Misal, Diciembre, Enero y Febreo 2010 Coregido Dolo Con Lecturas y Oraciones PDF

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ORACIONES DE SIEMPRE.

LA SANTA MISA.
Indudablemente que la cima del culto católico, es LA SANTA MISA y asistir a ella sin recibir la Sagrada
Eucaristía, es como ir a un exquisito banquete y no sentarse a la mesa.
La Sagrada Comunión se distribuye dentro de la celebración de la Santa Misa, la que nos va preparando con sus
lecturas y enseñanzas, a recibir conscientemente a Nuestro Señor Sacramentado.
Así pues, proponernos algunas meditaciones para hacer una Acción de Gracias para después de la Comunión.
ACTOS PARA DESPUES DE LA COMUNION.
Acto de Adoración
Yo te adoro, Dios de Majestad, en este profundo anonadamiento al que estás reducido en medio de mi corazón.
Reconozco que tú eres el soberano Rey del Universo. Reina para siempre en mí.
Acto de Agradecimiento
¿Cómo te daré gracias, mi buen Jesús, por haber muerto por mí y porvenir a diario hoy a mí? yo no soy capaz de
expresarse mi reconocimiento, pero uno mis acciones de gracias a las de las almas fervientes en la tierra y a las
de los bienaventurados en el cielo.
Acto de Ofrecimiento
Salvador del mundo: puesto que tú te has dado enteramente a mí, justo es que yo me dé enteramente a tí y
puesto que lo que ú deseas, es mi corazón, te lo doy entero; te lo consagro y para siempre.
Acto de Petición
Mi buen Jesús: Tú conoces las necesidades de mi alma y has venido a mí para socorrerlas. Ilumina mi espíritu,
fortifica mi voluntad, ayúdame a dominar mis pasiones, a fin de que no viva más que para tí, escucha las
oraciones que te hago por la Iglesia, por mis padres, mis parientes, mis amigos y mis enemigos y por las almas
del Purgatorio.
Acto de Amor
Dios de mi corazón, tú me amas, por indigno que sea de tu amor y quieres que yo te ame y te sirva. Renuncio,
pues, Señor, a todo lo que te desagrada. Quiero amarte y servirte para siempre. Haz que todo cuanto ame, lo
ame en ti.

ACCION DE GRACIAS
Oh Señor y Dios mío . En estos momentos, siendo tú el creador de cielos y tierra, te tengo dentro de mí.
Yo te ADORO con todo mi corazón te reconozco como mi dueño y Señor. Eres el Dios único y poderoso que has
venido a mí en la Hostia Consagrada.
¡GRACIAS, Señor, por tan gran favor! mi corazón se llena de agradecimiento por todas las cosas que me has
dado.
Me diste la vida humana por mis padres y tu misma VIDA DIVINA por el Bautismo.
En cada Sacramento has aumentado tu vida en mí haciéndome santo, como tú eres Santo.
GRACIAS por haber perdonado mis pecados en el sacramento de la reconciliación.
Gracias por haber muerto por mí en la Cruz y por renovar tu sacrificio en cada misa.
Gracias por haber fundado la Iglesia Católica, en la cual he recibido tu Palabra por medio de la Biblia y los
Sacerdotes.
Yo te ALABO, Señor mío Jesucristo, en unión con todos los santos de la Gloria y de los santos de la tierra por tu
gran bondad para nosotros.
Te PIDO, querido Jesús mío, por todas mis necesidades temporales, pero sobre todo que me concedas aquellas
virtudes que necesito para ser santo. Hazme paciente, puro, caritativo, piadoso; dame hambre de tu palabra,
deseos de conocerte mejor.
Concédeme perdonar, como tú me has perdonado. Dame valor para ser testigo tuyo ante los demás. No me
dejes caer en el pecado jamás y al final de mis días, dame una buena muerte y poder gozar en tu compañía en el
cielo por los siglos de los siglos, Amén.

COMUNION ESPIRITUAL EVC


o, digam(Cuando no nos sea posible comulgar Sacramentalmente, postrados frente al Sagrario o a
Nuestro Señor Sacramentado profundamente arrepentidos de nuestros pecados)

¡Divino Redentor de mi alma, Señor mío y Dios mío! Yo creo firmemente por que tú lo dijiste, que estás
realmente presente en la Hostia Consagrada. Mira a tus plantas a un pobre pecador que arrepentido de sus
pecados te pide perdón por haberte ofendido.

1
Te amo y te adoro con toda el alma, y ardientemente deseo recibirte Sacramentado en mi corazón, pero ya que
de esta manera no me es posible hacerlo en estos momentos, tú que eres el Pan Vivo que bajó del cielo para
darnos vida eterna, ven al menos espiritualmente a mi alma que por ti suspira.
El Cuerpo de Nuestro Señor Jesucristo, guarde mi alma para la vida eterna.
¡Gracias, Jesús mío por haber venido a mí!
tú la luz del mundo;
Tú la fuente de agua viva que apaga el ardor de las pasiones;
Tú el Médico Divino que puede sanar todas mis llagas,
Tú mi única esperanza, mi consuelo
mi solo bien, ilumíname, atráeme, protégeme
para que nunca nada ni nadie pueda separarme de tí
que tanto me amas y que anhelas tanto hacerme eternamente feliz. Así sea.

Acto de Contrición
Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío, por ser Tú quien eres y porque
te amo por sobre todas las cosas, me pesa en el alma haberle ofendido y propongo firmemente con tu Gracia
enmendarme y alejarme de las ocasiones de pecar; confesarme y cumplir la penitencia que por mis culpas me
fuera impuesta.
Te ofrezco Señor mi vida, obras y trabajos y cuanto bueno hiciere, en satisfacción de mis pecados y confío en tu
bondad y misericordia infinitas me perdonarás y me darás gracia para perseverar en tu santo servicio hasta el
último día de mi vida. Amén.
Yo Pecador
Yo confieso ante Dios Todopoderoso y ante ustedes hermanos, que he pecado mucho de pensamiento, palabra,
obra y omisión. Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa. Por eso ruego a Santa María, siempre Virgen, a los
Angeles y a los Santos y a ustedes hermanos, que intercedan por mí ante Dios Nuestro Señor. Dios
Todopoderoso, tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleva a la vida eterna, Amén.

Alma de Cristo
Alma de Cristo, santifícame.
Cuerpo de Cristo, sálvame.
Sangre de Cristo, embriágame.
Agua del costado de Cristo, purifícame.
Pasión de Cristo, confórtame.
Oh mi Buen Jesús, óyeme.
Dentro de tus llagas, escóndeme.
No permitas que me aparte de Ti.
Del maligno enemigo, defiéndeme.
En la hora de mi muerte, llámame
Y mándame ir a Tí, para que con tus Santos
te alabe, por los siglos de los siglos. Amén.

Jaculatoria
Te adoramos, ¡Oh Cristo! y te bendecimos,
Por que por tu Santa Cruz, redimiste al mundo y a mí pecador. Amén.

Alabanzas al Santísimo Sacramento.


Bendito sea Dios.
Bendito sea su Santo Nombre.
Bendito sea Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre.
Bendito sea el nombre de Jesús.
Bendito sea su Sacratísimo Corazón.
Bendito sea el Espíritu Santo, Paráclito.
Bendita sea la excelsa Madre de Dios, María Santísima.
Bendita sea su Santa e Inmaculada Concepción.
Bendita sea su gloriosa Asunción.

2
Bendito sea el nombre de María, Virgen y Madre.
Bendito sea San José, su castísimo esposo.
Bendito sea Dios en sus Angeles y en sus Santos.

Ven, Espíritu Santo.


Ven, Espíritu Santo,
llena los corazones de tus fieles
y enciende en ellos el fuego de tu amor.
Envía Señor tu Espíritu y renueva la faz de la tierra.

Oración Vocacional
¡Oh Jesús, Pastor Eterno de las almas! dígnate mirar con ojos de misericordia a esta porción de tu grey amada.
Señor, gemimos en la orfandad. ¡Danos vocaciones!, ¡danos Sacerdotes y religiosos Santos! te lo pedimos por la
lnmaculada Virgen María de Guadalupe, tu Dulce y Santa Madre. ¡Oh Jesús, danos sacerdotes y religiosos
santos según tu Corazón!

El Angelus
El Angel del Señor anunció a María y concibió por obra del Espíritu Santo. Dios te salve María...
He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra. Díos te salva María...
El Verbo se hizo hombre Y habitó entre nosotros. Díos te salva María... Oremos:
Infunde, Señor, Tu Gracia en nuestras almas para que, habiendo conocido por el anuncio del Angel la
encarnación de Tu Hijo, lleguemos, por su Pasión y su Cruz, a la gloria de la Resurrección por Jesucristo,
Nuestro Señor.

!..

Bajo Tu Protección
(la Oración Mariana más antigua de la Iglesia)
Bajo tu protección nos acogemos,Santa Madre de Dios;
no deseches las súplicas
que te dirigimos en nuestras necesidades,
antes bien, líbranos siempre de todo peligro
¡Oh Virgen Gloriosa y Bendita!
.

Santa María de Guadalupe, , ruega por nosotros y conserva nuestra fe.

El Santo Rosario

MISTERIOS DEL ROSARIO

MISTERIOS GOZOSOS (lunes y sábado) MISTERIOS GLORIOSOS (miércoles y domingo)


1. La Encarnación del Hijo de Dios. 1. La Resurrección del Señor.
2. La Visitación de Nuestra Señora a Santa 2. La Ascensión del Señor.
Isabel. 3. La Venida del Espíritu Santo.
3. El Nacimiento del Hijo de Dios. 4. La Asunción de Nuestra Señora a los Cielos.
4. La Purificación de la Virgen Santísima. 5. La Coronación de la Santísima Virgen.
5. La Pérdida del Niño Jesús y su hallazgo en el
templo.
MISTERIOS LUMINOSOS (jueves)
MISTERIOS DOLOROSOS (martes y viernes) 1. El Bautismo de Jesús en el Jordán.
1. La Oración de Nuestro Señor en el Huerto. 2. La Autorrevelación de Jesús en las bodas de Caná.
2. La Flagelación del Señor. 3. El anuncio del Reino de Dios invitando a la

3
3. La Coronación de espinas. conversión.
4. El Camino del Monte Calvario. 4. La Transfiguración.
5. La Crucifixión y Muerte de Nuestro Señor. 5. La institución de la Eucaristía.]

1. Nuevos misterios propuestos por Juan Pablo II a la contemplación de los creyentes en la Carta Apostólica
"Rosarium Virginis Mariae" (16-10-2002.) Se llaman misterios de luz o misterios luminosos porque en su vida
pública Cristo se manifiesta como misterio de luz: "Mientras estoy en el mundo, soy luz del mundo" (Jn 9, 5).
Estos nuevos misterios se rezan el jueves, pasando la segunda contemplación de los misterios gozosos al
sábado
VIRGEN MARÍA
LETANÍAS LAURETANAS

Entre las formas de oración a la Virgen, recomendadas por el Magisterio, están las
Letanías. Consisten en una prolongada serie de invocaciones dirigidas a la Virgen, que,
al sucederse una a otra de manera uniforme, crean un flujo de oración caracterizado por
una insistente alabanza-súplica. Las invocaciones, generalmente muy breves, constan
de dos partes: la primera de alabanza ("Virgo Clemens"), la segunda de súplica ("ora
pro nobis").

-Señor, ten misericordia de nosotros, Se repite


-Cristo, ten misericordia de nosotros,
-Señor, ten misericordia de nosotros,
-Cristo óyenos,
-Cristo escúchanos,

-Dios, Padre celestial, Ten misericordia de nosotros.


-Dios Hijo, Redentor del mundo,
-Dios Espíritu Santo,
-Trinidad santa, un solo Dios,

-Santa María, Ruega por nosotros.


-Santa Madre de Dios,
-Santa Virgen de las vírgenes,
-Madre de Cristo,
- Madre de la Iglesia,
-Madre de la divina gracia,
-Madre purísima,
-Madre castísima,
-Madre virginal,
-Madre sin mancha de pecado,
-Madre inmaculada,
-Madre amable,
-Madre admirable,
-Madre del buen consejo,
-Madre del Creador,
-Madre del Salvador,
-Virgen prudentísima,
-Virgen digna de veneración,
-Virgen digna de alabanza,
-Virgen poderosa,
-Virgen clemente,

4
-Virgen fiel,
-Espejo de justicia,
-Trono de sabiduría,
-Causa de nuestra alegría,
-Vaso espiritual,
-Vaso digno de honor,
-Vaso insigne de devoción,
-Rosa mística,
-Torre de David,
-Torre de marfil,
-Casa de oro,
-Arca de la Alianza,
-Puerta del cielo,
-Estrella de la mañana,
-Salud de los enfermos,
-Refugio de los pecadores,
-Consuelo de los afligidos,
-Auxilio de los cristianos,
-Reina de los ángeles,
-Reina de los patriarcas,
-Reina de los profetas,
-Reina de los apóstoles,
-Reina de los mártires,
-Reina de los que confiesan su fe,
-Reina de las vírgenes,
-Reina de los santos,
-Reina concebida sin pecado original,
-Reina asunta al cielo,
-Reina del Santísimo Rosario,
-Reina de la familia,
-Reina de la paz,

-Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, Perdónanos, Señor.

-Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, Escúchanos Señor.

-Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, Ten misericordia de nosotros.

-Jesús, óyenos. Se repite


-Jesús, escúchanos

Bajo tu protección. Nos acogemos bajo tu protección, Santa Madre de Dios: no desprecies las súplicas que te dirigimos
en nuestra necesidad, antes bien, sálvanos siempre de de todos los peligros Virgen gloriosa y bendita.
V. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios R. Para que seamos dignos de alcanzar la promesas de nuestro Señor
Jesucristo. Oración. Te pedimos, Señor, que nosotros, tus siervos, gocemos siempre de salud de alma y cuerpo; y por la
intercesión de Santa María, la Virgen, líbranos de las tristezas de este mundo y concédenos las alegrías del cielo. Por
Jesucristo nuestro Señor. Amén.

1. El Papa León XIII prescribió finalizar el rezo del rosario durante el mes de octubre con las letanías. Ello ha inducido a
considerar de forma errónea a las letanías como una parte o apéndice del rosario (Cfr. el documento "Directorio sobre la
Piedad Popular y la Liturgia", II, 5, nº 203). En realidad las letanías lauretanas constituyen una oración en si mismas cuyo
origen se suele situar hacia el año 1500 en el santuario Loreto (de ahí su nombre de "lauretanas"). A lo largo de los siglos
han sido muy apreciadas y recomendadas por los Papas.

5
Martes Diciembre 1
Feria de Adviento: martes de la 1a. semana
Antífona de Entrada Vendrá el Señor, mi Dios, y con él, todos sus santos; y brillará en aquel día una gran
luz.
Oración Colecta Oremos:
Señor, Dios nuestro acoge favorablemente nuestras súplicas y concédenos tu
ayuda en las tribulaciones para que, reanimados con la venida de tu Hijo, ya cercana, no volvamos a
mancharnos con el pecado. Por nuestro Señor Jesucristo... Amén.

Primera Lectura Lectura del libro del profeta Isaías (11, 1-10)
En aquel día brotará un renuevo del tronco de Jesé, un vástago florecerá de su raíz.
Sobre él se posará el espíritu del Señor, espíritu de sabiduría e inteligencia, espíritu de
consejo y fortaleza, espíritu de piedad y temor de Dios.
No juzgará por apariencias, ni sentenciará de oídas; defenderá con justicia al desamparado
y con equidad dará sentencia al pobre; herirá al violento con el látigo de su boca, con el soplo
de sus labios matará al impío.
Será la justicia su ceñidor, la fidelidad apretará su cintura. Habitará el lobo con el
cordero, la pantera se echará con el cabrito, el novillo y el león pacerán juntos y un muchachito
los apacentará. La vaca pastará con la osa y sus crías vivirán juntas. El león comerá paja
con el buey. El niño jugará sobre el agujero de la víbora; la creatura meterá la mano en el escondrijo de la
serpiente. No harán daño ni estrago por todo mi monte santo, porque así como
las aguas colman el mar, así está lleno el país de la ciencia del Señor.
Aquel día la raíz de Jesé se alzará como bandera de los pueblos, la buscarán
todas las naciones y serágloriosa su morada. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 71


R/Ven, Señor, rey de paz y de justicia.
Comunica, Señor, al rey tu juicio y tu justicia, al que es hijo de reyes; así tu siervo saldrá en
defensa de tus pobres y regirá a tu pueblo justamente. /R-Ven, Señor, rey de paz y de justicia.
Florecerá en sus días la justicia y reinará la paz, era tras era. De mar a mar se extenderá
su reino y de un extremo al otro de la tierra./ R-Ven, Señor, rey de paz y de justicia.
Al débil librará del poderoso y ayudará al que se encuentra sin amparo; se apiadará del
desvalido y pobre y salvará la vida al desdichado.R/ Ven, Señor, rey de paz y de justicia.
Que bendigan al Señor eternamente y tanto como el sol, viva su nombre. Que sea la
bendición del mundo entero y lo aclamen dichoso las naciones. R/ Ven, Señor, rey de paz y de justicia.

Aclamación antes del Evangelio Aleluya, aleluya.


Ya viene el Señor, nuestro Dios, con todo su poder para iluminar los ojos de sus hijos. Aleluya.
Evangelio † Lectura del santo Evangelio según san Lucas (10, 21-24)R/ Gloria a ti, Señor.
En aquella misma hora Jesús se llenó de júbilo en el Espíritu Santo y exclamó: “¡Te doy gracias, Padre, Señor
del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y a los entendidos, y las
has revelado a la gente sencilla! ¡Gracias, Padre, porque así te ha parecido bien! Todo me lo ha entregado mi
Padre y nadie conoce quién es el Hijo, sino el Padre; ni quién es el Padre, sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se
lo quiera revelar”. Volviéndose a sus discípulos, les dijo aparte: “Dichosos los ojos que ven lo que ustedes ven.
Porque yo les digo que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que ustedes ven y no lo vieron, y oír lo que
ustedes oyen y no lo oyeron”. Palabra del Señor. R/ Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas


Que te sean agradables, Señor, nuestras humildes ofrendas y oraciones y que tu misericordia supla
la extrema pobreza de nuestros méritos. Por Jesucristo, nuestro Señor.R/ Amén.
Antífona de la Comunión / El Señor, justo juez, dará la corona merecida, a todos los que esperan con amor su
venida gloriosa.

Oración después de la Comunión - Oremos:


Como fruto de nuestra participación en este sacramento de vida eterna, enséñanos, Señor, a no
sobrevalorar las cosas terrenales y a estimar las del cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

6
Miércoles Diciembre 2
El Señor es mi pastor, nada me falta
Feria de Adviento: miércoles de la 1a. semana
Antífona de Entrada
Ven, Señor, y no tardes, ilumínalos secretos de las tinieblas y manifiéstate a todas las naciones.
Oración Colecta Oremos:
Que tu gracia, Señor, prepare nuestros corazones para que, cuando venga tu Hijo Jesucristo, nos
encuentre dignos de sentarnos a su mesa y de recibir de sus propias manos el pan del cielo.
Por nuestro Señor Jesucristo… Amén.

Primera Lectura Lectura del libro del profeta Isaías (25, 6-10)
En aquel día, el Señor del universo preparará sobre este monte un festín con platillos suculentos para todos los
pueblos; un banquete con vinos exquisitos, y manjares sustanciosos. El arrancará en este monte el velo que
cubre el rostro de todos los pueblos, el paño que oscurece a todas las naciones. Destruirá la muerte
para siempre; el Señor Dios enjugará las lágrimas de todos los rostros y borrará de toda la
tierra la afrenta de su pueblo. Así lo ha dicho el Señor. En aquel día se dirá: “Aquí está nuestro Dios, de quien
esperábamos que nos salvara; alegrémonos y gocemos con la salvación que nos trae, porque la
mano del Señor reposará en este monte”. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 22


Habitaré en la casa del Señor toda la vida.
El Señor es mi pastor, nada me falta; en verdes praderas me hace reposar y hacia fuentes
tranquilas me conduce para reparar mis fuerzas R / Habitaré en la casa del Señor toda la vida.
Por ser un Dios fiel a sus promesas, me guía por el sendero recto; así, aunque camine por cañadas oscuras,
nada temo, porque tú estás conmigo. Tu vara y tu cayado me dan seguridad. R/
Habitaré en la casa del Señor toda la vida.
Tú mismo me preparas la mesa, a despecho de mis adversarios; me unges la cabeza con perfume y llenas mi
copa hasta los bordes. R/ Habitaré en la casa del Señor toda la vida.
Tu bondad y tu misericordia me acompañarán todos los días de mi vida; y viviré en la casa del
Señor por años sin término.R/ Habitaré en la casa del Señor toda la vida.

Aclamación antes del Evangelio


Aleluya, aleluya. Ya viene el Señor para salvar a su pueblo. Dichosos los que estén preparados para salir a su
encuentro. Aleluya.
Evangelio † Lectura del santo Evangelio según san Mateo (15, 29-37) R/ Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, llegó Jesús a la orilla del mar de Galilea, subió al monte y se sentó. Acudió a él mucha gente,
que llevaba consigo tullidos, ciegos, lisiados, sordomudos y muchos otros enfermos. Los tendieron a sus pies y él
los curó. La gente se llenó de admiración, al ver que los lisiados estaban curados, que los ciegos veían, que los
mudos hablaban y los tullidos caminaban; por lo que glorificaron al Dios de Israel.
Jesús llamó a sus discípulos y les dijo: “Me da lástima esta gente, porque llevan ya tres días conmigo y no tienen
qué comer. No quiero despedirlos en ayunas, porque pueden desmayarse en el camino”.
Los discípulos le preguntaron: “¿Dónde vamos a conseguir, en este lugar despoblado, panes suficientes para
saciar a tal muchedumbre?” Jesús les preguntó: “¿Cuántos panes tienen?” Ellos contestaron: “Siete, y unos
cuantos pescados”. Después de ordenar a la gente que se sentara en el suelo, Jesús tomó los siete panes y los
pescados, y habiendo dado gracias a Dios, los partió y los fue entregando a los discípulos, y los discípulos a la
gente. Todos comieron hasta saciarse, y llenaron siete canastos con los pedazos que habían sobrado. Palabra
del Señor.R / Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas


Te pedimos, Señor, que este sacrificio, signo de nuestra total entrega a ti, te sea ofrecido siempre, para
que realice la intención que tuviste al instituir este sacramento, y lleve a cabo plenamente en
nosotros tu salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Oración después de la Comunión


Oremos: Que esta Eucaristía nos purifique, Señor, de toda mancha y nos prepare así a celebrar
dignamente la Navidad ya próxima. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

7
Jueves Diciembre 3
Memoria- Francisco Javier Presbitero

Antífona de Entrada
Estos son los hombres santos amigos de Dios, insignes predicadores del Evangelio.
Oración Colecta Oremos:
Dios nuestro, que por medio de la predicación de san Francisco Javier quisiste iluminar con tu Evangelio
a los pueblos de oriente, concédenos a todos los cristianos un gran entusiasmo
por darte a conocer, a fin de que tu Iglesia pueda llevar a todos los hombres tu mensaje
de salvación. Por nuestro Señor Jesucristo.R/ Amén.

Primera Lectura
Lectura del libro del profeta Isaías (26, 1-6)
Aquel día se cantará este canto en el país de Judá: “Tenemos una ciudad fuerte; ha puesto el Señor, para
salvarla, murallas y baluartes. Abran las puertas para que entre el pueblo justo, el que se mantiene
fiel, el de ánimo firme para conservar la paz, porque en ti confió. Confíen siempre en el Señor, porque el Señor
es nuestra fortaleza para siempre; porque él doblegó a los que habitaban en la altura; a la ciudad excelsa la
humilló, la humilló hasta el suelo, la arrojó hasta el polvo donde la pisan los pies, los pies de los humildes, los
pasos de los pobres”. Palabra de Dios. R/ Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 117


R/ Bendito el que viene en el nombre del Señor.
Te damos gracias, Señor, porque eres bueno, porque tu misericordia es eterna. Más vale refugiarse
en el Señor, que poner en los hombres la confianza; más vale refugiarse en el Señor, que buscar con los fuertes
una alianza. R / Bendito el que viene en el nombre del Señor.
Abranme las puertas del templo, que quiero entrar a dar gracias a Dios. Esta es la puerta del Señor
y por ella entrarán los que le viven fieles. Te doy gracias, Señor, pues me escuchaste y fuiste para mí la
salvación.R / Bendito el que viene en el nombre del Señor.
Libéranos, Señor, y danos tu victoria. Bendito el que viene en nombre del Señor. Que Dios desde su templo
nos bendiga. Que el Señor, nuestro Dios, nos ilumine.R / Bendito el que viene en el nombre del Señor.

Aclamación antes del Evangelio


Aleluya, aleluya. Busquen al Señor mientras lo pueden encontrar, invóquenlo mientras está cerca.
Aleluya.
Evangelio † Lectura del santo Evangelio según san Mateo (7, 21. 24-27) R/ Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “No todo el que me diga ‘¡Señor, Señor!’, entrará en el Reino de los
cielos, sino el que cumpla la voluntad de mi Padre, que está en los cielos. El que escucha estas
palabras mías y las pone en práctica, se parece a un hombre prudente, que edificó su casa sobre roca. Vino la
lluvia, bajaron las crecientes, se desataron los vientos y dieron contra aquella casa; pero no se
cayó, porque estaba construida sobre roca. El que escucha estas palabras mías y no las pone en práctica, se
parece a un hombre imprudente, que edificó su casa sobre arena. Vino la lluvia, bajaron las crecientes,
se desataron los vientos, dieron contra aquella casa y la arrasaron completamente”. Palabra del Señor.
R / Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas


Que este sacrificio que vamos a ofrecerte en memoria de san Francisco Javier, nos infunda, Señor, su
espíritu de apóstol, y nos ayude a conducir a ti, mediante el testimonio de nuestra propia vida, a quienes
viven lejos de tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.R / Amén.
Oración después de la Comunión
Oremos: Que esta sagrada Eucaristía que hemos celebrado, encienda, Señor, en nosotros, el amor por
Cristo y por las almas para que, a ejemplo de san Francisco Javier, podamos vivir uténticamente nuestra
vocación cristiana. Por Jesucristo, nuestro Señor.R / Amén.

8
Viernes Diciembre 4

Feria de Adviento: viernes de la 1a. semana o memoria libre de san Juan Damasceno, presbítero y doctor
Antífona de Entrada
He aquí que el Señor vendrá con esplendor a visitar a su pueblo, para traerle la paz y la vida eterna.

Oración Colecta
Oremos: Muestra, Señor, tu poder y ven a nosotros, para que nos protejas y nos salves de los
peligros que nos amenazan a causa de nuestros pecados. Tú que vives y reinas con el Padre
en la unidad del Espíritu Santo y eres Dios por los siglos de los siglos.R / Amén.

Primera Lectura
Lectura del libro del profeta Isaías (29, 17-24)
Esto dice el Señor: “¿Acaso no está el Líbano a punto de convertirse en un vergel y el vergel en un bosque?
Aquel día los sordos oirán las palabras de un libro; los ojos de los ciegos verán sin tinieblas
ni oscuridad; los oprimidos volverán a alegrarse en el Señor y los pobres se gozarán en el Santo de Israel;
porque ya no habrá opresores y los altaneros habrán sido exterminados. Serán aniquilados los que traman
iniquidades, los que con sus palabras echan la culpa a los demás, los que tratan de enredar a los jueces y sin
razón alguna hunden al justo”. Esto dice a la casa de Jacob el Señor que rescató a Abraham: “Ya no se
avergonzará Jacob, ya no se demudará su rostro, porque al ver mis acciones en medio de los suyos, santificará
mi nombre, santificará al Santo de Jacob y temerá al Dios de Israel. Los extraviados de espíritu entrarán en
razón y los inconformes aceptarán la enseñanza”. Palabra de Dios.R / Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 26


R / El Señor es mi luzy mi salvación.
El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién voy a tenerle miedo? El Señor es la defensa de mi vida, ¿quién podrá
hacerme temblar? R/ El Señor es mi luz y mi salvación.
Lo único que pido, lo único que busco es vivir en la casa del Señor toda mi vida, para disfrutar las bondades del
Señor y estar continuamente en su presencia.R / El Señor es mi luz y mi salvación.
La bondad del Señor espero ver en esta misma vida. Ármate de valor y fortaleza y en el Señor
confía.R / El Señor es mi luz y mi salvación.

Aclamación antes del Evangelio


Aleluya, aleluya. Ya viene el Señor, nuestro Dios, con todo su poder para iluminar los ojos de sus hijos.
Aleluya.
Evangelio † Lectura del santo Evangelio según san Mateo (9, 27-31) R / Gloria a ti, Señor.
Cuando Jesús salía de Cafarnaúm, lo siguieron dos ciegos, que gritaban: “¡Hijo de David, compadécete de
nosotros!” Al entrar Jesús en la casa, se le acercaron los ciegos y Jesús les preguntó: “¿Creen que puedo
hacerlo?” Ellos le contestaron: “Sí, Señor”. Entonces les tocó los ojos, diciendo: “Que se haga en ustedes
conforme a su fe”. Y se les abrieron los ojos. Jesús les advirtió severamente: “Que nadie lo sepa”. Pero ellos, al
salir, divulgaron su fama por toda la región. Palabra del Señor. R / Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración
sobre las Ofrendas
Que te sean agradables, Señor, nuestras humildes ofrendas y oraciones, y que tu misericordia supla la
extrema pobreza de nuestros méritos. Por Jesucristo, nuestro Señor. R / Amén.
después de la Comunión
Oremos: Como fruto de nuestra participación en este sacramento de vida eterna, enséñanos, Señor, a no
sobrevalorar las cosas terrenales y a estimar las del cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor. R/
Amén.

9
Sabado Diciembre 5
Feria de Adviento: sábado de la 1a. Semana

Antífona de Entrada
Ven, Señor, muéstranos tu rostro y nos salvaremos.
Oración Colecta
Oremos: Tú que para librarnos del pecado enviaste a este mundo a tu Hijo unigénito,
concédenos, Señor, a cuantos esperamos sinceramente su venida, la gracia de tu
misericordia y el don de la verdadera libertad. Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.
Primera Lectura
Lectura del libro del profeta Isaías (30, 19-21. 23-26)
Esto dice el Señor Dios de Israel: “Pueblo de Sión, que habitas en Jerusalén, ya no volverás a llorar. El Señor
misericordioso, al oír tus gemidos, se apiadará de ti y te responderá, apenas te oiga. Aunque te dé el pan de las
adversidades y el agua de la congoja, ya no se esconderá el que te instruye; tus ojos lo verán.
Con tus oídos oirás detrás de ti una voz que te dirá: ‘Este es el camino. Síguelo sin desviarte, ni a la derecha, ni
a la izquierda’. El Señor mandará su lluvia para la semilla que siembres y el pan que producirá la tierra será
abundante y sustancioso. Aquel día, tus ganados pastarán en dilatadas praderas. Los bueyes
y los burros que trabajan el campo, comerán forraje sabroso, aventado con pala y bieldo. En todo monte elevado
y toda colina alta, habrá arroyos y corrientes de agua el día de la gran matanza, cuando se errumben las torres.
El día en que el Señor vende las heridas de su pueblo y le sane las llagas de sus golpes, la luz de la luna será
como la luz del sol; será siete veces mayor, como si fueran siete días en uno”.
Palabra de Dios. R/ Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial Salmo 146
R / Alabemos al Señor, nuestro Dios.
Alabemos al Señor, nuestro Dios, porque es hermoso y justo el alabarlo. El Señor ha reconstruido a Jerusalén y
a los dispersos de Israel los ha reunido.R / Alabemos al Señor, nuestro Dios.
El Señor sana los corazones quebrantados y venda las heridas, tiende su mano a los humildes y humilla
hasta el polvo a los malvados.R / Alabemos al Señor, nuestro Dios.
El puede contar el número de estrellas y llama a cada una por su nombre. Grande es nuestro Dios, todo lo
puede; su sabiduría no tiene límites.R / Alabemos al Señor, nuestro Dios.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya. El Señor es nuestro juez, nuestro legislador y nuestro rey; él vendrá a salvarnos.
Aleluya.
Evangelio † Lectura del santo Evangelio según san Mateo (9, 35—10, 1. 6-8)R/ Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús recorría todas las ciudades y los pueblos, enseñando en las sinagogas, predicando
el Evangelio del Reino y curando toda enfermedad y dolencia. Al ver a las multitudes, se compadecía de llas,
porque estaban extenuadas y desamparadas, como ovejas sin pastor. Entonces dijo a sus
discípulos: “La cosecha es mucha y los trabajadores, pocos. Rueguen, por tanto, al dueño de
la mies que envíe trabajadores a sus campos”. Después, llamando a sus doce discípulos, les dio
poder para expulsar a los espíritus impuros y curar toda clase de enfermedades y dolencias. Les dijo: “Vayan en
busca de las ovejas perdidas de la casa de Israel. Vayan y proclamen por el camino que
ya se acerca el Reino de los cielos. Curen a los leprosos y demás enfermos; resuciten a los muertos y echen
fuera a los demonios. Gratuitamente han recibido este poder; ejérzanlo, pues, gratuitamente”.
Palabra del Señor. R / Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración
sobre las Ofrendas
Te pedimos Señor, que este sacrificio, signo de nuestra total entrega a ti, te sea ofrecido siempre
para que realice la intención que tuviste al instituir este sacramento, y lleve a cabo plenamente en
nosotros tu salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor. R /Amén.

después de la Comunión
Oremos: Que esta Eucaristía nos purifique, Señor, de toda mancha y nos prepare así a celebrar
dignamente la Navidad ya próxima. Por Jesucristo, nuestro Señor. R / Amén.

10
Domingo Diciembre 6
Segundo Domingo de Adviento

Antífona de Entrada
Pueblo de Sión, mira que el Señor va a venir para salvar a todos los hombres y dejará oír la
majestad de su voz para alegría de vuestro corazón. No se dice Gloria.

Oración Colecta
Oremos: Que nuestras responsabilidades terrenas no nos impidan, Señor, prepararnos a la venida de tu
Hijo, y que la sabiduría que viene del cielo, nos disponga a recibirlo y a participar de su
propia vida. Por nuestro Señor Jesucristo... Amén.

Primera Lectura
Lectura del libro del profeta Baruc (5, 1-9)
Jerusalén, despójate de tus vestidos de luto y aflicción, y vístete para siempre con el esplendor de la gloria que
Dios te da; envuélvete en el manto de la justicia de Dios y adorna tu cabeza con la diadema de la gloria del
Eterno, porque Dios mostrará tu grandeza a cuantos viven bajo el cielo. Dios te dará un nombre para siempre:
“Paz en la justicia y gloria en la piedad”. Ponte de pie, Jerusalén, sube a la altura, levanta los ojos y contempla a
tus hijos, reunidos de oriente y de occidente, a la voz del espíritu, gozosos porque Dios se acordó de ellos.
Salieron a pie, llevados por los enemigos; pero Dios te los devuelve llenos de gloria, como príncipes reales. Dios
ha ordenado que se abajen todas las montañas y todas las colinas, que se rellenen
todos los valles hasta aplanar la tierra, para que Israel camine seguro bajo la gloria de Dios. Los bosques y los
árboles fragantes le darán sombra por orden de Dios. Porque el Señor guiará a Israel en medio de la
alegría y a la luz de su gloria, escoltándolo con su misericordia y su justicia. Palabra de Dios.R /Te alabamos,
Señor.

Salmo Responsorial Salmo 125


R / Grandes cosas has hecho por nosotros, Señor.
Cuando el Señor nos hizo volver del cautiverio, creíamos soñar; entonces no cesaba de reír nuestra boca, ni se
cansaba entonces la lengua de cantar. R /Grandes cosas has hecho por nosotros, Señor.
Aun los mismos paganos con asombro decían: “¡Grandes cosas ha hecho por ellos el Señor!” Y estábamos
alegres, pues ha hecho grandes cosas por su pueblo el Señor.R / Grandes cosas has hecho por nosotros,
Señor.
Como cambian los ríos la suerte del desierto, cambia también ahora nuestra suerte, Señor, y entre gritos de
júbilo cosecharán aquellos que siembran con dolor.R Grandes cosas has hecho por nosotros, Señor.
Al ir, iban llorando, cargando la semilla; al regresar, cantando vendrán con sus gavillas. R /Grandes cosas has
hecho por nosotros, Señor.

Segunda Lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los filipenses (1, 4-6. 8-11)
Hermanos: Cada vez que me acuerdo de ustedes, le doy gracias a mi Dios, y siempre que pido por ustedes, lo
hago con gran alegría, porque han colaborado conmigo en la causa del Evangelio, desde el primer día hasta
ahora. Estoy convencido de que aquel que comenzó en ustedes esta obra, la irá perfeccionando siempre hasta el
día de la venida de Cristo Jesús. Dios es testigo de cuánto los amo a todos ustedes con el amor entrañable con
que los ama Cristo Jesús. Y esta es mi oración por ustedes: Que su amor siga creciendo más y más y se
traduzca en un mayor conocimiento y sensibilidad espiritual. Así podrán escoger siempre lo mejor y llegarán
limpios e irreprochables al día de la venida de Cristo, llenos de los frutos de la justicia, que nos viene de Cristo
Jesús, para gloria y alabanza de Dios. Palabra de Dios.
R /Te alabamos, Señor.

11
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Preparen el camino del Señor, hagan rectos sus senderos, y todos los hombres verán al Salvador.
Aleluya.

Evangelio † Lectura del santo Evangelio según san Lucas (3, 1-6)R /Gloria a ti, Señor.

En el año décimo quinto del reinado de César Tiberio, siendo Poncio Pilato procurador de Judea; Herodes,
tetrarca de Galilea; su hermano Filipo, tetrarca de las regiones de Iturea y Traconítide; y Lisanias, tetrarca
de Abilene; bajo el pontificado de los sumos sacerdotes Anás y Caifás, vino la palabra de Dios en el desierto
sobre Juan, hijo de Zacarías. Entonces comenzó a recorrer toda la comarca del Jordán,
predicando un bautismo de penitencia para el perdón de los pecados, como está escrito en el libro de las
predicciones del profeta Isaías: Ha resonado una voz en el desierto: Preparen el camino del Señor, hagan rectos
sus senderos. Todo valle será rellenado, toda montaña y colina, rebajada; lo tortuoso se hará derecho, los
caminos ásperos serán allanados y todos los hombres verán la salvación de Dios.
Palabra del Señor. R/ Gloria a ti, Señor Jesús.

Se dice Credo.....

Oración de los Fieles


Celebrante:
Con gozo por la cercanía de Dios, despojémonos de cuanto nos esclaviza y aleja de Él, y pidámosle que
nos ayude a preparar la llegada del Mesías Salvador a nuestras vidas. Digamos con su Iglesia
y en nombre de todos los hombres: R / Ven, Señor, no tardes.

Para que en la Iglesia todos los hombres podamos reconocer el rostro de Dios, que sale a nuestro ncuentro con
una oferta incondicional de salvación y libertad, y que nos ama con amor y ternura de Padre.
Oremos al Señor. R / Ven, Señor, no tardes.
Para que el Espíritu del Salvador que viene a traernos la verdadera paz, la derrame en los corazones y pueblos
que viven la angustia del sin sentido, la guerra, el odio o la desesperación. Oremos al Señor.
R / Ven, Señor, no tardes.
Para que todos los cristianos trabajemos con alegría en la construcción de una sociedad más solidaria y
equitativa, seguros de que el Señor, que es grande con nosotros, dará el ciento por uno a nuestros esfuerzos y
trabajos. Oremos al Señor. R / Ven, Señor, no tardes.
Para que, a cuantos no han recibido aún el mensaje del Evangelio, se les anuncie la llegada del Señor, y
descubran a Jesucristo como Dios y Señor de sus vidas. Oremos al Señor.R/ Ven, Señor, no tardes.
Para que a todos los enfermos, los que están solos, los que se sienten tristes, los que son víctimas del vicio
y del pecado, encuentren en los cristianos la prueba del amor de Dios que les tiende una mano. Oremos al
Señor. R / Ven, Señor, no tardes.
Para que la salvación de Dios se manifieste, por los méritos de esta Eucaristía, a todos los hombres, y para
que acogiéndole vivan como hijos de la luz. Oremos al Señor.R / Ven, Señor, no tardes.
Celebrante:
Escúchanos, Señor, que confiamos en ti, agranda nuestra capacidad de entrega y amor para
colaborar eficazmente en el anuncio de tu Evangelio, y para preparar los corazones a la conversión a Ti.
Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Oración
sobre las Ofrendas
Que te sean agradables, Señor, nuestras humildes ofrendas y oraciones, y que tu misericordia supla
la extrema pobreza de nuestros méritos. Por Jesucristo, nuestro Señor. R / Amén.
.Oración
después de la Comunión
Oremos: Como fruto de nuestra participación en este sacramento de vida eterna, enséñanos, Señor, a no
sobrevalorar las cosas terrenales y a estimar las del cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor. R/ Amén.

