2° Parcial Perez Esquivel

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 20

1

Comisión 01

Universidad de Buenos Aires – Facultad de Ciencias Sociales

Cultura para la Paz y Derechos Humanos​. Cátedra Adolfo Pérez Esquivel

Consignas 2º parcial domiciliario - Segundo cuatrimestre/2014

Comisión 1 (Viernes de 19 a 21 aula 206)

Docentes a cargo: Ana De Maio,

Amaranta González,

Mariana Katz

Integrantes: De Cristo, Martina (carrera: Sociología)

Goisen, Mariel (carrera: Sociología)


2
Comisión 01

Rastreen en los medios de comunicación casos de violación de derechos


humanos hacia integrantes de alguna comunidad indígena argentina o a la
comunidad misma. (Adjunte el recorte o la impresión). Analicen el caso
identificando actores involucrados, derechos vulnerados, responsabilidad del
Estado, acciones de las organizaciones sociales. Hagan referencia a políticas
públicas tendientes a la inclusión y la igualdad, desafíos y deudas pendientes.

Indagamos en el tema de la violación de los derechos de pueblos originarios y la


discriminación que sufren en el sistema de salud argentino. Hemos elegido la
provincia de Misiones por ser una de las que mayor concentración de indígenas
tiene. También es una de las provincias que más nudos críticos en relación a la
salud presenta. Nos enfocaremos en la comunidad Myba Guaraní abordando la
temática desde la controversia del universalismo y el desafío de la diversidad
cultural. Para esto recurrimos a los medios de comunicación, específicamente los
diarios, como fuentes. Para hacer un seguimiento del caso seleccionamos artículos
que refieren a la situación de Julián, de diferentes diarios: Página 12, Clarín, La
Nación y el periódico El Territorio. Algunos informan de la situación previa a la
operación y otros post. Con estos relatos identificamos más fácilmente los
derechos vulnerados y cómo intervino la justicia desde el Estado argentino para la
resolución de las diferentes posturas encontradas.

Tomamos un caso del año 2005 sobre un niño de 3 años integrante de la


comunidad Myba. La situación de Julián gira en torno a un problema de salud,
donde hay una “recomendación” de operar por parte de los médicos (orientados en
un medicina occidental), pero los padres se resisten, teniendo la convicción que
mientras el niño esté cerca de su comunidad va a tener energías para superar y
recuperarse de la enfermedad, sin tener fe en la “medicina de guardapolvo”. La
disyuntiva inicia cuando los padres lo retiran a Julián del hospital Provincial de
Pediatría de Posadas al segundo día de estar internado y el hospital realiza la
denuncia a los padres (que no hablan castellano) por la falta de atención al niño.
Aquí interviene la jueza Julia Alegre que obliga a Crispín y a Leonarda a internar a
su hijo en el Hospital de Niños Gutiérrez de Buenos Aires. En esta instancia
aceptan que se le administre la medicación pero no están de acuerdo con la
cirugía. El caso es debatido por el Comité de Bioética del Hospital de Niños
Gutiérrez, la Comisión de Juristas Indígenas de la República Argentina (que
asesoran a los padres de Julián) y la Dirección de Asuntos Guaraníes de Misiones,
3
Comisión 01

pero mientras tanto la salud del niño se deteriora. Finalmente es operado mientras
el intérprete guaraní (un cacique que actuó como intérprete y mediador entre los
médicos y los padres de Julián) y el agente sanitario de la aldea pedían oraciones.
Julián sobrevivió hasta el año siguiente a la intervención.

1
La Comisión de Ancianos de la Comunidad se reunió junto al cacique Alejandro
Benítez, a quien si le preguntan su nombre espiritual dirá “Everá”, a decidir qué
procedimiento se debería llevar a cabo en este caso. Evera es también opyguá de
su comunidad (titulo cercano a la idea de sacerdote y curandero) y tuvo un sueño
en relación a Julián. En su sueño él vio que en el pecho de Julián había una
piedra. Su premonición en relación al sueño era que si los médicos abrian a Julián
para sacársela, el niño moriría. Esta piedra resultó ser el tumor que Julián tenía en
su corazón. Para Everá, el problema “no se cura en el hospital. Tenemos que
2
volver al pueblo y pedir a Dios con la oración”. El reclamo de esta comunidad es
“que todos los Yuruá (palabra Mbya con que designan al blanco) pregunten a
nosotros cuando tiene que ver con nuestra gente”. La comisión de Ancianos
sostiene y recalca que son un pueblo con derechos.

Es responsabilidad del Estado asegurar la vida y la salud. El reconocimiento de los


derechos indígenas aumentó en los últimos años. La Constitución incorporó tras la
reforma de 1994, el artículo 75, inciso 17, que reconoce la preexistencia étnica y
cultural de los pueblos indígenas y les garantiza el respeto a su identidad y el
derecho a una educación bilingüe e intercultural. De este modo otorga protección a
la diversidad étnica y cultural. ​También diez años después en la Declaración de
las Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos indígenas, en el artículo 23
se aclara que: ​“Los pueblos indígenas tienen derecho a determinar y a elaborar
prioridades y estrategias para el ejercicio de su derecho al desarrollo. En
particular, los pueblos indígenas tienen derecho a participar activamente en la
elaboración y determinación de los programas de salud, vivienda y demás
programas económicos y sociales que les conciernan y, en lo posible, a
administrar esos programas mediante sus propias instituciones.”
La ONU aprobó la Declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos de los
pueblos indígenas en el 2007, ratificando con este documento los principios
reconocidos en la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Los temas
más importantes de la Declaración son los más vulnerados en este caso de la

1
​La comisión de Ancianos y Guías Espirituales de la Nación Guaraní son una institución
representativa de la cultura y la religiosidad ancestral de la Nación Myba Guaraní. el proyecto de
ellos es asumir la diversidad cultural, reconociendo la posibilidad de tomar decisiones frente a la
diversidad étnica, cultural y lingüística de las diferentes realidad indígenas de Misiones.

