El Pecado Social
El Pecado Social
Anotaciones bíblico-teológicas
desde Latinoamérica1.
Quaestiones Disputatae Tunja - Colombia N° 14 pp. 187 - 201 Enero - Junio 2014
Quaestiones Disputatae Tunja - Colombia N° 14 pp. 187 - 201 January - June 2014
Abstract: This article presents the topic of so- nent and from Europe. With these elements, the
cial sin, a concept which evokes the socio-poli- article aims to raise the levels of understanding
tical structures of sin that threaten the dignity of of a continental reality marked by the injustice,
the human person. In order to define it, resour- poverty, profit and the systematic violation of hu-
ce shall first be made to the Social Doctrine of man rights, situations which for the faith in Jesus
the Church. Later, the Sacred Scripture shall be Christ and his followers are anti-evangelical and
examined, especially the prophetic thinking fs the go against the plan of God.
message of Jesus of Nazareth. Finally, and to view
its place within Latin American theology, the ar- Key words:
ticle will look at the magisterial documents of the Social sin, Latin American theology, situations of
Latin American and Caribbean Episcopate, and injustice, Social Doctrine of the Church.
at the approaches of theologians from the conti-
Résumé: Cet article présent le sujet du péché social, continent et d’Europe. Avec ces derniers éléments
concept qui évoque les structures socio politiques du on préconisera les catégories de compréhension face
péché qui menace la dignité de la personne humaine. à une réalité du continent marquée par l’injustice, la
Pour arriver à cette définition, on fait appel dans pauvreté, le but lucratif et la violation systématique
un premier moment aux approches de la Doctrine des droits de l’homme, situations que pour la foi
Sociale de l’église. Après, on recherchera dans la de Jesus et les croyants sont anti évangéliques et
bible notamment dans la pensée prophétique comme contraires au plan de Dieu.
le message de Jesus de Nazareth. Finalement, on
visera son lieu dans la théologie latino américaine, on Mots clefs: Péché social, Théologie, latino
fera appel aux documents magistériels de l’Épiscopat américaine, situations d’injustice, Doctrine Sociale
Latino américain et les approches des théologiens du de l’Église.
a traer es una salvación privada” (Mondin, 1974, enunciado teológico basal de la teología políti-
p.98). ca, a saber, “preservar la memoria peligrosa del
Dios mesiánico, del Dios de la resurrección de los
A su vez, y en palabras de Johann Baptist Metz, muertos y del juicio” (Metz, 1989, p. 290). Esta
fundador de la nueva teología política: “la teolo- ‘memoria peligrosa’ coloca al centro de la re-
gía política no es simplemente una teoría sobre la flexión teológico-política “el sufrimiento de las
aplicación ulterior del mensaje cristiano, sino una víctimas del pasado, para atender sus padecimien-
teoría sobre la verdad de ese mensaje en su doble tos y aceptar el desafío de los muertos” (Ruz, Ro-
vertiente crítica y práctica para nuestro tiempo” solino & Schickendantz, 2009, p. 413).
(Metz, 1979, p. 101). Tanto crítica como práctica, El pecado social lleva en sí la marca del sufri-
vividas como seguimiento comunitario del Dios miento de las víctimas y de sus padecimientos que
mesiánico y de memoria peligrosa, constituyen son reflejo del Dios mesiánico crucificado. Metz
elementos fundantes de esta reflexión teológica. sostiene que frente a la situación de sufrimiento y
de una historia de vencidos, el mensaje cristiano
Teniendo esta breve precisión de lo que es la teo- de redención se articula ante este escenario como
logía política y cuáles son sus pretensiones, quere- mensaje liberador y dador de sentido. Esta histo-
mos presentar a tres teólogos que se han apropiado ria de salvación es la concretización de la “liber-
de esta reflexión y que la han tratado sistemática- tad nacida de la liberación redentora de Dios en la
mente. Ellos son Johann Baptist Metz, fundador cruz de Jesús” (Metz, 1979, p.141).
de la nueva teología política, Gustavo Gutiérrez,
fundador de la teología de la liberación latinoa- En medio de la realidad marcada por el pecado,
mericana e Ignacio Ellacuría, Jesuita de El Salva- tanto personal como social, se asume que la polí-
dor asesinado en 1989. Junto con ello, queremos tica tiene una necesaria vinculación con la moral.
indagar cuáles son sus postulados en relación a Así, sostiene Metz (1979) que dicha relación “exi-
nuestro tema, el pecado social. ge la movilización de las fuerzas espirituales y
morales mediante una radical democratización de
2.1 Johann Baptist Metz la infraestructura de la sociedad estableciendo la
libertad y la responsabilidad desde abajo” (p. 114).
