Tema 6 Aps
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Velar por la salud infantil y contar con los conocimientos, estrategias y recursos necesarios son
las grandes responsabilidades del educador infantil.
1.Salud y enfermedad.
¿A qué llamamos enfermedad? ¿Qué entendemos por salud? Es preciso definir en primer
lugar qué entendemos por enfermedad, concepto que a su vez nos remite directamente al de
salud.
La enfermedad puede también referirse a aspectos psíquicos y sociales, pero en esta unidad
vamos a abordar ambos conceptos desde un prisma fundamentalmente físico y vamos a
centrarnos en los aspectos más relacionados con la dimensión médica del bienestar infantil.
Para ello, no nos limitaremos a la descripción de las enfermedades, sino que tendremos en
cuenta sus repercusiones en el ámbito escolar desde un enfoque preventivo y de respuesta a
las necesidades de niños y niñas, siempre en estrecha colaboración con las familias. El carácter
preventivo al que aludimos se justifica aún más por la importancia que adquiere la detección
temprana de trastornos y enfermedades. La escuela infantil se convierte por el contacto diario
y prolongado que mantiene con el niño y por la profesionalidad de los educadores en un
ámbito privilegiado en el seguimiento del desarrollo infantil. También la escuela infantil actúa
como institución compensadora de las desigualdades sociales y estas desigualdades se
manifiestan en el ámbito de la salud en forma de carencias en formación y atención a las
necesidades infantiles.
Para el educador infantil es muy importante conocer cuáles son las principales enfermedades
infantiles y sus manifestaciones más frecuentes.
2. Clasificación de las enfermedades.
¿Qué tipos de enfermedades podemos encontrarnos? Son muchos los criterios que podemos
utilizar para hacer una clasificación de las enfermedades: En función de su localización
(órganos, aparatos y sistemas); según su historia natural (aguda o crónica); según su curso
(progresivo o intermitente); según su patrón epidemiológico (enfermedades transmisibles y
no transmisibles).
Nosotros vamos a abordar las enfermedades más frecuentes en la infancia, primero vamos a
identificar las enfermedades más frecuentes en cada una de las edades que comprende la
etapa infantil para continuar con la clasificación basada en su patrón epidemiológico.
¿Qué son las enfermedades transmisibles? Las enfermedades transmisibles son también
conocidas como enfermedades infecciosas. Muchas de ellas se padecen sólo en la infancia. Las
enfermedades infecciosas se originan por la penetración en nuestro organismo de diferentes
microorganismos, y se caracterizan fundamentalmente por su capacidad de contagio.
Bacterias. Son células vivas independientes que causan sus efectos cuando se
multiplican en el organismo y elaboran las toxinas .
Virus: Tienen un tamaño mucho más pequeño que el de las bacterias. Se multiplican
con gran rapidez dentro del organismo.
Hongos: Generalmente crecen formando grupos o colonias.
Parásitos: El parásito más frecuente en el niño es el piojo común que provoca la
pediculosis.
Protozoos. Son organismos de mayor tamaño que las bacterias que suelen vivir en el
agua. La mayoría son parásitos de distintos seres vivos como el mosquito, la mosca, el
gato, el perro o la rata. Cuando estos animales pican o muerden al ser humano le
transmiten la enfermedad.
Para prevenir el contagio se hace necesaria la adopción de una serie de medidas que
conocemos como profilaxis. La profilaxis muchas veces consiste en una vacuna, esto es, una
dosis mínima de los microorganismos que provocan la enfermedad, que inyectada en una
persona sana consigue que el organismo elabore las sustancias necesarias para neutralizar
esos microorganismos agresores. Cuando esto se consigue, el organismo está inmunizado.
¿Cuáles son las enfermedades más frecuentes en el recién nacido? La adaptación a la vida
extrauterina tras el parto supone una importante transformación para el recién nacido que
implica la acomodación a un medio nuevo para él. Consideramos a un niño como recién nacido
en el período que transcurre durante los primeros 28 días.
Para que esta adaptación sea satisfactoria se hacen necesarias una serie de revisiones y unas
atenciones especiales. El recién nacido presenta algunos órganos todavía en proceso de
formación lo que puede repercutir en alteraciones en la función de los mismos.
En la primera unidad tratamos la primera de estas pruebas, el test de Apgar, mediante la cual
se evalúa la adaptación del recién nacido a la vida extrauterina.
¿Cuáles son las enfermedades más frecuentes en el recién nacido? Consideramos lactante al
niño desde el día 28 de vida hasta que cumple su primer año. Las enfermedades más
frecuentes en este período aunque también pueden darse en otros, las agruparemos en
función de los órganos, aparatos o sistemas a los que afecten, son las siguientes:
Enfermedades que afectan a las vías respiratorias: las más frecuentes son:
o Bronquitis. Se trata de una inflamación de los bronquios producida
generalmente por un resfriado o una gripe o por fumar en la proximidad del
lactante.
o Neumonía por aspiración. Se trata de una obstrucción de los bronquios
provocada por agentes extraños que pueden ser líquidos, aceitosos, gaseosos
o en forma de polvo. Un simple atragantamiento puede derivar en este tipo de
neumonía.
Infecciones que afectan al oído: Otitis. Es una infección muy frecuente entre los
lactantes. Es una inflamación del oído en su zona media o externa.
o La producida en el oído externo puede estar provocada por un forúnculo o
grano.
o La que se produce en el oído medio puede adoptar dos formas: catarral y
purulenta. La catarral acompaña a un resfriado y tiene menor importancia.
