Francis Bacon - Monografia - D. Lombardo

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UNIVERSIDAD NACIONAL DE MAR DEL PLATA

FACULTAD DE HUMANIDADES - Licenciatura En Filosofía


Cátedra de Filosofía Moderna
Profesora Dra. Susana Violante
Daniel Lombardo – Mat. 3588

MONOGRAFIA FINAL:
FRANCIS BACON: EL GIRO EN EL PENSAMIENTO OCCIDENTAL – Elogio y crítica.

Introducción

Hacia 1783, luego que “la Crítica de la Razón Pura” hubiera sido
publicada, Immanuel Kant reconoció en su obra “Prolegómenos (a toda
metafísica futura que pueda presentarse como ciencia)” quién había
tenido gran influencia en su obra:

“Lo confieso de buen grado: la advertencia de David Hume fue lo


que hace muchos años interrumpió mi sueño dogmático y dio a
mis investigaciones especulativas filosóficas una dirección
completamente diferente.”1

Este fue el reconocimiento hacia el empirismo, encarnado por Hume, de


Kant: un filósofo alemán cuyos fundamentos racionalistas acabaron en
una síntesis de ambos conceptos y con la primera de sus Críticas dio un
nuevo impulso al pensamiento intelectual del continente en las siguientes
décadas.

Yendo hacia el pasado: ¿cuál era, nos preguntamos, el “sueño dogmático”


de David Hume2? ¿Cual, el de John Locke3? ¿Y el de Thomas Hobbes4?

En el siguiente trabajo buscaremos presentar a la figura de Francis


Bacon como uno de los puntales determinantes y artífice de la
modernidad; trataremos de reconocerlo como el filósofo que “sacudió” con
sus trabajos a todos los nombrados, a pesar que ninguno –que hasta hoy
sepamos- lo reconociera en ninguna de sus obras, tan explícitamente
como el filósofo de Königsberg. (Pero la cita que incluiste de Kant, habla
de Hume, no de Bacon)

Así planteado el tema, veremos cómo su obra fue decisiva e influyente en


todo el pensamiento filosófico insular y continental.

Crítico absoluto de la filosofía clásica –nos referimos a los clásicos


griegos, incluyendo los presocráticos- y de la tradición escolástica, tuvo
una visión rupturista enfocada no sólo sobre la retórica, la dialéctica y la

1
KANT, I., Prolegómenos, Ed. Istmos, Madrid, 1999
2
Británico-Escocés, 1711-1776, filósofo, historiador.
3
Británico, 1632-1704, fue médico, filósofo, ensayista en derecho.
4
Británico, 1588-1679, filósofo.
lógica, sino que además cuestionó fervientemente la posición
institucional del saber por parte del poder religioso/político de su época.

En la cuestión científica, su punto de vista ocasionó a nuestro entender


un punto de quiebre en el pensamiento de su época, que permitió un
“giro pragmático” de donde surgirían el racionalismo, el empirismo, el
positivismo y de allí la serie filosófica que tuvo importancia a lo largo del
período moderno y, por lógica consecuencia, en lo contemporáneo.

La vida pública de Francis Bacon se destacó por su ambición de poder


político; personaje de carácter, imprimió a su carrera una patente y
conocida falta de escrúpulos; aferrado al gobierno de turno y codiciando
cargos públicos de una manera desenfadada (esto es según qué
historiador hayas leído). Esto jugó en desmedro del pretendido legado que
su obra filosófica proponía (revisar la frase, hay una palabra que sobra o
que falta): el deseo que el saber produjera poder a través del conocimiento
y por ello, el progreso de la sociedad por medio de los avances científicos.

