Sistema Nervioso
Sistema Nervioso
Sistema Nervioso
El sistema nervioso es el encargado de dirigir, supervisar y controlar todas las funciones y actividades
de nuestros órganos y nuestro organismo en general. El sistema nervioso es el encargado de recibir
y emitir señales y estímulos a todo el cuerpo.
Estructura del sistema nervioso.
Se considera la estructura más compleja de todas las que trabajan en el cuerpo humano. Esta
estructura de nuestro cuerpo se diferencia en dos grandes sistemas: el Sistema Nervioso Central
(SNC) y el Sistema Nervioso Periférico (SNP).
El sistema nervioso central está compuesto del encéfalo y la médula espinal. El encéfalo es
conformado por: El cerebro, El cerebelo y El bulbo raquídeo.
El sistema nervioso periférico engloba todos los nervios que salen del sistema nervioso central hacia
todo el cuerpo. Está constituido por nervios y ganglios nerviosos agrupados en:
Sistema nervioso somático (SNS) comprende 3 tipos de nervios: los nervios sensitivos, los nervios
motores y los nervios mixtos.
Sistema nervioso vegetativo o autónomo (SNA): incluye el sistema nervioso simpático y el sistema
nervioso parasimpático.
LA NEURONA.
La unidad de trabajo básica del sistema nervioso es una célula llamada neurona y existen solamente
en este lugar. El cerebro humano contiene aproximadamente 100 mil millones de neuronas. Una
neurona consiste en un cuerpo celular que contiene el núcleo y extensiones especiales
llamadas axones y dendritas.
Las neuronas reciben los estímulos de todas las partes de nuestro cuerpo y, a su vez, manda las
respuestas para que los órganos y otras capacidades físicas funcionen adecuadamente.
Las neuronas tienen una forma que difieren de las células tradicionales. Las neuronas se constituyen
de un soma o cuerpo. Este soma tiene forma redondeada y está cubierta de unos pelillos que
reciben el nombre de dendritas.
Las dendritas son centros nerviosos que reciben la información de otras neuronas. A través de la
excitabilidad de las neuronas es posible que la información se traslade de neurona a otra neurona.
Desde el soma sale un axón que es una conexión delgada y muy larga que permite que la
información viaje por este y se conecte con otras neuronas. Así la información sale del axón y llega
a las dendritas de otra neurona, que recibe dicha información, la procesa en su soma y envía por su
axón la información recibida hacia las dendritas de otra neurona.
De este modo, las neuronas se conectan unas con otras y permiten que la información viaje desde
un lugar del organismo hasta otro.
LA SINAPSIS
La característica distintiva de las neuronas es que la información viaja con extremada rapidez,
mediante impulsos nerviosos gracias a la mielina que existe y recubre al axón.
La sinapsis es una unión intercelular especializada entre neuronas que se produce por la transmisión
del llamado “impulso nervioso”.
Los neurotransmisores se liberan en el espacio entre el final de un axón y la punta de una dendrita
de otra neurona. Este espacio recibe el nombre de sinapsis. Los neurotransmisores recorren la breve
distancia a través de la sinapsis hasta la dendrita. La dendrita recibe los neurotransmisores y los
vuelve a convertir en una señal eléctrica. La señal luego viaja a través de la neurona para volver a
convertirse en una señal química cuando llega a las neuronas vecinas.
El desplazamiento de cargas eléctricas por la membrana neuronal constituye el IMPULSO
NERVIOSO. Este impulso es la base de todas las funciones nerviosas.
Cuando el impulso nervioso llega al final del axón de una neurona tiene que "saltar" hasta las
dendritas de la siguiente neurona porque las neuronas no están pegadas unas a otras, sino que hay
un pequeño espacio entre una y otra, llamado ESPACIO O HENDIDURA SINÁPTICA. El "salto" del
impulso nervioso se hace por medio de unas moléculas químicas llamadas NEUROTRANSMISORES
que salen de la primera neurona, cuando llega el impulso nervioso, y llegan a la siguiente neurona
provocando un nuevo impulso eléctrico.
Los neurotransmisores son, por tanto, las principales sustancias de las sinapsis.
