Informe de Practica de Campo 2. Terminado y Corregido.
Informe de Practica de Campo 2. Terminado y Corregido.
Informe de Practica de Campo 2. Terminado y Corregido.
ESCUELA DE HISTORIA
ÁREA DE ARQUEOLOGÍA
INTRODUCCIÓN .................................................................................................... 5
DESARROLLO DE LA PRÁCTICA………………………………….………………....24
Laboratorio Móvil………………………………………………………………………36
CONCLUSIONES….. ……………………………………………………………………54
BIBLIOGRAFÍA …………………………………………………………………………..56
2
ÍNDICE DE FIGURAS
3
Figura 27 Vista agrandada del sector sur del Plano de la USAC…………………….35
Figura 28 Vista agrandada del sector norte del Plano de la USAC……..….….……35
Figura 29 Artefactos 1 y 2 en mini balanza digital………………………….………...36
Figura 30 Terreno sembrado con lechuga, con alta densidad de materiales
arqueológicos…………………………………………………………………………….37
Figura 31 Mano de moler de piedra báltica con forma rectangular in situ…………...38
Figura 32 Navaja irregular de obsidiana in situ……………………………………..…39
Figura 33 Área de Cultivo conocida como Grupo 10 de las granjas de Veterinaria y
Zootecnia………………………………………………………………………………….40
Figura 34 Artefactos de obsidiana 5, 6, 7, 8 y 9……………………………………..…41
Figura 35 Cuenta de jade y lasca tipo raspador de obsidiana…………………….….42
Figura 36 Hachita de piedra verde y navaja prismática de obsidiana……………….43
Figura 37 Macronavaja de obsidiana………………………………………………..…44
Figura 38 Lascas y navajas irregulares de obsidiana…………………………………44
Figura 39 Segmento de mano de moler de basalto…………………………………...45
Figura 40 Tiestos de cerámica en superficie sobre uno de los montículos de Cerritos
del Cementerio General…………………………………………………………………46
Figura 41 Mano de moler recolectada………………………………………………….47
Figura 42 Mano de moler en corte de montículo……………………………………...47
Figura 43 Segmento de metate de piedra sobre uno de los montículos…………….48
Figura 44 Columnas basálticas naturales de Naranjo………………………………...49
Figura 45 Vista 1 del montículo El Chay………………………………………………..50
Figura 46 Vista 2 del montículo El Chay…………………………..……………………50
Figura 47 Estado actual de un mascarón de El Chay…………………………………51
Figura 48 Mascarón de El Chay en la década de los 80………………………………51
Figura 49 La Acrópolis del sitio arqueológico Mejicanos……………………………..52
Figura 50 Petrograbado “Hombre del Monte Sión” en Mejicanos……………………53
4
INTRODUCCIÓN
Los capítulos que forman el presente informe atañen a la descripción del medio
geográfico del valle de Guatemala (en el cual se ubica El Mulato), la historia
prehispánica de este mismo valle (con énfasis en la trayectoria social de
Kaminaljuyu) y una brevísima síntesis histórica de la USAC, los antecedentes de
investigación del sitio arqueológico El Mulato y los objetivos de esta práctica de
campo, la metodología utilizada, el desarrollo de la práctica (dividido en cuatro
apartados: reconocimiento de superficie en la Ciudad Universitaria, laboratorio
móvil, registro fotográfico de artefactos en el laboratorio de materiales, y visita y
breve recorrido de otros sitios arqueológicos del valle de Guatemala), y se clausura
con las conclusiones y la bibliografía usada para la elaboración de este informe.
5
MARCO GEOGRÁFICO
Los ríos Motagua, Las Vacas y Villalobos son los sistemas hidrográficos que se
hallan en las cercanías de Kaminaljuyu, el primero se sitúa aproximadamente a 25
kilómetros de distancia del sitio, en tanto que el segundo se encuentra a alrededor
de 6 kilómetros de Kaminaljuyu (Carpio, 1999). La importancia del abastecimiento
del agua como factor de desarrollo de la ciudad de Kaminaljuyu (Fig. 1), ha sido
resaltada por distintos investigadores, especialmente Arroyo (2017) y su equipo de
trabajo del proyecto arqueológico Kaminaljuyu, apuntando que el lago Miraflores
cumplió un papel vital al proporcionar agua para el consumo humano y para la
irrigación de cultivos alimenticios, mediante la construcción de canales (Barrientos,
1997). Sobre la formación del lago Miraflores, Hatch (2017: 31) indica que este
probablemente se formó como consecuencia de una falla tectónica, “la que produjo
una enorme depresión que acumulaba agua de lluvia y de manantiales debajo de la
superficie”.
