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Libro Verdades de La Fe Católica

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VERDADES DE LA FE CATÓLICA

I. JESÚS:

1. ¿QUIÉN ES JESÚS?
2. VIDA DE JESÚS.
3. LA NATURALEZA DIVINA DE JESÚS.
4. LA NATURALEZA HUMANA DE JESÚS.
5. JESÚS EL BUEN PASTOR.
6. JESÚS DE NAZARETH.
7. JESÚS: EL MAESTRO DE GALILEA.
8. LAS FAMILIAS JUDÍAS.
9. LAS MUJERES EN LA VIDA DE JESÚS.
10. EL ISRAEL DE JESÚS.
11. EL JUDAÍSMO EN LA ÉPOCA DEL SEÑOR.
12. APUNTES SOBRE JESÚS Y SU TIEMPO.
13. LOS APÓSTOLES Y DISCÍPULOS DE CRISTO.
14. JESÚS PARA LOS PAGANOS, JUDÍOS Y MUSULMANES.
15. EL VERDADERO ROSTRO DEL HIJO DE DIOS.
16. FRASES CÉLEBRES SOBRE. JESÚS.
17. LA PASIÓN DEL SEÑOR (RELATO BÍBLICO).
18. LA AMARGA PASIÓN DE CRISTO SEGÚN LA BEATA ANA
CATALINA EMMERICH.
19. FRASES CÉLEBRES SOBRE LA PASIÓN DEL SEÑOR.
20. LAS RELIQUIAS DEL SEÑOR.
21. LA SÁBANA SANTA DE TURÍN.
22. EL VELO DE LA VERÓNICA.
23. EL SUDARIO DE OVIEDO.
24. CUANDO NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO ES OBJETO DE
OFENSA.
25. SACRILEGIOS CONTRA LA CRUZ DE CRISTO.
II. MARÍA:

1. MARÍA: LA NUEVA EVA.


2. MARÍA: LA MUJER DE LA BIBLIA.
3. MARÍA EN LAS SAGRADAS ESCRITURAS I.
4. MARÍA EN LAS SAGRADAS ESCRITURAS II.
5. ¿ES VERDAD QUE LOS CATÓLICOS ADORAMOS A MARÍA?
6. LA VIRGINIDAD DE MARÍA A LA LUZ DE LA BIBLIA.
7. MARÍA: LA DISCÍPULA DEL SEÑOR.
8. MARÍA EN LA IGLESIA PRIMITIVA.
9. MARÍA EN LA IGLESIA CATÓLICA.
10. MARÍA PARA LOS SANTOS Y MÍSTICOS.
11. APUNTES SOBRE LA MADRE DE DIOS I.
12. APUNTES SOBRE LA MADRE DE DIOS II.
13. LAS APARICIONES DE LA VIRGEN MARÍA.
14. LA VIRGEN DE GUADALUPE.
15. IMÁGENES DE LA VIRGEN QUE LLORAN Y SANGRAN ¿FRAUDE
O REALIDAD?
16. MARÍA Y LOS PROTESTYANTES.
17. CONVERSIONES AL CATOLICISMO POR LA INTERCESIÓN DE
MARÍA.
18. LA VIRGEN MARIA: PROTECTORA DE LOS EJERCITOS
CATOLICOS.
19. EL TRASLADO DE LA SAGRADA CASA DE NAZARET.
20. LA CASA DE LA VIRGEN EN ÉFESO.
21. ULTAJES CONTRA LA SANTÍSIMA VIRGEN.
22. FRASES CÉLEBRES EN HONOR A MARÍA.
III. LA IGLESIA CATÓLICA:

1. RAÍCES BÍBLICAS DEL CRISTIANISMO.


2. FUNDAMENTO BÍBLICO, TEOLÓGICO E HISTÓRICO DE LA IGLESIA
CATÓLICA.
3. ¿CUÁL IGLESIA FUNDÓ JESÚS?
4. DIEZ RAZONES BÍBLICAS POR LAS CUÁLES SOY CATÓLICO.
5. LAS QUINCE MARCAS DE LA IGLESIA CATÓLICA.
6. FRASES CÉLEBRES SOBRE LA IGLESIA CATÓLICA.

IV. El PAPA:

1. EL APÓSTOL PEDRO.
2. PEDRO Y PABLO EN ROMA.
3. EL PRIMADO DE PEDRO Y LOS SANTOS PADRES DE LA IGLESIA.
4. EL PRIMADO DE PEDRO Y LOS PROTESTANTES.
5. EL MARTIRIO DE PEDRO EN ROMA EN LA HISTORIA
UNIVERSAL.
6. ¿ES EL PAPA EL ANTICRISTO?
7. HOMENAJE AL PAPA JUAN PABLO II.
8. ANÉCDOTAS Y CURIOSIDADES DEL PAPA JUAN PABLO II.
9. FRASES CÉLEBRES SOBRE EL PAPADO.
10. LA CIUDAD DEL VATICANO.
11. LA GUARDIA SUIZA: LOS SOLDADOS DEL PAPA.
12. EL ÍNDICE DE LOS LIBROS PROHIBIDOS.

V. LA BIBLIA:

1. EL CREDO BÍBLICO.
2. EL MUNDO DE LA BIBLIA.
3. CURIOSIDADES DE LA BIBLIA.
4. LA BIBLIA EN LA HISTORIA UNIVERSAL.
5. LA BIBLIA: EL LIBRO DE INTERPRETACIÓN DIVINA.
6. LA BIBLIA: EL LIBRO MÁS DIVULGADO Y DESCONOCIDO DE LA
HUMANIDAD.
7. LOS PROTESTANTES Y LA BIBLIA.
8. FRASES CÉLEBRES SOBRE LA BIBLIA.
9. EL JARDÍN DEL EDÉN.
10. EL ARCA DE NOÉ.
11. EL ARCA DE LA ALIANZA.
12. EL TEMPLO DEL REY SALOMÓN.

VI. APOLOGÉTICA:

1. ÍDOLOS E IMÁGENES SAGRADAS EN LA BIBLIA.


2. LAS IMÁGENES Y PINTURAS SAGRADAS EN LA IGLESIA PRIMITIVA.
3. LA CRUZ DE CRISTO.
4. ¿EXISTE REALMENTE EL PURGATORIO?
5. ¿POR QUÉ LOS CATÓLICOS SANTIFICAMOS EL DOMINGO?
6. ¿QUÉ SALVA LA FE O LAS OBRAS?
7. ¿ES VERDAD QUÉ ESTAMOS VIVIENDO LOS ÚLTIMOS TIEMPOS?
8. CURSO DE APOLÓGÉTICA CATÓLICA.

VII. ÁNGELES Y DEMONIOS:

1. LOS ÁNGELES: MENSAJEROS DE DIOS.


2. LOS TRES ARCÁNGELES.
3. LOS ÁNGELES EN LA VIDA DE LOS SANTOS.
4. CONVERTIDO A DIOS POR UN ÁNGEL.
5. EL DIABLO Y LOS DEMONIOS.
6. LA CORTE INFERNAL.
7. JESÚS Y LOS DEMONIOS.
8. LIBERACIONES Y EXORCISMOS.
9. CASOS DE POSESIONES SATÁNICAS.
10. LA VIRGEN MARÍA Y LOS DEMONIOS.
11. UNA ORACIÓN A MARÍA DESDE EL INFIERNO.
12. DIFERENTES APARICIONES DE LOS ESPÍRITUS INFERNALES.
13. LOS ATAQUES DIABÓLICOS.
14. LA IDOLATRÍA AL PRÍNCIPE DEL MAL.
15. EL ANTICRISTO Y SU DERROTA FINAL.
16. LOS DIEZ MANDAMIENTOS CONTRA EL DIABLO.
17. FRASES CÉLEBRES CONTRA LOS DEMONIOS.

VIII. RELIGIÓN:

1. LA RELIGIÓN EN EL HOMBRE.
2. CUANDO EL HOMBRE LE DA LA ESPALDA A DIOS: DIFERENTES
CORRRIENTES Y PENSAMIENTOS.
3. LA NUEVA ERA: RELIGIÓN NEO PAGANA DEL SIGLO XXI.
4. LA REENCARNACIÓN: VERDAD O MITO.
5. ¿POR QUÉ LA IGLESIA CATÓLICA CONDENA LA BRUJERÍA?
6. CUANDO LA FE EN CRISTO ES PUESTA A PRUEBA.
7. CUANDO EL ISLAM ATACA AL CRISTIANISMO.

IX. SECTAS:

1. UN MUNDO DE SECTAS RELIGIOSAS.


2. ORIGEN DE LAS DIFERETES CORRIENTES HERÉTICAS, IGLESIAS Y
SECTAS PROTESTANTES.
3. ¡CUIDADO CON LOS FALSOS PROFETAS!
4. EJEMPLOS DE GENOCIDIO RELIGIOSO.
5. EL CRECIMIENTO DE LAS SECTAS PROTESTANTES EN AMÉRICA
LATINA.
6. DIEZ VERDADES CONTRA LOS TESTIGOS DE JEHOVÁ.
7. UNA RESPUESTA CATÓLICA A LOS DESAFÍOS DE LA SECTA
CRECIENDO EN GRACIA.

X. LOS SANTOS:

1. LOS SANTOS Y LAS RELIQUIAS EN LAS SAGRADAS ESCRITURAS.


2. SAN JOSÉ: PATRONO DE LA IGLESIA CATÓLICA.
3. SAN JOSÉ: EL PADRE DE JESÚS.
4. LOS TRES REYES MAGOS.
5. SAN JUAN BAUTISTA.
6. SANTIAGO DE COMPOSTELA.
7. SANTOS Y MÍSTICOS Y LA PASIÓN DE JESÚS.
8. LA FABRICACIÓN DE LOS SANTOS.
9. LOS SANTOS EN LA IGLESIA CATÓLICA.
10. LA SANGRE DE SAN JENARO.
11. OCHO REGLAS PARA ALCANZAR LA SANTIDAD.
12. FRASES CÉLEBRES SOBRE LOS SANTOS.

XI. LITURGIA Y SACRAMENTOS:

1. LA EUCARISTÍA: PRESENCIA REAL DE JESUCRISTO.


2. LA EUCARISTÍA Y LOS SANTOS PADRES DE LA IGLESIA.
3. LA EUCARISTÍA: ALIMENTO ESPIRITUAL DE LOS CATÓLICOS.
4. SANTOS Y MÍSTICOS QUE VIVIERON DE LA EUCARISTÍA.
5. LA NIÑA MÁRTIR DE LA EUCARISTÍA.
6. EL VALOR DE LA MISA.

XII. MORAL CRISTIANA:

1. ¿ES EL ABORTO UN CRIMEN?


2. LA COVERSIÓN DEL REY DEL ABORTO.
3. EL MÉDICO SANTO.
4. DE ABORTISTA ATEO A CREYENTE EN CRISTO.

JESÚS
1. ¿QUIÉN ES JESÚS?
2. VIDA DE JESÚS.
3. LA NATURALEZA DIVINA DE JESÚS.
4. LA NATURALEZA HUMANA DE JESÚS.
5. JESÚS EL BUEN PASTOR.
6. JESÚS DE NAZARETH.
7. JESÚS: EL MAESTRO DE GALILEA.
8. LAS FAMILIAS JUDÍAS.
9. LAS MUJERES EN LA VIDA DE JESÚS.
10. EL ISRAEL DE JESÚS.
11. EL JUDAÍSMO EN LA ÉPOCA DEL SEÑOR.
12. APUNTES SOBRE JESÚS Y SU TIEMPO.
13. LOS APÓSTOLES Y DISCÍPULOS DE CRISTO.
14. JESÚS PARA LOS PAGANOS, JUDÍOS Y MUSULMANES.
15. EL VERDADERO ROSTRO DEL HIJO DE DIOS.
16. FRASES CÉLEBRES SOBRE. JESÚS.
17. LA PASIÓN DEL SEÑOR (RELATO BÍBLICO).
18. LA AMARGA PASIÓN DE CRISTO SEGÚN LA BEATA ANA
CATALINA EMMERICH.
19. FRASES CÉLEBRES SOBRE LA PASIÓN DEL SEÑOR.
20. LAS RELIQUIAS DEL SEÑOR.
21. LA SÁBANA SANTA DE TURÍN.
22. EL VELO DE LA VERÓNICA.
23. EL SUDARIO DE OVIEDO.
24. CUANDO NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO ES OBJETO DE
OFENSA.
25. SACRILEGIOS CONTRA LA CRUZ DE CRISTO.

¿QUIÉN ES JESÚS?
AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

I. OPINIONES EN EL MUNDO CRISTIANO

Muchas sectas cristiana tienen diferentes opiniones sobre el origen de


Jesús, así por ejemplo:

 Para los ADVENTISTAS DEL SÉPTIMO DÍA Y TESTIGOS DE


JEHOVÁ, Es la primera criatura creada por Dios, llamado también el
“Arcángel Miguel”.
 Para los MORMONES, Era el hermano gemelo del ángel rebelde
Luzbel.
 Para los PENTECOSTALES, es Dios Padre que se hace hombre.

II. ENSEÑANZA EN LA IGLESIA CATÓLICA

Jesucristo es la segunda persona de la Santísima Trinidad (Mateo


28,19; 2 Corintios 13,14).

En Él existen dos naturalezas (duo physesin) humana y divina, en


una sola persona hipostasis, que es una palabra del griego
“hypostasis”, que quiere decir “sustancia”, “naturaleza”, “esencia”.

 NATURALEZA DIVINA: Por ser el Hijo del Todopoderoso: “Yo


publicaré el decreto, el Señor me ha dicho: Mi hijo eres tú, yo te he
engendrado hoy” (Salmo 2,7).

 NATURALEZA HUMANA: Por haber nacido de la Virgen María: “Y


ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su
nombre Jesús. Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo
(Lucas 1,31-32).

III. CARACTERÍSTICAS QUE MENCIONA LA BIBLIA


 “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino
por mí” (Juan 14,6).
 “Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios
verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado” (Juan 17,3).
 “Para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que
están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra” (Filipenses
2,10).
 “Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el
cielo, dado a los hombres, en el que podamos ser salvos”. (Hechos
4,12).

IV. FALSAS ACUSACIONES DE LOS LOS JUDÍOS

 “Por buena obra no te apedreamos, sino por blasfemia; porque tú,


siendo hombre, te haces Dios” (Juan 10,33).
 “Más los fariseos, al oírlo, decían: Este no echa fuera los demonios
sino por Beelzebú, príncipe de los demonios” (Mateo 12,24).

V. RELACIÓN ENTRE CRISTO Y LA IGLESIA CATÓLICA

o “Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su


salvador” (Efesios 5,23).
o “Tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas
del infierno no podrán vencerla” (Mateo 16,18).

VI. TÍTULOS Y CUALIDADES


 “Autor principal de la vida” (Hechos 3,15).
 “Amén” (2 Corintios 1,19 -20; Apocalipsis 3,14).
 “Apóstol” (Hebreos 3,1).
 “Buen pastor” (Juan 10,11).
 “Cordero de Dios” (Juan 1,29).
 “Cristo, Mesías” (Juan 1,41).
 “Cristo el Señor” (Lucas 2,11).
 “Cristo de Dios, el Escogido” (Lucas 23,35).
 “Dios Poderoso” (Isaías 9,6).
 “Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos” (Romanos 9,5).
 “Emmanuel” (Isaías 7,14; Mateo 1,23).
 “Estrella que saldrá de Jacob” (Números 24,17).
 “Estrella resplandeciente de la mañana” (Apocalipsis 22,16).
 “El sol de la justicia” (Malaquías 4,2).
 “El veraz” (Apocalipsis 3,7).
 “El principio de las criaturas de Dios” (Apocalipsis 3,14).
 “El Alfa y la Omega, el principio y el fin, el primero y el último”
(Apocalipsis
 22,13).
 “Gran Dios y Salvador Jesucristo” (Tito 2,13).
 “Hijo del Bendito” (Marcos 14,61).
 “Hijo de David” (Mateo 21,9).
 “Hijo de Dios” (Lucas 1,35).
 “Hijo del Dios Altísimo” (Marcos 5,7; Lucas 1,32).
 “Hijo del Dios viviente” (Mateo 16,16).
 “Hijo del hombre” (Mateo 8,20).
 “Hijo unigénito” (Juan 3,16).
 “Imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación”
(Colosenses 1,15).
 “Jesucristo, Hijo de Dios” (Marcos 1,1).
 “Jesús Nazareno, Rey de los Judíos” (Juan 19,19).
 “Juez de vivos y muertos” (Hechos 10,42).
 “León de la tribu de Judá” (Apocalipsis 5,5).
 “Lucero de la mañana” (Apocalipsis 22,16).
 “Luz de las naciones” (Isaías 42,6).
 “Luz de los hombres” (Juan 1,4).
 “Maestro, y Señor” (Juan 13,13).
 “Maravilloso consejero” (Isaías 9,6).
 “Mediador entre Dios y los hombres” (1 Timoteo 2,5).
 “Padre Eterno” (Isaías 9,6).
 “Pastor del pueblo de Israel” (Mateo 2,6; 15,24).
 “Pastor y Obispo” (1 Pedro 2,25).
 “Poder de Dios, y sabiduría de Dios” (1 Corintios 1,24).
 “Príncipe de la Paz” (Isaías 9,6).
 “Príncipe de los pastores” (1 Pedro 5,4).
 “Príncipe y Salvador” (Hechos 5,31).
 “Príncipe de los reyes de la tierra” (Apocalipsis 1,5).
 “Resplandor de Dios” (Hebreos 1,3).
 “Rey de Reyes y Señor de Señores” (Apocalipsis 19,16).
 “Salvador” (Lucas 2,11).
 “Santo de Dios” (Marcos 1,29).
 “Santo Hijo Jesús” (Hechos 4,27).
 “¡Señor mío y Dios mío!” (Juan 20,28).
 “Señor y Mesías” (Hechos 2,36).
 “Señor y Salvador Jesucristo” (2 Pedro 3,18).
 “Sumo Sacerdote” (Hebreos 4,14-15).
 “Testigo Fiel, el Primogénito de los muertos” (Apocalipsis 1,5).
 “Tronco de Jesé” (Isaías 11,1).
 “Todopoderoso” (Apocalipsis 1,8).
 “Ultimo Adán” (1 Corintios 15,45).
 “Vástago de David” (Apocalipsis 5,5).
 “Verbo de Dios” (Apocalipsis 19,13).
 “Verdadero Dios, y la vida eterna” (1 Juan 5,20).

VIDA DE JESÚS
AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

“Jesucristo sin escribir una sola línea, inspiró más sermones, oraciones,
debates, libros, obras de arte y cantos de alabanza que todos los grandes
hombres de la historia juntos”.
Philip Schaff.
Historiador del siglo XIX.

I. CONTEXTO HISTÓRICO

Desde el año 63 a.C., Israel era una de las cincuenta provincias del vasto
imperio romano que abarcaba casi toda Europa, el Norte de África y el
Medio Oriente. Contaba con un sistema político y códigos civiles que
todavía son conocidos hasta nuestros días. Poseía un enorme ejército
bien disciplinado que aplastaba cualquier intento de subversión en sus
territorios conquistados. Contaba con excelentes caminos que unían a
Roma a las tierras más distantes gobernadas por los Césares, y mares
limpios de piratas, facilitando así un rápido movimiento de tropas,
esclavos, mercancía y víveres.

Al reconocer que el pueblo judío era una nación única, y que requería un
trato especial, los romanos le concedieron privilegios excepcionales. Julio
César colocó su religión en la categoría de aquéllas que estaban
permitidas en forma oficial, y en el año 37 a.C., Herodes el Grande,
quien, a pesar de ser idumeo de nacimiento, era judío de religión, fue
nombrado para que gobernara Judea como rey subordinado.

Por ese tiempo, Israel tan sólo contenía un reducido número del grupo
total de hebreos que estaban esparcidos a lo largo de todo el imperio.
Desde la caída de Jerusalén en el año 586 a.C., su dispersión se extendió
por medio de la política colonizadora de Alejandro Magno y los reyes
antioquenos. Se podía encontrar en números considerables en todos los
grandes centros comerciales y puertos marítimos, y donde quiera que
residieran diez cabezas de familia se edificaba por lo general una
sinagoga. En estas escuelas religiosas se reunían el sábado para oír la
lectura de las Escrituras, y esta práctica junto con el rito de la circuncisión
llegó a ser un vínculo de unidad y su distintivo de otras naciones, lo que
aseguró su identidad como “pueblo escogido por Yavé”.

En las comunidades judías de las diásporas se hablaba el idioma griego,


que era el lenguaje del comercio, la filosofía y la universidad. Este
desarrollo se dejó sentir en la ciudad de Alejandría (Egipto) con la
traducción de los textos vetero-testamentarios del hebreo al griego, y
que es conocida como la versión de la “septuaginta”. Del mismo modo,
muchos gentiles se sintieron atraídos por las enseñanzas de la torah en
sus centros de culto, la majestad de un único y verdadero Dios
(monoteísmo), las altas reglas morales y la esperanza en un mesías
esperado y anunciado por los profetas. Este grupo se les conoció como
los “prosélitos justos”, los cuales cumplían todo los preceptos y ritos de
la ley mosiaca, y en compañía de los hebreos peregrinaban al templo de
Jerusalén para la fiesta de la Pascua (o el Pésaj).

II. LA ANTIGUA ISRAEL


Los Evangelios narran que el Mesías nació en Belén, la ciudad del rey
David; de cuya estirpe real pertenecía su padre adoptivo José. Vivió
treinta años en Nazaret y murió en Jerusalén, capital de Israel. Ya en
cuanto a su vida pública la inicia a los treinta años de edad, cuando
después de haberse hecho bautizar por su primo Juan Bautista en el
río Jordán, empieza a recorrer durante tres años las aldeas y los campos
de las cuatro provincias de Palestina (Judea, Galilea, Samaria y Perea)
anunciando la “Buena Nueva”, en especial a los pobres y marginados
como los ancianos, las viudas, los huérfanos, los extranjeros al igual que
los pescadores del mar de Galilea; entre los que se encontraban cuatro
de sus apóstoles incluyendo a Pedro, a quien Jesús prometió en la región
de Cesarea que sobre él edificaría su Iglesia al ser nombrado su primer
pastor en la tierra. Esta labor apostólica ha continuado hasta nuestros
días hasta llegar al Papa Francisco.

III. MARCO SOCIAL Y RELIGIOSO

Los judíos vivían una de sus peores crisis en el ámbito político y social, la
clase dominante era regida por los Saduceos (los justos), quienes tenían
el control del Templo de Jerusalén, centro espiritual y de peregrinación
del pueblo hebreo. Estos a su vez rivalizaban doctrinalmente con los
Fariseos (los puros), y Escribas (Doctores de la Ley), encargados de las
Sinagogas, los Saduceos junto con los Fariseos, Escribas y Ancianos
formaban el llamado “Consejo de los Judíos” o “Sanedrín”, que estaba
constituido por setenta y un miembros incluido el Sumo Sacerdote.
Todos ellos vestidos de púrpura real y lino blanco que representaban su
posición favorecida. Del mismo modo, se encontraban los Herodianos que
incluían la corte del rey Herodes el Grande, aliados de los romanos.
También estaban los publicanos quienes recogían los impuestos para el
César. Asimismo, los Zelotes (los celosos), llamados también Sicarios (por
el pequeño puñal o “sica” que utilizaban). Igualmente, con los
Samaritanos se evitaba todo contacto, pues ambos pueblos se habían
distanciado desde la división del reino de Israel y Judá ocho siglos atrás,
y sobre todo por tener una tradición bíblica y una organización religiosa
independiente de la de Jerusalén. Finalmente, los Esenios (Hijos de la
luz), agrupaban comunidades de judíos que vivían aislados de los demás;
éstos no son mencionados en los evangelios.
III. SU MISIÓN REDENTORA

“Jesús” equivalente a: Yoshua (en hebreo) o Yeshua (en arameo), cuyo


nombre significa Yahveh Salva. Recibió el título de “Mesías”, Maschíaj
(en hebreo) o “Cristo”, kjristós (en griego), equivalente a Christus (en
latín) que quiere decir “Ungido”, “Escogido” o “Sagrado” (término que
identificaban a los reyes, sacerdotes y profetas del pueblo escogido por
Dios); de aquí surge la combinación de “Jesucristo”, Iesus Christus (en
latín). También se le relaciona en las Escrituras con el distintivo de “Hijo
de Dios”, Ben Elohim (en hebreo), “Señor”, Maran (en hebreo), Kyrios
(en griego) o Dominus (en latín). En el arte cristiano aparece el símbolo
“IHS”, que compone las iniciales de Iesus Hominum Salvator, Jesús
Salvador de los hombres.

Para demostrar su naturaleza y misión divina realizó grandes prodigios


como curar a los ciegos, leprosos, paralíticos, mudos, resucitar a los
muertos, como a su amigo Lázaro, expulsar demonios, transformar el
agua en vino, multiplicar en dos oportunidades los panes y los peces para
dar de comer a más de cinco mil personas, calmar la tempestad con su
voz, caminar sobre las aguas, y dejar ver su resplandor glorioso en el
monte Tabor a sus tres más cercanos seguidores: Pedro, Santiago el
“Mayor” y Juan, el discípulo amado.

La predicación de Jesús era de fácil comprensión, resumiendo los


mandatos de la ley mosaica en dos grandes principios: “Amar a Dios
sobre todas las cosas, y al prójimo como a ti mismo”. También hablaba
de que su cuerpo y su sangre se convertirían en una “Nueva Alianza” o
“Pacto Eterno” en el que no solamente estaban incluidos los judíos sino
también los paganos, llamados a formar por el bautismo una única Iglesia
Universal (Católica en griego). Para llevar este mensaje se valió
especialmente de ejemplos y comparaciones con la vida cotidiana
(parábolas). Sin embargo, fueron muchos los que no aceptaron tales
palabras, pues mientras Jesús les hablaba de un “Reino en los Cielos”
(Regnum Christi), ellos esperaban un rey guerrero como había sido
David, que los liberara del yugo de los idólatras romanos, y los
convirtiera en “reyes de este mundo”; esperanza que todavía anhelan
muchos de los llamados judíos ortodoxos. Todo esto le ocasionó una serie
de grandes peligros, destierros, intentos de asesinatos, calumnias y
traiciones por parte del Sanedrín (consejo de ancianos), al mando del
Sumo Pontífice Anás y su yerno Caifás (El primero gobernó el sanedrín
hasta el año 16, y Caifás del 16 al 40), quienes se valieron de la codicia
de Judas Iscariote para vender a su Maestro por treinta monedas de
plata, precio que era pagado en aquel tiempo por un esclavo.

IV. EL SIGNIFICADO DE SU RESCATE

La Biblia le da varios nombres al acto amoroso de Dios Padre de habernos


entregado a su “unigénito” por la salvación de toda la humanidad, y que
puede estar relacionado con los términos: comprar, reconciliación,
redención, propiciación y expiación (Salmo 49,8; Daniel 9,24; Gálatas
3,13; Colosenses 1,20; Hebreos 2,17). Pero la expresión que tal vez la
defina mejor la utilizó el propio Jesús cuando dijo: “De la misma manera
que el Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su
vida como rescate por muchos” (Mateo 20,28. Biblia de Jerusalén). La
palabra griega para “rescate” es lý-tron, significa “soltar, liberar”, y
designa el dinero que se pagaba a cambio de la liberación de los
prisioneros de guerra. Por consiguiente, la definición esencial de rescate
es “lo que se paga para recomprar algo”. En el AT el vocablo
correspondiente es kó-fer, que procede de un verbo que expresa
“cubrir”, y en un plano teológico sería “cubrir los pecados” (Salmo 65,4).
Del mismo modo, para rescatar del pecado, o cubrirlo, debe pagarse un
precio que corresponda plenamente al daño ocasionado por este, o lo
cubra en su totalidad. Por esta razón, la ley divina que recibió Israel
estipulaba lo siguiente: “No tendrá piedad tu ojo. Vida por vida, ojo por
ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie” (Deuteronomio
19,21. Biblia de Jerusalén).

V. LA PASIÓN DEL SEÑOR


El arresto y el juicio de Jesús se produjo en tiempos de la Pascua, que era
la máxima fiesta religiosa en la que se celebra hasta nuestros días, la
salida del pueblo judío de la esclavitud en Egipto, comandados por
Moisés. Ya en cuanto las acusaciones en contra suya fueron tanto de
carácter religioso porque siendo un hombre se hacía llamar “Hijo de
Dios”, y de orden político, pues recibía de sus seguidores el título de “Rey
de los Judíos”, lo que era considerado un acto de rebeldía al entonces
emperador Tiberio César. Fue esta última denuncia lo que obligó al
procurador Poncio Pilatos (26 al 36) a sentenciar a este Vir Dolorum
(varón de dolores) a la pena capital de la Cruz, castigo solo reservado a
los peores criminales y soldados que desertaban de las filas imperiales. El
mismo gobernador romano mandó a colocar sobre la Cruz, el letrero de
INRI, palabra formada por las iníciales latinas “IESUS NAZARENUS REX
JUDEORUM” (JESÚS NAZARENO, REY DE LOS JUDÍOS).

Sobre la tortura de Cristo el viernes santo, los evangelios nos narran de


manera completa la gran cantidad de sufrimientos que tuvo que padecer,
tales como las burlas y los insultos de los soldados, la coronación de
espinas, los latigazos, los golpes con una caña en la cabeza, los
puñetazos en la cara, el peso del madero desde el Pretorio romano hasta
el monte Gólgota o Calavera; y la terrible agonía de seis hora (9am a
3pm), acompañada de calambres, desgarre muscular en los brazos y
espalda, las heridas abiertas, fiebre alta, deshidratación, un sudor frío
que le bañaba todo el cuerpo, hasta experimentar la muerte por asfixia,
según lo han concluido los médicos forenses. Sobre el particular, San
Ignacio, obispo de Antioquía (+107), haciendo énfasis en la divinidad y
humanidad de Cristo, pudo decir que ese día en el calvario fue derramada
por nuestra salvación “la sangre de Dios”. Después de su muerte
descendió a las partes bajas del mundo (descendit ad ínferos) para
llevar a las almas de los justos al cielo.

VI. LA RESURRECCIÓN Y LA NUEVA VENIDA


El domingo llamado El primer día de la semana, una de sus más fieles
seguidoras, María Magdalena encuentra el sepulcro vacío; esta señal y las
varias apariciones a sus amigos son las dos pruebas bíblicas que testifican
su triunfal resurrección (Anástasis). Jesús permanece con sus apóstoles
y discípulos incluyendo a su madre María durante cuarenta días, y regresa
al cielo a la presencia del Padre en el monte de los Olivos (Anábasis, es
decir ascensión). De aquí solamente volverá a la tierra en el día del juicio
final (Parusía, o segunda venida), donde será como un pastor que
separe a las ovejas de las cabras; los buenos a la vida eterna y los malos
a la condenación por los siglos de los siglos.

LA NATURALEZA DIVINA DE JESÚS


AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

En el Antiguo Testamento el profeta Isaías había revelado al pueblo de


Israel que el “Hijo de Dios” sería llamado el “Emmanuel” (7,14), que en
Hebreo traduce “Dios con nosotros”. Igualmente, el mismo profeta en
otro de sus apartes lo llamó también “Dios invencible” (9,6); el autor de
la carta a los Hebreos (1,8) agrega: “mas del Hijo dice (el Padre): Tu
trono, OH Dios, por el siglo del siglo, cetro de equidad es el cetro de tu
reino” (Véase también Salmo 45,6-7). Del mismo modo, el nombre de
“Jesús” quiere decir en hebreo “Dios salva”; así lo identificó el Arcángel
San Gabriel al anunciarle a la Virgen María su misión (Lucas 1,31-33).

Claro está, que el libro bíblico donde más se hace alusión a la naturaleza
divina de Jesús se encuentra condensado en el evangelio de San Juan;
escrito en la ciudad de Éfeso a finales del siglo I, por petición de los
obispos de Asia, para refutar y aclarar el error teológico que empezaba a
extender un hereje de nombre Cerinto en compañía de los ebionitas, los
cuales negaban esta verdad de Fe. Así lo demuestra el párrafo inicial: “En
el principio era El Verbo (Logos en griego) que quiere decir “la
Palabra”=Jesús], y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios (en
griego The-ós=Dios)” (1,1). Comparar con (1 Juan 1,1-3).

El prólogo del evangelio de Juan versos 1 al 3 y 14, establece tres facetas


principales del Logos Theou (el Verbo ontológico encarnado) y su
actividad:

 Su divinidad e íntima relación con el Padre desde toda la eternidad.


 Su obra como agente de la creación del universo.
 Su encarnación por medio de la Virgen María.
Las Sagradas Escrituras nos indican que Jesús no fue “creado” sino
“engendrado”. En forma metafórica equivale a decir “engendrado de
Dios” (gennétheis ek tou Theou) (Salmo 2,7; Proverbios 8,25; Hechos
13,33; Hebreos 1,5; 5,5), o usualmente “nacido de Dios”
(gegennémenos ek tou Theou) (1 Juan 5,18). El aoristo gennétheis
describe la acción realizada una vez y para siempre, mientras que el
perfecto gegennémenos habla de una continuación de la acción ya
consumada, en la cual todo creyente como “hijo adoptivo” del Padre
Eterno está llamado a permanecer por la fe en su Unigénito, nuestro
hermano mayor (Juan 1,12-13). Por lo tanto, Jesucristo “ha venido de
Dios” (Juan 6,46; 13,13), bajado del cielo (en griego “Katabasis”, es
decir “descendimiento”) (Juan 3,13), “Porque todo lo que Dios es, se
encuentra plenamente en la persona de Cristo” (Colosenses 2,9). “Él es el
resplandor glorioso de Dios, la representación (del griego charaktér)
misma de lo que Dios es” (Hebreo 1,3). Hablar de “resplandor”, es aclarar
que tiene la misma “impresión” o “sustancia” de Dios (hypostasis). O
también “la imagen (del griego eikón) del Dios invisible” (Colosenses
1,15; Véase también 2 Corintios 4,4).

Jesús es el “unigénito” de Dios (Juan 1,14). El vocablo “unigénito” en


griego es monogenes, que se deriva del adjetivo de genos, “origen,
raza, injerto” etc. De manera que monogenes puede traducirse “uno de
una clase”, dando a entender que Jesucristo es consustancial al Padre, Él
es Hijo de Dios en forma única. La revelación de Yahveh al hombre (Juan
1,18), y la salvación eterna a través del Hijo (Juan 3,16; 1 Juan 4,9).
Asimimo, el apóstol de los gentiles se refiere a Cristo como el
“primogénito (prototokos) de toda creación” (Colosenses 1,15.
Comparar con Hebreos 1,6). Los arrianos usaban estos dos pasajes como
evidencia de que Nuestro Señor era un ser creado, pero la interpretación
correcta está implícitamente en el contexto de Colosenses que se refiere
a Cristo pre-encarnado. Además, la palabra declara que Jesús es el Señor
de la creación porque como primogénito es el heredero del orden creado.
Es decir, lo que es anterior al tiempo debe pertenecer al orden de la
eternidad (Véase Isaías 9,5; Juan 1,1).
Hay que aclarar que cuando San Pablo en la epístola a los Filipenses 2,6-
7, habla de Jesús “el cual, siendo de condición divina, no retuvo
ávidamente el ser igual a Dios. Sino que se despojó de sí mismo tomando
condición de siervo haciéndose semejante a los hombres y apareciendo
en su porte como hombre”. Aquí El término griego kenosis, que viene de
kenoó que traduce “se despojó a sí mismo”, se utiliza en el NT en forma
metafórica más bien que literal. Los exegetas han explicado que Jesús
retuvo su naturaleza y atributos de Dios (en morphê theou
hyparchón) (Comparar con Mateo 11,27; Marcos 1,1; Juan 3,13; 14,9;
Romanos 1,4).

“Nadie ha visto jamás ha Dios, el hijo único, que es Dios y que vive en
íntima comunión con el Padre, es quien nos lo ha dado ha conocer” (Juan
1,18). Dios quiso habitar en la persona de Cristo (Colosenses 1,19), quien
es de Dios (Juan 9,33; 1 Corintios 3,23) y procede de Dios (Juan 7, 29;
8,42). “Porque así como el Padre tiene vida en sí mismo, así también ha
hecho que el Hijo tenga vida en sí mismo” (Juan 5,26); pues la gloria de
Dios brilla en la cara de Jesucristo (2 Corintios 4,6). ” Cristo el que está
por encima de todas las cosas, Dios bendito por los siglos” (Romanos
9,5). Por esta razón, los fariseos lo atacaban porque siendo un hombre se
hacía igual a Dios (Juan 5,18; 10,33).

Percatados de esta verdad, Cristo Jesús fue por eso adorado por los
magos de Oriente (Mateo 2, 11), por el ciego de nacimiento al que le dio
la vista (Juan 9,35-38), por las mujeres que se lo encontraron después de
la resurrección (Mateo 28,9), por los apóstoles cuando lo vieron regresar
a la presencia del Padre (Mateo 28,17; Lucas 24,52), por los ángeles del
cielo (Hebreos 1,6) y por los 24 ancianos del Apocalipsis (5,14). Cómo si
fuera poco, el mismo Señor Jesús puso de manifiesto varias veces su
naturaleza divina, pues “nadie conoce al hijo sino el Padre, ni al Padre le
conoce nadie sino el Hijo, y aquel a quien el hijo se lo quiera
revelar“(Mateo 11,27), “el que no honra al hijo no honra al Padre que lo
envió” (Juan 5,23), “Yo y el Padre somos una sola cosa” (Juan 10,30), “el
Padre esta en mí y yo en el Padre” (Juan 10,38), “crean en Dios y crean
también en mí” (Juan 14,1), porque “todo lo que tiene el padre es mío”
(Juan 16,15). Por todas estas declaraciones, el Unigénito de Dios puede
decir con autoridad: “Nadie va al Padre sino por mí, si me habéis
conocido a mí, conocéis también a mi Padre, y desde ahora lo conocéis y
lo veis” (Juan 14,7). Asimismo, los milagros de Cristo (Lucas 9,43) y su
transfiguración en el monte Tabor (2 Pedro 1,16-17), revelan la majestad
(megaleiotés) que le viene de Dios Padre.

Por otra parte, tanto San Pablo como San Pedro nombran a Jesucristo en
sus cartas como “Dios y Salvador” (Tito 2,13; 2 Pedro 1,1); título que
también recibe “Dios padre” (Daniel 6, 27,1 Timoteo 2,3; 4,10; Tito 3,4).
Es más, en la resurrección del Mesías, el apóstol Tomás exclama
maravillado y convencido: “¡Señor mío y Dios mío!” (Juan 20,28);
Comparar con (1 Reyes 3,7: Salmo 86,12). Por su parte, San Juan
concluye diciendo: “Vivimos unidos al que es verdadero, es decir, a su
hijo Jesucristo. Este es el Dios verdadero y la vida eterna “(1 Juan 5,20),
comparar con (Juan 17,3). Igualmente, hay varios pasajes bíblicos donde
se nombra a Jesús como el Pantokrátor, término griego para
“Todopoderoso”. En un sentido literal implica “Gobernante sobre Todo;
Aquel Que Tiene Todo el Poder”. (Juan 1,3; Mateo 28,18; Apocalipsis
1,8).

En un hermoso prefacio de Navidad canta la Iglesia Católica: “En el


misterio santo que hoy celebramos, Cristo, el Señor, sin dejar la Gloria del
Padre, se hace presente entre nosotros de un modo nuevo: el que era
invisible por su naturaleza se hace visible al adoptar la nuestra; el Eterno,
engendrado antes de tiempo, comparte nuestra vida temporal pasa
asumir en sí todo lo creado, para reconstruir todo lo que estaba caído y
restaurar de este modo el universo, para llamar de nuevo al Reino de los
Cielos al hombre sumergido en el pecado”.
LA NATURALEZA HUMANA DE JESÚS

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

El hijo de Dios sólo podía ser verdaderamente el Redentor del género


humano, si adoptaba enteramente un cuerpo y un alma humana, con
todo lo que implicaba haber tenido nuestra propia naturaleza (Hebreos
2,14). Es decir, Cristo asumió la homoioma de nuestra humanidad en
cuanto a la carne al haber nacido del vientre de la Virgen María (Romanos
8,3; Filipenses 2,7). Sin embargo, por el mismo hecho de ser Dios, no
tuvo en su vida terrenal caída alguna. “Porque él también estuvo
sometido a las mismas pruebas que nosotros; sólo que él jamás pecó”
(Hebreos 4,15), ya que “nunca cometió ningún crimen ni hubo engaño
en su boca” (Isaías 53,9; 1 Pedro 2,22), “El es santo, sin mancha,
apartado de los pecadores” (Hebreos 7,26), puesto que “ha sido hecho
perfecto para siempre” (7,28), como hombre celestial (1 Corintios 15,47).
Pero el versículo central y más contundente está en Juan 1,14: “Y el
Verbo se hizo carne” (kai ho logos sarx egeneto).

“Cuando se cumplió el tiempo, Dios envió a su Hijo, que nació de una


mujer, sometido a la ley de Moisés” (Gálatas 4,4). “Por medio de los
profetas, Dios había comunicado este mensaje que trata de su Hijo
Jesucristo, Nuestro Señor, que como hombre es descendiente del rey
David” (Romanos 1, 3-4; 2 Timoteo 2,8), porque Él mismo “tomando
naturaleza de siervo nació como hombre” (Filipenses 2,7). En cuanto a lo
humano es de raza judía (Romanos 9,5), de la tribu de Judá (Hebreos
7,14), pues “por un poco tiempo, Dios hizo (a su Hijo) algo menor que los
ángeles” (Hebreos 2,9), teniendo un desarrollo normal, ya que fue
creciendo en cuerpo y mente, gozando del favor de Dios y de los
hombres (Lucas 2,52; Proverbios 3,4).
De la vida pública de Jesucristo la Santa Biblia nos aportan una
abundante información sobre las necesidades físicas, virtudes y pasiones
que sintió en carne propia. Experimentó el aguijón del hambre (Mateo
4,2; 21,18; Lucas 24,41-42), le pide agua de beber a la mujer samaritana
(Juan 4,6-8), siente nuevamente sed cuando está en la cruz (Juan 19, 28-
30). Oraba en las madrugadas (Marcos 1,35) y al final del día (Mateo
14,23), alejándose del clamor de las multitudes, como en el desierto y las
montañas (Lucas 4,42; 5,16; Mateo 14,23). Enseñaba el mensaje de la
redención en las aldeas y pueblos de Israel (Mateo 9,35), en los caminos
de Samaria (Juan 4,5-6), a orillas del lago de Galilea (Marcos 3,9), en la
barca de Pedro (Lucas 5,2-3), en lo alto de un monte (Mateo 5,1; Juan
6,3), en las sinagogas y en el templo de Jerusalén (Juan 18,20; Lucas
19,47). En varias ocasiones llega al cansancio y el agotamiento físico
(Marcos 4, 38; Juan 4,6). Cuando se sentía extenuado por las duras
jornadas de predicación se iba a solas con los apóstoles (Marcos 6, 30-
32), también lo hacía a Cafarnaúm en Galilea (Juan 6,15-21), y otras
veces a Betania (Marcos 11,11-12) y Efrem (Juan 11,54), dos ciudades
próximas a Jerusalén de Judea.

Su personalidad era atrayente, pues tenía una mirada penetrante (Marcos


5,32-33; 8,33). Los apóstoles y los discípulos sienten temor y asombro,
por sus doctrinas y prodigios (Marcos 4,41; 6,51; 9,6.32; 10,24.32).
Conocía el corazón de los hombres ((Juan 2,24-25; 6,64). Hasta quienes
pecaban gravemente se sintieron cautivados hacía Él (Mateo 9,9-13;
Lucas 7,36-38; 19,1-10). Los fariseos sentían miedo, porque la gente
estaba sorprendida por sus enseñanzas (Marcos 11,18; Juan 7,15.32), al
igual que toda la multitud (Marcos 9,15), “porque lo hacía con plena
autoridad, y no como sus maestros de la ley” (Mateo 7,28-29; Lucas
4,22.32), hablando siempre con la verdad (Marcos 12,14), sin necesidad
de gritar o levantar la voz (Isaías 42,2; Mateo 12,19). Incluso, cuando
estuvo sometido a presión, su manera de proclamar la verdad atraía a las
personas sinceras (Juan 7,32.40.45-46). Fue accesible y bondadoso, y
todo lo hizo por amor (Mateo 19,13-15; Juan 15,12).
Dio ánimo a sus esforzados apóstoles (Juan capítulos 13 a 17), lidiando
con las rivalidades que surgían entre ellos (Marcos 9,33-37; Lucas 9,46-
48; 22,24-27; Juan 13,14), tuvo en consideración sus limitaciones
estando siempre dispuesto a perdonarlos (Marcos 10,35-45; 14,34-38.
66-72; Lucas 22,31-32; Juan 15,15; 16,12; 21,15-17). Tampoco les
impuso sus opiniones. Al contrario, los animaba a expresarse con libertad
(Mateo 16,13-15). Cuando trataba con los pecadores tenía en cuenta su
determinación por cambiar (Lucas 7,37-50; 19,2- 10). Amaba la justicia,
por lo que se llenó de recta indignación al ver a los abusivos mercaderes
del templo lucrarse con la gente pobre y sencilla (Mateo 21,12-13). No
quería que la muchedumbre sacara conclusiones acerca de su persona
basándose en informes sensacionalistas (Mateo 12,15-19).

Fue profundamente sensible con las criaturas humanas (2 Corintios


10,1), multiplica en dos oportunidades los panes y los peces, para dar de
comer a la multitud hambrienta que lo seguía a todas partes (Mateo 14,
13-21; 15, 32-38).Sin embargo, nunca utilizó su propio poder divino en
beneficio propio, como cuando después de 40 día ayunando en el
desierto, se negó a convertir las piedras en panes, tal como el Diablo se
lo pidió (Mateo 4,2-4).

A todos los que lo sigue los llama “amigos” (Juan 15,14), es tierno con
los niños que se acercaban a su lado (Marcos 10, 13-16), siente cariño
ante la primera confesión del príncipe de la sinagoga (Marcos 10,20-21),
es paciente y humilde de corazón (Mateo 11,29; Marcos 10,13-16), hasta
el punto que dirigía a Dios su Padre la alabanza y la honra (Marcos 10,17-
18), al igual que sus oraciones (Mateo 11,25). Ama la justicia y odia la
maldad (Hebreos 1,9).
Cuando lo consideró necesario, ilustraba sus predicaciones con ejemplos
o pasajes de las Santas Escrituras (Mateo 12,38-42; 15,1-9; 16,1-4;
21,13; Juan 6,45; 8,17), las citaba y sabía exactamente qué texto usar en
cada situación (Mateo 4,4; 7.10; 12,1-5; Lucas 4,16-21), “y sin parábolas
no les hablaba” (Mateo 13,34). En su predicación Jesús afirmó y sostuvo
la autoridad de la ley (Mateo 5,17-19), y como Dios encarnado la expuso,
quitando las interpretaciones erróneas, dándole su verdadero significado
espiritual (Mateo 7,12), y mostró como su fundamento era el amor
(Mateo 22,34-40). Su exhortación era una ofensa a la gente de su pueblo
(Marcos 6,3), para los fariseos (Mateo 15,12), los judíos (Juan 6,61.66), y
sus discípulos (Marcos 14,27), y por eso las opiniones estaban divididas
con respeto a su persona (Juan 7,12).

De hecho, en vez de enseñar sus propias ideas, habló en nombre de


aquel que lo había enviado (Juan 7,16-18; 8,28; 12,49; 14,10), con toda
humildad, haciendo su voluntad, y sin ningún tipo de pretensión de su
parte (Salmo 40,8; Mateo 26,42; Juan 5,41; 6,38; 8,50). Por el contrario,
cuando era obvio que hablar no serviría de nada, optó sencillamente por
quedarse callado (Marcos 15,2-5; Lucas 22, 67-70). Ilustró que la Ley del
Señor debía aplicarse de manera razonable y misericordiosa (Mateo
23,23), además actuó con justicia al predicar a ricos y pobres por igual
(Mateo 11,5; Lucas 18, 18-23). Exhortaba siempre con su ejemplo (Juan
13,15). Igualmente, dedicó gran parte de su tiempo a hacer preguntas,
pues le interesaba profundamente lo que pensaban y sentían sus oyentes
(Mateo Mateo 12,24-30; 17,24-27; 22,41-46; Marcos 8,27-29).

Sus discípulos lo llamaban “Maestro y Señor” (Juan 13,13), y “la gente


empezó a alabar a Dios, diciendo- Un gran profeta ha aparecido entre
nosotros” (Lucas 7,16),“enseñaba en las sinagogas de ellos, y era
glorificado por todos” (Lucas 4,15), otros decían: “Es un buen hombre”
(Juan 7,12), “Este es el Mesías” (Juan 7,40-41), el “Hijo de David” (Mateo
15,22), el “Cristo de Dios” (Lucas 23,35), “el Hijo de Dios, que ha venido
al mundo” (Juan 11,27), “santo y justo” (Hechos 3,14), el “Salvador del
mundo” (Juan 4,42).
En cierta ocasión, varios soldados enviados para detenerlo regresaron con
las manos vacías, y dijeron: “Nunca hombre alguno ha hablado como
éste” (Juan 7,46), “poderoso en obras y en palabras delante de Dios y de
todo el pueblo” (Lucas 24,19), sus palabras son Espíritu y Vida (Mateo
23,8). Todo el pueblo le escuchaba y estaba pendiente de sus palabra”
(Lucas 19,48), sintiéndose atraídos por su forma de enseñar (Mateo 7,28-
29). O tanbién “muchísima gente” permaneció junto a él durante tres
días, al punto de quedarse sin comida (Marcos 8,1-2).

El ungido de Dios resalta la importancia sobre el “perdón”, ya que ante


una pregunta de Pedro sobre el tema, le instruye que hay que perdonar
“setenta veces siete”, es decir, estaba diciendo que el amor verdadero no
le pone límite al perdón con el prójimo; teniendo en cuenta que los
fariseos recalcaban que sólo se debía perdonar a alguien máximo tres
veces (Mateo 18,21-22). Pensemos igualmente en la ternura con que
sanó a cierto leproso. Compadecido lo tocó y le dijo: “Quiero” (Marcos
1,40-42). La gente decía: “¡Todo lo ha hecho bien! ¡Hasta hace oír a los
sordos y hablar a los mudos! (Marcos 7,37), y en vez de pregonar su
poder, en muchas ocasiones mandó a los sanados que no contaran a
nadie lo ocurrido (Marcos 5,43; 7,36). En ocasiones, personas poseídas
por espíritus inmundos gritaban a Jesús. En esas circunstancias, El
conservaba la calma, recurriendo a su poder divino para liberarlas de esa
dominación maléfica (Marcos 1,23-28; 5,2-8.15). A diferencia de los
hombres egoístas que abusaban del poder, nunca utilizó sus facultades
poderosas en beneficio propio o para hacer daño (Mateo 4,2-4), también
se negó a ejecutar señales solo para satisfacer la curiosidad malsana,
como cuando estuvo delante de Herodes Antipas (Lucas 23,8-9).
Tiene alegría por la buena cosecha espiritual de los setenta y dos
discípulos (Lucas 10,21), y asombro ante la noticia de la muerte de
Lázaro en Betania (Juan 11,33), siente enojo y a la vez tristeza por los
judíos que dudaban de su poder curativo (Marcos 3,5; 9,19), reprende a
Santiago y Juan por su deseo de venganza contra los samaritanos (Lucas
9,55), además de ira santa por los mercaderes que habían profanado el
templo de Jerusalén (Juan 2,13-16; Mateo 21, 12-13), llora por el terrible
castigo que le aguardaba a la Ciudad Santa (Lucas 19, 41-44), y por el
fallecimiento de su amigo (Juan 11, 35). Incluso, su sencillez se vio
probada en el cenáculo antes de la última cena al lavarles los pies a sus
discípulos con agua, perfume y unguentos (Juan 13,5). Esta era una
tarea que en la costumbre judía lo realizaba un siervo o alguna mujer de
la casa. Esto jamás lo hacía el anfitrión (1 Samuel 25,41; 1 Timoteo
5,10).

Al acercarse los días de su trágico destino, sufre intensamente por la


prueba que tendrá que padecer (Marcos 8, 31; Lucas 12, 50; 24,26). Le
duele la traición de Judas (Juan 13, 21). Llegada la hora suprema vive
una tremenda angustia en el jardín de Getsemaní (Marcos 14, 35-36;
Juan 12, 27), hasta el punto de que su sudor se convirtió en grandes
gotas de sangre que le caían por el rostro (Lucas 22, 44). Pues “mientras
Cristo estuvo viviendo aquí en el mundo con voz fuerte y muchas
lágrimas, oró y suplicó a Dios; quien tenía poder para liberarlo de la
muerte” (Hebreos 5,7). Igualmente, demostró valor al enfrentarse a una
agitada multitud que lo buscaba para arrestarlo (Juan 18,4-9). A
diferencia de los hombres egoístas que abusaban del poder, nunca utilizó
sus facultades poderosas en beneficio propio o para hacer daño (Mateo
4,2-4), también se negó a ejecutar señales solo para satisfacer la
curiosidad malsana, como cuando estuvo delante de Herodes Antipas
(Lucas 23,8-9).
“Era un hombre lleno de dolor, acostumbrado al sufrimiento” (Isaías 53,3;
1 Pedro 2, 21). “Cuando le maldecían, no respondía con maldición;
cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga
justamente” (1 Pedro 2,23). “Porque tampoco Cristo buscó agradarse a
si mismo, al contrario, en él se cumplió lo que dice la Escritura: “Las
ofensas de los que te insultaban cayeron sobre mi.” (Romanos 15,3). O
también: “El mismo tomó nuestras enfermedades, y llevó nuestras
dolencias’” (Isaías 53,4; Mateo 8, 16-17). Ya en la cruz se encuentra
abandonado por su padre en los cielos (Mateo 27, 46; Salmo 22, 1-2).
Finalmente grita y muere con dolor (Mateo 27,50), cumpliendo así con la
misión por la cual había venido al mundo: “Consummatum ets!” (Juan
19,30).

Todo esto pasó “porque Cristo mismo sufrió la muerte por nuestros
pecados, una vez para siempre. El era bueno, pero sufrió por los malos,
para llevarlos a ustedes a Dios” (1 Pedro 3,18). “Así que Cristo, a pesar
de ser Hijo, sufriendo aprendió a obedecer” (Hebreos 5,8), y “se humilló
a sí mismo, y por obediencia fue a la muerte, a la vergonzosa muerte de
la cruz” (Filipenses 2,8; Comparar con Hebreos 12,2). El “nos amó, y nos
lavó de nuestros pecados con su sangre” (Apocalipsis 1,5; Comparar con
Gálatas 2,20). Es eternamente misericordioso con los hombres (1 Juan
2,1; Judas 21). Ama intensamente a los apóstoles hasta el final (Juan 13,
1; 15, 9-10), y a toda la humanidad (Efesios 3,19; 5,2). Intercede ante el
tribunal de su Padre por toda la humanidad (Romanos 8,34; 1 Timoteo
2,5; Hebreos 7,25). Por esta razón, “no hay duda de que el secreto
de nuestra religión es muy grande: Cristo se manifestó en su condición
de hombre, triunfó en su condición de espíritu y fue visto por los ángeles.
Fue anunciado a las naciones, creído en el mundo y recibido en la gloria”
(1 Timoteo 3, 16).
San Cipriano, obispo mártir del siglo III, tiene una preciosa oración sobre
Jesús: “Hermanos queridos, son muchos y grandes los beneficios de Dios,
que la bondad generosa y copiosa de Dios Padre y de Cristo ha realizado
y realizará por nuestra salvación; de hecho, para preservarnos, para
darnos una vida y podernos redimir, el Padre mandó al Hijo; el Hijo, que
había sido enviado, quiso ser llamado también Hijo del hombre para
convertirnos en hijos de Dios: se humilló para elevar al pueblo que antes
estaba postrado por tierra, fue herido para curar nuestras heridas, se
convirtió en esclavo para liberarnos a nosotros, que éramos esclavos.
Aceptó la muerte para poder ofrecer a los mortales la inmortalidad. Estos
son los numerosos y grandes dones de la misericordia divina”.
JESÚS EL BUEN PASTOR

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

I. CONTEXTO HISTÓRICO

En el Antiguo Testamento hombres tan renombrados como los patriarcas


Abrahán, Isaac y Jacob, el profeta Moisés o el rey David; tuvieron el oficio
de ser pastores. De hecho, este último compuso hermosos salmos que
describen los deberes y las preocupaciones diarias de este trabajo. El
pastor tenía que ser valiente, pues con su cayado o vara debía proteger
sus rebaños de cabras y ovejas de los depredadores como: leones, osos,
lobos, hienas y chacales, así como de los ladrones (1 Samuel 17,34-35;
Juan 10,12). A veces su labor requería ternura, como cuando una oveja
paría lejos del aprisco. El pastor se quedaba con ella durante el parto y
luego recogía al indefenso corderito y lo llevaba al redil (Isaías 40, 10-11;
Salmo 23,1-4).

Otra de sus tareas era protegerlas del mal tiempo, buscar a las
descarriadas y sanar a las enfermas. Era común que las llamara a cada
una por nombres propios o por medio de un silbido que era reconocido
por ellas, también utilizaban una flauta de caña para tranquilizarlas con
su melodía. (Juan 10,14-16). Aunque los pequeños propietarios de
ganado a veces las cuidaban personalmente o sus hijos, cuando el rebaño
pasaba de cierto límite lo confiaban a un empleado. Este recibía su pago
en dinero o con una parte de la manada. Al ponerse el sol, contaban a
sus ovejas y las examinaban una por una. Su responsabilidad ante el
dueño era detallada, y tenían que restituir los animales perdidos.
II. CAMPO TEOLÓGICO

Para la nación de Israel los reyes, sacerdotes y profetas se les


consideraban como pastores que se responsabilizaban por el bienestar de
su gente. Ellos tenían que seguir el modelo del Dios Altísimo que es por
excelencia el “Pastor de Israel” (Salmo 80,1; 23,1; Jeremías 31,10). En el
Nuevo Testamento Jesús se presenta como “Pastor Supremo” (Hebreos
13,20), que lo distingue de los ladrones, salteadores (Juan 10,1.8), y del
asalariado despreocupado de su tarea (12-13), porque el “buen pastor da
su vida por las ovejas” (11).

Caso contrario fue lo que sucedió en el siglo primero de nuestra era, con
los “pastores” o “guías religiosos” del pueblo de Dios. En eso días Roma
como el imperio conquistador y legislador era el que nombraba a los
sumos sacerdotes judíos. El rico José Caifás fue elegido por Valerio
Grato, y ocupó ese puesto más tiempo que todos sus predecesores.
Posiblemente atribuía este hecho a su habilidad como diplomático y a su
amistad personal con Pilatos. El historiador judío Flavio Josefo, especifica
que fue sumo sacerdote del templo de Jerusalén entre los años 18 al 36
de nuestra era.

Se sabe que una de las mansiones más importantes en la llamada ciudad


de Dios era la casa de este Gran Pontífice. Edificaciones como aquellas
solían construirse de dos pisos, con un patio interior y una puerta al
frente con portería. Tres años después de la muerte y resurrección del
Señor como se dedujo anteriormente, Caifás perdió el favor de las
autoridades romanas y fue destituido, la orden partió del gobernador de
Siria Lucio Vitelio, superior directo de su amigo Pilatos.

En noviembre de 1990, se encontró en el “bosque de la paz” a la salida


de Jerusalén, una tumba de piedra caliza con la inscripción en arameo
“Yehosef bar Cayfa”, que significa “José, hijo de Caifás”. Los
arqueólogos comprobaron que los restos que contenían eran de un
hombre de unos 60 años de edad, y dedujeron que podría tratarse de
José -conocido habitualmente como Caifás.
III. EL GRAN PASTOR

En las Sagradas Escrituras a Jesús se le describe como el “Príncipe de los


pastores” (1 Pedro 5,4), ya que en su naturaleza humana corría sangre
real de la estirpe davídica. No obstante, el Santo de Dios era un hombre
pobre (2 Corintios 8,9), que no tenía “donde recostar la cabeza” (Mateo
8,20). Vestía discretamente (Lucas 7,25), cargaba una túnica (o capa)
(Lucas 8,44), usaba bastón (Marcos 6,8), y calzaba sandalias (Marcos
6,9). Su única posesión valiosa al morir era la prenda que llevaba y sobre
la que echaron suerte los soldados romanos (Juan 19,23-24).

Por otra parte, el Hijo de Dios llegó a decir: “Yo soy el Buen Pastor” (Juan
10,14). La expresión “El buen Pastor” en griego es “kalos poimen”, y
significa tanto “bueno” como “hermoso y noble”; Cristo Jesús es entonces
el “Pastor bello”. Inicialmente su misión mesiánica estaba destinada “a las
ovejas perdidas del pueblo de Israel” (Mateo 15,24), ya que en los textos
vetero-testamentarios esta nación es llamada varias veces como el
“rebaño de Yahveh” (Ezequiel 34,30). Sin embargo, por la bondad
inmerecida del Padre Eterno que envió a su Unigénito al mundo, su labor
salvífica también abarcaría a los no judíos.

Para ese entonces se dividían las personas en dos grupos: el término


hebreo am (el pueblo) usualmente se limitaba a los habitantes de Israel,
mientras que los gôyim designaba a los residentes de las otras naciones,
llamados como “paganos” o “gentiles”. Por lo tanto, el Verbo de Dios
también llegó a decir: “Tengo otras ovejas que no son de este corral. A
esas también las llevaré; escucharán mi voz, y habrá un solo rebaño con
un solo pastor” (Juan 10,16). Podemos imaginarlos uno de esos apriscos
en las colinas de Judá en los que se juntaban los rebaños de varios
ovejeros, bajo la vigilancia de un cuidador para pasar la noche. Al
amanecer cada pastor llamaba a sus carneros, borregos, chivos y cabritos
para partir al frente de sus animales en busca de buenos pastos. La Biblia
anunciaba el día en que Dios, el Pastor de Israel, vendría a reunir las
ovejas dispersas de su pueblo, para que vivieran seguras en su tierra. El
Ungido del Señor ha venido para cumplir lo anunciado, extrayendo de
entre los hebreos a los que quieren seguir su voz, de igual modo sacará a
sus ovejas de otros corrales, es decir, de otras naciones fuera de la judía.
Entonces con su báculo de pastor se pondrá al frente de este nuevo y
único redil.

“Jesús usó esta comparación, pero ellos no comprendieron lo que quería


decir…Nuevamente se dividieron los judíos a causa de estas palabras.
Algunos decían: Es víctima de un espíritu malo y habla locuras; ¿para qué
escucharlo? Pero otros decían: Un endemoniado no habla de esa manera”
(Juan 10,6.19-21). Esto debido por el hondo desprecio que los israelitas
sentían por los que cuidaban ovejas y cabras. La literatura rabínica
señalaba que el oficio de pastor estaba en la lista de labores que un
padre no debe enseñar a sus hijos, pues los ovejeros no gozaba de buena
reputación y, al igual que los publicanos estaban privados de los derechos
civiles y religioso de un ciudadano hebreo. La enseñanza del Mesías era,
entonces, una doctrina aislada que rompía el esquema mental judío
tradicional.

IV. EL AMOR POR LAS OVEJAS

Jesucristo Nuestro Señor actuó siempre como un “pastor compasivo”,


bien sea con los enfermos (Mateo 14,14), con los dos ciegos de Jericó
que le piden que les devuelva la vista (Mateo 20,34), con la viuda de Naín
que llora a su hijo muerto (Lucas 7,13), y con toda la gente “porque
estaban angustiados y desvalidos como ovejas, que no tienen pastor”
(Mateo 9,36; Marcos 6,34). De igual manera, se acercaron a Él “todos los
publicanos y pecadores para oírle, y los fariseos y los escribas
murmuraban, diciendo: Este a los pecadores recibe, y con ellos come.
Entonces él les refirió esta parábola, diciendo ¿Qué hombre de vosotros,
teniendo cien ovejas, si pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve
en el desierto, y va tras la que se perdió, hasta encontrarla? Y cuando la
encuentra, la pone sobre sus hombros gozosos; y al llegar a casa, reúne
a sus amigos y vecinos, diciéndoles: Gozaos conmigo, porque he
encontrado mi oveja que se había perdido. Os digo que así habrá más
gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente, que por noventa y
nueve justos que no necesitan de arrepentimiento” (Lucas 15,1-7).

Su amor también se extendió a los “paganos” o “gentiles”. Hay que tener


en cuenta que en la cultura hebrea un “prójimo” (del hebreo rea´) es
claramente una persona israelita (Levítico 19,18). Es decir, “los hijos del
mismo pueblo”. Se prescribía una diferente norma de conducta hacia el
extranjero en contraste con el compatriota, el vecino, o aquel que está
más cercano o vive alrededor; pero siempre entre los de la misma sangre
judía (Deuteronomio 23,19-20; Mateo 5,43). Por otro lado, para Jesús el
término “prójimo”, no es solamente los hermanos de raza, sino todo
aquél que esté en necesidad. Por esta razón, accedió a realizar una
curación milagrosa a instancias de un oficial del ejército romano, y dijo:
“Les aseguro que no he encontrado a nadie en Israel con tanta fe”
(Mateo 8,10), así como también al expulsar un demonio a la hija de una
mujer cananea que le suplico insistentemente dicho milagro. A ella le
contestó: “¡Mujer, que grande es tu fe! (Mateo 15,28).

El Emmanuel fue un valiente pastor que protegió a sus ovejas (los


apóstoles) con su propia vida. En el momento en que iba a ser arrestado
en el jardín de Getsemaní respondió a sus captores: “Si me buscan a mí,
dejen que éstos se vayan. Así se cumplió lo que Jesús había predicho: No
he perdido a ninguno de los que tú me diste” (Juan 18,8-9; 10,28).
Tristemente para el Redentor de la humanidad, sus amigos presa del
miedo lo abandonaron y huyeron, cumpliéndose así lo que les había
presagiado: “Todos ustedes caerán esta noche: ya no sabrán qué pensar
de mí. Pues dice la Escritura: Herirán al Pastor y se dispersarán las
ovejas” (Mateo 26,31-32; Isaías 53, 6; Zacarías 13,8). Del mismo modo,
Isaías refiriéndose al Siervo de Yahveh narra los oprobios e insultos que
recibió, y su actitud de silencio en el juicio infame que se realizó en su
contra: “como un cordero al degüello era llevado, y como oveja que ante
los que la trasquilan está muda” (53,7).

Finalmente los escritos de los profetas testificaron la esperanza de un


verdadero pastor que vendrá al fin de los tiempos para apacentar a la
grey, reemplazando a aquellos que se mostraron infieles a su llamado
(Isaías 40,10-11; Jeremías 23,1-4; Ezequiel 34,2-10; Miqueas 4,6-7). Sin
duda, esto también se cumplirá en el advenimiento del Señor. Palabra
que viene del latín adventus o del griego parousia, y significa, en
general, presencia/visita; en particular el arribo festivo o victorioso de un
monarca. En sentido escatológico, es la segunda y definitiva venida del
Hijo del hombre, con gloria y poder, cuando “Serán congregadas delante
de él todas las naciones, y él separará a los unos de los otros, como el
pastor separa las ovejas de los cabritos. Pondrá las ovejas a su derecha,
y los cabritos a su izquierda” (Mateo 25,31-46).

Este acontecimiento se refiere a una escena que sigue siendo típica de


Oriente medio. Ya sabemos que los pastores tienen rebaños mixtos,
cuidan principalmente ovejas de raza ovis de cabeza negra cuerpo con
lana blanca densa y una gran cola grasa. Los machos tienen cuernos,
pero las hembras no. Las cabras suelen ser de un solo color: negro, café
o marrón. Estas últimas por su temperamento arisco son resguardadas en
corrales mientras que las ovejas por ser animales más dóciles se pueden
quedar a la intemperie con sus cuidadores. La tradición cristiana quiere
ver en esta parábola que las ovejas sean el rebaño del Adonay; en
cambio los chivos tienen mala reputación en la Biblia, y son sinónimo de
rebeldía (Levítico 17,7; Isaías 13,21; 34,14; Zacarías 10,3). Después de
esto llega la recompensa final para los bienaventurados en los cielos.
Donde “el Cordero que está junto al trono será su pastor y los guiará a
los manantiales de la vida” (Apocalipsis 7,17).

JESÚS DE NAZARETH
AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

I. MARCO HISTÓRICO

Jesús a los 30 años de edad empieza su ministerio público recorriendo


todas las regiones de Israel, el evangelio de Lucas (3,1-2), nos da una
aproximación al marco político y religioso, ya que afirma que era el año
quince del reinado del emperador Tiberio César, mientras que Poncio
Pilatos gobernaba en Judea, Herodes era tetrarca de Galilea, y su
hermano Felipe tetrarca de Iturea y de la provincia de Traconite, y
Lisianas tetrarca de Abilinia. Por su parte, el poder religioso estaba en
manos de los sumos sacerdotes Anás y su yerno Caifás.

Para esa época Israel estaba bajo la dominación de los Césares. Roma
imponía su orden militar, su administración y sus leyes; edificaba
fortalezas, hacia carreteras, construían acueductos, hipódromos y
anfiteatros; y se llevaba materia prima, víveres, esclavos, y dinero de los
altos impuestos. Aquí vivían unos dos millones y medio de judíos, la
población de Jerusalén era de unos 50.000 habitantes; para la pascua
podían llegar más de 180.000 peregrinos. Otros hebreos unos cuatro
millones, vivían en diferentes ciudades conocidas como diásporas, como:
Siria, Asia Menor, Babilonia y Alejandría en Egipto; otros comunidades
más pequeñas habían en Europa como en Roma.

Desde el reinado de Claudio, el Estado vendía a los extranjeros el título


de la ciudadanía romana, y sacaba de este comercio grandes sumas. Tal
fue el caso de Saulo de Tarso, quien heredó este derecho por su padre. El
ciudadano romano gozaba de ciertos derechos y privilegios en cualquier
lugar del imperio. No estaba sujeto a las leyes de las provincias donde
vivían, sino a las de Roma. Si era acusado de un delito, podía aceptar ser
juzgado según las leyes locales, pero siempre conservando su derecho a
ser oído por un tribunal romano. Y si se le condenaba a muerte, podía
apelar al emperador.
Los romanos respetaban la religión del pueblo hebreo, y quienquiera que
la perturbara, desafiaba a su mandato y la estabilidad de su poder. Los
judíos gozaban a su vez de un derecho especial de moradores, que les
excluía de la obligación de rendir culto al estado romano, y a la persona
misma del emperador. Del mismo modo los jóvenes hebreos estaban
exentos de pagar el servicio militar debido a que no querían llevar armas
ni marchar en día sagrado del sábado. No obstante, todos los judíos
mayores de 20 años debían tributar al templo en Jerusalén dos dracmas
al año, pagaderas en monedas especiales (siclo de plata, medio siclo
equivalía a dos dracmas).

II. LOS DISCÍPULOS DEL SEÑOR

A Jesús de Nazaret lo seguían diversos tipos de personas, de diferentes


clases sociales y nacionalidades. Entre ellos habían hombres de la
aristocracia que pertenecían al sanedrín o consejo de ancianos, como fue
el caso de José de Arimatea y Nicodemo, que aunque eran considerados
“discípulos en secreto” del señor, tuvieron la valentía de pedir el cuerpo
sin vida de Cristo después de haber muerto en la cruz, al procurador
romano Poncio Pilatos.

También estaban los publicanos (del griego telones), que significaba


uno que tenía el trabajo de la recaudación de los tributos o impuestos
para el emperador en Roma. Entre ellos se hallaba el apóstol Mateo o
Leví. Estos iban acompañados y protegidos por policías. Había varios tipos
de impuestos. El sistema se prestaba a abusos, el recaudador, y más bien
el jefe, se enriquecía acosta de la población ya que se quedaban con
parte de lo recaudado a los pequeños empresarios, artesanos y
cultivadores; y por eso eran considerados como “ladrones” y “pecadores”,
fuertemente despreciados por sus compatriotas. Estaba prohibido por las
autoridades religiosas comer en la mesa con un publicano, al igual que
despojados de sus derechos civiles: no podían ser jueces, ni siquiera
testigos en un proceso, mucho menos pertenecer a la comunidad judía, y
a los cuales nunca llegaría la salvación de Yahvé. Véase al respecto el
encuentro de Jesús con Zaqueo (Lucas 19, 1-9).
Los Zelotes, del griego “zeloo”, se traduce como los celosos de la ley
mosaica. Llamados también Sicarios (por el pequeño puñal o “sica” que
utilizaban). Eran guerrilleros que peleaban con las armas contra la
dominación extranjera que estaban profanando la Tierra Santa, para ellos
solo el Adonay reina en Israel, es decir, una especie de mesianismo
nacionalista. En este grupo había militado Simón, otro de los compañeros
de Jesús al igual que Barrabás; quien fue cambiado por el Señor a
petición de los habitantes de la Ciudad Santa para morir crucificado,
descrito en los evangelios como un “asesino” y “revolucionario”.

Del mismo modo, la gran mayoría de los seguidores de Cristo Jesús


estaba conformada por lo que se conocía como los “anawim", palabra
hebrea que significa los “pobres de Yahvé” o más bien "los pobres buscan
la salvación de Dios." (Lucas 4,18; 7,22; Juan 7,49). El séquito lo incluía
en primero lugar los apóstoles (o enviados), quienes en su gran mayoría
eran pescadores del mar de Galilea en el norte de Israel, como es el caso
de Pedro y Juan que son descritos en el libro de los Hechos de los
Apóstoles 4,13, como del “vulgo” o del “pueblo”, “hombres sin letra o
ignorantes”. Aquí las escrituras griegas utilizan el vocablo
“agrammatoi”, que puede referirse a que no estuvieran familiarizados
con los eruditos rabinos ni sus escuelas de formación en Jerusalén, sino
que eran más bien “legos” o “laicos”, es decir, “indoctos” en las
cuestiones religiosas; en contraste con los jefes de los saduceos, los
príncipes, ancianos y escribas de Jerusalén como eran Anás, Caifás,
Jonatán, Alejandro y los que pertenecían a la alta clase sacerdotal. Todos
ellos eran considerados como los verdaderos maestros de la Torá judía.

También habían varias mujeres entre las que se encontraba María, la


madre de Jesús, su hermana maría de Cleofás, la madre de los hijos de
Zebedeo, María de Magdala, la madre de Juan Marcos, María y Martha las
hermanas de Lázaro, Susana y otras piadosas mujeres; que lo
acompañaban en sus recorridos de predicación, y ayudaban al
sostenimiento económico del grupo, ya que muchas de ellas eran de clase
social alta. Hay que tener en cuenta que en el entorno de Israel (o
Palestina), el sexo femenino era completamente marginado y solo
valorado para la maternidad. Estaban separadas de los varones en el
templo y las sinagogas, exentas de peregrinar a Jerusalén en las grandes
festividades del año. En los tribunales judíos, la declaración de una mujer
y un esclavo no tenían validez alguna. De hecho, el historiador judío del
siglo I, Flavio Josefo, decía: “no valdrá el testimonio de mujeres por
frivolidad y temeridad propia de su sexo”.

El resto del clan lo integraban viudas, huérfanos, gente pobre, enfermos y


lisiados, al igual que extranjeros entre romanos y griegos, que eran
conocidos como “paganos” o “gentiles”. Esta última palabra viene del
griego “heb. Goiim”, para distinguir a las naciones distintas de Israel.
Los judíos para referirse a ellos utilizaban el término despectivo de
“perro”, tal cual como se señala en el encuentro de Jesús con una mujer
de nacionalidad sirofenicia (Marcos 7,24-30). San Pablo habla en sus
epístolas de “guardarse de los perros” (Filipenses 3,2) En el libro del
Apocalipsis los llamados “perros” están en el grupo de los que no podrán
entrar en la “Jerusalén Celestial” (22,15).

De hecho, Si un judío ingresaba en la casa de un pagano, quedaba


“impuro”, y por lo tanto no podía participar en las ceremonias del templo
en la Ciudad Santa. Además, los fariseos en tiempos de Cristo enseñaban
que los hebreos solo debían llamar “prójimo” a sus “compatriotas” o a sus
“amigos”, y por eso no consideraban a los extranjeros” como “hermanos”
suyos. Al respecto, vamos a analizarlos cada versículo de la parábola del
“buen samaritano”, que el mismo Señor Jesús utilizó como ejemplo para
explicarle a un maestro de la ley sobre el verdadero significado de la
palabra “prójimo” (Lucas 10,30-37):

(Versículo 30): La mayoría de los judíos preferían viajar en grupo para


evitar ser asaltados por las bandas de ladrones que merodeaban los
parajes solitarios y poco transitados.
(Versículo 31-32): Muchos sacerdotes y sus ayudantes los levitas que
oficiaban sus servicios en el templo de Jerusalén, vivían en Jericó a una
distancia de 23 kilómetros. Ninguno de los dos se atrevió a tocar al
caminante creyendo que estaba muerto, y no se acercaron por miedo a
contaminarse y perder la pureza ritual propia de su dignidad religiosa, con
lo cual habían tenido que someterse a una extensa purificación de una
semana antes de retornar a sus labores.

(Versículo 33): El samaritano aunque de siglos atrás era enemigo de los


judíos, no se fijó en dichos prejuicios raciales y sociales, sino que por el
contrario corrió pronto a auxiliarlo.

(Versículo 34): El aceite de oliva y el vino, eran los elementos que se


utilizaban en aquél entonces para desinfectar y aliviar las heridas.

(Versículo 35): Dos denarios era el salario de dos días de trabajo de doce
horas.

(Versículo 36-37): Jesús hace una pregunta directa al maestro de la ley


sobre cuál de los tres se portó como un verdadero “prójimo”, con el
hombre maltrecho.

III. JESÚS TAUMATURGO

En los evangelios Jesús aparece como un “taumaturgo” del griego


“thaumasion” que puede traducirse como el “hacedor o el que hace
milagros”, que lo identificaban como parte de su misión mesiánica o
divina, teniendo en cuenta que para la fecha las enfermedades o los
defectos físicos, eran atribuidos a dos causas: al “Demonio” o a los
“espíritus malignos”, o como un castigo de Dios por los pecados propios o
los de sus padres. Por eso los enfermos eran considerados como
“impuros”, discriminados también por la religión hebraica. De ahí que solo
pudieran entrar en las puertas exteriores de la explanada del templo, o a
lo más al atrio de los gentiles o paganos, que también eran considerados
como pecadores e impuros. Sin embargo, el Hijo del Hombre en su vida
pública tuvo compasión de todos ellos, ya que “Recorría Jesús toda
Galilea, enseñando en sus sinagogas, proclamando la Buena Nueva del
Reino y curando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo. Su fama
llegó a toda Siria; y le trajeron todos los que se encontraban mal con
enfermedades y sufrimientos diversos, endemoniados, lunáticos y
paralíticos, y los curó” (Mateo 4, 23 -24, Biblia de Jerusalén). Aquí se
utiliza el verbo griego de “iaomai”, que precisamente quiere decir
“curar” o “sanar”.

Igualmente, los leprosos era tal vez el grupo más representativo de todos
ellos, ya que eran obligados a vivir en los campos solos o muchas veces
en compañía de otros leprosos. Cuando entraban en las ciudades para
pedir limosna lo hacían cubriéndose la cara con un velo, y anunciar su
paso al sonar de una campanilla, gritando ¡tamé! ¡tamé! “inmundo,
inmundo”, como lo ordenaba (Levítico 13,45). En ciudades no
amuralladas podían ingresar a las sinagogas y quedarse en un rincón
aislado del resto de la comunidad por medio de un muro o una rejilla,
siempre y cuando ingresaran de primeros y salieran de últimos. Según
algunos documentos rabínicos, tenían que mantenerse por lo menos a
unos dos metros de la gente. Se dice que al ver a un leproso a lo lejos,
cierto líder religioso le arrojó piedras para que no se acercara.

El Señor Jesús tuvo varios encuentros con leprosos, se mencionan doce


casos en los evangelios, así por ejemplo: “Se le acerca un leproso
suplicándole y, puesto de rodillas, le dice: `Si quieres, puedes limpiarme.
´ Compadecido de él, extendió su mano, le tocó y le dijo: `Quiero; queda
limpio.´ Y al instante, le desapareció la lepra y quedó limpio (Aquí
aparece el término griego “katharizo”, que traduce “limpiar”; es decir,
Jesús sanaba a los enfermos y limpiaba a los leprosos). Le despidió al
instante prohibiéndole severamente: `Mira, no digas nada a nadie, sino
vete, muéstrate al sacerdote y haz por tu purificación la ofrenda que
prescribió Moisés para que les sirva de testimonio.´ Pero él, así se fue, se
puso a pregonar con entusiasmo y a divulgar la noticia, de modo, que ya
no podía Jesús presentarse en público en ninguna ciudad, sino que se
quedaba a las afueras, en lugares solitarios. Y acudían a él de todas
partes” (Marcos 1, 40-45, Biblia de Jerusalén). Observamos como N. S.
Jesucristo, el “santo”, “puro” e “inmaculado” por su misma naturaleza de
Hijo del Altísimo, al tocar a un leproso toma también la condición de un
“impuro”, para curarlo de su mal, y así que él pudiera nuevamente
integrar a su hogar con los suyos.

JESÚS: EL MAESTRO DE GALILEA

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

CONTEXTO GENERAL
En la literatura rabínica de los tiempos del Mesías el término am há-
arets (pueblo de la tierra) tenía unan connotación religioso, refiriéndose
a aquéllos que a causa de su pobreza, distancia de Jerusalén, o simple
descuido, no observaban las leyes rituales de la purificación; se creía que
este tipo de personas estaba fuera del seno de la religión judía. Jesús y
sus discípulos fueron considerados por los fariseos como am há-arets,
debido a que comían con las manos no purificadas (Marcos 7,1-5) y por
arrancar espigas en el día de reposo (Lucas 6,1-5).

Los maestros religiosos sostenían que los más humildes quienes no


conocían la Ley en profundidad (como pensaban del propio Señor Jesús),
“¡son unos malditos!” (Juan 7,49). Aquí se emplea el término griego
epikataratos, que denota pronunciar una maldición contra alguien. Con
esta actitud querían silenciar con su autoridad la admiración que la gente
del pueblo sentía por el Emmanuel, al que lo tildaban de “engañador” por
denunciar esa falsa religiosidad, y a quienes lo seguían eran considerados
como unos “ignorantes y malditos”. También afirmaban que con este tipo
de individuos no había que instruirlos, ni tener ningún trato en los
negocios, las comidas y las oraciones, el padre que permitiera a su hija
casarse con uno de ellos obraba peor que si la expusieran a las fieras.
Recalcaban que las personas del común no tenían esperanza alguna de
resucitar.

En Jerusalén, la capital religiosa, política y social de Israel; a los


habitantes de Galilea (de donde pertenecía Jesús) se les despreciaba a
causa de tres razones:

 Por lo general eran agricultores o pescadores rudos e incultos,


hablaban con un acento propio que los hacía fácilmente reconocibles
(Mateo 26,73). Aunque observaban los preceptos de las normas
mosaicas, eran ajenos a los continuos alegatos de la interpretación
de la torá entre los escribas y fariseos.
 Su relación con los gentiles entre: griegos, sirios, árabes y romanos;
los cuales después de los tiempos de Isaías, se encontraban
dispersos en las ciudades de Séforis y Tiberíades. Por eso este
territorio era conocida como “Galilea de las naciones” o “Galilea de
los gentiles” (Mateo 4,15).
 Los residentes de Judea creían tener una sangre judía más pura que
sus paisanos, a los que consideraban como “semi-paganos”.

En este ambiente el Hijo de Dios era llamado como “Jesús el galileo”


(Mateo 26,69), quien desde que comenzó su ministerio hubo mucho
recelo en contra suya. Así por ejemplo, Natanael uno de sus primeros
apóstoles antes de conocerlo dijo: “¿Puede salir algo bueno de Nazaret?”
(Juan 1,46). Ya que esta era una pequeña aldea de Galilea que ni si
quiera se hace mención en el A.T., con una población de unos 400
habitantes, y por eso también se le conocía como “Jesús de Nazaret”
(Mateo 26,71; Lucas 4,34) o el “Nazareno” (Mateo 2,23; Hechos 26,9).
Asimismo, los hebreos estaban divididos: “Unos afirmaban: Este es el
Mesías. Pero otros decían: ¿Cómo va a venir el Mesías de Galilea? ¿No
dice la Escritura que el Mesías es un descendiente de David y que saldrá
de Belén, la ciudad de David?” (Juan 7,41-42). Por su parte, los letrados y
los sacerdotes del templo agregaban: “Estudia las Escrituras y verás que
de Galilea no salen profetas” (Juan 7,52). Numerosos traductores y
especialistas han concluido que estas palabras de los doctores de la Ley
eran una generalización para afirmar que nunca había salido ni podría
salir ningún profeta de esta región de Israel. Ya que juzgan a Jesús con
criterios puramente humanos como el lugar donde se había criado y
residía, tampoco quieren investigar la legitimidad de su mesianismo del
que habían presagiado Moisés y los profetas, ni comprobar su origen
humano como descendiente de la familia real de David (Miqueas 5,1;
Mateo 2,5-6).
Otro hecho es que Jesús era solamente un “artesano” del norte del país,
que no había recibido ningún tipo de formación religiosa especial en las
escuelas rabínicas de Jerusalén (Juan 7,15). Los judíos de familias
importantes mandaban a sus hijos entre los 16 o 18 años, a estudiar con
algún rabino o sabio famoso hasta obtener un nombramiento, como lo
hizo Saulo de Tarso (más tarde el apóstol Pablo), quien fue discípulo de
Gamaliel, célebre fariseo, doctor de la Ley y miembro del Sanedrín, hijo
de Simón y nieto de Hillel el Sabio (Hechos 22,3).

EL GRAN MAESTRO

El término maestro en el Nuevo Testamento se relaciona principalmente


con “didaskalos”, guía o maestro (de didasko, enseñar). También se
traduce como “rabbí” en griego o “rabboní” en arameo (dialecto que
hablaba Cristo), y era un título de honor para los formadores religiosos
(Mateo 23,7). Se aplica en los Evangelios para Juan el Bautista (Lucas
3,12), como al mismo Jesús (Juan 1,38; 3,2; 20,16); quien se le debe
reconocer como “Maestro y Señor” (Juan 13,13).

Jesucristo actuaba como un rabino, por varias razones:

 Empezó su vida pública después de los treinta años, que era la edad
mínima requerida para asumir responsabilidades en la comunidad
hebrea.
 Enseñaba en las sinagogas, que son los lugares de reunión para los
judíos.
 Reúne a un grupo de seguidores en turno suyo divididos en dos
grupos: 12 apóstoles y 72 discípulos.
 Conoce las cuestiones que se enseñaban en las escuelas rabínicas,
ya que discute con los otros maestros, utilizando como ellos refranes
y parábolas.
 Corrige los desvíos doctrinales de los fariseos y escribas con una
doctrina nueva, demostrando que comprendía a la perfección las
Escrituras Hebreas (ha Ta Nak) que estaban divididas en tres
grupos: la ley (Toráh), los profetas (Nebiím) y otros escritos
(Ketubím).
 Aunque los otros rabinos evitaban el trato con los pecadores
públicos, los gentiles, los leprosos, los samaritanos y las mujeres;
Jesús en cambio se juntaba con todos ellos.

En los evangelios encontramos como en algunas ocasiones la vida y la


doctrina del Señor, estaban fuera de lugar con las rígidas costumbres y
normas del judaísmo, que comprenden 365 prohibiciones y 278 preceptos
positivos. Un caso concreto es cuando el Divino Maestro predicó la
siguiente enseñanza: “Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí,
que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras
almas” (Mateo 11,29). ¿Cómo puede ser fácil un yugo? sabiendo que en
el lenguaje bíblico el “yugo” (del griego zugos) es símbolo de esclavitud
(1 Timoteo 6,1), pero Jesús se está refiriendo a aquéllos que ya soportan
el “yugo de la ley” (Lamentaciones 3,27), el ôl tôrâ, que es un concepto
vital en la piedad rabínica. El sometimiento al ôl tôrâ por el ôl malkût
semayin, el “yugo del reino”, que inaugurará, eventualmente la era
mesiánica. Porque el yugo de los maestros de la ley es esclavitud (Gálatas
5,1), más el suyo es libertad y acceso directo al Padre (Mateo 11,30; Juan
14,6).

Para el Hijo del hombre no existe otro maestro sino Él (Mateo 23,8),
rechazando a los “fariseos” que se auto proclamaban como los puros, y
los “escribas” que eran los doctores de la Ley; ya que ambos grupos han
sabido conservar las enseñanzas de Moisés, pero no la han puesto en
práctica. Del mismo modo, respaldó su labor salvífica con las siguientes
señales: “Los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios,
los sordos oyen, los muertos resucitan, y una Buena Nueva llega a los
pobres” (Mateo 11,5). Por esta razón, sus seguidores ya no lo vieron
como el simple “carpintero” (Marcos 6,3), sino como “el profeta Jesús, de
Nazaret de Galilea” (Mateo 21,11).

LOS APÓSTOLES DEL SEÑOR

En el Antiguo Testamento la palabra hebrea “saluah” se traduce por


“apóstolos” en griego, vocablo que se deriva de “apostellein”, que
quiere decir “enviar. En el judaísmo un “saluah” podía ser el que dirigía
la congregación en la sinagoga en el culto, era también un representante
del Sanhedrín en una misión oficial. El sacerdocio también estaba
incluido dentro de este término, y algunos personajes de la Antigua
Alianza que actuaron estrictamente como representantes de Yahvhé,
pero siempre entre los límites de la comunidad de Israel.

En el Nuevo Testamento un apóstol es propiamente aquél que es enviado


con una misión definida, en la que actúa con plena autoridad al
representar al que lo envió, y al cual también debe dar cuentas. En este
sentido Jesucristo es el apóstol celestial de la fe cristiana, enviado por el
Padre con una misión muy superior a Moisés en el Primer Pacto (Hebreos
3,1).

Once de los apóstoles de Jesús son de la provincia de Galilea. Natanael


es de Caná. Felipe, Pedro y Andrés son de Betsaida, pero Pedro y Andrés
vivían en Capernaum, donde al parecer también era Mateo. Santiago y
Juan tenían un negocio de pesca y probablemente también vivían en
Capernaum o cerca de allí. Judas Iscariote, quien después traicionó al
Mesías es el único que posiblemente era de Judea.
Nuestro Señor les dio varias misiones y poderes que realizarían en su
Nombre:

 Predicar el evangelio (la buena nueva).


 Perdonar los pecados.
 Bautizar.
 Celebrar la eucaristía.
 Hacer milagros.
 Expulsar demonios.
 Hablar varios idiomas.
 Sanar a los enfermos.
 Resucitar a los muertos.

EL SEMBLANTE DE CRISTO

Uno de los testimonios profanos más valiosos acerca de la apariencia


física y la personalidad del Redentor del Mundo, la encontramos en la
célebre carta que Publio Léntulo, procónsul de Judea (anterior a Poncio
Pilatos), envió al emperador Tiberio César, en Roma. Este manuscrito se
conserva en casa de SS Cesarini en Roma. Es el siguiente:

“Te envió, majestad, la respuesta que con tanta ansiedad esperabas.


Últimamente ha hecho su aparición en Judea un hombre dotado de
extraordinario poder; lo llaman el Gran Profeta; sus discípulos lo apellidan
Hijo de Dios. Su verdadero nombre es Jesús. A diario se cuentan de El
raros prodigios: resucita a los muertos, cura todas las enfermedades y
tiene asombrado a Jerusalén con su extraordinaria doctrina. Es de
aspecto majestuoso, de resplandeciente fisonomía llena de suavidad; a la
vez severo y dulce, inspira respeto y amor a quien lo ve. Su cabello es del
color del vino y desciende ondulado sobre la espalda, donde se parte en
dos, al estilo Nazareno. Su frente es pura y altiva; tiene la piel bronceada
y limpia; su boca y su nariz son perfectas; su barba abundante y del
mismo color de los cabellos; sus ojos son azules, plácidos y brillantes; sus
manos finas y largas; sus brazos, de una gracia encantadora. Es
semejante a su madre que es la más bella figura que se haya visto en
estos contornos. En sus dichos y sentencias es grave y preciso. Es la
expresión más pura de la virtud, y de una sabiduría que supera con
mucho a la de los más grandes genios. Cuando reprende y condena es
terrible; cuando instruye y exhorta, su palabra es dulce y acariciadora.
Nadie lo ha visto reír, pero muchos lo han visto llorar. Va con los pies
descalzos y la cabeza descubierta. Viéndolo a distancia hay quien lo
desprecie, pero estando en su presencia no hay quien no se entremezcla
con hondo respeto. Cuantos se acercaron a Él dicen haber recibido
enormes beneficios, pero hay quienes lo acusan de ser un peligro para el
César porque afirma que reyes y esclavos son todos iguales ante Dios…
Mándame sobre el particular lo que quieras y serás prontamente
obedecido.”
Publio Léntulo.

Hay que resaltar que este relato no es más que una piadosa leyenda, sin
ningún valor histórico o canónico. La carta fue mencionada por primera
vez en el texto sobre la "Vida de Cristo" por el cartujo Ludolfo de
Sajonia (Colonia, 1474), y en la "Introducción a los trabajos de San
Anselmo" (Nuremberg, 1491). Pero no se puede considerar como obra
de San Anselmo ni de Ludolfo. De acuerdo con el manuscrito de Jena, un
cierto Giacomo Colonna encontró la misiva en 1421 en un antiguo
documento Romano enviado a Roma desde Constantinopla. El escrito
debió haber sido redactado originalmente en griego, y posteriormente
traducido al latín durante los siglos XIII o XIV, finalmente recibió su
forma actual de manos de un humanista del siglo XV o XVI.

LAS FAMILIAS JUDÍAS

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

CONTEXTO GENERAL
Desde la época de los patriarcas el hombre era dueño absoluto, sacerdote
y maestro en el hogar. Toda la instrucción en el campo de la fe del
pueblo de Israel corría a cargo del padre de familia.

La palabra “padre” viene del griego “patér” que significa nutridor,


protector o sustentador. También está relacionado con el término bíblico
“oikodespotes”, que denota como el “señor de la casa” o “jefe de
familia” (Marcos 14,14).

Por su parte, la mujer hebrea o judía siempre era considerada como


“menor de edad”. Si era joven estaba sujeta a la autoridad del padre, y si
era casada a la del esposo, a quien tenía que llamar como “señor” en
señal de respeto e importancia (1 Pedro 3,6). Del mismo modo, si era
viuda le pertenecía a su primer hijo, ya que la progenitura del griego
prototokai, involucraba preeminencia y autoridad en la familia (Génesis
27,29; 49,3). El hijo mayor tenía que ser el soporte moral y económico de
la casa cuando faltara el progenitor.

Sólo eran respetadas si tenían hijos, preferiblemente varones; de lo


contrario eran menospreciadas. El talmud (libro religioso e histórico del
judaísmo) decía: “Dichoso del que tiene hijos varones, y desdichado del
que tiene mujeres”.

Una hija era una pesada carga económica para algunos padres, porque
tenían que encontrarle cónyuge, y no podían contar con que los cuidaran
en la vejez. Por eso, eran consideradas como bienes que se venden a los
pretendientes que las compran, lo mismo que un esclavo.

Las obligaciones familiares de una madre (meter en griego) consisten en


el cuidado de los hijos menores, la educación de las hijas para su futura
misión como esposas y madres, la administración de la casa y la fiel
observancia de las prescripciones rituales.
La mayoría de las mujeres israelitas de la época daban mucho valor a
tener un hijo que se convirtiera en alguien importante, sobre todo un
profeta (Lucas 11,27-28).

EL CAMPO RELIGIOSO

Dice el apóstol San Pablo que “cuando se cumplió el tiempo, Dios envió a
su Hijo, que nació de una mujer, sometido a la ley de Moisés” (Gálatas
4,4).

Veamos a ver los preceptos del judaísmo que se cumplieron en el


nacimiento, la infancia y la adolescencia de Jesús:

EVANGELIO DE LUCAS 2,21-47.

(Verso 21): La circuncisión del griego peritome, era un rito que había
sido ordenado por Yahweh Shaddai a Abraham y a sus descendientes
varones, como señal del pacto con Él (Génesis 18; Hechos 7,8; Romanos
4,11). De ahí que los israelitas eran vistos como los “circuncisos”,
mientras que los “gentiles” o “paganos” como “los incircuncisos” (Jueces
15,18; 2 Samuel 1,20), estableciendo la diferencia entre los unos y los
otros; aunque no necesariamente en forma de desprecio (Romanos 2,26;
Efesios 2,11).

El niño hebreo tenía que ser circuncidado a los ocho días de nacido
momento en el cual se le imponía el nombre, esto se hacía en el seno del
hogar pasando por el ancestral ritual del “brit milá” o circuncisión por el
padre de familia (Levítico 12,3).
Mediante la circuncisión, el varón israelita queda incorporado al pueblo de
Dios, se trata de un sello o una marca en la carne. Para las niñas había
que esperar quince días para que se le impusiera el nombre.

(Versos 22-24): Otros dos ritos diferentes se juntan en esta visita al


santuario de la ciudad de Dios:
 Las mujeres judías después de la menstruación o de un parto debían
purificarse, del griego katharismo; porque la pérdida de sangre la
hacía impura, por eso tenía que esperar treinta y tres días si es niño
y sesenta y seis si es niña. La purificación establecida en el libro del
levítico apuntaba directamente a la pureza ritual y cultural, pero no
estaba relacionado con el aspecto moral.

 Además tenía que ofrece un sacrificio consistente en un cordero o


un cabrito de un año. Si un israelita era muy pobre se aceptaba dos
tórtolas o dos pichones (Levítico 12,1-8). Pero si todavía era aún
más pobre, se le permitía presentar un poco de “flor de harina”, que
era la más selecta con la que se servía a los invitados de honor
(Levítico 5,7.11; Génesis 18,6).

 El otro ceremonial era la consagración a Yahvé del hijo primogénito,


que tiene su raíz del griego prototokos (de protos, primero, y
tikto, engendrar). Otra traducción más apegada al griego koiné
sería: “Todo varón que abre la matriz será llamado santo”.

 Hay que tener en cuenta también que en el judaísmo todo primer


fruto, tanto de humanos, como de animales y vegetales, pertenece
al Señor (Éxodo 13,2).

(Verso 39-40): Sobre la infancia de los niños judíos era la costumbre que
asistieran desde los seis años a las sinagogas para el aprendizaje de la
torá que se traduce “lo que se enseña”, que son los cinco libros del
pentateuco atribuidos a Moisés; a los 10 el estudio de la mishná, o los
comentarios de los textos veterotestamentarios hechos por los rabinos (o
maestros de las Santas Escrituras), a los 13 eran considerados como
mayores de edad, y por lo tanto responsables del cumplimiento de de los
613 preceptos la religión judía. Según el Talmud, los votos de un varón
de trece años son legales, lo cual es el resultado de ser un "hombre"
como se lo requiere en el libro de los Números 6,2.

La ceremonia llamada bar mitzvá, "hijo de los mandamientos”; que


realiza todo joven judío a la edad de trece años más un día, viene de un
término que denota que se alcanza la madurez religiosa y jurídica,
además apto para leer los rollos sagrados en hebreo. A partir de este
momento, los jóvenes pasan a ser considerados, según la halajá o ley
judía, responsables de sus actos. Celebrar el bar mitzvá en una
sinagoga testimonia que el adolescente tiene alguna instrucción religiosa
básica. Hay que aclarar que este ritual no existía en los tiempos bíblicos,
solo desde el siglo XV llegó a ser una costumbre en el judaísmo.

(Versos 41-42): Observamos como la “sagrada familia” cumplía a


cabalidad todos los preceptos de la ley mosaica (Éxodo 23,14 ss). Los
israelitas se presentaban al templo de Jerusalén para dar gracias a
Yahvé por los beneficios recibidos, en las tres festividades principales
del año: Pascua, Pentecostés y la de los Tabernáculos. Los que vivían
lejos de la llamada Ciudad de Dios podían ir una sola vez al año o incluso
una cada varios años. Las familias pobres harían este viaje a pie, y los
hijos acompañarían a sus padres. A los doce años el adolescente empieza
a estar sometido a los mandatos religiosos, entre otros a la peregrinación
obligatoria a la Ciudad Santa en estas festividades.

(Versos 43-45): La familias hebreas viajaban en grupos acompañados de


sus parientes y amigos, pero la costumbre imponía que las mujeres vayan
separadas de los hombres. Los niños iban en el medio o bien en
cualquiera de ambos grupos De hecho la distancia entre Jerusalén y
Nazaret es de 140 kilómetros, y los peregrinos solían recorrer unos 30
kilómetros por día, es decir cinco días de camino, deteniéndose a mitad
de la jornada unas dos horas para comer todos juntos. Es aquí donde se
dan cuentan José y María que no aparece su joven hijo.

(Versos 46-47): Los jóvenes judíos a la edad de Jesús eran admitidos a


estas reuniones, y podían tomar parte de la discusión. En el templo de
Jerusalén había tres grandes salas abiertas al pueblo durante las fiestas.
En éstas se juntaban los doctores de la ley para dar al pueblo enseñanzas
religiosas. El maestro procedía por preguntas, ponía una cuestión o
proponía una dificultad. Los más instruidos daban la respuesta, que el
doctor discutía, aprobaba o corregía. A propósito de esto, el Talmud ha
conservado el recuerdo de dos adolescentes judíos, uno de 16 años y el
otro de 14, cuyas respuestas fueron tan acertadas, que fueron invitados
por los doctores a dejar los bancos de discípulos y a tomar asiento entre
ellos. Tal cual como sucedió con el mismo joven Jesús.

LA PARÁBOLA DEL HIJO PRÓDIGO

Vamos a leer este pasaje del evangelio de Lucas que algunos biblistas
han querido llamar también como la parábola del “padre misericordioso”,
haciendo una exegesis para aproximarnos a la forma como un judío de la
época de Jesús lo entendería.
LUCAS 15,11-32.

(Versos 11-12): La ley de los hebreos preveía que los hijos primogénitos
heredaban el 50% de los bienes del padre, la otra mitad era repartida en
partes iguales entre los otros hermanos. En este caso al hijo mayor le
correspondería dos terceras partes de la herencia paterna (Deuteronomio
21,15-17), y aunque la división de la fortuna se podía hacer en vida, los
hijos no accedían a ella hasta después de la muerte del padre
(Eclesiástico 33,20-24). En este caso se hizo una excepción especial.

(Verso 13): Salir a un país extranjero para juntarse con personas pagana
y politeístas, era dejar la nación santa de Israel y su verdadera religión;
con el agravante de que en este caso fue para llevar una vida de
libertinaje.

(Versos 14-16): Este personaje de la parábola no pudo haber caído más


bajo, ya que se ve obligado a trabajar cuidando una pira de cerdos. Hay
que tener en cuenta que los porcinos son los animales más “impuros”
para la cultura judía. Con el apelativo de “cerdo” los paganos se dirigían a
ellos en forma déspota.

En los versículos del (17-19), se cumplen los tres pasos importantes de


una verdadera confesión de pecados de acuerdo a la doctrina moral de la
Iglesia Católica:

1. Este joven hace un examen de conciencia sobre la desgracia que


está viviendo, por la misma libertad de sus actos mal encaminados.
2. Realiza una confesión personal por sus culpas con un corazón
contrito (dolor por haber ofendido a un padre tan bueno).
3. El mismo se pone la penitencia para regresar a la casa paterna.

(Verso 20): En este caso el hijo menor estaba tomando un riesgo muy
grande, ya que la ley de Moisés contemplaba que todo hijo que llevara
una vida de rebeldía, libertinaje o borracheras; podía ser denunciado por
su padre a los ancianos de la ciudad, para morir apedreado por los
hombres de la comunidad en la plaza pública (Deuteronomio 21,18-21).
La severidad del castigo hace evidente la importancia del mandamiento
de “honrar a los padres de familia”, en una sociedad patriarcal como la
israelita.

(Versos 22-24): Con la actitud del “padre compasivo” que tuvo con el hijo
que llega nuevamente al hogar, hay cuatro aspectos importantes de anotar:

 El mejor traje simbolizaba revestirse de una nueva personalidad.


 El anillo en la mano, quiere decir el compromiso de volver a cumplir las
órdenes del padre.
 Las sandalias en los pies, para caminar rectamente en los caminos del
Señor.
 La fiesta, porque todo acontecimiento importante a nivel familiar, social
o religioso era celebrado con un banquete, el baile y la música.

(Verso 28): Ante la posición hostil del hijo mayor, el padre de familia de esta
historia, es quien toma la iniciativa de hablar con su primer descendiente.

(Versos 29-30): En los actos de ambos hermanos, el Señor Jesús quería


representar a los judíos de su época:

 El hijo mayor está conformado por los “fariseos” y “escribas”, que se


consideraban justos porque cumplían todos los preceptos de la ley,
dejando a un lado la compasión con los demás.
 El hijo menor son los “publicanos” y “pecadores” a los cuales llamó el
Mesías para heredar el “reino de los cielos”.
(Verso 31): Tiene razón el padre, pues al haber repartido ya la herencia, a
este hijo le correspondió la mejor parte.

(Verso 32): El progenitor justifica su actitud con las dos mismas razones que
dio antes de empezar la fiesta de bienvenida con el hijo prodigo. Además a
diferencia del vástago mayor que se refiere a su hermano de sangre como
“ese hijo tuyo” (30); el padre por el contrario le devuelve su condición de
“hermano” suyo, reintegrándolo nuevamente al seno familiar.

Con este último versículo terminamos esta parábola que ha sido llamada
también como el “evangelio de los evangelios”.

LAS MUJERES EN LA VIDA DE JESÚS


AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.
I. CONTEXTO HISTÓRICO

El término “mujer” en hebreo es ‘ishsah, y señala a cualquier persona de


sexo femenino. De esta manera, se correlaciona con “hombre” (‘ish):
“Esta será llamada mujer, porque fue tomada del hombre” (Génesis
2,23). Ambos tienen la misma dignidad (Génesis 1,27; Marcos 10,6), y el
libre albedrío para escoger entre el bien y el mal (Génesis 3,6-15; Amos
4,13; Proverbios 31,29-30).

En la sociedad israelita la jefatura y el liderazgo religioso tenía el mismo


parámetro: patriarcas, jueces, reyes, sacerdotes y profetas eran todos
varones. Las mujeres eran excluidas de estas labores, debido en una
parte a las normas sobre la pureza en cuanto al ciclo menstrual y el parto
en la que quedaban alejadas de la vida colectiva, haciéndolas no aptas
para ocupar cargos en la comunidad.

La ley Mosaica, que se implantó en el siglo XIV a. C., tenían estatutos


específicas que protegían y defendían a la mujer. Exigiendo a los varones
un trato respetuoso y digno hacia ellas (Levítico 18,6-20; Deuteronomio
22,13-29). El decálogo era igual para los dos sexos en cuanto al descanso
semanal y el deber de honrar a los padres de familia (Éxodo 20,9-12).

Las mujeres podían estar presentes durante la lectura de las leyes, lo que
les daba mucha oportunidad de aprender (Deuteronomio 31,12;
Nehemías 8,2.8). Algunas probablemente desempeñaban servicios
organizados en el tabernáculo, y otras cantaban en un coro mixto (Éxodo
38,8; 1 Crónicas 25,5-6).

Desde niñas se las educaba en la religión hebrea. Esta instrucción era


inculcada principalmente en el seno familiar por las costumbres que
observaban, y en el cumplimiento de las normas establecidas en la Torá.

II. EL RELATO DE LOS EVANGELIOS

Entre los seguidores del Señor Jesús se encontraban su madre María, su


hermana maría esposa de Cleofás, Salomé, la madre de los hijos de
Zebedeo, María de Magdala (pueblo a orillas del lago de Tiberíades), la
madre de Juan Marcos, María y Martha de Betania (aldea cercana a
Jerusalén), Juana mujer de un administrador de Herodes, llamado Cuza y
Susana. Asimismo, había otras mujeres que lo acompañaban desde
Galilea en sus recorridos misioneros, y lo atendían con sus propios
recursos económicos (Lucas 8,1-3; Marcos 15,40-41). Este último punto
no era extraño a las costumbres de los rabinos, como lo asegura el
historiador Flavio Josefo, en su libro “Antigüedades Judías”.

En Cafarnaúm ciudad a orillas del lago de Genesaret, restablece la salud a


la suegra de Pedro, que estaría acostada en una esquina de la casa entre
cojines y mantas. (Marcos 1,29-31). En el judaísmo bíblico las
adversidades, los sufrimientos, las enfermedades, la lepra, el dolor, la
fiebre o la muerte era obra del príncipe del mal. La victoria sobre el
Diablo se pone de relieve al constatar que el Hijo del hombre ha entrado
en sus dominios, mediante el recurso de curaciones extraordinarias.

Alivia a una hemorroísa de su mal y resucita a la hija de Jairo (Marcos


5,21-43). La primera era una mujer marginada de edad avanzada que
tiene hemorragias, y por lo tanto es impura (Levítico 15,19) y hace
impuros a quienes la toquen; debía por tanto abstenerse de mezclarse
con su gente. Pero su fe la lleva a violar algo más sagrado todavía; los
flecos del manto que era un recuerdo de Dios y de su ley, y tocarlos
estando “impura” era un sacrilegio. Se atrevió a hacerlo, y Jesús le dice:
“Tu fe te ha salvado”. El otro milagro es a pedido de un oficial de la
sinagoga, llamado Jairo, o sea, responsable de la comunidad local
hebrea. Cuando llega a su hogar donde estaba el cadáver de la menor de
doce años, dice: “La niña no está muerta, sino dormida” y tomándola de
la mano agrega: “Talitá Kumi”, que quiere decir: “Niña, te lo dijo,
¡Levántate!”. Los escritores bíblicos utilizan en muchas ocasiones la
expresión “dormir” o “soñar” para relacionarlo poéticamente con la
muerte. Jesús es el principal y el único vencedor de este último enemigo
en el ser humano.

A mitad de su ministerio público cuando se aproximaba a la ciudad galilea


de Naín, se encontró cerca de la puerta del pueblo a un cortejo fúnebre
de un joven hijo único de una viuda, que quizás fuera acompañada de los
lamentos de las lloronas profesionales y de las tristes melodías que
tocaban los músicos en los entierros (Jeremías 9,17-18; Mateo 9,23). En
una organización en la que la seguridad de la mujer dependía del
hombre, esta viuda, que ha perdido a su hijo, se encuentra indefensa.
Pertenece a los pobres y pequeños que el Señor había declarado dichosos
(Lucas 6,20-21). El Santo de Dios no espera que esta mujer o alguno de
los que lo acompañan o alguno de los que sigue la procesión le dirija
alguna palabra de intercesión. Actúa con prontitud y naturalidad, primero
consolándola: “Al verla, se compadeció de ella y le dijo: `no llores´.
Después se acercó y tocó el féretro. Los que lo llevaban se detuvieron.
Dijo Jesús entonces: `joven, yo te mando, levántate. Se incorporó el
muerto”. El pasaje agrega un detalle muy conmovedor: “Y Jesús se lo
entregó a su madre” (Lucas 7,11-15).

Un día sábado en una sinagoga alivió a una mujer que se encontraba


encorvada desde hacía dieciocho años por un “espíritu impuro”. Hasta la
llamó “hija de Abrahán”, una expresión casi desconocida en los escritos
judaicos (Lucas 13,10-16). Hay que resaltar que el milagro lo realizó en el
día sagrado para los judíos, en el lugar de culto, y ante el reproche del
archisinagogo, es decir, el jefe de cada sinagoga. La praxis o la acción
del Unigénito de Dios pone de manifiesto que su autoridad y dignidad del
Logos o la Palabra de Dios hecho Hombre, está por encima de todo lo
referente a la Primera Alianza en el pueblo hebreo.

En los territorios de Tiro y Sidón por las fronteras de Galilea, una mujer
sirio-fenicia le suplicó que curase a su hija, que estaba poseída por un
demonio. Al principio, le indicó de tres maneras que no la ayudaría:
primero, se negó a contestarle su súplica; segundo, diciéndole
directamente que Dios no lo había enviado a los paganos, sino a los
suyos, y tercero, estableciendo una comparación que ilustraba con tacto
ese mismo punto. Pero aquella madre fue persistente y dio muestra de
una fe extraordinaria. En vista de este hecho excepcional, actuó
justamente con bondad y sano a su hija (Mateo 15,21-28). El don del
amor celestial no conoce fronteras, pues se trata de una mujer extranjera
con su hija, que son de otra cultura y nación. Cristo Jesús rompe el
paradigma que pesaba en aquél entonces de la supremacía racial de la
sangre judíos. La instauración del reino de Dios tiene que abrirse también
a los gôyim (los no hebreos) que formaran parte del nuevo Israel.

A diferencia de los judíos, quienes consideraban que los samaritanos eran


tan despreciables como los gentiles, Él no vaciló en predicar a una de
ellas junto al pozo de Jacob, en el pueblo de Sicar. De hecho, fue la
primera persona a la que se presentó claramente como el Ungido de
Yahvé prometido (Juan 4,6.25-26). La leyenda cristiana le ha dado el
nombre de Santa Fotina. Según diversos relatos se trasladó a Cartago
(Norte de África) con uno de sus hijos. Allí predicó el evangelio y murió
en prisión en tiempos del emperador Nerón César.

Salva de morir apedreada a la mujer acusada de adulterio (Juan 8,1-11).


En este episodio sus adversarios le ponen una dura prueba. Su objetivo
último es denunciarlo como contrario de la ley, y por lo tanto, enemigo de
Dios (Levítico 20,10; Deuteronomio 22, 22). Aunque las costumbres
habían cambiado mucho desde los tiempos de Moisés, y la pena se había
suavizado en la práctica. A estos acusadores no les importa la situación
de aquella victima que querían lapidar. Los maestros de la ley enseñaban
que solo las mujeres eran infieles, nunca los hombres. No obstante, para
el Hijo del Altísimo prevalece la misericordia divina que la justicia
humana, pues ha venido al mundo para salvar a los pecadores, y no para
condenarlos (Lucas 19,10). Incluso, ninguno estaba libre de pecado como
lo exigió Jesús para tirar la primer pierda, ya que cuando escribe en la
tierra lo que al parecer serían los pecados de cada uno de los verdugos,
abandonan el lugar desde el más anciano hasta el último.

Permite que María se sentara a sus pies a escuchar sus enseñanzas, que
fuera la actitud tradicional del discípulo, sentado a los pies de su maestro.
Las normas rabínicas sobre la formación académica eran exclusivas de los
varones, puesto que se dudaba de la capacidad de la mujer para
aprender la Torá. Ni entre los fariseos ni entre los discípulos de Juan
Bautista había mujeres. Esto también provocó el reproche de su hermana
Marta, porque las mujeres judías recibían instrucción principalmente para
atender las labores domésticas del hogar como: limpiar la casa, preparar
la comida, cuidar a los hijos, entre otras obligaciones (Lucas 10,41-42).

Elogia la ofrenda de la viuda pobre que dio dos monedas al arca, en la


sala del Tesoro (Marcos 12,41-44). Cada una de ellas era un leptón, la
moneda judía más pequeña que había en circulación. Dos leptones no
bastaban ni para comprar un gorrión, el pájaro más barato que
consumían los de la clase social más baja. Una tradición judía del siglo
que sigue a los Evangelios afirma que si el templo en Jerusalén ahora
destruido, solamente quedó en pie el llamado muro “de las
lamentaciones”, esto se debe a que esa parte de la construcción se
levantó con la limosna de los pobres.

En la casa de Simón el ex leproso en una cena un sábado por la noche,


era la costumbre según la hospitalidad en la sociedad hebrea que cuando
llegaba un invitado, lo recibían con un beso, le quitaban las sandalias, le
levaban los pies y le untaban un relajante aceite perfumado en el cabello.
Este acto de cortesía lo efectuaba en raras ocasiones el anfitrión, pero en
la mayoría de los casos corría a cargo de los esclavos o las mujeres; y fue
lo que pasó con María de Betania (algunos exegetas piensan que es la
misma Magdalena). Esta mujer no era una prostituta sino una persona
conocida y que podía permitirse entrar en el aposento de un fariseo como
era Simón. Era una pecadora, es decir, que vivía o había vivido en una
situación irregular. Ella quiebra un vaso lleno de alabastro que contiene
cerca de medio kilogramo (una libra) de “nardo genuino” (extracto de
una planta aromática de la India), y derrama el contenido del mismo
sobre la cabeza del Mesías (Marcos 14, 3). Este bálsamo era muy
costoso, debido a que su precio: trescientos denarios equivalía al salario
de un jornalero en un año de trabajo; lo que valió la indignación de los
mismos discípulos.

III. LA CRUCIFIXIÓN DE CRISTO


Durante el camino al Calvario N. S. Jesucristo se encuentra con un grupo
de piadosas mujeres que desconsoladas lloran por lo que acontece, a las
que llamó “hijas de Jerusalén” (Lucas 23,27-28). Conforme a una
costumbre mencionada por el Talmud, algunas mujeres distinguidas de la
Ciudad de Dios preparaban brebajes calmantes y se los llevaban a los
condenados.

Sobre la mujer que abriéndose paso en medio de la multitud le secó la


cara con un paño, la tradición cristiana la nombra como “Sefarina” o
“Berenice”, y la identifican con la hemorroisa que fue curada de su
enfermedad al tocar el borde del vestido del Señor. El título de Verónica
sería una alusión al sagrado rostro, las palabras: Vero (latín=verdadero),
E icono (griego=imagen) quiere decir “verdadera imagen”. Cuando Saulo
persiguió a la Iglesia naciente, esta santa mujer dejó Palestina,
llevándose consigo la preciada reliquia.

En el libro “La Amarga Pasión de Cristo”, donde se pone por escrito las
revelaciones particulares de la beata estigmatizada Ana Catalina
Emmerich, se narra que: “María al pie de la cruz, sentía en su alma cada
insulto y cada nuevo tormento infligido a su amado Hijo. Los fariseos se
burlaban de Ella y la increpaban” (Véase también Juan 19,25-27).

Aunque la norma judía indicaba que el testimonio de una mujer no era


válido, el Señor Jesús se le aparece a María Magdalena el domingo de
resurrección, y la envía como mensajera de este acontecimiento a los
apóstoles (Mateo 28,1-10; Juan 20,16-18). Según una tradición griega
ella fue a vivir a Éfeso (Turquía), en donde probablemente murió. Otra
leyenda en Provenza, asegura que ella con su hermana Marta viajó a
Francia, y evangelizó Tarascón. Ahí se dice que encontraron en 1187, sus
pretendidas reliquias, que todavía se veneran en su santuario.
EL ISRAEL DE JESÚS

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

I. MARCO GEOGRÁFICO.

Jesús nació y vivió en el espacio de Oriente Medio, en el país de Israel, el


cual desde el año 64 a.C. formaba parte del Imperio Romano y oficialmente
se llamaba Judea.
Israel tenía tres provincias:

JUDEA: era una región montañosa con zonas desérticas poco fértiles y
de aspecto pobre, las comunidades campesinas vivían en pequeñas villas
o pueblos. Aquí se encontraba:

 JERUSALÉN: La capital religiosa, política y económica de Israel, y


donde el Verbo de Dios murió y resucitó. Era considerada en las
Sagradas Escrituras como el centro del mundo. Llamada como la
“Ciudad de Dios”, “Ciudad Santa”, “Ciudad de la paz” o “Ciudad de
David”, ya que la hizo capital de su reino.

 Aquí se hallaba el templo al que todo judío debía peregrinar, es


también el núcleo de la formación religiosa, y la sede del Sanedrín,
la máxima autoridad hebrea, además florecían las escuelas de
rabinos, como había sido el caso de los dos grandes maestros:”Hilel
el sabio” y “Shamai”.

 BELÉN (Casa de Pan): se encuentra a 8 kilómetros al sur de


Jerusalén. Fue la aldea donde nació el rey David, José y Jesús. Esta
población no se la incluía en la lista de ciudades del territorio de
Judea, ya que era demasiada pequeña.

 HEBRÓN: donde se encuentran los sepulcros del patriarca Abrahán


su esposa Sara, su hijo Isaac, y José.
 JERICÓ: Antiguo territorio de las tribus de Judá y Benjamín, era la
residencia de muchas familias de sacerdotes que servían en el culto
del templo de Jerusalén.

 EMMAÚS: El sitio donde el Salvador resucitado efectuó la “fracción


del pan” delante de sus discípulos Cleofás y Simón.
GALILEA: Tenía fértiles campos para el cultivo con lluvias abundantes,
era el territorio de Herodes Antipas. En esta región al norte del país se
localizaba:

 NAZARETH (Flor de Galilea): Situada entre las montañas, donde el


Mesías vivió su vida privada por 30 años; fue también el lugar de
origen de la Virgen María.

 CAFARNAÚN (Bella Ciudad): La segunda patria del Señor, donde


más milagros realizó, y donde predicó con mayor elocuencia. Aquí
estaba la casa del apóstol Pedro, ciudad importante para el comercio
marítimo, y contaba con una guarnición militar. Cuando las personas
de Cafarnaúm se negaron a seguir a Jesús, él predijo su ruina.

 TIBERÍADES: Situada junto al mar, fundada por Herodes Antipas,


tetrarca de Galilea; quien le dio este nombre en honor del
emperador Tiberio César. Después de la destrucción de Jerusalén
(hacia el 70 d.C.) se convirtió en un significativo centro fariseo
donde se desarrolló una importante escuela masorética. Esta ciudad
al lado de Séforis eran habitadas por paganos (no judíos), mientras
que las otras localidades estaban constituidas por población judía.

 BETSAIDA (Casa de los Pescadores): Cerca del río Jordán; cuna de


los apóstoles Andrés, Pedro y Felipe. Cerca de la cual tuvo lugar la
primera multiplicación de los panes.

 CANA: Donde el Divino Maestro realizó su primer milagro al


transformar el agua en vino. Lugar de nacimiento del apóstol
Natanael.
 BETANIA (Casa de la Pobreza): Sitio de descanso de Cristo en el
hogar de sus amigos los hermanos Lázaro, Marta y María
Magdalena.

SAMARIA: Provincia central de Palestina, con una franja montañosa rica


en viñas y olivares. Se extendía desde el Mediterráneo al Jordán,
separando la Judea de la Galilea. Samaria e Idumea eran administradas
directamente por Roma, con un gobernador romano que se hacía cargo
del recaudo de los impuestos, administrar justicia y velar por el orden
público. Aquí se localizaba la ciudad de Césarea Marítima, donde vivía
el procurador romano, desde el año seis de nuestra era, acompañado de
una guarnición militar. Igualmente se hallaba el monte de Meguidó,
donde según el libro del Apocalipsis (16,16), sucederá la batalla final
entre el bien y el mal.

Sus habitantes llamados “samaritanos” eran enemigos de los judíos desde


hacía siglos atrás, cuando se presentó la división del reino de Israel en el
año 721 a.C. Su población era una mezcla entre las diez tribus de Israel
con gentiles como los babilonios, sirios y otras naciones; y por eso eran
considerados como impuros por los hebreos, convirtiéndose en un reino
cismático. El pueblo dejó de ir al templo a ofrecer los sacrificios al Dios
Altísimo. Sus reyes elaboraron altares a los ídolos, mezclando los ritos
paganos con la ley mosaica, desechando todo lo referente a sus
tradiciones nacionalistas judías, las enseñanzas orales y los escritos de los
profetas fueron abolidos, con excepción de los cinco primeros libros del
Antiguo Testamento escritos en hebreo, llamados el “Pentateuco” o
también conocido por ellos como “Torá samaritano”. Igualmente,
habían tenido su propio santuario sobre el monte Garizim, ubicado a 50
kilómetros al norte de Jerusalén, donde Moisés le dio al pueblo la
bendición de Yahvé (Deuteronomio 11,29). Fue construido en el año 400
a.C., y destruido hacía el año 107 a.C. En aquel lugar habían celebrado
fiestas como la pascua (Juan 4,20).
El hebreo devoto evitaba todo contacto con los samaritanos. Estaba
prohibido el matrimonio entre judíos y samaritanos. Según un dicho
judíos: “El que come pan de un samaritano, come carne de cerdo” (el
animal más impuro para el judaísmo). También que un judío llame a otro
compatriota como “samaritano”, era una grave ofensa (Juan 8,48). Casi
nunca atravesaban sus villas y ciudades, y cruzaban por el río Jordán
para viajar a través de Perea. Si eran obligados por las circunstancias
evitaban la hospitalidad de sus falsos hermanos. De hecho, el mismo
Señor Jesús cuando envía a los doce apóstoles en su primer viaje
misionero, le hace la siguiente advertencia: “No vayan a tierra de
paganos ni entren en pueblos de samaritanos” (Mateo 10,5). No
obstante, después de su resurrección y antes de regresar nuevamente a
los cielos, la predicación del Evangelio o la “Buena Nueva” tiene un
carácter distinto que abarcaría inicialmente a Jerusalén, pasando por
Judea y Samaria (que comprende los dos reinos de Israel), hasta llegar a
los extremos de la tierra (Hechos 1,8).

 SEBASTE: En esta comarca según la tradición cristiana Herodes


mandó a decapitar a Juan Bautista.

PEREA: Localizada al este de Israel significa “más allá”. En el Nuevo


Testamento se le conocía como la región “al otro lado del Jordán”. Fue
ocupada por los judíos durante la invasión romana. Era una tierra muy
árida excepto la parte próxima al río, donde había olivos, viñedos,
sembrados de trigo y cebada. Junto con Galilea formaban la tetrarquía de
Herodes Antipas, en sus límites estaban ubicadas las diez ciudades de la
Decápolis, con una cultura griega y donde dominaba el paganismo,
todas ellas sometidas directamente al dominio romano. Jesús pasaba
como un fugitivo por medio de estas comarcas cuando era acosado de
muerte por sus enemigos.

Entre estas ciudades se hallaba:

 CÉSAREA de FILIPO: en honor de Tiberio, dado este nombre por


Filipo, hijo de Herodes el Grande. Es aquí donde el apóstol Pedro
confesó la divinidad de Jesucristo, y lo llamó para que fuera el
vicario de su Iglesia.

Por otra parte, podemos mencionar la importancia del río Jordán, que es
prácticamente el único afluente de agua dulce que riega la tierra de
Israel. En su rivera Juan el Bautista bautizó a Jesús (Mateo 3,13). La
tradición cristiana sitúa este acontecimiento a nueve kilómetros al norte
del Mar Muerto, en Betania de Transjordania, que fue declarado en el
año 2015 como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

También se encontraba el “lago de Galilea” o “mar de Tiberias”, en honor


del emperador romano Tiberio. Este era el sitio donde vivían la gran
mayoría de los apóstoles. En hebreo es llamado Kineret, debido a su
forma que asemeja un arpa (Genesaret), y estaba rodeado por
montañas.

En año 1986 se encontró cerca del mar de Galilea, los restos de una
embarcación judía de los tiempos de Cristo, algunos creen que es la
misma barca de Pedro donde el Primogénito de Dios predicó el evangelio
En año 1986 se encontró cerca del mar de Galilea, los restos de una
embarcación judía de los tiempos de Cristo, algunos creen que es la
misma barca de Pedro donde el Primogénito de Dios predicó el evangelio
(Lucas 5,2-3).

Asimismo, el Señor Jesús realizó grandes milagros como:

 La pesca milagrosa cuando las redes estuvieron a punto de


deshacerse (Lucas 5,1-7).
 En medio de una tormenta calmó la tempestad con su voz poderosa
(Mateo 8,23-27).
 Camino sobre las aguas ante el miedo de sus discípulos que
creyeron ver un fantasma, y rescató a Pedro al hundirse por su falta
de fe (Mateo 14, 22-31).
II. LOS HABITANTES DE LA ÉPOCA

Los pertenecientes a la raza de Jesús recibían varios nombres:

 Hebreos, como los llamabas los egipcios, filisteos o romanos; se


deriva de Heber, un ascendiente de Abraham.
 Israelitas, por Israel, hijo de Isaac, quien originalmente era Jacob
hasta que un ángel le cambió el nombre.
 Judíos, por Judá, uno de los doce vástagos de Jacob. Así fueron
conocidos cuando se encontraban en el exilio de Babilonia.

Había varios grupos o castas sociales, de menor a mayor tenemos:

LOS ESCLAVOS: Del griego “doulos”. Los “esclavos” o “siervos”, se


podían adquirir de la siguiente manera:

 Como prisioneros de guerra.


 Comprados en el mercado de esclavos, por el pago de una
deuda, donde el implicado se vendía como sirviente o también
sus propios hijos.
 Como un regalo a otra persona.
 Los descendientes que nacían de una familia de esclavos.

La posición de un “esclavo” hebreo no puede confundirse con la suerte


que tenían los “siervos” de las otras naciones crueles y paganas. Su
ocupación era servir a los ricos, y en un sentido general hacían parte de
los enseres del hogar. En la sociedad patriarcal judía: la esposa, los hijos
y los esclavos estaban todos juntos bajo la autoridad del hombre de la
casa. Aunque podían recibir buen trato, no podían casarse con esclavas
extranjeras, con las hijas de sus amos, adquirir propiedades, ni heredar
algún bien material. En el templo de Jerusalén no había esclavos. Según
la norma mosaica los judíos solo podían ser esclavos durante seis años o
también podían quedar libres por el jubileo; y si el dueño no era judío, el
esclavo debía ser rescatado por sus parientes.

LOS PASTORES: En griego es “poimen”, y se utiliza en un sentido


natural de uno que cuida manadas o rebaños, y no solamente como uno
que los alimenta. Eran los más pobres de la sociedad hebrea, tenidos
como ladrones y mentirosos, considerados como impuros en el judaísmo.
Entre ellos había algunos que tenían defectos físicos, fuertemente
despreciados y no dignos de testimonio en un tribunal. Exentos de toda
actividad religiosa tanto en las sinagogas como en el templo de Jerusalén,
además excluidos de los ritos como guardar el Sabat, porque tenían que
vigilar sus rebaños de cabras y ovejas recorriendo diferentes praderas
todo el año. Se les llamaba como “gente de la tierra” equivalente a decir
“persona ruda”.

LOS EXTRANJEROS: Recibían el nombre de “glerim”, es decir, los


habitantes de las otras naciones que se ponen bajo la protección de
Israel, y por eso tienen ciertos derechos, privilegios y responsabilidades
civiles; pero no podían comprar tierras. Desde el punto de vista social
eran hombres libres que podían comer la pascua si eran circuncidados,
participaban al mismo nivel de los judíos nativos en los ritos y ceremonias
religiosas, y eran castigados en el caso que desobedecieran la legislación
divina. Trabajaban como asalariados, y generalmente eran pobres.
Estaban ubicados junto a las viudas y huérfanos. Algunos se dedicaban a
la caridad pública al lado de los mendigos, leprosos y lisiados. La gran
mayoría de ellos se hacían en torno al templo o en las puertas de las
grandes ciudades. La limosna era una de las tres prácticas fundamentales
de la piedad judía, junto con la oración y el ayuno.

LOS PESCADORES: “Jalieus” (derivado de jals, mar). En este grupo


habían pequeños empresarios, entre los que estaban varios de los
apóstoles de Cristo, como es el caso de los hermanos: Andrés y Pedro, y
los hijos de Zebedeo: Santiago “el Mayor” y Juan, “el discípulo amado”.
LOS OBREROS: “ergates”, relacionado con “ergazomai”, trabajar y
“ergo”, trabajo; como el propio Jesús y su padre adoptivo José. Este
gremio se dedicaban a oficios varios como: la carpintería, la albañilería o
la construcción. También había jornaleros o campesinos contratados. Se
les pagaba por un día de labores con un denario más la comida.

LA CLASE MEDIA: Pertenecían a ella muchos fariseos entre


comerciantes, artesanos, propietarios de talleres y los dueños de las
hospederías en Jerusalén.

LOS GRANDES HACENDADOS Y EMPRESARIOS: Eran la clase más


rica y explotaban económicamente a las personas más pobres. En su
mayoría conformaban el grupo de los saduceos.

III. EL TEMPLO DE JERUSALÉN

En el siglo primero de nuestra era, el templo de la Ciudad Santa contaba


con varios atrios, o patios, de acceso restringido. Cualquier persona podía
entrar en el atrio de los gentiles, pero solo los hebreos y los prosélitos
podían seguir a los demás patios, que estaban detrás de una elegante
balaustrada de piedra llamada Soreg. Según el historiador judío Flavio
Josefo (s. I), dicha barrera tenía grabadas varias inscripciones en griego y
en latín que advertía a los gentiles que no se atrevieran a poner un pie en
el recinto sagrado; ni siquiera los romanos osaban violar este mandato
por miedo a las represalias de los judíos fanáticos. Una de esas
inscripciones en griego, que todavía se conserva en su totalidad, dice así:
“A ningún extranjero se le permite estar dentro de la balaustrada y del
terraplén en torno del santuario. Aquel a quien se encuentre será
personalmente responsable de su propia muerte” (Comparar con Efesios
2,14-17).

Los judíos mayores de 12 años tenían que pagar a la casa de Dios un


impuesto anual equivalente a lo que se ganaba en dos días de jornal de
doce horas de trabajo (dos dracmas) (Mateo 17,24). Por su parte, los
hebreos que vivían en la diáspora (dispersión) enviaban limosnas
anuales para acrecentar el tesoro sagrado llamado el Korbán (palabra
hebrea que quiere decir “ofrenda al Señor”). Estas donaciones eran
confiadas a mensajeros especiales a quienes llamaban “apóstoles” (del
latín apostolus, enviado). Asimismo, todo el que producía algo tenía que
entregar al templo una décima parte de sus ganancias: animales, frutos,
grano, aceite, vino, etc. (Éxodo 23,19). El tributo para el templo era
recaudado bajo vigilancia romana. Esto sin contar con los regalos y
grandes dádivas que recibían los sacerdotes de los reyes extranjeros que
donaban ciertas cantidades de sus arcas como vasos de oro puro, al lado
de las vajillas y ofrendas por parte de todos los hebreos de la nación;
convirtiendo al templo en el “tesoro general de Israel” (Marcos 12,41).

Diariamente desde la mañana hasta la noche se hacía un sacrificio de


incienso y un cordero de un año. A parte de esto también se ofrecían
diferentes víctimas, como por ejemplo: toros, terneros, ovejas, cabras,
palomas y tórtolas; como holocausto públicos de la comunidad y como
ofrenda por los pecados personales, en las mujeres para recuperar la
pureza legal, además de presentar dos sacrificios diarios (dos corderos y
un toro) por la salud del emperador romano y su nación. La sangre de
estas criaturas salpicaba los ángulos del altar y la grasa de las victimas
humeaba en los braseros. En la explanada del santuario se vendían estos
animales, los cuales debían estar sanos y sin defectos (Levítico 22,19-24).
El Adonay desde el Antiguo Testamento condenó enérgicamente quienes
desobedecían esta norma, y ofrecían animales cojos, enfermos o ciegos
(Malaquías 1,6-8).

Filón, escritor judío del siglo I, señalaba que los sacerdotes


inspeccionaban los animales desde la cabeza hasta el extremo de las
patas para verificar que estuviesen en perfecto estado. Se cree que el
vendedor tendría que dar al comprador algún tipo de comprobante de
que el animal era acto para el holocausto. En 2011, un equipo de
arqueólogos descubrió una ficha o certificado de ese tipo en los
alrededores del templo: un sello de arcilla en forma de moneda que data
de entre el siglo I a. C. y el año 70 d. C. Tiene inscritas dos palabras
arameas que se han traducido: “puro para Dios”. Al parecer los oficiales
del santuario ataban estas fichas a los productos o animales destinados a
los rituales.

IV. LA LLEGADA DEL MESÍAS

En el siglo I la gente en Palestina estaba a la espera de un “Mesías” o


“Cristo” (Lucas 3,15; Daniel 9,24-26). Habían pasado casi cuatrocientos
años desde que Malaquías el último de los profetas israelitas (del hebreo
“nabî” que quiere decir aquél que testifica), habló entre el pueblo. La
comunidad recordaba la promesa de un “Ungido” y de un nuevo “Elías”,
quien prepararía el camino para él (Malaquías 3,1.23-24). Durante la
ocupación romana y el reinado de Herodes el Grande, los hebreos a
menudo se desesperaban; su país estaba ocupado por un grandioso
imperio extranjero y politeísta, y su rey vasallo, era un hombre cruel e
inestable, un idumeo que ni siquiera era judío ni de la casa real de David

En este ámbito político se esperaba un mesías que permanecería para


siempre (Juan 12,34; Daniel 7,14), con dos características relacionadas
una de la otra:

 Uno puramente nacionalista, que asumiría el reinado de Judá para


liberarlos de los romanos.
 Uno venido del cielo tanto divino como humano, el cual establecería
el reino de Dios en la tierra.

Sobre el particular se presentaron muchos falsos mesías


autoproclamados. Por ejemplo podemos mencionar las palabras del
doctor de la ley Gamaliel, quien ante el Consejo de Ancianos utilizó a
favor de los apóstoles este argumento: “Colegas israelitas, no actúen a la
ligera con estos hombres. Recuerden que tiempo atrás se presentó un tal
Teudas, que pretendía ser un gran personaje y al que se le unieron unos
cuatrocientos hombres. Más tarde pereció, sus seguidores se dispersaron
y todo quedó en nada. Tiempo después, en la época del censo, surgió
Judas el Galileo, que arrastró al pueblo en pos de sí. Pero también éste
pereció y todos sus seguidores se dispersaron” (Hechos 5, 35- 37).

EL JUDAÍSMO EN LA ÉPOCA DEL SEÑOR

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

I. CONTEXTO GENERAL

El imperio romano tenía 60 millones de habitantes, y se calcula que 1 de


cada 14 era judío, los cuales vivían en Israel, Egipto, el Norte de África,
Grecia, Roma, Asia Menor y Mesopotamia. Sin importar a donde iban, los
hebreos llevaban consigo su religión (Mateo 23,15).

Los romanos trajeron muchos beneficios a las naciones bajo su control.


Construyeron caminos, puentes, acueductos, anfiteatros, palacios y
muchos otros edificios magníficos. También introdujeron un sistema
jurídico. Su influencia cultural era evidente en la decoración de las casas
de los ricos y mucha gente adoptó el estilo de vida romano de vestir y
aprendió a hablar latín. De hecho, las carreteras en todo el imperio que
abarcaba parte de Europa occidental, el Norte de África y Asia occidental,
facilitaron la difusión del cristianismo.

En el Antiguo Testamento el país de los hebreos recibió los nombres de


“tierra de Canaán”, de “Israel”, luego “de los hebreos” y también llamada
“tierra de la promisión”. Desde la Edad Media se le identificó
generalmente con el título de “tierra santa”.

Tras el exilio babilónico en tiempos del profeta Daniel, lejos de Jerusalén,


y sin un jefe israelita apropiado, los judíos meditaron sobre su historia,
sus errores y las leyes de Dios. Esto llevó a un renacimiento religioso, que
dio lugar a lo que se llama “judaísmo”.

En el Nuevo Testamento se usa el término Judea en dos sentidos: para


referirse al Antiguo Reino de Judá o para hacer alusión al territorio de la
provincia romana de Judea. El termino Judea coincide a groso modo con
la noción de Israel o mejor dicho Eretz Israel.

La palabra Palestina no es más que una deformación del término


“Peleset”, como se conocía a los “filisteos”, quienes habían invadido las
llanuras costeras de Judá, hacía el año 1200 a.C. El cambio de nombre de
Provincia de Judea a llamarla Provincia de Palestina ocurre en el año 135
d.C. tras aplastar los romanos la rebelión de los judíos dirigidos por Simón
Bar Kojba.
La ley de Moisés requería que los israelitas tuvieran presentes las
necesidades de los inmigrantes (Deuteronomio 10,17-19).

La hospitalidad con los parientes, amigos o extraños en esa época, era


muy importante. Cuando llegaba un invitado, lo recibían con un beso, le
quitaban las sandalias, le levaban los pies y le untaban aceite aromático
en el cabello (Lucas 7,44-47).

La ley de Moisés hacía provisión especial a favor de los extranjeros (no


solamente para el viajero ocasional, sino para el residente local que no
pertenecía a Israel). Debía de ser tratado con igualdad por el hebreo,
tanto por el amor de Dios hacía él como por la experiencia de los judíos
en la nación de Egipto (Deuteronomio 10,18-19). Debía ser amado con
toda sinceridad (Levítico 19,33-34). Se podía exigir la hospitalidad como
un derecho (1 Samuel 25,8). En consecuencia con este marco histórico,
Jesús mandó a sus discípulos que fueran sin provisión especial, contando
con la caridad a lo largo del camino (Marcos 6,7-13).

A diferencia de lo que pasaba en otros territorios, en el judaísmo la


posición de la mujer era mucho mejor, que cómo lo era en la civilización
griega y romana. Del mismo modo, en Oriente Próximo de la antigüedad
no se trataba bien a las viudas, por lo general, tras la muerte de su
esposo, ella dependía de sus hijos. Y si no tenía, solo le quedaba
venderse como esclava, vivir de la prostitución o morir.

En el Pentateuco estaba establecida una norma llamada “la rebusca”. Era


una bondadosa medida para ayudar a las viudas, los huérfanos y lo
extranjeros pobres. Durante la temporada de la recolección de las
cosechas se les permitía entrar a los campos para ir recogiendo lo que los
segadores dejaban atrás. También podían recolectar lo que había crecido
en las orillas y esquinas de los terrenos de cultivo (Levítico 19,9-19;
Deuteronomio 24,19-21). Esta era una medida muy solidaria, distinta a
todas las demás culturas.
Si bien es cierto que Yavé había dispuesto que el pueblo de Israel se
mantuviera separado de las naciones paganas de su entorno para no
contaminarse con la idolatría, fueron algunos dirigentes religiosos
fanáticos quienes inculcaron el desprecio hacía todo lo que no fuera judío
(1 Reyes 11,1-2). De ahí que la Misná llegara a incluir esta ordenanza:
“No ha de dejarse ganado en la posada de los gentiles, porque son
sospechosos de bestialidad”. Tales perjuicios sobre los paganos eran
injustos y muy opuestos al espíritu de la ley mosaica (Levítico 19,34).

Los judíos que vivían en la dispersión estaban principalmente ubicados en


Babilonia, Siria y Egipto, pero Jerusalén fue el centro religioso común y
por eso enviaban generosas ofrendas al templo por ellos. Cada colonia
tenía su sinagoga respectivamente en la ciudad santa (Hechos 2,5; 11,6-
9).

El apelativo de “joven”, podía designar a una persona entre los veinte y


cuarenta años de edad.

La palabra hebrea para “ancianos” también significa “con barba”. En ese


tiempo, los ancianos israelitas eran los miembros mayores de sus clanes,
quienes se volvían líderes por su sabiduría y experiencia.

El término Kyrios que generalmente se traduce “Señor”, se usa para


referirse al dueño de una propiedad, el jefe de una familia, un dueño de
esclavos, uno que controla y dispone, una persona de alto rango o un
monarca. En un sentido religioso aplica a la persona de Cristo Jesús.
En aquellos días no había grandes instituciones bancarias, pero había
“banqueros” que por un lado, pagaban intereses por el dinero que les
prestaban, y por el otro, prestaban dinero a un interés más alto (Mateo
25,27). De todas maneras, la ley mosaica prohibía a los israelitas
cobrarles intereses a los pobres (Éxodo 22,25).

Existían centros caritativos que hacían préstamos de dinero sin intereses,


pagaban entierros y proveían dotes y ajuares para novias pobres. El
cuidado de los más necesitados era un mandato mesiánico (Mateo 6,1-4;
Lucas 14,13). Esta costumbre fue heredada por el cristianismo (Gálatas
2,10; Hechos 11,27-30; Romanos 15,16; 1 Corintios 16,14).

Los casos judiciales más serios, que un juez ordinario no podía resolver,
eran llevados al santuario de Jerusalén, donde un sacerdote dictaba el
“juicio de Dios”. El acusado oraba de antemano al Altísimo suplicándole
justicia y proclamando solemnemente su propia inocencia, para poder
participar nuevamente en el culto divino. Esto lo hacía meditando un
salmo que lo improvisaba el mismo o lo tomaba del formulario que el
sacerdote le ponía a disposición [ejemplo el salmo 25 (26)].

Cuando el rey Jeroboán instituyó con las diez tribus del norte el reino de
Israel, la capital era Samaria, mientras que el reino del sur estaba
conformado por las tribus de Judá y Benjamín, teniendo a Jerusalén como
capital. Ahora bien, después de que Asiria conquistara el territorio del
norte en el año 740 a.C. los israelitas fueron llevados cautivos a sus
dominios, el rey pagano Salmanasar envió a Israel colonos que se
entrelazaron con los pocos hebreos que quedaban. Siendo este el origen
del pueblo mestizo de los samaritanos. Al regresar los judíos del exilio en
Babilonia, los samaritanos trataron de impedir la reconstrucción del
santuario y de las murallas de la ciudad de Jerusalén (Esdras 4,1-23;
Nehemías 4,1-8). En el siglo IV a.C. los samaritanos que adoraban
divinidades gentiles al lado del Dios verdadero, edificaron un templo
sobre el monte Garicín, junto a Siquem, que rivalizaba con el de
Jerusalén. En tiempos de Jesús, el término samaritano se utilizaba, no
tanto para indicar el origen geográfico de alguien, sino para referirse a los
seguidores de la religión que surgió en Samaria. Los samaritanos seguían
rindiendo culto en el monte Garicín, y los judíos los trataban con enorme
desprecio (Juan 4,9.20-22; 8,48).

En tiempos bíblicos se ponía en cuarentena a los leprosos para que no


contaminaran a la gente (Números 5,1-4). Pero los líderes religiosos
terminaron adoptando un criterio implacable ante la lepra e impusieron
reglas opresivas, ya que se consideraba en el lenguaje bíblico como un
“castigo de Dios”. Los preceptos rabínicos estipulaban que había que
apartarse de ellos como cuatro codos (unos 180 centímetros), o cien
codos (unos 45 metros) si soplaba el viento. El Midrás Rabbsah habla
de un rabí que se escondía de ellos y de otro que los ahuyentaba
tirándoles piedras.

Los hebreos utilizaban vestidos de tela de saco áspero, hechos de pelo de


camello o de cabra, como signo de plegaria, arrepentimiento o luto.
También hacían ayuno y frotaban ceniza y polvo en sus caras y el cabello.

La mayoría de los israelitas llevaba barba. Más tarde, bajo la ley de


Moisés, esto fue una obligación (Levítico 19,27). El que a un judío le
arrancaran la barba era señal de vergüenza y burla, tal cual como estaba
presagiado en la pasión del Señor (Isaías 50, 6).

El precepto bíblico de “ojo por ojo y diente por diente” (Éxodo 21,24;
Levítico 24,20), solo se administraba una vez que el infractor había sido
juzgado por los jueces o sacerdotes, quienes analizaban las circunstancias
y el grado de premeditación de la ofensa, y era conocido como la Ley del
Talión (Lex Talionis) (Deuteronomio 19,15-21). La norma decía que el
castigo debía de ser a la medida del crimen, y era considerada como una
ley de Estado, pero no superarla. En tiempos de Cristo los maestros de la
ley tergiversaron la aplicación de esta norma para justificar sus
resentimientos propios y deseos de venganza personal. A menudo, las
represalias se llevaban hasta el extremo y el mal que se devolvía era muy
superior al que se había recibido, lo cual fue condenado por Jesús (Mateo
5,38-39).
II. PLANO CULTURAL

Los cuatro pilares del pueblo judío eran:

o LA RAZA: Por el linaje de Abrahán, Isaac, Jacob y las doce tribus de


Israel.
o LA LEY: Lealtad a Dios a través de sus mandatos y preceptos dados
a Moisés.
o LA TIERRA: Bendición del Señor a su pueblo escogido al entrar al
Canaán.
o EL TEMPLO DE JERUSALÉN: Lugar de la presencia divina y de los
holocaustos.

En Israel eran conocidos tres idiomas:

 El hebreo, la lengua en que se escribieron los libros sagrados. El


Mesías empleó este idioma al leer el rollo del profeta Isaías en la
sinagoga de Nazareth (Lucas 4,16-21).
 El arameo, la utilizada por el pueblo del común; incluyendo a Jesús
en sus predicaciones.
 El griego, era el lenguaje del comercio y de los intelectuales. Los
romanos hablaban entre ellos latín, y el griego para sus actividades
diarias; por lo que es probable que Jesús empleara este idioma
cuando fue interrogado por Poncio Pilatos en el pretorio (Juan
18,28-40).

La Biblia que usaban los judíos de la diáspora era una traducción griega
del Antiguo Testamento conocida como la Septuaginta, o Versión de los
Setenta. Los primeros cristianos emplearon extensamente esta traducción
en sus enseñanzas.

En el antiguo Israel el término “prosélito” incluía a tres clases de


individuos diferentes:

La palabra prosélito se deriva del griego proselytos (“uno que ha llegado


a un lugar”, “agregado”, “el que se acerca”, por lo tanto un extraño). Se
una en la versión de los Setenta (Septuaginta) para identificar a un
residente “extranjero” o “forastero” (hebreo ger tôsab) dentro de la
frontera de Israel y merecía un trato bondadoso (Éxodo 19,24;
Deuteronomio 5,14; 31,12; Levítico 19,33; Jeremías 22,3). El ger tôsab
era un residente en Israel por tolerancia únicamente y sin derechos
civiles.

Desde el siglo II a. de C. cuando los judíos ya habían traducido al griego


muchas de sus obras, esto abrió la puerta para que los gentiles pudieran
conocer la historia y la religión de Israel. Algunos llegaron a abrazar el
judaísmo convirtiéndose en “prosélitos de justicia” (ger hassedeq). Este
término llegó a aplicarse a los extranjeros que se convertían en
adoradores de Yahveh, adoptaban el ceremonial religioso, la fe y la
moral; por la circuncisión habían llegados a ser judíos en todo el sentido
de la palabra, participaban en los servicios en las sinagogas, obedecían
sus leyes hasta cierto grado, podían celebrar la Pascua, asistir a los cultos
en el templo de Jerusalén, pero no debían entrar más allá de los atrios
destinados para ellos (Éxodo 12,48; Hechos 6,5); estos conversos al
judaísmo eran iguales legal y religiosamente, aunque esta igualdad no se
mostraba en lo social y eran conocidos técnicamente como prosélitos
(Hechos 2,10). Durante el período del nacimiento del cristianismo se
estima en tres millones de judíos, la mayoría de los cuales debió haber
sido prosélitos, los que participaron en la Diáspora. Las persecuciones y
las restricciones legales después de la destrucción de Jerusalén iniciaron
una declinación en el esfuerzo misionero o proselitismo en la religión
hebrea.

En el Nuevo Testamento se mencionan también a los “temerosos de Dios”


(hoiphoboumenoi). Según indica algunas obras griegas de la época,
estos adoptaron la moral hebrea y adoraban al Señor pero sin
circuncidarse, ni adoptar todo el ritual judío. En este grupo se incluyen al
Centurión de Capernaum (Lucas 7,5), el eunuco etíope en Jerusalén
(Hechos 8,27), y Cornelio de Cesarea (Hechos 10). Ellos eran
popularmente identificados como “prosélitos de la puerta” o “semi-
prosélitos” (Éxodo 20,10; Deuteronomio 5,14). El apóstol Pablo, se
encontró con muchos de ellos durante su ministerio en Asia Menor y en
Grecia (Hechos 10,2; 13,16.26; 17,4; 18,4; Gálatas 3,28).

En Jerusalén había muchos hebreos que hablaban griego, y también


estaban “aquellos de la llamada Sinagoga de los Libertos, y de los
cireneos y alejandrinos y de los de Cilicia y Asia” (Hechos 6,1.9).

En las culturas antiguas el saludo no era una mera formalidad sino que
envolvía una profunda realidad en su época. Los romanos deseaban la
salud (“salus”), los griegos la alegría de la vida (“xaire”), los judíos la
paz “schalomalechem” (paz a vosotros). Cuando los amigos hebreos
se separaban se bendecían uno a otro a fin de confirmar su amistad
(Génesis 24,60; 31,28.55). De hecho, cuando uno daba paz a otro se
entregaba un verdadero don, y este don añadía a la bendición del otro.
Dado que “salôm” no sólo incluía paz sino que prosperidad y se refería a
toda clase de bienestar material y espiritual, el saludo realmente llegaba a
ser una oración. Por eso en las Sagradas Escrituras es la palabra que más
sale: 239 en el Antiguo Testamento, y 89 en el Nuevo. Más adelante, las
salutaciones llegaron a ser tan complicadas y tediosas y tomaban tanto
tiempo, que Jesús ordenó a sus discípulos que no saludasen a nadie en el
camino por temor de que fueran distraídos de su deber principal, ser los
heraldos de la instauración del reino de Dios en la tierra (Lucas 10,4).

III. DIETA ALIMENTARIA

En tiempos bíblicos el aceite de oliva tenía muchos usos, entre ellos como
alimento, cosmético, combustible y medicamento. También era utilizado
con otros ingredientes para producir un fino bálsamo empleado por los
profetas para ungir a los reyes (1 Samuel 10.1). Asimismo, los buenos
anfitriones agasajaban a sus huéspedes untándoles la cabeza con este
preciado perfume (Lucas 7,36-38).
La ley mosaica especificaba los animales que no podían comer los judíos
por considerarlos impuros:

 El cerdo y el camello.
 Las aves depredadoras.
 Los peces que no tengan escamas o aletas.

Los animales rumiantes y de pezuña hendida como los bovinos, caprinos


y ovinos tienen que ser degollados por el Shojet, la persona más piadosa
de la comunidad.

Los israelitas no debían comer la grasa que rodeaba los intestinos, los
riñones y los lomos de los animales sacrificados, pues “toda esta grasa le
pertenecía al Señor” (Levítico 3,14-16).

La Torá (Biblia para los hebreos) prohibía matar a un ternero antes de


haber pasado los primeros siete días con la madre; espantar a un pájaro
que esté empollando para tomar los huevos del nido, y cocinar el cordero
en la primera leche que da la madre (calostro).

De todas las aves que servía de alimento para los judíos pobres, la más
barata en el mercado era el gorrión. Con una moneda de asarion, se
podía obtener dos pajaritos, y por dos monedas cinco gorriones, es decir,
uno más gratis (Mateo 10,29-31; Lucas 12,6-7).

IV. LA IMPORTANCIA DE LA FAMILIA

En el antiguo Israel, los registros de los linajes permitían determinar a


qué tribu y familia pertenecía cada israelita. Las tierras se distribuían
según la tribu y se heredaba de acuerdo al grado de parentesco. También
era clave la estirpe de la tribu de Leví, al fin de mantener la pureza de la
casta sacerdotal. Las mujeres judías que se casaban con miembros de las
familias sacerdotales tenían que presentar sus genealogías. Incluso, el
simple hebreo conocía a sus antepasados más cercanos y podía indicar a
cuál de los doce clanes pertenecía. Por otro lado, el judío que no
descendía a una familia sacerdotal debía inscribirse en la ciudad de sus
padres (Lucas 2,1-5). Estos registros se conservaban en archivos
públicos, o también era posible que ciertas familias guardaran sus propios
anales.

Un hijo primogénito pertenecía a Dios. Esta tradición databa del tiempo


de la Pascua en Egipto, cuando Yahvé salvó a los hijos primogénitos de
Israel. Los padres podían rescatar a su hijo pagando al sacerdote en el
templo de Jerusalén la suma de cinco monedas de plata.

Era un deber del judío varón proteger a sus familiares más cercanos,
como por ejemplo: pagar el precio de un pariente que se había vendido
como esclavo para saldar una deuda, desposar la viuda de un allegado
fallecido para perpetuar su memoria, o vengar la muerte de un
consanguíneo. Tal persona era conocida como un “redentor” o un
“vengador”, que en hebreo es la misma palabra.

Las propiedades pasaban de padres a hijos varones. La hija heredaba en


casos excepcionales donde faltaban los hijos hombres, pero tenían que
dejársela después a sus descendientes que fueran del sexo masculino
(Números 27,1-11).

V. LAS MUJERES ISRAELITAS

La sangre judía sólo se hereda por la madre.

En el pueblo de Israel la misión fundamental de la mujer era la


maternidad. Para ellos las cuatro principales madres son: Sara, Rebeca,
Lea y Raquel.
En la sociedad hebrea (Deuteronomio 32,25) las “vírgenes” o “doncellas”,
de la raíz “apartada” (betûlâ en hebreo), se distinguían de las demás
mujeres entre casadas, divorciadas o viudas (Levítico 21,14). Ellas
recibían un trato especial (Amos 8,13) y eran protegidas (2 Samuel 13,2),
ya que la violación traía deshonor a la familia (2 Samuel 13,12-13;
Deuteronomio 22,14). La ausencia de virginidad implicaba prostitución, lo
cual se castigaba con lapidación (Deuteronomio 22,21), la acusación falsa
era por lo tanto un crimen muy serio (Deuteronomio 22, 18-19). En caso
de violación, debía haber matrimonio posterior (Deuteronomio 22, 28-29),
excepto que la mujer seducida le sea negada, aun así debía pagar una
indemnización (Éxodo 22,16-17). La fornicación con una virgen
comprometida (Joel 1,8) equivalía a adulterio, y llevaba a la pena de
muerte (Deuteronomio 22,23-27). Las “vírgenes” o “doncellas” por lo
general llevaban vestiduras largas (2 Samuel 13, 18-19), se
caracterizaban por los adornos que llevaban (Jeremías 2,32) y por sus
alegres danzas (31,13). Además hacían parte de las ceremonias como
damas de compañía de las novias (Salmo 45,14; Mateo 25,1; Cantar 1,3;
6,8).

La esterilidad era fuente de amargo dolor, pues los hijos permitían que el
nombre de la familia no se perdiera. Por eso, la esterilidad se consideraba
un motivo de gran deshonra y vergüenza (1 Samuel 1,5.11). En cambio,
una abundancia de hijos era signo del favor divino y también una
garantía para la vejez.

Entre los antepasados de Jesús en su naturaleza humana, hay cuatro


mujeres: Tamar, Rajab, Rut y Besabé; La cuatro son de origen pagano, lo
que manifiesta que lo importante no es la raza judía como tal, sino los
designios imprevisibles de Dios.

Las tradiciones, la historia familiar y todo tipo de conocimiento eran


traspasados de generación en generación a través del vínculo de madre a
hija.
En la época pre monárquica cuando Israel existía como una federación de
tribus, pudo surgir un personaje de tipo caudillo como Débora (Jueces 4-
5).

Bajo los jueces y los reyes las mujeres ya no podían tener bienes propios,
si poseían una herencia debían casarse dentro de su propia tribu.

Durante la monarquía y el templo, la mujer judía solo entraba a la historia


oficial como reina madre, esposa del rey o del sacerdote. Entre los
profetas hubo una excepción con Hulda (2 Reyes 22,14-20).

Las mujeres esclavas no podían tener derecho a la libertad, ya que


permanecían como tal toda su vida, esto se debía a que con frecuencia se
convertían en las concubinas de sus amos.

Si bien la prostitución iba en contra de la Ley de Moisés, parece haber


sido tolerada en Israel, ya que estas mujeres ofrecían su comercio sexual
en sitios públicos. Llamaban la atención por su apariencia. Las mujeres
que vestían ropas seductoras o con demasiadas joyas y maquillaje eran a
menudo calificadas como prostitutas.

Al tiempo del Exilio, la situación de la mujer judía empeoró.

El hombre judío pronunciaba una bendición dando gracias a Dios por no


haberlo creado pagano, ni mujer, ni esclavo.

En la lengua en que fue escrito el Antiguo Testamento, el hebreo, las


palabras piadoso (hasid), justo (saddiq) y santo (qados) no tienen
femenino.

Las escuelas donde se formaban los rabinos (teólogos judíos) eran solo
para los hombres. Los escribas (maestro de la Ley) con respeto a las
mujeres alegaban que no tenían “discípulas”, ya que no merece la pena
instruirlas en la ley mosaica, pues sólo están obligadas a cumplirla, ya
que eran consideradas como “poco inteligentes”. En el Talmud
(Enseñanza), libro religioso para los judíos que se empezó a copilar en el
siglo II de nuestra era, se citaba las siguientes palabras de un rabino:
“Todo el que instruye a su hija en la Torá (la Ley) es como si la
instruyera en cosa frívolas”. Otro rabino llegó a decir: “Es mejor quemar
las palabras de la ley antes de dárselas a las mujeres”.

Para muchos líderes religiosos, las mujeres eran una peligrosa fuente de
tentaciones y cualquier contacto con ellas podía llevar a la lujuria.

Lo más apropiado para una mujer era permanecer en casa. Por esto
estaba muy mal visto que una mujer judía estuviese sola en la calle. De
ahí que les prohibieran hablar con hombres en público o salir sin taparse
la cabeza con un velo. Algunas incluso no se descubrían ni siquiera en la
casa.
Las mujeres judías hablaban solamente en arameo, porque estaba mal
visto que tuviesen relaciones con personas de otra raza.

Una mujer no debía estar sola en el campo, y no era normal que un


israelita conversara con una extraña, había que hablar poco con ellas.
A diferencia de lo que pasaba en otros territorios, en el judaísmo la
posición de la mujer era mucho mejor, que cómo lo era en la civilización
griega y romana. Del mismo modo, en Oriente Próximo de la antigüedad
no se trataba bien a las viudas, por lo general, tras la muerte de su
esposo, ella dependía de sus hijos. Y si no tenía, solo le quedaba
venderse como esclava, vivir de la prostitución o morir.

Las israelitas disfrutaban de alguna libertad, y aunque el individuo era el


cabeza de familia, la esposa, con la plena confianza de él, podía
desempeñar tareas como inspeccionar un terreno, comprarlo o plantar
una viña. Si era buena hilando y tejiendo, podía montar su propio negocio
(Proverbios 31,11.16-19).

El trabajo manual era prácticamente obligatorio. No podían estar ociosas


en sus casas, tenían que hacer trabajos de hilandería o de costura de
lana para hilos y costura. Se dedicaban también a la confección de ropa y
de utensilios para uso doméstico. Se podían formar empresas familiares,
pero el fruto de su trabajo era para el marido.

Debían madrugar para preparar el fuego el pan cada día para que su
esposo lo encontrase listo y caliente para comer cuando éste se
levantaba. Tenía que ir a la fuente del pueblo a por agua en un cántaro.
Además de dar de comer a las bestias que tuviese. Era la responsable de
todo lo concerniente al hogar, la comida, el huerto del jardín, comprar en
el mercado, la educación de los hijos.

Antes de la puesta del sol de los viernes se preparaban para celebrar el


Shabbat. Para ello barrían y limpiaban la casa, mudaban la ropa de la
cama y de la mesa. Se purificaban lavándose en una tinaja en casa. Se
ponían el mejor vestido. Por la noche celebraban el Shabbat en una cena
familiar con todos sus hijos y familiares próximos. Al día siguiente, como
les estaba prohibido trabajar, comían de lo que les sobraba la noche
anterior. Así se ha hecho siempre. Esta fiesta servía para reunir a los
familiares periódicamente y trasmitir la tradición judaica.

Respecto a sus costumbres religiosas viajaban a Jerusalén tres veces al


año con motivo de las fiestas de Pascua, Pentecostés y Tabernáculos, y
permanecían una semana allí. Rezaban mañana y tarde largas oraciones.
Las más fervorosas ayunaban a pan y agua dos veces a la semana, los
días 2º y 5º.

Las mujeres judías al igual que los varones debían pagar un tributo para
el imperio romano a partir de los 12 años.

VI. EL MATRIMONIO JUDÍO

Las mujeres hebreas se casaban a partir de los 14 años, y los hombres


después de los 16 años.

En aquellos tiempos, la costumbre era que los padres se encargaran de


buscar cónyuges para sus hijos.
La ley del Levirato ordenaba que si fallecía un judío que tuviese
hermanos, la mujer pasaba al más inmediato. Esto con el fin de darle
descendientes que perpetuasen el nombre de la familia, conservar las
propiedades y proteger a la viuda. Si el difunto no tenía más hermanos
vivos, otros varones de la familia tenían que cumplir con este deber
(Deuteronomio 25,5-7; Mateo 22,24).

Estaban prohibidos los matrimonios con “extranjeros”, para evitar que los
israelitas cayeran en la idolatría de los pueblos paganos (Éxodo 34,14-16;
Deuteronomio 7,3-4), y que sus descendientes no llegaran a conocer el
idioma hebreo (Nehemías 13, 23-24). Igualmente, no se podía contraer
nupcias con hijos “ilegítimos” (Deuteronomio 23,3).

Solo el marido tenía el derecho exclusivo a romper el matrimonio


(Deuteronomio 24,1). En este caso la joven tenía que obtener un
certificado de divorcio para poder casarse con otra persona. La esterilidad
podía ser causal para el divorcio. Para la escuela del rabino Hillel,
cualquier motivo era suficiente para desentenderse de su mujer.

La tradición oral ordenaba que la esposa nunca caminara al lado de su


esposo, sino detrás. Al hombre se le advertía que no conversara con
ninguna mujer en público, aunque fuera su conyugue.

En la parábola que Jesús hace alusión a una mujer pobre que barre toda
la casa y al fin halla la dracma que había extraviado (Lucas 15,8-9). Se
hace referencia a la antigua costumbre en que las mujeres de Israel se
adornaban la cabeza con un tocado lleno de monedas. Estas monedas
pertenecen a la dote de la esposa y representan su propiedad más
querida, tanto que ni siquiera se las quitaban para dormir. La mujer que
habla Cristo debía ser muy pobre, pues diez dracmas eran muy poco en
comparación de los cientos de monedas de oro y plata que llevan hoy en
día algunas mujeres orientales. Además, vivía en una casa pequeña y sin
ventanas, por lo que tuvo que encender un candil para barrerla con
cuidado.

Las fiestas de bodas generalmente duraban siete días. Los invitados


festejaban y bebían vino, que el novio proporcionaba. Pero si el vino se
agotaba antes del final de las celebraciones era una vergüenza social.

VII. EL CONTEXTO RELIGIOSO

“El Dios de Israel”, en hebreo “El Elohé-Yisra´el” (Génesis 33,20) al


formar su nación, dio instrucciones sobre cómo quería que le adoraran, y
entre las cosas que le mandó a su pueblo figuraban las ofrendas y los
sacrificios. Algunas ofrendas consistían en frutos de la tierra, y otras
requerían el sacrificio de ciertos animales: toros, ovejas, cabras, palomas
y tórtolas. Se hacían holocaustos, es decir, ofrendas quemadas que
tenían que consumirse por completo en el fuego, y también sacrificios de
comunión, es los que quien traía la ofrenda participaba comiendo de lo
que se había sacrificado a Dios.

Los hijos varones eran instruidos por sus padres en la ley y en el rezo de
la “Shemá Yisrael” o credo israelita.

Tres veces al día debía rezar el judío la oración de las 18 bendiciones del
Amida y la salmodia del Hallel, y esto de cara a Jerusalén, de pie, con
las manos extendidas y la vista baja.

El “Shophar” es una trompera de cuerno de carnero que es conocido


como la “trompeta nacional de Israel. El instrumento produce un sonido
fuerte, estridente, que se usaba tanto para llamar a la batalla como a la
oración. Todavía se emplea durante las ceremonias religiosas.

La palabra hebrea para altar significa “lugar de sacrificio o matanza”. Si


bien los israelitas usaban altares para ofrendas de sacrificio, algunos
fueron edificados como memoriales de acontecimientos sagrados.
Los hebreos del siglo primero creían que como descendientes directos de
Abrahán, serían el pueblo que tendría el favor directo de Dios. Sabían
además que de entre ellos saldría una persona que sería escogida como
Mesías (Juan 1,25; 7,41-42; 8,39-41).

Según la creencia judía, el Mesías debía de cumplir ciertos requisitos para


ser considerado como el enviado de Dios:

 No podía ser el propio Adonai (Dios).


 Difundiría el conocimiento universal del Dios Único.
 Según las profecías bíblicas construiría el tercer templo de Jerusalén.
 Reuniría a todos los hebreos de regreso a la tierra de Israel.
 Traería la paz mundial mediante un reinado mesiánico como fue el
del rey David.
 Acabaría con el mal en el mundo.

VIII. DIFERENTES GRUPOS RELIGIOSOSO

Los nazareos hacían un voto que incluía no tomar ninguna bebida


alcohólica y las comidas inmundas como símbolo de pecado, tampoco
cortarse el cabello. Como el sumo sacerdote debía cuidarse del contacto
con los muertos, si lo hacían así fuera en forma accidental requería
afeitarse la cabeza, ofrecer sacrificios y reiniciar su consagración otra vez.
Los nazareos mosaicos servían por un período de tiempo fijo, y eran
liberados después de llevar holocaustos, presentar en el altar el cabello
cortado y cualquier otra cosa consagrada. Sansón, Samuel y Juan el
Bautista; fueron nazareos permanentes.

Los levitas fueron tomados por Yahvé en el lugar de los primogénitos de


todas las tribus de Israel. Estaban esparcidos en 47 ciudades por todo el
territorio de la nación, y se les había asignado un diezmo para su
sostenimiento. Eran apartados para el servicio del Tabernáculo y en el
templo de Jerusalén donde oficiaban como músicos, cantores y ayudantes
de los sacerdotes. Su deber era también instruir al pueblo en la ley de
Moisés. En el Nuevo Testamento se nos dice que Bernabé era levita
(Hechos 4,36). Dado la función didáctica que tenían por la Torá, es muy
probable que muchos escribas fueran también levitas.

En el tiempo de Jesús los saduceos (o saddoukaioi) eran un pequeño


grupo de familias aristocráticas y de clase social alta. Algunos piensan
que significa descendientes de Zadoc, sacerdote de Salomón (2 Samuel
8,17) y por tanto el sacerdocio legítimo (Ezequiel 48,11). Otros derivan el
término del griego syndikos, un nombre dado a un miembro del concilio
supremo, asociado por el partido con saddîq, “justo”. Ellos controlaban el
templo de Jerusalén por medio del Sagan o Capitán de la guardia
(Hechos 4,1), y eran la mayoría en el Sanedrín o Consejo de Ancianos.
Colaboraban con los romanos, y se mantuvieron separados de la gente
común y los sacerdotes más pobres muchos de los cuales eran fariseos.
Consideraban la ley (la Escritura escrita) como obligatoria, pero
rechazaron la tradición de los escribas y creyeron que los profetas eran
menos autoritativos. No creían en el concepto de espíritus buenos y
malos, ni en la resurrección del cuerpo (Hechos 23,8). Aunque puede que
Josefo exagera cuando dice que niegan aún la inmortalidad del alma,
recompensa y castigo en el hades. Jesús se dirigió a ellos con esta
censura: “Estáis en un error, por no entender las Escrituras ni el poder de
Dios” (Mateo 22,29. Biblia de Jerusalén). Asimismo, poco se preocupaban
por la esperanza mesiánica, despreciando las pasiones nacionalistas y el
entusiasmo religioso del pueblo. Prefiriendo el exceso que el ayuno
farisaico, argumentaron que Dios no le interesaba las obras buenas o
malas de los hombres.

Los escribas era una clase de eruditos de la ley mosaica. Dado que la ley
tiene que ver en gran parte con el culto, los escribas más antiguos eran
también sacerdotes, como fue el caso de Esdras. No obstante, en el
tiempo intertestamentario la creciente importancia de la torá y la
sinagoga produjo una clase separada de maestros bíblicos laicos. Su
función no sólo era solamente la explicación de la ley a la gente sino
también la trasmisión de decisiones legales de generación en generación.
En tiempos posteriores los escribas tuvieron la responsabilidad adicional
de la preservación del texto sagrado. Al enfrentarse con la amenaza del
helenismo, vinieron a ser los celosos defensores de la ley y ganaron
popularidad e influencia entre el pueblo. La estima en la que eran tenidos
se refleja en la palabra “rabbi”, “mi señor”, con la cual se les llamaba
igualmente como los sabios o hakamin. En el NT se les denominaba
generalmente como “grammateis”, conocedores de las Escrituras
(Mateo 2,4; Marcos 1,22), también se les podía llamar
“nomodidaskaloi” “maestros de la ley” (Lucas 5,17; Hechos 5,34). Se
protegían de cualquier crítica, inculcando la idea de que si subestimaran
sus apreciaciones incurrían en un pecado tan grave como despreciar la
palabra de Dios. N. S. Jesucristo los denuncia por su hipocresía, orgullo y
dureza espiritual, y también porque fueron adaptando ciertas
interpretaciones de la Sagrada Escritura hasta el punto de crear normas
extrañas ajenas a los preceptos mosaicos.

Todas las ceremonias religiosas en las sinagogas sin excepción, son


conducidas por un rabino. Un rabino es doctor de la ley mosaica, jefe
espiritual y religioso de una comunidad en particular. Preside los oficios,
oraciones, bendice las uniones matrimoniales y celebra las exequias
fúnebres. Antiguamente gozaba de autoridad jurídica dado su carácter de
hombre sabio en la teología judía; sin embargo, no eran considerados
como clérigo propiamente dicho.

Los hebreos devotos del siglo primero tenían la costumbre de orar en


grupo a la hora en se realizaban las ofrendas quemadas en el templo (a
eso de las nueve de la mañana y las tres de la tarde). Los de los otros
lugares solían hacerlo también dos veces al día de pie en las sinagogas
locales (Lucas 18,11-13). Por el contrario, Jesús criticaba a los hipócritas
fariseos que oraban “en las sinagogas y en las esquinas de las calles”,
para ser vistos por los demás (Mateo 6,5): Igualmente, a los escribas que
al hacer “largas oraciones” se querían ganar el dinero de las viudas
(Lucas 20,47).

Rabbí viene del hebreo rab que designa un jefe. Se atribuía este título a
los maestros de la ley que tenían discípulos, como pasó con Juan
Bautista (Juan 3,26) y a menudo par Jesús (Marcos 9,5). Solamente en
tiempos posteriores el rabino recibiría una ordenación y reconocimiento
oficial en la comunidad judía.

Un rabino tenía que haber sido formado en alguna de las escuelas


rabínicas y haber demostrado que era capaz de interpretar la ley de
Moisés y los profetas según los principios establecidos en ella. Los
doctores de la sinagoga transmitían lo que ellos mismos habían aprendido
de reputados maestros como Sahmaio o Hillel; evitando criterios propios
que pudieran ocasionar el surgimiento de muy diversas doctrinas.

La palabra fariseos del griego pharisaioni (hebreo perûsîm), es un


término semítico que se traduce como “separado de los demás” o
“separatista”. Los fariseos se asocian generalmente con los escribas
(Mateo 5,20) y los saduceos (Mateo 16,1) o con los herodianos (Mateo
22,15) en su oposición a Jesús. Algunos sostienen que su origen se
remonta cuando se separaron de Judas Macabeos en el advenimiento de
Alcimus en el año 162 a.C. y que eran los hasidim, un grupo de
resistencia pasiva que se dedicaba a la observancia del judaísmo. Josefo
les distingue de los esenios y saduceos en los días de Jonatán, en el año
146 a.C. Otros le miraron como los haberim quienes desertaron de
Hircano alrededor del año 135-104 a.C. y que juraron una observancia
escrupulosa de la ley (Mishna). Hacía el año 76 a.C. fueron admitidos en
el Sanedrín. En el tiempo de Jesús, ellos controlaban las sinagogas y las
escuelas rabínicas, por lo cual eran respetados por las masas.

Eran conocidos por sus despliegues de justicia en público para


impresionar a otros. Los días en que por su propia imposición solían
ayunar son los lunes y los jueves, y escrupulosamente pagaban el
diezmo. Ensanchaban las cajitas que llevaba todo judío varón sobre la
frente y el brazo que contenía cuatro porciones del Pentateuco, esto con
el fin de dar la impresión de que eran celosos de la ley de Moisés, y
aumentaban los flecos de sus prendas de vestir. En las sinagogas se
invitaba a un hombre para estar de pie al frente y llevar las oraciones. Ser
escogidos era un honor, y algunos fariseos aprovechaban esta
oportunidad para su misma gloria.

En el plano doctrinal creían en la resurrección después de la muerte, en


los ángeles y en la recompensa o el castigo futuro (Hechos 23,8),
reverenciaban las tradiciones de los escribas (Marcos 7,9), practicaban el
exorcismo (Lucas 11,19), para la blasfemia y el adulterio, prescribían la
pena de muerte. Su esperanza mesiánica encuentra expresión en los
Salmos de Salomón (alrededor del año 50 a.C.), creían que el Mesías
ataría a Belial, ejecutando el juicio y estableciendo la nueva Jerusalén.

Los puntos de conflicto entre Jesús y los fariseos fueron:

 Su tradición que invalida la ley (Marcos 7,12)


 Su rígida observancia del sabbath lo cual restringía las sanidades
(Mateo 12,12).
 Corrupción y regeneración moral (Marcos 7, 18-23).
 Méritos y recompensas (Lucas 17,10).
 Hipocresía en su forma de vida (Mateo 23,13).
 La misión de los gentiles y las castas sociales (Lucas 7,36-50).
 Su falta de humildad (Lucas 18,9-14).

Por otra parte, el Señor compartió algo de sus enseñanzas espirituales


(Lucas 10,27-28), reconocía la autoridad que tenían en la “cátedra de
Moisés” (Mateo 23,1-3). Del mismo modo, ciertos fariseos importantes
como Nicodemo que pertenecía al Consejo de Ancianos, era discípulo
suyo en secreto.
IX. EL SANEDRÍN
El sanedrín (arameo, del griego synedrion, “concilio”) era una especie
de tribunal supremo nacional de los judíos. Probablemente se formó en la
época de los Macabeos, hacia el siglo II AC., Cuando se abolió la realeza
aumentó su importancia, ya que representaba la principal autoridad
autónoma frente al poderío extranjero de los romanos. Con la venida de
Pompeyo el Grande en el 63 a.C. el territorio judío se dividió en cinco
synedria, de los cuales el synedrion de la Ciudad Santa que estaba
asociado con el templo, llegó a ser el Gran Sanedrín. En las comunidades
grandes el sanedrín consistía en veintitrés “ancianos” (presbyteroi), y
en las localidades más pequeñas de siete. A cada uno se le daba el título
de “consejero” (bouleutes), uno de estos miembros era el “principal”
(gerousiarchés). Estaba conformado por saduceos acompañados con
fariseos y escribas. El senado en el sanedrín de Jerusalén estaba limitada
a judíos de la aristocracia, y era una posición que se gozaba de por vida,
formado por 71 integrantes y un Sumo Sacerdote, procedentes de las
familias más influyentes, como fue el caso de Anás y su yerno Caifás.
El Sanedrín tenía competencia no sólo en el ámbito civil, sino también
hasta cierto punto en el plano penal y administrativo. Este concilio
religioso tenía la última palabra en caso que tuvieran que ver con la
interpretación de la ley mosaica, podía ordenar arrestos por medio de sus
propios oficiales de justicia. Los castigos eran desde azotes, excomunión,
y en casos extremos la muerte. Sin embargo, la sentencia de un
condenado de gran importancia a la pena capital tenía que ser
confirmada por el procurador romano, de los cuales eran sus aliados en el
poder, como sucedió con Jesús; caso contrario fue la lapidación del
diácono Esteban.

El Sanedrín de Jerusalén se reunían en el lugar llamado “pórtico de los


sillares de Piedras” (Lishkat Ha-Gazith), que el Talmud lo ubican en la
pared norte del Monte del Templo. Después de la destrucción de la
ciudad de Dios en el año 70 d.C., este consejo de ancianos fue abolido y
remplazado por el Beth Din (corte de justicia), compuesto de rabinos
que sólo tenían autoridad moral y religiosa.

X. EL DÍA SÁBADO
El sábado o sabbath era el día consagrado a Yahveh. En el
pensamiento hebreo tiene una connotación de “júbilo”, “paz” y “luz”. El
sabbath lo guardaban los judíos dentro y fuera del país. Era descanso
para todos, incluso para los animales, no se puede trabajar o ir a la
guerra en ese día. Ni siquiera les estaba permitido encender fuego en sus
hogares, o preparar los alimentos. (Exodo 20, 10; 35,2-3). Nadie podía
salir de sus localidades (Exodo 16,29). No satisfechos con los preceptos
de la ley, ciertos rabinos legalistas estipularon la distancia máxima que
podía caminarse en ese día, como por ejemplo, para ir a adorar a Dios.
Por lo tanto, el llamado “camino de un sábado” (Hechos 1,12),
corresponde aproximadamente a un kilómetro de distancia.

Tres toques de trompeta anunciaban el comienzo del día del descanso,


cuando desaparece la última luz del viernes, y dura hasta la puesta del
sol del sábado (Levítico 23,28.32). Se celebra mediante reuniones
familiares con trajes de fiesta y una cena especial, con la bendición de la
comida y del vino. Los judíos observantes de la ley acuden el sábado por
la mañana a la oración, la lectura de la Toráh (Antiguo Testamento), y la
recitación de los salmos en la sinagoga. Al atardecer volvía a sonar la
trompeta y se daba por finalizado el Sabbath.

Con el sábado solía también designarse una semana entera, así por
ejemplo se lee en Lucas (18,22): “ayuno dos veces el sábado”, lo que
quiere decir: “ayunó dos veces en la semana”. Tenían los hebreos
además el “año sabático”, donde cada siete años no se debía sembrar en
los campos, ni cultivar en los jardines.
XI. LAS FIESTAS RELIGIOSAS.

Las principales fiestas religiosas del judaísmo son:

LA PASCUA (PESÁJ): La Pascua fue la primera de las tres fiestas


anuales en la que requería la presencia de todos los hombres en el
santuario (Éxodo 23,14-17). Se celebra entre los meses de marzo y abril,
y recordaba la liberación del pueblo escogido de Egipto por Moisés. Su
origen proviene de la fusión de dos celebraciones bien distintas, aunque
coincidentes en el tiempo: la fiesta de «pesah», fiesta de reminiscencias
nómadas, con sacrificios de animales (corderos), y la fiesta del
«massot», fiesta de campesinos sedentarios, que celebraban las
primeras espigas de la primavera. El pueblo hebreo unió estas dos
celebraciones (pascua y ácimos) en una sola conmemoración: la
liberación de Israel de la esclavitud de Egipto, por la mano de Dios. Y
asumiendo elementos de las dos festividades les dio un sentido nuevo.

