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I. La misión de Nehemías
Nehemías, copero del rey Astajerjes, (el encargado de servirle el vino) nos cuenta que
el pueblo había sido desterrado, las murallas de Jerusalén derrumbadas, con muchas
brechas, la ciudad abandonada y el Templo había sido saqueado. Había unos pocos
judíos que no habían sido desterrados, pero vivían dispersos y desorganizados.
Me respondieron: «Los restos del cautiverio que han quedado allí en la provincia
se encuentran en gran estrechez y confusión. La muralla de Jerusalén está llena
de brechas, y sus puertas incendiadas.»
Al oír estas palabras me senté y me puse a llorar; permanecí en duelo algunos días
ayunando y orando ante el Dios del cielo.
Nehemías ora pidiendo al Señor que perdone a su pueblo y que provea los medios para
reconstruir Jerusalén. Nehemías ama profundamente a Dios y a su pueblo. Reconoce
que su pueblo ha pecado, pero sobre todo, pide a Dios por su conversión y
restauración. Nehemías descubre después que él mismo ha de ser llamado para esta
misión restauradora:
Siendo yo encargado del vino, tomé vino y se lo ofrecí al rey. Anteriormente nunca
había estado yo triste. Me dijo, pues, el rey: «¿Por qué ese semblante tan triste?¿Acaso
tienes alguna preocupación en el corazón?» Yo quedé muy turbado, y dije al rey: «¡Viva
por siempre el rey! ¿Cómo no ha de estar triste mi semblante, cuando la ciudad donde
están las tumbas de mis padres está en ruinas, y sus puertas devoradas por el fuego?»
Replicóme el rey: «¿Qué deseas, pues?» Invoqué al Dios del cielo, y respondí al rey:
«Si le place al rey y estás satisfecho de tu siervo, envíame a Judá, a la ciudad de
las tumbas de mis padres, para que yo la reconstruya.»
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El Rey Astajerjes le dio permiso a Nehemías, para que se ausentara, por cierto tiempo,
de sus servicios. Le dio cartas y le autorizó a reconstruir la muralla y restaurar el
Templo y el culto.
Nuestra misión es decirle al Señor, como Nehemías, las siguientes palabras: «Señor,
tu eres mi Rey, y yo soy tu copero. Si le place a mi Rey y estás satisfecho de tu
siervo, envíame a la Iglesia, a la ciudad espiritual de mis padres, para que yo la
reconstruya.»
Inspeccioné la muralla de Jerusalén por donde tenía brechas, y las puertas que habían
sido devoradas por el fuego.
Hasta entonces no había dicho nada a los judíos: ni a los sacerdotes ni a los notables ni
a los consejeros ni a los funcionarios;
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Entonces les dije: «Vosotros mismos veis la triste situación en que nos encontramos,
pues Jerusalén está en ruinas, y sus puertas devoradas por el fuego. Vamos a
reconstruir la muralla de Jerusalén, y no seremos más objeto de escarnio.»
Yo les respondí: «El Dios del cielo nos hará triunfar. Nosotros sus siervos, vamos
a ponernos a la obra. En cuanto a vosotros, no tenéis parte ni derecho ni recuerdo en
Jerusalén.»
Tomé decisión en mi corazón de reprender a los notables y a los consejeros, y les dije:
«¡Qué carga impone cada uno de vosotros a su hermano!»
Congregué contra ellos una gran asamblea, y les dije: «Nosotros hemos rescatado, en
la medida de nuestras posibilidades, a nuestros hermanos judíos que habían sido
vendidos a las naciones. ¡Y ahora sois vosotros los que vendéis a vuestros hermanos
para que nosotros los rescatemos!» Ellos callaron sin saber qué responder.
Y yo continué: «No está bien lo que estáis haciendo. ¿No queréis caminar en el temor
de nuestro Dios, para evitar los insultos de las naciones enemigas?
También yo, mis hermanos y mi gente, les hemos prestado dinero y trigo. Pues bien,
condonemos estas deudas.
Restituidles inmediatamente sus campos, sus viñas, sus olivares y sus casas, y
perdonadles la deuda del dinero, del trigo, del vino y del aceite que les habéis
prestado.»
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Respondieron ellos: «Restituiremos y no les reclamaremos ya nada; haremos como
tú has dicho.»
Nehemías incluso puso mucho de su propio patrimonio para apoyar al pueblo durante la
reconstrucción, y nunca recibió nada a cambio:
Para ello, era necesario que el pueblo les apoyara y respaldara. Una parte del
compromiso firmado por el pueblo, además de cumplir la ley y celebrar las fiestas como
lo marcaban los libros sagrados, fue dar a los sacerdotes, levitas y cantores el diezmo
para su sostenimiento. Los levitas eran los encargados de recaudar el diezmo.
Nuestro llamado a servir a Dios y a la Iglesia con la música tiene tres dimensiones
principales: Profetas, cantores y maestros.
V.1 Profetas: Los verdaderos profetas nunca profetizaban bajo la condición de recibir
dinero o salario, sino en obediencia a un mandato expreso de Dios. Los falsos profetas
cobraban por “profetizar”, y eran en realidad adivinos o charlatanes que hablaban
falsamente “de parte de Dios”; este tipo de “profeta” era una profesión heredada en las
ciudades de Israel influidas por la idolatría y el politeísmo; ser “profeta” era un negocio
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(hagan de cuenta Walter Mercado, o los horóscopos, etcétera). Esto lo vemos en el
libro de Miqueas:
Así dice Yahveh contra los profetas que extravían a mi pueblo, los que, mientras
mastican su comida gritan: «¡Paz!»: Tendrán vergüenza los videntes y confusión los
adivinos; y se taparán todos el bigote, por no haber ya respuesta de Dios.
Sus jefes juzgan por soborno, sus sacerdotes enseñan por salario, sus profetas
vaticinan por dinero, y se apoyan en Yahveh diciendo:«¿No está Yahveh en medio de
nosotros? ¡No vendrá sobre nosotros ningún mal!»
Por eso, por culpa vuestra, Sión será un campo que se ara, Jerusalén se hará un
montón de ruinas, y el monte de la Casa un otero salvaje.
En el libro del profeta Amós, leemos que las autoridades del reino de Israel le
recriminaron que profetizara contra el rey, sin que nadie lo hubiera “contratado”. En ese
entonces, los hebreos estaban divididos en dos reinos: Judá al sur, con su capital
Jerusalén, e Israel al Norte, con su capital Betel. Amós venía del reino de Judá, y fue
enviado por Dios a Betel, (al norte) para profetizar la destrucción del reino del norte
(Israel).
Y Amasías dijo a Amós: «Vete, vidente; huye a la tierra de Judá; vete a ganar el pan a
Judá, y profetiza allí. Pero en Betel no has de seguir profetizando, porque es el
santuario del rey y la Casa del reino.»
Respondió Amós y dijo a Amasías: «Yo no soy profeta ni hijo de profeta, yo soy
cuidador de vacas, y picador de sicómoros. Pero Yahveh me tomó de detrás del
rebaño, y Yahveh me dijo: "Ve y profetiza a mi pueblo Israel."
Después de esto, y tal como profetizó Amós, el reino de Israel fue deportado, y después
destruido, y lo poco que quedó fueron unos cuantos pueblos dispersos, llamados
“samaritanos” por los Judíos (de Judá).
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En la Iglesia primitiva también se daban casos de falsos profetas que lo que querían era
ganar dinero a costa del pueblo y estar de ociosos. Esto lo vemos en la Didaché o
Enseñanza de los Doce Apóstoles, que es uno de los escritos más venerables que nos
ha legado la antigüedad cristiana. Baste decir que su composición se data en torno al
año 70 después de Cristo; casi contemporáneamente, por tanto, a algunos libros del
Nuevo Testamento. Así pues, la Didaché es una recopilación de las enseñanzas
básicas de la Iglesia Primitiva.
No todo el que habla en espíritu es profeta, sino el que tiene el modo de vida del Señor.
En efecto, por el modo de vida se distinguirá el verdadero profeta del falso. Todo
profeta que manda poner una mesa en espíritu, no come de ella: de lo contrario, es un
falso profeta. Todo profeta que predica la verdad, pero no cumple lo que enseña es un
falso profeta. Pero al que dice “en espíritu”: “Dame dinero”, o cualquier otra cosa,
no le prestéis oído. En cambio si dice que se dé a otros necesitados, nadie lo
juzgue.
A todo el que viniere en nombre del Señor, recibidle. Luego examinándole le conoceréis
por su derecha y por su izquierda, pues tenéis discernimiento. Al que pasa de camino le
ayudaréis en cuanto podáis: pero no se quedará con vosotros sino dos o tres días, si
fuere necesario. Si quiere quedarse entre vosotros, teniendo un oficio, que trabaje
para su sustento. Si no tiene oficio, proveed según prudencia, de modo que no viva
entre vosotros cristiano alguno ocioso. Si no quiere aceptar esto, se trata de un
traficante de Cristo: tened cuidado con tales gentes.
No llevéis bolsa, ni alforja, ni sandalias. En la casa en que entréis, decid primero: "Paz a
esta casa." Permaneced en la misma casa, comiendo y bebiendo lo que tengan,
porque el obrero merece su salario. No vayáis de casa en casa. En la ciudad en que
entréis y os reciban, comed lo que os pongan;
De modo que, Cristo nos instruye, en Lucas 10, que el salario al que tenemos derecho
cuando viajamos como apóstoles o profetas consta de: Comida, Bebida (la que nos
den) y Techo.
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nosotros somos dignos de sustento por parte del pueblo: La Didaché, en su capitulo 11,
dice:
Todo auténtico profeta que quiera morar de asiento entre vosotros es digno de su
sustento. Igualmente, todo auténtico maestro merece también, como el trabajador, su
sustento.
V.2 Cantores
Volvamos ahora a Nehemías, y veamos que pasó con los cantores cuando Nehemías,
después de haberlos establecido en sus puestos, salió de viaje, y regresó al cabo de un
tiempo:
Cuando sucedía esto, yo no estaba en Jerusalén, porque el año 32 había ido donde el
rey; pero al cabo de algún tiempo volví a Jerusalén, y me enteré de la mala acción que
había hecho Elyasib en favor de Tobías, preparándole un aposento en el atrio de la
Casa de Dios.
Esto me desagradó mucho; eché fuera del aposento todos los muebles de la casa de
Tobías, y mandé purificar los aposentos y volver a poner en ellos los utensilios de
la Casa de Dios, las oblaciones y el incienso.
Reprendí por ello a los consejeros diciéndoles: «¿Por qué ha sido abandonada la
Casa de Dios?» Luego los reuní de nuevo y los restablecí en sus puestos.
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Y todo Judá trajo a los almacenes el diezmo del trigo, del vino y del aceite.
Aquí vemos como al dejarse de dar su ración a los levitas y cantores, “fue
abandonada la Casa de Dios” (el Templo). Los levitas y cantores se dispersaron, se
marcharon cada uno a trabajar en otras cosas para poder sobrevivir, y mantener a sus
familias, y el culto (la Casa de Dios) fue abandonado, por culpa de un favoritismo
personal. Nehemías reprende a los consejeros, y restablece a los levitas y cantores.
Esto revela la íntima conexión entre el diezmo, (la ofrenda dada por el pueblo), la
ración que merecen los levitas y cantores y el culto a Dios en el Templo. Al faltar
el diezmo o faltar la ración a los levitas y cantores, se viene abajo el culto, y la
Casa de Dios es abandonada!
Aquí quisiera compartir un testimonio personal: Hace 10 años, tuve que permanecer
muy lejos de mi país (México) durante casi 6 meses, por razones de trabajo, y en mi
ausencia, el ministerio de música de mi comunidad (Jésed) dejó de reunirse, dejó de
haber ensayos y oración, y los hermanos dejaron de recibir enseñanza y apoyo, por lo
que cada hermano se fue a servir o participar a otros servicios de la Comunidad.
Cuando regresé, la música y el culto en las asambleas se habían venido abajo. Oré al
Señor, pidiendo su dirección, y al abrir la Biblia al azar, me salió justamente esta lectura
de Nehemías, cuando regresa de viaje, lo que me conmovió profundamente.
No “reprendí a los consejeros”, porque gran parte de la culpa de este deterioro había
sido mía, al no prever apropiadamente lo que habría de hacerse en mi ausencia. Sin
embargo, lo que hice fue hablar con los coordinadores de mi comunidad y les pedí que
los cantores fueran invitados a retirarse de otros servicios y a restablecerse en sus
puestos en el Ministerio de Música, y que la Comunidad nos apoyara en nuestras
necesidades. Con gran esfuerzo logramos restaurar los ensayos, tiempos de oración y
preparación y el compromiso a servir a Dios con excelencia. El fruto fue tremendo, al
restaurar la “ración de los cantores”, y a los cantores en sus puestos, la oración de la
comunidad también se restauró, y hubo frutos de gracias y bendiciones de Dios muy
especiales. Yo le doy gracias al Señor por habernos guiado en aquella situación de
crisis.
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sonido, de enseñanza, de retiros, de apoyo fraterno y sobre todo de amor y
colaboración en nuestros proyectos.
La Ración de los Cantores también significa apoyo económico, cuando éste sea
debidamente justificado. En ciertos casos, algunos de los cantores de una comunidad o
parroquia pueden y deben ser remunerados, cuando este es un oficio establecido y
legítimamente necesario para la comunidad. Los cantores legítimamente remunerados
son también aquellos que prestan sus regularmente sus servicios en eventos
evangelísticos, misas y celebraciones litúrgicas como oficios establecidos y del cual
obtienen un sustento y patrimonio digno. También se les puede contratar para cantar
en misas o eventos especiales. Este es un trabajo honorable que merece ser bien
pagado, y al que debemos dar todo nuestro apoyo y respeto.
Los hermanos que valientemente han aceptado el llamado de Dios como cantores o
evangelizadores de tiempo completo merecen de todo nuestro apoyo, y no debemos
escatimar en su bienestar, debemos pagarles dignamente, y cuidar que no solo tengan
para su sustento, sino también dinero y otras posesiones, para su patrimonio y
para proveer dignamente a su familia. Veamos lo que continúa diciendo la Didaché
en el Capítulo 11:
Todo auténtico profeta que quiera morar de asiento (permanentemente) entre vosotros
es digno de su sustento. Igualmente, todo auténtico maestro merece también, como
el trabajador, su sustento. Por tanto, tomarás siempre las primicias de los frutos del
lagar y de la era, de los bueyes y de las ovejas, y las darás como primicias a los
profetas, pues ellos son vuestros sumos sacerdotes. Si no tenéis profeta, dadlo a los
pobres. Si haces pan, toma las primicias y dalas conforme al mandato. Si abres una
jarra de vino o de aceite, toma las primicias y dalas a los profetas. De tu dinero, de tu
vestido y de todas tus posesiones, toma las primicias, según te pareciere, y dalas
conforme al mandato.
Aquí dice “según te pareciere”, dando a entender que no es una exigencia o cuota
preestablecida del profeta o maestro, sino un discernimiento responsable y generoso de
la persona que da “según el mandato”. Es decir, la persona da al auténtico profeta
“según el mandato”, y a la vez “según le pareciere”. Esto es, da en la medida de sus
posibilidades, y a la vez da dignificando el sustento del auténtico profeta.