6
Figura 1. Mapa de Kaminaljuyu y de la extensión del lago Miraflores en el preclásico (Tomado de Arroyo,
2017: 16).
7
Figura 2. Figurilla de mono araña de Kaminaljuyu (Tomado de Serech, 2017: 74).
De los recursos naturales que fueron explotados por las poblaciones prehispánicas
del valle de Guatemala, sobresalen la obsidiana procedente del sistema de
yacimientos de El Chayal (uno de los más importantes de Mesoamérica), la jadeíta
proveniente de yacimientos situados en el área del Motagua (Fig. 3), siendo estos
los únicos yacimientos de jade descubiertos hasta el momento en Mesoamérica y
que proporcionaron la materia prima para la confección de innumerables objetos
suntuarios de las elites mesoamericanas, y abundantes yacimientos de arcilla para
la elaboración de cerámica (Ibíd.). Arroyo y Méndez (2015) consideran que el control
de bienes de prestigio y exóticos, como el jade, le dio gran poder a Kaminaljuyu.
8
Figura 3. Yacimientos y talleres de jade en el área del río Motagua (Tomado de Filloy, 2015: 33).
9
MARCO HISTÓRICO
10
El abandono de Naranjo en el 400 A. C. parece estar ligado al hecho de su dominio
por parte de Kaminaljuyu (ibíd.). Schávelzon y Rivera (1984) indican que el plano
más antiguo de Kaminaljuyu (Fig. 5) fue elaborado por Alfred Maudslay en 1882, y
que en un plano posterior de 1943 aparecían un total de 228 montículos mientras
que otro plano del año 1983 (con información verificada in situ) contabilizaba
únicamente 60 montículos del sitio arqueológico. En la actualidad la cantidad de
estructuras existentes es aún más reducida, pues según Arroyo y Méndez (2015)
solo quedan 32. El desinterés del Estado de Guatemala ante la destrucción del
Patrimonio Cultural y el enorme crecimiento de la ciudad Capital desde la segunda
mitad del siglo XX han convergido para plasmar este desolador panorama de
destrucción arqueológica.
Figura 5. Plano de Kaminaljuyu elaborado por Alfred Maudslay en 1882 (Tomado de Schávelzon y Rivera,
1984:18).
11
Arroyo (2017) refiere que el primer gran auge de la ciudad prehispánica del altiplano
central guatemalteco, puede fecharse para el 300 y el 200 a. C. en el preclásico
tardío, incrementándose fuertemente la población en el valle y extendiéndose el
asentamiento hasta llegar a tener ocho kilómetros cuadrados (Arroyo y Méndez,
2015). También la construcción del montículo de mayor altura de Kaminaljuyu, se
produce en este periodo (Arroyo, 2017). Dicho montículo, el E-III-3, alcanzó una
altura de más de 20 metros y tuvo una base de 70 x 90 metros, componiéndose de
siete estructuras que incorporaron algunas remodelaciones constructivas, estando
su funcionalidad ligada al aspecto funerario, inferencia motivada por el
descubrimiento de dos tumbas (en la década de los 40) ricamente dotadas con
ofrendas funerarias y que acogieron los restos de dos sendos personajes,
gobernantes de Kaminaljuyu (Estrada, 2017).