Se da cuenta que abandonó los estudios regulares por considerar


inentendible la versión de la Metafísica de Aristóteles, que comenzaba a
circular en el último cuarto del siglo XVI, sin embargo para Bacon cabría
muy bien (revisar la frase) con la que comienza la obra el estagirita:

“Todos los hombres por Naturaleza desean saber”5

Argumentación

Con la misma fuerza con la que encaró su crítica hacia el pensamiento


filosófico tradicional –el mismo Bacon provenía de la escuela de la Artes
Liberales: el trivium (Gramática, Dialéctica y Retórica) y el quadrivium
(Aritmética, Geometría, Astronomía y Música)- postuló enérgicamente
sobre la manipulación de la escolástica y de los grupos de poder vigentes
aún del medievalismo, acusándolos de ser ocultistas en las cuestiones
del conocimiento: caratuló de anticientificista al poder mismo que
condenaba ahora el espíritu científico/realista de Galileo Galilei6 y
Giordano Bruno7 –entre otros-.

El pensamiento de Bacon se basaba en premisas que tenían un contexto


diferente al filosófico estricto, para él el saber y el conocimiento de las
cuestiones del mundo y la naturaleza significaban, para los nuevos
tiempos, poder. Aunque este “poder” se encontraba históricamente aliado
a la política y a la religión Bacon postuló por primera vez el pensamiento
utilitarista, expuesto en sus pretendidos y nunca terminados trabajos.
En ellos (de los cuales tomaremos Novum Organon8 de 1620 y La nueva

5
Aristóteles, Metafísica, Cap.I, 1, Ed. Gredos, Madrid, 1994.
6 Italia, Pisa, 1564-1642, astrónomo, matemático, docto en cuestiones de la física.
7 Italia, Nola, 1548-1600, astrónomo, filósofo, teólogo.
8 Bacon, F., Novum Organum, Ed. Losada, Buenos Aires, 1954.
Atlántida9 de 1626) el filósofo exponía enérgicamente que siendo el
conocimiento poder, resultaba evidente y necesario que éste no fuera
“propiedad” de nadie más que del hombre (genéricamente hablando).

Estos pensamientos provocaron reacciones entre sus contemporáneos y


más entre aquellos que desarrollarían profundamente la filosofía
racionalista y empirista empirista en Inglaterra, causando un impulso a
través de sus obras hacia los intelectuales que vendrían.
Asimismo, sus visiones sus visiones utilitarista y progresista
calladamente dieron las bases para que el Imperio Británico poseyera un
cierto “plus” en su visión expansionista e imperialista que desarrollaría
en sus conquistas trasmarinas.

Es verdad que Francis Bacon mantuvo en el sentido estricto una postura


pseudo-cientificista (ya que nunca fue científico), pero su enorme caudal
de lecturas de los clásicos griegos y latinos, le permitió, pensar, imaginar,
crear y constituir nuevos modelos y métodos, mucho menos trabajados y
ambiciosos que su contemporáneo René Descartes10 (¿en qué te basás
para decir esto?), pero que desde un punto de vista histórico rindió frutos
más prácticos conforme a los intereses políticos y económicos que
rigieron luego al mundo.

Brevísima reseña biográfica y contexto histórico.

Francis Bacon nació en enero de 1561, hijo de Nicolás Bacon, funcionario


de la Corona y de Anna Cook una dama muy instruida e hija del preceptor
de Eduardo VI. Recibió una primera educación hogareña y luego fue
enviado al Trinity College de Cambridge. Sus biógrafos destacan la
negativa de un joven Bacon (de tan solo 16 años) al estudio específico de
la Filosofía Aristotélica, la cual le parecía un sinsentido –al que luego le
haría una crítica puntual).
Luego de un viaje por Francia, regresa a Inglaterra y resuelve estudiar
Abogacía en Gray’s Jarn de Londres, donde recibe el título y comienza a
ejercer en el mismo Parlamento, representando al Condado de Essex.

