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Abakua

El documento discute la historia de la esclavitud en Cuba y la introducción de esclavos africanos. También explora los cultos populares sincréticos que surgieron de la interacción entre las culturas hispana y africana, especialmente el culto a los orishas de la cultura yoruba de Nigeria. Finalmente, traza una breve historia de la francmasonería en Cuba desde su llegada en el siglo XVIII hasta su prohibición por las autoridades coloniales españolas en el siglo XIX.

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El documento discute la historia de la esclavitud en Cuba y la introducción de esclavos africanos. También explora los cultos populares sincréticos que surgieron de la interacción entre las culturas hispana y africana, especialmente el culto a los orishas de la cultura yoruba de Nigeria. Finalmente, traza una breve historia de la francmasonería en Cuba desde su llegada en el siglo XVIII hasta su prohibición por las autoridades coloniales españolas en el siglo XIX.

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¿SOCIEDADES ABAKUÁ O MASONERÍA NEGRA?

A PROPÓSITO DE LOS CULTOS POPULARES SINCRÉTICOS Y LA MASONERÍA EN CUBA.

Por: JUAN JORGE ÁLVAREZ SÁNCHEZ

I.- UNA INTRODUCCIÓN NECESARIA


La esclavitud como fenómeno social, pervive con el hombre desde los comienzos mism
os de su desarrollo histórico y es el resultado de la desigualdad de poderes y riq
uezas acumuladas por unos y añoradas por otros. Injustamente se le ha dado color n
egro a esta aberrante práctica que tuvo cuna y casa en estas tierras americanas, e
n su versión más inhumana (por si de humanidad tuviera algo), a partir del siglo XV
con la llegada a Las Indias (occidentales, por cierto) de los primeros cargamentos
de esclavos negros arrancados cruelmente de sus terruños natales y arrojados cual
bestias amorfas para asentarse en bateyes, hatos, fincas, haciendas y toda una
ilación de términos conducentes a otro, harto elocuente: explotación.
Plenamente evidenciada la eficacia del proceso de sistemática despoblación aborigen
en Cuba, los ibéricos decidieron iniciar la introducción de esclavos africanos con e
l objeto de incrementar la fuerza de trabajo diezmada y en segundo término, sustit
uir al indígena que acudía constantemente al suicidio y a las rebeliones masivas.
Los primeros africanos vinieron con Colón en sus viajes pero en calidad de sirvien
tes domésticos sin una significación productiva. En 1515 ya se solicitaba permiso en
Santiago de Cuba para introducir doce africanos desde La Española y en 1523 son 3
00 los esclavos que entran a Cuba desde esa cercana isla antillana. En el tercer
decenio de ese propio siglo son traídos desde Cabo Verde 145 esclavos y a mediado
s de la centuria ya trabajaban unos mil que comenzaban a afectar con su presenci
a la estabilidad social de la clase dominante ibérica. Su destino laboral inicialm
ente fueron las minas en las que cohabitaban de manera precaria con los indígenas.
La rápida expansión de la industria azucarera, hizo que el dulce producto fuera el
amargo motivo del desarrollo esclavista y por ende de la desazón existencial de un
a de las etnias integradoras e integrantes del definitivo espíritu americano.
El primer boom africano, al menos en la siempre fiel isla de Cuba , debe su génesis a
l canje de fuerza de trabajo a crédito, propugnado por colonos norteamericanos par
a ser cobrada en productos cubanos, lo que conllevó al aumento de la producción azu
carera hasta hacerse notablemente acelerada en 1762-1763, momento en que el asce
nso de la fabricación de azúcar pasó a ser el primer renglón de la economía de la colonia.
La esclavitud alcanzó su apogeo entre 1790 y 1860 (fueron introducidos unos 300.0
00 esclavos) coincidiendo con el auge de la economía agroindustrial. En el año de 18
68 estalla la primera guerra independentista entre cubanos y españoles como result
