos mandaran a la escuela, cómo nos
gozamos los hijos de Dios en la lectura de la Palabra escrita.

En lo personal me gozo escribiendo estos artículos, que para la


gloria de Dios son leídos por muchos cristianos y amigos. Como
también nos auxiliamos con muchos libros escritos por hermanos
con ese don que Dios les ha dado para trazar mejor la palabra.

Sus escritos son un legado para que nos deleitemos en la buena


lectura. « Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el
nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna, y
para que creáis en el nombre del Hijo de Dios ». (1ª Juan 5:13).
LEVANTO MIS MANOS
L evantamos las manos por diversas circunstancias en la vida,
en la escuela recuerdo que uno de los castigos era ponernos con los
brazos arriba; si la policía le descubre en algo malo, lo primero que
le dice es que ponga las manos arriba, si nos van a practicar un
examen de Tórax, nos ponen en alto los brazos, hay diversidad de
movimientos en lo que usamos arriba los brazos.

Pero nunca son tan bien vistos por Dios cuando en actitud de
adoración levantamos nuestros brazos extendiendo nuestras manos
en señal de total rendimiento ante la majestad de Dios. Levanto mis
manos, aunque no tenga fuerzas, levanto mis manos, aunque tenga
mil problemas, estas frases son de un pequeño corito, que cada vez
que lo entonamos desbordamos el alma en adoración y
agradecimiento a Dios por su constante protección, no hablo en la
expresión física sino del corazón.

Aunque verdaderamente esta acción se puede hacer siempre y


cuando no provoque desorden, ya que en el antiguo pacto era una
manera de presentar adoración a Jehová con el alma como lo hizo
David. « Alzad vuestras manos al santuario, Y bendecid a Jehová ».
(Salmos 134:2). Ese gesto indicaba que el objeto era el Señor.

También se utilizaba para presentar una oración de súplica al


Señor. « Oye la voz de mis ruegos cuando clamo a ti, Cuando alzo
mis manos hacia tu santo templo ». (Salmos 28:2). Como si la
oración fuera puesta en la palma de la mano y elevada al Señor
implorando que la acepte. Esto de levantar las manos puede ser
muy profundo, no es un espectáculo para ser visto, ni lo intente y no
tome el nombre de Dios en vano, si lo hace acepte las
consecuencias.

Este acto debe corresponderse con la elevación del ser interior


del adorador hacia una comunicación con Dios. « Levantemos
nuestros corazones y manos a Dios en los cielo ». (Lamentaciones
3:41).
Para la guerra, cuando Amalec ataca a Israel en Refidin, qué
trascendental fue la victoria obtenida. « Y sucedía que cuando
alzaba Moisés su mano, Israel prevalecía; mas cuando él bajaba su
mano, prevalecía Amalec ». (Éxodo 17:11).

Cuando mi maestra de escuela me ponía manos arriba llegaba a


un punto que no soportaba el dolor, y nadie podía ayudarme. Moisés
tenía ayuda cuando se cansaba, la de Aarón y Hur. « Y las manos
de Moisés se cansaban; por lo que tomaron una piedra, y la
pusieron debajo de él, y se sentó sobre ella; y Aarón y Hur
sostenían sus manos, el uno de un lado y el otro de otro; así hubo
en sus manos firmeza hasta que se puso el sol ». (Éxodo 17:12).

Dios quiere que levantemos nuestras manos con una actitud de


que hemos sido renovados y declarados sin culpa. Mostremos total
agradecimiento. « Quiero, pues, que los hombres oren en todo lugar,
levantando manos santas, sin ira ni contienda ». (1ª Timoteo 2:8).

HOY ES EL MOMENTO
H ay un dicho que dice: « No dejes para mañana lo que tienes
que hacer hoy ». Ciertísimamente, porque postergar algo que
merece que le pongamos atención hoy, no es correcto ni saludable.

Se nos presenta una fiebre repentina, y decimos mañana iré al


médico. Mañana usted puede ser un cadáver por no ser prudente en
atenderse en el momento que se presenta una fiebre, ya que no
puede ni debe auto medicarse deduciendo que con eso tendrá
solución.
Hoy es un adverbio de tiempo, indica el día en el que está la
persona que habla o escribe, hoy yo estoy escribiendo este artículo.
Hoy iremos a la Iglesia, hoy es martes, mañana miércoles. Cuando
hablamos en tiempo de cosas cotidianas tenemos en nuestro
cerebro el hoy, pues depende de los quehaceres que diariamente
hacemos.

La reina Ester, acosada por Amán de exterminar a su nación,


actúa de una manera urgente, y se atreve a presentarse ante el rey
sin ser llamada. Qué belleza más deslumbrante que el rey no puede
decir no a su petición. « Dijo el rey: ¿Qué tienes, reina Ester, y cuál
es tu petición? Hasta la mitad del reino se te dará. Y Ester dijo: Si
place al rey, vengan hoy el rey y Amán al banquete que he
preparado para el rey ». (Ester 5:3,4).

Dios nos habla de un hoy el cual no podemos postergar para


mañana, ya que es de vida o muerte, y no podemos hacerlo a un
lado porque es Dios que nos habla acerca de lo que tenemos que
hacer hoy, para resolver nuestras vidas cómo están delante de su
presencia, desde siempre, o sea desde el Antiguo Testamento,
recordatorio que a través del rey David siervo conforme al corazón
de Dios nos resuena. « Si oyeres hoy su voz, No endurezcáis
vuestro corazón ». (Salmos 95:7).

Como Dios del tiempo, con toda autoridad le dice a un ladrón


que decidió pronunciar sus últimas palabras que le sirvieron para
que el Maestro le diera una respuesta que cambiaría todo su
entorno de dolor. « Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy
estarás conmigo en el paraíso ». (Lucas 23:43).
Para usted y para mí siempre nos está recordando que el hoy en
nuestras vidas es vital, dice un himno: « Hoy es un día muy especial
a ti me entregaré, si soy como el barro tu como alfarero, soy como el
hierro tú como el herrero, tienes poder de cambiar tantas cosas
transfórmame hoy ». El hoy es nuestra última oportunidad, nuestra
última esperanza. « Mirad, hermanos, que no haya en ninguno de
vosotros corazón malo de incredulidad para apartarse del Dios vivo;
antes exhortaos los unos a los otros cada día, entre tanto que se
dice: Hoy; para que ninguno de vosotros se endurezca por el
engaño del pecado ». (Hebreos 3:12-13).

LA ÚLTIMA PARADA
E sta frase se ha ocupado para transmitir un comienzo y un
final, suena un poco trágica ya que se ha usado hasta en guiones
cinematográficos. También cuando hacemos viajes largos en
vehículos en países donde tienen tierras desérticas de enormes
extensiones geográficas, se ven en las carreteras varias señales
que dicen: « Área de descanso ». Allí usted puede ir al baño, comer
algo, estirarse, echar gasolina, etc. Sigue su trayecto, de repente
aparece un anuncio que le dice que es la última área de descanso,
usted tiene que ser muy precavido para poder aprovecharla.

Continuando en carretera, se ven carros varados porque no


prestaron atención a la última oportunidad de abastecerse de lo
necesario, como lo es el combustible para el vehículo. En una forma
mucho más urgente, Dios nos está diciendo que llegaremos a la
última parada de nuestras vidas, donde no tendremos oportunidad
de arreglar nada si hemos sido negligentes a sus mandamientos.

Pero mientras tanto, el mundo vive la vida loca, comamos y


bebamos. Y lo más triste que muchos cristianos están jugando con
la Iglesia. Me quedé muy molesta, no sorprendida. Visité una
congregación, cuando ya todo había concluido y nos estábamos
despidiendo entre hermanos, llegó una pareja, solamente para que
le dieran la cena del Señor.
Estoy convencida de que lo que hicieron ellos fue tomarla
indignamente, pero más indigno fue para los hermanos que se la
sirvieron. Qué clase de cristianos tenemos, que porque iban a dejar
ofrenda vendieron de nuevo a Cristo con su mala acción.

De estos hay muchos, si se mencionaran nombres, quizás


habría una lista bastante numerosa. Tiene que haber mucha
delicadez e integridad en las cosas del Señor. No nos está
quedando clara la última parada si estamos viviendo la vida cristiana
de esa manera.

El hijo pródigo usó su última oportunidad, todo quedó olvidado


cuando el padre le recibió de nuevo. « Y el hijo le dijo: Padre, he
pecado contra el cielo y contra ti, y ya no soy digno de ser llamado
tu hijo. Pero el padre dijo a sus siervos: Sacad el mejor vestido, y
vestidle; y poned un anillo en su mano, y calzado en sus pies ».
(Lucas 15:21,22).

Tengamos cuidado que tarde o temprano nos enfrentaremos con


la última parada, no estemos cabeceando como las vírgenes
imprudentes. « El que tiene oídos para oír, oiga ». (Mateo 13:9).

PRIMEROS AUXILIOS
E sto lo sabemos las madres, no porque hayamos recibido una
cátedra, sino porque es nato en nosotras cuando se trata de
prestarles atención a nuestros hijos.

Tengo tres hijas, y créanme, me sacaron enormes carreras a la


Cruz Roja. Una vez una de ellas se había metido frijoles en su nariz,
otra agarró tirro (cinta adhesiva gruesa que con facilidad se adhiere
al cuerpo y a muchas superficies), se enredó en un dedo una
porción de ésta, y después fue a poner su dedo al fuego que la
hermana que me ayudaba estaba encendiendo para hacer carne
asada. Resultó un dedo completamente asado y el trauma y
angustia fue que no podíamos salir al médico, pues estábamos en
ley marcial por la guerra de 12 años que vivimos.
Aprendí que con los hijos no tenemos títulos, pero sí somos de
todo. En mi adolescencia me enrolé a ser socorrista de la Cruz Roja,
y allí había aprendido muchas cosas, a mis 15 años se realizaba
otra guerra en 1969. Esto me ayudó mucho, ya que aprendí desde
una curación simple, así como a inyectar, ayudarle al enfermero a
suturar y cortar uñeros, pero cuando viví con mis hijas el panorama
cambió, pues me sentía incapaz de ver el sufrimiento en ellas.

Sin embargo, como repito, le hice de todo. Los primeros auxilios


ayudan a que se den en una situación de peligro o necesidad. En
cuanto a prestar auxilio no debe de existir clases sociales, religión, o
partidos políticos, o si se es amigo, o enemigo, nuestro instinto es
ayudar a un necesitado.

Cristalinamente nos lo deja al descubierto nuestro Señor


Jesucristo que nos narra con su peculiaridad de ser humano, y nos
hace ver como actuaron aquellos que se daban en el pecho como
buenos sacerdotes cuando un hombre necesitó ayuda. El sacerdote
pasó de largo, igual el levita, el que se portó humanamente fue su
enemigo. « Pero un samaritano, que iba de camino, vino cerca de él,
y viéndole, fue movido a misericordia; y acercándose, vendó sus
heridas, echándoles aceite y vino; y poniéndole en su cabalgadura,
lo llevó al mesón, y cuidó de Él ». (Lucas 10:33-34).

En la guerra donde pude ayudar, no veíamos si era salvadoreño


o hondureño, aplicábamos de una manera igualitaria estos primeros
auxilios. « Él dijo: el que usó de misericordia con él. Entonces Jesús
le dijo: Ve, y haz tú lo mismo ». (Lucas 10:37).

Nuestro soberano Dios nos ha dado el auxilio preponderante


cuando estábamos muertos en nuestros delitos y pecados. Yo
sentía que mi corazón ya no latía cuando mis hijas se lastimaban. Mi
cerebro se vuelve tan diminuto porque no alcanzo a entender el
dolor que sufrió Dios al darnos a su Hijo para salvarnos de la muerte
eterna. « Más Dios muestra su amor para con nosotros, en que
siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros ». (Romanos 5:8).
Cristo me vino a salvar a mí y ti, no a darnos primeros auxilios,
vino a Darnos la vida. « Yo, la luz, he venido al mundo, para que
todo aquel que cree en mí no permanezca en tinieblas. Al que oye
mis palabras, y no las guarda, yo no le juzgo; porque no he venido a
juzgar al mundo, sino a salvar al mundo ». (Juan 12:46,47).

UNA MIRADA
C uánto puede encerrar una mirada, me gusta mirar a mis
hermanos, y lanzarles una mirada de amor. A veces también de
desaprobación, si no están respetando cuando estudiamos la
Palabra. Cuánto bien pueden hacernos cuando no necesitamos
palabras, pero sí podemos hablarnos con una mirada.

Dicen que los ojos son el espejo del alma, una mirada de
desaprobación evidentemente que no resulta agradable, pero sí
necesaria, muchos nos hemos enamorado con una mirada, y
también nos hemos odiado. Definitivamente que no hay mirada que
cautive más nuestro ser y nos eleve al cielo el ver la mirada de un
niño, que por su naturaleza es un pequeño angelito, anhelamos que
se queden así, pero esto no es saludable, ni es el plan divino.

Mi abuela cuando quería reprendernos nos hacía una mirada


que desafiaba todo intento de contradecirle, era una mirada
penetrante, en ella podíamos ver que si no teníamos con eso
aplicaría el castigo corporal.

Dios nos mira, desde su morada, pues su mirada va enfocada


directamente al corazón. Nos exhorta a saber mirar a una persona
del sexo opuesto, si es por admirar la belleza basta con una vez, el
pecado está cuando la ve por segunda vez, y por tercera vez en el
mismo momento, en el Evangelio de Mateo Jesucristo nos advierte
que al mirar en una forma llena de concupiscencia caemos en
pecado. « Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para
codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón ». (Mateo 5:28).
El mirar constantemente el mundo, su pecado, sus vanidades, y
desear desmedidamente las cosas que en él hay, también caemos
en una situación que nos carcomerá y quitará el sueño, inclusive
podemos perder hasta la vida por obsesionarnos con tener aquello
que tanto vemos con deseo.

Dios advirtió a Lot cuando los ángeles los sacaron de Sodoma y


Gomorra. La esposa de Lot no respetó el mandato de Dios, peor el
de su esposo, unos dicen que quería ver cómo era la destrucción,
otros que miró porque allí estaba su tesoro, sea lo que haya sido
Dios había dado una orden.

« Y cuando los hubieron llevado fuera, dijeron: Escapa por tu


vida; no mires tras ti, ni pares en toda esta llanura; escapa al monte,
no sea que perezcas ». (Génesis 17:17). Y la cumpliría. « Entonces
la mujer de Lot miró atrás, a espaldas de él, y se volvió estatua de
sal ». (Génesis 19:26).

Nosotros somos exhortados a ver las cosas que no se ven, ya


que en ellas encontraremos la verdadera vida. «…no mirando
nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las
cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son
eternas ». (2ª Corintios 4:18).

De igual manera estamos llamados a mirar por nuestro prójimo


antes de obtener nuestra propia satisfacción. «…no mirando cada
uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros ».
(Filipenses 2:4). Que nuestra mirada sea el reflejo de Cristo, cómo
es que nos ve Él con dulzura, con amonestación, no para
destruirnos, sino para salvarnos.

ACUERDOS DE PAZ
E l 16 de Enero El Salvador estuvo conmemorando el XXIII
aniversario de la firma de los acuerdos de paz, los cuales pusieron
fin a 12 años de guerra civil en los años 1980 al 1992. Estos
acuerdos fueron firmados en el Castillo de Chapultepec (México),
que dieron fin a esos terribles años de conflicto armado interno en el
país Centroamericano, protagonizado por el ejército y la entonces
guerrilla del frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional
(FMLN), ahora partido en el poder.

Estos son los acuerdos de paz de los hombres que por supuesto
son importantes para la estabilidad de los países. Esto solo es un
enfoque de lo que el ser humano llama acuerdos de paz. Pero los
acuerdos de paz entre los hijos de Dios no tienen fecha, ya que
nuestro Dios nos demanda que no hay refrigerio tan alentador que el
estar en paz, ya que a eso hemos sido llamados.

El no vivir en paz pudre, porque nos impide ser felices, en el


hogar, en la Iglesia, en cualquier parte donde tengamos relación con
seres humanos. « Si es posible, en cuanto dependa de vosotros,
estad en paz con todos los hombres ». (Romanos 12:18).

Pero como hijos de Dios, la paz debe ser como el aire, debemos
ansiarla, y tener cuidado con los que no son pacificadores, de no
juntarnos con ellos, ni tomar una taza de té con ellos.

En una de las bienaventuranzas de Jesucristo da un premio a


los pacificadores. « Bienaventurados los pacificadores, porque ellos
serán llamados hijos de Dios ». (Mateo 5:9). Entiende esto mi
hermano, Jesús lo dice, seremos llamados hijos de Dios. Es para
que pensemos cómo estamos con nuestros hermanos, y si no es así
no es mi hermano.
Difícil es que no tengamos desavenencias, porque no somos
perfectos, Santiago nos lo expresa de esta manera: « Porque todos
ofendemos muchas veces. Si alguno no ofende en palabra, éste es
varón perfecto, capaz también de refrenar todo el cuerpo ».
(Santiago 3:2). Pero esto no debe de impedir que vivamos en paz,
ya hay suficiente guerra en el mundo para que entre nosotros no
cultivemos este bello fruto.
Me estremece la actitud de Jacob con su hermano Esaú, cómo
ellos un día se separaron con odio, con rencor, pero el día que se
encuentran que por cierto fue de años, Jacob tiene temor, pues
había sido amenazado de muerte por su hermano, pero cuando se
encuentran, todo es diferente.

Esaú había cambiado, y el odio contra su hermano se había


disipado pues al ver a su hermano, note cómo fue su reacción: «
Esaú corrió a su encuentro y le abrazó, y se echó sobre su cuello, y
le besó; y lloraron ». (Génesis 33:4).

Jacob le dice a su hermano, firmemos un acuerdo de paz: « Y


dijo Jacob: No, yo te ruego; si he hallado ahora gracia en tus ojos,
acepta mi presente, porque he visto tu rostro, como si hubiera visto
el rostro de Dios, pues que con tanto favor me has recibido. Acepta,
te ruego, mi presente que te he traído, porque Dios me ha hecho
merced, y todo lo que hay aquí es mío e insistió con él, y Esaú lo
tomó ». (Génesis 33:10-11).

Por qué no nos conmueve la Palabra de nuestro Dios y


renovamos nuestras vidas delante de Él y aprendemos a vivir en
paz como hermanos, que anhelamos vivir eternamente con Dios.
Borre de su mente los rencores y odios, Dios no le aceptará con un
corazón cargado de malos sentimientos, o con una paz, como lo
hacen los católicos, en un momento que se dicen « la paz sea
contigo », y luego saliendo de su recinto de cultos, ni se vuelven a
ver entre ellos mismos.
Esto lastimosamente lo he visto en la Iglesia de Cristo, le
recuerdo lo que nos dice Apocalipsis 21:27 « No entrará en ella
ninguna cosa inmunda, o que hace abominación y mentira, sino
solamente los que están inscritos en el libro de la vida del Cordero
». Cristo viene por una Iglesia sin mancha y sin arruga. No lo
olvidemos.

BENEFICIOS DE LA UNIDAD
Q ue impacto causó, la noticia de 33 mineros, los cuales
habían quedado enterrados en una mina. Esto sucedió en Chile, 700
metros bajo tierra por 70 días, fue el tiempo que estos hombres
soportaron, gracias a que todo el mundo se puso a disposición para
reportarse cómo podían ayudar.

