2001-Libro Endocrinologia Inf FC
2001-Libro Endocrinologia Inf FC
2001-Libro Endocrinologia Inf FC
Muñoz Hoyos
J. M. Fernández García
J. Uberos Fernández
C. Ruiz Cosano
ENDOCRINOLOGÍA INFANTIL
VOLUMEN 4
3
Endocrinología Infantil
DEPARTAMENTO DE PEDIATRÍA
UNIVERSIDAD DE GRANADA
EDITORES
G. Galdó Muñoz
E. Narbona López
A. Valenzuela Ruiz
SECRETARIOS DE REDACCIÓN
J.Uberos Fernández
C. Ruiz Cosano
VOLUMEN 4º
ENDOCRINOLOGÍA INFANTIL
COORDINADORES DE LA MONOGRAFÍA
A. Muñoz Hoyos
J.M. Fernández García
J. Uberos Fernández
C. Ruiz Cosano
© Editorial: FORMACIÓN ALCALÁ.
C/ Ramón y Cajal, 20. Apdo. 130
23680 ALCALÁ LA REAL (JAÉN)
Telfs. 953 58 53 30 (4 líneas) - 902 108 801 - Fax 953 58 53 31
E-mail:[email protected] - Web:www.asociacionalcala.com
Portal:www.zonadesalud.org
ISBN: 84-95658-25-9 D.L.- J-346-2001
Julio 2001
Diseño de portada: Marta Narbona Galdó
Imp.: Artgrafic. S.C.A. 953 58 43 94
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PRÓLOGO
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Endocrinología Infantil
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crecimiento, de gran impacto médico y social. A continuación se hace un balance
de la neuroendocrinología, con la exposición de la fisiología y fisiopatología
de la adenohipófisis y neurohipófisis. Se siguen varios capítulos sobre los ejes
neuroendocrinos (tiroides, suparrenales, gónadas) y las paratoroides. Es de des-
tacar el capítulo dedicado a los errores congénitos del metabolismo, ya que en
muchos casos un conocimiento adecuado de ellos permite, mediante un diagnós-
tico precoz, evitar las secuelas que de ellos se derivan. Además del capítulo dedi-
cado a la diabetes, mención especial hay que hacer también a la presentación
como capítulos independientes el dedicado a los lípidos y a la obesidad. Ambos
son de gran impacto en la actualidad por los cambios en los hábitos alimenti-
cios. Lo mismo cabe decir del capítulo dedicado a la anorexia, una alteración
en aumento por diversos condicionantes entre los que las presiones psicosociales
son muy importantes. Por último, y como un claro indicativo de que los autores
de este libro han querido presentar una visión actualizada de la Endocrinología,
se habla también en el último capítulo de la glándula pineal. Esta glándula, que
ha intrigado a generaciones de filósofos y científicos, empieza a conocerse en
profundidad. Pero sobre todo, se conoce mucho mejor todavía la melatonina, la
principal hormona producida por esa glándula, pero que también se produce en
muchos otros lugares del organismo, que influye de forma notable sobre la fisio-
logía celular, y se encarga de coordinar las funciones supracelulares actuando
como un sincronizador interno que favorece la adaptación del organismo al
medio ambiente.
Cuando un científico empieza a leer un trabajo científico, da por sentado que
dicho trabajo podrá ser mejor o peor, pero se incluirá en él una larga serie de
datos, cifras, referencias a otros trabajos, y un largo etcétera al que estamos acos-
tumbrados. Pero a veces, ese científico empieza a leer un trabajo científico dis-
tinto, en el que ve que prima lo fundamental sin exagerar números ni citas, que se
termina de leer y conscientemente se ha actualizado con una serie de conocimien-
tos, los fundamentales, que le permiten empezar a ser ya crítico con ese tema en
concreto. Puesto que la característica del estudiante es conseguir una capacidad
crítica, y la del médico el serlo, este manual de Endocrinología consigue, desde
mi punto de vista, que uno empiece a ver las cosas con claridad, saber diferenciar
signos y síntomas y por tanto acercarse a ese saber crítico, constructivo, objetivo
y meta del médico.
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Endocrinología Infantil
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ÍNDICE GENERAL
ENDOCRINOLOGÍA INFANTIL
Iª Parte. Temas de Endocrinología Infantil
Capítulo 3 Adenohipófisis
J. Uberos, M. Molina, J.M. Fernández, A. Muñoz
Capítulo 4 Neurohipófisis
A. Muñoz, M. Molina, J.M. Fernández, J. Uberos
Capítulo 5 Tiroides
J.M. Fernández, M. Molina, J. Uberos, A. Muñoz
Capítulo 6 Paratiroides
J.P. López Siguero, J.A. Moreno Molina
Capítulo 7 Suprarrenales
J. Del Valle, A.L. Gómez Gila
Capítulo 10 Hiperlipidemias
J. Uberos, A. Muñoz, A. Molina, J. Maldonado
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Endocrinología Infantil
Capítulo 11 Obesidad
J. M. Fernández, J. Murcia, J. Gómez-Vida, M. Sánchez,
G. Escames Rosa
Caso 4º Glucogenosis
Caso 6º Hipertiroidismo
AUTORES Y CENTROS
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Endocrinología Infantil
Autores y Centros
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Autores y Centros
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Endocrinología Infantil
Autores y Centros
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PRIMERA PARTE
Temas de
Endocrinología Infantil
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Endocrinología Infantil
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El crecimiento y sus trastornos
CAPÍTULO I
EL CRECIMIENTO Y SUS TRASTORNOS
J.M. Fernández, M. Molina, J. Uberos, A. Muñoz
Introducción
El crecimiento se puede definir como un complejo proceso biológico a
través del cual los seres vivos aumentan su masa corporal y maduran morfoló-
gicamente adquiriendo al final del proceso un desarrollo completo de su capaci-
dad funcional. El crecimiento en los seres pluricelulares requiere la existencia
de factores reguladores, es decir del equilibrio en el medio interno entre factores
estimulantes o auxinas y factores inhibidores. Por el contrario en los organismos
filogenéticamente mas simples, como las células procariotas, la regulación del
crecimiento la efectúa el propio medio interno a través de la disponibilidad de
nutrientes; además el crecimiento en estos organismos hace referencia sólo a un
fenómeno de hiperplasia, es decir aumento del número de células.
El crecimiento y el desarrollo se refieren tanto al proceso de transforma-
ción del óvulo fecundado hasta un individuo adulto por el aumento del número
de células (fenómeno de hiperplasia), como a un aumento en el tamaño de las
mismas (fenómeno de hipertrofia). El crecimiento en la especie humana sigue
un ritmo muy lento, que desde la concepción va en desaceleración, ya que cada
vez es menos rápido. El término crecimiento es cuantitativo, indica aumento de
tamaño, mientras que el de desarrollo es cualitativo e indica diferenciación y
maduración de órganos.
Entre los factores que influyen en el crecimiento y desarrollo cabe citar:
a) Factores genéticos: Se incluyen aquí factores familiares, sexo, raza.
b) Circunstancias gestacionales.
- Madres añosas o jóvenes (talla más pequeña).
- Primogénitos.
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Endocrinología Infantil
18
El crecimiento y sus trastornos
Fig. 1.1.
19
Endocrinología Infantil
Fig. 1.2.
distinguirse cuatro periodos de crecimiento claramente diferenciados: a) Un
primer periodo o prenatal en el que ocurre la transformación de una célula
pluripotente (zigoto) en un organismo pluricelular diferenciado (recién nacido),
durante este periodo la regulación es autocrina y paracrina, siendo tanto el aporte
de nutrientes a través de la placenta como la secreción de insulina, factores regu-
ladores de primer orden. El ritmo de crecimiento es muy intenso, alcanza su
máximo a las 16 semanas para la longitud y las 30 semanas para el peso y la cir-
cunferencia del cráneo. Este crecimiento es fundamentalmente a expensas de la
multiplicación celular. b) Desde el momento del nacimiento y hasta los 2 años, se
sigue un periodo de crecimiento en desaceleración exponencial y que se reco-
noce como la primera infancia, el modelo matemático que mejor se ajusta a este
tipo de crecimiento es una función exponencial. La talla del nacimiento es de
50 cm (+/- 2DE) y aumenta un 50% al final del primer año, lográndose en ese
momento una talla de unos 75 cm. En el segundo año la talla aumenta 12 cm.
Por su parte, el peso durante el primer semestre aumenta unos 20 gramos/día
y durante el segundo semestre aumenta 15 gramos/día, duplicándose el peso al
nacimiento hacia el quinto mes y triplicándose al año. En el segundo año se
aumenta 2,5kg (disminuye también el incremento ponderal). El perímetro cefá-
lico al nacimiento es de unos 34 cm (+/- 2DE) y aumenta 12 cm el primer año
y 2,5 cm el segundo. c) La siguiente fase de crecimiento denominada segunda
infancia o prepuberal, esta comprendida entre los 3 años y el inicio de la puber-
tad. El modelo matemático que mejor la define es una función polinómica de
segundo grado, se trata de un periodo de crecimiento lento y uniforme, única-
mente hacia los 7-8 años se observa un ligero aumento de la velocidad de creci-
miento. La talla aumenta de 6 a 8 cm/año, el aumento de peso es de 2 kg/año. d)
20
El crecimiento y sus trastornos
Fig. 1.3.
21
Endocrinología Infantil
Tabla 1.2.
22
El crecimiento y sus trastornos
Fig. 1.3.
23
Endocrinología Infantil
Tabla 1.4.
Tabla 1.5.
24
El crecimiento y sus trastornos
Tabla 1.6.
25
Endocrinología Infantil
Tabla 1.7.
2) Estado nutricional.
a) Relación peso/talla. Llamado también índice nutricional (IN). Rela-
ciona el peso y la talla del paciente con la media para su edad y sexo. Si el IN
es <90, indica malnutrición. Si encontramos valores comprendidos entre 90-110,
se considerará normal. Si sus cifras son entre 110-120, indica sobrepeso. Valo-
res >120, reflejan una situación clara de obesidad. Para su cálculo se emplea la
siguiente expresión:
Peso actual
Talla actual
I.N.=-----------------x 100
Peso medio
Talla media
26
El crecimiento y sus trastornos
Peso
I.Q.=--------------
Talla2
27
Endocrinología Infantil
Fig. 1.4.
28
El crecimiento y sus trastornos
29
Endocrinología Infantil
el mejor pronóstico en cuanto a la talla final se obtiene cuando; no existe una gran
discordancia entre la edad ósea del paciente y la edad cronológica, ni tampoco
entre la talla de los padres, además es bastante más segura si la edad del paciente
es superior a los seis años. Entre los métodos que se aplican en la actualidad los
más interesantes son los siguientes:
30
El crecimiento y sus trastornos
ciente de correlación de las distintas edades, entre la talla final y la altura en decú-
bito, peso, talla media de los padres y edad ósea según el atlas de Greulich y Pyle.
3.- Método de Tanner - Whitehouse (TW-2). Se basa en una ecuación de
regresión que relaciona altura, edad cronología, edad ósea según el método RUS -
TW2, los incrementos de talla, la edad de la menarquia y la talla definitiva. Final-
mente decir que el Prof. M. Hernández y cols. han publicado un grupo de pro-
gramas informáticos “ PREDICTA “ para el cálculo de la talla diana por los tres
métodos anteriores, pero utilizando estándares de maduración ósea en la pobla-
ción española, lo que disminuye el probable error.
Hipocrecimiento
Se define el hipocrecimiento como una talla en un momento dado inferior
a 2 desviaciones estándar (DE) respecto a su edad y sexo. Ante una situación de
este tipo debería hablarse de talla baja, en lugar de emplear el término “nanismo”
por las connotaciones despectivas que el mismo conlleva. Procediéndose en cada
caso a realizar, una minuciosa historia clínica y examen físico, y en función
de las características del paciente y su historia personal y familiar los siguientes
estudios: a) Talla de los padres. b) Edad ósea. c) Talla sentado. d) Medición
de los pliegues cutáneos. e) Medición de los miembros inferiores. f) Valoración
del desarrollo sexual. g) Cariotipo. h) Puebas de función tiroidea. i) Determina-
ción de cortisol. j) Determinación de hormona de crecimiento. k) Radiografía de
cráneo. l) Radiografía del esqueleto completo. m) Morfología y funcionalismo
renal. n) Estudio de función digestiva. Estudios que en cada caso se valora de
forma individualizada y permite como consecuencia de la información que se va
obteniendo proseguir el estudio en un caso concreto. En la (Fig.- 1.5), se presenta
un algoritmo con la secuencia de pasos a seguir (Argemí)
31
Endocrinología Infantil
Fig. 1.5.
32
El crecimiento y sus trastornos
1. Armónicos
A.- De comienzo prenatal (Tabla 1.8)
Tabla 1.8.
33
Endocrinología Infantil
Tabla 1.9.
34
El crecimiento y sus trastornos
35
Endocrinología Infantil
36
El crecimiento y sus trastornos
2. Disarmónicos
A este grupo pertenecen las displasias óseas. Son anomalías primarias del
hueso y cartílago. Se clasifican en tres grupos:
a) Defectos de huesos tubulares y columna vertebral. En este grupo des-
taca la acondroplasia, la displasia diastrófica, la displasia espondiloepifisaria con-
génita, los raquitismos y la osteogénesis imperfecta, entre otros.
b) Desarrollo desorganizado del cartílago y componentes fibrosos del
esqueleto.
c) Osteolisis idiopática.
Hipercrecimientos
Se considera hipercrecimiento a la existencia de una talla en un individuo
por encima de +2DE o por encima del percentil 97, respecto a la media para su
edad y sexo. Se trata de un trastorno mucho menos frecuente que el hipocreci-
miento. Es importante diferenciar las tallas altas que son variantes de la normali-
dad de las tallas altas patológicas. Los gigantismos, como también se les conoce,
se asocian a síndromes malformativos, neoplasias y alteraciones sistémicas. El
crecimiento desproporcionado de una parte del cuerpo se denomina gigantismo
parcial o hipercrecimiento dismórfico. En la (Fig.- 1.6) mostramos un algoritmo
útil para estudiar de una forma secuencial los pasos a seguir en un caso determi-
nado (Argemí). Seguidamente vamos a describir los estados de hipercrecimientos
más importantes en el niño:
37
Endocrinología Infantil
Fig. 1.6.
38
El crecimiento y sus trastornos
Hipercrecimientos patológicos
1. Por alteración factores determinantes
Pueden deberse a una alteración de los factores determinantes o factores
genéticos. Pueden transmitirse siguiendo una herencia poligénica o multifactorial
o una herencia mendeliana o no ser hereditarias y transmitirse al azar. Si excep-
tuamos la obesidad idiopática familiar todos los demás son dismórficos y suelen
tener riesgo de neoplasias asociadas. Distinguimos los siguientes grupos:
- Obesidad idiopática familiar. Hay obesidad moderada con talla superior
a la media, a diferencia de las obesidades de origen neuroendocrino que
cursan con talla baja. En la edad prepuberal muestran una aceleración de la
velocidad de crecimiento y de la maduración ósea y sexual aunque al final
la talla es normal. Presenta un patrón de herencia poligénico.
- Síndromes dismórficos con hipercrecimiento. El crecimiento excesivo
se asocia a rasgos dismórficos y aceleración de la maduración ósea. Las
causas de origen genético más importantes se enumeran en la (Tabla 1.10)
- Cromosomopatías que cursan con hipercrecimiento:
- Síndrome de Klinefelter: Se debe al exceso de uno de los cromosomas
X en el varón. La fórmula genética habitual es 47XXY. Presenta una
incidencia 1/1000 varones recién nacidos. Se suelen diagnosticar en
la pubertad ya que en la infancia sólo se evidencia retraso mental y
alteraciones en el comportamiento. Fenotípicamente al llegar la puber-
tad se caracterizan por tratarse de niños altos, delgados, hábito eunu-
coide, miembros inferiores largos, testículos hipoplásicos, ginecomastia
y esterilidad. Son además anomalías frecuentes la criptorquidia, hipos-
padias y pene corto. Si el número de cromosomas X es superior a dos el
cuadro clínico es más pronunciado.
- Varones XYY. Tienen la misma incidencia que el Klinefelter, y son
fenotípicamente parecidos. Esta alteración se ha relacionado frecuente-
mente con manifestaciones agresivas, impulsivas y antisociales.
- Cromosoma X frágil. Asocia retraso mental, macrogenitalismo y ano-
malías faciales como pabellones auriculares amplios.
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Endocrinología Infantil
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El crecimiento y sus trastornos
Síndrome de Marfan
Síndrome de Achard
Tabla 1.11. Síndromes relacionados con alteración de los factores efectores del patrón
de crecimiento.
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Endocrinología Infantil
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El crecimiento y sus trastornos
Bibliografía
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Galdó A, Cruz M. Tratado de exploración clínica en Pediatría. Ed. Masson. Bar-
celona. 1995
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Endocrinología Infantil
44
Retraso de crecimiento no orgánico
CAPÍTULO II
RETRASO DE CRECIMIENTO NO ORGÁNICO
A. Muñoz, G. Galdó, C. Ruiz, A. Molina, J.M. Fernández, J.A Molina
Introducción
Bajo los términos de Retraso de Crecimiento de Causa no Organica
(RCNO) se incluyen una serie de trastornos que afectan fundamentalmente al cre-
cimiento, desarrollo y comportamiento infantil. En la literatura ha recibido nom-
bres tan dispares como: síndrome de carencia afectiva, deprivación emocional,
deprivación materna, fracaso de crecimiento ambiental, nanismo por depriva-
ción, hiposomatotropismo reversible, hipopituitarismo transitorio, nanismo psi-
cosomático, nanismo por abuso, retraso de crecimiento de origen psicosocial,
hospitalismo, mas recientemente síndrome de Kaspar Hauser, asi como diversas
combinaciones entre ellos. Esta diversidad terminológica se debe al momento en
que cada autor describe sus experiencias, área de conocimiento en que ejerce
su actividad, edad del niño, frecuencia y duración de la separación materna,
presencia o no de una sustituta materna y la existencia de contactos parentales o
ausencia total de estos, así como a la inexistencia de un criterio ecléctico que base
la descripción de los trastornos en un concepto integral del niño, capaz de aunar
la esfera biológica, psicológica y social. Actualmente el término mas utilizado es
el de Retraso de Crecimiento Psicosocial, término que engloba todos los casos
en los que la existencia de una estatura baja o un retraso de la pubertad durante
la infancia y en la adolescencia se asocian con una carencia afectiva y/o abuso
psicosocial, y para el cual no existe otra explicación posible. Es también de uso
común el término anglosajón “Failure to thrive” que, si bien incluye los retra-
sos de crecimiento tanto de causa no orgánica como orgánica, en la práctica se
aplica a los casos de naturaleza no orgánica. Es frecuente la distinción por parte
de muchos autores entre este término y el de nanismo psicosocial para referirse,
45
Endocrinología Infantil
Factores predisponentes
Al tratarse de un proceso complejo en el que participan variables diversas
e incontroladas, es difícil delimitar
bien las causas del mismo, pero,
con fines didácticos si es intere-
sante describir una serie de fac-
tores, relacionados entre si, que
han sido citados de alguna manera
en el desarrollo de la enfermedad.
(Fig.-2.1).
46
Retraso de crecimiento no orgánico
47
Endocrinología Infantil
48
Retraso de crecimiento no orgánico
dores por parte de cada autor, en el fondo todos pretenden expresar lo mismo.
De hecho en la línea psicoanálitica Freud define la pérdida del objeto amoroso
durante las primeras etapas de la vida, que puede conducir a trastornos emo-
cionales que se caracterizan por un estado de ánimo profundamente doloroso,
cese del interés por el mundo exterior, pérdida de la capacidad de amar, inhibi-
ción de todas las funciones y una importante disminución del amor propio. En
cambio Ajurriaguerra llama a esta situación como desaferentización de afectos,
definiendo las aferencias como el conjunto de estímulos que vienen del exterior y
son capaces de enriquecernos y permitir la formación, organización y desarrollo
de la personalidad. Estas situaciones de privación, desaferentización o carencia
afectiva, se dan igualmente en otras especies animales, como han demostrado
Harlow y Lorenz . Seva refiere que la díada materno-filial forma un círculo con
mutua interacción, en el que el recién nacido actúa sobre la madre modificando el
afecto que ella misma le dirige. De todos los trabajos revisados , es el de Bowlby
el más completo y revolucionario. En su obra Los cuidados maternos y la salud
mental, resume sus conclusiones afirmando que: Existe una relación específica
entre privación durante los primeros años de la existencia y el desarrollo de un
carácter psicopático y antiafectivo inclinado a la delincuencia habitual y extre-
madamente dificil de tratar. A pesar de la advertencia del propio Bowlby, ha
habido autores que han exagerado la situación afirmando que cualquier separa-
ción entre el niño pequeño y la madre da lugar necesariamente a una grave priva-
ción afectiva. Los trabajos de Lewis, Goldfarb y Fisher demuestran que algunos
niños pueden superar estos inconvenientes en el desarrollo de su personalidad.
3.- La privación encubierta. Ya fué claramente referido por Mead la
importancia que tiene la dinámica afectiva del niño en su entorno. Heuyer habla
del “hospitalismo intrafamiliar” para designar el cuadro que presentan niños pri-
vados de la presencia y afecto cotidiano dentro de su propia familia. Se podría
considerar -en algunos casos- carencia afectiva legal, la situación vivida por algu-
nos niños cuando la madre trabajadora ha de dejarlos solos a partir del tercer
mes , por tener que incorporarse a sus obligaciones laborales. Lo mismo sucede
cuando existe o se produce una separación matrimonial. El propio Bowlby ya
mencionó la existencia de una especial situación que llamó privación parcial
para definir la existencia de niños que vivían en sus hogares con sus padres, pero
las relaciones de afecto eran insuficientes. Hay autores como Bakwin y Glaser
que llaman la atención sobre el deletéreo papel que tiene la existencia de unas
malas relaciones padre-hijo sobre el desarrollo afectivo del niño, pudiendo en
algunos casos alcanzar la importancia de la gran deprivación maternal señalada
49
Endocrinología Infantil
por Bowlby. En el núcleo familiar además pueden darse situaciones claras de pri-
vación enmascarada o privación encubierta por razones muy diversas como el
trabajo materno, determinados hábitos familiares, el tipo de relaciones existente
entre los padres, excesiva dedicación a la televisión, etc, las cuales pueden des-
encadenar en los niños cuadros clínicos tan importantes como los desarrollados
por la privación afectiva. Además como han descrito varios autores puede pre-
sentarse igualmente un “síndrome de retraso ambiental” en niños que viven
en hogares íntegros, y que parece estar relacionado con una ternura maternal
insuficiente, o una escasez de estímulos por parte de la madre hacia el niño, lo
cual puede traducirse según estos autores en un cuadro parecido al del retraso
mental sin lesión cerebral evidenciable no atribuible a ninguna otra causa apa-
rente. En estos casos, si se modifica la relación y esta pasa a ser satisfactoria, con
una madre sustituta o su propia madre, las manifestaciones pueden desaparecer.
En definitiva este tipo de privación mas encubierta y de mas difícil detección y
atención, es merecedora de una mayor atención en todos los sentidos.
Prugh y Horlow indican que existen al menos dos formas de percibir
al niño y relacionarse con él. En la primera, el niño tiene para el progenitor un
significado específico pero anómalo, que da lugar a una relación en la que el
niño no esta considerado como una individualidad integra por derecho propio,
sino mas bien como la respuesta a las necesidades, deseos y sentimientos de los
padres, con la consiguiente insatisfacción de las necesidades afectivas de aquél;
esta situación recibe el nombre de relación anómala. Pueden servir como ejem-
plos de este concepto las siguientes situaciones teóricas: 1) La madre o el padre
pueden ser incapaces de percibir al niño como un ser independiente de sí mismos
y tratarle en consecuencia con escasa consideración - o sin atención ninguna- a
sus necesidades. En casos extremos el progenitor puede llegar a una confusión
absoluta sobre la identidad del niño y éste llega a estar esencialmente indiferen-
ciado de aquél. Casos menos graves, pero aún muy patológicos, se presentan
cuando existe una relación según la cual las necesidades de los padres no pueden
quedar satisfechas mas que a través de la satisfacción de las del hijo y viceversa,
lo que da lugar a la llamada relación simbiótica o complementaria. 2) En otros
casos, aunque percibe al niño como persona independiente, el progenitor reac-
ciona según sus propias necesidades. Los padres pueden percibir al niño de una
manera irracional y deformada, no sólo por el fenómeno de la identificación,
sino por determinadas actitudes básicas, valores o normas adquiridos o por otros
aspectos de sus experiencias previas. Hay una segunda forma de percepción del
niño por los padres, susceptible de conducir a desarrollos patológicos, en la que
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Retraso de crecimiento no orgánico
el niño carece de una significación específica para sus padres, éstos están tan abs-
traidos en sus preocupaciones- transitorias o duraderas- que no pueden dar a su
hijo el afecto necesario, o expresado de otra manera, no pueden desempeñar su
misión como padres; a este segundo caso se le llama relación insuficiente. Cons-
tituyen ejemplos de este tipo de relación: 1) Situaciones en las que los padres en
razón de perturbaciones temperamentales o de tendencias psicóticas o neuróticas
profundas, son incapaces de crear una relación íntima con el niño, independien-
temente de las cualidades de este, la madre puede tener una personalidad fría y
retraída, con escasa o ninguna capacidad de entregarse afectivamente al niño. Los
padres pueden estar tan ocupados en sus necesidades narcisistas o en sus placeres
que quede excluida cualquier intimidad afectiva con el niño, incluso en el caso
de que se le prodiguen los cuidados físicos necesarios. Otras veces, los factores
dependientes de la situación y relacionados con los problemas reales de cada
día pueden producir trastornos psicológicos en los padres, que a su vez influyen
negativamente sobre el desarrollo del niño.
En cada caso en concreto intervienen múltiples factores y la privación encu-
bierta sólo será uno mas de los factores adversos que rodean al niño. Pero en
conjunto se pone nuevamente de manifiesto que aunque pueda existir una buena
atención física, unas deficientes relaciones padres-hijo pueden dar lugar a diversos
cuadros clínicos entre ellos el denominado por Bowlby como “carácter inafectivo”
En situaciones de privación encubierta sobre todo las que aparecen como consecuen-
cia de un contacto insuficiente entre madre-hijo, otra mujer de la familia e incluso el
propio padre pueden proporcionar unas relaciones sustitutivas adecuadas.
d) Factores individuales. Es evidente que no todos los niños son igua-
les, y la propia individualidad se va a expresar igualmente en su capacidad para
afrontar situaciones adversas . Klein afirma que la forma de reaccionar del niño
en el momento de la privación está estrechamente relacionada en el futuro con la
actitud ante la privación de una persona querida. En la relación de afecto mutuo,
por parte del niño pueden existir diferencias innatas o adquiridas en su capacidad
de reacción , que influyen en la recompensa o satisfacción que reciba la madre.
La forma en que el niño vive la experiencia de privación esta a su vez condicio-
nada por la edad del niño. En este sentido han sido referidas las siguientes parti-
cularidades: a) La mayoría de los trabajos aceptan que la separación de la madre
durante los 2 ó 3 primeros meses, si al niño se le proporciona una madre sustituta
adecuada rara vez trastornará la dinámica del niño. b) Posteriormente, segundo
trimestre del primer año, cuando el niño está en condiciones de establecer una
relación objetiva definida con la madre, puede ser mas nociva y producir tras-
51
Endocrinología Infantil
tornos como los descritos por Spitz y Wolf como depresión anaclítica. c) Un
periodo especialmente vulnerable parece ser el segundo semestre del primer año
de vida, cuando el niño empieza a diferenciarse de la madre y a formar una
imagen corporal primitiva, aunque dentro de unas relaciones de gran dependen-
cia. Algunos estudios indican que pueden ser consecuencias de este periodo : el
retraso de crecimiento, retraso mental, dificultad para establecer relaciones obje-
tivas íntimas, incapacidad para conseguir la diferenciación del yo. d) La separa-
ción que se produce entre el primer y cuarto año, produce efectos nocivos sobre
todo en la capacidad para establecer relaciones objetivas íntimas y en circunstan-
cias especialmente desfavorables puede aparecer una importante regresión, difi-
cultad para contener los impulsos, retraso o anomalías en el desarrollo del ego,
etc. e) La separación después de los cuatro años parece ser menos nociva, el niño
posee una mayor independencia, sus excursiones a la realidad son mas acertadas
y su capacidad para formar relaciones objetivas esta mas solidamente establecida.
Probablemente porque en un gran número las causas de ingreso en la institución
son múltiples y estos a su vez representan vivencias familiares no deseables para
la vida del niño (Tabla 2.1)
e) La institucionalización. Un apartado especial merece la instituciona-
lización como etapa final de una situación negativa vivida por el niño en alguno
de los aspectos que hasta ahora se han venido considerando. Se sabe desde prin-
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Retraso de crecimiento no orgánico
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Endocrinología Infantil
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Retraso de crecimiento no orgánico
Mecanismos patogénicos
Hasta el momento no ha sido posible explicar mediante mecanismos fisio-
patológicos convincentes como se pasa de una situación , en principio psicoló-
Fig. 2.2. y Fig. 2.3. Análisis comparativo tras el paso de una década en niños acogidos
en los mismos centros, se puede apreciar como los indicadores nutricionales, antropo-
métricos y del desarrollo experimentaron una considerable mejoría.
55
Endocrinología Infantil
gica, hasta las graves alteraciones que estos niños pueden llegar a manifestar.
Una posible explicación a esta carencia se puede relacionar con : 1) La aceptación
de que diferentes tipos de deprivación (perceptiva, social, biológica y psicoló-
gica) tienden a acompañarse mutuamente. 2) El reconocimiento de que las expe-
riencias comprendidas bajo el término de “deprivación materna” son complejas,
y se ha tendido a considerar, tanto a éstas como a sus consecuencias, como un
síndrome que cabe examinar en conjunto .3) La ausencia de estudios longitudi-
nales con una selección de variables psicológicas, sociales, biológicas y clínicas
bien definidas y grupos de trabajo mas homogéneos. 4) El tratarse de un problema
ciertamente complejo tanto en su estudio como en su interpretación.
Como ya subrayó Yarrow , no es probable que se registren grandes progre-
sos hasta que se diferencien las variables básicas, indiscriminadamente combina-
das bajo el término de “deprivación materna” y se determinen los efectos por
separado. Entre las aportaciones realizadas hasta el momento se pueden destacar
diversos mecanismos que probablemente participen de forma desigual en cada
caso y pueden en el inicio del cuadro o en su desarrollo estar presentes con mayor
o menor protagonismo.
a) Hipótesis nutricional. Esta hipótesis se fundamenta en la creencia de
que la falta adecuada de nutrientes es el elemento inicial capaz de desencadenar
todos los trastornos que se describen en estos niños. Esta situación puede haber
sido en determinados casos el factor primario- al que se unirían otros-, de todas
formas en casos concretos y en otras épocas probablemente la falta de aporte
nutricional, junto a la falta de actividad física, inapetencia etc, que presentaban
estos niños debió jugar un importante papel en el desarrollo de la enfermedad.
Pero el transcurrir de los tiempos ha venido a demostrar que este factor , ni es el
único presente ni justifica por si mismo las consecuencias del cuadro. Concepto
que esta muy en consonancia con las afirmaciones de Clements al señalar que
la nutrición del niño es un acontecimiento complejo de factores culturales, emo-
cionales y bioquímicos. Así como las de -Bychkow que relaciona estrechamente
factores nutricionales con el estrés emocional o psicoafectivo. Quizás el ele-
mento clave de esta hipótesis radique en la valoración que se haga en cada caso
en función de la edad del niño, puesto que es conocido que, la existencia de un
bajo peso para la talla se encuentra en sólo un 60 % de los casos cuando el niño
es mayor, mientras que en la época de la lactancia éste va a ser el parámetro más
afectado, y el crecimiento lineal se deteriorará si los factores causales se prolon-
gan.
La controversia sobre el papel de la nutrición en el desarrollo del RCNO
56
Retraso de crecimiento no orgánico
Pliegues:
Subescapular 53.53+/-24.71 43.37+/-29.81 2.63 0.01
Tricipital 59.37+/-19.48 31.63+/-26.59 8.48 0.001
Bicipital 42.49+/-22.36 27.70+/-25.25 4.41 0.001
Suprailíaco 41.83+/-21.54 21.50+/-24.41 6.29 0.001
57
Endocrinología Infantil
58
Retraso de crecimiento no orgánico
59
Endocrinología Infantil
60
Retraso de crecimiento no orgánico
Fig. 2.5. Respuesta neuroendocrina a una situación de estrés mantenido: niños con
síndrome de carencia afectiva (derecha), niños normales (izquierda) y con retraso de
crecimiento no orgánico (parte central. Muñoz-Hoyos A, Molina A, Ruiz C, J.M. Fer-
nández, Galdó G y Molina J.A. Síndrome of affective disorders and non organic failure
to thrive. Psychopathological and neuroendocrinological considerations.
Fig. 2.6. Concentraciones de ACTH en suero de ratas recién nacidas a los 10 y 18 días
de vida tras la separación de las madres (Pihoker C, et al. Psyconeuroendoology 18:
485-492.1993.
61
Endocrinología Infantil
Fig. 2.7. Perfil secretor de 5-HT en niños con síndrome de carencia afectiva (derecha),
niños normales (izquierda) y con retraso de crecimiento de causa no orgánica (parte
central). Agustín Sainz. Tesis Doctoral. Universidad de Granada.
Fig. 2.8. Excreción urinaria de catecolaminas en niños con síndrome de carencia afec-
tiva en relación a un grupo de referencia. Agustín Sainz. Tesis Doctoral. Universidad
de Granada.
62
Retraso de crecimiento no orgánico
Fig. 2.9. Mecanismos de citotaxis y citotoxicidad inducidos por óxido nítrico. Moncada
S and Higgs A.: Mechanisma of disease. N Engl J Med 27:2002-2012.1994.
Fig. 2.10. Papel del óxido nítrico sobre la potenciación a distancia de la actividad
neuronal. Moncada S and Higgs A.: Mechanisma of disease. N Engl J Med
27:2002-2012.1994.
63
Endocrinología Infantil
Manifestaciones clínicas
Las consecuencias del proceso se pueden manifestar a distintos niveles,
dependiendo la mayor o menor expresión clínica de diversos factores como ; la
edad del niño, la duración del conflicto afectivo, el nivel económico y cultural de
la familia, la relación madre/niño, características psíquicas de la madre y tempe-
ramento del niño. En la Clasificación Internacional de Enfermedades C.I.E. de
64
Retraso de crecimiento no orgánico
Fig. 2.14. Eje funcional NE-Hipotálamo-GH. Uhde, T.: Clin Psychiatry 55:6(S).1994.
65
Endocrinología Infantil
la O.M.S. se hace referencia en sus números 313 y 315 a como pueden presen-
tarse secundariamente a una deprivación afectiva y sin que medie causa orgánica:
ansiedad y miedo, sentimientos de inferioridad y tristeza, perturbaciones de las
emociones de la niñez y adolescencia, hipersensibilidad, timidez, retraimiento
social, retraso del desarrollo, retraso selectivo de la lectura, retraso selectivo en el
cálculo arítmético, dificultades para el aprendizaje, y retraso motor (Fig.-2.16).
Trastornos que como vamos a señalar se han ampliado a un rico cortejo clínico
con una clara expresión sobre la esfera orgánica.
66
Retraso de crecimiento no orgánico
Fig. 2.17. y Fig. 2.18. Evolución de peso y talla en tres hermanos tras la adopción,
gráficas correspondientes a dos niños y a una niña.
67
Endocrinología Infantil
68
Retraso de crecimiento no orgánico
vas son distintas según la edad y los caracteres tipológicos de los sujetos, los
cuales necesitarán estímulos más o menos importantes, o de diversas caracterís-
ticas, para mantener un cierto equilibrio emocional. De hecho algunos estímulos
pueden ser insuficientes pero compensados por la recepción de otros, también
pueden ser suficientes en cantidad pero no en calidad, y pueden ser aparente-
mente válidos cualitativa y cuantitativamente, pero inadecuados en relación con
el momento en que son recibidos. Cuanto menor es la edad del niño, menos
fijada tiene la organización de su personalidad y mayor es la posibilidad de pro-
ducir trastornos reaccionales, y mayor la influencia de los acontecimientos y
su entorno. En el “sindrome de abandono afectivo” se fija de forma precoz un
comportamiento reactivo ante una realidad que impide la estructuración de la
personalidad por las vías normales del crecimiento armónico, esta fijación des-
encadena un comportamiento en el que se dan cita dependencias exageradas,
agresividad latente, así como repliegue sobre sí mismo. La incapacidad para la
respuesta afectiva, no sólo se detecta en niños que carecieron de atención materna
desde su nacimiento, sino también en niños que recibieron cuidados durante los
dos primeros años y fueron adoptados al finalizar el segundo año de vida. La
ruptura de la armonía a esta edad puede hacer difícil o aún imposible la respuesta
afectiva posterior. Una carencia afectiva más tardía, cuando el niño ya se ha bene-
ficiado de los efectos de la comunicación y ha creado las bases de su evolución,
puede producir fenómenos regresivos o esquemas deformados de organización.
Spitz considera que los primeros 8 meses de vida son decisivos, de tal
forma que si el niño no goza durante esta etapa de una figura materna permanente
(madre real o sustituta), se produce un desequilibrio psíquico y emocional que
puede incluso conducirle a la muerte. El niño inicialmente es incapaz de diferen-
ciarse del medio ambiente. Esto junto a la existencia de un umbral de percepción
muy elevado protegen al niño de los estímulos externos. Spitz denominaría a esta
situación “estado preobjetal”. Hacia el segundo o tercer mes aparece la sonrisa
69
Endocrinología Infantil
como reacción ante una señal y no como reacción ante una persona. Es el “estado
del objeto precursor”, siendo a partir de este momento primordial la presencia
de la madre, para un satisfactorio desarrollo posterior. Seguidamente las capaci-
dades de percepción se perfeccionan, el niño es capaz de distinguir a las perso-
nas conocidas de las desconocidas, reaccionando negativamente ante las últimas;
esto constituye para Spitz la primera manifestación de angustia, “angustia de
los 8 meses” Estos hallazgos condujeron al autor a la descripción de la llamada
“depresión anaclítica” en lactantes separados de su madre, siendo condición
indispensable una buena relación previa con ella. Una vez separados de ella estos
niños presentan un cuadro progresivo, cuyo grado está en relación con el tiempo
de separación. Al mes de separación hay un retraso global del cociente de desa-
rrollo, con excepción del sector “relación social”; son llorones, exigentes y se
abrazan al observador. A los 2 meses presentan signos de huida del ambiente,
angustia ante la proximidad de cualquier persona, pérdida de apetito, disminu-
ción de peso y detención del cociente de desarrollo. A los 3 meses la detención se
convierte en regresión, con retroceso del cociente de desarrollo, rechazo de todo
contacto humano, insomnio, disminución de la motilidad, disminución grave
del peso y disminución de la inmunidad (distrofia y disergia). En el caso de
que el niño retorne con su madre entre los 3 y 5 meses de separación, los trastor-
nos sufridos regresan rápidamente. A partir de los 5 meses de separación, el pro-
ceso se hace irreversible, llegando el niño a permanecer en posición de decúbito
supino durante mucho tiempo, facies rígida e inexpresiva, coordinación ocular
defectuosa, aparición de espasmos y movimientos atetoideos, siendo en esta fase
la mortalidad muy elevada por procesos infecciosos.
