Tema-29 La Expansión de Los Reinos Cristianos en La Península Ibérica
Tema-29 La Expansión de Los Reinos Cristianos en La Península Ibérica
Tema-29 La Expansión de Los Reinos Cristianos en La Península Ibérica
EN LA PENÍNSULA IBÉRCIA
LA RECONQUISTA
En su España invertebrada (1922), José Ortega y Gasset afirmaba que “Una reconquista de
seis siglos no es una reconquista”. En la Historia de España tradicional se ha venido identificando
la Reconquista con el proceso histórico en el cual los reinos cristianos peninsulares lucharon
por el control del territorio contra los musulmanes. Este proceso se desarrolló entre los años
722 (fecha probable de la revuelta de Pelayo) y 1492 (ocupación del Reino nazarí de Granada).
Desde el punto de vista académico, el término “Reconquista” es históricamente inexacto,
debido a que los reinos cristianos reconquistadores se formaron posteriormente a la invasión
musulmán. Otros historiadores —como Ignacio Olagüe Videla en La Revolución islámica en
Occidente— sostienen que no existió invasión militar árabe, siendo la creación de al-Ándalus
el resultado de la conversión de la población de origen hispana al Islam. Esta situación ha
provocado que algunos historiadores hayan propuesto el término alternativo de “conquista
cristiana”, como sustituto de “reconquista”. En cualquier caso, parece claro que debemos
desterrar la idea tradicional de casi ocho siglos de luchas constantes entre moros y cristianos.
Probablemente la Reconquista tuviera que ver con la expansión física del crecimiento
económico y social de un conjunto de pueblos cristianos sobre el territorio antes ocupado por
los musulmanes en la Península Ibérica. Podemos dividirla en las siguientes fases:
• Consolidación previa. Comienza con la crisis del Califato por la revolución contra
Hisham II (1009) y finaliza con la conquista de Calahorra por parte de García Sánchez
III de Pamplona (1045), fecha tomada como referencia para el inicio de la Reconquista.
A lo largo de estos años los cristianos establecieron un "Sistema de Parias" a los Reinos
Taifas; el dinero llegado de al-Ándalus, el aumento de tropas permanentes y
mercenarios, las mejores armas, mejores atalayas y el aumento de la caballería sobre la
infantería caracterizan este período.
• Conquista de los valles del Ebro y del Tajo. Estas conquistas se efectuaron sobre los
Reinos de Taifas y sobre los Almorávides entre los años 1045-1145. a) Se realiza el
traslado de la frontera del valle del Duero al Sistema Central tras la conquista de
Coimbra por parte de Fernando I de León (1064). b) Tiene lugar la conquista de Toledo
por Alfonso VI en 1085. c) Tras la llegada de los Almorávides y la derrota en Sagrajas
(1086) de Alfonso VI y el desembarco de Yusuf en 1090, se paraliza la reconquista hasta
que Alfonso I el Batallador ocupa Zaragoza en 1118.
• Conquista de los cursos Alto y Medio de los ríos Júcar, Turia y Guadiana. Conquistas
efectuadas sobre los segundos reinos Taifas y los Almohades entre los años 1145-1212.
a) El tratado de Tudillén de 1151 entre Alfonso VII y Ramón Berenguer IV establece el
reparto de Al-Ándalus y Navarra. b) Intervienen las tropas de los municipios. c) Tiene
lugar la creación de las órdenes militares. d) La victoria en la batalla de Las Navas de
Tolosa (1212) supuso el fin del imperio almohade.
