Tarea 6 de Historia Dominicana II

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Bienvenidos a nuestra sexta semana de trabajo, dedicada a valorar la

Segunda República con énfasis en la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo,


para comprender sus consecuencias en el orden político, económico y
social. En la misma se realizarán las siguientes actividades:

Consultar la bibliografía señalada y otras fuentes de interés científico para


la temática objeto de estudio.

Investigar las características generales del gobierno de Horacio Vázquez y


los factores que favorecieron el ascenso al poder de Rafael Leónidas
Trujillo.

 Fomentó las actividades agrícolas y la industria.


 Fue respetuoso a las libertades públicas.
 Se aprobó una convención que apoyo un préstamo de 10
millones de pesos.

En su último periodo de gobierno, permitió un gran desorden


administrativo y el enriquecimiento lícito de algunos de sus
funcionarios.

Horacio Vásquez se dedicó a la agricultura y al comercio, se


inició en la vida política en el año 1886, después de la
Revolución De Moca. Fue un opositor del presidente Ulises
Heureaux.

Ocupo la vice-presidencia de la República desde el 29 de noviembre del 1899


hasta el 26 de abril de 1902.

En 1928 intentó prolongar su mandato por 2 años más, provocando que se


hiciera una conspiración en su contra encabezada por Trujillo. Fue derrocado el
27 de febrero de 1930 por el llamado “MOVIMIENTO CÍVICO”.

Los factores que favorecieron el ascenso al poder de Rafael Leónidas


Trujillo

Rafael Leónidas Trujillo fue un dictador de República Dominicana, presidente


entre los años 1.930-1.961 (durante estos años utilizó la figura de presidentes
títeres en dos de sus períodos).
Su ascenso al poder se dio en el año 1.930 luego de una rebelión y golpe de
Estado al presidente Horacio Vásquez. Cabe destacar que Trujillo era jefe de la
policía nacional durante el mandato de Vásquez.

Las causas de este golpe de estado que terminó con Trujillo como presidente
fue una prórroga autoritaria del mandato del presidente Vásquez y su posterior
reelección.

Investigar las características del caudillismo y las dictaduras presentes en


la República Dominicana, teniendo en cuenta sus períodos, principales,
figuras y consecuencias. Apóyese en el estudio del video: “Caudillos y
dictadores en la República Dominicana”, disponible en los recursos de la
unidad.

En República Dominicana o al menos, muchos de los que


prueban y se quedan masticando, el ejercicio del mando
del Estado parecen no querer salir nunca de las eras
dinosáuricas del caudillaje, fuente de innumerables
traumas políticos y frecuentes e históricos vacíos de poder.

Basta que uno de estos deje el escenario o lo obliguen a


dejarlo inmediatamente se encenderán los agrios volcanes
de la ingobernabilidad y al unísono, el tufo del caos
envuelve el devenir.

La historia dominicana cuenta con un prontuario que no


puede desmentir esa realidad siempre recurrente, mantenida siempre en
vigencia por intereses que sólo son capaces de tomarse en cuenta a sí mismos.

Después de ahí sobrevendrá el Apocalipsis, si se les fuera a creer.

El hombre imprescindible, el genio político, lo más grande que ha visto la nación


cubren el paisaje nacional como una fatalidad inatacable.

La imprescindibilidad con carácter de urgencia de los hombres de poder ha


logrado un efecto amnésico, anestesiante en la mentalidad de muchos
dominicanos.
Todos saben que esa es una burda ilusión y que a nadie le ha sido concedida la
inmortalidad política.

Uno de los condicionantes inmediatos del quietismo y la inmovilidad política que


emerge de aquellas intenciones de perpetuidad inútil se relaciona con el temor.

Hay miedo al carcelazo posterior al ejercicio del poder, hay, transitándose ya los
senderos del conservadurismo más tenaz, temores al cambio.

Sobresale, alienada, la idea de que nadie lo va a hacer mejor que el caudillo


impuesto inexorablemente por la lava propagandística altamente costosa,
anexada al proyecto continuista mediante el uso irreflexivo y abusivo de las arcas
del pueblo que vienen a ser las mismas del Estado.

Parece que este es el momento en el que, a partir de recientes


pronunciamientos expresamente ambiguos extendidos por leguleyos e
“ intelectuales” defensores del continuismo, en el que se tensan las cuerdas de
una repostulación de consecuencias imprevisibles, mantenida la tesis de que el
salvador de la humanidad, aposentado, para nuestro privilegio, en la República
Dominicana, merece un período más en el poder.

De lo contrario, nuestro fin, de carácter armagedónico, estaría por llegar en


cualquier momento.

Claramente no es así. Se trata de un globo inflamado de una carga políticamente


letal ya que no hay ser humano sobre la tierra que se pudiera considerar
perennemente imprescindible.

Menos aun cuando hay tanto lastre, tanta sociedad viciada, tanto camino por
recorrer, tanta irregularidad en el ejercicio del poder, tanta miseria material y
espiritual.

No se han resuelto los problemas medulares de los dominicanos y no hay


tampoco conciencia ni voluntad ni la más mínima intención de darle inicio a sus
términos en los próximos años.