Las neuronas motoras transmiten mensajes del cerebro para controlar los movimientos voluntarios.
Las neuronas sensoriales detectan la recepción de luz, sonido, olor, gusto, presión y calor, y envían
mensajes al cerebro. Otras partes del sistema nervioso regulan los procesos involuntarios
involucrados en el funcionamiento de los órganos y las glándulas del cuerpo, como la liberación de
hormonas como la adrenalina, la dilatación del ojo en respuesta a la luz o la regulación del sistema
digestivo.
El cerebro está formado por muchas redes de neuronas comunicadoras. De esta manera, las
diferentes partes del cerebro pueden "hablar" entre sí y trabajar juntas para enviar mensajes al resto
del cuerpo.
Clasificación morfológica
1. Neurona unipolar.
2. Neurona bipolar.
3. Neurona multipolar.
4. Neurona seudounipolar.
Con base en la división morfológica entre las distintas partes anatómicas de las neuronas y sus
diversas formas de organización se clasifican en cuatro tipos:
Unipolares, son células con una sola proyección que parte del soma, son raras en los
vertebrados.
Bipolares, con dos proyecciones que salen del soma, en los humanos se encuentran en el
epitelio olfativo y ganglios vestibular y coclear.
Multipolares, son neuronas con múltiples proyecciones dendríticas y una sola proyección
axonal, son características de las neuronas motoras.
Seudounipolares, con una sola proyección pero que se subdivide posteriormente en una
rama periférica y otra central, son características en la mayor parte de células de los ganglios
sensitivos humanos.
Clasificación fisiológica
Las neuronas se clasifican también en tres grupos generales según su función:
Sensitivas o aferentes, localizadas normalmente en el sistema nervioso periférico, están
encargadas de la recepción de muy diversos tipos de estímulos tanto internos como externos.
Esta adquisición de señales queda a cargo de una amplia variedad de receptores:
o Nocicepción: Terminaciones libres encargadas de recoger la información de daño
tisular.
o Termorreceptores: Sensibles a la temperatura.
o Fotorreceptores: Son sensibles a la luz, se encuentran localizados en los ojos.
o Quimiorreceptores: Son los que captan sustancias químicas como el gusto (líquidos-
sólidos) y olfato (gaseosos).
o Mecanorreceptores: Son sensibles al roce, presión, sonido y la gravedad, comprenden
al tacto, oído, línea lateral de los peces, estatocistos y reorreceptores.
o Propioceptores: Son receptores internos situados en los husos musculares y
terminaciones nerviosas que se encargan de recoger información para el organismo
sobre la posición de los músculos y tendones.
Motoras o eferentes: localizadas normalmente en el sistema nervioso central se encargan
de enviar las señales de mando enviándolas a otras neuronas, músculos o glándulas.
Interneuronas: localizadas normalmente dentro del sistema nervioso central se encargan de
crear conexiones o redes entre los distintos tipos de neuronas.
El Sistema Nervioso Central se caracteriza por ser el núcleo de nuestro procesamiento mental, de
hecho, es el encargado de tratar la información que recogen nuestros sentidos para que podamos
comprenderla mejor.
El sistema nervioso central está integrado por el encéfalo y la médula espinal, que está protegido
por estructuras óseas, como el cráneo y la columna vertebral también, está protegido por un
conjunto de membranas, llamadas meninges y el líquido cefalorraquídeo esto para evitar lesiones.
Está formado por el encéfalo y la médula espinal, compuestos por millones de células conectadas
entre sí, las neuronas.
Diencéfalo. Está compuesto por diferentes partes anatómicas: hipotálamo, tálamo y epitálamo.
El tálamo, recibe las sensaciones que recogen otras partes del SNC y las distribuye a otras regiones
de la corteza cerebral.
La función principal del hipotálamo es regular el equilibrio de nuestro cuerpo y las necesidades
básicas como, por ejemplo, la ingesta de alimento, bebida y el instinto de reproducción, controlando
también el sistema endocrino.
Finalmente, el epitálamo pertenece al sistema límbico, relacionado con las emociones y la intuición.