¿Cuáles son las enfermedades más frecuentes del período de 1 a 6 años? Entre las
enfermedades más frecuentes en este período destacaremos las infecciones, ya que la
capacidad deambulatoria y manipulativa del niño le va a exponer en mayor medida a ellas, y
las deformidades óseas.
En esta edad son habituales el sarampión, la varicela y la rubéola, otras enfermedades son:
Los pies deformes (pie plano, pie varo y pie equino) que suelen deberse a defectos
posturales y a defectos en el calzado.
El raquitismo que es una enfermedad consistente en un reblandecimiento óseo y en la
falta de calcio.
El mal uso de los antibióticos, la creciente circulación internacional de viajeros, las migraciones
y una mala planificación de las actividades preventivas, han provocado que en los últimos años
tanto en España como en otros países occidentales se haya detectado un aumento de casos de
enfermedades extinguidas del pasado y reemergentes, que se consideraban controladas o en
proceso de eliminación, que resurgen y en muchas ocasiones lo hacen en condiciones
epidémicas. Tal es el caso de la tuberculosis, el paludismo, el cólera, la peste, el dengue y
algunas enfermedades inmunoprevenibles como la difteria y la poliomielitis.
Entre ellas, algunas tan comunes y que casi todos hemos padecido como la gripe, el sarampión
o la varicela.
La transmisión de una enfermedad se produce cuando un agente infeccioso pasa del lugar
donde se encuentra o reservorio a un individuo sano -huésped susceptible-. A este proceso se
le denomina cadena epidemiológica.
¿Cómo podemos identificar estas enfermedades? Las bacterias, al igual que los otros
organismos que causan enfermedades infecciosas, sólo son visibles gracias al microscopio
electrónico. Éstas se diferencian de los virus en que segregan las toxinas, que son sustancias
perjudiciales para el organismo humano. La mayoría de estas enfermedades tienen en nuestro
país poca incidencia gracias a las medidas preventivas, fundamentalmente las vacunas. Es
importante que estudiemos y analicemos las principales enfermedades bacterianas que
pueden darse en la infancia para poder detectarlas lo antes posible.
Las principales enfermedades bacterianas que se dan en esta etapa son la difteria, escarlatina,
Neumonías, tos ferina, meningitis y tétanos. Veamos a continuación cada una de ellas con más
detalle.
La escarlatina
o ¿Qué la causa? La escarlatina es una enfermedad producida por los bacilos
llamados estreptococos hemolíticos, que se transmiten con mucha facilidad. El
contagio puede ser directo, por el contacto con personas con infección, o
también indirecto, al entrar en contacto con ropas usadas por personas con
esta enfermedad.
o ¿Cuál es el período de incubación? Oscila entre dos y siete días, tras el
contacto con otro individuo enfermo.
o ¿Cuáles son sus síntomas? Los primeros que aparecen en el niño son dolor de
cabeza, náuseas, vómitos, fiebre y en la garganta y paladar aparecen unos
puntos rojos. Después de uno o dos días aparecen en la piel un sarpullido o
exantema en forma de puntos rojos sin abultamiento, acompañados de
picazón. Comienza en la parte alta del tórax, cuello y extremidades, hasta
extenderse por todo el cuerpo, aunque habrá zonas en las que no aparecerá
sarpullido, como los alrededores de la boca. Normalmente, al cabo de seis o
siete días el exantema se seca y la piel puede empezar a descamarse,
principalmente en pies y manos.
o ¿Cómo podemos prevenirla? Para prevenir la escarlatina no hay una vacuna
efectiva, aunque sí es efectivo el uso de globulina gamma para prevenir los
efectos de la toxina. Cuando una persona del entorno tiene escarlatina, se
debe separar toda su ropa y utensilios y lavarlos con agua y jabón caliente, si
es posible antibacteriano. Los niños que han padecido la enfermedad quedan
inmunes a ella durante cinco años.
o ¿Cómo será su tratamiento? Es con antibióticos, principalmente la penicilina
acompañada de una dieta ligera con ingestión de gran cantidad de líquidos.
La neumonía bacteriana.
o ¿Qué la causa? La neumonía es una enfermedad producida por la bacteria
neumococos, y que produce una infección en los alvéolos del pulmón que se
transmite a través de las secreciones rinofaríngeas.
o ¿Cuál es el período de incubación? El período de incubación de la neumonía
varía, dependiendo del germen que la cause.
o ¿Cuáles son sus síntomas? El niño con neumonía se queja de dolor en un
costado y tiene fiebre con escalofríos. Si se mueve o respira el dolor se
agudiza. Presenta tos y produce mucosidad espesa y tiene dificultad para
respirar, haciéndolo de forma entrecortada y rápida. Por ello aumenta su
pulso y la presión arterial desciende.
o ¿Cómo podemos prevenirla? El adulto se deberá lavar las manos con
frecuencia, sobre todo después de sonarse, ir al baño o preparar alimentos;
también deberá usar una mascarilla cuando vaya a limpiar zonas con moho u
hongos. La vacuna antineumocócica se podrá administrar a niños de riesgo
mayores de dos años para prevenir la neumonía.
o ¿Cómo será su tratamiento? Además de la administración de antibióticos y
antiinflamatorios, consistirá en la aplicación de una mascarilla de oxígeno para
que sus alvéolos puedan seguir realizando su función.