Esta conmemoración se llama Paso (o Pascua hebrea), porque el Señor


“paso de largo” de los hogares de los israelitas, salvándolos de la suerte
de los egipcios. El sustantivo pesah se deriva del verbo pasah, “pasar
sobre”, en el sentido de salvar o librar a alguien de algo, “saltar” (Éxodo
12,12-13). La pascua está asociada a la fiesta de los panes sin levadura
(hag hammassôt), la semana durante la cual, la levadura estaba
rígidamente excluida de la dieta de los hebreos (Éxodo 23,15). Se
observaban como sabbaths el séptimo y el primer día de la semana. La
cena en memoria de la última noche de los hebreos en la nación de los
faraones, no comienza sino hasta después del anochecer.

La Pésaj es la primera y más importante fiesta del calendario judío;


comienza el día de Nisán, y se celebra durante siete días (ocho en la
diáspora), de los cuales el primero y el último son días de reposo, y en los
que está prohibido el trabajo cotidiano. Del mismo modo, el primer día
era reservado para la cena solemne donde se comía el cordero pascual.
Igualmente como el pan fermentado estaba prohibido en ese período, se
consumía pan sin levadura, de ahí que la solemnidad fuera también
conocida como la fiesta de los Ácimos.
La cena pascual para los judíos comenzaba con el sacrificio en el templo
de Jerusalén de un cordero, cuya sangre, llevada en vasijas de oro y plata
por los sacerdotes, se derramaba sobre el altar, mientras que se
guardaba la carne para cenar en las casas. Además de los sacrificios
regulares, se ofrecían dos becerros, un carnero y siete corderos como una
ofrenda quemada, y un macho cabrío como ofrenda por el pecado de
cada día (Números 28,19-23; Levítico 23,8).

La Pascua era una fiesta familiar. El número de los comensales debía ser
de 10 a 15 personas entre familiares o amigos. En el caso de las familias
pequeñas, podía invitarse a los vecinos a participar de la comida pascual.
Durante la fiesta de la Pascua la ciudad de Dios quedaba atestada, y los
visitantes tenían que alojarse en los pueblos vecinos o acampar en
tiendas. Además de reunirse con sus parientes y amigos, los peregrinos
entraban al templo para adorar al Todopoderoso, ofrecer sacrificios y leer
la Toráh.

En los años subsiguientes el ritual de la Pascua fue desarrollando rasgos


adicionales. Se usaban cuatro copas sucesivas de vino mezcladas con
agua. En los lugares apropiados se cantaban los Salmos 113 a 118.
Frutas mezcladas con vinagre en un mortero hasta que la mezcla
alcanzaba cierta consistencia, servía como un recordatorio del mortero en
la esclavitud. La cena se celebraba en memoria de la salida de Egipto y
en señal de comunión, renovando de esta manera la alianza de Israel con
Yahvé. Antes de comer, se servía una copa de vino, acompañada de una
especie de aperitivo hecho con hierbas amargas y pan sin levadura;
seguidamente, se servía otra copa. Entonces, el hijo menor de la familia o
el más joven de los asistentes preguntaban al padre o al presidente de la
mesa qué significaba aquellas costumbres tan extrañas. Y éste respondía
contando cómo Dios en otro tiempo libró a los hebreos de la esclavitud
del faraón; de modo que esta narración (“Anamnesis” o memoria)
entusiasta, que solía cantarse, se convertía espontáneamente en
alabanza al Todopoderoso (“Eulogia”) y en acción de gracias
(“Eucaristía”) al mismo tiempo. El “Haggada”, que así se llamaba este
relato, concluía para dar paso a la recitación de la primera parte del
Hallel (una serie de salmos, cuyos versículos eran respondidos por los
asistentes diciendo Aleluya).

La comida propiamente dicha comenzaba inmediatamente. El presidente


de la mesa tomaba entonces un pan ácimo o sin levadura (en la Biblia, la
levadura a menudo simboliza el pecado), en las manos, lo bendecía, lo
partía y lo distribuía a los presentes. Las “verduras amargas y pan sin
fermentar” que se consumen en esta fiesta, es debido a que el sabor de
estos vegetales buscaba recordar a los israelitas la amargura de la
esclavitud. El pan sin fermentar es por el apuro con el cual el pueblo
debía dejar Egipto. No había tiempo para fermentar el pan. Se continuaba
con la comida del cordero sin ritos especiales. Pero, al final, el presidente
tomaba la copa recién llenada de vino y la bendecía solemnemente dando
gracias por la cena pascual. Era el “cáliz de bendición” que pasaba de
mano en mano y todos bebían de él. La reunión terminaba recitando la
segunda parte del Hallel y con una cuarta copa ritual.

PENTECOSTES (SHAVUOT): Cincuenta días después de la Pascua. Se


celebra el aniversario de la entrega de las tablas de la ley de Dios en el
monte Sinaí.

LOS TABERNÁCULOS (SUKKOT): A fines de septiembre. Conmemora


los días en que los israelitas peregrinaban por el desierto y vivían en
tiendas de campaña o en cabañas de ramaje.

LA DEDICACIÓN DEL TEMPLO (ENCENIA): A fines de diciembre.


Hace alusión a la purificación del santuario y del altar de los holocaustos,
después de la profanación del rey Antíoco.

EL DÍA DE LA PURIFICACIÓN (YOM KIPPUR): Estaba marcado por


el ayuno y se solicitaba a Dios que borrara las faltas cometidas por los
hebreos. En su inicio se realiza una comida festiva, alegre ya abundante,
antes de de la puesta del sol (5:30 p.m.). Los judíos no vuelven a probar
comida, ni agua hasta el anochecer del día siguiente.

XII. EL TEMPLO DE JERUSALÉN

Este santo lugar constaba de nueve entradas cuyas puertas estaban


forradas de placas de oro y plata. Las piedras del templo eran de color
blancas, los adornos y accesorios reflejaban su destello a muchos
kilómetros de distancia. Las tres puertas occidentales daban acceso al
llamado “patio de las mujeres”. En el “atrios de los gentiles", se permitía
a todos los que no compartían la fe de Israel interrogarse sobre la religión
hebraica. En aquel lugar podían encontrarse con los escribas, hablar de la
fe e incluso rezar al Dios desconocido (1 Reyes 8,41-43). Otro claustro
era destinado para los leprosos y los mendigos, es decir, la plebe más
baja. Desde éste, una gran puerta de bronce daba acceso al “patio de los
israelitas “que era solamente para los judíos varones. El edificio del
templo en sí, situado en el centro del patio tuvo que ser construido por
mil sacerdotes adiestrados en albañilería a fin de que manos impuras no
lo profanaran antes de ser consagrado.

La llamada “arca del Tesoro” al parecer quedaba en el Atrio de las


Mujeres, donde hay cofres para que los devotos echen allí su
contribución, como fue el caso de la “viuda pobre” que depositó dos
monedas (Marcos 12, 41-44).

Para la fiesta de los Tabernáculos cada noche hay un despliegue especial


de iluminación en el atrio de las mujeres. Aquí se instalaban cuatro
gigantescos candelabro, cada uno lo suficiente fuerte como para iluminar
los alrededores hasta gran distancia en la noche.

Dentro de este recinto sagrado centro de la religión judía se hallaba el


sector de los sacrificios o patio de los sacerdotes con sus respectivos
altares. Ellos se encargaban de los ritos y ceremonias, mientras que los
levitas eran los ayudantes de los primeros, destinados a la música
conformando la orquesta y los coros, además del mantenimiento del
sacro templo, vigilaban el fuego de los altares día y noche. Cada servicio
religioso concluía con la presentación del pan y el vino, además de la
lectura de las Sagradas Escrituras y los cantos de los himnos y los salmos.
Igualmente se hallaba la fachada monumental en forma de T de mármol
blanco y oro. Este edificio constaba de dos recintos: el primero era el
“santuario”, cuyas puertas de oro estaban abiertas aunque cubiertas por
cortinas. En el santuario, al que sólo podían entrar los sacerdotes, se
hallaban el candelabro de siete brazos encendidos permanentemente
llamado “Menorah” (símbolo de la nación de Israel), la mesa del pan
ácimo o de la proposición que se renovaban cada sábado, y el altar del
incienso. Más allá, un enorme velo ocultaba el “Sancta Santorum”, una
enorme habitación sin ningún tipo de decoración ni mueble donde sólo
podía entrar el Sumo Sacerdote de turno una vez al año, para quemar
incienso el día de la expiación de todo Israel.

En el templo no se admitía moneda extranjera, el cambio de monedas


extranjeras por “ciclos santos” que eran utilizados como diezmos para el
sostenimiento del culto, no se podía hacer más que en el recinto sagrado.
Los días de peregrinación había hasta 93 sacerdotes encargados de las
ventas y de recoger la plata. Por eso, cuando se aproximaban las
festividades judías, instalaban sus puestos en el atrio de los gentiles. Los
sumos sacerdotes y sus familias estaban involucrados en este negocio. El
templo, aparte de ser el centro de la vida religiosa, constituía el epicentro
financiero de Jerusalén, y era la sede normal de la suprema autoridad
política y religiosa.

Otro hecho interesante de conocer que se presentaba en el Templo, era


la actitud de algunos gentiles que querían ganar el aprecio de los judíos
importantes, como lo confirma el historiador judío Flavio Josefo, diciendo
que Marco Agripa quien era amigo personal de Herodes el Grande, hizo
sacrificar cien animales en el año 15 a.C.

Cerca del edificio santo se construyeron zonas de reuniones y parte


administrativa, a partir del año 30 d.C. se congregaba allí el “Sanedrín”, El
salón se hallaba dispuesto en semicírculo, de tal manera que los setenta
jueces podían verse entre ellos, vigilarse y cambiar miradas. A la derecha
y la izquierda dos escribas ponían por escrito las opiniones enunciadas y
sus fundamentos. En el centro dominaba el gran sacerdote, reconocible
por la lámina de oro que ceñía su frente y el pectoral con piedras
preciosas que lucía en circunstancias solemnes. Delante de los jueces, y
en lugares ya señalados, se sentaban tres filas de discípulos, cada una de
veintitrés miembros.
XIII. LAS SINAGOGAS

La palabra sinagoga viene del griego “sunagogue” que significa


“asamblea” o “reunión”. Eran lugares de culto, escuelas bíblicas,
hospederías y centro de difusión y propagación del judaísmo entre los
paganos. La tradición sugiere que las primeras sinagogas se establecieron
durante la cautividad en Babilonia. Por la destrucción del templo en el
587 a.C., el centro de la vida religiosa vino a ser las asambleas locales
para el estudio de la Escritura y la oración. Sin duda que estas reuniones
se llevaron a cabo en casas privadas (Ezequiel 8,1; 20,1-3). La asamblea
se reunía cada sábado, día de precepto.

Después del decreto de Ciro, los exiliados volvieron a Jerusalén y


reconstruyeron el santuario. Con todo, la sinagoga continuó como una
institución del judaísmo en Israel, pero también muchos de ellos no
retornaron y se dispersaron por los dominios persas. Esto conllevó la
construcción de sinagogas por todo el Mediterráneo y Oriente Medio.
Donde hubiera un grupo de 10 judíos libres se edificó una sinagoga. Su
número creció en el momento que se estableció la lectura pública de la
Toráh. Las más antiguas miraban hacía Jerusalén. Cuando era posible se
construían en la parte más alta de la ciudad y cerca de alguna fuente de
agua, la que se usaba para las abluciones ceremoniales. Al principio el
culto incluía la oración, la lectura y una explicación de una porción de la
Escritura; después de usaron varios ciclos de lectura.
En ese entonces un simple local hacía las veces de lugar de oración,
después su diseño se destacó por ser de estilo sencillo, rectangular, de
forma alargada y amplia. Las sinagogas consistían en dos salas separadas
por un vestíbulo. En una pared al fondo había un ábside (nicho
semicircular), que contenía un arca donde se guardaban los rollos de
pergamino que contenían los textos del Antiguo Testamento, hay también
un estrado para el lector y el comentador. En ellas se reservaban unos
sillones para la gente importante, los hombres se sientan en alfombras en
el suelo, mientras que las mujeres con los niños y esclavos se ponen
aparte de pie.
Cada sinagoga estaba dirigida por un comité elegido por los notables de
la aldea o del barrio, por lo general laicos que se encargaban de la
organización de los servicios religiosos, la administración y enseñaba a los
niños a leer. Los ancianos de las mismas eran ordenados por medio de la
imposición de manos. Se escogía además un jefe para cada sinagoga
llamado el archisinagogo, preferentemente que fuera un escriba quien
organizaba la oración y el culto. El archisinagogo recitaba las plegarias
y luego el sacristán le pasaba los rollos de la ley y los profetas al lector. A
medida que éste salmodiaba un versículo en hebreo, el traductor, con el
mismo tono, lo traducía al arameo que era la lengua común de los fieles.

El archisinagogo, siendo como era el custodio del dogma, velaba por la


observancia de los preceptos de la ley de Moisés, instruía al pueblo,
presidía las asambleas y recibía el dinero de las limosnas. El precepto
romano reconocía ciertos privilegios a este cargo honrosamente
retribuido. Par obtenerlo era necesario pasar por un difícil examen sobre
teología, derecho y medicina.

Existía la llamada "cátedra de Moisés", que era para enseñar las Sagradas
Escrituras a cargo los escribas y fariseos. Esta cátedra (asiento) no era
solamente una metáfora para hablar del poder (Mateo 23, 1-3; Hechos
15, 21). Verdaderamente había un asiento de piedra frente a la sinagoga
donde el líder con la autoridad (generalmente un escriba) hacia juicios
sobre asuntos doctrinales y legales. Como dice la Mishná Abote
(comentario judío), los judíos entendían que la revelación que Moisés
recibió de Dios fue transmitida por sucesión ininterrumpida desde Josué
pasando por los ancianos, profetas y el Sanedrín.
El servicio religioso comprendía dos partes:

 La primera daba comienzo con una profesión de fe y la lectura del


decálogo, proclamándose luego las 18 bendiciones llamadas
“berakah” que eran leídas por cualquiera de los presentes, a cuyo
fin todos los demás respondían “Amén”. Con la última bendición, el
presidente daba su propia bendición, si era sacerdote, o lo hacía en
forma deprecatoria en caso contrario. La berakáh resume la
espiritualidad de la Antigua Alianza y es la respuesta de bendición y
de agradecimiento que Israel da a la palabra de amor que su Dios le
había dirigido.
 La segunda parte consistía en siete lecturas de fragmentos de la ley
y de los profetas, comentados por los presentes. El jefe de la
sinagoga invitaba a un hombre conocedor de las Escrituras a leer los
rollos sagrados, haciendo su propio comentario del mismo (Véase
Lucas 4,16-17; Hechos 13,14-15; 15,21). Durante la esposición y los
sermones cualquier asistente podía hacer una pregunta poniéndose
de pie.

En las sinagogas se recitaba las palabras del Deuteronomio (6,5), que


dice:”Shema Ysrael Yahwé Elohiym, Adonay echad ejad”, que
traduce: “Tienes que amar al Señor tu Dios con todo tu corazón y con
toda tu alma y con toda tu mente”. Estas palabras sagradas se les
enseñaban a los niños desde pequeños y son las últimas que se dicen
antes de morir. Incluso se deja constancia de ellas por escrito en el
mezuzot, un pergamino con este texto del Pentateuco que escribe un
sofer (escriba diplomado), es revisado al menos dos veces cada siete
años por el rabino de la ciudad y se pone en el marco de las puertas de la
casa.
Hay una antigua oración que se pronuncia hasta el día de hoy en las
sinagogas en la que se refiere a la esperanza en el Reino del Mesías del
linaje de David.

Las sinagogas prestaban a los pobres del lugar una asistencia social
organizada mediante la institución de la “caja” (quppah): todos los
judíos estaban obligados a depositar en la “caja” una cantidad
proporcionada a sus haberes. Cada semana, un comité de tres personas
repartía lo necesario para que los menesterosos pudieran comer dos
veces al día. Ahora bien, los rabinos o presidentes de la sinagoga llegaron
al acuerdo de excluir de esta asistencia a los que confesaran que Jesús
era el Mesías (Juan 9,22), como ocurrió con el ciego de nacimiento (Juan
9,34). Por eso los primeros cristianos montaron su propia organización a
la que le dieron el nombre de “servicio cotidiano” o “servicio a la mesa”
(Hechos 6,1 ss).

En el año 70, los ejércitos romanos del general Tito destruyeron la ciudad
de Jerusalén, incluidos el templo y la sala del sanedrín (consejo de
ancianos judíos). Según algunos escritos, la Ciudad Santa contaba con
400 sinagogas.

APUNTES SOBRE JESÚS Y SU TIEMPO

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

“Una personalidad tan original, tan completa, tan uniformemente


consistente, tan perfecta, tan humana y a la vez tan por encima de la
grandeza humana, no puede ser un fraude ni una invención…Haría falta
más de un Jesús para inventarse a Jesús”.
Philip Schaff
Historia de la Iglesia Cristiana.
Jesús nació en el año 749 del imperio romano, Augusto César reinaba
desde hacía 31 años; y para resaltar su grandeza y poderío hizo cerrar en
señal de paz universal (llamada la Pax Romana), el templo del dios Jano,
uno de los más importantes de la capital romana. Este acontecimiento
había sido profetizado por Daniel, diciendo que “Dios ha dado a un
imperio la fuerza y la gloria gozando de una paz universal, luego
aparecerá, por fin, otro reino que suscitará Dios y durará para siempre”
(6,26).

En tiempos de Jesús había una asombrosa explosión de expectativa


mesiánica. La esperanza de los judíos se fundaba en la cronología popular
de aquellos días, y en profecías basadas en el Antiguo Testamento con la
llegada de un “nuevo David” (Ezequiel 37,24-28).

El “Rey” o el “Ungido” de Yavé (1 Samuel 2,10), no reinará desde


Jerusalén, sino desde su trono celestial a la derecha del “Todopoderoso”
(Hechos 2,35-36). Por tanto, no solo gobernaría a Israel, sino al mundo
entero (Salmo 2,6-8).

Unos siete siglos antes de Cristo, el profeta Isaías había hecho una serie
de declaraciones proféticas y por eso se le llama como el quinto
evangelista. Así por ejemplo, con imágenes vivas había descrito la llegada
de un Redentor que vendrá a Sión predicando las buenas nuevas a los
mansos y a proclamar libertad a los cautivos (60,1-2). “Cuán hermosos
sobre los montes son los pies del que trae buenas nuevas” (52,7). Jesús
mismo vio en estás profecías una descripción de su propia misión
mesiánica (Lucas 4,18-21; 7,22). Es por eso que el evangelista Marcos
pudo escribir que Jesucristo vino de Galilea “anunciado el evaggelion de
Dios” (1,14).
Otros profetas del Antiguo Testamento, habían presagiado hechos
importantes en la vida del Mesías, es así como Miqueas, 730 años antes
de que naciera, dijo que sería en Belén; el mismo Isaías, pronosticó 734
años antes, que nacería de una virgen; y Zacarías, 800 años atrás,
anunció que el Galileo sería vendido por 30 monedas. En total existen
más de cien profecías de los textos veterotestamentarios que se cumplen
en la persona de Jesucristo.

De acuerdo con el historiador judío Flavio Josefo, la documentación


genealógica de las familias descendientes del rey David, se podían
consultar en archivos públicos que fueron destruidos con el templo, y la
ciudad de Jerusalén hacia el año 70 de nuestra era. Esto significa que
desde los inicios del cristianismo ningún judío podría probar su
descendencia real. En cambio este hecho se puede comprobar en Cristo
Jesús en los evangelios de Mateo y Lucas.

Escritores y pensadores paganos habían proclamado el advenimiento de


un Hombre Salvador, así por ejemplo:

 Confucio (500 a.C.), mencionó en la China a un “Santo” que era “un


rey al que hemos de reconocer para poder salvarnos”.
 Sócrates (399 a.C.), filósofo griego, habló de un “Sabio universal”.
 Tácito (116 d.C.), y Suetonio (120 d.C.); escritores romanos,
afirmaban que “era universal la creencia en antiguas profecías de
que de Oriente vendría el Rey del mundo”.

El profeta Zoroastro (siglo III a.C.), de la antigua Persia (hoy Irán),


inspirado en una revelación divina, anunció la llegada de un redentor
llamado Saoshyant, quien nacería de una madre virgen, para traer la
resurrección a los muertos y un juicio final, con un cielo como premio y
un infierno como castigo.

En la Galia (actual Francia), se adoraba en los bosques sagrados a una


virgen de la que nacería un hijo esperado de mucho tiempo atrás, y cuyo
culto conocido como el de la “Virgen Madre”, guardaba relación con la
diosa “Astaré” para los fenicios.

A las sibilas (adivinas que predecían el futuro en Roma) se les atribuye:

 El nacimiento de Cristo.
 El eclipse solar cuando murió en la cruz.
 La resurrección de los muertos.
 El día del juicio final.

Según la tradición oral y leyendas de los antepasados de polinesia, ciertas


tribus africanas, así como las de los indígenas de América del Norte y del
Sur, las de Nueva Guinea y Papúa; pintan algunas representaciones de la
visión de un hombre con muchas características y semejanzas con la
persona de Jesús.

El nombre de Jesús, era bastante común entre los judíos de los tiempos
antiguos. El historiador judío Flavio Josefo menciona a unas doce
personas llamadas así, aparte de las que figuran en el registro bíblico.

Sobre el año del nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo se tiene por


seguro que fue 6 o 7 años antes de la era actual. El error se debió a los
cálculos hechos por el clérigo romano Dionisio el “exiguo” en el siglo IV.

De Belén descendía la familia de David (1 Samuel 16,4-13), aquí también


nació el padre de San José (Lucas 2,4), y según una profecía de Miqueas
(5,2), tenía que nacer el Hijo de Dios.
Según una piadosa tradición el Unigénito de Dios nació un día domingo
hacia la media noche.

Sobre la especulación de que el Salvador del mundo haya nacido en una


estación del año que no fuera el invierno, no hay certeza tampoco de que
fuera en una época cálida. Los animales reservados para el sacrificio del
Templo en Jerusalén eran mantenidos afuera incluso en invierno, y los
pastores montaban guardia a sus rebaños para protegerlos de los
ladrones y de los animales salvajes (juan 10,1-16).

La palabra “Navidad” proviene del latín nativitas, que a su vez procede


del verbo nascior, que significa “nacer”; o sea “nacimiento del Señor”.
Mientras que los católicos romanos la celebramos el 25 de diciembre, los
ortodoxos lo hacen el 6 de enero y los armenios el 18 del mismo mes.

En el siglo XIII, San Buenaventura relataba en un sermón de Navidad,


que en el día del nacimiento del Mesías pasaron cosas asombrosas:

Una estrella brillante apareció en el cielo, por el lado de Oriente, en ella


se veía la figura de un hermoso niño en cuya cabeza relucía una cruz.

En Roma, al medio día apareció sobre el capitolio, junto al sol, un círculo


dorado, teniendo en el centro una bellísima mujer, portando un niño.
Viendo esta señal el emperador Augusto ofreció incienso y se negó desde
entonces a ser llamado dios.

La gruta donde nació el Salvador es mencionada en el proto-evangelio de


Santiago, libro apócrifo del siglo II. San Justino mártir, escribió en el año
155 que la Virgen María había puesto al Niño Dios en un pesebre de una
cueva muy cercana al pueblo que, según San Epifanio, sería la misma de
la versión original del evangelio. Esta gruta era mostrada a los peregrinos
poco después del año 200 y era conocida como la cueva de la Natividad.
Orígenes aseguró haber visitado personalmente en el año 248 el mismo
recinto y el pesebre de Belén.
El emperador Adriano (117-138), ordenó levantar en este lugar una
estatua del dios Adonis para borrar el recuerdo de este acontecimiento.
La emperatriz Santa Elena en el año 330 la transformó en un magnifico
santuario conocido como la “Basílica de la Natividad”. En el 529, judíos
samaritanos la quemaron, por lo que el emperador Justiniano (527-565)
la reedificó, quedando así hasta hoy. Hoy en día está en poder de los
ortodoxos griegos, que la comparten con los padres franciscanos y la
comunidad cristiana armenia.

La puerta de la basílica mide un metro con veinte, por dos razones:

 Para que los infieles (sarracenos) no pudieran ingresar a caballo.


 Para que los devotos entren en ella casi agachados, por eso se le
llama la “puerta de la humildad”.

El 25 de diciembre se celebraba la fiesta de Mitra, el dios solar, en esta


época los romanos gozaban de paz y la gente se repartía regalos, este
acontecimiento se extendía hasta el día de año nuevo. La Iglesia Católica
en el siglo IV bajo el reinado de Constantino cristianizó esta fiesta,
teniendo en cuenta que Jesús es “el sol de la justicia” (Malaquías 4,2),
“La luz verdadera que alumbra a toda la humanidad” (Juan 1,9), también
llamado “luz de las naciones” (Isaías 42,6).

Existen tres cosas en común entre Cristo y el dios persa Mitra:

 Ambos nacerían en una cueva.


 Serían visitados por pastores.
 Morirían para salvar la humanidad.

En los años del Mesías hubo cuatro gobernantes que llevaron el nombre
de Herodes:

Herodes el “grande”, rey de Israel; que mandó a matar a los niños


inocentes en Belén. Nacido en el año 73 a.C. en la población de
Ashekelon, hoy al sur de Tel Aviv, se declaró judío a pesar de que sus
padres no lo eran y fue nombrado gobernador de Galilea a los 25 años.
Luego fue declarado “rey de los judíos” por el senado romano en el año
44 a.C. A Herodes se le recuerda de forma ambivalente. Por un lado se
habla de su crueldad y despotismo y por otro, de la estabilidad y el
florecimiento económico que hubo en su tiempo. Reinó durante algo
menos de 40 años, dejando estructuras monumentales por la que se le
dio el título de “el gran constructor”: Es de valor significativo la
elaboración del segundo Templo de Jerusalén, la ciudad portuaria de
Cesarea en el norte del país, la fortaleza de Masada a orillas del Mar
Muerto, y su gran palacio en Jericó, al que le dio el nombre de
“Herodion”.

El ya mencionado historiador hebreo Josefo en su libro “antigüedades


Judías”, narra cómo Herodes mientras se encontraba en su palacio en el
monte Sión, empezó a sufrir de unas úlceras malignas, ningún alimento
podía saciar el hambre que lo devoraba. Su cuerpo lleno de gusanos
exhalaba un olor fétido, sus miembros hinchados por la hidropesía. Sus
médicos lo trasladaron a las aguas de Callirhoe, cerca de Jericó. Se le
sumergió en un baño de aceite y betún sin ningún resultado. En un
arranque de desesperación, intentó atravesarse el corazón con un puñal e
hizo matar a su hijo Antípatro acusado de haber querido asesinarlo. Cinco
días después falleció este cruel tirano, hacia el año 4 a.C.

Herodes Antipas, tetrarca de Galilea y de Perea (hijo del anterior), mandó


a decapitar a Juan Bautista. El señor lo llamo “zorra” o “raposa” (Lucas
13,31-32). Seis años después del crimen del profeta, es derrotado por el
rey de los árabes y apartado de su reino. El emperador Calígula lo
desterró a Lugdunum, hoy Lión, en las Galias; donde fue estrangulado
hacia el año 40.

Herodes Agripa I (Nieto de Herodes el Grande), quien ajustició al apóstol


Santiago y encarceló a Pedro. El libro de los Hechos de los Apóstoles
afirma que “un ángel del Señor hizo que Herodes cayera enfermo, por no
haber dado honor a Dios, y murió comido de gusanos (la lepra)”. (12,23).
Herodes Agripa II, delante de quien compadeció Pablo cuando estuvo
visitando a Festa en Cesárea.

De Herodías no se tiene más noticias, mientras que su hija Salome, se


sabe que poco después del martirio del Bautista, se casó con su tío Filipo,
hijo de Herodes el Grande. Enviudó y se casó otra vez con su sobrino
Aristóbulo, que le dio tres hijos. Una antigua leyenda asegura que en un
día muy frío de invierno se puso a bailar sobre un lago congelado
recordando la danza con que había concedido la cabeza del profeta. El
hielo se quebró y se abrió bajo sus pies, cortándole la cabeza cuando su
cuerpo se hundió hasta el cuello. Los que la acompañaban pudieron
recuperar la cabeza pero no el cuerpo, que desapareció bajo las aguas.
En Nazaret se encuentran:

La casa de San José, que sirvió de morada a la sagrada Familia, y donde


Jesús pasó treinta años de su vida privada; aquí hay una basílica
franciscana.

La iglesia ortodoxa griega que se localiza sobre la antigua sinagoga en la


que Cristo Jesús leyó y enseño las Escrituras.

Hay otro santuario pequeño, rescatado del islamismo en el siglo XIX, es


una capilla en donde se venera la llamada “Mesa de Cristo”. Se tiene
como seguro que en ella comió Jesús con sus discípulos después de la
resurrección.

Cristo Jesús es la cabeza, el Señor, el juez, el pastor y el novio de la


Iglesia Católica.

Los cuatro momentos importantes en la vida del Hijo de Dios en el mundo


son:

 Su nacimiento por medio de la Virgen María.


 Su muerte en la cruz.
 Su triunfal resurrección.
 El regreso al cielo a la presencia del Padre Eterno.

Jesús no solo se le conoció como el hijo del carpintero, sino como el


“carpintero” (Marcos 6,3). Entre las labores que incluía esta profesión en
tiempos bíblicos estaba la construcción de viviendas, muebles y utensilios
de labranza. San Justino Mártir, del siglo II d.C., escribió que Cristo fue
“considerado él mismo como un carpintero, y obras de este oficio eran la
fabricación de arados y yugos, mientras estaba entre los hombres”.

En el Nuevo Testamento encontramos que el término Señor (Kyrios) se


aplica a Jesús en tres formas distintas. A veces se dirigen a Él como a un
maestro, rabí, amo o señor de los discípulos. Otras veces, se habla como
mi Señor o nuestro Señor en el sentido del Mesías profetizado desde la
antigüedad. En otros casos, Señor viene con la idea de su gloria divina
que reina en su trono a la diestra del Padre.

El ayuno era una práctica común en el ascetismo del judaísmo bíblico, y


es así como durante cuarenta días y cuarenta noches ayunaron Moisés y
Elías en el “monte Sinaí” o el “Horeb”, llamada la montaña de Dios (Éxodo
34,28; 1 Reyes 19,8); al igual que Jesús en el desierto de Judá (Lucas
4,1-2).
Las tres tentaciones que Jesucristo resistió al Demonio en el desierto
(Mateo 4,1-10), son:

 Convertir las piedras en pan.


 Tirarse de lo alto del templo de Jerusalén, para que los ángeles del
cielo lo salvaran.
 Que se arrodillara para adorarlo.

Cristo en su predicación mencionó más de de la mitad de los libros del


Antiguo Testamento, ya fuera directa o indirectamente.
La exhortación del “reino de Dios” iba dirigido a tres grupos: primero a
los judíos y prosélitos, luego a los samaritanos, y finalmente, a los
gentiles o paganos (los no judíos).

Los evangelios centra la atención en tres aspectos importantes de su


misión:

 Tendría el papel de profeta (Deuteronomio 18,18; Isaías 61,1-3).


 Desempeñaría los deberes de un rey (Salmo 2,7; Isaías 11.1-5)-
 Ejecutaría las funciones de un sacerdote (Salmo 110,4; Zacarías
6.13).

Nuestro Señor Jesucristo realizó en su vida pública una triple acción que
está constatada en los evangelios (Mateo 4,23; 9,35), que es:

 Enseñar (Didáskein).
 Predicar (keryssein).
 Curar (Therapévein).

Los sitios donde dio a conocer la Buena Nueva fueron (Marcos 6,53-56;
Lucas 5,1-3; 13,26):

 Las sinagogas.
 El Templo de Jerusalén.
 Aldeas y campos.
 En las casas.
 A orillas del mar subido en una barca.
 En las laderas de las colinas.
 En las calles y mercados.

Los Santos Escritos describen tres aspectos importantes de sus


enseñanzas:
 Mostrar a un Dios más cercano a los hombres al llamarlo “Abba”
(Padre querido).
 La institución del “reino de Dios” en la Tierra.
 Un amor preferencial por los pobres, pecadores, enfermos y
marginados por la sociedad judía.

En sus predicaciones se hace superior a las tres grandes columnas de la


fe judía, como son:

1. La ley de Moisés
2. El día sagrado del sábado
3. El templo de Jerusalén como centro del culto religioso.

El término parábola es una declaración que viene del hebreo masal, y


que es traducido frecuentemente como parabolé en griego; era común
tanto en la cultura helénica como judía. En sí, una parábola es un
proverbio, un dicho popular, una historia o un cuento, que tiene una
moraleja para la vida personal, familiar, moral, social o política. Este
método fue ampliamente utilizado por Jesús en la revelación del “misterio
del reino de Dios” (Marcos 4,11).
Las sinagogas (sinagoge) eran las casas de oración para los judíos. Las
primeras sinagogas se establecieron durante la cautividad en Babilonia
(siglo VI a.C.). El “arca” que contenía los rollos escriturales era la parte
principal del inmueble. Asientos de madera rodeaban la plataforma. Las
sillas de los principales estaban más cerca del arca. Las sinagogas
poseían bienes propios, fijaban los deberes de limosnas administraban la
justicia, pudiendo incluso infligir la pena de flagelación.

La supervisión del servicio religioso en el día del reposo se confiaba al


“Rector de la Sinagoga” (archisynagógos). El “ministro” (hazzán)
repartía los rollos seleccionados al lector, quien leía un texto de la Ley y
un texto de los profetas, y una vez leída la lección, las quitaba. Se podía
pedir a cualquier maestro (o rabí) competente que hablara (Hechos
13,14). En el centro de las sinagogas había una plataforma donde se
colocaba una linterna. Como una señal de respeto hacia Dios, el
predicador se levantaba durante la lectura y luego hablaba desde una
posición sentada en un lugar elevado (Lucas 4,20). La lectura siempre se
hacía en hebreo, pero el sermón era en arameo, un idioma común
hablado por los judíos de aquel tiempo.

Fueron cuatro las veces que sus enemigos intentaron fallidamente acabar
con su vida:

 Cuando predicó un sábado en la sinagoga de Nazaret.


 En la fiesta de los Tabernáculos.

 En la fiesta de la Dedicación.

 Después de que resucitó a su amigo Lázaro.

En el ministerio de Jesús se escuchó en tres oportunidades la voz de


aceptación de Dios Padre desde el cielo:

 Cuando fue bautizado por su primo Juan el Bautista en el río Jordán.


 En el monte Tabor cuando dejó ver su resplandor glorioso en
presencia de sus tres más cercanos apóstoles: Pedro, Santiago el
“Mayor” y Juan el “discípulo amado”.
 En el templo de Jerusalén poco antes de su pasión y muerte,
cuando la muchedumbre creyó haber escuchado un “trueno” o “un
ángel”.

Entre los judíos era común creer que las desgracias personales, las
catástrofes o las enfermedades eran efecto del castigo de Dios por los
pecados cometidos (Lucas 13,1-5), es por eso que en los evangelios
sobresale en la vida de Cristo Jesús la “misericordia”, vocablo que viene
del griego splancnizomai, que traduce ser movido en las entrañas de
uno (splagcna), estar dispuesto a la “compasión” hacía el ser que está
en desgracia o que por su condición espiritual no merece ningún favor.

Los Evangelios consignan tres resurrecciones que efectuó (Lucas 7,11-15;


8,49-56; Juan 11,38-44):

 Devolvió a unos padres su hija de 12 años, levantándola del lecho


de muerte poco después de fallecer.
 A una madre viuda, su hijo único lo resucitó de su féretro al parecer
el mismo día de su defunción.
 A su amigo Lázaro, lo levantó de la tumba al cabo de cuatro días.

Uno de los títulos que más utilizaba Jesús para referirse así mismo, era el
de “Hijo del hombre” (Mateo 8,20). Con esta expresión que aparece más
de sesenta veces e los Evangelios, no solo se aclara que El era un ser
humano en el sentido pleno de la palabra, sino también que reconocía su
misión mesiánica para salvar a su pueblo (Daniel 7,3-14). La tradición
judía conocía bien este apelativo en su literatura desde el siglo II a.C., y
servía para designar al Ungido de Dios.
El Nuevo Testamento se emplea el término paradeisos tres veces: para
señalar el lugar de bendición prometido al ladrón (Lucas 23,43), el tercer
cielo (2 Corintios 12,4), y la ubicación del árbol de la vida prometida
(Apocalipsis 2,7). Puesto que el paraíso del Edén era el lugar de
bienaventuranza que el hombre había perdido, la literatura rabínica usaba
el término para describir el lugar de bendición para el justo que había
muerto, en contraste se presentaba a la Gehenna, el lugar de tormento.
De aquí se deducían descripciones elaboradas y altamente imaginativas.

Cuando el primogénito de Dios en los evangelios se refería a las “llamas


eternas del Infierno”, señalaba al basurero de Gehenna; en el valle de
Hinón. Este lugar es conocido hoy como Wadi er-Rababi, es un valle
estrecho y profundo situado en el suroeste de Jerusalén. En tiempos de
Cristo humeaba día y noche sin parar gracias a la cal, los desperdicios de
la Ciudad Santa, y los cuerpos de los animales “impuros” y de los
criminales que eran crucificados. Desde los primeros siglos del
cristianismo se tomó ese nombre para significar el “infierno”, como el
estado del alma de los condenados que sufren el castigo eterno.

Los judíos creían en la resurrección de los muertos en el final de los


tiempos, con un nuevo cuerpo glorificado; y por eso guardaban los restos
de sus difuntos en osarios.

Lázaro hermano de Marta y de la anterior, según una antigua tradición


oriental fue obispo y mártir de Chipre en el reinado de Nerón. Sus
reliquias fueron trasladadas en el año 900 por el emperador León VI, de
Chipre a Constantinopla juntos con las de su hermana María Magdalena,
que habían sido encontrada en Efeso. Desde el siglo IV, los cristianos de
Jerusalén, iban en procesión a su tumba en Betania de Judea, el sábado
antes del domingo de ramos.

La entrada triunfal del Salvador a la Ciudad Santa montado en un burro,


desde Betfagé y el monte de los Olivos, era la vía por la que había de
venir el Mesías, y de la misma forma como lo hacían los antiguos reyes de
Israel (Zacarías 9,9). El rey Salomón había cabalgado así sobre la prole
de una asna en camino a ser ungido. Además lo hace en un burrito
animal manso y pequeño, y no un caballo como lo hacían los generales
en sus cortejos militares; cumpliéndose así el título mesiánico de “príncipe
de la paz” (Isaías 9,6). Del mismo modo, la palabra “hosanna” con que
los judíos saludan al paso de Jesús, corresponde a un vocablo hebreo que
significa “salva, te rogamos” (Salmo 118,25-26). También la multitud
porta palmas en sus manos, que para la cultura israelita es señal de
victoria o triunfo.
Según la tradición la casa del Cenáculo pertenecía a la familia del
evangelista San Marcos. Aquí sucedieron hechos sobresalientes:

 La celebración de la última cena el jueves santo.


 El Señor resucitado se aparece a los apóstoles.
 La venida del Espíritu Santo en la fiesta del Pentecostés.
 Pedro liberado de prisión por un ángel, se encuentra con los
discípulos que oraban por él.

San Epifanio, narraba que el Cenáculo fue preservado de la destrucción


de Jerusalén en el año 70 de nuestra era, por los ejércitos romanos.

En un exorcismo un demonio de nombre A-Ka-Bor confesó por boca del


poseso, que “eran tales los sufrimientos de Cristo en el huerto de los
Olivos, que se sentía totalmente perdido y abandonado por el Padre...
como si hubiera sido uno de los mayores pecadores”.

A las afueras de la Ciudad Santa en el valle de la Gehenna, se encuentran


unas cuevas, una de ellas se llama la del “refugio de los apóstoles”;
porque según la tradición, ocho de ellos se escondieron en aquel lugar
después del arresto del Señor.

En el valle de Kidrón hay una serie de cámaras funerarias excavadas en la


roca, según una tradición del siglo VI, en una de ellas permaneció
Santiago el “Menor” desde que Jesús es hecho prisionero hasta su
resurrección. Al lado, se encuentra la tumba de Zacarías, padre de Juan
Bautista.

Muchas fuentes rabínicas sitúan el lugar de reunión del Gran Sanedrín en


el sitio llamado “pórtico de los sillares de Piedras” (Lishkat Ha-Gazith),
en la pared norte del Monte del Templo de Jerusalén. En el juicio contra
Cristo Jesús que fue en el palacio del Sumo Pontífice Caifás, fue una
excepción a la regla, debido quizás a que el recinto sagrado estaba
cerrado de noche. Cuando este tribunal judío iba a juzgar a un
condenado por cualquier violación a la norma mosaica de mucha
gravedad, los letrados y los senadores se sentaban en un semicírculo,
frente a ellos estaban los secretarios de la corte, y detrás de estos, tres
filas de los discípulos de los “hombres sabios”. El acusado se presentaba
vestido de luto. Una decisión favorable, por simple mayoría, podía
anunciarse el mismo día, una desfavorable, que necesitaba dos terceras
partes, al día siguiente o más tarde.

Descendiendo del monte Sión, está la “gruta del arrepentimiento” en la


iglesia de San Pedro en Gallicante (del canto del gallo). Según la
tradición, en esta cueva fue donde el apóstol habiendo salido del palacio
de Caifás, lloró amargamente.

Durante la pascua el gobernador romano en Judea se trasladaba de la


ciudad de Cesárea a Jerusalén. Aquí se alojaba en la fortaleza Antonia
acompañado con una guarnición permanente de 480 soldados que no
tenían la ciudadanía romana (éstos eran probablemente sirios), ya que en
la “Ciudad Santa” no había legionarios (soldados pertenecientes a las
legiones), sino auxiliares. Estos soldados eran gente asalariada, reclutada
entre los vagabundos, bandidos y demás; dedicados al robo y el abuso de
autoridad, sin ningún tipo de represión por los susperiores.

En el Talmud de Babilonia (libro histórico y religioso judío), escrito hacia


el año 500, en la parte llamada “Sanedrín”, se narra que el gran consejo
de ancianos lanzó contra Cristo la gran ex comunión que equivalía a la
pena de muerte contra el culpable y contra los que le dieran asilo. La
sentencia era pública al sonido de las trompetas, por los sacerdotes que
precedían las asambleas de las cuatrocientas sinagogas de la Ciudad
Santa. Por esta razón, Jesucristo, fue Declarado excluido solemnemente
de la sinagoga, y proclamado como mago y seductor del pueblo de Dios
(Véase Tito 1,14).

Las acusaciones que se hicieron contra el Divino Maestro fueron:

 Perdonar los pecados en su Nombre.


 Recibir poder de Satanás.
 Hacer milagros el día sagrado (sábado).
 Creerse superior al templo de Jerusalén.
 Hacerse llamar Hijo de Dios.
 Hacerse llamar rey de los judíos.

El nombre de Poncio Pilato es uno de los tres que aparecen en el Credo


Católico, junto con el de Jesús y el de la Virgen María.

Cuando Nuestro Señor es juzgado por Pilatos, su esposa le manda a


decir sobre los extraordinarios sueños y visiones, y le ruega que no le
haga ningún daño (Mateo 27,19). Según una revelación particular de la
beata estigmatizada Ana Catalina Emmerich, esta mujer pagana de
nombre Claudia Procla se hizo después cristiana.

Justino Mártir, dijo lo siguiente con respecto a la muerte de Jesús: “Por


las Actas de Poncio Pilatos puedes determinar que estas cosas
sucedieron”. Además, según el mismo Padre Apostólico estos mismos
registros mencionaban los milagros del Señor, de los cuales dice: “De las
Actas de Poncio Pilatos puedes aprender que El hizo esas cosas”.

Pilato era un hombre bajo las órdenes de Sejano, el prefecto del pretorio
de Roma. Cuando cayó su superior, Pilato fue cesado y llamado a la
capital del imperio donde tuvo que dar cuenta de muchos de sus
atropellos como la famosa masacre de los samaritanos y demás
asesinatos en masa. Se le condenó por sus actos y murió poco después.

Otros antiguos relatos afirman que en el año 36, Pilato fue llamado desde
Roma por el emperador Tiberio reprochándole la muerte del Nazareno,
cuando llegó a la Ciudad Eterna, Tiberio Había muerto, y su sucesor
Calígula, no le ofreció ningún puesto, por lo que murió amargado en una
villa que había construido entre Roma y Baias.

El teólogo e historiador de la Iglesia Eusebio de Cesárea, al igual que la


obra apócrifa titulada “Muerte de Pilatos”, dice que el antiguo prefecto de
Judea experimentó atroces tormentos obsesionado por la aparición de
aquel hombre que hizo crucificar, acabó suicidándose al ahogarse en un
lago suizo cerca de un monte que aún hoy se llama Pilatus.

Algunas leyendas afirman por el contrario, que se convirtió al cristianismo


tras la muerte de Jesús convencido por su esposa, Claudia Procura, y
murió mártir durante las persecuciones desatadas por Nerón. Incluso se
cree que fue bautizado por el propio apóstol Pedro. La Iglesia Copta lo
venera como santo al lado de su esposa, y celebra la fiesta religiosa de
ambos el 25 de junio.

Narra la beata estigmatizada Ana Catalina Emerich, que la madera con


que se hizo la cruz de Cristo, se encontraba en un bosque cuyo terreno
pertenecía al templo de Jerusalén. Fue construida en la plaza detrás del
tribunal del Caifás.

Según la costumbre romana el condenado a la muerte de crucifixión


(“exactor mortir”), era custodiado por cuatro soldados armados con
lanzas al mando de un centurión romano. Un mensajero proclamaba en
toda Jerusalén: “Jesús de Nazaret, seductor del pueblo, despreciado por
el César, falso Mesías, será conducido a través de la ciudad hasta el lugar
de las ejecuciones y allí despojado de sus vestiduras, será clavado en una
cruz, permaneciendo suspendido en ella hasta la muerte”. Igualmente,
detrás y a los lados del reo se apretujaba la turba de personas.

La vía dolorosa que recorrió Jesús al “Gólgota” en arameo “Calavera”, y


rebautizado por los romanos como “Calvario”; era un camino de piedra en
forma ascendente de menos de un kilómetro.

En el trayecto se encuentra con varios personajes:

 María su Madre, y el apóstol Juan.


 La Verónica que le limpió el rostro.
 Un grupo de mujeres que las llamó “hijas de Jerusalén”.
 Simón el Cirineo, que le ayudó a cargar la cruz.

Sobre el hombre que le ayudó a Cristo Jesús a llevar el madero al


Calvario, se sabe que era de Cirene, en África. Se convirtió en un
discípulo fervoroso, mientras que sus dos hijos: Alejandro y Rufo, fueron
apóstoles de la verdadera fe.

Los peregrinos que visitan la ciudad de Jerusalén intramuros, pueden


hacer el recorrido de las quince estaciones de la vía dolorosa, de acuerdo
a los lugares establecidos por la antigua tradición cristiana:

I. En la explanada del castillo de Antonia, hoy en día la escuela El


Omaría. Aquí se encontraba originalmente la capilla franciscana
de la coronación con espinas y la flagelación.
II. Donde la cruz fue puesta sobre Jesús, está frente al arco romano
llamado del Ecce Homo, allí el procurador entregó al Mesías a la
multitud. El cuerpo principal del monumento está junto a la calle,
mientras que la parte norte del arco puede ser vista en la iglesia y
convento de las Hermanas de Sión. Todavía se puede observar
los restos del pavimento construido por Adriano en el siglo II
d.C., con varios juegos tallados en la piedra, que servía de
entretenimiento a los soldados romanos.
III. En la calle de la puerta de Damasco (o calle del rey Salomón), hay
una capilla polaca, con una columna rota en la pared, donde el
Señor cayó bajo el peso de la cruz.
IV. Una segunda placa en la pared de una capilla armenio católica,
marca el sitio del encuentro del Divino Hijo con su Madre.
V. En otra capilla franciscana donde la vía dolorosa dobla a la
derecha, señala el lugar donde el Simón el Cirineo le ayudó a
cargar el madero a Cristo Jesús.
VI. Unos pocos metros hacia el oeste, hallamos el oratorio del
convento de las “Pequeñas Hermanas de Jesús”, donde la
tradición sitúa la casa de la Verónica, quien enjugó el rostro del
Unigénito de Dios.
VII. Cruzando el bazar principal en la calle de Jan Ez Zeit, se localiza
una gran columna romana en una capilla franciscana, por donde
el Hijo del hombre abandonó la ciudad en dirección al Gólgota, y
cayó por segunda vez. La tradición refiere que aquí era colocada
la tablilla en la que figuraba la causa de la condena. Por eso el
nombre cristiano del lugar: “Puerta de la Sentencia”.
VIII. Pasando el hospicio alemán de San Juan, a la izquierda, se
observa una cruz latina gravada sobre una de las paredes del
monasterio griego, en la que las mujeres lloraban y se
lamentaban.
IX. La vía dolorosa propiamente dicha termina aquí, aunque esta
estación es recordada con una columna romana en el monasterio
copto, donde el pesado leño hizo caer por tercera vez al Santo de
Dios.

Las cinco últimas estaciones se encuentran dentro de la iglesia del


santo sepulcro:

X. Una escalera conduce a la capilla del despojamiento de Jesús.


XI. Lugar decorado con estupendos mosaicos, indican el sitio donde
el Ungido del Altísimo fue clavado a la cruz.
XII. El altar de los ortodoxos griegos se alza sobre la roca del calvario,
donde fue levantada la cruz de Cristo y la de los dos ladrones. Es
de estilo oriental y ricamente adornada. Al lado de la roca, se
muestra una hendidura, debido al temblor de tierra que hubo
aquel día.
XIII. Piedra del ungüento en la que fue colocado el cuerpo del
Redentor.
XIV. El lugar más santo de la cristiandad, la sepultura del Señor.
Encerrada en esta sagrada cámara fue erigida por los cruzados,
sobre restos bizantinos del tiempo del emperador Constantino.
XV. Bajorrelieve de Jesucristo saliendo glorioso de la tumba. Esta en
la capilla de los franciscanos junto al santo sepulcro.

El Vía Crucis es una expresión latina que significa “camino de la Cruz”. Su


origen se remonta al siglo V, cuando los peregrinos recorrían todos los
santos lugares de la pasión, en cada uno de ellos se detenían recitando
himnos y oraciones. Hasta el siglo X no se indicó división de estaciones, y
hasta el siglo XIII no se determinó el lugar preciso por donde Cristo
caminó cargando la cruz. La práctica de rezar el “Vía Crucis”, se
popularizó en la Edad Media durante la época de las Cruzadas (s. XII-
XIV). En un principio las estaciones fueron cuatro, en el siglo XVI quedó
establecido su número en catorce, pero Juan Pablo II le agregó una más,
la de la resurrección.

Con respecto a la leyenda del “judío errante”, existen dos versiones; una
occidental y otra oriental, considerándose más antigua la primera de
ellas:

La leyenda occidental asegura que se llamaba Ashaverus, que era


zapatero y que tenía una pequeña tienda a la entrada de Jerusalén, cerca
del sitio por donde el Mesías pasó con la cruz a cuestas, Habiendo
solicitado Jesús al judío que le dejara descansar un momento, éste se
negó y encolerizado lo golpeó con una herramienta al tiempo que le decía
“anda”. Por este acto Ashaverus recibió la condena del Hijo de Dios,
quien le dijo: “Yo luego descansaré, pero tú andarás sin cesar hasta que
vuelva”. Desde entonces aquel judío comenzó a recorrer la Tierra, y sus
cansados pies jamás pudieron detenerse porque cada vez que quería
hacerlo las palabras de Cristo eran la fuerza que lo impulsaban a
continuar.

La leyenda oriental afirma que el nombre del judío era Cortafilo, y


que oficiaba como portero de Poncio Pilatos. Cuando sacaron al Mesías de
la presencia del gobernador romano, le dio una puñalada por la espalda,
diciéndole “anda”. Jesucristo le respondió: “El Hijo del hombre se va, pero
tú esperarás a que vuelva”. Después de esto Cortafilo se convirtió al
cristianismo recibiendo el bautizo de manos de Ananías, quien le dio el
nombre de José; pero continuando su peregrinación en este
Mundo. Dicen que el judío errante no lleva más que cinco monedas de
cobre. Hay quienes afirman que lo han visto en varios lugares e incluso
un autor de la Edad Media, logró establecer que cada cien años sufre una
terrible enfermedad que se recupera, pues no puede morir sino hasta el
fin de los tiempos.

Las siete palabras del Mesías en la cruz fueron:

 “Padre, perdónales porque no saben lo que hacen” (Lucas 23,34).


 “Hoy estarás conmigo en el paraíso” (Lucas 23,43).
 “He ahí a tu Hijo”. “He ahí a tu Madre” (Juan 19,26-27).
 “Dios mío, Dios mío, ¿Por qué me has abandonado?” (Marcos 15,34;
Mateo 27,46).
 “Tengo sed” (Juan 19,28).
 “Todo está cumplido” (Juan 19,30).
 “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu” (Lucas 23,46).

Sobre el eclipse solar que se produjo el viernes santo (Lucas 23, 44-45),
fue predicho por el profeta Amos (8,9); y testificado por los historiadores
profanos como Thallus Liberto, en el reinado del emperador Tiberio;
quien dice que en ese tiempo “Una horrible Oscuridad cubrió el universo
entero”. Flegón, liberto por el emperador Adriano, escribió cien años
después “que hubo en esa época un eclipse de sol tan completo, como
nadie lo vio semejante”.

Después de morir el Redentor del mundo, se produjo un temblor de


tierra, que partió transversalmente la roca del calvario, como se ve hoy
en día (Mateo 27,50-51).
En Jerusalén hay dos lugares que se discuten podría ser el sitio donde
estuvo la tumba de Cristo Jesús (Mateo 27,60):

 La basílica del Santo Sepulcro o de la Resurrección: Ha sido


venerada durante dieciséis siglos como el lugar más sagrado del
cristianismo. Fue construida por el emperador Constantino; hoy en
día su custodia está en poder de las iglesias católica, ortodoxa
griega y armenia.
 El jardín de la tumba: se encuentra afuera de las murallas de la
Ciudad Santa, es un sepulcro tallado en piedra, fue descubierto en
1867. Data del período de la ocupación romana, y se piensa que
pertenecía a José de Arimatea. Hay Además una colina cercana en
forma de cráneo humano, Que hace recordar al Calvario o Gólgota
(calavera). Este sitio es reconocido por muchas iglesias protestantes
como el lugar bíblico de la crucifixión.

De manera errónea otras personas han querido identificar el lugar donde


está el cuerpo del Hijo de Dios, así por ejemplo:
En 1980, un grupo de arqueólogos encontraron los sarcófagos de la
supuesta familia de Jesús en Talpiot, un barrio de Jerusalén. En total son
diez osarios de piedra caliza, pero solamente seis tenían inscripciones:
“Yeshua bar Yosef” (Jesús hijo de José), “María” (la madre del profeta),
“Matia” (Mateo, en hebreo, probable pariente de Jesús), “Yose” (apodo
para Yosef), “Mariamene e Mara” (María la del maestro, según el
documento apócrifo Actas de Felipe identifica a María Magdalena) y
“Yehuda bar Yeshua” (Judas hijo de Jesús, en arameo). Los
investigadores calculan que en el primer siglo de la era cristiana, solo
podían existir unas mil tumbas en la Ciudad Santa, y que en ellas solo el
20% de los osarios tenían inscripciones. El nombre de “Jesús”, “Yeshua”
o “Yehoshua” (como se resaltó anteriormente), era muy común en el
pueblo hebreo, y se ha hallado 71 veces en 900 cuevas judías de
entierros, encontradas en la ciudad vieja de Jerusalén y 1 de cada 4
mujeres se llamaba “María”. La Autoridad de Antigüedades de Israel,
tiene la custodia de los sarcófagos, y uno de sus voceros declaró en 1996
que la probabilidad de que los ataúdes pertenecieran a Jesús y su familia
era “casi de cero”. Los sarcófagos sin restos humanos de “Jesús” y el de
“María Magdalena”, fueron llevados a Nueva York en marzo del 2007.
Ambos no tienen más de un metro de largo y unos 50 centímetros de alto
y ancho. El que supuestamente pertenece al Mesías es más sencillo y el
de la Magdalena presenta un par de ornamentos.

Para los seguidores de la secta evangélica islámica “Adhmadayya”, Cristo


sobrevivió a la cruz, y murió de viejo a los 120 años; su tumba se localiza
en Srinagar, la capital del estado de Cachemira, al norte de la India;
donde el Mesías fue en busca de las diez tribus perdidas de Israel.

En 1935, el sacerdote sintoísta Koma Takeuchi, anunció según un


documento hebreo perteneciente a su familia, que había descubierto el
sepulcro de Jesucristo en una colina de Salingo, pueblo septentrional del
Japón.

En julio del 2008, científicos israelíes analizaron una losa de piedra de 100
centímetros de altura con 87 líneas en hebreo. La placa fue encontrada
cerca del Mar Muerto, y describe la pasión y muerte del futuro Mesías. En
uno de sus apartes se lee: “en tres días sabrán que el mal será derrotado
por la Justicia”. En la línea 80 dice el arcángel Gabriel: “en tres días
vivirás, príncipe de los príncipes”.

Las evidencias de la resurrección del Mesías son cuatro:

 El sepulcro vacío y el testimonio de los ángeles.


 Las apariciones de Cristo resucitado a las mujeres, los apóstoles y
discípulos.
 La transformación de sus amigos más cercanos, por cuyo testimonio
se formó la Iglesia Católica.
 La institución del domingo como el día del Señor.

El Evangelio narra las siguientes apariciones del Señor Resucitado:

 A María Magdalena.
 A las otras piadosas mujeres.
 A los dos discípulos de Emaús.
 Al apóstol Pedro.
 A los apóstoles en ausencia de Tomás.
 A todos los apóstoles en compañía de Tomás.
 A muchos discípulos a orillas del lago de Tiberíades.
 De nuevo a los apóstoles en las montañas de Galilea.
 Al apóstol Santiago el Menor.
 A todos los apóstoles en el Monte de los Olivos en el momento de
subir al cielo.

Los tres auxilios espirituales que el Señor Jesús dejó a la Iglesia Católica
son:

1. La Eucaristía al ser instituida en la última cena.


2. María como Madre de la Iglesia al ser entregada al discípulo Juan en la
cruz.
3. El Espíritu Santo en la fiesta del Pentecostés.

Los primeros cristianos llamaban a Roma como la nueva “Babilonia”, por


su persecución y hostilidad contra ellos. Del mismo modo, en el Antiguo
Testamento, Babilonia era efectivamente la enemiga tradicional de
Jerusalén.

La palabra “Iglesia” es una transliteración del griego “Ekklésia”, y se usa


para designar una asamblea pública citada por un heraldo (Hechos 19,32.
39-40). En el Antiguo Testamento en la versión de los setenta, significa
asamblea o congregación de israelitas, especialmente cuando se reúnen
delante del Adonay con propósitos religiosos.

Las sinagogas de los judíos probó ser un campo fructífero para la


predicación del evangelio de los antiguos misioneros cristianos como el
apóstol Pablo, y su forma de culto influyó grandemente en las ceremonias
litúrgicas de los cristianos.

El número de diez varones judíos bastaba para formar una sinagoga, y las
primeras asambleas cristianas fueron simplemente sinagogas cristianas,
con la diferencia que ya no habían “rabinos” sino “presbíteros” (Santiago
2,2).

Los prisioneros no eran alimentados por la administración pública del


imperio avasallador, y dependían por tanto para subsistir, de la asistencia
que podían ofrecerles desde fuera su familia o amigos. Las cárceles eran
subterráneos húmedos, sin ninguna clase de ventilación, y atestados de
toda clase de suciedad y alimañas, siendo unas verdaderas cloacas. Los
mismos romanos consideraban la pena de prisión como un tremendo
sufrimiento, cruciatus immensus, además eran muchos los
encarcelados que morían en estas mazmorras.
En tiempos de la Iglesia Apostólica la práctica de la esclavitud era todavía
muy común (1 Corintios 12,13; Filemón 10-17). En el imperio romano
muchas personas fueron esclavizadas por las conquistas militares o
fueron secuestradas. Se les vendían como esclavos y no volvían a ver a
sus familias pues eran llevadas a otras partes. A los esclavos que
trabajaban en el campo o en las casas de los ricos les iba relativamente
bien, otros trabajaban en minas hasta morir. Los dueños les ponían un
collar de hierro con una inscripción o placa en la que ofrecía una
recompensa a la persona que los devolviera en caso de que se hubieran
escapado. Quienes intentaban escaparse repetidas veces eran marcados
en la frente, casi siempre con la F de fugitivus (fugitivo). Jesús fue
traicionado y vendido por Judas por el precio de 30 monedas de plata,
que era el valor de un esclavo en su tiempo.

En el libro del Apocalipsis se presenta a Jesús con varios simbolismos:


“alfa y omega”, “lucero de la mañana”, “león de la tribu de Judá”, “tronco
de Jesé”, “cordero degollado”, “Hijo del hombre”, “jinete en caballo
blanco”, “palabra de Dios”, “rey de reyes y señor de señores” y “vástago
de David”.

En el siglo IV, San Gregorio Nacianceno, gran doctor de la Iglesia de


Oriente, compuso un hermoso himno, que declara que Jesucristo “no se
despojó de ninguno de los aspectos constitutivos de su naturaleza divina,
y a pesar de ello me salvó como un médico que se inclina sobre las
heridas fétidas…Era de la estirpe de David, pero fue el creador de Adán.
Era de carne, pero también ajeno al cuerpo. Fue engendrado por una
madre, pero por una madre virgen; era limitado pero también inmenso. Y
fue recostado en un pesebre, pero una estrella guió a los Magos, que
llegaron trayéndole dones y ante El doblaron las rodillas. Como un mortal
luchó contra el demonio, pero, invencible, venció al tentador con un triple
combate…Fue víctima, pero también Sumo Sacerdote, fue sacrificador, y
sin embargo era Dios. Ofreció a Dios su sangre y de este modo purificó a
todo el mundo. Una cruz le alzó de la tierra, pero el pecado fue
traspasado con clavos…Descendió adonde estaban los muertos, pero
resurgió del infierno y resucitó a muchos que estaban muertos. El primer
acontecimiento es precisamente el de la miseria humana, pero el segundo
muestra la riqueza de ser incorporal…Esa forma terrena la asumió el Hijo
inmortal, pues te ama.

LOS APÓSTOLES Y DISCÍPULOS DE CRISTO

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

I. CONTEXTO BÍBLICO

N.S. Jesucristo escoge a doce “discípulos” y los llama “apóstoles” para


estar con Él y aprender de Él, y que además fueran la plenitud de los
jefes de las doce tribus de Israel (Mateo 19,28; Apocalipsis 21,14). Ellos
fueron:

 Andrés y Pedro: Hermanos y pescadores del mar de Galilea.


 Santiago el “Mayor” y Juan el “Discípulo amado”: Hijos de Zebedeo y
Salomé, eran Pescadores y amigos de los dos primeros. Por sus
temperamentos Jesús les dio el título de “Hijos del trueno”.
 Santiago el “Menor” y Judas Tadeo: Hermanos y primos del Señor.
 Felipe y Bartolomé (Natanael): Amigos.
 Mateo el “publicano”: Cobrador de impuestos.
 Simón el “ex Celote” (guerrillero).
 Tomás el “gemelo”.
 Judas el “traidor”.

II. LOS APÓSTOLES EN LA IGLESIA PRIMITIVA


Después del Pentecostés “Judas” el traidor fue remplazado por “Matías”
(Hechos 1, 15-26), pero después de esto hecho no se hizo ningún
esfuerzo por seleccionar hombres que sucedieran a los que fueron
muriendo, como fuel el caso del martirio de “Santiago” el Mayor (Hechos
12,2). Los apóstoles son mencionados en primer lugar en la lista de
dones espirituales (1 Corintios 12,28; Efesios 4,11). Ellos llegaron a ser el
fundamento de la Iglesia en un sentido secundario al que corresponde a
Cristo mismo (Efesios 2,20).

Los deberes de los apóstoles eran predicar, enseñar y administrar. Su


predicación estaba fundamentada en las enseñanzas que habían recibido
del Divino Maestro, y en haber sido testigos de su resurrección (Hechos
1, 22). Los primeros cristianos empezaron a estar bajo su instrucción
(Hechos 242). Igualmente, celebraban la “fracción del pan”, curaban
enfermos y expulsaban demonios (Hechos 5,15; 2 Corintios 12,12).

Es importante destacar también el papel de “Pablo” y “Bernabé” como


“apóstoles”. El primero un ex fariseo de Tarso perseguidor de los
cristianos, y el segundo un levita de Chipre (Hechos 14,4.14). Se
menciona además que “Andrónico” y “Junias” son insignes entre los
apóstoles (Romanos 16,7). Del mismo modo, en la afirmación que Pablo
hace de “Silvano” y “Timoteo” parece ser que son incluidos como
apóstoles (1 Tesalónicas 2,6). Aunque hay que destacar que estos cuatro
últimos no tendrían el mismo nivel de los primeros, ya que aquí el
término “apóstol” sería un equivalente a “misionero”.

III. EL FINAL DE LA VIDA DE LOS APÓSTOLES Y DISCÍPULOS


IMPORTANTES EN LA IGLESIA DE CRISTO

Según la tradición cristiana el final de los apóstoles y algunos discípulos,


fue el siguiente:
Andrés: Predicó el evangelio en Asia Menor, murió crucificado en forma
de X en Patras de Acaya. Sus reliquias fueron trasladas a Constantinopla
y después a Amalfi. Su cabeza llevada a Roma en 1462, fue restituida a
Grecia por el papa Pablo VI.

Pedro: Crucificado en Roma por el emperador Nerón hacia el año 64 0 67.


Sus restos se encuentran en el Vaticano.

Santiago el “Mayor”: Evangelizó España, fue decapitado en Jerusalén en


el año 42, fue el primer apóstol en dar su vida por el Divino Maestro. Su
cuerpo fue trasladado a la región de Galicia (España). Hoy se encuentra
en la iglesia de Santiago de Compostela.

Juan: Pasada la resurrección está casi constantemente junto a Pedro.


Tertuliano narra que bajo el emperador Domiciano fue echado a una
caldera de aceite hirviente ante la puerta latina de Roma, de la que salió
milagrosamente ileso, y fue exiliado a la isla de Patmos. Después del
destierro regreso definitivamente a Efeso donde murió de avanzada edad,
durante el reinado de Trajano, hacia el año 98.

Santiago el “Menor”: Obispo de la Ciudad de la Paz después del martirio


de Santiago el “Mayor”. Fue arrojado del pináculo del templo y luego
apedreado en el año 61 0 62, por el sumo sacerdote Anás II.

Judas Tadeo: Predicó en Judea, Samaria, Siria, Arabia, Mesopotamia y


en la lejana Libia. Murió en Beirut, aunque otros relatos afirman que él y
San Simón sufrieron el martirio en Suanis (Persia).

Bartolomé: Según Eusebio, historiador de la Iglesia, y las fuentes


apócrifas evangelizó Arabia y la India, después se dirigió a Armenia
donde suscitó fuertes envidias de los sacerdotes paganos, el hermano del
rey Polimio, de nombre Astiage, dio la orden de despellejarlo y luego
decapitarlo a orillas del mar Caspio (Derbend). Sus reliquias se dicen que
fueron trasladadas a varias ciudades de Oriente durante la Edad Media,
hasta que llegaron a Roma en el siglo X, donde reposan bajo el altar
mayor de la iglesia que lleva su nombre.

Felipe: Murió crucificado bajo el reinado de Domiciano o de Trajano a la


edad de 87 años. Una antigua tradición afirma que San Felipe no murió
martirizado, mientras que los evangelios apócrifos cuentan que sufrió el
martirio bajo los romanos. El 28 de julio de 2011, un grupo de
arqueólogos anunció el descubrimiento de su tumba en Pamukkale, la
antigua Hierápolis, en Anatolia Occidental (Turquía), ciudad en la que
murió el santo, tras haber predicado en Grecia y Asia Menor. Se cree que
sus reliquias fueron llevadas a Roma y colocadas junto a las de Santiago
el “Menor” en la iglesia de los Santos Apóstoles

Tomás: Su labor apostólica la realizó en la India donde fue martirizado


atravezado por una lanza.

Mateo: Predicó entre los judíos y después en otros pueblos, una antigua
tradición menciona que como jefe misionero no murió mártir; en cambio,
otra fuente menos segura, afirma que fue lapidado, quemado y
decapitado en Etiopía; de donde sus restos fueron conducidos a Paestum,
en el Golfo Salernitavo, y en el siglo X a Salerno donde se encuentra
hasta nuestros días.

Simón: Se cree que con el apóstol Judas Tadeo recorrieron las provincias
del imperio persa. Otro testimonio atestigua que fue a Egipto, Libia y
Manitania; padeció el martirio durante el imperio de Trajano, en el año
107, a la edad de 120 años.

Judas Iscariote: El epíteto de “Iscariote” se interpreta de dos maneras:


Para algunos se refiere al lugar de origen “Katioth”, una pequeña
población en la región de Judea; para otros proviene de una raíz hebrea-
aramea cuyo significado es “el hombre de la mentira y la falsedad”, un
calificativo dado de las primeras comunidades cristianas cuando
conocieron los acontecimientos en los cuales intervino este apóstol. Las
Escrituras dicen que se ahorcó a las afueras de Jerusalén, “cayendo de
cabeza, se reventó por la mitad, y todas sus entrañas se derramaron” en
un terreno que fue conocido como “Acéldama”, que quiere decir “campo
de sangre”, está ubicado al sur del monte Sión. Este lugar es un grupo de
sepulcros excavados en la roca, que con en tiempos de los cruzados
fueron reunidos bajo una misma gruta con el objetivo de formar un osario
inmenso. En él recibían sepultura desde los primeros siglos, los
peregrinos muertos en la Ciudad Santa.

Matías: Eusebio, consigna que fue uno de los setenta discípulos de Jesús:
Los apócrifos le sitúan predicando en Judea y más tarde de Capadocia,
junto al Mar Caspio. Otros lo desplazan hasta Etiopía donde le quemaron
los ojos y fue después decapitado. Sus supuestas reliquias fueron
transportadas de Jerusalén a Roma por la emperatriz Sana Elena, madre
de Constantino el Grande.

Pablo: Decapitado en Roma por el emperador Nerón, y por la misma


época de Pedro, el príncipe de los apóstoles. Sus reliquias están en las
iglesias de San Pablo extramuros y San Juan de Letrán.

Bernabé: Evangelizó al lado de Pablo en Antioquía, Chipre, Italia. Murió


en Chipre, pero también escritos apócrifos hablan de su martirio por
lapidación a manos de los judíos hacia el año 70 en la diáspora de
Salamina.

Marcos (o Juan Marcos): Era primo o sobrino de Bernabé, compañero de


Pedro en sus viajes misioneros en Oriente y en Roma, donde escribió su
evangelio. Probablemente murió en el año 68 de muerte natural, y según
otra crónica, como mártir en Alejandría (Egipto), atado con una cuerda
en el cuello, luego arrojaron su cuerpo a las llamas. Sus reliquias se
encuentran al parecer en la Basílica de Venecia (Italia).
Lucas: Acompañó a Pablo desde su segundo viaje apostólico, falleció a la
edad de 84 años en Beocia.

Timoteo: Fue puesto al frente de la iglesia de Efeso. Fue apaleado y


apedreado en el año 97, en tiempos del emperador Domiciano, por tratar
de prohibir una fiesta pagana. San Juan Crisósotomo y San Jerónimo
narran que junto a los restos de San Timoteo, los cristianos obtenían
muy grandes favores de Dios.

Tito: Obispo de Creta, evangelizó en Dalmacia; murió en Creta en edad


avanzada.

Simón: El ya mencionado Eusebio de Cesarea, autor de la Historia


Eclesiástica, afirma que remplazó a su hermano Santiago el “Menor”
como obispo de la Ciudad Santa por más de cuatro décadas, hasta que
sufrió el martirio durante las persecuciones de Trajano; tenía más de cien
años.

Esteban, el diácono (servidor), que fue el primer mártir del cristianismo


(hacia el año 37), al ser lapidado en presencia de Saulo a las afueras de
la Ciudad Santa por orden del sanedrín, por el delito de blasfemia
(Mentira religiosa). En el siglo V el sacerdote Luciano escribió a cerca del
descubrimiento de las reliquias del santo, las que hoy se cree, reposan en
la iglesia de San Lorenzo en Roma.

JESÚS PARA LOS PAGANOS, JUDÍOS Y MUSULMANES

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.


A parte de los libros del Nuevo Testamento se encuentran diversos
relatos históricos que comprueban la existencia de Jesús en Israel, en el
siglo I de nuestra era.

I. JESÚS Y LOS ESCRITORES PAGANOS

El historiador romano Tácito hacia el año 115 escribía en su obra “Anales


de Roma”, que en los tiempos del emperador Nerón, con el fin de
terminar las acusaciones en contra suya por el incendio de Roma (año
64), éste echó la culpa a cierta gente llamados “cristianos”; miembros de
un movimiento fundado por un tal Cristo, quien fue castigado a muerte
por el procónsul Poncio Pilatos, en la época del reinado de Tiberio César
(14-37 d.C.).

Suetónio (120 d.C.), habla de Jesús en su historia “Vida de los Doce


Césares”, pero de una manera vaga e imprecisa, pues dice que “en
tiempos del emperador Claudio (54 d.C.), se produjo algunos tumultos
entre los judíos de Roma, impulsores de Chrestos” [es probable que se
tratase de un conflicto entre los hebreos y los cristianos, véase al
respecto (Hechos 18,1-2)]. Este nombre aparece también en otros
escritos contemporáneos y se le pude relacionar con “Cristo”, (Ungido o
Sagrado en griego), título con que se reconoce a Jesús en su ministerio
público.

Plinio el joven, procónsul de Bitania, en una carta enviada al emperador


Trajano hacia el año 112 d.C., narra la expansión del cristianismo en Asia
Menor, en “donde se cantan himnos religiosos en honor de cierto Cristo
como si fuera un Dios”. Afirmaba además que los cristianos del siglo
primero estaban dispuestos a morir por su creencia en El.

El filósofo Celso, en el año 180 d.C., en su libro”Doctrina Verdadera”,


hace alusión en contra de Jesucristo, diciendo: “Oprobio tuyo el haber
nacido en una aldea judía de una mujer lugareña pobre hilandera…y si
eres Hijo de Dios, ¿! Cómo es que en tu pasión no te ayudó tu Padre ni
fuiste tú capaz de ayudarte a ti mismo!?...” ¡Cómo es, que, llegando a la
mayoría de edad no reinaste sino que, todo un Hijo de Dios anduviste
míseramente mendigando, escondiéndote de miedo de acá para allá!?”.
“Porque a los judíos, en vez de hacerles señores de toda la tierra, no les
has dejado un lugar en ella; y a vosotros (los cristianos), si es que aún
queda alguno que anda por ahí errante o se esconde, se le busca para
darle muerte”.

II. JESÚS EN EL JUDAISMO

Los textos judíos más antiguos que hablan sobre Jesús de Nazaret, se
encuentran en el Talmud (Enseñanza), escrito a finales del siglo I de
nuestra era. En uno de sus apartes habla erróneamente que “colgaron a
Jesús la víspera de la fiesta de Pésaj (la Pascua). Pero el pregonero se
acercó ante él durante cuarenta días [y dijo]: Este sale fuera para ser
lapidado porque practica la hechicería y ha seducido y dividido a Israel.
Todo el que sepa algo en su favor, que venga y abogue por él. Pero no
hallaron nada en su favor y le colgaron la víspera de la fiesta de Pésaj…
Fue un seductor…Simpatizaba con el gobierno (romano). En otro pasaje
agrega: “Nuestro maestros enseñaron: Cinco discípulos tuvo Jesús: Matai,
Nakai, Nezer, Buni y Toda”.

El juicio histórico de estos dos textos es mínimo. La memoria judía se


limita solamente a citar el nombre de Jesús y posiblemente al del apóstol
Mateo (Matai), y al hecho de que Jesús fue ajusticiado. Se afirma que
Jesús practicó la hechicería (hizo milagros), que sedujo y desavió a Israel;
además, que tuvo cinco discípulos y que fue ajusticiado la víspera de la
fiesta del Pésaj. Uno pregonero invoca a los posibles testigos que podían
haberle salvado la vida, pero no halló ninguno. Por consiguiente no puede
haber la menor duda sobre su culpabilidad. Se acentúa, en fin, que no
fueron los judíos, sino la fuerzas de ocupación romanas quienes
ajusticiaron a Jesús, y ello a pesar de que “simpatizaba con el Gobierno”,
lo que, una vez más, es la prueba concluyente de su culpabilidad.

De un total de cerca de 15000 páginas, los escritos talmúdicos apenas


dedican 15 a la persona de Jesús. Dicho de otra manera, el más célebre
de los hijos del Pueblo de Dios, sólo es citado de pasada, ya que los
hebreos de la época consideraban al cristianismo como una secta más o
menos importante de la que había que tomar distancia y hacer claridad.

Por su parte, Flavio Josefo (37-100 d.C.), fariseo e historiador judío,


quien después de la destrucción de Jerusalén en el año 70, sirvió en la
corte del emperador Vespasiano, en Roma. En este período escribió dos
de sus más importantes obras: “Guerra Judías” y “Antigüedades Judías”
(75-79). En el primer libro menciona a Juan el Bautista, y comenta su
muerte a manos del tetrarca de Galilea, Herodes. En otro pasaje habla
que” [Anán, el sumo sacerdote] reunió el sanedrín. Llamó a juicio al
hermano (primo) de Jesús que se llamó Cristo; su nombre era Jacobo [o
Santiago]”.
En su segundo volumen conocido como Testimonium Flavianum,
agrega que “existió hacia este tiempo Jesús, hombre sabio, si cabe
llamarlo hombre, ya que hizo obras extraordinarias de maestro de los
hombres que acogen la verdad. Atrajo a sí muchos judíos y griegos; era
el Cristo, y habiéndole castigado Pilatos en la cruz, por denuncias de los
fariseos, no por eso dejaron los suyos de amarlo. Se les apareció al tercer
día (de su muerte) nuevamente vivo, lo cual ya había sido anunciado por
los profetas al igual que otras cosas admirables respecto a él. Aun hoy no
ha decaído la tribu que de él son llamados los cristianos”.

Hacia el año 160, Justino Mártir escribió una obra llamada “Diálogo con
Trifón”, en ella dice: “Ustedes (los judíos) han enviado por todo el mundo
a hombres escogidos y ordenados para proclamar que una herejía impía y
desaforada había procedido de cierto Jesús, un engañador galileo, a
quien crucificamos, pero a quien por la noche sus discípulos robaron de la
tumba donde había sido puesto”. Ahora bien, Trifón era judío, y el
“Diálogo con Trifón” se compuso para defender el cristianismo contra el
judaísmo, con tres temas vitales: la ley mosaica, la cristología y el
verdadero Israel.

A Partir del siglo X, empieza a circular la llamada “Toledot Jeshua” (las


generaciones de Jesús). De este anti-evangelio judío, leído secretamente
sobretodo en la Edad Media, circularon numerosas versiones. Se
presentaba a Jesús como hijo ilegítimo de María y del soldado romano
Pandera. Su educación religiosa corrió a cargo de los rabinos. Más tarde,
se dedico a la magia. Cuando cosió en su piel un pergamino con el
Tetragrama (YHVH en hebreo), recibió poderes sobrenaturales, que puso
al servicio del mal. Finalmente, fue desenmascarado como falso profeta y
crucificado. Sus discípulos tras haber robado su cadáver, proclamaron que
había resucitado.

Hoy en día ciertas corrientes del judaísmo incluyendo a algunos rabinos,


están de acuerdo en admitir que “Yeshua de Nazaret”, fue un profeta
del pueblo antiguo de Israel, pero no es el Mesías (Ungido) de Dios. Por
el contrario, también existen los llamados “judíos mesiánicos”, quienes
reconocen a “Yeshua” como el Mesías (Mashiaj) esperado por Israel.
Están unidos en la fe con los hermanos y hermanas gentiles (no judíos),
pero conservan su autonomía, su independencia, sus tradiciones, los
mandamientos, las festividades religiosas ordenadas en la Torá al pueblo
hebreo, las bendiciones y oraciones en las sinagogas (Ayodá), su
ancestral liturgia, la circuncisión, llevan el tallit, el kipah y los tefillim;
guardan el Sabath, observan la Kashrut, el ayuno prescrito en la ley
mosaica y otras costumbres. A estas observaciones se añade la fe en las
sagradas escrituras del Nuevo Testamento. El Espíritu Santo es Ruaj
haKodesh; el nombre de Dios lo suelen escribir omitiendo una vocal,
para indicar que es un nombre impronunciable: Di-s. Un sacerdote es un
cohén y un obispo es un bishof; la Eucaristía se le llama Seudat y el
bautismo Tevilá; el Evangelio es la Besurá, mientras que el Antiguo
Testamento es el Tanak, y el Nuevo Testamento es B´rit Hajadashá.

Algunos de estos “judíos mesiánicos” se consideran cercanos o incluso


hermanos con la Iglesia Católica; otros en cambio, se ven y proclaman
como hostiles a lo que ellos consideran engañados de esta misma
institución.
III. JESÚS EN EL ISLAM

El Islam (Sometimiento a Dios) es la tercera de las tres grandes religiones


monoteístas. Consideran como sagrado la Torá (Enseñanza) escrita por
Moisés, los Evangelios (Buena Nueva) de Jesús, y el Corán (Versos
Sagrados) de Mahoma. En su doctrina se habla de dieciocho profetas
(Yahyas) precursores del Islam: dieciséis del Antiguo Testamento desde
Adán, Sem, Noé, Abraham, Ismael, José, Moisés, David, Salomón y
otros; contando con dos del Nuevo Testamento: Juan el Bautista y Jesús,
Hasta llegar al último y gran profeta Mahoma (el Amado, el Alabado), con
el que Alá (El Misericordioso), cierra la revelación sagrada. Los islámicos
sólo prestan atención a Jesús (´Isa) en la medida que se habla de él en
el Corán. Tienen cierta veneración a su madre María, quien junto con
Fátima (la hija de Mahoma), son las dos mujeres más importantes en el
mundo musulmán. También creen que Jesús y María no fueron tocadas
por Satán en el momento de nacer. Por eso no lloraron, algo que sí
ocurre con el resto de los seres humanos.

Hay un primer texto coránico en el que se describe el nacimiento de la


madre de Jesús (el Bendito de Dios): María es hija de Imrán y de Ana;
ésta consagra la niña a Alá ya antes de nacer. Todavía niña, María es
llevada a una celda del Templo de Jerusalén, donde es educada por su tío
el sacerdote Zacarías. Cada vez que éste entra en su celda, halla en ella
un alimento milagroso.

En otro pasaje del texto islámico describe el anuncio del nacimiento de


Jesús por medio del arcángel Gabriel. Algunos intérpretes del Corán
opinan que Jesús fue engendrado por este ser celestial, aunque de una
manera absolutamente inusual. María concibió a su hijo cuando se puso
una túnica sobre la que antes había soplado Gabriel. También se narra el
nacimiento de Jesús con dolores de parto de su madre debajo de una
palmera, de la que brotó un manantial de agua con que María calma la
sed.
El Corán afirma que Jesús no es el “Hijo de Dios”, sino el “Hijo de María”,
quien es un gran profeta con poderes para hacer milagros. Se habla de
curaciones de leprosos y ciegos, de resurrecciones de muertos, de su
predicación. No Obstante, no admiten su muerte redentora en la cruz, ni
su triunfal resurrección. “Los judíos ciertamente crucificaron el cuerpo
del Mesías, es decir, al hombre Jesús, pero los clavos no pudieron llegar
hasta el Mesías espíritu, porque Alá lo elevó al paraíso”. El profeta Jesús
(como enviado de Dios), será resucitado antes del día del Juicio Final, y
todos los judíos y cristianos creerán en él. Tras su muerte, será sepultado
en la ciudad de Medina, junto a Mahoma, fundador del Islam.

EL VERDADERO ROSTRO DEL HIJO DE DIOS

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

I. CONTEXTO GENERAL

El personaje más importante de la historia de la humanidad es sin lugar a


dudas Jesús de Nazaret. No obstante, los evangelistas guardaron silencio
sobre su aspecto físico. La ausencia de una descripción fisonómica se
debe a que la cultura hebraica, tenía prohibido toda representación
artística de lo humano, para no caer en la idolatría. Como el cristianismo
en sus comienzos fue considerada una secta neo-judía, que observaba
muchas de las prácticas comunes de la ley mosaica. Por eso, los primeros
seguidores del Señor no se preocuparon en perpetuar una imagen suya.

II. LOS RELATOS BÍBLICOS

A. ANTIGUO TESTAMENTO:

En los textos veterotestamentarios hay una referencia sobre la figura


humana del Verbo Encarnado:”!Eres el más hermoso de los hombres¡…
Por eso Dios te bendigo para siempre” [Salmo 45,2(3)].

Igualmente, los escritores sagrados pusieron por escrito algunas profecías


sobre su dolorosa pasión:

“Pero yo no soy un hombre, sino un gusano; ¡Soy el hazmerreír de la


gente¡ Los que me ven, se burlan de mí; me hacen muecas.” (Salmo
22,6-7).

“Ofrecí mis espaldas para que me azotara y dejé que me arrancaran la


barba. No retiré mi cara de los que me insultaban y escupían” (Isaías 50,
6).

“Así como muchos se asombraron de él, al ver su semblante, tan


desfigurado que había perdido toda apariencia humana” (Isaías 52,14).

“No tenía belleza ni esplendor, su aspecto no tenía nada atrayente; los


hombres lo despreciaban y lo rechazaban…Como a alguien que no
merece ser visto” (Isaías 53, 2-3).

B. NUEVO TESTAMENTO:
En el evangelio de San Lucas nos narra que Jesús empezó su vida pública
cuando era un varón de raza judía, y de unos treinta años de edad
(3,23), tendría también una contextura atlética por sus muchas caminatas
en las provincias de Israel. Asimismo, hay algunas indicaciones sobre su
aspecto fisonómico después de su resurrección. Como cuando se
presenta a los discípulos con las marcas de la crucifixión (Lucas 24,40;
Juan 20, 20.27), pero por tener ya un cuerpo glorioso y divino, tiene la
facultad de aparecerse bajo la apariencia de un jardinero, a María
Magdalena (Juan 20, 14-15), o “bajo otra figura”, a los discípulos camino
a Emaús (Lucas 24,15-16). Su rostro era muy distinto del que les era
familiar a los que le conocían (Lucas 24,31; Juan 20,16; 21,4.7). San
Pablo puede decir entonces que Cristo Jesús es “el hombre celestial” (1
Corintios 15,47).

En el libro de las Revelaciones hay un apunte que hablan sobres la


apariencia simbólica de Jesucristo:

“El Hijo del Hombre (estaba), vestido de una ropa que llegaba hasta los
pies, y ceñido en el pecho con un cinto de oro. Su cabeza y sus cabellos
eran blancos como blanca nieve; sus ojos como llama de fuego; y sus
pies semejantes al bronce bruñido, refulgentes como en un horno; y su
voz como estruendo de muchas aguas. … de su boca salía una espada
aguda de dos filos; y su rostro era como el sol cuando resplandece en su
fuerza”. (1,13-16).

En esta visión en la isla de Patmos, San Juan ve al Señor con las


vestiduras propias del sumo sacerdote. Sólo el sumo sacerdote del templo
de Jerusalén llevaba la túnica blanca y un cinturón de oro a la altura del
pecho. Lo observa además con cabello blanco, signo de sabiduría eterna.
Los ojos son de fuego, porque todo lo ve. Sus pies son de bronce,
inamovibles, siempre permanece fiel a su promesa. Su voz es como el
estruendo de las olas del mar, la voz de Jesús se sigue escuchando
poderosamente a través de los tiempos. De la boca del Mesías sale una
espada de doble filo, pues la palabra de Dios es como una espada de
doble filo que penetra hasta lo más profundo del alma humana. Su rostro
es como un sol brillante, solamente El es el verdadero sol de justicia, que
alumbra a toda la humanidad.

III. VISIÓN DE ANA CATALINA EMMERICH

La beata mística Ana Catalina Emmerich describe en una visión la imagen


humana de la segunda persona de la Trinidad:

“El color de la piel de Jesús, como el de María, era delicado, con una
ligera tonalidad rosada. Por las muchas caminatas y los viajes en los
últimos tres años su cara se había ido volviendo morena. Jesús era de
tórax amplio pero no era velludo, como Juan el Bautista, que lo tenía
cubierto de un pelo rojizo. Sus hombros eran anchos, sus brazos
robustos, sus muslos macizos, sus rodillas fuertes y endurecidas como las
del hombre que ha viajado mucho, los muslos largos y las pantorrillas
musculosas, sus pies eran de bella forma y sólidamente construidos, sus
manos eran hermosas, de dedos largos y finos, y, sin ser delicadas, no
eran como las de un hombre que las emplea en trabajos penosos. Su
cuello no era corto, pero sí robusto, su cabeza, hermosamente
proporcionada, de frente alta y ancha, y un rostro de óvalo puro; el
cabello era de color cobre oscuro, no era muy espeso, y quedaba abierto
naturalmente en lo alto de la frente para luego caer sobre sus hombros;
llevaba barba corta y acabada en punta”.

IV. EL ARTE CRISTIANO

En Occidente, las primeras imágenes que representan a Jesucristo,


aparecieron a mediados del siglo II en las catacumbas romanas. Las más
antiguas pinturas muestran al Ungido como un joven altivo, con cabello
corto y rizado a la costumbre romana (o como el dios Apolo), tal como se
puede ve en la estatua llamada “Cristo como maestro de los hombres”,
que se conserva en el museo de Las Termas, en la Ciudad Eterna.
Posteriormente, las figuras de la primera mitad del siglo III, lo describen
como un varón de mediana edad con cabello y barba larga, y con las
mismas características que ha conservado la tradición bizantina y
occidental desde el siglo IV.

La Iglesia Católica definió que “como el Verbo se hizo carne asumiendo


una verdadera humanidad, por eso se puede pintar y hacer imágenes
sagradas de la faz humana del Hijo de Dios” (Concilio de Letrán, año
649). El creyente que veneré un lienzo o imagen sagrada, “venera a la
persona representada en ella” (Concilio de Nicea II, año 787). Comparar
con (1 Juan 1,1-3).

V. TESTIMONIO DE LOS PADRES DE LA IGLESIA

Entre los Padres de la Iglesia las opiniones sobre el aspecto físico del
Divino Maestro, eran muy diversas:

Orígenes (siglo III), describió al Unigénito de Dios con dos apariencias;


una humana, que era la que se presentaba a todos, y la otra divina y
resplandeciente, como la que contemplaron los apóstoles Pedro, Santiago
y Juan en la Transfiguración en el monte Tabor (Mateo 17,2; Lucas 9,29).
Aun cuando siempre era el mismo, no por eso les aparecía igual a todos.
Como sucedió en el huerto de Getsemaní, en el que los esbirros que lo
buscaban y que lo habían visto con frecuencia necesitaron de Judas para
que les indicase quién era (Mateo 26,48).

Clemente de Alejandría (siglo III), agrega: “No era la belleza de la carne


la que El ostentaba sino la verdadera del alma y del cuerpo; la de aquélla
en cuanto obraba el bien, la de éste en la inmortalidad del alma”.

Tertuliano (siglo III), escribía que “el Señor andaba por el mundo vestido
con toscos paños y era corriente su aspecto y sus modales, la
insignificancia y la pobreza era el aura de su persona”. Eusebio de
Césarea (siglo IV), comenta estas palabras de Tertuliano hablando “de la
insignificancia y oscuridad de Cristo y de la humillación del hombre
exterior y visible”.
San Agustín (siglo V), aclara que “cualquiera que haya sido el rostro
humano de Cristo es único, y sin embargo, cada uno lo imagina y todos
de maneras muy diversas. De hecho no lo conocemos, no sabemos sino
que se hizo hombre”.

Otros santos como Juan Crisóstomo y Jerónimo (siglo IV), Anselmo (Siglo
XII), y Tomás de Aquino (siglo XIII); resaltaban más bien el semblante
torturado de Cristo en su pasión y muerte, basándose en los texto antes
citados del Antiguo Testamento.

El escritor cristiano Andrés (hacía el año 710), Metropolitano de Creta,


haciendo alusión de una tradición atribuida al evangelista San Lucas, de
un retrato de Cristo; comentó: “También el (historiador) judío (Flavio)
Josefo, cuenta que el Señor Jesús fue visto de la misma manera: con
cejas unidas, los ojos bellos, el rostro alargado y de buena estatura”. Si
dicha pintura existió, no hay rastros de ella.

VI. DEVOCIONES PARTICULARES

EL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS:

Se inicia con Santa María Margarita Alacoque (1647-1690), monja


francesa de la órden de la Visitación, a la que Cristo Jesús se le presenta
en tres oportunidades entre los años de 1673 a 1674, en el convento de
Paray-Le-Monial (Francia). La santa relata que el “Maestro Jesucristo” se
le aparecía reluciente de gloria, con sus cinco llagas brillantes, para
encomendarle la propagación de la fe a su Sagrado Corazón entre llamas,
y diciéndole: “He aquí el Corazón que tanto ha amado a los hombres”.
La santa vidente señala después, la necesidad de venerar al Sagrado
Corazón bajo la forma de una imagen, que reprodujera la figura
presentada a ella en estas apariciones.

JESÚS DE LA DIVINA MISERICORDIA:

Su artífice fue Santa Faustina Kowalska (1905-1938), religiosa polaca de


la congregación de Las Hermanas de la Caridad de la Madre de Dios.
Cuando se encontraba en su convento en Cracovia (Polonia), tuvo un 22
de Febrero de 1931, una aparición de Nuestro Señor vestido de blanco.
Una mano estaba en ademán de bendecir, y con la otra tocaba el vestido
en el pecho. De su mano salían dos rayos de luz. El uno rojo y el otro
blanco, que representaban la sangre y el agua que brotaron de la herida
con la lanza en su costado (Juan 19,34). El Príncipe de la Paz le manda a
pintar una imagen suya de esta manera, y que lleve esta inscripción:
“Jesús yo confió en Ti”. Además le confesó: “Esta misma mirada que
aparece en mi rostro es la misma que desde la cruz dirigí a favor de los
pecadores”.

Cuando en 1934 un artista pintó según las indicaciones de la vidente el


cuadro de Cristo, Sor Faustina no quedó contenta porque le parecía que
el retrato era muchísimo menos hermoso de cómo ella lo había visto.
Pero el Señor le aclaró: “Puedes estar tranquila, pues por medio de esta
imagen y esta devoción yo voy a atraer personas, en diversos países
hacia mi misericordia”.

XI. UNA LEYENDA PIADOSA

La tradición sobre la existencia de una milagrosa impronta de Cristo es


muy antigua y se remonta a los tiempos del rey Abgar, soberano de la
ciudad de Edesa (Hoy Urfa, en el extremo oriental de Turquía), quien
aquejado de una enfermedad incurable, escribió por el año 30 o 32 de
nuestra era una carta a Jesucristo, y se la envió por medio de su
mensajero Hannan o Ananías:

“Abgar, rey de Edesa, saluda a Jesús, el buen Salvador que ha aparecido


en Jerusalén:

Han llegado a mis oídos noticias referentes a ti y a las curaciones que,


por lo visto, realizas sin necesidad de medicinas ni de hierbas. Pues,
según dicen, devuelves la vista a los ciegos y la facultad de andar a los
cojos; limpias a los leprosos y expulsas espíritus inmundos y demonios;
devuelves la salud a los que se encuentran aquejados de largas
enfermedades y resucitas a los muertos.

Al oír, pues, todo esto acerca de ti, he dado en pensar una de estas dos
cosas: o que tú eres Dios en persona, que has bajado del cielo y obras
estas cosas, o bien que eres el Hijo de Dios y (por eso) realizas estos
portentos. Esta es la causa que me ha impulsado a escribirte, rogándote
al propio tiempo te tomes la molestia de venir hasta mí y curar la dolencia
que me aqueja.

He oído decir, además, que los judíos murmuran contra ti y que


pretenden hacerte mal. Sé bien, pues, que mi ciudad es muy pequeña,
pero noble, y nos basta para los dos”.

A esta carta respondió el Enviado de Dios con otra que decía:

“Abgaro: Dichoso de ti por creer en mí sin haberme visto. Pues escrito


está acerca de mí que los que me hubieren visto no creerán en mí, para
que los que no me hayan visto crean y tengan vida.

Por lo que se refiere al objeto de tu carta, en la que me rogabas viniera


hasta ti, (he de decirte que) es de todo punto necesario que yo cumpla
íntegramente mi misión; y que, cuando la hubiere cumplido, suba de
nuevo al lado de Aquél que me envió.
Más, cuando estuviere allí, te enviaré uno de mis discípulos para que cure
tu dolencia y te dé vida a ti y a los tuyos”.

Con la legendaria correspondencia se le añadió una coletilla según la cual


Hannan o Ananías, que era pintor quiso hacer un retrato del Salvador.
Preparó para ello los colores que le parecieron adecuados, pero le era
imposible retratar el rostro porque éste cambiaba a cada instante. Jesús
entonces aplicó su cara a un lienzo y dejó en él impresa su faz.

Hay que resaltar que este relato no es más que una piadosa leyenda, sin
ningún valor histórico.

VIII. EL HOMBRE DE LA FOTO

El periodista estadounidense David Scoott, fue enviado en 1967, a cubrir


el conflicto entre Israel y Egipto, conocido como la “guerra de los seis
días”. En un bombardeo de la aviación egipcia, Scoott debió resguardarse
en un refugio antiaéreo situado al pie de una colina en el desierto del
Sinaí. Una bomba cayó cerca y tapó la entrada. Paso un rato, mientras se
encontraba en medio de la oscuridad e incomunicado con el exterior,
sintió que empezaba a faltarle el aire. Mientras oraba, vio la imagen de
Jesús que se encontraba de pie. Tomó con dificultad su cámara
fotográfica y la accionó; luego perdió el conocimiento y horas más tarde
fue rescatado por la Cruz Roja.
Cuando se recuperó, mandó a revelar el rollo y encontró en la última foto
el rostro que había visto en el refugio. Fue tal su impacto, que regresó a
los Estados Unidos e ingresó en un seminario católico, más tarde se
ordenó de sacerdote. Mientras estudiaba, escribió en 1975 un artículo
titulado “Jesucristo vive, yo lo vi y lo fotografié”. Dicho testimonio lo
siguió proclamando hasta el día de su muerte.

La fotografía en blanco y negro fue estudiada por expertos en el tema,


quienes afirmaron que dicho rostro es de una persona humana, y al
sobreponerla con la impronta de la Sábana de Turín; concluyeron que
ambos coinciden perfectamente.

FRASES CÉLEBRES SOBRE JESÚS

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

El que no está con Jesús está contra El.


Lucas 11,23.

Yo soy el pan de la vida.


Juan 6,35.

Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino


que tendrá la luz de la vida.
Juan 8,12.
Yo soy el buen Pastor.
Juan 10,11.

Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto,


vivirá.
Juan 11,25.

Jesús nos amó hasta el fin.


Juan 13,1.

Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie va al Padre, sino por mí.


Juan 14,6.

Sin Jesús nada podemos hacer.


Juan 15,5.

Si con tu boca reconoces a Jesús como Señor, y con tu corazón crees que
Dios lo resucitó, alcanzarás la salvación.
San Pablo (Romanos 10,9).

Ya no soy yo quien vive, sino que es Cristo quien vive en mí.


San Pablo (Gálatas 2,20).

A todo puedo hacerle frente, pues Cristo es quien me sostiene.


San Pablo (Filipenses 4,13).

En Cristo moran todos los tesoros y sabidurías escondidos.


San Pablo (Colosenses 2,3).

Jesús es el mismo ayer, hoy y siempre.


Hebreos 13,8.
Existe un vacío en forma de Dios en el corazón de cada ser humano, que
sólo Dios puede llenar a través de su Hijo Jesucristo.
San Agustín.

En el Antiguo Testamento se esconde el Nuevo, y en el Nuevo (en la


persona de Cristo) se hace realidad el Antiguo (Comparar con Mateo
13,17).
San Agustín.

Aprende de Cristo lo que no aprendes de los hombres.


San Agustín.

El Sermón del monte, es el resumen de la doctrina cristiana.


San Agustín.

Quien vive con Cristo, no tiene miedo de encontrarse con El.


San Agustín.

Jesús es el camino de la verdad que conduce a la vida.


San Agustín.

El verbo se hizo carne, para poder morir por nosotros.


San Agustín.
No hay otro misterio de Dios fuera de Cristo
San Agustín.

Bienaventudado es, Señor, el que te ama a Ti, al amigo en Ti, y al


enemigo por Ti.
San Agustín.

Cristo es Rey universal de este mundo por su propia esencia y naturaleza.


San Cirilo de Alejandría.

Dejémonos transformar en Jesús por la fuerza de su amor y su


compasión.
San Francisco de Asís.
Dulcísimo Jesús no seas mi juez sino mi salvador.
San Jerónimo Emiliani.

La primera pobreza de los pueblos es no conocer a Cristo.


Beata Teresa de Calcuta.

Cristo no es un bien sólo para nosotros mismos, sino que es el bien más
precioso que tenemos que compartir con los demás.
Papa Benedicto XVI.

Jesús debe ser el centro de nuestros pensamientos, el argumento de


nuestro hablar, y el modelo de nuestra vida.
Giuseppe Bertello
Arzobispo católico

La única libertad en el hombre que ha durado dos mil años, es la de


Jesús; porque está fundada en el amor.
Paride Tabán.
Obispo católico en el Sudán.

Jesucristo es el sacramento de Dios Padre.


P. Jorge Cadavid.

Jesús se ha convertido en el personaje más popular, estudiado e


influyente de la historia religiosa de la humanidad.
Hyman Enelow.
Rabino judío.

Todo el mundo ha sido creado por causa del Mesías.


(Sanhedrín 98 b).
Antigua tradición judía.

No sé de nadie que haya hecho más por la humanidad que Jesús.


Mohandas Gandhi.
Cuando obremos en conformidad con las enseñanzas de Cristo, en el
sermón de la montaña; habremos resuelto los problemas de la
humanidad.
Mohandas Gandhi.

A Cristo se le acepta o se le rechaza, pero no se le discute.


Franco Seffirelli.

Jesús se muestra a todos los hombres pero los deja libres para acogerlo o
rechazarlo, para conocerlo o ignorarlo.
Jean Guiatton.

Todos los imperios de este mundo han sido fundados por la fuerza, el de
Jesucristo ha sido el único que ha sido fundado por el amor.
Napoleón Bonaparte.

Jesús de Nazaret es, sin duda alguna, el personaje más prominente de la


historia de la humanidad.
H.G. Wells.

Cristo es el único entre todos los héroes de la historia.


Philip Schaff.
LA PASIÓN DEL SEÑOR

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

INTRODUCCIÓN

La pasión, muerte y resurrección de N.S. Jesucristo es el punto central de


la fe cristiana.

1 Pedro 2, 21-24.

Este texto es un paralelo o una síntesis de Isaías 53, sobre la profecía


del siervo sufriente o el siervo doliente.
Versículo (24): El peso del madero era la carga de los pecados de toda la
humanidad a través de todos los tiempos, y hasta la consumación de los
siglos. Acordémonos que el que escribe este texto (el apóstol Pedro), fue
el mismo que lo negó no una sino tres veces. Ese pecado se llama
“apostasía”, y va en contra del primer mandamiento de la ley de Dios.

LA ORACIÓN EN EL HUERTO DE LOS OLIVOS

Lucas 22,39-53.

Versículo (42): Los teólogos han especulado que en este momento, y


como cuando el señor en la cruz, exclama: “Dios mío, Dios mío, ¿por
qué me has abandonado?”. Fueron los dos instantes en que Dios
Padre deja a su Hijo solo en su naturaleza humana, para probar su
fidelidad al plan divino, y que así saliera victoriosos.

Versículo (44): Los médicos han explicado que el “sudor de sangre” de


Jesús en el huerto del Getsemaní, se debe a ciertos casos de ansiedad o
sufrimiento intenso, que se han presentado también en algunos
condenados a la pena de muerte antes de ser ejecutados.

Versículo (53): “El poder de las tinieblas”, no es otra cosa que un triunfo
temporal del “príncipe de la oscuridad”, el “Diablo”; así lo podemos
ver en dos textos del mismo evangelio de Lucas:

 La primera después de la tentación en el desierto y antes de


empezar Jesús su ministerio público, y después de haber resistido
las tres pruebas de Satanás (Lucas 4, 13).

 La segunda con la “traición de Judas”, en (Lucas 22,3). Este fue el


mismo que lo traicionó y lo vendió a sus enemigos por 30 monedas
de plata, precio que se pagaba por un esclavo según el pacto de la
ley mosaica.

EL JUICIO DEL SANEDRÍN


Mateo 26, 57-68.

Juicio religioso.

En este punto es necesario hacer cinco precisiones desde la exegesis


bíblica para la mejor comprensión del texto:

 Cuando el sumo sacerdote Caifás lo increpa poniendo a Dios Padre


como testigo, la respuesta de Jesús debería tal vez traducirse de la
siguiente manera: “tú eres el que lo dice”. Ya que la expresión
“Hijo de Dios” designaba a los monarcas del pueblo de Israel y al
Rey Mesías anunciado por los profetas de la antigüedad. Jesucristo
se define citando la profecía de Daniel 7,13, que anuncia un
Salvador, un hijo de Hombre procedente de Dios mismo y de la
eternidad.

 Jesús declara realmente su naturaleza divina, y al decir que “estará


sentado a la derecha de Dios”, da a entender que tiene la misma
sustancia, potestad o poder con su Padre, y “venir en la nubes”
se refiere a la “parusía” o la “segunda venida” en el día del juicio
final.

 El término “blasfemia” viene de dos vocablos griegos: blaptein:


que es “injuriar”, “calumniar” o “difamar” el nombre de Dios que es
santo y único, según la concepción judía. Y la palabra pheme: que
traduce “reputación”.

 Rasgar las vestiduras era una forma muy común de los judíos en la
antigüedad. Con este gesto expresaban emociones intensas, como
desesperación, dolor, humillación, ira, tristeza o escándalo. Una
tradición rabínica dictaba que todo el que oyera una ofensa contra el
nombre divino de YAHWEH ELOHIM, estaba obligado a
despedazar su ropa.
 El pecado de blasfemia podía ser castigado con la pena de muerte
por lapidación o apedreamiento, como aparece en la ley de Moisés
en el Pentateuco (Levítico 24, 10-16).

Después de haber leído el texto bíblico completo podemos agregar que el


proceso contra el Hijo del hombre, a la luz de los códigos judíos, presentó
las siguientes anomalías o irregularidades:

 Antes de su captura no existía ninguna denuncia o cargo contra El.


 Arresto con soborno y conspiración por delitos no comprobados.
 Pruebas insuficientes y falsos testigos que no concordaron en sus
declaraciones.
 Ausencia de citación y acusaciones formales.
 El tribunal no solicitó argumentos ni testigos a su favor.
 El juicio se adelantó en horas de la noche a puerta cerrada.
 Según la norma mosaica, el acusado no podía ser golpeado, y tenía
derecho a ser protegido mientras no se le declarara culpable.
 El juicio comenzó y terminó el mismo día, en la víspera de una fiesta
religiosa; y en una hora prohibida por la ley hebrea.
 Carencia de abogado defensor.
 Ninguno de los presentes intentó defenderlo; todos estaban en su
contra.
 El sumo sacerdote Caifás, hizo las veces de juez y fiscal.
 No se hicieron investigaciones sobre la acusación de blasfemia por
llamarse a sí mismo Mesías, e hijo de Dios.

JESÚS ANTE PILATOS

Lucas 23,1-25.

Juicio civil o político.

Versículos (1-2): Aquí vemos como el Gran Sanedrín que era la corte
suprema de Israel, presidido por el sumo sacerdote y 70 miembros entre
fariseos, saduceos, escribas y ancianos; podían juzgar con pena de
muerte delitos relacionados con los preceptos religiosos del Judaísmo. De
todas maneras, se necesitaban dos sesiones de 24 horas de intervalo. Sin
embargo, no tenían competencias jurídicas civiles, y no podía aplicar
contra Jesús el “ius gladii” (o la pena capital de la crucifixión), y a la vez
no querían lapidarlo por temor a la reacción del pueblo, sobre todo por la
gran cantidad de judíos que estaban en Jerusalén por la proximidad de la
fiesta de la Pascua. Por eso, la solución de Caifás fue acusarlo ante el
procurador romano Poncio Pilatos no de “blasfemo contra la Ley de
Moisés”, sino de tres acusaciones:

 Ser un subversivo de la nación de Israel.


 Prohibir pagar los impuestos al César.
 Diciendo que Él mismo es Cristo, un rey.

Versículo (9): Herodes Antipas, a quien Cristo Jesús lo llamó “zorra” o


“raposa”, el cual no era digno de que abriera su boca para defenderse, ya
que este tetrarca de Galilea había mandado a decapitar a Juan el
Bautista, y vivía en adulterio como la esposa de su hermano Felipe.

Versículos (17-19): El indulto plebiscitario favoreció a Barrabás (vox


populi, vox dei).

Versículo (23): Este mismo pueblo que el domingo pasado lo había


proclamado como un rey diciendo “hosanna, hosanna hijo de David”,
hoy reclama su muerte en la cruz.

Versículos (24-25): Nótese bien que Pilatos lo declaró inocente; aun así,
lo mandó ejecutar.

Hay que tener en cuenta que los juicios de acuerdo al derecho romano
seguían un trámite estricto:

 Los acusadores (cualquier ciudadano libre), presentaba los cargos y


los testigos que los apoyaban.
 El acusado tenía tres oportunidades de defenderse. En el caso de
Jesús sólo tuvo dos instancias: la primera cuando fue llevado ante
Poncio Pilatos, y la segunda, cuando después de la flagelación puso
al pueblo judío a escoger entre Él y Barrabás.
 Entre las leyes del imperio se debía dejar pasar un tiempo más o
menos largo entre la sentencia final y la ejecución de los reos
condenados a muerte, este lapso podía abarcar hasta 10 días.
 La sentencia contra Jesús no fue apelada por carecer de la
perrogativa y calidades de ciudadano romano.

LA CRUCIFIXIÓN DE CRISTO

Marcos 15,16-32.
Versículo (23): El vino agridulce era la bebida de los soldados romanos y
mezclado con la mirra, era una especie de analgésico, pero Jesús lo
rehusó lo que podía calmar su dolor antes de ser clavado a la cruz.

Versículo (32): Vemos bien, que hasta los dos ladrones que estaban
crucificados al lado del Unigénito de Dios también se burlaban de Él. La
tradición cristiana les ha dado los nombres de “Gestas” y “Dimas”. Este
último en un acto de arrepentimiento por sus crímenes, implora el auxilio
espiritual al Mesías, a lo cual N.S. JESUCRISTO le promete el “paraíso
celestial” (Lucas 23,43).

LA MUERTE EN LA CRUZ

Juan 19, 28-37.


Versículo (31): El sábado que está por empezar no es solo un sabbath
regular (el séptimo día de la semana), sino también un sábado “solemne”
o “grande”. Se le llama así porque el 15 de Nisán –el primero de la fiesta
de siete días de las Tortas no Fermentadas (que siempre es un sábado o
día de descanso, sin importar en qué día de la semana caiga).

Versículos (32-33): En los tiempos del Mesías algunos crucificados


tardaban días enteros en morir, otros en cambio eran rematados también
de otras dos maneras diferentes para que llegara más rápido la muerte
por asfixia. Otras formas de acabar con el suplicio eran las siguientes:
 Los golpeaban con un mazo en el pecho, para provocar un
paro cardiaco.
 Encendían hogueras en torno a las cruces para que el humo ahogara
a las víctimas.

CONCLUSIÓN

Las Sagradas Escrituras mencionan dos pruebas de la resurrección del


Señor:

1. La tumba vacía que encontró María Magdalena y las santas mujeres


el primer día de la semana o el domingo por la madrugada.
2. Las diversas apariciones a los apóstoles y demás discípulos.

Filipenses 2, 5-11. Es un himno litúrgico o cristológico que rezaban


los primeros cristianos

Versículos (5-7): Aquí aparece lo que se conoce en teología dogmatica


como “unión hipostática”, que son la naturaleza divina y la humana en la
persona misma de CRISTO JESÚS. La palabra “hipostática” viene del
griego “hypostasis”, que quiere decir precisamente “persona”.

Versículo (9): Nombre de JESÚS equivalente a: “YOSHUA” (en hebreo)


o “YESHUA” (en arameo), que significa “YAHVEH SALVA”.

Versículo (10): Cosmovisión judía creía en la existencia de tres reinos:

La bóveda celestial donde esta DIOS ADONAY y sus ángeles.

La tierra lugar donde habitan los seres humanos.

El abismo o “inferus”, es decir, las regiones inferiores de la tierra, dividido


en dos lugares:
 El “hades” o el mundo de los muertos.
 La “gehena” o “infierno”, preparado para el Diablo
LA AMARGA PASIÓN DE CRISTO

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

La beata Ana Catalina Emmerich (1774-1824), nació en el seno de una


familia humilde en el norte de Alemania. A la edad de 28 años ingresó en
un convento agustino, después de trabajar como costurera y empleada
doméstica. En 1813 enfermó, y permaneció inmóvil en su casa hasta su
muerte; además se hicieron visibles los estigmas. Tuvo visiones sobre la
pasión de Jesucristo, que fueron pasadas por escrito por el poeta alemán
Clemente Brentano, su primera publicación fue en 1833. (El siguiente
artículo es un resumen sobre dicha revelación particular que ha sido
aceptada por la Iglesia Católica).
PREPARATIVOS PARA LA PASCUA

El miércoles santo, 12 de Nisá, Nuestro Señor come junto con sus


amigos, en casa de Simón el leproso, en Betania, y allí mismo, María
Magdalena ungió por última vez con perfume los pies de Jesús.

El 13 de Nisá, jueves santo, antes del amanecer Jesucristo manda a


Pedro, a Santiago y a Juan, a buscar en Jerusalén a Helí, cuñado de
Zacarías de Hebrón, en cuya casa el Señor había anunciado el año
anterior la muerte de Juan el Bautista. Helí tenía únicamente un hijo, que
era levita, y amigo de San Lucas. Fue él el encargado de conducir a los
tres apóstoles al cenáculo propiedad de Nicodemo y José de Arimatea,
para celebrar la cena de la pascua.

EL CENÁCULO

Se encontraba del lado sur del monte Sión, no lejos de las ruinas del
castillo de David, antes de la construcción del templo, el arca de la
alianza estuvo depositada allí en el sótano durante un largo Período. Fue
el mismo lugar de residencia del profeta Malaquías, donde escribió su
Libro sobre el santísimo sacramento y el sacrificio de la nueva alianza.
Cuando casi toda Jerusalén fue destruida por los babilonios, esta casa fue
respetada.

En esta morada el Mesías oraba y hacia milagros, los discípulos también


se quedaban con frecuencia para pasar la noche.
EL CÁLIZ DE LA ÚLTIMA CENA
Pertenecía a Serafía (la Verónica), era muy antiguo y había estado
guardado mucho tiempo en el santo templo. Esta santa mujer lo había
comprado en un mercado de antigüedades; Cristo lo utilizó en varias
oportunidades. Desde el día de la última cena pasó a ser custodiado por
la comunidad cristiana, y quedó depositado en la iglesia de Jerusalén,
otras de las pequeñas copas utilizadas en aquella ocasión se encuentran
en Antioquía y en Éfeso.

El gran cáliz había sido de la casa de Abraham, el sacerdote Melquisedec


lo llevó consigo desde la tierra de Semíramis al Canaán, lo utilizó para el
sacrificio, cuando ofreció pan y vino en presencia del santo patriarca.

JESÚS ENTRA EN JERUSALÉN

En la mañana del jueves santo, mientras los apóstoles estaban ocupados


en la ciudad santa con los preparativos de la pascua, Jesús, que se había
quedado en Betania, se despide de las santas mujeres, de Lázaro, y de su
Bendita Madre, quien le anuncia en secreto todo lo que le iba a suceder
con su pasión, muerte y resurrección; le dijo también que celebraría
espiritualmente con ella la última cena.

El Hijo del Hombre y los apóstoles salieron de Betania y se encaminaron a


la ciudad de Dios, con ellos iban siete discípulos; entre ellos estaba Juan
y Marcos, el hijo de la pobre viuda que el jueves anterior había ofrecido
su último dinero en el templo mientras el Señor predicaba. Las santas
mujeres con María lo siguieron al cabo de un rato.
LA ÚLTIMA CENA

Cristo y sus discípulos comen el cordero pascual en el cenáculo, dividido


en tres partes:

Jesús con los doce apóstoles en la sala principal.


Doce discípulos en una sala lateral.
María y las santas mujeres en otra habitación.

Jesús instruye a los apóstoles sobre la penitencia y el arrepentimiento,


todos reconocieron sus pecados, excepto Judas. Seguidamente les lava
los pies a cada uno de ellos, recibiendo una especie de absolución
espiritual.

El Ungido de Dios bendijo el pan y se lo entrega a los apóstoles, el pan


entraba en la boca de ellos como una sustancia brillante, sólo Judas
permanece en tinieblas. La Santísima Virgen recibió el Sacramento de la
eucaristía espiritualmente en la otra sala. Acabada de la cena se guardó
lo que había quedado del pan consagrado, con el que los apóstoles
comulgaron después de la resurrección. Fue Juan quien administró
también el Santísimo Sacramento a la Madre del Hijo de Dios.

La visionaria estigmatizada no recuerda si el Señor comiera o bebiera del


pan y el vino consagrado, tampoco vio que anteriormente lo hubiera
hecho Melquisedec.

Durante la celebración de la pascua, una figura terrorífica estuvo al lado


de Judas, además vio tres demonios a su alrededor cuando sale del
cenáculo; parecían irle alumbrando el camino, para cumplir su traición.

Jesús termina la santa cena cerca de las nueve de la noche, y después


de despedirse de su Madre, y de las santas mujeres se dirige con sus
amigos cantando salmos al monte de los Olivos, su alma estaba
profundamente turbada, y su tristeza iba en aumento.
JESÚS EN EL MONTE DE LOS OLIVOS

Eran las once de la noche cuando llegaron al Getsemaní, el Hijo de Dios


deja a ocho de sus compañeros, mientras se lleva consigo a Pedro,
Santiago y Juan adentro del huerto de los olivos; después El sólo se
oculta en una gruta, a su alrededor había un círculo de figuras horribles
que se le acercaban cada vez más. En este mismo sitio habían ido Adán y
Eva, tras ser expulsados del Paraíso para lamentar su pena.

Aquí Cristo Jesús tiene varias visiones:

Satanás le muestra todos los pecados de la humanidad desde el principio


hasta el fin del mundo.

El príncipe del mal le atribuye haber sido el causante de la muerte de los


niños inocentes en Belén, de los padecimientos de José y María en
Egipto, de la decapitación de Juan Bautista, de haber separado a muchas
familias en su nombre, de no haber curado a todos los enfermos, de la
muerte de los cerdos endemoniados en el mar.

Los ángeles bajaron del cielo para mostrarle, todos los sufrimientos que
había de soportar por el perdón de los pecados.

El Hijo del Altísimo contempla las penalidades futuras de sus apóstoles,


discípulos, de la iglesia primitiva, ve las persecuciones a la Iglesia
Católica a través de los siglos; las herejías, los cismas y las apostasías, los
sacrilegios, el fanatismo religioso, los malos pastores, el orgullo de los
padres de la reforma protestante. Ve además a Satanás que le arrebataba
con violencia a una multitud de almas redimidas con su Sangre.

El Maligno adoptaba varias formas, como una gigantesca sombra negra,


como un tigre, toro, lobo, dragón o serpiente con una corona en la
cabeza. El enorme reptil conducía innumerables legiones de los enemigos
de Cristo de cada época y nación, armados con todo tipo de destructivas
armas; igualmente, lo insultaba y maldecía, lo hería y le pegaba con
renovada rabia.

El Emmanuel observa en el limbo a Adán y Eva, a los patriarcas y


profetas, y a todos los hombres justos, que esperaban su llegada al
mundo inferior con tal intensidad, que lo fortifica y reanima.

Los ángeles de Dios le muestran todas las multitudes de los


bienaventurados de los tiempos futuros, que juntando sus esfuerzos a los
méritos de su pasión, debían reunirse por medio de El con el Padre
Eterno.

La última visión incluía el beso de Judas, la huida de los discípulos, los


insultos de Anás y Caifás, la negación de Pedro, el tribunal de Pilatos, la
burla de Herodes, los azotes, la coronación de espinas, La condena a
muerte, el camino con la cruz, la crucifixión, las burlas de los fariseos en
el calvario, el dolor espiritual de María, sus últimas palabras en el madero,
la lanza del costado, y su muerte. Nuestro Señor lo acepta todo
voluntariamente ofreciéndolo por amor a la humanidad.

Después de este trance su rostro estaba cubierto de grandes gotas de


sangre que le caían sobre el rostro pálido, tenía los cabellos pegados a la
cabeza, y la barba ensangrentada y en desorden, como si la hubieran
querido arrancar, su vestidura también estaba empapada con sangre y
sudor.

Sus manos quedaron impresas en al piedra de la gruta, esta cueva llegó


hacer más adelante objeto de veneración.
Aparece luego un ángel vestido como sacerdote que le da a comer una
hostia y un vino traídos del cielo.
EL ARRESTO

Poco antes de que Judas recibiera el precio de su traición, un fariseo


había salido con siete esclavos a un bosque perteneciente al templo, para
traer la madera con que harían la cruz de Cristo. Este instrumento de
muerte fue hecho en un patio detrás del tribunal de Caifás.

Judas llega al huerto de los Olivos acompañado de seis fariseos y veinte


soldados del templo, armados con palos y linternas. Jesús se acerca a la
tropa y dijo en voz alta: “¿A quién buscáis? “ Los jefes de los soldados
respondieron: “A Jesús de Nazaret”. “Soy Yo”, al oír esto en dos
oportunidades los soldados cayeron a tierra, los únicos que no lo hicieron
fueron cuatro esbirros (esclavos egipcios), los seis Fariseos y Judas;
porque estaban completamente entregados al poder de Demonio. En
Cambio todos los soldados se convirtieron luego al cristianismo,
incluyendo a Maleo al que Pedro le corta una oreja, este se convierte
instantáneamente, y durante la pasión sirvió de mensajero entre María y
los otros amigos de Nuestro Señor.

Los esbirros ataron al Mesías con la brutalidad de un verdugo, haciéndole


sangrar sus manos, alrededor del pecho salían cuatro cuerdas con las que
lo tiraban de un lado al otro, el Señor estaba descalzo, y fue obligado a
andar por caminos llenos de piedras y lodo, acompañado de toda clase de
insultos y burlas, los seis fariseos lo pinchaban constantemente con la
punta de sus bastones.
Cuando llegaron a la mitad del puente del río Cedrón, lo aventaron al
agua, si Dios no lo hubiera protegido la simple caída hubiera bastado
para matarlo; las marcas de sus rodillas, pies y manos, quedaron
milagrosamente impresas en la piedra donde cayó.

Jesús no había bebido nada desde su agonía en los olivos, pero si lo hizo
en las aguas del Cedrón, repitiendo las palabras proféticas de los Salmos:
“En el camino beberé agua del torrente”.

Desde el monte de los olivos hasta la casa de Anás, el Unigénito de Dios


se cae siete veces.
JESUS ANTE ANÁS
A medianoche el Mesías fue llevado al palacio de Anás y conducido a una
gran sala, donde estaba sentado este sumo sacerdote rodeado de
veintiocho consejeros. Jesús permanece de pie, silencioso y con la cabeza
baja.

Cuando Anás empieza a interrogarlo sobre su doctrina, Este responde que


siempre había hablado en público en el templo y la sinagoga, ante esta
respuesta que desconcierta al anciano judío; un esbirro dio con su mano
cubierta con un guante de hierro, una Bofetada en el rostro del Señor,
cayendo de lado sobre los escalones, la sangre corre por su rostro,
mientras todos lo insultaban y se reían.
JESÚS EN CONDUCIDO A CAIFÁS

Posteriormente, el Santo de Dios fue conducido ante Caifás, quien estaba


sentado rodeado por los setenta miembros del sanedrín; a ambos lados
estaban los escriba y los falsos testigos. Jesús fue Introducido entre
gritos, insultos y golpes. Caifás arremete con preguntas burlescas,
mientras los verdugos le pegaban y empujaban

Las acusaciones que le hacen son:

Se hacía llamar rey, profeta e hijo de Dios.

Los fariseos eran una generación adúltera y raza de víboras.

Revolucionaba al pueblo contra las autoridades religiosas judías.

Curaba el día sagrado del sábado.

No observaba los ayunos impuestos por la ley mosaica.

Se reunía a comer y beber con publicanos, prostitutas y paganos.

Engañaba al pueblo con palabras de doble sentido.


Sanaba a los enfermos y echaba demonios en su nombre.

Profetizaba la destrucción de Jerusalén.

Siempre hablaba de su reino.

Repudiaba el divorcio.

Se hacía llamar el Pan de Vida Eterna.

De esta manera, sus palabras, enseñanzas y parábolas fueron


desfigurabas, mezcladas con injurias y presentadas como crímenes;
aunque entre los mismos testigos se contradecían entre sí.

La acusación final y de mayor peso, fue presentada por Caifás sobre su


origen divino; a lo que El responde firmemente: “Yo soy el Cristo, el hijo
de Dios vivo”.

En cuanto Caifás sale del tribunal con los ancianos del consejo, los
esbirros habían ido arrancándole puñados del pelo de su barba, lo habían
escupido, dado bofetadas, pegándole además con palos puntiagudos. Le
pusieron sobre la cabeza coronas de paja y de corteza de árbol, y se la
volvían a quitar saludándolo con expresiones insultantes; le quitaron las
vestiduras y le echaron sobre los hombros una capa vieja, le apretaron el
cuello con una cadena, le ataron las manos sobre el pecho, colocaron una
caña entre ellas y le escupieron el rostro. Le taparon los ojos con un
sucio trapo le pegaron, le echaron lodo en la cara. En todo este tiempo
el recinto estaba lleno de figuras diabólicas; pero alrededor del Hijo del
Altísimo, se veía un halo de luz.

María, Juan, la Magdalena y algunas santas mujeres, estuvieron


presentes en la entrada de la sala de Caifás; igualmente, se encontraron
con Pedro después de que hubo negado tres veces al Divino Maestro.

JESÚS EN LA CÁRCEL
El Primogénito de Dios fue puesto en un pequeño calabozo bajo la sala de
Caifás, fue atado a un pilar y no le permitieron que se apoyara en él, de
modo que apenas podía sostenerse sobre sus pies, cansados, heridos e
hinchados. El Señor seguía rogando por sus enemigos, y cuando al fin le
dieron un instante de reposo, estaba llegando el amanecer.

Tan pronto como sale el sol el sumo sacerdote Anás y Caifás, y una parte
de los miembros del sanedrín, llevaron a Jesús ante el gobernador
romano Poncio Pilatos, para que legalizara la sentencia De muerte, ya
que sus leyes religiosas no se lo permitían sin su consentimiento.

LA DESESPERACIÓN DE JUDAS

Mientras llevaban a Jesús a casa de Pilatos, Judas, se da cuenta que lo


iban a crucificar, en el templo arroja al suelo las monedas. Luego echa a
correr a las afueras de Jerusalén; el Demonio le repetía al oído: “Caín,
¿Qué has hecho a tu hermano? “. Llega al basurero de la ciudad santa, y
lleno de desespero, coge su cinturón Y se cuelga de un árbol, cuando se
hubo ahorcado, su cuerpo se revienta y sus entrañas caen al piso.

JESÚS ANTE PILATOS

El Unigénito de Dios fue conducido por las partes más frecuentadas de


Jerusalén, las injurias y los malos tratos no cesaban, mucha gente se
burlaba de El llamándolo rey, y echando en el suelo palos y trapos, le
cantaban canciones que hacían alusión a su entrada triunfal entre ramos
de palma. Jesús se encuentra en el camino con su madre, Juan y la
Magdalena, Ella mira con gran amor y ternura.

En el pretorio Jesús fue presentado ante el gobernador romano, eran


como las seis de la mañana. Pilatos estaba rodeado de oficiales y
soldados romanos. El había oído hablar mucho de Jesús, al verlo tan
horriblemente desfigurado por los malos tratos, se admira que
conservara una expresión de dignidad en su rostro.

Las acusaciones que presentan ante el procurador romano, fueron:

Era el cabecilla de una conspiración contra el imperio romano.

Faltaba a la ley del sábado.

Decía que si comían su carne y bebían su sangre no tendrían vida eterna.

Animaba al pueblo a no pagar el impuesto al emperador.

Pretendía proclamarse rey, entrando en Jerusalén con honores reales.


Predicaba que era el Cristo, el Ungido de Dios, el Mesías, el rey prometido
a Israel.

Pilatos decide interrogar a Jesús a solas, y se da cuenta que era un


hombre inocente, y al darse cuenta que era de Galilea, decide Mandarlo
ante Herodes, que se encontraba en la ciudad por la fiesta religiosa.

Cuando Nuestro Señor es conducido a la casa de Herodes, la esposa de


Pilatos de nombre Claudia Procla le cuenta los extraordinarios sueños y
visiones, y le ruega que no le haga ningún daño.

JESÚS ANTE HERODES

El palacio de Herodes no estaba lejos de la casa del procónsul romano,


cuando este lo ve lleno de golpes, con el cabello desordenado, la cara
ensangrentada y la túnica manchada; ordena primero que lo laven.
Cuando lo vuelven a traer a su presencia, manda que le dieran un vaso
con vino, pero Jesús lo rechaza, luego le hace muchas preguntas, pero el
Siervo de Dios con la cabeza baja no le habla, porque Herodes estaba
excomulgado a causa de su Matrimonio adúltero con Herodias, y por
haber ordenado la muerte de Juan el Bautista.

El gobernador de Galilea ordena a sus soldados que conduzcan al Mesías


a un gran patio donde lo visten como rey con un saco blanco y un pedazo
de tela roja, se inclinan ante El, lo empujan, lo injurian, lo escupen, le
arrojan lodo, tres veces se cae por los fuertes golpes, invisiblemente los
ángeles le ungían la cabeza, sin este socorro del cielo lo hubieran matado
en ese momento. Después de esto, Herodes lo regresa a Pilatos.
JESÚS ES LLEVADO DE HERODES A PILATOS

Los enemigos del Hijo de Dios llenos de rabia por toda la pérdida de
tiempo, lo llevan de vuelta por un camino más largo, cayendo varias
veces al suelo y levantándolo con patadas y golpes en la cabeza.
Alrededor de la ocho la comitiva llega al palacio de Pilatos.

Cuando Jesús llega de nuevo a la casa del procurador romano, su túnica


se enreda entre los pies y cae sobre los escalones de mármol blanco, que
se manchan con su sangre.
Por costumbre de la pascua, se dejaba libre a un prisionero, y Pilatos
pone al pueblo judío a escoger entre el Santo de Dios y Barrabás, que era
un convicto de asesinato durante una revuelta, y de muchos otros
crímenes. En la plaza se eleva un clamor general: “Libera a Barrabás”,
entonces Pilatos dijo: “¿Qué queréis que haga con Jesús, el que se llama
El Cristo?”. Todos gritaron: “! Crucifícale!” . Pilatos deja libre a Barrabás y
condena a Jesús a la flagelación.

LA FLAGELACIÓN

Los verdugos colocaron a Cristo en una columna de azotes, fueron seis


hombres en tres turnos de a dos, estaban medio borrachos; Nuestro
Señor temblaba y se estremecía, El mismo se acaba quitar sus vestiduras
con sus manos hinchadas y ensangrentadas; los verdugos lo atan de
espaldas con las manos levantadas a unos anillos de arriba, mientras que
sus pies atados también a la parte inferior apenas tocaban el suelo.

Los dos primeros flageladores comenzaron a azotarlo desde la cabeza


hasta los pies, con unas varas de madera flexible. El cuerpo del Salvador
estaba cubierto de muchas llagas, y su sangre corría Por el piso. Por
todas partes se oía las injurias y las burlas contra la inocente víctima.

Los segundos verdugos usaron unas varas de espino, con nudos y


puntas. Sus golpes rasgaron toda la piel del Mesías, y su sangre les
salpica sus brazos.

Los dos últimos utilizaron unos látigos con correas que tenían en las
puntas unas bolas de hierro, con las que arrancaron la carne con cada
golpe.

Después cambiaron a Jesús de posición, y le pegaron en la cara con otra


vara, sus gemidos eran cada vez más débiles. La horrible flagelación
había durado cuarenta y cinco minutos seguidos. Cuando lo desataron El
Hijo del Hombre cae al suelo bañado en su propia sangre, en un gran
esfuerzo toma el lienzo y se cubre. Mientras estaba tirado al pie de la
columna, un ángel le ofrece de beber de una vasija un brebaje luminoso
que le da nuevas fuerzas.

Los soldados a patadas y palazos lo obligan a levantarse, mientras todo


esto pasaba la Santísima Virgen ve y sufre en su alma todo lo que
padecía su Santo Hijo. Claudia Procla le envía una pieza de tela con la
que sería después envuelto el cuerpo del Redentor. Eran las nueve de la
mañana cuando se acaba la cruel tortura.
LA CORONACIÓN DE ESPINAS

En medio del patio pusieron un banquillo y lo llenaron de piedras


puntiagudas, le colocan una capa vieja, lo sientan y le ponen una corona
hecha de espinas en su cabeza, la mayoría de las puntas estaban hacia
dentro. Luego le ponen una caña en las manos, y con esta misma le
pegan en la cabeza, con tal fuerza que los ojos del Salvador se llenaron
de sangre. Se arrodillan ante El con burla, le escupen la cara y lo
abofetean gritándole: “Salve, rey de los judíos”. Jesús siente una ardiente
sed a causa de la alta fiebre provocada por las heridas. Sólo su sangre
que caía de su cabeza refrescaba sus labios; esta espantosa escena dura
media hora.
ECCE HOMO

Jesús cubierto con la capa roja, la corona de espinas y el cetro de caña


en sus manos, es presentado ante Pilatos. Este dijo entonces a la
multitud: “!Ecce Homo!”(“!He aquí al hombre!”). Los sacerdotes y el
pueblo contestaron: “! Mátalo!” !Crucifícalo!”. Pilatos se lava las manos, y
los judíos gritaron “Que su sangre caiga sobre nosotros y nuestros hijos”.
Pero el Mesías y su Madre no cesaban de orar por sus enemigos, y
muchos judíos se convierten después de la muerte de Jesucristo.

Ese día la esposa de Pilatos, Claudia Procla, abandona a su esposo y se


une a los amigos del Señor, incluyendo al diácono Esteban y al apóstol
Pablo.

JESÚS CARGA SU CRUZ HASTA EL CALVARIO

Después de la sentencia de muerte, Jesús es obligado a cargar su propia


cruz, El se arrodilla, la abraza y la besa tres veces; los verdugos colocaron
el pesado madero sobre su hombro derecho, ángeles invisibles lo ayudan
a levantarla, pues no hubiera podido con ella. Pilatos a caballo inicia el
cortejo, acompañado de oficiales romanos, soldados y fariseos; Jesús
camina descalzo, temblando, lleno de llagas y heridas, devorado por la
fiebre, la sed y el cansancio, su cara estaba ensangrentada e
hinchada, su barba y sus Cabellos manchados de sangre, en todo este
trayecto el Señor oraba, detrás iban los dos ladrones, mientras uno
maldecía y lo insultaba, el otro permanecía en silencio.
Las calles eran muy estrechas y sucias, la gente de Jerusalén lo insultaba
desde las ventanas, los esclavos le arrojaban lodo, y hasta los niños le
tiraban piedras o se las echaban bajo sus pies.

Había en el camino una enorme roca, cuando Jesús llega a este sitio los
verdugos lo empujaron, cayendo por primera vez.

María, Juan, la Magdalena y las santas mujeres, se encontraban


esperando el paso del Salvador, algunos judíos al reconocer a su Madre la
insultaban y se burlaban de su pena, pero Ella estaba mirando a su Hijo
que se acercaba; aquí cae por segunda vez, la Bendita Madre en medio
de los soldados y los verdugos se abraza a El. Los verdugos la gritaban,
pero algunos soldados romanos tuvieron compasión, y aunque se vieron
obligados a separarla ninguno le pone las manos encima.

Más adelante, Jesús cae por tercera vez, a poca distancia se encontraba
un pagano llamado Simón el Cirineo acompañado de sus tres hijos, este
fue obligado para que ayudara al Galileo a llevar la cruz. Al principio se
molesta pero el Señor llorando lo mira con tal ternura que se siente
conmovido; el día después de la pascua, fue a ver a los apóstoles y les
pide ser instruido y bautizado por ellos, sus Dos hijos mayores de nombre
Rufo y Alejandro, se unen más adelante a los discípulos del Divino
Maestro. El tercero era más joven y fue también compañero de San
Esteban.

La procesión sigue su marcha cuando Serafia, a quien desde ese día se


conoce como Verónica (de Vera e Icon, que quiere decir: “Verdadero
Rostro”), ella se abre paso entre los soldados y los esbirros, y el rostro al
Hijo del Altísimo con un lienzo, quedando milagrosamente impreso.
Verónica guarda esta reliquia en su casa, después de su muerte fue para
la Madre de Cristo, y luego para la iglesia, por medio de los apóstoles.

Antes de abandonar la ciudad amurallada los esbirros empujan a Jesús a


un lodazal, Simón el Cirineo, en su intento de evitar el charco, ladea la
cruz, causando la cuarta caída. Al salir de Jerusalén el Santo de los santos
se encuentra con un grupo de mujeres vírgenes y madres pobres con
sus hijos En brazos, cuando las ve llorar, les profetiza la destrucción de la
ciudad de Dios. En este sitio Pilatos se vuelve a su palacio.

El último tramo era un camino de piedra en forma ascendente, hasta el


monte Calvario; el Ungido de Dios cae otras dos veces. Cien soldados
romanos fueron encargados de vigilar el lugar de la ejecución, al lado de
fariseos, saduceos, escribas, gente pobre, extranjeros y paganos,
esclavos y muchas mujeres. Eran cerca del medio día cuando Cristo Jesús
llega al lugar de la crucifixión; una niebla rojiza empieza a oscurecer el
cielo.

También llegó al Gólgota la madre del Redentor, su sobrina María, hija de


Cleofás, Salomé de Jerusalén, María de Helí, María, la hermana mayor de
la Virgen, que era ya vieja y se parecía mucho A Ana, su madre;
Verónica, Juana Cusa, Susana, María, la madre de Marcos, Salomé, mujer
de Zebedeo, Ana, sobrina de San José, la Magdalena y Juan, el discípulo
amado.

El lugar también estaba rodeado de demonios bajo formas diversas;


como serpientes y sapos. Igualmente, había ángeles sobre Jesús, y otros
al lado de la Santísima Virgen y los amigos del Señor.
LA CRUCIFIXIÓN

Los esbirros le quitan la túnica de lana blanca sin costura que su Madre le
había confeccionado, lo que provoca que sus heridas que estaban
pegadas se abrieran nuevamente. El Hijo del Hombre temblaba, su
cuerpo estaba cubierto de llagas y manchas negras, azules y coloradas,
sus hombros y su espalda desgarrados hasta los huesos, su rostro
desfigurado por los golpes, los ojos inyectados de sangre, tenía las manos
y los pies hinchados. Le ofrecieron de beber un vaso de vinagre con hiel,
pero El, sin decir nada, voltea la cabeza y no lo toma. Jesús queda
completamente desnudo, pero Un hombre llamado Jonadab, sobrino de
San José, le ofrece un lienzo con el que se cubre.
A continuación, colocan al Mesías sobre la cruz, y extienden su brazo
derecho traspasando la mano con un clavo grueso y largo, su sangre
salpica los brazos de sus verdugos; éstos al ver que la mano izquierda no
llegaba al agujero que habían abierto al madero, ataron entonces unas
cuerdas y jalaron con tanta fuerza que dislocaron su brazo. Asimismo,
con unas cuerdas tiraron sus pies y los clavaron con un solo clavo; la
dislocación fue tan horrible Que se oye crujir su pecho. También
amarraron cuerdas a sus manos, brazos y pies para que no se
desgarraran por el peso del cuerpo en la cruz.

Eran las doce y cuarto cuando el Señor fue crucificado, es ese mismo
momento en el templo resuenan las trompetas que anuncian la
inmolación del cordero pascual.

Cuando Jesús fue alzado da un grito de dolor, a causa de la sacudida sus


huesos dislocados chocaron unos con otros. Los pies Quedaron lo
bastante cerca del suelo, la sangre corría por todo el cuerpo hasta mojar
la tierra.

Debajo de la cruz de Cristo estaba la tumba de Adán.

La Santísima Madre al pie de la cruz, sentía en su alma cada insulto y


cada nuevo tormento infligido a su amado Hijo. Los fariseos se burlaban
de Ella y la increpaban.

Los dos ladrones fueron después crucificados, habían sido acusados de


asesinar a una mujer con su hijo. Estaban en prisión desde mucho antes
de la condena. El ladrón de la izquierda era de más edad, maestro y
corruptor del otro. Se les solía llamar como Gesmas y Dimas. Los dos
formaban parte de una banda de asaltantes en la frontera con Egipto, y
en uno de sus refugios, años atrás se había hospedado una noche la
Sagrada Familia. Dimas era un niño leproso que su madre, por consejo de
María, lavó con el agua Donde había bañado al Niño Dios; y con la que se
curó al instante como premio a la atención que su madre había tenido
con Ellos. Fue este el ladrón arrepentido al que Jesucristo le promete el
paraíso.

Las cruces de Gesmas y Dimas estaban clavadas un poco más abajo y


ligeramente vueltas hacía la del Unigénito de Dios.

Un criado de Nicodemo y José de Arimatea, compra la túnica de lana de


Jesús que los soldados se iban a jugar a los dados.

Los cien soldados romanos fueron relevados por otros cincuenta, éstos
estaban al mando de Abenadar, árabe de nacimiento, bautizado después
con el nombre de Ctesifón. El segundo al mando, que se llamaba Casio y
recibió más adelante el nombre de Longino; todos estos militares
romanos se volvieron luego cristianos.

Hacía las doce y media el cielo se oscurece en Jerusalén, las calles se


cubren de una niebla espesa, los animales aullaban y se escondían, los
pájaros caían muertos al piso, muchos hombres Subían a los tejados y se
lamentaban, otros estaban tendidos en las calles, mientras que otros
caminaban a ciegas.

Las personas que se encontraban en el Calvario se dividieron en dos


grupos: unos lloraban y los otros maldecían.

LA MUERTE DE CRISTO

Con el paso de las horas Jesús se iba poniendo cada vez más pálido, un
sudor frío le bañaba el cuerpo; poco después de las tres de la tarde da un
grito, inclina la cabeza y entrega su espíritu. Su alma sale como una
forma luminosa, penetrando en la tierra al pie de la cruz, con una
multitud de ángeles, entre los que estaba Gabriel.

Fue el capitán romano Abenadar quien reconoce que Jesús “era


verdaderamente el Hijo de Dios”. El abandona el monte Gólgota y se va
hacia las grutas del valle de Hinón, donde les anuncia a los discípulos que
se encontraban escondidos la muerte del Salvador. Igualmente, muchos
fariseos adoptaron la nueva fe. Casio, que era bizco fue quien le atraviesa
el costado derecho, la punta de su lanza traspasa el corazón y sale por el
lado izquierdo del pecho; al retirarla mana un chorro de sangre y agua
que le cura la vista. Después de su bautismo con el nombre de Longino,
fue nombrado diácono, y lleva siempre la sangre del Redentor, pasando
el resto de su vida en penitencia y oración.

Cuando Cristo Jesús muere ocurren hechos sorprendentes:

La tierra tiembla, y se parte el suelo del Calvario entre la cruz del Mesías
y la de Gesmas.

Muchas almas del limbo vuelven a entrar en sus cuerpos mortales, para
dar testimonio de la divinidad de Jesús, entre los habitantes de la ciudad
santa.

El velo del templo se rasga de arriba abajo.

Los espíritus del sumo sacerdote Zacarías y el profeta Jeremías, se


aparecen cerca del altar, proclamando a los sacerdotes judíos el fin del
antiguo sacrificio y el principio del nuevo pacto.

Parte de las murallas de la ciudad de Dios se derriban.

A las cuatro de la tarde todo termina, y los muertos volvieron a sus


tumbas.

A los dos ladrones les rompen con martillos los brazos por debajo y por
encima de los codos, al igual que las piernas por encima y por debajo de
las rodillas. Gesmas daba horribles gritos, y por eso le pegaron tres
golpes sobre el pecho, para acabarlo de matar; Dimas en cambio da un
gemido y muere. Sus cuerpos fueron llevados a un lado del Gólgota para
cubrirlos con tierra.
EL DESCENDIMIENTO DE LA CRUZ
José de Arimatea pide permiso a Pilatos para depositar el cuerpo del
Señor en un sepulcro nuevo no lejos del Calvario; Nicodemo había
comprado todos los ungüentos y perfumes necesarios para
embalsamarlo, según la costumbre judía.

El desprendimiento de Jesús en la cruz ocurre después de las cuatro de la


tarde, los dos ancianos judíos fueron los encargados de bajarlo, y
depositaron su cuerpo en los brazos de su Madre, Ella contemplando sus
heridas, cubría de besos su cara ensangrentada, la Magdalena reposaba
sobre sus pies, que bañaba con lágrimas y secaba con sus cabellos.

Posteriormente, la Santísima Virgen lava con una esponja todas las


heridas y llagas de la cara y el cuerpo de su único Hijo; luego llena de
ungüentos y de perfumes los estigmas de los clavos y la llaga del
costado. Magdalena echa un frasco de bálsamo en la herida de la lanza,
las santas mujeres ponen también hierbas en las heridas de las manos y
los pies.

José y Nicodemo cubren luego el cuerpo con el lienzo, que


milagrosamente queda impreso con todas sus heridas. Esta santa sábana
permanece después en una ciudad, cercana al lugar de origen de los tres
Magos de Oriente.
EL SEPULCRO

La procesión al sepulcro fue seguida con cantos de los salmos, la gruta


había sido excavada recientemente, después de depositar el cuerpo del
crucificado cerraron la tumba con una pesada roca.

María, las santas mujeres y Juan, se reúnen con los apóstoles y otros
discípulos en el cenáculo. Por la noche llega también de Betania Lázaro,
Marta, la viuda de Naín, Diva la samaritana, y María la sufanita.
Pilatos por petición de Caifás y los principales judíos, manda a poner una
guardia en el sepulcro al mando de Casio.
El cuerpo del Señor permanece dentro de la tumba rodeado de luz,
mientras los ángeles lo adoraban.

JESÚS BAJA A LOS INFIERNOS

El alma de Jesucristo fue a tres partes diferentes:

El limbo o llamado también el seno de Abraham, donde estaban las almas


de Adán Y Eva, los patriarcas, los reyes y profetas de Israel; incluyendo a
Juan Bautista.

El purgatorio donde se hallaban las almas de paganos piadosos.

El infierno que es un lugar lleno de ira, discordia, desesperación, injurias,


aullidos y lamentos eternos; está rodeado de prisiones, cavernas,
desiertos y lagos de fuego. Todos los allí condenados, incluyendo a
Lucifer y los demonios, tuvieron que adorar a Jesús.

Cuando se acaba el día sábado, la Santísima Virgen se encontraba orando


en una habitación del cenáculo, y un ángel vino a decirle que su Hijo
estaba cerca. Ella sale sola de la ciudad y ve a Nuestro Señor
resplandeciente con una multitud de almas liberadas por El. La visión la
llena de gozo, pero al regresar, ella no dijo nada de lo que había
sucedido.

Las almas redimidas del limbo y el purgatorio se elevaron detrás del


alma del Redentor a la Jerusalén Celestial, que es un lugar con palacios y
jardines, llenos de flores y de frutos maravillosos.

Hacia las once de la noche la Virgen María sale sola del cenáculo, cuando
estaba llegando al Calvario, se encuentra nuevamente con su Hijo, su
cuerpo resplandecía.

LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR


En la madrugada del domingo, el alma luminosa del Hijo de Dios se une a
su cuerpo, y se levanta dentro del sepulcro. En ese instante un demonio
de forma monstruosa con cola de serpiente, y una cabeza de dragón, sale
de la tierra. La mano del Salvador tenía un estandarte, él pisa la cabeza
del dragón, y le pega tres veces en la cola con el palo del estandarte, con
lo que desaparece.

La tierra tiembla y un ángel del cielo aparta la piedra del sepulcro y se


sienta en ella; Casio entra a la tumba y ve los lienzos en el piso sin ver al
Señor.

Poco después la Magdalena y algunas santas mujeres fueron también al


sepulcro, ellas en compañía de Salomé, una mujer rica De Jerusalén, y
pariente de San José; entran en la gruta que se encontraba vacía.

Casio fue a cortarle todo lo que había acontecido a Pilatos, pero éste no
cree y piensa que todo era producto de visiones fantasiosas.

La Magdalena les avisa a los apóstoles en el cenáculo que se habían


llevado el cuerpo de su Divino Maestro, y regresa al sepulcro; Pedro y
Juan la siguen de lejos.

La discípula de Cristo se encuentra con el resucitado vestido de blanco,


con una atajo en la mano, y sobre la cabeza un sombrero de corteza de
árbol; al principio no lo reconoce pero al hablar con El regresa a la
ciudad, eran más o menos las dos y media de la madrugada.

Juan y Pedro llegan después, ingresan al sepulcro que permanecía solo,


Pedro se lleva consigo los lienzos con que habían envuelto el cuerpo del
Hijo del Hombre.

Un grupo de las santas mujeres también se encuentra en el sepulcro con


Cristo resucitado.
Igualmente, el Señor se deja ver a Santiago el Menor y a Judas Tadeo
cerca del cenáculo. Muchos discípulos en Israel vieron también
apariciones semejantes.

Caifás y los sacerdotes del templo, les pagan a los soldados que habían
estado en la tumba, para que afirmaran que los discípulos del nazareno
habían robado su cuerpo. Esta mentira también fue difundida por los
fariseos, los saduceos, los herodianos; y en las sinagogas de la ciudad de
Dios. Sin embargo, después del Pentecostés muchos hebreos adoptaron
la doctrina de Cristo.

La visionaria estigmatizada ve finalmente al sumo sacerdote Anás como


poseído del Demonio, fue encerrado y nunca volvió a ser visto
públicamente. Caifás también terminó perdiendo la razón. Por Su parte,
Pilatos buscó inútilmente a su mujer por toda la ciudad; ella estaba
escondida en la casa de Lázaro, en Jerusalén. Esteban le llevaba comida,
y le contaba todo lo que había sucedido.

Así termina la relación de estas visiones, que abarcan desde el 18 de


febrero hasta el 6 de abril, del año 1823.
FRASES CÉLEBRES SOBRE LA PASIÓN DEL SEÑOR

AUTOR. GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

La cruz de Jesucristo es la llave del paraíso, el báculo del débil, la estrella


del penitente, el escudo de los fieles, la espada de los tentados, la prenda
de los que le aman, y la fuente de todas las gracias.
Papa San Dámaso.

Jesús se hizo víctima, para que tú y yo caminemos en victoria.


Papa San León Magno.

La cruz de Cristo es la causa de todas las bendiciones.


Papa San León Magno.

La pasión de Cristo se prolonga hasta el final de los siglos.


Papa León Magno.
En la cruz de Cristo encontramos gozo y paz.
Papa Juan Pablo II.

El pagano desprecia la cruz de Cristo, porque no la entiende.


San Agustín.

La cruz de Cristo es fuente de toda sabiduría.


San Francisco de Asís.

Ya no necesito más: conozco a Cristo pobre y crucificado.


San Francisco de Asís.

La primera causa de la pasión de Jesús, es, que Dios quiere ser más
amado que temido.
Santo Tomás de Aquino.

Aprendo más contemplando el crucifijo que leyendo todos los otros libros.
Santo Tomás de Aquino.

La pasión del Salvador nos extrae del abismo, nos eleva por encima de lo
terreno y nos coloca en lo más alto de los cielos.
San Máximo de Turín.

No puede haber Cristo sin cruz.


San Juan de la Cruz.
Quien busca la gloria de Cristo y no busca la cruz de Cristo, no
busca a Cristo.
San Juan de la Cruz.

Viendo todo lo que Jesucristo ha hecho por mí, yo ahora que hago por El.
San Ignacio de Loyola.

Vale más una meditación de quince minutos sobre la pasión de Cristo,


que toda una semana de ayuno y oración.
San Ignacio de Loyola.

No hay cosa que encienda tanto el amor a Dios, como la memoria de la


pasión de su Hijo.
San Vicente de Paúl.

La cruz de Cristo es el compás de nuestra vida, y el espejo de nuestra


alma.
San Rosendo.

La obra de Dios nace y crece al pie de la cruz.


San Daniel Comboni.

Sin cruz no tendrás llave para abrir las puertas del cielo.
San Pedro Poveda.

La cruz de Jesús venció el poder del mundo y las pasiones.


San Pío de Pietrelcina.

La cruz y las espinas de mi Señor son mi cetro y mi corona.


Santa Isabel de Portugal.

Pon los ojos en el crucificado, y el peso de tus sufrimientos se hará más


liviano.
Santa Teresa de Jesús.

El único camino para llegar al cielo es la santa cruz de Cristo.


Santa Rosa de Lima.

La muerte de amor que deseo es la de Jesús en la cruz.


Santa Teresita de Lisieux.

La alegría en el cielo por la victoria del amor crucificado no es plena


mientras haya un solo hombre en la tierra que sufra y gima.
Santa Teresita de Lisieux.
La cruz es el regalo que Jesús prepara a las almas que se consagran
todas a El.
Santa Gema Galgani.

Ayudar a Cristo a llevar la cruz proporciona una alegría fuerte y pura.


Santa Teresa Benedicta de la Cruz.

El camino de la propia santificación es el santo misterio de la cruz.


Madre Maravillas de Jesús.

En la cruz está la suma de toda virtud, y en ella se encuentra la


perfección de la santidad.
Beato Tomás de Kempis.
La Imitación de Cristo.

La cruz de Cristo fortalece al débil y hace humilde al fuerte.


Beato Apor Vilmos.
Obispo Mártir.

Cuando más abrazamos la cruz, más estrechamos a Jesús que está


clavado en ella.
Beato Charles de Foucauld.

La cruz de cada uno es suave si se lleva acompañada con Cristo Jesús.


P. Luis Bossa.

Nuestro sufrimiento unido a la pasión de Cristo, tiene un poder inmenso


sobre el corazón de Dios.
P. Cristoforo.

La fuerza del cristiano nace en la cruz de Cristo.


Pablo Maurino.
La cruz permanece firme mientras el mundo da vueltas.
Pablo Victoria.

A Jesús lo crucificamos todos nosotros todos los días.


G.K. Chesterton.

En Cristo crucificado reside la verdadera teología y el conocimiento de


Dios.
Martín Lutero.

LAS RELIQUIAS DEL SEÑOR

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

Para la Iglesia Católica nuestra fe debe estar centrada en la persona de


Jesucristo, hay que advertir que ninguno de los objetos relacionados con
El, han sido considerados como 100% auténticos por las autoridades
eclesiásticas; Aunque algunos gocen de gran popularidad o respaldo
histórico, arqueológico y científico. Estas “reliquias de Cristo” que se
encuentran en iglesias, monasterios y conventos tienen como finalidad
ser un instrumento para que el creyente medite en los aspectos
importantes de su vida en la tierra. Aquí describimos los más
sobresalientes:

El papa Teodoro I (642-649), trasladó los restos de las tablas de la santa


cuna, desde la basílica de la Natividad en Belén a la de Santa María
mayor en Roma.
En el destierro de la Sagrada Familia a Egipto, a su llegada a la ciudad de
Sakha (hoy Bikha Isous), el Niño Jesús puso sus pies sobre una roca y
dejó allí sus sagradas huellas. El hallazgo de esta reliquia pétrea se
realizó en 1986, mientras un grupo de arqueólogos efectuaba unas
excavaciones en la iglesia local de la Virgen María.

Según el testimonio de Santa Paula y Santa Silvia en el siglo IV, no lejos


de la ciudad de Tiberíades, los primeros cristianos visitaban una iglesia en
cuyo interior estaba la piedra sobre la que Jesús colocó los cinco panes y
los dos peces para obrar el milagro.

En el Cenáculo o habitación alta de la Ultima Cena en el monte Sión, se


encuentra una piedra que indica el lugar donde Cristo se sentó.

En Roma en la basílica mayor de San Juan de Letrán, se observa un trozo


de la mesa en la que el Señor celebró con los apóstoles la fiesta de la
pascua el Jueves Santo.
El “Santo Grial” o también llamado “Santo Cáliz”, fue la copa utilizada
por el Divino Maestro en la Ultima Cena. Dice la tradición que San Pedro
había llevado el preciosos vaso de Jerusalén a Roma, entregándole la
custodia a la familia de su discípulo San Marcos. Los pontífices la habían
utilizado para celebrar la Eucaristía hasta el siglo III, cuando San Lorenzo,
diácono encargado de los Bienes de la iglesia, se vio obligado a
distribuirlos entre los pobres para evitar que cayeran en las manos del
codicioso emperador Valeriano. El santo diácono sólo guardó el cáliz,
enviándolo a su ciudad natal de Huesca, en España, con una carta suya
escrita poco antes de su martirio.

En Huesca estuvo hasta el año 713, cuando el obispo y los cristianos de


los Pirineos huyeron de la invasión de los moros, entonces el “Santo
Grial” peregrinó por varios lugares hasta llegar al monasterio de San Juan
de la Peña, en Zaragoza; de donde fue trasladado a Valencia en el año
1424, por el rey don Alfonso “el magnánimo”, quien lo colocó en una
capilla donde se venera hasta la fecha.
El “Santo Cáliz” original es un vaso de ágata de unos 17 centímetros de
alto, le fueron añadidos una base de oro y piedras preciosas, y dos asas
al estilo de los cálices de la Edad Media. Esta es una de las “reliquias de
Cristo” que posee mayor y más constante tradición histórica.

En la basílica del Getsemaní en Jerusalén, en el centro del presbiterio se


halla la roca en la que el Salvador del mundo, se apoyó para orar con
gotas de sangre al Padre Eterno.

Dice una antigua tradición que en el camino del huerto de los Olivos a la
casa de Caifás, se ve hoy en día cerca del puente del río Cedrón, una
piedra de inmensas dimensiones en la que Nuestro Señor fue empujado
por sus captures; dejando impresa en ella sus rodillas, pies y manos.

En la torre Antonia en Jerusalén se encontraba el tribunal romano donde


Poncio Pilatos condenó a muerte al Hijo del hombre. Aquí en el atrio fue
levantada en los primeros tiempos una basílica, donde se veneraba una
piedra que se dice Jesús había dejado las huellas de sus pies. La basílica
fue destruida en el año 614. También en el monte de los Olivos dentro de
una mezquita se halla una pisada del pie del Señor antes de regresar al
cielo.

Otras pisadas del Mesías se encuentran en una pequeña iglesia sobre la


Vía Apia en Roma. Dice el relato que estas huellas se remontan al
encuentro de Pedro con Jesús, que iba caminando a la Ciudad Eterna
para ser crucificado nuevamente; dándole a entender con esto al
apóstol, que él también sería martirizado.

En la iglesia de Santa Prassede del siglo V, se conserva una columna de


mármol verde blanco de unos sesenta centímetros de altura procedente
de la Ciudad Santa; en la que fue atado y flagelado Cristo Jesús. Esta
reliquia fue llevada a Roma en 1222 por el cardenal Giovanni Colonna
cuando regresaba de la IV cruzada.
La “Scala Sancta” que el Unigénito de Dios subió al pretorio para
entrevistarse con el procurador romano, es de mármol blanco de
veintiocho gradas, algunas con la sangre después de la flagelación. Fue
traslada a Roma en el año 326 por orden del emperador Constantino, y
se encuentra cerca de la basílica de San Juan de Letrán. Los fieles que
van a visitarla suelen subirla de rodillas en señal de penitencia.

El “Velo de la Verónica” con el que se limpió el rostro del Redentor


camino al Calvario, permaneció hasta el año 1600 en la basílica de San
Pedro del Vaticano. Hoy se conserva en un convento en el pueblito de
Pescar en la región italiana de Abrozzo, y es conocido como el “rostro
santo de Manopepello”. Hay que anotar que según los análisis científicos
los rasgos del rostro de la Verónica coinciden con el de la Sábana Santa
de Turín.

Las más importantes reliquias relacionadas con la pasión del Señor fueron
encontradas por la emperatriz Santa Helena en su viaje de peregrinación
a Tierra Santa hacia el año 326, a la edad de 80 años; así lo constata el
historiador romano Eusebio, y testimonios de San Cirilo de Jerusalén
(+386), y de otros escritores del siglo IV.

La “Túnica Sagrada” es una prenda confeccionada sin costura de una sola


pieza, que mide 1.57 metros de largo por 1.09 de ancho, y tiene mangas
hasta la mitad del brazo; está confeccionada en lino y lana, y es de un
matiz oscuro. Según se creé fue elaborada por la propia Virgen María.
Esta túnica fue la que llevó el Mesías el viernes Santo, y que fue echada a
la suerte de los dados por los soldados romanos en el Gólgota (Juan 19,
23-24). El Hecho de no haber sido dividido el “Manto Santo”, fue visto por
los Padres de la Iglesia como un símbolo de la unidad a la que están
llamados todos los cristianos (Juan 10,16; 17, 21). Santa Helena la
encontró en Jerusalén y la donó a la ciudad de Tréveris (Alemania),
donde es custodiada en la Catedral que mandó a edificar su hijo
Constantino. Desde el siglo XVI ha sido expuesta a la veneración pública
en varias ocasiones.

En otra iglesia francesa la de Argentevil, se dice que también tiene el


verdadero “Manto de Cristo”; las huellas de sangre encontradas en ella
son similares a las de la sábana de Turín.

A parte del hallazgo de la “Santa Túnica”, la emperatriz romana realizó


excavaciones cerca del monde Calvario, en donde encontró las siguientes
reliquias:

La “Vera Cruz” fue identificada de las otras dos de los ladrones, gracias
a la prueba que propuso San Macario; la del Hijo de Dios fue separada
después de haber curado a un enfermo, y volver a la vida a un muerto.

Los restos de la “santa Cruz” (“Lignun Crucis”) fueron distribuidos


principalmente en tres lugares:

 La parte mayor del “Leño Santo” fue dejado en Jerusalén, en la


iglesia del Santo Sepulcro, al cuidado del santo obispo Macario. En el
año 615 el rey persa Cosroes, pagano y enemigo de la religión
católica invadió la tierra santa de Palestina, y ayudado por los judíos
y samaritanos fue desbastando todos los templos católicos
incluyendo la basílica del Santo Sepulcro, y llevándose la reliquia del
“Madero Sagrado”. Constituyéndose en dios, este monarca persa
construyó un trono en una alta torre y se sentó en él con la cruz a
su derecha, denominándose a sí mismo como “el padre”. El
emperador Heraclio de Constantinopla logró derrotarlo y quitarle la
reliquia que se había robado, devolviéndola nuevamente a la Ciudad
Santa. El 14 de septiembre de 630, la cruz fue restituida a Jerusalén.

 Otra parte de la “Santa Cruz” fue colocada por la emperatriz dentro


de una gran estatua de plata, que representaba a su hijo
Constantino, para que, colocada sobre una altísima columna del
pórfido de Constantinopla, se viera en toda la ciudad.

 La última parte del “Santo Madero” fue mandado a Roma en el año


325. El mismo emperador Constantino, construyó en su honor la
basílica mayor de la “Santa Cruz de Jerusalén”.

Otros trozos fueron regalados a través de los tiempos por los papas a
diversas iglesias del mundo, como a la catedral de París y otras iglesias
francesas.

En una capilla dentro del Vaticano se encuentran tres astillas.

El Papa San Gregorio Magno (590 –604), obsequió un pedazo al rey


visigodo español Recaredo.

En España se afirma que se encuentra el mayor fragmento del Lignum


Crucis en la actualidad, en la iglesia del monasterio de Santo Toribio de
Liébana, en la provincia norteña de Santander. La tradición asegura que
fue traído de Jerusalén en el siglo V por el mismo santo para protegerla
de la invasión árabe, quien era obispo de Astorga, y contemporáneo del
papa San León I el grande (440 –446).

De la misma Ciudad Santa el emperador Heraclio (610 –641), tras su


triunfo sobre los persas, trasladó otro tanto a Constantinopla (Turquía).

El “Letrero de INRI” que mandó a colocar Poncio Pilatos se halla en la


basílica de la Santa Cruz, y es un fragmento de color tabaco y comido por
la carcoma; en donde todavía se puede leer las palabras latinas
“NAZARENUS Y JUDEORUM”.

La “Corona de Espinas” que pusieron sobre la cabeza de Nuestro Señor,


se conserva algunas astillas; tres se encuentran en la basílica de la Santa
Cruz. Otras espinas se guardan en la catedral de Notre Dame en París; y
son exhibidas el Viernes Santo. En la Catedral de Tréveris también hay
espinas y un clavo de la cruz de Cristo.

Otros “Clavos de la Crucifixión” están distribuidos de la siguiente


manera:

Uno en la basílica de la Santa Cruz, y tiene unos diez centímetros de largo


con una punta cuadrada de un centímetro.

El segundo clavo se halla en la corona que era utilizada por los reyes de
Italia, y fue regalada a la catedral de Milán (Italia).
El último está en el asta de una de las “Lanzas de San Longinos”.

Otras reliquias relacionadas con la muerte y resurrección del Verbo de


Dios, y que no son atribuidas a Santa Helena; son las siguientes:

La esponja con que le dieron de beber vinagre al Señor, se halla en la


Basílica de San Juan de Letrán.

La “Lanza de San Longinos”, quien fue el centurión romano que le


atravesó el costado de Cristo, después de haber muerto en la cruz. Se
encuentran cuatro lanzas que pueden ser la verdadera:

Una se halla en San Pedro del Vaticano, esta fue encontrada en 1098 por
los cruzados en Antioquia, luego fue regalada por el sultán Beyazil II al
papa Inocencio VIII en 1492; cuando Jerusalén era ocupada por los
musulmanes.

Otra fue llevada en tiempos de las cruzadas y se conserva en la iglesia de


Saint Chapelle de París; a la que el papa Benedicto XIV (1740 –1758),
calificó como auténtica.
La tercera se venera en una iglesia de Cracovia (Polonia).

La última que tenía en su asta un clavo de la crucifixión, permanecía en el


museo de Hofborg, en Austria. Se dice que esta lanza fue un talismán
poderoso para Constantino el Grande, para el rey franco Carlos Martel,
que expulsó de Francia a los árabes en el siglo VIII, para Carlomagno y
para el emperador romano Federico Barbaroja. Según la leyenda todos
los que la había poseído resultaban victoriosos. Posteriormente, Adolfo
Hitler la trasladó a Nuremberg, donde fue colocada en una iglesia que
ordenó convertir en un santuario nazi. Después de terminar la II Guerra
Mundial, la preciada lanza fue devuelta nuevamente al museo de
Hofborg.

Dentro de la basílica del Santo Sepulcro en la Ciudad de Dios, se


encuentra la llamada “Piedra de la Unción”. Este es el lugar donde
Nicodemo y José de Arimatea embalsamaron con mirra y aloe el cuerpo
de Cristo, antes de darle sepultura.

La “Sábana Santa” es la tela con que fue envuelto el cuerpo del Señor al
ser bajado de la cruz. En el lienzo se observa todas las huellas de la
crucifixión, que quedaron impresas según algunos científicos, por el calor
del cuerpo en el momento de la resurrección. El “Santo Sudario” como
también se le conoce, es una pieza de lino de 1.10 metros de ancho con
4.30 de largo; fue conservada al parecer por el apóstol Pedro (Lucas
24,12). En la actualidad está guardado en un relicario de plata en la
catedral de Turín (Italia). Es la “reliquia de Cristo” que ha sido
mayormente analizada por la ciencia moderna.

El “Sudario de Oviedo” es un paño pequeño que cubrió el rostro del


Mesías, según la costumbre judía de enterrar a sus muertos. Fue hallado
por San Pedro y San Juan en la tumba vacía (Juan 20, 7). El “Sudario de
Oviedo” se conserva en la catedral de esta ciudad española desde el siglo
VIII, fue sacado de Jerusalén en el año 614, después del ataque de los
persas. Curiosamente, muestras de laboratorio han comparado manchas
de sangre iguales al rostro de las Sábana Santa.

En Nazaret hay una capilla donde se venera un enorme bloque calcáreo


que la tradición ha llamado la “mesa de Cristo”, se tiene por seguro que
en esa piedra comió el Señor con sus discípulos después de la
resurrección.

LA SÁBANA SANTA DE TURÍN

AUTOR. GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

I. RECUENTO HISTÓRICO

Según una antigua tradición proveniente de la iglesia naciente, el apóstol


Pedro conservó el lienzo (síndon en griego) con que fue envuelto el
cuerpo de Jesús, después de haber sido bajado de la cruz, y que él
mismo encontró en el sepulcro vacío el domingo de resurrección. (Lucas
24,12). San Cirilo de Jerusalén y San Gregorio Naciaceno, del siglo III,
Juan, patriarca de Constantinopla y San Germán, obispo de París del
siglo IV, San Leandro de Sevilla del siglo VI, o Beda del siglo VIII;
relataban que el “lienzo de Cristo” existía. La primera ciudad donde fue
expuesto fue en Edesa (hoy Urfa), edificada entre la Anatolia y Persia. En
un manuscrito del siglo VI se cuenta que el rey Ukhamm (9-46 d.C.), al
saber que en Jerusalén un gran profeta había sido crucificado, logró
obtener la “efigie” del santo, milagrosamente estampada sobre un lienzo
de lino. Fue además Edesa el primer estado del mundo en adoptar el
cristianismo. Posteriormente, el papa Gregorio II, en el año 726, habla de
un sudario con una imagen que no estaba elaborada por la mano del
hombre, y en el año 769, en el sínodo de Letrán se nombra la imagen
milagrosa, aunque no se menciona las marcas del cuerpo, porque al
parecer se encontraba doblado.

Seguidamente, la reliquia fue llevada a Constantinopla (hoy Estambul) en


Turquía, capital del nuevo imperio romano, en el año 994; y fue exhibida
en la basílica de Santa María del Faro. Allí permaneció hasta la cuarta
cruzada, cuando la ciudad fue saqueada por los franceses, en el año
1203. En Europa el lienzo estuvo primero en poder de los templarios,
hasta 1307; luego pasó a manos del duque Geoffroy de Charny, quien lo
expuso en la iglesia de Lirey. Después fue llevada a Turín en 1578, a la
casa de los Saboya, desde entonces ha permanecido bajo la custodia de
la arquidiócesis de Turín, en la capilla real de la catedral de San Juan
Bautista.
II. LA SÁBANA SANTA Y LA CIENCIA MODERNA

En el año 1898, el abogado turinés Secondo Pía, reveló una serie de


placas fotográficas del manto, en las que en sus negativos refleja la
Imagen de un hombre cubierto de heridas, y con la misma fisonomía
que se le atribuye al Hijo de Dios. Del mismo modo, En diferentes
períodos del siglo XX se hicieron estudios al santo sudario que mide 4,36
metros de largo y 1,10 de ancho. En total se han tomado más de 32.000
fotografías y más de 1.000 exámenes científicos. En julio del 2002 el lino
fue sometido a una rigurosa limpieza para quitarle el polvo acumulado
por siglos, el sudario se cosió a una nueva tela esterilizada, los restos
retirados fueron clasificados y guardados; además se tomaron imágenes
a través de un escáner y se elaboró un mapa digital completo de la
reliquia, que se conserva en argón, gas inerte que impide un proceso de
oxidación.

En 1988, las universidades de Arizona, Oxford y de Zurich sometieron un


mismo pedazo del lino a la prueba de radiocarbono 14 (con una fiabilidad
del 67%), para determinar su antigüedad, que fue situada entre los siglos
XIII y XIV de nuestra era. Se creyó que la pieza era una falsificación de la
Edad Media; sin embargo, en 1992 el sabio ruso Dimitri Kouznetsou
demostró que la sábana de Turín es mucho más antigua. Argumentó que
el incendio en 1532 provocó una especie de rejuvenecimiento, por las
altas temperaturas que sufrió el lino mientras se encontraba guardado en
un relicario de plata, en la catedral francesa de Chambery. Los daños del
tejido fueron remendados por las monjas clarisas de este templo en
1534. Incluso, los resultados obtenidos por los rayos X, han demostrado
que este manto rectangular, corresponde a un tejido a mano de tipo
“espina de pescado”, utilizado en Egipto y en Palestina desde el siglo III
a.C. Su material era de hilo de algodón de tipo “herbaceum”, cultivado
sólo en el Cercano Oriente.

En el 2004, la doctora suiza, Mechthild Flury- Lemberg, experta en la


historia de los tejidos, aseguró que “el lienzo era auténtico”. Otra prueba
para demostrar su autenticidad, está en las inscripciones en letras
mayúsculas que a simple vista no se pueden verse, encontradas en varias
partes del lienzo. Las palabras estaban escritas en griego, latín y hebreo;
una de ellas dice IN NECEM que podría significar “vas a morir”, otros
textos son: IHEOY “Jesús” en griego, y NAZAPHNO, término que puede
traducirse como “Nazareno”. Igualmente, dos científicos italianos
descubrieron que la imagen del rostro se ve igual en la parte de atrás del
sudario, lo que hace difícil cualquier falsificación.

Se logró por computadora una imagen del hombre en tres dimensiones,


en caso de que el lienzo hubiera sido una simple pintura, habría
producido una impronta plana, distorsionada y sin estética. En la sábana
sólo se distinguen dos colores: un suave sepia en la forma
del cuerpo y un marrón oscuro proveniente de las manchas de
sangre. La figura que aparece por ambos lados del lino es una
combinación de sombras oscuras y claras. Algunas penetran levemente
en la pieza, mientras otras ni siquiera fueron tocadas. Se tomaron
muestras de 37 lugares distintos del tejido, pero no se pudo extraer
ningún tipo de colorante artificial; en cambio las manchas de sangre son
fluorescentes, Al igual que los remiendo de las quemaduras.

Se recogieron además fragmentos de polvo, hongos, esporas, y polen


de 28 especies distintas, algunas correspondían a 20 clases de plantas
muy antiguas, de las 59 encontradas en su totalidad. Unas procedían de
pinos silvestres que sólo florecían en las llanuras de Siria y de Palestina,
otras eran de la región del Mar Negro y algunas más recientes de Francia
e Italia. Algunos investigadores judíos de la Universidad Hebrea de
Jerusalén, como Uri Baruh, concluyan que la Sábana estuvo en Jerusalén:
en primavera y hace aproximadamente 2000 años.

Del polvo encontrado en el sudario, se hicieron muestras comparativas


con las halladas en el museo arqueológico de Turín, y se extrajeron
muestras de partículas de polvo de momia y tejido funerario del Valle de
los reyes, que datan del año 1100 a.C. Se comprobó que ambos tejidos
contenían una importante cantidad de sal refinada y de excelente calidad,
proveniente de las deltas del Nilo.
III. LAS MARCAS DE LA CRUCIFIXIÓN

El santo sudario ha sido llamado como el “quinto evangelio”, debido a la


gran información que contiene sobre la pasión del Señor. Los científicos
dedujeron que el hombre del lienzo debió de medir 1.80 metros de altura
y pesar 80 kilogramos, sus cabellos son largos y recogidos en una trenza.
El rostro refleja una fisonomía serena y llena de dignidad; pese a mostrar
visibles muestras de tortura. Tiene los ojos cerrados, la nariz fracturada,
el pómulo derecho y el labio superior hinchados por fuertes golpes
ocasionados con una vara. En la frente y alrededor de la cabeza hay 30
heridas, estas fueron hechas por una corona de espinas largas y afiladas,
provenientes de arbustos que florecen en el Mediterráneo. Aunque la ley
romana determinara que al condenado a la crucifixión recibiera 39 azotes,
en el cuerpo de la sábana quedaron señales de unas 120 marcas
producidas por un látigo romano (“flagrum taxilatum”), de dos correas
con puntas de hueso o plomo llamados “taxil” que se clavaban en la
carne, de ellas brotó sangre y suero.

También se hicieron estudios comparativos por medio de fotografías


infrarrojas con el “manto Sacro” o vestido blanco que se conserva en la
iglesia francesa de Argentelvil, en el que se cree fue el que llevó Jesús
hasta la cruz; se descubrieron manchas de sangre, en los mismos lugares
de las heridas del ajusticiado del sudario. Otras heridas en el omóplato
izquierdo y el hombre derecho producidas por un gran peso. Se halló
manchas de sangre hechas por un clavo que le atravesó la muñeca
izquierda, y una lesión en la rodilla izquierda a consecuencias de varias
caídas. Marcas de una cuerda que le sujetaban las piernas, y en el
centro del pie derecho una herida del clavo que fue empleado para
fijar ambos pies. Hay una similitud de acuerdo a la trayectoria que
produciría los clavos de la crucifixión, traídos a Roma en el año 325 por la
emperatriz Santa Elena, y que están en la basílica de la Santa Cruz. La
herida del costado derecho fue provocada por una lanza de hoja afilada,
que penetró entre la quinta y la sexta costilla e hizo manar sangre y
líquido del pericardio. El”espectro” identificó que la sangre humana del
lino era muy antigua y pertenecía al tipo AB. Hay que tener en cuenta
que un 16 % de la población semítica o hebrea posee este tipo de
sangre. Un detalle importante es que en la sangre aparece una gran
cantidad de bilirrubin, y eso se da porque la muerte de este hombre llegó
por algo que le produjo un estrés muy alto.
IV. COMPARACIÓN CON OTRAS RELIQUIAS

Del rostro de la sábana se lograron varios descubrimientos, pues se


comparó con el velo de la Verónica, que es el paño con el que fue
enjugada la cara del Mesías camino al calvario, y que se conserva en una
iglesia italiana, ambos son iguales. Asimismo, se hallaron 130 Marcas de
sangre idénticas con el sudario que se conserva en Oviedo (España); que
es un pequeño paño que cubrió el rostro del Señor, y que fue hallado
también por San Pedro en la tumba vacía (Juan 20,7). El manto
se encuentra en la catedral de Oviedo desde el siglo XII, y según las
crónicas, fue sacado de Jerusalén en el año 614, cuando la Ciudad Santa
fue arrasada por los persas. En las fotografías tomadas a gran escala
sobre los ojos de la víctima, se encontraron las marcas de dos monedas
sobre los párpados, lo que concuerda con la antigua costumbre hebrea.
La moneda del lado derecho pertenece al procurador Poncio Pilatos,
acuñada entre los años 22 al 32 d.C. La del lado izquierdo es del
emperador Tiberio César, del año 29 d.C.

V. ASOMBROSO DESCUBRIMIENTO

Los médicos forenses explicaron que la muerte de aquel condenado debió


de haber llegado después de una terrible agonía de varias horas. El
cadáver fue cubierto con una gran cantidad de mirra y áloe, sustancias
utilizadas en el rito fúnebre judío; estos componentes han sido
identificados en todo el lienzo. Los expertos han concluido que la
imagen pudo haberse formado por un fuerte resplandor de energía,
producto del calor del cuerpo de Cristo en el momento de la resurrección.
Del mismo modo, no se observa muestras de putrefacción lo cual hace
suponer que el cadavér no pasó más de tres días que es cuando termina
la llamada “rigidez mortuoria” (Comparar con Hechos 2,31).
EL VELO DE LA VERÓNICA

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS

Del velo con el que la Verónica le enjugó el rostro sudoroso y


ensangrentado de Cristo, cuando caminaba con la cruz a cuestas camino
del Calvario; se estima que existen en todo el mundo al menos 20
santuarios que dicen ser el custodio de esta reliquia. De hecho su
proliferación era tanta que el papa Urbano VIII (1623-1644) hizo
desaparecer otras copias del sudario del Señor. Sin embargo, en un
pequeño pueblo italiano llamado Manoppello, en los Abruzos, de los
montes Apeninos, a unos 200 kilómetros de Roma, se encuentra una
iglesia que guarda al parecer la verdadera reliquia del “Manto de la
Verónica”, conocida antiguamente como “la madre de todas los iconos”,
su cuidado está confiada a los Frailes Menores Capuchinos. La Santa Faz
de color marrón, es un lienzo de “lino fino”, de 17x24 centímetros. El
padre jesuita alemán, Heinrich Pfeiffers, profesor de iconografía e historia
del arte cristiano en la Universidad Pontificia Gregoriana de Roma, ha
estudiado durante más de una década este manto, y ha sido el primer
científico en asegurar que se trata del auténtico Velo de la Verónica que
antes se custodiaba en el Vaticano.
En el libro apócrifo de los Hechos de Pilato (siglo VI), se habla de una
piadosa mujer que le secó la cara al Señor en el Vía Crucis. La tradición la
nombra como “Sefarina” o “Berenice”, y la identifican con la hemorroisa
que fue curada de su enfermedad al tocar el borde del vestido del Señor.
El título de Verónica sería una alusión al “Sagrado Rostro”. Las palabras:
Vero (latín=verdadero), E icono (griego=imagen) quiere decir “Verdadera
Imagen”. En el mismo texto se narra de como Tiberio César aquejado de
una grave enfermedad manda a un emisario suyo de nombre Volusiano
para traer ante su presencia a un médico judío llamado Jesús, que curaba
con su sola palabra. Cuando Poncio Pilatos le cuenta sobre su
ajusticiamiento, Volusiano se contacta con la Verónica, quien le relata de
que manera el Señor había dejado impresa su divino rostro en un manto
de su propiedad. Ambos se embarcan hasta Roma con la preciada
reliquia, y cuando es mostrada ante el augusto emperador, éste al igual
que muchos otros enfermos se cura de sus dolencias. Es de anotar, que
esta piadosa tradición cristiana ya era conocida en el siglo IV.