También contiene la glándula pineal, que regula los estados de sueño y vigilia.
2. EL CEREBELO.
Hace de puente a los estímulos de la médula espinal para que lleguen al cerebro. Algunas de sus
funciones son las siguientes: regular el latido del corazón, la presión arterial, el equilibrio y la función
respiratoria. Regula los movimientos musculares tales como correr, caminar, escribir, etc y también
mantiene la tonicidad muscular y la postura corporal.
3. TRONCO ENCEFALICO O TALLO CEREBRAL
Ubicado sobre la médula espinal, el tallo cerebral está dividido en tres regiones anatómicas: el bulbo
raquídeo, la protuberancia y el mesencéfalo.
El bulbo raquídeo es la parte del encéfalo que se une a la médula espinal, en el bulbo se localizan
fascículos ascendentes (sensoriales), descendentes (motores) y sustancia gris que comunican la
médula espinal con el encéfalo. Estos regulan funciones vitales como la función respiratoria, los
latidos del corazón y el diámetro vascular. Controla además, el vómito, la tos, el estornudo, el hipo
y la deglución.
La protuberancia anular o puente troncoencefálico regula los movimientos respiratorios, y recibe
información sensorial del gusto e información táctil de la cara y el cuello.
Finalmente, el mesencéfalo controla los movimientos de los ojos, así como también la contracción
de la pupila. Participa en la regulación subconsciente de la actividad muscular.
LA MEDULA ESPINAL Y SUS FUNCIONES.
La médula espinal es la parte del Sistema Nervioso Central situado en el interior de la columna
vertebral. Tiene una función de centro elaborador de reflejos y conductor de impulsos nerviosos
desde y hacia el encéfalo.
Esta parte del Sistema Nervioso Central tiene dos funciones fundamentales: es el centro de muchos
actos reflejos y también es la vía de comunicación entre el cuerpo y el encéfalo, a través de vías
ascendentes sensitivas y vías descendentes motoras. Como el resto de SNC, la médula espinal está
constituida por sustancia gris, situada en la parte central y sustancia blanca, situada en la parte
externa.
La médula espinal tiene distintas partes que la constituyen entre ellas se encuentran:
1. Las raíces ventrales o anteriores, que corresponden a vías eferentes que contienen axones
motores del sistema nervioso somático y del sistema nervioso autónomo.
2. Las raíces dorsales o posteriores, que corresponden a vías aferentes que contienen axones
sensitivos procedentes de la piel, los músculos y las vísceras.
3. La sustancia gris en donde es posible identificar dos astas dorsales, que contienen los núcleos
sensitivos, y dos astas ventrales, que contienen núcleos mores.
4. La sustancia blanca que tiene muchos axones que se reúnen formando cordones dorsales,
laterales y ventrales, en donde muchos ascienden con información sensitiva hasta el encéfalo, y
otros descienden con información motora.
5. Los ganglios espinales o raquídeos que contienen somas de neuronas pseudounipolares, por las
cuales se transmite información sensitiva hacia el sistema nervioso central.
6. Los nervios espinales o raquídeos, que son 31 pares de nervios formados por la unión de las raíces
dorsales y ventrales, por lo que contienen axones sensitivos y motores.
SISTEMA NERVIOSO periférico.
Está formado por ganglios o grupos de somas neuronales y por nervios, ubicados fuera del sistema
nervioso central, pero conectados a este. Su función es transmitir información sensitiva hacia el
sistema nervioso central e información motora, desde este hacia los músculos y las glándulas.
El sistema nervioso periférico, se divide en sistema nervioso somático y sistema nervioso
autónomo.
Los nervios espinales viajan desde el Sistema Nervioso Central (SNC) hasta prácticamente todos los
rincones del cuerpo humano. A excepción de algunas zonas de la cabeza y del cuello, de cuyo control
se encargan los pares craneales, todos los órganos, músculos y glándulas del cuerpo transmiten y
reciben su información a través de estos nervios.
Así, un solo nervio puede transmitir y recoger información de varios órganos distintos, de la piel, o
de diferentes glándulas. Mediante las ramificaciones en las que se dividen, cada uno de ellos puede
realizar múltiples funciones, formando un complejo sistema que conecta todas las partes del cuerpo
con el sistema nervioso central.