La tos ferina.
o ¿Qué la causa? La tos ferina está causada por la bacteria bacilo de Bordetella
pertussis, que se transmite a través de las gotitas que se expulsan cuando una
persona enferma de tos ferina, habla o tose. Otro tipo de contagio es posible
pero muy poco probable.
o ¿Cuál es el período de incubación? Oscila entre una y tres semanas, después
de estar expuesto a la bacteria.
o ¿Cuáles son sus síntomas? En un primer momento es muy difícil diagnosticar
la tos ferina, pues comienza con un catarro, pero es el momento en que la
enfermedad es más contagiosa. Al principio la tos y restos de síntomas como
los estornudos, lagrimeo o fiebre poco alta pueden confundirse con un simple
catarro, pero posteriormente, a partir de la tercera semana, la tos se agudiza,
se vuelve convulsiva y provoca un ruido profundo al inspirar. El niño suele
ponerse cianótico por la falta de oxígeno durante estos accesos de tos y
muchas veces lleva al vómito. Si el enfermo es un bebé, la posibilidad de
asfixia es mayor. Progresivamente, pasadas tres semanas, la tos va
desapareciendo y los demás síntomas se van atenuando. La infección suele
durar unas seis semanas.
o ¿Cómo podemos prevenirla? La más importante es la vacuna, que es
obligatoria para todos los niños a partir de los tres meses. En ocasiones un
niño vacunado puede contraer la enfermedad, sin embargo se manifestará de
forma atenuada.
o ¿Cómo será su tratamiento? El tratamiento de la tos ferina va dirigido a aliviar
los síntomas, fundamentalmente la tos nocturna. Se le suministrarán
antibióticos y antitusígeno (para reducir la tos). Es difícil alimentar al niño
cuando tiene un ataque de tos, por lo que habrá que esperar para
administrarle el alimento cuando finalice ésta, y la dieta deberá tener mucho
líquido y no ser muy abundante. También es recomendable proporcionarle un
ambiente limpio y estancias al aire libre.
Una de las enfermedades más graves si no se trata a tiempo es la meningitis ¿Cómo podemos
reconocerla?
La meningitis
o ¿Qué la causa? La meningitis es una enfermedad que puede estar causada por
un virus, en cuyo caso es benigna, o por bacterias, con consecuencias que
pueden ser muy graves y dejar alguna secuela. Consiste en una inflamación de
las membranas que envuelven el sistema nervioso central llamada meninges.
Las meningitis bacterianas pueden ser causadas por el haemophilus influenzae
tipo b y el meningococo. Las primeras bacterias sólo provocan meningitis en
los niños pequeños, con mayor incidencia entre los seis y doce meses; las
segundas a personas de todas las edades, principalmente adolescentes y niños
pequeños. Se transmite por contacto directo con el enfermo y/o a través de un
portador sano asintomático a través de las secreciones rinofaríngeas.
o ¿Cuál es el período de incubación? El periodo de incubación oscila entre dos y
diez días.
o ¿Cuáles son sus síntomas? La meningitis presenta fiebre elevada, rigidez en la
nuca, dolor de cabeza y vómitos. El niño que padece meningitis está pálido, no
quiere extender las piernas y tiene dolores en la columna vertebral, y le
molesta la luz.
o ¿Cómo podemos prevenirla? Las personas que rodean al enfermo deberán
tomar un medicamento preventivo durante unos días, además de recibir la
vacunación necesaria. Con el fin de evitar un contagio, se informará a la
sanidad pública y se aislará al niño, al que se tratará con antibióticos.
o ¿Cómo será su tratamiento? Es muy importante el tratamiento rápido en un
centro hospitalario (pues puede llegar a ser mortal si no se diagnostica a
tiempo). Se trata con antibióticos.
El tétanos
o ¿Qué la causa? Es una enfermedad infecciosa causada por el clostridium
tetania, que penetra por las heridas produciendo una toxina que afectará al
sistema nervioso central. La bacteria permanece en el suelo en forma de
espora aunque puede estar en cualquier sitio.
o ¿Cuál es el período de incubación? Oscila entre dos y veinte días después del
accidente.
o ¿Cuáles son sus síntomas? Problemas para controlar los músculos,
empezando por no poder cerrar la boca, fiebre alta, irritabilidad, rigidez y
dificultades para tragar; se puede llegar a tener convulsiones y tener
dificultades para respirar.
o ¿Cómo podemos prevenirla? En primer lugar es recomendable evitar las zonas
de posible infección cuando se tenga una herida abierta, sobre todo si es
profunda o desgarrada, pues para desarrollar la toxina se necesitan
condiciones de falta de oxígeno. Para prevenir la enfermedad lo más seguro es
la inmunización activa con la vacuna antitetánica (la vacuna del tétanos se
suministra junto con la de la difteria y la tos ferina, DTP), con dosis de
recuerdo cada diez años.
o ¿Cómo será su tratamiento? Si el niño ha sido vacunado y la herida es
superficial se administrará globulina antitetánica para dar protección
inmediata, y si la herida es profunda, se le suministrará suero antitetánico para
más seguridad. También es necesario limpiar muy bien la herida y dejar la
herida al aire, pues éste mata a la bacteria. También se puede completar el
tratamiento con antibióticos que ayuden a eliminar la bacteria, así como tratar
los síntomas.
¿Cómo podemos identificar estas enfermedades? Los virus, una vez que se han introducido
en un organismo, se multiplican rápidamente y provocan enfermedades, sobre todo en la
infancia. Las enfermedades víricas se pueden transmitir por contagio directo con la persona
enferma o a través de contacto indirecto (objetos, personas sanas pero portadoras...). Las
enfermedades víricas se dividen en exantemáticas y no exantemáticas.
¿Qué son enfermedades exantémicas? Son aquellas que se manifiestan con exantemas,
sarpullidos en la piel que suelen ser de color rojizo o púrpura y que según de qué enfermedad
se trate, tienen diferente distribución en el cuerpo y distinta forma. En la mayoría de las
enfermedades el exantema suele aparecer después de otros síntomas como la fiebre o el
catarro. Las enfermedades víricas exantemáticas más significativas son rubéola, sarampión,
varicela y exantema súbito.