En este período Bacon propuso una reforma coherente de las leyes, el


mantenimiento del Parlamento y los Tribunales, para mantener una
“independencia” del arbitrio de los gobernantes monárquicos (la nobleza
de Inglaterra, incluido los reyes). Aunque ya su objetivo tenía el trasfondo
de la reforma del saber -tal como era presentado en su época- hacia los
representantes populares, tiempo después se manifestaba abiertamente
opuesto a ellos manteniéndose junto a (al) poder monárquico. Culminó la
carrera con un ignominioso retiro y con el título de Varón y Vizconde.

La acumulación de cargos públicos y el tiempo que le demandaban le


impidió desarrollar la tarea que se había impuesto en su mediana
juventud y solo al final de su vida tuvo la oportunidad de hacerlo.
9
Bacon, F., La nueva Atlántida, Ed. Porrúa, México, 1975.
10
Francia, 1596-1650, filósofo, físico y matemático.
El propósito de Lord Bacon era redactar una historia natural (inmensa)
que debía abrir el camino a una nueva forma de filosofía: había que
desechar el pensamiento escolástico y los fundamentos propios de la
filosofía clásica para fundar un nuevo modo de pensar.

Reconociendo que el mundo estaba cambiando y que los descubrimientos


de la nueva ciencia traían provecho a la comunidad, con más las noticias
que existían fuentes por entonces desconocidas en las nuevas tierras
descubiertas (principalmente América) le daban el fundamento de un
nuevo modo de pensar. Por un lado afirmaba que la naturaleza no se
encontraba en el plano de la divinidad, sino en el humano: todo aquello
que se había creado como paradigma en el ambiente de la estructura
política teológica –que el mundo como relación de verdad positiva estaba
sólo bajo la órbita de Dios- no era más que un argumento falso para
impedir el crecimiento del hombre. Por otro lado argumentaba que el
hombre podía aprovechar el conocimiento de la naturaleza para promover
precisamente su propio conocimiento hacia el mundo.

En uno de sus ensayos previos al Novum Organon, “El avance del Saber”11
(Of the Proficience and Advancement of Learning, Divine and Human, de
1605), Bacon exponía que la naturaleza y las capacidades de los hombres
no eran dependientes de la divinidad; el mundo se encontraba expuesto
al hombre para que éste desarrollara su atributos: la memoria, la razón
y la imaginación.
El avance del saber fue publicado y trabajado en épocas posteriores,
constituyendo uno de los libros cabecera de Cambridge y siendo
apreciado posteriormente por físicos, filósofos y pensadores del Inglaterra
y Francia, tales como Isaac Newton12 y Denis Diderot13. El primero de los
nombrados –ferviente creyente- lo tomó para poder justificar gran parte
de su “filosofía natural” –la Principia Mathemáticae- y el segundo para
configurar un sistema taxonómico que denominó “Pensamiento sobre la
interpretación de la naturaleza”, de 1753.

El escrito de Bacon, además, tuvo la virtud de convertirse en el primer


texto filosófico escrito en inglés ordinario (¿de dónde tomás este dato?) e
introducir en Inglaterra la modalidad del “ensayo”, (¿Y este?) extraño aún
en el continente pero que configuraba para él un excelente modo de
transmisión de ideas.

Lord Bacon fue un prototipo de un pensador racionalista, ya que como


dijimos previamente consideraba al hombre libre de utilizar su razón, su
memoria y la imaginación para adentrarse en el mundo natural;
asimismo creía que el método científico que debía imponerse para el
estudio de las ciencias era el “método inductivo”, creyendo que

11 Bacon, F, El avance del saber, Ed. Alianza, digital: www.pdfhumanidades.com


12 Inglaterra, 1644-1727, matemático, considerado el primer físico de la modernidad.
13 Francés, Les Landes, 1716-1784, escritor, naturalista y filósofo.
desplazaba de esta manera toda la carga del pensamiento aristotélico en
la lógica y en la física natural.

