Ensayo de Derecho A La Educación Universitaria

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TRABAJO 2 REALIDAD NACIONAL, DERECHO A LA EDUCACION UNIVERSITARIA

Quispe Gamboa, Jean Peare sección: “E”

El derecho de la educación, como tal, empieza con el constitucionalismo social, es decir


cuando comienzan a reconocerse, dentro del orden jurídico supremo de un país, como
frontera al poder público y en favor de garantizar y asegurar el bienestar de sus ciudadanos,
los derechos sociales que le son como parte de un Estado organizado y que además no solo
producen beneficios personales sino, como bien es indicado, beneficios a la sociedad y
finalmente al país que los avala y reconoce.
A nivel internacional, según algunas conferencias regionales como la de Educación Superior
de América Latina y el Caribe (CRES-2008), y la primera y segunda Conferencia Mundial
Educación Superior convocada por la UNESCO (1998 y 2009), la educación superior se puede
considerar como un derecho humano fundamental y un bien público social, y como tal debe
ser garantizada por los Estados. Según el Pacto Internacional de los Derechos Económicos,
Sociales y Culturales (PIDESC), en su artículo 13, “Los Estados Partes en el presente Pacto
reconocen el derecho de toda persona a la educación. Y… La enseñanza superior debe
hacerse igualmente abordable para todos, sobre la base de la capacidad de cada persona,
por cuantos medios sean convenientes, y en particular por la implantación progresiva de la
enseñanza gratuita… “
El derecho a la educación superior, desde este punto de vista, implica abatir los obstáculos
de orden económico y social que entorpecen el pleno desarrollo de la persona humana, por
tanto, deben existir las condiciones de vida y de acceso a los bienes materiales y culturales
para su materialización. Entonces, la realización de estos derechos no depende únicamente
de la reposición de un orden jurídico ni de la mera decisión política de las organizaciones
gubernamentales implicadas, sino de la conquista de un orden social donde predomine la
justa distribución de los bienes, lo cual puede lograrse en forma gradual, pues su importancia
está condicionada a la existencia de recursos apropiados para su satisfacción, de modo que
el compromiso que asumen los Estados respecto de ellos implica algún género de juicio sobre
la política económica-social del Estado, cosa que se escapa de la esfera judicial y se confía a
instituciones más político – técnicas. El Estado entonces interviene como promotor, preceptor,
tutor, regulador y hasta como gestor del bienestar social.
Si bien, en el Perú la educación superior no es obligatoria, es más bien una opción de
educación adicional para algunos que concluyeron con la educación básica y desean
continuar estudios profesionales. Así, la demanda por educación superior puede aproximarse
en a quienes, habiendo completado la secundaria, materializan su deseo de continuar
estudios superiores por lo cual hacen realidad su postulación a alguna institución educativa
de este nivel, los cuales, habiendo postulado, acceden a una vacante, es decir, de quienes
ingresan.
En tanto la población aumente y se haga cada vez más urbana, la demanda por educación
superior continuará en aumento, y en la medida que las instituciones educativas respondan a
ello, aumentando su escala, la oferta también continuará creciendo. En el Perú se sigue
experimentando un proceso incesante de urbanización.
En el caso de las universidades públicas, el crecimiento del número de universidades ha
respondido a la voluntad política de los gobiernos de turno y a la circunstancia movida por las
presiones sociales y los intereses políticos. En el caso de las universidades privadas, son

