Desarrollismo
Desarrollismo
Un análisis discursivo.
Se autoriza publicación.
1-Introducción:
El presente trabajo tiene como objetivo analizar los principales fundamentos teóricos del pensamiento
desarrollista argentino a partir de los discursos emanados por Arturo Frondizi durante su corto
mandato presidencial. Nuestra hipótesis principal, sostiene que el pensamiento desarrollista argentino
constituyó una elaboración teórica post-facto, una ideología demorada, una reflexión sobre lo ya
realizado1, sin que esto excluya la presencia de algunos elementos discursivos que constituyeron los
principales fundamentos sobre los cuales se asentaron las políticas públicas en Argentina entre 1958 y
1962. En función de esto, se plantea una segunda hipótesis de trabajo la cual sostiene que el
desarrollismo argentino al llegar al poder el 1 de mayo de 1958 no constituía un programa de desarrollo
claro y definido, siendo más una reacción pragmática frente a un determinado contexto político, social y
económico post peronista. 2 Por consiguiente, el análisis de los discursos presidenciales de Arturo
Frondizi adquiere relevancia en tanto los mismos constituyen una fuente primordial para la
comprensión fehaciente de las principales máximas del pensamiento desarrollista argentino, dado el
estado embrionario del mismo hacia 1958.
Finalmente, esbozaremos algunas reflexiones finales sobre el papel que ocupó dicho entramado
discursivo en la construcción de nuevas significaciones que pretendían validar la extranjerización de
2-Aspectos metodológicos:
Emprender un sólido análisis de discursos presidenciales es una tarea que va más allá de transcribir
meramente lo que dijo tal o cual presidente. Es sumamente necesario contar con un instrumental
metodológico que nos permita abordarlos en toda su complejidad, delimitando a su vez un
determinado marco referencial que constituya nuestra guía a lo largo de todo el análisis. Como todos
sabemos, no existe una única forma de aproximarse a un objeto de estudio, mucho menos en las
ciencias sociales en general, por lo cual la selección de una determinada perspectiva metodológica
implica necesariamente cierta valoración sobre cuál es la más adecuada y el rechazo de otras.
Para el presente trabajo, hemos desechado aquellos enfoques metodológicos que resaltan
exclusivamente los aspectos lingüísticos y/o semánticos de los discursos para su análisis, dada las
propias limitaciones de estos para vincular lo netamente discursivo con los procesos y fuerzas sociales
en pugna. Nuestra mirada, pretende ser mucho abarcativa, subsumiendo “lo dicho” al contexto
histórico específico sobre el cual se enuncia, razón por la cual, abordaremos los discursos presidenciales
de Arturo Frondizi desde el denominado Análisis Crítico del Discurso.3
Dicha perspectiva, establece como primera premisa concebir a todo discurso como una forma
de acción social independiente del individuo que lo formula, como un hecho social en sí mismo.4 De
aquí, que para su análisis se extrapola de la manifestación individual todo aquello que es funcional a las
relaciones y fuerzas sociales existentes, abordándose el mismo desde su propia naturaleza social. Esta
última, remite a que todo discurso se encuentran en relación dialéctica con sus ámbitos de acción, tanto
en lo referente a los marcos institucionales como a las estructuras sociales en la que se hallan ubicados.
Por un lado, las determinaciones situacionales, institucionales y sociales configuran los discursos y les afectan,
y por otro, los discursos influyen tanto en las acciones y los procesos sociales y políticos de carácter
discursivo como en los de carácter no discursivo. En otras palabras, los discursos, en tanto prácticas sociales
lingüísticas, pueden considerarse como elementos que constituyen prácticas sociales discursivas y no
discursivas, y, al mismo tiempo, como elementos constituidos por ellas.5
3El análisis crítico del discurso no constituye un método empírico específico, sino más bien es una corriente o enfoque metodológico que
reúne a diferentes investigadores de disímiles disciplinas dentro de las ciencias sociales en general. Entre sus exponentes más destacados se
encuentran Ruth Wodac, Teum A Van Dijk y Marc Angenot. Para una mayor profundización sobre este enfoque ver: Wodak y Meyer
(2003).
4Angenot(2010).