Hacia finales del Preclásico Tardío, entre 100 a 200 d. C., las investigaciones sobre
paleaoambiente evidencian una disminución drástica del nivel del Lago Miraflores
(Hatch, 2017; Serech, 2017) como producto de una intensa sequía que abarcó a
varias regiones de Mesoamérica y que incidió gravemente en la producción de
alimentos, especialmente en el área Maya (Arroyo y Méndez, 2015). Rodríguez
(2017) explica que, rituales de terminación en los que se depositaba cantidades
masivas de objetos cerámicos rotos, y artefactos de piedra verde, obsidiana y
figurillas de barro, estuvieron asociados con estos procesos de crisis a fines del
Preclásico Tardío. Arroyo y Méndez (2015) han comentado, basándose en Hatch,
que alrededor del 200 d. C, se genera la intrusión por parte de un grupo de población
foránea (proveniente del Altiplano de Chiapas) que se hace con el control de
Kaminaljuyu, y que es conocido como la Tradición Solano.
12
en Kaminaljuyu, que Carpio (1999) ha criticado en su tesis de maestría, señalando
los contextos restringidos de elite en que se han encontrado estos artefactos e
igualmente indicando la distribución geográfica del talud-tablero en toda
Mesoamérica (viniendo a ser en realidad un rasgo panmesoamericano), existiendo
por lo tanto una interacción a nivel de las elites de ambas urbes mesoamericanas,
de carácter político y económico, sin que haya habido dominio de una sobre la otra.
En el 600 d. C., Arroyo (2017) plantea que los habitantes destruyeron parcialmente
los edificios que mostraban el rasgo arquitectónico del talud-tablero, y finalmente la
urbe fue abandonada hacia el 900 d. C., estableciéndose la población en la parte
alta de los cerros ubicados afuera del valle.
13
Historia de la Universidad de San Carlos.
La Universidad de San Carlos es fundada por Real Cédula del rey Carlos II de
España, promulgada el 31 de Enero de 1676, constituyendo por ello la cuarta
Universidad en ser fundada en la América Española (Sagastume, 2013). Su primer
establecimiento estuvo ubicado en la ciudad de Santiago de los Caballeros (hoy
Antigua Guatemala) iniciándose sus actividades universitarias hasta el 3 de Febrero
de 1681 (ibíd.). Tras los terremotos acaecidos en 1773 en la ciudad de Santiago de
los Caballeros y que provocaron una gigantesca destrucción, la Universidad de San
Carlos se trasladó al valle de la Ermita en el año 1777, en la entidad urbana que se
conoce como la Nueva Guatemala de la Asunción (Fig. 7), hoy la moderna Ciudad
de Guatemala (ibíd.). Las vicisitudes de su historia estarán estrechamente
relacionadas con los procesos económicos y políticos de Guatemala.
Figura 7. La primera sede de la USAC en la Nueva Guatemala de la Asunción (Tomado de Sagastume, 2013:
14).
14
ANTECEDENTES DE INVESTIGACIÓN
Figura 8. Plano de Shook con los sitios cercanos a El Mulato (Tomado de Carpio, 2018: 1).
Por los artefactos del Entierro 5, los investigadores (ibíd.) infieren la existencia de
una elite ligada con el poder local que controlaba el sitio periferico de El Mulato.
16
Figura 9. Planta general de los hallazgos en el montículo USAC (Tomado de Martínez, Cabrera e Ixcot, 1998:
557).
17
Figura 10. Esquema de las relaciones entre Kaminaljuyu y sitios periféricos (Tomado de Martínez y Cabrera
1999: 452).
18
arqueológicos de la Ciudad Universitaria y en la recolección de materiales en
superficie (sobre todo obsidiana y tiestos de cerámica).
Figura 11. Fragmento de navajilla prismática de obsidiana (Tomado de Almira, 2017: 74).
19
macronavajas y navajas prismáticas de obsidiana, una cuenta de piedra verde y
fragmentos de figurillas (Fig. 12).
21
METODOLOGÍA
Entre los días 6 y 28 de Noviembre del año 2018, se realizó la práctica de campo
bajo la coordinación del Doctor Edgar Humberto Carpio, enmarcada en el Programa
de Prácticas en la Ciudad Universitaria. En estas tres semanas, se desenvolvieron
diversas actividades desde recorridos y reconocimiento superficial de áreas de la
USAC (en las que ya se había realizado y otras que no se habían reconocido),
observación de materiales arqueológicos recolectados en anteriores temporadas
(así como registro fotográfico de algunos ellos, y mediciones de masa de algunos
artefactos distintivos en buen estado de conservación), hasta visitas a otros sitios
arqueológicos de interés (Cerritos del Cementerio General, montículos aislados de
Kaminaljuyu, Naranjo, la pintura mural del Diablo Rojo y Mejicanos en Amatitlán), lo
último con el propósito de tener información sobre su situación actual y de conocer
sobre su rol en el pasado prehispánico. Entre las áreas que se recorrieron y
reconocieron, se halla el Bosque de las Ardillas.
