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Nº 25

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Grupo de Trabajo “Lectura del Seminario XV: El Acto Psicoanalítico”


Jorge Linietsky
25 de octubre de 2019
Clase 25 del Grupo de Lectura
Clase 9 del Seminario

La posición del analista excluye el gusto y la estima


La clínica es lo imposible de soportar
El SSS salva al analizante
El SSS en la sublimación musical
El peligro no es a las consecuencias del acto
El final de análisis entre a y -fi

Jorge Linietsky: Buenas tardes. Quedaba un puchito de la Clase 9 de la versión de


Rodríguez Ponte antes de ya entrar en la 9 de la versión más vieja.
Uds. habían señalado la referencia a la contratransferencia… Él introduce la
contratransferencia porque viene hablando del analista, la posición del analista, el lugar
del analista, y él había dicho una cosa que es que cuando habla del gusto y la estima,
habíamos dicho que esto se da en los lazos no afectados por la grieta (risas). Saquemos
los lazos de la grieta, hay gustos y estima. Además, sobre gustos no hay nada escrito,
además el gusto es algo propio, personal y la estima, que no es lo mismo que el gusto,
porque en el gusto hay un recorte, hay una especificidad que hace al gusto. La estima es
más diferencial, si bien no está por fuera de que uno no guarda estima a todos, si no a
algunos y a otros no. Él dice que el analista está por fuera de eso, del gusto y la estima.
Esto lo llama “estar en posición de a”. Poder sustraerse a eso, que la posición esté… Yo
digo, porque he escuchado analistas que dicen que a tal paciente lo quieren muchísimo,
y dicho con honestidad y con sinceridad y con franqueza, sin ocultamiento. Claro, no
saben lo que dicen. Hay gusto, hay estima, es muy interesante que Lacan dice que
sustraerse a eso hace a la posición del analista como a.
Vamos a decir, ahí está lo insoportable de la clínica, es una posición insoportable. ¿Qué
es la clínica? Lacan dice: lo imposible de soportar. Hay un imposible que es esto, es un
lugar imposible, un lugar inhumano. Habíamos dicho esto el otro día, entonces, él dice:
“La extracción, la ausencia de esta dimensión…por el hecho de que haya un ser —
ser de psicoanalista— (no el ser del psicoanalista, el ser de psicoanalista, no hay ser del
psicoanalista. Esto es interesante, porque si el analista es a, es que hay un solo sujeto
que es el analizante)… por estar él mismo en posición de (a)” Esto quiere decir “en sí”,
un objeto, no un sujeto. No podría haber un sujeto en esa dimensión de “en sí”. Es un

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objeto, el objeto a. Entonces, él dice que la contratransferencia es ese campo donde
ingresa la subjetividad del analista.
Teníamos eso, habíamos leído bastante, creo que ya estábamos en el puchito final. Yo
mandé la clase el jueves, para los que la querían leer y para los que tienen tiempo. Había
una cuestión interesante, que la dijimos al final, que el Sujeto Supuesto Saber es un acto
de fe y que salva al analizante. Entra en una relación extraviada con el gusto y la estima
y ahí se extravía la cuestión. Lo salva y creo que de las cuestiones importantes…
Vuelve a decir que el analizante produce analista. Da una vuelta más sobre la estructura
marxista porque ven que hace a la dimensión de la producción el analizante, el
analizado… ¿Por qué no analizando? ¿Por qué le decimos analizante y no como se decía
siempre? El analista y el analizado, ¿por qué corregimos?
Participante: Porque está en producción eso, si decimos analizado lo congelamos ahí.
Jorge Linietsky: Pero al analizante también…
Participante: No, porque es más pasivo.
Jorge Linietsky: Analizado es pasivo. O sea, analizado es objeto. En posición de objeto
del saber del analista, que le muestra… Yo les he contado, he conocido materiales de
análisis post freudiano donde el paciente habla y el analista interpreta, el paciente sigue
hablando, el analista interpreta y ya van 24… En un material conté 32… Habla de la
madre, sigue a la cuestión del hermano, después sigue la sesión y pasa al marido y se
van recorriendo temas. Ahí es un analizado, el analista interpreta cada cosa. Por
ejemplo, una que dijo sobre la madre interesante, pero ya le metió 10 más. ¿Cómo vas a
meter 10 más? ¿Por qué pasa eso? Bueno, porque ese analista fue analizado así. Fue
analizado por un analista charlatán digamos…
Participante: Y no le da lugar al “significante en acto”.
