Belgrano - Anales
Belgrano - Anales
Belgrano - Anales
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PRESIDENCIA DE LA NACION
MINISTERIO DE CULTURA
INSTITUTO NACIONAL
BELGRANIANO
ANALES
Nº 14
2014
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ISBN 978-987-24534-9-7
IMPRESO EN LA ARGENTINA
PRINTED IN ARGENTINA
PRESIDENTA DE LA NACION
Dra. Cristina Fernández de Kirchner
MINISTRA DE CULTURA
Sra. Teresa Adelina Sellarés
CONSEJO DIRECTIVO
2012-2016
MIEMBROS DE NUMERO
MIEMBROS EMERITOS
MIEMBROS HONORARIOS
MIEMBROS CORRESPONDIENTES
Comisión Académica
EXTERIOR
REPUBLICA ARGENTINA
INTRODUCCION
Introducción.................................................................................................13
Miscelánea Institucional
Matías Dib
ANEXO DOCUMENTAL
[AGREGADO]
Conozco que el Excelentísimo Cabildo me ha mirado
siempre como a un hijo predilecto, distinguiéndome en
todas circunstancias y casos, con demostraciones a que
alguna vez hubiera querido ser digno de ellas: lo que al
presente, me dispensa de las pistolas que Vuestra Señoría
tiene la bondad de remitirme con el Señor Don Francisco
Joaquín Muñoz, quien las ha puesto en mis manos,
entregándome con el oficio del 23 del corriente, otra
garantía más de la predilección, que reconozco, excita los
sentimientos de gratitud que conservo a Su Excelencia; y
me da la agradable ocasión de pedir a Vuestra Señoría se
sirva manifestarle, “que procuraré, por todos los medios
que estén a mis alcances, no desmentir tan dulce nombre
de hijo que le merezco”
DECRETO DE LA JUNTA
La Junta Provisional Gubernativa de las provincias
uuidas (35) del Río de la Plata, a nombre del Sr. D.
Fernando VII:
[...] ha resuelto: —Lo 1° que desde hoy en adelante para
siempre queda estinguido el tributo, que pagaban los
indios a la corona de España, en todo el distrito de las
provincias unidas al actual gobierno del Río de la Plata, y
que en adelante se le reuniesen y confederasen, bajo los
sagrados principios de su inauguración. […]. Setiembre
1° de 1811.(36)
En verdad, ya se había publicado, impresa, la
Respuesta á D. José Obregon, parlamentario de
67
Montevideo dada por la Excma. Junta el 27 de mayo de
1811.
Que el pueblo de Montevideo reconozca el gobierno
superior de la capital y provincias unidas, en cuyo caso
será restituido al pleno goce de su antigua union,
comercio, y demás relaciones de que antes gozaba, en los
propios terminos con que se reconocen hoy las dichas
provincias unidas. […] /(37)
Acaso el sentido no haya sido tan distinto como pareció a
Groussac: igualmente sigue sin rezar con la discusión… “por la
fecha”.
¿Difusión oficial de “Provincias Unidas” en 1811? ¡Recién
desde diciembre! (38) … y no sin alternancias pues, aunque hubiera,
disposición diferente, se siguieron usando “estas provincias” (39) y
“Provincias del Río de la Plata”… enunciado que se da hasta después
de la Declaración de la Independencia de las Provincias Unidas en
Sud América.(40)
¡A seis años del supuesto absoluto, prepotente “unicato” por
“Provincias Unidas”!
2.- […] se nombró una comisión secreta para que presente un plan de proposiciones
especulativas, que dirijan en parte con arreglo a sus instrucciones políticas las
operaciones de su conato y deseos.
Además de los puntos que se previenen podrá la comisión extender sus vastos
conocimientos hacia las demás máximas conducentes al desempeño de nuestros
deberes y consolidación del sistema de nuestra causa cuyos puntos, según y como
van nombrados son los siguientes / [...]
Es cuanto se me ofrece representar en cumplimiento de la comisión que para el
efecto se me instruyó” (“Belgrano”, 15 de julio, pp. 270-71).
[ “La iniciativa del Plan pertenece al honrado Belgrano, [...]”. (En Epifanía…, p.
201)].
Ironía aparte: “Belgrano” habría declarado no ser responsable
de tal iniciativa; (41) expresaba actuar “en cumplimiento de la
comisión”; a él encomendada y para la cual fuera instruido:
Extraña la poca curiosidad mostrada por quienes,
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considerando auténtico el “Plan”, no se han interesado acerca de
quién o quiénes habrían elegido, señalado, enseñado, advertido a
“Belgrano” para tal encargo o encomienda.
3.- “Art. 6° - Los arbitrios que deben adoptarse para fomentar los fondos públicos,
luego que el Perú y demás interior del Virreinato sucumban, [...]” (“Belgrano”,
15 de julio, p. 272).
“12ª Luego que algunos pueblos, tanto del Perú, como de la Banda Oriental hayan
sucumbido, [...]”. (“Moreno”, p. 287).
“2ª En los pueblos enemigos que aún no hubieren sucumbido, [...]”. (“Moreno”,
p. 312).
“Art. 6° - En cuanto a los arbitrios que deben adoptarse para fomentar los fondos
públicos, luego que el Perú y demás interior del Virreinato sucumba [...]”.
(“Moreno”, p. 312).
No sorprendió en el inicio de la exposición el verbo que indica:
ceder, rendirse, someterse, perder… y hasta morir, perecer:
En el estado de las mayores calamidades y conflictos de
estas preciosas provincias; vacilante el gobierno;
corrompido del despotismo, por la ineptitud de sus
providencias, le fue preciso sucumbir, transfiriendo las
riendas [...]. (“Belgrano”, 15 de julio, p. 269).
Sí, cuando los mismos supuestos autores, enseguida lo aplican
a quienes se proclamaba emancipar con la Expedición de Teseo, al
decir de Moreno en la misma fecha.(42)
Manuel Belgrano y Mariano Moreno: ¿podrían presumir
contraria, enemiga, la voluntad de las poblaciones a “liberar”?