12
Lunes Diciembre 7
Memoria de san Ambrosio Obispo y doctor de la Iglesia
Antífona de Entrada Cuidaré de mis ovejas, dice el Señor, y les buscaré un pastor que las apaciente, y yo, el
Señor, seré su Dios.
Oración Colecta Oremos: Señor, tú que hiciste del obispo san Ambrosio un insigne maestro de la fe
católica y un valeroso sucesor de los Apóstoles, haz surgir en tu Iglesia pastores según tu corazón, que
conduzcan a tu pueblo con valor y sabiduría. Por nuestro Señor Jesucristo… Amén.
Primera Lectura
Lectura del libro del profeta Isaías (35, 1-10)
Esto dice el Señor: “Regocíjate, yermo sediento. Que se alegre el desierto y se cubra de flores, que florezca
omo un campo de lirios, que se alegre y dé gritos de júbilo, porque le será dada la gloria del Líbano, el esplendor
del Carmelo y del Sarón. Ellos verán la gloria del Señor, el esplendor de nuestro Dios. Fortalezcan las manos
cansadas, afiancen las rodillas vacilantes. Digan a los de corazón apocado:
‘¡Animo! No teman. He aquí que su Dios, vengador y justiciero, viene ya para salvarlos’. Se iluminarán entonces
los ojos de los ciegos y los oídos de los sordos se abrirán. Saltará como un venado el cojo y la
lengua del mudo cantará. Brotarán aguas en el desierto y correrán torrentes en la estepa. El páramo se
convertirá en estanque y la tierra sedienta, en manantial. En la guarida donde moran los chacales, erdearán la
caña y el papiro. Habrá allí una calzada ancha, que se llamará ‘Camino Santo’; los impuros no la transitarán, ni
los necios vagarán por ella. No habrá por ahí leones ni se acercarán las fieras. Por ella caminarán los redimidos.
Volverán a casa los rescatados por el Señor, vendrán a Sión con cánticos de júbilo, coronados de perpetua
alegría; serán su escolta el gozo y la dicha, porque la pena y la aflicción
habrán terminado”. Palabra de Dios. R/ Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial Salmo 84
R /Nuestro Dios viene a salvarnos.
Escucharé las palabras del Señor, palabras de paz para su pueblo santo. Está ya cerca nuestra salvación y la
gloria del Señor habitará en la tierra.R/ Nuestro Dios viene a salvarnos.
La misericordia y la verdad se encontraron, la justicia y la paz se besaron, la fidelidad brotó en la tierra y la
justicia vino del cielo. R / Nuestro Dios viene a salvarnos.
Cuando el Señor nos muestre su bondad, nuestra tierra producirá su fruto. La justicia le abrirá camino al Señor e
irá siguiendo sus pisadas.R/ Nuestro Dios viene a salvarnos.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Ya viene el rey, el Señor de la tierra; él nos librará de nuestra esclavitud. Aleluya.
Evangelio † Lectura del santo Evangelio según san Lucas (5, 17-26)R/ Gloria a ti, Señor.
Un día Jesús estaba enseñando y estaban también sentados ahí algunos fariseos y doctores de la ley, venidos
de todas las aldeas de Galilea, de Judea y de Jerusalén. El poder del Señor estaba con él para que hiciera
curaciones. Llegaron unos hombres que traían en una camilla a un paralítico y trataban de entrar, para colocarlo
delante de él; pero como no encontraban por dónde meterlo a causa de la muchedumbre, subieron al techo y por
entre las tejas lo descolgaron en la camilla y se lo pusieron delante a Jesús. Cuando
él vio la fe de aquellos hombres dijo al paralítico: “Amigo mío, se te perdonan tus pecados”. Entonces los
escribas y fariseos comenzaron a pensar: “¿Quién es este individuo que así blasfema? ¿Quién, sino
sólo Dios, puede perdonar los pecados?” Jesús, conociendo sus pensamientos, les replicó: “¿Qué están
pensando? ¿Qué es más fácil decir: ‘Se te perdonan tus pecados’ o ‘Levántate y anda’? Pues para que vean que
el Hijo del hombre tiene poder en la tierra para perdonar los pecados -dijo entonces al paralítico-: Yo te lo mando:
levántate, toma tu camilla y vete a tu casa”. El paralítico se levantó inmediatamente, en presencia de todos, tomó
la camilla donde había estado tendido y se fue a su casa glorificando a Dios.
Todos quedaron atónitos y daban gloria a Dios, y llenos de temor, decían: “Hoy hemos visto
maravillas”. Palabra del Señor. R/ Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Acepta, Señor, los dones que tu Iglesia te ofrece y haz que tu Espíritu Santo nos ilumine, para que
podamos celebrar esta Eucaristía con la misma fe que infundió en san Ambrosio, para predicar sin
descanso el Evangelio. Por Jesucristo, nuestro Señor. R/ Amén.
Oración después de la Comunión
Oremos: Tú que nos has reconfortado con este sacramento, haz, Señor, que a imitación de san
Ambrosio, cumplamos con valor tu voluntad y podamos alcanzar la vida eterna. Por Jesucristo, nuestro
Señor. R/ Amén.

13
Martes Diciembre 8

Inmaculada Concepción de Santa María Virgen


Solemnidad
Antífona de Entrada

Con gozo intenso me gozaré en el Señor y en mi Dios se alegrará mi alma, pues me ha vestido una túnica de
salvación y me ha cubierto con un manto de inocencia, como la novia se enjoya para su boda.

Se dice Gloria.

Oración Colecta
Oremos: Dios todopoderoso, que por la inmaculada concepción de la Virgen María preparaste
una morada digna para tu Hijo y, en atención a los méritos de la muerte redentora de Cristo, la
preservaste de toda mancha de pecado, concédenos, por su maternal intercesión, vivir en tu
presencia sin pecado. Por nuestro Señor Jesucristo… Amén.

Primera Lectura
Lectura del libro del Génesis (3, 9-15. 20)
Después de que el hombre y la mujer comieron del fruto del árbol prohibido, el Señor Dios llamó al hombre y le
preguntó: “¿Dónde estás?” Este le respondió: “Oí tus pasos en el jardín; y tuve miedo, porque estoy esnudo, y
me escondí”. Entonces le dijo Dios: “¿Y quien te ha dicho que estabas desnudo? ¿Has comido acaso del árbol
del que te prohibí comer?” Respondió Adán: “La mujer que me diste por compañera me ofreció del fruto del árbol
y comí”. El Señor Dios dijo a la mujer: “¿Por qué has hecho esto?” Repuso
la mujer: “La serpiente me engañó y comí” Entonces dijo el Señor Dios a la serpiente: “Porque has hecho
esto, serás maldita entre todos los animales y entre todas las bestias salvajes. Te arrastrarás sobre tu vientre y
comerás polvo todos los días de tu vida. Pondré enemistad entre ti y la mujer, entre tu escendencia y la suya; y
su descendencia te aplastará la cabeza, mientras tú tratarás de morder
su talón”. El hombre le puso a su mujer el nombre de “Eva”, porque ella fue la madre de todos los
vivientes. Palabra de Dios. R/ Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 97


R/ Cantemos al Señor un canto nuevo, pues ha hecho maravillas.
Cantemos al Señor un canto nuevo, pues ha hecho maravillas. Su diestra y su santo brazo le han dado la
victoria.R/ Cantemos al Señor un canto nuevo, pues ha hecho maravillas.
El Señor ha dado a conocer su victoria y ha revelado a las naciones su justicia. Una vez más ha demostrado
Dios su amor y su lealtad hacia Israel. R/ Cantemos al Señor un canto nuevo,
pues ha hecho maravillas.
La tierra entera ha contemplado la victoria de nuestro Dios. Que todos los pueblos y naciones aclamen con
júbilo al Señor.R/ Cantemos al Señor un canto nuevo, pues ha hecho maravillas.

Segunda Lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los efesios (1, 3-6. 11-12)
Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en él con toda clase de bienes
espirituales y celestiales. El nos eligió en Cristo, antes de crear el mundo, para que fuéramos santos e
irreprochables a sus ojos, por el amor, y determinó, porque así lo quiso, que, por medio de Jesucristo, uéramos
sus hijos, para que alabemos y glorifiquemos la gracia con que nos ha favorecido por medio de
su Hijo amado. Con Cristo somos herederos también nosotros. Para esto estábamos destinados, por
decisión del que lo hace todo según su voluntad: para que fuéramos una alabanza continua de su gloria,
nosotros, los que ya antes esperábamos en Cristo. Palabra de Dios. R/ Te alabamos, Señor.

14
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Dios te salve, María, llena de gracia, el Señor está contigo, bendita tú entre las mujeres.
Aleluya.
Evangelio † Lectura del santo Evangelio según san Lucas (1, 26-38) R/ Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen
desposada con un varón de la estirpe de David, llamado José. La virgen se llamaba María.
Entró el ángel a donde ella estaba y le dijo: “Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo”. Al oír estas
palabras, ella se preocupó mucho y se preguntaba qué querría decir semejante saludo. El ángel le dijo: “No
temas, María, porque has hallado gracia ante Dios. Vas a concebir y a dar a luz un hijo y le pondrás
por nombre Jesús. El será grande y será llamado Hijo del Altísimo; el Señor Dios le dará el trono de David, su
padre, y él reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reinado no tendrá fin”. María le dijo entonces al
ángel: “¿Cómo podrá ser esto, puesto que yo permanezco virgen?” El ángel le contestó:
“El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso, el Santo, que va
a nacer de ti, será llamado Hijo de Dios. Ahí tienes a tu parienta Isabel, que a pesar de su vejez, ha concebido un
hijo y ya va en el sexto mes la que llamaban estéril, porque no hay nada imposible para Dios”. María contestó:
“Yo soy la esclava del Señor, cúmplase en mí lo que me has dicho”. Y el ángel se retiró de su presencia. Palabra
del Señor. R/ Gloria a ti, Señor Jesús.

Se dice Credo...
Oración de los Fieles
Celebrante: Oremos, a Dios, por intercesión de María, la Virgen Inmaculada y pidámosle que
escuche nuestras oraciones en favor de todo el mundo. R/ Por María, escúchanos.
Por la Iglesia del tercer milenio cristiano: para que viva la fe con autenticidad y la transmita con fidelidad e ilusión.
Oremos. R/ Por María, escúchanos.
Por el Papa y nuestro Obispo: para que María Inmaculada les anime, conforte y sostenga en su ministerio.
Oremos. R/ Por María, escúchanos.
Por nuestros gobernantes: que con sentido de justicia sirvan al pueblo que les confió una misión de servicio
y promoción de la sociedad. Oremos. R/ Por María, escúchanos.
Por los jóvenes: para que María les enseñe a amar la pureza, la belleza y la sencillez. Oremos. R/Por María,
escúchanos.
Por las madres de familia: para que, mirando a la Madre de Jesús, se animen a servir al Señor en sus hogares.
Oremos. R/ Por María, escúchanos.
Por nosotros: para que María, la Virgen Inmaculada, nos enseñe a hacer lo que Jesús nos
pide. Oremos. R/ Por María, escúchanos.
Celebrante:
Mira a la Madre de tu Hijo, inclina tu oído a nuestras oraciones y bendícenos con tu gracia para que
vivamos como Ella en continua fidelidad a tu plan de salvación. Por Jesucristo nuestro Señor.
Amén.
Oración sobre las Ofrendas
Acepta, Señor, el sacrificio de salvación que vamos a ofrecerte en esta festividad de la santísima Virgen
María, a la que, desde su concepción, preservaste de todo pecado y, por su intercesión,
concédenos el perdón de todas nuestras culpas. Por Jesucristo, nuestro Señor. R / Amén.
Antífona de la Comunión
Grandes cosas se cantan de ti, María, porque de ti ha nacido el Sol de Justicia, Cristo nuestro Dios.
Oración después de la Comunión
Oremos: Que el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo que hemos recibido, nos ayuden, Señor, a superar la
debilidad que nos dejó el pecado original, del cual, por singular privilegio, preservaste a la santísima
Virgen María en su inmaculada concepción. Por Jesucristo, nuestro Señor. R / Amén.

15
Miércoles Diciembre 9
Feria de Adviento: miércoles de la 2a. semana o memoria libre de san Juan Diego

Antífona de Entrada
Ven, Señor, y no tardes, ilumina los secretos de las tinieblas y manifiéstate a todas las naciones.

Oración Colecta
Oremos: No permitas, Padre todopoderoso, que quienes esperamos la llegada consoladora de nuestro
salvador desfallezcamos en la tarea, que tú nos has encomendado, de prepararnos
a su venida. Por nuestro Señor Jesucristo... Amén.

Primera Lectura
Lectura del libro del profeta Isaías (40, 25-31)

“¿Con quién me van a comparar, que pueda igualarse a mí?”, dice el Dios de Israel. Alcen los ojos a lo alto y
díganme quién ha creado todos aquellos astros. El es quien cuenta y despliega su ejército de estrellas y a cada
una la llama por su nombre; tanta es su omnipotencia y tan grande su vigor, que ninguna de ellas desoye su
llamado. ¿Por qué dices tú, Jacob, y lo repites tú, Israel: “Mi suerte se le oculta al Señor y mi causa no le
preocupa a mi Dios?” ¿Es que no lo has oído? Desde siempre el Señor es Dios, creador aun de los últimos
rincones de la tierra. El no se cansa ni se fatiga y su inteligencia es insondable. y al que no tiene fuerzas,
energía. Hasta los jóvenes se cansan y se rinden, los más valientes tropiezan y caen; pero aquellos que ponen
su esperanza en el Señor, renuevan sus fuerzas; les nacen alas como de águila, corren y no se cansan, caminan
y no se fatigan. Palabra de Dios. R/ Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 102


R/ Bendice al Señor, alma mía.
Bendice al Señor, alma mía, que todo mi ser bendiga su santo nombre. Bendice al Señor, alma mía,
y no te olvides de sus beneficios.R/ Bendice al Señor, alma mía.
El perdona tus pecados y cura tus enfermedades; él rescata tu vida del sepulcro y te colma de amor
y de ternura. R/ Bendice al Señor, alma mía.
El Señor es compasivo y misericordioso, lento para enojarse y generoso para perdonar. No nos trata como
merecen nuestras culpas, ni nos paga según nuestros pecados. R/ Bendice al Señor, alma mía.

Aclamación antes del Evangelio


Aleluya, aleluya.
Ya viene el Señor para salvar a su pueblo. Dichosos los que estén preparados para salir a su encuentro.
Aleluya.
Evangelio † Lectura del santo Evangelio según san Mateo (11, 28-30) R/ Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús dijo: “Vengan a mí, todos los que están fatigados y agobiados por la carga, y yo los
aliviaré. Tomen mi yugo sobre ustedes y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontrarán
descanso, porque mi yugo es suave y mi carga, ligera”. Palabra del Señor. R/ Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas


Te pedimos, Señor, que este sacrificio, signo de nuestra total entrega a ti, te sea ofrecido siempre, para
que realice la intención que tuviste al instituir este sacramento, y lleve a cabo plenamente en
nosotros tu salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Antífona de la Comunión
He aquí que el Señor vendrá con gran poder e iluminará los ojos de sus siervos.

Oración después de la Comunión


Oremos: Que esta Eucaristía nos purifique, Señor, de toda mancha y nos prepare así a celebrar
dignamente la Navidad ya próxima. Por Jesucristo, nuestro Señor. R/ Amén.

16
Jueves Diciembre 10

Feria de Adviento: jueves de la 2a. semana


Antífona de Entrada
Tú estás cerca, Señor, y todos tus caminos son derechos. Desde el principio comprendí que tu alianza la
estableciste para siempre.
Oración Colecta
Oremos:
Haz, Señor, que nos decidamos a preparar los caminos de tu Hijo y, por el misterio de su venida,
podamos servirte con un corazón limpio. Por nuestro Señor Jesucristo… Amén.

Primera Lectura
Lectura del libro del profeta Isaías (41, 13-20)
“Yo, el Señor, te tengo asido por la diestra y yo mismo soy el que te ayuda. No temas, gusanito de Jacob,
descendiente de Israel, que soy yo, dice el Señor, el que te ayuda; tu redentor es el Dios de Israel. Mira: te he
convertido en rastrillo nuevo de dientes dobles; triturarás y pulverizarás los montes, convertirás en
paja menuda las colinas. Las aventarás y se irán con el viento y el torbellino las dispersará. Tú, en cambio,
te regocijarás en el Señor, te gloriarás en el Dios de Israel. Los miserables y los pobres buscan agua, pero es en
vano; tienen la lengua reseca por la sed. Pero yo, el Señor, les daré una respuesta; yo, el Dios de
Israel, no los abandonaré. Haré que broten ríos en las cumbres áridas y fuentes en medio de los valles;
transformaré el desierto en estanque y el yermo, en manantiales. Pondré en el desierto cedros, acacias, mirtos y
olivos; plantaré juncos en la estepa, cipreses, oyameles y olmos; para que todos vean y conozcan,
adviertan y entiendan de una vez por todas, que es la mano del Señor la que hace esto, que es el Señor de
Israel quien lo crea”. Palabra de Dios. R/ Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 144


R/ Bueno es el Señor para con todos.
Dios y rey mío, yo te alabaré, bendeciré tu nombre siempre y para siempre. Bueno es el Señor para con
todos y su amor se extiende a todas sus creaturas. R/ Bueno es el Señor para con todos.
Que te alaben, Señor, todas tus obras y que todos tus fieles te bendigan. Que proclamen la gloria de
tu reino y den a conocer tus maravillas. R/ Bueno es el Señor para con todos.
Que muestren a los hombres tus proezas, el esplendor y la gloria de tu reino. Tu reino, Señor, es para siempre y
tu imperio, por todas las generaciones. R/ Bueno es el Señor para con todos.

Aclamación antes del Evangelio


Aleluya, aleluya. Dejen, cielos, caer su rocío y que las nubes lluevan al Justo; que la tierra se abra y haga
germinar al Salvador. Aleluya.
Evangelio † Lectura del santo Evangelio según san Mateo (11, 11-15) R/ Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús dijo a la gente: “Yo les aseguro que no ha surgido entre los hijos de una mujer ninguno
más grande que Juan el Bautista. Sin embargo, el más pequeño en el Reino de los cielos, es todavía más grande
que él. Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el Reino de los cielos exige esfuerzo, y los esforzados lo
conquistarán. Porque todos los profetas y la ley profetizaron, hasta Juan; y
si quieren creerlo, él es Elías, el que habría de venir. El que tenga oídos que oiga”. Palabra del Señor.
R/ Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Acepta, Señor, estas ofrendas que hemos tomado de tus mismos dones, y concédenos que esta
Eucaristía que estamos celebrando, nos alcance la salvación eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Antífona de la Comunión
Vivamos en este mundo como hombres responsables, justos y que sirven a Dios, en espera de que se cumpla la
feliz esperanza: la manifestación gloriosa de Jesucristo, nuestro Dios y salvador.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Por nuestra participación en esta Eucaristía, enséñanos, Señor, a no poner nuestro corazón en las cosas
pasajeras, sino en los bienes eternos. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

17
Viernes Diciemrbe 11

Feria de Adviento: viernes de la 2a. semana o memoria libre de san Dámaso I, Papa
.
Antífona de Entrada
He aquí que el Señor vendrá con esplendor a visitar a su pueblo, para traerle la paz y la vida eterna.
Oración Colecta
Oremos:
Concédenos, Padre todopoderoso, estar siempre preparados a la venida de tu Hijo para que, cuando
él llegue, podamos salir a su encuentro, conforme a su palabra, con nuestras lámparas encendidas.
Por nuestro Señor Jesucristo... Amén.

Primera Lectura
Lectura del libro del profeta Isaías(48, 17-19)
Esto dice el Señor, tu redentor, el Dios de Israel: “Yo soy el Señor, tu Dios, el que te instruye en lo que
es provechoso, el que te guía por el camino que debes seguir. ¡Ojalá hubieras obedecido mis mandatos!
Sería tu paz como un río y tu justicia, como las olas del mar. Tu descendencia sería como la arena y como
granos de arena, los frutos de tus entrañas. Nunca tu nombre hubiera sido borrado ni arrancado de mi
presencia”. Palabra de Dios. R/ Te alabamos, Señor

Salmo Responsorial Salmo 1


R/ Dichoso el hombre que confía en el Señor
Dichoso aquel que no se guía por mundanos criterios, que no anda en malos pasos ni se
burla del bueno, que ama la ley de Dios y se goza en cumplir sus mandamientos. R/ Dichoso el hombre que
confía en el Señor.
Es como un árbol plantado junto al río, que da fruto a su tiempo y nunca se marchita. En todo tendrá éxito.
R/ Dichoso el hombre que confía en el Señor.
En cambio los malvados serán como la paja barrida por el viento. Porque el Señor protege el camino del justo y
al malo sus caminos acaban por perderlo. R/ Dichoso el hombre que confía en el Señor.

Aclamación antes del Evangelio


Aleluya, aleluya.
Ya viene el Señor, salgamos a su encuentro; él es el príncipe de la paz. Aleluya.
Evangelio † Lectura del santo Evangelio según san Mateo (11, 16-19) R/ Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús dijo: “¿Con qué podré comparar a esta gente? Es semejante a los niños que se sientan
en las plazas y se vuelven a sus compañeros para gritarles: ‘Tocamos la flauta y no han bailado; cantamos
canciones tristes y no han llorado’. Porque vino Juan, que ni comía ni bebía, y dijeron: ‘Tiene un demonio’. Viene
el Hijo del hombre, y dicen: ‘Ese es un glotón y un borracho, amigo de publicanos y gente
de mal vivir’. Pero la sabiduría de Dios se justifica a sí misma por sus obras”. Palabra del Señor. R/ Gloria a ti,
Señor Jesús

Antífona de la Comunión
Esperamos como salvador a nuestro Señor Jesucristo, el cual transformará nuestro cuerpo frágil en cuerpo
glorioso como el suyo.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Como fruto de nuestra participación en este sacramento de vida eterna, enséñanos, Señor, a no
sobrevalorar las cosas terrenales y a estimar las del cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Oración sobre las Ofrendas


Que te sean agradables, Señor, nuestras humildes ofrendas y oraciones, y que tu misericordia supla la
extrema pobreza de nuestros méritos. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

18
Fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe
Sábado Diciembre 12

Antífona de Entrada
Una gran señal apareció en el cielo: una mujer, vestida del sol, con la luna bajo sus pies y una corona de doce
estrellas sobre su cabeza.

Se dice Gloria.

Oración Colecta
Oremos:
Padre de misericordia, que has puesto a este pueblo tuyo bajo la especial protección de la siempre
Virgen María de Guadalupe, Madre de tu Hijo, concédenos, por su intercesión, profundizar en nuestra fe y
buscar el progreso de nuestra patria por caminos de justicia y de paz. Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.

Primera Lectura
Lectura del libro del Eclesiástico (Sirácide) (24, 23-31)
Yo soy como una vid de fragantes hojas y mis flores son producto de gloria y de riqueza. Yo soy la madre
del amor, del temor, del conocimiento y de la santa esperanza. En mí está toda la gracia del camino y de
la verdad, toda esperanza de vida y de virtud. Vengan a mí, ustedes, los que me aman y aliméntense de mis
frutos. Porque mis palabras son más dulces que la miel y mi heredad, mejor que los panales. Los que me coman
seguirán teniendo hambre de mí, los que me beban seguirán teniendo sed de mí; los que
me escuchan no tendrán de qué avergonzarse y los que se dejan guiar por mí no pecarán. Los que me honran
tendrán una vida eterna. Palabra de Dios. R/ Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 66


R/ Que te alaben, Señor, todos los pueblos.
Ten piedad de nosotros y bendícenos; vuelve, Señor, tus ojos a nosotros. Que conozca la tierra tu bondad y
los pueblos tu obra salvadora. R/ Que te alaben, Señor, todos los pueblos.
Las naciones con júbilo te canten, porque juzgas al mundo conjusticia; con equidad tújuzgas a los pueblos y
riges en la tierra a lasnaciones.R/ Que te alaben, Señor,todos los pueblos.
Que te alaben, Señor,todos los pueblos, quelos pueblos te aclamentodos juntos. Que nosbendiga Dios y que le
rinda honor el mundo entero.R/ Que te alaben, Señor,todos los pueblos.

En los lugares donde se celebracon grado de Solemnidad,se añade la 2a. lectura.

Segunda Lectura
Lectura de la carta del apóstolsan Pablo a los gálatas (4, 4-7)
Hermanos: Al llegar la plenitud de los tiempos, envió Dios a su Hijo, nacido de una mujer, nacido bajo la ley, para
rescatar a los que estábamos bajo la ley, a fin de hacernos hijos suyos. Puesto que ya son ustedes
hijos, Dios envió a sus corazones el Espíritu de su Hijo, que clama: “¡Abbá!”, es decir, ¡Padre! Así que ya no eres
siervo, sino hijo; y siendo hijo, eres también heredero por voluntad de Dios. Palabra de Dios. R/ Te alabamos,
Señor.

Aclamación Antes del Evangelio


Aleluya, aleluya. Mi alma glorifica al Señor y mi espíritu se llena de júbilo en Dios, mi salvador. Aleluya.
Evangelio † Lectura del santo Evangelio según san Lucas (1, 39-48) R/ Gloria a ti, Señor.
En aquellos días, María se encaminó presurosa a un pueblo de las montañas de Judea, y entrando en la casa de
Zacarías, saludó a Isabel. En cuanto ésta oyó el saludo de María, la creatura saltó en su seno.
Entonces Isabel quedó llena del Espíritu Santo, y levantando la voz, exclamó: “¡Bendita tú entre las mujeres y
bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a verme? Apenas
llegó tu saludo a mis oídos, el niño saltó de gozo en mi seno. Dichosa tú, que has creído, porque se cumplirá
cuanto te fue anunciado de parte del Señor”. Entonces dijo María: “Mi alma glorifica al Señor y mi espíritu se
llena de júbilo en Dios mi salvador, porque puso sus ojos en la humildad de su esclava”.
Palabra del Señor. R/ Gloria a ti, Señor Jesús.

19
Si se celebra con grado de solemnidad si se dice Credo.

No se dice Credo.

Oración de los Fieles


Celebrante:
Pongamos, hermanos, nuestros ojos en Jesús que, para salvar al mundo, quiso nacer de santa María
Virgen, y oremos por nuestra nación, por los pueblos de América Latina y por el bien de todos
los hombres: Digamos: R/ Escúchanos, Señor.

Para que el Señor, que quiso que la santidad de la Iglesia se prefigurara y culminara en la perfección de María,
conceda a los cristianos y a sus pastores ser vivo reflejo de aquella santidad que resplandece en la
santa Madre de Dios, roguemos al Señor. R/ Escúchanos, Señor.

Por todas las naciones de la tierra: que por la intercesión de nuestra Señora de Guadalupe les alcance
la paz y el bienestar, y ponga en los corazones sentimientos de fraternidad y amor, roguemos al Señor.
R/ Escúchanos, Señor.

Para que el ejemplo de la fortaleza de María que sufrió crueles dolores al pie de la cruz sea consuelo para los
que sufren y esperanza para quienes se sienten decaídos, roguemos al Señor. R/ Escúchanos, Señor.

Para que los cristianos que hoy celebramos la fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe, demos a los
ciudadanos de nuestra nación un claro testimonio de fe cristiana y una colaboración eficaz a la prosperidad de
nuestro pueblo, roguemos al Señor. R/ Escúchanos, Señor.

Celebrante:
Dios nuestro, que has querido que santa María de Guadalupe fuera ayuda y patrona de nuestros
pueblos, escucha nuestras plegarias y has que, confiando en su ayuda poderosa, obtengamos los bienes
que te hemos pedido. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Oración sobre las Ofrendas


Acepta, Señor, los dones que te presentamos en esta solemnidad de Nuestra Señora de Guadalupe, y haz
que este sacrificio nos dé fuerza para cumplir tus mandamientos como verdaderos hijos de la Virgen
María. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Prefacio de Santa María Virgen I


Maternidad de la santísima Virgen María

El Señor esté con ustedes. R/ Y con tu espíritu.


Levantemos el corazón. R/ Lo tenemos levantado hacia el Señor.
Demos gracias al Señor, nuestro Dios. R/ Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre
santo, Dios todopoderoso y eterno. Y alabar, bendecir y proclamar tu gloria en la festividad de Santa María,
siempre virgen: Porque ella concibió a tu único Hijo por obra del Espíritu Santo y sin perder la gloria de su
virginidad, hizo brillar sobre el mundo la luz eterna, Jesucristo nuestro Señor. Por él, los ángeles y los
arcángeles y todos los coros celestiales, celebran tu gloria, unidos en común alegría. Permítenos asociarnos a
sus voces, cantando humildemente tu alabanza: Santo, Santo, Santo...
Antífona de la Comunión
No ha hecho nada semejante con ningún otro pueblo; a ninguno le ha manifestado tan claramente su amor.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Que el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, que hemos recibido en este sacramento nos ayuden, Señor, por
intercesión de nuestra santísima Madre de Guadalupe, a reconocernos y a amarnos todos como
verdaderos hermanos. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

20
RESUMEN DE LA HISTORIA DE NUESTRA SEÑORA DE GUADALUPE

En el año de 1531, a los pocos días del mes de Diciembre, había en México un indígena llamado Juan Diego.
Juan Diego iba caminando, cuando al pasar por un cerro llamado Tepeyac escuchó que lo llamaban:

"Juanito, Juan Dieguito". Este subió a la cumbre del cerro y, cuando llegó, mucho se admiró de una mujer
vestida de sol, que lo llamó para que fuera bien cerquita de ella y le descubrió su voluntad.

"Sabe Juan Diego que yo soy la siempre Virgen Santa María, Madre del verdadero Dios por quien se vive.
Mucho quiero que se me construya una casita para mostrar a mi hijo y para darlo a todos los hombres
que me invoquen. Porque yo en verdad soy vuestra madre compasiva. Para cumplir mi deseo ve al
palacio del Obispo de México y dile cómo yo personalmente, yo que soy la Madre de Dios te envío".

Juan Diego fue directo al palacio del Obispo, Don Fray Juan de Zumárraga, pero aunque éste lo recibió, no creyó
en su palabra y le mandó que volviera al día siguiente.

El Domingo, después de oír Misa, fue nuevamente Juan Diego al palacio del Obispo. En este segundo encuentro
muchas cosas le preguntó y para estar seguro de que se trataba de la Madre de Dios, le pidió una señal.

Juan Diego le dio la respuesta del Obispo a la Virgen, quien le mandó volver al día siguiente. Pero el lunes ya no
pudo regresar, porque encontró en su casa que su tío Juan Bernardino estaba muy enfermo, para morir. Se
quedó todo el día con él y el día martes 12 de Diciembre, cuando todavía era de noche, salió Juan Diego a
México a buscar un sacerdote que preparara a su tío para la muerte. Cuando estaba cerca del cerro pensó: "Si
voy por el mismo camino la Madre de Dios me detendrá para que lleve su señal. Que primero nos deje nuestro
dolor, nuestra aflicción". Y dio la vuelta por el otro lado del cerro. Pero la Virgen María que a todas partes está
mirando salió a su encuentro y le dijo: "Juanito, el más pequeño de mis hijos, ¿a dónde vas?"

"Mi niña, mi jovencita, voy a México a buscar un sacerdote para un siervo tuyo, tío mío, que está muy grave. Ten
un poquito de paciencia conmigo que luego volveré por la señal", respondió Juan Diego.

"Escucha Juan Diego, ponlo en tu corazón. ¿No estoy aquí yo que soy tu Madre? ¿No estás bajo mi
sombra y resguardo? ¿No soy yo la fuente de tu alegría? ¿No estás en el hueco de mi manto, en el cruce
de mis brazos? ¿Tienes necesidad de alguna otra cosa? Sabe que tu tío ya está bien, ya está curado.
Ahora es muy necesario que subas a la cumbre del cerro. Allí encontrarás flores. Córtalas y tráelas a mi
presencia.

Juan Diego sabía que no se daban flores en esa época del año, pero subió sin dudar y cuando llegó se encontró
en el paraíso. Cortó las flores, las guardó en su manto y bajó al encuentro de la Virgen. Ella las tomó con sus
santas manos y le dijo: "Estas flores son la señal que llevarás al señor Obispo. Dile que vea en ellas mi
deseo, para que construya mi templo. Y sabe que mucho te voy a glorificar por tu trabajo y por tu
cansancio. Y en ti que eres mi mensajero está puesta mi confianza".

Cuando Juan Diego llegó al palacio del Obispo, después de mucho esperar logró verlo. Primero le contó todo lo
que había visto y oído, y cuando terminó su relato le dijo: "Aquí tienes las flores, hazme el favor de recibirlas".

Juan Diego comenzó a abrir su manto y a sacar las flores. Allí mismo comenzó a ver que la imagen de la
Santísima Virgen de Guadalupe se había quedado grabada en su manto. Ella se había estampado en la tilma de
Juan Diego en la misma forma y figura en que está hoy en su casita de México.

21
Domingo Diciembre 13 Tercer Domingo de Adviento

Antífona de Entrada
Estad siempre alegres en el Señor os lo repito, estad alegres. El Señor está cerca.

No se dice Gloria.

Oración Colecta
Oremos:
Mira, Señor, a tu pueblo que espera con fe la fiesta del nacimiento de tu Hijo, y concédele celebrar el gran
misterio de nuestra salvación con un corazón nuevo y una inmensa alegría. Por nuestro Señor
Jesucristo... Amén.

Primera Lectura
Lectura del libro del profeta Sofonías (3, 14-18)
Canta, hija de Sión, da gritos de júbilo, Israel, gózate y regocíjate de todo corazón, Jerusalén. El Señor ha
levantado su sentencia contra ti, ha expulsado a todos tus enemigos. El Señor será el rey de Israel en medio de ti
y ya no temerás ningún mal. Aquel día dirán a Jerusalén: “No temas, Sión, que no desfallezcan tus manos. El
Señor, tu Dios, tu poderoso salvador, está en medio de ti. El se goza y se complace en ti;
él te ama y se llenará de júbilo por tu causa, como en los días de fiesta”. Palabra de Dios. R/ Te alabamos,
Señor.

Salmo Responsorial Isaías 12


R/ El Señor es mi Dios y salvador.
El Señor es mi Dios y salvador, con él estoy seguro y nada temo. El Señor es mi protección y mi fuerza y ha
sido mi salvación. Sacarán agua con gozo de la fuente de salvación. R/ El Señor es mi Dios y salvador.
Den gracias al Señor, invoquen su nombre, cuenten a los pueblos sus hazañas, proclamen que su nombre es
sublime. R/ El Señor es mi Dios y salvador.
Alaben al Señor por sus proezas, anúncienlas a toda la tierra. Griten jubilosos, habitantes de Sión, porque el Dios
de Israel ha sido grande con ustedes. R/ El Señor es mi Dios y salvador.

Segunda Lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los filipenses (4, 4-7)
Hermanos míos: Alégrense siempre en el Señor; se lo repito: ¡alégrense! Que la benevolencia de ustedes sea
conocida por todos. El Señor está cerca. No se inquieten por nada; más bien presenten en toda casión
sus peticiones a Dios en la oración y la súplica, llenos de gratitud. Y que la paz de Dios, que sobrepasa toda
inteligencia, custodie sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús. Palabra de Dios. R/ Te alabamos,
Señor.

Aclamación antes del Evangelio


Aleluya, aleluya. El Espíritu del Señor está sobre mí. Me ha enviado para anunciar la buena nueva a los
pobres. Aleluya.
Evangelio † Lectura del santo Evangelio según san Lucas (3, 10-18) R/ Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, la gente le preguntaba a Juan el Bautista: “¿Qué debemos hacer?” El contestó: “Quien tenga
dos túnicas, que dé una al que no tiene ninguna, y quien tenga comida, que haga lo mismo”. También acudían a
él los publicanos para que los bautizara, y le preguntaban: “Maestro, ¿qué tenemos que
hacer nosotros?” El les decía: “No cobren más de lo establecido”. Unos soldados le preguntaron: “Y osotros,
¿qué tenemos que hacer?” El les dijo: “No extorsionen a nadie, ni denuncien a nadie falsamente,
sino conténtense con su salario”. Como el pueblo estaba en expectación y todos pensaban que quizá Juan era el
Mesías, Juan los sacó de dudas, diciéndoles: “Es cierto que yo bautizo con agua, pero ya viene otro más
poderoso que yo, a quien no merezco desatarle las correas de sus sandalias. El los bautizará con el Espíritu
Santo y con fuego. El tiene el bieldo en la mano para separar el trigo de la paja; guardará el trigo en su granero y
quemará la paja en un fuego que no se extingue”. Con éstas y otras muchas exhortaciones anunciaba al pueblo
la buena nueva. Palabra del Señor. R Gloria a ti, Señor Jesús.

22
Se dice Credo.

Oración de los Fieles


Celebrante:
Demos gracias a Dios, que en Cristo ha cancelado la condena que pesaba sobre nosotros y sobre toda la
humanidad, y digamos con alegría junto a todos los hombres:R/ Ven, Señor Jesús.

Para que la Iglesia proclame con su vida el gozo de saber ya cercano al Emmanuel, Dios con nosotros, que
viene a salvarnos. Oremos al Señor. R/ Ven, Señor Jesús.

Para que el Santo Padre y todos los pastores y ministros de la Iglesia, estimulen a los fieles a esperar a Jesús, la
paz viviente, para que encuentren en Él la plena felicidad, y en su nombre sean constructores de
la concordia y la fraternidad. Oremos al Señor. R/ Ven, Señor Jesús.

Para que los gobiernos de las naciones procuren la superación de todo tipo de injusticia y discriminación a causa
de raza, cultura, sexo o credo, y procuren eliminar positivamente el odio, el resentimiento y el espíritu
de venganza, promoviendo el diálogo y la reconciliación. Oremos al Señor. R/ Ven, Señor Jesús.

Para que en este tiempo de adviento todos los hombres esperemos, alegre y activamente al Salvador; para que
los pobres aguarden contra toda desesperanza su próxima liberación; y para que el Emmanuel sostenga a
quienes con su entrega despiertan la ilusión y la alegría en el corazón de sus hermanos.
Oremos al Señor. R/ Ven, Señor Jesús.

Para que, a todos los que sufren, a los enfermos y a los emigrantes; a los desterrados y a los presos; a los que
no tienen la experiencia del amor cercano y desinteresado, el Espíritu de Jesús, les manifieste la liberación
definitiva de cuanto ahora les angustia. Oremos al Señor. R/ Ven, Señor Jesús.
Para que la paz y la alegría sean el fruto maduro de nuestra fe, de nuestra esperanza y de nuestro amor sincero,
y con nuestras vidas comuniquemos la felicidad de sabernos salvados. Oremos al Señor. R/ Ven, Señor Jesús.
Celebrante:
Dios de la vida y de la paz, mira con amor a tu pueblo que con confianza eleva sus ojos hacia Ti, y haz
que cuando venga tu Hijo nos encuentre unidos en el amor, fuertes en la fe y alegres en la speranza. Por
el mismo Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Oración
sobre las Ofrendas
Te pedimos, Señor, que este sacrificio, signo de nuestra total entrega a ti, te sea ofrecido siempre
para que realice la intención que tuviste al instituir este sacramento, y lleve a cabo plenamente en
nosotros tu salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Prefacio de Adviento I
Las dos venidas de Cristo
El Señor esté con ustedes. R/ Y con tu espíritu.
Levantemos el corazón. R/ Lo tenemos levantado hacia el Señor.
Demos gracias al Señor, nuestro Dios. R/ Es justo y necesario.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre
santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo nuestro Señor. El cual, al venir por vez primera en la humildad de
nuestra carne, realizó el plan de redención trazado desde antiguo y nos abrió el camino de la salvación, para que
cuando venga de nuevo, en la majestad de su gloria, revelando así la plenitud de su obra, podamos recibir los
bienes prometidos que ahora, en vigilante espera, confiamos alcanzar. Por eso, con los ángeles y los arcángeles
y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo...
Antífona de la Comunión
He aquí que vendrá nuestro salvador, ya no tengáis miedo.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Que esta Eucaristía nos purifique, Señor, de toda mancha y nos prepare así a celebrar dignamente la
Navidad ya próxima. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

23
Lunes Diciembre 14 Feria de Adviento: lunes de la 3a. semana

Antífona de Entrada
Oíd, pueblos, la palabra del Señor y anunciadla en todos los rincones de la tierra: “He aquí que vendrá nuestro
salvador, ya no tengáis miedo”.