Bowlby por su parte refiere que a partir de los 6-9 meses de vida la priva-
ción prolongada o aguda del cuidado materno o la separación brusca de la figura
materna habitual y durante los 3 primeros años tiene, a menudo, pero no necesa-
riamente, consecuencias muy graves sobre el desarrollo del niño. La observación
de niños en un marco institucional ofreció las bases para establecer la siguiente
secuencia de respuestas 1.- De protesta, que caracteriza la ansiedad de separa-
ción. 2.- De desesperación, consecuencia de la aflicción y dolor por la pérdida del
ser querido. 3.-De desapego, como respuesta final del niño como medida defen-
siva. Sus observaciones le llevaron a postular su tesis: “El estado de seguridad,
ansiedad o zozobra de un niño o adulto es determinado, en gran medida, por la
accesibilidad de su principal figura de afecto”.
d) Efectos sobre la personalidad y sociabilidad. La misma carencia afec-
tiva no tiene iguales efectos en distintos niños, lo que para uno puede suponer un
70
Retraso de crecimiento no orgánico
intenso trauma capaz de detener su desarrollo, para otro puede acelerar su capa-
cidad de adaptación y podrá incluso superarlo y adaptarse. Si no ha habido cohe-
rencia y afecto en la forma en que han sido presentados al niño gratificaciones y
frustraciones por quienes le rodean en sus primeros años, el desarrollo exitoso de
su personalidad se verá comprometido.
El comportamiento social es una extensión de la función mental hacia sis-
temas organizados de relaciones humanas, sea en el círculo familiar, o en grupos
más amplios, cualquier alteración de esta función mental repercutirá en la sociali-
zación. El niño institucionalizado se ve en la necesidad de adaptarse a los objetos
usuales y a desenvolverse solo, por ello se repliega sobre sí mismo.
En cualquier edad la falta de cariño, seguridad o protección, produce alte-
raciones emocionales que incluyen dificultad para establecer comunicación con
los demás, depresión, apatía y retraso del desarrollo. Estos niños son sensibles
al rechazo y tienden a retraerse o a pelear. La carencia afectiva hace que se
rechaze todo lo que suponga expresividad de lo afectivo, y que se refugie en la
soledad, por lo que refuerza el primitivo estado o sentimiento de abandono. El
comportamiento de estos niños oscila desde la fanfarronería a la timidez, pero
siempre presentan incapacidad para la respuesta afectiva. Un elemento orientador
del diagnóstico del sujeto carencial es la triada sintomática: angustia, agresividad
y falta de autoestima.
Consecutivas a la privación de afecto son las alteraciones psicorreactivas.
Las reacciones simples más precoces son de naturaleza afectiva, el niño muestra
apatía, distanciamiento, tristeza, se hace lloroso o muestra oposición activa. Si se
mantiene la situación, los niños activos se hacen obstinados, se escapan y caen
finalmente en el abandono; los niños más pasivos se tornan deprimidos y cohibi-
dos, retrayéndose en sí mismos. Las situaciones de tristeza, apatía y depresión
son mucho más negativas para el niño que la rebelión porque este último modo
de reaccionar implica lucha e intento de sobrevivir. Las mentiras son frecuentes
en estos niños, debido al sentimiento básico de inseguridad que albergan y a la
necesidad de ser aceptados y queridos.
En el manual de diagnóstico de los trastornos mentales de la Asociación
Americana de Psiquiatría se refleja como la carencia de afecto es capaz de con-
ducir, sin que medie causa orgánica, retraso mental o autismo; llanto débil, sueño
excesivo, falta de interés por el ambiente, hipomotilidad, mediano tono muscular,
respuesta de aislamiento, débil coordinación, pérdida de peso, pérdida de talla,
escasa participación en los juegos y poca capacidad para la respuesta social.
A menudo forman parte del cuadro clínico las conductas anormales en la
71
Endocrinología Infantil
Formas clínicas
En función de la edad del niño varios autores han reconocido dos situa-
ciones diferentes, tanto por sus repercusiones clínicas y futuras, como por la pre-
sencia de diferencias en los estudios realizados. Una, a la que llaman Tipo I, se
presenta en niños menores de dos años y presentan evidencias claras de un déficit
nutricional y baja talla, muy en consonancia con la denominación de síndrome
de falta de medro. En estos casos no han sido demostrados déficit en la secreción
de GH y suelen recuperarse bien cuando reciben suficientes aportes calóricos.
El perfil psicológico de la madre suele ser complejo, con frecuentes historias de
conflictos afectivos o familiares. Y otro al que llaman Tipo II, que se presenta en
niños de mayor edad, en ellos hay un mayor protagonismo del componente psi-
cológico derivado de unas malas relaciones familiares, a veces incluso son objeto
de abusos y malos tratos. En este tipo hay autores que han referido déficit de GH
en algunos niños.
Por otra parte, no debemos olvidar que las condiciones de vida actuales
están permitiendo que determinados niños vivan en un mundo excesivamente
limitado, en el que sus posibilidades de relación se limitan en primer lugar a la
72
Retraso de crecimiento no orgánico
Fig. 2.19. Distribución de los síntomas hiperfágicos totales en grupos de niños remi-
tidos al hospital (de hogares de acogida) y otros seleccionados en la comunidad con
baja talla sin causa conocida. Skuse D. Et. al.: A new stress-related síndrome of growth
failure and hyperphagia in children, associated with reversibility of growth-hormone.
Lancet 348: 353-358.1996.
73
Endocrinología Infantil
Diagnóstico
La valoración completa de un niño que presenta una situación de depriva-
ción afectiva es un tanto compleja, puesto que va a requerir analizar cada una de
las facetas que se fueron describiendo en el apartado de manifestaciones clínicas,
en cambio parece relativamente asequible establecer el diagnóstico de RCNO
cuando la evolución y repercusiones del proceso ya han dado lugar a las manifes-
taciones mas relevantes. En este sentido, deben considerarse en las etapas inicia-
les otras causas de retrasos de crecimiento, las cuales se descartarán con relativa
facilidad , por los diferentes patrones de crecimiento con algunas causas, como
las que figuran en la (Fig.- 2.20), o mediante la aplicación del algoritmo diag-
nóstico de los hipocrecimientos presentado en el capítulo 1. Finalmente y ante
la sospecha de un RCNO deberán tenerse en cuanta las siguientes considera-
ciones: 1.-Valoración somatométrica: Talla, Peso o ambos inferior al percentil
tres. 2.-Ausencia de enfermedad sistémica o causa orgánica que justifique la
situación. 3.-Presencia de signos clínicos de deprivación; aspecto corporal, com-
portamiento, sociabilidad, etc. 4.-Presencia de unas condiciones sociales des-
74
Retraso de crecimiento no orgánico
favorables, sobre todo las descritas entre los factores predisponentes. Ante la
conjunción de estos factores, se puede establecer el diagnóstico de RCNO, pero
este es un diagnóstico de presunción puesto que no existe ninguna manifestación
o examen complementario que permita establecerlo de una forma definitiva. La
confirmación sólo es posible realizarla en aquellos casos en los que se produce
una adopción o un cambio en las condiciones familiares o afectivas del niño,
cuando desaparecen los factores desfavorables se va a experimentar una recu-
peración paulatina de las manifestaciones que se han descrito, si bien hay que
advertir que determinados aspectos de la privación (repercusiones sobre la esfera
psico-afectiva, personalidad y sociabilidad) pueden dejar a estos niveles secuelas
a largo plazo de difícil valoración.
Exámenes complementarios
En la búsqueda de explicaciones que justifiquen las manifestaciones clíni-
cas descritas, se han realizado numerosos estudios, deduciéndose del conjunto
de los mismos que ninguna prueba o dato analítico es específico y las variaciones
que se han encontrado no sólo no son constantes, sino que algunas de ellas se han
descrito sólo en casos aislados. Recogiéndose diversos grados de anemias ferro-
pénicas, probablemente en relación con el estado nutritivo del niño y otros facto-
res digestivos e inmunitarios. Green y col han referido un déficit en la secreción
de GH tras estímulo farmacológico en el 50% de sus casos, circunstancia no
corroborada por otros autores, este mismo autor ha constatado una frecuente dis-
minución de la Somatomedina-C. En algún caso aislado ha sido referida una
discreta hipofunción tiroidea, pero en la mayoría de los casos los niveles de
tiroxina son normales. Ha sido comunicado así mismo un déficit en la secreción
de ACTH y cortisol seguramente relacionado con el patrón de respuesta a una
situación de estrés mantenido, posibilidad en la que debe participar la disminu-
ción de las Beta-endorfinas. En algunos casos en los que se produce un retraso
en el desarrollo puberal, se puede encontrar paralelamente una disminución en el
nivel de las gonadotrofinas circulantes. Además ha sido encontrada una dismi-
nución de ciertos metabolitos del triptófano muy relacionados con la depresión
y la teoría indoleamínica de los trastornos afectivos, como sucede con los bajos
niveles circulantes de serotonina y melatonina.
Pronóstico
En general, el pronóstico de un niño diagnosticado de un RCNO debe ser
en principio reservado , debiéndose considerar como factores de mal pronóstico:
75
Endocrinología Infantil
Tratamiento
Con independencia de algunas actuaciones puntuales en casos concretos,
el único tratamiento efectivo debe ser la creación de un entorno y ambiente afec-
tivo adecuado al niño, lo que conlleva serias deficultades, pero para lograrlo es
necesario observar al niño bajo una óptica bio-psico-social, debiéndose organizar
una intervención adecuada a cada caso en la que se consideren: a) Un buen diag-
nóstico de la situación , las circunstancias que le rodean y las consecuencias de
la misma. En ello deben participar pediatras, psicólogos, pedagogos, enfermeras,
abogados y trabajadores sociales. b) Lograr una definición precisa de la situación
legal del menor, evaluándose las posibilidades de cambio de entorno o adopción,
las cuales en estos casos deben adquirir una mayor prioridad. c) Establecer un
plan de actuación sanitaria en el que se corrijan los déficits detectados tras un
correcto examen clínico y de laboratorio, prestándose especial atención a la situa-
ción nutritiva, existencia de anemias, carencias vitamínicas, nivel de inmuniza-
ciones, etc.d) Diseñar una terapia psicológica que defina los trastornos afectivos
y del comportamiento y sirva de base para afrontar las dificultades presentes y
futuras. e) Valorar el grado de instrucción y adaptación escolar para crear una
infraestructura de apoyo específico que le permita adquirir la formación propia
de su edad.
76
Retraso de crecimiento no orgánico
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Retraso de crecimiento no orgánico
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Endocrinología Infantil
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Retraso de crecimiento no orgánico
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Endocrinología Infantil
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Adenohipófisis
CAPÍTULO III
ADENOHIPÓFISIS
J. Uberos, M. Molina, J.M. Fernández, A. Muñoz
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Endocrinología Infantil
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Adenohipófisis
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Endocrinología Infantil
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Adenohipófisis
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Endocrinología Infantil
Hipocrecimiento hipofisario
Debido a la posibilidad de un tratamiento hormonal sustitutivo, este tipo de
trastornos, han adquirido en la actualidad un gran interés. Se deben a una secre-
ción reducida o alterada de GH o por alteraciones a nivel periférico (receptores).
La GH induce en los condrocitos del cartílago, en los fibroblastos y en otros tipos
celulares la síntesis de factores de crecimiento insulin-like (IGFS) (Fig.-3.3). Los
IGFS circulan en plasma unidas a proteínas específicas y no hay formas libres
circulantes. Sus niveles plasmáticos dependen de la edad, nutrición y de la GH.
88
Adenohipófisis
89
Endocrinología Infantil
El déficit clásico se debe a una falta de respuesta tras dos pruebas de esti-
mulación de GH. Hay formas transitorias de déficit de GH como ocurre en el
retraso constitucional del crecimiento relacionado con una secreción retrasada de
hormonas sexuales.
90
Adenohipófisis
3. Formas adquiridas
Tumores del SNC: craneofaringioma, disgerminoma, hamartoma, astroci-
toma, glioma, ependimoma y meduloblastoma entre los más frecuentes.
Tratamiento de tumores extracerebrales: leucemias, linfomas y tumores sóli-
dos. Sobre todo si la dosis de radioterapia es superior a 1500 Gy y la edad
inferior a 4 años.
Traumatismos craneales.
Infecciones del SNC.
Enfermedades granulomatosas. Histiocitosis. Malformaciones vasculares.
4. Alteraciones funcionales de la secreción de la GH.
Obesidad. Cushing. Hipotiroidismo.
Diabetes mellitus. Celiaquía. Insuficiencia renal.
Anorexia nerviosa. Síndrome de carencia afectiva.
Clínica
La característica principal del hipopituitarismo en la infancia es el retraso
del crecimiento con proporciones corporales normales; mas adelante se harán
patentes otras alteraciones como fallo en el comienzo del desarrollo puberal. En
la valoración de los problemas del crecimiento es importante la determinación de
la edad ósea mediante radiografías de la mano izquierda del niño, al igual que el
cuidadoso registro de la talla y el peso. También esta indicada la valoración de
la silla turca mediante TC o RNM para descartar la presencia de calcificaciones
y tumores. En el 10-20 % de los niños con deficiencia hipofisaria de GH la silla
turca es anormalmente pequeña. De todas formas en algunas formas clínicas se
pueden encontrar algunos matices clínicos diferenciadores:
1) Hipocrecimiento hipofisario por déficit aislado idiopático o heredita-
rio de GH
El niño nace con un peso y longitud normales pero la velocidad de cre-
cimiento es muy lenta (menos de 7 cm/año) en los tres primeros años y menos
de 4,5 cm/año desde esa edad hasta la pubertad). El percentil de crecimiento es
inferior al percentil 3. Fenotípicamente presenta aumento de grasa en abdomen
91
Endocrinología Infantil
Diagnóstico
1) Hipocrecimiento hipofisario idiopatico o hereditario por déficit de
GH
La determinación basal de GH tiene escaso valor, sólo si es mayor de 10
ngr/ml descarta el origen hipofisario del hipocrecimiento. Son necesarias prue-
bas de estímulo de liberación de GH, utilizándose estímulos fisiológicos como el
sueño, ejercicio, alimentación proteica, o estímulos farmacológicos como insu-
lina, arginina, glucagón, clonidina y l-dopa. El diagnóstico de déficit de GH
exige realizar dos de estas pruebas , a excepción del período neonatal en el que
sólo es suficiente una. En los niños en estadio puberal, si la primera prueba pre-
senta escasa respuesta de GH se recomienda dar hormonas sexuales (testosterona
en varones y estrógenos en mujeres durante tres días) y valorar la respuesta de
secreción de GH. Importante valor tiene la monitorización durante 24 horas de
los picos de GH; en condiciones normales el número de picos es de 6-8 y se debe
valorar la amplitud de los mismos. Pero los picos varían de un día a otro y esta
técnica está resultando menos útil de lo que se creía.
La prueba de selección suele ser el ejercicio físico. Se determina la GH tras
20 minutos de ejercicio físico. Como alternativa puede hacerse la del propra-
nolol asociado a ejercicio físico. Consiste en administrar 2 horas antes del
ejercicio propranolol y tras el ejercicio valorar niveles de GH. La prueba de con-
92
Adenohipófisis
93
Endocrinología Infantil
Tratamiento
1) Déficit aislado idiopatico o hereditario de GH
Se basa en la administración precoz de GH biosintética. La dosis utilizada
es de 0,5-0,7 UI/Kg/semana en el prepúber y 0,7-1 UI/Kg/semana en el púber.
La dosis debe ser diaria, subcutánea y nocturna. A los tres meses se estudia la
función tiroidea pues este tratamiento puede ser causa de un hipotiroidismo sub-
clínico. Cada seis meses se realiza un control de hemograma, bioquímica, sedi-
mento, determinación de anticuerpos anti-GH y de IGF-1. Así como valoración
de la respuesta al tratamiento mediante velocidad de crecimiento, maduración
ósea y pronóstico de talla. El tratamiento debe mantenerse hasta el cierre del car-
tílago epifisario que se corresponde con una edad ósea de 15 años en las niñas y
de 16 años en los niños. El tratamienmto se abandonará si se observa que el pro-
nóstico de talla no mejora o si la velocidad de crecimiento no se incrementa más
de 2 cm/año respecto a la velocidad previa. Si el tratamiento no es tardío cabe una
talla final no muy alterada. Si no hay respuesta debe valorarse la posibilidad de
diagnóstico erróneo, déficit de otras hormonas hipofisarias, hipocrecimiento tipo
A, o hipocrecimientos periféricos.
2) Déficit de GH asociado, idiopatico o hereditario
Al tratamiento con GH deben añadirse las otras hormonas hipofisarias
deficitarias. Es preferible administrar ACTH a corticoides. Si éstos se usan, será
a dosis mínima (hidrocortisona a 10 mgr/m2/día) si existiera deficiencia corticoi-
dea. Los andrógenos están indicados en varones con edad ósea de 12-13 años
y déficit múltiple, y los estrógenos en chicas con edad ósea de 10.5 años. La
hormona tiroidea se usa a dosis de 4 microgramos/Kg/día.
3) Déficit por lesión hipotálamo-hipofisaria
Se debe hacer el tratamiento etiológico y secundariamente la terapia susti-
tutiva.
94
Adenohipófisis
Etiología
La pubertad precoz es más frecuente en niñas que en niños (2-5:1) y la
lesión causante suele ser benigna en niñas de mas de 6 años, no detectándose
causa orgánica que la justifique en el 80% de los casos; las pacientes con edad
inferior a 4 años frecuentemente asocian lesiones del SNC (hamartomas). En el
60 % de los casos registrados en varones se halla una enfermedad orgánica sub-
yacente. Podemos distinguir las siguientes causas:
1.- Idiopática. 70%. Esporádica. Familiar.
2.- Lesiones del SNC.
- Tumores.
- Postinflamatoria.
- Posttraumática.
- Postradiación.
- Enfermedades degenerativas (atrofia cerebral difusa, esclerosis tube-
rosa, síndrome de McCune-Albright).
La pubertad precoz asociada a la displasia fibrosa poliostótica y la pig-
mentación café con leche conforman la tríada clásica de la niña que presenta el
síndrome de McCune-Albright; en estas pacientes el eje hipotálamo-hipofisario
suele presentar un estadio prepuberal, explicándose la maduración sexual por los
quistes de ovario.
Clínica
95
Endocrinología Infantil
Diagnóstico
Se basará en la exploración física buscando los signos puberales. En los
varones el aumento de los testes y en las niñas el aumento de las mamas y
la pubarquia. Se realizará exploración neurológica buscando sintomatología de
lesiones del SNC. La radiografía de la muñeca valorará la edad ósea, la radiogra-
fía de cráneo valorará la situación de la silla turca. Asimismo son útiles la TC y
la RMN cerebral. Para finalizar se procederá al estudio hormonal:
1. Gonadotrofinas: en la SPPV los valores son normales ó ligeramente ele-
vados.
2. Test de GnRH: en la PPV proporciona una respuesta de tipo puberal ó
aumentada.
3. Esteroides gonadales: están aumentados.
La evaluación de laboratorio debe incluir la b-HCG y las concentraciones
séricas de estradiol, testosterona, sulfato de deshidroepiandrosterona, 17-hidroxi-
progesterona, hormona luteinizante (LH), hormona foliculostimulante (FSH) y
prolactina. Los estudios de diagnóstico por la imagen deben incluir una radiogra-
96
Adenohipófisis
fía de la mano y la muñeca izquierdas para determinar la edad ósea, así como una
ecografía pélvica y suprarrenal. En todos los casos de precocidad están indicadas
la RNM o la TC del cerebro. La pubertad precoz independiente de gonadotropina
puede demostrarse al establecer unas respuestas prepuberales a la administración
exógena de GnRH. Una respuesta puberal a la prueba de estimulación con GnRH
es útil para evitar la laparotomía exploradora en las niñas con grandes quistes de
ovario.
Tratamiento
1) Pubertad precoz verdadera. Se usan distintos tipos de fármacos.
a) Progestágenos: acetato de medroxiprogesterona. A dosis de 100-300
mgr/ 2 semanas (IV). Produce regresión de los signos puberales pero su acción
sobre la maduración ósea y desarrollo somático es escasa.
b)Antiandrógenos: acetato de ciproterona. A dosis de 70-150 mgr/m2/día
(VO).
c) Agonistas GnRH: actualmente de elección. Al cabo de una o dos sema-
nas reducen la FSH/LH, anulan la respuesta a la estimulación con GnRH, dismi-
nuyen los esteroides gonadales, disminuye la GH y las somatomedinas aunque
suelen conservar la talla final. Dosis: 1) Análogo triptorelina- 60 microgr/Kg/
mes. 2) Análogo leuprorelina- 300 microgr/Kg/mes.
Es siempre necesario un tratamiento psicoterápico, evitando bajo vigilan-
cia los abusos sexuales y posibles embarazos en niñas.
2) Pubertad precoz independiente de gonadotropinas. Los antagonistas
androgénicos (p. ej., espironolactona, 1,5 mg/kg/d fraccionados en 3 tomas (VO),
o acetato de ciproterona, 75-100 mg/m2 fraccionados en 3 dosis) mejoran los
efectos del exceso de andrógenos. El agente antifúngico ketoconazol, 30 mg/kg/d
p.o. fraccionados en 2-3 tomas, reducirá la testosterona en los varones con un
funcionamiento de la célula de Leydig independiente de gonadotropina. La tes-
tolactona, un inhibidor de la aromatasa, a dosis de 20-40 m/kg/día (en 4 dosis),
reducirá el estradiol sérico y tratará eficazmente a las niñas afectas del síndrome
de McCune-Albright. La exéresis de los tumores productores de hormonas, espe-
cialmente de los tumores celulares de la granulosa en las niñas, que es la neopla-
sia ovárica más frecuente, es curativa. Sin embargo, es necesario un seguimiento
prolongado para detectar la recidiva en el ovario contralateral. La exéresis es tam-
bién una opción para las diversas neoplasias que provocan pubertad seudoprecoz
en los varones, aunque por desgracia suelen asociarse a elevadas tasas de morta-
lidad.
97
Endocrinología Infantil
Pubertad retrasada
Se considera que existe pubertad retrasada ante la presencia de un adoles-
cente varón que no presenta un aumento del tamaño testicular hacia los 13.5 años
o bien cuando transcurren más de 5 años entre el inicio del crecimiento de los
genitales y su desarrollo completo. En las mujeres, hablamos de pubertad retra-
sada ante la ausencia de desarrollo mamario a los 13 años o bien un intervalo de
tiempo mayor de 5 años entre el inicio del crecimiento de las mamas y la menar-
quia.
Etiología
Las principales causas de pubertad retrasada son el retraso constitucional,
que se presenta en adolescentes con antecedentes familiares del mismo proceso;
los trastornos congénitos, que incluyen los trastornos genéticos (como el sín-
drome de Turner en las mujeres y el síndrome de Klinefelter en los varones) y los
defectos asociados a síndromes como el síndrome de Kallman, Laurence-Moon-
Biedl, Prader-Willi, entre otros; los procesos patológicos del SNC, en especial de
la hipófisis, con la consiguiente disminución de gonadotropina; y las enfermedades
crónicas, como diabetes mellitus, insuficiencia renal crónica y mucoviscidosis.
Clínica
Al llegar a la pubertad se aprecian síntomas de hipogonadismo. En algunos
varones veremos criptorquidia bilateral, micropene y en las niñas hipoplasia de
labios menores. Pasada la edad puberal el paciente toma proporciones eunocoi-
des. A estas alteraciones debe añadirse, en los casos de panhipopituitarismo, la
clínica por déficit de otras hormonas hipofisarias. En los exámenes complemen-
tarios destacan los niveles bajos de gonadotropinas, sin respuesta al estímulo con
GnRH. Tras estímulo con hGC hay una respuesta inferior a la esperada, por parte
del testículo, pero mayor que en los hipogonadismos de origen gonadal. El diag-
nóstico diferencial se plantea siempre con el retraso constitucional de la puber-
tad.
Tratamiento
Se utilizan diversos fármacos:
1. GnRH- en hipogonadismos hipotalámicos.
2. hGC, HMG, FSH- en hipogonadismos hipofisarios.
3. Esteroides gonadales- desarrollan los signos puberales pero no consi-
98
Adenohipófisis
guen fertilidad.
Patología tumoral hipofisaria
1) Craneofaringioma
No es un tumor de la hipófisis, pero se incluye en este grupo por su locali-
zación (silla turca) y su origen en remanentes embrionarios relacionados con la
formación de la hipófisis (restos celulares de la bolsa de Rathke). Se considera
como un tumor benigno de crecimiento expansivo. Es el tumor más frecuente de
la región supraselar en niños. No metastatizan ni infiltran el tejido vecino. Tienen
un crecimiento lento.
La sintomatología clínica es secundaria a la lesión de estructuras próximas:
tercer ventrículo (hidrocefalia), quiasma y tractos ópticos (afectación visual),
hipotálamo (diabetes insípida). La cefalea y vómitos son derivados de la hiper-
tensión intracraneal, que son los primeros síntomas. Los trastornos visuales que
se producen por compresión del nervio y quiasma óptico, disminuyen la agudeza
visual y el campo visual; siendo lo más frecuente la hemianopsia bitemporal. Los
trastornos endocrinos incluyen disminución de la GH, TSH, FSH/LH, ACTH y la
ADH. Pueden observarse además síntomas diversos de disfunción hipotalámica
que afectan tanto a termorregulación como los centros de la saciedad.
Las terapias para el tratamiento de craneofaringioma incluyen cirugía y
radioterapia convencional externa, y en determinados casos, radiocirugía estero-
táxica o irradiación intracavitaria. En general, cada una de estas modalidades ya
sea sola o en combinación, tiene la capacidad de lograr una tasa alta de control
de la enfermedad a largo plazo en la mayoría de los pacientes. El debate se centra
en la morbilidad relativa de cirugía versus radioterapia. También se ha informado
del tratamiento de tumores císticos con quimioterapia intracavitaria.
2) Adenoma hipofisario
Comprenden alrededor del 10% de los tumores intracraneales y predomi-
nan ligeramente en adultos jóvenes y en varones. Los adenomas pueden dividirse
en secretores (funcionantes) o no secretores (no funcionantes). Las hormonas
que pueden secretar son GH (gigantismo o acromegalia), ACTH (síndrome de
Cushing), TSH (hipertiroidismo), PRL (Síndrome de Forbes-Albright: adenoma
hipofisario + galactorrea + amenorrea), FSH y LH. Pueden comprimir estructuras
adyacentes ocasionando hipopituitarismo secundario o pérdida de campo visual
por lesión del quiasma óptico. En algunas ocasiones forman parte del síndrome
de adenomatosis endocrina múltiple, que asocia otros tumores en glándulas como
99
Endocrinología Infantil
3) Carcinoma hipofisario
Raros tumores con capacidad de metastatizar. Pueden ser no funcionantes
o funcionantes (sobretodo de ACTH). El tratamiento requiere la combinación de
cirugía, radioterpia y quimioterapia.
100
Adenohipófisis
Bibliografía
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Endocrinología Infantil
102
Neurohipófisis
CAPÍTULO IV
NEUROHIPÓFISIS
A. Muñoz, M. Molina, J.M. Fernández, J. Uberos
103
Endocrinología Infantil
104
Neurohipófisis
Diabetes insípida
Clínica
La diabetes insípida se caracteriza por la tríada poliuria, polidipsia e
hipostenúria. El cuadro comienza bruscamente y frecuentemente es progresivo.
105
Endocrinología Infantil
El niño elimina gran cantidad de orina tanto durante el día como en la noche
sin diferencias circadianas. Aparece polaquiuria, nicturia y enuresis. Puede haber
signos de deshidratación. La orina es acuosa, incolora y con una densidad entre
1001-1005. No hay pérdida de electrólitos y la diuresis puede ser mayor de 3
L/m2/día.
En consecuencia hay de manera secundaria una gran polidipsia (más de
4 litros/día), estos pacientes beben tanto de día como de noche para mantener
la homeostasis del medio interno. Así, el dato guía es la sed intensa. Si dejaran
de beber se produciría un cuadro de deshidratación intracelular grave que puede
llegar al éxitus.
Si la diabetes insípida es de causa central puede haber sintomatología
acompañante, pudiendo aparecer clínica de déficit de hormonas hipofisarias.
En las formas neonatales ante todo niño con pérdida de peso y deshidrata-
ción hipertónica sin causa aparente debe pensarse en esta etiología para evitar el
retraso psicomotor secundario a la deshidratación grave.
Diagnóstico
El diagnóstico de la diabetes insípida tiene una doble vertiente. Por un
lado el diagnóstico diferencial con otros síndromes poliúricos-polidípsicos y en
segundo lugar un diagnóstico etiológico.
1) Diagnóstico diferencial de los síndromes poliúricos-polidípsicos. Se
basa en la medición de la densidad de la orina, en la prueba de la sed ó del suero
salino hipertónico y en la prueba de la vasopresina.
a) La densidad de la orina baja es orientativa de los siguientes procesos:
diabetes insípida central, la diabetes insípida nefrogénica ó la diabetes insípida
psicógena. Si la densidad de la orina es alta pensaremos en diabetes mellitus ó
hipercalcemia.
b) La prueba de la sed o del suero salino hipertónico es útil para diagnos-
ticar una diabetes insípida central o nefrogénica, en estos casos no observamos
el típico aumento de densidad urinaria tras la prueba. Si por el contrario la orina
aumenta su densidad podríamos hablar de diabetes insípida psicógena o potoma-
nía. La prueba de la perfusión salina hipertónica no es útil en pacientes que no
toleran una sobrecarga salina, por lo que apenas se utiliza en la actualidad.
En la prueba de la sed debe medirse la natremia, la osmolaridad plasmá-
tica, la diuresis minuto y la densidad de la orina. Si la natremia es superior a 148
mEq/l queda excluida la polidipsia primaria o potomanía y no debe realizarse
esta prueba, sino la prueba de la ADH.
106
Neurohipófisis
Tratamiento
Diabetes insípida central: es subsidiaria de tratamiento hormonal sustitu-
tivo. El fármaco de elección es la desmopresina ( 1-desamino-8-D-arginina vaso-
presina ) vía nasal de 2,5-5 microgramos (1-2 veces al día). Se puede usar durante
107
Endocrinología Infantil
el embarazo y su uso puede provocar rinitis crónicas. Las dosis deben ajustarse
individualmente ya que hay bastantes variaciones individuales. Deben vigilarse
las posibles intoxicaciones acuosas.
En la diabetes insípida central parcial podemos usar la clorpropamida a
dosis de 4 mg/Kg/día cada 12 horas. Aumenta la secreción de ADH y su res-
puesta renal aunque produce hipoglucemias sobre todo si se asocia a insuficiencia
de la hipófisis anterior. También se puede usar el clofibrato y la carbamacepina
que pueden estimular la liberación hipofisaria de ADH, aunque presentan efectos
secundarios que limitan su uso. Entre estos fármacos puede haber sinergismo.
Diabetes insípida renal: debe prestarse especial atención a mantener la
ingesta de agua que evite la deshidratación. La dieta debe ser hipoproteica e hipo-
sódica. Están indicados los diuréticos de asa y ahorradores de potasio, que por
efecto paradójico producen mayor reabsorción de agua libre. Los inhibidores de
la síntesis de prostaglandinas, al inhibir la activación de la adenil-ciclasa por la
ADH, potencian la acción de la ADH. Además los corticoides y dosis suprafisio-
lógicas de ADH exógena pueden ser útiles en ocasiones.
Etiología
Cabe distinguir las siguientes posibilidades etiológicas:
A) Agresiones al SNC que por estímulo hipotalámico aumentarían la
ADH:
- Meningitis.
- Encefalitis.
- Hipoxia-isquemia.
- Hemorragias.
- Traumatismos.
- Síndrome de Guillain-Barré.
108
Neurohipófisis
Clínica
Depende fundamentalmente de dos factores. Por un lado de la intensidad
de la retención acuosa y por otro por la rapidez con la que se instaura. Se tolera
peor si la instauración es rápida.
Los síntomas son inespecíficos destacando desde el comienzo la anorexia,
apatía y la hipotonía muscular. Posteriormente aparecerán náuseas, vómitos y
distensión abdominal. Por último, alteraciones neurológicas más severas como
irritabilidad, alteraciones de la conducta, alteraciones de los reflejos osteotendi-
nosos y finalmente convulsiones, coma pudiendo llegar al éxitus. Puede haber
aumento de peso, aunque es típica la inexistencia de edema.
Toda la sintomatología depende de la intensidad de la hiponatremia, siendo
habitual que se solapen los síntomas de la enfermedad de base.
Diagnóstico
Se debe hacer el diagnóstico diferencial con todos los cuadros de hipona-
tremia que a continuación exponemos en la (Tabla 4.1). La osmolaridad, sodio,
urea y potasio en plasma y orina dan las claves diagnósticas en cada caso.
Los criterios diagnósticos de SIADH los podemos resumir en los siguien-
tes puntos:
1) Síndrome de retención hídrica y perdida salina.
2) Hiponatremia e hipoosmolaridad plasmática
3) Hipernatriuria
4) Función renal, adrenal y tiroidea normal
109
Endocrinología Infantil
- Gastroenteritis aguda.
- Nefropatía con pérdida salina.
- Defecto de mineralcorticoides.
- Diuréticos.
- Aporte dietético inadecuado de sodio.
Tratamiento
Hay que buscar la causa etiológica y tratar la hiponatremia. Por ello es
necesario una restricción hídrica del orden de 40 ml/Kg/día en lactantes y de
30-40 ml/kg/día en niños mayores.
Por tanto han de procurarse siempre balances hídricos negativos; recupe-
rándose lentamente la natremia. Es útil a veces el uso de diuréticos de asa (furo-
semida), y una solución de suero salino 1/3 que aporte 40 mEq/L de sodio.
110
Neurohipófisis
Bibliografía
Cruz Hernández M. Tratado de Pediatría . Ediciones Ergon. Madrid. 2001
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111
Endocrinología Infantil
112
Patología de la glándula tiroides
CAPÍTULO V
PATOLOGÍA DE LA GLÁNDULA TIROIDES
J.M. Fernández, M. Molina, J. Uberos, A. Muñoz
113
Endocrinología Infantil
Hipotiroidismo congénito
Etiología
Las posibles causas implicadas en el desarrollo del hipotiroidismo congé-
nito son:
a) Disgenesia tiroidea (80-85%). Más frecuente en niñas que en varones
(2/1). De etiología desconocida. Representada por malformaciones congénitas
del tiroides, destacando la agenesia, ectopia e hipoplasia de la glándula.
b) Dishormonogénesis: consiste en un grupo de defectos enzimáticos en
la vía de síntesis de las hormonas tiroideas. Son trastornos hereditarios autosómi-
cos recesivos. Suele haber consanguinidad y no hay preferencia por un sexo. La
producción defectuosa de hormona tiroidea aumenta la TSH apareciendo bocio
(hipotiroidismo bocioso familiar). Distinguimos los siguientes trastornos:
- Alteración de la respuesta tiroidea a la TSH.
- Alteración de la captación de yoduros por el tiroides.
- Alteración en la organificación del yoduro, más frecuente. El síndrome de
Pendred asocia sordera, bocio e hipotiroidismo como resultado de un defecto a
nivel de la organificación intratiroidea del yodo.
- Alteración del mecanismo de acoplamiento.
- Trastorno en la síntesis, metabolismo o transporte de la tiroglobulina.
- Alteración de la desyodación de la yodotirosina.
c) Hipotiroidismo hipotálamo-hipofisario. La causa es una lesión anató-
mica o funcional hipotálamo-hipofisaria. Este defecto hormonal puede ser aislado
o múltiple afectando a otras hormonas hipofisarias.
d) Resistencia periférica a las hormonas tiroideas. Cursa con niveles ele-
vados de hormonas tiroideas aunque con niveles hormonales elevados de TSH,
cursando con bocio. Es un defecto del receptor.
e) Hipotiroidismo congénito primario transitorio más frecuente en prema-
turos.
114
Patología de la glándula tiroides
Clínica
Los recién nacidos muestran muy poca sintomatología. Revisando histo-
rias clínicas se comprueba que en niños no sometidos a screening, la sintomato-
logía fue tan escasa que no se llegó al diagnóstico hasta pasados unos meses.
En la época neonatal pueden hacerse evidentes somnolencia, problemas
de alimentación, estreñimiento, inactividad, ictericia, hipotonía, hernia umbilical,
macroglosia, piel moteada y seca, fontanela posterior amplia, hipotermia, bradi-
cardia con aspecto general tosco.
En el lactante y escolar destacan dos síntomas, el retraso del crecimiento
y la afectación psíquica y neurológica. Aparece un enanismo disarmónico con
miembros cortos. Es llamativo el retraso en la dentición. El retraso psíquico es
precoz de tal forma que si el tratamiento sustitutivo no es precoz, la deficiencia
mental es obligada, de ahí la importancia del screening neonatal. La intensidad de
los síntomas depende de la intensidad del déficit y de la tardanza en la instaura-
ción del tratamiento. Los síntomas aparecen paulatinamente si no hay tratamiento
sustitutivo, si el tratamiento es tardío revierte la clínica a excepción del retraso
psicomotor.
Signos radiológicos
Las alteraciones radiológicas que podemos encontrar son múltiples, deri-
vadas de la disgenesia hipofisaria y del retraso de maduración ósea. Este dato es
importante en el recién nacido. El recién nacido viene al mundo con el núcleo de
osificación distal del fémur, con el proximal de la tibia y con el del hueso cuboi-
des; el recién nacido con hipotiroidismo congénito carece a menudo de todos
ellos. En las radiografías de cráneo observamos fontanela abierta en niños a cuya
edad debiera estar cerrada, con suturas también abiertas, la base del cráneo mues-
tra una gran densidad y la silla turca está agrandada. En la radiografía de columna
vertebral observamos dobles contornos de los cuerpos vertebrales, muescas en el
115
Endocrinología Infantil
T4 Antitiroglobulina, antimicrosomales
TSH y bloqueantes (a la madre y el niño)
Tiroglobulina
Anticuerpos antitiroideos
Ecografía y gammagrafía tiroidea
Radiografía de rodilla y pie
Estimulación con la TRH de la TSH
116
Patología de la glándula tiroides
117
Endocrinología Infantil
Tratamiento
El fármaco de elección es la levo-tiroxina sódica vía oral cuya dosis variará
en función de la edad y el peso, como media serán necesarios 50 mc/día. La dosis
se ajustará mediante un análisis periódico de la T4 circulante debiendo estar sus
niveles en el límite alto de la normalidad para la edad del niño. (Tabla 5.2).
