Reflexion Sostener La Tension Creativa

ALUMNO: GISELE PEDRINI
REGISTRO: 59271
CARRERA: LICENCIATURA EN ADMINISTRACIÓN
MATERIA: DESARROLLO GERENCIAL
Reflexión: Sostener la tensión creativa.
De todos los conceptos detallados por Peter Senge en su obra “La Quinta Disciplina”, una de las
disciplinas que hallé más curiosa e interesante fue la del Dominio Personal, especialmente la relación
entre visión y tensión creativa. Según este autor, la brecha entre nuestra realidad y nuestra visión
(dónde queremos llegar) produce una necesidad que nos hace movernos hacia la acción (denominado
tensión creativa), pero esta necesidad también puede generar sentimientos de angustia e impotencia
que nos invitan a quedarnos quietos. La esencia del dominio personal consiste entonces en aprender a
generar y sostener la tensión creativa en nuestras vidas.
Si bien la obra de Senge está enfocada a ser aplicada en las organizaciones, podríamos aplicar el dominio
personal en nuestra vida cotidiana: en el estudio, en el trabajo, en las relaciones sociales, en nuestra
economía y finanzas, en definitiva, en todo aspecto donde podamos, queramos y esperamos generar
resultados. Estos conceptos me resonaron, quizás por cómo de una manera muy sencilla el autor nos da
una respuesta a una gran pregunta que solemos realizarnos continuamente: ¿por qué no obtengo los
resultados que deseo?
Muchas veces, ante la falta de respuesta positiva a esta pregunta, solemos buscar explicaciones en
alguien o algo ajeno a nosotros para culpar (el “enemigo externo”). Nos volvemos victimas de las
circunstancias, prisioneros del entorno, o meros espectadores de un mundo que sucede donde no
tenemos poder de actuación. Nos conformamos convenciéndonos de que “así son las cosas” o “esta es
la vida que me tocó”. Y, sin embargo, reflexionando acerca de lo que el autor propone podríamos
encontrar respuestas más profundas, más ricas en información y lo que es mejor, alineadas con quienes
somos en realidad. Respuestas que nos empoderen a tomar acción y así retomar el control de nuestras
vidas.
Acorde al autor, cuando contrastamos visión y realidad, se genera una brecha que nos impulsará a
accionar para tratar de acortarla y acercarnos a lo que deseamos. Esta brecha es la tensión creativa.
Pero si mi mirada esta empañada por estas circunstancias o ese mundo en el cual no tengo control,
¿Cómo puedo generar o sostener la tensión creativa? He aquí, en mi opinión, un desafío que se nos
presenta. Nuestras creencias, nuestra mirada de las cosas, continuamente están influyendo en nuestras
acciones. Vivimos en un mundo rápido, que nos bombardea de información y modelos de cómo vivir
nuestras vidas. Olvidamos que nos influye y nosotros influimos en él. Nos perdemos en estas realidades
virtuales, llena de redes sociales con imágenes filtradas o con publicidades de productos que nos
prometen hacernos mejores. Adoramos e idolatramos famosos, queremos soluciones rápidas y
efectivas, queremos ver videos por internet que duren pocos minutos pero que nos enseñen a cocinar, a
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reparar nuestros hogares, nos enseñen oficios, en definitiva, que nos den soluciones a conflictos
momentáneos sin apreciar el trabajo y tiempo que esto puede llevar.
Lo cual me dispara otra pregunta: con tanto caos externo, ¿cómo separar cuáles son realmente mis
deseos profundos y cuál es la realidad? A medida que avanzo con las indagaciones me doy cuenta de
que las preguntas, partiendo de un macro (¿por qué no obtengo resultados?), comienzan a desarmarse
en preguntas micro (¿qué quiero/deseo?). Y creo que este es el camino correcto, al menos para mí, para
empezar de a poco a desenredar tanta exposición que tenemos de nuestro entorno y poder empezar a
vernos para cuestionarnos. Si me pierdo en este mundo de imágenes ideales, de modelos estructurados
y fórmulas fáciles, ¿qué parte de mi está participando activamente de mis resultados? ¿Estoy generando
una visión propia o solo me guio por modelos impuestos? Y suponiendo que pudiese alienarme de estos
modelos y generar una visión propia ¿estoy comparando frente a una realidad pertinente o frente a una
virtual creada por modas y tendencias?
Se complica ser “uno mismo” en un mundo donde nos exigen ser igual al resto: tener la mejor
tecnología, estudiar carreras para tener los mejores puestos de trabajos para tener los mejores sueldos
que nos permitan viajar y con la mejor tecnología compartir al mundo fotos filtradas de nuestros viajes,
y así sucesivamente. Considero que debemos internamente poner un freno, tomarnos tiempo para
evaluar nuestra mirada. Definir a conciencia quiénes realmente somos: seres distintos, subjetivos y con
deseos que no son necesariamente iguales a los del otro. Pudiendo conocernos, podremos definir
realmente qué nos gusta, qué deseamos y qué es aquello que creemos vale la pena luchar. Esto es
entonces definir nuestra visión, a dónde queremos llegar, qué queremos lograr. Puede ser esa carrera,
ese puesto de trabajo o ese viaje, pero fuese lo que fuese será un deseo que nace de nosotros y no una
mera copia de otro que nos haga ir en automático sin rumbo y que eventualmente abandonaremos.
Con una clara mirada de nosotros mismos, podremos evaluar además qué cosas son importantes para
nuestro ser y entender la realidad acorde al contexto que interese evaluar, en vez de perdernos en
múltiples realidades que pueden no tener importancia o ser inherentes a la visión deseada.
Entenderemos que hoy esta realidad donde no tenemos poder es consecuencia de nuestra mirada y por
ende también los resultados que salen de ella. Ya entonces, contaremos con dos herramientas
importantes: visión y realidad, pero ahora si definidas conscientemente. Solo nos resta comprender la
brecha entre las mismas para identificar qué acciones requerimos para alcanzar la visión. Ya los
resultados no estarán a merced de circunstancias o contextos, porque al definir la realidad que nos
interesa, también tendremos poder sobre la misma. La motivación y voluntad de avanzar hacia nuestra
visión en el contexto pertinente lograran que las circunstancias no sean determinantes que aniquilen
sueños, sino que al estar generando y sosteniendo tensión creativa, las veremos como meras
complicaciones a sortear y no nos quedaremos inmóviles ante el nuevo desafío.
Es mi consideración que debemos comenzar a ver el dominio personal, no solo como una herramienta
organizacional, sino como la salvación en un mundo que continuamente desea clasificarnos y
amoldarnos a etiquetas de igualdad, y que sin embargo, es un mundo al que inconscientemente nos
resistimos, porque como bien indica Maslow en su teoría, necesitamos reconocimiento: añoramos ser
identificados como individuos únicos y especiales.

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