2
​Diario Página 12, sección Sociedad, ​Viernes, 12 de agosto de 2005
4
Comisión 01

comunidad Mbya: el derecho de la autodeterminación es fundamental ya que


significa que tienen el poder de decidir lo que es lo mejor para ellos y sus
comunidades. Pueden tomar sus propias decisiones y llevarlos a cabo de manera
significativa para los pueblos indígenas, respetando a la vez los derechos
humanos de los miembros de su comunidad (incluyendo a los niños) y también de
otros pueblos. Tampoco fue respetado su derecho a la identidad cultural: los
pueblos indígenas deben ser reconocidos como iguales a todos los demás
pueblos, pero también tienen derecho a ser diferentes, incluyendo las maneras que
se visten, la religión, las tradiciones, la lengua, contemplando también las
creencias, lo cual no fue considerado. Este derecho va de la mano del artículo 11
de la Declaración que reivindica el derecho a los indígenas de practicar su cultura
y sus tradiciones (tradiciones espirituales, religiosas y de conocimiento como
plantea el artículo 12).

Por el choque cultural se hace visible la vulneración de los derechos de los


guaraníes, o al menos así lo consideran ellos. Los padres del niño no es que no
creían en los médicos de Buenos Aires, pero mantuvieron su convicción de que la
cura de Julián estaba ligada a la comunidad, es por eso que sentían la necesidad
de regresar a Misiones, para que los rezos, las danzas y los sueños del guía
espiritual libraran a su hijo de aquella piedra. La identificación de inequidades
étnicas son un medio para identificar la desigualdad en términos de salud. La
desconfianza de Leonarda y Crispín ante la medicina occidental no es casualidad,
no desconfían sin motivo alguno, sino que detrás hay una historia en el que el
3
“descubrimiento del otro” fue en realidad el “encubrimiento del otro” , un no
entender al otro. En este proceso histórico se fue construyendo un imaginario
social impregnado de prejuicios. Las actitudes estigmatizantes que parte de la
mirada del blanco a las comunidades indígenas se hacen evidentes en la forma en
que se refieren los médicos y enfermeros a los indígenas, identificándolos como
“dejados” o que “no entienden”. En ejemplo lo da ​Bournissen (ex secretario del
4
Equipo Nacional de la Pastoral Aborigen) en un artículo de La Nación que cuenta
el caso de una futura madre indígena contando que es muy difícil que el agente de
salud que la atiende en el hospital la escuche y comprenda sus pautas culturales
respecto del embarazo, el parto y la crianza del niño. Estas actitudes hablan de
etnocentrismo e intolerancia frente a los otros sistemas culturales, creyendo que
los propios son superiores y preferibles a lo de los demás. Por ejemplo cuando la
jueza Alegre alega que se debe respetar la voluntad de los progenitores mientras

3
​Stavenhagen, Rodolfo: “Los pueblos originarios: el debate necesario”. CLACSO, Colección
Pensamientos, Septiembre 2010. Buenos Aires.

4
​Diario La Nación, “Por una vida digna” sección Hoy, Sábado 21 de noviembre de 2009
5
Comisión 01

que no esté en riesgo la vida del menor. Podríamos pensar que dicha postura
parecería ser neutral, pero nos lleva a preguntarnos ¿detrás de este supuesto de
neutralidad se esconde racismo y discriminación? ¿Se debe respetar la voluntad
de los progenitores siempre y cuando tengan un pensamiento que coincida con el
occidental? ¿La vida del menor se pone en juego aceptando la intervención
quirúrgica o dejándolo ir a la comunidad de la que es parte?

Por otro lado no olvidamos que estamos realizando una crítica desde el
pensamiento occidental, por lo que más allá de identificar los derechos vulnerados
en el tratamiento de la enfermedad de Julián, también nos preguntamos si el hecho
de dejar que los padres se lleven al niño de regreso a Misiones no supondría en
realidad desentenderse del tema. De todos modos sostenemos que el poder
judicial no contempló las particularidades culturales de la vida en la que está
inserto el niño.

Creemos también que al no dejarles practicar su propia medicina en base a las


creencias de la comunidad fue violado el derecho a la salud (artículo 24 de la
Declaración) “Los pueblos indígenas tienen derecho a usar las medicinas y
prácticas de salud tradicionales que les resultan adecuada”. Se muestra la
disyuntiva que significó tomar la decisión sobre operar o no a Julián sin el
consentimiento de la comunidad o de sus padres. Es decir que los Yuruá no
deberían intervenir en las prácticas de salud de la comunidad, respetando la
diversidad de sus prácticas de sanación tradicional. Derecho que tiene que
garantizar el Estado, pero en este caso la jueza de la causa solicitó que se lo
volviera a llevar a un centro de salud, para que se le pudiera brindar la mejor
atención. Al conocer la opinión de los padres, mediante un intérprete guaraní Juan
Duarte, la jueza consideró que en un principio se respete la opinión de estos. Los
padres pedían que se realizará un tratamiento sin implicar una intervención
quirúrgica. Según expresó la familia de Julián en declaraciones del diario El
territorio “.​el motivo de esta oposición a una operación, no está basado
exclusivamente en creencias culturales de su raza sino en las pocas
probabilidades de sobrevida que los mismos médicos habrían anticipado a la
5
familia guaraní.” En declaraciones de este diario, se aclara que los escollos del
caso, fueron producto de la falta de un documento nacional de identidad y del
idioma.

5
​Diario El territorio, edición impresa, sección actualidad, Sábado 10 de septiembre de 2005
6
Comisión 01

6
Un documento de OPS/CEPAL (1997) señala que la discriminación étnica es una
de las principales causas de inequidad en salud, dadas las condiciones de
extrema pobreza en que viven las poblaciones indígenas, subalimentadas y en
extrema precariedad sanitaria. Los citados organismos señalan que la
discriminación de la medicina tradicional durante décadas ha descuidado o negado
la posibilidad de contar con la rica tradición médica que poseen las poblaciones
indígenas. Por lo mismo, en el futuro la gestión comunitaria-participativa en salud,
los programas de aprendizaje compartido, la validación y rescate de la medicina
tradicional, pueden ser estrategias viables para el mejoramiento de los indicadores
de salud entre las poblaciones indígenas.