Hipotiroidismo adquirido
Etiología
El hipotiroidismo adquirido puede aparecer como consecuencia de cual-
quiera de los siguientes procesos.
a) Lesión de la glándula tiroidea: ablación, infiltración por tumores, espe-
cialmente la histiocitosis X, radioterapia. Pero sobre todo destaca por su frecuen-
cia, la tiroiditis de Hashimoto.
b) Trastornos hipotálamo-hipofisario: infecciones, tumores, traumatismos,
accidentes vasculares, radioterapia.
c) Sustancias bociógenas: fármacos o alimentos que inhiben los pasos
metabólicos para la biosíntesis de las hormonas tiroideas. Si la producción de
estas hormonas es insuficiente aparece un bocio compensador que puede ser insu-
ficiente y aparecerá un hipotiroidismo. Entre estas sustancias tenemos antitiroi-
deos, AINE, hipoglucemiantes y alimentos como coles, nabos, zanahorias.
d) Carencia de yodo: Da lugar al bocio endémico: En ocasiones es fre-
cuente el eutiroidismo, en cuyo caso sólo dará lugar a problemas estéticos, o sin-
tomatología por compresión de tráquea o esófago.
118
Patología de la glándula tiroides
Clínica
Los pacientes con hipotiroidismo leve pueden no tener ningún síntoma.
Los síntomas se hacen más importantes a medida que la enfermedad empeora, y
generalmente se relacionan con una disminución del metabolismo corporal. Sín-
tomas frecuentes son; cansancio, debilidad, intolerancia al frío, y estreñimiento.
Otros síntomas de hipotiroidismo incluyen somnolencia, aumento de peso, pér-
dida de pelo, torpor mental, depresión, y aumento de los niveles de colesterol.
Aparece fundamentalmente retraso del crecimiento, obesidad y torpeza mental.
La maduración ósea se detiene. El aumento de peso se debe al mixedema. El
desarrollo sexual se suele retrasar aunque a veces hay signos de pubertad precoz.
Diagnóstico
Para la valoración diagnóstica son importantes observar las siguientes
consideraciones:
a) Si la T4 disminuye y la TSH aumenta: se trata de un hipotiroidismo
primario
b) Si la T4 disminuye y la TSH disminuye: se trata de un hipotiroidismo
secundario o terciario.
Los anticuerpos autoinmune son positivos en la tiroiditis autoinmune y la
gamma-grafia diagnosticará las disgenesias tiroideas así como los trastornos en
las síntesis de hormonas tiroideas. En la anamnesis se puede revelar la ingesta de
sustancias bociógenas.
Tratamiento
Consiste en la administración de L-tiroxina tras la cual se acelera la veloci-
dad del crecimiento, desapareciendo el mixedema y el niño recupera la actividad
física y mental. El hipotiroidismo se puede tratar con éxito, y debe tratarse, ya que
si no se trata, puede llevar a enfermedades graves como cardiomiopatía o insu-
ficiencia cardiaca, así como a una situación gravísima de coma mixedematoso,
que suele desencadenarse por stress, enfermedades concomitantes o cirugía en un
hipotiroideo severo previo, y que hay que tratar hospitalariamente con hormonas
tiroideas intravenosas. Por lo demás, el tratamiento del hipotiroidismo consiste
en la reposición de las hormonas tiroideas con la hormona sintética levotiroxina
(Levothroid®). La cantidad diaria necesaria suele estar en 100-150 microgramos
119
Endocrinología Infantil
(0.1 a 0.15 miligramos). Tras seis semanas de tratamiento, se miden los niveles
hormonas tiroideas y de TSH. El objetivo del tratamiento no es tanto mantener
un nivel normal de hormonas tiroideas, como mantener un nivel normal de TSH,
que es lo prioritario.
Hipertiroidismo
a) Hipertiroidismo congénito
b) Hipertiroidismo adquirido
- Bocio tóxico difuso (Enfermedad de Graves).
- Bocio multinodular tóxico.
- Tiroiditis en fase hipertiroidea.
- Carcinoma tiroideo hiperfuncionante.
- Hipertiriodismo tiroideo por Yodo.
- Hipertiriodismo tiroideo por TSH.
- Tumor hipofisario productor de TSH.
- Síndrome resistencia a las hormonas tiroideas.
- Síndrome McCune - Albrigth
- Hipertiroidismo facticio.
Tabla 5.3. Etiología del hipertiroidismo
120
Patología de la glándula tiroides
SÍNTOMAS SIGNOS
Diagnóstico
La glándula tiroides presenta un aumento difuso de tamaño como puede
apreciarse en la (Fig.-5.2). El corte histológico a bajo aumento presenta folícu-
los tiroideos de tamaño variable, unos muy pequeños sin coloide; otros grandes,
de contorno irregular, revestidos por epitelio cilíndrico, con coloide pálidamente
121
Endocrinología Infantil
acidófilo (tinción de Van Gieson), (Fig.- 5.3). Los datos analíticos son confirma-
torios: a) Si existe clínica sugestiva junto a T3 y T4 altas y TSH indetectable
confirman el hipertiroidismo. b) Los anticuerpos antitiroideos son positivos y
específicamente elevados los anticuerpos antitiroglobulina. c) La gammagrafía
muestra un aumento de captación con un tiroides agrandado. d) El tiroides es
insensible a la TSH - TRH.
Fig. 5.3. Corte histológico a bajo aumento. Folículos tiroideos de tamaño variable,
unos muy pequeños sin coloide; otros grandes, de contorno irregular, revestidos por
epitelio cilíndrico, con coloide pálidamente acidófilo (tinción de Van Gieson).
Tratamiento
Existen tres opciones:
1) Los tireostáticos constituyen el método electivo inicial, los más utiliza-
dos se recogen en la (Tabla 5.5). Consiste en conseguir un eutiroidismo y mante-
ner este tratamiento, hasta que el proceso autoinmune entre en remisión.
Habitualmente el tratamiento antitiroideo se mantiene 1 ó 2 años hasta que
se suprime la función tiroidea y conjuntamente se administra L-tiroxina sustitu-
tiva para evitar hipotiroidismo.
122
Patología de la glándula tiroides
Hipertiroidismo neonatal
Clínica
La enfermedad es generalmente transitoria con una evolución clínica que
dura entre 3 y 12 semanas. Afecta a ambos sexos por igual, se asocia a prematu-
ridad y CIR. Pasadas estas semanas y eliminados los anticuerpos se resuelve la
clínica. En formas graves la mortalidad puede llegar al 25%. Las manifestaciones
123
Endocrinología Infantil
Diagnóstico
El diagnóstico comienza con la vigilancia de la frecuencia cardiaca fetal en
embarazos de riesgos. En el recién nacido son útiles:
1) Historia familiar positiva: todo recién nacido hipertiroideo es hijo de
madre hipertiroidea (activa o no activa, tratada o no).
2) Clínica.
3) Estudio hormonal: Aumenta T3, aumenta T4, disminuye TSH (indetec-
table)
4) Inmunológico: + TRAB en madre e hijo.
Tratamiento
Debe iniciarse en época prenatal administrando a la madre antitiroideos
para mantener la FCF < 160 látidos/minutos. (Tabla 5.7).
En el periodo neonatal pueden utilizarse:
- Lugol: Es una solución de Ioduro potásico (126 mgr I/ml). Se comienza
con la solución de lugol y un antitiroideo, Si en 24-36 horas no hay respuesta al
tratamiento se aumenta la dosis un 50%. Puede ser necesaria la digitalización y
el uso de corticoides así como la sedación del niño.
Actualmente se están utilizando el iodato sódico y el ácido iodopanoico
que disminuye la conversión periférica de T4-T3 y la secreción tiroidea de T4 y T3.
La dosis del ácido iodopanoico es de 500 mgr/72 horas. No es tóxico, no da hipoti-
roidismo y disminuye rápidamente los niveles en sangre de hormonas tiroideas.
124
Patología de la glándula tiroides
Bocio
125
Endocrinología Infantil
Dishormonogénesis
126
Patología de la glándula tiroides
Diagnóstico
Se basará en una buena anamnesis investigando antecedentes familiares,
ingesta de sustancias bociógenas.
- Estudio de la función tiroidea
- Ac antiriroideos
- Ecografía tiroidea
- Gamma- grafía tiroidea con Tc99
- PAAF
- Biopsia del tejido tiroideo
- Estudios enzimáticos
- Test del perclorato
Tratamiento
- Debe ser siempre etiológico, se debe tratar el hipotiroidismo o hipertiroi-
dismo.
- El tratamiento quirúrgico queda reservado a tumores, bocio multinodular,
si fracasa el tratamiento médico o por compresión a nivel local.
- Siempre ante los nódulos tiroideos debe descartarse la presencia de neo-
plasias por PAAF y biopsia.
Cáncer de tiroides
Clínica
Presencia de nódulos tiroideo en un paciente eutiroideo con buen estado
general. El nódulo es duro e indoloro y suele acompañarse de adenopatías loca-
les. La ronquera y la parálisis de la laringe son manifestaciones tardías. Son de
crecimiento lento.
Diagnóstico
- Gammagrafía: nódulos frío o hipocaptantes, si el nódulo es caliente
excepcional que sea tumoral.
- Si el nódulo es frío: PAAF, biopsia, que permitirá conocer la anatomía
127
Endocrinología Infantil
Tratamiento
El tratamiento es quirúrgico si están muy localizados, tiroidectomía subto-
tal. Posteriormente irradiación y L-tiroxina a dosis de 4 mc/Kg/día. La quimiote-
rapia es exclusiva del carcinoma anaplásico.
Tiroiditis
Etiología
- Es más frecuente la forma autoinmune o de Hashimoto.
- Otras etiologías son:
a) Tiroiditis supurada aguda que suele ir precedida de infecciones respira-
torias y cursa con hinchazón, eritema, disfagia e hipersensibilidad local, produ-
cida por gérmenes anaerobios y puede abscesificarse.
b) Tiroiditis subaguda no supurada (Enfermedad de Quervain). Forma
parte de otros procesos como TBC, sarcoidosis, parotiditis o enfermedad por ara-
ñazo de gato.
Tiroiditis de Hashimoto
Es la causa más frecuente de hipotiroidismo adquirido y de bocio no endé-
mico en pediatría. Afecta al 1% de los escolares en la adolescencia y sexo feme-
nino se asocia al HLA DR3 y a enfermedades tiroideas (Enfermedad Graves)
como a otras enfermedades autoinmunes. También en Síndrome de Down y Sín-
drome Turner.
128
Patología de la glándula tiroides
Clínica
El tiroides está aumentando de tamaño de forma simétrica y difusa. El
corte histológico a bajo aumento de tiroides muestra folículos tiroideos peque-
ños, con escaso coloide y células epiteliales foliculares de citoplasma rosado,
abundante. Infiltración linfocitaria intersticial difusa, con formación de folículos
linfoides en los que se reconoce centro germinal (Fig.-5.4). Al inicio del cuadro
puede haber hipertiroidismo para posteriormente instaurarse un hipotiroidismo.
Aunque lo más habitual es un eutiroidismo compensado. Es frecuente la posibi-
lidad de remisión.
Fig. 5.4. Corte histológico a bajo aumento de tiroides con tiroiditis de Hashimoto, se
aprecian folículos tiroideos pequeños, con escaso coloide y células epiteliales folicula-
res de citoplasma rosado, abundante. Infiltración linfocitaria intersticial difusa, con
formación de folículos linfoides en los que se reconoce centro germinal.
Diagnóstico.
Se aprecian la existencia de bocio (80-90%), gammagrafia con patrón tanto
de hiper como hipocaptación. Los anticuerpos antitiroideos (antimicrosomiales)
son positivos. La prueba del perclorato es positiva. La TSH esta aumentada y
existe respuesta aumentada a la TRH.
Tratamiento
Si el pacientes esta eutiroideo no requiere tratamiento. Si existe bocio o
hipotiroidismo esta indicada la administración de L-tiroxina (3,5-4 mc/Kg/día)
unos 6 meses y posteriormente intentar retirarlo.
129
Endocrinología Infantil
talmente (Fig.- 5.5). La edad media del diagnóstico está aproximadamente a los
5 años de vida. Este quiste suele infectarse por Estafilococo aureus y Haemoph-
ilus influenzae. Debe hacerse el diagnóstico diferencial con la ectopia del tiroides
para evitar el hipotiroidismo si se plantease la cirugía. Son más frecuentes las
recidivas.
Fig. 5.5. Corte histológico a bajo aumento de un quiste de la línea media del cuello. Se
observa tejido conectivo fibroso; en el cuadrante inferior izquierdo, un islote de tejido
tiroideo. En la porción central de la mitad superior, una cavidad revestida por epitelio
cilíndrico ciliado.
130
Patología de la glándula tiroides
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131
Endocrinología Infantil
132
Paratiroides y metabolismo del calcio
CAPÍTULO VI
PARATIROIDES Y METABOLISMO DEL CALCIO
J.P. López-Siguero, J.A. Moreno Molina
133
Endocrinología Infantil
134
Paratiroides y metabolismo del calcio
Vitamina D
Se usa el término de vitamina D o calciferol para un grupo de sustancias
liposolubles que tienen la propiedad de prevenir y curar el raquitismo. Existen
dos grupos de sustancias, unas de origen animal y otras de origen vegetal que
se denominan respectivamente, vitamina D3 (colecalciferol) que proviene del
135
Endocrinología Infantil
136
Paratiroides y metabolismo del calcio
Hormona paratiroidea
Las glándulas paratiroides se sitúan en la cara posterolateral de los lóbulos
tiroideos, generalmente dos a cada lado, por encima y por debajo de las arterias
tiroideas inferiores. Contienen dos tipos de células secretoras epiteliales, las célu-
las principales, el tipo predominante y responsable de la formación de la PTH y
una proteína secretora paratiroidea de función desconocida (SP-I); y las células
oxifílicas que podrían representar una forma degenerativa de las anteriores.
La PTH esta formada por una cadena polipeptídica simple de 84 aminoá-
cidos, cuyo tercio amino terminal (residuos 1 a 34) es de vital importancia para
la unión al receptor específico. El gen que la codifica se encuentra en el brazo
corto del cromosoma 11 y sintetiza una molécula precursora de 115 aminoáci-
dos (la pre-pro-PTH) que en el retículo endoplásmico origina la pro-PTH de 90
aminoácidos y sin actividad biológica. A partir de aquí se forma la PTH madura
de 84 aminoácidos que se almacena en los gránulos de las células principales y
se secreta intacta, fundamentalmente ante el descenso del calcio iónico de una
forma muy rápida. El déficit de magnesio disminuye la secreción de PTH, mien-
tras que el 1,25(OH)2 D3 inhibe la transcripción del gen de PTH disminuyendo
así su secreción. En sangre circulante, además de la PTH intacta, se pueden detec-
tar el fragmento carboxi terminal y el fragmento amino terminal, este último con
actividad biológica. Los valores normales de PTH intacta son 15-60 ng/ml.
Acciones biológicas. En el riñón de forma rápida disminuye la reabsorción
tubular de fósforo aumentando la fosfaturia y disminuyendo secundariamente la
137
Endocrinología Infantil
Calcitonina
Es un polipéptido de 32 aminoácidos, con un puente disulfuro, formado en
las células C del tiroides. El gen que codifica su síntesis se encuentra en el brazo
corto del cromosoma 11. Es una hormona hipocalcemiante que actúa sobre recep-
tores de membrana ligados al sistema de la adenilciclasa presentes en numerosos
tejidos, pero fundamentalmente en riñón y hueso. Su secreción se ve estimulada
138
Paratiroides y metabolismo del calcio
Otros factores
Otras hormonas como las tiroideas, esteroides gonadales, glucocorticoi-
des y hormona de crecimiento tienen importantes efectos sobre el crecimiento y
mineralización del tejido óseo.
139
Endocrinología Infantil
140
Paratiroides y metabolismo del calcio
141
Endocrinología Infantil
Hipoparatiroidismo
142
Paratiroides y metabolismo del calcio
Hipoparatiroidismo deficiente
1) Hipoparatiroidismo no familiar:
Hipoparatiroidismo neonatal. Puede ser transitorio (hasta las 8 semanas de
vida), generalmente por inmadurez glandular y permanente, como resultado de
una defectuosa morfogénesis. El síndrome de DiGeorge pertenece a este último
grupo y asocia: aplasia o hipoplasia de timo, defectos cardíacos, HP y fenotipo
peculiar (micrognatia, fisura labial y/o palatina, alteraciones de las orejas, hiper-
telorismo y retraso del crecimiento).
Hipoparatiroidismo post neonatal. Más raro y generalmente autoinmune,
idiopático o secundario a otras lesiones (cirugía, radiación, infiltración maligna).
2) Hipoparatiroidismo familiar:
Hipoparatiroidismo familiar aislado. Muy infrecuente. Diversos tipos de
herencia.
Hipoparatiroidismo familiar asociado a otras anomalías.
3) Hipoparatiroidismo autoinmune:
Suele heredarse de forma autosómica recesiva. Forma parte de la enfer-
medad poliendocrina tipo 1, que asocia: alteraciones glandulares (paratiroides,
corteza suprarrenal, gónadas, etc ), candidiasis mucocutánea crónica y distrofia
ectodérmica (esmalte dental, uñas, pelo, piel). Se suele iniciar con la candidiasis
seguida por el hipoparatiroidismo.
Hipoparatiroidismo resistente
1) Pseudohipoparatiroidismo
Causado por defectos en los receptores a la PTH, especialmente en el
túbulo renal. Se clasifica en:
Pseudohipoparatiroidismo tipo 1. Defecto de producción de AMPc tras
PTH. Estos pacientes se pueden encuadrar en la denominada osteodistrofia de
Albright , que incluye: talla baja, facies redondeada con cuello corto, discreta
obesidad, calcificaciones subcutáneas, acortamiento de los metacarpianos (espe-
cialmente del cuarto), leve retraso mental, calcificación de los ganglios basales y
cataratas lenticulares. Estos niños suelen tener hipocalcemia sintomática alrede-
dor de los 8-10 años.
143
Endocrinología Infantil
Manifestaciones clínicas
Alteraciones neuromusculares: tetania (con espasmos carpopedales, larin-
goespasmo , etc.). Signos de Trousseau (induciendo espasmo carpopedal compri-
miendo el brazo) y de Chvostek (al percutir el nervio facial)
Alteraciones cerebrales: irritabilidad, ansiedad, disminución del rendi-
miento escolar, convulsiones. A veces se observa edema de papila (pseudotumor
cerebri).
Alteraciones cardíacas: prolongación del intervalo Q-T.
Manifestaciones oculares: cataratas, queratoconjuntivitis.
Alteraciones ectodérmicas: piel seca y descamada, pelo quebradizo, uñas
frágiles, hipoplasia del esmalte.
Diagnóstico
Bioquímica: hipocalcemia (< 7 mg). Hiperfosfatemia (> 7-12 mg%).
Hormonas: PTH baja (hipoparatiroidismo), o normal (pseudohipoparati-
roidismo). Administración de PTH exógena (test de Ellsworth-Howard) para
observar aumento o no de AMPc.
Radiología: aumento de la densidad en metáfisis, calcificaciones intracra-
neales.
Electrocardiograma: prolongación del espacio Q-T.
Tratamiento
Agudo: hipocalcemia, gluconato cálcico 10% 9-18 mg/Kg (0,5-1 cc) cada
144
Paratiroides y metabolismo del calcio
Hiperparatiroidismo
Hiperparatiroidismo primario
Es una situación muy rara en la infancia y se puede clasificar según la edad
de comienzo:
1) Hiperparatiroidismo primario neonatal:
En general ocasionado por una hiperplasia paratiroidea y puede deberse a
dos tipos de causas:
- Síndrome de hipercalcemia hipocalciúrica familiar o hipercalcemia
familiar benigna. Herencia autosómica dominante. Existe una insensibilidad al
calcio, tanto en paratiroides como renal. Generalmente es subclínica y de curso
benigno.
- Otras causas: hiperplasia paratiroidea congénita autosómica recesiva,
hiperparatiroidismo neonatal esporádico, adenoma paratiroideo.
Si la situación produce una sintomatología grave se debe realizar una para-
tiroidectomía, seguida de autotrasplante parcial de dichas glándulas.
2) Hiperparatiroidismo primario de la niñez:
Suelen comenzar a partir de los 10 años y es mas frecuente que el neonatal.
Se pueden clasificar en:
- Hiperparatiroidismo familiar. Puede deberse a su vez a: neoplasias endo-
crinas múltiples (NEM): tipo I (páncreas, hipófisis (PRL) y paratiroides), autosó-
mica dominante con gen localizado en el cromosoma 11 (q11.13) y tipo IIa, que
asocia un HP a un carcinoma medular de tiroides (100%) y a un feocromocitoma
(50%). Herencia autosómica dominante.
- Hipercalcemia hipocalciúrica familiar: ya comentada anteriormente.
Hiperparatiroidismo primario con hipercalciuria autosómico dominante: entidad
excepcional.
145
Endocrinología Infantil
Hiperparatiroidismo secundario
Puede existir en los casos de: insuficiencia renal crónica, raquitismo, sín-
dromes de malabsorción, síndrome de Fanconi y acidosis tubular renal.
1) Insuficiencia renal crónica
La hipocalcemia se debe a varias causas, aumento de fosfatos, disminución
de la hidroxilación de la 25(OH) D, resistencia esquelética a la PTH, alteraciones
nutricionales, etc.
En la insuficiencia renal crónica hay diversas alteraciones esqueléticas
(osteodistrofia renal): osteítis fibrosa quística (producida por exceso de PTH),
defecto de mineralización ósea (raquitismo u osteomalacia, según la edad) y una
enfermedad mixta.
El signo más precoz de estas alteraciones óseas es el hipocrecimiento,
acompañado de dolores óseos, deformidades, debilidad muscular, etc.
El tratamiento de la osteodistrofia renal debe ir dirigido al control de: alte-
146
Paratiroides y metabolismo del calcio
147
Endocrinología Infantil
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Patología suprarrenal
CAPÍTULO VII
PATOLOGÍA SUPRARRENAL
C.J. del Valle Núñez, A. L. Gómez Gila
Consideraciones fisiológicas
La glándula suprarrenal consta de dos partes diferenciadas. Una interna, la
médula, y otra externa, la corteza. En la primera se sintetizan adrenalina y nora-
drenalina que son almacenadas en forma de gránulos y liberadas por exocitosis al
torrente sanguíneo. Las células cromafines que constituyen la médula suprarrenal
están bajo control neural, estableciendo sinapsis con las fibras nerviosas, por lo
que pueden ser consideradas neuronas postganglionares sin axones. Ambas hor-
monas son vasoactivas e intervienen en la homeostasis de la glucosa a través de
la glucogenolisis y neoglucogénesis.
La corteza está compuesta de tres tipos de células claramente diferenciadas
y cada una tiene una función distinta. La capa más externa o zona glomerular,
sintetiza aldosterona y su función está regulada principalmente por el sistema
renina-angiotensina, además de por los niveles plasmáticos de K+. La aldoste-
rona, el más potente mineralocorticoide producido por la suprarrenal, está impli-
cada, junto con otras hormonas y el sistema neural, en la regulación del balance
de sodio y de la presión sanguínea. Los otros dos tipos de células constituyen
las zonas fascicular y reticular que producen cortisol y andrógenos respectiva-
mente.
La hipófisis, a través de la secreción de ACTH, controla la actividad de
ambas zonas. Áquella interactúa con la proteína G ligada a los receptores de
superficie de la célula y estimula la producción de cortisol incrementando la esci-
sión de la cadena lateral del colesterol para sintetizar pregnenolona, primer esla-
bón en la síntesis del cortisol. Éste es el producto final de la acción de la ACTH
y ejerce una acción inhibidora directa a nivel hipotálamo-hipofisario para supri-
149
Endocrinología Infantil
150
Patología suprarrenal
desarrollo del vello púbico y axilar y la aparición de una perspiración de tipo adulto.
1) Hiperadrenocorticismo
Los cuadros clínicos originados por una hiperproducción de esteroides
suprarrenales son de cuatro tipos dependiendo del esteroide que, predominan-
temente, es producido en exceso: hipercortisolismo, síndrome adrenogenital
secundario a la hiperproducción de andrógenos, síndrome feminizante por hiper-
producción de estrógenos e hiperaldosteronismo.
a) Hipercortisolismo. Este es un trastorno raro durante la infancia, excep-
ción hecha del originado por la administración exógena de glucocorticoides, a
dosis suprafisiológica y prolongada.
El término de enfermedad de Cushing se reserva para designar el hipercor-
tisolismo de origen hipofisario por hiperproducción de ACTH, que fue el primer
cuadro descrito por Harvey Cushing, secundario a un adenoma basófilo de la
hipófisis. Por el contrario, el término de síndrome de Cushing es aplicado, de una
manera más amplia, a todo cuadro clínico característico causado por una exposi-
ción excesiva a glucocorticoides, bien de origen endógeno o exógeno. El exceso
de secreción endógena de cortisol puede ser debido a una producción ectópica de
ACTH, a una hiperplasia adrenal bilateral nodular o a un tumor adrenal funcio-
nante. También se han descrito tumores productores de CRH que, a través de una
aumentada secreción de ACTH, originarían hipercortisolismo.
Los efectos del exceso de cortisol están resumidos en la (Tabla 7.1). La
obesidad central, la piel fina y frágil con estrías y aparición de equímosis y
hematomas ante mínimos traumatismos por fragilidad capilar, son consecuencia
directa de la hiperproducción de cortisol. En la infancia, el retraso del creci-
miento es un hallazgo característico siendo, junto con la ganancia de peso, el sín-
toma más frecuente y precede con bastante antelación a la obesidad.
Cuando el hipercortisolismo es causado por una elevada secreción de
ACTH se produce, simultáneamente, un incremento en la producción de andróge-
nos y, en este caso, el paciente presenta signos de hiperandrogenismo. También es
151
Endocrinología Infantil
152
Patología suprarrenal
153
Endocrinología Infantil
154
Patología suprarrenal
Hiperaldosteronismo verdadero
1. Hiperaldosteronismo primario:
- Tumor suprarrenal
- Hiperplasia nodular bilateral
2. Hiperaldosteronismo secundario:
- Respuesta fisiológica ante distintas
situaciones patológicas
3. Hiperaldosteronismo hiperreninémico:
- Isquemia renal
- Tumor del aparato yuxtaglomerular
4. Síndrome de Bartter
5. Hiperaldosterismo suprimible con dexametasona
Hiperaldosteronismo aparente
1. Déficit de 11-ß-dehidrogenasa
2. Inhibición de la actividad de la 11-ß-dehidrogenasa
155
Endocrinología Infantil
156
Patología suprarrenal
2) Hipoadrenocorticismo.
La insuficiencia suprarrenal puede ser consecuencia de una anomalía de
las glándulas suprarrenales (insuficiencia suprarrenal primaria) o de una defi-
ciente secreción de ACTH o CRH (insuficiencia suprarrenal central o secunda-
ria). Ambas formas pueden ser debidas a causas congénitas o adquiridas. La
incapacidad de los órganos diana para responder a los esteroides suprarrenales
puede, en raras ocasiones, ser también causa de insuficiencia suprarrenal.
a) Insuficiencia suprarrenal primaria (ISP). Son muchas las causas que
pueden dar lugar a un fallo en el funcionamiento de la corteza suprarrenal (Tabla 7.3).
Formas congénitas. Entre ellas cabe citar en primer lugar las relaciona-
das con un fallo en la diferenciación de la glándula que da lugar a una aplasia o
hipoplasia suprarrenal congénita (HipoSC) de la que se han descrito dos formas:
la hipoplasia de tipo miniatura, con herencia autosómica recesiva, en la que las
glándulas conservan su estructura normal pero son de tamaño muy reducido, y la
157
Endocrinología Infantil
158
Patología suprarrenal
Otras causas de ISP son las ocasionadas por anomalías en la biosíntesis del
cortisol o HSC que serán tratadas aparte, o por anomalías en la disponibilidad
de colesterol, del que derivan todos los esteroides suprarrenales. Dentro de estas
anomalías existe un trastorno familiar, también ligado al cromosoma X, conocido
como adrenoleucodistrofia (ALD). Es una enfermedad progresiva que se mani-
fiesta, habitualmente, al final de la primera década de la vida con desmieliniza-
ción de la sustancia blanca, ceguera, sordera, demencia, tetraparesia y finalmente
la muerte. Es el tipo más frecuente de las enfermedades peroxisomales. En oca-
siones la insuficiencia suprarrenal puede ser la única manifestación de la enfer-
medad. El trastorno bioquímico básico consiste en un incremento, en plasma y
algunos tejidos, de ácidos grasos de cadena muy larga (C24, C25 y C26) causado
por un defecto en la ß-oxidación de estos lípidos a nivel peroxisomal.
Se han descrito otras dos forma clínicas de ALD. Bajo el término de adre-
nomieloneuropatía se distingue una forma menos grave con afectación nerviosa
periférica de tipo polineurítico que debuta en la adolescencia o en el adulto joven,
mientras que la forma de ALD neonatal es una entidad distinta que se hereda con
carácter recesivo autosómico y que se presenta durante el primer año de la vida
con hipotonía, importante retraso en el desarrollo psicomotor y convulsiones. Las
tres formas descritas pueden observarse en el seno de una misma familia.
Otra anomalía que limita la disponibilidad de colesterol es la enfermedad
de Wolman. Es una enfermedad muy rara, de las primeras semanas de la vida,
que se transmite con carácter recesivo autosómico. En ella se produce un acú-
mulo lisosomal de lípidos esterificados como consecuencia de un déficit de lipasa
ácida, una estearasa que hidroliza los ésteres del colesterol y los triglicéridos. Se
manifiesta como una insuficiencia suprarrenal grave con xantomatosis cutánea y
calcificaciones suprarrenales.
Por último, entre las formas congénitas, hay que citar los trastornos origi-
nados por un déficit aislado de mineralocorticoides o de esteroides sexuales.
El primero es causado por un déficit de la enzima aldosintetasa como con-
secuencia de una mutación del gen CYP11B2 que la codifica. Aquella lleva a
cabo la conversión de la deoxicorticosterona (DOC) en aldosterona en tres etapas
enzimáticas: la 11ß-hidroxilación de la DOC para sintetizar corticosterona, una
18-hidroxilación (actividad enzimática también denominada corticosterona meti-
loxidasa tipo I) y, por último, una 18-dehidrogenación (actividad enzimática tam-
bién denominada corticosterona metiloxidasa tipo II) para formar aldosterona. El
debut de la enfermedad puede ser precoz en un lactante que presenta un cuadro
de insuficiencia aislada de mineralocorticoide, siendo los niveles plasmáticos de
159
Endocrinología Infantil
160
Patología suprarrenal
Deficiencia de glucocorticoides.
- Hipoglucemia de ayuno
- Sensibilidad aumentada a la insulina
- Disminución de la acidez gástrica
- Síntomas gastrointestinales (náuseas, vómitos)
- Cansancio
Deficiencia de mineralcorticoides.
- Debilidad muscular
- Pérdida de peso
- Astenia
- Anorexia, náuseas y vómitos
- Ansia de sal
- Hipotensión
- Hiperkaliemia, hiponatremia, acidosis
Deficiencia de andrógenos.
- Disminución del vello púbico y axilar
- Disminución de la libido
Incremento de MSH
- Hiperpigmentación
161
Endocrinología Infantil
162
Patología suprarrenal
100 mg/m2/día. Una vez que mejore la situación clínica del paciente, la dosis se
reducirá gradualmente hasta alcanzar la de mantenimiento en pocos días. Cuando
la dosis diaria de glucocorticoides sea <100 mg se deberá añadir mineralocorti-
coide al tratamiento.
3) Insensibilidad de los órganos diana. Las anomalías a nivel del recep-
tor pueden causar resistencia a los esteroides suprarrenales.
a) Resistencia al cortisol. Se caracteriza por una marcada elevación de los
niveles plasmáticos de cortisol con ausencia de signos cushingoides. Como con-
secuencia de la resistencia de los órganos diana, el cortisol no ejerce su acción de
retrocontrol sobre la ACTH que se encuentra también elevada. Por ello, las vías
de los andrógenos y de los mineralocorticoides que están activadas contribuyen a
ampliar el cortejo sintomático del cuadro.
La hiperproducción de andrógenos es responsable de una pseudopubertad
precoz en el niño, sin apenas repercusión en el varón adulto, y de un hiperandro-
genismo en la niña y mujer adulta. En la vía de los mineralocorticoides se pro-
duce un incremento de los precursores de la aldosterona, DOC y corticosterona,
responsables de la hipertensión, hipokaliemia y alcalosis metabólica. La enfer-
medad es familiar y se transmite de forma autosómica dominante.
Dada que la resistencia suele ser parcial, la administración de altas dosis de
dexametasona puede contribuir a controlar el cuadro clínico, si bien a veces, tam-
bién hay que hacer uso de antiandrógenos y/o antagonistas de los mineralocorti-
coides.
b) Resistencia a la aldosterona. Posiblemente se trata de un grupo hete-
rogéneo de trastornos que clínicamente se manifiestan como una insensibilidad
del riñón a la aldosterona. En la forma descrita originariamente, el cuadro clínico
consistía en un síndrome de pérdida salina con tasas muy elevadas de aldosterona
y ARP, que se corregía con el aporte suplementario de cloruro sódico; después de
los primeros años de vida disminuyen, paulatinamente, las necesidades de sal que
puede llegar a no ser necesaria en algunos pacientes.
Se han descrito dos tipos de transmisión hereditaria: autosómica domi-
nante y autosómica recesiva.
4) Hiperplasia suprarrenal congénita (HSC). Con el término de HSC
se identifica a un grupo de enfermedades hereditarias cuya causa es un trastorno
de la esteroidogénesis suprarrenal. Cada enfermedad es el resultado del déficit de
una de las cinco enzimas necesarias para la síntesis normal del cortisol desde la
molécula precursora, el colesterol (Fig.- 7.2).
La deficiente producción de cortisol, como consecuencia del bloqueo enzi-
163
Endocrinología Infantil
164
Patología suprarrenal
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Endocrinología Infantil
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Patología suprarrenal
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Endocrinología Infantil
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Patología suprarrenal
mediante biología molecular. Se han aislado dos genes (tipo I y II) en el cromo-
soma 1p13 que tienen la misma estructura, si bien los estudios de ambos genes en
casos de déficit de 3ß-HSD permiten afirmar que éste es debido a una mutación
del gen tipo II, que se expresa específicamente en suprarrenales y gonadas. La
ausencia de anomalías en el gen tipo I, que se expresa sobre todo en la placenta y
tejidos periféricos, explicaría las particularidades clínicas y biológicas encontra-
das en las formas clásicas.
3. Déficit de 17-hidroxilasa. El citocromo P450c17 tiene dos actividades
enzimáticas distintas compartidas por las suprarrenales y gonadas: la 17-hidroxi-
lasa cuyo déficit origina una deficiencia en cortisol y esteroides sexuales y, a la
vez, un exceso de mineralocorticoides, y la 17,20-desmolasa cuyo déficit produce
sólo una deficiencia aislada de esteroides sexuales y, por consiguiente, no oca-
siona HSC.
El déficit de 17-hidroxilasa da lugar a que los genitales externos muestren
un fenotipo femenino en ambos sexos, ausencia de desarrollo puberal e hiperten-
sión arterial. El diagnóstico se confirma por la marcada elevación sérica de DOC
y corticosterona. La producción de aldosterona no está bloqueada pero está des-
cendida secundariamente a la supresión de la ARP por el exceso de DOC. La LH
también está muy elevada en ambos sexos por la ausencia de esteroides sexua-
les.
El citocromo P450c17 es codificado por el gen CYP17 localizado en el cro-
mosoma 10q24-25. Los estudios de las mutaciones de este gen parecen indicar
que la expresión fenotípica es proporcional a la gravedad de la afectación enzi-
mática.
Estos tres déficit enzimáticos necesitan siempre tratamiento sustitutivo con
glucocorticoides. Será necesario administrar mineralocorticoides en los casos en
que exista déficit de los mismos (déficit de P450scc y 3ß-HSD). Los esteroides
sexuales se administrarán, para inducir el desarrollo puberal, en aquellos casos en
que estén deficitarios (déficit de P450scc y P450c17).
La reconstrucción de los genitales externos, siempre que sea necesaria, se
hará de acuerdo con el sexo asignado. La mayoría de las veces será en el sentido
femenino, excepto en aquellos casos de déficit de 3ß-HSD con sexo genético XY
en los que fuera posible la reconstrucción de los genitales masculinos.
169
Endocrinología Infantil
170
Patología suprarrenal
171
Endocrinología Infantil
Bibliografía
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172
Gónadas y patología relacionada
CAPÍTULO VIII
GÓNADAS Y PATOLOGÍA RELACIONADA
L. López-Canti, J.M. Fernández García
173
Endocrinología Infantil
Cromosómico XY XX
Cromatínico Masa X (-), masa Y (+) Masa X (+), masa Y (-)
Génico Genes diferenciación tes. (-)
Gonadal Teste Ovario
Gamético Espermatozoides Ovulos
Genital Pene, bolsas, cordón... Trompas, útero, vagina...
Hormonal Testosterona Estrógenos
Somático Sexuales secundarios Sexuales secundarios
Psíquico Conducta viril Conducta femenina
Social Aceptación social Aceptación social
Civil Según Registro Civil Según Registro Civil
174
Gónadas y patología relacionada
175
Endocrinología Infantil
que relacionan el cariotipo con el fenotipo se deduce que debe tratarse de un gen
o genes ligados a los cromosomas X e Y, debido a que su presencia en condicio-
nes normales impide la muerte del embrión y la aparición de las manifestaciones
clínicas del síndrome.
Disgenesia gonadal del síndrome de Turner
Los ovarios se desarrollan con normalidad durante las 12-14 primeras
semanas de la gestación; más tarde, los oocitos degeneran rápidamente y se trans-
forman en tejido conectivo de modo que en el nacimiento o poco después los
ovarios se han transformado en cintillas de tejido fibroso carente de células endo-
crinas y de células germinales.
Fenotipo del síndrome de Turner
Ningún signo ni síntoma, salvo el hipocrecimiento, es constante, pero en
general el conjunto de ellos confieren a la paciente un fenotipo muy caracterís-
tico, que en los casos típicos es suficiente para realizar el diagnóstico. (Tabla
8.3)
Ojos. Muestran a menudo cambios en la posición y la forma de la fisura
palpebral, epicantus, no afectando ello a la función visual; también se presenta
ptosis palpebral, miopía e hipermetropía.
