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Teoria

Las hormigas son importantes habitantes del suelo y desempeñan funciones ecológicas clave. Son diversas en términos taxonómicos y funcionales, y su éxito se debe a que fueron los primeros insectos sociales depredadores que ocuparon el suelo. Algunas especies son plagas agrícolas, mientras que otras juegan un papel importante en el control biológico al depredar insectos dañinos. El uso de hormigas para el manejo de plagas requiere un sólido entendimiento debido a la complej

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Las hormigas son importantes habitantes del suelo y desempeñan funciones ecológicas clave. Son diversas en términos taxonómicos y funcionales, y su éxito se debe a que fueron los primeros insectos sociales depredadores que ocuparon el suelo. Algunas especies son plagas agrícolas, mientras que otras juegan un papel importante en el control biológico al depredar insectos dañinos. El uso de hormigas para el manejo de plagas requiere un sólido entendimiento debido a la complej

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Las hormigas constituyen un grupo de himenópteros sociales de gran


diversidad, tanto taxonómica como funcional, y se ha considerado que su
éxito biológico se debe a que fueron los primeros insectos sociales con
hábitos depredadores que ocuparon el suelo.

Son insectos termófilos y su distribución geográfica está influenciada por las


condiciones de temperatura y humedad; se ha comprobado que la mayoría de
las especies buscan alimento a temperaturas superiores a los 10° C y
disminuyen o cesa su actividad por encima de los 40° C.

Dadas su diversidad y biomasa, no sorprende que las hormigas tengan gran


importancia en el funcionamiento de los ecosistemas, donde brindan servicios
ecológicos, debido a que utilizan diversos estratos de nidificación, tienen un
amplio espectro de alimentación y se asocian con numerosas especies de
plantas y animales. Desempeñan funciones muy importantes como
depredadoras, herbívoras o detritívoras, y participan en los procesos físico-
químicos del suelo, así como en la descomposición y el reciclaje de nutrientes.

En los sistemas agrícolas constituyen los insectos con mayor diversidad


específica y ecológica en las latitudes tropicales, al representar alrededor del
15% de la biomasa animal total y desempeñar funciones importantes en todas
las regiones, siendo uno de los grupos más abundantes y diversos, solo
superados, en algunos ecosistemas, por las termitas.

Las hormigas como organismos del suelo


Aunque las hormigas viven en casi todos los ambientes, desde el subsuelo
hasta las copas de los árboles, son habitantes del suelo por excelencia, ya
que la mayoría de las especies viven en nidos subterráneos, en la hojarasca,
Se piensa que la ocupación del suelo por estos insectos, tan rico en bacterias y
hongos, fue posible gracias a su glándula metapleural, cuya secreción de ácido
fenil acético inhibe en forma diferencial el crecimiento de microorganismos en
el interior de los nidos. Muchas especies se han adaptado secundariamente a
vivir en los árboles y han perdido la glándula metapleural; sin embargo, aún
mantienen estrechas relaciones con el suelo.
Así, como elementos de la fauna edáfica, son diversas las funciones que
realizan: incrementan la materia orgánica, mejoran la textura y la estructura del
suelo, reducen las poblaciones de semillas en el suelo, dispersan las semillas
de arvenses, depredan a los artrópodos en el suelo y dispersan insectos y
ácaros en las raíces.

En comparación con otros grupos, como las lombrices de tierra, en el caso de


las hormigas estamos lejos de desarrollar prácticas que contribuyan al buen
manejo de los suelos. Sin embargo, no se descarta la posibilidad de
manipulación de especies y comunidades en agroecosistemas, aprovechando
sus hábitos de forrajeo y sus preferencias alimenticias.

Los efectos benéficos de las hormigas en el suelo, como la descompactación,


el enriquecimiento en nutrientes y la mayor retención del agua, entre otros,
deberían ser aprovechados en los sistemas agrícolas, principalmente en los
diseñados sobre bases agroecológicas, donde se optimizan los procesos
ecológicos y se aprovechan los servicios que brinda la biodiversidad funcional.

Un aspecto que debe considerarse al hacer estimaciones del efecto de las


hormigas en las propiedades del suelo es la dificultad de definir los límites del
nido de una determinada especie. Asimismo, su ubicación es variable (cuadro
1).

Además, existen especies sin preferencia para anidar, capaces de fecundar en


cualquier sitio, como piedras, árboles hojarasca, suelo y madera podrida, como
la especie Wasmannia auropunctata (Roger).
Diversidad funcional
La diversidad de funciones que realizan las hormigas abarca un amplio
espectro de gremios tróficos, desde las especies que recolectan una gran
diversidad de alimentos, hasta las que hacen uso de un solo recurso. Por lo
general, las hormigas son siempre selectivas hacia los materiales más
nutritivos, tomando alimentos de diversos niveles tróficos, como semillas,
néctar, hongos, secreciones de insectos, cadáveres, heces, presas vivas de
diversos artrópodos, o una combinación de ellos.