Este derecho a la salud también se ve afectado por las barreras económicas,


sociales, culturales y geográficas a las que están atadas la comunidad Mbya. No
se divulga el trasfondo que existe detrás de las altas tasas de mortalidad infantil y
materna, omitiendo que esto va de la mano de la deforestación sobre sus tierras,
dejándolos desprovistos de árboles medicinales, arrasando con su “farmacia
natural”. Es decir que detrás del tema de sanidad se esconden políticas de
exclusión y la quita de los recursos de las tierras indígenas. Incluso los medios de
comunicación callan parte de la realidad, creándola y moldeándola. Retomando a
Dussel, es claro cómo los medios de comunicación presentan de qué lado orientan
para hablar de un tema, en este caso, culpabilizando a los padres y a los
miembros de la comunidad; victimar al inocente. Esto es visible simplemente en
los titulares de las noticias en las que hemos rastreado el caso: Página 12, refiere
a la problemática titulándola como: “Un dilema para la medicina blanca”, como si la
decisión más difícil en esta situación haya sido para los médicos y no para la
familia. La Nación presenta la nota con un criterio parecido, al titularla “La
"medicina blanca" le salvó la vida a un chico guaraní”, advirtiendo que la salvación
de Julián estuviera sólo en las manos de la medicina académica occidental.
Incluso hasta podríamos decir que ridiculiza el término “medicina blanca” al
escribirla entre comillas, poniendo en evidencia que así la reconocen los
indígenas. Entre los tres diarios, otra cosa que tienen en común es el énfasis que
hacen acerca del proceso judicial, como el punto de quiebre que llevó a los padres
“aceptar” la operación de Julián. ​En la nota del periódico de Misiones, podría
pensarse que se esboza cierta inclinación a responsabilizar individualmente a esta
familia por no poseer los recursos necesarios como el idioma para lograr la mejor
atención para su hijo, lo que de alguna forma llevaría al lector a concluir que está
justificado el accionar de la jueza, Julia Alegre de intervenir en la salud de Julián.

6
​Discriminación étnico-racial y xenofobia en América Latina y el Caribe, Martín Hopenhayn
Álvaro Bello, Santiago de Chile, mayo de 2001
7
Comisión 01

Paula Bravo resalta la postura de que los derechos que se otorgan a una minoría
en relación a su etnia no afectarían el principio de igualdad. Lo justifica a partir de
la idea de que cierta protección jurídica especial, surge como excepción, al
considerar cierta condición de “vulnerabilidad”. Es esta “vulnerabilidad” la que
justifica un tratamiento diferencial, tratándose de necesidades diferentes para que
puedan gozar de todos los derechos intentando eliminar la desigualdad existente.
Manuel Moreira plantea este mismo tema a partir del término “acceso
culturalmente adecuado”. Considerando como una primera cuestión la
coexistencia de culturas diferentes y por otro lado una adecuación del sistema de
control hegemónico, modificando su estructura monocultural, para lograr aceptar
realmente nuevas manifestaciones culturales en el modelo dominante. Esta
propuesta también la plantea Bravo que cree necesario que los Estados deben
reconocer los derechos de las comunidades indígenas, aceptarlos e incorporarlos
dentro del sistema jurídico. Moreira retoma la idea de que cualquier persona posee
el derecho a buscar y encontrar justicia. Para ello tiene el derecho a ser oído por
un juez, de tener un marco donde presentar el reclamo y amparo de sus derechos.
Julio César García retoma del marco jurídico en el Estado Argentino de derecho,
que el derecho a acceder al sistema de justicia, debe realizarse de manera real
efectiva y no sólo de forma simbólica, se debe lograr una Tutela Judicial Efectiva.
Para lograr acceder a estos mecanismos, debe lograr ser escuchado. Por lo tanto,
para que el acceso sea eficaz, el usuario debe ser escuchado en su idioma
original, considerando sus pautas culturales. En este caso no podemos objetar lo
contrario porque no han encontrado trabas en el acceso a la justicia, fueron
escuchados, incluso un cacique fue el intérprete, aunque no han estado de
acuerdo con la concepción de la comunidad en cuanto a la recuperación de Julián.

7
En la nota que dio Mabel Pelo al diario la Nación en el 2009, opinaba acerca de
las políticas públicas: “​Se está trabajando para darle más participación a los
aborígenes en términos de políticas públicas. No es la ideal ni la que quieren las
comunidades, pero por lo menos se las está escuchando". En el 2014, en el mes
de Abril se realizó una jornada institucional con comunidades originarias de Jujuy.
Quien lo llevó a cabo fue el ministerio de salud de la provincia, para lograr generar
un diálogo intercultural y facilitar los accesos en los servicios de salud. El ministro
Saúl Flores durante la jornada indicó: “dispusimos líneas de trabajo que se
profundizarán, además intensificaremos la promoción de la salud y los entornos
saludables, que en relación con las comunidades indígenas, es entendido como el

7
​Hija del cacique, responsable de las relaciones públicas de la comunidad y coordinadora del
Subprograma de Salud Indígena del Ministerio de Salud de la provincia de Jujuy.
8
Comisión 01

respeto a la Pachamama”. “Bajo este marco estamos tratando de amalgamar los


8
distintos conceptos en pos de construir una mejor salud para todos” . Por otra
parte Mabel Peló puntualizó que el objetivo de la jornada fue generar una mesa de
diálogo intercultural con la participación de cada uno de los referentes de las
comunidades indígenas y, en este contexto, delinear estrategias que contribuyan a
mejorar y garantizar la accesibilidad al sistema sanitario. A pesar de la perspectiva
“optimista” de Mabel, consideramos que las políticas públicas actuales, están lejos
de presentar una solución integral, e intercultural en las cuestiones sanitarias. El
cacique Peló explica que “El problema es que nuestra cultura va en desmedro de
lo que la sociedad en su conjunto y las autoridades priorizan, que es la economía
de mercado”. Por eso consideramos que es necesario incidir para que el Estado
reconozca la medicina ancestral como una forma de vida y un sistema de
conocimientos. Esto no solo tiene que ver con el deber que tienen los gobiernos de
respetar nuestra identidad, sino también con garantizar el cumplimiento de un
derecho humano. Mantener la medicina ancestral no sólo responde a un mandato
espiritual también significaría el reconocimiento de sus derechos estimulando el
derecho universal.

