Dossier Siglo de Oro
Dossier Siglo de Oro
Dossier Siglo de Oro
el Siglo de Oro
Índice
1 ¿Qué encontrarás en este dosier?............................................................................ 3
6 El artista.............................................................................................................................. 27
.
6.1. Siete curiosidades sobre los pintores del Siglo de Oro.................29
.
6.2. La defensa del arte........................................................................................ 31
.
6.3. Mirarse el ombligo.........................................................................................33
7 La mujer ...............................................................................................................................34
.
7.1. Mujeres artistas...............................................................................................36
.
7.2. “La perfecta casada”....................................................................................39
.
7.3. Museos en femenino.....................................................................................42
Edita
8.1. Un paseo por el Madrid del Siglo de Oro............................................45
Museo Nacional del Prado .
y Obra Social “la Caixa” 8.2. A vista de pájaro............................................................................................47
Concepto y coordinación .
Área de Educación del 7.3. Una casa señorial del siglo XVII...............................................................48
Museo Nacional del Prado
y Área de Cultura de la
Obra Social “la Caixa” 9 Aún queda más por descubrir.................................................................................49
Textos
Carlos José Cavallé Pérez
Maquetación Tipus Gràfics 10 ¿Quieres saber más?.................................................................................................... 50
© Museo Nacional del Prado
y Obra Social “la Caixa”
© de los textos, el autor
2
1 ¿Qué encontrarás
en este dosier?
Este dosier está concebido como un complemento a la visita Vivir en el Siglo
de Oro dentro del programa El Arte de Educar del Museo del Prado. En las
siguientes páginas encontrarás, organizados por capítulos, una serie de enfoques,
planteamientos y actividades que pretenden cumplir un doble objetivo. En primer
lugar, ofrecer puntos de vista transversales e interdisciplinares que os permitan
tener una visión más amplia de alguna de las obras más relevantes de la colección
del Museo del Prado. En segundo lugar, en caso de que no hayas podido participar
en este programa con tus alumnos, los contenidos que os ofrecemos podrán seros
de utilidad para preparar vuestra visita al Museo o el trabajo en el aula de manera
completamente independiente. Los siguientes capítulos, por tanto, no abordan de
forma pormenorizada las piezas del recorrido -que podrán verse con detenimiento
en el propio Museo, así como en los recursos adicionales que os recomendamos-,
sino que ofrecen herramientas complementarias para entenderlas desde más puntos
de vista.
Para ello, en cada capítulo encontrarás siempre tres secciones, diferenciadas por
formato y grado de participación del alumno:
AMPLÍA, esta sección está dirigida a conocer con detenimiento el contexto en el que
fueron creadas las piezas, a través de cuestiones con las que se vincula temática o
conceptualmente.
EXPLORA, la tercera y última sección, ofrece otros recursos para conocer más sobre
el tema de cada capítulo.
Los capítulos y secciones son independientes entre sí, para que puedan ser
aprovechados con flexibilidad. Te recomendamos que si deseas volver al Museo con
tus alumnos u os disponéis a realizar cualquiera de las propuestas que se ofrecen en
este dosier, comprobéis previamente la ubicación de las piezas a través de su ficha
correspondiente en nuestra página web, a la que podréis acceder buscando la obra
en COLECCIÓN.
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2 Vivir en
el Siglo de Oro
Murillo, El Siglo de Oro, una denominación que se remonta ya al siglo XVIII, ha sido
La Sagrada Familia considerado como uno de los momentos de mayor esplendor de la cultura española:
del pajarito (detalle),
hacia 1650 MNP. algunos de los pintores, dramaturgos, poetas y pensadores más reconocidos de
nuestras artes asombraron con sus creaciones a lo largo de varias décadas entre
el siglo XVI y el XVII. Exuberantes o austeras, complejas o -aparentemente- sencillas,
sacras o profanas, tuvieran el tono que tuvieran, sus obras resumían en sí mismas la
compleja situación del Imperio más poderoso de Occidente: entre la magnificencia y
la bancarrota, el esplendor y la miseria.
El arte del Siglo de Oro nos permite asomarnos a esta sociedad contradictoria y
cambiante, de costumbres y sensibilidades muy diferentes a las actuales, en la que
la vida cotidiana transcurría de un modo que, en algunos aspectos, podría llegar a
sorprendernos. Vivir en el Siglo de Oro se propone, a través de una serie de piezas
seleccionadas pertenecientes a la colección del Museo del Prado, acercarnos un
poco más a la vida cotidiana de la que Velázquez, Calderón, Fray Luis, Zurbarán,
Murillo o Lope de Vega -cada uno a su manera- nos quisieron hacer partícipes,
pincelada a pincelada, verso a verso.