El escritor del libro del milagro de los 33 mineros, muestra como


la empatía, la colaboración, y la solidaridad, surgieron de todos los
rincones de la tierra, demostrando que poseemos un lado luminoso
muy potente y que permite. Pintarnos la cara color de esperanza.

Hay beneficios en la unidad estos 33 mineros tenían que


colaborar entre ellos para no salirse de sus casillas, y así no entrar
en pánico ante el asombro que era una realidad en lo que se
encontraban.

Y es que sucede que en la vida de cada uno de los siervos de


Dios, surgen obstáculos imprevistos, ya que los problemas
simplemente llegan, no se agenda, ni se programan, vamos
caminando por el túnel de la vida y de pronto un derrumbe
inesperado nos deja atrapados sin salida.
Estos 33 hombres iniciaron su día como usted y yo. Suena la
alarma del despertador, ese día la esposa de uno de los mineros, le
sugiere que no vaya a trabajar, le pide que dedique el día para
tramitar su jubilación, la cual ha postergado demasiado. Otra de las
esposas se levanta temprano a prepararle los alimentos a su
esposo. La vida les cambió los planes, encontrándose en un lugar
cien por ciento húmedo, y a más de 30 grados de calor, en
oscuridad absoluta, donde todo era escaso, la comida, el agua, etc.

Pero como reza un dicho. « No hay mal que dure cien años, ni
cuerpo que lo resista ». El día esperado llegó. Cuando Chile
conmovió al mundo al iniciar con éxito el mayor rescate en la historia
de la minería. Lo que parecía imposible fue posible. Porque se
mantuvieron unidos en el mismo pensamiento, en el mismo reto.
Cultivar la unidad requiere compromiso, entrega, tolerancia,
perseverancia, solo así podemos ver los beneficios.

Para nuestro Señor Jesucristo la unidad era muy importante, y


seguirá siendo importante, es primordial. Para Satanás, la
separación y la división, también lo es. Jesús enseñaba a sus
discípulos los beneficios de la unidad, Él cumplió tan bien esta
enseñanza ya que ninguno de sus verdaderos discípulos se perdió.

Entre ellos surgían cosas que podían separarlos, como cuando


dos de ellos se les ocurre pedirle a Jesús, sentarse el uno a la
izquierda y el otro a la derecha; ¡y qué de los demás, si todos
anhelaban estar cerca de Él! La unidad en la Iglesia es primordial,
evita que muchos se vuelvan al mundo o que existan divisiones.

Qué hermoso ejemplo de unidad de nuestros hermanos del


primer siglo, dignos de imitar (Hechos 2:48). Era tan duro lo que
había pasado en sus vidas que el corazón se les había convertido
en uno. La Iglesia era espiritual, poderosa en fe, en amor, en
solidaridad, santidad, compasión, y en misericordia.
Era una Iglesia Cristo céntrica, en la cual el poder del Espíritu
Santo se manifestaba, transformando vidas, llenando corazones de
los nuevos creyentes de ese amor divino que los capacitaba para
resistir la persecución y aún la muerte por espada, o por fieras en el
circo romano, o donde quiera que se diese. (Hechos 8:1-3).

« Los hermanos sean unidos, porque esa es la ley primera,


tengan unión verdadera, en cualquier tiempo que sea, porque si
entre ellos pelean, los devoran los de afuera ». (Martín Fierro). ¡Que
Dios nos ayude a reconocer siempre, que una de las oraciones de
Jesús fue por la unidad!

EL RESPETO A LOS ANCIANOS


E ste tema me llena de mucha tristeza, porque en todo el
mundo muchos ancianos son irrespetados, lastimosamente en
nuestros núcleos familiares tenemos ancianos, nuestros padres,
nuestros abuelos, o algún tío que nunca se casó. Muchas veces ya
no queremos compartir con ellos ni la mesa, porque con la llegada
de la ancianidad nos volvemos torpes, no podemos llevarnos la
comida a nuestra boca, derrames en la mesa, manchas en el
mantel, o quizás llegó el mal de Parkinson.

Tantas cosas que suelen pasar a los ancianos, y toda esa


escuela de irrespeto la están asimilando nuestros hijos, muchas
veces nos quejamos por qué no tenemos bendiciones. ¿Qué
estamos haciendo para merecerlas?

Tengo mi santa madre que tiene Alzheimer y es algo muy difícil


cuando me ha tocado cuidarla, porque ella ya no me conoce, ella ya
casi completa los 91 años, es una niña, pero es mi madre, y la he
cuidado con devoción.
Los ancianos son mi debilidad, es un talento que Dios me ha
dado y que me he preocupado por cultivarlo, ya que ellos son
indefensos, ya que sus fuerzas se les terminaron, trabajando para
formar a sus hijos para una sociedad imperante. Y qué paradoja,
algunos hijos, ya profesionales, se olvidan de ellos.

Conozco de una vecina que para no lidiar con su madre la metió


en un centro de cuido de ancianos, le llamaron para que fuera a
recogerla, se la entregaron con pulmonía, murió a los pocos días.
¡Qué conciencia más fría de esta hija, sé perfectamente que ella
bien podría haber cuidado de su madre!

Me encanta platicar con los ancianos porque algunos vivieron


cosas que uno ni se las imagina. En la Iglesia tenemos a una
hermana que trabajó con un presidente de la nación de El Salvador
entre los años de 1931 a 1944.

Era su cocinera, y me cuenta todas las bondades que tenía para


con ella, sin embargo, fue asesinado por su propio motorista a su
edad avanzada.

Otro anciano me cuenta que nunca se casó porque su mamá


era muy enojada y no lo dejaba andar en la calle, él dice: « Yo
respetaba mucho a mi mamá ». (Léase «mama», sin tilde en la 2ª
«a» en vista de que así la pronuncia de quien hablo).

Cuando el padre de mi esposo vivía, yo siempre le preguntaba


cosas de su vida, y una vez, aunque parece jocoso, él me contó que
un perro se lo iba a comer.

Esto pasó porque su hermana que lo cuidaba se lo echaba en la


bolsa del delantal, ya que él era sietemesino, lo cual hizo que
naciera muy pequeño; esa vez su hermana se puso a lavar ropa, y
mientras hacía sus quehaceres, ella lo exponía a que recibiera un
poco de sol; fue así, que un perro, pensó que era un pedazo de
comida, y se lo llevó, cuando su hermana se dio cuenta salió detrás
del perro, afortunadamente, se lo quitó de la trompa.
Los ancianos son un cúmulo de sabiduría, tienen tantas
vivencias, que pedir un consejo a ellos siempre será algo bueno. «
En los ancianos está la ciencia, Y en la larga edad la inteligencia ».
(Job: 12:12).
Fue doloroso y frustrante por la impotencia que a veces nos
vemos, al presenciar las injusticias para con los ancianos. Veía las
noticias, cuando una madre anciana sale llorando, porque su hijo, al
negarse ella a darle dinero para la droga, le prendió fuego a la casa,
convirtiéndosela en cenizas; la anciana lloraba terriblemente porque
no tenía dónde vivir, y con todo su dolor, pidió a las autoridades que
le pusieran al hijo tras las rejas, pues ya el miedo era una terrible
pesadilla para ella.

Conocí a una jovencita que su mamá la engendró a edad


avanzada, a tal grado que parecía su abuela; cuando la iba a dejar a
la escuela, la hija le decía que la dejara cerca de la escuela, pero
que no llegara hasta el edificio, porque sus compañeras se burlarían
de ella y que a ella le daba vergüenza, la madre accedía con tal de
cuidarla.

Proverbios 23:22, nos dice: «Oye a tu padre, a aquel que te


engendró; Y cuando tu madre envejeciere, no la
menosprecies ». Cristo nos dio hermoso ejemplo cuando en su dolor
no se olvidó de su santa madre, mostrándole hasta el final su
devoción, su agradecimiento y sobre todo su respeto. Tengo un
grupo de ancianos; varias viudas y un viudo, de los cuales, una
pareja de ellos fue mi inspiración para tener el ministerio llamado
Maná Para Ancianos .

Estos reciben mes tras mes una bolsa de alimentos, yo solo soy
el instrumento que Dios usa, ya que una Iglesia en Canadá es la
que envía parte de su ofrenda para estos ancianitos, es una obra
muy hermosa, la cual me enternece, pues ellos me dicen que yo soy
su mamá, ya se me fueron dos para mejor vida, en los últimos
nueve meses.
Una de ellas era tan bella que de su profunda pobreza me
regalaba alguna fruta todos los domingos, y me decía que no dejaba
de orar por mí. Mis lágrimas quedan estampadas al escribir sobre
este bello ministerio.
El único viudo ya está muy enfermo, le visitamos y le llevamos
su maná. Respetemos a nuestros ancianos en nuestras Iglesias, y
verán que nos será muy fácil respetar a los de afuera, ya que la
enseñanza comienza primero por casa. « Delante de las canas te
levantarás, y honrarás el rostro del anciano, y de tu Dios tendrás
temor. Yo Jehová ». (Levítico 19:32).

Capítulo 5
La lluvia del Cielo

ALGUIEN NOS VE
Q ué error más grande el del ser humano que actúa sin
pensar, olvidando que siempre hay alguien que le descubre tanto en
sus buenas acciones como en las malas. Y es que no tenemos una
capa protectora como la sombrilla que nos protege de la lluvia o del
sol.

Tampoco podemos actuar infantilmente como una niña, que a


pesar de las advertencias de su madre, de que no se comiera el
azúcar porque Dios siempre la veía. Ella en su inocencia dijo, esta
vez mamá no se dará cuenta, porque Dios no me verá, tomó una
sombrilla y llevó a cabo su pequeña travesura que endulzaba su
paladar.
Nosotros no podemos, pensar de esa manera, pareciéndonos a
la descabellada interpretación de Nicodemo, cuando Jesús le dice
que: «… el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios
». (Juan: 3:3). Qué respuesta de un hombre viejo, y falto de
entendimiento: « Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer
siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de
su madre, y nacer? » (Juan 3:4). Tenía razón si ni en el día podía
conducirse, pues vino a Jesús de noche para que nadie le viera.
Muchas veces actuamos de esa manera.

Conocí a un predicador de la Iglesia de Cristo que tenía una


amante, y su pecado llegó a su fin cuando la amante puso una foto
de ellos en Facebook; claro que fue un escándalo, y un daño a la
Iglesia, pues ésta quedó, como ovejas sin pastor. Evidentemente,
estas ovejas ya estaban desprotegidas, pues era un lobo vestido de
oveja. Recuerde Marcos 4:22, nos lo dice del que no podemos ser
invisibles. « Porque no hay nada oculto que no haya de ser
manifestado; ni escondido, que no haya de salir a luz ». Se recuerda
de Moisés, cómo quiso esconder un asesinato, dice la palabra en
Éxodo 2:12: « Entonces miró a todas partes, y viendo que no
parecía nadie, mató al egipcio y lo escondió en la arena ». Qué
trágico fue para él, alguien presenció su furia desatada contra el
maltratador. No hay justificación. Dios no cerró sus ojos solo porque
a Moisés le pareció que era una injusticia. Siempre seremos injustos
en la venganza, muchas veces nos comportamos como Moisés,
miramos a todas partes cerciorándonos que nadie nos haya visto,
esto es semejante a lo que la niña hizo con el azúcar.

Pagamos un alto precio cuando somos descubiertos por el ojo


humano. « Y él respondió: ¿Quién te ha puesto a ti por príncipe y
juez sobre nosotros? ¿Piensas matarme como mataste al egipcio?
Entonces Moisés tuvo miedo, y dijo: Ciertamente esto ha sido
descubierto. Oyendo Faraón acerca de este hecho, procuró matar a
Moisés; pero Moisés huyó de delante de Faraón, y habitó en la tierra
de Madián ». (Éxodo 2:14,15).
Esto mismo le pasó al predicador, ya nadie cree en él, y sobre
todo se volvió una persona desdichada.
Moisés fue restaurado ya que su arrepentimiento se
manifestó al declarar el mismo Dios estas palabras sobre él muy
hermosísimas: « Entonces Jehová descendió en la columna de la
nube, y se puso a la puerta del tabernáculo, y llamó a Aarón y a
María; y salieron ambos. Y él les dijo: Oíd ahora mis palabras.
Cuando haya entre vosotros profeta de Jehová, le apareceré en
visión, en sueños hablaré con él. No así a mi siervo Moisés, que es
fiel en toda mi casa. Cara a cara hablaré con él, y claramente, y no
por figuras; y verá la apariencia de Jehová. ¿Por qué, pues, no
tuvisteis temor de hablar contra mi siervo Moisés? » (Números 12:5-
8).

Ese alguien que nos ve, es el que libra diariamente las batallas
por nosotros, es de Él que no debemos de escondernos, tal como lo
hizo Adán, que el pecado le afectó su comunión hermosa que tenía
con Dios.

La Palabra está llena de ejemplos en cuanto a lo que


banalmente hacemos a escondidas. Pensemos en lo que hemos
hecho e inmediatamente arrepintámonos. Solo así, tendremos vidas
transparentes delante de Dios. Jesucristo nos dejó ejemplo, « Y el
sumo sacerdote preguntó a Jesús acerca de sus discípulos y de su
doctrina. Jesús le respondió: Yo públicamente he hablado al mundo;
siempre he enseñado en la sinagoga y en el templo, donde se
reúnen todos los judíos, y nada he hablado en oculto. ¿Por qué me
preguntas a mí? Pregunta a los que han oído, qué les haya yo
hablado; he aquí, ellos saben lo que yo he dicho ». (Juan 18:19-20).

COMIENDO CON EL REY


U n hermano me dijo una vez, que « en esta vida no hay como
un buen comer », efectivamente yo lo creo que sí, pues el alimento
material es tan exquisito, y mucho más si se tiene mucha hambre.
Es delicioso también si se comparte con una buena compañía,
un buen hermano, con quien se puede mantener una muy buena
conversación, no necesariamente tiene que ser de religión, ya que,
si usted se nutre en la buena lectura, créame que siempre tendrá
tema de conversación. Dijo alguien que: « Hay libros que son para
degustar, y otros para digerir ».

Deliciosamente podemos pasar buenos momentos con una


persona especial. Pero si se le da el privilegio de comer con un rey
esto es otro cuento. Tendríamos que pensar en nuestra vestimenta
cómo cambiarían nuestros métodos de formalismos y etiqueta.

Conozco de alguien que comió con el rey todos los días, este
era un niño de 5 años que por una caída quedó lisiado, cuando a su
nodriza por salvarle la vida se le cayó.

Evidentemente que de por sí a una persona normal le cuesta


ganarse el pan diario, no digamos a una persona
discapacitada. Hablo de Mefi-boset. « Jonatán hijo de Saúl tenía un
hijo lisiado de los pies. Tenía cinco años de edad cuando llegó de
Jezreel la noticia de la muerte de Saúl y de Jonatán, y su nodriza
le tomó y huyó; y mientras iba huyendo
apresuradamente, se le cayó el niño y quedó cojo. Su nombre era
Mefi-boset ». (2º Samuel 4:4).
El padre de este niño había desarrollado una hermosa amistad,
que ahora era el momento de ser recordada: David y Jonatán qué
bella amistad, la cual para nuestro ejemplo quedó para recordar; así
como en una red cuando son atrapados muchos peses, dentro de
ella hay unos especiales. Cuando David fue proclamado rey, hace
esta pregunta: «El rey le dijo: ¿No ha quedado nadie de la casa de
Saúl, a quien haga yo misericordia de Dios? Y Siba respondió al rey:
Aún ha quedado un hijo de Jonatán, lisiado de los pies». (2º Samuel
9:3).
Mefi-boset -es probable como se hace el comentario bíblico- que
tuviera miedo de David, pues era el nieto de Saúl su enemigo y por
eso vivía calladamente, hasta que el rey lo manda a buscar. «
Entonces envió el rey David,… Y vino Mefi- boset, hijo de Jonatán
hijo de Saúl, a David, y se postró sobre su rostro e hizo reverencia.
Y dijo David: Mefi-boset. Y él respondió: He aquí tu siervo ». (vv. 5,
6). David le da confianza, diciéndole: « Y le dijo David: No tengas
temor, porque yo a la verdad haré contigo misericordia por amor de
Jonatán tu padre, y te devolveré todas las tierras de Saúl tu padre; y
tú comerás siempre a mi mesa ». (v. 7).

Alguna vez tuvieron que coincidir en comer juntos, y recordar la


bella amistad que vivieron con su padre. Pero esto de comer en la
mesa del rey y con el rey es como un cuento, pero que el rey le
prepare la comida a lo mejor no lo cree, los discípulos de nuestro
Señor Jesucristo tuvieron esta hermosa y bella experiencia.

« Al descender a tierra, vieron brasas puestas, y un pez encima


de ellas, y pan. Jesús les dijo: Traed de los peces que acabáis de
pescar. Les dijo Jesús: Venid, comed… Vino, pues, Jesús, y tomó el
pan y les dio, y asimismo del pescado ». (Juan 21:9, 10, 12, 13).

Nosotros como hijos de un Rey también tenemos ese privilegio,


cuando comemos nuestros alimentos y damos gracias, estamos
comiendo con el Rey. Pero no solo eso, recordemos que tenemos
una cita final con el Rey pues nos invita a una cena, a la cual todos
los fieles estamos invitados, y tenemos que estar preparando
nuestro vestuario, porque no habrá colores, ni tallas, pues
vestiremos el mismo traje. « He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si
alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él
conmigo » (Apocalipsis 3:20).
Tendremos el mejor banquete del mundo, por favor no se lo
vaya a perder porque nuestro rey nos invita y nos estará esperando
no permita que nada ni nadie le robe este regocijo eterno. «
Bienaventurados los que lavan sus ropas, para tener derecho al
árbol de la vida, y para entrar por las puertas en la ciudad ».
(Apocalipsis 22:14).
EL ESPEJO
L os hay de muchos tamaños y formas, estos forman parte de
los accesorios de todo hogar, se encuentran en los palacios de los
reyes, como en los hogares más humildes. Los han usado como
parte de los cuentos los cuales muchas veces hemos contado a
nuestros hijos.

Y es que el espejo nos ayuda a lucir un mejor aspecto, ya que,


al vernos en ellos, podemos visualizar cómo luce nuestro físico y
silueta en general. Algunas personas se convierten en esclavos de
ellos, ya que rinden culto al narcisismo, es decir el culto a la belleza.

Dios nos ha dejado su palabra escrita y bien clasificada en 66


libros, para que ella sea nuestro espejo, donde claramente y de
forma cristalina en forma de figura, nos dice qué es el espejo de
nuestra alma.

En ella nos vemos con el alma desnuda, para que podamos


corregir los defectos que nos impiden vivir de acuerdo a la moralidad
de Dios que es pura y santa. La palabra de Dios es el espejo
perfecto, porque nos dice la estricta verdad, o sea lo que realmente
hay en el corazón del hombre, cómo nos ve Dios con total
objetividad, esto nos debe preocupar siempre, a fin de corregir lo
que vemos o nos disgusta.
Vernos en el espejo de Dios puede resultar peligroso al no
retener lo que vemos, por el contrario, olvidamos, y podemos
confundirnos, y conformarnos a tal grado que nuestras conciencias
se van cauterizando, y volvernos insensibles en lo que
vemos u oímos, volviéndonos olvidadizos
voluntariamente. Santiago nos advierte que al olvidar lo que oímos,
solo estamos siendo engañados al no convertirnos en hacedores.
Debemos ser sensatos en mirar atentamente.