Oídos. La forma de las orejas puede estar afectada con el borde menos
desarrollado de lo normal o las orejas deformadas, sin afectación de la audición,
176
Gónadas y patología relacionada
aunque se han descrito sorderas congénitas laberínticas pero la relación entre ésta
y la enfermedad inicial no ha sido confirmada.
Boca y mandíbula. El paladar muestra típicamente una deformación ojival,
dando lugar a una maloclusión dental.
Piel y apéndices cutáneos. Una característica marcada, especialmente en la
recién nacida y que puede ayudar al diagnóstico, es la inflamación en el dorso de
las manos y de los pies, secundarias al linfedema. Esta inflamación es la secuela
de un trastorno más marcado del drenaje linfático, probablemente secundario a
un mal desarrollo de la unión de la vena cava superior y el ducto linfático princi-
pal. Parece que otras características tales como el pterigium colli y las malforma-
ciones en la región de la aorta, pueden ser el resultado de un mal desarrollo de los
vasos linfáticos. El linfedema tiene tendencia a remitir después del nacimiento.
Algunas pacientes presentan un gran número de nevus pigmentados en el
cuerpo, los cuales son generalmente benignos, pero mostrando a menudo una ten-
dencia a crecer durante la pubertad.
A veces hay un mayor crecimiento del vello corporal, hipertricosis, espe-
cialmente en la superficie extensora del antebrazo, y en contraste con ello puede
haber una alopecia del cuero cabelludo. Las uñas de los pies y en menor grado las
de las manos, son típicamente planas o convexas, en lugar de ser cóncavas.
Región cervical. A menudo el cuello se presenta corto y grueso, impresión
más evidente si hay pterigium colli, característica particularmente típica del sín-
drome de Turner. El pelo tiene una línea de implantación más baja de lo normal,
y los pelos se alinean inicialmente en dirección a la cabeza.
Región torácica. El tórax es más ancho de lo normal. Los pezones están
situados hacia los extremos del tórax, lo que debido a la anchura aumentada del
pecho, da la impresión de una distancia mayor entre las mamilas. Ocasionalmente
se observan pezones invertidos, que puede desaparecer con el crecimiento de las
glándulas mamarias.
Esqueleto. Estas pacientes presentan una reducción del tejido óseo, pre-
sentando en las densitometrías una disminución del contenido mineral óseo espe-
cialmente desde el tiempo previsto de la pubertad, que no ocurre, en adelante.
Hay alteraciones de la longitud de los dedos por el acortamiento de los metacar-
pianos o braquimetacarpia; con frecuencia el 4º o 5º metacarpianos son cortos,
con falanges distales algo más gruesas. Otras manifestaciones frecuentes de la
displasia ósea son la clinodactilia del 5º dedo, la deformidad de Madelung , que
da a la muñeca aspecto en bayoneta, y el genu valgo.
Retraso de crecimiento. Este signo es constante y ya antes del nacimiento
177
Endocrinología Infantil
178
Gónadas y patología relacionada
179
Endocrinología Infantil
Disgenesia ovárica XX
Las pacientes tienen los ovarios sustituidos por cintillas de tejido fibroso,
al igual que en el síndrome de Turner, pero a diferencia de este, no hay fenotipo
asociado, su crecimiento prepuberal es normal, así como el cariotipo. Los genita-
les son femeninos sin presentar anomalías, aunque en la pubertad la ausencia de
gónadas ocasiona infantilismo sexual y no se presenta el estirón de crecimiento
puberal.
180
Gónadas y patología relacionada
Síndrome de Klinefelter
En 1942 fue descrito por Klinefelter en nueve pacientes que presentaban
ginecomastia, atrofia testicular, hialinización de los tubos seminíferos, azoosper-
mia, ausencia de caracteres sexuales secundarios y aumento de la secreción uri-
naria de gonadotrofinas. Mas tarde, otros grupos de investigación encontraron
que una gran proporción de pacientes con esta clínica eran cromatín-X positivos
y que su cariotipo era 47 XXY, aunque pueden darse múltiples combinaciones
habiéndose descrito más de 20 formas diferentes de mosaicismo.
Es la cromosomopatía más frecuente después de la del síndrome de Down,
con una frecuencia estimada en 1 de cada 400 - 600 varones. Es debido a errores
de la separación de los cromosomas durante la división celular. Se le ha relacio-
nado en parte con la edad materna, de forma similar a lo que ocurre en el sín-
drome de Down.
Antes de la pubertad puede manifestarse sin sintomatología alguna. Puede
ser sospechado por el fenotipo eunucoide y la talla alta. Puede aparecer también
enmarcado en un cuadro de hiperactividad en niños con alteraciones del compor-
tamiento y la conducta, con retraso en el lenguaje y con un cociente intelectual
ligeramente inferior al normal. Como forma menos frecuente, puede manifestarse
con alteraciones de los genitales externos, que hace indicar el estudio genético.
Una vez iniciada la pubertad se presenta un hipogonadismo primario como
expresión constante del síndrome. Los testículos son pequeños, no existen esper-
matozoides en el semen y la producción de testosterona es inferior a la normal.
Hay atrofia testicular con esclerosis de los tubos seminíferos con pérdida de epi-
telio germinal de las células de Sertoli con aumento de las de Leydig.
Es una de las pocas cromosopatías en las que la talla es alta, si bien esto no
puede ser atribuible exclusivamente a la falta de producción de testosterona.
181
Endocrinología Infantil
Varones XX
Este síndrome, cuyo cuadro clínico es similar al del síndrome de Klinefel-
ter, se incluye en las disgenesias gonadales debido a la alteración histológica de
las gónadas.
Los pacientes con esta patología presentan hipogonadismo, ginecomastia,
con menor número y tamaño de túbulos seminíferos. La talla puede ser normal o
alta, pero las proporciones son eunucoides.
El diagnóstico se hace por cariotipo ante pacientes que consultan por mal-
formaciones genitales e incluso por ambigüedad genital y en épocas posteriores
a la pubertad por hipogonadismo o esterilidad.
182
Gónadas y patología relacionada
183
Endocrinología Infantil
Anorquia congénita
Presentan unos genitales externos que son normales aunque el pene es
pequeño y la bolsa escrotal está vacía
Agonadismo
Se debe a una involución muy precoz de la gónada que hace que los geni-
tales externos, a veces, sean femeninos y otras exista un cuadro de ambigüedad
sexual.
Hermafroditismo verdadero
Es un trastorno en la diferenciación sexual cuya etiología no es bien
conocida y está definido por la presencia en una misma persona de tejido tes-
ticular y ovárico. Su cariotipo más frecuente es 46,XX (70% de casos) obser-
vándose con menor frecuencia mosaicismos como 46,XX/46,XY; 45,X/46,XY;
46XX/47XXY.
En los hermafroditas 46,XX la presencia de tejido testicular podría ser
explicada por algunos de estos mecanismos:
- Presencia oculta del gen SRY.
- Mutación del cromosoma X o de genes autosómicos que permiten la
determinación testicular incompleta aún en ausencia del gen SRY.
- Existencia de una línea celular que lleve parte del cromosoma Y.
La clínica es variable y carece de signos específicos por lo que no hay
criterios que permitan el diagnóstico. Habitualmente el motivo que produce la
consulta es un recién nacido que presenta una ambigüedad genital, en la que el
órgano masculino parece un clítoris hipertrófico o bien un pene hipoplásico con
el orificio uretral en su base.
A veces, puede ocurrir que los genitales externos sean en apariencia feme-
ninos o masculinos pero la presencia de una hipertrofia de clítoris o de hipos-
padias, criptorquidia o micropene hacen pensar en la existencia de un estado
intersexual. Los genitales internos consisten en derivados de ambos conductos
genitales, presentando una o dos trompas y un útero y un deferente y epidídimo
uni o bilateral.
La exploración del eje hipotálamo-hipófiso-gonadal que incluya el nivel
184
Gónadas y patología relacionada
Pseudohermafroditismo femenino
Es la causa más frecuente de genitales ambiguos y lo presentan aquellos
pacientes que tienen ovarios bien diferenciados pero cuyos genitales externos
tienen un grado variable de diferenciación masculina. Prader, describió cinco
tipos diferentes de anomalías de los genitales externos dependiendo del grado de
diferenciación de los genitales externos femeninos, que se exponen en la (Tabla
8.5.)
185
Endocrinología Infantil
Pseudohermafroditismo masculino
Este término se aplica en un sentido más amplio y está definido por la pre-
sencia de genitales externos ambiguos o femeninos normales pero en pacientes
con un sexo cromosómico masculino XY y testículos normales o displásicos; hay,
por tanto, una masculinización incompleta de los genitales internos y externos
de un feto masculino 46,XY producido por la alteración de uno o varios de los
pasos necesarios para la diferenciación en sentido masculino o para la existencia
de estructuras müllerianas.
La definición de pseudohermafroditismo masculino abarca dos circuns-
tancias diferentes, por un lado, cuando éste presenta testículos histológicamente
normales, en los que el defecto de masculinización deriva de una producción
inadecuada de testosterona o de anomalías en la receptividad periférica a los
andrógenos, y por otro las disgenesias testiculares bilaterales, que suelen ser con-
secuencia de anomalías en la diferenciación testicular, (Tabla 8.7), sujetos en los
que está aumentada la prevalencia de tumores malignos de origen gonadal.
186
Gónadas y patología relacionada
187
Endocrinología Infantil
cifras de la presión arterial suelen estar afectados en algunos casos, poco frecuen-
tes, de bloqueo enzimático.
La orientación hacia un hermafroditismo verdadero vendrá dada por la
exclusión de una hiperplasia suprarrenal cuando el cariotipo del recién nacido sea
46,XX; en este caso la práctica de una ecografía servirá para confirmar la exis-
tencia de dualidad de estructuras genitales internas y para localizar las gónadas.
Si el cariotipo fuera 46,XY el diagnóstico estará dirigido hacia un herma-
froditismo verdadero, siendo necesario diferenciar un defecto en la síntesis de
testosterona o de resistencia periférica a los andrógenos.
Para evaluar la capacidad de los testículos de sintetizar testosterona es útil
el test de hCG. La falta de respuesta de testosterona a la hCG es característica de
la hipoplasia o agenesia de células de Leydig en la que la LH estará elevada.
La laparoscopia o laparatomía pueden ser necesarias para descartar malfor-
maciones o para visualizar las gónadas así como para biopsiarlas para el mejor
conocimiento de su histología y para efectuar la exéresis de los genitales internos
contrarios al sexo que se va a asignar.
d) Asignación de sexo. Implica gran responsabilidad y experiencia. Ante
un recién nacido con genitales ambiguos la correcta asignación del sexo civil
femenino es muy rápida en el pseudohermafroditismo femenino. Pero en los
demás casos suelen ser necesarios algunos meses para poder establecer el diag-
nóstico etiológico completo, por lo que la decisión, aunque tardía, no debe demo-
188
Gónadas y patología relacionada
rarse más allá del tiempo imprescindible para disponer de los datos que el caso
precise.
La decisión a tomar en cuanto a la elección del sexo se tomará depen-
diendo del diagnóstico etiológico que condiciona las posibilidades de funciona-
miento sexual posterior y de las condiciones locales anatómicas que determinan
las posibilidades técnicas quirúrgicas de la genitoplastia. Si el sexo cromosómico
y el sexo gonadal son compatibles con la fertilidad, se hace la asignación del sexo
para preservarla si lo permite el fenotipo externo. Cuando esta no sea posible
o no se pueda preservar, la asignación del sexo y la educación en el mismo se
guiará por el fenotipo externo y las posibilidades de reconstrucción que permitan
un adecuado funcionamiento sexual posterior.
d) Reconstrucción quirúrgica. Se debe adecuar lo más precozmente posible
el fenotipo de estos pacientes con el sexo asignado.
En caso de orientación femenina, se practicará la clitoridoplastia, vagino-
plastia y reconstrucción de los labios entre los tres y seis meses de edad o se
adelantará a las primeras semanas de vida si la situación social lo justifica, reali-
zándose en varios tiempos según la edad y la existencia o no de genitales internos
femeninos. En pacientes con pseudohermafroditismo masculino, en los que no se
aprecia vagina, ésta se reconstruirá bien entrada la pubertad.
La reconstrucción de los genitales masculinos precisa de un tamaño
mínimo de los cuerpos cavernosos. Es necesario descender a bolsas escrotales
las gónadas masculinas que se quieran conservar. Los casos que desarrollen una
ginecomastia a partir de la pubertad pueden requerir la mastectomía quirúrgica.
189
Endocrinología Infantil
Bibliografía
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Gónadas y patología relacionada
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Endocrinología Infantil
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Errores innatos del metabolismo
CAPÍTULO IX
ERRORES INNATOS DEL METABOLISMO
J. Uberos, E. Blanca, C. Ruiz, A. Valenzuela, E. Narbona
Los errores innatos del metabolismo (EIM) abarcarían una amplia serie de
trastornos de muy baja incidencia (en la inmensa mayoría de los casos inferior
a 1/500 recién nacidos vivos). Con la finalidad de evitar lesiones irreversible su
diagnóstico ha de hacerse lo más precozmente posible, instaurándose por tanto
un tratamiento adecuado que permita evitar/retrasar secuelas ó salvar la vida
del paciente. La mayoría de las veces, el diagnóstico se sustenta en la sospecha
clínica, ya que el screening neonatal se realiza sólo en alguno de estos trastor-
nos. Estas enfermedades son debidas a alteraciones genéticas (mutaciones en el
ADN) que se traducen en una síntesis de proteínas defectuosas. Muchos de estos
procesos son susceptibles de ser diagnosticados en época prenatal (en primer
o segundo trimestre de embarazo; se analizan líquido amniótico, vellosidades
coriónicas o hígado fetal); procesos como las acidemias orgánicas, alteraciones
del ciclo de la urea, tirosinemia, galactosemia y otras pueden beneficiarse de un
diagnóstico en este periodo. Debido al carácter de la herencia, que en muchos
casos suele ser autosómica recesiva se explica la baja frecuencia de estas enfer-
medades. La heterogeneidad genética nuclear o mitocondrial aclararía la gran
variabilidad en la expresión clínica existente en estos pacientes.
En líneas generales, la mutación genómica provoca alteraciones estructu-
rales o cuantitativas en la síntesis de una proteína; que puede ser un enzima,
afectándose el metabolismo general o de un ciclo (lípidos, hidratos de carbono,
aminoácidos, urea, grupo hem) receptor, vehículo de transporte, bomba de trans-
porte o parte de una organela celular (lisosomas, peroxisomas).
Atendiendo al apartado anterior, tenemos un producto que no se fabrica y
un sustrato no modificado que se acumula. Dicho producto no fabricado tendrá
193
Endocrinología Infantil
consecuencias mayores o menores según lo importante que sea para nuestro orga-
nismo. El sustrato no transformado tendrá traducción fisiopatológica según su
toxicidad (por la sustancia propiamente dicha o por metabolitos alternativos) o su
grado de acúmulo.
En el siguiente esquema veremos algunas consecuencias fisiopatológicas
según el nivel de la alteración dentro de la célula que nos podría servir para el
tratamiento (Fig.-9.1).
Desde otro punto de vista, usando como base a Saudubray podemos dis-
tinguir tres grandes grupos:
1.-Enfermedades en que se altera la síntesis o el catabolismo de moléculas
complejas. Dan síntomas progresivos, permanentes, que no se afectan por proce-
sos intercurrentes y sin relación alguna con la ingesta de alimentos. Aquí situaría-
mos trastornos tales como las enfermedades peroxisomales, lisosomales, déficit
de a-1-antitripsina y de glicoproteína deficiente del carbohidrato.
2.-Enfermedades que provocan intoxicación aguda y progresiva por acú-
mulo de compuestos tóxicos próximos a donde se ha producido el bloqueo meta-
bólico. Aquí incluiríamos las aminoacidopatías (fenilcetonuria, tirosinemia, etc.),
la mayoría de acidemias orgánicas (metilmalónica, propiónica, isovalérica, etc.)
defectos del ciclo de la urea e intolerancia a azúcares. Todos ellos tienen un rasgo
común que consiste en un intervalo libre de síntomas hasta aparición de signos de
intoxicación agudos (vómitos, coma letargia, insuficiencia hepática...) o crónicos
(retraso en el desarrollo, miocardiopatía, etc.). Se suelen acompañar de alteracio-
nes bioquímicas agudas tales como la acidosis, cetosis, hiperamoniemia o hipo-
glucemia. Se pueden diagnosticar de manera relativamente fácil determinando
194
Errores innatos del metabolismo
Clínica
Cronológicamente podemos dividir en dos grandes periodos la clínica:
A.- Neonatal o inicial
Principios generales:
- Como paradigma nos serviría la idea del “niño que no va bien”. Los sín-
tomas son indistinguibles de los que pueden suceder en un cuadro séptico; lo
más frecuente es la existencia de un intervalo libre de alteraciones en un recién
nacido aparentemente normal (en las enfermedades por déficit energético a veces
no existe este lapso de tiempo).
- Los tratamientos habituales no mejoran al niño.
- Progresión semiológica habiendo descartado procesos tales como cua-
dros sépticos, cardiorrespiratorios o enfermedades del SNC.
- La aparición de la clínica tendrá un paréntesis más corto cuanto mayor
sea la magnitud y el tipo de bloqueo metabólico.
- En la percepción de la misma también influye el ambiente sociofamiliar.
- Haremos hincapié en la no prematuridad de los casos, aunque como
excepción a la regla podríamos describir la hiperamoniemia transitoria del pre-
maturo.
Después tendríamos una serie de manifestaciones “índice” que nos podrían
poner sobre una pista concreta; las desglosaremos en grandes grupos:
Síntomas neurológicos. Tras un periodo de tiempo el niño succiona débil-
mente, entrando en coma posteriormente (los ácidos orgánicos, así como el
amonio son sustancias tóxicas del SNC, pudiendo provocar a este nivel un cuadro
de edema cerebral). La hipotonía no es muy frecuente, si es más frecuente la
fluctuación con la hipertonía o esta última sola. También son poco frecuentes las
convulsiones (salvo sí son sintomáticas por un coma o hipoglucemia).
Con esta clínica debemos hacer diagnóstico diferencial entre alteraciones
del ciclo de la urea, acidemias orgánicas, hipofosfatasia y alteraciones peroxisó-
195
Endocrinología Infantil
Diagnóstico
Es axiomática la premura en la actuación; sobre todo en época neonatal
196
Errores innatos del metabolismo
197
Endocrinología Infantil
Galactosemia
La galactosa es un monosacárido presente en muchos principios alimen-
tarios, la fuente mas frecuente es la lactosa. Trastorno del metabolismo de los
hidratos de carbono debido a un defecto de alguna de las tres siguientes enzi-
mas: galactosa-1-fosfato-uridil-transferasa, este defecto se localiza en el locus
9p13; galactoquinasa y UDP-dalactosa-4-epimerasa (Fig.- 9.2). El defecto de
galactosa-1-fosfato (galactosemia clásica) se presenta a los pocos días de vida, se
acumula galactosa-1-fosfato y resultando hipergalactosemia y galactosuria (cuer-
pos reductores en orina).
El déficit clásico de la enfermedad o galactosemia tipo 1 tiene una inci-
dencia de 1/60.000 recién nacidos y una herencia recesiva autosómica. Su clí-
nica puede resumirse en tres aspectos fundamentales: hepatomegalia, cataratas y
retraso mental. Los vómitos y diarrea se presentan a los pocos días de instaurarse
198
Errores innatos del metabolismo
una dieta láctea en el recién nacido; siendo junto con la ictericia y la hipogluce-
mia las manifestaciones clínicas mas precoces. La hepatopatía se manifiesta ini-
cialmente como ictericia y evoluciona lentamente hacia la cirrosis con ascitis y
esplenomegalia. Las cataratas pueden apreciarse precozmente y es raro que este
sea el único síntoma presente, de forma mas infrecuente se han descrito hemo-
rragia vitrea en esta enfermedad. Las manifestaciones neurológicas incluyen ini-
cialmente irritabilidad y convulsiones que evolucionan lentamente hacia retraso
mental. Es frecuente el desarrollo de una sepsis por E. Coli durante el periodo
neonatal. Otros hallazgos clínicos incluyen la afectación renal tubular que se
manifiesta como un síndrome de Fanconi.
La galactosemia tipo 2 ó déficit de galactoquinasa se manifiesta exclusiva-
mente por alteraciones oculares del tipo de cataratas que se deben al acúmulo de
galactosa, alguna de la cual es convertida en galactitos, responsable de la forma-
ción de las cataratas. Al igual que la galactosemia tipo 1 su herencia es autosó-
mica recesiva.
199
Endocrinología Infantil
200
Errores innatos del metabolismo
Fenilcetonuria
Con esta denominación se incluyen aquellos procesos que cursan con un
aumento de fenilalanina en sangre. Podemos distinguir las siguientes causas de
hiperfenilalaninemias:
- Déficit de fenilalaninahidroxilasa.
- Déficit de dihidropteridin-reductasa.
- Alteración de la síntesis de las biopterinas.
- Alteración en el metabolismo de la tirosina.
- Recién nacidos de madres con fenilcetonuria.
- Enfermedades sistémicas como insuficiencia renal o hepática.
La incidencia de la fenilcetonuria es en España de alrededor de 1:10.000
recién nacidos para la forma clásica, 1:12.000 para las formas atípicas y 1:6.500
para las formas transitorias.
La fenilcetonuria clásica se debe al defecto de fenilalaninahidroxilasa blo-
queándose la conversión de fenilalanina en tirosina y acumulándose fenilalanina
201
Endocrinología Infantil
202
Errores innatos del metabolismo
<4 - Normalidad
Tirosinemia
Se denominan así a aquellos procesos que cursan con niveles elevados de
tirosina en sangre, por lo general por encima de 2 mg/dl (habitualmente entre
10-20 mg/dl). Se trata de un defecto de herencia autosómica recesiva que se ubica
en el locus 15q23-q25. Además de los valores de tirosina, suelen encontrarse ele-
vados los niveles de metionina en plasma. Existen formas secundarias y prima-
rias; entre las primeras son de destacar todos aquellos procesos que cursan con
enfermedad hepática grave como la galactosemia y la intolerancia hereditaria a la
fructosa. Entre las formas primarias se reconocen en la actualidad varias formas
clínicas como la forma aguda o clásica, la forma neonatal y la forma crónica.
La tirosinemia aguda o clásica se debe a un defecto en el enzima p-OH-
fenilpirúvico-oxidasa, responsable tanto de la forma neonatal transitoria como de
la forma crónica. La tirosinemia neonatal transitoria se observa preferentemente
asociada a la prematuridad y tiene una respuesta excelente a la restricción pro-
teica y administración de vitamina C. Por el contrario la forma crónica de presen-
tación mas tardía, alrededor del primer año de vida, evoluciona lentamente hacia
la cirrosis y el desarrollo de un raquitismo vitamina D resistente.
Las manifestaciones clínicas de la tirosinemia consisten en somnolencia,
vómitos, anorexia, diarrea y distensión abdominal, que se manifiestan ya en los
203
Endocrinología Infantil
204
Errores innatos del metabolismo
Homocistinuria
Los aminoácidos azufrados incluyen la cisteína, cistina y metionina, a dife-
rencia de los otros aminoácidos poseen una vía metabólica propia que requiere de
transulfuración, siendo las alteraciones en esta vía metabólica las responsables de
las alteraciones que seguidamente trataremos.
Como su nombre indica se produce una excreción de grandes cantidades
de homocistina por orina. Su herencia es de tipo autosómica recesiva y su inci-
dencia se estima en 1/130.000 recién nacidos vivos. Se han descrito 2 formas
clínicas de la enfermedad el defecto de cistationina-beta-sintetasa y el defecto de
N-5-metil-tetrahidrofolato-metiltransferasa.
La cistationina-beta-sintetasa cataliza el paso de homocisteina a cistatio-
nina mediante la incorporación de serina a esta última; la alteración de esta
enzima se debe a una modificación de su locus en 21q22.3. La actividad enzi-
mática puede variar de un sujeto a otro y en portadores se estima en un 50%.
La enfermedad se manifiesta a lo largo de la infancia generalmente las manifes-
taciones son oculares, esqueléticas, neurológicas y vasculares. La luxación del
cristalino es por lo general la primera manifestación clínica y la mas frecuente de
las manifestaciones oculares; pueden observarse también miopía, atrofia óptica y
desprendimiento de retina. La escoliosis es la manifestación esquelética habitual.
Las trombosis arteriales y/o venosas son la causa de las lesiones neurológicas
descritas en estos pacientes y del retraso mental que se observa en la mayoría
de los casos; hasta en un 10% de los pacientes e observan episodios convulsi-
vos. El diagnóstico puede aproximarse por la realización del test del cianuro-
nitroprusiato (test de Brand) en orina, que demuestra la existencia de homocistina
en orina que toma una coloración rojiza al añadir el reactivo. La cuantificación
de metionina y homocistina elevados en suero permiten sospechar igualmente
el diagnóstico. La confirmación de la enfermedad requiere la cuantificación de
205
Endocrinología Infantil
Cistationuria
Se debe a una deficiencia de cistationinasa, que cataliza el paso de cistatio-
nina a cisteína; el trastorno se hereda de forma autosómico recesiva. Este defecto
origina acúmulo de cistationinina en sangre y orina, responsable de las manifes-
taciones clínicas del trastorno: convulsiones, trombocitopenia y retraso mental.
Hiperglicinemia no cetósica
Este trastorno de herencia autosómica recesiva se localiza en el locus 9p22
y se debe a un defecto del enzima glicina-formiminotransferasa. Las características
clínicas de la enfermedad incluyen retraso mental severo, convulsiones y espastici-
dad. El tratamiento va dirigido a disminuir los niveles de glicina en suero.
Cistinuria
En este trastorno congénito están alterados el transporte renal e intestinal
de aminoácidos básicos (ornitina, lisina y arginina) y de cistina. Su herencia
es autosómica recesiva y se localiza en el locus 2p16.3. La eliminación renal
aumentada de cistina es responsable de la formación de cálculos de cistina. El
tratamiento va orientado a conseguir una dieta pobre en metionina y cistina, ade-
cuada hidratación y alcalinización de la orina.
Enfermedad de Hartnup
Es un trastorno autosómico recesivo localizado en el locus 11q13, en el
que existe un defecto en la absorción tubular e intestinal de aminoácidos mono-
carboxílicos como alanina, serina, treonina, asparragina, glutamina, valina, leu-
cina, isoleucina, fenilalanina, tirosina, triptófano histidina y citrulina, que están
elevados en orina. Los metabolitos derivados del triptófano (kinurenina y ácido
nicotínico) están disminuidos. El defecto plasmático de triptófano, esencial para
la síntesis de nicotinamida es responsable de la fotosensibilidad de tipo pelagra
observada en estos pacientes. Otras manifestaciones clínicas incluyen ataxia
cerebelosa, cefaleas y trastornos psiquiátricos.
206
Errores innatos del metabolismo
Síndromes hiperamoniémicos
El amonio es producido en el catabolismo aminoacídico. Es muy tóxica
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Endocrinología Infantil
208
Errores innatos del metabolismo
Hiperglicinemia no cetósica
Es una enfermedad de aparición muy precoz y de alta mortalidad pese al
tratamiento. Se manifiesta con dificultad para la alimentación, letargia y coma;
las convulsiones (mioclónicas) son frecuentes, así como las crisis de hipo. La
glicina está aumentada en sangre, LCR y orina (hay un aumento del cociente de la
glicina en LCR/plasma; además, no hay cetosis ni acidosis para diferenciarlas de
las acidemias propiónicas, metilmalónica e isovalérica donde también se encuen-
tra elevado este aminoácido).
No existe hasta el presente ningún tratamiento eficaz. Se han usado varios
fármacos como el diazepam, la estricnina o dextrometorfano, así como la restric-
ción dietética de la glicina, todo ello con resultados pobres.
209
Endocrinología Infantil
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210
Hiperlipidemias
CAPÍTULO X
HIPERLIPIDEMIAS
J. Uberos, A. Muñoz, A. Molina, J. Maldonado
211
Endocrinología Infantil
212
Hiperlipidemias
los ácidos y sales biliares, así como las hormonas gonadales y suprarrenales. Los
terpenoides incluyen las vitaminas: E, A, K, carotinoides y retinol.
213
Endocrinología Infantil
214
Hiperlipidemias
en gran cantidad, anclada a los endotelios capilares por una cadena de glicosa-
minglicano, susceptible de ser lisada por acción de la heparina. Esta enzima, se
une a los quilomicrones en presencia de la Apo-CII, que actúa como cofactor en
dicha unión. El tamaño de las partículas grasas que se forman, está condicionado
por varios factores, entre los que cabe destacar:
- La cantidad de grasa ingeridas con la dieta.
- El momento del proceso absortivo, ya que los quilomicrones llegan a
alcanzar su máximo tamaño durante el pico del periodo absortivo postprandial (3
a 5 horas postingesta).
- El tipo de ácidos grasos presentes en la dieta, ya que se ha podido com-
probar que los quilomicrones alcanzan un mayor tamaño cuando la dieta contiene
mayor cantidad de ácidos grasos insaturados que cuando los contiene saturados.
- La intensidad y/o velocidad de la síntesis de las proteínas, la inhibición de
la síntesis de estas da lugar a la formación de quilomicrones de mayor tamaño.
Los quilomicrones tras perder Tg y Apo-A y Apo-C se transforman en unas
partículas más pequeñas que tienen Apo-E en su envoltura y ésteres del coleste-
rol, que se denominan quilomicrones remanentes o residuales que son los encar-
gados de transportar el colesterol procedente de la dieta hasta el hígado. De esta
forma, el colesterol que se ingiere con la dieta se deposita inicialmente en el
hígado y una parte de él vuelve a ser secretado con otras lipoproteínas o a la
bilis. Los quilomicrones, que están ausentes del plasma de una persona sana en
ayunas, aparecen tras una comida rica en grasas, alcanzando el nivel máximo a
las 3-5 horas, para disminuir luego rápidamente. La persistencia postprandial de
quilomicrones por espacio superior a 12-16 horas indica defecto de degradación
de los triglicéridos.
Los triglicéridos, sintetizados en el hígado y envueltos en VLDL, junto con
apoproteínas sobre todo Apo-B100 y Apo-E (Fig.-10. 2). Una vez que se secreta
la VLDL a la circulación adquiere Apo-CII de las HDL. Los triglicéridos son
hidrolizados de manera subsecuente por la LPL, produciéndose restos de VLDL
que serán reabsorbidos por el hígado y desintegrados a IDL.
En este proceso se transfieren ciertos lípidos de la HDL. Algunas IDL son
captadas directamente por el hígado; pero otras, por disociación de la ApoE se
transforman a LDL que contienen casi exclusivamente ésteres de colesterol y
Apo-B100. Una vez en el interior de las células la LDL se separa de su receptor,
liberando los ésteres del colesterol que son utilizados en la síntesis de la mem-
brana celular, hormonas esteroideas y ácidos biliares. El receptor es liberado de
las LDL en el interior de las células regresando a la membrana plasmática pero
215
Endocrinología Infantil
216
Hiperlipidemias
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Endocrinología Infantil
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Hiperlipidemias
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Endocrinología Infantil
Triglicéridos (Tg)
Son utilizados como fuente de energía, sobre todo en los periodos de
ayuno. Los triglicéridos se sintetizan en las mitocondrias. El glicerol debe ser
activado por la presencia de fosfatos previamente a la adición de los radicales
ácidos. Hoy día se admiten dos posibilidades de formación del glicerol-fosfato
(Fig.-10.5): fosforilación del glicerol por acción de una gliceroquinasa (en pre-
sencia de ATP) que se localiza sobre todo en el hígado y riñón en grandes cantida-
des, mientras que en el intestino se encuentra en cantidades moderadas, a través
220
Hiperlipidemias
del ciclo de Embden-Meyerhof. Esta vía es usada preferentemente por los tejidos
que tienen poca gliceroquinasa como puede ser el tejido adiposo y el múscular.
El glicerol, activado por el fosfato se esterifica con dos radicales de AGL previa-
mente activados por la unión con el CoA, formándose así un diglicérido fosfatado
que se llama ácido fosfatídico. La separación del resto de fosfato permite luego
la introducción del tercer grupo ácido en la molécula del glicerol.
La síntesis de los triglicéridos varía según los tejidos en que se produce,
en el hígado, el glicerolfosfato se origina a partir del glicerol sanguíneo, mientras
que en el tejido adiposo el glicerolfosfato se origina principalmente a partir del
catabolismo glucídico, y en el intestino se origina por esterificación de los mono-
glicéridos que se absorben en la luz intestinal. El catabolismo de los triglicéridos
se realiza por la acción de una lipasa, enzima localizada en distintos lugares del
organismo. En el tejido adiposo la lipasa cataliza la hidrólisis de los triglicéridos
originando diglicéridos y AGL, es una enzima hormosensible, ya que es activada
por distintas hormonas (epinefrina, norepinefrina, glucagón, ACTH, tireotropa,
HGH) y se inhibe por la insulina.
El organismo utiliza los Tg como fuente de energía, sobre todo en los
periodos de ayuno. La esterificación de los tres grupos alcohólicos del glicerol
con moléculas de AG origina los Tg que generalmente contienen una mezcla de
dos o tres AG diferentes. Se ha demostrado mediante técnicas estereoscópicas
que el ácido palmítico ocupa preferentemente la posición 1 en la molécula de
Tg, mientras que el ácido linoleico y el ácido oleico, ocupan las posiciones 2 y 3
respectivamente de estas moléculas.
Colesterol (C)
Es un esterol, con 27 átomos de carbono, que posee un núcleo esteroideo
formado por un anillo de cuatro lados con una cola formada por un grupo
hidroxilo. Es uno de los alcoholes cíclicos de alto peso molecular que se encuen-
221
Endocrinología Infantil
tra en todos los organismos vivos. Fue estudiado por Chevreul en 1916, quien lo
denominó colesterina por su procedencia biliar.
Se encuentra, como forma libre en todas las células animales siendo muy
abundante en la corteza suprarrenal y en el tejido nervioso. Sus funciones especí-
ficas se relacionan con las glándulas endocrinas: suprarrenales, ovarios y testícu-
los, donde se constituye en precursor de las hormonas esteroideas y en el hígado
donde da origen a los ácidos biliares. Puede encontrarse en el suero en forma
libre o esterificada con ácidos grasos. Su presencia en suero es debida al trans-
porte desde los sitios de síntesis a los lugares de utilización.
El mevalonato pasa por una serie de etapas hasta llegar al escualeno, pasa
a lanosterol por ciclización, y a partir de aquí se puede llegar a colesterol por dos
vías: una incluye la conversión en demosterol por el camino de la serie insatu-
rada y la otra a 7-colestanol o lanosterol a través de la serie saturada (Fig.-10.6).
Dos moléculas de acetil-CoA se transforman en acetato-acetil CoA por una ceto-
lasa, la acetato-acetil-CoA sirve de intermediaria para la síntesis de ácidos grasos,
cuerpos cetónicos y colesterol. La acetato-acetil-CoA condensa a otra molécula
para formar hidroxi-metilglutaril-CoA (HMG-CoA) que puede ser convertida
tanto en cuerpo cetónico como en colesterol. La conversión del HMG-CoA en
ácido mevalónico, por la HMG-CoA reductasa, constituye el paso irreversible de
la biosíntesis del colesterol, siendo los pasos siguientes casi específicos para la
síntesis estólica.
222
Hiperlipidemias
223
Endocrinología Infantil
Lipoproteínas
Al ser los lípidos generalmente insolubles en agua y para poder circular, en
el plasma, deben unirse a proteínas que los solubilicen, constituyendo así com-
plejos macromoleculares llamados lipoproteínas. Todas las proteínas involucra-
das en este transporte son globulinas, con excepción de las que participan en
el transporte de los ácidos grasos (albúmina). Las lipoproteínas son complejos
hidrosolubles de alto peso molecular compuestas por lípidos (C, Tg, FL) y una o
más proteínas específicas, llamadas apoproteínas. Las lipoproteínas constan de
un núcleo central no polar formado por los lípidos insolubles en agua (C esteri-
ficado y Tg) y de una zona periférica formada por los elementos polares (FL, C
libre) y proteínas (apoproteínas), éstas últimas son las encargadas de hacer las
grasas hidrosolubles.
Según su densidad y movilidad electroforética las lipoproteínas plasmáti-
cas se han clasificado en cuatro grupos principales:
- Quilomicrones (QM). Son las lipoproteínas de mayor tamaño molecular
(750-10000 A) y las de menor densidad, inferior a 0,95 g/ml. Se originan en el
intestino y tienen poca movilidad electroforética, localizándose en el origen de
la columna. Poseen una función de transporte de los triglicéridos exógenos. Su
contenido proteico inicial es Apo B-48, A-I, A-II, A-IV (2 %). Su contenido en
triglicéridos se sitúa entre un 80-95 %, con predominio del colesterol libre (2.5
%). De entre los fosfolípidos (5.5 %): fosfatidilcolina. Contienen el 98 % de lípi-
dos (90% de triglicéridos, 5% FL y 3% colesterol y ésteres de colesterol) y el
resto (2%) son proteínas (Apo A-I, Apo A-II y Apo-B). El quilomicrón naciente
comienza a madurar recibiendo Apo-C y Apo-E de las HDL y cediendo a estas
ApoA-I y ApoA-IV; cuando estos quilomicrones ya no son degradables por haber
cedido gran parte de su contenido de Apo-C, se forman remanentes que son eli-
minados en el hígado por receptores para la Apo-E. La lipoproteinlipasa (LpL)
es importante para la captación en tejido adiposo y músculo de triglicéridos,
con posterior lipólisis. La actividad de la LpL aumenta durante y después de las
comidas. Se requiere insulina para mantener niveles de LpL adecuados en tejido
adiposo. La ApoC-II actúa como cofactor de la LpL, una vez hidrolizados los
224
Hiperlipidemias
225
Endocrinología Infantil
Apoproteínas
Estas proteínas son esenciales para el normal ensamblaje, secreción y
metabolismo de las lipoproteínas. Ayudan a la solubilidad de los lípidos en el
plasma, sirven también como cofactores para enzimas en el metabolismo de los
lípidos y como ligaduras para los receptores de membrana que reconocen a las
lipoproteínas.
Apo-A. Con un peso molecular que oscila entre 17.000-28.300, se descri-
ben las variedades: A1, A2 y A3 de las HDL. La Apo-A1 se encuentra en una pro-
porción del 65-70% y la Apo-A2 del 20-25%.
Apo-B. Cuyo peso molecular varía desde 241.000-512.000. Constituye
más del 95% de las proteínas de la LDL, cerca del 40% de las VLDL y el 5-20%
de los quilomicrones. El papel biológico de esta apoproteína parece estar vincu-
lado con el transporte de los Tg fuera de la célula donde se han sintetizado. Es
conocida la existencia de dos Apo-B: la Apo-B100, considerada como un ligando
para el receptor de la LDL; la Apo B48, que representa la porción terminal de la
Apo-B100, estando sólo presente en los quilomicrones. La Apo B48 se sintetiza
exclusivamente en el enterocito. En su ausencia no se forman quilomicrones. Los
quilomicrones nacientes toman ApoE y ApoC-II de la HDL.