La asignación de una especie a una determinada categoría trófica es relativa,


ya que las preferencias alimenticias pueden cambiar espacial y temporalmente
en función de factores intrínsecos (necesidades energéticas de la colonia),
extrínsecos (disponibilidad de un recurso en el ambiente) o ambos. No
obstante, la preferencia hacia un determinado tipo de alimento permite que las
especies puedan ser ubicadas en alguna de las categorías que se exponen en
el cuadro 2.

Por otra parte, algunos géneros tienen una dieta específica, como Strumigenys,
que depreda colémbolos (especies de artrópodos); otras,
como Proceratium y Discothyrea son depredadoras de huevos de
arañas; Atta y Acromyrmex, cultivadoras de hongos, y Acropyga, que se
alimenta de raíces.

Las hormigas como plagas o enemigos naturales


en sistemas agrícolas
Las hormigas en los agroecosistemas se relacionan con el manejo de plagas,
lo que se expresa en diferentes vertientes:
 Las que tienen hábitos como depredadoras de otros insectos, incluyendo
entomófagos, como: Pheidole megacephala (F.), Tetramorium
bicarinatum (Nylander).
 Las que se asocian a poblaciones de hemípteros en una relación
mutualista, brindándoles servicios ecológicos como protección del
ataque de enemigos naturales y de la acción del intemperismo, así como
dispersión hacia otras partes de las plantas hospedantes.
Ejemplos: Paratrechina fulva (Mayr).
 Las hormigas pueden emitir feromonas que desplazan o interfieren la
actividad de otras especies de hormigas, entre ellas las depredadoras.
Ejemplo: W. auropunctata.
 En su labor de forrajeo, pueden interferir la actividad de los enemigos
naturales.

Las hormigas como plagas agrícolas


Existen especies de hormigas que actúan como plagas al alimentarse de
plantas cultivadas. por ejemplo, las hormigas cortadoras de hojas como Atta
insularis Guerin, que son capaces de desfoliar plantas completas en poco
tiempo, para trasladar los fragmentos de hojas como sustrato de cultivo para el
hongo del cual se alimentan (Attamyces bromatificus Kreisel), el cual cultivan
en cámaras en los nidos subterráneos y así aseguran su propagación en el
tiempo y garantizan la viabilidad del hongo y su alimentación.

También son perjudiciales para los cultivos porque mantienen una relación
mutualista con hemípteros plagas como áfidos, moscas blancas (Aleyrodidae),
saltahojas (Cicadellidae), cóccidos y pseudocóccidos, que segregan una
sustancia azucarada conocida como “miel de rocío” o “ligamaza”, compuesta
por glucosa, sacarosa, fructuosa, aminoácidos libres, ácidos orgánicos,
vitaminas y otros compuestos, la cual constituye un recurso muy utilizado por
las hormigas para satisfacer sus requerimientos nutricionales. Asimismo, al
establecer una simbiosis con los hemípteros, en su acción de protegerlos,
disminuyen e impiden la actividad que ejercen los parasitoides y depredadores
sobre sus poblaciones; incluso algunas llegan a alimentarse de las pupas de
los parasitoides.
Un caso interesante es la hormiga W. auropunctata, que ha causado serios
problemas en agroecosistemas, ya que debido a sus hábitos, sus afectaciones
se manifiestan de diferentes formas: en apiarios, al alimentarse de obreras y
larvas; como plaga en cítricos y café por su asociación mutualista con
numerosas especies de hemípteros; por causar severas picaduras a humanos
durante las labores de la cosecha.

Las hormigas como enemigos naturales de


insectos fitófagos
Debido a su carácter eminentemente depredador, las hormigas son importantes
reguladoras de las poblaciones de insectos en plantas cultivadas y en el suelo,
por lo que pueden utilizarse en el control biológico de plagas.

Así, el uso de hormigas como agentes de control biológico ha sido una antigua
tradición en China y en Vietnam, donde desde hace aproximadamente 3.000
años, poblaciones de la hormiga tejedora Oecophylla smaragdina Fab., se
manipulan para la regulación de Tessarotoma papillosa Drury en los cítricos e
incluso llegan a comercializarse en las ferias populares.

En países neotropicales (América tropical y subtropical) se han detectado


varias especies que actúan como depredadores del picudo del plátano
(Cosmopolites sordidus Germar) y el tetuán del boniato (Cylas
formicarius Fab.), entre las que se encuentran T. bicarinatum, P.
megacephala en Cuba, y Camponotus sp. en Colombia. Por ejemplo, en Cuba
desde hace más de 15 años los agricultores fomentan y manejan exitosamente
reservorios de estas hormigas para el control biológico del tetúan del boniato y
el picudo negro del plátano.

Consideraciones finales
La utilización de las hormigas para el manejo de plagas en los agroecosistemas
debe realizarse con mucho cuidado y sobre una sólida base de conocimiento,
debido a los riesgos por efectos no deseados a causa de la complejidad de sus
hábitos.
Janet Alfonso Simonetti
Instituto de Investigaciones de Sanidad Vegetal (INISAV), La Habana, Cuba
Correo-e: [email protected]

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