Funciones
Los nervios espinales son tanto aferentes como eferentes. Esto quiere decir que cada uno de ellos
cumple una doble función; ambas son fundamentales para el correcto funcionamiento del cuerpo
humano.
Por una parte, los nervios espinales recogen la información de los órganos, glándulas o músculos con
los que están conectados y la transmiten al sistema nervioso central a través de la médula espinal.
De esta manera, el cerebro puede procesar todos estos datos y elaborar una respuesta adecuada a
una determinada situación.
Por otro lado, los mismos nervios espinales son los encargados de llevar la respuesta elaborada por
el SNC hasta los órganos efectores, de tal manera que podamos reaccionar y desenvolvernos
correctamente en nuestro entorno.
Sistema nervioso autónomo.
El sistema nervioso vegetativo o autónomo, también llamado neurovegetativo o involuntario,
regula y coordina las funciones que son involuntarias, inconscientes y automáticas.
Esta compuesto por dos grandes sistemas: sistema nervioso simpático y sistema nervioso
parasimpático. Las funciones de uno y otro son antagónicas, logrando así un balance funcional que
tiende a mantener la homeostasis corporal.
Casi todos los órganos están inervados por ambos S.N.A. Simpático y Parasimpático, que ejercen
sobre ellos acciones antagónicas. Como excepción, se puede destacar las glándulas sudoríparas, los
músculos erectores del pelo, los riñones y la mayoría de los vasos sanguíneos, que sólo reciben
inervación simpática, mientras que las glándulas lacrimales únicamente poseen conexiones
parasimpáticas.
El sistema nervioso autónomo es, sobre todo, un sistema eferente, es decir, transmite impulsos
nerviosos desde el sistema nervioso central hasta la periferia estimulando los aparatos y sistemas
orgánicos periféricos. La mayoría de las acciones que controla son involuntarias, aunque algunas,
como la respiración, actúan junto con acciones conscientes. El mal funcionamiento de este sistema
puede provocar diversos síntomas, que se agrupan bajo el nombre genérico de disautonomía.
El sistema nervioso autónomo o neurovegetativo, al contrario del sistema nervioso somático y
central, es involuntario y responde principalmente por impulsos nerviosos en la médula espinal, tallo
cerebral e hipotálamo. También, algunas porciones de la corteza cerebral como la corteza límbica,
pueden transmitir impulsos a los centros inferiores y así, influir en el control autónomo.
Los nervios autónomos están formados por todas las fibras eferentes que abandonan el sistema
nervioso central, excepto aquellas que inervan el músculo esquelético. Existen fibras autonómicas
aferentes, que transmiten información desde la periferia al sistema nervioso central, encargándose
de transmitir la sensación visceral y la regulación de reflejos vasomotores y respiratorios.
También el sistema nervioso autónomo funciona a través de reflejos viscerales, es decir, las señales
sensoriales que entran en los ganglios autónomos, la médula espinal, el tallo cerebral o el hipotálamo
pueden originar respuestas reflejas adecuadas que son devueltas a los órganos para controlar su
actividad. Reflejos simples terminan en los órganos correspondientes, mientras que reflejos más
complejos son controlados por centros autonómicos superiores en el sistema nervioso central,
principalmente el hipotálamo.
Las neuronas del sistema nervioso autónomo que conectan con los diversos órganos del cuerpo lo
hacen por norma general a través de los ganglios, habiendo neuronas pre y postganglionares. La
actuación de la neurona preganglionar se debe siempre a la acción de la acetilcolina, pero en la
neurona que interactúa entre el ganglio y el órgano diana la hormona liberada variará según el
subsistema (acetilcolina en sistema nervioso parasimpático y noradrenalina en el sistema nervioso
simpático).
Función principal. El sistema nervioso autónomo es uno de los sistemas más vitales para
mantenernos con vida, debido principalmente a la función que realiza.