• Conocer las facetas que estructuraban el día a día de los ciudadanos y el arte de
los siglos XVI y XVII, desde el papel de la religión y la mujer a la situación de los
artistas o la concepción del poder.
• Saber más de algunos de los artistas más destacados de este período presentes en
las colecciones del Museo, como Velázquez o Zurbarán.
• Familiarizarte con otras vertientes de la creación artística del Siglo de Oro (la
música, la poesía, la arquitectura, el teatro) y su vinculación con las artes plásticas.
4
Si deseas profundizar más sobre otros aspectos de esta época o sobre alguna de las
piezas o autores aquí mencionados te sugerimos que consultes otros dosieres del
programa El Arte de Educar tales como ¿Maestros? ¿Antiguos?: El Greco, Velázquez,
Goya; Velázquez subversivo e Historia de siete conquistas.
5
3 Yo, el Rey:
el arte y el poder
Tiziano, El Siglo de Oro y el poder se encuentran completamente asociados. Bajo la
Carlos V en la Batalla de protección de los monarcas españoles, desde Carlos V a Felipe IV, las artes y las
Mühlberg (detalle), 1548 MNP.
letras florecieron a un nivel que nunca volvería a repetirse en toda la historia.
Compraron obras de arte y se relacionaron con los escultores, pintores, arquitectos,
orfebres o armeros más importantes de Europa, construyeron nuevos palacios,
transformaron el espacio urbano, encargaron obras de teatro a los dramaturgos de
mayor fama, trajeron a España a los más renombrados cantantes o compositores
de su época y, en definitiva, quisieron rodearse de lo más elevado, hermoso y
sofisticado que la inteligencia y el talento humano podían alcanzar.
Los propios monarcas, por tanto, no serían como simples astros que, inmóviles, se
limitaban a dejar que todo girase a su alrededor. La manera en la que estuvieron
involucrados en este exponencial crecimiento de las artes fue plena y ellos mismos
se convertirían en protagonistas de este nuevo giro. Es conocido, por ejemplo,
que algunos miembros de la familia de Felipe IV, junto con algunos cortesanos,
representaban ellos mismos obras de teatro en una de las estancias del Alcázar de
Madrid. De igual forma, se convirtieron en personajes continuamente citados en
piezas dramáticas, composiciones poéticas y, cómo no, en las artes plásticas, donde
figuraron en algunas de las obras más importantes del arte español: grandes retratos
ecuestres, imágenes conmemorativas, esculturas... etc.
Para que puedas conocer aún mejor la manera en que los monarcas se involucraron
en el desarrollo de las artes del Siglo de Oro, encontrarás tres secciones en las que
se analiza cómo el poder se manifestó a través de tres artes y ejemplos diferentes:
en la arquitectura a través Real Alcázar de Madrid, la pintura con el retrato cortesano
y la orfebrería con las espectaculares armaduras de la familia real.
6
PIEZAS RELACIONADAS
Diego Velázquez,
Felipe III a caballo (detalle),
ca. 1635 MNP.
ETIQUETAS
SIGLO DE ORO, VELÁZQUEZ, RETRATO, RETRATO ECUESTRE, REY, REINA, CARLOS V,
FELIPE II, ARMADURA, ALCÁZAR, ARQUITECTURA.
7
AMPLÍA
Antonio Mancelli,
La villa de Madrid Corte de los
Reyes Católicos de Espanna
(detalle), 1622 (otros ca.1635)
Biblioteca Digital de la
Comunidad de Madrid
Los reinados de Felipe III y Felipe IV mantuvieron el impulso de las reformas bajo
la dirección de importantes arquitectos como Francisco y Juan Gómez de Mora. Se
modificaron galerías, jardines y fachadas, reformaron muchas dependencias -por
estética, función o necesidad, pues las goteras fueron muchas y graves- y crearon
8
AMPLÍA
El Alcázar que vieron los artistas del Siglo de Oro fue el resultado de siglos de
historia y transformaciones que lo convirtieron, para gusto de unos y desagrado
de otros, en uno de los edificios regios con más personalidad y riqueza artística de
Europa. Los cambios, ampliaciones y reformas se sucederían aún después, pero
tendrían un brusco fin: en la nochebuena de 1734 un incendio que duró cuatro
días arrasó cuanto encontró a su paso. Para evitar que se convirtieran en paso de
las llamas, muchas piezas fueron lanzadas directamente desde las ventanas. Las
pinturas demasiado grandes fueron desgajadas de sus marcos con cuchillos; otras,
sufrieron graves daños al impactar contra el suelo o al exponerse al fuego. Mucho
pudo salvarse, pero quinientas pinturas e infinidad de objetos artísticos de todo tipo
se perdieron para siempre y, con ellos, gran parte del edificio, que quedó reducido
a escombros.