Apo-C. Con un peso molecular entre 6.631 y 8.764. Constituye el 40-80%
de las apoproteínas de las VLDL y el 70-90% de las apoproteínas de los quilomi-
crones plasmáticos. Tiene un importante papel fisiológico en el transporte de sus-
tancias grasas y además actúa como cofactor de la enzima lipoproteinlipasa. Está
constituida por tres apoproteínas distintas: Apo-C1, Apo-C2, Apo-C3. La ApoC2
actúa como cofactor de la LpL, una vez hidrolizados los triglicéridos, la ApoC2
es captada por la HDL. La Apo-C3 actúa como transportador de los triglicéridos.
Apo-E. Su peso molecular es de 34.000. Existe en tres isoformas mayores
que se diferencian por la presencia de arginina en lugar de cisteina en la posición
112 (E-3), 112 y 158 (E-2), en tanto la apo E-4 no contiene cisteina. Participa en
el reconocimiento por el hígado de las partículas residuales de los quilomicrones
y VLDL. Constituye un 13-15% de la VLDL y un 4-5% de los quilomicrones y
1% de las HDL y LDL. Es sintetizada en una amplia variedad de células inclu-
yendo riñón, hígado, cerebro y macrófagos.
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Endocrinología Infantil
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Hiperlipidemias secundarias
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Hiperlipidemias
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Endocrinología Infantil
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242
Obesidad
CAPÍTULO XI
OBESIDAD
J.M. Fernández, J. Murcia, J. Gómez-Vida, M. Sánchez, G. Escames Rosa
Causas endocrinas
- Síndrome de Cushing.
- Hipotiroidismo.
- Hiperinsulinemia.
- Déficit de hormona del crecimiento.
- Alteración de la función hipotalámica.
- Síndrome de Prader-Willi.
- Síndrome de Stein-Leventhal (ovario poliquístico).
- Pseudohipoparatiroidismo de tipo I.
Síndromes genéticos
- Síndrome de Turner.
- Síndrome de Laurence-Moon-Bield.
- Síndrome de Alstrom-Hallgren.
Otros síndromes
- Síndrome de Cohen.
- Síndrome de Carpenter.
243
Endocrinología Infantil
Peso actual
Talla actual
Indice nutricional = x 100
Peso medio
Talla media
Epidemiología
En los últimos años está aumentando el interés por el problema de la obe-
sidad en la infancia. En estudios realizados en países industrializados se pone de
manifiesto que en el último siglo ha aumentado el peso y altura con respecto a
generaciones anteriores. Mientras la malnutrición y el hambre son las principales
causas de morbimortalidad en zonas deprimidas del mundo, la obesidad se está
244
Obesidad
Fisiopatología
La obesidad se produce como un resultado de un “balance energético posi-
tivo”, resultado de una ingesta excesiva para el gasto calórico del niño, acu-
mulándose en forma de depósitos grasos. El cuerpo humano no escapa a los
principios de la termodinámica: si se ingieren más calorías de las que se consu-
men, el excedente se almacena en forma de grasa, conduciendo a la obesidad. Sin
embargo, no siempre se demuestra un exceso de ingesta calórica en obesos.
Los mamíferos almacenan la energía en forma de depósitos grasos. El acú-
mulo de grasa tiene lugar en el citoplasma de los adipocitos en forma de triacil-
glicéridos que luego serán liberados a la sangre según las necesidades.
El metabolismo lipídico es el resultado del equilibrio entre lipogénesis y
lipolisis. Según Shapiro, este proceso puede esquematizarse en tres etapas:
1)Lipogénesis: las lipoproteinlipasas desdoblan los triglicéridos (proce-
dentes de la digestión intestinal) en ácidos grasos libres y glicéridos parciales, los
cuales son captados por la célula adiposa. Esta vía es estimulada por la insulina,
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Endocrinología Infantil
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Obesidad
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Endocrinología Infantil
zona del cerebro :”plexo coroideo”, por lo que no se transmite la señal de sacie-
dad al hipotálamo. La obesidad podría ser causada por una mutación en el gen
“Ob”, lo mismo que ocurre en ratones, ya que este gen del ratón se corresponde
con el humano en un 90%. Experimentalmente se ha conseguido clonar el “gen
Ob” (Friedman), fabricando por ingeniería genética la leptina. Con una inyección
diaria de esta a ratones obesos que tenían el gen defectuoso se consiguió reducir
el peso en casi un 40% en apenas un mes, pues la leptina aceleró el metabolismo
y la actividad física de los ratones, aumentando el consumo de grasas superfluas,
disminuyendo el apetito, sin afectar el tejido muscular, y sin efectos tóxicos, y
además favoreció la desaparición de la diabetes. Además, en los últimos años se
ha identificado una proteína que controla el apetito; se trata de un neuropéptido,
conocido como NP-Y, que actúa sobre los receptores “Y5”, aumentando el ape-
tito y disminuyendo la termogénesis. (Fig.-11.2)
Fig. 11.2. Causas de la obesidad. La leptina producida por el tejido adiposo es regulada
por varios factores, que incluyen la alimentación y el ayuno. Por otra parte, el receptor
de leptina en el hipotálamo influye en el consumo de alimentos, la temperatura y el
ayuno. (Schonfeld-Warden and Warden)
Clasificación de la obesidad
En el estudio de este importante trastorno se han venido distinguiendo
varias clasificaciones, cada una de ellas, con enfoque y matizaciones diferentes.
Una clasificación general permite distinguir entre dos tipos principales:
Obesidad esencial o constitucional, o primaria, de etiología descono-
cida.
248
Obesidad
Etiología de la obesidad
Es multifactorial y compleja. Intervienen factores genéticos, ambientales,
nutritivos, metabólicos, endocrinos, neurológicos y psicológicos. No está demos-
trado que destaque ninguno de estos factores en la etiología.
Como se ha destacado antes, la mayoría de los niños obesos lo son por
ingesta calórica excesiva y continuada, combinada con un gasto reducido de la
misma. Se calcula que menos de un 5% de éstos niños padecen enfermedades
causantes de obesidad. Según esto podemos hablar en general de:
a) Obesidad nutricional, simple o exógena: constituye el 95-99% de los
casos, tratándose de un proceso multifactorial en el que están implicados varios
factores:
- Factores genéticos: Se ha comprobado concordancia entre gemelos con
adiposidad normal y excesiva. El riesgo de ser obeso según los progenitores lo
sean o no es del 80% si ambos lo son, del 40% si sólo uno lo es y del 3-7%
249
Endocrinología Infantil
si ninguno lo es. Hay que tener en cuenta que los hábitos familiares comunes
(alimentación, sedentarismo) también coinciden con la adiposidad familiar. En
algunos estudios se ha puesto de manifiesto que las influencias genéticas son más
importantes que las ambientales como determinantes de obesidad familiar.
- Factores ambientales: hiperalimentación (importante factor en las fases
críticas del desarrollo como se ha mencionado antes), sedentarismo (se agrava
a veces por el rechazo social del obeso), factores socioeconómicos, culturales o
educacionales y por último, factores psicológicos (a veces la obesidad se debe a
una ingesta excesiva como reacción inadecuada a situaciones ambientales, lo que
a veces perpetúa la inactividad y la bulimia, lo que es más frecuente en adoles-
centes).
- Factores endocrinos: efecto yatrogénico del uso de esteroides, e incluso
medicamentos como hidracidas, valproato, fenotiazinas, insulina, corticoides,
ciproheptadina, ketotifeno y otros antihistamínicos, otros anticomiciales y antide-
presivos. Además se ha comprobado hiperinsulinemia en la obesidad, a la vez que
una disminución de los receptores de membrana para la insulina en las células
diana.
b) Obesidad endógena o morbosa (1-5%):
- De origen genético: predisposición hereditaria a la obesidad, síndromes
genéticos (Sindrome de Lawrence, enfermedad de Von Gierke, síndrome de Pra-
der-Willi, síndrome Alström-Wolfram, síndrome de Cohen, síndrome de Carpenter,
síndrome de Morgagni-Morrell, síndrome de Pickwick, síndrome de Mauriac, sín-
drome de Down, Pseudohipoparatiroidismo y obesidad ligada al cromosoma X.
- De origen neurológico: tumores, inflamación (meningoencefalitis), trau-
matismos, lesiones quirúrgicas, hidrocefalia.
- De origen endocrinológico: disfunción hipotalámica, síndrome de Cus-
hing, hipotiroidismo, ovario poliquístico, hipogonadismo primario y secundario,
nanismo hipofisario, síndrome de Frölich, insulinoma e hiperinsulinismo.
- De origen psicógeno: neurosis, bulimia, oligofrenia.
c) Mixtas: factores exógenos y endógenos.
Clínica de la obesidad
La obesidad puede ponerse de manifiesto a cualquier edad, pero parece ser
más frecuente en el primer año de vida, a los 5-6 años y en la adolescencia. La
sintomatología se reduce al aumento de peso corporal que puede ser muy variable
y que da la imagen corporal típica del niño obeso. Para la valoración deberemos
realizar una historia clínica completa (personal y familiar), y exploración física
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Obesidad
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Endocrinología Infantil
Diagnóstico
El enfoque diagnóstico de un niño obeso, requiere poner en práctica los
siguientes procedimientos:
Realizar una anamnesis meticulosa tanto personal como familiar. Interesa
conocer muy especialmente el peso y talla al nacer, tipo de lactancia, momento de
introducción de alimentación complementaria, historia médico-quirúrgica, acti-
vidades físicas desarrolladas desde la infancia y relaciones sociales. También se
indagará en la historia familiar, teniendo en cuenta el peso de hermanos y padres,
así como árbol genealógico familiar en cuanto a padecimiento de diabetes, hiper-
tensión, gota, obesidad y enfermedades cardiovasculares. Además son útiles los
hábitos dietéticos familiares. No debe faltar una encuesta dietética o nutricional
(de 24 horas y semanal).
Antropometría nutricional. La valoración de la obesidad se realiza
mediante la medición del peso. Pero la valoración del peso es algo muy inespecí-
fico ya que la báscula también mide grasa y además músculo, huesos, vísceras,
etc. por lo que sería necesario valorar la masa grasa. Existen métodos complica-
dos de medición de la masa corporal (densitometría, isótopos), los cuales no son
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Obesidad
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Endocrinología Infantil
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Obesidad
Peso
Talla2
IMC = x 100
Peso (p50)
Talla (p50)
Según este índice: IMC 90-110% (niño normal), IMC 110-120% (niño con
sobrepeso), IMC superior a 120% (niño obeso). De este último hay varios grados
de intensidad: grado I (120-140%), grado II (140-160%) y grado III (> 160). Si el
sobrepeso es del 200% sobre el ideal, se habla de obesidad mórbida.
c) Perímetros:
1.- Perímetro braquial: el perímetro braquial es el más interesante para
la valoración nutricional. Se mide con una cinta métrica inextensible en el brazo
izquierdo, en el punto medio entre acromion y olécranon, sin deprimir la piel del
niño. El valor de este perímetro comprende el compartimento graso y el muscu-
lar, habiéndose ideado fórmulas para que utilizando conjuntamente el pliegue del
triceps (PT) y el perímetro braquial se pueda calcular el área muscular y el área
grasa. Se considera que el área muscular mide la reserva proteica y el área grasa
la reserva energética.
2.- Otros perímetros: de la cintura, cadera y muslo. Interesante la relación
entre el perímetro de la cintura y el del muslo, que estima la obesidad troncular o
androide, habiéndose demostrado que tienen un mayor valor como predictora de
obesidad adulta y de riesgo coronario que la relación entre el de la cintura y el de
la cadera.
Exploración física: es importante como se ha comentado antes para des-
cartar otras posibilidades diagnósticas (síndromes de origen genético). Medición
de la tensión arterial, del desarrollo sexual.
Valoración psicológica: se deberá hacer un examen psicológico al niño.
Estudios complementarios:
1) Análisis sistemático de sangre y orina: glucemia, proteinemia, proteino-
grama, lipidograma, LDL-colesterol, HDL-colesterol, triglicéridos, insulinemia,
función tiroidea, y otras opcionales (hormona de crecimiento, etc).
2) Exploración radiológica: estimación de la edad ósea mediante radiogra-
fía de mano y muñeca izquierda en niños mayores de 2 años y una lateral de tobi-
llo izquierdo si es menor. Como se ha referido antes en la obesidad se encuentra
adelantada la edad ósea. Se pueden hacer estudios de la composición corporal
para determinar los compartimentos graso y muscular en el brazo principalmente.
Se utiliza habitualmente la radiología convencional, la TC y la RMN.
255
Endocrinología Infantil
Fig. 11.3. Métodos para detectar las causas de la obesidad, se pueden considerar dos
enfoques básicos, el fisiológico y el genético. (Schonfeld-Warden and Warden)
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Obesidad
Diagnóstico diferencial
En los niños con obesidad se debe hacer el diagnóstico diferencial con
aquellos procesos que pueden asociarse médicamente a obesidad. Estos trastor-
nos son infrecuentes en general, y suelen diferenciarse de la obesidad simple por
la talla baja, el retraso de la edad ósea y el retraso en el desarrollo de los caracte-
res sexuales secundarios. Estos trastornos (Tabla 11.1) constituye menos del 1%
de las causas de obesidad.
Pronóstico
Es difícil relacionar la obesidad adquirida en el primer año de vida y su
prevalencia en años posteriores de la infancia. La sobrealimentación en el primer
año de vida, parece tener poca influencia en el peso y talla a los 6 años. No obs-
tante, el peso alcanzado en el primer año parece mantener una relación con el
que se alcanza en la vida adulta. Más aún, los lactantes y niños obesos presentan
257
Endocrinología Infantil
Complicaciones
Las complicaciones más frecuentes (Tabla 11.2),(Tabla 11.3) son los pro-
blemas ortopédicos (genu varo, epifisiolisis de la cabeza femoral, pie plano,
etc), respiratorias, dermatológicas, hormonales (aumento de insulina, disminu-
ción de GH) y metabólicos (hiperlipemia, hipertrigliceridemia, hipercolesterole-
mia, aumento de LDL-colesterol y disminución de HDL-colesterol) .Todo esto
provoca alteraciones cardiovasculares, depósitos ateromatosos y mayor riesgo
cardiovascular en adultos jóvenes.
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Obesidad
Cardiovasculares:
- Hipertensión arterial.
- Aumento del colesterol total.
- Aumento de triglicéridos séricos.
- Aumento de las LDL.
- Aumento de las VLDL.
- Descenso del HDL.
Hiperinsulinismo
Colelitiasis
Deslizamiento y aplanamiento de la epífisis femoral capital
Pseudotumor cerebral
Pulmonares
- Síndrome de Pickwick.
- Pruebas de función pulmonar alteradas.
Profilaxis de la obesidad
La mejor manera de tratar la obesidad es evitar que se produzca. Los fac-
tores más importantes para la prevención de la obesidad infantil son un desarro-
llo psicológico normal, ejercicio físico adecuado y alimentación correcta que
consista en una dieta equilibrada que cubra las necesidades calóricas necesarias,
mediante una educación alimentaria y un régimen dietético adecuado, de forma
que ya en la lactancia se debe intentar modificar algunas conductas (alimentando
al niño cuando lo pida al poco de nacer, aportándole alimentos sólo cuando tenga
hambre durante el primer año, evitar callarle enseñándole alimentos atractivos o
someterle a un estricto régimen horario, enseñándole a comer sólo cuando tenga
hambre).
Tratamiento
La mayoría de los métodos de tratamiento de la obesidad son ineficaces. El
tratamiento es desalentador, consiguiéndose una pérdida de peso inicial, pero se
vuelve a ganar el peso perdido, convirtiéndose en un círculo vicioso.
El tratamiento ideal de la obesidad debería reunir las siguientes caracterís-
ticas:
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Endocrinología Infantil
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Obesidad
Fig. 11.5. Enfoque general del tratamiento de la obesidad (M. Bueno et al.)
2) Ejercicio físico. Es una parte importante del tratamiento. Debe ser man-
tenido, regular (marcha, subir escaleras, tenis, natación), estimulándose al mismo
tiempo actividades fuera de casa, evitando así el sedentarismo televisivo y la
ingesta por aburrimiento.
261
Endocrinología Infantil
262
Obesidad
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263
Endocrinología Infantil
264
Diabetes mellitus
CAPÍTULO XII
DIABETES MELLITUS
M. Sánchez, A. Muñoz, J.M. Fernández, F. Moreno, J. Gómez-Vida
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Endocrinología Infantil
TIPO 1 TIPO 2
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Diabetes mellitus
Normalidad
GP(1) en ayunas < 130 mg/dl y < 140 mg a las 2 horas del TTOG (2).
Diabetes
- Si existen síntomas típicos: GP en ayunas > 140 mg/dl o GP al azar > 200 mg/dl
- Si no existen síntomas: GP en ayunas > 140 mg/dl y GP > 200 mg/dl a las 2 horas
del TTOG, en más de una ocasión y sin factores precipitantes. La NDDG (3) exige
además una glucemia > 200 mg/dl en cualquiera de los puntos de la curva hechos a los
30, 60 0 90 minutos.
Alteración de la tolerancia a la glucosa
- GP en ayunas < 140 mg/dl y TTOG a las 2 horas de 140 mg/dl. La NDDG exige
además un valor entre el ayuno y las 2 horas > 200 mg/dl.
Diabetes gestacional
- TTOG (100 gr de glucosa) con dos o más valores anormales: ayunas > 105 mg/dl,
60’ > 190 mg/dl, 120’ > 165 mg/dl, 180’ > 145 mg/dl.
Riesgo estadístico aumentado
Alteración previa de tolerancia a la glucosa: TTOG actual normal, pero TTOG
previo normal, hiperglucemia espontánea o diabetes gestacional
Alteración potencial de tolerancia a la glucosa: Progresión a diabetes: gemelos uni-
vitelinos, presencia de anticuerpos antiislotes.
(1) Glucemia en plasma de sangre venosa. (2) Test de tolerancia oral a la glucosa. Se
realiza con una sobrecarga de 1.75 gr/kg de glucosa oral (máximo 75 gr). Está con-
traindicado cuando el paciente tiene una glucemia basal mayor de 200 mg/dl, pues
el diagnóstico de diabetes tipo 1 ya está hecho. (3) National Diabetes Data Group
Etiopatogenia
La insulina es la principal hormona anabólica del organismo. Su déficit
provoca un estado catabólico permanente en el cual el organismo no puede utili-
zar los substratos energéticos. Secundariamente se producen alteraciones de las
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Endocrinología Infantil
268
Diabetes mellitus
(tienen un sólo ácido aspártico) tienen menos riesgo, pero más que los indivi-
duos con dos ácidos aspárticos. Por otra parte, la arginina en la posición 52 de
la cadena DQ también confiere marcada susceptibilidad. Entre el 2 y 5% de los
hermanos de niños diabéticos llegan a padecer la enfermedad. La concordancia
entre gemelos es inferior al 50%.
Factor desencadenante.
El estadio de predisposición genética es de duración imprevisible, depen-
diendo de que actúen o no los factores ambientales que desencadenen el proceso
autoinmune. Se han implicado varios factores desencadenantes de la cascada
inmunitaria. Las infecciones víricas han sido los factores más estudiados. Se han
descrito infecciones por virus de la parotiditis, rubeola, citomegalovirus y, sobre
todo los virus Coxsackie (se ha descrito la aparición brusca de diebetes mellitus
probablemente inducida por Coxsackievirus B4). Otro factor sugerido es la expo-
sición precoz a la leche de vaca, donde estaría implicada una proteína del suero
bovino, provocando una reacción cruzada inmunitaria con la célula beta pancreá-
tica. Se ha sugerido que la alimentación al pecho protege contra la diabetes.
También se han implicado en la aparición de la diabetes los antecedentes
de estrés y la exposición a ciertas toxinas químicas.
Respuesta autoinmunitaria.
La infección viral (u otros factores) desencadenan una respuesta autoin-
mune tanto humoral (anticuerpos) como celular (linfocitos T) contra las células
beta del páncreas, produciéndose la destrucción de éstas. Los anticuerpos más
importantes detectados son:
- Anticuerpos antiislotes (ICA). Preceden a la enfermedad clínica durante
años y después de aparecer ésta, tienden a disminuir. Están presentes en el
80-90% de los pacientes de diagnóstico reciente.
- Anticuerpos antiinsulina (IAA) espontáneos. También suelen encontrarse
antes del comienzo de la enfermedad. Se detectan en el 30-40% de los pacientes.
- Anticuerpos anti ácido glutámico descarboxilasa (GAD). La GAD es una
enzima que convierte el ácido glutámico en GABA, es muy abundante en la iner-
vación de los islotes pancreáticos. Son más precoces, sensibles y específicos. Se
detectan hasta en el 80% de los pacientes.
La destrucción de la masa de células beta pancreáticas lleva consigo una
producción disminuida de insulina. La aparición de manifestaciones clínicas indi-
can una destrucción del 80% de la reserva secretora de insulina (la masa de célu-
las beta queda reducida al 10-20% del total). Este periodo puede tardar meses o
años, aunque en niños pequeños suele ser de semanas.
269
Endocrinología Infantil
Clinica
La sintomatología previa al diagnóstico suele ser de corta duración, la
mayoría de casos de menos de un mes de evolución. Por eso el diagnóstico oca-
sional en un examen de rutina de diabetes tipo 1 es excepcional, a diferencia de la
diabetes tipo 2, ya que casi siempre transcurre un corto espacio de tiempo entre
la hiperglucemia y las manifestaciones clínicas.
Los síntomas iniciales son la poliuria y polidipsia. En algunos casos, la
aparición de enuresis nocturna en un niño que controlaba previamente es indi-
cativo de poliuria y puede ser clave para la sospecha diagnóstica. Se debe con-
siderar el diagnóstico de DMID en un niño que clínicamente está deshidratado,
pero continúa orinando regularmente. Otro síntoma casi constante es la pérdida
de peso. La polifagia suele estar ausente en el niño, a diferencia del adulto, ya que
la cetosis provoca anorexia. A veces, se encuentran infecciones cutáneas piógenas
y vaginitis moniliásica en niñas mayorcitas.
En el 10-25% de casos la diabetes debuta en foma de coma cetoacidótico,
aunque en los últimos años su frecuencia ha disminuido, debido al diagnóstico
más precoz. Los niños pequeños y los lactantes tienen mayor probabilidad de
debutar clínicamente con cetoacidosis severa.
Tras el debut de la enfermedad e iniciado el tratamiento adecuado, en la
mayoría de los niños se asiste a un período de remisión en el que disminuyen
progresivamente las necesidades de insulina. Es el llamado período de “luna de
miel”, y es debido a la función residual de las células beta pancreáticas. Aproxi-
madamente ocurre en el 75% de los niños. En la mayoría de casos se requieren
dosis pequeñas de insulina (remisión parcial), aunque puede haber casos de remi-
sión completa que no necesiten insulina durante un tiempo (5%). El período
de luna de miel siempre es transitorio, generalmente de algunas semanas o
meses, por lo que transcurrido este tiempo, las necesidades de insulina volverán
a aumentar.
Diagnóstico
En las formas de comienzo con síntomas típicos, existirá hiperglucemia
mayor de 200 mg/dl, glucosuria y cetonuria.
270
Diabetes mellitus
Tratamiento
Se basa en tres pilares básicos: insulina, dieta y ejercicio.
1) Insulina
En la actualidad se utilizan las insulina humanas, habiendo desplazado a
las insulinas animales. Las insulinas humanas tienen el perfil de acción adelan-
tado con respecto a las de origen animal. Actualmente todos las presentaciones de
insulina son de 100 UI/ml. Se inyecta vía subcutánea. Según su perfil de acción
se distinguen varios tipos de insulina (Tabla 12.4).
271
Endocrinología Infantil
272
Diabetes mellitus
lamos las necesidades totales diarias de insulina; éstas suelen ser menores si sólo
existe hiperglucemia sin cetosis cuando se hace el diagnóstico.
Una vez calculada la dosis diaria necesaria de insulina, la pauta más utili-
zada en la actualidad es la de dos inyecciones al día, asociando insulina rápida e
intermedia. En principio se reparte un 60% por la mañana y un 40% por la tarde-
noche. Cada dosis consta aproximadamente de 2/3 de insulina intermedia y 1/3
de insulina rápida. Existen regímenes de control intensivo que utilizan múltiples
dosis diarias de insulina rápida; mejoran el control de la glucemia y disminuye
el riesgo de complicaciones microvasculares, aunque suele acompañarse de hipo-
glucemias más frecuentes y severas.
Una vez transcurrido el período de luna de miel, las necesidades de insu-
lina oscilan entre 0.5-1 U/kg/día. Durante la pubertad aumentan las necesidades.
Durante las infecciones también aumentan las necesidades de insulina. En los
pacientes con vómitos se debe seguir administrando insulina (aproximadamente
la mitad de la dosis); si los vómitos continúan y el paciente no tolera líquidos es
aconsejable el ingreso hospitalario.
Varios meses después de iniciar el tratamiento con insulina, casi todos
los pacientes adquieren anticuerpos frente a ella, pero en la mayoría de casos
no interfieren en la respuesta metabólica. A veces pueden producir inestabilidad
al crear un reservorio de insulina. En raras ocasiones los niños con anticuerpos
desarrollan una verdadera resistencia a la insulina y requieren dosis mayores de
2 U/kg/día.
Efecto Somogyi. Es una hiperglucemia reaccional a una hipoglucemia.
Cuando se produce una hipoglucemia nocturna puede pasar desapercibida, a
las 4-5 horas aparecerá hiperglucemia reactiva, glucosuria y cetonuria. Se cree
debido a la acción de las hormonas contrarreguladoras, en respuesta al episodio
de hipoglucemia. El tratamiento consiste en disminuir la dosis de insulina inter-
media de la noche.
Fenómeno del alba. Se denomina así a la elevación de la glucemia entre
las 5 y las 9 horas de la mañana sin hipoglucemia previa. Durante la noche existe
una tendencia a aumentar progresivamente la glucemia, tanto en individuos nor-
males como en diabéticos, lo que conlleva a un aumento de las necesidades de
insulina al amanecer. El tratamiento más adecuado es retrasar el horario de la
inyección de insulina intermedia de la noche, o aumentar su dosis.
Para distinguir la causa de una hiperglucemia matinal se debe realizar una
determinación de glucemia entre las 3 y las 5 de la madrugada:
- Si hay hipoglucemia, se trata de un efecto Somogyi.
273
Endocrinología Infantil
Tabla 12.5. Cantidades de alimentos que componen una ración (10 g de hidratos de carbono.
Verduras Tipo A: Acelgas 300 g Frutas Aguacate 170-447 g
Estas Apio 200 g Albaricoque 100-110 g
cantidades Berenjenas 200 g Albaricoque seco 15 g
se refieren a Cardos 180 g Castaña seca 15 g
verduras cru- Coliflor 200 g Castaña tierna 25-30 g
das y limpias. Champiñón 270 g Cerezas 69 g
Las verduras Escarola 250 g Ciruelas 60-70 g
de tipo A, por Espárragos 200 g Ciruelas pasas 10-14 g
su pobre Espinacas 250 g Chirimoya 50-83 g
contenido Lechuga 350 g Dátiles 14-16 g
en hidratos de Pepino 375 g Fresas 110 g
carbono pue- Lombarda 190 g Guayaba 66 g
den tomarse Rábano 275 g Fresón 190 g
libremente Repollo 190 g Guindas 75-86 g
Tomate 250 g Higos 60-70 g
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Diabetes mellitus
275
Endocrinología Infantil
tal. Los niños diabéticos no deben ingerir más de 2 g/kg de proteínas. Se ha demos-
trado que la reducción de la ingesta proteica puede reducir la microalbuminuria y la
progresión a insuficiencia renal durante las fases precoces de nefropatía diabética.
3) Ejercicio físico
Posee efectos beneficiosos: mejor control glucémico, mayor sensibilidad a
la insulina, repercusiones favorables sobre el metabolismo lipídico y la tensión
arterial. Para que sea eficaz debe realizarse con regularidad.
Es imprescindible que el niño esté correctamente insulinizado cuando vaya
a hacer ejercicio. Si está sobreinsulinizado el ejercicio determina un riesgo nota-
ble de hipoglucemia. Por el contrario, si está escasamente insulinizado, el ejerci-
cio provoca hiperglucemia y cetonemia.
Una complicación importante del ejercicio es la aparición de una reacción
hipoglucémica durante éste o varias horas después. El principal factor es el
aumento de la velocidad de absorción de insulina a partir del punto de inyección.
Si el ejercicio es prolongado existe riesgo de hipoglucemias tardías.
En situaciones de hiperglucemia y cetosis no se debe realizar ejercicio.
4) Transplante de pancreas como tratamiento de la DMID
El transplante de páncreas mejora la calidad de vida del paciente diabético
eliminando las inyecciones de insulina y las restricciones dietéticas. Debe lle-
varse a cabo en pacientes que han recibido o van a recibir un transplante renal
por fallo renal crónico. Dado que los transplantes de páncreas aislados, sin otro
órgano, requieren tratamiento inmunosupresor de por vida, y los efectos secun-
darios de las drogas pueden ser graves, el transplante aislado sólo se recomienda
en aquellas situaciones en que la frecuencia de hospitalizaciones por descompen-
sación metabólica es tan frecuente que la calidad de vida está comprometida y el
pronóstico, a largo plazo, es reservado.
Otras técnicas utilizadas son el transplante de islotes y el transplante de
células fetales.
Control de la diabetes
En general, se consideran aceptables glucemias preprandiales menores de
140 mg/dl, y postprandiales menores de 180 mg/dl, aunque en la práctica se
pueden ampliar los límites a 60 y 240 mg/dl. La glucemia ideal debe oscilar entre
unos 80 mg/dl en ayunas y 140 mg/dl después de las comidas. El límite inferior
de la glucemia debe ser 60 mg/dl durante el día, y 70 mg/dl durante la noche.
Determinación de la glucemia.
La glucemia capilar es el método idóneo para saber el control metabólico
276
Diabetes mellitus
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Endocrinología Infantil
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Diabetes mellitus
279
Endocrinología Infantil
tico en comparación con los no diabéticos. En el niño no suele haber clínica, pero
sí anomalías bioquímicas que debemos controlar. La enfermedad cardiovascular
es la principal causa de muerte en los diabéticos adultos. Entre los factores de
riesgo, además de la diabetes por sí misma, destacan la hiperlipemia y la tensión
arterial. El aumento de colesterol y lipoproteína “a” son factores de riesgo vascu-
lar. Las mujeres adolescentes constituyen un grupo especial de riesgo. Las medi-
das a tomar son: buen control metabólico, dieta con restricción de colesterol y
grasas saturadas; y tratamiento farmacológico si las medidas anteriores no son
efectivas.
La hipertensión arterial es un factor de riesgo coronario, además de su
influencia en el desarrollo de la nefropatía diabética. En la actualidad se reco-
mienda tratamiento farmacológico con cifras tensionales en límites altos de la
normalidad. Los fármacos de elección son los inhibidores del enzima convertidor
de angiotensina (Captopril), ya que además del control de la tensión arterial, tiene
un efecto protector renal, como se ha comentado pueden disminuir la microalbu-
minuria.
280
Diabetes mellitus
Cetoacidosis diabética
Factores desencadenantes
La causa más frecuente son las infecciones (50%), y dentro de éstas, las
infecciones leves de vías respiratorias altas son el motivo habitual de descompen-
sación. En la CAD es frecuente la leucocitosis con desviación izquierda, por lo
que no es un buen indicador de infección. Se administrarán antibióticos si existe
sospecha clínica de infección bacteriana. Otras causas incluyen:
- Transgresiones dietéticas: Dietas descompensadas en la relación carbohi-
dratos-grasas que pueden originar un estado de cetosis.
- Vómitos prolongados y diarrea.
- Estrés, tanto psíquico como físico (traumatismos, cirugía).
- Errores en la administración de insulina, con dosis más bajas de las necesarias.
- Yatrogenia: Administración de corticoides.
- Idiopática: Hasta en un 20% aproximadamente no se encuentran las
causas desencadenantes de la CAD.
281
Endocrinología Infantil
Fisiopatología
Cambios hormonales
La homeostasia de la glucosa y de los lípidos dependen de la interacción
de la insulina pancreática, que disminuye la glucemia y las concentraciones de
lípidos, y un grupo de hormonas que reciben el nombre de hormonas contrarregu-
ladoras, cuyas acciones se oponen a las de la insulina. La falta absoluta o relativa
de insulina y el aumento de las hormonas contrarreguladoras da lugar a la CAD.
Insulina
La deficiencia de insulina es la principal alteración endocrina que origina
los trastornos metabólicos de la CAD. Es secretada por las células beta pancreá-
ticas, y es la principal hormona anabólica del organismo. En el hígado aumenta
la captación de glucosa de la sangre portal, estimula la síntesis de glucógeno, e
inhibe la gluconeogénesis y la glucogenólisis. En el músculo aumenta la captación
de glucosa de la sangre, estimula la síntesis de proteínas, e inhibe la proteolisis. En
el tejido adiposo se necesita insulina para la captación de glucosa y lipoproteína
de la sangre, estimula la lipogénesis e inhibe la lipolisis. Solamente el cerebro, la
médula suprarrenal y los elementos formes de la sangre no necesitan la presencia
de insulina para transportar glucosa extracelular al interior de la célula.
Hormonas contrarreguladoras
Las principales hormonas que intervienen en la patogenia de la CAD son:
glucagón, catecolaminas, cortisol y hormona del crecimiento (GH). Su secreción
es estimulada por las situaciones de estrés, y su presencia aumenta las necesida-
des de insulina. Las tres primeras tienen efectos agudos, mientras que la GH tiene
una acción más retrasada.
El glucagón es secretado por las células alfa del páncreas. Aumenta la pro-
ducción hepática de glucosa activando la glucogenolisis y la neoglucogénesis;
además aumenta la producción hepática de cetona y estimula la lipòlisis. En el
paciente diabético con CAD, el glucagón aumenta un 400-500%, y sus efectos
sobre la glucemia no son inhibidos por la insulina.
Las catecolaminas activan la glucogenolisis y la gluconeogénesis, así como
la movilización de ácidos grasos y la cetogénesis secundaria en el hígado. El
resultado es el aumento de la glucemia y la elevación de las concentraciones de
ácidos grasos libres.
El cortisol disminuye la utilización periférica de glucosa, mientras que no
tiene efectos importantes sobre la producción de glucosa o de cetona.
La hormona del crecimiento no tiene efectos agudos sobre el metabolismo,
sin embargo, un aumento crónico acelera la producción hepática de glucosa e
282
Diabetes mellitus
incrementa la lipolisis y los ácidos grasos libres, que sirven de sustrato a la ceto-
génesis hepática.
La ausencia de concentraciones sanguíneas adecuadas de insulina por sí
sola producirá hiperglucemia y cetosis, pero generalmente no desencadenará una
CAD. Para desarrollarla tiene que existir al mismo tiempo una falta relativa de
insulina y una hiperactividad relativa de hormonas contrarreguladoras.
Función renal
En condiciones normales, toda la glucosa filtrada por los glomérulos es
reabsorbida por los túbulos proximales. Cuando la concentración plasmática de
glucosa supera el umbral renal de reabsorción, aparece glucosa en orina. La glu-
cosuria provoca diuresis osmótica, con pérdida de agua, que provoca deshidrata-
ción. La hiperglucemia provoca un gradiente osmótico entre los líquidos extra e
intracelular, produciéndose un desplazamiento de agua intracelular hacia el espa-
cio extracelular, enmascarando la gravedad clínica de la deshidratación al man-
tenerse el volumen intravascular. El paciente con cetoacidosis que vomita o con
alteración de los mecanismos de la sed, no puede beber líquido suficiente para
compensar las pérdidas por la diuresis osmótica. Finalmente se produce dismi-
nución del volumen intravascular y del filtrado glomerular. Una hiperglucemia
intensa, mayor de 600 mg/dl implica una deshidratación severa con gran dis-
minución de la función renal, y explica como la concentración de glucosa en
pacientes con CAD grave puede disminuir hasta unos 300 mg/dl simplemente
con rehidratación, sin insulina.
La diuresis osmótica provoca pérdida pasiva de electrolitos y agua libre,
que suele ser entre 100 y 150 ml/kg según la gravedad y duración de la enferme-
dad. Al contrario de otras formas de diuresis osmótica en los que el cloruro es
el principal anión que se pierde, en la CAD los aniones perdidos en orina más
importantes son el sodio y el potasio. La disminución del volumen intravascular
disminuye la perfusión tisular provocando acidosis láctica, que contribuye a la
acidosis metabólica.
Sodio
Debido a las pérdidas urinarias el sodio corporal total está disminuido. A
pesar de que la pérdida de agua libre es mayor que la de sodio, la concentración
sérica de sodio no suele aumentar, sino disminuir, porque la hipertonía sérica
extrae agua de las células, que pasa al espacio extracelular, donde diluye el sodio.
Cuando se trata la CAD y la glucemia disminuye, el agua regresa al interior de
la célula y el sodio sérico aumenta. En los episodios graves de CAD se produce
hipertrigliceridemia, que puede ser causa de falsas hiponatremias.
283
Endocrinología Infantil
Potasio
Durante la acidosis, el potasio intracelular se desplaza al espacio extrace-
lular, el cual se pierde por la orina debido a la diuresis osmótica y al aumento
de la actividad de la aldosterona estimulada por la deshidratación. A pesar de la
pérdida de potasio, generalmente sus concentraciones plasmáticas son normales
o elevadas durante las primeras etapas del desarrollo de la CAD, debido al des-
plazamiento del potasio intracelular al espacio extracelular y a la disminución de
la función renal. Con el tratamiento con rehidratación e insulina puede producirse
una hipopotasemia grave, con manifestaciones cardiacas.
Fosfato
Durante la CAD, las reservas corporales de fosfato están disminuidas,
aunque sus concentracines séricas suelen ser normales o algo elevadas, al despla-
zarse el fosfato desde el espacio intracelular hacia el plasma. Como ocurre con el
potasio, durante el tratamiento puede producirse una disminución de los valores
séricos de fosfato. La principal consecuencia del déficit de fosfatos es la dismi-
nución en la concentración eritrocitaria de 2,3-difosfoglicerato (DPG) y la consi-
guiente alteración en la afinidad de la hemoglobina por el oxígeno, desplazando
la curva de disociación de la hemoglobina hacia la izquierda (aumenta la afinidad
por el oxígeno y disminuye su liberación hacia los tejidos). Sin embargo, la aci-
dosis produce una disminución de la afinidad de la hemoglobina por el oxígeno
(desplazamiento hacia la derecha de la curva de disociación-efecto Bohr); por
tanto, no se produce hipoxia tisular debido a los efectos opuestos de la acidosis
y del déficit de 2,3-DPG. Si se corrige la acidosis sin corregir la hipofosfatemia
se puede producir un desplazamiento de la curva hacia la izquierda con la con-
secuente hipoxia tisular. Sin embargo, se ha visto que los niños normalizan sus
niveles de 2,3-DPG en los hematíes más rápidamente que los adultos, y pueden
no necesitar restitución con fosfato. Una complicación del tratamiento intenso
con fosfato es la hipocalcemia sintomática, con hipomagnesemia.