ado de una acumulación de contradicciones al calor del surgimiento de una concienc
ia nacional (aparecen como estadio social, los criollos) y fue precisamente, un
terrateniente criollo, Carlos Manuel de Céspedes, (de filiación masónica por demás) sign
ado históricamente como el Padre de la Patria, quien le dio libertad a sus esclavo
s y los conminó a que lo siguieran al campo de batalla, a pelear por una Cuba sobe
rana. Los miles de africanos que participaron en la contienda dieron una muestra
anticipada del sentido de la frase martiana, Patria es humanidad . Esta eclosión lib
eradora tuvo sus repercusiones negativas en el desarrollo de la industria azucar
era de la isla. Aumentó el precio de cada esclavo debido a la disminución de la vida
útil de los mismos y el incremento de los emancipados. Aumentó en ese período el temo
r a la población negra por la repercusión de la revolución en Haití.
El panorama etnogénico nacional en la segunda mitad del siglo XIX, según el doctor S
ergio Aguirre, era el siguiente:
1.- El español nacido en Cuba (a partir de 1603) comienza a transformarse en criol
lo.
2.- El criollo comienza a transformarse en cubano, en el período que abarca desde
1790 hasta 1808, donde se afianza un fuerte sentimiento de nacionalidad. Téngase e
n cuenta que el negro esclavo en la medida que se libera o nace libre, se ha ido
convirtiendo de hecho en criollo.
3.- El cubano obtiene una enorme consolidación nacional al abrazar definitivamente
las corrientes ideológicas del abolicionismo y el independentismo.
Según Jesús Guanche, el sistema etnocultural cubano tiene como componentes de orden p
rocesal a los antecedentes multiétnicos fundamentales de su etnogénesis: aborígenes, h
ispánicos, africanos, franceses, franco-haitianos y chinos . Mas no es interés de este
trabajo agotar el análisis del complejo fenómeno de la integración nacional cubana, m
ejor es introducirnos, a través de ciertas modestas contribuciones, en el examen d
e una insoslayable manifestación de esa polirritmia cultural: los cultos populares
sincréticos y su relación con las prácticas masónicas.
Durante el período colonial que hemos venido analizando se generaron en Cuba diver
sos cultos populares a partir de la interacción de las culturas hispánica y africana
fundamentalmente. Estos cultos surgen como respuesta de los sectores colonizado
s económica y socialmente a no aceptar la servidumbre religiosa que trataba de imp
oner la poderosa metrópoli. La entrada de los esclavos africanos a la diáspora cultu
ral de la naciente nacionalidad, trajo consigo una multiplicidad de creencias qu
e iban desde las primigenias formas de animatismo hasta elaborados complejos mágic
o-religiosos. De las creencias religiosas y ritos primitivos entre las diversas
formas de la conciencia social que trajeron los africanos, la que más ha influido
en Cuba, ha sido el culto a los orishas, procedente de la cultura yoruba de Nige
ria. Esta influencia se explica por varias razones:
.. La gran cantidad de esclavos yorubas traídos por la trata
.. El mayor nivel de desarrollo religioso alcanzado por esta cultura
.. La incorporación, desde África, de elementos religiosos de otros pueblos vecinos
.. El nivel cultural de los yoruba los convertía en esclavos urbanos , por excelencia
.
De este modo se facilitó la organización de los cultos sincréticos conocidos como sant
ería. Nótese que la estructura mítica del culto a los orishas y la gran profusión del ca
tolicismo, facilitó grandemente, tanto en Cuba como en Brasil, el sincretismo reli
gioso entre el orisha y el santo católico. También se practican en Cuba otras formas
de creencias: la de procedencia bantú con origen en el Congo hasta Angola, identi
ficada por el culto a la nganga (también conocido como maputo, bomba, jolongo y sa
co) cuyos practicantes han sido identificados como paleros, por la gran cantidad
de palos y yerbas del monte que utilizan para trabajos de sanación de cualquier índ
ole.
II.- OTRA INTRODUCCIÓN NECESARIA.