Históricamente sobre la permanecía de la Santa Imagen de la Verónica en


la Ciudad Eterna, se tiene noticias en el año 1300, con motivo del primer
año santo de los anales de la Iglesia Católica. En esa ocasión dicho lienzo
se convirtió en una de las “Maravillas de Roma” para los peregrinos que
pudieron visitar la Basílica de San Pedro en el Vaticano. El rastro de esta
reliquia se perdió en los años sucesivos al año santo de 1600, cuando el
manto fue hallado en Manopppello. Según estudios de la época se creé
que en 1608, durante la restauración de la Basílica Mayor, realizada por el
papa Pablo V, se derribó la capilla en la que se custodiaba y es probable
que en esa ocasión fuera robada la Tela Santa. En 1618, el archivista del
Vaticano Giacomo Grimaldi hizo una lista de los objetos de la antigua
Basílica, en la que habla del relicario que custodiaba el sudario,
especificando que los cristales estaban rotos. El padre Pfeiffer explica que
en el velo de Manoppello, en el margen inferior, se puede ver todavía un
pequeño fragmento de cristal del anterior relicario, lo que demostraría su
procedencia del Vaticano.
Según la “Relación Histórica”, escrita en 1646 por el sacerdote capuchino
Donato da Bomba, en 1608 una señora, Marzia Leonelli, para sacar a su
esposo de la cárcel, vendió por 400 escudos el Velo de la Verónica (que
había recibido como dote), a Donato Antonio de Fabritiis. Dado que la
reliquia no se encontraba en buenas condiciones, de Fabritiis la entregó
en 1638 a los padres capuchinos de Manoppello. Fray Remigio da Rapino
recortó los bordes del sudario y lo coloco entre dos marcos de madera de
nogal. Los marcos y los cristales son los que todavía hoy conservan el
velo en este santuario.

Por otra parte, el profesor Donato Vittori, de la Universidad de Bari, hizo


un examen del manto en 1997 con rayos ultravioleta, descubriendo la
inexistencia de pintura sobre el lienzo. A través de sofisticadas técnicas
fotográficas digitales, se ha podido constatar que la imagen es idéntica en
ambos lados del velo, como si fuera una diapositiva, vista de lejos es
completamente invisible. La iconógrafa y religiosa alemana, Blandina
Pascalis Schloemer, ha demostrado que la imagen de la Sábana Santa de
la Catedral de Turín (Italia) se sobrepone perfectamente al Santo Rostro
de Manoppello con más de diez puntos de referencia, como: los mismos
rasgos somáticos, el rostro oval ligeramente redondo asimétrico, cabellera
larga, un mechón de cabellos sobre la frente, la boca ligeramente abierta,
la mirada dirigida hacia arriba. En suma: la misma iconografía de Cristo
Jesús que influyó en la Iglesia de Oriente. Igualmente, el padre Pfeiffer
ha recogido las principales obras artísticas de la historia del cristianismo
que se inspiran en el velo de la Verónica, desde los murales en las
catacumbas romanas del siglo IV, hasta que Pablo V prohibiera su
reproducción, tras el probable robo en el Vaticano, y todas parecen tener
por modelo la reliquia de Manoppello.

Del mismo modo, el sudario presenta las típicas características de la


pasión del Redentor descripta en los evangelios, como: la cara golpeada,
la frente ensangrentada, la nariz contusa y una mejilla hinchada (Juan
18,22; Marcos 15,17; Mateo 27,30). En la actualidad el “Lienzo de la
Verónica” se encuentra exhibido en un altar, acompañado con un juego
de luces que hace que el Rostro Santo adquiera diferentes expresiones.

EL SANTO SUDARIO DE OVIEDO

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS

Hay una reliquia relacionada con la Pasión de Jesús, conocida como el


“Sudario de Oviedo”, paño pequeño que según la tradición, cubrió su
rostro y que fue hallado por San Pedro y San Juan en la tumba vacía
(Juan 20,7). Este lienzo se encuentra desde el siglo VII en la catedral de
esta ciudad española, y según las crónicas, fue sacada de Jerusalén en el
año 614, cuando la Ciudad Santa fue atacada por los persas. Varios
investigadores entre los que se encuentran catedráticos y profesores de
prestigio internacional, además de unos treinta científicos especialistas en
física, química y diversas ramas de la medicina, han estudiado el Manto
de Oviedo. A simple vista lo único que se observa en la tela es un
conjunto de orificios y manchas que no guardan una forma determinada.
Sin embargo, los análisis revelaron que éstas eran manchas de sangre
humana, y más concretamente de la sangre de un cadáver.

Se sabe que tras la muerte del individuo la cabeza quedó péndula,


fuertemente flexible sobre la barbilla e inclinada a la derecha. Una de las
manchas impregnadas en el sudario, muestra que éste fue colocado
sobre la cabeza cuando aún permanecía en posición vertical, es decir,
cuando el crucificado se encontraba todavía en la cruz. Tras el
descendimiento y la acomodación de los brazos al pecho, la caja toráxica
volvió a su posición normal. En este momento el edema pulmonar, toda
una serie de líquidos que se estancan en los pulmones, debió fluir hacia el
exterior por la boca y la nariz, impregnando la barba, el bigote y una
parta de la tela. Estos efectos son normales en la fase “postmortem” de
las personas muertas por crucifixión.

Otro tipo de manchas se produjeron al colocar el cadáver sobre su


costado derecho, impregnando algunas partes del rostro con la nariz y la
frente. El resto de las manchas se produjeron en el traslado hasta la
tumba con la salida de más líquido al exterior. Después estos
descubrimientos, el equipo investigador realizó unas aproximaciones
entre la reliquia de Oviedo y la Sábana Santa de Turín. Expertos en
fotografía han informado que se hallaron 130 muestras de sangre que
son idénticas en ambos mantos, como por ejemplo los orificios de las
heridas producidas por la corana de espinas. Según, ellos, esto indica que
ambos lienzos habían tocado la cabeza de la misma persona. Del mismo
modo, se detectó el mismo tipo de sangre (AB) en ambos sudarios.

Del mismo modo, tanto en la Sábana de Turín como en el sudario de


Oviedo se ha descubierto más recientemente restos microscópicos de un
mismo tipo de polen, que formaba parte de los ingredientes de un
valiosísimo bálsamo usado en el siglo I por los judíos para ungir los
cadáveres de sus difuntos. La investigación se llevó a cabo con un
microscopio de última generación. Según los evangelios, se utilizó una
cantidad importante y costosa de mirra y óleo para amortajar el cuerpo
de Jesucristo.
CUANDO NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO ES OBJETO DE
OFENSA

“Sin causa me aborrecieron”.


(Juan 15,25).

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

I. CONTEXTO TEOLÓGICO Y BÍBLICO

Jesucristo ha sido el único personaje en toda la historia de la humanidad


que declaró abiertamente y sin vacilación alguna ser el “Hijo de Dios”
(Mateo 26,62-64; Juan 18,33-37). Es más, de la vida de ninguno de los
más notables “Maestros Espirituales” como fueron: “Buda”, “Krishna”,
“Zoroastros”, “Mazda”, “Confucio”, “Mahoma” o “Ghandi”; se han escrito
profecías con más de mil años de antigüedad, y que se hayan cumplido;
como sí ocurrió en la persona de Cristo Jesús (Lucas 24, 27; Hechos 3,
17-24).

Cuando el arcángel San Gabriel le anuncia a María que Ella había sido
escogida por el Todopoderoso para ser la Madre de su “Único Hijo”, le
dice:“Será un gran hombre, al que llamarán Hijo del Dios altísimo, y Dios
el Señor lo hará rey, como a su antepasado David, para que reine por
siempre en la nación de Israel. Su reinado no tendrá fin”. (Lucas 1,32-
33). Por esta razón, en el libro de las Revelaciones (o Apocalipsis) se le
llama como el “Rey de reyes y Señor de señores” (19,16). Del mismo
modo, en las Sagradas Escrituras encontramos preciosísimos himnos
litúrgicos en su honor (Véanse al respecto Isaías 53, 1-12; Filipenses 2,5-
11; Colosenses 1,15-20; 1 Timoteo 3,16; Hebreos 1,1-13; 1 Pedro 2, 22-
24; Apocalipsis 5,11-12).

No obstante, en la misma Santa Biblia nos describe algunas profecías y


acontecimientos que demuestra como también el “Verbo de Dios” iba a
hacer el centro de burlas, insultos y maltrato físico; como por ejemplo:
“Pero yo no soy un hombre, sino un gusano; ¡soy el hazmerreír de la
gente! Los que me ven, se burlan de mí; me hacen muecas.” (Salmo
22,6-7).

“Ofrecí mis espaldas para que me azotara y dejé que me arrancaran la


barba. No retiré mi cara de los que me insultaban y escupían”. (Isaías 50,
6).
“Algunos comenzaron a escupirle, y a taparle los ojos y golpearlo,
diciéndole: -¡Adivina quién te pegó! Y los guardianes del templo le
pegaron en la cara”. (Marcos 14, 65).

“Entonces Herodes y sus soldados lo trataron con desprecio, y para


burlarse de él lo vistieron con ropas lujosas, como de rey”. (Lucas 23,11).

“Los soldados del gobernador llevaron a Jesús al palacio y reunieron toda


la tropa alrededor de él. Le quitaron su ropa, lo vistieron con una capa
roja. Y le pusieron en la cabeza una corona tejida de espinas y una vara
en la mano derecha. Luego se arrodillaron delante de él, y burlándose le
decían: -¡Viva el Rey de los judíos! También le escupían, y con la misma
vara le golpeaban la cabeza. Después de burlarse así de él, le quitaron la
capa roja, le pusieron su propia ropa y se lo llevaron para crucificarlo”.
(Mateo 27,27-31).

“Los que pasaban lo insultaban, meneando la cabeza y diciendo: -¡Tú,


que derribas el templo y en tres días lo vuelves a levantar, sálvate a ti
mismo! ¡Si eres Hijo de Dios, bájate de la cruz! De la misma manera se
burlaban de él los jefes de los sacerdotes y los maestros de la ley, junto
con los ancianos. Decían: -Salvó a otros, pero a sí mismo no puede
salvarse. Es Rey de Israel: ¡pues que baje de la cruz, y creeremos en él!
Ha puesto su confianza en Dios: ¡pues que Dios lo salve ahora, si de
veras le quiere! ¿No nos ha dicho que es Hijo de Dios? Y hasta los
bandidos que estaban crucificados con él, lo insultaban”. (Mateo 27,39-
44).

“Los soldados también se burlaban de Jesús. Se acercaban y le daban a


beber vino agrio, diciéndole: -¡Si tú eres el Rey de los judíos, sálvate a ti
mismo!”. (Lucas 23,36-37).

II. JESÚS EN LA ERA MODERNA

Desde mediado del siglo pasado hasta nuestros días se han multiplicado
las representaciones del Salvador del Mundo en diversas formas satíricas,
grotescas, tergiversadas, hasta llegar a la blasfemia (Mateo 10,33; Lucas
12,9). Ante esta afrenta contra el Divino Maestro, la Iglesia Católica a
través de sus jerarcas eclesiásticos, las comunidades religiosas, los
movimientos laicales y seglares del común, han tratado de evitar tal mal;
bien sea por medio de demandas legales ante los tribunales judiciales,
protestas en los medios de comunicación, o campañas y marchas de
desagravio.

A continuación haremos una lista de lo dicho anteriormente, tocando


varios puntos:

A. EL TEATRO:

La obra “El Quinto Evangelio” del director Andrés Rodríguez (1992), tiene
como escenario una plaza pública que recrea el centro donde se congrega
el pueblo judío para pedir la muerte de Cristo. El mismo Señor aparece
acompañado de la esposa de Poncio Pilatos, Claudia Procula, quien en el
montaje figura como su amante, y de Nicodemus. En un nivel superior se
recrea unos baños públicos donde los cuatro evangelistas (Mateo,
Marcos, Lucas y Juan), discuten si deben divulgar que su Maestro no
murió en la cruz, sino que fue salvado por Nicodemus y Claudia Procula.
En la entrada de la sala el gobernador romano decide que debe morir al
notar el interés excesivo de su esposa por él.

La obra “Corpus Chisti”, del dramaturgo Terrence McNally (1998),


presenta a un Jesucristo homosexual, llamado Joshua, que se encuentra
rodeado por apóstoles con su misma tendencia sexual.
B. EL CINE:

La cinta “Los Amores de Jesucristo” del director Joergen Thorsen (1973),


es un filme pornográfico que muestra entre otras escenas a Jesús que va
desnudo, en motocicleta, a una cita con María Magdalena, con la que
sostiene efusivos actos sexuales.

La película “La Última Tentación de Cristo” del director Martín Scorsese


(1988), representa a Cristo Jesús como:

- El hijo de un carpintero que se dedica a hacer cruces a los romanos


para que crucifiquen a los judíos condenados.
- Vence las tentaciones del desierto, pero no otras. Antes de casarse
con María Magdalena tiene con ella relaciones sexuales en un
burdel.
- Es una persona débil y vacilante, que no sabe si decidirse por los
romanos o por los de su pueblo.
- No tiene una visión clara de quién es ni para qué está en el Mundo.
Ni siquiera en vísperas de su pasión está seguro de si predicar amor
o asesinar a los opresores extranjeros.
- Sólo en una forma lenta se va dando cuenta que él es el Mesías. Se
pone en su boca frases como: “Yo soy un mentiroso”, “yo soy un
hipócrita”, “me da miedo todo”, “Lucifer está dentro de mí”.
- La resurrección de su amigo Lázaro es algo que le extraña hasta el
mismo.
- Tomando barro y piedras dice: “esto también es mi cuerpo”.
- Judas aparece como un héroe, es el más fuerte y mejor de los
apóstoles. No fue un traidor. Es Jesús quien lo convence con ruegos
para que lo entregue, a fin de cumplir el plan de Dios.
- En la cruz experimenta una alucinación con muchos hijos, y renuncia
a su misión de Redentor.
- Su muerte no es por los pecados de la humanidad, sino que con ella
pagó sus propias culpas.
- No resucitó verdaderamente. Este hecho es un invento de Pablo
quien es el verdadero fundador del cristianismo.
C. LA TELEVISIÓN:

En el año 2001 la BBC de Londres dio a conocer la serie “Hijo de Dios”,


en donde expertos de la Universidad de Manchester (Inglaterra),
reconstruyeron a partir del cráneo de un campesino judío, hallado en un
cementerio del siglo I en Israel, el supuesto rostro de un Jesús muy
diferente a su representación tradicional, ya que este tenía tez morena,
cara ancha, pelo corto y barba recortada. La imagen era más parecida a
un hombre de la época de la prehistoria.

En diciembre del 2006 en Estados Unidos aparece el corto “El Espíritu de


la Navidad”, donde presenta una pelea a puñetazos entre Jesús y Santa
Claus.
En el año 2007, antes de la Semana Santa, se transmitió a nivel mundial
un documental de Discovery Chanel, titulado “El sepulcro olvidado de
Jesús”, del director James Cameron. La producción mostró un sarcófago
judío descubierto en 1980 en Talpiot, un barrio de Jerusalén (Israel),
donde dijeron haber encontrado diez osarios de piedra caliza, que
contenían entre otros los restos de Cristo al lado de los de María
Magdalena, del hijo de ambos de nombre Judas, María, la madre del
profeta, y un pariente de estos llamado Matías. El especial televisivo
ponía en entredicho los pilares principales del cristianismo: el celibato de
Jesucristo y su resurrección.

D. LA LITERATURA:
En la Cuaresma de 2006 el sacerdote Rainero Cantalamessa dijo frente al
Papa Benedicto XVI y el colegio cardenalicio que “Cristo todavía es
vendido, pero ya no por 30 monedas. Los editores (lo comercializan) por
miles de millones”. Con lo que hacia referencia el predicador de la Casa
Pontificia, al éxito editorial de la polémica novela “El Código Da Vinci”, del
escritor norteamericano Dan Brown. Esto unido a la publicación de los
libros apócrifos como: “El Evangelio de Judas”, el de “Tomás”, el de
“Felipe”, el “Papiro Magdalena”, la colección de los textos gnósticos de
“Nag Hammadi” (todos del siglo II al III), y una serie de obras pseudo-
teológicas que contradicen la verdad sobre “Jesús de Nazaret”, que se
encuentra condensada en los evangelios (Marcos 1,1; Lucas 1.1-4). Entre
las principales incoherencias tenemos:

- No es el Hijo de Dios.
- Fue un simple maestro (o rabí) judío.
- Fue un extraterrestre.
- No fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, sino por la
unión marital de José con María.
- Su infancia y adolescencia la pasó en Egipto aprendiendo la magia y
las ciencias ocultas.
- De joven estuvo en la India y se le conocía como Issa, allí descubrió
las enseñanzas de los textos sagrados Vedas.
- En su juventud huyó al Tibet, donde profundizó la doctrina del
budismo.
- Fue educado por la comunidad esenia del Qumrán, a orillas del Mar
Muerto.
- No fue el Mesías esperado por el pueblo hebreo.
- Fue un gnóstico (o iniciado).
- El Santo Grial no es la copa utilizada por Cristo y los apóstoles en la
Ultima Cena, sino el linaje que proviene de Jesús con María
Magdalena. Además, no murió en la cruz, ya que mientras se
encontraba colgado le dieron de beber posca, una bebida analgésica
y vinagrada muy popular en Palestina, provocándole un estado de
muerte aparente. El supuesto cadáver que no alcanzó a permanecer
ni siquiera un día en el madero, fue reanimado una vez que estuvo
en el sepulcro. Después escapó al sur de Francia con su mujer,
dando origen a la dinastía de los merovingios, y que continúa hasta
nuestros días en el priorato de Sión.
- Sobrevivió a la crucifixión al ser bajado por José de Arimatea. Salió
de Jerusalén con su madre María y el apóstol Tomás hacia la India,
buscando las diez tribus perdidas de Israel. En el camino murió su
madre, y en la región de Cachemira tuvo un hijo con una mujer
llamada Marjan. Llegó hasta la ancianidad y fue enterrado por su
discípulo en la ciudad de Srinagar.
E. LA PINTURA Y LA FOTOGRAFÍA:

En febrero de 2001, el artista Renée Cox exhibió en el Museo de Brookyln


de Nueva York, la imagen de una mujer de raza negra con el torso
desnudo, que representaba a Cristo en la institución de la Eucaristía el
Jueves Santo. La obra se titulaba: “La Ultima Cena de Mamá”.

En marzo del 2005, la marca de ropa francesa Marithé y Francois Girbaud


imprimió en varios países de Europa, un cartel publicitario de mujeres
simulando a Jesucristo y los apóstoles en la “Ultima Cena”. El afiche
muestra a mujeres vestidas con ropa chic sentadas en una mesa en la
misma postura del famoso cuadro de Leonardo Da Vinci, quien lo terminó
de pintar en el año 1497 en un convento de Milán (Italia). A la derecha
de la figura del Hijo de Dios, se ve a otra mujer que abraza a un hombre
que viste pantalones vaqueros sin camisa. El joven sin camisa que
usualmente se le atribuye al apóstol Juan, sería una paradoja de María
Magdalena. La casa de modas francesa argumentó que con este cartel
quería apoyar la feminidad y el papel de la mujer en la historia del
cristianismo.

En noviembre del 2006, un periódico francés salió una caricatura del


Señor desnudo usando condón, bajo el título “¿Fue Jesús Heterosexual?”.

A principios del año 2007, en la región oriental española de


Extremaduras, el fotógrafo José Antonio M. Montoya, lanzó al mercado
una serie de libros de fotografías de naturaleza pornográfica con
imágenes de Jesús, María y los Santos. La colección fue publicada con el
visto bueno de las autoridades locales.

En Junio del 2007, la revista SOHO en Colombia, editó unas fotos de una
modelo semidesnuda, simulado varias escenas de la vida de Jesús, como:
la representación de la Ultima Cena, donde aparece en compañía de doce
personajes de la vida nacional, en otra la flagelación y una más sobre la
crucifixión.

En octubre de 2008, apareció una imagen del Sagrado Corazón de Jesús,


con un cigarro en la mano derecha y una lata de cerveza en la izquierda,
publicada en un libro de texto escolar de primaria, que horrorizó a la
comunidad cristiana de la India.

En febrero de 2010, el artista español Fernando Bayona, vio cómo


descolgaban su muestra “Circus Chisti” (Cristo sea un circo), de 14
fotografías sobre la vida de Cristo expuestas en la Universidad de
Granada. Entre ellas se muestra a un Jesús homosexual y una Virgen
María como meretriz.

En julio de 2010, la revista Playboy en Portugal sacó en la portada una


fotografía de un Jesús en un prostíbulo junto a una joven desnuda llena
de tatuajes en una cama, en la baranda de la misma se lee el título del
libro más polémico del fallecido escritor ateo, José Saramago: “El
Evangelio según Jesucristo”. La publicación provocó la cancelación de ese
número.

F. EL ARTE:

En junio de 2002 se llevó a cabo una exposición de arte callejera en la


ciudad de Berlín (Alemania), en respuesta a una campaña oficial de
llamado a la tolerancia intercultural en donde artistas de todo el mundo
residentes en este país, plasmaran sus ideas utilizando la figura de un oso
(símbolo de la capital alemana). El escultor Tomás Arango decidió en su
obra unir lo profano con lo religioso realizando una figura de este animal
con los brazos abiertos, y en el pecho el rostro de Cristo con la corona de
espinas, a imitación de la imagen del Sagrado Corazón de Jesús.

Entre septiembre del 2007 y enero de 2008, se mostró en el Centro


Báltico de Arte Contemporáneo de Gateshead (Reino Unido), la
controvertida escultura del artista canadiense de origen chino Terence
Koh, que presentaba a Cristo Jesús con el pene erecto.

G. LA MÚSICA:

La banda de rock metálica norteamericana Slayer, cuyas siglas en inglés


quiere decir: “Satan Laughs As You Eternally Rot” (Satanás se ríe
mientras te pudres eternamente), sacaron en el año 2007 un CD con el
título “Christ Illusion” (La ilusión de Cristo). En la carátula trae a un
Jesucristo tatuado, golpeado, sangrante y con los brazos amputados,
metido en un mar de cabezas cortadas.
SACRILEGIOS CONTRA LA CRUZ DE CRISTO

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

I. INTRODUCCIÓN

La crucifixión en tiempos de Jesucristo era la pena capital más


degradante y dolorosa que se le podía infligir a un condenado. Por esta
razón, San Pablo nos dice que Jesús “al presentarse como hombre se
humilló a si mismo, y por obediencia fue a la muerte, a la vergonzosa
muerte en la cruz” (Filipenses 2,7-8). Del mismo modo, el apóstol de las
naciones resalta como la crucifixión del Señor iba a hacer objeto de
contradicción: “Pero nosotros anunciamos a un Mesías crucificado. Esto
les resulta ofensivo a los judíos, y a los no judíos les parece una tontería”
(1 Corintios 1,23). O también; “Ya les he dicho muchas veces, y ahora se
los repito con lágrimas, que hay muchos que están viviendo como
enemigos de la cruz de Cristo” (Filipenses 3,18).

II. CONTEXTO GENERAL

La imagen de“Cristo crucificado” ha sido señal de burla y desprecio,


desde los tiempos de la Iglesia Primitiva hasta nuestros días, y es así
como:

En un calabozo del palacio del emperador en el Palatino, en Roma; se


encuentra un grafito del siglo II que representa a Jesús crucificado, con
cabeza de asno.
En 1989, el controversial fotógrafo Andrés Serrano, realizó una fotografía
de un crucifijo de madera y plástico, sumergido en un frasco de vidrio
cubierto de orina. Su trabajo lo título “Cristo en orina”. La obra fue
premiada en un concurso en el que había fondos públicos, y fue
presentada en una muestra artística en varias ciudades de Estados
Unidos.

En noviembre de 1994, un profesor de Ciencias Sociales de la región de


kyoto (Japón), obligaba a sus alumnos a pisotear una imagen de Jesús en
la cruz, a fin de explicarles un ritual llamado “fumie” (1603-1868),
durante el cual las autoridades llevaban a cabo una campaña para
desenmascarar a los presuntos cristianos, quienes tenían que efectuar la
misma operación mencionada anteriormente, para descartar las
conversiones al catolicismo.

En febrero de 1997, fue exhibido en Estados Unidos y Europa un cartel


publicitario de una película del “rey de la pornografía” Larry Flint, que
muestra al actor Woody Harrelson en posición de Cristo crucificado con
una especie de taparrabo de la bandera de Estados Unidos, apoyado
sobre una ampliación de una pubis y los muslos de una mujer en bikini.
Este filme obtuvo en Oso de Oro, máximo premio del 47 Festival de Cine
de Berlín (Alemania).

En agosto de 1997, los diputados de la Unión Socialcristiana, que tiene


mayoría absoluta en Baviera (Alemania), alzaron su voz de protesta
contra el diseño de unas camisetas con la figura de un cerdo crucificado y
unas caricaturas en las que aparecen crucifijos como soportes para papel
higiénico.

En marzo de 2004, salieron al mercado en Europa y Australia unos


pantalones vaqueros que tienen un logotipo de un cráneo con una cruz
vuelta al revés. El diseñador de la prenda declaró a los medios de
comunicación que quiere que los jóvenes cuestionen el cristianismo, que
él llama una “fuerza del mal” que ha esparcido guerras a lo largo de la
historia.

En agosto de 2006, la cantante de pop Madonna realizó una gira musical


llamada “Confesiones”, en donde efectuó un concierto en el Estadio
Olímpico en Roma (Italia), ubicado a tan sólo tres kilómetros del
Vaticano. Allí salió al escenario luciendo un vestido de sadomasoquismo,
con una corona de espinas en su cabeza y sujeta a una enorme cruz de
cristal.

En mayo de 2008, fue expuesta en el Museo de Arte Moderno de Bolzano,


norte de Italia, la escultura de una “rana crucificada”, realizada por el
alemán Martin Kippenberg (fallecido en 1997). La obra de un metro de
altura, personifica a este batracio de color verde con la lengua afuera,
con una jarra de cerveza en una mano y un huevo en la otra. El
desaparecido artista llegó a decir que hizo su obra “en un estado de
profunda crisis”.

Noviembre de 2008, una campaña de la asociación italiana “Teléfono


Donna”, contra la violencia hacia el género femenino, utilizó en la ciudad
de Milán un afiche en el que se muestra la imagen de una mujer
semidesnuda en un lecho en una posición que parece la crucifixión del
Señor. La foto está acompañada por la frase: “¿Quién paga por los
pecados del hombre?” y más abajo se subraya que “solo el 4 % de las
mujeres víctimas de la violencia denuncian al agresor”. Por último se
ofrece un número de ayuda.

En el 2010, se pudo admirar en un centro comercial de la capital china de


Pekín, un Cristo crucificado con el rostro del personaje de Disney por
excelencia, el ratón “Mickey Mouse”.
MARÍA

1. MARÍA: LA NUEVA EVA.


2. MARÍA: LA MUJER DE LA BIBLIA.
3. MARÍA EN LAS SAGRADAS ESCRITURAS I.
4. MARÍA EN LAS SAGRADAS ESCRITURAS II.
5. ¿ES VERDAD QUE LOS CATÓLICOS ADORAMOS A MARÍA?
6. LA VIRGINIDAD DE MARÍA A LA LUZ DE LA BIBLIA.
7. MARÍA: LA DISCÍPULA DEL SEÑOR.
8. MARÍA EN LA IGLESIA PRIMITIVA.
9. MARÍA EN LA IGLESIA CATÓLICA.
10. MARÍA PARA LOS SANTOS Y MÍSTICOS.
11. APUNTES SOBRE LA MADRE DE DIOS I.
12. APUNTES SOBRE LA MADRE DE DIOS II.
13. LAS APARICIONES DE LA VIRGEN MARÍA.
14. LA VIRGEN DE GUADALUPE.
15. IMÁGENES DE LA VIRGEN QUE LLORAN Y SANGRAN ¿FRAUDE
O REALIDAD?
16. MARÍA Y LOS PROTESTANTES.
17. CONVERSIONES AL CATOLICISMO POR LA INTERCESIÓN DE
MARÍA.
18. LA VIRGEN MARIA: PROTECTORA DE LOS EJERCITOS
CATOLICOS.
19. EL TRASLADO DE LA SAGRADA CASA DE NAZARET.
20. LA CASA DE LA VIRGEN EN ÉFESO.
21. ULTAJES CONTRA LA SANTÍSIMA VIRGEN.
22. FRASES CÉLEBRES EN HONOR A MARÍA.
MARÍA: LA NUEVA EVA

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

El Papa San Juan Pablo II hizo una interesante comparación entre Eva y
María:

EVA: SE LE APARECE EL ÁNGEL CAÍDO EN FORMA DE


SERPIENTE: “La serpiente era más astuta que todos los animales
salvajes que Dios el Señor había creado, y le preguntó a la mujer: -¿Así
que Dios les ha dicho que no coman del fruto de ningún árbol del jardín?”
(Génesis 3,1).

MARÍA: SE LE PRESENTA UN ÁNGEL DEL SEÑOR: “A los seis meses,


Dios mandó al ángel Gabriel a un pueblo de Galilea llamado Nazaret, a
visitar a una mujer virgen llamada María, que estaba comprometida para
casarse con un hombre llamado José, descendiente del rey David” (Lucas
1,26-27).

EVA: ESTÁ AL PIE DEL ÁRBOL DEL BIEN Y EL MAL: “Y la mujer


contestó: - Podemos comer del fruto de cualquier árbol, menos del árbol
que está en medio del jardín. Dios nos ha dicho que no debemos comer
ni tocar el fruto de ese árbol, porque si lo hacemos moriremos. Pero la
serpiente le dijo a la mujer: -No es cierto. No morirán. Dios sabe muy
bien que cuando ustedes coman del fruto de ese árbol podrán saber lo
que es bueno y lo que es malo, y que entonces serán como Dios”
(Génesis 3,2-5).
MARÍA: ESTÁ AL PIE DEL MADERO DE LA CRUZ: “Junto a la cruz de
Jesús estaba su madre” (Juan 19,25).

EVA: DESOBEDIENCIA AL MANDATO DE DIOS: “La mujer vio que el


fruto del árbol era hermoso, y le dieron ganas de comerlo y de llegar a
tener entendimiento. Así que cortó uno de los frutos y se lo comió. Luego
le dio a su esposo, y él también comió” (Génesis 3,6).
MARÍA: OBEDIENCIA AL MANDATO DE DIOS: “Entonces María dijo:
-Yo soy esclava del Señor; que Dios haga conmigo como me has dicho.
Con esto, el ángel se fue” (Lucas 1,38).

EVA: ENTRÓ EL PECADO AL MUNDO: “El hombre contestó: -La mujer


que me diste por compañera me dio de ese fruto, y yo lo comí. Entonces
Dios el Señor le preguntó a la mujer: -¿Por qué lo hiciste? Y ella
respondió: -La serpiente me engañó, y por eso comí del fruto” (Génesis
3,12-13).

MARÍA: ENTRÓ LA SALVACIÓN AL MUNDO: “Pero cuando se cumplió


el tiempo, Dios envió a su Hijo, que nació de una mujer, sometido a la ley
de Moisés, para dar libertad a los que estábamos bajo la ley, para que
Dios nos recibiera como a hijos” (Gálatas 4,4-5).

EVA: MADRE DE LOS VIVIENTES: “El hombre llamó Eva a su mujer,


pues ella fue la madre de todos los que viven” (Génesis 3,20).

MARÍA: MADRE DE LA IGLESIA: “Cuando Jesús vio a su madre, y


junto a ella al discípulo a quien él quería mucho, dijo a su madre: -Mujer,
ahí tienes a tu hijo. Luego le dijo al discípulo: -Ahí tienes a tu madre.
Desde entonces, ese discípulo la recibió en su casa” (Juan 19, 26-27).
MARÍA: LA MUJER DE LA BIBLIA

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

I. INTRODUCCIÓN

En la cultura judía el término “mujer” equivalía a decir en nuestros días


“señora”. Esta era la forma habitual como Jesucristo se dirigía
respetuosamente al sexo femenino, como por ejemplo: con la cananea de
la zona de Tiro y Sidón, que le pide que cure a su hija endemoniada
(Mateo 15,28), con la mujer jorobada en una sinagoga el día sábado
(Lucas 13,12), con la samaritana en el poso de Sicar (Juan 4,21), con la
mujer sorprendida en adulterio (Juan 8,10), o con María Magdalena a la
salida del sepulcro vacio (Juan 20,13.15).

II. CONTEXTO BÍBLICO Y TEOLÓGICO

Los Textos Sagrados tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento,
utilizan también el apelativo de “mujer” para referirse a María, la madre
de Jesús; y es así como después de la desobediencia de Adán y Eva, Dios
Padre hace la siguiente profecía en el llamado proto Evangelio (primer
anuncio de salvación): “Haré que tú (la serpiente) y la mujer sean
enemigas, lo mismo que tu descendencia y su descendencia. Su
descendencia te aplastará la cabeza, y tú le morderás el talón”. (Génesis
3,15). La primera mujer (Eva), había sido el comienzo de la creación y la
madre de toda la humanidad; y la segunda mujer (María), sería el
comienzo de la salvación y la madre de la Iglesia Católica. Ya en los libros
Veterotestamentarios encontramos la misma alusión, en la carta del
apóstol Pablo a los Gálatas (4,4): “Pero cuando se cumplió el tiempo,
Dios envió a su Hijo, que nació de una mujer, sometido a la ley de
Moisés”. Así como también en el libro del Apocalipsis (12,1-2.5):
“Apareció en el cielo una gran señal: una mujer envuelta en el sol como
en un vestido, con la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas en
la cabeza. La mujer estaba encinta, y gritaba por los dolores del parto,
por el sufrimiento de dar a luz…Y la mujer dio a luz un hijo varón, el cual
ha de gobernar a todas las naciones con centro de hierro” (comparar con
Lucas 1,30-33).

Ya en el comienzo de la vida público del Hijo de Dios y poco después de


su bautismo, el Señor fue invitado con su madre y los discípulos a una
boda en Caná, en la región de Galilea. Cuando quedaba poco vino, María
le dijo: “-Ya no tienen vino. Jesús le contestó: -Mujer, ¿por qué me dices
esto? Mi hora no ha llegado todavía” (Juan 2,1-4). Causa desconcierto en
algunos lectores la forma como el Unigénito de Dios le responde a su
madre. Sin embargo, como vimos anteriormente, Cristo Jesús utilizó la
misma expresión cuando dialogó con otras mujeres. No obstante, este
pasaje tiene una dimensión exegética, pues el Mesías hace mención a su
misión redentora por los pecados de toda la humanidad (1 Juan 2,2); que
no se realizaría hasta casi tres años después de este hecho. Nótese bien,
como al acercarse el momento de morir, el Santo de Dios lo aclara
diciendo: “-Ha llegado la hora en que el Hijo del hombre va a ser
glorificado” (Juan 12,1.23; 13,1). En la oración que hizo la noche antes
de su sacrificio, señaló: “Padre, la hora ha llegado: glorifica a tu Hijo,
para que también él te glorifique a ti” (Juan 17,1). Por último, cuando la
multitud vino a prenderlo en el huerto del Getsemaní, Jesús despertó a
sus apóstoles y exclamó: “Ha llegado la hora en que el Hijo del hombre
va a ser entregado en manos de los pecadores” (Marcos 14,41).

Devolviéndonos al episodio en las bodas de Caná, Cristo apenas había


iniciado su ministerio, y aún no había llegado su “hora”. María, por su
parte, no creyó que su hijo estuviera ofendiéndola o rechazándola. De
hecho, con la seguridad del amor y la obediencia que le tenía, dijo a los
que estaban atendiendo el banquete nupcial: “-Hagan todo lo que él les
diga” (Juan 2,5). Así que, más que haberle hecho un desaire, Jesús
efectuó su primer milagro al convertir el agua en vino, siendo con esto “la
primera señal milagrosa con la cual mostró su gloria; y sus discípulos
creyeron en él” (Juan 2,11).

Finalmente, en el momento supremo de la cruz en el Gólgota, “cuando


Jesús vio a su madre, y junto a ella al discípulo a quien él quería mucho,
dijo a su madre: -Mujer, ahí tienes a tu hijo. Luego le dijo al discípulo:
-Ahí tienes a tu madre. Desde entonces, ese discípulo la recibió en su
casa” (Juan 19,26-27). Es interesante resaltar, que es la única vez que el
Ungido de Dios se refiero a “María” llamándola “Madre”, y no lo hace
como una afiliación a él mismo, sino en la persona del apóstol Juan; en
quien estamos representados todos los hijos espirituales de “María
Santísima”, la “Mujer de la Biblia”.
MARÍA EN LAS SAGRADAS ESCRITURAS I.

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

! Cuántas veces no hemos escuchado a los evangélicos y demás


cristianos acusar a los católicos de adorar a “María “ como si fuera una
“Diosa”!. Desobedeciendo así el primer mandamiento de la ley de Dios
dado a Moisés en el monte Sinaí, que dice: “Adorarás al señor tu Dios
y sólo a él darás culto”. (Deuteronomio 6,13), “no tendrás otros Dioses
a parte de mí” (Éxodo 20, 3).

La Iglesia Católica ha aceptado fielmente este decreto divino en la


persona de “Dios Padre” (Éxodo 20,1) y en “Jesucristo” quien “es la
imagen visible de Dios, que es invisible “, (Colosenses 1, 15). “Él es el
resplandor glorioso de Dios, la imagen misma de lo que Dios es” (Hebreos
1,3). Los católicos no “adoramos” a María, sino que la “veneramos”
(Respeto especial), porque es ella la mujer escogida por el Padre Eterno,
para que fuera la Madre de su “Hijo Unigénito” pues “la Mujer dio a luz
un hijo varón. El cual ha de gobernar a todas las naciones con cetro de
hierro” (Apocalipsis 12, 5), comparar con (Lucas 1, 32- 33).

El ángel San Gabriel dice que María es “ la favorecida de Dios” (Lucas 1,


28), y su prima Santa Isabel la llama “Bendita entre todas las mujeres”
(Lucas 1, 42); es también la “nueva Eva”, anunciada desde el principio
en el libro del Génesis después de la desobediencia de nuestros primeros
padres en el paraíso, cuando “Dios el Señor” le dijo a la serpiente: “Haré
que tu y la mujer sean enemigas, lo mismo que tu descendencia y su
descendencia” (3, 15), o también “Entonces el dragón se llenó de ira
contra la mujer, y se fue a hacer guerra contra el resto de la
descendencia de ella, los que guardan los mandamiento de Dios y tienen
el testimonio de Jesucristo” (Apocalipsis 12,17).

De la vida de María sabemos que era una joven de raza Judía de unos 15
años de edad, descendiente de la estirpe de David (Romanos 1,3), que
vivía en el pequeño pueblo de Nazaret (Israel), y estaba comprometida
en matrimonio con José, (también de la casa de David) (Lucas 1, 26 –
27), hombre justo” o “santo” (Mateo 1,19). Las Escrituras nos aportan
una valiosa información sobre las virtudes en ella, como la confianza
absoluta al mandato de Dios, al responder al ángel: “Hágase en mí según
tu palabra”, y su humildad llamándose así misma como la “esclava Del
señor” (Lucas 1, 38). La concepción del Hijo de Dios, es fruto del Espíritu
Santo y el poder del Dios Altísimo, que descansó sobre Ella como una
nube (Lucas 1,35); tal como sucedía cuando Yahvé descendía en la
Tienda del Encuentro del Santuario, construido por Moisés (Éxodo 40,
35). Por eso, la Virgen María es llamada por los teólogos como el “nuevo
Santuario”.

El evangelista menciona la pobreza en que vivía con su esposo, ya que


“sucedió que mientras estaban en Belén, le llegó a María el tiempo de
dar a luz. Y allí nació su primer hijo, y lo envolvió en pañales, y lo acostó
en el establo, porque no había alojamiento para ellos en el mesón”
(Lucas 2, 6 –7). A los ocho días del nacimiento del Niño tenía que ser
circuncidado, según la tradición judía, la ceremonia debía efectuarse en el
seno de la familia a cargo del padre. La ley hebrea mandaba que desde el
nacimiento del primogénito a la purificación de la Madre en el Templo de
Jerusalén, transcurrieran cuarenta días. Las familias pobres que no tenían
para presentar al Señor un carnero joven, ofrendaban en cambio un
humilde sacrificio de un par de tórtolas o dos pichones de paloma, como
fue el caso de la Sagrada Familia (Levítico 12,2-6; 15,19-30; Lucas 2, 22-
24).
Resalta en María su angustia al encontrar después de tres días de
desaparecido a Jesús de doce años, sentado entre los doctores de la ley
en el Santuario de la Ciudad Santa (Lucas 2, 48), guardando todas estas
cosas en su corazón [Lucas 2, 51. Tal cual como había ocurrido años
atrás con los pastores en Belén (19)]. La fidelidad a su Hijo en las bodas
de Caná, al indicarle a los que estaban sirviendo el vino “Hagan todo lo
que Él les diga” (Juan 2,5); Y en el Pentecostés, cuando recibe el Espíritu
Santo en forma de llamas de Fuego, en compañía de los once apóstoles,
los parientes de Jesús y otras mujeres (Hechos 1, 12 – 14).

El dolor de toda buena Madre al ver a Cristo clavado en la cruz lleno de


heridas y golpes en todo el cuerpo (Juan 19, 25; Isaías 52, 13 –14), hasta
el punto que era como si una espada le traspasara su alma.
Cumpliéndose así la profecía de Simeón, cuando el pequeño Jesús fue
presentado por sus padres en el templo de la Ciudad de Dios, según la
ley mosaica (Lucas 2,22-35; Juan 19,31-34). Sin embargo, y a pesar del
agotamiento físico y la cruel agonía en el madero, el Mesías antes de
Morir sacó fuerzas suficientes para encomendar su cuidado a Juan, el
“discípulo amado”, quien “la recibió en su casa” (Juan 19, -27).

Por todos estos argumentos bíblicos, la Iglesia Católica reconoce que


María es la “madre del Señor” (Lucas 1,43), quien tomó la naturaleza
humana al nacer de su vientre para traer la salvación a toda la
humanidad (Gálatas 4,4; Filipenses 2,6-8). La Santísima Virgen proclama
que todas las generaciones la llamarán “Bienaventurada”, porque el
Todopoderoso ha hecho en ella grandes cosas (Lucas 1,48 – 49). María
es “Bienaventurada”, no solo por el hecho de haber sido la Madre del
Salvador (Lucas 11,27-28), sino por haber sido obediente al decreto
divino (Lucas 1,45). Finalmente, en el último libro de la Biblia, llamado el
Apocalipsis (o Revelación), la muestra como una “reina radiante” pues
“Apareció en el cielo una gran señal: una mujer envuelta en el sol como
en un vestido, con la luna bajo sus pies y una corona de dos estrellas en
la cabeza” (12, 1).

MARÍA EN LAS SAGRADAS ESCRITURAS II.

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

El evangelio de San Lucas ha sido llamado como el “evangelio de María”,


porque según el mismo autor ha investigado la vida de Jesucristo “todas
las cosas desde su origen” (1,3), y la única persona que estuvo desde el
principio de la vida terrenal del Santo de Dios fue su Madre.

Las cinco veces en que Nuestra Señora habla en los evangelios, son:

“María dijo al ángel: ¿Cómo será esto? Pues no conozco varón” (Lucas
1,34).

“María dijo: He aquí la esclava del Señor, hágase conmigo conforme a


tu palabra” (Lucas 1,38).´

“María dijo: Engrandece mi alma al Señor; Y mi espíritu se regocija en


Dios mi Salvador.
Porque ha mirado la bajeza de su sierva; pues he aquí, desde ahora
me dirán bienaventurada todas las generaciones.
Porque me ha hecho grandes cosas el Poderoso; santo es su nombre.
Y su misericordia es de generación en generación a los que le temen.
Hizo proezas con su brazo; esparció a los soberbios en el
pensamiento de sus corazones.
Quitó de los tronos a los poderosos, y exaltó a los humildes.
A los hambrientos colmó de bienes, y a los ricos envió vacíos.
Socorrió a Israel su siervo, acordándose de la misericordia.
De la cual habló a nuestros padres, para con Abraham y su
descendencia para siempre.” (Lucas 1,46-55).
“Cuando le vieron, se sorprendieron; y le dijo su madre: Hijo, ¿por qué
nos has hecho así? He aquí, tu padre y yo te hemos buscado con
angustia” (Lucas 2,48).

“Y faltando el vino, la madre de Jesús le dijo: No tienen vino…Su madre


dijo a los que servían: Haced todo lo que os dijere” (Juan 2,3.5)

En la oración del Magnificat se evidencia en María su amplio conocimiento


en la Biblia, pues se calcula que hizo más de veinte referencia del Antiguo
Testamento.

Los siete dolores, llamados también siete eventos de su vida o las siete
espadas que le atraviesan su inmaculado corazón, son:

a. La profecía de Simeón en el Templo de Dios (Lucas 2,34-35).

b. La huida de la Sagrada Familia a Egipto (Mateo 2,13).

c. La pérdida del joven Jesús durante tres días en el Santuario de


Jerusalén (Lucas 2,48).

d. El camino de Cristo al Calvario (Juan 19,17).

e. La crucifixión de su amado Hijo (Juan 19,18).

f. La bajada de la cruz (Lucas 23, 50-53).

g. La sepultura del Señor (Mateo 27,59-60).


¿ES VERDAD QUÉ LOS CATÓLICOS ADORAMOS A MARÍA?

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

INTRODUCCIÓN: ¡Cuántas veces no hemos escuchado a los


evangélicos y demás cristianos acusar a los católicos de adorar a María
como si fuera una “Diosa”!. Desobedeciendo así el primer mandamiento
de la ley de Dios dado a Moisés en el monte Sinaí, que dice: “No
tendrás otros Dioses a parte de mí” (Éxodo 20, 3).

1. QUÉ ENSEÑA LA IGLESIA CATÓLICA.

Existen tres clases de culto sagrado:

ADORACIÓN (LATRÍA): Es exclusividad de Dios, cuyo primer sentido


es elevar una súplica.

 “Escucha, Israel: el Señor nuestro Dios es el único Señor”


(Deuteronomio 6,4).
 “Está escrito: Al Señor tu Dios adorarás, sólo a él darás culto”
(Mateo 4,10).

VENERACIÓN ESPECIAL (HIPERDULÍA): Se le da a la Virgen María:

 “El ángel entró en el lugar donde ella estaba, y le dijo: -¡Te saludo,
favorecida de Dios! El Señor está contigo” (Lucas 1,28).
 “- ¡Dios te ha bendecido más que a todas las mujeres, y ha
bendecido a tu hijo!” (Lucas 1,42).
 “Porque Dios ha puesto sus ojos en mí, su humilde esclava, y desde
ahora siempre me llamarán bienaventurada todas las generaciones”
(Lucas 1,48).
VENERACIÓN (DULÍA): A los Santos(as). La palabra dulía proviene de
la palabra griega doûlos que significa siervo.

 “Al hombre bueno se le recuerda con bendiciones” (Proverbios 10,7).


 “El que hace la voluntad de Dios permanece para siempre” (1 Juan
2,17).

2. QUÉ RELACIÓN EXISTE ENTRE MARÍA Y LAS TRES PERSONAS DE LA


TRINIDAD.

María es la única criatura humana que tiene una estrecha unión con las
tres personas de la Trinidad (Lucas 1,30-35). Ella es:

 Hija de Dios Padre


 Esposa de Dios Espíritu Santo
 Madre de Dios Hijo.

3. QUÉ CUALIDADES MENCIONA LA BIBLIA DE MARÍA.

 La humildad, al contestar al celestial mensajero, la voluntad del Dios


Altísimo: “Entonces María dijo: -Yo soy la esclava del Señor; hágase
en mí según su palabra” (Lucas 1,38).
 El privilegio de haber sido la mujer escogida para llevar en su seno
al Unigénito de Dios: “Porque el Todopoderoso ha hecho en mí
grandes cosas” (Lucas 1,49). De hecho, la primera persona en
reconocer tan gran designo fue su prima Santa Isabel, cuando
proclama llena del Espíritu Santo: “¿Quién soy yo, para que venga a
visitarme la madre de mi Señor? Pues tan pronto como oí tu saludo,
mi hijo se movió de alegría en mi vientre. ¡Dichosa tú por haber
creído que han de cumplirse las cosas que el Señor te ha dicho!”
(Lucas 1,43-45).
 El haber guardado en su corazón durante treinta y tres años, la
fatídica profecía que el anciano Simeón predijo, cuando su pequeño
Hijo fue presentado por sus padres en el templo de Jerusalén:
“Entonces Simeón les dio su bendición, y dijo a María, la madre de
Jesús: - Mira, este niño está destinado a hacer que muchos en Israel
caigan o se levanten. El será una señal que muchos rechazarán, a
fin que las intenciones de muchos corazones queden al descubierto.
Pero todo esto va a ser para ti como una espada que atraviese tu
propia alma” (Lucas 2,34-35). Presagio que se cumplió en el santo
sacrificio en el monte Calvario, cuando “Junto a la cruz de Jesús
estaba su madre” (Juan 19, 25).
 La obediencia a Jesucristo, cuando en las bodas de Caná, les dice a
los que están sirviendo el vino: “- Hagan todo lo que él les diga”
(Juan 2,5).

4. CÓMO LE ORABAN LOS PRIMEROS CRISTIANOS A MARÍA.

Una de las más antiguas oraciones que los fieles católicos le tributan a la
Madre de Dios, fue encontrada en un “ostrascon”, es decir, un tiesto de
terracota egipcio del siglo III:

“¡Oh Virgen Inmaculada, madre de Dios y llena de gracia,


Aquel a quien tú llevaste es el Emmanuel, el fruto de tu seno.
Tú, Oh María, sobrepasas toda alabanza!
¡Yo te saludo, María, madre de Dios y gloria de los ángeles,
Porque tú sobrepasas en plenitud de gracia
A todos los anuncios de los profetas!
El Señor está contigo: tú has dado a luz al salvador del mundo”.
LA VIRGINIDAD DE MARÍA A LA LUZ DE LA BIBLIA

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

“La dignidad de la virginidad, comenzó con la Madre del Señor”


San Agustín.
I. LA PROFECÍA

Un hecho en común entre la Iglesia Católica y las demás confesiones


cristianas, es en afirmar según la revelación sagrada que la madre del
Hijo de Dios, sería una “doncella virgen” (Isaías 7,14; Mateo 1,22-23).
Hay que aclarar que en el versículo de (Isaías 7,14), el autor no usa la
palabra hebrea que significa específicamente “virgen” (Bethuláh), sino
otra que quiere decir “doncella” (Almáh). Pero este último término
también se aplica a las mujeres solteras que no habían tenido relaciones
sexuales (Comprar con Génesis 24,16.43). Ahora bien, guiado por el
mismo Espíritu de Dios, Mateo empleó el vocablo griego preciso para
“virgen” (Aeiparthenos), haciendo alusión a esta profecía del Antiguo
Testamento.
II. EL NOVIAZGO Y EL MATRIMONIO EN LA CULTURA JUDÍA

El noviazgo en hebreo se llama “Qiddushim”, era el compromiso previo


antes del matrimonio, este era hecho por un juramento de los
contrayentes ante dos testigos, acompañados de parientes y amigos con
el pleno consentimiento de la prometida, excepto en el caso de una
menor de doce años. En el contrato queda registrado el nombre de los
enamorados, eventuales condiciones y la fórmula de los esponsales. Con
la aceptación del documento la mujer quedaba comprometida. Además,
el novio ofrecía al padre de la novia o al tutor, si ésta era huérfana, un
anillo, un collar u otro regalo para ella, en señal de gratitud y
predilección. Dicho pacto era reconocido como un matrimonio legal. Los
novios tenían plazo de un año para empezar a vivir juntos, la futura
esposa conservaba hasta el día de la boda el calificativo de virgen. Si
durante el transcurso del noviazgo nacía un hijo, era considerado
legítimo. Este tiempo también era empleado en los preparativos de la
nueva casa y el mobiliario familiar, pero el marido no estaba obligado a
mantener a su prometida.

El convenio era tan serio que si finalmente no se producía el enlace


porque el novio cambiaba de idea o alguna otra razón de peso, la joven
tenía que obtener un certificado de divorcio para poder casarse con otra
persona. De hecho, si el novio de una mujer comprometía moría antes de
la boda, a ella se la consideraba como viuda.

Los novios se veían muy poco y se comunicaban por medio de un amigo


del futuro esposo. En el tiempo señalado para la boda, el esposo, hacia el
atardecer, debía ir acompañado de diez jóvenes a casa de la esposa y ella
lo esperaba rodeada de diez vírgenes; apenas lo veía de lejos encendía
las lámparas, se formaba un cortejo con el sonido de flautas y tambores
hasta la casa del esposo, donde se hacía la gran fiesta nupcial (véase al
respecto Mateo 25,1-12). Con esta ceremonia, el matrimonio era
constituido válido bajo la ley mosaica. Para esta celebración también
participaban los familiares, parientes y amigos de la pareja.
III. EL MATRIMONIO CON JOSÉ

En los designios del Altísimo era necesario que la madre del Salvador,
tuviera un apoyo moral, económico y de protección en la crianza de su
hijo. Este matrimonio sería completamente consagrado al servicio divino,
así lo podemos anotar en los siguientes pasajes bíblicos:

Cuando el ángel San Gabriel le comunica a María que ella sería la madre
del Emmanuel (Dios con nosotros), deja en claro su condición virginal
(Lucas 1,34).

Cuando María se encontraba embarazada, José, su futuro marido como


hombre justo o santo, y a pesar de desconocer todavía que lo concebido
en ella era fruto del Espíritu Santo; no quiso denunciarla públicamente
por infidelidad a las autoridades religiosas, como mandaba la ley judaica
(Deuteronomio 22,13-24; Matea 1,19; Juan 8,3-5).
Los protestantes creen que José y María tuvieron relaciones maritales, ya
que el evangelio de San Mateo (1,25); nos dice que “no vivieron como
esposos hasta que ella dio a luz a su hijo”. Sin embargo, a lo que se
refiere el evangelista es que el santo matrimonio compartió formalmente
el mismo hogar, pues antes cuando estaban comprometidos no vivían
juntos (Mateo 1,18). Igual opinión tiene san Lucas, ya que en el viaje del
santo matrimonio de Nazaret a Belén para el censo, nos dice: “Fue allá a
inscribirse, junto con María, que estaba comprometida para casarse con
él y se encontraba encinta” (2,5).
IV. JESÚS: HIJO PRIMOGÉNITO

Causa confusión en los hermanos separados cuando el evangelio de San


Lucas (2,6-7), se menciona que “en Belén de Judea, le llegó a María el
tiempo de dar a luz. Y allí nació su primer hijo”. Dando a entender que
debió de haber tenido más hijos después. No obstante, en el contexto
bíblico el término “primogénito”, en el griego común o koiné, la palabra
proto-tokos equivale al hebreo dekor, que hace alusión que el primer
hijo de un matrimonio judío quedaba consagrado a Dios, el Señor o el
Adonay según la ley de Moisés (Éxodo 13,1-2.12; 34,19); y exigía la
presentación del niño Jesús en el templo de Jerusalén (Lucas 2,22-23).
Pero el era ya el “primogénito de Dios” (Hebreos 1,6).

Asimismo, las Sagradas Escrituras agregan que los “primogénitos”


pueden ser “unigénitos”, como se puede constatar en (Josué 17,1; 1
Crónicas 23,17; Zacarías 12,10). De hecho, Cristo Jesús también es el
“unigénito de Dios” (Juan 1,14; 3,16). La palabra griega “unigénito” es
mono-genés, que puede definirse como “solo en su clase, o el único
miembro de una familia o género”. Por lo tanto, podemos concluir que
Jesús es protos kai monos, es decir tanto el primero y único hijo de
Dios padre en su naturaleza divina desde toda la eternidad (Juan 1,1), y
de María, su madre en su naturaleza humana cuando vino al mundo
(Gálatas 4,4).
V. LA INFANCIA DE JESÚS

Los dos únicos relatos que encontramos en el Nuevo Testamento de la


infancia de Jesús, no nombran hermanos menores, así por ejemplo:

En el destierro de la sagrada familia a Egipto y después de la muerte del


rey Herodes, un ángel se le aparece en sueños a José ordenándole que
regrese a Israel con María y el niño (Mateo 2,19-20). Se sabe con certeza
que el Mesías nació en el año 747 de la fundación del imperio romano,
siete años antes de nuestra era actual; y el rey Herodes el grande murió
en la primavera del año 750, es decir, en el año 4 a.C. Por consiguiente,
pasaron de tres a cuatro años; tiempo más que suficiente para que José y
María hayan decidido tener alguno de los “cuatro hermanos” y otras
“hermanas” del Señor (Mateo 13,55).

El evangelio de San Lucas (2,41-42), narra que “Los padres de Jesús iban
todos los años a Jerusalén para la fiesta de la Pascua. Y así, cuando
Jesús cumplió doce años, fueron allá todos ellos”. Nótese Bien, que se
dicen “todos ellos”, ¿Quiénes?, “Los padres de Jesús” y el mismo “Jesús”.
Igualmente, la misma respuesta se saca cuando María después de tres
días encuentra a su hijo perdido en el templo entre los doctores de la ley:
“- Hijo mío, ¿por qué nos has hecho esto? Tu padre y yo te hemos
estado buscando llenos de angustia” (Lucas 2,48).
VI. EL TÉRMINO HERMANO EN LA BIBLIA

En el Antiguo Testamento que fue escrito en hebreo y arameo, no hay un


vocablo para nombrar a los tíos, sobrinos, primos, cuñados o amigos; y
es así como la palabra hebrea “Aj” designa muchas veces al pariente
más cercano de una misma familia. Del mismo modo, los traductores
griegos del Nuevo Testamento traducen el término semítico de
“hermanos” (Adélfos), en un sentido generalizado. Sobre este punto
encontramos el caso de tíos y sobrinos como Abraham y Lot (Génesis
13,8; 14,16); Labán con Jacob (Génesis 29,13.15). Al igual que a los
primos (1 Crónicas 23,21-22); a los que pertenecen a una misma nación
(Génesis 16,12; Deuteronomio 2,4); a los miembros de una misma tribu
(2 Reyes 19,12) o pueblo (Éxodo 2,11); a los que conforman la misma
naturaleza humana (Mateo 5,22; Romanos 9,3; Hebreos 2,11); y a los
que tienen un mismo Padre Celestial (Hechos 10,23; Romanos 8,17;
Colosenses 1,2; 1 Juan 3,9-10).

VII. LOS HERMANOS DE JESÚS

Solamente aparecen en la vida pública del Señor, y son llamados con


nombres propios: “¿No es éste el carpintero, el hijo de María y hermano
de Santiago, José, Judas y Simón? ¿Y no viven sus hermanas también
Aquí, entre nosotros? (Marcos 6,3). Ahora bien, para tener una mejor
comprensión sobre este tema es necesario estudiarlo detenidamente:

En ningún relato bíblico se afirma que los llamados “hermanos” y


“hermanas” del Señor, sean hijos de María. Tampoco se vuelve hacer
mención en ningún otro pasaje del Nuevo Testamento, de las supuestas
“hermanas” de Jesús.
En las bodas de Caná, se nombra a María como “la madre de Jesús”
(Juan 2,1.3); y no “la madre de Jesús, Santiago, José, Judas, Simón y
otras hermanas”, incluso, a la fiesta sólo fueron invitada a parte de María
a ”Jesús y sus discípulos” (2) y no a sus “hermanos”, quienes aparecen
después en el viaje a Capernaum (12); lo que da a entender que los
“discípulos” en ese momento, son más importantes en la vida de Cristo,
que los llamados “hermanos” suyos.

En la sinagoga de Nazaret, la gente solo reconoce al Mesías como “el hijo


de José” (Lucas 4,22); y no “uno de los hijos de José”. Del mismo modo,
los judíos de la sinagoga de Capernaum identifican al Divino Maestro
como el único hijo de José y de María (Juan 6,42).

De estos cuatro hermanos, se sabe que “Santiago” el menor y “Judas”


Tadeo pertenecían al grupo de los doce amigos del Señor. Sin embargo,
se explica que “Santiago” era hijo de Alfeo (Mateo 10,3; Marcos 3,18) y
“Judas” como hijo de Santiago (Lucas 6,16; Hechos 1,13).

En la introducción de la carta de Judas Tadeo (1,1), leemos: “Yo Judas,


siervo de Jesucristo y hermano de Santiago”, haciendo una diferencia
entre el uno y el otro (Véase también Juan 14,22). Además, en la epístola
de Santiago (1,1) llamado como hermano del Señor, también se declara
solamente como “Siervo de Dios y del Señor Jesucristo”.

En otro encuentro con su madre y sus hermanos, el Redentor nos exhorta


a creer que “los que oyen el mensaje de Dios y lo ponen en práctica, ésos
son mi madre y mis hermanos” (Lucas 8,21); hablando de una familia en
un sentido “espiritual” y no de “sangre”. Porque “a quienes lo recibieron y
creyeron en él, les concedió el privilegio de llegar a ser hijos de Dios. Y
son hijos de Dios, no por la naturaleza ni los deseos humanos, sino
porque Dios los ha engendrado” (Juan 1,12-13). Y es por eso, que su
Hijo es “el mayor entre muchos hermanos” (Romanos 8,29).
En la pasión del Santo de Dios en el monte Gólgota, se habla de un grupo
de mujeres conformadas por “María” la madre de Jesús, y “la hermana
de su madre, María, esposa de Cleofás (En arameo equivale al nombre de
Alfeo)” (Juan 19,25). Esta es la otra “María la madre de Santiago el
menor y de José”, que se encontraba también con “Salomé” (Marcos
15,40). Además de “María Magdalena” y “la madre de los hijos de
Zebedeo” (Santiago el mayor y Juan) (Mateo 27,56).

Cristo utiliza el término “hermano” para dirigirse a los apóstoles, en la


aparición a María Magdalena y a la otra María, el domingo de resurrección
(Mateo 28,10; Juan 20,17), y en el día del juicio final (Mateo 25,40).
Incluso, San Pablo agrega que el Señor también se apareció “a más de
quinientos hermanos” (1 Corintios 15,6; comparar con Mateo 23,8).
Después de la ascensión del Señor a los cielos, el libro de los Hechos dice
que los apóstoles se reunían en el aposento alto “con las mujeres, y con
María la madre de Jesús, y con sus hermanos” (1,13-14). No obstante, en
el verso siguiente San Lucas aclara: “En aquellos días Pedro se levantó en
medio de los hermanos (y los reunidos eran como ciento veinte en
número)”. (15).

En octubre de 2002, se dio a conocer el hallazgo de un osario judío,


utilizado en los rituales funerarios de Jerusalén, del año 63 d.C., con una
escritura en arameo que dice: “Jacobo, hijo de José, hermano de Jesús”.
Para muchos fundamentalistas protestantes, esta era la prueba que
demostraba que la virginidad de María era un mito. Ahora bien, tal
descubrimiento plantea varios interrogantes:

Su autenticidad ha despertado varias dudas en muchos arqueólogos y


paleógrafos.

Sí se llegara a demostrar que este “osario de caliza” corresponde a


Jacobo (Santiago), esto sólo probaría su parentesco con Jesús De
Nazaret. Pero ya se explicó el significado del término “hermano” en la
lengua aramea antigua.
La Iglesia Ortodoxa piensa que Jacobo, pudo haber sido un hijo anterior a
José. Sin embargo, este argumento carece de respaldo bíblico.

La inscripción no menciona a María como madre de Jacobo.


VIII. MARÍA: MADRE DE LA IGLESIA

La fe católica enseña que la Virgen Santísima es madre de todos los


creyentes, desde el momento que el Redentor en la cruz le encomendó el
cuidado a Juan, el discípulo amado, quien “la recibió en su casa” (Juan
19,26-27); cosa que no fuera necesaria si El Señor hubiera tenido más
hermanos carnales. Ella fue desde ese momento como nos asegura la
tradición antigua el soporte espiritual de los apóstoles y discípulos de la
naciente comunidad cristiana (Apocalipsis 12,17).
IX. TESTIMONIO DE LOS SANTOS PADRES Y DOCTORES DE LA
IGLESIA

Para los Santos Padres y doctores de la Iglesia Católica, la “Virginidad de


María” era una creencia común, así por ejemplo:

 San Ignacio, obispo de Antioquía, martirizado en el año 107, al


escribir contra los docetas, defiende la realidad humana de Cristo al
afirmar que pertenece a la estirpe de David, por nacer
verdaderamente de María Virgen. Al respecto puntualizó: “La
virginidad de María quedó oculta al príncipe de este mundo, así
como su parto, y también la muerte del Señor. Son estos tres
misterios asombrosos los que se realizaron en el silencio de Dios”.

 San Justino Mártir (+167), en su “Apología”, presenta la concepción


virginal de María como una verdad fundamental de la religión
cristiana.

 San Ireneo, obispo de Lyon (+202), afirma que la “virginidad de la


madre de Cristo” es una creencia contenida en la “regla de Fe” que
todos deben creer.
 Tertuliano de Cartago (+ 230), en su controversia con el gnóstico
Marción, afirma que María es Madre de Cristo porque ha sido
engendrado en su seno virginal.

 San Hipólito, sacerdote romano muerto por Cristo en el 235, escribe:


“La virginidad de María es un hecho que el mundo no puede
comprender, y que se ha cumplido en los designios de Dios”.

 Orígenes, de Alejandría (+253), gran apologista, rechazaba las


charlatanerías de un judío llamado Celso que negaba la virginidad de
María.

 San Efrén de Siria, hacia el año 333, decía: “Ella dio al mundo a su
Hijo, pero permaneció siempre virgen…Tiene Ella las dos grandes
cualidades: es Virgen y es Madre”.

 San Atanasio, patriarca de Alejandría (+373), escribió: “María


permaneció virgen hasta el fin”.

 San Ambrosio, obispo de Milán (Italia), redactó en el año 377 una


carta a su hermana religiosa en Roma, en lo que se ha llamado “El
Retrato de la Virgen”, en la que agrega: “Quién más casta que la
madre que ha traído a su Hijo al mundo permaneciendo virgen. Ella
era virgen pero no-solo de cuerpo sino también de espíritu”.

 San Basilio, obispo de Cesárea (+379), subraya: “Los amigos de


Cristo no pueden aceptar que la madre del Señor haya perdido su
virginidad”.

 San Epifanio (+403), declara explícitamente: “Jesucristo fue


engendrado por la siempre virgen San María por obra del Espíritu
Santo”.
 San Agustín, obispo de Hipona (+431), agregaba: “Jesús nació de
madre intacta, pues concibió siendo virgen, siendo virgen dio a luz, y
murió virgen”.

 San Cirilo, obispo de Alejandría (+444), le da el título de “Corona de


Virginidad”.
X. MARÍA Y LOS PADRES DE LA REFORMA PROTESTANTE

Los principales fundadores del protestantismo, se refirieron a María como


la “siempre Virgen”. En los “Artículos de la Doctrina Cristiana”, que debía
profesar los evangélicos, Martín Lutero escribe que Jesús nació de “María
pura, santa y siempre Virgen”. Juan Calvino trató de ignorante a Elvidio
(hereje del siglo V), porque afirmaba que María tuvo otros hijos. Ulrico
Zwinglio enseñó: “María, como virgen pura, nos engendró al Hijo de Dios,
y tanto en el parto, como después del parto se conservó siempre Virgen.
Pura e íntegra”. El pastor protestante John Wesley, creador de la Iglesia
Metodista, en su “Carta a un Católico”, agregó: “Creo que (Jesús) fue
concebido por obra singular del Espíritu Santo, nacido de la bendita
Virgen María, que tanto antes como después de darlo a luz, continuó
Virgen inmaculada”. Con el tiempo fuero los “hijos rebeldes” de la
Reforma Protestante que empezaron a negar esta verdad bíblica.
Tradición que se ha mantenido hasta nuestros días en todas las iglesias y
sectas de esta denominación.
MARÍA: LA DISCÍPULA DEL SEÑOR

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

INTRODUCCIÓN

Dice el documento de los obispos latinoamericanos reunidos en Puebla


(México) en el año de 1979, que maría es el modelo que cada cristiano se
debe proponer para imitar.

LA ANUNCIACIÓN Y EL MAGNÍFICAT

Aunque es verdad que en los evangelios se habla muy poco de María, si


podemos identificar desde la teología y la exegesis bíblica aspectos muy
importantes que el común de los cristianos dejan pasar por alto, y es así
como vamos a analizar en primer lugar el texto de (Lucas 1, 26-38).

(Verso 26): Nazaret en la provincia de Galilea, era una aldea al norte de


Israel (o Palestina), tan insignificante para el resto de los judíos que no
hay ninguna mención de ella en los textos del Antiguo Testamento o en
los escritos del historiador judío Flavio Josefo. Ni siquiera el mismo
Satanás, quien es descrito en las escrituras como el “príncipe de este
mundo”, sabía lo importante que sería en la historia de la salvación esta
pequeña comarca en la cual se llevaría a cabo la encarnación del Salvador
del género humano por medio de una joven judía humilde y sencilla.

(Verso 27): Los Padres de la Iglesia le han dado dos significados al


nombre de María:

 San Jerónimo (s. V), la define como “stilla maris”, es decir, “gota
de aquel mar”. Por un error de copista llegará a ser la célebre
“stella maris”, (“estrella del mar”).
 Mientras que San Pedro Crisólogo (s. V), obispo de Ravena, la
relaciona como “dómina” (“señora”).

(Verso 28):“Este saludo en el griego koiné (o común) es de forma tras


literal como jaire kejaritomene.

La palabra salve (jaire) es un saludo a un individuo muy importante,


como era a la persona misma del emperador romano que se le decía
“salve césar”. De hecho, los soldados romanos en la pasión de N.S.
Jesucristo cuando se burlaron de Él lo hacía diciendo: “¡salve, rey de los
judíos!”. (Mateo 27,29).

Mientras que kejaritomene es un término compuesto. Esta palabra,


cuya raíz es jaritoo (gracia), indica un estado especial en que la gracia
sobreabunda desde siempre y para siempre en ella. También implica
otros términos como la “amada”, la “favorecida”, “agraciada” o
“gratificada” en sumo grado. En cuanto a las palabras del ángel Gabriel:
“El Señor es contigo” podría decirse también “el Señor te acompaña”. El
ángel emplea este participio a modo de nombre propio, lo que aumenta la
fuerza de su significado.

(Verso 29): Son tan importantes estas palabras y tal trascendencia que la
misma María se turbó ante este anuncio, y se preguntaba que significaba
aquel saludo.

(Verso 31): el hijo del Altísim que nacería de Ella sería llamado “Jesús”.
Que equivale a “Yoshua” (en hebreo), “Yeshua” (en arameo) o Iesous (en
griego), los tres idiomas en que se escribieron originalmente los textos
sagrados; y cuyo nombre es una abreviación de “Yahveh salva” o “Dios es
salvación”.

(Versos 32-33): Características que tendría su hijo, y el reinado que


inauguraría con su nacimiento.
(Verso 35): El poder del Dios Altísimo descendió sobre Ella como una
“sombra” o una “nube”. Era la misma forma como sucedía cuando
Yahwé Elohim bajaba en la Tienda del Encuentro del Santuario
construido por Moisés, y que es conocido como la schekji.náh (o la
gloria del Adonay) (Éxodo 40, 35). Por eso, la Virgen María es llamada
por los teólogos como el “nuevo Santuario”.

(Verso 38): María ante tal designio celestial no contesta como debería de
haber sido al haberse auto proclamado como la “madre del futuro rey de
Israel” o más bien la “reina madre”, sino que por el contrario, adopta la
condición como la “sierva del Señor”. En otras traducciones de la palabra
de Dios aparece la palabra “esclava”.

El término “sierva”, duole en griego, viene de la raíz deo, que significa


atar. Los esclavos o siervos eran la escala más inferior en el judaísmo
antiguo. De acuerdo a la legislación de Moisés, los esclavos hebreos
tenían que ser liberados en el séptimo año de la servidumbre o en el año
del Jubileo (Éxodo 21,2). No obstante, si recibía buen trato de su amo, el
esclavo podía renunciar a su libertad y quedarse con él el resto de su
vida. En este caso la norma decía que el amo tenía que apoyar la oreja
del esclavo contra una puerta, o el marco de una puerta, y perforarla con
un punzón (Éxodo 21,5-6; Deuteronomio 15,12.16-17). Este rito se hacía
porque en el hebreo, el concepto de obediencia o atender a una
autoridad superior se expresaba con una palabra que significaba oír o
escuchar, que es shamá. Así que la perforación de la oreja simbolizaba el
deseo del siervo de seguir sirviendo a su amo. Sin embargo, los esclavos
que se fugaban y eran atrapados, los marcaban con un hierro candente y
quedaban excluidos para siempre de una eventual liberación.
Sobre el cántico que María pronunció ante su prima Isabel que aparece
en (Lucas 1, 46-55), podemos decir lo siguiente:

 En el pueblo judío todo acontecimiento familiar, social o local de


gran importancia, era traducido inmediatamente en prosa rítmica,
según normas que permitían memorizarlo. Quienes se encargaban
de esta labor eran por lo general las mujeres.

 La Iglesia Católica la ha dado el nombre del magníficat, porque en


el latín (idioma oficial en el catolicismo), sus primeras palabras son:
“magníficat anima mea dominum”, proclama mi alma la
grandeza del Señor.

Los exegetas han evidencia en María un amplio conocimiento en las


Sagradas Escrituras, pues se calcula que hizo más de veinte referencia
del Antiguo Testamento.
Del mismo modo, este canto está dividido en tres partes importantes:

 La alabanza a la persona de Dios padre y su relación estrecha con


El, en los versos del 46 al 49.
 Una exaltación de la justicia divina en favor de los más
desfavorecidos de la sociedad, en los versos del 50 al 53.

 El vínculo de Yahvé Shaddai y la nación de Israel, como el pueblo


de la primera alianza, en los versos del 54 al 55.

Después de haber dados estos datos generales vamos a leer el texto


bíblico, explicando los versos más importantes de la primera parte:
(Versículo 47): La palabra “espíritu” viene del griego pneuma, que se ha
identificado como la parte inmortal o inmaterial en el ser humano.
Del mismo modo, Dios Padre la ha salvado del “pecado original” desde el
momento mismo de su concepción, ya que solo una mujer pura y santa
puede albergar en su vientre al Emmanuel (Dios-con-nosotros).
(Versículo 48): María declara nuevamente como la “sierva” a los designios
del Altísimo. El término “siervo” o “sierva” en el lenguaje bíblico, puede
significar también como uno que se entrega a la voluntad del otro.

Todas las generaciones la llamarán “bienaventurada”, “dichosas” o “feliz”


en otras traducciones. Es la única criatura humana que en la Biblia tiene
este privilegio, que además tiene que ser reconocido y aceptado por
todos los que se llamen cristianos a través de todos los tiempos.

(Versículo 49): Esta gracia especial está en relación con lo que el


Todopoderoso ha obrado en Ella.

“Su nombre es santo”, del griego jagios, que significa que Dios Padre es
absolutamente santo, en su pureza, majestad y gloria; tal cual como es la
misma esencia o título de N.S. Jesucristo; así aparece en las palabras del
ángel Gabriel en la anunciación, como leímos anteriormente: “Por eso el
niño que nazca será santo y se le llamará Hijo de Dios” (Lucas 1,35).

LA NATIVIDAD Y LA INFANCIA DE JESÚS

Cuando el Rey de reyes nace en el portal de Belén, unos pastores


siguiendo las indicaciones de un ángel del cielo, van a visitarlo. Veamos lo
que aparece en el evangelio de Lucas 2, 16-19.

(Verso 16): esta escena es conocida con el nombre de la sagrada familia.

(Verso 19): María meditaba estos acontecimientos en su interior, dando a


entender que era una mujer de profunda espiritualidad y vida
contemplativa de los designios del Dios Todopoderoso, que se le iban
revelando con el trascurso del tiempo, en relación con su hijo Jesucristo.

Luego va aparecer la escena de la presentación del divino niño en el


templo de Jerusalén, donde interviene el profeta Simeón de la siguiente
manera:
(Verso 33): los padres del pequeño Jesús sienten el mismo gozo como
cuando escucharon a los pastores anteriormente.

(Versos 34 -35): Para María se abre el camino de dolor que culminará en


el monte Gólgota (o calavera). Igualmente, podemos agregar que el
vocablo “alma” en griego es “psuque”, y comprende toda la persona
como tal.

Transcurrido un lapso de tiempo de casi dos años, viene la visita de los


magos de Oriente al divino infante en Belén, como aparece en el
evangelio de Mateo 2,11.

En este texto bíblico podemos observar que es María la que da a conocer


al Salvador del mundo a los Magos, que simbolizan al mundo pagano o
gentil. No obstante, el acto de “adoración” del griego proskinéo, que
implica precisamente inclinarse en señal de “homenaje” o “reverencia”, al
igual que los tres presentes o regalos de oro, incienso y mirra; no son
para Ella sino para su Bendito hijo. Esta es la típica representación que
aparece muy comúnmente en las imágenes, pinturas e íconos del arte
religioso o sacro.

Más adelante, cuando ya Jesús de doce años sube con sus padres a
Jerusalén para la fiesta de la Pascua, y cuando lo encuentran después de
tres días de búsqueda, se presenta el siguiente diálogo entre la Madre y
el Hijo en Lucas 2,48-49.

(Verso 51): El término corazón del griego kardia, designa el interior de


cada ser, y en un sentido espiritual representa el dolor que causa algo en
la vida del individuo.

(Verso 52): En este último versículo podemos anotar que la única persona
testigo ocular de este acontecimiento es su madre María, ya que estuvo
al lado de su Hijo desde el pesebre en la gruta de Belén hasta la cruz en
el calvario en Jerusalén.
MARÍA EN LA VIDA PÚBLICA DE CRISTO

Ya en el comienzo de la vida público del Hijo de Dios y poco después de


su bautismo, el Señor fue invitado con su madre y los discípulos a una
boda en Caná, en la región de Galilea. Cuando quedaba poco vino, María
le dijo a su hijo las siguientes palabras: “No tienen vino” (Juan 2,3).
Causa desconcierto en algunos lectores la forma como el Unigénito de
Dios le responde a su madre: “¿Qué quieres de mi, mujer? Aún no ha
llegado mi hora” (4). No obstante, este pasaje tiene una dimensión
exegética y profética, pues el Mesías hace mención a su misión redentora
por los pecados de toda la humanidad, que no se realizaría sino hasta
casi tres años después de este hecho, ya que cuando la multitud vino a
prenderlo en el huerto del Getsemaní, Jesús despertó a sus apóstoles y
exclamó: “llegó la hora. El Hijo del Hombre va a ser entregado en manos
de los pecadores” (Marcos 14,41).

Otro hecho relevante es el episodio de la crucifixión de Cristo, ya que en


los evangelios o la buena noticia, nos indica la fidelidad de María y las
otras santas mujeres en este momento tal crucial en la vida del Señor
Jesús. Al respecto, el apóstol y evangelista Juan nos aclara cómo María
encabezaba este grupo (Juan 19,25). Igualmente en (Marcos 15, 40-41),
nos da otra lista complementaria. Así mismo, Los evangelios ponen por
escrito las mujeres que fueron el domingo en la madrugada a
embalsamar el cuerpo de Nuestro Señor (Marcos 16,1-6; Lucas 24,9-11).

Podemos concluir, que la única creyente que realmente entendió en su


corazón las enseñanzas del Mesías cuando predicaba que tendría que
padecer, morir y volver a la vida el tercer día; fue precisamente la Virgen
María que no hizo parte de las mujeres que visitaron la tumba vacía o al
lado de los apóstoles incrédulos que no creyeron en este acontecimiento.
MARÍA Y LA IGLESIA APÓSTOLICA

Después de haber resucitado triunfalmente el Señor y regresar a la


presencia del Padre Eterno a los cielos en el monte de los Olivos, la
primera comunidad de discípulos se reúne en torno de María, así lo da a
conocer el libro de los Hechos de los Apóstoles 1,12-14. Todos ellos
reciben la fuerza renovadora y prometida por Jesús del Espíritu Santo en
la fiesta del Pentecostés (2,1-4).

Para concluir se puede resaltar las palabras de San Agustín, obispo de


Hipona y doctor de la Iglesia del siglo V, cuando dijo: “María Santísima
hizo la voluntad del Padre y por eso cuenta más en ella el haber sido
discípula de Cristo que haber sido madre de Cristo”.
MARÍA EN LA IGLESIA PRIMITIVA

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

Dice San Dionisio Areopagita, discípulo de San Pablo y según la tradición


eclesiástica primer obispo de Atenas (Hechos 17,34); quien fue además
testigo ocular de la vida de la Virgen, que en sus últimos años era de
una belleza incomparable.

Los Padres de la Iglesia especialmente los de Oriente, han relacionado el


oráculo de Sofonías (3,14), con la Virgen Santísima: “! Exulta, hija de
Sión; da voces jubilosas, Israel; Alégrate con todo el corazón, hija de
Jerusalén!”.

En el siglo II, San Ireneo de Lyon utiliza para María el título de


“abogada”.

San Justino Mártir, San Ireneo de Lyon o Tertuliano (siglos II-III), en un


ambiente polémico contra los gnósticos y docetas; identificaron a María
como la “Nueva Eva”.

Orígenes de Alejandría (+254), considera a la Madre del Mesías como


modelo de los cristianos.

En la catacumba de Priscila en la vía Salaria de Roma, hay una pintura del


siglo III, de la Virgen María y el Niño en compañía de Isaías, arriba
aparece la estrella de la profecía de Balaam: “De Jacob avanza una
estrella” (Números 24,17). Es considerada la referencia más antigua de la
devoción a Nuestra Señora. Igualmente, en las catacumbas de san Pedro
y san Marcelino se admira también una pintura del siglo III/IV que
representa a María en medio de san Pedro y san Pablo, con las manos
extendidas y orando.
Los padres franciscanos al construir la actual basílica de la Anunciación en
Nazaret, encontraron grafitos que datan desde del siglo II, en los que
dicen: “Charia María” (“Alabada sea María”), otra es en griego “Xe
Mapia”, es decir “Jaire María” (“Ave María”). Igualmente, hay una
inscripción en armenio, en la que se lee: “Keganuish” (“Bella Doncella”).

Ya en el siglo III, como se deduce de un antiguo papiro, los cristianos de


Egipto se dirigían a María con esta oración: “Bajo tu amparo nos
acogemos, Santa Madre de Dios. No desprecies las oraciones que de
dirigimos en nuestras necesidades, antes bien, líbranos de todo peligro, o
Virgen Gloriosa y Bendita”. Aquí aparece por primera vez la expresión
griega “Theotókos”, que literalmente significa” la que ha engendrado a
Dios”.

En el siglo IV se tiene constancia de fiestas en honor de María Santísima.


La Purificación en el Templo se conmemoraba en Jerusalén en el año
380, y de allí pasó a Occidente. La Dormición se realizaba en Oriente
después del año 500 más o menos. En el siglo VII se empezaron a
celebrar también en Roma y Occidente las fiestas de la Anunciación, la
Asunción (o Dormición), Natividad, la Visitación entre otras.

Los antiguos cristianos al referirse a María la llamaban con el término


griego “Aei-Parthenos”, es decir, -“Siempre Virgen”- que san Epifanio
(+403), obispo de Chipre, lo introduce en su símbolo de fe.

Después del concilio de Éfeso (431), se le da a María el título de


“Panaguía” (“Toda Santa”).

En el mismo siglo V se empieza a alabar a María con el distintivo de


“Reina”. San Juan Damasceno (en el mismo siglo) le decía “Soberana”.

San Juan Crisóstomo, patriarca de Constantinopla, quien falleció a


principios del siglo V, llamaba a María: “Auxilio potentísimo, fuerte y
eficaz de los que siguen a Cristo”; Es decir, “Auxilium Cristianorum”
(auxilio de los cristianos).
San Sabas de Cesarea, en el año 532, narra la historia de dos ciegos que
se curaron delante de una imagen de la Madre de Dios. Es el primer
registro oficial que se tenga por esta intercesión.

Proclo, patriarca de Constantinopla (s. V), identifica en María como el


“Arca del Señor”. Del mismo modo, Romano de Melode (s. VI), agrega:
“Arca de la Alianza que dentro de sí lleva a Dios mismo”.

El primero en reconocer por escrito una serie de milagros atribuidos a la


intercesión de María fue San Gregorio, obispo de Tours (Francia), (s. VI).
El patriarca Severo de Antioquía, (s. VI), cantaba en un himno:
“Imploremos a aquella que es la Madre de Dios y roguémosle que
interceda por nosotros, ella que es honrada por todos los santos”.

Uno de los más ardientes defensores de la intercesión poderosa de


Nuestra Señora ante su hijo Jesucristo, fue San Isidoro de Sevilla (s.
VII).

Andrés, obispo metropolitano de la isla de Creta (s. VIII), reconocido


como santo por la Iglesia de Oriente, tenían unos particulares versos en
honor de la Madre de Dios basándose en el Salmo (45,9), que dice así:
“Reina del género humano, reina inmaculada, nueva reina, reina de
todos los hombres”.
MARÍA EN LA IGLESIA CATÓLICA

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

Los cuatro dogmas (creencias de fe) marianos, aceptados por la Iglesia


Católica, son:

a. La Inmaculada Concepción, “Y entrando el ángel en donde ella estaba,


dijo: ¡Salve, muy favorecida! El Señor es contigo; bendita tú entre las
mujeres” (Lucas 1,28). (Papa Pío IX, 1854).

b. La Maternidad Divina, “¿Por qué se me concede esto a mí (Isabel), que


la madre de mi Señor venga a mí?” (Lucas 1,43). (Concilio de Efeso,
431).

c. Su Virginidad Perpetua, “He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un


hijo, y llamarás su nombre Emmanuel, que traducido es: Dios con
nosotros” (Mateo 1,23). (Concilio de Letrán 649).

d. Su Asunción a los Cielos es Cuerpo Y Alma, “Apareció en el cielo una


gran señal: una mujer vestida de sol, con la luna debajo de sus pies, y
sobre su cabeza una corona de doce estrellas” (Apocalipsis 12,1).
(Papa Pío XII, 1950).

Santa María La Mayor, es una de las cuatro iglesias principales de la


ciudad de Roma. Llamada al principio Liberiana, porque identificaba con
un antiguo templo pagano, en la cima del monte Esquilino, que el Papa
Liberio adaptó como la primera Basílica dedicada a Nuestra Señora. Narra
la leyenda que la Virgen se apareció en la noche del 5 de agosto del 352
al Papa Liberio y a un patricio romano, y los invitó a construir una iglesia
en el lugar en donde hallarían nieve (agosto en Roma es un mes de
mucho calor); al día siguiente por la mañana se encontró nieve en la
colina mencionado anteriormente.
En la mañana del 8 de diciembre de 1854, en la basílica de San Pedro del
Vaticano, en el momento de la lectura de la Bula Ineffabilis Deus, que
confirmaba como dogma de fe la Inmaculada Concepción de María; sobre
el Papa Pío IX cayo un rayó de luz. Fenómeno sorprendente, porque en
ese momento era la víspera del invierno, desde ninguna ventana de la
basílica podía llegar un rayo de luz al ábside donde se encontraba el
Romano Pontífice.

El Vaticano ha revelado que se ha encontrado un manuscrito inédito en el


que el Papa Pío XII narra que vio el sol rotar cuatro veces con ocasión de
la proclamación del dogma de la Asunción. El Romano Pontífice recuerda
que el 30 de octubre de 1950, mientras paseaba en los jardines
vaticanos, asistió al mismo fenómeno que se verificó en 1917, al final de
las apariciones de Fátima, y lo consideró una confirmación celeste de
cuanto estaba por realizar. El Papa atestigua haber presenciado al mismo
hecho “el 31 de octubre y el 1 de noviembre, día de la definición del
dogma de la Asunción, después otra vez el 8 de noviembre. Luego ya no
más”. El Pontífice habló de lo sucedido con algunos cardenales y unos
pocos íntimos, como sor Pascalina Lehnert, la religiosa gobernante del
apartamento papal.

Existe un vínculo sólido entre la vida de Eugenio Pacelli (nombre de pila


de Pío XII) y la Virgen María. Desde niño era devoto y estaba inscrito en
la Congregación de la Asunción, que tenía la capilla cerca de la Iglesia del
Jesús. Una devoción que parece profética, ya que será precisamente él
quien declaró este dogma mariano. Celebró su primera Misa como
sacerdote el 3 de abril de 1899, en el altar del icono de María "Salus
Populi Romani" en la capilla Borghese de la Basílica de Santa María la
Mayor. Recibió la ordenación episcopal del Papa Benedicto XV en la
capilla Sixtina el 13 de mayo de 1917, día de la primera aparición de la
Virgen en Fátima". En 1940, en calidad de Pontífice, reconoció
definitivamente las apariciones de Fátima, y en 1942 consagró el mundo
entero al Corazón Inmaculado de María. Se encontró muchas veces con
sor Lucía, la vidente de Fátima, y le ordenó que transcribiera los
mensajes recibidos de la Virgen, convirtiéndose por tanto en el primer
Vicario de Cristo en conocer aquello que durante años ha sido conocido
como el tercer secreto, y que Juan Pablo II hizo publicar. El 1 de
noviembre de 1950, tras haber consultado a los obispos de todo el
mundo, unánimemente concordes -sólo seis respuestas sobre 1.181
manifestaban alguna reserva-, con la Bula Munificentissimus Deus,
proclamó el dogma de la Asunción, como cumplimiento del dogma de la
Inmaculada Concepción.

El mismo Pío XII señaló que el mensaje de la Virgen en Fátima, era una
de las mayores intervenciones de Dios por medio de la Madre de su Hijo
en la historia del cristianismo desde la muerte de los apóstoles. De hecho,
la Unión Soviética dejó de existir cuando los presidentes de Rusia,
Ucrania y Bielorrusia, al final de una reunión, anunciaron formalmente su
disolución. Y esto sucedió el 8 de diciembre de 1991, precisamente en la
fecha de la fiesta de la Inmaculada Concepción, y resulta fácil ligarlo a la
consagración de Rusia al Corazón Inmaculado de María efectuado por el
Papa Juan Pablo II y todos los obispos del mundo, el 25 de marzo de
1984. Asimismo, el signo definitivo que indicaba la derrota del comunismo
ateo se produjo el día en que se quitó la bandera rosa que durante
muchas décadas había sido izada en el Kremlin, y en su lugar se colocó la
bandera nacional rusa. Esto ocurrió el 25 de diciembre de 1991, una de
las fiestas más importantes del calendario litúrgico católico, el Nacimiento
de Jesús por medio de la Virgen María.

La fiesta del Corazón Inmaculado de María fue oficialmente establecida


por el papa Pío XII, el 4 de mayo de 1944, para obtener por medio de su
intercesión la paz entre las naciones (lo cual coincidió poco antes de la
finalización de la II Guerra Mundial). El papa Juan Pablo II declaró que
esta conmemoración religiosa será de carácter “obligatorio” y no
“opcional”. Esta es la primera celebración que debe incluirse en la liturgia
de todo el orbe católico.

En 1955, el papa Pío XII, instituye el día 31 de mayo como la solemnidad


de “María Reina”, para clausurar este mes que es dedicado en su honor.
Durante el concilio Vaticano II, el 21 de noviembre de 1964, el papa
Pablo VI, atribuyó solemnemente a María el título de “Mater Ecclesiae”:
“Madre de Cristo, Madre de la Iglesia”.

El Papa Pablo VI, en su encíclica Signum Magnum (1967), identificó a


Nuestra Señora de Fátima como la representación bíblica de la “Mujer
vestida de Sol” (Apocalipsis 12,1).

El Papa Juan Pablo II, en su encíclica Redemptoris Mater (1987),


escribió “que las apariciones marianas significan que la Santísima Virgen
se está trasladando, a través del tiempo y del espacio, en una
peregrinación hacia la Segunda Venida de Cristo y la victoria final de
María sobre Satanás. Este es el papel de ella ahora como fue
predestinada desde el principio”.
MARÍA PARA LOS SANTOS Y MÍSTICOS

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

Según revelaciones particulares recibidas por varias santas y místicas,


María desde su tierna infancia había pedido al Altísimo dos cosas:
consagrarse con su virginidad y ser la sierva de la Madre del Mesías.

A Santa Isabel de Hungría (s. XIII), le fue comunicado que desde el día
que María se ofreció a Dios en el Templo, no cesó de pedir por la pronta
venida del Rey de Israel.

La beata Ana Catalina Emmerich (s. XIX), describe en una visión que la
Niña María era de contextura delicada, de estatura media y con una
cabellera rubia y ondulada; su inteligencia era muy superior a las demás
niñas judías que vivían en el Templo.

La Anunciación fue descrita también por la ya mencionada monja


estigmatizada Ana Catalina Emmerich, quien vio a la virgen con un amplio
vestido de lana y un velo coralino en la cabeza. María se encontraba
arrodillada en profunda oración. En el momento de la Encarnación del
Hijo de Dios Ella contaba con poco más de 14 años.

A Teresa Neumann (s. XX) y Ana Catalina Emmerich, les fue revelado que
tanto la concepción, el embarazo y el parto de la Virgen María ocurrieron
sin dolor, por estar exenta del pecado original.

Santa Gertrudis (s. XIV), una vez leyendo en La Escrituras que dice que
Jesús es el “hijo primogénito” (Lucas 2,7), no alcanzaba a entender
cómo es posible que si María no tuvo más hijo se utilizara este término.
El Señor le reveló que “Jesucristo había sido primogénito según la carne,
y los demás seres humanos según el espíritu” (Juan 1,12-13; Romanos
8,17; Efesio 1,5).
Según la tradición antigua, autorizada por los patriarcas de Jerusalén, San
Juan Damasceno (s. V), Nicéforo, patriarca de Constantinopla (s. VIII), y
otros Padres de la Iglesia; la muerte de María no fue una muerte con
dolor sino de amor de volver a ver a su amado Hijo. Esto ocurrió al
parecer unos catorce años después de la ascensión del Señor a los cielos.
Cuando los apóstoles la sepultaron cerca del Cenáculo no se encontraba
Tomás, quien llegó tres días más tarde, al destapar nuevamente el
sepulcro solo encontraron los paños con que había sido envuelto su
cuerpo.

La ya mencionada visionaria estigmatizada Teresa Neumann, agrega que


el Tránsito de María ocurrió “un día sábado, en la mañana muy temprano,
y la sepultaron avanzada la tarde”.

Afirma San Pedro Damián, obispo de Ostia (s.XI), que una mujer difunta
llamada Marozia, se apareció a una amiga suya, y le confesó que el día de
la Asunción de la Virgen la sacó del purgatorio con todas las demás
almas, cuyo número superaba al de todos los habitantes del pueblo
romano. Igualmente, San Dionisio Cartujo (s. XV) dice que en la fiesta de
su Natividad y de la Resurrección del Señor, baja la Madre de Dios
acompañada de la celestial milicia, y saca muchas almas para llevarlas al
cielo.

San Juan Damasceno relata en una carta que Santa Pulcheria Augusta,
emperatriz de Bizancio, a comienzos del siglo V, mandó a pedir al
patriarca de Jerusalén, San Cirilo, el sudario con que fue envuelto el
cuerpo de la Santísima Virgen para construirle una basílica.
APUANTES SOBRE LA MADRE DE DIOS I.

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

El protoevangelio de Santiago, relata la historia de Joaquín y Ana, padres


de la Virgen María. La madre de edad avanzada y estéril, obtuvo del
Señor el nacimiento de su hija, a quien llevaron al Templo de Jerusalén a
los tres años, en cumplimiento del voto que habían hecho.

Tanto en el Talmud de Babilonia como el de Jerusalén aluden a María, la


madre de Jesús, como hija de Joaquín: “Myriam bath Jehoakim”.
Además se asegura que era descendiente de la familia de David por vía
materna y paterna, y que el abuelo de Cristo era uno de los personajes
más acaudalados e influyentes de la Jerusalén herodiana. Mientras que
en otros aparte la tratan de manera insolente.

El evangelio apócrifo de Pseudo Mateo narra que Joaquín perteneciente a


la tribu de Judá “hacía tres partes de sus bienes, bien se tratara de las
ovejas, o de los corderos, o de la lana, o de cualquier otra cosa que le
pertenecía: la primera la distribuía entre las viudas, los huérfanos, los
peregrinos y los pobres; la segunda era para las personas consagradas al
culto de Dios; la tercera, finalmente, se la reservaba para sí y para su
familia.”

La tumba tradicional del santo matrimonio de Joaquín y Ana, fue


descubierta en la Ciudad de Dios, en 1889.

El culto a Santa Ana aparece en la Iglesia de Oriente en el siglo VI, y para


San Joaquín un poco más tarde. En Occidente se extendió desde el siglo
XII, y su fiesta empezó a celebrarse en el siglo siguiente.
En aquella época el nombre de Miriam (o Mariam), era llevado por una
de cada tres mujeres judías.

San Bernardo de Claravelle, llamado el “Doctor Mariano” (siglo XII), fue el


primero en llamar a María como “Nuestra Señora”.

El día sábado en la liturgia del tiempo ordinario ha sido dedicado a


Nuestra Señora, ya que una antigua tradición afirma que en ese día de la
semana, nació y murió.

La Madre del Señor vino al mundo muy probablemente en Jerusalén,


capital de Israel. San Joaquín, era descendiente de la familia de David,
galileo, de la ciudad de Nazaret. Santa Ana, era de la estirpe de Aarón, y
había nacido en Belén. María pertenecía a la tribu de Judá. Su prima
Santa Isabel estaba casada con Zacarías, sacerdote del Templo de la tribu
de Leví (Lucas 1,5). Otro pariente mencionado en La Biblia era su cuñada
María, esposa de Cleofás, llamada comúnmente como la hermana de la
Madre de Jesús (Juan 19,25).

En Jerusalén hay una iglesia edificada en el siglo V en las cercanías de la


piscina probática, lugar en el cual la tradición sostenía que estaba ubicada
la casa de Joaquín y Ana. Sobre sus ruinas, construyeron luego los
cruzados la Basílica dedicada a Santa María, donde nació, hoy
denominada de Santa Ana. Desde el mismo siglo V fue sitio de
peregrinación. Después del año 603 el patriarca Sofronio afirma lo dicho
anteriormente. Posteriormente, la arqueología ha respaldado el hallazgo.
María, entró en el santuario de la Ciudad Santa para pasar los años de su
infancia y de la adolescencia. Según el escritor judío Josefo, las mujeres
de los sacerdotes o las viudas educaban aquí a algunas niñas en la
oración, la piedad y el estudio de Las Escrituras. Había además mujeres
que servían en este recinto sagrado (Éxodo 38,8; Jueces 11,28-40; 1
Samuel 2,22). O también, se encontraba el caso de la anciana y profetiza
Ana, que permanecía en el templo “de noche y de día con ayunos y
oraciones” (Lucas 2,37).
El Protoevangelio de Santiago hace alusión a que la santa niña recibía
alimento de las manos de un ángel.

María vivió en el santuario sobre el monte Moria hasta los doce años de
edad. Ya que según las reglas bíblicas de la pureza, con la llegada de la
menstruación, lo contaminaría.

En el momento de la anunciación María vivía en Nazaret de Galilea


(Lucas 1,26-27), tendría unos 14 años, una edad muy común para el
matrimonio y la primera maternidad en Oriente.

La palabra latina “Ave” con que el ángel Gabriel saluda a María,


corresponde al vocablo griego “Chaire”, que se traduce como “Alégrate”
(Lucas. 1,28). A primera vista el término Chaire, “alégrate”, parece un
saludo normal, usual en la costumbre griega, pero esta palabra, cuando
se lee en el contexto de la tradición bíblica, adquiere un significado
mucho más profundo. Este mismo término está presente cuatro veces en
la versión griega del Antiguo Testamento y siempre como un anuncio de
alegría para la venida del Mesías (Sofonías. 3,14; Joel 2,21; Zacarías 9,9;
Lamentaciones 4,21).

El cuarto mandamiento de la ley de Dios exige: “Honrar a tu padre y a tu


madre” (Éxodo 20,12). La palabra “honrar” (en hebreo “kabodah”),
también significa “glorificar”. Por lo tanto, Jesús glorificó a María.
Además la Palabra de Dios nos enseña: “Tuvimos a nuestros padres
terrenales que nos disciplinaban, y los venerábamos” (Hebreos 12,9.
Versión Biblia Protestante Reina Valera, edición de 1.985).

En la ciudad de Ain- Karen cerca de Jerusalén, se levanta la iglesia de “la


Visitación” de María a su prima Isabel, allí también se ve una fuente de
agua milagrosa, que según una antigua tradición brotó en el momento
del encuentro de las dos santas mujeres (Lucas 1,39-40).
En Nazaret se encuentran dos basílicas marianas:

La iglesia griega de San Gabriel, que se levantó en el lugar donde María


recibió el anuncio del cielo (Lucas 1,28). Esta pequeña gruta hacía parte
de un lugar imprescindible en las casa de los hebreos: allí se retiraban a
hacer oración. En el santuario existen dos columnas, dedicadas a la
Virgen y al arcángel San Gabriel. La primera fue derribada por los
musulmanes en busca de tesoros ocultos. Fue reconstruida por los frailes
franciscanos.

La iglesia de la Anunciación, se encuentra no lejos de la primera. Morada


donde vivió la Madre del Señor antes de los esponsales. Es una gruta
natural situada en una colina, que los apóstoles en el año 44 consagraron
como templo y San Pedro celebró con la bendición del pan. Una nueva
basílica fue construida en 1969, sobre la iglesia que levantaron en 1739
los franciscanos, en el mismo sitio del templo dejado por los cruzados.

En noviembre de 1997, un grupo de arqueólogos israelíes que excavaban


en la Katisma (El asiento, en griego), la mayor iglesia bizantina erigida en
Palestina hacia el siglo V, descubrieron la roca en la que según la
tradición cristiana descansó la Virgen María antes del nacimiento del
Emmanuel. El templo como un monasterio vecino fueron edificados con
las donaciones de una viuda, y se hallaba en medio del camino entre las
antiguas rutas judías que conducían de Jerusalén a Belén y Hebrón de
Cisjordania. Su forma octogonal inspiró al califa Abed el Melek en el siglo
VII para construir en la Ciudad Santa la Mezquita de Omar o “Domo de la
Roca”, por Omar el “príncipe de los creyentes islámicos”.

La basílica de la Natividad en Belén fue construido por Santa Elena (s.


IV), y reformado por el emperador Justiniano (s. VI). Durante la invasión
de los persas la respetaron porque en el frontis vieron un mural que
representa el desfile de los Magos de Oriente con gorros y vestidos
propios de su cultura. Más adelante, cuando les tocó el turno a los
musulmanes, no la tocaron por estar dedicada a la Madre del profeta
Jesús, a quien ellos mismo veneran.
En Belén se puede visitar la llamada “Gruta de la Leche”, donde según
una piadosa leyenda la Virgen Santísima mientras amamantaba al Niño
dejó caer una gotas de su leche, al instante las rocas se tornaron blancas
y blandas. Desde entonces este lugar es objeto de veneración por los
cristianos y musulmanes, sobre todo por las mujeres estériles o lactantes
que le piden a la Madre de Jesús por estos dos favores.

Cuentan los evangelios apócrifos que durante el viaje a Egipto de la


Sagrada Familia, las palmeras se inclinaban para darles sombra y
dejaban caer sus frutos, aparecían manantiales de agua fresca, las flores
abrían sus pétalos, los leones y leopardos iban a postrarse a los pies del
Divino Niño, y los ídolos se destruían a su paso.

Uno de los relatos más hermosos de la travesía de la Sagrada Familia en


el desierto, es la relacionada con el “niño leproso”. Dice una leyenda
piadosa que en el trayecto, un día al atardecer pidieron alojamiento en un
campamento. Aquel sitio era una cueva de ladrones, pero la esposa del
cabecilla, tuvo compasión de aquella joven y bella israelita con su hijo en
brazos, y los hizo seguir a su tienda. Esta mujer tenía también un bebé
cuya piel era blanca como la nieve, debido a la lepra que padecía. La
Santísima Virgen pidió agua para lavar al Niño Dios. Después de esto,
bañó con esta misma agua al “pequeño leprosito”, quien al instante
quedó curado de su enfermedad.

Los años pasaron, y aquel infante cuando se hizo hombre, siguiendo los
mismos pasos de su padre, se convirtió en un peligroso delincuente. Un
día el pueblo de Jerusalén lo vio en el monte Calvario clavado de una cruz
al lado derecho de Jesús. En aquella hora de agonía, la gracia divina tocó
el corazón de aquel criminal, quien al reconocer el peso de sus pecados,
le dice al Salvador: “Acuérdate de mí cuando estés en tu reino”. Jesús le
contestó: “En verdad te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso”.
Cristo expiró, la lanza del soldado romano le atraviesa el corazón. Otro
centurión le había quebrado las piernas al “buen ladrón”. Ya al morir tuvo
la dicha de acompañar al Hijo de Dios a su reino celestial.
Cerca del Cairo, donde José, María y el Niño permanecieron durante el
exilio, se conserva un sicómoro llamado el “árbol de la Virgen”. Cuenta la
tradición que la Sagrada Familia se refugiaba bajo su sombra del
candente sol. Este árbol ha sido objeto de veneración no solo por las
mujeres cristianas sino también por las mahometanas, que dejan atados
al sicómoro pañuelos y cintas como gratitud de algún favor recibido de la
Madre del profeta Jesús. En tanto que todas las fuentes de agua de la
comarca son salobres, cerca del “árbol de la Virgen” brota un manantial
de agua dulce que era utilizado por María.

A dos kilómetros de Nazaret existe una capilla construida por los


franciscanos de nombre “Santa María del Temblor”, que indica el lugar
donde estaba la Madre del Señor, cuando los judíos lo intentaron tirar por
un precipicio (Lucas 4,29).

El padre Silverio explica que en el evangelio cuando Cristo estaba en la


cruz no llama a Juan por su nombre, sino que le dice “hijo”; para dar a
entender que el Salvador la dio por Madre a todos los que por la
profesión de cristianos son discípulos suyos (Juan 19,26-27).

El cenáculo y el monte Calvario, tenían para la Madre de Jesús una


especial importancia hacia el final de su vida terrenal.
APUNTES SOBRE LA MADRE DE DIOS II.

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

Más niñas han recibido el nombre de María que el de cualquier otra figura
de la historia de la humanidad.

Se calcula que todos los días se rezan dos billones de Avemarías.

La invocación: “Santa María Madre de Dios, ruega por nosotros


pecadores”, está en un breviario cartujo del siglo XIII. La conclusión:
“Ahora y en la hora de nuestra muerte”, aparece en otros breviarios del
siglo siguiente; lo cual no quiere decir que no se usase antes, sino que no
se conserva testimonios escritos de lo mismo.

Cada año varios santuarios marianos tienen gran cantidad de peregrinos,


así por ejemplo: Fátima (Portugal) reúne a cinco millones de creyentes; la
Madona Negra de Czestochowa (Polonia) atrae a otros cinco millones; la
gruta de Lourdes (Francia) es visitado por unos seis millones de personas,
muchas de ellas no cristianas, para beber sus aguas sanadoras. La
basílica de Guadalupe (México), congrega a catorce millones de fieles.

En Europa muchas representaciones marianas llamadas “Virgen Negra”


(se cuentan 274 cuando menos), como la de Bolonia, Santa María la
Mayor en Roma, y la ya mencionada en Czestochowa; tienen como punto
de partida la mujer del Cantar de los Cantares (1,5), que se autodefine
así: “Tengo la piel oscura pero soy graciosa”.

En el Islam se menciona a Mariam (o María) con el título de “La Mujer


Piadosa de la Palabra”. Ella junto con Fátima (la hija de Mahoma), son las
dos mujeres más importantes para los musulmanes.
María es presentada en el Corán, libro sagrado para los mahometanos,
como: “La única mujer que no ha sido tocada por el Demonio”. Tan
importante es la Madre de Jesús para el islam que una sura o capítulo del
Corán lleva su nombre: Maryam (María en árabe). De los 114 capítulos
que componen el libro sagrado de los musulmanes, la sura 19 es la única
que lleva el nombre de una mujer. Además, María es nombrada más
veces que cualquier miembro de la familia de Mahoma. De hecho, su
nombre aparece en 34 ocasiones en el Corán. Todos los expertos
reconocen que los musulmanes respetan y honran a la Santísima Virgen.

Una mística musulmana, llamada Rabi’â, que vivió en el siglo VIII,


recogiendo la tradición coránica “mariana”, declaraba: “Cuando el día de
la resurrección seamos llamados, la primera en avanzar en la fila de las
criaturas humanas será María, la madre de Jesús. ¡Paz para ella!”.

En junio de 2015, ha sido inaugurada en la ciudad costera de Tartous


(Siria), la primera mezquita dedicada a la Virgen María, Madre de
Jesucristo.

En los primeros siglos del cristianismo la Santa Madona se manifiesta


para animar en la fe al apóstol Santiago (El Mayor) en España y a los
mártires; después sugiere la fundación de lugares de culto, iglesias,
conventos y monasterios. En el siglo XVI interviene en México
(Guadalupe) para impulsar el proceso de pacificación e integración entre
los conquistadores españoles y la población azteca. En el transcurso de
los siglos, Nuestra Señora ha estado junto a místicos y santos,
acompañándolos en su caminar en la fe. Ya a partir del siglo XIX, a
medida que los tiempos se hacen más peligrosos y el materialismo crece,
las apariciones se hacen vez más frecuentes; y para algunos mariólogos
señalan que “Así como Juan Bautista preparó el camino para la primera
venida de Jesús, María lo hará para su segunda venida”.

En el siglo XVI, Albania tenía como patrona a Nuestra Señora del Buen
Consejo. En ese entonces la nación católica fue invadida por las tropas
musulmanas. El día 25 de abril de 1467, en medio de la desolación, el
cuadro de la Virgen salió del lugar donde había permanecido durante
siglos en la ciudad de Scutari, y cruzando el mar Adriático se posó
definitivamente en una pequeña iglesia en la ciudad italiana de
Genazzano, cerca de Roma, donde se encuentra hasta hoy en un
santuario de la Orden de San Agustín.

Leopoldo, rey de Alemania, dijo un día públicamente que con el


escapulario de la Virgen del Carmen había batido y derrotado a los
turcos”. Igualmente, el católico Maximiliano, duque de Baviera,
generalísimo del ejército del emperador Fernando II, con los principales
oficiales, recibió el mismo escapulario que le impuso el P. Domingo de
Jesús María, y para entrar en batalla de Praga su esposa mandó hacer
miles de escapularios para se impusieran al ejército que iba a entrar en
combate, del que salió victorioso, a pesar de la inferioridad numérica y
desventajosa situación.

En agosto de 1995, en San Petesburgo (Rusia), se celebró la reapertura


de la catedral de Nuestra Señora de Kazan, convertida por Lenin y Stalin
en el museo central del ateísmo científico durante la época de la ex Unión
Soviética. En ese entonces al precioso cuadro se le colocó una leyenda
que decía: “Icono de la Virgen de Kazan, un objeto de superstición
popular”. Y encima una enorme placa de mármol con el escrito del
astronauta Titov: “Estuve en el espacio largo rato y busqué a dios y no lo
pude encontrar por ninguna parte”. Hoy en día el recinto sagrado ha
vuelto a ser restaurado para el culto de la Iglesia Ortodoxa.

En noviembre de 1996, un avión de carga de la compañía norteamericana


Millon Air se estrelló contra el campanario de una iglesia de la ciudad
portuaria de Manta (Ecuador); sin embargo, una imagen de bronce de
tres metros de la Virgen “La Dolorosa” quedó intacta.

En el año del jubileo del 2000, se presentó en Egipto un nuevo itinerario


turístico que incluía seguir los pasos de la Sagrada Familia –de Belén al
país de los faraones- para escapar de la ira del rey Herodes. La primera
parada está al norte del Sinaí en la localidad de Al Farma, cuyos ídolos
romanos quedaron destruidos al paso de la Santa Familia, y otra basílica
–en la salida norte hacia el delta del Nilo -, donde Jesús hizo brotar una
fuente de agua con la que calmó la sed de su familia, y curó a los
enfermos. La segunda ruta está en la iglesia y monasterio de Santa María
de Maadi, donde según la tradición fue este el lugar donde San José,
María y el pequeño Jesús se embarcaron para abandonar la ciudad de
Babilonia (antiguo Cairo).

En este santuario se dice que en el año 1976 apareció flotando una


antigua Biblia abierta en el capítulo de Isaías en el que dice: “y bendeciré
a Egipto, mi pueblo”. Al secarse esta hoja se dibujo una figura que
representaba a la Virgen Bendita, con el Niño en sus brazos, sentada
sobre un burro del que tiraba San José. Este hecho, además de que la
Biblia fue recuperada prácticamente intacta, fue considerado como una
señal de Dios para levantar el santuario. Más al sur, a orillas del Nilo, aún
se conserva el llamado árbol de Mataríyah (uno de los lugares más
venerados por los cerca de ocho millones de cristianos coptos que viven
en Egipto), en cuya sombra se sentó a descansar la Virgen María. Su
destino final fue la actual ciudad de Asiut, en el centro del país, donde
vivieron los casi tres años que duró su exilio.

En diciembre de 2004, las olas avasalladoras del Tsunami asiático


retrocedieron a sólo cien metros en la costa oriental en India, donde se
levanta una basílica dedicada a María. El agua llegó a la entrada principal
del santuario donde está colocada la imagen de Nuestra Señora de
Vailankinni, y se retiró tras haber escalado los primeros peldaños que
llevan a la puerta, donde se encontraban miles de fieles. No obstante, los
edificios cercanos fueron destruidos.

LAS APARICIONES DE LA VIRGEN MARÍA

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.


En la historia del cristianismo la Virgen María ha jugado un papel
especial, pues desde sus mismos orígenes hasta nuestros días se han
registrado infinidad de apariciones suyas; se calculan que son cerca de
2.400. Solamente en el siglo XX se presentaron casi 500 manifestaciones
marianas en 100 partes distintas. Es importante anotar que todas
guardan cierta relación con la visión que narra el Apocalipsis (12,1), que
dice: “Apareció en el cielo una gran señal: una mujer envuelta en el sol
como en un vestido, con la luna bajo sus pies y una corona de doce
estrellas en la cabeza”. Del mismo modo, todos los videntes describen a
la madre del Redentor como una mujer hermosísima no mayor de 20
años, con facciones bien delineadas, un rostro maternal y puro, en
ocasiones sonriendo o con una mirada triste; además radiante y
luminosa, pero se le puede mirar a la cara sin hacerle daño a la vista.
Incluso, tomando a veces los rasgos típicos de cada región, como en
México donde se mostró como una princesa azteca.

Sus vestimentas son de diferentes tonalidades, en Fátima apareció con un


traje blanco sujeto por un cordón dorado y un manto bordado en oro; en
Lourdes, de blanco con una cinta azul en la cintura, en el convento de las
hijas de la caridad en París se dejó ver toda de blanco, y en Guadalupe,
lo primera aparición reconocida oficialmente por la iglesia romana, tenía
una túnica rosada con un manto azul verdoso. Igualmente, sus ropajes
pueden ser un símbolo de protección para el creyente, como ocurrió con
la revelación a San Simón Stock de Nuestra Señora del Carmen con un
manto café y un velo blanco. Asimismo, la Santísima Virgen se ha dado a
conocer con diferentes títulos como: “La Inmaculada Concepción”, “La
siempre Virgen María”,”La Virgen del rosario”, “La Reina de la paz” del
“cielo” y demás.

Otra cosa en común, es que antes de las apariciones se presenta un


ángel como antesala de las mismas, la virgen puede verse sola, otras
veces al lado de José y el pequeño Jesús en brazos, con los ángeles
Custodios, o Juan Bautista y Juan Evangelista. También van acompañas
de luces, rayos y truenos, olores y música celestial, hechos milagrosos
como el manantial que hizo brotar en Lourdes, que ha curado a miles
de enfermos; lluvia de pétalos que desaparecen antes de tocar la tierra,
caída de copos de nieve o una especie de escarcha; o la famosa danza
del sol en Fátima, ante la mirada atónita de casi cien mil personas.

Ya en cuanto los mensajes son de diferentes características, pues pide


insistentemente el rezo del rosario, la penitencia, comunión reparadora,
promesas y palabras de consuelo, lugares de culto a su devoción,
además para poner fin a una epidemia o anunciar un futuro castigo si el
mundo no deja de ofender a Dios. Ahora bien, las personas escogidas
para estos eventos sobrenaturales van desde papas, cardenales, obispos,
fundadores de órdenes religiosas, monjes del desierto, misioneros en
tierras lejanas, místicos, emperadores, caciques, madres de familia,
mendigos, niños o por medio de los sueños como ocurrió con el sacerdote
San Juan Bosco en Turín (Italia).

De estos videntes podemos destacar al indígena san Juan Diego a quien


la Virgen de Guadalupe, le dejó impresa su imagen en su capa en el
cerro del Tepeyac (México), en 1.531. Santa Catalina Labouré, monja
vicentina a quien se le manifestó Nuestra Señora de la Medalla
Milagrosa, en París en 1.830. A los niños Melania y Maximino, en La
Salette, en los Alpes franceses, en 1846. A una aldeana adolescente de
nombre Santa Bernardé Soubiriú, en la gruta de Massabielle (Francia), en
1.858. Al igual, que a los tres Pastorcitos: Lucia y sus primos los beatos
Francisco y Jacinta, en el valle de Cova de Iría (Portugal), en 1.917.

Una de las apariciones de la Santa Virgen más sorprendentes que se


dieron en el siglo XX, ocurrió en Zeitoun (Cairo), porque fue vista por
miles de personas de diversas religiones cristianas y musulmanes. Zeitoun
es un suburbio del Cairo donde la Madre del Redentor acompañada de
ángeles, se apareció allí por primera vez el 2 de abril de 1968, día de
Pascua, sobre la iglesia copta de San Damián. Las apariciones se
repitieron durante más de dos años, duraban hasta dos horas seguidas y
produjeron curaciones y conversiones. El hecho fue confirmado tanto por
el Patriarca Copto, el Patriarca Católico en Egipto y el representante de la
Iglesia Evangélica en el Cairo.

La Iglesia Católica aclara que la “revelación divina” terminó con la venida


del Mesías a la tierra (Hebreos 1,1-2), cuyo mensaje quedó concluido con
la muerte de Juan, el último de los apóstoles, en el año 102 d.C. (1 Juan
1,1-3). Por lo tanto, estas apariciones marianas que han sido certificadas
como auténticas después de un largo y detallado estudio, y las que se
encuentran en este proceso por las autoridades eclesiásticas, son
consideradas como “revelaciones particulares”, que tienen como meta
ayudar a vivir más plenamente la fe del pueblo de Dios, de acuerdo a la
doctrina del magisterio de la Iglesia.
LA VIRGEN DE GUADALUPE

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS

I. EL RELATO HISTÓRICO

La aparición de la Virgen de Guadalupe se remonta a los tiempos de la


conquista de América, en los territorios de México a manos de Hernán
Cortés; cuando en el año 1531 y a escasos doce (1519) de la llegada de
los españoles, al recién convertido indio Juan Diego Cuauhtlatoatzin (El
águila que habla), se le manifiesta la Reina del Cielo en el cerro del
Tepeyac desde el 9 de diciembre hasta el 12 del mismo mes. Ella lo
saluda en su lengua nativa el náhuatl, y se llama a sí misma con el
nombre de Coatlaxopeuh, que significa “aquella que pisa la serpiente”
(comparar con Génesis 3,15). Envía además un mensaje a fray Juan de
Zumárraga, primer obispo de México. Es la voluntad de la Santa Señora,
que se le construya un templo en su honor en el sitio de las apariciones,
en donde ella se encargará de oír las súplicas de quien la invoque, y de
remediar todos los males por su bendita intercesión.

Como era de esperar al pobre indígena se le tildó de loco, pero en vista


de su insistencia el alto prelado le manda a pedir a la Madre de Dios
alguna señal divina. La Virgen asede a esta petición y manda a su siervo
a cortar diferentes rosas de castilla en el mismo cerro. Aquí se produce el
primer milagro, pues como lo confirman los botánicos era imposible que
en el frío mes de diciembre, pudiera florecer de forma natural las rosas,
en lo alto del monte. Al llegar al palacio obispal y estando solamente en
su presencia, el indio Juan Diego deja ver su blanca capa en donde había
guardado las flores tocadas por la Señora, y para asombro de todos
aparece la preciosa imagen de la Virgen Santísima. El mismo jerarca la
llamó con el nombre de “Guadalupe”, en recuerdo de una advocación
mariana en Extremadura, España, y coloca la milagrosa tilma en su capilla
privada, hasta que se construyó la primera iglesia en el sitio de las
apariciones. El santo indígena se trasladó a vivir en una pequeña celda en
el cerro del Tepeyac, dedicándose a la oración y a la atención de los
peregrinos hasta su muerte el año de 1548.

Otro hecho importante es que en torno a la Virgen de Guadalupe se creó


pronto una enorme devoción. Se logró en los primeros diez años la
conversión de no menos de ocho millones de indígenas y la unidad de su
pueblo fracturada por la conquista extranjera. Incluso, la sangrienta
costumbre pagana de los aztecas de ofrecer sacrificios humanos (más de
20.000 seres humanos eran anualmente degollados y mutilados por los
sacerdotes a los dioses del sol y la serpiente como ofrenda para
apaciguar su cólera), cesó por completo.

Ya sobre las pruebas históricas se encuentran plasmada en el código


Escalada, descubierto por un jesuita español, y fechado en el mismo año
de 1548. Igualmente, se conoce el famoso relato Nican-Mopohua, escrito
por el también indio Antonio Valeriano, entre los años 1545 y 1550.

III. SIGNIFICADO DEL MANTO SANTO

Toda la Virgen de Guadalupe es un mensaje cifrado de acuerdo a la


cosmovisión de los nativos mejicanos, así por ejemplo:

 Estaba parada delante del sol, indicando que era superior al dios
azteca del sol, y de pie sobre la luna, que simbolizaba a
Quetzalcoatl, la diosa serpiente.

 Cabello suelto para los aztecas era un signo de virginidad.

 Sus ojos bajos en señal de humildad mostraban que a pesar de ser


más grande que estas falsas divinidades, no era una diosa.

 El vestido azul verdoso tenía los colores propios de la realeza, sólo el


emperador podía utilizarlos.
 Sobresalen en el pecho unas cintas negras que eran llevadas por las
indígenas embarazadas. Así la Madre del Redentor presenta a su
Unigénito al Nuevo Mundo.

 Manos unidas en señal de oración. la izquierda morena la derecha


más blanca, uniendo así las dos razas.

 La cruz negra en el broche, era la misma que una princesa azteca


había visto en un sueño reciente como el signo visible de una nueva
conquista.

 Las 46 estrellas que lleva en su vestido, corresponden a la exacta


posición de las principales constelaciones en el solsticio del invierno,
es decir, del momento de la aparición.

 Flor nahui ollin, es el máximo símbolo náhuatl y representa la


presencia de Dios.

 La Señora también está sostenida por un ángel cuyas alas son de


las plumas del Tzinitzcan (pelicano y guacamaya), usadas por los
aztecas para confeccionar los ornamentos más preciosos y
considerados superior al oro.

III. MILAGROS Y ANÁLISIS CIENTÍFICOS

La tilma o ayate es una pieza fabricada con fibra de maguey, el manto


consta de dos partes, en el centro se puede distinguir una costura de
hilo del mismo origen que las mantiene unidas. Sus medidas
son aproximadamente 1,66 metros de largo por 1,05 de ancho.

Es casi imposible que una capa que suele tener una duración máxima de
veinte años, se conserve intacta y con aquella viveza en sus colores
después de más de 470 años.
En el año 1785 se fabricaron don copias de la Virgen Morena, con los
mismos materiales y por los mejores pintores de la época. Sin embargo,
las reproducciones no fueron iguales a la original, y con el tiempo se
fueron descolorando y deshaciéndose.

Llama la atención para los expertos textiles como la manta que estuvo
expuesta directamente al medio ambiente, el polvo, insectos y la intensa
humedad; hubiera creado una especie de protección natural durante al
menos los 116 primeros años de su exposición, posteriormente fue
protegida por una urna de cristal.

Tampoco se explica cómo ha resistido los negros vapores de infinidad de


candelabros y lámparas que ardían día y noche a escasa distancia de la
impronta. Además la tilma ha sufrido la continua frotación de cientos de
miles de estampas, distintivos, banderas, escapularios, medallas y manos;
sin afectarla en lo más mínimo.

En 1791 mientras un orfebre limpiaba el marco de oro y plata que


protege la imagen, un frasco de ácido nítrico se derramó accidentalmente
sobre la parte superior del ayate, según los especialistas la caída de este
ácido corrosivo hubiera provocado una considerable destrucción al tejido;
pero nada de esto sucedió. Aparece eso sí, una mancha amarilla que está
desapareciendo con el tiempo.

En la mañana del 14 de noviembre de 1921, un obrero Depositó un ramo


de flores cargado con dinamita en el altar mayor de la antigua basílica; la
bomba hizo impacto a escasos metros de la urna. La explosión demolió
las gradas de mármol del altar mayor, los candelabros, floreros,
ventanales de la casa vecinas y un Cristo de latón se dobló; pero para
sorpresa de todos, ni siquiera el cristal que cubría la imagen de la Virgen
sufrió ningún daño.

En el año 1936 el premio Nobel de química, Ricardo Kuhn examinó dos


fibras del manto, llegando a la conclusión que el origen de los colores,
no pertenecían a ningún elemento animal, vegetal o mineral.
En el año 1979 se llevó a cabo nuevas investigaciones por científicos de
la NASA, con el apoyo de la tecnología moderna. Se descubrió que toda la
imagen de aquel tosco e imperfecto material no fue pintada por mano
humana.

El rostro de la Guadalupana es perfecto y no tiene ningún trazo de pincel.

La túnica rosa y el manto azul son tan brillantes y coloridos, como si


acabaran de ser hechos.

Los colores de la imagen de la Virgen flotan a una distancia de tres


décimas de milímetro sobre el tejido del manto.

IV. LOS OJOS DE LA VIRGEN

Para los científicos lo que más les llamó la atención, han sido las figuras
humanas descubiertas mediante ampliaciones por computadora, en los
ojos de tan sólo cuatro milímetros; en ellos aparecen entre otros el santo
vidente y el obispo Zumárraga. Incluso, si se pasa un haz de luz con un
oftalmoscopio en los ojos negros de la Virgen, se puede apreciar como el
iris brilla y adquiere profundidad; fisiológicamente son perfectos, tal cual
como si estuvieran vivos.
V. LA EMPERATRIZ DE AMÉRICA

La Virgen de Guadalupe Fue declarada en el año 1910 por el Papa San


Pío X, como “Celestial Patrona de toda América y las Filipinas”. Su fiesta
religiosa se celebra el 12 de diciembre. Su basílica es la segunda más
visitada en todo el orbe católico, después de San Pedro en el Vaticano.
Son innumerables los milagros, las curaciones, las gracias y conversiones
que se le atribuyen a la “Morenita del Tepeyac”, cumpliendo así la
promesa que le hizo a San Juan Diego: “No estoy yo aquí que soy tu
Madre”.
IMÁGENES DE LA VIRGEN QUE LLORAN Y SANGRAN
¿FRAUDE O REALIDAD?

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS

“Negar lo sobrenatural en la Iglesia Católica, es negar la esencia misma


del Cristianismo”.
Papa Juan Pablo II.
I. LA VIRGEN DE LAS LÁGRIMAS
Sucedió en Siracusa, ciudad de Sicilia (Italia) el sábado 29 de agosto de
1953. En un barrio muy poblado y pobre, llamado Santa Lucía, en
las afueras de la ciudad, en la casa de los jóvenes esposos
Angelo Jannuso y Antonieta Giusto, casados por lo católico hacía
cinco meses, los cuales vivían con otros familiares. El día de su
matrimonio su cuñada María Gracia, les regaló un bello cuadro con
un relieve de yeso del Corazón Inmaculado de la Santa Madonna.
Aquel día Angelo fue al trabajo muy preocupado porque su esposa que
estaba esperando un hijo, sufría de extrañas convulsiones que la
dejaban medio muerta, con periodos alterados de ceguera,
sordera y mudez. A las 8 de la mañana la joven mujer que se
encontraba sin sentido recobró el conocimiento y la vista, y
clavando su mirada fijamente en el cuadro de la Virgen que estaba
en la cabecera de la cama, notó con asombro que de los ojos
salían gruesas lágrimas. “La Virgencita llora” gritó Antonieta,
llamando inmediatamente a su suegra y a su cuñada que estaban
en la pieza cercana. Las dos mujeres no quisieron creer al
principio, pero pronto se convencieron de la realidad al acercarse a
la imagen que ya había empapado la cabecera de la cama, y
seguía derramando gotas de lágrimas continuamente. Apreciaron
también que los ojos de la pequeña estatua estaban enrojecidos e
hinchados.
Tremendamente impresionadas salieron de la casa para informar a los
vecinos. Los primeros en ver llorar a la Virgen fueron los
comunistas y protestantes, los últimos los sacerdotes; también la
policía que acudió al lugar se percató del hecho. De la gran
cantidad de personas que desfilaron junto al cuadro se empezaron
a presentar conversiones y curaciones, como: ciegos que
recobraban la vista al contacto con las lágrimas de la imagen,
cojos que andaban, sordos que oían, dolores que desaparecían,
infecciones que se curaban inmediatamente entre otros milagros.
Los periodistas empezaron a tomar fotografías del cuadro de la
Virgen llorando, y la noticia se propagó por todo el mundo.
El prodigio se prolongó por cuatro días, término en el que la mujer
embaraza se curó de su enfermedad. El arzobispo del lugar
nombró una comisión de especialistas para que analicen el cuadro
y las lágrimas. Médicos, químicos, farmaceutas y profesores
universitarios examinaron en un laboratorio el líquido que salía del
cuadro, los resultados obtenidos demostraron que “son verdaderas
lágrimas frescas de ojos humanos que están llorando”. Se observó
además con microscopio los ojos de la Virgen para ver si se
notaba alguna causa de estas lacrimaciones, y no quedó la menor
duda de que se trataba de un acontecimiento sobrenatural. El que
había fabricado la imagen después de revisarla, juró que estaba
tal cual como había sido hecha sin ningún cambio. El Laboratorio
Oficial del Gobierno vigiló y analizó todas estas investigaciones.
Finalmente, todos los obispos de Sicilia reunidos en Conferencia
Episcopal declararon el milagro de las lágrimas de la Virgen. En
1994 el papa Juan Pablo II inauguró el santuario de la imagen de
la Virgen de Siracusa.
II. LA VIRGEN DE CIVITAVECCHÍA

Este caso ocurrió el 2 de febrero de 1995 en la ciudad portuaria de


Civitavecchía (Italia), una región de pocos católicos y con un alcalde ex
comunista, donde una pequeña imagen de yeso y cemento blanco (42
cm.) de la “Reina de la Paz” de Medjugorje (localidad ubicada en la ex
Yugoslavia, y donde presuntamente se está apareciendo la Santísima
Virgen) lloró lágrimas de sangre en la casa de Fabio y Ana María Gregori
y de sus hijos Jessica y David, que viven en la región de Pantano, en la
periferia de la ciudad. La estatua traída de Bosnia-Herzegovina, fue
regalada por el párroco del barrio, el sacerdote español Pablo Martín
Santiago a esta familia, para que la colocaran en el jardín de la casa, y así
poderse defender de los acosos de los testigos de Jehová. La primera en
darse cuenta de lo ocurrido fue la pequeña Jessica, de cinco años,
cuando toda la familia se estaba preparando para ir a la misa dominical;
luego las lágrimas brotaron 13 veces durante varios días, y en frente de
al menos 50 testigos, con una duración, cada una, de más de cinco
minutos. Las lágrimas de sangre derramadas de ambos ojos llegaban
hasta el pecho de la estatuilla donde se coagulaban, tenía además un
color rojo y brillante, típico de la sangre viva y fresca. El 15 de marzo lo
hizo por última vez en manos del obispo de la diócesis, monseñor
Jerónimo Grillo, mientras celebraba la Santa Misa en la capilla de su
palacio episcopal, quien de escéptico pasó a ser un defensor del
fenómeno, pues durante ese año en Italia surgieron doce esculturas de
vírgenes con idénticas características, algunas acompañadas con
mensajes apocalípticos. Después de esto se creó una comisión compuesta
por once expertos, dirigidos por el padre René Laurentin, quienes llevaron
a cabo numerosos análisis de la sangre de la figura de la “Madonnina”
(como se le llama) que había quedado coagulada en sus mejillas, aquella
sangre no desapareció como las anteriores muestras que habían sido
recogidas en pañuelos.

La sangre examinada por los Institutos de Medicina Legal del Pontificio


Gemelli y de la Universidad la Sapienza de Roma, ha dado como resultado
ser plasma humana, y de tipo masculino: “la sangre de Jesús vertida en
la Madre”, comentó alguno. La talla sometida a rayos X y a TAC, no ha
revelado nada que pudiera prestarse a trucos de algún género. Algunos
incluso llegaron a la conclusión de que se podría tratar de una “presencia
diabólica”, por los que varios exorcistas, entre ellos el padre Gabriel
Amorth, la estudiaron y descartaron la hipótesis maligna.

La imagen de Nuestra Señora está ahora en una gruta de la iglesia de


San Agustín de Pantano, y es visitada por muchos peregrinos. Desde
entonces se han presentado muchas curaciones milagrosas, y gran
cantidad de conversiones entre los que se encuentran 120 ex testigos de
Jehová, protestantes, agnósticos y budistas. También se han dejado en la
iglesia ex-votos como anillos de parejas separadas y luego reconciliadas,
ropa de bebé, jeringas de drogadictos y demás.
MARÍA Y LOS PROTESTANTES

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

María simboliza la perfecta armonía entre lo divino y la respuesta


humana.
John Maquarrie.
Teólogo protestante.

Martín Lutero, el fundador de la Reforma Protestante, tenía junto al


púlpito de la iglesia de Wittenberg un cuadro de la asunción de la Virgen,
todos los días rezaba el Magníficat, además escribió en el 1544 (un año
antes de morir), un hermosísimo elogio a la Madre de Dios, que dice así:

“Por lo cual (el ser Madre de Dios), le fueron dados tan ingentes bienes y
tan espléndidos que superan toda comprensión; de aquí dimana todo
honor y felicidad de que en todo el género humano sea la única persona
superior a todos, a quien nadie puede igualarse, por tener en común con
el Padre celestial un Hijo tan glorioso. Llamándola, pues, Madre de Dios
se compendian en esta sola expresión todos los loores, ya que nadie
puede decir de ella o a ella anunciarle cosa más grande, aunque tuviera
tantas lenguas como hierbas y flores la tierra, arenas el mar, estrellas el
firmamento”

Cierta parte del protestantismo se está abriendo al fervor mariano, es así


como:

A. Nettuno e Ipswich, son dos ciudades en el mar. Nettuno, se encuentra


a 60 kilómetros de Roma, en la costa de Lazio, bañada por las aguas del
mar Tirreno; Ipswich, ciudad inglesa a dos horas de Londres, en el
condado de Suffolk, está bañada por las aguas del Mar del Norte. Católica
la población de Nettuno; anglicana, la de Ipswich, pero ambas marcadas
por una profunda devoción a la Virgen, invocada bajo la misma
advocación, "Nuestra Señora de Gracia", y representada en una estatua
de madera datada en el 1182, venerada en un bellísimo santuario de
Ipswich hasta el año 1538 y después misteriosamente llegada a Nettuno.

"Aquí en Nettuno, la Virgen, invocada bajo la advocación de "Nuestra


Señora de Gracia", es amada y venerada por todos", explica Mario
Mazzanti, prior de la Cofradía de Nuestra Señora de Gracia de Nettuno.
"El primer domingo de mayo celebramos la fiesta, la más grande y
sentida fiesta religiosa de nuestra ciudad", indica. El origen de esta fiesta
está ligado a la talla de madera "llegada misteriosamente a nuestra
ciudad en el 1550, procedente de Inglaterra", explica Mazzanti. Nuestra
Señora de Gracia está representada en una estatua que se conserva en el
Santuario de la ciudad, pero que fue venerada durante otros 400 años en
un santuario de Ipswich, en Inglaterra.

En el siglo XVI se produjo el cisma en Inglaterra, la ruptura de las


relaciones entre la Iglesia católica y el Estado inglés, por voluntad de
Enrique VIII, que reinó del 1509 al 1547. "La ruptura se debió, como se
sabe, a la voluntad de Enrique de divorciarse de su primera esposa,
Catalina de Aragón, para casarse con Ana Bolena", añade. "El Papa no le
concedió la nulidad del primer matrimonio y Enrique proclamó la
separación de la Iglesia de Inglaterra de la Iglesia católica. Tras el
divorcio, se casó con Ana Bolena y se hizo proclamar, por el Parlamento,
cabeza de la Iglesia anglicana". "Después de Ana Bolena, Enrique se casó
con otras cuatro mujeres y desató su odio por la Iglesia de Roma con una
feroz persecución a los que continuaban proclamándose católicos -relata-.
Confiscó los bienes de todos los conventos y monasterios, hizo quemar
las iglesias católicas, estatuas, pinturas, libros y todo lo que recordaba a
la Iglesia católica de Roma". "La persecución continuó también después
de la muerte de Enrique VIII y se intensificó bajo el reinado de su
sucesor, Eduardo VI", asegura.
"También la talla de "Nuestra Señora de Gracia" de Ipswich debía arder;
el santuario donde era venerada fue destruido en 1538 por Thomas
Cromwell, ministro de Hacienda y consejero de Enrique VIII". "Pero
Cromwell quería salvar la talla milagrosa de la Virgen y la escondió en
una capilla privada de su propiedad en Londres. Cuando la violencia
destructiva se intensificó con Eduardo VI, unos marineros piadosos,
temiendo que la figura fuera descubierta y destruida, decidieron sacarla
de la casa de Cromwell para llevarla a un lugar a salvo de Italia". "La talla
embarcó en secreto en un buque que debía llegar a Nápoles; pero en el
Mar Tirreno, la nave se vio envuelta en una terrible tormenta y se
resguardó en un puerto entre Anzio y Nettuno". "Tras la tormenta, los
marineros decidieron reanudar el viaje, pero apenas salieron del puerto,
el mar se embraveció de nuevo, las olas eran gigantescas y volvieron al
mismo lugar; los marineros intentaron de nuevo reanudar el viaje, pero
fue inútil", explica. "En el enésimo intento, el buque volcó; los marineros
estaban perdidos en medio de aquellas olas violentas, pero para su
sorpresa, se encontraron en la costa, todos sanos y salvos,
preguntándose cómo había sido posible". "Entonces se acordaron de la
talla de la Virgen que llevaban a bordo y quedaron convencidos de que la
Virgen milagrosa les había salvado; y pensando en las grandes olas que
se habían elevado cuando la nave intentaba dejar el golfo, concluyeron
que la Virgen quería permanecer en Nettuno".

"Cerca del lugar donde encontraron refugio, había una iglesia; los
marineros hablaron con la gente, explicaron la historia de la talla de
"Nuestra Señora de Gracia" que llevaban en su buque y dijeron que
quizás la Virgen quería quedarse con ellos". "La gente del lugar estaba
contenta; la talla fue desembarcada y llevada en procesión a la vecina
iglesia; el mar se calmó en seguida y los marineros ingleses pudieron
finalmente reanudar su viaje hacia Nápoles". "Muy pronto, la talla
encontró la devoción de la gente, que continuó invocándola bajo la
advocación de "Our Lady of Grace" traducido al italiano, "Nostra Signora
delle Grazie", devoción que fue aumentando". "En 1854, año de la
proclamación del dogma de la Inmaculada Concepción, el Papa Pío IX la
proclamó patrona de Nettuno. En 1914 se construyó un nuevo gran
santuario y la estatua milagrosa fue colocada en el altar mayor", explica.
A lo largo de los siglos, se han realizado varias investigaciones históricas
y han salido a la luz diversos documentos que demuestran que la estatua
de "Nuestra Señora de Gracia" que se venera en Nettuno es la misma que
se veneraba en Inglaterra hasta 1550. Recientemente, un estudioso ha
encontrado informaciones importantes en algunos manuscritos
conservados en la Biblioteca Vaticana. Además, en la misma estatua hay
vestigios de escritura antigua en lengua inglesa, descubiertos durante una
restauración realizada en 1959, que confirman su origen.

En cuanto a la devoción a esta Virgen en Inglaterra, Mazzanti destaca


que en Ipswich, la devoción a "Nuestra Señora de Gracia" nunca ha
desaparecido. El santuario donde se conservaba la talla llevaba este título
a finales de 1152, cuando la estatua fue esculpida. Aunque el santuario
fue destruido en torno al 1538, la gente siempre ha continuado rezando a
la Virgen "Nuestra Señora de Gracia" y la calle donde estaba el santuario
se llama todavía "Lady Lane" (calle de la Señora). En 1975, el escultor
inglés Roberth M. Mellamphy fue a Nettuno para estudiar la talla de la
Virgen y realizó una copia que colocó en un nicho de la iglesia anglicana
de Saint Mary at the Elmes, en Ipswich, que comprende el territorio
donde estuvo el santuario de "Nuestra Señora".

B. En Walsingham (Inglaterra), recibe anualmente unos cien mil


peregrinos que visitan los dos santuarios marianos de Nuestra Señora de
Walsingham. El uno es católico, y el otro, anglicano. El singular hecho
tuvo su origen mucho antes de la Reforma Protestante del siglo XVI,
cuando Inglaterra era una nación católica romana, con gran cantidad de
santuarios dedicados a la Madre de Dios. Uno de los más antiguos y el
más importante se encuentra precisamente en este condado inglés. Tuvo
su origen en 1061, cuando la esposa del señor Walsingham edificó una
casa en el pueblo. Según, la leyenda, se dieron los detalles de su
construcción en una visión, pues se suponía que la vivienda era una
réplica de aquella en la que vivió la Virgen María, en Nazaret. En la Edad
Media reyes y plebeyos por igual peregrinaban a Walsingham. Aparte de
la imagen de madera de María con el Niño Jesús, también se afirmaba
que ocurrían curaciones milagrosas.

Durante la Reforma, la recién creada Iglesia Anglicana expropió todas las


pertenencias de la Iglesia Católica. En el año 1538, el santuario de la
“Bruja de Walsihgham”, como había llegado a conocerse, fue destruido
por orden del rey Enrique VIII, cabeza de la Iglesia de Inglaterra, y se
vendió el solar. La imagen de la Virgen con el Niño fue llevada a Londres
para ser quemada públicamente y lanzada al río Támesis. A principios del
siglo XX la Iglesia Anglicana restauró el santuario esta vez como capilla
protestante. En 1931 se colocó en la parroquia una talla idéntica a la
primera, y los primeros peregrinos modernos llegaron un año después.
Por su parte, los católicos erigieron en la misma ciudad su Santuario
Nacional de Nuestra Señora en 1934. Este contiene una segunda réplica y
se encuentra en la antigua capilla de las Zapatillas, el lugar donde los
fieles solían dejar su calzado para seguir descalzos hasta llegar al
santuario original. Todos los años en mayo se hace una procesión con la
imagen por las calles de la ciudad, pero llama la atención el hecho que en
el santuario protestante se presentan algunos disturbios, pues afirman
algunos anglicanos que esto fomenta la mariolatría y representa un
rechazo de su herencia protestante.

Gustavo Bickeil, profesor protestante universitario y conocedor de las


lenguas orientales, estaba copiado un himno desconocido de San Efrén
(siglo IV), en el que el santo ensalzaba a la madre del Redentor, cuando
empezó a pensar: “Los protestantes rechazamos el culto a María, pero
aquí en estos documentos de los primeros siglos hay un elocuente
testimonio, luego el protestantismo no puede ser la religión verdadera”.
Dos años después, en 1865, el ex profesor universitario, ya católico, decía
su primera misa junto a la tumba de San Bonifacio, el apóstol de
Germania.
En el Congreso Internacional de Mariología reunido en Zaragoza
(España), en 1979, donde participaron católicos, ortodoxos y
protestantes, se llegó a la siguiente conclusión: “Creemos que todo
cristiano debe orar por los demás. Los cristianos que ya han llegado a la
perfección en la eternidad, ¿Por qué no podrán orar por nosotros? Y
María, la más perfecta de todas las personas cristianas, ¿Por qué no
podrá orar por nosotros?

El teólogo de la Iglesia Valdense, Ricca, en el año 1994 declaró en la


inauguración del año académico de la Pontificia Facultad teológica
Marianun, que “el protestantismo tiene que obrar y actuar hacia una
plena recuperación de la mariología bíblica, reconociendo que la ausencia
de María no es bíblica. De esta manera se puede valorar y encontrar
mejor a María como ‘hermana en la fe’ “.

En la Iglesia Metodista de Estados Unidos se están introduciendo himnos


religiosos en honor a la Madre del Señor.

Basilea Schilnk, es una monja protestante alemana, que ha fundado una


comunidad religiosa llamada “Congregación de María”. Ha escrito también
un libro titulado “María, el camino de la Madre del Señor”.

En mayo del 2005, la Comisión Internacional Anglicano-Católico, que


integra a su vez un selecto grupo de teólogos y académicos de ambas
iglesias, dieron a conocer un documento sobre la Virgen María, en donde
se declara de común acuerdo que los dogmas de la Inmaculada
Concepción y la Asunción de María a los cielos en cuerpo y alma, hasta
ahora rechazados por la Iglesia de Inglaterra, “son consonantes con las
Escrituras” y no deben dividir a las dos iglesias, que, así sea con distintos
énfasis, comparten la fe mariana.
CONVERSIONES AL CATOLICISMO POR LA INTERCESIÓN
DE MARÍA

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

INTRODUCCIÓN: Según el CELAM (Conferencia Episcopal


Latinoamericana), cada día más de 11 mil ex fieles abandonan la Iglesia
Católica para pasarse a alguna de las sectas protestantes. Pero poco se
sabe de las historias de personas que han encontrado la verdad plena en
nuestra religión. Aquí presentamos cinco ejemplos que se dieron por la
intercesión de la Santísima Virgen María.

I. EL JUDÍO INCRÉDULO

En el año de 1830 la Madre de Dios se presentó a una novicia de nombre


Catalina Labouré, en el convento de las Hijas de la Caridad en París
(Francia). En esta ocasión la Reina del Cielo pide que se fabrique una
medalla con su imagen tal como apareció en aquella ocasión, y con la
inscripción: “OH, María, concebida sin pecado, ruega por nosotros que
recurrimos a Ti”. Además prometió que aquella persona que la llevara con
fe recibiría grandes gracias.

Entre los hechos más notables en relación con la llamada “medalla


milagrosa” está la conversión del judío Alfonso de Ratisbona (1812-1884),
abogado y banquero ateo muy hostil al cristianismo, quien se encontraba
en Roma por motivos de salud, en casa de una familia católica amiga, la
pareja le regaló una “medalla Milagrosa” para que la cargara en todo
momento. El 20 de enero de 1842, fue a visitar por curiosidad la iglesia
de Sant´Andrea delle Fratte, y alzando los ojos hacia el altar vio a la
Virgen María, de la misma forma que llevaba en la imagen en su pecho.
Quedó tan maravillado por la visión que se hizo católico, y en 1847 se
ordenó como sacerdote jesuita, y luego fundó la congregación de los
“Sacerdotes de Nuestra Señora del Sión”, con sede en Israel, y con la
misión especial de buscar la conversión al catolicismo del pueblo judío
(Romanos 11, 25-26).
II. DE ADVENTISTA FANÁTICO A HIJO DE MARÍA

Bruno Cornacchiola era un italiano quien en la guerra civil española


conoció a un protestante alemán que le había inculcado un odio feroz
contra el Papa y la Iglesia Católica. Al volver a su patria se hizo primero
bautista y luego adventista, caracterizándose por criticar abiertamente el
culto a la Virgen María.

El 12 de abril de 1947, Bruno se encontraba paseado con sus hijos Carlo,


Isola y Gianfranco en las afueras de la ciudad de Roma, en la colina
Laurentina. Mientras los tres niños juegan, Bruno prepara un texto con el
que pretendía demostrar que María no es virgen, que la Inmaculada
Concepción es una fantasía al igual que la Asunción al cielo. Mientras
Cornacchiola consultaba la Biblia para demostrar sus afirmaciones, los
niños lo interrumpen diciéndole que han perdido la pelota. Lo sucedido
después lo cuenta él mismo en un libro que relata su experiencia con la
“Santa Madonna”.

“Le pido a Gianfranco que no se mueva, luego con los demás me pongo a
revisar el lugar. Para asegurarme de que el más pequeño no se aleje lo
llamo de cuando en cuando, pero, en cierto momento no me responde
más. Entonces, me precipito a ver. Y descubro al niño en la entrada de
una gruta, de rodillas y con las manos juntas. Hablaba con alguien que yo
no veía pero que parecía estar con él, diciéndole: “¡Bella Señora!”. Llamo
a mis otros dos hijos. Nos acercamos los tres a Gianfranco. De pronto,
Isola se arrodilla y junta las manos y exclama: ¡”Bella Señora”!, Carlo
también se arrodilla y mira junto a donde lo hacen sus dos hermanos. Me
lleno de miedo y busco sacudir a los niños, pero parecen de piedra. Los
miro mejor, se han vuelto blanquísimos, casi transparentes. “¡Bella
Señora, sálvanos tú!”, murmuró espontáneamente. Apenas termino la
invocación y me parece sentir dos manos detrás que me empujan y me
quitan un velo de los ojos. En ese instante, la gruta desaparece ante mí,
rodeado de una luz eterna, en medio de la cual veo la figura de una
mujer. Luego la “Bella Señora” habló con voz hermosísima y dijo: “Soy la
Virgen de la Revelación. Tú me persigues, pero ¡basta! Entra en el rebaño
santo”. Bruno se siente invadido de una intensa felicidad, al tiempo que la
cueva –de costumbre maloliente- despide un dulcísimo perfume. La
Madre de Cristo le manda con un mensaje ante el Papa, pastor supremo
de la cristiandad; luego le señala a Bruno la Biblia que aún tiene en la
mano, posteriormente se voltea y se aleja entre las rocas. El gesto de las
Santas Escrituras puede interpretarse como una invitación a buscar allí la
verdad que él estaba combatiendo antes de la aparición (Hebreos 4,12).
Padre e hijos salen del éxtasis, se dirigen hacia su casa y comentan lo
sucedido a su esposa, con los días ambos se confiesan y comulgan, y
vuelven a hacer parte de la comunidad parroquial, de la que hacía tiempo
habían salido. Después de esto, siguen las apariciones en la gruta, y se
convierte en un sitio de peregrinación. El vidente se entrevistó
personalmente con el Papa Pío XII en 1949. Desde 1956, el lugar es
custodiado por los frailes menores franciscanos. Bruno Cornacchiola
fundó una comunidad llamada “Escuadras Ardientes de Cristo rey
Inmortal”, que congrega a fieles que quieren vivir un ideal de conversión,
oración, paz y amor.

III. LA VIRGEN QUE LLORÓ EN LITUANIA

En la aldea de Siluva (Lituania) en el año 1608, tuvieron lugar dos


apariciones de la Santísima Virgen a personas que no eran católicas. En
primer lugar, fue a unos pastorcitos que vieron a una hermosa mujer,
vestida de blanco y azul con un bebé en brazos, envuelta en un suave
resplandor, que lloraba amargamente, y que desapareció en forma
repentina. Posteriormente, la Madre del Hijo de Dios volvió a presentarse
llorando ante una muchedumbre en cabeza por el pastor calvinista de
Siluva, que habían acudido al lugar indicado por los niños.
En el lugar de las apariciones se encontró un icono de la Virgen de la
anterior iglesia católica del pueblo, que había permanecido oculto durante
casi cien años. Tras aquellos hechos, y varias curaciones milagrosas,
después de ochenta años de vigencia del calvinismo, devolvió a esta
nación la fe verdadera. El milagro fue reconocido a través de un decreto
papal publicado por Pío VI el 17 de agosto de 1775. Siluva se ha
convertido desde entonces en el santuario mariano más importante de
Lituania.

IV. LA VISIONARIA DE MARÍA

Adrianne Von Speyr (1902-1967), es una de las grandes místicas de


nuestros tiempos. Nacida en Chaux-de-Fonds en la Suiza francesa. De
familia evangélica, se convirtió al catolicismo en 1940, luego de un largo
período de búsqueda personal. No obstante, mucho antes de su decisión,
cuando tan solo tenía 15 años de edad tuvo una aparición extraordinaria
de la Madre de Dios. Adrianne nunca habló acerca de la aparición con
nadie, y ni siquiera con su pastor protestante, a pesar de que en ese
tiempo no pensaba en hacerse católica. Luego, cuando decidió hacerlo,
habló del asunto con el sacerdote que se convirtió en su guía espiritual.
Después de su conversión siguieron las curaciones milagrosas y la
aparición de los estigmas visibles (1942), que con el tiempo
desaparecieron, y dieron origen a los invisibles, que le duraron hasta su
muerte.
V. EL PERIODISTA PROTESTANTE

El periodista norteamericano Waine Weyble, era un protestante que


solamente se conformaba con los sermones dominicales de su pastor
luterano que evitaba hablar sobre la Madre de Cristo, a la cual tampoco
se le rendía culto en su iglesia. Todo cambió en la víspera de la navidad
del año 1985, mientras hacía una investigación en Medjugorje (ex-
Yugoslavia), que daba cuenta de supuestas apariciones de María, durante
más de cuatro años consecutivos, a seis jovencitos. Cuando llegó al lugar
de los hechos, escuchó una voz interior que le decía: “Tú también eres mi
hijo y vas a hacer el trabajo de mi Hijo”. Después de esta experiencia
mística Weyble afirma que “la fe católica es la verdadera”, y ahora se
dedica a ir de país en país comunicando este mensaje de amor de la
Reina de la Paz.
LA VIRGEN MARÍA: PROTECTORA DE LOS EJÉRCITOS
CATÓLICOS

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

INTRODUCCIÓN: a lo largo de la historia del cristianismo no han sido


pocas las veces en que la Madre de Dios ha brindado su maternal
protección a sus hijos contra los ejércitos enemigos de nuestra fe;
haciéndose evidente la antigua oración de San Bernardo: “Acuérdate OH
María Santa que jamás se oyó decir que alguno te haya implorado sin tu
auxilio recibir”. Aquí relatamos tres memorables ejemplos:

I. LA BATALLA DE LEPANTO

Corría el año de 1571 y las fuerzas turcas estaban empeñadas en


destruir la cruz cristiana en Europa. Cada vez más se apoderaban de
nuevos territorios amenazando incluso con llegar hasta la misma ciudad
de Roma. Fue entonces cuando el Romano Pontífice San Pío V, convocó a
los príncipes católicos al mando de Don Juan de Austria, para crear un
ejército capaz de hacer retroceder a la temible invasión de la media luna
islámica.

El día domingo 7 de octubre del mismo año, se encontraron los dos


bandos en el golfo de Corinto, cerca de la ciudad griega de Lepanto. Los
mahometanos comandados por Alí-Pachá tenían 290 galeras y 120.000
soldados. La flota cristiana, compuesta de soldados de los Estados
Pontificios, de Venecia, Génova y España era inferior en número y
poseían 208 navíos. Antes de empezar la batalla, los ejércitos católicos
con el rosario sobre sus cuellos se confesaron, oyeron la santa misa,
comulgaron, rezaron el santo rosario, y entonaron un cántico a la Madre
de Dios. Terminado estos actos religiosos se lanzaron en busca de las
fuerzas enemigas. A eso del mediodía la capitana de Juan de Austria, da
un cañonazo como señal de ataque, al cual contesta Alí-Pachá con otro
tiro que acepta el reto. Al principio el combate era desfavorable para los
cristianos, pues el viento corría en dirección opuesta y detenía sus
embarcaciones. Pero luego de manera sorpresiva el viento cambio de
rumbo, batió fuertemente las velas de los barcos de los católicos,
dándoles una ventaja contra sus adversarios. Luego se vieron
desmoralizados cuando hacia las cinco de la tarde una bala acaba con la
vida del comandante turco. Al finalizar el combate 112 galeras del Islam
yacen en el fondo de las aguas del Mediterráneo, al par que flotan sobre
las olas treinta mil cadáveres musulmanes, el resto son hechos
prisioneros. Por su parte, la armada católica perdió 15 naves y ocho mil
marinos.

Es de notar que mientras la batalla se llevaba a cabo, una gran multitud


de fieles recorría en procesión las calles de Roma rezando el santo
rosario. Hacia la misma hora del triunfo de la marina naval cristiana, el
Papa San Pío V se asoma por una ventana del Vaticano, y en una visión
consoladora profetiza la victoria que se ha producido. En agradecimiento
a tan esplendido hecho, el Vicario de Cristo mandó que en adelante cada
año se celebrara el 7 de octubre la fiesta de “SANTA MARÍA DE LA
VICTORIA”. Además quiso que en las letanías lauretanas se invocara
siempre esta oración: “MARÍA AUXILIO DE LOS CRISTIANOS,
RUEGA POR NOSOTROS”. Más adelante, el Papa Gregorio III cambió el
nombre de la fiesta a la de Nuestra Señora del Rosario.
II. UNA EPOPEYA EN EL SANTUARIO DE CZESTOCHOWA

El santuario de Jasna Gora (Montaña Blanca) era ya conocido en 1655,


año del sitio, como el centro de la vida religiosa de la nación polaca.
Hacía casi 300 años que allí se veneraba el Icono milagroso de la Madre
de Dios que, según la piadosa tradición, había sido pintada por San
Lucas, el evangelista. A final del siglo XVI el rey Segismundo III hizo
edificar fuertes murallas. La Montaña Blanca tomó entonces aire de
verdadera fortaleza.

Jasna Gora se transformó rápidamente en símbolo de la adhesión de los


polacos a la fe católica. Dominar la Montaña Blanca era entonces
apoderarse del símbolo de Polonia. Durante la guerra los invasores
suecos, protestantes, no encontraron prácticamente ninguna resistencia.
No obstante, en Jasna Gora, los monjes guiados por la voz de su prior, el
padre Agustín Kordecki, exhortaron a los habitantes a ofrecer su vida por
la defensa del santuario mariano, y a depositar toda su confianza en la
Virgen María. El prior pidió que todos estuviesen presentes en la misa que
iba a celebrar frente al icono de Nuestra Señora de Czestochowa. Hizo
llevar el Santísimo Sacramento en procesión alrededor de las torres y
murallas del lugar; bendijo los cañones, las bombas y los barriles de
pólvora.

Los enemigos llegaron al pie de la Montaña Blanca el 18 de noviembre. El


comandante de las tropas suecas, el general Miller envió una carta al
prior proponiendo la capitulación de Jasna Gora, para evitar derramas
sangre inútilmente. “No nos pareció conveniente responder por carta”,
cuenta el padre Kordecki en sus memorias. “No era tiempo de escribir,
sino de actuar con las armas. Le respondimos con la boca de nuestros
cañones”. Comenzó entonces un largo y violento sitio. Algunos proyectiles
explotaron en los techos y en el exterior de los muros. Una de ellas que
había sido tirada contra la capilla donde se encontraba el cuadro
milagroso de Nuestra Señora de Czestochowa “como si hubiera sido
conducida por una mano invisible, se devolvió contra el campo enemigo”,
relató el padre Kordecki. Los suecos no fueron los únicos oponentes
contra los cuales el padre Kordecki debió enfrentarse, ya que dentro de
las murallas unas cincuenta familias nobles habían encontrado refugio en
Jasna Gora. Con excepción de cinco, las demás rehusaron tomar parte en
la defensa para no comprometerse en caso de una derrota; esto
provocaba un continuo desánimo y vacilación entre la guarnición y los
monjes.

La vigilia de la Navidad, los sitiados vieron numerosos refuerzos llegados


al campo de las tropas protestantes. Los religiosos velaron toda la noche,
algunos en las murallas y otros en la iglesia. El 25, hacia el mediodía,
comenzó el ataque masivo que duró toda la jornada. Muy a menudo, las
bombas rebotaban en la fortificación, causando bajas entre los suecos.
Numerosos soldados dijeron haber visto por encima de la edificación a la
Reina del Cielo, protegiendo milagrosamente el monasterio y la fortaleza.
Después de 38 días de asedio militar, y viendo que la determinación de
los defensores católicos no disminuía, los enemigos levantaron el sitio.

En sus memorias, el valiente prior, concluye: “¿Cómo pudo hacerse, para


que setenta religiosos (no combatientes), sintiesen tanta fuerza en ellos,
que cinco nobles y sus criados, más 160 soldados –la mayor parte
habitantes de la villa- osasen oponer resistencia a una armada tan
numerosa, si Dios mismo, protegiendo este lugar consagrado a la gloria
de su querida Madre, no hubiera inspirado esta determinación a los
monjes, y no hubiera estimulado al coraje en medio del pavor
generalizado?”.
III. LA GENERALA DEL ALCAZAR DE TOLEDO

En 1936 España se vio amenazada por el régimen imperialista del


comunismo. La ciudad de Toledo fue ocupada por la horda enemiga, que
se caracterizaba por un odio especial contra el clero y la piedad popular
del pueblo español, pero lo único que no pudieron dominar fue el
ALCAZAR DE TOLEDO. Esta era una academia militar, donde se habían
refugiado 750 combatientes católicos con sus familias. En total eran 1.100
hombres acompañados por 800 mujeres y niños. Por su parte, 10.000
milicianos del ejército rojo los atacaban. Cada mañana el jefe comunista
le gritaba al coronel Moscardo, jefe del Alcázar: “¿Cuándo se van a
rendir?” –“¡Nunca jamás!”, era su respuesta. La confianza a tales palabras
se debía al hecho que todos los que se encontraban atrincherados en la
escuela militar se habían consagrado a la Virgen Santísima. Entronizaron
solemnemente una imagen de Nuestra Señora y la nombraron
“GENERALA DEL ALCÁZAR”. Organizaron el rezo del rosario perpetuo,
de manera que todo el día y toda la noche hubiera alguien suplicando
ante el trono de María. Dos veces por día se reunía toda la guarnición
para meditar con gran devoción en los misterios de esta oración mariana.

Cuando los cañones de las tropas comunistas eran más fuertes, las 1.900
personas tenían que refugiarse en los sótanos. Allí pasaban horas enteras
con poco aire y una escasa luz, sin que ninguna epidemia los llegara a
afectar. Al faltar el agua, hicieron una procesión con la imagen de la
Virgen Bendita, y poco después descubrieron una cisterna profunda que
contenía agua fresca y pura. El alimento era pan con moho y carne de
mula. Las operaciones quirúrgicas a los valerosos “soldados de María”
estaban a cargo de tres médicos que no tenían camillas, anestesia,
elementos para desinfectar el lugar, o luz eléctrica.
Los enemigos pusieron una enorme carga explosiva debajo del Alcázar.
Se abrió una brecha de 100 metros de diámetro. Todos los que se
encontraban rezando cayeron al suelo, pero ninguno quedo herido. A los
72 días de continuo asedio un avión dejaba caer un mensaje del general
Francisco Franco, jefe de la resistencia católica: “Estamos llegando en su
auxilio”. El entusiasmo de los sitiados fue indescriptible, se oyeron gritos
de jubilo, llorando y cantando todos se dirigieron a la estatua de María
Santísima, el propio coronel Moscardo llevaba la bandera, profundamente
conmovido por el inminente rescate tomó en sus manos la sagrada
imagen y entre lágrimas exclamo: “Madre tú nos has salvado, porque no
abandonas nunca a aquellos que en ti confían”.
EL TRASLADO DE LA SAGRADA CASA DE NAZARET

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

Luego de la estadía de José y María en Belén, para cumplir las ordenes


del emperador César Augusto, con motivo del censo del año 7 a.C., y del
nacimiento allí de Jesús, la santa familia debió huir a Egipto, para salvar
al Niño Dios de las tropas del rey Herodes el grande, que buscaban a
todos los primogénitos menores de dos años para matarlos.

Fallecido el monarca y pasado el peligro, los tres regresaron para


asentarse en Nazaret, pequeña aldea de la provincia de Galilea, en
donde José ejercía como carpintero, oficio que aprendió el joven Jesús.

La palabra Nazaret quiere decir “Flor de Galilea”, como la llamaba San


Jerónimo.

En el año 44 d.C., los apóstoles como se refiere Lucio Destro,


consagraron en iglesia la casa de María, y San Pedro celebró allí la
eucaristía.

La actual ciudad no está situada en el mismo lugar, pues fue arrasada por
los musulmanes y levantada nuevamente entre los siglos XII y XIII.
En el siglo IV, la emperatriz Santa Helena edificó en torno de la casa
donde vivió María, una basílica que fue sustituida por otra de estilo
bizantino, en el año 420. Luego los cruzados construyeron una tercera en
el año 1100 y se encargó de su custodia a la orden franciscana.

Según relatan los archivos históricos de Jerusalén, durante la dominación


islámica se impidió a los religiosos católicos celebrar el sacrificio de la
misa. Cuenta la tradición que mientras permaneció la clausura, en e
interior de la iglesia se oían todas las noches música y cánticos
celestiales, mientras un resplandor emanaba del santo lugar.

Posteriormente, se desató un terrible incendio en toda Nazaret, en la


noche del 9 de mayo de 1291; cuenta una leyenda piadosa que los
ángeles arrancaron parte de la construcción y la llevaron a la colina de
Raunizza, Dalmacia, región montañosa costera en Croacia (ex-
Yugoslavia). Allí permaneció tres años. Luego, en otra noche, la del 9 al
10 de diciembre de 1294, el recinto fue trasladado a cinco millas de
Recanati, en la provincia de Ancona, Italia, en el bosque lauretano o de
Loreto.

Pero este no fue su lugar definitivo. Allí estuvo sólo ocho meses, pues el
trozo de casa fue colocado por tercera vez una milla más lejos, sobre una
colina perteneciente a los señores nobles de Rainaldi. Un cuarto designio
divino envió la edificación al camino que lleva desde el bosque de
Recanati a las orillas del mar Adriático.

Lo que la leyenda no cuenta es la razón de tanto traslado, ni por qué los


seres celestiales sólo se llevaron la mitad. El hecho es que los católicos de
la región levantaron primero un pórtico en torno a la sagrada casa. Luego
se construyó un templo gótico, hasta que el papa Paulo II, en el siglo XV,
mandó a construir el actual santuario de Nuestra Señora del Loreto.
Todos los pontífices, desde Bonifacio VIII en el siglo XII, hasta Benedicto
XVI han reconocido con solemnes actas canónicas el origen milagroso de
la casa.
No contento con las bendiciones papales, el gobernador del Tersat, en
Dalmacia, Nicolás Frangipano, envió a Nazaret una comisión encargada
de investigar el hecho. Allí se encontró los cimientos y el suelo restante
del aposento bíblico. También se confirmó la semejanza de los cortes y
de las medidas de las piedras y morteros de ambas edificaciones.
Asimismo, el ya mencionado Bonifacio VII y Clemente VII (siglo XVI),
comisionaron a Dalmacia y Nazaret embajadas pontificias para comprobar
el milagro. Del mismo modo, en 1855 el cardenal Bartolini tomó piedras,
tanto de la casa de Nazaret como la de Loreto, para que el químico de la
Sapienza, Francisco Bassi las examinara. Este declaró en 1857 que todos
los elementos son de la misma especie, compuestos por yeso, carbón
natural y paja, nunca usados en las construcciones antiguas en Italia.
Investigaciones realizadas en el año 2006, demostraron también lo dicho
anteriormente.

La casa de María en Nazaret se componía de una gruta excavada en la


roca, tal como se conserva dentro de la basílica de la Anunciación. Las
medidas de la gruta son 5.50 metros de profundidad, por 6.14 de ancho y
3.85 de alto. El resto de la morada, es muro de piedra, fue el que los
ángeles llevaron a Loreto. La segunda parte de la casa es una habitación
oscura de 9 metros de largo por 4 de alto y ancho. Las paredes son de
piedra rojiza. En el centro hay un altar con una imagen de la Santa
Madona atribuida a San Lucas, la cual fue robada en 1797 por las tropas
napoleónicas y rescatadas en 1801 por mediación de Pío VII.
LA CASA DE LA VIRGEN EN ÉFESO

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

Tanto en Jerusalén cerca del monte de los olivos (Israel), como en la


ciudad de Efeso (Turquía), hay dos iglesias que reclaman el derecho de
ser la tumba de la Virgen María. Ambas versiones tienen fuertes raíces en
la tradición cristiana:

A. En la Ciudad Santa se cree que en el mismo Cenáculo donde Jesús


celebró con sus apóstoles la Última Cena, fue el lugar donde la Santísima
Virgen se durmió en la paz del Señor. El sepulcro de María se halla muy
cerca del huerto de los Olivos, había allí una iglesia de tiempos de los
cruzados, varias veces los sarracenos la destruyeron con el convento de
los franciscanos que se levantaba junto a ella. Hoy en día este santuario
está en poder de los ortodoxos griegos, sirios y armenios; por esta razón,
en el siglo XIX próximo al monte Sión, los padres benedictinos
construyeron una abadía y una iglesia consagrada a la Asunción de María,
lugar de culto para los católicos.

B. Numerosos autores cristianos de Oriente y Occidente, desde los


primeros siglos, han afirmado sobre la permanencia de María
acompañada del apóstol Juan en una casa situada a cuatro kilómetros de
la ciudad de Efeso (Turquía). En la que se encontraba la sede de la
primera de las sietes iglesias mencionadas en el Apocalipsis. Igualmente,
la beata Ana Catalina Emmerich (1774-1824), viajó en espíritu a Tierra
Santa, donde presenció los lugares recorridos por Jesús y María. La
monja estigmatizada narra que antes de morir la Santísima Madre volvió
por algún tiempo a Jerusalén, para peregrinar en los sitios donde su hijo
había vivido y muerto; al volver a Efeso murió a la edad de sesenta y tres
años. “María fue sepultada por los apóstoles y a la noche siguiente
sucedió la Asunción a los cielos, en alma y cuerpo, acompañada con tres
coros de ángeles presididos por Jesús”.

La mística describe igualmente el hogar donde vivía la Virgen con San


Juan: una casa rectangular de piedra, de un solo piso, con el techo plano
y la hoguera en el centro, en medio de un bosque a las afueras de la
ciudad, porque Ella deseaba vivir apartada de los hombres. Sin embargo,
no fue sino hasta el año 1891 cuando dos sacerdotes franceses de la
congregación de la Misión (Lazaristas), los padres Henry Jung y Eugéne
Poulin, salieron en busca de la casa de María, teniendo como referencia
las visiones de la religiosa alemana mencionada anteriormente.

Los dos sacerdotes subieron a la llamada “la colina del ruiseñor”, que se
eleva por encima de la llanura de Efeso. Tras muchos esfuerzos, junto a
una fuente, encontraron las ruinas de una casa, que daba la impresión de
haber sido utilizada como capilla, y que correspondía perfectamente a la
descripta por la Beata. Los cristianos ortodoxos del lugar lo conocían
como el “Monasterio de las tres Puertas, la Toda Santa”, a causa de los
tres arcos de la fachada. Esos cristianos griegos, acudían a este sitio en
peregrinación en la octava de la fiesta de la dormición de Nuestra Señora,
el 15 de agosto. Igualmente, los dos presbíteros hicieron una
investigación entre los habitantes de la comarca y pudieron confirmar la
existencia de una devoción que reconocía en la capilla en ruinas como la
última residencia terrenal de la Madre María. Estudios arqueológicos
realizados entre 1898 y 1899 sacaron a la luz, los restos de una casa del
siglo I de nuestra era, así como los escombros de una pequeña población
que se levantó alrededor de la vivienda a partir del siglo VII.

El Papa León XIII (1878-1903) se pronunció favorablemente sobre estos


descubrimientos, y restableció en el Ordo Romanus una nota que con
motivo de la fiesta de la Asunción, mencionaba a Efeso como probable
lugar de la dormición de la Virgen. El santuario fue restaurado en los años
cincuenta del siglo pasado con piedras y material del lugar. La Iglesia es
custodiada por los frailes capuchinos, quienes señalan lo que ha quedado
de la morada original, los muros del perímetro con la hoguera central. La
Casa de la Virgen fue visitada por Pablo VI en 1967, por Juan Pablo II en
1979 y por Benedicto XVI en el 2006. Es meta de peregrinación no
solamente de católicos y ortodoxos, sino también de musulmanes.

ULTRAJES CONTRA LA SANTÍSIMA VIRGEN

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

A través de los tiempos se han cometido graves ultrajes contra la


Santísima Virgen, como por ejemplo:

Una de las primeras herejías contra la virginidad perpetua de María, la


escribió el filósofo neoplatónico Celso en el año 180 d.C. en su obra
“Doctrina Verdadera”, inspirado en fuentes judías y cuyo texto, escrito
en latín, no se ha conservado. En él afirmar que “Jesús había nacido de
una pobre campesina que se ganaba la vida hilando. La había expulsado
su marido carpintero cuando fue condenada por adulterio con un
soldado romano reclutado en Germania, llamado Ben Pantera. De ahí
que algunos lo conocieran como hijo de Pantera”. Supone que por esta
razón, huyó a Egipto donde adquirió conocimientos de magia que le
fueron muy útiles a su regreso a Judea cuando ya se presentó a sí
mismo como Dios.

Los nuevos miembros de la mafia italiana conocida como la “Cosa


Nostra”, tienen que hacer un juramento de sangre, que consiste en una
ceremonia en la que se le hace una pequeña incisión en el dedo índice de
la mano con la que puede disparar. Las gotas de sangre son derramadas
en una estampa de la Virgen Anunciadora, cuya fiesta religiosa cae el 25
de marzo y es considerada como la protectora de la mafia. A continuación
se le prende fuego a la imagen, y el iniciado, evitando que se apague la
llama, la hace circular de una mano a otra, mientras jura solemnemente
no traicionar jamás las reglas de su organización y merecer –en caso
contrario- arder de igual modo que el retrato de la Virgen.

En la pequeña localidad de Torrejón de Ardoz, en Madrid (España), hay


un museo de Iconos Sagrados entre los que se encuentra la Virgen de
Iverskaia, patrona de Rusia. Tanto el rostro de María como en el del Niño
se aprecian los impactos de bala que recibió al ser fusilada en 1917, por
los ejércitos bolcheviques cuando invadieron la capilla junto al Kremlin
donde era expuesta a la veneración pública.

En 1985 se exhibió la película “Dios te Salve María” de producción


francesa. En la cinta se presenta a “María, como hija de un empleado de
gasolinera, aficionada al baloncesto. José, es un taxista, son novios y se
van a casar. El tío Gabriel le anuncia que ella va a tener un hijo. José,
celosos está completamente amargado, pero después termina por aceptar
la situación. María da a luz un hijo (Jesús), que con los años abandona el
hogar. La película presentan a María desnuda y también insultando a Dios
por su situación, además de diálogos con lenguaje vulgar, y una pelea
entre José y Gabriel. Ante está presentación cinematográfica, el propio
Papa Juan Pablo II, rezó un rosario de desagravio en la radio vaticana el
día cuatro de mayo del mismo año.

En octubre de 1995, la cadena de televisión brasilera Record, de


propiedad de la Iglesia Universal del Reino de Dios, una secta
neopentecostal ampliamente diseminada en este país. En el programa
matutino “Despertad la Fe”, un pastor hizo un polémico sermón contra el
catolicismo y después la emprendió con puños y puntapiés contra una
estatuilla de la Virgen Aparecida, a la que calificó como un “muñeco feo y
desgraciado” que no merece la adoración que los brasileros le profesan.
Este hecho provocó la indignación del pueblo católico contra el ultraje a
su patrona, cuya historia se remonta al año 1717, cuando unos
pescadores sacaron de entre sus redes una pequeña imagen de la Virgen
de rostro negro de las aguas del río Paraiba en el estado de Sao Paulo, a
lo cual siguió una especie de pesca milagrosa. Cada año su santuario es
visitado por más de 7 millones de peregrinos.

En el año 1999, se exhibió en un museo de Nueva York (Estados Unidos),


un cuadro de Santa María cubierta con estiércol de elefante.

En noviembre de 2007, se realizó una muestra artística en la universidad


nacional de Córdoba (Argentina), en donde se presentó un cuadro de la
Virgen María orinada por un ángel.

En diciembre de 2008, se hizo una recreación del pesebre navideño con


gays y lesbianas con vestimenta erótica en el centro de Ámsterdam
(Holanda). La Virgen María fue representada por un travestí con botas de
charol y minifalda. José estuvo caracterizado por un homosexual en short
de látex y arnés de cuero.

En diciembre de 2008, en la portada de la revista Playboy en México, la


modelo María Florencia Onori aparece representado a la Santa Madona
cubriendo su cuerpo semidesnudo con un manto blanco. En la parte de
abajo llevaba por título “te adoramos María”.

Enero de 2009, en una discoteca de la ciudad de Santiago (Chile), se


efectuó un desfile de modas que llevó por nombre “vírgenes fashion
show”, donde las participantes modelos de la farándula loca, lucieron
trajes sensuales combinados con elementos propios de la iconografía
mariana, tales como: aureolas, velos, mantos, crucifijos y rosarios.

Septiembre de 2009, La Asociación de Periodistas de Israel, retiró de sus


dependencias una exposición fotográfica en la que los rostros de siete
mujeres suicidas palestinas, aparecen superpuestas en varios cuadros
propios del Renacimiento, que representa a la Santa Madonna con el Niño
Jesús en su regazo.

Julio de 2010, el pintor Giuseppe Veneziano, promocionó en una


exposición de pintura en la localidad italiana de Pietrasanta, un cartel
titulado “La Virgen del Tercer Reich”, que muestra la imagen de la Santa
Madona cagando a un Niño Jesús con la figura y el atuendo del dictador
alemán Adolfo Hitler.

Junio de 2013, aparece en la portada de la guía de verano del periódico


Santa Fe Reporter de Nuevo México, y reprodujo en su sitio web; una
ilustración con una “Virgen de Guadalupe” en bikini.
FRASES CÉLEBRES EN HONOR A MARÍA

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

Dios amó a María desde siempre como a su madre futura.


Papa León XIII.

No hay pues, en lo absoluto, otro medio de recibir a Cristo sino por medio
de María.
Papa San Pío X.

La Virgen María ocupa el lugar más alto y más cercano a nosotros,


después de Cristo Jesús.
Papa Beato Pablo VI.

No se puede ser cristiano sin ser mariano.


Papa Beato Pablo VI.

Contemplemos a Jesús con los ojos de María.


Papa San Juan Pablo II.

La grandeza de María consiste en el hecho de que Ella quiere magnificar


a Dios, no a sí misma.
Papa Benedicto XVI.

Una iglesia sin María es un orfanato.


Papa Francisco.

Mientras se honra a la Madre, el Hijo es mejor conocido, más amado,


mejor glorificado y obedecido.
Concilio Vaticano II.

La Virgen María es para el cristiano: signo de esperanza segura y de


consuelo.
Concilio Vaticano II.

María es Madre espiritual de todos los que en Jesucristo han puesto su


esperanza.
Concilio Vaticano II.

María despierta en nosotros el corazón filial que duerme en cada uno.


Puebla.

María con su obediencia trajo al mundo al que da la vida.


San Justino Mártir.

El lazo de la desobediencia de Eva fue desatado por la obediencia de


María; el que la virgen Eva había atado por su incredulidad, la Virgen
María lo desató con su fe.
San Ireneo de Lyon.

La devoción a la Virgen es la llave del Paraíso.


San Efrén.

Dios te salve; esperanza del alma, auxilio del cristiano, refugio de


pecadores, defensa de corazones fieles, salud de todo el mundo.
San Efrén.

No hay redención sin Jesús, tampoco hay encarnación sin María.


San Efrén.
La Virgen María se parece a la Sagrada Biblia en que trae al mundo aquel
que es la Palabra de Dios.
San Clemente de Alejandría.

María fue la Mujer que dio leche a aquel que nos dio el pan de vida
eterna.
San Agustín.

Si alguien no reconoce a María como madre de Dios, rechaza la divinidad


de Cristo.
San Gregorio Nacianceno.

No se puede hablar de la Iglesia Católica, si no está presente la Virgen


María.
San Cromacio.

María es auxilio de los que vivimos en la tierra, y alegría de los que ya


están en el cielo.
San Sofronio.

María es digna morada de Cristo, no por la belleza física sino por la gracia
original.
San Ildefonso.

Quien busca a Jesús por María, asegura la paz y la serenidad de su alma.


San Benito abad.

Acuérdate OH María Santa que jamás se oyó decir que alguno te haya
implorado sin tu auxilio recibir.
San Bernardo de Claraval.

Si se levanta la tempestad de las tentaciones, si caes en el escollo de las


tristezas, eleva tus ojos a la Estrella del Mar: ¡invoca a María!
San Bernardo de Claraval.
Llegar a Jesús por medio de María.
San Bernardo de Claraval.

Ni a Dios le convenía otra Madre que no fuera una Virgen. Ni a una


Virgen un Hijo que no fuera Dios.
San Bernardo de Claraval.

Bienaventurados los devotos de la Santísima Virgen, porque ellos tendrán


sus nombres escritos en el Libro de la Vida Eterna.
San Buenaventura.

Dios reunió todas las aguas en un recipiente y lo llamó mar, y reunió


todas las cualidades femeninas en una mujer y la llamó María.
San Luis María Grignon de M.

La salvación del mundo comenzó por medio de María, y por medio de Ella
debe consumarse.
San Luis María Grignon de M.

Lo que Lucifer perdió con su orgullo, lo ganó María con su humildad.


San Luis María Grignon de M.

María es el camino más seguro, corto y perfecto para llegar a Jesucristo.


San Luis María Grignon de M.

A quien Dios se propone hacerlo más santo, lo hace más devoto de María.
San Alfonso María de Ligorio.

Ser devoto de María Santísima es señal segura de salvación.


San Alfonso María de Ligorio.

Ante Dios, los ruegos de los santos son ruegos de amigos, pero los
ruegos de María son ruegos de Madre.
San Alfonso María de Ligorio
Jesucristo, luego de habernos dado todo aquello que podía darnos, nos
hizo incluso herederos de lo más precioso que tenía, es decir a su Santa
Madre.
Santo Cura de Ars.

La Madre del Hijo de Dios es también mi Madre.


San Estanislao.
Cuando María ruega, todo se obtiene, nada se niega.
San Juan Bosco.

Yo amo a los que me aman, honro a los que me honran y defiendo a los
que invocan.
Palabras de la Santísima Virgen a San Juan Bosco.

Si son para Mí unos hijos cariñosos Yo seré para vosotros una Madre
misericordiosa.
Palabras de la Santísima Virgen a San Juan Bosco.

Cuando hablamos en honor de la Virgen María es preferible extenderse


que quedarse corto.
Beato Duns de Escoto.

A todos los que piadosamente me sirven quiero asistirles como Madre


piadosísima, para consolarlos y ampararlos.
Palabras de la Santísima Virgen a Santa Matilde.

Si quieres no ser engañado o devorado por el Demonio, tienes que acudir


con fe y devoción a la Madre de Dios.
Santa Catalina de Siena.

En la vida de maría por cada rosa hubo diez espinas.


Cardenal Beato John Henry Newman. (Comparar con Salmo 34,19).

Así como Eva fue desobediente e infiel, María fue obediente y creyente.
Eva fue la causa de la ruina, María fue causa de la salvación.
Cardenal Beato John Henry Newman.