Este “método inductivo” pretendía proporcionar un instrumento para


analizar los fenómenos a través de observaciones directas, que
conformarían la experiencia; a partir de una recopilación regular y
periódica de casos particulares de cualquier fenómeno dado y luego
mediante inducción -síntesis conclusiva, o conclusión por analogías-
llegar a características generales que tal fenómeno poseía y así
comprender su carácter natural. Este proceso repetido como una
reformulación produciría nuevos postulados y en consecuencias más
conocimientos sobre la naturaleza.

Francis Bacon entonces es considerado como el primer representante del


empirismo inglés (error), que por definición postula a la experiencia como
fuente y origen de todo conocimiento; éste fue un impulso extraordinario
a lo que desarrollarían luego y a su manera, John Locke, David Hume y
George Barkley Berkeley, por ejemplo.

Obra – “Novum Organum Scientarium”

Hacia 1620 Francis Bacon publica como hemos referenciado el Novum


Organum, una parte de un pretendido compendio sobre ciencia general
que iba a llamar “La Magna Instauración” y que quedara inconclusa yo
tengo la Instauratio Magna, ¿cómo es eso?.
Escrito en latín, Novum Organon (palabras en otras lenguas en cursiva)
consta de dos partes disímiles, pero con un mismo patrón conceptual.
El primero toma forma de aforismos, los cuales en el transcurso de su
lectura van ampliándose en sus definiciones.
Su título refiere al reemplazo del “Organon” aristotélico, por el suyo.
Sin embargo, a lo largo del escrito Francis Bacon resulta muy errático en
cuando cuanto al conocimiento –que lo tiene- de lo expresado en la Grecia
Clásica por los Presocráticos, Platón y fundamentalmente, Aristóteles en
su lógica. (La crítica es hacia todos, salvo a hacia Anaxágoras y a los
atomistas).
En el principio rechaza la lógica del silogismo y presupone toda la lógica
aristotélica como deductiva.
Como sabemos la lógica de Aristóteles estaba basada en los silogismos (y
en la relación sujeto-predicado, expresada en “x, p entonces: q”); también
utiliza en los silogismos la antigua definición de “inducción-deducción”,
indistintamente, condicionada a premisas-conclusión, ya fueran esta
estas partiendo de lo general a lo particular, como a la inversa. Bacon la
consideraba –erróneamente- que Aristóteles (frase) utilizaba únicamente
la lógica “deductiva”.

Aun considerando este desacierto baconiano, uno no puede más que


sustraerse a la intencionalidad del pensamiento filosófico: Bacon propone
una nuevo método científico basado en lo que denomina inducción, que
no es más que la propuesta de tomar formulaciones particulares que nos
lleven a hipótesis, teorías o leyes generales o universales, que puedan
promover el entendimiento del hombre. (¿Esto es nuevo?)
Este “método inductivo” es una filosofía experimental, que toma la
observación de los hechos particulares de cualquier ente del mundo como
base de todo conocimiento verdadero (condición de verdad).
Pero en los axiomas del Novum Organum Bacon cuida muy bien de evitar
las falsas generalidades. En esto se basa su originalidad: consolidar las
palabras y los sentidos en cada paso del proceso cognoscitivo: la razón
ayudando a los sentidos mediante la experimentación científica, que
enmarcan el entendimiento del hombre.

Otras condiciones expuestas en los axiomas del Novun Organon (títulos


en cursiva) resultan de gran interés: Bacon combate las categorías que
se encuentran aún vigentes de la clásica estructura grecolatina. Así
advierte sobre los males que aquejan al saber humano, dispuestos como
“ídolos” (que divide en cuatro) que representan lo que él considera debe
ser dejado de lado por el hombre: los de la tribu, de la caverna, del foro y
del teatro.
Todos los “ídolos” condicionan desfavorablemente el avance del hombre
hacia el verdadero conocimiento.
Los “ídolos” de la tribu son los prejuicios que tiene el hombre: el
individualismo primario que cada uno pose posee, aquello que al hombre
sólo lo hace atarse a sus sentidos sin criterio, sin razonar.
Los de la caverna son los prejuicios particulares, los de cada persona
tiene con relación a los otros y que provienen de la educación social y la
cultura de la comunidad.
Los del foro provienen de la “dialéctica”, la “gramática” o el “lenguaje”:
todos aquellos modos discursivos con el cual la persona es amarrada a
las creencias.
Finalmente los del teatro, que representan a la línea filosófica
despreciada por Bacon y que proviene, como dijimos, tanto del
platonismo como del aristotelismo vigente. Revisar y ampliar los ídolos