Las primeras huellas de la masonería en Cuba están localizadas a partir del 3 de may
o de 1763 en un documento que atestigua el trabajo de la orden en la isla, en el
que se consigna el reconocimiento del grado de M.M. (léase maestro masón) a Alexand
er Cockburn por la Logia Militar Inglesa No. 218 del Registro de Irlanda, adscr
ita al Regimiento 48 del ejército de ocupación durante la Toma de La Habana por los
ingleses en 1762. Después que los ingleses abandonan la isla no se registran activi
dades masónicas hasta 1791, fecha en la que llegan a La Habana y Santiago de Cuba
algunos colonos franceses huyendo de la Revolución Haitiana, y traen consigo cuatr
o de sus logias, a saber: Perseverance, Concorde, Amitie y Benefique. Al poco ti
empo las logias asentadas en Santiago de Cuba son trasladadas a Louisiana. Los t
alleres que sesionaron en La Habana también desaparecieron con el tiempo, mas las
calles donde celebraban las tenidas, conservan hoy día el nombre de aquellos templ
os, a manera de callado pero sentido homenaje. Nos referimos a Concordia y Amis
tad, dos calles del poblado municipio de Centro Habana.

La primera logia fundada en Cuba fue El Templo de las Virtudes Teologales No. 103
, gracias a la labor masónica del francés (radicado en Santo Domingo) Joseph Cerneau
. El Templo recibió la carta patente en 1804, emitida por la Gran Logia de Pennsylvan
ia, cuyo cuadro logial estaba integrado fundamentalmente por aquellos dos taller
es que trabajaron en La Habana tras los convulsos acontecimientos en Haití. Tres l
ustros más tarde, queda reconocida la Gran Logia Española de Antiguos Libres y Acept
ados Masones de York, el primer cuerpo superior de la masonería establecida en Cub
a que se fundiría con el Gran Oriente Territorial Español Americano en octubre de 18
22, otra alta institución masónica creada a principios de ese mismo año.

La corona colonial española, prohibió las reuniones masónicas entre 1828 y 1859 en tod
o el territorio español (y por ende en sus colonias, que eran territorio español igu
almente) lo que indujo un periodo de estancamiento en el desarrollo de la frater
nidad. Ya antes, en 1812, el Consejo de Regencia de España e Indias, mediante decr
eto emitido, declaró ilegítima la Orden Fraternal, considerándose la francmasonería como
delito de estado a partir de ese momento en las posesiones ultramarinas de la
metrópoli. Fue la creación de la Gran Logia de Colón en Santiago de Cuba y la Gran Lo
gia Provincial, subordinada a la primera, lo que deshizo este debilitamiento de
los trabajos fraternales. De esta época data la fundación de la Decana de las logias
cubanas, Amor Fraternal que aún en la actualidad se mantiene trabajando semanalme
nte en las instalaciones del Gran Templo Nacional Masónico en Carlos III y Belasco
aín, en el municipio Centro Habana. Cuando Céspedes, la da la libertad a sus esclavo
s, en un acto sin precedentes en la historia cubana, el 10 de Octubre de 1868, e
ra el Venerable Maestro de la Respetable Logia Buena Fe de Manzanillo, antigua p
rovincia de Oriente. También son masones: José Martí, el Apóstol de la Independencia (co
mo lo llamaron los humildes pero patriotas tabaqueros cubanos en Tampa), el comb
ativo Lugarteniente General Antonio Maceo y Grajales, protagonista del viril hec
ho histórico La protesta de Baraguá cuando no aceptó las oprobiosas condiciones españoles
para negociar la paz en las postrimerías de la Guerra de los Diez Años. Así mismo, el
dominicano Máximo Gómez, quien llegó a ser General en Jefe de las fuerzas libertadoras
, el Mayor General Ignacio Agramante y Loynaz quien condujo y dirigió las tropas e
n El rescate de Sanguily , corajuda acción militar y Perucho Figueredo, autor del Him
no Nacional Cubano, entre otros muchos destacados luchadores independentistas, a
lgunos de ellos serán nombrados más adelante. Particularmente José Martí se inició en la o
rden de la regla y el compás durante su estadía en España, alcanzando el grado de Maes
tro Masón en la Logia Armonía en la que desempeñó el cargo de Orador y en la masonería fi
losófica le fue reconocido el grado decimoctavo y ocupó la dignidad de Soberano Prínci
pe de la Rosa Cruz. Su dedicación a la causa libertaria le impidió después de esa época
mantener una actividad masónica de manera regular, aunque siempre que pudo partici
pó en las Tenidas Blancas que se celebraban en la ciudad donde permanecía, como aque
lla del 10 de octubre de 1887 en el Masonic Temple de Nueva York, ocasión en la q
ue pronunció un magistral discurso.

