RITO Eucaristía

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MONICIÓN ANTES DE LA ENTRADA DEL

SACERDOTE

Nosotros hemos recibido una tradición que


viene de los Apóstoles, según la cual el Señor
Jesús, antes de dar su vida por nosotros,
reunido con ellos para celebrar la Pascua, tomó
pan, dio gracias a Dios, lo bendijo y se lo dio
diciendo: «Tomen y coman todos de Él, porque
esto es mi cuerpo». Acabada la cena, tomó el
cáliz lleno de vino, dando de nuevo gracias a
Dios, lo bendijo y lo dio a sus discípulos
diciendo: «Tomen y beban todos de él, éste es
el cáliz de mi sangre, que será derramada por
ustedes y por todos para el perdón de los
pecados». Y les dijo después: «Hagan esto en
memoria mía».

***

Esta tarde, siguiendo la invitación del Señor,


vamos a cumplir su mandato. Vamos a celebrar
la Eucaristía en la que los niños y niñas de
nuestra Comunidad, por primera vez, recibirán
a Cristo en el sacramento de su Cuerpo y de su
Sangre.

***

Para favorecer el clima de oración y de


escucha y por respeto al lugar y al momento en
el que nos encontramos, a partir de ahora,
todos los teléfonos celulares deberán estar
apagados.

***

Los invito a ponernos de pie. Vamos a recibir al


sacerdote y a sus ministros, entonando el canto
de entrada.

Inicia el Canto de entrada

SALUDO DEL SACERDOTE

ACTO PENITENCIAL

Sacerdote:
Pidamos ahora perdón por nuestros pecados y
por los pecados del mundo entero.

En nuestra vida hay muchas cosas que no son


como deberían ser. A menudo nos
preocupamos sólo de nosotros mismos
y novivimos el amor que Jesús nos enseñó.

Ahora lo reconocemos delante de Él, para que


nos dé su fuerza y su gracia.

Yo confieso ante Dios todopoderoso…

Dios todopoderoso tenga misericordia…

SEÑOR, TEN PIEDAD

GLORIA

ORACIÓN COLECTA

Señor, Tú que recibiste con especial cariño a


los niños y niñas que se acercaban a Ti, recibe
con bondad la sencillez de estos hijos tuyos
que vienen por primera vez a recibir Tu cuerpo
y Tu Sangre. Defiéndelos de todos los peligros
del cuerpo y alma, y guárdalos siempre en Tu
Amor. Tú que vives y reinas con el Padre en la
unidad del Espíritu Santo y eres Dios por los
siglos de los siglos.

MONICIÓN ANTES DE LA PRIMERA


LECTURA

Cuando sentimos hambre y no tenemos nada


para comer, estamos de mal humor, nos
quejamos.

Los israelitas, en el desierto del Sinaí, pasaron


hambre y protestaron.

Dios escuchó su queja y puso al alcance del


pueblo un alimento desconocido para ellos,
pero capaz de saciar su hambre. Moisés al
verlo exclamó: «Éste es el pan que el Señor les
da de comer».

PRIMERA LECTURA
Lectura del libro del Éxodo(16, 2-4a. 12a.
12c. 13b-15)

En aquellos días, la comunidad de los israelitas


protestó contra Moisés y Aarón en el desierto,
diciendo:
«¡Ojalá hubiéramos muerto a manos
del Señor en Egipto, cuando nos sentábamos
junto a la olla de carne y comíamos pan hasta
hartarnos! Nos han sacado a este desierto para
matar de hambre a toda esta comunidad».

El Señor dijo a Moisés:
«Yo haré llover pan del


cielo: que el pueblo salga a recoger la ración de
cada día. He oído las murmuraciones de los
israelitas. Diles: “Por la mañana se saciarán de
pan; para que sepan que yo soy el Señor, su
Dios”».

Por la mañana, había una capa de rocío


alrededor del campamento. Cuando se evaporó
la capa de rocío, apareció en la superficie del
desierto un polvo fino, parecido a la escarcha.
Al verlo, los israelitas se dijeron:
«¿Qué es
esto?»
Pues no sabían lo que era. Moisés les
dijo:
«Es el pan que el Señor les da de comer».
Palabra de Dios.