Bicarbonato
La concentración sérica de bicarbonato siempre está disminuida en los
pacientes con CAD, porque el ión bicarbonato extracelular es el primero y más
importante amortiguador de la acidosis metabólica. Sin embargo, aunque la con-
centración sérica de bicarbonato es baja, se crea un déficit pequeño, porque los
aniones cetoácidos y el ácido láctico son metabolizados por el hígado y los tejidos
periféricos a bicarbonato durante el tratamiento con insulina. En la mayoría de
los pacientes la acidosis metabólica se recupera completamente sin necesidad de
suplementos de bicarbonato.
284
Diabetes mellitus
Cetoacidosis
Durante la CAD se sintetizan en el hígado los cuerpos cetónicos: ácido
beta-hidroxibutírico (BOHB), ácido acetoacético (AcAc) y acetona. El BOHB no
es una cetona y es convertido en AcAc por oxidación. La acetona se forma por
descarboxilación no enzimática de AcAc, y no es un ácido. Normalmente, la pro-
ducción de BOHB/AcAc es de 3:1, pero puede aumentar durante la cetoacidosis.
El método utilizado para medir la concentración de cetonas es la reacción del
nitroprusiato, que sólo mide cetonas, no mide BOHB, que es el cetoácido más
importante durante la CAD. La concentración de cetona en suero puede ser baja
antes del tratamiento de la CAD (BHOB está elevado, pero no se mide), y aumen-
tar durante el tratamiento, cuando el metabolismo oxidativo convierte BOHB
en AcAc, aunque la concentración total de cuerpos cetónicos esté disminuyendo
realmente.
La acidosis metabólica provoca una hipocapnia compensadora por estí-
mulo de la respiración. La hipocapnia produce vasoconstricción cerebral y dis-
minuye el riego sanguíneo al cerebro. La acidosis progresiva causa depresión
circulatoria por disminución del tono del músculo liso arteriolar, y por disminu-
ción de la contractilidad miocárdica.
Clínica
Una de las características típicas de la CAD es el desarrollo gradual y pau-
latino de la sintomatología clínica a lo largo de horas o días. Suele iniciarse con
anorexia, náuseas, vómitos, poliuria, sed intensa y dolor abdominal. Si esta situa-
ción no se trata, el cuadro evoluciona, apareciendo alteración de la conciencia,
llegando hasta el coma profundo. En ocasiones, el dolor abdominal es tan impor-
tante que puede hacernos pensar en una apendicitis aguda.
En la exploración física encontramos una respiración acidótica de Kuss-
maul y signos de depleción de volumen (piel y mucosas secas, ojos hundidos,
cianosis periférica, hipotensión). El aliento tiene un olor característico a acetona.
La existencia de fiebre sugiere la presencia de infección, sin embargo, la hipoter-
mia y la falta de respuesta hiperpirética a la infección son tan frecuentes en la
CAD que la ausencia de fiebre no excluye la posibilidad de infección.
Datos de laboratorio
La CAD cursa con hiperglucemia, hipercetonemia y acidosis. El grado
de hiperglucemia no tiene correlación con el de acidosis, hay casos de acidosis
severa con hiperglucemia mínima. La acidosis de la CAD, descenso de pH por
285
Endocrinología Infantil
Tratamiento
El tratamiento básico de la CAD consiste en reponer líquidos y electrolitos,
y administrar insulina.
Reposición de líquidos
La mejor manera de determinar la deshidratación del paciente es comparar
el peso actual con un peso reciente en salud. La mayoría tienen una deshidrata-
ción del 5-10% (50-100 ml/kg) que habrá que añadir a las necesidades basales
(1500 ml/m2/día) y a las pérdidas extraordinarias que se vayan produciendo. La
286
Diabetes mellitus
Insulina
El método de elección es la administración en infusión continua de insu-
lina de acción rápida a dosis bajas. La dosis habitual recomendada es 0.1 U/kg/
hora, modificando la dosis según los niveles de glucemia.
La glucemia debe disminuir a un ritmo de 75-100 mg/dl/hora. En la primera
y segunda hora de tratamiento, el nivel de glucemia disminuye por la expansión del
volumen intravascular producida por los líquidos de la rehidratación inicial.
El nivel de glucemia se normaliza más rápidamente que la acidosis, y es
necesario continuar con la insulina intravenosa hasta mejorar la acidosis. Esto
hace que el tratamiento posterior con insulina subcutánea sea más fácil. Como
se ha comentado, cuando la glucemia se encuentra entre 200-300 mg/dl, se debe
añadir glucosa al líquido de perfusión, para mantener la glucemia alrededor de
250 mg/dl.
Potasio
El tratamiento con insulina y la corrección de la acidosis, hacen que el
potasio se introduzca en la célula, lo que provoca hipokaliemia, que puede ser
mortal. Se deben hacer controles muy cuidadosos de los niveles séricos de K cada
1-2 horas. No se debe agregar potasio a los líquidos de perfusión hasta conocer
los niveles séricos y hasta que el paciente orine. Un electrocardiograma puede
ayudarnos a evaluar si hay hipo- o hiperkaliemia mientras se espera el resultado
de laboratorio.
287
Endocrinología Infantil
Sodio
Como se ha comentado, en la CAD existe una pérdida del sodio corporal
total. La mayoría tienen hiponatremia. Durante el tratamiento, se debe controlar
estrechamente el sodio sérico para no provocar o agravar la hiponatremia. La
imposibilidad de aumentar la natremia a medida que disminuye la glucemia
puede indicar un exceso de administración de líquidos, con el consiguiente riesgo
de edema cerebral. El aumento del sodio cuando disminuye la glucemia contri-
buye a prevenir los cambios rápidos de osmolaridad.
Fosfato
El tratamiento con insulina hace que el fosfato se introduzca en la célula,
disminuyendo los niveles en suero. Aunque teóricamente puede ser beneficioso,
en la práctica se ha visto que la administración de fosfato no ofrece ninguna ven-
taja en el tratamiento de la CAD.
La reposición de fosfato está indicada cuando el nivel sérico es muy bajo
(< 2 mEq/l). Se recomienda reponerlo parcialmente utilizando una sal de potasio
(50% de cloruro potásico, 50% de fosfato potásico). Una ventaja es que se admi-
nistra menos cloruro. El fosfato puede provocar hipocalcemia.
Bicarbonato
La administración de bicarbonato para corregir la acidosis en la CAD es
controvertida. Como se ha comentado, el tratamiento con insulina en la CAD,
a diferencia de otras acidosis metabólicas, genera bicarbonato a medida que se
metabolizan los cuerpos cetónicos, corrigiéndose la acidosis de manera gradual.
Por tanto, no es necesaria la administración de bicarbonato en los casos leves o
moderados.
Los riesgos de la administración de bicarbonato son la sobrecorrección, la
alcalosis metabólica y la acidosis paradójica del LCR.
Se administrará en pacientes con acidosis severa que puede afectar las fun-
ciones respiratoria y cardiaca (pH < 7.10 y bicarbonato < 5), y sólo se adminis-
trará para corregir la acidosis parcialmente, hasta un pH de 7.20. No se debe
administrar bicarbonato a pacientes hipokaliémicos hasta que no estén recibiendo
potasio.
288
Diabetes mellitus
Complicaciones
Con un tratamiento y monitorización correctos, las complicaciones de la
cetoacidosis diabética son poco frecuentes, entre ellas se encuentran: hipoten-
sión, disfunción renal, aspiración, alteraciones electrolíticas y arritmias, sepsis,
alteraciones del aporte de oxígeno, acidosis hiperclorémica, fenómenos tromboe-
mbólicos. Sin embargo, la complicación más temida en el curso del tratamiento
de la cetoacidosis es el desarrollo de edema cerebral. La presencia de edema cere-
bral subclínico puede ser frecuente. Es imprevisible, y no existen datos que per-
mitan identificar a los pacientes de riesgo. Se hace clínicamente aparente varias
horas después de iniciado el tratamiento, cuando ya se ha reestablecido la circu-
lación, se ha corregido parcialmente la acidosis grave, y está disminuyendo la
glucemia. Se manifiesta por un brusco cambio del estado de conciencia, signos
neurológicos anormales (dilatación pupilar, postura de decorticación o descere-
bración), con rápido avance al coma profundo y parada respiratoria secundaria
a enclavamiento cerebral. La mortalidad es muy alta, hasta de un 90%. Se han
desarrollado varías teorías para explicar su fisiopatología, la más aceptada indica
la existencia de un desequilibrio osmótico entre el sistema nervioso central y
el líquido extracelular durante el tratamiento, que provoca el desplazamiento de
agua siguiendo un gradiente osmótico y penetrando en el cerebro. Las posibles
causas descritas son: el descenso muy rápido y caída a niveles demasiado bajos
de la glucemia, el exceso y la tonicidad de la administración de líquidos intra-
venosos, la falta de aumento de la natremia durante el tratamiento, y la admi-
nistración de bicarbonato. Como se ha comentado anteriormente, se recomienda
no sobrepasar el ritmo de administración de líquidos de 4 litros/m2 /día, ya que
se ha demostrado que aportes superiores están asociados con mayor incidencia
de edema cerebral. La incapacidad de elevar la natremia cuando disminuyen los
289
Endocrinología Infantil
290
Diabetes mellitus
291
Endocrinología Infantil
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292
Trastornos del comportamiento alimentario
CAPÍTULO XIII
TRASTORNOS DEL COMPORTAMIENTO
ALIMENTARIO
J.L. Lechuga Campoy, M.T. Guerra Pérez, F.J. Caro Contreras
Anorexia nerviosa
293
Endocrinología Infantil
NUESTRA SOCIEDAD
Fig.-13.1.
El individuo ve modificar
Historia
Richard Morton (1689), describe por primera vez un caso clínico con las
características propias de una anorexia nerviosa que él llama “consunción ner-
viosa”. Casi dos siglos después William Gull (1868), describe un cuadro de
adelgazamiento, amenorrea, estreñimiento, pulso lento y caquexia. Quince años
294
Trastornos del comportamiento alimentario
295
Endocrinología Infantil
Anorexia
- Inmadurez
- Hipersensibilidad
- Baja tolerancia a la frustración
- Inseguridad
- Baja autoestima
- Tendencias obsesivo-compulsivas
Subtipo anoréxico-bulímico
- Personalidad más marcada
- Más extrovertidos
- Dificultades en el control de impulsos
- Abuso de alcohol y drogas
- Trastornos afectivos
- Intentos autolíticos
Etiopatogenia
El desarrollo del cuadro es muy complejo y en la actualidad se puede con-
siderar como el final de un proceso sobre el que interactúan factores genéticos,
biológicos, individuales, familiares y socioculturales.
Factores genéticos: Waters, en 1990, comunica estudios realizados en
gemelos monocigotos, en el que en el 50% de los casos, ambos están afectados,
296
Trastornos del comportamiento alimentario
mientras que en las parejas de dicigotos sólo el 10% tienen doble afectación.
Factores biológicos: en su gran mayoría, las alteraciones presentes en estos
pacientes se consideran como respuesta y adaptación a la nutrición. Reciente-
mente se han hallado alteraciones de los sistemas noradrenérgicos, serotoninér-
gicos, dopaminérgios y leptina-neuropéptido , y a nivel hipotalámico, así como
elevación de endorfinas, todos ellos encontrados en pacientes con anorexia ner-
viosa han sugerido el posible papel de los mismos tanto en la patogenia como en
la autoperpetuación de la enfermedad.
Factores psicológicos individuales: los rasgos de la personalidad van a
actuar como factores predisponentes junto a situaciones de sobrepeso peripube-
ral, historia de depresión o trastorno obsesivo infantil, obesidad familiar, etc.
Todo lo relacionado en la (Tabla 13.3) como acontecimientos vitales estre-
santes, pueden ser considerados, entre otros muchos, como factores precipitantes
de la enfermedad. Existirían también factores de mantenimiento, como satisfac-
ción por el adelgazamiento, aislamiento social, terror a subir de peso, dedicación
obsesiva al estudio, lento vaciamiento gástrico, dificultad para digerir y desapari-
ción del hambre.
Diagnóstico clínico
En la anamnesis de estos adolescentes nos vamos a encontrar en la mayoría
de los casos con la restricción de alimentos de contenido calórico elevado con
la intención de bajar peso. Esta restricción se hace extensiva a la mayoría de los
nutrientes pues no se detienen al llegar al peso ideal sino que continúan con la
297
Endocrinología Infantil
dieta. Los anoréxicos mantienen una serie de rituales con respecto a la conducta
alimentaria como comer de pie, preparar los alimentos siempre por cocción o a
la plancha, los cortan en pequeños trozos, lavan o estrujan alimentos de supuesto
contenido graso, disminuyen la ingesta de agua o líquidos, inician aumento de acti-
vidad física para aumentar el gasto energético, en ocasiones ejercicio compulsivo,
aumento de las horas de estudio y actividades supuestamente útiles, irritabilidad.
En los pacientes con rasgos bulímicos aparece el uso de laxantes, diuréti-
cos y vómitos autoinducidos. Se produce un aislamiento social, no salen con los
amigos y no comen en sociedad. Si el cuadro progresa, se produce pérdida de
peso, amenorrea secundaria, aislamiento y distorsión de la percepción corporal.
Se tiende a la autoperpetuación del cuadro para obtener el control familiar.
En la exploración física, encontramos desde una pérdida de peso del 15%
respecto al percentil 50 para su edad talla, hasta grados extremos de emaciación.
La pérdida se instaura lentamente, con intensidad variable. Se inicia por disminu-
ción de la grasa, primero abdominal, luego de extremidades y tejido celular subcutá-
neo, facial, y por último perivisceral (Fig.-13.3). Si se perpetúa el cuadro, le sigue la
pérdida de masa muscular, pudiendo llegar a la emaciación, cambios en la piel, fane-
ras y alteraciones dentarias. La piel se vuelve seca y descamativa, pudiendo aparecer
lanugo en espalda y extremidades superiores, el pelo es ralo y carencial.
Aparece así mismo, bradicardia, hipotensión, pulso débil e hipotermia
298
Trastornos del comportamiento alimentario
Diagnóstico de laboratorio
Será necesario realizar un estudio básico inicial que incluya valores hema-
timétricos, VSG, proteinograma y electrolitos que suelen ser normales, salvo si
hay intensa malnutrición en cuyo caso puede aparecer leucopenia con hipoalbu-
minemia. En algunas ocasiones, en el contexto anoréxico-bulímico con vómitos o
uso de laxantes se pueden observar hipopotasemias que causen arritmias. Se rea-
lizan también otras determinaciones bioquímicas que incluyan un perfil lipídico
y renal, enzimas hepáticas en las que tanto el colesterol como las HDL, y la urea
suelen estar elevadas.
En el eje hipotálamo-hipofisario nos encontramos que la GH puede estar
normal o elevada dependiendo del estado nutricional y de la posible alteración
de los neurotransmisores. Si la pérdida de peso es importante, estarán disminui-
dos así mismo la IGF1 y su proteína transportadora IGFBP3, con aumento de la
IGFBP1. En esa circunstancia la GH estará aumentada aunque resulte ineficaz, su
proteína transportadora, GHBP estará disminuida.
Si el cuadro se instaura antes de la pubertad, se puede producir una merma
importante en el pronóstico de talla adulta; mientras que si ya ha finalizado
el desarrollo puberal, las modificaciones de la IGF-I no tendrán consecuencias
sobre la talla.
Pronóstico
Hay una serie de factores que influyen en el pronóstico, como son el
momento evolutivo, la severidad de riesgo orgánico, el propio paciente y su fami-
lia. A su vez, hablarían a favor de un buen pronóstico una buena adaptación edu-
cativa y educacional, la madurez psicológica, las buenas relaciones del paciente
con sus padres, y la existencia de factores precipitantes del trastorno. Por el con-
trario, hablaríamos de mal pronóstico al encontrar un paciente varón de clase
social baja, con inicio tardío del trastorno, vómitos, abuso de laxantes, episodios
bulímicos, obesidad premórbida y dismorfofobia.
Aproximadamente en la mitad de las series de casos de inicio temprano de
anorexia nerviosa deben esperar dos años al menos para su recuperación. El fun-
cionamiento familiar sano y la ausencia de eventos vitales precipitantes predicen
un buen desarrollo a corto plazo.
Se han descrito cuadros de hipoalimentación infantil por acción de las
299
Endocrinología Infantil
Tratamiento
Es multidisciplinario, requiere de la colaboración de pediatra/psiquiatra/
dietista. Sus pilares básicos son corregir la malnutrición y la psicoterapia de cara
a conseguir:
- Restaurar un buen estado nutricional.
- Promover una guía sana acerca de la nutrición y el ejercicio.
- Técnicas de conductas ratificando balance de peso.
- Terapia cognitiva conductas y pensamientos anorexígenos.
- Soporte familiar y educacional.
- Reforzar autonomía, identidad, psicoterapia.
Los criterios de hospitalización de la anorexia nerviosa de exponen en la
(Tabla 13.4)
1) Desnutrición severa: pérdida de peso mayor del 30% durante tres meses; IMC < 17
2) Graves alteraciones del equilibrio hidroelectrolítico.
3) Graves alteraciones en signos vitales (hipotensión, bradicardia, hipotermia) o infec-
ciones intercurrentes en pacientes gravemente desnutridos.
4) Sintomatología depresiva asociada (tristeza, caducidad intensa, ideación autolítica,
etc).
5) Falta de motivación y rechazo al tratamiento
6) Graves alteraciones de la dinámica familiar
7) Situación social muy alterada
8) Fracaso del tratamiento ambulatorio
Tabla 13.4. Criterios para la hospitalización de la anorexia nerviosa. DSM-IV
300
Trastornos del comportamiento alimentario
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Endocrinología Infantil
302
Trastornos del comportamiento alimentario
Tercera etapa:
Transición a casa y al colegio: 1-2 semanas.
El paciente ha recuperado una media de 5-6 kg
La vuelta a casa se inicia con permisos de fines de semanas hasta el día
de alta definitivo.
Incorporación al colegio: muy importante la figura del tutor que debe
orientar y fijará prioridades en cuanto a tareas académicas e integración con sus
compañeros.
Comidas:
-Técnicas de conversación mientras comen.
-Educación nutricional planificando el peso y meta. Una vez recuperada la
desnutrición.
-Planificar los menús implantará un plan dietético, equivalencias de ali-
mentos para elegir: tranquiliza al paciente y da mejor resultado que planes de
mayor flexibilidad.
Reposo. Relajación. Grupos de trabajo.
Bulimia
303
Endocrinología Infantil
Prevalencia
Afecta a individuos de clase acomodada, adolescentes de sexo femenino
en una proporción 10:1, con una incidencia de entre un 1 y un 3% de la población
adolescente manifestándose en adultos jóvenes. En España, se ha encontrado una
incidencia del 1.25%, mientras que para la anorexia nerviosa en la misma pobla-
ción era de un 3%.
Etiología
Dentro de los factores de riesgo para padecer bulimia nerviosa, encontra-
mos el ser mujer con baja autoestima, con insatisfacción de su imagen corporal,
con algún trastorno de la personalidad, posible historia de depresión previa así
como uso o abuso de sustancias, con nivel socioeconómico generalmente alto. No
es raro encontrar historia familiar de desórdenes alimentarios y/o depresivos.
Clínica
Hay episodios compulsivos e incontrolados de ingesta de grandes can-
tidades de alimentos, con conciencia del hecho, desencadenados por cualquier
trastorno emocional, presentándose dos o más veces por semana. Existe una falta
total de control sobre estos impulso, que se sigue de mecanismos defensivos,
en forma de vómitos, que suelen ser postprandiales, por estimulación faríngea,
jarabe de ipecacuana o ingesta crónica de aspirina. Un signo temprano de esta
actividad es la perimimelolisis evidenciada por el odontólogo. También hay
purgas, ayuno y/o ejercicio físico excesivo. A veces se asocia a depresión, uso de
drogas, cleptomanía, impulsividad e hiperactividad sexual.
En la exploración podemos ver signos de vómitos, como petequias,
hemorragia subconjuntival, engrosamiento de glándulas salivares, roces en los
nudillos (por el acto de inducir el vómito y rozar con los dientes), gastritis, eso-
fagitis. Por el uso de enemas y laxantes vemos estreñimiento crónico, prolapso
304
Trastornos del comportamiento alimentario
y sangrado rectal. Estos criterios diagnósticos son los que propone la Asociación
Americana de Psiquiatría reuniéndolos en el denominado DSM-IV (Tabla 13.5).
Diagnóstico diferencial
El más importante debe de ser la anorexia nerviosa tipo compulsivo-
purgativo, cuyas características principales de diagnóstico diferencial se especi-
fican en la (Tabla 13.6).
Hay otras enfermedades en las que se ha observado una conducta ali-
mentaria alterada, pero no una preocupación excesiva por el peso y la silueta cor-
poral, como el síndrome de Kleine-Levine. A su vez debemos hacer diagnóstico
diferencial con el trastorno depresivo mayor con síntomas atípicos, pero estos
305
Endocrinología Infantil
306
Trastornos del comportamiento alimentario
Tratamiento
Una vez instaurado el cuadro clínico, el tratamiento inicial debe ser psi-
quiátrico, pues se ha demostrado que el uso de antidepresivos de nueva gene-
ración, tipo ISRS (Inhibidores Selectivos de la Recaptación de Serotonina),
concretamente la fluoxetina, a dosis elevada ha conseguido buenos resultados.
Debido a la recurrencia de los vómitos, la aparición de alcalosis hipocloré-
mica, debe ser especialmente controlada, monitorizando el ionograma y el equi-
librio ácido base, aportando los déficit que se encuentren, fundamentalmente de
potasio.
De cara al tratamiento es esencial que el peso se recupere a niveles nor-
males e incluso estabilizarse en un peso correcto. Para ello hemos de informar
sobre la forma de reeducar en la alimentación, enseñar que los vómitos, el uso de
laxantes y diuréticos, son ineficaces para producir cambios de peso estables, así
como prevenir las recaídas.
Pronóstico y evolución
Difícil de erradicar. En un estudio del año 1997 tras 10 años de segui-
miento, el 50% se habían recuperado totalmente, un 30% se habían recuperado
unos cuatro años, con recaída posterior y un 20 % no se recuperó nunca. La mala
erradicación se basa en la dificultad de un diagnóstico precoz, ya que se oculta la
conducta sistemáticamente.
307
Endocrinología Infantil
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Glándula pineal
CAPÍTULO XIV
GLÁNDULA PINEAL
A. Muñoz, A. Molina, J.M. Fernández, J. Uberos, C. Ruiz
309
Endocrinología Infantil
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Glándula pineal
Fig. 14.2. Imagen de rayos X de dos glándulas pineales humanas aisladas, las áreas
blancas representan calcificaciones glandulares. (Wetteberg L. Journal of Neural
Transmisión 13:389-410.1978)
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Endocrinología Infantil
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Endocrinología Infantil
Fig. 14.3. Modelo esquemático de una glándula pineal humana (obsérvese la forma
de piña, a la que los griegos denominaron “conarium”)
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Glándula pineal
Fig. 14.6. Aproximación teórica a una forma elipsoidal o tronco cónico, que permite
calcular el volumen glandular. Para ello, se parte de una imagen obtenida mediante
RMN o TAC, en la que es fácil determinar los ejes mayores (a, b y c), y posteriormente,
sustituyendo en la fórmula siguiente (Volumen = 4/3 (π a b c) se puede observar el volu-
men glandular con bastante aproximación. Ramírez F. Tesis Doctoral, Universidad de
Granada, 2000
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Endocrinología Infantil
Inervación
La pineal tiene una doble inervación: post-ganglionar simpática, de origen
periférico, noradrenérgica, e inervación serotoninérgica, de origen central. Ya
en 1904, Ramon y Cajal describió que la glándula pineal está inervada por fibras
postgangliónicas simpáticas que tienen su origen en el ganglio cervical superior
(SCG), (Fig.- 14.7), aunque su significado funcional no se conoció hasta 60 años
Fig. 14.7. Conexiones neurales entre los ojos y la glándula pineal. La información
lumínica detectada por la retina de los mamíferos influye sobre la glándula pineal a
través de un circuito neuronal formado por los sistemas nervioso central y periférico.
Se han identificado sinapsis de esta vía en el SCN hipotalámico en el cordón inter-
mediolateral de C8-T5 y en el ganglio cervical superior. La inervación central está
formada por los axones de neuronas cerebrales que penetran en le glándula pineal.
Modificado de Reiter TJ. The pineal and is indole products: Basic Aspects and clinical
applications. In Cohen MP, Foà PP (eds): The brain as an endocrine organ. Endocri-
nology and Metabolism, vol. 3. Springer-Verlag, New York, 1989:96-149
316
Glándula pineal
después. Las fibras postgangliónicas llegan a la pineal junto a los vasos sanguí-
neos y terminan en los espacios pericapilares y a veces entre las células parenqui-
matosas sin formar sinapsis con éstas. La trascendencia funcional de la integridad
de la vía nerviosa se pone de manifiesto porque la extirpación bilateral del SCG,
su interrupción a cualquier nivel, así como la administración de fármacos ß-blo-
queantes provocan la supresión hormonal. La pineal también dispone de inerva-
ción parasimpática colinérgica.
Las fibras pinealopetales parten del SNC y llegan a la pineal a través del
tallo pineal. La mayoría tienen su origen en células situadas en los núcleos del
rafe y habenular medial y/o lateral. Usan serotonina como neurotransmisor. Tam-
bién se ha indicado la presencia de neuronas y fibras peptidérgicas en la glán-
dula pineal. Algunos estudios atribuyen también a las hormonas hipotalámicas
el papel de neurotransmisores con capacidad reguladora de la función pineal. La
existencia de verdaderas fibras pinealofugales (inervación sensorial de la glán-
dula pineal) no está plenamente establecida.
317
Endocrinología Infantil
318
Glándula pineal
Receptores de melatonina
En 1994 se publicó la secuencia cDNA del receptor de melatonina. Desde
entonces se han aislado dos secuencias cDNA que codifican dos receptores de
melatonina presentes en la especie humana.
Los efectos de la melatonina están mediados por receptores específicos de
alta afinidad localizados en la membrana plasmática y acoplados a una proteína
unida a GTP. Se han descrito dos proteínas G diferentes acopladas al receptor
de melatonina, una sensible a la toxina pertúsica y la otra sensible a la toxina
colérica. Sobre la base de la estructura molecular, se han descrito tres subtipos
de receptores de melatonina: Mel1A, Mel1B, y Mel1C. Los dos primeros subti-
pos se encuentran en los mamíferos y se pueden distinguir farmacológicamente
mediante antagonistas selectivos. Los receptores de melatonina regulan diversos
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mismo grupo de neonatos que permanecieron con los ojos tapados para evitar el
daño ocular por fototerapia indicada en la ictericia del recién nacido (Fig.-14.10).
Debemos recordar que la luz suprime y la oscuridad incrementa, la producción
de melatonina; y que el momento de presentación de la luz, al amanecer, es el
principal zeitgeber sincronizador de los ritmos circadianos.
Fig. 14.10. Los recién nacidos sometidos a fototerapia, procedimiento mediante el cual
permanecen con los ojos tapados, muestran un incremento de los niveles circulantes
de melatonina, demostrándose que al nacimiento la glándula pineal ya es funcionante.
A la elevada concentración de melatonina contribuye parcialmente la inmadurez hepá-
tica (principal vía metabólica de degradación de la melatonina). Jaldo Alba F, Muñoz
Hoyos A et al. Ligth deprivation increases plasma levels of melatonin during the first
72h of life in human infants. Acta Endocrinol 1993; 129: 442-445
322
Glándula pineal
Fig. 14.11. Cronología de maduración desde el nacimiento hasta la pubertad del eje
hipotálamo-hipofisario-gonadal
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lámicos, aunque podría ser prematuro sin embargo, hacer esta generalización
en ausencia de datos críticos. Por otra parte, se ha sugerido que la influencia
moduladora de la glándula pineal en los ejes neuroendocrino gonadal y neu-
roendocrino-tiroideo, provea una vía de sincronización de ritmos metabólicos
endocrino-metabólicos y reproductores con los cambios estacionales de luz y
temperatura.
Un punto de vista diferente sería considerar que la pineal está involucrada
en un mecanismo más general relacionado con la maduración y la liberación
de las hormonas liberadoras hipotalámicas. En hámster machos, esta hipótesis
podría explicar la extensión de la respuesta secretoria hormonal estimulante del
folículo y de la hormona luteinizante pituitaria en respuesta a niveles reducidos
de hormonas esteroideas, como se ha observado después de la castración.
En ratas la glándula pineal influye en la respuesta secretora de TSH a
niveles reducidos de hormonas tiroideas. En nuestra experiencia, la TSH tras un
test de estímulo con clonidina en niños estudiados por baja talla no experimentó
variación significativa al igual que el cociente FSH/LH El a-agonista clonidina en
cambio, sí disminuyó la concentración de melatonina.
328
Glándula pineal
Fig. 14.14. Perfil de los niveles de ACTH, cortisol, GH y melatonina tras la aplicación
de un test de estímulo con clonidina. Muñoz Hoyos A, Fernández García JM et al.
Effect of clinidine on plasma ACTH, cortisol and melatonin children. J Pineal Res
2000; 29(1):48-53
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génesis no podemos explicar y que pudiera deberse a un retraso horario del pico
nocturno de melatonina que conllevaría mayores concentraciones a primera hora
de la mañana. En términos de desarrollo puberal (antes vs después de iniciada la
pubertad) se detectaron diferencias significativas en la concentración de aMT.
Para Cavallo el pico nocturno de melatonina sigue una tendencia lineal
descendente tanto con la edad como con el desarrollo puberal, pero al estudiar
mediante un análisis de la covarianza si la concentración de aMT está relacionada
con el estadío puberal independientemente de la edad, no hubo relación entre
melatonina y pubertad con la variable edad como covariante. Muy recientemente
Cavallo y cols. han demostrado cambios significativos en la farmacocinética de
la melatonina entre niños prepuberales y adultos. En adultos se demuestra que las
tasas plasmáticas obtenidas son dependientes de la dosis administrada, que hay
una ausencia de saturación y que la tasa de metabolismo permanece inalterada
con diferentes dosis. En sujetos prepúberes se detecta una mayor tasa de elimina-
ción que en adultos: se metaboliza la aMT mucho más rápido. Este dato unido al
conocido descenso de las concentraciones séricas con la edad lleva a los autores
a concluir que la glándula pineal prepúber tiene una mayor tasa de secreción que
la adulta. Si la producción pineal de aMT permaneciese constante, dado el acele-
rado metabolismo en niños prepuberales y su mayor excreción urinaria, cabría
esperar que sus concentraciones plasmáticas fuesen menores que en el adulto, y
sin embargo múltiples estudios demuestran que la concentración sérica de mela-
tonina decrece con la edad. Según Cavallo y cols, este dato farmacocinético
renueva el interés en investigar las interrelaciones pineal-pubertad en humanos,
que no se han podido clarificar en los últimos veinte años. Son necesarios estu-
dios farmacocinéticos mucho más amplios para cuándo aparece y cuánto dura
la diferente farmacocinética de aMT detectada en niños prepuberales, y si ese
cambio posiblemente “temporal” se relaciona con la adrenarquia.
Como lugar de actuación de la melatonina sobre el sistema reproductivo
se han propuesto el hipotálamo, la hipófisis y las gónadas. La demostración de
receptores para melatonina en el núcleo supraquiasmático del hipotálamo, así
como la capacidad de la melatonina para suprimir tanto la LH como el estradiol
en mujeres normales, favorecen la hipótesis de su actividad a nivel hipotálamo-
hipofisario. Sin embargo, el tratamiento de la pubertad precoz con análogos de
la GnRH (que inhiben la secreción de gonadotrofinas y el desarrollo puberal) no
revierte la concentración de melatonina a valores prepuberales, y hay una ausen-
cia de correlación entre LH y aMT en pacientes con déficit de GnRH (hipogona-
dismo hipogonadotropo, retraso constitucional de la pubertad). Tampoco se halló
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Melatonina y cáncer
La primera sugerencia que relacionó la glándula pineal con el crecimiento
tumoral data de 1929, aunque en realidad los progresos e interés sobre el tema
se han producido en las dos últimas décadas. La mayoría de los trabajos hablan
de una acción oncostática de la pineal, especialmente por su principal hormona
melatonina. Experimentalmente hay evidencias que indican que tanto la pinealec-
tomía favorece y la administración de melatonina frena el crecimiento de tumores
malignos. Hay evidencias de que la melatonina deprime las secreciones hipofisa-
rias y gonadales responsables del crecimiento tumoral.
El papel oncostático de la melatonina puede ser explicado por diversos
mecanismos, destacando como aspectos de mayor interés: a) Un efecto celular
directo, que incluiría: modulación de la vía estrogénica, efectos directos sobre
ciclos celulares, influencia sobre ciertos factores de crecimiento, interacción con
calmodulina y tubulina y aumento de las zonas de comunicación intercelular. b)
Acción indirecta como antioxidante, en este sentido hay suficientes referencias
en este libro que explican esta acción y su potencial papel protector. c) Acción
indirecta a través de una inmunoestimulación, mecanismo que ya ha sido referido
con anterioridad. Junto a estos aspectos de interés se han descrito incluso trastor-
nos en la producción de melatonina en pacientes con cancer, tanto en la secreción
nocturna como en su ritmicidad.
Las células T-helper disponen de un receptor de membrana para melato-
nina acoplado a una proteína G y quizá también posean receptores nucleares. La
activación de estos receptores libera las citokinas propias de la células T helper,
como son el interferon gamma y la interleukina-2, así como citokinas opioides
con reacción inmunológica cruzada con la interleukina-4 y la dinorfina B. Los
monocitos humanos incubados con melatonina producen mayores cantidades de
interleukinas 1, 6 y 12, mediadores que mejoran la defensa antiinfecciosa, favo-
recen la hematopoiesis y ejercen un efecto sinérgico con la interleukina-2 contra
el cáncer.
A nivel clínico se ha demostrado que la melatonina amplía la capacidad
antitumoral de pequeñas dosis de IL-2, con regresión tumoral, mayor tiempo de
remisión y aumento de la vida media. Además, en tejido tumoral mamario se
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Glándula pineal
Melatonina y sueño
Probablemente entre la diversidad funcional atribuida actualmente a la
melatonina, haya que destacar por sus probados efectos y ampliamente utilizada
en la clínica su papel como “Hormona inductora y reguladora del sueño”. Por
otra parte, una ojeada a la problemática pediátrica mas relevante en los paises
desarrollados nos muestra como el transcurso del tiempo va cambiando sustan-
cialmente el papel que juegan determinadas enfermedades, y es fácil comprobar
la drástica disminución de ciertas enfermedades infecciosas y nutricionales fun-
damentalmente. Junto a este fenómeno aparece paralelamente otro menos impor-
tante como es la entrada en escena de nuevas enfermedades o la concesión de
mayor importancia clínica a cuadros ya conocidos, pero escasamente estudiados,
en este contexto se sitúan plenamente los llamados “Trastornos del sueño en
la infancia”, problemas que a pesar de su importancia, y de existir destacados
grupos de investigadores reclamando nuestra atención, quizás en el terreno pro-
fesional los pediatras no hayamos profundizado suficientemente y dispongamos
de una formación práctica no acorde a las exigencias que la practica diaria nos
reclama. Con estos planteamientos pretendemos en el presente capítulo llamar la
atención acerca de estos trastornos y matizar sobre el posible papel que la mela-
tonina pudiera tener en el futuro en su tratamiento. Para ello vamos a describir el
concepto de sueño y sus fases, los aspectos cronobiológicos de los ciclos sueño-
vigilia, posteriormente se hará una breve síntesis de los mediadores farmacoló-
gicos de estos ciclos, para dar paso a la presentación de los estados de sueño
anormal o patológico y por último se aportarán evidencias que definen el papel
que la melatonina puede jugar y sus posibilidades futuras en este terreno de la
Pediatría.
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Glándula pineal
de uso clínico habitual, en estos mismos estudios se aprecia que dosis altas de
melatonina mantenidas durante varios días originan cambios en la arquitectura
del sueño, habiéndose comunicado aumento en la latencia del sueño REM y esta-
dio 2 del sueño. En general, la melatonina administrada exógenamente durante
el periodo de sueño se ha demostrado útil en el tratamiento del insomnio relacio-
nado con alteraciones cronobiológicas . Existen pocos estudios referentes al uso
de la melatonina como hipnótico, como norma general y en base a la documen-
tación existente se puede concluir que dosis altas de melatonina (50 mg o más)
administradas diariamente tienen un efecto favorecedor del sueño. Sin embargo,
dosis bajas (1 mg) tienen un efecto hipnótico menos demostrable; según algunos
autores dosis bajas y transitorias de melatonina son efectivas frente al insomnio
producido por el fenómeno de “jet-lag” y dosis bajas pero mantenidas podrían ser
efectivas en la regulación de las alteraciones del ciclo sueño-vigilia .
349
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350
Glándula pineal
Fig. 14.20. Representación gráfica de las variables colesterol, proteinas totales y gluce-
mia en el mismo trabajo de la figura anteriores. Cara Granados Y. Análisis de posibles
modificaciones bioquímicas y hematológicas tras la ingesta prolongada de N-Acetil-
5-Metoxi-Triptamina en voluntarios sanos. Tesis doctoral. Universidad de Granada.
1997
351
Endocrinología Infantil
duce esta interesante acción. De todas formas si que hay explicaciones indirectas
de gran interés: a) Es sobradamente conocido como el ritmo natural de tipo cir-
cadiano de la actividad del hombre sueño/vigilia sigue un periodo aproximado
de 24 horas, íntimamente relacionado con la producción de melatonina, de tal
manera que incluso la presencia de luz durante la noche hará que desaparezca
la producción de melatonina y el individuo se despierte. b) Ha sido demostrado
que el descenso de la temperatura corporal crea lo que se llama la “antesala del
sueño” y esta sistemáticamente empieza a descender al caer la noche, actual-
mente se admite que es la melatonina la responsable del descenso de tempera-
tura corporal que facilita la relajación muscular de la denominada “antesala del
sueño”. c) Además en los mecanismos íntimos del sueño se ha involucrado a
determinadas aminas biógenas y péptidos cerebrales, estrechamente relacionados
estructural y funcionalmente con la melatonina.