LA REPOBLACIÓN
• Valle del Duero y Sistema Central. En el Valle del Duero durante los siglos VIII, IX, X
y XI se realizó una repoblación monacal, señorial y privada basada en la tradición
germánica que atribuía al rey la posesión de las tierras yermas; se realizaba mediante
la presura individual (pequeñas parcelas concedidas a campesinos libres, tal como
sucedía en Castilla) y la presura colectiva (grandes extensiones territoriales que eran
entregadas a un señor o a un monasterio con sus siervos). Al sur del Valle del Duero y
en el Sistema Central se empezó a utilizar la repoblación concejil encargada a
Raimundo de Borgoña en el siglo XI: el territorio fue repartido en municipios y los
derechos de las ciudades fueron reconocidos en las Cartas de privilegios, fueros o
cartas pueblas o de población. Así se repoblaron las ciudades de Salamanca, Ávila,
Soria, Sepúlveda y Ayllón.
• Valle del Tajo. Se realizó desde finales del siglo XI a mediados del siglo XII. El
territorio fue repartido en municipios dotados de grandes privilegios, como fue el caso
de Talavera, Madrid y Guadalajara. En Toledo, a cada grupo social (musulmanes,
judíos, mozárabes y castellanos) se le concedió su propio estatuto jurídico. La Iglesia
jugó un papel importante al restablecer la sede arzobispal de Toledo y enriquecerse con
las propiedades de las mezquitas.
• Valle del Ebro. Realizada desde la primera mitad del siglo XII hasta el siglo XIII.
Mezcla las fórmulas de los valles del Duero y del Tajo. Tudela, Zaragoza y Tortosa
siguieron el modelo de Toledo, y Calatayud el modelo de Sepúlveda. La población
musulmana se mantuvo y llegaron mozárabes, francos y catalanes.
• Cursos Alto y Medio de los valles del Júcar, Turia y Guadiana. Tuvo lugar desde la
segunda mitad del XII a finales del siglo XIII. Extremadura y Castilla la Mancha fueron
repobladas por las Órdenes Militares (Calatrava, Alcántara, Montesa y Santiago),
donde se construyeron muchos castillos y se asentaron campesinos con escasas
libertades, lo que explica la debilidad de poblamiento. Castilla La Mancha, y más
concretamente la provincia de Ciudad Real, fue cuna de la Orden Militar de Calatrava
y le debe la repoblación a ella, incluso la propia fundación de la ciudad, Villa Real en
1255.
• Valle del Guadalquivir. Realizada a partir del segundo tercio del siglo XIII hasta
finales del mismo siglo. Se concedieron donadíos (grandes extensiones de terreno para
la nobleza) y heredamientos (pequeñas parcelas entregadas a los campesinos libres,
hecho condicionado por la escasez de repobladores al ser un territorio fronterizo).
Permaneció la población musulmana hasta la sublevación mudéjar de 1264, cuando se
decidió su expulsión. En Murcia, Alfonso X evitó dar grandes concesiones de tierra a
la nobleza para evitar su sobrepoder; su poblamiento fue débil.
TEMA 29: LA EXPANSIÓN DE LOS REINOS CRISTIANOS
EN LA PENÍNSULA IBÉRCIA
El origen del reino de Castilla está relacionado con las razzias musulmanas al reino
asturleonés, que utilizaban como acceso el Valle del Ebro; desde La Rioja atravesaban la Bureba
burgalesa, ya que la ruta del Valle del Duero era inviable al estar deshabitada, lo que les
impedía el avituallamiento. Por ello el reino asturleonés fortificó la zona fronteriza de las
Bardulias, con el fin de frenar las incursiones enemigas. En 850 el conde Rodrigo controlaba
esta zona plagada de castillos —de donde le venía el nombre Castiella (tierra de castillos) —
que pronto empezó a diferenciarse del Reino Astur. Estos particularismos hicieron que los
condes se consideraran diferentes y aspiraran a la independencia. Aprovechando la crisis de
la monarquía leonesa, el conde Fernán González (932-970) logró hacer de Castilla un condado
independiente tras la muerte de Ramiro II en el 951.