MONICIÓN ANTES DEL SALMO

Dios nos regala un pan que nos hace estar


siempre vivos por dentro. Ese pan es Jesús.
Por eso le pediremos cantando:

Salmo responsorial(Sal 144, 10-11. 15-16. 17-


18)

R. Danos, Señor, el pan de la vida.

Que todas tus criaturas te den gracias, Señor,

Que te bendigan todos tus fieles;

Que proclamen la gloria de tu reino,

Que den a conocer tus maravillas.

R. Danos, Señor, el pan de la vida. 



Los ojos de todos Te están aguardando,

Tú les das la comida a su tiempo;

Abres tu mano generosa,

Y sacias de favores a todo viviente.

R. Danos, Señor, el pan de la vida. 


El Señor es justo en todos sus caminos,

Es bondadoso en todas sus acciones;

Cerca está el Señor de los que lo buscan,

De los que lo invocan sinceramente.

R. Danos, Señor, el pan de la vida. 


MONICIÓN ANTES DE LA SEGUNDA


LECTURA
Cuando participamos de una misma mesa y de
un mismo pan, nos sentimos más unidos. San
Pablo nos lo recuerda en este pasaje que
vamos a escuchar. Cuando comemos del
mismo pan, que es Jesús, quedamos tan
unidos con Él que formamos un solo cuerpo.

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la primera carta del apóstol san


Pablo a los Corintios (10, 16-17)

Hermanos: El cáliz de la bendición que


bendecimos, ¿no es comunión con la sangre
de Cristo? Y el pan que partimos, ¿no es
comunión con el cuerpo de Cristo?

El pan es uno, y así nosotros, aunque somos


muchos, formamos un solo cuerpo, porque
comemos todos del mismo pan.

Palabra de Dios.
MONICIÓN ANTES DEL EVANGELIO

Cuando compartimos nuestro pan con los


demás, les damos algo que nos hace vivir.

Este gesto o signo hizo Jesús en la ultima


Cena para decir a sus discípulos que entregaba
su vida por nosotros. Cada vez que celebramos
la Misa, el sacerdote recuerda el gesto de
Jesús, parte el pan que es Jesús y nos lo
entrega. Cuando lo comemos, Jesús nos une a
Él, nos da su vida, para que nosotros vivamos
compartiendo nuestra vida y nuestras cosas
con los demás.

ALELUYA

Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo —


dice el Señor— el que coma de este pan vivirá
para siempre. (Jn 6, 51)

ALELUYA
EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según san


Lucas(22, 14-16. 19-20)

Llegada la hora, se sentó Jesús con sus


discípulos y les dijo: «He deseado
enormemente comer esta comida pascual con
ustedes, antes de padecer, porque les digo que
ya no la volveré a comer, hasta que se cumpla
en el reino de Dios».

Y, tomando pan, pronunció la acción de


gracias, lo partió y se lo dio, diciendo: «Esto es
mi cuerpo, que se entrega por ustedes. Hagan
esto en memoria mía».

Después de cenar, hizo lo mismo con la copa,


diciendo: «Esta copa es la nueva alianza,
sellada con mi sangre, que se derrama por
ustedes».

Palabra del Señor.


HOMILÍA

MONICIÓN ANTES DE ENCENDER LA VELA

Sacerdote:

Queridos niños y niñas, este Cirio Pascual


que hoy se encuentra encendido junto al Altar,
representa a Jesús resucitado.

En el día de su bautismo, Jesús empezó a


iluminar sus corazones. Por eso el sacerdote
entregó a sus papás y padrinos una vela que
significa la luz de Cristo. A lo largo de estos
años ustedes han ido conociendo en qué
consiste ser cristianos y amigos de Jesús.

Ahora ustedes mismos van a recibir esa


Luz, para decirles a todos que Cristo es la Luz
que ilumina nuestra vida y nos enseña el
camino para llegar al cielo.

Monitor:
En este momento algunos padrinos y madrinas
van a acercarse a encender las velas del Cirio
Pascual y pasarán la luz a todos los niños y
niñas.

RENOVACIÓN DE LAS PROMESAS DEL


BAUTISMO

Sacerdote:

Queridos niños y niñas, cuando eran pequeños,


sus papás y padrinos prometieron en su
nombre que ustedes renunciaban al mal, al
egoísmo y a la mentira y que iban a seguir a
Jesús y sus enseñanzas. Hoy que ya son más
grandes y se encuentran aquí porque quieren
recibirlo por primera vez en la Comunión, los
invito a que todos juntos renovemos las
promesas de nuestro bautismo y hagamos
personalmente la profesión de nuestra fe
católica.

