Bousseyroux3conferenciasTGN Es
Bousseyroux3conferenciasTGN Es
Bousseyroux3conferenciasTGN Es
1 N. de Tr.: langue de bois es un término francés que designa las jergas específicas de ciertos
ámbitos, en que con frecuencia no se entiende nada. Por otra parte su traducción textual es
“lengua de leña”, en clara sintonía con la “leña seca” constitutiva de lalangue.
1
caravaggiesco de l’Éclair obscur.2 Pues si hay debate sobre el nudo
borromeo, surge de un dominio en que incluso la aurora llega tarde, puesto
que de su real en el pase Lacan dice que hay que reconocerlo en la
oscuridad.
3 N. Tr.: el término fracés creuser reúne diversas acepciones, como “surcar” (el mar), “cavar” (la
tierra), “excavar” (en la mina), “horadar”, etc… Estas distintas acepciones varían a lo largo del
texto en función de las distintas metáforas usadas por M. Bousseyroux, por lo que he ido variando
el término usado cada vez.
4 N. de Tr.: homofonía en francés entre taupe-au-logis (topo-en-la-casa) y topologie (topología)
2
cesó de cavar el verso. Las respuestas aportadas a nivel de la matemática
de los nudos aportan nuevas respuestas a nivel de la clínica y de la teoría
psicoanalítica y viceversa. Es más que todo el campo freudiano, es todo el
camo lacaniano lo que cava, remueve, labra, siembra el nuevo método
borromeo.
Hay analista cuando hay una termita silenciosa que horada el gusano7 en
la fruta de lo gozado analizante. Si el poeta, según Mallarmé, es aquel que
horada el verso (es decir: aquel que horada la letra para que salga su
sonido), el analista, según Lacan, es aquel que horada el gusano que nos
pudre la vida. Pues el verso del poeta se iguala, letra por letra en francés, a
Psalm Salmo
Niemand knetet uns wieder aus Erde und Ya nadie nos moldea con tierra y con
Lehm, arcilla,
niemand bespricht unsern Staub. ya nadie con su hálito despierta nuestro
Niemand. polvo.
Gelobt seist du, Niemand. Nadie.
Dir zulieb wollen Alabado seas, Nadie.
wir blühn. Queremos por tu amor
Dir florecer
entgegen. contra ti.
Ein Nichts Una nada
waren wir, sind wir, werden fuimos, somos, seremos,
wir bleiben, blühend: floreciendo:
die Nichts-, die rosa de
Niemandsrose. nada, de nadie.
Mit Con
dem Griffel seelenhell, el pistilo almalúcido,
dem Staubfaden himmelswüst, cielo desierto el estambre,
der Krone rot la corola roja
vom Purpurwort, das wir sangen de la palabra purpúrea que cantamos
über, o über sobre, o sobre
dem Dorn. la espina.
Paul Celan Versión de José Ángel Valente
4
¿A partir de cuándo se está loco?
5
tres consistencias de lo real, lo simbólico y lo imaginario puestos en
continuidad y anudados en trébol. Era su forma de rehacer un nudo que le
hiciera sujeto, el nudo de la personalidad paranoica. Dalí tenía un verdadero
arte-decir, yo diría incluso un hardecir, un decir más bien hard8. Tenía el arte
paranoico de la puesta en continuidad. Este arte lo define en L’Ane pourri:
sistematizar la confusión mediante la obtención de lo que él llama una
imagen doble, o triple -pasando más adelante por la imagen doble
holográfica o estereográfica- como hará en numerosos cuadros, en particular
en su Metamorfosis de Narciso, donde la cabeza de Dalí se metamorfosea
en bulbo de narciso para eclosionar con Gala, con quien se encontró en el
momento oportuno para servirle de sinthome.
6
El artista del enigma
9N. de Tr: en francés père-version: juego homofónico que hace Lacan con el término perversion:
versión del padre.