4.- “Art. 9º – Los medios que deben adoptarse, cuando estando consolidado y
reconocido por la Inglaterra, Portugal y demás principales naciones de la Europa
el sistema de nuestra libertad; y cuál debe ser el fin de sus negociaciones entonces
en las provincias del Brasil, con relación a la conquista de todo el Río Grande y
demás provincias de dicho Reino”. (“Belgrano”, 15 de julio, p. 272).
Aquí aparece “la conquista” de Brasil; que “Moreno” se
habría adelantado a considerar en sus reflexiones a los artículos 7º
(4ª) y 8º (1ª, 11ª, 12ª y 14ª).
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4ª […] debemos entrar a las proposiciones de los rompimientos con Portugal, con
relación a conquistar la América del Brasil, o la parte de ella que más nos convenga,
[...] combinando al mismo tiempo, por medio de tratados secretos con la Inglaterra,
los terrenos o provincias que unos y otros debemos ocupar, y antes de estas
operaciones hemos de emprender la conquista de la campaña del Río Grande del
Sud, [...]. (p. 322). /
1ª [...] hallándose evacuada la Plaza de Montevideo y puesta en orden de defensa,
[...] entonces arreglado los batallones de milicias de la campaña y escuadrones de
caballería que deben crearse de los habitantes de la misma, con relación a la fuerza
de vecindario que cada pueblo tenga, se debe guardar y conservar en la plaza de
Montevideo y su vasta campaña hasta el número de diez mil hombres de tropa de
línea; de cuyo número, seis mil deben guarnecer las fronteras, ocupando los puestos
del Cerro Largo, Santa Teresa y demás antiguos.
En la misma forma los regimientos de infantería y escuadrones de caballería de las
milicias de la Banda Oriental, hasta las márgenes del Uruguay, deben de
componerse hasta el número de seis mil hombres; en los pueblos de Misiones,
provincia de Corrientes y su jurisdicción, además de dos mil hombres de tropa de
línea que deben mantenerse en aquella provincia, el reglamento de sus milicias
debe ascender hasta el número de tres mil hombres; asimismo en la ciudad de la
Asunción del Paraguay, además de mil hombres de tropa de línea, sus milicias
deben contar de cuatro a cinco mil hombres [...]. / (pp. 323-324)
11ª [...] y en la misma forma se harán reuniones de las milicias, en tres o cuatro
puntos de la campaña, mandando algunas tropas más de la Capital para la Banda
Oriental, […] para que luego, inmediatamente de principiarse los anuncios de la
revolución en algunos pueblos del Río Grande, entren nuestras tropas en tres o
cuatro trozos, [...] debiéndose proveer la plaza de Montevideo con tres o cuatro mil
hombres de las mejores milicias, y hacer caminar de ella otro igual número de las
tropas de línea, para que junto con las demás, por divisiones, se introduzcan en
todo el Río Grande y sus pueblos de diez y ocho a veinte mil hombres, [...]. /
12ª [...] en esta virtud, teniendo alianza con la Inglaterra, no debemos de dudar que,
aunque también la tenga con Portugal, condescendiendo con nuestras intenciones,
observará, a lo menos, una conducta neutral, [...] y dándonos los socorros con
sigilo, emprenderemos el plan de conquista de los pueblos más principales de la
América del Brasil, hasta que los acasos proporcionen ocasiones y motivos para
declararse a Inglaterra igualmente aliada con nosotros y enemiga de las provincias
70
del Brasil, pactándose entonces entre ambos gabinetes los puertos y puntos que
unos y otros debemos ocupar, prestándonos mutuamente toda clase de
socorros”.(pp. 328-30)
14ª No debo extender más el plan de nuestra conquista, por ahora, hasta verificarse
nuestras ideas, […] con la alianza de Inglaterra, la que condescendiendo a nuestros
planes, convenga en la conquista de la provincia del Brasil, entonces nos podremos
extender más, mediante a que, operando a un tiempo por diversos parajes,
emprenderemos la de Santa Catalina, Bahía de todos los Santos [sic:¡Salvador!] y
demás, y más principales e interesantes puertos. / (p. 333)
1ª […] con antelación deben haberse tomado las providencias para que, al mismo
tiempo del principio de estas operaciones, salga de Montevideo una fuerza naval
de diez y seis a veinte buques armados y tripulados, con todos los competentes
utensilios, para que dirigiéndose al Río Grande, ocupando su barra, […]
conduciendo al mismo tiempo del número de tropas que se destine para la dicha
empresa, el número de mil quinientos hombres, poco más a menos, para
desembarcarlos, y operar de concierto, cuando lleguen a aquel destino algunas de
nuestras divisiones. (“Moreno” pp. 322-24, 328-30, 333-34; con alguna diferencia)
[...] No tan sólo el fraguador del Plan demuestra ignorar
la organización interna del país, los sentimientos
verdaderos de sus habitantes y hasta las fuerzas militares
de que disponen Montevideo o los patriotas, sino que
desvaría hasta lo grotesco en materia de recursos y
conquistas. No le basta apoderarse de la Banda Oriental:
proyecta la anexión de Río Grande, San Pablo y, por fin,
“el plan de conquista de la América del Brasil (sic), a
medias con Inglaterra, cuya ayuda y complicidad se
asegura previamente con la entrega de Martín García!
[...].(43)
He mostrado ya, no sólo el fondo de demencia
megalómana de este presunto “plan” de desgobierno y
conquistas (¡la “América del Brasil” hasta el Amazonas!),
sino también la burda ignorancia que toda su forma revela,
hasta del vocabulario geográfico más elemental.(44)
Considerando extensión, naturaleza de los terrenos,
accidentes geográficos, vías, caminos; poblaciones: la ambición
71
soñada por “Belgrano”, con “Moreno” y toda la “Junta” habría dejado
chiquita a la del (según Víctor Hugo) “Robespierre a caballo”, con
oportuno auxilio prusiano desarzonado por los ingleses… cuando en
la inmensidad rusa ya había perdido su mejor “apero”.
Respecto de la cantidad de efectivos, baste notar que tanto en
Ayacucho cuanto en Ituzaingó, la totalidad de combatientes no pasó
de quince mil hombres.(45)
Con razón señalaba Levene:
El disparate numérico encerraba la explicación del
objetivo, que consistía en arrancar de las autoridades de
España el envío de tropas.