El teólogo católico alemán Johann Baptist Metz El lugar desde el cual el cristiano se compromete a
asume como la teología política como teología fun- seguir a Jesús es la crítica de las estructuras de su-
damental. Al tener el estatuto de ser fundamento frimiento y la transformación de dichas situacio-
de la fe cristiana, Metz parte necesariamente de la nes a la luz de la redención obrada por Jesucristo
Revelación de Dios y la fe en el hombre, entendida al vencer la muerte con su Resurrección.
como respuesta a dicha manifestación divina. Así
sostiene en relación a la respuesta creyente: “La fe Esta historia del sufrimiento del mundo no que-
de los cristianos es una praxis dentro de la historia da sujeta a la muerte de la cruz sino que asume
y de la sociedad que se concibe como esperanza la esperanza en la memoria resurrectionis. Para
solidaria con el Dios de Jesús en cuanto Dios de Metz la resurrección de Jesucristo posee en sí una
vivos y muertos que llama a todos a ser sujetos en connotación política, esto porque “insiste en la
su presencia” (Metz, 1979, p. 91). La praxis para memoria del sufrimiento acumulado en la historia
Metz tiene a su vez que ver con el seguimiento de y desde allí determina nuestras acciones y espe-
Jesús, el cual se funda en la lucha histórica por ranza” (Ruz, Rosolino & Schickendantz, 2009, p.
el hombre de manera de comprometerse para que 413). Los que han sufrido las consecuencias del
todos lleguen a vivir una solidaridad de carácter pecado social y gracias a la resurrección vuelven
universal. a tener voz y tienen una palabra que decir. La jus-
ticia se asume entonces como la respuesta de la
La reflexión de Metz se articula en el concepto revelación y de la gracia frente a la situación del
fundamental de memoria expresado en dos mo- pecado.
mentos: la memoria pasionis y la memoria re-
surrectionis. Dichos conceptos fundamentan el
dera que el profetismo y la utopía constituyen los que ha de ser discernida por la comunidad eclesial
lugares teológicos por excelencia para combatir en clave de fe y de praxis (Cf. Gaudium et Spes
las estructuras de injusticia social y política (pe- 4.11).
cado social). El jesuita entiende la profecía como
“pasado, presente y futuro, aunque es sobre todo A nivel de la Iglesia latinoamericana el aconteci-
presente de cara al futuro, es futuro de cara al miento más importante de estos años es la reu-
presente” (Ellacuría, 1989, p. 142). Por su parte, nión del episcopado latinoamericano en Medellín
utopía “es historia y metahistoria, aunque es so- (Colombia) en 1968, y cuyo objetivo fue aplicar el
bre todo metahistoria, nacida sin embargo de la Vaticano II en América Latina. A grandes rasgos
historia y remitente inexorablemente a ella” (Ella- Medellín tiene una clara opción profética por los
curía, 1989, p. 142). Si la Iglesia quiere compro- pobres, evidenciando la situación de injusticia en
meterse de manera consecuente y concreta con los América Latina y el atropello sistemático de sus
últimos, con aquellos que experimentan la muerte derechos. Es un continente azotado por la pobre-
prematura a causa de las estructuras de pecado za, la guerrilla revolucionaria y el predominio del
social, deberá realizar la “contrastación crítica del capital financiero mundial en las naciones. Razón
anuncio de la plenitud del Reino de Dios con una por la cual, el episcopado latinoamericano se reú-
situación histórica determinada (…) a su vez, el ne en Medellín y concluye en la necesidad de que
futuro anunciado y esperado, como superación la Iglesia católica dé una respuesta profética y li-
del presente, ayuda a ir superando esos límites y beradora a esta injusticia histórica.
esos males” (Ellacuría, 1989, p. 144). Los límites
y males del presente constituyen el núcleo del pe- En esta Conferencia Episcopal resaltan claramen-
cado social, frente al cual se anuncia la plenitud te la opción fundamental por los pobres y el forta-
del Reino, es decir, la superación de la injusticia y lecimiento de las comunidades cristianas de base.