9
ENFOCA
Todos estos motivos hicieron que las mujeres de la familia real fueran retratadas
con frecuencia. La mayoría de estas imágenes repiten una serie de convenciones
y símbolos recurrentes dirigidos a lanzar mensajes muy concretos, algunos de los
cuales comentamos a continuación, a través del ejemplo de Ana de Austria, pintada
por Alonso Sánchez Coello.
10
ENFOCA
11
EXPLORA
12
4 Esto es real:
la religión
La Iglesia continuó siendo durante los siglos XVI y XVII el cliente más importante
para los artistas de esta época, cuyos encargos no hicieron más que multiplicarse
como reacción ante la Reforma protestante. La denominada Contrarreforma se
estaba conduciendo a través de diferentes canales que perseguían el objetivo
común de defender la fe católica de cualquier tipo de ataque o desvío: por un lado,
mediante guerras organizadas por el poder civil del Estado; por el otro, mediante
una guerra espiritual que encontró en las imágenes el mejor de los aliados.
De esta forma, cuando los artistas creaban sus piezas se veían sujetos a
necesidades muy específicas, que a menudo se recogían con todo lujo de detalles
en los documentos de contratación. Existían también una serie de pautas y
recomendaciones generales que todo creador debía seguir: junto a la correcta
adecuación del contenido del cuadro a los textos canónicos y el decoro inherente a
este tipo de obras, las pinturas habían de cumplir el objetivo doble e irrenunciable
de conmover y convencer a los fieles que se encontrasen ante ellas.
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PIEZAS RELACIONADAS
ETIQUETAS
SIGLO DE ORO, ZURBARÁN, PINTURA RELIGIOSA, ESCULTURA RELIGIOSA,
CONTRARREFORMA, TÉCNICA.
14
AMPLÍA
Francisco Ribalta,
Cristo abrazando a
San Bernardo (detalle),
1625-1627 MNP
15
AMPLÍA
SOBRENATURALIDAD
COTIDIANIDAD
16
AMPLÍA
¿REALIDAD O FANTASÍA?
W Genera un debate sobre Cristo crucificado con un pintor. Puedes reflexionar sobre
las siguientes cuestiones:
17
ENFOCA
Alonso Cano,
San Bernardo y la Virgen
(detalle), 1657-1660 MNP.
18
ENFOCA
PARA SABER MÁS. Desde el mundo actual podríamos plantearnos si una escena de este
tipo no sería considerada en el siglo XVII obscena o hasta sacrílega. Sin embargo, no lo
fue en absoluto. Este asunto fue aceptado con normalidad por la Iglesia y por los censores
con los que contaba como una de las muestras de la naturaleza -al mismo tiempo humana
y divina- de la Virgen. De igual modo, es una pintura que habla también de las visiones
místicas y milagros que los fieles particularmente devotos podían llegar a experimentar
ante las imágenes sagradas.
19
EXPLORA
Vicente Carducho,
Humildad de san Hugo
y de san Guillermo, abad
de san Teofredo (detalle),
1626-1632 MNP
20
Esto es una farsa:
5 arte y literatura
en el Siglo de Oro
Juan Bautista Maíno, La sociedad barroca fue una sociedad teatral en la que los límites entre la vida
La recuperación de Bahía de cotidiana y el espectáculo -entre lo real y lo fingido- se difuminaron y, en ocasiones,
Todos los Santos (detalle),
1634-1635 MNP. llegaron a mezclarse en una única realidad. Obras de teatro que se representaban en
plena calle aprovechando el marco urbano como escenario, arquitecturas efímeras
que transformaban temporalmente la ciudad, imágenes pintadas que sustituían la
presencia real de ciertas personas y personas que actuaban como si fueran cuadros:
inmóviles, silenciosos, majestuosos.
Incluso el Salón de Reinos del Palacio del Buen Retiro, uno de los epicentros del
poder de la monarquía hispánica, se prestó al juego entre la realidad y la ficción.
