LE GOFF. Mercaderes y Banqueros de La E. Med. (Ed. 1984)

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JACQUES LE GOFF

MERCADERES
Y BANQUEROS
DE LA EDAD
MEDIA

EDJTORIAL UNIVERSITARIA
DE BUENOS AIRES
Título de la obra original:

INTRODUCCION
Marchands et banquiers du mayen age ~
Presses Universitaires de France, París, 1956

¡
1

Traducida por
NATIVIDAD MASSANES

Tradujo poesías del francés antiguo:


IRIS ACACIA IBAÑEZ

La revisión técnica estuvo a carao de


¡
,
1 Éste es un ensayo de ambiciones limitadas. De él
1
hemos excluido todo lo que no ofrecía completa
ENRIQUE SILBERSTEIN ° ,
1
seguridad, cuanto se apoyaba en documentos o tra-
bajos demasiado escasos, lo que es, antes que con-
Décima edición: mayo de 1984 quista -inclusive provisional- de la ciencia, ob-
jeto de controversia entre eruditos e historiadore5
y lo que permanece en las márgenes exploradas
i solamente por unos pocos precursores de la investi-
r
1 gación histórica. Con pesar se ha sacrificado el exa-
r men de los problemas a la exposición del estado ·
~ actual de los conocimientos alcanzados.
No obstante, en el umbral de este pequeño libro
l es preciso explicar, si n~ justificar, estas limitacio-
EUDEBA S.E.M.
Fundada por la Universidad de Buenos Aires
nes, plantear los problemas y m~ncionar las direc-
ciones que siguen los investigadores.
En primer lugar, nos hemos encerrado en. un mar-
© 1984 co geográfico: el de la Europa crist~ana .. Con ello
EDITORIAL UNIVERSITARIA DE BUENOS AIRES
esperamos ganar cohesión, pero, inevitablemente,
Sociedad de Economía Mixta hemos de perder amplitud. Renunciando al merca-
Rivadavia 1571/73 der bizantino o al mercader musulmán, eviúmos
Hecho el depósito de ley 11.723
ISBN 950-23-D018-l
hablar de gentes mal conocidas, de tipos que per-
IMPRESO EN LA ARGENTINA - PRINTED IN ARGENTINA tenecen a civilizaciones diferentes, si no hostiles.

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MERCADERES Y AANQUEROS JACQUES LE GOFF

Pero el _comercio, aunque suscita conflictos, es tam~ contexto político, religioso y cultural muy diferen-
bién uno de los principales vínculos entre las zonas te. Y lo que nos interesa es, especialmente, ubicarlo
geográficas, entre las civilizaciones y entre los pue- en el marco de su ciudad, de su estado, de su so-
blos. Inclusive en la época de las Cruzadas no cesó ciedad y de su civilización. Nuestra atención se ha
el intercambio comercial -base de otros contac- dirigido, en particular, a lo que hizo fuera del cam-
.tos-, entre la Cristiandad occidental y el mundo po económico con su riqueza y su poder.
musulm~n ..~ás aún; hasta podría afirmarse que También era necesario elegir entre los hombres.
la const1tuc1on del Islam, lejos de separar Oriente Aquí hemos tenido que sacrificar a los pequeños:
de Occidente, fusionó ambos mundos, y que sus mercaderes al menudeo, usureros a corto plazo,
grandes centros urbanos de consumo crearon b buhoneros. A esa seleción nos ha llevado tanto el
demanda de productos que determinó la renova- hecho de que existan pocos documentos personales
ción comercial del Occidente· bárbaro. El merca- referentes a ellos y que al historiador le sea difícil
der veneciano; no cabe duda, labró su fortuna gra- descubrir entre los mismos figuras individuales, co-
cias al con tacto con Bizancio. Y es del dominio mo el deseo- de mostrar, sobre todo, a personajes
greco-musulmán -de Ceuta a Trebisonda y de cuyo poder económico permitió desempeñar un
Bizancio a Alejandría- que sacaron esencialmente papel principal no sólo en el comercio sino tam-
su riqueza las grandes ciudades marítimas de Italia. bién en la política y en el arte. Por lo tanto, vamos
¿Acaso el mercader cristiano, cuya actividad es pos- _ 7 a tratar de los mer.catores y de los negociatores. De
terior a la del mercader bizantino o árabe, no tomó , los hombres de negocios, como se les ha llamado.
de éstos tanto los métodos como la mentalidad y las Y la expresión es excelente, porque expresa la ex-
actitudes? tensión y complejidad de sus intereses: comercio
Prescindir del mundo oriental sería imperdo- propiamente dicho, operaciones financieras de todo
nable si lo que estudiáramos fuera el comercio me- orden, especulación, inversiones inmob.ilarias y ru-
dieval. Pero, al tratar del mercader, creemos poder rales. Pa~a referirnos a ellos nos hemos limitado
hacerlo. Segunda li¡nitación de este reducido tra- aquí a citar los dos polos de su actividad: el comer-\
ba jo: no vamos a estudiar por sí mismo el comer- cio y la banca. Por otra parte ¿acaso no se utilizó en '
cio propiamente dicho -mercados, rutas, elemen- la Edad Media el término mercaderes-hanqueros
tos de trabajo, productos, evolución-. Aquí, lo para designar a los más poderosos y representativos?
que nos interesa son los hombres que se dedicaron Ahora bien; este ~ipo de mercader va unido a la
a él. A ese respecto, el mercader cristiano, aunque fase ascender11·~ de la economía de la Europa cris-
de actividad profesional f orzosam~nte parecida a la tiana a partir del siglo XI. Por lo tanto, hemos te-
,de sus colegas orientales, se halla inmerso en un ~ nido que renunciar a hablar de los mercaderes de la
8 j 9
1
MERCADERE~ '{ BAN(H.!!=::ws JACQUES LE GOFF

l)JV~
Alta Edad ~edia. Se dirá que es una salida fácil. la Iglesia y de su conciencia --es decir, en su actitud ~fi.,
Evitamos de este modo la exposición de las múl- religiosa y moral-; y, finalmente, ~nte la ense- _9c j-("
. tiples y opuestas tesis sobre el tema; no tendremos ñanza, el arte y la civiliz~ción --es decir, en su _ o ._.Y
que hablar de su número ni de su importancia -pa- función cultural-. · · ....fl-0
ra algunos ínfima, grande para otros-; de su na- ~·
Estas preferencias no nos han causado sólo re-
turaleza -mercaderes especializados u ocasionales,
mordimientos. También han sido acompañadas de
mercaderes independientes o vinculados a prínci-
arrepentimientos cuyas huellas, que nos han pare-
pes o a establecimientos religiosos, simples buho-
neros o ya capitalistas de amplios horizontes-; ni de cido legítimas, y hasta necesarias, se hallarán más
adelante. . . .
su nacion~lidad -judíos o indígenas-; ni del pro-
blema capital, pero oscuro y oscurecido por las teo- Si bien nos hemos limitado al mercader cristiano, __;;;-
rías, de su ori~en: supervivencia del pasado, del no hemos disimulado ni la ·amplitud geográfica de /'
mu.ndo grecolatmo, aventureros errantes o propie- su actividad, ni los problemas profesionales o mo-
rJnos rurales que se lanzan a invertir capitales en rales que le plantearon los contactos con el mundo
<.: 1 comercio. cismático, hereje o pagano. No hemos olvidado que
Eso nos permite zanjar más fácil~1ente la última el mercader cristiano de la Edad Media tenía hori-
.ilternativa: ¿plan cronológico o plan lógico? Lo zontes más amplios que muchos de los eruditos mo-
que h:bría sido ~mposible si hubiéramos partido de dernos qu-e lo han estudiado. Aun cuando Marco
los ongenes medievales, parece legítimo en un mar- Polo fuera un caso excepcion~~' o mejor dicho, ex-
c~ .temporal donde, después de la llamada, con jus-
tremo, fueron innumerables sus colegas que reco-
t1c1a, ((revolución comercial", las condiciones de rrieron mentalmente las rutas por las cuales él se
vida fundamentales del gran mercader cristiano per- aventuró.
manecieron relativamente estables. Por lo tanto, Tampoco hemos querido cita:f al mercader o al
banquero sin explicar en qué consistía su vida pro-
,_~ 1svi,il' hem os optado por una exposición sistemática en la
1 fesional. Por lo tanto, hemos esbozado los métodos,
,. , cua -aunque investigando los lazos de unión en-
la organización y el marco dentro del cual se mueve
,,J.cx' ¡ tre las diversas actitudes de un mismo hombre-
el comercian te .
.. · "' 1 t~mamos al me~cader banquero, primero en su ga-
No hemos olvidado, igualmente, que a la som-
l bmete de traba;o o en el mercado -es decir en su bra de los poderosos personajes que nos ocupan,
r,>Yy:;lv! actividad profesional-; después frente al n~ble, al
otros, los humildes y los pequeños, constituían el
~:-;:_ ... Jz obrero, a la ciudad y al Estado --es decir en su tejido conjuntivo de un mundo imposible de com-
'l función social y política-; luego en prese~cia de prender sin ellos; y el lector podrá descubrir su

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MERCADERE:; Y H 4.NQUEROS l
l
'
JACQUES LE GOFF

rostro anómmo en la filig!'ana. Por lo demás, si- vierte en tipo ejemplar -a condición de recordar
guiendo a eminentes historiadores hemos tenido que que, en general, el resto de los mercaderes estaban
preguntarnos a qué correspondía la distinción entre lejos de ser tan avanzados como él-.
pequeño y gran comerciante en la Edad Media, y si Esperamos de la indulgencia del lector se digne
esa distinción se podía reducir a la oposición entre colocar en primera fila, entre las figuras que per-
comercio mayorista y minorista. miten comprender la Cristiandad medieval, entre
Del mismo modo, si bien hemos dejado de lado el aquellos ((estados del mundo" que el pesimismo de
problema del origen del mercader cristiano en la la Edad Media agonizante arrastrará a la Danza
Alta Edad Media en su aspecto· histórico, no hemos Macabra, junto al caballero, al monje, al universi-
eludido ni el problema conexo de las generaciones tario y al campesino, al mercader que hizo la his-
de comerciantes -nuevos ricos o hijos de ricos- toria como ellos y con ellos. Y con otros también
ni otro también unido a él: el de las preocupacio- que esperamos que algún día obtengan, según la
nes rurales de los hombres de negocios del Medioevo. hermosa expresión de Lucien Febvre, el ((derecho a
Por último, aun dentro de un marco geográfico la historia:'.
y cronológico que no cambió fundamentalmente,
hemos tenido en cuenta no sólo la diversidad en el 1
espacio (el mercader ital;.ano no es el mercader han- l
seático), sino también la evolución en el tiempo.
El precursor del siglo XII no es el nuevo rico del 1
siglo XIII; las crisis del siglo XIV engendran otro tipo ·'
de hombre de negocios que la prosperidad del si:..
glo XIII; el marco político del· principado o de la
monarquía nacional configura un tipo de mer-
cader distinto del moldeado por el marco comunal
en los siglos precedentes. Esperamos que no se pier- ·
da de vista que el desequilibrio que se hallará qui-·
zás en favor del mercader italiano tiene su expli-
cación en la excepcional abundancia de la docu-
mentación que le concierne, en el ?Úmero y calidad
de las publicaciones que se han ocupado de él y en
el carácter de c•precursor" de sus métodos y la am-
plítud de sus perspectivas. Todo lo cual lo con-
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JACQUES LE GOFF

grosas las rutas de tierra y de mar, acelerar si no


CAPITULO PRIMERO reanudar el comercio. Más aún; al disminuir la mor-
talidad por accidente y mejorar las condiciones de
tA ACTIVIDAD PROFESIONAL . alimentación y las posibilidades, ae subsistencia, se
produce un extraordinario aumento demográfico
que provee a la Cristiandad de consumidores y pro-
ductores, mano de obra y un stock humano del que
tomará sus hombres el comercio. Y cuando el mo-
vimiento cambia de dirección, cuando la Cristian-
LA REVOLUCIÓN COMERCIAL dad ataca a su vez, el gran episodio militar de las
Cruzadas no será más que la fachada épica a la
.,~_,),_ La revolución comercial de la que fue teatro la sombra de la cual se intens~ficará el comercio pa,;.
;_,;c,'-'-v . Cristiandad medieval entre los siglos XI y XIII se halla cífico. . :/_,t,0
1-'