Reflexionemos en luz del Espíritu Santo: Cuando el profeta Amós viajó desde Judá en
el Sur, hasta Betel, al Norte, quien pagó sus “viáticos”? Quién lo hospedó? Quien le dio
de comer? No lo sabemos; lo que SI sabemos es que profetizó lo que Dios le ordenó, y
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que por ello pasó hambres y persecuciones, oposición y hasta riesgo a morir, porque
obedeció el mandato de Dios. Así debemos ser nosotros en nuestro celo como
auténticos profetas.
Si nos dan libremente una ofrenda por nuestro servicio, debemos aceptarla sin siquiera
cuestionar si lo que nos dan es mucho o es poco, pues es una ofrenda que la
comunidad nos da en el amor. Como ejemplo de esto veamos a la familia que construyó
una habitación para hospedar al profeta Eliseo en II Reyes 4:
Un día pasó el profeta Eliseo por Sunem; había allí una mujer principal y le insistió para
que se quedara a comer, y después, siempre que pasaba, iba allí Eliseo a comer.
Dijo ella a su marido: «Mira, sé que es un santo hombre de Dios que siempre viene por
casa. Vamos a hacerle una pequeña alcoba en la terraza y le pondremos en ella una
cama, una mesa, una silla y una lámpara, y cuando venga por casa, que se retire allí.»
Hay hermanos nuestros que han apostado su vida al servicio de la evangelización por
medio de la música y a veces son objeto de sospecha o de crítica porque son
remunerados o recompensados de una u otra forma. Estos hermanos han respondido a
un llamado de Dios, y hacen lo posible para equilibrar la liberalidad del evangelio con
las necesidades de su sostenimiento y patrimonio, viviendo muy frugalmente. Esto es
un enorme reto en especial para aquellos hermanos de quienes depende el
sostenimiento de su familia. Cuando es evidente su vocación de servicio de tiempo
completo o parcial, nuestra obligación es a apoyarles y a no juzgarles con dureza;
podemos apoyarlos comprando sus producciones, haciendo por ellos lo que esté a
nuestro alcance para sostenerles económicamente y también espiritualmente con
nuestra oración, confiando en que Dios les vaya estableciendo en un apostolado
económicamente viable y con un ingreso digno y estable. La Iglesia Católica sufre
mucho por la falta de hermanos como estos, por lo que debemos cuidar a los que
tenemos, y apoyar a los que vayan surgiendo. Muchos de estos hermanos combinan
diversas actividades y fuentes de ingresos:
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Produciendo material musical (CDs y Cassettes) y vendiéndolo en los conciertos
y ferias católicas.
Vendiendo otros materiales y productos de difusión católica. (camisetas,
estampas, libros, etc…)
Fundando empresas productoras y distribuidoras de música católica para vender
su material y el de otros hermanos músicos.
Estableciendo un estudio de grabación propio y/o vendiendo servicios como
productor artístico a otros músicos.
Cantando en misas y otros eventos donde se puede cobrar un servicio litúrgico
remunerado.
Organizando giras, festivales, y otros eventos que les representen algún ingreso
adicional.
Recibiendo honorarios, donativos o estipendios por cantar en eventos de
evangelización, bajo el discernimiento apropiado.
Recibiendo, de manera regular, los donativos necesarios para sostenerse en su
apostolado, por parte de benefactores, o bien apoyados por alguna organización
evangelizadora sin fines de lucro.
Combinando su apostolado con algún trabajo secular de tiempo parcial.
Muchas veces una sola de estas fuentes es insuficiente, y conlleva el riesgo de que el
ingreso sea muy variable e inestable. Para un soltero o soltera que no sostiene a una
familia esto no necesariamente es un problema serio, pues el hermano puede estar
llamado a vivir en pobreza y sencillez evangélicas. Por otro lado, para un hombre
casado y con familia, donde las necesidades económicas son crecientes, esta
inestabilidad económica puede ser un problema grave, y no creo que sea el plan de
Dios para su vida.
Para estos hermanos, es posible que dos o tres de estas fuentes de ingresos,
combinadas sabiamente, sean suficientes para suplir sus necesidades de sustento y
para las necesidades de alimentación, educación, techo y patrimonio de su familia. Aun
así, estos hermanos suelen llevar una vida de sencillez, y normalmente no son ricos.
Créanme, si quisieran enriquecerse, estos hermanos seguramente podrían hacerlo de
otras maneras menos sacrificadas que andar dando conciertos de ciudad en ciudad!
Por ello, para quienes están llamados a esta vocación de tiempo completo o parcial,
cada uno debe discernir, con la ayuda de su director espiritual o hermanos mayores en
la fe, la forma de combinar estas u otras actividades para que su apostolado sea
económicamente viable y espiritualmente sano.
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sin pedir nada a cambio, y los otros servicios los hacen con una cuota o estipendio. En
estos casos lo importante es tener claro un criterio de distinción entre un caso y el otro.
Otros hermanos podemos estar llamados a ser como Nehemías, que no solo no fue
remunerado por la reconstrucción de Jerusalén, sino que incluso puso de su propio
patrimonio y dejó temporalmente su oficio en la corte para poder trabajar en la
reconstrucción de la Ciudad Santa, sin paga alguna, y alimentando a otros “a
expensas suyas”, sin otra recompensa que saber que hacía la voluntad de Dios.
El riesgo para estos últimos hermanos (yo les llamo aquí los “Nehemías”) es que no se
valore debidamente nuestro servicio: Al estar llamados a no pedir retribución por
nuestro servicio apostólico, nos invitan personas que aunque bien intencionadas, no
organizan apropiadamente los eventos (porque no les cuesta), ponen equipos de
sonido nulo o deficiente, no hacen buena promoción a los eventos, los locales son de
mala calidad y pésima acústica, y la asistencia es pobre, y a veces es desalentador e
infructífero servir en esas condiciones.
Otra cosa importante para estos “Nehemías” es cuidar el buen nombre de nuestros
hermanos remunerados, evitando caer en la tentación de decir que nosotros, por
servir gratuitamente, lo hacemos “según Dios” y que los otros, los remunerados, son
“falsos profetas”, porque sirven “por dinero”.
V.3 Maestros
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Debemos cantar las enseñanzas de la Iglesia, la sabiduría de los Padres de la Iglesia,
la doctrina católica, los Himnos de la Liturgia. Nuestro canto debe estar impregnado de
sabiduría.
Hoy en día, nuestro pueblo sigue siendo poco educado en la fe. Muchas veces el
catecismo infantil es la única instrucción religiosa que recibe. Por eso, nuestros cantos
deben ser llenos de enseñanza, y nosotros debemos ser maestros, al componer y
cantar la Palabra de Dios. Es mucho mas fácil aprenderse una lectura bíblica si la
cantas que si la tratas de memorizar. En esto consiste la dimensión de maestros que
tiene el ministerio de música.
VI. Conclusión
Cuando servimos desde nuestra dimensión como cantores, más que exigir, debemos
amablemente exponer nuestras necesidades como ministerio o como personas. Es
plenamente lícito tener una cuota establecida para cantar en misas o eventos litúrgicos,
y si vamos a dar un concierto donde vamos a incurrir en gastos, es lícito pedir que se
cubran esos gastos, y quizá tener una cuota, pero siempre cuidando no condicionar
nuestra labor profética y evangelizadora a una estricta e inamovible remuneración
económica. En esto hay que discernir muy cuidadosamente si podemos pedir o no una
cuota, estipendio, u honorario por dar un concierto evangelizador, o simplemente decir
que aceptamos lo que la comunidad quiera darnos en ofrenda, sin condicionar nuestro
servicio a un monto específico. Muchos ministerios (incluyendo Jésed) se sostienen
solamente de la venta de su material (cassettes, camisetas, libros, etc…) y pueden
servir en los conciertos sin pedir una cuota, solo pidiendo gastos de transporte,
hospedaje y alimentación, y gastando en esto muy modestamente, hospedándose en
casas de los hermanos, y “comiendo lo que les den”. Otros hermanos, que por vocación
de Dios se sostienen ellos y sus familias de una labor evangelizadora de tiempo
completo, merecen que les demos un trato digno y que les remuneremos, y que no
pongamos juicio contra ellos, pues muchas veces han apostado su vida y la de sus
familias a este llamado.
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En cuanto a ser maestros, nuestro canto debe tener enseñanza de la Iglesia, para
transmitir la sabiduría del Señor por medio de él, y a la vez debe interpelar y hablar en
el lenguaje de quienes nos escuchan, para acercarlos al Señor.
Oremos hermanos:
Señor: Tú eres mi Rey y yo soy tu siervo. Tus deseos, y los deseos de tu Iglesia son
órdenes para mí. Envíame a servir a tu pueblo, a restaurar sus murallas, a reconstruir
su Templo con cantos de alabanza y con cantos de adoración, para gloria de tu nombre
y edificación de tu Iglesia.
Amén.
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d. Perdona las deudas impagables y las ofensas “imperdonables” de tus hermanos.
Diles que ya no hay reclamos pendientes e invítalos a trabajar contigo en la
reconstrucción.
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Tema 2. Estilos y tendencias musicales
Repaso
Como vimos en la charla de “La música en la vida del Pueblo de Dios”, La música
forma parte integral de la VIDA del pueblo de Dios. Cuando cantamos juntos como
Iglesia, pueblo de Dios, no cantamos “individualmente”, sino que cantamos como
cuerpo místico de Cristo.
El canto era una práctica fomentada por los apóstoles en las comunidades que iban
fundando. La música se daba en un ambiente de “entre vosotros”, es decir, en
comunidad, con la participación de TODOS. Se distinguían varias formas (no son
sinónimos):
También vimos que algunos Padres de la Iglesia eran cautelosos con los efectos
emocionales que causaba la música. Prohibían el uso de aquellos instrumentos
musicales que la gente asociaba a cultos paganos en ciertas regiones (ej. La flauta de
Pan, etc…)
Así pues que debemos evitar usar ritmos, sonidos, melodías o instrumentos que sean
distractores o bien que no transmiten la reverencia y el amor a Dios que queremos
transmitir.
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Estos distractores a evitar pueden ser diferentes en cada cultura, grupo social, edad, o
región geográfica, dependiendo de lo que es propio de ese ambiente.
Ante todo, debemos obedecer el mandato de Cantar y gozarnos! Pero al mismo tiempo,
en lo referente a la música litúrgica, debemos someternos a nuestros obispos y
presbíteros, pues ellos son pastores.
El efecto de la modernidad
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Hasta nuestros días, nuestros hermanos separados utilizan muy sabiamente la Biblia y
la música para ganar almas para Cristo y para sus iglesias. Debemos reconocer en
ellos un genuino deseo de predicar a Cristo, y una verdadera dedicación en el uso de la
modernidad al servicio de la evangelización.
Nosotros como católicos debemos aprender de ellos, como dice San Pablo:
“Examinadlo todo y quedaos con lo bueno”.
Inculturación
Las tendencias musicales de la música son muchas, y la palabra clave para su buen
uso es LA INCULTURACION del Evangelio.
La inculturación del evangelio es la adaptación de las formas (no del contenido) en que
se proclama el evangelio a la cultura particular de un pueblo o de un grupo de
personas.
Hay dos elementos principales para la elección de los estilos musicales a utilizar para la
evangelización: a) En cuanto al Grupo Social/Cultural y b) en cuanto al proceso de
acercamiento a Dios.
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A manera de ejemplo:
Como hablarle a los ancianos de un asilo? Con un estilo musical tranquilo, cantos
populares antiguos y llenos de esperanza.
Como hablarles a los jóvenes de un barrio? Con un estilo musical movido, rapero,
cumbianchero, norteño, rockero, etcétera.
Por ello, aun sin haber escuchado la letra de un canto, el lenguaje musical puede
provocar total aceptación o total rechazo, en un grupo!!
Las palabras de San Pablo nos dicen que es lo que debemos de hacer: “Con los
gentiles me hice gentil, con los judíos me hice judío, para ganarlos a todos para Cristo”
Así pues, no le tengamos miedo a estilos musicales que no son nuestra “lengua
madre”, y tengamos en cuenta las palabras de San Pablo al dirigirnos a los diversos
grupos social/culturales.
Por ello, la música de Taize (estilo meditativo, tranquilo, con letra sencilla y repetida) ha
tenido tanto impacto en los jóvenes, porque les lleva “mar adentro” en el encuentro con
Dios.
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Así pues, la elección de los estilos va, no solo en función del grupo social/cultural, sino
también en función del proceso de acercamiento a la presencia de Dios en el que les
vamos llevando.
a) Los Atrios: Era el lugar donde todos llegaban desde lejos, lugar de fiesta,
tamboril, pandero, danza… Es el primer punto de encuentro con Dios, y se
relaciona con la Alabanza: La expresión de amor con todo nuestro cuerpo.
NUESTRA ALABANZA DEBE SER ATRACTIVA!!, La música de Alabanza debe
ser fuerte, festiva, rítmica, sonora, bien tocada, rica en ritmos e instrumentos,
participativa, fácil de cantar, pegajosa, alegre. Y la letra debe proclamar a Dios
de manera vivencial, bíblica y litúrgica.
c) El Santo de los Santos En este lugar del Templo estaba el arca de la Alianza,
era el lugar del encuentro “cara a cara”. El Santo de los Santos se relaciona con
nuestro espíritu, y con la Adoración y la Contemplación. Hemos caminado del
cuerpo a la mente y ahora caminamos de la mente al espíritu. El estilo musical a
escoger es muy sencillo, a veces se repite una misma frase sencilla una y otra
vez, porque en la adoración espiritual y “no hacen falta las palabras”. La música
puede ser con muy pocos instrumentos, o incluso a capella, y conviene que haya
silencios fecundos.
Al combinar los dos criterios, (por grupo social/cultural y por nivel de acercamiento)
logramos hablar el lenguaje del grupo y ayudamos a llevarlos más eficazmente a la
presencia de Dios. A manera de ejemplo, en el primer nivel acercamiento hay estilos
musicales como la cumbia, el rock pop, la zamba, la polka, el rap, la salsa, etc… La
elección dependerá de cual es el grupo social/cultural.
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Estilos propios e impropios
Todos sabemos que existen estilos musicales que son propios para una situación y
otros que no son propios para esa misma situación. Es obvio que el la cumbia o el rock
pesado no son propios para el “Lugar Santo” ni para el “Santo de los Santos”, porque
no tienen las características de mover a la adoración o a la contemplación. Sin
embargo, algo muy diferente es afirmar que un ritmo o estilo tiene una esencia
intrínsecamente maligna. Se ha hablado mucho de los peligros de ciertos estilos por
supuestamente contener una esencia intrínsecamente maligna. El rock pesado, es
objeto de un fuerte escrutinio y es muy poco aceptado en los ambientes cristianos por
esta razón.
Así decía San Pablo en 1 Cor 10, 23 ss: «Todo es lícito», mas no todo es conveniente.
«Todo es lícito», mas no todo edifica. Que nadie procure su propio interés, sino el de
los demás.