Es importante reconocer también la creación de INADI (Instituto Nacional contra la


discriminación), y el CPI (Consejo de Participación Indígena), como organismos en
los que pueden encontrar herramientas. Aún existen deudas por saldar. Cabe
preguntarnos si los derechos humanos deberían ser universales, o si cada
comunidad puede pensar derechos diversos. En este caso es un desafío para el
Estado: pudiendo imponer derechos iguales para todos sin distinguir las
diferencias culturales, en este caso la operación de Julián se tomaría como
ilegítima y no interviniendo, o imponer los mimos derechos para todo el mundo.
Con este pensamiento se identificaría Leonardo Moledo, que escribe en el artículo
de Página 12 que no se puede construir un Estado dentro de un Estado. De hecho
la Constitución, a partir de 1994 luego de la modificación, ​los reconoce como
sujetos con derechos pero no como pueblos soberanos. ​Pero de lo que no cabe
duda es que los pueblos indígenas deben gozar de sus derechos sin restricciones
y sin discriminación. Va más allá de las posturas universalistas-etnocentristas,
para poder lograr un proceso de interculturalidad. Como se plantea ​César García,
t​enemos muchas leyes pero nuestra situación no cambia. Es importante poder
lograr una conciencia de la pre-existencia étnica y cultural. Como expresa
9
González “h​ay que reconocer el carácter multicultural y pluri-étnico de la nación y
reconocer a los indígenas con una identidad propia diferenciada”. No significaría

8
​Diario Pregon de Jujuy, 16 de abril de 2014
9
Gonzalez, Ana. “Los derechos indígenas en Argentina”. Inédito
9
Comisión 01

que al reconocer las diferentes culturas se renunciarían a los derechos universales


ni a criterios morales, sino poder lograr finalmente una visión multiculturalista en el
imaginario social.

Bibliografía:

Bravo, Paula A: Identidad, Propiedad y Derecho Constitucional, Derecho


Constitucional Indígena, Ponencias y Conferencias del 1er Congreso
Internacional de Derecho Constitucional Indígena, abril 2012. Resistencia, Chaco.

-García, Julio Cesar: La Constitución Nacional y los Pueblos Indígenas. ¿Cinismo


Jurídico o esperanza tangible?, Derecho Constitucional Indígena, Ponencias y
Conferencias del 1er Congreso Internacional de Derecho Constitucional Indígena,
abril 2012. Resistencia, Chaco.

-González, Ana: “Los derechos indígenas en Argentina”. Inédito​.


10
Comisión 01

-Moreira, Manuel: La Constitución y el Derecho de los Pueblos Originarios: el


acceso a la justicia culturalmente adecuado, Derecho Constitucional Indígena,
Ponencias y Conferencias del 1er Congreso Internacional de Derecho
Constitucional Indígena, abril 2012. Resistencia, Chaco​.

N.U Observaciones finales del Comité para la Eliminación de la Discriminación


Racial: Argentina, marzo 2010.

Stavenhagen, Rodolfo: “Los pueblos originarios: el debate necesario”. CLACSO,


Colección Pensamientos, septiembre 2010. Buenos Aires.

Búsquedas online​:

Convenio sobre la Diversidad Biológica de Naciones Unidas, 1992.

Convenio 169 de OIT. Referido a Pueblos Indígenas y Tribales en Países


Independientes, 1989.

Declaración Internacional de Derechos de los Pueblos Indígenas, ONU, 2007.

​Diario Pregon de Jujuy, 16 de abril de 2014

Diario El territorio, edición impresa, sección actualidad, Sábado 10 de


septiembre de 2005

Diarios La Nación, “Tenía un tumor en el corazón”. Seción Sociedad, 16 de


septiembre de 2005

Diario La Nación, “La Medicina blanca le salvó la vida a un chico guaraní”.


Sección Información General. Viernes 16 de septiembre de 2005

Diario La Nación, “Por una vida digna” sección Hoy, Sábado 21 de noviembre de
2009

Diario Página 12, sección Sociedad, Viernes, 12 de agosto de 2005


11
Comisión 01

Comunidad Ocloya- Laguna del tesorero, Jujuy

Comunidad- La Nación​ | ​Sábado 21 de noviembre de 2009

Pueblos originarios
POR UNA VIDA DIGNA
Los aborígenes argentinos viven en situación de vulnerabilidad social y reclaman al
Estado su derecho a la tierra, y a una educación y salud de calidad.
12
Comisión 01

Laguna del tesoro (Jujuy).- Sentado a la cabecera de una mesa adornada por kilómetros
de montes tupidos de fondo y con un hablar pausado pero firme, Antonio Pelo reúne en su
paladar los saberes de sus antepasados, pero también las vivencias de los 75.000
ocloyas que residen en Jujuy. "Acá no llegan ni los gobernantes", suelta al aire este
cacique de la comunidad ocloya Laguna del Tesorero, a 60 kilómetros al nordeste de la
ciudad de San Salvador de Jujuy. Y no lo dice sólo por el aislamiento que resisten,
producto de los 30 kilómetros de ripio enredado que hay que recorrer para llegar al cerro
que habitan ni los cuatro meses que las crecidas de los ríos les impiden trasladarse en
otra cosa que no sea a pie o a caballo, o por la incomunicación que sufren por no tener
teléfono ni radio. Sino que apunta, principalmente, a remarcar el histórico olvido que los
pueblos aborígenes sienten que han padecido en la agenda del Gobierno y en el
reconocimiento de su cultura y los derechos humanos.