Jorge Linietsky: Claro. No da lugar al “significante en acto”. Esa potencia del
significante que puede devenir significante en acto. No hay lugar para el sujeto. Cuando
decimos “el analizado” es un objeto, cuando decimos “el analizante” es uno que hace el
análisis y no es el analista.
Participante: No le da lugar a la tache…
Jorge Linietsky: Claro, no hay tache analizante. No hay trabajo del analizante. Ven que
acá el analista se cree el Sujeto Supuesto Saber, no se da cuenta de que toda esa sesión
se consume, se va consumiendo en una metonimia porque hablamos de la madre, ahora
pasamos al hermano y esto ya se comió lo otro, y ahora pasamos al marido y además un
episodio de una amiga que tiene un nene que está muy enfermo. Esto se come al
anterior, eso es la metonimia, el significante que viene se tragó al que estaba, no hay
corte, no hay efecto sujeto, se está fuera del discurso psicoanalítico.
Participante: Claro, porque además después esos pacientes vienen diciendo “yo ya sé
que esto que me pasa es porque mi mamá...”
Jorge Linietsky: Exacto, es un saber. Esto quiere decir que el analizado, -muy bueno el
ejemplo de María-, se identificó al Sujeto Supuesto Saber. El analizado habla como el
Sujeto Supuesto Saber porque ya sabe, es alguien que sabe.
Participante: Pero puede ser posible que en algunos pacientes aparezca la resistencia al
psicoanálisis, no es solo hablar de las cosas que (inaudible).
Jorge Linietsky: Sí, un segundito, vamos a poner en nuestro maravilloso dibujo (pizarra,
coloca el Grupo de Klein). Esto que es el Guernica nuestro (risas). Yo fui a ver el
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Guernica, no me pasó nada. Y yo sé que cuando lo digo yo empiezan a aparecer voces
que dicen lo mismo. No lo digo para sacarle valor, pero me impresiona el bombardeo,
como los nazis bombardean un pueblito de civiles, es terrible!. Me impacta el
bombardeo, no la pintura. Los fusilamientos del 3 de mayo de Goya, a mí me
emocionan, lagrimeo, es otra cosa. Eso es el gusto, cada uno tiene su gusto y lo que no
te gusta, no te gusta. Yo sé que Picasso hace una operación conceptual, por eso cruza
distintas perspectivas por una nariz, y acá te pone un ojo y acá una boca vertical, y está
bien, pero a mí no me gusta. En cambio, el Picasso de mil novecientos… yo estuve en el
museo Picasso en París, le di una oportunidad, hay un Picasso de 1901, es un monstruo,
maravilloso. Luego rompe con eso y en el año 1919 al 1921 vuelve a la figuración,
vuelve a la onda figurativa más clásica, porque se acerca al grupo de Renoir y hace unas
cosas fenomenales. Todo esto viene por el tema del gusto…
Participante: Con la música pasa lo mismo.
Jorge Linietsky: Sí, con la música pasa lo mismo. El tema del gusto… Además, no sé si
les comenté,... el ante-año que pasó vino Barenboim, vino con Martha Argerich, el tipo
da ocho conciertos y yo estoy en los ochos conciertos, todos. Tocaron toda música
contemporánea y yo notaba que los aplausos eran tibios. Raro, porque no es así con
Barenboim. Estoy hablando del tema del gusto y del Sujeto Supuesto Saber, ahora van a
ver. En el último concierto va adelante y habla al público, dice algunas cosas y el tipo
dice: “Este año me he dado cuenta que me aplaudieron poco” (risas), que era lo que yo
veía, nadie pedía una bis, lo cual es insólito con Barenboim. Y claro, el tipo se mandó
con música contemporánea, y nosotros estamos formados con la música más bien
clásica, los Beatles son formas clásicas, Queen, los grandes conjuntos son formas
clásicas. Entonces, los que trabajaron conmigo en la estructura musical, la sublimación
de la pulsión invocante, lo que vimos es que había un momento donde el compositor
que nos llega, que pone en juego el movimiento de la pulsión sabe llegarme. Me sabe. Y
eso produce el efecto del Sujeto Supuesto Saber. Hay un Sujeto Supuesto al Saber
porque sabe cómo llegar a la nostalgia por la pérdida del objeto. Sabe llegar, me sabe.