7
Guillermo Tell (Dalí)
8
león, emblema del gran devorador, mientras el hijo, cuya cabeza se ve
sobrepasar la sábana, mira, con los ojos exorbitados, la libra de carne de la
que parece no haber dado más que un mordisco.
Pero Dalí no se queda con esta versión del padre travestido. Con el tercer
cuadro, El enigma de Guillermo Tell, que representa una especie de cena
totémica necrofílica, ya no se sabe quién, el padre o el hijo de la Revolución
surrealista y leninista, se come al otro. Es el colmo del equívoco. Aunque lo
esencial no está ahí: lo esencial del decir de Dalí. Lo esencial está en la
minúscula nuez al pie del ogro, cáscara vacía del ser del deseo alrededor de
la cual se encajan los goces del sentido, del falo y del Otro y mediante lo cual
9
el hardiocir10 daliniano hace un nuevo nudo borromeo, ya que sobre Dios
Dalí tenía cosas que decir, incluyendo sobre su color, acerca del cual escribió
cinco capítulos y que él veía “amarillo holandés”, que es, decía él en 1976,
“el color más divino que podamos ver los hombres y las mujeres cerrando los
ojos a medias, y como no todos saben que el amarillo se obtiene con sal
sólida y ácido renindisalilsoefónico, podríamos decir un amarillo un poco
avellana, como el color de un cordero que se escapa, que en la mitología fue
en el momento exacto en que Jasón dio un movimiento cuántico al Vellocino.
Y si todo esto no hubiera sido así, que es lo más probable, poco le habría
faltado.”
Dios es amarillo. Déu és groc. Tal es El manifest groc de Dalí. Dalí firmó en
1928 con Luís Montanyà y Sebastià Gasch un Manifiesto catalán anti-arte
extremadamente sarcástico, el Manifiesto amarillo, llamado así porque
estaba escrito en papel amarillo.
10 N. de Tr.: neologismo del autor compuesto con el término hard y el neologismo lacaniano dieure:
inclusión del término Dieu [Dios] en el infinitivo Dire [decir] que ha sido traducido al español como
“diocir”
10
El manifiesto amarillo
11
Dios está en el amarillo de Vermeer, el de su cuadro La joven escribiendo
una carta que en la National Gallery de Washington me enganchó.
12
De la risa amarilla y sarcástica del anti-arte, Dalí pasó al decir amarillo de
su artedecir. Supo encontrar el color de su decir, de su diocir, el que le hizo
salir de la confusión sistematizada. Dios es decir, como dice Lacan, y está en
“el lienzo de pared amarillo” de La vista de Delft de Vermeer, del que Marcel
Proust, en La Prisionera, hace el enigma ante el cual Bergotte se muere.
13
1939 que responde a su exclusión del grupo surrealista y que interpreta los
acuerdos de Munich, donde se ve, sobre una rama muerta de olivo, el
paraguas de Chamberlain y un combinado de teléfono negro de donde cae
una lágrima sobre una ostra vampirizada por un murciélago (que remite a
Lautréamont). Dalí es en verdad un genio del enigma. I por eso es
notanlococomoeso. Para Dalí no todo tiene sentido, como para Schreber,
para quien todo sentido se anula. Dalí lleva el sinsentido a la potencia del
enigma. Su pintura pretende hacerse enigma. Enigma que haga nudo. Por
eso consigue rehacer el nudo de lo real, lo simbólico y lo imaginario. Pienso
que, pintando, Dalí gozaba tanto como Joyce escribiendo Finnegans Wake,
gozaba de hacerse enigma.
14
MICHEL BOUSSSEYROUX Sábado 21 de marzo de 2015
Comentario acerca del capítulo 10 del Seminario XX de Jacques Lacan, Aun: “Redondeles
de cuerda”.