Mas si alguien os dice: «Esto ha sido ofrecido en sacrificio (a los ídolos)», no lo comáis,
a causa del que lo advirtió y por motivos de conciencia.
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Ahora bien, respecto del comer lo sacrificado a los ídolos, sabemos que el ídolo no es
nada en el mundo y no hay más que un único Dios. Pues aun cuando se les dé el
nombre de dioses, …, para nosotros no hay más que un solo Dios, el Padre, del cual
proceden todas las cosas y para el cual somos; y un solo Señor, Jesucristo, por quien
son todas las cosas y por el cual somos nosotros.
Más no todos tienen este conocimiento. Pues algunos, acostumbrados hasta ahora al
ídolo, comen la carne como sacrificada a los ídolos, y su conciencia, que es débil, se
mancha.
Y por tu conocimiento se pierde el débil: ¡el hermano por quien murió Cristo! Y pecando
así contra vuestros hermanos, hiriendo su conciencia, que es débil, pecáis contra
Cristo. Por tanto, si un alimento causa escándalo a mi hermano, nunca comeré carne
para no dar escándalo a mi hermano.
Llevando esta reflexión de San Pablo a nuestro contexto, podemos decir, respecto de
los estilos musicales de origen mundano, más o menos lo siguiente:
“Pues algunos, acostumbrados hasta ahora al estilo musical, usan este estilo musical
como sacrificado a los ídolos, y su conciencia, que es débil, se mancha.
No es ciertamente el estilo musical lo que nos acercará a Dios. Ni somos menos porque
no lo usemos, ni somos más porque lo usemos. Pero tened cuidado que esa
vuestra libertad no sirva de tropiezo a los débiles. En efecto, si alguien te ve a ti, que
tienes conocimiento, participando de este estilo musical dedicado a los ídolos, ¿no se
creerá autorizado por su conciencia, que es débil, a escuchar música idólatra o
satánica?
Y por tu conocimiento se pierde el débil: ¡el hermano por quien murió Cristo! Y pecando
así contra vuestros hermanos, hiriendo su conciencia, que es débil, pecáis contra
Cristo. Por tanto, si un estilo musical causa escándalo a mi hermano, nunca usaré ese
estilo para no dar escándalo a mi hermano.
Federico Carranza
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Nivel Intermedio
I. Repaso
Salmo 33, 1 a 3:
Gritad de júbilo, justos, por Yahveh!,
de los rectos es propia la alabanza;
¡dad gracias a Yahveh con la cítara,
salmodiad para él al arpa de diez cuerdas;
cantadle un cantar nuevo,
tocad la mejor música en la aclamación!
Nos referimos a “elementos” como aquellos aspectos que hacen que una composición
sea buena o mala desde el punto de vista literario, musical y espiritual. Como nos
enseña Juan Pablo II en su encíclica “Fides et Ratio”, la fe y la razón son las dos alas
con las que el espíritu del hombre vuela hacia Dios. Así pues, en los elementos de
composición de música para gloria de Dios y santificación de los fieles, intervienen la fe
y la razón, y deben estar armónicamente presentes en toda la composición, para que
tanto la fe como la razón participen de la alabanza a Dios.
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II.1 Elementos Literarios
Veamos los elementos literarios principales: Rima, métrica, cadencia, tiempo, sujeto.
Vemos que la rima no tiene que ser 100% perfecta, por ejemplo, “A quien por mí” no
aparece rimando con ninguna otra línea, pero no estorba a la conformación poética de
la canción.
El problema de esta “rima” es que se vuelve empalagosa y repetitiva, por lo que puede
distraer mas que inspirar.
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Cadencia: La cadencia es el ritmo natural que tienen algunas frases. Para
entender el concepto de cadencia, vamos a imaginarnos a uno de esos políticos
que suelen hablar con mucha rimbombancia o “cadencia” en los discursos
públicos: por ejémplo:
“Ví va la Pa tria, com pa trio tas” (9 sílabas) tiene cadencia acentuando las letras
subrayadas.
Para hacer una canción con esa línea, tendrémos que encontrar otra línea que
tenga la misma cadencia.
Aunque tenga 9 sílabas, la frase “mi ca mi sa es co lor na ran ja” tiene una
cadencia distinta, porque las sílabas acentuadas son otras.
así pues, una frase con la misma cadencia a “viva la Patria” será por ejemplo:
“Quie ro fri jol es con ejótes” , porque se acentúan la 1, 4,6 y 8) y tiene la misma
cadencia que
“Ví va la Pa tria, com pa trio tas” (se acentúan la 1, 4,6 y 8)
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Aquí hay 3 sujetos distintos “alabemos” (nosotros), me salvaste (tú), y alabenlo
(ustedes).
Elementos musicales son el modo tonal, el tempo, el ritmo y el compás, todos ellos
dando una estructura a la línea melódica.
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Al igual que el modo tonal, cada ritmo provoca sensaciones diferentes y puede
ser adecuado para ciertos mensajes y para otros no.
Entre mas conozcamos y escudriñemos las escrituras, los salmos, los libros litúrgicos y
los escritos y poemas de los santos, mas nos impregnamos del espíritu de oración y
gratitud de la Iglesia, y enriquecemos nuestras fuentes, lo cual hace que nuestra
composición tenga unción, poder y gracia. Decíamos que debemos privilegiar las
fuentes probadas (las 1 y 2 de arriba) y si hacemos un canto de nuestra propia
inspiración, debemos someter el texto a una revisión cuidadosa.
Al estudiar los escritos de la biblia, o la liturgia o los escritos de los santos, debemos
orar con ellos, y apropiarnos la experiencia que allí se manifiesta. Recuerdo que al
componer música para los poemas de San Juan de la Cruz, algo que me detenía era el
temor a tratar de expresar algo que yo nunca había sentido. En oración le pedí al
Señor, por intercesión de San Juan, que me permitiera experimentar aquello que inspiró
a San Juan a componer tan hermosos poemas, y fui descubriendo que en mi propia
experiencia de oración carismática yo tambien había tenido momentos de gracia, de
contemplación, de “volar alto”, y tambien había tenido “noches oscuras”. Esto me
permitió componer con confianza, al saber que no estaba narrando algo ajeno a mi
mismo.
Por ejemplo, cuando leamos el Salmo 51 (Miserere) para ponerle música, no pensemos
solamente en David y su pecado (el adulterio con Betsabé y la muerte de Urías) sino
pensemos en nuestro propio pecado, y oremos, oremos mucho, y ya desde esa actitud
de arrepentimiento, humillación y oración, hagamos la música para el Salmo. Así la
música tendrá unción.
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Es importante, al estudiar un escrito espiritual, compenetrarnos del texto y del contexto,
esto es, no solo lo que dice la lectura “Elí, Elí, lema sabactaní”, pues nos podemos
equivocar en nuestra interpretación: “Está llamando a Elías”. Debemos ser fieles a las
fuentes de lo que leemos, pero tambien podemos ponerle de nuestras propias palabras,
pero SOLO SI ENTENDEMOS BIEN EL CONTEXTO!!! De otro modo podemos estar
distorsionando el mensaje.
Oremos: Señor, te pedimos que inspires muchos cantos llenos de unción, de poder y
de gracia para que te demos Gloria, para expresarte nuestro amor y para hermosear a
tu Iglesia con joyas y perlas de alabanza y adoración. Que por medio de nuestros
cantos se restaure el templo espiritual y todo tu pueblo sea santificado y te ame mas y
mas cada dia.
Amén
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Nivel Intermedio
I. Repaso
En el taller del nivel básico vimos un método que constaba de los siguientes pasos:
1. Oramos
2. Escogemos un tema:
3. Estudiamos y oramos sobre el Texto y el Contexto:
4. Versificamos el Texto y Contexto
5. Pulimos el texto versificado
6. Le damos la Cadencia y Ritmo
7. Escogemos el modo musical
8. Ponemos la línea melódica
A esto último habría que agregar la fase de “probar el canto”, que es presentarlo a
nuestros hermanos de comunidad, a nuestros amigos en Cristo, y escuchar sus
comentarios y críticas. Todo canto puede volver a pulirse mas, perfeccionarse, o
incluso desecharse y cambiarse por otro, si no tiene el efecto que queremos.
Hoy vamos a ejercitar un método mas “libre y espontáneo” para componer. Está basado
en la dinámica del canto inspirado. Te recomiendo que antes de hacer este taller des
una hojeada rápida al tema del Canto Inspirado que viene en el Nivel Básico.
II. Oración
Oremos:
Padre celestial, somos tus hijos amados, y sabemos que nos amas entrañablemente.
Haz que aprendamos el lenguaje de los ángeles y santos, el idioma del cielo, que es la
alabanza y la adoración por medio del canto.
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III. Dinámica de Canto Inspirado e Improvisación en el Espíritu
Hemos estudiado a los levitas y cantores, y a aquellos que profetizaban cantando, pues
tenían ese don de Dios. Ellos eran conocedores de la ley, estudiosos consagrados al
servicio del templo, hombres santos. Nosotros podemos hacer de nuestra oración una
experiencia como la de esos hombres, y cantar al Señor libremente en el Espíritu. Esta
experiencia es muy familiar para quienes vienen de un contexto de espiritualidad
carismática, pero para quienes no puede ser difícil de entender.
Hoy vamos a dedicar un tiempo a vivir esta dinámica, porque es una de las fuentes mas
poderosas y eficaces de la composición. Te invito a hacer esta dinámica en un
ambiente de oración y libertad.
III.1 Hagámonos como niños: Muchas veces nos han dicho que nosotros, por mas
que demos gloria a Dios, no aumentamos su Gloria ni un ápice, porque la gloria de Dios
no depende de que nosotros se la demos o no. Eso dicen los teólogos. Pero Jesús, en
el evangelio, dice algo muy diferente: El dice: “Mi Padre ENCUENTRA SU GLORIA en
Ustedes, en que Ustedes den fruto.”… Esto quizá no les guste a los teólogos, pero nos
gusta a los místicos, porque Dios se comporta como un Papá amoroso, que tiene
muchos siervos grandes y poderosos (los arcángeles, querubines, serafines y ángeles)
y nos tiene a nosotros, sus hijos pequeños…
Así pues, cierra tus ojos e imagínate una gran sala, llena de gloria y esplendor, donde
cada uno de estos grandes siervos excelsos da gloria a Dios…
“¡Gloria, Gloria, Gloria!” Dicen sin cesar los ángeles y arcángeles, los querubines y
serafines, y presentan ante Dios Padre sus grandes hazañas, sus hechos portentosos y
sus grandes milagros realizados en su honor.
Dios Padre, sin embargo, por alguna extraña razón “no encuentra en ellos su gloria”!
Los teólogos no se explican que pasa, pues al parecer Dios dejó extraviada su gloria en
alguna parte del universo, y la esta buscando, pero no la encuentra en las proclamas de
los ángeles…
Pero de pronto entra a la gran sala un niño pequeño, llevando en la mano una hoja con
un garabato pintado. Es el dibujo de un niño tomado de la mano de su Papá. Ese niño
eres tú, y tu Papá es Dios. Dios Padre se levanta de su trono y se pone de rodillas para
poderte ver cara a cara a tu estatura, y pide a los ángeles que guarden un poco de
silencio para escuchar lo que le vienes a decirle y ver lo que vienes a mostrarle.
Entonces le dices:
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“Papá, hice este dibujo para ti, mira: este eres tú, y este soy yo, y vamos de la mano.
Ah!, y también te quiero cantar una canción que hice para ti.…”
III.2 Cántale con amor: No te pongas nervioso, no importa si lo que le cantas es feo o
desafinado a los oídos de los hombres, ¡Cántale libremente lo que brote de tu corazón!!
Dios Padre esta escuchándote, y ENCUENTRA SU GLORIA en ti. Si lo que le cantas
no tiene mucho sentido o se oye desarticulado tampoco importa, porque Él se llena de
ternura con lo que le ha venido a cantar su hijito pequeño. Es mas, no te conviene
pretender sonar demasiado elegante o rimbombante, porque entonces le estarías
cantando ya como un “hijo grande”, un Beethoven o un Mozart… Y dejarías de tener los
privilegios del hijo pequeñito.
Simplemente coge tu guitarra o tu pandero o las palmas de tus manos y cántale lo que
te brote del corazón, dile que lo amas, díselo sin temor, y llámale Abba, papito, papá, y
abrázalo con tu corazón, y salta, y danza, si quieres.
III.3 Haz una “plana” de “Te Amo”: No se como se diga en otros países, en México
se dice “plana” a una hoja que en el kínder te dejan hacer de tarea, donde pones
muchas veces una frase, para ejercitar tu letra. Haz una de estas planas en tu
cuaderno de oración, (supongo que tienes uno, si no lo tienes, comienza uno ahora)
ponle “Te amo, te amo, te amo…” y llena una media página o una página completa. Y
cada vez que escribas “te amo” díselo en voz bajita. Yo tengo docenas de estas planas
en mis cuadernos de oración. No se lo enseñes a nadie, porque van a creer que estás
loco, pero ten en cuenta que todos los ángeles y santos ven tu cuaderno, porque Dios
Padre se los muestra lleno de orgullo diciendo: “Miren! Mi hijo, el mas pequeño me ama
y ya sabe escribir para mí!!!”
III.4 Escribe lo que quieras: Ya que ejercitaste tu caligrafía del idioma del cielo, y que
todos los ángeles y santos están leyendo lo que escribes por mandato de Dios Padre,
escríbele y cántale una canción, o un poema o un cuento, o hazle un dibujo, o talla en
mármol una “Pietá”, o pinta una última cena, o componle una sinfonía, o una danza, o
escribe un libro. Eso sí, hazlo siempre diciendo por dentro “te amo”, como un niño
pequeño, y termina con una oración.
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otra música, o hacer una canción de tu plana de “Te amo”, el taller ya terminó, es la
hora del recreo. Y no lo olvides: Dios Padre ENCUENTRA SU GLORIA en ti, en que tú
le cantes y le digas que lo amas, y en que des fruto.
V. Conclusión
Muchas personas creen que para componer al Señor se requiere una capacidad
humana súper especial. Yo soy testigo de que no es así. Tengo hermanos en mi
comunidad que han compuesto canciones en medio de una asamblea de oración, tan
hermosas! Y luego ya no han compuesto más canciones nunca mas, lo que me
demuestra que no tienen una capacidad humana especial, sino que, llenos del Espíritu
proclamaron en ese momento la obra de Dios.
Nuestros cantos no son “palabra de Dios”, a menos que sean textualmente tomados de
las sagradas escrituras, no te tomes tan en serio tus propias composiciones, si alguien
te sugiere algún cambio, escucha con humildad y acepta lo que sea para mejorar. Por
sobre todas las cosas, haz todo por amor.
Amen
Federico Carranza
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Nivel Intermedio
Recordemos que las cosas que se hagamos para nuestro Dios y su Pueblo la Iglesia
debemos hacerlas bien, como dice el Salmo: “Tocad la mejor música en la aclamación”.
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Ya que entendemos la importancia del sonido para los coros, grupos, obras de teatros,
conferencias, misas, etc. dentro de nuestro ambiente religioso, veamos que debemos
tomar en cuenta para la sonorización adecuada:
Una vez analizado el eco, debes de ver cual es la forma más conveniente para
acomodar las bocinas, tratando de que el sonido sea distribuido en forma equitativa.