Este manejo de cifras siderales se repite por varias veces
en el “Plan”.(46)
En la 1ª reflexión al artículo 8º del “Plan”, llaman la atención
otros dos detalles:
7.- “Doctor Manuel Belgrano”. (“Belgrano”, 15 de julio, al firmar texto que sería
propio, p. 273).
“El señor Doctor Manuel Belgrano”. (¿“Passo” o “Moreno”?, ambos firman como
secretarios, 17 de julio, p. 273).
“Doctor Manuel Belgrano”, (18 de julio, al firmar texto que habría escrito “Passo”,
p. 275).
74
“del vocal, el señor Doctor Mariano Moreno [...]”. (“Passo”, 18 de julio, p. 274).
“Sr. D. Mariano Moreno”. (“Passo”, 18 de julio, al notificarle la comisión y
firmar: “Doctor Juan José Passo”, p. 275).
“del mismo Moreno, [...] el citado vocal” (en nota aclaratoria al final del “Plan”,
p. 341).
[...] con fecha 15 de julio de 1810, el vocal de la Junta,
doctor (sic) Manuel Belgrano, dirigió a la “Excelentísima
Junta Gubernativa” de que formaba parte, [...] /
[...] Aquello no era cierto! Ni la Junta había andado en
tales manejos nocturnos, ni el doctor Belgrano había
escrito su nota, ni el vocal Moreno había recibido tal
encargo”. (2) / (2) No hay documento oficial ni privado
contemporáneo en que Belgrano y Moreno se designen
así. Moreno es siempre secretario y nunca vocal, - como
que, en el origen, no tenía voto.(54)
Piñero, a modo de respuesta:
[...] le extraña al crítico que en los documentos que
preceden al Plan se llame doctor a Belgrano y vocal a
Moreno, y asegura que “no hay documento oficial ni
privado contemporáneo en que se designen así”. [...] Sin
embargo, abundan los documentos en que se les llama de
esa manera. Veamos algunos. En la primera acta capitular
del 25 de Mayo se emplea más de una vez la palabra
vocales para comprender a todos los miembros o personas
que deberían constituir la Junta [...]. En la segunda acta
capitular del mismo día, al aludir a la representación hecha
al Cabildo por “un considerable número de vecinos, los
comandantes y varios oficiales de los cuerpos voluntarios
de esta Capital, por sí y a nombre del pueblo”, se expresa
que ese pueblo quiere [...] el DOCTOR don Manuel
Belgrano, [...].
Para este documento, cuya transcendencia y cuyo
significado es innecesario mentar, todos los individuos de
aquella, el presidente, los vocales propiamente dichos y
los secretarios, era vocales, y Belgrano era doctor.(55)
75
En la resolución dictada el 5 de junio, por la cual la Junta
estableció una remuneración a favor de sus miembros, se
expresa textualmente: “que el Excmo. señor presidente y
comandante de las armas, goce del sueldo de 8.000 pesos
al año, y los vocales y secretarios-vocales el de 3.000
pesos anuales cada uno. […]
Es incierto, en consecuencia, que “Moreno es siempre
secretario y nunca vocal (nota 2, página 150, tomo I, de
La Biblioteca). Moreno es siempre vocal, secretario-vocal
o vocal-secretario, como se prefiera. Esta es la verdad
estricta. Y es arbitraria la razón que se aduce en la misma
nota 2, que “en el origen no tenía voto”, para sustentar
aquel dicho. ¿En qué origen? ¿Hasta cuándo no tuvo voto?
No; Moreno tuvo voto desde el principio y lo ejerció
constantemente. Si alguna duda fuera posible a este
respecto, los documentos citados, cuya fecha es bueno no
olvidar, serían suficientes para disiparla, pues no se
concibe que se llame vocal o secretario-vocal a un
funcionario y se le asigne luego igual sueldo que a los
demás vocales, si al propio tiempo ha de carecer de voto.
[…].(56)
En su segundo cuanto desdeñado artículo, insistió Groussac:
[...] Se emplean cinco páginas para defender puerilidades
tan inexactas y ridículas como la de pretender que el
licenciado Belgrano era doctor y firmaba como tal,
porque en un acta impresa aparece una vez su nombre con
una D seguida de una r microscópica; o aquella de que
Moreno se designaba a sí mismo y era designado por sus
colegas, con el título de vocal, porque así aparece en un
certificado de escribano. (1) / (1) Habíamos dicho de paso:
“en el origen no tenía voto” – “En qué origen (sic)”
pregunta cómicamente el Alegato (pág. 44). Y para probar
que en el origen tenía voto ¡cita resoluciones del mes de
agosto! [...] En el origen, pues, los vocales eran siete, con
el presidente; por eso previene el Reglamento de mayo 28:
76
“formarán Junta cuatro vocales con el presidente”. Muy
luego, probablemente desde la primera ausencia de los
vocales mandados en comisión, se concedió voto a los
secretarios. No he dicho otra cosa.(57)
Pero dejó pasar la supresión (ni siquiera señalada) de los
nombres “Belgrano y Moreno” en la entrecomillada cita de su nota
2… ni reclamó por la pretensión de dar a: “en que se les llama de esa
manera”, valor equivalente a: “se designen así”… ellos mismos.
Otros llamaron “doctor” a Belgrano. Sí: en el segundo
acuerdo del 25 de Mayo (al igual que en el Acta del día 22), fue
anotado como doctor, así lo designó la misma Junta en el
nombramiento del 4 de septiembre de 1810… pero ¿no habrá sido
por su propio reclamo que no se repitió en la ampliación del 22?
Por mano ajena; como ajenos fueron los anuncios de: “Oficio
del Excmo. Sr. Dr. Belgrano a la Junta” y de “Otro oficio…” ¿Las
firmas?: Manuel Belgrano. Ml. Belgrano, firmaba también.