Con ocasión del Seminario …O peor es cuando Lacan, el 9 de febrero de 1972, habla
por primera vez del nudo borromeo de los escudos de armas de los Borromeo, que acaba
de descubrirle una encantadora persona que frecuenta el curso del matemático Georges-
Théodule Guilbaud, a quien Lacan había conocido en 1950 y con quien no dejó de
instruirse en matemáticas. Ya no se oye hablar de ello hasta el Seminario Aun, cuando un
año y tres meses después, el 8 de mayo de 1973, Lacan habla de nuevo de este nudo
que hace chirriar el goce, y luego dedica su décima sesión de 15 de mayo de 1973 a los
“redondeles de cuerda”.
Psicoanalistas, un esfuerzo más, parece decir Lacan con Sade, un esfuerzo más para
leer el nudo, ¡un esfuerzo más para ser borromeo! Esta sesión de Aun es un momento
bisagra, un gozne en la enseñanza de Lacan. Abre la puerta de los seis Seminarios
borromeos de Lacan, Les non-dupes errent, R.S.I., El Sinthome, L’insu-que-sait de l’une-
bévue s’aile à mourre, El momento de concluir y La topología y el tiempo. El campo de
investigación que se abre es considerable y llevará a Lacan a repensar el psicoanálisis
tanto desde el punto de vista de las estructuras como desde el punto de vista de la
finalidad de un análisis y de la interpretación. Esta sesión es un umbral de mutación
epistémica. Los nudos borromeos conducen a Lacan a un nuevo terreno topológico aún
poco explorado por los matemáticos de la época.
Los matemas
No voy a comentar por entero y línea por línea esta lección extremadamente rica, sería
demasiado largo y agotador. Voy a tratar de situar la apuesta doctrinal. Preguntémonos
primero dónde estaba Lacan en aquel momento en su forma de pensar el psicoanálisis.
Podemos decir que el Seminario Aún es un gran taller de exploración de la temática del
goce, o más bien de los goces, en su relación con el inconsciente, con el lenguaje y con el
saber, con la idea de que hay una posibilidad de matematizar esta cuestión. Éste es el
punto de mira de las fórmulas de la sexuación introducidas desde 1971: producir una
escritura matematizada, literal, de la sexualidad con respecto a la función fálica. Estas
cuatro fórmulas de la sexuación son el único verdadero matema de Lacan. Podemos
también considerar las fórmulas de los cuatro discursos, con sus cuatro letras
permutables en los cuatro lugares, como un matema. Pero la escritura de la sexuación,
con sus cuantificadores, es un verdadero matema, puesto que responde a un cálculo local
sobre una función proposicional y para el cual Lacan apela a Aristóteles y a Frege, pero
también a Cantor, a Brouwer y a Bourbaki. Esto se inscribe en la doctrina del matema que
Lacan presenta en El Atolondradicho como el único que puede enseñarse y asegurar una
transmisión integral del psicoanálisis, con la ambición de reescribir matemáticamente el
psicoanálisis, un poco como Bourbaki reescribe matemáticamente la matemática de forma
literalizante, fundándola en la teoría de conjuntos concebida como una reunión de letras.
15
Además Lacan se considera más bourbakiano que Bourbaki, que queda para él en
continuidad con las demostraciones de Euclides y de su coherencia racional para
literalizarla. Lacan le recusa el more geometrico del espacio intuitivo, la deducción y la
demostración apagógica (la prueba por el absurdo), porque eso nos hace prisioneros de
un pensamiento imaginario. Él busca una teoría no imaginaria del pensamiento que afecte
lo real, que haga”fixión” de éste. Es el Lacan hiperbourbakiano que piensa el psicoanálisis
en Aun, en particular en las lecciones tituladas “La función del escrito” y “El amor del
significante”, donde dice que Bourbaki es demasiado tímido en la literalización de la teorís
de conjuntos, no haciendo las letras más que designar un ensamblaje pero siendo estos
ensamblajes.
Sin embargo el 8 de mayo de 1973, al final de la lección titulada “Del barroco”, Lacan
declara: “La cosa analítica no será matemática Por eso mismo el discurso del analista se
distingue del discurso científico.” El clasicismo de lo doctrinal de ciencia lacaniana como
apoyándose en el matema de la sexuación para dar cuenta del psicoanálisis es aquí
vapuleado. Lacan el barroco excede a Lacan el clásico. El barroco es el inconsciente-
lalangue que escapa al cálculo literal, al matema.