Obra - “La nueva Atlántida”

De esta manera expone su propia teoría cientificista muy allegada al


aspecto sociológico del progreso humano, en una utopía: “La Nueva
Atlántida”. En esta obra (que coincide históricamente con la instalación
de los imperios europeos en toda América) los sabios de una ‘utópica’
civilización basan su cultura en premisas concretamente positivistas.
Existe un Estado que rige los asuntos ciudadanos, una especie de
organización que nos parece adelantar la “división empresarial”, con
ministros que son Directores y organismos que son Secciones o
(Divisiones de trabajo).
En una mezcla casi única, donde se funden el griego con el hebreo, los
solemnes ritos de la isla utópica nos muestra que todo allí tiene una
finalidad, las posibilidades de lo dado deben responder a los recursos
naturales y éstos asimismo deben ser instrumento para múltiples
empleos. El bienestar de la comunidad se encuentra normado y ordenado
en sentido estricto, buscando un cientificismo el mismo ordenamiento de
las cosas. (frase)

En esta obra Bacon marca las diferencias existentes para él entre la


ciencia y la religión, y en esa versión utópica demuestra que el hombre
debe naturalizar el conocimiento hacia lo que, lisa y llanamente
denomina “lo concreto”: esto es, la experiencia de la naturaleza sensible
que pueda favorecer al hombre y a su comunidad.

"En primer lugar, te haré saber la finalidad de nuestra fundación. En segundo lugar, las
posibilidades e instrumentos con que contamos para nuestros trabajos. En tercer lugar, los
diversos empleos y funciones asignados a los colaboradores. Y por último, las ordenanzas y ritos
que observamos….”
(“La Nueva Atlántida”, F. Bacon)
Cuando copias y pegas algo, tenés que igualar la fuente

Se indica en el relato de esta sociedad “utópica” una forma distinta de


ver y organizar ese estado social.
1 – Debe existir una finalidad.
2 – Se deben debe contar con los instrumentos y las posibilidades para
esos fines.
3 – Tendrán que contemplarse la posesión de múltiples empleos y
funciones.
4 – Se debe actuar conforme a ordenanzas y normativas dispuestas.

Existe pues, una transfiguración en el pensamiento y tiene una


importante función en el desarrollo de lo que se definirá por progreso (ya
en el campo de las ciencias, en la filosofía, en la sociedad, en las
comunidades, etc.): tendrá la característica de mantener cualquier
concepto primero, anterior u original sin desecharlo, y será capaz de darle
otro significado al mundo en que vive y a las cosas que existen en el
mundo. Esta re-significación o significación divergente le dará sentido al
cambio racional, por ejemplo se irá dejando (en sentido estricto, ya que
estamos hablando de períodos y procesos de larga duración) la teología
en el pensamiento, la política y la sociedad en el mundo a un sentido
cientificista, mecanicista en el cual el hombre estará “sujeto” al mundo
de forma que implique ser sujeto de la razón, dueño de su identidad que
podrá comenzar a pensarla ya por su corporalidad, ya por su
pensamiento como “condición de persona”.
En este sentido buscará el concepto nuevo, como dijimos “la razón”, el
método científico, la prueba, la verdad. La modernidad conceptual no
será sino esa transfiguración o modo diferente de ver las cosas.
Lo habrá deseado pero: ¿lo logró?

Reforma del saber: el método científico.