En él no sólo se celebraban importantes actos de estado y grandes recepciones
sino que, sobre todo, fue escenario de fiestas y representaciones teatrales para el
entretenimiento de la corte. Teatral era también la decoración de la estancia, en la
que figuraban escenas de batalla en cuyas composiciones sus personajes podrían
parecer una compañía de actores lujosamente ataviados ante un decorado pintado,
tal y como podía verse en los corrales de comedias. La pintura imitaba al teatro.
En sentido inverso, la literatura hizo guiños al arte, que se convirtió en una referencia
frecuente en obras de teatro y composiciones poéticas. En ellas, se ensalzaban las
dotes de grandes artistas, se citaban obras emblemáticas o se defendía la dignidad
del oficio artístico que, utilizando los pinceles en vez de la pluma, los pintores
también luchaban por defender.
21
PIEZAS RELACIONADAS
ETIQUETAS
SALÓN DE REINOS, SIGLO DE ORO, TEATRO, CORRAL DE COMEDIAS, FRANCISCO
PACHECO, POESÍA, LOPE DE VEGA, CERVANTES.
22
AMPLÍA
Lo más conveniente era acercarse al corral poco después del mediodía. Para
entonces, los dueños del espacio saldrían a la calle para anunciar la representación.
En caso de que nos interesara la función, atravesaríamos un estrecho pasillo que
daría a un amplio patio a cielo abierto. Estaría cubierto con lonas para protegerlo
del sol, y rodeado de ventanas y balcones de los edificios de viviendas de alrededor,
distribuidos en varios pisos llamados “corredores”.
23
AMPLÍA
PARA SABER MÁS. Los aposentos fueron, en origen, los balcones de las casas privadas
que rodeaban el patio del corral. Al principio los alquilaban los particulares a quien
quisiera ver la función. Con el tiempo, los dueños del corral se hicieron con los edificios
circundantes creando, de esta forma, un teatro propiamente dicho, recorrido por pasillos y
escaleras que comunicaban todos los aposentos entre sí.
24
ENFOCA
Diego Velázquez,
Retrato de Francisco Pacheco
(detalle), ca. 1620 MNP
W El lenguaje del Siglo de Oro puede ser, en ocasiones, una adivinanza en sí mismo. Si
no has conseguido averiguarlo, debes saber que Pacheco habla del pincel. Vuelve a leer
el poema, ¿qué podrían significar cada una de las estrofas?
25
EXPLORA
La Casa Museo Lope de Vega (Madrid) y el Museo Casa natal de Cervantes (Alcalá
de Henares), recrean en los interiores de sus salas los ambientes, costumbres y
vida cotidiana durante el Siglo de Oro a través de objetos de época. El corral de
comedias de Almagro (Ciudad Real) es el único que se ha conservado íntegramente
y, aún hoy, sigue cumpliendo con su función teatral, con constante representaciones
y hasta festivales, como el Festival de Teatro Clásico.
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6 El artista
Diego Velázquez, Hasta bien entrado el siglo XV, los artistas no comenzaron a disfrutar de
Las meninas reconocimiento social por su oficio, particularmente en Italia. Por entonces, la
(detalle), 1656 MNP.
mayoría de artistas del resto de países europeos continuaban viviendo entre el
anonimato y una incipiente fama entre la sociedad que, aunque viera admirado su
talento, despreciaba su profesión por considerarla mecánica, baja y servil. Poco a
poco, a lo largo del siglo XVI, la situación de todos ellos iría mejorando en gran parte
de Europa. En el caso particular de España, las figuras de Tiziano y Rubens, que
disfrutarían de increíbles privilegios otorgados por los monarcas, se convirtieron en
un referente y modelo a seguir para todos los creadores del Siglo de Oro. Si bien
muchos fueron los que disfrutaron de admiración, gran número de encargos y una
vida muy desahogada, ninguno, a excepción de Diego Velázquez, llegaría a alcanzar
el éxito de sus predecesores.
27
En este capítulo dedicado a los artistas del Siglo de Oro conoceremos algunos
datos sobre su día a día del oficio de pintor -incluso de alguien tan privilegiado
como Velázquez- y analizaremos las maneras en que los artistas se representaron a
sí mismos y a sus colegas sobre el lienzo fruto del cambio de la percepción social y
personal sobre su oficio.
PIEZAS RELACIONADAS
ETIQUETAS
ARTE, SOCIEDAD, DIGNIDAD, PINTURA, ESCULTURA, AUTORRETRATO.
