Trabajo de Neuro

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Psicología

Neuropsicología

El rol del psicólogo


recuperación de nota faltante

Prof. Noel Suniaga


Neuropsicología
2do. Semestre 2019

Jonathan Hormazabal Jerez


Escuela de Psicología
Iquique, 2019
El rol del psicólogo en el trastorno de personalidad

Su rol general, es el de ser un psicólogo clínico y de la salud y, por tanto, evaluar,


diagnosticar, explicar, tratar, modificar y prevenir los trastornos mentales de personalidad

 1. Evaluación: reunión de información relativa a los repertorios conductuales, el


funcionamiento cognitivo y el estado emocional de los individuos diagnosticados con trastorno
de personalidad en el área pública de la salud. En general, los instrumentos más usuales son
algún tipo de test, cuestionarios, entrevistas y observaciones, aunque por las condiciones del
contexto, la evaluación puede no ser tan exhaustiva como en el ámbito privado.

 2. Diagnóstico y diagnóstico diferencial: identificación y rotulación del trastorno de


personalidad, como resultado de la evaluación. Involucra la toma de decisiones: Decisión sobre
si se trata de un problema que cae dentro de su competencia o no, decisión sobre el grado de
severidad o gravedad de las primeras informaciones que se ofrecen del problema, diagnóstico
- si procede-, especificación del problema en términos operativos e indicación del tratamiento.
En el caso del diagnóstico diferencial, éste pasa a ser muy relevante en el ámbito de los
trastornos de personalidad, pues va a permitir su clarificación: saber si se trata de un trastorno
de personalidad múltiple, histriónico, narcisista u otro, lo que va a dar paso a la dinámica de
tratamiento y rehabilitación.

 3. Tratamiento e Intervención: supone intervenciones clínicas sobre los individuos con el


objeto de entender, aliviar y resolver su trastorno de personalidad, en el ámbito de la salud
pública. La prestación del tratamiento puede ser en aplicación individual, en pareja, o en grupo,
y ser llevado por uno o más psicólogos constituidos en equipo. En el contexto de la salud
pública, la actividad del psicólogo clínico y de la salud ha de ser entendida como intervención,
más que como tratamiento en el sentido estricto. Esta función implica objetivos como: Identificar
y evaluar factores psicosociales que incidan en la calidad de la atención recibida por el paciente.
Identificar y evaluar factores psicosociales que incidan en el bienestar de los pacientes durante
su enfermedad. Identificar los problemas psicosociales causados por la enfermedad
(diagnóstico, curso, tratamiento y recuperación). Diseñar y ejecutar programas de tratamiento
de las disfunciones psicosociales que acompañan el proceso de enfermar o a la propia
hospitalización y tratamiento correspondiente.

 4. Prevención y Promoción de la Salud: trabajo de intervención comunitaria de los


psicólogos de la salud. Sus funciones preventivas y promotoras de salud se centrarán en:

 - Capacitar a los mediadores de las redes socio sanitarias de la comunidad para


desempeñar funciones de promoción de la salud y de prevención.

 - Analizar la problemática de las personas con prácticas de riesgo, elaborando estrategias


encaminadas a aumentar el contacto con ellas y valorando la adecuación de la oferta real de
tratamiento a dicha problemática.

 - Incrementar el nivel de conocimientos de las personas en situación de riesgo de la


comunidad, sobre el trastorno de personalidad o sobre los factores de riesgo.

 - Promover una mayor accesibilidad a los instrumentos preventivos.

 5. Detección temprana: acciones llevadas a cabo con el fin de detectar temprana y


positivamente el trastorno de personalidad, a la luz de la aplicación de escalas.

 6. Rehabilitación: acciones destinadas a habilitar al sujeto para su mejora funcional a nivel


psíquico, comportamental, social y/o físico, en relación al trastorno de personalidad asociado a
su persona. Va ligado al tratamiento y tiene su eje en talleres de rehabilitación conductual.

 7. Reinserción: acciones llevadas a cabo con el fin de que el individuo diagnosticado con
trastorno de personalidad, luego del tratamiento y rehabilitación, pueda reinsertarse a la
sociedad como sujeto adaptado a ella, es decir, pueda llevar a cabo una vida "saludable" y con
un funcionamiento general adecuado para todas las funciones que tenga que llevar a cabo en
el ámbito social. Son muy importantes en este sentido, los talleres de entrenamiento de
habilidades, los talleres de reinserción laboral o talleres de relajación. El objetivo aquí es
devolverle al sujeto su capacidad adaptativa, para que pueda llevar a cabo sus funciones
sociales, más allá de una posible continuidad de su trastorno.
Rol del psicólogo en la demencia

La patología de mayor impacto entre la población mayor es la enfermedad de


Alzheimer, la cual, dadas sus características clínico evolutivas provoca un progresivo
deterioro cognitivo del enfermo, a la vez que una intensa carga física y emocional en el
cuidador, lo que termina por afectar a todo el sistema familiar. La intervención
psicológica aporta un importante valor tanto a nivel neuropsicológico con el enfermo, en
el ámbito clínico y psicosocial con el trabajo con cuidadores.