Entonces al criticar la antigua filosofía, su dialéctica y su lógica, propone
una fuerte reforma de la enseñanza del saber: las enseñanzas académicas
deben responder a la ciencia experimental sobre la naturaleza –de la que
el hombre es poseedor, por obra de la divinidad- y ésta debe ser utilizada
como materia propia del hombre civilizado.

La naturaleza, entonces, se manifiesta para el hombre de un modo


directo, sin intermediarios: ha sido puesta por Dios, pero sin ninguna
condición limitante. Esto le da pie para proponer que no hay una
argumentación directa entre teología-sabiduría-ciencia y naturaleza, sino
que el saber es independiente de lo divino y aún más, de lo teológico, por
la el cual el hombre es libre de pensar y actuar en la naturaleza que le
fue dada.
Así, sustenta nuevos criterios de verdad:
-esboza una “teoría del reflejo” (algo así como las metáforas lumínicas
platónicas) donde las verdades científicas dan una representación real de
la naturaleza. (ojo con relacionarlo con Platón)
-el conocimiento a su vez es una representación de la verdad demostrada
a través de los sentidos.
-los objetos del mundo adquieren entonces un canon científico, ya que
éstos no son otra cosa que la prueba de la realidad de las cosas.
Esto ya presupone en Francis Bacon el concepto de experiencia: sentido
y naturaleza se encuentran (son como dos rayos de luz que se cruzan y
se reflejan en un espejo, nos dice) y de ellos debe resultar el medio del
desarrollo científico.
En la experiencia se encuentra el fundamento del saber y de la ciencia:
la experiencia es la relación existente entre el fenómeno y nuestro
entendimiento

Su clasificación del saber tenía que ver con lo que consideraba una
facultad mental propia del hombre cuyos componentes estaban basados
en la memoria, la razón y la imaginación: a este esquema lo imaginaba y
pretendió imponerlo en “La Gran Restauración”.
Aun cuando el método de Bacon ejerció nominalmente una gran
influencia en los incipientes “medios científicos” británicos, el
pensamiento filosófico postulado hizo que se desarrollaran corrientes de
investigación experimental que dieron lugar al surgimiento de lo que sin
duda podríamos llamar “ciencia moderna”.

En ésta etapa, en el orden científico teórico/práctico, está signada por “El


discurso del Método” de Descartes (evidencia, precipitación, prevención,
síntesis, enumeración, actualización…) (unificar fuente y tamaño) y la difusión
de las ideas de Galileo Galilei: es aquí donde comienza a normativizarse
la cuestión científica a través de formulaciones observacionales por un
lado, y por otro mediante la matemática en las prácticas físicas que se
entendían entonces como “filosofía natural”. Sin embargo Bacon no
concede importancia al método teórico-práctico (ya dijimos que no fue
científico (¿por qué?), sino que postula su “ciencia” como una formulación
general e inespecífica, en la cual la experiencia y la técnica debe
prevalecer sobre la retórica y la dialéctica griega clásica.

Conclusión

El propósito de toda la obra de Francis Bacon (algo difusa ya que ha


quedado a merced de su quehacer personal y su carrera política), tiene
una suerte de pretendida reforma de los saberes y las ciencias, cuestión
que consideramos ha conseguido, toda vez que muchos de sus textos no
solo se dieron a imprenta sino que fueron tomados como manuales de
cabecera en la Inglaterra de fines del siglo XVII.

Esta reforma de los saberes queda de manifiesto en su convicción que el


saber es poder práctico y manifiesto.

