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TEMA 6: ENFERMEDADES INFANTILES Y PREVENCIÓN DE ACCIDENTES EN LA INFANCIA (Dei)

Velar por la salud infantil y contar con los conocimientos, estrategias y recursos necesarios son
las grandes responsabilidades del educador infantil.

El contrapunto de la salud es la enfermedad, por eso debemos saber cómo prevenirla y


también cómo dar respuesta a las necesidades del niño enfermo, teniendo en cuenta que
algunas de las patologías forman parte de su desarrollo normal y también que debemos
atender la diversidad de necesidades que en esta materia pueden existir entre los niños.

1.Salud y enfermedad.

¿A qué llamamos enfermedad? ¿Qué entendemos por salud? Es preciso definir en primer
lugar qué entendemos por enfermedad, concepto que a su vez nos remite directamente al de
salud.

La Organización Mundial de la Salud entiende por salud el "completo estado de bienestar


físico, psíquico y social, y no la mera ausencia de enfermedad".
Podemos definir, pues, la enfermedad como una alteración orgánica o funcional que afecta a
la salud de una persona.

La enfermedad puede también referirse a aspectos psíquicos y sociales, pero en esta unidad
vamos a abordar ambos conceptos desde un prisma fundamentalmente físico y vamos a
centrarnos en los aspectos más relacionados con la dimensión médica del bienestar infantil.
Para ello, no nos limitaremos a la descripción de las enfermedades, sino que tendremos en
cuenta sus repercusiones en el ámbito escolar desde un enfoque preventivo y de respuesta a
las necesidades de niños y niñas, siempre en estrecha colaboración con las familias. El carácter
preventivo al que aludimos se justifica aún más por la importancia que adquiere la detección
temprana de trastornos y enfermedades. La escuela infantil se convierte por el contacto diario
y prolongado que mantiene con el niño y por la profesionalidad de los educadores en un
ámbito privilegiado en el seguimiento del desarrollo infantil. También la escuela infantil actúa
como institución compensadora de las desigualdades sociales y estas desigualdades se
manifiestan en el ámbito de la salud en forma de carencias en formación y atención a las
necesidades infantiles.

La alimentación y la nutrición, la higiene o la prevención de accidentes forman parte de la


educación para la salud. Algunos de estos temas los hemos abordado en unidades anteriores,
otros como la prevención de accidentes, los abordaremos en ésta. En relación con los temas ya
tratados hemos visto la importancia que la adopción de unos hábitos adecuados tienen el
estado de salud del niño y la niña.

La enfermedad en la infancia presenta manifestaciones que la hacen diferente a la


enfermedad en la edad adulta, diferencias que tienen su origen en las características
biológicas de la etapa infantil, en las características psicológicas del niño y en el particular
enfoque terapéutico, afectivo y educacional que hay que tomar frente a ellas.

Para el educador infantil es muy importante conocer cuáles son las principales enfermedades
infantiles y sus manifestaciones más frecuentes.
2. Clasificación de las enfermedades.
¿Qué tipos de enfermedades podemos encontrarnos? Son muchos los criterios que podemos
utilizar para hacer una clasificación de las enfermedades: En función de su localización
(órganos, aparatos y sistemas); según su historia natural (aguda o crónica); según su curso
(progresivo o intermitente); según su patrón epidemiológico (enfermedades transmisibles y
no transmisibles).

Nosotros vamos a abordar las enfermedades más frecuentes en la infancia, primero vamos a
identificar las enfermedades más frecuentes en cada una de las edades que comprende la
etapa infantil para continuar con la clasificación basada en su patrón epidemiológico.

¿Qué son las enfermedades transmisibles? Las enfermedades transmisibles son también
conocidas como enfermedades infecciosas. Muchas de ellas se padecen sólo en la infancia. Las
enfermedades infecciosas se originan por la penetración en nuestro organismo de diferentes
microorganismos, y se caracterizan fundamentalmente por su capacidad de contagio.

Existen diferentes tipos de microorganismos que pueden provocar enfermedades infecciosas:

 Bacterias. Son células vivas independientes que causan sus efectos cuando se
multiplican en el organismo y elaboran las toxinas .
 Virus: Tienen un tamaño mucho más pequeño que el de las bacterias. Se multiplican
con gran rapidez dentro del organismo.
 Hongos: Generalmente crecen formando grupos o colonias.
 Parásitos: El parásito más frecuente en el niño es el piojo común que provoca la
pediculosis.
 Protozoos. Son organismos de mayor tamaño que las bacterias que suelen vivir en el
agua. La mayoría son parásitos de distintos seres vivos como el mosquito, la mosca, el
gato, el perro o la rata. Cuando estos animales pican o muerden al ser humano le
transmiten la enfermedad.

Para prevenir el contagio se hace necesaria la adopción de una serie de medidas que
conocemos como profilaxis. La profilaxis muchas veces consiste en una vacuna, esto es, una
dosis mínima de los microorganismos que provocan la enfermedad, que inyectada en una
persona sana consigue que el organismo elabore las sustancias necesarias para neutralizar
esos microorganismos agresores. Cuando esto se consigue, el organismo está inmunizado.

¿Cuáles son las enfermedades no transmisibles? las principales enfermedades no


transmisibles, se caracterizan por el desconocimiento de sus factores causantes y de los
mecanismos por los que se producen. Este hecho incide tanto en su tratamiento como en su
prevención. Entre las enfermedades no transmisibles más frecuentes en la infancia destacan
las enfermedades congénitas, enfermedades bucodentales, alergias y alteraciones
oftalmológicas.

3. Enfermedades más frecuentes en el recién nacido.

¿Cuáles son las enfermedades más frecuentes en el recién nacido? La adaptación a la vida
extrauterina tras el parto supone una importante transformación para el recién nacido que
implica la acomodación a un medio nuevo para él. Consideramos a un niño como recién nacido
en el período que transcurre durante los primeros 28 días.
Para que esta adaptación sea satisfactoria se hacen necesarias una serie de revisiones y unas
atenciones especiales. El recién nacido presenta algunos órganos todavía en proceso de
formación lo que puede repercutir en alteraciones en la función de los mismos.

En la primera unidad tratamos la primera de estas pruebas, el test de Apgar, mediante la cual
se evalúa la adaptación del recién nacido a la vida extrauterina.

Las enfermedades más habituales de este período son:

 Ictericia patológica. Es una enfermedad que se caracteriza por la aparición de un tono


amarillento en la piel y mucosas producida como consecuencia de una alteración en el
funcionamiento del hígado.
 Sepsis neonatal. La sepsis neonatal se produce durante el primer mes de vida. Es un
síndrome que se caracteriza por signos generales de infección junto a la presencia de
bacterias en la sangre, y se produce por la acción de ciertos gérmenes. Los principales
signos de la sepsis neonatal son el rechazo al alimento, la pérdida de peso, trastornos
gastrointestinales, palidez anormal, hipotonía y convulsiones.
 Distrés respiratorio. Es un síndrome que se caracteriza por una dificultad respiratoria
al tomar y expulsar el aire, en el que puede aparecer apnea y presentarse signos como
un color azulado de la piel (cianosis), un descenso en el número de respiraciones por
minuto, aleteo nasal, ruidos al respirar y movimientos del tórax y del abdomen
descompensados. Es más frecuente en niños prematuros, hijos de madres diabéticas o
con hemorragias, en los partos por cesárea y en el segundo niño que nace en los
partos de gemelos.
 Hemorragias del recién nacido. En el recién nacido se pueden producir hemorragias si
existen problemas en la coagulación de la sangre. Estas hemorragias surgen porque los
mecanismos de la coagulación de la sangre son inmaduros.

4. Enfermedades más frecuentes en el lactante.

¿Cuáles son las enfermedades más frecuentes en el recién nacido? Consideramos lactante al
niño desde el día 28 de vida hasta que cumple su primer año. Las enfermedades más
frecuentes en este período aunque también pueden darse en otros, las agruparemos en
función de los órganos, aparatos o sistemas a los que afecten, son las siguientes:

 Enfermedades que afectan a las vías respiratorias: las más frecuentes son:
o Bronquitis. Se trata de una inflamación de los bronquios producida
generalmente por un resfriado o una gripe o por fumar en la proximidad del
lactante.
o Neumonía por aspiración. Se trata de una obstrucción de los bronquios
provocada por agentes extraños que pueden ser líquidos, aceitosos, gaseosos
o en forma de polvo. Un simple atragantamiento puede derivar en este tipo de
neumonía.

 Enfermedades relacionadas con la nutrición: las más frecuentes son:


o Alergia a la leche de vaca. Se trata de una reacción del organismo ante esta
sustancia. No es exclusiva del lactante pero sí frecuente en esta etapa. Sus
signos más frecuentes son diarrea, vómitos, no aumentar de peso, palidez
inusual, urticaria, disnea, dermatitis de pañal y anorexia.
o Deshidratación. La deshidratación es la carencia o falta de agua en el
organismo. Las dos causas más frecuentes son un aporte insuficiente de agua
o un aumento de la pérdida de agua. Las pérdidas anormales se asocian con
frecuencia a fiebre, diarrea o vómitos.
o Infecciones que afectan a la boca: la infección más común se denomina
muguet. Es una infección de la mucosa de la boca producida por un germen
perteneciente a la familia de los hongos. Sus síntomas son unas pequeñas
manchas blancas en la parte interna de las mejillas, el paladar y la lengua. La
prevención pasa por la higiene de la boca del niño, la de nuestras manos y la
del chupete.

 Infecciones que afectan al oído: Otitis. Es una infección muy frecuente entre los
lactantes. Es una inflamación del oído en su zona media o externa.
o La producida en el oído externo puede estar provocada por un forúnculo o
grano.
o La que se produce en el oído medio puede adoptar dos formas: catarral y
purulenta. La catarral acompaña a un resfriado y tiene menor importancia.

5. Enfermedades más frecuentes en la etapa infantil.

¿Cuáles son las enfermedades más frecuentes del período de 1 a 6 años? Entre las
enfermedades más frecuentes en este período destacaremos las infecciones, ya que la
capacidad deambulatoria y manipulativa del niño le va a exponer en mayor medida a ellas, y
las deformidades óseas.