22
Figura 13. Parte de los instrumentos del laboratorio móvil (Fotografía por Isaac Martínez).
Figura 14. Los compañeros practicantes, Elmer (izquierda) y Camilo (derecha) en las mesitas del CEDA
(Fotografía por Isaac Martínez).
23
DESARROLLO DE LA PRÁCTICA
Figura 15. Navaja prismática de obsidiana en la plaza hundida de El Mulato (Fotografía por Isaac Martínez).
24
El día 8 de Noviembre, se dio una reunión con el arqueólogo Christopher Martínez
en las inmediaciones del montículo USAC del CEDA de agronomía, en la que este
explico sobre el uso del dron (Fig. 16) en la disciplina arqueológica (utilizándose
básicamente en fotogrametría), los componentes del aparato (aeronavegador,
sensor de retroceso, batería, cuatro hélices, cámara) la capacidad de
almacenamiento de la memoria, los programas de computadora para controlarlo. La
capacidad de altura de vuelo del dron llegaba hasta los 680 metros, la batería da
media hora de vuelo. Otra características de los drones, es que tienen autonomía,
pudiendo regresar al lugar de donde se elevaron, y que graban información en tres
partes distintas.
Figura 16. Dron del arqueólogo Christopher Martínez (Fotografía por Isaac Martínez).
25
También se reconoció brevemente el área cercana al montículo del CEDA, y se
observó un fragmento de mano de moler (Fig. 17) del cual se tomó registro
fotográfico.
Figura 17. Fragmento de mano de moler, que fue localizado en las inmediaciones del montículo USAC
(Fotografía por Isaac Martínez).
26
mala visibilidad de la superficie, por lo que se observaron bajísimas cantidades de
materiales arqueológicos consistentes en tiestos de cerámica y obsidiana.
Figura 18. Vegetación del Bosque de las Ardillas (Fotografía por Isaac Martínez).
El recorrido en el Bosque de las Ardillas, condujo hasta la zona donde este termina
abruptamente en un barranco (Fig. 19), en cuyo nivel de suelo discurre el río Las
Vacas convertido en un auténtico río de aguas negras por los desechos que se
vierten diariamente en él, producto de la mala planificación urbana y de la extensión
desmedida de la ciudad de Guatemala. Un frondoso árbol (Fig. 20) con largas ramas
y raíces, se ubicaba en la escarpada topografía entre el Bosque de las Ardillas y el
barranco.
27
Figura 19. Barranco al final del Bosque de las Ardillas (Fotografía por Isaac Martínez).
Figura 20. Árbol frondoso al límite del Bosque de las Ardillas (Fotografía Isaac Martínez).
28
El día 13 de Noviembre, se reconoció extensivamente el área del CEDA,
localizándose tiestos de cerámica y fragmentos de navajas prismáticas de obsidiana
(Fig. 21) en un lugar emplazado a corta distancia del barranco (que parte en dos los
terrenos del CEDA) y alejada del montículo USAC.
Figura 21. Tiestos de cerámica y fragmentos de navajas prismáticas de obsidiana en área aledaña a un
barranco (Fotografía por Isaac Martínez).
El reconocimiento se extendió hasta alcanzar los límites de los terrenos del CEDA:
al este un muro separa varias colonias residenciales de este último, al sur el muro
de un cementerio y una alambrada marcan el lindero, y al oeste una cerca de
alambre constituye la línea divisoria entre el CEDA y las granjas de la facultad de
veterinaria y zootecnia. La abundante vegetación en varios sectores del CEDA
29
dificultó la tarea de localizar áreas de concentración de materiales arqueológicos en
superficie, aparte del área ya señalada. Un dato importante, es que los vestigios de
la era industrial reportados en temporadas previas, se hallaban reducidos a una
mínima cantidad de objetos, entre ellos los restos de un antiguo automóvil (Fig. 22).