Así, pone un límite al suponer escolástico y propone dividir la filosofía en


tres doctrinas, que transforma en axiomas a lo largo de su obra “Novum
Organum”:
-la doctrina de Dios, concerniente al poder divino.
-la doctrina de la naturaleza, que es dada por dios pero que está
disponible al conocimiento humano.
-la doctrina del hombre, que puede disponer de la naturaleza a través del
conocimiento y la ciencia.
En los axiomas, la teología y lo divino no deben confundirse con la luz de
lo científico ni con lo que es natural, su ámbito debe permanecer al culto
y al rito, (frase) explícitamente adjudicando a la Iglesia el domino del
saber sobre Dios.
En la misma obra, hay axiomas que nombran lo natural como la
disposición de todas las cosas del mundo que pueden y deben ser
reconocidas o descubiertas, luego clasificada y estudiadas para ver qué
fin benéfico puede tener.
En los axiomas de la ciencia del hombre Bacon hace una gran división
de la ciencias: un espectro bastante indeterminado o disperso pero del
que puede considerarse la música y la poesía, la lógica y la física (filosofía
natural). (Confuso)

Para que el método de Bacon descrito en “Novum Organum” pueda valer


para todas las ciencias, entre los axiomas, se delimitan los diferentes
objetos de la naturaleza que constituyen cada una de ellas, y sirven como
fundamento al método inductivo.
Configura en su obra (repetimos, inacabada) la organización de la ciencia
y los saberes que deben adaptarse a los descubrimientos sensibles
naturales (o lo perceptible), buscando encontrar fórmulas axiomáticas
que pretenden adecuar una nueva lógica.
Los axiomas teóricos que producen deben ser regulados por lo que él
llama “la ciencia experimental”, que a su vez retroalimenta el saber
pretendido.
Aunque desde un comienzo rechaza el platonismo, él mismo acude y
refiere a metáforas lumínicas y a un ejemplo -el de la mima de oro, y de
los hornos-, que tiene una figura absolutamente coincidente con la
caverna platónica.

En el sentido que los venimos viendo, Bacon entiende la filosofía como


rupturista con el sentido escolástico y pretende que la misma no se pierda
en los sentido especulativos dichos –como señalamos anteriormente- por
Kant, sino una nueva forma de interpretar el mundo y el conocimiento
del mundo, con nuevos métodos científicos éstos sean un “espejo” de la
naturaleza en el aspecto de la sensibilidad, la percepción y las
observaciones. Éstas se transformarán en “pruebas”, alegatos,
argumentos de la consistencia de las ciencias que revelarán la realidad
de las cosas, la realidad del mundo.
Es este presupuesto el que fundamento fundamenta el concepto de
“experiencia” en Bacon: el encuentro de los sentidos y la naturaleza (las
cosas, el mundo) que es el medio del desarrollo científico. La experiencia
está, entonces, como el primer paso del descubrimiento de los principios
de verdad o falsedad lógica, que Bacon distingue de los otros, las
verdades o falsedades “reveladas” por la religión, fruto de la fe en la
divinidad.

En los axiomas baconianos la mera sensibilidad tampoco es suficiente


para el sabio, sino que debe tener una relación concreta con el
entendimiento y de allí surgir los procedimientos que hagan “hablar” a
las cosas por medio de la ciencia. Es la búsqueda de reemplazar al culto
del mero discurso –y la lógica aristotélica, entendida por Bacon- por el
estudio directo y razonado de los fenómenos.

Con un espíritu inquisidor Bacon trató todas las ramas del saber
aceptadas en su tiempo a una revisión personal, la cual fue volcando en
escritos en forma de ensayos, introduciendo en Gran Bretaña esta forma
particular de escrito que fue luego incorporado a la estructura literaria
de la ciencia y la filosofía.

BIBLOGRAFIA y enlaces
NOVUM ORGANUM. Francis Bacon, Ed. LOSADA, Bs. As. 1954.
LA NUEVA ATLANTIDA, Francis Bacon, Ed. Porrúa, Mexico, 1975
EL AVANCE DEL SABER, Francis Bacon, Ed. Alianza (digital)
www.pdfhumanidades.com
PROLEGÓMENOS, Immanuel Kant , Ed. Itsmos, Madrid, 1999

En todos los casos es necesario que hagas constar los/las traductores/as.

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