El problema es que nuestra cultura va en desmedro de lo que la sociedad en su conjunto


y las autoridades priorizan​, que es la economía de mercado", explica Pelo, que hace 16
años es la cabeza visible de esta comunidad de 50 familias que lucha por mejorar la
salud, la educación y las oportunidades de sus hermanos.

LA NACION se adentró en los cerros jujeños para pasar dos días junto a esta comunidad
aborigen, experimentar cómo viven , cómo se organizan y para palpar sus principales
necesidades, las mismas que padecen los 600.329 aborígenes que habitan en nuestro
país, según la Encuesta Complementaria de Pueblos Indígenas (ECPI) realizada en
2004-2005. Este relevamiento fue el primer estudio completo a nivel nacional sobre estas
poblaciones que habitan estas tierras desde siempre, una muestra más del relegamiento
que han sufrido en nuestra historia.

"Se está trabajando para darle más participación a los aborígenes en términos de políticas
públicas​. No es la ideal ni la que quieren las comunidades, pero por lo menos se las está
escuchando", reconoce con aires de esperanza Mabel Pelo, hija del cacique, responsable
de las relaciones públicas de la comunidad y coordinadora del Sub Programa de Salud
Indígena del Ministerio de Salud de la provincia de Jujuy.

NECESIDADES INSATISFECHAS:

Más allá de los cuestionamientos que recibió de parte de las comunidades en cuanto a su
metodología, el censo arrojó datos que revelan la precariedad en la que subsisten estos
pueblos. La mitad de la población indígena tiene menos de 18 años, casi un cuarto de los
hogares indígenas (23,5%) tiene sus necesidades básicas insatisfechas. A su vez,
muestra que el 78,2% de la población indígena de 15 años y más tiene el secundario
incompleto, mientras que un tercio no completó la primaria o no tiene ninguna instrucción.
En cuanto a la salud, el 63,9% no tiene obra social ni plan de salud privado.

"A los aborígenes se les otorgan subsidios asistenciales que lejos de reconocer su
identidad cultural, los somete aún más y los subordina a mediadores​. ​Lo cuestionable es
que con eso se intenten subsanar los déficits que existen en términos de políticas públicas
para con los indígenas. La diferencia cultural requiere de políticas públicas que respeten
su diversidad", explica Morita Carrasco, profesora adjunta de la carrera de Antropología
de la Facultad de Filosofía de la UBA. Y agrega: "La primera medida para tomar debería
13
Comisión 01

ser reconocer la titularidad de sus tierras, como lo piden las comunidades. La segunda,
crear un sistema de salud universal que atienda las necesidades de la población, y
trabajar en el saneamiento de los ambientes, la provisión de agua, la atención de
embarazadas y niños, y la cura de las enfermedades endémicas como cólera, chagas,
dengue y tuberculosis".

Siguiendo con este razonamiento, Germán Bournissen, ex secretario del Equipo Nacional
de la Pastoral Aborigen (Endepa), agrega que la acción del Estado es meramente
asistencial y no está dirigida a generar trabajo, que es lo que reclaman los indígenas.

LA NACION quiso ponerse en contacto en reiteradas oportunidades con Daniel


Fernández, titular del Instituto Nacional de Asuntos Indígenas, pero no obtuvo respuesta.

En Laguna del Tesorero el tiempo no tiene apuro y las bondades de la naturaleza son
aprovechadas al máximo en beneficio de la comunidad. Todas las casas son de adobe y
aparecen salpicadas entre las 6500 hectáreas que antes estaban en manos privadas, y
desde 2007 pertenecen a la comunidad. Sorprende ver cada una adornada con un panel
solar que la alimenta de la energía necesaria para toda una familia. No tienen gas, pero lo
reemplazan con hornos de barro con leña y tienen una cisterna que provee de agua de río
al centro poblado y la escuela. El resto de las familias se ubica directamente cerca de
alguna fuente de agua.

"Acá se vive de otra manera, mucho mejor que en la ciudad, porque tenés de todo, no te
hace falta la moneda y de última, siempre tenés el trueque", sostiene Mabel Pelo.

Cada persona hace sus tareas con la convicción de formar parte de algo que los supera y
los engrandece al mismo tiempo. Las familias se mantienen mediante la agricultura, la
ganadería y la confección de artesanías.

Algunos tienen más de diez hijos y la mayoría cobra los 150 pesos del Plan Jefes y Jefas
de Hogar para llegar a fin de mes. El ingreso mensual en un hogar indígena puede llegar
a 500 pesos, pero en muchos casos baja hasta 150. Esto implica que ese hogar cuenta
con tan sólo 5 pesos por día para satisfacer sus necesidades básicas.

DISCRIMINACIÓN:

Los especialistas consultados se muestran preocupados por las violaciones a los


derechos de los indígenas y los hechos de violencia que han estado sufriendo en los
últimos meses. "Esto se produce a causa de una sociedad que discrimina y un Estado que
hace poco y nada para poner en práctica el derecho constitucional de los indígenas a
poseer un territorio propio, a la salud, la educación intercultural bilingüe y a la
preservación y uso sustentable de los recursos naturales, entre otras cosas", sostiene
Bournissen.

Según su experiencia, ​para un indígena es muy difícil acceder a la justicia y que sus
derechos sean respetados. ​"Para un niño indígena es muy difícil que la escuela le ofrezca
una educación intercultural bilingüe de calidad. ​Para una futura madre indígena es muy
14
Comisión 01

difícil que el agente de salud que la atiende en el hospital la escuche y comprenda sus
pautas culturales respecto del embarazo, el parto y la crianza del niño​", dice Bournissen.