Esto nos evitaría desastres, pues muchas veces somos


negligentes al no prestar atención a las letras pequeñas. Mirar
atentamente es no solamente mirar con los ojos físicos, sino con los
del alma, con el Espíritu Santo de Dios. Cuando María fue a ver la
tumba de Jesús, ella se inclinó para poder ver hasta el fondo y
corroborar lo que le habían dicho: « Pero María estaba fuera
llorando junto al sepulcro; y mientras lloraba, se inclinó para mirar
dentro del sepulcro ». (Juan 20:11).

Tengamos cuidado cuando nos veamos en la palabra de Dios,


de retener siempre mediante la voluntad de Dios agradable y
perfecta, y de esta manera comprometernos en ser hacedores de
toda la voluntad de nuestro buen Dios.

« Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores,


engañándoos a vosotros mismos. Porque si alguno es oidor de la
palabra, pero no hacedor de ella, éste es semejante al hombre que
considera en un espejo su rostro natural. Porque él se considera a sí
mismo, y se va, y luego olvida cómo era. Mas el que mira
atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella,
no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será
bienaventurado en lo que hace ». (Santiago 1:22-25).

MUJERES DE DIOS
L as mujeres siempre somos noticias, estamos en las revistas,
estamos en el pentágono, somos presidentas ó
vicepresidentas, somos líderes de grandes proyectos que son de
mucha ayuda para el país en que nos encontramos, tenemos una
página en los periódicos, etc., etc.

Si hablo de las mujeres de la Biblia, somos de trayectoria en


esta vida y en la venidera. La Biblia nos habla de mujeres que
marcaron historia, para bien, pero también nos habla de unas que
fueron malas hasta los huesos.

Tanto hemos alcanzado las mujeres que después de vivir en el


anonimato, sin tener voz, ya que, en tiempos bíblicos, así como en
las leyes pasadas, éramos denigradas, éramos tratadas peor que un
animal; a pesar de todo se levantaron mujeres que rompieron los
esquemas, y alzaron la voz apoyándose en el Dios que no hace
diferencias ya que fuimos hechas de la misma mezcla.

Existe la raza humana, pero el hombre se encargó de marcar


esquemas, y etiquetar a la mujer, haciéndola a un lado para que
sirviera para complacencia de sus deleites y para tener hijos; las
tomaban como cualquier fruta que se come y luego como semillas y
bagazo se tiran.

Surgieron mujeres que marcaron la historia sin importar


impedimentos que tenían. Helen Keller a pesar de sus
discapacidades, muchos años después daría discursos acerca de su
vida, e incluso escribiría libros sobre sus experiencias personales.

Todo esto fue posible gracias a la gran ayuda e influencia de su


institutriz Anne Sullivan, quien le enseñó a leer y comunicarse con
los demás, junto con llevar una vida disciplinada. Para que
aprendiera a escribir, Sullivan le consiguió a su discípula un tablero
especialmente diseñado, acanalado de modo que un lápiz podía
formar letras.
No se conmiseró de su impedimento físico, ya que era sorda
muda. Pero qué pensamos de las mujeres en nuestros países, que
a diario salen a ganarse el pan de cada día. Donde tienen que
sacrificarse y no ver crecer a sus hijos dejándoles en manos
extrañas para ellas poder llevar el alimento diario.

Para todas mis amadas en el Señor, Dios nos levantó de tal


manera que podemos hablar y decir que en Cristo somos más que
vencedoras. ¡Qué bendición! pues nos convertimos en discípulas de
Jesús quien nos ama y nos acepta tal como somos, y nos disciplina,
si no hacemos las cosas como Él nos instruye.

Tuvimos mujeres valientes como Débora, como Lidia, como


Priscila, todas desarrollando un papel diferente, una Abigail que
evitó una gran matanza. Pero no nos olvidemos de la
bienaventurada María, madre de nuestro Señor Salvador Jesucristo,
lo que vivió en ese tiempo no era para menos, era motivo de que
muriera apedreada, pero los planes de Dios nadie los cambia
porque Él tiene el control.

Sin embargo, el hombre se sigue ensañando en la debilidad


física de la mujer, tratándola como un objeto. Sucede en la Iglesia,
les cuento esta experiencia, yo visitaba una congregación y vi venir
a una hermana, el esposo me dijo de esta manera: « Allá viene mi
sirvienta ». ¡Qué tristeza! porque tal persona era el predicador de la
congregación.

Siempre digo que cada matrimonio es un misterio, pues pasan


cosas que sólo Dios las conoce por su característica de
omnisciencia; sin embargo, Él todo lo va escribiendo, no pensemos
que solo a los de las sectas va a juzgar sino también a usted y a mí,
porque sabiendo hacer lo bueno, lo desatendemos.
Tengo el privilegio de contar con la confianza de muchas
hermanas, y cada historia es dolorosa y llena de indignación, porque
usan el nombre de Dios en vano. El hombre ha despreciado a la
mujer, desde el Génesis, Adán expresa « la mujer que me diste por
compañera ». (Génesis 3:12). Expresando de ella, que todo lo
acontecido era culpa de ella. «¿No hizo él uno, habiendo en él
abundancia de espíritu? ¿Y por qué uno? Porque buscaba una
descendencia para Dios. Guardaos, pues, en vuestro espíritu, y no
seáis desleales para con la mujer de vuestra juventud ». (Malaquías
2:15). Que cada día demos honor y honra a ese regalo que Dios dio
al hombre para que fuese ayuda idónea, o sea un verdadero
complemento para el hombre, Efesios 5:28, « así también los
maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El
que ama a su mujer, a sí mismo se ama ».

Realmente por inspiración divina, da la realidad y la dignidad


con que una mujer debe ser tratada y honrada, para que con toda
solicitud ella responda a las caricias respetando a su marido. « Por
lo demás, cada uno de vosotros ame también a su mujer como a sí
mismo; y la mujer respete a su marido ». (v. 33).

La mujer de Dios no debe olvidar las características que le


hacen diferente de una mujer sin Dios. 1ª Timoteo 3:11, nos
expresa: « Las mujeres asimismo sean honestas, no calumniadoras,
sino sobrias, fieles en todo ».

No se olvide de ser una Dama que su marido la trate como a


vaso frágil, pero eso depende de cada una de nosotras. 1ª. Pedro
3:7, « vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente,
dando honor a la mujer como a vaso más frágil, y como a
coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no
tengan estorbo ». Tenemos la palabra escrita que nos da la facilidad
de cómo podemos honrar a nuestras mujeres de Dios: Si hay
hombres de valor, es porque a su lado tienen a una mujer de valor.
¡Feliz día internacional de la mujer!
LA ARITMÉTICA DE DIOS
D esde que Dios fundó el universo, usted al leer las Escrituras
ha notado cómo Dios es muy dado a sumar y multiplicar, cada día
iba creando cosas diferentes durante esos seis días. Todo fue una
gama de profundas bellezas, terminando con el sello de la creación
que fue el ser humano, y dejando un respiro profundo para el
séptimo, a fin de apreciar que todo lo que había hecho era bueno en
gran manera. Ya en el mundo de la creación
existieron grandes matemáticos, que fueron hombres que
sobresalieron por su alto grado de coeficiencia en esta área, uno de
ellos fue Arquímedes que estudió en Alejandría, agregando que fue
un físico al igual que Pitágoras y otros más.

Esto de los números no es de todos, a muchos niños les cuesta


y sufren cuando la maestra les dice que tienen que aprenderse las
tablas de multiplicar. Evidentemente que Dios suma para nuestro
beneficio cuando hacemos su voluntad.

« Y por haber oído estos decretos y haberlos guardado y puesto


por obra, Jehová tu Dios guardará contigo el pacto y la misericordia
que juró a tus padres. Y te amará, te bendecirá y te multiplicará, y
bendecirá el fruto de tu vientre y el fruto de tu tierra, tu grano, tu
mosto, tu aceite, la cría de tus vacas, y los rebaños de tus ovejas,
en la tierra que juró a tus padres que te daría ». (Deuteronomio
7:12-13).
Para que nosotros naciéramos de nuevo Dios hizo una suma
para que no nos costara entender la necesidad de entregarnos a Él.
Primero dijo que teníamos que oír su palabra, después teníamos
que creerla, después arrepentirnos, luego agrega que tenemos que
confesarle, y por último, el resultado: Bautizarnos, para el perdón de
todos nuestros pecados.
Hizo una suma perfecta de lo que en sí es el amor, dice que el
amor es, sufrido, benigno, etc. (1ª Corintios 13:4-8). Dando como
resultado que el « amor nunca deja de ser ». Se recuerda de la
alimentación de los cinco mil, alguien compartió su almuerzo, y él se
encargó de que con cinco panes y dos peces comieran todos.
Y todavía sobró, ¡qué asombroso nuestro Jesús!, una cosa que
Dios hizo muy poco fue dividir, y nosotros como Iglesia de Cristo
debemos de tener mucho cuidado de no andar causando divisiones,
tenemos el ejemplo de los corintios y que esto no se repita: «¿
Acaso está dividido Cristo? ¿Fue crucificado Pablo por vosotros?
¿O fuisteis bautizados en el nombre de Pablo? » (1ª Corintios 1:13).

Por el contrario, tenemos que vivir como la Iglesia del primer


siglo: « Todos los que habían creído estaban juntos, y tenían en
común todas las cosas; y vendían sus propiedades y sus bienes, y
lo repartían a todos según la necesidad de cada uno ». (Hechos
2:44,45).

Hay un corito que dice: « Si le cantamos más, si le oramos más,


si le servimos más ». Indudablemente que recibiremos más
bendiciones, porque, Dios sabe sumar.

LAS PRIMICIAS
H e sembrado en mi jardín unas matas de tomate, y una de
ellas tiene dos hermosos tomates; mi esposo cuando sale a verlos
siempre me dice van hacer míos verdad. Y yo le digo que son las
primicias, y que, en efecto, los disfrutaremos porque son dos. Es
muy gratificante cortar un fruto de su propio jardín.

Una de mis hijas cuando estaba pequeña, fuimos a visitar a


unos parientes de mi esposo en la campiña. Ella vio un árbol
pequeño de mango, este pequeño árbol había dado su primer fruto,
por cierto, para su pequeñez, era un fruto de considerable
dimensión. El caso es que Sarita nomás lo vio, y por supuesto,
aprovechando que nadie le veía, lo cortó; luego, ella llega y me dice:
« para usted mamita ». Yo quería que me tragara la tierra, pues los
dueños lo estaban dejando para ocupar la semilla cuando tal fruto
ya estuviese listo, ya que estaba verde. Yo pude ver la cara de la tía
de mi esposo, ella quería desaparecer a mi hija.
¿Qué significa primicia? « Fruto primero que da algo».
«Primeros fruto que rinde algo, no material ». (Diccionario Grijalbo).
De igual manera son los hijos. El primer hijo es una primicia con la
cual Dios nos bendice a las mujeres. (Yo tuve la dicha que en mi
primer alumbramiento Dios me bendijo con dos hermosas primicias).

Dios al pueblo que Él escogió, Israel, siempre quiso que las


primicias le fueran ofrecidas a Él. « No demorarás la primicia de tu
cosecha ni de tu lagar. Me darás el primogénito de tus hijos ».
(Éxodo 22:29). Realmente era una fiesta en que a Dios se le ofrecía
lo mejor de la tierra, de los animales, y por supuesto el hijo primero.

Era una de las maneras en que Él deseaba ser honrado por Su


pueblo. « Honra a Jehová con tus bienes, Y con las primicias de
todos tus frutos ». (Proverbios 3:9).

Dios, de su pueblo Israel, tenía ese concepto de él. « Santo era


Israel a Jehová, primicias de sus nuevos frutos. Todos los que le
devoraban eran culpables; mal venía sobre ellos, dice Jehová »
(Jeremías 2:3). Siempre le dolía cuando su pueblo le despreciaba
por irse tras la idolatría. Nosotros, como hijos de Dios, somos
poseedores de las primicias de su Santo Espíritu. ¡Qué bendición
más hermosa, ser lo mejor ante Dios! ¡Su Santo Espíritu que nos
guía, que nos consuela, que cuando no sabemos cómo pedir, Él
intercede por nosotros! ¡Qué manera más santa de vivir la que
debemos tener, honrando a nuestro Dios por tan bello regalo!

« Si las primicias son santas, también lo es la masa restante; y


si la raíz es santa, también lo son las ramas ». (Romanos 11:16).
Nuestro Dios nos dio a su amado Hijo, para que con su vida pagara
el pecado que nos esclavizaba. Su resurrección vino a ser las
primicias de todos los que habían muerto. « Más ahora Cristo ha
resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron es hecho
». (1ª Corintios 15:20).
Qué sería de nosotros, seríamos los más indignos de
conmiseración, si Cristo no hubiese resucitado, también nuestra
predicación no tendría ningún valor, y vana sería nuestra fe. « Él, de
su voluntad, nos hizo nacer por la palabra de verdad, para que
seamos primicias de sus criaturas ». (Santiago 1:18).

Cómo no mostrar nuestra devoción y entrega a nuestro Dios


presentándonos delante de Él cada mañana, cada día que nos da,
elevando nuestra oración de agradecimiento por darnos la
oportunidad de hacer lo mejor ante Él.

Hay un hermoso canto que lleva el nombre de « Las Primicias ».


Que cuando abramos nuestros ojos, sea nuestro pensamiento, y
que le digamos con todo nuestro ser. « Me despierto con ganas de
verlo las primicias del día le doy comenzar con el rey me anima
confesarle Señor tuyo soy ».

Coro: « Yo te doy este día Señor yo te doy esta vida Señor de tu


mano yo quiero seguir controlado por ti al vivir. Un momento contigo
es oro conversar con el Rey es mi honor me imparte su sabiduría
me inspira su carta de amor ». (En su mente y corazón, si lo sabe
cántelo, y si lo prefiere en voz audible).

Recordemos que seamos de los que seguimos al Cordero por


donde quiera que Él vaya, para que un día podamos estar
eternamente delante de Él. « Estos son los que no se contaminaron
con mujeres, pues son vírgenes. Estos son los que siguen al
Cordero por dondequiera que va. Estos fueron redimidos de entre
los hombres como primicias para Dios y para el Cordero; y en sus
bocas no fue hallada mentira, pues son sin mancha delante del
trono de Dios ». (Apocalipsis 14:4-5).

EL SECRETO DE DIOS
T odos los seres humanos tenemos algo bien íntimo que no lo
compartimos con nadie, sólo con Dios, esto lo constituye un secreto
el cual solo a mí, solo a usted nos pertenece, ni un terrenal lo sabe,
sólo el Ser supremo conoce nuestros pensamientos más íntimos.

Una bella hermana de 75 años me hizo una pregunta, comenzó


diciéndome que su abuelita les inculcó mucho a amar a Dios, y les
hablaba de la muerte de Cristo, pero que un día, ella se puso a
pensar en dónde estaría su abuelita, ya que ella no había conocido
el evangelio, y me dice dígame hermana donde se encuentra mi
abuelita, pues en ese tiempo no se conocía la Iglesia de Cristo en
donde vivíamos, y mi abuelita fue una mujer moralmente muy
centrada en Dios, y yo tengo bien grabado todo lo que ella nos
enseñó.

Le respondí mi amada hermana eso no tiene que quitarle el


sueño a usted, pensando en donde está su abuelita después de su
muerte.

Lo que a usted y a mi debe de preocuparnos es donde


pasaremos nosotros la eternidad, nuestra lucha constante debe ser
de desear pasarla con Cristo pues él para eso se sacrificó, para que
nosotros estemos con él, de acuerdo a los antecedentes que usted
me ha dicho. Le cité Deuteronomio 29:29, « las cosas secretas
pertenecen a Jehová nuestro Dios; mas las reveladas son para
nosotros y para nuestros hijos para siempre, para que cumplamos
todas las palabras de esta ley ». Me dijo muy contenta, eso mismo
me dijo mi predicador.

El ser humano no es confiable en guardar secretos, esto


comienza desde que comenzamos la escuela, hacemos « amiguitas
» y nos confiamos secretitos, y estos salen a plena luz del día
cuando tenemos un desacuerdo, lamentablemente, esto sucede
cuando somos mayores.
Los secretos de Dios solo a Él le pertenecen, y no podemos
atrevernos a cuestionarlo. He escuchado a hermanos que dicen
cuando esté con Cristo le preguntaré tales cosas, yo pienso que, si
ya he ganado la batalla y ya tengo mi corona, ¿para qué querré
preguntarle a Dios?

Tenemos bastante enseñanza sobre la segunda venida del


Señor Jesucristo, nuestro Salvador de nuestras almas. Dios nos ha
revelado que vendrá, no quiere que ignoremos esta verdad
inminente. « Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche;
en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos
ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay
serán quemadas ». (2ª Pedro 3:10).

Sin embargo, Dios se guardó el secreto de no revelarnos el día y


la hora, todo lo que tenemos que saber Dios nos lo ha revelado, y
bastará reconocer su palabra y vivirla.
Cuando Pedro le pregunta a Jesús sobre el discípulo amado: «
Cuando Pedro le vio, dijo a Jesús: Señor, ¿y qué de éste? Jesús le
dijo: Si quiero que él quede hasta que yo venga, ¿qué a ti? Sígueme
tú ». (Juan 21:21,22).

Cuando también le preguntaron: « Entonces los que se habían


reunido le preguntaron, diciendo: Señor, ¿restaurarás el reino a
Israel en este tiempo? » Él les contesta en (Hechos 1:7) « Y les dijo:
No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre
puso en su sola potestad »; Que nos baste tener la mente de Cristo.
« Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le instruirá?
Mas nosotros tenemos la mente de Cristo ». (1ª Corintios 2:16).

LA FAMILIA DE DIOS
T odos dependemos de una familia sanguínea, la cual
amamos y respetamos, vivimos en un ambiente donde aprendemos
el buen vivir para tener una convivencia saludable dentro de los
parámetros morales. Pero cuando conocemos mediante la divina
palabra de Dios, la familia de Dios es otra perspectiva, ya que esta
depende totalmente de la mente de Dios.

La familia de Dios la encontramos en todo el mundo mientras


que la familia en la carne solo en el ámbito familiar. Es más, muchos
solamente en el terruño donde han nacido. Hace unos meses estuve
visitando a mi madre en California, ya que ella está en un centro de
personas con Alzheimer, para hospedarme busqué a la familia de
Dios, donde prontamente, el predicador me ubicó con una cristiana
viuda, hermana que vive sola.

El predicador y su familia, hicieron mi congoja menos dolorosa,


suplieron mis necesidades tal como lo hemos aprendido los hijos de
la familia de Dios, sintiéndome como el apóstol Pablo se sintió
cuando estuvo en necesidad. « Por ello, hermanos, en medio de
toda nuestra necesidad y aflicción fuimos consolados de vosotros
por medio de vuestra fe ». (1ª Tesalonicenses 3:7).
Solo la familia de Dios tiene todos los principios dignos ante las
necesidades que se presentan con los hijos de Dios que vivimos
rectamente, de lo contrario no tendríamos esta ayuda tan necesaria
en tiempos de congoja, angustia y dolor.

El abrir las puertas de su casa es un comienzo a la hospitalidad,


pero el abrir el corazón es tocar el corazón de Dios. Somos
peregrinos en esta tierra, y cuando salimos a hacer la obra, siempre
necesitaremos en donde llegar y lo cristiano es saber que alguien de
la gran familia de Dios nos espera.
El apóstol Pablo, vivió esta experiencia en la Isla de Malta. «En
aquellos lugares había propiedades del hombre principal de la isla,
llamado Publio, quien nos recibió y hospedó solícitamente tres días,
los cuales también nos honraron con muchas atenciones; y cuando
zarpamos, nos cargaron de las cosas necesarias». (Hechos
28:7,10).