Función de evaluación y diagnóstico

El papel del psicólogo en la Enfermedad de Alzheimer se va a centrar principalmente


(no únicamente) en el trabajo con el enfermo y el cuidador. En lo que respecta al papel
del psicólogo como evaluador y/o diagnosticador

Función de asesoramiento

Igualmente, el psicólogo actuará como orientador y consejero con la familia del enfermo,
durante el proceso diagnóstico, informando sobre prognosis, medidas profilácticas a
adoptar en diferentes fases de la enfermedad, dando pautas de actuación ante las
alteraciones conductuales, las emocionales, y de estimulación cognitiva para
compensar, así como derivando hacia otras redes de apoyo socio-sanitarios, y
organizaciones de ayuda mutua. De similar forma, en sentido asesor podrá actuar
también con otros profesionales que atiendan el caso, y con la dirección del centro o
entidad, gracias a sus conocimientos desde la Psicología.

Función de intervención

El psicólogo va a intervenir a través de programas de psicoestimulación cognitivo


conductuales, desde unidades de día, en unidades de demencia, en centros de
internamiento o en servicios de ayuda domiciliaria. El enfermo de Alzheimer va a tender
a la apatía y alisamiento, lo que va a facilitar la progresión de su deterioro. Establecer
programas que rompan esta dinámica.

Función de formación y docencia

El psicólogo actuará en la Enfermedad de Alzheimer como parte de un equipo que


necesita un continuo flujo de información e intercambio de perspectivas que permitan un
mejor diagnóstico y tratamiento al enfermo y al entorno, por lo que éste debe participar
en las actividades de formación tanto a nivel interno (sesiones clínicas, revisión de
casos, elaboración de protocolos,..), como también a nivel de intercambio externo con
otros colegas, miembros de otras disciplinas y afectados (congresos, seminarios,
cursos,..)

Función de administración de recursos

El psicólogo puede igualmente intervenir en calidad de coordinador de actividades,


dirigiendo programas de evaluación, valoración y tratamiento, de formación, o centros
de atención a enfermos de Alzheimer y/o cuidadores. Como parte de esta función el
psicólogo está perfecta-mente capacitado para ser quien se encargue de controlar los
recursos tanto materiales necesarios para el correcto ejercicio de los planes de actividad
previstos, como de ser quien coordine al equipo humano, independientemente de que
cada uno de los miembros del equipo tenga sus propias áreas de competencias en
función de su especialidad, experiencia, e idoneidad

Función de investigación

Las unidades de atención en demencia, o los programas de tratamiento que se


establecen desde algunas entidades, además de cubrir un aspecto asistencial tienen
parejo otro de tipo investigativo, y evidentemente cuando el psicólogo está integrado en
estos equipos de trabajo aporta una visión muy enriquecedora que amplía los
conocimientos sobre la problemática que genera esta enfermedad, tanto es sus
aspectos epidemiológicos, como en la clínica, con la participación en el desarrollo de
pruebas de evaluación.

Formación Psicogerontologica

El hecho de que la Enfermedad de Alzheimer sea una enfermedad ligada al proceso de


envejecimiento hace que sea necesario un incremento de la formación en los
profesionales que se dediquen de manera preferente a ella hacia los cambios evolutivos
esperables con la edad, y especialmente aquéllos que se aprecian en edades
avanzadas. El incremento poblacional del grupo de mayores de 65años conlleva nuevas
demandas específicas de asistencia, que exigen al psicólogo profundizar en su
formación para atender a éstas.

Algunas de las terapias psicológicas para el tratamiento de las demencias

Las terapias psicológicas para el tratamiento de la demencia suelen ser más eficaces
en las fases tempranas. Esto es así porque la base de la intervención neuropsicológica
se centra en las habilidades del paciente que aún conserva, ya sea de manera total o
parcial. El objetivo es que el deterioro sea lo más lento posible

La terapia de orientación a la realidad (TOR)

Es un conjunto de técnicas terapéuticas que tratan de que la persona, guiada por el


psicólogo, tome conciencia de su situación en el tiempo (orientación temporal), en el
espacio (orientación espacial) y respecto a su propia persona (orientación personal).