Incluso, cuando yo les di esta clase en el teatro pase dos temas, La sonata n°2 para
violín y clave de Bach, que es la que él escribe cuando muere su primera mujer. Es un
tema exquisito, de dolor, de amor, que llega, el tipo te llega. Y después el otro tema que
puse fue “Love of my life de Queen”, ese te llega. ¿Y por qué carajo te llega? Porque te
sabe. Para que te sepa vos tenés que estar en el mismo código, si vos me tiras con
música contemporánea, no hay amor. El amor es al saber del Sujeto Supuesto Saber,
esta estructura no se produce para la pulsión. Esto quiere decir, se produce… Pero claro,
tenés que estar en la tonalidad clásica. El arrorró es música clásica, es música tonal,
cualquiera de las canciones infantiles es música tonal, estamos en la tonalidad. Me
atacan con música dodecafónica o música contemporánea, no nos llega porque no
estamos en ese código. Porque el código simbólico musical es en la tonalidad y el que
sabe llegarnos en la tonalidad nos despierta el amor que despierta la música. ¿Por qué la
música tiene que ver con el amor? Porque pone en juego la función del Sujeto Supuesto
Saber. Amo al que sabe. No es solo una cuestión de estilo, por eso puse Bach por un
lado, y por el otro Freddy Mercury, son tipos que saben llegarte. Estamos hablando en
la sublimación de la pulsión invocante, porque la música es sublimación. ¿Por qué hay
amor en la música? Porque estamos hablando del Sujeto Supuesto Saber.
Lacan no toma todo acá, en la dimensión del amor, toma la dimensión del saber y como
soporte estructural de la transferencia para entrar acá, al Guernica, vamos a llamarlo
así. Insisto, respeto al Guernica, todos los días iba a mirarlo, venían los guías y yo
escuchaba, escuchaba... para mí todo verso. Una cosa es la pintura otra cosa… como

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cuando se habla de la música, nada, está en otro registro, no va por la palabra. La
música está por otro lugar. La música, el arte, el Guernica, los fusilamientos. Es
importante esto para estudiar el tema de la sublimación. El tema de la sublimación está
tratado por Lacan en los Seminarios XIII y XIV, le da otra vuelta al tema de la
sublimación. Lo tenemos ahí nomás, fresquito en el Seminario La lógica del fantasma.
Lacan dice esto: “El analizante hace al psicoanalista”. Entonces dice: por qué no
pensar justamente, que el trabajador… Se acuerdan esta relación entre analizante y
trabajador, el sujeto trabajador y el atributo trabajador. Fulano es muy trabajador, el tipo
trabaja 15 horas diarias. Es un atributo. El sujeto trabajador es otra cosa, el analizante
como sujeto analizante es el sujeto. Si decimos el analizado no es el sujeto, el analizante
es el sujeto porque es el que hace con el análisis, entonces no es un objeto. El enseñante,
que no es el enseñador, el que aprende es el enseñante, el que enseña. El que está no en
posición de enseñar es el que aprende verdaderamente.
Participante: Jorge, San Agustín dice en relación a esto que el que aprende es el que
enseña porque le indica el camino por donde debe ir.
Jorge Linietsky: Muy bueno. Pero vino Freud y la cagó. ¿Qué dijo? Esto son tres
profesiones imposibles: educar, gobernar y analizar. Rompe todo lo que dijo San
Agustín. ¿Por qué es imposible? Porque el sujeto se va a rehusar a la demanda del Otro,
al imperativo el Otro. Uno enseña… Lacan dice que habla a las paredes. Uno enseña,
cada uno hace el sujeto en ustedes, en cada uno de ustedes, si yo fuera el maestro ciruela
que espero que entiendan bien… uno tira cuestiones y se van tomando, por aquí, por
allá. Entonces dice: “El analizante hace al analista. El trabajador hace al capitalista.”
Está bien lo que dice, el capitalista es el amo. Pero el dice ojo, pensemos al revés, es el
trabajador que hace al capitalista, está buena esta puntuación.
Dejamos esto y pasamos a la otra versión. Vieron que la otra versión es desagradable de
leer, esta tenía aire, oxígeno, pausas, esto es todo un compacto. Además, no tiene
espacio para meter notas, está todo tan apretado. Ya es una cuestión de gustos.