El chisme borromeo
16
Lo borromeo no conjuntista
Aun así no podemos decir que el nudo borromeo dependa de la matematización literal
bourbakiana apuntada en Aun. Con el borromeo Lacan encuentra un nuevo chisme que
no debe nada a Bourbaki. El objetivo de Lacan era, desde “El Atolondradicho” e incluso
desde el Seminario De un Otro al otro, es decir desde 1968, reducir el psicoanálisis a la
teoría de conjuntos (lo dice en 1978 en “Lacan pour Vincennes”). Ahora bien, la topología
de nudos, como la topología de estos objetos que son el toro, el cross-cap, la botella de
Klein, no tiene nada que ver con la topología conjuntista o topología general, que es la
topología de los conjuntos de puntos infinitos, de sus fronteras, de sus propiedades de
unión, de intersección, de complementariedad.
De todos modos un cálculo sobre los nudos es posible, que permita determinar
matemáticamente los invariantes de un nudo, es decir que aporte un medio seguro,
algebraico, de asociar a cada representación plana de un nudo un objeto algebraico (un
polinomio) que permita decir si ese objeto varía o no, es lo mismo, cuando se manipula
ese nudo y se cambia la representación. Habrá que esperar a 1987, con la invención de
Vaughan Jones, luego a 1990 con la invención de Victor Vassiliev, para que la teoría
matemática de los invariantes de los nudos se complete. Lacan no tenía este apoyo de la
teoría matemática de nudos para explorar sus redondeles de cuerda. Su invariante, lo
que no cambia en su abordaje y su uso, que maneja sin cesar en el curso de sus
seminarios siguientes, es que el nudo borromeo es la escritura de lo real, y no, como el
caso de un modelo, una escritura que supone lo real. La cadena borromea no es un
modelo. Es la presentación de lo real mismo del psicoanálisis.
En Aun Lacan no diferencia cada redondel con un color o con un nombre. No dice aún
que el nudo borromeo de tres le permite anudar juntamente lo real, lo simbólico y lo
imaginario nombrando cada redondel con la letra R, S, I. Él explora las diferentes formas
en que estos redondeles de cuerda pueden ser encadenados. Porque el nudo borromeo
es de hecho una cadena, siendo cada redondel un eslabón de la cadena. Pero es también
un nudo, porque basta con romper un eslabón para dispersarlos todos. Por eso lo llamará
el cadenudo [chaînoeud] borromeo.
Hay también la presentación con dos redondeles con los dos extremos de la cadena
reunidos por un redondel intermedio doblado en forma de oreja o doble oreja, lo que da
puesto en el plano ya no seis, sino nueve encima-debajo.
Hay además la presentación, más compleja pero más homogénea y sin ningún punto
de singularidad, con tres orejas que se anudan, página 156, con entonces 35 encima-
18
debajo. Lacan muestra que la oreja intermedia puede ser intercambiada con los
redondeles de las extremidades, pudiendo funcionar cualquier redondel como el primero y
el último, de modo que cualquiera que sea el número de intermedios, cualquiera de éstos
puede funcionar como el primero y último del cadenudo.
El primero y el último redondel del cadenudo puestos en fila india pueden también
confundirse en un cadenudo cerrado sobre sí mismo, como en el cadenudo de 13
redondeles de cuerda dibujados en la página 151, pudiendo esta cadena ser
homogeneizada con 13 redondeles doblados como orejas. Lacan estudia así lo que él
llama “dictado de la puesta en el plano”, con el número de entrecruzamientos que ella
dicta. Se trata de una matemática de la trabazón, y no de una matemática de la sierra
como en el espacio geométrico del plano, de la línea y el punto.