En esta edad son habituales el sarampión, la varicela y la rubéola, otras enfermedades son:

 Meningitis. Afecta al sistema nervioso central. Es una inflamación de las meninges,


que son unas membranas que cubren el cerebro y la médula espinal. Es una
enfermedad grave porque afecta al cerebro y puede provocar secuelas como epilepsia,
sordera o parálisis cerebral. Se produce por la infección de diferentes bacterias.
 Septicemia. Es una infección general de la sangre.
 Anemia. Se produce por una disminución del número de glóbulos rojos.
 Alteraciones óseas. Las más frecuentes a estas edades son:

 Los pies deformes (pie plano, pie varo y pie equino) que suelen deberse a defectos
posturales y a defectos en el calzado.
 El raquitismo que es una enfermedad consistente en un reblandecimiento óseo y en la
falta de calcio.

El mal uso de los antibióticos, la creciente circulación internacional de viajeros, las migraciones
y una mala planificación de las actividades preventivas, han provocado que en los últimos años
tanto en España como en otros países occidentales se haya detectado un aumento de casos de
enfermedades extinguidas del pasado y reemergentes, que se consideraban controladas o en
proceso de eliminación, que resurgen y en muchas ocasiones lo hacen en condiciones
epidémicas. Tal es el caso de la tuberculosis, el paludismo, el cólera, la peste, el dengue y
algunas enfermedades inmunoprevenibles como la difteria y la poliomielitis.

6. Enfermedades transmisibles más frecuentes en la infancia.

La principal característica de las enfermedades transmisibles reside precisamente en su


capacidad de contagio, por lo que los profesionales de la escuela infantil deben saber cuáles
son sus formas de transmisión. También deben conocer las enfermedades infecciosas más
frecuentes en la etapa infantil, sus características, las medidas preventivas que se pueden
tomar para evitar el contagio y el tratamiento adecuado.

Entre ellas, algunas tan comunes y que casi todos hemos padecido como la gripe, el sarampión
o la varicela.

6.1. Mecanismos de transmisión de las enfermedades.

¿Cómo de transmiten las enfermedades? Las enfermedades transmisibles están originadas


por la penetración en nuestro organismo de unos microorganismos que únicamente son
visibles mediante el microscopio. Muchas de estas enfermedades son típicas de la infancia a
pesar de que también pueden contraerlas los adultos.

La transmisión de una enfermedad se produce cuando un agente infeccioso pasa del lugar
donde se encuentra o reservorio a un individuo sano -huésped susceptible-. A este proceso se
le denomina cadena epidemiológica.

Esta cadena tiene tres eslabones -reservorio, mecanismo de transmisión y huésped-, y


rompiendo uno de ellos se interrumpe la transmisión de la enfermedad.

 Fuente de infección o reservorio: El primer eslabón de esta cadena es el reservorio,


lugar o hábitat donde se encuentran los gérmenes. El reservorio se convierte en fuente
de infección cuando el agente infeccioso sale de él para entrar en otro organismo. En
el caso de las enfermedades transmisibles más frecuentes en la infancia, serán las
personas las principales fuentes de infección, como en la varicela, sarampión, gripe,
etc. Las fuentes de infección pueden ser varias, como el organismo humano, animal
(animales enfermos o portadores, como por ejemplo en la brucelosis) o el suelo (la
tierra, la arena o productos que hay en ella, como por ejemplo el tétanos).
 Mecanismos de transmisión: Una vez que el agente infeccioso ha salido de su
reservorio, se dirige a otro organismo para contagiarle. El medio que utiliza ese agente
para llegar al huésped susceptible (el niño sano), es lo que denominamos mecanismos
de transmisión. Podemos diferenciar:
o Contagio directo. En este caso el germen pasa de una persona enferma o
portadora a otra sana directamente.
o Contagio indirecto, a través de:
 Aire: al toser, estornudar o hablar, eliminamos gotas de saliva
cargadas de gérmenes. Ej.: la gripe, el sarampión. etc.
 Agua: Sobre todo cuando se consume agua contaminada. Ej.: hepatitis
tipo A, la fiebre tifoidea, etc.
 Alimentos: que se contaminan fácilmente, como los huevos, la leche y
sus derivados, las carnes y/o los pescados. Ej.: la salmonelosis
producida por la contaminación del huevo de la mayonesa.
 Objetos contaminados: de uso cotidiano, que pueden ser los
chupetes, juguetes, cepillos u otros útiles de aseo. Ej.: infecciones de la
boca debido al intercambio de chupetes.
 Artrópodos: Algunos insectos como las moscas, mosquitos, cucarachas
o las pulgas, pueden convertirse en agentes de contagio indirecto.
Ejemplo: el paludismo.
 Huésped susceptible: La susceptibilidad de las personas a la enfermedad depende de
factores como:
 Factores ambientales, entre los que se encuentran: las condiciones climáticas, la
temperatura de las estaciones, el aire, la contaminación atmosférica, etc.
 Factores sociales, entre los que se encuentran: la cultura, la economía, la educación o
las tradiciones.
 Factores individuales, los más significativos son: el sexo, la raza, la herencia y la edad
 Factores sanitarios en cuanto a recursos humanos y materiales

6.2. Enfermedades producidas por bacterias (I).

¿Cómo podemos identificar estas enfermedades? Las bacterias, al igual que los otros
organismos que causan enfermedades infecciosas, sólo son visibles gracias al microscopio
electrónico. Éstas se diferencian de los virus en que segregan las toxinas, que son sustancias
perjudiciales para el organismo humano. La mayoría de estas enfermedades tienen en nuestro
país poca incidencia gracias a las medidas preventivas, fundamentalmente las vacunas. Es
importante que estudiemos y analicemos las principales enfermedades bacterianas que
pueden darse en la infancia para poder detectarlas lo antes posible.

Las principales enfermedades bacterianas que se dan en esta etapa son la difteria, escarlatina,
Neumonías, tos ferina, meningitis y tétanos. Veamos a continuación cada una de ellas con más
detalle.

 La difteria. La difteria es una enfermedad que afecta principalmente a la primera


infancia.
o ¿Qué la causa? La enfermedad está producida por la bacteria Corynebacterium
diphteriae, que se transmite por contagio directo de una persona enferma al
individuo sano, desde que se inicia la enfermedad hasta después de su
curación. También puede darse por contagio indirecto a través de objetos
infectados.
o ¿Cuál es el período de incubación? Es de pocos días, alrededor de unos cinco
días tras la exposición a la difteria. Cuando hay contagio, la enfermedad ataca
la nariz y la garganta, y desde allí puede pasar a todo el cuerpo difundiendo la
toxina.
o ¿Cuáles son sus síntomas? En un principio el niño puede tener dificultades
para tragar porque le duele la garganta, pero si al poco tiempo el niño
comienza a toser, vomitar y a respirar con dificultad, y su piel se vuelve de un
color azulado, puede tener difteria. Cuando la enfermedad progresa, aparecen
unas membranas blanquecinas que se adhieren a las amígdalas, la laringe, las
fosas nasales o la faringe, que puede producir una obstrucción de las vías
respiratorias.
o ¿Cómo podemos prevenirla? Existe una vacuna que ha reducido la incidencia
de esta enfermedad.
o ¿Cómo será su tratamiento? Será a través de antibióticos y suero antitóxico.

 La escarlatina
o ¿Qué la causa? La escarlatina es una enfermedad producida por los bacilos
llamados estreptococos hemolíticos, que se transmiten con mucha facilidad. El
contagio puede ser directo, por el contacto con personas con infección, o
también indirecto, al entrar en contacto con ropas usadas por personas con
esta enfermedad.
o ¿Cuál es el período de incubación? Oscila entre dos y siete días, tras el
contacto con otro individuo enfermo.
o ¿Cuáles son sus síntomas? Los primeros que aparecen en el niño son dolor de
cabeza, náuseas, vómitos, fiebre y en la garganta y paladar aparecen unos
puntos rojos. Después de uno o dos días aparecen en la piel un sarpullido o
exantema en forma de puntos rojos sin abultamiento, acompañados de
picazón. Comienza en la parte alta del tórax, cuello y extremidades, hasta
extenderse por todo el cuerpo, aunque habrá zonas en las que no aparecerá
sarpullido, como los alrededores de la boca. Normalmente, al cabo de seis o
siete días el exantema se seca y la piel puede empezar a descamarse,
principalmente en pies y manos.
o ¿Cómo podemos prevenirla? Para prevenir la escarlatina no hay una vacuna
efectiva, aunque sí es efectivo el uso de globulina gamma para prevenir los
efectos de la toxina. Cuando una persona del entorno tiene escarlatina, se
debe separar toda su ropa y utensilios y lavarlos con agua y jabón caliente, si
es posible antibacteriano. Los niños que han padecido la enfermedad quedan
inmunes a ella durante cinco años.
o ¿Cómo será su tratamiento? Es con antibióticos, principalmente la penicilina
acompañada de una dieta ligera con ingestión de gran cantidad de líquidos.

 La neumonía bacteriana.
o ¿Qué la causa? La neumonía es una enfermedad producida por la bacteria
neumococos, y que produce una infección en los alvéolos del pulmón que se
transmite a través de las secreciones rinofaríngeas.
o ¿Cuál es el período de incubación? El período de incubación de la neumonía
varía, dependiendo del germen que la cause.
o ¿Cuáles son sus síntomas? El niño con neumonía se queja de dolor en un
costado y tiene fiebre con escalofríos. Si se mueve o respira el dolor se
agudiza. Presenta tos y produce mucosidad espesa y tiene dificultad para
respirar, haciéndolo de forma entrecortada y rápida. Por ello aumenta su
pulso y la presión arterial desciende.
o ¿Cómo podemos prevenirla? El adulto se deberá lavar las manos con
frecuencia, sobre todo después de sonarse, ir al baño o preparar alimentos;
también deberá usar una mascarilla cuando vaya a limpiar zonas con moho u
hongos. La vacuna antineumocócica se podrá administrar a niños de riesgo
mayores de dos años para prevenir la neumonía.
o ¿Cómo será su tratamiento? Además de la administración de antibióticos y
antiinflamatorios, consistirá en la aplicación de una mascarilla de oxígeno para
que sus alvéolos puedan seguir realizando su función.