Licenciado dice Groussac; y así fue asentado en los acuerdos primero
y tercero del 25 de Mayo, así había iniciado sus Memorias al
Consulado de 1796, 1797 y 1798. Con motivo de ésta, al dirigirse al
virrey Olaguer Feliú firmó: Licenciado Manuel Belgrano.(58)
¿Existirá alguna otra firma Doctor Manuel Belgrano? Estas
dos descalifican tanto o más qué el “encarnizamiento” por la
“profética” denominación de “Provincias Unidas”.
Antepuesto “Dr”, presentan habitualmente las firmas de
Manuel Alberti o de Alberti, de Juan José Castelli, de Mariano
Moreno y de Juan José Passo.(59) Firmando así, ¿se habría dirigido,
simplemente, al “Sr. D. Mariano Moreno”?
Y respecto de vocales, secretarios y votos; la generalidad de
los testimonios nombran o se refieren a siete vocales (o a seis, cuando
no aplican el nombre a quien, necesariamente lo era): Cisneros,
Saavedra, Matheu, Posadas, Guido, Juan Manuel Beruti, Francisco
de Orduña y varios “Anónimos”(60); en uno de estos, “por su orden”.
[…] presidente y comandante de armas interino don
Cornelio Saavedra: primer vocal doctor don Juan José
CasteIli: segundo don Manuel Belgrano: tercero don
77
Miguel de Azcuénaga: cuarto doctor don Manuel Alberti,
cura de San Nicolás de esta ciudad: quinto don Domingo
Matheu comerciante: sexto don Juan Larrea comerciante,
y para secretarios a los doctores don Juan José Paso y don
Mariano Moreno.(61)
Al punto y presumiblemente bien informado:
Aunque en la ereccion de la Junta no se habia conferido
voto al Empleo de Secretario, inmediatamente fué
conocida la necesidad de variar en esta parte la primera
institucion, y se declaró devian tener la misma voz en los
asuntos que los demás miembros.(62)
8.- los vastos conocimientos y talentos tan conocidos, [...] (“Passo”, 18 de julio, p.
274)
“los cimientos de una nueva república nunca se han cimentado [...]”. (“Moreno”,
p. 276)
[...] Está afectado de ecolalia especial, bastante común
entre palurdos que esgrimen una pluma inexperta y
quieren “remontarse” [...].(63)
¿Aceptaremos que Paso y Moreno escribieran así? Parece que
una misma pluma los habría reemplazado.
10.- “cuyas notas se le darán a V. S., de sus deliberaciones, por el secretario que
corresponda”. (“Passo”, al “Sr. D. Mariano Moreno”, 18 de julio, p. 275)
Eximido “Moreno” y sin acta que muestre haberse cubierto
el interinato ¿quién sino el mismo “Passo”? presunto redactor del
“documento” que como secretario habría firmado como toda la
“Junta”; menos Azcuénaga y el propio “Moreno”. Pero:
[...] La separación de los departamentos se observa con
tanto rigor, que, durante la breve estancia de Passo en
Montevideo, se designa a Castelli como secretario
interino, y él es quien redacta y firma los decretos de
hacienda. No merece discutirse la hipótesis de que el
autoritario e infatigable Moreno firmase “en barbecho”
órdenes de marcado sabor literario, redactadas por otro,
siendo así que su primordial importancia residía en el
largo preámbulo.
Por otra parte, el estilo todo, con sus sentencias
imperativas, su ritmo oratorio, sus citas clásicas y sus
ataques rudos y familiares a los adversarios, ostenta la
garra del león, antes de verse la firma [...].(66)
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11.- “Plan”. (p. 269, en el encabezamiento del “Plan”)
[...] Y el Doctor Paso que así habría concurrido con su
voto y su firma a preparar y a aprobar el ‘Plan’ sería el
mismo que dijo las siguientes palabras en nombre del P.
E. en la Asamblea General Constituyente de 1813, en que
niega la existencia de plan alguno.
Cerca de tres años –expresó Paso- hemos corrido desde el
principio de nuestra Revolución a paso vacilante y sobre
sendas inciertas por falta de un plan que trazara
distintamente las rutas de nuestra carrera y destino.(67)
Ya vimos referencia a falta de plan en el párrafo 176 (primera
época) de la Autobiografía de Domingo Matheu; en el 205:
El único programa de la Junta en aquel período
vertiginoso de la sociedad transformándose en persona
mayor, árbitra de su presente y porvenir, bastante
inciertos, era la unificación de las voluntades por la razón
o la fuerza; y digo la sociedad, no el estado, porque a mi
juicio por más que se sutilice no hubo un solo repúblico
que separara la marcha o el modo de desenvolverse en su
esfera la una y el otro: por falta de preparación y por
arrogancia se confundieron los dos; y de ahí, que para
cuantos habían participado de los actos glorificadores
tanto como tumultuarios se creía que no era más que
negocio de dar su mente, corazón y brazos para ir adelante
[...].(68)
12.- “que manifiesta el método”. (En Epifanía: fotocopia entre pp. 192 y 193, p.
335)
Frase omitida en las publicaciones de Piñero. (1896, p. 446;
1915, p. 301) Ratifica la titulación que ya se conocía por Levene. La
nota final, en Epifanía..., también fotografiada en sus seis primeras
líneas, como el texto impreso, corresponde con el de la publicada por
Piñero, salvo en la ausencia del último párrafo.
¿Quién, a quiénes y con qué objeto, declararía, descubriría,
daría a conocer tan secreto “Plan”?
80
13.- “ya que la América del Sud ha proclamado su independencia”. (“Moreno”, p.
276)
“América española declarada independiente” /
“Declaración de Independencia”
Recién once días después de la supuesta firma del “Plan”,
pudieron los porteños leer impresa tan exagerada noticia del
movimiento de abril que en Caracas (más cercana a Europa) había
reemplazado la autoridad foránea por la propia... también “a nombre
del Señor Don Fernando VII... (69)
14.- “el 25 de Mayo de 1810, que hará célebre la memoria [...]”. (“Moreno”, p.
278)
“¿Acaso se necesitó más fortaleza el 25 de Mayo de 1810, para derribar los colosos
de la tiranía y despotismo [...]”. (“Moreno”, p. 281)
[...] Varias veces en el Plan, se hallan citas cuya forma
revela la posteridad de la redacción.