Oración Colecta
Oremos:
Escucha, Señor, nuestras plegarias y con la luz de tu Hijo, que viene a visitarnos, ilumina las tinieblas de
nuestro corazón. Por nuestro Señor Jesucristo… Amén.

Primera Lectura
Lectura del libro de los Números (24, 2-7. 15-17)
En aquellos días, Balaam levantó los ojos y divisó a Israel acampado por tribus. Entonces el espíritu del Señor
vino sobre él y pronunció este oráculo: “Oráculo de Balaam, hijo de Beor, palabra del varón de ojos
penetrantes; oráculo del que escucha la palabra de Dios y contempla en éxtasis, con los ojos abiertos, la visión
del todopoderoso. Qué bellas son tus tiendas, Jacob, y tus moradas, Israel. Son como extensos valles, como
jardines junto al río, como áloes que plantó el Señor, como cedros junto a la corriente. De
su descendencia nace un héroe que domina sobre pueblos numerosos”. Y de nuevo dijo: “Oráculo de
Balaam, hijo de Beor, palabra del varón de ojos penetrantes, oráculo del que escucha la palabra de Dios y
conoce la ciencia del Altísimo y contempla en éxtasis, con los ojos abiertos la visión del todopoderoso. Yo lo veo,
pero no en el presente; yo lo contemplo, pero no cercano: de Jacob se levanta una estrella y un cetro surge de
Israel”. Palabra de Dios. R/ Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 24


R/ Descúbrenos, Señor, tus caminos.
Descúbrenos, Señor, tus caminos, guíanos con la verdad de tu doctrina. Tú eres nuestro Dios y salvador y
tenemos en ti nuestra esperanza. R/ Descúbrenos, Señor, tus caminos.
Acuérdate, Señor, que son eternos tu amor y tu ternura. Según ese amor y esa ternura, acuérdate de nosotros.
R/ Descúbrenos, Señor, tus caminos.
Porque el Señor es recto y bondadoso, indica a los pecadores el sendero, guía por la senda recta a los umildes
y descubre a los pobres sus caminos. R/ Descúbrenos, Señor, tus caminos.

Clamación antes del Evangelio


Aleluya, aleluya. Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación. Aleluya.
Evangelio † Lectura del santo Evangelio según san Mateo (21, 23-27) R/ Gloria a ti, Señor.

En aquellos días, mientras Jesús enseñaba en el templo, se le acercaron los sumos sacerdotes y los ncianos del
pueblo y le preguntaron: “¿Con qué derecho haces todas estas cosas? ¿Quién te ha dado
semejante autoridad?” Jesús les respondió: “Yo también les voy a hacer una pregunta, y si me la responden, les
diré con qué autoridad hago lo que hago: ¿De dónde venía el bautismo de Juan, del cielo o de la tierra?” Ellos
pensaron para sus adentros: “Si decimos que del cielo, él nos va a decir: ‘Entonces, ¿por qué no le creyeron?’ Si
decimos que de los hombres, se nos va a echar encima el pueblo, porque todos tienen a Juan por un profeta”.
Entonces respondieron: “No lo sabemos”.
Jesús les replicó: “Pues tampoco yo les digo con qué autoridad hago lo que hago”. Palabra del Señor.
R/ Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas


Acepta, Señor, estas ofrendas que hemos tomado de tus mismos dones y concédenos que esta
Eucaristía que estamos celebrando, nos alcance la salvación eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Oración
después de la Comunión
Oremos: Por nuestra participación en esta Eucaristía, enséñanos, Señor, a no poner nuestro corazón en
las cosas pasajeras, sino en los bienes eternos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

24
Martes Diciembre 15

El Señor escucha el clamor de los pobres


Antífona de Entrada
Vendrá el Señor, mi Dios, y con él, todos sus santos; y brillará en aquel día una gran luz.

Oración Colecta
Oremos:
Dios nuestro, que por medio de tu Hijo has hecho de nosotros una nueva creatura, míranos con mor y
misericordia, y, por la venida del Redentor, borra en nosotros toda huella de pecado.
Por nuestro Señor Jesucristo… Amén.

Primera Lectura
Lectura del libro del profeta Sofonías (3, 1-2.9-13)
“¡Ay de la ciudad rebelde y contaminada, de la ciudad potente y opresora! No ha escuchado la voz, ni ha
aceptado la corrección. No ha confiado en el Señor, ni se ha vuelto hacia su Dios. Pero hacia el fin daré otra vez
a los pueblos labios puros, para que todos invoquen el nombre del Señor y lo sirvan todos bajo
el mismo yugo. Desde más allá de los ríos de Etiopía, hasta las últimas regiones del norte, los que me
sirven me traerán ofrendas. Aquel día no sentirás ya vergüenza de haberme sido infiel, porque entonces yo
quitaré de en medio de ti a los orgullosos y engreídos, y tú no volverás a ensoberbecerte en mí monte santo.
Aquel día, dice el Señor, yo dejaré en medio de ti, pueblo mío, un puñado de gente pobre y humilde. Este resto
de Israel confiará en el nombre del Señor. No cometerá maldades ni dirá mentiras; no se hallará en su boca una
lengua embustera. Permanecerán tranquilos y descansarán sin que nadie los moleste”.
Palabra de Dios. R/ Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 33


R/ El Señor escucha el clamor de los pobres.
Bendeciré al Señor a todas horas, no cesará mi boca de alabarlo. Yo me siento orgulloso del Señor, que se
alegre su pueblo al escucharlo. R/ El Señor escucha el clamor de los pobres.
Confía en el Señor y saltarás de gusto, jamás te sentirás decepcionado, porque el Señor escucha el clamor de
los pobres y los libra de todas sus angustias. R/ El Señor escucha el clamor de los pobres.
En contra del malvado está el Señor, para borrar de la tierra su recuerdo. Escucha, en cambio, al hombre
justo y lo libra de todas sus congojas. R/ El Señor escucha el clamor de los pobres.
El Señor no está lejos de sus fieles y levanta a las almas abatidas. Salva el Señor la vida de sus siervos; no
morirán quienes en él esperan. R/ El Señor escucha el clamor de los pobres.

Aclamación antes del Evangelio


Aleluya, aleluya. Ven, Señor, no te tardes; ven a perdonar los delitos de tu pueblo. Aleluya.

Evangelio † Lectura del santo Evangelio según san Mateo (21, 28-32) R/ Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús dijo a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo: “¿Qué opinan de esto? Un
hombre que tenía dos hijos fue a ver al primero y le ordenó: ‘Hijo, ve a trabajar hoy en la viña’. El le ontestó: ‘Ya
voy, señor’, pero no fue. El padre se dirigió al segundo y le dijo lo mismo. Este le respondió: ‘No quiero ir’, pero
se arrepintió y fue. ¿Cuál de los dos hizo la voluntad del padre?” Ellos le respondieron:
“El segundo”. Entonces Jesús les dijo: “Yo les aseguro que los publicanos y las prostitutas se les han adelantado
en el camino del Reino de Dios. Porque vino a ustedes Juan, predicó el camino de la justicia
y no le creyeron; en cambio, los publicanos y las prostitutas sí le creyeron; ustedes, ni siquiera después de haber
visto, se han arrepentido ni han creído en él”. Palabra del Señor. R/ Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas


Que te sean agradables, Señor, nuestras humildes ofrendas y oraciones y que tu misericordia supla la
extrema pobreza de nuestros méritos. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Oracion despues de la comunion Oremos:
Como fruto de nuestra participación en este sacramento de vida eterna, enséñanos, Señor, a no
sobrevalorar las cosas terrenales y a estimar las del cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

25
Miércoles Diciembre 16
Antífona de Entrada
Ven, Señor, y no tardes; ilumina los secretos de las tinieblas y manifiéstate a todas las naciones.
Oración Colecta
Oremos:
Concédenos, Dios todopoderoso, que la ya cercana solemnidad del nacimiento de tu Hijo, nos ayude en
la vida presente y nos alcance la eterna felicidad. Por nuestro Señor Jesucristo… Amén.

Primera Lectura
Lectura del libro del profeta Isaías (45, 6-8.18.21-25)
“Yo soy el Señor y no hay otro. Yo soy el artífice de la luz y el creador de las tinieblas, el autor de la felicidad y el
hacedor de la desgracia; yo, el Señor, hago todo esto. Dejen, cielos, caer su rocío y que las
nubes lluevan al justo; que la tierra se abra y haga germinar al salvador y que brote juntamente la justicia. Yo, el
Señor, he creado todo esto”. Esto dice el Señor, el que creó los cielos, el mismo Dios que plasmó y consolidó la
tierra; él no la hizo para que quedara vacía, sino para que fuera habitada: “Yo soy el Señor y no
hay otro. ¿Quién fue el que anunció esto desde antiguo? ¿Quién lo predijo entonces? ¿No fui yo, el Señor?
Fuera de mí no hay otro Dios. Soy un Dios justo y salvador y no hay otro fuera de mí. Vuélvanse a mí y serán
salvados, pueblos todos de la tierra, porque yo soy Dios y no hay otro. Lo juro por mí mismo, de mi boca sale la
verdad, las palabras irrevocables: ante mí se doblará toda rodilla y por mí jurará toda lengua, diciendo: ‘Sólo el
Señor es justo y poderoso’. A él se volverán avergonzados todos los que lo combatían
con rabia. Gracias al Señor, triunfarán gloriosamente todos los descendientes de Israel”. Palabra de Dios.
R/ Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 84


R/ ¡Dejen, cielos, caer su rocío y que las nubes lluevan al justo!
Escucharé las palabras del Señor, palabras de paz para su pueblo santo. Está ya cerca nuestra salvación y la
gloria del Señor habitará en la tierra. R/ ¡Dejen, cielos, caer su rocío y que las nubes lluevan al justo!
La misericordia y la verdad se encontraron, la justicia y la paz se besaron, la fidelidad brotó en la tierra y la
justicia vino del cielo. R/ ¡Dejen, cielos, caer su rocío y que las nubes lluevan al justo!
Cuando el Señor nos muestre su bondad, nuestra tierra producirá su fruto. La justicia le abrirá camino al Señor e
irá siguiendo sus pisadas. R/ ¡Dejen, cielos, caer su rocío y que las nubes lluevan al justo!

Aclamación antes del Evangelio


Aleluya, aleluya. Levanta tu voz para anunciar la buena nueva: ya viene el Señor, nuestro Dios, con todo su
poder. Aleluya.
Evangelio
† Lectura del santo Evangelio según san Lucas (7, 19-23) R/ Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Juan envió a dos de sus discípulos a preguntar a Jesús: “¿Eres tú el que ha de venir o tenemos
que esperar a otro?” Cuando llegaron a donde estaba Jesús, le dijeron: “Juan el Bautista nos ha
mandado a preguntarte si eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro”. En aquel momento, Jesús
curó a muchos de varias enfermedades y dolencias y de espíritus malignos, y a muchos ciegos les concedió la
vista. Después contestó a los enviados: “Vayan a contarle a Juan lo que han visto y oído:
los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos resucitan y a los
pobres se les anuncia el Evangelio. Dichoso el que no se escandalice de mí”. Palabra del Señor.
R/ Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas


Te pedimos, Señor, que este sacrificio, signo de nuestra total entrega a ti, te sea ofrecido siempre, para
que realice la intención que tuviste al instituir este sacramento, y lleve a cabo plenamente en
nosotros tu salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Oración después de la Comunión


Oremos:
Que esta Eucaristía nos purifique, Señor, de toda mancha y nos prepare así a celebrar dignamente la
Navidad ya próxima. Por Jesucristo, nuestro Señor. R/ Amén.

26
Jueves Diciembre 17
Antífona de Entrada
Alégrense los cielos y regocíjese la tierra, porque vendrá el Señor y tendrá misericordia de sus pobres.
Oración Colecta
Oremos:
Dios nuestro, creador y redentor de los hombres, que quisiste que tu Verbo eterno tomara carne en l
seno de la siempre Virgen María, escucha nuestras súplicas y concédenos que tu Hijo, que ha tomado
nuestra naturaleza humana, nos haga participantes de su naturaleza divina.
Por nuestro Señor Jesucristo… Amén.

Primera Lectura
Lectura del libro del Génesis (49, 2.8-10)
En aquellos días, Jacob llamó a sus hijos y les habló así: “Acérquense y escúchenme, hijos de Jacob; scuchen a
su padre, Israel. A ti, Judá, te alabarán tus hermanos; pondrás la mano sobre la cabeza de tus
enemigos; se postrarán ante ti los hijos de tu padre. Cachorro de león eres, Judá: has vuelto de matar la presa,
hijo mío, y te has echado a reposar, como un león. ¿Quién se atreverá a provocarte? No se apartará de Judá el
cetro, ni de sus descendientes, el bastón de mando, hasta que venga aquel a quien pertenece
y a quien los pueblos le deben obediencia”. Palabra de Dios. R/ Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 71


R/ Ven, Señor, rey de justicia y de paz.
Comunica, Señor, al rey tu juicio y tu justicia, al que es hijo de reyes; así tu siervo saldrá en defensa de tus
pobres y regirá a tu pueblo justamente. R/ Ven, Señor, rey de justicia y de paz.
Justicia y paz ofrecerán al pueblo las colinas y los montes. El rey hará justicia al oprimido y salvará a los hijos de
los pobres. R/ Ven, Señor, rey de justicia y de paz.
Florecerá en sus días la justicia y reinará la paz, era tras era. De mar a mar se extenderá su reino y de un
extremo al otro de la tierra. R/ Ven, Señor, rey de justicia y de paz.
Que bendigan al Señor eternamente y tanto como el sol, viva su nombre. Que sea la bendición del mundo entero
y lo aclamen dichoso las naciones. R/ Ven, Señor, rey de justicia y de paz.

Aclamación antes del Evangelio


Aleluya, aleluya. Sabiduría del Altísimo, que dispones todas las cosas con fortaleza y con suavidad, ven a
enseñarnos el camino de la vida. Aleluya.
Evangelio
† Lectura del santo Evangelio según san Mateo (1, 1-17) R/ Gloria a ti, Señor.
Genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham: Abraham engendró a Isaac, Isaac a Jacob, Jacob a
Judá y a sus hermanos; Judá engendró de Tamar a Fares y a Zará; Fares a Esrom, Esrom
a Aram, Aram a Aminadab, Aminadab a Naasón, Naasón a Salmón, Salmón engendró de Rajab a Booz, Booz
engendró de Rut a Obed, Obed a Jesé, y Jesé al rey David. David engendró de la mujer de Urías a Salomón,
Salomón a Roboam, Roboam a Abiá, Abiá a Asaf, Asaf a Josafat, Josafat a Joram, Joram a Ozías, Ozías a
Joatam, Joatam a Acaz, Acaz a Ezequías, Ezequías a Manasés, Manasés a Amón,
Amón a Josías, Josías engendró a Jeconías y a sus hermanos durante el destierro en Babilonia.
Después del destierro en Babilonia, Jeconías engendró a Salatiel, Salatiel a Zorobabel, Zorobabel a Abiud, Abiud
a Eliaquim, Eliaquim a Azor, Azor a Sadoc, Sadoc a Aquim, Aquim a Eliud, Eliud a Eleazar, Eleazar a
Matán, Matán a Jacob, y Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo. De
modo que el total de generaciones, desde Abraham hasta David, es de catorce; desde David hasta la
deportación a Babilonia, es de catorce, y desde la deportación a Babilonia hasta Cristo, es de
catorce. Palabra del Señor. R/ Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas


Santifica, Señor, los dones de tu Iglesia y concédenos en esta Eucaristía el pan del cielo que renueva
nuestras fuerzas. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Oracion despues de la comunion Oremos:
Tú que nos has concedido participar en esta Eucaristía, enciende, Señor, nuestroscorazones con el
fuego de tu Espíritu, a fin de que podamos brillar, por nuestras buenas obras, cuando venga Cristo,
que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.

27
lViernes Diciembre 18

Antífona de Entrada
Vendrá Cristo, nuestro Rey, el Cordero cuya venida fue anunciada por Juan.
Oración Colecta
Oremos:
Concédenos, Señor, vernos libres de la antigua esclavitud del pecado por el renovado misterio del
nacimiento de tu Hijo que vamos a celebrar. El cual vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y
es Dios por los siglos de los siglos. Amén.

Primera Lectura
Lectura del libro del profeta Jeremías (23, 5-8)
“Miren: Viene un tiempo, dice el Señor, en que haré surgir un renuevo en el tronco de David: será un rey justo y
prudente y hará que en la tierra se observen la ley y la justicia. En sus días será puesto a salvo Judá, Israel
habitará confiadamente y a él lo llamarán con este nombre: ‘El Señor es nuestra justicia’.
Por eso, miren que vienen tiempos, palabra del Señor, en los que no se dirá: ‘Bendito sea el Señor, que sacó a
los israelitas de Egipto’, sino que se dirá: ‘Bendito sea el Señor, que sacó a los hijos de Israel
del país del norte y de los demás países donde los había dispersado, y los trajo para que habitaran de nuevo su
propia tierra’ ”. Palabra de Dios. R/ Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 71


R/ Ven, Señor, rey de justicia y de paz.
Comunica, Señor, al rey tu juicio y tu justicia, al que es hijo de reyes; así tu siervo saldrá en defensa de tus
pobres y regirá a tu pueblo justamente. R/ Ven, Señor, rey de justicia y de paz.
Al débil librará del poderoso y ayudará al que se encuentra sin amparo; se apiadará del desvalido y pobre y
salvará la vida al desdichado. R/ Ven, Señor, rey de justicia y de paz.
Bendito sea el Señor, Dios de Israel, el único que hace grandes cosas. Que su nombre glorioso sea bendito y la
tierra se llene de su gloria. R/ Ven, Señor, rey de justicia y de paz.

Aclamación antes del Evangelio


Aleluya, aleluya. Señor nuestro, que guiaste a tu pueblo por el desierto y le diste la ley a Moisés en el Sinaí, ven
a redimirnos con tu poder. Aleluya.

Evangelio
† Lectura del santo Evangelio según san Mateo (1, 18-24) R/ Gloria a ti, Señor.

Cristo vino al mundo de la siguiente manera: Estando María, su madre, desposada con José, y antes de que
vivieran juntos, sucedió que ella, por obra del Espíritu Santo, estaba esperando un hijo. José,
su esposo, que era hombre justo, no queriendo ponerla en evidencia, pensó dejarla en secreto.
Mientras pensaba en estas cosas, un ángel del Señor le dijo en sueños: “José, hijo de David, no dudes en recibir
en tu casa a María, tu esposa, porque ella ha concebido por obra del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y tú le
pondrás el nombre de Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados”. Todo esto sucedió para que se
cumpliera lo que había dicho el Señor por boca del profeta Isaías: He aquí que la virgen
concebirá y dará a luz un hijo, a quien pondrán el nombre de Emmanuel, que quiere decir Dios-con-nosotros.
Cuando José despertó de aquel sueño, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y
recibió a su esposa. Palabra del Señor. R/ Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración
sobre las Ofrendas
Señor, que el sacrificio que vamos a ofrecerte nos haga menos indignos de ti, para que podamos
participar de la vida eterna de tu Hijo, que, al hacerse mortal como nosotros, nos devolvió la
inmortalidad. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Oracion despues de la comunion Oremos:
Que esta Eucaristía, en la que hemos tomado parte, nos ayude, Señor, a prepararnos con fe y con amor, a
celebrar las fiestas ya cercanas, del nacimiento de tu Hijo, que vive y reina por los siglos
de los siglos. Amén.

28
Sabada Diciembre 19

Antífona de Entrada
El que ha de venir, vendrá sin tardanza, y ya no tendremos nada que temer, porque él es nuestro salvador.
Oración Colecta Oremos:
Dios nuestro, que te dignaste manifestar al mundo el esplendor de tu gloria por medio del parto de la
santísima Virgen María, concédenos venerar con fe íntegra y celebrar con sincera piedad el gran misterio
de la encarnación de tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo
y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.
Primera Lectura
Lectura del libro de los Jueces (13, 2-7. 24-25)
En aquellos días, había en Sorá un hombre de la tribu de Dan, llamado Manoa. Su mujer era estéril y no había
tenido hijos. A esa mujer se le apareció un ángel del Señor y le dijo: “Eres estéril y no has tenido hijos; pero de
hoy en adelante, no bebas vino, ni bebida fermentada, ni comas nada impuro, porque
vas a concebir y a dar a luz un hijo. No dejes que la navaja toque su cabello, porque el niño estará consagrado a
Dios desde el seno de su madre y él comenzará a salvar a Israel de manos de los filisteos”.
La mujer fue a contarle a su marido: “Un hombre de Dios ha venido a visitarme. Su aspecto era como el del
ángel de Dios, terrible en extremo. Yo no le pregunté de dónde venía y él no me manifestó su nombre, pero
me dijo: ‘Vas a concebir y a dar a luz un hijo. De ahora en adelante, no bebas vino ni bebida fermentada, no
comas nada impuro, porque el niño estará consagrado a Dios desde el seno de su madre hasta su muerte’ ”. La
mujer dio a luz un hijo y lo llamó Sansón. El niño creció y el Señor lo bendijo y el espíritu del Señor empezó a
manifestarse en él. Palabra de Dios. R/ Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial Salmo 70
R/ Que mi boca, Señor, no deje de alabarte.
Señor, sé para mí un refugio, ciudad fortificada en que me salves. Y pues eres mi auxilio y mi defensa, líbrame,
Señor, de los malvados. R/ Que mi boca, Señor, no deje de alabarte.
Señor, tú eres mi esperanza; desde mi juventud en ti confío. Desde que estaba en el seno de mi madre, yo me
apoyaba en ti y tú me sostenías. R/ Que mi boca, Señor, no deje de alabarte.
Tus hazañas, Señor, alabaré, diré a todos que sólo tú eres justo. Me enseñaste a alabarte desde niño y seguir
alabándote es mi orgullo. R/ Que mi boca, Señor, no deje de alabarte.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya. Retoño de Jesé, que brotaste como señal para los pueblos, ven a librarnos y no te tardes.
Aleluya.
Evangelio † Lectura del santo Evangelio según san Lucas (1, 5-25)R/ Gloria a ti, Señor.
Hubo en tiempo de Herodes, rey de Judea, un sacerdote llamado Zacarías, del grupo de Abías, casado con una
descendiente de Aarón, llamada Isabel. Ambos eran justos a los ojos de Dios, pues vivían rreprochablemente,
cumpliendo los mandamientos y disposiciones del Señor. Pero no tenían hijos, porque
Isabel era estéril y los dos, de avanzada edad. Un día en que le correspondía a su grupo desempeñar ante
Dios los oficios sacerdotales, le tocó a Zacarías, según la costumbre de los sacerdotes, entrar al santuario del
Señor para ofrecer el incienso, mientras todo el pueblo estaba afuera, en oración, a la hora de la incensación.
Se le apareció entonces un ángel del Señor, de pie, a la derecha del altar del incienso.
Al verlo, Zacarías se sobresaltó y un gran temor se apoderó de él. Pero el ángel le dijo: “No temas, Zacarías,
porque tu súplica ha sido escuchada. Isabel, tu mujer, te dará un hijo, a quien le pondrás el
nombre de Juan. Tú te llenarás de alegría y regocijo, y otros muchos se alegrarán también de su nacimiento,
pues él será grande a los ojos del Señor; no beberá vino ni licor y estará lleno del Espíritu Santo, ya desde el
seno de su madre. Convertirá a muchos israelitas al Señor; irá delante del Señor con el
espíritu y el poder de Elías, para convertir los corazones de los padres hacia sus hijos, dar a los
rebeldes la cordura de los justos y prepararle así al Señor un pueblo dispuesto a recibirlo”. Pero Zacarías replicó:
“¿Cómo podré estar seguro de esto? Porque yo ya soy viejo y mi mujer también es de edad
avanzada”. El ángel le contestó: “Yo soy Gabriel, el que asiste delante de Dios. He sido enviado
para hablar contigo y darte esta buena noticia. Ahora tú quedarás mudo y no podrás hablar hasta el día en que
todo esto suceda, por no haber creído en mis palabras, que se cumplirán a su debido tiempo”.
Mientras tanto, el pueblo estaba aguardando a Zacarías y se extrañaba de que tardara tanto en el santuario. Al
salir no pudo hablar y en esto conocieron que había tenido una visión en el santuario.
Entonces trató de hacerse entender por señas y permaneció mudo. Al terminar los días de su

29
ministerio, volvió a su casa. Poco después concibió Isabel, su mujer, y durante cinco meses no se dejó ver, pues
decía: “Esto es obra del Señor. Por fin se dignó quitar el oprobio que pesaba sobre mí”. Palabra del Señor. R/
Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Mira, Señor, con bondad las ofrendas que te presentamos, para que tu poder consagre los dones de
nuestra pobreza. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Te damos gracias, Señor, por los bienes que nos has dado, y te rogamos que enciendas en nosotros el
deseo de lo que nos has prometido, para que, con un espíritu renovado, podamos celebrar dignamente el
nacimiento de tu Hijo, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.

Cuarto domingo de adviento


Domingo Diciembre 20
Antífona de Entrada
Destilad, cielos, el rocío, y que las nubes lluevan al justo; que la tierra se abra y haga germinar al salvador.

No se dice Gloria.

Oración Colecta
Oremos:
Derrama, Señor, tu gracia sobre nosotros, que hemos conocido por el anuncio del ángel la encarnación
de tu Hijo, para que lleguemos, por su pasión y su cruz, a la gloria de la resurrección.
Por nuestro Señor Jesucristo... Amén.

Primera Lectura
Lectura del libro del profeta Miqueas (5, 1-4)
Esto dice el Señor: “De ti, Belén de Efrata, pequeña entre las aldeas de Judá, de ti saldrá el jefe de Israel,
cuyos orígenes se remontan a tiempos pasados, a los días más antiguos. Por eso, el Señor abandonará
a Israel, mientras no dé a luz la que ha de dar a luz. Entonces el resto de sus hermanos se unirá a
los hijos de Israel. El se levantará para pastorear a su pueblo con la fuerza y la majestad del Señor, su Dios.
Ellos habitarán tranquilos, porque la grandeza del que ha de nacer llenará la tierra y él mismo será la paz”.
Palabra de Dios. R/ Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 79


R/ Señor, muéstranos tu favor y sálvanos.
Escúchanos, pastor de Israel; tú que estás rodeado de querubines, manifiéstate; despierta tu poder
y ven a salvarnos. R/ Señor, muéstranos tu favor y sálvanos.
Señor, Dios de los ejércitos, vuelve tus ojos, mira tu viña y visítala; protege la cepa plantada por tu mano, el
renuevo que tú mismo cultivaste. R/ Señor, muéstranos tu favor y sálvanos.
Que tu diestra defienda al que elegiste, al hombre que hasfortalecido. Ya no nos alejaremos de ti; consérvanos la
vida y alabaremos tu poder. R/ Señor, muéstranos tu favor y sálvanos.

Segunda Lectura
Lectura de la carta a los hebreos (10, 5-10)
Hermanos: Al entrar al mundo, Cristo dijo, conforme al salmo: No quisiste víctimas; ni ofrendas; en cambio, me
has dado un cuerpo. No te agradan los holocaustos ni los sacrificios por el pecado; entonces dije —porque a mí
se refiere la Escritura—: “Aquí estoy, Dios mío; vengo para hacer tu voluntad”.
Comienza por decir: “No quisiste víctimas ni ofrendas, no te agradaron los holocaustos ni los sacrificios por el
pecado”, siendo así que eso es lo que pedía la ley—; y luego añade: “Aquí estoy, Dios mío; vengo
para hacer tu voluntad”. Con esto, Cristo suprime los antiguos sacrificios, para establecer el nuevo. Y en
virtud de esta voluntad, todos quedamos santificados por la ofrenda del cuerpo de Jesucristo, hecha una vez por
todas. Palabra de Dios. R/ Te alabamos, Señor.

Aclamación antes del Evangelio

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Aleluya, aleluya. Yo soy la esclava del Señor; que se cumpla en mí lo que me has dicho. Aleluya.
Evangelio
† Lectura del santo Evangelio según san Lucas (1, 39-45) R/ Gloria a ti, Señor.
En aquellos días, María se encaminó presurosa a un pueblo de las montañas de Judea, y entrando en la casa de
Zacarías, saludó a Isabel. En cuanto ésta oyó el saludo de María, la creatura saltó en su seno.
Entonces Isabel quedó llena del Espíritu Santo, y levantando la voz, exclamó: “¡Bendita tú entre las mujeres y
bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a verme?
Apenas llegó tu saludo a mis oídos, el niño saltó de gozo en mi seno. Dichosa tú, que has creído, porque se
cumplirá cuanto te fue anunciado de parte del Señor”. Palabra del Señor. R/ Gloria a ti, Señor Jesús.

Se dice Credo.

Oración de los Fieles


Celebrante:
Hermanos, el Señor está cerca. Salgamos a su encuentro y proclamemos su grandeza, y pidamos al
Padre que nos ayude a esperar su venida con el corazón en vela. Digamos con fe:
R/ Escucha, Señor, nuestra oración.
Por la Iglesia: que viva en continua actitud de servicio y lleve a Jesús a todos los hombres. Oremos.
R/ Escucha, Señor, nuestra oración.
Por los pastores del Pueblo de Dios: que sus vidas sea una alabanza al Señor que nos bendice con su cercanía.
Oremos. R/ Escucha, Señor, nuestra oración.
Por los jóvenes: que contemplando a Jesús que viene, se dispongan a seguirlo y a hacer su voluntad. Oremos.
R/ Escucha, Señor, nuestra oración.
Por los pueblos que sufren la guerra, el hambre o la injusticia: que Jesús que viene les traiga la paz, el amor y
una vida digna. Oremos. R/ Escucha, Señor, nuestra oración.
Por los difuntos: que contemplen cara a cara a Dios y desde Él intercedan por los que aún peregrinamos
en la tierra. Oremos. R/ Escucha, Señor, nuestra oración.
Por nosotros y por todos los cristianos: que, unidos en el nombre del que viene a salvarnos, vivamos en el amor
y seamos testigos de la fidelidad de Dios a su pueblo. Oremos. R/ Escucha, Señor,nuestra oración.
Celebrante:
Aquí nos tienes, Señor, para hacer tu voluntad. Bendice nuestras vidas, acoge nuestras oraciones, y
ayúdanos a preparar el camino a tu Hijo que viene a salvarnos. Por Jesucristo nuestro Señor.
Amén.
Oración sobre las Ofrendas
Que el mismo Espíritu que cubrió con su sombra y fecundó con su poder el seno de la Virgen María,
santifique, Señor, estas ofrendas que hemos depositado sobre tu altar. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio de Adviento II
La doble espera de Cristo El Señor esté con ustedes. R/ Y con tu espíritu.
Levantemos el corazón.R/ Lo tenemos levantado hacia el Señor.
Demos gracias al Señor, nuestro Dios.R/ Es justo y necesario.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre
santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo nuestro Señor. A quien todos los profetas anunciaron y la Virgen
esperó con inefable amor de madre; Juan lo proclamó ya próximo y lo señaló después entre los
hombres. El es quien nos concede ahora prepararnos con alegría al misterio de su nacimiento, para
encontrarnos así cuando llegue, velando en oración y cantando su alabanza. Por eso, con los ángeles y los
arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria: Santo, Santo, Santo...
Antífona de la Comunión
He aquí que la Virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrán por nombre Emmanuel que quiere decir Dios-
con-nosotros.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Tú que nos has dado en este sacramento la prenda de nuestra salvación, concédenos, Padre
todopoderoso, prepararnos cada día con mayor fervor para celebrar dignamente el nacimiento de tu Hijo,
que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.

31
Lunes Diciembre 21

Antífona de Entrada
Pronto llegará el Señor que domina los pueblos, y será llamado Emmanuel, es decir, Dios-con-nosotros.

Oración Colecta
Oremos:
Escucha, Señor, las súplicas de tu pueblo, que se alegra por la venida de tu Hijo en nuestra carne mortal;
y concédenos que, cuando vuelva él revestido de gloria y majestad, nos llenemos
también de alegría al recibir de sus manos la recompensa de la vida eterna. Por nuestro Señor
Jesucristo… Amén.

Primera Lectura
Lectura del libro del Cantar de los Cantares (2, 8-14)
Aquí viene mi amado saltando por los montes, retozando por las colinas. Mi amado es como una gacela, es
como un venadito, que se detiene detrás de nuestra tapia, espía por las ventanas y mira a través del enrejado. Mi
amado me habla así: “Levántate, amada mía, hermosa mía, y ven. Mira que el invierno ya pasó; han terminado
las lluvias y se han ido. Las flores brotan ya sobre la tierra; ha llegado la estación
de los cantos; el arrullo de las tórtolas se escucha en el campo; ya apuntan los frutos en la higuera y las viñas en
flor exhalan su fragancia. Levántate, amada mía, hermosa mía, y ven. Paloma mía, que anidas en las hendiduras
de las rocas, en las grietas de las peñas escarpadas, déjame ver tu rostro y hazme oír tu voz, porque tu voz es
dulce y tu rostro encantador”. Palabra de Dios. R/ Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 32


R/ Demos gracias a Dios, al son del arpa.
Demos gracias a Dios, al son del arpa, que la lira acompañe nuestros cantos; cantemos en su honor nuevos
cantares, al compás de instrumentos alabémoslo. R/ Demos gracias a Dios, al son del arpa.
Los proyectos de Dios duran por siempre; los planes de su amor, todos los siglos. Feliz la nación cuyo Dios es el
Señor; dichoso el pueblo que escogió por suyo. R/ Demos gracias a Dios, al son del arpa.
En el Señor está nuestra esperanza, pues él es nuestra ayuda y nuestro amparo; en el Señor se alegra el
corazón y en él hemos confiado. R/ Demos gracias a Dios, al son del arpa.

Aclamación antes del Evangelio


Aleluya, aleluya. Emmanuel, rey y legislador nuestro, ven, Señor, a salvarnos. Aleluya.

Evangelio
† Lectura del santo Evangelio según san Lucas (1, 39-45) R/ Gloria a ti, Señor.
En aquellos días, María se encaminó presurosa a un pueblo de las montañas de Judea, y entrando en la casa de
Zacarías, saludó a Isabel. En cuanto ésta oyó el saludo de María, la creatura saltó en su seno.
Entonces Isabel quedó llena del Espíritu Santo, y levantando la voz, exclamó: “¡Bendita tú entre las mujeres y
bendito el fruto de tu vientre! ¿ Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a verme? Apenas
llegó tu saludo a mis oídos, el niño saltó de gozo en mi seno. Dichosa tú, que has creído, porque se cumplirá
cuanto te fue anunciado de parte del Señor”. Palabra del Señor. R/ Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas


Oremos:
Acepta, Señor, de tu Iglesia las ofrendas que tú mismo has puesto en nuestras manos y que tu poder
convierte en sacramento de nuestra salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Oración después de la Comunión


Oremos:
Que esta comunión, Señor, proteja siempre a tu pueblo a fin de que, entregados plenamente a tu servicio,
alcancemos la salvación del alma y del cuerpo. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

32
Martes Diciembre 22

Antífona de Entrada
Puertas, abríos de par en par; agrandaos portones eternos, porque va a entrar el rey de la gloria.
Oración Colecta
Oremos:
Dios nuestro, que al ver al hombre caído y condenado a la muerte, quisiste rescatarlo con la venida
de tu Hijo, concede a cuantos creemos en el misterio de su encarnación, participar algún día de su
vida inmortal. Por nuestro Señor Jesucristo… Amén.

Primera Lectura
Lectura del primer libro de Samuel (1, 24-28)
En aquellos días, Ana llevó a Samuel, que todavía era muy pequeño, a la casa del Señor, en Siló, y llevó también
un novillo de tres años, un costal de harina y un odre de vino. Una vez sacrificado el novillo,
Ana presentó el niño a Elí y le dijo: “Escúchame, señor: te juro por mi vida que yo soy aquella mujer que estuvo
junto a ti, en este lugar, orando al Señor. Este es el niño que yo le pedía al Señor y que él me ha concedido. Por
eso, ahora yo se lo ofrezco al Señor, para que le quede consagrado de por vida”.
Y adoraron al Señor. Palabra de Dios. R/ Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial 1 Samuel 2


R/ Mi corazón se alegra en Dios, mi salvador.
Mi corazón se alegra en el Señor, en Dios me siento yo fuerte y seguro. Ya puedo responder a mis contrarios,
pues eres tú, Señor, el que me ayuda. R/ Mi corazón se alegra en Dios, mi salvador.
El arco de los fuertes se ha quebrado, los débiles se ven de fuerza llenos. Se ponen a servir por un mendrugo los
antes satisfechos; y sin tener que trabajar, pueden saciar su hambre los hambrientos. Siete
veces da a luz la que era estéril y la fecunda ya dejó de serlo. R/ Mi corazón se alegra en Dios, mi salvador.
Da el Señor muerte y vida, deja morir y salva de la tumba; él es quien empobrece y enriquece, quien abate y
encumbra.R/ Mi corazón se alegra en Dios, mi salvador.
El levanta del polvo al humillado, al oprimido saca de su oprobio, para hacerlo sentar entre los príncipes en un
trono glorioso. R/ Mi corazón se alegra en Dios, mi salvador.

Aclamación antes del Evangelio


Aleluya, aleluya.
Rey de las naciones y piedra angular de la Iglesia, ven a salvar al hombre, que modelaste del barro.
Aleluya.
Evangelio
† Lectura del santo Evangelio según san Lucas (1, 46-56) R/ Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, dijo María: “Mi alma glorifica al Señor y mi espíritu se llena de júbilo en Dios, mi salvador,
porque puso sus ojos en la humildad de su esclava. Desde ahora me llamarán dichosa todas las generaciones,
porque ha hecho en mí grandes cosas el que todo lo puede. Santo es su nombre, y
su misericordia llega de generación en generación a los que lo temen. Ha hecho sentir el poder de su brazo:
dispersó a los de corazón altanero, destronó a los potentados y exaltó a los humildes. A los hambrientos los
colmó de bienes y a los ricos los despidió sin nada. Acordándose de su misericordia, vino en ayuda de Israel, su
siervo, como lo había prometido a nuestros padres, a Abraham y a su descendencia,
para siempre”. María permaneció con Isabel unos tres meses y luego regresó a su casa. Palabra del Señor. R/
Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas


Confiados, Señor, en tu misericordia, venimos a tu altar con nuestros dones, a fin de que la celebración
de esta Eucaristía nos purifique de nuestros pecados. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Que la recepción de este sacramento nos dé fuerza, Señor, para prepararnos a la venida de nuestro
salvador con la práctica de las buenas obras, y podamos así, alcanzar el premio de la felicidad
eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

33
Miercoles Diciembre 23
Antífona de Entrada
Un niño nos nacerá y será llamado Dios todopoderoso, en él serán bendecidos todos los pueblos de la tierra.
Oración Colecta
Oremos:
Al acercarse las fiestas de la Navidad, te rogamos, Dios eterno y todopoderoso, que tu Verbo, que se hizo
carne en el seno de la Virgen María y habitó entre nosotros, nos haga sentir su amor y su
misericordia. El, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los
siglos. Amén.

