Cuento Lloro

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Serie

Cafecito y Colombianita Cuentos para niños...

AhoraRio...
ya no lloro

Patricia Salazar Patiño


Título de la serie: Cafecito y Colombianita.
Cuentos para niños.
Título del cuento: Ahora río... Ya no lloro.
Autora: Patricia Salazar Patiño
Dirección General: Diana Madero,
Psicóloga Educativa,
Universidad de la Sabana
Diseño e Ilustración: Magda Lorena Morales

Bogotá, D. C. - Colombia, 2010


Era un caluroso día de verano y Madre Naturaleza decidió organizar una fiesta con todos sus amigos para
celebrar el día de la tierra. La fiesta tenía un acontecimiento muy especial, el concurso “COMO HACER
FELICES A LOS DEMAS”. Quien gane el concurso -decidió Naturaleza- recibirá muchos regalos, será
aplaudido por todos, y será condecorado con una gran medalla de plata.

Cuando todo estuvo dispuesto para el acontecimiento,


Madre Naturaleza llamó a sus asesores, Cafecito y
Colombianita, les encomendó la misión de entregar
las tarjetas de invitación; además, los nombró como
jurados del concurso….
¡Claro que iré! -Dijo Tímido Tomate,
recibiendo feliz la invitación-
¡Y ganaré el concurso de cómo hacer
felices a los demás!

¿Y por que estas tan seguro de ganar? - preguntaron los muñecos Cafecito y Colombianita-
Porque tengo un bonito discurso, donde describo las cualidades de todos mis amigos, cuando todos lo
escuchen y observen como supero mi temor de hablar en público, me aplaudirán, y entonces será la mejor
manera de…”HACER FELICES A LOS DEMAS”…
¡OHHH quién ganará el
premio seré yo! -Dijo La Viuda
Remolacha, emocionada,
abrazada a la invitación.

Al cantar con mi voz soprano “El bello himno de la tierra”, todos estarán muy…
pero muy felices… Y mucho más yo… al recibir la condecoración.
Ese concurso lo ganaré yo -dijo el
Agente Mango- Con mi supervisión
y vigilancia, todos pasaran
contentos, seguros y felices…
Seremos nosotros los ganadores del concurso, -dijeron muy
sonrientes las timidongas “Papas Sabaneras” y sus amigos “los
Caballeros Ajos” moviéndose al son de guabinas, bambucos,
joropos y cumbias.
Definitivamente el concurso lo
ganaré yo…

-Dijo la señorita Zanahoria- mientras sacaba de su escaparate,


las botellas de su excelente bronceador.
AYYY… Suspiró… la coqueta Rosa, yo dejare
caer perfumados pétalos, en medio de la
fiesta… y seguramente seré la ganadora.
Adolescente Mazorca gritó entusiasmada:
Yo soy la capitana de todas las porristas,
nuestra presentación, me asegura el triunfo.