[...] ¿Acaso se necesitó más fortaleza el 25 de Mayo de
1810...? No se habla así en julio agosto del mismo
año.(70)
Una de las veces aludidas por Groussac la encontraremos en
nuestra observación 18:
[…] el día 12 de agosto del presente año, […].
Como si no hubiera escrito, a más tardar, ¡dieciocho días
después! ¿Para quién o quiénes?
(1) En su empeño de hallar argumento en que apoyarse,
el señor Groussac cita al pie de la página 154, las
siguientes palabras como muestra de la posterioridad de
la redacción del Plan, “Acaso se necesitó. [...] “No se
habla así en julio o agosto del mismo año”, agrega.
¿Y por qué no se habla así? ¿De qué manera se designa
una fecha, si no se expresa el día, mes y año o se emplea
giros o términos que substituyan estas indicaciones?(71)
En igual sentido:
Que las referencias al “25 de Mayo de 1810” no significan que el “Plan”
haya sido escrito en realidad después de dicho año, pues es común para señalar una
fecha del propio año, indicar el día, mes y el año también.(72)
81
De Mariano Moreno tenemos dos testimonios que avalan la
objeción de Groussac:
[...] “Quando la gloriosa victoria del cinco de Julio
restituyó al Dominio Español la Plaza de Montevideo [...]
/ [...]
[...] Los Ingleses mirarán siempre con respeto a los
vencedores del cinco de Julio [...].(73)
Y el mismo Piñero, como se vio acerca de “vocal, secretario-
vocal” [Nº 7]… y a 87 años del acontecimiento, dejó dicha fecha
¡naturalmente “incompleta”!
“En la primera acta capitular del 25 de Mayo se emplea”. [...]
15.- “[...] creería no haber cumplido, [...] si no manifestase mis ideas según y cómo
las siente el corazón más propias y los conocimientos que me han franqueado
veinticinco años de estudio constante sobre el corazón humano [...]”. (“Moreno”,
p. 281)
[...] El nervioso y castizo escritor de la Representación y
sobre todo de La Gaceta, en esos mismos meses de julio
y agosto de 1810, no ha podido desbarrar durante 120
páginas, con frases tan desatinadas como las siguientes:
“Y los conocimientos que me han franqueado veinticinco
años (no tendría treinta!) de estudio constante sobre el
corazón humano, en cuyo sin que domine la vanidad, creo
tener algún voto en sus funciones intelectuales y por lo
contrario, si moderando mis reflexiones no mostrase los
pasos verdaderos de la felicidad, sería un reo digno de la
mayor execración: y así no debe escandalizar el sentido
de mis voces, de cortar cabezas, verter sangres y
sacrificar a toda costa aun cuando tengan semejanza CON
LAS COSTUMBRES DE LOS ANTROPóFAGOS Y
CARIBES”.(74)
Sí, tenía uno más ¡treinta y uno! El 30 de agosto de 1785
recién se había hallado a veintitrés días de cumplir los siete años y
así alcanzar el regular “uso de la razón”: Para la Iglesia Católica no
habría estado en condiciones de confesar ni comulgar.(75)
82
De nuevo, ¿“inconscientemente”? ¿Una palabra por otra? De
nuevo fue como si no hubiera escrito Groussac. ¿Y después?
Tampoco parece habérsele prestado la debida atención a semejante…
¿incongruencia?
¿Habría confundido información, o sido mal instruido, “el
improvisado editor”? En Belgrano, a sus quince años, tal precocidad
sería aceptable.
Importante historiador español contemporáneo ha podido
escribir:
17.- “[...] todos aspirarían a generales y magistrados; y para obviar esto deben
establecerse premios, como escudos, columnas, pirámides, etc., para premiar las
acciones de los guerreros, y adormecer con estos engaños a aquellos descontentos
que nunca faltan, y exigen por su avaricia más de lo que merecen. ¿Pues en que se
perjudica a la Patria que un ciudadano lleve el brazo lleno de escudos, ni que su
nombre esté escrito en un paraje público, cuando de ello no resulta gravamen al
erario? [...]”. (“Moreno”, p. 284)
La primera condecoración militar del nuevo gobierno
¿Inventada por Moreno para “adormecer con estos engaños”?
[...] “La junta ha resuelto, que a más de los ascensos
militares con que serán premiados los que se hayan
distinguido en la acción, apenas venga el detalle de ella,
todos los oficiales y soldados, que se hallaron en el
combate usen un escudo en el brazo derecho con fondo
de paño blanco y esta inscripción. La patria a los
vencedores de Tupiza. Este distintivo queda establecido
por regla general en el exército, y mediante él, todo
soldado llevará a la vista la historia de sus campañas, un
premio a su valor, y un estímulo para sus
conciudadanos.(79)
Quien habría querido pasar tal mensaje, debía ignorar lo
acordado el 5 de setiembre de 1806:
[...] los individuos que le acompañaron [a Juan Martín de
Pueirredon] a reclutar gentes por la campaña para la
reconquista, que se hallaron en la accion de Perdriel,
emprendieron viages a la otra banda, y concurrieron al
acto de la reconquista el dia doze de Agosto; [...] Cuios
individuos haviendose sostenido a su costa en todos los
84
relacionados servicios, no han querido en obsequio a la
Patria recibir gratificacion alguna. Y los SS con esta
consideración, y advirtiendo ser de necesidad se haga
alguna demostracion de gratitud con tan buenos Patricios
y fieles vasallos, que no indicando interés les manifieste
el reconocimiento en que les está la Patria por su
heroicidad y patriotismo, y los estimule al propio tiempo
a no decaer de tan plausibles ideas; acordaron se graven
unas medallas de poco valor con las armas de la Ciudad,
y se les entreguen por distintivo de sus heroicas acciones
[...]. (80)
19.- “[…] a un Barde, negro, […] etc., sujetos que, por lo conocido de sus vicios,
son capaces para todo, que es lo que conviene en las circunstancias, por los talentos
y opiniones populares que han adquirido por sus hechos temerarios […]”.