la instauración de la justicia definitiva. Crítica y Frente a dicha situación, los Obispos reunidos en
praxis constituyen así los momentos interconecta- Medellín sostendrán: “El Episcopado Latinoame-
dos por medio de los cuales la experiencia creyen- ricano no puede quedar indiferente ante las tre-
te reconoce la presencia de pecado en la situación mendas injusticias sociales existentes en América
actual del mundo. Latina, que mantienen a la mayoría de nuestros
pueblos en una dolorosa pobreza cercana en mu-
Este diálogo entre teología y política fundamen- chísimos casos a la inhumana miseria” (Mede-
tará la reflexión magisterial de Latinoamérica, la llín, Pobreza de la Iglesia n°1). Esta situación que
cual asume la necesidad de ubicarse como espa- Medellín evidencia y que sus pastores no dudan
cio de liberación auténtica de aquellas estructuras en calificar como “injusticia institucionalizada”
opresoras. Veamos pues cuáles son las directrices brota de los más hondo de las raíces humanas y
basales del magisterio latinoamericano. termina esclavizando y atomizando el sin sentido
de las relaciones personales. En este sentido, Me-
3. El pecado social desde la Teología Lati- dellín no duda en denunciar la distorsión crecien-
noamericana te del comercio internacional, la fuga de capitales
económicos y humanos, la evasión de impuestos y
La reflexión bíblica, magisterial y pastoral es sis- fuga de ganancias, el endeudamiento progresivo
tematizada de una manera novedosa a partir del y el imperialismo internacional del dinero. Es por
acontecimiento más importante de la década del ello que el episcopado latinoamericano hace un
60 que es el Concilio Vaticano II (1962-1965), ini- urgente llamado por la paz:
ciado por Juan XIII y clausurado de manera so-
lemne por Pablo VI. El Concilio fue un momento La paz es, ante todo, obra de justicia. Supone
eclesial fundamentalmente dialogante con una y exige la instauración de un orden justo, en
cultura moderna que exigía de la Iglesia una pa- el que los hombres puedan realizarse como
labra. El Vaticano II quiso leer los ‘signos de los hombres, en donde su dignidad sea respe-
tiempos’, es decir, aquellos acontecimientos his- tada, sus legítimas aspiraciones satisfechas,
tóricos que por su densidad podían comprenderse su acceso a la verdad reconocido, su liber-
como signos de la presencia de Dios, presencia tad personal garantizada. Un orden en que
que crean, mantienen y apoyan estas situaciones giada” del seguimiento a Cristo, donde el servicio
de pecado o permanecen indiferentes frente a al hermano promueve integralmente la evange-
ellas” (Böhm & Cid, 1993, p.52). El cristianismo lización. El documento “opción preferencial” lo
afirma que las condiciones de opresión y de injus- dice claramente:
ticia no se deben exclusivamente al orden social
imperante. Cree firmemente que : El compromiso con los pobres y los oprimidos y
el surgimiento de las Comunidades de Base han
La opresión y la injusticia no se limitan a ayudado a la Iglesia a descubrir el potencial evan-
una situación histórica determinada, sus gelizador de los pobres, en cuanto la interpelan
causas son más profundas y no podrán ser constantemente, llamándola a la conversión y por
eliminadas verdaderamente si no se va a las cuanto muchos de ellos realizan en su vida los va-
raíces mismas de la situación: el pe- lores evangélicos de solidaridad, servicio, senci-
cado, que es el quiebre de la fraternidad en- llez y disponibilidad para acoger el don de Dios
tre los hombres y de la comunión de éstos (Puebla, 1147).
con Dios. (Segundo, citado en Silva, 1988).
La Iglesia Latinoamericana utiliza conceptos re-
Es por ello que la Conferencia Episcopal de Puebla feridos a la realidad del Pueblo de Dios que es
incentiva la dimensión trascendente del ser huma- oprimido y que aguarda el don del Dios que libe-
no, robusteciendo el sentido moral de la persona ra de las injusticias sociales y personales. Dicha
y generando una concepción dialógica de relacio- liberación se construye en aquellos valores que
nalidad que abre espacios de cooperación y soli- constituyen el fundamento del mensaje cristiano
daridad. Por otro parte, Puebla reconoce también contenido en el Evangelio. Ahora bien, ¿de dónde
la condición de miseria y explotación que sufre el extrae estos planteamientos la comunidad creyen-
pueblo latinoamericano donde la marginación, la te? Veamos ahora el fundamento bíblico de la rea-
cesantía y el sistemático atropello de la dignidad lidad del pecado social y de la liberación provoca-
humana hacen latente el pecado social y el clamor da por Jesucristo, a saber, el Reino y su Evangelio.