Primera Lectura
Lectura del libro del profeta Malaquías (3, 1-4.23-24)
Esto dice el Señor: “He aquí que yo envío a mi mensajero. El preparará el camino delante de mí. De improviso
entrará en el santuario el Señor, a quien ustedes buscan, el mensajero de la alianza a quien ustedes desean.
Miren: Ya va entrando, dice el Señor de los ejércitos. ¿Quién podrá soportar el día
de su venida? ¿Quién quedará en pie cuando aparezca? Será como fuego de fundición, como la lejía de los
lavanderos. Se sentará como un fundidor que refina la plata; como a la plata y al oro, refinará a los hijos de Leví
y así podrán ellos ofrecer, como es debido, las ofrendas al Señor. Entonces agradará al Señor la
ofrenda de Judá y de Jerusalén, como en los días pasados, como en los años antiguos. He aquí que yo les
enviaré al profeta Elías, antes de que llegue el día del Señor, día grande y terrible. El reconciliará a los
padres con los hijos y a los hijos con los padres, para que no tenga yo que venir a destruir la tierra”.
Palabra de Dios. R/ Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial Salmo 24
R/ Descúbrenos, Señor, al Salvador.
Descúbrenos, Señor, tus caminos, guíanos con la verdad de tu doctrina. Tú eres nuestro Dios y salvador y
enemos en ti nuestra esperanza. R/ Descúbrenos, Señor, al Salvador.
Porque el Señor es recto y bondadoso, indica a los pecadores el sendero, guía por la senda recta a los
humildes y descubre a los pobres sus caminos. R/ Descúbrenos, Señor, al Salvador.
Con quien guarda su alianza y sus mandatos el Señor es leal y bondadoso. El Señor se descubre a quien
lo teme y le enseña el sentido de su alianza. R/Descúbrenos, Señor, al Salvador.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya. Rey de las naciones y piedra angular de la Iglesia, ven a salvar al hombre, que modelaste del
barro. Aleluya.
Evangelio
† Lectura del santo Evangelio según san Lucas (1, 57-66) R/ Gloria a ti, Señor.
Por aquellos días, le llegó a Isabel la hora de dar a luz y tuvo un hijo. Cuando sus vecinos y parientes se
enteraron de que el Señor le había manifestado tan grande misericordia, se regocijaron con ella. A los ocho días
fueron a circuncidar al niño y le querían poner Zacarías, como su padre; pero la madre se opuso,
diciéndoles: “No. Su nombre será Juan”. Ellos le decían: “Pero si ninguno de tus parientes se llama así ”.
Entonces le preguntaron por señas al padre cómo quería que se llamara el niño. El pidió una tablilla y escribió:
“Juan es su nombre”. Todos se quedaron extrañados. En ese momento a Zacarías se le soltó la lengua, recobró
el habla y empezó a bendecir a Dios. Un sentimiento de temor se apoderó de los vecinos, y
en toda la región montañosa de Judea se comentaba este suceso. Cuantos se enteraban de ello se preguntaban
impresionados: “¿Qué va a ser de este niño?” Esto lo decían, porque realmente la mano de
Dios estaba con él. Palabra del Señor. R/ Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Que el sacrificio de tu Hijo, que es el acto de culto más perfecto que podemos ofrecerte, nos devuelva,
Señor, tu amistad para que podamos celebrar con un corazón puro el nacimiento de tu Hijo, que vive y
reina por los siglos de los siglos. Amén.
Oración después de la Comunión
Oremos:
A quienes hemos participado de esta Eucaristía, concédenos, Señor, tu perdón y tu paz, para que
estemos siempre preparados a recibir dignamente a tu Hijo, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Amén.

34
Jueves Diciembre 24
Feria de Adviento: día 24 Misa matutina
Antífona de Entrada
He aquí que llega ya la plenitud de los tiempos, cuando Dios envió a su Hijo a la tierra.
Oración Colecta
Oremos:
Apresúrate, Señor Jesús, no tardes ya, para que tu venida dé nuevas fuerzas y ánimo a quienes hemos
puesto nuestra confianza en tu misericordia. Tú que vives y reinas con el Padre en la unidad del Espíritu
Santo y eres Dios por los siglos de los siglos. Amén.

Primera Lectura
Lectura del segundo libro de Samuel (7, 1-5.8-12.14.16)
Tan pronto como el rey David se instaló en su palacio y el Señor le concedió descansar de todos los enemigos
que lo rodeaban, el rey dijo al profeta Natán: “¿Te has dado cuenta de que yo vivo en una mansión de cedro,
mientras el arca de Dios sigue alojada en una tienda de campaña?” Natán le respondió:
“Anda y haz todo lo que te dice el corazón, porque el Señor está contigo”. Aquella misma noche habló el
Señor a Natán y le dijo: “Ve y dile a mi siervo David que el Señor le manda decir esto: ‘¿Piensas que
vas a ser tú el que me construya una casa para que yo habite en ella? Yo te saqué de los apriscos
y de andar tras las ovejas, para que fueras el jefe de mi pueblo, Israel. Yo estaré contigo en todo
lo que emprendas, acabaré con tus enemigos y te haré tan famoso como los hombres más
famosos de la tierra. Le asignaré un lugar a mi pueblo, Israel; lo plantaré allí para que habite en su propia
tierra. Vivirá tranquilo y sus enemigos ya no lo oprimirán más, como lo han venido haciendo desde los tiempos en
que establecí jueces para gobernar a mi pueblo, Israel.
Y a ti, David, te haré descansar de todos tus enemigos. Además, yo, el Señor, te hago saber que te daré una
dinastía; y cuando tus días se hayan cumplido y descanses para siempre con tus padres, engrandeceré a tu hijo,
sangre de tu sangre, y consolidaré su reino. Yo seré para él un padre y él será para mí un hijo. Tu casa y tu reino
permanecerán para siempre ante mí, y tu trono será estable eternamente’ ”.
Palabra de Dios. R/ Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 88


R/ Proclamaré sin cesar la misericordia del Señor.
Proclamaré sin cesar la misericordia del Señor y daré a conocer que su fidelidad es eterna, pues el Señor ha
dicho: “Mi amor es para siempre y mi lealtad, más firme que los cielos. R/ Proclamaré sin cesar la
misericordia del Señor.
Un juramento hice a David, mi servidor, una alianza pacté con mi elegido: ‘Consolidaré tu dinastía para siempre y
afianzaré tu trono eternamente’. R/ Proclamaré sin cesar la misericordia del Señor.
El me podrá decir: ‘Tú eres mi padre, el Dios que me protege y que me salva’. Yo jamás le retiraré mi amor, ni
violaré el juramento que le hice”. R/ Proclamaré sin cesar la misericordia del Señor.

Aclamación antes del Evangelio


Aleluya, aleluya. Sol refulgente de justicia y esplendor de la luz eterna, ven a iluminar a los que
yacen en las tinieblas y en las sombras de la muerte. Aleluya.
Evangelio
† Lectura del santo Evangelio según san Lucas (1, 67-79) R/ Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Zacarías, padre de Juan, lleno del Espíritu Santo, profetizó diciendo: “Bendito sea el Señor,
Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo, y ha hecho surgir en favor nuestro
un poderoso salvador en la casa de David, su siervo. Así lo había anunciado desde antiguo, por boca de sus
santos profetas: que nos salvaría de nuestros enemigos y de las manos de todos los que nos
aborrecen, para mostrar su misericordia a nuestros padres y acordarse de su santa alianza. El Señor juró a
nuestro padre Abraham concedernos que, libres ya de nuestros enemigos, lo sirvamos sin temor, en
santidad y justicia delante de él, todos los días de nuestra vida. Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor a preparar sus caminos y a anunciar a su pueblo la salvación, mediante el
perdón de los pecados. Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombras de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la
paz”. Palabra del Señor. R/ Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas

35
Acepta, Señor, con bondad estas ofrendas, a fin de que se conviertan en el alimento que nos libre de
nuestros pecados y prepare nuestros corazones a la venida gloriosa de tu Hijo, que vive y reina por los
siglos de los siglos. Amén.
Antífona de la Comunión Bendito sea el Señor Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo.

Oración después de la Comunión


Oremos:
Tú que nos has renovado con esta Eucaristía concédenos, Señor, que el nacimiento adorable de tu Hijo,
que hemos anticipado en la fe, nos llene de gozo y nos haga partícipes de los bienes eternos.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Jueves Diciembre 24 Tú eres mi padre, el Dios que me protege

Misa Vespertina de la vigilia de Navidad


Antífona de Entrada
Esta noche sabréis que el Señor vendrá a salvarnos y por la mañana contemplaréis su gloria.
Se dice Gloria.
Oración Colecta
Oremos:
Dios nuestro, que cada año revives en nosotros la gozosa esperanza de la salvación, concédenos
que, así como ahora acogemos a tu Hijo, llenos de júbilo, como a nuestro redentor, así también
cuando venga como juez, podamos recibirlo llenos de confianza. Por nuestro Señor Jesucristo…
Amén.

Primera Lectura
Lectura del libro del profeta Isaías (62, 1-5)
Por amor a Sión no me callaré y por amor a Jerusalén no me daré reposo, hasta que surja en ella esplendoroso
el justo y brille su salvación como una antorcha. Entonces las naciones verán tu justicia, y tu gloria todos los
reyes. Te llamarán con un nombre nuevo, pronunciado por la boca del Señor. Serás corona de gloria en la mano
del Señor y diadema real en la palma de su mano.
Ya no te llamarán “Abandonada”, ni a tu tierra, “Desolada”; a ti te llamarán “Mi complacencia” y a tu tierra,
“Desposada”, porque el Señor se ha complacido en ti y se ha desposado con tu tierra. Como un joven se
desposa con una doncella, se desposará contigo tu hacedor; como el esposo se alegra con la esposa,
así se alegrará tu Dios contigo. Palabra de Dios. R/ Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 88


R/ Proclamaré sin cesar la misericordia del Señor.
“Un juramento hice a David mi servidor, una alianza pacté con mi elegido: ‘Consolidaré tu dinastía para siempre y
afianzaré tu trono eternamente’. R/ Proclamaré sin cesar la misericordia del Señor.
El me podrá decir: ‘Tú eres mi padre, el Dios que me protege y que me salva’. Yo jamás le retiraré mi amor ni
violaré el juramento que le hice”. R/ Proclamaré sin cesar la misericordia del Señor.
Señor, feliz el pueblo que te alaba y que a tu luz camina, que en tu nombre se alegra a todas
horas y al que llena de orgullo tu justicia. R/ Proclamaré sin cesar la misericordia del Señor.

Segunda Lectura
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles (13, 16-17. 22-25)
Al llegar Pablo a Antioquía de Pisidia, se puso de pie en la sinagoga y haciendo una señal para que se callaran,
dijo: “Israelitas y cuantos temen a Dios, escuchen: el Dios del pueblo de Israel eligió a nuestros
padres y engrandeció al pueblo, cuando éste vivía como forastero en Egipto. Después los sacó de
ahí con todo poder. Les dio por rey a David, de quien hizo esta alabanza: He hallado a David,
hijo de Jesé, hombre según mi corazón, quien realizará todos mis designios. Del linaje de David, conforme a la
promesa, Dios hizo nacer para Israel un salvador: Jesús. Juan preparó su venida, predicando
a todo el pueblo de Israel un bautismo de penitencia, y hacia el final de su vida, Juan decía: ‘Yo no soy el que
ustedes piensan. Después de mí viene uno a quien no merezco desatarle las sandalias’ ”.
Palabra de Dios. R/ Te alabamos, Señor.

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Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Mañana será destruida la maldad en la tierra y reinará sobre nosotros el Salvador del mundo.
Aleluya.
Evangelio
† Lectura del santo Evangelio según san Mateo (1, 1-25) R/ Gloria a ti, Señor.
Genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham: Abraham engendró a Isaac,
Isaac a Jacob, Jacob a Judá y a sus hermanos; Judá engendró de Tamar a Fares y a Zará; Fares
a Esrom, Esrom a Aram, Aram a Aminadab, Aminadab a Naasón, Naasón a Salmón, Salmón
engendró de Rajab a Booz; Booz engendró de Rut a Obed, Obed a Jesé, y Jesé al rey David.
David engendró de la mujer de Urías a Salomón, Salomón a Roboam, Roboam a Abiá, Abiá
a Asaf, Asaf a Josafat, Josafat a Joram, Joram a Ozías, Ozías a Joatam, Joatam a Acaz,
Acaz a Ezequías, Ezequías a Manasés, Manasés a Amón, Amón a Josías, Josías engendró
a Jeconías y a sus hermanos, durante el destierro en Babilonia. Después del destierro en
Babilonia, Jeconías engendró a Salatiel, Salatiel a Zorobabel, Zorobabel a Abiud, Abiud a
Eliaquim, Eliaquim a Azor, Azor a Sadoc, Sadoc a Aquim, Aquim a Eliud, Eliud a Eleazar, Eleazar a
Matán, Matán a Jacob, y Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual nació Jesús,
llamado Cristo. De modo que el total de generaciones desde Abraham hasta David, es de
catorce; desde David hasta la deportación a Babilonia, es de catorce, y de la deportación a
Babilonia hasta Cristo, es de catorce. Cristo vino al mundo de la siguiente manera: Estando
María, su madre, desposada con José, y antes de que vivieran juntos, sucedió que ella, por obra del Espíritu
Santo, estaba esperando un hijo. José, su esposo, que era hombre justo, no queriendo ponerla
en evidencia, pensó dejarla en secreto. Mientras pensaba en estas cosas, un ángel del Señor le dijo
en sueños: “José, hijo de David, no dudes en recibir en tu casa a María, tu esposa, porque ella ha
concebido por obra del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y tú le pondrás el nombre de Jesús,
porque él salvará a su pueblo de sus pecados”. Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que había dicho el
Señor por boca del profeta Isaías: He aquí que la virgen concebirá y dará a luz un hijo,
a quien pondrán el nombre de Emmanuel, que quiere decir Dios-con-nosotros. Cuando José despertó de
aquel sueño, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y recibió a su esposa. Y sin que
él hubiera tenido relaciones con ella, María dio a luz un hijo y él le puso por nombre Jesús.
Palabra del Señor. R/ Gloria a ti, Señor Jesús.

Se dice Credo. ( A las palabras:


Y por obra … hay que arrodillarse).

Oración de los Fieles


Celebrante:
Oremos a Jesús, el Salvador, el Dios con nosotros, para que interceda ante el Padre y bendiga al mundo
que celebra su llegada a nuestra tierra. Digamos: R/ Te lo pedimos, Señor.
Para que Jesús renazca hoy en todos los corazones que están en pecado, en los pueblos que sufren la guerra,
en los hogares que están divididos. Oremos. R/ Te lo pedimos, Señor.
Para que los pastores de la Iglesia trabajen por llevar a todos los hombres la luz de Dios, que hoy brilla en Belén.
Oremos. R/ Te lo pedimos, Señor.
Para que la llegada a nuestra tierra de Jesús, el Príncipe de la Paz, apague los odios, ponga fin a las injusticias y
establezca su Reino de amor en medio de los hombres. Oremos. R/ Te lo pedimos, Señor.
Para que el Señor conforte a los oprimidos, dé alimento necesario a los pueblos que padecen hambre, y
sostenga con su providencia a los que están solos, tristes, o deprimidos. Oremos. R/Te lo pedimos, Señor.
Para que Jesús se manifieste a los poderosos de nuestro mundo, para que ejerzan su gobierno en favor de los
más pobres. Oremos. R/ Te lo pedimos, Señor.
Para que nosotros y todos los cristianos de la tierra anunciemos a los hombres la salvación que nos llega de
nuestro Dios. Oremos. R/ Te lo pedimos, Señor.
Celebrante:
Te pedimos, Señor, que escuches nuestras oraciones, que renazcas en nuestras vidas, y que nos
enseñes a amar como Tú nos amas en Jesús hecho niño. Por el mismo Jesucristo nuestro
Señor. Amén.

37
Oración sobre las Ofrendas
Concédenos, Señor, iniciar la celebración de las fiestas de la Navidad con un fervor digno del misterio
que es el principio de nuestra redención. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Prefacio de Navidad I
Cristo es luz
El Señor esté con ustedes. R/Y con tu espíritu.
Levantemos el corazón. R/Lo tenemos levantado hacia el Señor.
Demos gracias al Señor, nuestro Dios. R/ Es justo y necesario.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre
santo, Dios todopoderoso y eterno. Porque gracias al misterio de la Palabra hecha carne, la luz de
tu gloria brilló ante nuestros ojos con nuevo resplandor, para que, conociendo a Dios visiblemente,
Él nos lleve al amor de lo invisible. Por eso, con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros
celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria: Santo, Santo, Santo…
Antífona de la Comunión
Se manifestará la gloria del Señor y todo el mundo verá la salvación que viene de nuestro Dios.

Oración después de la Comunión


Oremos:
Concédenos, Señor, sacar nuevas fuerzas de esta celebración anual del nacimiento de tu Hijo, que se ha
hecho nuestro alimento y bebida en este sacramento de salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Viernes Diciembre 25
Misa de media noche o del Gallo
Antífona de Entrada
El Señor me dijo: Tú eres mi Hijo, hoy te engendré yo.
Se dice Gloria.
Oración colecta
Oremos:
Dios nuestro, que hiciste resplandecer esta noche santísima con el nacimiento de Cristo, verdadera luz
del mundo, concédenos que, iluminados en la tierra por la luz de este misterio, podamos también
disfrutar de la gloria de tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los
siglos de los siglos. Amén.

Primera Lectura
Lectura del libro del profeta Isaías (9, 1-3. 5-6)
El pueblo que caminaba en tinieblas vio una gran luz; sobre los que vivían en tierra de sombras, una luz
resplandeció. Engrandeciste a tu pueblo e hiciste grande su alegría. Se gozan en tu presencia como
gozan al cosechar, como se alegran al repartirse el botín. Porque tú quebrantaste su pesado yugo, la barra que
oprimía sus hombros y el cetro de su tirano, como en el día de Madián. Porque un niño nos ha nacido,
un hijo se nos ha dado; lleva sobre sus hombros el signo del imperio y su nombre será: “Consejero admirable”,
“Dios poderoso”, “Padre sempiterno”, “Príncipe de la paz”; para extender el principado con una
paz sin límites sobre el trono de David y sobre su reino; para establecerlo y consolidarlo con la justicia y el
derecho, desde ahora y para siempre. El celo del Señor lo realizará. Palabra de Dios. R/ Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 95


R/ Hoy nos ha nacido el Salvador.
Cantemos al Señor un canto nuevo, que le cante al Señor toda la tierra; cantemos al Señor y bendigámoslo.
R/ Hoy nos ha nacido el Salvador.
Proclamemos su amor día tras día, su grandeza anunciemos a los pueblos; de nación en nación, sus
maravillas. R/ Hoy nos ha nacido el Salvador.
Alégrense los cielos y la tierra, retumbe el mar y el mundo submarino. Salten de gozo el campo y cuanto
encierra, manifiesten los bosques regocijo. R/ Hoy nos ha nacido el Salvador.
Regocíjese todo ante el Señor, porque ya viene a gobernar el orbe. Justicia y rectitud serán las
normas con las que rija a todas las naciones. R/ Hoy nos ha nacido el Salvador.

38
Segunda Lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a Tito (2, 11-14)
Querido hermano:
La gracia de Dios se ha manifestado para salvar a todos los hombres y nos ha enseñado a renunciar a la
irreligiosidad y a los deseos mundanos, para que vivamos, ya desde ahora, de una manera sobria,
justa y fiel a Dios, en espera de la gloriosa venida del gran Dios y salvador, Cristo Jesús, nuestra
esperanza. El se entregó por nosotros para redimirnos de todo pecado y purificarnos, a fin de convertirnos
en pueblo suyo, fervorosamente entregado a practicar el bien. Palabra de Dios. R/Te alabamos, Señor.

Aclamación antes del Evangelio


Aleluya, aleluya.
Les anuncio una gran alegría: Hoy nos ha nacido el Salvador, que es Cristo, el Señor. Aleluya.
Evangelio
† Lectura del santo Evangelio según san Lucas (2, 1-14) R/ Gloria a ti, Señor.
Por aquellos días, se promulgó un edicto de César Augusto, que ordenaba un censo de todo el imperio. Este
primer censo se hizo cuando Quirino era gobernador de Siria. Todos iban a empadronarse, cada uno
en su propia ciudad; así es que también José, perteneciente a la casa y familia de David, se dirigió desde la
ciudad de Nazaret, en Galilea, a la ciudad de David, llamada Belén, para empadronarse, juntamente
con María, su esposa, que estaba encinta. Mientras estaban ahí, le llegó a María el tiempo de dar a luz
y tuvo a su hijo primogénito; lo envolvió en pañales y lo recostó en un pesebre, porque no hubo lugar para ellos
en la posada. En aquella región había unos pastores que pasaban la noche en el campo, vigilando por turno sus
rebaños. Un ángel del Señor se les apareció y la gloria de Dios los envolvió con su luz y se llenaron de temor. El
ángel les dijo: “No teman. Les traigo una buena noticia, que causará gran alegría a todo el pueblo: hoy les ha
nacido, en la ciudad de David, un salvador, que es el Mesías, el Señor. Esto les servirá de señal: encontrarán al
niño envuelto en pañales y recostado en un pesebre”. De pronto se le
unió al ángel una multitud del ejército celestial, que alababa a Dios, diciendo: “¡Gloria a Dios en el cielo,
y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad!” Palabra del Señor. R/ Gloria a ti,
Señor Jesús.

Se dice Credo. (A las palabras: Y por obra ... hay que arrodillarse.)

Oración de los Fieles


Celebrante:
Presentemos hermanos, en esta noche luminosa, nuestras esperanzas y anhelos a Jesucristo, Palabra
cumplida del Padre, el Dios con nosotros, y con espíritu de adoración, supliquémosle con
confianza, diciendo: R/ Te rogamos, óyenos.
Para que la celebración del Misterio del Amor infinito de Dios, hecho cercanía en su Hijo que ha nacido, haga
renacer a la Iglesia y a cada uno de sus Pastores al Evangelio vivido, proclamado y compartido con
todos los hombres de buena voluntad: Roguemos al Señor, que no desdeña nuestra pobreza. R/ Te
rogamos, óyenos.
Para que en esta noche de paz y de luz, Cristo transforme nuestras tinieblas en bondad, nuestros odios en
perdón, y nuestras desesperanzas en posesión del único tesoro: Roguemos al Señor, que se ha
hecho débil por amor. R/Te rogamos, óyenos.
Para que Cristo hecho niño enseñe al mundo el poder de la paz, la fuerza de quienes aún creen en el hermano; y
la alegría de sabernos amados y acogidos por Dios que viene hasta nosotros: Roguemos al Señor, que es
nuestra esperanza. R/ Te rogamos, óyenos.
Para que aprendamos de la Virgen Madre a recibir a Jesús, para que sepamos entregarlo sin egoísmos, y para
que lo hagamos nacer en otras vidas: Roguemos al Señor, hecho ternura. R/Te rogamos, óyenos.
Para que el Señor cure las heridas del cuerpo y del alma a quienes sufren y recordamos en esta Noche santa.
Roguemos al Señor, Bien nuestro. R/ Te rogamos, óyenos.
Para que, al acoger en nuestros corazones al que quiso asumir nuestra debilidad para transformarla en gracia,
nos hagamos amor, alegría, comprensión y paz para cuantos nos rodean. Roguemos al
Señor, nuestro hermano. R/ Te rogamos, óyenos.
Celebrante:
Señor, que has querido que tu Hijo se encarnara en nuestra carne para recapitular todas las cosas

39
y salvarnos; atiende por su intercesión cuanto te hemos suplicado, y no dejes de acompañarnos
mientras caminamos hacia la plenitud de nuestra historia, donde todos seremos uno en el amor.
Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Oración sobre las Ofrendas


Acepta, Señor, las ofrendas que te presentamos esta noche de Navidad, a fin de que, al recibirlas
nosotros convertidas en el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, nos transformes en él, en quien
nuestra naturaleza está unida a la tuya. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Prefacio de Navidad III


Intercambio efectuado en la Encarnación del Verbo

El Señor esté con ustedes. R/ Y con tu espíritu.


Levantemos el corazón. R/ Lo tenemos levantado hacia el Señor.
Demos gracias al Señor, nuestro Dios. R/ Es justo y necesario.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo nuestro Señor. Por Él, hoy resplandece
ante el mundo el maravilloso intercambio que nos salva, ya que al asumir tu Hijo nuestra fragilidad humana,
no sólo quedó nuestra carne mortal honrada para siempre, sino que, por esta unión admirable, nos hizo también
partícipes de su eternidad. Por eso, con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos
sin cesar el himno de tu gloria: Santo, Santo, Santo...
Antífona de la Comunión
El Verbo se hizo hombre y hemos visto su gloria.
Oración después de la comunión
Oremos:
Tú, Señor, que nos has concedido el gozo de celebrar esta noche el nacimiento de tu Hijo, ayúdanos a
vivir según su ejemplo para llegar a compartir algún día con él la gloria de su Reino. Por Jesucristo,
nuestro Señor. Amén.

Viernes Diciembre 25
Solemnidad de la Natividad del Señor Misa de la Aurora
Antífona de Entrada
Hoy brillará una luz sobre nosotros, porque nos ha nacido el Señor; se le llamará Admirable, Dios, Príncipe de la
paz, Padre del mundo futuro, y su Reino no tendrá fin.

Se dice Gloria.

Oración Colecta
Oremos:
Señor, Dios todopoderoso, que has querido iluminarnos con la luz nueva de tu Verbo hecho carne,
concédenos que nuestras obras concuerden siempre con la fe que ha iluminado nuestro espíritu.
Por nuestro Señor Jesucristo... Amén.

Primera Lectura
Lectura del libro del profeta Isaías (62, 11-12)
Escuchen lo que el Señor hace oír hasta el último rincón de la tierra: “Digan a la hija de Sión: Mira
que ya llega tu salvador. El premio de su victoria lo acompaña y su recompensa lo precede. Tus hijos
serán llamados ‘Pueblo santo’, ‘Redimidos del Señor’, y a ti te llamarán ‘Ciudad deseada, Ciudad
no abandonada’ ”. Palabra de Dios. R/ Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 96


R/ Reina el Señor, alégrese la tierra.
Reina el Señor, alégrese la tierra; cante de regocijo el mundo entero. Los cielos pregonan su justicia,
su inmensa gloria ven todos los pueblos. R/ Reina el Señor, alégrese la tierra.

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Amanece la luz para el justo y la alegría para los rectos de corazón. Alégrense, justos, con el Señor y bendigan
su santo nombre. R/ Reina el Señor, alégrese la tierra.

Segunda Lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a Tito (3, 4-7)
Hermano: Al manifestarse la bondad de Dios, nuestro salvador, y su amor a los hombres, él nos salvó, no
porque nosotros hubiéramos hecho algo digno de merecerlo, sino por su misericordia. Lo hizo mediante el
bautismo, que nos regenera y nos renueva, por la acción del Espíritu Santo, a quien Dios derramó
abundantemente sobre nosotros, por Cristo, nuestro salvador. Así, justificados por su gracia, nos convertiremos
en herederos, cuando se realice la esperanza de la vida eterna. Palabra de Dios.
R/ Te alabamos, Señor.

Aclamación antes del Evangelio


Aleluya, aleluya.
Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad. Aleluya.
Evangelio
† Lectura del santo Evangelio según san Lucas (2, 15-20) Gloria a ti, Señor.
Cuando los ángeles los dejaron para volver al cielo, los pastores se dijeron unos a otros: “Vayamos hasta Belén,
para ver eso que el Señor nos ha anunciado”. Se fueron, pues, a toda prisa y encontraron a María, a José y al
niño, recostado en el pesebre. Después de verlo, contaron lo que se les había dicho de aquel niño, y cuantos los
oían quedaban maravillados. María, por su parte, guardaba todas estas cosas y las meditaba en su corazón. Los
pastores se volvieron a sus campos, alabando y glorificando a Dios
por todo cuanto habían visto y oído, según lo que se les había anunciado. Palabra del Señor.
R/ Gloria a ti, Señor Jesús.

Se dice Credo. ( A las palabras: Y por obra ... hay que arrodillarse.)
Oración de los Fieles
Celebrante:
Hermanos, ha aparecido la gracia salvadora de Dios, su bondad se ha hecho carne de
nuestra carne en el portal de Belén. Oremos para que Jesús, que acaba de nacer, encuentre
un sitio acogedor en nuestros corazones y digámosle: R/ Te lo pedimos, Señor.
Para que el nacimiento de Jesús nos recuerde la cercanía de Dios y su alianza de amor
con su pueblo. Oremos. R/ Te lo pedimos, Señor.
Para que Jesús transforme nuestras dudas en certezas, nuestros resentimientos en bondad, nuestra indiferencia
en amor. Oremos. R/ Te lo pedimos, Señor.

Para que Dios hecho niño nos enseñe el poder de la paz, la dicha de la justicia, y el gozo de la misericordia
recibida y dispensada. Oremos. R/ Te lo pedimos, Señor.
Para que, como los pastores, corramos a adorar a Jesús que nace en nuestra historia y lo reconozcamos y
sirvamos en nuestros hermanos pobres y necesitados. Oremos. R/ Te lo pedimos, Señor.
Para que Jesús conforte y consuele a quienes en estas fiestas entrañables, sienten el peso de la soledad, de la
división y de la angustia. Oremos. R/ Te lo pedimos, Señor.
Para que, al acoger a Jesús hecho niño, nos hagamos más sensibles a las necesidades de nuestros hermanos.
Oremos. R/ Te lo pedimos, Señor.
Celebrante:
Señor, que has querido que tu Hijo se encarnara en nuestro barro para recapitular todas las cosas y
salvarnos; atiende por su intercesión cuanto te hemos suplicado y no dejes de acompañarnos
mientras peregrinamos hacia la plenitud de tu vida. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Oración sobre las Ofrendas


Que nuestras ofrendas, Señor, sean dignas del misterio de Navidad que estamos celebrando, para que tú,
que nos has revelado a Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre, nos hagas participar, por este
pan y este vino, de su vida inmortal. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Prefacio de Navidad III


Intercambio efectuado en la Encarnación del Verbo

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El Señor esté con ustedes. R/ Y con tu espíritu.
Levantemos el corazón. R/ Lo tenemos levantado hacia el Señor.
Demos gracias al Señor, nuestro Dios. R/ Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre
santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo nuestro Señor. Por Él, hoy resplandece ante el mundo el
maravilloso intercambio que nos salva, ya que al asumir tu Hijo nuestra fragilidad humana, no sólo quedó nuestra
carne mortal honrada para siempre, sino que, por esta unión admirable, nos hizo también partícipes de su
eternidad. Por eso, con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el
himno de tu gloria: Santo, Santo, Santo...

Antífona de la Comunión
¡Salta de alegría, hija de Sión! ¡Lanza gritos de gozo, hija de Jerusalén! He aquí que viene tu Rey, el Santo,
el Salvador del mundo.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Dios nuestro, que nos has reunido para celebrar, llenos de júbilo, el nacimiento de tu Hijo, concédenos
penetrar con fe profunda en este misterio y encontrar en él la fuente de un amor cada vez más generoso.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Viernes Diciembre 25
Solemnidad de la Natividad del Señor Misa del día
Antífona de Entrada
Un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado. La insignia del poder está sobre sus hombros y se le llamará
Ángel del Gran Consejo.
Se dice Gloria.
Oración Colecta
Oremos:
Dios nuestro, que de modo admirable creaste al hombre a tu imagen y semejanza, y de modo más
admirable lo elevaste con el nacimiento de tu Hijo, concédenos participar de la vida divina de aquél
que ha querido participar de nuestra humanidad. Por nuestro Señor Jesucristo... Amén.

Primera Lectura
Lectura del libro del profeta Isaías (52, 7-10)
¡Qué hermoso es ver correr sobre los montes al mensajero que anuncia la paz, al mensajero que trae la buena
nueva, que pregona la salvación, que dice a Sión: “Tu Dios es rey”! Escucha: Tus centinelas alzan
la voz y todos a una gritan alborozados, porque ven con sus propios ojos al Señor, que retorna a Sión.
Prorrumpan en gritos de alegría, ruinas de Jerusalén, porque el Señor rescata a su pueblo, consuela a Jerusalén.
Descubre el Señor su santo brazo a la vista de todas las naciones. Verá la tierra entera
la salvación que viene de nuestro Dios. Palabra de Dios. R/ Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 97


R/ Toda la tierra ha visto al Salvador.
Cantemos al Señor un canto nuevo, pues ha hecho maravillas. Su diestra y su santo brazo le
han dado la victoria. / Toda la tierra ha visto al Salvador.
El Señor ha dado a conocer su victoria y ha revelado a las naciones su justicia. Una vez más ha demostrado
Dios su amor y su lealtad hacia Israel. R/ Toda la tierra ha visto al Salvador.
La tierra entera ha contemplado la victoria de nuestro Dios. Que todos los pueblos y naciones aclamen con
júbilo al Señor. R/ Toda la tierra ha visto al Salvador.
Cantemos al Señor al son del arpa, suenen los instrumentos. Aclamemos al son de los clarines al Señor, nuestro
rey. R/ Toda la tierra ha visto al Salvador.

Segunda Lectura
Lectura de la carta a los hebreos (1, 1-6)

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En distintas ocasiones y de muchas maneras habló Dios en el pasado a nuestros padres, por boca de los
profetas. Ahora, en estos tiempos, nos ha hablado por medio de su Hijo, a quien constituyó heredero de todas
las cosas y por medio del cual hizo el universo. El Hijo es el resplandor de la gloria de Dios, la imagen fiel de su
ser y el sostén de todas las cosas con su palabra poderosa. El mismo, después de efectuar
la purificación de los pecados, se sentó a la diestra de la majestad de Dios, en las alturas, tanto más encumbrado
sobre los ángeles, cuanto más excelso es el nombre que, como herencia, le corresponde.
Porque ¿a cuál de los ángeles le dijo Dios: Tú eres mi Hijo; yo te he engendrado hoy? ¿O de qué ángel dijo Dios:
Yo seré para él un padre y él será para mí un hijo? Además, en otro pasaje, cuando introduce en el mundo a su
primogénito, dice: Adórenlo todos los ángeles de Dios. Palabra de Dios. R/Te alabamos, Señor.

Aclamación antes del Evangelio


Aleluya, aleluya.
Un día sagrado ha brillado para nosotros. Vengan naciones, y adoren al Señor, porque hoy ha descendido una
gran luz sobre la tierra. Aleluya.
Evangelio
† Lectura del santo Evangelio según san Juan (1, 1-18) R/ Gloria a ti, Señor.
En el principio ya existía aquel que es la Palabra, y aquel que es la Palabra estaba con Dios y era Dios. Ya en el
principio él estaba con Dios. Todas las cosas vinieron a la existencia por él y sin él nada empezó de cuanto
existe. El era la vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz brilla en las tinieblas y las tinieblas
no la recibieron. Hubo un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan. Este vino como testigo, para
dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de él. El no era la luz, sino testigo de la luz.
Aquel que es la Palabra era la luz verdadera, que ilumina a todo hombre que viene a este mundo. En el mundo
estaba; el mundo había sido hecho por él y, sin embargo, el mundo no lo conoció. Vino a los suyos y los suyos
no lo recibieron; pero a todos los que lo recibieron les concedió poder llegar a ser hijos de Dios, a los que creen
en su nombre, los cuales no nacieron de la sangre, ni del deseo de la carne, ni por voluntad del hombre, sino que
nacieron de Dios. Y aquel que es la Palabra se hizo hombre y habitó entre nosotros. Hemos visto su gloria, gloria
que le corresponde como a Unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.
Juan el Bautista dio testimonio de él, clamando: “A éste me refería cuando dije: ‘El que viene después de mí,
tiene precedencia sobre mí, porque ya existía antes que yo’ ”. De su plenitud hemos recibido
todos gracia sobre gracia. Porque la ley fue dada por medio de Moisés, mientras que la gracia y la verdad
vinieron por Jesucristo. A Dios nadie lo ha visto jamás. El Hijo unigénito, que está en el seno del Padre,
es quien lo ha revelado. Palabra del Señor. R/ Gloria a ti, Señor Jesús.

Se dice Credo. (A las palabras: Y por obra ... hay que arrodillarse.)

Oración de los Fieles


Celebrante:
Presentemos al Padre las necesidades y deseos de todos los hombres, y dejemos que Jesús, el niño de
Belén, interceda por nosotros con gemidos humanos y divinos. Digamos: R/ Te lo pedimos, Señor.
Para que la celebración gozosa de la Navidad aleje de todos los hombres el temor, la duda y la inseguridad, y les
haga sabedores de la Buena Noticia de la Salvación de Dios. Oremos. R/ Te lo pedimos, Señor.
Para que el Papa, los obispos, los sacerdotes, los consagrados y los fieles laicos, nos comprometamos con la
humanidad promoviendo la justicia y la paz, y proclamando que Jesús es el Salvador esperado. Oremos.
R/ Te lo pedimos, Señor.
Para que cuantos sueñan con la libertad, esperan la unidad, buscan la paz y desean consuelo, lo ncuentren en
Jesús que viene a saciar sus carencias y a colmar sus anhelos. Oremos. R/ Te lo pedimos, Señor.
Para que los agonizantes y cuantos han dejado este mundo, puedan contemplar cara a cara a Jesús, el Dios
hecho hombre, el Dios con nosotros. Oremos. R/ Te lo pedimos, Señor.
Para que, como María, la Virgen de la Navidad, engendremos en la fe a Jesús y lo demos en la vida a los
hermanos. Oremos. R/ Te lo pedimos, Señor.
Para que los anhelos de bondad que hoy han surgido en todos los rincones del universo, se traduzcan,
por la virtud de la Eucaristía, en bendición, confianza y entusiasmo para todos los hombres y mujeres del mundo.
Oremos. R/ Te lo pedimos, Señor.

Celebrante:
Padre bueno, mira a tu pueblo que vuelve los ojos a Belén, y dale la paz que te suplica al adorar

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a tu Hijo; haz que en todos los corazones hoy se manifieste tu salvación, y atiende cuanto con fe te
hemos suplicado. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Oración sobre las Ofrendas


Acepta, Señor, en la fiesta solemne de la Navidad, esta ofrenda que nos reconcilia contigo de un
modo perfecto, y encierra en sí la plenitud del culto que los hombres podemos tributarte.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Prefacio de Navidad I Cristo es luz

El Señor esté con ustedes. R/ Y con tu espíritu.


Levantemos el corazón. / Lo tenemos levantado hacia el Señor.
Demos gracias al Señor, nuestro Dios. R/ Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre
santo, Dios todopoderoso y eterno. Porque gracias al misterio de la Palabra hecha carne, la luz de tu gloria brilló
ante nuestros ojos con nuevo resplandor, para que, conociendo a Dios visiblemente, Él nos lleve al amor de lo
invisible. Por eso, con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el
himno de tu gloria: Santo, Santo, Santo…

Antífona de la Comunión
Sobre toda la superficie de la tierra se ha contemplado la salvación que viene de nuestro Dios.
Oración
después de la Comunión
Oremos:
Concédenos, Dios misericordioso, que el salvador del mundo, que hoy nos ha nacido para comunicarnos
su vida divina, nos dé también el don de su inmortalidad. El cual vive y reina por los siglos de los siglos.
Amén.