La Terapia de la Reminiscencia

Es una terapia que trata de potenciar la memoria episódica y autobiográfica del paciente.
Con ella se consigue sensación de control y estabilidad emocional en los pacientes en
base a los recuerdos. Recuerdos en los que es protagonista y que de alguna manera
configuran su identidad. Para ello se utilizan fotografías, música, noticias antiguas, entre
otras cosas, que ayudan a que el paciente pueda responder a una pregunta clave -
¿quién soy? -, sin que otra persona se lo cuente.
Rol del psicólogo en la esquizofrenia

La mayoría de los clínicos en la actualidad están de acuerdo en que el tratamiento más


benéfico para la esquizofrenia es alguna combinación de medicación antipsicótica y
terapia.

Terapia cognitivo conductual

Debido que los esquizofrénicos carecen de manera típica de habilidades sociales, casi
siempre se incluye un programa de entrenamiento para contrarrestar esta carencia como
parte de la terapia conductual. La terapia enfatiza las habilidades de comunicación y el
entrenamiento del asertividad. El paciente es colocado de manera repetitiva en
situaciones sociales que tiende a evitar. Esto disminuye la ansiedad del paciente al punto
de que las buscará en lugar de evitarlas. Este tipo de terapia también ha sido usada para
reducir el impacto de delirios, alucinaciones y otros trastornos del pensamiento, por
medio de explicaciones desestigmatizantes de sus síntomas y entrenamiento para
cuestionar los síntomas psicóticos. Se les explica que el estrés a menudo produce
reacciones comunes como ideas de referencia, paranoides e interpretaciones
equivocadas de los eventos. Los pacientes son enseñados a analizar sus síntomas,
llegando a concluir que sus creencias no son realistas.

Terapia psicológica integrada (TPI)

Este programa identifica las deficiencias cognoscitivas específicas mostradas por los
esquizofrénicos e implica:

a) Diferenciación cognoscitiva, en la cual los pacientes son enseñados a discriminar


categorías de estímulos al participar en tareas perceptivas, aprendiendo a formar
conceptos y a recuperar información apropiada.
b) Percepción Social, aquí los pacientes aprenden a reconocer de manera
apropiada y a responder a las claves sociales.
c) Comunicación Verbal, se ayudan a los pacientes aprender a concebir y evaluar
las declaraciones verbales.
d) Habilidades Sociales e Intervenciones Interpersonales.

Apoyo Familiar

Ya que la mayoría de los pacientes recuperados regresan a vivir con sus familias, las
nuevas intervenciones psicológicas se han enfocado de tratar de mejorar la interacción
entre el paciente y los miembros de la familia, evitando así posibles recaídas. Esto
implica difundir información acerca del trastorno entre las familias e esquizofrénicos y
enseñar a éstas y al esquizofrénico cómo modificar sus patrones de comunicación. Para
esto se identifican las interacciones estresantes y se realiza un entrenamiento en
métodos de comunicación alternativos. Se enfatiza habilidades específicas, tales como
escuchar, hacer peticiones claras, enfocar el reforzamiento positivo.
El papel del psicólogo en el abordaje de la esquizofrenia es muy importante. En el campo
de la intervención, siempre se ha pensado que el profesional que debía tratar estos
casos era el psiquiatra. A comienzos de la reforma psiquiátrica esto era así, pero con la
inclusión de los psicólogos clínicos (y evidentemente, otros profesionales) aportaron
otros elementos importantes en el tratamiento: por una parte, instrumentos de
evaluación válidos y fiables para la medición de variables clínicas, neuropsicológicas,
de habilidades y funcionamiento social, satisfacción, calidad de vida, etc. Por otro lado,
los psicólogos clínicos han aportado un arsenal de técnicas terapéuticas muy
importante.