De que hay prosperidad ¿quién lo duda? Sólo hay que observar cuánto han
progresado muchos que ya no se acuerdan del barrio a donde vivieron, del
campo de donde surgieron, de la miseria que sufrieron.
Hablan otro lenguaje: el del poder aplastante, indiferente, convertido en circo de
ganancias extraordinarias pero ya sin ofrecer el más mínimo espectáculo
apreciable.

Luego de estudiar cada una de las temáticas, realizar un ensayo sobre


"Llegada al poder y características del gobierno de Rafael Leónidas
Trujillo". (Tomar en cuenta la estructuctura y características de un ensayo,
mínimo tres páginas, máximo cuatro).

Rafael Leónidas Trujillo fue un militar y político dominicano


que gobernó como dictador de la República Dominicana
durante 31 años. Su gobierno fue uno de los más
sanguinarios de la historia del país, ya que durante su
mandato se produjeron cerca de 50.000 muertes. Trujillo llegó
al poder tras lograr que el anterior presidente, Horacio
Vásquez, renunciara al cargo en 1930. Ese mismo año se
convocaron nuevas elecciones, a las que Trujillo se presentó
como candidato.

Rafael Leónidas Trujillo fue un dictador dominicano desde el año 1930 hasta el
1961. A continuación, se presentan sus principales características:

 Manipulador.
 Persistente.
 Controlador.
 Con grandes habilidades para influir sobre las demás personas.
 Disciplinado.
 Se consideraba el único que podía estar al mando del país.
 Sostenía que su destino era dirigir el país hacia el progreso sin la existencia
de una verdadera democracia.
 Presentaba grandes ansiedades de obtener más poder y acumular más
riquezas.
 Se rodeaba de personas que adularan su “buena forma de gobernar”.
 Exigía, a base de terror, que se le alabara y se les reconocieran sus
supuestas virtudes.
 Carecía de escrúpulos a la hora de llevar a cabo sus actos.
 Su falta de escrúpulos no le permitían sentir remordimiento, problema moral
o de conciencia cuando ejecutaba alguna acción.
 Cometía grandes abusos o actos corruptivos de los cuales no le rendía
cuenta a nadie.
 Acumuló su riqueza personal y ganó prestigio social a costa del bienestar de
los ciudadanos y del interés público.
 Era una persona que se mantenía firme ante los ideales en los que se
basaba.
 Antes de iniciar la dictadura, supo ganarse el aprecio de grandes personajes
de la época.
 Era una persona muy peligrosa, por lo que nadie se atrevía a atentar contra
su régimen.
 Mentiroso.

La Era de Trujillo un largo periodo de 31 años; se caracteriza por el militarismo,


el unipersonal ismo y el despotismo de su máximo caudillo y exponente: Rafael
Leónidas Trujillo Molina.

Trujillo utilizó su ejército para imponer un dominio sobre el resto de la población


dominicana por medio de la violencia, el terror, la tortura, y el asesinato.

A pesar de haber usurpado el poder y de haber traicionado a sus propias filas


políticas, Trujillo contó con el apoyo norteamericano. Se impuso por la fuerza y
se mantuvo por la fuerza. Mostró al mundo una ficción de democracia, al colocar
en la primera magistratura a testaferros políticos suyos que formalmente
ostentaban sus cargos, aunque el verdadero poder estuvo en sus manos por 31
años.

Trujillo utilizó el poder político y militar para enriquecerse y para favorecer a los
miembros de su familia y a sus allegados más íntimos, el gobierno fue para él un
medio de engrandecimiento personal y no un instrumento al servicio público a
pesar de los esfuerzos que hicieron sus seguidores por crear una ideología
basada en una supuesta reconstrucción nacional inspirada en el más puro
patriotismo.
Desde un principio el régimen de Trujillo, fue un régimen de rapiña su ambición
sin límites lo llevó a buscar el control de todos los negocios que habían en el
momento de su llegada al poder.

Aun así en el régimen de Trujillo se implementó el principio de una sociedad


capitalista y la visión de “progreso”, que significaba para muchos la construcción
de numerosas obras públicas como puentes, carreteras, edificios estatales etc.
También fomentó tanto la agricultura como las industrias, sin otro deseo que
organizar su “propia” empresa, ósea enriquecerse. El gobierno fue una
maquinaria al servicio de su engrandecimiento personal y la reconstrucción del
Estado fue un pretexto para el enaltecimiento de su gloria.
Conclusión

La era de Trujillo es el largo periodo de 31 años que sigue al horacismo a partir


de 1930. Se caracteriza por el militarismo, el unipersonalismo y el despotismo de
su máximo caudillo y exponente: Rafael Leónidas Trujillo Molina. Su aparición y
ascenso político se vincula a una serie de factores

El acontecimiento político más sobresaliente del siglo XX fue la dictadura


establecida por el general Rafael Leónidas Trujillo. Elegido presidente en 1930,
Trujillo eliminó mediante el uso de la fuerza a toda la oposición y se hizo con el
control absoluto del poder. A pesar de que sólo ocupó la presidencia
personalmente la mitad del tiempo (de 1930 a 1938 y nuevamente de 1942 a
1952).

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