Navidad
Padre Jordi Rivero

1. Navidad es la solemne fiesta instituida por la Iglesia para celebrar el nacimiento de Jesucristo, Rey de reyes y Señor
de Señores.
Es la celebración del evento central de la historia: Nace Dios como hombre. La liturgia de Navidad celebra la
revelación del gran designio de Dios de haber enviado a su Hijo entre nosotros. "Puer natus est nobis..." (Nos ha
nacido un niño, nos han dado un Hijo...) El Adviento nos prepara por cuatro semana en que recordamos la larga
preparación para la venida del Señor.
2. Etimología de "Navidad": El nombre viene de natalis (día natal), y así se le llamaba en el siglo II en la Iglesia latina.
Hasta el siglo IV, en que el Papa Julio I la fijó uniformemente en el 25 de diciembre, la fiesta de Navidad tuvo dos
fechas: el 25 de diciembre en Occidente y el 6 de enero en Oriente. Navidad es un día de gozo y motivo de
manifestaciones de alegría popular. Las hermosas costumbres de los belenes o pesebres, de cantar villancicos, etc.
nos ayudan a celebrar de corazón la Navidad.
3. El Evangelio del día resume la enseñanza de Navidad:
1- El Hijo es eterno, "engendrado del Padre desde todos los tiempos"; "en el principio, el Verbo estaba en
Dios".
2- El Hijo de Dios, la Segunda Personas de la Trinidad asumió la naturaleza humana y nació hace unos 2000
años de Santa María Virgen. "el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros
3- Cristo vivifica la Iglesia, que es su cuerpo místico.
4- El Redentor ha venido a nosotros del seno del Padre y por la fuerza del Espíritu. Dios mismo ha venido, en
la persona del Salvador.
4. ¿ CUÁNDO NACIÓ JESUCRISTO
Como surgió el calendario que usamos en la actualidad

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25 de Diciembre: Origen de la fecha
Desde el 221 AD los cristianos en algunas regiones celebraban la Navidad el 25 de diciembre.
5. Se ha dicho que la fecha del 25 de diciembre fue tomada de la fiesta pagana del sol. Según esta teoría, la Iglesia
escogió ese día para suplantar la fiesta pagana en que se celebraba al sol, conocida como "dies natalis Solis invicti".
Es cierto que, según el calendario juliano, utilizado en el imperio romano a partir del 45 AD, el 25 de diciembre marca
el día del solsticio de invierno (cuando comienza a alargarse la luz del día y reducirse la oscuridad). Sin embargo en
ese día no se celebraba ninguna fiesta pagana hasta el 274 AD con el emperador Aurelio, es decir, más de
cincuenta años después de que los cristianos celebrasen en ese día la Navidad. El culto al sol tenía poca
importancia en Roma antes del 274 AD y no se celebraba el 25 de diciembre sino en agosto hasta ese año. De
manera que parece ser que fue el emperador pagano Aurelio, conocido por su hostilidad al cristianismo, el que quiso
suplantar la fiesta cristiana trasladando a ese día la fiesta pagana del sol.
6. Es cierto que la celebración de la Navidad en la ciudad de Roma esta comprobada solo a partir del 336 AD. Pero
aun en el caso en que la Iglesia hubiese querido remplazar la fiesta pagana, lo cierto es que la Navidad es una fiesta
radicalmente distinta a las paganas y los cristianos no las confundían. El verdadero Sol que nace de lo alto no es
el astro sino Jesucristo. El es "la luz verdadera que ilumina a todo hombre que viene a este mundo". San Cipriano
decía: "Él es el verdadero Sol" y San Agustín: "Él es el nuevo Sol".
7. Por que el 25 de Diciembre
Esta fecha no pretende ser exacta desde el punto de vista histórico. Hay varias teorías sobre como se escogió.
En un antiguo tratado anónimo sobre solsticios y equinoccios se afirma que nuestro Señor fue concebido el 8 de las
kalendas (hoy 25 de marzo), pensando que fuera el mismo día de la pasión del Señor. Si fue concebido el 25 de
marzo, la celebración de su nacimiento se fijaría nueve meses después, es decir, el 25 de diciembre. En la tradición
oriental, apoyándose en otro calendario, la pasión y la encarnación del Señor se celebraban el 6 de abril, por lo que
se fijó la celebración de la Navidad el 6 de enero
8. Como se calculó el año del nacimiento de Jesús
Cristo vino al mundo durante el Imperio romano. Los cristianos de los primeros siglos usaban los calendarios de su
época que se referían a fechas de acontecimientos importantes para aquel mundo: fechas de emperadores,
olimpiadas o el año de la fundación de Roma.
9. A comienzos del siglo VI AD el cristianismo se había propagado por todo el imperio. Uno de los hombres mas sabios
de la época, el monje y astrónomo de Scythia (actual Suroeste de Rusia), Dionisio el Exiguo (el pequeño) recopiló
una tabla de fechas para la Pascua utilizando el calendario del emperador Dioclesiano. Entonces, después de
muchos estudios y cálculos, quiso reanudar el sistema de cuenta de los años tomando el nacimiento de Jesucristo,
Señor y centro de la Historia, como punto de partida. Dionisio señaló el año 753 de la fundación de Roma como
el año del nacimiento de Jesucristo. Tomó entonces este año como primero de la era cristiana. Paulatinamente
este nuevo calendario fue tomando importancia primero entre los cristianos y después en el mundo secular. Es el
calendario que hoy se reconoce universalmente, aunque en algunas regiones aun utilizan también otros calendarios.
Es según este calendario que comenzamos el tercer milenio.
10. Aunque Dionisio hizo un buen trabajo, no pudo saber la fecha exacta del nacimiento de Cristo. Estudios
posteriores indican que Cristo nació varios años antes de lo que calculó el monje Dionisio:

-Jesús nació durante el reinado de Herodes el Grande. Los Evangelios y el historiador Macrobio señalan que
Herodes murió poco después de la masacre de los Santos Inocentes. También sabemos, según los datos del
historiador Flavio Josefo, que Herodes el Grande murió en el año 750 de Roma. Por lo que se deduce que Jesús
debe haber nacido antes de ese año.
11. -Según San Lucas, Jesús contaba con unos treinta años cuando fue bautizado. Ahora bien, como San Juan Bautista
comenzó su ministerio el año 15 del reinado de Tiberio, tenemos un punto de referencia. El año 764 de Roma es la
fecha más probable del principio del reinado de Tiberio. Si añadimos 15 años para llegar al ministerio de San Juan
Bautista, estamos en el año 779 de la fundación de Roma. Si para entonces Jesús tenía 30 años, El nació el 749 de
la fundación de Roma, es decir 4 años antes de lo calculado por Dionisio. La fecha del nacimientos de Jesús sería
el año 4 AC.
12. La imprecisión de la fecha en ningún modo disminuye la importancia de celebrar el nacimiento de Jesús. No
cambia la realidad histórica y trascendental de que el Verbo Eterno se hizo hombre y habitó entre nosotros para
salvarnos. Lo importante no es la fecha del nacimiento sino el nacimiento en si mismo.
13. Pongamos un ejemplo. Los padres que adoptan a un bebe que fue abandonado no saben la fecha exacta de su
nacimiento. ¿No sería lógico que, ante la carencia de datos, escogiesen una fecha aproximada para celebrar su
cumpleaños?. ¿Qué tal si esos padres rehusaran celebrar apelando a que la fecha es incierta? ¿Acaso no sería un
agravio contra ese hijo? Habría que preguntarles: ¿qué es lo mas importante, el día del calendario o la persona?
Igualmente, lo importante no es la fecha exacta del nacimiento de Jesús sino el hecho de que el Verbo
verdaderamente se hizo hombre y habitó entre nosotros, naciendo de María Santísima en el tiempo y en la historia.
Esa realidad es digna de la mayor de las celebraciones porque trae la salvación al mundo entero. Para celebrar
unidos, es razonable que, al no saber a ciencia cierta el día natalicio de Jesús, la Iglesia haya escogido una fecha
con la mayor aproximación de que era capaz cuando se hizo el calendario.

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14. Entonces los Cristianos debemos celebrar la Navidad y celebrar el Gran jubileo de nuestra redención con todo el
corazón porque celebramos a Jesucristo.
15. Cristo, verdadero Dios y verdadero hombre, es Señor del cosmos y también Señor de la historia, de la que es « el
Alfa y la Omega » (Ap 1, 8; 21, 6), « el Principio y el Fin » (Ap 21, 6). En El el Padre ha dicho la palabra definitiva
sobre el hombre y sobre la historia. Esto es lo que expresa sintéticamente la Carta a los Hebreos: « Muchas veces y
de muchos modos habló Dios en el pasado a nuestros Padres por medio de los Profetas: en estos últimos tiempos
nos ha hablado por medio del Hijo » (1, 1-2). Tertio Millennio Adveniente #5

Sabado Diciembre 26
San Esteban, protomártir Fiesta
Antífona de Entrada Las puertas del cielo se abrieron para san Esteban, el primero de los mártires, y por esto ha
recibido el premio de la gloria.
Se dice Gloria.
Oración Colecta Oremos:
Dios nuestro, que concediste a san Esteban, protomártir, fortaleza para orar por sus verdugos, haz que, a
imitación suya, sepamos perdonar de corazón a cuantos nos hayan ofendido o causado algún mal. Por
nuestro Señor Jesucristo… Amén.
Primera Lectura Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles (6, 8-10; 7, 54-59)
En aquellos días, Esteban, lleno de gracia y de poder, realizaba grandes prodigios y señales entre la gente.
Algunos judíos de la sinagoga llamada “de los Libertos”, procedentes de Cirene, Alejandría, Cilicia y Asia, se
pusieron a discutir con Esteban; pero no podían refutar la sabiduría inspirada con que hablaba. Al oír estas
cosas, los miembros del sanedrín se enfurecieron y rechinaban los dientes de rabia contra él.
Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo, miró al cielo, vio la gloria de Dios y a Jesús, que estaba de pie a la
derecha de Dios, y dijo: “Estoy viendo los cielos abiertos y al Hijo del hombre de pie a la derecha de Dios”.
Entonces los miembros del sanedrín gritaron con fuerza, se taparon los oídos y todos a una se precipitaron sobre
él. Lo sacaron fuera de la ciudad y empezaron a apedrearlo. Los falsos testigos depositaron sus
mantos a los pies de un joven, llamado Saulo. Mientras lo apedreaban, Esteban repetía esta oración:
“Señor Jesús, recibe mi espíritu”. Después se puso de rodillas y dijo con fuerte voz: “Señor, no les tomes en
cuenta este pecado”. Diciendo esto, se durmió en el Señor. Palabra de Dios. R/ Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial Salmo 30 R/ En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
Sé tú, Señor, mi fortaleza y mi refugio, la muralla que me salve. Tú, que eres mi fortaleza y mi defensa, por tu
nombre, dirígeme y guíame. R/ En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
En tus manos encomiendo mi espíritu y tú, mi Dios leal, me librarás. Tu misericordia me llenará de alegría,
porque has visto las angustias de mi alma. R/ En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
Líbrame de la mano de mis enemigos y de aquellos que me persiguen. Vuelve, Señor, tus ojos a tu siervo y
sálvame por tu misericordia. R/ En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya. ¡Bendito el que viene en nombre del Señor! Que el Señor, nuestro Dios, nos ilumine. Aleluya.
Evangelio
† Lectura del santo Evangelio según san Mateo (10, 17-22) R/ Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus apóstoles: “Cuídense de la gente, porque los llevarán a los tribunales, los
azotarán en las sinagogas, los llevarán ante gobernadores y reyes por mi causa; así darán testimonio de mí ante
ellos y ante los paganos. Pero, cuando los injurien, no se preocupen por lo que van a decir o por la forma de
decirlo, porque, en ese momento se les inspirará lo que han de decir. Pues no serán ustedes los que hablen, sino
el Espíritu de su Padre el que hablará por ustedes. El hermano entregará a su hermano a la muerte, y el padre, a
su hijo; los hijos se levantarán contra sus padres y los matarán; todos los odiarán a ustedes por mi causa, pero el
que persevere hasta el fin se salvará”. Palabra del Señor. R/ Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Acepta, Señor, el sacrificio de alabanza que vamos a ofrecerte en memoria del glorioso mártir san
Esteban, y confírmanos en la fe que él atestiguó con su propia sangre. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Que esta sagrada Eucaristía que hemos recibido, al celebrar hoy a san Esteban, el primero de tus
mártires, nos llene, Señor, de alegría y de gratitud por el nacimiento de Cristo, nuestro salvador,
que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.

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La Sagrada Familia de Jesús, María y José
Domingo Diciembre 27
Antífona de Entrada
Fueron los pastores a toda prisa y encontraron a María y a José y, recostado en un pesebre, al niño.
Se dice Gloria.
Oración Colecta
Oremos:
Señor y Dios nuestro, tú que nos has dado en la Sagrada Familia de tu Hijo, el modelo perfecto para
nuestras familias, concédenos practicar sus virtudes domésticas y estar unidos por los lazos de
tu amor, para que podamos ir a gozar con ella eternamente de la alegría de tu casa. Por nuestro Señor
Jesucristo... Amén.

Primera Lectura
Lectura del libro del Eclesiástico (Sirácide) (3, 3-7. 14-17)
El Señor honra al padre en los hijos y respalda la autoridad de la madre sobre la prole. El que honra a su padre
queda limpio de pecado; y acumula tesoros, el que respeta a su madre. Quien honra a su padre,
encontrará alegría en sus hijos y su oración será escuchada; el que enaltece a su padre, tendrá larga vida y el
que obedece al Señor, es consuelo de su madre. Hijo, cuida de tu padre en la vejez y en su vida no le causes
tristeza; aunque chochee, ten paciencia con él y no lo menosprecies por estar tú en pleno vigor. El bien hecho al
padre no quedará en el olvido y se tomará a cuenta de tus pecados. Palabra de Dios. R/Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 127


R/ Dichoso el que teme al Señor.
Dichoso el que teme al Señor y sigue sus caminos: comerá del fruto de su trabajo, será dichoso, le irá bien.
R/ Dichoso el que teme al Señor.
Su mujer, como vid fecunda, en medio de su casa; sus hijos, como renuevos de olivo, alrededor de su mesa. R/
Dichoso el que teme al Señor.
Esta es la bendición del hombre que teme al Señor: “Que el Señor te bendiga desde Sión, que veas la
prosperidad de Jerusalén todos los días de tu vida”. R/ Dichoso el que teme al Señor.

Segunda Lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los colosenses (3, 12-21)
Hermanos: Puesto que Dios los ha elegido a ustedes, los ha consagrado a él y les ha dado su amor, sean
compasivos, magnánimos, humildes, afables y pacientes. Sopórtense mutuamente y perdónense cuando tengan
quejas contra otro, como el Señor los ha perdonado a ustedes. Y sobre todas estas virtudes, tengan
amor, que es el vínculo de la perfecta unión. Que en sus corazones reine la paz de Cristo, esa paz a la que han
sido llamados, como miembros de un solo cuerpo. Finalmente, sean agradecidos. Que la palabra de Cristo habite
en ustedes con toda su riqueza. Enséñense y aconséjense unos a otros lo mejor que sepan. Con el corazón lleno
de gratitud, alaben a Dios con salmos, himnos y cánticos espirituales; y todo lo que digan y todo lo que hagan,
háganlo en el nombre del Señor Jesús, dándole gracias a Dios Padre, por medio de Cristo. Mujeres, respeten la
autoridad de sus maridos, como lo quiere el Señor. Maridos, amen a sus
esposas y no sean rudos con ellas. Hijos, obedezcan en todo a sus padres, porque eso es agradable al Señor.
Padres, no exijan demasiado a sus hijos, para que no se depriman. Palabra de Dios. R/ Te alabamos, Señor.

Aclamación antes del Evangelio


Aleluya, aleluya.
Que en sus corazones reine la paz de Cristo; que la palabra de Cristo habite en ustedes con toda su riqueza.
Aleluya.
Evangelio
† Lectura del santo Evangelio según san Lucas (2, 41-52) R/ Gloria a ti, Señor.
Los padres de Jesús solían ir cada año a Jerusalén para las festividades de la Pascua. Cuando el niño cumplió
doce años, fueron a la fiesta, según la costumbre. Pasados aquellos días, se volvieron, pero el niño
Jesús se quedó en Jerusalén, sin que sus padres lo supieran. Creyendo que iba en la caravana, hicieron un día
de camino; entonces lo buscaron, y al no encontrarlo, regresaron a Jerusalén en su busca. Al tercer día lo
encontraron en el templo, sentado en medio de los doctores, escuchándolos y haciéndoles preguntas. Todos los

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que lo oían se admiraban de su inteligencia y de sus respuestas. Al verlo, sus padres se quedaron atónitos y su
madre le dijo: “Hijo mío, ¿por qué te has portado así con nosotros? Tu padre y yo te hemos estado buscando,
llenos de angustia”. El les respondió: “¿Por qué me andaban buscando? ¿No sabían que debo ocuparme en las
cosas de mi Padre?” Ellos no entendieron la respuesta que les dio. Entonces volvió con ellos a Nazaret y siguió
sujeto a su autoridad. Su madre conservaba en su corazón todas aquellas cosas. Jesús iba creciendo en saber,
en estatura y en el favor de Dios y de los hombres.
Palabra del Señor. R/ Gloria a ti, Señor Jesús.

Se dice Credo.

Oración de los fieles


Celebrante;
Al celebrar hoy la fiesta de la Sagrada Familia, oremos a Dios nuestro Padre, y pidámosle por nosotros y
por todos los hombres, para que seamos hermanos y vivamos en el amor. Digamos juntos: R/ Te
rogamos, óyenos.
Para que el Señor reciba la acción de gracias de su Iglesia por su Hijo Jesús, que naciendo en una familia
humana nos abrió el camino para llegar a ser miembros de la gran familia de Dios. Oremos con fe.
R/ Te rogamos, óyenos.
Para que la presencia del Emmanuel, que quiso hacerse hermano nuestro, avive en todos los hombres la
conciencia de una fraternidad universal, en la que la solidaridad nos comprometa con los que sufren.
Oremos como hermanos. R/ Te rogamos, óyenos.
Para que, mirando a la Familia de Nazaret, las familias sean servidoras de la vida, formadoras de personas y
promotoras de la cultura de la vida y de la civilización del amor. Oremos con confianza. R/ Te rogamos,
óyenos.
Para que las familias que sufren la división a causa de la guerra, el egoísmo o el rencor, puedan restablecerse en
la comunión y la paz. Oremos con esperanza. R/ Te rogamos, óyenos.
Para que los niños que viven abandonados y no reciben amor de nadie, encuentren quienes los acojan y ayuden
a crecer con dignidad. Oremos con amor. R/ Te rogamos, óyenos.
Para que la Familia de Nazaret nos anime a vivir en la comunión y en el amor, y bendiga a los esposos que
celebran este año sus bodas de plata o de oro. Oremos con entusiasmo. R/ Te rogamos, óyenos.

Celebrante:
Mira, Señor, a la Familia de Nazaret, escucha nuestras oraciones, y haz que viviendo como hijos tuyos y
hermanos de todos los hombres, promovamos en nuestra sociedad la edificación de tu Reino. Por
Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Oración sobre las Ofrendas
Acepta, Señor, este sacrificio de reconciliación y por intercesión de la Virgen Madre de Dios y de san
José, concede a nuestras familias, vivir siempre en tu amistad y en tu paz. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio de Navidad III Intercambio efectuado en la Encarnación del Verbo
El Señor esté con ustedes. R/ Y con tu espíritu.
Levantemos el corazón. R/ Lo tenemos levantado hacia el Señor.
Demos gracias al Señor, nuestro Dios. R/ Es justo y necesario.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, adre
santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo nuestro Señor. Por Él, hoy resplandece ante el mundo el
maravilloso intercambio que nos salva, ya que al asumir tu Hijo nuestra fragilidad humana, no sólo quedó nuestra
carne mortal honrada para siempre, sino que, por esta unión admirable, nos hizo también partícipes de su
eternidad. Por eso, con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el
himno de tu gloria: Santo, Santo, Santo...
Antífona de la Comunión
Nuestro Dios apareció en el mundo y convivió con los hombres.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Padre lleno de amor, concede a los que acabamos de alimentarnos con estesacramento celestial,
imitar siempre los ejemplos de la Sagrada Familia, para que, después de las pruebas de esta vida,
podamos gozar eternamente con ellos en el cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

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Lunes Diciembre 28
Santos Inocentes, mártires
Antífona de Entrada
Los niños inocentes murieron por Cristo; ahora siguen al Cordero sin mancha, cantando: Gloria a ti, Señor.
Se dice Gloria.
Oración Colecta
Oremos:
Dios nuestro, que concediste a los Santos Inocentes dar testimonio de Cristo, no de palabra, sino con su
sangre, ayúdanos a poner de manifiesto nuestra fe, no sólo con nuestros labios, sino, más bien, con
nuestra conducta diaria. Por nuestro Señor Jesucristo… Amén.
Primera Lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Juan (1, 5—2, 2)
Queridos hermanos: Este es el mensaje que hemos escuchado de labios de Jesucristo y que ahora les
anunciamos: Dios es luz y en él no hay nada de oscuridad. Si decimos que estamos con Dios, pero vivimos en la
oscuridad, mentimos y no vivimos conforme a la verdad. Pero, si vivimos en la luz, como él vive en la luz,
entonces estamos unidos unos con otros, y la sangre de su Hijo Jesús nos purifica de todo pecado.
Si decimos que no tenemos ningún pecado, nos engañamos a nosotros mismos y la verdad no está en nosotros.
Si, por el contrario, confesamos nuestros pecados, Dios, que es fiel y justo, nos los perdonará
y nos purificará de toda maldad. Si decimos que no hemos pecado, hacemos pasar a Dios por mentiroso y no
hemos aceptado verdaderamente su palabra. Hijitos míos, les escribo esto para que no pequen.
Pero, si alguien peca, tenemos como intercesor ante el Padre, a Jesucristo, el justo. Porque él se ofreció como
víctima de expiación por nuestros pecados, y no sólo por los nuestros, sino por los del mundo entero.
Palabra de Dios. R/ Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial Salmo 123
R/ Nuestra vida se escapó como un pájaro de la trampa de los cazadores.
Si el Señor no hubiera estado de nuestra parte cuando los hombres nos asaltaron, nos habría devorado vivos el
fuego de su cólera. R/ Nuestra vida se escapó como un pájaro de la trampa de los cazadores.
Las aguas nos hubieran sepultado, un torrente nos hubiera llegado al cuello, un torrente de aguas encrespadas.
Bendito sea el Señor, que no nos hizo presa de sus dientes. R/ Nuestra vida se escapó
como un pájaro de la trampa de los cazadores.
Nuestra vida se escapó como un pájaro de la trampa de los cazadores. La trampa se rompió y nosotros
escapamos. Nuestra ayuda nos viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra. R/ Nuestra vida se escapó
como un pájaro de la trampa de los cazadores.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Señor, Dios eterno, alegres te cantamos, a ti nuestra alabanza. A ti, Señor, el ejército glorioso de
los mártires te aclama. Aleluya.
Evangelio † Lectura del santo Evangelio según san Mateo (2, 13-18) R/ Gloria a ti, Señor.
Después de que los magos partieron de Belén, el ángel del Señor se le apareció en sueños a José y le dijo:
“Levántate, toma al niño y a su madre, y huye a Egipto. Quédate allá hasta que yo te avise porque Herodes va a
buscar al niño para matarlo”. José se levantó y esa misma noche tomó al niño y a su madre y partió para Egipto,
donde permaneció hasta la muerte de Herodes. Así se cumplió lo que dijo el Señor por medio del profeta: De
Egipto llamé a mi hijo. Cuando Herodes se dio cuenta de que los magos lo habían
engañado, se puso furioso y mandó matar, en Belén y sus alrededores, a todos los niños menores de dos años,
conforme a la fecha que los magos le habían indicado. Así se cumplieron las palabras del profeta Jeremías: En
Ramá se ha escuchado un grito, se oyen llantos y lamentos: es Raquel que llora por sus hijos y no quiere que la
consuelen, porque ya están muertos. Palabra del Señor. R/ Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Acepta, Señor, los dones que te presentamos con amor y, por este sacrificio de salvación, con el que
redimes aun a los que no te conocen, purifícanos de nuestros pecados. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Dios nuestro, que en virtud del nacimiento de Cristo otorgaste a los Santos Inocentes el premio de la
gloria, concédenos, por el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, que hemos recibido, participar bundantemente
de tu redención. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

49
Martes Diciembre 29
Día V dentro de la Octava de Navidad
Antífona de Entrada
Tanto amó Dios al mundo, que le dio a su hijo único, para que todo el que crea en él, no perezca, sino que tenga
vida eterna.
Oración Colecta Oremos:
Dios todopoderoso y eterno, que con la venida de tu hijo, luz verdadera, has disipado las tinieblas
del mundo, míranos con amor y ayúdanos a celebrar con cantos y alabanzas la gloria del nacimiento
de tu Hijo, que vive y reina contigo. Amén.
Primera Lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Juan (2, 3-11)
Queridos hermanos: En esto tenemos una prueba de que conocemos a Dios, en que cumplimos sus
andamientos. El que dice: “Yo lo conozco”, pero no cumple sus mandamientos, es un mentiroso y la verdad no
está en él. Pero en aquel que cumple su palabra, el amor de Dios ha llegado a su plenitud, y precisamente en
esto conocemos que estamos unidos a él. El que afirma que permanece en Cristo debe de
vivir como él vivió. Hermanos míos, no les escribo un mandamiento nuevo, sino un mandamiento antiguo, que
ustedes tenían desde el principio. Este mandamiento antiguo es la palabra que han escuchado,
y sin embargo, es un mandamiento nuevo éste que les escribo; nuevo en él y en ustedes, porque las
tinieblas pasan y la luz verdadera alumbra ya. Quien afirma que está en la luz y odia a su hermano,
está todavía en las tinieblas. Quien ama a su hermano permanece en la luz y no tropieza. Pero quien odia
a su hermano está en las tinieblas, camina en las tinieblas y no sabe a dónde va, porque las tinieblas han
cegado sus ojos. Palabra de Dios. R/ Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial Salmo 95
R/ Cantemos la grandeza del Señor.
Cantemos al Señor un nuevo canto, que le cante al Señor toda la tierra; cantemos al Señor y
bendigámoslo. R/ Cantemos la grandeza del Señor.
Proclamemos su amor día tras día, su grandeza anunciemos a los pueblos; de nación en nación,
sus maravillas. R/ Cantemos la grandeza del Señor.
Ha sido el Señor quien hizo el cielo; hay gran esplendor en su presencia y lleno de poder está su templo.
R/ Cantemos la grandeza del Señor.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya. Tú eres, Señor, la luz que alumbra a las naciones y la gloria de tu pueblo, Israel. Aleluya.
Evangelio
† Lectura del santo Evangelio según san Lucas (2, 22-35) R/ Gloria a ti, Señor.
Transcurrido el tiempo de la purificación de María, según la ley de Moisés, ella y José llevaron al niño a
Jerusalén para presentarlo al Señor, de acuerdo con lo escrito en la ley: Todo primogénito varón será
consagrado al Señor, y también para ofrecer, como dice la ley, un par de tórtolas o dos pichones.
Vivía en Jerusalén un hombre llamado Simeón, varón justo y temeroso de Dios, que aguardaba el consuelo
de Israel; en él moraba el Espíritu Santo, el cual le había revelado que no moriría sin haber visto antes
al Mesías del Señor. Movido por el Espíritu, fue al templo, y cuando José y María entraban con el niño
Jesús para cumplir con lo prescrito por la ley, Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios, diciendo:
“Señor, ya puedes dejar morir en paz a tu siervo, según lo que me habías prometido, porque mis ojos han visto a
tu Salvador, al que has preparado para bien de todos los pueblos, luz que alumbra a las naciones y
gloria de tu pueblo, Israel”. El padre y la madre del niño estaban admirados de semejantes palabras.
Simeón los bendijo, y a María, la madre de Jesús, le anunció: “Este niño ha sido puesto para ruina y
resurgimiento de muchos en Israel, como signo que provocará contradicción, para que queden al escubierto los
pensamientos de todos los corazones. Y a ti, una espada te atravesará el alma”.
Palabra del Señor. R/ Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Acepta, Señor, las ofrendas que te presentamos para esta Eucaristía, en la que se realiza un glorioso
intercambio, a fin de que, al ofrecerte tus propios dones, podamos recibirte a ti mismo.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén
Oración espués de la Comunión
Oremos:
Concédenos, Dios Todopoderoso que la gracia de estos sacramentos fortalezca cada día más nuestra
vida cristiana. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

50
Miércoles Diciembre 30

Antífona de Entrada
Cuando un profundo silencio envolvía todas las cosas y la noche estaba a la mitad de su camino, tu Palabra
omnipotente, Señor, descendió de los cielos, desde tu trono real.
Se dice Gloria.

Oración Colecta
Oremos:
Concédenos, Dios todopoderoso, que el nacimiento de tu Hijo en nuestra carne mortal, nos libre de la
antigua esclavitud a la que nos sometió el pecado. Por nuestro Señor Jesucristo... Amén.

Primera Lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Juan (2, 12-17)
Les escribo a ustedes, hijitos, porque han sido perdonados sus pecados en el nombre de Jesús. Les escribo a
ustedes, padres, porque conocen al que existe desde el principio. Les escribo a ustedes, jóvenes,
porque han vencido al demonio. Les he escrito a ustedes, hijitos, porque conocen al Padre. Les he escrito a
ustedes, padres, porque conocen al que existe desde el principio. Les he escrito a ustedes, jóvenes, porque son
fuertes y la palabra de Dios permanece en ustedes y han vencido al demonio. No amen al mundo ni lo que hay
en él. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo: las
pasiones desordenadas del hombre, las curiosidades malsanas y la arrogancia del dinero, no vienen del Padre,
sino del mundo. El mundo pasa y sus pasiones desordenadas también. Pero el
que hace la voluntad de Dios tiene vida eterna. Palabra de Dios. R/ Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 95


R/ Alaben al Señor, todos los pueblos.
Alaben al Señor, pueblos del orbe, reconozcan su gloria y su poder y tribútenle honores a su
nombre. R/ Alaben al Señor, todos los pueblos.
Ofrézcanle en sus atrios sacrificios. Caigamos en su templo de rodillas. Tiemblen ante el Señor los atrevidos. R/
Alaben al Señor, todos los pueblos.
“Reina el Señor”, digamos a los pueblos. El afianzó con su poder el orbe, gobierna a las naciones
con justicia. R/ Alaben al Señor, todos los pueblos.

Aclamación antes del Evangelio


Aleluya, aleluya. Un día sagrado ha brillado para nosotros. Vengan, naciones, y adoren al Señor, porque hoy ha
descendido una gran luz sobre la tierra. Aleluya.
Evangelio

† Lectura del santo Evangelio según san Lucas (2, 36-40) R/ Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, había una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser. Era una mujer muy anciana. De
joven, había vivido siete años casada y tenía ya ochenta y cuatro años de edad. No se apartaba del templo ni de
día ni de noche, sirviendo a Dios con ayunos y oraciones. (Cuando José y María entraban en el templo para la
presentación del niño), se acercó Ana, dando gracias a Dios y hablando del niño a todos los que aguardaban la
liberación de Israel. Una vez que José y María cumplieron todo lo que prescribía la ley del Señor, se volvieron a
Galilea, a su ciudad de Nazaret. El niño iba creciendo y fortaleciéndose, se llenaba de sabiduría y la gracia de
Dios estaba con él. Palabra del Señor. R/ Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas


Recibe, Señor, con bondad las ofrendas de tu pueblo y concédenos que, las realidades que creemos por
la fe, las consigamos por este sacramento celestial. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Señor Dios, que nos unes a ti por la participación de este sacramento, concédenos obtener toda su
eficacia para que así, la recepción de este don tuyo, nos haga más dignos de seguirlo recibiendo.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

51
Jueves Diciembre 31
Día VII dentro de la Octava de Navidad
Antífona de Entrada
Un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado. La insignia del poder está sobre sus hombros y se le llamará
Ángel del Gran Consejo.
Oración Colecta Oremos:
Dios todopoderoso y eterno, que has querido que todo esfuerzo del hombre por ir a tu encuentro tenga
su origen y su plenitud en el nacimiento de tu Hijo, concédenos contarnos siempre entre el número de
los que siguen a Cristo, en quien está la salvación de todo el género humano.
Por nuestro Señor Jesucristo… Amén.
Primera Lectura Lectura de la primera carta del apóstol san Juan (2, 18-21)
Hijos míos: Esta es la última hora. Han oído ustedes que iba a venir el anticristo; pues bien, muchos anticristos
han aparecido ya, por lo cual nos damos cuenta de que es la última hora. De entre ustedes salieron, pero no
eran de los nuestros; pues si hubieran sido de los nuestros, habrían permanecido con
nosotros. Pero sucedió así para que se pusiera de manifiesto que ninguno de ellos es de los nuestros.
Por lo que a ustedes toca, han recibido la unción del Espíritu Santo y tienen así el verdadero conocimiento. Les
he escrito, no porque ignoren la verdad, sino porque la conocen y porque ninguna mentira viene de la
verdad. Palabra de Dios. R/ Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial Salmo 95
R/ Alégrense los cielos y la tierra.
Cantemos al Señor un nuevo canto, que le cante al Señor toda la tierra; cantemos al Señor y bendigámoslo,
proclamemos su amor día tras día. R/ Alégrense los cielos y la tierra.
Alégrense los cielos y la tierra, retumbe el mar y el mundo submarino. Salten de gozo el campo y cuanto
encierra, manifiesten los bosques regocijo. R/ Alégrense los cielos y la tierra.
Regocíjese todo ante el Señor, porque ya viene a gobernar el orbe. Justicia y rectitud serán las normas con las
que rija a todas las naciones. R/ Alégrense los cielos y la tierra.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya. quel que es la Palabra se hizo hombre y habitó entre nosotros. A todos los que lo recibieron les
concedió poder llegar a ser hijos de Dios. Aleluya.
Evangelio
† Lectura del santo Evangelio según san Juan (1, 1-18) R/ Gloria a ti, Señor.
En el principio ya existía aquel que es la Palabra, y aquel que es la Palabra estaba con Dios y era Dios. Ya en el
principio él estaba con Dios.Todas las cosas vinieron a la existencia por él y sin él nada empezó de
cuanto existe. El era la vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz brilla en las tinieblas y las tinieblas no la
recibieron. Hubo un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan. Este vino como testigo, para dar
testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de él. El no era la luz, sino testigo de la luz.
Aquel que es la Palabra era la luz verdadera, que ilumina a todo hombre que viene a este mundo. En el mundo
estaba; el mundo había sido hecho por él y, sin embargo, el mundo no lo conoció. Vino a los suyos y los suyos
no lo recibieron; pero a todos los que lo recibieron les concedió poder llegar a ser hijos de Dios,
a los que creen en su nombre, los cuales no nacieron de la sangre, ni del deseo de la carne, ni por voluntad del
hombre, sino que nacieron de Dios. Y aquel que es la Palabra se hizo hombre y habitó entre nosotros. Hemos
visto su gloria, gloria que le corresponde como a Unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.
Juan el Bautista dio testimonio de él, clamando: “A éste me refería cuando dije: ‘El que viene después de mí,
tiene precedencia sobre mí, porque ya existía antes que yo’ ”. De su plenitud hemos recibido todos gracia sobre
gracia. Porque la ley fue dada por medio de Moisés, mientras que la gracia y la verdad vinieron por Jesucristo. A
Dios nadie lo ha visto jamás. El Hijo unigénito, que está en el seno del Padre,es quien lo ha revelado. Palabra
del Señor. R/ Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Señor y Dios nuestro, que infundes en nosotros los sentimientos de la verdadera adoración y nos
impulsas a vivir en plena concordia con nuestros prójimos, concédenos poder tributarte con estas
ofrendas el culto que te es debido y estrechar los lazos de caridad con nuestros hermanos, por la
participación en este sacramento. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Oración después de la Comunión Oremos:
Que tu pueblo, Señor, al que jamás has dejado de tu mano, experimente tu ayuda presente y futura
a fin de que, disfrutando de los bienes terrenos necesarios, pueda buscar con mayor confianza los
bienes eternos. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

52
Feliz Año Nuevo 2010
Viernes Enero 1
Santa María, Madre de Dios Solemnidad
Antífona de Entrada
Te aclamamos santa Madre de Dios, porque has dado a luz al rey que gobierna cielo y tierra por los siglos
de los siglos.
Se dice Gloria.
Oración Colecta
Oremos:
Señor Dios, que por la fecunda virginidad de María diste al género humano el don de la salvación eterna,
concédenos sentir la intercesión de aquélla por quien recibimos al autor de la vida, Jesucristo, Señor
nuestro, que vive y reina contigo. Amén.

Primera Lectura
Lectura del libro de los Números (6, 22-27)
En aquel tiempo, el Señor habló a Moisés y le dijo: “Di a Aarón y a sus hijos: ‘De esta manera bendecirán
a los israelitas: El Señor te bendiga y te proteja, haga resplandecer su rostro sobre ti y te conceda su favor. Que
el Señor te mire con benevolencia y te conceda la paz’. Así invocarán mi nombre sobre los israelitas y yo los
bendeciré”. Palabra de Dios. R/ Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 66


R/ Ten piedad de nosotros, Señor, y bendícenos.
Ten piedad de nosotros y bendícenos; vuelve, Señor, tus ojos a nosotros. Que conozca la tierra tu bondad
y los pueblos tu obra salvadora. R/ Ten piedad de nosotros, Señor, y bendícenos.
Las naciones con júbilo te canten, porque juzgas al mundo con justicia; con equidad tú juzgas a los pueblos y
riges en la tierra a las naciones. R/ Ten piedad de nosotros, Señor, y bendícenos.
Que te alaben, Señor, todos los pueblos, que los pueblos te aclamen todos juntos. Que nos bendiga Dios
y que le rinda honor el mundo entero. R/ Ten piedad de nosotros, Señor, y bendícenos.

Segunda Lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Gálatas (4, 4-7)
Hermanos: Al llegar la plenitud de los tiempos, envió Dios a su Hijo, nacido de una mujer, nacido bajo la ley, para
rescatar a los que estábamos bajo la ley, a fin de hacernos hijos suyos. Puesto que ya son ustedes
hijos, Dios envió a sus corazones el Espíritu de su Hijo, que clama “¡Abbá!”, es decir, ¡Padre! Así que ya no eres
siervo, sino hijo; y siendo hijo, eres también heredero por voluntad de Dios. Palabra de Dios.
R/ Te alabamos, Señor
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
En distintas ocasiones y de muchas maneras habló Dios en el pasado a nuestros padres, por boca de los
profetas. Ahora, en estos tiempos, nos ha hablado por medio de su hijo. Aleluya.
Evangelio
† Lectura del santo Evangelio según san Lucas (2, 16-21) R/ Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, los pastores fueron a toda prisa hacia Belén y encontraron a María, a José y al niño, recostado
en el pesebre. Después de verlo, contaron lo que se les había dicho de aquel niño y cuantos los oían, quedaban
maravillados. María, por su parte, guardaba todas estas cosas y las meditaba en su
corazón. Los pastores se volvieron a sus campos, alabando y glorificando a Dios por todo cuanto habían
visto y oído, según lo que se les había anunciado. Cumplidos los ocho días, circuncidaron al niño y le
pusieron el nombre de Jesús, aquel mismo que había dicho el ángel, antes de que el niño fuera concebido.
Palabra del Señor. R/ Gloria a ti, Señor Jesús.

Se dice Credo.
Oración de los Fieles
Celebrante:
Al celebrar hoy a Santa María, Madre de Dios, oremos por nosotros y por todos los hombres y ujeres que
buscan a Dios y digamos juntos: R/ Mira a la Madre de tu Hijo y escúchanos.

53
Para que la sabiduría, que procede de lo alto, ilumine a nuestros pastores para que en nombre de Dios
promuevan la paz y la justicia. Oremos. R/ Mira a la Madre de tu Hijo y escúchanos.
Para que el Señor bendiga a su Iglesia, la proteja, y haga que sea, como María, Madre de los creyentes.
Oremos. R/ Mira a la Madre de tu Hijo y escúchanos.

Para que el Señor tenga piedad de nuestra sociedad y manifieste su cercanía a todos los que sufren, están
tristes o viven marginados. Oremos. R/ Mira a la Madre de tu Hijo y escúchanos.
Para que María, modelo de mujer y de madre, ayude a todas las mujeres a vivir con dignidad. Oremos.
R/ Mira a la Madre de tu Hijo y escúchanos.
Para que María mantenga unidos a los cristianos y nos ayude a acoger a Jesús en nuestra vida. Oremos.
R/ Mira a la Madre de tu Hijo y escúchanos.
Para que María, la Madre de Dios y Madre nuestra nos enseñe a acoger a Jesús en nuestras vidas. Oremos. R/
Mira a la Madre de tu Hijo y escúchanos.

Celebrante:
Mira a tu Madre, Señor, y escucha nuestras oraciones, y ya que es también nuestra Madre, haz que
vivamos siempre bajo su protección para que Ella guíe nuestros pasos hacia Ti. Que vives y
reinas por los siglos de los siglos. Amén.