La rubéola:
o ¿Qué la causa? Es una enfermedad producida por un virus. Se contagia a
través de las secreciones de la tos y de los estornudos. Ocasionalmente se
puede contagiar de forma indirecta a través de objetos o individuos sanos que
portan el virus. El contagio de un niño enfermo a uno sano puede darse desde
unos dos días antes de que aparezca el primer síntoma hasta cuatro días
después de la desaparición del sarpullido.
o ¿Cuál es el período de incubación? El período de incubación oscila entre 14 y
21 días.
o ¿Cuáles son sus síntomas? Una vez que el niño se ha contagiado, a las dos o
tres semanas, aparecerán los primeros síntomas, que en ocasiones son muy
tenues, como fiebre baja, catarro nasal y conjuntivitis poco intensa. Con la
rubéola se inflaman los ganglios del cuello y aparecen manchas que al
principio se hacen evidentes detrás de las orejas y cara y luego se extienden a
todo el cuerpo. El exantema, parecido al del sarampión, es mucho más suave
que éste y dura sólo dos o tres días.
o ¿Cómo podemos prevenirla? La inmunización activa consiste en una vacuna
antirrubeólica. Si las niñas no han sido vacunadas de pequeñas, y no han
padecido la enfermedad, deben vacunarse durante la adolescencia para evitar
cualquier posibilidad de contraer la enfermedad durante un embarazo, lo que
podría provocar malformaciones en el feto. Otra medida de prevención es
aislar al niño enfermo, pero esto es difícil, ya que los síntomas no aparecen
hasta pasados unos días.
o ¿Cómo será su tratamiento? El tratamiento irá dirigido a aliviar los síntomas,
bajar la fiebre, quitar el catarro y evitar las molestias que pueda ocasionar el
sarpullido.
El sarampión:
o ¿Qué la causa? Enfermedad causada por un virus que se transmite desde el
niño enfermo al niño sano a través de las partículas de la saliva.
o ¿Cuál es el período de incubación? Es muy corriente entre los niños y el
tiempo de contagio dura desde los primeros síntomas hasta que han
desaparecido las manchas.
o ¿Cuáles son sus síntomas? Desde que el virus entra en el organismo por el
aparato respiratorio transcurre un tiempo, de entre siete y dieciocho días, sin
ningún síntoma. Después viene un período, de unos tres o cuatro días, con
síntomas catarrales, fiebre alta, enrojecimiento de las conjuntivas, secreciones
nasales, y tos seca. A los catorce días suele aparecer la erupción, que comienza
detrás de las orejas, y se extenderá por la cara, las extremidades y el tronco. El
exantema, que es una erupción roja de pequeños elementos que hacen un
pequeño relieve, y aunque confluyen, dejan algunos espacios de piel sana,
suele durar una semana. Durante este período el niño se encuentra los dos o
tres primeros días muy decaído y con mucha fiebre, pero gradualmente ésta
va bajando y las manchas se van oscureciendo, hasta que se secan y la piel se
descama y se queda con un color tostado que se normaliza en pocos días.
o ¿Cómo podemos prevenirla? El período de mayor riesgo de contagio es el
catarral, cuando la enfermedad posiblemente no esté diagnosticada como tal,
por lo que normalmente no se mantiene aislado al niño durante este período
de incubación. Tras la enfermedad es casi nula la posibilidad de contagio, por
lo que unos días después de la desaparición de la erupción, el niño podrá
volver a relacionarse. La inmunización activa consiste en la vacuna que se
administra junto con la de las paperas y la rubéola (triple vírica) entre los doce
y quince meses de edad.
o ¿Cómo será su tratamiento? El tratamiento está encaminado a aliviar los
síntomas: se le suministrarán antitérmicos y antibióticos como medida
preventiva para evitar complicaciones; se mantendrá al niño en reposo
mientras tenga fiebre; y se adoptarán medidas higiénico-dietéticas (dieta
blanda y con abundantes líquidos azucarados).
La lactancia materna protege al bebe durante los primeros meses de enfermedades como la
rubéola, la varicela y el sarampión.
La varicela:
o ¿Qué la causa? Está causada por el virus de la varicela-zoster, que es el mismo
virus que causa el herpes zoster en los adultos. Se transmite directamente de
un niño enfermo a uno sano a través de las secreciones de la nariz y la faringe.
o ¿Cuál es el período de incubación? Oscila entre los catorce y los dieciséis días,
en ocasiones puede llegar hasta veintiún días.
o ¿Cuáles son sus síntomas? Los síntomas primeros que presenta el niño son
cansancio generalizado y fiebre súbita, seguido de la aparición de las
erupciones cutáneas. Es una erupción pruriginosa, y si el niño se rasca para
combatir el picor, puede arrancarse las vesículas o las costras y dejar marca en
ese lugar. El niño con varicela puede contagiar durante un período que abarca
desde dos días antes de que aparezca el sarpullido hasta que las costras están
secas y se caen. Las Fases de las erupciones en la varicela son: Mácula (ligera
mancha sin relieve); pápula (pequeño granito con relieve), vesícula (burbujita
con líquido) y costra (cuando la vesícula se rompe).
o ¿Cómo podemos prevenirla? La única medida preventiva es el aislamiento del
niño enfermo, pues sólo se administra la vacuna antivaricela a los niños de
riesgo.
o ¿Cómo será su tratamiento? Va encaminado a reducir el picor del sarpullido
mediante algún preparado que recomiende el médico o con un baño de diez
minutos con agua tibia, y con algún jarabe antihistamínico suave. Se deberá
extremar la higiene de la piel, y cortar las uñas para evitar que se arranquen
las costras.