 La tos ferina.
o ¿Qué la causa? La tos ferina está causada por la bacteria bacilo de Bordetella
pertussis, que se transmite a través de las gotitas que se expulsan cuando una
persona enferma de tos ferina, habla o tose. Otro tipo de contagio es posible
pero muy poco probable.
o ¿Cuál es el período de incubación? Oscila entre una y tres semanas, después
de estar expuesto a la bacteria.
o ¿Cuáles son sus síntomas? En un primer momento es muy difícil diagnosticar
la tos ferina, pues comienza con un catarro, pero es el momento en que la
enfermedad es más contagiosa. Al principio la tos y restos de síntomas como
los estornudos, lagrimeo o fiebre poco alta pueden confundirse con un simple
catarro, pero posteriormente, a partir de la tercera semana, la tos se agudiza,
se vuelve convulsiva y provoca un ruido profundo al inspirar. El niño suele
ponerse cianótico por la falta de oxígeno durante estos accesos de tos y
muchas veces lleva al vómito. Si el enfermo es un bebé, la posibilidad de
asfixia es mayor. Progresivamente, pasadas tres semanas, la tos va
desapareciendo y los demás síntomas se van atenuando. La infección suele
durar unas seis semanas.
o ¿Cómo podemos prevenirla? La más importante es la vacuna, que es
obligatoria para todos los niños a partir de los tres meses. En ocasiones un
niño vacunado puede contraer la enfermedad, sin embargo se manifestará de
forma atenuada.
o ¿Cómo será su tratamiento? El tratamiento de la tos ferina va dirigido a aliviar
los síntomas, fundamentalmente la tos nocturna. Se le suministrarán
antibióticos y antitusígeno (para reducir la tos). Es difícil alimentar al niño
cuando tiene un ataque de tos, por lo que habrá que esperar para
administrarle el alimento cuando finalice ésta, y la dieta deberá tener mucho
líquido y no ser muy abundante. También es recomendable proporcionarle un
ambiente limpio y estancias al aire libre.

Una de las enfermedades más graves si no se trata a tiempo es la meningitis ¿Cómo podemos
reconocerla?

 La meningitis
o ¿Qué la causa? La meningitis es una enfermedad que puede estar causada por
un virus, en cuyo caso es benigna, o por bacterias, con consecuencias que
pueden ser muy graves y dejar alguna secuela. Consiste en una inflamación de
las membranas que envuelven el sistema nervioso central llamada meninges.
Las meningitis bacterianas pueden ser causadas por el haemophilus influenzae
tipo b y el meningococo. Las primeras bacterias sólo provocan meningitis en
los niños pequeños, con mayor incidencia entre los seis y doce meses; las
segundas a personas de todas las edades, principalmente adolescentes y niños
pequeños. Se transmite por contacto directo con el enfermo y/o a través de un
portador sano asintomático a través de las secreciones rinofaríngeas.
o ¿Cuál es el período de incubación? El periodo de incubación oscila entre dos y
diez días.
o ¿Cuáles son sus síntomas? La meningitis presenta fiebre elevada, rigidez en la
nuca, dolor de cabeza y vómitos. El niño que padece meningitis está pálido, no
quiere extender las piernas y tiene dolores en la columna vertebral, y le
molesta la luz.
o ¿Cómo podemos prevenirla? Las personas que rodean al enfermo deberán
tomar un medicamento preventivo durante unos días, además de recibir la
vacunación necesaria. Con el fin de evitar un contagio, se informará a la
sanidad pública y se aislará al niño, al que se tratará con antibióticos.
o ¿Cómo será su tratamiento? Es muy importante el tratamiento rápido en un
centro hospitalario (pues puede llegar a ser mortal si no se diagnostica a
tiempo). Se trata con antibióticos.

 El tétanos
o ¿Qué la causa? Es una enfermedad infecciosa causada por el clostridium
tetania, que penetra por las heridas produciendo una toxina que afectará al
sistema nervioso central. La bacteria permanece en el suelo en forma de
espora aunque puede estar en cualquier sitio.
o ¿Cuál es el período de incubación? Oscila entre dos y veinte días después del
accidente.
o ¿Cuáles son sus síntomas? Problemas para controlar los músculos,
empezando por no poder cerrar la boca, fiebre alta, irritabilidad, rigidez y
dificultades para tragar; se puede llegar a tener convulsiones y tener
dificultades para respirar.
o ¿Cómo podemos prevenirla? En primer lugar es recomendable evitar las zonas
de posible infección cuando se tenga una herida abierta, sobre todo si es
profunda o desgarrada, pues para desarrollar la toxina se necesitan
condiciones de falta de oxígeno. Para prevenir la enfermedad lo más seguro es
la inmunización activa con la vacuna antitetánica (la vacuna del tétanos se
suministra junto con la de la difteria y la tos ferina, DTP), con dosis de
recuerdo cada diez años.
o ¿Cómo será su tratamiento? Si el niño ha sido vacunado y la herida es
superficial se administrará globulina antitetánica para dar protección
inmediata, y si la herida es profunda, se le suministrará suero antitetánico para
más seguridad. También es necesario limpiar muy bien la herida y dejar la
herida al aire, pues éste mata a la bacteria. También se puede completar el
tratamiento con antibióticos que ayuden a eliminar la bacteria, así como tratar
los síntomas.

6.3.Enfermedades exantémicas producidas por virus (I).

¿Cómo podemos identificar estas enfermedades? Los virus, una vez que se han introducido
en un organismo, se multiplican rápidamente y provocan enfermedades, sobre todo en la
infancia. Las enfermedades víricas se pueden transmitir por contagio directo con la persona
enferma o a través de contacto indirecto (objetos, personas sanas pero portadoras...). Las
enfermedades víricas se dividen en exantemáticas y no exantemáticas.

¿Qué son enfermedades exantémicas? Son aquellas que se manifiestan con exantemas,
sarpullidos en la piel que suelen ser de color rojizo o púrpura y que según de qué enfermedad
se trate, tienen diferente distribución en el cuerpo y distinta forma. En la mayoría de las
enfermedades el exantema suele aparecer después de otros síntomas como la fiebre o el
catarro. Las enfermedades víricas exantemáticas más significativas son rubéola, sarampión,
varicela y exantema súbito.

Veamos a continuación cada una de ellas con más detalle.

 La rubéola:
o ¿Qué la causa? Es una enfermedad producida por un virus. Se contagia a
través de las secreciones de la tos y de los estornudos. Ocasionalmente se
puede contagiar de forma indirecta a través de objetos o individuos sanos que
portan el virus. El contagio de un niño enfermo a uno sano puede darse desde
unos dos días antes de que aparezca el primer síntoma hasta cuatro días
después de la desaparición del sarpullido.
o ¿Cuál es el período de incubación? El período de incubación oscila entre 14 y
21 días.
o ¿Cuáles son sus síntomas? Una vez que el niño se ha contagiado, a las dos o
tres semanas, aparecerán los primeros síntomas, que en ocasiones son muy
tenues, como fiebre baja, catarro nasal y conjuntivitis poco intensa. Con la
rubéola se inflaman los ganglios del cuello y aparecen manchas que al
principio se hacen evidentes detrás de las orejas y cara y luego se extienden a
todo el cuerpo. El exantema, parecido al del sarampión, es mucho más suave
que éste y dura sólo dos o tres días.
o ¿Cómo podemos prevenirla? La inmunización activa consiste en una vacuna
antirrubeólica. Si las niñas no han sido vacunadas de pequeñas, y no han
padecido la enfermedad, deben vacunarse durante la adolescencia para evitar
cualquier posibilidad de contraer la enfermedad durante un embarazo, lo que
podría provocar malformaciones en el feto. Otra medida de prevención es
aislar al niño enfermo, pero esto es difícil, ya que los síntomas no aparecen
hasta pasados unos días.
o ¿Cómo será su tratamiento? El tratamiento irá dirigido a aliviar los síntomas,
bajar la fiebre, quitar el catarro y evitar las molestias que pueda ocasionar el
sarpullido.

 El sarampión:
o ¿Qué la causa? Enfermedad causada por un virus que se transmite desde el
niño enfermo al niño sano a través de las partículas de la saliva.
o ¿Cuál es el período de incubación? Es muy corriente entre los niños y el
tiempo de contagio dura desde los primeros síntomas hasta que han
desaparecido las manchas.
o ¿Cuáles son sus síntomas? Desde que el virus entra en el organismo por el
aparato respiratorio transcurre un tiempo, de entre siete y dieciocho días, sin
ningún síntoma. Después viene un período, de unos tres o cuatro días, con
síntomas catarrales, fiebre alta, enrojecimiento de las conjuntivas, secreciones
nasales, y tos seca. A los catorce días suele aparecer la erupción, que comienza
detrás de las orejas, y se extenderá por la cara, las extremidades y el tronco. El
exantema, que es una erupción roja de pequeños elementos que hacen un
pequeño relieve, y aunque confluyen, dejan algunos espacios de piel sana,
suele durar una semana. Durante este período el niño se encuentra los dos o
tres primeros días muy decaído y con mucha fiebre, pero gradualmente ésta
va bajando y las manchas se van oscureciendo, hasta que se secan y la piel se
descama y se queda con un color tostado que se normaliza en pocos días.
o ¿Cómo podemos prevenirla? El período de mayor riesgo de contagio es el
catarral, cuando la enfermedad posiblemente no esté diagnosticada como tal,
por lo que normalmente no se mantiene aislado al niño durante este período
de incubación. Tras la enfermedad es casi nula la posibilidad de contagio, por
lo que unos días después de la desaparición de la erupción, el niño podrá
volver a relacionarse. La inmunización activa consiste en la vacuna que se
administra junto con la de las paperas y la rubéola (triple vírica) entre los doce
y quince meses de edad.
o ¿Cómo será su tratamiento? El tratamiento está encaminado a aliviar los
síntomas: se le suministrarán antitérmicos y antibióticos como medida
preventiva para evitar complicaciones; se mantendrá al niño en reposo
mientras tenga fiebre; y se adoptarán medidas higiénico-dietéticas (dieta
blanda y con abundantes líquidos azucarados).