Sacerdote: ¿Están ustedes dispuestos a


luchar contra el pecado, que se manifiesta
entre otras cosas en el egoísmo, la envidia, la
venganza y la mentira?

Todos:Sí, estoy dispuesto.

Sacerdote: ¿Están ustedes dispuestos a


perdonar a quienes los ofendan, a amar incluso
a quienes no los quieren bien, a ayudar a
quienes los necesiten, aunque no sean sus
amigos?

Todos:Sí, estoy dispuesto.

Sacerdote: ¿Creen ustedes en Dios Padre


Todopoderoso, creador del Cielo y de la Tierra?

Todos:Sí, creo.

Sacerdote: ¿Creen ustedes en Jesucristo, su


Único Hijo, Nuestro Señor, que nació de Santa
María, Virgen, murió, fue sepultado, resucitó de
entre los muertos y está sentado a la derecha
del Padre?

Todos:Sí, creo.
Sacerdote:¿Creen en el Espíritu Santo, Señor
y Dador de Vida?

Todos:Sí, creo.

Sacerdote:¿Creen ustedes en la Santa Iglesia


Católica, en la comunión de los Santos, en el
perdón de los pecados, en la resurrección de
los muertos y en la Vida Eterna?

Todos: Sí, creo.

Todos: Esta es nuestra fe. Esta es la fe de la


Iglesia, que nos gloriamos de profesar en
Jesucristo Nuestro Señor.

ORACIÓN UNIVERSAL

Oremos hermanos, al Padre, por estos niños y


niñas que hoy por primera vez participan
plenamente del Banquete del Señor, y por todo
el pueblo de Dios.

A cada petición diremos:


¡Escúchanos, Padre!

1. Para que la Iglesia sea una casa de puertas


abiertas, donde todos puedan experimentar el
amor del Padre. OREMOS.

2. Para que los pueblos que viven la ceguera


de la guerra, del odio y del rencor encuentren la
paz y la alegría del perdón. OREMOS.

3. Para que en el corazón de todos los


hombres y mujeres del mundo crezcan
sentimientos de amor y de
generosidad. OREMOS.

4. Para que los niños abandonados y los que


no tienen lo necesario para vivir dignamente
encuentren amor y ayuda. OREMOS.

5. Para que los niños y niñas que hoy recibirán


la Primera Comunión, valoren siempre este
primer encuentro con Jesús
Eucaristía. OREMOS.
6. Para que sus padres y padrinos los ayuden,
con el ejemplo de su vida, a seguir fielmente a
Cristo. OREMOS.

7. Para que sus catequistas y todos los que les


han ayudado a crecer en la fe, sigan realizando
su misión con fidelidad y amor. OREMOS.

8. Para que nosotros seamos un ejemplo de


servicio a los demás y sepamos poner
esperanza a nuestro alrededor. OREMOS.

Escucha, Padre, nuestras plegarias y derrama


tu amor sobre nosotros y sobre todos los
hombres y mujeres del mundo. Te lo pedimos
por Jesucristo nuestro Señor.

MONICIÓN ANTES DEL OFERTORIO

Hasta este momento de la Misa, oramos y


escuchamos la Palabra de Dios. Ahora vamos
a preparar la Mesa de la Eucaristía.
Pondremos el pan y el vino sobre el Altar para
que se conviertan en el Cuerpo y la Sangre de
Jesús, el alimento que nos da vida eterna.

Acompañaremos el pan y el vino con una


ofrenda para los pobres. Jesús nos enseña que
debemos ser compartidos, porque no podemos
amarlo a Él si no ayudamos a nuestros
hermanos necesitados.

También realizaremos la Colecta con la


ayudamos a cuidar nuestro templo porque nos
sentimos responsables de las necesidades
materiales de nuestra Comunidad.

Canto del Ofertorio

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Recibe, Señor, las ofrendas que Te


presentamos. Son pruebas de nuestra gratitud
por el más precioso don que podemos recibir:
Tu Hijo Jesucristo. Te rogamos que este mismo
pan y vino que Te ofrecemos se conviertan
para nosotros hoy en el Pan de Vida y el Cáliz
de Salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.

MONICIÓN ANTES DE LA PLEGARIA


EUCARÍSTICA

Vamos a empezar ahora el momento más


importante de nuestra celebración.