Digamos, yo diría que nunca haría una cosa tan apretada, meter todo junto. Por ejemplo,
a mí me mandan las desgrabaciones, está todo apelotonado. Tengo que poner punto a
parte, empezar a armar espacios, porque leer todo junto… Por ejemplo, veo que hay
gente que no usa el punto seguido, el punto y coma. Loco, ¿fuiste a la escuela? El punto
y coma es como una pausa, un agregado.
Bueno, en esta clase no vamos a leer todo, porque no nos va a dar el tiempo y queda
poco. Acá anuncia que va a aparecer en la revista Scilicet, eso lo habíamos hablado. En
esta revista el único que pone el nombre a su trabajo es Lacan, los demás son anónimos.
Él dice una cosa interesante, que hay una razón…No se firman, van anónimos… Lacan
es un amo, ya aparece el fantasma contra Lacan, quien se cree qué es, es un padre
infanticida que mata a sus hijos, boludeces. No se firman porque hay pocos que se
autoricen en firmar… Él dice que de todas maneras a fin de año se van a dar a conocer
los nombres. Los trabajos son excelentes.
Dice: “Retomemos entonces lo que resulta del acto psicoanalítico y dejemos claro que
hoy vamos a tratar de adelantar en ese sentido que es el del acto psicoanalítico. No
olvidemos los primeros pasos que dimos alrededor de su explicación, a saber que es
esencialmente como inscribiéndose en un efecto de lenguaje (¿qué quiere decir esto?
Que el acto analítico, que el acto más allá del acto analítico, no es acción. Podría ser
acción, pero es el correlato significante del acto. Es un significante, palabra, ese acto es
palabra. Se inscribe en una dimensión de lenguaje, no de acción, primera cuestión.
Separamos la dimensión de la acción). Seguramente en esa oportunidad pudimos
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darnos cuenta o al menos simplemente recordar que esto es así para todo acto, pero
por supuesto no es lo que lo especifica (está diciendo que, que sea un efecto de
lenguaje no es lo que lo especifica. ¿Pero cómo qué no? No porque es una estructura
que concierne al inconsciente, es mucho más complejo. No alcanza con decir que es un
acto de palabra, que es simbólico). Si se puede decir es en dos niveles. Supone al
psicoanálisis mismo precisamente como efecto de lenguaje…” Perdón, está explicando
qué es el efecto del lenguaje. Bueno, es en dos niveles. El psicoanálisis mismo es el
efecto del lenguaje.
Entonces dice que el análisis es efecto de lenguaje. En esto del efecto del lenguaje hay
dos niveles, un nivel donde, bueno, analizarse es estar en los efectos del lenguaje. “En
otros términos sólo es definible al mínimo incluyendo el acto psicoanalítico como
definido por el cumplimiento del psicoanálisis mismo.”
Quiere decir, que si hay acto psicoanalítico se ha cumplido el psicoanálisis mismo, o el
psicoanálisis mismo como acto analítico.
Hay efecto de lenguaje y hay acción. Pero no es acción, es acto psicoanalítico. Es
interesante porque el acto psicoanalítico hace que el psicoanálisis sea un efecto de
lenguaje. Porque ahí hay un tipo de operación mucho más compleja, si ustedes quieren
decirlo mal, más profunda. ”Y hemos mostrado acá —una vez más tenemos que
redoblar la división— a saber que ese psicoanálisis precisamente no podría
instaurarse sin un acto, sin el acto de aquel que, si puedo decir, autoriza la
posibilidad, sin el acto del psicoanalista y que la tarea psicoanalítica se inscribe en el
interior de ese acto que es el psicoanálisis. Y ya ven aparecer de algún modo esa
primera estructura de envoltura””.
Es como si dijéramos que el acto alberga todas las estructura del lenguaje, las resume,
las contiene. Porque él dice, que está el efecto del lenguaje que es el análisis y está el
acto que sería la acción. Pero él dice que el acto termina envolviendo al psicoanálisis en
su interior, en el interior del acto. Es como una operación topológica que hay que hacer
acá. Él dice lo siguiente, sigo leyendo: “Pero de lo que se trata - por otra parte no es la
primera vez que insisto sobre esta distinción en el seno mismo del acto-, es del acto
por el cual un sujeto da a ese acto singular su más extraña consecuencia…” Se
acuerdan que el tema de la consecuencia del acto era todo un tema que habíamos
empezado a trabajar el año pasado. Si hay un acto, eso trae consecuencias.