La principal función de este sistema es el control, como ya hemos indicado anteriormente, de los
procesos inconscientes e involuntarios, como la respiración, la circulación sanguínea o la
digestión. Se encarga de mantener en forma y activados los procesos propios de los órganos internos
y las vísceras, a la vez que permite la detección y el control de problemas internos.
También nos prepara para hacer frente a situaciones concretas mediadas por el entorno, como la
secreción de saliva o enzimas digestivas ante la visión de alimentos, la activación ante posibles
amenazas o la desactivación y regeneración del sistema a través del reposo.
La función principal del SNA es mantener el equilibrio del medio interno, la homeostasis, y controlar
las funciones involuntarias. Por este motivo es capaz de modificar la actividad de la musculatura lisa,
las glándulas y el músculo cardíaco en respuesta a la información que proviene de niveles superiores
del cerebro, especialmente emociones y estímulos del entorno.
SISTEMA NERVIOSO PARASIMPÁTICO.
Al hablar de sistema parasimpático estamos haciendo referencia a un sistema o circuito nervioso
que inerva los diferentes sistemas del organismo, partiendo del tronco del encéfalo y siguiendo
la médula espinal.
En este circuito encontramos que las neuronas no conectan directamente cerebro y órgano diana,
habiendo conexiones intermedias en los ganglios autónomos. La comunicación entre neuronas,
tanto a nivel pre como postganglionar, se da en base a la transmisión de acetilcolina.
La principal función del sistema nervioso parasimpático es la de generar un estado de reposo que
permita al organismo ahorrar o recuperar energía, provocando una relajación del cuerpo y
recuperando su estado tras la presencia de estímulos activadores. En este sentido, al margen de
inducir relajación también participa en la realización de la digestión y en la respuesta reproductiva.
De este modo podemos considerar al sistema parasimpático el reflejo inverso del sistema simpático,
debido a que ambos sistemas en general realizan acciones que se oponen entre sí. De este modo
mientras que el simpático prepara para la acción y en general provoca una aceleración del organismo
y su metabolismo, el parasimpático provoca reacciones que preparan para el ahorro y la
recuperación de energía, enlenteciendo el sistema.
Situación neuroanatómica.
Si bien el sistema nervioso simpático tiene una gran cantidad de inervaciones nerviosas a muy
diferentes alturas de la médula, en el caso del sistema nervioso parasimpático dicha distribución
es más concentrada, pudiendo localizarse especialmente en localizaciones intracraneales concretas
y en región sacra de la médula espinal.
Así, típicamente se pueden encontrar dos divisiones, craneal y sacra.
Región craneal.
Dentro de esta región podemos encontrar conexiones con diferentes regiones, tanto a nivel
de hipotálamo (en que destaca la presencia de os nervios supraóptico-hipofisario, paraventricular-
hipofisario y tubero-hipofisario), mesencéfalo (encontramos el ganglio ciliar, desde el que nacen
conexiones nerviosas que producen el movimiento y ajuste del ojo a la luz, pudiendo contraer el iris
gracias a él) y romboencéfalo (se sitúan en él gran cantidad de pares craneales).
En esta región del sistema nervioso parasimpático destacan la presencia y participación de muchas
fibras nerviosas de gran importancia. Por ejemplo, a través del nervio vago el sistema llega al
corazón, a los pulmones y al tubo digestivo, provocando diferentes actuaciones. Además, el nervio
glosofaríngeo también se puede encontrar en esta zona, gestionando la deglución. Los nervios
faciales también participaron en este sistema, llevando información que permite la generación de
saliva y mucosa en la boca y de lágrimas en los ojos.
Región sacra.
En la parte más inferior de la médula espinal encontramos las vértebras sacras, estando en adultos
fusionadas en una única estructura ósea. En esta región, podemos encontrar una de las pocas
conexiones del sistema nervioso parasimpático que no se encuentran a nivel intracraneal. En el sacro
encontramos ganglios que inervan el sistema urogenital, lo cual es lógico teniendo en cuenta el
tramo de la médula en la que se sitúa.