Exantema súbito:
o ¿Qué la causa? También se conoce con el nombre de roséola infantil o sexta
enfermedad. Se transmite del niño enfermo al sano a través de la saliva, los
estornudos o el aliento. Sólo afecta a niños entre los seis meses y los tres años.
o ¿Cuál es el período de incubación? La enfermedad se manifiesta entre los
cinco días y las dos semanas siguientes a la entrada del virus en el organismo.
El contagio se puede producir entre los dos días anteriores al sarpullido y lo
dos posteriores a su desaparición.
o ¿Cuáles son sus síntomas? Tiene unas características clínicas muy definidas
que facilitan su diagnóstico: durante tres días seguidos el niño presenta una
fiebre alta sin que se evidencien otros síntomas, contrastando esta fiebre con
un estado general bueno. A lo largo de la semana, le desaparece la fiebre y le
aparecen unas manchitas de color rosa pálido de forma irregular, que pueden
durarle unas horas, o todo lo más, un día completo.
o ¿Cómo podemos prevenirla? La roséola no tiene una vacuna específica. La
única medida preventiva consiste en aislar al niño enfermo.
o ¿Cómo será su tratamiento? Irá encaminado a paliar los síntomas,
fundamentalmente el tratamiento con antitérmicos para bajar la fiebre, pues
si ésta es muy alta y no se controla podría provocar convulsiones en el niño.
Dado que en la transmisión de enfermedades intervienen una serie de eslabones que permiten
el paso de los agentes patógenos de unos huéspedes a otros y causan la infección, ellos deben
aportar medidas preventivas para romper ese proceso en alguno de sus pasos y de esta
manera combatir las enfermedades.
Como veíamos en unidades anteriores unos adecuados hábitos higiénicos constituyen la mejor
prevención para muchas enfermedades.
En las enfermedades que hemos estudiado, la principal fuente de infección son las personas,
por lo que es muy importante llevar a cabo un diagnóstico precoz de la enfermedad: primero
porque evitaremos agravamientos o complicaciones si se le administra un tratamiento al
individuo enfermo, y después, al aislar la fuente, evitaremos la infección a otros individuos
sanos y la propagación de la enfermedad.
Tanto la familia como la escuela deben prestar atención a cualquier indicio que pueda suponer
una infección, ya que en muchas ocasiones los primeros síntomas no aparecen hasta pasados
unos días tras la exposición al agente infeccioso. Después de consultar al médico, se deberán
tomar las medidas profilácticas recomendadas y aislar al niño, si así se recomienda, hasta que
finalice el período en que puede transmitir la enfermedad.
¿Qué son los mecanismos de transmisión? Son el medio que utiliza el agente infeccioso para
pasar de la fuente de infección al huésped o persona sana. Los medios principales son el
contacto directo entre las personas, el aire, el agua, los alimentos y los objetos. Por tanto,
deberemos adoptar medidas de higiene y aseo personal, una alimentación equilibrada y
hábitos que garanticen la salud de las personas; se deberán tomar medidas de saneamiento,
tanto general como específico; y se pondrá especial interés en la higiene de los alimentos
pues es un importante mecanismo de transmisión.
Debes conocer
Entre el 10% y el 30% de las mujeres embarazadas son portadoras de una bacteria
estreptococos del grupo B (EGB), que se aloja en la vagina o la zona rectal, y la pueden
transmitir a sus bebés durante el trabajo de parto. Ello no supone ningún riesgo para las
mujeres portadoras, pero supone un riesgo para la salud del bebé, que podría desarrollar
complicaciones como neumonía, sepsis (infección de la sangre) o meningitis (infección de las
membranas que recubren el cerebro)... No obstante, si se realizan las pruebas prenatales
adecuadas (obligatorias en España) y el tratamiento correcto durante el parto (suministración
de antibióticos), el riesgo de contagio se reduce al mínimo.
Cuando el niño nace: Se debe continuar con todas las medidas higiénicas y
alimentarias que hemos tratado en temas anteriores para evitar infecciones o
trastornos nutritivos, éstos se pueden evitar mediante la lactancia materna o un buen
control de la alimentación artificial, y llevar a cabo un control periódico de su salud.
Durante la primera infancia: Tanto en la escuela como en la familia se seguirán de
manera estricta las condiciones de higiene y salud personal, ya que el niño está más
indefenso ante las enfermedades y la higiene que necesita es mayor, tanto en
cantidad (un niño necesita más tiempo dedicado a la higiene), como en calidad (el
niño necesita una higiene más meticulosa y específica). Deberemos cuidar tanto la
higiene personal del niño como la de su entorno (casa y escuela), respetando las
pautas, en cuando a las condiciones idóneas, planteadas en temas anteriores. Con
carácter general, podemos establecer dos medidas preventivas para preservar al niño
de enfermedades, como son:
o Lavarse las manos con asiduidad: antes y después de manipular alimentos;
antes de comer, antes de bañar o limpiar al niño, o después de ir al baño.
o Taparse la boca y/o nariz, cuando se vaya a toser o estornudar, para evitar la
propagación de cualquier infección.
¿Qué medidas preventivas podemos adoptar relacionadas con la higiene de los alimentos?