La lactancia materna protege al bebe durante los primeros meses de enfermedades como la
rubéola, la varicela y el sarampión.

 La varicela:
o ¿Qué la causa? Está causada por el virus de la varicela-zoster, que es el mismo
virus que causa el herpes zoster en los adultos. Se transmite directamente de
un niño enfermo a uno sano a través de las secreciones de la nariz y la faringe.
o ¿Cuál es el período de incubación? Oscila entre los catorce y los dieciséis días,
en ocasiones puede llegar hasta veintiún días.
o ¿Cuáles son sus síntomas? Los síntomas primeros que presenta el niño son
cansancio generalizado y fiebre súbita, seguido de la aparición de las
erupciones cutáneas. Es una erupción pruriginosa, y si el niño se rasca para
combatir el picor, puede arrancarse las vesículas o las costras y dejar marca en
ese lugar. El niño con varicela puede contagiar durante un período que abarca
desde dos días antes de que aparezca el sarpullido hasta que las costras están
secas y se caen. Las Fases de las erupciones en la varicela son: Mácula (ligera
mancha sin relieve); pápula (pequeño granito con relieve), vesícula (burbujita
con líquido) y costra (cuando la vesícula se rompe).
o ¿Cómo podemos prevenirla? La única medida preventiva es el aislamiento del
niño enfermo, pues sólo se administra la vacuna antivaricela a los niños de
riesgo.
o ¿Cómo será su tratamiento? Va encaminado a reducir el picor del sarpullido
mediante algún preparado que recomiende el médico o con un baño de diez
minutos con agua tibia, y con algún jarabe antihistamínico suave. Se deberá
extremar la higiene de la piel, y cortar las uñas para evitar que se arranquen
las costras.

 Exantema súbito:
o ¿Qué la causa? También se conoce con el nombre de roséola infantil o sexta
enfermedad. Se transmite del niño enfermo al sano a través de la saliva, los
estornudos o el aliento. Sólo afecta a niños entre los seis meses y los tres años.
o ¿Cuál es el período de incubación? La enfermedad se manifiesta entre los
cinco días y las dos semanas siguientes a la entrada del virus en el organismo.
El contagio se puede producir entre los dos días anteriores al sarpullido y lo
dos posteriores a su desaparición.
o ¿Cuáles son sus síntomas? Tiene unas características clínicas muy definidas
que facilitan su diagnóstico: durante tres días seguidos el niño presenta una
fiebre alta sin que se evidencien otros síntomas, contrastando esta fiebre con
un estado general bueno. A lo largo de la semana, le desaparece la fiebre y le
aparecen unas manchitas de color rosa pálido de forma irregular, que pueden
durarle unas horas, o todo lo más, un día completo.
o ¿Cómo podemos prevenirla? La roséola no tiene una vacuna específica. La
única medida preventiva consiste en aislar al niño enfermo.
o ¿Cómo será su tratamiento? Irá encaminado a paliar los síntomas,
fundamentalmente el tratamiento con antitérmicos para bajar la fiebre, pues
si ésta es muy alta y no se controla podría provocar convulsiones en el niño.

6.4. Enfermedades no exantémicas producidas por virus.

¿Cuáles son las enfermedades víricas no exantémicas? Las enfermedades víricas no


exantemáticas son aquellas que se manifiestan sin sarpullido en la piel. De todas las
enfermedades víricas no exantemáticas hay alguna de gran incidencia en la infancia como el
resfriado o la gripe, ya que en estos casos la vacuna sólo se aplica en población de riesgo, y
otras que han sido prácticamente erradicadas gracias a las vacunas como es el caso de la
parotiditis o la poliomielitis.
Estas enfermedades pueden afectar al aparato respiratorio, como en el caso del resfriado o la
gripe, pueden afectar al tejido glandular o nervioso como ocurre en la parotiditis e incluso
afectar a todo el sistema inmunitario, como ocurre en el Sida.

Las enfermedades víricas no exantemáticas más significativas son:

 Resfriado. Enfriamiento, catarro que provoca tos y estornudos.


 Gripe. Enfermedad epidémica aguda, acompañada de fiebre y con manifestaciones
variadas, especialmente catarrales.
 Parotiditis o paperas. Proceso inflamatorio de la glándula parótida.
 Hepatitis. Es una infección que afecta principalmente al hígado, lo inflama y reduce la
segregación de bilis, alterando las funciones del hígado.
 Poliomielitis. Grupo de enfermedades, agudas o crónicas, producidas por la lesión de
las astas anteriores o motoras de la médula.
 SIDA. Enfermedad viral consistente en la ausencia de respuesta inmunitaria

7. Prevención de las enfermedades transmisibles.

Dado que en la transmisión de enfermedades intervienen una serie de eslabones que permiten
el paso de los agentes patógenos de unos huéspedes a otros y causan la infección, ellos deben
aportar medidas preventivas para romper ese proceso en alguno de sus pasos y de esta
manera combatir las enfermedades.

Aunque muchas de las principales enfermedades transmisibles están erradicadas, toda


precaución es poca para evitar la transmisión o propagación de cualquier enfermedad.

Como veíamos en unidades anteriores unos adecuados hábitos higiénicos constituyen la mejor
prevención para muchas enfermedades.

Para conseguir una eficiente prevención de las enfermedades transmisibles, es necesario


seguir los siguientes pasos:

 Aplicar las medidas preventivas sobre las fuentes de infección.


 Ejercer medidas preventivas sobre los mecanismos de transmisión.
 Emplear medidas preventivas sobre el huésped susceptible.
 Preparar la escuela infantil para afrontar las enfermedades transmisibles.

7.1. Medidas preventivas sobre las fuentes de infección.

¿A qué llamamos fuente de infección?


La fuente de infección es el ser humano, animal, planta, suelo, o materia orgánica inanimada
en donde el agente etiológico vive y halla las condiciones adecuadas para su subsistencia y
desde el que pasa a un huésped susceptible (persona sana).
Muchas de las enfermedades transmisibles se han erradicado y en otras muchas se ha
reducido su incidencia debido a las mejoras en la higiene y la nutrición, al descubrimiento de
los antibióticos y al desarrollo de programas de vacunación. No obstante, están emergiendo
nuevos agentes de infección (por ejemplo el VIH), se están estableciendo nuevas formas de
transmisión, los organismos se hacen resistentes a los antibióticos y, además, a causa de los
fenómenos migratorios, están reapareciendo enfermedades que en algunas partes del globo
ya estaban erradicadas.
Hay que tener en cuenta que a veces, la fuente de infección tiene mayor importancia que el
tipo de agente patógeno (virus, bacteria, etc.) que causa la infección.

En las enfermedades que hemos estudiado, la principal fuente de infección son las personas,
por lo que es muy importante llevar a cabo un diagnóstico precoz de la enfermedad: primero
porque evitaremos agravamientos o complicaciones si se le administra un tratamiento al
individuo enfermo, y después, al aislar la fuente, evitaremos la infección a otros individuos
sanos y la propagación de la enfermedad.

Tanto la familia como la escuela deben prestar atención a cualquier indicio que pueda suponer
una infección, ya que en muchas ocasiones los primeros síntomas no aparecen hasta pasados
unos días tras la exposición al agente infeccioso. Después de consultar al médico, se deberán
tomar las medidas profilácticas recomendadas y aislar al niño, si así se recomienda, hasta que
finalice el período en que puede transmitir la enfermedad.

7.2. Medidas preventivas sobre los mecanismos de transmisión (I).

¿Qué son los mecanismos de transmisión? Son el medio que utiliza el agente infeccioso para
pasar de la fuente de infección al huésped o persona sana. Los medios principales son el
contacto directo entre las personas, el aire, el agua, los alimentos y los objetos. Por tanto,
deberemos adoptar medidas de higiene y aseo personal, una alimentación equilibrada y
hábitos que garanticen la salud de las personas; se deberán tomar medidas de saneamiento,
tanto general como específico; y se pondrá especial interés en la higiene de los alimentos
pues es un importante mecanismo de transmisión.

¿Qué medidas preventivas podemos adoptar relacionadas con la higiene personal y la


alimentación?

 Durante el embarazo: Estas medidas deben empezar antes y durante el embarazo,


pues la madre debe adquirir buenos hábitos de salud, con una dieta sana y
equilibrada, que satisfaga las nuevas exigencias nutricionales producidas por el
crecimiento del feto y asegure la reserva de grasas para la producción posterior de
leche durante el período de lactancia, y establezca un equilibrio entre las horas de
descanso y de ejercicio, necesario por su condición de embarazada. Está demostrado
que mantener una dieta equilibrada está directamente relacionado con la futura salud
del niño. Es importante que antes y durante el embarazo la madre deje de fumar, de
consumir alcohol y de utilizar medicamentos que puedan dañar al feto. Todas estas
medidas pueden ayudar a evitar el riesgo de tener niños prematuros, con bajo peso,
malformaciones, o incluso con ciertos síndromes de abstinencia, entre otros
problemas. Es importante que la mujer embarazada no tenga contacto directo o
indirecto con personas enfermas, para evitar contagios, especialmente de
enfermedades que pueden dañar al feto, como la varicela. Una fuente de infección del
microorganismo causante de la toxoplasmosis (que puede ocasionar malformaciones
en el feto), son los gatos y animales domésticos, especialmente sus heces, por lo que
no debe tener contacto con estos animales durante la gestación.

