Comentario Adiós Cordera

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 6

A) Introducción.

B) Estructura.
I.- Pasión y muerte de la Cordera (1-367).
I.1.-Presentación. Situación inicial satisfactoria. La apacible vida de Rosa, Pinín y la Cordera en el “prao”
Somonte (1-183).
I.2.-Nudo (I). Ruptura catastrófica de la situación inicial. Los problemas económicos de Antón de Chinta, el
padre (184-259).
I.3.-Nudo (II) Se agrava la ruptura catastrófica de la situación inicial. La venta de la Cordera (260-338).
─ Jueves de la semana siguiente.
─ Sábado.
─ Del domingo a la mañana del viernes de la “semana santa” siguiente.
─ El atardecer del viernes.
I.4.- Desenlace (I). Se consuma la ruptura catastrófica de la situación inicial. Rosa y Pinín se despiden
definitivamente de la Cordera (339-367).
─ El sábado de la despedida definitiva.
II.-Desenlace (II). Pasión y muerte de Pinín, reproducción casi exacta de las de la Cordera (368-
417).
II.1.- Pinín tiene que ir a la guerra (368-372).
II.2.- Rosa despide para siempre a Pinín (373-417).
─ Rosa en Somonte.
─ Pinín en el tren.
C) Comentarios.
1.- Una lectura política del texto.
2.- Paralelismos textuales entre la despedida de la Cordera y la de Pinín.

A) Introducción.

Clarín es con Galdós el mejor de los escritores del Realismo español porque tiene una
gran agudeza como psicólogo, no sólo de las personas sino también de los animales y de las
cosas; es un magistral sociólogo que conoce como nadie a la sociedad que describe, y hace
unas maravillosas fotografías del escenario en el que se mueven, existen y son sus
personajes.
Puede que por todo ello sea ¡Adiós, “Cordera” el mejor de los “cuentos”— de los relatos
cortos— del Realismo español.
¡Adiós, Cordera! Se publica en El Liberal el 27 de julio de 1892. Y al año siguiente en
El Señor y lo demás son cuentos, M. Fernández Lasanta, Madrid s.a., ps. 47-67.
En este curioso país en el que, como decía asustado el bueno de Julián Marías,
cualquiera tiene la osadía de negar lo evidente, cada cual cuenta la Historia como le conviene y
por ello nadie me va a creer si digo que yo me encontré en Manjarrés—en Manjarrés se leía—
en la década de los 50 una edición para jóvenes lectores, pero integra, de ¡Adiós, Cordera!
A mis 10 u 11 años lo que me quedó de su lectura fue la tristeza de la historia que
cuenta.
Hoy la considero una obra maestra y un texto político que refleja bien la trágica historia
de la España del s. XIX, incapaz de afianzar el liberalismo político y su inseparable otra cara, el
liberalismo económico o sano capitalismo.
España no llegó a ser liberal nunca y se industrializó tarde y mal, entretenida como
estuvo en una feroz Guerra de la Independencia, la primera de nuestras guerras civiles de la
época contemporánea, a la que siguieron:
· La Independencia de Iberoamérica, de la que no se repuso,
· Dos reinados nefastos, el de Fernando VII y el de su hija Isabel II,
· Tres desalmadas Guerras Carlitas,
· Tres no menos atroces Guerras en Cuba,
· La Revolución de 1868,
· Un Sexenio Revolucionario que casi desintegró la nación,
· Y una Primera República con 4 presidentes en 11 meses de vida.
Entre 1875 y 1902, reinado de Alfonso XII y regencia de María Cristina, transcurre La
Restauración, un periodo de un cuarto de siglo en el que no se pudo adelantar el atraso de un
siglo entero y en el que de ninguna manera se desarraigó la ancestral mentalidad de que en
España sólo trabajan los tontos y de que lo ideal aquí es vivir como reyes a costa de los demás.
Ese era el cáncer nacional, denunciado en 1892 por nuestro texto, y lo sigue siendo
ahora mismo. Esa es la verdadera crisis.

B) Estructura.