Lacan observa también, en su nota de octubre de 1973, al releer esta lección para ser
publicada por Miller, la complicación de los encabestramientos y la posibilidad de
presentar de dos formas los eslabones intermedios en la puesta en fila india del nudo
borromeo de cuatro. En una de ellas los dos eslabones intermedios son, dice, de una
longitud cuatro veces menor que la de los redondeles extremos. Esto es lo que
volveremos a encontrar al inicio del Seminario El sinthome, en el que Lacan dibuja dos
presentaciones del nudo de cuatro: una simétrica, en la que el nudo puesto en el plano
tiene 17 entrecruzamientos encima debajo, con los dos eslabones intermedios en doble
oreja del síntoma y del símbolo que se estiran entre los redondeles de lo real y de lo
imaginario en las extremidades;
Simétrica
19
la otra, disimétrica, más encogida en longitud, con el síntoma y el símbolo que se
encabestran uno en el otro, teniendo este nudo puesto en el plano 22 entrecruzamientos
encima debajo. Esta última presentación ilustra la duplicidad del síntoma y del símbolo así
como, ya lo mostré en otra ocasión, la estructura de borde de la palabra poética en que
una mitad del sentido doble se ausenta. El borde del que hablo es el del agujero de la
palabra, cuya estructura viene dada por el doble toro agujereado a partir del cual Lacan
redefine la palabra plena y la palabra vacía, así como la palabra poética.
Disimétrica
Disimétrica y simétrica
Pero Lacan aún no había llegado a ello en Aun. Lo que entonces descubre es que el
nudo borromeo crea un espacio matemático que no es el espacio intuitivo “fundado en la
traducción que hacemos de nuestro cuerpo en un volumen de sólido”. La matemática de
la trabazón borromea exige una disposición, un giro, sea dextrógiro o levógiro, de los tres
ejes en triskel de esta trabazón, como se ve en la figura 12 y 13 de Lacan. Además este
espacio borromeo, nos dice Lacan, sabe contar hasta seis. Sabemos que la teoría de
cuerdas, que supuestamente da la razón de la gravedad cuántica, postula que nuestro
mundo comprende 10 dimensiones: las tres del espacio intuitivo, el tiempo y seis
enrollados en un espacio complejo de calib-Yau. Lacan propone, para dar razón del
20
espacio del hablaser, una teoría de cuerdas que llegaría a tener seis dimensiones. Así el
inconsciente contaría en base 6 como los babilonios y sumerios contaban en base 60.
¿Por qué el espacio del hablaser contaría hasta seis? Lacan responde: ¡“porque no
puede encontrar el dos sino por el tres de la revelación”12! Así va el real borromeo del al-
menos-tres. Hacen falta tres para que dos se reencuentren sin que entre ellos dos haya
relación. El borromeo verifica la inaccesibilidad del dos que Lacan, en …O peor, había
localizado en Gödel. Éste define la inaccesibilidad de un número, en el sentido débil, por
la imposibilidad de obtener ese número mediante adición o multiplicación o
exponenciación de los números que son inferiores a él, debiendo ser también el número
de términos de la operación inferior a ese número. Así el 2 es inaccesible, mucho antes
pues que el infinito numerable, mientras que el 1 y el 3 son accesibles. Lo que es
clásicamente inaccesible es el infinito de los enteros, que Cantor nombra aleph cero. Pero
Gödel muestra que ya en lo finito el número dos es inaccesible. Lacan ve en ello la marca
de la no-relación sexual que vehicula lo real del número.
El seis borromeo es el dos veces tres redondeles de cuerda, o sea tres parejas de
orejas dobladas anudadas borromeanamente con las que Lacan ilustrará el nudo
borromeo mediante el sexto redondel del fantasma. Ya mostré en otra ocasión que esta
cuenta de las dichos-mansiones en las que habita el hablaser puede detenerse en cuatro,
con el cuarto redondel del síntoma que se acopla al redondel de lo Simbólico, o bien de la
inhibición que se acopla al redondel de lo Imaginario, o también en cinco dicho-
mansiones, con el quinto redondel de la angustia que se acopla al redondel de lo Real.