Debes conocer

Entre el 10% y el 30% de las mujeres embarazadas son portadoras de una bacteria
estreptococos del grupo B (EGB), que se aloja en la vagina o la zona rectal, y la pueden
transmitir a sus bebés durante el trabajo de parto. Ello no supone ningún riesgo para las
mujeres portadoras, pero supone un riesgo para la salud del bebé, que podría desarrollar
complicaciones como neumonía, sepsis (infección de la sangre) o meningitis (infección de las
membranas que recubren el cerebro)... No obstante, si se realizan las pruebas prenatales
adecuadas (obligatorias en España) y el tratamiento correcto durante el parto (suministración
de antibióticos), el riesgo de contagio se reduce al mínimo.

 Cuando el niño nace: Se debe continuar con todas las medidas higiénicas y
alimentarias que hemos tratado en temas anteriores para evitar infecciones o
trastornos nutritivos, éstos se pueden evitar mediante la lactancia materna o un buen
control de la alimentación artificial, y llevar a cabo un control periódico de su salud.
 Durante la primera infancia: Tanto en la escuela como en la familia se seguirán de
manera estricta las condiciones de higiene y salud personal, ya que el niño está más
indefenso ante las enfermedades y la higiene que necesita es mayor, tanto en
cantidad (un niño necesita más tiempo dedicado a la higiene), como en calidad (el
niño necesita una higiene más meticulosa y específica). Deberemos cuidar tanto la
higiene personal del niño como la de su entorno (casa y escuela), respetando las
pautas, en cuando a las condiciones idóneas, planteadas en temas anteriores. Con
carácter general, podemos establecer dos medidas preventivas para preservar al niño
de enfermedades, como son:
o Lavarse las manos con asiduidad: antes y después de manipular alimentos;
antes de comer, antes de bañar o limpiar al niño, o después de ir al baño.
o Taparse la boca y/o nariz, cuando se vaya a toser o estornudar, para evitar la
propagación de cualquier infección.

¿Qué medidas preventivas podemos adoptar relacionadas con la higiene de los alimentos?
Los alimentos constituyen un importante mecanismo de transmisión de enfermedades por lo
que se deben vigilar las medidas para proteger al niño desde que el alimento se produce hasta
que lo consume. Existen alimentos que desde su origen pueden estar contaminados, como las
carnes o los vegetales frescos, y otros que pueden contaminarse de muy diversas maneras:

 Porque se manipulan con las manos o con utensilios sucios.


 A través de las gotitas de saliva que expulsa el que manipula el alimento o lo sirve
cuando habla, tose o estornuda.
 A través del polvo del ambiente.
 A través de animales que puedan circular cerca de donde se estén manipulando los
alimentos (insectos, roedores).

Por todo ello se deben respetar todas las recomendaciones de higiene alimentaria que
podemos resumir en:

 Mantener una higiene general tanto del cuerpo como de la ropa cuando se vayan a
manipular alimentos, especialmente las manos, que se deberán lavar con frecuencia.
 Mantener limpios el lugar donde se vaya a manipular el alimento, así como los
utensilios (los que se utilicen para cocinar, para la limpieza o el transporte), y el
equipo.
 Utilizar mascarilla cuando así se recomiende.
 Proteger los alimentos de cualquier animal como insectos, roedores, etc.
 Utilizar agua potable para cocinar y limpiar los utensilios y menaje.

Estas medidas pueden ser de carácter general o específico. Las de carácter general
corresponden a las administraciones sanitarias, y son las siguientes:
 Abastecimiento de agua potable para el consumo.
 Evacuación de las aguas residuales.
 Evacuación de los residuos sólidos.

Las medidas de saneamiento específico, que también recaen en las autoridades sanitarias y
que se deberán seguir cuando así se determine, son:

 Desinfección.
 Desinsectación.
 Desratización.

7.3. Medidas preventivas sobre niños y niñas sanos (I).

¿Con qué mecanismos de defensa cuenta el niño o la niña para enfrentarse a las
enfermedades? Aún a pesar de seguir estrictamente todas las medidas preventivas expuestas
anteriormente sobre las fuentes de infección y los mecanismos de transmisión, y extremando
el cuidado y protección del niño, éste padece más enfermedades en la primera infancia que en
los años siguientes. El organismo del niño en el momento de nacer no está preparado para
defenderse con éxito de todas las sustancias nocivas a las que tiene que enfrentarse, y por ello
va estableciendo mecanismos de defensa contra esa invasión: el primero consistirá en un
sistema inespecífico, encargado de formar una primera línea de defensa contra la infección sin
conocer la sustancia agresora; el segundo se encarga de defender específicamente al
organismo de agentes infecciosos, y se llama sistema inmunitario.

 Sistema inespecífico: Actúa como barrera para evitar que penetre en el organismo
cualquier agente patógeno, y está formado por la piel, las mucosas y la barrera
hematoencefálica. Existe desde el momento del nacimiento y se va desarrollando con
el propio crecimiento corporal. ¿Cómo funciona el sistema inespecífico?

 La piel evitará la entrada de bacterias, siempre y cuando no tenga lesiones, mantenga


su nivel de Ph y segregue ciertos ácidos grasos.
 Las mucosas tapizan las diferentes entradas como son la boca, los ojos y la nariz.
 La barrera hematoencefálica evita que los gérmenes invadan el sistema nervioso (por
ejemplo, cuando falla esta membrana se puede producir meningitis).

 Sistema inmunitario: El segundo mecanismo es mucho más complejo y precisa de un


"cierto aprendizaje", es decir, que llega a ser capaz de defender al organismo después
de haberlo hecho varias veces. El sistema inmunitario servirá principalmente para que
el organismo se defienda contra cada germen agresor, aunque también está destinado
a luchar de modo genérico contra todo tipo de infecciones. Una vez que se ha
padecido una enfermedad, el individuo queda inmunizado contra el agente que le ha
atacado, de tal manera, que si vuelve a atacarle por segunda vez, el sistema
inmunitario sabe defenderse y lo destruirá antes de que produzca la enfermedad. A
este tipo de inmunidad se le denomina inmunidad natural. ¿Cómo funciona el sistema
inmunitario? Este sistema comienza a actuar cuando el organismo se siente agredido
por sustancias extrañas (bacterias, virus...), que se denominan antígenos. Durante el
período de la infección, fabrica unas moléculas llamadas anticuerpos o
inmunoglobulinas capaces de destruir esas sustancias extrañas, pero en el caso de los
niños pequeños el sistema inmunitario no está todavía bien desarrollado y entrenado y
este proceso puede durar mucho tiempo, produciéndose entonces la enfermedad.
Dado que el sistema inmunitario se desarrolla mediante el aprendizaje, la memoria es
importante ya que recuerda todos los antígenos que le han atacado, y en un posterior
contacto produce gran cantidad de anticuerpos específicos que impiden el
crecimiento y expansión del germen y por tanto no aparece la enfermedad.

Según el niño va creciendo, su sistema inmunitario se va enfrentando a muchos antígenos, con


lo cual el sistema de defensa se desarrolla tanto que es capaz de evitar la mayoría de las
enfermedades infecciosas, pues reconoce el antígeno que lo ataca y sabe defenderse de él.

¿Cómo podemos ayudar al organismo a combatir las enfermedades? Existen medidas


inmunizadoras, como las vacunas. Esta inmunidad se denomina inmunidad adquirida. Esta
inmunidad adquirida puede ser activa, es decir mediante la administración de vacunas, o
pasiva, mediante la administración de gammaglobulina.

¿En qué consiste la inmunización activa? Entendemos por inmunización activa, la vacunación.
Las vacunas son preparados formados por microorganismos modificados que conservan su
capacidad antigénica, pero sin su poder patógeno, que al ser administrados al individuo le
provocan una inmunidad adquirida. Si se le suministra al individuo una dosis muy reducida del
agente infectante que provoca la creación de anticuerpos que permanecen en el organismo. Si
este agente vuelve a intentar agredirle, el sistema inmunitario estará capacitado para defender
al organismo y evitar el contagio. Las vacunas deben reunir una serie de características como:

 Deben provocar las menos reacciones posibles.


 Deben ser de fácil aplicación y con un coste no muy elevado.
 Para evitar revacunaciones frecuentes, deben producir un grado elevado de
inmunidad.
 Los trastornos que provoquen deben ser menores que los de la enfermedad que
pretenden prevenir

Según su grado de virulencia podemos hablar de dos grandes grupos de vacunas:

 Vacunas vivas o atenuadas. Están formadas por microorganismos que conservan su


poder antígeno pero que han perdido su capacidad para provocar una enfermedad,
siendo capaces de producir anticuerpos para combatir a este microorganismo.
Proporcionan una inmunidad parecida a la que se originaría después de haber pasado
la enfermedad, y el individuo queda inmune para toda la vida (vacunas contra la
poliomielitis, sarampión o rubéola).
 Vacunas muertas o inactivas. Se preparan inactivando virus o bacterias por medio de
procedimientos físicos o químicos. Se administran virus o bacterias muertas que
provocan una inmunidad menor en intensidad y tiempo que las anteriores (gripe,
tétanos, tos ferina).

La Organización Mundial de la Salud (OMS) tiene como uno de sus principales objetivos la
extensión de las vacunas a toda la población, y esto se ha conseguido con mayor eficacia en
unos países y no tanto en otros. En nuestro país, como en otros, se ha establecido un
programa de vacunaciones coordinado por el Ministerio de Sanidad y Consumo, aunque serán
las diferentes comunidades autónomas quienes establezcan los calendarios de vacunación.
Además de las vacunas de administración obligatoria existen otras de empleo no sistemático
que protegen de distintas enfermedades (gripe, hepatitis) y que sólo se administran cuando
existe alto riesgo.
¿En qué consiste la inmunización pasiva? Este sistema se administra cuando el niño ya se ha
visto expuesto a la infección o es imposible disponer de vacunas. Es un sistema de
inmunización que se caracteriza porque es inmediato, pero poco intenso y sus efectos son
transitorios. Consiste en la administración de anticuerpos (gammaglobulinas) formados
previamente en otros individuos. Existen dos tipos de gammaglobulinas:

 Las inmunoglobulinas intramusculares inmunes. Se administran por vía intramuscular


profunda y pueden utilizarse en casos de sarampión, varicela, hepatitis A.
 Las inmunoglobulinas intravenosas. Se administran por vía intravenosa lentamente.
Se utilizan mucho en la etapa infantil frente a infecciones bacterianas o víricas como la
meningitis bacteriana o SIDA, y en casos de inmunodeficiencia infantil.