La creación del reino de Pamplona está vinculada a la derrota que los navarros
propinaron a Carlomagno en Roncesvalles (778). Pese a este éxito militar la región cayó bajo la
influencia franca en el intento de Carlomagno por crear un limes hispanicum, tal y como sucedió
en Aragón y Cataluña. La rivalidad de la familia Arista, de influencia musulmana (Banu Qasi),
y la familia Velasco, procarolingia, comenzó con la capitulación de la guarnición visigoda de
Pamplona en 718 y finaliza en 820 con la victoria de Iñigo Arista. En el 905, con el apoyo de
Alfonso III, subió al trono la familia Jimena (Sancho I Garcés) que conquistó Nájera y La Rioja.
Sancho III de Navarra (1005-1035) convirtió su reino en el más poderoso de los reinos cristianos
peninsulares, hecho relacionado con la ubicación geográfica de Navarra en la ruta del Camino
TEMA 29: LA EXPANSIÓN DE LOS REINOS CRISTIANOS
EN LA PENÍNSULA IBÉRCIA
En Aragón conviven los grupos indígenas de las montañas, los emigrantes del sur y los
dirigentes francos llegados de más allá de los Pirineos. Los agentes más activos de la
colonización son los monasterios. Durante este periodo, Aragón es tierra de pastores y
TEMA 29: LA EXPANSIÓN DE LOS REINOS CRISTIANOS
EN LA PENÍNSULA IBÉRCIA
El giro del siglo XI. El siglo XI inaugura una época en la que los reinos cristianos se
incorporan a las corrientes políticas, económicas, sociales y religiosas europeas. A lo largo de
esta etapa, que termina en los últimos decenios del siglo XIII o principios del XIV, la población
se multiplica por tres —al compás de la expansión agraria y de la ocupación de nuevas
tierras—, se activa la vida urbana y las actividades artesanales, se organiza el comercio local y
a larga distancia, y con ellos se generaliza el uso de la moneda. Este crecimiento se produce en
el contexto de la sociedad feudal. Los pueblos hispánicos empiezan una etapa de consolidación
decisiva que se aprecia en el cambio de tendencia en sus relaciones con los musulmanes. A
partir de ese momento, aquellos pasan de la actitud defensiva a tomar la iniciativa en su lucha
contra el Islam, hecho favorecido por la disolución del califato en una serie de reinos de taifas.
Uno de los factores que más contribuye a la consolidación de los reinos cristianos es el sistema
de parias, que consiste en la contratación de servicios militares (tropas cristianas como
mercenarios, sirva de ejemplo el Cid respecto al rey de Zaragoza), o bien el pacto de alianza y
protección mediante el cual el musulmán paga al cristiano la paz y su ayuda ante sus enemigos.
La presencia africana. El avance territorial de los cristianos provoca la alarma entre los
habitantes de las taifas y hace que los reyes de Sevilla, Granada y Badajoz llamen en su ayuda
a fines del siglo XI a los almorávides, federación de tribus beréberes del Sáhara dirigidos por
la tribu sinhacha —ortodoxos alfaquíes— que gobernaron en el Norte de África entre los años
TEMA 29: LA EXPANSIÓN DE LOS REINOS CRISTIANOS
EN LA PENÍNSULA IBÉRCIA
La expansión de los reinos pirenaicos. Al sur de los Pirineos, durante los siglos XI y
XII, Navarra pasa a segundo plano y su expansión territorial queda bloqueada entre
aragoneses y castellanos. La primacía pasa a Aragón, que se convierte en reino y conoce un
espectacular avance territorial en tierras de Huesca y valle del Ebro. El sucesor de Ramiro I de
Aragón fue Sancho Ramírez (1063-1094), que tras la muerte del rey navarro Sancho IV en
Peñalén (1076), víctima de una conspiración nobiliaria, llega a un acuerdo con el rey castellano
Alfonso VI y ocupa el reino de Navarra; ambos reinos quedan unidos hasta 1134, circunstancia
que se traduce en el fortalecimiento de Aragón y el inicio de su expansión. Tanto él como su
hijo Pedro I (1094-1104) impulsan la Reconquista y consiguen incorporar a su dominio los
Somontanos y los Llanos, lo que se denomina la Tierra Nueva.