Parece pues que ya en octubre de 1973 Lacan tenía la intuición de estas posibilidades de
anudamiento borromeo de los redondeles de cuerda con el cuarto, el quinto o el sexto
redondel, y que la estructura no tenía necesidad, para suplir lo mal dicho-mal anudado, de
contar hasta siete. 4, 5, 6 son los invariantes del decir único y renombrador por el cual con
4, con 5 o con 6 se rehace el nudo de lo mal dicho-mal anudado.
Para contar dos en el mundo borromeo hay que partir del tres, de lo real que comienza
en el tres, u homogeneizar, es decir poner en continuidad los eslabones de las dos
extremidades de la cadena borromea de tres. Es con este pasaje del borromeo de tres al
nudo de dos como Lacan muestra en su respuesta de 22 de octubre de 1973 la
transformación continua en la figura 14 de la página 164. Este nudo de dos cuerdas es lo
que en matemáticas se llama la cadena o lazo de Whitehead. Se obtiene un redondel
enlazado a un ocho interior donde Lacan reconoce el enlace entre el sujeto y el objeto a.
Se trata del nudo, de la cadena del fantasma, que se caracteriza por el librecambio entre
el ocho y el redondel que pueden intervertirse por deformación continua, como lo
demostró Henri Cartan. Se puede leer en este intercambio de consistencia, en que el
sujeto y el objeto causa del deseo se revelan estrictamente equivalentes, el viraje del
pase por el objeto a definido por Lacan en la Proposición de octubre de 1967. Este nudo
puede, por otra parte, deshacerse por el hecho de la homotopia del paso encima debajo
de la cuerda de ocho, que es así autoatravesable. Si se sigue la formalización topológica
del Esquema R de los Escritos, donde lo Simbólico y lo Imaginario son las dos caras del
objeto a y la banda moebiana R de la realidad es el sujeto como corte, los dos redondeles
del nudo R.S.I. que están homogeneizados y forman el redondel del objeto a en la cadena
La cirugía de la interpretación
22
Michel BOUSSEYROUX Sábado 21 de marzo de 2015
¿Qué tercera?
Ven que la cuestión que se plantea con el nudo borromeo es saber de qué
se habla cuando se habla de lo Real. El hallazgo del nudo borromeo de tres
aporta pues una solución a la cuestión sobre las relaciones entre los tres
registros que Lacan había propuesto desde 1953 como no dependiendo de
una relación dos a dos (es esto la no relación sexual), pero es una solución
que hace surgir una multitud de preguntas y de nuevos problemas a resolver
y que Lacan suscita desde el inicio de su seminario R.S.I., que empieza el 10
de diciembre de 1974.
La religión irreventable
Hay que decir también que tres días antes de La Tercera, el 29 de octubre,
Lacan concedió a los periodistas italianos una entevista, que fue publicada
bajo el título “El triunfo de la religión”. Esta entrevista es muy interesante
porque revela la posición de Lacan con respecto a la forma como analiza la
situación del psicoanálisis en la época y en el futuro. Lacan no cree como
Freud que la religón no es más que una ilusión. Piensa que la religión.