María ocupa en la historia de la salvación, una posición esencial, única y


definitiva.
Karh Rahner.

En la medida en que cada cristiano se asemeje más a María, mejor será


la Iglesia de Jesús.
Karh Rahner

De María puede decirse todo, menos que es una diosa.


Anónimo.

Recurrir a María en todo momento de nuestra vida, no nos hace alejar de


su hijo Jesús, antes por el contrario, nos acerca cada vez más a El.
GARZ.

Solo María Virgen bella, después de ser más santa; gozo de madre y
honra de doncella.
Lope de Vega.

La santidad crece en la medida a al devoción que se profesa a María.


P. Faber.

Debemos honrar a María porque es la Madre del Nuestro Señor, pues


quien no honra a la Madre, ofende sin duda al Hijo.
B. Elred.

No hay en el mundo, pecador alguno tan perdido y enfangado, que sea


aborrecido de María.
Blosio.
LA IGLESIA CATÓLICA

1. RAÍCES BÍBLICAS DEL CRISTIANISMO.


2. FUNDAMENTO BÍBLICO, TEOLÓGICO E HISTÓRICO DE LA IGLESIA
CATÓLICA.
3. ¿CUÁL IGLESIA FUNDÓ JESÚS?
4. DIEZ RAZONES BÍBLICAS POR LAS CUÁLES SOY CATÓLICO.
5. LAS QUINCE MARCAS DE LA IGLESIA CATÓLICA.
6. FRASES CÉLEBRES SOBRE LA IGLESIA CATÓLICA.
LAS RAÍCES BÍBLICAS DEL CRISTIANISMO

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

Se denomina cristianismo a la religión en conjunto que fue fundada por


Jesucristo, “piedra angular de toda su doctrina” (1 Corintios 3,10-11; 1
Pedro 2,4.6-8). Esta religión heredó del pueblo judío la creencia de un
único y verdadero Dios (Éxodo 20,2-3), que tiene sus inicios desde la
“santa alianza” entre Yahvé con el patriarca Abraham (Génesis 12,1-2);
Convirtiendo al pueblo de Israel, en una “nación santa y reino de
sacerdotes” (Éxodo 19,5-6), Y sigue siendo un pueblo muy amado por el
Padre Eterno (Véase Romanos capítulos del 9 al 11; 2 Corintios 3,15-16).
Sin embargo, “cuando se cumplió el tiempo, Dios envió a su Hijo, que
nació de una mujer, sometido a la ley de Moisés” (Gálatas 4,4). El es el
“gran sumo sacerdote” (Hebreos 4,14), que establece un “nuevo pacto”
(Hebreos 8,6), por su muerte salvadora en la cruz (Efesios 2,16;
Colosenses 1,20), dando origen al “verdadero pueblo de Dios” (Gálatas
6,16). Por consiguiente, “Ya no importa el ser judío o griego, esclavo o
libre, hombre o mujer; porque unidos a Cristo Jesús, todos ustedes son
uno solo. Y si son de Cristo, son descendientes de Abraham y herederos
de la promesa que Dios le hizo” (Gálatas 3,28-29).

La Iglesia de Cristo fue vista durante al menos los diez primeros años,
como una “nueva secta” salida del Judaísmo (Hechos 28,22), pero en
realidad era un “nuevo camino” (Hechos 24,14); ya que estaba centrado
en Jesucristo, quien es “el camino, la verdad y la vida” (Juan 14,6), por
eso eran llamados también como “los nazarenos” (Hechos 24,5). Y a los
hombres y mujeres que se atrevían a seguirlo, eran perseguidos a
muerte, arrestados y encarcelados (Hechos 22,4). No obstante, ellos
estaban unidos en un mismo amor (Colosenses 3,14), como verdaderos
“amigos” (3 Juan 15), compartiendo sus bienes entre sí (Hechos 2,44-
45), y llevando una vida según las enseñanzas del “sermón del monte”,
para conseguir el “reino de los cielos” (Mateo 5,3-12).

En cuanto al término “cristiano” con que se identifica a los discípulos de


Cristo, empezó a utilizarse en la provincia romana de Antioquía (actual
Antakya, en Turquía) (Hechos 11,26). La palabra cristiano viene del
griego “christianos”, adjetivo compuesto del sustantivo christos “el
Cristo” o “el Ungido”. De esta forma, un cristiano es alguien relacionado
de alguna forma con Cristo. Por tal razón, este nombre fue aceptado por
todos aquellos que soportaban los sufrimientos de su fe (1 Pedro 4,16);
convirtiéndose así en auténticos soldados de Cristo (2 Timoteo 2,3).

El cristianismo estuvo conformado en sus mismas raíces históricas por el


catolicismo, que tiene a Jesús como cabeza (Colosenses 1,18; Efesios
5,23), al fundar su congregación sobre el apóstol Pedro (roca) (Mateo
16,16-18; Lucas 22,32; Juan 21,15-17). La palabra griega “Iglesia”
asamblea de fieles (1 Corintios 1,2; Hebreos 2,12) “Católica” universal
(Romanos 15,10-11; 1 Corintios 12,13; Colosenses 3,11; Apocalipsis 7,9);
fue utilizada por primera vez por san Ignacio de Antioquía en el año 106
d.C. Ella es “la familia de Dios, que es la iglesia del Dios viviente, la cual
sostiene y defiende la verdad” (1 Timoteo 3,15).
FUNDAMENTO BÍBLICO, TEOLÓGICO E HISTÓRICO DE LA
IGLESIA CATÓLICA

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

I. INTRODUCCIÓN

¡Cuántas veces no nos hemos preguntado ante la gran avalancha de


iglesias cristianas! ¿Cuál de todas ellas es la verdadera? Al respecto, decía
San Cipriano en el siglo III, que “nadie puede tener a Dios por Padre,
sino tiene a la Iglesia Católica por Madre”. Asimismo, el cardenal John
Henry Newman agregaba que “para conocer la historia del cristianismo,
es necesario dejar de ser protestante”. Por esta razón, los católicos
afirmamos que nuestra religión no fue fundada por ningún hombre, como
ocurre con las demás confesiones cristianas, que muchas veces como
“lobos feroces” quieren acabar con la iglesia (Hechos 20,29-30). Si no
por el contrario, tiene sus orígenes en Jesucristo que es la “roca firme”
(Mateo 7,24-25), la “piedra angular”, eben pinnâ en hebreo o
akrogóniaios en griego (Efesios 2,20), y por lo tanto, nadie puede
construir sobre otro cimiento (1 Corintios 3,9-11; 10,4; 1 Pedro 2,4-6). La
existencia de la Iglesia Católica y su impacto han sido muy profundos;
Hablamos de una institución que ha existido más que ningún imperio en
la historia de la civilización. Ha durado tres veces más que el imperio
romano, y dos veces más que la dinastía de los faraones de Egipto y de
los emperadores de la China.
II. CAMPO TEOLÓGICO

La Iglesia Católica es vista como el “cuerpo místico” de Cristo (Efesios


1,23), sin “mancha ni pecado”(Efesios 5,27), como “la esposa del
Cordero” (Apocalipsis 21,9;22,17); a la que el Señor no deja de cuidarla
(Efesios 5,29). Ya que su intención era que hubiera “un solo rebaño y
un solo pastor” (Juan 10,16), donde El es “el gran pastor de las ovejas”
(Hebreos 13,20), llamado también el “pastor del pueblo de Israel” (Mateo
2,6; 15,24), el “buen pastor” (Juan 10,11), o “el Príncipe de los pastores”
(1 Pedro 5,4); que vela permanentemente por ellas (1 Pedro 2,25). Para
cumplir esta santa labor el Hijo de Dios escogió a doce discípulos (Mateo
11,1; 20,17), llamados también apóstoles (enviados) (Mateo 10,2-4;
Marcos 3,14-15; Lucas 6,12-13; Juan 20,21), dándoles plena autoridad
Para gobernar su iglesia a la cabeza del apóstol Pedro (roca) (Mateo
16,19; 18,18; 19,28; Efesios 2,20; Apocalipsis 21,14); Con Cinco grandes
misiones: Predicar el Evangelio (Mateo acompañado de la oración
(Hechos 6,4), Bautizar (Mateo 28,19; Marcos 16,15-16), celebrar la
eucaristía (Lucas 22,19), perdonar los pecados (Juan 20,23; Lucas
24,47), y realizar señales milagrosas en su nombre (Mateo 10,1; Marcos
16,17-18), más sorprendentes de las que El mismo hizo (Juan 14,12);
Como Pedro que curaba con su sombra (Hechos 5,15) y Pablo con su
ropa (Hechos 19,11-12).

Asimismo, el Santo de Dios antes de regresar al cielo, les promete a sus


amigos enviarles la ayuda divina del Espíritu Santo, que les hará recordar
todo lo que El les había dicho (Juan 14,26; 16,13); Haciéndose
visiblemente presente desde la fiesta del Pentecostés, y en otros
momentos (Hechos 2,1-4.33; 4,8.31; 7,55; 8,15.29; 9,17; 10,19.44;
13,4; 15,28; 16,6-7). O también, con la colaboración de los ángeles del
cielo (Hechos 5,17-20; 8,26; 10,3-8.22; 12,7-11; 27,23-24).
Los apóstoles dejaron cuatro puntos como legado:

 Las iglesias que fundaron en diferentes regiones.


 Sus escritos entre evangelios y epístolas.
 Los diversos ministros que gobernarían las comunidades de
creyentes: obispos, presbíteros y diáconos.
 Una misma doctrina o norma de fe.
III. LA JERARQUÍA ECLESIÁSTICA

Los Apóstoles (Apostellos) conforme se iba extendiendo la “Buena


Nueva”, nombraron a su vez Episkopos (Vigilantes o Inspectores)
Presbyteros (Más Ancianos) y Diákonos (Ministros Servidores); por
medio de la oración, el ayuno y la imposición de las manos (Hechos 6,6;
13,3; 14,23; 1 Timoteo 4,14; 2 Timoteo 1,6) {rito sagrado que fue
utilizado también por Moisés al nombrar a Josué como su sucesor
(Deuteronomio 34,9), y que se ha mantenido hasta nuestros días en la
jerarquía eclesiástica católica}. Prueba de ello es la escogencia de Matías
por los once apóstoles, para que ocupara el lugar de Judas (Hechos 1,15-
26); al igual que el nombramiento por parte de Pablo de nuevos obispos
como Tito en Creta, Timoteo en Efeso y Bernabé en Asia menor, para
que cuidaran la “iglesia” o el “rebaño” de Dios (Hechos 20,28; Hebreos
13,7.17), y se dedicaran a “predicar y enseñar” (1 Timoteo 5,17). Estos
nuevos obispos se les dio el legado de ordenar presbíteros (Tito 1,5), que
dieran a conocer la sana doctrina (1 Corintios 4,1; 2 Timoteo 2,2; Tito
1,9), y curaran a los enfermos por medio de la oración y la imposición del
óleo (Santiago 5,14; Marcos 6,13). También, por solicitud de los
apóstoles, la comunidad de Jerusalén nombró Siete diáconos que se
encargaban del cuidado material de los fieles (Hechos 6,2-6); uno de
ellos, Esteban, fue el primer mártir (testigo) del cristianismo (Hechos
7,59-60). Incluso, entre los apóstoles, discípulos, profetas, pastores y
maestros había diferentes dones y cualidades. (Lucas 10,1; hechos 13,1;
Romanos 12,6-8; 1 Corintios 12, 4-11. 27-31; Efesios 4,11; 1 Pedro 4,10).
Así se formaron los dos grupos del cristianismo que conforman el “Pueblo
de Dios” (De la expresión latina Populus Dei). Los primeros la jerarquía
eclesiástica (obispos, presbíteros y diáconos) se les dio el nombre de
Klerikós (Grupo Elegido o Selecto), y el resto se llamó Laós (Pueblo) o
Seglares (del Siglo).

Fue tal el éxito que en poco tiempo “las iglesias se afirmaban en la fe, y
el número de creyentes aumentaba cada día” (Hechos 16,5); “Las iglesias
tenían paz por toda Judea, Galilea y Samaria; y eran edificadas, andando
en el temor del Señor, y se acrecentaban fortalecidas por el espíritu
Santo” (Hechos 9, 31), (Véase también Hechos 2,47; 6,7; 11,19-21; 1
Pedro 1,1; Apocalipsis 1,11).De hecho, Judíos y gentiles, circuncisos e
incircuncisos; están unidos en un cuerpo de creyentes (Efesios 2,11-12),
y eran dirigidos en cada lugar por los apóstoles, obispos y diáconos
(Hechos 15,4; Filipenses 1,1); todos ellos conformaban: “las iglesias de
Dios en Cristo Jesús” (1 Tesalonicenses 2,14); llamada también como las
“iglesias de Dios” (2 Tesalonicenses 1,4), “iglesias de Cristo” (Romanos
16,16), “iglesias de los santos” (1 Corintios 14,33), el “pueblo santo”
(Hechos 9,13), “pueblo de Dios” (Apocalipsis 5,8; 8,3; 19,8); La “casa de
Dios” (Hebreos 3,6), “familia de la fe” (Gálatas 6,10), “familia de Dios”
(Efesios 2,19), o “la casa de Dios, que es la iglesia del Dios viviente,
columna y baluarte de la verdad” (1 Timoteo 3,15).

Del mismo modo, los príncipes de los apóstoles Pedro y Pablo, en sus
cartas pastorales pusieron de manifiesto como debía de ser la vida
ejemplar y recta de los obispos (1 Pedro 5,1-4; 1 Timoteo 3,1-7; 4,16),
presbíteros (Tito 1,6-9; 2,2), diáconos (1 Timoteo 3,8-13); y de todos los
cristianos (Romanos 12,9-21; 13,1-14; 14,1-23; 15,1-6). Sobre el
particular, se conoce una carta de San Ignacio de Antioquía, del año 107,
en la que dice que cada comunidad de creyentes, contaba con un único
episkopos, asistido por los presbyteros y diákonos.
Se conservan además las listas de los obispos católicos de las principales
iglesias como Roma, Jerusalén, Antioquía, Corintio, Alejandría, Efeso;
todas las cuales se remontan hasta los propios apóstoles. Al respecto,
Tertuliano (160-230), confunde a los herejes ya que no pueden presentar
a ningún apóstol como fundador de sus comunidades; en cambio de la
Iglesia Católica, agrega: “Como la Iglesia de Esmirna nos presenta a
Policarpo, colocado por Juan; la de Roma a Clemente, ordenado por
Pedro, y de un modo semejante lo hacen las demás con los que tienen
por propagadores de la semilla apostólica, puestos en el episcopado por
los Apóstoles”.

IV. LAS PRIMERAS IGLESIAS

Por el año 90 d.C. los líderes rabinos creyeron firmemente que debían
excluir de la sinagoga a todos los que ellos consideraban herejes (los
mînîm), incluyendo a los hebreos que se habían convertido al
cristianismo. Desde entonces se presentó un alejamiento de los creyentes
en el Señor con el judaísmo y sus centros de culto, y es por eso que en
junio de 2008, fue descubierta en la localidad de Rihab, en el norte de la
actual Jordania, la “primera iglesia cristiana del mundo”; construida entre
los años 33 y 70 de nuestra era. El templo se encuentra bajo tierra sobre
la iglesia de San Jorge. Según los arqueólogos esta cueva subterránea
sirvió de residencia y lugar de oración para los primeros discípulos,
cuando su religión aún era perseguida. Se cree que no abandonaron la
gruta hasta que los romanos abrazaran la fe católica en el siglo IV.
V. LA IGLESIA EN ROMA

Por haber sido Roma la ciudad donde los gloriosos apóstoles Pedro y
Pablo murieron por el evangelio (67 d.C.), fue tenida desde los albores
del cristianismo como la sede principal de la Iglesia de Jesucristo. Según
el historiador romano Suetonio, para el año 49 ya los cristianos se habían
establecidos en la capital del imperio. Posteriormente hacia el año 95, al
final del reinado de Domiciano, se conserva una carta del papa San
Clemente Romano (tercer sucesor de Pedro), a la comunidad cristiana de
Corintio, cuando aún vivía el apóstol Juan en Efeso. Del mismo modo,
San Ignacio de Antioquia en el año 105 escribió: “A la Iglesia que preside
en la ciudad de la región de los romanos, digna de Dios, digna de honor,
digna de bendición, digna de alabanza, digna de ser escuchada, digna de
castidad y presidente de la fraternidad según la ley de Cristo”. Unos
treinta cinco años después, Hermas, autor de un tratado místico titulado
“El Pastor”, al terminar su obra, confió al obispo de la Ciudad Eterna, San
Pío, el legado de transmitirla a todas las iglesias. Más tarde, un obispo de
frigia, de nombre Abercio, al redactar su propio epitafio antes de morir,
contó que había ido a Roma a visitar a su obispo, llamándolo el “Buen
Pastor”. También Hegesipo, quien expuso en sus Memorias el viaje que
realizó desde Oriente buscando la “verdadera doctrina transmitida por los
apóstoles”. En su primer momento la encontró en Corintio, y luego en
Roma. La ciudad de los dos “príncipes de los apóstoles” también fue
visitada por Policarpo de Esmirna (discípulo de San Juan), el palestino
Hegesippo y el samaritano Justino, como más tarde lo hizo Tertuliano de
Cartago y Orígenes de Egipto.
Hacia el año 189 San Ireneo, obispo de Lyon, afirmó que la Iglesia de
Roma debía tenerse por “la mayor, la más antigua y la más famosa de
todas, la fundada y constituida por los dos gloriosísimos apóstoles Pedro
Y Pablo”. “Porque, efectivamente, con esta Iglesia y a causa de su
elevada preeminencia, es con quien debe de estar de acuerdo toda la
Iglesia, es decir, todos los fieles dispersos por el universo. Pues en ella es
donde los fieles de todos los países han conservado la tradición
apostólica”. San Cipriano de Cartago, en el año 250, ya se refiere al
sucesor de Pedro como “Papa” (palabra griega que significa “padre de los
padres”). El primer Obispo de Roma en usar oficialmente el título de
Papa, fue San Siricio (384-399).

En el mismo siglo IV, San Ambrosio, obispo de Milán, en un sermón dice


comentando aquellas palabras de Jesús. “Tú eres Pedro y sobre esta
piedra edificaré mi Iglesia”: “Donde está Pedro, allí está mi Iglesia; donde
está la Iglesia, no hay muerte, sino vida eterna”. Y otro insigne Doctor de
la Iglesia, San Agustín en el siglo V, agregaba: “En la Iglesia romana
estuvo siempre en vigor el primado de la cátedra apostólica”.
Posteriormente, en el siglo XVI, el monje y sacerdote agustino alemán,
Martín Lutero, exclamó al contemplar la ciudad de los papas: “Te saludo
santa Roma, tres veces santa por la sangre de tus mártires”.
VI. EL MARTIRIO: TESTIMONIO DE LA FE

A medida que se iba cumpliendo las palabras del apóstol de los gentiles
que señalaba a Cristo como el “salvador de la iglesia” (Efesios 5,23); el
Diablo, como “león rugiente”, provocaba a la vez persecuciones a los
creyentes en todo el mundo (1 Pedro 5,8-9); el mismo Divino Maestro así
lo había profetizado (Juan 15,20). Los primeros cristianos soportaban con
mucha paciencia varias penalidades (2 Corintios 6,4-5), convirtiéndose en
verdaderos “testigos de Jesús” (Apocalipsis 17,6), para estar con El en su
gloria (Romanos 8,17). En este punto, nuestra iglesia es la que ha dado
más mártires en el cristianismo; se estima que en veintiún siglos han sido
70 millones, entre los que se encuentran papas, obispos, sacerdotes,
religiosos, monjas, misioneros, catequistas, neo-catecúmenos, seglares,
niños y niñas.

En los cuatro primeros siglos durante las represarías del imperio romano,
se estima que fueron cerca de cien mil cristianos; empezando con Nerón
en el año 64. El historiador Suetonio (+120 d.C.), en su obra sobre la
vida de este monarca, escribió al respecto: “los cristianos, clase de
hombres llenos de supersticiones nuevas y peligrosas, fueron entregados
al suplicio”. Después hicieron lo mismo sus predecesores como:
Vespasiano, Domiciano, Marco Aurelio, y especialmente con Diocleciano.
Algo que admiraban los paganos era ver como los cristianos aguantaban
el suplicio con tranquilidad, y morían con una sonrisa en sus rostros.
Todo lo que tenían que hacer evitar la condena era retractarse, y esparcir
una pizca de incienso sobre un altar encendido en la arena, e
inmediatamente se le otorgaba un certificado de sacrificio y ya era libre.
Esta renuncia no significaba que tuviese que adorar al monarca,
simplemente que reconociera el carácter divino de este como cabeza del
estado de Roma. Aun así, muy pocos cristianos aprovechaban esta
oportunidad, y en cambio eran ajusticiados de varias maneras:
 Eran condenados “ad bestias” (a las bestias), donde se les colocaba
pieles de animales para ser devorados por leones, osos, hienas y
mastines; en el circo máximo.
 En el anfiteatro eran obligados a representar escenas teatrales antes
de ser estrangulados.
 Eran atados a los cuernos de un toro que los pisoteaba y destrozaba
contra las rocas.
 Eran asesinados por los 'retiari', los gladiadores con redes y
tridentes.
 Se les colocaba la llamada “túnica molesta”, que era un saco
embadurnado de pez y azufre, colgándolos después en postes,
donde se les prendía fuego, y alumbraran así por la noche los
jardines del Emperador, donde se realizaban carreras nocturnas de
carros tirados por caballos.
 Eran crucificados vivos en masas.

Así se cumplía la célebre frase de Tertuliano: “Sanguis Martyrum


Semen Chistianorum” (la sangre de los mártires es semilla para
nuevos cristianos) (comparar con Apocalipsis 18,24).

Ya en el siglo XX hubo 27 millones que murieron por la fe; como en las


persecuciones religiosas en España, México, la Alemania nazi, en la época
de la ex Unión Soviética, en la China comunista, en las guerras internas
de algunos países de África, América Latina y demás (Comparar con 1
Pedro 2,20-21). Ellos son “los que han lavado sus ropas y las han
blanqueado en la sangre del Cordero” (Apocalipsis 7,14), están “vestidos
de blanco y llevando hojas de palma en las manos” (Apocalipsis 7,9); y
por eso, San Agustín decía que “La Iglesia Católica va peregrinando
entre las persecuciones de los hombres y los consuelos de Dios”.
VI. IGLESIA MISIONERA
Esta labor evangelizadora se cumple desde la misma orden dada por el
Señor de dar a conocer su mensaje a toda la humanidad (Mateo 24,14;
28,19-20; Hechos 1,8; Colosenses 1,23; Apocalipsis 14,6). Fue así como
los apóstoles “todos los días, en el templo y por las casas, no cesaban de
enseñar y predicar a Jesucristo” (Hechos 5,42; 20,20). Posteriormente, se
ha visto testificada de manera sobresaliente con la evangelización a los
“paganos” (“pagus”, pueblo); y es así como el gobernador Plinio el
joven, en la relación que envía al emperador Trajano en el otoño del 112,
al hablar de los cristiano de Bitinia (en la actual Turquía), reconoce
que:"Es una muchedumbre de todas las edades, de todas las condiciones,
esparcida en las ciudades, en la aldeas y en el campo” .
Del mismo modo, la epístola a Diogneto redactada en Atenas a fines del
siglo II, dice: “Los cristianos no se diferencian ni por el país donde
habitan, ni por la lengua que hablan, ni por el modo de vestir. No se
aíslan en sus ciudades, ni emplean lenguajes particulares: la misma vida
que llevan no tiene nada de extraño. Su doctrina no nace de
disquisiciones de intelectuales ni tampoco siguen, como hacen tantos, un
sistema filosófico, fruto del pensamiento humano. Viven en ciudades
griegas o extranjeras, según los casos, y se adaptan a las tradiciones
locales lo mismo en el vestir que en el comer, y dan testimonio en las
cosas de cada día de una forma de vivir que, según el parecer de todos,
tiene algo de extraordinario”.
Ya para el siglo III, el apologista Tertuliano de Cartago, podría afirmar:
“Nosotros los cristianos no vivimos separados del mundo, frecuentamos el
foro, los baños, los talleres, las tiendas, los mercados y las plazas
públicas. Ejercemos los oficios de marino, de soldado, de labriego, de
negociante…”. Igualmente, Latancio (+325), explicaba: “"No hay otra
razón para llamarnos hermanos que el hecho de que nos consideramos
todos iguales. Esclavos y libres, grandes y pequeños son iguales entre sí
y ante Dios se distinguen sólo por la virtud".
El siguiente paso fue la cristianización de la “casa de los Césares” con
Constantino el Grande, el primer Princeps Christianus (Príncipe
Cristiano), quien en el “Edito de Milán” en el año 313, decretó que el
cristianismo fuera considerado “religio licita” (religión permitida), y
luego confirmado con Teodosio I. Este último emperador proclamó en el
año 380, el “Edicto de Tesalónica”, prohibiendo la adoración pagana.
Después de esto, sacerdotes y monjes benedictinos, hicieron lo mismo
con las tribus bárbaras que poblaban toda Europa; especialmente con la
conversión del rey franco Clodovedo en el 496, y con el gran monarca
protector de la Iglesia Católica, Carlomagno (742-814). A partir del siglo
XVI el catolicismo se extendió por el resto del mundo, gracias a la
Predicación de valientes misioneros franciscanos, dominicos, jesuitas,
mercedarios, agustinos y demás (Hechos 1,8).
VII. EL AMOR AL PRÓJIMO

Otro sello distintivo era la atención que se prestaba a los huérfanos y a


las viudas (Santiago 1,27); Jesús y los apóstoles tenían un fondo común
para ayudar a los israelitas necesitados (Mateo 26, 6-9; Juan 13,29); en
las iglesias el día domingo se recogía una colecta voluntaria para tal
propósito (1 Corintios 16,1-2). Desde los tiempos de la iglesia primitiva,
los obispos católicos construían hospitales para los enfermos, casas de
protección para las viudas y huérfanos, y albergues para los peregrinos;
así por ejemplo en tiempos del papa Cornelio (251-253), la iglesia romana
atendía a 1.500 viudas y huérfanos (Comparar con Hechos 2,44-45; 4,32;
6,1-3; 11,28-30; Gálatas 2,7-10). San Basilio, arzobispo de Cesarea
(Turquía) en el siglo IV, fue el primero es fundar un hospital para pobres
y un ancianato.

Hoy en día La Iglesia Católica es la institución a nivel mundial que cuenta


con el mayor número de sanatorios, dispensarios, leprosarios, centros de
salud, ancianatos, orfelinatos, guarderías, escuelas públicas, talleres de
capacitación, restaurantes infantiles, bancos de alimentos para los
pobres, comedores populares, centros de rehabilitación para drogadictos
y alcohólicos, para enfermos del SIDA y demás. Obedeciendo con esto el
mandato del apóstol Santiago: “la fe sin obras, está muerta” (2,14-18).
VIII. CONCLUSIÓN

Hay que reconocer que la Iglesia de Cristo en su parte humana, se ha


cumplido la parábola de “la cizaña en el trigo” (Mateo 13,24-30), a través
de los tiempos. De hecho, el Papa Juan Pablo II declaró honradamente
que en el catolicismo ha habido “luces y sobras”. No obstante, el poder
del infierno no podrá vencerla (Mateo 16,18), porque “El cielo y la tierra
pasarán, pero mis palabras no pasarán” (Mateo 24,35), “la palabra del
Señor permanece para siempre” (1 Pedro 1,25). El Mesías siempre estará
con los suyos (Mateo 28,20; 1 Corintios 5,4); según la sentencia del
maestro de la ley, Gamaliel (Hechos 5,38-39); Ya que existe una íntima
unión entre Dios, la iglesia y Cristo Jesús, “por todos los siglos y para
siempre” (Efesios 3,21).
¿CUÁL IGLESIA FUNDÓ JESÚS?

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

INTRODUCIÓN: Hoy en día existen miles de congregaciones cristianas


en todo el mundo, donde cada una de ellas reclama ser la verdadera, y
en cuyas filas solamente se obtiene la salvación eterna. Pero la Iglesia
Católica es la única que cuenta con el respaldo de las palabras del Divino
Salvador: “Tú eres Pedro y sobre esta roca edificaré mi iglesia”
(Mateo 16,18).

I. ORIGEN DE LA IGLESIA CATÓLICA

El Cristianismo estuvo conformado en sus mismas raíces históricas por el


Catolicismo, que tiene a Jesús como “cabeza” (Colosenses 1,18; Efesios
5,23) y “piedra principal” (1 Pedro 2,4-7), al fundar su congregación
sobre el apóstol Pedro (roca) (Mateo 16,16-18; Lucas 22,32; Juan 21,15-
17). La palabra griega “Iglesia” (Ekkésia), Asamblea de Fieles (1
Corintios 1,2), “Católica”, (Katholikós), Universal (1 Corintios 12,13;
Colosenses 3,11; Apocalipsis 7,9); fue utilizada por primera vez por san
Ignacio de Antioquia en el año 106 de nuestra era. Esta tradición se ha
mantenido hasta nuestros días con el Papa Francisco, quien es el 267
legítimo sucesor de San Pedro.

Del mismo modo, San Atanasio, Patriarca de Alejandría (+373), en su


primera carta a Serapión, dice lo siguiente: “Siempre resultará
provechoso esforzarse en profundizar el contenido de la antigua
Tradición, de la Doctrina y la Fe de la Iglesia Católica, tal como el Señor
nos la entregó, tal como la predicaron los Apóstoles y la conservaron los
Santos Padres. En ella, efectivamente, está fundamentada la Iglesia, de
manera que todo aquel que se aparta de esta Fe, deja de ser cristiano y
ya no merece el nombre de tal”.
II. CÓMO SE FORMARON LAS DEMÁS IGLESIAS
CRISTIANAS

Desde los inicios de la Iglesia de Cristo se empezaron a presentar


divisiones entre los cristianos, así lo da a conocer el apóstol Pablo:
“Porque es preciso que entre vosotros haya disensiones para que se
hagan manifiesto entre vosotros los que son aprobados” (1 Corintios
11,19). “Quiero decir que cada uno de vosotros dice: Yo soy de Pablo; y
yo de Apolos; y yo de Cefas; y yo de Cristo. ¿Acaso está dividido Cristo?”.
(1 Corintios 1,12-13).

Nótese bien, que la intención del Señor Jesús es que hubiera “un solo
rebaño y un solo pastor” (Juan 10,16), “Porque nadie puede poner otro
fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo” (1 Corintios
1,11). Por lo tanto, cualquier persona que se declare auténtica seguidora
de las enseñanzas del Hijo de Dios, tiene que pertenecer a la única y
verdadera Iglesia fundada por El mismo hace más de dos mil años atrás
(1 Timoteo 3,15). Con la sola excepción de la Iglesia Ortodoxa que se
separó de la Católica en el siglo XI, en el llamado “Cisma (ruptura) de
Oriente”, pero que conserva el mismo origen histórico desde los apóstoles
(Efesios 2,20); las demás confesiones cristianas fueron originadas por
hombres (Gálatas 1,6-8; 2 Timoteo 4, 3-4), a partir del siglo XVI en
Europa, con la llamada “Reforma Protestante”. Debido a este mismo
hecho, en el siglo XVII, había más de 100 congregaciones distintas, para
el siglo XX, eran 1.600, 34.000 al empezar el siglo XXI. Hoy en día hay
42.000 sectas cristianas.
III. IGLESIAS QUE NACEN CON LA REFORMA PROTESTANTE

 Iglesia Evangélica, fundada en Alemania por Martín Lutero en 1521.

 Iglesia Anglicana , fundada en Inglaterra por el Enrique VIII en


1534.

 Iglesia Calvinista, fundada en Suiza por Juan Calvino en 1536.

IV. PRINCIPALES IGLESIAS Y SECTAS CRISTIANAS EN AMÉRICA

 Iglesia Anabapatista, fundada en Suiza por Stork y Munzer en 1525.

 Iglesia Mennonita, fundada en Suiza por Menno Simonds en 1525.

 Iglesia Presbiteriana, fundada en Escocia por Juan Knox en 1560.

 Iglesia Congregacionista, fundada en Inglaterra por Roberto Brown


en el siglo 1582.

 Iglesia Bautista, fundada en Inglaterra por John Smith en 1609.

 Iglesia Metodista, fundada en Inglaterra por John Wesley en 1739.

 Iglesia Unitaria, fundada en Inglaterra por Teófilo Lindley en 1774.

 Iglesia Episcopaliana, fundada en Estados Unidos por Samuel


Seabury en 1789.

 Secta Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días


(Mormona), fundada en Estados Unidos por José Smith en 1830.

 Secta adventista del Séptimo Día, fundada en Estados Unidos por


Guillermo Miller en 1860.
 Secta El Ejército de Salvación, fundada en Inglaterra por Guillermo
Booth en 1865.

 Secta de Los Testigos de Jehová, fundada en Estados Unidos por


Carlos Tazé Russell en 1879.

 Secta Pentecostal, fundada en Estados Unidos por Carlos Parham en


1901.

 Secta Asamblea de Dios, fundada en Estados Unidos por Hot Springs


en 1914.

 Secta Congregación Mita, fundada en Puerto Rico por Juanita García


Peraza en 1940.

 Secta Creciendo en Gracia, fundada en Estados Unidos por José Luis


de Jesús Miranda en 1973.

 Secta Universal del Reino de Dios (pare de sufrir), fundada en Brasil


por Edir Macedo en 1977.
DIEZ RAZONES BÍBLICAS POR LAS CUALES SOY
CATÓLICO

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

1. “Cristo es cabeza de la iglesia. Cristo es también el Salvador


de la iglesia, la cual es su cuerpo” (Efesios 5,23).

¡Cuántas veces no nos hemos preguntado ante la gran avalancha de


Iglesias Cristianas! ¿Cuál de todas ellas es la verdadera? Al respecto,
decía San Cipriano en el siglo III, que “nadie puede tener a Dios por
Padre, sino tiene a la Iglesia Católica por Madre”. Asimismo, el cardenal
John Henry Newman agregaba que “para conocer la historia del
cristianismo, es necesario dejar de ser protestante”. Por esta razón, los
católicos afirmamos que nuestra religión no fue fundada por ningún
hombre, como ocurre con las demás confesiones cristianas, y que muchas
veces como “lobos feroces” quieren acabar con la iglesia (Hechos 20,29-
30). Sino por el contrario, tiene sus orígenes en Jesucristo que es la “roca
firme” (Mateo 7,24-25), y por lo tanto, nadie puede construir sobre otro
cimiento (1 Corintios 3,9-11; 10,4; Efesios 2,20; 1 Pedro 2,4-6).

En cuanto al término “Iglesia Católica”, viene de dos palabras griegas:


“Iglesia” (Ekklésia) asamblea de fieles (1 Corintios 1,2), y “Católica”
(katholikós) universal (Romanos 15,10-11; 1 Corintios 12,13;
Colosenses 3,11; Apocalipsis 7,9). Fue utilizada por primera vez, por san
Ignacio de Antioquía en el año 106, cuando escribió una carta a los fieles
de Esmirna: “Allí donde está Cristo Jesús, está la Iglesia Católica”. Ahora
bien, la importancia del catolicismo, y su impacto en la historia de la
humanidad han sido muy profundos. Hablamos de una institución que ha
existido más que ningún imperio en la historia de la civilización. Ha
durado tres veces más que el imperio romano, y dos veces más que las
dinastías de los faraones de Egipto y de los emperadores de la China.
2. “Tú eres Pedro, y sobre esta piedra voy a construir mi
iglesia; y ni siquiera el poder de la muerte podrá vencerla.
Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que tú ates en
este mundo, también quedará atado en el cielo, y lo que tú
desates en este mundo, también quedará desatado en el
cielo” (Mateo 16,18-19).

Hay que aclarar que la Iglesia Católica no es la Iglesia de Pedro, sino la


de Jesucristo representado en el apóstol; ya que Jesús mismo es el
“pastor principal” (1 Pedro 5,4). Aunque algunas iglesias cristianas se han
atrevido a decir que el pasaje del evangelio de Mateo fue añadido en el
siglo II. No obstante, en 1952 el teólogo y exegeta alemán protestante,
Oscar Cullmann, reconoció en su libro “El Primado de Pedro”, que este
texto del apóstol Mateo es auténtico, y que de hecho designa a la
persona de Pedro como el fundamento de la Iglesia de Cristo (Comparar
con Lucas 22,31-32; Juan 21,15-17). Igualmente, por haber sido Roma la
ciudad donde los santos apóstoles Pedro y Pablo murieron por el
evangelio (hacia el año 67), fue tenida desde los albores del cristianismo
como la sede principal de la Iglesia del Señor. Hacia el año 95, al final del
reinado de Domiciano, se conserva una carta del papa San Clemente
Romano (tercer sucesor de Pedro), a la comunidad cristiana de Corintio,
donde habla del “glorioso martirio de los apóstoles Pedro y Pablo en
Roma”. San Ignacio de Antioquia en el año 105 escribió: “A la Iglesia que
preside en la ciudad de la región de los romanos, digna de Dios, digna de
honor, digna de bendición, digna de alabanza, digna de ser escuchada,
digna de castidad y presidente de la fraternidad según la ley de Cristo”.
Del mismo modo, hacia el año 180 San Ireneo, obispo de Lyon, afirmó
que la Iglesia de Roma debía tenerse como “la mayor, la más antigua y la
más famosa de todas las iglesias”.
3. “El que come mi cuerpo y bebe mi sangre, tiene vida eterna;
y yo lo resucitaré en el día último. Porque mi cuerpo es
verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida” (Juan
6,54-55).

Para la mayoría de las Iglesias protestantes, la “Eucaristía” (acción de


gracias), es solamente un simbolismo de las palabras de Jesús en la
“Ultima Cena”, celebrado con los apóstoles en la víspera de la fiesta de la
Pascua (Pésaj), el jueves santo del año 33 de nuestro era. Por otro lado,
para las Iglesias Católica y Ortodoxa, fieles a la tradición del mensaje
divino, han enseñado que la “Eucaristía” es verdaderamente la presencia
del Cristo en la “Hostia”, que será entregado por todos nosotros, y en el
“Vino”, que será derramado por todos nosotros, como un “nuevo pacto”
con su muerte redentora en la cruz (Lucas 22,19-20). Por eso, el Hijo de
Dios mandó a conmemorar a sus discípulos este acontecimiento, en
recuerdo suyo (1 Corintios 11,25), hasta que El vuelva (1 Corintios
11,26).

En los anales de la Iglesia Naciente hay constancias escritas, como el


testimonio de San Justino Mártir, quien hacia el año 155, le explicaba al
emperador romano Antonio Pío, sobre el memorial que hacían los
católicos: “Los fieles que asistían al santo sacrificio comulgaban bajo
ambas especies. Los hombres recibían la santa hostia en su mano y las
mujeres en un lienzo blanco; unos y otros bebían del cáliz que les
presentaba el sacerdote o el diácono. Al distribuir el pan, el sacerdote o el
diácono, decía: “Corpus Christi”, y al presentar el cáliz: “Sanguis
Christi”, y el que comulgaba respondía: “Amén”. Lo que sobraba del
vino consagrado se repartía entre los niños presentes, y el pan
consagrado restante era llevado a los enfermos y a los cristianos presos
en los cárceles” (Comparar con Hechos 2,42). También San Ireneo, en su
obra contra las herejías (año 180), escribe: “El vino y el pan al recibir las
palabras consagratorias se convierten en el Cuerpo y en la Sangre de
Cristo”.
Podemos resaltar además el famoso milagro eucarístico que se conserva
en Lanciano (Italia), cuando en el siglo VIII, durante la misa un monje
basiliano dudó de la presencia real de Cristo en el momento de la
consagración, y para asombro suyo la “Hostia” se convirtió en carne de
corazón humano y el “Vino” en sangre de tipo AB [la misma de la
Sábana santa en que envolvieron el cuerpo del Hijo del hombre al ser
bajado de la cruz, y que se conserva en Turín (Italia)]. Este milagro ha
sido plenamente confirmado por los resultados de los análisis de la
ciencia moderna, y cuenta con el respaldo de la Organización Mundial de
la Salud (ONU).

4. “Toda Escritura está inspirada por Dios y es útil para


enseñar y reprender, para corregir y educar en una vida de
rectitud” (2 Timoteo 3,16).

La Iglesia Católica ha sido la custodia de la Palabra de Dios, así por


ejemplo: Hacía el año 170, se realizó el primer catálogo de los libros del
Nuevo Testamento; llamado el canon (o lista) de Moratori. Este contenía
los cuatro Evangelios y las 13 cartas de San Pablo. El teólogo Orígenes
(182-254), aseguraba que los cristianos del siglo III, usaban la versión de
los libros del Antiguo Testamento llamada de Los Setenta (que incluyen
46 libros), aunque algunos judíos no lo aceptaban. En Antioquía, el
sacerdote Luciano (+312), hizo una revisión crítica del Antiguo
Testamento de la versión de los “Setenta”. San Atanasio en el año 367 da
la lista definitiva de los 27 libros del Nuevo Testamento. La totalidad de
los libros aceptados como de inspiración divina, se reconocieron en los
concilios de Hipona (393), y el de Cartago (397). La Vulgata (o divulgada)
fue la primera versión autorizada de la Biblia de los textos originales del
hebreo, arameo y griego al latín; fue hecha por San Jerónimo en el siglo
IV, en la misma cueva de Belén donde nació el Salvador del mundo.
Antes de Martín Lutero, con la reforma protestante (siglo XVI), existían 56
ediciones de la Biblia en diferentes idiomas en todo el continente
europeo. La primera Biblia impresa en la historia fue la Vulgata Latina,
por el alemán Johannes Gutenberg en el año 1455. Este ejemplar se
encuentra hoy en la biblioteca de Moscú (Rusia). La división de la Biblia
en capítulos y versículos del Nuevo Testamento, fue elaborada por el
teólogo Esteban Langton; arzobispo católico de Canterbury en el año
1214; mientras que la del Antiguo Testamento, fue impuesta por el
fraile dominico Santos Pagnini, en el año 1517. Estas dos modalidades
han sido aceptadas por las demás Iglesias Cristianas. En el año 1892 el
papa León XIII creó la escuela bíblica de Jerusalén, bajo la dirección de la
orden de los dominicos; quienes se encargan de las excavaciones
arqueológicas en Tierra Santa. En el año 1907, el papa San Pío X dio
origen al instituto pontificio de estudios bíblico, a cargo de los jesuitas.
Hoy en día existen diferentes ediciones católicas de la Palabra de Dios (2
Tesalonicenses 3,1).

5. “Vayan, pues, a las gentes de todas las naciones, y háganlas


mis discípulos. Bautícenlas en el nombre del Padre, y del
Hijo y del Espíritu Santo, y enséñeles a obedecer todo lo que
les he mandado a ustedes. Por mi parte, yo estaré con
ustedes todos los días, hasta el fin del mundo” (Mateo 28,
19-20).

Este mandato divino de dar a conocer la “Buena Nueva” se cumple desde


los apóstoles (enviados), cuando “todos los días, en el templo y por las
casas, no cesaban de enseñar y predicar a Jesucristo” (Hechos 5,42;
20,20). Posteriormente, se ha visto testificada con la cristianización de
los césares romanos, con Constantino el Grande, el primer Princeps
Christianus (Príncipe Cristiano), y luego confirmado con Teodosio I;
ambos en el siglo IV. Después de esto, sacerdotes y monjes
benedictinos, hicieron lo mismo con las tribus bárbaras que poblaban
toda Europa; especialmente con la conversión del rey franco Clodovedo
en el 496, y con el gran monarca protector de la Iglesia Católica,
Carlomagno (742-814). A partir del siglo XVI el catolicismo se extendió
por el resto del mundo, gracias a la Predicación de valientes misioneros
franciscanos, dominicos, jesuitas, mercedarios, agustinos y demás
(Hechos 1,8).
En la actualidad la Iglesia Católica cuenta con 5.132 obispos, 413.418
sacerdotes, 41.000 diáconos permanentes, 55.000 religiosos, 713.000
monjas y 3 millones de laicos comprometidos.

6. “Dichosos los que sufren persecución por hacer lo que Dios


exige, pues el reino de Dios les pertenece” (Mateo 5,10).

A lo largo de la historia de la salvación la Iglesia Católica es la que ha


dado más mártires (testigos de la fe) en el cristianismo. Se calcula que en
veintiún siglos han sido 70 millones, entre los que se encuentran papas,
obispos, sacerdotes, religiosos, monjas, misioneros, catequistas, neo-
catecúmenos, seglares, niños y niñas. Solamente en los cuatro primeros
siglos durante las represarías del imperio romano, se estima que fueron
once millones. Al respecto, el escritor romano Tácito (siglo II), narra
como a los condenados se les colocaba pieles de animales para ser
devorados por los leones y los mastines en el circo máximo; a otros les
untaban grasa de cerdo para ser luego amarrados a los postes en los
jardines imperiales o en la Vía Apia, como antorchas humanas en la
noche; o también eran crucificados vivos en masa, por haber proclamado
con valentía antes los tribunales paganos: “Chistianus Sum” (Soy
Cristiano). Cumpliéndose así la célebre frase de Tertuliano (siglo III): “la
sangre de los mártires es semilla para nuevos cristianos” (Apocalipsis
18,24). Del mismo modo, en el siglo XX hubo un promedio de 27 millones
de católicos que murieron por la fe; como en las persecuciones religiosas
en España, México, la Alemania nazi, en la ex Unión Soviética, en la
China comunista, en las guerras internas de algunos países de África,
América Latina y demás (1 Pedro 2,20-21). Ellos son “los que han lavado
sus ropas y las han blanqueado en la sangre del Cordero” (Apocalipsis
7,14), están “vestidos de blanco y llevaban hojas de palma en las manos”
(Apocalipsis 7,9).
7. “Vengan ustedes, los que han sido bendecidos por mi Padre;
reciban el reino que está preparado para ustedes desde que
Dios hizo el mundo. Pues tuve hambre, y ustedes me dieron
de comer; tuve sed, y me dieron de beber; anduve como
forastero, y me dieron alojamiento. Me faltó ropa, y ustedes
me la dieron; estuve enfermo, y me visitaron; estuve en la
cárcel, y vinieron a verme” (Mateo 25, 34-36).

Ninguna otra institución a nivel mundial ha hecho más por el prójimo


como la Iglesia Católica; y es así como desde los tiempos de la iglesia
primitiva, los obispos construían casas de protección para las viudas y
huérfanos, y albergues para los peregrinos. En tiempos del papa Cornelio
(siglo III), la iglesia romana atendía a 1.500 viudas y huérfanos. San
Basilio, arzobispo de Cesarea (Turquía) en el siglo IV, fue el primero es
fundar un hospital para pobres y un ancianato. La asistencia a los
enfermos se dio por medio de comunidades religiosas fundadas por San
Juan de Dios, es España (siglo XVI); o San Camilo de Lelis, en Italia (siglo
XVII). El amor a los esclavos africanos, fue el apostolado que caracterizó
la vida de San Pedro Claver, en Colombia (siglo XVII). Las escuelas
públicas son obra de santos como San Juan Bautista de la Salle, en
Francia (siglo XVII); San José de Calasanz, en Italia (siglo XVIII); San
Marcelino Champagnat, en Francia (Siglo XIX) o San Juan Bosco, en Italia
(siglo XIX). La protección de los derechos civiles de los obreros fue
iniciada por el Papa León XIII en el siglo XIX.

Hoy en día la ONU ha reconocido que la Iglesia Católica, es la institución


a escala mundial, que más asiste a la mujer en el campo de la salud, la
educación y la promoción humana. También se ocupa del 26% de todos
los enfermos de SIDA en el mundo. La labor social en todo el planeta,
está distribuida de la siguiente manera: los institutos sanitarios son en
total 115.352; 648 leproserías; 15.699 casas para ancianos, enfermos
crónicos y personas con incapacidad; 10.124 orfanatos; 11.596
guarderías; 14.744 consultores matrimoniales; 3.663 centros de
educación o reeducación social y 36.389 instituciones de otro tipo. A
estos datos sobre la actividad de acción social, habría que añadir los
servicios de asistencia que se prestan en los campos de refugiados y para
desplazados interiores y el acompañamiento de estas personas
desarraigadas (Santiago 2,26).

8. “La iglesia del Dios viviente, la cual sostiene y defiende la


verdad” (1 Timoteo 3,15).

La Iglesia Católica a través de los siglos ha defendido la verdadera


doctrina del cristianismo (Gálatas 1,6-9), de las continuas herejías (falsas
enseñanzas) que empezaron a circular desde los tiempos de los apóstoles
(2 Pedro 2,1-2). Esta misión se ha dado por medio de:

 Los Padres Apostólicos: Fueron aquellos santos que conocieron en


vida a los Apóstoles, como: San Papías, San Ignacio de Antioquía,
San Policarpo, San Clemente Romano, San Justino Mártir.

 Los Padres de la Iglesia: Fueron los escritores tanto de la Iglesia en


Oriente como en Occidente (Siglos II al VIII), como: San Atanasio,
San Juan Crisóstomo, San Gregorio Nacianceno, San Basilio, San
Ambrosio.

 Los Doctores de la Iglesia: Son aquellos que a parte de haber


llevado una vida de virtud, sobresalieron por su ciencia eminente en
la doctrina del catolicismo, muchos además fueron Padres de la
Iglesia; y han sido declarados como tales por el Sumo Pontífice o un
Concilio Universal. Son 35 en total, como: San Agustín, San
Jerónimo, Santo Tomás De Aquino, San Buenaventura, San Alfonso
De Ligorio, San Juan de la Cruz; incluyendo además a cuatro
mujeres: Santa Catalina de Siena, Santa Teresa de Ávila, Santa
Teresita del Niño Jesús y Santa Hildegarda de Bingen.

 Los Concilios Ecuménicos (Universales): Son la reunión del Papa con


los obispos para darle respuesta a una cuestión de fe. Se han
celebrado 21 Concilios Ecuménicos.
 Las Encíclicas: Son cartas pastorales del Romano Pontífice para
apoyar o aclarar lo dicho anteriormente.

9. “Porque Dios ha puesto sus ojos en mí, su humilde esclava, y


desde ahora siempre me llamarán dichosa; porque el
Todopoderoso ha hecho en mí grandes cosas” (Lucas 1,48-
49).

La Iglesia Católica siempre ha visto en la Virgen María no solamente a la


Madre del Salvador (Mateo 1,18), sino también a la Madre de todos los
creen en Jesús (Apocalipsis 12,17), obedeciendo así el cuarto
mandamiento de la ley de Dios: “Honra a tu padre y a tu Madre” (Marcos
7,10). La palabra “honrar” en hebreo también significa “glorificar”. Por lo
tanto, Jesús que es el hombre perfecto (Hebreos 7,28), también “glorificó
a su Madre”. Los padres franciscanos al construir la actual basílica de la
Anunciación en Nazaret, encontraron un grafito del siglo II que dicen:
“Charia María” (alabada sea María). Igualmente, en la catacumba de
Priscila en la vía Salaria de Roma, hay una pintura que representa a la
Virgen María y al Niño en compañía de Isaías, arriba aparece la estrella
de a profecía de Balaam: “De Jacob avanza una estrella” (Números
24,17). Es considerada la referencia más antigua de la devoción de la
Iglesia Católica a Nuestra Señora. Ya en el siglo III, como se deduce de
un antiguo papiro, los cristianos de Egipto se dirigían a María con esta
oración: “Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios. No
desprecies las oraciones que te dirigimos en nuestras necesidades, antes
bien, líbranos de todo peligro, o Virgen Gloriosa y Bendita”. Aquí aparece
por primera vez la expresión griega “Theotokos”, que literalmente
significa “la que ha engendrado a Dios” (Lucas 1,41-45).
10. “Sean ustedes perfectos, como su Padre que está en el
cielo es perfecto” (Mateo 5,48).

La santidad se ha definido teológicamente como la manifestación del


Altísimo en los seres humanos, para que caminen en su presencia y
cumplan sus mandatos. Los cristianos por la gracia de Dios participan de
este privilegio, y por eso los apóstoles Pedro y Pablo usan la palabra
“santo”, para referirse a los fieles y a las comunidades de creyentes
(Hechos 9,32; 1 Corintios 1,2); ya que por el bautismo somos liberados
del pecado y unidos en Cristo Jesús, quien es el “Santo de los santos”
(Hebreos 7,26). Asimismo, todo aquel que está en el cielo, y participa de
la visión beatífica del Padre Celestial, es considerado como “santo”
(Colosenses 1,12).

En la “imitación de Cristo” cada santo(a) tiene su propio ideal de lo que


es la perfección cristiana, y en ninguna otra faceta de la historia de la
humanidad, se encuentra tanta variedad como en la galería de los
santos; pues los hay desde papas, cardenales, obispos, sacerdotes,
diáconos, monjes, religiosos(as), emperadores y emperatrices, reyes y
reinas, presidentes, militares, políticos, abogados, científicos, médicos,
campesinos, amas de casa, niños(as) entre muchos otros. Hay también
santos(as) llamados “místicos” que tienen dones o privilegios especiales
(1 Corintios 12,28-31), tales como: revelaciones particulares, profecías,
glossolalia (don de lenguas) o xenoglosia (hablar en lenguas extranjeras),
estigmas, visiones, alocuciones (mensajes de parte de Dios), sueños de
Jesús, María, los ángeles u otro santo, bilocación (estar en dos lugares al
mismo tiempo), clarividencia espiritual (Conocer el estado del alma de
otra persona), y levitación (levantarse del suelo). Hay que aclarar que
ningún santo(a) incluyendo a la virgen María pueden hacer un milagro,
solamente sirven de intermediarios ante El Señor Jesús (1 Timoteo 2,5).
Desde la época del papa San Clemente en el siglo I, se empezaron a
investigar los procesos y las actas de martirio de los cristianos que habían
sido sacrificados en las persecuciones del emperador Nerón César.
Inicialmente era el mismo fervor popular que proclamaba el culto a los
santos, ya que “la voz del pueblo, es la voz de Dios” (Vox Populi, Vox
Deus). Igualmente, los obispos hicieron trasladar a sus diócesis las
reliquias de un santo o mártir. La práctica de celebrar la liturgia sobre las
tumbas de los mártires en las catacumbas de Roma, fue instituida por el
papa San Félix en el año 269. No fue sino hasta el año 993, cuando el
papa Juan XV intervino personalmente en el proceso de canonizar
formalmente a un santo, y lo hizo con Udalrico, obispo de Augsburgo
(Alemania). En XXI siglos de existencia de la Iglesia Católica han habido
unos 10000 santos(as) canonizados (Hebreos 12,1).
LAS QUINCE MARCAS DE LA IGLESIA CATÓLICA.
Desarrollado por el jesuita italiano San Roberto Belarmino (1542-1621),
gran apologista, teólogo, cardenal y doctor de la Iglesia en los tiempos de
la Contra reforma. Fue llamado como el “martillo de los protestantes”.
1. El nombre de la Iglesia, Católica, universal, y mundial, y no confinada a
una nación o gente en particular.
2. Antigüedad, en trazar sus ancestros directamente a Jesucristo.
3. Constante duración, en durar substancialmente sin cambios por
muchos siglos.
4. Extensiva, en el número de sus fieles.
5. Sucesión episcopal, de sus obispos desde los primeros apóstoles en la
última cena a la jerarquía presente.
6. Acuerdo doctrinal, de su doctrina con las enseñanzas de la Iglesia
antigua.
7. Unión, de sus miembros entre ellos mismos, y con la cabeza visible, el
Pontífice Romano.
8. Santidad, de doctrina en reflejar la santidad de DIOS.
9. Eficacia, de doctrina en su poder de santificar creyentes e inspirarlos a
grandes logros morales.
10. Santidad de vida, de los escritores y defensores representantes de la
Iglesia.
11. La gloria de milagros, trabajados en la Iglesia y bajo el auspicio de la
Iglesia.
12. El don de profecía encontrado entre los santos de la Iglesia y sus
portavoces.
13. La oposición que la Iglesia levanta entre aquellos que la atacan en los
mismos terrenos en los cuales Cristo fuera atacado por sus enemigos.
14. El triste fin, de aquellos que luchan contra ella.
15. La paz temporal y felicidad terrenal de aquellos que viven de acuerdo
a las enseñanzas de la Iglesia y que defienden sus intereses.

FRASES CÉLEBRES SOBRE LA IGLESIA CATÓLICA


AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

La Iglesia del Dios vivo es columna y fundamento de la verdad.


San Pablo (1 Tesalonicenses 3,15).

La Iglesia Católica es el reino de Dios en la tierra.


Papa San Gregorio Magno.

La barca de Pedro que es la Iglesia Católica, puede ser arrastrada por las
olas de este mundo, pero de ninguna manera puede sumergirse y
perecer.
Papa San Pío V.

Son tan sólidos los fundamentos a favor de la Iglesia Católica, y van en


tal armonía con la lógica humana; que sirven para convencer a la mente
más incrédula y obstinada.
Papa León XIII.

La iglesia Católica no le teme a la verdad de la historia.


Papa León XIII.

El mayor enemigo de la Iglesia Católica es la ignorancia.


Papa San Pío X.

La Iglesia Católica civiliza evangelizando.


Papa Pío XI.

La Iglesia Católica existe para evangelizar.


Papa Beato Pablo VI.

En estos tiempos es necesario que la Iglesia Católica crezca, No en


número, sino espiritualmente.
Papa Beato Pablo VI.
En toda la historia de la Iglesia Católica ha habido luces y sobras, pero
más luces que sombras.
Papa San Juan Pablo II.

Negar lo sobrenatural que hay en la Iglesia Católica, es como negar la


esencia misma del cristianismo.
Papa San Juan Pablo II.

La Iglesia Católica mira al mundo a través de los ojos de Cristo.


Papa San Juan Pablo II.

La Iglesia Católica propone pero nunca impone.


Papa San Juan Pablo II.

Si alguien quiere dar testimonio de la Iglesia Católica, da dos veces


testimonio de Jesucristo.
Papa San Juan Pablo II.

Allí donde está Cristo Jesús, está la Iglesia Católica.


San Ignacio de Antioquía.

Mi nombre es cristiano y mi apellido católico.


San Paciano.

Nadie puede tener a Dios por Padre, sino tiene a la Iglesia Católica por
Madre.
San Cipriano.

Fuera de la Iglesia Católica no hay salvación.


San Cipriano.

La Iglesia Católica se presenta como un pueblo unido bajo el amparo del


Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
San Cipriano.

La Iglesia Católica es una realidad santa constituida por hombres todos


ellos, en grado y medida diferente pero pecadores.
San Ambrosio.
Si negáis estos milagros (de Jesucristo y los apóstoles), atestiguáis aún la
divinidad de la religión cristiana. Porque si una religión, enemiga de todas
las pasiones, incomprensible en sus dogmas, severa en su moral, se ha
establecido sin el auxilio de los milagros, este mismo hecho es el mayor y
más inaudito de los milagros.
San Agustín.

Roma ha hablado, la cuestión ha terminado.


San Agustín.

La Iglesia Católica va peregrinando entre las persecuciones del mundo y


los consuelos de Dios.
San Agustín.

En la medida en que cada uno ame a la Iglesia Católica, posee aún más
el Espíritu Santo.
San Agustín.

Lo que el alma es para el cuerpo, eso mismo es el Espíritu Santo para la


Iglesia Católica.
San Agustín.

Jesús sufrió en la cruz los dolores en cuanto la cabeza, faltan los del
cuerpo que es la Iglesia Católica.
San Agustín. (Comparar con Colosenses 1,24).

Dios no desea otra cosa sino la libertad de su Iglesia.


San Anselmo.

La Iglesia Católica está prefigurada en los patriarcas, fundada en los


apóstoles, adornada en las jerarquías, perfeccionada en los mártires”.
San Germán de Constantinopla.
La historia de la Iglesia Católica, es el testimonio de la revelación de Dios.
Santo Domingo de Guzmán.

En cuanto a mí Cristo y la Iglesia Católica son una sola cosa.


Santa Juana de Arco.

Puedo equivocarme en muchas cosas, pero jamás quiero dejar de


pertenecer a la verdadera religión.
San Eusebio de Vercelli.

Nuestro pensamiento debe ser siempre el pensamiento de la Iglesia


Católica.
San Ignacio de Loyola.

El mejor camino para conseguir la salvación es pertenecer a la religión


cristiana, ser católico.
Últimas palabras del mártir jesuita San Pablo Miki.

Muero por la Iglesia Católica y por lo que Ella enseña.


Últimas palabras del mártir jesuita San Ignacio de Acevedo.

Aunque me pusieran a escoger entre mil religiones que haya en el


mundo, jamás escogería una que no fuera la religión católica. En ella he
vivido y en ella quiero morir.
Últimas palabras de San Francisco de Sales.

Muero feliz porque muero en la religión católica.


Últimas palabras de Santa Teresa de Ávila.

Tres cosas forman la Iglesia Católica: Jesús, María y el Papa.


San José María Escrivá de Balaguer.
Hay que servir a la Iglesia Católica como ella quiere que sea servida.
San José María Escrivá de Balaguer.
La voluntad de la Iglesia Católica, es demostrar frente al templo que se
levanta, la escuela que se demuestra.
Pablo Bert.

En estos tiempos lo importante no es buscar la conversión de los no


católicos, sino la catolicidad de los católicos.
Prof. Plinio Correa de Oliveira.

La Santa Iglesia Católica es la luz de mis ojos.


Prof. Plinio Correa de Oliveira.

Si no creo en la religión católica romana, que es la verdadera; que voy a


creer en las demás.
Leibniz del Peñol.

La principal misión de la Iglesia Católica consiste en hacer presente a


Cristo entre los Hombres.
Henry de Lubac.

Los que saben pensar bien, se acercan a la Iglesia Católica; y los que no
saben pensar se alejan de ella.
G.K. Chesterton.

La Iglesia Católica es la única institución humana que no nos haces ser


hijos de este mundo.
G.K. Chesterton.

La Iglesia Católica no es la asamblea de los puros, sino el hospital de los


pecadores.
G.K. Chesterton.

Esta es la Iglesia Católica, rejuvenecida con los siglos, fortalecida con los
cismas y engrandecida con los ataques.
Daniel Rops.
Mientras más se estudie la historia de la Iglesia Católica, más se
convence de la verdad del cristianismo.
Prof. Franco Molinari.

El PAPA
13. EL APÓSTOL PEDRO.
14. PEDRO Y PABLO EN ROMA.
15. EL PRIMADO DE PEDRO Y LOS SANTOS PADRES DE LA
IGLESIA.
16. EL PRIMADO DE PEDRO Y LOS PROTESTANTES.
17. EL MARTIRIO DE PEDRO EN ROMA EN LA HISTORIA
UNIVERSAL.
18. ¿ES EL PAPA EL ANTICRISTO?
19. HOMENAJE AL PAPA JUAN PABLO II.
20. ANÉCDOTAS Y CURIOSIDADES DEL PAPA JUAN PABLO II.
21. FRASES CÉLEBRES SOBRE EL PAPADO.
22. LA CIUDAD DEL VATICANO.
23. LA GUARDIA SUIZA: LOS SOLDADOS DEL PAPA.
24. EL ÍNDICE DE LOS LIBROS PROHIBIDOS.

Pedro era un pescador


EL APÓSTOL PEDRO

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

Simón o Symeón (nombre derivado del hebreo Smael “Dios escuchó”)


Bar-Jona, hijo de Jonás, era un rudo y sencillo pescador de Betsaida
(Juan 1,43), pero tenía una casa en Capernaum (Marcos 1,29-33) en la
región de Galilea. Su hermano, Andrés, que le trajo a Jesús, había sido un
discípulo de Juan Bautista (Juan 1,35-40), y posiblemente él también lo
había sido. El llamamiento que el Mesías le hizo en la playa (Marcos 1,6)
no fue evidentemente la primera reunión (Juan 1,41-42).

Pedro junto con su hermano Andrés seguidor de Juan el Bautista, y sus


amigos y compañeros de trabajo Santiago el mayor y Juan el discípulo
amado, se encontraron entre los primeros apóstoles de Cristo Jesús,
quien le cambió su nombre por Pedro, Kephas en arameo, Cefas en
griego, o Petrus en latín; que quiere decir “piedra” o “roca” (Juan 1,40-
42). Invitándolo a hacer desde entonces “pescador de hombres” (Lucas
5,10).

Era una hombre del pueblo sin educación (Hechos 4,13), fue el primero
en ser llamado al servicio de Dios (Mateo 4,18 s.s.), siempre encabeza la
lista de los doce amigos del Señor (Mateo 10,2; Marcos 3,16; Lucas 6,14;
Hechos 1,13); él mismo se nombra como “siervo y apóstol de Jesucristo”
(2 Pedro 1,1), ”testigo de los sufrimientos de Cristo”(1 Pedro 5,1); su
casa es la residencia del Maestro en Capernaum (Marcos 1,21.29-35);
aparece a veces como el portavoz de los apóstoles (Mateo 15,15; 16,22;
18,21-22; 19,27), A él lo interrogan los que cobraban impuestos para el
templo (Mateo 17,24-27); además Pedro, al lado de Santiago y Juan,
fueron los tres discípulos más cercanos al Salvador, y estuvieron
presentes en la resurrección de la hija de Jairo (Marcos 5,37), en la
transfiguración en el monte Tabor (9,2); Ellos tres con Andrés lo
interrogan en el monte de los Olivos, sobre las señales antes del fin
(13,3-4). Son también Pedro y Juan los encargados de preparar la “Ultima
Cena” (Lucas 22,7-8), y nuevamente los tres son llamados por el Mesías
a permanecer vigilantes, mientras él hace oración en el Getsemaní (Mateo
26,37-38.40). “Por eso, Santiago, Pedro y Juan...eran tenidos como
columnas de la iglesia” (Gálatas 2,9).

El amor y la confianza de Pedro a su Divino Maestro, se vio probado


cuando empieza a caminar sobre las agua para salir a su encuentro
(Mateo 14,25-31); Ante el abandono de los judíos que no creían que
Cristo era el verdadero “pan bajado del cielo”, es Pedro quien reconoce
que solo él tiene “palabras de vida eterna” (Juan 6,68); En un acto de
valor momentáneo tiene el coraje de decir que iría por Su Señor a la
cárcel y hasta la muerte (Lucas 22,33); el arrojo al cortarle la oreja a
Malco, cuando lo van a apresar en la noche del Jueves Santo (Juan
18,10). Igualmente, después de la resurrección se encontraba pescando
en el lago de Tiberias, en compañía de otros apóstoles, y aparece Jesús
en la orilla, entonces “Apenas oyó Simón Pedro que era el Señor, se
vistió, porque estaba sin ropa, y se tiró al agua” (Juan 21,7). Su
seguimiento al Mesías incluía el desprendimiento de las cosas materiales,
como él mismo declaró al paralítico que pedía limosna en la puerta
Hermosa: “No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy: en el nombre
de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda” (Hechos 3,6).

El pasaje bíblico más contundente que demuestra la importancia de este


apóstol, lo encontramos en Mateo 16,13-19; cuando el Unigénito de Dios
en la región de Cesarea de Filipo, les pregunta a sus discípulos: “-¿Quién
dice la gente que es el Hijo del hombre?” (13); ante la confusión de los
demás, Pedro contesta acertadamente “- Tú eres el Mesías, el Hijo de
Dios viviente” (16; Comparar con Marcos 8,27-29; Lucas 9,18-20). Sobre
este particular, en 1952, el teólogo y exegeta alemán protestante Oscar
Cullmann, reconoció en su libro “El Primado de Pedro”, que este texto de
mateo es auténtico, y que de hecho designa a la persona de Pedro como
el fundamento de la Iglesia de Cristo.

Del mismo modo, no era la primera vez que uno de los doce reconocía la
naturaleza y misión divina de Jesucristo; pues al principio de su
ministerio, Natanael (o Bartolomé) también le dijo: “- Maestro ¡tú eres el
Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel!” (Juan 1,49). Igual respuesta
encontramos en otra ocasión de los demás discípulos: “! En verdad tú
eres el Hijo de Dios!” (Mateo 14,33), y el mismo Pedro anteriormente
(Juan 6,69). Pero solamente en esta ocasión a Simón Pedro, Cristo Jesús
le dice que su declaración no viene de los hombres sino de Dios Padre
que está en el cielo (Mateo 16,17).

Seguidamente Jesús agrega: “Y yo te digo que tú eres Pedro, y sobre


esta piedra voy a construir mi iglesia; y ni siquiera el poder de la muerte
podrá vencerla” (18). En este punto hay que aclarar que la Iglesia
Católica no es la Iglesia de Pedro, sino de Cristo representado en el
apóstol, ya que el Santo de Dios es el “pastor principal” (1 Pedro 5,4).
Igualmente, el Mesías le da plena autoridad, bajo el símbolo de las “llaves
del reino de los cielos” (Mateo 16,19; Apocalipsis 1, 17-18; 3,7), de “atar
y desatar en la tierra y en el cielo”. Es decir, que Dios da por bueno y
aprobado lo que Pedro haga con su iglesia en el mundo.

Al respecto, Nos recuerdan el oráculo del profeta Isaías sobre el


funcionario Eliaquín, del que se dice: «Colgaré de su hombro la llave del
palacio de David: lo que él abra nadie lo cerrará, lo que él cierre nadie lo
abrirá» (Isaías 22,22). La llave representa la autoridad sobre la casa de
David. Y en el Evangelio hay otra palabra de Jesús dirigida a los escribas
y fariseos, a los cuales el Señor les reprocha de cerrar el reino de los
cielos a los hombres (Mateo 23,13). Las dos imágenes – la de las llaves y
la de atar y desatar – expresan por tanto significados similares y se
refuerzan mutuamente. La expresión «atar y desatar» forma parte del
lenguaje rabínico y alude por un lado a las decisiones doctrinales, por
otro al poder disciplinar, es decir a la facultad de aplicar y de levantar la
excomunión. El paralelismo «en la tierra… en los cielos» garantiza que las
decisiones de Pedro en el ejercicio de su función eclesial también son
válidas ante Dios.

Asimismo, hay otros dos momentos en que el Verbo de Dios vuelve a


mencionar la autoridad de Pedro:
“Dijo también el Señor: - Simón, Simón, mira que Satanás los ha pedido a
ustedes para sacudirlos como si fueran trigo; pero yo he rogado por ti,
para que no te falte la fe. Y tú, cuando te hayas vuelto a mí, ayuda a tus
hermanos a permanecer firmes” (Lucas 22,31-32).

Pedro quien es el único del grupo que niega “tres veces” a su Maestro, en
el patio de la casa del sumo sacerdote (Lucas 22,34. 54-62); Sigue siendo
su elegido, y a pesar de que el Señor conocía de antemano su debilidad
humana (Lucas 5,8), al confirmarle por “tres veces” que él será el “pastor
de sus corderos y de sus ovejas” (Juan 21,15-17).

Por otra parte, los apóstoles y discípulos reconocen la primacía de Pedro,


así por ejemplo a él se debe transmitir el primer anuncio de la
resurrección del Salvador (Marcos 16,7; Juan 20,1-2); Juan lo deja entrar
de primero al sepulcro vació (Juan 20,3-7); igualmente, Pablo manifiesta
que Cristo se apareció a Pedro, y luego a los doce (1 Corintios 15,5;
véase también Lucas 24,34). El mismo apóstol de los gentiles viaja a
Jerusalén para conocerlo (Gálatas 1,18). Fue Pedro quien toma la palabra
ante los ciento veinte creyentes, en la escogencia de Matías en
reemplazo de Judas (Hechos 1,15); en el día de Pentecostés con la
llegada del Espíritu Santo, es el primero que empieza a proclamar a Cristo
resucitado (2,14.32), “Así pues, los que hicieron caso de su mensaje
fueron bautizados; Y aquel día se agregaron a los creyentes unas tres mil
personas” (41). Es también el primero en hacer un milagro público al
curar al cojo de nacimiento en el templo de la Ciudad Santa (3,6),
después se dedica a predicar el evangelio en el pórtico de Salomón (3,12
ss), y ante el consejo del Sanedrín, anuncia a las principales autoridades
religiosas del pueblo judío, la salvación traída con Jesucristo (4,8 ss).
Pedro y los demás apóstoles, responden a la prohibición de enseñar en el
nombre de Jesús, “- Es nuestro deber obedecer a Dios antes que a los
hombres” (5,29). Pedro pone al descubierto la mentira del Trágico caso
de Ananías y Safira (5,1-10); y reprende a Simón, el Mago, que había
ofrecido dinero a los apóstoles para obtener el Espíritu Santo con la
imposición de las manos (8,18-23). La predicación de Pedro en la casa del
capitán romano Cornelio, trae como resultado el bautismo y la aceptación
del mensaje de Dios de una familia no judía (10,44-48). Este hecho
generó en algunos creyentes de Jerusalén un gran malestar (11,1-2);
pero ante la explicación de Pedro de sus actos, “todos se callaron y
alabaron a Dios” (18). Además cuando el rey Herodes lo manda a prisión,
se eleva en toda la iglesia una oración por él (12,5), lo que provoca la
intervención milagrosa de un ángel del Señor que lo saca de la cárcel (6-
10).

En el incidente ocurrido en la iglesia de Antioquía sobre la cuestión de


imponer la circuncisión a los cristianos procedentes del paganismo, Pablo
le llama la atención a Pedro por tomar partido en este punto (Gálatas
2,11-14). Sin embargo, Pablo lo que le reprocha es su forma de Actuar,
pero no pone en tela de juicio su misión de jefe del colegio apostólico y
de la iglesia de Cristo. De hecho, es el mismo Pedro quien pone fin a la
discusión (Hechos 15, 6-11); lo que contó además con las palabras de
Santiago a favor suyo (13-14). Por todo esto, Pedro aparece como el
primer apóstol de los paganos (7), y también de los judíos (Gálatas 2,7-
8).

En la iglesia primitiva las referencias al primado petrino se dieron a partir


del siglo II. Tertuliano y Cipriano afirmaron que la Iglesia de Cristo fue
edificada sobre el apóstol de Galilea. Clemente de Alejandría llamó a
Pedro “el elegido, el escogido y el primero entre los discípulos “. Cirilo de
Jerusalén lo proclamó “el sumo apóstol”. El papa León Magno lo
consideraba como “el único a quien se escogió entre todo el mundo para
ser cabeza de todos los pueblos llamados, de todos los apóstoles y de
todos los padres de la Iglesia”. Venancio Fortunato le dio el título de
“príncipe de las llaves”.

PEDRO Y PABLO EN ROMA

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.


I. MISIÓN APOSTÓLICA

Según la tradición antigua el apóstol Pedro fue siete años obispo de


Antioquía, luego al ser liberado de la cárcel en Jerusalén en el año 42 o
43, se dirigió a la capital del imperio romano, y se puso al frente de
aquella comunidad cristiana que había sido escogida por Dios (1 Pedro
5,13). Eusebio y San Jerónimo sugieren que fueron veinticinco años; sin
embargo, no fueron continuos, pues Pedro estuvo de nuevo en la Ciudad
Santa en el año 49 o 50, fecha del concilio de Jerusalén. Quiere decir que
Roma era su sede principal, pero los apóstoles eran considerados como
pertenecientes a toda la Iglesia Católica. De hecho, en la Historia
Eclesiástica del ya mencionado Eusebio de Cesarea, compuesta en el siglo
IV, se lee que antes de llegar a la capital del imperio “Pedro predicó por
el Ponto, Galacia, Bitinia, Capadocia y Asia a los judíos que estaban
dispersos”. Asimismo, Antioquia, Roma y Alejandría, se les daba el título
de “Iglesias de Pedro”, porque basaban su autoridad en el hecho de
haber recibido la predicación del mismo discípulo de Cristo.

En la región de Antakya (Turquía), existe la iglesia llamada “la gruta de


San Pedro”, es una cavidad natural situada en la cara occidental del
monte Stauris, en Antioquía. En este lugar, según una antiquísima
tradición el apóstol reunió a la primera comunidad de discípulos, donde
fueron llamados “cristianos” (Hechos 11,26). La cueva está llena de
antiguos símbolos cristianos, y es considerada por muchos expertos como
“la primera catedral del mundo”, dado que San Pedro habría presidido allí
la eucaristía.

Crónicas recogidas por el mismo historiador católico, Eusebio, aseguran


que el apóstol llegó a la ciudad de los césares durante los primeros años
del reinado de Claudio, el feroz y sanguinario sucesor de Calígula. La
ciudad tenía por aquel tiempo casi un millón de habitantes, entre los que
encontraban personas de todos los países entonces conocidos. Algunos
escritores sostienen que el “príncipe de los apóstoles” se alojó en la casa
romana de Aquila y Prisca (o Priscila) una pareja cristiana cuyo domicilio
quedaba en el monte Aventino. En el libro de los Hechos de los Apóstoles
(18,2), relata que este santo matrimonio fueron desterrados de Roma por
Claudio, cuando éste ordenó hacia el año 49, la expulsión de los judíos, al
parecer Pedro fue otra de las víctimas de la medida imperial.

II. MARTIRIO DE PEDRO EN ROMA

Cuenta una leyenda piadosa que hacia el año 60 el pescador de Galiliea


se encontraba de camino a la misma ciudad, y se le apareció Jesús que le
dijo que iba para ser crucificado otra vez. El mismo Señor había
anunciado que Pedro moriría por su fe, glorificando con su muerte a Dios
(Juan 21,19). Cuando el primer Vicario de Cristo llegó a Roma, los
cristianos la identificaban como la otra “Babilonia la grande”, la ciudad
construida sobre siete colinas (Apocalipsis 17,9); era la capital de los
nuevos opresores idólatras, metrópoli grande, lujosa y pecadora (14,8;
17,5; 18,1 ss), con un gran poder político, militar y económico; la cual era
comparada por el filósofo romano Séneca como “una reunión de
alimañas”, Mientras que el historiador romano Tácito agrega que en
“Roma se juntan todos los delitos e impurezas del universo” (Comparar
con Romanos 1,29-31). No menos corrompido era su emperador Nerón
César (54-68), nombrado por San Juan en el libro de las revelaciones
como la Bestia, el 666, que es un número de hombre (13,18).

En el año 64 el maniático monarca mandó a incendiar la ciudad,


metiéndole la culpa a los cristianos, que eran considerados como una
secta judía, hostiles a la sociedad pagana, y acusados de rendirle tributo
a Jesucristo en vez que al emperador y a sus ídolos (Hechos 16,20-21;
17,6-7; 24,2-5). En esta misma persecución hacia el año 67 cuando el
apóstol de los judíos contaba uno 75 años de edad, fue hecho prisionero
en la cárcel mamertina, y luego crucificado boca abajo cerca al circo
romano, en la colina vaticana. Aquí fue enterrado por sus seguidores en
un cementerio contiguo; se decía que una pared de color rojo marcaba el
lugar.
III. PRUEBAS HISTÓRICAS

Treinta años después del martirio del apóstol, el Papa San Anacleto
construyó un oratorio donde los fieles se reunían. También se encuentra
el testimonio del Papa San Clemente Romano [tercer sucesor de San
Pedro. Es probable que el apóstol Pablo identifique en su carta a los
filipenses (4,3), a su colaborador Clemente, con este Papa], quien
escribió una carta contemporánea del evangelio de San Juan (90 d.C.), en
la que narra la muerte gloriosa del pescador de Galilea. En el siglo II, San
Ignacio de Antioquía, San Papías, San Clemente de Alejandría, el obispo
Dionisio de Corintio y el llamado canon moratoriano; confirman el martirio
de los príncipes de la iglesia “Pedro y Pablo” en Roma. Asimismo, durante
el pontificado de Ceferino (198- 217), el presbítero romano Gayo hacia el
año 200, polemiza con los montanistas, y dice: “Pero yo puedo mostrar
los `trofeos´ de los apóstoles (Pedro y Pablo), pues si quieres acercarte
al Vaticano o a la Vía de Ostia, encontrarás allí los `trofeos´ de aquellos
que han fundado esta comunidad”. Tertuliano, el escritor eclesiástico de
Cartago del siglo III, agrega: “Primeramente por Nerón se manchó de
sangre la fe naciente…Pedro se hace semejante a su maestro en el
género de muerte (Crucifixión); en la que Pablo conquista la corona de
Juan (Bautista) por medio de la espada”. De los relatos no cristianos
resalta la crónica de Celso al emperador Adriano (117-138), quien
asegura que el nombre de Pedro gozaba de popularidad en la capital del
imperio.

A principios del siglo III San Ireneo, obispo de Lyon, escribe la lista de los
obispos de la Ciudad Eterna, en la que dice que “Después de los santos
apóstoles (Pedro y Pablo) hubieran fundado la iglesia, pasó a ocupar el
episcopado romano Lino (mencionado por San Pablo en 2 Timoteo 4,21.
La tradición afirma que Lino fue designado personalmente por Pedro
como obispo de los fieles romanos), y después le sucedió Anacleto y tras
éste Clemente (Romano), quien conoció en persona a Pedro”. En el año
251, San Cipriano llama a la iglesia romana como “la silla de Pedro y la
iglesia principal”. Eusebio de Cesarea, basándose en documentos del siglo
II, confirma que “Habiendo Lino gobernado la Iglesia romana por espacio
de doce años, la entregó a Anacleto para que éste la dirigiera”.

IV. EL CAMPO DE LA ARQUEOLOGÍA

En cuanto a las pruebas arqueológicas del sepulcro de Pedro, se tienen


noticias antes que se construyera la basílica que lleva su nombre, por el
emperador Constantino en el año 324, exactamente encima del
cementerio y de la pequeña capilla que indicaba la ubicación de la tumba
del santo apóstol, en donde los primeros cristianos celebraban la
eucaristía y enterraban en las paredes y en el suelo de las galerías a los
mártires, incluyendo varios Papas (siglos I-IV). Durante el saqueo de
Roma por las tropas del Islam en el año 846, la tumba del apóstol mártir
fue violada, los musulmanes penetraron en la sepultura y robaron
cuantos tesoros encontraron.

A principios del siglo XIX, las catacumbas del Vaticano fueron


identificadas en su totalidad, y a finales del mismo siglo se descubrió la
cripta de los Papas con los epitafios del siglo III, de Ponciano, Fabiano,
Cornelio y otros. En el Vaticano se encuentran además los restos de
muchos Papas de los tiempos modernos, como los cuerpos incorruptos de
San Pío X y del Beato Juan XXIII, que están expuestos a la veneración
pública. Asimismo, en las excavaciones efectuadas en 1915 en la gruta de
la basílica de San Sebastián, se halló un muro cubierto con invocaciones a
los apóstoles Pedro y Pablo, donde sus reliquias fueron llevadas por un
tiempo, debido a las persecuciones del emperador Valeriano (253-60).
Desde el año 1941 se realizaron nuevas investigaciones en las
catacumbas del Vaticano por orden del Papa Pío XII, el grupo estaba
conformado por cuatro expertos del instituto pontificio de arqueología
cristiana. Encontraron pinturas, mosaicos con símbolos de los inicios de la
iglesia como el pez, la paloma, el ancla y el cordero; figuras de Cristo y
escenas bíblicas, imágenes religiosas, monedas, tumbas de cristianos y
paganos. En el año 1958 bajo el pontificado de Juan XXIII se dio la
noticia que los arqueólogos habían dejado al descubierto un grueso muro
de color rojo, al lado hallaron varias cajas de plomo llenas de restos de
diferentes personas y animales domésticos. En una de las cajas se
verificó por pruebas de laboratorio los huesos de un hombre robusto
entre los 60 y 70 años de edad, del siglo Primero de nuestra era; los
mismos fueron identificados plenamente por Pablo VI en 1968, como las
“reliquias de San Pedro”, que ya habían sido mencionadas en el año 200,
por el ya citado clérigo romano Cayo, como el “trofeo” del Vaticano, y
consiste en una inscripción en latín que rezaba “Petrus Eni” (Pedro está
aquí). Los huesos del apóstol fueron depositados en una capilla debajo
del altar mayor de la basílica de San Pedro, y permanecen en una urna
circundada por columnas de mármol.

En la Basílica de San Pedro, al fondo del ábside, bajo la “Gloria” de


Bernini, junto al altar de la Cátedra, se encuentra el trono que simboliza
la dignidad y la autoridad del Romano Pontífice: Esta representación en
bronce data del siglo XVII, contiene en su interior la silla en madera de
roble que utilizo el apóstol Pedro para presidir las celebraciones de la
comunidad cristiana en la casa de Aquila y Priscila, en Roma. Hasta el
siglo IV fue expuesta a la veneración de los fieles en el baptisterio de la
Basílica contruida por el emperador Constantino el Grande el propio día
22 de febrero. Durante la Edad Media fue usada para la entronización del
Vicario de Cristo.

En otra basílica romana “San Pedro in Vincoli”, se conservan según se


cree las Cadenas con que ataron al santo apóstol en Jerusalén, y que
fueron encontradas en una peregrinación por Eudoxia (siglo V), esposa
del emperador Teodosio II. Una parte de dichas Cadenas quedaron en
Constantinopla, y algunos eslabones fueron enviados a Roma.
Posteriormente, el Papa San León el Grande (+461), unió milagrosamente
estos eslabones con otros que se conservaban de la preciada cadena.
V. MARTIRIO DE PABLO

De la permanencia del apóstol de los gentiles en la Ciudad Eterna,


aparece constatada al final del libro de los hechos de los apóstoles, en la
epístola a los romanos, y en la segunda carta a Timoteo; cuando estaba
preso en la misma cárcel mamertina, aquí en una de sus celdas se puede
observar la columna en la que se dice que fueron atados los dos santos.
El primer testimonio sobre el final de San Pablo viene de la mitad de los
años 90 del siglo I, y por tanto poco más de treinta años después de su
muerte. Se trata de la Carta que la Iglesia de Roma, con su obispo
Clemente I, escribió a la Iglesia de Corinto. En aquel texto se lee así: "Por
los celos y la discordia Pablo fue obligado a mostrarnos cómo se consigue
el premio de la paciencia. Arrestado siete veces, exiliado, lapidado, fue el
heraldo de Cristo en Oriente y en Occidente, y por su fe consiguió una
gloria pura. Tras haber predicado la justicia en todo el mundo, y tras
haber llegado hasta el extremo de Occidente, aceptó el martirio ante los
gobernantes; así partió de este mundo y llegó al lugar santo, convertido
así en el más grande modelo de paciencia". Igualmente, Eusebio de
Cesárea en el siglo IV, hablando del emperador Nerón, escribió: "Durante
su reinado Pablo fue decapitado precisamente en Roma, y Pedro fue allí
crucificado. El relato está confirmado por el nombre de Pedro y de Pablo,
que aun hoy se conserva en sus sepulcros en esta ciudad”.

Su martirio viene relatado por primera vez en los Hechos de Pablo,


escritos hacia finales del siglo II. Éstos refieren que Nerón lo condenó a
muerte por decapitación, ejecutada inmediatamente después. La fecha de
la muerte varía según las fuentes antiguas, que la colocan entre la
persecución desencadenada por Nerón mismo tras el incendio de Roma
en julio del 64 y el último año de su reinado, el 68. Tradiciones sucesivas
precisarán otros dos elementos. Uno, el más legendario, es que el
martirio tuvo lugar en las Acquae Salviae, en la Vía Laurentina, con un
triple rebote de la cabeza, cada uno de los cuales causó la salida de una
corriente de agua, por lo que el lugar se ha llamado hasta ahora "Tre
Fontane" (Hechos de Pedro y Pablo del Pseudo Marcelo, del siglo V). El
otro, en consonancia con el antiguo testimonio, del presbítero Gayo, es
que su sepultura tuvo lugar "no sólo fuera de la ciudad, en la segunda
milla de la Vía Ostiense", sino más precisamente "en la granja de Lucina",
que era una matrona cristiana (Pasión de Pablo del Pseudo Abdías, del
siglo VI).

Aquí, en el siglo IV, el emperador Constantino erigió una primera iglesia,


después enormemente ampliada tras el siglo IV y V por los emperadores
Valentiniano II, Teodosio y Arcadio. La basílica de San Pablo Extramuros
se mantuvo en su forma original hasta 1823, fecha del incendio que la
destruyó, siendo consagrada nuevamente en 1854. En las paredes de
su interior se exhiben los Retratos de los 263 Papas sucesores de
San Pedro. En el año 2006, se dio a conocer la noticia del descubrimiento
del sarcófago del apóstol de las gentes, donde se puede leer la
inscripción en latín: Paulo Apostolo Mart (Pablo, apóstol y mártir).

En la basílica de San Juan de Letrán, construida por el mismo


emperador, es la catedral oficial del romano pontífice, y recibe el título de
“iglesia madre de la cristiandad”. Durante el ya mencionado robo por los
sarracenos en el año 846, la cabeza del apóstol Pedro junto con la de San
Pablo fueron trasladas a este lugar, cuando se tuvo noticia del inminente
arribo de la flota islámica. Aquí reposa las cabezas de los santos
apóstoles, en dos relicarios de oro en una urna debajo del altar mayor.
Hay otra reliquia de San Pedro, la mesa donde se cree celebraba la misa
en las catacumbas. Esta basílica a lo largo de su historia ha estado
expuesta a terremotos, saqueos e incendios; y por eso ha sido restaurada
en varias ocasiones.
VI. LA FIESTA LITÚRGICA

La Iglesia Católica desde sus primeros siglos tenía varias festividades


litúrgicas en honor del apóstol Pedro:
 Desde el siglo IV, se encuentra en los calendarios más antiguos la
fiesta bajo el título de Natale Petri de Chatedra, es decir, el día
de la institución del pontificado de Pedro, su potestad jerárquica y
magisterio en la sede de Roma y en todo el mundo cristiano.

 La fiesta del martirio de San Pedro y San Pablo el 29 de junio del


año 67, es una de las conmemoraciones religiosas más solemnes del
calendario litúrgico. En el siglo IV se acostumbraba oficiar tres
misas el mismo día; una en la basílica de San Pedro, la segunda en
San Pablo Extramuros, y la tercera en las catacumbas de San
Sebastián, en donde fueron escondidas por algún tiempo las
reliquias de los dos santos para evitar que fueran profanadas.

 Un viejo himno litúrgico del siglo VI, llama a Pedro como “el portero
del cielo”. La religiosidad popular católica ha visto al santo como el
personaje de la corte celestial que tiene a su cargo abrir y cerrar el
portón de las moradas eternas.

EL PRIMADO DE PEDRO Y LOS PADRES DE LA IGLESIA

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

INTRODUCCIÓN: El catolicismo cuenta a su favor el testimonio


valiosísimo de los primeros escritores del cristianismo que relatan la
autoridad del apóstol Pedro sobre la Iglesia fundada por Cristo Jesús. A
continuación haremos una lista de los escritos más significativos:

“Pedro es el bendito, el escogido, el preeminente, el primero entre los


discípulos”.
San Clemente, patriarca de Alejandría” (siglo III).

“Cuando se confería a Pedro el supremo poder de apacentar el rebaño, y


sobre él, como sobre piedra, se fundaba la Iglesia, no se le exigió la
confesión de ninguna otra virtud más que de la caridad”.
Orígenes de Alejandría (siglo III).

“Si todavía crees que está cerrado el cielo, recuerda que el Señor ha
dejado aquí sus llaves a Pedro, y por su medio a la Iglesia”.
Tertuliano de Cartago (siglo III).

“Uno es el bautismo, uno es el Espíritu Santo y una es la Iglesia de Cristo


Señor fundada sobre Pedro por origen y razón de unidad”.
San Cipriano, obispo de Cartago (siglo III).

“Jesús edificó la Iglesia sobre uno solo, y aunque después de la


resurrección les dio a todos los apóstoles igual potestad, sin embargo,
para manifestar la unidad, dispuso con su autoridad que el origen de la
misma unidad se iniciara en uno solo, en Pedro”.
San Cipriano, obispo de Cartago (siglo III).

“La iglesia de Roma ejerce su autoridad sobre las demás, no porque lo


digan los concilios, sino por la palabra de Nuestro Señor y Salvador en el
Evangelio, pues a ella le concedió la primacía cuando dijo: “Tú eres Pedro
y sobre esta piedra edificaré mi iglesia”.
Papa San Dámaso (siglo IV).
“No puedes negarlo (refutándole a un hereje); tú sabes que en la ciudad
de Roma fue colocada al principio la cátedra episcopal en la que se sentó
el que era cabeza de todos los apóstoles, Pedro, por lo cual fue llamado
también Cefas, a fin de que por esta sola cátedra fuese por todos
custodiada la unidad, y a fin de que cada uno de los apóstoles no se
disputasen el primado por sus cátedras”.
San Optato de Mileve (Siglo IV).

“Allí donde está Pedro está la Iglesia Católica”.


San Ambrosio, obispo de Milán (Siglo IV).

“Creed que Pedro es el primero, y es el príncipe del apostolado”.


San Hilario, obispo de Potiers (siglo IV).

“Pedro es el sumo de los apóstoles y príncipe de ellos, y llavero del reino


celestial”.
San Cirilo, obispo de Jerusalén (siglo IV).

“Si bien sobre los apóstoles igualmente se consolida la fortaleza de la


Iglesia, sin embargo, entre los doce se elige uno (Pedro), a fin de que,
determinada la cabeza, se quite toda ocasión de cisma”.
San Jerónimo, presbítero (siglo V).

“Estoy con quien esté unido a la cátedra de San Pedro”.


San Jerónimo, Presbítero (siglo V).

“Esto lo atestigua el príncipe de los apóstoles (Pedro), a quien el Señor


constituyó el primero de los apóstoles,… a quien fue confiado el redil”.
San Epifanio, obispo de Chipre (siglo V).
“Entre todos fue elegido sólo Pedro, el cual fue antepuesto a la vocación
de todos los gentiles, a todos los apóstoles y a todos los padres de la
Iglesia; a fin de que, aunque hay en el pueblo de Dios muchos sacerdotes
y muchos pastores, sin embargo Pedro rija a todos aquellos a quienes
como cabeza principal rige Cristo”.
Papa San León Magno (siglo V).
“Esta es la piedra (Pedro) a la que no vencen las soberbias potestades del
infierno”.
San Agustín, obispo de Hipona (siglo V).

“Bendito sea Dios, que ordenó exaltar al apóstol Pedro sobre la Iglesia. Es
digno de honra a este fundamento, por medio del cual es posible escalar
al cielo”.
San Agustín, obispo de Hipona (siglo V).

“Cristo confirió a Pedro…y fue constituido por Cristo maestro de todo el


orbe”.
San Juan Crisóstomo, patriarca de Constantinopla (siglo V).

“Primeramente (Jesús) le confió (a Pedro) los corderos, después las


ovejas; porque lo constituyó no solamente pastor, sino pastor de los
pastores”.
San Euquerio de Lyon (siglo V).

“Para todos aquellos que conocen el Evangelio, es cosa manifiesta que al


bienaventurado príncipe de los apóstoles, Pedro, fue por voz del Señor
confiado el cuidado de toda la Iglesia”.
Papa San Gregorio el grande (siglo VII).

“Desde la venida a nosotros del Verbo encarnado, todas las Iglesias


cristianas de todas partes han tenido y tienen a la gran Iglesia que está
aquí (en Roma) como única base y fundamento porque, según las
mismas promesas del Salvador, las puertas del infierno no han
prevalecido jamás contra ella”.
San Máximo el Confesor (siglo VII).
EL PRIMADO DE PEDRO Y LOS PROTESTANTES

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

INTRODUCCIÓN: Contrario a lo que muchos piensan, gran cantidad de


historiadores, teólogos y pastores protestantes; no han negado la
permanencia y martirio de Pedro y Pablo en la capital imperial, así por
ejemplo:

En 1924, Adolf Von Harnack, profesor de historia protestante en la


universidad de Berlín (Alemania), completó sus estudios que había
iniciado a fines del siglo XIX, llegando a la siguiente conclusión: “Ya
expuse hace veintidós años, en mi Manual de Historia de los Dogmas, con
ciertas reservas en calidad de historiador protestante, que Romano era
igual a Católico. Pero desde entonces esa tesis se ha robustecido tanto,
que algunos historiadores protestantes no se sorprenderán ya de esta
otra proposición: Los elementos capitales del catolicismo se remontan
hasta la edad apostólica…Parece cerrarse así el anillo y triunfar la
concepción que de esta historia se forjan los católicos”. Igualmente,
agregó: "negar la estancia en Roma de Pedro es un error que ahora es
claro para cualquier estudiante que no es ciego. La muerte por el martirio
de Pedro en Roma ha sido impugnada debido al prejuicio protestante”.

Esta misma opinión la tiene también FJ Foakes-Jackson, en su libro


"Pedro, Príncipe de los Apóstoles”, donde dice: "De ahora en adelante no
hay duda de que, no sólo en Roma, sino en toda la iglesia cristiana, la
visita de Pedro a la ciudad era un hecho, como era su martirio junto con
el de Pablo".

Otras declaraciones importantes, son:

“Los inicios del cristianismo apuntan hacia Roma”.


Robert Maclauner.

“No hay un solo testimonio indudable que demuestre con todo rigor que
Pedro estuviera alguna vez en Roma, aunque resulta difícil no admitirlo”.
Gustavo Kruger.

“Verdad es que en la secular polémica de si Pedro fue a Roma y si sufrió


allí el martirio, la balanza de la verosimilitud –pues no hay que hablar de
certeza- parece inclinarse por la afirmativa”.
Erich Caspar.

“Tengo la firme impresión de que hay que contar con la posibilidad de


que Pedro haya ido a Roma”.
Goguel.

“Nos enteramos luego de que Pedro, lo mismo que Pablo, emprendió


viajes misioneros por diversos países, y es incluso posible que en uno de
estos viajes hallara la muerte en Roma”.
Julicher.

“Para el arqueólogo, la presencia y el martirio de los Santos Pedro y Pablo


en Roma, son hechos tan ciertos por la sola evidencia de los
monumentos, que no admite ni siquiera sobra de duda”.
Lanciani.

“Según la tradición, tanto Pedro como Pablo fueron ejecutados en Roma,


en la década de los años 60”.
Timothy Yates.

“Pedro viajaba, porque sabemos estuvo en Antioquía, y lo que parece una


tradición digna de confianza, sabemos que estuvo en Roma y allí murió”.
Keneth Scott Laturet.

EL MARTIRIO DE PEDRO EN ROMA EN LA HISTORIA


UNIVERSAL

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.


La Nueva Enciclopedia de Conocimiento Religioso de Schaff -Herzog
confirma esto diciendo:" Pedro fue a Roma [....] y allí sufrió el martirio
bajo Nerón. Ninguna otra fuente describe el lugar del martirio de Pedro
en un lugar diferente en Roma. Parece más probable, en su conjunto,
que Pedro murió mártir en Roma a finales del reinado de Nerón, en algún
momento después del cese de la persecución general”.
El historiador James Hardy Ropes dice:"La tradición, sin embargo indica,
que Pedro vino a Roma y sufrió el martirio bajo Nerón (54-68 d.C.),
todavía en gran persecución que siguió en la ciudad o un poco más tarde,
se apoya en una base diferente y más firme.... No hay duda de que 150
años después de la muerte de Pedro, que era la creencia común en Roma
que había muerto allí, como lo hizo Pablo. Los "trofeos" de los dos
grandes apóstoles podían verse en la colina del Vaticano y de la Vía
Ostiense...una fuerte tradición local de la muerte en Roma en los dos
apóstoles se atestigua en un tiempo no muy lejos del evento”. (La Era
Apostólica a la luz de la crítica moderna. Nueva York. 1908. Pp. 215 hasta
216).
Del mismo modo, el erudito William McBirnie agrega: “La creencia de que
Pedro fue martirizado y vivió en Roma no se debió a la vanidad o la
ambición de los cristianos locales, pero siempre era verificable, como a
toda la Iglesia. No se necesita los testimonio hasta mediados del siglo
tercero realmente para ser considerado; ¿por qué hasta este momento,
esta iglesia en Roma afirmó tener cuerpo y nadie del apóstol impugnaron
el hecho”.

"Desde luego, ni siquiera tenemos ninguna referencia que apunta a


cualquier otro lugar de Roma, lo que podría ser considerado como la
escena de su muerte. Y a favor de Roma, hay tradiciones importantes
que en realidad murió en Roma. En el segundo y tercer siglos nunca
cuando ciertas iglesias estaban en rivalidad con Roma se produjeron a
uno de ellos impugnan la afirmación de Roma que estaba allí el lugar del
martirio de Pedro. "(La Búsqueda de los Doce Apóstoles. Tyndale House
Publishers, Inc. Wheaton, Illinois. 1973. P. 64.)
El Diccionario de la Biblia Unger afirma inequívocamente que "la evidencia
de su martirio [Pedro] allí [en Roma] es completa, mientras que hay una
ausencia total de cualquier declaración contraria en los escritos de los
Padres de la Iglesia" (tercera edición, Chicago. 1960. P. 850).
George Edmundson, en su libro La Iglesia de Roma en el siglo I, repite la
misma conclusión: "Hemos ni siquiera el más mínimo rastro que apuntan
a cualquier otro lugar que podría ser considerado como la escena de su
muerte [Pedro].... Es un punto aún más importante que el segundo y
tercer siglos cuando ciertas iglesias estaban en rivalidad con Roma, nunca
se le ocurrió a uno de ellos disputar la afirmación de que Roma era la
escena del martirio de Pedro. De hecho, incluso más se puede decir;
precisamente, en el este, como se desprende de los escritos pseudo-
Clementine y las historias petrino, especialmente los relacionados con el
conflicto entre Pedro y Simón el Mago. La tradición de la residencia de
Roma de Pedro tenía particular fortaleza”. (London. 1913. Pp. 114-115).
"Parece cierto que Pedro pasó sus últimos años en Roma. Aunque el
Nuevo Testamento hace silencio sobre tal suspensión, que se apoya en 1
Pedro 5:13, donde" Babilonia "es un nombre en clave para Roma…” “…
para los primeros escritores como Clemente de Roma (c. 95), Ignacio de
Antioquía (c. 107), e Ireneo (c. 180) era de conocimiento público que
Pedro trabajó y murió en Roma." (El Diccionario Oxford de Papas Oxford
Univ. Press, 1988, p. 6).

¿ES EL PAPA EL ANTICRISTO?

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

I. INTRODUCCIÓN
Hoy en día la Iglesia Católica está empeñada en buscar un acercamiento
religioso con las demás confesiones cristianas (Ecumenismo). No
obstante, desde los mismos albores de LA REFORMA PROTESTANTE
en el siglo XVI, sus fundadores como hijos rebeldes que un día se
separaron de la Madre (Romanos 16,17-18), han mostrado un odio
abierto por nuestra Iglesia, que no han dudado en tildarla de ser LA
GRAN RAMERA DE LA BIBLIA, llamada en el Apocalipsis como
BABILONIA LA GRANDE (18,2), y donde el PAPA no sería otro que el
ANTICRISTO (13,18). Así por ejemplo, encontramos las siguientes
declaraciones textuales:

“Me siento ya más libre en mi corazón; pues sé finalmente que el Papa es


el Anticristo, y que su silla es la de Satanás”.
Martín Lutero, fundador de la Iglesia Evangélica.

“El pontificado romano, con todo su orden y reino, es el mismo


Anticristo”.
Felipe Melanchthon, colaborador de Martín Lutero.

“La cabeza de este reino maldito y abominable en la iglesia occidental es


el Papa”.
Juan Calvino, fundador de la Iglesia Calvinista.

“El Papa es el mismo Anticristo”.


Juan Knox, fundador de la Iglesia Presbiteriana.

“El Papa es en el sentido más categórico, el hombre de pecado, porque él


representa toda forma de pecado sin medida”.
Juan Wesley, fundador de la Iglesia Metodista.
II. EL ANTICRISTO EN LAS SAGRADAS ESCRITURAS

Para hacer un informe más imparcial vamos a utilizar la Biblia Protestante


versión Reina-Valera, Edición de 1985. Además, seguiremos la regla de fe
de todas las iglesias protestante: “Solo lo que enseñe la Biblia”.
El primero en utilizar el título de “Anticristo” en el Nuevo Testamento, fue
el mismo Jesucristo: “Porque se levantarán falsos Cristos, y falsos
profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que
engañarán, si fuera posible, aun a los escogidos” (Mateo 24,24). Nótese
bien, que El Mesías en este pasaje del evangelio del apóstol Mateo
(escrito hacia el año 85 de nuestra era), al igual que en todo el capítulo
24; está hablando con un lenguaje escatológico, haciendo referencia a
los “últimos tiempos”. Explicando que vendrán hombres que con
“supuestos milagros” obra del Diablo, llevarán tras de sí a muchos de los
verdaderos creyentes, los cuales no tendrán su aprobación (comparar con
Mateo 7, 21-23).

Para el apóstol Pablo, el “hombre de pecado” que se hace pasar por Dios,
está por venir (2 Tesalonicenses 2,1-4); (aunque no lo identifica
propiamente con el título del “Anticristo”), pero llegará “con gran poder y
señales y prodigios mentirosos” (9). Porque “el espíritu dice claramente
que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a
espíritus engañadores y a doctrinas de demonios” (1 Timoteo 4,1).
Además, sus vidas y sus actos son propios de “las obras de las tinieblas”
(Romanos 13,12), “siguiendo la corriente de este mundo, conforme al
príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos
de desobediencia” (Efesios 2,2).

Vemos como San Pablo en sus epístolas (redactadas entre los años 45 al
65), quiere resaltar dos cosas:

1. Tanto él como los demás apóstoles, y los primeros cristianos


hasta el siglo segundo; creían firmemente que la segunda
venida de Cristo (parusía), era un hecho que sucedería pronto.
2. El mundo entero se debate entre dos grandes fuerzas, los
“hijos de la luz” al mando de Jesucristo, y los “hijos de las
tinieblas”, bien sea representado por un hombre, pero enviado
por el mismo Diablo.

Por su parte, el apóstol Juan en sus cartas (elaboradas hacia el año 96),
vuelve hacer hincapié en la persona del “Anticristo”:

“Hijitos, ya es el último tiempo; y según vosotros oísteis que el


anticristo viene, así ahora han surgido muchos anticristos; por esto
conocemos que es el último tiempo… ¿Quién es el mentiroso, sino el que
niega que Jesús es el Cristo? Este es anticristo, el que niega al Padre y
al Hijo” (1 Juan 2,18.22).

“Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de


Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo. En esto
conoced el Espíritu de Dios: Todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha
venido en carne, es de Dios; y todo espíritu que no confiesa que
Jesucristo ha venido en carne, no es de Dios; y este es el espíritu del
anticristo el cual vosotros habéis oído que viene, y que ahora ya está en
el mundo” (1 Juan 4,1-3).

“Porque muchos engañadores han salido por el mundo, que no confiesan


que Jesucristo ha venido en carne. Quien esto hace es el engañador y el
anticristo” (2 Juan 7).

Para San Juan el “Anticristo”, ya no va hacer un personaje de los “últimos


tiempos”, sino que ¡Está ahí!, y en medio de la Iglesia de Cristo. Esto se
debe al hecho que ya a finales del siglo I, se empezaban a formar grupos
heréticos de cristianos que negaban que “Jesucristo”, sea verdadero
“Dios” y al mismo tiempo verdadero “Hombre”. Así lo demuestra el
párrafo inicial de su evangelio (escrito hacia la misma fecha que sus tres
cartas): “En el principio era El Verbo (la Palabra = Jesús), y el Verbo era
con Dios, y el Verbo era Dios” (1,1). Comparar con (1 Juan 1,1-3).
III. EL NÚMERO DE LA BESTIA: EL 666

El mismo Juan, el teólogo, cuando se encontraba desterrado en la isla de


Patmos (Asia Menor); escribió el libro de las revelaciones (o Apocalipsis).
En uno de sus apartes, dice:

“Aquí hay sabiduría. El que tiene entendimiento, cuente el número de la


bestia, pues es número de hombre. Y su número es seiscientos sesenta y
seis. (13,18).

Este número simbólico, ha dado para una serie de especulaciones y


demás. Sin embargo, los llamados padres de la iglesia y los exégetas
(estudiosos de la Biblia), lo han relacionado con la persona de NERÓN
CÉSAR. San Juan, que se hallaba preso por los romanos en el momento
de escribir el libro (hacia el año 90), decide recordar a sus hermanos en
la fe en un lenguaje a manera de clave, sobre los peligros que años atrás
había desatado este cruel emperador que había dictado una nueva ley
que decía: “Ut Christiani Non Sint” (“No es lícito ser cristiano”).
Además de él se sabe que era bisexual y alcohólico. Mandó a matar a su
propia madre Agripina, con la que sostenía una relación incestuosa; al
igual que sus dos esposas: Popea y Octavia, y a su maestro Séneca. En
las noches recorría las calles de la Ciudad eterna disfrazado de esclavo,
asaltando y apuñaleando a las personas que salían de los prostíbulos y las
cantinas. Ordenó el incendio de Roma en el año 64, y la ejecución hacia
el año 67 de los dos príncipes de los apóstoles: Pedro y Pablo. Por todo
esto, ha sido llamado en la historia como “el verdugo de la humanidad”.
Nerón fue muerto en el año 68 por un liberto, quien cumplía órdenes del
monarca para evitar caer vivo en manos de sus enemigos. De hecho, se
pensaba que este tiránico monarca reaparecería en forma resucitada
(redivivus) para continuar su terrible reinando. Del mismo modo, hay
que tener en cuenta que en la cultura judía de donde venía el discípulo
amado, las letras del hebreo que carecen de vocales tienen un valor
numérico, y es así como la suma del nombre de “NERÓN CÉSAR”
(NRWN QSR), equivale a: N=50+ R=200+ W=6+ N=50+ Q=100+
S=60+ R=200 = 666.
No han faltado las sectas protestantes que han querido relacionar el
número de la bestia con el Papado, y esto se debe a que antiguamente
los Romanos Pontífices utilizaban una corona de tres puntas llamada la
“Tiara” (palabra que en latín quiere decir “gorro prominente”); y según
ellos, tenía una inscripción que decía: “VICARIUS FILII DEI” o
“VICARIO DEL HIJO DE DIOS”, que al hacer la misma operación
matemática da 666.

Para refutar esta acusación podemos argumentar cuatro cosas:

1. El Apocalipsis fue escrito en griego mientras que la inscripción de la


tiara aparece en latín (idioma oficial de la Iglesia Católica).

2. Los Papas solo empezaron a utilizar la tiara a partir de Clemente V


(Siglo XIV). por lo tanto, pasaron más de 1.200 años antes de
relacionar esta vestimenta papal con la descripción de san Juan en
el libro de las Revelaciones.

3. Es completamente falso que en la tiara que usaban los Sumos


Pontífices (hasta Pablo VI), apareciera esta leyenda. El título que los
identifica es el de VICARIUS CHRISTI (VICARIO DE CRISTO), y
fue empleado por primera vez por Inocencio III, en el siglo XIII.

4. El mismo apóstol aclara que el “666” es el número de un “hombre”,


y no de una institución como el papado, que ha abarcado en XXI
siglos, a 267 individuos, desde Pedro hasta Francisco.
HOMENAJE AL PAPA JUAN PABLO II

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

Pastor bonus in populo


El buen pastor en medio de su pueblo
San Agustín (Doctor de la Iglesia).

I. RAZGOS BIBLIOGRÁFICOS
Karol Józeph Wojtyla nació en Waldowice (Polonia), el 18 de mayo de
1.920. Su padre Karol Wojtyla, era un sargento del ejército austro-
húngaro, su madre, Emilia Kaczorowky, murió cuando él tenía doce años,
tuvo además dos hermanos: uno mayor llamado Edmund, que murió
siendo joven y una hermana que falleció a corta edad; su padre dejó este
mundo cuando él contaba con 21 años de edad. Fue bautizado a los
pocos días de nacido en la iglesia de Santa María de Waldowice, estudió
en el colegio de la misma ciudad, a los nueve años hizo la primera
comunión, y a los 18 recibió la confirmación. En 1.938 entró en la
universidad de Cracovia. Durante la ocupación alemana a su país trabajó
en una cantera y después en una fábrica de productos químicos. En 1.942
ingresó clandestinamente al seminario de Cracovia y se licenció en
filosofía. Participó en la resistencia contra el nazismo, organizó un grupo
de teatro y se preocupó por salvar muchas familias judías. Entre estos
testimonios se cuenta el de su viaje a Israel en mayo del año 2.000,
cuando Edith Tzirer una judía polaca de 69 años, relató que 55 años atrás
cuando ella era solo una niña de 14 años, se encontraba enferma de
tuberculosis y sin fuerzas, cuando un joven seminarista Karol Wojtyla, le
dio pan y té caliente, después la transportó sobre su espalda durante tres
kilometras hasta llegar a uno estación de tren.

Fue ordenado sacerdote en 1.946, luego se doctoró en filosofía en Roma,


profesor universitario. Pío XII lo nombró obispo auxiliar de Cracovia en
1.958, y Pablo VI arzobispo de la misma ciudad en 1.964. Participó en el
concilio Vaticano II (1.962-65); fue designado cardenal en 1.967 y Papa
el 16 de octubre de 1978.

II. EL SIERVO DE LOS SIERVOS DE DIOS

Su pontificado se destacó por ser uno de los más prolifero e importante


de la historia del cristianismo. Fue llamado como “el Papa viajero” por
sus continuos desplazamientos en más de 120 países, y la facilidad para
hablar varios idiomas; recorrió lo equivalente a 29 veces la vuelta a la
Tierra y tres veces la distancia a la Luna. En estos encuentros recibió
infinidad de obsequios, como trajes de bodas, anillos de matrimonio,
billetes de lotería, bicicletas, automóviles, sombreros de todo tipo,
alcancías y artesanías típicas de cada región. No obstante, uno de los
regalos más recordados por el Papa fue la goma de mascar que le ofreció
una pequeña niña en su visita a una iglesia de Roma.

En el campo de la fe fue el promotor del nuevo Catecismo de la Iglesia


Católico, escribió varias encíclicas, cartas apostólicas y discursos sobre
religión, moral, la familia, la paz, los derechos humanos, la unidad entre
los cristianos, bio-ética y de doctrina social, como la encíclica “Centesimus
Annus” (1.991); Que fue adoptada como documento oficial por la
asamblea general de la ONU. Se han escrito varios libros sobre su vida
como “Don y Misterio”, “Testigo de la Esperanza”, “Su Santidad”,
“Levantaos, Vamos”, “Memoria e Identidad”, “Una vida con Karol”, escrito
por el que fuera su secretario personal, monseñor Stanislao Dziwisz,
además del libro entrevista “Cruzando el Umbral de la Esperanza”,
publicado en 21 idiomas y de los que se vendieron más de 30 millones de
ejemplares en todo el mundo. También fue todo un éxito su disco de
canto religioso “Abba Pater”, al igual que una grabación sobre el rezo del
rosario del que obtuvo un disco de platino por las 150.000 copias
vendidas en España. Tampoco estuvo ajeno a la tecnología moderna pues
en noviembre del año 2.001 utilizó el Internet para pedir disculpas a las
víctimas de abuso sexual por sacerdotes y religiosos.

Juan Pablo II era un hombre de oración, seguidor de la poesía mística


de San Juan de la Cruz. Desde el año 1994, se encuentra dentro del
Vaticano el monasterio “Mater Eclesiae” de religiosas contemplativas, por
iniciativa del mismo Papa. Fue profundamente devoto de la virgen negra
de Czestochowa (Polonia); el lema de su pontificado reza “Totus Tuus”
(Todo Tuyo), incluso regaló a la corona de la virgen De Fátima (Portugal),
la bala que le extrajeron de su cuerpo después del atentado del l3 de
mayo de 1981 por el turco Alí Agca, y por eso fue llamado como el Papa
del “tercer secreto”; en octubre del año 2002, agregó los llamados
misterios “luminosos” al rezo del rosario. En el área de la acción pastoral
elevó a los altares al mayor número de santos, mártires y beatos que
todos los Papas juntos del siglo XX. Presidió tres encuentros inter-
religiosos de oración por la paz en Asís (1.986, 1.993 y 2.002), jornadas
mundiales de la juventud, de la familia, congresos eucarísticos
internacionales, dos asambleas plenarias de la conferencia episcopal
latinoamericana, una en Puebla (México) en 1.979 y la otra en Santo
Domingo en 1.992. Además de diferentes sínodos de obispos de todo el
mundo y reuniones generales de cardenales. Igualmente, hizo más de
115 peticiones de perdón por los errores que han cometido algunos hijos
de la Iglesia Católico en el transcurso de los tiempos, lo que fue
considerado como su mayor acto de valentía y humildad.

III. RECONOCIMIENTO A SU LABOR

A escala internacional su misión apostólica fue elogiada por la revista


norteamericana “Time” y “People” que lo nombraron el hombre del año
en 1.995; al año siguiente lo hizo la revista “News Week”. En Colombia la
revista”Semana” lo catalogó como el “hombre del siglo”, por su lucha a
favor de la caída del comunismo en Europa Oriental. En enero del 2001
Estados Unidos lo condecoró con la medalla de oro del congreso, por su
contribución a la paz mundial y la unidad religiosa; recibió también el
título académico Honoris Causa en siete oportunidades; seis de
universidades polacas, una británica, una Portuguesa, una de Estados
Unidos y otra de Italia; en marzo del 2004, le fue entregado el premio
internacional Carlomagno, por su aporte a Los valores humanos y
morales en Europa; en junio del mismo año, el presidente George Bush le
obsequió en su visita al Vaticano, la “Medalla Presidencial de la Libertad”,
máximo galardón civil del gobierno de EEUU, por su contribución a la
causa de la libertad, la dignidad humana, y la paz; igualmente, en
octubre la revista francesa “Politique Internationale” le concedió el
“premio a la valentía política” por su compromiso a favor de la paz y de la
justicia en el mundo, así como su acción diplomática al servicio de la
libertad. El 7 de diciembre, científicos de todo el mundo le dieron el
premio “Ciencia por la Paz”, por el diálogo entre la ciencia y la fe. El Papa
destinó el premio en becas de estudio para jóvenes pobres del Tercer
Mundo.

Sus méritos fueron reconocidos por el famoso tele-predicador protestante


Billy Graham, quien declaró que era “la conciencia de la moralidad en el
mundo”; el antiguo secretario general de la ONU, Boutros Gali lo describió
como “el ángel guardián de la humanidad”, Mijail Gorbachov, último
presidente de la Unión Soviética lo calificó como “el socialista más
importante de nuestros días’’, el primer ministro canadiense, Jean
Chrétien, el “soldado de la paz”, el ex presidente polaco, Lech Walesa lo
definió como “el San Pedro de nuestro tiempo”; y el presidente de
Estados Unidos, George Bush, dijo que era un "hombre fuerte” y
“campeón de la libertad”.
IV. UN DÍA EN LA VIDA DEL PAPA

De su vida personal se sabía que se levantaba a las 5.30 de la mañana y


se acostaba a las 11 de la noche. Vivía en un modesto departamento de
la residencia papal que incluía el colchón ortopédico usado por Pablo VI y
Juan Pablo I. No recibió ninguna clase de sueldo por su labor pastoral. En
el día oficiaba misa privada en su capilla, meditación y lecturas
espirituales, almuerzo y cena de trabajo con sus colaboradores más
cercanos, en la tarde recibía a presidentes, primeros ministros,
embajadores, cardenales, obispos y a la curia romana, al mes atendía a
más de 3.500 personas teniendo en cuenta que la Santa Sede tiene
relaciones diplomáticos con 168 países. Una audiencia general en la
semana, además trabajaba los sábados y los domingos visitaba a menudo
las parroquias de Roma. Cada año tomaba unas vacaciones de doce días
en los Alpes o en su finca de verano en Castelgandolfo, resaltando que
por ley todo empleado de Italia tiene un mes de descanso. Fue el Papa
más visitado, ya que recibió a por lo menos 18 millones de fieles durante
el millar de audiencias generales que concedió en sus años de
pontificado. En el jubileo del 2.000 se calcula que visitaron el Vaticano 25
millones de peregrinos, incluyendo dos millones de jóvenes procedentes
de 56 naciones que se reunieron en la universidad romana de Tor
Vergata. También tuvo eventos especiales con los ancianos, los enfermos,
los esposos, los niños, sacerdotes y Religiosas, hombres de ciencia, del
arte, periodistas y los presos de la cárcel de Regina Coeli, por los que
pidió un acto de clemencia ante las autoridades penitenciarias.

V. LA CARIDAD DEL PAPA

En el plano del amor al prójimo Juan Pablo II no se quedó atrás, así por
ejemplo en una audiencia en la plaza de San Pedro, recibió a 13.000
jóvenes entre ellos se encontraba Marco, un chico que había perdido a su
padre hacía poco tiempo; él se acercó al Papa y le dijo: ¿Mi padre murió,
Tú desearías ser mi padre? Juan Pablo II limpió las lágrimas de su rostro
y le contestó: “Yo seré tu padre de ahora en adelante”, y desde entonces
Marco lo pudo visitar y llamar por teléfono cada vez que quería. La
caridad con los más necesitados fue otro sello característico suyo, pues
las regalías de los derechos de autor por el libro “Cruzando el Umbral de
la Esperanza” fueron destinadas a obras de caridad. Del mismo modo, el
pontificado consejo de ayuda del Papa “Cor Unum” financió más de
1.200 millones de dólares en los continentes más pobres. El propio Papa
creó dos fundaciones la “Popolorum Progressio” con 2000 micro-
proyectos para comunidades indígenas, mestizas y afro americano con
más de 19 millones de dólares y la “Juan Pablo II” que entregó 5.500
millones de dólares en programas a favor de los recursos naturales en los
países tercermundistas. Esto sin contar el comedor popular y dormitorio
que funciona dentro del Vaticano desde 1.987, para mujeres pobres de
Roma que son atendidas por las hermanas de la caridad de la madre
Teresa de Calcuta. En diciembre del 2004, el Romano Pontífice inauguró
la fundación “El Buen Samaritano”, para ayudar a los enfermos del SIDA.
Su sede se encuentra también en la ciudad del Vaticano.

VI. SIGNO DE CONTRADICCIÓN

No todo fue color de rosa en su labor como Vicario de Cristo, pues


recibió críticas de grupos pro- abortistas y gobiernos liberales por su
postura o favor de la vida de los no Nacidos, asociaciones feministas lo
acusaron de tener una posición machista y conservadora frente a la
ordenación sacerdotal de mujeres y el uso de anticonceptivos artificiales.
Fue insultado públicamente por la cantante de rock irlandesa Sinead
O’conor, quien en un programa televisivo en Estados Unidos rompió una
foto suya, y por el astro del fútbol argentino Diego Maradona; el
censurado teólogo suizo Hans Kung lo señaló de “fanático y dictador
espiritual”. En su visita pastoral a Holanda y Alemania fue recibido con
pancartas con caricaturas y anuncios ofensivos, en Brasil varias sectas
protestantes lo acusaron de ser el “Anticristo”, en Filipinas se frustró un
plan para asesinarlo en el que estaba involucrado el terrorista musulmán
Osama Ben Laden, en Fátima fue víctima de otro atentado por el
sacerdote integrista español Juan Hernández Khohn. En Grecia algunos
sacerdotes ortodoxos encabezaron marchas de protesta por su llegada,
llamándolo como el “gran hereje”, y los monjes de varios monasterios le
cerraron sus puertas; también Ocurrió lo mismo con los monjes budistas
de Colombo (Sri Lanka) y por los brahmanes hindúes de la India. En
Roma durante el año santo del jubileo, la comunidad gay como rechazo
ante la prohibición del matrimonio sacramental de parejas del mismo
sexo que pregonó el Papa; efectuaron un desfile que contó con la
participación de 200.000 homosexuales y lesbianas. Algunos de ellos
disfrazados burlescamente como sacerdotes y monjas. En su viaje
apostólico a Suiza, los evangélicos distribuyeron panfletos, pidiendo que
la gente se saliera de la Iglesia Católica, la gran prostituta, y hablando del
papa como del Demonio.

VII. LA CARA DEL SUFRIMIENTO

En su pontificado hubo dos cosas que le causaron un gran dolor moral y


espiritual: los escándalos sexuales de sacerdotes pedofílicos en Estados
Unidos, y la negativa del patriarca ruso Alejo II para visitar su país. Del
mismo modo, no podemos dejar o un lado, las dolencias físicas propias
de su edad, que se vieron reflejadas en el continuo agotamiento que
presentaba cuando salía en público, su rostro a veces parecía ido y con
una fuerte parálisis facial, su voz ya no tenía la misma vitalidad que
antes. Era cada vez más notorio el temblor de su mano izquierda
producto del mal de Parkinsón, su espalda encorvada como secuela del
atropellamiento de un camión en 1.944 y de una luxación en 1 .993;
También se recuerda su caminar lento y arrastrando los pies debido a
una artrosis en su rodilla derecha. Hay que tener en cuenta además la
fractura que sufrió en el fémur de la pierna derecha en 1.994, y otras
intervenciones quirúrgicas como la traqueotomía efectuada en febrero de
2.005, debido a una insuficiencia respiratoria, y la sonda que le fue
colocada en su nariz para poderlo alimentar, días antes de fallecer. Según
uno de sus médicos, Gian Franco Finischi, el Papa rechazó en varias
oportunidades el uso de calmantes y analgésicos. Juan Pablo II murió
serenamente en su apartamento del Palacio Apostólico el 2 de abril de
2005, a los 84 años de edad, víctima de fallas cardiacas derivadas de una
infección urinaria; Eran las 9:37 de la noche, hora de Roma. En él se
cumplen las palabras del apóstol Pablo: “He peleado la buena batalla, he
acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está guardado la
corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo en aquel día” (2
Timoteo 4,7-8).

ANECDOTAS Y CURIOSIDADES DEL PAPA JUAN PABLO II

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

En su infancia sus amigos lo llamaban Lolek, ese diminutivo también lo


usaron sus parientes y algunos íntimos suyos de Polonia.

En su niñez su mejor amiguito era un chico judío llamado, Jerzy Kluger.

De joven mostró un gran interés por el teatro y la literatura polaca,


escribiendo varias obras teatrales.

Trabajó arduamente como obrero en una cantera y en una planta


química, para evitar ir a prisión durante la ocupación nazi.
En 1945 un oficial soviético, amante de la historia y la literatura que
entabló amistad con él en Cracovia, impidió que fuera fusilado o
deportado a Liberia.

Cuando era obispo recibió el título del “León de Cracovia”, y en los inicios
de su pontificado fue llamado el “atleta de Dios”.

Fue el primer papa polaco (después de 456 años de tradición italiana,


desde la elección del holandés Adriano VI en 1522), y el primero venido
de un país comunista.

Fue el papa más joven es ser elegido del siglo XX (58 años). Cuando se
anunció que era él escogido, muchos creyeron que era un cardenal
africano.

Cuando gozaba de buena salud practicó deportes como el esquí, escalar


montañas, el fútbol, la natación y montar en canoa de remo.

Fue el primero que repitió los nombres de dos antecesores: Juan (XXIII)
Pablo (VI) II. El primero en utilizar un nombre compuesto, fue el cardenal
italiano Albino Luciani (Juan Pablo I).

Cuando Karol Wojtyla subió a la cátedra de San Pedro, en 1978, la Santa


Sede mantenía relaciones diplomáticas con 85 países. Hoy en día son 174
estados y observadores permanentes en la ONU y la OEA.

Fue el primer papa en ser herido de un tiro de bala en la calle, ese día
(el 13 de mayo de 1981), llevaba una gruesa medalla de la Virgen de
Fátima bajo el hábito blanco en el momento del atentado; la medalla
desvió una de las balas que pudo haber seccionado la arteria aorta. Este
medallón lo siguió cargando después.

El 13 de mayo de 1981 a las 5,17 p.m. del año 1981, coincide el mismo
día y la misma hora con el inicio de la aparición de la Virgen María a los
pastorcitos de Fátima en el año de 1917.
Fue el primer pontífice católico en ingresar a un hospital público.

Según una encuesta realizada en la diócesis de Indiana (EEUU), lo que


más les llamó la atención a los feligreses era su sonrisa, la devoción
mariana, su dominio de varios idiomas, el perdón concedido al que quiso
asesinarlo, y su amor a los niños y los pobres.

De acuerdo con un estudio efectuado en 22 países de América Latina,


España y Portugal a más de 40 mil estudiantes de secundaria; reveló que
los jóvenes admiran principalmente a personajes solidarios. Juan Pablo II
ocupó el primer lugar y la madre Teresa de Calcuta el segundo.

Un grafólogo de la policía italiana que realizó un examen de su letra sin


saber a quién pertenecía, dijo que el autor era un hombre “fuera de lo
común”.

En navidad, solía obsequiar a algunas amistades, a los cardenales y a


todos los trabajadores del Vaticano; una botella de vino y un pan dulce
de limón con pasas.

Todos los viernes santos iba a confesar a la basílica de San Pedro. Bautizó
en su capilla privada a los hijos de sus amigos o a los de sus más
modestos colaboradores, y casó a una mecanógrafa con un cerrajero.

Fue el autor de seis libros y más de 500 artículos y ensayos.


Fue el papa que más idiomas ha hablado, dominó perfectamente nueve
lenguas.

En 1979, fue el primer pontífice en rezar ante los hornos crematorios del
campo de concentración de Auschwitz (Polonia).
En el año de 1982 se convirtió en el primer obispo de Roma en besar el
suelo de Inglaterra, y orar en la catedral anglicana de Canterbury.
En diciembre de 1982, tuvo un gesto de nobleza y de reconciliación al
visitar a su agresor en la cárcel, el turco Mehmed Alí Agca.

El mayor éxito con la convocación que hizo de la Jornada Mundial de la


Oración, celebrada en Asís el 27 de octubre de 1986; fue el haber
conseguido un alto al fuego de 24 horas en las más de cuarenta naciones
en las que se vivía algún conflicto bélico en el planeta.

Ha sido el único sucesor de San Pedro en escribir una Carta Apostólica


dedicada exclusivamente al sexo femenino, titulada “A la dignidad de la
Mujer”; fue dada a conocer el 30 de septiembre de 1988. Posteriormente,
redactó la “Carta Apostólica a las Mujeres”, el 29 de junio de 1995.

El 13 de diciembre de 1994, publicó la primera “mini encíclica”de un


vicario de Cristo dirigía a los niños; el texto en lenguaje sencillo hablaba
de la Navidad, los pesebres, los infantes mártires y los peligros a que se
enfrentan los pequeños en estos tiempos.

Fue el primer obispo de Roma en visitar el santuario de Lourdes


(Francia), entre el 14 y el 15 de agosto de 1983.

En diciembre de 1983, entró en una iglesia luterana en Roma. Ningún


papa lo había hecho tras la reforma protestante en el siglo XVI.

Realizó tres exorcismos durante su pontificado, el más conocido fue en


1982, a una joven mujer que se revolcaba en el piso durante la audiencia
general en el Vaticano.

Uno de los hechos más curiosos de sus viajes apostólicos tuvo lugar en
Bangkok el 10 de mayo de 1984, cuando para llegar a la presencia del
líder del budismo tailandés, tuvo que quitarse los zapatos a la entrada de
la pagoda, para encontrarse con un anciano inmóvil de 86 años, sentado
con las piernas cruzadas y envuelto en una túnica de color azafrán.
En agosto de 1985 habló por primera vez en una asamblea islámica en
Casablanca, Marruecos.

El 13 de abril de 1986 realizó un gesto histórico al visitar la sinagoga de


Roma, situada frente al Vaticano, al otro lado del río Tíber. El primer
pontífice en hacerlo tras el apóstol Pedro.

Entre el 1 y el 7 de julio de 1986 visitó Colombia, siendo el viaje más


extenso que realizó a una sola Nación, recorriendo 12 ciudades.

El 1 de diciembre de 1989, recibió en visita oficial al presidente de la


URRS, Mijail Gorbachov. Se trata del primer encuentro entre un papa y un
gobernarte soviético. En septiembre de 1993 efectúa la primera visita de
un pontífice a la ex Urss.

El 21 de septiembre de 1993, se reúne en Castelgandolfo con el gran


rabino israelí Meir Lau, poniendo fin a dos mil años de incomprensiones
históricas entre católicos y judíos.

El 30 de diciembre de 1993, fue el primer jefe del Estado del Vaticano


que estableció relaciones diplomáticas con la Nación de Israel.

El 10 de mayo de 1994, instituyó un monasterio de clausura femenino


dentro del Vaticano, hecho sin antecedentes en la historia de la Iglesia
Católica.

En enero de 1995 en Manila (Filipinas), se reunió con cuatro millones de


jóvenes en la jornada mundial de la juventud, siendo la mayor
concentración de personas en la historia del catolicismo.

El 11 de octubre de 1998, proclamó que el 9 de agosto sería el día de la


evocación de la Shoah (recordatorio del sufrimiento del pueblo judío).

El 12 de marzo de 2000, pidió perdón por las faltas humanas cometidas


en la Iglesia Católica a través de los tiempos. Haciendo referencia a las
cruzadas, la inquisición, la discriminación hacia los judíos, las mujeres y
las etnias.

En mayo de 2000, viajó a Jordania, Israel y Palestina, rezando en el muro


de las lamentaciones en Jerusalén.

El 4 de mayo de 2001, en Atenas, Grecia, fue el primer papa que visitó


este país desde el cisma de 1054; pidiendo perdón a los ortodoxos por los
católicos que pecaron contra ellos.

El 6 de mayo de 2001, se convirtió en el primer pontífice romano que oró


en una mezquita; la de los Omeyas, en Damasco, Siria.

En enero de 2002, una delegación compuesta por un centenar de magos


católicos le regaló una varita mágica procedente de la India.

El 15 mayo del 2002, se reunió en la plaza de San Pedro con cientos de


ex prostitutas durante la audiencia general.

En ese mismo mes, después del encuentro ecuménico de oración en Asís,


el papa mandó un mensaje a los jefes de estado, invitándolos a adoptar
una lista de diez compromisos por la paz mundial.

Tras el encuentro de Asís, por primera vez después del cisma entre
Oriente y Occidente de 1054, una delegación oficial de la Iglesia Ortodoxa
Griega (la más reacia a Roma junto con el patriarcado de Moscú), fue
recibida por el obispo de Roma en el Vaticano.

El 16 de octubre del 2002, al celebrar el 24 aniversario de su elección,


proclamó en la plaza de San Pedro que cumpliría su misión hasta el final.

El 14 de noviembre del 2002 visitó el parlamento italiano, la primera vez


que el jefe de la Iglesia Católica lo hacia en 150 años. Su discurso se
centró en el terrorismo internacional y la globalización; y fue tan
elocuente que al verlo por la televisión el mafioso italiano Bebedetto
Marciante, capo de la Cosa Nostra y acusado de homicidio y de extorsión,
se entregó a la policía romana.

A partir de enero del 2003, las meditaciones, pensamientos e inquietudes


del fallecido papa, pueden ser escuchados por los fieles a través de los
teléfonos móviles en Italia.

En junio del 2003, a sus 83 años de edad, completó su viaje número cien
al llegar a Croacia.

El 19 de julio del 2003, se dio a conocer la noticia que el sumo pontífice


había destinado cerca de ocho millones de dólares para obras de caridad
en numerosos países del mundo. La donación se utilizó en proyectos de
educación, salud, formación profesional, vivienda, protección de mujeres,
niños y ancianos.

Una montaña del polo sur lleva el nombre del papa Juan Pablo II, como
homenaje a sus 25 años de pontificado.

El 17 de octubre del 2003, los cardenales venidos al Vaticano para


celebrar sus 25 años de pontificado, le regalaron 750000 euros, que el
papa destinó para ayudas a los cristianos de Tierra Santa.

El 21 de octubre del 2003, Juan Pablo II le impuso el birrete cardenalicio


a 30 nuevos purpurados, elevando así a 195 cardenales, número récord
en la historia de la Iglesia.

4 de Marzo del 2004, casi un millón de ejemplares del libro de poemas del
papa “Tríptico Romano”, fueron vendidos en 19 idiomas.

17 de Marzo del 2004, se constituye en el tercer pontificado más largo en


la historia de la Iglesia, superado sólo por el de San Pedro (34 años), y el
del beato Pío IX (31 años).
13 de Abril del 2004, La Santa Sede informó que el papa destinó seis
millones y medio de dólares a obras de solidaridad en el 2003.

15 de Abril del 2004, El patriarca Bartolomé I, líder de la Iglesia Ortodoxa


en Turquía; Aceptó las disculpas ofrecidas por Juan Pablo II; en el 800
aniversario de la participación de católicos en el saqueo de Constantinopla
(hoy Estambul), durante la época de las cruzadas.

Fue el primer sucesor de San Pedro que nombró a diferentes mujeres en


el campo de la ciencia, la arqueología, la teología y la vida religiosa; para
que ocuparan cargos de importancia en la Iglesia Católica.

Mayo 18 del 2004, en su cumpleaños número 84, la librería vaticana puso


a la venta en lengua española el libro Levantaos ¡Vamos! (Titulo extraído
del evangelio de San Marcos 14,42); Obra autobiográfica que comenzó a
escribir en julio de 1958, luego de recibir la noticia de que iba a ser
nombrado obispo. Los beneficios de su venta, fueron donados a obras de
caridad que lideró el máximo jerarca de la Iglesia Romana.

Mayo 18 del 2004, más de cien mil mensajes de correos electrónicos


llegaron de todo el mundo, para felicitarlo por sus cumpleaños;
Superando el número de los recibidos el año pasado.

Julio 1 del 2004, Juan Pablo II, regaló la construcción de la iglesia de San
Teodoro en el Palatino, a la comunidad ortodoxa griega, con motivo del
jubileo del año 2000. Fue oficialmente inaugurada en la visita a Roma de
su santidad Bartolomé I, patriarca ecuménico de Constantinopla.

Julio 16 del 2004, la fundación “Populorum Progressio”creada por el papa,


distribuyó dos millones y medio de dólares, para 222 proyectos de
desarrollo de comunidades indígenas, mestizas y afro americanas.

Octubre 16 del 2004, un legado de escritos, entre ellos una recopilación


de discursos, un libro de filosofía y dos nuevas cartas apostólicas
marcaron los 26 años de su pontificado. En todo este tiempo había
pronunciado, escrito y transmitido más de 90.000 páginas.

Noviembre 27 del 2004, el papa Juan Pablo II devolvió durante una misa
solemne, las reliquias robadas en Constantinopla, durante la época de las
Cruzadas, en la ceremonia estuvo presente el patriarca ortodoxo
Bartolomeo I. Las reliquias son las de los dos doctores de la Iglesia y
patriarcas de Oriente, Gregorio Nacianceno y Juan Crisóstomo, quienes
vivieron en el siglo IV en Capadocia y en Antioquia, en la actual Turquía.
A finales de agosto del año pasado había echo lo mismo con un icono de
la Madre de Dios de Kazan, devuelto al patriarca ruso Alexis II.

Enero 1 de 2005, más de 2.200.000 peregrinos visitaron al papa en el


Vaticano en el 2004.

Enero 18 de 2005, 160 rabinos fueron recibidos por Juan Pablo II, los
cuales oraron por su labor pastoral, considerado “el gran constructor de
las relaciones entre católicos y judíos”. Esta es la primera vez en la
historia que rabinos de todo el mundo, en representación de todas las
ramas del judaísmo, se reunían con el máximo jerarca de la Iglesia de
Cristo.

Enero 27 de 2005, la cima de una de las montañas de la cordillera del


Gran Sasso lleva el nombre de Wojtyla; además, un sendero del
ayuntamiento de L´Aquila (Italia), fue llamado Juan Pablo II. Así lo
hicieron saber sus autoridades locales por el amor que el papa había
demostrado por esta zona, y su afición por la naturaleza.

Febrero 4 de 2005, en un acontecimiento sin precedentes, en varias


mezquitas de Italia se rezó ese viernes por la salud del sucesor de San
Pedro.
Febrero 23 de 2005, por primera vez, Juan Pablo II se dirigió a los fieles
reunidos en la sala Pablo VI, desde su apartamento privado a través de
una “video audiencia”.

En todo su pontificado realizó 104 viajes por 134 países y 613 ciudades,
además de 146 desplazamientos dentro de Italia. Presidió 11.161
audiencias generales en las que participaron 18 millones de personas, y
pronunció 2409 discursos en sus visitas al extranjero, y más de veinte mil
en total.

Su visita más breve fue a San Marino, cinco horas; y la más larga a los
países de Uruguay, Chile y Argentina con 13 días.

Las naciones más visitadas fueron: Polonia (9 veces), EEUU (7), Francia
(6), México (6) y España (5). Países que no pudo ir aunque fueron su
intención son: Irak, Rusia y China.

Escribió 14 encíclicas, 13 exhortaciones apostólicas y 11 constituciones.

Efectuó 482 canonizaciones de santos y beatificó a 1338 siervos(as) de


Dios; de ellos 522 son laicos (248 santos y 274 beatos). Más que todos
sus antecesores juntos. El 80% de los santos y beatos de Juan Pablo II
fueron personas que murieron por su fe (mártires).

Fue al autor de los libros: Amor y Responsabilidad que trata el tema de la


sexualidad cristiana; Don y Misterio, en el quincuagésimo aniversario de
su ordenación sacerdotal; el libro de poemas Tríptico Romano;
¡Levantaos! ¡Vamos!, Sobre su labor episcopal; Mi decálogo para el
Tercer Milenio, que son reflexiones sobre el hombre, su tiempo y sus
problemas a la luz de la fe y Memoria e Identidad, sobre los males del
mundo moderno.

Su pontificado duró 26 años, cinco meses y 17 días.


Murió un primer sábado (del mes de abril), día dedicado a la Virgen de
Fátima. Ese día, cuando ya casi no podía hablar, pidió por señas un folio
de papel sobre el cual escribió: “Totus Tuus” (Todo Tuyo).

Sus últimas palabras fueron: “Dejadme ir a la casa del Padre”.

Su cadáver fue visto durante seis días por más de tres millones de
personas en la Basílica de San Pedro, a sus exequias asistieron 200 jefes
de estado, 300 mil personas en la plaza de San Pedro, 700 mil en la vía
de la conciliación, además de unos cinco millones de fieles y peregrinos
llegados de todo el mundo. Es el funeral más multitudinario en la historia
de la humanidad.

La misa de exequias fue oficiada por el decano del Colegio Cardenalicio,


Joseph Ratzinger, y concelebrada por 164 purpurados. Un total de 320
sacerdotes repartieron la comunión.

Es el único sumo pontífice que reposa entre dos reinas, Cristina de Suecia
y Carlota de Chipre, enterradas en las Grutas Vaticanas. Al lado de su
sepultura (donde antes estuvo la del beato Juan XXIII), está la de Pablo
VI y enfrente la de Juan Pablo I. Todas, a pocos metros de la del apóstol
Pedro.

Por su extraordinario y fecundo pontificado, acompañado de una vida de


santidad, ha sido declarado por Vox Pópuli como “JUAN PABLO EL
GRANDE”.

El primer día en que fue abierta su tumba al público, fue visitada por
unos 500.000 fieles. En ella se puede apreciar una simple losa de mármol
blanco que dice en latín: “Iohannes Paulus PP II. 16. X.1978 –
2.IV.2005”.

Diariamente pasan por su sepulcro entre 15000 a 20000 personas.


Junio 21 de 2005, el padre polaco Slawomir Oder, postulador de la causa
de beatificación de Juan Pablo II, invitó a los fieles a aportar a través de
la página de Internet www.vicariatusurbis.org; sus testimonios acerca de
la vida, virtudes y reputación del fallecido papa.

Junio 28 de 2005, la diócesis de Roma en representación de su vicario, el


cardenal Camilo Ruini, abrió en una solemne ceremonia en la basílica de
San Juan de Letrán, el proceso de beatificación del papa Juan Pablo II.

Septiembre de 2005, hasta la fecha se han recibido más de diez mil


correos electrónicos testificados milagros, curaciones y favores
particulares por la intercesión del siervo de Dios Juan Pablo II.

Septiembre de 2005, se ha exhibido con gran éxito en Italia y España la


película “Karol, el hombre que llegó a ser Papa”.

Marzo de 2006, sale en circulación la revista mensual “Totus tuus”, que


tiene como objetivo informar sobre todo el proceso que podía llevar al
papa Karol Wojtyla a los altares; su publicación se hará inicialmente en
italiano, español, inglés y polaco. Su sitio en la web es
www.IohannespaulusII.org

Marzo de 2007, se da a conocer un milagro para la apertura de la


beatificación de Juan Pablo II. La hermana Marie Simón Pierre, religiosa
francesa de 46 años, perteneciente a la congregación de las Hermanas de
las Maternidades Católicas que trabaja en París, se curó dos meses
después de la muerte del Papa, del mal de Parkinson, que la aquejaba
desde el año 2001.

Diciembre 19 de 2009, el Papa Benedicto XVI firma el decreto que


reconoce las virtudes heroicas del siervo de Dios Juan Pablo II.

Abril de 2010, ante recientes declaraciones de prensa que afirmaban que


el papa Juan Pablo II se flagelaba y que dormía en el piso, su secretario
personal por más de 40 años, el cardenal Stanislaw Dziwisz, dijo que no
podía “ni afirmarlo ni negarlo”.

1 de mayo de 2011, en la octava de Pascua y fiesta de la Divina


Misericordia, es beatificado Juan Pablo II por el papa Benedicto XVI en la
plaza de San Pedro ante unos 1,5 millones de personas llegadas de 86
países. Su fiesta litúrgica se celebrará el 22 de octubre, que corresponde
al día que inició su pontificado.

Juan Pablo II fue declarado beato seis años y 29 días después de su


muerte. Se trata de la beatificación más rápida de los últimos 500 años.

5 de julio de 2013, se da a conocer segundo milagro ha sido confirmado a


través de una curación inexplicable en 2011 en Costa Rica, donde la
señora Floribeth Mora, con una lesión cerebral lo invocaba con fe. En este
caso se habla de un milagro doble, porque ante la acción sobrenatural de
Dios a través del papa beato, toda la familia habría recuperado la fe.

27 abril de 2014, se realiza el domingo en la Plaza de San Pedro en el


Vaticano, en Roma; la misa de canonización de Juan Pablo II, que fue
efecutada por el papa Francisco y de concelebrante el papa Emérito
Benedicto XVI. La fecha coincide con el domingo de la Misericordia, el
segundo domingo de Pascua y el final de la Octava de Pascua. La
ceremonia religiosa estuvo acompañada por 150 cardenales, 1.000
obispos, y al menos un millón de personas.
FRASES CÉLEBRES SOBRE EL PAPADO

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

La dignidad de San Pedro como el representante de Cristo, no desaparece


aun en el sucesor indigno.
Papa León el Grande.

Si la Iglesia Católica ha superado períodos penumbrosos y fallas humanas


de quienes han ocupado el solio de San Pedro y sigue agrupando millones
de fieles en el mundo entero, está demostrado su grandeza y el origen
divino de su fe cristiana.
Papa San Pío X.

Cualquiera puede ser Papa; la prueba de esto es que he llegado a ser


uno.
Beato Juan XXIII.
El Papa como sucesor de Pedro, es el principio y fundamento perpetuo y
visible de la unidad, tanto de los obispos como de la multitud de fieles.
Concilio Vaticano II.

No hay más que un medio para no perder la fe, obedecer al Papa.


San Francisco de Sales.
Doctor de la Iglesia.

El Romano Pontífice es la piedra basilar de la Iglesia, que prolonga entre


todos los hombres a lo largo de los siglos y hasta el fin de los tiempos,
aquella labor de santificación y gobierno que Jesús confió a Pedro.
San José María Escrivá de Balaguer.
Fundador del Opus Dei.

El obispado de Roma, sucesor de Pedro está llamado a dirigir y guiar en


la colegialidad de los obispos. Su pastoral universal es necesaria a la
reconstrucción de la unidad visible de todos los cristianos.
Max Thurian
Cofundador de la comunidad ecuménica de Taizé.

Los descendientes de San Pedro, han sido siempre nuestros padres en la


fe.
Simón Bolivar.
Libertador de América.

Por nuestra parte confesamos que en el papado hay mucho de cristiano y


bueno; de hecho, todo lo que es cristiano y bueno ha de encontrarse allí,
y debe venir a nosotros de esa fuente”.
Martín Lutero
En una obra sobre El Anabaptismo (1528).
LA CIUDAD DEL VATICANO

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

La palabra Vaticano proviene del latín “Vates” y significa “echadores de


la buenaventura”, haciendo referencia a los tiempos de la Roma imperial,
donde había hombres que se sentaban en las laderas de esta colina para
anunciarles el porvenir a las personas, y acabaron por darle el nombre de
Vaticano. Esta era un área pantanosa en la orilla derecha del Tiber, entre
el puente Milvio y el puente Sixto. Posteriormente, se levantó aquí el circo
y los jardines de Nerón, donde el apóstol Pedro fue crucificado cabeza
abajo y enterrado por orden del mismo emperador hacia el año 64 0 67
de nuestra era. En el año 323 el emperador Constantino levantó una
basílica en honor del pescador de Galilea. Esta tumba se encuentra
debajo del altar mayor de la actual basílica de San Pedro, en la llamada
“gruta del Vaticano”, en la parte de arriba se puede observar el baldaquin
barroco de Bernini, sostenido por cuatro columnas salomónicas.
Inicialmente los pontífices vivían en el palacio de Letrán, hasta que en el
año 1454 el papa Nicolás V, dio inicio a la construcción de la basílica de
San Pedro. En el año 1626 se consagra la nueva basílica, cuya
construcción duró 170 años, y se llevó a cabo bajo la dirección de 20
vicarios de Cristo. En ella trabajaron los artistas más famosos del
renacimiento, como: Bramante, Rafael y Miguel Angel. Este último hizo el
diseño arquitectónico la cúpula que representa la cabeza del San Pedro, y
los semi círculos de las 284 gigantescas columnas dóricas y 88 pilares,
coronada con 143 imágenes de santos en el techo, simbolizan los brazos
abiertos que acogen a los fieles que van entrando hacia la basílica. En
1870 ante la pérdida de los territorios pontificios y la creación del nuevo
estado italiano, el Papa de aquel entonces Pío IX se declara prisionero del
Vaticano, y fue solamente hasta 1929 cuando se firma el pacto
lateranense entre Mussolini y Pío XI, dando origen al Estado Ciudad del
Vaticano donde el Romano Pontífice es su máxima autoridad.

El Estado de la Ciudad del Vaticano es universalmente reconocido como


entidad soberana de derecho público internacional, distinto de la Santa
Sede, que es el órgano soberano de la Iglesia católica. En el Vaticano el
papa y la Sede Apostólica desarrollan su misión de gobierno de la Iglesia
universal con la independencia necesaria a su ejercicio. La forma de
gobierno es una monarquía electiva. El jefe del Estado es el Sumo
Pontífice, el cual reúne en sí la plenitud de los poderes legislativos,
ejecutivos y judiciales. Es esta la razón por la que la Santa Sede
mantiene relaciones diplomáticas con 180 naciones, por medio de un
nuncio o delegado apostólico, con el fin de tratar los asuntos
eclesiásticos como la libertad religiosa, mediante un tratado que recibe el
nombre de concordato. A estas se unen también la Unión Europea y la
Soberana Orden de Malta, como también la misión permanente en el
Estado de Palestina. Es el estado más pequeño del mundo, con 44
hectáreas.

La ciudad del Vaticano cuenta con cerca de cuatro mil habitantes, los
cardenales que gozan de la ciudadanía vaticana hacen parte de la
llamada “curia romana”, conformada además por sacerdotes, teólogos y
canonistas de las diferentes congregaciones, tribunales y oficinas, que se
encargan de ayudarle al Vicario de Cristo en el gobierno temporal de la
Iglesia Católica. Igualmente, se encuentran religiosos, monjas y
empleados laicos que se dedican a otras labores. Ya en cuanto a la
seguridad del Vaticano está conformada por dos grupos: la guardia suiza
fundada en 1506 por Julio II, el llamado “Papa Guerrero”. Es un pelotón
formado por soldados suizos que dependen directamente de la Santa,
incluye 100 hombres divididos en un comandante, un capellán, tres
oficiales, 23 suboficiales, 70 soldados y dos tambores, que visten sus
distintivos uniformes acompañados de alabardas, picas y dagas. Tienen
sus propios cuarteles y viviendas, residen en la Ciudad del Vaticano y su
idioma oficial es el alemán, están encargados de la custodia particular de
la persona del romano pontífice, del Palacio Apostólico y vigilan los
accesos externos del Vaticano. Gozan del reconocimiento de ser el cuerpo
militar más antiguo que haya servido de una manera continua. El
segundo grupo, es la policía vaticana o gendarmería que es la vigilancia
privada del Papa en todos sus desplazamientos, custodian las diferentes
partes del Vaticano, realizando funciones de orden público durante las
audiencias, de control de la basílica y de todo el territorio vaticano. Entre
los dos grupos conforman un total de 350 hombres.

El Vaticano posee su propio himno la marcha pontificia y bandera con dos


franjas iguales blanca y amarilla, en la primera está estampada la tiara (o
corona) papal sobre dos llaves cruzadas, que representa el poder de
Jesús dado al apóstol Pedro (Mateo 16,19). El idioma oficial es el latín,
tiene sellos de correo y monedas con la cara del papa. El Vaticano no
cuenta con semáforos, transporte público, peluquería, lavandería, puestos
de venta de periódicos, escuelas, hospitales ni empresas privadas. El
servicio de electricidad, agua potable, alcantarilla y recolección de basura
lo hace la municipalidad de Roma. Otras dependencias son el
observatorio astronómico a cargo de los jesuitas, considerado el más
antiguo, en funcionamiento desde 1579; la radio vaticana que empezó a
emitir en 1931, sus 300 programas semanales en 40 idiomas que son
escuchados por unos 80 millones de oyentes en un centenar de países;
servicio de cine desde 1983 y de televisión desde 1984 con producciones
propias. Dispone de un ferrocarril y estación de tren, también una
estación de bomberos con 120 voluntarios de guardia permanente, la
oficina de correos es del siglo XIV, la farmacia es de las primeras que se
conocen, pues data del año 1277, y un centro de salud creado en 1953.
Su red telefónica está en funcionamiento desde 1886, se encuentra un
supermercado para los empleados. Los carros tienen sus propias placas
SCV (Stato Cittá Vaticano). Su imprenta dispone de más de 40 alfabetos
diferentes, el diario vaticano se llama L’Osservatore Romano, fundado en
1861, circula en más de cien países con un tiraje de 60.000 ejemplares,
destinado más que todo para los jerarcas católicos. Los jardines del
Vaticano existen desde el año 1279, pero no son uno de los lugares más
visitados, ya que se ubican en la parte trasera del Vaticano y se extienden
aproximadamente 23 hectáreas. Están rodeados por grandes muros de
piedra y decorados con fuentes y esculturas.

El Vaticano es visitado todo el año por más de dieciocho millones de


peregrinos y turistas, hay varias atracciones como el obelisco egipcio de
23 metros de altura del emperador Calígula, que fue trasladado del circo
romano a la plaza de San Pedro en 1586; en este mismo lugar se
encuentran dos fuentes de agua. El Vaticano está compuesto por más de
cincuenta palacios, edificios de oficinas y residencias; el papa vive en el
llamado palacio apostólico con 1.400 habitaciones. En cuanto a la ya
mencionada basílica de San Pedro se puede destacar que es la más
grande del catolicismo, en su interior tiene cerca de 500 columnas, 430
grandes estatuas, 40 altares y 30 cúpulas. Cinco puertas de bronce dan
acceso a su interior, la última de la derecha es la Puerta Santa, que sólo
se abre en los años de jubileo, significando el perdón a aquellos
peregrinos que llegan hasta la basílica. En una de sus capillas se
encuentra la famosa escultura de “la piedad” de Miguel Ángel, también
hay una imagen de bronce del apóstol Pedro sentado con las llaves en
una de sus manos, y cuyos pies están pulidos y brillantes, por todos los
besos que los devotos para ganar la indulgencia les han dado por espacio
de más de seis siglos y medio. En otra capilla se conservan tres
importantes reliquias: el lienzo de la Verónica, un trozo de la verdadera
cruz traída de Jerusalén por la emperatriz Santa Elena en el siglo IV; y la
punta de la lanza de San Longinos, con la que fue atravesado el costado
de Cristo. No podemos dejar a un lado, la Capilla Sixtina, construida por
el papa Sixto IV, con sus frescos de las escenas de Génesis, la creación
de Adán y el juicio final; es aquí donde se realiza el cónclave para escoger
un nuevo papa.

Se encuentran diferentes museos entre los que se destaca el egipcio


gregoriano con papiros, pinturas, sarcófagos de madera, momias y varias
piezas de la cultura del río Nilo. El museo histórico donde se hallan
recuerdos de la época militar del papado, entre uniformes y armas de
guerra de la antigua guardia noble, la guardia de honor y de los
gendarmes. La estancia de Rafael, son cuatro habitaciones con obras de
arte de renombrados pintores. La Biblioteca Apostólica Vaticana, es una
de las más completas del mundo, con 1.600 mil libros, 100 mil mapas,
150 mil manuscritos y unos cuatro mil volúmenes del llamado “Indice” de
los libros prohibidos por el tribunal del Santo Oficio, desde el papa Pablo
IV en 1559, hasta Pablo VI en 1966. Hay varios archivos como en de las
reliquias donde se guardan huesos de santos y mártires de los primeros
siglos del cristianismo. Otro archivo de personajes importantes como la
bula de excomunión contra Martín Lutero, la carta enviada por el rey
Enrique VIII al papa Clemente VII, y de otros como Giordano Bruno,
Galileo, Copérnico, Erasmo, Napoleón, Voltaire, reyes y reinas de Europa.

Hay quienes critican los llamados “tesoros o riquezas“del Papa creando


toda una “Leyenda Negra”. Sin embargo, es importante saber que esto es
un patrimonio de todos los católicos, conformado por piezas
arqueológicas, monumentos, obras de arte, reliquias y demás; que
certifican el legado de la Iglesia Católica en la historia de la humanidad.
LA GUARDIA SUIZA: LOS SOLDADOS DEL PAPA

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

Sus orígenes se remontan al año 1506, cuando llegaron los primeros


soldados suizos por petición de Julio II. El 22 de enero de 1506 es la
fecha oficial de la fundación, el día en el cual 150 suizos entraron por
primera vez en el Vaticano, bajo el mando del capitán Kaspar von
Silenen. Lo hicieron por la "Puerta del Pueblo" y fueron bendecidos por el
mismo Sumo Pontífice. Están provistos de espadas, dagas y picas o
alabardas de más de dos metros, llevan uniformes multicolores (azul,
amarillo y rojo), acompañados con un yelmo con tocados de pluma roja,
una coraza y guantes blancos. Fue diseñado a mediados del siglo XVII
(que era la moda de la Francia renacentista). Hoy en día es el ejército
más pequeño del mundo, y el más antiguo que haya servido
continuamente. Es una fuerza de seguridad moderna, entrenada con
cursos de defensa personal, y armada; ya que dentro de sus vestimentas
llevan gas lacrimógeno al cinto, y cuando ascienden a sargento les
asignan dos granadas y una moderna pistola automática.
Su misión es la de custodiar las 44 hectáreas del Estado-Ciudad del
Vaticano, y al Romano Pontífice, que es su jefe. También se encargan de
patrullar los Museos Vaticanos, el aula de Pablo VI donde el Vicario de
Cristo concede audiencia a los peregrinos y visitantes, y los pasillos del
Palacio Apostólico, hasta las puertas de los aposentos del Sumo Pontífice.
Igualmente están destinados a la protección de los edificios
extraterritoriales de la Santa Sede, como la basílica de San Juan de
Letrán, los existentes en la romana Vía de la Conciliazione y en Castel
Gandolfo, a las afueras de Roma, donde el sucesor del Príncipe de los
Apóstoles suele pasar parte del verano. Del mismo modo, varios guardias
de los más aventajados acompañan siempre al Papa en sus viajes y
desplazamientos. Esta labor la hacen en compañía con la Policía Vaticana.

Los integrantes de la Guardia Suiza provienen de los cantones católicos


de este país, tiene que tener entre 19 y 30 años de edad, medir más de
1,74 metros, poseer un título de bachiller o un cartón profesional, y gozar
de una reputación irreprochable, certificada por el párroco de la
comunidad. Los soldados reciben su formación militar en su nación y
luego son contratados por un plazo de dos años, con posibilidad de
prolongarse hasta un máximo de 20 años. Reciben un salario de 1.500
euros mensuales. Durante el período de servicio hacen la promesa de
mantenerse célibes, y llevar una conducta ejemplar.

Viven en un cuartel dentro del mismo Vaticano, que se encuentra a 50


metros de la plaza de San Pedro. Sus efectivos están conformados entre
oficiales, suboficiales y alabarderos. La formación espiritual la imparte un
capellán, además hacen ejercicios espirituales una vez al año. Para poder
casarse, el guardia tiene que tener al menos 25 años de edad, haber
servido por al menos tres años y empeñarse en servir por otros tres,
además de haber alcanzado como mínimo el grado de caporal.

Tienen una vida disciplinada que incluye no estar por fuera de sus
instalaciones después de la media noche. Las únicas actividades de
recreación son los juegos de cartas, los partidos de fútbol que participan
en el año en diferentes torneos y otros deportes, pueden visitar la ciudad
de Roma sin abandonar sus límites, ser parte de la banda de músicos del
mismo regimiento que normalmente actúa durante los actos solemnes, y
aprender italiano.

Los reclutas deben hacen el juramento de bandera cada 6 de mayo en el


patio de San Dámaso, en el Vaticano, en cuatro lenguas distintas, según
el cantón de procedencia: alemán, francés, italiano y ladino (dialecto
hablado en Suiza). Durante su promesa de fidelidad al Papa y la Iglesia
Católica, los soldados alzan tres dedos de la mano derecha, que
simbolizan a las tres personas de la Santísima Trinidad: el Padre, el Hijo y
el Espíritu Santo, mientras sostienen con la mano izquierda la bandera del
cuerpo de la Guardia Suiza. El estandarte está formado por tres escudos
en los que figura el del actual Papa, el Comandante y el fundador del
mismo batallón, Julio II.

La fecha del 6 de mayo está relacionada con el episodio llamado el


“saqueo de Roma”, en el año 1527, cuando diez mil mercenarios
alemanes y españoles de las tropas del emperador Carlos V asaltaron el
Vaticano. Allí murieron 147 de los 189 custodios del Papa, mientras que
los atacantes sufrieron 800 bajas. En esta encarnizada batalla cayó el
comandante de la guardia, el coronel Gaspare Rouat. Al verlo
mortalmente herido, su esposa se apoderó de su arma y continuó la lucha
en su lugar hasta que ella también sucumbió bajo el fuego enemigo a las
puertas de la basílica. Los 42 guardias sobrevivientes hicieron posible que
Clemente VII y 13 de sus cardenales pasaran al refugio de la fortaleza de
Castel Sant`Angelo.

Después de este heroico acontecimiento, Paulo III volvió a formarla en


1548 con un contingente de 225 hombres. Parte de los mismos fueron
enviados en 1571 por Pío V a combatir contra los turcos en la batalla del
golfo de Lepanto, donde consiguieron arrebatar dos banderas enemigas
que aún se conservan en el museo federal de Zurich (Suiza). Disueltos
por Pío VI antes de irse al exilio en 1798, la Guardia Suiza fue desarmada
por las tropas francesas. Reorganizada por Pío VII en 1801, con un
destacamento de 64 soldados. Por orden del mismo Papa, los guardas
rindieron sus armas a Napoleón en 1809, y marcharon para Suiza. León
XIII reestructuró este batallón en 1824, aumentando su número a 200
milicianos.

Durante la Segunda Guerra Mundial, Pío XII les obligó a deshacerse de


las armas de fuego, de manera que patrullaban la frontera del Vaticano
armados sólo con sus alabardas frente a los tanques de los nazis. En
1970 los Cuerpos Armados Pontificios conformados por la Gendarmería, la
Guardia Noble y la Guardia Palatina fueron abolidos por Pablo VI, a
excepción de este regimiento militar. Este mismo Papa aprobó en 1976
un batallón de 90 integrantes. Después en 1979 con Juan Pablo II
ascendió a 100 soldados. En la actualidad su número es de 110 unidades.
Otra historia curiosa de los anales de la Guardias Suiza sucedió en la
coronación de Clemente XIII, en 1578. En esa ocasión algunos de los
mismos echaron de allí a un humilde franciscano que les parecía
desentonado con el esplendor de los cardenales y demás dignatarios.
Once años más tarde, aquel mismo fraile se convertía en Pontífice con el
nombre de Clemente XIV, y luego comentó: “Me ha gustado la
ceremonia. Esta vez me dejaron entrar”.
EL ÍNDICE DE LOS LIBROS PROHIBIDOS

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

La tradición de prohibir o quemar libros con lecturas nocivas para los


fieles está constatada en el Nuevo Testamento en los Hechos de los
Apóstoles (19,19), que dice: “Asimismo muchos de los que habían
practicado la magia trajeron los libros y los quemaron delante de todos; y
hecha la cuenta de su precio, hallaron que era cincuenta mil piezas de
plata” (versión Protestante Reina Valera, Edición de 1985).

Ya en la historia de la Iglesia Católica hubo muchos casos individuales: el


papa Anastasio I (399-402) condenó las obras de Orígenes, e Inocencio I
(402-417) las de Pelagio.

El primer documento legal de alguna importancia sobre textos prohibidos


se debe al papa Gelasio I, quien hizo redactar un listado de libros
apócrifos (de procedencia dudosa) en un sínodo del año 496.

En 1140 el papa Inocencio II ordenó quemar los escritos de Pedro


Abelardo. En 1229, Gregorio IX envió una carta a los monarcas de
Europa, ordenándoles confiscar los ejemplares del Talmud de las
comunidades hebreas que vivían en sus tierras, por considerar que dicho
libro religioso contenía blasfemias contra la fe cristiana y era un obstáculo
para la conversión de los judíos al catolicismo.

En 1542 se instituyó el Tribunal de la Inquisición Romana, cuya primera


medida pública fue un edicto contra la libertad editorial en el ámbito
religioso. Cuando el anterior inquisidor general, Gian Pietro Carafa, se
convirtió en 1555 en el papa Pablo IV, estableció una comisión dedicada a
elaborar un registro de obras vedadas. El primer “Index Librorum
Prohibitorum” de carácter universal se editó en 1559.

El Índice fue blanco de encarnizada oposición, tanto por parte de libreros,


editores y los gobernantes, que obtenían beneficios del negocio de la
impresión. Por esta y otras razones se ordenó realizar una nueva edición,
publicada en 1564, después del Concilio de Trento. Más tarde el papa Pío
V en 1571, instituyó la Congregación del Índice de los Libros Prohibidos,
que se integraría más tarde con varios cardenales y un prefecto.
El Índice estaba dividido en tres secciones.

1. Las obras de los herejes.


2. Las de los católicos.
3. Las de los autores anónimos.

El contenido del Índice tiende a ser exagerado, en general se ocupaba de


ejemplares que contradecían explícitamente la doctrina católica y la
moral, libros heréticos, traducciones de la Biblia de corte polémico o que
no tenían el imprimátur (licencia para editar un libro por la jerarquía
eclesiástica), textos de hechicería, astrología, novelas de amor que dañan
las buenas costumbres cristianas, obras sin nombre de autor, impresor,
lugar y fecha de edición, y escritos que atentan contra la buena
reputación del prójimo. Entre estos tomos podemos mencionar los
siguientes: “Crítica de la Razón Pura” de Kant; “Ensayo sobre el
Entendimiento Humano” de Locke; “El Contrato Social”, de Rousseau.
También estaba prohibida la colección completa del filósofo masón
Voltaire, entre muchos otros autores.

Una obra podía ser incluida en el Índice por mandato de una constitución
o en virtud de un decreto de la Congregación del Santo Oficio.

Por curioso que parezca, algunos de estos textos sobrevivieron porque


fueron colocados en el “infierno”, nombre que recibía el apartado de
muchas bibliotecas eclesiásticas donde se guardaban bajo llave las obras
reprobadas.

Otro dato para mencionar fue que la Inquisición Española, tuvo su propio
Índice independiente de la autoridad papal en Roma.
Actualmente el catálogo de la Biblioteca Vaticana, tiene unos cuatro mil
volúmenes que en el pasado figuraron entre los libros prohibidos. Este
listado tuvo en total 40 ediciones entre 1559 y 1948, 11 de estos e el
siglo XX. El Índice fue eliminado por Pablo VI en 1966.
LA BIBLIA

1. EL CREDO BÍBLICO.
2. EL MUNDO DE LA BIBLIA.
3. CURIOSIDADES DE LA BIBLIA.
4. LA BIBLIA EN LA HISTORIA UNIVERSAL.
5. LA BIBLIA: EL LIBRO DE INTERPRETACIÓN DIVINA.
6. LA BIBLIA: EL LIBRO MÁS DIVULGADO Y DESCONOCIDO DE LA
HUMANIDAD.
7. LOS PROTESTANTES Y LA BIBLIA.
8. FRASES CÉLEBRES SOBRE LA BIBLIA.
9. EL JARDÍN DEL EDÉN.
10. EL ARCA DE NOÉ.
11. EL ARCA DE LA ALIANZA.
12. EL TEMPLO DEL REY SALOMÓN.
EL CREDO BÍBLICO

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

CREO EN DIOS. “Nuestro Dios es el único Señor” (Deuteronomio 6,4).

PADRE TODO PODEROSO. “Lo que es imposible para los hombres es


posible para Dios” (Lucas 18,27).

CREADOR DEL CIELO Y DE LA TIERRA. “En el comienzo de todo, Dios


creó el cielo y la tierra” (Génesis 1,1).

CREO EN JESUCRISTO. “El es el resplandor glorioso de Dios, la imagen


misma de lo que Dios es” (Hebreos 1,3).

SU ÚNICO HIJO. “Pues Dios amo tanto al mundo, que dio a su Hijo
Único, para que todo aquel que crea en él no muera, sino que tenga vida
eterna” (Juan 3,16).

NUESTRO SEÑOR. “Dios lo ha hecho Señor y Mesías” (Hechos 2,36).


QUE FUE CONCEBIDO POR OBRA Y GRACIA DEL ESPÍRITU
SANTO. “El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Dios altísimo
descansará sobre ti como una nube. Por eso, el niño que va a nacer será
llamado Santo e Hijo de Dios” (Lucas 1,35).

NACIÓ DE SANTA MARÍA VIRGEN. “Todo esto sucedió para que se


cumpliera lo que el Señor había dicho por medio del profeta: ‘la Virgen
quedará encinta y tendrá un hijo, al que pondrá por nombre Emmanuel’
(que significa “Dios con nosotros”)” (Mateo 1,22-23).

PADECIÓ BAJO EL PODER DE PONCIO PILATO. “Pilato tomó


entonces a Jesús y mandó azotarlo. Los soldados trenzaron una corona
de espinas, la pusieron en la cabeza de Jesús, y lo vistieron con una capa
de color rojo oscuro” (Juan 19,1-2).
FUE CRUCIFICADO. “Jesús salió llevando su cruz, para ir al llamado
‘lugar de la Calavera’ (o que en hebreo se llama Gólgota). Allí lo
Crucificaron, y con él a otros dos, uno a cada lado. Pilato mandó poner
sobre la cruz un letrero, que decía: ‘Jesús de Nazaret, Rey de los judíos”
(Juan 19,17-19).

MUERTO Y SEPULTADO. “Jesús gritó con fuerza y dijo: -¡Padre en tus


manos encomiendo mi espíritu! Y al decir esto, murió (Lucas 23,46).
Después de bajarlo de la cruz, lo envolvieron en una sábana de lino y lo
pusieron en un sepulcro abierto en una peña, donde todavía no habían
sepultado a nadie (Lucas 23,53).

DESCENDIÓ A LOS INFIERNOS. “Como hombre, murió; pero como


ser espiritual que era, volvió a la vida. Y como ser espiritual, fue y predicó
a los espíritus que estaban presos” (1 Pedro 3,18-19).

AL TERCER DÍA RESUCITÓ DE ENTRE LOS MUERTOS. “Cristo


murió por nuestros pecados, como dicen las Escrituras, que lo sepultaron
y que resucitó al tercer día” (1 Corintios 15, 3-4).
SUBIÓ A LOS CIELOS, Y ESTÁ SENTADO A LA DERECHA DE DIOS,
PADRE TODO PODEROSO. “El Señor Jesús fue llevado al cielo y se
sentó a la derecha de Dios” (Marcos 16,19).

DESDE ALLÍ HA DE VENIR A JUZGAR A VIVOS Y MUERTOS. “El nos


envió a anunciarle al pueblo que Dios lo ha puesto como juez de los vivos
y de los muertos” (Hechos 10,42).

CREO EN EL ESPÍRITU SANTO. “Porque Dios ha llenado con su amor


nuestro corazón por medio del Espíritu Santo que nos ha dado”
(Romanos 5,5).

LA SANTA IGLESIA CATÓLICA. “Y yo te digo que tu eres Pedro, y


sobre esta piedra voy a construir mi iglesia; y ni siquiera el poder de la
muerte podrá vencerla” (Mateo 16,18).

LA COMUNIÓN DE LOS SANTOS. “Después de esto, miré y vi una


gran multitud de todas las naciones, razas, lenguas y pueblos. Estaban en
pie delante del trono y delante del Cordero, y eran tantos que nadie
podía contarlos” (Apocalipsis 7,9).

EL PERDÓN DE LOS PECADOS. “A quienes ustedes perdonen los


pecados, les quedarán perdonados” (Juan 20,23).

LA RESURRECCIÓN DE LA CARNE. “Cristo dará nueva vida a sus


cuerpos mortales” (Romanos 8,11).

Y LA VIDA ETERNA. “Allí no habrá noche, y los que allí vivan no


necesitarán luz de lámpara ni luz del sol, porque Dios el Señor les dará su
luz, y ellos reinarán por todos los siglos” (Apocalipsis 22,5).

AMÉN. “Así sea. ¡Ven, Señor Jesús!” (Apocalipsis 22,20).


EL MUNDO DE LA BIBLIA

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

I. APUNTES VARIOS

La Biblia es una colección de escritos inspirados por Dios.

La palabra Biblia debe su origen a la ciudad fenicia de Biblos, famoso


centro de comercio de papiros.

Los judíos la llamaban “Séfer” (libros), o “Miqná” (lectura).

Las Escrituras Hebreas (ha Ta Nak) estaban divididas en tres grupos: la


ley (Toráh), los profetas (Nebiím) y otros escritos (Ketubím).

En los textos sagrados se le define como “la palabra de Dios” (Lucas


8,21), “las Sagradas Escrituras” (2 Timoteo 3,15) o “las Escrituras”
(Hechos 17,3).
Biblia es un plural que significa “los libros”, la expresión griega “Ta Abla”
quiere decir “libros santos”.

En el siglo primero de nuestra era, el papa San Clemente Romano, fue la


primera persona en llamarla “Ta Biblia”, es decir, “la Santa Biblia”.

En la iglesia primitiva se le conocía como “Biblia Hagia”, que significa


“Libros Santos”, que era la colección de escritos que se leían a lo largo de
la celebración litúrgica.

Se divide en dos partes:

 ANTIGUO TESTAMENTO: Habla de la alianza entre Dios con el


pueblo hebreo.

 NUEVO TESTAMENTO: La alianza de Jesús con el nuevo pueblo de


Dios (judíos y gentiles).

A los cinco primeros libros de la Biblia conocidos comúnmente como


Pentateuco (nombre en griego que significa “los cinco estuches”), los
judíos los designas como “tohráh” (Instrucción de Dios). Se consideraba
como la revelación final y perfecta de Dios. La inspiración de la tohráh
siempre fue colocada en un lugar más alto que la de los Profetas y los
Escritos. Su objetivo primordial era enseñar los preceptos divinos al
pueblo de Israel.

En el antiguo Oriente Medio, las estipulaciones de un tratado entre un rey


y sus vasallos se conocían como “palabras”. Las diez “palabras” que el
Adonay habló a Moisés eran lo que Dios pide a los hebreos. Establecen
los principios de la relación de la nación de Israel con el Señor y el
prójimo, formando la base de la ley de la “Alianza” o el “Pacto” con su
pueblo. La garantía de estas promesas se asemeja mucho a las cláusulas
de protección encontradas en los documentos de las civilizaciones que
florecieron en la Mesopotamia. A cambio de su plena obediencia, el
Todopoderoso recompensará a los judíos y garantizará su seguridad.

La Ley de la Alianza fue inscrita en dos tablillas, según la tradición de


redactar dos copias de un tratado; una la conservaba el rey y la otra su
vasallo. Las tablas de los diez mandamientos se colocaron en el “arca
sagrada”, para simbolizar el pacto entre Yahvé y los israelitas.

En el Pentateuco se dieron al pueblo judío muchas otras leyes, con penas


detalladas: normas sobre los esclavos, heridas personales, daño a la
propiedad privada, responsabilidades sociales, principios sobre higiene
personal, justicia, clemencia y festividades.

La palabra “Canon” se deduce como “vara”, “regla” o “norma”.

El término bíblico “Testamento” se deriva del latín testamentum, que se


usó en la Vulgata de San Jerónimo para traducir la palabra hebrea berît
(Números 14,44) y la griega diatheke (2 Corintios 3,14) que quieren
decir “acuerdo”, “pacto” o “alianza. Desde los tiempos de Tertuliano de
Cartago (+230) se ha usado para designar las dos divisiones principales
de las Sagradas Escrituras: el Antiguo y el Nuevo Testamento.

El vocablo “Aleluya” significa “Bendito sea Yahvé”, “Hosanna”,


“Bienvenido sea” y “Amen”, “Así Sea”.

La palabra “Salmo” traduce “Himno para recitar con música”. Es una


recopilación de 150 himnos y oraciones, es el libro más largo de la Biblia.
Partes de éste eran usados por los israelitas en sus oficios diarios. En la
literatura hebrea se le llama “Libro de las Alabanzas”. Estos salmos
provienen de épocas antiguas hasta los tiempos posteriores a la vuelta de
Babilonia. Otro nombre para estos escritos santos es “Salterio”, del título
griego que significa “canciones acompañadas por arpa”. Cerca de la mitad
de la colección se atribuye al rey David. Hay salmos para los individuos y
para la comunidad, y expresan las esperanzas y temores del pueblo de
Israel. Por lo general, los salmos eran cantados o entonados
alternadamente por dos coros o bien por un coro y la asamblea, durante
la ceremonia religiosa.

El saludo bíblico de “Shalom” implica una serie de buenos deseos entre


los judíos, que incluye: “paz”, “Prosperidad”, “alegría”, “tranquilidad” y
plenitud de vida”.

La palabra “Evangelio” viene del griego “Evaggelion” o en latín


Evangelium, y traduce “buenas, alegres, gozosas y felices nuevas que al
corazón del hombre hacen alegrar, o de puro gozo cantar, danzar y
saltar”.

En Los escritos del Nuevo Testamento está presente setenta y seis veces

Originalmente indicaba dos cosas:

 Cuando un emperador romano ganaba una batalla o una conquista,


mandaba a proclamar un “evangelio”, o una “buena noticia” a todos
sus súbditos.
 En la forma usada por Homero, se refería no al mensaje sino a la
recompensa dada al mensajero. En el griego de Ática siempre
aparecía en plural y generalmente se refiere a los sacrificios u
ofrendas de acción de gracias hechas en razón de alguna buena
noticia.

No es sino hasta los escritos de la Iglesia primitiva que aparece que


destaca el término “Evaggelion” para referirse a un libro que relata la
vida y enseñanzas de Jesús (La Didache, Clemente Romano o Justino
Mártir).

En el Antiguo Testamento el nombre de Dios aparece casi siete mil veces,


y se suele transliterar como YHWH (“Yo soy el que soy”). Está palabra
compuesto por cuatro letras (de izquierda a derecha: yohdh, he, waw,
he), es conocida como el Tetragrámaton (con vocales añadidas quedaría
como “YAHWEH”, aunque no se puede saber a ciencia cierta cómo se
decía el nombre de Dios). Del mismo modo, todo el pueblo hebreo podía
ver la reluciente lámina de oro que ostentaba el turbante del sumo
sacerdote. En ella aparecía inscrito: “Consagrado a Yahveh” (Éxodo
28,36). Después del exilio de Babilonia en el siglo VI a. de C. entre los
judíos el nombre divino comenzó a ser objeto de especial reverencia y
superstición, de hecho el proclamarlo era considerado como un acto de
sacrilegio. Además, para Israel fue siempre misterioso e impronunciable.
Como consecuencia dejaron de utilizarlo, y empezaron a sustituirlo en sus
escritos por otras expresiones como ADONAI (SEÑOR) o ELOHIM
(DIOS). Del mismo modo, los textos que contenían el nombre de Dios no
podían correr el riesgo de caer en manos profanas o infieles. Eran
enterrados y luego quemados en una ceremonia.

La ley sobre la blasfemia de Levítico (24,11-16) ordenaba la muerte para


el hombre de Israel que “maldijese” (qalal) o “blasfemase” (naqad) el
nombre del Señor. Más adelante los judíos corrompieron las leyes contra
la blasfemia y los juramentos, y adoptaron la idea como ya sabemos que
el nombre de Dios era demasiado sagrado para ser pronunciado jamás.
En lugar de pronunciar el nombre de YAHVEH, lo sustituyeron por la
palabra ADÔN “Amo”. Se puede ver cómo en el Nuevo Testamento los
hebreos evitaban el nombre de Dios, y es por esta razón que cuando el
sumo sacerdote Caifás interroga a Jesús, le pregunta si en realidad Él era
“el hijo del Bendito” (Marcos 14,61).

En el Antiguo Testamento se utilizan diferentes nombres en hebreo para


referirse a Dios. Cada uno describe un aspecto diferente de su
naturaleza:

 YAHWEH ADONAI (Señor de señores, mi Señor, mi Soberano).


 YAHWEH ELOHIM (Dios Supremo, el Altísimo, el Excelso).
 YAHWEH ELYON (El Todopoderoso).
 YAHWEH GOEL (Dios Redentor).
 YAHWEH HASHEM (Dios Bendito).
 YAHWEH HOSEENU (Mi Hacedor, mi Creador, mi Edificador).
 YAHWEH JIRÉH (Mi Proveedor, mi Sustentador).
 YAHWEH KANNA (Dios Celoso).
 YAHWEH MEKADDISHIKEN (Quien me santifica, quien me
purifica).
 YAHWEH NISSI (Mi Estandarte, mi Bandera).
 YAHWEH OLAM (Dios Eterno).
 YAHWEH RAFÁ (El Señor es mi Salvador, mi Médico).
 YAHWEH ROHI (El Señor es mi Pastor).
 YAHWEH SABAOT (Señor de los ejércitos).
 YAHWEH SHADDAI (Dios Omnipotente).
 YAHWEH SHALOM (El Señor es mi paz).
 YAHWEH SHAMMÁ (El Señor siempre está presente).
 YAHWEH SHAPAT (El Señor es mi Juez).
 YAHWEH OLAM (Dios Eterno).
 YAHWEH TSIDQUENU (Señor de mi justicia, mi verdad).