Teóricamente se podrían definir dos posibles indicaciones para la adminis-
tración terapéutica de melatonina: 1) Cuando exista una escasa producción hor-
monal, que en principio sólo la encontraríamos en pocos niños, y 2) Cuando se
compruebe la existencia de un trastorno en el ritmo de producción, circunstancia
en la que podremos encontrarnos con un importante número de niños, los cuales
pueden presentar a su vez minifestaciones tan variadas como: Trastornos del
sueño normal, cólicos periumbilicales, apneas del sueño, terrores nocturnos, etc.
Como se habrá podido apreciar, existen claras evidencias de la relación
melatonina- sueño, así como un amplio e importante grupo de situaciones que
habitualmente nos encontramos en nuestros pacientes pediátricos, por todo ello
creemos que ante la ausencia demostrada de efectos secundarios, es el momento
de aliviar ciertos padecimientos de nuestros niños, o al menos intentarlo, inicián-
dose tratamientos con aMT, pero para ello, en el momento actual es necesario que
concurran dos factores: 1) La existencia de grupos de trabajo que estén interesa-
dos y 2) La autorización por parte de las autoridades , que en el momento actual
no permiten realizar ensayos clínicos, a pesar de tratarse de un producto de venta
en supermercados en muchos países, que son igualmente rigurosos en el control
de sus productos con efectos farmacológicos.
352
Glándula pineal
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Endocrinología Infantil
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Glándula pineal
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Endocrinología Infantil
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Casos clínicos
R. Ávila Villegas
R. Santana Delgado
A. Peinado Garrido
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Endocrinología Infantil
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Casos clínicos
Caso clínico Nº 1
Antecedentes familiares
Padres sanos, no consanguíneos. Un hermano de 6 años vive sano. No
antecedentes familiares de enfermedades neuromusculares ni metabólicas.
Antecedentes personales
Embarazo de curso normal. Parto a término, hospitalario, eutócico. Soma-
tometría normal al nacimiento. No patología perinatal. No problemas de alimen-
tación. Control cefálico y sonrisa social a los 4-5 meses. En la actualidad aún
no sedestación, no coge objetos, sólo dice algunos monosílabos. Desarrollo pon-
doestatural normal. Alimentación normal, con succión normal. Refiere la madre
que “se asusta mucho con cualquier ruido”.
Exploración
Buena coloración. Facies inexpresiva, desconexión importante del medio.
No rasgos dismórficos. Escasa fijación de la mirada, nistagmo horizontal
(ceguera). Respuesta de alarma excesiva para el grado de estímulo sonoro. Hipo-
tonía muscular severa: cabeza queda atrás al pasar del decúbito a sentado; en
suspensión ventral, cabeza y extremidades por debajo de la horizontal, no se
mantiene sentado; en decúbito prono no levanta cabeza. Reflejo patelar exaltado,
Babinski positivo bilateral. Fontanela cerrada. ACR: Ventilación simétrica, no
soplos. Abdomen blando, no hepatoesplenomegalia. Genitales normales. Extre-
midades normales. Somatometría: peso 10.3 kg (P100 50-75), talla 76.7 cm
(P100 50), perímetro cefálico 47.5 cm ( P100 50). Posteriormente desarrolla
macrocefalia.
Exámenes complementarios
Hemograma: normal. Bioquímica en sangre: GOT algo elevada (146 U/L),
GPT normal (15 U/L), CPK normal (120 U/L); glucosa, urea, creatinina, lípidos
y electrolitos normales. Gasometría venosa: normal. Serología TORCH: todos
negativos. Hormonas tiroideas: normales. TC craneal: normal. RMN cerebral:
áreas de no mielinización periventricular y en fosa posterior a nivel de pedúncu-
los cerebrales, sistema ventricular de tamaño y morfología normal. Mucopolisa-
359
Endocrinología Infantil
360
Casos clínicos
Las esfingolipidosis que cursan con mancha rojo cereza en la mácula son:
(Tabla I)
361
Endocrinología Infantil
Bibiliografía
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Casos clínicos
Caso clínico 2
Niña de 3 años y medio remitida a nuestra consulta por presentar una telar-
quia precoz.
Antecedentes
Perinatal normal. CVA frecuentes, y otitis en alguna ocasión, no otras
enfermedades a destacar. Desde hace unos 3-4 meses la madre le nota aumento
progresivo de ambas mamas. No antecedentes familiares de pubertad precoz.
Exploración
Buen aspecto general, buena coloración. Desarrollo mamario en estadio 2
de Tanner, no vello pubiano ni axilar, genitales externos normales. Neurológico
normal, sin signos de focalidad. ACR: Ventilación simétrica, no soplos. Abdomen
blando y depresible, en hipogastrio parece palparse masa redondeada, móvil, no
dolorosa. Resto normal.
Peso: 15.5 kg (P100 50), Talla 99.5 cm (P100 75).
Exámenes complementarios
Hemograma y bioquímica general: normales.
Hormonas tiroideas normales (FT4 1.2 ng/dl, TSH basal 3.1 mU/ml).
Edad ósea: 4 años y medio (Greulich-Pyle).
Estradiol elevado (25 pg/ml).
Ecografía abdominal: “Masa sólida, heterogénea, en anejo derecho de 6.3 x 6 x 7
cm, sin calcificaciones. No ascitis”.
TC abdominal: confirma los hallazgos de la ecografía. Capta contraste de forma
homogénea. No ascitis ni afectación ganglionar.
Prolactina normal (9.5 ng/ml), Testosterona normal (1 ng/ml).
Alfa-fetoproteína y Beta-HCG: normales.
Con los datos anteriores, ¿cómo esperaría usted encontrar las gonadotropi-
nas hipofisarias?
La tumoración abdominal productora de estrógenos produce inhibición de
la producción de gonadotropinas hipofisarias.
FSH basal: 0.26 mUI/ml (v.n. 0.5-4), LH basal: < 0.2 mUI/ml (v.n.
0.2-1.4).
363
Endocrinología Infantil
Comentarios
La pubertad precoz se define como la aparición de los caracteres sexuales
secundarios antes de los 8 años en la niña y de los 9 años en el niño. En la niña,
el primer signo de desarrollo puberal es la aparición del botón mamario, que es
seguido por el desarrollo del vello pubiano, del vello axilar y, eventualmente, por
364
Casos clínicos
1. Idiopática
esporádica
familiar
2. Tumores intracraneales
hipotalámicos: hamartomas, disgerminomas,
astrocitomas, craneofaringiomas, otros. cerebro/cerebelo
glándula pineal: pinealoma, corioepitelioma
3. Malformaciones del Sistema Nervioso Central
hidrocefalia, microcefalia, craneosinostosis
4. Postinfecciosa
meningitis, encefalitis
5. Infiltrativa
neurofibromatosis, esclerosis tuberosa
6. Traumática
7. Sensibilización secundaria del eje
hiperplasia suprarrenal congénita, síndrome de McCune-
Albright, exposición prolongada a esteroides sexuales
exógenos, tumores gonadales o suprarrenales, pubertad
precoz familiar
8. Otros
hipotioidismo
365
Endocrinología Infantil
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Casos clínicos
I. Mujeres
1. Administración exógena de estrógenos
2. Tumores ováricos
- De la granulosa
- De la teca
- Teratomas
- Disgerminomas
3. Quistes ováricos
4. Hiperplasia suprarrenal (heterosexual)
5. Tumores suprarrenales
- Feminizantes (isosexual)
- Masculinizantes (heterosexual)
6. McCune-Albright
II. Hombres
1. Adminitración exógena de andrógenos
2. Tumores testiculares (células de Leydig)
3. Hiperplasia suprarrenal (isosexual)
4. Tumores suprarrenales
- Masculinizantes (isosexual)
- Feminizantes (heterosexual)
5. Tumores secretores de gonadotrofina coriónica
-Hepatoblastoma
-Teratoma
-Coriocarcinoma
6. Pubertad precoz familiar
Exámenes complementarios:
- Niveles basales de gonadotrofinas prepuberales, que no aumentan tras estímulo
con GnRH.
- Niveles elevados de esteroides sexuales.
Un cuadro que produce pubertad precoz periférica en la niña con cierta
367
Endocrinología Infantil
Bibliografía
368
Casos clínicos
Caso clínico 3
Antecedentes personales:
Embarazo de curso normal, serologías negativas. Cesárea electiva en la
semana 36 de gestación por sospecha de retraso de crecimiento intrauterino con
test de bienestar fetal patológico. Reanimación tipo I, Apgar 9/10. PRN: 2.325
gr (P100 25-50), TRN: 46 cm (p25-50), Perímetro cefálico: 32 cm ( P100
25-50). Sepsis neonatal tardía. Enterocolitis necrotizante. Hipocalcemia sintomá-
tica. Posteriormente desarrollo sin patología importante a destacar, no enferme-
dades crónicas. Enuresis nocturna primaria. Talla a los 5 y 6 años en el P100 3.
Antecedentes familiares.
Sólo destaca una bisabuela con “talla muy baja”. Talla padre: 183 cm, Talla
madre: 159 cm, menarquia a los 14 años.
Exploración.
Buen estado general, buena coloración, estado de nutrición normal.
Pequeña, armónica. Fenotipo turneriano sin signos típicos claros. No signos de
desarrollo puberal. ACR: soplo sistólico inocente. Abdomen sin visceromegalias.
Genitales externos: hipertrofía de clítoris, sin otras alteraciones. Resto de explo-
ración normal. Somatometría: Talla 108.5 cm (P-1003), Peso: 18.3 kg (P-1003).
Exámenes complementarios:
Talla genética: 165 cm (± 5 cm)
Edad ósea: 5 años y medio (Greulich-Pyle). Talla adulta prevista: 148.5 cm (<p3),
no concordante con su talla genética.
Hemograma y bioquímica general en sangre: normales. VSG normal.
Sedimento y bioquímica de orina: normales. Urocultivo: negativo. Parásitos en
heces: negativos.
Gasometría venosa: normal.
Hormonas tiroideas: T4 libre: 1.2 ng/dl, TSH basal: 3.9 mU/ml (normales). IGF-I
(Somatomedina C): 113.2 ng/ml (vn 77-351 ng/ml).
Gonadotrofinas basales: FSH: 3.07 mIU/ml, LH: 2.02 mIU/ml (normales). Tes-
tosterona total: 0.18 ng/ml (normal). DHEA-S: 953 ng/ml (normal). 17-OH-Pro-
369
Endocrinología Infantil
¿Solicitó un cariotipo?
En todas las niñas con talla baja patológica se debe solicitar un cariotipo
para descartar un Síndrome de Turner.
Cariotipo: mosaicismo con dos líneas celulares: 45XO/47XYY, con predo-
minio de la línea 47XYY en las células estudiadas.
Actitud terapéutica
Tratamiento con hormona de crecimiento que sigue en la actualidad. Tra-
tamiento hormonal cuando llegue a la pubertad.
Comentarios
La talla se comporta como una variable continua a lo largo de todo el pro-
ceso de crecimiento. Sus valores muestran una “distribución normal”, que puede
370
Casos clínicos
371
Endocrinología Infantil
De inicio postnatal
- Malnutrición
- Infecciones recurrentes
- Patología crónica no endocrinológica
- Endocrinopatías
- Iatrógeno: corticoides, citostáticos,...
- Talla baja de origen psicosocial
- Talla baja idiopática
372
Casos clínicos
Tabla II
Hemograma, VSG
Bioquímica básica (incluido ionograma)
Hierro, ferritina
Gasometría
Anticuerpos para enfermedad celíaca
Hormonas tiroideas
Análisis de orina
Análisis de heces (grasa, sangre, parásitos)
IGF-I (Somatomedina C), IGFBP-3
Edad ósea
Cortisol libre en orina (si obesidad)
Cariotipo (si sexo femenino)
373
Endocrinología Infantil
374
Casos clínicos
Bibliografía
375
Endocrinología Infantil
Caso clínico 4
Antecedentes.
Padres viven sanos, no consanguíneos. Es su primer hijo. Embarazo de
curso normal, cultivo de frotis vaginal materno: se aisla Candida. No ingestión
de fármacos durante el embarazo. Parto espontáneo, a término (40 semanas), pre-
sentación cefálica, no fiebre materna intraparto, frecuencia cardíaca fetal normal,
líquido amniótico con meconio, varias circulares de cordón al cuello, Apgar 9/9.
Somatometría: Peso 3.720 g, Talla 52.5 cm, Perímetro cefálico 33.5 cm.
Exploración física:
A su ingreso en la unidad presenta mediano estado general, palidez, no
cianosis. Tono muscular y reflejos normales, fontanela normotensa. Taquipnea
(80 resp/min), tiraje intercostal, no aleteo nasal ni quejido. ACR: buena ventila-
ción pulmonar, sin ruidos patológicos, tonos cardíacos rítmicos, no soplos, pulsos
femorales palpables, buena perfusión periférica. Abdomen blando, no se palpan
visceromegalias. Extremidades normales. Genitales externos femeninos, norma-
les. Constantes: FR 80/min, FC 125/min, TA 70/35. Temperatura 35.6º
376
Casos clínicos
Causas de hipoglucemia
A) Disminución de los depósitos de glucógeno: Retraso del crecimiento
intrauterino. Recién nacidos prematuros o postmaduros
B) Aumento de la insulina circulante: hijo de madre diabética. Síndrome
de Beckwith-Wiedemann. Medicaciones maternas (beta-miméticos, clorpropa-
mida). Displasia de las células de los islotes pancreáticos. Tumores productores
de insulina (nesidioblastoma).
C) Administración de cantidad insuficiente de glucosa
D) Trastornos endocrinos: panhipopituitarismo. Deficiencia de hormona
del crecimiento. Hipotiroidismo. Deficiencia de cortisol. Alteraciones del meta-
bolismo de los aminoácidos (enfermedad urinaria por jarabe de arce, acidemia
metilmalónica, tirosinemia hereditaria y propioniacidemia). Alteraciones del
metabolismo de los hidratos de carbono ( galactosemia, intolerancia a la fructosa
y enfermedad de depósito de glucógeno tipo I). Síndrome adrenogenital. Hemo-
rragia suprarrenal.
E) Otras causas: Sepsis. Asfixia. Hipotermia. Policitemia. Shock. Uso
materno de propranolol.
377
Endocrinología Infantil
378
Casos clínicos
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Endocrinología Infantil
Bibliografía
380
Casos clínicos
Caso clínico Nº 5
Antecedentes personales
Embarazo controlado de curso normal. Parto mediante fórceps, a término.
Peso al nacer 3 kg. Ha seguido correctamente el calendario vacunal. Intervenida
a los 2 años de luxación congénita de cadera derecha. Menarquia con 11 años 7
meses.
Antecedentes familiares
Madre 33 años; talla 148.5 cm. Menarquia a los 11 años. Padre 39 años,
presenta secuelas de poliomielitis, sin otras enfermedades actuales. Tiene una
hermana menor con luxación congénita de cadera, y una tía materna con proble-
mas de tiroides.La familia procede de una zona no endémica de bocio.
Exploración
Buen estado general, con buena coloración de piel y mucosas. Talla 147.5
cm (P 50 ); Peso 38.8 kg (P 50); TA 95 / 70 mmHg. A la inspección del cuello se
evidencia un aumento del tamaño del tiroides, correspondiente a un bocio grado
2 de la clasificación de la OMS (visible con el cuello en posición normal). La pal-
pación demuestra una glándula de consistencia elástica, levemente dolorosa a la
presión suave, con mayor aumento del lóbulo derecho y con un nódulo de 2x1 cm
en la zona centro lateral derecha, de similar consistencia que el resto del tiroides.
No hay thrill, soplo local, ni adenopatías cervicales. La auscultación cardíaca es
normal, con una frecuencia de 60 lpm. Auscultación respiratoria: normal. Abdo-
men blando, sin organomegalias. ORL: normal. Genitourinario: pubarquia 2-3;
telarquia 3; existe un incipiente vello axilar. Cicatriz en región trocantérea dere-
cha. Dolor espontáneo a nivel de la tuberosidad tibial anterior en ambas piernas,
de varios meses de evolución, que empeora con el ejercicio y aumenta a la pre-
381
Endocrinología Infantil
sión local.
382
Casos clínicos
Bocio difuso:
1.-Enfermedad tiroidea autoinmune:
1a. Tiroiditis crónica linfocítica.
1b. Tirotoxicosis (E. de Graves)
Bocio nodular
1.-Tumores tiroideos benignos y quistes.
2.-Tumores tiroideos malignos de origen epitelial.
3.-Tumores tiroideos malignos de origen no epitelial (linfoma...)
4.-Tiroiditis autoinmune de Hashimoto.
5.-Bocio iodiopático.
6.-Hemiagenesia tiroidea.
7.-Masas no tiroideas (quiste tireogloso, linfadenopatía...)
383
Endocrinología Infantil
384
Casos clínicos
385
Endocrinología Infantil
Comentarios
Las tiroiditis se caracterizan por la inflamación de la glándula tiroidea con
infiltrados linfoplasmocitarios. Aunque hay varios tipos, la tiroiditis linfocitaria
crónica (TLC) o enfermedad de Hashimoto, es la causa más frecuente de enfer-
medad tiroidea en los niños y adolescentes. También es la causa más frecuente
de hipotiroidismo adquirido, con o sin bocio.
Su mayor incidencia ocurre durante la adolescencia, siendo excepcional
antes de los cinco años. Es mucho más frecuente en el sexo femenino. Se trata
de una enfermedad autoinmune, específica de órgano, que se desarrolla en indi-
viduos genéticamente predispuestos. Puede acompañarse de otros procesos auto-
inmunes, con más frecuencia de diabetes tipo 1, de tal modo que durante la
evolución de esta enfermedad deben determinarse frecuentemente los anticuer-
pos antitiroieos y la función hormonal tiroidea. También puede presentarse con
enfermedad de Addison. La combinación de esta última enfermedad con diabetes
insulindependiente y/o tiroiditis constituye el síndrome de Schmidt o enfermedad
autoinmune pluriglandular de tipo II.
En el desencadenamiento de la enfermedad intervienen varios autoanti-
cuerpos dirigidos contra distintos antígenos tiroideos. La mayoría de los niños
con TLC tiene anticuerpos antimicrosomales; estos anticuerpos se han identifi-
cado como unas peroxidasas tiroideas (TPO), enzimas que catalizan la yodación
de los residuos de tiroxina que contiene la tiroglobulina. Los anticuerpos antiti-
roglobulina aparecen en menor proporción que los antimicrosomales. También se
escribe la existencia de anticuerpos bloqueantes de TSH que se cree que están
relacionados con la aparición del hipotiroidismo y de la atrofia tiroidea que se
observa en muchos enfermos con tiroiditis.La evolución de la enfermedad es más
benigna que en el adulto . Muchos casos se curan desapareciendo los anticuerpos
circulantes y la infiltración linfocitaria tiroidea. En otros casos el bocio persiste
386
Casos clínicos
Tratamiento
Aunque la mayoría de los pacientes con bocio secundario a tiroiditis de
Hashimoto permanecen eutiroideos, aproximadamente un 10% de niños acaban
desarrollando un hipotiroidismo. En estos casos se debe realizar un tratamiento
sustitutivo con L-tiroxina (50-150 microgramos/día). Nosotros, al igual que otros
autores, consideramos que también deben ser tratados todos aquellos niños diag-
nosticados de TLC que sin presentar signos clínico-biológicos de hipotiroidismo
tienen la TSH plasmática elevada. El tratamiento logra disminuir algo el tamaño
del bocio, pero este puede persistir durante años.
En nuestra paciente la regresión del bocio fue relativamente rápida, que-
dando en la actualidad en un grado 1 a de la OMS. Con 14 años tiene una talla de
157 cm (P100 25) y un peso: 45.8 kg (P100 10).
En los casos en que no se encuentra ninguna alteración hormonal es con-
veniente realizar una valoración anual de la función tiroidea debido a que durante
la evolución puede desarrollarse un hipotiroidismo.
Bibliografía
387
Endocrinología Infantil
Caso clínico Nº 6
Antecedentes personales
Embarazo, parto y periodo neonatal, sin incidencias. Peso al nacer 3.800
g No enfermedades reseñables. Desarrollo físico y psicomotor normales. Pauta
388
Casos clínicos
Antecedentes familiares
Padre de 47 años. Diagnosticado de hipertiroidismo y tratado con iodo
radiactivo en dos ocasiones. Madre 46 años, hipertensa. Una hermana y dos her-
manos, mayores que el paciente, viven sanos. Tía paterna hipertiroidea.
Exploración fisica
Peso 34.3 kg (P100 75) ; Talla: 151.5 cm (P100 97). Buen estado general.
Hábito asténico. Coloración normal de piel y mucosas. Temblor fino en manos.
Bocio palpable y visible a la inspección con el cuello en extensión, de consisten-
cia homogénea. No se ausculta soplo sobre la glándula. No es doloroso a la pal-
pación. 2 ó 3 ganglios pequeños en cadena cervical derecha alta. No exoftalmos.
ACR: latido hiperdinámico con FC 110/min; TA 130/65; Prepúber. Ojos: motili-
dad extrínseca normal; no retracción palpebral; pupilas normales; convergencia
normal. Exoftalmometría 18 mm en ambos ojos (a 105 mm). Sin más datos rese-
ñables
Comentario
La anamnesis ha cambiado el enfoque del paciente: ahora parece más
urgente realizar un perfil de hormonas tiroideas que un registro ECG Holter.
Exámenes complementarios
- Hemograma: normal en sus tres series.
- Glucosa, urea, creatinina, calcio, fósforo, sodio, potasio: normales
- Colesterol total: 154 mg%; triglicéridos 62 mg%
- TSH: 0.01mUI / ml (VN: 0.27-4.2)
- T4 libre: 2.36 ng/dl (VN: 1-1.8)
- Gammagrafía tiroidea: ”Aumento del tamaño tiroideo con captación difusa del
radiotrazador (Tc99 m). Compatible con Bocio difuso grado II”.
Ecografía tiroidea: aumento glandular sin cambios en su ecoestructura.
Anticuerpos antitiroideos (antitiroglobulina y antiperoxidasa): negativos.
Autoanticuerpos estimulantes del tiroides (TSI): 23.5 MU/ml (VN <10
MU/ml).
Edad ósea: varón de 12 años (Greulich - Pyle)
389
Endocrinología Infantil
¿Cuál es su diagnóstico?
El paciente tiene clínica de tirotoxicosis, término que comprende los sínto-
mas y signos que se derivan de la exposición de los diversos órganos y tejidos a
cantidades excesivas de hormonas tiroideas. Cuando dichas hormonas proceden,
como en el caso que nos ocupa, de una hiperproducción por el propio tiroides
hablamos de hipertiroidismo.
Menos de un 5% de los casos de hipertiroidismo acontecen por debajo de
los 16 años y, con pocas excepciones, el hipertiroidismo en la infancia, es debido
a un bocio difuso tóxico (enfermedad de Graves Basedow). Otras posibilidades
etiológicas, pero menos comunes, son: tiroiditis linfocitaria crónica, tiroiditis
aguda supurada, tirotoxicosis ficticia, bocio tóxico micronodular (enfermedad de
Plummer), carcinoma tiroideo funcionante, tiroiditis asociada a displasia fibrosa
poliostótica, de origen hipotálamo-hipofisario asociado o no a un tumor de aque-
lla localización, etc.
La incidencia de la enfermedad de Graves-Basedow, es cinco veces supe-
rior en las niñas que en los niños.
Patogenia
Se trata de un proceso autoinmunitario organoespecífico en el que intervie-
nen factores genéticos, ambientales e inmunológicos. Se han encontrado varios
tipos de autoanticuerpos circulantes dirigidos contra el receptor tiroideo de la
TSH: los denominados TSI (inmunoglobulinas con propiedades estimuladoras
del tiroides). Entre ellos están el anticuerpo estimulante tiroideo de larga duración
(LATS y LATS-P) y la inmunoglobulina inhibidora del enlace TSH (TB2). Éstos
ejercen una acción similar a la de la TSH estimulando la síntesis de AMPc el cual
390
Casos clínicos
391
Endocrinología Infantil
Propuesta de seguimiento
El primer control debe realizarse al 1,5 mes de iniciado el tratamiento.
Luego cada 3 meses, valorando el perfil tiroideo y el hemograma, (por la grave-
dad de una posible agranulocitosis, aunque es muy rara). Al año se controlarán
además TSI y anticuerpos antitiroideos.
Bibliografía
392
Casos clínicos
Caso clínico Nº 7
Antecedentes personales
Embarazo controlado. Diabetes materna con buen control metabólico
durante la gestación: no ha tenido hipoglucemias con clínica y el último control
de hemoglobina glicosilada (Hb A1c) era del 7%.
Antecedentes familiares
Padres no consanguíneos. Padre: 33 años, vive sano. Madre: 22 años. Es
diabética tipo 1 desde el segundo mes de vida. Talla 144 cm. Tía materna (her-
mana de la madre) de 17 años, diabética tipo 1 desde los 13 años. Diabetes tipo 1
y tipo 2 en ascendentes maternos. No constan otras enfermedades autoinmunes.
393
Endocrinología Infantil
Exámenes complementarios
- Grupo sanguíneo: A Rh (+); Test de Coombs directo (-)
- Glucemias: desde el primer control (con tira reactiva y en sangre venosa) mayo-
res de 180 mg%
- Gasometría capilar tras el parto: normal.
- Bilirrubina total, sodio, potasio, calcio, hemograma: normales.
- Orina: glucosuria marcada sin cetonuria.
394
Casos clínicos
C)Medicación:
Corticoesteroides, cafeína, teofilina.
D) Trastornos metabólicos:
Alaninuria, acidemia metilmalónica.
Diabetes neonatal
Concepto
Por diabetes neonatal entendemos el reducido número de casos de diabetes
tipo 1 que son diagnosticados antes de la 4ª semana de vida. Constituyen un grupo
etiopatogénico diferenciado del resto de este tipo de diabetes.
La incidencia anual de diabetes tipo 1 es de 10-15 casos por 100.000 niños
menores de 15 años en Europa (con diferencias regionales, a veces muy marca-
das). De ellos sólo un 0,5 por 100 la desarrollan en el primer año de vida, y un
mínimo porcentaje en el primer mes de vida.
Parece afectar a varones y mujeres en la misma proporción.
Se han descrito dos formas de diabetes de comienzo neonatal. Una diabetes
neonatal permanente (DNP), que es extremadamente rara, y una forma temporal de
diabetes tipo 1 o diabetes neonatal transitoria (DNT) que engloba a la mayor parte
de estos pacientes. Este tipo suele darse en recién nacidos pequeños para su edad
de gestación, pero no hay ningún dato que permita, a priori, diferenciar una de otra
forma. La necesidad de tratamiento insulínico más allá de los 18 meses constituye
el dato diferenciador que permite el diagnóstico de la forma permanente.
La casuística existente en la literatura médica es muy reducida, y el cono-
cimiento de la fisiopatología de esta alteración tan precoz del metabolismo de los
hidratos de carbono es mal conocido.
¿Qué tratamiento propone en este recién nacido?
Debemos plantear el control de la hiperglucemia y de la deshidratación
hipertónica secundaria como objetivos primarios del tratamiento, siendo esencial
395
Endocrinología Infantil
396
Casos clínicos
Evolución
En la actualidad el paciente tiene 25 meses. Su desarrollo psicomotor y
somático son completamente normales. (Peso: 13.3 kg y Talla 86.5 cm). Ha reci-
bido una dosis máxima de insulina en relación a su peso a los 4 meses de vida
( 3.5 U/día, con un peso de 6.5 kg), y no ha sido posible la supresión del trata-
miento insulínico, por lo que estamos ante una forma de diabetes neonatal per-
manente.
Epidemiología
Al ser una enfermedad de muy escasa prevalencia, son pocos los datos epi-
demiológicos de que disponemos. Fösel ha hecho una reciente revisión retrospec-
tiva de 94 casos de diabetes neonatal (DN). En ellos, hay antecedentes familiares
de diabetes en el 40 por 100 de los casos de DN Permanente (DNP) y en el 31 por
100 de las DN Transitorias (DNT), pero en la mayoría de los artículos originales
no se detallaba si correspondían a diabetes tipo 1 o tipo 2, ni se precisaba el grado
de parentesco que existía con los pacientes. Aproximadamente un 25 por 100 de
los niños con DN tenían un hermano también afecto. La diabetes gestacional se
constató asimismo como un antecedente materno ocasional.
397
Endocrinología Infantil
Manifestaciones clínicas
La incidencia de la forma transitoria de diabetes neonatal parece ser doble
que la de la permanente. Las manifestaciones clínicas de los casos permanentes y
transitorios de DN son superponibles. La mayoría de los niños presenta bajo peso
para su edad gestacional que, en algunos casos, llega a ser intenso (inferior al
percentil l). Aunque este hallazgo es más frecuente en los casos de DNT (95% de
los casos de este tipo frente a un 80% en los neonatos con DNP), sin embargo, no
existen diferencias respecto del peso al nacer entre los casos de DNT y de DNP.
Los primeros síntomas se presentan antes del 10º día de vida en el 75 por
100 de lo casos. Consisten en una pérdida anormal de peso, poliuria y deshi-
dratación. La hiperglucemia (frecuentemente en rango de 600-1.000 mg/dl) y la
glucosuria confirman el diagnóstico. La acidosis y la cetonuria, como ya se ha
mencionado, son infrecuentes en la DNT, pero pueden detectarse en la DNP en
grado leve. En ninguna ocasión se objetivó la presencia de anticuerpos antiinsu-
lina o antiislotes.
También se han descrito signos y síntomas asociados de disfunción exo-
crina, como esteatorrea o disminución de la producción de quimotripsina y bicar-
398
Casos clínicos
bonato en niños con DNP. En algunas series hasta el 40% de las formas de DNT
experimentan una recurrencia ulterior de los síntomas, oscilando el tiempo de
remisión entre 7 y 20 años. Por este motivo debe considerarse la DNT como un
estado prediabético
El estado incipiente de los estudios genéticos en la DN no permite en la
actualidad una detección «rutinaria» de mutaciones con fines diagnósticos en
estos pacientes, pero sería deseable la obtención y congelación de muestras san-
guíneas del neonato y sus padres para la búsqueda puntual de posibles mutacio-
nes.
Pronóstico
Se han demostrado complicaciones cuando el tiempo de evolución de
la enfermedad es prolongado, entre las que se cuentan las microangiopáticas
(microaneurisma retiniano perimacular en 1 paciente de 15 años con DNP y
microalbuminuria en otro con DNT con recurrencia) y la necrobiosis lipoídica.
Por lo demás, el pronóstico global de salud y el desarrollo intelectual de
estos pacientes es bueno, a excepción de algunos casos sindrómicos (Wolcott-
Rallison, el de hiperactividad de la enzima fosforibosil-ATP fosfatasa), cuya
DN se asocia con un pronóstico nefasto en cuanto a posibilidades de remisión y
supervivencia.
Bibliografía
Moreno Navarro JC. Diabetes neonatal. En: Barrio Castellanos R (Ed): Diabetes
mellitus en la Infancia y la adolescencia. Actualizaciones en endocrinología-4.
Díaz de Santos. Pag: 185-193. Madrid, 1997.
Fösel S. Transient and permanent neonatal diabetes. Eur J Pediatr 1995; 154:
944-948.
399
Endocrinología Infantil
Caso clínico Nª 8
400
Casos clínicos
Exámenes complementarios
- Gasometría capilar: pH 6.99; exceso de bases -24.9; pCO2 27.5 mmHg; pO2 51
mmHg; bicarbonato 6.3 mmol/L.
- Hemograma: Hemoglobina 15.7 g/dl; hematocrito 46%; hematíes 5.64
millones/mm3; serie blanca y plaquetas normales.
- Glucosa: 549 mg/dl; urea 53 mg/dl; creatinina 0.37 mg/dl; Na 136 mEq/l; K
4.77 mEq/l; PCR 0.8 mg/dl; proteínas totales: 5.8 g/dl.
- Pruebas de Coagulación: Actividad de protrombina 82 %; TPTA 33 segundos
(control 28-35 segundos); PDF y Dímero D negativos.
- LCR: 2-3 leucocitos/mm3; glucosa 307 mg/dl; proteínas 27 mg/dl. A las 48
horas cultivo negativo.
- Orina: sedimento negativo; glucosa 1000 mg/dl; cuerpos cetónicos 150 mg/dl.
- Radiografías de tórax y abdomen: normales.
- Cultivos de sangre y orina negativos a las 48 horas.
- Hb A1c: 10.7 % (VN: 4-6)
401
Endocrinología Infantil
Fisiopatología de la CAD
En la patogenia de la cetoacidosis diabética se produce un desequilibrio
hormonal característico: déficit de insulina y exceso de hormonas contrainsulares
(glucagón, cortisol, hormona de crecimiento y catecolaminas), que da lugar, por
un lado, a la hiperglucemia, que conlleva una diuresis osmótica y deshidratación
y, por otra parte, a la hiperproducción de cuerpos cetónicos, responsables ambos
de la situación de acidosis metabólica.
Las consecuencias del déficit de insulina son las que siguen:
1. Metabolismo de los hidratos de carbono: aumenta la producción hepá-
tica de glucosa, por incremento de la gluconeogénesis y de la glucogenolisis.
Periféricamente, se produce una disminución de la utilización de la glucosa. La
suma de ambos factores conduce a la hiperglucemia, provocando una diuresis
osmótica con pérdida de agua fundamentalmente, pero también de electrolitos,
como sodio, potasio, cloro, magnesio y calcio. La hiperglucemia aumenta la
osmolaridad plasmática y, como mecanismo compensador, se produce un paso de
agua y electrolitos desde el interior celular al espacio extracelular, que conduce,
finalmente, a una deshidratación intracelular.
2. Metabolismo de los lípidos: el déficit de insulina parece ser responsable
de la activación de la lipolisis en los tejidos periféricos, liberándose ácidos grasos
libres (AGL) y glicerol; este último será utilizado como substrato de la neogluco-
génesis. El aporte de AGL al hígado y el exceso de glucagón estimulan la cetogé-
nesis hepática (activación de la reacción carnitinaciltransferasa). Esta reacción se
requiere para transferir los AGL dentro de las mitocondrias, donde se produce la
b-oxidación a acetoacetato y b-hidroxibutirato. En la CAD, la hiperproducción de
cuerpos cetónicos supera la capacidad de su utilización por los tejidos periféricos
que, por otra parte, está disminuida por el déficit de insulina. Todo ello genera su
acumulación en sangre, con lo que aumentan los iones H+ y disminuye el bicar-
bonato, dando lugar a la acidosis metabólica.
402
Casos clínicos
Tratamiento
Nuestra paciente ingresó en la Unidad de Cuidados Intensivos. (Se con-
sideran indicaciones absolutas de ingreso en UCI aquellos pacientes con CAD
que presentan: Coma o deterioro del nivel de conciencia, shock o inestabilidad
hemodinámica y/ó acidosis extrema: pH < 7.1 y/o bicarbonato <5 mEq/l).
Tras la primera hora, en que se administró suero bicarbonato 1/6 molar,
y una vez establecido el diagnóstico de CAD, se inició tratamiento con insulina
rápida en perfusión continua a 0.1 U/kg/hora, sin bolo inicial. (Esta dosis permite
obtener unos niveles de insulinemia de 100-200 mcU/ml, rango asociado con el
mayor efecto biológico de supresión de la lipolisis y de producción hepática de
glucosa, lo que contribuye para revertir la hiperglucemia y la acidosis).
En la CAD hay una marcada resistencia de los tejidos periféricos a la
acción de la insulina, por lo que la disminución de glucemia durante el trata-
miento se debe, sobre todo, al aumento de excreción urinaria de glucosa, la dis-
minución de la neoglucogénesis hepática y la dilución por el aporte de líquidos
administrados.
En la segunda hora se continuó la rehidratación con suero salino fisioló-
gico a 10 ml/kg. La gasometría capilar en ese momento fue: pH: 7,19; Exceso de
bases: -20,2; Bicarbonato 7,8; pCO2 25; pO2 64. Por ello se administró bicarbo-
nato 1 Molar, a razón de 30 mEq por cada litro de suero administrado. Glucemia:
327 mg%; Na 137 mEq/l, K 3.65 mEq/l.
En las horas siguientes:
Líquidos: La cantidad total a administrar es la suma de las necesidades
Basales (100 ml/kg/día los primeros 10 kg de peso; 50 ml/kg/día entre los 11
y 20 kg de peso y a partir de 20 kg 20 ml/kg/día), más el porcentaje de déficit
(se estimó del 10% en nuestro caso, lo que supone administrar 100 ml/kg/día),
más las pérdidas mantenidas (poliuria, vómitos, fiebre con aumento de pérdidas
insensibles...), que deberán ser cuantificadas. De esta cantidad restamos lo que ya
ha pasado en las primeras dos horas, y administramos un 50% en las siguientes
403
Endocrinología Infantil
Evolución
La evolución clínica de la paciente en las primeras horas presentó una
mejoría del estado general con una buena perfusión periférica, normalización de
la tensión arterial, desaparición de la polipnea y de la taquicardia. A las 6 horas
del ingreso la gasometría fue: pH 7,30; Exceso de bases -6.7; Bicarbonato 24,5.
Las glucemias se mantuvieron entre 250 mg/dl y 105 mg/dl, adaptando la perfu-
sión de insulina a estos niveles de glucemia (0,08-0,05 U/kg/hora).
A las 24 horas del ingreso se traslada a la sala de hospitalización, conti-
nuando con la perfusión de insulina y el aporte de líquidos intravenosos anterior-
mente referidos. Se comenzó tolerancia oral, desapareciendo la cetonuria a las 36
horas del ingreso.
Posteriormente, se administró insulina regular subcutánea cada 6 horas, a
404
Casos clínicos
una dosis de 0,1 U/kg/día (3 unidades/6 horas) durante las siguientes 24 horas.
Acto seguido se procedió a la administración de 3 dosis de insulina, antes del
desayuno (mezcla de insulina regular e intermedia), antes de la comida (insulina
regular), y antes de la cena (mezcla de insulina regular e intermedia). Se adminis-
tró una dieta en forma de raciones para paciente diabético. La evolución posterior
de la paciente fue satisfactoria, procediendo a su alta hospitalaria una semana
después de su ingreso, tras completar el periodo de instrucción familiar (consejos
dietéticos, habituación a la realización de mezclas de insulina, extracciones de
sangre capilar para glucemias y administración de inyecciones subcutáneas).
Bibliografía
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Índice temático
ÍNDICE TEMÁTICO
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Endocrinología Infantil
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Índice temático
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Índice temático
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TERCERA PARTE
AUTOEVALUACIÓN
DE ENDOCRINOLOGÍA INFANTIL
Preguntas
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Endocrinología Infantil
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Autoevaluación
1.- ¿En cuál de las siguientes situaciones está siempre indicado el trata-
miento quirúrgico del bocio simple?
a) Cuando se sospeche transformación quística.
b) En todos los casos de bocio multinodular.
c) En todos los casos de bocio multinodular tóxico.
d) Siempre.
e) Cuando se observa un crecimiento rápido y doloroso de alguno de los
nódulos.