Procura que el sonido pueda llegar a cada parte del lugar sin interferencias: columnas,
curvas en el lugar, recintos con varias secciones, lugares con gradas, etc. Ponte en
contacto con el encargado del evento, misa, conferencia, etc. para cualquier duda.
Ponte de acuerdo con él y procura explicarle donde piensas ubicar el equipo, para evitar
que después de haber instalado todo te pidan que lo cambies de lugar!
Siempre busca un punto donde quieres que llegue el sonido: por ejemplo en una iglesia
donde hay un pasillo en medio y bancas a los lados, busca el centro de uno de esos
lados, tanto de lo largo como de lo ancho y dirige la bocina a ese punto, de la manera
mas “equitativa” posible, y si tienes mas de dos bocinas (que es lo mas conveniente)
distribúyelas dos enfrente (entre el expositor o músico, etc. y la gente) y otras dos en
medio del lugar. Así tendrás menos problemas con los ecos de las iglesias, gimnasios,
etc.
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5. ¡¡Monitores, monitores, monitores!!:
Una vez instaladas las bocinas, la mezcladora y todo lo demás, debemos de ubicar los
monitores. He sido testigo de muchos conciertos, presentaciones, etc. que han
fracasado por falta de monitores, o por monitores mal operados. Créanme: Es MUUUY
probable que si un coro no se escucha a sí mismo cantará mal, y si solo escucha el
“rebote de la sala” cantará peor, porque el rebote los va a desorientar. Si ese mismo
coro canta escuchándose bien a sí mismos, sabrán entonces cómo están cantando y
tendrán una mejor referencia para afinarse y ponerse a tiempo unos con otros. ESO ES
UN HECHO!!.
Los monitores se deben de colocar en el piso frente o a un lado de la (s) persona que
cantan y tocan(s) y deben de llevar una inclinación hacia arriba ligeramente (esa
inclinación viene comúnmente en los monitores de piso diseñados para eso), siempre
teniendo cuidado de que los micrófonos no apunten nunca directamente hacia un
monitor de piso, para evitar una retroalimentación mejor conocida como “feedback” o
“vicio”……..
Por cierto, como una vez dijo un gran hermano mío….. ¿Sabían que los operadores o
ingenieros en audio siempre debemos de luchar y tratar de vencer el vicio? .....
jejeje…es solo para ver si me están siguiendo con la misma atención que en el
principio.
6. Sound Check:
Una vez que han sido conectados los monitores y las bocinas, debemos de confirmar
que todas las bocinas realmente están funcionando correctamente, sin fallas de
interrupción de sonido, porque si llega a existir un falso contacto puede suceder
exactamente lo mismo que con la corriente eléctrica, cuando hay un falso, la corriente o
la señal empiezan a variar mucho, por consiguiente hay una sobrecarga de energía,
empieza a haber un sobrecalentamiento en el cableado y en éste caso también en la
bocina y amplificador hasta que se genera el corto que dañará el equipo.
Ya que haz verificado el buen funcionamiento de las bocinas, debes checar micrófonos
y cables de instrumento, y ojo en esto: Alguna vez les ha pasado que, piensan que todo
está listo y a la hora de empezar a cantar te das cuenta de que tu micrófono no
funciona??? ¡Y todo porque no lo probaron antes de empezar!!!
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Finalmente, haz el sound check con el grupo cantando, para regular la mezcla
debidamente y con anticipación. Recuerda que un salón sin gente tiene más eco que el
mismo salón lleno de gente. Siempre que sea posible, toma el tiempo necesario para el
sound check del grupo antes de que llegue la gente.
7. Regulación de la mezcla
Regular no significa subir los volúmenes de los instrumentos y voces y ya se escuchó,
NO, regular significa simplemente eso, regular los niveles de instrumentos y voces para
que no hayan volúmenes excesivos y todo tenga armonía entre si; puede pasar que, si
tu novia, hermana, amiga es la que canta en el coro es a la que le subes mas de
volumen, y créeme, suele suceder, en ocasiones hay favoritismo a ese respecto y
terminas regulando sin objetividad. Cuando tú regules o sonorices toma en cuenta algo
muy importante: Siempre regula de tal modo que las voces, reguladas en forma
equitativa, siempre estén más fuerte que los instrumentos.
Recuerda que los instrumentos no dan el mensaje de Dios sino la voz, por eso siempre
ten presente que los instrumentos dan la armonía y colorido a la voz, pero al final de
cuentas lo que la voz hace es predicar la palabra de Dios por medio del canto y por lo
tanto se debe de entender el mensaje, eso lo aprendí con el paso del tiempo y créeme,
eso es lo mas importante de nuestro trabajo como ingenieros.
8. Elementos de Respaldo:
Ten a la mano un par de cables de micrófono y de instrumento previamente probados
también para poderlo cambiar si te falla uno durante el evento. Ten también a la mano,
si se puede, una guitarra de reemplazo por si se revienta una cuerda en medio del
evento!!
Es como salir a carretera, tienes que llevar llanta de refacción!!! Como dice el dicho….
“el show debe continuar” y nosotros somos responsables de que todo funcione.
9. Comentarios finales:
Para terminar éste nivel de audio medio solo les quiero decir lo siguiente:
Como se dijo en el nivel básico, “El sonido es un servicio muy ingrato en nuestros
ambientes de apostolado, y requiere de una especial abnegación y dedicación,
tolerancia a la crítica, responsabilidad y fidelidad:
• El servicio del sonido solo llama la atención cuando se escucha mal, cuando se vicia
un micrófono, etc… Cuando sale todo bien nadie se da cuenta de que dimos un buen
servicio.
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• Cargar y descargar el equipo, instalarlo, regularlo, todo ello es un apostolado muy
pesado, requiere llegar antes que todos e irse después de que todos se han ido.
• Es cansado y no suele ser reconocido.
Muchas veces solo te toca recibir críticas, pocas veces elogios…..”Pero” cuando tus
ojos ven que un hermano es tocado por el trabajo del o los hermanos y por TU trabajo,
no sabes el gozo y la satisfacción que siente tu corazón, y eso, es tu mejor recompensa
por parte del Señor, eso…… no tiene precio y es tu mejor reconocimiento.
Dios te bendiga.
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Nivel Intermedio
Tema 6. Fundamentos de Producción de Música Católica
Por Federico Carranza, Hugo Oviedo, Ana de Carranza
I. Principios Espirituales:
(Hugo) Hola Hermanos, mi nombre es Hugo Oviedo, formo parte del equipo de
producción musical de Jésed Ministerio de Música, S.C., y por invitación de Federico
participo en esta charla con los aspectos de la producción musical.
(Federico) Muchas veces pensamos que cuando se trata de realizar un proyecto con
implicaciones materiales o económicas debemos seguir más los criterios de las
empresas del mundo, y dejar a un lado los criterios de Dios, porque los criterios de Dios
son de otra “esfera de aplicación”.
Dice el Salmo 1:
¡Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los impíos,
ni en la senda de los pecadores se detiene,
ni en el banco de los burlones se sienta,
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y jamás se amustia su follaje;
todo lo que hace sale bien.
No seguir el consejo de los impíos: Nunca debemos usar criterios mundanos para
nuestro quehacer cristiano. Podemos usar los recursos y técnicas modernas de
producción, promoción, distribución, pero jamás debemos seguir los consejos impíos
de la voracidad, la competencia desleal, el egoísmo, que muchas veces domina a las
empresas del mundo.
El fruto a su tiempo: Si nuestra vida espiritual tiene raíces profundas, daremos el fruto
que Dios quiere, y nuestro follaje no se amustiará. Esto es muy importante: dar fruto “a
su tiempo” significa no pretender dar fruto antes ni después, y no querer dar ni mas ni
menos que el fruto que Dios quiere.
La Poda: Dice Jesús: “Mi padre es el viñador… todo el que da fruto, mi Padre lo poda,
para que de mas fruto”… A veces Dios poda el árbol, cortando de nosotros proyectos y
actividades que nos están cargando demasiado. El árbol podado aparece truncado,
mutilado y feo, pelón, sin hojas ni flores ni frutos. Así queda nuestra vida, a la vista de
los hombres, cuando Dios nos poda. Pero las raíces, que están en lo secreto, Dios
nunca las poda: Nuestra vida interior, el amor y ternura que Dios nos tiene y su nutrición
espiritual nunca dejan de alimentarnos.
Las Flores antes que los frutos: Todo árbol antes de dar frutos da flores. Las flores son
esos grandes sueños que tenemos a veces, donde por amor quisiéramos ofrecerle a
Dios proyectos maravillosos; Yo tengo muchos sueños: Un canal de TV católico, una
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estación de radio, una escuela de músicos católicos, cientos y cientos de nuevas
canciones, un súper estudio de grabación y producción, ¡videos de música católica!, un
festival donde asistan cientos de miles de personas, películas de las vidas de los
santos… Seguro todos tenemos sueños, porque amamos a Dios, y de nuestro amor
surgen estos sueños, como flores.
Es importante ofrecer a Dios esas flores, con la confianza de un enamorado que ofrece
la luna y las estrellas (¡imposibles!) a su amada. Son expresiones del amor que le
tenemos a Dios, y en ese sentido, como Santa Teresita, hay que “arrojar flores a Dios”,
con estos sueños, y ¡no aferrarnos a ellos, sino entregárselos a Dios!
Recuerdo que un día Dios me dijo en mi oración: “Pon tus sueños en mi corazón, y yo
pondré en tu corazón mis sueños”. Esto significa, entregarle a Dios nuestros sueños,
poniéndolos en su corazón como una ofrenda, y recibir en nuestro corazón los “sueños
y anhelos” de Dios, que son su plan perfecto para nuestras vidas y para la Iglesia.
Los frutos son alimento: Es lamentable ver un árbol lleno de frutos podridos, le pesan
tanto y se echan a perder porque el árbol no ha “entregado” los frutos. Dios, el buen
jardinero, no quiere que nos quedemos con los frutos como si fueran nuestros, sino que
los demos generosamente a los demás para que sirvan de alimento. El árbol egoísta
sería aquel que “no suelta los frutos”, se aferra a ellos como si fueran su patrimonio
personal. Al hacer una producción católica debemos tener la disposición de entregarla
generosamente a la Iglesia, haciéndola accesible a todos, responsablemente, sin por
ello despilfarrarla o regalarla con temeridad.
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6. Diseño de la portada
7. Pruebas de color de la portada
8. Maquila
También conviene saber de antemano quien va a hacer que cosas. Los principales
roles son los siguientes:
Productor ejecutivo:
Conviene establecer un responsable de la producción “productor ejecutivo” que se haga
cargo de realizar un plan de requerimientos y utilización de los 3 elementos que
conforman la producción:
Estos 3 aspectos se conjugan y son como tres patas de una mesa. Si necesitas hacer
algo en poco tiempo necesitas mas dinero, si necesitas hacerlo con menos dinero
necesitas mas recursos humanos, etcétera… El productor ejecutivo debe tener acceso
a estos recursos y los va administrando para lograr la producción.
Diseñador:
Es la persona que se encarga de diseñar la portada, la rueda y todo lo que lleve
impreso la cajita del CD o del Casete.
Director Musical
Cuando hay mucha gente participando en un disco o el arreglista no pertenece al grupo
musical que está grabando, el director musical apoya al arreglista en los ensayos, la
organización y la elaboración de los arreglos. El es el puente entre el productor musical
y los músicos que van a tocar los arreglos si hace falta.
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Realización de la Producción
La mayoría de los autores católicos se sentirán honrados de que les pidas permiso
de grabar uno de sus cantos, y las condiciones que te pedirá serán bastante
razonables. De hecho a los autores LES GUSTA que sus cantos se usen, y no
porque vayan a ganar dinero, sino porque les hace saber que sus cantos dan fruto.
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2. Grabación de un boceto o “draft”.
Para la selección de los cantos se debe de confiar por un lado en lo que creemos que el
Espíritu Santo espera de nuestra producción, y por otro lado en la opinión de gente que
sabe de poesía y de música. Hay que tener cuidado de no afirmar que Dios quiere que
grabemos un canto que tiene errores de composición o de forma musical. La oración y
el estudio musical son esenciales. Un músico cristiano sin estos dos aspectos seria
como un predicador que tiene muy buen corazón pero que no ora con la Palabra de
Dios y no estudia teología (es solo una metáfora), Dios obra en nuestra pequeñez pero
también espera que usemos la inteligencia que Él mismo nos dio para que crezcamos y
sirvamos a nuestros hermanos.
Cuando ya se ensayaron todos los temas y se buscó un estilo para cada uno se puede
elegir un orden para la grabación en el estudio. Se recomienda empezar por los cantos
que suenan mejor en el primer ensayo, y al final se van eliminando los temas que “no
suenan” o que “no convencen”.
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Lo importante de los arreglos es que nos ayuden a transmitir la intención y la idea del
autor de una manera emotiva. Para esto lo primero es definir bien esta intención: ¿Es
acerca de un momento de intimidad con Dios? ¿Es una expresión de la gran alegría de
saberse amados por Dios? ¿Es para animar una asamblea o dirigir la alabanza? ¿O
para dar testimonio frente a hermanos que todavía no han escuchado hablar de Cristo o
que viven en un ambiente muy diferente al de nuestras comunidades católicas?
Vuelvo a decir que no hay reglas absolutas: “música tranquila para las religiosas y rock
para los jóvenes…” No, cada disco es la expresión de una experiencia y tiene un fin
individual, y hay que buscar qué estilos y qué instrumentos musicales expresan mejor
esa inspiración, ¿un piano muy sencillo? ¿O mejor un coro y cuerdas, o una banda
“pop” o “rock” completa? A veces nos preguntamos: ¿por qué nuestra música no suena
con la misma fuerza? Pues hay que ver como en esos discos tocan la guitarra, qué
percusiones usan, si usan teclados o violines o efectos, ¡qué interpretación le dan a la
voz! A veces tengo la impresión de que a los músicos católicos nos falta un poco de
crítica al respecto: “mira se usa guitarra, pandero y se hace segundas, así le
hacemos…” o “yo la guitarra, tú el bajo, él los teclados y aquel la batería, ya está”
¿Pero que ritmo vamos a tocar, como vamos a acompañarlo? ¡No basta con que todos
pongan “do” y luego “sol”! Hay que darle forma e intención a cada instrumento para que
apoye la letra en diferentes momentos del canto, hay que pensar en la introducción, en
el interludio, en el final (cuando menos). Es muy importante buscar que el arreglo de
voces ponga de relieve la letra y la intención, y que no sea algo que no tiene nada que
ver con el resto o que sea opacado por todo la música. Me atrevo a afirmar que en
general la voz debería ser lo más importante en nuestra música, pues la voz transmite
la palabra, ¡y es por la voz que los hermanos pueden unirse a nuestro canto, a nuestra
oración! Hay que cuidar mucho los arreglos vocales en consecuencia.
Ahora vamos sobre un aspecto más técnico de los métodos de grabación. Vamos a
hablar sobre el proceso de la grabación la música de un disco aunque solo lo haremos
superficialmente.