Los alimentos constituyen un importante mecanismo de transmisión de enfermedades por lo
que se deben vigilar las medidas para proteger al niño desde que el alimento se produce hasta
que lo consume. Existen alimentos que desde su origen pueden estar contaminados, como las
carnes o los vegetales frescos, y otros que pueden contaminarse de muy diversas maneras:
Por todo ello se deben respetar todas las recomendaciones de higiene alimentaria que
podemos resumir en:
Mantener una higiene general tanto del cuerpo como de la ropa cuando se vayan a
manipular alimentos, especialmente las manos, que se deberán lavar con frecuencia.
Mantener limpios el lugar donde se vaya a manipular el alimento, así como los
utensilios (los que se utilicen para cocinar, para la limpieza o el transporte), y el
equipo.
Utilizar mascarilla cuando así se recomiende.
Proteger los alimentos de cualquier animal como insectos, roedores, etc.
Utilizar agua potable para cocinar y limpiar los utensilios y menaje.
Estas medidas pueden ser de carácter general o específico. Las de carácter general
corresponden a las administraciones sanitarias, y son las siguientes:
Abastecimiento de agua potable para el consumo.
Evacuación de las aguas residuales.
Evacuación de los residuos sólidos.
Las medidas de saneamiento específico, que también recaen en las autoridades sanitarias y
que se deberán seguir cuando así se determine, son:
Desinfección.
Desinsectación.
Desratización.
¿Con qué mecanismos de defensa cuenta el niño o la niña para enfrentarse a las
enfermedades? Aún a pesar de seguir estrictamente todas las medidas preventivas expuestas
anteriormente sobre las fuentes de infección y los mecanismos de transmisión, y extremando
el cuidado y protección del niño, éste padece más enfermedades en la primera infancia que en
los años siguientes. El organismo del niño en el momento de nacer no está preparado para
defenderse con éxito de todas las sustancias nocivas a las que tiene que enfrentarse, y por ello
va estableciendo mecanismos de defensa contra esa invasión: el primero consistirá en un
sistema inespecífico, encargado de formar una primera línea de defensa contra la infección sin
conocer la sustancia agresora; el segundo se encarga de defender específicamente al
organismo de agentes infecciosos, y se llama sistema inmunitario.
Sistema inespecífico: Actúa como barrera para evitar que penetre en el organismo
cualquier agente patógeno, y está formado por la piel, las mucosas y la barrera
hematoencefálica. Existe desde el momento del nacimiento y se va desarrollando con
el propio crecimiento corporal. ¿Cómo funciona el sistema inespecífico?
¿En qué consiste la inmunización activa? Entendemos por inmunización activa, la vacunación.
Las vacunas son preparados formados por microorganismos modificados que conservan su
capacidad antigénica, pero sin su poder patógeno, que al ser administrados al individuo le
provocan una inmunidad adquirida. Si se le suministra al individuo una dosis muy reducida del
agente infectante que provoca la creación de anticuerpos que permanecen en el organismo. Si
este agente vuelve a intentar agredirle, el sistema inmunitario estará capacitado para defender
al organismo y evitar el contagio. Las vacunas deben reunir una serie de características como:
La Organización Mundial de la Salud (OMS) tiene como uno de sus principales objetivos la
extensión de las vacunas a toda la población, y esto se ha conseguido con mayor eficacia en
unos países y no tanto en otros. En nuestro país, como en otros, se ha establecido un
programa de vacunaciones coordinado por el Ministerio de Sanidad y Consumo, aunque serán
las diferentes comunidades autónomas quienes establezcan los calendarios de vacunación.
Además de las vacunas de administración obligatoria existen otras de empleo no sistemático
que protegen de distintas enfermedades (gripe, hepatitis) y que sólo se administran cuando
existe alto riesgo.
¿En qué consiste la inmunización pasiva? Este sistema se administra cuando el niño ya se ha
visto expuesto a la infección o es imposible disponer de vacunas. Es un sistema de
inmunización que se caracteriza porque es inmediato, pero poco intenso y sus efectos son
transitorios. Consiste en la administración de anticuerpos (gammaglobulinas) formados
previamente en otros individuos. Existen dos tipos de gammaglobulinas:
La higiene del personal que trabaja en el centro, resaltando la importancia del lavado
de manos, que es uno de los mecanismos de prevención.
La higiene personal y aseo de los niños, como hemos tratado en temas anteriores.
La higiene de la propia escuela. Limpieza de las mesas de trabajo, el suelo, los lugares
destinados a la higiene, etc.
El tratamiento de heridas que impliquen hemorragias, u otros líquidos como saliva o
exudados.
Cambio de pañales y desechos de los mismos.
Los juguetes, que deben ser lavables y limpiarse con agua y jabón cuando lo vaya a
utilizar otro niño si el primero se lo haya llevado a la boca o lo ha ensuciado con
secreciones de la nariz.
La manipulación de alimentos.
La utilización de los diferentes espacios de alimentación, descanso e higiene, deben
ser de uso exclusivo para cada una de estas actividades.
La ropa, materiales de higiene personal y utensilios de comida, deberán ser de uso
exclusivo para cada alumno, nunca se deben compartir.
¿Qué papel juegan las familias en este proceso? Es necesario en la prevención de las
enfermedades transmisibles mantener una relación fluida con las familias, ya que es
importante que éstas informen sobre la historia clínica de su hijo, las enfermedades que ha
padecido, su calendario de vacunación, así como de los controles médicos periódicos,
asegurando un estado correcto de salud del niño. Los padres deben estar informados de
cualquier brote que se produzca en la escuela y la evolución del mismo para adoptar, en el
caso de ser necesario, las medidas profilácticas recomendadas. A su vez éstos deben
comunicar a la escuela cualquier enfermedad transmisible que padezca el niño o cualquier otra
persona de su entorno.