28
AMPLÍA
Luca Giordano,
Rubens pintando
la Alegoría de la Paz
(detalle), ca. 1660 MNP.
El día a día al que el Greco, Velázquez, Murillo o Zurbarán tuvieron que hacer frente
estuvo sujeto, en mayor o menor medida, a una concepción del oficio artístico
derivado de una tradición que, ya por entonces, contaba con varios siglos de
antigüedad. Esto condicionó una serie de hechos y prácticas que, en pleno siglo XXI,
pueden resultar impactantes y que comentamos a continuación.
Entraban al servicio de un maestro que les transmitía sus enseñanzas, les daba
alojamiento y manutención a lo largo de varios años a cambio de una cantidad de
dinero previamente estipulada. Esta cantidad podía reducirse si el aprendiz, además
de auxiliar al maestro en las tareas del taller, realizaba labores propias de un criado
doméstico.
Por este motivo, los maestros no siempre enseñaban todos los secretos de su arte a
los aprendices pues, en un futuro, se convertirían en rivales capaces de arrebatarles
clientela.
29
AMPLÍA
Con mucha frecuencia, y sobre todo en los grandes encargos religiosos, tenían
que ceñirse estrictamente a las peticiones del cliente, que no dudaba en fijar en
el propio contrato cómo había de ser la obra: la escena que se narraría, las figuras
que aparecerían, su posición, gesto y actitud, los colores que se emplearían.. etc. Si
el pintor no respetaba estas condiciones podía verse obligado a repetir la obra, no
ser pagado y, en los casos más graves, ser llevado a juicio por incumplimiento del
contrato.
W Compara la situación de los artistas en el Siglo de Oro con la del siglo XXI.
¿Cómo ha cambiado? ¿En qué se parecen? ¿En qué se diferencian?
30
ENFOCA
Diego Velázquez,
Juan Martínez Montañés
(detalle), hacia 1635 MNP.
El autor de Las meninas también entablaría buenas relaciones con otros compañeros
del mundo artístico, como parece que sucedió con Juan Martínez Montañés, al
que Velázquez pudo conocer durante su juventud en Sevilla. En 1635 Montañés
fue llamado a Madrid para realizar un busto de Felipe IV -que sería utilizado como
modelo por Pietro Tacca para realizar el retrato ecuestre del monarca que hoy
podemos ver en la Plaza de Oriente de Madrid- momento que pudo aprovechar
Velázquez para pintar este retrato.
De manera similar a como hiciese de sí mismo, décadas más tarde, en Las meninas,
la imagen de Montañés se ha interpretado frecuentemente como un documento
excepcional sobre la defensa de la dignidad y liberalidad -es decir, trabajo
intelectual, no manual- del oficio artístico y la situación de los creadores en el Siglo
de Oro. A continuación citamos algunos detalles que nos ponen sobre la pistas de
estas cuestiones:
31
AMPLÍA
Entre las labores que podía ejercer un artista, retratar al monarca era acaso la más
honorable y un privilegio que prácticamente nadie conseguía alcanzar. Representar
a Montañés desempeñando esta tarea era una forma de subrayar su dignidad como
creador y reclamar una relevancia y valoración social que, frecuentemente, era
negada a todo tipo de artífices.
32
EXPLORA
33
7 La mujer
Francisco de Zurbarán, En el Siglo de Oro las mujeres no sólo tenían que hacer frente -o resignarse a sufrir-
Santa Isabel de Portugal las imposiciones de una sociedad machista que coartaba su libertad, sino también
(detalle), ca. 1635 MNP.
a las expectativas de unos patrones de conducta derivados de la moral cristiana
incrustados desde hacía siglos en la cultura del país.
Su ámbito natural se encontraba entre las paredes del hogar y eran muy criticadas si
hacían vida social en el exterior. Se arriesgaban, incluso, a ser tachadas de “mujeres
ventaneras” si pasaban más tiempo del debido asomadas a sus ventanas o balcones
tratando de atisbar, desde lo alto, la vida que se les negaba. Lo mismo sucedía
con el acceso a las lecturas y los saberes que no fueran estrictamente religiosos. Si
bien se toleraba –según las circunstancias sociales de cada cual- el acceso de las
mujeres a la lectura, no sucedía así con la escritura, que se consideraba peligrosa e
inútil a partes iguales. Peligrosa como medio de comunicación con el mundo que
debía permanecerle ajeno, inútil acorde al prejuicio, por entonces ya milenario, que
consideraba a las mujeres física e intelectualmente más débiles que el hombre y, por
tanto, incapaces de desarrollar cualquier tipo de trabajo intelectual complejo. Sin
embargo, aquellas que superaban todas estas trabas debían superar una última y a
acaso la más cruel de todas: el estigma social de quien osaba transgredir el orden
establecido. Las “bachilleras” nunca eran aceptadas.