Figura 22. Restos de antiguo automóvil en el CEDA (Fotografía por Isaac Martínez).
30
Figura 23. Núcleo de obsidiana (Fotografía por Isaac Martínez).
31
El día 14 de Noviembre, el reconocimiento se concentró en el Polideportivo de la
USAC, en el Estadio Revolución, en el EFPEM (Escuela de Formación de
Profesores de Enseñanza Media de la USAC) y en el Instituto Dr. Carlos Martínez
Durán. En el Polideportivo se encontró exigua evidencia arqueológica conformada
por pocos fragmentos de obsidiana. En el lado este del Estadio Revolución (Fig. 24),
se ubicaron más materiales arqueológicos que en el Polideportivo.
Figura 24. Lado este del Estadio Revolución al fondo (Fotografía por Isaac Martínez).
32
Figura 25. Tiestos de cerámica y fragmento de obsidiana, que se situaban al límite sur del Instituto Dr. Carlos
Martínez Durán (Fotografía por Isaac Martínez).
33
Los resultados del reconocimiento en la USAC, se sintetizan en la distribución de
áreas de concentración de materiales arqueológicos que se expone en el plano (Fig.
26) que se presenta a continuación y en sus derivados (Figs. 27 y 28).
Figura 26. Plano de la USAC con la distribución aproximada de las áreas de concentración de materiales
arqueológicos (en pequeños círculos y señalizadas con línea negra) producto del reconocimiento (Plano
elaborado por el Departamento de Servicios e Infraestructura de la USAC, modificado por Isaac Martínez).
34
Figura 27. Vista agrandada del sector sur del Plano de la USAC.
Figura 28. Vista agrandada del sector norte del Plano de la USAC.
35
Laboratorio Móvil.
Figura 29. Artefactos 1 (izquierda) y 2 (derecha) en mini balanza digital (Fotografía por Isaac Martínez).
36
El terreno sembrado con lechuga (Fig. 30) presenta una alta densidad de materiales
arqueológicos en superficie (tiestos de cerámica y obsidiana).
Figura 30. Terreno sembrado con lechuga con alta densidad de materiales arqueológicos (Fotografía por Isaac
Martínez).
37
El artefacto 3 es una mano de moler de piedra basáltica con forma rectangular (Fig.
31), encontrada hacia el oeste de los invernaderos del CEDA, que posee 12
centímetros de largo, 9 de ancho y un grosor de 4 centímetros. Su masa no se
determinó por los límites de capacidad de la mini balanza. Se halla gastada por el
uso (la molienda de granos), y deteriorada probablemente por un fuerte golpe. La
elaboración de este instrumento, expresa el aprovechamiento de la materia prima
local por las poblaciones prehispánicas del valle de Guatemala.
Figura 31. Mano de moler de piedra báltica con forma rectangular in situ (Fotografía por Isaac Martínez).
38
El artefacto 4 es una navaja irregular o tipo cuchillo de obsidiana (Fig. 32), que se
situó a 1.9 metros de distancia de la mano de moler. Tiene una masa de 22.9 gramos
y una longitud de 8.7 centímetros y 3.6 centímetros de ancho.
Figura 32. Navaja irregular de obsidiana in situ (Fotografía por Isaac Martínez).
39
En el área de cultivo llamada como grupo 10 (Fig. 33) de las granjas de Veterinaria
y Zootecnia, se localizaron los artefactos 5, 6, 7, 8 y 9 (Fig. 34), todos ellos de
obsidiana, junto con varios tiestos de cerámica.
Figura 33. Área de Cultivo conocida como Grupo 10 de las granjas de Veterinaria y Zootecnia, donde se
encontraron los artefactos 5, 6, 7, 8 y 9 junto con tiestos de cerámica (Fotografía por Isaac Martínez).
40
Figura 34. Artefactos de obsidiana 5, 6, 7, 8 y 9 (Fotografía por Isaac Martínez).
41
Registro fotográfico de artefactos en el laboratorio de materiales.
Figura 35. Cuenta de jade y lasca tipo raspador de obsidiana (Fotografía por Isaac Martínez).