de los pobres que piden su liberación. Es por esto
que el episcopado latinoamericano, congregado
en Puebla, pide estar atentos y anima a los feligre- 4. El pecado social desde la reflexión
ses a comportarse como cristianos consecuentes bíblica
con el mensaje de Cristo en una auténtica espiri-
tualidad cristiana según el espíritu y el criterio de 4.1 Antiguo Testamento
Jesús. El mensaje del Reino y el acontecimiento
salvífico “es un mensaje que libera porque salva Lo primero que debemos entender es que en la re-
de la esclavitud del pecado, raíz y fuente de toda flexión bíblica no figura un concepto o una de-
opresión, injusticia y discriminación” (Puebla, finición de pecado social. Lo que pretendemos
517). hacer en este apartado es comprender cómo desde
algunos textos escogidos se evidencia la actitud
Se observa además, en Puebla, que el aconteci- tanto de Dios como la del mismo pueblo ante la
miento salvífico de Dios se hace visible en los situación de pecado social. Los textos que hemos
pobres, los marginados y los oprimidos de Lati- escogido para ilustrar la comprensión israelita
noamérica. La gracia de Jesús es liberadora por que se tiene de la responsabilidad social con el
cuanto escucha y se identifica con el pobre, con prójimo, son las prescripciones sociales del Éxo-
el campesino y el obrero que esperan una libera- do nacidas de la experiencia del Dios que libera
ción y una transformación radical en orden a una y hace justicia a los pobres, representados tanto
sociedad más justa e igualitaria. Transformar el el pueblo esclavo en Egipto como en personajes
corazón de los hombres y acoger el evangelio im- concretos como la viuda, el huérfano o el extran-
plica por sobre todas las cosas construir una so- jero. También asumiremos la literatura profética
ciedad más humanas y más fraterna. Se dirá que específicamente de Isaías que gusta proclamar la
la justicia hacia los pobres es “la medida privile- responsabilidad que hay especialmente con el po-
enemigos y perseguidores; Haz que alumbre a tu Las palabras de Isaías y que son apropiadas por
siervo tu semblante” (Sal 30, 15-17). Jesús marcan la pauta de lo que sería su ministe-
rio público. Sólo el Mesías podía proclamarlas y
Frente a esta situación de pecado evidenciamos por eso más adelante, los oyentes se cuestionan
que Dios se posiciona de parte de los marginados intrigados. Con Jesucristo, se cumple el designio
a los cuales hará justicia. Dicha acción salvífica se del Padre anunciado por los profetas. Es el acon-
hará plenamente concreta en la persona de Jesús, tecimiento decisivo en la Historia de la Salvación,
quien anuncia el Reino y que como profeta denun- el gran Kairós o acontecimiento salvador. Pero es
cia el pecado social. un acontecimiento que va dirigido a los pobres, a
los cautivos, a los ciegos. En otras palabras, Jesús
4.2 Nuevo Testamento se avocará en su misión a los pobres materiales. El
Dios de los padres, se hace cercano, baja a estar
Ya en la teología del Nuevo Testamento, lo pri- con su pueblo. Como en el Éxodo, Dios escucha el
mero que evidenciamos es que la actitud de Jesús clamor de los israelitas y ve la opresión con la que
ante lo que representa la injusticia estructural es son afligidos (Cf. Ex 3,9), y envía a su único Hijo,
la de una clara denuncia a los grupos de poder que como el nuevo Moisés. Nuevo Moisés que será se-
marginan a los pobres. La persona y mensaje de mejante al primero, y que dirá todo lo que Yahvé
Jesús de Nazaret trae paradigmas fundamentales manda (Cf. Dt 18,18). Los tiempos mesiánicos, el
y a la vez escandalosos. Viene a romper todas las tiempo de los pobres ha comenzado. Aquellos que
estructuras sociales, religiosas y políticas. Su ac- habían sido apartados del sistema legalista judío,
ción evangelizadora no se centra sólo en los círcu- vuelven a poseer su dignidad coartada por los
los piadosos de Israel. Por el contrario, se dirige a grupos de poder.