En todo, Cristo se percató de dejarnos ejemplo para que


sepamos que ya alguien lo vivió de una manera limpia, en amar a la
familia de Dios. « Y amaba Jesús a Marta, a su hermana y a Lázaro
». (Juan 11:5).

En la familia de Dios muchas veces reímos, lloramos,


compartimos dolor y quebranto, también soñamos juntos de cómo
será cuando entremos al cielo, como familia de Dios. Solo en Cristo
la familia del cielo se une. « Permanezca el amor fraternal. No os
olvidéis de la hospitalidad, porque por ella algunos, sin saberlo,
hospedaron ángeles ». (Hebreos 13:1-2). Esta Virtud se debe
desarrollar en un ambiente saludable para el viajero. « Hospedaos
los unos a los otros sin murmuraciones ». (1ª Pedro 4:9).

RECORDATORIO
S ucede en casa, en empresas, en la casa presidencial, en la
Iglesia, y en todo entorno donde se encuentren asociados los seres
humanos. Continuamente se nos están haciendo recordatorios,
pues somos tan humanos que lo olvidamos todo. Sucedió en un día
de reunión de Iglesia, era un día lunes de oración, se puso de pie un
hermano y suplicó que se orara por su esposa que se encontraba
enferma, el hermano que presidía la reunión le preguntó ¿Y cómo
se llama su esposa? Él llevó sus manos a su cabeza, rotundamente
dijo: « Hermano no me recuerdo ».
Son tantas las cosas que tenemos en nuestra cabeza que
algunas se nos escapan, hay personas que ponen pequeños rótulos
en varios lugares para que estos les estén recordando. Sucedió
hace unos días que, viendo las noticias, murió un bebé de apenas
ocho meses de edad, resulta que su madre después que hizo las
compras acostumbradas, salió de su automóvil, bajó sus
comprados, y no fue hasta cuando su esposo llegó de su trabajo,
preguntó por su hijo, ella salió corriendo al vehículo, encontró a su
pequeño muerto; había una temperatura demasiado alta; tarde
recordó el haber dejado a su pequeño dentro del automóvil.

Muchas veces sucede que necesitamos estar recordando todas


las bendiciones que recibimos de nuestro Dios, como también sus
estatutos divinos (Deuteronomio 11:18-20). El pueblo de Israel
constantemente se olvidaba de Dios, y esto les inducía a hacer lo
malo, a vivir vidas desenfrenadas, anhelaban la vida que tenían
antes; recordando los repollos, los rábanos, los puerros y las
cebollas. Olvidándose que Dios les había liberado de la opresión y
esclavitud.

El Señor mismo tuvo que ordenarle a Moisés que les dijera a los
Israelitas: « y Jehová habló a Moisés, diciendo: habla a los hijos de
Israel, y diles que se hagan franjas en los bordes de sus vestidos,
por sus generaciones; y pongan en cada franja de los bordes un
cordón de azul. y os servirá de franja, para que cuando lo veáis os
acordéis de todos los mandamientos de Jehová, para ponerlos por
obra; y no miréis en pos de vuestro corazón y de vuestros ojos, en
pos de los cuales os prostituyáis. Para que os acordéis, y hagáis
todos mis mandamientos, y seáis santos a vuestro Dios. Yo Jehová
vuestro Dios, que os saqué de la tierra de Egipto, para ser vuestro
Dios. Yo Jehová vuestro Dios ». (Números 15:37-41).
Esto mismo sucede hoy en día, cuando miramos la tremenda
ausencia en las asambleas de la Iglesia el primer día de la semana.
Cuando con los elementos del pan sin levadura y del jugo de la uva,
recordamos la liberación más sublime, que tuvo lugar en la cruz del
calvario, Cristo murió por todos nuestros pecados liberándonos
totalmente, a tal grado que nos dejó sin culpa. Tengamos cuidado
que El Alzheimer espiritual no nos lleve a olvidar lo que nos
recuerda el apóstol Juan. « Recuerda, por tanto, de dónde has caído
y arrepiéntete, y haz las primeras obras …» (Apocalipsis 2:5). Que
la palabra de Dios sea, el mapa de nuestra vida. « Lámpara es a mis
pies tu palabra, Y lumbrera a mi camino ». (Salmos 119:105).
¡Bendiciones del Altísimo para cada uno de ustedes!

LA LEJÍA
Q ué gran tema, porque este líquido, es usado por amas de
casa, hospitales, es una panacea con diversos usos. La lejía es una
disolución acuosa de hipoclorito de sodio, que se utiliza en limpieza
y para potabilizar el agua de bebida, depurar el agua de las piscinas,
debido a sus propiedades como oxidante, desinfectante y
decolorante, según su aplicación elimina manchas, y la suciedad,
los gérmenes y olores desagradables.

Yo no puedo evitar que dicho producto sea parte de mi hogar, si


este producto es capaz de eliminar todo tipo de suciedad. Me urge
hablarles de la suciedad del alma, y me urge hablarles del único
líquido, que no se vende en el mercado ni en ningún establecimiento
porque se trata de la sangre del Cordero de Dios que quita el
pecado del mundo.
El apóstol Juan lo expresa claramente. « El siguiente día vio
Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que
quita el pecado del mundo ». (Juan 1:29). No existe otra solución, no
se trata de una suciedad del cuerpo exterior sino del interior, del que
después de la muerte tiene repercusiones eternas, ya que existen
dos lugares, para el alma que no está purificada, el lugar de
condenación como el lugar de gozo. Y que la Escritura lo identifica
como el Hades. Determinaciones que debemos tomar en vida. El
mundo está manchado, de toda clase de maldades, y
concupiscencias, y necesita no solo jabón, agua y lejía, necesita
algo más poderoso, como se rebeló el pueblo de Dios contra Él.

El profeta inspirado les grita con el aval de Dios. « Porque desde


muy atrás rompiste tu yugo y tus ataduras, y dijiste: No serviré. Con
todo eso, sobre todo collado alto y debajo de todo árbol frondoso te
echabas como ramera. Te planté de vid escogida, simiente
verdadera toda ella; ¿cómo, pues, te me has vuelto sarmiento de vid
extraña? Aunque te laves con lejía, y amontones jabón sobre ti, la
mancha de tu pecado permanecerá aún delante de mí, dijo Jehová
el Señor ». (Jeremías 2:20-22).

Qué beneficio tan sagrado y sublime tenemos los que hemos


sido lavados con la sangre de Cristo.

Qué bendición aún más sublime que cuando caemos en alguna


transgresión podemos acudir no al Jabón ni a la lejía, sino a la
Sangre que nos limpia y renueva para ser aceptados ante Nuestro
Padre de Amor. «… pero si andamos en luz, como él está en luz,
tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo
nos limpia de todo pecado y limpiarnos de toda maldad ». (1ª Juan
1:7).
DURO MENSAJE
E spero que ustedes no hayan sido uno de los que les ha
tocado dar un duro mensaje. Yo tuve el día más brumoso en mi vida,
pues me tocó dar un duro mensaje a mi madre. Ella vivía en San
Miguel, lugar del cual yo soy, como a tres horas de la ciudad de San
Salvador. Cuando me casé, me trasladé a vivir a la ciudad capital,
era la época de la guerra civil de El Salvador cuando recibí una
llamada un mes de Noviembre, como a las ocho de la noche, la cual
era mi hermana que vive en California. El mensaje que me dio fue
muy duro, pues era para decirme que mi único hermano había
muerto.

Esa misma noticia fui a dársela a mi santa madre, tuve que


viajar en avioneta pues los tiempos eran duros, pues por la guerra
civil como ya he mencionado, no había transporte seguro vía
terrestre. Cuando llegué donde mi madre, se asustó, pues no era
tiempo para hacer viajes, más que viajé yo sola, mis hijas estaban
pequeñas y mi esposo cuidaba de ellas. Yo le dije, y cómo está
mamá, ella me contestó, aquí sacudiéndole este traje a Jorge y
limpiándole su traje de socorrista, pueda que algún día los ocupe,
me preguntó: ¿por qué has venido, está muy peligroso? Yo no sabía
cómo responderle, pero ella con su intuición de madre me dijo, ¿es
Jorge verdad? Yo le dije, sí mamá, murió.

Ella no lloró enfrente de mí, ni de mi otra hermana, se metió al


baño y comenzó a echarse agua, yo le dije: mamá, necesito que se
vaya conmigo. Mi hermano murió en un mes de Noviembre,
mandaron el cadáver hasta en Enero, fue dura toda la espera,
especialmente para ella, pues era su único varón a quien por
supuesto amó entrañablemente.
La palabra divina nos muestra cómo algunos en el pasado
tuvieron que dar duros mensajes, duras noticias, algunas de ellas
fueron tan fuertes que el que las recibió, perdió la vida del impacto
de la triste noticia. « Dijo, pues, aquel hombre a Elí: Yo vengo de la
batalla, he escapado hoy del combate. Y Elí dijo: ¿Qué ha
acontecido, hijo mío? Y el mensajero respondió diciendo: Israel huyó
delante de los filisteos, y también fue hecha gran mortandad en el
pueblo; y también tus dos hijos, Ofni y Finees, fueron muertos, y el
arca de Dios ha sido tomada. Y aconteció que cuando él hizo
mención del arca de Dios, Elí cayó hacia atrás de la silla al lado de
la puerta, y se desnucó y murió; porque era hombre viejo y pesado.
Y había juzgado a Israel cuarenta años ». (1º Samuel 4:16-18).

Juan el Bautista trajo el mensaje a aquel pueblo que estaba


descarriado, aquel hombre que no tenía nada de atractivo por su
vestimenta y su forma tan rara de alimentarse, era el designado por
Dios para preparar el camino al Salvador del mundo, el mensaje era
duro, y él era duro para decirlo, pero tenía que ser así, pues los
corazones eran duros. « En aquellos días vino Juan el Bautista
predicando en el desierto de Judea, y diciendo: Arrepentíos, porque
el reino de los cielos se ha acercado ». (Mateo 3:1-2). Juan el
Bautista era directo para dar el mensaje, y por eso lo encarcelaron.

¡Hay! pueden encarcelar a la persona, pero no el mensaje, él fue


encarcelado por haber descubierto un pecado. Herodes tuvo la
oportunidad de matarle, ya lo había dicho, y después dice que se
entristeció, ¡qué hipócrita más grande!, tristemente han quedado
algunos como él hoy en día.
« Porque Herodes había prendido a Juan, y le había
encadenado y metido en la cárcel, por causa de Herodías, mujer de
Felipe su hermano; porque Juan le decía: No te es lícito tenerla. Y
Herodes quería matarle, pero temía al pueblo; porque tenían a Juan
por profeta. Entonces el rey se entristeció; pero a causa del
juramento, y de los que estaban con él a la mesa, mandó que se la
diesen, y ordenó decapitar a Juan en la cárcel ». (Mateo 14: 3-5,9-
10). Jesús daba mensajes duros, por eso le crucificaron.
Los escribas y fariseos eran sus perseguidores eternos, pero
nunca se doblegó ante ellos, el mensaje se los decía en su cara, no
ocupaba mensajeros; es así como se debe hablar: Cara a cara, a tal
grado que se sentían ofendidos, ofendidos por la verdad, a tal grado
que aun para sus propios discípulos les parecía duro el mensaje, si
les parece duro pueden irse también, no había ruegos, porque el
que le siguiera, tenía que tener bien clara su decisión. « Al oírlas,
muchos de sus discípulos dijeron: Dura es esta palabra; ¿quién la
puede oír? Sabiendo Jesús en sí mismo que sus discípulos
murmuraban de esto, les dijo: ¿Esto os ofende?... Dijo entonces
Jesús a los doce: ¿Queréis acaso iros también vosotros? » (Juan
6:60, 61,67).

Todavía hay personas que les parece duro el mensaje y lo que


hacen es irse a revolcar en el mundo. Hay mensajes duros, pero es
para refinarnos como el oro, para que no seamos una mediocridad
de cristianos, sino para que estemos listos para entrar a las
moradas eternas. Pedro con coraje propio, le dice: « Le respondió
Simón Pedro: Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida
eterna ». (Juan 6:68).

ANTE LA PRESENCIA DE DIOS


E ste tema es para derramar nuestras lágrimas, porque todos
ante la presencia de Dios vaciamos nuestra alma, sin esperar un
reproche, un mal gesto, o una palabra llena de odio.

Él es la majestad sublime donde cansados de la vida nos


postramos ante Él, sólo para ser consolados, no para ser
censurados. Cuando el cristiano tiene esta vivencia con Dios
continuamente, su rostro cambia, es que no podemos ser lo mismo
cuando nos encontramos con el Dios del universo.
Por eso es que David expresaba en el Salmos 84:10: « Porque
mejor es un día en tus atrios que mil fuera de ellos. Escogería antes
estar a la puerta de la casa de mi Dios, que habitar en las moradas
de maldad ». David llegó a ser conforme al corazón de Dios por la
convivencia que mantenía con Él. Nuestro anhelo siempre debe ser
estar en la presencia de Dios, sólo allí estaremos seguros de que el
maligno no nos toque.

Es a través de la oración, cuando nosotros tenemos esa bella


experiencia. Cuando hablamos con Dios toda nuestra perspectiva
de vida cambia, porque a pesar que no le vemos, por fe sabemos
que nos escucha, y nos contesta. « Me mostrarás la senda de la
vida; En tu presencia hay plenitud de gozo; Delicias a tu diestra para
siempre ». (Salmos 16:11).

Nuestro rostro es diferente cuando nos mantenemos en la


presencia de Dios. Cuando Moisés estuvo en la presencia de Dios
ya no fue igual, cambió no solo su rostro, sino también su vida. Y no
es para menos pues estuvo 40 días y 40 noches, sin comer pan y
sin beber agua, fue una consagración que tuvo para poder hacer lo
que Dios demandaba de él. Es triste hoy en día que la oración, la
comunión con Dios no está en nuestra agenda, pero sí queremos
recibir las múltiples bendiciones de Él. ¿No le parece una
desmedida deshonestidad?

¡Cómo nos cambia el rostro, cuando pasamos tiempo con Dios!


Esto le sucedió a Moisés: « Y aconteció que descendiendo Moisés
del monte Sinaí con las dos tablas del testimonio en su mano, al
descender del monte, no sabía Moisés que la piel de su rostro
resplandecía, después que hubo hablado con Dios ». (Éxodo 34:29).
Nuestro Señor Jesucristo no tenía hora, se escondía, sabía que
lo que le esperaba era duro, sólo teniendo una relación profunda
con su Padre podía lograrlo. Aún así, en los momentos de su
debilidad humana lo hizo tambalear, más no claudicar. « Yendo un
poco adelante, se postró sobre su rostro, orando y diciendo: Padre
mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo
quiero, sino como tú ». (Mateo 26: 39).
Cuando tenga que orar, hágalo, si invita a alguien, tenga
cuidado que no sean dormilones, sino hombres y mujeres
dispuestos a desear cambiar sus vidas, y las vidas de los demás.
Las Iglesias están llenas de dormilones, y todavía tienen el descaro
de decir amén a cada una de las oraciones. Jesús, no ponía la
alarma marcando el tiempo para orar.

Ahora en día, si uno ora una hora, le tildan que es un fanático,


de manera que, hágalo a solas sin interrupciones. Los discípulos no
pudieron acompañar a su Maestro en la agonía que él estaba
sintiendo, ni nosotros lo vamos a entender nunca, porque en cierta y
muchas maneras, somos iguales o peores que ellos, por eso Él nos
dice: « Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la
verdad está dispuesto, pero la carne es débil » (Mateo 26:41).

Aprendamos a estar en la presencia de Dios, con entrega, con


humildad, con la certeza que estamos siendo escuchados por la
Majestad Divina. « Escucha, oh Jehová, mis palabras; considera mi
gemir. Está atento a la voz de mi clamor, Rey mío y Dios mío,
porque a ti oraré. Oh Jehová, de mañana oirás mi voz; de mañana
me presentaré delante de ti, y esperaré ». (Salmos 5: 1-3).

EL CLAMOR DE LOS PROFETAS


E ste fue el tema del Encuentro Iberoamericano, que se llevó a
cabo en Monterrey, México en octubre de 2014. Los exponentes
recordaron a los profetas y su clamor de esos tiempos, que sin duda
alguna es el mismo de estos tiempos. Clamor significa: « Grito o voz
que se emite con vigor y vehemencia, toque de campana por los
muertos ».
Efectivamente eso hacían los profetas ante un pueblo que se
apartaba constantemente de Dios. Profetas en aquellos tiempos
eran los que anunciaban el futuro por inspiración divina, ellos eran
usados por Dios para hacer énfasis a la obediencia a Él como Dios
soberano, creador y sustentador del universo. Estos a pesar que
eran enviados por Dios, no eran recibidos, con agrado.

El hombre siempre se ha sublevado al mandato de Dios,


destruyendo así a muchos de los profetas, sin embargo, estos
daban el mensaje, a pesar del duro trato que recibían, ya fuera la
espada, o las piedras. Cabe hacer mención que también en ese
tiempo ya existían los falsos profetas, así como los hay en nuestros
días.

Ahora los profetas son los que con voz anuncian el evangelio
que tiene poder, los que predican la doctrina sin adulterarla, los que
están conscientes, que un día perderán su sostenimiento, o que ya
lo han perdido, y que eso no les detiene, ni detendrá para continuar
enseñándole al mundo en quién debe tener esperanza, que hay un
porvenir maravilloso que deben anhelar, que lo fútil de este mundo
es pasajero, y que tendrán que enfrentarse con su Creador el día
del juicio final.

No le quitarán su cabeza como lo hicieron con Juan el Bautista,


que se portó hasta el final, como viendo al invisible; no morirán a
espada, ni decapitados, ni desollados, ni crucificados, ni
apedreados.
Pero sí tendrán que sufrir el maltrato, las calumnias, y lo más
triste y desalentador, muchas veces de sus propios compañeros de
milicia. Pero valdrá la pena, si es por la causa de Cristo, que al final
esa debe ser la fuerte convicción de cada uno de los que
peregrinamos por este mundo.
Qué duró fue para el profeta Ezequiel el mandato que Dios le
mandó, y él lo cumplió tal como lo recibió de Dios. « Hijo de hombre,
he aquí que yo te quito de golpe el deleite de tus ojos; no endeches,
ni llores, ni corran tus lágrimas. Reprime el suspirar, no hagas luto
de mortuorios; ata tu turbante sobre ti, y pon tus zapatos en tus pies,
y no te cubras con rebozo, ni comas pan de enlutados. Hablé al
pueblo por la mañana, y a la tarde murió mi mujer; y a la mañana
hice como me fue mandado ». (Ezequiel 24:16-18).

Cristo no nos dirá esto, pero sí lo que les dijo a sus discípulos. «
Y Jesús le dijo: Ninguno que poniendo su mano en el arado mira
hacia atrás, es apto para el reino de Dios ». (Lucas 9:62). Usted
sabrá si es un verdadero profeta de Dios.

Los grandes profetas no fueron los que demostraron ser fuertes


sino los que en su debilidad asumieron las responsabilidades que
Dios les mandaba que pregonaran. Moisés fue débil ante la
insistencia de quejas que era objeto por un pueblo, que dudaba a
cada paso de Dios, perdiendo así el privilegio de entrar a la tierra
prometida.