Oración sobre las Ofrendas


Señor, tú que eres el origen de todos los bienes y quien los lleva a su pleno desarrollo, concede
a quienes celebramos en la Virgen María, Madre de Dios, las primicias de nuestra redención,
alcanzar la plenitud de sus frutos. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Prefacio de Santa María Virgen I


Maternidad de la santísima Virgen María
El Señor esté con ustedes. R/ Y con tu espíritu.
Levantemos el corazón. R/ Lo tenemos levantado hacia el Señor.
Demos gracias al Señor, nuestro Dios. R/Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Y alabar, bendecir y proclamar tu gloria en la
maternidad de Santa María, siempre virgen: Porque ella concibió a tu único Hijo por obra del Espíritu
Santo y sin perder la gloria de su virginidad, hizo brillar sobre el mundo la luz eterna, Jesucristo
nuestro Señor. Por él, los ángeles y los arcángeles y todos los coros celestiales, celebran tu gloria,
unidos en común alegría. Permítenos asociarnos a sus voces, cantando humildemente tu alabanza:
Santo, Santo, Santo…

Antífona de la Comunión
Jesucristo es el mismo ayer, hoy y por todos los siglos.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Señor, que estos sacramentos celestiales que hemos recibido con alegría, sean fuente de vida eterna
para nosotros, que nos gloriamos de proclamar a la siempre Virgen María como
Madre de tu Hijo y Madre de la Iglesia. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

54
Sabado Enero 2
San Basilio Magno y san Gregorio Nacianceno
Obispos y doctores de la Iglesia, Memoria
Antífona de Entrada
El Señor lo ha llenado del espíritu de sabiduría e inteligencia, ha abierto sus labios en medio de la asamblea y lo
ha revestido de gloria.
Oración Colecta
Oremos:
Dios nuestro, que has iluminado a tu Iglesia con el ejemplo y la doctrina de los santos Basilio y Gregorio,
haz que seamos humildes para comprender tu verdad y danos tu amor para ajustar a ella
toda nuestra vida. Por nuestro Señor Jesucristo… Amén.
Primera Lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Juan (2, 22-28)
Hijos míos: ¿Quién es el mentiroso, sino aquel que niega que Jesús es Cristo? Ese es el anticristo, porque
niega al Padre y al Hijo. Nadie que niegue al Hijo posee al Padre; pero quien reconoce al Hijo, posee
también al Padre. Que permanezca, pues, en ustedes lo que desde el principio han oído. Si permanece en
ustedes lo que han oído desde el principio, también ustedes permanecerán en el Hijo y en el Padre. Esta es la
promesa que él mismo nos hizo: la vida eterna. Les he escrito esto, pensando en aquellos que tratan de
inducirlos al error. Recuerden que la unción que de él han recibido, permanece en ustedes y no necesitan
enseñanzas de nadie; esta unción, que es verdad y no mentira, los ilustra a través de todas las cosas;
permanezcan, pues, en él, como la unción les enseña. Así pues, hijos míos, permanezcan en él, para
que, cuando él se manifieste, tengamos plena confianza y no nos veamos confundidos por él en el día de su
venida. Palabra de Dios. R/ Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial Salmo 97
R/ Cantemos la grandeza del Señor.
Cantemos al Señor un canto nuevo, pues ha hecho maravillas. Su diestra y su santo brazo le han dado la
victoria. R/ Cantemos la grandeza del Señor.
El Señor ha dado a conocer su victoria y ha revelado a las naciones su justicia. Una vez más ha demostrado
Dios su amor y su lealtad hacia Israel. R/ Cantemos la grandeza del Señor.
La tierra entera ha contemplado la victoria de nuestro Dios. Que todos los pueblos y naciones aclamen
con júbilo al Señor. R/ Cantemos la grandeza del Señor.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
En distintas ocasiones y de muchas maneras habló Dios en el pasado a nuestros padres, por boca de los
profetas. Ahora, en estos tiempos, nos ha hablado por medio de su Hijo. Aleluya.
Evangelio
† Lectura del santo Evangelio según san Juan (1, 19-28) R/ Gloria a ti, Señor.
Este es el testimonio que dio Juan el Bautista, cuando los judíos enviaron desde Jerusalén a unos sacerdotes y
levitas para preguntarle: “¿Quién eres tú?” El reconoció y no negó quién era. El afirmó: “Yo no
soy el Mesías”. De nuevo le preguntaron: “¿Quién eres, pues? ¿Eres Elías?” El les respondió: “No lo soy”. “¿Eres
el profeta?” Respondió: “No”. Le dijeron: “Entonces dinos quién eres, para poder llevar una respuesta a los que
nos enviaron. ¿Qué dices de ti mismo?” Juan les contestó: “Yo soy la voz que grita en el desierto: ‘Enderecen el
camino del Señor’, como anunció el profeta Isaías”. Los enviados, que pertenecían a la secta de los fariseos, le
preguntaron: “Entonces ¿por qué bautizas, si no eres el Mesías,
ni Elías, ni el profeta?” Juan les respondió: “Yo bautizo con agua, pero en medio de ustedes hay
uno, al que ustedes no conocen, alguien que viene detrás de mí, a quien yo no soy digno de desatarle las
correas de sus sandalias”. Esto sucedió en Betania, en la otra orilla del Jordán, donde Juan bautizaba.
Palabra del Señor. R/ Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Que te sea grato, Señor, el sacrificio que vamos a ofrecerte en la fiesta de san Basilio Magno y san
Gregorio Nacianceno, cuyas enseñanzas y ejemplo nos mueven a alabarte con todo nuestro ser.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Oración después de la Comunión
Oremos:A quienes nos has alimentado con el Cuerpo de Cristo, ilumínanos, Señor, con sus enseñanzas,
para que en la festividad de san Basilio y san Gregorio, aprendamos tu verdad e imitemos tu amor.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

55
Domingo Enero 3
Epifania del Señor
Solemnidad
Antífona de Entrada
Mirad que ya viene el Señor de los ejércitos; en su mano están el reino y la potestad y el imperio.
Se dice Gloria.
Oración Colecta
Oremos:
Señor, Dios nuestro, que por medio de una estrella, diste a conocer en este día, a todos los pueblos
el nacimiento de tu Hijo, concede a los que ya te conocemos por la fe, llegar a contemplar, cara a cara, la
hermosura de tu inmensa gloria. Por nuestro Señor Jesucristo… Amén.

Primera Lectura
Lectura del libro del profeta Isaías (60, 1-6)
Levántate y resplandece, Jerusalén, porque ha llegado tu luz y la gloria del Señor alborea sobre ti. Mira:
las tinieblas cubren la tierra y espesa niebla envuelve a los pueblos; pero sobre ti resplandece el Señor y
en ti se manifiesta su gloria. Caminarán los pueblos a tu luz y los reyes, al resplandor de tu aurora. Levanta los
ojos y mira alrededor: todos se reúnen y vienen a ti; tus hijos llegan de lejos, a tus hijas las traen en brazos.
Entonces verás esto radiante de alegría; tu corazón se alegrará, y se ensanchará, cuando se vuelquen sobre ti
los tesoros del mar y te traigan las riquezas de los pueblos. Te inundará una multitud
de camellos y dromedarios, procedentes de Madián y de Efá. Vendrán todos los de Sabá trayendo incienso y oro
y proclamando las alabanzas del Señor. Palabra de Dios. R/ Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 71


R/ Que te adoren, Señor, todos los pueblos.
Comunica, Señor, al rey tu juicio y tu justicia, al que es hijo de reyes; así tu siervo saldrá en defensa de tus
pobres y regirá a tu pueblo justamente. R/ Que te adoren, Señor, todos los pueblos.
Florecerá en sus días la justicia y reinará la paz, era tras era. De mar a mar se extenderá su reino y de un
extremo al otro de la tierra. R/ Que te adoren, Señor, todos los pueblos.
Los reyes de occidente y de las islas le ofrecerán sus dones. Ante él se postrarán todos los reyes y todas
las naciones. R/ Que te adoren, Señor, todos los pueblos.
Al débil librará del poderoso y ayudará al que se encuentra sin amparo; se apiadará del desvalido y pobre
y salvará la vida al desdichado. R/ Que te adoren, Señor, todos los pueblos.

Segunda Lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios (3, 2-3. 5-6)
Hermanos: Han oído hablar de la distribución de la gracia de Dios, que se me ha confiado en favor de ustedes.
Por revelación se me dio a conocer este misterio, que no había sido manifestado a los hombres en otros tiempos,
pero que ha sido revelado ahora por el Espíritu a sus santos apóstoles y profetas: es decir,
que por el Evangelio, también los paganos son coherederos de la misma herencia, miembros del mismo cuerpo y
partícipes de la misma promesa en Jesucristo. Palabra de Dios. R/ Te alabamos, Señor.

Aclamación antes del Evangelio


Aleluya, aleluya. Hemos visto su estrella en el oriente y hemos venido a adorar al Señor. Aleluya.
Evangelio
† Lectura del santo Evangelio según san Mateo (2, 1-12) R/ Gloria a ti, Señor.
Jesús nació en Belén de Judá, en tiempos del rey Herodes. Unos magos de Oriente llegaron entonces a
Jerusalén y preguntaron: “¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer? Porque vimos surgir
su estrella y hemos venido a adorarlo”. Al enterarse de esto, el rey Herodes se sobresaltó y toda Jerusalén con
él. Convocó entonces a los sumos sacerdotes y a los escribas del pueblo y les preguntó dónde tenía que nacer el
Mesías. Ellos le contestaron: “En Belén de Judá, porque así lo ha escrito el profeta: Y tú, Belén, tierra de Judá,
no eres en manera alguna la menor entre las ciudades ilustres de Judá, pues de ti
saldrá un jefe, que será el pastor de mi pueblo, Israel”. Entonces Herodes llamó en secreto a los magos, para
que le precisaran el tiempo en que se les había aparecido la estrella y los mandó a Belén, diciéndoles: “Vayan a

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averiguar cuidadosamente qué hay de ese niño, y cuando lo encuentren, avísenme para que yo también vaya a
adorarlo”. Después de oír al rey, los magos se pusieronen camino, y de pronto la estrella que habían visto surgir,
comenzó a guiarlos, hasta que se detuvo encima de donde estaba el niño. Al ver de nuevo la estrella, se llenaron
de inmensa alegría. Entraron en la casa y vieron al niño con María, su madre,
y postrándose, lo adoraron. Después, abriendo sus cofres, le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra. Dvertidos
durante el sueño de que no volvieran a Herodes, regresaron a su tierra por otro camino.
Palabra del Señor. R/ Gloria a ti, Señor Jesús.
Se dice Credo.

Oración de los Fieles


Celebrante:
Hermanos, sigamos la estrella que nos conduce a Belén y vayamos al encuentro del Señor, sabiendo que
Él es el Dios con nosotros, el Dios nuestro. Digamos con fe:R/ Manifiéstate
en nuestros corazones, Señor.

Para que Dios destierre de la Iglesia todo afán de poder, de dominio y de privilegio. Oremos.
R/ Manifiéstate en nuestros corazones, Señor.
Para que la vida de la Iglesia ilumine el camino de los hombres y les manifieste el amor que Dios tiene a sus
criaturas. Oremos. R/ Manifiéstate en nuestros corazones, Señor.
Para que todos los hombres vivamos en continua adoración a Dios que salva a la humanidad y que no hace
acepción de personas. Oremos. R/ Manifiéstate en nuestros corazones, Señor.
Para que seamos agradecidos al Señor por el don de la fe, la vivamos con audacia y la comuniquemos con
alegría. Oremos. R/ Manifiéstate en nuestros corazones, Señor.
Para que el Señor se manifieste a los que reciben el anuncio de la salvación en tierras de misión. Oremos.
R/ Manifiéstate en nuestros corazones, Señor.
Para que los niños de nuestras familias acojan a Jesús, como el mejor regalo del Padre y sean solidarios
con los niños que sufren la pobreza o la enfermedad. Oremos. R/ Manifiéstate en nuestros corazones, Señor.

Celebrante:
Señor, escucha nuestras súplicas filiales, manifiéstanos tu verdad, háblanos al corazón, y haz que
nuestra vida sea un anuncio gozoso detu salvación universal. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Oración sobre las Ofrendas


Mira, Señor, con bondad los dones de tu Iglesia, que no consisten ya en oro, incienso y mirra, sino en tu
mismo Hijo, Jesucristo, que, bajo las apariencias de pan y de vino, va a ofrecerse en sacrificio y a
dársenos en alimento y que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.

Prefacio de la Epifanía Cristo, luz de las naciones

El Señor esté con ustedes. R/ Y con tu espíritu.


Levantemos el corazón. R/ Lo tenemos levantado hacia el Señor.
Demos gracias al Señor, nuestro Dios. R/ Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre
santo, Dios todopoderoso y eterno. Porque hoy has revelado en Cristo, para luz de todos los pueblos, el misterio
de nuestra salvación; pues al manifestarse tu Hijo en nuestracarne mortal, nos hiciste
partícipes de la gloria de su inmortalidad. Por eso, con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros
celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria: Santo, Santo, Santo…
Antífona de la Comunión
Hemos visto su estrella en el Oriente y venimos con regalos a adorar al Señor.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Que tu luz, Señor, nos guíe y nos acompañe siempre para que comprendamos cada día más este
sacramento en el que hemos participado y podamos recibirlo con mayor amor. Por Jesucristo, nuestro
Señor. Amén.

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Venid, pueblos, y adorad al Señor
Lunes Enero 4

Antífona de Entrada
Un día sagrado ha amanecido para nosotros. Venid, pueblos, y adorad al Señor, porque una gran luz ha
descendido sobre la tierra.
Oración Colecta
Oremos:
Que el esplendor de tu gloria ilumine, Señor, nuestros corazones para que, a través de las tinieblas de
este mundo podamos llegar a la patria de la eterna claridad. Por nuestro Señor Jesucristo… Amén.

Primera Lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Juan (3, 22—4, 6)
Queridos hijos: Puesto que cumplimos los mandamientos de Dios y hacemos lo que le agrada, ciertamente
obtendremos de él todo lo que le pidamos. Ahora bien, éste es su mandamiento: que creamos en la persona de
Jesucristo, su Hijo, y nos amemos los unos a los otros, conforme al precepto que nos dio. Quien cumple sus
mandamientos permanece en Dios y Dios en él. En esto conocemos, por el Espíritu que él nos ha dado, que él
permanece en nosotros. Hermanos míos, no se dejen llevar de cualquier espíritu, sino
examinen toda inspiración para ver si viene de Dios, pues han surgido por el mundo muchos falsos profetas. La
presencia del Espíritu de Dios la pueden conocer en esto: Todo aquel que reconoce a Jesucristo, Palabra de
Dios, hecha hombre, es de Dios. Todo aquel que no reconoce a Jesús, no es de
Dios, sino que su espíritu es del anticristo. De éste han oído decir que ha de venir; pues bien, ya está en el
mundo. Ustedes son de Dios, hijitos míos, y han triunfado de los falsos profetas, porque más grande es el que
está en ustedes que el que está en el mundo. Ellos son del mundo, enseñan cosas del mundo y el mundo los
escucha. Pero nosotros somos de Dios y nos escucha el que es de Dios. En cambio, aquel que no es de Dios no
nos escucha. De esta manera distinguimos entre el espíritu de la verdad y el espíritu del error. Palabra de Dios.
R/ Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial Salmo 2
R/ Yo te daré en herencia las naciones.
Anunciaré el decreto del Señor. He aquí lo que me dijo: “Hijo mío eres tú, yo te he engendrado hoy.
Te daré en herencia las naciones y como propiedad, toda la tierra”. R/ Yo te daré en herencia las naciones.
Escuchen y comprendan estas cosas, reyes y gobernantes de la tierra. Adoren al Señor con reverencia,
sírvanlo con temor. R/ Yo te daré en herencia las naciones.
Aclamación antes del Evangelio Aleluya, aleluya. Predicaba Jesús la buena nueva del Reino y sanaba toda
enfermedad en el pueblo. Aleluya.
Evangelio
† Lectura del santo Evangelio según san Mateo (4, 12-17. 23-25) R/ Gloria a ti, Señor.
Al enterarse Jesús de que Juan había sido arrestado, se retiró a Galilea, y dejando el pueblo de Nazaret, se fue a
vivir a Cafarnaúm, junto al lago, en territorio de Zabulón y Neftalí, para que así se cumpliera lo
que había anunciado el profeta Isaías: Tierra de Zabulón y Neftalí, camino del mar, al otro lado del Jordán,
Galilea de los paganos; el pueblo que caminaba en tinieblas vio una gran luz. Sobre los que vivían en tierra de
sombras una luz resplandeció. Desde entonces comenzó Jesús a predicar, diciendo: “Conviértanse, porque ya
está cerca el Reino de los cielos”. Y andaba por toda Galilea, enseñando en las sinagogas y
proclamando la buena nueva del Reino de Dios y curando a la gente de toda enfermedad y dolencia.
Su fama se extendió por toda Siria y le llevaban a todos los aquejados por diversas enfermedades y dolencias, a
los poseídos, epilépticos y paralíticos, y él los curaba. Lo seguían grandes muchedumbres venidas de Galilea,
Decápolis, Jerusalén, Judea y Transjordania. Palabra del Señor. R/ Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Acepta, Señor, las ofrendas que te presentamos para esta Eucaristía en la que se realiza un glorioso
intercambio, a fin de que, al ofrecerte tus propios dones, podamos recibirte a ti mismo. Por Jesucristo,
nuestro Señor. Amén.
después de la Comunión Oremos:
Señor Dios, que nos unes a ti por la participación de este sacramento, concédenos obtener toda su
eficacia para que así, la recepción de este don tuyo nos haga más dignos de seguirlo recibiendo.
Por Jesucristo, nuestro Señor.Amén

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Martes Enero 5

Antifona de entrada
Bendito el que viene en en el nombre del Señor,
Oremos:
Concédenos, Señor, que tu Hijo, que quiso hacerse semejante a nosotros para manifestársenos, nos
vaya haciendo, cada día, más semejantes a él, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y
es Dios por los siglos de los siglos. Amén.

Primera Lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Juan (4, 7-10)
Queridos hijos: Amémonos los unos a los otros, porque el amor viene de Dios, y todo el que ama
ha nacido de Dios y conoce a Dios. El que no ama, no conoce a Dios, porque Dios es amor. El amor que Dios
nos tiene se ha manifestado en que envió al mundo a su Hijo unigénito, para que vivamos por él.
El amor consiste en esto: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó primero y nos
envió a su Hijo, como víctima de expiación por nuestros pecados. Palabra de Dios. R/Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 71


R/ Que te adoren, Señor, todos los pueblos.
Comunica, Señor, al rey tu juicio y tu justicia, al que es hijo de reyes; así tu siervo saldrá en defensa de tus
pobres y regirá a tu pueblo justamente. R/ Que te adoren, Señor, todos los pueblos.
Justicia y paz ofrecerán al pueblo las colinas y los montes. El rey hará justicia al oprimido y salvará a los
hijos de los pobres. R/ Que te adoren, Señor, todos los pueblos.
Florecerá en sus días la justicia y reinará la paz, era tras era. De mar a mar se extenderá su reino y de un
extremo al otro de la tierra. R/ Que te adoren, Señor, todos los pueblos.

Aclamación antes del Evangelio


Aleluya, aleluya. El Señor me ha enviado para anunciar a los pobres la buena nueva y proclamar la liberación a
los cautivos. Aleluya.
Evangelio
† Lectura del santo Evangelio según san Marcos (6, 34-44) R/ Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, al desembarcar Jesús, vio una numerosa multitud que lo estaba esperando, y se
compadeció de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor, y se puso a enseñarles muchas cosas.
Cuando ya atardecía, se acercaron sus discípulos y le dijeron: “Estamos en despoblado y ya es muy
tarde. Despide a la gente para que vayan por los caseríos y poblados del contorno y compren algo de comer”. El
les replicó: “Denles ustedes de comer”. Ellos le dijeron: “¿Acaso vamos a ir a comprar
doscientos denarios de pan para darles de comer?” El les preguntó: “¿Cuántos panes tienen? Vayan a ver”.
Cuando lo averiguaron, le dijeron: “Cinco panes y dos pescados”. Entonces ordenó Jesús que la gente se
sentara en grupos sobre la hierba verde y se acomodaron en grupos de cien y de cincuenta. Tomando los cinco
panes y los dos pescados, Jesús alzó los ojos al cielo, bendijo a Dios, partió los panes y se los
dio a los discípulos para que los distribuyeran; lo mismo hizo con los dos pescados. Comieron todos hasta
saciarse, y con las sobras de pan y de pescado que recogieron llenaron doce canastos. Los que comieron fueron
cinco mil hombres. Palabra del Señor. R/ Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas


Recibe, Señor, con bondad las ofrendas de tu pueblo y concédenos que, las realidades que creemos por
la fe, las consigamos por este sacramento celestial. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Antífona de la Comunión
Por el gran amor con que nos amó, Dios envió a su propio Hijo a compartir nuestra condición humana en todo,
menos en el pecado.
Oración después de la Comunión Oremos:
Señor Dios, que nos unes a ti por la participación de este sacramento, concédenos obtener toda su
eficacia para que así, la recepción de este don tuyo nos haga más dignos de seguirlo recibiendo.
Por Jesucristo, nuestro Señor.Amén.

59
Miércoles Enero 6
¡Ánimo! Soy yo; no teman, dice el Señor
Feria del Tiempo de Navidad
Antífona de Entrada
El pueblo que caminaba en tinieblas, vio una luz intensa. Sobre los que vivían en tierra de sombras, brilló una
luz.
Oración Colecta
Oremos:
Señor, Dios nuestro, luz del mundo, concede una paz estable a todos los pueblos de la tierra, y haz que
aquella luz resplandeciente que condujo a los Magos al conocimiento de tu Hijo, ilumine también
nuestros corazones. Por nuestro Señor Jesucristo… Amén.
Primera Lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Juan (4, 11-18)
Queridos hijos: Si Dios nos ha amado tanto, también nosotros debemos amarnos los unos a los otros. A Dios
nadie lo ha visto nunca; pero si nos amamos los unos a los otros, Dios permanece en nosotros
y su amor en nosotros es perfecto. En esto conocemos que permanecemos en él, y él en nosotros: en que nos
ha dado su Espíritu. Nosotros hemos visto, y de ello damos testimonio, que el Padre envió a su Hijo como
salvador del mundo. Quien confiesa que Jesús es Hijo de Dios, permanece en Dios y Dios en él.
Nosotros hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en ese amor. Dios es amor, y quien
permanece en el amor permanece en Dios y Dios en él. En esto llega a la perfección el amor que Dios
nos tiene: en que esperamos con tranquilidad el día del juicio, porque nosotros vivimos en este mundo en la
misma forma que Jesucristo vivió. En el amor no hay temor. Al contrario, el amor perfecto excluye el temor,
porque el que teme, mira al castigo, y el que teme no ha alcanzado la perfección del amor.
Palabra de Dios. R/ Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial Salmo 71
R/ Que te adoren, Señor, todos los pueblos.
Comunica, Señor, al rey tu juicio y tu justicia, al que es hijo de reyes; así tu siervo saldrá en defensa de tus
pobres y regirá a tu pueblo justamente. R/ Que te adoren, Señor, todos los pueblos.
Los reyes de occidente y de las islas le ofrecerán sus dones. Ante él se postrarán todos los reyes y todas las
naciones. R/ Que te adoren, Señor,todos los pueblos.
Al débil librará del poderoso y ayudará al que se encuentra sin amparo; se apiadará del desvalido y pobre y
salvará la vida al desdichado. R/ Que te adoren, Señor, todos los pueblos.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya. Gloria a ti, Cristo Jesús, que has sido proclamado a las naciones. Gloria a ti, Cristo Jesús, que
has sido anunciado al mundo. Aleluya.
Evangelio
† Lectura del santo Evangelio según san Marcos (6, 45-52) R/ Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, después de la multiplicación de los panes, Jesús apremió a sus discípulos a que subieran a la
barca y se dirigieran a Betsaida, mientras él despedía a la gente. Después de despedirlos, se retiró al
monte a orar. Entrada la noche, la barca estaba en medio del lago y Jesús, solo, en tierra. Viendo los trabajos
con que avanzaban, pues el viento les era contrario, se dirigió a ellos caminando sobre el agua, poco antes del
amanecer, y parecía que iba a pasar de largo. Al verlo andar sobre el agua, ellos creyeron que era un fantasma y
se pusieron a gritar, porque todos lo habían visto y estaban espantados. Pero él
les habló enseguida y les dijo: “¡Ánimo! Soy yo; no teman”. Subió a la barca con ellos y se calmó el viento. Todos
estaban llenos de espanto y es que no habían entendido el episodio de los panes, pues tenían la mente
embotada. Palabra del Señor. R/ Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Señor y Dios nuestro, que infundes en nosotros los sentimientos de la verdadera adoración y nos
impulsas a vivir en plena concordia con nuestros prójimos, concédenos poder tributarte con estas
ofrendas el culto que te es debido y estrechar los lazos de caridad con nuestros hermanos, por
la participación en este sacramento. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Que tu pueblo, Señor, al que jamás has dejado de tu mano, experimente tu ayuda presente y futura a fin
de que, disfrutando de los bienes terrenos necesarios pueda buscar con mayor confianza los bienes
eternos. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

60
Jueves Enero 7
El espíritu del Señor esta sobre mí
Feria del Tiempo de Navidad
Antífona de Entrada
En el principio y antes de todos los siglos, el que es la Palabra era Dios, el mismo que luego se dignó nacer
como salvador del mundo.

Oración Colecta Oremos:


Señor, Dios nuestro, que por medio de tu Hijo has hecho brillar la luz eterna de tu divinidad ante todas las
naciones, haz que tu pueblo descubra plenamente el misterio de Cristo, su redentor, para que, en virtud
de este misterio, pueda llegar a gozar de aquella luz que no tiene ocaso. Por nuestro Señor Jesucristo…
Amén.
Primera Lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Juan (4, 19–5, 4)
Queridos hijos: Amamos a Dios, porque él nos amó primero. Si alguno dice: “Amo a Dios” y aborrece a su
hermano, es un mentiroso, pues quien no ama a su hermano, a quien ve, no puede amar a Dios, a quien no ve.
Además, Jesús nos ha dado este mandamiento: El que ama a Dios, que ame también a su hermano.
Todo el que cree que Jesús es el Mesías, ha nacido de Dios. Todo el que ama a un padre, ama también a los
hijos de éste. Conocemos que amamos a los hijos de Dios, en que amamos a Dios y cumplimos sus
mandamientos, pues el amor de Dios consiste en que cumplamos sus preceptos. Y sus mandamientos no son
pesados, porque todo el que ha nacido de Dios vence al mundo. Y nuestra fe es la que nos ha dado la
victoria sobre el mundo. Palabra de Dios. R/ Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 71


R/ Que te adoren, Señor, todos los pueblos.
Comunica, Señor, al rey tu juicio y tu justicia, al que es hijo de reyes; así tu siervo saldrá en defensa de tus
pobres y regirá a tu pueblo justamente. R/ Que te adoren, Señor, todos los pueblos.
De la opresión rescatará a los pobres, pues estima su vida muy valiosa. Por eso rogarán por él sin tregua y lo
bendecirán a todas horas. R/ Que te adoren, Señor, todos los pueblos.
Que bendigan al Señor eternamente y tanto como el sol, viva su nombre. Que sea la bendición del mundo entero
y lo aclamen dichoso las naciones. R/ Que te adoren, Señor, todos los pueblos.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya. El Señor me ha enviado para anunciar a los pobres la buena nueva y proclamar la liberación a
los cautivos. Aleluya.

Evangelio
† Lectura del santo Evangelio según san Lucas (4, 14-22) R/ Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, con la fuerza del Espíritu, Jesús volvió a Galilea. Iba enseñando en las sinagogas; todos lo
alababan y su fama se extendió por toda la región. Fue también a Nazaret, donde se había criado. Entró
en la sinagoga, como era su costumbre hacerlo los sábados, y se levantó para hacer la lectura. Se le dio el
volumen del profeta Isaías, lo desenrolló y encontró el pasaje en que estaba escrito: El espíritu del Señor está
sobre mí, porque me ha ungido para llevar a los pobres la buena nueva, para anunciar la liberación a los cautivos
y la curación a los ciegos, para dar libertad a los oprimidos y proclamar el año de gracia del Señor. Enrolló el
volumen, lo devolvió al encargado y se sentó. Los ojos de todos los asistentes a la sinagoga estaban fijos en él.
Entonces comenzó a hablar, diciendo: “Hoy mismo se ha cumplido este pasaje de la Escritura que acaban de
oír”. Todos le daban su aprobación y admiraban la sabiduría de las palabras que salían de sus labios. R/ Palabra
del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas


Acepta, Señor, las ofrendas, que te presentamos para esta Eucaristía, en la que se realiza un glorioso
intercambio, a fin de que, al ofrecerte tus propios dones, podamos recibirte a ti mismo.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
después de la Comunión
Oremos:
Concédenos, Dios todopoderoso, que la gracia de estos sacramentos fortalezca cada día más nuestra
vida cristiana. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

61
Viernes Enero8
Demos gracias y alabemos al Señor
Antífona de Entrada
Una luz se levanta en las tinieblas para los hombres de corazón recto: el Dios clemente, justo y compasivo.
Oración Colecta
Oremos:
Concédenos, Dios todopoderoso, que el nacimiento del salvador del mundo, manifestado a los Magos
por medio de una estrella, sea comprendido por nosotros cada vez con mayor profundidad.
Por nuestro Señor Jesucristo… Amén.

Primera Lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Juan (5, 5-13)
Queridos hijos: ¿Quién es el que vence al mundo? Sólo el que cree que Jesús es el Hijo de Dios. Jesucristo se
manifestó por medio del agua y de la sangre; él vino, no sólo con agua, sino con agua y con sangre. Y el Espíritu
es el que da testimonio, porque el Espíritu es la verdad. Así pues, los testigos son tres: el Espíritu,
el agua y la sangre. Y los tres están de acuerdo. Si aceptamos el testimonio de los hombres, el testimonio
de Dios vale mucho más y ese testimonio es el que Dios ha dado de su Hijo. El que cree en el Hijo de
Dios tiene en sí ese testimonio. El que no le cree a Dios, hace de él un mentiroso,porque no cree en el testimonio
que Dios ha dado de su Hijo. Y el testimonio es éste: que Dios nos ha dado la vida eterna y esa vida está en su
Hijo. Quien tiene al Hijo, tiene la vida; quien no tiene al Hijo, no tiene la vida. A ustedes, los que creen en el
nombre del Hijo de Dios, les he escrito estas cosas para que sepan que tienen la
vida eterna. Palabra de Dios. R/ Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 147


R/ Demos gracias y alabemos al Señor.
Glorifica al Señor, Jerusalén, a Dios ríndele honores, Israel. El refuerza el cerrojo de tus puertas y bendice a tus
hijos en tu casa. R/ Demos gracias y alabemos al Señor.
El mantiene la paz en tus fronteras, con su trigo mejor sacia tu hambre. El envía a la tierra su mensaje y su
palabra corre velozmente. R/ Demos gracias y alabemos al Señor.
Le muestra a Jacob su pensamiento, sus normas y designios a Israel. No ha hecho nada igual con ningún
pueblo, ni le ha confiado a otro sus proyectos. R/ Demos gracias y alabemos al Señor.

Aclamación antes del Evangelio


Aleluya, aleluya. Predicaba Jesús la buena nueva del Reino y sanaba toda enfermedad en el pueblo.
Aleluya.
Evangelio
† Lectura del santo Evangelio según san Lucas (5, 12-16) R/ Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, estando Jesús en un poblado, llegó un leproso, y al ver a Jesús, se postró rostro en tierra,
diciendo: “Señor, si quieres, puedes curarme”. Jesús extendió la mano y lo tocó, diciendo: “Quiero. Queda
limpio”. Y al momento desapareció la lepra. Entonces Jesús le ordenó que no lo dijera a nadie y añadió:
“Ve, preséntate al sacerdote y ofrece por tu purificación lo que Moisés prescribió. Eso les servirá de testimonio”.
Y su fama se extendía más y más. Las muchedumbres acudían a oírlo y a ser curados
de sus enfermedades. Pero Jesús se retiraba a lugares solitarios para orar Palabra del Señor.
R/ Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas


Recibe, Señor, con bondad las ofrendas de tu pueblo y concédenos que, las realidades que creemos por
la fe, las consigamos por este sacramento celestial. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Señor Dios, que nos unes a ti por la participación de este sacramento, concédenos obtener toda su
eficacia para que así, la recepción de este don tuyo nos haga más dignos de seguirlo recibiendo.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

62
Sabado Enero 9
El Señor es amigo de su pueblo
Feria del Tiempo de Navidad
Antífona de Entrada
Envió Dios a su Hijo, nacido de una mujer, para que recibiéramos la dignidad de hijos adoptivos.
Oración Colecta
Oremos:
Dios todopoderoso y eterno, que, por medio de tu Hijo, nos has hecho renacer para ti, concédenos que tu
gracia nos modele a imagen de Jesucristo en quien nuestra naturaleza humana está unida
a la tuya. Por nuestro Señor Jesucristo… Amén.
Primera Lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Juan (5, 14-21)
Queridos hijos: La confianza que tenemos en Dios consiste en que, si le pedimos algo conforme a su voluntad, él
nos escucha. Si estamos seguros de que escucha nuestras peticiones, también lo estamos
de poseer ya lo que le pedimos. Si alguno ve que su hermano comete un pecado de los que no llevan a la
muerte, que pida por él y le obtendrá la vida. Esto vale para los que cometen pecados que no llevan a la
muerte, porque hay un pecado que sí lleva a la muerte (por ése no digo que se pida). Toda mala acción es
pecado, pero hay pecados que no llevan a la muerte. Sabemos que todo el que ha nacido de Dios no peca, sino
que el Hijo de Dios lo protege, y no lo toca el demonio. Sabemos que somos de Dios, mientras que el mundo
entero yace en poder del demonio. También sabemos que el Hijo de Dios ha venido ya y que nos ha dado
inteligencia para conocer al Dios verdadero. Nosotros permanecemos fieles al único verdadero, porque
permanecemos en su Hijo Jesucristo. El es el verdadero Dios y la vida eterna. Hijos míos, no adoren a los ídolos.
Palabra de Dios. R/ Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 149 R/ El Señor es amigo de su pueblo.


Entonen al Señor un canto nuevo, en la reunión litúrgica proclámenlo. En su creador y rey, en el Señor, alégrese
Israel, su pueblo santo. R/ El Señor es amigo de su pueblo.
En honor de su nombre, que haya danzas, alábenlo con arpa y tamboriles. El Señor es amigo de su pueblo y
otorga la victoria a los humildes. R/ El Señor es amigo de su pueblo.
Que se alegren los fieles en el triunfo, que inunde el regocijo sus hogares, que alaben al Señor con sus palabras,
porque en esto su pueblo se complace. R/ El Señor es amigo de su pueblo.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya. El pueblo que habitaba en tinieblas, vio una gran luz. Sobre los que vivían en tierra de
sombras una luz resplandeció. Aleluya.
Evangelio
† Lectura del santo Evangelio según san Juan (3, 22-30) R/ Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, fue Jesús con sus discípulos a Judea y permaneció allí con ellos, bautizando. También Juan
estaba bautizando en Enón, cerca de Salim, porque ahí había agua abundante. La gente acudía y se bautizaba,
pues Juan no había sido encarcelado todavía. Surgió entonces una disputa entre algunos de los discípulos de
Juan y unos judíos, acerca de la purificación. Los discípulos fueron a decirle a Juan: “Mira, maestro, aquel que
estaba contigo en la otra orilla del Jordán y del que tú diste testimonio, está ahora
bautizando y todos acuden a él”. Contestó Juan: “Nadie puede apropiarse nada, si no le ha sido dado del cielo.
Ustedes mismos son testigos de que yo dije: ‘Yo no soy el Mesías, sino el que ha sido enviado delante de él’. En
una boda, el que tiene a la novia es el novio; en cambio, el amigo del novio, que lo acompaña y lo oye hablar, se
alegra mucho de oír su voz. Así también yo me lleno ahora de alegría.
Es necesario que él crezca y que yo venga a menos”. Palabra del Señor. R/ Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Señor y Dios nuestro, que infundes en nosotros los sentimientos de la verdadera adoración y nos
impulsas a vivir en plena concordia con nuestros prójimos, concédenos poder tributarte con estas
ofrendas el culto que te es debido y estrechar los lazos de caridad con nuestros hermanos, por
la participación en este sacramento. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Oracion después de la Comunión
Oremos:
Que tu pueblo, Señor, al que jamás has dejado de tu mano, experimente tu ayuda presente y futura a fin
de que, disfrutando de los bienes terrenos necesarios, pueda buscar con mayor confianza los bienes
eternos. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

63
Bautismo del Señor
Domingo Enero 10

Antífona de Entrada
Inmediatamente después de que Jesús se bautizó, se abrieron los cielos y el Espíritu Santo se posó sobre él en
forma de paloma, y resonó la voz del Padre que decía: “Este es mi Hijo amado, en quien he puesto
todo mi amor”.

Se dice Gloria.
Oración Colecta
Oremos:
Dios todopoderoso y eterno, que proclamaste solemnemente que Cristo era tu Hijo amado cuando
fue bautizado en el Jordán y descendió el Espíritu Santo sobre él, concede a tus hijos adoptivos,
renacidos del agua y del Espíritu, perseverar siempre fieles en el cumplimiento de tu voluntad.
Por nuestro Señor Jesucristo… Amén.

Primera Lectura
Lectura del libro del profeta Isaías (42, 1-4. 6-7)
Esto dice el Señor: “Miren a mi siervo a quien sostengo, a mi elegido, en quien tengo mis complacencias. En él
he puesto mi espíritu para que haga brillar la justicia sobre las naciones. No gritará, no clamará, no
hará oír su voz por las calles; no romperá la caña resquebrajada, ni apagará la mecha que aún humea.
Promoverá con firmeza la justicia, no titubeará ni se doblegará hasta haber establecido el derecho sobre
la tierra y hasta que las islas escuchen su enseñanza. Yo, el Señor, fiel a mi designio de salvación, te llamé, te
tomé de la mano, te he formado y te he constituido alianza de un pueblo, luz de las naciones, para que abras los
ojos de los ciegos, saques a los cautivos de la prisión y de la mazmorra a los que habitan en tinieblas”. Palabra
de Dios. R/ Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 28


R/ Te alabamos, Señor.
Hijos de Dios, glorifiquen al Señor, denle la gloria que merece. Postrados en su templo santo, alabemos al Señor.
R/ Te alabamos, Señor.
La voz del Señor se deja oír sobre las aguas torrenciales. La voz del Señor es poderosa, la voz del Señor es
imponente. R/ Te alabamos, Señor.
El Dios de majestad hizo sonar el trueno de su voz. El Señor se manifestó sobre las aguas desde su trono
eterno. R/ Te alabamos, Señor.

Segunda Lectura
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles (10, 34-38)
En aquellos días, Pedro se dirigió a Cornelio y a los que estaban en su casa, con estas palabras: “Ahora caigo en
la cuenta de que Dios no hace distinción de personas, sino que acepta al que lo teme y practica
la justicia, sea de la nación que fuere. El envió su palabra a los hijos de Israel, para anunciarles la paz
por medio de Jesucristo, Señor de todos. Ya saben ustedes lo sucedido en toda Judea, que tuvo principio en
Galilea, después del bautismo predicado por Juan: cómo Dios ungió con el poder del Espíritu Santo
a Jesús de Nazaret y cómo éste pasó haciendo el bien, sanando a todos los oprimidos por el diablo,
porque Dios estaba con él”. Palabra de Dios. R/ Te alabamos, Señor.

Aclamación antes del Evangelio


Aleluya, aleluya. Se abrió el cielo y resonó la voz del Padre, que decía: “Este es mi Hijo amado; escúchenlo”.
Aleluya.
Evangelio
† Lectura del santo Evangelio según san Lucas (3, 15-16. 21-22) R/ Gloria a ti Señor.

En aquel tiempo, como el pueblo estaba en expectación y todos pensaban que quizá Juan el Bautista era el
Mesías, Juan los sacó de dudas, diciéndoles: “Es cierto que yo bautizo con agua, pero ya viene otro más
poderoso que yo, a quien no merezco desatarle las correas de sus sandalias. El los bautizará con el spíritu
Santo y con fuego”. Sucedió que entre la gente que se bautizaba, también Jesús fue bautizado. Mientras

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éste oraba, se abrió el cielo y el Espíritu Santo bajó sobre él en forma sensible, como de una paloma,
y del cielo llegó una voz que decía: “Tú eres mi Hijo, el predilecto; en ti me complazco”. Palabra del Señor.
R/ Gloria a ti, Señor Jesús.

Se dice Credo.