especialmente la que él llama la verdadera, la romana, tiene porvenir, y que
no ha acabado de engatusarnos con todo el sentido que secreta a más no
poder. La religión es irreventable, y la cuestión que se plantea es si el
psicoanálisis es todavía capaz, no de vencerla, sino de sobrevivir a su
triunfo. ¿Cómo? Durando, père-severando14 a título de síntoma, es decir, a
título de manifestación de lo Real. De modo que el psicoanálisis sólo
conseguirá perdurar en la medida que fracase en desembarzarnos del
síntoma. Tales aserciones hay que entenderlas a partir de la forma en que
Lacan sitúa lo real, el sentido y el síntoma como campo de intrusión y plan de
existencia de lo Real en lo Simbólico. Pero un mes más tarde, el 10 de
diciembre del 74, cambiará de opinión y hará del Síntoma el plano de ex-
sistencia de lo Simbólico (al que asimila entonces lo Inconsciente) en lo Real,
de forma que el plano en el que había situado inicialmente, en La Tercera, el
síntoma, fue designado por él a continuación como plano de ex-sistencia del
Es la primera vez que Lacan presenta este dibujo del nudo con sus
distintos agujeros: en el punto cartesiano de trabazón de R.S.I., el objeto a,
que podemos decir el objeto triplemente circunscrito, circunscrito por R,
circunscrito por S y circunscrito por I. Luego, en el nivel de las tres zonas de
doble circunscripción, en donde sólo se recubren dos de los tres redondeles,
Lacan sitúa: el sentido (recubrimiento de lo Imaginario por lo Simbólico, como
tal fuera de lo Real), el goce fálico, anotado JΦ (el goce doblemente
circunscrito por lo Simbólico y por lo Real, goce como tal fuera de lo
Imaginario, fuera del cuerpo), y el goce del Otro, anotado JA (el goce
doblemente circunscrito por lo Real y por lo Imaginario, como tal fuera de lo
Simbólico, fuera del lenguaje).
Hay que ver claramente que el Otro de este goce del Otro no es el Otro del
significante. Es el Otro del cuerpo, el Otro del cuerpo viviente. No el cuerpo
de la imagen especular y su envoltorio imaginario. El cuerpo sustancia
15 N. de Tr. Homofoníe en francés entre La matère (la materia) y l’âme-à -tiers (el alma a tercero)
25
gozante, lo real del cuerpo que se goza. Lacan distingue claramente el goce
fálico, que es un goce de los semas, un goce semántico fuera del cuerpo, del
otro que es el cuerpo en tanto que es supuesto gozarse. Esta distinción
aparece netamente en 1974, en el seminario precedente: Les non-dupes
errent16. Lacan se interroga en él sobre lo que es el cuerpo y lo que es la
vida. Ya se pregunta si el cuerpo del animal goza, si la planta goza, si el árbol
goza. Se plantea la pregunta a nivel de la biología, refiriéndose a los trabajos
de François Jacob y Elie Wollmann sobre La sexualidad de las bacterias
(1959). ¿Acaso la amiba infectada por el bacteriófago se goza? ¿Goza la
bacteria de su infección? Lacan interroga el saber de la biología de su tiempo
como Freud interroga el de August Weismann sobre el plasma germinativo o
el de Émile Maupas sobre los infusorios y los rotíferos en “Más allá del
principio del placer”. Pero no para fundar en ello la pulsión de muerte como
aparejada desde el inicio a la reproducción de la vida. Lacan separa el goce
de la pulsión de muerte. La muerte es del orden de lo Real, horada su
agujero. Estos dos agujeros de los Simbólico y de lo Real que abren la
muerte y la vida son muy diferentes y se anudan a nivel del nudo borromeo
gracias al goce del cuerpo y al goce fuera del cuerpo.
Habría entonces que distinguir el goce del cuerpo que es el goce del Otro,
el goce fuera del cuerpo que es el goce fálico, y luego el goce de la muerte
como tendencia a lo inanimado y regreso a la no vida que es el masoquismo
freudiano, y el goce de la vida del que habla aquí Lacan. Porque la vida para
Lacan no es el cuerpo. La vida, la forma primaria de la vida (el virus), no
tiene consistencia de cuerpo, precede al cuerpo y a su sustancia gozante.
¿Goza pues? La lógica de la vida y el saber en lo real que ella implica -y la
ciencia biológica demuestra que la hay- ¿implica que el goce esté en su
principio? ¿Hay un principio de goce que gobierne la vida en su forma más
vegetativa? La pregunta queda por resolverse, aun si es dudosa para el
vegetal. Lacan evoca “la negación crística” en el evangelio de Mateo
(6;228-29) o de Lucas (12;27): “Mirad cómo crecen los lirios del campo: no
trabajan ni hilan: Sin embargo, os digo que ni aun el rey Salomón, con todo
su lujo, se vestía como uno de ellos.” Mientras que, dice Lacan, lo que el
microscopio nos muestra es, al contrario, que de lo que se trata es de hilar y
de tejer, y que tal vez sea de eso que gozan. Hay un saber en lo real del lirio
que goza tejiendo e hilando. Lo más real que hay para Lacan, y cuyo misterio
16N. de tr.: Homofonía entre Les non-dups errent (Los no inacutos yerran) y Les noms-du-Père
(Los Nombres-del-Padre)
26
la ciencia biológica trata de descubrir, es la vida, la vida en tanto que se goza
sin que se sepa nada de ello.
