Autonomía Política de Jujuy

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 3

AUTONOMÍA POLÍTICA DE JUJUY

La autonomía política de Jujuy fue el resultado de un complejo proceso político


vinculado a las rivalidades de caudillos norteños, a los conflictos entre unitarios y
federales durante la era de Juan Manuel de Rosas y a las aspiraciones
expansionistas del mariscal boliviano Andrés Santa Cruz, fundador de la
Confederación Peruano-Boliviana.

Fue, además, un largo proceso. La posibilidad de romper la odiosa dependencia


política y económica con Salta era una aspiración ya hecha y derecha en diciembre
de 1810, cuando los jujeños eligieron a su representante a la Junta de Buenos Aires.
El designado diputado canónigo Juan Ignacio de Gorriti concurrió con instrucciones
muy precisas al respecto, pero las vicisitudes de la Revolución no dejaron espacio
para tratar el reclamo jujeño.

Escenario principal de la cruenta lucha contra los godos, Jujuy no tuvo paz hasta el
año 1825, cuando en Tumusla, caserío situado al sur de la actual Bolivia, se libró el
último combate de la Guerra de la Independencia. Además, hasta 1821, la influencia
de Miguel Martín de Güemes en la política jujeña fue total. Numerosos documentos
del Cabildo de Jujuy dan cuenta de esa relación difícil que fue sufrida por los jujeños
como un permanente avasallamiento a su dignidad e intereses.

Al llegar la década de 1830, las condiciones políticas son otras. El estado nacional
está disuelto desde 1820. La experiencia de organización institucional de Rivadavia,
unitaria, marca un camino sin retorno en la lidia entre la clase dirigente porteña y los
pueblos del interior en el intento de imponer un proyecto político y económico
excluyente. Las provincias, gobernadas por caudillos, están en guerra permanente
entre sí y la antinomia federal-unitario es la que define la época. El estanciero Juan
Manuel de Rosas maneja los hilos de la política nacional desde Buenos Aires y el
riojano Facundo Quiroga –a fuerza de montoneras más que de consensos- es el
campeón del federalismo en todos los pueblos norteños. Pero la uniformidad federal
impuesta en la región en 1831 a consecuencia de las victorias de Quiroga sobre los
unitarios, no es absoluta y las conspiraciones pueblan las páginas de la historia de
este período, particularmente en Salta. Gobernaba esta provincia el general Pablo
de La Torre, miembro de una familia patricia, militar de la Independencia y dirigente
federal, al igual que el gobernador de Tucumán, el general Alejandro Heredia, quien
estaba sospechado de desestabilizar el gobierno del salteño con la intención de
colocar en el cargo a su hermano Felipe.

El 18 de Noviembre de 1834 tuvo lugar la Batalla de Castañares, punto de


inflexión que dio lugar a la definitiva Autonomía Política de Jujuy. La separación de
la provincia de la Intendencia de Salta se venía gestando desde la fundación de
ambas ciudades, con constantes enfrentamientos entre los habitantes de una y otra,
hasta que, a finales del Siglo XVIII, las complicaciones se acentuaron porque las
autoridades políticas y militares ejercían sus funciones en Salta, mientras que las
Cajas Reales -todos los tributos que recaudaban, parte de los cuales se usaban
para el funcionamiento de ambos gobiernos y parte se remitía a la Corona Española
a través del Virreynato del Ato Perú- estaban en Jujuy. Las autoridades residentes
en Salta decidieron llevarlas a esa provincia, frente a lo que los jujeños hicieron un
reclamo al Virrey, quien consideró que Jujuy reunía ventajas geográficas y que se
daban mejores condiciones, tanto en la ciudad como en la Quebrada de
Humahuaca, para el recambio de animales y cargas, por lo que rechazó la
pretensión salteña. Posteriormente, hubo un planteo de separación en 1811 ante la
Junta Grande y luego durante el desarrollo de la Asamblea de 1813.

Teniendo en cuenta que el país entero estaba sacudido por las luchas entre
unitarios y federales y la pertinente incidencia de ese conflicto mayor en todo el
territorio argentino, cuando el coronel Pablo Latorre asumió como gobernador de
Salta en 1831, inició una serie de enfrentamientos armados contra Tucumán,
Santiago del Estero y Catamarca por cuestiones limítrofes y despojó a Jujuy de los
distritos de Santa Victoria, San Andrés e Iruya, que siempre formaron parte del
territorio por pertenecer a los curatos de Humahuaca y Yavi, situación que, en el
marco del generalizado conflicto regional y con fuerte apoyo militar y político del
coronel Heredia, gobernador de Tucumán, el 17 de noviembre de 1934 propició la
reunión de una suerte de asamblea o cabildo abierto de los vecinos notables de
Jujuy y las autoridades, encabezadas por el Teniente de Gobernador José María
Fascio y declararon, al día siguiente, 18, la Autonomía Política.

En diciembre, Fascio, al frente de un pequeño ejército, invadió Salta, produciéndose


una batalla con muchos muertos de ambos lados en el Campo de Castañares,
batalla en la que vencieron los jujeños que entraron triunfantes a Salta, sellando de
esa manera la constitución de la nueva provincia argentina, que fue reconocida
formalmente ese mismo mes por el recién designado gobernador salteño José
Antonio Fernández Cornejo quién firmó el correspondiente tratado con José María
Fascio.

También podría gustarte