Oración de los Fieles


Celebrante:
Hermanos, ha aparecido la gracia salvadora de Dios; por eso podemos orar con confianza. Digamos: R/
Escucha, Señor, nuestra oración.

Para que la Iglesia engendre nuevos hijos a la vida de la gracia. Oremos. R/ Escucha, Señor, nuestra oración.
Para que, imitando a Jesús, todos los bautizados en su nombre vivamos como hijos de Dios. Oremos.
R/ Escucha, Señor, nuestra oración.
Para que la gracia salvadora de Dios nos ayude a llevar una vida acorde con el Evangelio. Oremos.
R/ Escucha, Señor, nuestra oración.
Para que los bautizados no pactemos nunca con la mediocridad y el pecado. Oremos.
R/ Escucha, Señor, nuestra oración.
Para que los cristianos seamos testigos de esperanza para nuestro mundo. Oremos.
R/ Escucha, Señor, nuestra oración.
Para que la comunión con Jesús, el Hijo amado del Padre, nos haga vivir en el amor sincero. Oremos.
R/ Escucha, Señor, nuestra oración.

Celebrante:
Escucha, Padre, nuestras oraciones, derrama sobre nosotros tu Espíritu Santo, y por Jesucristo, tu Hijo
predilecto, concédenos bendecirte, alabarte y glorificarte por ser nuestro Dios y Señor.
Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Oración sobre las Ofrendas


Acepta, Señor, los dones que te presentamos al conmemorar el Bautismo y manifestación de tu Hijo
amado, y conviértelos en aquel mismo sacrificio con el que Cristo lavó misericordiosamente los
pecados del mundo. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Prefacio propio
El Señor esté con ustedes. R/ Y con tu espíritu.
Levantemos el corazón. R/ Lo tenemos levantado hacia el Señor.
Demos gracias al Señor, nuestro Dios. R/ Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre
santo, Dios todopoderoso y eterno. Porque quisiste rodear el bautismo de tu Hijo en el Jordán
de signos admirables para que, mediante aquella voz, venida del cielo, creyéramos que tu Verbo se encontraba
presente entre los hombres y por el Espíritu, que descendió en forma de paloma, se manifestara que Cristo, tu
Hijo, era ungido con el óleo de la alegría y enviado a evangelizar a los pobres.
Por eso, a una con los espíritus celestes te alabamos constantemente en la tierra diciendo:
Santo, Santo, Santo...

Antífona de la Comunión
Este es aquél de quien Juan decía: Yo lo he visto y doy testimonio de que es el Hijo de Dios.

Oración después de la Comunión


Oremos:
A cuantos hemos participado del Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, concédenos, Señor, escuchar con fe su
palabra, para que así podamos llamarnos hijos tuyos y serlo de verdad. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

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Lunes Enero 11 Feria de la 1a. semana del Tiempo Ordinario

Cumpliré mis promesas al Señor


Antífona de Entrada
Vi al Señor sentado en un trono excelso; lo adoraban una multitud de ángeles que cantaban a una sola voz:
“Este es aquél cuyo poder permanece eternamente”.
Oración Colecta
Oremos:
Escucha, Señor, con bondad, las súplicas de tu pueblo, y concédenos luz para conocer tu voluntad y
fortaleza para cumplirla. Por nuestro Señor Jesucristo… Amén.

Primera Lectura
Lectura del primer libro de Samuel (1, 1-8)
Había un hombre en Ramá, de la tribu de Efraín, llamado Elcaná, que tenía dos mujeres, Ana y Peninná.
Peninná tenía hijos y Ana no los tenía. Todos los años Elcaná subía desde su ciudad al santuario de Siló,
para adorar al Señor de los ejércitos y ofrecerle sacrificios. Ahí vivían los dos hijos de Elí, Jofní y Pinjás,
sacerdotes del Señor. Cuando ofrecía su sacrificio, Elcaná daba a Peninná y a cada uno de sus hijos, su parte;
pero a Ana le daba una porción doble, porque la amaba con predilección, aun cuando el Señor no le había
concedido tener hijos. Peninná, su rival, se burlaba continuamente de ella a causa de su esterilidad
y esto sucedía año tras año, cuando subían a la casa del Señor. Peninná la humillaba y mortificaba, y Ana se
ponía a llorar y no quería comer. Una vez Elcaná le dijo: “Ana, ¿por qué lloras y no quieres comer? ¿Por qué
está triste tu corazón? ¿Acaso no valgo yo para ti más que diez hijos?” Palabra de Dios.
R/ Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 115


R/ Te ofreceré, Señor, un sacrificio.
¿Cómo le pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho? Levantaré el cáliz de salvación e invocaré el nombre
del Señor. R/ Te ofreceré, Señor, un sacrificio.
Cumpliré mis promesas al Señor ante todo su pueblo. Le ofreceré con gratitud un sacrificio e invocaré su
nombre. R/ Te ofreceré, Señor, un sacrificio.
Cumpliré mis promesas al Señor ante todo su pueblo, en medio de su templo santo, que está en Jerusalén.
R/ Te ofreceré, Señor, un sacrificio.

Aclamación antes del Evangelio


Aleluya, aleluya. El Reino de Dios está cerca, dice el Señor; arrepiéntanse y crean en el Evangelio.
Aleluya.
Evangelio
† Lectura del santo Evangelio según san Marcos (1, 14-20) R/ Gloria a ti, Señor.
Después de que arrestaron a Juan el Bautista, Jesús se fue a Galilea para predicar el Evangelio de Dios y decía:
“Se ha cumplido el tiempo y el Reino de Dios ya está cerca. Arrepiéntanse y crean en el Evangelio”
Caminaba Jesús por la orilla del lago de Galilea, cuando vio a Simón y a su hermano, Andrés, echando las
redes en el lago, pues eran pescadores. Jesús les dijo: “Síganme y haré de ustedes pescadores de hombres”.
Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron. Un poco más adelante, vio a Santiago y a Juan, hijos de
Zebedeo, que estaban en una barca, remendando sus redes. Los llamó, y ellos, dejando en la barca a su padre
con los trabajadores, se fueron con Jesús. Palabra del Señor. R/ Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas


Acepta, Señor, el sacrificio que vamos a ofrecerte y, por sus méritos, escucha nuestras filiales oraciones
y santifica toda nuestra vida. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Oración después de la Comunión


Oremos:
A quienes has alimentado con tus sacramentos, concédeles, Dios todopoderoso, servirte con una vida
que te sea agradable. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

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Martes Enero 12 Mi corazón se alegra en Dios, mi salvador
Feria de la 1a. semana del Tiempo Ordinario
Antífona de Entrada-- Que se postre ante ti, Señor, la tierra entera; que todos canten himnos en tu honor y
alabanzas a tu nombre.
Oración Colecta Oremos: Dios todopoderoso y eterno, que con amor gobiernas los cielos y la tierra,
escucha paternalmente las súplicas de tu pueblo y haz que los días de nuestra vida transcurran en tu
paz. Por nuestro Señor Jesucristo… Amén.
Primera Lectura
Lectura del primer libro de Samuel (1, 9-20)
En aquel tiempo, después de tomar la comida ritual en Siló, Ana se levantó y se puso a orar ante el Señor. Llena
de amargura y con muchas lágrimas, hizo esta promesa: “Señor de los ejércitos, mira la aflicción de
tu sierva y acuérdate de mí. Si me das un hijo varón, yo te lo consagraré por todos los díasde su vida, y en señal
de ello, la navaja no tocará su cabeza”. Mientras tanto, el sacerdote Elí estaba sentado a la puerta
del santuario. Ana prolongaba su oración y Elí la miraba mover los labios, pero no oía su voz. Pensando que
estaba ebria, le dijo: “Has bebido mucho. Sal de la presencia del Señor hasta que se te pase”. Pero Ana le
respondió: “No, señor. Soy una mujer atribulada. No he bebido vino ni bebidas embriagantes;
estaba desahogando mi alma ante el Señor. No pienses que tu sierva es una mujer desvergonzada, pues he
estado hablando, movida por mi dolor y por mi pena”. Entonces le dijo Elí: “Vete en paz y que el Dios de Israel te
conceda lo que le has pedido”. Ella le contestó: “Ojalá se cumpla lo que me dices”. La mujer salió del templo, fue
a donde estaba su marido, y comió y bebió con él. Su rostro no era ya el mismo de antes.
A la mañana siguiente se levantaron temprano, y después de adorar al Señor, regresaron a su casa en Ramá.
Elcaná tuvo relaciones conyugales con su esposa Ana, y el Señor se acordó de ella y de su oración.
Ana concibió, dio a luz un hijo y le puso por nombre Samuel, diciendo: “Al Señor se lo pedí”.
Palabra de Dios. R/ Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial 1 Samuel 2
R/ Mi corazón se alegra en Dios, mi salvador.
Mi corazón se alegra en el Señor, en Dios me siento yo fuerte y seguro. Ya puedo responder a mis contrarios,
pues eres tú, Señor, el que me ayuda. R/ Mi corazón se alegra en Dios, mi salvador.
El arco de los fuertes se ha quebrado, los débiles se ven de fuerza llenos. Se ponen a servir por un
mendrugo los antes satisfechos; y sin tener que trabajar, pueden saciar su hambre los hambrientos. Siete veces
da a luz la que era estéril y la fecunda ya dejó de serlo. R/ Mi corazón se alegra en Dios, mi salvador.
Da el Señor muerte y vida, deja morir y salva de la tumba; él es quien empobrece y enriquece, quien abate y
encumbra. R/ Mi corazón se alegra en Dios, mi salvador.
El levanta del polvo al humillado, al oprimido saca de su oprobio, para hacerlo sentar entre los príncipes en un
trono glorioso. R/ Mi corazón se alegra en Dios, mi salvador.

Aclamación antes del Evangelio


Aleluya, aleluya. Reciban la palabra de Dios, no como palabra humana, sino como palabra divina, tal como
es en realidad. Aleluya.
Evangelio † Lectura del santo Evangelio según san Marcos (1, 21-28) R/ Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, se hallaba Jesús en Cafarnaúm y el sábado fue a la sinagoga y se puso a enseñar. Los oyentes
quedaron asombrados de sus palabras, pues enseñaba como quien tiene autoridad y no como los
escribas. Había en la sinagoga un hombre poseído por un espíritu inmundo, que se puso a gritar: “¿Qué quieres
tú con nosotros, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a acabar con nosotros? Ya sé quién eres: el Santo de Dios”.
Jesús le ordenó: “¡Cállate y sal de él!” El espíritu inmundo, sacudiendo al hombre conviolencia y dando un
alarido, salió de él. Todos quedaron estupefactos y se preguntaban: “¿Qué es esto? ¿Qué nueva
doctrina es ésta? Este hombre tiene autoridad para mandar hasta a los espíritus inmundos y lo obedecen”. Y
muy pronto se extendió su fama por toda Galilea. Palabra del Señor. R/ Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Concédenos, Señor, participar dignamente en esta Eucaristía, porque cada vez que celebramos el
memorial del sacrificio de tu Hijo, se lleva a cabo la obra de nuestra redención. Por Jesucristo, nuestro
Señor. Amén.

Oración después de la Comunión


Oremos: Infúndenos, Señor, el espíritu de tu caridad para que, alimentados del mismo pan del cielo,
permanezcamos siempre unidos por el mismo amor. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

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Miercoles Enero 13
Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad
Feria de la 1a. semana del T. O. o memoria libre de san Hilario, presbítero y doctor de la Iglesia
Antífona de Entrada Cantad al Señor un cántico nuevo, hombres de toda la tierra, cantad al Señor. Hay brillo y
esplendor en su presencia y en su templo, belleza y majestad.
Oración Colecta Oremos: Dios eterno y todopoderoso, conduce nuestra vida por el camino de tus
mandamientos para que, unidos a tu Hijo amado, podamos producir frutos abundantes. Por nuestro
Señor Jesucristo… mén.
Primera Lectura Lectura del primer libro de Samuel (3, 1-10. 19-20)
En los tiempos en que el joven Samuel servía al Señor a las órdenes de Elí, la palabra de Dios se dejaba oír
raras veces y no eran frecuentes las visiones. Los ojos de Elí se habían debilitado y ya casi no podía
ver. Una noche, cuando aún no se había apagado la lámpara del Señor, estando Elí acostado en su habitación y
Samuel en la suya, dentro del santuario donde se encontraba el arca de Dios, el Señor llamó a Samuel y éste
respondió: “Aquí estoy”. Fue corriendo a donde estaba Elí y le dijo: “Aquí estoy. ¿Para
qué me llamaste?” Respondió Elí: “Yo no te he llamado. Vuelve a acostarte”. Samuel se fue a acostar. Volvió el
Señor a llamarlo y él se levantó, fue a donde estaba Elí y le dijo: “Aquí estoy. ¿Para qué me
llamaste?” Respondió Elí: “No te he llamado, hijo mío. Vuelve a acostarte”.
Aún no conocía Samuel al Señor, pues la palabra del Señor no le había sido revelada. Por tercera vez llamó el
Señor a Samuel; éste se levantó, fue a donde estaba Elí y le dijo: “Aquí estoy. ¿Para qué me
llamaste?” Entonces comprendió Elí que era el Señor quien llamaba al joven y dijo a Samuel: “Ve a
acostarte, y si te llama alguien, responde: ‘Habla, Señor; tu siervo te escucha’ ”. Y Samuel se fue a acostar.
De nuevo el Señor se presentó y lo llamó como antes: “Samuel, Samuel”. Este respondió: “Habla, Señor; tu
siervo te escucha”. Samuel creció y el Señor estaba con él. Y todo lo que el Señor le decía, se cumplía. Todo
Israel, desde la ciudad de Dan hasta la de Bersebá, supo que Samuel estaba acreditado como
profeta del Señor. Palabra de Dios. R/ Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 39 R/ Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.


Esperé en el Señor con gran confianza; él se inclinó hacia mí y escuchó mis plegarias. Dichoso el hombre que ha
puesto su confianza en el Señor y no acude a los idólatras, que se extravían con engaños.
R/ Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
Sacrificios y ofrendas no quisiste, abriste, en cambio, mis oídos a tu voz. No exigiste holocaustos por la culpa, así
que dije: “Aquí estoy”. R/ Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
En tus libros se me ordena hacer tu voluntad; esto es, Señor, lo que deseo: tu ley en medio de mi corazón.
R/ Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
He anunciado tu justicia en la gran asamblea; no he cerrado mis labios, tú lo sabes, Señor. R/ Aquí estoy,
Señor, para hacer tu voluntad.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya. Mis ovejas escuchan mi voz, dice el Señor; yo las conozco y ellas me siguen. Aleluya.
Evangelio † Lectura del santo Evangelio según san Marcos (1, 29-39) R/ Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, al salir Jesús de la sinagoga, fue con Santiago y Juan a casa de Simón y Andrés. La uegra de
Simón estaba en cama, con fiebre, y enseguida le avisaron a Jesús. El se le acercó, y tomándola de la mano, la
levantó. En ese momento se le quitó la fiebre y se puso a servirles. Al atardecer, cuando el
sol se ponía, le llevaron a todos los enfermos y poseídos del demonio, y todo el pueblo se apiñó junto a la puerta.
Curó a muchos enfermos de diversos males y expulsó a muchos demonios, pero no dejó que los demonios
hablaran, porque sabían quién era él. De madrugada, cuando todavía estaba muy oscuro,
Jesús se levantó, salió y se fue a un lugar solitario, donde se puso a orar. Simón y sus compañeros lo fueron a
buscar, y al encontrarlo, le dijeron: “Todos te andan buscando”. El les dijo: “Vamos a los pueblos cercanos para
predicar también allá el Evangelio, pues para eso he venido”. Y recorrió toda Galilea, predicando en las
sinagogas y expulsando a los demonios. Palabra del Señor. R/ Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas Acepta, Señor, con bondad, los dones que te presentamos y santifícalos por
medio de tu Espíritu para que se nos conviertan en sacramento de salvación. Por Jesucristo, nuestro
Señor. Amén.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Te damos gracias, Señor, por habernos alimentado con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo y te pedimos que
este don tuyo sea para nosotros fuente inagotable de vida. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

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Sálvanos, Señor y Dios nuestro
Jueves Enero 14
Antífona de Entrada
Sálvanos, Señor y Dios nuestro; reúnenos de entre las naciones, para que podamos agradecer tu poder anto y
sea nuestra gloria el alabarte.
Oración Colecta
Oremos:
Concédenos, Señor, Dios nuestro, amarte con todo el corazón y, con el mismo amor, amar a nuestros
prójimos. Por nuestro Señor Jesucristo… Amén.
Primera Lectura
Lectura del primer libro de Samuel (4, 1-11)
Sucedió en aquellos tiempos, que los filisteos se reunieron para hacer la guerra a Israel y los israelitas salieron a
su encuentro. Acamparon cerca de Eben-Ezer y los filisteos en Afeq. Los filisteos se pusieron
en orden de batalla contra Israel. Se trabó el combate y los israelitas fueron derrotados y sufrieron cuatro mil
bajas. El ejército se retiró al campamento y los ancianos de Israel se preguntaban: “¿Por qué permitió
el Señor que nos derrotaran hoy los filisteos? Traigamos de Siló el arca de la alianza del Señor, para que vaya
en medio de nosotros y nos salve de nuestros enemigos”. Mandaron traer de Siló el arca del Señor de los
ejércitos, que se sienta sobre los querubines. Los dos hijos de Elí, Jofní y Pinjás, acompañaron el arca.
Al entrar el arca de la alianza en el campamento, todos los israelitas lanzaron tan grandes gritos de júbilo, que
hicieron retumbar la tierra. Cuando los filisteos oyeron el griterío, se preguntaron: “¿Qué significará ese gran
clamor en el campamento de los hebreos?” Y se enteraron de que el arca del Señor había llegado al
campamento. Entonces los filisteos se atemorizaron. Decían: “Sus dioses han venido al campamento. ¡Pobres de
nosotros! Hasta ahora no nos había sucedido una desgracia semejante. ¿Quién nos librará
de la mano de esos dioses poderosos? Estos son los dioses que castigaron a Egipto con toda clase de plagas.
Cobren ánimo, filisteos, y sean hombres. No sea que tengamos que servir a los israelitas, como ellos nos han
servido a nosotros. Luchemos como los hombres”. Los filisteos lucharon e Israel fue derrotado. Todos los
israelitas huyeron a sus tiendas. Fue una derrota desastrosa en la que Israel perdió treinta mil soldados. El arca
de Dios fue capturada y murieron Jofní y Pinjás, los dos hijos de Elí.
Palabra de Dios. R/ Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial Salmo 43
R/ Redímenos, Señor, por tu misericordia.
Ahora nos rechazas y avergüenzas; ya no sales, Señor, con nuestras tropas, nos haces dar la espalda al
enemigo y nos saquean aquellos que nos odian. R/ Redímenos, Señor, por tu misericordia.
Nos has hecho el objeto del escarnio y la burla de pueblos fronterizos. Las naciones se mofan de nosotros y los
pueblos nos ponen en ridículo. R/ Redímenos, Señor, por tu misericordia.
Despierta ya. ¿Por qué sigues durmiendo? No nos rechaces más; Señor, despierta. ¿Por qué te nos escondes?
¿Por qué olvidas nuestras tribulaciones y miserias? R/ Redímenos, Señor, por tu misericordia.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya. Jesús predicaba el Evangelio del Reino y curaba toda clase de enfermedades en el pueblo.
Aleluya.
Evangelio
† Lectura del santo Evangelio según san Marcos (1, 40-45) R/ Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, se le acercó a Jesús un leproso para suplicarle de rodillas: “Si tú quieres, puedes curarme”.
Jesús se compadeció de él, y extendiendo la mano, lo tocó y le dijo: “¡Sí quiero: sana!” Inmediatamente se le
quitó la lepra y quedó limpio. Al despedirlo, Jesús le mandó con severidad: “No se lo cuentes a nadie; pero para
que conste, ve a presentarte al sacerdote y ofrece por tu purificación lo prescrito por Moisés”. Pero aquel hombre
comenzó a divulgar tanto el hecho, que Jesús no podía ya entrar
abiertamente en la ciudad, sino que se quedaba fuera, en lugares solitarios, a donde acudían a él de todas
partes. Palabra del Señor. R/ Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Acepta, Señor, estos dones que te presentamos en señal de sumisión a ti, y conviértelos en el
sacramento de nuestra redención. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Que el sacramento del Cuerpo y la Sangre de tu Hijo que acabamos de recibir, nos ayude, Señor, a vivir
más profundamente nuestra fe. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

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Santo Cristo de Esquipulas (Guatemala)
Viernes Enero 15
Antífona de Entrada
Que nuestra única gloria sea la cruz de nuestro Señor Jesucristo, en quien está nuestra salvación,
nuestra vida y resurrección y por quien hemos sido redimidos y liberados.

Oración Colecta
Oremos:
Dios nuestro, que quisiste que tu Hijo muriera en la Cruz para salvar a todos los hombres, concédenos
aceptar por su amor la cruz del sufrimiento aquí en la tierra, para poder gozar en el
cielo los frutos de su redención. Por nuestro Señor Jesucristo... Amén.

Primera Lectura
Lectura del libro de los Números (21, 4-9)
En aquellos días, el pueblo se impacientó y murmuró contra Dios y contra Moisés, diciendo: “¿Para qué nos
sacaste de Egipto? ¿Para que muriéramos en el desierto? No tenemos pan ni agua y ya estamos hastiados de
esta miserable comida”. Entonces envió Dios contra el pueblo serpientes venenosas, que los mordían y murieron
muchos israelitas. El pueblo acudió a Moisés y le dijo: “Hemos pecado al murmurar contra el Señor y contra ti.
Ruega al Señor que aparte de nosotros las serpientes”. Moisés rogó al Señor por el pueblo y el Señor le
respondió: “Haz una serpiente como ésas y levántala en un palo. El que haya sido mordido por las serpientes y
mire la que tú hagas, vivirá”. Moisés hizo una serpiente de bronce y la levantó en un palo; y si alguno era
mordido y miraba la serpiente de bronce, quedaba curado.
Palabra de Dios. R/ Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 77


R/ No olvidemos las hazañas del Señor.
Escucha, pueblo mío, mi enseñanza; presten oído a las palabras de mi boca. Abriré mi boca y les hablaré en
parábolas; anunciaré lo que estaba oculto desde la creación del mundo. R/ No olvidemos las hazañas del
Señor.
Cuando Dios los hacía morir, lo buscaban y madrugaban para volverse hacia él. Se acordaban de que
Dios era su auxilio; el Dios altísimo, su redentor. R/ No olvidemos las hazañas del Señor.
Lo adulaban con su boca, le mentían con su lengua; su corazón no era sincero con él ni eran fieles a su
alianza. R/ No olvidemos las hazañas del Señor.
Pero él sentía lástima de ellos, les perdonaba su culpa y no los destruía. Muchas veces dominó su ira y apagó el
furor de su cólera. R/ No olvidemos las hazañas del Señor.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos, porque con tu santa cruz redimiste al mundo.
Aleluya.
Evangelio
† Lectura del santo Evangelio según san Juan (3, 13-17) R/ Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús dijo a Nicodemo: “Nadie ha subido al cielo sino el Hijo del hombre, que bajó del cielo y
está en el cielo. Así como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así tiene que ser levantado el Hijo del
hombre, para que todo el que crea en él tenga vida eterna. Porque tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su
Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su
Hijo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salvara por él”.
Palabra del Señor. R/ Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas


Señor, que este sacrificio que Cristo te ofreció sobre la Cruz para borrar los pecados del mundo, nos
purifique ahora de todas nuestras culpas. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Oración después de la Comunión


Oremos:
Señor nuestro Jesucristo, tú que nos has redimido por medio de tu Cruz y nos has hecho partícipes de tu
Cuerpo y de tu Sangre, concédenos participar también de la gloria de tu resurrección. Tú que vives y
reinas por los siglos de los siglos. Amén.

70
Viernes Enero 15
Proclamaré sin cesar la misericordia del Señor
Feria de la 1a. semana del Tiempo Ordinario - Misa del día
Antífona Entrada Entremos y adoremos de rodillas al Señor, creador nuestro, porque él es nuestro Dios.
Oración Colecta Oremos: Señor, que tu amor incansable cuide y proteja siempre a estos hijos tuyos, que
han puesto en tu gracia toda su esperanza. Por nuestro Señor Jesucristo… Amén.
Primera Lectura
Lectura del primer libro de Samuel (8, 4-7. 10-22)
En aquellos días se reunieron todos los ancianos de Israel y fueron a Ramá a ver a Samuel y le dijeron: “Mira, tú
ya eres viejo y tus hijos no siguen tus ejemplos. Danos, pues, un rey para que nos gobierne, como sucede en
todos los pueblos”. A Samuel le disgustó que le hubieran pedido un rey que los gobernara. Entonces Samuel
invocó al Señor y éste le respondió: “Dale al pueblo lo que te pide, pues no es a ti
a quien rechazan, sino a mí, porque no me quieren por rey”. Samuel comunicó al pueblo, que le había pedido un
rey, las palabras del Señor y dijo: “Vean cómo los tratará el rey que reine sobre ustedes: tomará a sus hijos y los
hará servir en los carros y en la caballería de él y los hará correr delante de su propio carro; a algunos de ellos
los pondrá al frente de mil soldados y a otros, de cincuenta; a otros los obligará a labrar y cosechar sus tierras; a
otros los hará fabricar armas para la guerra y aparejos para sus carros.
Tomará también a las hijas de ustedes como perfumistas, cocineras y reposteras. Les quitará a ustedes sus
mejores campos, viñas y olivares, y se los dará a sus ministros. Exigirá el diezmo de lo que produzcan los
sembrados y viñas de ustedes y se lo dará a sus ministros y a sus criados. Tomará a los criados y criadas de
ustedes, sus mejores bueyes y asnos y los empleará en los trabajos de él. Les exigirá el diezmo de
sus rebaños y ustedes mismos se convertirán en sus esclavos. Aquel día clamarán al Señor contra el rey que
ustedes mismos elijan, pero el Señor no les responderá”. El pueblo, sin embargo, se negó a escuchar las
advertencias de Samuel y gritó: “No importa. Queremos tener un rey y ser también nosotros como las demás
naciones. Nuestro rey nos gobernará y saldrá al frente de nosotros en nuestros combates”. Samuel oyó las
palabras del pueblo y se las repitió al Señor, y el Señor le dijo: “Hazles caso y que los gobierne un rey”. Palabra
de Dios. R/ Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial Salmo 88
R/ Proclamaré sin cesar la misericordia del Señor.
Señor, feliz el pueblo que te alaba y que a tu luz camina, que en tu nombre se alegra a todas horas y al que llena
de orgullo tu justicia. R/ Proclamaré sin cesar la misericordia del Señor.
Feliz, porque eres tú su honor y fuerza y exalta tu favor nuestro poder. Feliz, porque el Señor es nuestro
escudo y el Santo de Israel es nuestro rey. R/ Proclamaré sin cesar la misericordia del Señor.

Aclamación antes del Evangelio Aleluya, aleluya. Un gran profeta ha surgido entre nosotros. Dios ha visitado a
su pueblo. Aleluya.
Evangelio † Lectura del santo Evangelio según san Marcos (2, 1-12) R/ Gloria a ti, Señor.
Cuando Jesús volvió a Cafarnaúm, corrió la voz de que estaba en casa, y muy pronto se aglomeró tanta gente,
que ya no había sitio frente a la puerta. Mientras él enseñaba su doctrina, le quisieron presentar a
un paralítico, que iban cargando entre cuatro. Pero como no podían acercarse a Jesús por la cantidad de gente,
quitaron parte del techo, encima de donde estaba Jesús, y por el agujero bajaron al enfermo en
una camilla. Viendo Jesús la fe de aquellos hombres, le dijo al paralítico: “Hijo, tus pecados te quedan
perdonados”. Algunos escribas que estaban allí sentados comenzaron a pensar: “¿Por qué habla éste así?
Eso es una blasfemia. ¿Quién puede perdonar los pecados sino sólo Dios?” Conociendo Jesús lo que
estaban pensando, les dijo: “¿Por qué piensan así? ¿Qué es más fácil, decirle al paralítico: ‘Tus pecados te son
perdonados’ o decirle: ‘Levántate, recoge tu camilla y vete a tu casa?’ Pues para que sepan que
el Hijo del hombre tiene poder en la tierra para perdonar los pecados —le dijo al paralítico—: Yo te lo mando:
levántate, recoge tu camilla y vete a tu casa”. El hombre se levantó inmediatamente, recogió
su camilla y salió de allí a la vista de todos, que se quedaron atónitos y daban gloria a Dios, diciendo: “¡Nunca
habíamos visto cosa igual!” Palabra del Señor. R/ Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Señor, Dios nuestro, tú que nos has dado este pan y este vino para reparar nuestras fuerzas, conviértelos
para nosotros en sacramento de vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Oración después de la Comunión Oremos: Señor, tú que has querido hacernos participar de un mismo pan
y de un mismo cáliz, concédenos vivir de tal manera unidos en Cristo, que nuestro trabajo sea eficaz para
la salvación del mundo.Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

71
Santa María en Sábado
Sábado Enero 16
Antífona de Entrada
Te aclamamos, santa Madre de Dios, porque has dado a luz al Rey que gobierna cielo y tierra por los siglos de
los siglos.
Oración Colecta Oremos:
Señor, concede a tus hijos gozar siempre de completa salud de alma y cuerpo; y por la intercesión de la
gloriosa siempre Virgen María, líbranos de las tristezas de esta vida y concédenos disfrutar de las
alegrías eternas. Por nuestro Señor Jesucristo… Amén.
Primera Lectura
Lectura del primer libro de Samuel (9, 1-4. 10. 17-19; 10, 1)
Había un hombre de la tribu de Benjamín, llamado Quis. Era de gran valor. Tenía un hijo llamado Saúl, joven y
de buena presencia. Entre los israelitas no había nadie más apuesto que él. Era el más alto de todos y ninguno
le llegaba al hombro. Un día se le perdieron las burras a Quis y éste le dijo a su hijo Saúl: “Toma contigo a uno
de los criados y vete a buscar las burras”. Recorrieron los montes de Efraín y la región
de Salisá, pero no las encontraron; atravesaron el territorio de Saalín y no estaban allí; después, la tierra de
Benjamín y tampoco las hallaron. Entonces se dirigieron a la ciudad donde vivía Samuel, el hombre de Dios.
Cuando Samuel vio a Saúl, el Señor le dijo: “Este es el hombre de quien te he hablado. El gobernará a mi
pueblo”. Saúl se acercó a Samuel, que se encontraba en la puerta de la ciudad, y le dijo: “Indícame,
por favor, dónde está la casa del vidente” Samuel le respondió: “Yo soy el vidente. Sube delante de mí al lugar
sagrado y quédate a cenar conmigo. Mañana temprano te despediré, después de decirte todo lo que está en tu
corazón”. Al día siguiente, muy temprano, Samuel tomó el cuerno donde guardaba el aceite y lo derramó sobre la
cabeza de Saúl. Después lo besó y le dijo: “El Señor te ha ungido como jefe de Israel,
su pueblo. Tú reinarás sobre el pueblo del Señor y lo librarás de los enemigos que lo rodean”. Palabra de Dios.
R/ Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial Salmo 20
R/ De tu poder, Señor, se alegra el rey.
De tu poder, Señor, se alegra el rey, se alegra con el triunfo que le has dado. Le otorgaste lo que él tanto
anhelaba, no rechazaste el ruego de sus labios. R/ De tu poder, Señor, se alegra el rey.
Lo colmaste, Señor, de bendiciones, con oro has coronado su cabeza. La vida te pidió, tú se la diste, una vida
por siglos duradera. R/ De tu poder, Señor, se alegra el rey.
Tu victoria, Señor, le ha dado fama, lo has cubierto de gloria y de grandeza. Sin cesar le concedes
tus favores y lo colmas de gozo en tu presencia. R/ De tu poder, Señor, se alegra el rey.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya. El Señor me ha enviado para anunciar a los pobres la buena nueva y proclamar la liberación a
los cautivos. Aleluya.
Evangelio
† Lectura del santo Evangelio según san Marcos (2, 13-17) R/ Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús salió de nuevo a caminar por la orilla del lago; toda la muchedumbre lo seguía y él les
hablaba. Al pasar, vio a Leví (Mateo), el hijo de Alfeo, sentado en el banco de los impuestos, y le dijo: “Sígueme”.
El se levantó y lo siguió. Mientras Jesús estaba a la mesa en casa de Leví, muchos publicanos y pecadores se
sentaron a la mesa junto con Jesús y sus discípulos, porque eran muchos los que lo seguían. Entonces unos
escribas de la secta de los fariseos, viéndolo comer con los pecadores y publicanos, preguntaron a sus
discípulos: “¿Por qué su maestro come y bebe en compañía de publicanos
y pecadores?” Habiendo oído esto, Jesús les dijo: “No son los sanos los que tienen necesidad del médico, sino
los enfermos. Yo no he venido para llamar a los justos, sino a los pecadores”. Palabra del Señor.
R/ Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Padre lleno de bondad, que nos socorra el inmenso amor de tu Hijo unigénito para que, quien al nacer de
la Virgen María, no menoscabó la integridad de la Madre, sino que la consagró, nos libre
de nuestras culpas y haga acepta a ti nuestra oblación. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Señor, al recibir el sacramento celestial en esta conmemoración de la santísima Virgen María,
te pedimos que nos concedas celebrar dignamente, a imitación suya, el misterio de nuestra redención.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

72
Segundo Domingo del Tiempo Ordinario
Domingo Enero 17

Antífona de Entrada
Que se postren ante ti, Señor, la tierra entera; que todos canten himnos en tu honor y alabanzas a tu nombre.

Se dice Gloria.

Oración Colecta
Oremos:
Dios todopoderoso y eterno, que con amor gobiernas los cielos y la tierra, escucha paternalmente las
súplicas de tu pueblo y haz que los días de nuestra vida transcurran en tu paz. Por nuestro Señor
Jesucristo... Amén.

Primera Lectura
Lectura del libro del profeta Isaías (62, 1-5)
Por amor a Sión no me callaré y por amor a Jerusalén no me daré reposo, hasta que surja en ella esplendoroso
el justo y brille su salvación como una antorcha. Entonces las naciones verán tu justicia, y tu gloria todos los
reyes. Te llamarán con un nombre nuevo, pronunciado por la boca del Señor. Serás corona
de gloria en la mano del Señor y diadema real en la palma de su mano. Ya no te llamarán “Abandonada”, ni a tu
tierra, “Desolada”; a ti te llamarán “Mi complacencia” y a tu tierra, “Desposada”, porque el Señor se ha
complacido en ti y se ha desposado con tu tierra. Como un joven se desposa con una doncella, se desposará
contigo tu hacedor; como el esposo se alegra con la esposa, así se alegrará tu Dios contigo.
Palabra de Dios. R/ Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 95


R/ Cantemos la grandeza del Señor.
Cantemos al Señor un nuevo canto, que le cante al Señor toda la tierra; cantemos al Señor y bendigámoslo.
R/ Cantemos la grandeza del Señor.
Proclamemos su amor día tras día, su grandeza anunciemos a los pueblos; de nación en nación, sus maravillas.
R/ Cantemos la grandeza del Señor.
Alaben al Señor, pueblos del orbe, reconozcan su gloria y su poder y tribútenle honores a su nombre.
R/ Cantemos la grandeza del Señor.
Caigamos en su templo de rodillas. Tiemblen ante el Señor los atrevidos. “Reina el Señor”, digamos a los
pueblos, gobierna a las naciones con justicia. R/ Cantemos la grandeza del Señor.

Segunda Lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los corintios (12, 4-11)
Hermanos: Hay diferentes dones, pero el Espíritu es el mismo. Hay diferentes servicios, pero el Señor es el
mismo. Hay diferentes actividades, pero Dios, que hace todo en todos, es el mismo.
En cada uno se manifiesta el Espíritu para el bien común. Uno recibe el don de la sabiduría; otro, el don de
la ciencia. A uno se le concede el don de la fe; a otro, la gracia de hacer curaciones, y a otro más, poderes
milagrosos. Uno recibe el don de profecía, y otro, el de discernir los espíritus. A uno se le concede el don
de lenguas, y a otro, el de interpretarlas. Pero es uno solo y el mismo Espíritu el que hace todo eso,
distribuyendo a cada uno sus dones, según su voluntad. Palabra de Dios. R/ Te alabamos, Señor.

Aclamación antes del Evangelio


Aleluya, aleluya. Dios nos ha llamado, por medio del Evangelio, a participar de la gloria de nuestro Señor
Jesucristo. Aleluya.
Evangelio

† Lectura del santo Evangelio según san Juan (2, 1-11) R/ Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, hubo una boda en Caná de Galilea, a la cual asistió la madre de Jesús. Este y sus discípulos
también fueron invitados. Como llegara a faltar el vino, María le dijo a Jesús: “Ya no tienen vino”.
Jesús le contestó: “Mujer, ¿qué podemos hacer tú y yo? Todavía no llega mi hora”. Pero ella dijo a los que
servían: “Hagan lo que él les diga”. Había allí seis tinajas de piedra, de unos cien litros cada una, que

73
servían para las purificaciones de los judíos. Jesús dijo a los que servían: “Llenen de agua esas tinajas”. Y las
llenaron hasta el borde. Entonces les dijo: “Saquen ahora un poco y llévenselo al mayordomo”.
Así lo hicieron, y en cuanto el mayordomo probó el agua convertida en vino, sin saber su procedencia, porque
sólo los sirvientes la sabían, llamó al novio y le dijo: “Todo el mundo sirve primero el vino mejor,
y cuando los invitados ya han bebido bastante, se sirve el corriente. Tú, en cambio, has guardado el vino mejor
hasta ahora”. Esto que Jesús hizo en Caná de Galilea fue la primera de sus señales milagrosas. Así mostró su
gloria y sus discípulos creyeron en él. Palabra del Señor. R/ Gloria a ti, Señor Jesús.

Se dice Credo

Oración de los Fieles


Celebrante:
Invoquemos a Dios que bendice a su Iglesia con diversidad de ministerios y carismas y digámosle:
R/ Escúchanos, Señor.

Por la Iglesia: para que sea promotora de la justicia y de la paz. Oremos. R/ Escúchanos, Señor.
Por los pastores del Pueblo de Dios: para que manifiesten la predilección de Dios por los que
lo buscan. Oremos. R/ Escúchanos, Señor.
Por los gobernantes de la tierra: para que sean sensibles al sufrimiento de los más pobres
y hagan justicia a los oprimidos. Oremos. R/ Escúchanos, Señor.
Por los matrimonios: para que el Señor les dé fortaleza y unidad para educar en la fe, la esperanza y el amor.
Oremos. / Escúchanos, Señor.
Por los cristianos: para que cada uno, desde nuestro puesto, vivamos los valores del Reino y no pactemos con la
mentira, la corrupción y el pecado. Oremos. R/ Escúchanos, Señor.
Por nosotros: para que como María permanezcamos atentos a las necesidades de nuestros
hermanos. Oremos. R/ Escúchanos, Señor.

Celebrante
Escucha, Padre, las súplicas de tus hijos, transforma sus deseos y hazlos signos de tu presencia
salvadora. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Oración sobre la Ofrendas


Concédenos, Señor, participar dignamente en esta Eucaristía, porque cada vez que celebramos el
memorial del sacrificio de tu Hijo, se lleva a cabo la obra de nuestra redención. Por Jesucristo, nuestro
Señor. Amén.

Prefacio Dominical II El misterio de la salvación

El Señor esté con ustedes. R/ Y con tu espíritu.


Levantemos el corazón. R/ Lo tenemos levantado hacia el Señor.
Demos gracias al Señor, nuestro Dios. R/ Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre
santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo nuestro Señor. El cual, compadecido del extravío de los hombres,
quiso nacer de la Virgen; sufriendo la cruz, nos libró de eterna muerte y, resucitando, nos dio vida eterna. Por
eso, con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo...

Antífona de la Comunión
Para mí, Señor, has preparado la mesa y has llenado la copa hasta los bordes.