Reacciones en los diferentes sistemas inervados
El hecho de que los principales núcleos del sistema parasimpático estén localizados en partes del
encéfalo (con la excepción de los situados en la médula sacra) hace que pueda resultar más
complicado imaginar el tipo de actuación que lleva a cabo. Para resolver este problema, procedemos
a indicar cómo afecta a los múltiples sistemas que inerva.
Sistema visual
En situaciones de peligro el ser humano dilata la pupila dado que es necesario ser capaz de percibir
cuanto más mejor con el fin de poder detectar y discriminar estímulos amenazantes. Esto se hace
para detectar cualquier atisbo de posible amenaza a tiempo y poder dar paso a una pronta reacción.
Sin embargo, en estado de reposo no es necesario que se capte tanta luz. El sistema parasimpático
se encarga de contraer la pupila, disminuyendo la luz que entra en el sistema visual y queda
proyectada en la retina.
Sistema cardíaco
El sistema parasimpático provoca en el corazón una respuesta opuesta a la del sistema simpático.
Dado que se trata de disminuir el gasto energético y recuperar el equilibrio interno del cuerpo, se
enlentece el ritmo cardíaco y la presión sanguínea, fluyendo la sangre con más lentitud por el
organismo.
Sistema respiratorio
En el sistema respiratorio el parasimpático actúa produciendo broncoconstricción, es decir,
permitiendo su contracción y relajación. Participa en su ritmo normal y permite que el sistema
respiratorio reduzca la entrada de oxígeno en situaciones en las que previamente se ha precisado de
un aumento de él. Esto provoca que la energía obtenida y aprovechada por el cuerpo esté dentro de
la normalidad.
Sistema digestivo
Si bien el gasto energético que realiza el cuerpo al hacer la digestión es elevado, motivo por el cual
es parado en situaciones de tensión en la que se precisa de toda la energía disponible, es situaciones
normales en las que el cuerpo se relaja se reanuda su funcionamiento gracias al sistema
parasimpático.
Además de recuperar el estado normal, esto provoca que el organismo sea capaz de recuperar las
reservas energéticas que ha perdido, con lo que se trata de algo fundamental. Así, el sistema
parasimpático estimula el movimiento del tracto digestivo y la liberación de enzimas digestivas. En
la boca, estimula la producción de saliva.
Sistema excretor
En situaciones de peligro la excreción supone un riesgo al necesitar de un cierto nivel de energía
para realizarla, además del riesgo que supone tanto el proceso excretor como la propia excreción en
sí (puede servir para localizar al sujeto por el olor o el calor). Sin embargo la expulsión de residuos
es fundamental para el equilibrio del cuerpo. En este aspecto el sistema parasimpático inerva tanto
vejiga como esfínter anal, contrayendo la primera y relajando la segunda.
Vasoconstricción abdominal,
Aparato
favoreciendo un déficit en la secreción Aumentan la secreción y motilidad intestinal
digestivo
y motilidad intestinal
Encefalitis.
Se trata de una inflamación cerebral, la cual es provocada principalmente por un virus, aunque
también la pueden ocasionar las bacterias. Este tipo de padecimiento puede ser de baja o alta
gravedad, siento en la mayoría leves. Cuando se trata de una encefalitis leve, los síntomas que
presenta la persona afectada son similares a los de una gripe y el tratamiento consistiría únicamente
en descansar lo suficiente, beber muchos líquidos así como ingerir el medicamento indicado por el
médico. Sin embargo en los peores casos, las personas pueden llegar a presentar algunos síntomas
graves como fiebre súbita, dolores intensos de cabeza, convulsiones, confusión, entre otros.
Tratamiento. El tratamiento para los casos más graves incluye la hospitalización de la persona con
la finalidad de tener bien controlada la enfermedad y si ha afectado algunas funciones cerebrales se
recomienda llevar a cabo una rehabilitación con fisioterapeutas y logopedas.
Esclerosis.
Puede ser múltiple o lateral
Múltiple: Se produce cuando los axones de las neuronas van perdiendo de manera
progresiva mielina, una sustancia encargada de trasladar los impulsos bioeléctricos a través
del sistema nervioso. algunos de sus síntomas son: tensión muscular, dolor, cansancio,
debilidad, problemas de visión o pérdida de visión en un ojo, hormigueo y alteraciones
perceptivas.