'fl o..Y-t 11 estrechamente unida a algunos grandes fenómenos Con estas convulsiones se halla vinculado el fe- 6;.1
,~ de la época, y no resulta fácil determinar si fue nómeno Capital del nacimiento o renacimiento de ,e.,r:J...c cL
r)!_, causa o efecto de los mismos. ., las ciudades. En todas ellas, ya sean de nueva crea- !
: . En primer lugar, cesan las invasiones. En cuanto ción o antiguos congiomerados, la característica
_,()]1- '(/·9aejan de penetrar en el corazón de la Cristiandad o
1 más importante es ahora la primacía de la función
·, de arribar a sus costas germanos, escandinavos, nó- económica. Etapas de rutas comerciales, nudos de
madas de las estepas eurasiáticas y sarracenos, los vías de comunicación, puertos marítimos o fluvia-
intercambios pacíficos -nacidos, por otra parte, les, su centro vital se encuentra junto al viejo cas-
modestamente en el mismo seno de las luchas- su- trum feudal, núcleo militar o religioso: es el nuevo
ceden a los combates. Y aquellos mundos hostiles barrio de los comercios, del mercado y del tr~nsito
se revelan como grandes centros de producción o de mercancías. El desarrollo de las ciudades está
de consumo: se ofrecen los granos, las pieles y los vinculado a los progresos del comerc:io, y en el
escla-yos del mundo nórdico y oriental a las grandes marco urbano debemos situar el auge del mercader
metrópolis del mundo musulmán, de las que aflu- medieval. .
yen, en cambio, los metales preciosos de África No tedas las regiones de la Cristiandad conocen
y de Asia. . con igual intensidad estas manifestaciones primeras
y>,_,wLa. pa.z -relativa- sucede a las incursiones y a de la revolución comercial. Podemos individualizar v~¡:,,­
t ....> los pilla1es, creando una seguridad que permite re- tres grandes centros donde tiende a concentrarse la µ, oJ
\ . (: novar la economía y, sobre todo, al ser menos peli- actividad comercial de Europa. Como el Mediterrá- /~r¿,·:
. ,.,.~.- -.,~ ]/ ~'-:-. ·•·.~A ~l!... .
~., .J~ t:;.-:,.,':;
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JACQUES i,E GOFF
MERCAUEHES Y BANQUEROS
' 1
'J:N-ºJ) -e, ;\.JJué'J
>-'·, W ¡\) . neo y el Mar del Norte -(dominio musulmán y do- largo de los caminos de tierra y. de agua por donde
minio eslavo-escandinavo) son los dos polos dél transporta sus mercancías.·
comercio internacional, en las avanzadas de la Cris- Ante todo, obstáculos naturales. En tierra, hay
tiandad hacia esos dos centros de atracción apare- que atravesar las montañas por caminos que, si bien
'J----oJ-ÁA:i cen dos franjas de poderosas ciudades comerciales: no tan malos como se ha dicho a veces y más elás-
en Italia y, en menor grado, en Provenza y en Es- ticos que los caminos empedrados y pavimentados de
paña por una parte, y en la Alemania del norte la Edad Antigua, son, sin embargo, fuuy rudimen-
tarios. Si pensamos que las grandes rutas del co- _
:. P?r otra. De ahí el predominio en -fa Europa me- 2,
mercio norte-sur han de cruzar los Pirineos y sobre
dieval de dos mercaderes, el italiano y el hanseático~-<
todo los Alpes -más permeables al tráfico, pero
con sus dominios geográficos, sus métodos y super-)
de dificultades multiplicadas por el volumen mu-
sonalidad pr?pios. Mas, entre esos dos dominios hay
cho más considerable de mercancías- nos damos
una zona de- contacto cuya originalidad estriba en
cuenta en seguida de los esfuerzos y riesgos que re-
que, desde muy pronto, añade a su función de in-
presentaba, por ejemplo, el transporte de un carga-
tercambio entre ambas zonas comerciales una fun-
mento desde Flandes a Italia. Y no debe olvidarse
ción productora, industrial: la Europa del noroeste,
que, si bien en ciertos tramos se utiliza lo que pueda
o sea la Inglaterra del sudeste, N ormandía, Flandes,
Champaña y las regiones del Mosa y del bajo Rin. 1 subsistir de las vías romanas, y en algunos itine-
rarios se encuentran carreteras de verdad, la ma-.:.
Esta Europa del noroeste es el gran centro de la fa-
yoría de las veces los caminos medievales a través
bricación de paños y --con la ItaJia del norte y del
de campos y colinas no son otra cosa que "el lugar
centro-- la única región de la Europa medieval que
por donde se pasa". A eso hay que añadir las insu-
permite hablar de industria. Junto a las mercan-
ficiencias del transporte. Sin duda los progresos rea-
~ías del norte y de Oriente, el hanseático y el ita-
lizados en los medios de acarreo a partir del si-
liano van a buscar a los mercados y ferias de Cham-
glo X fueron una de las condiciones técnicas favora-
paña y de Flandes estos productos de la industria
bles, si no imprescindibles, para el desarrollo <lel
textil europea. Porque, en esta primera fase de na-
comercio; pero, en los caminos sin pavimentar, los
cimiento y expansión, el mercader medieval es, so-
resultados de estos adelantos fueron muy limitados.
bre todo, un mercader errante.
Por eso, junto con los pesados carros de cuatro rue-
-EL MERCADER ERRANTE das y las carretas más ligeras de dos ruedas, los ani-
Los caminos males de carga -mulas y caballos- con sus albar- ·
das y sus sacos fueron los agentes usuales de trans-
" .'~>·--'-.Y-.El mercader encuentra muchos obstáculos a lo porte. Agreguemos a eso la inseguridad, los bandi-
~~~--"'
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1
MERCADERES Y BANQUEROS JACQUES LE GOFF

dos, los señores feudales o I:.u ciudacks ávidas de nudas" (expresión que cubre toda una serie de mer-
allegar recursos por medio del simple robo o por la caderías de precio elevado y de poco volumen, em-
confiscación más o menos legalizada de los carga- pleadas· en perfumería, farmacia,. tintorería y c~­
mentos de los mercaderes. Agreguemos muy espe- cina) , el costo del transporte no representaba mas
cialmente, quizás -por ser más frecuentes y más del 20 al 25 % del precio inicial. Pero para lo que
regulares- los impuestos y derechos, peajes de to- A. Sapori ha llamado las "mercancías pobres", pe.:.
das clases que los innumerables señores feudales, las sadas y voluminosas y de un valor menor (granos,
ciudades o las comunidades cobraban por pasar un vinos, sal) , esos gastos ascendían hasta un 1 OO Y
puente, un vado o por el simple tránsito a través un 15 O %, o más todavía, de su valor original.
de sus tierras, en tiempos de extremo parcelamiento
territorial y político. Cuando todavía estos tribu-
tos se recaudaban como pago de un efectivo mante- Las vias fluviales
nimiento del camino, el gasto podía parecer legí-
. timo a los mercaderes; y ·a partir del siglo xm, los Por eso el mercader medieval prefería las rutas
señores feudales, los monasterios y, sobre todo, los navegables. Donde la navegabilidad de los ríos lo
habitantes de los burgos construyen puentes que permite, se practica en gran escala el transporte de
facilitan y aumentan un tráfico de! cual sacan be- la madera por flotación y de las demás mercancías
neficios directos e indirectos apreciables. Pero a ve- mediante barcas chatas. A ese respecto, hay tres re-
ces se construye .. a expensas de ·los usuarios", de des fluviales que por la importancia de su tráfico
los propios mercaderes, como fue el caso del puente deben destacarse.
colgante -el primero en su género-- del Gotardo, 1) La de Italia del norte, que con el Po y sus
el cual, en 12 37, abrió el camino más corto entre afluentes constituía la mayor vía de navega-
Alemania e Italia. Esos gastos sólo se atenuarán ha- ción interior del mundo mediterráneo, compara-
cia fines de la· Edad Media, con una política de tra- ble -guardando las proporciones- a la red actual
ba jos públicos por parte de los príncipes y de los de los grandes lagos norteamericanos. 2) El Róda-
reyes, en el marco de la organización de los estados no, prolongado por el Mosela y el Masa, que fue
centralizados y mediante rescate sistemático de los hasta el siglo XIV el gran e je del comercio norte-sur.
peajes. Por lo tanto, a las fatigas y a los riesgos in- 3) El enrejado que forman los ríos flamencos, com-
ciertos ha de añadir el mercader estos gastos inelu- pletado a partir del siglo XII por toda una red arti-
dibles, lo que hace que el transporte terrestre re- ficial de canales o vaarten, y de pantanos-exclusas
sulte muy oneroso. Para los productos raros y caros: o overdraghes, y que fueron para Ia revolución co-
esclavos, paños de lujo y sobre todo .. especias me- mercial del siglo XIII lo que la red de canales ingle-
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MERCA.DERJ:'S Y .•1.4.NQUEROS
JACQUES LE GOFF

ses fue para la revolución industrial del siglo XVIII.


Debemos añadir la vía Rin-Danubio, de importan- poles lo restablecieran a fines del siglo xm con gran
cia creciente a fines de la Edad Media, ligada al des·- escándalo de los italianos), siguió existiendo du-
arrollo económico de la Alemania central y meri- rante mucho más tiempo en el dominio nórdico,
dional. Durante mucho tiempo fueron los merca- practicado especialmente por ingleses y bretones a
deres, más que los príncipes, los que desempeñaron lo largo de una tradición ininterrumpida que con-
el papel preponderante en todo este trabajo de do- duciría a la guerra de corso de los tiempos modernos.
tación. Solamente las grandes ciudades marítimas -sobre
1
tod'ó Venecia- pueden organizar convoyes regu-

Las vias mari timas


! lares escoltados por naves de guerra.
Otro obstáculo es la poca capacid:!d de las na-
ves. Desde luego, la revolución comercial y el cre-
Pero, de modo muy especial, es el transporte ma- cimiento del tráfico hacen que aumente el tonelaje
rítimo el medio por excelencia del comercio inter- de las nave~ mercantes. Pero los pesados koggen
nacional medieval, el que hará la riqueza de esos hanseáticos adaptados al transporte de mercancías
grandes mercatores que son quienes nos interesan voluminosas y pesadísimas y las grandes galeras de
en particular. También en ese terreno los obstáculos comercio italianas --especialmente ven~cianas---,
siguen siendo grandes. aunque alcanzan el millar de toneladas a fines de la
En primer lugar, tenemos el riesgo de naufragio · Edad Media, no representan en conjunto más que
y la piratería. Esta última actuó siem.pre en gran un escaso tonelaje. La mayoría de las naves tenía
·escala. Primero fue obra de marinos particulares, ~ menor capacidad: los koggen hanseáticos que trans-
verdaderos empresarios de piratería, que la practi- · portaban ia lana inglesa y el vino francés o alemán
caban alternándola con el comercio. Estos marinos, por el mar del Norte y el Báltico, las carracas ge-
para el desarrollo de su a~tividad establecían ver- novesas o españolas cargadas de especias y las naves
daderos contratos que aseguraban su parte de be- rápidas venecianas que iban a buscar el algodón a
neficio a los honorables comerciantes que financia- los puertos de Siria y de Chipre, raramente supe'"'
ban sus empresas. Obra también de las ciudades y raban las 500 toneladas.
los Estados, en virtud del derecho de guerra o de Otro inconveniente es la escasa velocidad de esa
un derecho de precio ampliamente interpretado; y navegación. A partir del siglo xm, la difusión de
si bien este jus naufraggi pronto fue abolido en el inventos corno el timón de codaste, la vela latina y
Mediterráneo (aunque los reyes angevinos de N á- f la. brújula, y los progresos de la cartografía -y
aquí, junto a los aportes orientales y extremo orien-
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1 21
.VERCADERES Y BANQUEROS JACQUES LE GOFF

tales, hay que hacer especial mención de los ma- según Marco Polo, "todas las espec1er1as y tejidos de sed:i
rinos y sabios vascos, catalanes y genoveses-- permi- y oro de la tierra". En Fócea se embarca- el precioso alum.bre,
ten disminuir o eliminar las trabas que, para la mientras Quío es la escala de los vinos y de la almáciga, que
sirve tanto para destilar un licor muy apreciado como para
rapidez de las comunicaciones marítimas, signifi- la preparación de una pasta dentífrica muy codiciada. Luego
caron en· la Edad Media el ancla je nocturno, t:l paro viene Bizancio, parada obligatoria en el cruce de las rutas de
en invierno durante la época de vientos y el cabo- Lt!vante. Después, atravesando el Mar Negro, se va a Caffa,
taje a lo largo de las costas. Todavía a mediados del en Crimea, a recoger los productos de Rusia y de Asia trans-
portados a lo largo de la ruta mongólica: trigo, pieles, cera,.
siglo XV el ciclo completo de una operación de un salazones, seda y, quizás especialmente, esclavos. Muchos de
mercader veneciano -llegada a Venecia de espe- estos productos· nuestros mercaderes no los llevan a Occidente:
cias de Alejandría, reexpedición hacia Londres de se detienen en Sinope y en T rebisonda y los venden. A partir
esas especias, regreso de Londres con flete de es- de allí y escoltados hasta· Sivas por la polida tártara, los más
taño, reexpedición de ese esta:iío hacia Alejandría y audaces pueden dirigirse a T abriz y a la India, como Benedetto
Vivaldi, a la China como Marco Polo, por vía terrestre a tra-
nuevo cargamento de especias para Venecia- dura vés del Asia central o por mar de Basara a Ceylán.
dos años enteros. El mercader precisa paciencia y
capitales. Por lo demás, el costo del ~transporte por
mar es infinitamente más bajo que el transporte Las ferias
por tierra: el 2 % del valor de la mercancía para
la lana o la seda, el 1 5 % para los granos y el
3 3 % para el alumbre. Pero, en el siglo xm, la meta más importante del
mercader errante son las ferias de Champaña.
Sigamos con Roberto López y Armando Sapori <t un grupo Estas ferias tenían lugar en Lagny, en Bar-sur-
de mercaderes que en el siglo XIV se embarc:in en Génova Aube, en Provins y en Troyes, y se sucedían a lo
rumbo a Oriente. El cargamento se compone sobre todo de largo de todo el año: en enero-febrero en Lagny;
tejidos, armas y metales. Costeando Italia o bien vía Córcega,
Cerdeña y Sicilia, se hace escala primero en Túnez y después
en marzo-abril en Bar; las ferias de mayo, en mayo-
en Trípoli. En Aleiandría se aumenta el cargamento con mer- junio, en Provins; la feria de San Juan en julio-
cancías de toda clase: productos de la industria local y, espe- agosto, en Troyes; la feria de San Ayoul en sep-
cialmente, importaciones orientales. Las escalas en los puertos tiembre-noviembre, de nuevo en Provins; y la
. sirios -San Juan de Acre, Tiro, Antioquía- tienen por ob- feria de San Remi en noviembre-diciembre, otra
jeto embarcar viajeros, peregrinos o mercancías traídas del
Este por las caravanas. Pero el g~;¡n depósito de las especias vez en Troyes. Por lo tanto, había en Champaña
es F amagusta, en la isla de Chipre. Se encuentran allí "más un mercado casi permanente del mundo occidental,
especias que pan en Alemania". También en Latakieh, punto lo que es importantísimo." Así, durante dos o cua-
de arribo de las rutas de Persia y de Armenia, se encuentran, tro meses al año reinaba en aquellas ciudades una
22 23
,"fERCADERES Y BANQUEROS JACQUES LE GOFF

extraordinaria animación, como la descrita en pri-- ferias están íntimamente relacionados con el poder
mavera por el trovador Bertrand de Bar-sur-Aube:·-i creciente de los condes de Champaña y la libera-
lidad de su política.
qu'il f .sit ch~ud et se-ri, Esta liberalidad se manifiesta, en primer lugar,
Que l'erbe est vert et rosier sont flori. con los salvoconductos acordados para toda la ex-
Lors commencierent marcheant a errer
tensión de las tierras condales. Y también con la
Qui les avoirs ont a vendre aporté, exención de todo impuesto servil sobre los terrenos
Des le matin que il fu ajorné, donde se construyeran alojamientos y locales para
De si au soir que il fut avespré los mercaderes. Los habitantes de los burgos que-
Ne finent il de venir ne d'aller,
Que to te en fu e-rn. plie la cité.
daron exentos de tributos y de toltes a cambio de
De fors la vile se loge en mi le pré, impuestos fijos rescata.bles. Las banalités (poyas)
Et ont lor tres et paveillons f ermez 1 . fueron abolidas o considerablemente limitadas. Es-
tos comerciantes no tenían que pagar derecho de
Para acudir a la feria, los mercaderes hicieron un represalias y de marca, ni derecho de albarranía
viaje largo y difícil. Los italianos, que franquearon y de precio. En especial, los· condes aseguraban la
los pasos alpinos, estuvieron cinco semanas en ca- policía de las ferias, controlaban la legalidad y la
mino. Una vez llegados, precisaban alojarse. Al honestidad de las transacciones y garantizaban las
principio, se levantaban barracas provisionales en las operaciones comerciales y financieras. Para ello se
plazas y en las afueras de la ciudad. Luego, los ha- crearon funcionarios especiales, los guardias de fe-
bitantes alquilaron habitaciones o casas a los mer- rias; esta función pública a menudo fue confiada a
caderes. Y al final se· les construyeron casas especia- burgueses, por lo menos hasta 12 84, en que los re-
les, de piedra, para que res1st1eran los incendios, y yes de Francia, dueños _de la Champaña, nombraron
con grandes sótanos abovedados para servir de al- para tales cargos en general a funcionarios reales.
macén a las mercancías. Además de las razones puramente económicas, el
Mercaderes y habitantes gozaban de importan-_ .. control de las operaciones financieras y el carácter
tes privilegios, y la. persistencia y el auge de las semipúblico de los cambistas contribuyó a otorgar
1 Cuando hay tibieza y calma, es verde la hierba y los.
a esas ferias una de sus características más impor-
rosales están en flor. Entonces empiezan a .errar los merca-
tantes: "el carácter de clearing en e:mbrión", al
deres que trajeron sus bienes para la venta, desde la mañana, extenderse la costumbre de pagar las deudas me-
al nacer el día, hasta la tarde, en que anochece, no C'l::san de diante compensación.
ir y venir y llenan la ciudad. Fuera de los muros se instalan Pero estas ferias declinan a principios del si-
en el prado, y establecen sus tiendas y pabellones.
glo XIV. A muchas causas se ha atribuido esta de-
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MERCADERES Y BANQUEROS JACQUES LE GOFF

cadencia: a la inseguridad reinante en Francia en lizados P<?r el mercader sedentario comenzaron a


el siglo X1V con motivo de la Guerra de los Cien desarrollarse desde el mismo nacimiento de la revo-
.Años; al desarrollo de la industria textil italiana lución comercial. Pero es en los siglos XIY y x:v cuan-
que originó una decadencia -seguida de reorgani- do alcanzan su apogeo y se generalizan de tal modo
zación- de la industria textil flamenca, principal que nos obliga ahora a tratar aquí a esa nueva clase
proveedora de las ferias. Fenómenos ambos que con- de mercaderes sedentarios, verdadero centro de la
ducen al abandono de la Strata francigena, la ruta tela de araña formada por sus negocios.
francesa, gran eje de unión entre el mundo econó- Desde muy temprano -con fuerza cada vez más
mico del Norte y el dominio mediterráneo, en be- irresistible a medida que se van ampliando y diver-
neficio de dos rutas más rápidas y menos costosas: sificando los negocios-- el mercader ha de buscar
una ruta marítima que pártiendo de Génova y de capitales al margen de sus propios recursos.
Venecia llega a Brujas y a Londres a través del El problema de los créditos, que como veremos
Atlántico, la Mancha y el Mar del Norte; y un:i más adelante fue singularmente complicado en la
ruta terrestre renana a lo largo de la cual, en los si- Cristiandad medieval a causa de dificultades reli-
glos x..-rv y xv, se desarrollan las ferias de Franciort giosas y morales, se resolvió de muy diferentes for-
y de Ginebra. Pero la decadencia ¿; las ferias de mas, de las cuales aquí sólo podemos esbozar las
Champaña se halla unida, sobre todo, a una trans- r rincipales.
formación profunda de las estructuras comerciales,
que da lugar a la aparición de un nuevo tipo de Existió, en primer lugar, el préstamo en sus formas múl-
tiples. Una forma especialmente importante fue la letra de
comerciante: el mercader sedentario en lugar del cambio, que más adelante veremos cuánto representó como
mercader errante. Este último era un "tragaleguas" operación de crédito. Pero, junto al simple préstamo, de-
siempre en camino; desde entonces, y gracias a téc- bemos hacer mención especial del préstamo marítimo. Su
nicas cada vez más evolucionadas y a una organiza- originalidad procede del hecho de que el reembolso del prés-
ción cada vez más compleja, el mercader sedentario tamo estuviera supeditado al regreso del navío sano y salvo
con su cargamento, salva eunte navi. Tales préstamos casi
dirige, desde la sede central de sus negocios, toda siempre tenían por límite un. viaje o, más exactamente, un
una red
. . de asociados . o de empleados que hace inútil viaje de ida y vuelta, unidad de operación comercial por
sus viaJes. mar durante la Edad Media.

EL MERCADER SEDENTARIO Contratos y asoczac10nes

Es cierto que la organización y los métodos uti- Fueron especialmente diversos tipos de asocia-
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JACQUES LE GOFF
MERCADERES Y BANQUEROS

nez o a cualquier parte adonde vaya el navío que él va a


c1on, los que perrruneron al mercader salir de su tomar: el navío de Baldizzone Grasso y de Girardo. A su
aislamiento y e~tender la red de sus negocios. vuelta, entregará los beneficios a Stabile o a un represen-
tante de él, para que los reparta. Deducido el capital, divi-
Una forma fundamental de asociación fue el contrato de dirán los beneficios a medias. Dado en la casa del Cabildo,
commenda, también llamado societas maris en Génova y colle- el 29 de setiembre de 1163.
gantia en Venecia. En e1la, los contratan tes se presentaban Además, Stabile autoriza a Ansaldo a· enviar el dinero a
como asociados, en la medida en que había reparto de ries- Génova por el barco que este último disponga.
gos y beneficios; pero, en lo demás, sus relaciones eran las
de prestamista y deudoro
La diversidad de contratos de sociedad era mayor
En el contrato de commenda pura y simple, un comandi-
tario anticipa a un mercader errante el capital necesario para
que el comercio terrestre, pero todos ellos pueden
·,m viaje de negocios. Si hay pérdida, el prestamista corre resumirse en dos tipos fundamentales: la compagnia
con todo el peso financiero y d deudor no pierde otra cosa y la societas terrq~. Los primeros ejemplos que se
que su trabajo. Si hay ganancias, el prestamista, sin moverse han conservado de ese tipo de contratos son vene-
de su domicilio, recobra su capital y recibe una parte de los
beneficios, en general las tres cuartas partes de éstos.
cianos y llevan el nombre especial de fraterna com-
En la commenda llamada específicamente societas o colle- pagnia; peró quienes m.ás los emplearon fueron es-
gantia, el comanditario que no viaja anticipa los dos tercios pecialmente los mercaderes de las ciudades del
dél capital, en tanto que el deudor contribuye con el otro interior.
tercio y su trabajo. Si hay pérdidas, se reparten éstas propor-
cionalmente al capital invertido. Si hay ganancias, se dividen
a medias. En la compagnia, los contratantes están íntimamente ~­
dos entre sí y se reparten los riesgos, las esperanzas, las per--
En general, ese tipo de contrato se firmaba por un viaje.
didas y los beneficios. L:i socieiflS terrae recuerda a la commen-
Podía especificar la naturaleza y el destino de la empresa
da. El prestamista corre con todos los riesgos de pérdida, Y las
a la vez que ciertas condiciones -por ejemplo, en qué m0-
ganancias en general se reparten a medias. Pero hay más
neda se pagarían los beneficios--, o bien dejar amplia liber-
elasticidad en la mayoría de las cláusulas: la porción de ca-
t:id al deudor quien, con el tiempo, fue ganando indepen-
dcncia. pital i.11vertido puede variar muchísimo; en general, la du-
ración de la organización no se limita a un negocio o a un
viaje, sino que se define por medio de un período de tiem-
He aquí el texto de uno de esos contratos, cele- po, casi siempre de uno, dos, tres o cuatro años. Finalmente,
brado en Génova el 29 de setiembre de 1163: entre estos tipos fundamentales de la compagnia y la societas,
existen numerosos tipos intermedios que combinan diversos
Testigos: Simone Bucuccio, Ogerio, Peloso, Ribaldo di 2spectos de ambos. Lamentablemente, la complejidad de ta-
Sauro y Genoardo Tosca. Stabile y Ansaldo Gan:aton forma- les contratos se expresa en documentos demasiado extensos
ron una societas en la cual, según sus declaraciones, Stabile para que podamos dar aquí algunos ejemplos.
aportó una contribución de 88 liras, y Ansaldo, de 44 liras ..
Ansaldo se lleva este capital, para hacerlo fructificar, a Tú-
Alrededor de ciertos mercaderes, ciertas familias

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MERCADERES Y BANQUEROS JACQUES LE GOFF

y ciertos grupos se desarrollaron organismos com- En el siglo xv, un:a c:asa como la de los Médicis esd. des-
centralizada. Consiste en una combinación de asociaciones
plejos y poderosos a los que tradicionalmente ~ ha separadas, con su capital aparte, cada una de las cuales tiene
dado. el nombre de ucompañíasn en el sentido m<>- una sede geográfica propia: junto a la casa matriz de Flo-
derno de la palabra 2 • Las más célebres y m~jor CQJ rencia, las filiales: Londres, Brujas, Ginebra, Lyon, Aviñón, ·
nocidas fueron dirigidas por ilustres familias flo- Milán, Venecia, Roma, regidas por directores que sólo parcial
y. secundariamente son empleados y· cobran salario. Estos di-
rentinas: los Peruzzi, los Bardi, los Médicis. Mas,
. rectores son ante todo socios capitalistas, a la cabeza de una
según los historiadores que las han estudiado -Ar- parte del capital: ése es el caso de los Angelo Tani, los To-
mando Sapori en primer término-, es preciso se- maso Portinari, los Simone Neri, los Amerigo Benci, etc. tos
ñalar que pueden observarse profundas modifica- Médicis de Florencia son el vínculo que mantiene· unidas
ciones de estructura entre las del siglo xm y XIV todas esas ca_sas solamente porque tienen en cada una de ellas
capitales casi siempre mayoritarios, porque centralizan las
y las del siglo xv, por lo menos en el dominio ita- cuentas, los informes y la orientación de los negocios. Cuan-
liano. do · un Lorenzo, menos cuidadoso que su abuelo Cosme, se
Estas sociedades están basadas en contratos que desentiende algo de las cosas, en seguida las filiales tienden
sólo unen a los contratantes por una operación co- a vivir con vida propia; surgen conflictos en el interior de
mercial o por una duración limitada. Mas, a pesar la firma; el edificio se disloca: es la ruina facilitada por el
número de personas ahora interesadas en el negocio, porque
del carácter efímero de las operacioi;i.es particulares parecería que de la participación se ha pasado al depósito.
y de los contratos que las definen, ciertos hechos, El hecho de que, en adelante, los depósitos representen una
como la renovación habitual de algunos de estos parte importante del capital, de la masa de maniobra de la
contratos y la presencia en una vasta superficie firma, hace a ésta más vulnerable, a causa de las necesida-
des, las vacilaciones, las exigencias y los temores de los de-
económica de los mismos nombres que aportan a positarios que ahora ya no tienen escrúpulos en reclamar
empresas de primerísima importancia y por lo re- el dinero como tenían los antiguos participantes, ligados en-
gular seguidas de capitales considerables, convier- tre sí por la solidaridad de los vínculos familiares y de la
ten a las cabezas rectoras de esas redes de negocios colaboración comercial.
en jefes de organismos estables.
Pero en los siglos xm y xrv estas verdaderas casas En este nivel de grandes sociedades y poderosos
comerciales están fuertemente centralizadas y tíe- personajes fue donde· pudieron desarrollarse verda-
nen a la cabeza a uno o varios mercaderes, que po- deros monopolios y lo que podríamos ya llamar car-
seen una serie de sucursales y están representados teles. En efecto, se ha sostenido que todas las cor- .
por empleados asalariados fuera de la sede principal poraciones
, . medievales fueron carteles que reunían
donde res:i:den ellos o los dirigentes. comerciantes o artesanos -deseosos de suprimir la
2 . Pero están muy lejos de las . S()Ciedades modernas, . que competencia mutua en el mercado urbano y esta-
poseen una personalidad independiente de la de sus miembros. blecer monopolio. Pero esta opinión no sólo no está

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MERCADERES Y BANQUEROS
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probada en lo que concierne a la economía corpo-


rativa urbana, sino que, además, tiende a introducir. Santa Sede destinó su parte de beneficios en la em-
en un marco inadecuado conceptos que en realidad presa a la financiación de la Cruzada contra los
sólo pueden aplicarse al comercio internacional. Es- turcos . . . que no tuvo lugar. Al mismo tiempo,
tas sociedades monopolistas a menudo se beneficia- castigaba con la excomunión a todos los príncipes,
ron de la política colonial de ciertas ciudades o es- ciudades y particulares que compraran alumbre
tados medievales, especialmente de Génova y V e- que no fuera de Tolfa, concedía derecho a enarbo-
necia. lar el pabellón pontificio a las naves utilizadas por
Los carteles ~ás célebres son, sin duda, los que los Médicis para este comercio y prestaba todo su
originó el comercio del alumbre, uno de los pro- apoyo a éstos para que, mediante presiones que
ductos más importantes y solicitados por el merca- llegaron hasta la expedición militar, obtuvieran el
der medieval porque constituía una de las materias cierre de otras minas de alumbre existentes en la
primas indispensables a la industria textil, donde Cristiandad o bien la entrada en el cartel de sus
era empleado como corrosivo. La mayor parte del propietarios: los reyes de N ápoles, por ejemplo, po-
alumbre que se utilizaba se producía en las islas seedores de rp.inas en la isla de Ischia. Fue una de las
o en las costas del mar Egeo, y en especial en Fó- mayores empresas de los Médicis.
cea, en Asia Menor. En el siglo XIII su comercio
pasó a ser monopoilo genovés y, después de Bene-
detto Zaccaria, comercian te genovés pionero en esta Mercaderes y poderes politicos
empre~a, una poderosa sociedad genovesa, la maona
de Quío --en la que se encuentran prácticamente Esos ejemplos nos muestran los vínculos que se crearon
todos los grandes nombres del comercio genovés- entre gobiernos y grandes mercaderes, sobre todo a fines de
dominó el mercado del alumbre en el siglo XIV la Edad Media cuando aumentaron las necesidades de Jos
y comienzos del xv. príncipes; de ello hablaremos al tratar del poder político
de los mercaderes.· Aqpí nos contentaremos con decir que, en
Después de la conquista turca, el alumbre orien- los siglos XIV y xv, los préstamos a soberanos y ciudades, el
tal desapareció casi totalmente del mercado. Enton- arriendo de impuestos, la participación en las deudas del
ces, en 1461, se descubrieron importantes yacimien- Estado, como, por ejemplo, en Venecia y Génova, donde se
tos en territorio pontificio, en T olía, cerca de Civi- estableció un fondo de deuda pública con la participación de
tavecchia. El gobierno pontificio confió en seguida los grandes mercaderes de aquellas dos ciudades -que se lan-
zaron a la· especulación con esos verdaderos "valores"-, cons-
la explotación y venta a la firma de los Médicis. tituyó una parte éada vez mayor de los negocios de los gran-
Así nació uno de los más extraordinarios intentos 'des comerciantes.· La prosperidad de ciertos grandes comer-
de monopolio internacional de la Edad Media. La ciam:es italianos tuvo su origen, en gran medida, en las
operaciones financieras y comerciales que realizaban a cuen-
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Mf'."RCADcRES Y BANQUEROS JACQUES LE GOFF

ta del Papado, una de las grandes potencias en dinero de la cader y el comercio medievales. El notario sigue al mercader
Edad Media --sobre todo en el siglo xv, cuando el Papado donde quiera que éste vaya: se los encuentra en Armenia y
de Aviñón, al engrosar el fisco pontificio, drenó una parte en Crimea; se los encuentra también a bordo de las naves,
de los recursos de la Cristiandad hacia las cajas de la curia y y vemos a uno de ellos dar testimonio, el 16 de noviembre
de las compañías italianas --sobre todo florentinas- que de 1283, a la vista de las costas de Creta, a petición de unos
le servían de banqueros. Además de los beneficios propia- comercian.tes genoveses en ruta hacia Chipre y Armenia con
mente financieros y comerciales de estas operaciones, los sus mercancías, furiosos porque el. capitán del navío, a des-'
gnndes mercaderes obtenían privilegios (exención de im- pecho de sus compromisos, hace virar el navío hacia Bizancio.
puestos, participación en el gobierno) , que tenían profun - En el dominio hanseático la función de los notarios fue
das repercusiones en su posición económica. Era también desempeñada por las autoridades públicas -municipales y cor-