Los psicólogos también tienen una formación metodológica que les permite entrar en
estas cuestiones de investigación con una solvencia que otros profesionales no tienen,
los psicólogos como expertos en el comportamiento humano, pueden aportar nuevas
formas de gestión y organización de los recursos sanitarios y de los programas de
actuación a un nivel más molar. La evaluación de programas, por ejemplo, es un
instrumento muy interesante que pueden aportar para la mejora de la gestión sanitaria.
Todo esto tiene que ver con los aspectos técnicos y pragmáticos, pero también los
psicólogos están aportando un aspecto filosófico e ideológico en el abordaje de la
esquizofrenia. Consiste en organizar sus actuaciones considerando a la persona como
el centro de la intervención. No se trata “esquizofrénicos”, sino a personas que, en un
momento de sus vidas, por diferentes motivos, están teniendo una serie de experiencias
que les hacen sufrir. Interesan, por tanto, sus vivencias, conocer sus valores, sus
necesidades y, en general, qué es lo que quieren hacer con sus vidas. Por esto, si no
se tiene en primer plano la idea de persona (y no la de paciente), difícilmente se podrá
llegar a hacer actuaciones relevantes y significativas. Esto último, es un aspecto que los
psicólogos están aportando a la intervención de la esquizofrenia y de los trastornos
mentales graves en general.
El papel del psicólogo en las adicciones

El uso y abuso de las drogas representa un problema grave, capaz de producir


importantes alteraciones de la salud y problemas sociales. Las conductas adictivas
suponen un gran impacto no sólo en las vidas de los afectados y sus familias, sino en
toda la sociedad. En consecuencia, la intervención en este campo constituye una
necesidad incuestionable e incide de manera fundamental en la calidad de vida de los
pacientes, de su entorno y de toda la comunidad.

¿Por qué se consumen drogas?

El consumo de sustancias psicoactivas es una forma de comportamiento humano.


Puede ser en la adolescencia y en la primera juventud donde los amigos influencian de
gran manera a la persona. En este sentido, el grupo de amigos cada vez va cobrando
más importancia en la vida del adolescente al mismo tiempo que las relaciones con los
padres se van haciendo más débiles con el desarrollo de una mayor independencia. El
joven necesita su grupo, ya que a través de éste forma sus valores personales. Los
factores personales, los factores del entorno próximo y las influencias ambientales
globales se relacionan con el consumo de drogas.

 Factores personales: existen rasgos de la personalidad que hacen más


vulnerable a unos sujetos que a otros para el inicio del consumo de sustancias
psicoactivas, aunque tampoco se puede afirmar que exista una personalidad
propia del drogodependiente.
 Factores del entorno próximo: el joven está continuamente expuesto a modelos
que presentan una conducta adictiva. Por imitación se puede adoptar la tendencia
a consumir drogas.
 Factores ambientales globales: existe un hábito muy extendido que consiste en
medicarse por cualquier tipo de dolencia o problema.
El psicólogo cada vez juega un papel más importante en la intervención en
drogodependencias. Si describimos a grandes rasgos las características para llevar a
cabo una buena práctica profesional en el ámbito de la intervención en
drogodependencias, deberemos tener en cuenta que es necesario:

 Un equipo multidisciplinar
 Trabajar sobre problemas concretos
 Establecer relaciones con la comunidad, con sus técnicos y políticos, y
hacerles ver la importancia de este tipo de intervención (en ocasiones, son
estos actores los que incapacitan una buena puesta en marcha de estos
programas)
 Adaptarse y resolver los problemas que surgen en torno a los presupuestos y
cambios institucionales que afectan a los programas de intervención

Como hemos visto, la cuestión del consumo de drogas es un problema que implica a
toda la sociedad y como tal no está exento de actitudes, valoración o corrientes de
opinión. El psicólogo que trabaja en esta materia debe tener en cuenta varias premisas:

 La drogodependencia es un fenómeno dinámico, por lo que está sujeto a cambios


y modificaciones. El psicólogo debe estar atento a la evolución del problema.
 El conocimiento sobre el caso en el que se trabaja debe ser concreto. El psicólogo
no puede trabajar en abstracto.
 El terapeuta desempeña un papel fundamental, por lo que no puede implicar en
el encuadre terapéutico problemáticas o actitudes personales contrarias a los
objetivos de la terapia.

Ejercer como psicólogo en cualquiera de los niveles de la intervención en


drogodependencias (planificación, prevención, atención, investigación, etc.) viene
condicionado por:

 El marco institucional en el que se trabaja (si la institución es pública o privada,


el marco ideológico, el tipo de financiación, etc.)
 La finalidad del programa (sobre qué campo se trabaja y su objetivo)
 El marco multidisciplinar (la experiencia del equipo, los intereses corporativistas,
la dinámica grupal, etc.)

El campo de la intervención en drogodependencias supone una vía de acceso a la


práctica profesional para muchos psicólogos, ya que los diferentes ámbitos de atención
sanitaria, tanto públicos como privados, necesitan profesionales cualificados en este
campo a fin de prevenir, realizar intervenciones y dar apoyo tanto a los pacientes
afectados como a sus familias.

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