8. La escuela infantil ante las enfermedades transmisibles.

¿Cómo podemos evitar la transmisión de enfermedades en la escuela infantil? Aunque la


escuela infantil debe actuar siguiendo las pautas sobre prevención que hemos indicado
anteriormente, vamos a especificar otras medidas que se aconseja seguir en las escuelas
infantiles para evitar la transmisión de enfermedades frecuentes en esta etapa de la infancia.

¿Qué normas hemos de establecer para prevenir enfermedades? Estableceremos unas


normas relativas a:

 La higiene del personal que trabaja en el centro, resaltando la importancia del lavado
de manos, que es uno de los mecanismos de prevención.
 La higiene personal y aseo de los niños, como hemos tratado en temas anteriores.
 La higiene de la propia escuela. Limpieza de las mesas de trabajo, el suelo, los lugares
destinados a la higiene, etc.
 El tratamiento de heridas que impliquen hemorragias, u otros líquidos como saliva o
exudados.
 Cambio de pañales y desechos de los mismos.
 Los juguetes, que deben ser lavables y limpiarse con agua y jabón cuando lo vaya a
utilizar otro niño si el primero se lo haya llevado a la boca o lo ha ensuciado con
secreciones de la nariz.
 La manipulación de alimentos.
 La utilización de los diferentes espacios de alimentación, descanso e higiene, deben
ser de uso exclusivo para cada una de estas actividades.
 La ropa, materiales de higiene personal y utensilios de comida, deberán ser de uso
exclusivo para cada alumno, nunca se deben compartir.

¿Qué papel juegan las familias en este proceso? Es necesario en la prevención de las
enfermedades transmisibles mantener una relación fluida con las familias, ya que es
importante que éstas informen sobre la historia clínica de su hijo, las enfermedades que ha
padecido, su calendario de vacunación, así como de los controles médicos periódicos,
asegurando un estado correcto de salud del niño. Los padres deben estar informados de
cualquier brote que se produzca en la escuela y la evolución del mismo para adoptar, en el
caso de ser necesario, las medidas profilácticas recomendadas. A su vez éstos deben
comunicar a la escuela cualquier enfermedad transmisible que padezca el niño o cualquier otra
persona de su entorno.
¿Cómo debe actuar la escuela ante las enfermedades transmisibles? A pesar de todas las
medidas preventivas, en la etapa infantil es inevitable, dado que su sistema inmunológico
todavía se está desarrollando, que los gérmenes ataquen a los niños y produzcan infecciones
de fácil contagio. Todo esto debe poner a la escuela en alerta, poniendo en marcha unos
mecanismos que eviten, en la medida de lo posible, la propagación de las enfermedades.
Exponemos a continuación los pasos que se deben seguir cuando se detecta la aparición de
una enfermedad transmisible, teniendo en cuenta que estas enfermedades pueden ser desde
un simple catarro a una meningitis:

 Informar a los padres de los síntomas observados en el niño.


 Informar, cuando sea necesario, en el ámbito individual y colectivo acerca del brote
que se ha producido.
 Especificar las medidas que ha adoptado la escuela y comunicarlas a las familias,
siempre sin alarmar.
 Informar de la evolución del brote.
 Atender las necesidades escolares del niño afectado.
 Informar, cuando proceda, a las autoridades sanitarias.

La exposición del niño a las infecciones puede darse en cualquier ambiente, pero es más
intensa en aquellos lugares donde hay niños portadores de gérmenes, como es la escuela
infantil. De hecho, la asistencia a la escuela puede ser el desencadenante de procesos que irán
sucediéndose de forma a veces ininterrumpida, principalmente durante los primeros años.

9. Enfermedades no transmisibles.

En la escuela infantil incorporamos al currículo educativo la educación para la salud,


desarrollando hábitos de alimentación, descanso e higiene para colaborar en la detección y
diagnóstico de posibles enfermedades no transmisibles en la etapa de educación infantil.

La escuela infantil debe contar con servicios especializados de apoyo para la prevención de
enfermedades y para la atención de los niños con problemas de salud.

Haremos una descripción de las enfermedades no transmisibles más frecuentes en la infancia,


y el papel que juega la escuela infantil en la prevención de éstas.

9.1. Enfermedades congénitas (I).

¿Qué son enfermedades congénitas? La OMS lo define como: "Detección de cualquier defecto
congénito del feto, es decir, cualquier anomalía en el desarrollo morfológico, estructural,
funcional o molecular presente al nacer (aunque pueda manifestarse más tarde) externa o
interna, familiar o esporádica, hereditaria o no y única o múltiple". Vamos a ver las
malformaciones y las metabolopatías congénitas más frecuentes.

 Malformaciones congénitas.

 Malformaciones del aparato locomotor (huesos y músculos).

 Deformidades del pie:


o Pie plano. Es el defecto más frecuente y leve que se puede presentar en los
niños, y consiste en el descenso o aplanamiento del arco plantar, apoyando
todo el pie en el suelo. Se corrige con plantillas o suelas interiores que llevan
un soporte para sostener el arco plantar.
o Pie cavo. Consiste en el aumento del arco plantar. Se corrige educando al
niño para que corrija su forma de andar, y golpee menos con el talón, o como
en el caso anterior, mediante la colocación de plantillas.
o Pie zambo. Consiste en la curvatura del pie del niño hacia dentro. Si es leve y
se trata rápidamente, puede corregirse la posición del pie con la utilización de
unas férulas que se irán cambiando hasta que el pie quede en su posición
normal, y en los casos más graves se deberá corregir mediante cirugía.

 Deformidades de las piernas:


o Genu valgo. El genu valgo es la curvatura de las piernas hacia dentro, las
rodillas se juntan mientras los pies permanecen separados, de ahí que también
se le conozca con el nombre de piernas en X. Hay que tener en cuenta que
desde que el niño empieza la deambulación hasta los 5-6 años, cuando las
piernas se enderezan por completo, el genu valgo es parte del desarrollo
normal.
o Deformaciones de la columna: Es necesario tener en cuenta que durante todo
el período de la infancia, la columna se encuentra en pleno desarrollo y puede
sufrir empeoramientos (caso de padecer una deformación congénita) o la
aparición de alteraciones en la misma. Por lo que todas las medidas
relacionadas con la higiene postural son muy importantes en este período. Las
más frecuentes son las que afectan a la curvatura de la columna vertebral, y
además de las congénitas, pueden ser adquiridas.
o Cifosis. Es una deformación de la columna vertebral, consistente en la
acentuación de la curva normal de la columna en la parte superior, causando
un arqueamiento, parecido a una joroba.
o Escoliosis. La escoliosis consiste en una curvatura de la columna vertebral, con
un desplazamiento lateral, es decir, alejada de la línea media y con una
rotación de las vértebras. Se puede determinar que el niño padece escoliosis
si observamos que los hombros y las caderas no están alineados, es decir, está
más alto uno que otro, cuando el pecho está hundido o el niño se queja de
dolor de espalda.
o Lordosis. Consiste en la curvatura de las vértebras lumbares (parte inferior de
la espalda) hacia dentro. Cuando observemos una prominencia de las nalgas
podemos pensar en la existencia de esta deformación, que normalmente no
está asociada a dolor de espalda.

 Malformaciones del aparato urogenital.


o Fimosis. La fimosis se produce cuando resulta difícil o imposible retraer la piel
del prepucio (piel que cubre el glande) y dejar libre el glande (extremo del
pene).
o La hernia inguinal. La hernia inguinal es una salida al exterior del contenido de
la cavidad abdominal (usualmente intestino) a través de una abertura
anormal. Además de las hernias de origen congénito, también nos
encontramos con hernias adquiridas.

 Malformaciones del sistema visual.


o La catarata congénita. La catarata supone una pérdida de transparencia del
cristalino, y puede implicar la pérdida de visión en un porcentaje alto. Su
etiología no es conocida, aunque muchas son de carácter hereditario. El único
tratamiento posible es la intervención quirúrgica con rehabilitación posterior.
El pronóstico dependerá del diagnóstico temprano (que a veces es complejo) y
la rápida intervención.

Hasta el momento hemos hablado de las malformaciones congénitas, veamos ahora las
metabolopatías.

 ¿Qué son las metabolopatías congénitas? Son aquellas enfermedades del


metabolismo que aparecen en el momento del nacimiento. Estas alteraciones son
numerosas y se hace necesario un diagnóstico muy precoz, pues así se puede
neutralizar la enfermedad, pero si sigue su curso normal sin intervención puede llegar
a tener consecuencias muy graves. La prueba del talón que se realiza al niño en la
primera semana de vida detecta enfermedades metabólicas como la fenilcetonuria o
el hipotiroidismo.

 Fenilcetonuria. Es una alteración debida al déficit de una proteína que ayuda a la


fenilalanina a transformarse en otras sustancias que son necesarias para el organismo.
Como consecuencia de esto, se producen cambios metabólicos con efectos graves
como secuelas neurológicas de carácter irreversible o déficit mental. Si se lleva a cabo
un diagnóstico precoz y se inicia un tratamiento dietético (bajo en fenilalanina, que
está en el huevo, leche,...) pueden evitarse, en la mayoría de los casos, estas
consecuencias.

 Hipotiroidismo. El hipotiroidismo es un déficit de la hormona tiroidea, generalmente


debido a un mal funcionamiento de la glándula tiroides. Esta hormona es fundamental
para el desarrollo cerebral normal en los primeros meses tras el nacimiento.
Normalmente, al principio no aparecen síntomas, y se van haciendo más importantes
según va empeorando la enfermedad. Al igual que ocurre con la fenilcetonuria, la
detección y tratamiento tempranos hacen posible que niños que nazcan con esta
patología, crezcan sanos. El tratamiento consiste en la administración de un
suplemento hormonal, que de no suministrarse puede ocasionar entre otros,
enfermedades cardiacas.