Empezaré por decir brevemente que la función del estudio de grabación es realzar las
cualidades de la música que tocan los integrantes del grupo o los músicos, es decir, la
música no la hace el estudio, ¡sino los músicos! Esto que estoy diciendo puede sonar
tonto, pero es sorprendente como a veces llegamos al estudio esperando sonar como
Luis Miguel o Alejandro Sanz…. ¡Pues hay que cantar y tocar así de bien entonces! Mi
punto es que el ensayo antes de una producción es esencial, es gran parte del éxito de
la grabación. Lo otro depende de la disciplina dentro del estudio y del trabajo de los
ingenieros. Si grabamos un ensayo así como tocamos siempre, y suena con fuerza,
afinado, cuadrado, con idea, entonces podemos hablar de ir al estudio, pero si no, hay
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que seguir trabajando duro hasta lograr una calidad de la música por si misma, sin la
tecnología del estudio.
Si me preguntaran cuál es el método ideal de grabación diría que lo mejor es que todos
los músicos graben al mismo tiempo en una sola toma. Pero la verdad es que esto
requiere de una técnica y un ensamble que pocos grupos o músicos tienen. Solo grupos
musicales muy experimentados o músicos profesionales con mucha técnica pueden
hacer esto en la práctica. Este tipo de grabación en una sola toma logra captar de una
forma muy especial la fuerza de la pieza musical. Así es como graban las orquestas
sinfónicas o los coros profesionales, por ejemplo.
Es obvio que para esto se requiere que absolutamente todos los participantes de la
grabación tengan un gran dominio de la música que van a grabar, pues el error de una
persona en la interpretación echaría a perder una buena toma donde todos los demás
hicieron un buen trabajo, he ahí lo exigente de este método… y por eso la gran calidad
de sus resultados.
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Grabación de los instrumentos de adorno.
Luego, se graban los instrumentos que “adornan”, las guitarras “líder”, los
instrumentos de aliento, las cuerdas, los efectos de teclados. Todo aquello que
necesita apoyarse en la base de la pieza para tener una mayor expresividad.
Grabación de voces.
Para cerrar con broche de oro… La voz, en la mayor parte de los casos, es lo que le
da sentido a toda la música, hay que “echarle ganas” entonces. En cuanto a los
arreglos de voz, en mucha de la música que tocamos en nuestras comunidades en
México, no hay arreglos de voces, es decir, todo el coro canta lo mismo en toda la
pieza. Siendo realistas, esto puede ser no muy estético para un disco si se cantan
todas las piezas así. Les recomiendo que si no va haber armonía vocal, solo se
seleccionen algunas voces para grabar y así se simplifica el trabajo y se puede
mejorar la calidad.
La voz se graba hasta el final para ayudar al vocalista a tener mayor expresividad.
De esta manera toda la pista y todos los adornos impulsan al vocalista a cantar más
afinado, con mayor fuerza y de una manera más emotiva.
5. Mezcla y Masterización.
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profesionales que no siempre creen lo mismo que yo, pero que aman su trabajo y
respetan todas sus exigencias. Siempre he creído en un balance entre estas dos
“ciencias”, la de la ponerse en manos del Espíritu Santo, y la de utilizar al máximo
los talentos que Dios nos ha dado a todos para darle gloria con nuestro trabajo, y
lograrlo con calidad. En esto último les insisto personalmente, en que todos nos
ayudemos a crear obras de calidad. No creo que el reto de la música en la Iglesia
Católica sea la buena voluntad, la cual he visto en muchos hermanos, sino la calidad
del contenido en las letras, de las formas de composición y de la interpretación. En
lo personal, les agradezco mucho a Fede y a Ana Carranza por la oportunidad que
me han brindado para producir música en Corazón de Arpa Producciones (ahora
Jésed Ministerio de Música, S.C.) donde he participado en varios discos. Algunos de
estos son “El Trovador de Asís”, mi primera producción para Corazón de Arpa
Producciones (ahora Jésed Ministerio de Música, S.C.), “Primer Sagrario” y “Silencio
de Amor”, “Hacia Galilea” del P. Virgilio Cantú y “Quiénes Somos”, del grupo Jiram,
al cual pertenecí. Espero que puedan escucharlos y darme su opinión.
¡Dios los bendiga Hermanos! Y me pongo a sus órdenes para cualquier comentario.
Mi correo electrónico es [email protected]
(Fede) Los últimos temas los dará una persona que quiero mucho, ha sido mi novia
por 19 años y mi esposa por 18. Ella se encargará de hablarnos desde su
experiencia como productora ejecutiva en Corazón de Arpa Producciones (ahora
Jésed Ministerio de Música, S.C.).
6. Diseño de la portada
7. Pruebas de color de la portada
8. Maquila
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Procura que la portada no la haga tu “tía Panchita”: esa persona que te quiere mucho y
te va a hacer la portada gratis, pero que quizá nunca ha diseñado nada y no tiene idea
de lo que debe tener una portada de CD. Corres el riesgo de perderle el cariño a tu “tía
Panchita”, cuando el CD no se venda a causa de un mal diseño!!
Pídele al diseñador que tome en cuenta todos estos puntos que se mencionan arriba.
Hay grupos que prefieren no poner las letras y los acordes porque eso implica más
papel. Esto es valido, pero en nuestra experiencia hemos descubierto que si ponemos
las letras y los acordes, los que compren el material podrán sacar los cantos para
usarlos en sus ministerios o actividades y después tendrán interés de comprar el
siguiente álbum.
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Esto se hace antes de enviar a una imprenta para imprimir las portadas.
Cualquier ajuste que se quisiera hacer ese es el momento para hacerlo. Después de
que quedamos de acuerdo con la prueba entonces se manda a la imprenta. Como
veremos mas abajo, puedes evitarte muchos problemas si la preprensa y la impresión
de las portadas las hace la misma empresa que haga la maquila de los CDs y
cassettes.
8.- Maquila
En el apartado de la maquila hay múltiples opciones de donde poder maquilar el disco y
el CD que queremos sacar a la venta. Los detalles importantes que tenemos que cuidar
son:
a) Master Del estudio donde grabamos nos deberán dar un master que nosotros
llevaremos al lugar donde vallamos a maquilar.
b) “Maquilar” o “Imprimir” vs “Quemar” los CDs: Cuando mandamos fabricar un disco
compacto, hay quienes por cuestión de presupuesto prefieren “quemar” los discos para
venderlos, esto es, en un aparato como el que tienen las computadoras personales, se
imprime con laser la información quemándolo en el disco compacto, con lo cual pueden
hacerse tirajes desde uno, diez, cien CDs etcétera. En cambio un disco “maquilado” o
“impreso” se hace en máquinas que hacen grandes tirajes de discos con un proceso
industrial de impresión de la información, no un “quemado” con láser. Nosotros en
Corazón de Arpa no recomendamos vender discos “quemados” por dos razones:
Porqué un disco quemado se raya más fácilmente que un disco impreso, y el
proceso de quemado puede también tener ejemplares defectuosos, mientras que
un tiraje de CD impresos, nunca salen ejemplares defectuosos.
Porque cuando distribuyes material quemado se presta a pensar que el producto
no es original sino pirateado.
Por cuestión de presupuesto y por los tiempos a veces te urge sacar la producción, y la
única opción que tienes disponible es quemarlo. Siempre recomendamos mejor
maquilar, y planear en tu programa de ejecución el tiempo de maquila de unos 15 a 20
días hábiles. Ten todo eso en cuenta al mandar fabricar el material, para que no
fabriques demasiado ni muy poco.
Cuando ya decides que los vas a maquilar es importante ver las condiciones de quien lo
maquila. Algunas preguntas que tienes que hacerte son las siguientes:
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c) Impuestos: En México, por ejemplo, te cobran 15% de IVA y te dan Factura
d) Gastos de envío: Dependiendo de los transportes y volúmenes, pueden ser entre 100
y 200 dólares de este gasto.
e) Tiempos de entrega del material: Ten en cuenta entre 15 y 20 días hábiles para que
te entreguen el producto, es importante tener un colchón, y no comprometer el producto
en venta o para un evento antes de un plazo adicional razonable, pues algo puede salir
mal y extenderse este plazo.
f) Impresión de Portadas: Investiga si pueden estar incluidas junto con la maquila o tú
como cliente las entregarás. Eso depende de si consigues una imprenta aparte que te
haga unas buenas portadas a buen precio, pero TEN CUIDADO: Si el que va a
maquilar los CDs no es el mismo que va a fabricarte la portada, tienes el riesgo de que
la portada no sea del tamaño exacto de la cajita, que sobren o falten portadas, etc… La
mayoría de las maquiladoras te pueden dar un formato de diseño y especificaciones de
tamaño y papel para la portada. Esto es muy importante que se los des a tu diseñador
de la portada CON ANTICIPACION. Es recomendable que el mismo que maquile los
CDs haga las portadas, porque así, el tiene la responsabilidad de entregar todos los
CDs con portada!!
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Witt, y allí estaba Luis Chi Sing su bajista y Cesar Garza su arreglista.... tenían un grupo
que se llamaba Mitzva, buenísimo.
- Cuantas horas van a contratar? (pregunta Salomón)
- A cuanto la hora? (yo)
- A 30 dólares - Solo me alcanza para 10 horas...
- ¿Tú crees que en 10 horas vas a poder hacer algo digno para el Señor?! Mira, Mitzva
le va a meter 300 horas a su producción. ¿Cual crees que va a sonar mejor? El Salmo
33 dice "Tocad la mejor música en la aclamación!!" En 10 horas no puedes tocar la
mejor música!!!
- Lo sé Salomón, pero no tengo más presupuesto, fue lo que conseguimos juntar...
- Pues ese es el otro problema de ustedes los católicos: como es para el Señor, creen
que todo debe ser gratis, y nadie pone dinero en serio para la obra de Dios. Este
estudio costo mucho, y yo tengo lo mejor: Los mejores micrófonos, el mejor equipo,
porque el Señor merece lo mejor, y mi familia y yo vivimos de esto, porque es bendición
de Dios. Si tú le das al Señor con generosidad, puedes confiar en que Dios te va a
bendecir, y el dinero que pongas en esto es ofrenda, y el dinero que recibas es
bendición, porque Dios también bendice de manera económica!!! Ah, y págales a los
músicos, aunque sea con cassettes!!!
Después de eso, aumentamos nuestro presupuesto y nuestros estándares de lo que
había que hacer. Cada vez que íbamos a grabar orábamos primero, porque nos lo
pedía Salomón. Sin oración no había grabación... Nos hicimos grandes amigos.
Grabamos con Salomón nuestras primeras 4 producciones, y cuando quisimos hacer
una producción con temas que él no comulgaba nos recomendó con otro estudio muy
bueno. Su comprensión y aceptación de la fe católica fue aumentando también: Las
canciones que más le gustaron fueron la de "Nada te Turbe" de Santa Teresa de Ávila y
"Alma de Cristo" de San Ignacio de Loyola.
- Esta (Alma de Cristo) es sobre la Eucaristía, Salomón, no sé si podamos grabarla
aquí...
- Pues ya vi la letra y me gusto mucho.... No hay en ella nada en contra de mi
fe...Aprendí muchas cosas de mi hermano Salomón. Volví a verlo hace unos meses, ya
han pasado casi 20 años, y ahora yo tengo un estudio consagrado al Señor, donde
antes de grabar siempre se ora, y donde seguimos esforzándonos por hacer la mejor
música para el Señor.
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Nivel Intermedio
Tema 7.Evangelizando con la Música: Conciertos
Por Federico Carranza
Visión Espiritual
No oí ninguna voz del cielo que me dijera “rómpela” ni tampoco “no la rompas”… pero
sentí en mi corazón que Dios tomaba mi ofrenda y mi disposición y que Él se encargaría
de purificar mi corazón.
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II. La Lámpara sobre la mesa
Jesús dijo a sus discípulos que una lámpara no se pone debajo de la mesa, sino sobre
ella, para que alumbre toda la casa, y que así debemos ser nosotros: Somos luz del
mundo y sal de la tierra, por lo que tenemos una vocación evangelizadora que podemos
también realizar por medio de la música.
No todos los ministerios están llamados a “dar conciertos” como una parte regular de su
servicio, pero todos estamos llamados a dar testimonio de nuestra fe, y en ese sentido
debemos estar abiertos y ser preactivos en servir al Señor por este medio. Yo creo que
llegado el tiempo, tu ministerio puede descubrir si Dios le está llamando a un servicio en
particular. Participar en concursos puede ser bueno para conocer y ser conocido, pero
nuestro énfasis NUNCA debe estar en ganar concursos, sino en servir al Señor y a la
Iglesia.
También en esta área debemos ser humildes y dóciles, pues existe el riesgo de querer
llamara la atención, disfrazado de un “celo por el evangelio”. Es difícil que nuestras
intenciones sean siempre 100% puras, Dios sabe que tenemos tentaciones de fama y
éxito, pero no por eso estamos incapacitados para servirle a él.
Dentro de nuestro corazón se libra todos los días una batalla espiritual, en donde
debemos hacer todo para que Dios venza a Satanás, para que en nuestro corazón el
amor venza al egoísmo, la luz y la verdad venzan a las tinieblas y a la mentira. Dios
quiere instrumentos puros para derramar su gracia sobre su pueblo, y además, para
poder brillar con la luz de Dios hay que arder con el amor de Dios, de lo contrario será
un “fuego fatuo”, una bengala efímera de fuego artificial, que además se destruye y ya
no sirve.
III. Oración
Nadie puede dar lo que no tiene, y por eso, si hemos de dar un concierto para hablar de
Dios debemos orar, impregnarnos de Dios. Orar antes, durante y al final del concierto.
Orar e invitar a orar a quienes asisten al concierto. La oración es el aspecto de
preparación más importante para un concierto, y sin oración el concierto estará vacío.
Los invito ahora a que oremos por nuestros conciertos católicos. Cuando leas esta
charla, posiblemente algunos hermanos músicos están preparándose o están dando un
concierto.
“En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amen: Señor, te pedimos que
unjas nuestras voces e instrumentos, que toques los corazones de todos los que van a
escuchar nuestros conciertos, que dispongas tú sus corazones para recibir tu palabra
en los cantos que vamos a entonar en ellos. Utilízanos como instrumentos en tus
manos, tócanos y que podamos resonar en tu templo espiritual. A los que están lejos de
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ti, que nuestros conciertos les acerquen mas y mas a un encuentro contigo, y a los que
están cerca de ti, que nuestros conciertos enciendan en sus corazones un mayor fervor
y que les lleve mas profundamente a entregarse a ti…
Recuerda que es muy importante que durante el concierto también estés orando o en
una actitud orante, porque toda la gracia y la unción de Dios nos viene porque estamos
en esa disposición de oración. Cuando estamos en el concierto, nos “concertamos”, es
decir, nos reunimos con otros hermanos y hermanas para cantarle al Señor, (de allí
viene la palabra concierto: concertar). Y también nos unimos a los ángeles y santos en
el cielo, a miles y miles de millones que le alaban y que cantan en presencia del Señor.
