Marcel Duchamp Monografía
Marcel Duchamp Monografía
Marcel Duchamp Monografía
Lima, Perú
2019
1. INTRODUCCIÓN
Nos situamos en 1914, año donde en Europa es escenario de uno de los acontecimientos
históricos más importantes y sangrientos de la historia de la humanidad, La Gran Guerra,
más conocida actualmente como la Primera Guerra Mundial. Este enfrentamiento tuvo
muchas consecuencias negativas, esto en parte gracias a los nuevos avances
tecnológicos e industriales para la fabricación de armamento, lo que provocó que las
matanzas se elevaran mucho más en comparación con guerras anteriores.
Sus impulsores fueron Hugo Ball, autor y poeta alemán; Tristán Tzara, poeta y ensayista
rumano y Hans Arp, escultor, pintor, poeta y artista abstracto alemán-francés. Estos tres
artistas fundaron las bases de lo que sería hoy conocido como Dadaísmo, que comenzó
en un café junto a otros artistas que se refugiaban de la guerra. En una entrevista a
Tristán Tzara en 1950, declaró lo siguiente: “Para comprender como nació Dada es
necesario imaginarse, de una parte, el estado de ánimo de un grupo de jóvenes en
aquella especie de prisión que era Suiza en tiempos de la Primera Guerra Mundial y, de
otra, el nivel intelectual del arte y de la literatura de aquella época. Dada nació de una
exigencia moral, de una voluntad implacable de alcanzar un absoluto moral, y del
sentimiento profundo de que el hombre, en el centro de todas las creaciones del espíritu,
debía afirmar su preminencia sobre las nociones empobrecidas de la sustancia humana,
sobre las cosas muertas y sobre los bienes mal adquiridos”. (Micheli, 1995, pág. 151)
Es en todo este contexto que surge uno de los mayores exponentes de este antiarte,
Marcel Duchamp. “Impresionista a los 16 años, fauvista a los 19 y cubista a los 24, al final
este iconoclasta encontró su voz como forajido, un terrorista que acabaría encontrando en
el dadaísmo su libertad y la forma de reírse de todo y de todos, incluido él mismo. Este
movimiento, condenado a su autodestrucción, trataría por todos los medios --sobre todo
con ironía, absurdo y mala hostia-- acabar con el arte narcotizado de las instituciones.”
(Calvo Santos, 2015, pág. 1).
Si hablamos de la obra de Duchamp no puedo dejar de mencionar que este hombre fue el
precursor del arte conceptual con sus tan famosos ready-mades. Objetos que con solo
escogerlos para una exposición ya son obras de arte, o al menos así parece. Lo
importante en este tipo de arte es el gesto, la idea que se quiere transmitir. “El ready-
made no postula un valor nuevo: es un dardo contra lo que llamamos valioso. Es crítica
activa: un puntapié contra la obra de arte sentada en su pedestal de adjetivos…el ready-
made es una crítica del gusto” (Paz, 1989, pág. 31, 32) y a la vez un ataque a lo que se
conocía como arte hasta entonces.
Duchamp era un hombre que experimento con muchas corrientes, pasando por fauvismo,
impresionismo, cubismo, influenciado por muchos artistas de la época, pero la mayor
influencia para comenzar con su carrera artística provino de sus hermanos mayores, los
cuales también se dedicaban a ello. De ahí es que se encaminó a experimentar con
distintos materiales y técnicas, esto lo llevo a crear lo que sería su primer ready-made “La
Rueda de Bicicleta” de la cuál hablaremos más detalladamente en breve.
“En 1913— escribe abruptamente Duchamp— “tuve la feliz idea de fijar una rueda de
bicicleta sobre un taburete de cocina y mirarla girar.” Esta instalación, que M.D. realiza en
su taller de Neuilly a principios de año, ya posee todas las cualidades del ready-made,
pero él no lo ha pensado como tal artística ni— menos aún—conceptualmente. “Cuando
puse una rueda de bicicleta sobre el taburete, con la horquilla hacia abajo, no había
ninguna idea de ready-made ni tampoco de otra cosa, se trataba simplemente de una
distracción. No tenía una razón determinada para hacer eso, ni una intención de
exposición, de descripción.” (Marcade, 2008, pág. 98) Y es que tal vez este trabajo de
Duchamp era un ensamblaje nacido de la idea del azar, una de las características más
representativas de Dada.
Para Duchamp ver esta rueda girar era algo reconfortante y relajante, le agrada tenerlo en
su estudio, disfrutaba tanto de él como como contemplar las llamas de una chimenea,
porque según M.D. el movimiento envolvente le hacía recordar a las brasas y el humo que
salía de la chimenea, la cual no tenía. Así que reemplazó una cosa por la otra.
Aunque también podría decir que tal vez los objetos elegidos, en especial la rueda que
está por encima de la silla, evidencia las cualidades estéticas del objeto—hecho en serie
por supuesto--. (Ramírez, 2004, pág. 31).
Valdría la pena buscarle fuentes concretas de inspiración para el trabajo de M.D., puesto
que de todos los objetos que el pudiera poseer en su casa o comprar, eligió esas dos
piezas. La silla que en realidad se le llama taburete, es un objeto que—según el libro de
Ramírez— se estaba vendiendo a través un catálogo de dibujo técnico. Sin querer
Duchamp no se alejó mucho del ámbito artístico al incluir esta pieza en su proyecto al
azar. Por otro lado, tenemos la rueda de bicicleta que según dicen muchos es la delantera
de un modelo muy antiguo y porque no uno de los primeros.
