RESUMEN Larga Duracion

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RESUMEN 1: LA LARGA DURACION (FERNAND BRAUDELL)

Braudel, clasifica el tiempo histórico, el cual posee multiplicidad, en tres tipos de duración social (es
decir, los tiempos múltiples y contradictorios de la vida de los hombres que no son únicamente la
sustancia del pasado, sino también la materia de la vida social actual): larga duración, coyuntura y
acontecimiento o corta duración.
El tiempo corto está hecho a la medida de los individuos, de la vida cotidiana, de las rápidas tomas
de conciencia; es el tiempo por excelencia del cronista o el periodista. Está relacionado con el
acontecimiento y a la historia tradicional, que es la que según Braudel, atenta al tiempo breve, al
individuo y a lo episódico. Este tiempo corto, que existe en todos los aspectos de la vida, es la más
engañosa de las duraciones, y por eso es rechazada por las ciencias sociales y los historiadores,
que sienten fuerte desconfianza hacia la historia de los acontecimientos y por eso mismo a la
historia tradicional, que centrada en su conjunto sobre el drama de los grandes acontecimientos,
trabajó en y sobre el tiempo corto durante el siglo XIX y parte del XX.
La coyuntura es el nivel del tiempo histórico intermedio entre la larga duración y los
acontecimientos, que es empleado principalmente por la nueva historia económica y social, que
coloca en primer plano la oscilación cíclica y apuesta por su duración, estudiando, por ejemplo,
ciclos económicos, revoluciones y crisis que no necesariamente tienen una breve duración. Así,
este segundo recitativo de la coyuntura para estudiar al pasado lo divide en amplias secciones
como decenas, veintenas o cincuentenas de años.
La larga duración es una historia de amplitud secular que se sitúa por encima de este segundo
recitativo coyuntural. Corresponde a las estructuras, que cambian lentamente y tienen, por lo tanto,
una estabilidad grande en el tiempo que puede abarcar varios siglos y resulta muy útil para la
observación y la reflexión comunes a las ciencias sociales.
Braudel afirma que las ciencias sociales tienen siempre tendencia a prescindir de la explicación
histórica; se evade de ello mediante el proceder de una sociología empírica (que desdeña a todo
tipo de historia y actualizaen exceso los estudios sociales limitándose a los datos del tiempo corto y
del trabajo de campo) y mediante un procedimiento que rebaja al tiempo, imaginando en el término
de una “ciencia de la comunicación” una formulación matemática de estructuras casi intemporales.
Esta división entre pasado y presente se da todas las ciencias sociales, entre ellas la demografía, la
economía y la geografía.
Braudel niega esta división, afirmando que no se debe pensar tan sólo en el tiempo corto y
acontecimental, no creer que “sólo los aspectos que meten ruido sean los más auténticos”, puesto
que “también los hay silenciosos”. Según él, presente y pasado se iluminan con luz recíproca: frente
a lo actual, el pasado confiere perspectiva, y situando los estudios de casos presentes en su
duración histórica, se puede realizar una reconstrucción del tiempo de la historia y comprender el
pasado. Así, la historia como dialéctica de la duración es, a su manera, una explicación de lo social
en toda su realidad, y por eso también de lo actual.
Braudel afirma que la concepción del tiempo entre sociólogos e historiadores defiere. Para los
primeros es mucho menos imperativo, menos concreto y no se encuentra nunca en el corazón de
sus problemas y de sus reflexiones; los segundos no se evaden nunca del tiempo de la historia,
éste se adhiere a su pensamiento.
Para los sociólogos, el tiempo social es una dimensión particular de una realidad social
determinada: es interior a la realidad de la que constituye uno de los aspectos o particularidades
que la caracterizan como ser particular. Al sociólogo no le estorba este tiempo, que se presta a ser
administrado a su voluntad, mientras que el tiempo de la historia se presta menos al doble juego de
la sincronía y la diacronía.
Para el historiador, todo comienza y termina por el tiempo imperioso e irreversible del mundo, que
parece exterior a los hombres y les arranca de sus tiempos particulares. El tiempo del historiador es
medida.
En la trayectoria de las exigencias del historiador, éstos aspiran a conocer la duración precisa de
los movimientos, positivos o negativos. Lo que le interesa a un historiador es la manera en que se
entrecruzan estos movimientos de las estructuras concomitantes, su interacción, integración y sus
puntos de ruptura, los que se pueden registrar con relación al tiempo uniforme de los historiadores y
no con relación al tiempo social multiforme de los fenómenos. La animadversión que los sociólogos
experimentan no va dirigida contra la historia, sino contra el tiempo de la historia; imposición de la
que ningún historiador logra escapar mientras que los sociólogos se escabullen prestando atención
ya sea a los fenómenos de repetición, o bien en lo más episódico o en la más larga duración.