¿Cómo debe actuar la escuela ante las enfermedades transmisibles? A pesar de todas las
medidas preventivas, en la etapa infantil es inevitable, dado que su sistema inmunológico
todavía se está desarrollando, que los gérmenes ataquen a los niños y produzcan infecciones
de fácil contagio. Todo esto debe poner a la escuela en alerta, poniendo en marcha unos
mecanismos que eviten, en la medida de lo posible, la propagación de las enfermedades.
Exponemos a continuación los pasos que se deben seguir cuando se detecta la aparición de
una enfermedad transmisible, teniendo en cuenta que estas enfermedades pueden ser desde
un simple catarro a una meningitis:
La exposición del niño a las infecciones puede darse en cualquier ambiente, pero es más
intensa en aquellos lugares donde hay niños portadores de gérmenes, como es la escuela
infantil. De hecho, la asistencia a la escuela puede ser el desencadenante de procesos que irán
sucediéndose de forma a veces ininterrumpida, principalmente durante los primeros años.
9. Enfermedades no transmisibles.
La escuela infantil debe contar con servicios especializados de apoyo para la prevención de
enfermedades y para la atención de los niños con problemas de salud.
¿Qué son enfermedades congénitas? La OMS lo define como: "Detección de cualquier defecto
congénito del feto, es decir, cualquier anomalía en el desarrollo morfológico, estructural,
funcional o molecular presente al nacer (aunque pueda manifestarse más tarde) externa o
interna, familiar o esporádica, hereditaria o no y única o múltiple". Vamos a ver las
malformaciones y las metabolopatías congénitas más frecuentes.
Malformaciones congénitas.
Hasta el momento hemos hablado de las malformaciones congénitas, veamos ahora las
metabolopatías.
Dentro de las enfermedades no transmisibles, las anomalías más frecuentes en la infancia son
los trastornos bucodentales y las alteraciones oftalmológicas. Veamos a continuación las más
frecuentes.
Miopía. El foco de visión se produce delante de la retina. El niño no puede ver los
objetos de lejos.
Hipermetropía. El foco de visión se produce detrás de la retina, lo que provoca visión
borrosa. El niño hipermétrope, antes de la detección presenta fatiga ocular.
Astigmatismo. El niño presenta una visión distorsionada de los objetos o personas o
aparecen varios focos simultáneos. Esto le produce dolor de cabeza y en muchas
ocasiones nerviosismo. Se combina con la miopía o la hipermetropía.
Estrabismo. Cuando los ojos pierden su paralelismo, hablamos de estrabismo; los dos
ojos no se dirigen hacia el mismo lado, mientras uno fija la mirada en un punto
determinado, el otro se dirige a otra dirección. Se trata mediante lentes, oclusión de
un ojo mediante parches, ejercicios y cirugía cuando se determine.
¿Cuáles son los trastornos alérgicos más frecuentes en la infancia? La alergia constituye el
grupo de enfermedades que más se ha incrementado en su padecimiento y también en su
diagnóstico en los últimos años.
¿Cómo podemos saber a qué es debida la alergia? Tanto para las alergias en la piel como en
las respiratorias, se llevan a cabo procesos diagnósticos que tratan de investigar la sensibilidad
de la piel ante la introducción intradérmica de cantidades muy pequeñas de diferentes
sustancias, para averiguar así las causas de dichas alergias.
¿Qué medidas hemos de adoptar para prevenir las enfermedades no transmisibles? El hecho
de no conocer las causas de muchas de las enfermedades o los mecanismos por los cuales se
produce, dificulta su prevención y su posterior tratamiento. La prevención de estas
enfermedades se puede llevar a cabo según el momento de la patología donde
intervengamos, lo que denominamos: prevención primaria, prevención secundaria y
prevención terciaria.
Prevención primaria. Son las diferentes intervenciones que se llevan a cabo antes de
que la enfermedad aparezca. Es la que tiene mayor importancia porque se trata de
evitar que la enfermedad se presente ya sea de forma clínica o sintomatológica. Para
llevar a cabo esta prevención se actuará sobre los factores que causan la enfermedad
cuando éstos son conocidos, o sobre los factores de riesgo que contribuyen a su
aparición. Los factores de tipo individual son los genéticos, constitucionales, etc. Los
de tipo ambiental, los relacionados con la contaminación y la situación
socioeconómica. Las actuaciones relacionadas con la prevención primaria estarán
relacionadas con desarrollo de bienestar social, en cuanto a la mejora de la educación,
la cultura, los sistemas sanitarios, dotación de recursos, etc. Desde la escuela infantil
podemos colaborar desde el trabajo con los alumnos en cuanto a hábitos de vida
saludable con una dieta equilibrada, higiene adecuada y la necesidad de realizar
deporte. En el trabajo con las familias, desde las escuelas de padres, charlas e
intercambios de información.
Prevención secundaria. La prevención secundaria incluye la detección precoz de la
enfermedad, para intentar, en la medida que sea posible, la remisión de la
enfermedad o la aparición de complicaciones, secuelas, incapacidades e incluso
muertes prematuras. Dado que en muchas de las enfermedades no transmisibles no se
conocen los factores que las causan, y es inevitable que la enfermedad se presente, el
diagnóstico temprano y la pronta implantación de un tratamiento, hacen posible que
en muchos casos la enfermedad remita o no tenga consecuencias graves. Desde la
escuela podemos colaborar en la detección precoz de las enfermedades si observamos
al niño y hacemos un seguimiento de su desarrollo.
Prevención terciaria. Una vez haya aparecido la enfermedad y se haya diagnosticado,
debemos iniciar el tratamiento oportuno para ella, evitar que se complique la
enfermedad y conseguir que disminuyan las posibles secuelas. La escuela infantil debe
colaborar con la familia en el seguimiento del tratamiento y favorecer la integración
del niño en la misma.