La vinculación de la masonería cubana a las tareas emancipadoras fue múltiple y tempra


na, inclusive antes de la fundación de la primera logia una conspiración organizada
por masones fue abortada cuando un sacerdote violó el secreto de confesión de una de
vota dama criolla, preocupada por las actividades subversivas de su esposo. Tamb
ién un masón, el abogado Joaquín Infante, llegó a elaborar el proyecto de Constitución par
a la futura República de Cuba, un documento que se considera recoge lo más avanzado
del pensamiento socio-político de la época.

En el campo de la fraternidad fue necesario igualmente conseguir la independenci


a. Después de un proceso de sucesivas fusiones y escisiones, se integra la Gran Lo
gia Soberana que agrupa a sesenta y seis logias con lo que se le da unidad y au
tonomía al simbolismo masónico y a la vez deviene un acto de rebeldía con el Gran Orie
nte Nacional de España que pretendía ejercer su dominio sobre la masonería en la isla.
No obstante, en el año de 1859, se funda la Gran Logia Colón a partir de las logias
Fraternidad, Prudencia y San Andrés, bajo la orientación de Andrés Cassard, cubano de
nacimiento pero de origen francés y que es considerado el padre de la masonería cub
ana por el papel desempeñado en la reanimación de la fraternidad.

En 1862 el Doctor Vicente Antonio de Castro funda el Gran Oriente de Cuba y Las
Antillas (GOCA) con el objetivo de regularizar la masonería. A la luz de los estud
ios del historiador Eduardo Torres Cuevas, las liturgias del Grado 33 creadas po
r Castro eran esencialmente de carácter socio-político y no filantrópico-filosóficas, co
mo consecuencia el GOCA se convierte en el transmisor de un proyecto democrático,
laico, republicano e independentista que encauzó y permitió darle dimensión a las preo
cupaciones de la juventud de su época"(1) en gran medida guía de las aspiraciones in
dependentistas de los jóvenes que más tarde encabezarían la Guerra del 68 . En una de sus
partes las liturgias expresaban lo siguiente: "podría muy bien suceder que os enc
ontréis en la ocasión de tener que pelear con las armas en la mano para defender la
virtud, la inocencia o la patria, entonces será preciso no retroceder ni temblar"(
2)

Con el estallido de aquella contienda bélica se acrecientan las contradicciones me


trópoli-masonería y muchos cubanos fueron fusilados por el solo delito de ser masón, e
ntre ellos el Gran Maestro de la Gran Logia de Colón, José Andrés Puente Badell. Es re
conocido históricamente que a pesar de las dificultades y privaciones de la guerra
, se crearon Logias Militares, constituidas en plena manigua; Céspedes que había fun
dado una en la paz lo hizo igualmente durante la guerra con el taller La Independ
encia en 1870. Según testimonios, la logia Independencia funcionó por casi tres años,
y siempre se buscó la forma de celebrar las tenidas respetando el ritual masónico co
mo si estuvieran en el más suntuoso templo. Los útiles se transportaban en un mulo q
ue llamaban "el masón" debido a sus funciones, hasta que durante una escaramuza el
mulo cayó en manos enemigas. Pero esta logia no desapareció tanto por las condicion
es adversas para su funcionamiento, como por las pugnas internas que dividían a lo
s máximos dirigentes del 68 y que a la larga influyeron en el fracaso de la insurr
ección. La persecución a los masones por parte de las autoridades españolas tomó ribetes
de crisis paranoica pues resulta interesante apuntar que Céspedes fue condenado e
n rebeldía, a once años de prisión, por el delito de masonería junto a otros miembros
de la Logia Buena Fe, a pesar de que su muerte ya se había producido en 1873.