Cuando Ivana sintió una puntada que surgía de lo más profundo de sus entrañas y le
recorría todo el cuerpo, no tuvo dudas: el parto de su hijo se había adelantado diez días y
no tenía más remedio que tenerlo en su comunidad, Laguna del Tesorero. "No me sentía
con fuerzas para trasladarme por el camino de ripio hasta la ciudad. Además, me daba
miedo no llegar y tenerlo en la camioneta", recuerda Ivana.

Ese 1° de agosto, Día de la Pachamama, la urgencia se apoderó del pueblo, que no


estaba preparado para recibir este nacimiento. Sin anestesia, los equipos ni el personal
necesarios, Ivana conoció el límite del dolor durante seis horas, hasta que en una camilla
improvisada en el centro comunitario dio a luz a Azael Leandro.

Son numerosas las circunstancias que llevaron a Ivana -y que todos los días exponen a
las comunidades aborígenes de nuestro país- a esta situación límite. ​Las grandes
distancias, la falta de un centro de salud de calidad propio de las comunidades y la
atención médica deficitaria que reciben en las ciudades.

La discriminación es una de las barreras que más dificulta el acceso a los servicios
sanitarios​. ​De cada diez mujeres indígenas, cuatro piensan que en los hospitales y las
postas de salud las discriminan por motivos raciales.

"Los principales problemas sanitarios son el acceso, la calidad y las enfermedades ligadas
con la pobreza. Van al médico, pero no los revisan, los hacen esperar de más o no les
hacen los estudios. Tampoco cuentan con centros médicos cerca de las comunidades",
afirma Zulma Ortiz, especialista en salud de Unicef Argentina.

La mayoría de los indígenas se atiende en centros de salud o puestos sanitarios. Este es


también el caso de Laguna del Tesorero, que tiene una posta sanitaria, pero a medio
construir: no tiene ventanas, lo que la convierte en un lugar poco higiénico, y cuenta con
evidentes fallas arquitectónicas. Cuando necesitan la atención de cualquier médico
especialista, como puede ser un odontólogo o oculista, tienen que trasladarse a la ciudad
con la esperanza de poder conseguir un turno para que los atiendan.

***

Todos las mañanas, Sergio tiene que caminar una hora para llegar a la Escuela N° 379
Pueblo Ocloya que está en el centro poblado, para poder cursar 7° grado. Por la tarde se
ocupa de cuidar las ovejas y ayudar a su papá arando la tierra.

"El año que viene quiero seguir el secundario en San Salvador y cuando sea grande
quiero ser policía", dice con su gorrita para atrás y una mirada esquiva, mientras toma su
café y come pan casero antes de empezar la jornada escolar.

Sergio es uno de los 42 alumnos que asisten a esta escuela plurigrado que tiene nivel
inicial y primario. El aula de 1°, 2° y 3er. grado cuenta con tres pizarrones, uno para cada
nivel. "Los chicos se distraen mucho porque escuchan lo que se les está explicando a los
15
Comisión 01

demás", dice la docente Celia Murguia, que duerme de lunes a viernes en la escuela
porque es de Palpalá.

"Es una escuela rural que no tuvo mucho acceso a beneficios y la obra de infraestructura
quedó por la mitad. Está previsto concluir el edificio de nivel inicial y hacer dos aulas más
para primario, pero no pasa nada. También nos falta el cerco perimetral de la escuela y
reforzar el plantel docente porque carecemos de personal de educación física y personal
directivo", cuenta Alfonso Lamas, que hace 16 años desempeña el cargo de director
provisional.

Uno de los principales problemas de la comunidad es que no cuenta con una escuela
secundaria. Este año habilitaron un bachillerato a distancia que están cursando 30
alumnos.

"Cuando egresás de una escuela rural no salís con la preparación necesaria para
enfrentar las exigencias de una escuela secundaria urbana. Entonces tenés la
problemática de que el chico fracasa y se frustra. En muchos casos tienen que repetir el
primer año para nivelarse", afirma Mabel Pelo.

Desde la comunidad ansían poder contar algún día con su propia escuela secundaria y
equipo de profesionales: abogados, veterinarios, agrónomos o docentes para no tener que
depender del afuera y resolver el tema de las distancias.

"Hoy, los derechos están en vigencia, pero por desconocimiento no se aplican y sigue
existiendo la marginación y discriminación​. A nosotros nos gustaría participar más que
integrarnos con el resto de la sociedad. ​Lo único que queremos es que nos tengan en
cuenta y que respeten nuestros derechos", concluye el cacique Pelo, mientras de fondo el
coro de todas las voces aborígenes de nuestro país se suman a su pedido.

CAMPAÑA:

El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) lanzó la Campaña por los
Derechos de la Niñez y la Adolescencia Indígena, para visibilizar las vulneraciones de
derechos que sufre esta población en la Argentina.

La iniciativa busca llamar la atención, reducir la indiferencia y movilizar a toda la sociedad,


y se difunde a través de radio, televisión, gráfica y vía pública.

También cuenta con una página Web ( ​www.unicef.org/argentina​ ), en la que se puede


encontrar legislación, publicaciones y recursos sobre los pueblos indígenas.

LEGISLACIÓN:

El reconocimiento de los derechos de los pueblos indígenas aumentó en los últimos años​.
En 2007, la Asamblea General de la ONU aprobó la Declaración de las Naciones Unidas
sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, documento que ratifica para estas
16
Comisión 01

poblaciones los principios reconocidos en la Declaración Universal de Derechos


Humanos.

La Constitución incorporó, tras la reforma de 1994, el artículo 75 (inciso 17) que reconoce
la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas, y les garantiza el respeto a su
identidad y el derecho a una educación bilingüe e intercultural.