El Nuevo Testamento utilizan varias expresiones para dirigirse al Altísimo,


una de las más hermosas es “Dios es amor” (1 Juan 4,8).

Los Evangelios de Mateo, Marcos y Lucas ponen la palabra “Abba” (o


Padre) en boca de Jesús unas sesenta y cinco veces, y el Evangelio de
Juan más de cie veces. En las epístolas de Pablo también se refiere a Dios
como “Padre” más de cuarenta veces.

El centro de toda la Biblia es Jesús, el Hijo de Dios.

Fue compuesta por más de 40 hombres entre sabios, historiadores, reyes,


príncipes, funcionarios, sacerdotes, profetas, apóstoles, discípulos,
pastores, pescadores por los menos un general y un médico; la gran
mayoría fueron hebreos y algunos son desconocidos.

Los judíos clasificaban las Escrituras (ha Ta Nak) en tres grupos: la ley
(Toráh), los profetas (Neviim) y otros escritos (Ketuvim).
En el período patriarcal e incluso después del Sinaí los judíos debían
comunicar las promesas y mandamientos de Yahveh a sus hijos (Génesis
18,19; Deuteronomio 11,19). En los tiempos del Deuteronomio,
correspondía a los sacerdotes enseñar y explicar la torá. En Israel esta
instrucción privada debía suplementarla por una lectura pública de la ley
de Moisés cada siete años durante la Fiesta de los Tabernáculos
(Deuteronomio 31,9-13). Durante los avivamientos en los reinados de los
monarcas reformadores de Josafat y Josías, los levitas fueron de ciudad
en ciudad en Judea leyendo la ley públicamente (2 crónicas 15,3; 17,7-9;
35,3). Esdras y los que le ayudaban interpretaron la Torá a medida que
leían a los hebreos después del retorno de la cautividad en Babilonia
(Nehemías 8,7-8). En las sinagogas la lectura de porciones de la ley y los
profetas era seguida por interpretaciones hechas por un rabino.

En la antigua sociedad judía sólo unos cuantos varones privilegiados,


fariseos o maestros de la ley poseían rollos de las Escrituras. Esto se
debió a su alto costo de elaboración, así por ejemplo se calcula que una
copia de Isaías valía de seis a diez denarios, y una Biblia completa en
hebreo conformada por quince o veinte rollos, podría costar cerca de la
mitad del salario de un año.

Los Masoretas (Del hebreo “Masorah”), que significa “los maestros de


la tradición”, fueron copistas del Antiguo Testamento, que vivieron entre
los siglos X y VII a.C. Sus copias manuscritas se denominan textos
masoréticos.

Los Masoretas eran tan escrupulosos en su trabajo de copiar los textos


de las Escrituras Hebreas, que llegaban hasta el punto de contar las letras
para evitar errores. Además tenían que usar como documento maestro
una copia debidamente autenticada, y no se les permitía escribir nada de
memoria. Los manuscritos gastados, estropeados o con solo dos faltas de
ortografía; no podías servir ya para el culto sagrado y había que
destruirlos.
En la segunda mitad del siglo VI a.C., cuando los judíos regresaban del
exilio en Babilonia, un grupo de hebraístas conocido como los Soferim
(De la palabra “Sofer”), que quiere decir “escribas”, llegaron a ser los
guardianes del texto de la Biblia hebrea, con la responsabilidad de copiar
aquellas Escrituras para su uso en la adoración pública y privada. Fueron
los herederos de los masoretas. Esdras, de estirpe sacerdotal (Esdras 7,1-
6), es considerado el primer “escriba” o “maestro de la ley”; aunque
muchos otros recibieron este mismo título sin pertenecer al linaje de
Aarón.

Se le da el nombre de Hagiógrafos (Del latín hagiographus, escritor


sagrado), a los que escribieron la Biblia bajo la inspiración del Espíritu
Santo.

Los Midrásh (del hebreo daras, su significado etimológico es


“investigación” o “explicación”) son los comentarios de los textos
veterotestamentarios hechos por rabinos judíos. Se distinguen dos
Midrásh: el “Halaká,” se refiere a normas, y el “Haggadá”, a relatos.

Los Mishnah (el hebreo misnâ de sanâ, “repetir” es el término que


denota las tradiciones orales que se desarrollan acerca de la ley,
conteniendo interpretaciones y aplicaciones a preguntas específicas que
la ley trata sólo en principios.

En el año 168 antes de nuestra era, el rey sirio Antíoco IV intentó destruir
todas las copias del Antiguo Testamento que había en Palestina. Una
historia judía comenta: “Rompieron y quemaron todos los rollos de la ley
que encontraron”. “Los oficiales encargados de ejecutar esta orden lo
hicieron con implacable rigor. Poseer un libro sagrado se castigaba con la
muerte”. Pese a tales medidas, sobrevivieron copias de las Escrituras
Hebreas entre los judíos de Palestina y entre los que vivían en otras
regiones.

Los lugares donde se redactó fueron: Palestina, Babilonia, Egipto, Roma,


Corinto entre otras regiones.
En su elaboración se utilizaron cinco materiales:

o Pergaminos de cuero de res que se enrollaban en cilindros de


madera o cobre.
o Papiros sacados de una planta de Egipto.
o Las tablas de la ley de Dios escritas en piedra.
o Tablas de arcilla.
o Láminas de bronce.

Se emplearon tres idiomas:

A.T. en hebreo y arameo (lengua que hablaba Jesús).


N.T. en griego (un griego popular denominado Koiné)
Fue escrita en un período de 3.500 años; se empezó en tiempos de
Moisés, y se terminó poco antes de morir el último apóstol, San Juan
(+102 d.C.).

Aproximadamente en el año 600 a.C.; el profeta Esdras inicia la


recopilación de los escritos del Antiguo Testamento.

En las sinagogas se distribuían la lectura de la Toráh en secciones


semanales, acompañadas de trozos de los profetas, que guardaban cierta
relación entre ellas. Todos los textos veterotestamentarios se cubrían en
uno o en tres años.

Los manuscritos originales de la Biblia estaban diseñados en columnas en


un texto largo y continuo (sin puntos gramaticales o párrafos), desde la
primera hasta la última página.

Tiene nueve géneros literarios:

 Narraciones o relatos.
 Historias de héroes, eventos importantes o epopeyas.
 Leyes sagradas.
 Sapienciales o de sabiduría.
 Poemas, cantos o himnos religiosos.
 Epístolas o cartas.
 Profecías que contienen los “oráculos del Señor”.
 Revelaciones como el libro de Daniel y el Apocalipsis de San Juan.

La Exégesis y la Hermenéutica, son las dos ciencias que utiliza la Iglesia


Católica para darle la correcta interpretación de los textos sagrados.
Según la constitución Dei Verbum del Concilio Vaticano II, la Biblia cuenta
con dos autores: los hagiógrafos (escritores sagrados) y el divino (el
Espíritu Santo).

En las Santas Escrituras hay cinco puntos importantes para su


entendimiento:

a. Contiene la Palabra de Dios revelada a los hombres.


b. Narra la historia de la salvación de la humanidad.
c. Expresa el amor infinito de Dios Padre al entregarnos a su Único Hijo
para nuestra salvación eterna.
d. Dios habla a la manera de los hombres.
e. No existen espectadores, toda criatura es actor.

El estudio de los Textos Sagrados comprende tres puntos generales:

- Conocer el contexto histórico, cultural, religioso, político y


geográfico en el momento en que se escribió el libro sagrado.
- Identificar el género literario que lo compone.
- Analizar que clase de mensaje quiere transmitir el escritor bíblico.

El Papa San Gregorio Magno (s. VII), enseña cuatro perspectivas


diferentes para leer la Biblia:

1. Sentido literal: Relacionarnos con el texto en sí mismo, y entenderlo


tal cual.
2. Sentido espiritual: Identificar el significado del texto, de lo que Dios
ha ido revelando en la historia, como proyecto de salvación para los
seres humanos.
3. Sentido Moral: Conocer la forma como debemos actuar.
4. Sentido escatológico: Según el cual, la palabra de Dios, nos debe
mover a comprender lo que debemos esperar.

El llamado Documento “Q” (Este nombre procede de la palabra alemana


Quelle, que significa “fuente”), compuesto de los dichos y enseñanzas de
Jesús, debió ser redactado entre los años 40 y 50 d.C. Al parecer, tanto
Mateo como Lucas habrían utilizado una forma primitiva del evangelio de
Marcos (fuente a la que se denomina Urmarkus), y el resto de su
material lo habrían obtenido del Documento Q. No obstante, la existencia
histórica de este documento no ha sido del todo probada, ya que no
queda ninguna copia del mismo. Además, no contenía las narraciones de
milagros ni el relato de la pasión y resurrección del Señor. Tampoco los
Santos Padres de la Iglesia hacen mención del mismo.

El primer escrito del Nuevo Testamento fue la primera carta a los


tesalonicenses, que se elaboró por el año 50 o 51 d.C.

El pasaje más largo de Las Escrituras lo encontramos en Ester 8,9; tiene


57 palabras. El más corto es Juan 11,35, consta de tres palabras: “y
Jesús lloró”.

De los cuatro evangelios el de San Lucas es el más fácil; San Mateo, el


más pedagógico; San Marcos, el más corto y San Juan el más espiritual.

Mateo escribió a los judíos, presentando a Jesús como el Rey que ellos
esperaban. Marcos escribió a los romanos y mostró a Cristo como el
Siervo de Dios. Lucas escribió a los que no eran judíos, y describió al
Señor como el Hijo del Hombre. Finalmente, Juan, a quien escribió a
todos en general, señaló a Jesucristo como el Hijo de Dios.

En Marcos, prevalece el elemento humano y los milagros; en Lucas, la


misericordia y su amor por los pecadores; en Mateo, el maestro de la ley
judía; y en Juan, la divinidad de Jesucristo.

El primer evangelio en redactarse al parecer fue el de Marcos, hacia el


año 65, Lucas y Mateo lo escribieron en el 85; y el último el de Juan por
el año 96 d.C.

El país de los judíos se identifica con tres nombres:

 Tierra de Canaam (o tierra prometida).


 Palestina (o tierra de los Filisteos).
 Israel (o tierra de los hijos de Jacob).

La ciudad más destacada es Jerusalén, capital de Israel; considerada


como la “Ciudad de Dios”, “Ciudad Santa”, “Ciudad de la paz” o “Ciudad
de David”.

Jerusalén tiene un significado especial para las tres religiones


monoteístas:

 Para los judíos el Muro de los Lamentos, vestigio del templo sagrado
construido por el rey Salomón.
 Para los cristianos la basílica del Santo Sepulcro, donde Jesús vence
a la muerte.
 Para los musulmanes la Cúpula de la Roca (o mezquita de Omar),
donde Abraham iba a sacrificar a su hijo Ismael, y el lugar de la
ascensión de Mahoma al cielo.

El mayor caudal de agua se encuentra en el río Jordán, donde Juan el


Bautista bautizó a Jesús.
El lago más importante de Israel es “Genesaret”, “lago de Galilea” o “mar
de Tiberias”, en honor del emperador romano Tiberio. Aquí fue donde el
Señor realizó grandes milagros y predicó a sus discípulos.

Las montañas de mayor trascendencia son:

 El Monte Sinaí, donde Moisés recibió las tablas de la ley de Dios.


 El monte Nebó, enfrente de Jericó, aquí Moisés contempló la Tierra
Prometida antes de morir, y ser sepultado por El Señor.
 El monte Hermón, marca el límite de la conquista israelita en el
Canaán, se le menciona repetidas veces en la poesía hebrea.
 El Monte Carmelo, donde el profeta Elías realizó la prueba de fuego
ante los adoradores de Baal.
 El Monte Sión, allí se encontraba el palacio que edificó el rey David.
 El Monte Moria, lugar donde el rey Salomón construyó el templo de
Jerusalén.
 El Monte Tabor, donde al parecer se presentó la transfiguración de
Cristo.
 El Monte de los Olivos o del Getsemaní, aquí el Mesías oró y sudó
gotas de sangre; es el lugar desde donde regresó al cielo.

El libro de las Revelaciones (o Apocalipsis) es como un gran resumen de


la Biblia, allí se encuentra temas de los profetas, de los sabios, de los
evangelios y de las cartas de los apóstoles.

El Apocalipsis termina con la más bella oración: “Ven Señor Jesús”.


CURIOSIDADES DE LA BIBLIA

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

ANTIGUO TESTAMENTO I.

En el libro del Génesis no se menciona que la fruta probada por Eva y


Adán fuera una manzana, es más seguro que comieran un higo, una
nuez, una algarroba o una naranja. Esta tradición data probablemente
del siglo V, cuando la Biblia fue traducida al latín. El error viene de un
editor que tradujo mal el término malus-malum (mal fruto) por
manzana.

En Irak se encuentra la región de Qurna, 500 kilómetros al sur de


Bagdad; aquí según la tradición musulmana está el famoso árbol de
Manzanas del Jardín del Edén. Este fértil terreno es la confluencia de
los ríos Tigris y Eufrates, de la antigua Mesopotamia. En épocas lejanas
allí no había más que agua, pero luego surgió la tierra y apareció el
primer hombre, Adán (Hombre de barro rojo), y Eva (Madre de los
vivientes).

La palabra hebrea para serpiente “nahash”, es similar al término


“nashah” que significa “engaño”. La serpiente sirve de muchos símbolos
en la Biblia. Es representada como el Demonio mismo desde el Génesis
(3,1) hasta el Apocalipsis (12,9); pero también es instrumento del milagro
de Moisés ante el Faraón (Éxodo 7,9); es símbolo de la victoria de Yahvé
sobre las serpientes venenosas en el desierto del Sinaí (Números 21,8);
es señal de la paz consumada, cuando ya sólo comerá polvo, según el
profeta Isaías (65,25). Cristo Jesús nos dice que hemos de ser mansos
como palomas y “astutos como serpientes” (Mateo 10,16). Aunque
también trata de serpientes y víboras a los escribas y fariseos (Mateo
23,33). Por último, los discípulos del Señor no serán dañados por las
“serpientes venenosas” (Marcos 16,18).

En el Antiguo Testamento encontramos varias Teofanías


(Manifestaciones) de Dios Padre:

A. En la forma del llamado “Ángel del Señor” (mal´ak


Yahveh en hebreo) (Génesis 16,7-13; 18,22-33; 22,11-18;
32; 24-30; Éxodo 3,2; 23,20-23).
B. En la “Zarza Ardiente” a Moisés en el monte Horeb
(Éxodo 3,1-5).
C. En la “Columna de Nube y Fuego durante la
peregrinación del pueblo israelita en el desierto del Sinaí
(Éxodo 13; 20-22; 40,34-38; Números 9,15-23; Sabiduría
10,17; 18,3).
D. En forma de” truenos, Relámpagos, el sonido de
Trompetas y el Humo en el monte Sinaí” (Éxodo 20,18).
E. Cuando descendía en forma de una “Nube” y “Fuego” en
el monte Sinaí ante Moisés (Éxodo24; 15-18).
F. Cuando hablaba en medio de los “Querubines del Arca de
la Alianza” (Éxodo 25, 22).
G. En forma de “Nube” en la “Tienda del Encuentro” (Éxodo
33, 9-10; 34,5; 40, 34; 1 Reyes 8,10-11; Isaías 6,4;
Ezequiel 43,4-5; Apocalipsis 15,8).
H. En la figura de un “Hombre rodeado de Fuego” (Ezequiel
1,26-28).
I. En la imagen de un “Anciano vestido de Blanco” (Daniel
7,9).

Los exegetas bíblicos han especulado que cuando se hace mención a la


aparición del “ángel de Yavé”, en realidad puede ser:

 El mismo Yavé.
 Un ser angelical.
 Jesús que es reconocido como el “Verbo” o la “Palabra” de Dios.

La Biblia tiene varias figuras retóricas para Dios Padre, por un lado se nos
presenta como rey, legislador y guerrero. Pero al mismo tiempo, se le
describe como un pastor, consejero, maestro, padre, sanador y salvador
(Salmo 16,7; 23,1; 32,8; 71,17; 89,26; 103,3; 106,21; Isaías 33,22;
42,13; Juan 6,45).

En las Sagradas Escrituras la imagen de un “león” es utilizada para Yavé


que se asemeja a sí mismo a un león a la hora de castigar al Israel infiel
(Jeremías 25,38; Oseas 5,14), para Jesucristo que es descrito como el
“león de la tribu de Judá” (Apocalipsis 5,5), y el Diablo, que anda
buscando a los cristianos como “león rugiente” para devorarlos (1 Pedro
5,8).

Las personas anti-diluvianas vivieron muchos años, por citar algunos


casos:

- Adán llegó a los 930 años.


- Matusalén cumplió los 969 años.
- Noé vivió 950 años.

Muchos santos bíblicos cumplieron misiones importantes a una avanzada


edad, así por ejemplo:
- Noé rondaba los 600 años de edad cuando por orden del Señor
construyó el arca.
- Abrahán era un hombre de unos 75 años cuando Dios le manda
emigrar a la tierra del Canaán.
- Jacob tenía 97 años cuando luchó con un ángel toda una noche para
conseguir una bendición. Antes de morir, a la edad de 147 años,
reunió las fuerzas necesarias para bendecir a sus doce hijos uno por
uno.
- José, hijo de Jacob tenía 110 años cuando dio el mandato a los
israelitas que con su muerte se llevaran con ellos sus huesos. Ese
pedido fue para el pueblo de Dios un motivo de esperanza durante
los largos años de dura esclavitud que sufrieron tras su muerte,
pues les garantizaba que un día vendría su liberación.
- Moisés tenía 80 años cuando Yahvé le encomendó la misión de
liberar a su pueblo de la esclavitud en Egipto.
- La Biblia no dice qué edad tenía Samuel cuando murió, pero los
sucesos que se relatan en el libro de Primero de Samuel abarca unos
ciento dos años, y dicho profeta fue testigo de la mayor parte de
ellos.
- Hacía el final de su vida longeva el rey David compuso la canción
que hoy conocemos como el Salmo 37.
- El profeta Daniel contaba con más de 90 años, cuando aún tenía la
costumbre de escudriñar los Textos Sagrados.
- La profetiza Ana tenía 84 años cuando servía en el templo de
Jerusalén día y noche. Su devoción se vio recompensada al poder
conocer al pequeño Jesús, cuando fue presentado por sus padres,
según ordenaba la ley mosaica.
- El apóstol Juan quizás ya con 90 o 100 años de edad, escribió el
Evangelio y las tres Epístolas que llevan su nombre.

En las Sagradas Escrituras encontramos seis pactos:

 ADÁN Y EVA: La descendencia humana y el cuidado del jardín del


Edén (Génesis 2,15).
 NOÉ: No volverá haber otro diluvio universal (Génesis 9,8-17).
 ABRAHÁM: El padre del pueblo hebreo y de todos los creyentes
(Génesis 12,1-2).
 MOISÉS: La ley para el pueblo escogido (Exodo 24,1-8).
 DAVID: El linaje mesiánico (1 Samuel 16, 1-13).
 JESÚS: El nuevo pueblo de Dios (Mateo 26,28; 1 Corintios 11,25;
Hebreos 10,29).

En el Antiguo Testamento después de que se hacía un pacto venía una


cena en la que los participantes tenían comunión y se comprometían a
ser fieles uno al otro (Génesis 26,30; 31,54; 2 Samuel 3,20). Después del
pacto entre Dios e Israel en el Sinaí fue seguido por una comida (Josué
5,10). Del mismo modo, el Nuevo Pacto entre Jesús y sus apóstoles fue
en medio de una cena pascual (Lucas 22,13-20).

En el libro del Génesis se narra la existencia de una raza de gigantes pre-


diluvianos llamados los “nefilim” palabra que significa “derribadores” o
“los que hacen caer al otro”, considerados “los poderosos que eran en la
antigüedad, los hombres de fama” (6,4). Del mismo modo, muchas
mitologías ancestrales contienen historias de gigantes, y de una
catastrófica inundación. Por ejemplo, en la cultura azteca habla de un
mundo pasado habitado por gigantes y de un gran diluvio. Las sagas
escandinavas cuentan la historia de una raza de gigantes y de un sabio
llamado Bergelmir, que logró sobrevivir con su mujer en un gran bote que
había construido.

El relato del diluvio universal era no solamente conocido por los judíos,
sino también por otros pueblos antiguos como los chinos, japoneses,
egipcios, sumerios, hindúes, los pigmeos africanos, los indígenas del
Orinoco venezolano, los de Norteamérica y los incas.

Según el Génesis a partir de los tres hijos de Noé con sus esposas se
volvió a poblar la tierra (Génesis 10, 1-32):
 SEM: Se instaló en Asia, y dio origen a la raza amarilla con las tribus
de los asirios, caldeos, hebreos, sirios y algunos clanes árabes.
 CAM: Se fue a África, y dio origen a la raza negra con los etíopes,
egipcios, cananeos y algunos clanes africanos y árabes.
 JAFET: Se trasladó a Europa, y dio origen a la raza blanca con los
indoeuropeos.

Sobre el episodio de la “torre de Babel” se encuentra una similitud con


una leyenda de una tribu del norte de Myanmar, donde se dice que “hubo
un tiempo en que todo el mundo vivía en una gran aldea y hablaban una
misma lengua: Entonces decidieron construir una gran torre, y mientras
lo hacían gradualmente adquirieron diferentes hábitos, costumbres y
modos de hablar; con el tiempo se dispersaron por todas partes”.
Leyendas similares se encuentran en diversos pueblos indígenas de
África, el este asiático, México, etc.

En la mezquita llamada la “Cúpula de la Roca” o “mezquita de Omar” en


Jerusalén, se observa en su interior una gran piedra en el suelo donde se
asegura que Dios creó a Adán, y donde el patriarca Abraham iba a
sacrificar a su hijo Isaac.

En la cueva de Macpelá, cerca de la ciudad de Hebrón (Cisjordania), hay


una mezquita donde está la tumba de los patriarcas Abraham, Isaac,
Jacob en compañía de sus esposas Sara, Rebeca y Lea.

Melquisedec es el único personaje que cumplió las misiones de rey y


sacerdote (Hebreos 7,1-3).

Las tribus de Israel estaban formadas por los descendientes de los hijos
de Jacob. Este patriarca, a quien se le conoció más tarde como Israel,
tuvo doce hijos: Rubén, Simeón, Leví, Judá, Dan, Neftalí, Gad, Aser,
Isacar, Zabulón, José y Benjamín. Cada tribu llevaba el nombre de uno de
los hijos, con la excepción de José. En su caso, se formaron dos tribus
con los nombres de sus dos hijos, Efraín y Manasés, a quienes se les
consideró cabezas tribales de pleno derecho. Del mismo modo se sabe
que los reyes y sacerdotes eran figuras totalmente separadas. Los
monarcas eran de la tribu de Judá y los sacerdotes provenían de la tribu
de Leví, quienes además se les excluyeron del servicio militar para que
pudieran servir en el tabernáculo y posteriormente en el templo de
Jerusalén. A los levitas no se les ubicó en una zona específica de la Tierra
Prometida; más bien, recibieron 48 ciudades distribuidas por todo el País.
Por estas dos razones, la tribu de Leví casi nunca se menciona cuando se
enumeran las tribus de Israel, y por eso suele hablarse de doce tribus y
no de trece.

En la región de Samaria se halla la tumba de José, que es venerada por


las tres religiones monoteístas. En el lugar se encontraron importantes
reliquias egipcias que datan de esta época bíblica.

En la ciudad de Belén, se localiza el sepulcro de Raquel; la otra esposa de


Jacob y madre del pueblo hebreo.

El mar muerto es el escenario de lo que fue la destrucción bíblica de las


corrompidas ciudades de Sodoma, Gomorra, Adama, Seboim y Segor. Es
el lugar más caliente de la tierra y completamente estéril; los peces que
bajan del río jordán mueren por el alto contenido de sal en sus aguas y
porque no existe ningún tipo de planta acuática, tampoco vuelan las
aves sobre sus cielos; las arenas de sus alrededores se utiliza en la
elaboración de cosméticos y mascarillas para la piel; además la gente que
se baña en sus aguas flota y no se hunden.

Un equipo de arqueólogos descubrió en 1996 las ruinas de las ciudades


de Sodoma y Gomorra al este del Mar Muerto, en El Lisan (Jordania). Se
hallaron restos de edificios destruidos mil novecientos años antes de
Cristo, y objetos de cerámica y de pedernal, paredes y tumbas. Los
expertos han concluido de que las ciudades bíblicas fueron desoladas
posiblemente por una tormenta de meteoritos ocasionada por el cometa
Little Bull, que coincide con la desaparición de 40 ciudades ubicadas en
Egipto, Mesopotamia y el valle del Indo entre el 2200 al 2000 a.C. Las
tormentas procedentes del espacio pueden durar más de 200 años y las
bolas de fuego que caen del firmamento llegan a explosionar contra la
tierra con la fuerza de varias bombas atómicas. Del mismo modo, en el
año 2008, un equipo de científicos de la Universidad de Bristol
(Inglaterra), cree que estas ciudades bíblicas fueron borradas de la faz de
la tierra por un asteroide. El hecho parece coincidir con una antigua
tablilla sumeria de arcilla, donde está escrito el testimonio de una persona
que fue testigo del acontecimiento.
Próximo al monte Sdom hay un montículo de sólida sal de roca con una
vaga silueta humana denominada “la mujer de Lot”.

En el libro de Job (38,1), se habla que Dios hablaba a su siervo a través


de “la tempestad del viento”.

Moisés fue el primer personaje bíblico que hizo un milagro. Fue profeta
del Altísimo, juez, legislador y líder del antiguo Israel.

Dentro del monasterio ortodoxo griego de Santa Catalina a los pies del
monte de Moisés, se conserva el arbusto de la famosa “Zarza Ardiente”;
desde donde Yahvé le ordena al caudillo judío sacar a su pueblo de la
esclavitud en Egipto.

El manuscrito más antiguo de los diez mandamientos en un pequeño


papiro que fue encontrado en las grutas de Qumram, cerca del mar
muerto, fue escrito por los esenios entre los años 30 y 1 a.C., y es
custodiado por la Autoridad de Antiguedades de Israel.

A la celebración de la Pascua en que los judíos comían pan sin levadura


se le añadió más tarde el vino, probablemente después de su regreso del
destierro de Babilonia.

En la travesía del pueblo hebreo de Egipto a la tierra prometida del


Canaán tuvieron que pasar dos veces por el agua: la primera al mando de
Moisés por el mar rojo (Exodo 14,21-22), y la segunda con Josué por el
río Jordán (Josué 3,14-16).

En el fondo del lecho acuático del Mar Rojo o Mar de los Juncos, lo cual
corresponde a las marismas del Lago Timsah que actualmente forma la
parte del canal del Suez, al norte de los lagos Amargos, a una
profundidad de 100 metros se han hallado restos de ruedas de carros
egipcios, armaduras y esqueletos que corresponde a los ejércitos de la
antigua Egipto faraónica.

Los principales enemigos de los hebreos eran: los madianitas, amonitas,


amalecitas, moabitas, egipcios, filisteos, asirios, persas, sirios, griegos y
romanos.

Cuando el pueblo de Israel estaba pelando contra los amalecitas, Moisés


estaba rezando por su gente. Mientras tenía los brazos extendidos, el
pueblo ganaba la batalla; cuando por el cansancio, bajaba los brazos, el
pueblo comenzaba a perder (Exodo 17,11).

En el libro del Éxodo se narra que El Señor entregó a Moisés las dos
tablas de la ley escritas con su propio dedo (Exodo 31,18; 32,15-16).

Los mandamientos de la ley de Dios eran doce, como los de los hebreos.
La Iglesia Católica los resumió a diez según el criterio de San Agustín,
para que la gente los memorizara más fácil, al igual que los dedos de las
manos.

Cuando Moisés bajó del monte Sinaí la tez de su rostro emitía rayos de
luz a causa de haber hablado con Yahvé. Igualmente, cuando este
caudillo salía del tabernáculo después de estar ante la presencia del
Altísimo, se cubría la cara con un velo para que los israelitas no vieran su
cara iluminada (Exodo 34,27-35, 2 Corintios 3,7-16).
En el año 2006, un grupo de investigadores encontraron una réplica en
miniatura en oro, de 3.500 años de antigüedad, del “arca de la alianza”,
que confirmaría la historia bíblica del Exodo.

El Tabernáculo era una amplia tienda rectangular con estructura de


madera. Sin embargo, estaba hecho con materiales de la más alta
calidad: pieles de focas, hermosas telas bordadas y costosas maderas
laminadas con oro y plata. Lo rodeaba un patio rectangular en el que
también había un espléndido altar para los sacrificios. Todo parece indicar
que con el tiempo se construyeron cámaras a los lados del tabernáculo
para uso de los sacerdotes. Es probable que el joven Samuel durmiera en
una de esas habitaciones cuando recibió el llamado de Yavé.
En el Antiguo Pacto Yahvé amonestó al pueblo judío en 177 ocasiones
distintas por haber rechazado su amor y su misericordia infinita. Israel
respondió favorablemente 70 veces y fue bendecido. En 107
oportunidades no hizo caso de las advertencias y sufrió grandes castigos
por largos períodos de tiempo (Nehemías 9,26-28.31).

En el Israel bíblico la santidad es exclusiva de:

 El cielo como morada eterna de Yahvé.


 El sumo sacerdote quien llevaba en el turbante una placa de oro con
la inscripción “La santidad pertenece al Señor”.
 Los sacerdotes del templo.
 Los nazarenos durante el tiempo de su voto de castidad.
 La zarza ardiente por medio de la cual Dios se revela a Moisés.
 La tierra del Canaán, porque allí habita el Señor en medio de su
pueblo.
 La ciudad de Jerusalén.
 El monte Sión.
 El templo de Jerusalén.
 El pórtico del templo.
 El tabernáculo de la reunión.
 El lugar santo.
 El santísimo o sancta sanctorum.
La ley mosaica incluye 365 prohibiciones y 278 preceptos positivos.

Son considerados como pecados graves en el pueblo hebreo, los


siguientes:

A. De carácter religioso:

 La idolatría y la inducción a ella.


 La magia, la adivinación y la blasfemia.
 La trasgresión del precepto del sábado y de la circuncisión.
 La inobservancia de la fiesta de la Pascua.
B. En el terreno social:

 El asesinato.
 La desobediencia contra los padres.
 Rapto de hombres.
 El adulterio.

C. Los que claman justicia divina:

 El homicidio.
 La sodomía.
 La opresión a los pobres, viudas y huérfanos.
 La retención del salario debido a los trabajadores.

La palabra profeta viene del griego prophetes, de pro (“delante” o


“por”) y phemi (“hablar”). En el A.T. el término hebreo más apropiado es
Nabî´ (aquel que testifica). El profeta es así, el que habla delante, en el
sentido de proclamar, o aquél que habla por, es decir, en el nombre de
Dios.

Ellos venían de diferentes ámbitos de la sociedad: Amós fue un pastor;


Ezequiel, un sacerdote, e Isaías era de familia aristocrática. Algunos
vivían en comunidades religiosas en ciertas ciudades y pueblos. Llamaban
al arrepentimiento, ofrecían orientación y predicaban el mensaje de
Yahvé. Sólo unos pocos profetas hablaban directamente la palabra de
Dios para convertir al pueblo al cumplimiento de la Alianza.

Las profecías de los Nabî´ en los textos vetero-testamentarios pueden


dividirse en tres grupos principales:

a. Profecías concernientes al destino de la nación de Israel. Estas


declaran el juicio de Yahveh sobre los incrédulos y las iniquidades
del pueblo, aunque promete restauración después del período de
prueba del exilio
b. Profecías mesiánicas. Estas señalan a la venida del Redentor de
Israel y del mundo.
c. Profecías escatológicas. Estas se refieren a los últimos días, cuando
el reino de Dios sea establecido sobre la Tierra.

El Antiguo Testamento muestra que a veces, hasta varones que servían a


Dios fielmente vacilaron en aceptar misiones difíciles que El les confió:

a. Moisés objetó que no tenía la fluidez necesaria para hablar ante


el faraón (Exodo 4,10).
b. Jeremías dijo que no era más que “un muchacho”, para
encargarse de la tarea que el Señor le había encomendado
(Jeremías 1,6).
c. Jonás incluso huyó de su asignación (Jonás 1,3).

En el pasado y hoy en día los llamados “judíos ortodoxos”, tienen la


costumbre de llevar los mandamientos en un cofre negro llamado tefilín,
atado con una cinta en la frente y otro en el brazo derecho
(Deuteronomio 6,8; 11,18-20).

El “Sumo Sacerdote” era considerado un líder o juez de su pueblo antes


del tiempo de la monarquía. Llevaba puesto un pectoral cuadrado con
doce piedras diferentes (rubí, topacio, berilio, turquesa, zafiro, esmeralda,
Jacinto, ágata, amatista, crisólito, ónix y jaspe). Las piedras estaban
montadas en filigranas de oro y en cada una estaba grabado el nombre
de una tribu de Israel.

En el antiguo Israel hubo ocasión en que Yahvé se valió de las suertes


para dar a conocer su voluntad. La suerte eran unos guijarros o tablillas
de madera o piedra llamados “Urim” (maldición) y “Thummim”
(perfección). Estaban encomendados al cuidado del sumo sacerdote,
quien los guardaba en la bolsa del “pectoral de juicio” cerca de su
corazón (Éxodo 28,15; 16,30). En primer lugar se hacía una oración al
Altísimo para pedirle que interviniera en el asunto que se iba a tratar,
pero sólo podían dar respuestas de “sí” o “no” a una pregunta única.
Después se echaba las suertes dentro del pliegue de una prenda de vestir
y se extraía una. Lo que salía reflejaba la decisión de Dios al respecto
(Éxodo 28,30; Números 27,21; Deuteronomio 33,8; Esdras 2,63;
Nehemías 7,65). Según la tradición judía, el “Urim y el “Thummim”
dejaron de usarse tras la destrucción del templo de Jerusalén en el año
607 a. de C.

En el museo de El Cairo (Egipto), Hay una estela de granito que


conmemora las victorias del faraón Merneptah (siglo XIII a.C.). Según los
entendidos, este monumento contiene la primera referencia extra-bíblica
del “pueblo de Israel”.

En el libro de los Jueces se sigue el mismo patrón: los israelitas pecan,


Dios los castiga levantando enemigos contra ellos, los israelitas se
vuelven a Dios, y Dios envía un juez para salvarles. Luego el ciclo
completo comienza de nuevo.

En el libro de los Jueces se narra que Sansón con su fuerza, desgarró en


dos a un león y derribó con una quijada de asno a mil filisteos (Jueces
14,5-6; 15,15). Este personaje pertenecía a la secta de los “nazarenos”,
quienes tenían votos de abstenerse de bebidas alcohólica, del corte de
cabello y de la impureza ritual.
Samuel fue el último juez y el primer reconocido gran profeta después de
Moisés.

En el segundo libro de los Reyes (19,34-35) se cuenta que en una sola


noche, el Ángel del Señor, dio muerte a 185000 soldados asirios, que
amenazaban con tomarse la ciudad de Jerusalén.

David el hijo de Isaí, fue músico, guerrero, poeta, profeta y rey. Es una
de las figuras más importantes del Antiguo Testamento.

Poco después de que David fuera elegido futuro rey de Israel, se enfrentó
a Goliat, uno de los refaím (una raza de gigantes) (1 Samuel 17,4.48-51).
Años más tarde, durante una batalla contra los filisteos, volvió a vérselas
con otro gigante de la misma estirpe de nombre Isbí-benob (2 Samuel
21,16).

En septiembre de 1993 salió a la luz la primera prueba extra-bíblica sobre


la existencia del rey David, con un fragmento de un derruido monumento
hallado en la localidad norteña de Tel Dan (Israel). Se puede leer en
arameo las palabras “Rey David” y “Casa de David”. El idioma y el estilo
del texto apuntan al siglo IX a. de C., en tiempos de Asa, rey de Judá y
tataranieto de David. El hallazgo permitió además verificar la autenticidad
de la Estela de Mesá (llamada también la Piedra Moabita), descubierta en
1868, que hace referencia a la “Casa de David”. Ambas pertenecen al
mismo período de tiempo, son del mismo material, tienen un tamaño y
forma similares, y su escritura semítica es casi idéntica.

En Jerusalén hay una sinagoga donde está la llamada “tumba del rey
David”.

En el año 997 A.C., el pueblo hebreo conformado por 12 tribus, de dividió


en dos reinos: al sur, con dos tribus llamado Judá; y al norte con diez
tribus recibió el nombre de Israel. A este último también se le conoce por
su tribu más grande: Efraín.
En el libro de Daniel se dice que fue un ángel quien les cerró la boca a los
leones, para que no lo devoraran cuando estuvo en el foso (Daniel 6,22;
Hebreos 11,33).

Cuando Isaías iba a empezar su misión de profeta, reconoció que era un


hombre de labios impuros, por esta razón un ángel del cielo le tocó la
boca con una braza de fuego, quitando así la maldad que había en él
(Isaías 6,4-7).

Cuando Dios llamó a Ezequiel para que fuera su mensajero en la nación


de Israel, le da de comer un rollo escrito por ambos lados que era tan
dulce como la miel (Ezequiel 3,1-2).
La gruta de Jerusalén es el lugar donde el profeta Jeremías escribió sus
lamentaciones, y en la que se cree fue enterrado.

En el libro de Jonás se habla de un “gran pez” (o “monstruo marino”) que


se tragó al profeta (Jonás 1,17). En el Mediterráneo hay tiburones
capaces de engullir a un hombre entero. Se cuenta por ejemplo que en
1758, un marinero cayó a las aguas de este mar y fue tragado por un
tiburón. Tras dispararle una bola de cañón, la tripulación consiguió que el
animal vomitara a la víctima y así pudieron rescatarlo sano y salvo.

En la tradición judía la esterilidad en una mujer era signo de desprecio en


la comunidad, por eso las concepciones milagrosas tienen profundas
raíces, como fue el caso de:

 La anciana Sara que engendra a Isaac (Génesis 18, 10-11).


 La esposa estéril de Manoah, madre de Sansón (Jueces 13, 2-3).
 Ana la estéril que da a luz a Samuel (1 Samuel 1, 2.20).
 Isabel, de edad avanzada que engendra a Juan Bautista, justo antes
de que María concibiera virginalmente a Jesús (Lucas 1,5-13).

En el convento católico de Nuestra Señora del Monte Carmelo, debajo del


altar mayor se ve una gruta donde según la tradición era el lugar donde
se refugiaba el profeta Elías. Una imagen recuerda al celoso defensor de
la religión de Yahvé.

Alrededor del año 168 A.C., el rey griego Antíoco Epífanes, desató una
persecución religiosa contra el pueblo de Israel, que incluía la destrucción
de los rollos de la ley de Dios.

El Antiguo Testamento, escrito por varios autores durante un período de


1.500 años, tiene más de 300 profecías detalladas sobre la vida y obra de
Jesucristo.

NUEVO TESTAMENTO II.

Las principales figuras del Redentor en el Antiguo Pacto son:

 El justo Abel.
 El sumo sacerdote Melquisedech.
 El sacrificio de Isaac.
 José vendido por sus hermanos.
 El profeta Jonás.
 El cordero pascual.
 La serpiente de bronce levantada por Moisés en el desierto.
 El maná caído del cielo.

El muro de los lamentos en Jerusalén donde los judíos hacen oración, es


lo único que queda del magnífico templo construido por el rey Herodes el
Grande.

En Mayo del 2007, la Universidad Hebrea de Jerusalén anunció que ha


sido descubierta la tumba del rey Herodes el Grande. El hallazgo se
produjo en la zona arqueológica conocida como “Herodium”, próxima a la
Ciudad Santa, en pleno desierto de Judea.
A los cuatro evangelistas se les pintan o representan con la imagen de los
cuatro seres vivientes del profeta Ezequiel y el Apocalipsis de San Juan:
Un Hombre (La inteligencia), Un León (El valor), Un Buey (La fuerza y la
mansedumbre) y un Águila (La velocidad y la altura) (Ezequiel 1,10;
10,14 Apocalipsis 4,7).

El relato del nacimiento de un “Hombre Salvador” se encuentra también


presente en las tradiciones ancestrales de los chinos, hindúes, persas,
griegos y romanos.

Entre los descendientes de Jesús que se menciona en los evangelios de


Mateo y Lucas, se encontraban patriarcas, sabios y profetas, buenos y
malos gobernantes, trabajadores, campesinos, desterrados, esclavos,
nativos, emigrantes y prostitutas.

La estrella de Belén que siguieron los magos al encuentro con el pequeño


Mesías, pudo ser la conjunción de los planetas Marte, Júpiter y Saturno o
una súper Nova (estrella de gran luminosidad).

Los evangelios no mencionan el día ni el mes del nacimiento de Jesús. La


fiesta del 25 de diciembre fue impuesta posteriormente en el siglo IV, por
el emperador Constantino.

El evangelio de San Lucas no hace referencia a un buey y un asno en el


pesebre donde nació el Redentor. Sin embargo, el buey es símbolo de
paciencia y trabajo. Como el cordero y el mismo Jesús es también una
víctima, pues el pueblo judío acostumbraba a dar como ofrenda, el
sacrificio de un pequeño buey. El asno es símbolo de la humildad, tal
como el profeta había anunciado: “mira que viene tu rey lleno de
mansedumbre, sentado en un asno”. Igualmente, el buey y el asno son
mencionados en (Isaías 1,3).
Cerca de Belén está la llamada la “Gruta de los Pastores”, caverna que
fuera originalmente cisterna, pero convertida en capilla. La tradición
relaciona a este campo con el sitio donde se encontraban los pastores la
noche en que nació Cristo.

José el padre adoptivo del Señor, no fue un hombre anciano como lo


describieron los santos padres de la iglesia; al contrario, debió de ser un
varón de unos 20 a 25 años de edad, para que protegiera a María y al
pequeño Niño.

La basílica de la Natividad en Belén fue construida Santa Elena en el siglo


IV, y reformada por el emperador Justiniano hacia el siglo VI. Durante la
invasión de los persas fue respetada porque en el frontis vieron un mural
que representa el desfile de la Magos con gorros y vestidos propios de su
cultura. Más adelante, cuando les tocó el turno a los musulmanes, no la
tocaron por estar dedicada a la Madre del profeta Jesús, a quien ellos
mismo veneran.

En Belén se encuentra conectada a la basílica de la Natividad la iglesia


franciscana de Santa Catalina de Alejandría, donde se celebra la misa de
gallo. Este era en la antigüedad una caverna donde San Jerónimo tradujo
la Biblia al latín (La Vulgata).

Sobre los “niños inocentes” que fueron asesinados por orden del rey
Herodes el Grande, su número no sería superior a más de una docena.
No obstante, en la liturgia bizantina los hacen llegar a 14.000, el
calendario siríaco afirma que fueron 64.000, y en las tradiciones
populares ascienden a 144.000, en relación a los mártires del Apocalipsis
(14,1-5).

Los años ocultos de Jesús transcurrieron normalmente en Nazaret al lado


de sus padres (Lucas 2,51-52), y no con los monjes tibetanos o en las
escuelas de esoterismo y ocultismo en Egipto; como lo quieren hacer ver
algunos escritores.

En la aldea musulmana de El Bire, la tradición la señala como el sitio “a


un día de camino desde Jerusalén”, en la que José y María se dieron
cuenta que el joven Jesús no viajaba con ellos.

El encuentro de Jesús con Satanás en el desierto está enmarcado en un


diálogo exegético y teológico. La segunda pregunta del Demonio está
tomada del libro de los salmos (91,11-12), mientras que las tres
respuestas del Señor hacen referencia a pasajes del Deuteronomio (8,3;
6,16; 6,13).

Hay 382 citas bíblicas del Antiguo Testamento que se encuentra en el


Nuevo Testamento.

Los cuatro evangelios describen unos treinta y cinco milagros efectuados


por el Señor, y más de cien referencias al “reino de Dios”. Estas
curaciones las realizó de diversas maneras. A ciertos enfermos los sanó a
distancia, pero a otros los tocó directamente (Mateo 8,2; 3,5-13). A
algunos les devolvió la salud en el acto, y a otros, de forma gradual
(Marcos 8,22-25; Lucas 8,43-44).

La Palabra de Dios le da mucha importancia a la muerte salvífica de Cristo


en la cruz, ya que esta se menciona de forma directa más de ciento
setenta y cinco veces en el Nuevo Testamento.

En la llamada “mezquita blanca” ocupa el lugar de la sinagoga en Nazaret


en tiempo de Jesús.

En las montañas de Jericó se localiza el monasterio ortodoxo griego de la


Tentación, donde el Ungido de Dios pasó cuarenta días en ayuno y
preparación espiritual.
En Caná de Galilea hay una iglesia cristiana de varias confesiones, donde
hay una enorme tinaja, que se supone fue utilizada por el Mesías para
realizar el milagro del agua en vino.

La iglesia católica del monte de las Bienaventuranzas, se erige en Galilea.

En el monte de los Olivos se encuentra la capilla de los padres carmelitas


del “Pater Nostre”, donde el Hijo de Dios enseñó a sus discípulos esta
bella oración, que se encuentra escrita en sus paredes en 35 idiomas.

Tertuliano de Cartago (+230), veía en el Padre Nuestro el compendio de


toda la enseñanza evangélica.

En el mar de Galilea es muy común la tilapia que hace parte de la dieta


de los judíos. Este pez acostumbra llevar a sus crías en la boca. Pero
cuando no tiene crías, puede cargar una piedrita o incluso una moneda
que haya encontrado brillando en el fondo del mar (Mateo 17,27).

En la localidad de Tabgha, donde la tradición sitúa la multiplicación de los


panes y los peces, está un hospicio de los monjes benedictinos. En las
cercanías, junto a la costa del mar de Galilea, se halla la iglesia de San
Pedro, fue edificada por los franciscanos para marcar el sitio donde Jesús
se presentó a los discípulos luego de resucitar.

En Samaria se conserva dentro de una capilla de los ortodoxos griegos, el


pozo de la samaritana, a la que Jesús pidió de beber agua.

En los evangelios se nombra a dos mujeres que podrían ser la misma:


María de Betania (hermana de Lázaro) (Juan 11,1-2), y María de Magdala
(lugar próximo al balneario romano de Tibenas), al parecer era una
prostituta que vendía su cuerpo a los soldados romanos. Siendo la misma
mujer pecadora a la que Jesús le expulsó siete demonios (Marcos 16,9).

Los Evangelios no relatan que la transfiguración de Cristo haya ocurrido


en el monte Tabor, puede ser que ocurriera en una de las estribaciones
del monte Hermón (Marcos 9,2); San Pedro testigo ocular de este hecho
lo llamó solamente como “el monte santo” (2 Pedro 1,18). Sin embargo,
en el Tabor se encuentra la basílica de la transfiguración perteneciente a
los franciscanos.

En Betania se conserva “El sepulcro de Lázaro”, que es una gruta clavada


en la roca.

El Cenáculo o habitación alta donde se celebró la Ultima Cena y el


Pentecostés; está ahora ocupada por una Yeshiva (escuela religiosa
judía). Hasta 1948 era utilizada por los musulmanes. Entre 1335 a 1551,
fue un convento franciscano del Monte Sión, y sede originaria del
Custodio de esta orden religiosa en Tierra Santa.
En el monte del Getsemaní, se levanta la basílica de la agonía de Cristo,
compartida por la orden franciscana, armenios y ortodoxos rusos. Todavía
se puede apreciar árboles de olivo de la época del Mesías.

En la Jerusalén occidental se halla en un valle el monasterio griego de la


Cruz, fundado en el siglo IV. Su iglesia bizantina ocupa, según la leyenda
el lugar donde creció el árbol de cuya madera se forjó la cruz de Cristo.

El apóstol Pedro tenía cinco nombres diferentes: Symeón, Simón, Pedro,


Cefas y Simón Pedro (Mateo 10,2; 16,16; Juan 1,42; Hechos 15,7.14).

El apóstol Tomás recibía el título de “Dídimo” (o “gemelo”) (Juan 11,16;


20,24), al parecer por su gran parecido físico con Jesús. Pudo haber sido
esta la razón por la que Judas el “traidor” tuvo que identificar a Cristo
con un beso.

En el evangelio de San Marcos aparecen ocho términos en arameo:


“Boanerges, (“Hijos del trueno”), (3,17). “Talitha kumi” (“Niña, a ti te
dijo, levántate”), (5,41). “es Corbán” (“mi ofrenda a Dios”), (7,11).
“Epheta” (“ábrete”), (7,34).”Gehenna” (infierno), (9,43). “Abba”
(Padre) (14,36), “Gólgota (“Lugar de la calavera”), (15,22). “Eloí, Eloí,
lamá Sabajtaní” (“¡Dios mío!, ¿Dios mío!, ¿Por qué me has
desamparado?”), (15,34).

San Marcos describe en su evangelio (14,51-52) a un joven que podría


ser el mismo, y que seguía de cerca al Maestro cuando fue hecho
prisionero, cubriendo su cuerpo con una sábana, pero al ser capturado
huyó desnudo.

En la Ciudad Santa está la piscina de Betesda y la iglesia de Santa Ana.


Las mellizas piletas de Betesda donde los inválidos fueron curados por el
Señor, se encontraron cerca de la iglesia que ocupaba el hogar de
Joaquín y Ana, padres de la Virgen, de acuerdo a una tradición del siglo
IV. Un tramo de escaleras de la iglesia desciende hacia la cripta, cavada
en la roca, donde nació y vivió María.
Muchos turistas han visitado cierto lugar de Jerusalén conocido como el
“estanque de Siloam” en donde Jesús curó a un ciego aplicándole barro
en los ojos, y después lo mandó a lavar a dicho lugar. Inicialmente se
pensaba que estaba ubicado al final de túnel de Ezequías, excavada en el
siglo IV d.C., cuando fue construido por los cristianos bizantinos. Sin
embargo, en el año 2004 unos arqueólogos hallaron el verdadero situado
a unos 100 metros al sureste del emplazamiento original, y fue hallado
mientras se reparaba una tubería de alcantarillado. Hasta el momento se
ha desenterrado un lateral del estanque y dos esquinas, varias monedas
que datan de los años segundo, tercero y cuarto de la revuelta judía
contra Roma. Dicho suceso tuvo lugar entre los años 66 y 70 de nuestra
era. El estanque se utilizó hasta la destrucción de la Ciudad Santa en el
año 70, y luego fue abandonado.

La colina del mal consejo es el lugar donde, de acuerdo a la tradición,


Caifás poseía una casa de campo. En las faldas de este monte se
encuentra un cementerio denominado Aceldama, o “campo de sangre”;
que fue donde Judas se ahorcó y fue sepultado.
La iglesia de San Pedro en Gallicantu (el gallo que canta), pertenece a
la orden católica de los Asuncionistas, y se eleva sobre el antiguo palacio
en que Jesús fue juzgado por Caifás y el sanedrín.

En la ciudad costera de Cesarea, se conserva una inscripción de piedra


con el nombre del procurador romano Poncio Pilatos.

En el Vía Crucis el encuentro del Mesías con su Madre, con la Verónica


que le limpio el rostro, al igual que sus tres caídas; corresponde a las
tradiciones antiguas y no a los escritos de los evangelios.

En el monte Calvario o Gólgota (la calavera), Jesús esta clavado en la


cruz desde las nueve de la mañana hasta las tres de la tarde, que es
cuando muere por asfixia (Marcos 15,25.33).

En este sitio el emperador Constantino mandó a edificar dos magníficas


basílicas: la del lugar en que fueron halladas las tres cruces y la de la
resurrección, sobre el sepulcro del Salvador.

Según algunas tradiciones antiguas se creé que debajo de la cruz del


Mesías se encontraba la tumba de Adán; mientras que la de Eva está
localizada a las afueras de Bagdad (Irak).

El nombre de los dos ladrones Dimas y Gestas que acompañaron a Cristo


en la crucifixión, corresponden también a la Tradición y no a la Biblia.

En Emaús se halla la basílica franciscana de La Fracción del Pan, que


ocupa el lugar de la casa de Cleofás y Simón (padre e hijo), discípulos
del Resucitado.

En el monte de los Olivos se observa la torre de la Ascensión del Señor,


de la iglesia rusa ortodoxa. La propiedad pertenece a los musulmanes.

En la puerta de los leones o de San Esteban, la tradición asegura que fue


aquí donde el primer mártir del cristianismo fue apedreado.
Dentro de la ciudad vieja de Jerusalén está la iglesia y el monasterio
armenio de San Jacobo (Santiago), en su interior se conserva el
tradicional trono episcopal de este apóstol hijo de Zebedeo. También es
posible apreciar la celda donde fue decapitado por orden del rey Herodes,
y tres piedras traídas de los montes Sinaí, Tabor y del Jordán, por el lugar
donde los hebreos lo cruzaron. El lugar es la residencia del patriarca de
esta comunidad cristiana.

Algunas representaciones artísticas de la conversión de Saulo camino a


Damasco, lo muestran tumbado de un caballo. Aunque es una posibilidad,
la Biblia simplemente dice que él “cayó al suelo” (Hechos 9,3-4).

El emperador Adriano en el siglo II hizo colocar dos grandes estatuas de


Júpiter y Venus en el Calvario y el Santo Sepulcro, que duraron hasta la
llegada de Santa Helena.

El número de la “Bestia” (666), mencionado en el libro de la revelación


(13,18), identifica el nombre en clave del emperador romano Nerón
César.

Los siguientes acontecimientos bíblicos no tienen referencia en la Palabra


de Dios:

 “Y vino (Jesús) y habitó en la ciudad que se llama Nazaret, para que


se cumpliese lo que fue dicho por los profetas, que habría de ser
llamado nazareno” (Mateo 2,23)... “Esto dijo (Jesús), dando a
entender con qué muerte había de glorificar a Dios (Pedro)” (Juan
21,19).
 “En todo os he enseñado (dice Pablo) que, trabajando así, se debe
ayudar a los necesitados, y recordar las palabras del Señor Jesús,
que dijo: Más bienaventurados es dar que recibir” (Hechos 20,35).
 Jesús resucitado se le apareció en primer lugar “a Cefas (Pedro)…
Después apareció a Santiago” (1 Corintios 15,5.7).
 “Cuando esta carta haya sido leída entre vosotros, haced que
también se lea en la iglesia de los laodicenses, y que la de Laodicea
la leáis también vosotros” (Colosenses 4,16).
 “Pero cuando el arcángel Miguel contendía con el diablo, disputando
con él por el cuerpo de Moisés, no se atrevió a proferir juicio de
maldición contra él, sino que dijo: El Señor te reprenda” (Judas 9).

Frases tales como: “Ayúdate que yo (Dios) te ayudaré” o “Entre mil y mil
el fin del mundo”, no aparecen en las Santas Escrituras.

En la isla griega de Patmos, cerca de la costa de Asia Menor, se localiza


un monasterio de monjes griegos ortodoxos edificado a finales del siglo
IX; Aquí en la pequeña capilla de Santa Ana, está la gruta donde según la
tradición Juan recibió las 16 visiones del Apocalipsis.
En noviembre del 2005, cuando las autoridades israelíes quisieron ampliar
la prisión de Mejido, los presos encontraron en el piso dos mosaicos con
inscripciones en griego de una iglesia del siglo III, el primer centro de
culto cristiano desenterrado en Tierra Santa. Los arqueólogos piensan
que pudo tratarse de una edificación romana convertida en iglesia en una
fecha posterior. La opinión tradicional es que los sitios de culto no
empezaron a aparecer en la región hasta después del edicto de Milán, por
parte del emperador Constantino en el año 313. Mejido, también
conocida como Armagedón, es el lugar donde el Apocalipsis dice que se
librará la máxima batalla entre el bien y el mal. En la antigüedad, fue
escenario de muchas batallas importantes y un cruce de caminos para los
viajeros.
LA BIBLIA EN LA HISTORIA UNIVERSAL

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

Ningún otro libro religioso en la historia de la humanidad, es tan antiguo


y completo como las Sagradas Escrituras, así por ejemplo:

 Hinduismo: Texto sagrado Vedas (la Sabiduría), colección de


himnos, siglo X a.C.
 Budismo: Texto sagrado Mantras (Herramienta para la meditación),
2500 años atrás.
 Confusionismo: Colección de Clásicos, siglo V al III a.C.
 Taoísmo: Dos libros importantes escritos entre los siglos IV al III
a.C.
 Sintoísmo: Escritos sagrados compuestos hace 1200 años.
 Islamismo: Libro sagrado El Corán (Recitación), elaborado por
Mahoma entre los años 610 al 632 d.C.

A finales del siglo XIX, se descubrió el documento hebreo más antiguo y


relacionado con el Antiguo Testamento, el denominado códice
Petropolitanus, del año 916 a.C.
Muchos estudiosos coinciden en que el Nuevo Testamento es el texto
mejor atestiguado de toda la literatura antigua. Hay papiros copiados
veinte o treinta años después de que fueran compuestos por sus autores
originales.

Un grupo de expertos de la Universidad evangelista de Acadia (Canadá),


encontró un fragmento de un papiro en una máscara de momia egipcia
del evangelio de San Marcos datado entre el año 80 y el 90 después de
Cristo. Los científicos creen que el papiro en el que se escribió esta copia
del evangelio de San Marcos habría sido reciclado después por otras
personas para elaborar la máscara funeraria, una práctica común entre
las clases humildes egipcias que tenían que conformarse con papiro o
lino, pegamento y pintura.
El papiro Rylands 457 (P-52), es un fragmento del Evangelio de Juan. Se
cree que fue escrito en griego en torno al año 125, solo unas décadas
después del original. Este manuscrito se conserva en la Biblioteca
universitaria John Rylands, en Mánchester (Inglaterra).

Al papa Benedicto XVI le regalaron en el año 2007 los papiros Bodmer 14


y 15 (P-75), fechado entre el 175 y 225 d.C. El papiro contiene cerca de
la mitad de los Evangelios de Lucas y Juan, fue escrito en Egipto y quizá
utilizado como libro litúrgico, estaba destinado a una pequeña comunidad
parroquial de lengua griega que leían el Evangelio durante la celebración
eucarística. Para los primeros cristianos los evangelios eran leídos como
una sola unidad. Entre otras cosas, en estos textos contienen un total de
144 páginas y constituye el códice más antiguo con la oración del Padre
Nuestro, y la unión de dos textos de los Evangelios. Se conserva hoy en
día en la Biblioteca Apostólica Vaticana.

El papiro P-45, que se exhibe en la Biblioteca Chester, ubicada en Dublín


(Irlanda); probablemente data de mediados del siglo III D. C.; Contiene
la mayor parte de los cuatro Evangelios y gran parte del libro de los
Hechos de los Apóstoles en un solo volumen. Es el primer códice que
contiene los cuatro evangelios aunque en otro orden: Mateo, Juan, Lucas
y Marcos.
El Papiro-66, de comienzos del siglo III, contiene casi completo el
Evangelio de Juan. Forma parte de la colección de los papiros
Bodmer que se conservan en la Biblioteca Bodmeriana, en Cologny.

El P-4 o Papiro de París, son fragmentos del Evangelio de Lucas, datado


en el siglo III. El documento, se conserva en la Biblioteca Nacional de
Francia.

La “Doctrina de los Doce Apóstoles”, el catecismo más antiguo que se


conoce (del siglo I), escrito probablemente en Siria, tiene referencias de
los cuatro evangelios.

La llamada “Carta de San Bernabé”, de autor desconocido, escrita en


Alejandría a fines del siglo I, cita claramente al evangelio de San Mateo y
San Marcos. Alude también a san Lucas y presenta palabras e ideas del
de San Juan.

Los libros “apócrifos” y “gnósticos”, de origen griego, son textos escritos


posteriormente a los libros bíblicos canónicos (siglo II en adelante); tanto
del Antiguo como del Nuevo Testamento. Tienen temas relacionados con
la historia sagrada, pero su procedencia es de dudosa aceptación. Ambos
grupos de libros fueron rechazados en los canones de los textos bíblicos
de los primeros concilios de la Iglesia Católica.

San Ignacio de Antioquia quien murió mártir en el Circo Máximo de Roma


hacia el 117. Dejó siete cartas a diversas iglesias de Asia Menor
inspiradas en los evangelios de Mateo y Lucas.

El evangelio de San Juan llegó a Egipto en el año 125, y a partir del 175,
ya circulaban copias por Cartago, Esmirna y Lyon.
En el año 130 d.C.; San Papías (discípulo del apóstol Juan), escribió la
obra Explicaciones de los dichos del Señor, considerada como la primera
exégesis (explicación bíblica) de los Evangelios.

El nombre más antiguo con que se llamó a los Evangelios fue el de


“Memorias de los Apóstoles”. Así lo describía San Justino Mártir en la
segunda mitad del siglo II.

Entre los años 160 al 175, Taciano, discípulo de San Justino Mártir;
compuso su obra “El Diatesarón” (término griego que significa “a través
de los cuatro”), un relato de la vida de N. S. Jesucristo compuesto a partir
de los cuatro evangelios, y al parecer fue escrito en griego o siríaco. De
esta obra San Efrén de Siria (310-373), escribió un comentario sobre esta
obra.

Hacía el año 170, se realizó el primer catálogo de los libros del Nuevo
Testamento; llamado el canon (o lista) de Moratori. Este contenía los
cuatro Evangelios y las 13 cartas de San Pablo.

La Vetus Latina Hispana, llamada también norteafricana. Hacia el final del


siglo II circulaba una versión latina de la Biblia por África del norte.
Tertuliano, Cipriano y Agustín emplearon textos africanos. El AT no había
sido traducido directamente del hebreo, sino de la versión de los setenta.

En los dos primeros siglos del cristianismo se posee poco más de una
decena de manuscritos de los cuatro evangelios canónicos, y únicamente
cuatro de evangelios apócrifos: del evangelio de Tomás, del llamado
Egerton Gospel (un evangelio desconocido que sólo se conoce por este
manuscrito), y de otros dos que algunos atribuyen al evangelio de Pedro.

La obra Sobre Daniel de Hipólito de Roma, es el comentario cristiano más


antiguo sobre un escrito veterotestamentario. Fue redactado entre los
años 200 al 204.
En Antioquia el sacerdote Luciano (+212), hizo una revisión crítica del
Antiguo Testamento de la versión de los “Setenta”.

San Cipriano escribió su libro Testimonia, que data del 248/49, y es una
colección de textos bíblicos donde hace una lectura cristológica del
Antiguo Testamento, y cita algunos dichos de Jesús de los Evangelios.

Los llamados Padres Apostólicos y los Padres de la Iglesia (siglos II al


VII), como fueron: Orígenes, Tertuliano, San Gregorio Taumaturgo, San
Cirilo de Alejandría, San Juan Crisóstomo, San Ambrosio de Milán, San
Isidoro de Sevilla entre muchos otros; todos ellos hicieron comentarios
exegéticos y teológicos de los libros Veterotestamentarios y
neotestamentarios.

La lectura orante de la Biblia se remonta a los primeros cristianos. El


primero en utilizar la expresión “Lectio Divina” (Lectura Divina), fue
Orígenes (185-254), teólogo, quien afirmaba que para leer Las Santas
Escrituras con provecho, es necesario hacerlo con atención, constancia y
oración.

El mismo apologista Orígenes aseguraba que los cristianos del siglo III,
usaban la versión de los libros del Antiguo Testamento llamada de Los
Setenta, aunque algunos judíos no lo aceptaban.

Para finales del siglo III, entre los cristianos circulaban Evangelios de
bolsillo escritos en pergamino.

En el amanecer del día 23 de febrero del 303, el emperador romano


Diocleciano observó como sus soldados derribaban las puertas de una
iglesia y quemaban las copias de las Escrituras. Convencido de que podía
eliminar el cristianismo destruyendo sus libros sagrados, decretó al día
siguiente la quema pública de Biblias por todo el imperio. Este hecho fue
conocido como “la Gran Persecución”. No obstante, algunas se salvaron,
y de estas se hicieron reproducciones.
Tres meses después del primer edicto de Diocleciano, el gobernador de
Cirta (ciudad del norte de África conocida hoy como Constantina) ordenó
a los cristianos que entregaran todos sus “escritos de la ley” y sus “copias
de las Escrituras”. Existen testimonios sobre cristianos que prefirieron la
tortura y el martirio antes de entregar sus Biblias para que las
destruyeran.
La versión llamada Itala, tiene su origen cuando los latinos de Italia,
estimando que la lengua de las versiones norteafricanas no tenía la
suficiente pureza, y revisaron los textos en el siglo IV.

San Atanasio en el año 369 da la lista definitiva de los 27 libros del Nuevo
Testamento.

La totalidad de los libros aceptados como de inspiración divina tanto del


Antiguo como el Nuevo Testamento, se reconocieron en el Sínodo de
Roma (382), y ratificados en los Concilios de Hipona (393), de Cartago
(397) y de Trento (1546).

En la actualidad no hay ningún manuscrito original de los textos bíblicos,


pero si se conservan unos seis mil manuscritos del Antiguo Testamento y
unos cinco mil del Nuevo Testamento.

Existen más de 3000 códices (del latín “codex”, que significa “libro
manuscrito”) en pergaminos que contienen copias de casi todos los libros
de la Biblia; entre los más importantes tenemos:

 El Códice Vaticano del siglo IV, y se guarda en la Biblioteca del


Vaticano.
 El Códice Sinaítico de la segunda mitad siglo IV, original del
monasterio ortodoxo de Santa Catalina en el monte Sinaí. Se
conservan 43 folios en Lepzing (Alemania), 347 en la Biblioteca
Británica de Londres y fragmentos de otros tres folios en San
Petersburgo (Rusia).
 El Códice Alejandrino de principios del siglo V, en la Biblioteca de
Londres.
 El Códice de Efrén también del siglo V, y se exhibe en la Biblioteca
de París.

En el museo del “Templo de Libro” en Jerusalén, se conservan gran parte


de los rollos de la comunidad esenia del Mar Muerto, que comprenden del
200 a.C. al 200 d.C.

Los cristianos de la Iglesia Primitiva tenían la antigua costumbre de colgar


del cuello una tablilla con un escrito de los evangelios.

Eusebio de Cesarea, historiador de la Iglesia en el siglo IV, crea las tablas


marginales, o cánones eusebianos, que son un conjunto de tablas o
sistema de referencia cruzadas que indican qué pasajes de cada
Evangelio son comunes a otros Evangelios.

Al parecer circulaban Biblias completas en griego desde el siglo IV o V.

Para principios del siglo V, en todo el Norte de Mesopotamia se usaba una


tradución de la Biblia en síriaco. Es probable que se realizara entre los
siglos II y III, Tenía todos los libros de las Santas Escrituras menos 2 de
Pedro, 2 y 3 de Juan, Judas y Apocalipsis porque la iglesia siria no los
admitía. Esta versión se conoce como la Peshitta, que significa “simple” o
“clara”.

La Vulgata (que significa “divulgada” “popular” o “común”) fue la primera


versión latina autorizada de la Biblia de los textos originales del hebreo,
arameo y griego, desplazando a la Vetus Latina (o antigua versión latina).
Fue hecha por San Jerónimo a petición del papa San Dámaso, en la
misma cueva de Belén donde nació el Salvador del mundo. El santo tardó
cerca de quince años en su elaboración (390-405).
San Juan Crisóstomo, patriarca de Constantinopla (+407), afirmó que los
evangelios ya se habían traducido a los idiomas de Siria, Egipto, India,
Persia; Etiopía y muchos otros lugares.

El abad Flavio Aurelio Casiodoro (siglo V), comisionó a los copistas del
monasterio de Vivarium (Calabria), la preparación de al menos tres
ediciones distintas de la Biblia en latín. Una incluía el texto de la Latina
Antigua, de finales del siglo II. La segunda, con la Vulgata latina, y la
tercera, el Códice Mayor. Las dos últimas ediciones reunieron todos los
libros de las Sagradas escrituras en un solo volumen a las que se
llamaron Pandectas. La única copia que queda es un enorme manuscrito
llamado Códice Amaniatino. Es la Biblia latina completa en un solo tomo
más antiguo que existe, y se conserva en la Biblioteca Laurenziana de
Florencia (Italia).
La obra “De Doctrina Christiana”, terminada en el año 426, por el obispo
de Hipona, San Agustín; donde el estudio de las Sagradas Escrituras se
constituye en el fundamento de una verdadera cultura cristiana.
En este mismo siglo, se incorporaron los mosaicos con pasajes bíblicos en
las iglesias, para educar a los feligreses. Siglos después, ocurrió lo mismo
con los vitrales de las grandes catedrales medievales.

Al papa San Gelasio (492-496), se le atribuye la lista “De libris recipiendis


et non reicipiendis” (Libros aprobados y no aprobados), con referente a
los llamados “evangelios apócrifos”, distinguiendo los que eran
considerados claramente como “heréticos” o contrarios a la doctrina
católica.

La versión siro-palestina del AT y del NT data probablemente de fines del


siglo V o de inicios del VI. La mayor parte de los manuscritos existentes
han llegado en forma de leccionarios.

Alrededor del 508 se hizo una revisión de la Peshitta y se incluyeron los


cinco libros que le faltaban. Esta nueva versión llegó a conocerse como la
Filoxeniana, ya que fue hecha por Filoxeno, obispo de Hierápolis (Siria
oriental) tradujo el NT entero al siríaco. En el año 616, Tomás de
Heracles revisó esta versión confrontándola con algunos manuscritos
griegos de Alejandría. La versión heracliana es sumamente literal.

La triple regla monástica de los santos: Pacomio, Agustín, Basilio y Benito


incluía la lectura de la Biblia, el trabajo manual y la liturgia.

A partir del siglo VI, los monjes benedictinos en sus monasterios,


empezaron a transcribir en pergaminos y libros los textos bíblicos.

En el siglo VII, el papa San Gregorio Magno, escribió su libro “Consejos a


los Sacerdotes”, donde hacía explicaciones a las parábolas de los
evangelios.

En el siglo VIII, el historiador católico inglés San Beda, tradujo al sajón


las Sagradas Escrituras.

En este mismo tiempo en la República de Irlanda aparece el Libro de


Kells, famoso manuscrito que contiene los cuatro Evangelios en latín
antiguo, y es una verdadera obra de arte por sus diseños, el manejo del
color y la decoración; se gastaron en su elaboración 170 pieles de
ternero. Se exhibe en la actualidad en la biblioteca de la universidad
Trinity Collage.

En los siglos VIII y IX, eruditos como Alcuino y Teodulfo corrigieron


errores lingüísticos y textuales de la Vulgata Latina.

En el año 863, los santos hermanos Cirilo y Metodio en su viaje misionero


a Moravia (República Checa), comenzaron a traducir la Biblia al eslavo
antiguo.

En Zorno en el año 900, apareció un diccionario bíblico francés; su


objetivo era ayudar a los fieles laicos a entender la Biblia en latín.

En la catedral del León (España), se conserva una versión de los


evangelios al árabe realizada a mediados del siglo X. Aunque al parecer
un obispo sevillano del siglo VIII llamado Juan tradujo la Biblia completa
a dicho idioma. Lamentablemente la mayoría de estas traducciones se
han perdido.

El famoso Códice de Leningrado, que data del año 1008, es la copia


completa más antigua del mundo del Antiguo Testamento, se conserva en
la biblioteca Nacional de Rusia.

La Biblia de Ripoll, se encuentra en la Biblioteca del Vaticano, y fue


producida cerca del año 1020. Es una de las biblias medievales más
bellamente ilustrada.

Alrededor del año 1150, el abad cartujo, Guido, apodado el Ángel;


escribió en latín su obra “la Escala de los Claustros”, donde expuso los
cuatro fundamentos de la vida monástica: La lectura de la Santa Biblia, la
meditación, la oración y la contemplación. “Esa es la escalera por la cual
los monjes suben desde la tierra hasta el cielo”, afirmaba.

En el año 1220, Esteban Langton, futuro arzobispo de Canterbury


(Inglaterra), dividió la Biblia en capítulos. Fue tal su importancia, que fue
aceptada por los judíos para su Biblia hebrea. En 1525 Jacob Ben Jayim
publicó una Biblia rabínica en Venecia con esta característica.

La Biblia en lengua española más antigua es la “Alfonsina”, compuesta


por el rey Alfonso X el sabio (1221- 1284), fue traducida de la Vulgata
Latina.

En el siglo XIII se realizaron las primeras traducciones de libros bíblicos


del latín al italiano. Ya en el siglo XIV, fue posible disponer de casi toda la
Biblia en el lenguaje común de la gente.

En esta misma época en Europa se hacen famosas las representaciones


teatrales en las plazas públicas, de escenas sacadas de las Sagradas
Escrituras.
En La Edad Media en las puertas de las iglesias, se colgaba de una
cadena una Biblia para ser leída por los feligreses.

A principios del siglo XIV, el franciscano Nicolás de Lyra, efectuó una


nueva y definitiva glosa (comentarios sobre la base de antiguas
interpretaciones de los manuscritos sagrados) de la Biblia. La obra se
presentó oficialmente al papa Juan XXII en 1331. Su tratado estaba
destinado más al ámbito teológico que pastoral.

La Biblia de Alba, fue la primera traducción al español castizo (puro),


realizada en el siglo XV. Esto demuestra que el pueblo español conocía
las Sagradas Escrituras mucho mejor que el pueblo alemán antes de
Martín Lutero.

En el siglo XVI, Santo Tomás Moro afirmaba que antes de los tiempos del
reformador Wiclef, existía en Inglaterra una versión de la Palabra de Dios
que “era leída con devoción por la gente del común”.

Antes de Martín Lutero con la reforma protestante, existían 56 ediciones


de la Biblia en diferentes idiomas en todo el continente europeo. Así por
ejemplo: entre los años 1450 y 1500 se imprimieron en Alemania en
lengua vulgar 15 ediciones, y en Italia otras 10 ediciones; sin contar las
realizadas en otras lenguas.

La primera Biblia impresa en la historia fue la Vulgata Latina, por el


alemán Johannes Gutenberg en el año 1455. Este ejemplar conocido
también como la Biblia de 42 líneas, se encuentra hoy en la Biblioteca
Apostólica Vaticana.

El primer tomo de las Santas Escrituras que se imprimió en italiano fue en


Venecia en 1471, echa por el monje camandulense Nicoló Malerbi. Su
traducción alcanzó una amplia distribución.
En el año 1517, el cardenal español Jiménez de Cisneros con la
colaboración de griegos y judíos conversos, publicó en seis volúmenes la
Biblia “Políglota Complutense”, con el texto en hebreo, arameo y griego
acompañada de una versión interlinear de la Vulgata latina; además de
un diccionario para el estudio de la escritura y la gramática de los tres
idiomas originales.

En 1528, el dominico italiano Santos Pagnino, elaboró en Lyon una Biblia


dividida en versículos.

En el año de 1537, el teólogo católico Johann Eck, antiguo adversario de


Lutero, publica una Biblia en alemán por pedido del duque de Baviera.

En el 1553, los judíos españoles residentes en Italia publicaron la Biblia


traducida “palabra por palabra”, en dos ediciones, la una dedicada a los
judíos y la otra a los católicos. Del lugar de su impresión lleva el nombre
de Biblia de Génova.

En 1559, el papa Pablo IV, en su Índice de Libros Prohibidos, proscribió la


impresión o posesión de Biblias vernáculas sin la autorización del Santo
Oficio.

En 1582, aparece la primera traducción en inglés, autorizada por la


Iglesia de Roma, del Nuevo Testamento impresa en Reims, Francia.

En 1592 se editó una nueva revisión de la Vulgata Latina bajo el papa


Clemente VIII. Esta edición conocida como Sixto-Clementina, fue la
traducción oficial de la Iglesia Católica durante un tiempo considerable.
Aparece por primera vez las Sagradas Escrituras ya definitivamente
dividida en capítulos y versículos.

El rey Luis XIII (1610-1643) autorizó en Francia a Jacques Corbin a que


tradujera la Biblia al francés para contrarrestar la obra de los
protestantes.
Un monje benedictino llamado Bernard de Montfaucon (1655-1741) puso
el fundamento para el estudio sistemático de los manuscritos griegos del
Nuevo Testamento.

El sacerdote italiano Ludovico Marracci, de los Clérigos de la Madre de


Dios, tradujo la Biblia al árabe en 1668.

En 1678 aparece la Historia crítica del Viejo Testamento, de Richard


Simon, sacerdote del Oratorio, pionero de la exégesis moderna.

El religioso agustino alemán Leonardo Coffine, publicó en el año 1687 un


libro que contenía la explicación de los evangelios dominicales.

Durante los siglos XVIII al XIX, ciertos eruditos protestantes desarrollaron


una nueva fórmula de estudiar la Biblia conocida como la “alta crítica” (o
“el método histórico-crítico”). Sus exponentes enseñaban que gran parte
de la Escritura Sagrada se componía de leyenda y mito.

Antonio Martini, quien más tarde llegó a ser arzobispo de Florencia


(Italia), se dispuso a traducir la Vulgata Latina. La primera parte se
publicó en 1769, y toda la obra se completó en 1781. Esta edición fue
digna de una mención especial por los biblistas católicos italianos.

El padre Felipe Scío, escolapio, público la traducción de la Biblia al


español hecha de la Sixto Clementina (Valencia 1791- 1793).

Don Félix Torres Amat, canónigo de Barcelona, dio a la luz otra nueva
versión de la Vulgata latina, hoy muy difundida en Madrid (1823- 1825).

En el año 1892 el papa León XIII creó la escuela bíblica de Jerusalén,


bajo la dirección de la orden de los dominicos; quienes se encargan de
las excavaciones arqueológicas en Tierra Santa.
En 1897, el mismo papa reafirmó que quedaban “prohibidas todas las
versiones de los Libros Bíblicos elaboradas por escritores no católicos en
cualquier lengua vulgar, en particular las editadas por Las Sociedad
Bíblicas”, ente protestante.

La versión de Augustin Crampon, publicada originalmente en siete


volúmenes (1894-1904), y luego en uno solo (1904), fue la primera
versión católica en francés de las Sagradas Escrituras con base en los
textos originales, que incluían múltiples notas eruditas.

En el año 1907, el papa San Pío X dio origen al instituto pontificio bíblico
a cargo de los jesuitas, para perfeccionar las traducciones de las
Sagradas Escrituras.

En 1943, el Sumo Pontífice Pío XII, a través de su encíclica “Divino


Afflante Spiritu”, dictó las reglas para traducir la Biblia a las lenguas
vernáculas.

En todo el siglo XX, salieron diferentes ediciones católicas de las Sagradas


Escrituras; como la de los dominicos Eloíno Nácar (A.T.), y Alberto
Colugna (N.T.), y la de La Biblioteca de Autores Cristianos (BAC), ambas
de 1944. La Bover-Cantera, prestigiosa por su rigor crítico de 1947. La
vasca del Padre Olaide (Bilbao, 1958). La Biblia de Ediciones Paulinas
(1961, revisada en 1988), se distingue por su calidad literaria. La Biblia
de Jerusalén (1966), publicada primero en francés y luego sirvió de base
para traducirla a otros idiomas. Una verdadera Biblia de estudio es la los
monjes benedictinos de Montserrat (Andorra 1969-1970), provista de
glosas técnicas y eruditas. La Biblia de América, editada por la Casa
Bíblica Católica en 1986. La Biblia Latinoamericana (edición de 1989). La
Biblia Didáctica (1995). La Nova Vulgata (1979).

En 1963, fue fundada la Fraternidad Misionera Verbum Dei, por el


sacerdote Jaime Bonet en Mallorca (España). Su compromiso es la
oración y la predicación de la Palabra de Dios en 36 países, entre
hombres y mujeres consagrados, y matrimonios.
El 18 de noviembre de 1965, se promulgó la constitución dogmática del
Concilio Vaticano II (1962-1965), sobre la Revelación Divina “Dei
Verbum”. Con este documento la Iglesia Católica dio apoyo a “las
traducciones exactas y adaptadas en diversas lenguas, sobre todo
partiendo de los textos originales”. Un poco antes, en 1958, el Pontificio
Instituto Bíblico había publicado la Santa Biblia en varios idiomas,
incluyendo el español.

La Federación Bíblica Católica, es una organización internacional creada


por el Papa Pablo VI, después del Concilio Vaticano II. Cuenta con 300
instituciones afiliadas en 127 países, y tiene por objetivo promover la
pastoral bíblica católica a nivel mundial.

La teóloga católica alemana Eleonore Beck, es la autora de la célebre


Biblia del Niño “Dios Habla a sus Hijos”. Sus ejemplares superan los 40
millones en 141 idiomas, distribuidas en 115 países. La primera de estas
Biblias en lengua española es del año 1979.

Según cifras publicadas por Las Sociedades Bíblicas Unidas, las Sagradas
Escrituras están disponibles completa o en partes en más de 2400
idiomas, frente a las 6500 lenguas que se hablan en el planeta.

Actualmente, más del 90% de la humanidad tiene acceso a como mínimo,


una porción de la Biblia en su idioma nativo.

Es la colección de Libros que más ha influido en la historia de la


humanidad, de Ella se han hecho obras artísticas, literarias y musicales.

En octubre de 2003, se realizó la Feria Internacional del Libro Cristiano,


en Madras (India); allí se exhibió la Biblia más extensa del Mundo y el
ejemplar más grande (siete kilos), impresa en Filadelfia (EEUU) en el año
1884.
La abadía benedictina de Saint John’s Abbey en Minesota (EEUU), lanzó
en mayo del 2004, una edición de siete volúmenes bíblicos realizados con
técnicas medievales y con avances tecnológicos de última generación.

Por primera vez, un equipo de investigadores de Palestina ha descubierto


un versículo del Nuevo Testamento (Lucas 2,25); inscrito en la llamada
tumba de Absalón. Lo sobresaliente del hallazgo es que la inscripción de
textos bíblicos en lápidas no se hizo común sino hasta el año 1000 de
nuestra era.

Enero de 2005, el español Rafael García Ramos publicó el libro


“Autobiografía de Jesucristo”, donde pone en orden cronológico los
relatos de los cuatro evangelios. La obra cuenta con el visto bueno del
cardenal de Sevilla, Bueno Monreal, y puede ser consultado en
www.hijodedios.com

Septiembre de 2005, el libro de los Salmos, atribuido al rey David, ha sido


incorporado a los servicios que ofrece una empresa de teléfonos celulares
en Israel. Se trata de un texto sagrado que los observantes judíos suelen
llevar consigo.

Septiembre de 2006, en Boston (EEUU), salió al mercado los “muñecos


santos”, que citan versículos de la Biblia para inculcar a los niños “un
mensaje de amor y esperanza”. Los muñecos tienen las figuras de Jesús,
Moisés y la reina Esther.

Diciembre de 2007, un equipo de científicos israelíes anunció la creación


de la Biblia más pequeña del mundo, condensado una versión hebrea del
libro sagrado (Antiguo Testamento) en un chip de silicona recubierto de
oro, más pequeño que la cabeza de un alfiler.

Febrero de 2008, Benedicto XVI recibe la Biblia Latinoamericana de la


Lectio Divina, con una breve motivación y una ficha de ejercicios para
cada texto del Libro Sagrado.
Noviembre de 2011, el papa Benedicto XVI presenta en la Sala de Prensa
de la Santa Sede la exhortación apostólica "Verbum Domini", sobre la
Palabra de Dios en la vida y en la misión de la Iglesia. Este documento es
fruto del Sínodo de Obispos realizado del 5 al 26 de octubre de 2008.

Noviembre de 2013 - La Federación Bíblica Católica y las Sociedades


Bíblicas Unidas entregaron al papa Francisco un ejemplar de la “Biblia
Católica de la Familia”, que ha sido editada por la editorial Verbo Divino
en colaboración con el Center for Ministry Development. La obra contiene
introducciones a cada libro de la Biblia para facilitar su comprensión
global, más de 600 artículos realizados por un equipo de pastoralistas
hispanos y estudiosos de las Escrituras, laicos y religiosos, ilustraciones
que ayudan a la reflexión y facilitan la interiorización de los pasajes más
representativos, y prácticos preliminares y apéndices con una guía para
leer la Biblia como familia, índices temáticos, planes de lectura, lecturas
del Leccionario, oraciones católicas tradicionales, grandes relatos de la
Biblia, mapas, etc.

Agosto de 2014 - Por primera vez en tres mil años se ilustra toda la Biblia
Católica en su texto entero, libro por libro, capítulo a capítulo y fragmento
a fragmento con más de 40 mil ilustraciones.
LA BIBLIA: EL LIBRO DE INTERPRETACIÓN DIVINA

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

INTRODUCCIÓN: Siempre se ha dicho que la persona que lee la Biblia


se vuelve loca. Ciertamente la lectura de este Libro Sagrado no es fácil.
Ahora bien, los católicos debemos de estar seguros que la Palabra de
Dios es verdadera (Juan 17,17); “permanece para siempre” (Isaías 40,8;
Baruc 4,1; 1 Pedro 1,25); el leer sus páginas trae una bienaventuranza
(Apocalipsis 1,3). Por esta razón, la Iglesia Católica recurre a dos ciencias
llamadas “EXÉGESIS” (Del griego exégesis, explicación) y
“HERMENEÚTICA” (Del griego hermeutikós, interpretar), para darle la
correcta enseñanza de cada texto (Véase al respecto 1 Corintios 4,1; 2
Pedro 1,19-21; 2 Pedro 3,15-16).

I. LA BIBLIA Y EL PUEBLO JUDÍO

El pueblo de Dios de la “Antigua Alianza”, recurría a la Torá para entender


los designios de Yahvé, bajo la conducción de personas versadas en las
Santas Escrituras, como sucedió con Moisés durante la travesía en el
desierto del Sinaí, cuando “tomó el libro del pacto y se lo leyó al pueblo, y
ellos dijeron: -Pondremos toda nuestra atención en hacer lo que el Señor
ha ordenado. Entonces Moisés tomo la sangre y, rociándola sobre la
gente, dijo: -Esta es la sangre que confirma el pacto que el Señor ha
hecho con ustedes, sobre la base de todas estas palabras” (Éxodo 24,7-
8).
Al principio del reinado de Jeshosafat, éste envió a un grupo de príncipes,
levitas y sacerdotes a todas las ciudades de Judá para que enseñaran a la
nación la ley de Yahvé. La campaña bíblica fue tan efectiva que incluso
algunas personas de los países vecinos llegaron a conocer a Dios (2
Crónicas 17,3-10).

Dios mandó al profeta Jeremías que escribiera en un rollo un mensaje en


el que condenaba la conducta de los habitantes de la antigua Judea y les
advertía que su ciudad capital, Jerusalén, sería destruida si no se volvía
de su mal camino. Baruc, el secretario de Jeremías, entró en el templo de
Jerusalén y leyó en voz alta el decreto divino. Después hizo lo mismo en
presencia de los príncipes del reino, quienes llevaron el rollo al rey
Jehoiaquim. El monarca enfurecido rasgó en pedazos el rollo y lo arrojó al
fuego (Jeremías 36,1-23).

Cuando los israelitas habían regresado de la cautividad en Babilonia, el


sacerdote Esdras y los levitas “leían en voz alta el libro de la ley de Dios,
y lo traducían para que se entendiera claramente la lectura. Y como todo
el pueblo lloraba al oír los términos de la ley, tanto el gobernador
Nehemías como el maestro y sacerdote Esdras, y los levitas que
explicaban la ley al pueblo, dijeron a todos que no se pusieran tristes ni
lloraran, porque aquel día estaba dedicado al Señor, su Dios” (Nehemías
8,8-9).

II. JESÚS: LA REVELACIÓN COMPLETA

Jesucristo es la “Palabra” de Dios que se hace carne (Juan 1,1; 1 Juan


1,1), quien tiene el poder de darle la auténtica interpretación de la verdad
revelada. Ya en su vida pública fueron muchas las ocasiones en que tuvo
la oportunidad de instruir a los hombres, así por ejemplo:

 “Había un fariseo llamado Nicodemo, que era un hombre importante


entre los judíos. Este fue de noche a visitar a Jesús, y le dijo:
-Maestro, sabemos que Dios te ha enviado a enseñarnos, porque
nadie podría hacer los milagros que tú haces, si Dios no estuviera
con él” (Juan 3,1-2).

 “Uno de los jefes (de los judíos) le preguntó a Jesús: Buen Maestro,
¿Qué debo hacer para alcanzar la vida eterna? Jesús le contestó: -
¿Por qué me llamas bueno? Bueno solamente hay uno: Dios. Ya
sabes los mandamientos: ‘No cometas adulterio, no mates, no robes,
no digas mentiras en perjuicio de nadie, y honra a tu padre y a tu
madre.’ El hombre le dijo: -Todo eso lo he cumplido desde joven. Al
oír esto, Jesús le contestó: -Todavía te falta una cosa: vende todo lo
que tienes y dáselo a los pobres. Así tendrás riqueza en el cielo.
Luego ven y sígueme” (Lucas 18,18-22).

 Después de su resurrección, el Mesías le explica a los dos discípulos


camino de Emaús “todos los pasajes de las Escrituras que hablaban
de él, comenzando por los libros de Moisés y siguiendo por todos los
libros de los profetas” (Lucas 24, 27). Cuando Cristo al partir el pan
desaparece en medio de ellos, “se dijeron el uno al otro: -¿No es
verdad que el corazón nos ardía en el pecho cuando nos venía
hablando por el camino y nos explicaba las Escrituras?” (Lucas
24,32).

 Más adelante, hizo lo mismo con los apóstoles: “-Lo que me ha


pasado es aquello que les anuncié cuando estaba todavía con
ustedes: que había de cumplirse todo lo que está escrito de mí en la
ley de Moisés, en los libros de los profetas y en los salmos. Entonces
hizo que entendieran las Escrituras” (Lucas 24,44-45).

Por otra parte, la gran mayoría del pueblo hebreo con sus jefes, debido a
su ceguera espiritual, no quisieron seguir su doctrina; y es así como:
 “Jesús fue a Nazaret, el pueblo donde se había criado. En el día de
reposo entró en la sinagoga, como era su costumbre, y se puso de
pie para leer las Escrituras. Le dieron a leer el libro del profeta
Isaías, y al abrirlo encontró el lugar donde estaba escrito: ‘El espíritu
del Señor está sobre mí, porque me ha consagrado para llevar la
buena noticia a los pobres; me ha enviado a anunciar la libertad a
los presos y dar vista a los ciegos; a poner en libertad a los
oprimidos; a anunciar el año favorable del Señor’. Luego Jesús cerró
el libro, lo dio al ayudante de la sinagoga y se sentó. Todos los que
estaban allí seguía mirándole. El comenzó a hablar, diciendo: -Hoy
mismo se ha cumplido esta Escritura delante de ustedes…Al oír esto,
todos los que estaban en la sinagoga se enojaron mucho. Se
levantaron y echaron del pueblo a Jesús, llevándolo a lo alto del
monte sobre el cual el pueblo estaba construido, para arrojarle abajo
desde allí. Pero Jesús pasó por en medio de ellos y se fue” (Lucas
4,16-21.28-30).

 Aunque el mismo Cristo reconocía que existían autoridades religiosas


encargados de interpretar la ley mosaica (Mateo 23,2), también
reprendió su tremenda obstinación: “Ustedes estudian las Escrituras
con mucho cuidado, porque esperan encontrar en ellas la vida
eterna; sin embargo, aunque son las Escrituras las que hablan de
mí, ustedes no quieren venir a mí para tener esa vida” (Juan 5,39-
40).

 En la sinagoga de Capernaum, el Ungido de Dios dejó ver en claro


que El es el “verdadero pan que da vida”, “Al oír estas enseñanzas,
muchos de los que seguían a Jesús dijeron: -Esto que dice es muy
difícil de aceptar; ¿Quién puede hacerle caso?...Desde entonces,
muchos de los que habían seguido a Jesús lo dejaron, y ya no
andaban con él” (Juan 6,60.66).

 “El que es de Dios, escucha las palabras de Dios; pero ustedes no


son de Dios, no quieren escuchar” (Juan 8,47).
III. LA BIBLIA EN LA IGLESIA APOSTÓLICA

Los apóstoles y discípulos fueron unos verdaderos conocedores de la


Palabra de Dios, bajo la guía del Espíritu Santo, así lo narran varios
pasajes del libro de los Hechos, conocido como el “Testamento de los
Apóstoles”:

 En el discurso de Pedro en el templo en el llamado pórtico de


Salomón, les proclama a los hebreos la salvación que viene por
medio de Jesucristo, y les dice: “Moisés anunció a nuestros
antepasados: ‘El señor su Dios hará que salga de entre ustedes un
profeta como yo. Obedézcanlo en todo lo que les diga, porque todo
aquel que no haga caso a este profeta, será eliminado del pueblo’. Y
todos los profetas, desde Samuel en adelante, hablaron también de
estos días”. (3,22-24).

 Por el camino que conduce de Jerusalén a Gaza, el diácono Felipe


“se encontró con un hombre de Etiopía. Era un alto funcionario,
tesorero de la reina de Etiopía, el cual había ido a Jerusalén a adorar
a Dios. Iba de regreso a su país, sentado en su carro y leyendo el
libro del profeta Isaías. El Espíritu le dijo a Felipe: ‘Ve y acércate a
ese carro’. Cuando Felipe se acercó, oyó que el etíope leía el libro de
Isaías; entonces le preguntó: -¿Entiende usted lo que está leyendo?
El etíope le contestó: -¿Cómo lo voy a entender, si no hay quien me
lo explique? Y le pidió a Felipe que subiera y se sentará junto a él…
Entonces Felipe, tomando como punto de partida el lugar de la
Escritura que el etíope leía, le anunció las buenas noticias acerca de
Jesús” (8,27-31.35).
 En la sinagoga de Berea, los judíos “día tras día estudiaban las
Escrituras para ver si era cierto lo que les decía (Pablo y Silas). De
modo que muchos de ellos creyeron, y también creyeron muchos de
los griegos, tanto mujeres distinguidas como hombres” (17,11-12).

No obstante y al igual que le pasó al Divino Maestro, no todos tenían la


misma disposición para recibir la “Buena Nueva”, como por ejemplo:

 Apolos, un hebreo converso natural de Alejandría, era un “varón


elocuente, poderoso en las Escrituras” (Hechos 18,24). En Acaya,
“fue de gran provecho a los que por la gracia habían creído; porque
con gran vehemencia refutaba públicamente a los judíos,
demostrando con las Escrituras que Jesús era el Cristo” (27-28).

 Pablo, el apóstol de los gentiles, le exhortaba a sus paisanos:


“Precisamente porque tenemos esta esperanza, hablamos con toda
libertad. No hacemos como Moisés, que se tapaba la cara con un
velo para que los israelitas no vieran que aquel resplandor se iba
apagando. Pero ellos no entendieron así, y todavía ahora, cuando
leen el antiguo pacto, ese mismo velo les impide entender, pues no
les ha sido quitado, porque solamente se quita por medio de Cristo.
Hasta el día de hoy, cuando leen los libros de Moisés, un velo cubre
su entendimiento. Pero cuando una persona se vuelve al Señor, el
velo se le quita” (2 Corintios 3,12-16).
LA BIBLIA: EL LIBRO MÁS DIVULGADO Y DESCONOCIDO
DE LA HUMANIDAD

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

“Vienen días, -afirma el Señor- en los cuales mandaré hambre a la tierra;


no hambre de pan, ni sed de agua, sino hambre y sed de oír la palabra
del Señor”
Amos (8,11)

I. INTRODUCCIÓN

DATOS EN GENERAL:

 Según cifras publicadas por Las Sociedades Bíblicas Unidas, hoy en


día las Sagradas Escrituras están disponibles completa o en partes
en 2.454 idiomas. Todavía queda por traducirse a otras 4.500
lenguas que se hablan en el planeta.
 Más del 90% de la humanidad tiene acceso a como mínimo, una
porción de la Biblia en su idioma nativo.
 Cada año se vende más de 14 millones de Biblias, y más de 25
millones del Nuevo Testamento. Se calcula que se han distribuido
unos seis mil millones de ejemplares.
 Una reciente encuesta realizada en Estados Unidos, ha demostrado
que el 12% de las personas leen la Biblia cada día, 16% de quienes
se declaran cristianos afirman leerla todos los días. Solo 2 de cada
10 personas fueron capaces de indicar quién pronunció el Sermón
del Monte, y ninguno de los encuestados logró citar más de tres o
cuatro de los Diez Mandamientos.
 Los jóvenes alemanes tampoco están ajenos a esta realidad, ya que
solamente el 1% lee las Sagradas Escrituras con mucha frecuencia;
el 2%, a menudo; el 19%, pocas veces, y cerca del 80%, nunca. Los
porcentajes son similares en otras naciones.

 Otro sondeo señalaba cuántos individuos estaban familiarizadas con


los Diez Mandamientos y se guiaban por ellos: El 67% de los
mayores de 60 años los conocían y cumplían, mientras que el
número era solo del 28% en el caso de los menores de 30 años.
 Una investigación realizada en Italia, Francia y España por la Alianza
Bíblica Universal, dio como resultado que la relación de los fieles
laicos con los textos sagrados se da sobretodo en la misa dominical,
pero el conocimiento de la Biblia sigue siendo muy deficiente.
 La Sociedad Bíblica de Brasil, la mayor imprenta de Biblias del
mundo, que opera en la ciudad de Sao Paulo, enfrenta una caída en
la demanda de sus textos sagrados, que son vendidos en 100
países, en especial en los más católicos del mundo.
 El último estudio efectuado por el Instituto Italiano Eurisko, para la
Federación Bíblica Católica, reveló el desconocimiento de las
Sagradas Escrituras por parte de los católicos, su escasa lectura y
que más del 50% considera que es “difícil de entenderla”.
 En muchos hogares católicos la Palabra de Dios se han convertido
en un adorno decorativo, donde se exhibe el salmo 23 o el 91.

II. LAS SAGRADAS ESCRITURAS Y EL PUEBLO JUDÍO

Los judíos la llaman Séfer (libros), o Miqná (lectura). Clasificaban las


Escrituras (ha Ta Nak) en tres grupos: la ley (Torá), los profetas
(Nebiím) y otros escritos (Ketubím). En la antigüedad y hoy en día los
llamados “judíos ortodoxos”, tienen la costumbre de llevar los
mandamientos en un cofre negro de cuero llamado Tefilín, atado con
una cinta en la frente y otro en el brazo derecho (Deuteronomio 6,6-9).
Los hebreos estudiaban la Torá (Enseñanza) en las sinagogas, que eran
lugares de culto, escuelas bíblicas, hospederías y centro de difusión y
propagación del judaísmo entre los paganos. Los niños asistían desde los
seis años, a partir de los doce era considerado como mayor de edad, y
por lo tanto responsable del cumplimiento de la ley mosaica, y apto para
leer los rollos sagrados. En las sinagogas se recita la Shemá, confesión
de fe que incluía el Deuteronomio (6,5): “Tienes que amar al Señor tu
Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu mente”. Estas
palabras sagradas se les enseñan a los infantes desde pequeños y son las
últimas que se dicen antes de morir. Todas las ceremonias religiosas sin
excepción son conducidas por un rabino. Un rabino es doctor de la ley
mosaica, jefe espiritual y religioso de una comunidad en particular. Los
judíos de familias importantes mandaban a sus hijos entre los 16 o 18
años, a estudiar con algún rabino o sabio famoso.

En el Antiguo Testamento encontramos varios ejemplos que demuestran


la importancia de que el pueblo de Dios estuviera familiarizado con los
textos veterotestamentarios (Salmo 1,1-2; Eclesiástico 24,23):

Moisés le ordena a los ancianos de Israel que cada siete años durante la
fiesta de las Enramadas, todo el pueblo se reúna “para que escuchen la
lectura de la ley y aprendan a respetar al Señor su Dios, y pongan en
práctica todo lo que se dice en ella” (Deuteronomio 31,9-12).

El mismo legislador deja constancia que cuando un rey judío “tome


posesión del poder, mandará que le hagan una copia escrita de esta
enseñanza, tomada del original que está al cuidado de los sacerdotes
levitas. Siempre deberá tener esa copia consigo, y leerla todos los días de
su vida, para que aprenda a reverenciar al Señor su Dios, a respetar todo
el contenido de esta enseñanza y a poner en práctica sus mandatos”
(Deuteronomio 17, 18-19). Esta instrucción fue tomada al pie de la letra
por su sucesor Josué (Josué 1, 7-8), en el reinado de Josías después de
que la nación de Israel había caído en la idolatría (2 Reyes 23, 1-3), y por
el maestro Esdras, cuando los hebreos habían regresado de la cautividad
en Babilonia (Nehemías 8, 1-9).
Los profetas estudiaron e investigaron acerca del plan de la salvación de
Dios que en su infinita bondad tenía destinado (1 Pedro 1,10; Romanos
16, 25-26).

III. LAS SAGRADAS ESCRITURAS EN LA VIDA DE JESÚS Y LOS


APÓSTOLES

Jesús era un hebreo observante de la Torá, y debió de haber sido


educado en la sinagoga de Nazaret. Como se vio anteriormente no era de
extrañarse el hecho que cuando contaba 12 años de edad, hubiera estado
tres días en el templo de Jerusalén “sentado entre los maestro de la ley,
escuchándolos y haciéndoles preguntas. Y todos los que le oían se
admiraban de su inteligencia y de sus respuestas” (Lucas 2,46-47).
Cuando empieza su vida pública después de los 30 años, los fariseos,
escribas, apóstoles y discípulos lo identificaban como un “Rabi” o
“rabuni” (Juan 3,2; Lucas 18,18; 20,39; Juan 1,49; 20,16). Por eso lo
llamaban “Maestro y Señor” (Juan 13,13), “poderoso en obras y en
palabras delante de Dios y de todo el pueblo” (Lucas 24,19). Fue esta la
razón por la cual un día sábado en la sinagoga de su pueblo, se le
permitió leer y comentar el rollo del profeta Isaías (Lucas 4, 16-30).

Muchos de los apóstoles y discípulos, eran hombres conocedores de la


Santa Palabra de Dios: Saulo de Tarso (más tarde Pablo), estudió la ley
mosaica en Jerusalén con el respetado maestro Gamaliel (Hechos 22,3).
“Apolos, que era de la ciudad de Alejandría. Era muy elocuente y conocía
muy bien las Escrituras” (Hechos 18,24). El joven Timoteo, quien desde
niño estudiaba las Sagradas Escrituras (2 Timoteo 3,15). El mismo
apóstol Pablo quien lo había nombrado obispo de Efeso, le hace la
siguiente indicación: “Mientras llego, dedícate a leer en público las
Escrituras, a animar a los hermanos y a instruirlos” (1 Timoteo 4,13).

El entender a fondo las verdades de la Biblia, fue una eficaz herramienta


en los recorridos misioneros del apóstol de los gentiles y sus compañeros
de travesía, y es así como “En su viaje, Pablo y Silas pasaron por Anfípolis
y Apolonia, y luego a Tesalónica, donde los judíos tenían una sinagoga.
Pablo, según su costumbre, fue a la sinagoga, y cada día de reposo,
durante tres semanas, discutió con ellos. Basándose en las Escrituras, les
explicaba que el Mesías tenía que morir, y que después de muerto tenía
que resucitar. Les decía: -este mismo Jesús que yo les anuncio a ustedes,
es el Mesías. Algunos de los judíos creyeron, y se unieron a Pablo y Silas.
También creyeron muchos griegos que adoraban a Dios, y muchas
mujeres distinguidas”. (Hechos 17, 1-4).

San Pablo cuando se encontraba en Atenas, “discutía en la sinagoga con


los judíos y piadosos, y en la plaza cada día con los que concurría. Y
algunos filósofos de los epicúreos y de los estoicos disputaban con él; y
unos decían: ¿Qué querrá decir este palabrero? Y otros: Parece que es
predicador de nuevos dioses; porque predica el evangelio de Jesús, y de
la resurrección” (17-18).

El mismo apóstol de las naciones cuando estaba en Corinto “discutía en la


sinagoga todos los días de reposo. Y persuadía a judíos y a griegos. Y
cuando Silas y Timoteo vinieron de Macedonia, Pablo estaba entregado
por entero a la predicación de la palabra, testificando a los judíos que
Jesús era el Cristo” (Hechos 18, 4-5).

En Éfeso “entrando Pablo en la sinagoga, habló con denuedo por espacio


de tres meses, discutiendo y persuadiendo acerca del reino de Dios. Pero
endureciéndose algunos y no creyendo, maldiciendo el Camino delante de
la multitud, se apartó Pablo de ellos y separó a los discípulos, discutiendo
cada día en la escuela de uno llamado Tiranno. Así continuó por espacio
de dos años, de manera que todos los que habitaban en Asia, judíos y
griegos, oyeron la palabra del Señor Jesús”. (Hechos 19, 8-10).

Cuando años más tarde un grupo de judíos de Roma lo visitaron en su


casa, donde estaba bajo custodia, Pablo “les declaraba y les testificaba el
reino de Dios desde la mañana hasta la tarde, persuadiéndoles acerca de
Jesús, tanto por la ley de Moisés como por los profetas” (Hechos 28, 23).
LOS PROTESTANTES Y LA BIBLIA

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

I. UN SÓLO DEPÓSITO DE LA VERDAD

Todo verdadero discípulo del Hijo de Dios tiene que tener en cuenta que
desde los mismos inicios de la cristiandad existía ya una unidad de la fe,
edificada “sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la
principal piedra del ángulo Jesucristo mismo, en quien todo el edificio,
bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor”
(Efesios 2,20-21). El ya mencionado San Pablo, considerado como uno de
los dos grandes pilares del cristianismo, exhortaba a los primeros fieles:
“Os ruego, pues, hermanos por el nombre de Nuestro Señor Jesucristo,
que habléis todos una misma cosa, y que no haya entre vosotros
divisiones, sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente y
en un mismo parecer”. (1 Corintios 1,10), teniendo todos “un mismo
sentir según Cristo Jesús” (Romanos 15,5). De hecho, el mismo apóstol
de los gentiles hacía ya la siguiente advertencia: “Mas os ruego,
hermanos, que os fijéis en los que causan división y tropiezos en contra
de la doctrina que vosotros habéis aprendido, y que os apartéis de ellos”
(Romanos 16,17).

II. EL MAGISTERIO DE LOS APÓSTOLES

“Así pues, ténganos los hombres por servidores de Cristo, y


administradores de los misterios de Dios” (1 Corintios 4,1).
“Entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de
interpretación privada. Porque nunca la profecía fue traída por voluntad
humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados
por el Espíritu Santo” (2 Pedro 1,20-21).

“Y tened entendido que la paciencia de nuestro Señor es para salvación;


como también nuestro amado Pablo, según la sabiduría que le ha sido
dada, os ha escrito. Casi en todas sus epístolas, hablando en ellas de
estas cosas; entre las cuales hay algunas difíciles de entender, las cuales
los indoctos e inconstantes tuercen, como también las otras Escrituras,
para su propia perdición” (2 Pedro 3,15-16).

III. LOS DOS CÁNONES DE LAS SANTAS ESCRITURAS

Las Biblias católicas, ortodoxas y anglicanas tienen un total de 73 libros;


46 en el A.T. y 27 en el N.T.

Las Biblias protestantes sólo aceptan 66 libros, suprimiendo siete del A.T.
que son llamados como “deuterocanónicos” (es decir, de la segunda
lista); que son: Tobías, Judith, Sabiduría de Salomón, Sirac o Eclesiástico,
Baruc, I y II de Macabeos; y algunas adiciones en griego de Ester y
Daniel.

Existen dos cánones (o listas) de los Libros Sagrados del Antiguo


Testamento:

El canon de Alejandría (en Egipto), o también conocido como la versión


de los Setenta (LXX) o Septuaginta, fue escrito en griego (200 a.C.).
Estaba destinada a los hebreos de las comunidades de las diásporas
(dispersión).Es aceptado por las Iglesias Católica, Ortodoxa y Anglicana.
Fue aprobada en el concilio de Hipona, en el año 393, y ratificada en el
de Trento, en 1546.
El canon de Jerusalén, fue escrito en hebreo por judíos reunidos en el
sínodo de Jamnia, hacia el año 80 y 100 d.C. Es reconocido por el
Judaísmo y las Iglesias Protestantes.

IV. LAS BIBLIAS PROTESTANTES

Con la Reforma Protestante en el siglo XVI, se da toda una manipulación


a la Santa Biblia, contradiciendo el mismo mandato divino (véase al
respecto Proverbios 30,5-6; Apocalipsis 22,18-19); lo cual se ve
testificada en los siguientes ejemplos:

Martín Lutero llamado el “Padre de la Reforma Protestante”, quien hizo su


propia traducción de la Biblia al alemán (1534), pregonaba a los cuatro
vientos la libertad de entender a su antojo las doctrinas de las Sagradas
Escrituras: “Todos, desde un niño hasta un anciano tienen el derecho de
verla a su manera”. Pero por otro lado, explotaba en cólera cuando
alguna persona osaba contradecirlo en alguna de sus interpretaciones
personales. Este ex sacerdote y monje agustino, mutiló y tergiversó a su
propia conveniencia la Palabra de Dios, siendo su dogma central la
“justificación por la fe”; y hay donde el apóstol Pablo escribe a los
romanos (3,28): “Concluimos, pues, que el hombre es justificado por la fe
sin las obras de la ley”. El añadió la palabra “sola”; y a quienes le
recriminaron tal arbitrariedad a los Textos Sagrados originales, respondía:
“Así lo quiero, así lo mando”. Sobre la carta del apóstol Santiago donde
habla de “la fe con obras” (2,14.17-18), la eliminó calificándola de
“evangelio de paja”.

El también ex sacerdote católico suizo Ulrico Zwinglio, hizo lo propio para


negar el sacramento de la Eucaristía; y es así en los lugares del Nuevo
Testamento que se refieren a las palabras de Jesucristo: “Este es mi
cuerpo…esta es mi sangre”, las cambió poniendo: “Esto significa mi
cuerpo…esto significa mi sangre” (comparar con Mateo 26,26-28; Marcos
14,22-24; Lucas 22,19-20; 1 Corintios 11,24-25).

La propia Biblia traducida por el reformador alemán, fue declarada como


“incompleta, trueca e infiel”, por los sínodos de su iglesia evangélica en
Monster (1836), de Hamburgo (1839) y en el de Groninga (1840).

Cuando Lutero hizo su versión, Zwinglio; declaró que el primero había


alterado y corrompido la Palabra Divina, y él mismo publicó una versión
suya.

El francés, Juan Calvino, fundador de la iglesia calvinista; preparó otra


traducción, pero un seguidor suyo de nombre Domovlin, confesó que
Calvino “había cambiado el orden de la Palabra de Dios”; añadiendo cosas
por su cuenta.

Ecolompadio y los doctores protestantes de Basilea (Suiza)


confeccionaron su elaboración de las Sagradas Escrituras, pero Teodoro
Beza, discípulo y sucesor de Calvino, y jefe de los protestantes en
Ginebra (Suiza); declaró que “dicha Biblia era impía en varios pasajes”; y
para contra restar tal ofensa, escribió su propia edición, que también fue
atacada por los doctores de Basilea.

Los predicadores de Ginebra condenaron como falsas todas las


publicaciones protestantes de los Libros Sagrados, y se pusieron a la
tarea de hacer la verdadera; pero Jacobo I de Inglaterra, cabeza del
Anglicanismo, expresó solemnemente en la asamblea religiosa de
Hamptoncourt, que “la traducción de Ginebra era la más infiel y la Peor
de todas”; y por eso, sacó su propia publicación de la Palabra Divina.

Ante toda esta “Torre de Babel”, la Iglesia Católica en la llamada “Contra


Reforma” a través del concilio de Trento (1546), decretó que los fieles
laicos sólo utilizaran traducciones aprobadas por la sede apostólica,
provistas de explicaciones y notas con referencia de los textos bíblicos.
Este mismo mandato fue también confirmado por el papa Benedicto XIV
en 1757.

La versión de la Biblia protestante en lengua castellana de mayor


aceptación es la Casiodoro de Reina (1569), y revisada por Cipriano de
Valera (1602). Ambos fueron religiosos pertenecientes al convento de los
jerónimos de San Isidro del Campo, uno de los más célebres monasterios
de España, situado a unos pocos kilómetros de la ciudad de Sevilla. De su
primera edición salieron 260 ejemplares en Basilea (Suiza). Es llamada la
“Biblia de Oso”, porque en su tapa tiene la representación de un oso
tratando de subir a un árbol para comer un panal de miel.

Es interesante anotar que esta traducción se hizo a partir de la Vulgata


Latina hecha por San Jerónimo en el siglo V. Los siete libros
“deuterocanónicos” estaban en la impresión que inicialmente hiciera el ex
religioso, Casiodoro de Reina. Cuando el también ex monje, Cipriano de
Valera, renovó la misma, volvió a dejar los mencionados libros, no como
“inspirados por Dios”, pero sí como “muy útiles”. Según el Diccionario
Ilustrado de la Biblia” (protestante), fueron Las Sociedades Bíblicas las
que en 1827, eliminaron definitivamente los siete libros deuterocanónicos,
declarándolos como “apócrifos”, es decir, de procedencia dudosa.

Otro dato digno de mencionar, es que en su primer tiraje, su autor


traduce exactamente el pasaje de San Pablo en (2 Tesalonicenses 2,15),
que dice: “Así, pues, hermanos, manténganse firmes y guarden las
tradiciones que han aprendido de mí, ya sea de palabra, ya sea por carta
nuestra”. Sin embargo, en las nuevas presentaciones el término
“tradiciones” ha sido suplantada por “doctrina”, para refutar las dos
fuentes divinas que utiliza la Iglesia Católica: la “Biblia” y la “Tradición
Cristiana” (véase también otro ejemplo en 1 Corintios 11,2). En cambio,
cuando la misma palabra “tradiciones” (paradoseis en griego), lo aplica
Jesús a los fariseos, entonces, sí la colocan correctamente (léase en la
Reina Valera Mateo 15,2-3; Marcos 7,3-5.9.13). Al igual, que al mismo
apóstol Pablo en otros pasajes (también la misma Biblia en Gálatas 1,14;
Colosenses 2,8).

En 1830, José Smit, escribió el “libro del mormón”, que había recibido
supuestamente por iluminación celestial por el ángel Morón, en el monte
de la ciudad de Palmyra, cerca de Nueva York. Este texto fue agregado a
la Sagrada Biblia por esta secta cristiana (comparar con Gálatas 1,6-9).
Los testigos de Jehová en su Biblia conocida como: “Traducción del
Nuevo Mundo de las Santas Escrituras”, en el prólogo del
evangelio de San Juan (1,1), donde se declara: “En el principio ya
existía la palabra (Jesús); y aquel que era la palabra estaba con
Dios y era Dios”. Mientras que en su versión aparece: “En el
principio era la palabra...y la palabra era un dios”; negando con
esto la divinidad de la segunda persona de la Santísima Trinidad
FRASES CÉLEBRES SOBRE LA BIBLIA

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

Repite siempre lo que dice el libro de la ley de Dios, y medita en el día y


noche, para que hagas siempre lo que éste ordena. Así todo lo que hagas
te saldrá bien.
Josué (1,8).

Tu palabra es una lámpara a mis pies y una luz en mi camino.


Salmo (119,105).

La palabra de nuestro Dios permanece firme para siempre.


Isaías (40,8).

Mi pueblo perece por falta de conocimiento.


Oseas (4,6).

Vienen días, -afirma el Señor- en los cuales mandaré hambre a la Tierra;


no hambre de pan, ni sed de agua, sino hambre y sed de oír la palabra
del Señor. Amos (8,11).

Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la ponen en práctica.


Lucas (11,28).

El que es de Dios, las palabras de Dios oye.


Juan (8,47).
Porque las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se
escribieron, a fin de que por la paciencia y la consolación de las
Escrituras, tengamos esperanza.
San Pablo (Romanos 15,4).

Que la Palabra de Dios siga propagándose.


San Pablo (2 Tesalonicenses 3,1).
Toda Escritura inspirada por Dios es útil para enseñar, reprender,
corregir, instruir en la justicia, para que el hombre de Dios viva
santamente, y lleno de buenas obras.
San Pablo (2 Timoteo 3,16).

La Palabra de Dios es viva y eficaz, y penetra hasta lo más profundo del


alma.
Hebreos (4,12).

La Sagrada Biblia es la carta de Dios Omnipotente a sus criaturas.


Papa San Gregorio Magno.

El que lee la Biblia está más cerca de Dios, o sea de la verdad misma.
Papa San Gregorio Magno.

El estudio de la Biblia debe ser como el alma de la sagrada teología.


Papa León XIII.

Fuera de los Evangelios no hay otro libro que pueda hablar al alma
humana con tanta luz y verdad.
Papa San Pío XI.

Sólo quien estudia la Palabra de Dios puede convertirse en su anunciador.


Papa Benedicto XVI.

La Iglesia Católica vive de la Palabra de Dios, y la Palabra de Dios,


resuena en sus enseñanzas y en toda su vida.
Papa Benedicto XVI.
La Palabra de Dios es la luz verdadera que necesita el hombre.
Papa Benedicto XVI.

La Sagrada Biblia debe ser recibida con devoción, porque contiene


enseñanzas sublimes acerca de Dios; sabiduría salvadora acerca del
hombre y contiene tesoros de oración.
Concilio Vaticano II.

El alimento de las Escrituras ilumina la mente, robustece las voluntades y


enciende los corazones de los hombres en el amor de Dios.
Concilio Vaticano II.

La Biblia debe ser el alma de toda evangelización.


Documento de Puebla.

Desconocer la importancia de las Sagradas escrituras, es como


desconocer al mismo Cristo Jesús.
San Jerónimo.

Leer las Escrituras es conversar con Dios mismo.


San Jerónimo.

A Dios hablamos cuando oramos, y a Dios oímos cuando leemos la


palabra divina”.
San Ambrosio.

En las Sagradas Escrituras leemos a Cristo.


San Ambrosio.

Una persona pensará y hablará más sabiamente, si lee más la Sagrada


Biblia.
San Agustín.
En la Biblia Dios habla a los hombres con lenguaje de hombres.
San Agustín.

Las Sagradas Escrituras aparecen más clara al meditarla que al explicarla.


San Agustín.

El buen lector de la Sagrada Escritura no se preocupa tanto de conocer lo


que lee, cuanto de ponerlo en obra.
San Isidoro de Sevilla.

Hay que predicar el Evangelio sin las glosas.


San Francisco de Asís.

La Sagrada Escritura es el camino de la salvación eterna.


San Alfonso de Ligorio.

Todo el mal que hay en el mundo, es de no conocer las verdades de las


Sagradas Escrituras.
Santa Teresa de Ávila.

Los hombres tendrían paz en el mundo, si solamente se guiaran por los


Evangelios.
Santa Brígida de Suecia.

La palabra de Jesús (El Evangelio), es Jesús mismo.


Santa Teresita del Niño Jesús.

La Biblia no pretende enseñarnos cómo es el cielo, sino cómo se va al


cielo.
Cardenal Baronio.

La Biblia es la regla infalible de la verdad.


John Wyclef.
Teólogo inglés.
Mi conciencia está cautiva por la palabra de Dios.
Martín Lutero.
Padre de la Reforma Protestante.

La Biblia mientras está cerrada nos une; en cuanto la abrimos, nos


separa.
Evookimov
Teólogo ortodoxo ruso.

Siendo, pues, Palabra del Señor lo que enseña este libro, será imposible
que su lectura no haga gran provecho a quien lo lea y medite.
E. Muller.

Ninguna ciencia está mejor autentificada que la Biblia.


Isaac Newton.

La Biblia es un libro que supera a todos los demás, y contiene todo lo que
atañe al deber del hombre para con Dios y el prójimo.
Pedro el Grande.

Si yo tuviera muchos generales que leyeran cada día la Santa Biblia


estaría seguro del éxito de mi nación.
Napoleón.

La Biblia es el mejor don que Dios jamás haya dado a los hombres. Si no
fuera por Ella, no podríamos distinguir entro lo correcto y lo incorrecto.
Abraham Lincoln.

Siempre he dicho, y diré que el estudio de la Sagrada Biblia, hará mejores


ciudadanos, mejores padres y mejores esposos.
Tomás Jefferson.

La Biblia ayuda a realizar las aspiraciones más grandes del alma humana.
Roosvelt.
La existencia de la Biblia, entendida como un libro para el pueblo, es el
mayor beneficio que ha recibido el género humano. Todo intento de
menospreciarla constituye un crimen contra la humanidad.
Immanuel Kant.
La Palabra de Dios, es la clave para resolver todos los problemas.
Carothers.

Tres favores producen la lectura de los Libros Sagrados: provecho


intelectual, provecho moral y provecho espiritual.
José Flores.

Tres ventajas tienen este libro:


Su divinidad satisface nuestra necesidad de Dios.
Llena de paz, gozo y de consuelo.
Se adapta a todos los tiempos y necesidades.
Ricciote.

La Biblia es fuente de Paz.


Garay.

La mejor teología es la Biblia.


Chestertón.

Estoy convencido de que la Biblia nos resultará más bella cuanto mejor la
comprendamos.
Johann Wolfgang.

Hay muchas personas muy letradas en las ciencias, pero analfabetas en


el Libro de Dios.
Evely.

La Palabra de Dios nos parece luz para dirigirnos en el camino. Alimento


para fortalecernos, y consuelo para animarnos.
Bossuet.

La gran ventaja de la Biblia es que, en ella, está la clave para saber cuál
es el pensamiento de Dios y qué opina El sobre los temas más
importantes.
Peale.

La Biblia es el documento más precioso de toda la historia de la raza


humana.
General Smuts.

A todo el que conozca bien la Biblia puede considerársele


verdaderamente educado.
William Lyon Phelps.

En comparación con la Sagrada Escritura, todos los demás libros son


como estrellas que reciben su brillo y esplendor del sol.
Roberto Boyle.

La Biblia es la revelación más pura que de Dios existe.


Emilio Cautel.

La Biblia no es difícil de entender, simplemente es difícil de aceptar.


Steve Lawson.
EL JARDÍN DEL EDÉN

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

I. CONTEXTO GENERAL

El jardín del Edén era una tierra muy bella, rica en minerales, flores,
árboles frutales, suave brisa, y habitada por los animales más hermosos
de la creación. Aquí había un río del que se desprendían cuatro brazos: el
Pisón, que rodea la tierra de Hávila donde hay oro, belio y ónice; el
Gihón, que rodea toda la tierra de Cus; el Tigris, que va al este de Asiría;
y el Eufrates (Génesis 2,8-14).

Se ha relacionado la palabra “Edén” con el sumerio Edin y el asirio-


babilónico Edinu, de donde proviene el hebreo Edeen, que significa
estepa (llanura árida). Según esta etimología, la descripción del texto
bíblico aludiría a un oasis en medio de la estepa, lo que explicaría bien
que nuestros primeros padres fueran expulsados de este recinto serrado
para después vivir la vida dura de la estepa con el sudor de su frente. Del
mismo modo, también es conocido como el “paraíso”, esto debido a que
cuando el texto hebreo fue traducido al griego, la palabra usaba para
jardín era “paradeiso”.

La etimología de la palabra “Edén”, equivale a decir entonces “huerto


fértil”, “jardín frondoso”, “llanura deliciosa” o “comarca muy rica”. Para
los judíos recordaba la “felicidad” o el “placer” en que vivieron
inicialmente Adán (hombre de barro rojo) y Eva (madre de los vivientes),
antes de ser expulsados por su desobediencia. Es de advertir, que el
historiador sagrado que escribió el Génesis (posiblemente Moisés),
situaba el Edén como un parque fértil y bañado profusamente por las
aguas, exactamente lo contrario de las tierras áridas, secas e inhóspitas
en que vivía el pueblo hebreo durante el éxodo en el desierto del Sinaí
(Comparar con Cantar de los Cantares 4,13; Ezequiel 28,13).

Para la cultura judía el Edén era un estado de justicia, paz, fraternidad,


felicidad en el cual los seres humanos deberían de vivir. De aquí las
muchas descripciones del Viejo Testamento sobre la esperanza de volver
a habitar en una “Nueva Tierra” (Comparar con Éxodo 3,8; Salmo
37,29.34; Isaías 11,1-9; 65,17; Ezequiel 47,12; Zacarías 14,8).

II. POSIBLE UBICACIÓN GEOGRÁFICA

Las Escrituras dicen que Dios plantó el “jardín del edén, al oriente”
(Génesis 2,8). Su sitio de origen bien pudo haber estado en las cercanías
del Golfo Pérsico entre Siria y Palestina, o más bien entre Irán e Irak,
aunque también se sitúa en las proximidades de la India. De acuerdo al
nombre de los cuatro ríos mencionados en el primer libro de la Biblia, se
puede tener una idea más o menos exacta de su posición geográfica, lo
que en la antigüedad era conocida como la Baja Mesopotamia, donde hay
una rede de afluentes o canales que surcaba esta área. Dos ríos llevan
nombres conocidos: el Tigris que corre enfrente del Asur, y el Eufrates,
célebre en todo Oriente; ambos nacen casi juntos en los montes de
Armenia, desembocando en el Golfo Pérsico. El Pisón pudo haber estado
en las tierras de Arabia del Norte, rica en piedra de ónice; se cree que no
es otro que el río Fasis, que nace en el monte Ararat y muere en el mar
Negro. El Gihón, posiblemente localizado también en Armenia, país
limítrofe con Turquía, en cuyos suelos abundan minerales preciosos como
el oro y el ónice. Por su parte, otros investigadores han relacionado los
cuatro ríos con tres países: Hávila (o Arabia), con el Pisón; la tierra de
Cus (o Etiopía), por el Gihón; Asur (o Asiría), con el Tigris y el Eufrates.

En el siglo III de nuestra era, San Epifanio dice en una carta: “Yo mismo
he visto las aguas del Gihón, las he visto con mis ojos carnales, son
aguas como las del Eufrates que se deja tocar, beber y que no tiene nada
de espiritual”. Cuatro siglos después, Isidoro de Sevilla, último Padre de
la Iglesia, localizaba el Edén bíblico en las Islas Afortunadas (las Canarias
actuales). Del mismo modo, el cardenal Pedro Alianco, en su libro del
Imago Mundi, impreso en Lovaina (Bélgica), entre los años 1480 al 1483;
dijo: “Más allá del Trópico de Capricornio, se encuentra la más bella
estancia, ya que es allí donde está la más noble y la más alta del mundo,
a saber, el Paraíso terrenal”.

III. EL AGUA DE LA ETERNA JUVENTUD

En el primer libro del Antiguo Testamento se dice que un río salía del
Edén y se partía en cuatro afluentes, pero no explica si nacía allí. No
obstante, el apóstol amado en las visiones que tuvo en la isla de Patmos,
dice que la fue mostrado “un río limpio de agua de vida, resplandeciente
como cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero” (Apocalipsis 22,1).
“Y el que tenga sed, venga; y el que quiere, tome del agua de la vida
gratuitamente” (17). Este nuevo río de “agua viva” no es otro que el
mismo Señor Jesús, acordémonos que a la mujer samaritana le ofrece
“agua viva” para la vida eterna (Juan 4,14). Asimismo, “Si alguno tiene
sed, que venga a mí y beba…, del interior del que cree en mí brotarán
ríos de agua viva” (Juan 7,37-38). En este pasaje San Juan hace alusión,
que, en esta oportunidad, el Divino Maestro se refería al Espíritu Santo.

Por otra parte, esta revelación bíblica de un “agua de vida eterna”, ha


sido asociada con los distintos mitos de diferentes culturas y tradiciones
en el Oriente Próximo, la India, Irán, las tribus nómadas de Arabia, la
región de Anatolia, la China, los malayos y los indonesios, los antiguos
fenicios y cartaginienses, en Italia y la costa Ibérica, las Islas Británicas,
Irlanda, Escandinavia, hasta llegar al África. Así por ejemplo, la búsqueda
de la “fuente de la eterna juventud”, está presente en la mitología griega,
en las narraciones de la expedición de Jasón y los argonautas, cuando la
maga Medea rejuvenece a Jasón en sus aguas milagrosas. Hesíodo, poeta
griego del siglo VIII a. de C., describió un Paraíso terrenal de la Edad de
Oro, adornado con manantiales milagrosos que ofrecían descanso y dicha
al hombre, todavía inmortal e ignorante de toda enfermedad o dolor.

La leyenda de la fuente de la inmortalidad, movilizó a muchos españoles


durante la época de la conquista de América, como Juan Ponce de León,
quien en el año de 1512, la buscara sin éxito en la isla de Bimini (Hoy las
Bahamas). Posteriormente, ciertas confidencias de los nativos enteraron
al mismo explorador de que los indígenas de la isla de La Española
(Cuba) y de otros de Santo Domingo, emigraron a tierras lejanas,
pasando el mar, en busca de un caudal cuyas aguas rejuvenecían. La
ilusión de encontrar este afluente curativo fue lo que lo impulsó sin éxito
a ir a las costas de Norteamérica, el 27 de marzo de 1513. Su cronista,
Herrera, dice: “No quedó río ni arroyo en toda la Florida, hasta lagunas y
pantanos, adonde no se bañasen: y hasta hoy siguen algunos en busca
de este misterio”.
IV. EL ÁRBOL DE LA VIDA

En Génesis (2,9), dice que “Yahvé Elohim hizo brotar del suelo, todo árbol
grato…y el árbol de la vida”, en el centro del “jardín de Dios” estaba el
“árbol de la vida”, cuyo fruto era apto para conservar la vida del cuerpo
por tiempo indefinido (Génesis 3,22). De hecho, el “árbol de la vida” no
brota exclusivamente en el “paraíso de Yahvé”. Antiguas tradiciones
recopiladas en tablillas para los sumerios, colocaban al oasis maravilloso
donde crecía el “árbol de los dioses” de frutos magníficos en la isla de los
bienaventurados, La tierra de Dilmón, lugar que hoy se identifica con el
archipiélago de las Bahrein, junto a la costa de Arabia oriental, en el Golfo
Pérsico. Los asirios-babilonios conocían a la famosa planta gracias a la
cual el hombre obtenía su suplo de vida. Sobre dibujos sumerios del
tercer milenio se cree son reproducciones del árbol estilizado. En Egipto
se conserva el recuerdo de una planta que destilaba en beneficio de los
dioses, y para los hombres de una bebida de inmortalidad, que crecía al
este del cielo, en la Tierra de Amenti.

La representación que más concuerda con la realidad del “árbol de la


vida” en el Edén, se encuentra en la actualidad en la región de Asia
Occidental con la famosa planta datilera, su fruto es dulce y nutritivo,
tiene retoños que son comestibles y su sabia se transforma en miel, sus
semillas son combustibles y se usaban para la fundición, mientras que el
tronco de esta palmera, tiene gran elasticidad y se emplea para la
construcción de balsas.

En la cosmología hindú se asegura que el monte Meru está hecho de oro


y que se eleva por encima de todas las montañas terrestres, y que en su
ladera nace un manzano capaz de dar sombra a un continente, siendo su
fruta madura la corriente del río Jambu cuya agua produce la
inmortalidad. Este lugar mítico se ubica en los Himalayas, siendo la fuente
del Ganges (río sagrado para el Hinduismo), el posible Jambu.
Igualmente, en la mitología china, bastaba haber practicado toda la vida
el taoísmo y comer el melocotón de la inmortalidad que se encuentra en
los jardines que rodean el palacio de nueve pisos de la Dama-Reina de
Occidente.

Cristóbal Colón, al tocar suelo en el golfo de Paria en 1498, observó que


los indígenas veneraban un arbusto al que llamaban precisamente “árbol
de la vida”. Según ellos, de sus frutos había vuelto a nacer el género
humano después de ser destruidos por un gran diluvio, del que sólo se
salvaron un hombre y una mujer. Además, en México, el padre Bernabé
Cobo hablaba del “árbol de la inmortalidad” que teñía de azul las aguas.
Fernando Oviedo habló de otro árbol “que de su fruto sacan agua muy
clara con la que los aborígenes se lavan las piernas y a veces toda el
cuerpo”. Asimismo, los nativos maquiritanas que dominaban el Orinoco
venezolano, contaban a los misioneros católicos que en el macizo de
Duida, el Marahuaka, había un árbol mítico o “Árbol del Mundo”, caído al
suelo después de que se presentara una gran inundación.

Nuevamente Juan, el teólogo, en el libro de las Revelaciones, habla de la


“Jerusalén Celestial”, donde “En medio de la calle de la ciudad, y a uno y
otro lado del río, estaba el árbol de la vida…y las hojas del árbol eran
para la sanidad de las naciones” (22,2). O también: “Bienaventurados los
que lavan sus ropas, para tener derecho al árbol de la vida, y para entrar
por las puertas de la ciudad” (13). Jesús promete que los que salgan
vencedores tendrán parte del “árbol de la Vida”. En el Génesis, se les
prohibía a los seres humanos comer del “árbol de la vida”. En ese
momento, era símbolo del pecado, de la desobediencia. Ahora, en
cambio, el “árbol de la vida”, que está en la morada celestial, es símbolo
de la vida eterna que el Altísimo dará a los siervos fieles.

V. EN BUSCA DEL PARAÍSO PERDIDO


La palabra “Paraíso” no aparece en el texto veterotestamentario, sin
embargo, se ha relacionado con el término “Paridaiza”, o “Recinto de los
Dioses” abierto solo a los príncipes del antiguo imperio persa. Para los
musulmanes en su libro sagrado del “Corán”, describen un “Paraíso”
donde los fieles devotos de Alá, vestirán esplendidos ropajes, disfrutarán
de jardines con árboles frutales surcados por ríos de leche, agua, miel,
vino; y estarán servidos por hermosísimas mujeres vírgenes llamadas las
huríes.

A lo largo de la historia han sido muchas las personas que han querido
hallar el “Paraíso perdido”. Hay quienes lo buscaron en Etiopía, aunque
sin éxito. El historiador judío Flavio Josefo (siglo I d. de C.), sitúa el
Paraíso terrenal en la Tierra del Edén, más allá de un Gran Océano. Para
los esenios, lo mismo que para los antiguos griegos, el Paraíso estaba
ubicado en una vasta extensión marina, en un clima agradable, sin
lluvias, sin nieves y sin calores excesivos; bajo una perpetua y suave brisa
marina. Cuenta cierta leyenda piadosa que en el siglo VI, el monje
irlandés, Brendan “el navegante”, lo encontró en una isla del sudoeste en
el océano Atlántico, a la que llamó “Isla de los Bienaventurados”, donde
vivió siete años antes de volver a su patria. En cambio, otras historias
afirman que se oculta en una elevada montaña.
El ya mencionado Cristóbal Colón, en su tercer viaje al Nuevo Mundo
(1498-1500), dijo: “Parece como si esta tierra (El Orinoco) fuese el
Paraíso terrenal, pues se ajusta a la descripción de los santos y sabios
teólogos”. Del mismo modo, Louis Antoine de Bougainville, explorador
francés del siglo XVIII, cuando llegó a la isla de Haití, escribió más tarde:
“Pensé que me hallaba en el jardín del Edén”. Bougainville abandonó la
isla ansioso por dar a conocer al mundo el “Paraíso Perdido”. Cuando
termino su travesía de tres años alrededor de la Tierra, publicó un relato
de sus aventuras. El libro, que fue un éxito de ventas, dio vida
nuevamente al mito de que aquella exótica isla concordaba con la
narración bíblica.

VI. ENOC Y ELÍAS EN EL EDÉN


En la Edad Media los monjes del claustro de Saint Mathieu, en la Baja
Bretaña, opinaban que el verdadero Edén estaba situado en una Isla al
extremo del mundo, más allá del Gran Océano, donde vivían los profetas
Enoc y Elías, rodeados de algunos ángeles fieles al Señor. Aquí fue
llevado con vida Henoc por Dios (Génesis 5,24; Eclesiástico 44,16); en
compañía del profeta Elías, cuando fue arrebatado en un “carro de fuego”
a orillas del río Jordán (2 Reyes 2,11). Ellos dos volverán a la Tierra en
los tiempos que han de preceder antes del fin del mundo. Sostendrán a
los justos que se hallen en peligro de sucumbir de las terribles
persecuciones del Anticristo (Apocalipsis 11,1-6). No obstante, las
opiniones son divididas, ya que para otros exegetas, la descripción de los
“dos testigos” en el libro de las Revelaciones, concuerda más bien con
“Moisés” y “Elías”, en cuanto representan la Ley y el profetismo. Los
mismos y con la misma representación aparecen en la “transfiguración de
Jesucristo”, según los relatos evangélicos (Véase Mateo 17,1-13; Marcos
9,1-12; Lucas 9,28-36).

VII. EL PARAÍSO CELESTIAL

En el Nuevo Testamento, el “paraíso” que menciona la palabra de Dios es


el cielo, como el que le promete Jesús en la cruz al buen ladrón (Lucas
23,42-43), y no un paraíso venidero en la tierra. Así lo da a entender el
apóstol Pablo: “Conozco a un hombre que cree en Cristo y en que hace
catorce años fue llevado al tercer cielo. No sé si fue llevado en cuerpo o
en espíritu, Dios lo sabe. Pero sé que ese hombre fue llevado al paraíso”
(2 Corintios 12,2-4). El libro del Apocalipsis agrega: “Al que venciere, le
daré a comer del árbol de la vida; el cual está en medio del paraíso de
Dios” (2,7).
EL ARCA DE NOÉ

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

El libro del Génesis (8,4), relata que el arca de Noé se halla sepultada en
los glaciares del monte Ararat, en la república de Armenia. A lo largo de
los siglos, diversas expediciones han intentado recuperarla. Antes con la
fuerza del empeño, hoy con los recursos de la tecnología moderna:
fotografías tomadas por el satélite explorador Erts, desde una altura de
675 kilómetros sobre la montaña, han confirmado la existencia de lo que
parece ser un barco antiguo sepultado por el hielo.

El Ararat está situado al norte de la meseta de Anatolia, en Turquía


oriental, a pocos kilómetros de la frontera entre Irán y Armenia. En medio
de la planicie destaca este nevado volcánico de 5.156 metros de altura.
Su nombre es de origen armenio arcaico y traduce “Madre del Mundo”,
lo que sugiere que allí surgió la actual especie humana o que allí se
preservó a la humanidad de su extinción total. Los turcos lo llaman “Agri-
Dagh”, que significa “Montaña del Arca”; mientras los persas le dieron el
nombre de “Kuk-i-Nouh”, es decir, “Montaña de Noé”.

Josefo, historiador judío del siglo primero, hace referencia a varios


escritores antiguos que afirmaban que el navío aún se veía en lo alto de
la cordillera del Ararat. Entre los hombres citados por Josefo figura
Beroso, cronista babilonio del siglo III A. de C. Posteriormente, los
primeros cristianos que vivieron en Armenia levantaron un templo que
llamaron “del Arca”. En el siglo I y II se acuñaron medallas con dibujos de
la embarcación y del Patriarca Noé. Con el correr de los tiempos, diversos
viajeros de Asia Central señalaron la presencia de una inmensa nave
próxima a la cima del monte.

Desde hace siglos, los nativos de la región afirman haber sustraído trozos
de brea o betún que pudo servir de aleación o pegante, y que según el
Génesis (6,14), se utilizó en la construcción del barco. Los trozos
obtenidos sirvieron como reliquias protectoras de todo mal y peligro. Sin
embargo, para otras comunidades del área la montaña es misteriosa y
mágica, debido a que el Ararat absorbe toda el agua de la tierra y de la
que cae de las lluvias, sin dejar una sola gota en el seco territorio que la
rodea. Cada veinte años, más o menos, una oleada de calor intenso barre
la región, y durante este período es cuando se ha observado la presencia
de una barca, sobre todo en los meses más calurosos: agosto y principios
de septiembre.

La primera persona que dijo haber encontrado el “barco bíblico” fue San
Jacobo, monje del monasterio de Ecimiadzin, en el siglo VII. Según su
relato, por inspiración divina halló en medio de la nieve que cubre el
Ararat una tablilla del arca, que aún se conserva dentro de un suntuoso
relicario como uno de los más preciados tesoros del catolicismo armenio.

Doce siglos después, en 1840, por causa de un terremoto que sacudió el


nevado, se produjo un desplazamiento del glaciar bajo el cual está
sepultado el navío. Esto fue aprovechado por las autoridades turcas para
enviar una expedición que llegó hasta los restos de un barco muy antiguo
enterrado bajo cinco metros de hielo.

En agosto de 1883, cuando una fuerte erupción del Ararat atrajo la


atención de algunos científicos turcos. Mientras estaban trabajando en lo
alto del macizo, vieron una viga de madera que surgía del glaciar y que
parecía tener unas mediadas enormes. Como estaba incrustado en un
profundo despeñadero, los hombres tuvieron que hacer grandes
esfuerzos para llegar a los pies de los restos de la embarcación. Según
comunicaron, la madera todavía estaba en buen estado. Cuando entraron
en su interior reconocieron la existencia de tres niveles de una altura de
catorce metros, 133 metros de largo por 22.5 de ancho, medidas que
concuerdan casi con toda exactitud a las registradas en las Sagradas
escrituras (Génesis 6,15-16).
En 1892, se hizo otro escalamiento que incluía al abate Nourri,
archidiácono del patriarcado de Babilonia y jefe supremo de todos los
cristianos nestorianos de Malabar, India. En esta ocasión el ascenso se
llevó a cabo por la parte noroccidental del monte, que es mucho más
difícil de llegar y por lo tanto menos explorada. Los expedicionarios
aseguraron haber llegado hasta el punto donde se encuentra la proa del
arca, y haber penetrado en su interior. Además, dijeron que la nave se
encuentra tumbada de costado y casi cubierta por el hielo. El alto jerarca
eclesiástico prometió regresar al Ararat para demostrar a los incrédulos la
realidad del hallazgo, pero murió pocos días antes de emprender su
segundo cometido, llevándose a la tumba el secreto de su ubicación
exacta de la barca de Noé.

Dos decenios después, en 1916 y hallándose en plena Primera Guerra


Mundial, el aviador ruso Vladimir Roskowiky sobrevoló el macizo y afirmó
haber avistado en la ladera occidental, a unos cuatro mil metros de
altura, un barco cubierto por el hielo. Dijo además que estaba de
costado. Otros pilotos testificaron el hecho, lo cual despertó el interés del
zar Nicolás II, quien organizó una nueva excursión con 150 científicos. Su
misión consistía en medir, fotografiar, analizar y tomar pruebas de la
madera del arca. Los científicos hicieron un bosquejo de la ubicación de la
nave, pero cuando el informe llegó a San Petersburgo, había estallado la
revolución bolchevique de 1917. Los documentos más importantes
desaparecieron en medio de la confusión.

Durante la II Guerra Mundial (1939-1945), el mayor soviético Jaspar


Maskelyn, en uno de sus vuelos de reconocimiento al Ararat tomó dos
fotografías del legendario barco. Pero el régimen comunista ordenó que
los documentos y testimonios sobre la existencia del navío no fueran
publicados en la gran Enciclopedia Soviética, bajo el argumento de que el
mito del arca de Noé debe ser rechazado por la ciencia moderna.

Al finalizar la guerra, la zona fronteriza sobre la que se sitúa el monte


Ararat fue vedada por mandato militar, lo que impidió nuevas incursiones
a la cima. Sin embargo, en 1952 un ingeniero llamado George Jefferson
Greene voló sobre el sitio sobre la ladera norte de la montaña, aquí
distinguió la forma de un barco encallado en un barranco, entre una
pared rocosa y un precipicio, y tomó alrededor de 30 fotos, pero no pudo
conseguir financiamiento para volver, y en 1962 fue asesinado en las
Guayanas Británicas, perdiéndose para siempre las fotos que
demostraban su descubrimiento.

Por su parte, en 1955, el francés Ferdinand Navarra obtuvo la prueba


más contundente sobre la veracidad de esta antigua embarcación. Tras
una expedición llena de peripecias y sufrimientos, el investigador francés
en compañía de su hijo, pudo sustraer el extremo de un madero de 1.50
centímetros de longitud, ennegrecido por el betún. El valioso leño fue
sometido por dos institutos científicos independientes a la prueba del
Carbono 14. Este dio al madero una antigüedad de unos cinco mil años
de existencia. Esto coincide con la época en que los geólogos estiman
que se presentó un diluvio, a consecuencia de un gran desbordamiento
de los ríos Tigris y Éufrates, en la Mesopotamia. Asimismo, ha sido
confirmado por un grupo de investigadores de la National Geographic
Society, quienes cerca de la población de Sinop, al norte de Turquía;
encontraron indicios de que dicha zona estuvo habitada, antes de que
toda esta región sufriera una inundación que dio origen a lo que hoy es el
Mar Negro. Después de la odisea de explorador francés, tres años más
tarde el turco Bulent Atalay también descendió de la “montaña sagrada”
trayendo una tabla parecida a la anterior.
En 1965, un aviador turco tomó la mejor foto, en ella se observa la forma
ovalada de lo que parece ser un barco sumergido por el hielo.
Posteriormente, en 1992 el investigador italiano Angelo Priego, aseguró
haber localizado el navío bíblico a unos 4.600 metros de altura. Priego
dijo que la nave estaba sepultada en el glaciar, entre dos peñascos.

La más reciente prueba sobre la existencia del arca de Noé se obtuvo en


abril del 2010, cuando un grupo de investigadores turcos y chinos,
afirmaron haber encontrado una estructura de madera antigua a una
altitud de 4.000 metros en el Ararat, situado en el este turco, cerca de la
frontera con Irán. Los restos tienen una antigüedad de 4.800 años. Según
los expertos el hallazgo tiene un 99% de probabilidad. La armazón “tiene
muchos compartimientos y eso señala que pueden ser los espacios en los
que se ubicaron los animales”, agregó Yang Ving Cing, documentalista
chino y uno de los miembros del grupo.
EL ARCA DE LA ALIANZA

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

El “Arca de la Alianza” (el término “Arca” en latín significa caja), era un


cofre hecho de madera de acacia y recubierta de oro. Entre el pueblo de
Israel, el oro y la madera simbolizaban la unión de la divinidad con la
humanidad. Los dos querubines en su tapa recibía el nombre del
“propiciatorio” o “lugar del perdón”. En su interior se encontraban las tres
grandes reliquias de la “Antigua Alianza”: las tablas de la ley, por eso era
llamaba también el”Arca del Testimonio” (Éxodo 32,15; Números 17,10),
el bastón milagroso de Aarón y una jarra de oro con parte del maná
(Éxodo 25.10-22; Hebreos 9,3-5). En la tradición talmúdica judía a parte
de estos tres “objetos sagrados”, se menciona el almohadón del patriarca
Jacob, cuando tuvo el sueño de la escalera por donde subían y bajaban
los ángeles del cielo.

Era tal su importancia y dignidad que Yahvé descendía en medio de una


nube sobre ella, en el lugar más sagrado de la tienda (tabernáculo),
cuando los hebreos la llevaban de un lado al otro durante la travesía en
el desierto camino a la tierra prometida de Canaán; y después en el
templo de Jerusalén en el “Santísimo” o “Santo de los santos” (Sancta
Sanctorum) (Levítico 16,2; Hebreos 9, 1-3), aquí se hacían los
sacrificios, y El Altísimo daba las órdenes a los israelitas “desde lo alto de
la tapa, de entre los dos seres alados” (Éxodo 25,22; Números 7,89),
“que representaban la presencia de Dios” (Hebreos 9,5), porque el Señor
todopoderoso “tiene su trono sobre los querubines” (2 Samuel 6,2). Esta
nube luminosa (Schekji.náh), alumbraba el Santísimo; de hecho, era su
única fuente de iluminación. El sumo sacerdote se beneficiaba de ella
cuando entraba en dicha cámara sagrada en el día de Expiación, y
comparecía ante la presencia de Todo Poderoso.
En esta fiesta judía que se celebraba una vez al año, el sumo sacerdote
se acercaba al altar que estaba en el patio del templo y ofrecía un toro
para expiar los pecados de los sacerdotes. Más tarde, entraba en el
santuario con la sangre del toro, pasaba por las puertas que separaban el
patio del Santo y luego por la cortina que dividía el Santo del Santísimo.
Una vez en el interior, salpicaba la sangre siete veces enfrente del arca
del pacto. Esta ofrenda era por sus propios pecados y los de su casa, es
decir, los sacerdotes y los levitas. Luego, siguiendo el mismo
procedimiento ofrecía una cabra para pagar por los pecados de las doce
tribus no sacerdotales de Israel (Levítico 16,5-15).

Solamente los levitas (ayudantes de los sacerdotes) debían cargar el


cofre de la alianza cuando era trasladada en procesión de un lugar a otro
(1 Crónicas 15, 1-2), incluso los ejércitos israelitas en sus campañas
militares viajaban a cierta distancia de ella (Josué 3,3-4); nadie a parte
de los sacerdotes podían tocarla, pues morían en el acto, como sucedió
con Uzah, que no era sacerdote, sino al parecer levita (2 Samuel 6, 6 –
7). El propio Josué en compañía de los ancianos de Israel, se postró
delante de arca para hacer oración al Señor (7,6), comparar con (2
Crónicas 20,18). Caso contrario fue lo que les sucedió a los tres jóvenes
hebreos: Sadrac, Mesac y Abed-Nejo; Quienes no quisieron arrodillarse
para adorar la estatua de oro que mandó a construir el rey
Nabucodonosor, y que representaba al Estado babilónico (Daniel 3,1-18).
Cumpliendo así el mandato de la ley mosaica en Deuteronomio (5,8-9).

Hay un curioso relato bíblico narrado en los capítulos 4,5 y 6 del primer
libro de Samuel, cuando los filisteos derrotan a los hebreos en la batalla
de Eben Ezer, capturando el objeto sagrado y lo trasladan a su capital
para ofrecerlo al dios Dagón. Al poco tiempo la estatua de esta deidad es
derribada y destruida por el poder del Arca de Dios, además los filisteos
se ven afectados por tumores malignos. Proceden a trasladar el Cofre
pero la epidemia sigue sus efectos entre estos paganos, por eso deciden
devolverla a sus legítimos dueños sobre un carro guiado únicamente por
dos vacas por el camino de Bet Semes. Allí es localizada por unos
segadores, que se aproximan demasiado al cargamento, y “El Señor los
hirió con gran mortandad”. Setenta hombres murieron hasta que se
hicieron cargo de ella un grupo de levitas que condujeron el Arca hasta
Quiriat-Jearim, a la casa de Abinadad, donde quedó custodiada por un
hijo de éste hasta que el rey David decidió trasladarla a Jerusalén, casi
medio siglo después.

Muchas tradiciones rodean este cofre de Dios, el más antiguo símbolo de


la fe judía. Después de la destrucción y saqueo del Templo de Salomón,
desaparece de la Biblia, y no se supo de su paradero. La última vez que
las Escrituras hacen alusión al arca es cuando el rey Josías la trae al
templo (2 Crónicas 35,3). Ciertamente estaba perdida desde mucho
antes de la construcción del segundo Santuario, sobre su paradero hay
varia hipótesis:

a. Según la Misná y el Talmud, fue enterrada en uno de los túneles


secretos excavado bajo el monte del Templo. El enterramiento había sido
obra del rey Josías, que alertado por una profecía sobre la futura
profanación del Santo de los Santos por los babilonios, la ocultó en una
gruta debajo del suelo del Recinto Sagrado. Algunos piensan que en el
siglo XII uno de los objetivos de los templarios (monjes-guerreros)
durante las cruzadas, era recuperar esta reliquia bíblica. Más adelante, en
el año 1967, los arqueólogos israelíes comenzaron a excavar un largo
túnel en el extremo noroeste del antiguo Monte del Templo, circularon
insistentes rumores de que algunos habían vislumbrado el Arca Santa a
distancia, pero se les impidió examinarla, ya que las autoridades
musulmanas procedieron de inmediato a cerrar su entrada.

b. Una leyenda tardía se refiere cómo el profeta Jeremías ocultó


secretamente el Arca y el altar de los holocaustos en una gruta, situada
en el “monte al que subió Moisés para contemplar la heredad del Señor”.
Ese monte desde el cual el caudillo judío divisó la Tierra Prometida que
nunca iba a pisar, es el monte Nebó, un conocido lugar que se hallaba a
unos cincuenta kilómetros de Jerusalén, en línea recta (2 Macabeos 2,4-
8). El antiguo monte Nebó, ha sido identificado con el Jaban an-Naba, y
se encuentra muy cerca de la frontera con Jordania. En el siglo XX hubo
dos tentativas para localizar el escondite de Jeremías. La primera, en
1920, cuando un aventurero norteamericano, Frederick Futterer, rastreó
durante varios meses la montaña Nebó y una cumbre vecina, el monte
Pisgá. En alguno de los dos, se topó con un pasadizo secreto en donde
había una inscripción jeroglífica que una vez descifrada, decía: “Aquí
dentro está el Arca de oro de la Alianza”. Pero poco después, el
sospechoso explorador desapareció sin dejar rastro, llevándose la
inscripción, y no existe constancia de que volviera nunca para rescatar el
Cofre de Dios del supuesto pasadizo secreto.

Su pista fue seguida, más de medio siglo después, por un compatriota


suyo llamado Tom Crotser, un supuesto experto en arqueología bíblica.
En 1981, en una expedición en el monte Pisgá, encontraron el ya
mencionado pasadizo donde apareció una cripta con un arca rectangular
cubierto de oro y unos bultos envueltos en tela. El extraño objeto no se lo
llevó, ni siquiera lo tocaron, pero sí tomaron fotografías de ella. Ya en
Estados Unidos informaron a la prensa sobre su descubrimiento, pero no
autorizó para que expertos en la materia las analizaran.

c. Aparte de Israel algunos creen que el Cofre de la Alianza fue llevado a


Yemen (Actual lugar cercano a Etiopía), o bien por la reina de Saba; o por
el príncipe Menelik, hijo del rey Salomón con la mencionada monarca; o
por un grupo de sacerdotes para que no cayera en manos de los
idólatras; y fue traslada a este país, donde había una colonia de judíos de
raza negra llamados los “falashas”, identificados con la tribu perdida de
Israel. En Etiopía las tradiciones orales de los monjes coptos aseguran
que el Arca estuvo en varios lugares hasta llegar a la región de Aksum,
donde fue depositada en la iglesia de Santa María de Sión, tres veces
destruida y tres veces reedificada. Allí se encontraría en la actualidad
dentro de un laberinto de pasajes subterráneos custodiada durante siglos
por los llamados “guardianes del Arca”.
Sea cual fuera el destino de la precisada reliquia del Antiguo Testamento,
lo cierto es que la llamada “Arca del Pacto”, es mencionada nuevamente
en el Apocalipsis, donde la ubica en el templo de Dios en el cielo (11,19).

Después del exilio y hasta el presente, las sinagogas judías han venido
teniendo un arca (Aron Kodesh) para guardar los rollos de las Sagradas
Escrituras (La Toráh), usados en su liturgia. El receptáculo está separado
del recinto principal por una cortina, excepto cuando se sacan
solemnemente los rollos para pasearlos alrededor de la congregación y
darles lectura desde el púlpito (Bema). Esta tradición se remonta al velo
del Santuario que era una cortina amplia que separaba el Templo
propiamente dicho del “Santo de los santos”.
EL TEMPLO DEL REY SALOMÓN

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

I. CONTEXTO HISTÓRICO

El templo representaba el surgimiento y la extravagancia de Israel. En el


se concentraba todo el orgullo y la opulencia del pueblo de Israel. El
primer recinto sagrado ubicado sobre el monte Moria fue construido por
el rey Salomón hacia el siglo X a.C. Era llamado como la “casa del Dios
verdadero” (2 Crónicas 24,7), “casa de oración para todos los pueblos”
(Isaías 56,7), “santo templo” (Salmo 68,5) o “templo del Señor” (1
Samuel 1,9.24). Posteriormente, fue destruido por Nabucodonosor de
Babilonia en el 587, luego fue reconstruido por Zorobabel a la vuelta del
destierro hacia el 515. Rehecho nuevamente por Herodes el Grande, tras
la guerra que le dio definitivamente el trono. Hacia el año 20 a.C. empezó
su edificación doblando la extensión del santuario antiguo, y sólo se
terminaría completamente tras 60 años de trabajos. En el año 70 de
nuestra era, es arrasado por los ejércitos romanos de Tito. A la fecha,
solo quedo el llamado “Muro de los Lamentos”, el lugar más sagrado para
los judíos contemporáneos.

II. CARCTERÍSTICAS EN GENERAL

El templo de Jerusalén estaba adornado en un principio por “seres alados,


palmeras, flores, granadas, frutas, leones, toros y guirnaldas” (1 Reyes 6,
18.29.32.34-35; 7,19-20,25. 29.36). El rey Salomón, hizo dos enormes
ángeles de madera de olivo y cubiertos de oro, para que custodiaran el
Lugar Santísimo (1 Reyes 6,23. 28-29). Anteriormente, Moisés había dado
órdenes a los artistas para Que confeccionaran en el Santuario, diez
cortinas de diferentes colores bordadas con dos seres alados (Éxodo
26,1.31-33; 36,8.35).
Los sacerdotes que oficiaban en el tabernáculo antes de efectuar sus
labores debían lavarse las manos, los pies e incluso sus prendas con el
agua de la “fuente de cobre” (Éxodo 30,17-21). Más tarde, el rey
Salomón construyó un enorme recipiente de cobre –llamado “mar
fundido”- que normalmente contenía unos 44.000 litros de agua, cantidad
suficiente para cumplir con lo que exigía la ley de Dios al respecto. Las
excavaciones en la zona sur han sacado a la luz un edificio de baños
rituales donde los judíos se purificaban antes de acceder al recinto
sagrado.

En el primer santuario había 4.000 cantores y músicos que estaban


presentes durante las tres grandes fiestas anuales (1 Crónicas 23,5;
25,1.6-7). Solo los varones cantaban en el templo.

El sagrado templo (Bet ha-Micdash), estaba dividido en tres partes:

1. El atrio (Ulam).
2. La sala principal del santuario o el lugar santo (Hekal).
3. El “Santo de los Santos” (Sancta Sanctorum), era el lugar de
la Shekirá, es decir, de la presencia y de la gloria de Yahvé
(Éxodo 29,43-46; 40, 34-38).

Era además el único santuario que tenían los hebreos en Jerusalén. Los
israelitas frecuentaban el templo todos los días, pero en especial para las
tres grandes celebraciones del calendario judío: la de las Tortas no
Fermentadas, la de las Semanas (después llamada Pentecostés) y la de
las Cabañas (Deuteronomio 16,16-17). En este templo había tanto culto
que cada semana se necesitaban 300 sacerdotes para eso, ayudados por
400 levitas entre sacristanes, músicos, cantores, policías. Los toques de
los cuernos y de las trompetas, acompañado de los clamores de los
salmos daban todo un ambiente de piedad.
APOLOGÉTICA

1. ÍDOLOS E IMÁGENES SAGRADAS EN LA BIBLIA.


2. LAS IMÁGENES Y PINTURAS SAGRADAS EN LA IGLESIA PRIMITIVA.
3. LA CRUZ DE CRISTO.
4. ¿EXISTE REALMENTE EL PURGATORIO?
5. ¿POR QUÉ LOS CATÓLICOS SANTIFICAMOS EL DOMINGO?
6. ¿QUÉ SALVA LA FE O LAS OBRAS?
7. ¿ES VERDAD QUÉ ESTAMOS VIVIENDO LOS ÚLTIMOS TIEMPOS?
8. CURSO DE APOLÓGÉTICA CATÓLICA.
ÍDOLOS E IMÁGENES SAGRADAS EN LA BIBLIA

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

I. ACLARACIÓN BÍBLICA

! Cuántas veces no hemos escuchado a los evangélicos y demás


cristianos acusar a los católicos de adorar imágenes!, Lo que está
prohibido en la Biblia, tanto en el Antiguo Testamento, cuando leemos:
“Tenga, pues, mucho cuidado de no caer en la perversión de hacer
figuras que tengan forma de hombre o de mujer, ni figura de animales,
aves, reptiles o peces. Y cuando miren al cielo y vean el sol, la luna, los
estrellas y todos los astros, no caigan en la tentación de adorarlos”
(Deuteronomio 4, 15-19). Así como también en el Nuevo Testamento: “Y
cambiaron la gloria de Dios incorruptible en semejanza de imagen de
hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles...ya que
cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las
criaturas antes que al Creador” (Romanos 1,23.25); “No debemos pensar
que la Divinidad sea semejante a oro, o plata, o piedra, escultura de arte
y de imaginación de hombres” (Hechos 17,29).

Para entender este decreto divino tenemos que saber que en el Antiguo
Testamento escrito en hebreo, existen tres términos con referente a este
tema: “pesel”, que quiere decir “ídolo” que sustituye a Dios, “tselem”,
que traduce “imagen” o “estatua” representativa”, y “pittúach”, es una
“imagen” decorativa”. Del mismo modo, hay que situarnos en el contexto
histórico, geográfico, cultural y religioso; en el momento en que se
escribió este libro del Pentateuco y la epístola de San Pablo, cuando
solamente el pueblo judío, y los cristianos, como herencia de la Antigua
Alianza; rendían tributo al único y verdadero Dios revelado a Moisés en el
monte Horeb (Exodo 20,3). Por el contrario, las otras civilizaciones y
pueblos antiguos que vivían en la región de la Mesopotamia, adoraban
falsos dioses (Josué 24,14). Los egipcios creían que muchos dioses vivían
en la tierra, y eran a menudo mostrados bajo la forma de animales. Al
igual, que muchos ídolos del Canaán (Salmo 106, 38), y de otros pueblo
paganos (Jueces 10,6), como fueron también los árboles o bosques
sagrados, los ejércitos del cielo (2 Reyes 17,16), y los terafines, que eran
dioses caseros de todo tipo (Génesis 31,19; Jueces 17,5).Todos ellos eran
imágenes hechas para adorarlos (Hechos 7, 43).
III. LOS ÍDOLOS EN LAS CULTURAS ANTIGUAS

En el antiguo Oriente Medio, la gente creía que los dioses sólo podían ser
adorados en los territorios que regían.

El principal de todos que rivalizaba con Yahvé, era Baal que significa
“Amo” o “Señor”, dios de los cananeos representado en forma de buey, y
que fue sometido a la prueba del fuego por el profeta Elías En el monte
Carmelo (1 Reyes 18,20-40). Baal era una deidad de la fertilidad, también
conocido como “el jinete de las nubes”, cuyo emblema era un relámpago.
Se le atribuía el poder de la lluvia para regar los cultivos, y las cosechas
abundantes al final de la temporada seca. Es probable que muchos de sus
adoradores le lanzaran besos a una estatua suya o se arrodillaran ante
ella, para incitarlo a que bendijera sus sembrados y sus ganados;
además, acostumbraban hacerse cortes en sus cuerpos hasta sangrar (1
Reyes 18,28). Yavé Sabaot pedía a su pueblo que lo escogiera a él como
su “Baal”, como su “dueño marital” (Isaías 54,5).

Cuando en las Sagradas Escrituras se emplea el plural “baales”, se trata


de varios ídolos, algunos de ellos eran locales o de la región.

Marduk, el primer dios del panteón babilónico, su semejanza con El Dios


Verdadero es causa de los ataques que contra él se menciona en el
Antiguo Testamento, se le dedicó la famosa torre de babel. Era imaginado
como un dragón.

Rah, dios-sol egipcio, se le rendía culto en Heliópolis. (Amón) era el


mismo dios en Tebas (al sur del Cairo), representado también como un
carnero o ganso. Asimismo, El faraón Akenatón intentó sin éxito
establecer a Atón, el disco solar, como deidad única. En Persia (hoy Irán),
había otro dios solar conocido como Mitra, su culto se difundió en el
Imperio Romano. Shamash, dios asirio-babilónico que representaba el
mismo astro solar. La estrella del dios Refán (el planeta Saturno, adorado
por los asirios), (Hechos 7,43); Amun, deidad lunar egipcio al igual que
Nanna para los sumerios; Anu, dios asirio –babilónico del cielo y Hadad,
dios de la tormenta para los arameos.

Horus, dios solar representado como un halcón o un hombre con cabeza


de halcón. Esta ave era utilizada para la caza de pájaros de presa. Los
egipcios los sacrificaban para pedir favores a los dioses, para sanación
física.

Tot, dios de la lluvia y el trueno, era imaginado con cabeza de ibis (ave
zancuda), mono o de perro. Los antiguos egipcios creían que el ibis se
alimentaba de los reptiles que infestaban el País. Igualmente, el búho era
el animal sagrado de la diosa griega Atenea.

Las antiguas civilizaciones paganas frecuentemente ilustraban a sus


dioses como toros, que eran el símbolo del poder y la virilidad, y es así
como encontramos a Moloc, dios de los amonitas con cabeza de toro y
cuerpo de hombre, divinidad principal de Biblos, su culto estaba muy
extendido en Canán y en las colonias fenicias (1 Reyes 11,7). El toro o
buey de Apis, la deidad egipcia de la fertilidad, adorado sobre todo en
Menfis, se embalsamaba y se colocaba en tumbas como las encontradas
cerca del Cairo. En Creta era un animal sagrado, como se observa en el
museo de Herakleion, de una bella escultura hallada en Knossos, de la
cabeza de un toro en esteatita con cuernos de oro. Para los griegos, el
Minotauro era un monstruo legendario con cuerpo humano y cabeza de
bovino. El famoso “becerro de oro”, que se cree que fue modelado sobre
la base del Toro de Apis, y representaba la imagen del Señor; hecho con
las joyas del pueblo y que adoraron Aarón y los hebreos mientras Moisés
estaba en la “montaña sagrada” (Éxodo 32, 1-8). Se han descubierto
réplicas de este ídolo como en la ya descrita ciudad costera de Biblos,
en Fenicia (Líbano), y en las ruinas de la antigua ciudad portuaria de
Asquelón (Israel); donde los arqueólogos desenterraron un becerro de
12,5 centímetros de longitud hecho de bronce, cobre y posiblemente
plomo y plata, el ídolo data del 1550 a. de C., antes de la conquista
israelita de Canaán.

Hator, diosa de la antigua casa real egipcia bajo la forma de una vaca
entre cuyos cuernos lucia el disco solar, se mostraba a menudo como una
vaca emergiendo del Nilo, era considerada como la fuente de la fertilidad
acompañada de Jatón, diosa egipcia mujer con cuernos de vaca.

El dios Khnum, de cabeza de carnero, era adorado como el guardián de


las crecidas del río Nilo, al lado Banaded, deidad egipcia en forma de otro
carnero.

Yapet, la serpiente demonio. Al lado de la diosa cobra Ua Zit, deidad


femenina del Bajo Egipto en los tiempos predinásticos. La cobra era
también la figura de la realeza para esta cultura. Los faraones tenían la
costumbre de colocar en sus cabezas un casquete de oro con la
representación de la serpiente sagrada Wadjet, símbolo de su poder y la
sabiduría total, y de la cual se decía que escupía fuego a sus enemigos.
La Biblia menciona a una enorme serpiente que fue destruida por el
profeta Daniel (14, 23-27). Este reptil era considerado como una
divinidad dadora de vida, para los mesopotámicos, griegos y romanos.
Entre los sumerios se conocía la figura de la serpiente enrollada en una
varilla como señal de vida, representación que persiste aún en la
medicina y la farmacología. En la religión de Canaán, país en el que vivió
el pueblo de Dios, la serpiente era el emblema de la idolatría de tipo
sexual. Del mismo modo, era considerada por los judíos como un animal
impuro que representa al mal, porque es traicionera, venenosa y mata
con su picadura.

Sebek el cocodrilo. Estos animales limpiaban el río Nilo de la carroña. La


antigua cultura egipcia aparte de los faraones también momificaban a los
cocodrilos; como se han encontrado en algunos sarcófagos de las
pirámides y tumbas del valle de los reyes y de Gizah.
Heqt, dios egipcio bajo la figura de una rana.
Anubis, dios de los muertos con cabeza de chacal y cuerpo de hombre;
como se observa en una pintura funeraria del museo británico. Seth, se le
identificaba en el país de los faraones como una especie de cánido de
cola ahorquillada, con las orejas recortadas, y el resto del cuerpo de un
hombre. En la mitología griega estaba Cerbero, perro con tres cabezas y
guardián de los infiernos.

Bastet, la diosa egipcia en forma de gata. Se conserva una estatua de


bronce del siglo VI a.C., Los gatos perseguían a las ratas que eran unas
verdaderas plagas en las ciudades, en las aldeas y en los sembrados.
Estos felinos eran sagrados y se castigaba con la pena de muerte, a aquel
que los matara, así fuera accidentalmente. Cuando un gato querido
moría, se le momificaba y se lo sepultaba en terreno sagrado. Debajo de
las tumbas se les dejaba pequeños recipientes con leche y juguetes para
que pudiera beber y jugar en el otro mundo. En la isla de Chipre se
encontró la estatuilla de un gato similar a figuras de piedra y arcilla
halladas en Siria, Turquía e Israel.

La Esfinge, monstruo legendario originario de Egipto. Híbrido de gran


poder compuesto generalmente de cuerpo de león y cabeza de faraón, o
a veces de animales como el carnero y el halcón. La más célebre se
encuentra en Gizah. Fue a menudo la imagen del rey para los antiguos
egipcios.

Dagón, uno de los principales dioses filisteos y de otras naciones


mesopotámicas. En hebreo significa “grano”, por lo tanto era
probablemente una deidad de la vegetación. Llegó a ser descrito como
mitad hombre y mitad pez, porque el nombre de este ídolo sonaba como
la palabra hebrea “dag”, que quiere decir “pez” (1 Samuel 5,4). Tenía en
Asdod un templo, adonde llevaron los filisteos el “Arca de la Alianza”
después de quitársela a los israelitas. En las culturas de Oriente Medio era
costumbre que las naciones victoriosas transfirieran los ídolos capturados
a sus propios templos. Esto simbolizaba la creencia de que sus dioses
eran superiores. Los filisteos trataron el “Cofre Sagrado” como un ídolo
conquistado, y cuando la introdujo en su santuario la figura del ídolo cayó
dos veces al suelo y en la segunda se hizo añicos.

El otro lugar de culto estaba en Gaza, y fue destruido por Sansón


(Jueces 16,23ss). Los arqueólogos han encontrado en la región de la
Mesopotamia los restos de seis templos en honor a Dagón, Istar, la diosa
de la fertilidad, y de Shamsah, el dios sol. Originalmente, estos lugares de
culto tenían una estatua de la deidad a la que se hacían ofrendas y
súplicas. Los devotos colocaban imágenes de sí mismo en las que se
representaban sonrientes, orando en los bancos del santuario, pues
creían que así prolongaban el acto de adoración que rendían.

Milcom, dios de los amonitas que tenía una corona de oro de un talento
(1 Crónicas 20,3); Y a quien el rey Salomón edificó un santuario en
Jerusalén (1 Reyes 11,5).

Atum, dios egipcio con apariencia de un anciano creador del universo y


del más allá. Según el Libro de los Muertos, al final de los tiempos
aparecerá en forma de una serpiente. Osiris, una de las deidades
principales del panteón egipcio, es el primer rey divino en Egipto. Ptah,
creador de los dioses y seres humanos, es también señor de la ciudad de
Menfis, se le representaba como un hombre con una vestidura ceñida,
con gorro, cetro y alas. Amón, dios rey egipcio, tenía forma humana, con
una corona y dos plumas.

Alejandro Magno recibió adoración en las tierras orientales que conquistó,


con sus sucesores y reyes esto llegó a ser una práctica común. En Egipto
el oficio de faraón era sagrado y la familia de los Tolomeos, tanto en vida
como en muerte fuero adorados oficialmente. Los faraones eran
embalsamados y colocados en tumbas dentro de las pirámides. En el
Libro de los Muertos (1500 a.C.), narra el viaje celestial del faraón, en
forma de pájaro -oca, garza real o halcón, langosta o escarabajo –
ayudado por los dioses, para convertirse en viaje al más allá en un dios.
El escarabajo simboliza al dios solar Khepri, eran momificados como
talismanes de los faraones y relacionados con la resurrección e
inmortalidad en el antiguo Egipto. Mélec, que significa ‘’rey”, y se aplica
en el Antiguo Testamento como título a varios dioses legendarios (Isaías
57,9).

La mitología Griega y Romana adoraban en santuarios y templos a dioses


con figuras humanas que vivía en una especie de panteón llamado el
Olimpo, Como Zeus y Hermes para los griegos (Hechos 14,11-12).
Durante el reinado de Antíoco Epífanes IV que se llamó a sí mismo como
“Dios”, hizo erigir en el Templo de Jerusalén en el año 168 a.C., un altar
pagano en honor de Zeus [o su equivalente para los romanos “Júpiter”,
quien recibía el sobrenombre de “Optimo Máximo” (“el mejor y mayor
de todos”)], intentando con esto erradicar la fe judaica. Este acto de
impiedad y de sacrilegio fue lo que motivaron la insurrección de los
hermanos Macabeos. Igualmente, el rey Herodes el Grande mandó a
clavar un águila imperial de oro sobre el pórtico del Santuario, pero dos
doctores de la ley, Judas y Matías, la arrancaron en pleno día delante de
todo el pueblo y la destrozaron a golpes de hacha. Otra “abominación”
similar fue la del emperador Calígula, cuando quiso levantar su estatua en
el mismo Edificio Sagrado como el “nuevo Júpiter”, pero murió antes de
que su orden fuera ejecutada.

En el segundo viaje misionero de Pablo se dirigió a Atenas, famoso centro


de la filosofía y de culto pagano. Fue aquí que predicó en el Areópago,
observando un monumento “A un Dios desconocido” (en griego,
A.gnó.stoi The.ói) (Hechos 17,19-23). En esta parte del territorio del
Imperio Romano se han descubierto altares dedicados en latín a deidades
anónimos. Se halló uno en Pérgamo, con la inscripción escrita en griego,
como la hallada en Atenas por el apóstol de los gentiles. En el mismo
libro sagrado se relata que cuando Pablo era conducido a Roma, navegó
de Malta a Siracusa en un barco que llevaba en lo alto de la proa dos
esculturas de los hijos gemelos de Zeus, de nombres “Cástor y Pólux”
(Hechos 28,11). Considerados en el mundo grecorromano como dioses
custodios de los marineros.
Los emperadores romanos como vimos anteriormente, siguiendo la
costumbre de los monarcas griegos eran considerados como "semi
dioses” o “hijos de los dioses”. Esta práctica se remonta al general Julio
César, quien había sido elevado a este rango por el senado romano y fue
conocido como “Divus Julius”, la deificación fue entonces una parte
importante de la política romana. Su hijo adoptivo y sucesor, Octavio, fue
declarado “Divi Filius”, es decir, “Hijo de Dios” o “Hijo de un Ser Divino”,
y es así como tiempo después Vespasiano llegó a decir: “creo que me
estoy convirtiendo en un dios”. Tal designación latina se convirtió en un
título solemne de los emperadores al igual que otros nombres como:
“Augusto” (Venerable), “Soter” (Salvador del mundo), “Dominus et
Deus” (Señor y Dios), “Divus Augustus” (Divino Augusto), “César
Kyrios” (El César es el Señor), o “Pontifex Maximus” (Máximo
Pontífice). En sus monedas eran acuñadas con una corona radiante. Los
aclamaban con las mismas palabras con que invocaban a un dios, con
himnos y cantos. Además, se le erigían altares, estatuas y templos donde
se le ofrecían sacrificios.

La “Gran Madre” o “Diosa Madre” aparece en la antigüedad con varios


nombres: la “diosa reina del cielo” en Egipto (Jeremías 44, 16-19), al
lado de Aserá, diosa cananea de la fertilidad. Al respecto, los israelitas
practicaban su mezcla de culto en los llamados “lugares altos” (2 Reyes
23,5-8; Ezequiel 6,6), que consistían en santuarios con altares, estantes
para incienso, columnas sagradas de piedra y postes simbólicos de
madera o troncos de árbol esculpidos en forma femenina atribuidos a
esta divinidad mitológica, conocidos como “el poste de Asaré”
(Deuteronomio 16,21). Del mismo modo, los arqueólogos han encontrado
cientos de estatuillas de terracota en Jerusalén y Judá, sobre todo en las
ruinas de los hogares particulares. La mayoría son representaciones de
una mujer desnuda con senos de un tamaño exagerado. Los expertos
señalaban que se trata de Astoret y de Aserá, y opinan que las figuras
eran “talismanes para facilitar la concepción y el alumbramiento”.
Otras deidades eran: Astarté (Venus semita), que estaba ligada al amor,
el sexo y la maternidad; se le rendía tributo junto con Baal (Jueces 2,13);
Ishtar, en Babilonia; Anath, en Fenicia; Isis en Egipto; Gea y Demétre en
Grecia; en Creta estaba ligado al de la serpiente, animal mágico; la diosa
Buho como una mujer con cabeza de pájaro, símbolo de regeneración. Y
otras muchas diosas como: Artemisa, para los griegos, o Diana, para los
romanos, cuyo culto estaba muy arraigado en Éfeso (Turquía). Patrona
de la ciudad, y diosa de la caza, el nacimiento y la fertilidad. En esta
localidad se guardaba una imagen suya que supuestamente había caído
“del cielo”, se suponía que Júpiter había arrojado a la tierra una imagen
de madera de esta diosa (Hechos 19,35). Con motivo de las fiestas en su
honor, la ciudad se llenaba de visitantes todos los años entre marzo y
abril. Los peregrinos adquirían gran cantidad de artículos religiosos:
recuerdos, amuletos, imágenes para el culto familiar, etc. Varias
inscripciones antiguas de Éfeso hablan de la fabricación de estatuas de
Artemisa en oro y plata, y otras mencionan a gremio de los plateros
(Hechos 19, 24-25). Su templo estaba considerado una de las siete
maravillas del mundo antiguo, era adorada en esta ciudad y en toda Asia
(Hechos 19,27). La estatua de la diosa del amor Venus, en el nombre
latino de la diosa griega Afrodita, que fue encontrada en 1821 por un
campesino de la Isla de Milo. Esta hermosa escultura conocida como la
“Venus de Milo”, se puede apreciar en el museo del Louvre (París).
Atenea, en Grecia igual a Minerva, en Roma; la diosa griega Hera; Ninli,
en Mesopotamia; Nidaba, en Sumeria; Sin en Babilonia y demás.

Esculapio, dios griego de Pérgamo que obraba milagros a favor de los


enfermos, y por eso se le daba el título de “salvador”. Esto les disgustaba
mucho a los primeros cristianos. Por eso Jesús resucitado en el libro de
las Revelaciones llamó a esta ciudad de Asia menor como el lugar donde
“Satanás tiene su trono” (2,13).
IV. DIFERENTES CARACTERÍSTICAS

En la traducción de los Setenta la palabra “demonio” se empleaba para


traducir la hebrea sedîm “señores” o elîlîm “ídolos”, puesto que los
hebreos desde el comienzo miraron las estatuas idolátricas como meros
símbolos visibles de demonios invisibles (Deuteronomio 31,17; Salmo
96,5; 106, 37-38; Baruc 4,7). Estos ídolos de los paganos eran
elaborados con “oro, plata, Bronce, hierro, madero y piedra” (Daniel 5,4),
“tienen boca, pero no pueden hablar, tienen ojos, pero no pueden ver”
(Salmo 115, 4- 8). “El que funda una estatua para adorarla como si ella
fuera un dios, pierde su tiempo (Isaías 44,10), ya que son verdaderos
“altares de los demonios” (2 Reyes 23,8), “que no sirven para nada”
(Jeremías 2,11), ni pueden salvar (Isaías 45,20), “imágenes engañosas
y sin vida” (Jeremías 51,17). El apóstol San Juan recalca que hay que
cuidarse de los “dioses falsos” (1 Juan 5,21), “Porque todos los dioses de
los pueblos son ídolos” (Apocalipsis 96,5). Mientras que San Pablo agrega
“los dioses hechos por los hombres no son dioses” (Hechos 19,26), “un
ídolo no tiene valor alguno en el mundo” (1 Corintios 8,4). Por esta razón,
hay que pasar “de los ídolos a Dios” (1 Tesalonicenses 1,9).
IV. CONDENACIÓN DE YAHVÉ A LA IDOLATRÍA

Hay tres razones por las que La Biblia condena este tipo de culto:

1. El concepto bíblico de “Dios Todopoderoso” difiere radicalmente del


paganismo y la idolatría. Donde hay muchos dioses cada uno limita al
otro. Puesto que ninguno de ellos es creador de todos, ninguno de
ellos tiene todo el control. De hecho, era algo detestable ante los ojos
del Todo Poderoso: ‘Yo soy el Señor, ése es mi nombre, y no permitiré
que den gloria a ningún otro, ni que honren a los ídolos en vez de a
mí” (Isaías 42,8), El es “un Dios celoso” (Éxodo 34,14). De hecho,
cuando el pueblo hebreo entró a la tierra del Canaán tenían la misión
de destruir los “ídolos” y sus “altares” (Números 33,52). Por su parte,
los profetas escarnecían y ridiculizaban a los otros dioses y a los ídolos
que adoraban los otros pueblos. En ocasiones los llamaban ídolos
“repugnantes” o “abominaciones” (1 Reyes 11,5). Cuando los judíos no
querían pronunciar el nombre de un falso dios o ídolo, simplemente se
referían a ellos como “oprobio”, “vergüenza”, “apostasía” o
“fornicación” contra Dios. Los historiadores bíblicos han descubierto
que la adoración de Baal, Astoret y otros dioses cananeos; consistía en
orgías en sus propios templos, con sacerdotes castrados, la
prostitución sagrada y toda clase de placeres mundanos (1 Reyes
12,24; 15,12; 22,47; 2 Reyes 23,7). También los babilonios cubrían sus
ídolos con ricas vestiduras, se las adornaba con collares, brazaletes y
anillos; las colocaban sobre lechos suntuosos y las sacaban en
procesión.

2. Porque el pueblo judío llegó o introducirlos en el templo sagrado de


Jerusalén, la ciudad escogida entre todas las tribus de Israel (1 Reyes
11,32), después de que el rey Salomón en su vejez Cayera en la
idolatría (1 Reyes 11, 4; Jeremías 7,30, Nehemías 13,26); lo que duró
hasta la reforma en el reinado de Josías (2 Reyes 23,4).

3. Porque los israelitas les presentaban en su honor vino y cereal (Isaías


57, 6), tortas (Jeremías 7,18), incienso en altares de ladrillo y sobre los
montes (Isaías 65, 3.7); Sacrificaban toros, mataban hombres,
degollaban ovejas, desnucaban perros y derramaban la sangre de los
cerdos (Isaías 66,3). Algunos expertos afirman también que los
idólatras a veces usaban altares con una cavidad secreta debajo, de
modo que pareciera que una fuerza sobrenatural encendía el fuego.
Incluso, “han sacrificado en el fuego a sus propios hijos” (Ezequiel 23,
37). A Moloc (o Mólek). Los hebreos en tiempo de los reyes llegaron a
ofrecerle esta clase de holocaustos en el valle de Ben-Hinom (o “valle
de Hinón”), situado al sur de Jerusalén (Jeremías 32,35). Este sitio
llegaría a conocerse como el “valle de la matanza”, donde yacerían sin
ser enterrados los “cadáveres de esta gente” (Jeremías 7,30-34). Del
mismo modo, en las antiguas tierras del Canaán (lo que hoy es Israel
y el Líbano), hace unos 3500 años atrás, la estatua de bronce de este
ídolo con los brazos extendidos, se ponía un horno al rojo vivo y las
víctimas (niños primogénitos), eran arrojadas al interior (Deuteronomio
12,31). La arqueología ha encontrado en Cartago, campos de urnas
conteniendo esqueletos de infantes recién nacidos calcinados. Culto
semejante hubo en toda el área mediterránea. Por esta razón, el
apóstol Pablo comparaba estas prácticas como verdaderos tributos a
los demonios (1 Corintios 10,20).