(“Moreno”, p. 297)
[…] a un Barde, negro, […] etc.; […] capaces para todo.
(3) / (3) El tono de desprecio e insulto parece que revela
a un enemigo, es decir, a un partidario de España.(89)
[…] a un Barde, negro, […] etc., sujetos que, por conocido
[sic] de sus vicios, son capaces para todo, que es lo que
89
conviene en las circunstancias, por los talentos y
opiniones populares que han adquirido por sus hechos
temerarios...” El subrayado es del crítico. En seguida
observa […] y concluye que “Moreno no pudo conocer
en agosto de 1810, los nombres ignorados de esos
capataces y peones de estancia, […].(90)
2º Se trata de los paisanos orientales […], “un Barde,
negro” (sic) etc., obscuros capataces o peones matreros
hasta el levantamiento de febrero de 1811. (2) / (2) Los
que no son editores del Plan han notado que en el extracto
de Torrente se lee a “Valdenegro”; como, por otra parte,
en la sublevación de la Banda Oriental no hay rastro de
“Barde”, negro o rubio, infieren que se trata del teniente
Eusebio Valdenegro, que se distinguió en el combate de
Las Piedras, fue ascendido a coronel y más tarde
deportado con Manuel Moreno […].(91)
Parece aventurado que hayan sido confundidos: a) un
Valdenegro… conocido por sus vicios; b) un Barde, negro, idem; c)
con el teniente y después coronel Eusebio Valdenegro y Leal (1781-
1818), “deportado con Manuel Moreno”.
[…] “Mariano Moreno lo recuerda en su Plan, por lo que
se atribuye que fuera partidario suyo y opuesto a la facción
de Saavedra. Según se dice, [sic: ¿motivo de duda? ¿de
quién?] en 1810, compuso una Canción Patriótica, […]
que se publicó en La Gaceta (Nº 21, jueves 25 de octubre
de 1810).(92)
20.- “véanse las historias antiguas de la Grecia, y se encontrará que en una de sus
épocas, no sólo desterró Licurgo en Lacedemonia (uno de sus establecimientos)
toda moneda de oro y plata, para refrenar la codicia y ambición, sino que introdujo
monedas de fierro, que para llevar una sola necesitaban un carro (que son cien
pesos nuestros) [...]”. (“Moreno”, p. 317)
Por una coincidencia que no debe sorprendernos, pues el
simulador ha procurado remedar al modelo, algunos
conceptos o reminiscencias históricas de Moreno aparecen
90
recordados por aquel; he aquí una bastante significativa
para que pueda compararse el original con su parodia y
caricatura:
Moreno El Plan
“La prosperidad de Esparta enseña al “En una de sus épocas, no sólo desterró
mundo que un pequeño estado puede Licurgo en Lacedemonia (uno de sus
ser formidable por sus virtudes, y ese establecimientos) (!) toda moneda de
pueblo reducido a un estrecho recinto oro y plata, sino que introdujo moneda
del Peloponeso, fue el terror de la de fierro, que para llevar una sola
Grecia, y formará la admiración de necesitaban un carro (que son cien
todos los siglos”. pesos nuestros) (!) (93)
21.- “Tanto a estos dichos agentes [en Río Grande del Sud], como a todos los
comandantes de las fronteras, deben mandárseles colecciones de Gacetas de la
Capital y Montevideo”. (“Moreno”, p. 325)
Como dice el Doctor Alfredo Gargaro, en el artículo 8,
punto 5 su contenido es una prueba más de su apocricidad.
Mandaba que tanto a los agentes de la Revolución como
a los Comandantes de frontera debía mandárseles
“colecciones de Gazetas de la Capital y Montevideo [...]”.
La Gazeta de Montevideo se fundó el 13 de octubre de
1810, y por tanto Moreno no ha podido referirse a ella el
30 de agosto, fecha del supuesto “Plan”.(98)
Conclusiones
Notas bibliográficas
Algodón
Con relación al algodón, en la Memoria del 16 de junio de 1796,
hacía referencia a la necesidad de establecer escuelas de hilazas de lana
y de algodón o al menos que se procediera al desmote y limpieza de
este último. El algodón era abundante en las áreas del Paraguay y Chaco,
entre otras.(3)
Si bien no prosperó el proyecto de crear “escuelas de hilazas de
lana”, se estableció un premio para las mejores hilanderas del Colegio
de San Miguel Arcángel, de niñas huérfanas. El primer premio estaba
destinado a una niña mayor de 16 años y el segundo premio a una menor
de esa edad. Ascendían a 30 y 40 pesos fuertes y se exigía “una libra de
algodón, hilado igual, delgado y pastoso.(4) En Acta del 22 de diciembre
de 1798, se asignaron los premios a María de Jesús y Eugenia López y
se archivaron las hilazas, como constancia de su trabajo.(5)
En el Correo de Comercio del 9 de junio de 1810, cuando
describía las producciones de Jujuy, mencionaba la existencia de
algodón silvestre:
“No puede haber un país de más algodón, por todas partes se
hallan arbustos producidos de las semillas, que el descuido
arrojó sobre la tierra; la frontera de la parte del Norte tiene
campañas grandísimas cubiertas de este fruto silvestre: sin
embargo de esto, Jujuy necesita comprarlo del Valle de
Catamarca, a 4 ps. la arroba, para los usos de su
necesidad”.(6)
En caso de que este algodón silvestre fuera de origen americano
-lo cual no estamos en condiciones de afirmar- se incorporaría al área
del algodón nativo que, en el territorio del Río de la Plata, comprendería,
en principio, a las Misiones Guaraníticas, Paraguay, parte del Alto Perú
y Chaco.
119
El Consulado reglamentó la producción de lienzos de algodón
(tocuyos) en La Plata, La Paz y Cochabamba.(7)
Hemos de analizar seguidamente la producción algodonera de
Cochabamba y de Oruro.
Lino y cáñamo
Tintes
Conclusiones
Rosa Meli
De Vilcapugio a Tacna
Notas bibliográficas
Bibliografia consultada
*
Este artículo, publicado en Anales Nº 6, Buenos Aires, Instituto Nacional
Belgraniano, 1993, pp. 37-50, fue reeditado porque esta obra se encuentra agotada.