2
De aquí, que el contexto ocupa un lugar crucial en tanto los discursos son producidos e
interpretados en una sociedad especifica y en un tiempo determinado, siendo su dimensión histórica
más que relevante. Dicha dimensión, no solo forma parte de un marco referencial otorgador de sentido,
sino que también entra en juego en la historicidad los propios discursos, los cuales muchas veces se
encuentran vinculados a otros producidos con anterioridad.
En suma, el presente trabajo abordará los discursos presidenciales de Arturo Frondizi en tanto
respuesta al debate existente dentro de los sectores dominantes sobre el carácter que debía adoptar el
desarrollo capitalista y la dominación política en Argentina luego del derrocamiento de Perón. Se
indagará hasta qué punto el “desarrollo” constituía una solida estrategia superadora de las principales
problemáticas de nuestro país hacia fines de los años cincuenta, o simplemente constituyó un discurso
funcional a la recomposición de una dominación política excluyente de las mayorías nacionales.
3-Contexto histórico:
En el orden político, la famosa frase “ni vencedores ni vencidos” sintetizó brevemente cierta
intención de una fracción minoritaria del ejército y la oligarquía de reconfigurar el sistema político
argentino en función de eliminar “lo malo” del modelo peronista, asociado muchas veces a ciertos
En materia económica, se convocó a Raúl Prebisch como asesor para fijar las principales
máximas de la política económica a seguir. El denominado “Plan Prebisch”, proponía fuertes incentivos
a la producción agropecuaria, la liberalización del mercado de cambios y el comercio exterior, la
apertura a la inversión extranjera y el crédito externo, la incorporación del país al Banco Internacional
de Reconstrucción y Fomento y al Fondo Monetario Internacional y la eliminación de los controles de
precios, entre otras cuestiones. 7 El fuerte carácter ortodoxo de dichas propuestas alejó al propio
Prebisch de sus propias concepciones iniciales expresadas en la CEPAL, cosechando numerosas críticas.
En los hechos, estas medias dañaban fuertemente el salario real y el desempeño del sector industrial,
dos de los principales pilares de la economía peronista.
El desarrollismo argentino nace así en cierta manera como respuesta a estas problemáticas,
planteando al “desarrollo” como un elemento superador de las mismas. Dada la importancia del
contexto en nuestra perspectiva de análisis, en el siguiente apartado rastrearemos brevemente los
orígenes del desarrollismo argentino desde su propia historia.
7El plan Prebisch consta de tres documentos: 1-Informe preliminar acerca de la situación económica (octubre 1955), 2-Moneda sana o
inflación incontenible, y 3-Plan de restablecimiento económico (estos últimos dos fueron presentados en enero de 1956). Dichos
documentos fijaron los principales fundamentos de la política económica de la Revolución Libertadora.
4
3.2-El desarrollismo argentino: ¿estrategia de desarrollo o pragmatismo?
La búsqueda sobre los orígenes del pensamiento desarrollista argentino no es un tema saldado hasta el
momento por las ciencias sociales en general, existiendo diferentes respuestas que intentan dar cuenta
sobre su génesis. Si bien existen posturas que afirman que el pensamiento desarrollista es una
elaboración teórica post facto, una ideología demorada, una reflexión sobre lo ya realizado8, otras sostienen
la existencia de un pensamiento desarrollista anterior a la experiencia de gobierno, con diferentes
vertientes que le dieron origen9, mientras que una tercera le otorga un factor determinante a la presencia
de Rogelio Frigerio, quien sería “el ideólogo de Frondizi”.10 La existencia de este debate, remite de
alguna manera también a la abrupta mutación ideológica del discurso de Arturo Frondizi en su camino
a la presidencia, la cual va a producir desencantos y resistencias hasta en su propia tropa.
La puesta en escena del desarrollo económico como problema a resolver no constituyó una
entidad sui generis propia del pensamiento desarrollista argentino, por el contrario, dicha problemática ya
era abordada sistemáticamente desde los años cuarenta por la ciencia económica mediante una
subdisciplina denominada Economía del Desarrollo. La misma, tenía como objeto de estudio las
economías de los países del llamado “Tercer Mundo”, focalizándose principalmente en los obstáculos y
estrategias plausibles para alcanzar el desarrollo. Los primeros teóricos de la Economía del Desarrollo
fueron los denominados “pioneros”, entre los cuales podemos encontrar a P. Rosenstein-Rodan, R.