Hay que pagar un precio por imitar al profeta de profetas. « Y la


gente decía: Este es Jesús el profeta, de Nazaret de Galilea ».
(Mateo 21:11). Hay tanto que decir acerca del clamor de los
profetas, por hoy, quedémonos con el clamor de nuestro Señor y
Salvador de nuestras almas.

Con Aquel que sabía la angustia que tenía aquella Samaritana


de beber la verdadera agua. Él es quien sabe cuál es su verdadera
necesidad.
Que los profetas de hoy en día honren el don que Dios les ha
dado. « Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a
otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de
perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la
edificación del cuerpo de Cristo ». (Efesios 4:11-12).
UN PATRÓN JUSTO
U na vez caminando por un lugar de California vi a varios
hombres en una esquina, y pregunté porque estaban allí, la mayoría
eran latinos, y me dijo la persona que me acompañaba que ellos se
ponían en ese lugar esperando que alguien les levantara para darles
trabajo, por supuesto no eran bien pagados, pero a ellos no les
importaba eso sino que alguien les diera trabajo para llevar el
sustento a sus casas. Aceptaban el precio que les ofrecieran para
ganar unos dólares imperando la injusticia, mucho trabajo, muertos
de agotamiento, de stress.

Al patrón no le importa eso, él quiere su trabajo terminado. Y


cuando les toca el día de pago, cuál es su sorpresa que no lo recibe.
Estos patrones los hay en el mundo entero, pero los hay tristemente
en el seno de la Iglesia donde cantamos « te amo en el amor del
Señor… » «¡Ay del que edifica su casa sin justicia, y sus salas sin
equidad, sirviéndose de su prójimo de balde, y no dándole el salario
de su trabajo! ». (Jeremías 22:13). « Pobrecito mi patrón, piensa que
el pobre soy yo …» Expresa una canción.

La Palabra nos narra de un hombre buscando trabajadores para


su viña, acordó con ellos en el salario que les pagaría. « Y habiendo
convenido con los obreros en un denario al día, los envió a su viña
». (Mateo 20:2). Más tarde se encontró con otros que estaban
desocupados. Les ofreció el mismo trabajo sin decirles cuánto les
pagaría, estos hombres querían trabajar, casi estaba por terminar el
día cuando ve a otros y les dice del trabajo, y del por qué estaban
desocupados, ellos responden: « Le dijeron: Porque nadie nos ha
contratado. Él les dijo: Id también vosotros a la viña, y recibiréis lo
que sea justo ». (v. 7). Éstos muy agradecidos fueron contentos a
trabajar, pues cuando llegaran a su casa llevaría pan para su familia.
¡Qué patrón éste! contratarlos ya tarde, a lo mejor eran viejos sin
fuerzas, pero fueron a trabajar y cuál fue su sorpresa: « Cuando
llegó la noche, el señor de la viña dijo a su mayordomo: Llama a los
obreros y págales el jornal, comenzando desde los postreros hasta
los primeros ». (v. 8). Este patrón es diferente, ama a sus obreros,
tiene compasión por ellos, es justo.

Desde nuestros antepasados hemos tenido la amonestación


para aquellos patronos que son injustos con sus trabajadores. « No
oprimirás al jornalero pobre y menesteroso, ya sea de tus hermanos
o de los extranjeros que habitan en tu tierra dentro de tus ciudades.
En su día le darás su jornal, y no se pondrá el sol sin dárselo; pues
es pobre, y con él sustenta su vida; para que no clame contra ti a
Jehová, y sea en ti pecado ». (Deuteronomio 24:14-15).

Tenemos un patrón justo en los cielos que nos dice que cada
uno recibirá lo que merecemos. « Porque es necesario que todos
nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada
uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo,
sea bueno o sea malo ». (2ª Corintios 5:10).

AMAR A DIOS CON LA MENTE


E s para quedarse completamente mudo, no salen las
palabras, solamente vienen a mi mente lágrimas, porque si alguna
vez ha tenido este pensamiento, le digo, no hay expresión que
satisfaga nuestro ser, al pensar que es Dios mismo que nos dice
que le amemos con toda la mente.

El diccionario define esta palabra como « conjunto de las


facultades intelectivas de alguien », entonces, fue Dios que nos dio
el soplo de vida; por eso Él nos demanda que le amemos con la
mente.
Pero el dilema es si somos agradecidos para amarle con la
mente, ya que somos pertenencia de Él mismo, nos dice que la
mente incluye nuestro corazón y las fuerzas. « Jesús le dijo: Amarás
al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda
tu mente ». (Mateo 22:37).

Al pueblo de Israel le dijo que recordaran que Él es uno nada


más. « Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. Y amarás a
Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas
tus fuerzas ». (Deuteronomio 6: 4-5). Lo relevante de amar a Dios
con la mente, no debe resultarnos difícil ya que Él nos da la fórmula
de la manera cómo quiere que le amemos; no es a nuestro antojo, o
sujetos a nuestros estados emocionales, no en la primavera, no en
el otoño, cuando no sale el sol, no en el invierno, no en la
adolescencia ni en la vejez; es cada día que usted amanece y se da
cuenta que respira. Amarlo con el corazón, no es con el músculo
que palpita.

Conozco a un hermano que le hicieron una operación muy


delicada ya que le pusieron seis marcapasos en las arterias del
corazón, sin embargo, él no dejó de amar a Dios. A pesar de que
muchas veces nos duela amarle, amarle con el corazón no queda
nada afuera.
Con toda el alma, este sentimiento sublime y único e
inexplicable, nos deja sólo con el sentimiento exquisito de que la
única manera de amarle es a través del sentirse vivo, razonando
con la mente espiritual y con las capacidades que me ha dado para
alabarlo.
« En su mano está el alma de todo viviente, Y el hálito de todo el
género humano ». (Job 12:10). Amar a Dios con todas las fuerzas,
no son las físicas con las que puedo demostrar cuánto puedo
soportar, es con todo el poder que viene del cielo. Job ya no tenía
fuerzas físicas, pero desde su profundo amor a Dios, brotaron estas
palabras: « He aquí, aunque él me matare, en él esperaré; No
obstante, defenderé delante de él mis caminos, Y él mismo será mi
salvación ». (Job 13:15).
Nuestro Salvador, Hijo de Dios, amó a Dios con todo su ser
demostrando su completa obediencia a su Padre, en decirle a Dios
pase lo que pase te seguiré amando, aunque me sienta
desamparado. « Y a la hora novena Jesús clamó a gran voz,
diciendo: Eloi, Eloi, ¿lama sabactani? que traducido es: Dios mío,
Dios mío, ¿por qué me has desamparado? ». (Marcos 15:34).

No nos preocupemos por conocer la mente de Dios, sino por


amarle con toda nuestra mente, porque tenemos la mente de Cristo.
« Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le instruirá?
Mas nosotros tenemos la mente de Cristo ». (1ª Corintios 2: 16).
Recordemos que, si amamos a Dios con toda nuestra mente, nos
amaremos a nosotros mismos, y por consiguiente amaremos a
nuestro prójimo.

Comencemos este nuevo año añorando y deseando con todo


nuestro ser amar a Dios con toda nuestra mente, amar a nuestro
prójimo como a nosotros mismos. ¡Que la gloria y honra sea por
siempre y para siempre para nuestro Dios!

DOCE UVAS
H ace escasos días se terminó un año más, y muchas
personas faltando un minuto a las doce se comen 12 uvas y con
cada una van diciendo algo que quieren o desean para el siguiente
año. Comienza una por una, y así los deseos a tal grado que
cuando terminan con la última ya no saben ni lo que desearon.
El ser humano es así, se deja llevar por tradiciones o cosas que
el mundo hace. Nosotros los hijos de Dios nos basta elevar una
oración y esperar lo que Dios nos diga. Y luego aguardar que nos dé
lo que necesitamos conforme al deseo de nuestro corazón.

Dios también nos podría preguntar, de acuerdo a nuestros


pensamientos, como lo hizo con David cuando censó al pueblo, de
acuerdo a como actuamos así, es lo que recibimos, mal o bien, lo
curioso es que siempre pasamos llevándonos a los que nos quieren
o son leales con nosotros.
« Vino, pues, Gad a David, y se lo hizo saber, y le dijo: ¿Quieres
que te vengan siete años de hambre en tu tierra? ¿O que huyas tres
meses delante de tus enemigos y que ellos te persigan? ¿O que tres
días haya peste en tu tierra? Piensa ahora, y mira qué responderé al
que me ha enviado. Entonces David dijo a Gad: En grande angustia
estoy; caigamos ahora en mano de Jehová, porque sus
misericordias son muchas, mas no caiga yo en manos de hombres.
Y Jehová envió la peste sobre Israel desde la mañana hasta el
tiempo señalado; y murieron del pueblo, desde Dan hasta Beerseba,
setenta mil hombres ». (2º Samuel 24:13-15).

Si nos dirigiéramos por nuestros propios deseos, seríamos los


más dignos de conmiseración, porque el ser humano sin la guía de
Dios es una bestia, y lo podemos comprobar a través de tanta
noticia que sin piedad alguna el hombre se ensaña contra el
hombre.

Dios nos ha permitido que le conozcamos para que seamos la


sal que necesita el mundo, somos una gran diferencia cuando
nuestras vidas son guiadas por El Santo Espíritu de Dios. Si al
comenzar un nuevo año, pedimos un deseo a Dios, y que este sea
el que nos dé la capacidad, el anhelo de depender de la oración,
veremos grande diferencia al finalizarlo, ya que desarrollaremos el
músculo de nuestra relación con Dios, con su amado Hijo y con su
Santo Espíritu que mora en cada uno de los que le hemos
obedecido, le amamos y glorificamos su nombre.

No seremos un número más de religiosos, sino de cristianos que


vivimos cada día teniendo una buena relación con la Deidad.
Recordemos, que el poder del cristiano está en la Oración, el que
ora constante vencerá en todo tiempo la tentación. (Palabras de un
cántico). Con todo mi amor en el inicio de este nuevo año.

Capítulo 6
Sembrando en mi Parcela
ANTES DE CONTRAER NUPCIAS
Q ue beneficioso es recibir un consejo antes de consumar el
matrimonio, siempre hay algo en el tintero que hace falta. Qué
saludable son las charlas pre-matrimoniales, estas se dan con el fin
de consolidar a la pareja a la siguiente etapa, pues la del noviazgo
está por finalizar, hay que pensar con la realidad que las cosas se
dan.

Algunas veces he escuchado decir: es que el noviazgo no debe


terminar, claro que termina, ya que en el matrimonio tiene que vivir
con la persona que usted ha elegido para compartir toda su vida,
esto no es un cuento de que: « Fueron Felices por siempre ».

Debemos aprender a convivir con todos los cambios que se


darán, esto es una realidad, pero dentro de esta realidad vamos a
aprender a ser felices o infelices, esto depende con el cristal que
usted enfrente en su nuevo estado de vida con su pareja. De su
hogar materno no debe de llevarse ni siquiera a su mascota.

Debe empezar una relación donde poco a poco aparecerán


muchas diferencias de ambos con las que tendrán que acoplarse. «
Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su
mujer, y serán una sola carne ». (Génesis 2:24). Siempre se ha
tomado muy fuerte el que el hombre manda, dígame dónde dice
Dios eso, dice claramente que es la cabeza. Cómo se ha jugado por
siglos con este versículo, haciendo ver a Dios complacido de que el
hombre manda.

Entonces para que nos dotará Dios del libre albedrío, si no lo


voy a usar cuando tenga que decirle a mi esposo que no le
obedezco porque no está siendo un caballero, porque no está
poniendo sal a sus palabras.
Salimos a comer a un restaurante con mi esposo y otro
matrimonio, nos dieron el menú, cuando llegó el mesero a
atendernos, yo elegí, mi comida, mi esposo también; cuando le
preguntaron a la esposa del otro matrimonio, inmediatamente el
habló y dijo que ya había elegido para los dos, y la señora amiga me
dice cerca de mí oído: « y para que me dieron el menú si no me dejó
elegir ».

Eso solamente se ve en el ámbito de la sociedad y religión


musulmana, donde la mujer es vista como un objeto, nada más
nada menos. « Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo
amó a la Iglesia, y se entregó a sí mismo por ella …» (Efesios 5:25).

Un esposo con las características de Cristo, tendrá a una


esposa sujeta a él. Solo una mujer que carezca de sus facultades
mentales puede actuar de forma distinta. Conozco una esposa que
le dice a su marido, si me hablas con dulzura te sigo hasta el cielo. «
Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor
…» (Efesios 5:22).

A veces las charlas pre-matrimoniales son como un potaje antes


del plato fuerte, si el noviazgo fue tormentoso, es saludable pensar
si el plato fuerte no me indigestará a tal grado que en unos meses
se note mi luto. « Cesó el gozo de nuestro corazón; Nuestra danza
se cambió en luto ». (Lamentaciones 5:15).

Todos los arreglos de la boda distraen tanto, al grado que


pasamos por alto los detalles que son significativos, como pasar
horas en el Getsemaní rogando sabiduría para enfrentar el porvenir,
seguros que seremos capaces de pasar todas las vicisitudes que se
presenten en el que será nuestro nuevo estado ante Dios y ante una
sociedad, que necesita saber que nuestro matrimonio es bendecido
porque doblamos rodillas antes y después de vivir nuestra propia
historia.
A tal grado que cuando pasen los años podamos decirle a
nuestra pareja. Prométeme con tu corazón que nunca me dejarás.
Evitemos fracasos, rompimientos, maltratos, pongamos entereza en
escuchar consejo de Dios mediante las charlas pre-matrimoniales.
Prepare bien su nido antes de tomar una decisión que marcará sus
vidas. Un noviazgo puede romperse, un matrimonio no.

Solamente la infidelidad y la muerte lo rompen. Y el apóstol


Pablo tenía la mente de Cristo. « Pero a los que están unidos en
matrimonio, mando, no yo, sino el Señor: Que la mujer no se separe
del marido; y si se separa, quédese sin casar, o reconcíliese con su
marido; y que el marido no abandone a su mujer ». (1ª Corintios
7:10-11).
EL MATRIMONIO
E ste tema es tan delicado, como misterioso, ya que los únicos
que saben verdaderamente como viven el matrimonio es cada
pareja que lo forma; y como cristianos, si han puesto a Cristo en el
centro de sus vidas, esto se verá reflejado tanto en su vivir, como en
su trato, en su comunicación, y en toda la verdadera devoción que
puedan darse el uno al otro.

Es complejo, y muy sacrificado, además de imperfectos, la etapa


del noviazgo ha pasado a formar la parte práctica y real, y comenzar
realmente a conocerse el uno al otro, sin máscaras. Dios
Todopoderoso dice que el matrimonio es santo, y que debe vivirlo
sólo la pareja, allí no cabemos los padres, y si la pareja lo desea, lo
único que puede estar con ellos es una mascota.

El mandato de Dios es notoriamente claro: «Por tanto, dejará el


hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una
sola carne». (Génesis 2:24). Es evidente que esta pareja está en un
proceso de adaptación del uno hacia el otro, ya que comenzarán a
verse tal cual son sin maquillaje.
El matrimonio cristiano tiene que tener las características que
Dios demanda, estas son fidelidad y confianza. Satanás está muy
interesado en separar nuestros matrimonios, y goza cuando logra
sus propósitos de ver los pleitos entre las parejas, goza al ver como
se maltratan el uno al otro, haciéndoles olvidar que ante Dios
hicieron un pacto.

Los pactos que el hombre hace con Dios, Satanás siempre


quiere desbaratarlos, al permitir entrar a Satanás en nuestra
privacidad donde sólo deben estar tres, porque el tercero es el
invitado especial de todos los días, Cristo Jesús. Cuando vienen los
celos, los divorcios, y las innumerables penas que pasamos con la
persona que juramos amarla hasta que la muerte nos separe es
aquí cuando lo complicamos un matrimonio entregado a Dios será
siempre victorioso.

Esto dependerá que cada uno deba de guardarse mutuo


respeto, no juegue con otras personas del sexo opuesto porque de
todo esto tomará ventaja Satanás Imposible no tener desavenencias
ya que son dos personas con diferente carácter, deseos, gustos,
aficiones, y muchas cosas más que les digo llegamos a la vejez, y
aún en el ocaso nos seguimos conociendo, pero el amor y el respeto
son guardianes que siempre nos protegen de rupturas.

Y podemos decir lo que nos dice el hermoso Cantar de los


Cantares en 7:10, « Yo soy de mi amado, Y conmigo tiene su
contentamiento ».
Es triste ver matrimonios truncados de predicadores y de
cristianos, donde a lo mejor no supieron elegir, solo se dejaron ir
como caballos desbocados por una belleza externa, y el resultado
es la vergüenza para ambos, y el dolor para Dios porque dañaron la
confiabilidad de toda una congregación, como también la de los
padres, y más aun dañaron su ministerio, o de su vocación de
entrega como cristianos fieles. « Y Jehová respondió a Samuel: No
mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo
desecho; porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el
hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el
corazón ». (1º Samuel 16: 7).

Habrá conflictos, enojos, pero qué hermoso, Dios nos dejó como
mandamiento que debemos de perdonar, y esto es duro, porque
cuando una persona ajena nos daña nos es fácil perdonar, pero
cuando la pareja daña nos cuesta aplicar el perdón mutuo.

« Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro


enojo, ni deis lugar al diablo ». (Efesios 4:26,27).

Vivir el matrimonio en armonía, es vivir en oración


constantemente, perdonando, dialogando., no solo es sexo, ya que
esto una de las causas de innumerables problemas, tiene que haber
un tiempo para dedicarse totalmente a la oración para fortalecer el
matrimonio y volver a juntarse.

Esposos, por favor aprendan a ser realmente los líderes


espirituales de su hogar, luche y hagan todo esfuerzo porque su
esposa se sienta segura, hay hogares donde la que lleva la iniciativa
en todo es la mujer, porque el marido no ha tomado la
responsabilidad de ser cabeza, sino cola, porque le resulta cómodo,
eso está muy mal, ya que la mujer siempre anhela saber que su
marido es la cabeza, pero que sea una cabeza inteligente y
espiritual, no machista, una cabeza guiada por Dios, no por sus
instintos carnales.
He conocido muchos matrimonios fracasados porque se
confiaron, y no pusieron atención debida a su pareja. Entiéndase,
me refiero a hombre y mujer. «…porque el marido es cabeza de la
mujer, así como Cristo es cabeza de la Iglesia, la cual es su cuerpo,
y él es su Salvador… Por lo demás, cada uno de vosotros ame
también a su mujer como a sí mismo; y la mujer respete a su marido
». (Efesios 5:23,33).

Lloro cuando leo este pasaje sobre esta entrega de Cristo pos
su Iglesia, porque he tenido la bendición de que mi esposo tiene
estas características porque él es un verdadero siervo de Dios.

Me dirijo como siempre a hombres y mujeres que optaron por un


cambio en sus vidas desde el momento que decidimos seguir a
Cristo, nuestro capitán. Es mi oración que los que estamos casados,
sigamos adelante gozándonos con nuestra pareja de nuestra
juventud; a los que comienzan que no sean niños en la forma de
pensar, si no que como buenos administradores sepan llevar un
hogar en la santidad de Dios.

Los que están por adquirir el compromiso del matrimonio, que


pongan mucha cabeza y poco corazón, porque ya en el matrimonio
deberán de poner más corazón que cabeza. « Honroso sea en
todos, el matrimonio, y el lecho sin mancilla; pero a los fornicarios y
a los adúlteros los juzgará Dios ». (Hebreos 13:4).