IV El mensaje
Algo muy importante es que el mensaje y el lenguaje musical del concierto esté
orientado a tocar los corazones de quienes escuchan. Para eso es necesario ver que
personas vienen al concierto: ¿Son muchos jóvenes? ¿Son consagrados? ¿Ya han
recibido el Kerigma? ¿Son cristianos comprometidos o no? ¿Cuál es su trasfondo
cultural? ¿Qué tipo de música les gusta y desearían escuchar?
A veces las personas esperan algo de la música y nosotros debemos llevarles mas
adentro, mas allá de lo que ellos esperan o de lo que preferirían. Por ejemplo, vas a un
evento de jóvenes, y ellos solo quieren que los pongas a bailar:
Y de hecho estas calaveras siguen hasta el mediodía, (las DOCE) y luego vuelven a
comenzar… Todos los jóvenes están muy animados y empiezan a gritarte muy
contentos: “Las Calaveras, las calaveras”…
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Pero esto no es lo que el Señor quiere que tú les digas a los jóvenes, el Señor quiere
que los confrontes y les digas que ellos son profetas, y eso quizá NO es lo que ellos
quieren oír!!
Con mucha amabilidad, agarras y les dices algo que los lleve mar adentro, y luego les
cantas Jeremías 1, y les hablas con la autoridad de la palabra de Dios. No se trata de
que no haya momentos de “animación”, sino que todo el concierto debe ser Cristo
céntrico, incluso la danza y los saltos, deben ser hechos en el Espíritu, no en la carne, y
para ello tenemos que educar a nuestros hermanos que nos escuchan y decirles como
Jesús: “No tengáis miedo”, y llevarlos mar adentro en la alabanza, en la adoración y en
la reflexión de su vocación y de su radicalidad.
Una vez que las personas han respondido a Dios, una vez que han orado y entregado
su vida y su vocación al Señor, una vez que Dios ha encendido en ellos el fuego del
Espíritu, el fervor y la semilla ha quedado sembrada, puedes llevarlos de allí a la
celebración gozosa, a la danza, a saltar y correr, pero todo ello como una respuesta de
júbilo por esa entrega y esa oración, no como una pachanga de las calaveras.
¿Y qué creen? … jejeje, Resulta que las calaveras no están invitadas a nuestro
concierto, porque Cristo ya venció a la muerte!! Amén!!!
Visión Logística
V. La Comunicación efectiva
Cuando Jesús predicaba, se iba a un monte que tenía forma de un anfiteatro, porque
quería que todos lo escucharan. En otra ocasión se subió a una barca, para poderse
hacer oír. Jesús sabía que para poder transmitir el mensaje era necesario también ser
escuchado con claridad.
Por eso nosotros también debemos asegurarnos que nuestra comunicación es efectiva,
es decir, que todos los elementos que intervienen para dar el mensaje son favorables.
Cuales son esos elementos?
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Como ves, hay muchas cosas que pueden influir en la eficacia de la comunicación, y
hay que tenerlas todas en cuenta. Recuerdo una vez que nos tocó dar un concierto en
un auditorio muy bueno, pero fue después de una misa y de un retiro que habían
durado todo el día. Empezamos a tocar casi a las 10:00 p.m. El sonido era excelente,
el lugar tenía clima, las luces, todo perfecto…
La gente se empezó a salir, simplemente porque estaban cansados y porque tenían
que llegar a sus casas. De 2,000 personas que había al comenzar solo quedaron 100 o
menos!
Lo malo es que la gente se salía a “hurtadillas” en medio de las canciones y con una
cara de “ya me tengo que ir, disculpen ustedes, con permiso…”.
Lo correcto hubiera sido hacer solo un canto de “oración de la noche” e invitar a la
gente a retirarse con una bendición final del sacerdote. Luego, decir “los que gusten
quedarse, habrá algunos cantos mas dentro de 5 minutos”.
La Música y las Letras: Es importante que la música y las letras sean entendibles para
el público. Es como dice San Pablo: Con los griegos me hice griego, con los romanos
me hice romano, para alcanzarlos a todos para Cristo. Así nosotros, debemos escoger
cantos que hablen en el lenguaje musical de quienes nos escuchen. Las letras deben
ser entendibles, y es muy recomendable que la gente las pueda ir aprendiendo. De ser
posible, conviene proyectarlas en la pared con una computadora y un proyector, para
promover la participación.
Es conveniente que tengas una lista de cantos en un lugar visible, y que todos los
miembros del grupo sepan cual es el orden de los cantos que se van a entonar y en
cuales de ellos habrá presentación o predicación. No conviene hablar antes de todos y
cada uno de los cantos, porque se vuelve muy pesado, conviene hablar cada dos o tres
cantos, y quizá que no hable uno solo sino que se turnen para presentar cada quien un
grupo de cantos.
Conviene hacer la selección de los cantos una vez que hemos “tomado el pulso” de la
audiencia; esto es: ya que sabemos que tipo de gente viene al concierto y cual es su
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situación, si están cansados o frescos, si son jóvenes comprometidos o personas
mayores, etc…
Esta elección puede hacerse incluso en la oración previa antes de subir al escenario,
pero deben Ustedes hacer 2 o 3 copias de la lista de cantos, con LETRA GRANDE, y
ponerlas en un lugar visible, por ejemplo, en el suelo o en un atril.
El Ruido Exterior: A veces nos invitan a tocar en una kermesse parroquial, y mientras
estas hablando o cantando puedes oír la música y el ruido de la kermesse. Es
importante decir a los organizadores que eviten este tipo de situaciones donde hay
mucho ruido exterior, tocando de preferencia en el interior del templo y no al lado de la
rueda de la fortuna o de la lotería. Recuerdo una vez que nos invitaron, y cuando
estaba predicando entre dos cantos sucedió algo muy cómico: Había un juego de lotería
al lado nuestro, de modo que se escuchaba algo así:
Es importante que el escenario sea visualmente atractivo, es decir, que sea digno,
limpio, bien iluminado, y que tenga símbolos y emblemas que transmiten el mensaje del
Señor.
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decirles a todos el mensaje y que todos lo escuchen, para lo cual debemos captar su
atención.
Respecto a la iluminación, debe ser buena, suficiente, colorida pero discreta y útil para
el mensaje, al servicio del mensaje y no del mensajero: Debemos evitar luces
estrambóticas que mareen a la gente, o muy sofisticadas y complejas.
Si hay un sistema de pantallas, debemos evitar que las cámaras hagan muchos “close
ups” de nuestra persona en las pantallas, más bien debemos pedirles que proyecten
imágenes relacionadas con el mensaje: por ejemplo, partes de películas de Cristo, o de
los santos, paisajes, lecturas de la biblia, imágenes del Santísimo, etc…
Recuerda que todo nuestro cuerpo transmite la disposición del corazón. Recuerda que
una de las virtudes del Salmista era la “agradable presencia” (véase la charla Las
Virtudes del Salmista) y que también con nuestra disposición corporal alabamos al
Señor y expresamos el gozo y la devoción.
Establece contacto visual con el público. Háblales a ellos, dirígete a ellos cuando digas
palabras como “Alaben al Señor”. Utiliza tus manos, sin ser exagerado ni ampuloso en
tus expresiones.
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Recuerda: Cuando una persona está orando, se le nota. Cuando una persona pretende
que esta orando, también se le nota. Y esto es especialmente cierto cuando está en un
escenario. Por eso, sé auténtico y no seas un “actor”.
Elementos sensitivos:
Cristo escogía lugares cómodos y frescos para predicar, y procuraba que la gente
estuviera a gusto. En eso nosotros también debemos contribuir, y si notamos que hace
mucho calor, o mucho frío, debemos tomar eso en cuenta en el concierto. Por ejemplo,
hay cantos que se pueden danzar, y si hace mucho frío ayudan a que la gente tenga
menos frio. Una vez dimos un concierto en Guadalupe y Calvo, Chihuahua, al aire libre,
y estábamos a Cero °C . Lo que hicimos fue ponerle a los muchachos muchos cantos
para bailar, y así estuvieron más cómodos. Obviamente en un lugar muy caluroso hay
que poner poquitos cantos para bailar, y quizá buscar que haya un receso para que la
gente y el lugar se refresquen.
Otro elemento son las sillas y la disposición. Si el lugar es muy grande y la gente es
poquita, invítalos a acercarse. Una vez un amigo dio un concierto en un auditorio
grande y había muy pocas personas, quizá 15 o 20. Entró, y se sentó de espaldas al
público, y empezó a cantar. Luego volteó y les dijo “Ah! Allí están, vénganse para acá,
el concierto es de este lado”. Y la gente subió al escenario y el concierto lo hizo en un
pequeño círculo a su alrededor.
Otros elementos:
Si la gente está muy cansada de un largo evento, NO SEAS CRUEL! Dales oportunidad
de retirarse sin que se sientan apenados: Invita a retirarse a todos aquellos que “ya se
tienen que ir” y luego quédate con los que realmente quieren escucharte. Haz la
oración de ir a dormir, y que reciban la bendición para el camino.
Otro aspecto importante son las noticias del entorno. Usa las noticias del entorno para
sazonar tu conversación en el concierto. Dice San Pablo: Que su palabra sea amena,
grata, sazonada con sal”.
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Consejos Finales
Nunca olvides que Dios nos llama a ser instrumentos de su amor, mensajeros y testigos
de su misericordia, y que de eso se trata un concierto: De transmitir el amor de Dios, de
llevar a la gente a orar en su presencia por medio del canto y de que Dios les toque y
les sane en sus corazones por medio de la música.
A veces conviene que invites a las personas al frente a hacer una oración de entrega a
Cristo, a veces conviene que les animes a danzar, a veces necesitas guardar silencio y
que Dios hable a los corazones. Todo eso lo dicta y lo impulsa el Espíritu, y para ello
debes ser dócil y obediente a Él.
Nunca olvides que solo somos instrumentos en manos de Dios, Él es el que hace la
obra, Él es quien toca los corazones.
Acuérdate de calentar la voz (vocalizar) y tomar mucha agua antes del concierto.
Cuando termine el concierto, no tomes agua fría! Toma agua al tiempo y cúbrete la
garganta para que te dure muchos años.
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Nivel Intermedio
Tema 8. Música en la Liturgia I:
La misa y sus partes.
Recuerdo hace unos meses una discusión sobre si podíamos o no celebrar la misa sin
el canto. Era interesante ver que las posturas personales iban desde decir que la
música es totalmente innecesaria hasta decir que era totalmente imprescindible.
Seguramente no somos los únicos que tenemos estas dudas y opiniones, por lo que la
Iglesia, muy sabiamente, nos enseña que es lo que hay que hacer.
Así pues, lo importante es ir más allá de una opinión personal y ver cual es el plan de
Dios y de la Iglesia para la música en la Misa.
Es por eso que en esta charla vamos a hacer muchas referencias a lo que enseñan los
diferentes documentos de la Iglesia sobre el canto.
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"La tradición musical de la Iglesia Universal es un tesoro de valor inestimable, mayor
aún que cualquier otro arte. La razón principal de esta importancia consiste en que el
canto sagrado esta muy apegado al texto, y forma una parte necesaria e integral de la
liturgia solemne". (CSL #112).
La Instrucción General del Misal Romano (“IGMR”) también nos dice que el cantar es
de gran importancia en la celebración de la Misa. ¿Por qué? Porque cantar nos hace
parte de una oración comunitaria que es más antigua y extensa que nuestra propia
oración. Es algo que debemos hacer juntos. Cuando cantamos juntos, oramos de una
manera más fuerte. Además, como Iglesia Peregrina, nos unimos por medio del canto a
la Iglesia Triunfante (en el cielo).
La IGMR dice lo siguiente: ".. deberá tenerse cuidado de que el canto del ministro y el
pueblo no esté ausente en las celebraciones que ocurren en Domingo y los días
festivos de obligación" (IGMR #40).
Que partes de la Misa conviene cantar? Que partes son opcionales de cantar?
A veces no sabemos si hay que cantar absolutamente todo o cantar solo algunas partes
de la misa. Para discernir, dependiendo de la situación, que partes conviene cantar, la
Iglesia nos proporciona guías llamadas "solemnidades progresivas." Esto significa que
algunas partes de la Misa son más importantes y significativas que otras y por lo tanto
deben ser cantadas con preferencia.
¿Por qué estas partes? Porque enfatizan las dos partes más importantes de la Misa: el
Evangelio y la Oración Eucarística, y estas partes de la Misa nos revelan con sus
palabras y sacramentos la presencia de Cristo. Estas aclamaciones deben ser cantadas
en cada Misa (aún en días de semana). Los textos para estas aclamaciones están
dados por la Iglesia y no deben ser cambiados.
Ojo: Dice el misal que si el Aleluya no puede cantarse se OMITE!! Allí tienes claro que
el canto es necesario e integral!!
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En la práctica, muchas parroquias no cantan las aclamaciones 2.b y 2.c pero es muy
importante que caminemos hacia lograr hacerlo!
3. El Canto de Entrada y
4. El Canto de Comunión.
¿Porque son importantes? Porque el unir nuestras voces en el canto nos ayuda a
experimentar comunión y unión uno con el otro y con Dios. El Canto de Entrada nos
ayuda a convertirnos en comunidad, y el Canto de la Comunión expresa nuestra unión
con Cristo y unos con otros a través de la unión de nuestras voces. La asamblea entera
es llamada para cantar estos cantos en Domingos y días festivos de obligación.
C. El Salmo Responsorial
Siguiendo en orden de solemnidad tenemos:
5. el Salmo Responsorial.
El cantar el Salmo Responsorial puede ser un reto tanto para los ministros de música
como para la asamblea, porque el salmo cambia cada día. Para facilitar su canto la
Iglesia proporciona la opción de un salmo por estación. Esto permite que la asamblea
aprenda un salmo que puede ser cantado a lo largo de toda una estación litúrgica. El
Salmo Responsorial deberá ser cantado los Domingos y en las liturgias de los días de
guardar.
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E. Cantos Suplementarios Opcionales:
Finalmente, tenemos cantos suplementarios:
11. Durante la preparación de las ofrendas (llamado “de Ofertorio”, pero que en
realidad es “de ofrendas”)
12. el canto de oración después de la comunión.
13. El canto de salida, (que ya no forma parte de la Misa y no es de suyo
“Litúrgico”)
14. Las Antífonas: Antífona de entrada, antífona de comunión.
Vamos ahora a repasar las partes de la misa y a comentar la finalidad de cada canto.
Entre paréntesis se indica como esta la Asamblea:
1. RITOS INICIALES
Entrada (P):
Mientras entra el sacerdote comienza el canto de entrada. El fin de este canto es abrir
la celebración, fomentar la unión de quienes se han reunido y elevar sus pensamientos
a la contemplación del misterio litúrgico o de la fiesta. Se recomienda que el canto
termine cuando el sacerdote llega a la Sede.
Forma 1: Es la mas común, se recita “Yo confieso, ante Dios todo poderoso, y ante
Ustedes Hermanos…” y después de esta oración, se canta el “Señor, ten piedad”.
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Forma 2: También puede cantarse o recitarse: Dice el solista o el sacerdote: “Tú que
has venido a salvar a los pecadores…” y se contesta “Señor ten piedad”. , etcétera.