Prebisch, R. Nurkse, W. Lewis, W. Rostow, G. Myrdal, A. Hirschman y P. Baran, entre otros.11 Si bien
cada uno de ellos abordó diferentes dimensiones, todos coincidían en la necesidad de una acción
consciente y deliberada por parte del Estado para alcanzar el desarrollo, rechazándose el libre juego de
las fuerzas económicas como la forma más adecuada para tal fin. En líneas generales, los medios más
apropiados para dicho propósito eran la industrialización, la protección del mercado interno y la
intervención estatal. El desarrollo era concebido exclusivamente como crecimiento económico, razón
por la cual lo primordial era alcanzar una alta tasa del mismo, ya que el resto vendría inevitablemente
después.
Sin embargo, tal como señala Ángel Cerra12, la influencia de los teóricos del desarrollo en el
pensamiento desarrollista argentino no sólo es descartada por cuestiones cronológicas, referidas a los
años de publicación y difusión sus principales obras, sino que también por cuestiones netamente
teóricas. De hecho, en cuanto a las similitudes de la estrategia de desarrollo adoptada por la dupla
11Meier y Seers (1984) también incluyen dentro de los pioneros a L. Bauer, C. Clark, H. Singer y J. Tinbergen, como a su vez excluyen
dentro de dicha categoría a R. Nurkse y P. Baran. Para una mayor profundización véase: Bustelo, P (1992); Meier, M. G y Seers D. (1984),
y Arndt, H (1992).
12Jáuregui, A., Cerra, A., Yazbek, S. (2016), pp. 78-86.
5
Frondizi-Frigerio y la expuesta por los pioneros, la experiencia local sólo se podría asimilarse a lo
planteado por Albert Hirschman y su propuesta de desarrollo desequilibrado, aunque también tal
influencia es descartada ya que su principal obra se publicó en inglés en 1958, apareciendo su primera
edición en español dos años después. 13 De hecho, va ser el propio Hirschman quien deseche tal
influencia, argumentando dicha incongruencia cronológica como a su vez también la posible influencia
del desarrollismo brasileño como factor más determinante.14 No obstante, los nexos del pensamiento
desarrollista argentino con teorizaciones y/o experiencias fuera de las fronteras de nuestro país son
bastantes endebles, circunscribiéndose sólo al caso brasileño en términos generales.15
Asimismo, el desarrollo constituía una demanda de la mayoría de los países del Tercer Mundo
que había sido expuesta fuertemente en el ámbito internacional, dando origen a una serie de
intelectuales, consultores e instituciones abocadas a la temática, entre las cuales se destaca la CEPAL.16
Incluso, también era una necesidad política y estratégica de las grandes potencias como forma de
contrarrestar la influencia socialista en el marco de la guerra fría. Si bien su máxima expresión fue la
denominada Alianza para el Progreso lanzada por Kennedy en 1961, esta convergencia de intereses fue
plasmada también en el ámbito específico de los estudios sobre el desarrollo de la época, siendo la CIA
(Agencia Central de Inteligencia), conjuntamente con la Fundación Ford y la Fundación Rockefeller,
quienes financiaron las primeras investigaciones del Centro de Estudios Internacionales (CENIS) del
MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts).17
13Hirschman A. (1961).
14Jáuregui, A.,Cerra, A., Yazbek, S. (2016), p. 83.
15 Desde la revista Que sucedió en siete días, órgano de producción y difusión intelectual del desarrollismo argentino, se fue siguiendo
consecutivamente la experiencia que se estaba desarrollando en Brasil con similares pretensiones. Sin embargo, es llamativa la ausencia de
análisis teóricos referentes a las nociones del nacionalismo de medios, de planificación, o al denominado Plan de Metas, mucho más
cuando la experiencia brasileña era bastante más rica y sólida en dichos aspectos. Desde Que, se plasmó una visión general del proceso
desarrollado en el país vecino sin muchas especificaciones y/o rigurosidad, lo cual hace suponer que desarrollismo brasileño constituyó
más una “musa inspiradora” que un claro ejemplo a imitar.