ésa la época en que la legislación comercial se iba precisando porativas-, y hoy debemos recurrir a menudo a los documen-
en un sentido que, al asegurar más estabilidad y seguridad tos oficiales para seguir las operaciones del mercader medievaJ
a los negocios, beneficiaba ante todo a los mercaderes. Desde en el mundo nórdico.
los comienzos de la revolución comercial se vio a los señores Por lo demás, en la Edad Media la intervención de las auto-
y a los soberanos, y especialmente a los P2pas mediante cáno-
nes conciliares, acordar su protección a los mercaderes erran-
ridades públicas -que los historiadores liberales del siglo m
c0nsideraron como un obstáculo para el comercio y un signo
tes, conceder salvoconductos (uso que se remonta a la má$ de la barbarie medieval- fue en general beneficiosa para los
Alta Edad Media, en la que ya las inmunidades acordadas a lo! mercaderes quienes, a fines de la Edad Media, inclusive se
eclesiásticos los convertían en "comerciantes privilegiados"), beneficiaron de una verdadera política económica por parte de
hacer construir edificios especiales para albergar a los merca- ciertos príncipes, como Luis XI, el "rey de los mercaderes".
deres y a sus mercancías (como la f ondaco, el más célebre Fue también a fines de ese mismo siglo xv' cuando se definió
de esos edificios, construido en Venecia para los mercaderes
con más precisión la legislación sobre la propiedad del subsuelo
alemanes) . Y a hemos visto cómo el éxito de las f erías fue muy y la delimitación de las aguas territoriales.
facilitado por la protección acordada a sus participantes por Indud~blemente, a fines de la Edad Media los vínculos cada
la autoridad temporal del lugar donde se celebraban. Iba des- vez más estrechos entre príncipes y meroderes hacen correr
arrollándose una legislación comercial, al principio obra de los también a los últimos riesgos mayores. La insolvencia de los
mismos mercaderes, como por ejemplo la que se realizó en el soberanos tiene mucho que ver en las estrepitosas quiebras
seno del famoso Tribunal de la Merca.nzia de Florencia que, de banqueros italianos en los siglos xrv y xv. Pero, no sólo han
como veremos, iba a constituir una de las bases del poderío intervenido otras causas en estas bancarrotas: imprudente ex-
político de los grandes mercaderes florentinos; y luego se des- tensión del crédito y de los negocios, función de la coyuntura
arrollaría en escala internacional hasta insinuarse en la legisla-
e'-•.mÓmic~ y, sobre todo, de la coyuntura monetaria; sino que,
ción pública. En el dominio mediterráneo, por lo menos, los además, desde muy temprano la legislación de las quiebras
contratos y los litigios comerciales dieron realce e hicieron pro- ·atenuó los efectos más duros. No sólo fueron absolutamente ex-
liferar una multitud de notarios, personajes éstos que fueron cepcionales las penas extremas, condena a muerte o sólo a pri-
los auxiliares de los mercaderes a quienes deben en gran parte sión, sino que con mucha frecuencia se evitó hasta la venta
la fortuna que conoció su profesión, y cuya función histórica de los bienes del que había quebrado, en pública subasta para
se ha continuado hasta nuestros días, porque sus archivos son indemnizar a los acreedores. Se extendió la costumbre de con-
una de las fuentes más ricas en documentos sobre el mer- ceder al que había quebrado y se hallaba en fuga, un. salvo-

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MERCADERES Y BANQUEROS JACQUES LE (jQFF

conducto por un período durante el cual él procuraba un arre- tulo de securitas, se compromete a entregar la mer-
glo amistoso con sus acreedores.
cancía en determinado lugar. Hasta los siglos XIV
y xv no se extienden verdaderos contratos de se-
PROGRESO DE LOS MÉTODOS EN LOS SIGLOS XIV Y XV guro en los cuales no cabe ya duda ·de que los ase-
guradores son distintos de los propietarios del barco.
Si bien la extensión de los negocios a partir del A fines del siglo XIV algunas "compañías", como
siglo XIII llevó a algunos mercaderes a cometer im- por ejemplo la del gran m-ercader pisano Francesco
prudencias y creó ciertos riesgos, en conjunto la di Marco da Prato, inclusive -se especializaron en
evolución produjo un progreso en los métodos y las esas operaciones. Veamos el texto de un memorán-
técnicas que permitió vencer o reducir muchas di- dum de fecha 3 de agosto de 13 84, extraído de uno
ficultades y peligros. de sus registros que lleva como título el siguiente:
El comercio marítimo recibió gran empuje, gra- "He aquí un registro de Francesco di Prato y Com-
cias, en primer lugar, a la práctica -sobre todo en. pañía, residentes en Pisa, en el cual escribiremos
Génova- de la división de los navíos en partes todos los segµros que hagamos para otros. Dios haga
iguales, verdaderas acciones de las cuales una mis- que saquemos provecho de ellos y nos proteja de
ma persona podía poseer varias. De esta forma se los peligros":
dividen y reparten los riesgos. Estas "partes", ll;.. Aseguramos a Baldo Ridolfi y Cía. por cien florines oro de
madas también sortes o loca, son una mercancía lana cargada en el barco de Bartolomeo Vitale en tránsito de
que se puede vender, hipotecar, dar en commenefa Peñíscola a Porto Pisano. De estos 100 florines que aseguramos
y hacer entrar en el capital de una asociación. contra todo riesgo, recibimos 4 florines oro al contado, como
atestigua un acta manuscrita de Gherardo d'Ormauno que
refrend:unos.

Los seguros Y más abajo:

Más importante todavía es el desarrollo de los Dicho barco ha llegado a buen puerto en Porto Pisano, el
métodos de seguro. Su evolución es oscura. El tér- 4 de agosto de 13 84, y quedamos descargados de dichos riesgos.

mino securitas que designaba primitivamente un


salvoconducto, parece referirse hacia fines del si-
glo XII a una especie de contrato de seguro por el La letra de cambio
cual los mercaderes confían (locant) mercancías
a. alguien que, a cambio de cierta suma pagada a tí-
Otros progresos de la técnica -ampliamente ex-
tendidos más allá del campo marítimo-- a la vez·
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MERCADERES Y BANQUEROS
JACQUES LE GOFF

que proporcionan nuevas posibilidades al merca- pecto, además de la diversidad de monedas, eviden-
der, extienden y complican sus negocios. temente, debe tenerse en cuenta:
El primero y más importante es el uso de la le- a) La existencia de dos patrones, paralelos en
tra de cambio. Si bien se discute su nacimiento, sus cierta forma: oro y plata.
características y su función son hoy bien conocidas
gracias a los magníficos trabajos de R. de Roover. b) El precio de los metales preciosos, que sufrió
El auge de la letra de cambio debemos ante todo un alza en los siglos XIV y xv. Alza que, según los
.
situar lo d. entro de la evolución monetaria.
' ' períodos, afecta en forma desigual al oro y a la
Durante la Alta Edad Media, la tendencia a la plata pero que, frente a las necesidades crecientes
economía cerrada y la poca amplitud de los inter- del comercio y a la imposibilidad de aumentar al
cambios internacionales habían reducido la fun- mismo ritmo el numerario en circulación, a causa
ción de la moneda. En el comercio internacional del estancamiento o la ·decadencia de las minas
desempeñaron papel preponderante las monedas no europeas y la disminución del suministro de meta-
e~ropeas: el nomisma bizantino, llamado después les preciosos provenientes de África, d~lata ese fe-
hiperper y besante en Occidente, y los dinares ára- nómeno del "hambre monetaria" en la que debe si-
be.s..A partir de la época carolingia; en la Europa tuarse la actividad de los mercaderes de finales de
cnst1ana, aunque hubo un intento de retorno a la la Edad Media. Hambre sobre todo de oro, por
acuñación del oro, el patrón monetario era la plata, cuanto la plata pasa a ser relativamente abundante
representada sobre todo por el denario, si bien tam- hacia finales del siglo xv, gracias a la explotación
bién aquí ocup~ indudablemei;te un lugar de pri- de nuevas minas en la Alemania media y meridional.
¡:ner orden el dirhem musulman. Lo cual, como se sabe, será uno de los principales
motores de los grandes descubrimientos.
Con el auge de la revolución comercial, todo
cambia en el siglo XIII. Occidente vuelve a acuñar e) La acción de las autoridades políticas. En
oro. A partir de 1252, Génova acuña regularmente efecto, el valor de las monedas estaba en poder de
los gobiernos, que podían variar el índice de la mis-
denarios de oro y Florencia los famosos florines; a
ma, es decir, el peso, el título o el valor nominal.
partir de 1266, Francia posee los primeros escudos
de oro; a partir de 1284, Venecia tiene sus ducados; Las piezas no llevaban indicación de valor, sino que
éste era fijado por las autoridades públicas que las
en la primera mitad del siglo XIV, Flandes, Castilla.,
Bohemia e Inglaterra siguen el movimiento. acuñaban, valorando las monedas reales en moneda
.En adelante, en los pagos comerciales pasa a de cuenta ficticia que generalmente se expresaba
pnmer plano el problema del cambio. A ese res- en libras, céntimos y denarios derivados de un sis-
tema que, por ejemplo, tomaba por patrón el dena-
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JACQUES LE GOFF
MERCADERES Y BANQUEROS

Tales son los· datos que el mercader debe tener


río tournois o denario. parisis de Francia, o también
~n cuenta pJ:ra calcular los riesgos y los beneficios,
1.· l de~ari? de gros de Flandes. De tal manera que
y partiendo de los cuales puede desarrollar, según
los pnnc1pes y las ciudades podían proceder a "mo- .
sus posibilidades, un juego sutil fundado en la prác-
vimientos monetarios", "mutaciones" o desvalori-
zaciones, ''refuerzos" o revalorizaciones. Riesgos a tica de la letra de cambio.
Veamos, según R. de Roover, el principio y un
menudo imprevisibles para el mercader 3 •
ejemplo:
d) Las variaciones estacionales del mercado del
dinero. A causa de la falta de datos, resulta difícil La letra de cambio era "una. convención . por la cual, el
señalar la existencia en la Edad Media de ciclos 'dador' ... suministraba una suma de dinero al 'arrendador' ...
y recibía a cambio un compromiso pagadero a término (opera-
económicos, fluctuaciones periódicas en ondas lar-
ción de crédito) , pero en otro lugar y ·en otra moneda ( ope-
g;s y cortas, tal como se ha reconocido para el pe- ración de cambio). Por lo tanto, codo contrato de cambio en-·
riodo moderno, aun cuando algunos historiadores, gen.draba una operación de crédito y una operación de cam-
corno Carlo M. Cipolla, han creído poder hacerlo. bio, ambas íntimamente unidas".
En todo caso, el mercader medieval no tenía, in-
dudablemente, conciencia de ellos, y no le preocu- He aquí una letra de cambio extraída de los ar-
paban. Por el contrario, los mercaderes medievales chivos de Francesca di Marco Datini da Prato:
eran sensibles y prestaban mucha atención a las va-
t En el nombre de Dios, el 18 de diciembre de 1399, paga-
riaciones estacionales del curso del dinero en las réis por esta primera letra "de uso" a Brunaccio di Guido y
principales plazas europeas, variaciones debidas, Cia .... CCCCLXXII libras X céntimos de Barcelona, las
entre otras causas, a las ferias, a la fecha de las cuales 472 libras 1 O céntimos valederas 9 OO V (escudos) a
cosechas y a la llegada y partida de los convoyes. 1 O céntimos 6. denarios por V (escudo) me han sido pagadas
Un mercader veneciano observó a mitad del si- aquí por Ricardo degli Alberti y Cía. Pagadlas en buena y de-
bida forma y ponedlas a mi cuenta. Que Dios os guarde.
glo XV: Ghuiglielmo Barberi,
En ?énova, el ~inero es caro en setiembre, enero y abril Salut de Brujas
en razon de la salida de los barcos . . . en Roma 0 donde se
y de otra mano:
encuentre el. P.apa, el precio del dinero varía según el número
de los benefi~1os vacan~es y de los desplazamientos del Papa,
Aceptada el 12 de enero de 1399 (1400).
que hace subir el precio del dinero dondequiera que se en-
cuent~e · · · en Valencia es caro en julio y en agosto a causa
de~ .mgo Y del arroz . . . en Montpellier hay tres ferias que en el dorso:
originan carestía de dinero .••
3 Para una relación detallada, cf. M. BLOCH, Esquisse d'un e Francesco di Marco y Cía., en Barcelona.
his'toirt monétaire de l'Europe, 19 54. _ Primera (letra) .

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.llERCADERES Y BANQUEROS JACQL'F:S LJ·: GOFF

Se trata de una letra de cambio pagada en Bar-


celona por el tibrado -la sucursal en Barcelona de c) Una fuente de crédito.
la firma Datini- al beneficiario -la firma Bru- d) Una ganancia financiera al jugar con las di-
naccio di Guido igualmente de Barcelona- a pe- ferencias y las variaciones del cambio en las dife-
tición del librado.ro tomador -Guglielmo Barberi, rentes plazas, siempre dentro del marco definido
mercader italiano de Brujas- a quien el dador -la más arriba. En efecto, entre dos, o con más fre-
casa Riccardo degli Alberti de Brujas- ha pagado cuencia entre tres plazas podía existir comercio de
900 escudos a 10 céntimos 6 denarios el escudo. letras de cambio, además de operaciones comercia-
Guglielmo Barberi, exportador de paños flamen- les. Este comercio de cambios, muy activo en los
cos en relación regular con Cataluña, se hizo adelan- siglos XIV y xv, fue causa de vastas especulaciones.
tar dinero en escudos de Flandes por la sucursal Sin embargo, señalemos que, indudablemente, el
de Brujas de los Alberti, poderosos mercaderes- .mercader medieval ignoraba dos prácticas que ha-
banqueros florentinos. Como anticipo sobre la ven- bían de desarrollarse en la época moderna: el en-
ta de las mercancías que ha expedido a su corres- doso y el descuento. Aunque recientes investiga-
ponsal de Barcelona la casa Datini, libra sobre ésta ciones de Federigo Melis permiten descubrir ~jem­
una letra de cambio a pagar en Barcelona al corres- plos de endoso desde principios del siglo XVI en el
ponsal en aquel lugar de los Alberti, la casa Bru- dominio mediterráneo; y que en el siglo xv se ha-
naccio di Guida y Cía.... Existe, pues, operación llan casos parecidos, quizás, para obligaciones -sim-
de crédito y operación de cambio. Este pago se rea- ples órdenes de pago- en el dominio hanseático.
lizó en Barcelona el 11 de febrero de 1400, treinta
días déspués de su aceptación, el 12 de enero de
1400. Este plazo es el '(término", variable según las La contabilidad
plazas -treinta días entre Brujas y Barcelona-
que permitía verificar la autenticidad de la letra Evidentemente, tales operaciones habían de ir del .
de cambio y, si fuera preciso, procurarse el dinero. brazo con los progresos. en contabilidad. La tene-
Por lo tanto, la letra de cambio respondía a cua- duría de libros de comercio se hace más precisa, los
tro eventuales deseos del mercader, y le ofrecía métodos más sencillos y la lectura más fácil. Cierto·
cuatro posibilidades: que seguía existiendo gran complejidad. La conta-
a) El medio de pago de una operación comercial. bilidad se dispersaba en numerosos registros~ los li-
b) El medio de transferir foridos entre plazas bros de las ((sucursales", de las '(compras", de las
que utilizaban monedas diferentes. ((ventas", de las ((materias primas", de los '(depó-
sitos de terceros", de los Hebreros a domicilio" y,
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JACQUES LJ:: GOFF
MERCADERES Y BANQUEROS

como ha destacado A. Sapori, el "libro secreto" . lidad. Los famosos manuscritos sobre berestá (cor-
donde se consignaba el texto de la asociación, la teza de abedul) descubiertos recientemente en Nov-
participación de los asociados en el capital, los dat~s gorod, demuestran que lá escritura y el cálculo es-
que permitían calcular en todo 1?omento la pos~­ taban allí más extendidos entre los autóctonos· de
ción de dichos asociados en la sociedad y la distri- lo que se creía 4 • De todos modos, las técnicas ita-
bución de beneficios y pérdidas. Este "libro secre- lianas apenas fueron asimiladas antes del siglo XVI
to'' seguía siendo objeto de los principales cuidados por los mercaderes de las ciudades atlánticas -bre-
y es el mejor conservado hasta nuestros días. tones, rocheleses, bordeleses- «cuyo arte- parecía
Pero se extendió la costumbre de hacer un pre- consistir en evitar al máximo el recurrir al crédito
supuesto. Pront<? todas las grandes firmas poseye- bajo todas sus formas". Si bien Ph. W olff ha des-
ron un doble juego de registros para las cuentas cubierto que el crédito estaba muy extendido. entre
abiertas a sus, corresponsales en el extranjero: el fos mercaderes de T olosa, insiste sin embargo en el
compto nostro y el compto vostro, equivalentes de «carácter rudimentario" de sus procedimientos.
nuestras cuentas corrientes y que todavía hacían De manera que, allí donde existe, el gran merca-
más cómodos los pagos por compensación mediante der-banquero sedentario reina ahora sobre todo un
un simple juego de asientos sin transferencia de ~onjunto, cuyos hilos maneja desde su despacho, su
numerario. Y, sobre todo, se desarrolló la contabi- palacio, su casa. . .
lidad por partida doble que ha podido. ser calificada Un conjunto de contadores, comisionistas, repre-
de "revolución de la contabilidad". sentantes y empleados -los «agentes"- le obe-
Sin duda los progresos no son iguales en unas decen en el extranjero.
regiones que en otras, y hasta se ha llegado a expli-
car el casi monopolio de los mercaderes y banqueros Al margen de la contabilidad, el mercader~banquero se-
italianos de la Edad Media, en una amplia zona dentario es centro de una 'vasta correspondencia conducente a
geográfica, como resultado de su avanzada técnica recibir avisos y dar órdenes. Como conoce el valor del tiempo,
la importancia para el éxito de un negocio de saber antes que
comercial. Pero en el dominio hanseático podríamos los competidores la llegada de los navíos o su naufragio, el
hallar métodos que, aunque diferentes y quizás estado de las cosechas --en una época en que los factores
algo retrasados en la perspectiva de una evolución naturales son tan poderosos y los cataclismos tan destructi-
general única, demostraron no óbstante la eficacia vos--. y los acontecimiento
- . .
políticos y militares que pue-
de lo que Fritz Rorig ha podido llamar <<suprema- 4 Los métodos hanseáticos son en realidad los normales,
cía intelectual". Señalemos, por otra parte, que no los más corrientes en Occidente. En los siglos XIV y XV re-
debe exagerarse la superioridad germánica en el ~ultaron· rudimentarios en relación con los métodos de las
dominio nórdico en cuanto a escritura y contabi- >.: randes compañías italianas.

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MERCA.Dl!:RES Y BANQUEROS JACQUES LE GUFF

den influir en el valor del dinero y de las mercancías, el mer.: Se ha creado, igualmente, cierta especi<ilización
cader-banquero lanza una verdadera carrera por noticias. entre los hombres de negocios. Las categorías así
Pietro Sardella ha escrito un apasionante ensayo sobre el te-
ma N oficias y especulaciones en Venecia. La mejor forma de
formadas varían según las regiones, los países y las
seguir el trabajo del mercader y comprender lo que fue su ciudades. Pero, a grandes rasgos, en el campo del
actividad profesional, es leer la abundante correspondencia co- comercio del dinero podemos distinguir, como hace
mercial de la Edad Media que nos ha sido conservada, pero R. de Roover para Brujas, los lombardos, los cam-
que sólo en mínima parte ha sido publicada hasta ahora.
bistas en metales y los cambistas, que son los mer-
caderes-banqueros propiamente dichos.
Los lombardos o cahorsins 5 son los prestamis-
Las categorías de mercaderes
tas con prenda en garantía, los usureros que prac-
Con la extensión de los negocios, el mundo de tican el préstamo de consumo a corto plazo. De
los mercaderes sufre transformaciones. manera que sus clientes raramente son grandes per-
El mercader flamenco errante que iba a las ferias sonajes, sino más .bien gente de pequeña y media
de Champaña a llevar paños y traerse especias, ya condición: clérigos, burgueses no comerciantes, no-
no tiene que desplazarse. Pues las gal_eras de Génova bles de segunda categoría y campesinos. Las sumas
y Venecia van a Brujas a cargar y descargar mer- que prestan .. a corto plazo,,, durante uno, dos, a
cancías, los mercaderes italianos, los representantes veces tr.es o seis meses, no son de uso comercial, sino
y las sucursales de las grandes casas de Florencia, de que sirven para consumo personal en un período
Génova, de Luca y de Pisa se han instalado en Flan- difícil para el deudor que deja en prenda objetos
des, y compradores y vend~dores mantienen con- personales, vajilla, ropas, herramientas, armas, etc.
tactos permanentes sobre el lugar, como ocurría No hay que creer que el poder económico de los
desde largo tiempo en Florencia, donde Giovanni lombardos fuera despreciable. Para satisfacer las ne-
Villa-ni señalaba orgullosamente la inutilidad de las cesidades de sus numerosos clientes y los gastos con-
ferias "porque siempre hay mercado en Florencia". siderables que precisa su actividad, los lombardos se
Entonces, el mercader flamenco se convierte, a hallan a la cabeza de importantes capitales reunidos
domicilio, en un intermediario sedentario y pasivo: mediante asociación familiar o merced a depósitos de
el corredor. Anuda contactos entre mercaderes ex- terceros. A principos del siglo xv, los cahorsins po-
tranjeros, arregla operaciones comerciales y finan- seen en Brujas un gran inmueble en el muelle largo
cieras entre ellos, les procura. alojamiento y almace- de la parroquia de San Gilles, y otro más chico,
nes., y vive de las comisiones que le pagan por todos 5 Nombres genéricos que probablemente no responden a
esos serv1c1os. origen geográfico preciso.

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r
MERCADERES Y BANQUEROS JACQUES LE GOFF

donde se alojan. P.ero su horizonte es limitado. Por Autre ont davant eulx grant tresor
· haber querido lanzarse a operaciones en gran escala, De leur riche -i·esselment 6 •
· lombardos y cahorsins de Brujas quiebran estrepito- Ante todo, cumplen dos funciones tradicionales:
samente en 1457. Por lo demás, como veremos, se el cambio de monedas (de donde les viene el nom-
hallan obstaculizados en sus prácticas, expuestos a bre) y el comercio de metales preciosos, pues son
la hostilidad pública y privada y sin posibilidades los principales suministradores de moneda gra-
-salvo excepciones- de ascensión social. cias a los metales preciosos que reciben de su clien-
Por debajo de los lombardos, están los cambis- tela en lingotes o, con más frecuencia, en vajilla.
tas en metales. Su banco o mesa ( bancho, tavola) Según fas circunstancias, exportan también esos
está a la vista, en un local que da a la calle como metales preciosos, a pesar del monopolio teórico de
el de todos los artesanos. Están agrupados, para fa- los acuñadores. Mediante estas operaciones deter-
cilitar las operaciones de sus clientes, que a menudo minan el precio de los metales preciosos, ejercen
son comunes a varios de ellos. En Brujas tienen me- considerable influencia sobre sus fluctuaciones y
sa cerca de la Grand-Place ·y de la Grande-Halle tienden a dominar su mercado.
aux .Draps, en Florencia tienen banchi in mercato Pero han añadido nuevas fundones a las anti-
en el viejo Mercado y en el Mercado Nuevo, en guas: aceptación de depqsitos y reinversiones por
Venecia tienen banchi di scritta en el puente de préstamo. Se han convertido en banqueros. Estos
Rialto, y en Génova los tienen junto a la casa de depósitos, la aceptación a sus grandes clientes de
San Giorgio. operacione·s al descubierto, los préstamos, anticipos,
El roman courtois de Galeran de Bretaña nos inversiones y los giros por simple asiento de escri-
ha dejado una pintura viva de los cambistas de turas, los convierten en los auxiliares indispensables
Metz hacia 1220: de los mercaderes y de la gente acomodada, todos
los cuales tienen cuenta con un cambista en meta-
Si sont li cht1ngeurs en la tire les: a fines del siglo XIV ése es el caso de 1 persona
Qui dav.Jnt eulx ont leur monnoye:
Gil change, cil conte, cil noie, cada 3 5 ó 40 en Brujas, y el 80 por ciento de los
Cil dit: r•c•est voirs", cil: "c'est menfonge".
Onques yvres, tant fust en son ge, 6 tsta es la fila de los cambistas que ante sí tienen sus
Ne vit en dormant la merveille monedas: éste cambia, éste cuenta, éste las limpia, éste dice:
Que pu.et cy veoir qui veille•. ..Es verdad", aquél: .. es mentir.a". Jamás ebrio, ni siquiera
Cil n'y resert mie d'oysense:z: en sueños, vio dormido la maravilla que aquí puede ver
Qui y vent pierres prédeuses quien vela. No está ocioso quien vende piedras preciosas e
Et ymages d'argent et d'or. imágenes de plata y oro. Ouos tienen ante aí gran tesoro en
rica vajilla.
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.H/~RCADERES Y BANQUEROS JACQUES LE GOFF

clientes de los cambistas en metales de Brujas tienen reprodujera la distribución de sus intereses correspondería a
depósitos inferiores a 5O libras flamencas. A los un mapa económico de la Francia de mediados del siglo xv".
Posee bienes inmuebles en todas partes: tierras, asignaciones
cambistas en metales volveremos a encontrarlos en
de rentas rurales, ricos hoteles particulares en Bourges, Saint
las esferas elevadas de la jerarquía social. Pour~ain, Tours, Lyon, Montpellier. A ello añade toda clase
Pero en la cúspide están los que llaman en Brujas de especulaciones: arriendos de ayudas e impuestos, .rescate
cambistas-banqueros, los que tienen· en Florencia de prisioneros ingleses. Si bien sus naves operan con preferen-
los banchi grossi, los mercaderes-banqueros propia- cia en el Mediterráneo, también las tiene en el Atlántico, en
la Mancha y en el Mar del Norte, sin contar los ríos:
mente dichos. Su actividad sigue siendo no especia- Loira, Ródano, Sena. «No fue extraño a ningún objeto sus-
lizada. Al comercio de mercancías de toda clase, ceptible de tráfico". La platerí:a, guardamuebles y depósito
realizado en exportación e importación en escala real que dirige es sólo su mejor cliente. A esa empresa como
internacional, añaden una actividad financiera múl- a. tantas otras vende lanas, paños, tejidos, cueros, pieles, sal,
especias y objetos de arte. Provee a los ejércitos del rey de
tiple: comercio de letras de cambio, aceptación de
arneses y armas. Tiene intereses en Florencia, en España, en
depósitos y operaciones de créditos, participación Brujas. Después de haber caído en desgracia se evadió Y
en varias usociedades" y el ejercicio del negocio de buscó refugio junto al Papado, gran potencia económica; mu-
seguros. A menudo son también productores, in- rió en Quío, el vasto emporio genovés. ·
dustriales como los Médicis, que poseen en Florencia
dos fábricas de paños y una fábrica de seda. Y Be-
nedetto Zacearía, que en el siglo xm controla desde ¿Fue el mercader medieval un capitalista?
Génova el mercado del alumbre, realiza un "fenó-
meno de integración'" al transportarlo en barcos de Claro· es que ahora que se conoce mejor al mer-
su propiedad y utilizarlo en una fábrica de tintes cader-banquero medieval no puede seguir aceptán-
por él montada. dose la célebre tesis de W erner Sombart, para quien
el gran capitalista nació con la Edad Moderna, con
Si bien en Venecia son sólo mayoristas, dejando a los
más pequeños Ia venta al por menor, en otras partes tienen
con frecuencia comercio abierto e inclusive, como simples
l el Renacimiento v la Reforma del siglo XVI.
-- Indudablement~, vale más conside;ar al gran
lombardos, no desdeñan a veces practicar la usun, d pe- mercader como un precapitalista. Según una defi-
queño préstamo de consumo. Pero sus operaciones no se reali- nición estricta del capitalismo, como la que ofrece
zan a la vista, all'aperto, sino dentro, en su casa, que con la doctrina marxista,. la Edad Media no lo conoció.
frecuencia es un palacio, donde se halla el scrittoio, la ofi-
cina que es el centro de sus vastos negocios.
Su sistema económico y social es el feudalismo, y
Jacques Coeur es uno de los ejemplos más extraordinarios. dentro de ese marco actúan los mercatores. Pero,
Mollat, quien estudió todas las ramificaciones de sus nego- ellos contribuyen a romper el marco, a destruir las
cios, ha esbozado su amplitud tentacular: "un mapa que estructuras feudales. Al actuar, corno veremos, so-
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MERCADERES Y BANQUEROS JACQUES LE GOFF

bre una evolución agrícola activada por la intru- día emplear un mismo maestro ... siendo así que
sión de ca pi tales urbanos -por lo menos en regio- el poseedor de capitales o de mercancías no se ,tr.ans-
nes como Italia o Flandes-- y precipitada por la forma en capitalista más que cuando l~s m1mmos
ampliación de una economía mundial. (Welt• fijados a la producción superan ampliament~ el
wirtschaft) que tienen profundas repercusiones so- máximo medieval". Pero aquí, el autor de El capital,
bre los precios agrícolas e industriales, los grandes tributario de los conocimientos históricos de su épo-
mercaderes preparan el adv.enimiento del capitalis-:- ca, confunde con los artesanos a los grandes merca-
mo. E. A. Kosminsky ha visto en la expropiación a deres que poco se preocupaban, como veremos,_ de
las clases rurales de la propiedad de· la tierra, espe- los reglamentos de las corporaciones; y subestnna
cialmente en Inglaterra --evolución en la que toma- considerablemente la amplitud cualitativa y cuan-
ron parte los merca·deres-j la fuente de '~la pr...m.i= titativa deí domi..""lio económico y social de los mer-
tiva acumulación" del capital. El gran mercader me- caderes.
dieval concentra ya los medios de producción en No hay que olvidar, ciertamente, que la econo-
manos privadas y acelera el proceso de enajenación mía medievaJ siguió siendo fundamentalmente ru-
del trabajo de los obreros y de los campesinos trans- ral, que el artesa.nado predominaba en las ciudades
formados en asalariados. Y algunos historiadores y que los grandes negocios no sor: má..s que una capa
marxistas como V. !. Ruthe:nburg, al estudiar las superficial; pero, por la masa d.e. dinero que i;i~­
compañías florentinas del siglo XIV, no han vaci- neja, por la extensión de sus honzontes ge~grafi­
lado en ver en ellas los principios del capitalismo cos y económicos y por sus métodos co~erc1ales Y
en el· sentido riguroso del término. Inclusive un financieros el mercader-banquero medieval es un
historiador como Frantisek Graus, que se niega a ' - .
capitalista. Lo es también por su espíntu, po.r su
hablar de capitalistas en la Edad Media, reconoce género de vida y por el lugar que ocupa en la so-
que hay elementos de capitalismo y que, en Italia, ciedad.
. 1US!Ve
UlC . ~ay
h a..1go mas.
' T· '
... iene razon en protestar
contra concepciones anticientíficas y antihistóricas
que apelan a un •(capitalismo eterno", y en pedir
para el estudio de las estructuras prioridad sobre
el estudio de las mentalidades. Cita también a Marx,
según quien «fas corporaciones medievales tendían
poderosamente a impedir la tra:nsformación del
maestro artesano en capitalista, al limitar a un
máximo muy bajo el número de obreros que po-
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JACQUES LE GOFV

complejas relaciones con las demás categorías socia-


CAPITULO 11
les: nobles, artesanos, obreros y campesinos. Sin
contar a la Iglesia, de la que se hablará en el capí-
FUNCION SOCIAL Y POLITICA tulo siguiente, ni a las autoridades políticas supe-
nores, señores y mdnarcas.

MERCADERES Y NOBLEZA

MERCADERES Y CIUDADES Con la nobleza hubo lucha, eliminación o asimi-


lación.
Sea cual fuere el origen de los grandes mercade-. En. Florencia; la lucha entre los nobles de vieja
res medievales, una cosa es cierta: su poderío eco- estirpe, los magnati y los popolani agrupados en las
nómico va unido al desarrollo de las ciudades, cen- corporaciones tr Arti") donde dominan los grandes
tro de sus negocios. Igualmente en el marco urbano mercaderes, parece terminar en 129 3 con las Orde-
será donde establezca su dominación ~social y polí- nanzas de Justicia. Los miembros de las ciento cua-
tica, consecuencia y prenda de su poderío econó- renta y siete familias de magnati son excluidos de
mico. Aunque esta evolución no haya seguido el las funciones oficiales e inclusive castigados con
mismo ritmo, no haya conocido un sincronismo un régimen penal excepcional. Estas medidas re-
perfecto y haya revestido formas distintas, puede presentan tanto la lucha de la nueva capa mercan-
· afirmarse que, en el siglo xm, las ciudades están til contra la antigua, como la victoria de la bur-
dominadas política y socialmente por los grandes guesía comercial sobre la nobleza rural: tan difícil
mercaderes. El auge comunal no se confunde con resulta diferenciar a ambas.
el desarrollo de la clase de los grandes mercaderes, A veces, la nobleza, cuyo debilitamiento está re-
aunque en Génova, por ejemplo, la asociación de lacionado con la decadencia de la economía rural,
hombres de negocios, la com pagna, pase a ser des- permaneció voluntariamente apartada de las acti-