Braudel - La Larga Duración.(resumen 2)


Existe una crisis en las ciencias del hombre. Están abrumadas por la acumulación de conocimiento
y por la necesidad del trabajo colectivo como metodología.
Existe un egoísmo entre las ciencias. Se definen límites. Se planteas fronteras. Quieren captar lo
social en su “Totalidad”
El problema en si, está en saber cómo superar la crisis:
a) Esfuerzo para definir los límites entre las distintas ciencias.
b) Mal humor y conflicto.
Se plantea una hipótesis: La realidad social, está sujeta a una contradicción, entre el instante y
el tiempo lento de transcurrir.
I. Historia y duraciones Se habla de tres diferentes relatos (recitativos) de historia.
Tradicional: Basada exclusivamente en el tiempo breve, en el corto aliento. Historia de
los acontecimientos. (Tiempo del periodista, del cronista)
Nueva Historia: Recitativo de la coyuntura. Habla de oscilaciones cíclicas, separaciones de
tiempo (décadas, veintenas etc.)
Larga duración: De aliento sostenido, lo contrario a la historia de los acontecimientos.
Entre los historiadores existe una desconfianza frente a la Historia Tradicional, centrada en los
grandes acontecimientos de un siglo, un tipo de Historia que se basa simplemente en
documentos.
A finales del Siglo XIX, se produce una ruptura con este tipo de recitativo, apareciendo un nuevo
tipo de relato histórico (de ciclos e interciclos, o Nueva Historia), que abarca más años en el
análisis. Sin embargo, su objetivo, que era conducir la historia a la larga duración, no se
cumplió, y el relato histórico ha vuelto al acontecimiento, al instante.
Se plantean llaves que puedan conducir la historia a la larga duración
Tendencia Secular: Término usado por los economistas. Análisis de cambios en un siglo.
Estructura: Para los Historiadores, es un ensamblaje, una realidad que el tiempo no puede
variar. El ejemplo más claro es la Geografía. Muchas veces, estas estructuras son tan
duraderas, que entorpecen el transcurrir de la historia, marcan límites.
La larga duración, se presenta entonces, como un elemento complejo para su análisis.
Aceptarla, sería cambiar un estilo de pensamiento sobre lo social. Todos los niveles y periodos
de la historia, podrían ser comprendidos en éste estado de semi-inmovilidad.
II. La controversia del tiempo corto
Las ciencias sociales, no están interesados en la larga duración. Tienen por tendencia a
prescindir de la explicación histórica, aunque en sus postulados teóricos, utilicen la historia. Sus
estudios se basan en el tiempo corto, en el trabajo de campo, en el presente. Economía,
Sociología, Psicología, Etnología, Etnografía, Demografía y Geografía, son algunas de las
ciencias que dejan de lado la Historia, y usan el acontecimiento como núcleo principal de sus
investigaciones.
En la larga duración, se puede apreciar lo social, lo que esta presente detrás o bajo, los grandes
acontecimientos.
III. Comunicación y Matemáticas Sociales
El debate fundamental de las ciencias sociales le corta duración, esta entre las matemáticas y la
comunicación.
El lenguaje de la historia, ya está más o menos claro, pero se deben aclarar por lo menos 3
conceptos:
Historia Inconsciente: Es la historia de los movimientos sociales. El problema es que el hombre,
no se da cuenta que produce historia, que va mas allá de meros acontecimientos.
Modelos: No son más que hipótesis. Sistemas de explicación, solidamente vinculadas. Éste
permitirá encausar, limitando y precisando su función, no sólo los hechos sociales observados,
sino también otros medios sociales, de la misma naturaleza a través del tiempo y del espacio.
Matemáticas Sociales: Subdividida en tres lenguajes:
Hechos de necesidad, usado por la matemática tradicional
Hechos aleatorios, utilizado en el campo de las probabilidades.
Hechos condicionados, que son sometidos a una serie de reglas, dando camino para la creación de
las matemáticas cualitativas
De éste modo, podemos analizar lo social, de un punto de vista matemático. Por ende es necesario
crear un sistema (máquina) que pueda “traducir” lo social en números. El método más utilizado es
el análisis de grupos pequeños, cerrados, los cuales pueden ser observados de distintos puntos de
vista, para luego crear prolongaciones y unirlas a un modelo general.
Por ende, este tipo de investigación, pretende, a través de lo observable, llegar a lo inconsciente. El
problema de todo esto, es que las matemáticas sociales se estancan, en un solo elemento de una
inmensa realidad, esperando que llegue la coyuntura, el acontecimiento que rompa con esta. Se
quedan varadas en la micro-observación y en la muy larga duración. Sólo enfrentados a una
sociedad moderna, podrán ser realmente útiles. Mientras sigan mirando una sola variable de la
realidad, no serán más que números y conclusiones estancadas en la inmovilidad de la historia.

IV. El tiempo del Historiador, tiempo del Sociólogo


Los sociólogos escapan del tiempo de la historia, en cambio el historiador no evade nunca su
tiempo. Para el historiador todo comienza y termina por el tiempo, le apasiona como se entrecruzan
los movimientos y como llega la ruptura, cosas que solo se pueden analizar dentro del tiempo del
historiador, en cambio para el sociólogo, el tiempo es una dimensión particular de una determinada
realidad social, aunque quiera o no, se encierra en la historia de los acontecimientos y en la larga
duración.
La larga duración, pareciera ser la línea más útil para la observación y reflexión, para todas las
ciencias sociales, pero necesario rescatar, que es sólo una posibilidad de análisis, no la única

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