9.2. Enfermedades y anomalías bucodentales y oftalmológicas.

Dentro de las enfermedades no transmisibles, las anomalías más frecuentes en la infancia son
los trastornos bucodentales y las alteraciones oftalmológicas. Veamos a continuación las más
frecuentes.

¿Cuáles son los trastornos bucodentales más frecuentes en la infancia?

 La maloclusión dental. Es un apilamiento o encabalgamiento de los dientes, de tal


manera que los dientes inferiores no coinciden con los superiores. Puede darse el caso
de que los dientes superiores estén adelantados sobre los inferiores o viceversa. Junto
a esto, puede ocurrir el apiñamiento, es decir, los dientes están unos encima de otros
por falta de espacio, o al contrario, que sobre espacio y entonces los dientes estén
demasiado separados. Las causas son diversas, pueden ser congénitas o adquiridas -
como consecuencia de extracciones, pérdida de dientes temporales, malos hábitos
como succión y uso excesivo de chupetes-. Se puede tratar la maloclusión a cualquier
edad, incluso con dientes de leche. El tratamiento se llevará a cabo mediante la
colocación de aparatos de ortodoncia, ya sean removibles (se pueden quitar) o fijos.
 La caries. La caries comienza con la desaparición del esmalte y evoluciona hacia la
formación de una cavidad que lo deja sin protección y al alcance de todos los
gérmenes que tenemos en la boca. Se puede producir por malos hábitos dietéticos,
mala higiene dental, insuficiencia de flúor y/o predisposición individual.

¿Cuáles son las alteraciones oftalmológicas más frecuentes en la infancia?

 Alteraciones de la refracción del ojo. Cuando la formación del foco de visión no


sucede en la retina, se produce una visión borrosa, la lente del ojo está alterada. Estas
alteraciones se corrigen con lentes. Según donde se produzca el foco de visión,
podemos hablar de:

 Miopía. El foco de visión se produce delante de la retina. El niño no puede ver los
objetos de lejos.
 Hipermetropía. El foco de visión se produce detrás de la retina, lo que provoca visión
borrosa. El niño hipermétrope, antes de la detección presenta fatiga ocular.
 Astigmatismo. El niño presenta una visión distorsionada de los objetos o personas o
aparecen varios focos simultáneos. Esto le produce dolor de cabeza y en muchas
ocasiones nerviosismo. Se combina con la miopía o la hipermetropía.

 Estrabismo. Cuando los ojos pierden su paralelismo, hablamos de estrabismo; los dos
ojos no se dirigen hacia el mismo lado, mientras uno fija la mirada en un punto
determinado, el otro se dirige a otra dirección. Se trata mediante lentes, oclusión de
un ojo mediante parches, ejercicios y cirugía cuando se determine.

9.3. Trastornos alérgicos.

¿Cuáles son los trastornos alérgicos más frecuentes en la infancia? La alergia constituye el
grupo de enfermedades que más se ha incrementado en su padecimiento y también en su
diagnóstico en los últimos años.

La alergia se caracteriza porque en su origen, en su desarrollo o en ambos procesos a la vez, se


manifiesta una reacción extraña al organismo. Las alergias que más afectan a la infancia son las
alimentarias, la alergia en la piel y la alergia respiratoria.

 Alergia en la piel: Los trastornos más comunes son la urticaria y la dermatitis.

 La urticaria. Aparecen en la piel unos puntitos de un color blanquecino elevados y la


piel de alrededor se enrojece. Generalmente van acompañados de picor y pueden ir
cambiando de posición en el cuerpo. Si esta urticaria se presenta en la cara, los labios,
orejas y párpados se hinchan. La causa de la urticaria es muy variada, por lo que habrá
que intentar descubrirlo a través de un recorrido de la alimentación que ha recibido,
del contacto con plantas o animales que ha tenido y la ropa o productos utilizados
para su limpieza. En muchos casos no se averigua y se trata con medicamentos
(antihistamínicos)
 La dermatitis. Suele aparecer en la cara, cuero cabelludo y los pliegues de los codos y
pantorrillas. Se trata de una inflamación en la que sobre un fondo rojizo aparece una
descamación. La causa suele ser una alergia de tipo alimentario, aunque otras veces no
se logra encontrar.
 Alergia respiratoria. Entre las alergias más frecuentes se encuentran la rinitis alérgica
estacional y el asma bronquial.

 La rinitis alérgica. Afecta a la mucosa nasal y provoca estornudos, picores, obstrucción


y secreción nasal. Las causas son muy variadas, desde ácaros que se desarrollan en el
polvo de las casas, hongos que crecen en ambientes húmedos, el polen de ciertas
plantas. El mejor tratamiento preventivo ante esta alergia, es alejar al niño del
alérgeno responsable de la alergia.
 El asma bronquial. Se produce una obstrucción de la vía aérea y una inflamación
bronquial que a su vez provoca una hiperreactividad bronquial. El niño presenta tos,
opresión torácica, muchas veces también acompañado de otros síntomas, como la
disnea (falta de aire). Los episodios de asma son más frecuentes por la noche. Las
causas del asma, suelen ser los mismos alérgenos que en la rinitis.

¿Cómo podemos saber a qué es debida la alergia? Tanto para las alergias en la piel como en
las respiratorias, se llevan a cabo procesos diagnósticos que tratan de investigar la sensibilidad
de la piel ante la introducción intradérmica de cantidades muy pequeñas de diferentes
sustancias, para averiguar así las causas de dichas alergias.

10. Prevención de las enfermedades no transmisibles.

¿Qué medidas hemos de adoptar para prevenir las enfermedades no transmisibles? El hecho
de no conocer las causas de muchas de las enfermedades o los mecanismos por los cuales se
produce, dificulta su prevención y su posterior tratamiento. La prevención de estas
enfermedades se puede llevar a cabo según el momento de la patología donde
intervengamos, lo que denominamos: prevención primaria, prevención secundaria y
prevención terciaria.

 Prevención primaria. Son las diferentes intervenciones que se llevan a cabo antes de
que la enfermedad aparezca. Es la que tiene mayor importancia porque se trata de
evitar que la enfermedad se presente ya sea de forma clínica o sintomatológica. Para
llevar a cabo esta prevención se actuará sobre los factores que causan la enfermedad
cuando éstos son conocidos, o sobre los factores de riesgo que contribuyen a su
aparición. Los factores de tipo individual son los genéticos, constitucionales, etc. Los
de tipo ambiental, los relacionados con la contaminación y la situación
socioeconómica. Las actuaciones relacionadas con la prevención primaria estarán
relacionadas con desarrollo de bienestar social, en cuanto a la mejora de la educación,
la cultura, los sistemas sanitarios, dotación de recursos, etc. Desde la escuela infantil
podemos colaborar desde el trabajo con los alumnos en cuanto a hábitos de vida
saludable con una dieta equilibrada, higiene adecuada y la necesidad de realizar
deporte. En el trabajo con las familias, desde las escuelas de padres, charlas e
intercambios de información.
 Prevención secundaria. La prevención secundaria incluye la detección precoz de la
enfermedad, para intentar, en la medida que sea posible, la remisión de la
enfermedad o la aparición de complicaciones, secuelas, incapacidades e incluso
muertes prematuras. Dado que en muchas de las enfermedades no transmisibles no se
conocen los factores que las causan, y es inevitable que la enfermedad se presente, el
diagnóstico temprano y la pronta implantación de un tratamiento, hacen posible que
en muchos casos la enfermedad remita o no tenga consecuencias graves. Desde la
escuela podemos colaborar en la detección precoz de las enfermedades si observamos
al niño y hacemos un seguimiento de su desarrollo.
 Prevención terciaria. Una vez haya aparecido la enfermedad y se haya diagnosticado,
debemos iniciar el tratamiento oportuno para ella, evitar que se complique la
enfermedad y conseguir que disminuyan las posibles secuelas. La escuela infantil debe
colaborar con la familia en el seguimiento del tratamiento y favorecer la integración
del niño en la misma.

¿Cómo ha de actuar la escuela ante las enfermedades no transmisibles? La actitud de la


escuela infantil ante la prevención de las enfermedades no transmisibles debe seguir una serie
de pautas que pueden llevar a cabo los educadores de la escuela, como son:

 Establecer objetivos encaminados a la adquisición de hábitos saludables.


 Establecer cauces de participación de la familia para trabajar hábitos de salud.
 Hacer un seguimiento del desarrollo del niño y detectar posibles síntomas que nos
indiquen la aparición de una enfermedad.
 Informar a los padres de los síntomas observados en el niño.
 Colaborar con la familia en el seguimiento del tratamiento.
 Atender las necesidades escolares del niño afectado.
 Lograr la integración del niño enfermo en la escuela.

11. Prevención de accidentes en la infancia.

En la etapa de 0 a 6 años los niños y niñas van adquiriendo una progresiva autonomía, una
capacidad para desenvolverse en el medio al mismo tiempo que la curiosidad por explorarlo.

La noción de peligro la irá adquiriendo con el tiempo, y mientras se producen estos procesos
existen riesgos y peligros que hemos de prevenir para evitar accidentes.

El papel de Elisa como educadora infantil como agente de salud consistirá en conocer los
riesgos potenciales de accidentes infantiles y poner en marcha las medidas preventivas
necesarias para evitar los accidentes.

El educador infantil juega un papel fundamental en la prevención de los accidentes infantiles,


sobre todo en relación con:

 La protección del entorno que rodea al niño.


 Su labor educativa y su relación con los padres, para conseguir los objetivos
relacionados con la prevención de accidentes.

10.1. Los accidentes en la escuela infantil.

¿En qué consiste la prevención de accidentes infantiles? la prevención de accidentes


infantiles tiene por objeto adoptar las necesarias medidas de protección ante riesgos
específicos e intervenir educativamente para que el niño aprenda a cuidar de sí mismo de
manera autónoma. En los primeros años de vida, la mayor parte de los accidentes tienen
lugar en el hogar y posteriormente van aumentando los ámbitos en los que se desenvuelve el
niño y por tanto la probabilidad de accidentes. La educación para la prevención de accidentes
y la adopción de medidas de precaución debe comenzar en el hogar.