Para terminar esta segunda introducción haremos alusión a la simbología masónica present
e en la enseña tricolor, el pabellón patrio. Fue un francmasón, Narciso López, quien ela
boró el primer diseño de bandera que más tarde sería planteada en la forma como la conoc
emos hoy día. Las tres franjas azules representan las tres regiones militares en q
ue se hallaba dividido el país, pero también es el primer símbolo masónico con el número t
res que alude a la armonía perfecta, Tres son los lados del triángulo equilátero que s
imboliza la grandeza del Gran Arquitecto del Universo y tres son los lados igual
es que nos conducen a la divisa masónica de LIBERTAD, IGUALDAD Y FRATERNIDAD y tri
partita es la división justa y equilibrada del poder democrático. La perfección del ma
estro masón esta presente en la estrella de cinco puntas, a saber: FUERZA, BELLEZA
, SABIDURÍA, VIRTUD Y CARIDAD. Cinco es el resultado de todas las franjas y tiene
que ver con el espíritu vivificador que fortalece la naturaleza. Siete es el resul
tado de la suma de las cinco franjas, el triángulo y la estrella, número que es cons
iderado divino por los griegos y judíos

III.- BAROKO O TEMPLO MASÓNICO.

Los cargamentos de hombres procedentes del embarcadero del Calabar, denominados


en Cuba carabalíes gracias a un fenómeno de transdicción acomodaticia, pertenecían a nu
merosos grupos étnicos que se localizaban en el área que comprende la parte sureste
del delta del río Níger y Camerún. Esta costumbre de identificar a los esclavos por su
supuesta procedencia llegó hasta los cabildos de nación, especie de sociedades para
negros que si bien les daba la posibilidad de conservar tradiciones, costumbres,
lengua dialectal, etc., fueron muy bien aprovechados por los españoles como elemen
to de debilitamiento de la fuerza negra en sus propiedades por lo que aportaban
estos cabildos en el aspecto segregacionista. El primer nombre era el del embar
cadero de procedencia (carabalí) y los segundo o tercer nombres designaban la fili
ación étnica, tribal o lingüística. Así tenemos: CARABALÍ ABALO, ACOCUÁ, BRÍCAMO, ECUNASO, IS
A, ORÚ, entre muchos otros.

Un gran número de hombres (esclavos, negros y mulatos libres) que pertenecían a los
cabildos carabalíes trabajaban en las áreas portuarias de La Habana organizados en c
uadrillas bajo un control cuasi-militar de acuerdo con una orden del Conde de Ri
cla emitida en 1763. La división etno-militar de las cuadrillas determinó la existen
cia de un capataz o jefe de cuadrilla que en verdad tenía un gran poder de decisión
alrededor de la admisión o permanencia de los hombres en el trabajo portuario. Est
as organizaciones estaban integradas inicialmente por esclavos (alquilados por
sus amos para desempeñar esas labores), negros libres y mulatos quienes ocupaban l
os puestos de jornaleros y capataces. Entre los cabildos de nación los carabalíes tu
vieron una participación mayoritaria lo que convirtió a los muelles en una zona bajo
su dominio. Las agrestes condiciones económicas motivaron el surgimiento de un ti
po de asociación en la que tuvieran cabida por una parte la continuación en tierras
americanas de las viejas prácticas tribales basadas en representaciones animistas
y por la otra, vínculos de ayuda mutua y socorro.
La primera sociedad abakuá (así se denominaron), es reconocida desde 1836 cuando los
integrantes del cabildo Carabalí Appapá fundaron la primera potencia en el pueblo d
e Regla con el nombre de Efik-Butón, la cual estuvo integrada por negros libres y
esclavos del barrio habanero de Belén y de aquella localidad. Esta asociación tuvo
por objeto la protección y ayuda mutua de sus miembros, así como la conservación de la
s tradiciones culturales de sus áreas de procedencia. Por la utilización de los ins
trumentos y por la manera en que en sus danzas y ritos representaban los entes s
obrenaturales estas asociaciones remedaban las cofradías ekpé de Nigeria sudorienta
l. Otro elemento que enlaza a las potencias abakuá con su raíz primigenia en África, e
s la lengua efik cuyos hablantes africanos son parte importante de la leyenda de
l surgimiento de estas asociaciones. En sus inicios estas sociedades tuvieron un
carácter estrictamente secreto pues sus miembros eran perseguidos por las autorid
ades españolas por lo que utilizaban medios de identificación y comunicación solo con
ocidos por los miembros de las mismas. El sistema organizativo coadyuvó a que una
potencia apadrinara la creación de otra, así las cosas, poco tiempo después de fundada
la Efik-Butón, apadrinó a la Appapa Efó y éstas a su vez dieron lugar a las dos grandes
ramas, tierras o vías abakuás: Efik y Efó. Rápidamente se fueron expandiendo las potenc
ias abakuás y cruzaron la bahía hacia los barrios de Jesús María, Belén, Los Sitios, entre
otros.