16La CEPAL fue creada el 25 de Febrero de 1948 mediante la resolución 106 (VI) del Consejo Económico Social de Naciones Unidas,
manifestando así la convicción de las delegaciones de los llamados países del Tercer Mundo de abordar el desarrollo como una
problemática urgente a resolver a nivel mundial. Para una mayor profundización sobre el proceso de creación de la CEPAL y sus primeros
años ver. Santa Cruz (1985).
17 El Centro de Estudios Internacionales (CENIS) del MIT se fundó en 1951 bajo la dirección de Max Millikan, reuniendo bajo su órbita a
prestigiosos intelectuales sobre el desarrollo tales como W.W Rostow, P. Rosenstein-Rodan, entre otros. Fue el propio Rostow quien
reconoció esta inicial fuente de financiamiento a través del CENIS, así como su estrecho vínculo con el congreso norteamericano. Meier,
M. Gerald y Seers Dudley (1984), pp.241-246.
18Frondizi (1983), p. 27.
6
personalista y por fuera de las organizaciones y entidades de la sociedad civil. Nace personalista y no
institucionalizado, perdurando ambas cualidades con diferentes matices a lo largo de toda la experiencia
gubernamental.
Más allá de de algunos antecedentes teóricos generales19, no existe evidencia alguna con cierta
relevancia que nos permita afirmar la presencia de un corpus teórico sólido y robusto anterior a la
experiencia de gobierno que denote la pre-existencia de una estrategia de desarrollo definida. Dicha
carencia era explicada por el propio Frigerio:
Entre los años 1955 y 1958, en sus diversos estratos sociales, el pueblo argentino vivió un proceso cuyo final
fue una coincidencia política de inmenso significado histórico. Pero, quizás porque la lucha inmediata exigió
hasta el último minuto de tiempo, esa experiencia no pudo articularse en una doctrina nacional y popular,
coherente y profunda, que se sustentara en un riguroso análisis de las condiciones objetivas del país.
[…]Más tarde, la abrumadora tarea de poner en marcha los primeros planes de desarrollo nacional, obligó de
nuevo a postergar la exposición doctrinaria.20
Por lo tanto, y en sintonía con lo expuesto por Kathryn Sikkink21, el desarrollismo argentino al
llegar al poder el 1 de mayo de 1958 no constituía un programa de desarrollo claro y definido, siendo
simplemente una reacción pragmática frente al determinado contexto político, social y económico post
peronista.
De aquí en más, nos remitiremos al análisis de los discursos y demás declaraciones públicas de
Arturo Frondizi durante su mandato presidencial, específicamente en lo que atañe a su pensamiento
económico.
4-Mensajes presidenciales:
Una de las nociones más destacadas a lo largo de las diferentes intervenciones públicas de Arturo
Frondizi fue la referente al desarrollo, de hecho fue esta última quien le dio identidad a esta experiencia
histórica. Como ya hemos señalado anteriormente, el escaso conocimiento de experiencias similares en
otras latitudes, como así también del corpus teórico existente sobre la temática, nos lleva rechazar toda
hipótesis que pretenda explicar la noción de desarrollo emanada en la experiencia local en función de
otras concepciones exógenas. De aquí, que las expresiones públicas de Arturo Frondizi constituyen un
insumo fundamental para comprender que se entendía por el mismo.
19 En cuanto a escritos de referentes del desarrollismo argentino anteriores a la experiencia gubernamental solamente se encuentran de
Baltasar Jaramillo, Las cooperativas eléctricas (1939); de Carlos Hojvat, Geografía económico-social, ¿somos una nación? (1947): y de
Arturo Frondizi, Petróleo y política (1954) e Industria Argentina y desarrollo nacional (1957).
20Frigerio (1959a), p. 23.
21 Sikkink (2009).
7
Frondizi, ya en su discurso de clausura de la campaña presidencial denominado “Nuestro
compromiso con el pueblo”22, planteaba “el desarrollo económico del país” como “una preocupación
fundamental” para “no estar disputando las migajas de una mesa pobre”. Llamativamente, no se
abordaba el proceso de distribución regresivo del ingreso iniciado por la Revolución Libertadora como
un elemento crucial para entender tal situación, dando por hecho que el único camino plausible para
mejorar las condiciones de vida de los argentinos era producir más. Si bien en discursos posteriores
Frondizi expresó su preocupación de que todo aumento de la producción sea efectivamente distribuido
de manera equitativa entre los diferentes sectores sociales, la crítica principal a la política económica de
la Libertadora remitía básicamente a su exclusiva orientación agroexportadora y a la escasa atención
brindada a la integración vertical del sector industrial.
