Comentarios Parashá Vayerá
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Cada detalle de aquí nos enseña una idea importante sobre bondad. Primero,
para hacer jésed debes correr. No postergues, no lo dejes para después. Corre y
abraza alegremente la oportunidad de darle a otro ser humano.
Abraham les ofreció a los viajeros pan y agua, pero cuando se puso en acción les
preparó una comida majestuosa. “Di poco y haz mucho”
Nuestros sabios nos están diciendo que cómo haces un jésed hace una diferencia
inmensa. En el desierto, el pueblo judío pudo haber tenido agua viniendo de ellos
directamente desde Dios, lo que hubiese sido una experiencia completamente
diferente. El agua que viene directamente de Hashem es muy distinta del agua que
viene de una roca, al igual que el maná que vino directamente de Hashem no fue un
pan normal, sino maná. Y el refugio que disfrutaron en el desierto no fue sólo una
protección del sol, sino la experiencia de estar envueltos por la Shejiná, la presencia
de Dios.
Cuando lo haces por ti mismo es un acto de bondad completamente diferente.
Cualquier jésed que hagas, tanto si lo haces de manera directa o a través de un
intermediario, el impacto y la recompensa son asombrosos. “Olam jésed ibané, el
mundo es construido por medio de bondad” (Tehilim 89:2). Nosotros también
lo somos.
Al parecer Lot sólo aprendió los aspectos superficiales del servicio Divino de
Abraham. Lot vio bondad y la imitó, pero no entendió que la esencia del
enfoque de Abraham era unirse a lo Infinito. Lot vio los aspectos externos de la
rectitud, pero no comprendió el trabajo interior que requiere la espiritualidad
verdadera.
Los Sabios enseñan que los ingredientes esenciales del carácter de Abraham se
desarrollaron a través de diez pruebas Divinas. Abraham necesitó esas pruebas
para desarrollar su potencial espiritual. Para una persona menos elevada, esas
pruebas hubieran parecido simplemente problemas que se deben evitar.
Cosas que se eliminan con una píldora o sobre las que se necesita ayuda
psicológica para aliviar la culpa.
Cada vez que una nueva petición tenía éxito, Abraham se sentía cómodo y
hacía peticiones adicionales, hasta que Dios finalmente dijo: "No voy a destruir el
lugar por el bien de los diez".
El error que la mayoría de la gente comete al establecer metas - y la razón por la
cual rara vez las alcanzamos - es que nos enfocamos únicamente en alcanzar
objetivos muy grandes. Sin embargo, hay numerosas metas más pequeñas (y muy
valiosas) a lo largo del camino, que debemos superar para alcanzar de esta manera
nuestra meta principal. En general, nuestra naturaleza humana es adoptar una
actitud de "todo o nada" en relación a nuestros objetivos.
Unánimemente decidieron que debían poner fin de inmediato a esa atroz violación
de la antigua costumbre de la ciudad. Se reunieron y rodearon la casa de Lot,
proclamando: “¿Dónde están los hombres que llegaron a ti esta noche? Sácalos a
nosotros para que podamos conocerlos” (Génesis 19:5).
Pero los huéspedes de Lot en verdad eran malajim (ángeles) enviados por Hashem
para destruir la ciudad de Sodoma y salvar a Lot. Cuando las personas de Sodoma
rodearon la casa de Lot y trataron de forzar su entrada, los malajim los afligieron a
todos con ceguera. Sin embargo, a pesar de este golpe (y quizás a causa de él) la
Torá declara: “y trataron de encontrar la entrada [de la casa de Lot] en
vano” (Génesis 19:11).
El Sforno (uno de los grandes comentaristas medievales de la Torá) dice: "Si bien
fueron golpeados con ceguera, se esforzaron para encontrar la entrada y romper la
puerta. Esto concuerda con lo que dijeron los Sabios, respecto a que los malvados
ni siquiera se arrepienten cuando están en las puertas del Gueinom (Infierno)". La
naturaleza malvada de Sodoma estaba tan arraigada en su ser que nada pudo
disuadirlos de intentar satisfacer sus deseos malvados.
Nuestros Sabios nos enseñan que una de las virtudes mediante las que se puede
adquirir Torá es amar el reproche. A menudo hacemos nuestro mejor esfuerzo para
hacer las cosas bien (ya sea en salud, dinero, familia, etc.) y terminamos recibiendo
sólo dificultades, frustraciones, adversidad, etc. Es imperioso que comprendamos
que los tropiezos y las dificultades que vivimos son un mensaje del Cielo para que
mejoremos nuestra conducta. Al encarar la vida con esta perspectiva, damos un
gran paso hacia adelante para lograr el propósito para el que fuimos creados. Y, al
mismo tiempo, sentiremos que nuestra vida tiene un significado mucho más
profundo al reconocer que incluso las dificultades de la vida nos son enviadas con
un objetivo: despertarnos para que mejoremos y ascendamos constantemente la
escalera del bien.
Cuando Hashem golpeó al faraón y a su familia en respuesta al secuestro de Sará,
la respuesta del faraón fue: “y ahora, aquí está tu mujer, tómala y vete”
(Génesis 12:19). Si bien no es exactamente un paradigma de altruismo, esta
respuesta es una clara expresión de que el faraón reconoció que bajo ninguna
circunstancia podía continuar con su comportamiento. En cierto grado, fue una
respuesta positiva a la bofetada que le enviaron desde el Cielo.