Para ser abakuá hay que se hombre, pero para ser hombre no hay que ser abakuá , expresa
ban con sabiduría y modestia los ñáñigos raigales quienes desde muy temprano tuvieron qu
e enfrentarse a una sobre-dimensión de la probada hombría abakuá. Se les adjudicaron a
sesinatos, actos de hechicería maligna, profanación de tumbas, lascivia, delincuenci
a y toda una serie de actitudes perversas lo que no era cierto, al menos como pr
escripción estatutaria. Para ser abakuá había y hay que cumplir determinados requisito
s: ser hombre de género y de actitud, valiente, buen hijo, buen esposo, buen amigo
, buen padre, en fin un hombre en toda la extensión de la palabra al que no se le
podía conocer debilidad alguna. En contraposición con otros cultos sincréticos, los ab
akuás se caracterizaron por disponer de un recinto especial para realizar sus rito
s iniciáticos o culturales: el baroko.

En el año de 1863, un pardo legendario y mítico, que respondía al nombre de Andrés Petit
, fundó la primera potencia abakuá que admitió hombres blancos, rompiendo así la prohibi
ción en ese sentido. Ekobio Efó Mukarará tuvo su sede en la Calle San Lázaro No. 115, en
la ciudad de La Habana, lo que posibilitó a partir de ese momento la creación de ot
ras, por ejemplo, Efó Abakuá fundada en Regla en 1875, la Ensenillén Efó (1876) en el ba
rrio de El Pilar y la Eyegueyé Efó (1875) también en Regla. La Usagaré Munanquere, del b
arrio de Los Sitios, estaba compuesta por ñáñigos de otras profesiones, particularment
e, músicos, sastres y tabaqueros, fundamentalmente.

La leyenda del origen abakuá, por haberse transmitido oralmente a lo largo de much
os años ha tenido y tiene variadas versiones lo que nos hace acudir al criterio de
frecuencia, quiere decir, aceptamos la versión que con más frecuencia hemos escucha
do de boca de informantes en la mayoría de los casos, jurados en abakuá. La princesa
Sikán iba diariamente a buscar agua al río sagrado Oddán (río de la Cruz, por ser el ori
gen de las cuatro tierras fundamentales, efí, efó, orú y bibí). Un día al regresar con la
tinaja llena de agua, escuchó un extraño bramido que salía del seno del líquido. Ese son
ido, fue el origen de los misterios abakuá que aún en la actualidad se mantienen en
el conocimiento de unos pocos jurados . Sikán al escuchar aquel sonido irrepetible y
aterrador, corrió despavorida y le contó lo sucedido a su padre Iyamba, jefe efí, qui
en reconoció en éste el llamado del espíritu de Tanze, antiguo jefe Ekoi, etnia de la
que provenían efí y efó, dos tribus que se encontraban en continuas pugnas desde hacía
mucho tiempo. Iyamba le expresó a su hija que no revelara el secreto pues la tribu
que lo poseyera estaba destinada a reinar. Sikán era novia del príncipe efó y hubo de
revelarle lo ocurrido. Nasacó que era el hechicero de la tribu, pronto conoció de l
a traición de Sikán y se lo comunicó a Iyamba quien decidió sacrificar a su hija con la
esperanza de recuperar el secreto. Las relaciones tribales se alteraron pues cad
a una reclamaba su parte y se dice que Nasacó asumió las funciones de jefe de gabine
te al repartir responsabilidades y atributos entre los representantes de las tri
bus colindantes. El pez portador del bramido murió y Nasacó hubo de empeñarse en repro
ducir el sagrado sonido y fue así cómo se elaboró el primer ekue, con piel del pez Tan
ze y madera de ukano mambre (palma). Los jurados efi se reconocían por el saludo OB
ONEKUE ABASÍ ACAMERÚ que quiere decir, SOMOS LOS BAUTIZADOS CON AGUA BENDITA Y ALBAH
ACA, mientras que los abakuá jurados en efó utilizan OBONEKUE SESE NAMOQUIMBAN es de
cir, SOMOS LOS JURADOS CON TIERRA DEL CEMENTERIO.