de 1099 el municipio y, en el dominio alemán, el vidades económicas que constituían la fuerza de la
consejo (Rat) se identifique con los grandes mer- clase mercantil. Así ocurrió en Francia y en Es-
caderes; pero en ese auge desempeñaron los grandes paña, donde los nobles desdeñaron ejercer el co-
mercaderes un papel capital y de ese auge fueron mercio que, jurídicamente, implicaba la pérdida de
ellos los principales beneficiados. A tal resultado lle- ·sus privilegios y la renuncia a su "orden": eso fue,
gó la clase de los grandes mercaderes a través de a pesar de los esfuerzos de Luis XI, la derogeance.
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MERCADERES Y BANQUEROS .JACQUES LE GOFF

Pero, con mucha frecuencia, los nobles procura- La primera tendió a separar a la rica burguesía mercantil
. ron participar de las nuevas fuentes de provecho, de las clases populares urbanas, de las cu.a.les se había servido
invirtieron capitales en el comercio o se dedicaron en su conquista del poder y a las cuales comenzó a temer
personalmente a los negocios y a la banca. Éste fue cuando pretendieron limitar o destruir su dominio económico
y social, a la vez que su hegemonía política. La clase social
el caso, especialmente, de muchos nobles italianos, peligrosa para los mercaderes no era ya la que estaba por
cuya adaptación fue facilitada por el hecho de que encima, sino la de abajo; y los mercaderes se volvieron hacia
muchos de ellos vivían en las ciudades; porque en le que quedaba de la vieja nobleza, para ganarse una aliada.
Italia, a pesar de la decadencia de la Alta Edad Me~ Eso se vio, por ejemplo, en Flore~cia, donde a fines del si-
glo XIV, después de la revolución proletaria de los Ciompi,
dia, el fenómeno urbano conoció continuidad en-. los grandes mercaderes reinstalaron a los antiguos nobles en
tre la Antigüedad y el período medieval. Por otra el gobierno de la ciudad.
parte, algunos nobles rurales irán a establecerse en La segunda evolución a que nos referimos llevó desde
las ciudades al desarrollarse éstas. muy tempran~ a los mercaderes a entrar en la nobleza. En
efecto, muy pronto se revela esta tendencia a través de di-
Estos nobles se fusionaron con la nueva clase co- . f eren tes procesc;_>s.
merciante y, a veces, de esa fusión nació una aris- Unas veces es el mercader quien busca, por vía de ma-
tocracia en la que se confundían los antiguos seño- trimonio, acceso a la vieja nobleza. Un cronista florentino
del siglo xm escribe: "Cada día se ve plebeyos muy ricos
res feudales, los antiguos funcionarios señoriales o que quieren casarse con mujeres pobres pero nobles".
reales y los nuevos ricos. Es lo que se desprende, en Otras veces, el género de vida del mercader lo acerca a fa
lo que respecta a Génova, de los magníficos estu- nobleza, que pronto lo considera como a uno de sus miembros.
dios de André Sayous y de Roberto López y, en lo Más tarde lo veremos e.o su palacio, participando en torneos.
Los célebres mercaderes-banqueros de Florencia, los Peruzzi,
que respecta a Venecia, de los magníficos trabajos que jurídicamente pertenecen al popolo, llevan espuelas y
de Gino Luzzatto. De Venecia se ha dicho que ((los se conducen como caballeros. Un cambista de Brujas, Evrard
dogos son mercaderes y los mercaderes son almi- Goederic, es llamado Sire, y su mujer Madame; comandante
rantes". de la milicia urbana, combate a caballo. Vülani dice de los
Cancellini de Pistoia: ''No eran muy antiguos, pero, co.o ayuda
En todo caso, inclusive donde la nueva clase mer- de sus riquezas todos se convirtieron en caballeros, hombres
de valer y gente de bien". He aquí una hermosa yuxtaposición
cantil fue burguesa, plébeya, "popular", y hubo
de términos nobles y de vocabulario burgués.
de conquistar su rango social y su poder político Y todavía es más frecuente que compre tierras, un do-
en lucha con la nobleza feudal, la oposición entre minio feudal que -por lo menos al comienzo-- más que
ella. y la vieja aristocracia se atenuó considerable- una buena inversión representa la ocasión de un ascenso
social y el paso a la__nobleza.
mente en los siglos XIV y xv, en especial bajo el Y donde subsiste o se desarrolla un poder principesco o
efecto de una doble evolución. . monárquico, piedra angular del sistema .social, los mercaderes

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JACQUES LE GOFF
MERCADERES Y BANQUEROS

gueses se instalan en la ciudad y se· convierten en ten?eros.


mendigan y compran, según los casos, títulos de nobleza jun- Los hijos o los nietos consiguen una fortuna y se convierten
to con las propiedades señoriales. Un reciente estudio lo ha en burgueses. 2. La regiduría. Llegan a ocupar cargo~ mu-
demostrado de nuevo en relación con unos ricos burgueses nicipales; participan en la dirección política de la c1u.dad.
de Lyon: los Jossard. 3. Los feudos rurales. Los adquieren por compra o matruno-
nio. 4. La nobleza. Hacen que se la concedan los príncipes
A fines de la Edad Media, cuando numerosas fa- por los servicios prestados. Carlos VI, por ejemplo, en 1391
ennobleció a Guillermo de Terremonde. 5. La nobleza de
milias de mercaderes se retiran de los negocios a
toga. Durante el período borgoñón, se convierten en ofic~­
causa de dificultades que hacen preferibles las in- les del príncipe, lo que confiere la nobleza a los que todav1a
versiones inmobiliarias y rurales, o por sentir atrac- no la habían recibido. 6. Finalmente, tienen acceso a la no-
ción por la vida de rentista, más seductora que los bleza militar, convirtiéndose en caballeros.
áfanes del comercio, cuando la constitución de En los comienzos, se dedican al comercio o a la indus-
las monarquías centralizadas les ofrece nuevas sali- tria textil. A partir del cuarto estadio, ya no hay comerc~o.
Sólo unas diez familias alcanzan el quinto y el sexto estadio.
das, a la rica burguesía mercantil todavía le será
más cómodo trocarse en aristocracia rentista, en·
Por lo tanto, entre el mercader y el noble no
nobleza de toga o de oficio.
Sigamos brevemente la curva esquemática de la hubo antagonismo profundo, salvo durante. el. cor-
to período de lucha violenta contra las sujeciones
evolución de dos burguesías francesas.
feudales de la Alta Edad Media. Casi en todas par-
En Tolosa, P. Wolff ha narrado la ascensión de los Ysal-
tes un doble movimiento, inverso, pero conver-
guíer. Desde muy temprano, estos comerciantes se alían con ge~te, de aburguesamiento y de ennoblecimiento,
la nobleza rural ya sea mediante la compra de propiedades, los fue acercando uno a otro.
ya mediante una "política matrimonial" bien dirigida. Lue- En definitiva, la lucha, cuan-do se produjo, fue
go, se haéen soldados y sobre todo agentes reales, a la vez
que cumplen funciones municipales como capitanes. "A par-
más bien entre antigua y nueva nobleza, resultante
tir de 13 80, ia evolución de ia famiiia parece acabada. Ya esta última de la fusión de dos categorías de co-
ningún Ysalguier se dedicará al comercio ni al intercambio". merciantes: los de origen noble y los de ongen
Pero, en período de crisis feudal, estos nuevos nobles com-
burgués.
parten la decadencia de los antiguos señores. "A lo que tien-
de naturalmente el mercader es a la nobleza. Pero la nobleza
significa las más de las veces una medianía no exenta, sin
embargo, de honores ni de. orgullo ... pero, al fin de cuen- MERCADERES Y CLASES POPULARES URBANAS
tas, medianía."
En Lila, el Dr. Feuchere ha distinguido seis estadios de Sin embargo, en muchas ciudades los comercian-
evolución burguesa entre los siglos XlI y XIV:
tes habían seguido siendo "pueblo". Pero sería un
1. La fortuna. Abandonando la tierra, los futuros bur-
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MERCADERES Y BANQUEROS

error considerar a ése constituido por una sola clase. hombres que desempeñaron un papel preponderante en la
. política de las comunas y en la economía de las corporacio-
Los ricos mercaderes y banqueros forman en él una nes -a pesar del complicado mecanismo de los consejos, los
categoría aparte, que domina por mucho tiempo~ votos y los sorteos-, para esos seres privilegiados las leyes no
Sobre la distinción entre esos mercaderes y el representaban otra cosa que p2nt2llas providenciales, a cuyo
mundo de los artesanos, debemos citar las palabras amparo podían ejercer una actividad que los conducía sin
profundas y brillantes de Armando Sapori sobre riesgos hacia sus propios objetivos. Por otra parte, si se daba
el ca5o de que una de esas leyes que ellos mismos habían
((la coexistencia de dos mundos". dictado con extrema habilidad, llegara a ser un obstáculo
y a partir de entonces resultara imposible disfrazar o justi-
De un lado, el mundo tradicional y, en consecuencia, esen- ficar un acto de violación, suprimían el obstáculo con unta
cialmente medieval, con su típica organización de los ofi- audacia como donaire, lo que, por demás, no es un proce-:
cios . . . Es el mundo de maestros y aprendices, el mundo de dimiento exclusivo de la Edad Media . . . Pero, si se . inter-
los innumerables talleres donde una humilde muchedumbre preta al pie de la letra la ley y se· cree que todos los hom-
de artesanos, casi siempre iletrados e incultos, trabaja para bres eran iguales ante ellat- no se alcanza. a explicar la forma-
un mercado circunscripto a los lín;iites de una ciudad o de ción de riquezas fabulosas, monopolios y trusts, en una pa-
un barrio, que emplea como medio dé intercambio la moneda labra, la Íoilllación de aquella organiz2ción económica que
de los piccoli •.• nad2 tuvo que envidiar. a la .qtie, más tarde, historiadores y
Junto a ese pequeño mundo vivía, del otro lado, un economistas han llamado de común acuerdo "la organización
mundo de vanguardia: la organización de las compañías de del capital".
comercio internacional, dueñas de ricos almacenes donde se
amontonaban las mercancías más preciosas y donde hombres
provistos de larga experiencia y de una cultura curiosa y Sin hablar de las ciudades que no conocieron las
variada, hombres de ideas audaces y de ambición desenfre- corporaciones --como Génova- o que sólo las vie-
nada, tratan asuntos comerciales y financieros con los prin- ron establecer tardíamente, en el siglo XV, como
cipales centros económicos de los países ultramontanos y ul- Lyon y Poitiers, donde quiera se estableció un ré-
tramarinos, lanzando ríos de florines de oro y de monedas
de curso en todos los países del mundo.
gimen corporativo éste no solamente no molestó a
Ambos mundos estaban organizados por igual sobre la do- los grandes mercaderes, sino que fue para ellos uno
ble base de las leyes morales de la Iglesia y las leyes jurídicas de los medios de su dominio sobre el mundo artesa-
de la ciudad y de las .. artes". Por lo tanto, no debe sorpren- no. Tanto, que éste acabó por no gozar siquiera de
dernos que eruditos que solamente han consult~do como fuen- una ucoexistencia" en la cual había tenido, sin em-
tes los status, hayan llegado a la visión y a la captación de
un solo mundo: el de las corporaciones.· Sin embargo, mien- bargo, un lugar modesto. ·
tras para los artesanos esas leyes eran re21mente obligatorias En Florencia, por ejemplo, la gran distinción
-lo que las hizo plen:imente efic2ces y permitió frenar even- entre popolo grasso y popolo minuto encubre fa
tuales inici2tivas, nivelando los géneros de vida y las activi~ división de las corporaciones o. ccartes" en ºartes
dades-, par2 los merc2deres tuvie~on un valor mucho más
mayores", agrupación de los ricos mercaderes, y
formal que sustancial. Establecidas en último análisis por los
'
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MERCADERES Y BANQUEROS

"artes menores", formadas por 1os artesanos. Más subordinación económica; y en Florencia, por ejem-
aún; muy a menudo la preeminencia entre la vein- plo, asistimos en los siglos XIV y xv a la proletari-
tiuna artes florentinas estuvo restringida no sólo a zación de los pequeños artesanos.
las once artes mayores, sino a las cinco primeras Los medios de presión y de opresión de los mer-
de éstas, que comprendían a los únicos hombres caderes sobre estas categorías sociales eran numero-
de negocios de escala de acción internacional: las sos y poderosos.
artes de Calimala. (o sea de los grandes importado- Intentaremos mostrarlos a través del ejemplo de
res-exportadores) , del cambio, de la lana, de Por Sire. Jehan Boinebroke, mercader-textil de Douai,
Santa María (o sea de la seda) y de los Médicos, ~ fines· del siglo xm.
Drogueros y Merceros, reunidos en un uarte" que U na serie de documentos extraordinarios que han llegado
comerciaba con todos los productos llamados . 'es- hasta nosotros y que Georges Espinas ha editado y comentado
pecias", de las cuales un manual de la época enu- en un libro admirable y célebre, nos han reconstruido las
mera doscientas ochenta y ocho diferentes. La do- relaciones entre aquel comerciante y todo un conjunto de
"empleados" y "obligados", humildes vecinos, deudores, pro-
minación económica y poli tica que estas cinco ar-
veedores, sirvientes, obreros, pequeños patronos y emplea-
tes ejercieron en Florencia y que se expresó en el dos' "que trabajaban en o para su empresa de tejidos de lana".
papel desempeñado por el Tribunal cpmercial de Ejecutando una cláusula de su testamento, los herederos pro-
la Mercanzia, su emanación a partir de· 13 O8, ha metieron reparación a las ~nas que Sire Jehan hubiera da-
sido estudiada por Armand Grunzweig, quien ha ·ñado en vida; algunas de ellas osaron presentarse a reclamar,
demostrado las luchas empeñadas alrededor de la y el texto de las reclamaciones, acompañadas de cierta can-
tidad de piezas justificativas, es lo que poseemos.
1-fercanzia por los tenderos y ·artesanos de las Artes A las gentes humildes las domina, ante todo, por su pode-
menores, especialmente para anular o dejar sin río económico. Tiene el dinero y a sus deudores exige reem-
efecto las deudas contraídas por los artesanos con bolso antes del vencimiento, prendas indebidas de las cuales
los mercaderes-banqueros. se apodera a la fuerza, y sumas muy superiores a las adeuda-
Todavía. era más fuerte, naturalmente, el poder das . . . hast.a triplicar la deuda.
Tiene el trabajo y de él dependen para vivir no solamente
de éstos sobre los obreros, en particular en las dos los obreros y obreras que emplea por su cuenta en su propia
regiones donde, en la Edad Media,· es posible hablar casa o a domícüio, sino también los pequeños artesanos cu-
de proletariado obrero vinculado a la existencia de yas herramientas a menudo son de su propiedad, que no pue-
una gran industria de tipo capitalista: la industria den- procurarse materia prima fuera de él y no pueden ven-
der los productos de su trabajo sin pasar por él. Ahora bien;
textil de Flandes y las industrias textil y naval
engaña sobre la calidad de la materia prima-, y sobre el peso,
de Italia central y septentrional. Por otra parte, ar- y se hace pagar precios exorbitantes. En cuanto a los salarios
tesanos y obreros se hallaban a menudo en pie de o las compras, "paga poco, mal o nada" y practica el truck
igualdad frente al mercader banquero en cuanto a system, el pago en especies.-

62 63
MERCADERES Y BANQUEROS JACQUES LJ:·; GOFF

Tiene el alojamiento. Como la mayo.ría de los grandes mer- Frente a tanta arrogancia, los humildes interlocutores de
caderes, posee numerosa~ casas, inversión tanto más interesante Boinebroke no se atreven a rebelarse contra él ni siquiera de$-
cuanto que, también como la mayoría de ellos, aloja en sus pués de muerto, en el momento de la investigación repara-
inmuebles a sus obreros, clientes y proveedores. De ese modo, dora. "Fueron tan oprimidos y por tanto tiempo, que se aban-
alojados en una especie de ciudad-obrera, aunque muy embrio- donan con toda naturalidad a su suerte. Ese sentimiento, que
naria, todavía dependen más de él. Llega inclusive a ruminis- duró lo que la existencia del fabricante de paños, cobró tanta
trarles conscientemente trabajo de valor inferior al precio del fuerza que pudo persistir aun después de su desaparición, Y
.ilquiler, para tenerlos más a su merced. "Puede decirse que, los llevó a no arriesgarse más que tímidamente a dar a cono-
en sus casas, se convertían en verdaderos prisioneros del car- cer sus quejas. El recuerdo tiránico del muerto parece pender
celero que era Boinebroke". Por lo demás, la presión de los y pesar sobre ellos, detenerlos y aterrorizarlos mientras vaci-
grandes mercaderes sobre la propiedad urbana era conside- lan en expresar las reclamaciones ante .los ejecutores testa-
rable en todas partes. En Lübeck poseen los mejores terrenos mentarios del difunto, en un medio que no es el suyo y que,
de esquina de las calles principales, los graneros de cereales por el contrario, era el de su opresor."
y los almacenes del puerto, y los edificios de la ciudad indis-
pensables para la gente de oficio: bodegas, hornos, edificios
del mercado ... único lugar donde los artesanos pueden ven- No obstante, las reacciones son a veces violen-
der y, a veces, como en el caso de los orfebres, producir. tas. Además de huelgas y motines hay verdaderos
A esta gente humilde, Boinebroke la aplasta también con movimientos~ revolucionarios aue... con vierten al si-
d peso de su poderío social. T:-.n pronto emplea con ellos el glo XIV en un siglo de crisis sociales con episodios
desprecio como la fuerza. Sobre ,..-ido con las mujeres, "que
desprecia ostensiblemente", empk~ la ironía. A una tintorera,
violentos, crisis complejas pero que presentan un
de cuya mercancía se ha apoderado indebidamente, le dice: aspecto esencial: la rebelión de los artesanos y obre-
"Comadre, ve a trabajar al lodazal, ¡a que estás necesitada: ros explotados contra el gran mercader.
me pesa verte así." Y como ella se ve forzada a aceptar, Mas ' entonces los rebeldes chocan con la última
pero protesta, añade: «¡Comadre! Nada te debo, que yo sepa, .
fuerza de aquél: su poderío político. Desde muy
pero me acordaré de ti en mi testamento." Y Georges Es-
pinas observa: "'el patricio juega con su comadre, a la que
tempr'ano, éste fue a coronar el éxito comercial y
arruina de hecho y de palabra, y se diría que juega con ella la fortuna. Dueños de · las comunas italianas, los
como el gato con el ratón que va a estrangular: es fa opo-si- mercaderes lo son más todavía del consejo urba-
ción de la omnipotencia y la extrema debilidad." no, del Rat de las ciudades alemanas donde elabo-
Pero también se muestra colérico, como con un locatario
ran un derecho urbano que integra el ius mercato-
que había pagado sin embargo el alquiler, pero se negaba a
pagar más: "Y Si.re Jeh:m se enojó y le echó de la casa sin rum primitivo. Inclusive tardíam,ente encontra-
ley y sin juicio." Entonces, despliega la fuerza. Un campe- mos este proceso. En 1433, Hans Popplau de Lieg-
sino no quería venderle las plantas de rubia, en un momento nitz se instala en Breslau. Su primo Andrés se le
en que el preci9 de la rubia subía, plant:as que había vendido reúne algunos años. más tarde. Fund:¡m una socie-
ya a otro; Boinebroke llegó al campo con dos de sus obreros
1 dad que trafica en paños, arenques, aceites, espe-
e "hizo arrancar de fuerza la rubia y llevada a su casa".
Y el infeliz campesino se quedó sin plantas y sin dinero. cias, cueros y objetos de orfebrería. Los compran

64 65
.Hf;RCADERES Y BANQUEROS JACQUES LE GOF1'"

en los Países Bajos y los revenden en Baviera, en campesinos fueron menos íntimos en conjunto que
Austria,. en Bohemfa y en Polonia. Hans forma par-. los que tuvieron con las demás clases sociales, fue-
te del Rat de Breslau desde 1446 y permanece en ron no obstante más numerosos y más importan-
él hasta su muerte, en 145 6. En 1448 es burgo- tes de lo que se cree. En la Edad Media, ciudad y
maestre. Su hijo Markus es miembro del Rat de campo no vivían aislados una de otro. Económica,
1483 a 1499, mientras sigue ocupándose de los demográfica y políticamente sus relaciones son un
negocios. hecho capital. En las regiones fuertemente urba-
El mismo Boinebroke fue concejal de Douai~ por nizadas donde los mercaderes muy pronto se hicie-
lo menos nueve veces. Sabemos en especial que lo ron poderosos, su acción sobre el campo se dejó
fue en 1280, y que dicho año él y sus colegas, que sentir temprano. Al principio, colaboraron en la
p~rtenecían a su misma clase, reprimieron "con liberación de los campesinos, porque eso era a la
cruel energía" una huelga revolucionaria de te- vez un medio de lucha contra los señores feudales,
jedores.. ((La ley que debería castigarlo y vengar ocasión pa·ra la compra de tierras a los nobles pri-
a': sus víctimas, lo salva porque él es quien la ha vados así de mano de obra, o a los campesinos, pro-
hecho y quien la aplica. Para comprender (lo), pietarios engolosinados con el dinero ofrecido y'
no separemos nunca política y economía; una per- quizás, gracias a la emigración hacia las ciudades
mitió y trajo a la otra que, a su vez," la completa de los campesinos liberados, ocasión sobre todo de
y consolida; la legaliza y legaliza sus abusos." procurarse mano de obra barata para la industria
¿Que ese terrible Boinebroke es una excepción? y el comercio.
Quisiéramos creerlo y, sin duda, había en él cier- En ciertas regiones, los mercaderes revoluciona-,
tos rasgos individuales de carácter que pudieron ron también las condiciones de explotación y de.
acentuar ciertas actitudes y ciertas conductas. Pe- vida de los campesinos. Gracias a los capitales, pu- ·
ro, como ha observado G. Espinas y como demasia- dieron invertir en el campo dinero con que me-
dos documentos confirman, es un prototipo, ca- jorar las técnicas, proceder -como en Flandes o en
racterístico de una categoría cuyo comportamien- la llanura del Po- a grandes trabajos hidráulicos
to social -fundado sobre las estructuras económi- y extender los molinos. Gracias a su espíritu y a
cas y políticas- fue singularmente feroz. sus métodos comerciales pudieron mejorar la pro-
ducción, racionalizarla en ·cierta medida. Gracias
a su orientación comercial y a su capacidad eco-
MERCADERES Y CA,MPESINOS nómica, pudieron a veces proceder a una recon-
versión de los cultivos, como recurso en las crisis
Si bien los contactos de los mercaderes con los agrícolas: sustitución de los cultivos por la gana-
66 67
.HERCADERES Y BANQL·EROS JACQUES LE GUl:F

, . 1
mica dejó sentirse de un mo do mas c~pecrn.L en e
1
dería para responder a las necesidades de la indus-
tria textil, como en Inglaterra y en la región de campo, la actitud de los mercaderes resp~cto ~e
Metz; aumento del cultivo de la rubia para tintes, los campesinos que dependían de ellos. s~ hizo n:as
como en Flandes; luego, en los siglos XIV y xv, dura tanto más cuanto que se generalizo el replie-
desarrollo del glasto, que los mercaderes de To1osa, gue de. capitales mercantiles hacia el campo. In_du-
por ejemplo, harán cultivar en vastas zonas del dablemente, desde muy tempraf.!O los merca~eres
sudoeste de Francia; e impulso dado en Italia por se habían dedicado a comprar bienes rur~les, s1~;io
los mercaderes florentinos al cultivo de la morera y fuente tradicional de riqueza y. cons1~crac1on.
cuando la seda del Turquestán llega con mayor di- Pero el movimiento se aceleró a partir del siglo XIV,
ficultad. Los mercaderes se interesan también en acentuando la tendencia de ciertos grandes merca-
abastecer a las ciudad~ que dominan políticamen- deres a convertirse en rentistas. Conocidas son las
te. Se protege la agricultura; se fomentan ciertos célebres' ca·sas de campo de ~os ~édicis, que, ª~~­
cultivos, corno la. vid o los árboles frutales. Uno más de lujosas villas de res1denc1a, eran tamb1en
de los célebres frescos de Ambrogio Lqrenzetti, en centros de explotación. Quizás en el seno de. la
el palacio comunal de Siena, representa los efectos, familia de los Alberti es donde mejor puede seguirse
para el campo, =del «buen gobierno" de la burgue- una verdadera ruralización que, en el siglo XV, ins-
sía de los negocios. piró a un miembro de .la familia, el fam?sº. León
Pero no debe creerse que los campesinos saca- Bautista, toda una sene de reglas econom1cas Y
ron sólo provechos dé semejante contacto. Para ética~ ,
beneficiarse del. sostén de los mercaderes, tuvieron Al mismo tiempo, los mercaderes buscan mas
. que aceptar contratos que, a cambio de capitales que nunca mano de obra ~a7ata en e~ campo, so?rc
y del suministro de animales, herramientas o semi- todo para la industria textil. Por e~emplo, l;
m-
llas, no solamente les imponían obligaciones gene- dustria textil marsellesa daba trabajo, ademas de
radoras de· progresos tales como el desmonte, la la región sudeste, a la región lionesa~ a la Bresse
explotación de.la madera y la construcción de edi- y hasta a la región de Chartres..Mientras los mer-
ficios, sino que, además, dejaban en manos del caderes de los viejos centros textiles urb~nos, como
mercader, socio capitalista, la mayor parte de las .Gante, sé esforzaban por todos los medios, por. la
ganancias. En el campo mesino, según J. Schnei- fuerza inclusive, en evitar el desarrollo de esa in-
der, los campesinos de los dominios burgueses ob- dustria competidora, a case de ella labraban ~
tuvieron "la libertad personal pero con la sujeción fortuna los mercaderes de los nuevos centros> qm:
·económica". dominaban f érreamente la mano de obra campe-
A partir del siglo XIV, cuando la crisis econó- sina. En Italia, las cláusulas de los contratos de
68 69
MF.RCADERES Y BANQUEROS JACQUES LE GOFF

aparcería se vuelven draconianas; se desarrolla un -social que sólo adquiere total expansión en las ciudades donde
asalariado agrícola de condiciones de vida más mi- la industria y el gran comercio ofrecen posibilidades de en-
serables; la situación de los pequeños campesinos se riquecimiento casi sin límites.
agrava, e inclusive asistimos a una verdadera reac-
ción por parte de los mercaderes-propietarios ru- Indudablemente, el apogeo del patriciado se si-
rales, quienes, reanimando los censos señoriales, túa en el siglo xm, y en los siglos siguientes, por
tienden a retrotraer los campesinos· al estado servil. el impacto de las crisis económicas, la evolució?"
Este movimiento se acompaña de un creciente social y política impone a veces límites a la omru-
desprecio hacia los rustid, cuyos ecos hallamos am- potencia de los patricios.
pliamente en la literatura del siglo xv, inspirada Aunque los movimientos revolucionarios urba-
por la burguesía mercantil. nos no sean más que breves liamaradas pronto ex-
tinguidas, la clase media artesana logra a menudo
compartir con los grandes mercaderes el poder po-
Aspectos del dominio político de la burguesía lítico en las ciudades.
mercantil Entre los motivos que levantaron 11 pueblo me-
nor de las ciudades contra la tiranía patricia al
De esta manera, apoyándose en el dinero y en grito de "¡Abajo los rico:;!", junt:o con la reacción
la red de los negocios, y en su poder político en de los miserables que muestran las uñas a los mer-
las ciudades, la burguesía mercantil constituyó en la caderes capitalistas, es preciso destacar su resenti-
Edad Media una verdadera clase, dotada de espíritu miento ante la forma .en que los patricios manejan
específico. De ella ha podido decir Y. Renouard, las finanzas urbanas.
refiriéndose a Florencia: "Es un régimen de clase Los patricios en el poder dictan los impuestos,
establecido por el dominio político de los hombres lo cual los condena ya a la impopularidad. Pero
' " A ese grupo soc1a.i.,j a pesar ue
de negoc1os. A . • .J 1
ias ésta llega a su colmo por el hecho de que, siendo
reservas expresadas por eminentes historiadores los que los dictan, se dispensan de ellos, haciendo
contra el término, hemos de llamarla el patriciado. recaer el peso sobre los más pobres. Bien lo expresa
Beaumanoir en sus famosas Coutumes du Be4u-
¿Qué es, pues, el patriciado? --escribe J. Lestocquoy-. vazszs:
Es una clase social cuyo contorno no ha recibido confirma-
ción jurídica, pues no debe confundirse a estos grupos, bas- En las ciudades de comuna se quejan mucho por los lin-
tante cerrados, con la burguesía. Es 1lna fracción de la bur- puestos, porque a menudo sucede que las gentes ricas que go-
guesía, a menudo la más rica, pero, sobre todo, la más pode- biernan los negocios de l:i. ciudad declaran menos de lo que
rosa por su dominio del gobierno de la ciudad. Es una clase deben, tanto ellos como su familia, y hacen beneficiar de

70 71
MERCADERES Y BANQUEROS JACQUES LE GUFI·

las mismas ventajas a otras gentes ricas, y así todo el peso rodea a la realeza y a los funcionarios de h monarquía que
rec~e sobre el conjunto de la gente pobre. intentan controlar los negocios de los mercaderes. Aprovecha
la derrota de Poitiers y la regencia del joven delfín Carlos
El fraude fiscal fue tal, que a veces estalló el es- para intentar que París en rebelión imponga al regente y a
cándalo, corno en Arras, donde un miembro de la sus consejeros las condiciones de la burguesía. Se trata especial-
f"amosa familia de banqueros Crespin (olvidó" de- mente de disminuir las cargas fiscales que pesan sobre las
ciudades. Pero, para contar con París es preciso apoyarse en
clarar 20.000 libras! el pueblo parisiense, en el "común". Cuando estalla la Jac-
Más aún; el fraude fiscal va acompañado de di- querie, todavía intenta no comprometerse en ese movimiento
lapidación de los dineros públicos, parte de los cua- revolucionario rural y lo abandona a su suerte. Pero también
les van a parar a las cajas de los grandes mercaderes. él, a la vez que sueña con una revolución política que susti-.
tuya la monarquía de los Valois por la dinastía de Navarra
Las ciudades se endeudan v., a veces auiebran~
.... corno en la persona de Carlos ei Malo, como consecuencia de su
Noyon. Vemos a los famosos Bar di y Peruzzi de toma de posesión se ~onvierte cada vez más en el vocero
Florencia intentar adueñarse del poder en 1343 pa- del común. Y también él es barrido por una reacción de las
ra evitar la bancarrota de sus casas y, en un mo- . clases dirigentes, que se aprovechan, si no de la complicidad,
mento de dificultad, el Magnífico no vacila en sa- por lo menos de h pasividad de las clases populares, que no
están dispuestas a sostener hasta el fin al tribuno que no es
car fondos de la ca ja comunal para la dore de las realmente de ios suyos. También él es asesinado el 31 de ju-
muchachas pobres, a fin de poner a flote la firma lio de 135 8.
de los Médicis.
El odio de los patnc1os hacia estos mercaderes
"democráticos" parece haber sido legado a. los his-
Los MERCADERES .. DEMocRÁ neos" toriadores, que a menudo no han querido ver en
ello~ otra cosa. que "agitadores". Así los pintaron
Lo más curioso es, quizás, el papel que desempe- los cronistas •treaccionarios" de su época. Para el
ñ~rl'\n r~P'i"'t"r\c t:'l'tm~-n,..:JD<" mii:ii1""r'"J.rlo..,..o<' l""~o"t"'-rn.!." m~..o'fi""i""thY<>ne
.a. ... - .... 'V'.11..4. -JL-A ~V"-1' f>A Q.A.Jl..U.t.....;t J.A.I."".&. "=-ª'-'"'A.,..,,_,, """.L""'A '"V~ .&.J..U.~..LJ..l&.J'.&. VOJ patricio florentino Villa.ni, Artevelde fue un indi-
del patriciado, en los movimientos ((democráticos" viduo despreciable, .. de vil nación y oficio", cuya
e inclusive francamente revolucionarios. Jacques muerte dio motivo a una sentencia moral: uTal es
van Artevelde y Etienne. Marce! son dos ejemplos generalmente el fin de los hombres presuntuosos
célebres. que se erigen en jefes de las comunas."
A Henri de Dinant, que fue en Lieja otro de
Preboste de los mercaderes de París, Etienne Marce! per-
tenece a una de las más grandes y ricas familias de textiles . esos "burgueses democráticos", el cronista Jean
de la ciudad. Su oposición a la política real es, primero, la de Hocsem lo convierte también en demagogo
de los miembros de su clase, hostiles a la nobleza feudal que ;(ductor populi) y Jean de Outremeuse dice de él:

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MERCADERES Y BANQUEROS JACQUliS 1.1·.' GOFF

"Hacía sublevar al pueblo contra el Señor y contra. gógic2; La lectura de los cronistas de Lieja demuestra el éxito
la clerecía y creían en él ... y fue tan falso y trai-. que halló esta venión, éxito que por lo dem2s te extenderá
hasta el siglo XIX.
dor y envidioso que no valía nada por las ganas
que tenía de dominar." Devolviéndole su auténtico
rostro, F. Vercauteren ha trazado un retrato que. Cierto que, en muchos casos, las rivalidades per-
sirve para todos sus semejantes: sonales én el interior del patriciado --competencia
de negocios y de prestigio-- y las consideraciones
Era un rico burgués, miembro del patriciado, pero no de de ambición personal desempeñaron su papel. El
los antiguos linajes que detentaban el poder político en Lieja. interés hizo a menudo que los ricos se pasaran al
Inteligente, ambicioso y elocuente, deseó desempeñar un pa- bando de los pobres. Los ricos carniceros, como .el
pel personal en la conducción de los negocios urbanos, quiso
liberar a la burguesía de la autoridad del príncipe y que-
famoso Camboche de París, que animaron movi-