El texto está dividido originalmente en cinco partes por unos estrechos, pero suficientes,
espacios en blanco. Las 4 primeras componen la “Pasión y Muerte de la Cordera”, ocupando
una “la presentación”, dos “el nudo” y una cuarta “el desenlace”.
Si aplicamos al texto el esquema de Propp, comprobamos que “la presentación” es la
descripción de la satisfactoria “situación inicial”, en “el nudo” está “la ruptura de la situación
inicial” y, en vez de la aparición del héroe salvador, lo que se da aquí es el agravamiento de esa
ruptura; y en “el desenlace” lo que se afianza es la ruptura catastrófica para siempre de la
situación inicial.
La quinta parte es un nuevo desenlace catastrófico, semejante en casi todo, también en
el relato, al primero. Se trata del segundo capítulo de los dos únicos que tiene el texto: el
capítulo de la Pasión y muerte de Pinín, ¡Adiós, “Cordera”! es el relato de dos “semanas
santas”, de dos “pasiones y muertes” gemelas y paralelas, separadas tan sólo por el espacio
temporal de un poco más de una década: la Pasión y muerte de La Cordera que preanuncia,
que es la precursora, de la que de verdad es la importante: la Pasión y muerte de Pinín,
¡Adiós, “Cordera”! presenta en sus dos únicos capítulos una gradación ascendente cuyo
primer peldaño es el aciago destino de la Cordera y cuyo segundo, y culminación, es la igual de
fatal suerte de Pinín.
El guión de ambas tragedias es el mismo. Las dos están “escritas” (previstas
fatalmente) de la misma manera (“Liber scriptus proferetur in quo totum continetur…”) y de la
misma manera relatadas por Clarín, aunque en la segunda, una vez desarrollada con todo
detalle la primera, se concentra únicamente en el momento culminante.
Las dos tienen una única “dolorosa”, una única “virgen de la soledad o de las
angustias”: la primero niña y luego joven, Rosa. Es como si Rosa, al estilo de la celebérrima
elegía de Ovidio, Tristezas, I, 3, ya traducida y analizada por mí en este mismo portal, nos
contará en tercera persona las dos dolorosas despedidas que tuvo que hacerles a sus seres
más queridos, primero a la Cordera y luego a Pinín.
Clarín escribe en ¡Adiós, “Cordera”! un texto ortodoxamente “naturalista”. Dado el
ambiente, el medio, la organización social, la superestructura, en que a la Cordera y a Pinín les
ha tocado vivir, su final no puede ser otro que el que inexorablemente tienen. Rosa les
sobrevive como doloroso testigo y testimonio de que nada, tampoco en el futuro, va a cambiar.
Clarín, de acuerdo con la visión religioso-política de la Institución Libre de Enseñanza,
está pidiendo a gritos en este relato breve el cambio radical de la muy injusta sociedad
española de su tiempo y del nuestro.
Vista con detalle la arquitectura del texto quedaría así: [1]

I.- Pasión y muerte de la Cordera (1-367).

I.1.-Presentación. Situación inicial satisfactoria. La apacible vida de Rosa, Pinín y la Cordera en el


“prao” Somonte (1-183).

─ Presentación de los protagonistas. Los tres forman una unidad indivisible (1-2).
─ Presentación del escenario: El “prao”[2] Somonte[3] (3-7a).
─ El poste del telégrafo[4] (7b-11a).
─ Relación de Pinín[5] con el poste del telégrafo (11b-23).
─ Relación de Rosa con el poste del telégrafo (24- 39).
─ Relación de la Cordera[6] con el poste del telégrafo (40-46a).
─ El carácter[7]—la psicología[8]— de la Cordera (46b-73).
─ Relación de la Cordera[9] con el ferrocarril[10] (74-88).
─ Relación de Pinín y de Rosa con el ferrocarril (89-99).
─ La convivencia idílica de los 4 personajes: Rosa, Pinín, la Cordera y el “prao”
Soomonte (100-121).
─ Los mutuos “amores”[11] entre Rosa y Pinín; entre ambos y la Cordera y viceversa
(122- 176).
─ La Cordera en el trabajo daba muestras de tener buena pasta de vaca sufrida (177-
183).

I.2.-Nudo (I). Ruptura catastrófica de la situación inicial. Los problemas económicos de Antón de
Chinta, el padre (184-259).

─ Antón de Chinta[12] es un rentero literalmente asfixiado por los atrasos que le debe
a un amo, rentista[13] inflexible como muchos otros, que vive en la ciudad a cuerpo
de rey a costa del sudor y las lagrimas de sus arrendatarios (184-194a).
─ Para pagar las deudas, se ve obligado a vender la ya vieja Cordera que es la única
madre-abuela que sus hijos han conocido (194b-208).
─ Un sábado de julio pone la Cordera en venta sin las mínimas ganas de que tal
operación se lleve a cabo, y, naturalmente, así sucede (209-259).
I.3.-Nudo (II) Se agrava la ruptura catastrófica de la situación inicial. La venta de la Cordera (260-
338).