La escuela infantil trabajará también en este ámbito siempre en estrecha colaboración con la
familia.
¿Cómo podemos trabajar la prevención en la escuela infantil? En educación infantil y en
relación con la prevención de accidentes ha de darse prioridad al desarrollo de hábitos de
observación visual, auditiva y conductas psicomotoras relacionadas con la noción espacial y a
la necesidad de despertar en el niño actitudes de autoprotección y conocimiento de normas
de orden social. Por lo tanto, los objetivos, contenidos y criterios de evaluación
correspondientes a las áreas de esta etapa con relación a la prevención de accidentes pueden
resumirse así:

 Descubrimiento de sí mismo.
 Desarrollo de la autonomía personal.
 Conocimiento del entorno.
 Desarrollo en el ámbito de la comunicación y representación.

¿Qué medidas preventivas debe adoptar la escuela infantil? Como medidas generales a
adoptar en centros infantiles podemos señalar las siguientes:

 Supervisar por parte de un adulto todas las actividades infantiles, especialmente


aquellas que entrañen riesgo.
 Enseñar a los niños a desplazarse, bajar y subir por los lugares adecuados y de forma
correcta.
 Establecer zonas diferenciadas para juegos rápidos y de movimiento y otras para
juegos más tranquilos.
 Instalar vallas protectoras alrededor del patio o zona exterior de juegos.
 Proteger con vallas la zona de columpios.
 Eliminar obstáculos que puedan hacer tropezar a los niños.
 Vallas y barandillas deben tener un tamaño que impida el paso del niño a través de
ellas.
 Proteger con vallas el acceso a las zonas de escaleras.
 Los escalones deben tener un largo y un ancho adecuados a la estatura de los niños.
 No utilizar nunca materiales con componentes tóxicos.

El educador infantil debe ante todo situarse en la realidad social del medio familiar pues esto
le permitirá llevar a cabo una adecuada estrategia para la consecución del objetivo deseado, es
decir, la prevención de los accidentes infantiles.

Este proceso requiere la participación de los padres a fin de motivarles, de ayudarles a


identificar cada uno de los puntos y situaciones de peligro para el niño en el hogar, para que
reflexionen sobre la forma de modificarlos.
Este trabajo puede llevarse a cabo en el marco de las reuniones ya establecidas con los padres
y, en su caso, requiriendo la colaboración de asistentes sociales, profesionales sanitarios, etc.

Debemos recordar que la autonomía favorece la prevención de accidentes. Así, por ejemplo, la
medida más eficaz para evitar que un niño o niña se caiga por las escaleras es que aprenda a
subirlas y bajarlas correctamente.

10.2. Medidas de prevención en el hogar (I).

¿Qué medidas debemos adoptar en el hogar para la prevención de accidentes? Los niños
pequeños pasan una gran cantidad de tiempo en el hogar. Su presencia en el mismo debe
llevar aparejada la adopción de una serie de medidas de precaución que le eviten la exposición
a peligros Cada lugar de la casa presenta unos peligros potenciales que es necesario analizar a
fondo, pero existen una serie de medidas de seguridad que son válidas para toda la casa:

 Evitar los resbalones. Para ello se deben usar productos de limpieza que no sean
resbaladizos, también se han de fijar las alfombras al suelo para evitar que los niños
tropiecen con ellas.
 Proteger el acceso de los niños a las escaleras. Para ello pueden instalarse unas
pequeñas vallas.
 Tapar los enchufes. Todos conocemos la tendencia de los niños a introducir en ellos
los deditos cuando no son conscientes del peligro que esto entraña.
 Evitar caídas y traumatismos mediante una adecuada disposición del mobiliario que
evite que el niño trepe. Las caídas más peligrosas se pueden prevenir evitando la
colocación de muebles debajo de las ventanas. También deben instalarse barreras de
seguridad en balcones y ventanas.
 Vigilar las instalaciones de calor y protegerlas para evitar quemaduras.
 En los chalés debe evitarse por parte de los adultos manipular el fuego delante del
niño puesto que éste tiende a imitar todo lo que ve.
 Debemos tirar los juguetes en mal estado ya que podrían causar lesiones.
 Debemos tener cuidado con las pilas de los juguetes puesto que son tóxicas.

¿Cuáles son los lugares más peligrosos dentro del hogar? Los lugares en el hogar donde
debemos extremar las precauciones con los niños son:

 El salón-comedor. En este lugar de la casa suelen guardarse las bebidas alcohólicas


que deben mantenerse fuera del alcance de los niños. Se deben utilizar sujeta
manteles en las mesas para evitar que el niño tire de él con el riesgo de que arrastre
un plato caliente o vasos. Televisión, vídeo y DVD deben situarse a una altura a la que
el niño no llegue, los vídeos presentan el riesgo añadido de que el niño introduzca su
mano en la ranura. Las mesas bajas quedan al alcance de los niños y los objetos que se
sitúan sobre ellas expuestos a la curiosidad y manipulación del niño. En la medida de lo
posible deben evitarse o mantenerse despejadas hasta que los niños sean más
mayores. Deben protegerse las esquinas y prominencias de los muebles para evitar
golpes.
 La cocina. Es un espacio que entraña numerosos peligros para el niño, como los fuegos
de cocinar, los cuchillos, las tijeras, los distintos electrodomésticos, los productos de
limpieza, etc. Para evitar que los niños se quemen al manipular una sartén o un cazo
puestos al fuego, es recomendable utilizar los fuegos interiores y dejar hacia dentro los
brazos de los cazos y de las sartenes. En principio debe evitarse que los niños
pequeños entren en exceso a la cocina y no permitirse nunca que jueguen en ella.
Deben guardarse con mucha precaución los objetos cortantes o peligrosos, todos los
productos tóxicos (se recomienda en lugares altos), las bolsas no deben ser accesibles
(podrían asfixiar al niño), el cubo de basura debe estar protegido de intromisiones
infantiles y evitar el acceso a la lavadora o el lavavajillas sobre todo si están en
funcionamiento.
 El cuarto de baño. El cuarto de baño es un lugar que atrae a los niños por la posibilidad
de jugar con agua y con los numerosos utensilios que allí se encuentran, algunos
peligrosos como maquinillas, jabones, cosméticos o medicinas. Es por ello uno de los
lugares más peligrosos para los pequeños de la casa. Todos los productos peligrosos
deben guardarse convenientemente y se debe vigilar al niño siempre que esté en el
cuarto de baño. En el momento del baño deben prevenirse caídas mediante la
instalación de asideros, adhesivos anti-resbalones o protectores que mantengan al
niño sentado. Los enchufes deben estar instalados lejos de las salidas de agua. Se debe
evitar utilizar aparatos eléctricos como secadores, calefactores o máquinas de afeitar
cuando el niño está descalzo. No se debe tampoco cerrar la puerta por dentro.
 La habitación del niño. Dentro del mobiliario propio de esta habitación cuando el niño
tiene corta edad el elemento que ofrece más peligro es la cuna. Deben utilizarse cunas
seguras que eviten en lo posible que el niño se salga de ella. Las camas también
pueden dar pie a que el niño se caiga de ellas, por lo que el paso de la cuna a la cama
se deberá hacer en el momento en el que el niño esté preparado para ello. Hay que
evitar los cordones de las cortinas puesto que las manipulaciones del niño podrían
llegar a estrangularle.

La mayoría de los accidentes que se producen en el hogar se pueden evitar si se adoptan las
medidas oportunas y se presta especial atención a los detalles. La curiosidad de los niños en las
primeras edades hace que cualquier objeto pueda resultar peligroso ya que no conocen las
relaciones entre causa y efecto. El niño en las primeras etapas no percibe adecuadamente el
peligro y su coordinación motora no está totalmente desarrollada, por eso la prevención de
accidentes en el hogar es tan importante.

10.3. Medidas de prevención fuera del hogar.

¿Podemos prevenir accidentes fuera del hogar? También se pueden prevenir algunos de los
peligros a los que se expone el niño cuando sale fuera de casa: cuando va al parque, cuando
viaja en coche o cuando está en la playa.

 Prevención de accidentes en la calle. La edad del niño influye también en el riesgo que
experimenta cuando está fuera de casa. Este riesgo aumenta de forma paralela a su
capacidad para andar, correr y ser autónomo en sus movimientos. Debemos vigilar
constantemente al niño cuando ya tiene edad para andar sólo, cualquier descuido
puede dar lugar a que se aleje o salga de la acera con el riesgo que esto supone.
Debemos evitar las distracciones y acostumbrar al niño a no soltarse de la mano del
adulto que va con él. También a no bajarse nunca de la acera. El aprendizaje vicario o
aprendizaje por imitación de modelos adultos es muy importante en estas edades, es
por ello importante que demos ejemplo a los niños al desplazarnos por la calle y les
expliquemos las normas básicas de seguridad: cruzar con el semáforo en verde, utilizar
los pasos de peatones, mirar a los dos lados antes de cruzar la calle, etc. Los niños sólo
deberían circular con triciclos y bicicletas en lugares acotados y con una atenta
supervisión del adulto
 Prevención de accidentes en el coche. Todos los asientos y mecanismos adaptados
para el transporte de niños deben estar homologados según normativa europea.

 De 0 a 9 meses. Se debe usar una silla de seguridad en el asiento delantero y en


sentido inverso a la marcha, para ello es imprescindible desactivar el correspondiente
airbag.
 De 9 meses a 3 años. Se usará una silla delantera en sentido inverso a la marcha
(desconectando el airbag) o una silla trasera orientada en el sentido de la marcha.
 De 3 a 12 años. Deben usarse dispositivos elevadores (con respaldo en el caso de los
menores de 6 años) y mecanismos específicos de ajuste del cinturón o cinturones de
seguridad especiales.

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