Bronislaw Baczko
Bronislaw Baczko
Bronislaw Baczko
“Al final del siglo XVIII, aquella epoca de Transicion, la historia de las utopias es la
del desgaste y la del estallido de los antiguos paradigmas, pero tambien es la historia de una
mutacion de la propia situacion de las ideas-imagenes utopicas en el espacio cultural y
social, las cuales se manifiestan cada vez menos a traves de un discurso ficcional; el tiempo
se convierte en el lugar de la maxima inversion utopica, y asi, la utopia se desplaza hacia la
historia. Los suenos de una sociedad distinta ya no estan ubicados en islas imaginarias, sino
que es en el futuro donde la esperanza los proyecta como si estuvieran al alcance de la
mano” (7). “Las ideas-imagenes utopicas actuan, cada vez mas, como relevo a otras formas
del imaginario colectivo, en especial a los mitos politicos modernos tales como el Estado-
Nacion, el Progreso, la Revolucion” (7). “todo poder se rodea de representaciones,
simbolos, emblemas, etc., que lo legitiman, lo engrandecen, y que necesita para asegurar su
proteccion” (8). “Nuestro estudio tiene dos polos: por un lado las utopias, por el otro las
memorias colectivas. Solo en lo abstracto se oponen memoria y esperanza colectivas; en la
realidad historica casi siempre una completa y alimenta a la otra. Solamente en los
esquemas simplistas la utopia aparece siempre como subversiva y la memòria col·lectiva
como conservadora; las realidades históricas demuestran ser mucho mas ricas y complejas”
(9).
“La falta de una teoria de los imaginarios sociales no puede, por lo tanto,
sorprender” (26). “Los imaginarios sociales son referencias especificas en el vasto sistema
simbolico que produce toda colectividad y a través del cual ella“se percibe, se divide y
elabora sus finalidades” (Mauss). De este modo, a traves de estos imaginarios sociales, una
colectividad designa su identidad elaborando una representacion de si misma; marca la
distribucion de los papeles y las posiciones sociales; expresa e impone ciertas creencias
comunes, fijando especialmente modelos formadores como el del“jefe, el del“buen subdito,
el del“valiente guerrero, el del “ciudadano, el del“militante”, etcètera” (28). “el imaginario
social es una de las fuerzas reguladoras de la vida colectiva. Al igual que las demas
referendas simtolicas, los imaginarios sociales no indican solamente a los individuos su
pertenencia a una misma sociedad, sino que tambien definen, mas o menos precisamente,
los medios inteligibles de sus relaciones con esta, con sus divisiones internas, con sus
instituciones, etcetera (Gauchet, 1977). De esta manera, el imaginario social es igualmente
una pieza efectiva y eficaz del dispositivo de control de la vida colectiva, y en especial del
ejercicio del poder. Por consiguiente, es el lugar de los conflictos sociales y una de las
cuestiones que estan en juego de esos conflictes” (28). “Toda sociedad debe inventar
e_imaginar la legitimidad que le otorga al poder. Dicho ..de otro modo, todo poder debe
necesariamente enfrentar su despotismo., y controlarlo reclamando una legitimidad” (28).
Las instituciones politicas, participan asi del universo simbolico que las rodea y forman los
marcos de su funcionamiento.
Siglo XVII, Francia: Podemos distinguir cuatro tipos de motines que corresponden
a distintos tipos de violencia colectiva: contra el aumento del precio del pan, contra el
alojamiento militar, contra la recaudacion de la talla, y contra la inspeccion de la
recaudacion de impuestos (34). Es notable que en el desencadenamiento del motin a
menudo interviene el rumor (infundido en general por las mujeres) de la introduccion de
un impuesto imaginario (35). En la RF triunfa el rumor del complot del hambre. La RF
también cultiva el imaginario y busca un poder simbólico (40). La muchedumbre
revolucionaria, un fenomeno nuevo, presupone no solo una presencia colectiva y un
principio de estructuracion, sino tambien una identidad de imaginacion: la nación. “desde el
principio de la revolución, en el verano y en el otono de 1789, se asiste a la generacion
espontanea de un nuevo repertorio simbólico, acompañado de una verdadera guerra de
símbolos, los que eran a la vez armas y blancos, con sus específicos estrategas. El dia
siguiente al 14 de julio, luce la escarapela compuesta con los colores de Paris (el azul y el
rojo) y el color del rey (el blanco). Cuando el 17 de julio, Luis XVI, que va a Paris para
reconciliarse con su “querida ciudad”, luce esta escarapela, el gesto es recibido con
entusiasmo por la muchedumbre que la impuso y a la que siente como su victoria. Desde
Paris, la escarapela hace una marcha triunfal a traves de Francia. Emblema distintivo de la
nación, es combatida, por lo tanto, por los aristòcrates, de lo que surge una guerra contra
las escarapelas. Asi, el rumor, verdadero o falso, de que los oficiales de la reina habian
pisoteado la escarapela tricolor de Versailles para lucir luego la escarapela blanca, es uno de
los factores que movilizan a la muchedumbre a la jornadas revolucionarias del 5 y 6 de
octubre. A partir de esto, hay una escalada de decretos para obligar a llevar la escarapela: el
29 de mayo de 1790 se prohibe llevar otra escarapela que no sea la tricolor; el 4 de julio de
1791, se decreta su uso obligatorio para lodos los hombres; el 26 de septiembre, pasa a ser
igualmente obligatorio para las mujeres (esta vez se manifiesta resistencia contra esta
obligacion, en especial en los medios populares). Por consiguiente, no llevar la escarapel·la
se convierte en un signo distintivo del enemigo de la Republica.” (41-42).
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