Portugal. Los años de crisis que se suceden con la muerte del Alfonso VI propician que
el heredero del condado portugués, Alfonso Enríquez, consiga una amplia autonomía en sus
territorios y que el papado reconozca su territorio como reino, situación que el monarca
castellano Alfonso VII acaba aceptando. A partir de entonces Alfonso I de Portugal planea la
conquista y repoblación de la región comprendida entre Coimbra y el Algarve.
Castilla y León separados. Los herederos de Alfonso VII gobiernan en dos reinos
divididos: Castilla pasa a manos de Sancho III (1157-1158) y León de su hermano Fernando II
(1157-1188). Comienza una etapa de guerras entre sí en la que León busca la alianza de Aragón
y, por su parte, Castilla la de Portugal. Durante la segunda mitad del siglo XII el reino de León
está empeñado en frenar la expansión de castellanos y portugueses y en mantener la posición
hegemónica frente a la nobleza. Para controlar a la nobleza del reino, Alfonso IX de León (1188-
1230) buscó el apoyo social de las ciudades e impulsó la legislación real, además pactó con los
almohades lo que le llevó a ser excomulgado por el Papa Celestino III. En Castilla, Alfonso VIII
(1158-1214), una vez alcanzada la mayoría de edad en 1170, centra su esfuerzo en la expansión
del reino sobre La Rioja y Tierra de Campos, y en estrechar sus lazos con Aragón, con quien
llega a diversos acuerdos para el reparto de Navarra y el territorio musulmán (Tratado de
Cazorla de 1179). A pesar de la ofensiva hacia 1175 de los almohades (federación de tribus
beréberes del Atlas que gobernaron el Norte de África entre los años 1130-1269 liderados por
Ibn Tumart), el monarca castellano conquista Cuenca en 1177. Sin embargo, la falta de
entendimiento con el reino de León llevó a la terrible derrota en la batalla de Alarcos en 1195.
Posteriormente consigue unir a Pedro II de Aragón, Sancho VII de Navarra y a voluntarios
leoneses y portugueses en una cruzada impulsada por Inocencio III (con la intercesión del
metropolitano Jiménez de Rada) frente a los musulmanes, a quienes derrotan en la batalla de
Las Navas en 1212. La ocupación de nuevas tierras conquistadas al compás de los avances
cristianos y la reorganización del espacio marcan las características de la sociedad castellana.
con alianzas políticas que fluctúan según las circunstancias, con pérdidas y recuperaciones
constantes de sus territorios. Alfonso VIII de Castilla y Pedro II de Aragón inician una ofensiva
contra Navarra durante la cual este reino pierde sus tierras alavesas y guipuzcoanas, que pasan
a manos castellanas en 1200. La paz con Castilla y Aragón a principios del siglo XIII le permite
sobrevivir y en el año 1212 los navarros (de Sancho VII) aparecen combatiendo a los almohades
en las Navas de Tolosa.
Navarra. El rey Jaime fracasó en su intento de incorporar Navarra. Hacia 1231 el rey
navarro Sancho VII el Fuerte, que no tenía hijos varones, estableció un pacto de alianza y
sucesión con Jaime I: el que muriera antes dejaría su reino al superviviente. A cambio se
comprometían a ayudarse mutuamente contra el rey de Castilla, Fernando III. El proyecto
fracasó por la oposición de los nobles navarros, reticentes ante un rey que se había opuesto a
los privilegios de la nobleza, y ofrecieron el trono a Teobaldo de Champaña (1234-1253) tras
hacerle jurar los fueros de Navarra. A partir de entonces, Navarra inicia su proceso de
aproximación a Francia.
CONCLUSIÓN
BIBLIOGRAFÍA
10