34
presencia de mujeres de la vida cotidiana en los lienzos de esta época nos transmite
el mensaje de una existencia oculta, casi clandestina, que sin duda existió, pero que
muchos se esforzaron en ocultar.
PIEZAS RELACIONADAS
Murillo,
La Inmaculada Concepción
de los Venerables
(detalle), ca. 1678 MNP.
ETIQUETAS
MUJERES ARTISTAS, SOFONISBA ANGUISSOLA, MURILLO, FRAY LUIS DE LEÓN,
SEXISMO, GÉNERO, OFICIOS, PINTURA, LITERATURA.
35
AMPLÍA
Sofonisba Anguissola,
Retrato de la reina Ana de
Austria (detalle), 1573 MNP.
El Siglo de Oro cambió, en algunos aspectos, la situación de las mujeres artistas, que
se hizo un poco más flexible y permisiva respecto a épocas anteriores. No obstante,
el camino hacia la igualdad sería largo. Tan largo que, aún hoy, queda mucho por
recorrer. A continuación te presentamos a tres artistas que crearon sus obras
entre el siglo XVI y el siglo XVII en tres campos diferentes: la pintura, la música y la
escultura.
Sofonisba Anguissola (ca. 1530-1626) nació en Cremona (Italia) y los azares del
destino le convirtieron en una de las artistas más famosas de su época, un caso
completamente excepcional hasta la Edad Contemporánea. Procedía de una familia
noble y de cierta posición económica y, excepcionalmente, fue formada -al igual que
sus hermanas- en el oficio de la pintura. De todas ellas, Sofonisba fue la que gozó
de mayor éxito, aunque tuvo que salvar importantes barreras determinadas por el
machismo imperante y la desigualdad de oportunidades.
36
AMPLÍA
Demostrar dotes musicales suponía una reducción de la dote que las mujeres tenían
que aportar cuando ingresaban en un convento. Esto resultaba enormemente
ventajoso para ambas partes pues, por un lado, la mujer se veía en gran medida
liberada de la presión económica que suponía acumular esas dotes de ingreso y,
por el otro, la orden dispondría, de forma permanente y gratuita, de una persona
capaz de tocar el órgano u otros instrumentos sin necesidad de recurrir a músicos
externos o varones.
37
AMPLÍA
38
ENFOCA
Murillo,
Santa Ana enseñando
a leer a la Virgen
(detalle), ca. 1655 MNP.
39
ENFOCA
Su andar ha de ser en su casa (…), por eso no ha de andar fuera nunca, y que,
porque sus pies son para rodear sus rincones, entienda que no los tiene para
rodear los campos y las calles...
Únicamente el rostro, las manos y parte del cuello. Incluso los pies se mantienen
ocultos, pues el recato y la castidad -y, por tanto, el ocultamiento casi total de la
anatomía- se consideraban imprescindibles para cualquier mujer decente.
Es justo que se precien de callar todas (…) porque en todas es, no sólo condición
agradable, sino virtud debida, el silencio y el hablar poco. (…) Porque, así como la
naturaleza (…) hizo a las mujeres para que encerradas guardasen la casa, así las
obligó a que cerrasen la boca.
¿QUÉ TIENEN LOS ROSTROS PARA QUE NOS PAREZCAN TAN NATURALES?
¿ESTÁN MAQUILLADAS?
No sólo nos muestras rasgos corrientes y populares, sino que los vemos
desprovistos de cualquier tipo de maquillaje o adorno, tal y como se esperaba de
las mujeres virtuosas de la época.
Éste, pues, sea su verdadero aderezo (...) Tiendan las manos, y reciban en ellas
el agua sacada de la tinaja, (...) llévenla al rostro (...) y hasta que todo el rostro
quede limpio no cesen; y después, dejando el agua, límpiense con paño áspero, y
queden así más hermosas que el sol.
40
ENFOCA
En uno de los extremos del cuadro podemos ver un cesto con labores de costura.
Las labores domésticas eran las únicas que podía desarrollar una mujer si deseaba
mantener su reputación, entre las que el hilado ocupaba gran parte del día -y, según
Fray Luis, también de la noche-.