brantar, a este fin, la oligarquía de los concejales. Parece ser mientos revolucionarios, querían sin duda servirse
que intentó también realizar una estrecha alianza entre las del pueblo para vencer el desdén que, a pesar de
principales. villas de Lieja con el objeto de oponer a la polí- su fortuna, les manifestaba el resto "de la alta bur-
tica del príncipe un;i. política de la burguesía. Pan llevar guesí.a. En Metz fuero~ también .. el elemento re-
a cabo sus proyect0$, se :atrajo a las masas populares que to-
d:1.vía ~uban excluidas de toda participacióñ '.en el poder
volucionario más activo". Pero en muchos casos,
público pero que ya estaban maduras para tal participación. esos trán#ugas, asqueados del egoísmo Y~ la feroci-
Por. tanto, discernió y utilizó un movimiento profundo que dad de su clase y conscientes de una evolución que
buscaba un. jefe. Su intervención precipitó la lucha entre el iba a chocar con la obstinación de los patricios
pueblo y · una parte del patriciado que apoyab2 al príncipe, ·aferrados a sus privilegios, rio hicieron más que
mientras una fracción del clero se mmtenía neutral. M:i.s, pri-
sionero de aquellos a quiene3 debía su elevación, forzado PQCO seguir la voz de su conciencia y de inteligencia.
A poco a actitudes c2d2 vez m2s violent:as y revolucionari:as, La comunidad de acción que encontramos, por
fue abandonado por los elementos del patriciado ...que lo ha- ejemplo, en Tournai en 1280, donde los patricios
bían seg-.1.ido :tl prim:1p10 y a quienes su ndic2lismo acabó forman ia- "cofradía de Íos Damoiseaux", Üga de
por 2susur. El movimiento, que primero era político, se con-
la gran burguesía contra el pueblo amenazante, no
virtió en un movimiento social; durante 103 últimos meses
de su admini.rtr:ición, Henri de Dinant no pudo ya contar impidió sin embargo que en el interior del patri-
con fa ayuda popular y, desde entone~ se le considera un ciado se desarrollaran las más ásperas rivalidades
demócrata, inclusive, como dice Hocsem, un demagogo. Eso políticas, expresión de rivalidades de los negocios.
explica 12 .import:ancia y la fuerza de la coalición que .se for-
i:n:a contra él y que :agrupa al príncipe, a h. nobleza y al pa-
triciado. No habrá sido difícil a sus vencedores transmitir Luchas de los clanes burgueses
a la posteridad una im;i.gen deformada dd tribuno y conver-
tirlo en un vulgar agitador, .inspirador de una política dema- Las luchas entre grandes familias patricias son

74 75
JACQUES Lé' GOFF
MERCADERES Y BANQUEROS

particularmente célebres en Italia. A menudo for- las rivalidades que pueden amenazar a éstas cuan-
man la base de la oposición entre güelfos y gibeli- do han sido constituidas por una familia de mer-
nos, corno por ejemplo en Génova, donde de las caderes-banqueros, como los Médicis de Florencia,
cuatro grandes familias, esas cuatro "tribus", los no deben disimular el consentimiento profundo de
Fieschi .Y los Grimaldi, son güelfos, mientras que la gran burguesía de los negoci9s italiana frente
los Dona y los Spinola son gibelinos. Sin duda fue a regímenes que garantizan la segurida·d -tle las f or-
en Florencia donde las luchas fueron más famosas, tunas por medio de la fuerza y la demagogia.
entre "negros" y "blancos", inmortfalizados por
Dante, entre Alberti y Albizzi a fines del siglo XIV,
MERCADERES Y PR:ÍNCIPES
entre Albizzi y Médicis, y Médicis y Pazzi en el
. siglo xv. El triunfo político, la expulsión de los ad-
También desde muy temprano los grandes co-
versarios, era un buen medio para destruir los ne-
merciantes dc-;empeñaron un papel político junto a
gocios y desembarazarse de los competidores. La
prí.nci pes y soberanos. El soporte de ese fenómeno
gran compañía de los Alberti declina y muere .des-
hay que buscarlo, evidentemente, en los servicios
pués de la llegada al poder de los Albizzi. ·
financieros y económicos prestados por. los· merca-
Pero en los dos últimos siglos de la' Edad Media
deres-banqueros a los poderes temporales.
las rivalidades en el seno de .las grandes familias
de mercaderes son, sin. duda, menos significativas Benedetto Zaccaria puso su flota y su competencia de
y menos importante~ que el apoyo cada vez más marino al servicio d.e los reyes de Francia .y de Castilla, en
decidido que aporta esta clase a nuevas estructuras. calidad de ~lmirante. Reorg:anizó paI'2 Felipe el" Hermoso el
políticas, en las cuales cree ver un di.que contra la :arsenal de Ruán y trazó el programa de construcciones na~
vales del sober:ano. · ·
ascensión de las clases populares y contra el peli- Dino Rapondi, mercader y banquero de Luc~; desempeñó
gro de .ciertos movimientos revolucionarios. Nos funciones de diplomático y de .. verdadero ministro de finan-
referirnos a la tiranía. y a la monarquía· centrali- ;zas'º de los dos duques de Borgoña y condes de Flandes: Fe·
zadas, allí donde aparecen (no es, por ejemplo, el lipe el Osado y J.u211 Sin Miedo.
caso de alemania) . · Las grandes empresas militares y políticas, que.
precisaban la movilización de grandes capitales, si-
tua.ron en primer. plano á. los mercaderes italianos.
'!vf.ercaáer~ y señorías
En primer lug:ar, las Cruz:adas. Los hombres de negocios
En Italia los grandes mercaderes favorecen el ;de Génova, Pisa y V enei:Ía suministraban a los cruzados los
advenimiento y la consolidación de las señorías, y b:ircos, los víveres y el dinero, .a veces según métodos tan

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JACQUES U: GOFF
MERCADERES Y BANQUEROS

evolucionados como lo' giros sobre el· tesoro re:il, con los reina Juana I. Lleva una deslumbrante vid2 de gran señor en
cuales los mercaderes genoveses fin:inciaron la séptima Cru- lo~ feudos que recibe en Greci2 o en Iulia; embajador del
zid:i de San Luis. Pero no se contentan con los beneficioa Papa en Aviñón, dexmpeña el papel de "b2cedor de reyes",
que le reportan esas ventas o préstamo¡: controlan la vida y un fresco de Andrea del Castagno no.s ha conservado 'la
económi<.:a de las conquistas occidentales. Mientras los vene- altiva figura de ese gran senescal del reino de Sicilia.
cianos se in>e:d:an en Bizancio después de la cuarta Cruzada, La gestión de 12s finanzas de 12 Santa Sede comport2 tam-
vemos a gr'1ndes mercad res como los Embriaci adpiinistrar bién vas't2s posibilid2des pua los mercaderes it-:1lianos. En
para su patria genoven las colonias de Siria y Palestina. tiempos de A viñón, cu2ndo el fisco pontificio exige cad2 vez
Otro campo de acci"'n: ia ·conquista del reino de Nápoles más a la Cristi2nd2d, son los grandes banqueros it2lianos, ao-
po~ los angevinos con ayuda del Papado. En l:i lucha de los bre todo los florentinos, quienes hacen ingresar en hs c2jas
Papas contra los emperadores alemanes, el conflicto con los de la Curi2 los múltiples impuestos, quienes adehnt2n al
hijos de Federico II y, sobre todo, con su hijo natural Man:. P2pa fas considerables sum2s que precisa, quienes realiz2n
fredo, dueño d~ la Italia del sur y de Sicilia, pasa a primer por él todas las operaciones financieras necenrias y dispo-
plano desde Í2 50. Los gibelinos, p:irtidarios de Manfredo, nen para sus negocios, en una vasta área geogr::í.fic2, del con-
triunfan en Sien2. y en Florencia, y los prin<;ipales mercade- siderable c2ud2l que represent2 el dinero de .la Iglesi2. 1 ·
res-banqueros de aquellas ciudades, en relaciones de negocios Banqueros del Papa, conio ha dcmostndo Y. Renouard,
con la Santa Sede,. emigraron o fueron exiliados. A ellos se di- son también sus consejeros poli ticos. Los Papas de A viñón
rigió Clemente IV, un ch:impañés muy al corriente de las inclusive hicieroq de !2 socied2d de los "Al~rti antichi" una
operaciones financieras internacionales, para financiar la con- verdadera agencia de información a su servicio.
·quisca del reino de N :ípoles confiada por el Papa a Carlos de
Anjou, hermano de San Luis, y que fue bautiz:tda .. Cruzada ...
L2 política continent2l de. ~os .reyes pe lngl:i~erra o~reció
a los italianos otro campo pnvileg1ado de operaciones. Fman-
Se trataba de una empresa considerable, de enorme riesgo. ci2dores de las empresas inglcs:is eµ 1:a Gueru de los Cien
Para que los hombres de negocios florentinos exiliados se de- Años, consolidan cerca de los sobennos de· Londres su posi-
cidan, el P:tpa, a c~mbio de los capitales adelantados, pignors ción económica al desempeñ;;ar también c2rgos militares y po-
el producto del impuesto sobre la Cruzada a recaudar en las líticos. Indud2blemente, la importancia de los riesgos result2
ferias de Champaña, . el tesoro pontificio, los bienes de laa aquí en detrimento de ;;algunos prest2nlistas demasi2do im-
iglesias de Roma y, forz2do por la necesidad, los objetos pre- prudentes, y el fr2c;;a.,o de una C2mpaña inglesa puede pro-
ciosos, hs vasiju de oro y phta 'de su c2pilla y de su tesoro. ducir la quiebr2 ineviuble de algunas de las mas grandes
La victoria de lu ·tropas franccs:is y .la in.st2lación de los an- compañíu florentin:u, ·como fue el ca.so de 12s compañías
gevinos en N:ípoles 01brió a los b2nqueros de Carlos de An- de los Peru:zzi y de los Bardi. Pero tod;;avía en el . siglo rv
jou el dominio económico de la Italia del sur y de Sicilia.. vemos a los mercaderes it:ilianos servir a los reyes de Ingla-
Entre ellos eligieron los reyes mgevinos gran· cantidad de sus terra como gobernadores y almirantes en lug:ares ·donde no
principales consejeros. .Éste es el caso de los Acciaiuoli de Flo- tienen interese. de negoci01, como en Góyena, por ejemplo.
rencia. A comienzos del siglo XIV, un Acci2iuoli es chambelán
del rey René, vicario real y señor de Prai:o. Más deslumbnn- A fines de la/ Edad Media vemos aparecer tam-
te todaví.a va a ser la suerte ~e sil h'ijo Nicolás. Gran hombre
.de negocios, hábil administrador y ·diplomático sin igu2l,
añ2de a esos talentos cu2lidades f ísic;as que lo convierten eri 1 Pero, sin duda, 12 vent2ja mayor . era la posibilidad de
el favori~o de la emper2triz Catalina de Courtenay y de 12 tn.nsferir capitales.

78 79
MERCADERES Y BANQUEROS
JACQUES LE GOFF

bién mercaderes autóctonos en. el primer plano de


la escena política de las monarquías cuyo carácter· Gante; los du Markiet, los Boinebroke y los Le
nacional colorea cada vez mas la acción centraliza- Blond en Douai; y los Crespin, los Hucquedieu,
dora. Un William de La Pole es ya influyente jun- los Y ser y los Stanfort en Arras.
to a Eduardo III de Inglaterra. Y ya vimos el pa- Por tanto, parecería que la clase de los gran-
pel deslumbrante desempeñado en el siglo xv por des hombres de negocios medievales hubiera cono-
Jacques Coeur junto a Carlos VII de Francia. cido también, además de la cohesión económica y
De taf manera, a lo largo de toda la Edad Me- política, otra forma de cohesió~: la continuidad
dia, bien por medio del" patriciado ciudadano ~n el
marco urbano y comunal, bien mediante los gran-
des capitalistas en el marco estatal, los mercaderes- En un estudio célebre, Henri Pirenne lo ha negado. Para
banqueros apuntalaron y coronaron su poderío él, "a los diversos períodos" de la. historia y especialmente de
la Edad Media "corresponde una clase distinta de capitalis-
econóI_Tiico con un poder: político en el que se mez- t:as ••• No es del grupo de los capiulisus de una época dada
claba fa búsqueda del interés y la del prestigio. · de donde sale el grupo de los capitalistas de la época si-
guiente. A cadi transformación del movimiento· económico
se produce una solución de continuidad. Diríamos que los
capicalist:is que hasta entonces desplegaron sus actividades, se
LAS GRANDES FAMILIAS BURGUESAS
reconocen incapaces de adaptarse a las. condiciones que exi-
gen necesidades antes desconocidas y que requieren métodos
no emple:ados. Se retiran ·de la lucha para transformarse en
Entre, los mercaderes encontramos _siempre los una aristocracia cuyos miembros, si tod2ví2 intervienen en·
mismos !nombres. Las grandes casas de negocios se el manejo de los negocios, intervienen solo en forma pasiva,
.en calidad de socios capitalistas. En su lugar surgen homhres
identificaron con los linajes del patriciado, con las nuevos, osados y ·emprendedores, que se dej:an llevar audaz-
grandes familias del coµiercio, de la banca y de la mente por el viento que sopla y que saben orierit:i.r sus vetas
polí rica~ Dina~tías . bÚrguesas, y a veces ennoble- siguiendo la dirección de ese viento; hasta el día en que,
cidas, corno las de los Ziani y los Mastropiero, los al modificarse la dirección del viento, se detienen a su vez
Soranzo y los Balbi en Vénecia; los Salimbeni, los y desaparecen. ante un equipo provisto de fuerzas de refresco
y de tendencias nuevas"~
T olomei y los Buonslgnori en Siena; los Bardi, los
Peruzzi, fos Acciaiuoli, los Alberti, los Albizzi, ]os
Médicis y los Pazzi en Florencia; los Fieschi, los Esta tesis_ ha encontrado diversos contradictores,
Spinola, los Doria, los Grimaldi; los U so di Mare, y su fecunda sugestión ha dado lugar a un debate
. los Gattilusio, los Lomellini y los Centurioni en --en el que han tomad? parte especialmente G. Es-._.
<;iénova; los Uten Hove y los Van der Meire en pinas y J. Lestocquoy- todavía no zanjado:.
••¿Nuevos ricos o hijos de ricos?"
·so
81
MERCADERES Y BANQUEROS JACQUES LE GOFF

No nos ocuparemos aquí de uno de los aspectos los impuestos indirectos, dictar las modalidades del
de la discusión: el que se refiere al origen de la trabajo manual y fijar su remuneración." En el si-
clase de los grandes mercaderes medievales. Es in- r glo XIV se concluye el divorcio ~n los planos po-
l
dudable que, en muchos lugares, fueron antiguas . lítico e ideológico- entre capital y trabajo. Los
famil_ias nobles, antiguos funcionarios feudales que l burgueses convertidos en rentistas son tratados de
disponían de ·cierto caudal económico, quienes se
dedicaron al comercio y le suministraron las cabe-
l .. ociosos" ( otiosi) por los trabajadores. La separa-
ción es total entre oficios "fundados sobre trabajo
zas rectoras y los dirigentes. Mas Pirenne ha lla- .l · o sobre mercancía". Desde fines del siglo XIII "solo
mado la atención hacia los que, a favor del creci-
miento demográfico de los siglos x a xn y del mo-
vimiento urbano que dislocó los marcos de la so-
l quien no se gana la vida por medio de trab:ajo ma-
nual" puede entrár en el Rat de Lübeck, y desde
1 3 12 las ••gen tes mecánicas" son excluidas de las
ciedad rural y militar de la Alta Edad Media, gra- funciones municipales en N evers.
cias ai comercio alcanzaron lugares prominentes Pero en la tesis de Pirenne sigue habiendo cier-
partiendo de nada o de muy poco. tas afirmaciones de primerísima importancia.
. Pero, una vez desaparecidas esas condiciones ex- Es acertado vincular a las diversas fases del mo-
cepcionales de movilidad social, la~ clase de los ( vimiento económico la aparición de ciertJ.s familias·
grandes mer..caderes se estabilizó. A partir del si- en el primer plano de los negocios y la desaparición
1
glo xm, los Rockefeller y. los Carnegie fueron ra- ~
de otras. Pero, siempre salvo excepciones, ni los
ros en la Edad Media y constituyeron siempre una recién llegados son desconocidos en el mundo del
excepción. En la gran bu·rguesía· de los negocios no comercio y de la banca, ni los antiguos desaparecen
entró quien quiso, salvo quizás en Inglaterra, don- del todo. En Venecia, los nuevos ricos que se han
de la "fluidez" parece haber sido muy grande en enriquecido con su trabajo gracias a los beneficios
los sifdos XIV v xv. sobre todo entre los mercadere5
V .; - - ; - - - - -- - - - - ----- - - --- --
del sistema de la commenda y luego han pasado a
londinenses::?. Como ha dicho A. Sapori refirién- ser capitalistas cada v~z más poder~sos, fo~man las
dose a Florencia, solo hubo "compenetración" "en
1
case nuove, ,as " .
casas nuevas ,, •
que coexisten con 1as
la clase por encirnd.; del trabajador asalariado". "Los case vechie de los antiguos ricos. En Flandes, en
. miembros de lo que llamamos generalmente bur- los siglos XIV y xv la gran burguesía de. la poorterie
guesía form3.ban bloque contra el pueblo bajo, al comprende a los descendientes del antiguo patri-
restablecer el sistema de contribuciones basadas en ciado junto con los nuevos ricos. Por otra parte,
2 En Alem:i.ni:i., es difícil distinguir d aspecto social de la desaparición de ciertas familias puede estar vin-
b emigración hacia el norte de los alemanes del rur en el culada a acontecimientos políticos: lo hemos visto
siglo :xv. en el caso de los Alberti. No debemos transformar
82 83
JACQUES LI:: GOFF
MERCADERES Y BANQUEROS

ciado de nuevos ricos sustituye el antiguo. En Lübeck, Jos


en ley de la evolución econónúca y social las céle- homines· no1 i compran rentas y sus deudores pertenecen esen-
1

bres páginas -magnífica muestra literaria-· es- cialmente a los viejos linajes y se encuentran ahora a la
critas en el siglo xv por León Bautista Alberti en merced de sus· acreedores. De esta forma es la viuda de
Bert.rand Mornewech "el primero y m:ás feliz representante
su tratado De la· familia, consagradas a las vicisitu-
del nuevo tipo de mercader", con 14.SOO marcos de Lübeck
des de las grandes familias -comerciantes caídas e'ntrt' los años 12 8 6 y 13 OO.
desde la ~umbre del poder hasta la decadencia y
el olvido. Pero si bien la historia económica acentúa y ace-
lera esta evolución, no se relaciona únicamente con
Más interesante es seguir la evolución que tiende a trans-
formar en rentistu a los mercad~res activos. Indudablemente
ella .. Es un movimiento natur~l, que también en
también aqu.í pesa la coyµntura económic2.. Los capitales de- nuestra época lleva al comerciante de los negocios
dicados al negocio y a la banca se repliegan y se invierten en a la propiedad inmobiliaria y rural. En la juven- ·
bienes inmobiliarios y rurales ante las ·dificultades del co- tud, los viajes; en la edad madura, los negocios se-
mercio, el estrechamiento de horizontes y la pérdida de cier-
dentarios; en la vejez, una ~emijubilación en el
tos mercados. Esto es especialmente cierto para los italianos
en los siglos XIV. y xv, como ya dijimos; y el desarrollo de campo. Más que una cuestión de edad es una cues-
un imperio veneci:ano en .. tierra firme" va unido a este re- tión de generaciones. El padre, constructor de la
pliegue de l<?s capitali.Stas hacia el campo. F. C. Lane lo ha empresa, hace de ella su vida, le consagra su tiem-
- demostt2do en .lo que se refiere a Andte2 Barbarigo y .sus po, sus esfuerzos y su dinero, aun en el. caso de que
descendientes; éste colocó todo su dinero en el comercio
y esperó a alcanzar la edad madura antes de comprarse un disponga ya inicialmente de cierta fortuna. El hijo
-dominio rural. Pero con su herencia los tutores de· sus hijos o el nieto, criados en la abundancia, que por edu-
comienzan a comprar otras propiedades en las regiones de cación han reCibido a la vez gusto por la cultura
Treviso y de Verana, sin contar los dominios coloniales en y sensibilidad artística, consagran ~nos tiempo :a
Creta, y colocan de preferencia el dinero de sus pupilos en
tirulos de deuda del Estado. Es el momento en que, a con- los negocios y más a los gastos personales: goces del
secuencia de la conquista turca, Venecia sufre duras pér- - espíritu y goces menos nobles. Después de los que
didas en Oriente. En 1426, solo un.a "décima parte del capi- acumulan, los que disfrutan. Después de los merca-
tal está invertido en el comercio. Cuando el hijo mayor, -deres que solo son mercaderes, los mercadercs-aT-
Nicolo, hace testamento en 1496, recomienda a su propio tistas. Thomas Mann en Los Buddc11brookc ha re-
hijo no colocar dinero en el comercio, que da poco.
lgualment~, cuando en 1457 una crisis ciert'2 los merca-
tratado esta evolución en la época moderna, en el
dos de Bohemia a los Poppl.au. de Breslau, Kaspar Popplau marco de una vieja ciudad alemana. En la Ed:id
pliega parte de sus capitales hacia el campo, comprando tie- Media fue f.recuente. En los Médicis ha1Iamos un
rras. Y del mismo modo que esta nueva orientación de los"' ejemplo célebre. De Cosme i Lorenzo, el dinero
capitales merc;mtiles permite la sustitución de la antigua
aristocracia ·rural por otra nueva, en la.s ciudades ·un patri-
que ha ido a irrigar el _renacimiento florentino h:i

84 85
MERCADERES Y BANQUEROS

sido retirado ·de los negocios de la firma familiar. CAPITULO 111


De tal modo, si bien es conveniente distinguir
matices y debemos desconfiar de la "concepción
de una clase burguesa en bloque en cada época", LA ACTITUD RELIGIOSA Y MORAL
no por ello la clase de fos grandes mercaderes bur-
gueses deja de pr.esentar en la Edad Media notable
unid:id, a pesar de hts vicisitudes y las renovacio-
nes. U ni dad hecha no solo de permanencias eco-
nómicas sino también de continuidades humanas en
el seno de las grandes familias del comercio y de LA IGLESIA CONTRA LOS MERCADERES: LA TEORIA
la banca. .
Co.n frecuencia se ha prl.!tendido. que la actitud
de la Iglesia respecto del· mercader medieval lo
obstaculizó en su actividad profesion:d y lo reb:i jó
en d m~dio scia-~L Condenado por ella en el ejerci-
cio mismo de su oficio, habría sido una csp;:cic de
paria de la sociedad medieval, dominada por b in-
fluencia cristiana. .....---

La condenació1~

De hecho, algunos textos célebres parecen poner


en el índice al mercader. Una frase famosa extraída
de una adición al decreto de Graciano, monum~nto
del derecho canónico del siglo XII, lo resume: Hamo j
¡ mercator nunquam aut vix . potest Deo placcre
(El mercader no puede complacer a Dios . . . o

¡ muy difícilmente). Los documentos eslesiásticos


-manuales de confesión, estatutos sinodales, re-
pertorios de casos de conciencia- que dan. list:J.s.
de rrofesiones prohibidas; illicita negocia, o de ofi-

86 87
MERCADERES Y BANQUEROS JACQUES LE GOFF

_cjgs deshonrosos; inhonesta merárnonia, casi siem- aún en el Credo del usurero, en el cual el héroe
p-rezifilluy~~ el comercio. Reproducen una frase de moribundo, auténtico Grartdet medieval, no se .
una decretal del papa San León el Grande -a ve~ contenta. con entremezdar las últimas palabras de
ces atribuida a Gregorio .el Grande-- según la cual su plegaria con alusiones a su dinero, sino que se
"es difícil no pecar cuanao se hace profesión de lo hace traer y lo amontona ante él y, al acabar la
comprar y vender". Santo Tomás de Aquino sub- oración, pide que lo entierren con el saco mayor de
rayará que "el comercio, considerado en sCmismo, dinero:
tiene cierto carácter vergonzoso" -quamdam
Alors il se retourne et serre les dents
turpitudinem habet-. Se diría que la Iglesia re-
Son rime se sépare de son corps
pudia al mercader,. junto con las prostitutas, los Et dés q11 't"ile f ut sortie
juglares, los cocineros, los soldados, los carniceros~ Les Diablcs l'ernpreirrnt,
los posaderos y_, por otra parte, también junto con Amen, dans l'enfer cterncl 1 •
los abogados, los notarios, los jueces, los médicos,
los cirujanos, etc. Y entre los conden:i.dos, en el círculo infernal
donde se .encuentran quienes aman las riqueza~,
volveremos a hallar a. Jos mercaderes, entre su d1-
Los motivos nero y los diablos que los torturan: así, por ejem-
plo, en los frescos de Taddeo Di Bartolo, en la Co-
¿Cuáles son los motivos de esta condenación? legiata de S:ln Gimignano. Por lo tan.t~, la. causa
,J, En primer lugar, la misma finalidad del comercio: primera de la condena es cometer, casi mev1t:able-
ji el deseo de ganancias, la sed de dinero, el lu.crum. ~ente, por el objetivo mismo que se proponen· -~a
Santo Tomás declara que el comercio "es censu- ganan ci::i., las riquezas-, ~u~n~o~d~eSJ~--!-l~~u.:a.-A-<"+'"......
rado en justa ley porque en sí mismo satisface la ,a.les:~ avar.i.Jja, o sea__la.....c.ud.i.cia_
apetencia de lucro que, lejos de conocer límite, se
extiende hasta el infinito". La literatura y el arte
medievales nos han conservado_ la imagen· que te- La usura
nían sus contemporáneos del mercader ávido de ga-
nancia y, por lo mismo, en c-0nflicto con la moral Precisando más: el mercader y el banquero se
cristiana, ·castigado por Dios y por la Iglesia.. Ejem- ven arrastrados por su . oficio a realizar acciones·
plo de ello lo tenemos en el Padrenuestro del usu- 1 Se vuelve entonces y aprieta los dientes, / su ahn~. se
rero que no puede evitar, mientras reza, seguir separa del cuerpo / y apenas sale / los diablos hi 2pns10-
pensando en sus negocios y sus denarios; y más nan, / amén, en el infierno eterno.

88 89
MERCADERES Y BANQUEROS .JA.CQUES LE GOFE-'

condenadas por b Iglesia, operaciones ilícitas~ la deudor. Ahora bien, la Iglesia, cuya doctrina se h:a formado
mayoría de las cuales entran en la denominación en el medio rural y artesanal judío, solo reconoce a ese trJ•
de usura. bJjo <.:rcador como fuente legítima de ganancias y de ri-
queza. T;inio más cuanto que la ascensión en Occidente de las
En efectC?~J.g~_~1_gie_nde_por usura todo tra..:_ dascs urbanas entre los siglos X y XIII vuelve a poner en el
to que comporte el _p;!go_de_u._n.jnterés. D~ahí que primer plan(} social a trabajadores en este sentido tradicional,
~róhioído·;;1 crégi~.Q1-Q.ª~e_d~ comprendiendo entre ellos a los primeros mercaderes cris-
y: de la banca. En virtud de esta definición, prác"- tianos errJntes.
ticamente to<fo mercader-banquero es un usurero. ......_
Las razones alegadas por la Iglesia para conde- También interviene la dificultad que canonistas
nar la ~rr-mult¡p!es. En primer lugar -ar- y teólogos hallan en admitir que el dinero pueda por
gumento decisivo para ella-, lo,LteXtos -..de la Es.- sí mismo engendrar dinero, y que el tiempo --con-
cricuras. A ese respecto existe la autoridad de dos cretamente el que transcurre entre el préstamo y
textos, uno sacado del Antiguo Testamento y otro su devolúción- pueda dar origen a dinero. La pri-
del N ucvo Testamento. Ei primero, extraído del mera consideración que ha llevado al famoso pro-
Deuteronomio (XXIII, 19-20, que por otra parte verbio: Nummu.s non parit nummos (El dinero no
completa un text¿ del Éxodo, XXII, 25, y otro del engendra dinero) viene de Aristóteles y se propagó
Let'Ítico, XXV, 35-37) declara: en· el siglo xm con las obras y las ideas de este fi-
lósofo. ----1
No exijas de tus hermanos interés alguno ni por dinero
ni por víveres ni por nJJJ de lo que con usura suele prestarse. Siguiendo al Escagirita, Santo Tomás de Aquino y Gilberto
de Lcssines sostienen que el dinero d~be servir para favorecer
los ini:crcJmbios, y que acumularlo y hacerlo fructificar es
Las palabras del Nuevo Testamento están en la-
una opcrJción contra natura. "En lugar de transferir los bie-
bios del mis~o Cristó, quien dice a sus discípulos: nes ncc,•s;:irios para la vida, se acumula con espíritu de avaro",
dice Gilbcrto de Lessines. Magnífico ejemplo de los resulta-
Si prestáis a aquellos de quienes esperiís recibir, ¿qué gra- dos de la influenci.L.a.ris_tQtiJi~.u:W:ru.o~im.o
cia tendréis? También los pecadores prestan a los pecadores medieval. Por una parte, un estímulo y un sostén pan la
parJ recibir de ellos igual favor ... Prestad ¿¡n esperanza de ebbor:i.ción de una reflexión que procura adapurse a las
rctribu'ción y será grande vuestra recompensa. nuevJs condiciones de la economía, y una teoría de la mo-
Los autores e"desiásticos alegan también cierta cantidad neda como instrumento de la circulación de los productos:
de monvos basados en la moral naturJI. Dos son particular- innegables progresos sobre la acurnulacion de tesoros prac-
/;) mente intae:sances. En primer lugar, el que presta no reJ- ticada por los hombres de la Alta Edad Media, partidarios
liza un vcrdader-0 trJbajo; no crea ni tramfoma una mate- del ide-al de economía cerrada. Pero, por pura aceptación
ria, un objeto; 1.ixploca el trabajo de otros, el trabajo del de una nueva autoridad, es también obsdculo, .estorbo, han-

90 91
MERCADERES Y BANQUEROS
JACQUES U: GOFF

dicap y fuente de incomprensión y de nuevas dificultades.


.iu}m;¡nes representaba una importante parte de sus activida-
Porque esca teoría de la moneda, al negar el valor del cré-
des, tomaron a veces en las luchas entabladas entre cristianos
dito, provoca un divorcio entre el pensamiento cristiano y la
e infieles el partido de estos últimos, incurriendo en las iras
evolución económica.
del .Papado. El problema se agudizó en la época de las Cru-
zadas, cuando l:l lglesi:l se entregó sin reserv;¡s a la lucha ar-
Quizás más grave, porque pone en juego estruc- ·mada contra el Islam . . • en una épo<::l en que el desarrollo
turas men~ales más complejas todavía y más fun- ·del comercio intern:lcional · hacía prácticamente indispensable
para los grandes mercaderes occidentales los conucto& de ne-
damentales, es la concepción cristiana del tiempo.
gocios con los árabes. Venecia p~rticipó soló a disgusto en la
En Santo Tomás y en otros teólogos y canonistas primera Cruzada, pan tener parte en el botín, y cuando Ja
encontramos, en efecto, este argumento: que con expedición estuvo suficientemente adel:lntad:l; y parece que
la práctica del interés .. se vende el tiempo". Ahora siempre fue · parti.ci:lri:a de. dcsviul;¡ haci:l ·Biz:ancio, lo que
bien, éste no puede ser propiedad individual. Per- logró, como es s:zbido, en· l:a cu;¡rta Cruz;¡da. En efecto, h
legislación de };¡ Cruzadas estipula \ };¡ prohibición. del co-
tenece solamente a Dios. De tal forma que, a pesar mercio con el enemigo y decreta el embargo de los productos
de los considerables esfuerzos de pensad.ores y ju- estratégicos, especialmente mader:l3, hierro, :zrm;¡s y n:1VC3,
\ ristas del siglo xm, la reflexión cristiana se declara De modo mJs•· gener:il, h Iglesia prohibí:a perm:lnentemente
\ incapaz de llegar a concepciones económicas, al no l:a vent;¡ de eS<:bvos al Islam, lo que constitu_í:i uno de los
m;¡yores tráficos de· los mercaderes cristianos medievales.
· Lipoder escapar .de un marco teológico moral estre- Ahot:l bien, los interc:lmbios ne -esuon ni siqqiera en tiem-
dio. Por su lado, tampoco el mercader logra una po de Cruzad.a. La corespondenci:a entre mercaderes musul-
concepc;ión clara, ni la f c>rmulación de las creen- m:lnes de .Túnez y un mercader cristiano de Pisa pone de
cias económicas que son el fundamento moral de m:lnifiesto -junto con otros documentos-- excel~ntes rela-
su actividad; pero no es ésta su función. Él las ex~ ciones entre. comerci:lntes infié:les y cristi:lnos, esp que h:i
sido llam:ldo "la solidarid:ld .de los mercadere1 musulmanes
presa en sus operaciones: como el que prueba el y cristi:lnos". Por ejemplo, he aquí el comienzo de una qe
mov1m1ento andando, él prueba el crédito comer- es:ts cartu:
ciando. ºEn el nombre de Dios, clemente y misericordi0$0.
"Al muy noble y distinguido sheik, el virtuoso y honora-
ble Pace. pis:mo: ¡que Dios guarde su honor, vc:le por su
Merc"aderes cristianos e infiefes s:alvaguardi:i, le ayude y le asista en la rc:iliz:ac.:ión dd bicnl
Hi.bl ibn Jalifa-:il-Jamunsi. tu amiso dilecto y que bien
te quiere, a ti que siguen los senderos de la virrud te cnvi~
Los mercaderes medieva1es se ganaron la reprobación muy sus S:lludos, b mi~ri~ordi.i y las ~diciones de oios". y fa
p:irticular ' de };¡ Iglesia en circunstanci;¡s esp_eciales: en la . carta se halfa entrccort:id:i de muchos:
lucha contra los infieles. Desde la Afu Edad Media, los
..Mi querido ~igo., mi querido amigo P:icc. ••
mercaderes de los primeros gra~des .. centros italianos -N á-
poles, Amalfi, Venecia- para quienes el trifico con los mu..,

92 93
MERCADERES Y BANQUEROS JACQUE.'> Ll:·; GOl:-'F

guas de Dios" y "la paz de Dios", no podían dejar


LA IGLESl.A y LOS MEllC.t\OEllES: LA PRÁCTICA de favorecer la actividad dt: los mercaderes, y a ve-
ces ~sta finalidad está ex pi í citamcn te expresada.
Pero, así como este ejemplo demuestra la dis- Así por ejemplo el canon 22 del Concilio de Letrán
tancia entre la_ realidad y la doctrina de la Iglesia, de 1179, al reglamentar la tregua de Dios exige
, también en la práctica las relaciones entre la Igle- seguridad "para los sacerdotes, los monjes, la clere-
. sia y los mercaderes distaban mucho de la teoría cía, los conversos, los peregrinos, los mercaderes,
que acabamos· de esbozar. los campesinos y las bestias de carga". Ahí, como
ha _visto muy bien J. Lestücr!uoy, hay "una especie
r
Protección a los mercadL·res

Desde muy te~P-B.P9>-.hi_Iglesia_.p.r:ot_~g1ó a los


¡
·¡
de jerarquía de las profesiones" a los ojos de la Igle-
sia. En ella los mercaderes están bien situados, entre
la clerecía y los campesinos.
Igualmente tam'bién desde muy temprano ve-,
mercaderes. Ya en 1074, el Papa Gregorio VII or- mos que se considera como buenos cristian.os a.)os
':k~ a Feflpe I, rey de Francia, restituir a los mer- mercaderes y, lejos de ser apartados de la Iglesia,
caderes italianos que habían ido a su reino b.s mer- son acogidos por ella y profundamente integrados en,
cancías que les confiscara. Llega hasta amcnaz;:¡r el medio cnst1ano. En Arras vemos un grupo en-
·al rey con la excomunión en el ca.so de negar5e tero de ricos mercaderes estrechamente unidos a la