169
BELGRANO Y EL PENSAMIENTO SALMANTINO
EN AMERICA
Notas bibliográficas
Guillermo J. Montenegro
Carlos Moreno
Luciano Pezzano
I. Introducción
IV. La retirada
V. Otros aspectos
Así culminó la segunda expedición al Alto Perú que, como
sabemos, no sería la última, pero la de 1815 tendría otros protagonistas,
ajenos al presente trabajo.
Pero la relación de Belgrano con Potosí y con sus obras, no
termina allí. La contribución belgraniana a la numismática se
complementa con su contribución a la medallística. Me refiero, claro
está, a las distintas piezas acuñadas en Potosí durante la Segunda
Campaña al Alto Perú, las que clasificaremos de acuerdo a la certeza
de su atribución y clasificación.
Bibliografía
Imágenes utilizadas
2. Productividad
3. Interdependencia
4. Dinero
Notas bibliográficas
SU TIEMPO Y SU ESPACIO
Introducción
1. Vigencia de su reivindicación
Debemos reivindicar la memoria de Castelli: Sin duda, estoy
profundamente conmovido por la circunstancia de hablar
sobre Castelli, en el ámbito del Regimiento de Patricios,
donde se constituyó detenido para afrontar el injusto juicio de
residencia que impulsó el Primer Triunvirato, en diciembre
de 1811, hace 198 años, supuestamente por sus
responsabilidades militares en el desastre de Huaqui.
Sin embargo, la causa se extinguió por la muerte del prócer
en octubre de 1812, frente a la ineptitud de la acusación fiscal
que dejó abierto un proceso que sólo sirvió para incriminarlo
por su lucha por la independencia.
280
Debemos reivindicar el honor y los servicios de Castelli, que
cumplió con el mandato revolucionario de luchar por la
independencia.
5. La descolonización
La descolonización de Sudamérica, promovida a partir del
pronunciamiento porteño del 25 de Mayo de 1810, reconocía
un largo proceso de maduración, venía incubado por las
grandes revoluciones que conmovían al mundo de las
monarquías absolutas y en nuestro ámbito, notablemente
impulsado desde las invasiones inglesas.
Además en el ámbito local, el Virreinato del Río de la Plata,
sus dos grandes universidades, la de Córdoba y de
Chuquisaca, se constituían en el espacio de reflexión
revolucionaria.
Castelli, vivía el proceso de la revisión con los jóvenes de su
tiempo; estudió en ambas, y se formó en las disciplinas de la
filosofía, la teología, el latín, el derecho canónico y civil, las
prácticas forenses y una muy actualizada visión del mundo
político y social, que surgían al impulso de las tres grandes
revoluciones de su tiempo: la revolución industrial con
vertiente en Gran Bretaña (1750-1850); la revolución
americana que independiza a los EE.UU. del Imperio Inglés,
bajo el modelo de una Nación constitucional y la Revolución
Francesa, con los derechos humanos y del ciudadano, que
cuestiona a las monarquías absolutistas, dando origen al
régimen republicano representativo.
Mas en el caso de Castelli, también era fundamental el
mensaje al mundo americano que el ejército imperial español
habría emitido, con la brutal represión e inmolación de Tupac
283
Amaru (18 de mayo de 1781), tan próximo en el espíritu y en
el espacio de la Universidad de Chuquisaca.
7. Conclusiones
Los aportes doctrinarios de Castelli a la Revolución: en “la
causa reservada por alta traición […]” contra Nicolás
Rodríguez Peña y Diego Paroissien, que siguió la Corona
Española en 1808 en Montevideo, Castelli a cargo de la
defensa produjo un alegato por la libertad y la independencia,
fundamental. “Estando el Rey Fernando VII cautivo y no
habiendo regencia legal, no hay gobierno. El gobierno que se
forme en España no tiene jurisdicción en América; América
queda así de facto independiente, y tiene derecho a formar su
propio gobierno.”
Este fue el enfoque reiterado en el Cabildo del 22 de mayo de
1810, base del autogobierno nacional. Luego vendrá con la
intervención de Paso, la ampliación de su legitimidad con los
diputados del interior.
284
8. Recibir al futuro
Recibir al futuro con fe republicana: Ahora, a 198 años del
juicio de residencia, debemos reivindicar moral y
políticamente a Juan José Castelli y comprender el
abatimiento de su espíritu en la hora suprema de su muerte
con la reparación histórica, digamos en cambio, “si vemos el
futuro” le diremos que venga pues lo conquistaremos para una
Argentina plenamente republicana y soberana (el estado de
derecho).
285
CORONEL MAYOR IGNACIO ALVAREZ THOMAS
UN PROCER OLVIDADO DE LA PATRIA
Jorge Ariel Vigo
Citas Bibliográficas:
1. FRIAS, Bernardo, Historia del General Martín Güemes y de la Provincia de
Salta o sea de la Independencia Argentina, t. III, cap. XX, ac. VII, p. 91, nota 13,
Libro 11 de Toma de Razón, año 1817, Aduana de Salta, Buenos Aires, Depalma,
1972, p. 129.
2. FRIAS, Bernardo, Historia del General Martín Güemes y de la provincia de
Salta, o sea de la Independencia Argentina, t. III, cap. XX, ac. IV, p. 86. De color
cobrizo como todos los Saravias de la época, era Don Pedro José un hombre rico,
de edad madura y muy vinculado; militar antiguo, práctico en el país, hombre de a
caballo y conocido patriota; por lo que su autoridad personal era mucha, y muy
eficaz, por consiguiente, para la empresa. Comandante de Guachipas en 1814.
3. YABEN, Jacinto R., Capitán de Fragata (R), Miembro de Número, Fundador
del Instituto Nacional Sanmartiniano, Biografías argentinas y sudamericanas, t.
V, Buenos Aires, Editorial Metrópolis, 1940, p. 555.
4. BIDONDO, Emilio Angel, La Expedición de auxilio a las provincias interiores,
cap. VI, Biblioteca del Oficial, v. 728, Buenos Aires, Círculo Militar, 1987, pp.