Juntos daremos gracias a Dios por todas las


cosas buenas que ha hecho por nosotros y
sobre todo le daremos gracias por la cosa más
grande que ha hecho: enviarnos a Jesús, para
que esté con nosotros, para que nos enseñe a
vivir amando de verdad, tal como Él nos ama.

Después, dando gracias, el sacerdote repetirá


las palabras y los gestos que Jesús hizo el día
antes de su muerte, los gestos con los que nos
dejó enel pan y en el vino su Cuerpo y su
Sangre, para que fueran alimento para nuestra
vida, para que pudiéramos estar siempre muy
unidos a Él.
Ahora pues, prestemos mucha atención a lo
que vamos a hacer, a escuchar y a decir.

PLEGARIA EUCARÍSTICA PARA LAS MISAS


CON NIÑOS I

SANTO

PADRE NUESTRO

CORDERO DE DIOS

MONICIÓN ANTES DE LA COMUNIÓN

Sacerdote:

Queridos hermanos:

Jesús nos está invitando a recibirlo en su


Cuerpo y en su Sangre.

Comulgar es recibir a Jesús.


Es decirle «sí» a Jesús.

Es renovar nuestra amistad con Él y querer


parecernos cada día más a Él.

***

Monitor:

En este momento, los niños y niñas,


acompañados por sus padrinos y madrinas,
atendiendo las indicaciones de las catequistas,
se irán acercando de manera ordenada a los
reclinatorios y —de rodillas, respondiendo
«Amén» al sacerdote, comulgarán
reverentemente el Cuerpo y la Sangre de
Cristo.

A los demás la Sagrada Comunión será llevada


a sus lugares por los Ministros.

Cantos de Comunión

ACCIÓN DE GRACIAS
Catequista:

Jesús está en nuestro corazón.

En silencio démosle gracias y pidamos que


siempre lo sintamos cerca.

(Breve silencio).

***

Canto: Dios está aquí…

Un niño:Jesús, tú eres nuestro hermano,


nuestro amigo. Te damos gracias porque has
venido a nuestro corazón y estás con nosotros.
Te queremos. Gracias por nuestros padres y
familiares que hoy nos acompañan.

Canto: Jesús está aquí…

Una niña:Gracias por nuestros catequistas y


por las personas que nos han ayudado a
prepararnos para la Primera Comunión.
Gracias por todas las cosas buenas que hay en
nosotros y en todas las personas que tenemos
a nuestro lado. Por todo, gracias, Señor.

Canto: Mi hermano está aquí…

Un niño:María, a ti también queremos darte


gracias. Tú eres nuestra madre, y nos quieres
como hijos tuyos que somos. Tú nos has dado
a Jesús, a quien nosotros hoy hemos recibido
por primera vez en el sacramento de la
Eucaristía.

Una niña:Queremos ser sencillos como tú lo


fuiste, María; dispuestos a cumplir la voluntad
del Señor, como tú la cumpliste. Queremos ser
personas abiertas a los demás y amigos de
todos, como tú nos enseñaste, María.

Un niño: En este día de nuestra Primera


Comunión, queremos decirte que eres nuestra
madre, que no nos vamos a olvidar de ti. Nos
recordaremos siempre de lo que nos ha
enseñado Jesús, tu Hijo y nuestro Señor. Y te
damos gracias, María, porque sabemos que tú
le pides al Señor por nosotros.
Canto: María está aquí…

ORACIÓN DESDPUÉS DE LA COMUNIÓN

Señor, que la Hostia que hemos recibido en


Comunión, nos permita permanecer unidos a Ti
y dar frutos que siempre permanezcan, por
Jesucristo nuestro Señor.

MONICIÓN ANTES DE LA BENDICIÓN FINAL

Queridos niños y niñas, esta Misa —que está


por terminar— es para Ustedes un punto de
partida: es la Primera de muchas Comuniones.

Como discípulos de Jesús —pequeños y


grandes— seguiremos siendo convocados a
celebrar la Eucaristía en el Día del Señor. Para
crecer como cristianos. Y para que a ninguna
de nuestras familias le falte una luz del
Domingo, que es Jesús, en la Palabra y en la
Comunión: nuestro amigo y hermano, fuente de
la alegría y del amor que necesitamos durante
la semana.

***

Ahora, con un corazón agradecido por el regalo


de este Día, dispongámonos a recibir la
Bendición del sacerdote.

BENDICIÓN FINAL

Canto de salida

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