La demanda de aumentos de salarios y mejores condiciones de vida sin el aumento en la producción que
los respalde, solo trae nuevas perturbaciones en la actividad económica […]
Solo el pleno desarrollo puede valorizar el esfuerzo de todos los sectores productivos de la nación, para
promover su progreso real y el consiguiente mejoramiento del nivel de vida de todos los que participan en
la actividad económica.23
Para ganar más, los trabajadores tendrán que aumentar su rendimiento. La condición de un mayor salario
deberá ser, pues, la mayor productividad. […]
La introducción del concepto de productividad en la retribución servirá de estímulo a los más capaces.
Quien quiera ganar más deberá trabajar mejor, sea empresario u obrero. 24
25 Según datos del BCRA (1975), la participación de los asalariado en el ingreso nacional en % del PBI fue la siguiente: 49,8% (1955),
47,7% (1956), 45,5% (1957), 46%(1958), 38,7%(1959), 39%(1960) y 42,4%(1961). Como se puede observar si bien el último año de la
experiencia desarrollista implicó una recuperación del salario real, los niveles alcanzados durante la misma fueron sustancialmente menores
a sus antecesoras.
8
explotación de los segundos sin beneficio alguno para estos. La apelación a los más capaces sin indagar
el origen de dichas capacidades implicaba indirectamente una naturalización de las desigualdades
reinantes.
Por su parte, el desarrollo era presentado en sociedad como “una lucha” entre dos “destinos”,
debiéndose “tomar conciencia de la realidad” para superar de toda “pasión”, “desesperanza” y “miedo”
que lo impida alcanzarlo:
Para Frondizi, el principal error del peronismo consistió en no haber desarrollado con fuerza la
industria pesada, la mecanización del agro y la explotación de los recursos mineros y energéticos
existentes en el país, que le hubiera otorgado bases sólidas a su política social:
Sin esas bases sólidas, su final era previsible. Ante el fracaso de dicha política, se alentó el enfrentamiento
de los sectores sociales.
Y necesariamente, en esas condiciones, la situación creada no podía terminar sino por una revolución, es
decir violentamente.
De movimiento nacional que realmente era, aun con todos sus errores políticos, económicos y sociales,
pasó a ser facción.
Paradójicamente, el peronismo se convirtió desde el poder, en una fuerza extremista.
26 Fragmento del discurso pronunciado por Arturo Frondizi el 1 de mayo de 1958 ante la Asamblea Legislativa, Buenos Aires, Argentina.
9
El régimen se aisló del pueblo en general y con él aisló a la clase obrera de los otros sectores, al querer
convertirla en su único sostén político. […]
La revolución del ´55 tuvo como propósito declarado restablecer un régimen de libertad y evitar el
enfrentamiento entre los argentinos.
En el momento de su estallido, estábamos al borde de la guerra civil.[…]
Pero, desde ya, podemos decir que el pueblo, en su conjunto, fue quien conquistó la paz.27
Más allá de los múltiples virajes que el propio Frondizi tuvo respecto al peronismo, y que la
lucha política de aquellos años acentuó, lo relevante de esta última declaración es cierta concepción
mecanicista en el análisis a la hora de enlazar los procesos políticos con los económicos, más propio de
un marxismo vulgar carente de toda mediación y complejidad en relación a la vinculación existente
entre la estructura económica y la superestructura política-ideológica, que de un análisis realizado con
cierta solidez. 28 En este caso particular a su vez, el desempeño de las principales variables
macroeconómicas antes del derrocamiento de Perón no daban cuenta de la existencia de una fuerte
crisis económica que haya sido determinante para la realización del mismo, siendo más los factores
meramente políticos los que ocuparon un papel preponderante.29
27Fragmento del discurso pronunciado por Arturo Frondizi el 8 de Marzo de 1962 por cadena nacional, Buenos Aires, Argentina.