Cada juego o potencia está integrado por al menos trece plazas o estamento jerárquico:

Iyamba.- Era el jefe máximo de la potencia y uno de los primeros en conocer el sec
reto del pez Tanze y el primero en reproducir el sonido del pez espiritual cuand
o Nasacó según relatan los informantes construyó el primer ekue. Es el encargado de ha
cer frotar el yin sobre el parche del tambor por lo que permanece oculto durante
las ceremonias.
Mokongo.- Alude al primer iniciado efó. Lo sitúan como padre o marido de Sikán. Era el
jefe más anciano y venerado de su tierra.
Isué.- Porta el tambor seseribó que representa el espíritu de la Sikán. Lo asocian con u
n obispo pues es quien ordena los pasos de la ceremonia.
Mpegó.- Es el escriba de la potencia. Con golpes rituales sobre el tambor-empegó hacía
cumplir las órdenes de Mokongo. Custodia y responde por los yesos utilizados en e
l complejo sígnico abakuá.
Nasacó.- El hechicero de la potencia, conoce el secreto y habla con las plantas. E
s el encargado de poner a punto el barroco. En la distancia se le asume como un
viejo palero de origen bantú que tenía en su poder el secreto de la voz de Tanze
Isunekue.- Es el dueño de la voz del ekue y de todos los parches de los tambores.
En el ritual se le concibe acompañando a la Sikán al lugar del sacrificio, por tanto
es el encargado de introducir al indíseme en el cuarto de fambá.
Enkríkamo.- Desfila en las ceremonias a la cabeza de los íremes con su tambor a quie
nes guía haciendo sonar frenéticamente el erikundí
Mosongo y Abasongo.- Guardan en sus ítones el secreto de abakuá y acompañan ya a Mokon
go, ya Iyamba.
Moruá.- Es el cantor de la potencia y conoce de memoria el ritual. Sus enkames o r
ezos dan lucimiento a la ceremonia.
Ekueñón.- Introduce en su tambor el espíritu de la Sikán y está encargado además de los sacr
ificios y sentencias rituales.
Ekueumbre.- Ayudante de Nasacó hace las veces de mayordomo del templo y del cuarto
de fambá.
Nkandembo o Nkandemo.- Prepara y distribuye la comida ritual durante las ceremon
ias.
Kofombre.- Encargado del vestuario que utilizaban los íremes.
Kolfán.- Una vez concluida la ceremonia se encarga de limpiar el cuarto de fambá.
Monibonkó.- Fabrica los instrumentos musicales, toca el tambor bonkó enchemiyá y pued
e friccionar el yin.
Yuansá.- mediador cuando surgía algún problema entre las plazas principales o entre lo
s ekobios. Consejero a la hora de escoger cuero y madera para los ekue.
Abasí.- Otorgado en casos excepcionales a los practicantes conocedores de todos lo
s ritos. Se trata de una traslación de la deidad Ibo-Ibibio en la región del Calabar
.