Se genera una esfera cuando la rueda empieza a girar con la ayuda de la horquilla que
está sobre la base del taburete.
La complejidad de este primer ready-made, aunque el término aún no se había inventado,
muestra que actualmente no podemos aceptar el hecho de que es solo un trabajo de
ensamblaje producto del pensamiento al azar, sin el intento de provocación como muchos
trabajos posteriores de Duchamp. Tenemos la costumbre de relacionarlo con la definición
que aún no existía “Objeto usual ascendido a la dignidad de objeto artístico por la simple
elección del artista” y por tanto fascinarnos con la idea de que esto fue lo que impulsó el
arte conceptual, pero creo que La Rueda de Bicicleta solo fue un experimento que luego
de que Duchamp alcanzara relevancia en el campo artístico, lo elevaran como ready-
made antes de la existencia del ready-made.
2.2 La Fuente
No hablamos de nada más y de nada menos que de una de las obras más influentes del
anterior siglo. Es muy simple lo que hizo Duchamp. Compró un urinario y lo firmó con el
seudónimo R. Mutt y lo envió a la exposición de la Sociedad de Artistas Independientes,
pagando solo 6 dólares por el derecho de exhibición, ya que cualquiera podría presentar
su trabajo pagando dicho monto. Evidentemente al ver La Fuente que no era nada más
que un urinario, fue rechazado ya que fue catalogado de inmoral y vulgar e incluso un
plagio puesto que era una pieza de fontanería así que ya estaba hecho; y por eso fue
devuelto por los jueces y eso que Duchamp era parte del jurado.
Me imagino que Duchamp se abra reído a carcajada limpia al imaginarse la cara del
público y del jurado, puesto que su intención seguramente era provocarlos para ver su
reacción, y añadirle una técnica nueva, de estirpe dadaísta: el escándalo. Y si esta broma
pesada no se le hubiera salido de las manos a M.D. tal vez nunca hubiéramos sabido que
hubiera pasado con la historia del arte, o tal vez las cosas hubieran sido distintas. En
cambio, lo que paso fue que las altas cabezas de la comunidad artística se tomaron
enserio el urinario y lo catalogaron como algo revolucionario para el campo artístico.
“Un urinario elevado a la categoría de objeto artístico no puede ser, bajo ningún concepto,
algo “neutral”. Pero sí cabe proclamar la belleza encontrada de este producto industrial,
proyectando en él sutiles asociaciones iconográficas y otorgándoles nuevos usos
perversos, no previstos en su “su función” inicial.” (Ramírez, 2004, pág. 54)
La editorial “The Blind Man” hizo una publicación después del suceso y en una parte del
fragmento dedicada a La Fuente dice lo siguiente: “Si el señor Mutt hizo o no la fuente con
sus propias manos carece de importancia. Él la ELIGIÓ. Cogió un artículo de la vida diaria
y lo colocó de tal manera que su significado habitual desapareciera bajo el nuevo título y
punto de vista: creo un pensamiento nuevo para ese objeto. En cuanto a la fontanería,
eso es absurdo. Las únicas obras de arte que ha producido América han sido sus
productos de fontanería y sus puentes.” (Ramírez, 2004, pág. 54).
Sin querer Duchamp abrió la puerta y dio inicio a lo que sería conocido hoy en día como
arte conceptual. Donde—como lo mencioné anteriormente—no importaba la estética del
objeto que se quería presentar como obra de arte, sino el mensaje que se quería
transmitir, el gesto y claro—en caso de La Fuente--, sumándole características dadaístas
como lo son el escándalo, el azar, el humor negro, el absurdo entre otros.
“El papel femenino para este ready-made es fácil de insertar en esa tradición del erotismo
popular que ha presentado al cuerpo seductor de la mujer como recipiendaria de
efusiones líquidas de variada naturaleza: duchas, cascadas naturales, perfumes, etc.”
(Ramírez, 2004, pág. 59) Recordemos que ha Duchamp en muchas de sus obras las
relaciona con la sexualidad, o la mujer, como un ejemplo su pintura cubista llamada
“Desnudo bajando una escalera” o una de las obras que le tardó muchos años trabajarle y
cuando se rompió en un traslado la declaró concluida, me refiero al “Gran vidrio” o
también conocido como “La novia desnuda por sus solteros, incluso”. Esos tipos de temas
eran comunes en sus trabajos.
Vera, Santiago
De Micheli, Mario
1995 Las Vanguardias Artísticas del siglo xx. Capítulo 5, La negación dadaísta. Segunda
Edición. España: Alianza Editorial.
https://historia-arte.com/artistas/marcel-duchamp
Paz, Octavio
1989 Apariencia Desnuda, La obra de Marcel Duchamp. Tercera Edición. España: Alianza
Editorial.
2004 Duchamp: el amor y la muerte, incluso. Tercera edición. España: Ediciones Siruela.
Marcade Bernard
2008 Marcel Duchamp: Puentes Entre La Alimentación Y El/ Bridges Between Feeding
and Paperback. Primera Edición. Argentina: Editorial Libros Del Zorzal.
Lampkin, Fulwood
2014 La Fuente, nada más que la obra de arte más influyente del siglo xx. Consulta: 01 de
diciembre del 2019.
https://historia-arte.com/obras/la-fuente-de-duchamp