28 Esta perspectiva mecanicista de análisis también se encontraba presente en la obra de Carlos Hojvat Geografía económico-social Argentina
¿Somos una nación? (1947). En la primera parte de la misma, se analizaba el devenir histórico argentino de una manera bastante esquemática
en función de la interrelación existente entre una base material, referida a la estructura económica, una base social, que daba cuenta de la
función social de los hombres desprendida de dicha estructura económica, y una base política, entendida como una consecuencia directa
de la interrelación existente entre las dos primeras.
29Rapoport (2010), pp. 389-405.
30El plan incluía un crédito Stand-by con el FMI por 75 millones de dólares, al cual se le sumaba otro por 254 millones con un pool de
bancos extranjeros. Establecía la unificación y liberación del tipo de cambio, la derogación del régimen de control de importaciones y
liquidación obligatoria de divisas, la restructuración de los aranceles a las importaciones, la implementación de retenciones a las
exportaciones tradicionales del orden del 10% a 20% y la actualización de las tarifas de los servicios públicos. Ver Rapoport (2010), pp.
462-468.
10
Ha llegado el momento de afrontar los hechos y adoptar remedios heroicos. […]
Nos esperan tiempos duros, pero cuanto mayor sea la comprensión y la contribución de todos, más breve
y menos gravoso será el periodo de estabilización. Serán dos años de trabajo y de sacrificio, que los
argentinos afrontarán con fe y serenidad, porque saben que sin estabilización económica no habrá
progreso material, ni habrá paz, tranquilidad, ni vida sindical autentica. Sin estabilización no habrá libertad
ni democracia para el país.31
Esta apelación al “sacrificio” como medio para alcanzar un país mejor se convertirá en algo
recurrente a la hora de anunciarse planes de ajustes ortodoxos a lo largo de la historia económica
argentina. El desarrollismo además apeló a Dios como elemento otorgador de sentido para esta “misión
heroica” en post de un “destino” de desarrollo.
Pedimos a Dios que nos conceda la fuerza necesitaría para enfrentar y vencer todos los obstáculos. […]
Pedimos a Dios que nos infunda la sagacidad que nos permita reconocer la mayor sabiduría de los demás
y utilizarla al servicio del país.
Pedimos a Dios que nos otorgue bondad para amar al prójimo, capacidad para inspirar confianza y
humildad para reconocer nuestros propios errores.32
Libraremos la batalla del petróleo con toda la fuerza que tenemos, y con la ayuda de Dios, ensancharemos
la brecha por donde la patria argentina proseguirá, con nuevo empuje, la marcha hacia su glorioso
destino.33
El nexo del desarrollismo con la Iglesia Católica se fortaleció a su vez mediante la Ley de
Enseñanza Libre de septiembre de 1958, la cual habilitó la creación de universidades privadas con
potestad de otorgar títulos oficiales al igual que las universidades públicas existentes. Los fundamentos
de dicha ley, recaían en la libre elección de donde estudiar y en la necesidad del aporte privado al
conocimiento y la ciencia para fortalecer el proceso de desarrollo en marcha.
La cruzada por el desarrollo y la implementación de todas estas medidas tenía su razón de ser en
que el desarrollismo venía también a trasparentar o sincerar una realidad oculta que había sido tapada
mediante “una ficción”.
Ha llegado la hora de terminar con esa ficción, y de lograr una economía de costos verdaderos. Por lo
tanto, vamos a suprimir todos los factores que producen precios irreales, encarecen los costos y crean
proteccionismos inmorales.34
31Fragmento del discurso pronunciado por Arturo Frondizi el 29 de diciembre de 1958 al anunciarse el plan en cadena nacional, Buenos
Aires, Argentina.
32 Fragmento del discurso pronunciado por Arturo Frondizi el 1 de mayo de 1958 ante la Asamblea Legislativa, Buenos Aires, Argentina.
33 Fragmento del discurso pronunciado por Arturo Frondizi el 24 de julio de 1958 al anunciar la “Batalla del petróleo”, Buenos Aires,
Argentina.