los que habían sido excluidos de la justicia y por
lo tanto de la salvación. Son los “am-ha-arez”, el Durante el ministerio público, vemos a Jesús acu-
pueblo simple que no conoce la Ley (Blank, 1973). sando a los grupos dominadores. En esto, hay un
Jesús va acogiendo a todos aquellos que por cau- texto central el cual es propuesto por Mateo. En
sa del sistema religioso, político e ideológico eran este pasaje se ve la crítica a los fariseos, los cuales
considerados pecadores, y que de igual manera son calificados de hipócritas. Jesús sostiene que
critica duramente a aquellos que se auto declara- estos “atan cargas pesadas y las echan a las espal-
ban justos. das de la gente, pero ellos ni con el dedo quieren
moverlas (…) ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos
Se analiza en un primer momento el comienzo hipócritas, que pagáis el diezmo de la menta, del
del ministerio público de Jesús en Nazaret. Es la aneto y del comino, y descuidáis lo más importan-
inauguración de los tiempos mesiánicos y de la te de la Ley: la justicia, la misericordia y la fe!”
interrupción del kairós, del tiempo salvador. Esto (Mt 23, 4.23) El pecado de los grupos de poder
se lee desde el siguiente texto del Evangelio de ha sido marginar a los más pobres del sistema le-
Lucas: galista por ellos impuestos. La ideología farisaica
procuraba crear una dialéctica de la exclusión de
“El Espíritu del Señor sobre mí, porque me todos aquellos considerados impuros por normas
ha ungido para anunciar a los pobres la cultuales o sociales. A esta categoría de personas
Buena Nueva, me ha enviado a proclamar ellos atan las cargas pesadas.
la liberación a los cautivos y la vista a los
ciegos, para dar libertad a los oprimidos y Jesús vendrá a establecer un nuevo tipo de estruc-
proclamar un año de gracia del Señor. En- turas, la cual se basa en predicar la predilección
rolló el volumen, lo devolvió al ministro y se de Dios por estos grupos marginados, en los cua-
sentó. En la sinagoga todos los ojos estaban les se esconde el mismo Hijo del hombre, como
fijos en él. Comenzó pues a decirles: Esta figura escatológica. Esto último lo vemos en el
escritura que acabáis de oír se ha cumplido discurso escatológico de Mateo 25. El relato que
hoy” (Lc 4, 16-21) nos interesa comentar es el siguiente:
“Entonces dirá también a los de su izquier- Son en estos lugares en donde los pobres se ubican.
da: Apartaos de mí, malditos, al fuego eter- Los hambrientos, los sedientos, los forasteros, los
no preparado para el Diablo y sus ángeles. desnudos y encarcelados del relato mateano están
Porque tuve hambre y no me distéis de co- presentes en estos sitios. Jesús mismo optó por
mer; tuve sed y no me distéis de beber; era moverse en estos lugares de discontinuidad, anun-
forastero y no me acogisteis; estaba desnudo ciando el Evangelio de liberación para estos per-
y no me vestisteis; enfermo y en la cárcel, sonajes que son ocultados por la sociedad, trans-
y no me visitasteis. Entonces dirán también formándose en víctimas del pecado social.
estos: Señor ¿cuándo te vimos hambriento o
sediento o forastero o desnudo o enfermo o Jesús toma rostros diferentes y desde ellos nos va
en la cárcel y no te asistimos? Y él enton- interpelando. Cuando el hombre oprime al propio
ces les responderá: En verdad os digo que hombre, se condena a estos a permanecer como
cuanto dejasteis de hacer con uno de estos hambrientos, sedientos, forasteros, enfermos
más pequeños también conmigo dejasteis de o encarcelados. No es que Dios prefiera a estos
hacerlo: E irán éstos a un castigo eterno, y hombres porque son más justos, sino que él opta
los justos a una vida eterna” (Mt 25, 41-46) por ocultarse en esto rostros, ya que desde ellos
actúa de manera más íntegra. Así como Cristo se
Aquí lo fundamental es la identificación de Jesús hizo pobre para enriquecernos con su pobreza, así
con los pobres, los cuales toman rostros distintos, en estos hombres y mujeres la evangelización y la
a saber, sedientos, hambrientos, enfermos, encar- praxis se logra de manera preferente.