Fueron estas las causas por las que el Señor castigó ejemplarmente a
Israel (Jeremías 44, 22-23). Por esta razón, todos los verdaderos profetas
desde Moisés hasta Malaquías predicaron con toda vehemencia y con
todo el poder que tenían para hacer volver al pueblo a la adoración
verdadera. Sin embargo, mientras más los llamaban tanto más se
alejaban del Señor (Oseas 11,2). Israel y luego Judá fueron llevados a un
exilio como el último gran castigo, dado que ellos fueron tras dioses
ajenos (2 Reyes 22,17). Se necesitó este terrible juicio para apartarlos de
la idolatría. Cuando volvieron de la cautividad a sus tierras bajo
Zorobabel, nunca más volvieron a adorar ídolos como nación.
IV. LAS IMÁGENES SAGRADAS EN EL JUDAÍSMO

El mismo Dios del cielo le ordenó a su pueblo construir figuras con fines
curativos, sagrados y decorativos; como:

La “serpiente de bronce” que fue utilizada como antídoto contra la


mordedura de estos reptiles en el desierto del Sinaí (Números 21, 8). Esta
imagen estuvo doscientos años en el Templo de Jerusalén, hasta que el
rey Ezequías mandó destruirla, porque los hebreos la llamaban
Nejustán, idolatrándola y ofreciéndole sacrificios de incienso (2 Reyes
18,2-4).

La Menorá, candelabro de siete brazos que se colocó en el interior de la


Tienda Sagrada y después en el Templo de Jerusalén, tenía grabadas
flores de almendro (Exodo 25,33), ardía frente al Arca de la Alianza. En
Tierra Santa es el símbolo de la ley, la luz de Dios que ilumina a su
pueblo escogido. En la antigua Jericó se descubrieron las ruinas de la
sinagoga de Noara. Allí se halló un mosaico de la menorá, con la
inscripción hebrea “Shalom al Israel” (La paz con Israel).
El “Sello” o “Estrella de David”, es un símbolo de origen bíblico (Génesis
49, 1-10; Números 24,17), aunque se desconoce en que circunstancias
pasó a ser el emblema nacional del estado de Israel, utilizado en
monumentos y en su bandera.

En el museo nacional de Damasco, se encuentra unos treinta paneles


pintados que hacen alusión al tema de la restauración y la salvación del
pueblo hebreo, la venida del Mesías, al igual que imágenes de los
patriarcas, de Moisés y el éxodo, de la pérdida del arca sagrada y su
recuperación, del rey David y la reina Ester. Los eruditos bíblicos han
relacionado estas representaciones artísticas con las Biblias ilustradas,
que empezaron a circular durante los siglos II y III d.C., y que indica que
el arte religioso católico tuvo su origen en las fuentes de la religión
judaica.

En antiguas sinagogas que datan del siglo II al VI d.C., como en


Tíberiades, Beit Alfa, Yeras, Narra, Dura y otras; se han encontrado
estatuas, frescos y mosaicos de figuras humanas, de animales y de
pasajes bíblicos como la zarza ardiente, el sacrificio de Abraham, el
éxodo, etc. Así también las tumbas judías de Roma se adornaban con
imágenes (Comparar con Mateo 23,29).

Mical, la esposa del rey David tenía en su casa de Jerusalén una imagen
de Terafim, un ídolo doméstico que al parecer tenía el tamaño y la forma
de un hombre (1 Samuel 19,12-13). Los hallazgos arqueológicos indican
que en tiempos bíblicos, las tallas de Terafim, no solo se usaban con fines
religiosos, sino también como títulos de propiedad familiar.
Anteriormente, Raquel, esposa de Jacob, había robado un Terafim a su
padre (Génesis 31, 19). Con la reforma religiosa de Josías
desaparecieron, ya que los judíos le habían relacionado con un talismán
para la buena suerte, también tenían amuletos que escondían debajo de
la ropa (2 Reyes 23,24).
V. EL TEMPLO DE JERUSALÉN

Este recinto sagrado construido por el rey Salomón hacia el siglo X a.C.,
era llamado como la “casa del Dios verdadero” (2 Crónicas 24,7), “casa
de oración para todos los pueblos” (Isaías 56,7), “Santo Templo” (Salmo
68,5) o “templo del Señor” (1 Samuel 1,9.24); era considerado como
“una figura del santuario verdadero” (Hebreos 9,24); y estaba adornado
en un principio por “seres alados, palmeras, flores, granadas, frutas,
leones, toros y guirnaldas” (1 Reyes 6, 18.29.32.34-35; 7,19-20,25.
29.36). El ya mencionado rey judío, hizo dos enormes ángeles de madera
de olivo y cubiertos de oro, para que custodiaran el Lugar Santísimo (1
Reyes 6,23. 28-29). Anteriormente, Moisés había dado ordenes a los
artistas para que confeccionaran en el Santuario, diez cortinas de
diferentes colores bordadas con dos seres alados (Éxodo 26,1.31-33;
36,8.35); Y todo esto con la aprobación celestial. Es más, en la visión
que el profeta Ezequiel tuvo del “templo futuro”, aparecen dos imágenes
de un ángel con cara de hombre y otro con cara de león, al lado de más
“seres alados y palmeras” (41, 18-20).

El Sagrado Templo (Bet ha-Micdash), estaba dividido en tres partes: el


atrio (Ulam), la sala principal del santuario o el lugar santo (Hekal), y el
Santo de los santos, allí sólo podía entrar el Sumo Sacerdote una vez al
año. El “Santo de los Santos” (Sancta Sanctorum), era el lugar de la
Shekirá, es decir, de la presencia y de la gloria de Yahvé (Éxodo 29,43-
46; 40, 34-38).

Fue además el centro religioso de la nación de Israel, destruido por


Nabucodonosor de Babilonia en el 587, es reconstruido por Zorobabel a la
vuelta del destierro hacia el 515, rehecho nuevamente por Herodes el
Grande, empezando su construcción hacia el año 20 a.C., recibirá en
varias oportunidades al Hijo de Dios. Hacia el año 70 de nuestra era, es
arrasado por los ejércitos romanos de Tito, solo quedo el llamado “Muro
de los Lamentos”, el lugar más sagrado para los judíos hoy en día.
LAS IMÁGENES Y PINTURAS SAGRADAS EN LA IGLESIA
PRIMITIVA

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

En el barrio de Talpiot Este, en la Ciudad Antigua de Jerusalén, un grupo


de científicos descubrió una tumba. En uno de los osarios situado en
torno al año 60 D.C., se puede ver la pintura de un gran pez con una
figura humana en la boca, que los expertos interpretan como el episodio
del Antiguo Testamento del profeta Jonás. Es considerada una de las
primeras evidencias arqueológicas del Cristianismo Primitivo.

En la ciudad de Roma, se encuentran las catacumbas (túneles en el sub


suelo). Aquí hay diferentes representaciones del arte paleo-cristiano
como en las de “Santa Priscila”, “San Calixto”, “Domitila”, “San Sebastián”
o “San Pedro Y San Marcelino”. En su interior se han encontrado
imágenes, nichos de tumbas decorados con diferentes motivos,
monumentos y murales que representan entre otros motivos algunas
escenas bíblicas, para expresar su esperanza en la salvación de Dios,
tales como: Noé y el diluvio, Moisés ante la zarza ardiente, los tres
jóvenes en el horno ardiente, Daniel en el foso de los leones, la
anunciación del ángel San Gabriel a la Virgen, María con el Niño Jesús, el
pesebre, la visita de los Magos de Oriente, la muerte de Cristo en la Cruz.
Según los resultados cronológicos los mismos datan de mediados del siglo
II hasta el siglo IV de nuestra era.

En una antigua necrópolis del subsuelo de la basílica de San Pedro de la


segunda mitad del siglo II, se descubrió un mosaico del techo conocido
como “Cristo el Sol de Justicia”, mientras asciende al cielo sobre una
cuadrilla de caballos blancos, sosteniendo un globo en la mano izquierda
(Mateo 25,31; Apocalipsis 22,16). En las paredes se distinguen las
imágenes del Buen Pastor, y la de un pescador que tira del anzuelo a un
pez mientras otro huye; símbolo de las almas que pueden acoger o
rechazar la salvación eterna.
En el siglo IV consta que los primeros cristianos esculpían en los
“sarcófagos” (sepulcros), imágenes de Jesús, de Pedro, de Marta y María,
del milagro de Caná, de la curación del ciego de nacimiento y de la
resurrección de Lázaro.

Jesús, el “buen pastor” (Juan 10; 11), aparece en una lápida sepulcral
cristiana de las catacumbas de Domitila, en Roma, de final del siglo III.
Esta figura representa algunas características de Jesucristo, Buen Pastor,
que guía y protege a sus fieles (las ovejas), con su autoridad (el callado),
les atrae con la sinfonía melodiosa de la verdad (la flauta), y les hace
reposar a la sombra del “árbol de la vida” (su cruz redentora que abre las
puertas al Paraíso).

El “pez”, Los primeros cristianos adoptaron en los sarcófagos y en las


catacumbas el dibujo de un “pez”, ICHTUS (en griego), por corresponder
estas letras a las iniciales en griego de “Jesucristo, Hijo de Dios, Salvador”
(Iesous Christos, Theou Uios, Soter), (Tito 2,13; 2 Pedro 1,1). Del
mismo modo, el Divino Maestro les anunció a los primeros apóstoles que
en adelante serían “pescadores de hombres” (Mateo 4,18-22). En la
catacumba Lucina, se encuentra un mosaico de un pez sosteniendo un
canasto con panes, que representa la simbología eucarística (Juan 6,51).
Del mismo modo, en la aldea de Tabgha, donde la tradición antigua
localiza el sitio de la multiplicación de los panes y peces (Mateo 14,13), se
desenterró los restos de una iglesia del siglo IV, que contiene un único y
bello piso de mosaico, donde se puede apreciar el pavo real, pájaros
acuáticos, flora regional y una cesta con panes y peces, junto al altar.

Se conserva un sarcófago cristiano descubierto en Arlés. Allí está


esculpido el Salvador, en medio de dos figuras: la primera muestra a un
apóstol, que está junto a él con cinco panes y dos peces puestos sobre
un ara; y la otra figura representa una planta, alrededor de la cual se
enrosca una serpiente. Los panes y los peces sobre el altar simbolizan el
sacrificio eucarístico. La serpiente con sus espirales enroscados alrededor
de un tronco, representan el pecado original.
A partir del siglo V se encuentra en el ábside de las grandes catedrales y
basílicas, mosaicos representando a Jesús como el “Kyrios
Pantokrátor”, es decir, el “Señor Omnipotente” (Apocalipsis 1,8).

La paloma, signo del Espíritu Santo, aparece por primera vez en el siglo V
en el mosaico del arco triunfal de la basílica de Santa María la Mayor en
Roma.

El Ancora o “Ancla de la Esperanza”, el autor de la carta a los Hebreos


(6,19), la utiliza para expresar nuestra confianza en el Señor Jesús, y en
su sacerdocio eterno “como ancla segura y firme” que da la fe en épocas
de persecución, como ocurrió en los cuatro primeros siglos del catolicismo
en el imperio de los Césares; la letra E que con frecuencia acompañaba al
ancla es probablemente una abreviación para “Elpis”, palabra griega de
“Esperanza”. El dibujo de una palma, emblema del martirio (Apocalipsis
7,9).

En las tumbas de los santos mártires, junto al nombre de la víctima


aparece la palabra “en Cristo” (Romanos 1,3-4). Igualmente, el
“Crismón”, combinado con el monograma en griego de Cristo (P=Khi –
X=Rho), con las iniciales A (Alfa=principio) y W (Ómega=fin)
(Apocalipsis 22,13). Desde el siglo III, se encuentran algunas
representaciones que encierran estas dos letras en una corona triunfal,
enfatizando el Señorío de Cristo. O también epitafios como “Aquilina
duerme en paz” (Juan 11, 11-14).

Una mujer sacando agua, este es un primitivo símbolo cristiano que


significa el consuelo que el alma humana encuentra en el cielo
(Apocalipsis 22,17). La paloma que hace alusión al alma del creyente. El
pavo real, símbolo de la inmortalidad. El alma de los muertos rodeada de
un paisaje verde acompañado de aves volando, flores, frutos, árboles,
fuentes de agua; con lo cual se propone que los difuntos han alcanzado
la paz y tranquilidad del espíritu (Apocalipsis 2,7). Así mismo, la
celebración de un banquete en el cielo (Lucas 13,29).
El Águila, en la tradición cristiana está asociada a la resurrección y al
evangelista Juan. De ahí que en las iglesias católicas, el frontis del púlpito
esté esculpido muchas veces la figura de un águila que lleva la Biblia
sobre sus alas extendidas (Éxodo 19,4). Igualmente, en algunos
baptisterios de iglesias antiguas aparece decorado en el suelo el águila y
el pez como distintivos de este sacramento de iniciación cristiana.

Los Santos Padres de la Iglesia como san Juan Crisóstomo, San Ambrosio
y San Agustín; puntualizaban que los crucifijos, iconos e imágenes de
Jesús, María, los santos y los ángeles; están hechos no para adorarlas,
sino para veneradas, y dirigir nuestras plegarias al Altísimo (2 Samuel
22,7).

LA CRUZ DE CRISTO
AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

I. CONTEXTO HISTÓRICO

La crucifixión como pena capital fue utilizada en Asiría, Fenicia, Babilonia,


Cartago y Persia. Los romanos hacia el siglo I a.C., la adoptaron en todo
su imperio. Esta ejecución era aplicada contra los esclavos rebeldes,
soldados que desertaban de las filas, espías, asesinos y sediciosos. Se
consideraba la forma de ajusticiamiento más degradante y brutal.

El lugar de la sentencia podía ser la sede misma de la autoridad, el


pórtico, el patio o balcones sobre las plazas públicas, donde solían
congregarse mucha gente, mientras que la ejecución solía ser en un
campo o una loma aislada fuera de las murallas. Primero el condenado
era flagelado con cuarenta azotes, luego se le colgaba en el cuello una
tabla que indicaba el motivo de su delito, además de un pesado tablón
horizontal con los brazos extendidos y amarrados, hasta llegar al sitio
señalado para su muerte, donde era fijado a un poste vertical por medio
de cuerdas y clavos.

Dependiendo de la gravedad del crimen, había cruces altas y bajas. La


persona desnuda quedaba suspendido de la cruz hasta que se producía
su deceso, que podía durar hasta días enteros, o eran rematados a
golpes. Rara vez los crucificados eran indultados, pero muy pocos
sobrevivían.

A los reos se les daba una bebida alcohólica y anestésica, fuertemente


aromatizada; el historiador cristiano Eusebio de Cesárea (siglo IV), afirma
que muchos de ellos fueron mantenidos así hasta que murieron por el
hambre y la deshidratación. En otros casos, se le ofrecía la antigua
bebida del legionario, la “posca”, agua desinfectada con vinagre, para
aliviar un poco el sufrimiento.

El derecho romano no preveía el enterramiento de los que habían sido


crucificados, los restos humanos se dejaban colgados en los maderos
indefinidamente hasta que los devoraban las aves de rapiña u otros
animales. Salvo en algunos casos y para impedir brotes de epidemia, los
condenados eran enterrados en fosas comunes, o sus cadáveres eran
entregados a cualquiera que lo solicitase para darle sepultura. El suplicio
de la “Crux Romana” duró casi cinco siglos, y fue abolido oficialmente
en los últimos años del reinado de Constantino en el 330 d.C.

II. LA CRUCIFIXIÓN EN EL PUEBLO JUDÍO

En la ley mosaica no había un mandato que ordenase colgar vivos a los


ajusticiados en una cruz; en el Israel de los tiempos bíblicos a los judíos
ejecutados (generalmente por lapidación), eran llevados fuera de la
ciudad, los testigos del crimen arrojaban las primeras piedras y luego lo
hacía el pueblo, si la causa era muy grave se les exponía a manera de
ejemplo público suspendiendo los cadáveres de un poste o árbol durante
el resto del día, antes del anochecer se tenía que sepultar sus cuerpos.
Según las tradiciones rabínicas consignadas el Talmud, cualquiera que
tuviera después contacto con el cadáver del condenado, o con los
instrumentos del suplicio, era declarado legalmente impuro (Véase
Deuteronomio 21,22-23). En 2 Samuel 21, 6.8-14 se menciona una
excepción, porque no es un caso de sentencia judicial sino de venganza
política. Ni siquiera se dejaba sin enterrar los cuerpos de los enemigos
muertos (Josué 8,29; 10,26; 2 Samuel 4,12).

Existía además el rechazo de la tortura en general, y a un tipo de muerte


tan prolongado y cruel. El hecho mismo de mandar a alguien morir en la
cruz era una costumbre pagana, y por consiguiente, impura desde todo
punto de vista moral y religioso. La lengua judía no tenía ni siquiera un
término equivalente a “crucifixión”, ni lo formó jamás, ni aun durante
largos períodos de dominación extranjera, sino que usó el equivalente de
“colgar” en un madero (Véase Hechos 5,30; 10,39).
El pueblo de la antigua alianza había experimentado esta pena de muerte
en tiempos de la ocupación de Antíoco Epifanes (hacía el año 170 a.C.),
cuyos soldados habían crucificado a hebreos que se habían negado a
renunciar a su religión ancestral. Los soldados sirios estrangulaban
también a las mujeres y a sus hijos varones circuncisos, colgándolos al
cuello de sus madres, que habían sido atadas a las cruces.

Durante el reinado de Herodes el Grande y con la autorización de Roma,


no se reconocía la autoridad de Sanedrín salvo que esta sea aplicada a la
violación de la ley mosaica en Judea, donde se podía aplicar la pena de
muerte por crímenes religiosos, pero la ejecución final por crucifixión era
dictaminada por el poder del imperio.

En la Palestina de la época de Jesús, los romanos también aplicaban esta


ejecución a judíos en masa; El historiador judío Flavio Josefo, testigo de
la destrucción de Jerusalén hacia el año 70 d.C., narra en sus crónicas
que centenares de hebreos huían cada día por la ferocidad del combate o
acosados por el hambre. Ninguno de los que caían en manos de los
ejércitos del general Tito eran dejados con vida; todos eran crucificados
alrededor de sus murallas, para aterrorizar a los supervivientes que
resistían. Cada día podía presentarse más de quinientas condenas,
llegando a faltar terreno para plantar tantas cruces, incluso los soldados
se divertían clavando a los israelitas en las más diversas posturas.

III. LA TEOLOGÍA DE LA CRUZ

En su ministerio público el Mesías había asociado la cruz con la exigencia


que implica imitarlo, porque “el que no toma su cruz y sigue es pos de
mí, no es digno de mí” (Lucas 9,23; 14,27). Solamente se reconoce la
grandeza de su misión salvadora con el sacrificio de la cruz: “Cuando
hayáis levantado al Hijo del Hombre, entonces conoceréis que yo soy”
(Juan 8,28), “Como Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que
ser levantado el Hijo del Hombre, para que todo el que crea tenga por El
vida eterna” (Juan 3,14-15. Véase también 12,32; 19,37; Lucas 24,25-
26). Dios Padre por medio de Jesucristo reconcilió “todas las cosas, así las
que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz
mediante la sangre de su cruz” (Colosenses 1,20). Asimismo, su triunfo
sobre los demonios y las fuerzas malignas, se cumple en la cruz
(Colosenses 2,15), el Señor resucitado no borró de su cuerpo las llagas
de su martirio en el madero, sino que las mostró como señal de su
victoria (Juan 20,24-29).

San Pablo hace en sus epístolas toda una “teología al misterio de la cruz”,
porque si la Escritura dice “maldito el que está colgado de un madero”
(Deuteronomio 21,23), Jesús nos liberó de la maldición de la ley (Gálatas
3,13-14). Y si el Cristo crucificado es un escándalo para los judíos y una
locura para los gentiles, para los llamados es “poder y sabiduría de Dios”
(1 Corintios 1,23-24). El mismo apóstol confiesa: “Pero lejos esté de mí
gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el
mundo me es crucificado a mí, y yo al mundo” (Gálatas 6,14); “por ahí
andan muchos de los cuales os dije muchas veces, y aun ahora lo digo
llorando, que son enemigos de la cruz de Cristo” (Filipenses 3,18). Su
predicación está centrada en “Jesucristo crucificado” (1 Corintios 1,23;
2,1-2), “Pues no me envió Cristo a bautizar, sino a predicar el evangelio;
no con sabiduría de palabras, para que no se haga vana la cruz de Cristo.
Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los
que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios” (1 Corintios 1,17-
18), ya que el Redentor del mundo “estando en la condición de hombre,
se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte
de cruz” (Filipenses 2,8).

IV. LA RELIQUIA DE LA SANTA CRUZ

Santa Helena a la edad de 80 años, descubrió en el año 326 los restos del
santo madero en la colina del Gólgota. Parte de los mismos fue llevada
por la augusta emperatriz a Roma, donde su hijo Constantino mandó a
edificar la “Basílica de la Santa Cruz de Jerusalén”. Otro tanto del valioso
leño permaneció en la Ciudad de Dios, en la “Basílica del Santo Sepulcro”
en el monte Calvario, dentro de un relicario cubierto de piedras preciosas,
y fue dedicada el 14 de septiembre del 335. Esta fecha se convirtió en la
fiesta litúrgica de la “Exaltación de la Cruz”. Con la invasión de los persas
a manos del rey Mazdeo Cosroes II, en el año 615, fue saqueada y
llevada consigo. En su poder permaneció hasta que el emperador Heraclio
en el 630, tras una campaña militar de seis años, la recuperó y la trajo
nuevamente a Jerusalén.

Quiso este monarca devolverla al lugar de donde había sido profanada,


por medio de una procesión revestido con los atuendos propios de su
dignidad real. Había pensado hacer entrar el relicario en la Ciudad Santa
por la misma puerta por la que entró Cristo antes de su crucifixión, pero
un derrumbe bloqueó su paso. Dado que el Señor había pasado a través
de esta puerta humildemente sobre un asno antes de su muerte, Heraclio
se quitó la corona, joyas y zapatos, y vestido sólo con la túnica llevó a
hombros el relicario hasta la basílica del Santo Sepulcro, el 14 de
septiembre del mismo año. Cinco años después, a causa de los ataques
de los árabes, el rey transportó esta reliquia a Constantinopla. Años más
tarde la hazaña de Heraclio fue asociada por la liturgia romana a la
festividad de la exaltación de la Santa Cruz.

V. EL SIGNO DE LA CRUZ EN LA IGLESIA CATÓLICA

Los Padres de la Iglesia escribieron sobre la importancia de hacerse el


signo de la cruz; Hipólito de Roma (+235), afirma que los creyentes
tenían la costumbre de trazar sobre la frente el signo de la cruz: “Cuando
estés tentados, sígnate la frente con devoción y piedad”. San Efrén, el
sirio, en el año 306, dijo: “Marcar todo lo que haces con el signo de la
cruz dadora de vida. No salgas de la puerta de tu casa hasta que te hayas
persignado con el signo de la cruz. No te opongas a hacer este signo
cuando estés comiendo o bebiendo o yéndote a dormir, bien sea que
estés en casa o en un viaje”. Este bello gesto de piedad popular,
expresaba el gran significado de la pasión y muerte del Señor, en los
primeros siglos de la fe verdadera.

Por esta misma época Constantino se encontraba en guerra contra


Majencio, y mientras marchaba con sus ejércitos vio una tarde en el cielo
una cruz luminosa, que también fue observada por sus generales y
soldados; y con ella estas palabras en latín: “In hoc Signo Vinces” (por
este signo vencerás). Durante la noche siguiente se le apareció en un
sueño Jesucristo, que le ordenaba cambiar el símbolo pagano del águila
imperial de sus estandartes de guerra, y adornarlos con el monograma
entrelazado de las letras XP (Cristo en griego). Al amanecer y con el signo
de la protección divina, los dos bandos se encontraron en el puente
Milvio, no lejos de la Ciudad Eterna, el 28 de octubre del año 312.
Majencio fue vencido y al huir para protegerse en los muros de Roma,
murió ahogado en las aguas del río Tíber, poco después Constantino
entró triunfante a la capital del imperio romano.

Al año siguiente (313), Constantino, emperador de Occidente, y Licinio,


uno de los Césares de Oriente, se reunieron en Milán y promulgaron el
célebre Edicto del mismo nombre que concedió plena libertad de culto
religioso a los cristianos, y ordenó que se restituyeran los templos y
bienes confiscados a la Iglesia Católica, la cual había sido perseguida
durante los tres siglos pasados.

VI. LA CRUZ EN EL ARTE CRISTIANO

La cruz aparece pintado y acompañada a los lados con las iníciales A


(alfa) y W (omega), en las catacumbas de la Ciudad Eterna (considerados
los monumentos cristianos más antiguos). Asimismo, en el palatino en
Roma, se encuentra una imagen de burla al crucificado, con cabeza de
asno; siendo esta la forma como los paganos humillaban a los cristianos
condenados a este martirio en el siglo III.
Las cruces utilizadas en los primeros siglos carecían de la imagen del
Redentor, pero a mediados del siglo V apareció sobre la puerta de la
basílica de Santa María la Mayor, en la Ciudad Eterna, una cruz que
contenía la imagen de Cristo. Aprobado por el papa Celestino I, este
símbolo recibió el nombre de Crucifijo, y a partir del siglo X se convirtió
en elemento litúrgico.

En la Edad Media las grandes catedrales y las tumbas de los pontífices y


emperadores cristianos estaban bellamente adornadas con la cruz. Ya a
finales de la Edad Media se estableció que el altar mayor de todas las
iglesias católicas debía tener un crucifijo, custodiado por dos luces.

¿EXISTE REALMENTE EL PURGATORIO?

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

INTRODUCCIÓN: El pastor protestante Carlos P. Chapmann, en su obra


“Lo que creemos los protestantes y contra qué protestamos”, dice lo
siguiente: “Negamos la existencia del Purgatorio, creyendo que es inútil
pagar para sacar almas de un lugar que no se menciona en la Biblia”.
Ahora bien, la Iglesia Católica es la única confesión cristiana que cree en
la existencia del Purgatorio. Sin embargo, el catolicismo tiene a su favor
no solamente argumentos teológicos y bíblicos, sino también pruebas del
más allá que presentaremos a continuación:

I. EL CAMPO DE LA TEOLOGÍA

Afirma el Catecismo de la Iglesia Católica en sus numerales 1030 y 1031,


que “Los que mueren en la gracia y la amistad de Dios, pero
imperfectamente purificados, aunque están seguros de su eterna
salvación, sufren después de su muerte una purificación, a fin de obtener
la santidad necesaria para entrar en la alegría del cielo. La Iglesia llama
Purgatorio (Del latín Purgatorius, que purifica) a esta purificación final
de los elegidos que es completamente distinta del castigo de los
condenados”. (Véase al respecto 2 Tesalonicenses 1,7-9).

En las catacumbas de Roma encontramos inscripciones en las tumbas,


que piden orar por los muertos, y sobre los sepulcros de los mártires se
celebraba la Eucaristía, a fin de que el sacrificio de Cristo en la cruz
redimiera a los fallecidos. En el siglo XI, se le da el nombre de
“Purgatorio”. El Papa Inocencio IV, en 1254, será el primero en tocar
oficialmente el tema e incorporar la palabra “Purgatorio” a la doctrina de
la Iglesia. En el Concilio de Florencia se promulgó solemnemente el día 6
de julio de 1439 un decreto llamado “Laetentur Caeli”, en el que
declaraba dogma de fe para todos los católicos tres cosas:

1. Que el Purgatorio existe


2. Que no es un lugar físico, sino un “estado del alma” en que las
almas de los difuntos son purificadas
3. Que los vivos pueden ayudar mediante sufragios (misas, oraciones,
penitencia y obras de caridad) para que puedan ascender al cielo

Posteriormente, en el siglo XVI el Concilio de Trento prohíbe agregar al


tema del Purgatorio cualquier otra cuestión. Razonamientos tales como si
el Purgatorio es un lugar frío como un glaciar o si por el contrario un
océano de llamas, o cuáles son las penas, cuánto tiempo se pasa y cómo
se sufre; la Revelación Divina (Biblia y Tradición), no lo dice, y el
magisterio de la Iglesia Católica no ha formulado declaración alguna al
respecto. De hecho, Santa Catalina de Génova (siglo XV), escribió: “No
hay felicidad comparable a la de los que están en el Purgatorio, a no ser
la de los santos en el cielo. Este estado debería ser más ansiado que
temido, pues sus llamas son llamas de inmenso amor y nostalgia”

II. EL PUNTO DE VISTA BÍBLICO

En el Antiguo Testamento encontramos las siguientes indicaciones:

“los habitantes de Jabes, de Galaad guardaron siete días de ayuno por la


muerte de Saúl y de sus hijos”. (1 Samuel 31,13).

“Es por lo tanto, un pensamiento santo y saludable el rogar por los


difuntos, a fin de que sean liberados de las penas que hayan incurrido por
sus culpas” [2 Macabeos 12,46. (Este libro no es aceptado por las Iglesias
Protestantes)]. Aquí se relata que en el año 160 a. C., en una batalla
contra los sirios murieron varios soldados judíos. Al ir a enterrar sus
cadáveres, hallaron que tenían bajo sus ropas colgados amuletos y
talismanes prohibidos por Dios. Por esta razón, Judas Macabeo hizo una
colecta entre los demás combatientes y la mandó al templo de Jerusalén
para ofrecer un sacrificio por los pecados de los guerreros abatidos, y así
el Altísimo los perdonara y pudieran gozar de la resurrección.

Ya en el Nuevo Testamento San Pablo al hablar del juicio final, dice: “La
obra de cada hombre ha de manifestarse en el día del Señor, el fuego
mostrará cuál sea la obra de cada uno…no obstante, él no dejará de
salvarse, si bien como quien pasa por el fuego” (1 Corintios 3,13-15).
Nótese bien, que el apóstol de los gentiles admite la existencia de un
lugar en donde se purifica con el fuego las obras “imperfectas” de los
hombres para ser dignos de llegar a Dios (Apocalipsis 21,27). Caso
contrario, es la sentencia del mismo Jesús, cuando asegura que los
condenados irán al “fuego eterno” del Infierno en compañía del Diablo y
sus demonios (Mateo 25,41).
III. EL PURGATORIO EN EL JUDAÍSMO
Un comentario del Rabino André Cheoraqui afirmaba que el mundo
Occidental tenía prejuicios contra los fariseos, pero, esta corriente del
Judaísmo era la que más se asemejaba a las creencias cristianas en sus
creencias: cielo, infierno, resurrección, juicio de la carne y purgatorio
entre otras. El rabino afirmaba que tales creencias dentro el cristianismo
son parte de la herencia del Apóstol Pablo, que antes de su conversión al
cristianismo fue un fariseo.
El “concepto” del purgatorio es parte de las creencias judías, pero esto no
significa que ellos definan el purgatorio de la misma forma en que la
Iglesia Católica lo define. Para ellos: “el purgatorio es el lugar a donde
son enviadas las almas de aquellos que pecaron. Existen allí siete niveles
bien definidos, en los cuales se hospedarán las almas de los pecadores,
de acuerdo a la gravedad de las faltas cometidas. Este purgatorio es un
lugar que permite a las almas purificarse, para luego poder ingresar al
Jardín del Edén y disfrutar de las excelencias que allí hay. La cantidad de
tiempo que deberá permanecer el alma en este sito purificador depende
de las faltas cometidas. Algunos deberán quedarse por espacio de treinta
días, otros sesenta, noventa, seis meses, o un año. (Tana Dbei Eliahu 3:
3)”. Purgatorio en hebreo se llama "Gueinom" ò “Gejena”. Según el
centro de estudios judíos “Tora Emet” de acuerdo al Talmud el proceso
de purificación dura a lo más 11 meses. Por esa razón los judíos
acostumbran decir el Kaddish (oración de duelo) por 11 meses, después
de este proceso de purificación el alma se eleva.
IV. TESTIMONIO DE LOS SANTOS PADRES DE LA IGLESIA

Desde los primeros siglos del cristianismo los Santos Padres enseñaban
sobre la existencia de un estado de purificación después de la muerte,
como por ejemplo:

“Cada día hacemos sacrificios por los difuntos”.


Tertuliano de Cartago (+230).

“El justo cuyos pecados permanecieron, será atraído por el fuego


(purificador)”. Lactancia (+325).

“Más que llorar (por el alma del difunto), hay que ayudarla con oraciones.
No la entristezcas con tus lágrimas, sino encomienda, más bien, a Dios
con oblaciones, su alma”.
San Ambrosio, obispo de Milán (+397).

“No en vano los apóstoles introdujeron la conmemoración de los difuntos


en la celebración de los sagrados misterios. Sabían ellos que esas almas
sacan de ella gran provecho y utilidad”.
San Juan Crisóstomo, patriarca de Constantinopla (+407).

“Respecto a ciertas faltas ligeras, es necesario creer que, antes del juicio,
existe un fuego purificador”.
Papa San Gregorio Magno (+604).

“Ofrecer sacrificios y oraciones por el descanso de los difuntos es una


costumbre observada en toda la Iglesia. Se piensa que se trata de una
costumbre enseñada por los mismos Apóstoles”.
San Isidoro de Sevilla (+636).

V. LAS EXPERIENCIAS DE LOS SANTOS, MÍSTICOS Y VIDENTES


CON LAS ALMAS DEL PURGATORIO

Algunos “santos(as)”, “místicos(as)” y “videntes” han tenido visiones y


revelaciones de las almas del Purgatorio. Estas experiencias son
consideradas de carácter privado. Por lo tanto, no aportan nada nuevo al
dogma del Purgatorio, y cada fiel tiene la libertad de creer o no en las
mismas.
De la vida del ya mencionado San Gregorio Magno, se narra que un día
mientras celebraba la Misa, elevó la Santa Forma y se quedó con ella en
lo alto por mucho tiempo. Sus ayudantes le preguntaron después que le
había pasado, y él les respondió: “Es que vi que mientras ofrecía la Santa
Hostia a Dios, descansaban las benditas almas del purgatorio”.

San Juan Macias (siglo XVII), fue un hermano dominico español, que se
santificó siendo portero en el convento de Santa María Magdalena en
Lima (Perú). Su oficio le permitía orar constantemente por las almas de
los difuntos, de modo que un día le confió a su director espiritual: “Por la
misericordia de Dios, con el rezo del rosario he sacado del Purgatorio a
1.400.000 almas”. Por eso se le dio el nombre de “Ladrón del Purgatorio”.
El mismo afirmaba que le parecía escuchar siempre el murmullo de las
ánimas en pena que le pedían oración.

La Beata estigmatizada Ana Catalina Emmerich (1774-1824), fue una


monja Agustina alemana, que tuvo no solamente visiones sobre la pasión
de Jesús, sino también de la Virgen María, el Cielo, el Infierno y el
Purgatorio. En una ocasión recibió el encargo de las almas del Purgatorio
de hacer diferentes obras, como rezar letanías de los santos y los siete
salmos penitenciales por su liberación.

A Santa Faustina Kowalska (Siglo XX), religiosa polaca de Nuestra Señora


de la Misericordia, le fue revelado que el mayor sufrimiento de las almas
de Purgatorio es no poder gozar de la visión beatífica de Dios en el cielo.

María Simma (Siglo XX), fue una mujer austriaca que escribió un libro de
sus experiencias místicas con las ánimas del purgatorio, que le fue
remitido a su obispo. En uno de sus apartes se cuenta su encuentro con
un sacerdote cuya mano derecha estaba negra, al preguntarle la causa, el
alma del presbítero le contesto: “Yo debía haber bendecido más, di a
todos los sacerdotes con quienes te encuentres que deben bendecir más:
Ellos pueden dar numerosas bendiciones y conjurar las fuerzas del mal”.
La estigmatizada y mística alemana Teresa Neumann (siglo XX), dos
veces en el día, mañana y tarde, visitaba el Purgatorio. Allí observaba las
ánimas con una figura luminosa, pero no eran todavía puras.

La también estigmatizada italiana Teresa Musco (Siglo XX), al no poder


visitar el cementerio por sus continuas enfermedades, aconsejaba: “Es
realmente hermoso ofrecer no flores que se marchitan, sino oraciones y
sufrimientos por las almas del Purgatorio”.

Los seis videntes que han recibido mensajes desde el año 1981 de la
Virgen en Medjugorje (ex Yugoslavia), dicen que más almas van al
Purgatorio que al Cielo o al Infierno. En el purgatorio hay diferentes
niveles, algunos cerca de la Morada Celestial y otros cerca del Averno.
Afirman que más almas salen del Purgatorio al Reino de Dios en el día de
Navidad que en cualquier otro día del año.

Uno de los hechos más sorprendentes de encuentros con las ánimas del
Purgatorio se dio en el monasterio de las franciscanas de San Leonardo,
en Monfalco (Italia), cuando a la abadesa de nombre sor María Teresa de
Jesús, entre los años 1918 a 1919, escuchó la voz del alma de un
sacerdote después de hacer sonar la campanilla de la sacristía. El alma
del levita pedía que se celebraran misas por su eterno descanso, dejando
en cada ocasión cierta cantidad de dinero. En total llevó al monasterio
trescientas liras, vino veintiocho veces, y fueron celebradas treinta y ocho
Eucaristías. Acerca de este caso se realizó un proceso canónico por parte
de las autoridades eclesiásticas, que se conserva en la curia arzobispal de
Spoleto.
VI. EL MUSEO CRISTIANO DEL MÁS ALLÁ

No lejos del Vaticano, en la parroquia del Sagrado Corazón del Sufragio,


se encuentra uno de los museos más interesantes del mundo. Allí se
exhiben huellas de manos y cruces en libros de oraciones, ropa de cama,
prendas, tapices y marcas en fuego en la madera, que fueron dejadas por
las almas purgantes en sus visitas a familiares y amigos, generalmente
mujeres, y en su mayoría monjas; para que digan oraciones, hagan obras
de caridad y manden a celebrar misas para acortar su permanencia en el
Purgatorio

La existencia del museo se remonta a un incendio ocurrido en la iglesia


en 1897. A raíz del cual, el padre Víctor Jouet Bruni comenzó a viajar por
toda Europa buscando pruebas de las ánimas en pena, que fueron
certificadas por un obispo. A la muerte del sacerdote en el año 1912, el
museo llegó a crecer tanto, que uno de sus sucesores pidió permiso al
Papa San Pío X para reducir los objetos a 19, que se guardan juntos en
una misma vitrina, en un pasillo que conduce a la sacristía del templo. La
Iglesia Católica considera estas señales sin hacer de ellos objeto de fe,
sino como testimonios e invitaciones a orar por las almas de los difuntos.

¿POR QUÉ LOS CATÓLICOS SANTIFICAMOS EL


DOMINGO?

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

INTRODUCCIÓN: los ADVENTISTA DEL SÉPTIMO DÍA acusan


abiertamente a la Iglesia Católica de haber sustituido la ley de Dios,
cuando en el año 321 el emperador Constantino, cambió el día de
descanso del sábado por el domingo.

I. EL DÍA SÁBADO EN EL PUEBLO JUDÍO

El tercer mandamiento del decálogo dice: “Guardarás el día del sábado


para santificarlo” (Deuteronomio 5,12), ya que ese día fue creado el
hombre (Éxodo 20,11), y porque Dios confía el sábado como signo de la
alianza a favor de su pueblo Israel, cuando fue sacado de la esclavitud en
Egipto (Deuteronomio 5,15). El sábado o shabbat (Descanso) era el día
consagrado a Yahvé, exclusivo solamente para el pueblo judío y los
prosélitos (Éxodo 31,16-17). En el pensamiento hebreo tiene una
connotación de “júbilo”, “paz” y “luz”. El shabbat empieza cuando
desaparece la última luz del viernes, y dura hasta la puesta del sol del
sábado (Éxodo 28,8-10). Se celebra mediante reuniones familiares y una
cena especial, con la bendición de la comida y del vino. Los judíos
cumplidores de la ley mosaica acuden a la sinagoga para la oración, para
la lectura de la Torá (Antiguo Testamento), y la recitación de los Salmos.
Era también un día en que se visitaban los santuarios (Isaías 1,12), y se
consultaban a los profetas (2 Reyes 4,23).

II. JESÚS Y EL DÍA SÁBADO

En las Escrituras se relatan que Jesús asiste a la sinagoga el día sábado


para predicar la “Buena Nueva” (Marcos 1,21; Lucas 4,16), pero con su
propia autoridad de Hijo de Dios, le da la auténtica interpretación de este
decálogo: “El sábado ha sido instituido para el hombre y no el hombre
para el sábado” (Marcos 2,27). Esto debido a que los caudillos religiosos
sepultaron la ley de Dios bajo un cúmulo de reglas y disposiciones
instituidas por el hombre. Por ejemplo la ley sabática. Lo único que
prohibía era trabajar ese día, reservado para la adoración a Yavé, la
renovación del espíritu y el reposo en familia. Sin embargo, los fariseos la
convirtieron en una carga. Se creyeron en la obligación de definir el
significado de la palabra trabajo, catalogando bajo tal designación un
total de 39 actividades, como la cosecha o la caza. A su vez, estas
categorías dieron pie a infinidad de preguntas sobre lo que era lícito el día
del shabbat.

El Señor Jesús condenó sin rodeos estas prohibiciones humanas,


diciendo: “De este modo anulan la Palabra de Dios con una tradición que
se transmiten, pero que es de ustedes”. (Marcos 7,13). “El Hijo del
hombre es Señor del sábado” (Marcos 2,28); además realiza varios
milagros ese día a pesar de las críticas de los fariseos (Marcos 3,1-6;
Lucas 13,10-17; 14,1-6; Juan 5,8-10; 9,13-16). Por esta razón, fue
acusado de “quebrantar el día de reposo” (Juan 5,18).

Cuando Él mismo describe los mandamientos al joven rico, los resume de


esta manera: “Y Jesús le dijo: -No mates, no cometas adulterio, no robes,
no digas mentiras en perjuicio de nadie, honra a tu padre y a tu madre, y
ama a tu prójimo como a ti mismo” (Mateo 19, 18-19). Igualmente, el
Salvador del mundo al hablar sobre el día del “juicio final”, antepone las
obras de caridad a la observancia del sábado, y de cualquier otro
mandamiento (Mateo 25,31-40). “Un mandamiento nuevo os doy: Que os
améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a
otros” (Juan 13,34).

III. LA PLENITUD DEL DOMINGO

Jesús resucita de entre los muertos “el primer día de la semana” (Mateo
28,1; Marcos 16,2; Lucas 24,1; Juan 20,1), las apariciones del Señor
resucitado ocurren también en este día (Juan 20,19), incluyendo a los dos
discípulos de Emaús, que reconocieron que estaban frente al Señor al
“partir el pan” (Lucas 24,13-31). Era aún domingo cuando cincuenta días
después de la resurrección, el Espíritu Santo, bajo la forma de un “viento
impetuoso” y “fuego”, se infunde en los apóstoles reunidos con María en
el Cenáculo (Hechos 2,1-3). “El primer día de la semana”, significa
entonces la nueva creación del hombre, la libertad del poder del mal y de
los demonios. Para los cristianos vino a ser el primero de todos los días,
la primera de todas las fiestas, el “domingo”. Y por eso se le llamaba
también el octavo día. La palabra domingo viene del latín “Dominucus”
que significa “lo que pertenece al Señor” (Dominus), es entonces el “Día
del Señor” (Dies Domini).

IV. EL DÍA DOMINGO EN LA IGLESIA CATÓLICA

A partir de la resurrección del Señor, los primeros cristianos en espera del


retorno glorioso del Salvador, manifestaban su fiel pertenencia a Cristo
reuniéndose cada domingo para la Eucaristía (Acción de Gracias): “El
primer día de la semana nos reunimos para partir el pan” (Dado que el
día judío empezaba con la puesta del sol, el culto cristiano antiguo
aparentemente empezó el sábado en la tarde, continuándose toda la
noche, lo que llegaba a su plenitud en la observancia de la Cena del
Señor) (Hechos 20,7.11). También se aprovechaba para recoger la
limosna para los pobres de Jerusalén: “Cada primer día de la semana,
cada uno de ustedes debe apartar algo, según lo que haya ganado…para
que lleven a los hermanos de allá la colecta hecha por ustedes” (1
Corintios 16, 1-3).

En la sucesión semanal de los días, el domingo además de ser el primer


día representa también el octavo: esto en la simbología tan estimada por
los Padres de la Iglesia indica el último día, el escatológico, que no
conoce ocaso. El Pseudo Eusebio de Alejandría (siglo V o VI), definía
admirablemente el día del Señor como el “Señor de los días”
Ya en los primeros siglos de la existencia de la Iglesia Católica, también
se recalca la importancia del día domingo, mucho antes del año 321, con
el edicto del emperador Constantino:

 El libro de la Didajé o “Doctrina de los Apóstoles”, escrito entre los


años 90 y 99, dice en el capítulo 14: “Reunidos el día del Señor,
tened la Fracción del Pan y la Acción de gracias…”

 San Ignacio, obispo de Antioquia, mártir en el año 107, en su carta a


los Magnesianos, aclara: “Los que vivían según el orden de cosas
antiguo han pasado a la nueva esperanza, no observan ya el
sábado, sino el día del Señor, en el que nuestra vida es bendecida
por El y por su muerte”.

 San Justino mártir, en su primera Apología, dirigida al emperador


Antonio Pío, hacia el año 150, relata así la reunión de los
cristianos:”Nos reunimos todos el día del sol porque es el primer día
(después del sábado judío, pero también el primer día), en que Dios,
sacando la materia de las tinieblas, creó al mundo; ese mismo día,
Jesucristo nuestro Salvador resucitó de entre los muertos”.

 Dionisio de Corinto escribió en el año 170:”Hoy observamos el día


santo del Señor en que leemos sus cartas”.

 Victoriano en el año 300, dijo: “En el día del Señor acudimos a tomar
nuestro pan dando gracias, para que no se crea que observamos el
sábado con los judíos, lo cual Cristo mismo, el Señor del sábado
abolió en su cuerpo”.

 Tertuliano de Cartago (+230), no duda en afirmar que en el domingo


“nosotros celebramos cada semana la fiesta de nuestra Pascua” (De
sollemnitate paschali).
 En el reinado del emperador romano Diocleciano, en el año 304,
había prohibido a los católicos “so pena de muerte, poseer las
Escrituras, reunirse el domingo para celebrar la Eucaristía y construir
lugares para sus asambleas”. En Abitene, pequeña localidad en lo
que hoy es Túnez, en un día domingo se sorprendió a 49 feligreses
celebrando la Eucaristía, fueron llevados a Cartago para ser
interrogados por el procónsul Anulino. En particular, fue significativa
la respuesta que ofreció Emérito al procónsul, tras preguntarle por
qué habían violado la orden del emperador. Le dijo: “Sine
dominico non possumus” (Sin el domingo no podemos vivir).
Después de atroces torturas, los 49 mártires fueron ajusticiados.
 Eusebio de Cesarea, historiador de la Iglesia (+339), expresó:
“Todos los elementos en absoluto que fueron ordenados para el
sábado, nosotros los hemos transferido al día del Señor, siendo más
autoritario, más respetado y primero en rango, y más honrable que
el sábado judaico”.

 El papa Inocencio I, a inicios del siglo V testificaba: “Nosotros


celebramos el domingo debido a la venerable resurrección de
nuestro Señor Jesucristo, no solamente en Pascua, sino en cada
ciclo semanal”.
 San Jerónimo, Doctor de la Iglesia (+420), escribió: “El día del
Señor, el día de la Resurrección, el día de los cristianos, es nuestro
día. Por eso es llamado día del Señor: porque es en este día cuando
el Señor subió victoriosos junto al Padre. Si los paganos lo llaman
día del sol, también lo hacemos con gusto; porque hoy ha
amanecido la luz del mundo, hoy ha aparecido el sol de justicia
cuyos rayos traen la salvación”.

 El documento apócrifo “La Carta del Domingo”, redactado entre los


siglos V o VI, subraya el carácter santo del domingo como
exclusividad de los católicos: “El domingo es el día del Señor, porque
en él resucitó Cristo de entre los muertos, y en él tuvo lugar la
anunciación a María y el bautismo en el Jordán; en él tendrá lugar
asimismo el juicio final. También es el día en que Dios creó el
universo y en que la Trinidad se apareció a Abraham en figura de los
tres ángeles”.
¿QUÉ SALVA LA FE O LAS OBRAS?

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

INTRODUCCIÓN: Martín Lutero (1483-1546), enseñaba que solamente


se consigue la salvación por la “fe en Jesucristo” (Sola Fides). No
obstante, tuvieron que pasar más de 450 años antes de que se hiciera
una Declaración Conjunta sobre el tema de la Justificación por la Fe,
firmada el 31 de octubre de 1999 en la ciudad de Ausburgo (Alemania),
en la que “luteranos y católicos han llegado al acuerdo que la Obras son
fruto de la Fe en Cristo”. Ahora bien, si el padre de la Reforma
Protestante, hubiera estudiado con profundidad las Sagradas Escrituras,
se hubiera dado cuenta que existen catorce fórmulas bíblicas para
alcanzar la vida eterna.

I. LA FE:

- “El justo por la fe vivirá” (Romanos 1,17).


- “Pues por la bondad de Dios han recibido ustedes la salvación por
medio de la fe” (Efesios 2,8).

II. LAS OBRAS:

- “Porque el Hijo del hombre va a venir con la gloria de su Padre y con


sus ángeles, entonces recompensará a cada uno conforme a lo que
haya hecho” (Mateo 16,27; 25, 31-40).
- “-Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes y dáselo a los
pobres. Así tendrás riqueza en el cielo” (Mateo 19,21).
- “Pero tú, como eres terco y nos has querido volverte a Dios, estás
amontonando castigo sobre ti mismo para el día del castigo, cuando
Dios se manifestará para dictar su justa sentencia y pagar a cada
uno conforme a lo que hay hecho. Dará vida eterna a quienes,
buscando gloria, honor e inmortalidad, perseveraron en hacer lo
bueno” (Romanos 2,5-7).
- “Pues los que no han tenido compasión de otros, sin compasión
serán también juzgados, pero los que han tenido compasión saldrán
victoriosos en la hora del juicio” (Santiago 2,13).

- “Y vi los muertos, grandes y pequeños, de pie delante del trono; y


fueron abiertos los libros, y también otro libro, que es el libro de la
vida. Los muertos fueron juzgados de acuerdo con sus hechos y con
lo que estaba escrito en aquellos libros” (Apocalipsis 20,12; 22,12).

III. EL BAUTISMO:
- “Jesús le contestó: -Te aseguro que el que no nace del agua y del
Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios” (Juan 3,5).
- “El que crea y sea bautizado, será salvo” (Marcos 16,16).
- “(Jesús) nos salvó no por obras de justicia que nosotros hubiéramos
hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración
y por la renovación en el Espíritu Santo” (Tito 3,5).

IV. LA EUCARISTÍA:

- “El que come mi cuerpo y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo lo


resucitaré en el día último” (Juan 6,54).

V. EL CONOCIMIENTO DE DIOS Y DE SU HIJO JESUCRISTO:

- “Y la vida eterna consiste en que te conozcan a ti, el único Dios


verdadero, y a Jesucristo, a quien tú enviaste” (Juan 17,3).

VI. LA CREENCIA EN JESUCRISTO:

- “El que cree en el Hijo, tiene vida eterna” (Juan 3,36).


- “Porque la voluntad de mi Padre es que todos los que miran al Hijo
de Dios y creen en él, tengan vida eterna; y yo los resucitaré en el
día último” (Juan 6,40).
- “Hizo además Jesús muchas otras señales en presencia de sus
discípulos, las cuales no están escritas en este libro. Pero éstas se
han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y
para que creyendo, tengáis vida en su nombre”. (Juan 20,31).
- “Si con tu boca reconoces a Jesús como Señor, y con tu corazón
crees que Dios lo resucitó, alcanzarás la salvación” (Romanos 10,9).

VII. INVOCAR EL NOMBRE DE JESÚS:

- “Pero todos los que invoquen el nombre del Señor, alcanzarán la


salvación” (Hechos 2,21).

VIII. DAR LA VIDA POR JESÚS:

- “Dichosos ustedes, cuando la gente los insulte y los maltrate, y


cuando por causa mía los ataquen con toda clase de mentiras.
Alégrense, estén contentos, porque van a recibir un gran premio en
el cielo” (Mateo 5,11-12)
- “Todo el mundo los odiará a ustedes por causa mía; pero el que se
mantenga firme hasta el fin, será salvo” (Mateo 10,22; 24,13).

IX. DEJAR TODO POR JESÚS:

- “Y cualquiera que le da siquiera un vaso de agua fresca a uno de


estos pequeños por ser seguidor mío, les aseguró que tendrá su
premio” (Mateo 10,42).
- “Y todos los que por causa mía hayan dejado casa, o hermanos, o
hermanas, o padre, o madre, o hijos, o terrenos, recibirán cien
veces más, y también recibirán la vida eterna” (Mateo 19,29).
X. OBEDECER LOS MANDAMIENTOS DE LA LEY DE DIOS:

- “No todos aquellos que me dicen: Señor, Señor, entrarán en el reino


de los cielos; sino aquel que hace la voluntad de mi Padre que está
en los cielos, éste entrará en el reino de los cielos” (Mateo 7,21).
- “Pero si quieres entrar en la vida, obedece los mandamientos”
(Mateo 19,17; 5,17-19).

XI. SER POBRES DE ESPÍRITU:


- “Dichosos los que reconocen su necesidad espiritual, pues el reino
de Dios les pertenece” (Mateo 5,3).

XII. SER DE CORAZÓN LÍMPIO:

- “Dichosos los de corazón limpio, pues ellos verán a Dios” (Mateo


5,8).

XIII. LOS QUE SON COMO NIÑOS Y LOS NIÑOS:

- “El más importante en el reino de Dios es el que se humilla y se


vuelve como este niño” (Mateo 18,4).
- “-Dejen que los niños vengan a mí, y no se lo impidan, porque el
reino de Dios es de quienes son como ellos” (Mateo 19,14).

XIV. LOS PECADORES ARREPENTIDOS:

- “-Les aseguro que los que cobran impuestos para Roma, y las
prostitutas, entrarán antes que ustedes en el reino de Dios. Porque
Juan el Bautista vino a enseñarles cómo deben vivir, y ustedes no le
creyeron; en cambio, esos cobradores de impuestos y esas
prostitutas sí le creyeron” (Mateo 21,31-32).

¿ES VERDAD QUÉ ESTAMOS VIVIENDO LOS ÚLTIMOS


TIEMPOS?

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

INTRODUCCIÓN: Algunas sectas cristianas de corte apocalíptico están


proclamando a los cuatro vientos la proximidad del “FIN DEL MUNDO”,
y para ello recurren a comparar las profecías bíblicas con la realidad
actual. Ante este presagio tan preocupante se ha querido hacer el
siguiente informe.
I. PANORAMA MUNDIAL

“EN EL CIELO SE VERÁN COSAS ESPANTOSAS Y GRANDES


SEÑALES” (Lucas 21,11).

- El actual calentamiento climático es la mayor amenaza global del


siglo XXI. Este es debido en un 90% a la mano del hombre.
Alrededor de 300.000 personas mueren al año por este hecho. 10%
derivado de los desastres naturales, y el 90% restante por la
malnutrición y males como la malaria, debido a que el mosquito
transmisor aparece en nuevas zonas al cambiar la temperatura en el
medio ambiente.
- El agujero de la capa de ozono corresponde a dos veces el tamaño
de Europa.
- El hielo del Polo Norte podría derretirse completamente en el verano
del 2.100, con lo cual la mitad del planeta sería una zona árida
debido a las emisiones de gases contaminantes. Los principales
factores son: el cambio climático, el crecimiento de la población y la
extensión de las ciudades.
- Los glaciares se están fundiendo a un ritmo más rápido de los
últimos cinco mil años. Esto se suma a la creciente alarma sobre el
aumento del nivel de los mares, las inundaciones, las sequías y otros
fenómenos cada vez más frecuentes.
- Con la elevación del nivel del mar en 50 años, podrían desaparecer
algunas islas, y zonas fértiles. Estas transformaciones obligarán a
200 millones de personas a abandonar sus casas y el número de
refugiados climáticos será superior al de refugiados de la guerra.
- Los océanos del mundo corren el riesgo de entrar en una fase de
extinción de especies marinas sin precedentes en la historia de la
humanidad, sólo comparada a la hecatombe que hace 55 millones
de años atrás provocó la desaparición del 50% de los peces de
aguas profundas, esto debido especialmente a la contaminación, el
calentamiento del agua, su acidificación y la falta de oxígeno en los
océanos.
- Cada año se echan al mar seis millones y medio de toneladas de
basura. Un 50% de esos desperdicios están compuestos de plástico
que tardan cientos de años en degradarse.
- Unos 1,5 millones de aves, peces, ballenasy tortugas mueren al año
por desechos plásticos al mar.
- Más de la mitad de los corales podrían desaparecer en 25 años
debido al aumento de las temperaturas marinas, los sedimentos de
la construcción y otros ingredientes tóxicos.
- Los sectores que más amenazan el medio ambiente son: la energía,
el transporte, la agricultura y la pesca.
- Los cuatro grandes desafíos del mundo moderno son: el clima, la
biodiversidad, el agua y la salud humana.
- El cambio climático será responsable de una reducción de entre 20 y
el 40 por ciento del rendimiento agrícola para mediados de este
siglo.
- Si la humanidad sigue consumiendo los recursos naturales como lo
está haciendo hoy, para el 2.030 necesitaría dos planetas Tierra para
abastecer sus necesidades básicas, y tres en el 2.050.
- En los últimos 33 años, ha habido una disminución en un 30% de
especies tanto terrestres como marinas y de agua dulce.
- Debido a la pesca excesiva en el 2.050 desaparecerán casi todas las
especies de peces y de crustáceos para consumo humano.
- El ritmo de pérdidas de bosques a escala mundial es de 9 millones
de hectáreas por año. Unos 200 kilómetros cuadrados cada día.
- En solo treinta años (de 1.970 a 2.005) se extinguió una cuarta
parte de las especies de peces, anfibios, reptiles, aves y mamíferos
que habitan el planeta.
- Entre el 5% y 20% de especies de animales y plantas están en
peligro de extinción.
- Todos los años mueren tres millones de personas por la
contaminación ambiental.
- En nuestro planeta solo el 3% del agua es potable, sin embargo, el
incremento de la demanda por el preciado líquido ha superado en
más del doble a la tasa del crecimiento demográfico.
- 1.100 millones de personas no tienen actualmente acceso al agua
potable, y 2.600 millones carecen de red de saneamiento básico,
entre ellos 1.000 millones de niños. Una gran cantidad corresponde
a naciones de África, Asia y América Latina.
- Alrededor del 80% de todas las enfermedades y más de una tercera
parte de todas las muertes en los países en desarrollo son causados
por aguas contaminadas. Este dato es muy superior a todas las
víctimas de la violencia, incluida las guerras.
- Cada año dos millones de personas mueren por falta de agua
potable y saneamiento adecuado, de los cuales 90% son niños.
- 1,6 millones de personas podrían salvarse cada año si se mejorara el
servicio de agua para consumo humano.
- En el año 2.025, dos de cada tres personas estarán propensas a
sufrir la carencia de agua potable.
- Cada año, se gastan 7.000 millones de dólares en cosméticos y
cirugías estéticas, suma necesaria para proveer de agua salubre a
2.600 millones de pobres en el mundo, lo que podría salvar 4.000
vidas diarias.
- El planeta podría mermar una gran cantidad de problemas
ambientales de aquí al 2.030 si destinara un poco más del 1% de la
riqueza mundial a la protección de los recursos naturales.

“TERREMOTOS EN MUCHOS LUGARES” (Mateo 24,7).

- Los desastres geofísicos y climáticos se incrementaron en más de


un 70% en la pasada década. Las víctimas fatales llegaron a
1.200.000 de personas.
- Nueve de cada diez desastres están relacionados con el clima.
Durante los últimos veinte años se han documentado más del doble:
de 200 al año a más de 400.
- Se han intensificación los ciclones, tifones y huracanes,
acompañados de un incremento de epidemias como el dengue, la
malaria y otras enfermedades tropicales.
- Dos de cada tres personas viven en zonas que presentan alto riesgo
de inundaciones.
- 100 millones de personas sufren cada año en sus regiones ciclos de
inundaciones y sequías.

“HABRÁ HAMBRES” (Mateo 24,7; Apocalipsis 6,8).

- El hambre causó más de 70 millones de muertes durante el siglo XX.


En la actualidad una de cada nueve personas atraviesa situaciones
de hambre.
- Según datos de la ONU, la población mundial pasará de 7.200
millones de habitantes que hay actualmente, a 9.300 millones en el
2050 (fundamentalmente en países en desarrollo); lo que acarreará
una grave escasez de alimentos, y una mayor competitividad por los
recursos naturales equivalente a un 60% más. Para el final de este
siglo serán 11.000 millones de seres humanos.
- Se calcula que hay en nuestro planeta 702 millones de individuos
que viven en la pobreza extrema. De los mismos, el 60% son
mujeres y niñas.
- Reducir a la mitad la cantidad de personas que viven en la pobreza,
es una meta que no se alcanzará ni siquiera en el 2.030.
- La globalización mundial aumenta la miseria, y hoy en día, 85 países
están en peor situación económica que hace diez años.
- 795 millones de seres humanos padecen de hambre. De ellos el
98% vive en países en vía de desarrollo. De hecho, el hambre
encabeza la lista de los 10 principales riesgos para la salud.
- Más de dos millones de personas mueren de hambre cada día, cifra
superior que por la malaria, el sida y la tuberculosis juntos.
- Cada año nacen 80 millones de seres humanos, de los cuales 53%
están condenados a vivir en la pobreza.
- La Organización Internacional del Trabajo estima que actualmente
hay más de 202 millones de personas sin empleo en el planeta.
- De los 960 millones es el número de analfabetas adultos en el
mundo, dos tercios son mujeres. Adicionalmente, el 70% de los
menores que no van a la escuela son niñas.
- Aunque han pasado casi dos siglos desde que fue abolida la
esclavitud, en pleno siglo XXI este flagelo afecta a 27 millones de
personas en todo el mundo. Las víctimas son principalmente:
emigrantes indocumentados, empleadas domésticas, niñas obligadas
a prostituirse, obreros del sector de la construcción y la industria.
- Una de cada tres personas vivirá en un barrio marginal dentro de 30
años. 940 millones de personas ya viven en barrios precarios e
insalubres.
- Más de 1.000 millones de niños son víctimas de la pobreza, el sida y
las guerras. De este número 640 millones carecen de una vivienda
adecuada; 500 millones no tienen acceso a instalaciones sanitarias;
400 millones no disponen de agua potable; 270 millones no gozan
de un servicio de salud; 180 millones son explotados sexualmente;
275 millones sufren de violencia doméstica, 140 millones nunca han
ido a la escuela; 90 millones padecen de desnutrición; el hambre
mata a 7.000.000 de infantes al año. Dos de cada tres fallecimientos
en la temprana edad se producen por enfermedades que se podrían
evitar. 1.200 niños mueren cada hora por la pobreza.
- 25 centavos de dólar al día cuesta proveerle a un niño todas las
vitaminas y los nutrientes necesarios para que crezca saludable.
- Datos de la FAO calculan que el 40% de los alimentos en el mundo
se pierden entre la cosecha y el consumo por malos métodos en la
recolección, el almacenamiento, el transporte, la distribución y el
desperdicio en las cocinas. Esto equivale a 1.300 billones de
toneladas de víveres (especialmente frutas y hortalizas). La gran
mayoría de este número se produce en las naciones europeas y
Norteamérica. Si se redujera a la mitad ese despilfarro, el mundo
podría alimentar a 1.000 millones de personas más y convertir el
hambre en una cosa del pasado.
- Se calcula que toda la comida que se desperdicia calculada en 1.300
millones de toneladas cada año, ascendería a cerca de un billón de
dólares y bastaría para alimentar varias veces a los 795 millones de
personas que pasan hambre todos los días.
- La carencia alimentaria no proviene de cosechas arruinadas por el
mal tiempo, sino de cuatro factores que resultan críticos a largo
plazo: crecimiento demográfico elevado, pérdida de suelo cultivable,
escasez de agua dulce y subida de las temperaturas.
- La producción global de alimentos ocupa un 25% de la superficie
habitable, un 70% de consumo de agua, un 80% de deforestación y
un 30% de gases que produce el calentamiento en el planeta.
- El mundo produce comida suficiente para alimentar a diario a 12.000
millones de personas, es decir, para 5.000 millones más que la
población total del planeta. Sin embargo, el 80% de los recursos
globales son rápidamente consumidos por los países industrializados.
- A pesar de que los países ricos tiene la tecnología, los recursos
financieros y la acumulación de conocimientos para superar la
pobreza, están haciendo muy poco para disminuir esta desigualdad
social.
- Algunas de la soluciones para este problema sería mejorar las
carreteras y los ferrocarriles que permitan a los agricultores llegar
hasta los compradores, los fertilizantes y otros insumos agrícolas. Un
suministro de electricidad que permita secar los cereales y mantener
frescas las verduras en los refrgieradores, tener una taza fija de
precios de los alimentos básicos y destinar más recursos a las
investigaciones e innovaciones agrícolas.

“ENFERMEDADES EN DIFERENTES LUGARES” (Lucas 21,11;


Apocalipsis 6,8).

- Un programa mundial de inmunización eliminó la viruela de la faz de


la Tierra, y otras campañas similares casi han erradicado la
poliomielitis y la lepra. Sin embargo, cada año aparece una nueva
enfermedad. Durante los últimos cincuenta años han surgido 335
nuevas enfermedades sumamente contagiosas. Mil brotes
epidémicos desde el comienzo del siglo XXI. La mayoría de ellas
como el ébola, el sida y la hepatitis C carecen de cura. Como si
fuera poco también se hallan en expansión enfermedades
infecciosas como el Sars, la peste de las “vacas locas”, el
paludismo, la malaria, la tuberculosis, la pulmonía, la tos ferina, el
sarampión, la hepatitis B, la diarrea y el tétano que están cobrando
millones de víctimas, sobretodo en naciones en vías de desarrollo.
Estas enfermedades han pasado a suplantar a las que más
preocupaban hace medio siglo, como eran: el cólera, la peste, la
fiebre recurrente, la viruela, el tifus y la fiebre amarilla.
- Los investigadores han determinado que muchas de estas
enfermedades ya existían, se han trasladado a una región nueva o
son ahora mucho más comunes. Otros factores determinantes son:
los incidentes químicos, radio nucleares o tóxicos, las situaciones
meteorológicas extremas, el cambio climático, el deterioro del medio
ambiente, el crecimiento demográfico, la rápida urbanización, las
prácticas agrícolas intensivas, las consecuencias sanitarias de los
conflictos y el bioterrorismo.
- Las enfermedades crónicas han aumentado. El cáncer ha crecido un
50% en 20 años. Más de 12 millones de nuevos casos se presentan
cada año, mientras que 20.000 personas mueren cada año a causa
de esta mal.
- Hasta la fecha no existe tratamiento para la causa de dos tercios de
las enfermedades conocidas (unas veinte mil). Además, muchas
enfermedades infecciosas están resultando difícil de curar porque se
han hecho resistentes a los antibióticos.
- Desde la aparición del sida en el año 1.981, han muerto unos 25
millones de personas; 1,8 millones cada año; 34 millones han sido
contagiados; cada día se producen 16 mil nuevos casos y al año son
cerca de cinco millones de infectados; las mujeres y niñas
constituyen casi la mitad de todos los que viven con el VIH en el
mundo; 15 millones de niños son huérfanos a causa de la pandemia
del sida.
- Tres días de gasto militar en el mundo equivalen a lo que se invierte
para combatir el sida en un año en el planeta.
- El Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la
Malaria solicitó a los gobiernos 13.000 millones de dólares para
frenar estas epidemias. Mientras que los mismos gobiernos gastan
cada año un billón de dólares en fines militares.
- Entre 40 o 50 millones de abortos se practican en el mundo cada
año.
- La brecha entre el nivel de salud de los ricos y el de los pobres es al
menos tan grande como hace medio siglo.

“UNA NACIÓN PELEARÁ CONTRA OTRA Y UN PAÍS HARÁ


GUERRA CONTRA EL OTRO” (Mateo 24,7; Apocalipsis 6,4.8).

- En la I Guerra Mundial (1914-1918), murieron veinte millones de


personas entre combatientes y civiles; ya para la II Guerra Mundial
(1939-1945), el número ascendió a 50 millones de víctimas; esto
sumado al resto de enfrentamientos que se vivieron en el siglo
pasado da un gran total de 100 millones de muertos.
- Entre el final de la II Guerra Mundial y el año 2010 hubo 246
enfrentamientos armados en 151 lugares del mundo.
- En las guerras del siglo XX hubo el triple de muertos que en todas
los demás conflictos bélicos desde el siglo I d.C. hasta 1.899.
- Más de la mitad de los 3,6 millones de muertos en guerras (1,8
millones), desde 1990, son niños; y entre cuatro y cinco millones de
discapacitados; además una de cada cinco víctimas de las minas
terrestres (que cada año matan a más de 15.000 personas) es un
infante.
- Cada año casi 800.000 personas mueren en el mundo a causa de la
violencia. El 60% se cometen con armas de fuego.
- Nueve naciones poseen la capacidad de lanzar un ataque nuclear, en
tanto que otras están en vías de fabricar su propio arsenal. Aún
quedan 16.000 armas nucleares en todo el planeta.
- El mundo y sus dirigentes políticos gastan alrededor de un billón de
dólares al año en gastos militares.
- Los cinco mayores exportadores de armas a nivel mundial son:
China, EE.UU., Rusia, Alemania y Francia; quienes acaparan el 75%
de las ventas.
- 48 millones de dólares fue el gasto militar de América Latina durante
el año 2014. Principalmente en su orden son: Brasil, Colombia,
México, Venezuela y Argentina.
- En la actualidad los principales factores que fomentan el gasto
militar en el mundo son las crecientes tensiones fronterizas en
algunas regiones, el combate contra grupos terroristas, separatistas,
fundamentalistas religiosos, el narcotráfico y los conflictos internos.
- La perdida de los recursos naturales será el mayor ingrediente de los
enfrentamientos civiles y bélicos en los años venideros.

II. PREDICCIONES ERRADAS

El montanismo y sus adeptos los montanistas, derivan su nombre de su


fundador Montano, oriundo de Frigia, región del noroeste del Asia Menor.
Considerado como profeta, anunció el fin del mundo para el año 157, y a
quienes le creyeron los invitó a reunirse en la misma ciudad de Frigia, en
donde bajaría del cielo la Nueva Jerusalén, tal como se señala en el
Apocalipsis (21,2).

Martín Lutero, iniciador de la Reforma Protestante del siglo XVI en


Alemania, pronosticó la proximidad del fin del mundo para su tiempo.
Según cierta autoridad, declaró: “Por mi parte, estoy convencido de que
el día del juicio está a la vuelta de la esquina”, “Se acerca el gran día en
que el reino de las abominaciones será derrocado”. Su discípulo
Melanchton agregó: “Este viejo mundo no está lejos de su fin”.
John Knox, fundador en Escocia de la Iglesia Presbiteriana en el siglo
XVII, dijo: “¿No llevó acaso Nuestro Señor Jesús nuestra carne al cielo?,
¿Y no ha de regresar por ventura? Sabemos que volverá, y esto con
prontitud”.

En el siglo XIX, William Miller, a quien generalmente se le atribuye la


fundación de la Iglesia Adventista del Séptimo día, predijo que la segunda
venida del Mesías ocurriría el 21 de marzo de 1.843; en consecuencia,
algunos esperaban ser llevados al cielo en aquel tiempo. En vista de este
primer fracaso, Miller reconoció que se había equivocado y cambió la
fecha para el 22 de octubre de 1.844. Era tanta la gente que iba a
escucharlo a todas partes, que había que prepararle los auditorios más
grandes de la ciudades. Ese día cerca de 50.000 personas de la costa
oriental de Estados Unidos se reunieron nuevamente con su guía
espiritual. Los mileritas –así les decían- esperaron en sus lugares de
reunión hasta la noche. Al alba el Señor no había venido. Decepcionados,
volvieron a sus casas, y desde entonces llamaron a aquel día el “Gran
Chasco”.

Del mismo modo, Helena White (considerada la gran profetiza de esta


secta) dijo a los adventistas en el mismo año de 1.844, que no tuvieran
hijos y que el esposo no viviera con su esposa, porque Cristo venía
pronto. Eso dio origen a muchos divorcios. En los años de 1.859 profetizó
que Jesús venía en “unos meses”, y después en 1.889, escribió: “Sólo un
poquito más de tiempo antes de que Jesús venga”. Después otros
adventistas aseguraron que el mundo se acabaría el 31 de diciembre de
1.899 a las doce de la noche.

Los Testigos de Jehová por ser también una congregación fatalista, han
anunciado de manera equivocada la segunda llegada del “Hijo de Dios”.
Charles T. Russell (su fundador) afirmó primero que sería en el año
1.874; Después cambió la fecha para 1.914. Por su parte, el llamado juez
Joseph F. Rutherford (su segundo presidente) lo hizo para 1.925; y para
ello, mandó a construir una enorme mansión en San Diego (California),
llamada “la casa de los príncipes” para cuando resucitarán los patriarcas
del Antiguo Testamento, pero al ver que esto no sucedió, se fue él mismo
a vivir allí hasta su muerte ocurrida en el año de 1942. Por último, su
tercer presidente Natahn H. Knorr, le encomendó la misión a su
vicepresidente, Federick W. Franz (quien luego sería el cuarto
presidente); Quien la señaló para el año 1.975.

El Grupo Misionero Dami, que reúne a unos 20.000 seguidores en Corea


del Sur, presagió la proximidad del fin del mundo para el 28 de octubre
de 1.992, cuando creían que Jesús regresaría para salvar a unos pocos.
Muchos de los creyentes en Seúl (la capital) abandonaron sus casas,
empleos y centros de estudio a fin de prepararse para aquel
acontecimiento, y se dedicaron a predicar a otros en las calles, en el
metro y otros lugares públicos. Además fueron denunciados muchos
casos a la policía de personas confinadas a la fuerza por adeptos a este
grupo evangélico.

Una secta de origen ucraniano, denominada la Gran Cofradía Blanca,


proclamó el final de los tiempos para el 24 de noviembre de 1.993,
mientras que Harold Camping, predicador de la radio estadounidense, lo
fijo para el mes de septiembre de 1.994.

En noviembre de 2.007, el líder de una secta ortodoxa de nombre Piotr


Kuznetsov, fue recluido en un hospital psiquiátrico, mientras que una
treintena de sus adeptos, incluyendo cuatro niños, permanecían recluidos
y atrincherados en el subterráneo de un refugio en la región de Nikolskoie
(Rusia) esperando la llegada del Anticristo predicha para mayo del 2.008.

Un jubilado neoyorkino de 60 años y de nombre Fitzpatrick, gastó todos


sus ahorros, 140.000 dólares, en carteles publicitarios en los vagones del
metro y paradas de autobuses en EEUU, advirtiendo que el fin del mundo
sería el 21 de mayo de 2011. Esto lo hizo haciendo caso a las
predicciones del final de los días del evangelista pentecostal, Harold
Egbert Camping, fundador de Family Radio.
Hoy en día, casi ninguna iglesia o secta cristiana se atreve a especificar
otra fecha apocalíptica por temor a caer en la misma encrucijada, ya que
muy tarde comprendieron las indicaciones de las Santas Escrituras:

- “Manténganse ustedes despiertos, porque no saben en qué día va a


venir su Señor” (Mateo 24,42).
- “Pero en cuanto al día y la hora, nadie lo sabe, ni aun los ángeles
del cielo, ni el Hijo. Solamente lo sabe el Padre” (Marcos 13,32).
- “Ustedes también estén preparados; porque el Hijo del hombre
vendrá cuando menos lo esperen” (Lucas 12,40).
- “En cuanto a las fechas y los tiempos, hermanos, no es necesario
que yo les escriba. Ustedes saben muy bien que el día del regreso
del Señor llegará cuando menos se le espere, como un ladrón que
llega de noche” (1 Tesalonicenses 5,1-2).
- “Miren, yo vengo inesperadamente, como un ladrón” (Apocalipsis
16,15).

III. JESÚS Y LOS ÚLTIMOS TIEMPOS

Con la llegada del Emmanuel al mundo se da inicio a la plenitud de los


tiempos, así lo da a entender el autor de la carta de los Hebreos
(atribuida posiblemente al apóstol Bernabé), cuando dice: “En tiempos
antiguos Dios habló a nuestros antepasados muchas veces y de muchas
maneras por medio de los profeta. Ahora, en estos tiempos últimos, nos
ha hablado por su Hijo” (1,1-2). Con El se inaugura el “día de la
salvación” (Isaías 49,8; 2 Corintios 6,2); el “cumplimiento de los tiempos”
(Gálatas 4,4); la instauración del “reino de Dios” proclamado por Juan el
Bautista (Mateo 3,1-2).
Posteriormente, en su ministerio público Jesús “fue a Galilea a anunciar
las buenas noticias de parte de Dios. Decía: -Ha llegado el tiempo, y el
reino de Dios está cerca. Vuélvanse a Dios y acepten con fe sus buenas
noticias” (Marcos 1,14-15). Asimismo, en la sinagoga de Nazaret, un día
sábado leyó la profecía de Isaías que presagiaba entre otros
acontecimientos “el año favorable del Señor. Luego Jesús cerró el libro, lo
dio al ayudante de la sinagoga y se sentó…El comenzó a hablar diciendo:
-Hoy mismo se ha cumplido esta Escritura delante de ustedes” (Lucas
4,16-21). Más adelante, cuando los apóstoles son enviados a anunciar el
Evangelio, les da la siguiente instrucción: “Vayan y anuncien que el reino
de Dios se ha acercado” (Mateo 10,7).

IV. SEÑALES BÍBLICAS ANTES DEL FIN DE LOS TIEMPOS

La palabra de Dios resalta cuatro grandes eventos que tendrán que


cumplirse antes del “fin de los tiempos”:

I. “Cuando ustedes tengan noticias de que hay guerras aquí y allá,


no se asusten. Así tiene que ocurrir; sin embargo, aún no será el
fin. Porque una nación peleará contra otra y un país hará guerra
contra otro; y habrá terremotos en muchos lugares, y habrá
hambres. Eso apenas será el comienzo de los dolores” (Marcos
13,7-8). Nótese bien, que el mismo Redentor no profetiza que las
“guerras”, los “terremotos” y la “hambruna” sean la antesala del
“fin del Mundo”; sino “el comienzo de los dolores”. De hecho, en
toda la Historia Universal después de la Encarnación del Hijo del
Dios han habido estas señales escatológicas, como por ejemplo:

- En todos los conflictos armados desde el siglo I d.C. hasta el año


1.899, se calcula que hubo 35 millones de víctimas fatales.
- En el año 79 una gran erupción del Vesubio sepultó con lava y
ceniza las ciudades de Herculano y Pompeya.
- El paludismo eliminó a la mitad de los habitantes de Bizancio
(Turquía) en el 542.
- En el siglo XIV la “peste bubónica” o “muerte negra” asoló a
tártaros, mongoles, sirios, mesopotámicos, chinos, egipcios,
bizantinos y luego a la mayoría de las naciones europeas. Ninguna
epidemia, guerra o hambruna había afectado a un sector tan amplio
de la humanidad. En tan solo cuatro años segó la vida de una
tercera parte de la población europea (25 millones), y entre el 25%
y 50% de los residentes del norte de África y ciertas regiones de
Asia.
- Cien años después de la llegada de Cristóbal Colón a América
(1.492), la viruela traída por los conquistadores españoles había
exterminado al 90% de la población indígena del Nuevo Mundo.
- La sífilis fue la pandemia en Europa en los siglos XV y XVI.
- La gripa asiática o influenza comprometió a Asia y Europa en el siglo
XVIII.
- El cólera se extendió en Asia y América en el siglo XIX.
- Entre 1.918 y 1.919 la “fiebre española” considerada la más
destructiva en la historia de la humanidad, mató por lo menos a 50
millones de personas en todo el mundo. Ni siquiera la peste
bubónica eliminó a tantas personas tan deprisa.
- En 1.920, la provincia de Kansu (China), es desbastada por un
terremoto que deja 108.000 muertos y miles de heridos y
damnificados.
- En diciembre de 2.004, un tsunami mató a cerca de 230.000
personas en Indonesia, India, Sri Lanka, Tailandia entre otros países
asiáticos.

II. “Y esta buena noticia del reino será anunciada en todo el mundo,
para que todas las naciones la conozcan; entonces vendrá el fin”
(Mateo 24,14). Ahora bien, de los 7.000 millones de habitantes
que tiene aproximadamente la Tierra, 1.300 millones se declaran
ateos, agnósticos o sin religión; 1.200 millones son islámicos;
1.100 millones son católicos, otros 1.000 millones de diferentes
denominaciones cristianas, incluyendo a 350 millones de
ortodoxos y 80 millones de anglicanos; 811 millones de
Hinduistas; 400 millones de budistas; 100 millones de animistas;
100 millones de sintoístas; entre otros. Por lo tanto, hay aún un
largo camino por recorrer antes que la “Buena Nueva del Reino de
Dios” sea proclamada a los hombres “de todas las naciones,
razas, lenguas y pueblos” (Apocalipsis 7,9).

III. “Los que estaban reunidos con Jesús, le preguntaron: -Señor ¿vas
a restablecer en este momento el reino de Israel? Jesús les
contestó: -No les toca a ustedes saber en qué día o en qué
ocasión hará el Padre las cosas que solamente él tiene autoridad
para hacer” (Hechos 1,6-7). Del mismo modo, el apóstol Pablo
recalca: “Hermanos, quiero que sepan este secreto del plan de
Dios, para que no se crean sabios: los israelitas se han endurecido
en parte, pero sólo hasta que haya entrado todos los que no son
de Israel. Cuando esto suceda, todo Israel alcanzará la salvación”
(Romanos 11,25-26).

Aunque la conversión al cristianismo del “pueblo de la primera alianza”


en una verdad bíblica, todavía está muy lejos de cumplirse. Hoy en día
existen unos 20 millones de judíos. Ciertas corrientes del judaísmo
incluyendo a algunos rabinos, están de acuerdo en admitir que
“Yeshua de Nazaret”, fue un profeta de la Nación de Israel, pero no
es el Mesías (Ungido) de Dios. La religión Judaica está dividida en
cuatro grandes corrientes doctrinales:

A. “Judíos Ortodoxos”.
B. “Judíos Ultra Ortodoxos”.
C. “Judíos Reformados”.
D. “Judíos Conservadores”.

Podríamos citar un quito grupo llamados los “Judíos Mesiánicos” que


están unidos en la fe en Cristo Jesús con los gentiles (no judíos), pero
conservan su autonomía, sus tradiciones, los mandamientos, las
festividades religiosas ordenadas en la Torá, las bendiciones y
oraciones en las sinagogas, su ancestral liturgia, la circuncisión,
guardan el sábado, el ayuno prescrito en la ley mosaica y otras
costumbres. A estas observaciones se añade la fe en las Sagradas
Escrituras del Nuevo Testamento. Algunos de estos “judíos mesiánicos”
se consideran cercanos o incluso hermanos con la Iglesia Católica;
otros en cambio, se ven y proclaman como hostiles a lo que ellos
consideran engañados de esta misma institución.

II. “Ahora, hermanos, en cuanto al regreso de nuestro Señor


Jesucristo y a nuestra reunión con él, le rogamos que no cambien
fácilmente de manera de pensar ni se dejen asustar por ningún
mensaje espiritual, discurso o carta que reciban como si fuera
nuestra, diciendo que el día del regreso del Señor ya llegó. No se
dejen engañar de ninguna manera. Pues antes de aquel día tiene
que venir la rebelión contra Dios, cuando aparecerá el hombre
malvado, el que está condenado a la destrucción. Este es el
enemigo que se levanta contra todo lo que lleva el nombre de
Dios o merece ser adorado, y llega incluso a instalar su trono en
el templo de Dios, haciéndose pasar por Dios” (2 Tesalonicenses
2,1-4). Esta última profecía del apóstol de los gentiles está por
cumplirse.

CURSO DE APOLOGÉTICA CATÓLICA

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

I. LA DOCTRINA DE LA TRINIDAD: DESDE LOS PRIMEROS SIGLOS


DEL CRISTIANISMO HASTA LA REFORMA PROTESTANTE.
II. LA DIVINIDAD DE JESUCRISTO: DESDE LOS PRIMEROS SIGLOS
DEL CRISTIANISMO HASTA LA REFORMA PROTESTANTE.
III. LA EUCARISTÍA: DESDE LOS PRIMEROS SIGLOS DEL
CRISTIANISMO HASTA LA REFORMA PROTESTANTE.
IV. EL CREDO DE NUESTRA FE: DESDE LOS PRIMEROS SIGLOS DEL
CRISTIANISMO HASTA LA REFORMA PROTESTANTE.
V. EL PRIMADO DE PEDRO: DESDE LOS PRIMEROS SIGLOS DEL
CRISTIANISMO HASTA LA REFORMA PROTESTANTE.
VI. LA VIRGEN MARÍA: DESDE LOS PRIMEROS SIGLOS DEL
CRISTIANISMO HASTA LA REFORMA PROTESTANTE.
VII. LOS SANTOS Y MÁRTIRES: DESDE LOS PRIMEROS SIGLOS DEL
CRISTIANISMO HASTA LA REFORMA PROTESTANTE.
VIII. LAS IMÁGENES Y PINTURAS SAGRADAS: DESDE LOS PRIMEROS
SIGLOS DEL CRISTIANISMO HASTA LA REFORMA PROTESTANTE.

NOTA: Todas las citas bíblicas del presente estudio, fueron tomadas de
la versión protestante reina valera, ediciones de 1967 y 1985.

I. LA DOCTRINA DE LA TRINIDAD: DESDE LOS PRIMEROS


SIGLOS DEL CRISTIANISMO HASTA LA REFORMA PROTESTANTE

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

I. ARGUMENTO BÍBLICO
“Por lo tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos
en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo”. (Mateo 28,19).
“La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu
Santo sean con todos vosotros. Amén”. (2 Corintios 13, 14).
“Porque tres son los que dan testimonio en el cielo: el Padre, el Verbo y
el Espíritu Santo; y estos tres son uno”. (1 Juan 5,7).

II. EL PLANO TEOLÓGICO


En la segunda mitad del siglo segundo, Teófilo, obispo de Antioquía de
Siria, escribió en griego e introdujo la palabra “Tri.ás” que significa
“tríada”, con la finalidad de expresar la unión en Dios de tres personas
divinas: Dios (el Padre), su Palabra (Logos), y su Sabiduría.

A principios del siglo III, se dio origen a la herejía “monarquista” según la


cual en Dios sólo hay una persona como una es también su naturaleza:
los nombres de Padre, Hijo y Espíritu Santo no son otra cosa sino
aspectos diversos del Dios único. Este pensamiento era liderado por
Praxeas y Noeto, Y fueron refutados por Tertuliano, de Cartago (+220),
quien introdujo en sus escritos la palabra “Trinitas”, que significa
“trinidad” (Del latín trinus, que contiene en sí tres personas).

El papa San Dionisio (259-268), emplea por primera vez la palabra


“Homousios” [De griego “homos”=igual y “ousia”=substancia, esencia
o naturaleza (latín=consubstantialis)], para las tres Personas de la
Trinidad. Combatió el Modalismo en un concilio en Roma en el 263,
doctrina que siguiendo las enseñanzas de Sabelio proponía que las tres
personas de la Trinidad no eran sino una cuestión de nombres, distintos
modos de nombrar a un único Dios. También se enfrentó a
los subordinacioncitas, quiénes presentaban al Hijo como un ser creador.
Pero el hecho más relevante de su pontificado fue su enfrentamiento con
su homónimo, el obispo de Alejandría, Dionisio, a quien exigió que
aclarase su posición sobre la acusación que pesaba contra él de haber
hecho unas declaraciones heréticas respecto a la doctrina trinitaria al
defender el triteísmo, doctrina que propugnaba la separación de la tres
personas de la Trinidad en tres deidades distintas. Este enfrentamiento
que se conoce en la historia como "la controversia de los dos Dionisios",
dio lugar a un intercambio de correspondencia entre Roma y Alejandría
en la que Dionisio de Alejandría escribió su “Apología y Refutación”,
defendiendo la ortodoxia de sus ideas al reducir el problema a una simple
cuestión semántica entre los cristianos orientales que usaban como
lengua litúrgica el griego y los cristianos occidentales que usaban el latín.

San Atanasio, patriarca de Alejandría (+373), fue el que preparó el


camino para la fórmula: “mia ousia, treis hypostaseis” (una sola
esencia, tres personas).

San Epifanio, obispo de Chipre (+413), refuta los errores de los


sabelianos quienes se apoyaban en un escrito apócrifo llamado
“Evangelio Egipcio”, de la mitad del siglo II. En él se dice que “la persona
del Salvador, había revelado a sus discípulos que la misma persona es el
Padre, la misma el Hijo y la misma el Espíritu Santo”.

III. EL TESTIMONIO DE LOS SANTOS PADRES DE LA IGLESIA Y


LOS PRIMEROS ESCRITORES DEL CRISTIANISMO

“Señor Dios omnipotente, Padre de tu bendito Hijo Jesucristo, te alabo te


bendigo, te glorifico por mediación del siempre eterno y celestial pontífice
Jesucristo, tu amado Hijo, por quien sea a Ti juntamente con El y el
Espíritu Santo la gloria, ahora y en lo siglos venideros”.
Acta del martirio de San Policarpo, obispo de Esmirna (+155).

“Y luego demostraremos que con razón honramos también a Jesucristo,


que ha sido nuestro maestro en estas cosas y que para ello nació, el
mismo que fue crucificado bajo Poncio Pilato, procurador que fue de
Judea en tiempo de Tiberio César, que hemos aprendido ser el Hijo del
mismo verdadero Dios y a quien tenemos en segundo lugar, así como al
Espíritu profético tenemos en el tercero”.
Apología I, San Justino Mártir (+167).

“Este tuvo doce discípulos, los cuales, después de su ascensión a los


cielos, salieron a las provincias del Imperio y enseñaron la grandeza de
Cristo, al modo que uno de ellos recorrió nuestros mismos lugares
predicando la doctrina de la verdad, pues conocen al Dios creador y
artífice del universo en su Hijo Unigénito y en el Espíritu Santo, y no
adoran a ningún otro Dios fuera de éste.”
Apología de Arístides de Atenas al emperador Adriano César (mitad del
siglo II).

“¿Quién, pues, no se sorprenderá de oír llamar ateos a quienes admiten a


un Dios Padre y a un Dios Hijo y un Espíritu Santo, que muestran su
potencia en la unidad y su distinción en el orden?”.
Atenágoras de Atenas, Súplica en favor de los cristianos (178 d.C.).

“Nadie puede acercarse al Padre, porque el conocimiento del Padre es el


Hijo, y el conocimiento del Hijo de Dios se logra por el Espíritu Santo”.
San Ireneo, obispo de Lyon (+202).

“Que el Verbo, o sea el Hijo, ha estado siempre con el Padre, de múltiples


maneras lo hemos demostrado. Y que también su Sabiduría, o sea el
Espíritu estaba con El antes de la creación.”
San Ireneo de Lyon, Contra las herejías (+202).

“Para la misma iglesia es, propiamente y principalmente, el Espíritu


mismo, en el cual es la Trinidad de Una Divinidad – Padre, Hijo y Espíritu
Santo.”
Tertuliano, de Cartago (+220).
“Nosotros creemos en un solo Dios…que envió a su Hijo…quien envió al
Espíritu Santo”.
Tertuliano, de Cartago (+220).

“Toda la Iglesia aparece como un pueblo unido por la unidad del Padre,
del Hijo y del Espíritu Santo”.
San Cipriano, obispo de Cartago (+258).

Después de la resurrección, cuando el Señor envió los apóstoles a las


naciones, Él les ordenó bautizar a los gentiles en el nombre del Padre, del
Hijo y del Espíritu Santo…Cristo mismo ordenó que las naciones sean
bautizadas en la completa y unida Trinidad.”
San Cipriano, obispo de Cartago (+258).

“Todo el bien desciende del Padre, a través del Hijo, y nos alcanza en el
Espíritu Santo”.
San Atanasio, patriarca de Alejandría (+373).

“Nuestra fe es en el Padre y el Hijo y el Espíritu Santo”.


San Atanasio, patriarca de Alejandría (+373).

“Gloria al Padre, con el Hijo y con el Espíritu Santo”.


San Basilio obispo de Cesárea (+379).

“La vida subsistente y verdadera es el Padre que, por el Hijo y en el


Espíritu Santo, derrama sobre todos sin excepción los dones celestiales”.
San Cirilo, obispo de Jerusalén (+386).

“Cuando digo Dios entiendo que es el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo”.


San Gregorio Nacianceno, patriarca de Constantinopla (+389).

“Oh Cristo Dios…eres Uno de la Santísima Trinidad, glorificado con el


Padre y el Santo Espíritu”.
San Juan Crisóstomo, patriarca de Constantinopla (+407).
“El Padre es tal porque engendra, el Hijo lo es porque es engendrado, y
el Espíritu Santo es tal porque es dado por los otros dos”.
San Agustín, obispo de Hipona (+431).

“La fe de todos los cristianos se cimienta en la Santísima Trinidad”.


San Cesáreo, obispo de Arlés (+542).

IV. DECLARACIONES PONTIFICIAS

“Es necesario, sin embargo, que la palabra divina [Jesucristo] esté unida
con Dios del Universo; y el Espíritu Santo debe respetar y morar en Dios.
Por tanto la Trinidad Divina debe ser reunida en Una, una cumbre, como
si fuera – quiero decir, el Dios Omnipotente del Universo.”
Carta a Dionisio de Roma a Dionisio de Alejandría (262).

“Ni entonces podemos dividir en tres cabezas divinas la maravillosa y


divina monarquía, ni desacreditar llamando “obra” la dignidad y excelente
majestad de nuestro Señor, pero debemos creer en Dios, el Padre
Todopoderoso, y en Jesús su Hijo, y en el Espíritu Santo, y sostenemos
que a el Dios del universo la Palabra está unida.”
Carta a Dionisio de Roma a Dionisio de Alejandría (262).

“Tres son las personas verdaderas: La del Padre, la del Hijo y la del
Espíritu Santo, iguales, siempre vivientes, que todo lo contiene, lo visible
y lo invisible, y que todo lo pueden”.
Documento el Tomo del Papa San Dámaso, año 382.

“Los cristianos son bautizados en el nombre del Padre y del Hijo y del
Espíritu Santo y no en los nombres de éstos, pues no hay más que un
solo Dios, el Padre Todopoderoso y su Hijo único y el Espíritu Santo: la
Santísima Trinidad”.
Profesión de fe del Papa Virgilio en el año 552.

III. EL MAGISTERIO ECLESIÁSTICO


“Porque una es la persona del Padre, otra la del Hijo y otra (también) la
del Espíritu Santo; pero el Padre y el Hijo y el Espíritu Santo tienen una
sola divinidad, gloria igual y coeterna majestad”.
Símbolo Atanasiano (siglo V o VI).

“La Trinidad es una. No confesamos tres dioses sino un solo Dios en tres
personas: `la Trinidad consubstancial´. Uno es Dios y Padre de quien
procede todas las cosas, uno solo el Señor Jesucristo por el cual son
todas las cosas, y uno el Espíritu Santo en quien son todas las cosas”.
Concilio de Constantinopla II, año 553.

“El Padre es lo mismo que es el Hijo, el Hijo es lo mismo que es el Padre,


y el Padre y el Hijo lo mismo que el Espíritu Santo, es decir, un solo Dios
por naturaleza”.
Concilio de Toledo XI, año 675.

IV. ENFOQUE PROTESTANTE

Las principales congregaciones cristianas que niegan el dogma de la


“Santísima Trinidad” son:
Iglesia Unitaria, fundada en Inglaterra por Teófilo Lindley en 1774.

Secta Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (Mormona),


fundada en Estados Unidos por José Smith en 1830.

Secta Los Testigos de Jehová, fundada en Estados Unidos por Carlos Tazé
Russell en 1879.
Secta Pentecostal, fundada en Estados Unidos por Carlos Parham en
1901.

II. LA DIVINIDAD DE JESUCRISTO: DESDE LOS PRIMEROS


SIGLOS DEL CRISTIANISMO HASTA LA REFORMA PROTESTANTE

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

I. ARGUMENTO BÍBLICO

“En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios”
(Juan 1,1).
“Nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo”. (Tito 2,13).
“Jesucristo. Este es el verdadero Dios, y la vida eterna”. (1 Juan 5,20).
II. EL TESTIMONIO DE LOS SANTOS PADRES DE LA IGLESIA

“Hermanos, debemos pensar en Jesús como Dios, como Juez de los vivos
y los muertos”.
San Clemente Romano (+97).

“Jesús es nuestro Dios e Hijo único del Altísimo”.


San Ignacio, obispo de Antioquía (+107).

“Jesús siendo el Hijo de Dios, merece nuestra adoración”.


Acta del martirio de San Policarpo, obispo de Esmirna (+155).

“El Padre del universo tiene un Hijo, que, siendo Verbo y primogénito de
Dios, es también Dios”.
San Justino Mártir (+167).

“Cristo Jesús, Nuestro Señor, Dios Salvador y Rey”.


San Ireneo, obispo de Lyon (+202).

“Yo sólo adoro al Dios Único del cielo y a su Hijo Jesucristo”.


San Arcadio (+304).
III. EL MAGISTERIO PONTIFICIO

“Nuestro Señor Jesucristo, perfecto en su divinidad y perfecto en su


humanidad, verdadero Dios y verdadero hombre, (compuesto) de alma
racional y de cuerpo, consubstancial al Padre por la divinidad, y
consubstancial a nosotros por la humanidad, igual en todos a nosotros,
menos en el pecado, engendrado por el Padre antes de todos los siglos
según la divinidad, y en estos últimos tiempos por nosotros y por nuestra
salvación, fue engendrado de María, virgen y madre de Dios, según la
humanidad”.
Tomo a Flaviano del Papa León I (440-461).
IV. LAS ACTAS DE LOS PRIMEROS SÍNODOS Y CONCILIOS

En el siglo III, Pablo de Samosata, obispo de Antioquía, entre el 260 y el


268; empezó a enseñar que Jesús no era Dios sino un hombre como los
demás. En seguida se celebraron varios Sínodos en la misma ciudad, en
los que se pronunció el siguiente anatema: “Jesucristo es por naturaleza y
según su persona verdadero Dios. Esta fe, ha sido siempre enseñada por
la Iglesia Católica, y en ella se ha conservado desde los tiempos
apostólicos hasta nuestros días”.
Arrio, fue un sacerdote de Alejandría que afirmaba hacia el año 320, que
Jesús no era propiamente Dios, sino la primera criatura creada
directamente por el Padre, dado que toda la creación habría sido obra del
Hijo, por voluntad del Padre. Por esta razón, el primer Concilio Ecuménico
de Nicea, en el año 325, confesó que el Hijo de Dios es “Homousios”
(“consustancial” o de la misma sustancia o naturaleza) que el Padre, y
excomulgó al presbítero apóstata, declarando que Jesucristo, es el “Hijo
unigénito de Dios; y nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de
Dios: Luz de Luz. Dios verdadero de Dios verdadero. Engendrado, no
hecho; consubstancial con el Padre; por quien todas las cosas han sido
hechas”. El principal campeón de la ortodoxia católica fue San Atanasio,
patriarca de Alejandría (+373), que soportó duras batallas y hasta el
destierro por suprimir la herejía arriana.
En el cuarto Concilio Ecuménico de Calcedonia, en el año 451, se declaró
que Jesús era “verdadero Dios y verdadero hombre…nacido del Padre
antes de todos los siglos según la divinidad; y por nosotros, y por nuestra
salvación, nacido en los últimos tiempos de la Virgen María, la Madre de
Dios, según la humanidad”. Aquí se condenó a un monje de nombre
Eutiques, abad de un monasterio en Constantinopla, que aseguraban que
la naturaleza humana de Cristo había dejado de existir al ser asumida por
su persona divina en el momento de la encarnación (“Monofisismo”, del
griego monos, una, sola, y physis, naturaleza, es decir: “naturaleza
única”).
V. ENFOQUE PROTESTANTE
Muchas sectas cristiana tienen diferentes opiniones sobre el origen de
Jesús, así por ejemplo:
Para los ADVENTISTAS DEL SÉPTIMO DÍA Y TESTIGOS DE
JEHOVÁ, Es la primera criatura creada por Dios, llamado también el
“Arcángel Miguel”.

Para los MORMONES, Era el hermano gemelo del ángel rebelde Luzbel.

Para los PENTECOSTALES, es Dios Padre que se hace hombre.

III. LA EUCARISTÍA: DESDE LOS PRIMEROS SIGLOS DEL


CRISTIANISMO HASTA LA REFORMA PROTESTANTE

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.


I. ARGUMENTO BÍBLICO

“El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo le


resucitaré en el día postrero. Porque mi carne es verdadera comida, y mi
sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre, en
mí permanece, y yo en él” (Juan 6,54-56).
“Y tomó el pan y dio gracias, y lo partió y les dio, diciendo: Esto es mi
cuerpo, que por vosotros es dado; haced esto en memoria de mí. De
igual manera, después que hubo cenado, tomó la copa, diciendo: Esta
copa es el nuevo pacto en mi sangre, que por vosotros se derrama”
(Lucas 22,19-20).
“Porque yo recibí del Señor lo que también os he enseñado: Que el Señor
Jesús, la noche que fue entregado, tomó pan; y habiendo dado gracias,
lo partió, y dijo: Toma, comed; esto es mi cuerpo que por vosotros es
partido; haced esto en memoria de mí. Asimismo tomó también la copa,
después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi
sangre, haced esto todas las veces que la bebiereis, en memoria de mí”
(1 Corintios 11,23-25).

II. EL TESTIMONIO DE LOS SANTOS PADRES DE LA IGLESIA

San Ignacio de Antioquia, obispo mártir del año 107, decía en su carta a
los romanos: “El pan es la carne de Jesucristo, el vino la sangre”.
San Justino Mártir, en su obra titulada “Apología”, año 155, afirma: “El
pan y el vino de la Eucaristía no son pan y vino corrientes, sino el cuerpo
y la sangre de Cristo”.
San Ireneo, obispo de Lyon, en su obra contra las herejías, año 180,
escribe: “El vino y el pan al recibir las palabras consagratorias se
convierten en el cuerpo y en la sangre de Cristo”.
San Juan Crisóstomo, patriarca de Constantinopla (+407), declara: “No es
el hombre quien hace que las cosas ofrecidas se conviertan en cuerpo y
sangre de Cristo, sino Cristo mismo que fue crucificado por nosotros”.

III. LA EUCARISTÍA Y EL PROTESTANTISMO

En tiempos de la Reforma Protestante (siglo XVI), un pintor hizo el


cuadro de la institución de la Eucaristía. En medio del mismo se veía a
Jesucristo distribuyendo la comunión a los apóstoles con las palabras:
“Este es mi cuerpo”. A la derecha, un poco más abajo, Martín Lutero daba
la cena a los suyos, diciendo: “Esto contiene mi cuerpo”. A la izquierda,
Juan Calvino hacia lo mismo, agregando: “Esta es la figura de mi cuerpo”.
Al pie del cuadro, el artista escribió con grandes letras: “¿A quién de los
tres se debe creer? Hay que anotar que esta pintura obró varias
conversiones al catolicismo.

IV. LA SAGRADA HOSTIA DEL ESCORIAL

A fines de junio de 1572, los seguidores del ex–sacerdote suizo Ulrico


Zwinglio, quienes negaban la presencia real de Jesucristo en la Eucaristía,
irrumpieron en la catedral católica de Gorcamia (Holanda), y siguiendo su
sacrílega costumbre derribaron las imágenes sagradas y violentaron el
sagrario, apoderándose de una hostia consagrada. Con gran alborozo
salieron al exterior, arrojándola al suelo, donde uno de ellos llegó a
pisotearla. Al instante, de las tres perforaciones de los clavos de su
calzado (pues estaban en invierno), había brotado tres gotas de sangre
en la santa forma. El extraordinario prodigio dejó confundido a los
profanadores, uno de ellos, tal vez el mismo que la había pisado, llamó al
deán de la catedral, don Juan Vander Delpht, quien recogió la milagrosa
hostia y la llevó al convento franciscano de Malinas. Tiempo después el
arrepentido hereje se convierte a la verdadera religión, haciéndose
religioso franciscano.
La santa reliquia fue trasladada a Viena y después a Praga. En el año
1592, Rodolfo II, rey de Hungría y Bohemia, la donó a Felipe II, monarca
de España, quien la depositó en la basílica de San Lorenzo, en el real
monasterio del Escorial. Más tarde, el 8 de octubre de 1680, Carlos II,
ordenó que fuera colocada en un altar especial en la sacristía, donde se
conserva hasta el día de hoy, de un color blanco inmaculado y con las
tres marcas de la sangre coagulada.
IV. EL CREDO DE NUESTRA FE: DESDE LOS PRIMEROS SIGLOS
DEL CRISTIANISMO HASTA LA REFORMA PROTESTANTE

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

I. ARGUMENTO BÍBLICO
“Mas os ruego, hermanos, que os fijéis en los que causan divisiones y
tropiezos en contra de la doctrina que vosotros habéis aprendido, y que
os apartéis de ellos” (Romanos 16,17).
“Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean
judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio de beber de
un mismo Espíritu” (1 Corintios 12,13).
“Un Señor, una fe, un bautismo” (Efesios 4,5).
II. EL PLANO TEOLÓGICO
Es importante saber que hubo diversos credos o formas rudimentarias de
confesión de la fe cristiana en los tiempos de la iglesia apostólica (Hechos
8,36 -37; Romanos 10,9; 1 Corintios 12,3). No obstante, el llamado
“Símbolo de los Apóstoles”, es considerado como el más antiguo
catecismo, enumeraba doce artículos que representan a los doce
Apóstoles de Jesús. La forma que tiene hoy parece que se empleó por
primera vez en el año 450. Se le conocía como el Symposium por una
leyenda que circulaba a fines del siglo IV, según la cual los apóstoles se
reunieron alrededor de una mesa para redactarlo, y cada uno añadió una
frase. Los catecúmenos antes de recibir el bautismo, recitaban una
fórmula de fe en la Trinidad y en Cristo, cuya substancia se remonta
hasta los orígenes del cristianismo, símbolo que fue recibiendo poco a
poco varias adicciones, conforme aparecían nuevas herejías que era
necesario condenar.

La primera fórmula escrita del símbolo de la religión cristiana (término


que viene del latín “symbolum”, con el cual se designó inicialmente para
la palabra credo), se halla en una carta del siglo II, redactada entre los
años 150 y 180, donde dice: “Creo en Dios Padre, Todopoderoso; Y en
Jesucristo, nuestro Salvador; Y en el Espíritu Santo, Paráclito; En la Santa
Iglesia y en el perdón de los pecados”.
El Símbolo Niceno-Constantinopolitano, es fruto de los dos primeros
Concilios Ecuménicos (325 y 381). Sin embargo, sólo quedará como
definitivo en el Concilio de Calcedonia (451). En el siglo VIII, en la Iglesia
de Occidente se agrega el “Filioque” (“del Hijo”), sobre la procedencia
del Espíritu Santo que viene de la unión del Padre con Jesucristo. Este
credo es utilizado por algunas de la Iglesias que nacieron con la Reforma
Protestante.
El Símbolo de San Atanasio, explica los misterios de la Trinidad y la
Encarnación. Se ignora su autor, parece haber sido compuesto en España
o en el Sur de Francia en el siglo V o VI, bajo el supuesto nombre del
Padre de la Iglesia, “San Atanasio”, para darle así mayor autoridad.

III. EL TESTIMONIO DE LOS SANTOS PADRES DE LA IGLESIA

“Si los Apóstoles no hubiesen dejado algunos escritos, sería necesario


seguir la regla de fe que ellos transmitieron a las Cabezas de la Iglesia”.
San Ireneo, obispo de Lyon (+202).

“Estas síntesis de la fe no ha sido hecha según las opiniones humanas,


sino que de toda la Escritura ha sido recogido lo que hay en ella de más
importante, para dar en su integridad la única enseñanza de la fe”.
San Cirilo, obispo de Jerusalén (+386).

“Es el Símbolo que guarda la Iglesia Romana, la que fue sede de Pedro,
el primero de los Apóstoles, y a la cual él llevó la doctrina común”.
San Ambrosio, obispo de Milán (+397).

“Los Apóstoles antes de separarse, compusieron el Símbolo, aunque sin


escribirlo, y determinaron que se extendiese de una vez”.
Rufino de Aquileya (+410).

IV. HISTORIA DEL CRISTIANISMO

Desde los orígenes del cristianismo se han presentado divisiones entre


sus miembros, y es así como encontramos los siguientes ejemplos:
“Porque he sido informado acerca de vosotros, hermanos míos, por los de
Cloé, que hay entre vosotros contiendas. Quiero decir, que cada uno de
vosotros dice: Yo soy de Pablo; y yo de Apolos; y yo de Cefas; y yo de
Cristo. ¿Acaso está dividido Cristo?”.
San Pablo (1 Corintios 1,11-13).
“Donde hay pecados, allí hay desunión, cismas, herejías, discusiones.
Pero donde hay virtud, allí hay unión, de donde resultaba que todos los
creyentes tenían un solo corazón y una sola alma”.
Orígenes de Alejandría (+254).

“Hay tantas sectas y opiniones como cabezas. Este niega el bautismo;


aquél, los sacramentos, el de más allá cree que hay otro mundo entre el
nuestro y el día del juicio. Unos dicen que Jesucristo no es Dios; otros
dicen lo que se les antoja. No hay niño ni patán que no considere
inspiración del cielo lo que no es más que sueño y alucinación suya”.
Martín Lutero, Padre de la Reforma Protestante (+1545).

V. EL PRIMADO DE PEDRO: DESDE LOS PRIMEROS SIGLOS DEL


CRISTIANISMO HASTA LA REFORMA PROTESTANTE

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

I. ARGUMENTO BÍBLICO

“Tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del
Hades no prevalecerán contra ella. Y a ti te daré las llaves del reino de los
cielos; y todo lo que atares en la tierra será atado en los cielos; y todo lo
que desatares en la tierra será desatado en los cielos” (Mateo 16,18).
“Dijo también el Señor: Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedido para
zarandearos como a trigo; pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte; y
tú una vez vuelto, confirma a tus hermanos” (Lucas 22,32).
“Cuando hubieron comido, Jesús dijo a Simón Pedro: Simón, hijo de
Jonás, ¿me amas más que éstos? Le respondió: Sí, Señor, tú sabes que te
amo. El le dijo: Apacienta mis corderos. Volvió a decirle la segunda vez:
Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro le respondió: Sí, Señor, tú sabes
que te amo. Le dijo: Pastorea mis ovejas. Le dijo la tercera vez: Simón,
hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro se entristeció de que le dijese la tercera
vez: ¿Me amas? y le respondió: Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te
amo. Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas” (Juan 21,15-17).

II. LA AUTORIDAD DE LOS PRIMEROS PAPAS

Hacia el año 96, el obispo de Roma San Clemente, intervino en asuntos


de disciplina eclesiástica de la Iglesia en Corinto. Por esta misma época
todavía vivía el apóstol Juan en Efeso. El papa escribió una carta la cual
fue escuchada con tanto respeto, que no solamente se obtiene el efecto
deseado, sino que se continuó leyendo en las asambleas de los cristianos
a la par de las cartas de los Apóstoles.

San Pío I en el año 150, excomulgó a varios herejes del gnosticismo en


Roma.
El anciano San Policarpo, obispo de Esmirna, y discípulo de San Juan;
vino desde el Extremo Oriente a ver al papa San Aniceto (154/155-166),
para hablar con él sobre la celebración de la Pascua.
El papa San Eleuterio (175-189), fue a quien consultó San Ireneo de
Lyon, para restablecer la paz en las Iglesias de Asia, perturbada por los
errores de Montano.
A fines del siglo II, San Víctor I (189-199), decidió poner un ultimátum de
excluir de la comunión de la Iglesia a todos los obispos de Asia Menor,
que no querían sujetarse a la costumbre romana de celebrar la Pascua de
Resurrección en domingo.
San Esteban I, en el año 257, puso fin a la discusión en la que intervino
San Cipriano, obispo de Cartago, sobre el asunto de los que dejaban una
secta debían volver a ser bautizados en la religión católica.
El papa San Dionisio (260-268), llamó a Roma a rendir cuentas de su
enseñanza, al patriarca Dionisio de Alejandría, que había sido acusado
por sus feligreses. El santo patriarca obedeció sin vacilación.
Al papa San Dámaso I, se debe que el emperador Teodosio proclamara al
catolicismo como la única religión del Imperio Romano en el edicto del
año 380.

A petición de San Agustín, el papa San Inocencio I condenó la herejía


pelagiana en el año 417. Respecto a su gobierno eclesiástico, ejerció con
autoridad en los lugares donde intentaban rebasar su primacía, como por
ejemplo en España. Para esto escribió cartas y decretos a los obispos y
sacerdotes que querían desautorizarlo y no obedecerlo.
Contra la herejía de Nestorio que negaba la Maternidad Divina de María,
San Cirilo de Alejandría (+444), pidió ayuda al papa San Celestino I (422-
432), recordándole la tradición , según la cual, “los asuntos de mayor
importancia en los que están en juego la fe, han de ser resueltos por la
Sede Romana”.
San León I el Grande mandó una carta dogmática en la cual expuso la
doctrina católica sobre las dos naturalezas de Jesús. La misma fue
aprobada por los obispos en el Concilio de Calcedonia (451), en estos
términos:”Pedro ha hablado por boca de León”.
III. TESTIMONIOS DE LOS SANTOS PADRES DE LA IGLESIA

San Ignacio, obispo de Antioquía (+107), decía: “Roma nos enseña a


todos”.
San Ireneo, obispo de Lyon (+202), escribe en su tratado “Contra las
Herejías” que “toda Iglesia debe estar de acuerdo con la Iglesia Romana,
pues en ella se ha conservado siempre la tradición Apostólica”.
Tertuliano de Cartago (+220), narra en uno de sus escritos: “Recorrí las
Iglesias Apostólicas, donde las propias cátedras de los Apóstoles presiden
todavía en lugar de ellos…si estáis en los confines de Italia, tenéis Roma,
cuya autoridad también nos presta apoyo”.
San Cipriano, obispo de Cartago (+258), testifica: “La cátedra de Pedro e
Iglesia principal, de la cual se deriva la unidad episcopal”.

IV. CONTEXTO HISTÓRICO

Hacia el año 200, un sacerdote romano de nombre Cayo, hace mención a


las tumbas de los Apóstoles Pedro y Pablo, en estos términos: “Por mi
parte puedo mostrar los trofeos (o sepulcros) de los Apóstoles. Si quieres
ir al Vaticano al camino de Ostia, encontrarás los trofeos de los que
fundaron esta Iglesia”.

A principios del siglo III San Ireneo, obispo de Lyon, escribe la lista de los
obispos de la Ciudad Eterna, en la que dice que “Después de los santos
apóstoles (Pedro y Pablo) hubieran fundado la Iglesia, pasó a ocupar el
episcopado romano Lino, y después le sucedió Anacleto y tras éste
Clemente (Romano), quien conoció en persona a Pedro…”.
V. DECLARACIONES DE HISTORIADORES, PASTORES Y
TEÓLOGOS PROTESTANTES

“Los elementos capitales del catolicismo se remontan hasta la edad


apostólica”.
Adolf Von Harnack.

“Los inicios del cristianismo apuntan hacia Roma”.


Robert Maclauner.

“No hay un solo testimonio indudable que demuestre con todo rigor que
Pedro estuviera alguna vez en Roma, aunque resulta difícil no admitirlo”.
Gustavo Kruger.

“Verdad es que en la secular polémica de si Pedro fue a Roma y si sufrió


allí el martirio, la balanza de la verosimilitud –pues no hay que hablar de
certeza- parece inclinarse por la afirmativa”.
Erich Caspar.

“Tengo la firme impresión de que hay que contar con la posibilidad de


que Pedro haya ido a Roma”.
Goguel.

“Nos enteramos luego de que Pedro, lo mismo que Pablo, emprendió


viajes misioneros por diversos países, y es incluso posible que en uno de
estos viajes hallara la muerte en Roma”.
Julicher.

“Para el arqueólogo, la presencia y el martirio de los Santos Pedro y Pablo


en Roma, son hechos tan ciertos por la sola evidencia de los
monumentos, que no admite ni siquiera sobra de duda”.
Lanciani.

“Según la tradición, tanto Pedro como Pablo fueron ejecutados en Roma,


en la década de los años 60”.
Timothy Yates.

VI. LA VIRGEN MARÍA: DESDE LOS PRIMEROS SIGLOS DEL


CRISTIANISMO HASTA LA REFORMA PROTESTANTE

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

I. ARGUMENTO BÍBLICO
“¡Salve, muy favorecida! El Señor es contigo; bendita tú entre las
mujeres” (Lucas 1,28).
“Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre” (Lucas
1,42).
“Pues he aquí, desde ahora me dirán bienaventurada todas las
generaciones. Porque me ha hecho grandes cosas el Poderoso” (Lucas
1,48-49).
II. LA IGLESIA PRIMITIVA
En la llamada “Carta de los Apóstoles”, escrito apócrifo del siglo II-III,
encontramos el siguiente Credo que se utilizó contra las primeras
herejías: “Creemos en Cristo Señor, Hijo de Dios, palabra que tomó carne
de la Santa Virgen María, carne suscitada en su seno por el Espíritu
Santo”.

En las catacumbas de Roma se encuentran varias pinturas de los


primeros siglos (II y III), que representan a María y el Niño, con el título
“María Madre de Dios”.

En el oficio bizantino, se reza una oración a la “Virgen María”, que fue


hallado en una tablilla de barro egipcia del siglo V, que dice: “Virgen
Madre de Dios, salve, llena de gracia, el Señor está contigo. Bendita tú
entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre, porque tú engendraste
al Salvador de nuestras almas”.

III. EL COMBATE A LAS PRIMERAS HEREJÍAS CONTRA MARÍA


San Justino mártir (+167), En el Diálogo con Trifón, insiste en
la maternidad de Santa María, que corresponde a la naturaleza humana
de Cristo.
En los evangelios apócrifos (s. II al VI) se sostiene que los llamados
“hermanos y hermanas de Jesús”, eran hijos de un matrimonio anterior
de José, quien viudo y anciano se casó con María. Así lo representaban
algunos Padres de la Iglesia. Sin embargo, Tertuliano, nacido en Cartago
hacia el 155, y convertido al cristianismo hacia el 193, sostenía en su
obra De Monogamia: “Fue una virgen la que dio a luz a Cristo. Pero
después del parto, ella se unió con un solo hombre, a fin de que ambos
ideales de santidad (el virginal y el matrimonio) tuvieran una realización
ejemplar en la parentela de Cristo, a saber, en la persona de aquella que
fue madre, virgen y esposa de un solo hombre”.
El escritor cristiano Orígenes, de Alejandría (+253), en su libro “Contra
Celso”, un filósofo neoplatónico, protesta contra su tesis apoyado en
argumentaciones judías: “Jesús habría inventado su nacimiento de una
virgen; en realidad era originario de una oscura aldea de Judea y había
nacido de una mujer de la región, pobre hilandera; acusada de adulterio,
fue repudiada por su marido que era carpintero. Una vez repudiada por
su marido, se comportó de modo deshonroso y clandestinamente
engendró a Jesús”.

San Epifanio, obispo de Chipre (+413), condenó en Arabia la secta de los


coliridianos, que tributaban culto idolátrico a la Madre de Jesús. Al
respecto escribe: “¡Sea honrada María!!Sea adorado el Señor!”. La misma
distinción se aprecia en san Ambrosio, obispo de Milán (+397), quien
agrega: “María es templo de Dios y no es el Dios del templo”.

San Jerónimo, Doctor de la Iglesia, respondió en su obra Sobre la


Virginidad Perpetua de María, el planteamiento de Elvidio (+380), un laico
romano amigo de Auxencio, obispo arriano de Milán antes de San
Ambrosio, quien proponía el mismo pensamiento de Tertuliano, de que
los llamados “hermanos del Señor”, eran hijos de María con José después
del nacimiento de Jesús.

En el siglo V, Nestorio, patriarca de Constantinopla, reconocía en María


solamente el título de “Madre de Cristo” (Chistotókos). Ante esta nueva
herejía el Concilio Ecuménico de Éfeso (431) presidido por San Cirilo,
patriarca de Alejandría, proclamó que María llegó a ser “Madre de Dios
(Theotókos), no porque el Verbo de Dios haya tomado de ella su
naturaleza divina, sino porque es de ella, de quien toma su naturaleza
humana al haber nacido de su vientre virginal”.

IV. EL TESTIMONIO DE LOS SANTOS PADRES DE LA IGLESIA


San Efrén, diácono de Siria, llamado el poeta de la Virgen, compuso en
el año 333 una serie de versos en su honor, donde le da los siguientes
títulos: “Señora Nuestra”, “Santísima Madre de Dios”, “Llena de Gracia”,
“Mediadora”, “Puente que una la tierra con el cielo”, “Llave que nos abre
las puertas del Paraíso”, “abogada, nuestra Intercesora”.

San Agustín, obispo de Hipona (+431), dice respecto a la Madre del


Señor: “Se la reconoce y se la venera como verdadera Madre de Dios y
del Redentor…Es Madre no solo de nuestra cabeza que es el Salvador,
sino de todos nosotros los que formamos parte del cuerpo de Cristo,
pues ella coopera por su amor al nacimiento de los fieles en la Iglesia”.

En los escritos de San Juan Damasceno, monje y presbítero del


monasterio de San Sabas en Jerusalén (+750), se ha encontrado por
primera vez la oración: “María Auxiliadora, rogad por nosotros”.

V. MARTÍN LUTERO Y MARÍA

Martín Lutero, tenía una especial devoción a la Madre de Cristo, producto


seguramente de su hogar católico y de su formación religiosa y sacerdotal
en la Orden de San Agustín. Creía en la Inmaculada Concepción, como se
deduce de un sermón del 8 de diciembre de 1516, donde al explicar el
nombre de María, afirma: “María quiere decir `Stella Maris’, pues de todo
el mar de la humanidad Ella es la única que permaneció pura e intacta”.
Estaba de acuerdo en reconocer la Maternidad Divina. Al respecto,
escribió en el año 1521 un hermosísimo tratado sobre el “Magníficat”,
donde comentando el versículo: “El Poderoso ha hecho obras grandes en
mí”, agrega: “Las cosas grandes no son más que el hecho de ser la Madre
de Dios”. No dudó en aceptar su Virginidad Perpetua, así lo enseñó en su
catecismo, al llamarla la “Siempre Virgen María”. Del dogma de la
Asunción a los cielos, hizo suprimir su fiesta religiosa, porque pensaba
que era una superstición, y por no hallar fundamento en las Sagradas
Escrituras. Conservó las fiestas marianas que tuvieran un matiz
cristológico o fundamento bíblico, tales como: la Purificación, la
Visitación, la Anunciación y la Navidad. En el púlpito de la iglesia nunca
dejaba de recitar un Padrenuestro o un Ave María antes de la predicación.
Al final de su vida en 1544, redactó el siguiente pensamiento con
respecto a la Santísima Virgen: “Pues tu Hijo te honra y nada se niega”.

VII. LOS SANTOS Y MÁRTIRES: DESDE LOS PRIMEROS SIGLOS


DEL CRISTIANISMO HASTA LA REFORMA PROTESTANTE

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.


I. ARGUMENTO BÍBLICO

“La memoria del justo será bendita” (Proverbios 10,7).

“Porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo” (1 Pedro 1,16).

“El que hace la voluntad de Dios permanece para siempre” (1 Juan 2,17).

II. LOS PRIMEROS SIGLOS DEL CRISTIANISMO


Ya desde principios del siglo II con el acta del “Martirio de San Policarpo,
obispo de Esmirna”, discípulo de San Juan Evangelista; se hace una
distinción entre el culto a Cristo y el culto a los mártires, término que
viene del griego martys y significa “testigo”. El primero es de adoración
(Latreia), y el segundo de veneración (Proskinesis).

De las fiestas a los santos confesores, no hay testimonio anterior al siglo


IV. En Oriente con la memoria de San Antonio, en Egipto (356), y en
Occidente con la de San Martín, obispo de Tours (397). Tiempo después,
se incluyó a las mujeres consagradas a Cristo.

Desde el siglo V se hace memoria de los santos en las plegarias


eucarísticas y su culto se desarrolla de forma progresiva. Comenzó
haciendo memoria de los mártires de cada iglesia diocesana y de los
mártires más famosos de las otras diócesis.

En el segundo concilio de Nicea (787), se ratificó la santa y antiquísima


costumbre de rendir culto de veneración especial a María (Hiperdulia), y
a los santos (Dulia).

III. EL TESTIMONIO DE LOS SANTOS PADRES DE LA IGLESIA

“En cuanto a los mártires, los amamos como discípulos e imitadores del
Señor, y es justo, a causa de su devoción incomparable hacia su rey y
maestro; que podamos nosotros, también nosotros, ser sus compañeros y
sus condiscípulos”.
San Policarpo, obispo de Esmirna (+155).

“Conmemoramos a los que han dormido en el Señor, a los patriarcas, a


los apóstoles, a los mártires, para que Dios, por su intercesión, despache
favorablemente nuestras peticiones”.
San Cirilo, obispo de Jerusalén (+386).
“Cuando veas que Dios te prueba, no te pases al enemigo…Acude más
bien a los amigos de Dios, a los mártires, a los santos y a los que le
agradaron, porque éstos tienen ahora gran poder”.
San Juan Crisóstomo, patriarca de Constantinopla (+407).

IV. LA SANTIDAD EN OTRAS IGLESIAS CRISTIANAS

La Iglesia Ortodoxa mantiene una devoción hacia los Santos Padres de la


Iglesia Oriental, algunos patriarcas y mártires. Además celebran la “Fiesta
de todos los Santos” el primer domingo, después de Pentecostés.

La Iglesia Anglicana mantiene en su liturgia el calendario a los Santos.

La Iglesia Evangélica (o luterana), le rinde especial admiración a los


Profetas del Antiguo Testamento y los Apóstoles del Nuevo Testamento.

VIII. LAS IMÁGENES Y PINTURAS SAGRADAS: DESDE LOS


PRIMEROS SIGLOS DEL CRISTIANISMO HASTA LA REFORMA
PROTESTANTE

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

I. ARGUMENTO BÍBLICO

“Harán también un arca de madera de Sittim…Y la cubrirás de oro puro…


Harás también dos querubines de oro, labrados á martillo los harás, en
los dos cabos de la cubierta. Harás, pues, un querubín al extremo de un
lado, y un querubín al otro extremo de lado opuesto…Y los querubines
extenderán por encima las alas, cubriendo con sus alas la cubierta: sus
caras la una enfrente de la otra…Y de allí me declararé a ti, y hablaré
contigo de sobre la cubierta, de entre los dos querubines que están sobre
el arca del testimonio, todo lo que yo te mandaré para los hijos de
Israel”. (Éxodo 25,10-22).
“Y Jehová dijo a Moisés: Hazte una serpiente ardiente, y ponla sobre la
bandera: y será que cualquiera que fuera mordido y mirare á ella, vivirá.
Y Moisés hizo una serpiente de metal, y púsola sobre la bandera; y fue
que cuando alguna serpiente mordía á alguno, miraba á la serpiente de
metal y vivía”. (Números 21,8-9).
“Y esculpió todas las paredes de la casa alrededor de diversas figuras, de
querubines, de palmas, y de botones de flores, por dentro y por de fuera”
(1 Reyes 6,29).

II. LAS CATACUMBAS ROMANAS

En la ciudad de Roma, se encuentran las catacumbas (considerados los


monumentos cristianos más antiguos), aquí hay diferentes
representaciones del arte paleo-cristiano como en las de “Santa Priscila”,
“San Calixto”, “Domitila”, “San Sebastián” o “San Pedro Y San Marcelino”.
En su interior se han encontrado imágenes, nichos de tumbas decorados
con diferentes motivos, monumentos y murales que representan entre
otros motivos algunas escenas bíblicas, tales como: Noé y el diluvio,
Daniel en el foso de los leones, Jonás y la ballena, La anunciación del
ángel San Gabriel a la Virgen, María con el Niño Jesús, el pesebre, la
visita de los Magos de Oriente, la muerte de Cristo en la Cruz. Según los
resultados cronológicos los mismos datan de mediados del siglo II hasta
el siglo IV de nuestra era.
III. EL TESTIMONIO DE LOS PAPAS Y DE LOS SANTOS PADRES
DE LA IGLESIA

“El honor de la imagen, se dirige al original”.


San Basilio, obispo de Cesárea (siglo IV).

“Tú no debes romper lo que fue colocado en las iglesias no para ser
adorado sino simplemente para ser venerado. Una cosa es adorar una
imagen, otra es aprender, mediante esta imagen, a quién se dirigen las
preces. Lo que la Escritura es para aquellos que saben leer, la imagen lo
es para los sencillos e iletrados”.
Fragmento de una carta del Papa San Gregorio Magno al obispo de
Marsella a finales del siglo VI.

“Lo que la Escritura es para los letrados, las imágenes son para el pueblo
su lectura”.
Papa San Gregorio Magno (siglo VII).

“Las imágenes son el catecismo de los que no leen”.


San Juan Damasceno, presbítero y monje del monasterio de San Sabas
en Jerusalén (siglo VIII).

IV. LA ICONOCLASTÍA

En la Historia del Cristianismo se ha presentado una “guerra iconoclasta”


(del griego eicon, imagen y klazein, romper), en varios momentos. La
primera se dio en el siglo VIII, durante la Edad Media Bizantina. El
emperador León III Isáurico, instigado por los judíos y musulmanes
promulgó un edicto en el año 725 contra la realización de imágenes de
Cristo, la Virgen, los santos, los ángeles, los iconos pintados, los mosaicos
y las pinturas realizadas al fresco. El anciano patriarca de Constantinopla,
san Germán, defendió el culto tradicional que se les rendía a las
imágenes, y por eso fue depuesto en el año 730.
Desde Jerusalén, se hizo oír otra voz de protesta de San Juan
Damasceno, que con sus tres discursos a favor del arte de lo sagrado se
impuso inmediatamente la atención del mundo cristiano, contando con el
respaldo de obispos de Oriente y el Papa Gregorio III (731-741). Más
tarde, el emperador Constantino V Coprónimo (741-775), llamado el
“Iconoclasta”, continuó la obra de su padre y ordenó destruir todas las
imágenes religiosas; lo mismo hizo León V Khazanas (775-780).
En el Concilio Ecuménico de Nicea II, año 787, el patriarca de
Constantinopla Tarasio, y los legados del papa Adriano I, restauraron el
culto a las imágenes sagradas, y además decretaron: “Siguiendo la
enseñanza divinamente inspirada de nuestros santos Padres y la tradición
de la Iglesia Católica (pues reconocemos ser del Espíritu Santo que habita
en ella), definimos con toda exactitud y cuidado que las venerables y
santas imágenes, como también la imagen de la preciosa y vivificante
cruz, tanto las pinturas como las de mosaico u otra materia conveniente,
se exponga en las santas iglesias de Dios, en los vasos sagrados y
ornamentos, en las paredes y en cuadros, en las casas y en los caminos:
tanto las imágenes de nuestro Señor Dios y Salvador Jesucristo, como las
de nuestra Señora inmaculada la santa Madre de Dios, de los santos
ángeles, y de todos los santos y justos”.
Posteriormente, entre los años 815 al 842, y especialmente durante el
reinado de Teófilo (829-842), la persecución de las imágenes sacras se
recrudeció. La emperatriz Teodora, viuda de Teófilo, puso fin a este
período, y así el primer domingo de cuaresma de año 843, fue
solemnemente celebrada en la basílica de Santa Sofía de Constantinopla,
la primera fiesta de las imágenes, que todavía se conmemora hoy en la
Iglesia Ortodoxa de Oriente.
En los siglos siguientes hicieron lo mismo los Valdenses, Albigenses,
Wiclefitas, Husitas, Luteranos y Calvinistas; quienes se dedicaron con un
ardor “anticatólico” a saquear, quemar, destruir iglesia, y todo lo
relacionado al culto sagrado. No obstante, el mismo Martín Lutero,
reconoció la importancia que tenían las “imágenes sagradas”. En una
carta fechada en 1528, escribía: “Considero que lo referente a las
imágenes…se deje a libre elección. Quien no las quiere, las deje de lado.
Aunque las imágenes inspiradas en la Escritura o en historias edificantes,
me parecen muy útiles”. De hecho, en la habitación que compartía con su
esposa la ex monja Catalina de Bora, en el convento de agustinos de
Wittenberg, se encontraba una pintura en madera que representaba a la
Virgen y el Niño.

ÁNGELES Y DEMONIOS

1. LOS ÁNGELES: MENSAJEROS DE DIOS.


2. LOS TRES ARCÁNGELES.
3. LOS ÁNGELES EN LA VIDA DE LOS SANTOS.
4. CONVERTIDO A DIOS POR UN ÁNGEL.
5. EL DIABLO Y LOS DEMONIOS.
6. LA CORTE INFERNAL.
7. JESÚS Y LOS DEMONIOS.
8. LIBERACIONES Y EXORCISMOS.
9. CASOS DE POSESIONES SATÁNICAS.
10. LA VIRGEN MARÍA Y LOS DEMONIOS.
11. UNA ORACIÓN A MARÍA DESDE EL INFIERNO.
12. DIFERENTES APARICIONES DE LOS ESPÍRITUS INFERNALES.
13. LOS ATAQUES DIABÓLICOS.
14. LA IDOLATRÍA AL PRÍNCIPE DEL MAL.
15. EL ANTICRISTO Y SU DERROTA FINAL.
16. LOS DIEZ MANDAMIENTOS CONTRA EL DIABLO.
17. FRASES CÉLEBRES CONTRA LOS DEMONIOS.

LOS ÁNGELES: MENSAJEROS DE DIOS

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

I. FUNDAMENTO BÍBLICO Y TEOLÓGICO

La etimología de la palabra “Angel” procede del latín Angelus, y este a


su vez del griego Agguelos o mal’akj en hebreo, que quiere decir
“mensajero” o “servidor” de Dios (Hebreos 1,7). El Papa San Pío X (1835-
1914), decía que “los ángeles son las criaturas más nobles creadas por
Dios”; son inmortales, tienen voluntad propia, poseen conocimientos más
amplios y su poder es muy superior a los hombres (Salmo 103,20; 2
Pedro 2,11). Su apariencia puede ser como un relámpago, y sus
vestiduras blancas como la nieve (Mateo 28,3); además están siempre en
la presencia del Padre Eterno (Mateo 18,10), y constituyen su ejército
celestial (Salmo 148,2). Sobre su número las Escrituras aclaran que son
“millones de millones” (Daniel 7,10; Apocalipsis 5,11).

Santo Tomás de Aquino (1225- 1274), enseñaba que los ángeles fueron
creados antes que el hombre, porque un ángel rebelde fue el culpable de
la caída de nuestros primeros padres. Se admite entonces que el Padre
del cielo los creó en un principio, Cuando sacó de la nada el universo
(Concilio de Letrán, 1215); y como agrega San Agustín (siglo V), separó
la luz (los ángeles), de las tinieblas (los demonios).

Hay en estos seres espirituales tres instantes:

 Su creación.
 La prueba de obediencia a que fueron sometidos por Dios.
 El premio en el cielo para los ángeles fieles, y el castigo en el
infierno para los ángeles rebeldes.

Es por esto, que los “ángeles buenos” no necesitan la redención (Hebreos


2,16).

San Gregorio Magno (540- 604), afirmaba que “casi todas las páginas de
la revelación escrita, dan testimonio de los ángeles”. En la Biblia se
registran cerca de 400 veces; tanto en el Antiguo como en el Nuevo
Testamento. En la vida del Hijo de Dios, se encuentran desde su
nacimiento en el portal de Belén, hasta su triunfante resurrección en
Jerusalén, y regreso al cielo. Por eso, Cristo Jesús es superior a todos
ellos (Hebreos 1,4), creados por él (Colosenses 1,16); y sometidos bajo
su autoridad y poder (Juan 1,51; 1 Pedro 3,22).

II. LOS ÁNGELES EN LAS DIFERENTES CULTURAS Y


TRADICIONES

La tradición judeocristiana, y la misma historia universal dan testimonio


de estos seres celestiales; en todos los países hablan en cierto modo de
ellos desde hace más de cuarenta siglos atrás. Su existencia está
atestiguada en el Islam, el hinduismo, el budismo, las religiones de la
China, Indonesia, los Aztecas, los Incas, y en el Zoroastrismo. Asimismo,
en las culturas ancestrales del Oriente como los Cananeos, Asirios; de los
Sumerios hay un registro documentado que muestra una imagen de un
ángel con aspecto humano y enormes alas que flota sobre la tierra. En el
valle del Eufrates se halló una figura de un ángel que tiene 4.500 años,
y en Babilonia y Egipto en las puertas de los templos y palacios, había
grandes esfinges de piedra de estos seres del cielo; con rostro humano, y
alas, cuerpo y patas de animales como toro o león.

III. DIVERSAS APARIENCIAS

En los viejos escritos en hebreo los ángeles carecían de alas, en el sueño


de Jacob, él observa una escalera que llegaba hasta el cielo, por la que
subían y bajaban los mensajeros celestiales (Génesis 28,12); cuando
juzgan necesario adoptan temporalmente figura humana, su hermosura
física puede ser tan atractiva como la de aquellos dos ángeles que le
advierten a Lot sobre el terrible castigo contra Sodoma y Gomorra. Todos
los hombres, desde el más viejo hasta el más joven, rodearon la casa de
Lot, y le gritaban: ¿Dónde están los hombres que vinieron a tu casa esta
noche? ¡Sácalos, porque queremos acostarnos con ellos! (Génesis 19, 4-
5). En forma de un guerrero con espada ante Josué cerca de Jericó
(Josué 5,13-15), o como cinco jinetes resplandecientes que protegían los
ejércitos de los Macabeos, lanzando flechas y rayos contra sus enemigos
en el campo de Batalla (2 Macabeos 10,29-30). Igualmente, al no tener
sexo pueden verse en forma femenina, como la visión del profeta
Zacarías (5,9). O también de una forma tan esplendorosa que hasta el
mismo San Juan se quiso postrar ante uno de ellos para adorarlo
(Apocalipsis 19,9-10; 22,8-9).

Más sorprendentes aún, son los nuevos informes que se pueden


relacionar con los ángeles; pues en el año 1962 el astronauta
norteamericano John Glenn, mientras se encontraba en su cápsula en
órbita alrededor de la tierra, relató haber visto algo así como un enjambre
de luciérnagas luminosas por varios minutos. En 1982, los cosmonautas
soviéticos de la estación espacial Salyut-7, presenciaron durante diez
minutos a siete enormes seres con forma humana y alas inmensas. Dos
semanas después, la tripulación de otra nave rusa, la Soyuzt-7, vivió la
misma experiencia.

IV. MISIONES DE LOS ÁNGELES

Algunos padres de la iglesia como San Papías (discípulo del apóstol San
Juan), hacia el año 130 d.C., o San Justino mártir (siglo II) y San Ireneo
(135-202), identificaron once misiones angélicas:

1. Son los ministros de Dios en el universo. Se encargan del movimiento


de los astros y los fenómenos de la naturaleza como las estaciones, la
lluvia y el viento.

2. Custodian las naciones del mundo (Daniel 10,13.21; 12,1). En las


apariciones a los tres pastorcitos de Fátima, un ángel se les presenta
como el guardián de Portugal.
3. Guían y ayudan al pueblo de Dios (Exodo 14,19; Hechos 12,5-11).

4. Proclaman los deseos del Altísimo (Lucas 1,5-19. 26-38).

5. Dan a conocer a los hombres la ley de Dios (Hechos 7,38; Gálatas


3,19).

6. Aconsejan y enseñan la conducta adecuada (Tobías 12,7-12).

7. Sanan y libran a las personas de las enfermedades y de los espíritus


malignos (Tobías 6,7-9; 8,1-3; 12,14-15).

8. La protección y ayuda a los seres humanos con los “ángeles de la


guarda” (Génesis 48,16; Salmo 34,7; 91, 10-11; Mateo 4,6; 18,10;
Hechos 12,15; Hebreos 1,14). Al respecto, San Basilio (siglo V) agregaba:
“Cada fiel tiene a su lado un ángel como protector y pastor para
conducirlo a la vida”.

Se encuentran casos como:

La venerable María de Jesús Agreda (siglo XVII), relata en su libro “La


Mística Ciudad de Dios”, que la Bienaventurada Virgen María tuvo desde
su nacimiento mil ángeles para su custodia personal.

San Juan de Dios (1495- 1550), fue ayudado por un ángel cuando iba a
caer al suelo llevando una pesada carga.

San Francisco de Sales (1567- 1622), veía al ángel de la guarda de un


seminarista quien camina delante de él, cuando fue ordenado sacerdote
tuvo otra visión del mismo ser del cielo caminando detrás de él
La vidente Magdalena de la Cruz, dice: “Veo a los príncipes y grandes de
la tierra con ángeles de superior jerarquía, Delante del trono del Papa veo
siempre cuatro querubines”.

Santa Gemma Galgani (1878-1903), durante las noches su ángel


protector extendía sus alas sobre su cama, para cuidarla de los ataque
físicos del Maligno

San Pío (1887-1968), el fraile capuchino estigmatizado, que mandaba a


su ángel custodio para cumplir misiones especiales.

9. Llevan acabo la justicia de Dios (Génesis 19,12-13; Hechos 12,18-22;


así como también en todo el libro del Apocalipsis).

10. Interceden por nosotros ante el trono divino (Job 33,23-24; Zacarías
1,12; Tobías 12,12).

11. El día del juicio final los ángeles del Señor serán los encargados de
despertar a los muertos, y separar a los justos de los pecadores (Mateo
13,41; 16,27; 24,31; 25,1ss). Para el Islam, es llamado Israfil, ángel de la
muerte que tocará las trompetas de aquel gran día.

V. LA CORTE ANGELICA

Sobre el origen de la corte angélica se remonta al monje sirio Dionisio


Areopagita, del siglo VI; basándose en las cartas de San Pablo
(Colosenses 1,16; Efesios 1,21; 3,10). Se describen nueve órdenes de
ángeles en tres jerarquías, de mayor a menor tenemos:

Los serafines, que rodean a Dios y viven en eterna alabanza; los


querubines, guardianes de la gloria de Dios, y los tronos, sublimes y muy
por encima de toda actitud terrena.
Las dominaciones, que son los custodios del mundo; las virtudes,
portadores de gracia y amor, y las potestades, que gobiernan las estrellas
y la naturaleza.

Los principados, que tienen la capacidad de guiar a otros hacia Dios; los
arcángeles, reconocidos individualmente y hechos santos, y los ángeles,
que están más cercanos a los hombres.

Esta clasificación fue aceptada por el Papa San Gregorio I, pero no se


considera dogma de fe.

VI. LOS ÁNGELES EN LA IGLESIA CATÓLICA

La Iglesia Católica le da un culto de veneración a los ángeles (Colosenses


2,18), además celebra en su liturgia el 29 de Septiembre la fiesta de los
Santos Arcángeles Gabriel, Miguel y Rafael; y el dos de octubre la de los
Santos Angeles de la Guarda. Hay otro arcángel llamado “Uriel” (Fuego
de Dios), es el ángel de la retribución y el arrepentimiento; transmite a
los hombres el conocimiento divino e interpreta la profecía. Es nombrado
en el libro apócrifo (de procedencia dudosa) de Enoc; su misión fue
advertirle a Noé, sobre el castigo del diluvio universal. Algunos escritores
piensan que fue el ángel que combatió toda la noche contra Jacob en
Penuel, cambiándole su nombre por Israel (fuerza contra Dios) (Génesis
32,24-28). Sin embargo, en el año 745 un concilio provincial convocado
por el Papa Zacarías lo excluyó de la jerarquía angelical. Más
recientemente, la Congregación para el Culto Divino de la Santa Sede, ha
prohibido darles nombres propios a otros ángeles; para no caer en la
llamada “Angeología”, tan de moda con la “nueva era” o “era de Acuario”;
que indican como contactarse con estos “seres de luz” por medio de
técnicas de espiritismo, juegos de cartas y libros de esoterismo.
VII. REFLEXIÓN FINAL

Juan Calvino (1509- 1564), uno de los padres de la reforma protestante,


hizo una hermosa plegaria sobre los ángeles, que dice: “Como
dispensadores de la providencia divina, nos guardan, interceden por
nosotros, guían nuestros pasos y nos libran de todo mal”.

LOS TRES ARCÁNGELES

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

Las Sagradas Escrituras mencionan a tres arcángeles (del latín


archangelus, ángeles príncipes, preeminentes o superiores) con
nombres propios:

SAN GABRIEL (“Fuerza de Dios”, “Fortaleza de Dios” o Dios es mi


Protector”): Se sienta a la izquierda de Dios, Jefe de los querubines, es el
ángel de la misericordia, la revelación y la muerte. Fue el que le anunció
al profeta Daniel el tiempo en que iba a llegar el Mesías (Daniel 9,21-27).
En el Nuevo Testamento le comunica a Zacarías que sería el padre del
precursor del Mesías (Juan Bautista) (Lucas 1,11-20), es el portavoz de la
anunciación a María (26-30). Algunos teólogos piensan que fue el ángel
que consoló a Jesús en el huerto del Gethsemaní (22,43), y el que
toca la trompeta en el libro del Apocalipsis. Uno de los frescos más
antiguos sobre este arcángel, se conserva en una capilla de la Vía Apia,
en Roma; probando así que desde el principio fue venerado en
la Iglesia Católica. San Gabriel es también nombrado por los musulmanes,
quienes creen que fue el mensajero celestial que sirvió como transmisor
de la palabra de Alá, cuando dictó el libro del Corán a su profeta Mahoma
(siglo VI d.C.). La beata Ana Catalina Emmerich (1774- 1824), tuvo una
visión en el momento de la anunciación, y lo describe como “un joven
esplendoroso, con cabellos rubios y sueltos”

SAN MIGUEL (Se deriva del hebreo MIKAÈL o su equivalente en griego


de MIJAEL, que significa: “Quién es como Dios o semejante a Dios” o
también “Nadie es como Dios”): Para los hebreos es el ángel protector
frente al poderío de Persia y Grecia, antiguo patrono de la sinagoga. En la
Iglesia de Oriente, así como entre los teólogos de Occidente, se nombra a
San Miguel como virrey del cielo, príncipe De la luz, jefe de todos los
ejércitos angelicales, custodio de la Iglesia Católica desde hace más de
diez siglos, acompañante de las almas en la eternidad, y el ángel del
juicio final (1 Tesalonicense 4,16). Es además, el guerrero celestial que
peleó con el Diablo encima del cuerpo de Moisés (Judas 9); y en el cielo
contra el Dragón y sus ángeles rebeldes (Apocalipsis 12,7). Es pues, el
símbolo del eterno triunfo de la luz sobre las tinieblas.

Se le han construido enormes santuarios en su honor como:

El Castel Sant´Angelo (Castillo del Santo Ángel), edificado sobre el


mausoleo del emperador Adriano en la ciudad de Roma. Aquí se le
representa en una estatua de bronce desde lo alto de la fortificación, con
resplandeciente armadura, en el acto de envainar su espada mientras
contempla la Ciudad Eterna, cuando se posó durante una epidemia, en
tiempos del pontificado de San Gregorio Magno en el año 590.

El Monte Gargano (Italia), en el siglo VI, y que domina el mar Adriático.


Cerca de esta iglesia, el 8 de mayo de 663, los longobardos obtuvieron la
victoria en la batalla naval contra la flota sarracena, y en recuerdo de
este triunfo, atribuido a una aparición del ángel guerrero, dio origen a
una segunda fiesta litúrgica, unificada después para el día 29 de
septiembre.

El monte Saint Michel, en la costa francesa, coronado por una antigua


abadía Benedictina del siglo XI. El oratorio fue erigido en el año 709. El
lugar era un pico que emergía sobre el bosque de ScissY; se afirma que
inmediatamente después de haber cumplido monseñor Aubert con el
mandato del arcángel, se produjo una tremenda marea que le dio al lugar
su forma actual.
Por otra parte, en un espacio de dos años, San Miguel se le apareció a
Santa Juana de Arco (1412- 1431), en compañía de Santa Catalina de
Alejandría y Santa Margarita.

El Papa León XIII compuso una oración invocando la protección del santo
arcángel, que fue enviada a todos los obispos en 1886. Esta plegaria
nació después que el Vicario de Cristo al terminar una misa, tuvo una
visión de los espíritus infernales que se juntaban sobre la ciudad eterna
de Roma. La oración es la siguiente:
“San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla; sé nuestro auxilio contra
las maldades e insidias del Demonio. ¡Te suplicamos que el Señor te lo
ordene! Y tú, príncipe de las milicias celestiales, con el poder recibido de
Dios, arroja en el infierno a Satanás y a todos los demás espíritus
malignos que merodean por el mundo para la perdición de las almas”.

En 1900 durante la revuelta de los boxers en Pekín (China), muchas


personas vieron aparecer en el cielo a una mujer vestida de blanco y a su
lado a un guerrero resplandeciente de luz, con grandes alas blancas,
rodeado por un escuadrón de ángeles. Se piensa que era San Miguel, y
que la aparición significó protección para la ciudad. En memoria de este
hecho prodigioso se levantó un monumento.

SAN RAFAEL (Medicina de Dios): Es el guardián del árbol de la vida en


el Edén (Génesis 3,24), y jefe del orden de las virtudes, es además el
ángel de la providencia, que cuida a la humanidad y a los peregrinos. En
el Antiguo Testamento le sirvió de guía a Tobías, indicándole como
devolverle la vista a su padre Tobit en Nínive (11, 7-8). Es “uno de los
siete ángeles que están al servicio del Señor y que puede entrar ante su
presencia gloriosa” (12,15).

LOS ÁNGELES EN LA VIDA DE LOS SANTOS

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

En cierta ocasión, el profeta Daniel imploró a Dios su ayuda, y no había


acabado la oración, cuando el ángel Gabriel se le apareció para
reconfortarlo (Daniel 9,20-23).

Santa Cecilia (siglo III): En su noche de bodas fue protegida por un ángel
que la santa veía detrás de su esposo, el cual estaba dispuesto a matar al
joven si hubiera osado en hacerla su mujer. Después de la conversión de
su esposo Valeriano, el mismo ser luminoso les ofreció a ambos
guirnaldas como regalo del cielo.

San Isidro Labrador (1086- 1150): Era sustituido en sus faenas agrícolas
mientras asistía a misa, por dos ángeles con figura de robustos peones
que le ayudaban con la yunta de bueyes.

Santa Hildegardis de Bingen (1098- 1179): Observó a un querubín que


expulsaba con una espada de fuego a los espíritus del aire que la
atormentaban.

San francisco de Asís: En el año 1124, dos años antes de morir cuando se
encontraba meditando en el monte Alvernia, fue estigmatizado por un
serafín que tenía tres pares de alas resplandecientes, llevaba en sí la
imagen de un Crucificado, que le enviaba rayos de fuego a sus manos, a
sus pies y al costado derecho.

Santo Tomás de Aquino (1225- 1274): En su juventud fue preservado de


los ataques contra la castidad al ser atado con un cinturón de fuego por
un mensajero del cielo.

Santa Catalina de Suecia (1331- 1381): Se le representa frecuentemente


junto a un ciervo, que apareció varias veces misteriosamente para
ponerla a salvo.
Santa Francisca Romana (1384- 1440): Tuvo cerca toda su vida a un
ángel que se le presentaba bajo la forma de un niño de unos nueve años
de edad (La misma que tenía un hijo suyo, muerto en su infancia), con
largos cabellos rubios, ojos hermosos, vestido con una túnica blanca
como la de los diáconos en la liturgia. El ángel estuvo cerca de Francisca
aun en las violentas luchas que ella tuvo que sostener con el Diablo. Este
ángel niño permaneció a su lado durante 24 años, y luego fue sustituido
por otro aún más resplandeciente que el primero, y de jerarquía superior,
que se quedó con ella hasta el día de su muerte. Se le aparecía con
frecuencia hilando o tejiendo con un hilo de oro, el de la vida de la santa.
Cercana su muerte, Francisca vio al ángel tejiendo cada vez más rápido
los hijos de la tela, casi ya terminada.

Santa Teresa de Ávila: Hacia el año 1559, tuvo una visión de un querubín
en forma de un pequeño niño alado, que con un dardo de oro largo y con
punta de fuego le traspasaba el corazón varias veces (Transverberación).

San Martín de Porres (1579-1639): Hacia en las noches una procesión en


su convento de Lima (Perú), con una pesada cruz, custodiado por cuatro
seres celestiales portando antorchas.

Santa Catalina Labouré (1806- 1876): En el convento de las hijas de la


caridad en París (Francia), un espíritu celestial en forma de un niño de
cuatro o cinco años, vestido de blanco y con un resplandor a su
alrededor, la condujo a la capilla al encuentro con la Virgen María.

San Juan Bosco: En su autobiografía narra que desde los años 1854 a
1883, contó con la protección milagrosa de un enorme perro que él
llamaba “Gris”. Este lo salvaba de los continuos ataques criminales que
era objeto el santo, aparecía y desaparecía súbitamente en diferentes
regiones, nunca se le vio comer o beber agua, ni tampoco envejecer.

Santa Gemma Galgani (1878- 1903): Su confesor le había ordenado que


para descartar una aparición demoníaca, hiciera la señal de la Cruz,
rociara agua bendita, e incluso escupiera; un día que el ángel se le
presentó, ella le escupió el rostro e intentó apartarlo, pero él no se movió.
En donde cayó su saliva, a los pies del ser angélico, creció una rosa
blanca; en las hojas estaba escrito en letras doradas “todo se acepta por
amor”.

La hermana Lucía (vidente de las apariciones de la Virgen María en


Fátima): Narró que antes de aparecerse la Señora en el año 1917, se
presentó “un joven, de catorce o quince años, más blanco que si fuera de
nieve, el sol lo hacía transparente como si fuera de cristal, y era de una
gran belleza”. Este ser venido de lo alto se hacía llamar “ángel de la paz”,
y les traía la comunión a los niños.

San Pío de Pietrelcina: En el año de 1912, mientras se encontraba


rezando en el convento de San Juan Rotondo, recibió los estigmas
(invisibles), de un personaje celeste armado con una lanza que le penetra
el corazón; este ángel del Señor es el mismo que antes había estado
junto a él en su batalla contra el Maligno. En el año 1918, el padre Pío
recibe los estigmas visibles de una imagen de Cristo Crucificado, cuando
unos haces de luz le penetran las manos, los pies y el costado izquierdo.

Santa Faustina Kowalska: Quien al caer enferma de tuberculosis en 1937,


un serafín le trajo durante 13 días la eucaristía.

La mística suiza Adrienne Von Speyr (1902- 1967), tuvo una visión de la
Madre de Dios rodeada de ángeles, algunos eran tan grandes como ella,
y otros pequeños como niños.

CONVERTIDO A DIOS POR UN ÁNGEL

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

Albert Michael Wensbourgh, es un inglés que robaba en casas, almacenes


y grandes fábricas. Por todos estos delitos fue condenado a 25 años de
prisión. De la sentencia sólo cumpliría 14 en las peores cárceles de
Inglaterra, ganándose el respecto de los demás convictos; primero
infligiendo miedo y después sirviéndoles de consuelo y consejero
espiritual. Su vida estaba marcada por el consumo de drogas fuertes, el
alcohol, la violencia, la pornografía, los abusos sexuales que sufrió en su
infancia y una familia desintegrada.

En la madrugada del 1 de enero de 1997, este presidiario tuvo una


experiencia mística que le hizo volver los ojos a Dios y a la fe católica. No
fue una alucinación producto del consumo de drogas y el licor. Así consta
en todos los informes clínicos que voluntariamente solicitó, y que
acreditan una total lucidez y sinceridad de su relato. En su celda tuvo la
aparición de una figura humana con rayos de luz que le salían de la
espalda. Después del encuentro con este “ser celestial” su vida cambió
totalmente, emprendió un camino de conversión desde su condición de
recluso hasta llegar a ser un monje benedictino del monasterio inglés de
María, Reina de la Paz.

Nota: Este conmovedor testimonio fue recopilado por la escritora María


Vallejo Nágera, en su libro “Un mensajero en la noche” (Editorial
Belacqua).

EL DIABLO Y LOS DEMONIOS

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

I. FUNDAMENTO BÍBLICO Y TEOLÓGICO

El Diablo y los demonios eran ángeles que vivían en la presencia del


Altísimo. Dios creó a Satanás para la gloria, pero hizo una libre elección
hacia el mal (IV Concilio de Letrán). San Agustín (354-430), decía que “el
Diablo estuvo en la verdad, pero no perseveró. Su defecto no estuvo en
su naturaleza sino en su voluntad”. Su caída se debió a tres razones:

Su propio orgullo, cuando se quiso igualar a Dios. Al respecto, escribía el


profeta Ezequiel: “Tu belleza te llenó de orgullo, tu esplendor echó a
perder tu sabiduría” (28,17). La misma opinión tiene San Pablo (1
Timoteo 3,6). De hecho, el mismo Demonio le dijo en cierta ocasión al
Santo Cura de Ars: “Yo puedo hacer todo lo que tú haces, puedo imitarte
también tus penitencias, te puedo imitar en todo, una sola cosa no puedo
hacer, no puedo imitarte en la humildad”.

La envidia y los celos que sintió cuando el Creador decidió hacer al


hombre a su “imagen y semejanza” (Sabiduría 2,23-24).

Una vez el Diablo cayó en su falta, persuadió a otros compañeros a


seguirlo. Según la Biblia fue una tercera parte de ellos (Apocalipsis 12,4;
Daniel 8,10). San Isidoro de Sevilla (560-636), dice que “Dios quiso que
las almas de los justos ocuparan en el cielo, el lugar vacío que había
dejado los ángeles rebeldes”. San Macario (290-347), afirmaba que los
ángeles caídos “son tan numerosos como las abejas”; y San Atanasio,
patriarca de Alejandría (295-373), hablaba que el espacio está repleto de
demonios. Desde entonces no hubo lugar para estos espíritus del mal en
el cielo (Apocalipsis 12,8); teniendo como morada dos lugares:

El infierno o gehenna (en griego): Donde el fuego nunca se apaga (Mateo


5,22; 13,49-50; Marcos 9,43-48); llamado también como el abismo
(Lucas 8,31; Apocalipsis 11,7; 17,8; 20,1-3); Horno de fuego (Mateo
13,42); lugar de tormento (Lucas 16,28) y de tinieblas (Mateo 8,12).
Porque “Dios no perdonó a los ángeles que Pecaron, sino que los arrojó al
infierno y los dejó en tinieblas; encadenados y guardados para el juicio”
(2 Pedro 2,4; véase también Juan 16,11; Judas 6).

Santa Francisca Romana (1384- 1440), tuvo una visión en la que ve en


diferentes partes del infierno y con diferentes tormentos, a los ángeles
que se pusieron delante de Lucifer, según el grado y jerarquía que tenían
antes, deben sufrir más los de mayor categoría. Igualmente, en una
sección de exorcismo el P. Cándido Amantini se dirigió al espíritu inmundo
con ironía: ¡Vete de aquí, el Señor te ha preparado una bella casa, y muy
caliente!”. A lo que el demonio contestó: “Tú no sabes nada. No fue El
(Dios) quien hizo el infierno. Fuimos nosotros. El ni siquiera se lo había
pensado”.

Desde entonces el “reino de los cielos” y el “reino del averno” tienen


varias diferencias: del primero es luz, bien, amor, felicidad y sabiduría;
del segundo, oscuridad, mal, odio, amargura y confusión (comparar con
Hechos 26,18; Romanos 13,12; Efesios 5,11, 1 Tesalonicenses 5,5).

Satanás y sus ángeles fueron lanzados a la tierra (Apocalipsis 12,9). Por


eso, Jesús lo llama como “príncipe de este mundo” (Juan 14,30; 16,11);
Para San Pablo es “el dios de este mundo” (2 Corintios 4,4); que junto
con los espíritus del mal habitan en el aire (Efesios 2,2) o en el cielo
(Efesios 6,12). Todo el mundo yace en poder del Maligno (1 Juan 5,19);
su poder es poder de tinieblas (Lucas 22,53) y lo ejerce en el mundo
(Lucas 13,16); no porque lo haya creado, sino porque está lleno de
pecado y pecadores (Génesis 6,5-6.11-12; 7,1; 8,21; Eclesiastés 4, 1-3);
el mundo viene de Dios, y lo mundano del Diablo (1 Juan 2,16).

Los libros apócrifos del judaísmo, como (Henoc 53,3), describe a los
demonios como ángeles caídos o como hijos de Dios que descendieron
sobre la cima del monte Hermón para perseguir a las hermosas hijas de
los hombres. Al copular con ellas, los ángeles lujuriosos engendraron
hijos gigantes de voraz apetito a los que se llamó “nefilim” (que significa
“derribadores”), y que finalmente se comen los unos a los otros; esta idea
se conserva aún en (Génesis 6,1-4.11). En estos mismos textos se
nombra a Satanás en compañía de otros demonios como Azazel, Belial,
Belcebú, Mastema, Samael. También en el libro de las Revelaciones, la
ciudad de “Babilonia” la grande (equivalente a la Roma imperial), era
considerada como “vivienda de demonios, guarida de toda clase de
espíritus impuros” (18,2).
Del mismo modo, antiguas tradiciones talmúdicas de los hebreos, se
nombran al ya mencionado Azazel, “el demonio del desierto”; en
recuerdo del rito de expiación en el que el sumo sacerdote cada año en la
mañana del Kipur, durante la época del gran ayuno de octubre, le
imponía las manos sobre la cabeza de un chivo o macho cabrío; así
descargaba todos los pecados de los israelitas. Los asistentes escupían
sobre el animal y lo pinchaban con toda clase de espinas, su cabeza era
cubierta con una venda de lana escarlata, y luego los sacerdotes lo
arrojaban a latigazos fuera del poblado al desierto, donde según su
creencia, habitaba este ser maligno (Levítico 16, 5-10). Allí, después de
haber arrancado la lana de los lomos, que esparcían sobre las zarzas, lo
echaban a un precipicio. Si sobrevivía, nadie le daba de comer, como un
maldito, iba a morir en cualquier agujero. En tiempos de Jesucristo como
los judíos ya no vivían en el desierto, despeñaban el animal por un
barranco distante unos 20 kilómetros de Jerusalén. El desierto es el lugar
de descanso de los “espíritus impuros” (Mateo 12,43; Isaías 34,14); el
arcángel San Rafael encadenó al demonio en la parte más lejana de
Egipto (Tobías 8,3). Siendo este el mismo escenario en que el Mesías
resistió después de cuarenta días de ayuno, las tres tentaciones del
Diablo (Lucas 4, 1-13).

II. LOS DEMONIOS EN LA BIBLIA

En el Nuevo Testamento, el “Diablo” aparece siempre asociado al pecado


(1 Juan 3,8). Ya desde la caída de Adán y Eva, los seres humanos tienen
la libertad de escoger entre el bien o el mal (Génesis 3,22; Santiago
1,13); desde entonces estamos sometidos a continuas pruebas (1
Corintios 10,13; 2 Corintios 2,11; Santiago 1,12); y aunque por nuestra
inclinación al mal estamos “cautivos a voluntad de él” (2 Timoteo 2,26);
Podemos hacerle frente mediante la oración (Mateo 26,41; 1 Corintios
7,5), la Confianza en Dios (Romanos 8,31; 2 Pedro 2,9), y en Jesucristo
(1 Juan 5,18). Por eso, no hay que darle oportunidad al Diablo (Efesios
4,27), pues hay una continua batalla entre los hijos de la luz, y los hijos
de las tinieblas (Colosenses 1,12-13), hasta el día del Armagedón
(Apocalipsis 16,16).

San Agustín enseñaba que “el que se Aparta de Cristo, es presa fácil del
demonio” (Compara con 2 Timoteo 2,26); como ocurrió con “Caín, que
era del maligno” (1 Juan 3,12); el rey David, cuando mandó a censar al
pueblo hebreo sin autorización del Señor (1 Crónicas 21,1); los judíos
cuando hacían sacrificios a los demonios (Salmo 106,37); Judas el
“traidor” (Lucas 22,3; Juan 13, 2-4.27); Ananías (Hechos 5,3); “cierto
mago, falso profeta, judío, llamado Barjesús (o Elimas), hijo del diablo”
(Hechos 13,6.10); También Himeneo y Alejandro “cayeron en manos de
Satanás”(1 Timoteo 1,18-20); otro seguidor del Tentador fue Simón el
Mago, quien gozaba de los favores de Nerón, se granjeó la enemistad de
San pedro, quien hizo fracasar uno de sus trucos públicos (estaba
levitando),haciendo la seña de la cruz.

No puede haber ninguna relación entre “Cristo y el demonio” (2 Corintios


6,15); ni “beber de la copa del Señor y, a la vez, de la copa de los
demonios; Ni pueden sentarse a la mesa del Señor, y a la vez, a la mesa
de los demonios” (1 Corintios 10,21); Ya que unos son “hijos de Dios”
mientras que otros son “hijos del diablo” (Mateo 13,38; 1 Juan 3,10). Al
respecto, el escritor de Las Homilías Clementinas, obra apócrifa del siglo
II, afirmaba que Dios rige el mundo con ambas manos. Con la “mano
izquierda” (el Diablo) trae sufrimiento y aflicción; y con la “mano
derecha” (Jesús), salvación y felicidad.

Hay que resaltar que la Iglesia Católica condenó la “apokatastasis


pantón” (retorno al punto de partida). Doctrina heterodoxa difundida por
Orígenes (siglo III). Según esta enseñanza todas las cosas serán
restauradas al final de los tiempos, y tanto los demonios como los
hombres condenados tornarán, tras un largo período de purificación, a
obtener la gracia y el perdón de Dios.

III. LOS DEMONIOS EN LAS DISTINTAS CULTURAS Y


TRADICIONES

En las diferentes civilizaciones del Oriente, y en las culturas y religiones


ancestrales, se encuentran dioses del mal, espíritus malignos, guardianes
del infierno, príncipes de las regiones subterráneas o señores de la
muerte; como fueron Seth y Anobis en Egipto, Tiamat en Babilonia,
Pazazú en la antigua Mesopotamia, Tifón y Pan para los griegos, Loki en
los pueblos germanos y escandinavos; en Camboya, Birmania, Siam,
Indonesia y Japón se menciona a Yama, en Siberia o Mongolia lo llaman
Erlik, Manitu para los indígenas norteamericanos, es también Arimám y
los Daevas en el Zoroastrismo; Shiva, Kali y los Asuras en el Hinduismo;
Aka-oni y ao-oni en el Budismo, y Mara el Maligno, el diablo que según la
tradición se le apareció a Buda con una serie de tentaciones, igualmente
se opone a los budas (iluminados) y a sus enseñanzas para conseguir la
iluminación.

Para los musulmanes es Iblis, el diablo que Mahoma sacó del Talmud
judío a las páginas del Corán; aquí se describe que su caída se debió por
no haber querido rendir homenaje al primer hombre, desobedeciendo de
esta forma el mandato divino. Ibis, es el “espíritu del mal” que induce al
hombre al pecado. El Corán también lo considera como el más importante
Jinn, seres que viven generalmente en las montañas de Kaf que rodean al
mundo. Adoptan diferentes formas, se asemejan a diablos y se opusieron
a los ángeles. En el día de juicio final; será aniquilado por el triunfo del
Islam, y proclamado por el profeta Jesús.

Por otra parte, los escritores bíblicos identificaron a Baal, dios de Fenicia
y Caldea; Nergal según los asirios y babilonios, cuyo culto fue introducido
en Samaria por los habitantes de Cuta (2 Reyes 17,30); Zeus (para los
griegos) o Júpiter (para los romanos), como verdaderos ídolos del
demonio (1 Corintios 10,20; 2 Corintios 6,16; Apocalipsis 9,20).
Asimismo, Corriente heréticas condenadas por la Iglesia Romana como
los Gnósticos, Maniqueos, Priscilianos, Cátaros y Bogomilos; limitaban el
poder del Altísimo por el del Diablo, hasta hacer de él un dios. Incluso, los
Andrónicos fue una secta heterodoxa que enseñaba que la parte superior
del cuerpo humano era obra de Dios, y la parte inferior (incluyendo los
genitales) era de Satanás.

Sobre el aspecto físico del Hijo de las Tinieblas se conservan antiquísimos


dibujos, estatuillas de bronce, pinturas rupestres, mascaras y
descripciones legendarias. En todas ellas hay aspectos según la
imaginación popular que lo presentan como una figura de tamaño
pequeña, cuernos, cabellos largos y enredados, la cara llena de arrugas,
dientes filosos y lengua bífera, barba de chivo, cuerpo cubierto de
escamas o víboras, enorme giba, cojo, pezuñas, larga cola y alas de
murciélago.

LA CORTE INFERNAL

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

En el texto “Sanctus Regnum”, la jerarquía del infierno es la siguiente:


Espíritus Superiores, Espíritus Principales, Espíritus Subordinados y
Legiones Infernales. Los demonios se odian entre ellos y su jerarquía se
basa en el terror. Por otro lado, los padres de la iglesia identificaron en
los escritos bíblicos que Lucifer, el Dragón, el rey de Tiro y el Diablo; son
todos ellos el mismo Satanás. Sin embargo, cada uno presenta
características especiales:
LA TRINIDAD SATÁNICA: Conformada por el anti- Padre (el dragón-
Diablo); el anti- Hijo (el Monstruo- la Bestia); y el anti- Espíritu Santo (el
Falso Profeta). (Apocalipsis 16,13; 20,10).

LUCIFER (LUZBEL): Su nombre significa “estrella de la mañana” o


“portador de la luz”. Era el más bello, sabio y poderoso de los ángeles; su
caída fue como un “lucero al amanecer” (Isaías 14,12-15), “se le dio las
llaves del pozo del abismo” (Apocalipsis 9,1).

DIABLO: del griego “DIABOLOS”, en hebreo “HA-SATAN”,


equivalente a “adversario”, “opositor”, “resistidor”, “contradictor”,
“engañador”, “obstructor”, “calumniador”, “acusador” , “detractor” o
“devorador”. Taciano, discípulo de San Justino (s. II), decía que “el Diablo
es el primogénito de los demonios, y jefe principal. Su posición sólo
significa que el fue el primero en pecar, y convertirse en ángel caído”. Es
el “DRAGÓN” que peleó con sus ángeles contra San Miguel (Apocalipsis
12,7); la palabra Dragón, simboliza un animal de gran tamaño, terrible
crueldad y espantosa forma. Es también “la serpiente antigua”
(Apocalipsis 12,9; 20,2); La misma que tentó a la primera mujer en el
paraíso (Génesis 3,1.5; 2 Corintios 11,3), y a todo el mundo (Apocalipsis
12,9). Es además, el “ángel acusador” que sube hasta la presencia de
Dios, para pedir permiso de poner a prueba a Job (1,6-12; 2,1-6). El
profeta Zacarías ve en una visión a Josué, el sumo sacerdote; en
presencia del ángel del Señor y el ángel acusador (3,1); Igualmente, es el
enemigo de los israelitas (1 Crónicas 21,1), y el acusador de todos los
hombres (Apocalipsis 12,10). Existe una curiosa tradición hebrea que dice
que Satanás acusa a los hombres delante de Dios, todos los días, menos
en uno: en el día nacional de la penitencia, el “Gran Perdón” (Yom
Kippur).

Satanás es el causante del sufrimiento (2 Corintios 12,7), la enfermedad


(Job 2,7), la maldad (1 Samuel 18,10), la muerte por el pecado (Romanos
5,12); siembra la cizaña (Mateo 13,25.39), persigue a los cristianos
(Apocalipsis 2,10), opositor de Cristo (Mateo 16,23; Lucas 22,52-53; 1
Juan 2,22). “Homicida desde el principio y padre de la mentira” (Juan
8,44); es el “maligno” (1 Juan 5,19); el “enemigo” (Lucas 10,19); el
“tentador” (Mateo 4,3; 1 Tesalonicenses 3,5); el “engañador” (Apocalipsis
12,9); el “cazador” (Salmo 91,3); el “malo” (Mateo 13,19); “ladrón y
salteador” (Juan 10,1). Algunos otros nombres que le dieron los Padres
de la Iglesia; son: tirano, el exterminador, corrompido, maldito, apóstata.
San Ireneo (s. III) lo llama “ángel rebelde”, y Tertuliano (160-230) “el
mono de Dios”.

Otros ángeles caídos mencionados en la Biblia, Son:

ABADÓN (HEBREO) O APOLLYÓN (GRIEGO): Que quiere decir


“destructor” o “ruina”; es considerado “el jefe de las langostas. Que es el
ángel del abismo” (Apocalipsis 9,11).

ASMODEO: Demonio de la maldad y la muerte. Es el espíritu maligno


que mató a siete maridos a Sara (Tobías 3,8); y que fue encadenado en
el desierto por San Rafael. En el mismo libro sagrado se le identifica
como”un demonio malvado” (3,8.17).

BEELZEBÚ: “Señor de las moscas”, llamado el “príncipe de los


demonios” (Mateo 10,24). Los Fariseos acusaban a Jesús de recibir poder
de este espíritu del infierno (Mateo 12,24; Juan 8,48-49.52). Los rabinos
también lo llamaban Ecrón (2 Reyes 1,2), que significa “dios del
estiércol”; ya que este dios de los filisteos viene a ser un diablo para los
judíos.

BELIAL: El “inútil” o el “impío” en hebreo. En los manuscritos del mar


muerto, aparece como uno de los nombres del demonio que utilizó San
Pablo (2 Corintios 6,15).

DEMONIO: Del griego “DAIMÓN”, significa en plural “espíritus


impuros”, “espíritus malos” o “mensajeros y ministros del mal”;
“DAIMONION” (Apocalipsis 18,2). Son “malignas fuerzas espirituales
del cielo, las cuales tienen mando, autoridad y dominio sobre este mundo
oscuro” (Efesios 6,12), y afliguen a los seres humanos con males
mentales, morales y físicos (Marcos 1,21). Ellos entran en los hombres y
les contronlan en una posesión demoníaca (Marcos 5,1-21), son
participes de dar a conocer su falsa doctrina (1 Timoteo 4,1), ejercitan el
poder en el gobierno del sistema satánico mundial (Efesios 6,12; Daniel
10,13), fomentan la idolatría, la inmoralidad y la maldad humana (1
Corintios 10,20; Apocalipsis 9,20-21), inspiran a los falsos maestros (1
Juan 4,1-2), y en general asisten a Satanás en su programa de oposición
a la palabra y voluntad de Dios. Los demonios pueden llegar a ser
“legión”; es decir, “muchos” (Marcos 5,9). En tiempos de Cristo este
término numérico indicaba una unidad militar romana compuesta por
6.000 soldados de infantería y 120 de caballería.

LEVIATÁN: Palabra hebrea que traduce “animal solapado”, representado


en la Biblia en forma de serpiente, cocodrilo, bestia marina o dragón del
abismo (Isaías 27,1). La destrucción de Leviatán por Dios, simboliza la
derrota definitiva de los enemigos de Israel.

Asimismo, el P. Gabriel Amorth, sacerdote exorcista de la diócesis de


Roma, afirma que los nombres de los demonios, como de los ángeles
indican su función. Los espíritus malignos más importantes tienen
nombres bíblicos o dados por la tradición: Satanás, Beelzebul, lucifer,
Asmodeo, Meridiano, Zabulón. Igualmente, se ha querido relacionar la
corte infernal con los siete pecados capitales: Satán (la ira), Mammon (la
codicia), Leviatán (la envidia), Belfegor (la pereza), Belcebú (la gula),
Asmodeo (la lujuria) y Lucifer (la soberbia). Otros nombres indican más
directamente el objetivo que se proponen: destrucción, perdición, ruina o
también males individuales: insomnio, terror, discordia, envidia, celos o
lujuria.
JESÚS Y LOS DEMONIOS

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

Los judíos enemigos del Mesías, creían que “tenía un demonio” (Juan
7,20; 8,48; 10,20); No obstante, “El Hijo de Dios se ha manifestado para
deshacer la obra del diablo” (1 Juan 3,8; 4,4). Satanás no puede impedir
la edificación del Reino de Dios en la tierra, porque “será expulsado el
que manda en este mundo” (Juan 12,31). Los demonios saben que hay
un Dios y tiemblan de miedo (Santiago 2,19); además, Cristo Jesús “a los
Espíritus impuros da órdenes, y le obedecen” (Marcos 1,27). Ellos
reconocen que es “el Santo de Dios” (Marcos 1,24), “el Hijo de Dios”
(Lucas 4,41), “Hijo del Dios Altísimo” (Marcos 5,7). Incluso, el Señor
“expulsó a muchos demonios; pero no dejaba que los demonios hablaran,
porque ellos le conocían” (Marcos 1,34). La liberación de espíritus malos
por el Hijo del hombre, era una prueba de que el reino de Dios, había
llegado (Mateo 12,28; Marcos 3,26), y a los fariseos que fueron a
prevenirlo sobre la amenaza de muerte del rey Herodes, les responde:
“Id, y decid a aquella zorra: He aquí, echo fuera demonios y hago
curaciones hoy y mañana, y al tercer día termino mi obra” (Lucas 13,32).

Jesús anduvo en la tierra “haciendo el bien y sanando a todos los que


sufrían bajo el poder del diablo” (Hechos 10,38); en su ministerio terrenal
realizó muchas liberaciones, como a un hombre que tenía un espíritu
impuro en la sinagoga de Capernaum (Marcos 1,21-26); al endemoniado
de Gerasa (Marcos 5,1-13); a la hija de una mujer de cananea (Mateo
15,21-28); a María Magdalena a la que le expulsó siete Demonios (Marcos
16,9); a un muchacho por pedido de su padre (Mateo 17,14-19); y a
muchos otros endemoniados (Marcos 1,32.39; Lucas 6,18; 7,21;13,32).
Además curó a otras personas que tenían incapacidades físicas atribuidas
al Maligno (Mateo 12,22; Marcos 9,25); y de diferentes males,
enfermedades y dolores (Mateo 4,24; 9,32; Marcos 1,26).

El Señor Jesús les confiere este poder a los apóstoles y discípulos (Mateo
10,1.8; Marcos 6,7.12-13; Hechos 5,16; 8,6-7); para que lo hagan en su
nombre (Lucas 10,17); también fue hecho por uno que no pertenecía al
grupo de los doce (Marcos 9,38-39); por el apóstol Pedro (Hechos 5,16);
por el diácono Felipe (Hechos 8,6-7); y por el apóstol Pablo (Hechos
16,16-18). Esta será una de las señales dadas a los que creen (Marcos
16,17); pero a los que no seguían sus mandatos, no tenía efecto (Hechos
19, 13-16).
LIBERACIONES Y EXORCISMOS

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

“Desenmascarar al Demonio es vencerlo”.


San Ignacio de Loyola.

I. CONTEXTO GENERAL

La Iglesia Católica define el rito del “exorcismo” (de la palabra griega “ex
-orkismo”, que literalmente significa “lanzar fuera o conjurar”), como la
acción de expulsar a los malos espíritus introducidos en un individuo
(posesión diabólica), por medio la intercesión de la Iglesia, y llenar ese
vacío con las gracias del Espíritu Santo (Gálatas 5,22-23; Romanos 8,14).
Este sacramental (signo sagrado que obtiene efectos espirituales), está
estructurado de modo que hay una introducción, una parte inicial, la
lectura de la palabra de Dios y una serie de oraciones que incluye aquella
en la que el exorcista pide al demonio salir de la persona en el nombre de
Cristo. Es importante resaltar, que la persona poseída no está
necesariamente en pecado mortal, porque Satanás puede poseer el
cuerpo pero no el alma.

II. EL EXORCISMO EN EL JUDAÍSMO ANTIGUO

Los judíos del imperio persa usaban encantamientos con unas vasijas que
contenían sus fórmulas entre las que se encontraban varios nombres del
Dios de Israel, otras divinidades, ángeles, del rey Salomón y el de un
ilustre rabino (Josué ben Peraya) considerado potente contra los espíritus
malignos.

Ya para los tiempos de los inicios del cristianismo según cuenta el


historiador Flavio Josefo, en su libro “Antigüedades Judías”; había
exorcistas hebreos que recorrían el país, y se jactaban de poder liberar de
los espíritus diabólicos a las personas, gracias a unas palabras secretas
que sus familias se transmitían desde los tiempos de Salomón. Como fue
el caso de los siete hijos de un Sumo Sacerdote llamado Esceva. Pero
cumplían con su oficio a costa de enormes esfuerzos, en ceremonias que
duraban horas e incluso días consecutivos.

III. EL EXORCISMO EN LA IGLESIA PRIMITIVA

Los Santos Padres de la Iglesia practicaban la liberación de


endemoniados, además enseñaban que cada cristiano era un exorcista.
He aquí tres ejemplos sobre el particular:

“Son innumerables los endemoniados en el mundo entero y vuestra


ciudad, a los cuales muchos de nuestros cristianos han ahuyentado los
malos espíritus en el nombre de Jesucristo”.
San Justino Mártir (s. II).
“Estos espíritus malignos que se apoderaron de hombres por permiso del
Dios viviente, inmediatamente nos obedecen y se someten a nuestro
poder y son forzados ha abandonar los cuerpos los cuerpos que poseen”.
San Cipriano (s. III).

“Tened en cuenta que toda la autoridad y poder que tenemos sobre estos
espíritus es nuestra mención del nombre de Cristo…temiendo a Cristo
como Dios y sabiendo que Dios está en Cristo, se sujetan a los siervos de
Dios y de Cristo”.Tertuliano (s. III).

