La Nueva Hija de Sión
La Nueva Hija de Sión
La Nueva Hija de Sión
Los tres motivos de la invitación a la alegría -la presencia salvífica de Dios en medio de su
pueblo, la venida del rey mesiánico y la fecundidad gratuita y superabundante- encuentran en
María su plena realización y legitiman el rico significado que la tradición atribuye al saludo
del ángel. Éste, invitándola a dar su asentimiento a la realización de la promesa mesiánica y
anunciándole la altísima dignidad de Madre del Señor, no podía menos de exhortarla a la
alegría. En efecto, como nos recuerda el Concilio: «Con ella, excelsa Hija de Sión, después de
la larga espera de la promesa, se cumple el plazo y se inaugura el nuevo plan de salvación. Es
el momento en que el Hijo de Dios tomó de María la naturaleza humana para librar al hombre
del pecado por medio de los misterios vividos en su carne» (Lumen gentium, 55).
5. En efecto, como nueva hija de Sión, María es particularmente idónea para entrar en la
alianza esponsal con Dios. Ella puede ofrecer al Señor, más y mejor que cualquier miembro
del pueblo elegido, un verdadero corazón de Esposa.
Con María, la hija de Sión ya no es simplemente un sujeto colectivo, sino una persona que
representa a la humanidad y, en el momento de la Anunciación, responde a la propuesta del
amor divino con su amor esponsal. Ella acoge así, de modo muy particular, la alegría
anunciada por los oráculos proféticos, una alegría que aquí, en el cumplimiento del plan
divino, alcanza su cima.
La versión electrónica de este texto ha sido realizada por el Movimiento de Vida Cristiana.
http://catholic-church.org/iglesia/maria/sion2.htm 2/2