a hacerlo. Y, como se ha dicho, se trata del "co- abadía de San V:iast. Miembros_ de la familia Huc-.
mienzo de una sene de documentos del mismo quedieu son "hombres de San Vaast". Jean· Bre-
género". En 1263 vemos inclusive que el obispo de te!, quien comercia en las ferias de Champaña, es
Dinant hace edificar un mercado .. para provecho funcionario de la abadía. Antes vimos un c¿ntrato
y utilidad de todo el mundo y sobre todo de los comerci:ll redactado en un convento genovés. Más
mercaderes•~. Los manuales de los confesores citan adelante veremos los vínculos recíprocos que en la
:a. los mercaderes entre las personas que pueden Edad Media unieron a la Iglesia con los ricos mer-
ser dispensadas de :.iyuno o de· la observancia del caderes.
reposo dominical, bien porque sus negocios no pue.c
dan ser aplazados, bien p0rque las fatigas de los via- Impotencia de la Iglesia frente a los mercaderes ·
jes hagan penosas bs privaci"Jnes. Los esfuerzos de
b Iglesia pan. obtener el cese de las guerr:is intesti- Quizá sea, sobre todo, el estudio de los docu-
nas, el fin de las luchas entre príncipes cristianos, mentos y b revisión de la historia ecoriómica me-
todo el movimiento que tendía a imponer las "tre- dieval lo que mejor demuestre cuán impotente fue

94 95
MERCADERES Y BANQUEROS
¡
que se operab:i con la ayud:i de una letra de cambio fiC:ticia
la Iglesia frente a Jos mercaderes y cuán desarmada que mencionaba operaciones de intercambio q.ue no habían
se halló para hacer respetar su doctrina económica. tenido realmente lugar.

Desde luego, l:i Iglesi:i promulgó edictos con toda un:i La jú.stificación del merdader
serie de sanciones contra la usura, considerada pecado mortal,
fuente de fortunas ilíc:itas, y de la cual, en teoría, nadie po- Impotente en la práctica, la Iglesia se avino a
día servirse con fi.Res caritativos. En primer lugar, pen:is es-
pirituales:. excomunión y privación de sepultura. Después, una teoría muy tolerante, admitió poco a poco de-
pen:is temporal~s;, obligación de restituir los beneficios ilí-
citos; y ciertas incap:icid:ades civiles, tales como la invali-
1 r'ogaciones y justificó excepciones cada vez más
numerosas e importantes. El estudio de las razones
dación de los testamentos de los mercaderes en tanto que h de esas dispensas, obra de la elaboración jurídica
repar:ición de los p.ec:idos en m:ateria económica no hubiera
de canonistas y teólogos del siglo xm, resulta par-
tenido efecto. Es indud:ible que la Iglesia intentó :aplicar su
legishción en ·:algunos c.a.sOs. Se conoce el caso de quince ticularmente interesante porque demuestra cómo
usureros de Pistoya, llevados :ante el tribunal del obispo haci:a la Iglesia hizo aceptar ideológicamente la posición
finales del siglo xm. Pero el mismo hecho de que las prueb:is conquistada~por el mercader en la sociedad medie-
del proceso indiquen que algunos de ellos practicaban la usur:i val en el plano económico y político.
desde h~cí:i veinte años, 2 la vist:i y conocimiento de todo
el mundo, demuestn. muy bien que la. Iglesia no recurría a
En primer lugar, se consideraron los riesgos corridos por
sus fulminaciones más qúe excepcionalmente. A veces ·se trau
d mercader, que son evidentes cuando sufre un daño rc:il,
de s:itisfacer a eclesiásticos o a personas rel:ícionadas con Ía·
damnum emergcns. En ese caso, como por ejemplo cuando ha
I~l~s~a, en conflicto con mercaderes: así la int~rvención pon- sufrido un retraso en la devolución, debe recibir compensa-
t1f1c1a de 122 8 a favor de Robert de Béthune, abog:ido de
ción, que pronto se admite sin que haya que disimularla con
S:int Vaast de Arras, víctima de las práctic:is de varios de
el nombre de multa, sino que puede ser llamada "interés".
los principales hombres de negocios loc:iles. La mayoría de
Por otra parte, el prestador se priva de un beneficio posible,
las veces la Iglesia cierra los ojos, unto más cu:into ·que los
indusive probable, al inmovilizar en los prést:imos dinero
banqueros y los mercaderes h:illaron pronto numerosos modos
que habría podido serle útil inmediatamente para otras co-
de esquivar las interdicciones · eclesiásticas, de dis~ular la
sJs. Desde fines del siglo XIII, una decretal de Alejandro III
usura disfrazando el interés. b Iglesia aceptaba más fácil-
al reglamentar la venta a crédito autoriza por ese mo-
mente que se traicion:ira el espíritu cuando se respetaba la
tivo, lucrum cessans, la percepción de un:i indemnización.
letra. A veces, el interés pagado por el deudor se presen-
De modo más general, el prestador corre siempre riesgos: in-
t:tba como donación voluntaria, otr:is, tomaba la forma e
solvencia o· mala fe del deudor, a lo que, a partir de fines del
multa p:i.gada al expirar el plazo de devolución, fijado ex pro-
siglo XI!, se añade el peligro de ver disminuir el valor del di-
feso con fecha excesivamente próxima, mult:i pagada anual-
nero prestado en el momento del pago, bien a causa de· una
mente, a cambio de la cual los lombardos recibían licencia
mutación monetaria, bien por efecto de las fluctuaciones dd
:i':1toriz:ando la práctic:i de la~ operaciones teóricamente prohi-
·precio de la plata. Ese riesgo, periclllum sortis, que ·cada vez
bidas. A veces la usura estaba tan bien disimul:ada que era
.1e toma m~s en consideración a medida que se comprenden
muy difícil descubrirla, como en el caso del .. cambio seco",
97
96
MERCADERES Y BANQUEROS 1 JACQUES LE GOFF

mejor los mecanismos económicos y moneurios, suministra en-


l e! derecho de ciudadanía definitivo en la sociedad
tonces la base de la doctrina de la Iglesia frente al comercio
y la banca. Basta que haya duda sobre el resultado de una cristi::na medieval. Desde muy pronto se puso en
opención, ratio incertiiudinis - y la lgl~sia 'reconoce que ello eYid:.::ncia la utilidad de los mercaderes que, al ir
puede ser lo propio de toda l:a actividad del merc;ider- p;in a buscar a· ¡JttÍscs lejanos mercancías necesarias o
que se justifique la percepción de interés. L2 habilid;id c;i- 1 agradab:cs, géneros y cb jetos que no se hallaban en

ll
suística !len · ;i fónnulas como la de Gilberto de Lessines,
que declara que "la duda y el riesgo no pueden borrar el
Occidente, y vendcrbs en las ferias, suministraban
·:sFÍricu de lucro, es decir, cxcusJr b usura", per0 que cuJn- a las di versas clases de la sociedad lo que éstas nece-
Jo hay "incertidumbre y no cílculo ... b du<l:i y el ries;.;o sitaban. He aquí cómo habla el autor del Dit des
pueden equi\'.ller a la equidad de la justicia". De esca fornu marcha nds:
se aucoriz.in l0s contraeos de asociación, de "socieJ:id", el
cambio y especialmente !:is operaciones a que da lugar el .' . .C'ont doit le1 1mJrchéaw::.

l
,·mpleo Je b lt:tra de camb:o - a excepciún dd "c:imbio en Descur taHte gent /xmorer;
;~co"-, el comercio de las rent;is consti:.u!c:.1~, o sea asen- Quar il vont par terre et par mer
lJJ:is sobre bient:s·rJices y el inrcr(s de l:is Jcud:is públicas. Et en 1114mt es/Tarrge país
También se tiene en cuenta -nuevo progreso en el pro- Por q'Jl.l!rre- lame et t:air et gris.
-:cso de iu~:ificaciún del mercader por parce de la Iglesia- Ln t:mtres revont 011.tre mer
:a l:ibor dd meruJ-:-r, el cr:i.bajo que n:;iliz:i y por el cual Por i:woir de pois achata,
Ji.:bc recibir un sabrio, stipcndium laboris. A~uí h:ilhmos la Pofrre, au c11:11ek, º" garin3111l.
:-:oría t:cbi~scic;;. del salario vim:ubdo al tnb~)o, fru(o de la Dil."x gart tuz. mar'chéan-::. de m11l
reflexiún cristic!n:i sobre el movimit:nto social Je los sio;los x Q1U' 11011:s en amt:1fdons· so1:cnt.
.: Xill condu..:eme J una sociedad fund:ida en el trabajo re- Sainte Y gli:se j>Temierement
pucidu entre ~s:ibri:idos. La aplic:i..:ión de esca teoría al Fu par Marchéanz establit:
111,.ru<lcr fue Líi;il en una époo en que el m~rc:ider-tipo era Et sacbin. q1u Chcukrie
·.111 viajero, un hombre errante cxput:~tri :i to.los los peligros Doir:ent Marcbéanz tenir chien
de que h:ibb.mos anccriormcntc. Más difícil es h;iccr entrar
en cst:is c:uc.i::orí:is al mcrc:i.der CJf:it:ilista sedentario. Cierto
1 Q-,,'i/s mnllineni les lxm:s JestrieTS'
A Laingni, a Bar, a Proi·ms
q:.i': los cuidados de organización y las preocupaciones de di- 1 Si i a 11U1rcbh11rz de Yins,
rcc<.:i'.)n c¡ue cntr;11i:iba su Jctivid:id podí;in considerarse "tra- De b/4, Je sel d Je barenc,
b:ijo". Pi.:ro, fui.: m:is bien en cons!dcrJción a los servicios fr Et Je s~.e, et d'ar et J'argent,
que prcsuba ;¡ b socicd:id con el empleo de su dinero, de t Et Je pierres q'Jl.i bones S(}'Jff
1
su org:rniz:ición y Je sus métodos, por lo qt!c se le asimiló Marcbétmz i·ont par lmti le 111onl
o.:nconces :i un rr~b:tj:idor. Diz·rrus cboscs acbaln 2 •
'.! Por sobr.:: to~bs !.is gentes se dcb.:: h,,nrar ;i los mer-

En ef.:::cto, la noción de que los m-::rc:i.deres eran c2deres; pues v::.n por cicrns y m:i.n:"S y a tin cxtr:i.ñ::is co-

t'.1tiks y ncccsar.ios foc lo que coronó !a evolu-


c;.on d::: b doctrina <le la Iglesi::i y les valió a ellos ¡ 1
1
m:irc::.s p:ur:l obtener lan::. r p:cks.
Otros cruzan el m.ir p:i.ra ccmprar rimi.::nt:?, o caneb, o
g::il:m¡;a.
98 l 99
f
t
.J;\CQUE::S LI:.' GOFF
MERCADERES Y BANQUEROS

Pero, a fines dd siglo xm y comienzos del XIV ción capital. Del pensamiento autártico. de la A.lta
dos nociones vinieron a rcforzar singularmente es- Edad Media, que consideraba la necesidad de in-
tas consideraciones. La primera es consecuencia de tercambios exteriores como un defecto, una tara
la introducción del pensamiento antiguo y del de- económica, se pasa a la cree'ncia en la necesidad Y
·recho romano en la teología cr;stiana y en el dere- en el beneficio de tales intercambios. Es el descu-
cho canónico. Los autores cristianos aplicaron a la brimiento de lo que será el principio fundamental
actividad de los mercaderes la idea del ubien co- del libre cambio, del capitalismo liberal. R.2zón su-
mún.", de la uutilidad común", tan importante en plementaria para relacionar la revolución comer-
Aristóteles, pot ejemplo. Uniendo esta idea a la de] cial del siglo· xm con la del siglo ·XIX.
trabajo, Santo Tomás declara: Esta noción está ya esbozada en Thom.as de
Cobham, a principios del siglo xm, quien en su
Si el comercio se ejerce en vista de h utilidad pública M4nual de confesión dice~
si la finalidad es que no falten en el país las cosas nece-
sarias a la existencia, el lucro, en lugar de ser consider.ado Habría gran indigencia en muchos países si loa merca-
como fin2lidad, es solo exigido como remuneración del tra- deres no llevaran lo que abunda en un lugar, :a otro en qui;
bajo. esas miamas cosas faltan. De modo que pueden. recibir a jlUU>
titulo el premio de su trabajo.
Igual que Guillaume Durant y Bruchard de Es- Su expresión más acabada lá encontramo~ ~ prin-
trasburgo, quien declara: cipios del siglo XIV en los versos del canomgo de
Tournai, Gillcs le Muisit. En el poema C'est des
Los. mercaderes trabajan en beneficio de todos y realizan manchands . .. afirma:
obra de utilidad pública al traer mercancías a las ferias.

N ul pays ne se poe t de li seús g?ri.1rrner;


La segunda noción es resultado del reconocimien- Pour chou vont manchéant travillier et pener
to de la interdependencia de los países y de las na- Chou quifaut es pays, en taus regnes meneT;
ciones desde el punto de vista económico. Evolu- Se ne les doit-on mie sans raison f011nnener.

Dios .<>u.ud~
., de mal :i to.:!cs !os rner.::iJ.ercs que no:;ocro'
Cho-u. que marchéant vont dela mer, decha mer
f rccu cntemence reverenciimos.
0

Pour )ouT11fr les pays, les font entr'a.mer;


Ori~inariamence la S.mt:i Iglesia fue f undad:i por los mer-
P011.r riens ne u feroient boin marchlant blasmer,
caderes, y sabed que b. Cab:il!erí:i debe estim:i~ a l~s merca-
Mais ils se f ont amer, loyal et bon cla11ur.
deres que les tr:ien los buenos corceles. En ~:nngm, en Bar,
en Provins hay mercaderes de vinos, de trigo. s:il y uen- ·
qucs, y de s :d:l, oro, plar:i y buenas pi~r:is. Los mercaderes Carités et amours par les pays nourisceut;
van por todo el mundo par:i compr:ir divers:is cosas. Pcrur chou doit-o"!' moult goir s'il enrik.iscmt.

101
100
.WERCADERES Y BANQUEROS JACQUES LB GOFF

C'est pités, quant en ( tiere) boin marchéant pou·!!riscent de géneros y de numerosos productos raros importados de
Or. en ait Díeus les ámes quant dou siecle partiscent ª· otras partes . . . Los mercaderes traen también en abundan-
cia monedas, joyas, oro, plata y toda clase de metales . . . El
trabajo de los mercaderes está ordenado en vistas a la salva-
Por lo tanto, desde ahora el gran comercio in- ción de la humanidad. ·
ternacional es una necesidad querida por Dios~ En-
tra en el plan de la Providencia. Y con ella entr.a
también el mercader, personaje benéfico, provi- LA MENTALIDAD DEL MERCADER
dencial, y miembro esencial, por su actividad, de
la sociedad cristiana. De tal forma justificado e inclusive exaltado, el
. Eso es lo que Benedetto Cotrugli de Ragusa des-
tacará con énfasis en el siglo xv en su manual sobre . mercader medieval puede dar libre curso a su ge-
nio. Sus objetivos son la riqueza, los negocios y la
El comercio y el mercader ideal: 1
gloria.
La dignidad y el oficio de mercader son grandes en mu-
chos aspectos ... Y, ante todo, en razón del bien común,
porque el progreso del bienestar público es un objetivo muy El dinero
honor~ble se~ún Cicerón, e inclusive débese. estar dispuesto
a morir por el ... El progreso, el bien~star y la prosperidad da
1
1
El amor al dinero sigue siendo su pasión fun:.
los Estados reposan en gran parte sobre los mercaderes; evi-
dentemente, no estamos hablando de los mercaderes pequeños damental.
y vulgares, sino de los gloriosos mercaderes cuya loa es el f
tema de mi libro . . . Gracias al comercio, adorno y motor i El mercader, dice Cotrugli, debe gobernarse y gobernar
~e los Estados, los países estériles son provistos de alimentos, sus negocios de forma racional para alcanzar su finalidad que
es la fortuna.
3 Ningún país puede por sí manejarse;
por eso van los mercaderes a trabajar y esforzarse Todos los mercaderes estudiados por los histo-
y llevar a todos los rei.r:os lo que hace falta en la región;
por eso no se los debe sm razón proscribir.
1 riadores de la Edad Media sienten un amor arreba-
El que los mercaderes vayan a uno y otro lado del mar
1 tado por el dinero, desde los banqueros de Arra!
pan surtir a los países hace que se los ame; de quienes dijo Adam de La Halle en el siglo xm:
·por nada un buen mercader daría motivo a la censura
sino. que ellos se· hacen amar y se l.os llama· leales y buenos:
\ "aman demasiado el dinero"; desde los florentinos
pintados por Dante como ccgente codiciosa, envi-
Candad y amor en los países nutren;
por eso uno deoe regocijarse si se enriquecen.
F...s penoso que buenos mercaderes empobrezcan
tQue Dios reciba sus almas cuando del siglo partan!
¡ diosa, orgullosa.", enamorada del florín, esa "flor
maldita. que ha descarriado a ovejas y corderos":
hasta los mercaderes de Tolosa y de Ruán en el

102
¡ 103
;WERCADERES \' BA.\ l)L"J::nos JACQUES LE GOFV

siglo xv. Todos piensan como un mercader floren- hacen corredores o artesanos y salen del apuro grac1a.s a m
tino del siglo XIV que dice: «Tu dinero es tu so- habilidad ...
corro, tu defensa, tu honor y tu provecho". Y al
estudiar los grandes mercaderes normandos de fi-
nales de la Edad Media, Mollat ha podido hablar La dignidad
del "dinero, fundamento de una sociedad".
Y los mercaderes pueden estar orgullosos.

La influencia social Frecuentan a artistas, gencileshombres, barones, prí.ncipes


y prelados de todo rango que acuden en tropel a visital'.. a los
mercaderes, a quienes siempre necesitan. Inclusive se ve a
Para acumular ese dinero es preciso sentir la pa- grande:s sabios ir a visitar a los mercaderes en su casa ... Por-
;.

sión de los negocios, el gusto por hacer fructificar que ningún hombre de oficio, en ningún reino o Estado, ha
el capital, el espíritu de iniciativa. En su Libro de ·sabido m3nejar el dinero --que es la base' de todos }05 estados
los hu.enos usos el florentino Paolo di Messer Pace humanos- COIJlO lo hace un mercader honrado y experimen-
da Certaldo aconseja: tado . . . Ni reyes ni príncipes ni hombre alguno del rango
1 que sea tiene tanta reputación y crédito como un buen mer-
cader . . . Así que los mercaderes deben estar orgullosos de
Si tenéis dinero, no estéis inactivos; no lo gua.rdéis estéril

!
ru eminente dignidad ... No deben tener las maneras bruta-
en casa, porque mejor es hacer algo, aunque no se saque pro- les de los rudos soldados ni ·las maneras dulzonas de los bu-
vecho, que permanecer pasivo, también sin provecho. fones y de los comediantes, sino que la seriedad debe mos-
\
trarse siempre en su lenguaje, en su pa.so y en tod;u sus accio-
También hay forma de hacer fortuna inclusive ¡ nes, para que estén a la altura de su dignidad.
cuando no se tiene dinero o se tiene poco, como lo
enseña Cotrugli, que aconseja también no dejarse Así habla Benedetto Cotrugli, mercader de Ra-
abatir por los sinsabores: gusa.

He visto grandes personajes que, arruinados, no se avergon-


zaban de prestar caballos a los carreteros, hacerse corredores,
t La ética del mercaJ.er

¡
posaderos; cualquier cosa. Y he visto a algunos de ellos volver
a ser en poco tiempo nuevamente ricos, con 10.000 ducados.
No voy a nombrarlos, porque no quiero que se enorgullezcan
De este modo se va bosquejando una ética del
de ello, ni quiero humillarlos en su orgullo. Y es bien sabido mercader, completamente mundana y laica. Ética
que los genoveses y los catalanes se hacen pira'tas si algún acci- que se define por una moral de los negocios que
dente o ;¡lguna mala fortuna los arruina; los florentinos se los manuales de los mercaderes --Consejos sobre el

104 105
MERCADERES Y BANQUEROS JACQUES LE GOFF

comercio, y otros- han expresado perfectamente. Y, más que ningún otro, el mercader medieval tu-
Al ~rcader se le exige prudenci2, sentido de sus vo el sentido y el gusto --casi patológico-- del
intereses, de.5confianza frente a los demás, temor
secreto de los negocios.
de perder el dinero y experiencia.
A esta superstición del secreto debemos a menudo
No frecuentes a los pobres, porque n:ad;a debes esper2r de
"el estar tan mal informados inclusive en los casos
ellos. en que existen documentos. Pa.ra no informar a
eventuales competidores, los mercaderes medieva-
Así dice nuestro anommo florentino. Y por en- 1 les -sobre todo los genoveses-- omitieron en 103
cima de todo, debe calcular. El comercio está hecho libros los contratos y las actas notariales y el des-
1 tino de sus empresas; o las disimularon, silenciaron
de razonamiento, de organización y de método.

Qué error -dice el anónimo-- comerciar empíric;imente;


l¡ el nombre de sus corresponsales y la naturaleza de
1as mercancías. Como coronación de este estado de
el comercio se has.a en d.lcul.p: si vuole f are per ragione. espíritu y de estas prácticas, en el siglo xv León
r Bautista Alberti recomendará al mercader no sola-
C-Omo ha expresado muy bien Y. Renoµard, los t mente no tener al corriente del secreto de los ne-
grandes hombres de negocios italianos ~del siglo xv, i gocios a la familia --comenzando por la esposa-,
los mercaderes medievales

:actú211 como si creyeran que la razón hum:i.na puede com-


prenderlo todo, explicado todo y dirigir sus ;acciones ... tie-
¡
í
sino que inclusive lo exhortará a construirse una
morada que no trasluzca al exterior nada de lo
que ocurre en el interior, fortaleza de la que son
P!Ototipo los palacios de los mercaderes florenti-
nen un;;, mentalidad ncionalista. f
nos. Aconseja. puertas y escaleras secretas, por las
l que se introducirá a los mensajeros, :a. los emplea-
Pero en ese empleo de la razón -la ratio latina, ,..l,._<' "<T _, 1,...., 1""\l"\1"1"-.,.:jl"\ .. <><! ,.:¡,. r>l"\ht'~'lc n_., P<!T<> rnnrfn
j J:"V.4
fa ra-gione italiana-, prevalece mucho más ei aspecto YV~ ~ .l...._,J V.:..lo.>'Oj
1;,.Q ...... '-1.~ .&..;..-...,;~.:.-.;.~...;~ ~- "-'V~....,. .:...=.~-~·..J)

de cálculo que el de investigación desinteresada.


t
1
se materializa la muralla de los negocios que los
De donde el egoísmo que se evidencia. en la compe-
1
1 cauitalistas
... comenzaron a levantar en la Edad
i
Media.
tencia: l Hasta escandaliza ver al anorumo florentino del
No debes servir a los demás para perjudicarte en tus ne- siglo XIV, citar en su Consejos a los mercaderes un
goc1os. texto de las Sagradas Escrituras solamente para
servirse de la autoridad del Deuteronomio (XIV,
Eso dice Paolo di Messer Pace da Certaldo. 19), y recomendar el empleo de la corrupción:
106 107
MERCADERES Y BANQUEROS JJ\CQUI:::.'i LF GOFF

Los regalos ciegan los ojos de los sabios y hacen enmu- . Los estatutos de las corporaciones mercantiles, especial-
decer los labios de los justos. . mente, manifiestan las preocupaciones religiosas de sus miem-
bros. A. Saporiti ha analizado los del Arte de Calimala de
Florencia. El artículo primero ordena a los miembros del
Arte la observancia de la fe católica y la colaboración con
LA RELIGIÓN DEL MERCADER las autoridades públicas en la lucha contra los herejes. El se-
gundo enumera los días de fiesta religosa que hay que guar-
Sin embargo, cometeríamos un grave error si dar. El quinto fija con minuciosidad la participación de la
corporación en las ceremonias religiosas solemnes en las que
nos limitáramos a la visión de un mercader medie-
debe estar representada. El decimocuarto prevee los gastos de
val solamente preocupado por conseguir los bie- carácter religioso que debe hacer la corporación: el man te-.
nes de este mundo. Hombre de la Edad Media, de nimiento de cierta cantidad de lámparas encendidas en la
uni sociedad impri;;gnad1sima de esp1ntu y de
prácticas religiosas, el mercader es también un
cristiano.
l iglesia de San Juan, el pago de la iluminación comvieta de
dicha iglesia durante las fiestas solemnes; las limosd"as espe-
ciales que deben ser dadas a los pobres y la distribución tam-
1
bién a los pobres, tres veces por semana, de pan amasado

I con buen trigo candeal.


En m fa.meso Msm~ del Comercio, Francesco Pegolotti
La íeligión y los negocios
~ reproduce los verilos de Dino Compagni:

En los documentos citados anteriormente hemos visto ya El mercader que dC3ee gran mérito
que las actas de los mercaderes se colocan siempre bajo la f Debe act:ua; siempre según la equidad.
invocación divina. Todos los libros de comercio comienzan Que sea de gran previsión
con estas líneas: "En nombre de Nuestro Señor Jesucristo
y de su Santa Madre la Virgen Maria, y de toda la Santa
1 Y que m::mteng:a siempre sus promesas.
Que sea, en lo posible, de aspecto :afable,
Corte del Paraíso, que por su santa gracia y misericordia nos
sean acordados beneficios y salud, tanto en el mar como en
r Como conviene al honorable oficio que ha elegido;
Franco cuando vende, atento cuando compra,
la tierra, y que nuestras riquezas y nuestros hijos se multipli- ~ Cord..i.2.1 en rJ. gratit'9J.d, y qtae se ab3tenga de recrim.in~r!)
Su mérito sed mayor aún si frecuenta la iglesia,
quen con la salvación del alma y del cuerpo. Así sea."
Es especialmente interesante a este respecto el estudio de l
4
Da,por amor de Dios, cierrn los tratos
Si.o.· discutir y se niega :.bsolutamente
las relaciones entre los oficios, las corporaciones y las cofra-
días. G. Espinas y M. Bloch 4 lo han abordado con gran
l .A pr:i.cticar la usura. Finalmente, que lleve bien
Las cuentas, y no cometa m ellas errores.
penetración.
~ Am&., concluye Pegolotti.

4 Cf. M. BLoCH (M. FoVJERES) "Entr'aide et piété: les


associations urbaines au Moyen Age", Mélanges d'histoire so-
~ La ben.e fkfflcia
ciales, 1944. E.n la práctica misma. de sus negocios, el merca-
108 109
.1lERCADERES r· BANQUEROS

der da la p01rticipación a Dios y á los pobres, según


la inspiración de la Iglem. Junto a la gran caja
l
~'
1
,JACQUES LF (;OFF

pita! en Antioquía y restaura monasterios en Je-


rusalén.
t
fuerte donde guardaba el dinero, otra ca ja menor
encerraba la moneda menuda. Servía para las li-
l Los actos de beneficencia y las donaciones piadosas hechas

¡
por los mercaderes medievales son innumerables. J. Lestocquoy
momas; y los días de fiesta las sociedades comer-
ha citado veintitrés hospitales, hospicios y asilos de Arras
ciales entregaban dinero de bolsillo a cada Uno de fundados por familias de mercaderes. En Gante, el famoso
rus miembros, para que lo distribuyeran entre los hospital de la Biloque es una fundación de los Uten Hove.
pobres. Todas estas sumas eran pasadas regub.r- En Siena, el hospital de Santa María della Scala fue dotado

¡
¡

mente a los registros. por todos los grandes mercaderes y banqueros de la ciudad.
Los frescos de Domenico di Bartola, obra única en su gé-
Por otro lado, en I tali:i, al constitwrse un.a socie- nero, desarrollan en dicho hospital un verdadero "ciclo hos-
dad comercial, Dios recibía participación en la em- pitalario" consagrado a la representación de obras de caridad.
1
pre~ Como tal asociado, Dios tenía cuenta abier-
ta~ recibía su parte .de beneficios, que en los libros
se registraban a nombre de Messer el Buen Dios y
}ffesser Domeneddio; y en caso de quiebra, en el
momento de la liquidación tenía prioridad en el
pago. En los libros de los Bardi podemos compro-
¡r 1
La penitencia final

Los ricos mercaderes manifestaban sus senti-


\ mientos religiosos sobre todo al final de la vida y
bar que Dios recibió 8 64 libras y 14 céntimos en t en el momento de la muerte.
el año 131 O. Dios, es decir, los pobres que lo re- . 1

presentaban en la tierra. . 1 Algunos inclusive abandonaban su oficio y sus


Cuando se firmaba un contrato, era costumbre ¡ riquezas y entraban en las Órdenes, retirándose a.
un convento para terminar allí sus días.
tomar a Dios de testigo y pagarle en agradeci- f

Alemania. Se entregaba a los pobres.


a
miento una ofrenda llamada denier Dieu en Fran-
cia, denaro di Dio en Italia y Gottespfennig en

Desde fines del siglo XI, Pantaleone de Amalfi


¡ •
Werimbold de Cambr:i.i, a prmc1p10s del siglo xrr, hace
que el obispo anule su matrimonio, se separa de su mujer
y ambos se retiran a un convento a practic:u la caridad. Re-
partió sus bienes entre los pobres y dos Abadías: San Oberto
hace donación a la iglesia mayor de sU villa natal }
t
y Santa Cruz.
En 1178, el dux Sebastiano Ziani de Venecia, que gra-
y a la basílica de San Pablo Extramuros de Roma, cias al comercio alcanzó una riqueza proverbial --se decía
1
de puertas de bronce fundidas en Constantinopla, "rico como un Ziani"- se retira al monasterio de San Gior-
donde él tiene vastos intereses; hace construir una f .gio Maggiore. A él lega todas las casas que bordean la Mer-
magnífica iglesia sobre el Monte Gargano, donde
se apareció el Arcángel San Miguel; funda un hos- ¡ cería de la Iglesia de San Julián al puente de San Salvador,
y al capítulo de San Marcos todas las que bordean la phza

110 111
1
JACQl'E::> Lle.: GOFF
MERCADERESYBANQUEROS

El valor de estos sentimientos y los móviles de


de San Marcos, entre otros inmuebles. Su hijo Pietro Ziani,
1
estos actos piadosos y caritativos podrían ser dis-
también dux, se retiró igualmente en 1229 al convento de
San Jorge el Mayor.
cutidos.
A principios del siglo XIV, Baude Crespín, el famoso ban-
quero de Arras, acabó su vida como monje de San Vaast.
1
Bernardo · T olomei, uno de los grandes banqueros de Siena,
Los móviles religiosos
funda la congregación de los Olivetanos, en el monasterio de
Monte Oliveto Maggiore, donde se retira. La Iglesia lo ha 1
beatificado. No es el primer mercader llevado al altar. Ya a
comienzos del siglo XII fue canonizado Godric de Finchale, ~ Podemos hallar sospechosa una religión que con
t~nta /~cilidad mezcla a Dios con los negocios, le
Y uno de los primeros actos de Inocencio III fue canonizar
en 1197 a Homebon, un gran mercader de Cremona. Más f r:de ex1tos terrenales y quizás atribuye supersti-
c10samente la fortuna a la protección divina. En
tarde, algunos autores piadosos alegarán el ejemplo de San
Homebon para demostrar que se puede ganar el cielo a pesar
[ Tolosa, en 1433, el cambiante Jacques de Saint-
o gracias ~l comercio. Con ellos, se santifica la profesión. 1 Ant~nin habla de los bienes "que Dios le ha pro-
' porcionado y que con la ayuda de Dios ha ganado
Para estos grandes mercaderes, la muerte es 1
1

también el momento del arrepentimiento y, con- \ en est~. sigló". ~n todo caso, observemos que esta
1

forme a las instrucciones de la- Iglesia, el d; Ía res- 1


mentalldad, de la que ha querido hacerse una de
titución a sus víctimas de lo que han adquirido las características de la Reforma, se encuentra ya
r ampliamente en los mercaderes desde la Edad
indebidamente.
Remordimientos tardíos sin duda, y cuyas con-
¡ Media.
secuencias han de pesar en _especial sobre los here-
l También podemos sospechar que el temor a la
deros, encargados de proceder ai reparto. Y a los 1 Iglesia, quien a pesar de todo disponía de pode-
hemos visto actuar en el caso de Boinebroke. ( rosos medios de coerción temporal, pudo inspirar
muchos actos en apariencia puramente caritativos
Pero, sin que se trate de restituciones propia-
mente dichas, en los testamentos de los merca- l o piadosos.
Algunos eminentes historiadores señalan que en
deres son innumerables y considerables los legados
,1 la Iglesia y a los establecimientos caritativos~
¡ el espíritu de los mercaderes fue decisivo sobre
·todo, el miedo al infierno. Ese terror co~ún a
f rancesco di Marco Da tini da Prato, que fue un ! L:asi todas las gentes de la Edad Medi:a, 'parece ha-
hombre de negocios metódico y ávido de ganan-
1 ber conmovido especialmente a los mercaderes. En
cias''\ deja casi toda su fortuna, 75.000 florines,
para obras de beneficencia. ( n:ercader italiano" en quien "a la generosidad y la audacia '
sigue un, espíritu prudente y estrecho''.
5 Armando Sapori lo convierte en "el segundo tipo del 1

113
112
1
MERCADERES Y BANQUEROS JA.CQUé.'!:i /.r: GUVF

la prosperidad, en la cumbre de la fuerza y el po- los siglos XII y XIII va unida al desarrollo urbano;
der, apartan fácilmente de sí las terribles imáge- aunque los vínculos entre las doctrinas cát~ra, val-
nes que ante ellos agitan predicadores, confesores dense, patarina y las clases urbanas han sido mal
y artistas. Pero cuando llega la hora de dar cuentas, aclarados. Entre los herejes se encuentran merca-
ellos, que saben los implacables veredictos que pue- deres, especialmente en el Languedoc, en Provenza
den surgir de un balance, y que gustosamente ima- 1

y en el norte de Italia. Es difícil precisar, su .c:n.-


ginan a Dios llevando registros como los suyos, se
asustan ante su pasivo. Entonces, se apresuran a
cargar el platillo bueno de la balanza. A toda prisa,
¡ tidad y el papel que desempeñaron, y mas dificil
todavía valorar su motivos. ¿Participación en la
lucha contra el poderío ecl~siástico, contra la Igle-
echan en él donaciones, restituciones, se arrojan sia, ligada a la sociedad feudal? ¿Motivos económi-
a sí mismos, si es preciso. Entonces, como en el \ cos y políticos? ¿Efecto de móviles más propia-
célebre tríptico de Memling en el cual se sopesa
a Tommaso Portinari, el gran mercader de Brujas, l mente religiosos?
hacen caer la bahnza hacia el Paraíso de los 1
En todo caso, es preciso señalar que en el mismo seno de
Justos.
Corresponde a cada cual estimar el valor de tal
sentimiento y tal conducta. Pero no puede negarse
¡ la clase mercantil la influencia cristiana. a menudo suscitó
reacciones de repugnancia y de miedo frente al dinero Y al
comercio. Mercaderes -hemos visto algunos- que renun-
cian a los negocios y al mundo. Más aún, hijos de mercaderes
que el temor al infierno es una expresión del deseo 1 en ruptura con la actividad y la psicología paternas. Es ése
de salvación fundamentalmente cristiana, ni que ' un movimiento que en la vía religiosa puede llevar muy
la mentalidad medieval, menos sensible que la r lejos. A la herejía, como a Pedro Valdo; a las fronteras entre
nuestra a lo que nos sentimos tentados en llamar la herejía y la ortodoxia, como a los Umiliati italianos, órde-
nes de monjes-obreros muy poderosos en la industria lanera,
hipocresía, podía admitir con más facilidad la r a los cuales perteneció quizás San Homebon de Cremona.
coexistencia de un gran cinismo y una profunda Dentro de la Iglesia, volvemos a hallarlos en el movimiento
religiosidad. franciscano, con el propio San Francisco. Pero aquí choca-
n::.os con ias contradicciones de esta Orden, evidentes inclu-
f
sive en su espiritualismo de la pobreza y en los conflictos de
Mercaderes y herejías ¡ conciencia de sus miembros. La pobreza de los antiguos ricos
no es igual que la de los que siempre han sido pobres. Ideal
para unos, para los otros sigue siendo en cierta forma una
Desgraciadamente, es muy difícil valorar la maldición. Y entre estos remolinos del mundo franciscano,
parte que tomaron los mercaderes en los movi- mientras unos, aferrados a las viejas estructuras económicas,
siguen fieles a la idea de pobreza absoluta hasta el punto de
mientos heréticos de la Edad Media. Indudable- caer en las herejías, otros, en contacto con las ciudades y el