34 Fragmento del discurso pronunciado por Arturo Frondizi el 29 de diciembre de 1958 por cadena nacional al anunciar el Plan de
Por supuesto que esta política de sacrificios es dolorosa, especialmente luego de cerrar los ojos a la
realidad.36
Son conocidas las deformaciones impuestas a la ley de la oferta y la demanda, mediante las formas más
diversas del monopolio, tanto en el plano interno como en el internacional. Nosotros, en cambio,
haremos respetar el juego real de los principios económicos y defenderemos su integral vigencia. La ley de
la oferta y de la demanda hará bajar los precios en la medida en que exista verdadera competencia.38
La argentina se ha decidido por una economía libre, sin controles de ninguna especie, convencida de que
ese es el único camino para la recuperación y el progreso.39
En el orden interno, deberá garantizarse la libre competencia como estímulo de progreso, con miras al
bien común y facilitarse la función creadora de la iniciativa privada. La función del estado no debe
consistir en suplir la acción de los particulares sino donde estos no puedan desenvolverse eficazmente. El
gobierno cuenta con los resortes necesarios para encauzar la acción privada en el sentido más compatible
con el bienestar general, sin necesidad de remplazarla directamente.40
En primer lugar, es sumamente llamativa la fuerte apelación a la real vigencia de ley de la oferta
y la demanda como principio totalmente compatible con el inicio de un proceso de desarrollo en un
país periférico, refutando gran parte de la literatura existente por aquellos años.41 El desarrollismo local
rechazaba en si lo que se consideraban las “deformaciones” del mercado, las cuales se consideraban
suprimibles mediante una acción estatal tendiente a perfeccionarlo. La economía de verdad era aquella
que se ajustaba a la libre competencia y al reinado del homo economicus como principios fundamentales
para el desarrollo de la capacidad creadora del individuo. Sin embargo, estas concepciones neoclásicas
tenían fuertes limitaciones a la hora de intentar comprender la realidad latinoamericana. De hecho, el
surgimiento de la propia Economía del Desarrollo como subdisciplina científica nace de la necesidad de
35 Fragmento del discurso pronunciado por Arturo Frondizi el 19 de febrero de 1959 por cadena nacional, Buenos Aires, Argentina.
36 Fragmento del discurso pronunciado por Arturo Frondizi el 5 de noviembre de 1959 por cadena nacional, Buenos Aires, Argentina.
37 Fragmento del discurso pronunciado por Arturo Frondizi el 26 de enero de 1959 en su visita a la fabrica International Packers en el
39Fragmento del discurso pronunciado por Arturo Frondizi el 1 de julio de 1960 durante el almuerzo ofrecido por el Presidente del
41 Bustelo (1992).
12
contar con un instrumental teórico-metodológico diferente al marginalista para abordar la realidad del
subdesarrollo.42 Asimismo, en aquellos momentos donde la ley de la oferta y la demanda se impuso mas
plenamente en la historia de nuestro país, principalmente durante los momentos “gloriosos” del
modelo agroexportador, los resultados alcanzados en términos de desarrollo eran seriamente
cuestionables.
Frondizi, era muy crítico de aquella etapa de la historia argentina, en tanto había consolidado
una estructura económica colonial basada exclusivamente en la exportación de materias primas e
importación de manufacturas. Su principal cuestionamiento, se refería a la implementación de una
política económica con un fuerte asiento en la teoría de las ventajas comparativas, la cual sí consideraba
incompatible con el desarrollo nacional. No obstante, una orientación diferente a la plasmada en
aquellos años implicaba necesariamente una fuerte violación de la ley de la oferta y la demanda
mediante un enérgico intervencionismo estatal capaz de reorientar el proceso económico en marcha.
Intervencionismo estatal, que el propio Frondizi se había encargado de vapulear firmemente a lo largo
de sus declaraciones públicas, ya que consideraba que “Durante más de dos décadas se aplicaron sistemas de
regulación estatal que perturbaron los procesos económicos, produjeron distorsiones y crearon falsas situaciones de
privilegio.”43
De aquí, que el Estado pasó a ser concebido por el desarrollismo argentino como un mero
orientador y facilitador de la inversión privada, cuya intervención debía centrase en brindar las mejores
condiciones para la radicación de la misma. La presencia del Estado en la esfera de la producción sólo
era pertinente en aquellos casos específicos en los cuales se consideraba que el capital privado era
menos eficiente y/o enérgico respecto a las necesidades de desarrollo del país. El Estado, pasaba así de
haber sido un actor importante en la regulación de la actividad económica y en la producción de
determinados bienes y servicios, fundamentalmente durante los años del peronismo, a convertirse en
un orientador del proceso económico, un productor de última instancia, y un garante de la libertad de la
actividad privada.