Lateral: Las personas que padecen esta enfermedad sufren el deterioro progresivo de las
células motoras del sistema nervioso. Los músculos dejan de recibir impulsos nerviosos
impidiendo el movimiento voluntario. También puede afectar a los músculos del corazón y
a la respiración.
La mielina contiene proteínas y grasas, las cuales son necesarias para que exista una correcta
conducción de los impulsos eléctricos entre las fibras nerviosas. Debido a la falta de mielina, se
producen entonces cicatrices en las áreas afectadas del sistema nervioso centran y a esas cicatrices
se llama esclerosis. Cuando la mielina no hace su función de manera correcta o se destruye, se
interrumpen de manera abrupta los impulsos eléctricos que van al cerebro, lo cual trae como
consecuencias la aparición de una serie de síntomas.
Tumores
Existen una gran cantidad de tumores que pueden afectar al sistema nervioso.
Dentro de estos tumores podemos encontrar astrocitomas, glioblastomas, gliomas, meningiomas o
meduloblastomas, entre otros.
Los daños son causados tanto por la proliferación celular como por la ruptura de conexiones
sinápticas o la compresión de las neuronas contra otras estructuras.
Síndrome de enclaustramiento.
Este extraño síndrome tiene su origen en lesiones del tronco del encéfalo o bien en las conexiones
nerviosas. El sujeto está consciente pero no puede comunicarse ni moverse debido a la falta de
conexión nerviosa entre cerebro y otras partes del cuerpo.
Infecciones.
Las enfermedades infecciosas pueden afectar en gran medida al conjunto de neuronas y estructuras
que configuran el sistema nervioso. El VIH y la sífilis no tratada pueden alterar y dañar las neuronas.
También el virus del herpes simple, los citomegalovirus y la rabia. Es frecuente que se produzca
encefalitis, meningitis, inmunodeficiencia que facilita la acción de otros virus y necrosis y muerte
neuronal.
Demencias.
Este tipo de enfermedades del sistema nervioso, especialmente localizables en el cerebro, se
caracterizan por una progresiva degradación y pérdida de las neuronas y su funcionamiento habitual
que provoca la pérdida de diferentes habilidades cognitivas y motoras.
Alzheimer, Parkinson o corea de Huntington son enfermedades que conllevan o pueden conllevar
(no todas las personas con Parkinson llegan a desarrollar una demencia como tal) el deterioro
progresivo de las fibras nerviosas.
Mononeuropatías.
Lesión en un nervio periférico por diversos mecanismos, como la compresión continuada, la
presencia de infecciones o hemorragias o seccionamientos.
Polineuropatías.
Proceso inflamatorio de varios nervios o tractos nerviosos que generan diversidad de síntomas
como hormigueos o pérdida de control y de la sensibilidad, atrofia muscular, debilidad, diarrea,
trastorno de la erección o alteraciones cardiorrespiratorias, entre otras.
Traumatismos y seccionamientos.
Si bien no se trata de enfermedades, la presencia de golpes y lesiones puede provocar que los
nervios y neuronas presentes en diferentes puntos del organismo queden dañados e incapaces de
realizar sus funciones de manera habitual.
Se puede perder la percepción o el control de grupos musculares o incluso de órganos relevantes.
Dependiendo del tipo de lesión puede incluso provocar un paro cardíaco y la muerte.
Disreflexia autonómica
Enfermedad producida por la lesión de la médula espinal y que una hiperactivación del sistema
nervioso autónomo, además de un espectacular y peligroso aumento de la tensión arterial debido
a la dificultad de regulación de la presión sanguínea en las zonas no inervadas, por debajo de la lesión
medular.
Neuralgias
Las neuralgias son un grupo de enfermedades y trastornos del sistema nervioso que se caracterizan
por la presencia de dolor derivado de un mal funcionamiento, pinzamiento o alteración de las vías
nerviosas vinculadas a la percepción del dolor.
Bibliográfia.
Guyton, A. C. & Hall, J. (2006). Tratado de Fisiología Médica. Elsevier; 11th edition.
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