El goce de lalangue
El Uno encarnado
17N. de Tr.: en la versión de Valas aparece: Lalangue fait défaut, fait dépôt… Este juego
homofónico entre fait défaut (falta, constituye una falta), fait dépôt (se deposita, constituye un
depósito) no se aprecia en la versión en castellano de Manantial, más allá de la lengua, por el
hecho de que no se ha conservado la expresión fait défaut.
18 LACAN, J. La Tercera, en Intervenciones y Textos, 2001, Buenos Aires, Ed. Manantial, p. 93
27
nada que ver con sus unos, los de sus elementos enumerados uno por uno a
los que da todos los usos del sentido autorizado, convenido o no. Mientras
que en lalangue el sentido no está dado. O entonces zumba como un
enjambre de S1. La cuestión es entonces saber dónde detenerse en la frase
para econtrar el Uno, la unidad elemento del significante gozado. ¿Qué es el
Uno encarnado en lalangue (encarnado, es decir gozado) y cómo operar en
él, cómo operar en lo que ahí se goza? esta pregunta se la plantea Lacan
desde aun. Es tanto más delicado en cuanto que este Uno del significante
que se goza es, dice, “algo que permanece indeciso entre el fonema, la
palabra, la frase, incluso todo el pensamiento.” Todo el pensamiento: el Uno
puede encarnarse en todo el pensamiento y es el Uno que se trata de hacer
pasar al decir.
Así es como hay que tratar el síntoma, prosigue Lacan. Del modo en que
Lacan trata las tres virtudes, los tres síntomas de la religión. Hay que tratar
laicamente el síntoma, cuya virtud teologal es alimentarse religiosamente de
sentido. Para ello hay tratarlo mediante el deslizamiento de la Une-bévue
[Una-equivocación] de lalangue que, al desbaratar la ortografía,
distorsionando lo entendido, introduce una separación, un hiato a nivel del
sentido, como para fe que se vuelve feria, la esperanza que se vuelve dejad-
toda-esperanza y la caridad que vira al archimalogro.
Lacan evoca también a Marcel Duchamp y sus juegos sobre lalangue con
su maqueta de ventana que titula, en lugar de French Window (Ventana
francesa), Fresh Widow (Viuda fresca),
30
precipitado, un depósito, una floculación del saber gozado del inconsciente
lalangue. Viene de lo real de la lalangue. No representa, como el significante,
al sujeto, no cesa de escribir lo que del saber gozado es sin sujeto. Mientras
que el significante, en tanto que representa al sujeto ante otro significante,
viene de lo simbólico y de sus nubes de semblante desde donde el sentido
llueve a cántaros.
31
El equívoco de la interpretación
23N. de Tr.: en francés, reson: juego homofónico entre raison (razón) y réson: comienzo del verbo
résonner: resonar. He optado por traducirlo como rasón para jugar con ambos términos en
español.
32
Inconsciente es la abertura de lo Simbólico y el síntoma es el cierre de este
Abierto en lo Real.24
24cf. el dibujo de Lacan en la sesión de RSI de 10 de diciembre de 1974 en donde hace del
síntoma un efecto de la abertura del redondel de lo Simbólico que abre el campo del Inconsciente,
que se cierra como síntoma en el redondel de lo Real (esto fue muy bien explicado por Hervé
Coster en la revista belga Cahiers du Lycée Logique nº 2, 1987)
33
de lo real que le es propio, en el verdadero agujero del nudo donde Lacan
sitúa J(A/).
34