Y tomen la rueca, y armen los dedos con la aguja y dedal, y cercadas de sus
damas (...) hagan labores ricas con ellas, y engañen algo de la noche con este
ejercicio, y húrtense al vicioso sueño; (...) y cuando para el aderezo o provisión
de sus personas y casas no les fuere necesaria aquesta labor -aunque ninguna
casa hay tan grande, ni tan real, adonde semejantes obras no traigan honra
y provecho-, (...) háganlo para remedio y abrigo de cien pobrezas y de mil
necesidades ajenas.
41
EXPLORA
Velázquez,
La fábula de Aracne
(detalle), ca. 1657 MNP.
En esta página encontrarás todos los detalles del proyecto y varios itinerarios
entre los que figura “Los trabajos de las mujeres”. En él, se analizan las diversas
actividades profesionales desarrolladas por las mujeres desde el siglo XVI hasta el
siglo XX, con una particular atención a sus actividades durante el Siglo de Oro.
42
8 Habitar el Siglo
de Oro: la ciudad
Francisco Rizi, La ciudad, y muy particularmente Madrid, era durante el Siglo de Oro mucho
Auto de fe en la plaza más que un espacio urbano. Tras el breve período de capitalidad vallisoletana,
Mayor de Madrid
(detalle), 1683 MNP. el establecimiento definitivo de la Corte en Madrid en 1561 durante el reinado de
Felipe II, supuso un fuerte impacto para el marco urbano. El regreso de la familia
real trajo consigo también a nobles, hombres de negocios a la búsqueda de nuevas
oportunidades, embajadores y representantes de potencias extranjeras, artistas
o gente que, de un modo u otro, deseaban salir adelante haciendo una carrera
cortesana, fuesen altos funcionarios de palacio o bufones.
43
Tal y como algunos artistas nos han mostrado a través de sus obras, el Madrid
del Siglo de Oro no era solamente el espacio en el que se desarrollaba la vida
cotidiana de la época. Era un protagonista más, con una vida cambiante y propia
como la de sus propios ciudadanos. En esta sección, conocerás un poco más sobre
la ciudad en el Siglo de Oro: sus características, organización y la vida en una de
sus casas.
PIEZAS RELACIONADAS
Francisco Rizi,
Auto de fe en la plaza
Mayor de Madrid
(detalle), 1683 MNP.
ETIQUETAS
CIUDAD, MADRID, ARQUITECTURA CIVIL, MOBILIARIO, URBANISMO, INTERIOR
DOMÉSTICO, CARTOGRAFÍA.
44
AMPLÍA
El siglo XVII ya no tuvo el brillo del siglo XVI. El país entero estaba en crisis política y
económica permanente, lo que se tradujo en una progresiva decadencia, o al menos
estancamiento, de la capital. El restablecimiento de la Corte en Madrid a partir de 1606
-tras su breve estancia en Valladolid (1601-1606)- hizo que su población fuera creciendo
constantemente -en menos de cien años creció de unos 5.000 a más de 100.000
habitantes- y con ella, la ciudad, que se fue extendiendo al norte, el sur y el este.
45
AMPLÍA
las diez de la noche en invierno y de las once en verano bajo penas de destierro
y azotamientos públicos. Esto hacía algunas calles tan intransitables como para
escandalizar a visitantes extranjeros como Camilo Borghese, futuro papa Paulo V:
“Hay una calle larga, la cual sería hermosa si no fuese por el fango y las porquerías
que tiene (...) y entre otras imperfecciones, no tiene ni aceras ni letrinas: por lo
que todos hacen sus necesidades en los orinales, los cuales tiran después a la
calle, cosa que produce un hedor insoportable. (...) Si no se usase diligencia para
limpiar frecuentemente la calle, no se pondría andar, aunque a pesar de eso no es
posible andar a pie”.
Algunos viajeros dejaron por escrito otras opiniones sobre la capital, como el
embajador inglés Lord Roos, de visita en 1617:
“Aunque Madrid tiene muchas calles bonitas y buenas casas, la escasa armonía
que guardan las casas entre sí confiere a la ciudad una apariencia desigual y poco
agradable a la vista. No es de extrañar, pues Madrid no tiene mar, río navegable,
universidad ni producto local alguno con el que comerciar. Antes que como una
ciudad, ha de considerársela como un asentamiento cortesano, un paraje donde
hombres de toda condición han edificado para poder llevar a cabo sus gestiones.