mente, la llamarada de herejías que se produjo en movimento comercial, aceptarán más fácilmente tolerar y

114 115
."rIERCADERES Y BANQUEROS
.J.-\CQUES u: GOFf'

justificar la actividad del mercader, la propiedad y el di-


nero ... a condición de mantenerse "pobres de espíritu". sia hacia esas actividades. Por otra parte, tolera gus-
tosa su papel económico, del que se benefician los
cristianos. Para ella, la sociedad cristiana correspon-
EVOLUCIÓN DE LA ACTITUD DE LA IGLESIA de a la famosa clasificación de Adalberón de Laon:
RESPECTO DE LOS MERCADERES los nobles, que defienden la sociedad; el clero, que
ruega por ella; los siervos, que la sustentan con el
El estudio de las relaciones concretas entre la traba jo rural, indigno, por lo demás, de las clases
·Iglesia y los mercaderes nos lleva a corregir consi- superiores. Sociedad militar, clerical y rural. La
derablemente los esquemas que los enfrentan. Para Iglesia se sorprende o se escandaliza al ver a un
comprender la complejidad de estas relaciones, es miembro de esta sociedad dedicarse a negocios.
preciso estudiar su evolución y las causas que la lgnobilis mercatura, dice la vida de San Guidon de
producen. Sólo el haber considerado a la Iglesia Andedecht en el siglo XI, y aquí, evidentemente,
medieval monolítica e inmutable ha hecho posible ignobilis significa .. que no conviene a un noble,,
que se hayan arriesgado teorías de tan inacep- más que "infame", y el mercader que incita al
table simplismo sobre su actitud resoecto de los santo a traficar es calificado de diaboli minister,
mercaderes. ministro del diablo.

El periodo feudal Lti Iglesia y la revolución comercial

Cuando tiene lugar la revolución comercial, que No es extraño que veamos a la Iglesia modificar
sólo alcanzará su apogeo en los siglos xn y XIII, la j su actitud respecto de los mercaderes al mismo
Iglesia por su posición económica, por sus víncu- tiempo que intenta desprenderse de la sociedad
los poiíticos, por su reclutamiento so~ial y por sus t feudal. Roberto López ha revelado el papel desem-
ideales, está íntimamente unida al mundo feudal
y rural. Durante este período, la Iglesia, poco abier-
! peñado por los acuñadores de moneda en el éxito
de Gregario VII. En su lucha contra el dominio
ta. a los problemas del comercio, siente escasa con- l del feudalismo sobre la Iglesia, la Reforma grego-
sideración por el mercader. El hecho de que en esa riana tuvo que buscar aliados en el mundo del di-
época los judíos desempeñen todavía una función nero y del comercio, en los mercaderes, potencia
importante en el comercio internacional de Occi- nueva. Recordemos las intervenciones de ese Papa
dente, refuerza la actitud de desprecio de la Igle- en su favor. Pero una parte del mundo clerical si-
gue estrechamente unida al feudalismo y a su ideo-
116
117
MERCADERES Y BANQUEROS .JACQUES u: GOFF

logía. Sus representantes tardíos son quienes, du- pitales suficientes hacían oficio de. prestamistas y
rante mucho tiempo, siguen esgrimiendo los textos de usureros a despecho de las interdicciones. To-
contra los mercaderes; y lanzan invectivas contra lerados a menudo, a veces actuaban abiertamente.
el dinero, corno San Bernardo, irnbuidísirno de es- Si bien la Iglesia, cuya principal riqueza consistía
p1n tu feudal y rural, o como esos predicadores en bienes rurales, afectados por la crisis del feu-
que se levantan contra su siglo, como Jacques de
Vitry.
l dalismo, tuvo que dejar a los laicos el papel pre-
emin~nte en el desarrollo capitalista, en el siglo xm
No obstante, la jerarquía eclesiástica iba siendo l se vio, por ejemplo, a la Orden de los Templarios
cada vez más partidaria de la admisión del merca- t convertirse en uno de los mayores bancos de la
der. Ante todo, reconocía su impotencia frente a
él; y luego pronto tuvo necesidad de él, de su di-
nero y de su actividad. G. Le Bras ha podido ha-
.. blar de (•usura al servicio de la Iglesia".
¡ Cristiandad; y la Orden Teutónica, gran mercader
de lanas, mantenía, por ejemplo, una factoría en
Flandes alrededor del año 1400. Con mayor flexi-
bilidad que frente a otras evoluciones, la Iglesia
i pasó del compromiso con el feudalismo al compro-
Al papado sobre todo, como hemos visto 1 pronto le fue f! miso con el capitalismo.
imprescindible el concurso de los grandes banqueros italia- I
nos; y en todas partes obispos y abades debían apelar a los 1

grandes meréaderes y cambistas locales. No es arriesgada ia


suposición de que éstos, en una sociedad impregnada de reli-
~ La Iglesia y los comienzos del capitalismo
1

gión, presionaron al clero para obtener que la Iglesia los reha- '
bilitara y justificara. La Iglesia canonizó mercaderes como
' A ello ayudó, ciertamente, la cantidad cada vez
canonizaba, por política, a miembros de dinastías reales. i mayor de miembros de la rica clase mercantil que
entraban en las Órdenes. ('He anotado -:.dice
Más aún; muy pronto la Iglesia participó en el J. Lestocquoy- los nombres de los hijos del patri-
movimiento. Indirectamente, por intermedio de sus 1 ciado de Arras que entraron en la Iglesia: es la
banqueros, como en el famoso trust del alumbre lista casi completa del patriciado en sí." En pleno
¡
1

que unió en el siglo xv a la Santa Sede con la siglo XllI, el papa Inocencio IV pertenece a una
Banca Médicis. Y también directamente. Desde gran familia de mercaderes genoveses: los Fiesdii.
luego, la práctica de la usura estaba especialmente [ No se ha hecho bastante hincapié en la importan-
prohibida al clero, pero, del- mismo modo que du- cia de este nuevo reclutamiento eclesiástico. Los
rante la Alta Edad Media los monasterios habían sacerdotes y los monjes salidos de la burguesía mer-
podido desempeñar la fuilción de establecimientos cantil aportaban a la Iglesia el conocimiento de su
de crédito, los abades y los obispos que poseían ca- clase. Aun cuando, personalmente, se hubieran
118 119
MERCADERES Y BANQUEROS

apartado de la práctica de los negocios, estaban des- que haya inclusive a fines de la Edad Media una
tinados a colaborar en la justificación de los su- especie de reacción eclesiástica contra los mercade-
yos, bien por espíritu de clase, del que no se habían res. Y a puede tronar San Antonio de Florencia con-
despojado enteramente, bien por afecto carnal, tra la usura y contra el dinero, conmoviendo por
bien porque la frecuentación íntima de los mer- algún tiempo a las masas. Es sólo una reacción
caderes les había convencido de que eran buenos verbal sin gran importancia. No servirá más que
1 para llevar agua al molino de breves revueltas, co-
c~istianos, a pesar de desobedecer ciertas prescrip-
ciones de la Iglesia. Un lector general de la Orden l mo las de la Florencia de Savonarola.
Por lo tanto, la Iglesia acogió pronto al merca-
Franciscana que a comienzos del siglo XIV toma
la defensa de los mercaderes, pone en duda que el
[ der y admitió rápidamente lo esencial de sus prác-
préstamo con interés sea ilícito, porque, dice: ticas. Le jos de ser un obstáculo para el desarrollo
del capitalismo, inclusive podemos preguntarnos si
los mercaderes lo practican habitualmente y sin embargo no no lo sirvió involuntariamente con su hostilidad.
parecen despreocuparse de su salvación, lo que debería ocurrir La condena .. de la usura y de ciertas formas de
si esas prácticas fueran ilícitas. préstamo con interé~ obligó a los mercaderes a
perfeccionar métodos y a recurrir a sutilezas. El
Paradójicamente, los más ardientes defensores de desarrollo de la letra de cambio, pieza principal
los mercaderes se hallaron en las nuevas órdenes del del auge de la clase mercantil, tiene origen en el
siglo xm, las Órdenes mendicantes. En contacto deseo de obedecer a la .Iglesia, al transformar una
con los medios urbanos, a menudo provenientes operación de crédito que ella reprueba en una ope-
ellos mismos de la clase mercantil y fieles servido- "ración de cambio que tolera .
. res del papado, deseoso de -favorecer a sus nuevos
sostenedores, conocían además las técnicas comer-
ciales en que les había iniciado su medio, a la vez El ideal de la Iglesia: las clases medias
que los métodos escolásticos, ·aprendidos en las
universidades y escuelas de su Orden. . Ellos son ' en Sin embargo, si bien la Iglesia cedió y hasta se
el siglo XIII y con el apoyo del papado, el instru-
r integró parcialmente en el mundo capitalista, su
mento de la justificación ideológica y religiosa del ideal en ese terreno no es el gran mercader, frente
mercader, mediante los manuales de confesión y a quien no abandona totalmente su recelo: es el
las grandes obras de teología y de derecho canónico. artesano, el pequeño mercader, el miembro de las
Inútil es entonces que sigan existiendo en la clases medias. El mercader de las corporaciones·,
Iglesia tradicionalistas opuestos a los mercaderes; encuadrado por estipulaciones que impiden el frau-

120 121
M.CRCADERES Y BANQUEROS .JA CQU t:s Ll·: (;Q¡; F

de y la competencia y protegen -por lo menos caron ~vasión fuera de la Iglesia, fuera de la men-
·teóricamente- al consumidor, en quien se realiza· talidad religiosa tradicional?
un equilibrio en la mediocridad; el artesano, teóri- Cuando se elabora el culto del poder, del indi-
camente libre pero encerrado en el marco estrecho viduo y de la virtu, el gran mercader ve en ello
de su ciudad y de su tienda, donde puede ser útil un trampolín para su deseo de poderío, de explo-
sin causar grandes males: ése es el ideal de la Igle- ración y de descubrimiento.
sia. Es a él a quien apoya inclusive con su maltu- Unos favorecerán el Renacimiento intelectual
sianismo económico cuando, en el siglo XIV y en el que, satisfaciendo las necesidades de sus fuertes
xv, por ejemplo, condena como pecado las «nove- personalidades, les permitirá ser humanistas sin sa-
dades", las innovaciones técnicas que intenta in- lir de una Iglesia a la cual les liga tanto una piedad
troducir el mercader capitalista en el marco de la que sigue siendo medieval como el sentido de su
competencia internacional. propio interés; porque la Iglesia puede ser y es a
A él es a quien toma como modelo cuando fija menudo un aliado social poderoso. Los Médicis,
al mercader nuevos límites en su actividad. Porque, después de haber animado y financiado el Renaci-
en definitiva, la elaboración de los teólogos y de miento platónico en Florencia, darán a la Iglesia
los canonistas del siglo XIII tiene úrucamente por un León X, humanista y Papa.
objeto poner diques al desarrollo capitalista, pre- Otros se unirán a la Reforma y le aportarán
dicar una ganancia moderada -lucrum modera- _la espiritualidad del éxito, donde a veces se halla
tum-, respeto por el «justo precio" -justum pre ... la extraña alianza del mundo y del cielo, de la
tium- y separar al buen mercader del malo. El religión y de los negocios, de Dios y del mercader.
buen mercader es aquel que reduce sus horizontes Pero, en el siglo XVT, aparte de las circunstan-
y evita las ocasiones de pecado grave limitando su cias locales, lo que decidirá la actitud religiosa del
.,
campo de acc1on. mercader será su propia elección individual.
Es posible que sobre todo el mercader tome con-
ciencia de que la economía no es del dominio de la
Los mercaderes y el Renacimiento Iglesia. Ésta, que en la Edad Media confundió a
veces las exigencias morales con teorías positivas,
¿Fue quizás para escapar a esa atmósfera enra- se halla remisa en confesar que no puede tener doc-
recida más que para sacudir un yugo, que ya he- trina económica y que no la tiene realmente. Des·
mos visto cuán suave era en el albor del Renaci- pués de su esfuerzo totalitario medieval para abar-
miento, por lo que ciertos grandes mercaderes bus- car el conjunto de las actividades humanas·, le es
difícil resolverse a abandonar campos, a hacer las
122 123
MERCADERES Y BANQUEROS

CAPITULO IV
distinciones que impone la evolución material. e
intelectual. Ahora bien; el Renacimiento hace dar
un nuevo salto hacia adelante al proceso de laiciza- LA FUNCION CULTURAL
ción que ya habían acelerado los siglos XII y XIII.
En el siglo de Maquiavelo, lo económico y lo reli-
gioso, igual que lo moral y lo político, reclam_an
ser separados. Sigue habiendo catóücos que son
Los MERCADERES y LA LAICIZACIÓN
mercaderes; pero cada vez habrá menos mercaderes
DE LA CULTURA
católicos.
A m~nudo tenemos la impresión de que en la
Edad Media la clerecía monopoüzaba la cultura.
1
La enseñanza, el pensamiento, las ciencias y las ar-
1 tes habrían .sido hechas para ellos y por ellos, o por

l lo menos bajo su inspiración y su control. Falsa


imagen que debe corregirse ampliamente. El do-
minio de la Iglesia sobre la cultura solamente fue
t total durante la Alta Edad Media. Distinta es la
( situación a partir de la revolución comercial y el
apogeo de las ciudades. Por fuertes que sigan sien-
1 do los intereses' religiosos, por poderoso que sea aún
l el cerco eclesiástico, hay grupos sociales antiguos
y nuevos con otras preocupaciones, con sed de co-
1
nocimientos prácticos o teóricos distintos de los
( reügiosos y que crean instrumentos de saber pro-
1
pios y medios de expresión también propios.
El mercader desempeñó un papel capital en el
nacimiento y desarrollo de esta cultura laica. Para
sus negocios precisa conocimientos técnicos. Por su
mentaüdad, se dirige a lo útil, a lo concreto y a lo
racional. Gracias a su dinero y a su pOder soeia1 y

125
124
MERCADERES Y BANQUEROS JACQUES l.r: c;OFF

político, puede satisfacer sus necesidades y realizar


sus asp1rac1ones. La escritura

Sabido . es cuán unida está la escritura a las necesidades a.


Las escuelas laicas :que responde. Dtp~nde estreehamentc del medio que la uti-
liza, es eminentemente un "hecho de civilización". Sabemos
Henri Pirenne, Armando Sapori y Arnintore que el paso de la escritura antigua,. "cursiva antigua", a la
escritura de la Alta Edad Media, minúscula carolina, sólo
Fanfani han abierto el camino hacia una investiga-
puede explicarse por la sustitución de una civilización por
ción de la instrucción del mercader y su papel en otra. Igualmente, el retorno a la cursiva en los siglos xn-xm
la historia de la educación. Por ahora sólo dispone- es un hecho integrado en todo el movimiento económico, so-
mos de informaciones dispersas sobre un tema capi- cial e intelectual que conduce al nacimiento de una sociedad
tal: las escuelas. laicas medievales. nueva. En la diversificación de escrituras que entonces se pro-
duce, junto a la escritura de Cancillería elegante y cuidada,
Podemos suponer que, desde muy temprano hecha para actos solemnes, y a la escritura notarial~ a la vez
-mas eso depende de los lugares, y quizás un me- embrollada y abreviada, debemos conceder un lugar a la
jor conocimiento de las condiciones escolares arro- escritura comercial, limpia y rápida, que expresa "energía,
jaría luz sobre el adelanto de tal o cual región en equilibrio y gusto". Es la que resp,::mde a las crecientes nece-
materia de organización comercial -los burgue- sidades de la contabilidad, de la teneduría de libros y de la
redacción de actas comerciales. Escribido todo, escribirlo en
ses, o sea esencialmente los mercaderes, obtuvieron seguida y escribirlo bien: he aquí la regla de oro del merca-
~1 derecho de abrir escuelas, y lo utilizaron. der. Un genovés aconseja a fines del siglo xrr: "No debes ol-
En 1179 existen escuelas comunales en Gante, y la liber- vidarte nunca de asentar bien por escrito todo lo que haces.
tad de enseñanza --conquistada a pesar de la resistencia en- Escríbelo en seguida, antes de que se te haya ido de la mente."
carnizada de la Iglesia- fue sole.~emente reconocida por Y el anónimo florentino del siglo XIV dice: "No se debe terie-r
la condesa Matilde y el conde Balduino IX en 1191. En pereza de escribir" (Alto scrivere non si puo esere tardo).
general, si bien la Iglesia logró conservar la enseñanza "supe- "Scripta manent" es más cierto para el mercader que para
rior" y parte de la enseñanza t(secundaria',, tu.vo que" aban-- nadie. Gracias a él, la escritura, una escritura limpia y có-
donar la enseñanza primaria. En las parvae scolae o scolae moda, útil y corriente, ocupa un puesto de primer orden en
minores -por ejemplo en Y pres, en 12 5 3, está permitido a las escuelas primarias.
cualquiera abrir escuelas· de este tipo-- los hijos de la bur-
guesía mercantil reciben· las nociol:les indispensables a su
futuro oficio.
El cálculo
La influencia de la clase mercantil se deja sentir
en especial en cuatro campos: la escritura, el Y con la escritura, el cálculo. Su utilidad para el mer-
cálculo, la geografía y las lenguas vivas. cader es todavía más evidente. La enseñanza del cálculo co-

126 127
JYJERCADERES Y BANQUEROS
./
JACQUES LE GOFI'

mienza con el empleo de instrumentos prácticos que sirven


:il escolar, y luego al financista y al comerciante, para calcu- mucho. Las escuelas cartográficas genovesas> y catalanas pro-
1
lar. Son el ábaco y el tablero, "humildes antepasados de las ~ujeron los admirables portulanos, descripciones -:-acompa-
máquinas de calcular modernas". A partir del siglo XIII se .nadas de mapas- de las rutas marítimas, los puertos y las
multiplican los manuales de aritmética elemental, como el condiciones de navegación. En este medio erudito que escri-
escrito en 1340 por Paolo Dagomari de Prato, apodado Paolo bía p~ra es~cialistas y profesionales provistos de compás, ai.-
1 tro.bb1os e Ulstrumentos astronómicos, nació Cristóbal Co-
dell' Abaco. Entre los tratados científicos, hubo algunos que
h:in sido de singular importancia, tanto para la contabilidad l?n, quie~ no partió a la ventura, como quiere la leyenda,
..:orno para la ciencia matemática. Así el Tratado del ábaco s~o . provisto de un foerte bagaje de conocimientos y de
-liber abbacf-- que publica en 1202 Leonardo Fibonacci. tecnicas que lo llevaban hacia un objetivo determinado. Para
Es un pisano cuyo padre es oficial de aduanas de la Repú- uso del mercader que iba al extr.anjero había tratados que
blica de Pisa en Bugia, África. Se inicia en las matemáticas, enseñaban, por ejemplo, "lo que debe saberse al ir a Ingla-
que los árabes tomaron ·de los hindúes, en el mundo cristiano- terra'', como i,ndicaba Giovanni Fresccibaldi mercader-ban-
musulmán del comercio, en Bugia, en Egipto, en Siria y en . q~~ro florentino, o "lo qu~ debe saber un :nercader que se
Sicilia, por donde viaja por negocios. En su obra introduce el d~rige a Catay", es decir, a China, como escribía en unas pá-
empleo de las cifras árabes y del cero, la innovación capital gmas famosas Francesco di Balduccio Pegoloti factor de los
Peruzzi. ' ·
de la numeración por posición y de las operaciones con frac-
ciones y del cálculo proporcional. Ampliando más sus estu-
dios, en 1220 publica una Práctica de la geometría. A fines
de la Edad Media, Luca Pacioli escribe en 1494 su famosa
Las lenguas vulgares
Summa de Arithmetica, resumen de los conocimentos aritmé-
ticos y matemáticos del mundo del comercio; en él se ex- El c;onocnn1ento de las lenguas vulgares le es indispensable
tiende especialmente sobre la contabilidad por partida dobie. al mercader para entrar en contacto con su clientes. Desde
Míen tras tan to, desde 14 5O se difunde por Alemania otro muy pronto, los libros y las cuentas se llevan en lengua vul-
manual, el Método de cálculo de Nuremberg. gar, en lengua vulgar se escriben las actas comerciales y, a
pesar de la existencia de intérpretes en los principales centros
de intercambio, se redactan diccionarios p:;ira uso de merca-
deres, como un glosario árabe-latino y especialmente un dic-
La geografía cionario trilingüe latín, cumano (lengua turca que era la
jerga comercial del -Mar Negro al Mar Amarillo) y persa.
Otro campo de investigación necesario para el mercader: Al principio, sin duda a causa de la importancia de las f erías
la geografía práctica, donde se codean los tratados científi- de Champaña, la lengua internacional del comercio fue el
cos, los relatos de viajes y la cartografía. Se ha dicho que el f~cés. Pero pronto tomó el primer puesto la lengu:;i italiana,
famoso Libro de las maravillas de Marco Polo fue uno de los nuentras en la esfera hanseática dominaba el bajo alemán. No
best-sellers de la Edad :Media; y el gusto por los libros de es de sorprender que el desarrollo de las lenguas vulgares haya·
aventuras, inclusive novelados, estuvo tan desarrollado en ido unido al progreso de la clase mercantil y sus actividades.
aquel tiempo que pudo asegurar el éxito del libro apócrifo 1:.1 ~exto más antiguo q~e se conoce en lengua italiana es un'
de Sir John Manndeville, donde la imaginación entraba en fragmento de las cuentas de un mercader de Siena del año
1211.

128
129
r
MERCADERES Y BANQUEROS JACQUES LE GOFF

y religiosos, nace· una. categoría de historiógrafos


1 preocupados por lo económico.
Lá histOria
1
Los mercaderes no se contentan con estos cono-
cimientos básicos. Se interesan por la historia. Ésta Los manuales de comercio
les ayuda no sólo a glorificar su ciudad y el papel
que en ella desempeña su clase, sino también a si- Ciertos mercaderes confiaron sus conocimientos
tuar, comprender los acontecimentos que enmar- y sus experiencias en manuales de inestimable va-
can su actividad y de los cuales son actores. En lor. Estas Prácticas del com.ercio enumeran y des-
13 3 8, Giovanni ·Millani describió en cifras Flo- criben las nierc-ancías, los pesos y medidas, las mo-
rencia, en una página célebre y excepcional: can- nedas, las tarifas aduaneras y los itinerarios. Pro-
tidad de habitantes, de barrios, de parroquias, de porcionan fórmulas de cálculo y calendarios perpe-
corporaciones y de miembros de las mismas, nú- tuos; describen los procedimientos químicos para
mero de los negocios más importantes, monto de fabricar aleaciones, tintes y medicinas; aconsejan
lc5' impuestos y balance de las finanzas p,úbllcas. En tanto sobre la forma de defraudar al fisco, como
el siglo xv,_ el veneciano :Nfarian Sanudo intentará el modo de comprender y utilizar los mecanismos
también \r:alorar-·en JJ.~m~ros el poderío veneciano. económicos. Están inspirados poc un vivo senti-
- Así, junto con los documentos oficiales, los censos miento de la dignidad de los mercaderes; ya hemos
y las listas fiscales, la literatura histórica alimenta visto algún ejemplo de los mismos.
-aun cuando los datos sean a veces erróneos- a
la pobrísima estadística medieval. Se ha observado
tln hecho impresionante: "que la historiografía flo- Los más célebres son italianos. Son las Prácticas del co-
rentina del siglo XIV es el monopolio casi exclusivo mercio (Pratica della mercatura) _ de los florentinos Fran-
cesco di Balduccio Pegolotti, que fue factor de los Peruzzi
de los hombres de negocios". Hombres de negocios en Famagusta, en Brujas y en Londres, y de Giovanni di
son Dino Compagni, Giovanni y Matteo Villani, Antonio da Uzzano; El libro de las mercancías y usos de
Giovanni Frescobaldi, Dona to V elluti y Marchione los diversos paises (El libro di mercantantie et usanze de
di Copo Stefani, quienes, en cada. generación, re- paesi), a tribudo a Lorenzo Chiarini; y una obra veneciana
anónima, Tarifa y conocimiento de los pesos y medidas de las
dactan crónicas precisas, basadas en datos reales, regiones y paises que se dedican al comercio eri el mundo
en las cuales el autor, aun cuando sea parte, no se (Tarifa zoé noticia dy pexi et mesure di lvoghÍe e ter e che
conforma sólo con palabras." De este modo, junto . s' ad01Jra marcadantia per il mundo).
a los cronistas atentos sólo a los hechos políticos

130 131
MERCADERES Y BANQUEROS
JACQUES LE GOFF

Todo este baga je intelectual, todas estas berra- religioso comenzaba 1 en una fecha que oscilaba en-
. mientas culturales siguen vías divergentes de las de tre el 22 de marzo y el 25 de abril. Los mercaderes
la Iglesia: conocimientos técnicos profesionales y precisaban puntos de partida y referencias fijas pa-
no teóricos y generales; sentido de la diversidad ra sus cálculos y para establecer los balances. Eli-
y no de lo universal, que conduce, por ejemplo, al gieron entre las fiestas litúrgicas una fiesta secun-
abandono del latín por las lenguas vulgares; busca daria, la Circuncisión, e hicieron que sus cuentas
de lo concreto, de lo material y mensurable.. comenzaran y acabaran el 19 de enero y el 19 de
La Iglesia no comienza a sentirse inquieta e in- julio.
cómoda hasta que el auge comercial influye en el La Iglesia había determinado también las ho.ras
reclutamiento universitario. Las Facultades más por las estaciones y las oraciones que les correspon-
frecuentadas son las que conducen a los oficios lai- dían. Maitines, Primas y Ángelus se regulaban con
cos o semilaicos más lucrativos: la Facultad de De- el sol y variaban durante el año. Las campanas res-
recho y la de Medicina. La primera forma a los pondían a los cuadrantes solares. El mercader nece-
notarios, tan necesarios en el siglo XIII a causa de la sitaba un cuadrante racional dividido en doce o
abundancia de contratos comerciales. La segunda veinticuatro partes iguales. Él fue quien favoreció
desemboca en un oficio con frecuencia mixto de el descubrimiento y la adopción de los relojes de
médico y boticario: el droguista, que a menudo es repique automático y regular. Florenci~ lo tuvo
el más solicitado en la sociedad burguesa. desde 1325, Milán en 1335, Padua en 1334, Génova
en 13 53 y Siena en 13 59. Desde 13 14, Caen posee
un "gran reloj", con una inscripción que destaca
su presencia: .. Puesto que así me aloja la villa /
La racionalización
sobre este puente para servir de reloj / haré oír las
horas / para alegrar al pueblo común." Desde en-
Y. Renouard ha destacado que la cultura mer-
tonces, la vida ya no se reguló por el reloj de la
cantil condujo a la laicización, a la racion:.ilización
Iglesia, sino por el reloj comunal laico. A la hora
de la existencia. El escenario, el marco de la vida
del clero sucedía la hora de los hombres de negocios.
dejaba de ser ·coloreado por la ~eligión. Los ritmos
.de la existencia ya .no obedecían a la Iglesia. Medir
el tiempo se convertía en necesidad para· el merca-
Una cultura de clase
der; y la Iglesia se revelaba inhábil para ello. Un
calendario regulado por fiestas móviles era muy
Sin embargo, sea cual fuere su influencia sobre: ·
poco cómodo para el hombre de negocios. El año
el desarrollo de la enseñanza, no debe creer~ que
132 133
JACQUE-.'S LE GOFF
Mr:R.CADERES Y BANQUEROS

tí culos". En el siglo X1V se estableció en A viñón


la clase mercantil intentara beneficiar con su cul-
un mercado de libros raros, cuadros y tapices, a
tura a todo. el mundo.
consecuencia .de la estada de la corte pontificia,
Y a la especialización originaria, unida al deseo de
que había atraído allí a ricos clientes provocando
conservar esos famosos secretos que quería guardar una amplia confrontación de estilos y gustos. Vea-
celosamente, la conducían a un aprendizaje inter- mos, por · ejemplo, una carta de Buoninsegna di
no: el que. recibían sus hijos, al salir de la escuela Matteo,. asociado de Francesco Datini, a sus corres-
primaria, en la tienda paterna o junto a asociados
ponsales florentinos, fechada en Aviñón el 17 de
o colegas extranjeros. Y esta enseñanza práctica,
marzo de 1387 (momento, por otra parte, en que
reservada a los hijos de los mercaderes-banqueros,
Aviñón, desertado por el papado, había perdido.
demuestra que la movilidad social en el mundo de
mucha importancia en ese aspecto) :
los negocios en la Edad; Media no fue tan grande ·
como . se ha dicho a veces. · Usted dice que no encw:.;itra pinturas al precio que nos-
. Y ía imposibilidad de hacer que sus hijos reci- otros deseamos, porque no las hay a tan bajo precio. Enton-
bieran en las escuelas religiosas una formación téc- . ces, si no encuentra buenos artículos (cose) a buen precio,
no compre, porque no hay gran demanda aquí. Son anículos
nica apr~pi~da y, sobre to.do, también el deseo de que que hay que comprar en el momento que el artista necesita
p~onto smt1eron de mamfestar su rango social me- dinero. Decida usted,' porque para nosotros no es una nece-
diante la segregación escolar, llevó a los mercade- sidad lanzarnos al comercio de esos artículos, pues no son
res.ª. apelar ª. preceptores y hacer que sus hijos cosas que se puedan vender todos los días o para las que
rec1b1eran lecc10nes particulares en su propia casa. haya muchos compradores. Pero si algún día, buscándolo,
encuentra un buen artículo de valor y el artista necesita
dinero, entonces cómprelo. .
Hemos vendido tres de las cinco piezas que compró An-
EL MECENAZGO MERCANTIL drea y hemos sacado por ellas l O florines de oro contantes
por cada una, lo que nos ha dado un excelente beneficio. Si
~1 artista a quien él los compró tiene algunos cuadritos bue-
A la vez que desempeñaban esa función en la
nos, que valgan 4, 5 ó 6 florines contantes -pero es preciso
evolución de la enseñanza, los mercaderes influían que sean buenos y baratos--, cómprele uno o dos, pero no
grandemente en el desarrollo literario y artístico. más; o bien cómprelos a otro artista mejor, porque si son
El mecenazgo de la rica clientela mercantil se buenos dibuios se venderán bien. Aquí los clientes son di-
exflica. fácilmente. En primer lugar, el encargo fíciles.
Y ia compra de obras de arte representaba para los
· Las pilas bautismales de Tournai del siglo xrr,
mercaderes y banqueros una fuente de provecho
tos alabastros de N ottingham, los marfiles parisien-
una in versión. Algunos de ellos, por lo menos, con~
se's de los siglos XIV y xv, las latonerías de arte y
sideraban dichas obras como ((mercancías", «ar-
135
134
MERCADERES Y BANQUEROS JACQUES LE GOFF

los tapices d-e Arras a fines ·de la Edad Media son Pero, a menudo, para los mercaderes no se trata-
.objetos de gran exportación y, en los dos últimos ba tanto de cumplir una función artística, como
c~sos, industrias de sustitución que reemplazan a cumplir una función social mediante la beneficen-
otras tradicionales, de consumo corriente, en crisis. cia. En muchos casos, se trataba también de con-
En el siglo xv, P. Surreau colecciona en Ruán trolar medios muy poderosos de influencia sobre el
manuscritos; pero son prendas ·de deudas. vimosYa pueblo: control de la literatura, para inspirar poe-
que Jacques Coeur y los Popplau comerciaban con mas y escritos favorables a su persona, su profe-
objetos de arte. sión y su política; control del arte, cuyos temas
debían responder a sus intenciones y a sus aspi-
. Proteger a los artistas~-comprarles las obras y en-
raciones; y, por encima de todo, medio de conten-
.eargarles traba jos en iglesias o edificios públicos
tar al pueblo dándole materia de admiración y de ..
es también una tradicional manifestación de ri-
:diversión, para evitar que se interesara demasiado.
queza y rango- social. De este modo los señores feu-
dales y la Igl_esia habían sido en la Alta Edad Me-
en la política o reflexionara sobre.su condición so-·
cial. Poderosq instrumento de divertimento, hada
dia los únicos clientes de los artistas. Los nuevas i1 del mecen_azgo mercantil una continuación, por
ricos, los poderosos del momento, se unieron a ellos
ejemplo, de la política patricia e imperial romana,
y los relevaron de su función.· Por otra parte, con
que daba a la plebe panem et circenses. Esta polí-
la riqueza, la educación y la frecuentación de las tica del mecenazgo fue llevada al máximo por las
obras de arte en el curso de sus viajes, los mercade- ccseñorías mercantiles" del siglo xv y, entre ellas,
res a menudo adquirieron no solamente el deseo del por la de los Médicis más que ninguna otra. Lo-
lujo, sino también d· gusto por las cosas bellas. Aca- renzo el Magnífico supo utilizarla magníficamente.
bamos de ver que era una clientela cada vez más Tampoco resulta sorprendente que la obra artís-
exigente, por ser cada vez más refinada. tica de los mercaderes mecenas encendiera a veces
la cólera popular. Cuando había motines y movi-
Cuando· los ricos mercaderes que dominan las ciudade3
abren concurso público para la realización de una obra de
mlentos revolucionarios, uno de los primeros cui-
arte destinada a su ciudad -por ejemplo, los florentinos que dados del pueblo en rebelión era destruir la casa
dieron a _concurso la decoración de · las puertas del Baptiste- de los ricos, símbolo de su dominación. Savonarola
rio-- se pr~pan men6s de. encontrar al artista que ejecute explicó muy bier.. :;-u cólera iconoclasta, dirigida
el trabajo al mejor precio que de descubrir al capaz de reali- ·_contra la pnH· ica artística de los Médicis, expresión
1zar la obra más. bella. Cuando, en el Bargello; ·comparamos (ie su opres1on. El vandaliSm.o.. revolucionario fue •
los modelos de Donatello y de Ghiberti, aprobamos totalmente
ya en la Edad Media una actitud política, réplica;
la ~lección· estética_ de los grandes ~~gtleses florentinos.
~el pueblo a la política de sus amos, quiene~,. ade- •
136 137·
MERCADERES Y BANQUEROS JACQUES U: GOFF

más, se habían preocupado poco .de educarlo artís-


ticamente.
LA CULTURA BURGUESA