147-148. Archivo General de la Nación, S. X, 2-4-8, documento 3.
5. Tres días después de la Batalla de Aroma. MITRE, Bartolomé, Obras completas
de Bartolomé Mitre, Edición ordenada por el H. Congreso de la Nación Argentina.
Ley Nº 12.328, vol. I – I, Historia, p. 259.
308
6. Biblioteca de Mayo, t. XIV, pp. 12.930-12.940.
7. De los Húsares del Rey: Distinguido Don Julián Belderrain y soldados Antonio
Yameson, Tomás Wilson, José María Ricabarra y José Antonio Cabrera. De la
Caballería de la Patria: Cabo Antonio Esmit (sic por Smith) y soldados: Mariano
Sánchez y Feliciano Melo. De los Partidarios de Salta, Cabo Nicasio Lagosta y
soldados: Pedro Juan Padilla y José Manuel Asiar.
8. “Yameson”, “Esmit” y “Wilson” deben leerse: “Jameson”, “Smith” y “Wilson”.
Efectivamente fueron soldados ingleses que se incorporaron a las tropas de la Junta.
Seguramente se trataba de soldados católicos romanos que vinieron al Río de la
Plata en ocasión de las Invasiones Inglesas de 1806/07 y se quedaron en Buenos
Aires. Véase: HERREROS DE TEJADA, Luis, El Teniente General Don José
Manuel de Goyeneche Primer Conde de Guaqui, cap. XIV, Madrid, 1923, p. 239.
Tomado de Memoria de la guerra insurreccional del Perú, por el Teniente Coronel
Don Antonio María Alvarez, 1812, Archivo del Conde de Guaqui, Caja 6, Cap.7,
Nº 11. También en Biblioteca de Mayo, t. XIV, p. 12.975 en la “Lista de los
individuos, que del ejército auxiliar de las provincias interiores, se pasaron al
ejército enemigo en la acción de Santiago de Cotagaita, el 27 pasado: […] Húsares
del Rey: Cabo Manuel Salazar, soldados: Carlos Machalister (Mc Alister), Gregorio
Smith y Juan de la Rosa.
9. Según el oficio de Balcarce a Castelli fechado en Tupiza a 24 de octubre de 1810,
Biblioteca de Mayo, t. XIV, p. 12.931. Las cifras de los partes deben leerse con
cuidado y reservas. En las declaraciones testimoniales producidas en la instrucción
formada inmediatamente de sucedido el encuentro, los protagonistas señalan la
existencia de unos “cincuenta a sesenta hombres” (Antonio Smith); “sesenta a
setenta” (Ramón Salazar); “ascendían a cincuenta o más hombres” (Francisco
Galván); “vieron como unos cuarenta o cincuenta hombres” y luego se agrega:
“determinó el Comandante avanzar, como lo verificó con el que declara
atropellando, a media rienda llegando, a una distancia de medio tiro de fusil, de
donde estaban los de arriba, descubriendo desde allí el todo de la gente que
ascenderían a doscientos hombres poco más o menos los que rompieron el fuego”
(confesión del Ayudante José Apolinario Saravia); “se hallaba una partida como
de cuarenta hombres […] hasta llegar a distancia de dos cuadras, de una casa, […]
aparecían en ella como unos veinte hombres y éstos todos desordenados”, aunque
luego fue sorprendido porque de atrás del rancho se encontró “con una multitud”
que los tiroteaba (confesión del Teniente Don Antonino Rodríguez).
309
10. Oficio de la Junta a Castelli fechado en Buenos Aires a 18 de noviembre de
1810, Biblioteca de Mayo, t. XIV, p. 12.940.
11. Biblioteca de Mayo, t. XIII, pp. 11.596/11.601.
12. Biblioteca de Mayo, t. XIII, Buenos Aires, p. 11.603, 16 de mayo de 1812. “/
Así que evacue el suplicante la declaración que tiene que dar en la causa del
Coronel Don Juan José Viamonte, regrese a su / destino donde será colocado con
oportunidad y arreglo a su mérito y con respecto a los sueldos instaurará su solicitud
con los documentos que corresponde / [dos rúbricas] Herrera.”
13. YABEN, Jacinto R., Capitán de Fragata (R), Miembro de Número, Fundador
del Instituto Nacional Sanmartiniano, ob. cit., p. 553.
14. PAZ, José María, Memorias póstumas del Brigadier General Don José María
Paz. Comprenden sus campañas, servicios y padecimientos desde la guerra de la
independencia hasta su muerte, con variedad de otros documentos inéditos de alta
importancia, t. I, Buenos Aires, Imprenta de la Revista, 1855, pp. 37-38.
15. YABEN, Jacinto R., Capitán de Fragata (R), Miembro de Número, Fundador
del Instituto Nacional Sanmartiniano, ob. cit., p. 553, nota (1). “José Apolinario
Saravia fue hombre valeroso y sagaz, y muy inteligente y como fuera de color
cobrizo muy subido, de tinte amoratado, se le llamaba popularmente ‘Chocolate
Saravia’”.
16. YABEN, Jacinto R., Capitán de Fragata (R), Miembro de Número, Fundador
del Instituto Nacional Sanmartiniano, ob. cit., pp. 553-554.
17. YABEN, Jacinto R. Capitán de Fragata (R), Miembro de Número, Fundador
del Instituto Nacional Sanmartiniano, ob. cit., p. 554.
310
311
II
CONGRESO NACIONAL
BELGRANIANO
312
313
Maricel G. García
Introducción
Conclusión
Reconocimiento de Belgrano
Catamarca y la Bandera
Notas bibliográficas
MISCELANEA
INSTITUCIONAL
342
343
*
Este artículo, publicado en Anales Nº 6, Buenos Aires, Instituto Nacional
Belgraniano, 1993, pp. 37-50, fue reeditado porque esta obra se encuentra agotada.
346
347
Discurso pronunciado por el
Brig. My. (R) Lic. Juan Carlos Albanese
en el 195° Aniversario del Exodo Jujeño
Jorge J. Cortabarría
Notas bibliográficas
Señoras y Señores:
Muchas gracias