(...) Y verdaderamente, la disposición de los edificios en Madrid, si se comparan
unos con otros, hace que esta ciudad parezca no tanto una realidad como el
producto de una pesadilla, como si en una noche todos los vecinos hubieran
decidido construir sus casas sin conocerse entre sí”.
Y, en efecto, Madrid atrajo a todo tipo de personas a sus plazas. Desde comerciantes
que deseaban hacer negocios a nobles con pretensiones en la Corte, artistas
deseosos de labrarse un nombre -como haría el propio Velázquez- u otros
profesionales que, sencillamente, deseaban una vida mejor. Persiguieran lo que
persiguieran, aunque Madrid no fuera la ciudad ideal, podía darles la oportunidad de
alcanzarlo.
W ¿Cómo describirías tu ciudad? ¿Qué es lo que más te gusta y qué cambiarías sin
dudarlo ni un instante?
46
ENFOCA
Pedro Texeira,
Plano de Madrid
(detalle), 1656 (Biblioteca
Nacional de España)
W Analiza el plano elaborado por Pedro Texeira en 1656 -sólo unos años antes de la
muerte de Velázquez, del mismo año que Las meninas- y compáralo con cualquier plano
actual. ¿Podrías encontrar la Plaza Mayor, la Cárcel de Corte, la Plaza de la Villa o la
Puerta del Sol? ¿Dónde se encontrarían las actuales plazas del Callao, de España y de
Colón? ¿Y el Museo del Prado? ¿Por dónde discurriría la Gran Vía?
47
EXPLORA
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SABER MÁS
9 Aún queda
más por descubrir...
El Siglo de Oro es uno de los períodos más apasionantes de nuestra historia, pero
también uno de los más complejos. Fueron casi doscientos años de cambios
políticos que llevaron al Imperio del esplendor a la decadencia, en los que la
situación social y religiosa desempeñaron un papel fundamental que las obras de
arte no dudaron en omitir, tal y como se ha ido esbozando en este breve recorrido.
A través de ellas podemos acercarnos a una época ya lejana, pero que sentó algunas
de las bases de la nación en la que vivimos hoy y algunos de sus rasgos de identidad
más destacados. Pinturas, poemas, esculturas, obras de teatro, composiciones
musicales... todas las creaciones de esta época nos ayudan a profundizar en una de
las etapas artísticas más brillantes y fecundas de nuestra historia. Aún queda mucho
más por descubrir.
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SABER MÁS
Museo del Prado. Exposición: El arte del Poder. La Real Armería y el retrato de corte
https://www.youtube.com/watch?v=iVafV9fun7c
SOLER, A. (Ed.) El arte del poder: la Real Armería y el retrato de corte. Madrid: Museo
Nacional del Prado, Patrimonio Nacional, Sociedad Estatal para la Acción Cultural
Exterior, 2010.
BRAY, X. (Ed.) Lo sagrado hecho real: pintura y escultura española 1600-1700. Madrid:
Secretaria General Técnica,Subdirección General de Publicaciones, Información y
Documentación, 2010.
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SABER MÁS
MORÁN, M. “Velázquez, la pintura y el teatro del Siglo de Oro” en Boletín del Museo
del Prado, 2001, t.19, p. 47. Disponible en línea.
PORTÚS, J. “Una introducción a la imagen literaria del pintor en la España del Siglo
de Oro” en Espacio, tiempo, forma. Serie VII, t.12, 1999, pp. 173-197.
Disponible en línea.
SUÁREZ, A. Literatura, arte y pensamiento. Textos del Siglo de Oro. Madrid: Editorial
Centro de Estudios Ramón Areces, 2009
VV.AA. Teatro y fiesta del Siglo de Oro en tierras de los Austrias. Madrid: Sociedad
Estatal para la Acción Cultural Exterior, 2003. Disponible en línea.
CAPÍTULO 6. EL ARTISTA.
MARTÍN, J.J. El artista en la sociedad española del siglo XVII. Madrid: Cátedra, 1984.
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SABER MÁS
CAPÍTULO 7. LA MUJER.
LORENZO ARRIBAS, J. “Gracia Baptista y otras organistas del siglo XVI ibérico” en
Revista de musicología, XXXIV, 2 (2011) pp. 263- 284.
RODRÍGUEZ, E. “Si no a dar voto, a dar voces: mujer y poder en el Siglo de Oro”
en Vivir al margen: mujer, poder e institución literaria. Segovia: Fundación Instituto
Castellano-Leonés de la Lengua, 2009. pp. 97-136.
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