Posteriormente, el Papa Cornelio hacia el año 251, creó una categoría de


individuos con este poder carismático (1 Corintios 12,4); que fue
concedido después para los sacerdotes y los diáconos con la autorización
del obispo. El primer libro que se publicó sobre el exorcismo fue el
“Statua Eclesiae Latinae”, a finales del año 500. Contiene fórmulas
para sacar demonios.

IV. EL RITO DEL EXORCISMO

El actual canon 1172 del Código de Derecho Canónico, establece que este
ministerio de la pastoral de los enfermos sea realizado exclusivamente
por los obispos. Sólo ellos pueden ejercerlo o nombrar de una manera
estable o para un caso especial, a un presbítero designado por el
ordinario. Los sacerdotes exorcistas hacen una oración de liberación y los
laicos pueden ayudar con oraciones de intercesión, siendo este es un
signo tangible de que toda la comunidad de creyentes reza por nuestros
hermanos 'demonopáticos'. El sacerdote no exorcista oficial puede hacer
el exorcismo menor, auxiliado a su vez por los familiares del enfermo,
grupos parroquiales de oración o movimientos como la Renovación
Católica Carismática en el Espíritu Santo. Los fieles seglares (después del
siglo III) no pueden ser exorcistas ni hacer oración de liberación. Hay, de
todos modos, en la historia de la Iglesia excepciones, por ejemplo: santa
Catalina de Siena tenía el poder de liberar de los demonios, que le fue
concedido por el Señor.

En el año 2001, la Santa Sede a través de la Congregación del Culto


Divino y la disciplina de los Sacramentos, autorizó también un nuevo
manual (Rituale Romanum) que remplazó al de 1614, año en que el
papa Pablo V lo aprobó. El actual libro es llamado “De Exorcismis
Supplicationibus Quibusdam”, que contiene una serie de oraciones,
ritos y gestos a seguir, en un verdadero exorcismo del ritual romano.
Posteriormente, en el 2005, el Vaticano realizó el primer curso
internacional llamado “Exorcismo y Oraciones de Liberación”, en La
Pontificia Universidad Regina Apostolorum, como respuesta al aumento
de casos de satanismo entre los jóvenes y la incapacidad de los
sacerdotes de tratar estos temas. En el mismo participaron sacerdotes,
teólogos, médicos, psicólogos, psiquiatras y antropólogos expertos en el
tema. El plan de estudio contenía: aspectos antropológicos y sociológicos
del satanismo; cómo detectar al demonio en el cine, la música, la
literatura, los videojuegos y el Internet; fundamentos bíblicos, históricos y
teológicos del satanismo; aspectos pastorales y litúrgicos del exorcismo.

Este sacramental sólo se puede efectuar después de haber agotado todos


los recursos de la medicina moderna, y el campo de la psicología y
psiquiatría (bipolaridad, paranoia, esquizofrenia, histeria, etc;), para
descartar cualquier enfermedad o medio natural. Hay que diferenciar
también una verdadera posesión, de una infestación (o vejación),
obsesión u opresión diabólica, de la que simplemente se requiere una
oración de liberación (exorcismo menor), en la que se pide al Señor libre
a la persona del influjo del Maligno; así como también se utiliza en
lugares, casas o cosas que estén bajo una influencia demoníaca. Para
estas oraciones no se requiere el explícito permiso del obispo.

Expertos en el tema como fue monseñor Corrado Balducci, estudioso de


la demonología, y el padre Gabriel Amorth, fundador y presidente
honorífico de La Asociación Internacional de Exorcistas; están de acuerdo
en reconocer que solamente dos o tres casos de 100, son verdaderas
posesiones satánicas, los otros en su gran mayoría son atribuidas a
enfermedades mentales. Entre los posesos la mayor parte son laicos, y
mujeres. La relación hombres/mujeres es más o menos de diez a uno.
Como dato curioso se destaca que el padre Amorth, ha exorcizado
también a musulmanes e hindúes.

Existen dos categorías de exorcismos:

1. El exorcismo ordinario: con el bautismo solemne que consiste


en sustraer al bautizado manchado por el pecado origina, el
poder de Satanás,
2. El exorcismo extraordinario: es el practicado por un sacerdote
para expulsar los espíritus malignos que se han posesionado de
una persona. En este caso el rito celebrativo que inicia con la
señal de la cruz, la proclamación de la Palabra de Dios, las
letanías de los santos, la aspersión con agua bendita, la
profesión de fe, la imposición de las manos, la renuncia a
Satanás, la recitación de la oración del Señor, la bendición con
la cruz, la insuflación, las oraciones propias de exorcismo y
concluye con la bendición (Algunas de estas partes se podrían
omitir).
Ya en cuanto las causas por las que un demonio toma posesión del
cuerpo de una persona (nunca del alma), sigue siendo un gran misterio.
El 'mysterium iniquitatis', o misterio del mal (2 Tesalonicenses 2,7),
no se pueda explicar o comprender con facilidad. No obstante algunas
razones pueden ser:

- Por permiso de Dios.


- Porque es victima de un maleficio.
- Por un grave estado de pecado endurecimiento en el individuo.
- Por contacto asiduo con lugares o personas dedicadas a la magia, la
hechicería, la brujería, el satanismo, el ocultismo, y últimamente las
prácticas de la Nueva Era.
Los signos señalados por el ritual como síntomas de una verdadera
posesión satánica son:

A. Señales físicas:

- Experimentar transformaciones en la cara o en el cuerpo.


- Cambio en el tono de la voz, acompañada de gruñidos, quejidos o
gritos.
- Enfermedades como un improvisado dolor de cabeza, un peso
insoportable en la mano, ardor en la cabeza, dolor de estómago
repentino, ataques de tos, vómito o somnolencia.
- Expulsar por la boca objetos extraños, vidrio o animales como sapos,
moscas o lombrices.
- Las pupilas de los ojos se mueven casi completamente de arriba a
bajo, o desaparecen.
- Poseer una fuerza superior a su edad o su naturaleza humana.
- Efectuar violentas convulsiones y torsiones en el cuerpo.
- Adoptar posturas del cuerpo aberrantes o de sexualidad deformada.
- Tener la capacidad de hacer volar los objetos.
- Elevarse en el aire o caminar sobre las paredes.
- Un olor nauseabundo y penetrante.

B. Señales psíquicas:

- Demostrar odio hacia Dios, la Virgen, los santos, la cruz, las


imágenes, lugares y objetos sagrados.
- Hablar lenguas desconocidas (especialmente el arameo) o
entenderlas a quien las habla.
- Conocer cosas ocultas.
- Predecir acertadamente acontecimientos futuros.
- Sufrir una transformación de su personalidad habitual.

Todo esto tiene que manifestarse durante el exorcismo y nunca antes.


Los exorcismos pueden durar días, meses e incluso años, cuando la
persona es victima de varios demonios, el jefe es siempre el último en
salir.

Entre las normas que debe observar los exorcistas y el rito del exorcismo,
conviene recordar las siguientes:

- Debe ser un sacerdote preferiblemente de edad madura, y con


permiso del obispo.
- Debe tener gran piedad, prudencia e integridad de vida.
- Debe ser instruido en estos asuntos para evitar lamentables
equivocaciones.
- El exorcismo debe hacerse con autoridad, gran fe, humildad y
fervor.
- Debe conocer las señales que demuestren que la persona sufre de
una verdadera opresión demoníaca.
- Debe discernir cuales son las artimañas que emplea el demonio para
engañarlo, como hacerle creer que el enfermo no padece opresión
maligna al permitirle recibir los sacramentos como la Eucaristía.
- Evite el exorcista quedarse en preguntas inútiles o curiosas.
- Ordene callar al espíritu inmundo y limitarse a contestar lo que se le
pregunte.
- No le crea si afirma que es un espíritu bueno o el alma de un difunto
o de un santo.
- Son necesarias las preguntas referentes al nombre de los espíritus,
el tiempo de su ingreso, y las causas que lo originaron, como por
ejemplo por una acción mágica, o por la utilización de instrumentos
maléficos como la tabla ouija. Si contesta favorablemente una de
estas preguntas, es un signo de derrota, ya que fue obligado a decir
la verdad o a descubrirse.
- Observe qué palabras asustan más al demonio y repítalas
frecuentemente.
- El exorcista no debe indicar ninguna medicina al enfermo. Esto debe
dejarlo al médico.
- El exorcista puede imponer las manos, la estola o un crucifijo,
cuando está previsto, puede soplar sobre el “demonopático”.
- No debe asumir actitudes chamánicas, o gestos extraños,
extravagantes.
- No debe inundar con agua bendita al 'demonopático'.
- Los que padezcan de maleficios no deben acudir a magos,
hechiceros, brujos, curanderos o síquicos para ser liberados; y
deben evitar toda superstición.
- El sacerdote no deber terminar el exorcismo hasta estar
completamente seguro que el demonio ha sido expulsado, ya que
algunas veces se ocultan y dejan casi libre al cuerpo.

V. LAS ARMAS ESPIRITUALES CONTRA LOS DEMONIOS

Las mejores armas contra las fuerzas del infierno son: El sacramento del
bautismo, que nos incorpora al cuerpo místico de Cristo, y nos protege
contra el diablo; al igual que la confesión y la eucaristía. La oración del
Padre Nuestro, cuando Cristo nos invita a repetir: “No nos expongas a la
tentación, sino líbranos del maligno” (Mateo 6,13). Los exorcistas tienen
que recurrir a la fe en Jesús (Mateo 17,19-20), la plegaria (y el ayuno)
(Marcos 9,29).

Otros sacramentales utilizados son el agua bendita, que recuerda el


bautismo en el que el fiel adopta la dignidad de hijo de Dios, se incorpora
a la Iglesia, recibe la gracia de Dios y los dones del Espíritu Santo,
profesa la fe y renuncia a Satanás. Igualmente se emplea la sal, el santo
óleo, crucifijos, reliquias de santos. El creyente puede recurrir a
devociones particulares como el rezo del rosario, el vía crucis, la oración
de los salmos, cargar el escapulario o la medalla milagrosa; Pedir la
intercesión de la Bienaventurada Virgen María, San Miguel arcángel,
quien arrojó a Luzbel (Lucifer) al infierno y todavía hoy es nuestro aliado
principal, además de patrono de la Iglesia, mientras que san Benito es el
patrón de los exorcistas, también se puede pedir la protección de los
santos ángeles custodios.

CASOS DE POSESIONES SATÁNICAS

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

Juan Pablo II realizó tres exorcismos durante su pontificado, el más


conocido fue en 1982, a una joven italiana de nombre Francesca que se
revolcaba en el piso durante la audiencia general en el Vaticano. El papa
comenzó a orar, pronunciado varias palabras de exorcismo, pero en vano.
Cuando, al final, le dijo a la mujer: “mañana diré misa por ti”, la mujer
volvió súbitamente a la normalidad y pidió disculpas al vicario de Cristo.

El padre Gabriel Amorth, cuenta en su libro “Narraciones de un


Exorcista”, el caso de “un presbítero que ayudaba al padre Cándido
Amantini. Estaban exorcizando a un jovencito a quien, en cierto
momento, se le encendieron los vestidos. De la combustión salió un acre
olor de azufre y el demonio se dirigió al sacerdote ayudante
prometiéndole que la pagaría cara. Un buen día, ese sacerdote regresaba
de Nápoles a Roma en automóvil. Se sentía escoltado por unas luces
laterales que no podía explicarlas, por lo cual pensó en detenerse en una
estación de servicio. Cuando estaba llegando, el auto se incendió. El
sacerdote alcanzó a detenerse, a quitar las llaves y a escapar. Acudieron
algunos automovilistas que gritaban: ` ¡Hay alguien dentro! ¡Se ve una
persona!´ Aquel sacerdote en vano aseguraba que iba solo. En un
momento dado, se sintió que aceleraban el motor y la maquina comenzó
a avanzar lentamente, como una bola de fuego, hacia las bombas de
gasolina. Al mismo tiempo se hizo sentir en el aire un acre olor de azufre.
El sacerdote reconoció el mismo olor que había percibido durante el
exorcismo y se puso a orar. Súbitamente el auto se detuvo, pero continuó
quemándose hasta su total destrucción”.

El sacerdote jesuita Francisco de Paula Solá, quien fue exorcista oficial


de la Diócesis de Barcelona (España), narra en el libro “Posesiones y
Exorcismo en Profundidad”, dos espeluznantes casos: el primero ocurrió
en Zaragoza en un colegio de religiosas al que iba cada día a decir misa.
Había allí un grupo de niñas huérfanas y una de ellas mostraba un
comportamiento extraño. Tenía entre once y doce años. El religioso
comenzó a tratarla y observó que se negaba a confesar y que además
profanaba la sagrada hostia, ya que al ir a comulgar se la sacaba de la
boca y la guardaba en el bolsillo. También las monjas le hallaron cartas
en las que se dirigía al Diablo, además en las clases de religión adoptaba
extrañas posturas. El padre Solá procedió a hacerle un exorcismo. Así la
llevaron, oponiendo gran resistencia, a la capilla del colegio para realizar
el ritual. Cuando estaban ante la pila bautismal el sacerdote la roció con
agua bendita. Entonces se agitó violentamente como si le quemara. En
una de sus convulsiones, dio un gran salto, pasó por encima de la pila
bautismal y salió volando por los aires en posición horizontal, a una altura
de metro y medio del suelo. Pasó por encima de las bancas y atravesó
toda la capilla de extremo a extremo, hasta chocar violentamente contra
el altar mayor. Echando a correr la encontraron en el presbiterio, al pie
del altar mayor, girando vertiginosamente, tenía los brazos y las piernas
entrecruzadas como una gran bola. Tras varias oraciones, la niña quedó
liberada y al volver en sí no recordaba nada de lo que había sufrido.

El otro caso que cuenta el mismo jesuita ocurrió en París (Francia), quien
junto a otro exorcista se enfrentaron a una posesa de dieciocho años.
Cuando los clérigos le hablaron del poder de Jesús y la Virgen sobre los
ángeles caídos, la muchacha alterada empezó a pasearse de un lado a
otro, de repente empezó a subirse por la pared, como si anduviera por el
suelo sin que la falda que llevaba y su cabellera le cayeran hacia abajo.

La cinta cinematográfica “El Exorcista” está basada en una historia real


ocurrida en St. Louis (Estados Unidos), en 1949. Se trata de un chico de
trece años aficionado a la práctica de la tabla ouija, y un sacerdote y
profesor universitario jesuita que lo liberó, pasando dos meses con él,
durante los cuales presenció numerosas manifestaciones paranormales
como la elevación de la cama donde se encontraba el menor. El
muchacho, que había sido desahuciado por los médicos, pronunciaba
durante las sesiones de exorcismo gritos y maldiciones en latín, lengua
que jamás había estudiado, ladraba como un perro y se retorcía en
convulsiones. En su piel se formaban símbolos, caras satánicas, e incluso
palabras, tales como: “spite” (odio) o “hell” (infierno); aunque lo peor
eran unas largas rayas que emergían con fuerza y rasgaban su piel como
si estuviera siendo arañado por garras.
Durante la última sesión se presentaron las contorsiones más violentas,
tras el ataque final, se oyó un sonido fuerte y una luz muy brillante
iluminó la estancia, el adolescente se levantó de la cama, y dijo: “San
Miguel ha venido. Esto se ha acabado”, después permaneció tranquilo, y
desde entonces cesaron todas las manifestaciones diabólicas que se
recrean extraordinariamente en la película, con la sola diferencia que en
la cinta el poseso es una niña.

La película “El exorcismo de Emely Rose” también está fundamentada en


una historia real, vivida y padecida por una muchacha alemana llamada
Anneliese Michel, estudiante católica que murió a los 23 años de edad en
1976, en medio del exorcismo practicado por un sacerdote que intentaba
liberarla de sus males, y que fue juzgado por negligencia. Para los
médicos de entonces, las causas de la muerte eran claras: desnutrición y
deshidratación, con un peso de 35 kilos. El presbítero que la atendió no
supo cuidar su organismo que se consumió en pocos días.

La vida de la chica era normal hasta cuando cumplió los 14 años y sufrió
un sorpresivo ataque que la arrojó al suelo, provocándole convulsiones,
gritos, espuma en la boca y otros síntomas que en un principio fueron
identificados como epilépticos. La muchacha cayó en una postración total,
con alucinaciones y visiones de seres que ella calificaba como
demoníacos. Fue entonces cuando sus familiares decidieron buscar la
ayuda de este sacerdote que le practicó no más de medio centenar de
exorcismos en medio de vómitos, gritos y grabaciones de voces macabras
que son reproducidas en la cinta. Tanto el sacerdote como sus padres
fueron condenados a la cárcel por seis meses porque en todo momento
rechazaron la ayuda que un hospital local les ofreció. Con el paso del
tiempo la tumba de Anneliese se ha convertido en centro de
peregrinación de muchos creyentes que la consideran una santa.
En junio del 2005, la religiosa Maricica Irina Cornici, murió a causa de los
ritos de exorcismo de un sacerdote y cuatro monjas en un convento
cristiano ortodoxo en Rumania. La joven de 23 años, que conoció en su
corta vida el orfanato y el claustro del monasterio, fue amordazada,
amarrada con cadenas a una cruz de madera y no recibió alimento por
seis días. Su deceso ocurrió en el monasterio Santa Trinidad, de la
localidad de Tanacu (Rumania). El sacerdote Daniel Corogeanu, y cuatro
monjas retuvieron a la joven el 10 de junio, le ataron las manos y las
piernas y le metieron una toalla en la boca. El clérigo ortodoxo sostuvo
que sor Irina estaba poseída por Satanás y los malos espíritus; que era
violenta, echaba espuma por la boca, rechazaba el agua bendita, y
lanzaba insultos en la iglesia durante la misa celebrada el 15 de junio
para su salvación; por lo tanto, tuvieron que inmovilizarla. Agregó que
cuando la monja se calmó la desataron, le dieron té con pan, después se
desmayó y sufrió un infarto. El sacerdote aseguró además que toda la
comunidad religiosa de Santa Trinidad decidió no apelar a la medicina
moderna y tratar de curarla mediante la oración. Los médicos forenses
precisaron que la muerte de la mujer se debió a una violencia física muy
grave.

El portavoz del Patriarcado de la Iglesia Ortodoxa Rumana, Costel Stoica,


añadió que lo sucedido “no tiene precedentes en la historia de la vida
monástica oriental”. Stoica explicó que el exorcismo en la Iglesia
Ortodoxa es de hecho la “oración de `San Basilio el Grande´, que se lee a
solicitud de la persona que pide la ayuda de Dios contra el Diablo en la
iglesia o en la casa del creyente, y es suministrado a gran escala”. Tanto
el clérigo que realizó el exorcismo y las cuatro monjas fueron acusadas de
“asesinato con crueldad”. Los jerarcas de la Iglesia Ortodoxa
excomulgaron al sacerdote, excluyó a las religiosas y cerró el convento.

En marzo del 2006, en una región rural del departamento del Tolima
(Colombia), cuatro hombres asesinaron a su hermano menor para sacarle
el Demonio. Según los parricidas dicho espíritu infernal que se había
posesionado del cuerpo de Rafael Cuéllar Vargas, tenía cabeza de dragón,
se llamaba “La Cola de Satanás”, y terminó siendo abatido a punta de
golpes con un garrote por parte de los hermanos mayores de la victima.

LA VIRGEN MARÍA Y LOS DEMONIOS

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

En las Sagradas Escrituras hay dos referencias que narran la enemistad


entre la Madre del Redentor y el Príncipe de las Tinieblas. La primera de
ella la encontramos en el llamado proto-Evangelio, cuando después de la
caída de nuestros primeros padres, Dios le dice a la serpiente: “-Por esto
que has hecho, maldita serás entre los demás animales. De hoy en
adelante caminarás arrastrándote y comerás tierra. Haré que tú y la
mujer sean enemigas, lo mismo que tu descendencia y su descendencia”
(Génesis 3,14-15). La segunda, está en el Apocalipsis (o Revelación):
“Apareció en el cielo una gran señal: una mujer envuelta en el sol como
en un vestido, con la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas en
la cabeza. La mujer estaba encinta, y gritaba por los dolores del parto,
por el sufrimiento de dar a luz. Luego apareció en el cielo otra señal: un
gran dragón rojo que tenía siete cabezas, diez cuernos y una corona en
cada cabeza…El dragón se detuvo delante de la mujer que iba a dar a luz,
para devorar a su hijo tan pronto como naciera. Y la mujer dio a luz un
hijo varón, el cual ha de gobernar a todas las naciones con cetro de
hierro” (12,1-5).

Por otra parte, en la historia de la salvación, encontramos escritos de


santos y revelaciones particulares que resaltan el poder de la Virgen
María contra los demonios y el mal:

San Efrén llamaba a la devoción a María como “carta de libertad o


salvoconducto para liberarse del infierno”

A Santa Catalina de Sena le comunicó el Padre Eterno: “Por mi bondad, y


en reverencia al misterio de la Encarnación, he concedido a María, Madre
de mi Unigénito Hijo, la gracia de que ningún pecador, por grande que
sea, que se encomiende devotamente, llegue a perder su alma en el
fuego del infierno”.

El autor del ESPEJO DE NUESTRA SEÑORA dice que la Virgen manda a la


hora de la muerte al príncipe San Miguel arcángel, con toda su celestial
milicia, para que defienda a sus devotos, reciban sus almas y las suban al
cielo en triunfo.

Santa Brígida escuchó de la boca de Jesucristo, que hasta el enemigo


infernal habría redención, si se humillara a pedir perdón por medio de los
méritos de María Santísima. Igualmente, afirmaba que todos los
demonios la veneran y le obedecen, y desprenden sus uñas de las almas
que tenían atrapadas por el pecado.

A San Hugo de Cluny, la Reina del Cielo se le presenta como la vencedora


de Satanás.
A Santo Domingo de Guzmán, le fue echa la promesa de que “el rosario
será un arma poderosa contra el infierno”.

Decía San Antonio de Padua que al invocar con fe los nombres de “Jesús
y María”, se abre la tierra y caen precipitados los ángeles del mal.

Afirma el Beato Tomás de Kempis, que de tal manera los espíritus de las
tinieblas temen a la Reina del Cielo, que al pronunciar su nombre huyen
como un fuego que abrasa.

En una visión San Juan Bosco increpó al Príncipe del Mal: “¿Cuáles son las
armar que lo derrotan?” Y respondió: “los que me derrotan son los que se
confiesan y comulgan con fervor, y los que son devotos de la Virgen
María”.

El santo cura de Ars interrogó a un poseso: “¿Te posesionarás tú de


nuestro país (Francia)?” –Y él contestó: “No puedo hacerlo porque esa
Señora que Uds. llaman Virgen María, se pasea de norte a sur y de
occidente a oriente impidiéndome actuar”.

Estaban conjurando una vez a un endemoniado, y el exorcista preguntó


al Tentador: Dime, ¿Qué hace María? A lo que respondió: baja y sube.
Queriendo decir que no hace otra cosa que bajar a traer a la tierra
beneficios y hacer bien a los hombres, y subir al cielo a presentar
nuestras súplicas ante el Divino Redentor.

En el caso de los niños de Illfurt (1864- 1869), dos hermanos de nombres


Teobaldo y José, de nueve y ocho años; mientras Lucifer injuriaba y se
burlaba de las cosas más santas, sin hacer excepción ni siquiera de Dios
mismo, nunca se atrevió a insultar a la Virgen; y a alguien que le
preguntó la razón, le contestó: “No tenemos derecho. El títere sobre la
cruz me lo ha prohibido”.
En cierta ocasión un sacerdote exorcista preguntó al demonio qué era lo
que más le hería de la Virgen, y respondió: “Es la más pura de todas las
criaturas y yo soy el más inmundo, es la más obediente de todas las
criaturas y yo soy el más rebelde; es aquella que no ha cometido ni el
más mínimo pecado, y por ello me vence siempre”.

Alfonso, rey de Galicia y León, en su juventud tuvo un sueño. Vio que


llegaba a la eternidad y al querer entrar al cielo algo se lo impedía por no
llevar el “traje de la gracia y las buenas obras”. Apareció Nuestra Señora
y ordenó que pusieran en una balanza las obras buenas y malas, éstas
últimas eran mucho más numerosas, los demonios danzaban de alegría,
pero la Bendita virgen colocó su rosario en el otro lado. Los espíritus
infernales protestaron furiosos gritando que aquello era una trampa.
Nuestro Señor le dijo a la Buena Madre: “¿Por qué has hecho esto?” –Ella
respondió: “Este joven Alfonso ha rezado muchas veces mi rosario, y yo
con esto quiero pedirte que no lo dejes condenar porque es mi devoto”.
Jesucristo le hablo al rey: “¿Has visto? Mi Madre te ha salvado porque tú
le rezas con frecuencia. Te dejo un poco de vida: pero aprovecha este
tiempo para quitar del manto de tu alma la mancha de tantos pecados, y
dedícate a hacer obras buenas”. Cuando se despertó el monarca estaba
sudando de tanto miedo. Desde ese día empezó una nueva vida,
visitando enfermos, repartiendo mercados a familias pobres, ayudando a
los encarcelados, oyendo misa, confesándose y comulgando con
frecuencia, visitando iglesias y leyendo libros religiosos. Al morir era ya un
verdadero convertido.

Santa Brígida tenía un hijo muy rebelde, ella rezaba a la Virgen cada día
para que su alma no se fuera a condenar. De pronto el muchacho decide
irse para el ejército, y en la guerra pierde la vida. Una noche la santa
tuvo un sueño. Vio que ante el trono de Dios llegaban los ángeles de la
oscuridad a protestar: “Venimos a quejarnos: porque nosotros tenemos
permiso de acercarnos a los moribundos a llevarles tentaciones de
desesperación. Pero hace unos días murió el hijo de Brígida, y cuando él
estaba herido agonizado, llegó María, La Madre de Jesús y nos alejó a
todos de allí” –Jesucristo se volvió hacia su Madre, y Ella contestó: “Hijo:
la madre de este joven me había rogado tanto por él, que yo consideré
como un gran deber acompañarlo en la hora de su muerte, y como no
había sacerdote cercano, le inspiré que hiciera un acto de contrición y
muriera rezando con mucho fervor”. Entonces el Divino Juez le dijo a los
demonios: “Lo que mi Madre hace está bien echo, alejaos vosotros de
aquí”. Después de este sueño tan consolador, la santa no volvió a
angustiarse por la suerte eterna de su hijo.

Famosa es la historia de Teófilo, escrita por Eutiquiano, patriarca de


Constantinopla, testigo ocular de los hechos.

Era Teófilo arcediano de la iglesia de Adana, ciudad de Cilicia, y tan


estimado por el pueblo que lo pedían como obispo, rehusando él por
humildad. Resultó que unos malévolos lo acusaron falsamente para
deponerlo de su cargo. Teófilo se llenó de tal resentimiento, que fue a
buscar a un mago judío, y éste le propuso invocar al Maligno, para que le
ayudara en aquella desgracia. Respondió el Demonio que para merecer
su favor, primero tendría que renegar de Jesús y María, y ponerlo por
escrito. Teófilo así lo hizo.

Al día siguiente, habiendo conocido el obispo todo el asunto, le repuso en


el ejercicio de su dignidad. Entonces conoció Teófilo lo grave de su
ofensa, se va a una iglesia y delante de una imagen de la Santa Madona
le pide que interceda por su falta. Con esta súplica estuvo cuarenta días,
hasta que una noche se hace la Señora visible, diciéndole: “¿Qué es lo
que has hecho, Teófilo? Me has negado a Mí y a mi Hijo. Y ¿A quién has
vendido tu alma? A mi enemigo y tuyo”. “Vos, Señora –respondió-, me
habéis de obtener perdón de vuestro Santísimo Hijo”. Viendo María tanta
confianza, le volvió a decir: “Consuélate, que pediré por ti”.

Al cabo de otros nueve días de penitencia, se le presentó nuevamente la


Celestial Reina, diciendo: “Teófilo, alégrate, que he presentado en la
presencia divina tus plegarias y han sido bien oídas, y ya Dios te ha
perdonado”. “No basta, Señora –replicó Teófilo-, tiene todavía el
Adversario aquel pacto satánico, y Vos podéis hacer que se me devuelva”.
Tres días pasaron, y la tercera noche despertó y se halló con el papel en
el pecho. A la mañana siguiente, estando el obispo en el templo, con gran
cantidad de fieles, se presenta Teófilo, y de rodillas cuenta todo lo
ocurrido; el obispo quemó en público dicho documento, y todos alababan
al Altísimo por su infinita misericordia. Tres días más tarde, murió Teófilo,
lleno de gratitud con la Madre de Dios.

UNA ORACIÓN A MARÍA DESDE EL INFIERNO


AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

En 1823 en una provincia de Avellino (Italia), un niño de doce años,


analfabeta, fue poseído por un espíritu caído. Los padres dominicos
Gassiti y Pignataro, que se encontraban en el pueblo para una misión
parroquial, le ordenaron, en nombre de Dios, probar teológicamente, con
un soneto de rimas, la Inmaculada Concepción de la Virgen, cuestión muy
discutida en esos tiempos.

El pequeño endemoniado pronunció el siguiente soneto:

Verdadera Madre soy yo de un Dios que es Hijo


Y soy su Hija, aunque también su Madre;
Ab eterno nació El es mi Hijo,
En el tiempo nací Yo, pero le soy Madre.

El es mi Creador y es mi Hijo
Soy su Criatura y le soy Madre;
Fue prodigio divino el ser mi Hijo
Un Dios eterno, que me tiene por Madre.

El ser casi es común entre Madre e Hijo


Porque el ser del Hijo tuvo la Madre
Y el ser de la Madre tuvo también el Hijo.

Pues si el ser del Hijo tuvo la Madre,


O se dirá que fue manchado el Hijo
O sin mancha tiene que ser la Madre.

Treinta años después, en 1854, Pío IX promulgaba solemnemente el


dogma de la Inmaculada Concepción. En el mismo año le presentaron al
Pontífice el soneto improvisado en el infierno en honor de María. Quedó
conmovido y maravillado por los versos tan teológicamente exactos,
compuestos por tan singular poeta.

DIFERENTES APARICIONES DE LOS ESPÍRITUS


INFERNALES

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

San Antonio Abad (S. IV), fue seducido por Lilith (demonio en forma de
mujer para los judíos), que recibe también el nombre de súcubo.

A su discípulo San Hilario (s. IV), lo rodearon un círculo de mujeres


desnudas. Igual tentación tuvo San Hipólito (s. III).

San Pacomio (s. IV), vio el Diablo como una doncella de raza negra; el
santo expulsó a la diablesa de un golpe de su mano, después, el hedor
quedó impregnado durante dos años.
San Nicolás de Mira (s. IV), se le apareció en su monasterio un “ángel
luminoso” pero con una gran cola (comparar con 2 Corintios 11,14).

Rufino, amigo de San Jerónimo (s. IV), llegó a visitarlo con el aspecto de
Jesús.

San Martín de Tours (s. IV), en forma de monaguillo burlón mientras


oficiaba la misa.

San Expedito (s. IV), fue comandante de la legión romana, se le presentó


el demonio en forma de un cuervo, que el gritaba “Cras, Cras, Cras” (En
latín “Mañana”, “Mañana”, “Mañana”). Así lo trataba de persuadir a que
dejara su decisión para otro día de convertirse más bien en “soldado de
Cristo”.

San Macario de Alejandría (s. V), fue hostigado por una chusma de
demonios negros.

San Benito (s. VI), como un mirlo negro.

San Eligio (s. VII), muchas pinturas lo representan agarrando con unas
tenazas la nariz de una provocadora joven, cuya apariencia el santo
obispo adivinó la presencia del Tentador.

San Isidro Labrador (s. XII), cuando era niño estaba oyendo misa y vio al
Diablo en forma de un niño negro que transcribía en un pergamino las
conversaciones de las mujeres chismosas.

Santa Viridiana (s. XIII), se le presentó como dos serpientes que la


mortificaron mucho los últimos años de su vida.

Santo Domingo de Guzmán (s. XIII), observó a un gato con un


penetrante olor a azufre.
Martín Lutero (s. XVI), padre de la reforma protestante, toda su vida fue
acosado por el Diablo, así cuando leía la Biblia se le aparecía en forma de
mosca, otras veces como un cerdo o jabalí negro.

San Estanislao Kostka (s. XVI), rechazó en tres oportunidades con la


señal de la cruz, los atacas de un horrible mastín negro.

Santa Rosa de Lima (s. XVII), el demonio apareció como un perro


sarnoso que amenazaba con atacarla, o como un galán seductor.

San Gerardo Mayela (s. XVIII), en una noche de tormenta una diabólica
figura le cerró el paso, pero el santo invocando el nombre de la Santísima
Trinidad lo obligó a que tomara las riendas de su caballo y lo llevara sano
y salvo al pueblo de Lacedonia (Italia).

Santa María Francisca de las Cinco Llagas (S. XVIII), el maligno se le


presentaba en forma de un perro rabioso que la atemorizaba, pero al
hacer la señal de la cruz, y al pronunciar los nombres de José, Jesús y
María salía huyendo.

La beata estigmatizada Ana Catalina Emmerich (s. XIX), ve en una visión


de la anunciación del arcángel San Gabriel a la Virgen María, al demonio
en forma de “una serpiente del tamaño de un niño, con la cabeza ancha y
chata, y a la altura del pecho tenía dos patas cortas membranosas,
armadas con garras, sobre las cuales se arrastraba, que parecía alas de
murciélago. Tenía manchas de diferentes colores, de aspecto repugnante;
se parecía a la serpiente del Paraíso terrenal, pero de aspecto más
deforme y espantosa”.

San Juan María Vianney (s. XIX), el célebre “cura de Ars” sufría
continuamente los ataques del espíritu del mal en la forma de un perro
negro que el llamaba el “zarpas”.

San Juan Bosco (s. XIX), describió al demonio en un sueño como un


furioso elefante o una enorme serpiente.
Santa Gemma Galgani (s. XX), asumía el aspecto de perro, gato, de mico
negro, de pequeños monstruos, de personas conocidas como su confesor,
de hombres feroces, como Cristo flagelante, con el corazón abierto todo
ensangrentado; o como ángel guardián, que al ser descubierto
desaparecía en una gran llamarada dejando en el suelo un montón de
cenizas.

Santa Faustina Kowalska (s. XX), una noche después de la hora santa,
mientras caminaba hacia su celda, fue rodeada por una jauría de
enormes perros negros que se levantaron y ladraban como si quisieran
despedazarla. La santa vidente al darse cuenta que eran demonios,
invocó la protección del Altísimo, y al instante se esfumaron como un
torbellino de polvo en la calle.

Santa Laura Montoya (s. XX), religiosa colombiana, cuenta en su


autobiografía que una noche mientras se encontraba en su cama vio
llegar por debajo del toldillo a un animal parecido a un perro o un lobo,
con cascos de mula y cuernos retorcidos, a quien cogió por los cuernos
que eran muy fríos y lo retorció por el piso, hasta salir corriendo.
Otras apariencias mencionadas son: León, leopardo, oso, caballo, toro,
camello, lobo, zorro, pavo real y escorpión.
LOS ATAQUES DIABÓLICOS

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

Las Sagradas Escrituras dicen que al rey Saúl, “un espíritu maligno,
enviado por el Señor, lo atormentaba” (1 Samuel 16,14).

En los primeros siglos del cristianismo (III-V), los monjes ermitaños se


retiraron a las áridas arenas del desierto de Egipto y el Asia Menor;
esperando vencer física y espiritualmente a los ejércitos infernales; por
medio de una vida ascética que incluía la oración, la meditación de las
Escrituras, el ayuno, la penitencia, la soledad, el trabajo manual. Esta
vida de penitencia iba acompañada de ataques físicos de los espíritus
malignos (Marcos 9,22; Lucas 22,31; 2 Corintios 12,7-9; 1 Pedro 5,8). A
ellos se les daba el título de “guerreros contra el Diablo”. Uno de los más
importantes fue San Antonio (251-356), patriarca de los cenobitas, de él
cuenta San Atanasio (siglo VI), que Lucifer llegó a dedicarle una
verdadera galería de pinturas impuras, que el santo monje borró con
agua bendita. Además, en una ocasión un grupo de espíritus demoníacos
lo golpearon hasta dejarlo inconsciente.

A San Hilario (siglo IV), el Diablo saltó Sobre sus espaldas para azotarlo.

A San Francisco de Asís (1181-1226), mientras se encontraba orando una


noche en una iglesia abandonada, se le presentó una turba de demonios:
uno lo zarandeaba de un lado a otro, otro lo tiraba al suelo, el otro lo
amenazaba y uno más le echaba en cara todos sus pecados, todos de mil
diversas formas querían estorbarle en su meditación; pero no podían,
porque Dios estaba con él.

A la Beata Clara Isabel Fornari (1697-1744), monja mística y


estigmatizada italiana, que pertenecía a la órden de las Clarisas, el
Demonio la sometía a un miedo continuo, le daba golpes, la tiraba por las
escaleras y le metía en la cabeza la idea de que se suicidara.

Al santo cura de Ars (1786-1859), el Tentador lo arrojaba de la cama, le


soplaba en la cara, o le tiraba toda clase de cosas.

A Santa Gemma Galgani (1878-1903), un espíritu caído la dejaba medio


muerta en el suelo, con el rostro hinchado y los huesos dislocados.
A San Pío (1887-1968), el fraile estigmatizado, fue víctima de violentas
golpizas por parte del Maligno en su celda del convento de Pietrelcina.

Estas visiones demoníacas iban acompañadas de temblores, ruidos,


alucinaciones aterradoras, gritos, blasfemias, obscenidades, tentaciones
de todo tipo, a veces cantando salmos, recitando versículos de las
Escrituras o diciendo pequeñas verdades, antes de proferir una gran
mentira (1 Corintios 12,10).
Hay que recalcar que lo que no está permitido a los ejércitos infernales,
es acabar con una vida humana. Así lo testifica el relato de la prueba al
santo Job, cuando Dios le dice al “ángel acusador”: “has con él lo que
quieras, con tal de que respetes su vida” (2,6).

LA IDOLATRÍA AL PRÍNCIPE DEL MAL

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

A través de los tiempos ha existido la demonolatría, (Del griego daimón,


demonio y latreia, adoración). En Europa en la edad media se les
llamaba “luciferinos”; en los siglos XVI al XVIII, los brujos y las brujas se
reunían en la noche en una celebración llamada “Aquelarre o Sabbath”;
su punto de encuentro eran los cruces de caminos, los bosques, campos
de cultivos o iglesias abandonadas; las reuniones estaban acompañadas
de música, cantos y bailes en honor del Demonio; banquetes, orgías,
pisoteaban la cruz, se postraban a los ídolos. Se decía que el Diablo se
hacía presente en forma de macho cabrío; y en señal de sumisión le
besaban el trasero, o las brujas llegaban a tener dolorosas relaciones
sexuales con él (incubo). Otras acusaciones Que el tribunal del santo
oficio y la inquisición formulaban contra las brujas eran: La práctica de la
hechicería, la magia negra, los maleficios, el mal de ojo, la adivinación,
los encantamientos, la fabricación de pócimas y amuletos, la
metamorfosis en animales, los vuelos nocturnos, el pacto con Satanás, el
envenenamiento de los ríos, la destrucción de las cosechas, o una sequía
prolongada.

En el siglo XVIII empezaron a surgir los cultos satánicos en el viejo


continente; uno de los pioneros fue Aleister Crowley (1875-1947), quien
en su “Libro de la Ley” exalta, de manera herética, al ser humano a la
categoría de un dios, y se rebela contra los preceptos morales de los diez
mandamientos. El mismo se auto- denominó como “la gran bestia” o el
“666”, que es un número de hombre que aparece en el libro De las
revelaciones (13,18). {De hecho, si también sumáramos las letras que
forman la palabra hebrea “ha-satan” (el acusador), se obtendría el
número ¡364!}. En el siglo XX, Anton La Vey (1930-1997), conocido como
el “papa negro”, funda en 1966 la primera iglesia satánica llamada “la
casa negra”, en San Francisco (California). Es además el autor de la
“Biblia negra”, que contiene una especie de mandamientos llamados las
“nueve declaraciones de Satán”, y un libro sobre “rituales satánicos”; Para
la celebración de la misa negra, que incluye muchos elementos de la
liturgia católica, pero a la inversa (Comparar con 1 Timoteo 4,1). En
Francia se funda la Wicca (orden internacional de los brujos luciferinos),
también la ciudad de Turín (Italia), es considerada la capital mundial del
satanismo.

Ya entre los jóvenes se ha multiplicado las sectas satánicas, que


escuchan la música de heavy metal de Alice Cooper (nombre de una
bruja quemada por la inquisición), Ozzy Ousbore (el barón de Satanás),
Marilyn Manson (el papa negro), Glen Benton (el canciller del infierno),
kizz que en inglés que significa: Reyes Al Servicio de Satanás), Black
Sabbath (sábado Negro), AC-DC (Anti- Cristo- Muerte de Cristo). Algunos
ex miembros de estas sectas han confesado que los bautismos se hacen
con orines de cabra, sacrifican bebés sin bautizar, o animales como
perros, gatos y gallinas; destrucción de lápidas en los cementerios,
crucifijos o descabezamientos de imágenes de la Virgen; hacen orgías
bisexuales o tienen relaciones sexuales con los muertos (necrofilia) bajo
el efecto de la droga y el licor, actos sacrílegos como la profanación de la
hostia consagrada, el robo de cálices, cupones y custodias en los templos,
a veces el asesinato de sacerdotes y el suicidio en homenaje de Satanás.
En sus ceremonias se destaca beber sangre de infantes o de animales,
sus ornamentos son una sotana negra con una capucha roja, en el altar
se coloca el cuerpo de una mujer desnuda, utilizan el signo del
pentagrama (estrella de cinco puntas), campanas, velas negras, un sable
entre otros utensilios.

EL ANTICRISTO Y SU DERROTA FINAL

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

I. CONTEXTO GENERAL

Para muchos pastores fundamentalistas, este panorama actual es el


presagio del advenimiento del reinado del “Anti- Cristo” (del griego anti,
frente a, contra, y Khristós, Cristo). No obstante, en las Sagradas
Escrituras este apelativo no hace referencia a un personaje en particular;
si no a todo aquel que se opone a Dios y su religión (1 Juan 2,18.22; 4,3;
2 Juan 7). En la historia universal ha habido muchos “Anti- Cristo” que se
han destacado por sus crímenes contra la humanidad (Salmo 7,14-16);
de hecho, el mismo Redentor llegó a decir que “los hijos de las tinieblas
son más astutos que los hijos de la luz” (Lucas 16,8); como por ejemplo:
Calígula, Nerón, Atila, Napoleón, Hitler, Stalin, Mao Ste Tung, Pol Pot, Idi
Amín, Saddam Hussein, Osama Bin Laden entre muchos otros. Sus vidas
y sus actos son propios de “las obras de las tinieblas” (Romanos 13,12),
porque “La mala hierba son los seguidores del Maligno” (Mateo 13,38),
que “siguen la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la
potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de la
desobediencia” (Efesios 2,2).

Algunos hombres dedicados al mal han llegado hacer trato con el Ángel
rebelde. Según una “revelación personal” a la mística y estigmatizada
Martha Robin, Adolfo Hitler firmó un pacto satánico, que incluía esta
clausura: “Dame al pueblo judío y yo te daré poderío”; hay que anotar
que más de seis millones de judíos murieron en los campos de
exterminio nazi. Ahora bien, el pacto duró al parecer más de diez años.
Fue quebrado, el 8 de diciembre de 1942, cuando el papa Pío XII
consagró el género humano al Corazón Inmaculado de María. La fecha
coincide, aproximadamente, con la derrota alemana en Stalingrado, dos
meses más tarde, en febrero de 1943.

II. EL ANTICRISTO EN EL JUDAISMO

En lo que respecta a la literatura judaica, sólo son referencias sin


mención del Anticristo en el testamento de Leví, donde Dios lucha contra
las fuerzas del mal. Claro está, que en el Antiguo Testamento se
considera a dos personajes como verdaderos “hijos de Satán”:

Jezabel, princesa de Tiro y esposa de Ajab el rey de Israel (siglo IX a.C.),


quien introdujo en el país el culto de Baal e hizo traer cientos de
sacerdotes y falsos profetas de su tierra. Ella mató a los profetas de Dios
(1 Reyes 18,4) y los remplazó con los profetas de Baal en Sidón.
Persiguió con saña a Elías quien desafió a los sacerdotes idolatras en el
monte Carmelo. Cuando la rebelión de general Jehú puso fin a la casa de
Ajab, unos eunucos a las órdenes de aquél arrojaron a Jezabel por una
ventada, siendo aplastada por los cascos del caballo del valiente general
judío y comida por los perros. Sólo se encontraron el cráneo, los pies y
las palmas de sus manos.

Antíoco IV Epífanes, quien se empeñó en helenizar a los hebreos,


prohibiendo la observancia del sábado, mandando a matar a las mujeres
que habían circuncidado a sus hijos, incautó y quemó todos los
ejemplares de las Sagradas Escrituras, ordenó además erigir altares
paganos por todas partes y sacrificando cerdos en ellos. El agravio mayor
fue que construyó un altar llamado de “la abominación de la desolación”
al dios griego Zeus, en el Templo de Jerusalén sobre el sitio de los
holocaustos. Todo esto provocó la insurrección de Judas, apodado el
“Martillo” o “Macabeo” en compañía de sus hermanos (167 a.C.). El 15
de diciembre del año 164, vuelve a establecerse el culto en el Santuario
(la fiesta judía de la Dedicación, conmemora este acontecimiento).
Finalmente, se sabe que este rey griego se recluyó en Persia y murió
loco.

III. EL ANTICRISTO EN EL ISLAM

Para la tradición islámica el Anticristo es una figura malvada al que se le


denomina Dajjal (o la Bestia), es de color rojo, con cabellos rizados, tiene
una garganta enorme, un solo ojo sobre la frente, lleva escrito en ella el
nombre Kafir (infiel), y es un gran tentador. Se presentará cabalgando en
un asno tan grande como él, dominará a su antojo a todas las criaturas
de la tierra, sin importarle la religión que sigan. Sin embargo, este
reinado sólo durará cuarenta días, ya que descenderá de los cielos Jesús
y vendrá acompañado con el Mahdi (el guiado por Dios), ambos le
mostrarán el sello del profeta y la Bestia perderá su fuerza.
IV.DIVERSOS TESTIMONIOS SOBRE LA LLEGADA DEL
ANTICRISTO

Para San Pablo, el “hombre malvado” que se hace pasar por Dios, está
por Venir (2 Tesalonicenses 2,3-4); “llegará con mucho poder, y con
señales y milagros” (9; Apocalipsis 13,11-18); Con la sabiduría “del diablo
mismo” (Santiago 3,15). Porque “el espíritu dice claramente que en los
últimos tiempos algunos se apartarán de la fe, siguiendo a espíritus
engañadores y enseñanzas que vienen de los demonios” (1 Timoteo 4,1).

Otras declaraciones sobre el particular las encontramos en:

Origenes (+254): “Un rey surgirá de Siria, nacido de un espíritu maligno,


el trastornador y destructor de la raza humana (el Anticristo)…Será un
profeta de mentiras; se constituirá y se proclamará Dios y se le dará
poder para lograr señales y prodigios lo que tentará a los hombres para
adorarlo”.

San Hilario (+367): “El Anticristo enseñará que Cristo era un impostor y
que no era el verdadero Hijo de Dios”.

San Juan Crisóstomo (+407): “El mundo será infiel y degenerado después
del nacimiento del Anticristo. El Anticristo será poseído por Satanás y será
hijo ilegítimo de una mujer judía del Oriente”.

San Agustín (+431): “El reino del Anticristo atacará a la Iglesia


ferozmente, aunque por corto tiempo, antes de que el juicio final de Dios
introduzca el reino eterno de los santos”.

San Juan Damasceno (+750): “Se conocerá como Anticristo a aquél que
vendrá cerca del fin del mundo. Su madre proclamará que le dio a luz
manteniéndose virgen. Reinará de Océano a Océano. El Anticristo será un
niño ilegítimo, bajo el poder completo de Satanás”.
Santa Hidelgard (+1179): “El hijo de la corrupción y la ruina aparecerá y
reinará sólo un corto tiempo, hacia el fin de los días de la duración del
mundo…No será el mismo Satanás, sino un ser humano igual y parecido
al demonio por su horripilante atrocidad. Su madre, una mujer
depravada, poseída por el demonio, vivirá como prostituta en el
desierto…Sostendrá que Dios le presentó su hijo de manera sobrenatural,
como el Niño de la Santísima Virgen. Entonces, será venerada como santa
por aquéllos que se dejan engañar”.

Santa Brígida de Suecia (+1373): “El tiempo del Anticristo se acercará


cuando rebase la medida de la injusticia y cuando la maldad haya llegado
a inmensas proporciones, cuando los cristianos amen la herejía y los
inicuos pisoteen a los siervos de Dios. El Anticristo nacerá a fines de esa
época. Como Cristo nació del tipo de mujer más elevada (Virgen), así el
Anticristo nacerá del más bajo (prostituta). Será un niño prodigio desde
su nacimiento. Su madre será una mujer maldita que fingirá saber mucho
de cosas espirituales y su padre será un hombre maldito, de cuya semilla
el demonio formará su obra…Reinará durante tres años y dominará el
mundo entero”.

V. LA TEOLOGÍA CATÓLICA

Por otra parte, en la teología católica el vencimiento del Príncipe de las


Tinieblas es triple:

Cuando por castigo de su primer pecado, cayó del cielo como un rayo
(Lucas 10,18).

Su férreo dominio del mundo, es quebrantado por la muerte salvadora de


Cristo en la cruz; derrotando al Diablo que tenía poder para matar
(Hebreos 2,14). Jesús ha vencido al mundo (Juan 16,33). Su resurrección
es también la garantía de la victoria sobre todo mal (Mateo 28,18). Ante
su nombre se dobla toda rodilla de los ángeles, los hombres, y los
demonios (Filipenses 2,10).

“El Dios de la paz aplastará pronto a Satanás” (Romanos 16,20), y al


“hombre malvado” “el Señor Jesús matará con su boca y destruirá cuando
regrese con todo su esplendor” (2 Tesalonicenses 2,8); en compañía de
“miles y miles de sus ángeles” (Judas 14), entonces serán juzgados los
demonios y los impíos (Isaías 24,21-22; Mateo 25,41), y será derrotada
“las milicias del demonio” (1 Corintios 15,24). Porque “Por medio de
Cristo, Dios venció a los seres espirituales que Tienen poder y autoridad,
y los humilló públicamente llevándolos como prisioneros en su desfile
victorioso” (Colosenses 2,15). “Y el diablo que los engañaba fue lanzado
en el lago de fuego y azufre, donde estaban la bestia y el falso profeta; y
serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos” (Apocalipsis
20,10).

LOS DIEZ MANDAMIENTOS CONTRA EL DIABLO

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

El cardenal Dionigi Tettamanzi, arzobispo de Génova (Italia), imprimió


una carta pastoral en la que enumera los “diez mandamientos” para
defenderse del Tentador.

I. No olvides que el Diablo existe, porque su primera mentira es hacernos


creer que no existe.
II. No olvides que el Diablo es un tentador. No te consideres ni exento ni
invulnerable.

III. No olvides que el Diablo es sumamente inteligente y astuto. Logra su


insidia siendo fascinante, como lo hizo con el primer hombre.

IV. Sé vigilante: con los ojos y el corazón. Y sé fuerte: es espíritu y


virtud.

V. Cree firmemente en la victoria de Cristo sobre el Tentador, pues esto


te hará seguro e imperturbable incluso ante la agresión más violenta que
se desate contra ti.

VI. Recuerda que Cristo te hace partícipe de su victoria.

VII. Continúa escuchando la Palabra de Dios.

VIII. Sé humilde y ama la mortificación.

IX. Reza siempre, sin cansarte, para que superes la tentación.

X. Adora al Señor tu Dios y solamente a El ríndele culto.

FRASES CÉLEBRES CONTRA LOS DEMONIOS

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

Si Dios está con nosotros, quién contra nosotros.


San Pablo (Romanos 8,31).

No creer en el Demonio, es como no creer en el evangelio.


Papa Juan Pablo II.
El Diablo puede refugiarse de su elemento favorito, el anonimato.
Papa Benedicto XVI.

El Demonio vende bien pero paga mal.


Papa Francisco.

El Demonio presenta al hombre el pecado siempre disfrazado y


camuflado, se esconde, porque su aspecto es horrible, y si se lo vieran,
todos huirían de él asustados.
San Juan Crisóstomo.

El Demonio no se atreve a acercarse en una casa donde mora el


Evangelio.
San Juan Crisóstomo.

El que se aparta de Cristo, es presa fácil de las garras del Maligno.


San Agustín (Véase 1 Juan 3,10).

El hombre se hace hijo del Diablo en cuanto más lo imita pecando.


San Agustín (Véase Lucas 11,23).

El Demonio es como un furioso perro encadenado que ladra y acosa, pero


que solo hace daño a quien se le acerca demasiado.
San Agustín.

Si el Diablo por iniciativa propia pudiera hacer algo, no quedaría un ser


viviente sobre la tierra.
San Agustín.

El que se aparte de Cristo, es alimento del Diablo.


San Agustín.

Con el Diablo y sus ángeles caídos no hay amistad posible.


San Agustín.
El Demonio no hace no sentir vergüenza de nuestros pecados, y
vergüenza de confesarlos.
San Agustín.

El dinero es el estiércol de Demonio.


San Agustín.

Quien se divierte con el Demonio no puede gozar con Cristo.


San Pedro Crisólogo.

El Demonio puede hacer mal al hombre, pero dentro de los límites


permitidos por Dios.
Santo Tomás de Aquino (Véase 1 Corintios 10,13; Mateo 6,13; Judith
8,25-27).

Es tanta la crueldad del Demonio por los hombres, que nos mataría de
una sola dentellada, sino nos defendiera la providencia divina.
San Buenaventura.

La caída de los demonios será reparada por los castos en el cielo.


San Buenaventura.

La estrategia del Demonio con respecto al pecado, es mantenernos con


los ojos vendados mientras vivimos, y quitarnos la venda a la hora de la
muerte.
Santa Catalina de Siena.

Desenmascarar al Demonio es vencerlo.


San Ignacio de Loyola.

El Diablo anclado por siempre en el mal, hace del mal su propia


perfección.
Busset.
Los exorcistas no le tienen miedo al Demonio, es el Demonio el que tiene
temor a quienes viven en unión con Dios.
P. Gabriel Amorth.
Sacerdote exorcista.

Un sacerdote que tiene miedo de las represarías del Diablo, es como un


pastor que tiene miedo del lobo.
P. Gabriel Amorth.

Una vida en gracia de Dios es una vida libre de ataduras del Demonio.
P. Gabriel Amorth.

La mayor astucia del Diablo es la de hacernos creer que no existe.


Charles Pierre Baudelaire.

Si el oficio de Dios es el de perdonar, el de Satanás es el de tentar a los


hombres.
Heinrich Heine.

Como el perro huye del palo con el que se la pegado, así el Demonio
aborrece la cruz de Cristo.
Tireo.

El primer engaño del Diablo es su incógnita.


De Rougemont.

Dios ha desaparecido, pero el Diablo sigue ahí.


André Malraux.

Los sacerdotes casi nunca usan su poder de exorcistas, porque les falta
fe, y temen disgustar al Demonio.
León Bloy.

El que no le reza a Dios le reza al Diablo.


León Bloy.
La religión católica, es la única entre las demás, que tiene un poder
supremo contra las fuerzas infernales.
Brognolo.

RELIGIÓN

1. LA RELIGIÓN EN EL HOMBRE.
2. CUANDO EL HOMBRE LE DA LA ESPALDA A DIOS: DIFERENTES
CORRRIENTES Y PENSAMIENTOS.
3. LA NUEVA ERA: RELIGIÓN NEO PAGANA DEL SIGLO XXI.
4. LA REENCARNACIÓN: VERDAD O MITO.
5. ¿POR QUÉ LA IGLESIA CATÓLICA CONDENA LA BRUJERÍA?
6. CUANDO LA FE EN CRISTO ES PUESTA A PRUEBA.
7. CUANDO EL ISLAM ATACA AL CRISTIANISMO.
LA RELIGIÓN EN EL HOMBRE

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

I. CONTEXTO GENERAL

La palabra Religión proviene del latín “Religare” y quiere decir ‘unir” o


“atar” al hombre, como criatura creada; con Dios, como Ser creador y
supremo. En las primeras civilizaciones, culturas y pueblos los elementos
de la naturaleza como el sol, la luna, las montañas, lagunas y ciertos
animales eran considerados como sagrados. Igualmente, se conservan
restos de altares, monumentos y datos sobre honras fúnebres en
homenaje a sus muertos.

II. RELIGIONES MONOTEÍSTAS Y POLITEÍSTAS

El primer grupo es la religión revelada que cree en un solo y verdadero


Dios representado en el Judaísmo (4.000 años atrás) en Irak; el
Cristianismo (siglo primero de nuestra era) en Israel; y el Islam (siglo VI
d.C.) en Arabia Saudita. El segundo grupo, son las religiones naturales
que creen en varios dioses mitológicos y legendarios corno el Animismo
(20.000 años atrás) de los pueblos ancestrales de Africa, Asia, Oceanía,
Australia y las regiones selváticas; el Hinduismo (3.500 años atrás) en la
India; el Zoroastrismo (3.000 a.C.) de la antigua Persia (Hoy Irán); el
Budismo (2.500 a.C.) en el Nepal y el Sintoísmo (siglo VI d.C.) del Japón.

III. COSAS EN COMÚN

Para que se cumpla una religión en un plano general, son necesarias tres
instancias:

1. La existencia de un Dios o dioses a quien adorar

2. La realización de un sacrificio en su honor como lo sangre de


animales, frutas, oro e incluso en la antigüedad víctimas humanas
como doncellas vírgenes y niños.
3. En toda sociedad, grupo, clan o tribu siempre ha habido una persona
encargada de realizar oraciones y ofrendas en representación de los
creyentes, que bien pueden llamarse: rabino para los judíos,
sacerdote para los católicos, pastor o reverendo para los
protestantes, imán para los islámicos, brahmán o gurú para los
hindúes, bonzo para los budistas, o brujo, hechicero, curandero,
chaman o zipa para los animistas.

Cada religión llama a sus deidades con nombres propios como en el caso
de la trinidad hindú, que son: Brahma (dios creador), Visnú (dios del
amor) y Shiva (diosa de la guerra); Mazda (dios del bien) y Arimán (dios
del mal) en el Zoroastrismo; o Buda (el iluminado) para el budismo. Ya
en cuanto a las monoteístas los judíos en la antigua alianza le daban el
nombre de Yahvé (El que es) (Éxodo 3, 14); los cristianos en la nueva
alianza le dicen Abba (Padre Nuestro) (Mateo 6,9); y los islámicos lo
invocan con el nombre de Alá (el Misericordioso). Del mismo modo, todas
tienen un fundador, enviado o profeta como Krisna en el hinduismo;
Zaratustra en el Zoroastrismo; el príncipe Shidarta para el budismo; el
emperador del Japón (llamado como el hijo del sol), en el Sintoísmo;
Abraham y Moisés en el judaísmo; Jesucristo para el cristianismo; y
Mahoma en el Islam. También tienen un libro sagrado como los textos
Vedas (conocimiento) en el hinduismo; el Avesta, del zoroastrismo; el
Mantra (herramienta para la meditación) en el budismo; la Torá (ley
mosaica) y el Talmud (ley escrita) para los judíos; la Biblia (palabra de
Dios) para los cristianos; y el Corán (versos sagrados) en el Islam. Hay
lugares de culto para las religiones monoteístas como: las sinagogas para
los judíos, iglesias o templos para los cristianos y mezquitas para los
musulmanes. También tienen un día sagrado: el viernes para los
musulmanes, el sábado para los judíos y el domingo para los cristianos.
Además de sus propios calendarios, mandamientos, santuarios, ritos,
normas y fiestas religiosas.

IV. DATOS ESTADÍSTICOS


Un estudio reciente revela que el 70% de la población mundial afirma
pertenecer a alguna de las 9.900 religiones existentes. El mismo informe
también indica que los creyentes se agrupan principalmente en cinco
grandes grupos: Hinduismo, Budismo, Judaísmo, Cristianismo e Islam. Así
por ejemplo, de los 7.200 millones de habitantes que tiene la Tierra,
1.100 millones se declaran ateos, agnósticos o sin religión; 1.300 millones
son islámicos; 1.272 millones son católicos, otros 1.104 millones de
diferentes denominaciones cristianas, divididos entre: 350 millones de
ortodoxos, 426 millones de iglesias protestantes tradicionalistas, entre
ellos 88 millones de anglicanos y 75 millones de evangélicos luteranos,
612 millones de congregaciones carismáticas y pentecostales, las sectas
cristianas como mormones, adventistas del séptimo día, testigos de
Jehová y otros suman 35 millones; 1.000 millones de Hinduistas; 488
millones de budistas; 100 millones de animistas; 100 millones de
sintoístas; 20 millones de judíos entre otros.
V. LA RELIGIÓN VERDADERA

La única religión plenamente aceptado por el Altísimo es el cristianismo


que abarca el “nuevo pueblo de Dios” (1 Pedro 2,9 - 10); por la muerte
de Cristo en la cruz (1 Corintios 1,18). Históricamente se inicia veintiún
siglos atrás, cuando el Hijo de Dios funda la Iglesia Católico (Universal),
en la persona del apóstol Pedro (roca) (Mateo 16, 16-18; Lucas 22,32;
Juan 21, 15-17); tradición que se ha mantenido hasta nuestros días con
el Papa Francisco.
VI. CISMA Y DIVISIONES

Hay que anotar que el cristianismo que tiene a Jesús como cabeza
(Colosenses 1,18); su cuerpo conformado por los hombres, ha sido
fracturado con el transcurso de los siglos (1 Corintios 11, 19). Es así
como en el siglo VI a raíz de la declaración del concilio de Calcedonia,
varias iglesias cristianas de oriente como la Sirio-Jacobita, la Armenia, la
copta y los abisinios se alejaron de la Iglesia Romana. Posteriormente, se
separó la Iglesia Ortodoxa (considerada como hermana de la católica), en
Constantinopla (Turquía) en el siglo XI, por cuestiones tanto políticas
como teológicas. Más tarde, en el siglo XVI en Europa con la reforma
protestante, Martín Lutero en Alemania formó la Iglesia Evangélica, Juan
Calvino en Suiza a los calvinistas o presbiterianos, y el rey Enrique VIII
la Iglesia Anglicana de Inglaterra y la Episcopal en Estados Unidos. De
estas tres iglesias se han multiplicado las diversas congregaciones como
los metodistas, bautistas, mormones, adventistas, testigos de Jehová,
asamblea de Dios, pentecostales y demás. En total se estima que existen
unas treinta mil confesiones cristianas cada una interpretando la Biblia
de una manera distinta; cumpliéndose así las palabras de san Agustín:
“La división de los cristianos es el triunfo de Satanás”. Mientras que la
católica acepta a un solo Señor (Jesucristo), una sola fe (en la oración del
Credo), y un solo bautismo (Efesios 4.5), siendo la misma doctrina “que
ha sido una vez dada a los santos” (Judas 3).
VII. LA SALVACIÓN UNIVERSAL

La Iglesia Católica como madre y maestra enseña que todas las criaturas
humanas incluyendo a los no cristianos y ateos de buen corazón, están
llamadas al plan divino por caminos que el Padre Eterno conoce; pues
“Jesucristo se ofreció en sacrificio para que nuestros pecados sean
perdonados, y no sólo los nuestros, sino los de todo el mundo” (1 Juan
2,2).

CUANDO EL HOMBRE LE DA LA ESPALDA A DIOS:


DIFERENTES CORRRIENTES Y PENSAMIENTOS

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

I. EL ATEÍSMO

La palabra “ateísmo” viene del griego “a” (sin) y “theo” (Dios), por lo
tanto equivale a decir “sin Dios”. Al respecto, las Sagradas Escrituras nos
precisan que “los necios piensan que no hay Dios” (Salmo 14,1; 53,1).
Desde el punto de vista de la moral cristiana, el “ateísmo” le quita al ser
humano toda esperanza de una vida eterna que trascienda después de la
muerte.

II. EL AGNOSTICISMO

El término “agnosticismo” procede también del griego “a” (sin) y


“gnosein” (conocimiento). Fue un vocablo creado por 1869 por el
biólogo Thomas Henry Huxley, amigo y seguidor del naturalista inglés
Charles Darwin, autor de la teoría de la “evolución de las especies”. El
término lo extrajo de la inscripción griega “Agnosto Deo”, al Dios
desconocido, visto por el apóstol Pablo en el altar de un templo en Atenas
(Hechos 17,23).

En 1863 escribió que no veía ninguna prueba de que exista un Dios que
“nos ama y nos cuida, como dicen los cristianos”. Para los agnósticos
todo lo que la razón humana no puede entender escapa de la realidad
misma; y como Dios es algo que no tiene ni “principio” ni “fin”, por lo
tanto, no existe. Sobre el particular, otro de los inspiradores del
agnosticismo, Herbert Spencer (1820-1903), llegó a decir que “Dios viene
a ser, una realidad desconocida”. De igual manera, un agnóstico no está
seguro sobre la inmortalidad del alma humana, la existencia del cielo y
del infierno, además no acepta la Biblia como libro de inspiración divina.
Generalmente, creen que una persona debe encontrar las respuestas a
estos interrogantes por si sola.

III. EL MATERIALISMO

Es cuando la persona sólo piensa en las cosas materiales, para ello su


dios es el dinero, el sexo o los bienes terrenales. En este mismo sentido,
se encuentra también el “relativismo moral”, que es cuando cada persona
se convierte en el propio juez de sus acciones, es decir, lo que para unos
puede ser malo para otros puede ser bueno (Sofonías 1,12).

IV. CAMPO CIENTÍFICO


EL UNIVERSO: Muchos científicos han negado la participación de Dios
en el origen del universo, y explican que el mismo fue hecho de un
momento a otro por pura casualidad (generación espontánea). Entre ellos
se encuentra el físico británico, Stephen Hawking, quien asegura en su
libro “El Magnifico Diseño” (publicado en septiembre de 2.010), que el
“Big Bang, la gran explosión en el principio del mundo, fue consecuencia
inevitable de las leyes de la física, y no tuvo nada qué ver con una
supuesta intervención divina”.

EL HOMBRE: El ya mencionado naturalista inglés, Charles Darwin, en su


obra “El Origen del Hombre” (1871), propuso la teoría de que el
“hombre” y los “primates” descienden de un mismo antepasado hace
millones de años atrás, llamado el “eslabón perdido”. Cabe anotar, que
hasta la fecha dicho espécimen no ha sido descubierto por los llamados
evolucionistas, y que los supuestos “antecesores del ser humano” no
guardan mayor relación con el “homo sapiens” (hombre pensante).

V. EL PLANO FILOSÓFICO

Durante el siglo XIX algunos filósofos empezaron a negar


sistemáticamente la existencia de un Ser Supremo, y es así como el
filósofo alemán, Friedrich Nietzsche en 1882 llegó a decir: “¡También los
dioses se descomponen! ¡Dios ha muerto y nosotros somos quienes lo
hemos matado!”. Vale la pena agregar, que este pensador ateo murió
ciego y loco por las consecuencias de la sífilis. El también filósofo francés,
Jea Paul Sartre (1905-1980), agregó: “Si tuviéramos una prueba válida de
la existencia de Dios, nada cambiaría en nuestra vida”.
VI. CAMPO DE LA PSICOLOGÍA

Para Sigmond Freud (1856-1939), quien fuera el fundador del


psicoanálisis, plateaba el problema del bien y del mal en el ser humano,
con las siguientes palabras: “El mal es inevitable, la meta final del
hombre es la muerte, por consiguiente su única patria y su única realidad
es su vida terrenal; el Diablo y el mal al igual que Dios y el bien no
existen. El hombre está sólo en el universo. No hay un premio final
(cielo), ni tampoco un castigo eterno (infierno).

VII. EL PLANO POLÍTICO

Carlos Marx (1818-1883) y Federico Engels (1820-1895), proyectaban la


visión de Dios y de la religión en un plano meramente material. Según
ellos, Dios era el producto de las necesidades del hombre, pues
necesitaba apoyarse en la esperanza de un “Ser Superior” para poder
soportar los sufrimientos en esta vida. De aquí surgió la famosa idea de
Marx: “La religión es el opio del pueblo”. Este pensamiento dio origen
más tarde al “comunismo”, como una forma de gobierno ateo e
igualitario.

VIII. EL CAMPO MUSICAL

En la década de los años 60 (siglo XX), la población juvenil se vio


influenciada por una serie de factores, como: la anarquía, el sexo libre, el
consumo de drogas fuertes, el movimiento hippie, los punk (puercos),
cuyo lema era “si Dios existe es necesario matarlo, porque nosotros
somos el futuro”, y la música rock. Entre los principales exponentes se
encontraba John Lennon, del grupo los Beatles, quien en una
presentación en público llegó a decir en un tono presuntuoso: “El
cristianismo va a desaparecer…la historia me dará la razón. Actualmente,
somos más famosos que Jesucristo” (Newsweek, 21 de marzo de 1966).
Paradójicamente, este mismo cantante y compositor fue asesinado el 8
de diciembre de 1980, por un fans suyo de nombre Mark Chapman, al
frente de su casa en la ciudad de New York.

IX. LA SOCIEDAD MODERNA

“Dios probablemente no existe. Deja de preocuparte y disfruta de la


vida”. Este es el mensaje que exhibieron 200 autobuses de Londres
(Inglaterra), y otros 600 de distintas partes del país en abril del 2009. Los
creadores de la iniciativa dicen que fue una respuesta a la publicidad
religiosa que condena al infierno a los no creyentes. Para cumplir con las
disposiciones de la Autoridad de Normas de Publicidad de Gran Bretaña,
añadieron la palabra “probablemente”, pues resulta imposible demostrar
que Dios no exista. Uno de los objetivos de la campaña es que más ateos
se animen a revelar sus opiniones sobre el tema.

X. FRASES CÉLEBRES SOBRE EL TEMA

Una parte de la humanidad no cree que Dios existe, y la otra parte, que
El los ama”
Beato. Juan Pablo II.

Dios no existe, para aquellos que no le convenga que exista.


San Agustín.

Al que se aleja de Dios, todo se aleja de él.


San Agustín.

El mundo se muere hoy en día por no ver a Dios.


Paul Bourget.

El que deja de creer en Dios, termina creyendo en cualquier cosa.


Chesterton.

El castigo de vivir sin Dios, consiste en sufrir sin consuelo.


Bougaud.

Si Dios no existe todo está permitido.


Fedor M. Dostoyevski.

Me resulta más fácil creer en un mundo sin creador que es un creador


cargado con todas las contradicciones del mundo.
Simone Ve Bauvoir.

La única disculpa de Dios es que no existe.


Stendhal.

LA NUEVA ERA: RELIGIÓN NEO-PAGANA DEL SIGLO XXI

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

“A Dios no lo podemos conocer del todo, pero si podemos saber lo que no


es”
San Agustín
(Obispo de Hipona y Doctor de la Iglesia).
I. ORIGEN Y PROPÓSITO

El 3 de febrero del 2003, la Santa Sede dio a conocer un documento


titulado “Una reflexión cristiana sobre la Nueva Era”, en dicho estudio se
plantea la posición oficial de la Iglesia Católica con respecto a este
movimiento científico- religioso que se remontan a la década de los años
sesenta del siglo pasado; haciéndose popular en gran parte del mundo
moderno. Su origen se debió al descontento de la juventud con la guerra
en Vietnam, el movimiento hippie, la revolución de la Soborna en París y
demás problemas sociales de la época. Sus líderes indujeron a las nuevas
generaciones al uso de las drogas fuertes, el sexo libre, el rock pesado, la
anarquía, el ateísmo y una rebeldía interior a todas los valores religiosos,
morales y culturales establecidos en el judaísmo y el cristianismo. Su
ideología abarca doctrinas extraídas del hinduismo, el budismo, creencias
persas, caldeas, egipcias, el animismo, el panteísmo, la teosofía, el
esoterismo, el ocultismo, la metafísica, el gnosticismo y la masonería.

El principal objetivo de la Nueva Era es la búsqueda del hombre como


centro del universo, dando origen a un nuevo orden mundial dominado
por una nueva religión. Se trata pues de un “supermercado” de creencias
donde cada cual toma lo que le gusta y deja lo demás. Esta Forma de
pensar ha sido vista como la Terminación del proceso evolutivo del
“Super-Hombre”, propuesto por el filósofo alemán Friedrich Nietzche.

En resumidas cuentas la “Era Solar” como también se le conoce, tiene


cinco puntos básicos:

No hay un fundador reconocido particularmente


No hay un libro sagrado que contenga toda su doctrina
No hay una estructura jerárquica organizada
No tiene dogmas o mandamientos fijos
No tiene un sistema religioso o filosófico propio.
Hay tres etapas a los cuales los de la Nueva Era quieren llevar a toda la
humanidad, de una manera inconsciente:

“Iglesia Católica no, Cristo sí”. En este primer punto se pretende


desacreditar a la Iglesia Romano y los religiosos, para llevar al
convencimiento de creer solamente en el maestro Jesús

“Cristo no, Dios sí”. En esta fase se llega por medio de la enseñanza en
un nuevo dios cósmico

“Dios no, nueva religión sí”. Se logra con la instalación de centros de


culto donde se practica lo visto anteriormente, para encontrarse con el
“súper- yo”.

Uno de los pilares para lograr tal fin, es cambiar el concepto teológico de
un Dios “creador” y “omnipotente” por un dios “energía” o “fuerza”; quien
se manifiesta en todo el universo como conjunto (panteísmo), siendo
además incapaz de intervenir en los asuntos humanos. El hombre
contemporáneo puede llegar a conectarse con este “nuevo dios”, no por
la gracia divina, sino por su propio poder interior. Se niega la existencia
del bien y del mal, al igual que el pecado y la virtud. En este sentido
reconocen el principio de las religiones orientales que admiten que todas
las almas son divinas y forman una sola alma universal (Nirvana budista),
además al no existir un Dios supremo toda persona es su propio juez.
Incluso, cada individuo de acuerdo con su Comportamiento terrenal
determinará su próxima reencarnación (Karma hinduista). Comparar con
(Salmo 68,28; Proverbios 15,3; Isaías 40,28-29; Hebreos 4,13).

II. EL PAPEL DE LA ASTROLOGÍA

La astrología también ha jugado un punto importante en la llamada “Era


de la Luz”, pues se sabe que la historia de la humanidad ha estado
dividido en eras que se hallan regidas por determinadas constelaciones
que coincide con la presesión de los equinoccios, que ocurre cada 2000
años aproximadamente; así por ejemplo:
BAJO LA INFLUENCIA DE TAURO:(4230 a. C) surgieron los imperios y
las religiones de Mesopotamia, como los persas y los egipcios; quienes
tenían como emblema divino un toro o becerro, que aparece
representado en varias pinturas y estatuidas de ese tiempo. Además fue
el mismo ídolo que los judíos idolatraron en el desierto del Sinaí (Éxodo
32; Hechos 7,40-41).

BAJO LA INFLUENCIA DE ARIES: (2160 a. C) guió a la religión y la


cultura judaica, representado por la figura de un cordero o un cabrito;
animales propios para el sacrificio a Yahvé (Éxodo 12,5; Levítico 16,20-
22).

BAJO LA INFLUENCIA DE PISCIS: (Desde el siglo I de nuestra era)


símbolo del cristianismo, que se inicia con el nacimiento de Jesús,
identificado por un pez; imagen que se encuentra desde los inicios del
cristianismo en las catacumbas romanas. Esto se debe a que la palabra
“Pez” en griego se escribe ICHTUS, que son las iniciales de la frase:
“Jesús- Cristo- Hombre- Dios- Salvador.

BAJO LA INFLUENCIA DE ACUARIO: (2026 d. C) este acontecimiento


marcará el comienzo de la “Nueva Época”. El signo del acuario es la
mezcla de todas las religiones, pero principalmente las de Oriente, Asia,
África y Oceanía. Será un tiempo de abundancia en doctrinas esotéricas y
en sabidurías humanas (Deuteronomio 18,9-11).
III. LA LLEGADA DEL NUEVO MESÍAS

El plan de la redención humana que se cumple con el sacrificio de Jesús


en la cruz, pasa a un segundo plano. Ya no es considerado como el “Hijo
de Dios”, sino un “Iniciado” o “Maestro Espiritual” con la misma
importancia de “Buda”, “Krishna”, “Zoroastros”, “Mazda”, “Confucio”,
“Mahoma”, “Gurúnanda”, “Narayana”, o “Ghandi”. Siendo además sus
Enseñanzas válidas para todos los hombres (Teosofía); pues cada
mensaje en complementario del otro, hasta que aparezca finalmente un
“Maestro Mundial”, quien encarnará la divinidad humana en los últimos
tiempos. Este “Nuevo Mesías” para los seguidores de la “Era Solar” se vio
identificado cuando en abril de 1982, se anunció en los veinte periódicos
más importantes del mundo el titular “Cristo ya está aquí”, en la persona
de Lord Maitreya; maestro por encima de todos los demás. Este extraño
personaje asiático residente en Londres, de quien se decía que era nada
menos que el Ungido para los judíos, el quinto Buda de los budistas, el
Lord Krishna de los hindúes y el verdadero Cristo para los cristianos.

Maitreya es el nombre de una divinidad budista anterior al príncipe


Shirdarta Gautama, el séptimo y último Buda (el iluminado). Incluso, se
aseguraba que este mismo sujeto fue el maestro de Jesús de Nazaret,
quien sólo había sido un Cristo temporal. Ahora que Maitreya ha llegado,
desaparecerán las enfermedades, las penalidades y todos podrán
convertirse en dioses mediante un procedimiento secreto que él dará a
conocer a toda la humanidad (Comparar con Génesis 3,5). La actriz
Shirley Maclane es llamada como la gran sacerdotisa del movimiento, ella
enseña en su propio programa de televisión sus experiencias extra-
dimensiónales y ha escrito un libro relacionado con lo oculto y con el
cosmos espiritual, también afirma que ha reencarnado nueve veces.

La veneración a la “Virgen María”, lo han relacionado con la antigua


idolatría que se rendía a la “diosa madre”, como Isis en Egipto y Horus, la
Mater Matuta del imperio romano, Kali en el hinduismo; o también
llamada en la Biblia como la “diosa Reina del Cielo” (Jeremías 7,18; 44,
16-17).
IV. VARIEDAD RELIGIOSA

La Era de Acuario pregona una serie de nuevas técnicas como la


meditación trascendental, el método control mental Silva, la telepatía, el
hipnotismo, el yoga, la gimnasia china, el zen, las regresiones hipnóticas
y la armonía corporal; logrando así la proyección del “aura” o “cuerpo
astral” de cada ser. Del esoterismo y el misticismo sobre sale la
“angeología”, estudio de seres alados (los ángeles) con diferentes
Nombres, que se pueden contactar por medio de normas que se explican
en libros, videos, casetes y juegos de mesa. No se puede dejar a un lado
la “ufología”, estudio del fenómeno ovni y los extraterrestres, llamados
como nuestros “hermanos mayores” del universo, o los “Elohim”, palabra
hebrea que significa “Dios”.
V. EL MERCADO DE LA ERA DE ACUARIO

Hoy en día es común ver centros de estudios, festivales espirituales,


seminarios, conferencias de los llamados “maestros de la luz”, donde se
enseña la doctrina del movimiento Krishna, powa, reiki, akido, otaichi, el
fenj shui, el shiatzu; acompañado de librerías, almacenes y centros
naturalistas donde se consigue una amplia variedad de libros y revistas
del doctor DeepaK Chopra, como su obra “Las siete leyes del éxito
espiritual”, al igual que Sri Ravi SanKan, otro hindú de la casta de los
brahamanes; ambos recorren el mundo difundiendo sus costosos
métodos de meditación oriental. Otros temas son los libros del Dalai
Lama Como “Los eternos valores humanos” y “Las religiones del mundo”,
el “Libro de los espíritus” de Allan Kardec, los de J.J. Benítez y Anthony
de Mello. Asimismo de sanación física, macrobiótica, teosofía, superación
personal, parapsicología, alquimia, ocultismo, metafísica de Conny
Méndez, el significado de los sueños, música de relajación (o étnia),
artículos traídos de Egipto, Israel, Filipinas y la India. Incensarios para
aromatizar el ambiente, collares, anillos, bolas de cristal, velas de
diferentes colores y magia blanca, candelabros hebreos, esencias de
diferentes plantas, lectura del tarot, quiromancia (lectura de la mano) y
numerología, es decir, la influencia de los números en la vida de las
personas o el horóscopo de Walter Mercado. (Compara con Salmo 94,11;
Proverbios 14,15; Daniel 12,4; Romanos 10,2-3; 1 Corintios 3,18; Efesios
4,17-18; 1 Tesalonicenses 5,20-21; 1 Timoteo 6,20-21; 2 Timoteo 3,7-8;
Tito 1,16; Hebreos 5,11-12; 1 Juan 4,1).
VI. LA MEDICINA DE LA ERA DE LA LUZ

En el campo de la “Medicina Alternativa”, según los bioenergéticos el


cuerpo humano tiene receptores para cada tipo de energía que recibe el
nombre de “Chacras”, que son meridianos o puntos específicos para cada
parte del cuerpo; para lograr sus estímulos se cuenta con la homeopatía
(Medicina con plantas), la acupuntura china, a electroacupuntura, que
emplea un aparato llamado “dermatrón”, la utilización de cuarzos,
cristales, agujas, pirámides, la cruz de Caravaca, Budas, el ángel solar
dorado, la estrella de David, la espada del ángel San Gabriel, el dragón
rojo, el unicornio de bronce celta o pulseras de plata y oro. La
fonoterapia, o sea el empleo de frecuencias acústicas emitidas por
instrumentos mecánicos o electrónicos, que sirven para purificar las
vibraciones negativas; La mesoterapia, masajes terapéuticos combinados
con meditación y secciones de hipnosis, la cromoterapia, o manejo
psicológico de los colores, que ayudan a fortalecer el sistema nervioso y
psíquico, la campanología, es decir, el arte curativo del sonido de las
campanas; Como las tibetanas, egipcias y Bizantinas; bien sea de oro
para curar el cáncer y de plata para la migraña; o también la
aromaterapia, utilización de los aromas naturales para mejorar la salud, el
bienestar y la paz en el hombre cósmico.
VII. CONCLUSIÓN FINAL

Ante todo este panorama tan variado y peligroso para la fe del creyente,
lo único que nos resta; es pedir con fervor la misma súplica que hiciera
siglos atrás el salmista: “Señor, muéstrame tus caminos; guíame por tus
senderos;...encamíname en tu verdad” (Salmo 25,4-5).

LA REENCARNACIÓN: VERDAD O MITO

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

“Al morir...nacemos para la vida eterna”.


San Francisco de Asís
Religioso –fundador de la orden de los frailes menores.

I. LAS RELIGIONES ORIENTALES


EL HINDUISMO: Para esta religión de la India la reencarnación tiene su
origen en los textos sagrados Vedas (Conocimiento), que aparecieron
entre los años 800 al 500 a.C., aquí se enseña que con la muerte sólo
desaparece el organismo, mientras que el alma (Atman), vive muchas
vidas en diferentes cuerpos hasta completar la liberación de su ser
(Moksha), por medio de un proceso de nacimiento, muerte y
reencarnación (Samsara); la meta final consiste en romper dicho ciclo y
llegar a estar eternamente en la presencia de Brahma, el “Espíritu
Universal” o el “Océano Divino”; Del que surgieron todos los seres y al
que deben retornar.

La reencarnación va íntimamente ligada al “Karma” de cada persona (la


palabra Karma tiene dos significados: “acción” y “los resultados buenos o
malos de toda actividad física o mental”); y en tal caso, la existencia
futura del Atman está predestinada por el comportamiento de toda su
vida terrenal, la que será favorable o miserable; ya que el Karma opera
de una manera implacable con las personas que se dedican al mal,
teniendo como castigo el renacer en algún animal inferior, planta o cosa.
Del mismo modo, la ley del Karma es independiente del tiempo y el
espacio; y por eso, nada tiene Que ver que un individuo necesite
trescientos o tres mil años de aprendizaje para evolucionar
completamente.

Para la religión de los “mil dioses” los méritos propios de cada persona,
pueden tener su recompensa con el renacimiento de Alguna de sus
divinidades, como es el caso de Shankara, filósofo, místico y poeta hindú;
quien por su grado de santidad se le veía como la personificación viva de
la diosa Shiva. Igualmente, en el Ramayana, poema épico de la literatura
india, se narra que su héroe el príncipe Rama, era la reencarnación del
dios Visnú.

EL BUDISMO: Sus creencias religiosas se inician con la aceptación del


proceso de cambio (samsara), las personas mueren y renacen en uno de
los seis reinos de la existencia universal, descritos en la rueda budista de
la vida; entre ellos el cielo y el infierno, estados imperfectos en los que la
reencarnación depende de los progresos que se haya hecho allí. Por
último, todos los seres humanos irán al reino “sin muerte” llamado
“Nirvana”. La palabra Nirvana tiene su origen en el sánscrito y quiere
decir “extinción”, bien sea de las pasiones, de los errores y demás
defectos propios; lo que trae como resultado final el colmen de la
iluminación, la serenidad y tranquilidad sin limites. Por lo tanto, quien
llega al Nirvana ha vencido a la muerte y el dolor físico.

Los budistas afirman que todos los individuos se reencarnarán varias


veces antes del alcanzar el Nirvana, llamado también el “Gran Todo”;
pero sólo los seres iluminados o “Budas” pueden recordar sus vidas
pasadas; como su fundador, el príncipe Sidharta Gautama (2500 a.C.),
quien decía tener recuerdos de mil vidas anteriores. Asimismo, los Lamas
Tibetanos plenamente realizados (o Tulkus), pueden escoger las
circunstancias de su próxima reencarnación, e incluso indicar el lugar
exacto donde renacerán, en el cuerpo de un infante que nazca en ese
preciso momento, y que deberá ser cuidadosamente buscado unos ocho
años después por los monjes, gracias a determinadas señales y diversas
pruebas de reconocimiento. El caso más conocido es el de su gran líder el
Dalai Lama (Océano de Sabiduría), cuyo espíritu ha renacido catorce
veces hasta llegar al actual, Tenzin Gyatso (1935 - ).

LA SOCIEDAD TEOSÓFICA: Fundada en 1875 por la rusa Elena


Blavatsky, en compañía de varios masones de Estados Unidos, y algunos
espiritistas. Esta secta de lo oculto y lo secreto pregona que cada uno va
experimentando progresivas reencarnaciones Hasta llegar a ser un dios o
“Mahatma”; con la misión de gobernar todo el universo. Para llegar a esta
meta tiene que pasar varios Siglos, como le sucedió a su fundadora,
quien aseguraba haber pasado por 32 reencarnaciones durante 72000
años.

II. EL CULTO A LOS MUERTOS


La doctrina que predica la existencia del cielo y el infierno como moradas
eternas para el alma humana después de esta vida, es un hecho más
constante y generalizado en la historia universal. Así lo demuestra las
antiguas culturas como los babilonios, asirios y egipcios; quienes
levantaron templos y pirámides destinadas a sus reyes y faraones para
estar más cerca de ellos, y que luego despertarían en el más allá.

Por otra parte, para las religiones monoteístas como el judaísmo, las
ofrendas a favor de los muertos son base de su fe; como lo constata la
lectura del Machsor, libro de oraciones para los días sagrados del Yom
Kipuer (La fiesta del perdón). También las iglesias primitivas cristianas, a
la cabeza con la Católica, los Ortodoxos Griegos y Rusos, los Arrianos,
Nestorianos y Eutiquianos; conservaron en sus liturgias la costumbre de
pedir por las almas de los fieles difuntos. Mientras que para el Islam esta
práctica esta consignada en el libro del Corán.

III. EL PUNTO DE VISTA BÍBLICO

Los reencarnacioncitas argumentan sus enseñanzas con las Sagradas


Escrituras. Según ellos, se encuentran al menos unas 600 citas para
testificar lo dicho, siendo las más importantes el encuentro de Jesús con
Nicodemo, cuando le dice: “En verdad, en verdad te digo que el que no
nace de nuevo, no puede ver el reino de Dios” (Juan 3,3); a lo que los
exegetas y teólogos aclaran, que el Mesías está haciendo referencia al
sacramento del bautismo, que nos hace “volver a nacer por el agua y el
espíritu”(5-7). Así también cuando se dice que Juan el Bautista era el
profeta Elías (reencarnado), que “ha venido ya” (Mateo 11,14; 17,12); se
da a entender que la fuerza del profeta recae en la misión del Bautista,
quien fue el precursor de la primera venida de Cristo, y Elías lo será de la
segunda (Parusía). De Igual manera cuando Juan es Interrogado por una
comisión del Sanedrín, si era realmente Elías, éste responde
categóricamente “no lo soy” (Juan 1,21). Sin embargo, se había predicho
que Juan Bautista precedería al Mesías “con el espíritu y el poder de
Elías” (Lucas 1,17; Malaquías 4, 5-6; Eclesiástico 48,10). Además el
antiguo profeta de Israel se hace visible al lado de Moisés en la
transfiguración en el monte Tabor (17,1-9).

La Revelación Divina también nos dice que “está establecido que los
hombres mueran una sola vez” (Hebreos 9,27); “De manera que cada
uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí “(Romanos 14,12). Con la
muerte, “el polvo (o poéticamente ‘el cuerpo’) vuelve a la tierra como
vino de ella, y el espíritu a Dios, que lo ha dado” (Eclesiastés 12,7). “Sólo
aquel que peque morirá. Ni el hijo ha de pagar por los pecados del padre,
ni el padre por los pecados del hijo” (Ezequiel 18,20). “Porque todos
tienen que presentarnos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno
reciba lo que le corresponde, según lo bueno y lo malo que haya hecho
mientras estaba en el cuerpo” (2 Corintios 5,10); además la resurrección
del Salvador, y las realizadas por él, son La prueba de que cada alma fue
creada para un cuerpo humano ((1 Corintios 15,12-57). El apóstol Pablo
agrega que al final de los tiempos habrá resurrección tanto de “buenos”
como de “malos” (Hechos 24,15); que serán juzgados ante el tribunal
supremo del Hijo de Dios (Mateo 25,31-46; Juan 6,40; Hechos 17,31;
Apocalipsis 20,11-15).

IV. EL CONTEXTO TEOLÓGICO

La reencarnación presenta varias lagunas difíciles de explicar:

- No puede definir con claridad en qué momento el alma humana


empieza a existir
- No se sabe cuántas vidas tienen que experimentar
- No se determina cuánto tiempo tiene que pasar entre una
reencarnación y la otra - No está establecido cuánto tiempo dura todo
este proceso de nacer, morir y renacer hasta alcanzar el ciclo final
- No presenta una explicación lógica al origen del mal, pues si solamente
los buenos o los menos buenos reencarnan en seres humanos; los malos
que renacen en seres inferiores, tendrán una desventaja al no tener
conciencia de sus errores pasados.

Por otra parte, la Iglesia Católica desde sus raíces históricas siempre negó
la reencarnación como un hecho real, y con la sola excepción de Orígenes
(s. III), quien dudó si sería posible que se admitiera en el cristianismo;
los demás Padres de la Iglesia como San Agustín, Tertuliano o San
Jerónimo; la rechazaron tajantemente. Además el emperador Justiniano I
fue uno de los principales enemigos de la misma, en el II concilio de
Constantinopla en el siglo VI. La reencarnación fue definitivamente
condenada por el magisterio eclesiástico en 1917, bajo el pontificado de
Benedicto XV.

V. LAS PRUEBAS CIENTÍFICAS

En estos últimos años se han hecho famoso en el mundo entero, las


experiencias médicas de algunos psicoterapeutas, parapsicólogos y
siquiatras como el doctor Brian Weiss; autor de varios libros sobre este
tema, quien sostiene que es posible que con las llamadas “regresiones
hipnóticas”, los seres humanos puedan viajar por el pasado
experimentando diferentes situaciones de otras vidas. Es importante
aclarar que este método no es capas de demostrar científicamente la
existencia de la reencarnación, pues muchos de los testimonios han sido
imprecisos, incorrectos, no se ajustan a la realidad de los hechos; varios
pacientes coinciden en haber sido un personaje importante como
“Cleopatra” o “Napoleón”. También influye de manera especial
fenómenos de percepción extra-sensorial, telepatía, clarividencia o
simplemente el terapeuta es quien induce a la persona a recrear una
serie de situaciones irreales, sugeridas o predispuestas. Del mismo modo,
se pone de manifiesto que solamente un 40% de los individuos
sometidos a esta prueba resultan positivos.

Para muchos expertos este método tiene la misma fiabilidad que los
sueños, ya que ambos son elaborados por nuestras fantasías, mezcladas
con imágenes de momentos reales, de deseos y temores del
subconsciente; que constituye un depósito de Información mucho mayor
del que podamos pensar. Es más, si las reencarnaciones sucesivas del
alma humana fueran ciertas; nuestra memoria, que junto con la
inteligencia y la libre voluntad, son facultades propias del individuo; sería
correcto creer, que todas las personas en estado de normalidad síquica,
sin recurrir a la hipnosis, deberían recordar perfectamente ciertos
instantes de sus anteriores vidas.

Tampoco es de extrañarse el hecho de que los pacientes empiecen ha


hablar en otros “idiomas”, que a veces son comprensibles pero con
frecuencia no lo son. Como los casos Narrados en el Nuevo testamento,
de los primeros cristianos que hacían uso del “don de Lenguas”; y a los
que el apóstol San Pablo puso un toque de desconfianza, pues “es
preferible decir cinco palabras que se entiendan, para enseñar a otros,
que decir diez mil palabras en lenguas extrañas” (1 Corintios 14,19).
¿POR QUÉ LA IGLESIA CATÓLICA CONDENA LA
BRUJERÍA?

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

INTRODUCCIÓN: El Diccionario Enciclopédico Mentor define el término


“Brujo”como: “Persona que, tiene pacto con el Diablo y, por medio de
éste, hace cosas extraordinarias”. Por su parte, el Catecismo de la Iglesia
Católica considera la brujería, la adivinación, la hechicería o la magia;
como actos contrarios al primer mandamiento de la ley de Dios (Artículos
2115 al 2117), y todo aquel individuo que persista en estos ritos, se
expone sin duda a una condenación eterna (Apocalipsis 21,8).
I. EL FUNDAMENTO BÍBLICO

En el Antiguo Testamento Yahvé le advierte al pueblo judío: “Cuando


hayan entrado en el país que el Señor su Dios les va a dar, no imiten las
horribles costumbres de esas naciones. Que nadie de ustedes ofrezca en
sacrificio a su hijo haciéndolo pasar por el fuego, ni practique la
adivinación, ni pretenda predecir el futuro, ni se dedique a la hechicería,
ni a los encantamientos, ni consulte a los adivinos y a los que invocan
espíritus, ni consulten a los muertos. Porque al Señor le repugnan los que
hacen estas cosas”. (Deuteronomio 18,10-12). La ley mosaica condenaba
estas prácticas con la pena de muerte: “No dejes con vida a ninguna
hechicera” (Éxodo 22,18), “El hombre o la mujer que estén poseídos por
un espíritu, o que practiquen la adivinación, serán muertos a pedradas y
serán responsables de su propia muerte” (Levítico 20,27).

Del mismo modo, el cristiano tiene que tener toda su confianza


depositada en el “Hijo de Dios” (filipenses 4,13). Porque no puede haber
ninguna relación entre “Cristo y el demonio” (2 Corintios 6,15), ni “beber
de la copa del Señor, y, a la vez, de la copa de los demonios; ni pueden
sentarse a la mesa del Señor, y a la vez, a la mesa de los demonios” (1
Corintios 10,21); ya que unos son “hijos de Dios” mientras que otros son
“hijos del diablo” (1 Juan 3,10).
La iglesia primitiva entendió muy bien este mensaje, así lo encontramos
en varios pasajes del libro de los Hechos de los Apóstoles:

En Samaria había un hombre importante llamado Simón, que había


practicado la brujería, se había hecho bautizar, pero cuando vio como el
Espíritu Santo descendía sobre las personas por medio de la imposición
de las manos de los apóstoles, quiso comprar este don divino; lo que le
valió la reprobación de Pedro (8,9-24).

Cuando Bernabé, Saulo y Juan “llegaron a Pafos, donde encontraron a un


brujo judío llamado Barjesús, el cual era además un mentiroso que decía
hablar de parte de Dios. Este brujo estaba con el gobernador Sergio
Paulo, que era un hombre inteligente. El gobernador mandó a llamar a
Bernabé y a Saulo, porque quería oír el mensaje de Dios. Pero el brujo,
cuyo nombre griego era Elimas, se les opuso, tratando de impedir que el
gobernador creyera. Entonces Saulo, también llamado Pablo, lleno del
Espíritu Santo, lo miró fijamente y le dijo: -¡Mentiroso, malvado, hijo del
diablo, y enemigo de todo lo bueno! ¿Por qué no dejas de torcer los
caminos rectos del Señor? Ahora el Señor te va a castigar: vas a quedar
ciego, y por algún tiempo no podrás ver la luz del sol. Inmediatamente
Elimas quedó en total oscuridad, y buscaba que alguien lo llevara de la
mano porque estaba ciego. Al ver esto, el gobernador creyó admirado de
las enseñanzas acerca del Señor”. (13,6-12).

En la ciudad de Macedonia Pablo y Silas encontraron “a una muchacha


poseída por un espíritu de adivinación. Era una esclava que, adivinando,
daba a ganar mucho dinero a sus amos. Esa muchacha comenzó a
seguirnos a Pablo y a nosotros gritando: -¡Estos hombres son servidores
del Dios altísimo, y les anuncian a ustedes el camino de salvación! Esto
hizo durante muchos días, hasta que Pablo, ya molesto, terminó por
volverse y decirle al espíritu que la poseía: -En el nombre de Jesucristo,
te ordeno que salgas de ella. En aquel mismo momento el espíritu la
dejó”. (16,16-18).

En la ciudad de Efeso “muchos de los que creyeron llegaban confesando


públicamente todo lo malo que antes habían hecho, y muchos que habían
practicado la brujería trajeron los libros y los quemaron en presencia de
todos” (19,19).

II. LAS FUERZAS DEL MAL ENFRENTADAS A LAS FUERZAS


DEL BIEN

Cuando Moisés y Aarón se entrevistaron con el faraón Ramsés II, ocurrió


un hecho sorprendente: “El Señor les dijo a Moisés y Aarón: -Si el faraón
les pide que hagan un milagro, les dirás a Aarón que tome su bastón y
que lo arroje al suelo ante el faraón, para que se convierta en una
serpiente. Moisés y Aarón fueron a ver al faraón, e hicieron lo que el
Señor había ordenado: Aarón arrojó su bastón al suelo delante del faraón
y de sus funcionarios, y el bastón se convirtió en una serpiente. El faraón,
por su parte, mandó llamar a sus sabios y magos, los cuales con sus artes
mágicas hicieron también lo mismo: cada uno de ellos arrojó su bastón al
suelo, y cada bastón se convirtió en una serpiente. Pero el bastón de
Aarón se comió los bastones de los sabios y magos”. (Éxodo 7, 8-12). La
Biblia se refiere al cayado de Moisés como el “báculo de Dios” (Éxodo
4,20). Los antiguos egipcios creían que los bastones mágicos los
protegían de los malos espíritus, pero la vara de Moisés era un símbolo
de la autoridad de Yawheh.

Santa Agueda, nació en Catania, y fue una joven mártir (testigo de


Cristo), que pertenecía a una noble y rica familia. Su extraordinaria
belleza llamó la atención del cónsul Quinciano, quien la pidió como
esposa. Pero Agueda le había prometido ya su vida a otro esposo, Cristo.
El cónsul no se dio por vencido y hasta recurrió a la ayuda de una bruja
llamada Afrodisia. La mujer echó mano de todos los filtros amorosos que
la mentalidad popular consideraba eficaces, y esperaba que la joven se
enamorara de su insistente pretendiente. Pero pronto la pitonisa se vio
vencida ante la fe y la pureza de la santa. El despechado cónsul pasó del
amor al odio, primero trató de amenazarla inútilmente, y luego la hizo
torturar quemándola con carbones ardientes, hacia el año 250 de nuestra
era.

En el siglo V, san patricio fue a evangelizar a Irlanda, territorio dominado


por aquel entonces por los Druidas (Sacerdotes de la religión Celta).
Cierta noche de un sábado santo, el obispo desafiando la prohibición de
los falsos sacerdotes prendió una hoguera que simbolizaba el fuego
nuevo de Jesucristo, vencedor de la muerte y de las tinieblas. El hecho
enfureció tanto a los druidas, que fue hecho prisionero y llevado ante el
jefe de esa comarca, quien pidió una prueba para ver si los dioses celtas
eran más poderosos que el Dios de Patricio. Al conjuro de un druida
empezó a caer una copiosa nevada, seguidamente el santo obispo
bendijo los cuatro puntos cardinales, y al instante la nieve desapareció, y
el sol disipó la oscuridad.
CUANDO LA FE EN CRISTO ES PUESTA A PRUEBA

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

INTRODUCCIÓN: El Papa Benedicto XVI como guardián supremo de


nuestra religión, ha declarado que “la Iglesia Católica sabrá superar las
pruebas que le deparan el futuro, igual que resistió en el pasado a las
invasiones musulmanas, a los nazis y al comunismo que quisieron destruir
el catolicismo”. De hecho, el mismo Jesucristo había presagiado “Si a mí
me han perseguido, también a ustedes los perseguirán” (Juan 15,20). A
continuación relatamos tres ejemplos que pueden ilustrar mejor el tema.

I. EL MARTIRIO DEL APÓSTOL PABLO


Uno de las mayores conversiones al cristianismo es la de Pablo de Tarso,
quien de ser perseguidor pasó a ser perseguido por la nueva fe de los
llamados “nazarenos” (Hechos 24,5). El mismo en su segunda carta a los
fieles de Corinto (11,23-28), narra a comparación de otros, la gran
cantidad de padecimientos que le ha tocado vivir: “¿Son siervos de
Cristo? Yo soy más que ellos, aunque al decir esto hablo como un loco.
Yo he trabajado más que ellos, me han encarcelado más veces que a
ellos, he sido azotado más que ellos, y muchas veces he estado en
peligro de muerte. En cinco ocasiones los judíos me castigaron con los
treinta y nueve azotes. Tres veces me apalearon, y una me apedrearon.
En tres ocasiones se hundió el barco en que yo viajaba, y, a punto de
ahogarme, pasé una noche y un día en alta mar. He viajado mucho, y me
he visto en peligro de ríos, en peligro de ladrones, y en peligro entre mis
paisanos y entre los extranjeros. También me he visto en peligros en la
ciudad, en el campo y en el mar, y en peligro entre falsos hermanos. He
pasado trabajos y dificultades; muchas veces me he quedado sin dormir;
he sufrido hambre y sed; muchas veces no he comido; he sufrido por el
frío y la falta de ropa. Además de estas y otras cosas, cada día pesa
sobre mí la preocupación por todas las iglesias”. Por esta razón, también
llegó a decir: “De ahora en adelante no quiero que nadie me cause más
dificultades; pues las cicatrices que tengo en mi cuerpo muestran que soy
un siervo de Jesús” (Gálatas 6,17).

Posteriormente, San Pablo fue martirizado en Roma. De la permanencia


del apóstol de lo gentiles en la Ciudad Eterna, aparece constatada al final
del libro de los hechos de los apóstoles, en la epístola a los romanos, y en
la segunda carta a Timoteo; cuando estaba preso en la cárcel mamertita.
Aquí en una celda se puede observar la columna en la que fue atado. San
Pablo por ser ciudadano romano fue decapitado en las afueras de la
ciudad. La tradición cristiana asegura que la cabeza del mártir dio tres
vueltas sobre la tierra, y en cada punto brotó una fuente de agua; es por
eso que este lugar es conocido como “tre fontane”. La tumba de este
príncipe de los apóstoles está en la basílica de San Pablo Extramuros,
edificada por el emperador Constantino el Grande en el siglo IV, donde se
puede observar hasta nuestros días la columna en la que según la
tradición fue ejecutado. En el año 2006, se dio a conocer la noticia del
descubrimiento del sarcófago del apóstol de las gentes, donde se puede
leer la inscripción en latín: Paulo Apostolo Mart (Pablo, apóstol y
mártir). Razón tenía San Juan Crisóstomo, Patriarca de Constantinopla
(+407), cuando dijo: “El porvenir no verá otro San Pablo

II. LOS CUARENTA SOLDADOS DE CRISTO

Durante los primeros años del siglo IV, en el llamado período de las
“persecuciones romanas”, en la ciudad de Sebastes, en Armenia, y por
orden del emperador Licinio; fueron encarcelados cuarenta soldados
cristianos que se habían negado a ofrecer sacrificios a los ídolos falsos. El
gobernador Agricoloa, después de atormentarlos cruelmente, los mandó a
arrojar a un estanque de agua fría, en lo más crudo del invierno, para
que allí murieran congelados. Esa noche junto al estanque helado había
un baño de agua tibia, al que podía pasar los que renegaran de su fe
católica. Todos los soldados perseveraban animándose mutuamente, pero
uno de ellos se acobardó y se pasó al baño caliente, donde murió en el
acto. Un centinela que presenciaba el suplicio, vio que bajaban del cielo
ángeles portando cuarenta resplandecientes coronas, y al ver que
sobraba una, fue tocado por la gracia divina y no dudó en ocupar el lugar
del apóstata, entregando así su vida con sus compañeros de martirio. De
estos “soldados de Cristo”, dice Las Santas Escrituras: “Dichoso el hombre
que soporta la prueba con fortaleza, porque al salir aprobado recibirá
como premio la vida, que es la corona que Dios ha prometido a los que le
aman”. (Santiago 1,12).

III. SACERDOTES VICTIMAS DEL COMUNISMO

En el año 1996, cuando se celebraban las bodas de oro sacerdotal del


Papa Juan Pablo II, durante el rezo de vísperas en el aula Pablo VI, y
ante más de mil sacerdotes de 89 países, el Pontífice abrazó al jesuita
albanés padre Luli, de 86 años, quien llevaba impresas aún en sus manos
las huellas de las torturas a que fueron sometidos los miembros del clero
y seglares en los primeros años del comunismo en las naciones del Este y
Centro de Europa. El jesuita quedó en libertad a los 79 años de edad,
después de permanecer 41 años en prisión: “mis carceleros me han
robado la vida” afirmó en aquella ocasión. “Al principio me hicieron
permanecer nueve meses en una letrina, me debía postrar ante los
excrementos endurecidos sin conseguir jamás acostarme del todo, pues
las dimensiones no lo permitían”. Además de ser sometido a diversas
torturas fue obligado a realizar trabajos forzosos, pese a lo cual se las
ingenió para celebrar él solo la misa.

Otro presbítero, el rumano Ioan Rosca, relató también su odisea en las


cárceles de su país. El padre Rosca es miembro de la Iglesia greco-
católica de Rumania, que fue proscrita por orden del dictador José Stalin
en 1948, año en que fueron arrestados los seis obispos de esta Iglesia y
luego fueron encarcelados los otros seis que habían sido consagrados
clandestinamente para sustituirlos. “De los doce obispos murieron en la
cárcel siete, así como más de 300 sacerdotes y muchísimos fieles laicos
no salieron jamás de prisión”. El sacerdote rumano dijo que tras ser
golpeado toda la noche para que rechazara sus creencias religiosas, cayó
de rodillas en una celda inmunda y fría, y dio gracias a Dios por el
privilegio de ser perseguido a causa de Jesucristo (Comparar con Lucas
21, 12-13). Los supervivientes de esta Iglesia fiel al Papa de Roma fueron
liberados en 1964, y entonces comenzó para ellos la clandestinidad, que
duró hasta 1989, cuando con la caída del régimen comunista pudieron
abrir nuevamente los seminarios y las parroquias, cumpliéndose así las
palabras proféticas de la Virgen María en Fátima, en 1917: “Si atendieren
mis pedidos, Rusia se convertirá y habrá paz; si no, esparcirá sus errores
por el mundo, promoviendo guerras y persecuciones a la Iglesia; los
buenos serán martirizados, el Santo Padre tendrá mucho que sufrir,
varias naciones serán aniquiladas; por fin, mi Inmaculado Corazón
triunfará”.
CUANDO EL ISLAM ATACA AL CRISTIANISMO

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

I. INTRODUCCIÓN

En el viaje del Papa Benedicto XVI a su natal Alemania, el día 13 de


septiembre de 2006, pronunció un discurso en la Universidad de
Ratisbona sobre el tema de “la razón y la fe”, criticó el uso de la violencia
en el nombre de la religión, citando un aparte de un diálogo entre el
emperador bizantino Manuel II con un erudito persa en 1391 en Ankara
(hoy capital de Turquía). “Mostradme qué ha traído Mahoma que fuera
nuevo, y allí sólo encontrarás cosas malignas e inhumanas, tales como su
orden de extender mediante la espada la fe que él predica…A Dios no le
gusta la sangre”. Ante estas palabras del Vicario de Cristo, el mundo
musulmán reaccionó con furia, así por ejemplo un grupo armado iraquí,
amenazó en un comunicado: “Juramos destruir su Cruz en el corazón de
Roma (…) y que su Vaticano será golpeado y llorado por su Papa”, en
Indonesia el Frente de Defensores del Islam, agregó que “el profeta
Mahoma es sublime, el Papa es pequeño y vil”. También fueron lanzados
cócteles molotov contra dos iglesias católicas en el norte de Cisjordania,
otros cinco templos fueron atacados en Palestina. Una religiosa italiana de
66 años de Las Misioneras de la Consolata, fue asesinada en un hospital
pediátrico de Mogadiscio (capital de Somalia). De hecho, en el mes de
febrero del mismo año, un sacerdote fue martirizado en Turquía a manos
de un joven musulmán, en represalia por la publicación de varias
caricaturas del profeta Mahoma en un periódico de Dinamarca.

En vista de toda esta oleada de “fanatismo religioso”, el Romano Pontífice


en el rezo del Ángelus dominical, en la plaza de Catelgandolfo, dijo: “Me
siento extremadamente afligido de que una cita tomada de un texto
histórico haya sido interpretada como una agresión mía al islamismo. Ese
pasaje en sólo una cita que no compromete de ninguna forma mi posición
personal frente al Islam”. Esta última declaración de Benedicto XVI logró
aplacar un poco los ánimos, pero queda la pregunta: ¿Serán ciertas las
palabras de un emperador cristiano (dichas hace 615 años), sobre las
agresiones de la “Media Luna Islámica” contra la “Cruz Cristiana”? El
siguiente informe dará una respuesta al respecto.

II. MAHOMA Y EL ISLAM

El Islam (Sometimiento a Dios), es la religión monoteísta más numerosa


del planeta con 1.200 millones de seguidores. Se inició en el siglo VII en
Arabia con Mahoma, el “glorificado” o “alabado”, considerado el último y
más grande de los profetas del Dios Único, Alá, el “compasivo” o
“misericordioso”. Esta religión enseña que el mundo está dividido en dos
grandes grupos: Los territorios dominados por el Islam, y los territorios
(de los infieles) que tienen que ser conquistados por el Islam. Siempre se
ha dicho que para todo musulmán (seguidor del Islam), el libro del
“Corán” (Versos Sagrados) en una mano y la “espada” en la otra, son sus
dos elementos de vida; y es por eso, que se habla de la Jihad o “guerra
santa”. Este mandato esta consignado explícitamente en su libro sagrado:
“Combatid a vuestros enemigos en la guerra iniciada para defender la
religión… matad a vuestros enemigos allí donde los encontréis, hasta que
no haya otra religión sino la de Alá” (8,39). Además, a los mahometanos
que mueran en esta campaña tienen asegurado un “paraíso”, donde
vestirán esplendidos ropajes, disfrutarán de jardines con árboles frutales
surcados por ríos de leche, agua, miel, vino; y estarán servidos por
hermosísimas mujeres vírgenes llamadas las huríes.

III. LA CONQUISTA DEL ISLAM EN TIERRAS CRISTIANAS

En cuestión de pocos siglos de existencia la “Media Luna” (símbolo


religioso del Islam), se apoderó a sangre y fuego de los patriarcados
católicos de Alejandría (en Egipto), Antioquía (en Siria), Constantinopla
(en Turquía) y el de Jerusalén (en Israel), donde el califa Omar mandó a
construir en el año 691, la monumental mezquita (lugar de culto) llamada
el “Domo de la Roca”, sobre el monte Moria (sitio donde la tradición
islámica creé que Abraham iba a sacrificar a su hijo Ismael en vez de
Isaac).

Los “sarracenos” (así se les llamaba en el Edad Media) en “Tierra Santa”,


asaltaban las caravanas de peregrinos llegados de Europa, y los fieles
laicos eran muchas veces vendidos como esclavo. Esto sin contar la
destrucción de la basílica del Santo Sepulcro en la misma Ciudad Santa
por el califa loco Hakin en el año 1009. Dichos acontecimientos dieron
origen en el año 1095 a las famosas “Cruzadas”, convocadas por Pedro el
Ermitaño y con el apoyo del Papa Urbano II, al grito de ¡Dios lo quiere!
(Joel 3,9-11.17). Los llamados cruzados llevaban un manto blanco con
una cruz roja sobre su pecho, que los identificaba como miles Christi
(soldados de Cristo). Los enfrentamientos entre ambos bandos finalizaron
en 1291, cuando a consecuencia del fracaso de la cuarta cruzada, “Tierra
Santa” quedó nuevamente en manos del Islam.

En este mismo período de tiempo fue fundada en el año de 1218 la


Orden de la Merced en la ciudad de Barcelona (España), por San Pedro
Nolasco, con la ayuda del rey Jaime I de Aragón. El motivo principal de su
creación no era otro que poder redimir a los cristianos esclavizados por
los mahometanos. A partir de su fundación, y durante los seis siglos
siguientes, rescató a miles de cautivos, liberándolos y permitiéndoles
mantener y extender la fe católica; apostolado que costó la pérdida de
miles de vidas.

En el año 1250, el emperador Federico II, desoló el país de Spoleto,


perteneciente a los Estados Pontificios. Comandando una banda de
sarracenos asalariados, a su paso destruían las iglesias, capillas y
conventos. Habiendo sitiado la ciudad de Asís, quisieron asaltar el
convento de San Damián. Estaban ya los musulmanes a punto de subir
las murallas, cuando Santa Clara viendo el peligro a que se enfrentaba
con sus hermanas religiosa, en un acto de confianza en la divina
providencia sacó de la capilla la custodia con el Santísimo Sacramento a
la vista de los enemigos, en ese momento escuchó una voz que salía de
la custodia: “Yo os protegeré siempre”. Al punto se sintieron los
mahometanos sobrecogidos con un pavor espantoso, bajando
precipitadamente de las murallas para huir en desbandada.

La osadía del Islam ha sido tal que en 1453, Mahoma II, sultán de los
turcos, se había apoderado de la capital de Constantinopla, y en el centro
de la cúpula de la Basílica de Santa Sofía lanzó el grito ritual del nuevo
culto: “Alá es la luz del cielo y de la tierra”. Además se propuso acabar
con todo el cristianismo, prometido dar de comer a su caballo en el altar
mayor de la Basílica de San Pedro del Vaticano, epicentro de la Iglesia
Universal.

Tres años más tarde, las noticias que llegaban de Serbia, nación invadida
por los mahometanos, eran impresionantes. Crueldades contra los que no
quisieron renegar de la fe en Cristo, y destrucción de todo lo que fuera
católico. Por esta razón, San Juan de Capistrano, gran predicador
franciscano, decidió trasladarse a la vecina Hungría, incitando al pueblo a
salir en defensa de su santa religión, formándose un ejército de
creyentes. Los musulmanes llegaron cerca de la ciudad de Belgrado con
200 cañones, una gran flota de barcos de guerra por el río Danubio, y
50.000 jinetes. Los jefes católicos pensaron en retirarse porque eran
inferiores en número. El mismo santo recorría el campo de combate
animando a las tropas cristianas, armado con una cruz de madera, y con
una voz fuerte decía: “Invoquen el nombre de Jesús. ¡En él está la
salvación¡”, entonces los católicos dieron el asalto final y derrotaron
totalmente a los enemigos que tuvieron que abandonar aquella región.
Mientras los católicos luchaban con las armas en Hungría, el Sumo
Pontífice con los fieles rezaban en la ciudad de Roma el Ángelus pidiendo
la protección de la Madre de Dios. Sucedió que la cantidad de muertos
en aquella contienda fue tan grande, que los cadáveres dispersados por
el campo llenaron el aire de putrefacción y se desató una epidemia de
tifo. San Juan Capistrano había ofrecido a Dios su vida con tal de
conseguir la victoria contra los hijos de la media luna islámica, y el Señor
le aceptó su petición. El santo franciscano se contagio de este mal, y
murió el 23 de octubre de 1456.

En Rodi, en mayo de 1479, los Caballeros de San Juan, tuvieron que


enfrentar a una milicia de 40.000 turcos. Según una tradición bien
documentada, la Virgen María se apareció a los combatientes católicos
armada con un escudo y lanza, permaneciendo a su lado durante la
batalla. La Orden se quedó en Rodi hasta 1522. Vencidos por Solimán II,
pudieron establecerse por las armas en Malta dando origen a los
Caballeros de esa ciudad.
En España y Portugal, después de ocho siglos por la reconquista,
pudieron liberarse del dominio musulmán. Esa lucha comenzó a los pies
de la Virgen de Covadonga y culminó con la conquista de Granada,
cuando los Reyes Católicos Fernando E Isabel, lograron definitivamente
expulsar a los moros de la península Ibérica en el año 1492.

La arremetida turca en el Centro del Mediterráneo llegó hasta las puertas


de Viena (Austria), y fueron aniquilados por la liga de los Estados
Católicos convocados por el Papa San Pío V, y al mando de Don Juan de
Austria, en la recordada batalla naval de Lepanto en 1571.

Por esta misma época, las hordas turcas penetraron también en los
territorios del imperio austrohúngaro. El archiduque Matías escogió como
capellán de sus tropas a San Lorenzo de Brindis. El enfrentamiento se
llevó a cabo en la región de Albarreal. Se dice que eran 60.000 islámicos
contra 18.000 cristianos comandados por Felipe Emmanuel de Lorena.
San Lorenzo y sus religiosos capuchinos recorrían el campo de guerra con
la cruz en alto cada uno, gritando a los soldados católicos: ¡Ánimo
estamos defendiendo nuestra santa religión!”. Y la victoria fue completa.
Una leyenda cuenta que fray Lorenzo no fue herido, pero que en sus
cabellos y en su barba fueron encontrados varios fragmentos de balas.

En Polonia en el año 1621, el sultán otomano Osmán II con un ejército de


cuatrocientos mil guerreros quería invadir esta nación católica. El general
polaco Juan Carlos Chodkiewicz mandó a traer de Roma la cabeza del
santo joven jesuita Estanislao Kostka. Cuando la reliquia llegaba a la
ciudad de Varsovia, al mismo tiempo los soldados católicos inferior en
número, arrasaron a las tubas turcas, quienes perdieron cien mil hombres
en combate.
Los turcos seguían siendo poderosos en tierra, e invadieron a Europa
desde el Este, y después de tomar enormes territorios sitiaron
nuevamente a Viena. Una vez más, la división de la media luna islámica
era muy superior. Mohammed IV que había retomado el estandarte de
Mahoma Kara Mustafá. El Gran Visir tenía un ejército entre 150 mil o 300
mil hombres y se comprometió a tomar Belgrado, Buda, Viena, a entrar
en Italia y llegar a Roma "al altar de San Pedro". En agosto de 1683, un
capuchino italiano y gran místico, Marco d'Aviano, fue nombrado Gran
capellán de todos los ejércitos de Europa . Él sabía infundir coraje en
Viena y se las arregló para convencer al rey de Polonia, Jan Sobieski, a
que socorriera la capital con sus 40 mil hombres. La capital estaba sitiada
por los turcos desde el 14 de julio y su rendición era cuestión de horas. El
equilibrio de poder no estaba a favor de las tropas europeas. Sin
embargo, Viena fue confiada a la intercesión de la Virgen y su imagen de
la Virgen fue puesta en todos los estandartes.

El 11 de septiembre de 1683, en el Kahlenberg que domina el norte de la


ciudad, el beato Marco d'Aviano celebró la santa misa acolitada por el rey
polaco ante el ejército en semi-círculo. El capuchino predijo una victoria
sin precedentes. Y en lugar de terminar la celebración en las palabras
litúrgicas, "Ite missa est", le gritó: «¡Ioannes vinces”» (Juan Vencerá).
Las tropas lideradas por Juan III Sobieski y Charles duque de Lorena
atacaron a los otomanos al amanecer del 11 de septiembre. El sol brillaba
sobre los dos ejércitos y del destino de la batalla dependía el futuro de
Europa. Las campanas de la ciudad sonaban desde la mañana. Las
mujeres y los niños oraban en las iglesias, implorando la ayuda de la
Virgen María. Y al anocecer el estandarte del gran visir cayó en manos de
Sobieski. Al día siguiente, 12 de septiembre de Sobieski entró en la
ciudad en júbilo y asistió a la misa y al Te Deum, en la iglesia de Nuestra
Señora de Loreto. También el papa Inocencio XI atribuyó la victoria a la
intercesión de la Virgen y como un ex-voto instituyó la fiesta en honor del
Santo Nombre de María. Y el 25 de noviembre 1683, la fiesta se extendió
a toda la Iglesia. San Pío X cambió la fecha al 12 de septiembre, el
aniversario no de la victoria, pero su celebración.
Los turcos sufrieron otra gran derrota a manos del príncipe Eugenio de
Saboya, comandante de la tropa cristiana en Temesvar (en la Rumania
moderna), el 5 de agosto de 1716, en aquel entonces era la fiesta de
Nuestra Señora de las Nieves. El Papa Clemente XI atribuyó este triunfo a
la devoción a La Virgen del Rosario. En acción de gracias, mandó que la
fiesta del Santo Rosario fuera celebrada por la Iglesia Universal.

IV. PERSECUCIONES A LOS CRISTIANOS EN TIERRAS DEL


ISLAM

En muchos países donde impera el “fundamentalismo islámico”, como en


Sudán, Argelia, Nigeria, Somalia, Arabia Saudita, Irán, Irak, Afganistán,
Pakistán, Marruecos, Túnez o en la India; los cristianos católicos,
ortodoxos, armenios, sirios, caldeos, nestorianos y coptos; se han visto
sometidos a una serie de infamias, así por ejemplo:

Los musulmanes que se conviertan a la fe cristiana son sentenciados con


la pena de muerte, algunos incluso son crucificados vivos o lapidados.
Los mahometanos no impiden a un cristiano entrar en su religión, pero
una vez convertido a la fe no puede salirse del Islam.

Aunque hay muchos pasajes en el Corán que hablan sobre la libertad


religiosa, lo cierto del caso es que muchas constituciones islámicas tienen
prevista a los conversos la pérdida de todos sus derechos civiles, el
trabajo, la custodia de sus hijos o su herencia es repartida entre sus
parientes musulmanes.
Hay leyes islámicas que prohíben a los cristianos ayudar a los conversos.

Varios obispos, sacerdotes y religiosos (as) han sido asesinados,


torturados, encarcelados o deportados por llevar la palabra de Dios.

Les está prohibido llevar la cruz, leer la Biblia en público, tampoco son
aceptadas las publicaciones religiosas que fomenten el cristianismo.

En las escuelas, colegios y universidades católicas no se puede hacer


ninguna clase de proselitismo religioso.

Las iglesias, capillas y cementerios han sido incendiados, dinamitados o


demolidos, incluyendo la profanación de la eucaristía y la destrucción de
las imágenes sagradas; también son transformados en baños públicos o
como corrales para el ganado.
No se les permite celebrar las fiestas religiosas o realizar procesiones en
Semana Santa.

Están completamente prohibidos los matrimonios entre cristianos y


musulmanes.

Los cristianos no tienen derecho al voto popular o a ocupar cargos


públicos.
SECTAS

1. UN MUNDO DE SECTAS RELIGIOSAS.


2. ORIGEN DE LAS DIFERETES CORRIENTES HERÉTICAS, IGLESIAS Y
SECTAS PROTESTANTES.
3. ¡CUIDADO CON LOS FALSOS PROFETAS!
4. EJEMPLOS DE GENOCIDIO RELIGIOSO.
5. EL CRECIMIENTO DE LAS SECTAS PROTESTANTES EN AMÉRICA
LATINA.
6. DIEZ VERDADES CONTRA LOS TESTIGOS DE JEHOVÁ.
7. UNA RESPUESTA CATÓLICA A LOS DESAFÍOS DE LA SECTA
CRECIENDO EN GRACIA.
UN MUNDO DE SECTAS RELIGIOSAS

Inventa tus propias doctrinas, las apoyas en la Biblia, y las tienes por
divinas.
Weremfelds.

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

I. ARGUMENTO BÍBLICO

“Porque vendrán falsos mesías y falsos profetas; y harán grandes señales


y milagros, para engañar, a ser posible, hasta a los que Dios mismo ha
escogido” (Mateo 24,24).

“Ustedes soportan con gusto a cualquiera que llega hablándoles de un


Jesús diferente del que nosotros les hemos predicado; y aceptan de
buena gana un espíritu diferente del Espíritu que ya recibieron y un
mensaje de salvación diferente del que ya han aceptado” (2 Corintios
11,4).
“Porque va a llegar el tiempo en que la gente no soportará la sana
enseñanza; más bien, según sus propios caprichos, se buscarán un
montón de maestros que sólo les enseñen lo que ellos quieran oír. Darán
la espalda a la verdad y harán caso a toda clase de cuentos” (2 Timoteo
4,3-4).

“Hubo también falsos profetas entre el pueblo de Israel; y así habrá


falsos maestros entre ustedes. Ellos enseñarán con disimulo sus dañinas
ideas, negando de ese modo al propio Señor que los salvó; esto les traerá
una rápida condenación. Muchos los seguirán en su vida viciosa, y por
causa de ellos se hablará mal del camino de la verdad. En su ambición de
dinero, los explotarán a ustedes con falsas enseñanzas; pero la
condenación los espera a ellos sin remedio, pues desde hace mucho
tiempo están sentenciados” (2 Pedro 2,1-3).

“Hijitos, ésta es la hora última. Ustedes han oído de uno que viene y que
es enemigo de Cristo; pues bien, ahora han aparecido muchos enemigos
de Cristo…Ellos salieron de entre nosotros; pero en realidad no eran de
los nuestros, porque si lo hubieran sido se habrían quedado con nosotros.
Pero sucedió así para que se viera claramente que no todos son de los
nuestros” (1 Juan 2,18-19).

II. CONTEXTO HISTÓRICO

La primera Herejía (falsa creencia religiosa) que apareció en los mismos


inicios de la Iglesia Apostólica, fue el gnosticismo (conocimiento
profundo).

El filósofo pagano Celso (opositor del cristianismo que vivió durante el


siglo segundo), había señalado que los cristianos estaban “divididos en
muchísimas facciones, pues cada individuo deseaba tener su propio
partido”. Para cerca del año 187 D.C., San Ireneo, obispo de Lyon, señaló
veinte variedades de sectas cristianas. Hacia el 384 D.C., San Epifanio,
obispo de Chipre, contó ochenta grupos.
Las principales corrientes heréticas que fueron combatidas por los Padres
Apostólicos, los Santos Padres de la Iglesia, y los primeros Concilios
Ecuménicos, fueron: los maniqueos, donatistas, pelagianos, marcionistas,
montanistas, sabelianos, arrianos, nestorianos y los eutiquianos o
monofisitas.

En la Edad Media en Europa surgieron los valdenses y los cátaros o


albigenses (puros). Estos últimos se vieron enfrentados con Santo
Domingo de Guzmán y la orden religiosa fundada por él mismo,
conocidos como los Predicadores (o Dominicos).

En el siglo XVI con la Reforma Protestante, la cristiandad quedó dividida


en dos bandos:

a. El sur de Europa con Italia, España, Portugal, Austria y parte de


Francia; permanecieron en su mayor parte fiel a la religión católica.
Esto en parte, a la labor de muchos hombres y mujeres de Dios,
entre ellos San Ignacio de Loyola, quien formó La Compañía de
Jesús, cuyo objetivo central fue la evangelización, la apologética y
las misiones.

b. El resto de Europa se fragmentó en tres partidos: una Luterana o


Evangélica en Alemania (con excepción del algunas regiones como
Baviera y Colonia) y Escandinavia; otra Calvinista (o Reformada) en
Suiza, los Países Bajos, Escocia y parte de Francia; y otra Anglicana
en Inglaterra e Irlanda del sur (el norte siguió unido a Roma).
Esparcidos entre estos había otros grupos más pequeños, pero a la
vez más arraigados como fueron: los anabaptistas, y después los
menonitas, cuáqueros y puritanos; quienes con el tiempo llevaron
sus creencias religiosas a la América del Norte.
A través de los años aquellas fracciones principales siguieron
subdividiéndose hasta llegar a centenares de organizaciones religiosas,
destacándose la presbiteriana, episcopal, metodista, bautista,
congregacional; para mencionar solo algunos.

Ya entre la mitad del siglo XIX y principios del XX, en Estados Unidos se
da inicio a las sectas cristianas más fundamentalistas y de mayor
expansión en el continente americano, como son: los mormones,
adventistas del séptimo día, testigos de Jehová, asamblea de Dios y los
pentecostales.

Razón tenía Martín Lutero, padre de la Reforma Protestante, cuando


confesó honradamente: “Traté de deshacerme de un papa, y por el
contrario cree cien más”.

III. DIFERENCIAS DOCTRINALES ENTRE PROTESTANTES Y


CATÓLICOS

El teólogo calvinista, Karh Bach, hizo el siguiente cuadro comparativo


entre protestantes y católicos:

PROTESTANTES CATÓLICOS
Jesucristo. Jesucristo, María y los santos.
La Biblia. La Biblia y la Tradición Cristiana.
La fe. La fe y las obras.
La gracia. La gracia y el mérito personal.

IV. CARACTERÍSTICAS EN GENERAL DE LAS SECTAS


CRISTIANAS

1. Sus fundadores y líderes espirituales poseen una personalidad


carismática o atrayente, y son vistos como “profetas”, “pastores
supremos” o “nuevos mesías”; e incluso en algunos casos llegan al
extremo como el iniciador de la secta fatalista de los davidianos,
David Koresh, quien aseguraba ser la reencarnación de Jesucristo.
2. Un exagerado culto a la persona del fundador, director o líder
espiritual, cuyos dictámenes son considerados como la “voz de
Dios”.

3. Muchos de sus fundadores o guías en la fe se han visto involucrados


en casos de inmoralidad sexual, corrupción, tráfico de influencias o
un lucro excesivo a costas de sus ovejas. Entre ellos hay casos muy
sonados como el del evangelista Pat Robertson, el bautista afro
descendiente Jesse Jackson, el tele predicador Benny Hinn, los
pastores Jimmy Swaggart o Edir Macedo.

4. Son los únicos que poseen la “verdad absoluta”, y todas las demás
religiones serán “condenadas” o pasarán a la “extinción”.

5. Con la Biblia en la mano tienden a inventar nuevas doctrinas que los


distinguen de los otros, y es así como los mormones afirman que
“Jesús no es Dios”, sino el “principal de los profetas bíblicos”, los
testigos de Jehová, aseguran tajantemente que “Cristo Jesús” es el
“arcángel Miguel”, los adventistas del séptimo día santifican el
“sábado” y no el “domingo”, los pentecostales creen que el “Padre”
y el “Hijo” son una misma persona divina, y así sucesivamente.

6. Exigen a sus adeptos total sumisión y entrega a sus creencias


religiosas y reglas de vida, muchas de las cuales tienen un carácter
extravagante, como por ejemplo: los mormones prohíben tomar
café, los testigos de Jehová con las transfusiones de sangre, los
adventistas del séptimo día con toda las dietas alimentarias del
pueblo judío en la antigüedad, o los pentecostales con el consumo
de cualquier bebida alcohólica; de hecho llegan a decir que Jesús
bebió “jugo de uva” es vez de “vino”. Otras normas son el
aislamiento de la familia, amigos y demás individuos que no
comparten sus mismos puntos de vista. Al igual, que la no práctica
de actividades normales como reuniones sociales, aficiones
personales, cierto tipo de vestimenta, deportes, música, estudios
superiores, el servicio militar, actividades políticas o filantrópicas.
7. Todas presentan un odio radical contra la “Iglesia Católica” y la
persona del “Papa”, a la primera la identifican con la “Babilonia la
Grande”, la “Ramera de la Historia” o la “Gran Prostituta”; y al
segundo con el “anti Cristo” o el “número de la Bestia”. Ambas
conjeturas tergiversadas del libro del Apocalipsis.

8. Son “fundamentalistas bíblicos”, y toman literalmente pasajes de Las


Santas Escrituras para sostener doctrinas como: “el rapto de sus
fieles al cielo”, el “milenarismo”, o la llegada del “Armagedón” a la
vuelta de la esquina.

9. Sus reuniones están llenas de oraciones y cantos emotivos


acompañados por coros y orquestas, hablar lenguas extrañas, saltos,
gritos, desmayos, histerias colectivas, expulsión de demonios,
imposición de manos, milagros y sanaciones físicas, revelaciones
particulares y profecías, el pago estricto del diezmo, o la predicación
del evangelio de la prosperidad.

V. EJEMPLOS DE FANATISMO RELIGIOSO

Julio de 1.996, la “Iglesia de Sion” en Hong Kong, ordenó a sus feligreses


consumir un desinfectante médico a fin de santificar su cuerpo y alma.
Los médicos dijeron que la ingestión del líquido puede causar graves
problemas para la salud, como convulsiones, fallas respiratorias o ataques
cardíacos.

Enero de 2.001, una mujer de la localidad de Zagujeni, al oeste de


Rumania, mantuvo tres meses el cadáver de su madre de 80 años en la
casa, en espera de que fuera resucitada. Ella junto con el esposo y su
hijo, todos miembros de la secta “hijos de la luz”, declararon a la policía
que no la habían enterrado porque estaban esperando la resurrección de
la muerta.
Marzo de 2.002, una mujer de 36 años fue rescatada por la policía
guatemaltecas tras permanecer 14 años encerrada en el sótano de su
vivienda, en un barrio marginal el norte de la capital, donde sus padres
que pertenecen a la Iglesia “puertas del cielo”, la recluyeron por
considerarla que era la oveja negra de la familia.

Febrero de 2.003, los padres y otros familiares sacrificaron a un niño de


dos años mientras danzaban y entonaban cantos religiosos vestidos con
túnicas blancas, en una residencia en el municipio de Choachí, ubicada en
los suburbios del sur de Bogotá (Colombia). “yo soy Cristo y lo puedo
regresar a la vida”, dijo la madre a las autoridades judiciales cuando
descubrieron el cadáver del infante. Entre las 17 personas que se
encontraban en el lugar, había siete menores quienes contaron que los
mayores entre ellos sus propios padres, acostaron a la victima y
comenzaron a saltar sobre él con la idea de purificarlo.

Noviembre de 2012, Ramón Castillo, de origen chileno y líder de una


secta que creía en la reencarnación de Dios, y se hacía llamar “Antares de
la Luz”, fue el responsable en su país de dejar caer en una caldera de dos
metros de profundidad repleta de fuego, a un bebé (al parecer su propio
hijo) de pocos días de nacidos, en un ritual que salvaría al mundo de su
fin. El 1 de mayo de 2013, fue encontrado su cadáver colgado de una
cuerda, en una vivienda abandonada en la ciudad de Cusco (Perú), donde
habría ingresado a esta nación de forma ilegal.
ORIGEN DE LAS DIFERENTES CORRIENTES HERÉTICAS,
IGLESIAS Y SECTAS PROTESTANTES

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

Durante los siglos IV y V surgieron varias corrientes heréticas que todavía


subsisten como son: la Iglesia Nestoriana en Irán, Arabia e India; la
Iglesia Armenia y la Jacobita en Siria e Irak; y la Iglesia Copta y Abisinia
en Egipto.

Iglesia Ortodoxa, considerada como la Iglesia hermana de la católica por


conservar la misma tradición apostólica, se separó de la autoridad del
papa de Roma, por el cisma provocado por el patriarca de
Constantinopla, Miguel Cerulario en el año 1054.

En los siglos XII y XIII, se forma en Albí, ciudad al sur de Francia la secta
herética de los Albigenses o Cátaros (puros); al igual que los Valdenses
llamados los “pobres de Lyón” (Francia), quienes deben su origen a
Lyonés Valdo. Hoy en día existen pequeñas comunidad de ambas sectas
en Europa.

Iglesia Luterana, fundada en Alemania por Martín Lutero en el año 1521.


Iglesia Anabapatista, fundada en Suiza por Stork y Munzer en el año
1525.

Iglesia Mennonita, fundada en Suiza por Menno Simonds en el año 1525.

Iglesia Anglicana , fundada en Inglaterra por el Enrique VIII en 1534.

Iglesia Calvinista, fundada en Suiza por Juan Calvino en 1536.

Iglesia Puritana, fundada en Inglaterra por Thomás Cartwight en 1560.

Iglesia Presbiteriana, fundada en Escocia por Juan Knox en 1560.


Iglesia Congregacionista, fundada en Inglaterra por Roberto Brown en
1582.

Iglesia Bautista, fundada en Inglaterra por John Smith en 1609.

La Fraternidad Rosacruz, fundada en Alemania por Juan Valentín Andrea


en 1614.

Los Amish, fundados en Suiza por Jacobo Ammah en 1693.

Iglesia de los Amigos (Cuáqueros), fundada en Inglaterra por Jorge Fox


en el siglo XVII.

Iglesia Metodista, fundada en Inglaterra por John Wesley en 1739.

Iglesia Unitaria, fundada en Inglaterra por Teófilo Lindley en 1774.

Iglesia Episcopaliana, fundada en Estados Unidos por Samuel Seabury en


1789.

Secta de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (Mormona), fundada


en Estados Unidos por José Smith en 1830.
Secta de los Discípulos de Cristo, fundada en Estados Unidos por Tomás
Campbell en 1838.

El Espiritismo, fundado en Estados Unidos por las hermanas Margarita y


Katie Fox en 1848.

Secta Adventista del Séptimo Día, fundada en Estados Unidos por


Guillermo Miller en 1860.

Ejército de Salvación, fundado en Inglaterra por Guillermo Booth en 1865.

La Sociedad Teosófica, fundada en Estados Unidos por Elena de Blavatky


en 1875.

La Ciencia Cristiana, fundada en Estados Unidos por María Baker en 1879.

Secta de Los Testigos de Jehová, fundada en Estados Unidos por Carlos


Tazé Russell en 1879.

Secta Pentecostal, fundada en Estados Unidos por Carlos Parham en1901.

Secta Asamblea de Dios, fundada en Estados Unidos por Hot Springs en


1914.

Secta La Iglesia de Cristo, fundada en Estados Unidos por Félix Manalo


en 1914.

La Cienciología, fundada en Estados Unidos por Lafayette R. Hubbard en


1950.

Secta Iglesia de la Unificación, fundada en Corea por Sun Myung Moon en


1954.

Secta Los Niños de Dios, fundada en Estados Unidos por David Berg en
1968.
Secta Creciendo en Gracia, fundada en Estados Unidos por José Luis de
Jesús Miranda en 1973.

Secta Iglesia Universal del Reino de Dios (pare de sufrir), fundada en


Brasil por Edir Macedo en 1977.

¡CUIDADO CON LOS FALSOS PROFETAS!

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

I. FUNDAMENTO BÍBLICO

Las Sagradas Escrituras nos dan una serie de doce características que
sirven para identificar a los “impostores de la fe”.

I. Serán “lobos” disfrazados como “ovejas” (Mateo 7,15).

II. Estarán por todo el Mundo (1 Juan 4,1).

III. Se harán llamar “apóstoles” y “seguidores” de Cristo (Marcos


13,6.21; 2 Corintios 11,4.13-15).

IV. Le rendirán culto como si fuera el mismo Dios (Romanos 1,25).

V. Harán “grandes señales”, “prodigios” y “milagros” (Mateo 24,24; 2


Tesalonicenses 2,9).

VI. Falsificarán la Palabra de Dios (2 Corintios 2,17; 11,4; Gálatas


1,6-9; Hebreos 12,9; 13,9; 2 Juan 9).
VII. Sus doctrinas religiosas son “fábulas” e “inventos de los hombres”
(Efesios 4,14; Colosenses 2,8; 1 Timoteo 1,3-7; 4,1; 6,20-21; 2
Timoteo 4,3-4).

VIII. Serán unos verdaderos mercaderes de la religión (1 Timoteo 6,3-


5; Tito 1,11).

IX. Causarán “divisiones” y “tropiezos” a la verdadera doctrina del


Señor (Romanos 16,17-18).

X. El camino de la verdad será blasfemado (2 Pedro 2,1-2).


XI. Engañaran a muchas personas (Mateo 24,11.24; Marcos 13,6. 21-
22).
XII. Serán Rechazados por el mismo Jesucristo (Mateo 7,22-23).

II. LOS FALSOS CRISTOS

A. EL REVERENDO SUN MYUNG MOON:

 Nació en Corea del Norte en 1920. Su verdadero nombre es Fong


Myung quien actualmente se llama Sun Myung Moon. De familia
presbiteriana se hace de joven pentecostal.

 Fundó en Corea del Sur en 1954, la Asociación del Espíritu Santo


para la Unificación del Cristianismo Mundial o Iglesia de la
Unificación.

 Según Moon, Jesús no es Dios, sino que el Cristianismo lo convirtió


en Dios después de la crucifixión. Jesús, el segundo Adán, fracasó
en su misión al morir y no lograr casarse con la segunda Eva (María
Magdalena) para iniciar la nueva humanidad. Cristo sólo salvó las
almas. Los cuerpos han seguido sometidos al dominio de Satanás.
Jesucristo entonces, se apareció en una visión a Moon, cuando
contaba éste sólo 16 años, y le pidió que completara su misión
inconclusa, para que reunificara todas las iglesias en una sola.
 Moon, llamado también el “Padre”, tuvo que luchar contra Satán
después de aparecérsele Jesús y sólo él pudo vencerle. Al principio
Dios Padre y Cristo no estaban de acuerdo con Moon, pero luego
Cristo le dijo que estaba en la verdad.

 Moon descubrió en la Biblia que el “Nuevo Mesías”, el “Señor de la


Segunda Venida” debía nacer hacia el año 1920 en Corea. Por una
increíble coincidencia, Moon nació en Corea en ese año. Por lo tanto,
se autoproclamó el “Nuevo Cristo”, el “Tercer Adán”, quien no
moriría en la cruz, sino que sería victorioso y destruiría el
comunismo, durante la III Guerra Mundial, que tendría lugar en
1981.

 Sus fieles tienen además una “Madre”, que es la cuarta esposa del
líder, esta fue las “Bodas del Cordero” (en 1960). La Señora Young
Oon Kim pasó a ser entonces la “Eva de la Nueva Humanidad”. Los
dos son los “Verdaderos Padres de la Humanidad”. A sus hijos los
llaman “Hijos sin Pecado” cuya sangre no está manchada por Satán,
y los adeptos son “miembros de la familia Moon”.

B. JOSE LUIS DE JESÚS MIRANDA:

- Es un puertorriqueño de extracción pentecostal que inició la iglesia


Creciendo en Gracia en el año 1973, cuando estaba viviendo en
Massachussets (EEUU). Según él ese año recibió su primer y más
importante contacto celestial. Asegura que dos seres lo llevaron a un
corredor de mármol en donde una aparición, se fusionó con su
cuerpo y empezó a hablar en su interior.
- En 1988, anunció que era la reencarnación del apóstol Pablo.

- En 1999, se autoproclamó como “El Otro”, una especie de súper-ser


espiritual con la misión de sentar las bases para el segundo
advenimiento de Cristo.

- En el 2004, proclamó ser Jesucristo. Esta afirmación hizo que


algunos miembros prominentes del movimiento desertaran de la
iglesia, incluyendo su primera esposa Nydia y su hijo José Luis Jr.,
quienes iniciaron su propia congregación en Puerto Rico.

- Enero del 2007, durante un servicio en su iglesia, Miranda se sacó el


abrigo y reveló el número 666 tatuado en un antebrazo, advirtiendo
que el triple 6 no lo vincula con el Anticristo, sino que viene a
reemplazar las enseñanzas del Cristo con un nuevo evangelio.

- El 30 de junio de 2012, fue el frustrado día en que José Luis de


Jesús Miranda y sus seguidores iban a ser transformados con
cuerpos radioactivos, inmortales y poderosos; con la misión de
reinar en toda la tierra.

- Sus seguidores lo llaman “Dios”, “Padre”, “Papi”, el “Apóstol”, el


“Verdadero Jesucristo”, “Jesucristo Hombre”, el “Segundo
Jesucristo”, el “Mediador de un Nuevo Pacto”, o el “presidente del
gobierno de Dios”.
EJEMPLOS DE GENOCIDIO RELIGIOSO

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

En el siglo XX algunos de los “Falsos Mesías”, llevaron a la muerte a sus


devotos por una incorrecta interpretación de los Textos Bíblicos, y es así
como:

El 20 de noviembre de 1978, 923 seguidores de la asociación “El Templo


del Pueblo”, fundada por el pastor protestante estadounidense James
Warren Jones, se suicidan en Jonestown (Guayana), al ser inducidos por
su guía a ingerir frambuesas con cianuro.

Diciembre de 1991, treinta miembros de una secta en México fallecen


cuando el reverendo Ramón Morales les obliga a continuar rezando
mientras gases tóxicos se extienden por su templo.

19 de abril de 1993. “Los Davidianos”, grupo disidente de la Iglesia


Adventista del Séptimo Día, liderado por David Koresh, quien se
autoproclamó Mesías, condujo a la muerte por incineración a 95 de sus
adeptos, entre ellos 17 niños, en el Monte Carmelo, la granja fortaleza de
Waco (Texas), en abril de 1993, para hacer realidad una profecía que él
les había descrito como la batalla final (Armagedón), de acuerdo a una
interpretación personal de los “siete sellos del Apocalipsis”.
Octubre de 1994. Son localizados en una granja y tres chalet de Suiza los
cadáveres abrasados de 48 fieles de la “Orden del Templo Solar” incluido
su fundador Luc Jouret. También fueron hallados en Québec (Canadá)
otros cinco cuerpos. El 22 de marzo de 1997, la policía de Saint Casimir
(Canadá), descubre en una casa desvastada por el fuego los restos
carbonizados de tres mujeres y dos hombres, de los cuales cuatro yacían
formando una cruz. Eran integrantes de la misma secta.

Desde el 17 al 29 de marzo del 2000, son hallados en tumbas colectivas


los cadáveres de 700 devotos de la secta de la “Restauración de los Diez
Mandamientos, en Rugazi, sudeste de Uganda. Los dos máximos líderes
del culto religioso apocalíptico abandonaron horas antes la iglesia en la
que unos 400 de sus seguidores se suicidaron. Joseph Kibwetere y
Credonia Mwerinde, son ex sacerdotes católicos excomulgados que
fueron buscados infructuosamente por la policía.
EL CRECIMIENTO DE LAS SECTAS PROTESTANTES EN
AMÉRICA LATINA

“Traté de deshacerme de un Papa, y por el contrario creé cien más”.


Martín Lutero.
Fundador de la Reforma Protestante.

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

I. INTRODUCCIÓN

Sin lugar a dudas la Iglesia Católica continúa siendo hasta nuestros días
la entidad religiosa más importante de Latinoamérica. De hecho, el
Venerable Papa Juan Pablo II, el “Grande”, llegó a decir que América
Latina era “el continente de la esperanza”, por estar aquí unos 501
millones de fieles. Es decir, el 40% de los 1.229 millones de católicos en
todo el mundo. Sin embargo, este gran fortín de creyentes se ha visto
amenazado en los últimos tiempos, especialmente por la gran avalancha
de “sectas protestantes” que con un celo rabioso y radical contra nuestra
Iglesia, han ido ganando cada vez más adeptos a sus filas. Ahora bien,
para analizar esta preocupante situación, el siguiente informe contiene
una serie de datos sobre diferentes aspectos para formarse una idea
general sobre el particular.
II. CONTEXTO BÍBLICO Y TEOLÓGICO

Las raíces de la Iglesia Católica se remontan al propio Jesucristo quien es


el “Buen Pastor” (Juan 10,14), la “Cabeza Principal” (Efesios 5,23;
Colosenses 1,18), y la “Piedra Angular” (1 Pedro 2,4-7). Al fundar su
congregación el Mesías escogió al apóstol Pedro como su representante
(o vicario) en la tierra (misión que se ha prolongado por XXI siglos hasta
llegar al Papa Francisco I) (Mateo 16,16-18; Lucas 22,32; Juan 21,15-17).
Esta labor la haría en compañía de los demás apóstoles, y con la
colaboración de los pastores escogidos por ellos mismos (liderados hoy
en día por los obispos de todo el mundo en comunión con el Sumo
Pontífice) (Mateo 18,18; Efesios 2,20; Hechos 20,28; Tito 1,9; Hebreos
13,17; 1 Pedro 5,1-2).
Del mismo modo, la Iglesia de Jesús gozaría de una verdadera unidad
(Juan 17,21; Efesios 4,5), fundamentada en la verdad (1 Timoteo 3,15), y
abarcando a todos los auténticos seguidores de Cristo (Romanos 10,12; 1
Corintios 12,13), hasta el final de los tiempos (Efesios 3,21). De aquí el
término “Católica”, que en griego quiere decir “Universal” (Apocalipsis
7,9). Igualmente, el mandato divino de dar a conocer la “Buena Nueva”
en todos los rincones de la tierra (Mateo 24,14; Hechos 1,8), sería
efectuado con la asistencia permanente del “Espíritu Santo” (Juan 14,26;
15,26; 16,13).
Por otra parte, uno de los principales obstáculos que ha encontrado el
cristianismo desde sus orígenes, han sido las constantes divisiones
provocadas por algunos de sus miembros (Romanos 16,17-18; 1 Corintios
1,12-13; 1 Juan 2,18-19), lo que claramente contradice la orden dada por
el “Hijo de Dios”: “Habrá un solo rebaño y un solo pastor” (Juan 10,16).
El Propio Señor profetizó que esto sería llevado acabo por los “falsos
profetas” (Mateo 7,15.22-23; 24,24: Marcos 13,6.21-22). La misma
sentencia bíblica la encontramos en los escritos de los apóstoles Pablo (2
Corintios 11,4), Pedro (2 Pedro 2,1-2) y Juan (1 Juan 4,1). Estos
“embaucadores del Evangelio” enseñarán “falsas doctrinas” (Gálatas 1,6-
9), propias de “los demonios” (1 Timoteo 4,1), haciendo de la religión “un
negocio” (1 Timoteo 6,3-5; Tito 1,11).
III. MARCO HISTÓRICO

Hace más de quinientos años la Iglesia Católica llevó a cabo la misión


evangelizadora en las regiones del “Nuevo Mundo” que fueron
descubiertas por los reinos de España y Portugal, gracias al celo
apostólico y la ardua labor de muchos sacerdotes y religiosos del clero
secular y de las diferentes comunidades religiosas, llegando incluso
algunos hasta el martirio, lograron la conversión al verdadero Dios de las
diferentes tribus de indígenas amerindios que adoraban al sol, la luna y
las montañas, y a los que muchas veces les ofrecían sacrificios humanos
y otra prácticas bárbaras. Así por ejemplo, en México después de la
aparición la Virgen de Guadalupe, y el milagro de su imagen en la manta
del indio San Juan Diego (1531), se logró en los primeros diez años la
cristianización de ocho millones de aztecas. Los historiadores estiman que
esta fue casi la misma cantidad de seguidores que perdió la Iglesia
Católica en este siglo, por la Reforma Protestante en Europa.

Los embastes del protestantismo en nuestras tierras comenzaron a


gestarse en 1910, cuando en la primera Conferencia Mundial de Misiones
Protestantes realizada en Edimburgo (Escocia), se plantea la propuesta
de llegar hasta América Latina. En 1916, en un Congreso de Iglesias
Cristianas reunidos en Panamá, se decide dar el gran salto, y para eso
deciden cambiar el apelativo de “protestantes” (propio de la ya
mencionada reforma), por el de “evangélicos” para así no crear
desconfianza y rechazo entre sus futuros neófitos. Para 1929, en otro
Evento de Iglesias Evangélicas celebrado en Montevideo (Uruguay), se
empezó a hacer una campaña de predicación con un birrete difamatorio
contra la Iglesia Católica y la jerarquía eclesiástica.

En este proceso expansionista también ha habido intereses políticos y


económicos provenientes de Norteamérica. Así por ejemplo, el ex-
presidente Theodore Roosevelt (1858-1919) dijo de las naciones latinas:
“Creo que será larga y difícil la absorción de estos países por los Estados
Unidos, mientras sean naciones católicos”. Por su parte, el magnate
Rockefeller entre 1969-1970 recorre América Latina y prepara un informe
en el que declara: “La Iglesia Católica ha dejado de ser un aliado de
confianza para los Estados Unidos…y por el contrario, se transforma en
un peligro porque concientiza a las masas”. Recomienda la difusión de las
sectas protestantes para contrarrestar la influencia que tiene el
catolicismo en la comunidad.
Como si hubiera sido algo profético en las décadas de 1970 y 1980 los
“movimientos cristianos” de carácter “fundamentalistas”, “Carismáticos”,
“milenaristas” o “apocalípticos” tales como: “Adventistas del Séptimo
Día”, “Mormones”, “Testigos de Jehová”, “Asamblea de Dios”,
“Pentecostales” entre muchos otros; empezaron un fuerte proselitismo
religioso con gran éxito, apoyados con un alto financiamiento en dólares
que se ve reflejado en colegios, universidades, dispensarios, hospitales,
clínicas, folletos, revistas, libros, videos, estaciones de radio y televisión,
páginas en Internet, programas de alfabetización, seminarios teológicos,
escuelas dominicales y estudios de Biblia gratis.
IV. CUADRO ESTADÍSTICO

El protestantismo importado principalmente de Estados Unidos y Puerto


Rico, ha conquistado cada vez más terreno.
A comienzos del siglo XX, los no católicos en América Latina eran 50 mil.
Para 1940 el número de conversos a las Iglesia Evangélicas era de medio
millón. En la década de 1.960 apenas llegaba a 10 millones, y se duplicó
en los diez años siguientes. Para 1990 se calculan en 52 millones de
protestantes. En el año 2.000 llegaron a 60 millones. Hoy puede haber
más de 70 millones de cristianos no católicos en Latinoamérica.
El crecimiento de las sectas protestantes en los últimos cuarenta años ha
sido del 400%.
Según datos reconocidos por la Conferencia Episcopal Latinoamericana y
del Caribe (CELAM), para la década de los noventa (s. XX), cada día un
promedio de 9.000 ex católicos se pasaban a otras denominaciones
cristianas; para el año 2.010 este número aumentó a 10.000.
En 1970 los católicos en Ámérica Latina eran el 92% de la población, para
1980 eran el 80%, y en nuestros días ha mermado al 63%.
En América Latina el neo-pentecostalismo es la forma del cristianismo
que cuenta con el mayor número de miembros después del catolicismo.
De 6.000 nuevas congregaciones protestantes que surgen cada año,
4.000 son pentecostales. Más de una tercera parte de todos los cristianos
pertenecen a este grupo.
En los últimos 40 años la Iglesia Católica en América Latina ha perdido
como mínimo el 20% de los feligreses frente a estos movimientos
cristianos neo-pentecostales y evangélicos.
En los Estados Unidos los católicos en 1900 eran 9.907.000. En 1955
llegaron a 32 millones. Para esta misma fecha los protestantes eran 57
millones de adeptos. Ya para los años noventa casi un millón de hispanos
habían dejado la Iglesia Católica desde los pasados quince años. Cada
año la cantidad aumenta en una cifra de entre 60.000 a 100.000 ex-
fieles. Hoy en día se pueden encontrar tres millones de ex-católicos por
sólo 300.000 conversos. Un estudio resiente sobre el tema reveló que en
esta nación el cristianismo es la religión del 78,4% de la población, de
éstos un 76,4% corresponden al protestantismo y un 23,6% al
catolicismo. Hay que resaltar que las cifras han ido cayendo durante las
últimas décadas. El mismo informe especificó que la Iglesia Católica (70
millones de creyentes), registra la mayor fuga de feligreses de todas las
religiones referidas en el censo, y es así como un poco más del 10% de
los adultos estadounidenses que se han criado en el catolicismo han
abandonado su religión. Muchos católicos se han pasado a otros
movimientos cristianos como la Evangélica, Baptista, Pentecostales o
Adventistas del Séptimo día. Uno de cada diez evangélicos hoy en día fue
católico en el pasado. El descenso del número de protestantes en menor,
un 2,6%, entre metodistas, luteranos, presbiterianos o episcopalianos
que se pasan a las nuevas sectas evangélicas que abarcan un 51% de
todas las denominaciones protestantes.
México es el segundo país con mayor cantidad de católicos del mundo
(100 millones). Desde 1970 su población católica ha decaído
notablemente. Los protestantes que eran un 7,3%, para el año 2.005
llegaron al 20%. Hoy en día los católicos son el 79%.
En América Central el 66,4% de sus habitantes se declaran católicos. Es
decir, que el catolicismo ha tenido una disminución del 17%.
Para el año 2020 los evangélicos llegarán al 50% de la población total en
países como Guatemala, Puerto Rico, El Salvador, Honduras y Nicaragua.
Desde 1960 las sectas cristianas se han triplicado en República
Dominicana, cuadruplicado en Puerto Rico, quintuplicado en El Salvador y
Costa Rica, sextuplicado en Guatemala (La cuarta parte de la población
indígena se identifica ahora como evangélica). El menor índice de
incremento corresponde a Cuba.
En Costa Rica los católicos han pasado de ser 81% hace veinte años a ser
el 62% en nuestros días.
En América del Sur el 86,8% de la población son católicos. Mientras que
más de 35 millones de personas pertenecen a iglesias y sectas
protestantes. De hecho, los católicos son 10% menos.
En Brasil donde se encuentra el mayor número de católicos del mundo
(164 millones), se ha visto un marcado paso de fieles a otros grupos
cristianos. Así por ejemplo, A inicios del siglo XX el 99% de la población
brasileña se reconocía católica, para los años cincuenta eran el 93,5%,
para la década de los 80 al 2.000 disminuyeron al 89%, hoy son el 63 %.
En el mismo lapso de tiempo las iglesias cristianas han pasado de 0,5% al
22% (42 millones). La adhesión de personas a las iglesias y sectas
protestantes se ha triplicado en los últimos 30 años. A finales de los años
noventa había 16 millones de protestantes, es decir, ciento por ciento
más de los que existían a comienzos de la década del 80. Cada año un
millón de personas abandonan el catolicismo. En diez años, la Iglesia
Católica habrá perdido una cuarta parte de sus miembros, y los
evangélicos representarán un 18% de la población. Entre más de 100
denominaciones cristianas, las más difundidas son: Pentecostales, la
Asamblea de Dios, la Iglesia Cristiana de Brasil, la Bautista, la Iglesia
Universal del Reino de Dios, los Adventistas del Séptimo Día y los
Testigos de Jehová.
En Chile en la última década los grupos evangélicos han logrado la
deserción de la décima parte de la población católica, y siguen en
aumento. En la actualidad el catolicismo representa el 57% de sus
habitantes.
En Argentina en veinte años cuatro millones de personas se habrán
alejado del la Iglesia Católica. Los evangélicos representarán el 10% de la
población, y el doble en los barrios pobres de las grandes ciudades. Los
católicos son el 77%.

En Colombia hace veinte años el 90% de su población se declaraba


católica. Hoy en día con un censo estimado en 46 millones de habitantes,
puede haber nueve millones de evangélicos, y adeptos a otras religiones
y sectas cristianas (especialmente las de carácter carismático), lo que
equivale al 19 %, mientras que la población católica ha disminuido al
79%.
En el resto de países como Perú, Venezuela, Ecuador, Bolivia, Uruguay y
Paraguay; se presenta el mismo fenómeno de disminución de fieles.

V. EL PLANO PASTORAL

En la III Conferencia Episcopal de América Latina y el Caribe en Puebla


(1979), se abordó el tema de la invasión de las sectas fundamentalistas
como un “desafío” para la Iglesia Católica. Ya para la IV Conferencia
Episcopal celebrada en Santo Domingo (1992), se cambió la expresión
por un “reto”.
El 1 de septiembre de 1986, en la revista Newsweek, el arzobispo de
Salvador de Bahía (Brasil), cardenal Lucas Moreira Neves, declaró que “la
primavera de las sectas podría significar el invierno de la Iglesia
Católica”. En el mismo reportaje, monseñor B. Kloppenburg no duda en
afirmar que el paso de católicos a las sectas en Latinoamérica es en la
actualidad superior cuantitativamente al que se dio en Europa Central
durante el siglo XVI del catolicismo al protestantismo.
En febrero de 1996, en un viaje apostólico del Papa Juan Pablo II a
Guatemala, Nicaragua, el Salvador y Venezuela, dijo que “en los últimos
decenios (haciendo referencia desde los años 1960) la acción misionera
de la Iglesia no se ha mantenido al mismo ritmo de la expansión
demográfica y ha sido contrarrestada, especialmente en América Latina,
por la acción disgregadora de las sectas”. En este mismo sentido, el
arzobispo de la capital guatemalteca, Próspero Penados del Barrio,
expresó que “el Papa viene a tratar de consolidar la Iglesia y a animar los
obispos (…) pero cada día nace una nueva secta, y al multiplicarse las
sectas pierde fuerza la Iglesia”.
En mayo del 2007, en la V Conferencia Episcopal de América Latina y el
Caribe que se efectuó en el santuario mariano de Aparecida (Brasil), el
Papa Benedicto XVI, declaró que la principal meta de este encuentro de
obispos era “recuperar a los católicos apartados”. Del mismo modo, en el
numera 225 del “Documento Conclusivo”, se puede leer lo siguiente:
“Según nuestra experiencia pastoral, muchas veces, la gente sincera que
sale de nuestra Iglesia no lo hace por lo que los grupos ‘no católico’
creen, sino, fundamentalmente, por lo que ellos viven; no por razones
doctrinales, sino vivenciales; no por motivos estrictamente dogmáticos,
sino pastorales; no por problemas teológicos, sino metodológicos de
nuestra Iglesia. Esperan encontrar respuestas a sus inquietudes. Buscan,
no sin serios peligros, responder a algunas aspiraciones que quizás no
han encontrado, como debería ser, en la Iglesia”.
En marzo del 2008, en el acto de inauguración del Primer Encuentro de
los Movimientos Eclesiales y las Nuevas Comunidades, que se realizó en
Bogotá (Colombia), y en el que participaron 18 obispos de América Latina
y delegados de unos 50 grupos de seglares, el cardenal Francisco Javier
Errázuriz, presidente del CELAM, afirmó que “la Iglesia pierde miembros e
influencia en la sociedad. Una de las razones para que ocurra esté
fenómeno es que han crecido los grupos pentecostales (evangélicos,
carismáticos, etc.…) algo que habla bien del pueblo, porque siguen
invocando a Cristo, pero no hablan bien de nosotros como Iglesia”. Por su
parte, monseñor Stanislaw Rylko, presidente del Consejo Pontificio para
los Laicos, aseguró en su discurso que en “nuestro mundo proliferan
falsos maestros que hacen promesas de felicidad a bajo precio”.
VI. PRINCIPALES DIFICULTADES

El bajo número de ministros ordenados a nivel mundial. Entre 1961 y el


2007 la cifra pasó de 406.509 a 408.024 (0,04% del total de católicos hoy
en día). Se estima que en América Latina hay un sacerdote en cada
parroquia para un promedio de 10.000 a 15.000 fieles. Mientras que cada
comunidad protestante puede disponer de tres a cinco pastores para un
rebaño que no supera los 300 adeptos. Del mismo modo, es fácil ya
encontrar en un mismo sector de una zona urbana o rural, una sola
parroquia por tres a cinco congregaciones cristianas de diferentes
denominaciones. Igualmente, por una nueva iglesia católica que se
construye se levantan seis templos protestantes.
En marzo del 2003, el cardenal Crescenzio Sepe, prefecto de la Sagrada
Congregación para la Evangelización de los Pueblos, dijo en un sitio en
Internet de la Ciudad del Vaticano, que “la gran tentación de las últimas
décadas (…) ha sido la de olvidarse de la proclamación explícita de Cristo
y de la dimensión espiritual de la misión “ad gentes” (a los pueblos). Esto
ha hecho que la labor de algunos misioneros se reduzca a una especie de
filantropía falta de espíritu, una obra social que, aunque útil, no tiene el
carácter apostólico que resuena en el libro de Hechos de los Apóstoles”.
En abril de 2004, el padre Andrea Fontana, director de la Oficina
Catequística Diocesana de Turín (Italia), escribió en un artículo publicado
en el rotatorio católico Avvenire, “¿Cuánto conocen de la Biblia los
sacerdotes?”, a lo que respondió: “Aparte de los cursos recibidos en el
seminario, pocos (párrocos) continúan estudiando la Biblia (…) Las
homilías dominicales suelen ser el único momento en que muchos fieles
tienen la posibilidad de oír hablar del texto bíblico y aproximarse a este”.
En Junio de 2012, monseñor Lucio Soravito De Franceschi, obispo de
Adria-Rovigo, opinaba que “nuestra atención pastoral debería pasar de
tocar las campanas de las iglesias a tocar los timbres de las puertas”.

VII. POSIBLES SOLUCIONES

Desde el Concilio Vaticano II (1962-65) hasta nuestros días, varios


documentos pontificios han resaltado la importancia de que los seglares
que son la gran mayoría del pueblo católica (97,4%), deben asumir por el
sacramento del bautismo su papel de “Reyes”, “Sacerdotes” y “Profetas”.
En este mismo aspecto, los diferentes movimientos laicales como: la
“Acción Católica”, el “Opus Dei”, la “Renovación Católica Carismática”, el
“Camino Neocatecumenal”, los “Cursillos de Cristiandad”, la “Legión de
María”, “Comunión y Liberación”, los “Caballeros de Colón”, los “Heraldos
del Evangelio” entre muchos otros; tienen una gran responsabilidad en el
apostolado.
El ya mencionado Papa Juan Pablo II en un viaje pastoral a la isla de Haití
(1983), propuso la llamada “Nueva Evangelización”, que deberá enfocarse
en tres aspectos importantes:
- Nueva en su ardor.
- Nueva en sus métodos.
- Nueva en su formulación.
En el año 1988, la Conferencia Episcopal de México presenta un informe
sobre la “Doctrina y la Fe”, en donde declaran que se debe insistir en los
contenidos esenciales de nuestra religión, acentuado principalmente en:
- La Divinidad de Jesucristo.
- La Eucaristía.
- La Iglesia Católica como Cuerpo Místico de Cristo.
- La Virgen María.
- El culto a las Imágenes Sagradas.
- El sentido auténtico de la Biblia dentro de la Iglesia.

En el numeral 229 del “Documento Conclusivo de Aparecida”, dice: “Hoy


se hace necesario rehabilitar la auténtica apologética que hacían los
padres de la Iglesia como explicación de la fe. La apologética no tiene
porqué ser negativa o meramente defensiva perse. Implica, más bien, la
capacidad de decir lo que está en nuestras mentes y corazones de forma
clara y convincente, como dice San Pablo ‘haciendo la verdad en la
caridad’ (Ef. 4,15). Los discípulos y misioneros de Cristo de hoy necesitan,
más que nunca, una apologética renovada para que todos puedan tener
vida en Él”.

En octubre de 2008, se llevó a cabo en la ciudad del Vaticano el “Sínodo


de Obispos”, donde los altos jerarcas puntualizan sobre el tema de “La
Biblia y el fenómeno de las sectas”, seguir los siguientes pasos:

- Una correcta hermenéutica de las páginas bíblicas. Intensificar la


actividad pastoral para proporcionar el alimento de la Palabra de Dios a
los fieles que la buscan.

- Aprender de la rica experiencia de los primeros siglos de la Iglesia que


sin embargo conocieron fenómenos análogos.

- Conocer mejor las características peculiares, las causas y los


promotores de las sectas tal como se presentan hoy.

- Ayudar a los fieles a distinguir bien la Palabra de Dios de las


revelaciones privadas.
- Impulsar grupos que compartan y mediten las Sagradas Escrituras para
contrarrestar la atracción de las sectas y del fundamentalismo.
- Es necesario que los sacerdotes estén adecuadamente preparados para
afrontar estas nuevas situaciones, haciéndoles capaces de proponer
una animación bíblica de la pastoral, adaptada a los problemas que
siente la gente de hoy.

- Pedimos a la Santa Sede que estudie, en colaboración con las


Conferencias Episcopales y las estructuras competentes de las Iglesias
Orientales Católicas, el fenómeno de las sectas en su amplitud global y
en sus repercusiones también locales.
DIEZ VERDADES CONTRA LOS TESTIGOS DE JEHOVÁ

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

1. Mientras que la Iglesia Católica cuenta con pruebas bíblicas, históricas


y arqueológicas que demuestran que fue fundada por el propio Cristo
Jesús, cuando nombró al apóstol Pedro como su primer Vicario en la
Tierra (Mateo 16, 17-18; Lucas 22,32; Juan 21,15-17). Los Testigos de
Jehová solo empezaron a existir por Charles Taza Russeell, quien en el
año de 1879, después de haberse separado de la Iglesia Adventista del
Séptimo Día (aunque esto no lo reconocen ellos), para fundar su propia
organización llamada “La Sociedad Torre del Vigía” en Pennsylvania
(EEUU). (El hombre en busca de Dios, Ed 1990, Pág 352). Pero
conservando gran cantidad de creencias aprendidas en su antigua
congregación.

En su revista ¿Qué exige Dios de Nosotros?, en la pág 26; explican que


“Jesús fundó una sola religión cristiana verdadera. Por lo tanto, hoy en
día únicamente tiene que haber un grupo de adoradores verdaderos de
Jehová Dios. (Juan 4, 23,24; Efesios 4, 4,5)”. Más adelante, en la pág 28
aclaran que “La historia moderna de los testigos de Jehová empezó en la
década de los setenta del siglo XIX”. Del mismo modo, en La Atalaya, pág
29, del 15 de octubre de 2008; agregan: “Confiamos plenamente en la
promesa que les hizo (Jesucristo) a sus seguidores ungidos del siglo
primero: Estoy con ustedes todos los días hasta la conclusión del sistema
de cosas” (Mateo 28,20). Conclusión, no son ellos la Iglesia de Nuestro
Señor Jesucristo.
2. Los Testigos de Jehová adoptaron oficialmente este nombre en el año
de 1931, cuando su segundo presidente Joseph F. Rutherford lo tomó de
un texto del profeta Isaías (43,10.12). (La Atalaya, Pág 11; 1 de enero
de 2000). Por el contrario, la Iglesia Católica que pertenece al pueblo del
“Nuevo Pacto” (Mateo 26,28; Hebreos 8,6; 9,15; 12,24) o “Pacto Eterno”
(Hebreos 13,20); somos testigos de Cristo (Juan 1,7;15,26-27; Romanos
1,5-6; 15,16) resucitado (Lucas 24,46-48; Hechos 1,8; 2,32; 5,31-32;
10,39; 22,15; 23,11; Apocalipsis 17,6). También encontramos como los
apóstoles y discípulos se hacen llamar así mismo como “siervos de
Cristo”: Pablo (Romanos 1,1; Filipenses 1,1; Gálatas 1, 10), Santiago
(Santiago 1,1), Pedro (2 Pedro 1,1), Judas (1) y Epafras (Colosenses
4,12). Incluso, el término “Testigos de Jehová” no aparece en ningún
pasaje de las Escrituras Griegas (Comparar con Hechos 10,41; 1 Corintios
15,15). Del mismo modo, es en el nombre de “Jesús”, que encontramos
la salvación eterna (Mateo 10,22.32; Juan 3,18;15,16;16,23-24;20,31;
Hechos 2,21;4,12;7,59;16,30-31; Romanos 1,5-6;10,9.13; 2 Timoteo
2,19; 1 Juan 5,13). Jesús Siempre dejó claro que su relación con Dios
Padre era desde toda la eternidad, siendo señalado como el único
Mediador entre el Altísimo y los seres humanos (Mateo 11,27; Juan 8,58;
10,30.38; 14, 9; 16,28; 3,25; 5,22).

En el Nuevo Testamento a Dios Todopoderoso se le reconoce como


ABBA (Papá) (Mateo 6,9; 23,9; Marcos 14,36; Juan 17,5-6.25-26;
Romanos 8,15; Gálatas 4,6; Colosenses 3,17). La Virgen María dice que el
nombre de Dios Padre es “Santo” (Lucas 1,49; Comparar con Isaías
57,15); Jesús lo llamó: “Padre Santo” (Juan 17,11), “mi Padre” (Mateo
7,21), “Padre mío” (Mateo 26,39), “Padre Celestial” (Mateo 6,26.32.;
18,35), “Padre, Señor del cielo y de la tierra” (Mateo 11,25), “vuestro
Padre” (Mateo 5,16), “Padre nuestro” (Mateo 6,9), mi Padre y vuestro
Padre, mi Dios y vuestro Dios (Juan 20,17). “De hecho, las primeras
palabras de Jesús registradas en la Biblia corresponden a una ocasión en
que –estando en el templo, con solo 12 años de edad- lo llama `mi Padre’
(Lucas 2,49). En los Evangelios se le aplica este título unas ciento
noventa veces” (La Atalaya, pág 7; 1 de abril de 2010). Es decir, el
número de veces que la palabra Padre se aplica a Dios en los evangelios
duplica el número de veces que aparece la misma en el resto del N.T.
Solamente en el evangelio de Juan comprende 107 veces.

3. Los Testigos de Jehová no reconocen el dogma de la Santísima


Trinidad (El hombre en busca de Dios, Págs 356-357). No obstante, en el
Nuevo Testamento se nos confirma que Dios es una comunidad formada
por tres personas divinas distintas. Prueba de ello lo encontramos en la
anunciación del ángel San Gabriel a la Virgen María (Lucas 1,35); en el
bautismo de Jesús en el río Jordán (Lucas 3,21-22); en la transfiguración
en el monte Tabor (Mateo 17,1-5); en el mandato del Mesías de bautizar
a todas las naciones (Mateo 28,18-19). Al igual, que en la bendición del
apóstol Pablo a la comunidad de fieles de Corintio: “La gracia del Señor
Jesucristo, y el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo estén con
todos ustedes” (2 Corintios 13,14); y la declaración de San Juan: “Porque
tres son los que dan testimonio en el cielo: el Padre, el Verbo (Jesús) y el
Espíritu Santo; y estos tres son uno” (1 Juan 5,7). Véase también
(Hechos 2,32-33; Gálatas 4,4-6; Efesios 2,18.22; Hebreos 9,14; 10,29; 1
Pedro 1,2; Judas 20-21).

4. Los Testigos de Jehová no son considerados como una congregación


cristiana, ya que desconocen la naturaleza divina del Hijo de Dios
(Filipenses 2,6-8; Colosenses 1, 15; Hebreos 1,3). Al respecto dicen de
manera herética que Cristo Jesús es el arcángel “Miguel” (¡Despertad!;
¿Quién es el arcángel Miguel?, págs 16-17; 8 de febrero de 2002).
Desconociendo que la segunda persona de la Trinidad es llamado el
“Emmanuel” (que significa “Dios con nosotros”). (Mateo 1,23; Isaías
7,14); el nombre de Jesús quiere decir “Dios es salvación” (Lucas 1,31);
El es superior a todos los ángeles (Juan 1,51; Colosenses 1,16; Hebreos
1,4-5; 1 Pedro 3,22); el “Unigénito de Dios” (Juan 1,18; 3,16), quien
también recibe en Las Santas Escrituras el prerrogativa exclusivo de
“Dios” (Isaías 9,6; Romanos 9,5; Tito 2,13; Hebreos 1,5-9; 2 Pedro 1,1; 1
Juan 5,20). Mientras que “Miguel” (Quién como Dios), es “uno de los
príncipes prominentes” (Daniel 10,13), lo que da a entender que existen
otros “arcángeles” de su mismo rango, así no sean mencionados con
nombres propios. Además ellos han modificado dos citas que
encontramos en su Biblia titulada “Traducción del Nuevo Mundo de las
Sagradas Escrituras”:

La introducción del Evangelio de Juan: “En el principio ya existía la


palabra (Jesús); y aquel que era la palabra estaba con Dios y era Dios”.
Mientras que en su Biblia aparece: “En el principio era la palabra...y la
palabra era un dios”; lo que daría a entender que Jesucristo es un “dios
falso” (Éxodo 20,3; Hechos 12,22; 28,6). Es más, el término “la palabra
era un dios”, no se encuentra en ninguna de las más importantes
traducciones de los Textos Sagrados, como la Biblia católica de Jerusalén
y la versión protestante Reina Valera.

Igualmente, en su libro de cabecera que utilizan en la predicación en la


calle llamado: “Razonamiento a partir de Las Escrituras “, en la pág 67;
reconocen ellos mismos: “Algunos traductores han permitido que sus
creencias personales influyan en sus traducciones”.

Ante esta confusión teológica explican en su revista oficial, dos cosas


completamente distintas:

a. “Los testigos de Jehová creemos que Jesús tiene un origen divino, pero
que no es un Dios” (La Atalaya, Pág 21; 1 de diciembre de 2002).

b. “El apóstol Pablo escribió que Jesús ‘existía en la forma de Dios’ antes
de venir a la Tierra” (La Atalaya, pág 7; 1 de enero de 2005).

Dicen ellos que la voz de mando de un arcángel en (1 Tesalonicenses


4,16), es la de Miguel (Jesús); sin embargo la palabra de Dios explica que
el “Hijo del hombre” (Cristo Jesús) es quien “mandará a sus ángeles para
que con un fuerte toque de trompeta reúna a sus elegidos” (Mateo 24,30-
31), véase también (Marcos 13,26-27; Mateo 16,27; 25,31; Apocalipsis
4,1; 8,6; 10,7). Incluso en la Biblia Miguel y Jesús tienen características
diferentes, en Judas 9 dice que el arcángel no tenía autoridad de regañar
al Diablo; al contrario de Jesús (Marcos 1,25-27; 9,25), quien tiene el
mismo poder desde antes de venir al mundo (Juan 17,5; Efesios 3,11;
Colosenses 1,17; Hebreos 13,8). “Porque Dios ungió con el Espíritu Santo
y con poder a Jesús (no a Miguel) de Nazaret, y cómo éste anduvo
haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque
Dios estaba con él” (Hechos 10, 38). Además el Hijo de Dios (Cristo
Jesús) ha venido a la tierra “para deshacer la obra del diablo” (1 Juan
3,8).

5. Los Testigos de Jehová dicen en su artículo “Un dilema teológico” en La


Atalaya del 1 de marzo de 1995, págs 29-31; que “los primeros cristianos
rechazaban la enseñanza apóstata sobre la inmortalidad del alma humana”.
Por otra parte, la Iglesia Católica al igual que las más importantes iglesias
cristianas y en compañía del judaísmo y el islamismo; creen firmemente que
el hombre al haber sido creado a “imagen” y “semejanza” de Dios (Génesis
1,26; 2,7), está dotado de una sustancia inmortal, el espíritu, o hálito divino
que penetra en el ser humano y le infunde vida, y que sobrevive después de
la muerte (Génesis 35,18; Eclesiastés 12,7), porque existe “ángeles y
espíritus” (Hechos 23,8). Así lo testifica Jesús en el Calvario: “Padre, en tus
manos encomiendo mi espíritu” (Lucas 23,46), al igual que el diácono
Esteban (Hechos 7,59); San Pablo nos dice que tenemos cuerpo (la materia),
alma (la vida y la voluntad humana) y espíritu (sustancia inmortal), es decir,
soma (cuerpo), psyche (alma) y pneuma (espíritu) (1 Tesalonicenses
5,23), el “cuerpo” y el “espíritu” del ser humano, son de Dios (1 Corintios
6,20). En esta “Partida” (Filipenses 1,23) que es la muerte, el espíritu se
separa del cuerpo (1 Corintios 5,5); “Porque todos tenemos que
presentarnos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba lo que le
corresponde mientras que estaba en el cuerpo” (2 Corintios 5,10); “Para
resucitar en Cristo es necesario dejar este cuerpo para ir a morar cerca del
Señor”(2 Corintios 5,8); “estamos siempre confiado, sabiendo que mientras
habitemos en el cuerpo, caminamos lejos del Señor” (2 Corintios 5,6);
“Gemimos en este estado, deseando ardientemente que sea revestido de
nuestra habitación celestial” (2 Corintios 5,2; Hebreos 13,14). Si Cristo está
en vosotros, el cuerpo ciertamente está muerto por el pecado, más el
espíritu vive por la justicia” (Romanos 8,10-11); “hasta a los muertos ha sido
anunciada la Buena Nueva” (1 Pedro 4,6); Véase también (Mateo 4,16;
Lucas 1,76; Hechos 2,31; 13,36; Romanos 10,7; Efesios 4,8-9; 1 Pedro
3,19). Pues el Altísimo “no es un Dios de muertos, sino de vivos, porque
para El todos viven” (Lucas 20,38); Asimismo “Cristo murió y volvió a la vida
para ser Señor de muertos y vivos” (Romanos 14,9); y todo el que crea en
su poder “aunque muera vivirá” (Juan 11,25). “Porque el hombre se va a su
morada de eternidad” (Eclesiastés 12,5), a la Jerusalén celestial (Gálatas
4,26; Hebreos 12,22), “tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha de
manos, eterna, en los cielos” (1 Corintios 5,2), “los lugares celestiales en
Cristo” (Efesios 1,3; 2,6-7), ya que somos ciudadanos del cielo (Filipenses
3,20; Hebreos 13,14), en el “reino de su amado Hijo” (Colosenses 1,13), y
estar “siempre con el Señor” (1 Tesalonicenses 4,17). Aquí están “los
espíritus de los hombres buenos que Dios ha hecho perfectos” (Hebreos
12,23; véase también Apocalipsis 6,9-11; 20,4).

Incluso, la parte que resucita en el hombre es el “espíritu inmortal” que


vuelve a unirse al “cuerpo material” (1 Reyes 17,22; Ezequiel 37,5),
porque “el cuerpo sin espíritu está muerto” (Santiago 2,26), ya que “El
espíritu es el que da vida” (Juan 6,63), “el espíritu es fuerte, pero el
cuerpo es débil” (Mateo 26,41), por eso no hay que andar “conforme a la
carne, sino conforme al Espíritu” (Romanos 8,1). “Un espíritu no tiene
carne ni huesos” (Lucas 24,39). “Lo que es nacido de la carne, carne es;
y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es” (Juan 3,6). “Porque el deseo
de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne”
(Gálatas 5,17); además “el que siembra para su carne, de la carne segará
corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida
eterna” (Gálatas 6,8); Pues “la carne y la sangre no pueden heredar el
reino de Dios” (1 Corintios 14,50).