La seguridad jurídica aparece así por primera vez dentro del discurso estatal como una meta
fundamental e ineludible de la política pública.44En los hechos, esto se tradujo en la Ley 14.780 de
radicación de capitales, la cual le otorgaba al capital extranjero las mismas garantías jurídicas que el
capital nacional, permitiendo a su vez la remisión ilimitada de utilidades, entre otras cuestiones. Como
gesto de buena voluntad, también se “solucionaron” diferentes pleitos pendientes con empresas
42 Bustelo (1992).
43Fragmento del discurso pronunciado por Arturo Frondizi el 26 de enero de 1959 durante su visita a la fabrica International Packers en el
marco de la gira por los Estados Unidos, Chicago, EE.UU.
44 Ver discursos pronunciados por Arturo Frondizi el 1 de mayo de 1958 frente a la Asamblea Legislativa y el 12 de mayo del mismo año
El Estado Nacional era reformulado así bajo el desarrollismo en lo que se consideraba sus
principales funciones en tanto y en cuanto debía adquirir un nuevo carácter y un nuevo tamaño en post
del desarrollo. En palabras de Frondizi:
Además, la administración pública será equiparada a las empresas privadas en cuanto a organización y
perspectiva para sus agentes. […]
Entendemos la función del estado como la de estimular, facilitar y requerir la participación fundamental
de la iniciativa privada en la actividad económica. En los países altamente desarrollados existe un superávit
de la economía para financiar costosos servicios sociales que la comunidad tiene derecho a exigir.
En los países que tienen muy limitados recursos financieros para desarrollar las bases estructurales de su
economía, el estado debe abstenerse de emplear esos recursos que la empresa privada necesita
indispensablemente para expandirse y sostenerse. 47
14
como a su vez también el traspaso a la esfera privada de actividades que eran consideradas ineficientes
o impropias para el sector público.48
En suma, el Estado adquiría otra fisonomía bajo el desarrollismo más emparentable en algunos
aspectos a las posteriores lógicas neoliberales, que aquellas perspectivas que conciben al accionar estatal
como el principal promotor del desarrollo económico. Este viraje hacia un estado menos
intervencionista, fiel custodio del libre arbitrio de la oferta y la demanda, implicaba un estado menos
presentes para los sectores más débiles, “menos capaces y poco eficientes”, y un estado más presente
para los sectores más sólidos en términos financieros y/o productivos, y por lo tanto más, capaces y
eficientes. De aquí, que frente a estas concepciones resulta pertinente preguntarnos: ¿Desarrollo para
qué?, ¿Desarrollo para quién?
Reflexiones finales:
A lo largo del presente trabajo hemos analizado algunas de las principales nociones del pensamiento
desarrollista argentino a partir de las diferentes declaraciones públicas de Arturo Frondizi durante su
mandato presidencial. Para ello, nos hemos basado en el denominado Análisis Crítico del Discurso,
subsumiendo los diferentes elementos discursivos a los procesos y fuerzas sociales en pugna, es decir a
las relaciones de poder existentes en aquel periodo.
En síntesis, las expresiones públicas de Arturo Frondizi expresaron los principales fundamentos
de las políticas implementadas, otorgándole sentido y transcendencia histórica a las mismas. El
desarrollo constituyó el eje central de tales fundamentos, en tanto posibilitaba una construcción
discursiva plausible de ser considerada superadora de las principales problemáticas de la economía
argentina de aquel entonces. El desarrollo justificaba el sacrificio. El desarrollo justificaba la
extranjerización económica. El desarrollo justificaba el achicamiento del Estado. El desarrollo no era
puesto en disputa, ni su carácter ni sus principales beneficiarios. Era concebido como un hecho
objetivo y neutral. Sin embargo, la propia realidad política y social argentina le puso fin a esta
experiencia histórica, manifestando explícitamente las propias limitaciones del discurso desarrollista, y la
naturaleza política de todo proceso de desarrollo.
16
Fuentes:
• Fondo Centro de Estudios Nacionales (Fondo CEN), Subfondo Presidencia Arturo Frondizi,
Archivos y Colecciones Particulares, Biblioteca Nacional de la Republica Argentina.
• Revista Que sucedió en siete días. Buenos Aires.
Bibliografía:
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