Habíamos dicho que es muy habitual que el neurótico, cree que el peligro es la
consecuencia del acto. Si ustedes le dicen a cualquier tipo que tiene dificultades para
abordarlas, ¿qué va a decir? Y que tiene miedo a que le digan que no, al rechazo, afecta
mucho el rechazo, entonces no hace nada, se inhibe por la consecuencia del acto de
mandarse. Si me mando, tengo las consecuencias. Ustedes empiezan a analizar las
consecuencias y no es esa la cuestión. Con las analizantes, pueden escuchar, qué sé yo,
“tengo miedo a la consecuencia de elegir a este hombre, tengo miedo de las
consecuencias de enamorarme”. A sus pacientes pudo haberles pasado que el temor es a
una decepción, a las consecuencias de decir que sí. O el temor puede ser si se acuesta, a
las consecuencias de haberse acostado. Las consecuencias que están más allá del acto,
esto es la neurosis. El neurótico dice: Temo a las consecuencias del acto. Seis mil casos
tengo de esto.
Esto es muy importante porque, habíamos empezado a trabajar algo de esto el año
pasado cuando empezamos el tema del acto en general, más allá del acto analítico. El
tema era que el peligro no está en las consecuencias, es el pasar por el acto, por la
destitución subjetiva que supone el acto, el encuentro con a, el deser. Si el tipo se
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manda hay una pérdida de ser. Hay un corte con la identificación, eso es el encuentro
con el objeto. Ese es el peligro, no las consecuencias. Incluso, habíamos trabajado como
el neurótico puede no avivarse, no darse cuenta de la gravitación de la importancia del
acto que ha realizado. Porque, vamos a decir, saca conclusiones respecto de su acto por
las consecuencias entonces el tipo viene y dice: Me fue para la miércoles, la mina me
reboto, me dijo que no, que yo no tengo plata o que yo soy muy viejo para ella, me dejó
destrozado. El acto está logrado, el tipo se mandó, hablo, realizó el acto. ¿Se entiende
esta relación entre el acto y sus consecuencias? El sujeto puede subsumir el acto en las
consecuencias. El tipo es jugo, hizo la realización de su deseo, es el acto, el tipo se
mandó con la mina. Eso está logrado. El peligro está en el acto mismo, porque ahí es
donde se trastrueca toda la posición subjetiva de uno, toda la estructura identificatoria se
conmueve en el acto.
Dice: “Es del acto por el cual un sujeto da a ese acto singular su más extraña
consecuencia, a saber que sea él mismo quien lo instituya, dicho de otro modo que se
proponga como analista.” Esto es interesante porque como analizante en un análisis,
donde su analista precipita un acto que tiene como consecuencia que este toma la posta,
toma el relevo y el instituya con otros analizantes la misma dimensión del acto. La
consecuencia extraña. Incluso es interesante, el otro día estábamos charlando en la
Comisión de Garantía a la que pertenezco de este tema, por ejemplo que en Paris, en
una época… ven que el final del análisis es por la caída del Supuesto Saber, ese a que se
produce, esa falta, abre esta consecuencia extraña del acto que el analizante deviene
analista. Sucedía en Francia, una época después de muerto Lacan, que esto era llevado
al extremo. Por ejemplo, supónganse, yo me analizaba en esa época en Paris entonces
yo tenía que llegar a ese final de análisis para poder trabajar como analista, y ¿qué
hago? Mientras tanto soy tachero y ya me jubilé de tachero y todavía sigo
analizándome, soy un tachero jubilado esperando a que mi analista me autorice.
Se acuerdan que yo les conté que un tachero me dijo: yo soy analista. ¿Se entiende que
esto era llevado a la letra? Supónganse que tengo 65 años, soy jubilado de tachero y
todavía no puedo recibir pacientes porque no he sido autorizado por mi analista porque
todavía no pude hacer este clivaje entre menos phi y el a, que es a donde vamos ahora.
Entonces estoy en lista de espera. Esto acá no existe, acá empezamos a trabajar, nos
vamos analizando, supervisando. Realmente se ha llegado a ese extremo, y me detengo
en este punto, porque esto ha sido llevado a la práctica. Incluso, contaba Anabel que en
París, en uno de sus viajes, había hablado con un analista y entonces esta mujer le dice:
Pero como, ¿vos trabajas? Tenía que haber terminado su análisis…
Participante: Eso si es encarnar al analista el Sujeto Supuesto Saber, hasta que no me
autorice él…
Jorge Linietsky: Claro. Es lo que uno piensa, si eso se llevó a ese extremo… Fíjense,
acá hay una cuestión que él va a hacer este esquema (pizarra).