Por Micaela Urdinez Enviada especial

1) Comunidad indigena Myba Guaraní- Provincia de Misiones

​Sociedad Página 12​ | Viernes, 12 de agosto de 2005

RECOMIENDAN OPERAR A UN NIÑO GUARANI, PERO SUS PADRES NO QUIEREN


UN DILEMA PARA LA EMDICINA BLANCA

Por orden judicial, un niño guaraní con una cardiopatía grave fue internado en el Hospital
Gutiérrez. Sus padres y el cacique de la comunidad quieren regresarlo a Misiones, pues
no creen en la medicina blanca. Un Comité de Bioética discutirá si lo operan o lo dejan
volver.

El cacique Everá le exigió a Dios que le mostrara la enfermedad de Julián, un chico de


tres años integrante de la comunidad Mbya Guaraní, en Misiones. “Soñé que tenía una
piedra en el corazón –dijo–. Y cuando los hombres blancos lo operaban para sacársela, el
chico se moría.” En el hospital de Posadas le diagnosticaron al chico una “cardiopatía
congénita” y lo derivaron al Hospital Gutiérrez, de la ciudad de Buenos Aires, donde está
internado desde el 16 de julio. Aquí, mediante una biopsia detectaron la existencia de un
tumor en el corazón, pero mucho más no pudieron saber. Para tener un diagnóstico
preciso tienen que operarlo. No pueden dar seguridad a los padres –que no hablan
castellano– de que Julián seguirá vivo tras esta intervención. ​La comunidad Mbya –y los
propios padres del niño– rechaza el tratamiento y quiere que la familia regrese a su tierra,
donde las energías espirituales pueden favorecer al chico. Para Carlos Cánepa, director
del Gutiérrez, el caso “es un desafío para nuestra formación: ¿sirve la medicina blanca?”.
Hoy, el Comité de Bioética del hospital se reunirá par a discutir si se opera a Julián o si lo
dejan regresar, probablemente a morir, a su pueblo.

En El Soberbio, a 240 kilómetros de Misiones, vive la comunidad aborigen Pindó Poty.


Son veinte familias que se dedican, básicamente, a la cestería y a la fabricación de
artesanías. Siembran mandioca, batata, crían gallinas. Se internan en la selva y salen con
un coatí recién cazado o un tatú. Una vez al año, los 90 miembros de la comunidad eligen
a su cacique. Cada voto va acompañado de una justificación. Desde hace seis años quien
ocupa este puesto es Alejandro Benítez, a quien si le preguntan su nombre espiritual dirá
17
Comisión 01

“Everá”, que en Mbya significa “el elegido de Dios”. Desde hace una semana está junto a
Julián y sus padres en la pétrea Buenos Aires para “decirle a quien fuera necesario cuál
es nuestra decisión guaraní”, según dictaminó el Comité de Ancianos de la comunidad, el
3 de agosto pasado. En Misiones hay 75 comunidades aborígenes como la Pindó Poty,
diseminadas por el exhaustivo monte. Son visitados por asistentes sociales, que les
proveen alimentos y les brindan servicios sanitarios. En una de esas incursiones, vieron a
Julián con poca salud. ​“Cuando nuestra medicina no sirve, pedimos a los Yuruá”, contó a
Página/12 Benítez, recurriendo a la palabra Mbya con que designan al blanco. Julián fue
junto a Crispín Acuña, su papá, y Leonarda, su mamá, al hospital de El Soberbio. Tras dos
días de internación, los padres se volvieron con el chico al paraje, ​convencidos de que la
medicina de guardapolvo no funcionaba en este caso​. ​En ese centro de salud dieron
cuenta a la Justicia de que los aborígenes rechazaban el tratamiento​. Tomó intervención
la jueza Julia Alegre, quien, a los pocos días, envió un patrullero a Pindó Poty, abuscarlos.
Los llevaron al hospital de Posadas.

Esa capital ya les resultaba adversa a Acuña, de veinte años, y a su esposa, de 17, que
junto a Everá añoran al monte en el que nacieron. Para su desagrado, tras un mes de
internación en que no se pudo determinar qué tenía el chico, lo derivaron al hospital
porteño. “Cardiopatía congénita”, era el diagnóstico con que lo enviaron. En la ciudad,
Crispín evita que la peste de autos lo atropelle cuando se dirige a su hotel, a dos cuadras
del Gutiérrez. Allí está Leonarda, cuyo nombre espiritual es Pará, constantemente
jugando con su hijo. Cuando llegaron, Julián corría y era del cacique era verdadero. Everá
se hospeda en José León Suárez, en casa de una funcionaria de la Dirección de Asuntos
Guaraníes de Misiones. Pisa por primera vez la metrópolis y no tiene documento de
identidad. Es una situación común a muchos aborígenes. En el Gutiérrez, a Julián se le
realizó una biopsia que “fue adecuada, efectuada con elementos de alta complejidad”,
pero “no nos permitió tener un diagnóstico”, indicó a este diario el director del hospital.
Según Cánepa, para saber si el tumor es benigno o maligno se le tiene que practicar
“cirugía a cielo abierto. Es una intervención de alto riesgo, y de alta escuela, que implica
parar el corazón entre otras maniobras”. No pueden asegurar a Crispín y Pará que el
chico saldrá del quirófano con vida. Cánepa y sus colaboradores repitieron que “es un
desafío” a su ciencia. ​“Si el chico vive y se cura, digo que es válida. Si muere, digo que fue
por la enfermedad”, afirmó el director. “Es mi creencia”, agregó. Benítez también es
opyguá de su comunidad. Es una suerte de sacerdote y curandero que se encarga de
regular las relaciones de sus compatriotas con el hacedor. “Le exigí a Dios que viera
adentro del corazón”, dijo. La revelación le llegó por sueños y mostró una piedra en el
pecho de Julián. Y una premonición que hoy es su argumento: si los médicos abrían para
sacarla, Julián moría. Por eso para Benítez el problema “no se cura en el hospital.
Tenemos que volver al pueblo y pedir a Dios con la oración”. ​La asamblea del Consejo de
Ancianos y Guías Espirituales, realizada a principios de mes, sostuvo que “nosotros
somos un pueblo con derechos. Siempre queremos que sea como hace su mburuvicha (el
gobernador Carlos) Rovira, que nos pregunta qué queremos. Así queremos que todos los
Yuruá pregunten a nosotros cuando tiene que ver con nuestra gente”. Un decreto firmado
por Rovira en 2003 legaliza esta postura. El texto, que “reconoce al Consejo de Ancianos
y Guías Espirituales de la Nación Mbya Guaraní”, establece que “los Gobiernos deberán
consultar a los Pueblos Originarios sobre todo procedimiento susceptible de afectarlos
directamente”, de acuerdo con tratados internacionales.
18
Comisión 01