Y así, uno a uno, fueron recibiendo las invitaciones,


entusiasmados, con el mejor ánimo para la fiesta y preparándose
para hacer muy felices a los demás.
Solamente “la Vieja Piedra”, a quien todos conocían por su mal carácter y por su pésimo genio, dijo furiosa a
Cafecito y a Colombianita, arrugando la invitación: Yo no iré… No me gustan las fiestas, no me gustan los cantos,
ni los bailes y mucho menos me gustan los concursos. Nunca… en mi milenaria vida… he ganado alguno.
No importa Vieja Piedra, dijo el “Negro Carbón”, con su acento costeño, lo que importa es pasar un buen
rato juntos, yo por ejemplo, jamás he ganado nada y sin embargo estoy feliz, porque daré muy buen carbón,
para que todos hagamos un delicioso asado…
Hummm… ¿Y quien hará el asado? -dijo la Vieja Piedra malhumorada, pero curiosa.
Lo haré yo, dijo con su sonrisa, el “Chef Champiñón”, me esmeraré en preparar deliciosos platos. Y yo te
ayudaré a servirlos, dijo la “Cebolla Larga”, meciendo su cabellera verde.
Pues yo no iré, volvió a decir la Vieja Piedra, vuelvo y repito, no me gustan las fiestas, no me agradan los
concursos –además, dijo mientras alzaba los hombros- yo no sabría, COMO HACER FELICES A LOS DEMAS.
No te imaginas lo sencillo que es – dijo Cafecito – Es mucho más fácil de lo que te imaginas – afirmo
Colombianita-
Y lo mejor de todo, es que cuando hacemos felices a los demás, nos sentimos felices nosotros mismos
– dijo Cafecito animando a Vieja Piedra.
Ya les dije que no, dijo odiosamente La vieja Piedra, torciendo su boca. NO IRE! Me quedaré
aquí… quieta y muda como piedra.
Finalmente, llegó el gran día. El sol alumbraba la fiesta, todos se divertían, comían helados,
galletas y postres, jugaban con globos de colores y admiraban las cualidades de los unos y de
los otros.
Madre Naturaleza los observaba satisfecha, no sin sentir muy en el fondo de su ser, tristeza por el
comportamiento egoísta, de la Vieja Piedra.
A lo lejos, Vieja Piedra los observaba, amargada y silenciosa.
Que me importa -decía para si misma- mientras apretaba sus fuertes dientes- jamás iré a esas tontas fiestas…
al fin y al cabo yo jamás gano nada…
De pronto, la Vieja Piedra escuchó un lejano llanto… ¿Pero quién llora tan tristemente?... se preguntó afanada…
Soy yo… quien llora… Vieja Piedra -dijo una voz muy débil…
La Vieja Piedra, se dio vuelta y se sorprendió al ver que se trataba
de un “Joven Río”.
¿Qué te pasa? preguntó al verlo tan angustiado, ¿por que
lloras y no ríes, Joven Río?
Snifff… Ya no río…. Solo lloro…
Vieja Piedra lo miró asombrada. Explícate, dijo disgustada.
OHHH Vieja Piedra… hasta hace poco yo vivía feliz, deslizándome por las montañas, humedeciendo los bosques,
formando arroyitos de agua dulce para que todos pudieran vivir felices con mis aguas claras…. Snifff!!!
Continua -dijo Vieja Piedra apesadumbrada-
Yo era muy feliz, Vieja Piedra, hasta hace poco que llegaron de paseo, hombres y mujeres inconscientes.
Snifff!!! Me llenaron de basuras, me arrojaron desperdicios, hicieron fogatas, las dejaron prendidas, botaron
colillas encendidas de feos cigarrillos y llenaron el bosque con trozos de vidrios.
Que horror -dijo Vieja Piedra- ¡Que ignorancia…Que egoísmo…!
Y ahora –continuó Río- los árboles y yo, pronto moriremos.
Ay NOOO, eso jamás lo permitiré…
Dijo Vieja Piedra, conmovida.
Entonces, con su voz en eco, Vieja Piedra llamó a todos los participantes de la fiesta, quienes acudieron a
salvar al Rió y a su bosque.
Los Soldados Alverjas, se encargaron de sacar las basuras, el Agente Mango, lideró el reciclaje de desechos,
La Coqueta Rosa, sembró a su alrededor plantas y lindos árboles, Tímido Tomate, colocó anuncios de no
botar basuras, Chef Champiñón, apagó las fogatas y todos ayudaron para salvar al Joven Rió y a los bosques.
Cuando volvieron las familias de paseo, quedaron sorprendidas de la belleza del río y se sorprendieron al leer
los avisos de: “No botar basura al río”, “No dejar colillas encendidas” y “Recoger los trozos de vidrio”.
Fue entonces, cuando Cafecito Y Colombianita anunciaron a la gran ganadora del concurso, mientras Madre
Naturaleza sonreía... Vieja Piedra, fue condecorada con una medalla por el Señor Plata, en medio de los
aplausos de todos y juró estar siempre al lado de los ríos, para defenderlos y protegerlos.

FIN
AhoraRio...
ya no lloro
Serie
Cafecito y Colombianita Cuentos para niños...
Patricia Salazar Patiño
Celular: 313 364 6560
E-mail: [email protected]
Bogotá, D. C. - Colombia

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