En la etapa de 0 a 6 años los niños y niñas van adquiriendo una progresiva autonomía, una
capacidad para desenvolverse en el medio al mismo tiempo que la curiosidad por explorarlo.
La noción de peligro la irá adquiriendo con el tiempo, y mientras se producen estos procesos
existen riesgos y peligros que hemos de prevenir para evitar accidentes.
El papel de Elisa como educadora infantil como agente de salud consistirá en conocer los
riesgos potenciales de accidentes infantiles y poner en marcha las medidas preventivas
necesarias para evitar los accidentes.
La escuela infantil trabajará también en este ámbito siempre en estrecha colaboración con la
familia.
¿Cómo podemos trabajar la prevención en la escuela infantil? En educación infantil y en
relación con la prevención de accidentes ha de darse prioridad al desarrollo de hábitos de
observación visual, auditiva y conductas psicomotoras relacionadas con la noción espacial y a
la necesidad de despertar en el niño actitudes de autoprotección y conocimiento de normas
de orden social. Por lo tanto, los objetivos, contenidos y criterios de evaluación
correspondientes a las áreas de esta etapa con relación a la prevención de accidentes pueden
resumirse así:
Descubrimiento de sí mismo.
Desarrollo de la autonomía personal.
Conocimiento del entorno.
Desarrollo en el ámbito de la comunicación y representación.
¿Qué medidas preventivas debe adoptar la escuela infantil? Como medidas generales a
adoptar en centros infantiles podemos señalar las siguientes:
El educador infantil debe ante todo situarse en la realidad social del medio familiar pues esto
le permitirá llevar a cabo una adecuada estrategia para la consecución del objetivo deseado, es
decir, la prevención de los accidentes infantiles.
Debemos recordar que la autonomía favorece la prevención de accidentes. Así, por ejemplo, la
medida más eficaz para evitar que un niño o niña se caiga por las escaleras es que aprenda a
subirlas y bajarlas correctamente.
¿Qué medidas debemos adoptar en el hogar para la prevención de accidentes? Los niños
pequeños pasan una gran cantidad de tiempo en el hogar. Su presencia en el mismo debe
llevar aparejada la adopción de una serie de medidas de precaución que le eviten la exposición
a peligros Cada lugar de la casa presenta unos peligros potenciales que es necesario analizar a
fondo, pero existen una serie de medidas de seguridad que son válidas para toda la casa:
Evitar los resbalones. Para ello se deben usar productos de limpieza que no sean
resbaladizos, también se han de fijar las alfombras al suelo para evitar que los niños
tropiecen con ellas.
Proteger el acceso de los niños a las escaleras. Para ello pueden instalarse unas
pequeñas vallas.
Tapar los enchufes. Todos conocemos la tendencia de los niños a introducir en ellos
los deditos cuando no son conscientes del peligro que esto entraña.
Evitar caídas y traumatismos mediante una adecuada disposición del mobiliario que
evite que el niño trepe. Las caídas más peligrosas se pueden prevenir evitando la
colocación de muebles debajo de las ventanas. También deben instalarse barreras de
seguridad en balcones y ventanas.
Vigilar las instalaciones de calor y protegerlas para evitar quemaduras.
En los chalés debe evitarse por parte de los adultos manipular el fuego delante del
niño puesto que éste tiende a imitar todo lo que ve.
Debemos tirar los juguetes en mal estado ya que podrían causar lesiones.
Debemos tener cuidado con las pilas de los juguetes puesto que son tóxicas.
¿Cuáles son los lugares más peligrosos dentro del hogar? Los lugares en el hogar donde
debemos extremar las precauciones con los niños son:
La mayoría de los accidentes que se producen en el hogar se pueden evitar si se adoptan las
medidas oportunas y se presta especial atención a los detalles. La curiosidad de los niños en las
primeras edades hace que cualquier objeto pueda resultar peligroso ya que no conocen las
relaciones entre causa y efecto. El niño en las primeras etapas no percibe adecuadamente el
peligro y su coordinación motora no está totalmente desarrollada, por eso la prevención de
accidentes en el hogar es tan importante.
¿Podemos prevenir accidentes fuera del hogar? También se pueden prevenir algunos de los
peligros a los que se expone el niño cuando sale fuera de casa: cuando va al parque, cuando
viaja en coche o cuando está en la playa.
Prevención de accidentes en la calle. La edad del niño influye también en el riesgo que
experimenta cuando está fuera de casa. Este riesgo aumenta de forma paralela a su
capacidad para andar, correr y ser autónomo en sus movimientos. Debemos vigilar
constantemente al niño cuando ya tiene edad para andar sólo, cualquier descuido
puede dar lugar a que se aleje o salga de la acera con el riesgo que esto supone.
Debemos evitar las distracciones y acostumbrar al niño a no soltarse de la mano del
adulto que va con él. También a no bajarse nunca de la acera. El aprendizaje vicario o
aprendizaje por imitación de modelos adultos es muy importante en estas edades, es
por ello importante que demos ejemplo a los niños al desplazarnos por la calle y les
expliquemos las normas básicas de seguridad: cruzar con el semáforo en verde, utilizar
los pasos de peatones, mirar a los dos lados antes de cruzar la calle, etc. Los niños sólo
deberían circular con triciclos y bicicletas en lugares acotados y con una atenta
supervisión del adulto
Prevención de accidentes en el coche. Todos los asientos y mecanismos adaptados
para el transporte de niños deben estar homologados según normativa europea.