Finalizo esta reflexión escrita para los matrimonios con una


porción bíblica, la cual es aplicable a todas las circunstancias de
nuestras vidas por más escabrosas y deprimentes que ellas sean.
« Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación,
impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es
idolatría; cosas por las cuales la ira de Dios viene sobre los hijos de
desobediencia, en las cuales vosotros también anduvisteis en otro
tiempo cuando vivíais en ellas. pero ahora dejad también vosotros
todas estas cosas: ira, enojo, malicia, blasfemia, palabras
deshonestas de vuestra boca. No mintáis los unos a los otros,
habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos, Y revestido
del nuevo, el cual conforme a la imagen del que lo creó se va
renovando hasta el conocimiento pleno, donde no hay griego ni
judío, circuncisión ni incircuncisión, bárbaro ni escita, siervo ni libre,
sino que Cristo es el todo, y en todos. Vestíos, pues, como
escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de
benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia;
soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno
tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así
también hacedlo vosotros. y sobre todas estas cosas vestíos de
amor, que es el vínculo perfecto ». (Colosenses 3:5-14).

LA CABEZA DEL HOGAR


Q ué necesario es tocar este tema por tanta confusión que
existe dentro de la Iglesia, unos por viejos y otros por que han
recibido falsa enseñanza, dependiendo cuales han sido sus
primeras instrucciones que han recibido con respecto a que el
hombre es la cabeza del hogar.

Resulta que algunos esposos cristianos toman para sí estos


versículos a fin de aplicarlos indebidamente en el hogar, y de esta
manera tener una esclava en su casa y unos hijos subyugados; no
un padre, no una esposa, no unos hijos que le aman.

Muchas mujeres dicen de su marido que no se comporta como


cabeza, pero eso no quita que no son cabeza, pues no es un
invento del hombre sino mandamiento del Dios del universo, siendo
Jesús la cabeza de todo.
« Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es
dada en el cielo y en la tierra ». (Mateo 28:18). « Y sometió todas las
cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la
Iglesia, la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena
en todo ». (Efesios 1: 22,23).

Comprendo muy bien que muchas veces no nos agrada, pero no


lo podemos borrar del libro sagrado. Si el hombre está tomando
ventaja de ser cabeza del hogar maltratando a su esposa e hijos, él
dará cuenta a Dios. Esta cuenta le llevará al castigo eterno.

Relato un caso de un predicador, que yo en lo personal no voy a


ninguna reunión en la que él está presente disertando la palabra. Un
día saliendo de la reunión del domingo, le dijo a su esposa que «
maldecía el día que se había casado con ella ». Ese día lloré
internamente y oré con la esposa de este hermano.

Luego otra vez una perrita de su casa había tenido tres perritos,
vio que la perrita no quería darles de mamar, y tomó cada cachorrito
y los estrelló contra el suelo, dándoles duro hasta que terminó con
ellos, todo en frente de sus hijos y su esposa; su familia no le ama,
le tienen miedo.

El hombre como cabeza del hogar no solamente debe ser un


proveedor, sino uno que ama y respeta a su familia. Pero sobre todo
que ama a Dios. « Maridos, amad a vuestras mujeres, y no seáis
ásperos con ellas ». (Colosenses 3:19).

También la mujer debe de sujetarse, otra palabra que no gusta a


las mujeres, una vez me dijo una hermana: « Yo estoy consciente
que mi esposo es la cabeza, pero yo soy el cuello». «Casadas,
estad sujetas a vuestros maridos, como conviene en el Señor ».
(Colosenses 3:18).
Las mujeres casadas con no creyentes tienen serio deber en
estar sujetas a ellos. « Asimismo vosotras, mujeres, estad sujetas a
vuestros maridos; para que también los que no creen a la palabra,
sean ganados sin palabra por la conducta de sus esposas,
considerando vuestra conducta casta y respetuosa ». (1ª Pedro 3:1-
2).

No que va andar fingiendo lo que no es delante de la gente, para


luego en el hogar vivir una guerra sin cuartel, cuán comprometidos
estamos todos; el enorme problema son las palabras que no las
sazonamos, ya que, si el esposo le grita a la esposa, ésta reacciona
igual.

Qué palabras las del predicador en Proverbios 15:1. « La blanda


respuesta quita la ira; Mas la palabra áspera hace subir el furor ».
Un hombre áspero con su esposa, vivirán en pecado, ya que la
esposa no se quedará callada. « Mejor es la comida de legumbres
donde hay amor, Que de buey engordado donde hay odio ».
(Proverbios 15:17).
Si anhelamos un hogar armonioso pongamos en práctica lo que
nos dice 2ª Corintios 13:11. « Por lo demás, hermanos, tened gozo,
perfeccionaos, consolaos, sed de un mismo sentir, y vivid en paz; y
el Dios de paz y de amor estará con vosotros ».

MIS GEMELAS
¡ D ios! tengo tanto que agradecerte, como cualquiera que
ama Tú Verdad, por el día que nacieron mis adoradas gemelas; ese
día trajiste a mi vida ilusión, trabajo, aprendizaje; la soledad de mi
casa cambió en alegría, en sonrisas, y sobre todo: un enorme reto.

El día que vinieron al mundo, mi vida se transformó, porque


nadie puede decir que la escuela fue la cuna donde nos enseñaron
a ser madres. Tuve que aprender cuando me diste dos personitas,
que lloraban por hambre, por amor, y por sentirse seguras en un
mundo desconocido.
No sólo quiero hablarles de mi alegría al nacer mis gemelas,
sino también de la alegría inexplicable que siente una madre, al
nacer su primer hijo. Es un día para recordar siempre. No digamos
cuando el nacimiento es doble por la gracia de Dios.

La palabra de Dios nos dice: « He aquí, herencia de Jehová son


los hijos; cosa de estima el fruto del vientre ». (Salmos 127:3). ¡Qué
herencia más grandiosa la que nos ha dado Dios, y cómo tenemos
que cuidar con ternura y mucha entrega esa herencia! Las que
somos hijas de Dios, somos doblemente bendecidas, pues nuestros
hijos nacen en el ambiente puramente espiritual, lo demás se los
enseñamos en el camino, y requiere de mucha repetición día tras
día.

« Por tanto, guárdate, y guarda tu alma con diligencia, para que


no te olvides de las cosas que tus ojos han visto, ni se aparten de tu
corazón todos los días de tu vida; antes bien, las enseñarás a tus
hijos, y a los hijos de tus hijos ». (Deuteronomio 4:9).
Nacieron unos gemelos que desde el vientre ya venían riñendo,
nos preguntamos por qué, si sus padres honraban a Dios. Había un
propósito, era una profecía anunciada de dos naciones: Esaú que
representa a los árabes, y Jacob a los judíos, hasta hoy en día
seguimos orando porque estas dos naciones un día encuentren la
paz, la cual nunca han tenido paz, como repito, ni aún en el vientre
de su madre, a tal grado que ella preferiría haber muerto.

« Estos son los descendientes de Isaac hijo de Abraham:


Abraham engendró a Isaac, y era Isaac de cuarenta años cuando
tomó por mujer a Rebeca, hija de Betuel arameo de Padan-aram,
hermana de Labán arameo. Y oró Isaac a Jehová por su mujer, que
era estéril; y lo aceptó Jehová, y concibió Rebeca su mujer. Y los
hijos luchaban dentro de ella; y dijo: Si es así, ¿para qué vivo yo? Y
fue a consultar a Jehová; y le respondió Jehová: Dos naciones hay
en tu seno, Y dos pueblos serán divididos desde tus entrañas; El un
pueblo será más fuerte que el otro pueblo, Y el mayor servirá al
menor ». (Génesis 25:19-23).
Fue también un error la preferencia que tuvieron sus padres con
sus hijos, tenemos un Dios que es Padre de todos, y nos ama por
igual. Para esta madre no fue una alegría la llegada de sus gemelos,
como lo fue para mí.

Años más tarde se cumplía otra profecía, de una mujer humilde,


sencilla, sincera, que llenaba los requisitos que Dios la eligió para
que fuera la madre de nuestro amado Salvador. Ella fue todo un
marco diferente, recordemos que los pensamientos de Dios no son
los nuestros, y había un motivo urgente para que este nacimiento
fuera todo un éxito.

A pesar de las diversas dificultades con que se dio, María


estaba feliz, junto con su esposo, y los animales que con su
presencia dieron calor a aquél lugar frío, lleno de paja; no era para
menos, era Cristo nuestro Salvador que venía al mundo con el fin
de salvar a la humanidad que estaba desenfrenada como ovejas sin
pastor.
Isaías ya lo había profetizado: « Por tanto, el Señor mismo os
dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y
llamará su nombre Emanuel ». (Isaías 7:14). Lucas con su
elocuencia de hombre de letras da la noticia en forma majestuosa.

Describiendo las palabras del ángel enviado de Dios. « Pero el


ángel les dijo: No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran
gozo, que será para todo el pueblo: que os ha nacido hoy, en la
ciudad de David, un Salvador, que es Cristo el Señor. Esto os
servirá de señal: Hallaréis al niño envuelto en pañales, acostado en
un pesebre ». (Lucas 2:10-12).

Mis gemelas cambiaron mi vida, pero mi Cristo definitivamente


me cambió a mí, y lo más trascendental, a la humanidad entera, eso
no volverá a suceder porque Él ya se dio una vez y para siempre.
En cuanto a mis amadas gemelas, quienes son mujeres fieles
dentro del Reino, por lo cual honro y doy más gloria a Dios. De
manera que siendo que Él ya dio su vida por nosotros, como
cristianos estamos llamados a amarlo, y por supuesto guardando y
obedeciendo sus mandamientos.

A María se le llamó bienaventurada, ella merece nuestro respeto


más no nuestra adoración. ¡Qué mujer piadosa y temerosa de Dios
hubiese deseado ser nada menos que la madre del Señor
Jesucristo! ¡Qué privilegio y bendición que tuvo María! Mis gemelas
como dice un canta autor, son mis « dos mágicas princesas ».

¡Qué más alegría y gozo que el niño Jesús nació, creció, vivió, y
dio su vida por nosotros, venció el poder de la muerte, resucitó, es
Salvador del mundo, y hoy vive para siempre! « Y dará a luz un hijo,
y llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus
pecados ». (Mateo 1:21).

AFUERA NO TE CUIDO
P ensarán qué curioso título, pero a medida lo leamos
veremos que se identifica, con usted, conmigo, con nuestros hijos.
No sé quién canta una canción que me llamaron la atención las
palabras, pues me resultó muy raro no oír acerca de sexo, o drogas.

Pero el contenido sí dice que va implícito. Y es que ahora no


estamos seguros en ningún lado, y cuando nuestros hijos son
adolescentes solemos decirles lo que en sí la canción dice.

Muchos años uno cree, que el caer es levantarse, y de repente


ya no te paras. Que el amor es temporal, que todo te puede pasar, y
de repente estás muy solo. Afuera, tu no existes, sólo adentro;
afuera no te cuido solo adentro; afuera, te desbarata el viento sin
dudarlo; afuera nadie es nada, solo adentro.
Mi abuela siempre que salíamos de casa nos decía: « Yo hablo
de ustedes de lo que son adentro de casa, en la calle no ». Y es que
como dicen los mismos padres, nosotros somos los últimos en saber
la realidad de lo que hacen nuestros hijos cuando no están al
alcance de nuestras vistas. Es lastimosa la situación cuando caen
en situaciones que traen vergüenza a la familia.

Como siempre la palabra nos dice de ella misma: « Porque la


palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de
dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y
los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del
corazón ». No nos podemos esconder de Dios.

Lucas nos narra de un joven que se aburrió de estar con su


padre, como sucede con muchos, luego se van a la deriva, sin saber
qué les espera en lugares con gente que no les ama, como
realmente les aman sus padres. Afuera encuentran libertinaje, y por
eso dejan el lugar donde son amados, consecuentemente, terminan
en las cárceles, o arruinados por la droga. (Lucas 15:13,16), nos
narra: « No muchos días después, juntándolo todo el hijo menor, se
fue lejos a una provincia apartada; y allí desperdició sus bienes
viviendo perdidamente. Y deseaba llenar su vientre de las
algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba ».

Cuando este joven tocó fondo, se acordó de nuevo que en su


casa era amado y respetado, y que con toda libertad podía comer
todo lo que hay en ella; afuera solo existe la comida de los cerdos.

Siempre hay una luz para aquellos que anhelan un cambio; a lo


mejor ya no como antes, pero pueden trabajar a fin de nuevo
hacerse acreedores de convencer a sus padres de que confíen en
ellos que anhelan de nuevo el cuidado de ellos; así como este joven
que narra Lucas, se humilló, ya no esperaba tantas atenciones, sino
solamente la aceptación de su padre. Y en su angustia dice: « Me
levantaré e iré a mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo
y contra ti. Ya no soy digno de ser llamado tu hijo; hazme como a
uno de tus jornaleros ». (vv. 18,19).
Evidentemente, comprendió que su padre lo cuidaba adentro de
su casa, como nuestro Dios cuando estamos dentro de su Iglesia
que es su reino. No dejen a sus hijos jugando, o haciendo algo en
casa cuando es día de culto, llévenselos con ustedes; si ustedes no
los cuidan nadie se los cuidará, usted y yo somos responsables de
cuidar adentro a nuestros hijos, así cuando salgan al mundo sepan
cómo deben comportarse y no les causen vergüenza.

Como padres, nunca debemos despreciarles cuando deciden


regresar, y ahora sujetarse a las reglas del hogar. Siempre deben
apoyarlos y darles otra oportunidad. Conozco de un predicador que
le llevaron preso a su hijo, y para él fue causa de alegría, se expresó
diciendo: « Qué bueno tal vez así aprende ». Fue muy censurado
por un incrédulo que le dijo: « Cómo puede predicar sobre el amor,
sobre visitar a los presos si ni un plato de comida le llevó usted a su
propio hijo ».
El padre que nos narra Lucas se comportó diferente, no le
importó que su hijo oliera a cerdo, al regresar, de inmediato lo
abrazó, lo besó, y le volvió a dar otra oportunidad. (vv. 23, 24, 32). «
Y traed el becerro gordo y matadlo, y comamos y hagamos fiesta;
porque este mi hijo muerto era, y ha revivido; se había perdido, y es
hallado. Y comenzaron a regocijarse. Mas era necesario hacer fiesta
y regocijarnos, porque este tu hermano era muerto, y ha revivido; se
había perdido, y es hallado ».

Para el bien de nuestros hijos, y la salud mental de nosotros


como padres, cuidemos bien a nuestros hijos adentro, porque
afuera, el mundo es cruel, no sea cómodo en comprarle todos los
antojos, enséñele que todo es ganado en esta vida que todo lo fácil
no sirve. Recuérdele que los ojos de Dios están sobre nosotros. «
He aquí el ojo de Jehová sobre los que le temen, Sobre los que
esperan en su misericordia, Para librar sus almas de la muerte, Y
para darles vida en tiempo de hambre ». (Salmos 33:18-19).

MI ABUELA
P ienso que la mayoría habla de este personaje en nuestras
vidas, y se nos endulza la vida, porque las abuelas eso son, ellas se
encargan de malcriar a los nietos consintiéndoles sus antojos.

Lo digo en el buen sentido de la palabra, porque ninguna abuela


quiere nada malo para sus nietos. Ellas están conscientes que son
colaboradoras en la educación con sus hijos, ya que los tiempos no
permiten a muchos padres pasar en casa al cuidado de los hijos.
Pero qué confianza la que embarga a los hijos cuando los hijos
pueden disfrutar del cuidado de las abuelas.

En lo personal, como yo era una especie de pequeña niña


traviesa, siempre estaba siendo castigada por mi abuela, y es que
no era solo yo, estaba un primo que me ganaba en travesuras, y
también mi hermana mayor, así que le dimos mucha guerra a
nuestra abuela; a pesar que ya tiene muchos años de haber
dormido, aún la recordamos.

Mi abuela fue una de las señoras que bastaba con una mirada
con la cual nosotros entendíamos perfectamente bien, el ignorar esa
mirada era segura tunda.

No nos era permitido estar o perturbar cuando le llegaba una


visita, si ella se equivocaba en algo, no nos era permitido
desmentirla. Sabía poco leer, pero tenía una moral la cual fue la
justa para cuidar de nosotros mientras mi santa madre trabajaba
para nuestra comida.

Era católica de hueso colorado, nos llevaba a misa todos los


domingos, y en semana santa, era increíble pero cierto: no
hablábamos, no corríamos, no reíamos, y esto mejor o peor no
podíamos pelear, comíamos tortas de pescado el famoso viernes
santo, a mí no me gustaban por las espinas del pescado, desde
jueves santo a domingo de resurrección, teníamos un diez en
conducta.
Si ustedes tienen a sus abuelas, disfrútenlas y respétenlas, Dios
no olvidó un consejo para los que tienen sus abuelas. « Delante de
las canas te levantarás, y honrarás el rostro del anciano, y de tu
Dios tendrás temor. Yo Jehová ». (Levítico 19:32).

Hay un hermoso poema de Jackselins Arteaga, el cual


transcribo « decir abuela... es decir mamá, amiga... tantas cosas... »
es una casa grande llena de recuerdos que los años nos fueron
regalando, es un sillón hamaca donde tejimos miles de sueños, el
que cobijó nuestra inocencia y la imaginación del que a través
nuestro intentaba mantener vivo al niño que llevaba dentro.

Es una cocina perfumada, un cuarto con aroma a lavanda. Decir


abuela es un regazo generoso donde encontrar abrigo, una mirada
tierna y compasiva. Es el tan rechazado consejo que deberíamos
haber obedecido... porque las abuelas saben… Es emprender un
viaje al pasado, no muy lejano, marcado en los surcos de sus
rostros. Es el pelo encanecido. Los pies cansados por tanto camino
recorrido. Son agujas peleando con ovillos, tejiendo historias
infinitas. Decirte mamá es decir amiga, es la abuela que no fuiste.
Son las caricias que mis hijos no pudieron disfrutar. Son las eternas
historias de madrugada que jamás les podrás contar, Son plazas
llenas de tu ausencia.

¡Qué hermoso poema! El Joven Timoteo tuvo la gran bendición


de gozar de todos los excelentes consejos espirituales que su
abuela le dio, tal es que su nombre quedó para la memoria de todas
las abuelas recordándoselas el apóstol Pablo a Timoteo. « trayendo
a la memoria la fe no fingida que hay en ti, la cual habitó primero en
tu abuela Loida, y en tu madre Eunice, y estoy seguro que en ti
también ». (2ª Timoteo 1:5). Hay una frase bien dicha. « Cuando
educas a tu hijo, educas a tu nieto ».

LA VEJEZ
L a vejez es una parte para todos los seres humanos que tarde
o temprano a la cual llegaremos. Suelo comparar la etapa con una
estación del año especialmente aquellos países donde se dan
marcadamente las cuatro estaciones.

Hablar de la vejez o senectud, es decir que es un estado natural


de una persona que ha llegado a una edad avanzada, ya que sus
arrugas, así como su pelo blanco, le impiden disimular su vejez. «
Delante de las canas te levantarás, y honrarás el rostro del anciano,
y de tu Dios tendrás temor. Yo Jehová ». (Levíticos 19:32).

Con la vejez llegan muchas historias, que arrodillados podemos


escuchar, y muchos dolores acumulados que no fueron expresados,
a lo mejor porque no se encontró con quien compartirlos.

El domingo recién pasado, abracé a una de mis amadas


hermanas ancianas, cuando lo hice se puso a llorar y me dice, usted
no sabe lo feliz que me hacen sentir sus abrazos. Yo dije para mí
misma: « Cómo Dios en algo tan sencillo nos usa ».