Todos los integrantes de una potencia se identifican como OBONEKUE y los que ost
entan cargos o plazas como NDIOBÓN.

Los íremes completan esta cohorte de personajes y son ellos los que más difusión han t
enido inclusive a partir de su nombre popular: diablitos. En África eran los encar
gados de ejecutar los bailes rituales y representaban las almas de los ancestros
que de esta forma participaban en las ceremonias. En Cuba los íremes son escogid
os entre los obonekues, especialmente preparados para desempeñar determinado papel
simbólico en las ceremonias abakuás.

Los íremes más conocidos son:

Aberisún y Aberiñán.- Cumplen la función de sacrificar al mbori en las ceremonias. Aberi


sún lo golpeaba en la frente mientras Aberiñán le aguantaba en el momento del sacrific
io por último iba al monte a arrojar los despojos del mbori
Anamanguí.- El íreme funerario. Conoce todo el proceso de amortajamiento del difunto
y todo el proceso previo a la inhumación del cadáver.
Kundiabón.- Es el cajero o tesorero de la potencia. Durante la época colonial recogía
el aguinaldo que los espectadores lanzaban el desfile de los diablitos.

En las prácticas masónicas encontramos análogamente una estructura jerárquica que a nive
l de logia simbólica encabeza el Venerable Maestro, máxima autoridad del taller. Le
siguen los Vigilantes, quienes ayudan a conducir la tenida y en su orden toman e
l lugar del Venerable Maestro ante una ausencia de éste. Otras dignidades masónicas
son:
Tesorero: encargado de custodiar y administrar las finanzas de la logia.
Secretario: se ocupa de redactar las actas de las sesiones y tiene a su cuidado
la recepción, conservación y diligenciamiento de la correspondencia.
Hospitalario: tiene el encargo de conocer y hacer conocer en su logia, las dific
ultades de salud y otras por las que atraviesen los miembros del taller. También r
ecauda para entregar al Tesorero, las contribuciones de sus hermanos masones dur
ante la tenida
Maestro de ceremonia: conduce el ritual masónico de la tenida colaborándole al Vener
able Maestro en esa función.
Guarda Templo: vela por mantener el templo masónico libre de ajenos para que la se
sión se lleve a cabo sin indiscreciones
Diácono: Es una especie de conserje del taller. El único que durante la tenida está au
torizado a trasladarse de un sitio a otro dentro del recinto.

Los masones se dan el tratamiento de Hermanos y deben atravesar un ritual de ing


reso a la fraternidad, después de afrontar un exigente proceso de admisión. El aspir
ante a masón debe ser un hombre de probadas moral y buenas costumbres, dispuesto a
practicar la solidaridad, ser respetuoso y de buen trato con los demás. No debe p
racticar discriminaciones en lo social ni en lo racial. Las prácticas masónicas se l
levan a cabo en un sitio especialmente acondicionado al efecto y aunque hay asoc
iaciones paramasónicas integradas por mujeres, éstas no pueden ingresar a logias reg
ulares a las que sólo pueden pertenecer hombres

¿Están en lo cierto aquellos que hablan de una MASONERÍA NEGRA refiriéndose a la secta
secreta abakuá?

Bien claros estamos que masonería hay una sola y que en ella no se admite práctica d
iscriminatoria alguna, mas lo de masonería negra alude a la identificación de una ve
rsión de sociedades de ayuda mutua y fraternidad, al estilo de las logias masónicas,
entre los hombres en el seno de las clases desposeídas, mucho más cercas éstas a los
hombres de piel negra que a los de piel blanca, en general. Sin embargo, mientra
s usted saca sus propias conclusiones, le adelanto que desde mi óptica, desde los
puntos de vistas fraternal y organizativo, existen más de un punto de contacto ent
re ñáñigos y masones.

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(1)Torres-Cuevas, Eduardo, Antonio Maceo, las ideas que sostienen el arma. Edito
rial Ciencias Sociales. p. 29
(2) Op. Cit. pág. 39
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