─ El padre hace lo posible para que los hijos no se den cuenta de la situación, pero
los chiquillos adivinan en seguida el peligro (260-261a).

─ Jueves de la semana siguiente.


· La visita del mayordomo[14] del amo (261b-266).
· La decisión de Antón de Chinta (267-269).

─ Sábado.
· En el ferial (270-274a).
· La vuelta a casa (274b-284).

─ Del domingo a la mañana del viernes de la “semana santa” siguiente.


· Ambiente general (285- 286a).
· Comportamiento impasible de la Cordera (286b-290a).
· Comportamiento de Rosa y de Pinín: desolación y rencor hacia el ferrocarril y el
telégrafo, los símbolos de un mundo desconocido, pero que les arrebataba lo que
más amaban, su Cordera (290b-295)

─ El atardecer del viernes.


· Llega el encargado del comprador (296-297a).
· Ejecución del trato (297b-299a).
· Actuación de Antón (299b- 310a).
· Actuación de los niños (310b-314a).
· La despedida (314b-316a).
· Antón se retira (316b-318a).
· Los niños siguen a la vaca (318b-326).
· El último dialogo (327-338).

I.4.- Desenlace (I). Se consuma la ruptura catastrófica de la situación inicial. Rosa y Pinín se despiden
definitivamente de la Cordera (339-367).

─ El sábado de la despedida definitiva.


· La llegada a Somonte (339-343).
· El paso del tren (344-350).
· Reflexión[15] de Pinín (351-359).
· La soledad y el desamparo de los dos niños. El rencor de su mirada reafirma la
interpretación política de Pinín de lo que les está ocurriendo (360-367).
II.-Desenlace (II). Pasión y muerte de Pinín, reproducción casi exacta de las de la Cordera (368-417).

II.1.- Pinín tiene que ir a la guerra[16] (368-372).

II.2.- Rosa despide para siempre a Pinín (373-417).

─ Rosa en Somonte.
· Rosa sola en Somonte (373-376a).

─ Pinín en el tren.
· El diálogo entre los dos hermanos (376b-392).
· La reflexión de Rosa (393-397).
· La soledad de Rosa. Rosa, con el poste del telégrafo, repite el comportamiento que
tenía cuando era niña. Ahora sí entiende lo que dicen las vibraciones de los cables
del telégrafo (398-417).

C) Comentarios.

1.- Una lectura política del texto.

Clarín critica la Revolución Industrial, tal como, según él (institucionista [ILE]), se está
haciendo en España:
A espaldas de la mayoría de la población que en el mundo rural se sienten avasallados
por unos adelantos maravillosos que ellos no pueden utilizar y de los que sólo obtienen
perjuicios.
Con una sociedad estamental (sociedad dividida drásticamente en clases minoritarias,
privilegiadas y parásitas y clases mayoritarias no privilegiadas y productivas, pero explotadas
por las clases parásitas) que se mantiene intacta.
Y, lo que es más grave,
Cuando la defensa, hecha por el liberalismo, de la propiedad privada (y de los beneficios
que al propietario le comporta) no va acompañada, por ejemplo, ni del amor que todos le deben
tener al trabajo, ni de la función social que toda propiedad debe cumplir, ni del convencimiento
de la natural igualdad de todos, y mucho menos de la evidente obligación que todos tenemos
de buscar, en todas nuestras acciones, el bien común.
Por ello, la Revolución Industrial, en vez de elevar el nivel de vida de todos, sólo eleva el
de unos pocos, no trabajadores, no productivos, que viven cada día mejor a base de imponer
mayores exacciones a los arrendatarios de unas tierras en las que ellos no invierten un sólo
céntimo y obstaculizan con sus rentas desproporcionadas que los arrendatarios puedan
hacerlo.
El campesino que quiere huir de tamaña esclavitud lo tiene que hacer emigrando a tierras
en las que el liberalismo político y económico está plenamente vigente. Pero cuando ha hecho
su capital, vuelve a su tierra a vivir de las rentas.
Es una Revolución Industrial en la que el liberalismo económico y político brillan por su
ausencia. Todo el problema radica en saber si Clarín dice la verdad de lo que sucede. ¿Fracasó
el liberalismo Español?
Curiosamente Miguel Delibes, en más de una de sus novelas, llegó también a la
conclusión de que la modernización, en la forma en la que se estaba haciendo en España, al
mundo rural castellano, nada bueno le ofrecía como alternativa ventajosa.

2.- Paralelismos textuales entre la despedida de la Cordera y la de Pinín.

También podría gustarte