Un criterio es que si el canto no dice al menos un 85 o 90% de toda la oración del Gloria
tal como viene en el misal, no debe usarse para la misa. Puede usarse para otra cosa
pero no para la misa.
2. LITURGIA DE LA PALABRA
La Eucaristía es sacramento de toda la vida de Jesús. Mediante las Lecturas bíblicas
nos acercamos a ella: su preparación (1º Lectura: Antiguo Testamento), desarrollo
(Evangelio) y consecuencias (2º Lectura: Nuevo Testamento). Formando parte de la
misma Liturgia de la Palabra tenemos los Cantos interleccionales.
Después de la 1º Lectura (S), sigue un Salmo Responsorial (S), que se toma del
Leccionario. El salmista o cantor del salmo, desde el ambón o desde otro sitio oportuno,
proclama las estrofas del salmo, mientras toda asamblea escucha è y además participa
con su respuesta.
Es importante que quien proclama el salmo sea un miembro del CORO, aunque no lo
cante, y además, debe salir del coro y pasar al ambón.
Dado que el salmo responsorial tiene un texto litúrgico específico, normalmente se
canta salmodiando las estrofas y el coro, aunque también puede componerse un canto
rítmico o métrico específico y cantarse como salmo responsorial, siempre que respete lo
más posible el texto litúrgico original.
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A la 2º Lectura (S) sigue el Aleluya (P) u otro canto según las exigencias del tiempo
litúrgico y después viene la lectura del Evangelio (P).
Homilía (S)
Conviene que sea una explicación de las Lecturas, o de otro texto del Ordinario, o del
Propio de la Misa del día, teniendo siempre el misterio que se celebra y las particulares
necesidades de los oyentes.
3. LITURGIA EUCARÍSTICA
Debe tenerse cuidado en este último punto: Si el sacerdote termina de lavar sus manos,
debemos terminar lo antes posible el “canto del Ofertorio”.
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Los principales elementos de que consta la Plegaría eucarística pueden distinguirse de
esta manera:
a) Acción de gracias (que se expresa sobre todo en el Prefacio).
b) Santo:
Con esta aclamación toda la asamblea, uniéndose a las jerarquías celestiales, canta o
recita las alabanzas a Dios.
c) Epíclesis (R):
Con ella la Iglesia, por medio de determinadas invocaciones, implora el poder divino
para que los dones que han presentado los hombres queden consagradas, es decir, se
conviertan en el Cuerpo y la Sangre de Cristo, y para que la víctima inmaculada que se
va a recibir en la comunión sea para salvación de quienes la reciban.
e) Anámnesis (P):
También llamada “Aclamación después de la Consagración”, con ella la Iglesia, al
cumplir este encargo que, a través de los Apóstoles, recibió de Cristo Señor, realiza el
memorial del mismo Cristo, recordando principalmente su bienaventurada pasión, su
gloriosa resurrección y la ascensión al cielo. En esta parte es donde la Asamblea
responde, DE PREFERENCIA CANTANDO, con las palabras siguientes, dependiendo
de la fórmula de Anámnesis (hay 3 diferentes) que haya usado el sacerdote:
f) Oblación (P):
La asamblea ofrece al Padre la víctima inmaculada, y con ella se ofrece cada uno de
los participantes.
g) Intercesiones (P):
Con ellas se da a entender que la Eucaristía se celebra en comunión con toda la
Iglesia, celeste y terrena, y que la oblación se hace por ella y por todos sus miembros,
vivos y difuntos.
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Rito de la comunión
Ya que la celebración eucarística es un convite pascual, conviene que, según el
encargo del Señor, su Cuerpo y su Sangre sean recibidos por los fieles, debidamente
dispuestos, como alimento espiritual.
e) Mientras se hace la fracción del pan y la Inmixión, los cantores o un cantor cantan el
Cordero de Dios:
Esta invocación puede repetirse cuantas veces sea necesario para acompañar la
fracción del pan. La última vez se acompañará con las palabras danos la paz. Para
COMENZAR a cantar el Cordero de Dios, debemos fijarnos en el Sacerdote: Cuando el
toma la patena t comienza la fracción es CUANDO HAY QUE COMENZAR a cantar el
Cordero de Dios.
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h) Es muy de desear que los fieles participen del Cuerpo del Señor con pan consagrado
en esa misma Misa. Comulgar es la mejor forma de participar del sacrificio que se
celebra.
Es importante que el canto de Comunión sea Cristocéntrico, es decir, que hable del
encuentro con Cristo. No importa que sea una fiesta o solemnidad de cualquier otra
cosa, nunca debe de sustituirse el canto de comunión por un canto que no sea
Cristocéntrico.
Aquí puede cantarse un canto de salida, que como ya dijimos es opcional y no forma ya
parte de la Misa. Suele aprovecharse para algún canto mariano, un canto de la fiesta o
solemnidad que se celebra o algún otro canto rítmico y alegre basado en los salmos o
de inspiración personal.
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Nivel Intermedio
Tema 9. Música en la Liturgia II:
Selección de los Cantos para la misa
ya está muy trillada, y decides que es hora de introducir una variación “de tu
propia inspiración” que, a ritmo de cumbia, dice más o menos así:
Insistes en que tu canción es mejor que la del Ángel director y exiges que se
cante, porque “tu opinión es muy importante”, y porque “eres muy creativo”.
Cada vez que cantamos en la misa, sucede algo parecido: NOS UNIMOS AL
CORO DE LOS ANGELES, y HUMILDEMENTE CANTAMOS CON ELLOS!!!
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(Ojo: No son ellos los que se nos unen humildemente a nosotros, sino nosotros los
que, humilde y reverentemente nos unimos a ellos)
Por esta razón, los cantos deben ser APROPIADOS e IDONEOS, porque estamos
entrando a una realidad espiritual gloriosa y profunda, y nuestro DEBER es buscar
tocar la mejor música (Salmo 33,3) la más idónea, la más hermosa, para el Señor
y en unión con la Esposa del Señor, que es la Iglesia.
2. EL JUICIO MUSICAL
La pregunta clave de este juicio es: “¿Es buena la música del canto, desde el
punto de vista técnico, estético y expresivo?”
Este juicio es fundamental y de preferencia deben hacerlo los músicos
competentes de nuestro coro o de la parroquia. Sólo la música artísticamente
buena (“la mejor música” Sal. 33,3) será efectiva y apropiada para la misa. Si nos
conformamos con lo barato, lo trivial, o con “la moda” de los cantos populares con
el propósito de conseguir una «liturgia del momento» estaríamos degradando la
liturgia.
En el Concilio Vaticano II, la Constitución Sacrosanctum Concilium, sobre la
sagrada liturgia, núms. 114 y 116 nos dice lo siguiente:
“Los músicos deben buscar y crear música de calidad para el culto,
especialmente los nuevos arreglos musicales para los nuevos textos litúrgicos.
Deben también realizar la investigación necesaria para hallar nuevos usos para lo
mejor de la música antigua. Deben explorar el repertorio de la buena música
usada en otras denominaciones religiosas. Deben hallar los medios prácticos de
conservar y usar nuestra rica herencia de cantos y motetes latinos.”
También es importante que, siendo buena la música, sea también “cantable”,
bonita y accesible al pueblo. En la Declaración de 18 de abril de 1996 del comité
de los Obispos sobre la Liturgia se nos dice:
«En los tiempos modernos la Iglesia ha reconocido consistentemente y admitido
libremente el uso de diversos estilos de música como ayuda al culto litúrgico.
Desde la promulgación de la Constitución sobre la liturgia y más especialmente
desde la introducción de las lenguas vernáculas en la liturgia, ha surgido una
necesidad más apremiante de composiciones musicales en idiomas que puedan
ser cantadas por la congregación y así fomentar la participación en común.»
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Por eso, como músicos tenemos el derecho y la obligación de insistir en que la
música sea buena. Pero si bien toda la música litúrgica debe ser buena, no toda
buena música es adecuada para la liturgia. El juicio musical es básico pero no
decisivo. Quedan los juicios: litúrgico y pastoral.
3. EL JUICIO LITÚRGICO
Requerimientos textuales
La pregunta CLAVE del Juicio Litúrgico para la selección de cantos es la siguiente:
¿Expresa e interpreta el texto litúrgico correctamente y lo hace más comprensible?
¿Es respetada la forma del texto?
Al hacer estos juicios debemos tener presente las clases principales de textos:
proclamaciones, aclamaciones salmos e himnos, y oraciones. Cada una tiene una
función específica que debe ser acentuada por la música escogida para dicho
texto.
Para la mayoría de las partes cantadas de la misa hay un texto litúrgico oficial
aprobado. También existen criterios para los textos que pueden reemplazar los
cantos procesionales de la misa. En estos casos y en la selección de toda la
música suplementaria, los textos «deben estar de acuerdo con la doctrina católica,
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más aún, deben tomarse principalmente de la Sagrada Escritura y de las fluentes
litúrgicas»”
Requerimientos de Participación
Llegamos a la parte central del juicio litúrgico: Liturgia significa el “trabajo común”
o sea el “servicio de todos”. Toda la asamblea debe participar en la liturgia según
le corresponda. Y en esto el Concilio Vaticano II en la Constitución Sacrosanctum
Concilium, sobre la sagrada liturgia, núm. 121 nos dice lo siguiente:
“En las celebraciones litúrgicas, cada cual, ministro o simple fiel, al desempeñar su
oficio, hará todo y sólo aquello que le corresponde por la naturaleza de la acción y
las normas litúrgicas”.
Es decir, no podemos ser “agentes libres” o elegir “democráticamente” cambiar o
dejar de apegarnos a estas normas litúrgicas. En nuestro ministerio de música,
como en el resto de los “oficios” dentro de la misa, debemos ser obedientes,
haciendo “todo aquello” y “solo aquello” que nos corresponde por las normas. Una
de las normas es quienes pueden y quienes deben participar en el canto. Veamos
en seguida la participación de cada quien:
La congregación
La música para la congregación debe estar dentro de la capacidad de ejecución
de sus miembros; es decir, la congregación debe poder cantar, y debe sentirse
cómoda y segura con lo que está cantando, a fin de realizar una buena
celebración. Para ello, obviamente, necesitamos que puedan aprenderse o que
se sepan ya los cantos. Uno de los elementos para escoger un canto respecto de
otro será entonces, darle prioridad al canto que la congregación se sepa, y si no
se lo sabe, repartir hojas para que se lo pueda aprender.
El cantor
Debemos escoger cantos que permitan al cantor dirigir adecuadamente a la
asamblea al cantar. En la Declaración de 18 de abril de 1996 del comité de los
Obispos sobre la Liturgia se nos dice:
“Procúrese, sobre todo allí donde no haya posibilidad de formar ni siquiera un coro
pequeño, que haya al menos uno o dos cantores bien formados que puedan
ejecutar algunos cantos más sencillos con participación del pueblo y dirigir y
sostener oportunamente a los mismos fieles. Este cantor debe existir también, en
las iglesias que cuentan con un coro, en previsión de las celebraciones en las que
dicho coro no pueda intervenir y que, sin embargo, hayan de realizarse con alguna
solemnidad y, por tanto, con canto.» «Aunque un cantor no puede realizar el
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servicio de culto de a misma manera que un coro, un cantor formado y competente
puede realizar un importante ministerio conduciendo a la congregación en los
cantos sagrados comunes y en los cantos responsoriales”
El coro
El Concilio Vaticano II, en la Constitución Sacrosanctum Concilium, sobre la
sagrada liturgia, núm. 114 dice:
«Foméntense diligentemente los coros con tal que toda la comunidad de los
fieles pueda aportar la participación activa que le corresponde»
Es decir, que, siempre que se fomente la participación del pueblo, debemos formar
buenos coros. Ahora bien, también podemos escoger cantos que sean “solo para
cantarlos el coro", pero solo de conformidad con lo que marque la liturgia a este
respecto. Es decir, hay cantos en que el pueblo DEBE CANTAR! Y otros en que
no es necesario que cante. A este respecto también nos dice la Constitución
Sacrosanctum Concilium lo siguiente:
«A veces el coro, dentro de la congregación de los fieles y como parte de ella,
asumirá el papel del liderazgo, mientras que otras veces conservará su propio
ministerio característico. Esto quiere decir que el coro dirigirá al pueblo en la
oración cantada, alternando o reforzando el canto sagrado de la congregación, o
realzándolo con la adición de una elaboración musical. Otras veces en el curso de
la celebración litúrgica el coro solo cantará obras cuyas exigencias musicales
requieren y retan su competencia.»
4. EL JUICIO PASTORAL
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El juicio pastoral gobierna el uso y la función de cada elemento de la celebración.
Idealmente este juicio lo hace el equipo o comité planificador de la parroquia, y no
solamente el coro por separado. Es el juicio que debe hacerse en esta situación
particular, en estas circunstancias concretas que está viviendo la comunidad.
La Instrucción de la Congregación para el Culto divino, publicada el 5 de
septiembre de 1970, alienta a las Conferencias Episcopales a considerar no
solamente la compatibilidad de la música litúrgica con el tiempo y las
circunstancias de la celebración, sino también “la situación de los fieles que
habrán de emplearla. Por todos los medios deberá fomentarse el canto del pueblo,
echando mano incluso de nuevas formas musicales que respondan a la índole de
cada pueblo y al gusto actual”. El documento añade que la música y los
instrumentos deben «estar de acuerdo con la dignidad y el carácter sagrado del
lugar y del culto divino».
Conclusión:
Nosotros como músicos podemos juzgar que una cierta composición o estilo de
composición es música buena, pero este juicio musical realmente no dice nada
acerca de si esta música puede ser usada o no en una celebración litúrgica.
Todos los signos de la celebración litúrgica, incluyendo la música, deben ser
aceptados y recibidos por la comunidad celebrante como signos significativos para
una experiencia de fe genuinamente humana, que les acerca de verdad a Cristo, y
que les hace una vivencia de fe en la que participan, no como espectadores, sino
como parte misma de la celebración. Por eso es tan importante tener, además del
juicio musical, los juicios litúrgico y pastoral.
Como decíamos, el juicio pastoral puede ser auxiliado por la sensibilidad a las
características culturales y sociales del pueblo que compone la congregación: su
edad, cultura y educación. Estos factores influyen en la efectividad de los signos
litúrgicos, incluyendo la música. Ningún conjunto de regulaciones por sí mismo
logrará jamás una celebración verdaderamente pastoral de los ritos
sacramentales. Tales regulaciones deben siempre ser aplicadas con una
preocupación pastoral por la comunidad que celebra la misa.
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Finalmente, a manera de resumen, puedes tomar en cuenta el siguiente guión
para la selección de los cantos para la misa:
GUION PARA SELECCIONAR UN CANTO PARA LA MISA
Titulo:
Autor de letra:
Compositor de la música:
Editorial:
Cantoral:
Juicio musical:
b) La melodía.
Tiene Intervalos cantables?
Tiene la tesitura adecuada?
Ayuda a la oración?
c) Acompañamiento-Armonía
Las voces: son al unísono o polifonía?