El equipo médico del Gutiérrez evalúa que si Julián regresa a Pindó Poty sin pasar por el
quirófano va a morir irremediablemente. Para ellos, sólo al operarlo tendrán oportunidad
de salvarlo. “Dios cuando te hace nacer ya sabe cuánto vas a vivir”, consideró Benítez. El
Comité de Bioética del Gutiérrez está conformado por religiosos, antropólogos y
científicos. Desde hoy, tendrá que debatir sobre una cuestión cuyo destino, al parecer, ni
siquiera Dios conoce.

Informe: Sebastián Ochoa.​

Sociedad- Diario Clarín​ | 16 de septiembre de 2005:

TENÍA UN TUMOR EN EL CORAZON


La Justicia intervino para que los médicos operaran a un chico guaraní

Los padres se negaban porque no querían que lo curara gente ajena a la comunidad. El
chico corría peligro de muerte. Ese fue el argumento de la jueza para ordenar la
operación. Ahora, el nene está mejor.

Berá —que significa brillante en lengua mbyá—, es un nene guaraní de tres años,
desnutrido y enfermo del corazón. Ayer, con intervención de la Justicia, fue operado con
éxito en el Hospital Gutiérrez de Buenos Aires. Sus padres se oponían a la intervención
porque no querían que fuera atendido por médicos ajenos a la aldea que habitan en la
selva misionera.

Los médicos le sacaron ayer al mediodía un tumor cardíaco y dijeron que su salud
evoluciona bien, pero hay que esperar 15 días para evaluar el resultado de la cirugía. "Si
no era intervenido no tenía ninguna posibilidad de sobrevida", aseguraron.

La operación se realizó luego de una orden de la jueza de familia de Misiones, Julia


Alegre. Crispín (21) y Leonarda (17), los padres de "Berá" Julián Acuña, recién firmaron la
autorización a último momento. Los logró convencer Mariano Antón, de la Dirección de
Asuntos Guaraníes de Misiones.
19
Comisión 01

El 17 de julio, cuando Crispín, Leonarda y Berá llegaron al Gutiérrez derivados del


Hospital de Pediatría de Posadas, sólo aceptaron la medicación, pero rechazaron la
cirugía porque decían que los médicos no le daban plenas garantías de éxito.

La operación finalmente comenzó ayer al mediodía y duró cinco horas, durante las cuales
Julián se mantuvo con circulación extra-corpórea.

Un equipo encabezado por el jefe de cirugía cardiovascular del Gutiérrez, Andrés


Schlichter, abrió el corazón del chico para extraerle el tumor.

El secretario de Salud porteño, Donato Spaccavento, explicó luego que "el tumor tenía
ocupado casi toda la aurícula derecha y casi todo el ventrículo izquierdo. Es un milagro
que hasta ahora todo haya salido bien".

Los padres de Berá desconfiaban de la operación porque el cacique de su aldea


misionera, en la que viven 20 familias, había tenido un mal sueño que los asustó. "Tupá
(Dios para los guaraníes) me mostró una piedra en el corazón de Julián. Y cuando lo
operaban, enseguida se moría", contó la pareja que les dijo Alejandro Benítez, el cacique
de la aldea Pindó Poty.

Por ese "mal presagio", el Consejo de Ancianos, Guías Espirituales y Caciques de la


Nación Mbya Guaraní, que preside Pablo Villalba, decidió que el chiquito no fuera
operado​. "Sólo autorizaron la medicina natural guaraní y rezos a Tupá, su dios", señaló a
Clarín el abogado Antón.

Pablo Villalba, el "opyguá" y jefe espiritual de los 6.000 guaraníes que viven en Misiones,
visitó a Julián esta semana y se opuso terminantemente a la operación del chico.

El primer "choque cultural" —que los guaraníes consideraron una violación de sus
derechos— se produjo en Misiones. A mediados de junio, Crispín y Leonarda llevaron a su
hijo enfermo al Hospital de El Soberbio, 250 kilómetros al noreste de Posadas. Como
Julián no mejoraba, volvieron a su tribu de la selva, donde cazan, pescan y hacen
artesanías. Allí no hay luz ni agua potable y las casas son construidas con ramas y hojas.

El abogado Antón señaló que una funcionaria denunció a la pareja por falta de atención a
su hijo. Entonces, intervino la jueza Alegre, y el chico guaraní fue derivado al Hospital de
Pediatría de Posadas, donde se le diagnosticó una "cardiopatía congénita".

Ya en Buenos Aires, el caso fue debatido por el Comité de Bioética del Hospital de Niños
"Gutiérrez", la Comisión de Juristas Indígenas de la República Argentina y la Dirección de
Asuntos Guaraníes de Misiones. La salud de Julián se deterioró aún más en las últimas
dos semanas y se produjo entonces la ​decisión judicial, solicitada por las autoridades del
Gutiérrez.

Mientras esperaban el fin de la cirugía, ​el intérprete guaraní Germino Duarte y el agente
sanitario de una aldea misionera​, Alejandro Méndez, pidieron oraciones por la salud de
Berá. "Que cada uno rece según sus creencias", propuso Duarte.
20
Comisión 01

El director del Gutiérrez, Carlos Cánepa, señaló que el posoperatorio será más difícil por
el estado de desnutrición con el que Berá llegó al hospital. "Pienso en todos los chicos
que viven en la selva misionera, y de todas las comunidades aborígenes del país, sin
asistencia médica".

También podría gustarte