Por otra parte, sólo excepcionalmente los ricos ·
mercaderes dispensaban cierta consideración a los
No obstante, hay que ser muy prudente al esta-
artistas que empleaban. Solamente los poetas, l~s
blecer 1as relaciones precisas entre los mercade-
eruditos y los filósofos -sobre todo en el si-
res, su ~entalidad, sus objetivos y su política, y las
glo xv- fut:ron colmados de regalos y de honores
obras de arte que encargaron. La sociología del ar-
·por algunos de ellos. La mayoría de las veces, los
te, llamada a renovar la historia del arte, está en
~ercaderes los consideraban como criados, a lo
más como artesanos a quienes compraban las obras sus comienzos. No está segura ni de los métodos
como compraban otras mercancías. El trabajo de los ni de los principios, y no está exenta de pasos en
pintores, de los arquitectos y de los escultores se falso o de temeridades bellas pero peligrosas. No
consideraba sólo trabajo manual; de ahí que fuera debe olvidarse que el mecenazgo de los banqueros
. • 1• ,
despreciado. El título de maestro que usaban sig- y de los mercaderes no siempre se matenailZO en
nificaba únicamente "maestro de obra", .. maestro obras significativas de la clase que las hacía ejecutar.
artesano". Desde el siglo XII, los jug!ares al servicio A fines de la Edad Media, la religión todavía suministraba
ae la burguesía rica tenían amargo sentido de su gran cantidad de temas y lo esencial de la inspira~~ón ~rtís­
dependencia, y el autor de un poema en honor de tica. La Iglesia seguía ejerciendo sobre la producc1on litera-
los mercaderes confiesa humildemente que hace su ria y artística un control que a menudo podía contrariar el
elogio obligado y forzado, porqll:e sin el mercader "espíritu burgués" de la clientela mercantil. Cuando, des.-
pués de la gran peste de 1348, el mercader florent~o Buona-
el juglar moriría de hambre. Si bien numerosos ar- mico di Lapo Guidalotti encargó a Andrea da F1renze los
tistas, y especialmente los humanistas del siglo xv, ·frescos expiatorios de la capilla de los españoles de Santa
entraron gustosamente a formar parte de la servi- Maria Novella, el tema de la obra fue el triunfo de la Igle-
dumbre de las grandes familias mercantiles -sien- si:i \" de los dominicanos, sus fieles instrumentos. La burgue-
sÍJ. ~e contentaba con servir la causa de la Iglesia, que a su
do en ello precursores de los escritores-cortesanos
v..:z la servía asegurando un orden social que le era favorable
de la era monárquica-, algunos artistas tuvieron v suministrándole explicaciones de los acontecimientos que
también conciencia de su situación de trabajadores ~o ponían en tela de juicio la organización de la economía
y asalariados. Tal Starnina, que tomó parte activa ni de la sociedad.
en Florencia en el Tumulto de los Ciompi, y tuvo También hay que tener en cuenta la independencia de
· luego que exilarse. los artistas. Por mucho que éstos dependieran de las condi-
ciones fijadas por sus empleadores, que a menudo determina-
ban en detalle los temas y la ejecución de sus encargos, el
genio del artista seguía siendo, en definitiva, el dueño de lo

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JACQUES LE GOFF
MERCADER.ES Y BANQUEROS

esencial. A veces el artista inclusive hallaba modo de expresar mercaderes -un Calega Panzano, un Luc.cheto
sus intenciones críticas hacia sus empleadores, de una manera
Gattilusio- cantan y riman en provenzal, en ese
disfrazada; y no es una de las tareas más fáciles de los soció-
logos del arte el descubrir esas intenciones encubiertas sin cael' dolce stil nuovo que se ha reconocido como una de
en el abuso de las explicaciones fantasiosas. ¿Fue un movi- las formas más aristocráticas, más refinada.s, más
miento de oposición popular lo que quisieron expresar los ((estéticas" de la poesía. Encarcelado en Génova,
pincores toscanos de la segunda mitad del siglo XIV, que vol- un hombre de negocios veneciano, Bartolomeo
vieron a exaltar el estilo gótico tradicional e insistieron en
Zorzi, consagra parte de sus ocios forzosos a reali-
los temas de los eremitas que se retiran al desierto, del mal
ladrón en la Crucifixión, y de la Resurrección de Cristo? Ver zar justas poéticas con el genovés Bonifacio Calvo.
en ello temas revolucionarios de protesta sigue siendo una
aventurada conjetura, por lo menos en el estado actual de
nuestros conocimientos. La poesía cortesana, en la que se ha visto la flor y nata
Finalmente, es muy importante destacar que el del arte de un;¡ sociedad señorial decadente, fue cultivada
desde muy pronto por la burguesía mercantil. Se ha destaca-
gusto de la burguesía mercantil no fue siempre do la parte tornada por el pa¡:riciado de Arras en el movi-
original. Al principio, cuando la falta de educación miento poétÍco de la ciudad en ;l siglo xrn. Mathieu el Sastre,
artísticá obligaba a los nuevos ricos a adoptar el de rica familia de banqueros, se dedicó a la poesía; igual que
gusto de las clases dominantes tradicionales, y tam- los comerciantes que se apasionaron por un género literario
bién más tarde, cuando los mercaderes --como he- nuevo, la justa literaria, discusión poética de casuística amo-
rosa en la cual, por ejemplo, se pregunta "qué es más triste:
mos visto-- se sintieron cada vez más deseosos de
ver que se casa una persona a la que se ama tiernamente, o
entrar en la nobleza y de borrar las distancias entre verla morir". Los mercaderes· son los grandes animadores de
la antigua ar{stocracia y la, nueva que ellos que- esas sociedades literarias, que volveremos a encontrar en el
rían constituir, las· tendencias artísticas de la bur- siglo xv tanto en los Puys normandos como en las "Cámaras
guesía ne- se diferenciaron de las de la nobleza y de de retórica" flamencas o los círculos platónicos florentinos.
la Iglesia. Se ha ri1cho que, para convertirse en._ Si bien en la poesía épica hallamos en alguna canción de
noble, el mejor medio era, ante todo, adoptar el gesta -las En/anees Vivien- el antagonismo entre la psico-
logía noble y guerrera y la mentalidad mercantil y utilitaria,
ugénero de vida" de la nobleza. ¿Qué campo podía en H enri de Mes ambas pueden cohabitar en el mismo per-
·ofrecer a los mercaderes mejor ocasión que el de sonaje, como el mercader Thierry a quien el duque de Lorena
la literatura y del arte para esta asimilación? Ahí hace su yerno y su heredero.
pudieron, desde muy pronto, imitar las maneras de
la nobleza. Se sabe que Génova fue «el centro de
difusión de la poesía provenzal en Italia". Miem- ·. Puis fu il si chevaliers de grant pris
bros de las más importantes familias genovesas de Qu'il f ist les W andres a grant dolour morir;

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JACQUES LE GOFF
MERCADERES Y BANQUEROS

Car il venga le baron saint Remi Estd cosºtumbre pasa de Italia a Alemania: en el
Et saint Nicaise l'archeveske gentil 1 . · lo xv unas cuarenta casas burguesas de Regens-
sig ' 1 . d 1
burg tienen torres. Pero pronto los pa ac1os . ~ os
¿Quiere eso decir que no hubo ni en literatura patricios pierden gran parte de ~ aspecto militar.
ni en arte una específica influencia de la burgue- Sin embargo, el temor a los motmes o a los ~s:Itos
sía mercantil? y el deseo de garantizar el secreto de la act1Vlda.d
interna de los mercaderes, hizo que en Florencia
los palacios de los Médicis y de los Strozzi conser-
La arquitectura varan un aspecto severo que tiene algo de fortal~:ª·
En Siena, numerosos palacios de grandes familias
Donde primero imprimió su huella la burgue- de mercaderes, como el palacio Salimbeni, está~
sía fue en la arquitectura. La Alta Edad Media todavía provistos de almenas. Sin embarg~, las n-
había visto surgir dos tipos de monumentos: la eas mansiones de los patricios se abren hacia el ex-
mansión señorial, el castillo-fortaleza; y el edi- terior por todas partes, mediante ventanas, gale-
ficio religioso, la iglesia. Desde ahora se desarrolla- rías o logias donde los mercaderes ofrecen a s.us
rán otras dos categorías de monumentos: la arqui- conciudadanos el teatro suntuoso de sus ceremoruas
tectura civil pública y la casa patricia. Esta última familiares: bodas y funerales. Como la logia de los
sólo progresivamente se fue desprendiendo del Guinigi en Luca. La búsqueda ~e la eleg~nc~a se
carácter militar de la Alta Edad Media. Tanto la manifiesta sobre todo en los admirables panos mte-
preocupación defensiva como el deseo de prestigio, riores, que son una de las primeras manife~taci~nes
habían llevado a los priméros ricos ciudadanos a del espíritu del Renacimento. En Venecia, libre
construir esas casas ornadas de torres cuyos restos de los temores de motín o de guerra entre sus mu-
sorprendentes vemos aun en San Gimigniano. En ros la búsqueda de materiales, de ligereza y de
efecto, las torres son un signo deslumbrante de la su~tuosidad ~en las fachadas se manifestó con más
asimilación de la rica burguesía a la nobleza. Con- brillo, como testimonia todavía el extraordinario
vertidos en propietarios rurales, los mercaderes de despliegue de mármol y piedra a lo largo del Gran
Messina hicieron fortificar su gran ja, como Perrin Canal.
A uchier en Longcham ps entre 13 13 y 13 2 5, como
los Hesson en el dominio de Brieu hacia 1318.
1 Fue luego caballero de tanto valor / que hizo perecer en La pintura
grandes sufrimientos a los wandrenses; / vengó pues al barón
san Remigio / y a san Nicasio el gentil arzobispo. ·También la. pintura llevó la. marca del mece-
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MERCADERES Y BANQUEROS
JA CQL'ES LE GOFF

nazgo de los mercaderes. La encontramos en las


iglesias, en las capillas donde celebraban sus cere- su rango social, ponen más atenc10n en que se reproduzcan
-monias privadas y ·se hacían enterrar las grandes .exactamente sus rasgos. El realismo del retrato, que responde
también a otras causas de la evolución de la pintura, refleja
familias del comercio y de la banca, capillas cuyos el deseo del mercader que ~ncarga un retrato, de ser reco-
muros hacían adornar con frescos: capilla de los nocido gracias al parecido. No quiere que se le pueda con-
Peruzzi y de los Bardi en Santa Croce, de los Scro- fundir con otro, del mismo modo que en los negocios afirma
. vegni en Padua (donde desplegó su arte Giotto) , de la originalidad y el valor de su firma comercial.
Le gusta que en los cuadros se le represente en el escena-
los Strozzi y de los Pazzi en Santa María N ovella; rio de su hogar, con los ricos muebles y los objetos cotidia-
capillas Brancacci en Santa María de Carmine (don- . nos; y ese escenario, a la vez familiar y rico, desborda sóbre
de N asaccio revolucionó el arte del fresco); capilla la pintura religiosa. Las vírgenes de la Anunciación y los san-
del palacio :Nfédicis donde Benozzo Gozzoli repre~ tos retirados del mundo son representados como burguesas
y burgueses en su hogar; tal San Jerónimo, que abandona b
sentó a los miembros de la ilustre familia en el
gruta de la pintura primitiva ·por un despacho de mercader
fresco de los Reyes Magos; coro de Santa María hum:mista. Le gusta también verse rodeado de su familia,
N ovella done Ghirlandaio nos conservó los rasgos sobre todo de su~ hijos, prenda de la continuidad de su casa,
puros y serenos de las mujeres de la familia Tor- de sus negocios y de su prosperidad. A Amolfini lo pintan
nabuoni. junto a su mujer encinta, detalle realista, pero también sím-
bolo de fecundidad, como la Madona de Monterchi de Pie.ro
.della F rancesca.
En efecto; en el arte del retrato la clientela burguesa in-
fluyó profundamente en la pintura. Sentimientos piadosos
y gusto por el prestigio llevaron por igual al mercader a ha-
cerse representar en los cuadros. El mercader comparte con
Las artes menores. El lujo
el noble y el clero de alto rango el deseo de aparecer bajo
los· rasgos del donante y hacerse inmortalizar en él. A veces,
como en el tríptico de Meling "El Juicio Final'', en el cual Mayor es aún la influencia del mercader en las
Tomm:l~ Pon:inari v su muie:r son oesados oor el arcángel artes menores. Antes de él, estas artes se debían
Sa~ MÍ~~el, -~l-~~;c~d~; e~t;a en la ~cción d.el cuadro. P;ro sobre todo a la Iglesia: orfebrería de relicarios y
los mercaderes sienten más que los otros el deseo de imponer cálices, tejidos preciosos de los ornamentos de Igle-
a los contemporáneos y a la posteridad su presencia eterni-
zada. A ellos no les basta con hacerse representar a veces -ra-- sia y de las vestiduras eclesiásticas. Ahora son las
ramente-- con los atributos de su función, como el famoso joyas y los muebles, gloria de la familia burguesa.
pesador de oro y su mujer, o -lo que es más frecuente-- Gracias a los ricos mercaderes, dos artes menores se
en medio del lujo de sus interiores burgueses, como en el cé- elevan hasta alcanzar el rango de las más grandes:
lebre cuadro de Van Eyck que representa a Arnolfini y su
la pintura sobre madera, que practican artistas cé-
mujer. Ellos, que no tienen, como los nobles, los obispos y los
abades, armaduras, emblemas, mitras o cruces que simbolicen lebres para ornamentar los cassoni --cofrecillos o
arcas de bodas donde la joven esposa guarda el
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JACQUES LE GOFF
MERCADERES Y BANQUEROS

Y coloca en boca de un artista floren tino la


ajuar y los regalos (algunos de los cuales se cuen- opinión de que las florentinas son las más grandes
tan entre las piezas más finas de los grandes mu- ·· pintoras y escultoras de su tiempo:
seos, como los de la Galería de la Academia de
Florencia)- y los tapices, que a partir del siglo x:v Si no me creéis, buscad por todo nuestro país y no en-
se renuevan, surgiendo, después de Arras, los talle- contraréis una mujer que sea morena. Eso no. se debe a que
res de Lila y de Bruselas. la naturaleza las haya hecho blancas a todas; sino que, me-
diante sabios cuidados, la mayoría, de morenas que eran, han
La rica burguesía -nueva clientela selecta-
pasado a blancas. Y lo mismo ocurre con sus rostros y sus
provoca también un impulso incomparable en la cuerpos: ya sean derechos, torcidos o contrahechos, ellas sa-
moda y los trajes. Por espléndidos que sean los ' ben darles hermosas proporciones por medio de muchos artifi-
hombres, que nada tienen que envidiar a los nobles \cios y estratag~as.
ni a los dignatarios de la Iglesia, quienes crean una
extraordinaria demanda son las mujeres. Desde Desde el siglo xm, los poetas de Arras ponen en
muy pronto, su lujo esplendoroso las expuso a las solfa a las mujeres de los ricos banqueros de la
burlas dé los poetas y a las invectivas de moralistas ciuda-d. He ahí una que, arreglada, tiene una cabeza
y predicadores. tan dorada que se diría un cuadro o un crucifijo
El contraste entre la sencillez de las· costumbres precioso; sus cabellos están cubiertos de oro y de
4e los viejos tiempos y el lujo desenfrenado del plata; y, sin embargo, por dentro es sólo podredum-
presente se convierte en uno de los leitmotiv de bre. El testamento de Jeanne Socquel describe su
los escritores florentinos. Dante es quien hace decir ~olección de abrigos con capuchón de terciopelo
a su bisabuelo, hablando de un matrimonio de la 'de todos colores, sus pieles, s'us vestidos y sus ci~ -
burguesía de antes: · turones adornados dé perlas. Contra la inv1sión del
lujg.·son MnBQtentes la~ leyes suntuarias inspiradas
He visto a Bellincion Berti usar cinturón de cuero y -por_ .eclesiastices austerl'.>s, ancianos cascarrabias y
hueso, y a su esposa volver del espejo sin llevar pintada la ~:nobles envidiosos. En vano Felipe el Hermoso prohí-
cara. ¡Todavía no estábamos en Sardanópoüs!
be en 1-314 ·a los burgueses y a las burguesas llevar
pÍeJ.eg caras. En vano la comuna de Pistoia toma me-
Y F rancesco Saccheti escribía:
didas en 13 32-13 3 3 contra ·el vestir femenino, el
Nunca acabaríamos de discurrir sobre las mujeres, co- lujo de los regalos y los banquetes de bodas y la
menzando por el inverosímil atuendo de sus pies y llegando pompa de los funerales; en vano Santa Cau!ina de
hasta la cabeza; se pasan el día en el tejado (para bron- Siena inspira medidas semejantes en Siena; en vano.
cearse al sol) ; se rizan, se estiran y se lavan, hasta el punto intenta Florencia, después de la Gran Peste, poner'
que a menudo· mueren de catarro.
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MERCADERES Y BANQUEROS JACQUES LE GOFF
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el proletariado obrero y el campesinado. La primera hace triun-


freno a la redoblada munificencia de los sobrevi- far sus opiniones sobre pintura con Giotto. La humanización
. vientes; y en vano Venecia instituye una magis- de 1~ religión, el aburguesamiento de la pintura de la vida
tratura especial encargada de reglamentar el lujo. de Cristo y de la Virgen, la tergiversación del espíritu fran-
Y no .olvidemos el arte gastronómico, que progresa ciscano por un artista convertido también él en rico y duro
con el refinamiento del gusto y la adopción de capitalista y que escribió un poema contra la pobreza, la apa-
platos y recetas extranjeras: numerosos manuales rición de un estilo familiar, narrativo y descriptivo: todo
eso traicionaría la influencia del espíritu burgués en la pin-
culinarios que han llegado hasta nosotros lo atesti- tura, giottesca y postgiottesca, pintura de las ricas famüias
guan. A fines del siglo xv se puede obsetVar en florentinas. Por el contrario, el retroceso económico y polí-
Ruán la importancia creciente del consumo de azú- tico de esta clase después de 1348, pondrá de moda durante
car y de frutas mediterráneas entre la· rica bur- un cuarto de siglo, más o menos, el estilo gótico, simbólico
guesía mercantil. y lírico, estilo de la reacción· democrática. Analizando la pin-
El. comercio a menudo se beneficia de este lujo. tura florentiná y sienesa pos~erior a la Peste Negra, Meiss.
ha intentado también descubrir en la conmoción de la so-
Citemos dos mercancías cuya demanda pasa a ser ciedad y sobre todo de la rica burguesía· mercantü, la aparición
considerable en los siglos XIV y xv: las pieles que de un estilo nuevo que se aparta de Giotto y busca temas de
las ciudades hanseáticas o las factorías italianas del ir..spiración di;ectamente relacionados con los acontecimien-
Mar Negro traen del norte, y el azafrán, necesa- tos y las reacciones afectivas que éstos producen.
rio para tintes, perfumería, medicina y para la co- Pierre Francastel ha intentado relacionar pintura y socie..
cina, producto este último que alcanzó gran im- dad en Italia, en el siglo xv, en un nivel más profundo de las
estructuras mismas. La aparición de una visión y de una repre-
portancia en la Baja Edad Media, como acaba de sentación nuevas de la realidad --el espacio del Renacimien-
demostrar A.· Petino. to-, lo que se llama tradicionalmente el .descubrimiento de
la perspectiva, sólo se explica en función de los progresos téc-
nicos, económicos e intelectuales de la gran burguesía. Ya he-
El mercader y la sociología del arte mos visto cómo venció materialmente al espacio, cómo se afanó
por comprenderlo, dominarlo y medirlo. Esta domesticación
¿Potlemos· ir más allá de estas observadones sobre la in- del espacio por parte de la clase mercantil se realizó también
fluencia. a menudo externa, de la clientela mercantil sobre en la pintura italiana del Quattrocento, cuyos artist2S depen-
el desarrollo artístico? La sociología del arte lo .intenta, y dían de la clientela burguesa. F. Brancacci, quien encargó a
ello ha de renovar muchos problemas. Hasta ahora, sus hipó- Masaccio los revolucionarios frescos de la capilla de los Car-
tesis siguen siendo aventuradas. mine, fue uno de los primeros cónsules .del mar de Florencia,
Federico Anta! ha querido ver en los temas y los estilos un hombre que estuvo en Egipto, un hombre de vastos hori-
de la pintura toscana del ~iglo XIV y comienzos del xv las zontes. Así se amplían también los horizontes de la pintura.
oposiciones que recubren los antagonismos existentes entre. la Desde ahora, el espacio pictórico es a medida del hombre, he-
dase de la rica burguesía mercantil y la democrática clase d~ cho para ser medido y recorrido, mientras la perspectiva gó-
lJ pequeña burguesía artesana, episódicamente apoyada por :tica. correspondía a una visión plana, sincrónica y etex:na: la

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MERCADERES Y BANQUEROS

JACQUES LE GOFF

de Dios. También aquí vuelven a aparecer laicización, hu-


manización y racionalización·; y el mercader es, en gran parte,
.responsable de ello. · viven pared de por medio, que se observan, se es-
pían y se denigran como -competidores.

La literatura El humanismo
Igualmente es delicadísimo delimitar en forma Se ha dicho también todo lo que el naciente hu-
exacta. la Uifluencia del mecenazgo mercantil en manismo debe al mecenazgo de los mercaderes, a su
los ·caracteres internos de la literatura medieval.
espíritu y a su necesidad de justificar su posición
Literatura burguesa, se ha. llamado a ciertos géne- terrena. Tres grandes temas de la literatura huma-
ros. que se de~arrollan en ~os medios urbano~.ª par- nista, y más precisamente de la literatura italiana
tir del. siglo X1I. Pero necesitaríamos estudios pre- del Quattrocento, le deben muchísimo..
cisos pira definir lo que en las fábulas, las máxi-
mas y las moralejas revela un espíritu nuevo apor- El tema de la riqueza, fuente de virtudes, de plenitud, de
. tado por una .clase social nueva. U na .moral a ras goces exquisitos y de aprobación divina. Después de Leonardo
de tierra, hecha de prudencia. y de -buen sen tido Bruni, es Poggio Bracciolini --el Poggio--, familiar de los
práctico y ligada a la preservación del dinero, de la· Médicis, quien hace de la riqueza la expresión tangible de
la actividad humana.
propiedad, de la familia y de la salud -una moral
El tema de la fortuna, que, al entremezclar la idea de ri-
de poseedores y de comerciantes--; el gusto mismo queza y la de azar, es una especie de resumen de los actos
de moralizar, que habría que distinguir de la pré- y los ideales del mercader. Por el magnifico estudio de
dica religiosa, no en la forma, lo cual es fácil, sino A. W arburg sabemos que este tema es uno de los que el
en el espíritu, lo que es más difícil, porque ¿acaso mercader prefiere que traten los artistas a quienes emplea.
no hay moralistas predicadores y predicadores de Se lo encuentra por todas partes, en las armas y en la fachada
moral burguesa? El amor al detalle realista y fami- del palacio de los Rucellai o en el pavimento de la catedral
de Siena.
liar aportado por una clase aficionada al· decorado El tema de la ttvirtu'', de la energía, expresión de la per-
.material de la vida y sensible ..:a las apariencias, el sonalidad humana y fuente de éxito terreno. Hay --dijimos-
amor a lo cómico, a la ironía algo pesada e inclu- una virtu del hombre de ·negocios en lucha con los elemen-
sive a lo burlesco; y la farsa medieval que, más tos, los hombres, las mercancías y el dinero. Según el ·Poggio,
en su Liber de Nobilitate, ella es quien, apoyada en la ri-
que popular, es quizás burguesa con su burla de·
qu~a, fuerza a la fottuna & obedecer.
las cóndiciones· sociales y su crítica a menudo poco
caritati-v.a del prójimo. Una literatura de gentes que En todo este movimiento, que desembocaría· en
lo que se ha llamado el ~spíritu moderno, tan~o en
150
l51
MERCADERES Y BANQUEROS JACQUES LE GOFF

moral como en arte, los mercaderes no se conten-


dales. A veces es también punto de partida de una
·pron con participar indirectamente mediante sus.
política turística destinada a atraer a peregrinos
Qlcarg?s. M~chos de ellos fueron cultos. aficiona-,
y a viajeros, fuente de nuevos beneficios. Por lo.
d?s~ e mclusr~e fil?sofos Y. poetas. Lorenzo el Mag- tanto es, parcialmente, una reconversión económica.
n1f1co es el mas brillante ejemplo. ·
Aquí volve?1os a encontrarnos ante el problema-
de las generac1ones que mencionamos anteriormen-
MERCADERES Y CIVII..IZACIÓN URBANA
f:· El mercader humanista es t~mbién con frecueni
c1a un _mercader menos interesado en los negocios, Por lo pronto, en el marco urbano es donde de-
~ue qwta a ~s. empresas comerciales lo que da a sus
bemos ubicar al mecenazgo de los hombres de n~go­
:nteres,es art1st1cos, que gasta en lujo lo que antes cios de la Edad Media.
i~vert1a en me~candas. Signo de decadencia, qui-
zas; pero también aquí la función cultural es a la Piensan con frecuencia en su ciudad. Ella está en
vez causa y efecto. Si bien acentúa la decadencia la primera Jínea de sus preocupaciones y de sus
de l~s negocios, frec~entemente se desarrolla por- ::ifectos. Desde luego, el patriotismo urbano del mer-
que estos ya habian aeclinado. Entonces, el dinero cider es también interesado. La ciudad es el centro.·
acumulado se invierte en otra parte, en bienes cul- y el fundamento de sus negocios y de su poder. Si
tura~es, Y esta nueva dirección que toman los gas- ella les debe mucho, ellos le deben mucho también.
tos, rmpue:ta por la <::risis económica, la limitación Saben que es uno de los cimientos de su fuerza. Por
de los h?nz??tes co_:n~rciales y la inadaptación de eso recomponen en seguida en el extranjero una uni-
la orgaruzaoon prOJ.eSional a las condicione'l nue- dad a su imagen" Las naciones de los mercaderes ex-
- :ras, puede ser también una especulación no sólo tranjeros, con su organización política, su organi-
mtelectual sino también material. A menudo, el zación corporativa, sus cofradías y sus fiestas en ho-
me~e~azg? de los grandes mercaderes-banqueros nor de los santos de su país, agrupados en un barrio
esta mscrrto en una política cultural desarrollada de la ciudad extranjera, hacen renacer allí la patria
po,r las ciudades con objeto de reanimar su econo- que han abandonado pero a la cual continúan sir-
m1a. Cuando las vías comerciales se apartan de viendo. En Brujas hay una pequeña Florencia, una
ellas, Y cuando las riquezas acumuladas no encuen- pequeña Génova, una pequeña Luca" Y cuando._, un
tran. ~a forma de. ser empleadas en las empresas mercader no tiene "corresponsal", o sea represen-
-,trad1c1onales, las ciudades gastan su tesoro en ador- tante personal en una plaza extranjera, recurre a
narse con magnificencia. Pero este último resplan:.. un compatriota" Los Médicis dan a sus subordina-
tlor no es sólo la traca final de unos fuegos artifi~ dos recomendaciones estrictas sobre los colegas a.
152 153
¡

MERCADERES Y BANQUEROS JACQUES LE GOFF'


f
quienes deben dirigirse en aquellos lugares donde .Carlos VII termina la reconquista del reino de
la casa no tiene sucursales. Tocios son florentinos. 1
Francia a los ingleses, muchos fueron los mercade-
·res "colaboracionistas" que perdieron la cabeza o
Cierto que ese patriotismo tuvo excepciones. No siempre
cedió al interés cuando éste le era contrario, y con el tiem- tuvieron que cambiar de casaca. Mollat ha recons-
po hubo de relajarse. Al comienzo, el mercader no vacilaba truido la figura de uno: Jehan Marce!, de Ruán.
en tomar las armas, combatir y dar su vida por su ciudad.
1 Y algunos años más tarde, el famoso Jacques
En 1260, cuando Siena estaba en guerra c9n Florencia, en Coeur, platero del rey de Francia, no vaciló .en pa-
vísperas de la gran victoria de Montaperti los mercaderes
pagaron ampliamente: con sus denarios (Salimbene dei Sa- sar a un enemigo, el rey de Aragón, informaciones
limbeni dio 118.000 florines a la comuna para el esfuerzo secretas cuya entrega podía favorecer los negocios
de guerra); y con sus per~onas: el jefe de la más rica f;_ del gran financiero. Llegando a este extremo límite
milia de banqueros sienese.!, Orlando Bonsignori, fue movili- de la traición, los grandes capitalistas inauguraban
zado. AJ11aldo Pe:ruzzi, el gran mercader florentino, murió
en una '._batalla contra el emperador Enrique VTI. Grandes su carrera de potencia internacional, súbditos de
hombres de sus ciudades, los ricos mercaderes estaban por un reino del dinero que sólo conoce las fronteras
lo tanto llamados a representarlas hasta en las más trágicas cuando favorecen a sus intereses.
circunstancias. Hacia comienzos del siglo xm;· después de Bou-
vines, un Uten Hove figura entre los rehenes que Gante Pero durante toda la Edad Media el amor de los·
libra a Felipe Augusto. Y fimoio es el episodio de los bur- mercaderes a su ciudad se manifestó sobre todo en
gueses de Calais en el siglo XIV. el cuidado que pusieron en embellecerla. A veces,
como en Alemania, inclusive imponen su concep-
Pero, con el tiempo, los mercaderes se negaron ción del trazado de la ciudad. H. Planitz ha podido
a ser soldados~ La extensión de los negocios no les escribir que, en el siglo XIII' ((no sólo el merca~o
permitía ya perder tiempo en la guerra,· y la ex- tenía que ser- el centro de la ciudad, sino que la
tensión de su riqueza les permitía librarse de ella. ·ciudad entera se construía partiendo de ese punto-
De modo que recurrieron a los mercenarios, al sis- central". Wiener Neustadt es patente ejemplo de
tema de la condotta. El mercader hace negocios, y esto. En todas partes los mercaderes contribuyeron
paga al condottiero, que haceéfa ·guerra:. El merca- al adorno monumental de 3ll ciudad. En primer
der se ha convertido en un civil. lugar, por -medio de sus casas, esos hermo~os pafa..•
A fines de la Ectad Media, cuando se organizan cios que hemos citado. Luego, por medio de los
los estados centralizados, el mercader, si bien se edificios profesionales y corporativos. 1'Iercados de
encontró con un marco mayor para sus actividades,. Y pres y de Brujas, Poorterslogie de Brujas, Loggia_
no siempre trasladó a estas grandes· p:itrias nacien- de la Mercanzia de Siena, sal.a del Collegio della
'tes el amor por la patria chica urbana. Cuando Mercanzia de Perusa, Cas:i del Arte deil.a. lana de
~54
155
MERCADERES Y BANQUEROS

Florencia y, sobre todo, quizás, Or San Michele BIBUOGRAFIA SUMARIA


y su guarnición de estatuas de santos protectores
'de los mercaderes. Por los monumentos religiosos
que hicieron construir o adornar; por el espléndido
decorado de frescos que hicieron pintar; por la do- ·
ta'ción de capiteles como el de los mercaderes de
glasto de la catedral de Amiens, medallones como
los del campanile de Florencia ·-verdadera enci- TRABAJOS DE CONJUNTO

clopedia de los oficios-, y vitrales como los de la


A. SAPORr, Le marchaud itaiirn au M OJrn Agr, 19 52 ( :ibun-
elegante nave de la capilla de Jacques C0eur en
dante bibliogr:J.fía).
Bourges. Mas también por medio de los edificios R. S. LÓPEZ e l. W. RAYMOND, Medi('!'al trade in tbe medi-
comunales donde desplegaron su poderío político. terranean world, 19 5 5 (documentos con introducción y
Ayuntamiento y campanarios de Flandes, palacios notas).
comunales y campaniles de Italia: tengamos un re- Y. RENOUAP-D~ Les hommcs d'af fuircs italirns du .'Víoyo1 A.~r,
cuerdo para ellos en el Campo de Siena, ante los 1949.

cien to dos metros de la Torre del Mangia y el des- J. LEsTOCQUOY, Au.'t' origines de la bourgenisie: Les l'illcs de
Flandre et d'Iialie sous le gouz:ernement des patriciens
lumbran te Palazzo Pubblico en cuyo interior Am- · (XI-X V s.) , 19 5 2.
brogio Lorenzetti magnificó el gobierno de los mer- H. SIEVEKING, Der Kaufmcnn im Mittrlalter, Schmollcn
caderes en el ciclo pictórico más vasto de la Edad Jahrbuch f ih Gesetzgt'bung, Vcrwaltung und Volks-
Media. wirfschaft, 1928.
Allí, en ese escenario urbano que ha llegado has- P. JOHANSEN, Umrirn: ;md Aufgabrn dcr hansischen Sird-
lungsgeschichte und Kartographie, Hansische Geschichts-
ta nosotros, debemos representarnos al gran merca- bliitier, t. LXXIII, 19 5 5.
der de la Edad Media. Dejémosle mientras le vemos - Studies in English trade in !he XVth century, ed. E. Po-
atravesar una plaza de Florencia en el célebre fres- . wer y M. M. Posr::m, 19 3 3.
co de la capilla Brancacci. Suntuosamente vestido., E. M. CARUs-WrLsoN,' Mcdiernl Merchcm!s Vrnturen, 1954.
avar...za altivo entre- el escenario monumental de la E. Coo:>.l'!AERT, Les corporations en France ai·iznt 1789,
1941.
Flo!."enc:i'.l del Quattrocento que tanto le debe, y el H. PIREN NE, "Les périodes dé l'histoin: sociJI du capitalisme",
grupo edificante de San Pedro curando a Tabitha. · Bulletin de l'Academie ro·yale de Brlgique, 1214.
Allí debemos saludarle por última vez, envueko [J. M. KuuscHER, Allgrmcine Wirt.>chaf lsgrschichtr des Mif-
en su gloria y en su vanidad. tclalters u. Neuzrit, tr:id. esp. Historú1 rconómica de la
Edad Media y d!' la Época Modrrna. Buenos Aires,- Eudeba,
en prensa.]

156 157
JACQUES LE GOFF

MERCAlJERES Y BANQUEROS

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\J ERCADERES Y BANQUEROS

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la práctica, 82; La mentalidad del mer-
cader, 90; La religión del mercader,94.
1
l¡ IV. La función cultural ...... .
Los mercaderes y la laicización de la
125

cultura, 110; El mecenazgo mercantil,

l 118; La cultura burguesa, 122; Merca-


deres y civilización urbana, 134.

J¡ BIBLIOGRAFIA SUMARIA ...... . 157

160 161

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