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Yo puse triple S donde dice transferencia porque uno se va a pensar en la transferencia
sin el triple S, entonces yo les recuerdo… Esto de maestra ciruela. No perdamos eso,
que cuando dice transferencia es el Sujeto Supuesto Saber, estamos hablando de eso, es
lo que acabamos de leer al comienzo. Está este esquema, y es interesante porque él da
un comentario hablado y luego va a la escritura. El comentario hablado dice así: “Ahora
bien, esto sólo sucede a costa de retener altamente nuestra atención, pues
precisamente de eso se trata, es que él toma esta posición, él repite en suma este acto
sabiendo muy bien cuál es la consecuencia de ese acto, que él se haga el teniente de
eso cuyo fin él conoce, a saber que poniéndose en el lugar del analista, llegara
finalmente a ser bajo la forma del (a) ese objeto arrojado”.
Entendamos por qué va a devenir eso, porque él era el analista que el psicoanalizante lo
hizo tal, lo hizo analista. ¿Y por qué lo hace analista? En primer lugar lo viste del Sujeto
Supuesto Saber, si no es un terapeuta, ¿se ve? Tiene que hacer operaciones para que eso
funcione. “...ese objeto arrojado ese objeto donde se especifica todo el movimiento del
psicoanálisis, a saber aquel que llega al fin al lugar del psicoanalista en tanto que acá
el sujeto se separa decisivamente, se reconoce como causado por el objeto en
cuestión. Causado en su división de sujeto, a saber en tanto que al fin del
psicoanálisis ha quedado marcado por esa hiancia que es la suya y que en el
psicoanálisis se definió con el término "castración" (él dice que al final el analizante,
digamos, viene a la castración que es encontrarse con esa hiancia, esa hiancia se llama
a. esa hiancia es del sujeto). “He aquí al menos el esquema, pero por supuesto
comentado (esto es importante, por eso me detengo en esto, porque en esta clase,
retomar esta cuestión que articula Lacan sobre el final, hacia dónde va la experiencia.
El sujeto se reconoce causado por el objeto en cuestión. Antes de ir al esquema,
recuerden ustedes el ejemplo que hemos trabajado de Theodor Reik. Lacan dice una
cosa muy interesante en el Seminario XII, es algo que trabajé en la clase que di acá en la
escuela hace 15 días. En el ejemplo de Theodor Reik, se acuerdan de ese momento
donde Freud le dice la interpretación, el tipo va a la novela y le viene el ataque en la
sesión. Hoy a eso se lo llama ataque de pánico. Le viene el ataque de pánico en la
sesión, más suavecito y pasa. Y entonces, él dice: “ah, ¿es eso?” Y ahí terminó la
sesión. Sin palabras. Pero loco, Freud tendría que explicar: “Ahora, podemos ver como
usted…” Ahí, si explicara así, no deja que el sujeto expulse el a.
Si el tipo dice: “Ah, es eso!”, cae Freud. Es mi inconsciente, es el saber de mi
inconsciente, no el del Supuesto Saber. En ese momento hay una caída del Sujeto
Supuesto Saber, porque la interpretación está en el sujeto. Freud pilotea muy bien, no
habla, no dice nada y termina la sesión. Loco!, pero decí algo, un reconocimiento al
menos, algo!. Nada. Eso es la expulsión del objeto a en la caída del Sujeto Supuesto
Saber. Lacan dice en esa clase del Seminario XII: Cada vez que el sujeto halla su verdad
se transforma en a. Fíjense que es una verdad que no es decible: “En ese momento me
di cuenta que yo estaba afectado con el deseo de muerte hacia mi mujer y en este punto
reprimido, y que esto es la causa de toda la sintomatología de mi ataque de pánico”. No
es eso, si el tipo hablara así, está identificado al Sujeto Supuesto Saber. Como decía esa
mujer que decía María Castro, que hablaba: En mi análisis vi que mi madre me torturó
toda la vida y que se yo, y eso es lo que decía el analista y ese análisis se resuelve por
una identificación al Sujeto Supuesto Saber, “ya se”. Entonces, es un problema cuando
llegan pacientes analizados así. Les digo que es un problema un paciente analizado 30
años en un análisis post freudiano que tiene esas características y es un problema porque
tiene todo… Es lo que Lacan, en el Seminario I lo llamaba: Paranoia post analítica, el

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sujeto está armado de certezas. “Yo ya sé que yo tengo que cuidarme de las cosas que
me angustian”, ya es un paranoico, es una estructura del Yo fuerte.