La anciana que me abrazó, sufrió un serio accidente, llegando


ella cerca de su casa, dos borrachos iban en una moto, los cuales
se estrellaron en ella dejándola abandonada casi muerta, la policía
la llevó a un hospital público inconsciente. Ella solo tuvo una hija, los
demás hijos son varones, la hija la cuidó todo el tiempo que ella
estuvo enferma, observaba la devoción con la cual ella le daba
cucharaditas de alimento, y llorando me decía, yo pensé hermana
que mi mamá ya estaba muerta, la anciana me decía a la vez,
hermana ya no podré hacer chocolate para vender.

La anciana trabajó en su juventud con un ex presidente, el


General Maximiliano Hernández Martínez como su cocinera, nos
gusta como ella cuenta vívidamente sobre las comidas que
preparaba para dicho ex presidente.
El salmista dice que no habrá desamparo. « Joven fui, y he
envejecido, Y no he visto justo desamparado, Ni su descendencia
que mendigue pan ». (Salmos 37:25). Esta edad es muy delicada,
donde debemos de tener paciencia extra, porque ya no piensan
igual, tienen sus propios hábitos fruto de toda una vida
independiente, adquieren enfermedades donde son como unos
bebés, todos debemos prepararnos para cuidar a nuestros seres
amados cuando les llega la vejez.

Con todo mi amor dedico este artículo a mi hermana Rosa, que


con devoción y entrega cuida de mi santa madre, que aún
desconociéndonos, la abrigamos con todo nuestro amor y respeto,
mi madre a su edad de 92 años tiene la cruel enfermedad del
Alzheimer. A lo mejor llego al corazón de alguien que está viviendo
esta misma situación, con su esposo, con su madre, con un pariente
al cual ama mucho.
Cuán hermosos se ven cuando les bañamos y cambiamos con
ternura, son indefensos como niños que hay que reaprender junto a
ellos a jugar, pintar, bailar, asimismo cuando se enojan, saber que
solamente es producto de que la vejez llegó con varios
acompañantes, como las enfermedades. « La gloria de los jóvenes
es su fuerza, Y la hermosura de los ancianos es su vejez ».
(Proverbios 20:29).

Dios bendiga a todos nuestros ancianos, y a los que ya nos


acercamos a esa etapa, decimos a nuestros hijos. « Oye a tu padre,
a aquel que te engendró; Y cuando tu madre envejeciere, no la
menosprecies ». (Proverbios 23:22). Sabio consejo para la juventud,
la cual es una etapa que no dura mucho, y de la cual no hay que
ufanarnos, ni mucho menos vanagloriarnos. Con todo mi amor y
respeto para mi hermana Rosa y mi amada madre.

MI MAMÁ ME ESTÁ VENDIENDO


¡ Q ué horror!, una madre apareció en las redes sociales
vendiendo a su hijito como de tres añitos, el niño sin saber lo que la
madre le estaba diciendo al periodista se aferraba a sus brazos. Si
usted no llora, es porque su corazón no es sensible.

Fue desgarrador para mí ver esta noticia, el niño tenía un precio


de 500 dólares. El periodista le pregunta: ¿para cuándo los quieres?
Ella le responde, para ahora, y manifestó que ya tenía una
compradora. Definitivamente que esta mujer no está bien de la
cabeza o su corazón es perverso.

Esto apenas acaba de suceder, pero remontémonos un poco


atrás y refresquemos nuestras memorias con sucesos que también
tuvieron sus desgarramientos duros de dolor y de injusticia, de
envidia y de maldad extrema. « Y cuando pasaban los madianitas
mercaderes, sacaron ellos a José de la cisterna, y le trajeron arriba,
y le vendieron a los ismaelitas por veinte piezas de plata. Y llevaron
a José a Egipto ». (Génesis 37:28). Este joven solo iba con sanas
intenciones pero lejos estaba en su mente lo que pensaban sus
hermanos.

« Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso;


¿quién lo conocerá? » (Jeremías 17:9).

Qué valor de una mujer que me despierta todos mis sentidos a


imitarla, no estaba ofreciendo su cabeza por un hijo sino por toda
una nación a la cual ella pertenecía y por un depravado hombre, que
terminó según eran sus pensamientos y acciones. Amán, un hombre
arrogante, esta clase de gente a menudo saben medir el valor o
poder que tienen por la influencia que tienen sobre los demás.
Ester, un desafío para toda mujer que trata con justicia defender
lo que es correcto y digno ante los ojos de Dios y se salta los
protocolos en donde se encuentre. « Volvió luego Ester a hablar
delante del rey, y se echó a sus pies, llorando y rogándole que
hiciese nula la maldad de Amán agagueo y su designio que había
tramado contra los judíos. Entonces el rey extendió a Ester el cetro
de oro, y Ester se levantó, y se puso en pie delante del rey, y dijo: Si
place al rey, y si he hallado gracia delante de él, y si le parece
acertado al rey, y yo soy agradable a sus ojos, que se dé orden
escrita para revocar las cartas que autorizan la trama de Amán hijo
de Hamedata agagueo, que escribió para destruir a los judíos que
están en todas las provincias del rey ». (Ester 8:3-5).

El ser humano sin Dios, es peor que una bestia, porque aun los
que tenemos mascotas, qué sentimiento más bello el que existe con
su amo. Qué insulto cuando el ser humano se comporta
exageradamente malo con su prójimo por su desprendimiento de
Dios desde las raíces del pensamiento.

Los borrachos de egoísmo, de maldad, son capaces de vender


su alma al diablo que de por sí a él sirven, pero llevados por su
insensibilidad para sus hijos los venden. «…y echaron suertes sobre
mi pueblo, y dieron los niños por una ramera, y vendieron las niñas
por vino para beber ». (Joel 3:3). Un juicio que ya pasó a la nación
de Israel, pero no olvidemos que aún no es el fin.

Continúo con la historia desgargante, de una venta que marcó a


la humanidad, hay distintas clases de torturas, pero esta desgarró el
corazón de Dios, el de una madre, y el de la humanidad que le sigue
con agradecimiento total. Sí, hablo del Señor Jesucristo.

Judas Andaba con Él, pero no estaba con Él. « Entonces uno de
los doce, que se llamaba Judas Iscariote, fue a los principales
sacerdotes, y les dijo: ¿Qué me queréis dar, y yo os lo entregaré? Y
ellos le asignaron treinta piezas de plata ». (Mateo 26:14,15). Tiene
su vida un precio, cuánto vale, me quedo con el que dio su vida por
mí.
EL CASTIGO PARA UN MAL
PADRE
H ablar de este tema me resulta doloroso, tengo una razón
poderosa, nunca tuve padre, cuando tuve uso de razón, ya cuando
uno se va fijando en los compañeritos, y compañeritas de escuela, a
quienes los llevan al recinto escolar, es cuando uno comienza
hacerse la pregunta ¿Dónde está mi padre?

Recuerdo que cuando ya tenía 14 años le dije a mi santa madre:


« Mamá quién es mi Papá ». A lo cual ella no me dio una respuesta
que yo entendiera, simple y sencillamente se fue, yo seguí
insistiendo que quería conocer a mi padre, y no fue hasta que me
iba a casar, que en la misma colonia donde iba a vivir con mi
esposo, allí vivían parte de mis medio hermanos. Uno de ellos fue
tan amable y me buscó, con quien hasta el día de hoy tenemos
buena relación.

La paradoja de la vida fue, cuando mi padre murió, llamaron a


mi esposo para que fuera a predicar, y también para que lleváramos
el féretro en nuestro pick-up al cementerio. Platicando con mi
hermano, me cuenta: « Qué bueno que nunca viviste con él, porque
para nosotros fue un infierno, pues era un alcohólico, quien vendía
muchas de nuestras pertenencias del hogar ».

Sin embargo, hay padres que tienen el nombre muy bien


ganado, son responsables, amorosos, y delicados en la disciplina.
Hace unos días un padre endrogado, dio muerte a su pequeñito hijo
de tres añitos de edad, el castigo caerá sobre él, ya que está siendo
procesado por nuestras leyes civiles y penales, bien merecido lo
tiene.
Esto causa espanto e indignación, así como los padres que
violan a sus propias hijas, que caiga todo el peso de la ley sobre
ellos. Mayor es el espanto cuando esto sucede en hogares
cristianos, y es que, cuando ya la hermandad no nos ve, optamos
por sacar nuestra verdadera personalidad.

Sin embargo, qué bendición lo que nos dice la palabra del Señor
la cual es inmutable: « Porque nada hay oculto, que no haya de ser
manifestado; ni escondido, que no haya de ser conocido, y de salir a
luz ». (Lucas 8:17). ¡Qué deplorable y mal ejemplo tenemos en las
Escrituras! Tales ejemplos son para que los tomemos en cuenta,
para bien o para mal, usted decide.

Elí un sacerdote que sabía los estatutos de Dios, cayó en una


situación de otorgamiento en cuanto al mal proceder de sus hijos a
tal grado que no los disciplinó. « Era, pues, muy grande delante de
Jehová el pecado de los jóvenes; porque los hombres
menospreciaban las ofrendas de Jehová ». (1º Samuel 2:17).
Recuerdo que una vez le dije a un niño miembro de la escuela
dominical que se cortara las uñas, ya que las tenía demasiado
largas; ese niño no volvió a llegar; posteriormente, la mamá me dijo
que era porque yo le quería quitar las uñas; ahora ella llora, pues
está en la cárcel en vista de que lo encontraron infraganti en el
pecado de la extorción. Igualmente, a Elí le decían que sus hijos
daban mal ejemplo para estar realizando las cosas sagradas.
Y les dijo: «¿Por qué hacéis cosas semejantes? Porque yo oigo
de todo este pueblo vuestros malos procederes. No, hijos míos,
porque no es buena fama la que yo oigo; pues hacéis pecar al
pueblo de Jehová. Si pecare el hombre contra el hombre, los jueces
le juzgarán; mas si alguno pecare contra Jehová, ¿quién rogará por
él? Pero ellos no oyeron la voz de su padre, porque Jehová había
resuelto hacerlos morir ». (1º Samuel 2:20-25). Fue un padre muy
flojo en la disciplina.
Dios siempre ha demostrado su celo en cuanto a la adoración
que le debemos de tener, la cual debe ser correcta. « Por tanto,
Jehová el Dios de Israel dice: Yo había dicho que tu casa y la casa
de tu padre andarían delante de mí perpetuamente; mas ahora ha
dicho Jehová: Nunca yo tal haga, porque yo honraré a los que me
honran, y los que me desprecian serán tenidos en poco ». (vv. 30).

Elí tuvo que vivir en carne propia el castigo que de Dios le


vendría. « Y te será por señal esto que acontecerá a tus dos hijos,
Ofni y Finees: ambos morirán en un día ». (vv. 34). ¡Qué triste!, pues
él sabía lo que Dios demandaba, pero cayó en el conformismo, a tal
grado que termina con estas palabras: « Jehová es; haga lo que
bien le pareciere ». (1º Samuel 3:18).

Nosotros tenemos un Padre al cual debemos honrar y obedecer


en toda nuestra manera de vivir, evidentemente que seremos
bendecidos en esta tierra y en la gloria venidera. Noten lo que el
Señor Jesucristo le expresó a Felipe: « Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo
hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que
me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú:
Muéstranos el Padre? ¿No crees que yo soy en el Padre, y el Padre
en mí? Las palabras que yo os hablo, no las hablo por mi propia
cuenta, sino que el Padre que mora en mí, él hace las obras ».
(Juan 14:9-10).
Deseo que los Padres sean lo mejor para sus hijos, y que un día
les recuerden con Amor entrañable.

Capítulo 7
Sembradores

EL MINISTRO DE DIOS
H ay muchos ministros, y todos juegan un papel muy
importante, y son necesarios para que una nación funcione
adecuadamente y ordenadamente. Ministro, hablando en el ámbito
legal, es una persona responsable de cada uno de los
departamentos de la gobernación del Estado.

Sin embargo, hablar de un ministro de Dios es algo tan delicado,


porque aquí se trata de saber ministrar la Iglesia, los miembros, las
almas, con el fin de armonizar con el cielo. Por eso es que este
ministro debe tener madures espiritual, respetuoso de la palabra de
Dios, íntegro.

Un hombre que realmente tenga en su mente y corazón el gran


mandamiento. « Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y
con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este
es el principal mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a
tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que
éstos ». (Marcos 12:30-31).

Lejos está un hermano de llamarse ministro, si todavía no se ha


despojado de su mal carácter, soberbio, arrogante. Amar al prójimo
es tener una enorme dosis de Cristo, de su amor incomparable.

Un buen ministro debe de estar nutrido de la Palabra, pero no


solamente nutrido, sino que sepa administrarla a la Iglesia. Un
ministro no lo hace un título, un ministro es llamado por Dios. « Y
vosotros seréis llamados sacerdotes de Jehová, ministros de
nuestro Dios seréis llamados; comeréis las riquezas de las
naciones, y con su gloria seréis sublimes ». (Isaías 61:6). Serán
honrados por la Iglesia, tenidos en honor, si son ministros de
acuerdo a las cualidades que Dios especifica.
« No que seamos competentes por nosotros mismos para
pensar algo como de nosotros mismos, sino que nuestra
competencia proviene de Dios, el cual asimismo nos hizo ministros
competentes de un nuevo pacto, no de la letra, sino del espíritu;
porque la letra mata, más el espíritu vivifica ». (2ª Corintios 3:5-6).

Un buen ministro se preocupa por la fuga de sus miembros, por


sus necesidades, pero sobre todo por enseñar correctamente la
Palabra, la sana doctrina, y por no ser un ministro disfrazado, ya que
los ojos de Dios están sobre él. « pero ellos darán cuenta al que
está preparado para juzgar a los vivos y a los muertos ». (1ª Pedro
4:5).

Tengamos cuidado, no seamos amedrentados por falsos


ministros, cada uno está llamado a ser un buen administrador del
don que Dios le ha dado. « Si alguno habla, hable conforme a las
palabras de Dios; si alguno ministra, ministre conforme al poder que
Dios da, para que en todo sea Dios glorificado por Jesucristo, a
quien pertenecen la gloria y el imperio por los siglos de los siglos.
Amén ». (1ª Pedro 4:11).

Dios nos ayude a ser celosos en cuanto a tener el valor


necesario el que Dios nos da para erradicar aquellos falsos
ministros. Un ministro de Dios debe tener las características de
Cristo, a no imponer las manos con ligereza, de lo contrario se está
sobrepasando a lo que Dios a través de su Amado Hijo nos ha
enseñado con su máximo ejemplo. « Si esto enseñas a los
hermanos, serás buen ministro de Jesucristo, nutrido con las
palabras de la fe y de la buena doctrina que has seguido ». (1ª
Timoteo 4:6).

ANCIANO DE DIOS
E s un privilegio el que una Iglesia en pleno siglo XXI tenga
ancianos y diáconos, realmente es una Iglesia muy organizada, ya
que todo lo que se haga, va avalado por la sabiduría de los
ancianos.
Es un privilegio que tiene requisitos que deben ser cumplidos,
sin dejar ni uno de menos. Reconozco mi error que una vez que
estuve en una reunión donde la enseñanza se tornaba alrededor del
tema de los ancianos, yo dije que, si el requisito era algo sin
relevancia como ser hospedador, esto lo podía regular ya estando
funcionando como anciano. No, no puede ser así, grande error el
mío.

Yo no tengo ninguna orden divina que me diga que yo puedo


cambiar lo que Dios ha decidido que así sea. La Iglesia que se está
preparando para tener ancianos, estos deben eficazmente cumplir
los requisitos ordenados por Dios, (1ª Timoteo 3:1) nos expresa: «
Palabra fiel: Si alguno anhela obispado, buena obra desea ». Si es
un anhelo del interior del corazón del hermano, esto no basta, debe
cumplir los requisitos que Dios ordena.

Algunos dicen: « pero recuerde que son humanos ». No lo


discuto, sin embargo, la palabra es divina. Por eso es que este
deseo debe ser muy estudiado y no tomar decisiones a la ligera, que
a la larga lo que se hace es causar un grave daño a la Iglesia.

Viene a mi mente un anciano, y digo un anciano, porque si


solamente hay dos en una congregación, uno es de un carácter flojo
y el otro es un dictador. (Por supuesto que siempre hay
excepciones).

El otro solo acepta lo que dice el que lamentablemente


desarrolla la divina función de anciano como un dictador, pues está
cuidando su sostenimiento; porque los ancianos deben estar como
el médico, atentos a las necesidades de sus ovejas.

Si los ancianos trabajan en lo secular, como cuidarán las ovejas,


si no puede cuidar sus ovejas difícilmente puede con su hogar. «
que gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en sujeción con
toda honestidad (pues el que no sabe gobernar su propia casa,
¿cómo cuidará de la Iglesia de Dios? », (1ª Timoteo 3:4-5).
Una de las ovejas llegó a la reunión de la Iglesia vestida no con
decoro, como lo vemos hoy en todas las Iglesias de Cristo. Esta
clase de anciano del cual vengo describiendo, cuando la vio le dijo
que mientras no cambiara su estilo de vestirse, no era bienvenida, la
joven salió llorando del lugar en donde necesitaba consuelo, al salir
fue atacada por delincuentes, muriendo con el corazón destrozado.

Me atrevo a hablar de este tema, para que se tenga cuidado,


que no son puestos de algún Estado terrenal los que se han elegido
para tan loable y espiritual cargo, sino un puesto donde se debe
tener el carácter de Cristo, para realmente hacer honor a Él, debe
de andar como Él anduvo.

No convirtamos la Iglesia de Cristo en un campo de descrédito


por no pasar por la cabeza y el corazón lo que realmente es anhelar
la buena obra de la función bíblica de los ancianos. Recordándoles
también la delicadeza que debe tener la esposa al asumir esta
responsabilidad tan hermosa, al grado que debe trabajar en equipo
con su esposo.

« También es necesario que tenga buen testimonio de los de


afuera, para que no caiga en descrédito y en lazo del diablo ». (1ª
Timoteo 3:7). Nosotros no somos denominaciones. Somos la Iglesia
de Cristo. «…y al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es
pecado ». (Santiago 4:17).

EL MÉDICO AMADO
H ablar de un médico ya es un honor, pues la entrega que
tienen en sus estudios es de respeto, pero añadirle el calificativo de
amado esto es especial, pues es algo que se ha ganado, por todas
las personas a las cuales ha beneficiado acertándoles en la
medicina que cura, o alivia su dolor o enfermedad. A lo largo de mi
vida que ya son muchos años, he pasado con diferentes médicos, a
los cuales recuerdo con mucho agrado por su trato hacia mi
persona.
Dios me ha dado la bendición de tener una hija que es médico
misionera, y puedo decir que también es amada por todo lo que
hace con todos sus pacientes, pues tiene la bendición de aplicar y
dar las dos clases de medicinas: la que cura el cuerpo físico, como
que la cura el alma de sus pacientes, ya que les predica el evangelio
poniéndoles en las manos de Dios.

De igual manera lo era Lucas, que además de médico, Dios lo


usó por medio del Espíritu Santo para que escribiera el evangelio
que lleva su nombre, y que continuara su narración con palabras
inspiradas el nacimiento de la Iglesia, la cual Cristo compró con su
sangre.

No se narran muchas de sus sanaciones físicas, pero no


dudamos que era un excelente médico para que se le llamase «el
médico amado», porque siempre la gloria debe que ser para Dios.
Cuando el ser humano se vanagloria no tiene la aprobación de Dios.
Pablo en una de sus cartas pone estas palabras: « Os saluda Lucas
el médico amado ». (Colosenses 4:14). Sin embargo, tanto mí
adorada hija, así como Lucas, se sostienen porque ellos dependen
del médico por excelencia que es Cristo Jesús.