celados, desnudos. Son netamente los pobres ma-
teriales, que necesitan lo básico para sobrevivir. Un último texto que queremos rescatar, y que
En virtud de esta identificación, Jesús sostiene está en la línea del reconocimiento o del rechazo
que la acción concreta que no ha sido hecha a los del mismo, está contenido en la primera carta de
más pequeños, a Él mismo no se la hicieron. Ve- Juan, en la cual se dice que
mos que la comunidad se conforma especialmente
de pobres, y es a ellos a quienes se debe asistir, ya “si alguno dice: amo a Dios y aborrece a
que son las víctimas de las estructuras de pecado su hermano, es un mentiroso; pues quien
generalizado por el todo social sujeto a las ideolo- no ama a su hermano, a quien ve, no puede
gías del egoísmo y de la opresión. amar a Dios a quien no ve. Y hemos recibido
de él este mandamiento: quien ama a Dios,
Este texto nos presenta una ‘cristología desde los ame también a su hermano” (1 Jn 4, 20-21)
ocultados’, la cual está ubicada desde el lugar de
los pobres que están ocultos a los ojos del mundo. La imagen que el escrito joánico nos demarca la
Es interesante en esto la comprensión que Michael acción que debemos emprender como comunidad
Foucault tiene de aquellos que son invisibilizados creyente, esto es amar a Dios y amar al herma-
por la sociedad. Para Foucault no. Aquí se resume lo que hemos venido viendo
desde el Antiguo Testamento, en donde Dios dicta
“existen lugares construidos por la sociedad como mandamiento el amor al prójimo junto con
como otros lugares. Son lugares diferentes el amor que debemos profesar hacia Él. Junto con
de lo que la sociedad considera normal: ce- ello, el sentido del ‘mentiroso’ o del ‘hipócrita’ o
menterios, cárceles, burdeles, hospitales, de aquellos que ‘serán condenados al castigo eter-
etc. La sociedad pretende que estos lugares no’, está radicado en no establecer una praxis para
no existen, los oculta, y sin embargo los ne- con estas masas sufrientes, víctimas del pecado
cesita. También en la teología existen «otros social y condenados a una muerte prematura que
lugares». Son lugares que según la teología violenta su dignidad.
oficial no existen, que al menos no pueden
contribuir nada original al desarrollo teo-
lógico. Son, en cuanto a su valor teológico,
lugares ocultos” (ASETT, 2007, p.222)
Conclusiones
A lo largo del presente texto hemos podido comprender cómo en la sociedad presente, se evidencian es-
tructuras de pecado generalizadas, las cuales y siguiendo la línea teológica de las Conferencias Episco-
pales Latinoamericanas, son contrarias al querer de Dios y de su plan de salvación. Así mismo, y desde
la reflexión teológica de Metz, Gutiérrez y Ellacuría, hemos podido comprender que lo político tiene una
palabra en la reflexión eclesial sobre la revelación del Dios cristiano. La política, como dimensión cons-
titutiva del hombre, tiene que asumirse también como mediación necesaria al momento de dialogar con
la fe que busca comprender y actuar proféticamente en pos de las masas pobres que están inmersas en las
estructuras de pecado por medio de la crítica y de la praxis.
En nuestras sociedades evidenciamos la presencia de situaciones de pecado tanto personal como social
las cuales las hemos querido leer y comprender a la luz de las Sagrada Escrituras. En la Palabra de Dios
se nos muestra inequívocamente cuál es la opción que Dios establece para con el mundo, esto es, salvarlo
y liberarlo de todas las alienaciones que le oprimen. Mediante estos parámetros, las comunidades cristia-
nas de base y los organismos políticos y sociales, deberían ejercer su poder de manera de construir una
sociedad más humana y fraterna en la cual la palabra inclusión y respeto por los derechos se comprenda
como urgente y necesaria frente a un sistema económico desencarnado como el actual.
Transformar el corazón del hombre y de la sociedad desde la palabra de Jesucristo, provoca una apertura
certera al don de la gracia, la cual es la que vence todo tipo de pecado y privación de las libertades o de
los derechos. Tener una clara conciencia de historia y en ella experimentar la praxis de la actitud profé-
tica, nos irá conduciendo a la meta que es la plenitud de Dios en todas las cosas, y con la cual podremos
experimentar lo que el Apocalipsis dice: “Mira, que hago nuevas todas las cosas” (Ap 21,5).
Referencias
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Ruiz de la Peña, J. (1980). La otra dimensión, escatología cristiana. España: Sal Terrae.
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Silva Soler, J. (1989). El significado eclesiológico de la solidaridad de la Iglesia con los pobres. Concep-
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Infografía
Asociación ecuménica de Teólogos del Tercer mundo. (2007). “Bajar de la cruz a los pobres, Cristología de
la Liberación, Recuperado el 01 de Marzo de 2014 en http://www.servicioskoinonia.org/LibrosDigitales/
LDK/ASETTBajarDeLaCruz2.pdf