6. Los Testigos de Jehová escriben en su artículo “El pequeño ha llegado


a ser mil” de la revista La Atalaya, del 1 de enero de 2000; pág 12. Que
solamente 144000 elegidos “quienes, junto con Jesucristo, son
coherederos del reino celestial”. Mientras que en el año 1935 se entendió
que las “otras ovejas” pertenecen a la “gran muchedumbre” de todas las
naciones...tienen la esperanza de vivir para siempre el en paraíso
terrestre”.

De igual manera, afirman en otras publicaciones que el resto de la


humanidad que no acepte sus enseñanzas, serán aniquilados de la faz de
la tierra, incluyendo “todo el sistema de cosas perversas de Satanás, con
su religión falsa (el cristianismo), sus políticos corruptos, su sistema
comercial avariento y sin escrúpulos, y sus ejércitos destructores” (La
Atalaya, pág 12; 1 de febrero de 2004). “No cabe duda de que la
cristiandad merece el castigo divino” (La Atalaya, pág 19; 15 de
noviembre de 2004), “Hoy día, la cristiandad, que constituye la mayoría
de los que afirman ser cristianos, han sido rechazados por Jehová” (La
Atalaya, pág 11; 1 de diciembre de 2007). “En 1917, por ejemplo, el libro
El misterio terminado presentó una denuncia ardiente de la hipocresía de
la cristiandad, lo que provocó la furiosa reacción del clero. Más
recientemente, el tratado Noticias del Reino núm. 37, titulado ` ¡Se
acerca el fin de la religión falsa!´, ha hecho que muchas personas
adopten una postura con respecto al Reino de Dios, sea a favor o en
contra” (La Atalaya, pág 25; 15 de diciembre de 2007). “¿Verdad que no
nos extraña que Jehová vaya a eliminar pronto a la religión falsa?” (La
Atalaya, pág 9; 15 de junio de 2008). “Hoy en día, unos dos mil millones
de personas afirman que son cristianos, pero sus acciones no están de
acuerdo con las leyes de Dios, por lo que en realidad son “obradores del
desafuero” (léase Mateo 7,21-23)” (La Atalaya, pág 4; 15 enero de 2009).
“El gran día de Jehová que azotó Jerusalén fue un modelo del castigo que
recibirán en nuestro tiempo la cristiandad por su apostasía. Asimismo,
serán destruidos los restantes miembros de “Babilonia la Grande”, el
imperio mundial de la religión falsa. Luego se aniquilará a los demás
elementos del mundo de Satanás” (La Atalaya, págs 3-4; 15 de enero de
2011). (Comparar con Mateo 7,1-5; Romanos 14,10; 1 Corintios 4,5;
Santiago 4,12).
Sobre este punto, han tomado al pie de la letra dos pasajes bíblicos del
libro de las Revelaciones (7,9-14; 14,1). Sin embargo, los exegetas han
explicado que el número “144000” es un número simbólico que no
aparece en ningún otro texto de Las Escrituras, descifrado de la siguiente
manera [12 (equivalente a los doce hijos de Jacob) X 12 (equivalente a
los doce apóstoles), (Mateo 19,28), X 1.000 (equivalente a plenitud),
(Éxodo 20,6)]; es decir, muchos serán los seres humanos que alcancen la
salvación eterna en el cielo.

Los Testigos de Jehová dicen que El Reino de Dios “constituyó el tema


central del mensaje de Jesús, como lo ilustra el hecho de que se
encuentren más de ciento diez referencias a él en los cuatro Evangelios”
(La Atalaya, pág 8; 1 de abril de 2010). Sin embargo, en las Sagradas
Escrituras el término el “reino de Dios” y el “reino de los cielos” tienen la
misma connotación (Véase al respecto Mateo 3,1-2; 4,17.23; 6,9-10, 19-
20. 33; 10,7; 11,11-12; 21,31; 22,1-10; 23,13.15; 24,14; Marcos 1,15;
10,21; 14,25; Lucas 10,20; 12,32; Juan 3,3). La esperanza final del
cristiano está en los cielos (Mateo 5,19; 7,21; 13,11.33.44-48.52; 10,32;
11,12; 18,1-4; Lucas 8,1; 16,9; 22,29; Hechos 20,25; Efesios 1,18;
Colosenses 1,5; 1 Tesalonicenses 2,12; 2 Tesalonicenses 1,5; Hebreos
10,34; 2 Pedro 1,10-11). En el sermón del monte, Jesús nos exhorta a
creer que “los de corazón humilde recibirán la tierra como herencia”, pero
al final; ellos con los otros “bienaventurados” tendrán su recompensa en
el cielo [Mateo 5,3-12, comparar con Salmo 68,3(4)], ya que el “reino de
Dios “ no es parte de este mundo (Juan 18,36); De hecho, en su revista
¡Despertad!, Del 8 de marzo de 2005, escriben: “Por eso, Jesús enseñó a
sus seguidores a orar así: ‘Padre nuestro que estás en los cielos’. Como
se ve, debía dirigirse a un ser concreto, Jehová, quien está en un lugar
específico, en los cielos espirituales (Mateo 6:9; 12:50)”. Este sitio
celestial corresponde a “Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido
en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le
aman” (1 Corintios 2,9).

Tampoco, Cristo Jesús da un número preciso de los que irán al “reino de


su Padre” en el juicio de las naciones (Mateo 25,31-46). Ya que “vendrán
de Oriente y de Occidente, del Norte y del Sur, y se sentarán a la mesa
del reino de Dios” (Lucas 13,29; Comparar con Isaías 25,6 s.s.); “Muchos
son los que vendrán” (Mateo 8,11); “En la casa de mi Padre hay muchos
lugares donde vivir; si no fuera así, yo no les hubiera dicho que voy a
prepararles un lugar” (Juan 14,2); “la congregación de los primogénitos
que están inscritos en los cielos...a los espíritus de los justos hechos
perfectos” (Hebreos 12,23), “todos los hombres verán la salvación de
Dios” (Lucas 3,6; Isaías 40,5), que es “una herencia incorruptible,
incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros” (1
Pedro 1,4). Llamada también como “la corona de la vida, que Dios ha
prometido a los que le aman” (Santiago 1,12), o “la corona incorruptible
de gloria” (1 Pedro 5,4). “Entonces los justos brillarán como el sol en el
Reino de su Padre” (Mateo 13,43); Y verán a Dios “tal cual es” (1 Juan
3,2), “cara a cara” (1 Corintios 13,12; Apocalipsis 22,4), donde el Padre
Eterno será entonces “todo en todos” (1 Corintios 15,28).

Incluso, en el Apocalipsis los “144000” elegidos “han sido rescatados de


entre los hombres como primicia para Dios y el cordero” (14,4). Sí los
llama “primicia” significa que solo son los primeros en recibir la salvación,
y aún faltan muchos más por venir llamados “la gran muchedumbre”,
quienes también están en el cielo, delante del “trono y en la presencia del
Cordero” (5,9-10; 7,9; 19,1). De hecho, el “reino de Cristo” es el mismo
“reino de Dios” (Efesios 5,5), no hay dos “reinos” diferentes (2 Timoteo
4,18).
Del mismo modo, el “paraíso” que menciona la palabra de Dios es el cielo
como el que le promete Jesús en la cruz al buen ladrón (Lucas 23,42-43),
y no un paraíso venidero en la tierra. Así lo da a entender el apóstol
Pablo: “Conozco a un hombre que cree en Cristo y en que hace catorce
años fue llevado al tercer cielo. No sé si fue llevado en cuerpo o en
espíritu, Dios lo sabe. Pero sé que ese hombre fue llevado al paraíso” (2
Corintios 12,2-4). El libro del Apocalipsis agrega: “Al que venciere, le daré
a comer del árbol de la vida; el cual está en medio del paraíso de Dios”
(2,7).

7. Al referirse a la Iglesia Católica utilizan términos como “falsa


cristiandad”, “Babilonia la grande”, “religión apóstata”, “religión falsa”, “el
imperio mundial de la religión falsa” (La Atalaya, págs 4-5; del 1 de
noviembre de 2001; La Atalaya, págs 19-22; del 1 de mayo de 2002; La
Atalaya, pág 15; del 15 de octubre de 2007).

Para tener una clara idea del odio que sienten por nuestra religión,
encontramos la siguiente descripción textual:

 “Poco después de la muerte de los apóstoles, se formó una clase


clerical separada que oprimía al rebaño y usaba vestiduras
distintivas. La apostasía se extendió como gangrena. Cuánto
desanimó este hecho a los cristianos fieles. Vieron cómo un culto
corrompido eclipsaba a la provisión recién establecida para la
adoración pura, y todo ello sin siquiera haber transcurrido un siglo
desde que Cristo fundó la congregación”. (La Atalaya, pág 18; del 15
de diciembre de 1999).
 “El clero de la cristiandad no está predicando el Reino de Dios” (la
Atalaya de estudio, pág 10; mayo de 2016).
 “Babilonia la Grande tiene que ser un símbolo de una entidad
religiosa. La prueba bíblica muestra que es en todo el satánico
imperio mundial de las religiones falsas, religión promovida por él en
la mente de los hombres para apartar del Dios verdadero, Jehová, la
atención de la gente” (El hombre en busca de Dios, pág 369. Ed.
1990).
 “No cabe duda: Babilonia la Grande representa el imperio mundial
de la religión falsa, el cual incluye a todas las religiones opuestas a
Jehová Dios” (¿QUÉ ENSEÑA realmente LA BIBLIA? Pág 220.
Ed.2005).
 “Por desgracia, las religiones de este mundo corrupto han dejado a
la gente confundida sobre lo que significa amar a Dios”
(Acerquémonos a JEHOVÁ, pág 311. Ed. 2002,2014).

Lo que no tienen en cuenta los Testigos de Jehová es que el Mesías al


fundar su Iglesia, había advertido que de la misma “congregación de
creyentes” iban a salir “falsos profetas” que querrán acabar con Ella (1
Corintios 1,10; 11,18-19; Gálatas 1,6-9; 1 Timoteo 6,3-5; Tito 3,10-11; 1
Juan 2, 18-19); lo que ya había sido pronosticado en la parábola de la
“cizaña en el trigo” (Mateo 13,24-30), pero que en ningún momento
podría exterminarla (Mateo 16,18; 28,20; 24,35). Pues es la misión de los
pastores del verdadero rebaño (desde los inicios del cristianismo), cuidar
de que esto no suceda (Hechos 20,25-30; Hebreos 13,7.17; Filipenses
1,1; Efesios 4,11-12; Tito 1,5.9; 2.1; 1 Pedro 5,2), con la asistencia
permanente del Espíritu Santo (Juan 14,26; 16,13). Porque existe una
íntima unión entre Dios, Jesús y la Iglesia “por todos los siglos y para
siempre” (Efesios 3,21); y no a partir del año 1914, como lo dan a
entender en su tratado “Cultivemos la obediencia mientras se acerca el
fin”, La Atalaya, págs 18.19; de octubre 1 de 2002.

8. Por ser una congregación fatalista, los Testigos de Jehová han


anunciado de manera equivocada la segunda venida del “Hijo de Dios”.
Russell aseguró primero que sería en el año 1874 (El arpa de Dios, Ed
1954, Págs 239-242); Después cambió la fecha para 1914 (La Atalaya, 15
de enero de 1892). Por su parte, el juez Rutherford lo hizo para 1925
(Millones que ahora viven no morirán jamás, Ed 1921, pág 88); y para
ello, mandó a construir una enorme mansión en San Diego (California),
llamada “la casa de los príncipes” para cuando resucitarán los patriarcas
del Antiguo Testamento [La Biblia nos explica que Abraham, Isaac y
Jacob en compañía de todos los profetas, estarán es en el reino de los
cielos (Lucas 13,28); Al igual que todos los justos y justas del antiguo
pacto (Hebreos 11,16)]. Pero al ver que esto no sucedió, se fue él mismo
a vivir allí hasta su muerte ocurrida en el año de 1942. Por último, su
tercer presidente Natahn H. Knorr, le encomendó la misión a su
vicepresidente, Federick W. Franz (quien luego sería el cuarto
presidente); Quien la profetizó para el año 1975 (Vida eterna en la
libertad de los hijos de Dios, Ed. 1966).

Hoy en día, no se atreven a especificar otra fecha por temor a caer en la


misma encrucijada, ya que Muy tarde comprendieron la señal de Jesús en
el Evangelio: “Manténganse ustedes despiertos, porque no saben qué día
va a venir su Señor” (Mateo 24,42). San Pablo también nos dice: “No os
dejéis mover fácilmente de vuestro modo de pensar, ni os conturbéis ni
por espíritu, ni por palabra, ni por carta como si fuera de nosotros, en el
sentido de que el día del Señor está cerca” (2 Tesalonicenses 2,2).

Algo que sí han reconocido honradamente es en admitir que sus jefes


máximos, llamados como “el cuerpo gobernante” o también “el esclavo
fiel y discreto”: “Este grupo de fieles hermanos ungidos siguen siendo
cristianos imperfectos. Aun teniendo las mejores intenciones, pueden
equivocarse”. (La Atalaya, pág 17; 1 de diciembre de 2002).

9. Otro error característico es la interpretación que tienen de la muerte de


Jesucristo, pues todas sus representaciones artísticas de los últimos
tiempos, lo muestran clavado en un “madero” en forma vertical, con las
manos encima de la cabeza sujetadas por un solo clavo (El hombre más
grande de todos los tiempos, Ed 1991; pág 125). No obstante, el Nuevo
Testamento enseña que el Salvador murió en una Cruz (1 Corintios 1,17),
tal como aparece en su anterior libro “El arpa de Dios” pág 132; y en La
Atalaya del 1 de enero de 2000, pág 9; aclaran que hasta “en la década
de los años veinte, muchos Estudiantes de la Biblia (así se llamaban en
ese entonces) llevaban Una insignia con una cruz y una corona”.
Igualmente, el texto de Mateo (27,37), especifica que fue por encima de
la cabeza del Señor que “pusieron un letrero, donde estaba escrito la
causa de su condena”, o también, en Juan (20,25), se habla de “las
heridas de los clavos” en sus manos. De hecho, la palabra usada en
griego es “stauros”, que aunque en su original significa “estaca” y
“poner estacas”; es cosa cierta que en la época de los Evangelios
designaba “cruz” y “crucificar”.

Por el lado de la arqueología también le da la razón a la Iglesia Católica y


a las demás confesiones cristianas, pues se sabe de un descubrimiento
realizado en 1968 al norte de Jerusalén, de los restos humanos de un
condenado de unos 35 años de edad, crucificado y con los huesos aún
perforados por un clavo de 18 centímetros. El estado de los huesos
indicaba que los brazos de la víctima estaban efectivamente desplegados
hacia los lados, y los tobillos fijados a la cruz. Asimismo, en el Palatino en
Roma, se encuentra una imagen de burla al crucificado, con cabeza de
asno; esta era una de Las formas como los paganos humillaban a los
cristianos condenados a esta pena en el siglo II.

10. En el plano médico los Testigos de Jehová han sido noticias muchas
veces cuando alguno de sus integrantes o familiares, incluyendo
pequeños niños han muerto por no suministrares una transfusión
sanguínea para salvarles la vida. Hay que aclarar que este tratamiento
médico, es producto de los avances científicos del médico obstetra inglés,
James Blundell, en el siglo XX (¡Despertad¡ Pág 4; del 8 de enero de
2000); y no era conocido en la época de los inicios del cristianismo.
Erróneamente han querido relacionar este tema con la amonestación que
hace el apologista Tertuliano (Siglo II), a los moradores paganos de
Roma, que no tenían reparo en beber la sangre de los gladiadores
degollados en el circo, por ver en ello un buen remedio par las afecciones
del corazón. De hecho, también se acusó falsamente a los primeros
cristianos de ingerir la sangre de niños sacrificados en horrendos
banquetes.
Según ellos, la sangre es sagrada y no hay que usarla para ningún
propósito humano (La Atalaya, Págs 29-31; del 15 de junio y del 15 de
octubre, págs 30-31; del año 2000), y para ello, demuestran tal
prohibición argumentando dos citas bíblicas (Levítico 17,11; Hechos
15,28-29). Se olvidan los Testigos de Jehová que en el contexto histórico,
cultural y religioso sobre el tema de la sangre en la “Antigua Alianza”,
hace es alusión a la prohibición en los primeros años de la Iglesia
Apostólica de comer animales sin degollar para no ofender a los neófitos
hebreos (Romanos 14, 14-23), lo que fue prontamente superado; y a
utilizar la sangre de los mismo como ritual de sacrificio contrario a ley
judía, ya que los israelitas “se mezclaron con las naciones, y aprendieron
sus obras, y sirvieron a sus ídolos, los cuales fueron causa de su ruina.
Sacrificaron a sus hijos y sus hijas a los demonios, y derramaron la
sangre inocente, la sangre de sus hijos y de sus hijas, que ofrecieron en
sacrificio a los ídolos de Canaán, y la tierra fue contaminada con sangre”
(Salmo 106, 35-38).

La revelación divina nos explica que lo que contamina al hombre, no es lo


que entra al cuerpo sino lo que sale de él (Mateo 15,11). Porque “la
sangre de Jesús es verdadera bebida de salvación eterna” (Juan 6,54-55).
“Cristo puso fin a la ley que consistía en mandatos y reglamentos”
(Efesios 2,15); con El se da una “nueva ley” (Romanos 7,6; 2 Corintios
3,6), “la ley de Cristo” (Romanos 13,10; Santiago 2,8), “Pues la ley por
medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio
de Jesucristo” (Juan 1,17). El decreto mosaico de la sangre (1 Samuel
14,32-33); queda completamente abolido en la “Nueva Alianza” (Hechos
10,9-15; Romanos 14,6; 1 Corintios 8,8.10; 10,25-31; Gálatas 5,1.18;
Colosenses 2,14.16; 1 Timoteo 4,1-4; Santiago 4,12). Dios es amor (1
Juan 4,8), y sus mandamientos, son mandamientos de amor (1 Juan
5,3); por lo tanto ¿Qué es más importante para Jehová: la ley antigua y
al pie de la letra, o el amor con el que se puede salvar una vida humana?
(Véase Juan 15,13).
UNA RESPUESTA CATÓLICA A LOS DESAFÍOS DE LA
SECTA CRECIENDO EN GRACIA

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

Inventa tus propias doctrinas, las apoyas en la Biblia, y las tienes por
divinas.
Weremfelds.

INTRODUCCIÓN: En el mundo de las iglesias cristianas se encuentra de


todo, desde líderes que se autoproclaman “profetas”, “enviados”, o
“ángeles de Dios”; pero muy pocos se han atrevido a afirmar que su
fundador sea “Jesucristo Hombre”, o el “Segundo Jesucristo”, “Mediador
de un Nuevo Pacto”. Pues bien, estas últimas afirmaciones que rayan en
la IDOLATRÍA (Falsa adoración), en la HEREJÍA (Falsa enseñanza
religiosa), y que además es una BLASFEMIA (Injuria en doctrina
religiosa), contra “EL HIJO DE DIOS”, y la segunda persona de “LA
SANTÍSIMA TRINIDAD” (2 Corintios 13,14); se está dando hoy en día
en JOSÉ LUÍS DE JESÚS MIRANDA, un puertorriqueño que fundó en el
año de 1973, EL MINISTERIO INTERNACIONAL CRECIENDO EN GRACIA,
con sede principal en Miami (Estados Unidos).

Por esta razón, y para darle una respuesta católica a tal agravio, se ha
hecho el siguiente informe que ha sido extraído de lo que ellos llaman “El
Evangelio Eterno”, que comprende las 13 cartas de Pablo, más la
epístola a los Hebreos; además se tomará como referencia el libro de los
Hechos de los Apóstoles, por dos razones: -Porque fue escrito por Lucas,
discípulo de Pablo; y porque de los 28 capítulos que trae este texto, 20
son dedicados casi exclusivamente a este apóstol. También utilizaremos
la Biblia Protestante versión Reina Valera, edición de 1985.
1. Los seguidores de Creciendo en Gracias, creen que en su “líder (al que
también le llamanban apóstol), habitaba el espíritu divino de Jesús”. No
obstante, esta es una gran mentira pues el autor de la carta a los
Hebreos (que ellos le atribuyen a Pablo, pero que al parecer fue escrita
por Bernabé), dice claramente: “Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por
los siglos”. (13,8). Solo en el nombre de Jesús encontramos la salvación
eterna (Hechos 2,21; Romanos 10,9). El es el único mediador entre el
Altísimo y los hombres (Romanos 8,34; 1 Timoteo 2,5; Hebreos 7,25;
9,24). Incluso, si tomáramos también el tema de la “segunda venida del
Hijo de Dios”, Parusía (que significa presencia), Pablo dice al respecto:
“Aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de
nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo” (Tito 2,13). ¡Quien vendrá no en
forma de un hombre para fundar una nueva iglesia cristiana en el siglo
XX¡ Sino que su llegada será “con voz de mando, con voz de arcángel, y
con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo
resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos
quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para
recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor” (1
Tesalonicenses 4,16-17).

2. Aseguran ellos que el “poder de los Demonios” ha sido ya derrotado en


la Cruz (Colosense 2,15), por lo tanto su persuasión maléfica ya no surte
efecto, pues los hombres están ya en estado de gracia completa. No
obstante, si hacemos un análisis exegético de dicho pasaje, nos da a
entender que solamente fue “JESÚS DE NAZARET”, como “Verdadero y
Único Hijo de Dios”, quien tiene autoridad sobre el Diablo y el mal
(Hechos 10,38), pero los seres humanos si podemos ser influenciados y
tentados por el Maligno; así lo enseña el apóstol Pablo:

“No os neguéis el uno al otro, a no ser por algún tiempo de mutuo


consentimiento, para ocuparos sosegadamente en la oración; y volved a
juntaros en uno, para que no os tiente Satanás a causa de vuestra
incontinencia” (1 Corintios 7,5).
“No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel
es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino
que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis
soportar” (1 Corintios 10,13).

“Y al que vosotros perdonáis, yo también; porque también yo lo que he


perdonado, si algo he perdonado, por vosotros lo he hecho en presencia
de Cristo, para que Satanás no gane ventaja alguna sobre nosotros, pues
no ignoramos sus maquinaciones” (2 Corintios 2,10-11).

“Me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me


abofetee, para que no me enaltezca sobremanera” (2 Corintios 12,7).

“Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra
las asechanzas del diablo. Porque no tenemos lucha contra sangre y
carne, sino contra principados, contra potestades, contra los
gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de
maldad en las regiones celestes…Sobre todo, tomad el escudo de la fe,
con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno” (Efesios
6,11-12.16).

Escapen del lazo del diablo, en que están cautivos a voluntad de él” (2
Timoteo 2,26).

3. Otro de los caballitos de batallas de los fieles de Creciendo en Gracia,


es repetir constantemente que el “pecado ya no existe”, argumentándolo
con el pasaje de Hebreos (2,14), que dice: “Así que, por cuanto los hijos
participaron de carne y sangre, él también (Jesús) participó de lo mismo,
para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte,
esto es, al diablo”. Nótese bien, que el escritor del libro sagrado dice
claramente que el “Unigénito de Dios” con su muerte redentora quitó el
poder de la “muerte” y no del “pecado”. “Pues si por la trasgresión de
uno solo (Adán) reinó la muerte, mucho más reinará en vida por uno
solo, Jesucristo…para que así como el pecado reinó para muerte, así
también la gracia reine por la justicia para vida eterna mediante
Jesucristo, Señor nuestro” (Romanos 5,17.21). Por el contrario, el pecado
sigue palpable en nosotros. Pablo reconoce de si mismo: “Porque no hago
el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago. Y si hago lo que
no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí” (Romanos
7,19-20). Igualmente, “Como está escrito: No hay justo, ni aun uno”
(Romanos 3,10). Por lo tanto, la salvación eterna se logra si luchamos en
nosotros mismo los “deseos de la carne” que se oponen a los “deseos del
espíritu” (Gálatas 5,16-26). Ya que el ser humano es una unidad
indisoluble de “espíritu”, “alma” y “cuerpo” (1 Tesalonicenses 5,23). Del
mismo modo, seremos juzgados en “espíritu” de acuerdo a lo que
hayamos hecho mientras estábamos en el “cuerpo” (2 Corintios 5,10;
Hebreos 9,27).

4. Tampoco la iglesia de Creciendo en Gracia acepta el Bautismo, pues al


no existir el “poder del Demonio”, ni el “pecado en el mundo”, ¡Para qué
bautismo¡ Sin embargo, la doctrina de bautizar (del griego baptizein,
que significa “sumergir”) a los neófitos en la fe cristiana, hacia parte de
las enseñanzas paulinas:“¿O no sabéis que todos los que hemos sido
bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte? Porque
somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin
de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así
también nosotros andemos en vida nueva” (Romanos 6,3-4; Comparar
con Colosenses 2,12). El bautismo une a todos los hijos de Dios en una
sola comunidad de creyentes: “Porque por un solo Espíritu fuimos todos
bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y
a todos se nos dio de beber de un mismo Espíritu” (1 Corintios 12,13). O
también: “Porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de
Cristo estáis revestidos. Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre;
no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús”
(Gálatas 3,27-28). De hecho, el mismo apóstol Pablo fue bautizado por
Ananías en Damasco (Hechos 22,11-16); después de esto bautizó a Lidia
y su familia (Hechos 16,14-15); al carcelero con toda su familia (Hechos
16,27-33); a Crispo, el principal de la sinagoga, con toda su casa y con
muchos habitantes de Corinto (Hechos 18,8); a los discípulos de Efeso
(Hechos 19,5-6); a Gayo, y a la familia de Estéfanas (1 Corintios 1,14.16).
5. Entre las doctrinas más absurdas de Creciendo en Gracia está en
hacerles creer a sus integrantes que el “único apóstol verdadero fue
Pablo”, mientras que los demás apóstoles a la cabeza de Pedro son
falsos. Ahora bien, nuevamente veamos a ver que nos dice la Santa
Palabra de Dios:

“Había entonces en la iglesia que estaba en Antioquía, profetas y


maestros: Bernabé, Simón el que se llamaba Níger, Lucio de Cirene,
Manaén el que se había criado junto con Herodes el tetrarca, y Saulo.
Ministrando éstos al Señor, y ayunando, dijo el Espíritu Santo: Apartadme
a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado. Entonces,
habiendo ayunado y orado, les impusieron las manos y los despidieron”
(Hechos 13,1-3).

“Así que, ninguno se gloríe en los hombres; porque todo es vuestro; Sea
Pablo, sea Apolos, sea Cefas (Pedro), sea el mundo, sea la vida, sea la
muerte, sea lo presente, sea lo por venir, todo es vuestro, y vosotros de
Cristo, y Cristo de Dios” (1 Corintios 3, 21-23).

“Y a unos puso Dios en la iglesia, primeramente apóstoles, luego


profetas, lo tercero maestros, luego los que hacen milagros, después los
que sanan, los que ayudan, los que administran, los que tienen don de
lenguas” (1 Corintios 12,28).

“Porque yo soy (Pablo) el más pequeño de los apóstoles, que no soy


digno de ser llamado apóstol, porque perseguí a la iglesia de Dios…
Porque sea yo o sean ellos (los otros apóstoles), así predicamos, y así
habéis creído” (1 Corintios 15,9.11).

“Y pienso que en nada he sido inferior a aquellos grandes apóstoles” (2


Corintios 11,5).

“Después, pasados tres años, subí a Jerusalén para ver a Pedro, y


permanecí con él quince días; pero no vi a ningún otro de los apóstoles,
sino a Jacobo el hermano del Señor. (Gálatas 1,18-19).
“Y reconociendo la gracia que me había sido dada, Jacobo, Cefas y Juan,
que eran considerados como columnas, nos dieron a mí y a Bernabé la
diestra en señal de compañerismo, para que nosotros fuésemos a los
gentiles, y ellos a la circuncisión (Gálatas 2,9).

“Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los


santos, y miembros de la familia de Dios, edificados sobre el fundamento
de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo
Jesucristo mismo” (Efesios 2, 19-20).

“Leyendo lo cual podéis entender cuál sea mi conocimiento en el misterio


de Cristo, misterio que en otras generaciones no se dio a conocer a los
hijos de los hombres, como ahora es revelado a sus santos apóstoles y
profetas por el Espíritu” (Efesios 3,4-5).

“Y el mismo (Cristo Jesús) constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas;


a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros” (Efesios 4,11).

Finalmente, qué bueno sería que los seguidores de esta “falso Cristo”
JOSÉ LUÍS DE JESÚS MIRANDA, dejara tanta prepotencia y reconociera
con humildad lo que realmente era, un simple hombre mortal que tuvo
que darle cuenta al verdadero “JESUCRISTO”, sobre su tremenda
osadía (2 Corintios 11,4). Ojalá que reflexionara profundamente sobre el
incidente que les sucedió a Bernabé y Pablo, cuando “predicaban el
evangelio. Y cierto hombre de Listra estaba sentado, imposibilitado de los
pies, cojo de nacimiento, que jamás había andado. Este oyó hablar de
Pablo, el cual, fijando en él sus ojos, y viendo que tenía fe para ser
sanado, dijo a gran voz: Levántate derecho sobre tus pies. Y él saltó y
anduvo. Entonces la gente, visto lo que Pablo había hecho, alzó la voz,
diciendo en lengua licaónica: Dioses bajo la semejanza de hombres han
descendido a nosotros. Y a Bernabé llamaban Júpiter, y a Pablo,
Mercurio, porque éste era el que llevaba la palabra. Y el sacerdote de
Júpiter, cuyo templo estaba frente a la ciudad, trajo toros y guirnaldas
delante de las puertas, y juntamente con la muchedumbre quería ofrecer
sacrificios. Cuando lo oyeron los apóstoles Bernabé y Pablo, rasgaron sus
ropas, y se lanzaron entre la multitud, dando voces y diciendo: Varones
¿por qué hacéis esto? Nosotros también somos hombres semejantes a
vosotros, que os anunciamos que de estas vanidades os convirtáis al Dios
vivo” (Hechos 14,7-15).

JOSÉ LUÍS DE JESÚS MIRANDA murió de un derrame cerebral en un


hospital de Orlando, Florida (EE.UU.), el domingo 16 de noviembre del
2.013.
LOS SANTOS

1. LOS SANTOS Y LAS RELIQUIAS EN LAS SAGRADAS ESCRITURAS.


2. SAN JOSÉ: PATRONO DE LA IGLESIA CATÓLICA.
3. SAN JOSÉ: EL PADRE DE JESÚS.
4. LOS TRES REYES MAGOS.
5. SAN JUAN BAUTISTA.
6. SANTIAGO DE COMPOSTELA.
7. SANTOS Y MÍSTICOS Y LA PASIÓN DE JESÚS.
8. LA FABRICACIÓN DE LOS SANTOS.
9. LOS SANTOS EN LA IGLESIA CATÓLICA.
10. LA SANGRE DE SAN JENARO.
11. OCHO REGLAS PARA ALCANZAR LA SANTIDAD.
12. FRASES CÉLEBRES SOBRE LOS SANTOS.
LOS SANTOS Y LAS RELIQUIAS EN LAS SAGRADAS
ESCRITURAS

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

I. EL LLAMADO A LA SANTIDAD

Cuántas veces los hermanos separados nos han acusado a los católicos
de acudir a los santos para pedir un favor o milagro del cielo, sin tener en
cuenta que solamente Jesucristo es el único mediador ante el Padre (1
Timoteo 2,5), al igual que el Espíritu Santo (Romanos 8,26-27). En
hebreo el término qadôs, “santo” y qodes, “santidad”, aparece más de
830 veces. La palabra en el NT es griego es hagios “santo”. En el
lenguaje religioso expresa la idea de separación, y consagración:
separación de lo que es común o inmundo, consagración a lo que es
divino, sagrado y puro.

La palabra de Dios nos dice que todos los creyentes están llamadas a la
santidad (Levítico 19,2; 1 Corintios 1,2; 1 Tesalonicenses 4,7; 5,23), a la
perfección cristiana (Mateo 5,48; 2 Corintios 13,11; Hebreos 12,23), y
reciben el nombre de los “santos del Altísimo” (Daniel 7,22). “Al hombre
bueno se le recuerda con bendiciones” (Proverbios 10,7), Dios siempre
está al lado de los hombres justos (Génesis 26,23-24; 28,15;
Deuteronomio 31;6.8; Josué 1,5; Jeremías 1,7-8; Proverbios 3,32), “la luz
brilla para el hombre bueno” (Salmo 97,11), “la senda de los justos es
como la luz de la aurora, que va en aumento hasta que el día es
perfecto” (Proverbios 4,18), “Porque el Señor conoce el camino de los
justos” (Salmo 1,6), ”que el bueno siga haciendo el bien, y...el hombre
consagrado a Dios le siga siendo fiel" (Apocalipsis 22,11), ya que “el
Altísimo cuida de ellos” (Sabiduría 5,15).

Del mismo modo, “Sin la santidad, nadie podrá ver al Señor” (Hebreos
12,14), “el hombre recto mirará su rostro” (Salmo 11,7); los santos irán
al cielo (Hechos 26,18; Efesios 1,18), “los justos se alegrarán, se gozarán
delante de Dios” (Salmo 68,3). “Regocíjense los santos por su gloria”
(Salmo 149,5), “Porque “El que hace la voluntad de Dios permanece para
siempre” (1 Juan 2,17). “Lo que Dios quiere es que ustedes vivan
consagrados a él” (1 Tesalonicenses 4,3) véase también (2 Timoteo 1,9),
con una “santa y piadosa manera de vivir” (2 Pedro 3,11),
“perfeccionando la santidad en el temor de Dios” (2 Corintios 7,1), para
que “El Dios de paz, los haga a ustedes perfectamente santos” (1
Tesalonicenses 5,23). Los cristianos estamos llamados a ser “santos y sin
mancha” delante de Jesús (Colosenses 1,22; Efesio 1,4), y a “Vivir de una
manera completamente santa, porque Dios, que los llamó es santo, pues
la escritura dice: Sean ustedes santos, porque yo soy santo” (1 Pedro 1,
15-16), El es además el “Rey de los santos” (Apocalipsis 15,3).

Todo el que vive íntegramente su fe es digno de imitación, como por


ejemplo: “imiten a aquellos que por su fe y constancia consiguieron al fin
lo prometido” (Hebreos 6,12). San Pablo así lo expresa: “Ustedes
hermanos aprendieron de nosotros cómo deben comportarse para
agradar a Dios” (1 Tesalonicenses 4,1; Filipenses 3,17); él mismo se
presenta como modelo personal para ser imitado: “Por lo tanto les
suplico: sean imitadores míos” (1 Corintios 4,16); o también “Sean
imitadores míos como yo lo soy de Cristo” (1 Corintios 11,1). Por eso, los
primeros cristianos fueron llamados también como "los santos" (Hechos
9,13.32.41; Romanos 8,27; 1 Corintios 6,1).

II. LOS SANTOS DEL ANTIGUO TESTAMENTO


Los Libros Sagrados narran varios ejemplos de hombres y mujeres que
llevaron una vida virtuosa; desde el justo Abel (Hebreos 11,4); pasando
por su descendiente Enoc quien “vivió de acuerdo con la voluntad de
Dios” (Génesis 5,22). Noé hombre bueno que siempre obedecía al
Creador (Génesis 6,9; 7,1), fue “predicador de justicia” (2 Pedro 2,5).

Patriarcas como Abraham, padre de los creyentes para los judíos,


cristianos y musulmanes (Romanos 4,11; Gálatas 3,8-9); llamado como el
“amigo de Dios” (2 Crónicas 20,7), porque “Dios lo aceptó como justo”
(Génesis 15,6). Su sobrino Lot, hombre santo que vivía en medio de
gente malvada (2 Pedro 2,7-8). José, el hijo de Jacob, vendido por sus
hermanos por envidia, y a quien Dios siempre estaba con él (Hechos 7,9).
El santo Job, “que vivía una vida recta y sin tacha, y que era un fiel
servidor de Dios” (1,1), modelo de obediencia y sufrimiento (Santiago
5,11), y quien no pecó de palabra en su desgracia (Job 2,10). Moisés, el
gran caudillo y legislador del pueblo hebreo, “era el hombre más humilde
del mundo” (Números 12,3); por ser un “siervo fiel” (Hebreos 3,5), tenía
el privilegio de hablar con el Todopoderoso “cara a cara” (Éxodo 33,11),
como si lo viera (Hebreos 11,27), su hermano Aarón, que recibe el
calificativo de “santo de Dios” (Salmo 106,16). Así como también su
sucesor Josué, “siervo del Señor” (24,29).

“Mujeres santas” como Sara la esposa de Abraham (1 Pedro 3,5-6); al


lado de Jael, la esposa de Heber, el quenita (Jueces 5,24); y Judit, “mujer
bendita para el pueblo de Israel” (13,18). Rahab, la prostituta que Dios
aceptó como justa por sus hechos (Santiago 2,25); También Rut, “una
mujer ejemplar” (3,11).

De los jueces se menciona que el espíritu de Dios estaba sobre Gedeón


(Jueces 6,12.34), “hombre fuerte y valiente”. Del mismo modo, se
encontraba Sansón consagrado como nazareno para que empezara a
liberar a su pueblo de los filisteos (Jueces 13,5); de él dice la Escritura
que “el niño crecía, y el Señor lo bendecía” (Jueces 13,24).
En cuanto a los “santos profetas que vivieron en los tiempos antiguos”
(Hechos 3,21), también llamados “siervos” (Amos 3,7), o “santos
hombres de Dios” (2 Pedro 1,21), se hallaba Samuel, consagrado al
servicio del templo, y considerado por todo Israel como “verdadero
profeta del Señor” (1 Samuel 3,20). Daniel “a quien Dios amaba”
(10,11.19). Oseas y Ezequiel “centinelas de Dios” (Oseas 9,8; Ezequiel
3,17; 33,7). Eliseo, “santo profeta de Dios” (2 Reyes 4,9). Jeremías,
destinado por el Altísimo desde antes que naciera para que fuera “profeta
de las naciones” (1,5)

El rey David, quien a pesar de su debilidad humana (2 Samuel 12,7-9),


cumplió con los mandamientos y las leyes Divinas (1 Reyes 11,34), y fue
agradable al corazón de Dios (Hechos 13,22); también los monarcas
Joás, Ezequías y Josías, hicieron “lo que es recto a los ojos de Dios” (2
Reyes 12,2; 18,3; 22,2). El sumo sacerdote Joiada, que tras su muerte
“lo enterraron en la Ciudad de David, junto con los reyes, porque se
había portado bien con Israel, con Dios y con su templo” (2 Crónicas 24,
16).

Estos “siervos santos” tenían una relación tan estrecha con el Altísimo
que en las Escrituras se decía que El era su Dios, como por ejemplo: “el
Dios de Abrahán, Isaac y Jacob” (Génesis 15,6; Éxodo 3,6), “el Dios de
David” (2 Reyes 20,5) o “el Dios de Elías” (2 Reyes 2,14).

Asimismo, cuando Cristo murió en la cruz “se abrieron los sepulcros, y


muchos cuerpos de santos que habían dormido, se levantaron” (Mateo
27,52).

III. LOS SANTOS DEL NUEVO TESTAMENTO


En la nueva alianza se hace referencia a José, padre adoptivo de Jesús,
un “hombre justo” (Mateo 1,19); y su esposa, la bendita virgen María
(Lucas 1,28.42); al igual que el sacerdote Zacarías y su mujer Isabel
(pariente de María), otro matrimonio espejo de santidad (Lucas 1,
6). En el templo de Jerusalén vivían dos santos místicos y ascetas;
Simeón “un hombre justo, que adoraba a Dios y esperaba la liberación de
Israel” (2,25); y Ana “que hablaba en nombre de Dios...nunca salía del
templo, sino que servía día y noche al Señor, con ayunos y oraciones”
(36-37). Otro era Juan Bautista, el último de los profetas; quien era
grande delante de Dios y estaba lleno del Espíritu Santo desde antes que
viniera al mundo (1,15), ”la mano del Señor” estaba con él (Lucas
1,66).

Los “Santos apóstoles” (Efesios 3,5), como Juan “el discípulo amado”
(19,26); Natanael, “verdadero israelita en quien no había engaño” (Juan
1,47). Pablo “siervo de Cristo” (Gálatas 1,10). El discípulo “José, llamado
Barsabás, y llamado también justo” (Hechos 1,23). El evangelista Lucas
“el médico amado” (Colosenses 4,14). El diácono Esteban, “hombre lleno
de fe y del espíritu Santo” (Hechos 6,5), su rostro era como el “de un
ángel” (15). José, de Arimatea, miembro del concilio de Jerusalén, “varón
bueno y justo” (Lucas 23,50). Tabita “esta mujer pasaba su vida haciendo
el bien Y ayudando a los necesitados” (Hechos 9,36). El capitán Cornelio,
un hombre justo, que adoraba a Dios (Hechos 10,22). “Cierta mujer
llamada Lidia, temerosa de Dios” (Hechos 16,14). El discípulo “Justo,
temeroso de Dios” (Hechos 18,7). Apolo, hombre de “espíritu fervoroso”
(Hechos 18,25). Ananías, “piadoso y obediente a la Ley de Moisés”
(Hechos 22,12). Epafras “un fiel ministro de Cristo” (Colosenses 1,7); al
lado de Tíquico, “amado hermano y fiel ministro y consiervo en el Señor”
(Colosense 4,7). Entre muchos otros personajes (Hechos 20,4; Romanos
16,1-15. 21-23; Colosenses 4,7-14; Hebreos 11,1-38).

IV. EL PODER DE LA ORACIÓN


El seguimiento del Señor va acompañado de grandes privilegios, porque
Dios escucha la plegaria de los justos (1 Pedro 3,12; Job 42,8; Salmo
34,15.17; Proverbios 15,29); como la oración de Sansón con la que
obtiene el milagro de un manantial de agua con la que calmó su sed
(Jueces 15,18-19); y la petición de Zacarías que es recompensada con el
nacimiento de su hijo Juan Bautista, y eso que él y su mujer eran ya de
edad avanzada (Lucas 1,13.18). Jesucristo nos invita a implorar siempre
por nuestras necesidades (Lucas 11,9-13; 1 Juan 5,14-15); hay que hacer
oración unos por otros (Colosenses 4,12; Santiago 5,16; Hebreos 13,18-
19), y por los santos (Efesios 6,18). San Pablo anima en sus cartas a los
hermanos a pedir por él (Romanos 15,30; Efesios 6,19; Filipenses 1,19; 1
Tesalonicenses 5,25), “por todo el pueblo de Dios” (Efesios 6,18; 2
Corintios 1,11; Colosenses 4,3); el mismo los encomienda en sus
oraciones (Efesios 1,16; Filipenses 1,4; Colosenses 1,3-9; 1
Tesalonicenses 1,2; 3,10), invita a los fieles a rogar por toda la
humanidad (2 Tesalonicenses 1,11; 1 Timoteo 2,1-2). Epafras, oró
intensamente por sus hermanos en la fe (Colosenses 4,12-13). Los 24
ancianos y los ángeles suben ante el trono celestial las plegarias de todos
los que pertenecen al pueblo santo de Dios (Apocalipsis 5,8; 8,3-4. Véase
también Tobías 12,12). Cada creyente es un intercesor (Santiago 5,16; 1
Timoteo 2,1).

Por otra parte, encontramos casos de intercesión ante el Señor, como


Abraham que pide detener el castigo contra Sodoma y Gomorra (Génesis
18,20-33), y por la salud de Abimelec (Génesis 20,17); Lot ruega ante los
ángeles para que no destruyan la ciudad de Zoar (Génesis 19,20-21); Job
intercede por su familia ofreciendo sacrificios por ella, y aunque fue
maltratado por tres compañeros, los perdonó y hasta oró por ellos
(42,10); Moisés clama por el faraón de Egipto (Éxodo 8,28-29; 9,29-33),
y por los pecados del pueblo elegido (Éxodo 32,9-13, 30-32; Números
11,2; 14,11-19; 16,20-22); cuando los judíos se establecen como la
nación de Israel, los sacerdotes, reyes y profetas exponía los asuntos
importantes de la comunidad ante Dios (1 Samuel 8,21-22; 14,36-41;
Jeremías 42,1-3); así por ejemplo: Moisés, Samuel y Salomón oraron en
representación de la comunidad (Éxodo 33,7; 1 Samuel 7,2; 1 Reyes
8,22), el rey David intercede para que no se castigue a los hebreos (2
Samuel 24,17), y para que la peste se retire de Israel (24-25); Betsabé
pide ante el rey Salomón a favor de Adonías (1 Reyes 2,19); el rey
Joroboán pide a un profeta para que Dios le restaure la mano seca (1
Reyes 13,1-6); Nehemías hace oración por los israelitas (1,6.11); Daniel
suplicó a Yahvé que tuviera misericordia de los judíos, quienes sufrían el
castigo por sus pecados (Daniel 9,15-19); la plegaria fervorosa del
profeta Elías hace desaparecer y aparecer La lluvia en su Nación
(Santiago 5,17-18); el profeta Jeremías ya muerto hace oración por el
pueblo y la ciudad santa (2 Macabeos 15,14), al igual que Samuel y Elías
(Eclesiástico 46,23; 48,14-15).

El evangelio de San Lucas nos cuenta que cuando Zacarías se encontraba


en el Santuario ofreciendo incienso, una multitud de judíos estaban fuera
orando. Al parecer, se había convertido en costumbre congregarse fuera
del Templo para orar durante la ofrenda del incienso al Señor sobre el
altar de oro (Lucas 1,8-10). María pide a Jesús en las bodas de Caná por
el vino (Juan 2,3); un alto oficial del rey por la curación de su hijo
enfermo (Juan 4,46-51); los amigos por su compañero paralítico (Marcos
2,4-5); un capitán romano por su criado paralítico (Mateo 8,5-7); Jairo, el
jefe de los judíos, para que resucitara a su hija (Mateo 9,18); la mujer
cananea por su hija endemoniada (Mateo 15,21-22); el padre por su hijo
lunático (Marcos 9,21-22); el rico Epulón intercede por sus hermanos
ante el padre Abraham (Lucas 16,27-28); María, la esposa de Zebedeo,
por sus hijos Santiago (el mayor) y Juan (El discípulo amado) (Mateo
20,20-21); Marta y María Magdalena por su hermano muerto Lázaro
(Juan 11, 20-21.32); la iglesia en Jerusalén oró por Pedro cuando estuvo
encarcelado (Hechos 12,5); el diácono Esteban pide el perdón por sus
verdugos (Hechos 7,60); el apóstol Pablo por los navegantes en peligro
(Hechos 27,23-24); Epafras rogó por sus hermanos en la fe (Colosenses
4,12); y San Pedro asegura que en el cielo él intercederá por los que
queden en la tierra (2 Pedro 1,15).
V. LAS RELIQUIAS SAGRADAS

Para la Iglesia Católica existe además una veneración a las “reliquias”


palabra que proviene del latín “reliquiae” (restos), que son restos
humanos y vestimentas de los santos, ornamentos del culto sagrado y
objetos de piedad; muchos de los cuales con poderes milagrosos por
parte de Dios. Como el callado del patriarca Jacob (Hebreos 11,21); los
restos mortales de José que fueron llevados desde Egipto hasta Siquem,
para que ser sepultados en la Tierra Prometida (Génesis 50,25; Éxodo
13,19; Josué 24,32; Hebreos 11,22); a Moisés el Padre Eterno le promete
que con su vara hará cosas asombrosas (Éxodo 4,17), como sucedió ante
los ojos del faraón Ramsés II (Éxodo 7,9-12), con las plagas de Egipto
(Éxodo capítulos 7-8), cuando abrió en dos el mar rojo (Éxodo 14,16),
cuando hizo brotar agua de las rocas en el desierto del Sinaí (Éxodo 17,5-
6), y en la guerra contra los amalecitas (Éxodo 17,9); Dios hace retoñar
el bastón de Aarón, para que lo colocaran dentro del cofre sagrado
(Números 17,7-10); El rey David hizo trasladar el “cofre de Dios” a la
ciudad santa de Jerusalén, en medio de alegría, cantos, música, danzas,
sacrificios y holocaustos (2 Samuel 6, 5.13.15.17), al igual que su hijo
Salomón (2 Reyes 8,1-10); la capa del profeta Elías abrió en dos
oportunidades el río Jordán (2 Reyes 2,8.13-14); en cierta ocasión unos
israelitas estaban enterrando a un hombre, arrojándolo a la tumba de
Eliseo, pero tan pronto el cadáver rozó los huesos del profeta, resucitó y
se puso de pie (2 Reyes 13,20-21).

En la vida pública de Cristo, una mujer que desde hacía doce años estaba
enferma con derrames de sangre, se curó instantáneamente al tocarle el
borde de su túnica (Mateo 9,20-22), también sucedió lo mismo con los
enfermos de Genesaret (Mateo 14,34-36). Igualmente, “Dios hacía
grandes milagros por medio de Pablo, tanto que hasta los pañuelos o las
ropas que habían sido tocados por sus cuerpo eran llevados a los
enfermos, y éstos se curaban de sus enfermedades, y los espíritus
malignos salían de ellos” (Hechos 19,11-12).
SAN JOSÉ: PATRONO DE LA IGLESIA CATÓLICA

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

“Todavía en el cielo Jesús hace todo lo que San José le pide”.


Santa Teresa de Ávila.

I. CONTEXTO BÍBLICO

San José, cuyo nombre quiere decir “Dios me ayuda”, ha sido llamado
como el “santo del silencio” por no encontrarse ninguna palabra suya en
los evangelios. Las pocas referencias propias a su persona, las
encontramos en primer lugar, en el texto de San Mateo, allí nos dice
relatando la genealogía de Nuestro Señor que “Jacob fue padre de José,
el marido de María, y ella fue madre de Jesús, al que llamamos Mesías”
(1,16). Algunos versos más adelante, y antes de que un mensajero
celestial se le presentara en sueños para explicarle que lo concebido en
María Santísima había sido obra del Espíritu Santo, el mismo autor
sagrado lo define como “un hombre justo” (19). En los versos 24 al 25
agrega el apóstol: “Cuando José despertó del sueño, hizo lo que el ángel
del Señor le había mandado, y tomó a María por esposa. Pero no vivieron
como esposos hasta que ella dio a luz a su hijo, al que José puso por
nombre Jesús”.

Paralelamente en el evangelio de San Lucas, añade que con el edicto del


emperador romano Augusto César, cada familia judía tenía que ir a su
lugar de origen para empadronarse, “Por esto, José salió del pueblo de
Nazaret, de la región de Galilea, y se fue al Belén, en Judea, donde había
nacido el rey David, porque José era descendiente de David” (2,4).
Nuevamente en el evangelio de San Mateo, un ángel del Altísimo le indica
en otro sueño que huya con María y el pequeño infante a Egipto, porque
el rey Herodes el Grande quería matarlo (2,13). Cuando ya la amenaza
había pasado al morir el tirano monarca, el ángel del Señor le dijo en un
tercer sueño que vuelva a la tierra de Israel, donde se instalaron en el
pueblo de Nazaret, en Galilea (19-23).

La última señal que encontramos en las Sagradas Escrituras del santo


patriarca en vida, la hayamos en el evangelio de San Lucas, cuando Jesús
contaba con 12 años de edad, y estuvo por tres días discutiendo con los
doctores de la ley en el templo de Jerusalén. Al ser encontrado por José y
María, ella misma recalca: “- Hijo mío, ¿por qué nos has hecho esto? Tu
padre y yo te hemos estado buscando llenos de angustia” (2,48). Nótese
bien, como ante todo el mundo judío, y ante la ley mosaica; Jesús, en la
carne, era el hijo primogénito de José (Véase al respecto Lucas 2,21-39).

En la vida pública del Señor que la inicia a los 30 años de edad (Lucas
3,23), ya no se habla de José, pero si se hace hincapié de cómo su padre
adoptivo le había enseñado un oficio a fin de que pudiera valerse por sí
mismo, de modo que sus paisanos no solo lo conocían como el
“carpintero” de Nazaret (Marcos 6,3).
II. SAN JOSÉ EN LA IGLESIA CATÓLICA

Se narra en el proto evangelio de Santiago, que siendo muchos los


jóvenes que pretendían la mano de María incluyendo a José, los
sacerdotes del Templo para decidir la elección conforme a la voluntad
divina, ordenaron que cada uno de ellos dejase sobre el altar, durante la
noche, una rama de árbol seca y estéril, esperando que de esta manera
El Señor demostrara quien era el elegido. La única rama de lirio que
apareció florida a la mañana siguiente era la de José.

La “vara sangrada” del santo patriarca se venera públicamente en


Florencia (Italia), la trajo Besarión que era cardenal de Nicea y la regaló
al general de los camandulenses de nombre Ambrosio Travessari, durante
el concilio realizado en la misma ciudad italiana.

La devoción a San José, empezó sólo a partir del siglo XI y lentamente se


fue extendiendo. El papa Gregorio V, en 1621, decretó la fiesta de San
José, esposo de la Virgen María para el día 19 de marzo. Posteriormente,
Pío IX, en 1870, lo declaró patrono de la Iglesia Católica. En 1898, León
XIII, aprobó y permitió repartir los escapularios de San José. Ya en 1909
la Santa Congregación de Ritos, formuló las letanías para que fueran
Rezadas por los creyentes; en 1917, Benedicto XV lo llamó como el
“patrono de la buena muerte”. Pío XII, en 1955, agregó la celebración del
1 de mayo a San José obrero. Juan XXIII resaltó más su culto al colocar
su nombre en el canon (parte central de la misa), y también lo nombró
custodio del concilio Vaticano II (1962).
III. SAN JOSÉ COMO OBJETO DE BURLA

En noviembre del año 1993 salió en cartelera de los cines la película “”Por
amor, sólo por amor”, del director italiano Giovanni Veronesi, basada en
el libro de Pasquale Festa Campanile, escrito en 1983, y cuya obra ganó
uno de los premios literarios más prestigiosos de Italia, el “Campiello”. En
el filme se hace una paradoja satírica de la “Sagrada Familia”. El actor
que interpreta a San José fue el cómico italiano Diego Abatantuono, quien
como esposo de María le cuesta mucho vivir en castidad, porque ella es la
madre del hijo de Dios.

En la publicidad filmada para la televisión, apareció Abatantuono vestido


con los ropajes del Israel antiguo, y sentando en un trono dijo: “Me llamo
José, San José. Soy el padre de Jesús. ¿Padre?...Casi”. Igualmente, en
una rueda de prensa de presentación de la película, el actor aseguró no
conocer nada sobre José antes de hacer la cinta. “Sólo lo veía aparecer
en el pesebre en Navidad y desaparecer para los Reyes Magos”. Cuando
le preguntaron si fue difícil hacer el papel de José, contestó: “Al principio
pensé que iba a serlo, sobre todo si él hubiera sido realmente un santo.
Pero como José no hacía milagros y no sabía que era santo, fue
facilísimo”, concluyó.
SAN JOSÉ: EL PADRE DE JESÚS

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

CONTEXTO GENERAL

El nombre de José en la Biblia quiere decir “Dios me ayuda”, era


originario de la aldea de Belén de Judea, provincia del país de Israel. Su
padre se llamaba Jacob, y descendiea de la familia real de David.

Según los escritos de la mística María Valtorta, San José al momento de


casarse con María era “un hombre de unos treinta años de edad, de
buena presencia, no muy alto, pero sí robusto y bien proporcionado. Una
cara honrada y paciente, que inspira confianza. Con cabellos cortos,
encrespados, de color castaño, lo mismo la barba tupida, sus bigotes
realzan el mentón bien formado, y suben hacia las mejillas, la piel más
bien bronceada. Tiene ojos oscuros, amables, profundos, muy serios, un
poco tristes. Pero cuando sonríe se ven alegres y juveniles”. Era además
“un judío nazareno, consagrado virginalmente a Yahvé, que por
obediencia al sumo sacerdote se unió maritalmente con la Virgen”.

SAN JOSÉ EN LOS EVANGELIOS

San José ha sido llamado como el “santo del silencio” por no encontrarse
ninguna palabra suya en los evangelios. Las pocas referencias propias a
su persona y su misión en la historia de la salvación, lo encontramos en el
texto de Mateo 1,18-25, y lo vamos hacer explicando cada versículo
desde la exegesis bíblica.

Verso (18): María estaba comprometida con José en matrimonio, pero


antes de que vivieran juntos se encontró embarazada por obra del
Espíritu Santo.
En ese momento José y María se encontraban en la primera etapa del
matrimonio entre los judíos que era el compromiso (en hebreo
qiddushin), que consistía en un contrato legal y por escrito desde el
noviazgo (shiddukin). Ella se hallaba en un proceso jurídico conocido
como los “esponsales”, en el cual José era ya su marido; pero quedaba
bajo el techo paterno y su autoridad por espacio de un año que es
cuando se realizaba en sí la boda.

Verso (19): Aquí el evangelista y apóstol Mateo nos da dos ideas


centrales acerca de la personalidad o el carácter de José:

 Primero: Lo describe como un “hombre justo”, del griego “dikaios”,


lo que implica que era observante o cumplidor de dike, es decir de
la ley. Asimismo, significaba un individuo de conducta recta o
intachable. En el lenguaje bíblico equivale a una persona santa.

 Segundo: Al ver a María embarazada él pudo denunciarla


públicamente a las autoridades religiosas por “infidelidad” o
“adulterio,” para morir “apedreada” o “lapidada”, como lo ordenaba
la ley de Moisés en el capítulo 22 del libro del Deuteronomio. Sin
embargo, quiso más bien repudiarla en secreto. El verbo griego
“repudiar” es “apoluo”, que se puede traducir como dejarla en
libertad, lo que constituía también un procedimiento normal para su
época, pues solo el marido podía despedirla dándole el libelo de
repudio en presencia de unos testigos, que afirmaban la libertad de
la mujer. San José está bien seguro de la virtud de su esposa, pero
por otra parte se encuentra con un hecho inexplicable para él, y
pensaba mandarla en secreto a la casa de sus padres para no
exponerla a la vergüenza o el deshonor en medio de la comunidad
local.
Versos (20-21): En este punto interviene un ángel del Señor, quien en un
sueño le explica que por medio de María se va a realizar la encarnación
del hijo de Dios por obra milagrosa del Espíritu Santo. Además él como
“cabeza de familia” sería el encargado de ponerle por nombre Jesús, con
la misión de salvar al pueblo de Israel de sus pecados. De hecho, al
adoptar a Jesús, José le transmite su legitimidad como hijo de David, ya
que según lo presagiado por los profetas el Mesías sería de esta estirpe
real.

Versos (22-23): Aquí se cumple la profecía de Isaías (7,14), que


anunciaba que una virgen daría a luz al Emmanuel que significa “Dios con
nosotros”.

Versos (24-25): A raíz del matrimonio que era la segunda etapa conocida
como nissu’in (nupcias), “José” la llevó a su casa, con lo que “María”
dependería legalmente de él. Era el acto ritual llamado “reunión” de
ambos, es decir, el principio de la vida conyugal propiamente dicho.

Sobre el particular, y en respuesta de los que piensan algunos que


después de este hecho José y María tuvieron relaciones maritales, San
Jerónimo en el siglo IV en su obra Sobre la virginidad perpetua de María,
respondió el planteamiento de un hereje de nombre Elvidio, quien
proponía que la Madre de Jesús no fue siempre virgen. El Doctor de la
Iglesia llegó entonces a plantear también la perpetua virginidad de José
en estos términos: “Tú dices que María no permaneció virgen. Yo en
cambio pretendo afirmar algo más: A saber, que el mismo José
permaneció virgen en vista de María, a fin de que de un matrimonio
virginal naciera un hijo virgen…Nosotros concluimos que permaneció
virgen con María aquel que mereció ser llamado el padre del Señor”.
Más adelante en la vida pública de Cristo que se inicia a los 30 años de
edad (Lucas 3,23), se hace hincapié de su padre adoptivo, y es así como
el apóstol Felipe llamó Jesús como “el hijo de José, de Nazaret” (Juan
1,45), sus paisanos lo conocían como “el hijo del carpintero” (Mateo
13,55). Aquí se utiliza la palabra griega “téktón”, que se ha traducido
como carpintero o ebanista, pero era más bien una mezcla de albañil y
artesano, pues se trataba de un obrero que trabajaba la madera y la
piedra especialmente en la construcción.

En aquella época los artesanos talaban los árboles, cargaban troncos y los
ponían a secar. Con la madera que obtenían construían casas, barcos y
pequeños puentes, o fabricaban carretas, ruedas, yugos para el arado, y
todo tipo de utensilios de labranza. Era un oficio que exigía gran esfuerzo
físico. Estos trabajadores ejercían su ocupación cerca de la entrada de su
hogar o en un taller contiguo a la casa. También debían ir a los pueblos
cercanos a laborar en grandes construcciones, tal vez en la vecina ciudad
de Séforis, la residencia de Herodes Antipas, tetrarca de Galilea y Perea
entre los años 4-39 d.C, quien había hecho de esta capital de aquel
territorio grandes obras públicas y fortificaciones, para lo que había sido
preciso contratar a cientos de obreros, carpinteros y artesanos. A esto se
añade que Séforis se encuentra a sólo 5 Km. de Nazaret, es decir, a una
hora a pie.
LA ESCALERA DE SAN JOSÉ
Hay una hermosa leyenda relacionada con San José en la ciudad de Santa
Fe, Nuevo México (EE.UU.). Todo ocurrió en el año de 1872 cuando se
construyó una capilla para el convento de la ciudad con el nombre
de Nuestra Señora de la Luz, a cargo de las Hermanas de la Orden de
Loreto.
El coro de reducidas dimensiones precisaba de una escalera de mano
para acceder al mismo. Pero el arquitecto murió repentinamente dejando
la obra inconclusa. Necesitando alguien calificado para construir esa
escalera, las religiosas rezaron a San José, una novena. El último día de
la misma apareció en la capilla un señor canoso montado en un borrico a
la puerta del convento. Traía un baúl con herramientas y se ofreció a
construirla, pero precisaba de total privacidad durante tres meses. La
identidad de ese carpintero desconocido no pudo ser constatada, pues en
cuanto terminó se marchó sin recibir pago alguno por la obra.
La escalinata originalmente carecía de una baranda de protección, la que
fue agregada en 1887. La escalera mide 22 pies de alto, da dos giros
completos de 360º, tiene 33 escalones, según varios ingenieros y
arquitectos no tiene un centro definido con un punto de equilibro. El
carpintero no usó clavos, ni pegamento alguno, solo ensambló piezas de
madera. Nadie ha sido capaz de identificar el tipo de madera utilizada en
la obra. Tampoco existe documentación alguna sobre su construcción.
En 1971 el convento fue vendido, y en la actualidad es un museo privado
donde celebran bodas, y no está vinculada a la Iglesia Católica.
SAN JOSÉ EN LA IGLESIA CATÓLICA

La tradición católica recuerda los cinco grandes dolores de San José:

 Ver nacer al Divino niño en un pobre pesebre en Belén.


 La huida a Egipto ante la amenaza de muerte del rey Herodes el
Grande.
 La presentación de Jesús en el templo, cuando el profeta Simeón
anunció que sería causa de división entre los hombres.
 La pérdida de Jesús en el templo, y su búsqueda durante tres días.
 La separación de Jesús y María al llegarle la hora de la muerte.

La devoción a este vir justus (o varón justo), empezó a partir del siglo
XI, y lentamente se fue extendiendo hasta llegar hacer declarado como el
patrono de la Iglesia Católica en 1870, por el papa Pío IX.
LOS TRES REYES MAGOS

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

Los magos en la antigüedad cumplían varias funciones: eran astrólogos,


médicos, sacerdotes y consejeros de los reyes.

En el Salmo (72,10), dice que los Reyes (Magos) venían de Tarsis, Sabá y
de Seba.

La tradición cristiana los sitúa llegados de Arabia, India y Etiopía, dando a


entender que de estas tres regiones pertenecían las tres razas conocidas
del mundo antiguo.

Algunos sostienen que fueron nobles babilonios que esperaban al Mesías


desde el exilio de los israelitas en Babilonia. Otros, que eran sacerdotes
zoroastrianos.

El evangelio de San Mateo no relata que fueron tres los magos venidos
de Oriente. Simplemente se deduce este número por los regalos que le
obsequiaron al Niño Dios: oro, incienso y mirra.

En las pinturas de las catacumbas de santa Priscila en Roma, fechada en


el siglo II de nuestra era, se representan a los magos en número par y
sin atributos reales, mientras que en otro famoso mosaico hallado en
Ravena (Italia), que data del siglo VI, aparecen los magos todos de la
misma raza.

En la basílica de Belén aparecen pintados con ropaje persa. Igualmente,


desde el siglo VIII hay murales en las catacumbas romanas en números
de dos, cuatro, seis y hasta doce reyes.

Según antiguas tradiciones de las montañas norteñas de Irán, en lo que


era la Persia del mundo antiguo, se localiza una aldea milenaria con el
nombre de Khandadian, de donde partieron los magos a Israel.
En la carretera que conduce de Jerusalén a Belén se localiza el manantial
de los magos, en el que la tradición indica que descansaron los Magos.
Allí habiendo perdido de vista la estrella, volvieron a divisarla reflejada en
las aguas. Los árabes también afirman que aquí descansó María camino
de Belén.

Los tres regalos presentados al Divido Niño tienen los siguientes


significados:

Oro: simboliza la realeza de Jesús, descendiente de la casa de David.


Incienso: simboliza el sacerdocio eterno del Mesías, ya que este es el
perfume que se utilizaba en el altar del templo sagrado.
Mirra: simboliza la profecía de la muerte redentora de Cristo, pues es la
sustancia que empleaban los judíos para embalsamar los cuerpos de sus
difuntos.

En el evangelio armenio de la infancia, los tres Magos eran hermanos:

Melkor, rey de Persia.


Baltasar, rey de la India.
Gaspar, rey de Arabia.

Después de la resurrección del Señor, el apóstol Tomás los encontró en


Saba (India), donde fueron bautizados y consagrados obispos, labor que
cumplieron hasta su martirio en el año 70 d. C.; siendo enterrados junto
en un mismo sepulcro en Palestina. Santa Helena, la madre del
emperador Constantino, descubrió las reliquias en una peregrinación a
Oriente, y las llevó en el siglo IV a Constantinopla (Turquía). En el siglo V,
el primer obispo de Milán (Italia), consiguió que se las cedieran a su
parroquia, donde permanecieron hasta que el emperador Federico
Barbaroja, en el año 1165, los regaló al obispo de Colonia (Alemania),
quien en su honor edificó un sencillo templo que más tarde se convirtió
en una majestuosa catedral. Un siglo más tarde, el explorador Marco Polo
daría fe de haber visto las tumbas de los Magos en la ciudad de Saba, en
el actual Irán.

La fiesta litúrgica de la epifanía (manifestación) los Reyes Magos, solo


empezó a celebrarse hacia el año 340, después de que el cristianismo se
legalizara en el imperio romano.

La descripción tradicional que se les da a los tres reyes magos es debido


a los escritos de San Beda, monje inglés, historiador y doctor de la Iglesia
que vivió entre los años 672-735. Comenta el Santo: “Melchor era
anciano, de barba poblada y larga; Gaspar joven, lampiño y rubio;
Baltasar era negro y de espesa barba.

A partir del siglo XII la Iglesia Católica le atribuye a Melchor la


representación de la raza de Jafet (europea) y ofrece oro, Gaspar
simboliza a los semitas (Asia) y regala incienso y Baltasar a los camitas
(África) y da la mirra.

En el siglo XIX, con ocasión de los trabajos de reparación en la catedral,


se revisaron por dentro los sarcófagos donde se encontraron los
esqueletos de los Magos, y las túnicas milenarias en buen estado.

Hoy en día sus reliquias reposan en un hermoso relicario en forma de


basílica, con un féretro para cada uno, y coronado con diademas de oro.

SAN JUAN BAUTISTA


AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

Tain-Karen, la antigua ciudad sacerdotal de Judea donde habitaban


Zacarías e Isabel ambos de la misma estirpe; ahora es conocida con el
nombre de San Juan de la Montaña. Aquí se encuentra la iglesia y el
convento franciscano que lleva el nombre del santo profeta Juan el
Bautista (John Ba Harim). Se halla además una cripta descendiendo
siete escalones hasta la gruta del nacimiento de San Juan Bautista.

Los judíos seguían la costumbre griega de llamar a su hijo mayor con el


nombre de su padre. Pero debido a la naturaleza e importancia de su
futura misión, se le da otro nombre al hijo del sacerdote Zacarías con
Isabel. En hebreo, el nombre de Juan significa “El Señor es bondadoso”.

Sus padres de edad avanzada cuando él nació, probablemente murieron


cuando era un joven. Creció en el desierto de Judea, situado entre
Jerusalén y el mar muerto. Aunque era un lugar desolado, no era arenoso
ni desprovisto de agua, y había estepas y tierras de pastoreo. En los
tiempos de Juan, vivían algunas comunidades religiosas en este desierto,
tales como los esenios, cuyos escritos (los manuscritos del mar Muerto)
fueron descubiertos en 1946. El contacto de este profeta ermitaño con
esta secta judía es sólo una conjetura. Tampoco tuvo relación con el
templo en Jerusalén.

Juan el Bautista es considerado como el último de los grandes profetas de


Israel y precursor del Mesías, es llamado como “la voz del desierto”. Fue
decapitado por Herodes Antipas en la fortaleza de Maqueronte, a orillas
del mar muerto. Aquí se construyó una iglesia sobre su sepulcro. Según
la tradición la cabeza del santo profeta fue llevada después a la iglesia de
San Silvestre de Roma.

En 1999 se descubrió a orillas del río Jordán una cueva bajo las ruinas de
una iglesia bizantina del siglo IV, los arqueólogos la identificaron como el
sitio donde vivía Juan el Bautista. Las ruinas de Otras tres iglesias fueron
halladas cerca de esta gruta, demostrando el carácter sagrado del lugar.

Cerca al río Jordán, se encuentra un monasterio construido donde la


creencia antigua afirma que el profeta Juan se dedicó a bautizar.

San Jerónimo nos habla de la profanación de la cabeza de Juan por


Herodías, la amante y cuñada del rey Herodes Antipas; quien le atravesó
la lengua con un alfiler de oro, vengándose así de lo que le había dicho.

En la frontera de Egipto se halla el monasterio de San Macario del año


360 D.C. perteneciente a la Iglesia Copta, las tradiciones orales y textos
del claustro relatan que el cuerpo del mártir fue sacado de Tierra Santa
hacia Alejandría, y en el siglo X llegó al convento.

La otra tumba de este santo profeta se encuentra en la antigua Samaria.


Desde los primeros siglos del cristianismo existió una iglesia dedicada al
santo profeta, obrando muchos milagros; luego este santuario fue
convertido en una mezquita de los Omeyas en la actual Damasco (Siria).
Aquí los musulmanes también reclaman el derecho de poseer la cabeza
del bautista, que según su creencia, cuando fue decapitado rodó hasta
aquí.

En nuestros días existen en algunas comarcas del Oriente los llamados


cristianos de San Juan Bautista. El origen de esta secta parece
remontarse a ciertos discípulos del mismo que se adhirieron a los herejes
de los primeros siglos.

La Iglesia Católica tiene en su honor dos fiestas en el santoral: el 29 de


agosto su martirio, y el 24 de junio su nacimiento.
SANTIAGO DE COMPOSTELA

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS

I. SU HISTORIA
Santiago (llamado también Jacobo), nació en Betsaida, hermano de Juan,
ambos hijos de Zebedeo y Salomé, pescadores de Cafarnaúm. Se
encontraban entre los primeros discípulos de Jesús, quienes por su
temperamento y firmeza les dio el título de “Hijos del Trueno” (Marcos
3,17).

Después de la ascensión del Señor, Santiago llamado también “el mayor”,


permaneció en compañía de los demás apóstoles y de la Virgen María en
Palestina durante doce años, luego predicó el evangelio en el país de los
Celtíberos (hoy España). Posteriormente se trasladó a la región de
Césaraugusta (hoy Zaragoza), al nordeste de la Península Ibérica, donde
agobiado por el cansancio y las flaquezas, un día 2 de enero del año 40
fue reconfortado por una aparición de la Madre del Salvador sobre un
pilar de mármol (Cuando aún vivía en Palestina), dejando como prenda
de su futura protección a la Nación, una imagen suya esculpida por los
ángeles, que se conserva hasta nuestros días como la “Virgen del Pilar de
Zaragoza”.

Entre los años 42 al 44, regresó a Jerusalén en tiempos del reinado de


Herodes Agripa, enemigo de los cristianos. Aquí fue traicionado,
encarcelado y torturado y junto con su delator arrepentido, fueron
decapitados según consta en el libro de los Hechos de los Apóstoles
(12,1-2), siendo además el primero de los doce amigos que dio la vida
por su Divino Maestro.

II. SU SEPULCRO

La tradición cristiana, escritos de San Isidoro de Sevilla y San Braulio,


además de varios monumentos históricos; dan fe que después de su
martirio, dos de sus seguidores: Teodoro y Atanasio, trasladaron el
cuerpo del santo desde la Ciudad Santa, por el puerto de Jupper (hoy Tel
–Aviv), hasta las playas de Iria –Flavia, en la Costa Atlántica de Galicia
(región noroccidental de España), desde donde fue transportado en
carreta, hasta llegar a un lugar donde los bueyes se detuvieron por su
propia voluntad. En ese punto fue sepultado, pero debido a las terribles
persecuciones que se desataron contra los seguidores de Cristo, el rastro
exacto de su ubicación se perdió completamente.

En el siglo II se empezaron a ver extrañas luces en este sitio, que estaba


cubierto por un espeso bosque, más adelante en el siglo VIII el obispo
Odoario levantó un templo dedicado a Santiago Apóstol, en la región de
Avezado. En el año 813, un ermitaño de la orden de San Fiz, llamado
Pelagio, vio cómo una estrella descendía sobre los arbustos de Iria
mientras resonaba un coro celestial en los alrededores. En vista de este
hecho, el obispo Teodominio hizo excavar el lugar, donde encontró un
sepulcro de mármol en cuyo interior se hallaba un arcón de cedro con los
restos mortales de Santiago el Mayor. El rey del lugar Alfonso II el Casto,
que visitó la zona, declaró que los restos eran auténticos y proclamó a
Santiago el “Protector de España”.

Las reliquias del apóstol, se ocultaron durante trescientos años por juzgar
que corrían peligro, y no fueron devueltas hasta 1879. Después fueron
autentificadas por la bula Deus Omnipotens en 1884, bajo el pontificado
de León XIII.

III. PEREGRINAJE

En el siglo VII la Ciudad de Dios cayó en manos de los turcos, se iniciaron


las cruzadas, los cristianos no podían llegar a la Tierra de Jesús, porque
los moros se los impedían, así que peregrinaron a Santiago de
Compostela (o campo de la estrella), para orar ante la tumba del santo.

Desde el siglo IX empezaron a llegar de toda Europa y parte de Asia,


caravanas de reyes, obispos, monjes, caballeros, soldados, escuderos,
plebeyos y campesinos que iban a cumplir un voto hecho al apóstol mártir
en momentos de peligro. Clérigos y frailes fundaron monasterios, iglesias,
hospitales y hospederías por el camino, y no faltaron los reos que
preferían ir a Iria, que permanecer en prisión. Quedaba abierto, pues, el
llamado “Camino de Santiago”.

Santiago de Compostela, fue visitada por el Cid Campeador, el rey San


Luís de Francia y su corte, San Francisco de Asís y San Guillermo de
Montivérgino, quien arrastró hasta aquella tumba cadenas, en un acto de
penitencia. Las peregrinaciones fueron favorecidas con la aparición en ese
mismo siglo de la primera guía de viajeros, el llamado Códice Calixtino,
que mencionaba la leyenda hagiográfica del apóstol y daba noticia de las
cinco rutas principales para llegar al santuario. Hoy en día su basílica es el
tercer centro de peregrinación en importancia dentro del orbe católico,
después de Tierra Santa y el Vaticano.

El Camino de Santiago de Compostela fue declarado en 1993, por la


UNESCO como “Patrimonio Cultural de la Humanidad”, dos años después
el Consejo Europeo le otorgó la distinción de Primer Itinerario Cultural
Europeo. Además fue reconocido con el premio Príncipe de Asturias de la
Concordia 2004.

IV. SANTIAGO Y SU PROTECCIÓN A LA IGLESIA CATÓLICA

Desde el año 757 el obispo Odoario empezó a organizar la reconquista de


su País, que desde entonces y hasta el siglo XV estuvo en poder de la
medialuna islámica. La reliquia del santo patrono era el baluarte para
contrarrestar la influencia del “brazo del profeta Mahoma”, que se
conservaba en una mezquita de Córdoba, en el sur de España. Se ha
dicho que el jerarca avanzaba, fundaba y reconstruía pueblos en nombre
de Jesucristo y en honor del apóstol. Al grito de “por Santiago y por
España”, los ejércitos españoles luchaban contra los moros en su patria, y
luego durante las cruzadas contra los sarracenos en Tierra Santa. Nace
así la Orden de los Caballeros del Hábito de Santiago, creada en 1170.

En la batalla de Clavijo en el año 845, Santiago es visto en combate, del


lado de Ramiro I, montado sobre un corcel blanco, y empuñando una
cruz y una espada, dando ánimo a los ejércitos católicos y llevándolos a la
victoria; ahí ganó el apóstol el título de “Santiago Matamoros”.

En el año 932, se le aparece al rey Ramiro II en un sueño, donde le


ofrecía en nombre de Cristo –Rey protección para sus soldados, que se
enfrentaban contra las fuerzas mahometanas llegadas por mar y tierra.
Lo cierto es que a otro día, cuando se reanudaron los combates, apareció
súbitamente el apóstol blandiendo el espada defensor de la fe, hecho que
dio el triunfo a los diezmados ejércitos españoles. Santiago Apóstol y la
Virgen abanderaron la reconquista, hasta que en 1492 los españoles
retiraron a los islámicos con la toma de Granada y quedó España en
poder de los cristianos.

Hay crónicas que relatan que el insigne capitán celeste protegió a los
católicos portugueses en Goa, mientras en América se conoce el relato
del inca Gracilazo de la Vega (historiador indígena), peruano, quien narra
que doscientos conquistadores fueron cercados en Cuzco por doscientos
mil nativos durante ocho meses. En el último asalto, el santo patrón de
España apareció montado en su caballo blanco y portando en su mano
derecha una espada que parecía un relámpago. Con esta visión los
aborígenes se replegaron llenos de terror. Sobre el particular hay una
lápida en la capilla del triunfo, en esta misma ciudad Latinoamericana.

V. BASÍLICA COMPOSTELIANA

A la catedral de estilo románica construida en el siglo XI, con el


transcurso de los tiempos se le hicieron añadiduras góticas, renacentistas
y barrocas, al igual que a todo el contexto arquitectónico de la ciudad,
incluyendo el hospicio que mandara a construir para los peregrinos los
reyes católicos en 1499.

La llamada puerta de los perdones, que da a un pequeño patio con


sepulcros, tiene la particularidad de ser abierta solamente en los años
Santos Jacobeos, que se celebran cada vez que el 25 de julio, fecha del
apóstol Santiago en el calendario eclesiástico, cae en día domingo.

Dentro de la basílica se puede apreciar una imagen que representa a


Santiago mártir, con capa de plata y joyas ornamentales, ubicada en el
altar mayor. A cada lado hay escaleras por las que suben los peregrinos
para abrazarla por detrás. De aquí los visitantes descienden para
contemplar el sarcófago de plata que contiene las reliquias del justo.
Entonces quienes llegaron a Compostela movidos por el fervor, la fe y la
penitencia son recompensados con una concha tradicional del lugar,
emblema del santuario, que representa una mano que se abre para
realizar obras piadosas.

SANTOS Y MÍSTICOS Y LA PASIÓN DE JESÚS

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

Santa Brígida de Suecia (s. XIV), fundadora de la comunidad de San


Salvador, un día rezando con todo fervor delante de un crucifijo muy
chorreante de sangre, le dijo a Nuestro Señor: - ¿Quién te puso así? - y
oyó que Cristo le decía: "Los que desprecian mi amor". "Los que no le
dan importancia al amor que yo les he tenido".

En las revelaciones particulares a Santa Margarita María Alacoque (s.


XVII), religiosa francesa de la orden de la visitación, el mismo Mesías, le
declara que “la ingratitud y menosprecios (de los hombres) me es más
penoso que todos los sufrimientos que padecí en mi Pasión”.

Preguntando una vez San Bernardo (s. XII), Doctor de la Iglesia nacido
en Francia, al Señor en la oración, cuál había sido el mayor dolor físico
que había sufrido en el curso de su calvario; Este respondió: “Yo tuve una
llaga de tres dedos de profundidad que me hizo la cruz llevándola sobre
mi hombro derecho; ésta ha sido la de mayor dolor y pena que todas las
otras”.

San francisco de Asís (s. XII), religioso italiano fundador de la orden de


los franciscanos, pedía al Hijo de Dios que le diera un remedio para llegar
a la santidad, y oyó una voz que le decía: “Abre el misal y encontrarás lo
que deseas”. Abrió el libro y leyó un título que decía: “Pasión de Nuestro
Señor Jesucristo”.

En el lecho de muerte, un discípulo le consultó a Santo Tomás de Aquino


(s. XIII), quien recibió el título del “Doctor Angélicum”, que donde había
aprendido tanto. El venerable y santo sabio dominico señaló el crucifijo
que colgaba de una de las paredes de su celda y dijo “Ahí”.

Santa Catalina de Siena (s. XIV), Doctora de la Iglesia italiana, interrogó


al Señor que le iluminara un medio para aumentar su amor por El, y
recibió un mensaje interior que le decía: “Meditar en la vida, pasión,
muerte y resurrección de Jesucristo. No hay nada más eficaz para crecer
en el amor de Dios”.
La contemplación de la pasión del Salvador, punto central de la regla de
los pasionistas, le había sido sugerida a su fundador, el italiano San Pablo
de la Cruz (s. XVIII), por la misma Virgen María, que en una aparición le
había explicado el significado y el objetivo del dolor.

Santa Faustina Kowalska (s. XX), religiosa polaca de la congregación de


las Hermanas de la Caridad de la Madre de Dios; tuvo una visión de Cristo
crucificado y lacerado por las heridas de su pasión. Con este hecho
cambió su vida mundana para hacerse religiosa.

Al ya mencionado San francisco de Asís, llamado el “Doctor Seráfico” en


el año 1124, dos años antes de morir cuando se encontraba meditando
en el monte Alvernia, fue estigmatizado por un serafín que tenía tres
pares de alas resplandecientes, llevaba en sí la imagen de un Crucificado,
que le enviaba rayos de fuego a sus manos, a sus pies y al costado
derecho. Llegó a ser la primera persona en la Iglesia Católica en llevar en
su propio cuerpo las heridas de la Pasión de Cristo Jesús.

San Pío de Pietrelcina, sacerdote capuchino italiano, en el año de 1912,


mientras se encontraba rezando en el convento de San Juan Rotondo,
recibió los estigmas (invisibles), de un personaje celeste armado con una
lanza que le penetra el corazón; este ángel del Señor es el mismo que
antes había estado junto a él en su batalla contra el Maligno. En el año
1918, el padre Pío recibe los estigmas visibles de una imagen de Cristo
Crucificado, cuando unos haces de luz le penetran las manos, los pies y
el costado izquierdo.

Santa Lutgarda, religiosa cisterciense de Aywieres (Bélgica), en el siglo


XIII. Compartió místicamente los padecimientos de Jesús cuando
meditaba en su Pasión. En esas ocasiones aparecían en su frente y
cabellos minúsculas gotas de sangre.

Santa Gertrudis llamada la “Grande” (siglo XIV), es conocida como una


gran mística por sus visiones, revelaciones y escritos espirituales. Esta
santa religiosa alemana fue la pionera en propagar la devoción al Sagrado
Corazón de Jesús. Un día vio que de la herida del costado de Cristo salía
un rayo de luz y llegaba al corazón de ella. Desde entonces sintió un
amor tan grande hacia Jesucristo, como nunca antes lo había sentido.

Santa Flora Beaulieu (s. XIV), monja francesa de la orden hospitalaria de


San Juan de Jerusalén. Experimentaba dentro de su cuerpo la sensación
de tener una cruz de la que prendía el Salvador. Los brazos del madero le
perforaban las axilas y le producían hemorragias. Unas veces eran
bocales y otras la sangre manaba de una herida que tenía en el costado.
Sus éxtasis duraban a veces desde la misa de la mañana hasta la víspera
del mediodía.

Santa Rita de Casia (s. XV), religiosa agustina italiana, meditaba tantas
veces y con tanto fervor en el tercer misterio doloroso: la coronación de
espinas; que se le formó una herida en la frente que le hacía sufrir
mucho, pero le proporcionaba el consuelo de poderse asociar a los
dolores de Cristo en su Sagrada Pasión.

Santa verónica, monja capuchina italiana, cuando tenía 11 años empieza


a tener devoción a las cinco heridas de Jesús en la cruz. Después cuando
se hace religiosa, un día a la edad de 33, en 1693; empezaron a aparecer
en su cuerpo los estigmas del Señor: en las manos, en los pies, en el
costado y marcas en la cabeza como la corona de espinas. Los médicos
se esforzaban por curarles estas llagas, pero por más curaciones que le
hicieron, estas no cicatrizaron.

Santa María Francisca de las Cinco Llagas (siglo XVIII), terciaria


franciscana mistica y visionaria, que experimentó en su cuerpo las
cinco llagas de la Pasión del divino Redentor. Sufría dolores
similares a los que Cristo padeció en todo el proceso comenzando
por el Huerto de los Olivos, la flagelación, coronación de espinas,
portar la cruz a cuestas camino del calvario, la crucifixión y el
estado de agonía del Viernes Santo.
Clara Isabel Fornari (s. XVIII), clarisa italiana. Esta beata mística fue
llamada por el mismo Señor Jesucristo en una visión como su “esposa en
el dolor”. Sus manos, sus pies y su costado se marcaron con los estigmas
de la Pasión del Redentor, y a veces sangraban. En su cabeza una
corona de espinas que atravesaban su interior le hacia sudar gotas de
sangre.

Beata Ana Catalina Emmerich (s. XIX), monja agustina alemana, se le


presentó Jesús y le ofreció una corona de espinas; ella la aceptó y tuvo
así en su frente la marca de este estigma. Luego se le abrieron también
heridas en las manos, los pies y el costado.

Santa Gemma Galgani, mística laica italiana, en una revelación recibió del
Señor Jesús, en 1899, las cinco llagas de su crucifixión que ella ocultaba
cuidadosamente. Desde entonces, cada semana, desde el jueves en la
noche hasta el viernes en la tarde, aparecía en su cuerpo los latigazos
que recibió Cristo y en la cabeza las marcas de la corona de espinas,
además sentía en el hombro el peso de una gran cruz que le producía
heridas y la hacía encorvarse dolorosamente.

Después de la muerte de la santa agustina italiana, Clara de Montefalco


(s. XIV), encontraron en su corazón los signos de la Pasión del Redentor:
la cruz, los tres clavos, la lanza, la corona de espinas y el látigo.

LA FABRICACIÓN DE LOS SANTOS

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.


Desde la época del papa San Clemente en el siglo I, se empezaron a
investigar los procesos y las actas de martirio de los cristianos que habían
sido sacrificados en tiempos de las persecuciones del imperio romano.

Inicialmente era el mismo fervor popular que proclamaba el culto a los


santos, ya que “la voz del pueblo, es la voz de Dios”; más tarde, los
obispos hicieron trasladar a sus diócesis las reliquias de un santo o
mártir.

En la antigüedad el Papa oraba de rodillas ante la tumba del postulado a


santo, le rendía culto, tocaba las campanas y así éste quedaba
canonizado.

Antes del siglo X, el obispo local era quien determinaba la autenticidad


del santo y su culto público.

Luego se hizo necesaria la intervención de los Sumos Pontífices, quienes


fueron estableciendo una serie de reglas precisas para poder llevar a
cabo un proceso de canonización, con el propósito de evitar errores y
exageraciones.

En el año 993, el papa Juan XV intervino personalmente en este proceso


al canonizar formalmente a San Ulrico, obispo de Augsburgo (Alemania).

La primera mujer canonizada fue Santa Viborada, monja benedictina y


mártir (Suiza), en el año 1047 por el papa Clemente II

En el año 1234, el papa Gregorio IX se reservó el derecho de la


canonización de un santo(a) a los altares de la Iglesia Católica.

El papa Sixto V, creó en el año 1588 la congregación de los Ritos o más


bien conocido como la de la Causa de los Santos, quienes investigan
cuidadosamente todos los detalles de la vida, los escritos y los milagros
de los “presuntos” siervos de Dios.
El papa Urbano VIII estableció en el año 1634 las normas eclesiásticas
para seguir dicho proceso jurídico, que se ha mantenido vigente hasta
nuestros días.

Benedicto XIV (1740 –1758), como “doctor privado” publicó el tratado


“De Canonizatione Sanctorum”.

Con la reforma del Código de Derecho Canónico en 1983 bajo el


pontificado de Juan Pablo II, se facilitó el camino de beatificación y
canonización. Quedó abolido el papel del llamado “abogado del Diablo”,
nombre popular dado al promotor de la fe; quien era un funcionario
eclesiástico que podía oponerse a que fuera beatificado o canonizado,
quien a su juicio no era digno de ello.

Este proceso consta de cuatro partes:

La primera es la confirmación de las virtudes heroicas del postulante tales


como las teologales: fe, esperanza y caridad (1 Corintios 13,13); así como
también los frutos del Espíritu Santo: el amor, la prudencia, la justicia, la
templanza, la fortaleza, la caridad, la pobreza, la castidad y la obediencia
(Gálatas 5,22-23; Colosenses 3,12-14); que se hace después de cinco
años de su muerte, y es llevado a cabo por un promotor (persona o
grupo) quien se dirige al obispo de la respectiva diócesis. Este eleva una
propuesta oficial a la Santa Sede, haciendo llegar toda la documentación
recolectada que puede incluir cualquier carta, sermón, alocución, artículo,
ensayo o libro escrito por aquél, así como comentarios importantes de él
o ella que hayan merecido en el transcurso de su vida; y se le da el título
de “Siervo de Dios”.

Cuando los tribunales de Roma verifican la vida cristiana del postulado, y


por lo menos dos teólogos hayan examinado con lupa de detalles cada
palabra, de a cuerdo con la ortodoxia doctrinal, el Papa entonces firma el
Decreto de Virtudes Heroicas, para ser proclamado “Venerable”. Por eso
puede ser propuesto como modelo de vida cristiana al pueblo de Dios.
Para esta etapa no existe una ceremonia especial.

El tercer paso es la “beatificación”(Del latín beato, beato y facere,


hacer), que se cumple en un lapso de tiempo no menor de veinte años, y
es realizado en la Curia Romana por la Congregación para la Causa de los
Santos, quienes nombran a un “postulador”, en compañía de varios
cardenales y teólogos consultores. En esta etapa es necesario distinguir
las dos categorías de santos que existen: los mártires y los confesores;
los primeros que fueron los que derramaron su sangre por Cristo, no
necesitan inicialmente de un milagro, mientras que para los segundos si
se cumple esta norma, que tiene que ser autorizado por un grupo de
siete científicos y médicos destacados de diferentes universidades e
institutos (muchos de los cuales no son católicos), que hacen parte de la
Comisión Médica del Vaticano, con un visto bueno de al menos cinco
sobre los siete que conforman la junta (Comparar con Mateo 8,4). Ya
después de cumplidos todos los requisitos es llamado “beato” (Del latín
beatus, “bienaventurado”), y puede recibir un culto restringido de su
imagen y reliquias en ciertas iglesias, órdenes religiosas o regiones,
aunque en algunas ocasiones específicas esta autorización tiene un
alcance a todo el mundo católico. La memoria litúrgica de los beatos no
es obligatoria (aunque hay excepciones) ni universal.

En la ceremonia de beatificación se pinta un retrato del candidato(a), o


también representando el milagro que se le atribuye; igualmente, se
imprimen folletos y estampas de su persona, con anterioridad se
exhuman sus restos mortales para comprobar su autenticidad, y si se
haya reliquias personales se pondrán en un relicario y se le ofrecerá al
Papa, al lado de una semblanza biográfica especialmente encuadernada,
un ramo de flores, se permite además que le dediquen una oración y una
misa.

Ahora bien, desde el inicio del pontificado de Benedicto XVI, se ha


retomado la tradición de los Papas de no presidir beatificaciones, una
práctica interrumpida en 1971 por Pablo VI, y constantemente seguida
por Juan Pablo II. Anteriormente y como ahora, no era el Sumo Pontífice
quien realizaba esta ceremonia, ni siquiera cuando tenía lugar en Roma,
en la plaza de San Pedro del Vaticano, sino que el rito era celebrada por
un obispo y por un cardenal delegado por el Vicario de Cristo.

La cuarta fase es la “canonización” (Del latín canonizare, incluir en el


catálogo), que se da después de una revisión general de la vida del
beato(a), más la confirmación de un nuevo milagro que es obligatorio
para ambas categorías. Sin mebargo, también existe la posibilidad de la
llamada canonización equivalente que se usa cuando desde hace mucho
tiempo un hombre o una mujer es beato, beata, y tiene la veneración del
pueblo de Dios; y no se hace el proceso del milagro.

Posteriormente, el Papa como jefe supremo de la Iglesia de Cristo, y


haciendo uso del derecho de la infalibilidad pontificia, lo eleva a los
altares a la categoría de “santo”, muchas veces en la propia basílica de
San Pedro del Vaticano, y lo anota en el catálogo del libro de los santos.
El Romano Pontífice también destina la fiesta litúrgica del santo(a), que
se da el día de su muerte, pues teológicamente es el paso de esta vida
terrenal a la recompensa final en el reino de los cielos. Igualmente, se
pueden consagrar iglesias y santuarios en su nombre.

LOS SANTOS EN LA IGLESIA CATÓLICA

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.


I. DATOS EN GENERAL

Los vocablos hebreo y griego para la palabra “santidad” transmiten la


idea de puro o limpio en sentido religioso, apartado de la corrupción.

El profeta Isaías escribió: “Santo, santo, santo es el Señor” (6,3).

El llamado a la santidad es un decreto divino, así por ejemplo en el libro


del Levítico (19,2); encontramos el siguiente enunciado: “Sean ustedes
santos, pues yo, el Señor su Dios, soy santo” (Véase también Mateo 5,48;
Efesios 1,4; Hebreos 12,14).

La santidad se ha definido teológicamente como la manifestación del


Altísimo en los seres humanos, para que caminen en su presencia y
cumplan sus mandatos.

Existen tres clases de culto sagrado:

Latría (o adoración), es exclusividad de Dios (Éxodo 20,3; Deuteronomio


6,13).

Hiperdulía (o veneración especial), se le da a la Virgen María (Lucas


1,28.42.48).

Dulía (o veneración), a los santos(as) (Salmo 97,11; Proverbios 10,7).

Los católicos romanos no son los únicos que practican el culto a los
personajes sagrados, así por ejemplo:

Los budistas veneran a sus Arahants y Bodhisattuas, y en el Tíbet, a los


Monjes Lamas.
Los hindús reverencian a los Gurús o Santones, maestros espirituales de
vida asceta.
Los musulmanes tienen a sus Awliya Allah o “amigos íntimos de Dios”, y
sus respetados Sufíes.

Los judíos conservan la memoria de sus patriarcas como Abraham, Moisés


o el rey David; así como también algunos mártires, filósofos, rabinos y
otros Tsaddikim (hombres justos).

Los ortodoxos veneran a todos los santos del calendario católico hasta el
cisma en el año 1054, como son los Santos Padres de la Iglesia, los papas
como San Gregorio Magno, San León Magno, San Silvestre, muchos
mártires, entre otros.
II. EL PLANO TEOLÓGICO

En el Cristianismo, la Iglesia Ortodoxa Rusa mantiene una devoción hacia


los Santos Padres de la Iglesia Oriental, algunos patriarcas y mártires,
incluyendo a los zares como Nicolás II, además celebran la “fiesta de
todos los santos” el primer domingo, después de Pentecostés. Igual
ocurre con la Iglesia Anglicana que mantiene en su liturgia el calendario
a los santos; asimismo, los evangélicos conservadores (o luteranos), le
rinde especial admiración a los profetas del Antiguo Testamento y los
apóstoles del Nuevo Testamento.

Un teólogo español de la época de Felipe IV, Francisco de Sosa, obispo


de Canarias, hizo una clasificación de los santos en varios grupos:

Los declarados como tales por el Antiguo Testamento, por los Evangelios
y las Actas de los Apóstoles.

Los “santos”, que deben ser reconocidos por la iglesia de acuerdo a la


tradición antigua.

Los santos canonizados por las normas eclesiásticas vigentes.


Los beatificados por el mismo procedimiento.
Aquellas personas de que se tienen noticia de que vivieron con santidad e
incluso hicieron milagros, y son venerados por los fieles en culto privado.

Para otros teólogos existen solamente tres categorías:

Todo aquel que está en el cielo, ya que participa de la visión beatífica del
Padre Celestial y está confirmado en la gracia (Colosenses 1,12).

Los cristianos que están en gracia de Dios participan de este privilegio, y


por eso los apóstoles Pedro y Pablo usan la palabra “santo”, para referirse
a los fieles y a las comunidades de creyentes (Hechos 9,32; Romanos
1,7; 15,31; 1 Corintios 1,2; 16,1; 2 Corintios 1,1; 13,13; Efesios 1,1;
Filipenses 1,1; 1 Timoteo 5,10; Hebreos 3,1); ya que por el bautismo
somos liberados del pecado y unidos en Cristo Jesús, quien es el “Santo
de los santos” (Hebreos 7,26).

Aquellos que son reconocidos por la Iglesia Católica y se presentan como


modelos de conducta e intercesores ante el Todo Poderoso.

En la “imitación de Cristo” cada santo(a) tiene su propia visión de lo que


es la perfección cristiana, y en ninguna otra faceta de la historia de la
humanidad, se encuentra tanta variedad como en la galería de los
santos; pues los hay desde papas, cardenales, obispos, sacerdotes,
diáconos, monjes, religiosos(as), emperadores, reyes y reinas, militares,
políticos, abogados, médicos, campesinos, niños(as) entre muchos otros.
Aquí se cumplen las palabras del salmista sobre “la hermosura de la
santidad” (Salmo 110,3).

III. CONTEXTO HISTÓRICO


La práctica de celebrar la liturgia sobre las tumbas de los mártires en las
catacumbas de Roma, fue instituida por el papa San Félix en el año 269.

En los primeros siglos del cristianismo, se hicieron famosas las


peregrinaciones a Tierra Santa, la ruta de Santiago de Compostela en
España, o la tumba de los santos apóstoles Pedro y Pablo en Roma.

En África del Norte, desde el siglo IV, las reliquias de los mártires eran
objeto de culto privado. Los fieles las llevaban sobre sí, encerradas en
relicarios o en cajas de hierro llamadas en griego Teca (lugar en el cual
una cosa es guardada).

El día de la fiesta de todos los Santos, nació en las catacumbas de Roma,


al honrar de forma general a muchos mártires que en tiempos de
Diocleciano fueron inmolados. Este día comenzó a celebrase en el siglo
IV, en Antioquía se realizaba una fiesta para todos los mártires el primer
domingo después de Pentecostés.

Una fiesta de Todos los Santos ya es conocida en el siglo V en unas


cuantas Iglesias de Oriente, desde donde pasó a Roma.

Las iglesias de Occidente enviaban a Roma peregrinos entre los siglos VI


y IX, para que adquirieran huesos de mártires sepultados en las
catacumbas.

En el siglo VI, los Papas decidieron que debían incluirse restos de


mártires en los altares destinados a la celebración de la misa. De ahí se
deriva la costumbre de utilizar una mesa en forma de sepulcro, y de
poner debajo algún cuerpo de mártir, o de santo, o al menos unas
reliquias que están incrustadas en la llamada piedra de ara. También el
uso de la velas procede del tiempo de las catacumbas.

El 13 de marzo de 610, en Roma, el papa Bonifacio IV consagró el


Panteón (de Agripa) dedicándolo a la Virgen María y a todos los Mártires,
e hizo de este día la fiesta de Todos los Santos. Fue transferida por
Gregorio III (731-741), al 1 de noviembre. En el año 835, Gregorio IV
extendió esta celebración a toda la Iglesia. Hoy se honra en ella también
a todos los ángeles y santos.

En la época de la Contra-reforma, la Santa Sede se inclinó a “depurar” el


santoral, cuando se encontraron actas apócrifas o dudosas, santos cuya
existencia histórica no estaba comprobada y hechos controvertidos y
disputados.

El 10 de mayo de 1969, Pablo VI, hizo una exclusión de 33 santos que


nunca se comprobó que existieran, y que no deben ser nombrados en
oraciones especiales en sus fiestas, fueron además borrados del Catálogo
oficial y del calendario litúrgico; tales como Santa Bárbara, la joven mártir
que se ignora la época en que vivió, patrona de Cuba; se le invoca
contra la muerte repentina y los rayos. San Jorge, que peleó con el
dragón, patrono de Gran Bretaña, Alemania y Portugal; martirizado en el
siglo IV. En la Edad Media se le consideraba como el prototipo de los
caballeros. San Nicolás, protector de los cautivos, marineros y de los
niños, murió a mediados del siglo IV; es también custodio de Rusia y
Turquía, la leyenda de este santo obispo se debe a su generosidad con
los pobres. San Valentín, patrono de los enamorados, se cree que fue un
sacerdote del siglo III que fue martirizado, por casar parejas en tiempos
de las persecuciones del imperio romano. San Cristóbal, todavía objeto de
veneración por los viajeros, la Iglesia considera como leyenda el hecho
que se le atribuyó de cruzar un río llevando al pequeño Jesús; se dice
igualmente que era un gigante que vivió a fines del siglo III en Sardis,
capital de Lidia, en Asia Menor. Muchas de las catedrales góticas y
románicas tienen imágenes suyas; en otros tiempos, los feligreses hacía
peregrinaciones a la catedral de Auxerre, que conserva una estatua
gigantesca y las mujeres embarazadas lo invocaban para tener un parto
feliz.

Juan Pablo II proclamó más beatos (1338), que en cuatro siglos todos
sus predecesores juntos; y canonizó a más santos (482), de todos los que
se contaban desde el siglo XVI.
El promedio de espera de la mayoría de los santos proclamados bajo el
pontificado de Juan Pablo II fue de 300 a 400 años. Los beatos elevados
a este rango en este mismo periodo no han pasado de 50 a 100 años.

En conjunto los papas venerados como santos por la Iglesia son 78, de
estos solo tres fueron canonizados después de un proceso: Celestino V,
Pío V y Pío X. Los Pontífices beatos son once, incluyendo a los tres
últimos: Pío IX, Juan XXIII y Juan Pablo II. Además, son más de 40
vicarios de Cristo que murieron mártires (hasta el siglo IV), y tres llevan
el título de Grande o Magno: León I, Gregorio I y Nicolás I.

En la actualidad hay pendientes cerca de 2000 procesos de beatificación y


canonización en la Congregación para la Causa de los Santos.

En XXI siglos de existencia hay unos 10000 santos(as) en la Iglesia


Católica.

IV. APUNTES DE INTERES

La corona (o semicírculo) que se les coloca en las imágenes y cuadros en


la cabeza de los santos recibe el nombre de nimbo. Se atribuye su origen
a los antiguos egipcios, quienes acostumbraban colocar sobre la cabeza
de sus dioses una representación del disco solar. Desde el siglo III el
cristianismo lo usa sobre la cabeza de Jesús, como símbolo de la gloria
celestial, de la luz, de la inteligencia y de sus virtudes. En el siglo V
empezó a usarse para los ángeles, y en el siglo VII aparece sobre la
cabeza de los apóstoles, evangelistas, y santos; generalizándose la
costumbre.

La hagiografía es el estudio de la historia y tradiciones de los santos.


Durante el siglo I el papa Clemente I ordenó que siete notarios
escribieran todo lo referente al martirio de los cristianos.
Desde el siglo XVII, los “Acta Sanctorum” reúnen una serie de
documentos en los que se relatan por épocas, las anécdotas y
testimonios de todos aquellos que son canonizados por la iglesia Católica.

Las historias de los mártires se escribieron en unos libros llamados


Martirologios (Del griego mártyros, testigo, y logos, tratado) que sirvieron
de base para redactar el Martirologio Romano (Libro de los Santos), en el
que se concentró toda la información de los santos y beatos, que han
sido reconocidos oficialmente en cada día del calendario litúrgico de la
Iglesia Católica.

Los llamados Padres Apostólicos, fueron aquellos santos que conocieron


en vida a los Apóstoles de Cristo (s. I-II); como: San Papías, San Ignacio
de Antioquía, San Policarpo de Esmirna, San Clemente Romano, San
Justino Mártir.

Se llaman Padres de la Iglesia, a los escritores de la antigüedad cristiana


(la patrística) tanto de la iglesia en Oriente como en Occidente, que
Desde el siglo III al VIII sintetizaron las enseñanzas de la Biblia, los
escritos de los Padres Apostólicos y las actas de los primeros concilios;
además se distinguieron por la pureza de su fe y de su santidad; como
por ejemplo: San Atanasio, San Juan Crisóstomo, San Gregorio
Nacianceno, San Basilio, San Ambrosio.

Se denominan Doctores de la iglesia a los que aparte de su vida de virtud


sobresalieron por su ciencia eminente a la doctrina del catolicismo, y
que han sido declarados como tales por el Sumo Pontífice o un
Concilio Universal, muchos de los cuales también fueron Padres de la
Iglesia; en total son 36 como: San Agustín, San Jerónimo, Santo
Tomás De Aquino, San Buenaventura, San Alfonso De Ligorio, San
Juan de la Cruz y el último San Gregorio de Narek. Incluyendo además
a cuatro mujeres: Santa Catalina de Siena, Santa Teresa de Ávila,
Santa Teresita del Niño Jesús y Santa Hildegarda de Bingen.
Hubo santos católicos con un excelente conocimiento de las Santas
Escrituras en sus idiomas originales (hebreo y griego), como fueron: San
Antonio de Padua del siglo XIII que recibió el título del “Arca del
Testamento”, y San Lorenzo de Bridisi del siglo XVII; al que se le conoce
como “Doctor Evangélico”.

Santa Clara de Asís, fue proclamada la patrona de la televisión por el


papa Pío XII, debido a su facultad de ver cosas desde otros lugares
(clarividente).

Hay varios candidatos en la Santa Sede para ocupar este mismo lugar en
el Internet, los más opcionales son:

San Isidoro de Sevilla, un estudioso sacerdote español, del siglo VII, a


quien se le atribuye haber escrito la primera enciclopedia del mundo; una
colección de 20 volúmenes de diferentes temas.

San Maximiliano Kolbe, sacerdote franciscano polaco, y destacado


periodista, creó varias imprentas y periódicos católicos en el siglo XX.

El Arcángel San Gabriel, mensajero de Dios en la Tierra, y patrono de las


telecomunicaciones.

Santo Tomás de Aquino, consagrado escritor dominico de la Edad Media.


Los santos(as) llamados “místicos” que tuvieron dones o privilegios
especiales, tales como: revelaciones particulares, profecías, glossolalia
(don de lenguas) o xenoglosia (hablar en lenguas extranjeras); estigmas,
visiones, alocuciones (mensajes de parte de Dios), y sueños de Jesús,
María, los ángeles u otro santo; bilocación (estar en dos lugares al mismo
tiempo), clarividencia espiritual (Conocer el estado del alma de otra
persona), levitación (levantarse del suelo) y demás; no merecen un trato
especial cuando se estudia sus casos para ser elevado a los altares de la
Iglesia.
Hay que aclarar que ningún santo(a) incluyendo a la virgen María pueden
hacer un milagro. Solamente sirven de intermediarios entre El Señor
Jesús y los hombres (1 Timoteo 2,5).

Para tener un ejemplo de los milagros que se les atribuye a la intercesión


de un beato(a) o Santo(a); presentamos la siguiente lista:

En 1998, la mujer india Monika Bersa de 34 años, se mejoró gracia a un


milagro de la Madre Teresa de Calcuta. Ella vio un rayo de luz Procedente
de la foto de la religiosa fundadora de las Hermanas de la Caridad,
mientras se encontraba hospitalizada debido a un grave cáncer en el
abdomen; al día siguiente el tumor había desaparecido. El hecho ocurrió
un año después de la muerte de la religiosa de origen albanés.

En 1990, el mexicano José Barragán de 20 años, debido a una fuerte


depresión por el consumo de drogas alucinógenas, se lanzó desde el
tercer piso de un edificio para suicidarse. El joven fue desahuciado Por los
médicos que lo atendieron al presentar fracturas múltiples en el cráneo,
la espina dorsal y otras partes del cuerpo. Su madre lo encomendó al
entonces beato indio Juan Diego; cuatro días después, su hijo salió del
hospital de la capital mexicana, andando por sus propios pies y sin
apenas rastros de las graves heridas sufridas en el accidente.

En 1998, el niño argentino Manuel Vilar resucitó después de dos días de


ser declarado clínicamente muerto, al haberse ahogado en una piscina. El
milagro se produjo al invocar la ayuda de la ya beata Maravillas de Jesús,
una carmelita descalza española del siglo XX.

El 11 de octubre de 1998, el papa Juan Pablo II, canoniza a la monja


Benedicta de la Cruz, mártir en los campos de concentración nazi. Nacida
como Edith Stein, en la religión judía, se cree que es la primera santa
convertida al catolicismo desde la época de los apóstoles.
La causa de beatificación que ha contado con mayor respaldo fue la de
monseñor José María Escrivá de Balaguer. Después de su muerte ocurrida
en Roma en 1975, empezaron a llegar al papa Pablo VI, cartas de jefes
de estado, de ministros, senadores y diputados, de familias enteras, de
personas de todas las clases sociales y de todos los rincones del mundo;
incluyendo, las dirigidas por 69 cardenales y 1300 obispos (más de la
tercera parte de la totalidad). Fue declarado santo en el año 2002,
apenas 27 años después de haber fallecido.

La ceremonia de beatificación más grande que se halla presentado en la


historia de catolicismo, se produjo el 28 de octubre del 2007, en la plaza
de San Pedro en el Vaticano, cuando fueron beatificados por el prefecto
de la Congregación para la Causa de los Santos, 498 mártires de la
persecución religiosa en España (1936-1939); entre: dos obispos, 24
sacerdotes diocesanos, 462 religiosos(as), un diácono, un subdiácono, un
seminarista y siete laicos. Se estima que hubo cerca de diez mil testigos
de Cristo que dieron su vida por odio a la Iglesia, entre ellos 4.100
sacerdotes seculares; 2.300 religiosos; 283 religiosas y miles de laicos.
Además fueron destruidos más de mil templos y averiados otros dos mil.

La Madre Teresa de Calcuta también batió récord, pues fue proclamada


beata en octubre de 2003; seis años después de haber dejado este
mundo. Sin embargo, el Papa Juan Pablo II se negó a canonizarla el
mismo día, a petición de un grupo de cardenales.
La canonización más rápida que se ha presentado en la historia de la
Iglesia fue la de San Antonio de Padua, que se dio en la fiesta del
Pentecostés del año 1232, y a sólo un año de su muerte por el papa
Gregorio IX. Por el contrario, San Alberto Magno, quien murió en 1280,
fue declarado santo seis siglos y medio después por Pío XI, en 1931. Al
jesuita Roberto Belarmino, quien murió en Roma en 1621, el proceso de
beatificación que comenzó casi inmediatamente se prolongó por tres
siglos. Después, en un solo año, en 1930, obtuvo del Papa Pío XI la triple
glorificación de beato, santo y doctor de la Iglesia.

La primera beatificación de una pareja de esposos se efectuó el 21 de


octubre del 2001, cuando Juan Pablo II, elevó a esta categoría a los
esposos italianos Luigi Beltrame y María Corsini. Él era abogado del
Estado, ella era profesora y escritora de temas de educación.

El papa Francisco canonizó el 18 de octubre del 2015, a los padres de


santa Teresa de Lisieux, Luis y Celia Martin; ambos fueron declarados
beatos en 2009 por Benedicto XVI. Se trata del primer matrimonio
canonizado en la misma ceremonia.

Hasta el momento solo ha habido tres casos en que se ha presentado


una dispensa del tiempo de cinco años tras la muerte del candidato, para
que se inicie el proceso de beatificación. Ellos son: la madre Teresa de
Calcuta, el papa Juan Pablo II y la hermana Lucía, vidente de la Virgen de
Fátima.

En el mes de julio del 2013 con motivo de los 50 años del Concilio
Vaticano II, el papa Francisco anunció la canonización del beato Juan
XXIII (en compañía de Juan Pablo II), sin que la Congregación para la
causa de los Santos haya comprobado un segundo milagro atribuido al
llamado “papa bueno”.

El papa polaco (Juan Pablo II) en tan solo ocho años después de su
muerte, se convirtió en el protagonista del proceso más rápido de
consagración de un santo en los tiempos modernos.

LA SANGRE DE SAN JENARO

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS

“Con respecto a los milagros, entre menos los entiendo más los creo”.
Santa Teresa de Ávila.

San Jenaro nació a finales del siglo III. Viajó por toda Italia predicando el
Evangelio. Fue obispo de Benevento. En el año 305, durante la feroz
persecución del emperador romano Diocleciano. Los militares romanos le
ofrecieron renegar a su fe para salvar la vida. Al no lograrlo la tradición
cuenta que le encerraron en un horno del que salió indemne, y tras ser
arrojado a las fieras junto con el diácono y otros cristianos, éstas no les
atacan y se echan a sus pies. Entonces deciden decapitarlos con los
demás cristianos y diáconos en la plaza Vulcana. Según la leyenda
piadosa, una cristiana de nombre Eusebia, que presenció la ejecución del
mártir, recogió reverentemente su sangre en dos ampollas de cristal, y la
legó a sus descendientes.

Más de un siglo después, en el 432, con ocasión del traslado de las


reliquias de Pozzuoli a las catacumbas de Nápoles, cuando otra mujer le
habría entregado al obispo Juan, las dos ampollas pequeñas con la
sangre coagulada de San Jenaro. Casi como garantía de la afirmación de
la mujer, la sangre se volvió líquida ante los ojos del alto prelado y de
una gran muchedumbre de fieles. Sin embargo, en los siguientes nueve
siglos no se hace mención del hecho, hasta que el 17 de agosto del 1389,
durante una procesión, volvió a ocurrir el prodigio. En esta fecha se
conserva el primer registro del mismo, cuando un viajero anónimo publicó
una detallada crónica de lo sucedido. Desde 1649, la sangre contenida en
las dos ampollas, permanece en un relicario con base de plata en el altar
mayor de la catedral de Nápoles donde también se conserva la piedra
sobre la cual el mártir fue decapitado. Allí acuden los devotos del obispo
mártir tres veces por año, en las precisas fechas en que su sangre en
estado sólido y de color rojizo oscuro vuelve a licuarse, y la cual muchas
veces entra en estado de ebullición. Tres veces al año la sangre es
expuesta para la veneración:

1. El sábado anterior al primer domingo de mayo (traslado de sus


restos a las catacumbas de Nápoles), la sangre se licua y luego
recobra su estado sólido, y así sucede en los siete días siguientes.

2. El 19 de septiembre (decapitación de San Jenaro), y durante toda la


octava de las celebraciones en su honor. Esta fiesta litúrgica se
celebra en el calendario de la Iglesia Católica desde 1586.
3. El 16 de diciembre (conmemoración de la más mortífera erupción del
volcán Vesubio, en 1631. Cuando la sangre permaneció líquida por
espacio de treinta días).

Si la sangre no se licua en las fechas señaladas y en las primeras 24


horas, los napolitanos consideran que la demora es señal de mal augurio,
de lo contrario, es de buena suerte. Una de las fechas de la no
licuefacción fue en 1944, antes de la Segunda Guerra Mundial.

El fenómeno no tiene ninguna explicación natural, pues no depende de


factores externos como la temperatura, el ambiente, la menor o mayor
cantidad de luz. Se llegó a decir que no se trataba de sangre, pero en
1956 se hizo un examen espectrográfico en la Universidad de Bolonia que
demostró que efectivamente era sangre humana. Además, la datación de
la misma coincide con la fecha en que San Jenaro fue martirizado. Los
escépticos han conseguido reproducir el fenómeno en un laboratorio, lo
que, desde el punto de vista científico, no prueba nada, ya que no usaron
sangre sino sustancias de otro tipo

OCHO REGLAS PARA ALCANZAR LA SANTIDAD

AUTO: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

Santa Ángela de Foligno (1248-1309), religiosa y mística italiana, en su


autobiografía dictó un manual de ocho reglas para alcanzar la santidad:

1. Convencernos de lo grave y dañoso que es el pecado.

2. Sentir arrepentimiento y vergüenza de haber ofendido al buen Dios.


3. Hacer una confesión general de todos los pecados cometidos.

4. Creer en la gran misericordia que Dios tiene para con el pecador que
quiere ser perdonado.

5. Ir adquiriendo un gran amor y estimación por todo lo que Cristo


sufrió por nosotros.

6. Aumentar la devoción por Jesús Eucaristía.

7. Aprender a orar, especialmente recitando con fervor y atención el


Padrenuestro.

8. Tratar de vivir en continua y afectuosa comunicación con el Altísimo.

FRASES CÉLEBRES EN HONOR A LOS SANTOS Y A LA


SANTIDAD

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

Me has llamado Señor, aquí estoy; habla Señor que tu siervo escucha
1 Samuel 3,10.

Al que vencer el mal, haciendo el bien.


San Pablo (Romanos 12,21).
No hay que buscar el bien de uno mismo, sino el bien de los demás.
San Pablo (1 Corintios 10,24).

Yo no he llegado aún a la meta o a la perfección, lo que hago es luchar


por alcanzarla, habiendo alcanzado a mí Cristo Jesús.
San Pablo (Filipenses 3,12).

Todo lo que hagamos, hay que hacerlo de corazón, como para el Señor y
no para los hombres.
San Pablo (Colosenses 3,23).

El que hace lo bueno es de Dios, pero el que hace lo malo no ha visto a


Dios.
3 Juan 11.

El que reciba la misión de decir grandes cosas, está obligado a


practicarlas.
Papa San Gregorio Magno.

Sólo las obras de los santos perduran.


Papa León XIII.

La salvación de los unos, depende de la oración y el sacrificio de los


demás.
Papa Pío XII.

El gran mal del hombre moderno es haber perdido el sentido del pecado.
Papa Beato Pablo VI.

La falta más grande del apóstol es el miedo.


Papa San Juan Pablo II.

La única competencia posible entre los cristianos, es ver quien puede


ofrecer el amor más grande.
Papa San Juan Pablo II.

La aventura de la santidad comienza con un 'sí' a Dios.


Papa San Juan Pablo II.

La vida del cristiano debe ser una continua penitencia.


Concilio de Trento.

El mejor apóstol es el santo.


Documento de Puebla.

El objetivo de una vida virtuosa es llegar a ser semejante a Dios.


San Gregorio de Nisa.

El amor de Dios es lo primero que hay que recomendar; pero el amor al


prójimo es lo primero que hay que practicar.
San Agustín.

Conocer a Dios, es amar a Dios.


San Agustín.

La única libertad en el hombre, es decirle sí a Dios.


San Agustín.
Al que se aleja de Dios, todo se aleja de él.
San Agustín.

La causa de todos los males son los pecados de la humanidad.


San Agustín.

No podemos obrar el bien, sin antes dejar de haber dejado el mal.


San Agustín.

Si quieres ser un predestinado para la salvación, tienes que portarte


como uno de ellos.
San Agustín (Comparar con Romanos 8,28-30).
La distancia más grande es la que existe entre Dios y el pecador.
San Agustín.

Aquel que salva un alma tiene su alma ganada.


San Agustín.

Sobre los santos, lo que importa no es venerarlos, sino imitarlos.


San Agustín.

La única razón de la vida del cristiano, es la recompensa eterna.


San Agustín.

En el cristiano lo que interesa no es el nombre, sino la vida.


San Agustín.

El cristiano debe defender la verdad, no tanto con buenas palabras sino


con buenas acciones.
San Agustín.

Si quieres encontrar buenos cristianos en la iglesia, se tu uno de ellos.


San Agustín.

En la escuela de Cristo, todos somos condiscípulos.


San Agustín.

Jesús no llama a los santos, sino para que seamos santos.


San Agustín.

Cuando sientas que ya no sirves para nada, todavía puedes ser santo.
San Agustín.

Bienaventurado es, Señor, el que te ama aTi, al amigo en Ti, y al


enemigo por Ti.
San Agustín
Nada se anteponga a la dedicación de Dios.
San Benito.

Nada es más dulce que una conciencia limpia, nada más seguro que la
pureza del alma.
San Columbano.

No lloréis, os seré más útil después de mi muerte y os ayudaré más


eficazmente que durante mi vida.
Santo Domingo de Guzmán.

La verdadera perfección consiste en esto: hace siempre la santa voluntad


de Dios.
San Buenaventura.

Un cristiano fiel, iluminado por los rayos de la gracia al igual que un


cristal, deberá iluminar a los demás con sus palabras y acciones, con la
luz del buen ejemplo.
San Antonio de Padua.

Hay tampoco santos, porque hay pocas almas que se mortifican.


San Juan de la Cruz.
Al atardecer de nuestras vidas seremos examinados en el amor.
San Juan de la Cruz.

El mayor regalo que Dios le puede dar a un grupo de fieles, es darle un


sacerdote santo.
San Vicente de Paúl.

Por donde quiera que pasen los santos, dejan la huella de Dios.
Santo cura de Ars.

Los siervos de Dios tienen que hablar poco, trabajar mucho, y soportarlo
todo.
San Gaspar del Búfalo.

El verdadero fin de la vida del cristiano, es conseguir el Espíritu Santo.


San Serafín de Sarov.

Acordaos hermanos que un alma tenemos y si la perdemos no la


recobramos.
San Pedro de Betancur.

Señor dadme almas y llévate lo demás.


San Juan Bosco.

El acercar un alma a Dios, tiene más valor que regalar un altar de oro a la
Iglesia.
San Juan Bosco.

Un santo triste, es un triste santo.


San Juan Bosco.

Las crisis del mundo moderno, son crisis de santos.


San José María Escrivá.

Si cada año atacamos fuertemente uno de nuestros defectos,


alcanzaremos pronto la santidad.
Beato Tomás de Kempis.
(La imitación de Cristo).

Desde que descubrí que Dios existe, entendí que el único sentido de mi
vida, era vivir para El.
Beato Charles de Foucold.

La verdadera perfección consiste en esto: hacer siempre la santísima


voluntad de Dios.
Santa Catalina de Siena.
Es poca cosa ir al cielo solo.
Santa Teresa de Ávila.

De devociones absurdas y santos amargados, líbrame Señor.


Santa Teresa de Ávila.

Un hombre santo, perfecto y virtuoso, hace más bien a las almas, que
una multitud de otros de mayor instrucción y de mejores dotes.
Santa Teresa de Ávila.

No puede ser un medio santo, tiene que ser todo santo o nada santo.
Santa Teresita del Niño Jesús.

Pasaré mi cielo haciendo el bien sobre la tierra.


Santa Teresita del Niño Jesús.

La salvación de un alma vale más que el mundo entero.


Santa Eufrasia Pelletier.

El amor al prójimo es nuestra medida de nuestro amor de Dios.


Edith Stein.

La santidad no es un lujo de unos pocos, sino el llamado para todos.


Beata Madre Teresa de Calcuta.

La santidad consiste en hacer la voluntad de Dios con alegría.


Beata Madre Teresa de Calcuta.

Uno no es de verdad cristiano, al menos que hay convertido a alguien al


cristianismo.
Cardenal Suenens.

Todo hombre que no es un santo, es un cerdo.


León Bloy.
El mundo moderno necesita de santo virtuoso, así como una ciudad
azotada por la epidemia, necesita de médicos y hospitales.
Simone Weil.

El hombre no es solo de este mundo.


Hoiman Von Ditfurt.

Entre los cristianos no es importante quien es el más fuerte, sino el más


bueno.
George Desvalíeres.

Voy a creer en el Dios de los cristianos, el día que ellos tengan cara de
Santos.
Federick Nietzche.

Que el principal sermón de tu vida lo predique tu conducta.


C.H.Spurgeon.

LITURGIA Y SACRAMENTOS

1. LA EUCARISTÍA: PRESENCIA REAL DE JESUCRISTO.


2. LA EUCARISTÍA Y LOS SANTOS PADRES DE LA IGLESIA.
3. LA EUCARISTÍA: ALIMENTO ESPIRITUAL DE LOS CATÓLICOS.
4. SANTOS Y MÍSTICOS QUE VIVIERON DE LA EUCARISTÍA.
5. LA NIÑA MÁRTIR DE LA EUCARISTÍA.
6. EL VALOR DE LA MISA.
LA EUCARISTÍA: PRESENCIA REAL DE JESUCRISTO

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

“La Eucaristía hace a la Iglesia y la Iglesia hace la Eucaristía”


Henry De Lubac
Teólogo católico del siglo XX.

I. INTRODUCCIÓN

Para la mayoría de las iglesias protestantes, la “Eucaristía”, del griego


Eukjaristía (acción de gracias), es solamente un simbolismo de las
palabras de Jesús en la “Ultima Cena”, celebrado con los apóstoles en la
víspera de la fiesta de la Pascua (Pésaj), el jueves santo del año 33 de
nuestro era, el día anterior en el que sería sacrificado por los pecados de
toda la humanidad (1 Juan 2,2).

II. CONTEXTO BÍBLICO

La Iglesias Católica y la Ortodoxa, fieles a la tradición del mensaje divino,


han enseñado que la “Eucaristía” es verdaderamente la presencia del
Cristo en la “Hostia”, que será entregado por todos nosotros, y en el
“Vino” que será derramado por todos nosotros, como un “Nuevo Pacto”
con su muerte redentora en la cruz (Mateo 26,26-28; Marcos 14, 22-24;
Lucas 22,19-20). Por esta razón, el Hijo de Dios mandó a conmemorar a
sus discípulos este acontecimiento, en recuerdo suyo (1 Corintios 11,25),
hasta que El vuelva (1 Corintios 11,26; Apocalipsis 22,20). Igualmente,
las Sagradas Escrituras nos dice que los primeros creyentes “se reunían
en el templo, y en las casas partían el pan y comían juntos con alegría y
sencillez de corazón” (Hechos 2,42.46); principalmente el domingo,
llamado el “día del Señor (Dies Domini) “o “primer día” de La semana
(Hechos 20,7). Por ser el día en que el Mesías resucitó y venció a la
muerte (Juan 20,1).

III. LA EUCARISTÍA EN LA IGLESIA PRIMITIVA

San Justino Mártir, hacia el año 155, le explicaba al emperador romano


Antonio Pío, sobre el memorial que hacían los católicos: “Los fieles que
asistían al santo sacrificio comulgaban bajo ambas especies. Los
hombres recibían la santa hostia en su mano y las mujeres en un lienzo
blanco; unos y otros bebían del cáliz que les presentaba el sacerdote o el
diácono. Al distribuir el pan, el sacerdote o el diácono, decía: Corpus
Christi, y al presentar el cáliz: Sanguis Christi, y el que comulgaba
respondía: Amén. Lo que sobraba del vino consagrado se repartía entre
los niños presentes, y el pan consagrado restante era llevado a los
enfermos y a los cristianos presos en los cárceles”.
Este mismo Padre de la Iglesia menciona en su Apología la costumbre de
enviar una porción de los elementos de la eucaristía a los ausentes.
Tertuliano de Cartago (+230) agrega que la práctica surgió por el hecho
de guardar los elementos en casa a fin de que la comunión pudiera
tenerse constantemente antes de servirse otros elementos. Otro hecho
significativo de los inicios del cristianismo, se dio en algunos lugares
donde sepultaban los cadáveres de los fieles con un pedazo de pan
consagrado en la boca. Del mismo modo, las especies sacramentales eran
enviadas de obispo a obispo como muestra de caridad, o de un obispo a
las principales iglesias de su diócesis como señal de unidad, o eran
llevadas como amuleto en un viaje.

IV. LA EUCARISTÍA Y LA LITURGIA

En los inicios del cristianismo se conmemoraba la “Eucaristía”, llamada


también en el Nuevo Testamento como la “Cena del Señor” (kuriakon
deipnon), tres o cuatro veces al año. Hacia el año 200 se comenzó a
celebrar durante la semana, y no sólo el domingo, más tarde se extendió
a todos los días. En el siglo IX se empezó a emplear la “Hostia” (Del latín
hostia, hoja delgada redonda de pan ázimo), además varios concilios
decretaron obligatorio la comunión tres veces al año: Pascua de
Resurrección, Pentecostés y la Natividad del Señor. La elevación de la
Hostia y del Cáliz data del siglo XII. En el concilio de Letrán (1215), se
dispuso que los laicos debieran comulgar mínimo una vez al año. Hacia
los siglos XIII y XIV los fieles recibían únicamente la Hostia cuando
comulgaban. Después del Concilio Vaticano II (1962-1965), la Iglesia
permite, en algunas ocasiones, bajo las dos especies.

V. MILAGROS EUCARÍSTICOS

Hay que resaltar el famosos milagro Eucarístico que se conserva en


Lanciano (Italia), cuando en el siglo VIII, durante la misa un monje
basiliano dudó de la presencia de Cristo en el momento de la
consagración, y para asombro suyo la “Hostia” se convirtió en carne de
corazón humano y el “Vino” en sangre de tipo AB [la misma de la
Sábana santa en que envolvieron el cuerpo del Hijo del hombre al ser
bajado de la cruz, y que se conserva en Turín (Italia)]. Este milagro ha
sido plenamente confirmado por los resultados de los análisis de la
ciencia moderna. Cumpliéndose así las palabras del Mesías a los judíos
incrédulos en la sinagoga de Capernaun: “El pan que yo daré es mi
propio cuerpo” (Juan 6, 51). De hecho, también los discípulos de
Emaús, sólo reconocieron que estaban ante la presencia del Señor,
cuando “tomó en sus manos el pan, y habiendo dado gracias a Dios, lo
partió y se lo dio. En ese momento se les abrieron los ojos y reconocieron
a Jesús” (Lucas 24, 30-31).

La celebración litúrgica del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo se


remonta al resurgimiento de las devociones eucarísticas, a partir del año
1110 en Francia y sobre todo en Lieja (Bélgica), por medio de su obispo,
monseñor R. de Torote un siglo después. Más adelante, el Papa Urbano
IV, en conexión con el milagro eucarístico de Orvieto (Italia), donde se
conserva otra hostia convertida en carne, así como los corporales
manchados de la sangre que brotó de la misma Santa Forma; y además
con las revelaciones particulares de una monja cisterciense, la Beata
Juliana de Moncornillón; instituyó esta fiesta para toda la Iglesia en honor
del “Corpus Domini” o “Corpus Christi”, por medio de la Bula
Transiturus, publicada en Orvieto el 11 de agosto de 1264, y fijada para
el jueves después de la octava de Pentecostés. El oficio y la misa de ese
día son obra, por encargo del mismo romano pontífice, a Santo Tomás de
Aquino (1263). Pero no fue sino con el papa Clemente V (1314), cuando
este acontecimiento religioso se difundió con más rapidez en todo el orbe
católico.

VI. LA EUCARISTÍA COMO DOGMA DE FE

Martín Lutero, Padre de la Reforma Protestante, llegó a decir: “Para negar


que Jesús está en la Eucaristía, tiene uno que ser o un ignorante o un
loco, porque la Biblia lo dice muy claro”. Poco después, el Concilio de
Trento (1561-1563), define esta verdad de fe, con estas palabras: “En el
Santísimo sacramento de la Eucaristía se contiene verdadera, real y
sustancialmente el Cuerpo y la Sangre de nuestro Señor Jesucristo,
juntamente con su Alma y Divinidad. En realidad, Cristo íntegramente”.
Por esta razón, cuando volvamos a comulgar, tengamos siempre presente
las palabras del Redentor: “Quien come mi carne y bebe mi sangre, tiene
vida eterna; y yo lo resucitaré en el último día” (Juan 6,54).

LA EUCARISTÍA Y LOS SANTOS PADRES DE LA IGLESIA

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

 San Ignacio, obispo de Antioquía, martirizado en el año 107; decía


en su carta a los filadelfos: “Poned todo empeño en usar una sola
Eucaristía; porque una sola es la carne de Nuestro Señor Jesucristo
y un solo cáliz para unirnos con su sangre”.
 San Ireneo, obispo de Lyon (+202), escribe: “Tomó el pan, que es
cosa criada, y dio gracias diciendo: `Esto es mi cuerpo’. Y del mismo
modo afirmó que el cáliz, que es de nuestra creación terrena, era su
sangre; y enseñó el nuevo sacrificio del Nuevo Testamento, que
habiéndolo recibido los Apóstoles de la Iglesia, lo ofrecen a todo el
mundo”.
 Tertuliano de Cartago (+220), comenta: “La carne se alimenta con
el cuerpo y la sangre de Cristo, para que el alma se nutra de Dios”.

 San Hipolito, mártir en el año 235, es tajante en afirmar que se evite


con diligencia que el infiel coma de la Eucaristía, ya que “es el
cuerpo de Cristo del cual todos los fieles se alimentan y no debe ser
despreciado”.

 Orígenes de Alejandría (+254), precisó: “Si subes con Cristo a


celebrar la Pascua. El te dará en aquel pan de bendición, su propio
cuerpo y te concederá su propia sangre”.

 Firmiliano, obispo de Cesarea (+268), sentenció: “Quién quiera que


comiera el pan o bebiera el cáliz del Señor indignamente, será reo
del cuerpo y de la sangre del Señor.”

 San Cirilo, obispo de Jerusalén, en su libro “Discursos Catequéticos”


(año 350), redactó: “Los que reciben la comunión deben estar
plenamente convencidos que lo que aparenta ser pan no es pan,
aunque sabe así, sino el cuerpo de Cristo, y lo que aparenta se vino
no es vino aunque el sabor es así”.

 San Atanasio, patriarca de Alejandría (+373), afirmaba en un


sermón a los recién bautizados: "Verás a los ministros que llevan
pan y una copa de vino, y lo ponen sobre la mesa; y mientras no se
han hecho las invocaciones y súplicas, no hay más que puro pan y
bebida. Pero cuando se han acabado aquellas extraordinarias y
maravillosas oraciones, entonces el pan se convierte en el Cuerpo y
el cáliz en la Sangre de nuestro Señor Jesucristo”.
 San Ambrosio, obispo de Milán (+397), expresa: “Este pan es pan
antes de las palabras sacramentales; pero una vez recibida la
consagración, de pan se transforma en carne de Cristo”.

 San Juan Crisóstomo, patriarca de Constantinopla (+407), en una de


sus homilías, declara: “Pues mi carne es verdadera comida y mi
sangre es verdadera bebida ¿Qué quiere decir esto? Significa que es
éste el verdadero alimento que conserva el alma, que debe tener fe
en sus palabras, de suerte que estén ciertos que no les habla por
enigmas o parábolas, sino que en realidad han de comer su propio
cuerpo”.

 San Jerónimo, presbítero (+420), en su carta a Hebidia, opinaba: “El


pan que el Señor partió y dio a sus discípulos es el cuerpo del
Salvador, pues El les dice: Tomad y comed, esto es mi cuerpo”.

 San Agustín, obispo de Hipona (+431), en un sermón sobre los


sacramentos en el Domingo de Pascua, indicaba: “Esto que estás
viendo ahora sobre el altar de Dios es pan y vino; más este pan y
este vino, junto con la Palabra, se cambia en el cuerpo y en la
sangre del Verbo”.
 San Cirilo, obispo de Alejandría (+444), en un comentario al
Evangelio de San Mateo, enseña: “Y dice (Jesús) de modo
demostrativo: Esto es mi cuerpo, esto es mi sangre, para que no
pensemos que las cosas que aparecen sean una figura, sino que por
acto inefable de Dios omnipotente las oblatas se transforman
realmente en el cuerpo y en la sangre de Cristo”.

 San Juan Damasceno, monje y presbítero del monasterio de San


Sabas en Jerusalén (+750), agrega: “Preguntas cómo el pan se
convierte en el cuerpo de Cristo y el vino en Sangre de Cristo. Te
respondo: El Espíritu Santo irrumpe y realiza aquello que sobrepasa
toda palabra y todo pensamiento”.
LA EUCARISTÍA: ALIMENTO ESPIRITUAL DE LOS
CATÓLICOS

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

“En la Eucaristía, Cristo el Señor es a la vez anfitrión, comida y bebida”


San Agustín, obispo de Hipona (+431).

EJEMPLOS VARIOS

San Ignacio de Antioquia, mártir en el año 107. Cuando el emperador


Cómodo deseaba hacer un espectáculo dándolo en alimento a las fieras.
Durante su viaje a Roma, este obispo escribió siete cartas, y habiendo
sabido que los cristianos de la Ciudad Eterna se estaban movilizando para
evitar su muerte, hizo una apología en comparación con la Eucaristía
(acción de gracias): “Dado que, para hacer el pan, hay que moler el trigo,
y para hacer el vino hay que prensar la uva, así deseo que mis miembros
sean partidos y molidos por los dientes de las fieras para convertirme en
sacrificio agradable a Dios”.

Santo Tomás de Aquino Con frecuencia experimentaba raptos y éxtasis.


En uno de ellos, el 6 de diciembre de 1273, mientras oficiaba la misa las
revelaciones que recibió debieron tener tal altura, que abandonó la pluma
para siempre: «No puedo hacer más. Se me han revelado tales secretos
que todo lo que he escrito hasta ahora parece que no vale para nada».
Murió el 7 de marzo de 1274 en el monasterio cisterciense de Fossanova,
cuando partía hacia el concilio de Lyon.

Santa Imelda Lambertini, era hija de los condes de Bolonia (Italia), y vivió
en el siglo XIII. Era tal su arduo deseo de recibir al Señor en la
Eucaristía, pero por su edad, 13 años, no le era permitido por las
autoridades eclesiásticas de aquel entonces, sin antes haber cumplido los
14 años. Sin embargo, en la solemnísima festividad de la Ascensión del
Señor a los cielos, en la capilla del convento de las dominicas de Val di
Pietra, donde ella se encontraba interna. El capellán después de haber
repartido la comunión a las religiosas, y mientras se disponía a guardar el
copón en el sagrario, milagrosamente una Santa Hostia salió del copón y
se elevó por los aires. La Sagrada Forma flotando se detuvo hasta la
presencia de la santa adolescente que se encontraba arrodillada en un
éxtasis, el sacerdote intuyendo que aquello era una señal divina, se
aproximó a la Hostia, que se depositó en la patena, luego la tomó y se la
dio a Imelda, quien después de recibirla permaneció inmóvil en su sitio
por un largo rato en acción de gracias. Al cabo de unas horas y al notar
su ausencia, las hermanas fueron a buscarla, y la encontraron en la
capilla donde la habían dejado, pero esta vez estaba sin vida; había
muerto por amor a Jesús Sacramentado.

Juliana de Falconieri (1270-1341), fue una santa italiana fundadora de las


“Siervas de la Virgen María”. De su vida religiosa se destaca los
prologados ayunos, la mortificación personal, y las continuas horas en
oración. Muchos días los pasó solamente con la Sagrada Comunión. En su
última enfermedad a los 71 años, su estómago no le recibía ningún
alimento, vomitando todo lo que comía. Así que muy a pesar suyo tuvo
que dejar de recibir la Eucaristía. Y sucedió que cuando el sacerdote fue a
darle la extremaunción, llevando el Santísimo Sacramento, la santa
sabiendo que no podía comulgar, pidió que le colocaran sobre su corazón
sobre un mantel blanco la Santa Hostia, y he aquí que de un momento a
otro la Sagrada Forma desapareció y nadie la pudo encontrar. Acto
seguido la santa religiosa como si estuviera en éxtasis murió en la paz del
Señor. Tras su muerte encontraron sobre su corazón, en la piel, una
cicatriz redonda, como si hubiera sido hecha para que pasara el Viático.
En recuerdo de este milagro, sus religiosas llevan sobre su hábito, una
medalla donde está grabada una Santa Hostia.
El 9 de julio de 1572, durante la persecución calvinista en Holanda contra
los católicos, fueron asesinados 19 mártires entre ellos once franciscanos,
dos premonstratenses, un dominico, un canónigo regular y cuatro
sacerdotes seculares. El delito no haber querido renegar que Cristo está
presente en la Eucaristía. Sus cuerpos mutilados antes de morir, fueron
arrojados a una presa. Tan sólo uno del grupo, que estaba débil y
enfermo, negó la presencia real de Jesús en el Sacramento del Altar. Y
murió 24 horas más tarde. El lugar donde fueron masacrados se convirtió
pronto en centro de peregrinación.

San Pascual Bailón, fue un hermano lego franciscano español. Después


de su muerte, en el año de 1592, cuando contaba con 52 años de edad,
estando su cadáver en el templo, a la hora de la elevación de la Hostia y
del Cáliz, abrió dos veces los ojos y los siguió con la mirada. El papa León
XIII lo declaró patrono especial de los Congresos Eucarísticos y de la
Adoración Nocturna.
Este mismo acontecimiento sucedió durante los funerales de San Juan de
Rivera, arzobispo de Valencia (España), en enero de 1611, en el
momento de la consagración de la Eucaristía en la Misa, los que estaban
junto al cadáver vieron que abría los ojos y que el rostro se le volvía
sonrosado por unos momentos, como adorando el Santísimo Sacramento.

San Camilo de Sezze, un fraile franciscano italiano del siglo XVII, un día
cuando entró en un templo, donde se celebraba la Misa, sintió que desde
la Sagrada Hostia que sostenía el sacerdote en sus manos, partía un
afilado rayo de luz que hirió su corazón profundamente. El santo explica
en su autobiografía que sintió como un hierro candente que penetraba en
él. Aquella sensación de dolor y dulzura le duró varios meses.
Igualmente, varios santos místicos como Santa Catalina de Génova, Santa
Teresa de Avila, San Juan de la Cruz, Santa Gemma Galgani y Santa
Verónica Guliani. Cuando recibían la comunión, sentían que un rayo de
amor traspasaba hondamente sus corazones (Este fenómeno místico es
conocido como Transverberación).

Santa María Francisca de las Cinco Llagas (1715-1791), una vez mientras
el sacerdote decía: “Este es el Cordero de Dios”, la Hostia que el tenía en
la mano salió volando y fue a colocarse en la boca de la santa. En otra
ocasión voló desde el copón, y en una última oportunidad, al partir el
celebrante la Hostia Grande, un pedazo de ella se desplazó por el aire
hacía la fervorosa mística que estaba aguardando turno para comulgar.
SANTOS Y MÍSTICAS QUE VIVIERON DE LA EUCARISTÍA

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

“Mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida”.


(San Juan 6,55).
SANTA ROSALÍA DE PALERMO (1.140-1170): Nacida en Sicilia, cuyo
padre descendía de Carlomagno. A los 14 años era tan bella que
su atractivo físico ponía en peligro la belleza de su alma. Entonces
se le apareció la Virgen indicándole que se apartara del mundo.
Una noche abandonó el castillo donde vivía. Dos ángeles
disfrazados, el uno como un caballero armado y el otro como un
peregrino, le aguardaban para llevarla al monte Quisquita. La
dejaron allá a la entrada de una gruta enterrada bajo la nieve,
entre los árboles. Estuvo escondida allí algunos meses. Vinieron
otra vez los ángeles a prevenirla que su padre venía por ella. Esta
vez los mensajeros de Dios la llevaron a lo alto del monte
Pellegrino. Aquí estuvo los últimos 16 años de su vida en una
cueva con el crucifijo siempre consigo, y alimentada por la
Eucaristía que le traían sus protectores celestiales.

SANTA CATALINA SE SIENA (1347- 1380): Catalina Benincasa nació


en Siena, en la fiesta de la Anunciación, en el seno de la numerosa
familia de un comerciante. A la edad de seis años tuvo una visión de
Cristo en su trono de Gloria y a raíz de ello hizo voto secreto de entregar
su vida a Dios. A los doce años, en respuesta a la insistencia de sus
padres, Catalina les hizo saber que nunca contraería matrimonio y para
confirmar su decisión cortó su hermosa y larga cabellera. Viendo que no
cambiaba de actitud, la familia comenzó a tratarla como a una sirvienta,
encargándole los más humillantes trabajos de la casa, de manera que no
tuviese tiempo para retirarse a orar en soledad conforme
acostumbraba. Catalina sobrellevaba todo esto con dulzura y paciencia, y
Dios le mostró cómo construir una ‘celda interior’ donde estar a salvo de
toda perturbación. Ella fue invitada por el mismo Jesús a beber de su
preciosísima sangre, la cual manaba de su costado. Tras beber de esta
Divina Fuente, la santa no necesitó comer o beber más. Durante los siete
años previos a su fallecimiento, vivió solamente de la Eucaristía, sin sentir
hambre y permanecer siempre activa y fuerte. Después de la comunión
diaria casi siempre quedaba en éxtasis, siendo muchos los que pudieron
verla levitar.
SAN NICOLÁS DE FLUE (1417-1487): Patrono de Suiza, fue
protagonista de grandiosos fenómenos místicos y tuvo también
algunas visiones de la Virgen María. De familia campesina de la
campiña de Saxlen, fue muy religioso desde joven, se casó y tuvo
diez hijos. Estimado por todos como buen ciudadano, ya que fue
militar, corregidor, consejero, juez y diputado. Vivió con su familia
hasta los cincuenta años, luego de tener una visión de “tres
hombres misteriosos” que lo invitaron a dejar las cosas del mundo.
Obtuvo el consentimiento de su esposa y se retiró a llevar una
vida eremítica, pues tenía una fuerte inclinación a la
contemplación, la oración y la penitencia. Por 20 años se alimentó
sólo de la Hostia consagrada, lo que fue constatado y controlado
por diversas comisiones médicas y eclesiásticas de su época. Se
afirma que sus huesos se adherían a la piel, pues no tenía grasa
corporal. No obstante, tuvo una larga existencia y murió
precisamente el día que cumplió 70 años de edad. Hecho que le
había sido presagiado.

BEATA ANA CATALINA EMMERICH (1774-1824): Nació en el seno de


una piadosa familia de labriegos en Flamsche (norte de Alemania). A la
edad de 28 años ingresó en el convento de las agustinas en Dülmen,
después de trabajar como costurera y empleada doméstica. Cuando el
gobierno anticatólico de Jerónimo Bonaparte cerró el claustro en 1812, se
vio obligada a buscar refugio en la casa de una viuda pobre. En 1813
enfermó por tantas vigilias, ayunos y sufrimientos; permaneciendo
inmóvil en la cama hasta su muerte. Además se hicieron visibles los
estigmas en las manos, los pies, una doble cruz en su pecho y la corona
de espinas. A finales de 1818 es curada de las heridas de las manos y los
pies, pero las demás permanecieron, y el viernes santo se reabrieron.
Tuvo visiones desde su infancia con el Niño Jesús, su ángel de la guarda,
María con el Niño, los lugares y eventos relacionados con el Antiguo
Testamento, con la vida de la Virgen, de Jesús y los apóstoles en Tierra
Santa, las almas del purgatorio y los santos. Durante los últimos doce
años de su vida, Catalina se abstuvo de ingerir alimentos sólidos –incluso
una cucharada de sopa le provocaba náuseas- y se nutría únicamente con
agua y la Eucaristía. Dos comisiones: Una eclesiástica y otra civil
compuesta por médicos y científicos protestantes y agnósticos, analizaron
con rigor estos fenómenos místicos sin encontrar ningún fraude. El poeta
alemán Clemente Brentano, pasó por escrito varias de estas visiones para
luego ser publicadas, como: “La Dolorosa Pasión de Nuestro Señor
Jesucristo” (1833), “La Vida de la Santísima Virgen” (1852), y tres tomos
sobre “la Vida de Nuestro Señor” (1858-60). Un rumor acerca del robo de
su cuerpo fue la causa de que se abriera su tumba seis semanas después
de su muerte. El cadáver fue encontrado sin ningún tipo de corrupción.
BEATA ALEXANDRINA DA COSTA (1904-1955): Laica portuguesa y
cooperadora de la familia salesiana. Hizo de su vida -marcada por
las experiencias místicas y los ataques diabólicos- un continuo
ofrecimiento por la conversión de los pecadores y por la paz
mundial. Fue una campesina nacida en la provincia de Balasar, a
los 14 años se lanzó de una ventana a cuatro metros de altura del
jardín para preservar su pureza, amenazada por unos hombres
que habían entrado a su casa. Cinco años más tarde, las lesiones
derivadas de la caída le provocaron una parálisis total que la
mantuvo postrada en una cama durante más de 30 años, hasta el
final de su vida. Durante cuatro años (1938-1942) revivió todos los
viernes desde el mediodía, durante tres horas y media, la pasión
de Cristo. Del 27 de marzo de 1942 hasta su muerte a los 51 años
(esto es, 13 años y 7 meses), no ingirió otra bebida y alimento
más que la Santa Comunión. En una visión Jesús le había dicho:
“No te alimentarás más en la Tierra. Tu alimento es mi carne”. Los
médicos, que en aquel tiempo eran casi todos ateos declarados,
querían desenmascarar lo que para ellos era un fraude, y lograron
convencerla para que se sometiera a un control científico.
Alexandrina aceptó con una condición: poder recibir todas las
mañanas la comunión. Así fue admitida el 10 de junio de 1943 en
un hospital cerca de Oporto, y bajo la supervisión médica las 24
horas durante cuarenta días, no fue comprobado ningún tipo de
engaño. Su caso fue declarado “científicamente inexplicable”.
Cuando murió su cuerpo no se corrompió, sino que se convirtió
misteriosamente en ceniza (que expedían un dulce aroma) tal
como predijera ella misma.

LUISA PICARRETO (1865-1947): La sierva de Dios Luisa nació en


Corato, al sur de Italia, el 23 de abril. A los 11 años de edad se hizo Hija
de María. Quiso ser monja pero no la aceptaron. A los 13 años de edad
tuvo inesperadamente la primera visión de Jesús con la Cruz a cuestas, a
partir de la cual y para siempre, se encendió en Luisa un grandísimo
deseo de compartir el padecimiento de Jesús por amor a Él. A los 16 años
tuvo una segunda visión de Jesús coronado de espinas, a partir de la cual
ella aceptó plenamente la voluntad de Dios. Pocos después tuvo una
tercera visión del Señor en su pasión, que la llevó a perder el
conocimiento; cuando volvió en sí no era capaz de abrir la boca ni de
tomar alimento, situación que se mantuvo durante dos o tres días, y que
poco a los días se convertiría en definitiva, viendo el resto de su vida (64
años) solo de la Santa Forma. Así comenzó una ‘enfermedad’ que ningún
médico fue capaz de diagnosticar: permanecía todo el día sentada en su
cama, sin apoyar la cabeza en la almohada ni para dormir. Cuando perdía
el conocimiento quedaba como petrificada, en un estado del que ningún
tratamiento médico era capaz de sacarla sino solo la bendición de un
sacerdote; en una ocasión llegó a permanecer así hasta 25 días, ante la
desesperación de su madre. En esos estados recibía visitas frecuentes de
Jesús y de la Santísima Virgen, quedando fielmente reflejadas estas
experiencias en los 36 volúmenes del ‘diario’ que comenzó a escribir en
1899 a petición de sus confesores.
TERESA NEUMAN (1898-1962): Mística y estigmatizada alemana, quien
vivió 36 años bebiendo un poco de agua, e ingiriendo la octava
parte de la Santa Hostia que recibía todos los días. Esta campesina
bávara de la aldea de Konnersreuth, que en su adolescencia
debido a un accidente estuvo cuatro años paralizada y ciega, se
recuperó milagrosamente el 29 de abril de 1923, día de la
beatificación de Teresita del Niño Jesús, de la que era muy devota.
Su ayuno empezó desde la navidad de 1926 hasta su muerte en
septiembre de 1962. Tuvo además numerosas visiones de la vida
de Jesús, María, de los apóstoles, de los santos, y de hechos
narrados en Las Santas Escrituras; acompañadas de
premoniciones, bilocación, videncia, levitación, contacto con los
ángeles y las almas del purgatorio. Cada viernes experimentaba la
dolorosa pasión de Nuestro Señor Jesucristo, perdiendo gran
cantidad de sangre que derramaba de su cabeza, los ojos, y de las
llagas en las manos, el costado izquierdo y los pies (que se
hicieron visibles en 1925), hecho que fue verificado por muchos
testigos. En 1927, la diócesis de Ratisbona instituyó una comisión
de especialistas que tuvieron bajo estricto y continuo control a
Teresa durante quince días. Al término del mismo los médicos
dictaminaron la autenticidad de sus estigmas y confirmaron que no
había ingerido ningún tipo de alimento durante ese período de
tiempo. Ella decía que vivía “del Salvador”. Murió a la edad de 64
años, y su proceso de beatificación está en curso.
MARTHA ROBIN (1902- 1981): Una de las grandes místicas de los
tiempos modernos. Su familia era de extracción campesina de
Chateauneuf de Galaure (Francia), a los 16 años se manifestó una
enfermedad misteriosa que al cabo de un año la redujo a la
parálisis, en ese momento comenzaron las visiones de Jesús,
María y santa Teresita de Lisieux (Durante más de 45 años la
Virgen se le apareció, cosa que no había hecho en otras partes).
Su parálisis total le impide incluso pasar cualquier alimento
llegando a cerrársele la tráquea. Durante 53 años se sostiene no
más con la Sagrada Forma que recibía una vez por semana, que
no es ingerida sino que literalmente desaparece entre su boca.
Marta decía: “Cristo es mi alimento sobreabundante”. También es
privada del sueño y deja de dormir, al igual que la invade una
ceguera casi absoluta que la obliga a vivir en un cuarto a oscuras
en su granja. En 1930 recibe por parte del Señor los estigmas,
causándole un dolor inmenso. Desde aquel día, Marta revive todos
los viernes la pasión del Salvador, y quedaba como muerta hasta
el domingo. Con el padre Jorge Finet, crea en 1936 los Foyers de
Charité (Hogares de caridad), un oasis de oración y amor al
prójimo que se difunde por todo el mundo. Murió a la edad de 79
años en olor de santidad.

LA NIÑA MÁRTIR DE LA EUCARISTÍA

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

Unos meses antes de su muerte, el obispo Fulton J. Sheen fue


entrevistado por un canal nacional de televisión: “Señor obispo, miles de
personas en todo el mundo se inspiran en usted. ¿En quién se inspiró
usted? ¿Fue por casualidad en algún papa?”.El obispo Sheen respondió
que su mayor inspiración no fue un papa, un cardenal, u otro obispo, ni
siquiera un sacerdote o monja. Fue una niña china de once años de edad.

Explicó que cuando los comunistas se apoderaron de China, encerraron a


un sacerdote en su propia rectoría, cercana a la iglesia. El sacerdote
observó asustado, desde su ventana, cómo los comunistas invadían el
templo y se dirigían al santuario. Llenos de odio, profanaron el
tabernáculo, cogieron el cáliz y arrojándolo al suelo, se cayeron las
hostias consagradas. Eran tiempos de persecución y el sacerdote sabía
exactamente cuántas hostias había en el cáliz: treinta y dos. Cuando los
comunistas se fueron, tal vez no se dieron cuenta o no prestaron
atención a una niña que estaba rezando en la parte trasera de la iglesia y
vio todo lo que sucedió.

En la noche, la pequeña regresó y escapando del guardia que estaba en


la rectoría, entró en el templo. Ahí, hizo una hora santa de oración, un
acto de amor para reparar el acto de odio. Después de su hora santa,
entró en el santuario, se arrodilló e inclinándose hacia delante, con su
lengua recibió a Jesús en la Sagrada Comunión (en aquel tiempo no
estaba permitido a los laicos tocar la Eucaristía con sus manos). La
pequeña regresó cada noche, haciendo su hora santa y recibiendo a
Jesús Sacramentado en la lengua. La trigésima noche, después de haber
consumido la última hostia, accidentalmente hizo un ruido que despertó
al guardia. Este corrió tras ella, la agarró y la golpeó hasta matarla con la
parte posterior de su arma. Este acto de martirio heroico fue presenciado
por el sacerdote que, profundamente abatido, miraba por la ventana de
su cuarto convertido en celda.
Cuando el obispo Sheen escuchó el relato, se inspiró de tal manera que
prometió a Dios que haría una hora santa de oración frente a Jesús
Sacramentado todos los días por el resto de su vida.
EL VALOR DE LA MISA

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

No cualquier pan se convierte en el Cuerpo de Cristo, sino el que recibe


la bendición de Cristo.
San Agustín, obispo de Hipona (+431).

I. INTRODUCCIÓN
La Iglesia Católica ha definido la Misa como “la Inmolación Incruenta
(sin dolor) del Cuerpo y la Sangre de Cristo. En el Calvario tuvo lugar el
Sacrificio Cruento (con dolor) de Cristo. La Misa es, en esencia, la
Renovación del Sacrificio Salvador de la Cruz. No hay figura retórica, ni
metáfora, ni exageración. La Misa nos aporta la presencia del Hijo de Dios
en el altar para que sea ofrecido en oblación a Dios Padre”.

II. EJEMPLOS VARIOS

El papa San Sixto II (257-258) fue capturado durante las persecuciones


del emperador Valeriano I, en la vía Apia, junto a cuatro diáconos, entre
ellos San Lorenzo, en el momento en que celebraban la Eucaristía.
Posteriormente, el obispo de Roma y los cuatro diáconos fueron
martirizados.

Los 49 mártires de Abitinia (Túnez), fueron asesinados en el año 304,


porque celebraron la Eucaristía Dominical a pesar de la prohibición del
emperador Diocleciano.

El obispo San Humberto (s. VIII), en cierta ocasión cuando celebraba el


Sacramento del Altar entró a la iglesia un hombre loco porque lo había
mordido un perro con hidrofobia (o enfermedad de la rabia). Toda la
gente salió corriendo a la plaza, pero San Humberto le dio la bendición al
pobre hombre, y éste quedó instantáneamente sano y salió a la plaza
gritando: “Vuelvan tranquilos al templo que el santo obispo me ha curado
con su bendición”.

San Estanislao (siglo XI), mientras oficiaba la Santa Misa, el rey Boleslao
subió al altar y con sus propias manos lo mató, encolerizado porque el
santo obispo de Cracovia (Polonia) le había recriminado su adulterio. Era
el año de 1079.

San Isidro, labrador (1080- 1130), este humilde campesino español se


levantaba muy temprano y nunca empezaba su día de trabajo sin haber
asistido antes a la Santa Misa. Varios de sus compañeros muy envidiosos
lo acusaron ante el patrón por ausentismo y abandono del trabajo. El
dueño de la finca fue a observar el campo y notó que sí era cierto que
Isidro llegaba una hora más tarde que los demás, pero que mientras
tanto un peón fuerte (quizá un ángel) le guiaba los bueyes como si el
estuviera presente.

San Juan de Mata, el día que celebraba su primera Misa en París


(Francia), en el año 1192, en el momento de la elevación, tuvo una visión
sobrenatural, en la que Jesucristo tendía sus manos a un cautivo moreno
y a otro blanco. Al ver el éxtasis, varios de los presentes alzaron la vista y
contemplaron también esa inefable escena. El nuevo presbítero entendió
esta visión como una invitación para fundar una nueva orden religiosa,
que se encargara de rescatar a los cautivos cristianos que eran hechos
prisioneros por los sarracenos, durante la época de las cruzadas en Tierra
Santa. También emprendería una ardua tarea de canje de prisioneros,
con lo que se humanizaría un poco la guerra. Esta orden religiosa recibió
el nombre de los trinitarios, y para su aprobación el papa Inocencio III, el
28 de noviembre del año 1198, al oficiar una Misa, tuvo la misma visión
en el momento de la consagración del pan y del vino. Desde entonces no
tuvo dudas que era un mandato del Altísimo.

San Pedro Pascual, nació en Valencia (España) en 1227, perteneciente a


la Orden de la Merced, fue obispo de Jaén, durante la dominación de los
moros. Fue condenado a muerte por los mismos mahometanos. En una
ocasión mientras celebraba la Misa en el calabozo, los guardias lo
decapitaron cuando se encontraba de rodillas frente al altar. Era el año
1300.

Nicolás de Flüe (siglo XV), santo ermitaño suizo, un día, al comenzar la


Misa, vio que del suelo brotaba un árbol, que crecía y se llenaba de
flores. Estas flores comenzaron a caer sobre los fieles; en las cabezas de
algunos se marchitaban pronto, en las de otros permanecían frescas y
espléndidas.

Santa Teresa de Ávila (siglo XVI), cuenta en una oportunidad, que al abrir
las puertas de una iglesia donde se había celebrado una Misa, salía de los
feligreses una luz tan resplandeciente que la cegó por unos momentos.

El 16 de julio de 1645, en la ciudad de Conhaú, cerca de Natal (Brasil), el


Beato Andrés de Soveral, presbítero de la Compañía de Jesús, mientras
celebraba la Misa dominical en compañía de 29 fieles en el templo
parroquial, fueron encerrados y luego cruelmente asesinados por un
grupo de soldados holandeses calvinistas acompañados por indígenas de
la localidad.

En la ciudad de Buga (Colombia), se encuentra la basílica de la imagen


aparecida del Señor de las Aguas (1570), y fue allí un 4 de marzo de
1956 cuando un hombre atentó contra la vida del padre Ernesto Uribe,
quien presidía la Misa de las 9:00 a.m. El cuchillo se partió de manera
inexplicable en tres partes, y se conversa en el museo de dicho santuario.

San Juan Bosco, fundador de la comunidad salesiana, tuvo en su vida


sacerdotal cuatro hechos extraordinarios relacionados con la Santa Misa.
El primero de ellos, ocurrió el 30 de diciembre de 1878, cuando los que lo
ayudaban en la celebración de la Eucaristía lo vieron como se elevaba por
los aires durante un rato. El segundo acontecimiento sucedió el 24 de
mayo de 1884, durante la Misa a María Auxiliadora, se convierte un no
católico a la verdadera Iglesia. El tercero, y más sorprendente de todos,
fue el 24 de mayo de 1885, cuando con tan solo 20 Hostias da de
comulgar a 200 personas. El último, tuvo lugar el 11 de octubre de 1886,
donde un francés con una grave enfermedad mental asiste a la Misa de
Don Bosco y queda instantáneamente curado
San Pío de Pietrelcina (1887-1968), fue un fraile italiano capuchino
estigmatizado, quien gozó de grandes dones místicos. Sus Misas a las
cinco de la mañana, en la iglesia del convento de San Giovanni Rotondo,
eran todo un gran acontecimiento para los miles de fieles que iban a
verlo, y que esperaban de pie desde las dos de la madrugada en las
puertas del templo. El confesionario y la celebración del Santo Sacrifico
del Altar fueron los dos grandes apostolados de su vida religiosa. Las
Eucaristías las celebraba con tanta pasión, que era como si acompañara
al mismo Jesús en su sacrificio redentor en la Cruz en el monte Gólgota, y
tenían una duración de una hora y 45 minutos. Había momentos en los
que su cuerpo adquiría una postura rígida, en otros mostraba en su
fisonomía una expresión de dolor. A veces movía la cabeza como si
sintiera el dolor de la corona de espinas. Muy cerca de sus manos tenía
un pañuelo para enjuagarse las lágrimas que le brotaban
constantemente, y las gotas de sudor que le caían de la frente. En los
momentos de la consagración parecía que estuviera viendo a Nuestro
Señor. Al elevar la Hostia y el Cáliz los fieles podían contemplar las llagas
de sus manos, de las que desprendían hilos de sangre. Después de
comulgar se quedaba un buen rato en oración, y tan sumergido en su
contemplación, que parecía no estar en este mundo. Igualmente, pasaba
varios días y algunas veces hasta meses, sin alimentarse nada más que
de la Comunión de la Santa Misa.

En los países fundamentalistas islámicos, el día domingo, es un día


laboral y no se celebra la Eucaristía porque no existen iglesias, ni
sacerdotes, o porque no hay libertad religiosa.

Un obispo católico que evangelizaba en China y fue condenado a prisión


extrema: un calabozo sin ventanas en donde estuvo confinado en
aislamiento cinco años seguidos. Al cabo de ese tiempo, el carcelero le
avisó que, aunque no iba a ser liberado, el juez le concedía tres horas
para que saliera e hiciera lo que quisiera, aunque desde luego bien
custodiado por guardias. Su respuesta fue pronta y segura: “Sólo quiero
poder celebrar una Misa”.
Hsia era el nombre de un anciano sacerdote chino y monje trapense, que
se encontraba recluido desde el año 1947 en un campamento de
concentración al sur de Pekín, en la China comunista. La religión cristiana
había sido desterrada de la República Popular por considerarla una fuente
de superstición y ¡el opio del pueblo!, y se había dictado severos castigos
contra quien se obstinara a creer que existía un poder superior al de Mao
Tse-tung. Hsia estaba condenado a 20 años de trabajo forzoso nada más
por el delito de ser sacerdote católico. Y a pesar de todo, persistía en orar
y en practicar su religión lo mejor posible. Su compañero de celda y
también católico aparte del viejo religioso era Jean Pasqualini.

Hacia finales del año el tiempo era inclemente. El lunes 25 de diciembre


de 1961, en la fiesta de la Navidad, los dos prisioneros se encontraban al
frente de una sección que debía abrir arrozales en el terreno. Ambos en
medio de una zanja seca y ante el peligro de morir fusilados, se
dispusieron a celebrar la santa misa. Por templo tenían aquella inmensa
soledad del norte de la China, y un monto de tierra helada servía de altar.
El harapiento uniforme de prisionero que llevaba Hsia, reemplazaba a las
sagradas vestiduras litúrgicas, y una despatillada taza de peltre hacia las
veces de cáliz. De unas pocas uvas que guardaba desde hacia tiempo, el
anciano monje había logrado extraer algo parecido al vino, y con un
puñado de trigo que sin duda habría sustraído en la cosecha anterior,
había hecho una galleta delgada a modo de hostia. El altar de Hsia
carecía de cirios, en vez de ellos ardía sobre una pila de leña menuda,
una llamita débil y vacilante. Hacía de coro el viento que soplaba del
noroeste, entonando un himno sagrado. En ninguna parte del mundo,
pensó Pasqualini, ni siquiera en los más espléndidos templos y catedrales
de la cristiandad, podría nadie estar celebrando aquel día una Misa tan
significativa. Días después los cambiaron de celda y los dos amigos no se
volvieron a ver jamás.

Esta conmovedora historia fue contada años después, por Jean


Pascualini, hijo de padre francés y madre china, quien estuvo recluido en
un campamento de trabajo forzoso en la China comunista durante más de
siete años, acusado de “actividades contrarrevolucionarias”. Fue puesto
en libertad en 1964.

El día 24 de marzo de 1980, a la edad de 63 años, fue asesinado


monseñor Oscar Arnulfo Romero, de un tiro en el corazón mientras
oficiaba una Misa en un hospital para enfermos de cáncer en San
Salvador.

Se aprestaba a celebrar un sacerdote la Eucaristía, cuando de repente


irrumpe en el templo un comando vestido de negro, dotado de modernas
armas, cierran la puerta y el que lideraba el grupo se dirige a los
presentes diciéndoles: ¡Vamos a eliminar a quienes sean capaces de
morir por Jesús, los demás pueden salir!. Empezando por el coro,
pasando por los acólitos y por lo más o menos 500 personas, quedaron
junto con el sacerdote unos 20 feligreses, a lo cual dice quien dio la
orden: Padre, ahora si inicie la Misa, estos son los verdaderos creyentes.

MORAL CRISTIANA

1. ¿ES EL ABORTO UN CRIMEN?


2. LA COVERSIÓN DEL REY DEL ABORTO.
3. EL MÉDICO SANTO.
4. DE ABORTISTA ATEO A CREYENTE EN CRISTO.
¿ES EL ABORTO UN CRIMEN?

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

INTRODUCCIÓN: EL aborto se ha convertido en una realidad social de


todos los días. En el mundo se registran 240 millones de embarazos
anuales, de los cuales 50 millones son interrumpidos, mientras que 19
millones se presentan en países donde el aborto es ilegal. Al año mueren
cerca de 80 mil mujeres por malos abortos.
I. EL CAMPO DE LA MORAL CRISTIANA

El Catecismo de la Iglesia Católica nos enseña que “la vida humana debe
ser respetada y protegida de manera absoluta desde el momento de la
concepción” (Art. 2270).

Las Sagradas Escrituras resaltan como la “vida humana” es un don de


Dios:

 “Desde antes que yo naciera, fui puesto bajo tu cuidado; desde el


vientre de mi madre, mi Dios eres tú” (Salmo 22,10).

 “No te fue oculto el desarrollo de mi cuerpo mientras yo era


formado en lo secreto…Tus ojos vieron mi cuerpo en formación;
todo eso estaba escrito en tu libro. Habías señalado los días de mi
vida cuando aún no existía ninguno de ellos” (Salmo 139, 15-16).

 “El Señor me llamó desde antes que yo naciera; pronunció mi


nombre cuando aún estaba yo en el seno de mi madre” (Isaías 49,1)

 “Antes de darte vida, ya te había yo escogido; antes de que


nacieras, ya te había yo apartado” (Jeremías 1,5).

 “Pero Dios me escogió antes que yo naciera, y por su mucho amor


me llamó” (Gálatas 1,15).
“Desde el siglo primero, la Iglesia ha afirmado la malicia moral de todo
aborto provocado. Esta enseñanza no ha cambiado; permanece
invariable…No matarás el embrión, mediante el aborto, no darás muerte
al recién nacido” (Didajé 2,2; Bernabé, ep 19,5; Epístola a Diogeneto 5,5;
Tertualiano, apol. 9). (Art. 2271). El magisterio de la Iglesia también
recalca que todas las personas que participen en un aborto, incluyendo a
la pareja de la mujer, familiares, doctores, enfermeras, legisladores,
políticos y demás; incurren en la pena canónica de “Excomunión Latae
Sententiae (de sentencia dictada), es decir, de modo que incurre ipso
facto (en el acto) en ella quien comete el delito” (Art. 2272). (La
excomunión afecta a todos los que cometen ese delito siempre que
conozcan esta pena y tengan más de 16 años de edad, al momento de
realizarlo). Por lo tanto, quedan apartados de la comunidad de los
creyentes, no pueden recibir la Eucaristía, al igual que los demás
sacramentos y sacramentales, participar en los actos litúrgicos, ser
padrinos, colaborar activamente en la vida de la Iglesia o ser sepultado
en un cementerio católico.

Esta sanción eclesiástica no es un invento de los jerarcas católicos, sino


que tiene sus misma raíces en La Biblia (Mateo 18, 15-17; 1 Corintios
5,12-13; 2 Juan 10-11). No obstante, “Con esto la Iglesia no pretende
restringir el ámbito de la misericordia; lo que hace es manifestar la
gravedad del crimen cometido, el daño irreparable causado al inocente a
quien se da muerte, a sus padres y a toda la sociedad” (Art. 2272). Esta
última declaración tiene total concordancia con la predicación de Jesús,
quien no vino al mundo a “condenar” sino a buscar la “salvación” del
pecador (Mateo 9,13; Marcos 2,17; Lucas 9,56; 15,7.10; 18,13-14;
19,10).

II. ASÍ EMPIEZA LA VIDA HUMANA

 La vida humana comienza cuando el óvulo fecundado se implanta en


la pared del útero, lo cual tiene lugar cerca del sexto o séptimo día
después de la fecundación.

 A los veinte días en el feto (que en latín quiere decir “el pequeño”)
se forma los ojos, el sistema nervioso y empieza a latir el corazón.

 Al mes comienza el desarrollo de los brazos, las orejas y la nariz.


 A los dos meses se forma el esqueleto, los dedos de las manos, los
pies, y órganos como el cerebro, el hígado y los riñones.

 A los tres meses mueve los ojos, aparecen las uñas y respira líquido
amniótico.

 A los cuatro meses aparecen los órganos genitales y da patadas al


vientre.

 A los cinco meses aparece el cuero cabelludo y puede llorar, ya


presenta un desarrollo completo.

III. CLASES DE ABORTOS INDUCIDOS

PILDORA ABORTIVA (RU-486): Interrumpe el embarazo si se toma


antes de las siete semanas de gestación.

DILATACIÓN O CURETAJE: Se hace por medio de pinzas, sacando al


feto por pedazos.

ASPIRACIÓN ÚTERINA: Una aspiradora 30 veces más potente que una


casera, va desmembrando el feto completamente.
ENVENENAMIENTO SALINO: Se extrae líquido amniótico de la madre,
y se le inyecta una sustancia venenosa, que produce la muerte del feto a
los dos días.

HISTERECTOMÍA: Se realiza después de cuatro meses de gestación, es


una operación parecida a una cesárea, el feto es extraído vivo y luego lo
matan.

LA CONVERSIÓN DEL REY DEL ABORTO

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

El Dr. BERNARD NATHANSON era considerado el “rey del aborto”, de


religión judía pero ateo por convicción, estudio medicina como su padre
en la Universidad de MecGill (Montreal). En 1945 se enamoró de Ruth,
una joven y guapa judía. Vivieron juntos los fines de semana. Cuando
Ruth quedó embarazada, Bernard escribió a su padre para consultarle la
posibilidad de contraer matrimonio. La respuesta fueron cinco billetes de
100 dólares junto con la recomendación de que eligiera abortar o ir a los
Estados Unidos para casarse. Así que Bernard puso su carrera por delante
y convenció a su novia de que abortara. “Este fue el primero de mis
75.000 abortos “, confesó más adelante.

La relación con su novia terminó después del aborto, y tras graduarse


pasó al Hospital de Mujeres de Nueva York, entrando en contacto con el
mundo del aborto clandestino. Con un amigo médico fundó en 1969 la
Liga de Acción Nacional por el Derecho al Aborto, una asociación que
intentaba culpar a la Iglesia Católica por cada muerte que se producía en
los abortos clandestinos. Desde 1971 se involucró más directamente en el
tema tanto en el plano médico como dictando conferencias, encuentros
con políticos y gobernantes de toda la Nación, presionándoles para que
fuera ampliada la ley del aborto, y fue por eso conocido como el “rey del
aborto”, pues llegó incluso a abortar a uno de sus propios hijos.

A partir de ahí, las cosas empezaron a cambiar. Dejó la clínica abortista y


pasó a ser jefe de obstetricia del Hospital de St. Luke´s. La nueva
tecnología del ultrasonido, hacía su aparición en el área médica. Un día
que Nathanson pudo escuchar el palpitar del corazón del feto en los
monitores electrónicos, comenzó a plantearse por primera vez la
posibilidad que el feto era en realidad un ser humano. Decidió entonces
reconocer su error escribiendo un artículo en una revista científica. Aquel
informe provocó una fuerte reacción, tanto él como su familia recibieron
amenazas de muerte, pero el Dr. Bernard llegó a la conclusión de que “el
aborto es un crimen”. Asimismo, en 1984, el documental “El Grito
Silencioso”, mostraba un aborto utilizando un aparato de ultrasonido y
pequeñas cámaras de video dentro de la madre, se pudo observar como
el feto trata de defenderse y llora de dolor.

Quedaba aún el camino de vuelta a Dios. Una primera ayuda le vino de


su admirado profesor universitario, el psiquiatra Karl Stern, quien después
de un largo estudio personal se había convertido a la fe católica. En 1989
asistió a una acción pacífica de Operación Rescate en los alrededores de
una clínica abortista. El peso de la conciencia por sus anteriores prácticas
le hizo llegar a leer “Las Confesiones” de San Agustín. En este período de
conversión no faltó la tentación del suicidio, acompañado del “alcohol,
tranquilizantes, libros de autoestima, consejeros. Incluso cuatro años de
psicoanálisis”. Posteriormente, empezó a conversar periódicamente con el
Padre John McCloskey. Por fin, el 8 de diciembre de 1996, en la
solemnidad de la fiesta de la Inmaculada Concepción, en la Catedral de
San Patricio de Nueva York, el Dr. Bernard Nathanson se convertía en
Hijo de Dios. Entraba a formar parte del Cuerpo Místico de Cristo, en la
Iglesia Católica. Ese día memorable de manos del Cardenal John O
´Connor, le fue administrado los sacramentos de iniciación cristiana del
Bautismo, la Eucaristía y la Confirmación. Su madrina era Joan Andrews,
una de las más sobresalientes y conocidas defensoras del movimiento
Pro-Vida. Las palabras de Bernard Nathanson al final de la ceremonia,
fueron: “No puedo decir lo agradecido que estoy ni la deuda tan
impagable que tengo con todos aquellos que han rezado por mí durante
todos estos años en los que me proclamaba públicamente ateo. Han
rezado tozuda y amorosamente por mí. Estoy totalmente convencido de
que sus oraciones han sido escuchadas. Lograron lágrimas para mis
ojos”. (Testimonio de su libro autobiográfico “La Mano de Dios”).

EL MÉDICO SANTO

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

En febrero del año 2007, empezó el proceso de beatificación del médico


Jérôme Lejeune (1926-1994). Este profesional de la salud de convicción
católica fue además un extraordinario científico e investigador. En 1959, a
los 33 años, publicó su descubrimiento sobre las causas del síndrome de
Down, la trisomía 21, esto lo convirtió en uno de los padres de la
genética moderna. En 1962 fue designado como experto en genética
humana en la Organización Mundial de la Salud (OMS), y en 1964 fue
nombrado Director del Centro Nacional de Investigaciones Científicas de
Francia. En el mismo año se crea para él la Facultad de Medicina de la
Sorbona, la primera cátedra de Genética Fundamental. Se convierte así
en candidato número uno para recibir el Premio Nobel de medicina.

Aplaudido y halagado por el “mundo científico” deja de serlo cuando en


1970 se opone tenazmente al proyecto de aborto eugenésico en su
nación: “Matar un niño por nacer enfermo, es un asesinato y además
abre las puertas a la liberalización total del crimen del aborto”. En esos
meses participa en New York, en la sede de la ONU en una reunión en la
que se trataba de justificar, ya entonces, la legalización del aborto para
evitar las prácticas clandestinas de este mal. Fue en ese momento
cuando refiriéndose a la Organización Mundial de la Salud, dijo: “He aquí
una institución para la salud que se ha transformado en una institución
para la muerte”. Esa misma tarde le escribe a su esposa y a su hija
diciéndoles: “Hoy me he jugado mi Premio Nobel”.

La defensa de la vida humana basada en principios “científicos”,


“racionalistas” y de “moral cristiana” le valieron la incomprensión y
persecución por sus colegas”. Sus ingresos económicos se vieron
diezmados, ya que le fueron retirados todos los fondos para sus
investigaciones de las cuales vivía. Continuó solo en sus estudios
sosteniendo a su familia dando conferencias.

En 1992 comienza a petición del papa Juan Pablo II, la gestación de la


Pontificia Academia para la Vida, la que fue creada el 11 de febrero de
1994. El 26 de febrero de ese mismo año el doctor Lejeune recibe en su
lecho de muerte, el nombramiento de Presidente de la Academia para la
Vida. Entrega su alma a Dios el Domingo de Pascua del mismo año (3 de
abril).

Juan Pablo II, en carta al cardenal Lustinger, entonces arzobispo de París,


con motivo de los funerales del profesor Jérôme, decía: “En su condición
de científico y biólogo era un apasionado de la vida. Llegó a ser el más
grande defensor de la vida, especialmente de la vida de los por nacer tan
amenazada en la sociedad contemporánea, de modo que se puede
pensar en que es una amenaza programada. Lejeune asumió plenamente
la particular responsabilidad del científico, dispuesto a ser signo de
contradicción, sin hacer caso a las presiones de la sociedad permisiva y
al ostracismo del que era víctima”.

DE ABORTISTA ATEO A CREYENTE EN CRISTO

AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS.

En la época de la llamada Cortina de Hierro "los libros de medicina del


régimen comunista decían que abortar era, simplemente, extirpar un
trozo de tejido humano”. Este era el mismo pensamiento que tuvo
durante 26 años el ginecólogo Stonjan Adasevic, quien realizó un total de
48 mil abortos, y hasta 35 en un solo día. Llegó a ser considerado el
abortista más prestigioso de Belgrado. Los ultrasonidos que permitían ver
al feto en los años 80, no cambiaron su opinión. Sin embargo, empezó a
tener pesadillas.

Al relatar su proceso de conversión el doctor Adasevic dice que "soñaba


con un hermoso campo, lleno de niños y jóvenes que jugaban y reían, de
cuatro a 24 años, pero que huían aterrados de él. Un hombre vestido con
un hábito blanco y negro lo miraba intensamente, en silencio. El sueño se
repetía cada noche y despertaba con sudores fríos. Una noche preguntó
al extraño personaje por su nombre. 'Me llamo Tomás de Aquino',
respondió el hombre del sueño. Adasevic, formado en una educación
atea, nunca había oído hablar del santo dominico, ni reconoció su
nombre".

"'¿Por qué no me preguntas quiénes son estos niños? Son los que
mataste con tus abortos'”, le dijo Tomás. Adasevic despertó,
impresionado, y decidió no practicar más intervenciones quirúrgicas de
este tipo. Ese mismo día vino a su hospital un primo con su novia,
embarazada de cuatro meses, para hacerse su noveno legrado, algo
bastante frecuente en las naciones del Bloque Soviético. El doctor
accedió. En vez de extraer el feto miembro a miembro, decidió
machacarlo y sacarlo como una masa. Sin embargo, el corazón del bebé
salió aún latiendo. Adasevic se dio cuenta de que había matado a un ser
humano.

Tras ese macabro episodio, Adasevic informó al hospital de que no haría


más abortos. Nunca antes en la ex Yugoslavia comunista un galeno se
había negado a realizar tal procedimiento. Las autoridades sanitarias
redujeron su salario a la mitad, sacaron a su hija del trabajo, y no
dejaron entrar a su otro hijo en la universidad estatal.

Después de dos años de presiones y a punto de rendirse, volvió a soñar


con el Doctor de la Iglesia: "eres mi buen amigo, persevera”, dijo el
hombre de blanco y negro. Adasevic se comprometió entonces con los
grupos pro-vida. Dos veces consiguió que la televisión de su país emitiera
la película de ultrasonidos “Un grito en el silencio”, de otro famoso ex-
abortista, Berndand Nathanson".

En la actualidad el doctor Stonjan Adasevic es el principal líder pro-vida


de Serbia. Ha publicado su testimonio en revistas y diarios de la Europa
del Este. Además ha vuelto al cristianismo ortodoxo de su infancia, y
también ha aprendido a conocer la vida y obra de Santo Tomás de
Aquino.

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