A Theodor Reik le pasa esto, tiene el ataque, hace el recorrido, llega a ese punto y le
dice a Freud: ¿Y esto por qué? ¿Por qué me pasa esto? Ahí lo cagó. El por qué es un
modo de clausurar, de rehusarse a lo que se ha producido. Y es respetable, es digno, no
es una religión esto.
Participante: ¿El libro que usted cita a Theodor Reik es “Escuchando con el tercer
oído”?
Jorge Linietsky: No, ese no. “Confesiones de un psicoanalista” Capitulo 6. Él cuenta el
análisis que hizo con Freud. Esto es importante, el tipo dice: ¿Ah, es eso? Esa es la
dimisión de la verdad como semidecir, no es: he encontrado el deseo de muerte… El
sujeto encuentra allí la verdad… Esto es lo que dice Lacan para que entendamos de qué
carajo hablamos en este esquema. Cuando el sujeto halla su verdad, lo transforma en a.
¿Qué quiere decir? Que es una experiencia de alcanzar la destitución subjetiva. Que uno
es esa nada efecto de eso y no lo sabía. Lo que encuentra cuando el sujeto halla su
verdad, lo trasforma en a. “¿Ah es eso?” Quiere decir, eso soy. Pero es un “eso soy”…
Es un campo de indecible que se llama a. Ustedes tienen que saber que ahí hay un
indecible, el sujeto se encontró con algo y ahí hay un indecible que lo concierne. Vamos
a decir, mal dicho, en la esencia de su ser. Es un deser radical, por eso este es el final del
Edipo en Colona, es esto mismo. Cuando el descubre todo, sabe la verdad. El tipo sabe.
No para, ojo, ¿Cuál es la verdad? Que él ha sido, su vida, su existencia, lo que vivió,
todo por lo que luchó, sus amores, han sido una nadita del oráculo de Delfos. Del
discurso del Otro que lo ha fundado. Queda con un resto, ¿y dónde está el resto? El a,
ahí. Los ojos arrancados en el piso. Es muy interesante la relación que tienen los griegos
con el discurso, con la estructura del deseo, con la causa, que en ese momento produce
el objeto a. El objeto a es ahí, ¿Qué es ahí? La mirada. Son esos ojos que miran desde el
piso. Esos no son los ojos, es la mirada como el objeto a. La mirada era la causa del
deseo de saber, el tipo quería saber, y supo la verdad. Él dice: Cuando el sujeto halla su
verdad, lo que encuentra lo transforma en a. Lo destituye, es un deser radical, es una
objetalización desidentificatoria. Ese punto donde llegas ahí, eso es lo que Lacan está
llamando castración.
Participante: (inaudible)
Jorge Linietsky: Claro. El punto es que el deseo de saber es un deseo de no saber nada
de la causa. Y ¿cuál es la causa? Y que sos esa nada del oráculo de Delfos, eso es el
efecto del discurso del Otro, sos un resto de eso. ¿Se entiende este campo de indecible
que acá dice “castración”? Él lo explicó que en el final el sujeto llega a ese punto. Lo
que vamos a trabajar la próxima es cómo en el final se produce esta división, esta suerte
de vel, entre el a -ya vimos que es el a, no es el menos phi- y el menos phi. Este es el
punto del final de análisis y fíjense lo que dice Lacan acá, es impactante, tan impactante
que por eso con la Comisión de Garantía, la reunión que vamos a tener en noviembre,
que son abiertas así que están invitados, hemos decidido trabajar esto. Abrir esta… Va a
ser interesante, porque Lacan dice que esto es un salto entre menos phi y a, esto es lo
que está en juego en el final de análisis, esto es lo que se trata de velar de todas las
maneras… Empieza a reseñar distintas maneras, tener el título de analista en la IPA…
Dice: Este salto entre menos phi y a es en lo que consiste el pase. Ahí tenemos el pase,
en el pase está en juego esto, esta hiancia que él llama entre menos phi y a. De esto
vamos a hablar la vez que viene. Seguimos la próxima.
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