El poema describe la naturaleza efímera de la vida de la retama en el desierto. A pesar de que la retama embellece el paisaje desolado con sus hojas fragantes, está destinada a morir cuando el fuego subterráneo extienda su manto rojo por su espesura. La retama aceptará su destino sin oponer resistencia, sabiendo que su linaje caduco no fue creado para ser eterno.
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El poema describe la naturaleza efímera de la vida de la retama en el desierto. A pesar de que la retama embellece el paisaje desolado con sus hojas fragantes, está destinada a morir cuando el fuego subterráneo extienda su manto rojo por su espesura. La retama aceptará su destino sin oponer resistencia, sabiendo que su linaje caduco no fue creado para ser eterno.
El poema describe la naturaleza efímera de la vida de la retama en el desierto. A pesar de que la retama embellece el paisaje desolado con sus hojas fragantes, está destinada a morir cuando el fuego subterráneo extienda su manto rojo por su espesura. La retama aceptará su destino sin oponer resistencia, sabiendo que su linaje caduco no fue creado para ser eterno.
El poema describe la naturaleza efímera de la vida de la retama en el desierto. A pesar de que la retama embellece el paisaje desolado con sus hojas fragantes, está destinada a morir cuando el fuego subterráneo extienda su manto rojo por su espesura. La retama aceptará su destino sin oponer resistencia, sabiendo que su linaje caduco no fue creado para ser eterno.
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Poema de Giacomo Leopardi : La retama
Y tú, lenta retama,
que de frondas fragantes esta campiña desolada adornas, también al cruel poder morirás luego del subterráneo fuego, que volviendo al lugar que ya conoce avaro ha de extender su rojo manto por tu fresca espesura. Indiferente doblarás bajo el peso del destino tu cabeza inocente: mas hasta entonces no la habrás en vano doblegado con súplicas cobardes del futuro opresor, ni erguido nunca delirante del orgullo a las estrellas, sobre el desierto donde lugar y nacimiento el azar, no tu gusto, darte quiso; que más sabía que el hombre, menos necia, no creíste jamás que por el hado o por ti misma eterno tu caduco linaje fue creado. “La retama o la flor del desierto”, fragmento, en Obras, Giacomo Leopardi, trad. de Miguel Romero Martínez, Madrid, Aguilar de Ediciones, 1960, po. 232-233. AMOR Y CARACOLES, un poema de Uberto Stabile El día que tú quieras me llamas y nos despedimos un poquito compartimos el portal y nos hacemos un nudo en la garganta, unos de esos nudos que te dejan sin habla de los que llenan el cuerpo de viernes y caracoles, o si lo prefieres nos confiamos un secreto y la pasión por Nicaragua, el misterio de las 39 rosas rojas y ese color que nunca tuvo la tristeza. El día que tú quieras me atas a la cama y nos despedimos de lo poéticamente correcto y en lugar de escribir versos nos tatuamos un delirio o dejamos pasar el tiempo y reventamos de utopía este momento de carne, sudor y risas. El día que tú quieras mientras alguien intenta explicar este poema nos casamos con la vida y engañamos al mundo como el mundo engaña al hombre y el hombre a los caracoles.