2.- ¿En cuál de las siguientes circunstancias no considera indicado el uso del
propranolol en el hipertiroidismo?
a) En todos los casos de hipertiroidismo.
b) En las crisis tirotóxicas.
c) En los casos de hipertiroidismo muy florido.
d) Hiperactividad simpática.
e) Como preparación a la cirugía sólo en casos seleccionados.
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Endocrinología Infantil
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Autoevaluación
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Endocrinología Infantil
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Autoevaluación
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Endocrinología Infantil
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Autoevaluación
b) ACTH.
c) Fluorhidrocortisona.
d) Estradiol.
e) Cloruro sódico.
29.- ¿Cuál es la dosis de GH más adecuada para tratar un retraso del creci-
miento debido a un déficit de hormona del crecimiento?
a) 2-4 U tres veces a la semana.
b) 8-16 U tres veces a la semana.
c) 16-32 U tres veces a la semana.
d) 32-64 U tres veces a la semana.
e) 64-128 U tres veces a la semana.
423
Endocrinología Infantil
35.- ¿Cuál de los siguientes diuréticos ha demostrado poseer una gran efi-
cacia tanto en la corrección urgente como mantenida de la hiponatremia
secundaria al síndrome de secreción inadecuada de hormona antidiurética?
a) Acido etacrínico.
b) Espironolactona.
c) Furosemida.
d) Hidroclorotiazida.
e) Amilorida
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Autoevaluación
c) Testículos femorales.
d) Testículos en ascensor.
e) Testículos perineales.
425
Endocrinología Infantil
entre los:
a) 2 y 3 años.
b). 3 y 5 años.
c) 1 y 2 años.
d) 5 y 7 años.
e) 7 y 10 años
426
Autoevaluación
48.- La dosis de cortisona que suele administrarse en los pacientes con enfer-
medad de Addison oscila entre:
a) 25 y 37,5 mg/dia.
b) 50 y 75 mg/día.
c) 5 y 25 mg/día.
d) 75 y 100 mg/día.
e) 150 y 250 mg/día.
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Endocrinología Infantil
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Autoevaluación
58.- Ante un paciente con exoftalmia maligna grave, ¿cuál de los siguientes
tratamientos aconsejaria en primer lugar?
A) Corticoides a dosis altas.
b) Diuréticos.
c) Veinte gotas de guanetidina en cada ojo.
d) Descompresión orbitaria quirúrgica.
e) Tarsorrafia parcial.
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Endocrinología Infantil
61.- ¿Cuál de los siguientes grupos de medidas engloba los diversas posibles
terapéuticas a utilizar en el carcinoma medular de tiroides?
a) Tiroidectomía casi total, I131, tiroxina a dosis subtóxicas.
b) Radiaciones externas, poliquimioterapia.
c) Tiroidectomía subtotal, raciaciaones externas, I131.
d) Tiroidectomía total, radiaciones externas, adriamicina.
e) Radiaciones externas, adriamicina.
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Autoevaluación
65.- ¿Cuál de los siguientes métodos considera más adecuado para predecir
que un enfermo acromegálico responderá al tratamiento con bromocrip-
tina?
a) Ensayo terapéutico prolongado.
b) Efecto de una dosis única de 2,5 mg sobre la concentración de GH.
c) Efecto de dos dosis de 2,5 mg sobre la concentración de GH.
d) Respuesta de la GH a la estimulación con TRH.
e) Perfiles diarios de la GH durante la prueba con glucosa oral.
431
Endocrinología Infantil
69.- ¿En cuál de las siguientes fases del bocio simple está indicado el trata-
miento médico con hormonas tiroideas?
a) Fase de hipertrofia e hiperplasia de las células epiteliales tiroideas.
b) Fase de bocio coloide.
c) Fase de bocio multinodular.
d) Fase de transformación quístita.
e) En todas las fases señaladas.
70.- La principal complicación de la profilaxis del bocio simple con yodo es:
a) El hipotiroidismo.
b) El hipertiroidismo.
c) El cáncer de tiroides.
d) La aparición temprana de bocio multinodular.
e) No tiene complicaciones.
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Autoevaluación
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Endocrinología Infantil
79.- ¿Cuál de las siguientes situaciones es menos probable que cause poliuria
relativamente resistente a la ADH ?
a) Hipercalcemia.
b) Hipernatremia.
c) Administración de litio.
d) Hipopotasemia.
e) Anemia de células falciformes.
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Autoevaluación
b) Hipopituitarismo.
c) Diabetes insípida.
d) Diabetes Mellitus.
e) Hipernatremia esencial.
82.- De los siguientes datos, cuál no suele estar presente en una SIADH.
a) Edemas
b) Hiponatremia dilucional
c) Incapacidad para excretar agua libre.
d) Secreción de renina suprimida.
e) Todo suele estar presente en una SIADH.
435
Endocrinología Infantil
89.- ¿Cuál de las siguientes situaciones no cursa con déficit de ADH de causa
central o hipofisaria?
a) Craneofaringioma.
b) Síndrome de Hand-Schüller-Christian.
c) Traumatismo craneoencefálico.
d) Tratamiento con litio.
e) Leucosis.
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Autoevaluación
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Endocrinología Infantil
95.- Todas, excepto una, son situaciones en las que se describe un hipogona-
dismo hipogonadotropo:
a) Síndrome de Kallman.
b) Anorexia nerviosa.
c) Hemocromatosis.
d) Síndrome pluriglandular autoimmune.
e) Síndrome de Klinefelter.
97.- Se le pide que valore a un varón con 18 años de edad con falta de madu-
ración sexual normal. Es alto y delgado, sin barba ni vello axilar o púbico.
Su pene y testes son pequeños. Como hecho interesante carece de olfato. Es
probable que requiera:
a) Hipofisectomía transesfenoidal.
b) Restitución tiroidea.
c) Restitución de testosterona.
d) Extirpación de sus testículos.
e) Tratamiento con GH.
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Autoevaluación
100.- Una niña de 15 años de edad acude al pediatra por no haber presen-
tado la menarquía y por un desarrollo sexual insuficiente que ha hecho que
rechace los contactos sociales. No presenta desarrollo mamario y está muy
molesta por ello. La exploración física muestra un escaso desarrollo del vello
pubiano así como pequeños islotes de tejido mamario bajo las areolas. El
resto de la exploración no refleja anomalías detectables. ¿Qué debería hacer
a continuación?
a) Cariotipo.
b) Evaluación hipofisaria completa.
c) Ultrasonidos pélvicos con el fin de detectar la presencia de los ovarios.
d) Determinación sérica de gonadotrofinas y estrógenos.
e) Ninguno de los anteriores.
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Endocrinología Infantil
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Autoevaluación
110.- De los siguientes déficit de GH, en cual podríamos esperar una pobre
respuesta al tratamiento:
a) Idiopático.
b) Carencia familiar selectiva de GH tipo IB.
c) Carencia familiar selectiva tipo 1A.
d) Carencia familiar selectiva tipo II.
e) Carencia familiar selectiva tipo III.
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Endocrinología Infantil
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Autoevaluación
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Endocrinología Infantil
124.- Paciente de 14 años que presenta bocio difuso pequeño con aumento de
T3 , aumento de T4 y TSH indetectable. Frecuencia cardíaca basal 110 l/pm.
El tratamiento de elección es:
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Autoevaluación
a) Propiltiouracilo.
b) Metamizal más Betabloqueantes.
c) Tiroidectomia subtotal .
d) I131.
e) Yoduros.
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Endocrinología Infantil
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Autoevaluación
134.- Una paciente se queja de cefaleas de varios años de duración pero que
han empeorado últimamente. Ha observado mayor sudoración y en el último
mes tuvo que aumentar el diámetro de su anillo. Su piel se ha tornado gruesa
y grasosa. A la exploración presenta características faciales toscas, espacia-
miento amplio de los dientes frontales inferiores y dedos anchos tipo espá-
tula. ¿Cuál de los siguientes diagnósticos sugieren estas alteraciones?
a) Síndrome Cushing.
b) Hipotiroidismo primario.
c) Osteogénesis imperfecta.
d) Acromegalia.
e) Síndrome de la silla turca vacía primario.
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Endocrinología Infantil
137.- Una niña de 15 años de edad mide 137 cm y tiene una baja implan-
tación del cabello. Presenta cara ancha y manos escasamente desarrolladas
así como amenorrea primaria. Las gonadotropinas se encuentran en el nivel
menopaúsico. Lo más probable es que el cariotipo fuera:
a) 45XO.
b) 47XXX.
c) 47XXY.
d) 45XO/46XX.
e) 46XY.
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Autoevaluación
141.- Una niña de 10 años de edad consulta por talla baja. El peso y la talla
al nacimiento son normales. Presenta una edad ósea retrasada respecto a la
cronológica. Todas las pruebas de laboratorio, técnicas de imagen y explora-
ción física son normales.
¿Cuál es el diagnóstico más probable ?
a) Retraso constitucional del crecimiento.
b) Talla baja familiar.
c) Síndrome Turner.
d) Síndrome Cornelia Lange.
e) Nanismo tipo Laron.
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Endocrinología Infantil
145.- Un niño de 4 años de edad tiene una talla -2DS para su edad. A la explo-
ración destaca acúmulo de grasa en cintura pélvica y escapular, dentición
retrasada, voz aguda y chillona. La edad ósea está retrasada. Los niveles
basaleas de GH están elevados, la IGF-1 disminuida. ¿Qué diagnóstico es
más probable, sabiendo que tras iniciar el tratamiento GH exógena se ve una
buena respuesta?.
a) Déficit clásico
b) Disfunción neurosecretora de la GH
c) Síndrome de la GH biológicamente inactiva
d) Síndrome Laron
e) Síndrome Noonan.
148.- Qué cuadro clínico cursa con hipercrecimiento patológico por altera-
ción de los factores determinantes o factores genéticos.
a) Obesidad idiopática familiar.
b) Síndrome Marfan.
c) Gigantismo cerebral.
d) Gigantismo hipofisario.
e) Síndrome Sturge-Weber.
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Autoevaluación
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Endocrinología Infantil
156.- De las siguientes causas de hipogonadismo, ¿Cuál cree que será proba-
blemente de causa hipofisaria?
a) Fibrosis quística.
b) Síndrome de Prader-Willi.
c) Hemocromatosis idiopática.
d) Malnutrición severa.
e) Sarcoidosis.
157.- De los siguientes datos, cuál no suele estar presente en un SIADH (Sín-
drome de secreción inadecuada de ADH):
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Autoevaluación
a) Edemas.
b) Hiponatremia dilucional.
c) Incapacidad para excretar agua libre.
d) Secreción de renina suprimida.
e) Todo suele estar presente en un SIADH.
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Endocrinología Infantil
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Endocrinología Infantil
183.- ¿En qué situación son más elevadas las necesidades calóricas?
a) Infancia.
b) Lactancia.
c) Embarazo.
d) Senectud.
e) Trabajo intelectual.
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189.- En una dieta de eliminación por una alergia alimenticia, ¿cuál de estos
alimentos permitiría inicialmente?
a) Frutos secos.
b) Patatas.
c) Tomate.
d) Pescado.
e) Carne de cerdo.
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Endocrinología Infantil
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Autoevaluación
198.- ¿Cuál de las siguientes entidades cursa, más frecuentemente, con nive-
les altos de anticuerpos antitiroideos?
a) Tiroiditis de Riedel.
b) Enfermedad de Graves.
c) Tiroidistis de Hashimoto.
d) Tiroiditis de Quervain.
e) Hiperparatiroidismo.
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Endocrinología Infantil
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Autoevaluación
219.- Ante un niño con exceso de peso, que tiene uno de los testículos alto,
pero que desciende cuando se pone al niño en cuclillas, se dice que tiene:
a) Una criptorquídia unilateral.
b) Un testículo en ascensor.
c) Un síndrome de Fröhlich.
d) Una agenesia testicular unilateral.
e) Un hipogonadismo.
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Endocrinología Infantil
d) Mediante cirugía.
e) No se debe hacer nada pues se soluciona espontáneamente.
221.- Ante un enfermo que tiene poliuria, polidipsia y astenia, se debe pensar
en:
a) Una diabetes mellitus.
b) Una diabetes insípida.
c) Un hiperaldosteronismo primario.
d) Todo lo anterior.
e) Nada de lo anterior.
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Autoevaluación
d) Todo lo anterior.
e) Nada de lo anterior.
226.- Ante un paciente hipertenso que presenta niveles séricos bajos de pota-
sio y una excreción elevada de este ión, debemos pensar en:
a) Hiperparatiroidismo primario.
b) Feocromocitoma.
c) Síndrome de Cushing.
d) Hiperaldosteronismo primario.
e) Hiperaldosteronismo secundario.
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Endocrinología Infantil
a) Potasio plasmático.
b) Renina plasmática.
c) Aldosterona.
d) Sólo b y c.
e) Todos ellos.
232.- Ante una enferma con amenorrea primaria y talla baja, de 18 años,
debemos pensar en:
a) Un enanismo tipo Laron.
b) Un síndrome de Turner.
c) Un hipogonadismo hipogonadotrópico.
d) Un síndrome de Stein Leventhal.
e) Una agenesia ovárica.
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b) Embarazo.
c) Lactancia.
d) Todos los anteriores.
e) Sólo b y c.
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Autoevaluación
c) Hepatomegalia asintomática.
d) Todos los anteriores.
e) Sólo a y b.
257.- Entre los efectos secundarios de la penicilamina se encuentran:
a) Impotencia.
b) Urticaria.
c) Linfadenopatías.
d) Atrofia macular.
e) Sólo b y c.
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Endocrinología Infantil
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Autoevaluación
c) Cerebrosilsulfatasa.
d) Esfingomielinasa.
e) Ceramidasa.
267.- La desaparición de la poliuria y de la nicturia en un diabético con glu-
cosurias elevadas se debe a:
a) Insuficiencia renal por microangiopatía.
b) Arteriosclerosis de las arterias renales.
c) Neuropatía autonómica.
d) Mejoría en el control de la enfermedad.
e) Todos los factores anteriores.
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Endocrinología Infantil
c) En el hígado.
d) En los músculos.
e) En el hueso.
272.- Los pacientes hipoglucémicos con nivel de insulina excesivamente ele-
vado, pero una concentración de péptido C baja o inapreciable, sufren pro-
bablemente:
a) Insulinoma.
b) Hipoglucemia artificial por administración de insulina.
c) Hipoglucemia artificial por administración de sulfonilureas.
d) Hipoglucemia reactiva.
e) Diabetes mellitus tipo II.
274.- De los siguientes alimentos que se citan ¿cuál es el más pobre en coles-
terol?
a) Huevos.
b) Mantequilla.
c) Riñones.
d) Leche.
e) Hígado.
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Autoevaluación
a) Clofibrato.
b) Probucol.
c) Colestiramina.
d) Son ciertas a y b.
e) El tratamiento farmacológico no es efectivo.
277.- ¿Cuál de los siguientes aceites no es útil para conseguir una dieta rica
en ácidos grasos poliinsaturados?
a) Aceite de oliva.
b) Aceite de cacahuete.
c) Aceite de semilla de algodón.
d) Aceite de maiz.
e) Aceite de girasol.
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Endocrinología Infantil
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Autoevaluación
287.- Entre las medidas terapéuticas sintomáticas que se emplean en los sín-
dromes de hiperhidratación se encuentra:
a) Restricción de líquidos.
b) Administración de diuréticos.
c) Reposición de sodio.
d) Aporte calórico adecuado.
e) Todas ellas.
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Endocrinología Infantil
291.- ¿Cuál de los siguientes diuréticos ha demostrado poseer una gran efi-
cacia tanto en la corrección urgente como mantenida de la hiponatremia
secundaria al síndrome de secreción inadecuada de hormona antidiurética?
a) Acido etacrínico.
b) Espironolactona.
c) Furosemida.
d) Hidroclorotiazida.
e) Amilorida.
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Autoevaluación
c) Pizotifeno.
d) Lisina.
e) Todos los anteriores.
295.- El fármaco de elección para prevenir las crisis hipoglucémicas desen-
cadenadas por un insulinoma o por tumores secretores de substancias con
actividad insulinica es:
a) Glucagón.
b) Diazóxido.
c) Dexametasona.
d) Clorpromazina.
e) Difenilhidantoina.
296.- Los esteroides no suelen ser eficaces para reducir la hipercalcemia de:
a) Sarcoidosis.
b) Sobredosis de vitamina D.
c) Hiperparatiroidismo.
d) Addison.
e) Metástasis óseas.
299.- ¿Cuál de los siguientes fármacos tiene una especial indicación en el tra-
tamiento de las crisis hipercalcémicas?
481
Endocrinología Infantil
a) Calcitonina.
b) Fenobarbital.
c) Mitramicina.
d) Corticoides.
e) Bloqueante beta.
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Autoevaluación
c) 3.000 ml.
d) 4.000 ml.
e) 5.000 ml.
304.- ¿Qué cantidad aproximada de bicarbonato administraría a un paciente
de 6 kg. de peso que presenta una acidosis metabólica que cursa con un
bicarbonato actual de 13 mEq/l (normal 25 mEq/l)?
a) 10 mEq.
b) 40 mEq.
c) 80 mEq.
d) 120 mEq.
e) 160 mEq.
305.- Entre las medidas terapéuticas más eficaces para corregir la hiperpo-
tasemia se encuentra:
a) La administración de insulina.
b) La administración de glucosa.
c) La administración de insulina y glucosa.
d) La administración de glucagón.
e) La administración de gluconato cálcico.
483
Endocrinología Infantil
a) Tiamina.
b) Riboflavina.
c) Vitamina C.
d) Vitamina E.
e) Niacina.
311.- Entre las medidas dietéticas que deben seguir los pacientes con hiperli-
poproteinemia tipo IV, cobra especial relevancia en determinados casos:
a) La restricción de grasas saturadas.
b) La restricción de alcohol.
c) La restricción de la ingesta de colesterol a menos de 150 mg/día.
d) La restricción proteica.
e) Ninguna de las anteriores.
312.- ¿Cuál es el mecanismo por el que la glucosa oral ejerce una mayor res-
puesta insulínica que la glucosa intravenosa?
a) Estímulo simpático.
b) Por la presencia simultánea de aminoácidos.
c) Por la presencia en los alimentos de ácidos grasos.
d) Por el péptido gastrointestinal.
e) Todas son ciertas.
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Autoevaluación
de alimentos?
a) Treinta minutos.
b) Sesenta minutos.
c) Dos horas.
d) Tres a cuatro horas.
e) Ninguno de los tiempos indicados.
314.- ¿Cuál de las siguientes pruebas evalúa mejor la integridad del eje
hipotálamo-hipofisario?
a) I131 unido a proteinas de suero.
b) Prueba de captación de T3.
c) T3 y T4 libres.
d) Prueba de supresión tiroidea con T3.
e) Prueba de estimulación con TSH.
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a) Fenilalanina hidroxilasa.
b) El transporte de los aminoácidos.
c) Cetoácido-oxidasas.
d) Tirosín-hidroxilasa.
e) No es correcta ninguna de las respuestas anteriores.
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b) La B2.
c) La B6.
d) El ácido fólico.
e) La B12.
366.- ¿Qué suele indicar una acidosis con un anion gap normal?
a) Que hay un aporte excesivo de ácido.
b) Que hay una pérdida excesiva de CO3H-.
c) Que hay retención de CO3H-.
d) Que no se elimina ácido.
e) No es correcta ninguna de las respuestas anteriores.
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b) 5 nmol/l.
c) 2 nmol/l.
d) 60 nmol/l.
e) No es correcta ninguna de las respuestas anteriores.
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e) Hidrolasa.
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385.- Los insulinomas son tumores pancreáticos que cursan con hiperinsuli-
nismo y producen hipoglucemias. Su forma de presentación más habitual es:
a) El adenoma único.
b) El carcinoma.
c) La microadenomatosis múltiple.
d) Asociados a MEN I.
e) Hiperplasia insular.
386.- La somatostatina:
a) Posee 16 aminoacidos.
b) Tiene una vida media de 3 horas.
c) Se produce en el hígado.
d) Posee 14 aminoácidos.
e) Son correctas todas las respuestas anteriores.
500
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Endocrinología Infantil
c) Hipertensión vasculorrenal.
d) Feocromocitoma.
e) Hipertensión neurógena.
397.- La prueba más útil para el diagnóstico diferencial entre diabétes insí-
pida verdadera y diabétes insípida nefrogénica es:
a) La administración de nicotina.
b) La administración de vasopresina.
c) La prueba de la sed.
d) La prueba del cloruro sódico hipertónico.
e) La prueba del litio.
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b) Menarquia tardía.
c) Pseudotumor Cerebri.
d) Hipertrigliceridemia.
e) Hipercolesterolemia.
504
Autoevaluación
e) a y c son correctas.
505
Endocrinología Infantil
415.- Una parámetro bueno para medir la obesidad es el que se obtiene divi-
diendo el peso en Kg por la talla al cuadrado en metros. Éste parámetro se
conoce como:
a) Índice de Brook.
b) Índice Nutricional.
c) Índice de Kanawati.
d) Índice de Quetelet
e) b y c.
506
Autoevaluación
c) Hipertrigliceridemia.
d) Disminución de fosfolípidos.
e) Hipercolesterolemia.
419.- Son factores de riesgo de desarrollo de obesidad por parte de los niños,
todos los siguientes, excepto:
a) Ser hijo de madre diabética.
b) Tener madre obesa.
c) Que haya obesidad familiar.
d) Lactancia materna.
e) Inicio de la alimentación sólida antes de los 5-6 meses.
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Endocrinología Infantil
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Autoevaluación
TERCERA PARTE
AUTOEVALUACIÓN
DE ENDOCRINOLOGÍA INFANTIL
Respuestas
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Autoevaluación
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Endocrinología Infantil
16. Respuesta E. Todas las opciones son ciertas respecto al raquitismo hipofos-
fatémico familiar ligado a X.
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Autoevaluación
23. Respuesta E. Todas las opciones que se ofrecen pueden ser causa de un hiper-
paratiroidismo secundario.
24. Respuesta B. Hay que plantearse en primer lugar que el diagnóstico sea
erróneo. Se repetirán en este sentido nuevas pruebas funcionales. En casos
excepcionales el preparado administrado no reúne las condiciones de efectividad
deseadas. Por último, hay que tener en cuenta que la efectividad de la GH dis-
minuye con la edad, siendo inefectiva cuando la edad ósea se halla próxima a la
pubertad.
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31. Respuesta E. Cuando el tumor posea una notable expansión supraselar que
comprometa los fascículos ópticos, el tratamiento electivo será quirúrgico, siendo
la vía transfrontal la elegida para el abordaje del mismo. Pese a ello, se han
observado reducciones importantes del tamaño del tumor, con mejoría de los
campos visuales, en pacientes tratados exclusivamente con bromocriptina.
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desayuno y el tercio restante con la cena. Aún cuando con esta pauta casi ninguno
de los pacientes addisonianos está compensado, desde un punto de vista de regu-
lación endocrina, la mayoría de ellos suelen gozar de bienestar y sólo en algunos
casos persiste la hiperpigmentación como secuela.
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69. Respuesta A. La base del tratamiento del bocio simple con hormonas tiroi-
deas estriba en la supresión de la secreción de TSH. Su indicación prácticamente
se reduce a los bocios iniciales correspondientes a la fase hiperplásica, siendo
más dudosa la posibilidad de éxito cuando existe transformación coloide. En
los casos más avanzados de transformación nodular la instauración de este trata-
miento es inútil.
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80. Respuesta A. Puede utilizarse una ó dos veces al día y puede administrarse
por aspiración nasal.
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89. Respuesta D. El litio, como la hipopotasemia o todos los cuadros que cursen
con insuficiencia renal crónica producen una DI renal secundaria.
91. Respuesta E. La histiocitosis X cursa con una DI. Todos los demás cuadros
clínicos son etiologías de la SIADH.
92. Respuesta C. Las sepsis neonatales pueden cursar con una SIADH sobre
todo si cursa con meningitis y/o encefalitis.
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100. Respuesta E. A pesar de que tiene una pubertad retrasada existen los prime-
ros signos del inicio de la maduración sexual (vello púbico y desarrollo mamario
incipientes). Por su frecuencia puede tratarse de un retraso constitucional de la
pubertad por lo que la actitud idónea puede ser la observación y seguimiento y si
no hubiera progresión estudiar la función gonadal e hipofisaria.
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120. Respuesta C. Las fracturas de tallo verde no forman parte del síndrome
radiológico del hipotiroidismo, encontrándose en el raquitismo. Todo lo demás
junto a un retraso de la maduración ósea si es característico.
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123. Respuesta B. Casi todos los enfermos con tiroiditis de Hashimoto tienen
títulos altos de Ac antitiroideos pero en personas jóvenes pueden existir títulos
bajos sin que ello excluya el diagnóstico.
127. Respuesta A. Un nódulo caliente no suele ser maligno pero debe hacerse
PAAF inicialmente. El tratamiento será eutitiroideo, cirugía o I131 dependiendo
de la edad del paciente.
131. Respuesta C.
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144. Respuesta E. Los hipocrecimientos por causa endocrina no son los más fre-
cuentes en la clínica, aunque su importancia radica en que tienen un tratamiento
eficaz. El hipotiroidismo, hipoparatiroidismo, el Cushing asociado a terapia cor-
ticoidea prolongada y el exceso de hormonas sexuales asocian retraso en el cre-
cimiento.
149. Respuesta D. Todos los cuadros referidos son cromosomopatías. Entre las
que cursan con talla alta destaca el Klinefelter y el Cromosoma X frágil que tiene
en el enunciado de la pregunta las características más importantes.
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151. Respuesta E.
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172. Respuesta A. Los fluoruros producen neoformación ósea, todos los demás
pueden retrasar la resorción, pero no inducen neoformación.
175. Respuesta C. Todas aquellas entidades clínicas que originen una pérdida
del 90 % o más de tejido pancreático funcionante condicionaran la aparición de
una diabetes. Entre las más importantes se incluyen: la pancreatectomía total,
hemocromatosis, pancreatitis crónica y mucoviscidosis. La diabetes secundaria
puede desarrollarse asimismo por un excesivo aumento de las hormonas contra-
insulares, v.g. acromegalía y Cushing entre otras endocrinopatías.
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179. Respuesta D. Una vez ligada con el factor intrínseco, la vitamina B12 es
absorbida a nivel del íleon terminal. Esta absorción se efectúa gracias a la pre-
sencia en aquel tramo intestinal de unos receptores específicos, siendo necesarios
por otra parte, un pH óptimo, concentraciones adecuadas de Ca o Mg y jugo pan-
creático.
181. Respuesta E. El insulinoma, tumor de las células beta, constituye una causa
frecuente de hipoglucemia crónica. Distintos tumores (fibrosarcomas retroperito-
neales, neoplasias hepáticas) cursan, asimismo, con niveles bajos de glucosa a
través de un consumo excesivo de glucosa o secreción de substancias insulino-
like. Igual ocurre en la insuficiencia suprarrenal en sus diferentes modalidades
etiológicas y en el etilismo crónico, coincidiendo con períodos de escasa alimen-
tación.
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185. Respuesta C. Las bebidas alcohólicas son una importante fuente energética
que deberá considerarse siempre en el tratamiento de la obesidad. Cada 100 cc de
bebida alcohólica aportará siete caloría por grado de alcohol que posea la misma.
Por ejemplo, 100 cc de coñac de 40º originarán (40 x 7) 280 calorías.
186. Respuesta E. Cien gramos de patatas, plátanos, arroz, pan de trigo y avella-
nas contienen 19,23,75, 52 y 15 gramos de hidratos de carbono respectivamente.
El contenido en lípidos de las avellanas y afines es, por el contrario, muy elevado
con lo que el aporte energético es grande.
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193. Respuesta A. La profesión de relojero, así como todas aquéllas que requie-
ran una correcta y estable agudeza visual no serán aconsejables a un diabético por
el potencial desarrollo, a mayor o menor plazo, de una retinopatía grave. Aque-
llas profesiones que entrañen, asimismo, un riesgo de hipoglucemia (conductores
de autobús, taxi, avión, viajantes de comercio, obreros de la construcción) tam-
poco serán aconsejadas.
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206. Respuesta E. Las causas más frecuentes de dolor en la glándula tiroides son
las tiroiditis subaguda y la hemorragia intraquística o intranodular. La etiología
más común de molestia difusa tiroides, por el contrario, es la tiroiditis autoin-
mune. Ocasionalmente, un carcinoma tiroideo puede causar molestias o incluso
dolor.
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meses y que irá seguida por un control ambulatorio muy frecuente. Como medi-
camento estimulante del apetito puede utilizarse la ciproheptadina, aun cuando
no sule ser muy eficaz en esta enfermedad. Entre sus efectos secundarios más
notables cabe citar: la inhibición que ejerce sobre la hormona del crecimiento y
ACTH.
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principalmente, con los almidones del arroz, maíz, el pan y la patata (40-50 %
del total hidrocarbonado). El resto se complementará con los mono y disacáridos
que aportarán la fruta, los vegetales y la leche.
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definida esta asociación en relación con los triglicéridos. Por el contrario, estu-
dios recientes parecen demostrar que los niveles altos de HDL protegen contra la
enfermedad arteriosclerótica.
251. Respuesta E. Mientras que en una mujer adulta no menstruante los requeri-
mientos de hiero son de 1 mg/día (1.8 mg para la mujer menstruante), durante la
lactancia aumentan a 2,6 mg/día y a 3,8 mg/día durante el embarazo.
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mientras que los prótidos la facilitan, los alimentos ricos en fosfatos, indepen-
dientemente de su contenido en Fe, son malos suministradores de este metal.
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264. Respuesta D. En el circuito arterial, tanto los barorreceptores del seno caro-
tídeo como los receptores sensitivos de volumen recogen información sobre los
cambios del volumen arterial y determinan la respuesta renal, reteniendo o elimi-
nando el sodio según los casos. En el aparato yuxtaglomerular del riñón existen
barorreceptores que registran los cambios de presión intravascular, y por tanto de
la presión de perfusión, determinando la consiguiente respuesta efectora por parte
de dicho aparato. Ciertos hallazgos experimentales permiten sospechar la exis-
tencia de receptores de volumen a nivel hepático y en el sistema venoso central,
que intervendrían en la puesta en marcha de mecanismos efectores.
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268. Respuesta B. Las diarreas nocturnas, que con frecuencia aparecen en dia-
béticos insulinodependdientes mal compensados, con expresión de la neuropatía
autonómica secundaria a microangiopatía, Como consecuencia de la macroan-
giopatía que afecta las extremidades inferiores del paciente diabético, es fre-
cuente encontrar: claudicación intermitente, ausencia de pulsos, pies fríos, dolor
en reposo, isquemia plantar positiva, ausencia de sudoración y, en estadios avan-
zados, ulceraciones, infecciones y gangrena.
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274. Respuesta D. Los huevos contienen 600 mg. de colesterol por 100 g de
alimento. La yema del huevo es la parte del mismo más rica en colesterol. Los
riñones y el hígado contienen 400 y 360 mg de colesterol por 100 g de alimento
respectivamente. La mantequilla y la leche completa contienen a su vez 250 y 10
mg de colesterol por 100 g de alimento.
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277. Respuesta A. Los aceites que contienen mayor proporción de ácidos poliin-
saturados son los de soja, maíz, girasol y cártamo, por este orden.
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285. Respuesta A. La peptina o goma guar forma un gel con el agua que aumenta
la viscosidad del contenido gastrointestinal y retrasa la absorción de la glucosa,
reduciendo ligeramente la glucemia postprandial, la glucosuria de 24 h y las
necesidades diarias de insulina.
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315. Respuesta D. Los niveles de testosterona son normales al igual que los de
gonadotropinas.
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326. Respuesta D. La insulina posee dos puentes disulfuro para unir las cadenas
A y B; entre los aminoácidos 7 de ambas cadenas y el 20 de la cadena A con el 19
de la cadena B. Por otra parte, existe un tercer puente entre los aminoácidos 6 y 11
de las cadena A. La somatostatina de 14 aminoácidos posee un puente disulfuro.
El glucagón es un polipéptido lineal.
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330. Respuesta D. Es un hecho bien conocido que los diabéticos con nefropatía
diabética y/o insuficiencia renal, las necesidades de insulina están reducidas, a
menudo, hasta un 40-50 % de la dosis de insulina previa. No hay explicación
convincente para este hecho, aunque se ha especulado que podría existir una dis-
minución del aclaramiento renal de insulina con lo que los niveles de insulina en
sangre, se mantendrían elevados durante más tiempo.
332. Respuesta B. Los enfermos con insuficiencia renal crónica presentan dismi-
nución de vitaminas. Cuando además están sometidos a hemodiálisis, aumentan
sus necesidades, fundamentalmente de ácido fólico, ácido ascórbico, y piroxina.
Durante la diálisis se producen pérdidas de folato, que incrementan el déficit por
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336. Respuesta C. Las cetoácido oxidasas son necesarias para degradar los alfa-
cetoácidos que se forman a partir de los alfaaminoácidos de cadena ramificada
(valina, isoleucina, leucina). Como consecuencia del déficit enzimático, los tres
aminoácidos y sus alfacetoácidos se acumulan en sangre y aparecen en orina.
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341. Respuesta C. La porfiria cutánea tarda es una porfiria cuya principal anoma-
lía metabólica es un déficit de uroporfirinógeno descarboxilasa. Clínicamente se
manifiesta por un cuadro de fotosensibilidad cutánea y, de forma casi constante,
alteraciones hepáticas de mayor o menor importancia. En general, los síntomas
aparecen entre los 40 y los 60 años, por lo general se la denomina “tarda”. no se
asocia a manifestaciones neurológicas o psiquiátricas ni a dolor abdominal.
342. Respuesta A. En la diabetes tipo II más del 80 % de los pacientes son adul-
tos obesos de más de 40 años. la enfermedad puede controlarse con dieta y/o
antidiabéticos orales, y son excepcionales los casos de cetoacidosis. Son frecuen-
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351. Respuesta C. La primera fase en la vía metabólica del grupo heme es la sín-
tesis del ácido deltaaminolevulínico (ALA) a partir de glicina y succinil-CoA. La
actividad de la ALA sintetasa, que cataliza esta reacción, es relativamente escasa
en comparación con otras enzimas de la vía metabólica y esta controlada por el
propio grupo heme. A partir del ALA se sintetiza el porfobilinógeno y finalmente
el grupo heme. Los porfobilinógeno, al oxidarse, se transforman en porfirinas,
que son compuestos coloreados y fluorescentes a la luz ultravioleta.
352. Respuesta C. Glucemias basales en el rango de 125 a 140 mg/dl reflejan una
situación intermedia entre la normalidad y la diabetes manifiesta, por tanto, para
llegar al diagnóstico definitivo hay que realizar una curva de sobrecarga oral de
glucosa. Las glucemias superiores a 140 mg/dl son patológicas, en tanto valores
inferiores a 125 mg/dl son normales.
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363. Respuesta C. Los alimentos con alto contenido en fibras vegetales, así como
los preparados medicamentosos como el guar y la pectina, son de utilidad en el
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367. Respuesta A. Esta lipidosis forma parte del grupo de las llamadas “neuroli-
pidosis” o lipidosis que afectan primariamente el sistema nervioso. Se transmite
con carácter autosómico recesivo. Es debida al déficit de galactosilceramida beta
galactosidasa, lo que conduce a la acumulación de galactosilceramida en el sis-
tema nervioso. El déficit de la enzima se ha detectado en la sustancia blanca y
gris del sistema nervioso, asi como en el hígado y en el bazo.
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presentan una acidosis metabólica grave con anión gap elevado. En muchos
casos este cuadro no está relacionado con un aumento de lactato ni de cuerpos
cetónicos, por lo que se piensa que podría ser debido a la acumulación de otros
ácidos orgánicos.
375. Respuesta B. La insulina NPH subcutánea empieza a surtir efecto 1-2 horas
después de su administración, alcanza su acción máxima entre las 2 y las 8 horas
y se mantine hasta 12-16 horas. A pesar de que en la primera fase de su uso llegó
a administrarse cada 24 horas, la pauta más aceptada para vía subcutánea es cada
12 horas. Ni la vía intravenosa ni la intramuscular son en absoluto aconsejables,
ya que para que tenga acción prolongada la insulina va combinada, generalmente
formando cristales, con protamina y el cinc.
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379. Respuesta D. Los individuos con glucemias entre 140 y 200 mg/100 ml a
los 120 minutos de la sobrecarga oral de glucosa se encuentran en una situación
intermedia entre la normalidad y la diabetes franca; a este intervalo se lo conoce
como intolerancia hidrocarbonada. Los individuos con glucemias en este rango
tienen mayor susceptibilidad para el desarrollo de enfermedades vasculares por
arteriosclerosis, y algunos de ellos se convierten a la larga en diabéticos, presen-
tando hiperglucemia en ayunas y microangiopatía.
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382. Respuesta E. El dintel renal para la glucosa se sitúa entre 160 y 180 mg/100
ml. Cuando la glucemia alcanza o sobrepasa estos niveles, aparece glucosa en
orina, que queda almacenada en la vejiga. Así pues, cuando se determina la glu-
cosuria, el valor constatado no refleja la glucemia de ese momento sino la que
había en las horas previas a la micción.
385. Respuesta A. Los insulinomas son tumores derivados de las células Beta del
páncreas. En cerca del 70 % de los casos se presentan como adenomas únicos,
en un 10 % como microadenomatosis y en otro 10 % como carcinomas. El resto
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389. Respuesta B. Los nanismos tipo Laron (descritos por este autor) se carac-
terizan por la existencia de un fallo en el receptor hepático para la GH y por la
incapacidad del hígado para producir somatomedinas a pesar de mantenerse una
función hipofisaria normal. Cursan con niveles bajos de somatomedinas y eleva-
dos ( a veces normales) de GH, lo que indica un cierto estado de hiperfunción de
las células somatotropas de la hipófisis para compensar el defecto en la acción
periférica de la GH.
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401. Respuesta C. Hoy día la obesidad constituye la causa más frecuente de mal-
nutrición en países desarrollados. Las demás causas son más frecuentes en países
pobres.
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417. Respuesta E. La dieta constituye la base del tratamiento del niño obeso.
Debe ser hipocalórica y equilibrada en principios inmediatos con aporte sufi-
ciente de proteínas de alto valor biológico (1g/kg/día), moderada en hidrocarbo-
nados ricos en almidones, (restringiendo drásticamente los azúcares refinados)
y masticar y comer lentamente ayudan en este sentido. Deben excluirse fritos,
patatas, mantequilla. Se pueden tomar zumos y bebidas gaseosas sin azúcar.
419. Respuesta D. Los niños criados al pecho no ganan peso tan rápidamente
como los criados con biberón, iniciando además más tardiamente la alimentación
sólida. El niño lactado al pecho controla mejor la cantidad de la ingesta, pues se
encuentra antes satisfecho.
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