Los instrumentos: ¿Ayudan a cantar?,
o ¿Sostienen el canto?,
o ¿Tienen el volumen equilibrado?
d) Interpretación:
¿Rezan o cantan notas?
¿Dicen bien el texto?
¿Hay unidad, hay concordancia entre la melodía y el texto?
¿Hay expresión: fuertes, mezzofortes, pianos, andantes,
moderatto, allegro…?
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JUICIO LITURGICO:
JUICIO PASTORAL:
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Nivel Intermedio
Tema 10. Música en la Liturgia III:
La Música Sacra
Llegamos por fin a la charla que nos dispone a estudiar los Documentos de la Iglesia.
Les confieso que yo siempre me he identificado mas con el guitarrista que con el
liturgista, y supongo que también la mayoría de ustedes. (jejeje) Pero como me dijo mi
querido hermano Cesar Augusto Solórzano Ramos, de Colima:
Fede: Yo creo, con todo respeto, que incluir esa anécdota del guitarrista y el liturgista
puede tener consecuencias desfavorables, pues como sabes, en nuestros días a
muchos jóvenes de los coros no les interesa mucho leer normas o sugerencias para la
música, y si estos jóvenes realizan su ministerio de forma pobre e indigna pareciera que
les estás diciendo que continúen así… entonces donde estará la gloria y el respeto a su
padre y Señor?
Pues bien, Cesar Augusto tiene mucha razón, porque realmente los Documentos de la
Iglesia, vistos en su contexto histórico y cultural, se apegan fidelísimamente al espíritu
de alabanza y honra a Dios que vemos en la Palabra de Dios, de modo que ha llegado
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el momento para junto con todos ustedes, CUMPLIR NUESTRA PROMESA DE
ESTUDIAR LOS DOCUMENTOS.
Ahora bien, para hacerlo de manera adecuada es importante tomar algunas pautas que
presento a continuación.
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I.4 Dedicarle tiempo a cada uno
A cada documento hay que tratar de leerlo pausadamente, con calma, pero en lo
posible tratar de leerlo completo y “digerirlo”. Debemos evitar la tentación de ir solo a
buscar “que permite” o “que prohíbe” el documento en cuestión, y sobre todo pedirle a
Dios que nos transmita la VISION ESPIRITUAL que contiene cada documento, para
que forme nuestro criterio y nos de profundidad de comprensión del hermoso ministerio
que tenemos en la música litúrgica.
El compendio completo hecho por Luis, de 199 páginas, también lo pueden encontrar y
bajar en la siguiente dirección:
http://www.archimadrid.es/laboure/docs/Orientaciones.pdf
Quisiera comenzar esta breve presentación con temblor, al considerarme indigno del
don que he recibido del Señor en el Camino Neocatecumenal: ser cantor de la
comunidad donde he vivido desde mi juventud la renovación de mi Bautismo. Un
carisma purificado tras una intensa y necesaria noche oscura, que me llevó a tener
presente, siempre que me pongo delante del atril, las palabras del rey David: “¿cómo
pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho?”. Cuántas veces mi guitarra me ha
preservado de tantos peligros; me ha sacado de una crisis; me ha hecho llorar; me ha
devuelto la alegría; me ha llevado a una intimidad más profunda con nuestro Señor
Jesucristo. Si mi libro de cantos hablara podría desnudar mi intimidad como si de una
confesión se tratara.
Posiblemente con muy poca intuición, pero con gran avidez por descubrir los tesoros de
la música sagrada en la tradición de la Iglesia, he ido recopilando a lo largo de estos
años una serie de documentos pontificios, desde San Pío X a Juan Pablo II, juntamente
con algunos comentarios de los Santos Padres o de autores reconocidos como el Padre
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Farnés o Dietrich Bonhoeffer, y algunas catequesis y comentarios de los iniciadores del
Camino Neocatecumenal, Kiko Argüello y Carmen Hernández; todos ellos me han
permitido iniciar este viaje de descubrimiento. Los he ido leyendo y releyendo una y otra
vez; con gran alegría he sido alcanzado por las palabras contenidas ellos, repletas de
sabiduría, llenas de intención y con una indescriptible unidad, como si de una misma
fuente hubiesen salido las riquezas que encierran.
Como no citar la transmisión oral, impregnada del Espíritu Santo, que he ido recibiendo
a través de mis catequistas en las distintas convivencias y pasos del camino. Cuantos
regalos hemos recibido a través de la inspiración musical que el Señor ha suscitado
tantas veces a Kiko Argüello poniendo música a un salmo, a una Palabra de la Escritura
o a un poema de San Juan de la Cruz.
Cómo no reconocerse en las palabras de San Ambrosio: “Se canta el salmo y hasta los
corazones de piedra se ablandan. Vemos llorar a los pecadores más obstinados,
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doblegarse a los más recalcitrantes”; como una exultación, como un eco, una vivencia,
un testimonio vivo de su experiencia existencial, que no está distante de la nuestra.
Estas páginas pretenden solo abrir una ventana a este tesoro; y queda mucho más por
descubrir.
Con este espíritu podéis acercaros a estas páginas, que no requieren una lectura
continuada; podéis leerlo en el orden que os resulte más atractivo y volver a su lectura
cuando consideréis que os puede aportar ayuda a vuestras inquietudes.
Quisiera concluir con las palabras de Juan Pablo II en su mensaje dirigido a los artistas:
“No todos están llamados a ser artistas en el sentido específico de la palabra. Sin
embargo, según la expresión del Génesis, a cada hombre se le confía la tarea de ser
artífice de la propia vida; en cierto modo, debe hacer de ella una obra de arte, una obra
maestra”. Tal vez, con nuestro canto, podamos colaborar un poco a esta tarea.
Que nuestro servicio como cantores, como los últimos, ayude a los otros a recrear cada
día la belleza que está encerrada en la liturgia de nuestra vida.
Luis Fernández
2ª Comunidad Neocatecumenal
Parroquia Santa Catalina Labouré – Madrid
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Nivel Intermedio
Tema 11. Música en la Liturgia III:
La Música Sacra (Documentos en línea)
1.- 1.-Mensaje del Concilio Ecuménico Vaticano II dirigido a los Artistas incluido en
el mensaje final del concilio dirigido a la Humanidad, 8 de Diciembre de 1965.
4.-Instrucción del Papa Pío XII sobre la Música Sagrada, 25 de Diciembre de 1955.
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LA MÚSICA SAGRADA
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Nivel Intermedio
Tema 12. El Ministerio de Música en las Asambleas de Oración
I. La experiencia de Jésed
Todos estos elementos de vida comunitaria, junto con los campamentos para
nuestros niños, nuestras misiones de matrimonios, solteros profesionistas,
universitarios y adolescentes hacen que nuestra música sea muy familiar y
comunitaria, y que como ministerio siempre estemos procurando llevar este mismo
ambiente de oración comunitaria a nuestros conciertos, promoviendo la participación
de la comunidad que asiste y la celebración por encima de una presentación
virtuosa de talentos musicales. (que francamente, no tenemos muchos, todo es
gracia de Dios).
Nos gusta sobre todo que la gente participe y cante con nosotros, y llevarlos a la
presencia del Señor por medio de la oración y el canto es nuestra mayor alegría, es
nuestra razón de ser.
Primero que nada, debemos recordar que la idea de usar música en las reuniones y
asambleas de las comunidades cristianas no es nueva, sino que viene desde la
fundación misma de la Iglesia, como lo narra el Nuevo Testamento
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En Hechos 2,41-47 nos cuenta la Palabra de Dios que después de Pentecostés,
Los que acogieron su Palabra fueron bautizados. Aquel día se les unieron unas
3.000 almas.
Finalmente nos dice que Acudían al Templo todos los días con perseverancia y con
un mismo espíritu, partían el pan por las casas y tomaban el alimento con alegría y
sencillez de corazón. Alababan a Dios y gozaban de la simpatía de todo el pueblo.
El Señor agregaba cada día a la comunidad a los que se habían de salvar.
Mas adelante, San Pablo exhorta a los colosenses con estas palabras:
El que todo el pueblo cante es algo fundamental del sentido comunitario de nuestras
asambleas. No se trata de asambleas en donde los cristianos se reunían a
escuchar “un concierto” o a oír cantar y tocar a unos cuantos virtuosos, sino de
experiencias comunitarias donde el mismo pueblo iba cantando y creando cánticos
inspirados, en un ambiente de apoyo fraterno, no de competencia, de show o de
concurso.
Por eso las canciones mas hermosas que nos da el Señor son en las asambleas de
oración, en medio de nuestro pueblo, un pueblo de reyes, sacerdotal, santo y
consagrado para las alabanzas a Dios, como dice 1 Pedro 2, 9-10:
Pero vosotros sois linaje elegido, sacerdocio real, nación santa, pueblo adquirido,
para anunciar las alabanzas de Aquel que os ha llamado de las tinieblas a su
admirable luz, vosotros que en un tiempo no erais pueblo y que ahora sois el Pueblo
de Dios, de los que antes no se tuvo compasión, pero ahora son compadecidos.
Así pues, nuestra razón de ser es “anunciar las alabanzas de Dios”, para eso fuimos
constituidos como Pueblo, y para eso nos reunimos en las asambleas. Y como
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sabemos, la mejor manera de anunciar las alabanzas es cantando y exultando a
Dios con todo nuestro ser.
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Así pasamos del cuerpo a la mente y luego de la mente al espíritu. Nos vamos
como “adentrando” en Dios.
IV.1 Cantorales: Es muy importante que la comunidad tenga la letra de los cantos,
y para ello necesitamos libros de cantos. Nuestros libros deben ser prácticos, de
letra grande, con un índice, con los acordes de guitarra para los que tocan, y que
todo mundo pueda tener libro de cantos. Antes de iniciar el canto, o durante los
primeros acordes de introducción, conviene decir por el micrófono: “Canto Número
Tal” para que la asamblea lo busque. Adicionalmente conviene proyectar la letra de
los cantos con un proyector y una computadora o con acetatos. Algunas
comunidades no llevan el cantoral a la asamblea, sino que solo usan el proyector y
con eso tienen. De todos modos tienen libros de cantos para la oración en sus
casas.
IV.2 Tiempo para instalación del sonido y oración: Si la asamblea inicia a las
10:30 a.m. debemos llegar desde las 9:30 a.m. para tener tiempo de instalar y
probar el sonido, y para orar como ministerio de música antes de que inicie la
asamblea. También debemos quedarnos al final para ayudar a desinstalar y recoger
el sonido. Recuerda que el Ministerio de Música debe ser el primero en llegar, y
muchas veces es el último en irse, de nuestras asambleas.
IV.3 Varios Equipos: Muchas veces conviene tener más de un equipo del
ministerio de música y así poder servir por turnos: Una asamblea toca un equipo y la
siguiente el otro equipo. Esto permite varias cosas: (a) Ir capacitando a nuevos
miembros y que tengan oportunidad de servir. (b) los miembros pueden participar de
la asamblea libremente y “descansar” cuando no les toca servir, (c) Evitar el
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protagonismo y evitar llegar a la percepción de que Fulanito o Zutanito es
indispensable. En Jésed, por ejemplo, tenemos 3 equipos, uno de ellos lo dirijo yo,
y los otros los dirigen Rodrigo Carretero y Chuy Torres. Después de 25 años de
servicio, es un alivio saber que nadie es indispensable en el servicio al Señor.
También le da variedad al estilo de las asambleas. Por ejemplo, cuando es la
Asamblea posterior al campamento de niños, toca el equipo de Rodrigo (Generación
Jésed) que se saben muy bien los cantos para niños, y nos ponen a todos a brincar
y a correr como niños.
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todo. Si los padres van a orar por sus hijos, eso mismo deben hacer los miembros
del ministerio de Música, aunque se quede tocando solo uno o dos.
A veces la tentación es de diferenciarnos de la comunidad porque “estamos
sirviendo”, y ciertamente nuestro servicio nos exige cierta diferenciación (llegar más
temprano, irnos más tarde, no distraernos, no salirnos) pero JAMAS debe ser motivo
de “privilegios” o “beneficios”.
IV.8 Ubicación:
Conviene ubicar al Ministerio de Música en un sitio en el que pueda haber contacto
visual entre el líder de la asamblea y el líder del ministerio, para que puedan darle
más fluidez a la asamblea. Otro elemento a considerar para encontrar la ubicación
óptima es el equipo de sonido. Si el equipo de sonido lo permite, deberíamos
colocar al ministerio a un lado o frente a frente con el líder de la asamblea. A veces
esto no es posible, y entonces nos colocamos en donde sea mejor para la
sonorización, pero procurando conseguir el contacto visual con el líder de la
asamblea.
V. Servir en Amor
Servir en las asambleas de una comunidad siempre tiene sus momentos difíciles,
puede haber incomprensión, malos entendidos, fallas y llamadas de atención
cuando cometamos errores. Después de algún tiempo, servir regularmente en las
asambleas puede volverse tedioso y pesado. Siempre debemos tener en cuenta el
amor, como dice San Pablo, en Colosenses 3, 12 a 17:
Revestíos, pues, como elegidos de Dios, santos y amados, de entrañas de
misericordia, de bondad, humildad, mansedumbre, paciencia, soportándoos unos
a otros y perdonándoos mutuamente, si alguno tiene queja contra otro. Como
el Señor os perdonó, perdonaos también vosotros. Y por encima de todo esto,
revestíos del amor, que es el vínculo de la perfección. Y que la paz de Cristo
presida vuestros corazones, pues a ella habéis sido llamados formando un
solo Cuerpo. Y sed agradecidos.
Estas palabras de San Pablo presiden a las que veíamos al inicio de la charla:
La palabra de Cristo habite en vosotros con toda su riqueza; instruíos y amonestaos
con toda sabiduría, cantad agradecidos, himnos y cánticos inspirados, y todo
cuanto hagáis, de palabra y de boca, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús,
dando gracias por su medio a Dios Padre.
Recuerdo muy bien que en la primera Asamblea de Jésed en que me tocó participar
como líder del Ministerio de Música yo me había fracturado un brazo, y no pude
tocar la guitarra. Como guitarrista que soy, yo no podía concebir dirigir la música en
una asamblea sin tener una guitarra en mis manos, pero ese día el Señor me mostró
que eso no era indispensable. También recuerdo que recién entrado a la
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comunidad, David Mijares era el líder del Ministerio. Yo quería entrar de inmediato
pero “por alguna razón” no me lo permitían. Y es que NO TENIA LA VISION! Yo
quería tocar porque me gusta tocar, y toco bien, tenia disposición, disponibilidad,
tenía dones y habilidades, pero David sabía que si me ponía a tocar me iba a olvidar
de ORAR!
Había estado tratando de entrar mucho tiempo, (6 meses, que se me hicieron
eternos!) y me permitieron entrar cuando vieron que ya no me aferraba tanto a ello,
y que estaba orando y aprendiendo. Y luego, cuando me fracturé el brazo, y no
pude tocar, fue cuando David dijo que estaba listo para dirigir el Ministerio de
Música. Ese día el Señor me dio una buena lección: La mirada de Dios no es como
la mirada del hombre, pues el hombre mira las apariencias, pero Yahveh mira el
corazón. 1 Sam 16,7
Amén
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