42
Otros artefactos de esta tercera temporada, que sobresalían por sus rasgos, fueron
una hachita de piedra verde de forma rectangular y una navaja prismática de
obsidiana (Fig. 36), y una macronavaja de esta misma roca (Fig. 37), descubiertas
en la plaza hundida octogonal de El Mulato.
Figura. 36. Hachita de piedra verde y navaja prismática de obsidiana (Fotografía por Isaac Martínez).
43
Figura 37. Macronavaja de obsidiana (Fotografía por Isaac Martínez).
Figura 38. Lascas (izquierda) y navajas irregulares (derecha) de obsidiana (Fotografía por Isaac Martínez).
44
Un segmento de mano de moler de basalto (Figura 39), hallado en El Mulato, fue la
última pieza fotografiada.
Figura 39. Segmento de mano de moler de basalto (Fotografía por Isaac Martínez).
45
Visita y breve recorrido de otros sitios arqueológicos del Valle de Guatemala.
Los días 26, 27 y 28 estuvieron reservados para la visita y sucinto recorrido de varios
sitios arqueológicos del valle de Guatemala: Cerritos del Cementerio General,
Naranjo, montículos aislados de Kaminaljuyu, la pintura mural del Diablo Rojo y
Mejicanos. Cerritos del Cementerio General, es un sitio periférico de Kaminaljuyu,
constituido por diversos montículos que exhiben altas densidades de materiales
arqueológicos en superficie (Fig. 40) y graves modificaciones ligadas a la
construcción de tumbas sobre los mismos.
Figura 40. Tiestos de cerámica en superficie sobre uno de los montículos de Cerritos del Cementerio General
(Fotografía por Isaac Martínez).
46
Figura 41. Mano de moler recolectada (Fotografía por Isaac Martínez).
Figura 42. Mano de moler en corte de montículo (Fotografía por Isaac Martínez).
47
Figura 43. Segmento de metate de piedra sobre uno de los montículos (Fotografía por Isaac Martínez).
Las modificaciones que ya han padecido los montículos podrían dar paso a su
destrucción total sino se toman las medidas pertinentes en el futuro, para la
protección de Cerritos del Cementerio General. Una investigación arqueológica con
excavaciones estratigráficas en cada uno de los montículos, aún hace falta por ser
realizada para comprender la funcionalidad de los mismos y aspectos básicos de la
vida cotidiana de quienes fueron sus constructores.
Figura 44. Columnas basálticas naturales de Naranjo (Fotografía por Isaac Martínez).
49
problemas de deterioro si se le compara con una imagen de hace varias décadas
(Fig. 47).
Figura 45. Vista 1 del montículo El Chay (Fotografía por Isaac Martínez).
Figura 46. Vista 2 del montículo El Chay (Fotografía por Isaac Martínez).
50
Figura 47. Estado actual de un mascarón de El Chay (Fotografía por Isaac Martínez).
Figura 48. Mascarón de El Chay en la década de los 80 (Tomado de Schávelzon y Rivera, 1984: 49).
51
El día 28 de Noviembre, se visitaron la pintura mural del Diablo Rojo y el sitio
arqueológico Mejicanos en Amatitlán (Figs. 49 y 50).
Figura 49. La Acrópolis del sitio arqueológico Mejicanos (Fotografía por Isaac Martínez).
52
Figura 50. Petrograbado “Hombre del Monte Sión” en Mejicanos (Fotografía por Isaac Martínez).
53
CONCLUSIONES
54
La fuente de todos los artefactos de obsidiana de los que se tomaron datos
arqueométricos durante el laboratorio móvil, es el Chayal. Esta elaboración de
instrumentos de obsidiana, pudo corresponder a una producción desarrollada por
las unidades domésticas. Cabe preguntarse si el abastecimiento de la materia
prima, la obsidiana, se hallaba bajo las manos de la elite, controlando de esta forma
la redistribución y teniendo por ello un papel fundamental en los procesos
económicos, que sería una de las bases del ejercicio del poder sobre los
productores directos.
55
BIBLIOGRAFIA
Almira Livni.
Arroyo, Bárbara.
56
Barrientos, Tomás.
Estrada, Javier.
57
Martínez Hidalgo, Gustavo Adolfo y Tania Cabrera.