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creadas siguiendo más bien las presiones de la demanda por educación superior que,
particularmente a partir de la década de 1980, el sector público no ha atendido. Más
recientemente, a partir de la promulgación del Decreto Legislativo 882, se estableció que toda
persona jurídica o natural tiene el derecho a fundar, impulsar y gestionar instituciones
educativas con o sin fines de lucro. Así, desde 1996, se han creado universidades privadas
con una orientación empresarial. Hasta el inicio del siglo pasado en el Perú existían, tan solo
4 universidades, siendo todas ellas públicas, siendo la más antigua la Universidad Nacional
Mayor de San Marcos (UNMSM), que fue creada en 1551.Mas tarde, en 1692 se creó la
Universidad Nacional de San Antonio Abad del Cusco, En 1824 la Universidad Nacional de
Trujillo y en 1827 la Universidad Nacional de San Agustín de Arequipa. No se crearon nuevas
universidades sino hasta 1917, año en el que se fundó la Universidad Católica del Perú,
primera universidad privada del país. Ese mismo año se “refundó” la Universidad Nacional de
Ingeniería.
Contando a estas ya mencionadas, de 1917 a 1959 se crearon 5 universidades; así, en 1959
existían un total de 10 universidades, 9 universidades públicas y solo 1 privada. En la década
de los 60, fueron creadas 12 universidades públicas y 9 privadas, así, en el año 1969 había
un total de 30 universidades, 20 públicas y 10 privadas. Mientras que desde 1970 hasta 1979,
durante el militarismo, tan solo fueron creadas 5 universidades públicas. (Juan José Díaz,
Educación superior en el Perú, p.32)
Yamada sostiene que, en los años posteriores a este DL, Fueron marcados por la explosión
de un sinnúmero de universidades en el país con fines de lucro y sin menor cuidado en la
calidad del servicio. Así, en tan solo 2 décadas se crearon cerca de 100 universidades en el
Perú, alcanzando la sorprendente cifra de 150 para el año 2018.
En concreto, el servicio educativo de educación superior en el Perú deterioró dramáticamente
su calidad al ingresar la educación en las reglas del mercado sin brindar las mínimas
condiciones que controlen la calidad en el servicio de la oferta. Por ello, miles de jóvenes
egresaron de universidades e institutos a través de la obtención de credenciales académicas,
mas no de competencias y habilidades que es lo que el mercado demanda hoy en día. En
otras palabras, miles de jóvenes con grandes proyectos de ascenso social a través de la
educación, veían estancadas sus expectativas al formar parte de una gran masa de población
que transitó hacia el subempleo. Al respecto, aproximadamente 45% de las personas con
educación superior que tienen estudios superiores en el país están trabajando en campos
para los cuales no fueron preparados en dichas universidades.
Frente a ello, se impulsó la reforma de la educación superior a través de la aprobación de la
Ley Universitaria (Ley 30220) y la creación de la Superintendencia Nacional de Educación
Superior Universitaria (SUNEDU) en el año 2014, la cual es la encargada de la supervisión y
licenciamiento del servicio educativo universitario en el país con el objetivo central de mejorar
su calidad. De esta manera, se reajustó el mercado de educación superior universitario el cual
dio inicio al proceso de licenciamiento de las universidades peruanas. Esto deja al descubierto
que el mercado no puede resolver el problema de la calidad en la educación superior por su
propia cuenta. Así, la SUNEDU está en el proceso de verificar las condiciones básicas de
calidad del servicio de las universidades autorizando o no su funcionamiento con una vigencia
mínima de seis años.
Hace poco se sabía, de acuerdo a la página web oficial de SUNEDU, que en el Perú había 74
universidades licenciadas de un total de 141 centros universitarios que solicitaron el
licenciamiento institucional.
En este contexto, un preocupante número de las universidades privadas fundadas a partir del
DL 882 han estado operando sin estándares de calidad mínimos y exigiendo un costo no
menor con respecto a las pensiones. Debido a que estos costos son menores a los definidos
por las universidades privadas con calidad del servicio, las altas tasas de matrícula en
universidades privadas de baja calidad sí representan la alternativa perfecta para algunas
familias de las clases medias bajas y clases medias emergentes que observan en estas
universidades la oportunidad perfecta para ascender socialmente. En este sentido, de acuerdo
a la Encuesta Nacional de Hogares del año 2014, se obtuvo que la tasa de matrícula en
educación superior alcanzó al 11% en el quintil de menos recursos económicos en el país.

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BIBLIOGRAFIA:
 https://revistaideele.com/ideele/content/la-reforma-de-la-educaci%C3%B3n-superior-
universitaria-en-el-per%C3%BA-y-los-retos-pendientes
 https://www.sunedu.gob.pe/avances-licenciamiento/
 http://www.minedu.gob.pe/reforma-universitaria/pdf/ley_universitaria.pdf
 http://www.grade.org.pe/upload/publicaciones/archivo/download/pubs/analisis2.pdf
 https://www.alainet.org/es/active/73291
 Yamada G., y Lavado P. (2018) Educación superior y empleo en el Perú: una brecha
persistente. Fondo Editorial de la Universidad del Pacífico.
 Escobal, Javier, Jaime Saavedra y Máximo Torero (1998). “Los activos de los pobres
en el Perú”. Grupo de Análisis para el Desarrollo (GRADE), Documento de Trabajo,
No. 26.
 Ministerio de Educación (varios años). Estadística Básica.
 Nava, Hugo (2003). Evaluación y acreditación de la educación superior: el caso del
Perú

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