En toda ciudad donde Él pasaba salían a su encuentro para ser


sanados de sus males físicos y del alma. « Y recorrió Jesús toda
Galilea, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el
evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en
el pueblo. Y se difundió su fama por toda Siria; y le trajeron todos los
que tenían dolencias, los afligidos por diversas enfermedades y
tormentos, los endemoniados, lunáticos y paralíticos; y los sanó ».
(Mateo 4:23-24).

Qué manera tan hermosa de iniciar su ministerio, a pesar que


siempre sus enemigos buscaban como hacerle quedar mal, siempre
se defendía simple y sencillamente hablando con sinceridad y
autoridad ante la crítica farisaica.
« Y los escribas y los fariseos murmuraban contra los discípulos,
diciendo: ¿Por qué coméis y bebéis con publicanos y pecadores?
Respondiendo Jesús, les dijo: Los que están sanos no tienen
necesidad de médico, sino los enfermos. No he venido a llamar a
justos, sino a pecadores al arrepentimiento ». (Lucas 5:30-32).

Un hombre llamado Jairo, no pudo resistir el que su hija


agonizaba, y ningún médico había podido devolverle la salud, pero
este hombre había fijado los ojos en el que era capaz de sanar a su
hija, no se sentía digno, pero eso lo pensó él, no el Señor
Jesucristo. «...y le rogaba mucho, diciendo: Mi hija está agonizando;
ven y pon las manos sobre ella para que sea salva, y vivirá ».
(Marcos 5:23).

Este hombre pensó que el camino era una eternidad pues


caminó a su casa, se alborotó la gente, y en medio de esa situación,
una mujer con doce años de sufrimiento, como podía, trataba de
meterse solo para tocar su manto con la fe plena de ser salva. «
Cuando oyó hablar de Jesús, vino por detrás entre la multitud, y tocó
su manto ». Esta mujer pensó que no sería descubierta, pero su
corazón estaba agradecido. « Entonces la mujer, temiendo y
temblando, sabiendo lo que en ella había sido hecho, vino y se
postró delante de él, y le dijo toda la verdad ». (Marcos 5:33).

Luego, aparecieron de la casa de Jairo dándole la mala noticia


que su hija había muerto. Al ver el dolor de Jairo Cristo lo consuela y
le dice. « No temas, cree solamente ». (v. 36).

Como madre he pasado duros momentos con enfermedades de


mis hijas, momentos en los cuales realmente se derrama el alma,
solo implorando escuchar estas palabras: «No temas, cree
solamente». A pesar de las burlas que era objeto Jesús, porque
nadie creía, pero estas burlas se volvieron para sí mismos, pues
Jesús con toda autoridad le dice a la niña: « Talita cumi; que
traducido es: Niña, a ti te digo, levántate ». (v. 41). Una vez más se
da la victoria sobre la muerte, para que sirviera de espanto a los
burlones.
Que todos nuestros hermanos que son médicos, sean
instrumentos idóneos en las manos del Médico por excelencia,
Nuestro Señor Jesucristo, el único que es capaz de sanar el cuerpo,
y perdonar pecados, Él efectúa una sanidad completa.

TE PRESENTO A UN AMIGO
S iempre estoy recordando cosas de mi vida, porque en algún
momento nos ha pasado a todos. Una vez una amiga me dice, te
presento a mi amigo, amablemente le extendí mi mano y él no me la
dio, por supuesto no me agradó su actitud, pero bueno eso pasó ya
hace mucho.

Ahora me da risa. Pero ahora seriamente les quiero presentar a


un amigo, lo primero que se dice en una presentación es el nombre,
este amigo se llama Jesucristo.

Este amigo anda en busca del ser humano, ofreciendo a las


personas que tengan sed de agua pura, agua cristalina, agua que
sacia, la sed del alma, no la física, y es su santa Palabra, Cuando
Jesús no es nuestro amigo, no podemos conocerle, pero cuando le
dejamos entrar a nuestras vidas, cambia todas las perspectivas de
nuestra vida.

Dijo Pascal. « El ser humano tiene un vacío que solo Dios puede
llenar ». La Palabra de Dios nos muestra a una mujer, que como
todos los seres humanos de alguna manera sin Cristo tuvimos un
pasado no muy bueno, y esta mujer es una de ellas, pero tuvo la
oportunidad de encontrarse con el Hijo del Hombre que sí le iba a
cambiar su vida totalmente en 360 grados o más.

Su vida no era bien vista, por eso ella trataba de hacer sus
mandados cuando todos en la región hacían la siesta. Aquí no hubo
presentaciones, eran dos completos extraños, ambos de naciones
diferentes y serios problemas raciales muy profundos desde hacía
siglos. Aquí vemos que Jesús no tiene una multitud para predicarle,
sino a una sola persona.
Esa eres tú amiga, ese eres tú mi amigo, porque Él tiene mucho,
interés en que le conozcas, y lo invites a vivir contigo cada día,
como lo hizo con esta mujer, no fue algo fácil, pero qué
conversación tan excitante, pues cómo se dieron las cosas.

Jesús cansado del camino le dice a esta mujer que fue a traer
agua al pozo. Dame de beber, la mujer molesta porque su enemigo
le pide agua le contesta. « Vino una mujer de Samaria a sacar agua;
y Jesús le dijo: Dame de beber. Pues sus discípulos habían ido a la
ciudad a comprar de comer. La mujer samaritana le dijo: ¿Cómo tú,
siendo judío, me pides a mí de beber, que soy mujer samaritana?
Porque judíos y samaritanos no se tratan entre sí. Respondió Jesús
y le dijo: Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice:
Dame de beber; tú le pedirías, y él te daría agua viva ». (Juan 4:7-
10).

Si conocieras, eso mi amigo, mi amiga, si le conocieras, cuántas


buenas y excelentes cosas nos perdemos por no conocerlas, miles
de jóvenes piensan que ir tras una vida de diversión y placer
satisface más que seguir y conocer a Jesús, miles de adultos
piensan que la paz y la felicidad están en el dinero, los negocios y el
consumo de bienes materiales, esto es porque no conocen a Jesús,
no conocen el don de Dios.

Esta mujer llega a conocerle en la conversación que tuvieron a


tal grado que le dice, pero para tener derecho tienes que confesar la
verdad. Ella ansiaba un cambio en su vida y no dejó ir su
oportunidad. « La mujer le dijo: Señor, dame esa agua, para que no
tenga yo sed, ni venga aquí a sacarla. Jesús le dijo: Ve, llama a tu
marido, y ven acá. Respondió la mujer y dijo: No tengo marido.
Jesús le dijo: Bien has dicho: No tengo marido; porque cinco
maridos has tenido, y el que ahora tienes no es tu marido; esto has
dicho con verdad ». (Juan 4:15-18).
Ese cambio también ahora lo es para la suya amigo, amiga,
tiene que, oírlo, creer que es el Hijo de Dios, confesarle delante de
los hombres, arrepentirte de todos tus pecados y ser bautizada, o
bautizado para recibir el hermoso perdón de todos tus pecados,
recibir el don del Espíritu Santo, e inmediatamente ser añadido a la
Iglesia que Cristo que compró con su propia sangre.

Sí les digo que comprendan, Él es un caballero, Él toca la puerta


de su corazón. Este gran amigo cambió mi vida totalmente. Y con
seguridad cambiará la suya. « He aquí, yo estoy a la puerta y llamo;
si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y
él conmigo ».
HIJOS ESPIRITUALES
E n el antiguo pacto, era una afrenta y hasta una maldición ser
estéril, las mujeres eran despreciadas y humilladas, además que era
una vergüenza. Ana era maltratada por Penina por no poder tener
hijos, pero Dios tuvo compasión de ella. « E hizo voto, diciendo:
Jehová de los ejércitos, si te dignares mirar a la aflicción de tu
sierva, y te acordares de mí, y no te olvidares de tu sierva, sino que
dieres a tu sierva un hijo varón, yo lo dedicaré a Jehová todos los
días de su vida, y no pasará navaja sobre su cabeza ». (1º Samuel
1:11).

En nuestros días hay muchas mujeres estériles, que no tienen el


problema de ser humilladas, simplemente los tiempos han
cambiado, aunque los propósitos de Dios son que cada matrimonio
se multiplique como una honrosa demostración de amor de la
pareja, pero si deciden no tenerlos, no son condenados ni
ultrajadas, cada matrimonio goza de la libertad de ser padres o no.

La salvación es clara y muy entendible. «...que, si confesares


con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que
Dios le levantó de los muertos, serás salvo » (Romanos 10:9).
« Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros
en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis
el don del Espíritu Santo ». (Hechos 2:38).

Qué falta de discernimiento que muchas veces tenemos en


condenar a hermanas que no tienen hijos sin saber los motivos,
somos muy groseros al calumniar de una manera anti cristiana,
pues ignoramos el motivo por el cual la hermana no los ha
engendrado. Seamos prudentes mis amadas. « Manzana de oro con
figuras de plata es la palabra dicha como conviene ». (Proverbios
25:11).

He tenido muchas bendiciones en el Reino en mi caminar con


Cristo, sobretodo en la enseñanza que es mi pasión, me gozo tanto
con las mujeres, con las jóvenes, pero me enternecen los niños por
su corazón que hay que moldearlos para que atesoren el temor a
Jehová. Se me desploma el corazón, cuando reconocen que son
pecadores y necesitan nacer de nuevo.

Son cinco generaciones de hijos espirituales que he formado. La


gloria sea para Dios porque a temprana edad entregaron sus vidas a
Aquél que dio su vida por ellos. Animo a todos mis hermanos y
hermanas a que nos involucremos en la enseñanza de criar hijos
espirituales, tal como lo hizo el apóstol Pablo con Timoteo. «...a
Timoteo, verdadero hijo en la fe: Gracia, misericordia y paz, de Dios
nuestro Padre y de Cristo Jesús nuestro Señor ». (1ª Timoteo 1:2).

CUIDANDO TUS OVEJAS


H e tenido la oportunidad de ver ovejas pastando en verdes
prados, y luego ver el cuidado que el pastor tiene para con ellas.
David es un bello ejemplo, a lo mejor hasta nombre les había
puesto; con su bastón de pastor estaba listo cuando ellas no se
daban cuenta que podrían caer en un abismo, o cuando algún
salvaje animal quería hacerles daño; a lo mejor con su flauta
también podía controlarlas. Evidentemente que tenía una gran
responsabilidad el pastor.

Dios en su Iglesia ha puesto a hombres, para que tengan sumo


cuidado de las ovejas que pastorean. « Sé diligente en conocer el
estado de tus ovejas, Y mira con cuidado por tus rebaños …»
(Proverbios 27:23). Sucedió algo tan doloroso en una congregación,
muy lamentable, como cincuenta hermanos fueron prácticamente
echados por el predicador de la congregación, el motivo fue,
problemas de liderazgo, fue un día del Señor.

Me imagino que tuvo que ser lo más desagradable para Dios,


pues se reunieron para lo peor, uno de los hermanos que se fue,
marchó con toda su familia que se componía de padre, madre,
abuelos, hijos, tíos, primos, y a lo mejor hasta amigos. Este
hermano es un hombre que le gusta el evangelismo, pues podemos
ver la cantidad que se reunían en esa congregación, ya que ellos
venían de un pueblito; entre semana se reunían en casa de sus
abuelos una pareja que sabía perfectamente la verdad, pues habían
obedecido el verdadero evangelio.

Fue triste cuando escuchamos de ellos todo lo sucedido, claro


estaban muy dolidos, pero todo ha sido para bien, ya que ahora se
reúnen en ese lugar un promedio de más de cien hermanos que son
de la Iglesia de Cristo.
Tengamos cuidado que el deseo de ser un líder en la Iglesia, no
cause este daño. Palabras del Maestro. « Pero no será así entre
vosotros, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será
vuestro servidor, y el que de vosotros quiera ser el primero, será
siervo de todos. Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido,
sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos » (Marcos
10:43-45). Desde el Antiguo Testamento, a través de Ezequiel grita
por el cuidado que ha querido Dios que los buenos pastores hagan.

« No fortalecisteis las débiles, ni curasteis la enferma; no


vendasteis la perniquebrada, no volvisteis al redil la descarriada, ni
buscasteis la perdida, sino que os habéis enseñoreado de ellas con
dureza y con violencia ». (Ezequiel 34:4).

Nosotros tenemos al mejor pastor, el que vela por nuestras


vidas. « De cierto, de cierto os digo: El que no entra por la puerta en
el redil de las ovejas, sino que sube por otra parte, ése es ladrón y
salteador » (Juan 10:1). El que entra por la puerta principal, el que
enfrenta con amor, el que cura, el que ama a pesar de muchas
cosas que como humanos tenemos.

« Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me


conocen, así como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; y
pongo mi vida por las ovejas. También tengo otras ovejas que no
son de este redil; aquéllas también debo traer, y oirán mi voz; y
habrá un rebaño, y un pastor. Por eso me ama el Padre, porque yo
pongo mi vida, para volverla a tomar ». (Juan 10:14-17).

Que su Palabra nos conmueva a ser mejores cuidadores de las


ovejas a las cuales apacentamos. Que no olvidemos que
dependemos de un sólo Pastor de nuestras almas. « Mis ovejas
oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, y yo les doy vida
eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano ».
(Juan 10:27,28). No olvide todos los beneficios de tener un buen
pastor. De manera que concluyo con el bello Salmo 23.
RESTAURAR
Q ue imperante resulta en nuestras congregaciones restaurar
las almas cuando estas se deterioran por el pecado. Un domingo
después del servicio de adoración, como familia, nos fuimos a visitar
a una hermana que había caído en fornicación, nos acompañaron
dos hermanas de ella, (cristianas también).

Cuando llegamos a su casa, tuvimos una reunión con toda la


familia sus padres y su hija, (todos cristianos). Ella reconoció su
pecado, restaurando de inmediato su vida con mucho dolor por
haber ofendido al Dios trino. « Y el hijo le dijo: Padre, he pecado
contra el cielo y contra ti, y ya no soy digno de ser llamado tu hijo ».
(Lucas 15:21).

Eso no fue todo, una de las hijas del hermano dijo que quería
exponer algo que guardaba en su corazón, cuando comenzó a
hablar, era un llanto desgarrador que todos rompimos a llorar, pues
ella manifestó a su padre que la perdonara pues tenían más de diez
años de ser enemigos.

Dos restauraciones que nos conmovieron. Dios hace maravillas


cuando somos sensibles a su llamado. Definitivamente que hubo
fiesta en los cielos, y por supuesto, en nuestros corazones. Muy
bien dicha la definición de restaurar, ya que esta significa: «
Devolver algo a su situación anterior ». Y que bendición volver a
tener los privilegios de ser hijos del Dios que nos ama con amor
eterno.

El pecado es la ruptura que nos separa de Dios. « El Señor no


retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que
es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca,
sino que todos procedan al arrepentimiento ». (2ª Pedro 3:9). Cómo
nos encontrábamos todos cuando no habíamos reconocido a Cristo
como el Hijo de Dios, ni habíamos obedecido su plan de salvación,
plasmado claramente en el Nuevo Testamento.
Algunos en situaciones deplorables más que otros, pero la
condición era la misma, sin Dios y sin esperanza. Ahora estamos
restaurados y viviendo una vida totalmente diferente, con la visión
de estar con Cristo a través de una vida renovada, restaurada con
esperanza de una vida eterna. La palabra de Dios nos muestra
cómo él puede restaurar un templo destruido, como parte de nuestro
cuerpo físico cuando realmente reconocemos nuestra debilidad
como pecadores.

Jeroboam pasó una seria y dolorosa amonestación por ordenar


a los sacerdotes quemar incienso que él había fabricado (1º Reyes
13:4). « Cuando el rey Jeroboam oyó la palabra del varón de Dios,
que había clamado contra el altar de Bet-el, extendiendo su mano
desde el altar, dijo: ¡Prendedle! Mas la mano que había extendido
contra él, se le secó, y no la pudo enderezar ». Viéndose sin su
mano habló al varón de Dios: « Entonces respondiendo el rey, dijo al
varón de Dios: Te pido que ruegues ante la presencia de Jehová tu
Dios, y ores por mí, para que mi mano me sea restaurada. Y el
varón de Dios oró a Jehová, y la mano del rey se le restauró, y
quedó como era antes ». (v. 6).

Es de mucha tristeza igual que muchas relaciones se rompen,


muchas veces por no ser humildes en ponerse de acuerdo y
terminan con sus buenas relaciones, ya sea en los matrimonios, o
los hijos con sus padres, o igualmente amistades rotas por una
palabra mal dicha. « En las muchas palabras no falta pecado; Mas
el que refrena sus labios es prudente ». (Proverbios 10:19).

El deseo de Dios es que todos nos comportemos como buenos


pacificadores, aunque muchas veces se nos presenten situaciones
difíciles, no olvidemos lo que nos dice (Proverbios 30:5). « Toda
palabra de Dios es limpia; Él es escudo a los que en él esperan ».
Las restauraciones tienen que verse con delicadeza, de norte a
sur y de este a oeste, con la mirada en las amonestaciones de Dios
para mantener una vida armoniosa con el planeta que es nuestra
habitación de todos, mientras no seamos llamados por Dios.
Dedicándonos a restaurar vidas y no rompiéndolas como si nos
pertenecieran. « Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna
falta, vosotros que sois espirituales, restauradle con espíritu de
mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú también
seas tentado ». (Gálatas 6:1)

BIBLIOGRAFÍA
1. George Harrison, (1976) «Give me Love», («Dame Amor»)
Canción incluida en el álbum de «Lo mejor de George
Harrison» https://wikipedia.org/wiki/Give_Me_Love.html

2. OM Personal - «A mi Manera» Las canciones de Frank


Sinatra http://www.ompersonal.com.ar/myway.html

3. Lyrics Mode – «Gracias a la Vida» de Violeta Parra


http://www.lyricsmode.com/gracias_ a_la_vida.html

4. El Gaucho Martin fierro, poema de José Hernaqndez


http://www.lagazeta.com/gauchomartinfierro.html

5. Hhistoria de Hellen Keller


https:// wikipedia.org/ /Helen_Keller

6. YouTuve - El poder del cristiano está en la oración – Canción


cantada por Oscar Medina.

Nos agradaría recibir noticias suyas.

Apreciaremos mucho sus comentarios acerca de este libro,


por favor envíelos a la dirección de correo electrónico
[email protected]

Muchas gracias.

CONTRA PORTADA

Cultivando El Alma , es el primer libro publicado por Silvia


Castellanos. Dicha obra literaria, pretende ser un instrumento el cual
basado en las experiencias y vivencias del autor, le permita a usted
engrandecer y cultivar su alma.

El ser humano se compone de alma, cuerpo y espíritu, todos en


su conjunto deben mantener un equilibrio perfecto para gozar de
una vida plena.

El autor considera la nutrición del alma como algo fundamental


para todo ser humano, pero especialmente para mantener una
relación plena con Dios.

Silvia Castellanos nació en San Miguel, El


Salvador, el 2 de noviembre de 1955. Tiene una
amplia experiencia en el campo misionero y familiar,
ha disertado Conferencias Bíblicas en
Centroamérica, México, Sur América, España y
Estados Unidos. Escribe semanalmente artículos los
cuales son leídos por muchas personas en diferentes
partes del mundo.

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