Oración después de la Comunión


Oremos:
Infúndenos, Señor, el espíritu de tu caridad para que, alimentados del mismo pan del cielo,
permanezcamos siempre unidos por el mismo amor. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

74
Sírveme de defensa, Dios mío
Lunes Enero 18

Antífona Entrada
Sírveme de defensa, Dios mío, de roca y fortaleza salvadoras; y pues eres mi baluarte y mi refugio, acompáñame
y guíame.
Oración Colecta
Oremos:
Señor nuestro, que prometiste venir y hacer tu morada en los corazones rectos y sinceros, concédenos
la rectitud y sinceridad de vidaque nos hagan dignos de esa presencia tuya.
Por nuestro Señor Jesucristo… Amén.
Primera Lectura
Lectura del primer libro de Samuel (15, 16-23)
En aquellos días, Samuel le dijo a Saúl: “Te voy a manifestar lo que el Señor me dijo hoy en la noche”. El le
contestó: “¿Qué te dijo?” Samuel prosiguió: “Aunque a tus propios ojos no valías nada, ¿no llegaste acaso
a ser el jefe de Israel? El Señor te ungió como rey de Israel. El te ordenó llevar a cabo una expedición contra los
amalecitas, diciéndote: ‘Ve y destruye a esos pecadores. Hazles la guerra hasta acabar con todos ellos’. ¿Por
qué no has obedecido la voz del Señor y te has quedado con el botín, haciendo lo que desagradaba al Señor?”.
Saúl le respondió a Samuel: “No. Yo obedecí al Señor. Llevé a cabo la expedición
que él me ordenó. Traje cautivo a Agag, rey de Amalec, y acabé con los amalecitas. Fue el pueblo el que tomó
del botín lo mejor de las ovejas y los bueyes para sacrificarlos al Señor, nuestro Dios, en Guilgal”.
Pero Samuel le replicó: “¿Crees tú que al Señor le agradan más los holocaustos y los sacrificios que
la obediencia a sus palabras? La obediencia vale más que el sacrificio, y la docilidad, más que la grasa de los
carneros. La rebelión contra Dios es tan grave como el pecado de hechicería, y la obstinación, como el crimen de
idolatría. Por haber rechazado la orden del Señor, él te rechaza a ti como rey”.
Palabra de Dios. R/ Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial Salmo 49
R/ Quien me da gracias, ése me honra.
No voy a reclamarte sacrificios, dice el Señor, pues siempre están ante mí tus holocaustos. Pero ya no aceptaré
becerros de tu casa ni cabritos de tus rebaños. R/ Quien me da gracias, ése me honra.
¿Por qué citas mis preceptos y hablas a toda hora de mi pacto, tú que detestas la obediencia y echas en saco
roto mis mandatos? R/ Quien me da gracias, ése me honra.
Tú haces esto, ¿y yo tengo que callarme? ¿Crees acaso que yo soy como tú? No, yo te reprenderé
y te echaré en cara tus pecados. R/ Quien me da gracias, ése me honra.
Quien las gracias me da, ése me honra y yo salvaré al que cumple mi voluntad. R/ Quien me da gracias,
ése me honra.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
La palabra de Dios es viva y eficaz y descubre los pensamientos e intenciones del corazón. Aleluya.
Evangelio
† Lectura del santo Evangelio según san Marcos (2, 18-22) R/ Gloria a ti, Señor.
En una ocasión en que los discípulos de Juan el Bautista y los fariseos ayunaban, algunos de ellos se acercaron
a Jesús y le preguntaron: “¿Por qué los discípulos de Juan y los discípulos de los fariseos ayunan, y los tuyos
no?” Jesús les contestó: “¿Cómo van a ayunar los invitados a una boda, mientras el novio está con ellos?
Mientras está con ellos el novio, no puedenayunar. Pero llegará el día en que el novio les será quitado y
entonces sí ayunarán. Nadie le pone un parche de tela nueva a un vestido viejo, porque el remiendo encoge y
rompe la tela vieja y se hace peor la rotura. Nadie echa vino nuevo en odres viejos, porque el vino rompe los
odres, se perdería el vino y se echarían a perder los odres. A vino nuevo,
odres nuevos”. Palabra del Señor. R/ Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Que este sacrificio, Señor, que vamos a ofrecerte, nos purifique y nos renueve y nos ayude a obtener la
recompensa eterna, prometida a quienes cumplen tu voluntad. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Señor, aviva cada vez más en nosotros el deseo de recibir este pan eucarístico, por medio del
cual nos comunicas tú la vida verdadera. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

75
Martes Enero 19
Confío, Señor, en tu misericordia
Feria de la 2a. semana del Tiempo Ordinario
Antífona de Entrada Confío, Señor, en tu misericordia; alegra mi corazón con tu auxilio. Cantaré al Señor por el
bien que me ha hecho.
Oración Colecta Oremos: Concédenos, Señor, ser dóciles a las inspiraciones de tu Espíritu para que
realicemos siempre en nuestra vida tu santa voluntad. Por nuestro Señor Jesucristo… Amén.
Primera Lectura Lectura del primer libro de Samuel (16, 1-13)
En aquellos días, dijo el Señor a Samuel: “¿Hasta cuándo vas a estar triste por Saúl? Yo ya lo rechacé y él no
reinará más sobre Israel. Ve a la casa de Jesé, en Belén, porque de entre sus hijos me he escogido un rey.
Llena, pues, tu cuerno de aceite para ungirlo y vete”. Pero Samuel le replicó: “¿Cómo voy a ir? Si Saúl se entera,
me matará”. El Señor le respondió: “Lleva contigo una ternera y di: ‘Vengo a ofrecer un sacrificio al Señor’. Invita
a Jesé al sacrificio y yo te indicaré lo que has de hacer. Luego ungirás al que yo te señale”.
Hizo Samuel lo que el Señorle había dicho. Cuando llegó a Belén, los ancianos de la ciudad salieron a recibirlo
temerosos y le preguntaron: “¿Vienes en son de paz?” Les respondió: “Sí. Vengo a ofrecer un sacrificio al Señor.
Purifíquense y vengan conmigo al sacrificio”. Luego purificó a Jesé y a sus hijos y los
invitó también al sacrificio. Cuando se presentaron ante él, al ver a Eliab, el hijo mayor de Jesé, Samuel pensó:
“Este es, sin duda, el que voy a ungir como rey”. Pero el Señor le dijo: “No te dejes impresionar por su aspecto ni
por su gran estatura, pues yo lo he descartado, porque yo no juzgo como juzga el hombre. El hombre se fija en
las apariencias, pero el Señor se fija en los corazones”. Entonces, Jesé llamó a su hijo
Abinadab y lo hizo pasar ante Samuel, el cual le dijo: “Tampoco a éste lo ha escogido el Señor”.
Jesé hizo pasar a Samá, pero Samuel le dijo: “A éste tampoco lo ha elegido el Señor”. Así fueron pasando ante
Samuel siete de los hijos de Jesé; pero Samuel dijo: “Ninguno de éstos es el elegido del Señor”. Luego
le preguntó a Jesé: “¿Son éstos todos tus hijos?” El respondió: “Falta el más pequeño, que está cuidando el
rebaño”. Samuel le dijo: “Hazlo venir, porque no nos sentaremos a comer hasta que llegue”. Y Jesé lo mandó
llamar. El muchacho era rubio, de ojos vivos y buena presencia. Entonces el Señor dijo a Samuel:
“Levántate y úngelo, porque éste es”. Tomó Samuel el cuerno con el aceite y lo ungió delante de sus hermanos.
A partir de aquel día, el espíritu del Señor estuvo con David. Samuel se despidió y
regresó a Ramá. Palabra de Dios. R/ Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial Salmo 88 R/ He encontrado a David, mi servidor.
Hablando tú en visión a tus amigos un día les dijiste: “He escogido a un valiente de mi pueblo y he ceñido a sus
sienes la corona. R/ He encontrado a David, mi servidor.
He encontrado a David, mi servidor, y con mi aceite santo lo he ungido. Lo sostendrá mi mano y le dará mi brazo
fortaleza. R/ He encontrado a David, mi servidor.
El me podrá decir: ‘Tú eres mi padre, el Dios que me protege y que me salva’. Y yo lo nombraré mi primogénito
sobre todos los reyes de la tierra”. R/ He encontrado a David, mi servidor.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Que el Padre de nuestro Señor Jesucristo ilumine nuestras mentes, para que podamos comprender cuál
es la esperanza que nos da su llamamiento. Aleluya.
Evangelio
† Lectura del santo Evangelio según san Marcos (2, 23-28) R/ Gloria a ti, Señor.
Un sábado Jesús iba caminando entre los sembrados, y sus discípulos comenzaron a arrancar espigas al pasar.
Entonces los fariseos le preguntaron: “¿Por qué hacen tus discípulos algo que no está permitido hacer en
sábado?” El les respondió: “¿No han leído acaso lo que hizo David una vez que tuvo necesidad
y padecían hambre él y sus compañeros? Entró en la casa de Dios, en tiempos del sumo sacerdote Abiatar,
comió de los panes sagrados, que sólo podían comer los sacerdotes, y les dio también a sus compañeros”.
Luego añadió Jesús: “El sábado se hizo para el hombre y no el hombre para el sábado. Y el Hijo del hombre
también es dueño del sábado”. Palabra del Señor. R/ Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Que este sacrificio de acción de gracias y de alabanza que vamos a ofrecerte, nos ayude, Señor, a
conseguir nuestra salvación eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Que el Cuerpo y la Sangre de Cristo, que nos has dado, Señor, en este sacramento, sean para todos
nosotros una prenda segura de vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

76
Miércoles Enero 20
El Señor es mi protector
Feria de la 2a. semana del T. O. o memoria libre de san Fabián, Papa y mártir o san Sebastián, mártir
Antífona de Entrada El Señor es mi protector; él me libró de las manos de mis enemigos y me salvó, porque me
ama.
Oración Colecta Oremos: Concédenos, Señor, que el curso de los acontecimientos del mundo se
desenvuelva, según tu voluntad, en la justicia y en la paz, y que tu Iglesia pueda servirte con tranquilidad
y alegría. Por nuestro Señor Jesucristo… Amén.
Primera Lectura Lectura del primer libro de Samuel (17, 32-33. 37.40-51)
En aquellos días, dijo David a Saúl: “Señor, no se atemorice tu corazón por ese filisteo. Tu siervo irá y peleará
con él”. Pero Saúl le replicó: “Tú no puedes ir a pelear contra Goliat, porque no eres más que un muchacho, y él,
un hombre adiestrado para la guerra desde su juventud”. David le contestó: “El Señor,
que me ha librado de las garras del león y del oso, me librará también de las manos de ese filisteo”. Saúl le dijo:
“Ve, y que el Señor te ayude”. Tomó David el cayado que siempre llevaba consigo; escogió en el arroyo cinco
piedras bien lisas, las puso en su morral, y con la honda en la mano, avanzó hacia el filisteo. Goliat, precedido
por su escudero, se fue acercando a David. El filisteo se le quedó mirando, y cuando
vio que era un joven, rubio y de buena presencia, lo despreció y le dijo: “¿Soy acaso un perro para que me
salgas al encuentro con palos y con piedras?” David le contestó: “No. Eres peor que un perro”. Entonces Goliat lo
maldijo en nombre de sus dioses y añadió: “Acércate, que yo les echaré tu carne a las aves del
cielo y a las bestias del campo”. David le replicó: “Tú vienes hacia mí con espada, lanza y jabalina. Pero yo voy
contra ti en el nombre del Señor de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has insultado.
Hoy mismo te va a entregar el Señor en mis manos; te voy a vencer y te voy a cortar la cabeza, y voy a echarles
tu cadáver y los cadáveres de los filisteos a las aves del cielo y a las fieras del campo. Así sabrá toda la tierra
que hay Dios en Israel, y toda esa multitud sabrá que el Señor no necesita ni lanzas ni espadas para vencer,
porque él es el Señor de la guerra y los entregará a ustedes en nuestras manos”.
Cuando el filisteo comenzó a avanzar contra David, éste corrió a su encuentro, metió la mano en el morral, sacó
una piedra, la tiró con la honda e hirió al filisteo en la frente. La piedra se le clavó en la frente y el filisteo cayó de
boca por tierra. Venció David al filisteo con una honda y una piedra; lo hirió y lo mató, sin tener espada en la
mano. Corrió David a donde estaba caído el filisteo, tomó su espada, la sacó de la vaina, lo mató y le cortó la
cabeza. Los filisteos, viendo que había muerto su jefe, huyeron. Palabra de Dios. R/ Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial Salmo 143 R/ Bendito sea el Señor.
Bendito sea el Señor, mi roca firme; él adiestró mis manos y mis dedos para luchar en lides. R/ Bendito sea el
Señor.
El es mi amigo fiel, mi fortaleza, mi seguro escondite, escudo en que me amparo, el que los pueblos a mis
plantas rinde. R/ Bendito sea el Señor.
Al compás de mi cítara, nuevos cantos, Señor, he de decirte, pues tú das a los reyes la victoria y salvas a David,
tu siervo humilde. R/ Bendito sea el Señor.

Aclamación antes del Evangelio


Aleluya, aleluya. Jesús predicaba el Evangelio del Reino y curaba las enfermedades y dolencias
del pueblo. Aleluya.
Evangelio † Lectura del santo Evangelio según san Marcos (3, 1-6) R/ Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús entró en la sinagoga, donde había un hombre que tenía tullida una mano. Los fariseos
estaban espiando a Jesús para ver si curaba en sábado y poderlo acusar. Jesús le dijo al tullido:
“Levántate y ponte allí en medio”. Después les preguntó: “¿Qué es lo que está permitido hacer en sábado, el bien
o el mal? ¿Se le puede salvar la vida a un hombre en sábado o hay que dejarlo morir?” Ellos
se quedaron callados. Entonces, mirándolos con ira y con tristeza, porque no querían entender, le dijo al hombre:
“Extiende tu mano”. La extendió, y su mano quedó sana. Entonces se fueron los fariseos
y comenzaron a hacer planes con los del partido de Herodes para matar a Jesús. Palabra del Señor.
R/ Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas Que este pan y este vino que tú mismo nos das para ofrecértelos nos ayuden,
Señor, convertidos en el Cuerpo y Sangre de tu Hijo, a conseguir el premio de la felicidad eterna. Por
Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Oración después de la Comunión Oremos: Te pedimos, Padre misericordioso, que por este sacramento
con que ahora nos fortaleces, nos hagas algún día, participar de la vida eterna. Por Jesucristo, nuestro
Señor. Amén.

77
Santa Inés, virgen y mártir
Memoria
Jueves Enero 21
Antífona de Entrada
Como las vírgenes prudentes, santa Inés conserva su lámpara encendida para salir al encuentro de Cristo.
Oración Colecta Oremos:
Dios todopoderoso y eterno, que eliges a los débiles para vencer a los poderosos, te pedimos, al celebrar
el martirio de santa Inés, que nos concedas imitar la heroica firmeza de su fe. Por nuestro Señor
Jesucristo… Amén.
Primera Lectura
Lectura del primer libro de Samuel (18, 6-9; 19, 1-7)
En aquellos días, cuando David regresaba de haber matado al filisteo, las mujeres de todos los poblados salieron
a recibir al rey Saúl, danzando y cantando al son de tambores y panderos, y dando grandes gritos de alegría. Al
danzar, las mujeres cantaban a coro: “Mató Saúl a mil, pero David a diez mil”. A Saúl le cayeron muy mal esas
palabras y se enojó muchísimo y comentó: “A David le atribuyen diez mil, y a mí tan
sólo mil. Lo único que le falta es ser rey”. Desde entonces Saúl, miraba a David con rencor. Un día, Saúl
comunicó a su hijo Jonatán y a sus servidores que había decidido matar a David. Pero Jonatán quería
mucho a David y le dijo a éste: “Mi padre Saúl, trata de matarte. Cuídate, pues, mucho, mañana por la mañana,
retírate a un lugar seguro y escóndete. Yo saldré con mi padre por el campo donde tú estés y le
hablaré de ti; veré que piensa y te lo avisaré”. Habló entonces Jonatán a su padre en favor de David
y le dijo: “No hagas daño, señor mío, a tu siervo David, pues él no te ha hecho ningún mal, sino grandes
servicios. Arriesgó su vida para matar al filisteo, con lo cual el Señor dio una gran victoria a todo Israel. Tú mismo
lo viste y te alegraste. ¿Por qué, pues, quieres hacerte reo de sangre inocente, matando a David sin
motivo?” Al oír esto, se aplacó Saúl y dijo: “Juro por Dios que David no morirá”. Entonces Jonatán llamó a David
y le contó lo sucedido. Luego lo condujo ante Saúl, y David continuó a su servicio, como antes.
Palabra de Dios. R/ Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 55


R/ En el Señor confío y nada temo.
Tenme piedad, Señor, porque me acosan, me persiguen y atacan todo el día; me pisan sin cesar mis enemigos;
innumerables son los que me hostigan. R/ En el Señor confío y nada temo.
Toma en cuenta, Señor, todos mis pasos y recoge mis lágrimas. Que cuando yo te invoque, el
enemigo se bata en retirada. R/ En el Señor confío y nada temo.
Yo sé bien que el Señor está conmigo; por eso en Dios, cuya promesa alabo, sin temor me confío. ¿Qué hombre
ha de poder causarme daño? R/ En el Señor confío y nada temo.

Aclamación antes del Evangelio


Aleluya, aleluya. Jesucristo, nuestro Salvador, ha vencido la muerte y ha hecho resplandecer la vida por medio
del Evangelio. Aleluya.
Evangelio † Lectura del santo Evangelio según san Marcos (3, 7-12 ) R/ Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús se retiró con sus discípulos a la orilla del mar, seguido por una muchedumbre de galileos.
Una gran multitud, procedente de Judea y Jerusalén, de Idumea y Transjordania y de la parte
de Tiro y Sidón, habiendo tenido noticias de lo que Jesús hacía, se trasladó a donde él estaba. Entonces rogó
Jesús a sus discípulos que le consiguieran una barca para subir en ella, porque era tanta la multitud,
que estaba a punto de aplastarlo. En efecto, Jesús había curado a muchos, de manera que todos los que
padecían algún mal, se le echaban encima para tocarlo. Cuando los poseídos por espíritus inmundos lo veían, se
echaban a sus pies y gritaban: “Tú eres el Hijo de Dios”. Pero Jesús les prohibía que lo manifestaran. Palabra
del Señor. R/ Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Acepta, Señor, los dones que te presentamos, en reconocimiento de las maravillas realizadas por tu
amor en la vida de santa Inés, virgen, y haz que nuestro sacrificio de alabanza sea grato a tus ojos.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Oración después de la Comunión Oremos:
Señor, que este sacramento fortalezca en nosotros tu amor, para que aceptemos los sufrimientos de
nuestra vida como una forma de participar en la pasión de Cristo y nos esforcemos por vivir unidos
a ti, a ejemplo de santa Inés, virgen. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

78
Tengo los ojos puestos en el Señor
Viernes Enero 22
Antífona de Entrada :Tengo los ojos puestos en el Señor, porque él me libra de todo peligro. Mírame, Dios mío,
y ten piedad de mí, que estoy solo y afligido.
Oración Colecta Oremos: Nos acogemos, Señor, a tu providencia, que nunca se equivoca, y te pedimos
humildemente que apartes de nosotros todo mal y nos concedas aquello que pueda contribuir a nuestro
bien. Por nuestro Señor Jesucristo… Amén.
Primera Lectura Lectura del primer libro de Samuel (24, 3-21)
En aquellos días, Saúl tomó consigo tres mil hombres valientes de todo Israel y marchó en busca de David y su
gente, en dirección de las rocas llamadas “las Cabras Monteses”, y llegó hasta donde había un redil de ganado,
junto al camino. Había allí una cueva, y Saúl entró en ella para satisfacer sus necesidades.
David y sus hombres estaban sentados en el fondo de la cueva. Ellos le dijeron: “Ha llegado el día que te
anunció el Señor, cuando te hizo esta promesa: ‘Pondré a tu enemigo entre tus manos, para que hagas
con él lo que mejor te parezca’ ”. David se levantó sin hacer ruido y cortó la punta del manto de Saúl. Pero a
David le remordió la conciencia por haber cortado el manto de Saúl y dijo a sus hombres: “Dios me libre de
levantar la mano contra el rey, porque es el ungido del Señor”. Con estas palabras contuvo David a sus hombres
y no les permitió atacar a Saúl. Saúl salió de la cueva y siguió su camino. David salió detrás de él y le gritó: “Rey
y señor mío”. Y cuando Saúl miró hacia atrás, David le hizo una gran reverencia, inclinando
la cabeza hasta el suelo, y le dijo: “¿Por qué haces caso a la gente que dice: ‘David trata de hacerte mal’?
Date cuenta de que hoy el Señor te puso en mis manos en la cueva y pude matarte, pero te perdoné la vida,
pues me dije: ‘No alzaré mi mano contra el rey,porque es el ungido del Señor’. Mira la punta de tu manto en mi
mano. Yo la corté y no te maté. Reconoce, pues, qué en mí no hay traición y que no he pecado contra ti. Tú, en
cambio, andas buscandola ocasión de quitarme la vida. Que el Señor sea nuestro juez, y que él me haga justicia.
Yo no alzaré mi mano contra ti, porque como dice el antiguo proverbio: ‘Los malos obran mal’. ¿Contra quién has
salido a guerrear, rey de Israel? ¿A quién persigues? A un perro
muerto, a una pulga. Que el Señor sea el juez y nos juzgue a los dos. Que él examine mi causa y me libre de tu
mano”. Cuando David terminó de hablar, Saúl le respondió: “¿Eres tú, David, hijo mío, quien así me habla?” Saúl
rompió a llorar, y levantando la voz, le dijo: “Tú eres más justo que yo, porque sólo me haces
el bien, mientras que yo busco tu mal. Hoy has demostrado conmigo tu gran bondad, pues el Señor me puso en
tus manos, y tú no me has quitado la vida. ¿Qué hombre, que encuentra a su enemigo, le permite seguir su
camino en paz? Que el Señor te recompense por lo que hoy has hecho conmigo. Ahora estoy cierto de que
llegarás a ser rey y de queel reino de Israel se consolidará en tus manos”.
Palabra de Dios. R/ Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial Salmo 56 R/Señor, apiádate de mí. Apiádate de mí, Señor, apiádate, pues en ti me
refugio; me refugio a la sombra
de tus alas hasta que pase el infortunio. R/ Señor, apiádate de mí.
Voy a clamar al Dios altísimo, al Dios que me ha colmado de favores; desde el cielo, su amor y su lealtad
me salvarán de mis perseguidores. R/ Señor, apiádate de mí.
Señor, demuestra tu poder y llénese la tierra de tu gloria; pues tu amor es más grande que los cielos y tu
fidelidad las nubes toca. R/ Señor, apiádate de mí.
Aclamación antes del Evangelio Aleluya, aleluya. Dios ha reconciliado consigo al mundo, por medio de Cristo, y
nos ha encomendado a nosotros el mensaje de la reconciliación. Aleluya.
Evangelio † Lectura del santo Evangelio según san Marcos (3, 13-19) R/ Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús subió al monte, llamó a los que él quiso, y ellos lo siguieron. Constituyó a doce para que
se quedaran con él, para mandarlos a predicar y para que tuvieran el poder de expulsar a los emonios.
Constituyó entonces a los Doce: a Simón, al cual le impuso el nombre de Pedro; después, a Santiago y a Juan,
hijos de Zebedeo, a quienes dio el nombre de Boanergues, es decir “hijos del trueno”; a Andrés,
Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago el de Alfeo, Tadeo, Simón el Cananeo y a Judas Iscariote, que
después lo traicionó. Palabra del Señor. R/ Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Confiados en tu misericordia, Señor, venimos a tu altar con nuestros dones a fin de que te dignes
purificarnos por este memorial que estamos celebrando. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Oración después de la Comunión
Oremos: Padre santo, tú que nos has alimentado con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, guíanos por
medio de tu Espíritu a fin de que, no sólo con palabras, sino con toda nuestra vida podamos demostrarte
nuestro amor y así merezcamos entrar al Reino de los cielos. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

79
Santa María en Sábado
Sábado Enero 23

Antífona de Entrada
Dichosa tú, Virgen María, que llevaste en tu seno al creador del universo; diste a luz al que te creó,
y permaneces virgen para siempre.

Oración Colecta
Oremos:
Fortalece, Dios misericordioso, nuestra debilidad, para que todos los que ahora recordamos
con veneración a la santa Madre de Dios, podamos, por su intercesión y ayuda, levantarnos de nuestros
pecados. Por nuestro Señor Jesucristo… Amén.

Primera Lectura
Lectura del segundo libro de Samuel (1, 1-4. 11-12. 17. 19. 23-27)
En aquellos días, después de derrotar a los amalecitas, David se fue a Siquelag y ahí permaneció dos días.
Al tercer día llegó un hombre del campamento de Saúl, con los vestidos rotos y la cabeza cubierta de polvo.
Llegó a donde estaba David y se postró en señal de reverencia. David le preguntó: “¿De dónde vienes?”
El respondió: “Vengo huyendo del campamento de Israel”. David le preguntó: “¿Qué ha pasado? Cuéntamelo”.
El respondió: “El pueblo fue derrotado en la batalla y huyó. Muchos cayeron y entre los
muertos se encuentran Saúl y Jonatán”. Entonces David rasgó sus vestiduras, y lo mismo hicieron
los que estaban con él. Prorrumpieron en lamentaciones y llanto, y ayunaron hasta la noche por Saúl y Jonatán,
por el pueblo del Señor y por la casa de Israel, pues habían muerto a espada. Entonces
David entonó una elegía por Saúl y su hijo Jonatán: “Tus héroes, Israel, han sido inmolados en tus montañas.
¿Por qué cayeron los valientes? Saúl y Jonatán, queridos y admirados, inseparables en la
vida y unidos en la muerte, más veloces que las águilas y más fuertes que los leones. Hijas de Israel, lloren por
Saúl, que las vestía de púrpura y de lino y las cubría de joyas y de oro. ¿Por qué cayeron los valientes
en medio de la batalla? Jonatán yace muerto en tus montañas. Por ti, Jonatán, hermano mío, estoy lleno de
pesar. Te quise con toda el alma y tu amistad fue para mí más estimable que el amor de las mujeres. ¿Por qué
cayeron los valientes y pereció la flor de los guerreros?” Palabra de Dios. / Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 79


R/ Señor, vuelve tus ojos a nosotros.
Escúchanos, pastor de Israel, que guías a José como un rebaño; tú, que estás rodeado de querubines,
manifiéstate; ante la ruina de Efraín, Benjamín y Manasés, despierta tu poder y ven a salvarnos.
R/ Señor, vuelve tus ojos a nosotros.
Señor, Dios de los ejércitos, ¿hasta cuándo seguirás airado y sordo a las plegarias de tu pueblo?
Nos has dado llanto por comida y por bebida, lágrimas en abundancia. Somos la burla de nuestros
vecinos, el hazmerreír de cuantos nos rodean. R/ Señor, vuelve tus ojos a nosotros.

Aclamación antes del Evangelio


Aleluya, aleluya. Abre, Señor, nuestros corazones, para que comprendamos las palabras de tu Hijo.
Aleluya.
Evangelio
† Lectura del santo Evangelio según san Marcos (3, 20-21) R/ Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús entró en una casa con sus discípulos y acudió tanta gente, que no los dejaban ni comer.
Al enterarse sus parientes, fueron a buscarlo, pues decían que se había vuelto loco. Palabra del Señor. R/
Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Al venerar la memoria de la Madre de tu Hijo, te rogamos, Señor, que la ofrenda que te presentamos nos
transforme, por tu gracia, en oblación viva y continua. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Ya que participamos de la redención eterna, te pedimos, Señor, que al venerar la memoria de la Madre de
tu Hijo, nos gloriemos de la plenitud de tu gracia y sintamos los efectos de tu obra
redentora. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

80
Tercer Domingo del Tiempo Ordinario
Domingo Enero 24

Antífona de Entrada :Cantad al Señor un cántico nuevo, hombres de toda la tierra, cantad al Señor. Hay brillo y
esplendor en su presencia y en su templo, belleza y majestad.
Se dice Gloria.
Oración Colecta Oremos: Dios eterno y todopoderoso, conduce nuestra vida por el camino de tus
mandamientos para que, unidos a tu Hijo amado, podamos producir frutos abundantes. Por nuestro
Señor Jesucristo... Amén.
Primera Lectura Lectura del libro de Nehemías (8, 2-4. 5-6. 8-10)
En aquellos días, Esdras, el sacerdote, trajo el libro de la ley ante la asamblea, formada por los hombres, las
mujeres y todos los que tenían uso de razón. Era el día primero del mes séptimo, y Esdras leyó desde
el amanecer hasta el mediodía, en la plaza que está frente a la puerta del Agua, en presencia de los hombres,
las mujeres y todos los que tenían uso de razón. Todo el pueblo estaba atento a la lectura del libro de la ley.
Esdras estaba de pie sobre un estrado de madera, levantado para esta ocasión. Esdras abrió el libro a la vista
del pueblo, pues estaba en un sitio más alto que todos, y cuando lo abrió, el pueblo entero
se puso de pie. Esdras bendijo entonces al Señor, el gran Dios, y todo el pueblo, levantando las manos,
respondió: “¡Amén!”, e inclinándose, se postraron rostro en tierra. Los levitas leían el libro de la ley de Dios
con claridad y explicaban el sentido, de suerte que el pueblo comprendía la lectura. Entonces Nehemías, el
gobernador, Esdras, el sacerdote y escriba, y los levitas que instruían a la gente, dijeron a todo el pueblo: “Este
es un día consagrado al Señor, nuestro Dios. No estén ustedes tristes ni lloren (porque todos lloraban al
escuchar las palabras de la ley). Vayan a comer espléndidamente, tomen bebidas dulces y manden algo a los
que nada tienen, pues hoy es un día consagrado al Señor, nuestro Dios. No estén tristes, porque celebrar al
Señor es nuestra fuerza”. Palabra de Dios. R/ Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial Salmo 18 R/ Tú tienes, Señor, palabras de vida eterna.
La ley del Señor es perfecta del todo y reconforta el alma; inmutables son las palabras del Señor y hacen sabio al
sencillo. R/ Tú tienes, Señor, palabras de vida eterna.
En los mandamientos del Señor hay rectitud y alegría para el corazón; son luz los preceptos del Señor para
alumbrar el camino. R/ Tú tienes, Señor, palabras de vida eterna.
La voluntad de Dios es santa y para siempre estable; los mandamientos del Señor son verdaderos y enteramente
justos. R/ Tú tienes, Señor, palabras de vida eterna.
Que sean gratas las palabras de mi boca y los anhelos de mi corazón. Haz, Señor, que siempre te busque, pues
eres mi refugio y salvación. R/ Tú tienes, Señor, palabras de vida eterna.
Segunda Lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los corintios (12, 12-30)
Hermanos: Así como el cuerpo es uno y tiene muchos miembros y todos ellos, a pesar de ser muchos,
forman un solo cuerpo, así también es Cristo. Porque todos nosotros, seamos judíos o no judíos, esclavos o
libres, hemos sido bautizados en un mismo Espíritu, para formar un solo cuerpo, y a todos se nos ha dado a
beber del mismo Espíritu. El cuerpo no se compone de un solo miembro, sino de muchos. Si el pie dijera:
“No soy mano, entonces no formo parte del cuerpo”, ¿dejaría por eso de ser parte del cuerpo? Y si el oído dijera:
“Puesto que no soy ojo, no soy del cuerpo”, ¿dejaría por eso de ser parte del cuerpo? Si todo el cuerpo fuera ojo,
¿con qué oiríamos? Y si todo el cuerpo fuera oído, ¿con qué oleríamos? Ahora bien, Dios ha puesto los
miembros del cuerpo cada uno en su lugar, según lo quiso. Si todos fueran un solo miembro, ¿dónde estaría el
cuerpo? Cierto que los miembros son muchos, pero el cuerpo es uno solo. El ojo no puede decirle a la mano: “No
te necesito”; ni la cabeza, a los pies: “Ustedes no me hacen falta”. Por el contrario, los miembros que parecen
más débiles son los más necesarios. Y a los más íntimos los tratamos con mayor decoro, porque los demás no lo
necesitan. Así formó Dios el cuerpo, dando más honor a los miembros que carecían de él, para que no haya
división en el cuerpo y para que cada miembro se preocupe de los demás. Cuando un miembro sufre, todos
sufren con él; y cuando recibe honores, todos se alegran con él. Pues bien, ustedes son el cuerpo de Cristo y
cada uno es un miembro de él. En la Iglesia, Dios ha puesto en primer lugar a los apóstoles; en segundo lugar, a
los profetas; en tercer lugar, a los maestros; luego, a los que hacen milagros, a los que tienen el don de curar a
los enfermos, a los que ayudan, a los que administran, a los que tienen el don de lenguas y el de interpretarlas.
¿Acaso son todos apóstoles? ¿Son todos profetas? ¿Son todos maestros? ¿Hacen todos milagros? ¿Tienen
todos el don de curar? ¿Tienen todos el don de lenguas y todos las interpretan? Palabra de Dios. R/Te
alabamos, Señor.

81
Aclamación antes del Evangelio Aleluya, Aleluya. El Señor me ha enviado para anunciar a los pobres la buena
nueva y proclamar la liberación a los cautivos. Aleluya.
Evangelio † Lectura del santo Evangelio según san Lucas (1, 1-4; 4, 14-21) r/ Gloria a ti, Señor.
Muchos han tratado de escribir la historia de las cosas que pasaron entre nosotros, tal y como nos las
trasmitieron los que las vieron desde el principio y que ayudaron en la predicación. Yo también, ilustre Teófilo,
después de haberme informado minuciosamente de todo, desde sus principios, pensé escribírtelo por orden,
para que veas la verdad de lo que se te ha enseñado. (Después de que Jesús fue tentado por el demonio en el
desierto), impulsado por el Espíritu, volvió a Galilea. Iba enseñando en las sinagogas;
todos lo alababan y su fama se extendió por toda la región. Fue también a Nazaret, donde se había criado. Entró
en la sinagoga, como era su costumbre hacerlo los sábados, y se levantó para hacer la lectura. Se le dio el
volumen del profeta Isaías, lo desenrolló y encontró el pasaje en que estaba escrito: El espíritu del Señor está
sobre mí, porque me ha ungido para llevar a los pobres la buena nueva, para anunciar la iberación a los
cautivos y la curación a los ciegos, para dar libertad a los oprimidos y proclamar
el año de gracia del Señor. Enrolló el volumen, lo devolvió al encargado y se sentó. Los ojos de todos los
asistentes a la sinagoga estaban fijos en él. Entonces comenzó a hablar, diciendo: “Hoy mismo se ha cumplido
este pasaje de la Escritura que acaban de oír”. Palabra del Señor. R/ Gloria a ti, Señor Jesús.
Se dice Credo.
Oración de los fieles
Celebrante:
Como pueblo convocado por la Palabra del Señor, unidos en un mismo Espíritu oremos a Dios que
quiere liberar a la humanidad de cuanto la oprime para anunciarle su Buena Noticia de la salvación.
Digamos: R/ Padre, escúchanos.
Por la Iglesia, Cuerpo Místico de Cristo: para que con espíritu misionero haga oír su voz profética enseñando a
los hombres lo que contempla en la Palabra de Dios. Oremos. R/ Padre, escúchanos.
Por los que han recibido la misión de presidir las comunidades cristianas y por todos los que formamos la
Iglesia de Cristo: para que nuestro gozo en el Señor sea nuestra fortaleza y sus palabras sean nuestra vida.
Oremos. R/ Padre, escúchanos.
Por nuestro mundo golpeado por el egoísmo, la incomprensión y las guerras: para que la libertad, la justicia y la
paz sean una gozosa realidad. Oremos. R/ Padre, escúchanos.
Por los que anuncian la Buena Noticia a los pobres, a los cautivos, a los que no conocen a Dios: para que el
Espíritu les dé audacia, perseverancia y mucha comprensión. Oremos. R/ Padre, escúchanos.
Por los que están terminando los días de su vida mortal: para que confíen en la misericordia de Dios y Él los
acoja en su Reino. Oremos. R/ Padre, escúchanos.
Por cada uno de nosotros: para que la celebración de la Eucaristía avive en nuestro interior los mismos
sentimientos de Cristo, y seamos sensibles con el sufrimiento de nuestros hermanos. Oremos.
R/ Padre, escúchanos.
Celebrante: Mira con misericordia a tu Iglesia, escucha sus oraciones, y haz que con fidelidad anuncie tu
Palabra que es espíritu y vida. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Oración sobre las Ofrendas :Acepta, Señor, con bondad, los dones que te presentamos y santifícalos por
medio de tu Espíritu para que se nos conviertan en sacramento de salvación. Por Jesucristo, nuestro
Señor. Amén.
Prefacio Dominical III Nuestra salvación por el Hijo de Dios hecho hombre
El Señor esté con ustedes. R/ Y con tu espíritu.
Levantemos el corazón. R/ Lo tenemos levantado hacia el Señor.
Demos gracias al Señor, nuestro Dios. R/ Es justo y necesario.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre
santo, Dios todopoderoso y eterno. Porque manifestaste admirablemente tu poder no sólo al socorrer nuestra
débil naturaleza con la fuerza de tu divinidad, sino al prever el remedio en la misma debilidad
humana, y así de lo que fue causa de nuestra ruina hiciste el principio de nuestra salvación, por Cristo, nuestro
Señor. Por Él, los ángeles cantan con júbilo eterno y nosotros nos unimos a sus voces, cantando
humildemente tu alabanza: Santo, Santo, Santo...
Antífona de la Comunión : Acudid al Señor, poned en él vuestra confianza y no quedaréis defraudados.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Te damos gracias, Señor, por habernos alimentado con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo y te pedimos que
este don tuyo sea para nosotros fuente inagotable de vida. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

82
Lunes Enero 25 Conversión de san Pablo, apóstol
Fiesta
Antífona de Entrada
Yo sé en quien tengo puesta mi confianza y estoy convencido de que el Señor, justo juez, me dará la
recompensa el día de su venida.
Se dice Gloria.
Oración Colecta
Oremos:
Señor Dios, que has iluminado al mundo entero con la palabra de tu apóstol Pablo, cuya conversión
conmemoramos hoy; haz que nos convirtamos a ti para dar, así, al mundo un testimonio de tu verdad.
Por nuestro Señor Jesucristo… Amén.
Primera Lectura
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles (22, 3-16) En aquellos días, Pablo dijo al pueblo: “Yo soy
judío, nací en Tarso de Cilicia, pero me crié aquí, en Jerusalén; fui alumno de Gamaliel y aprendí a observar en
todo su rigor la ley de nuestros padres y estaba tan lleno de fervor religioso, como lo están
ustedes ahora. Perseguí a muerte a la religión cristiana, encadenando y metiendo en la cárcel a hombres
y mujeres, como pueden atestiguarlo el sumo sacerdote y todo el consejo de los ancianos. Ellos me dieron cartas
para los hermanos de Damasco y me dirigí hacia allá en busca de creyentes para traerlos presos a
Jerusalén y castigarlos. Pero en el camino, cerca ya de Damasco, a eso del mediodía, de repente me
envolvió una gran luz venida del cielo; caí por tierra y oí una voz que me decía: ‘Saulo, Saulo, ¿por qué me
persigues?’ Yo le respondí: ‘Señor, ¿quién eres tú?’ El me contestó: ‘Yo soy Jesús de Nazaret, a quien tú
persigues’. Los que me acompañaban vieron la luz, pero no oyeron la voz del que me hablaba. Entonces yo le
dije: ‘¿Qué debo hacer, Señor?’ El Señor me respondió: ‘Levántate y vete a Damasco; allá te dirán
todo lo que tienes que hacer’. Como yo no podía ver, cegado por el resplandor de aquella luz, mis compañeros
me llevaron de la mano hasta Damasco. Allí, un hombre llamado Ananías, varón piadoso
y observante de la ley, muy respetado por todos los judíos que vivían en Damasco, fue a verme, se me acercó y
me dijo: ‘Saulo, hermano, recobra la vista’. Inmediatamente recobré la vista y pude verlo.
El me dijo: ‘El Dios de nuestros padres te ha elegido para que conocieras su voluntad, vieras al Justo y
escucharas sus palabras, porque deberás atestiguar ante todos los hombres lo que has visto y oído. Y ahora,
¿qué esperas? Levántate, recibe el bautismo, reconoce que Jesús es el Señor y queda limpio de tus
pecados’ ”. Palabra de Dios. R/ Te alabamos, Señor
Salmo Responsorial Salmo 116
R/ Vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio.
Que alaben al Señor todas las naciones, que lo aclamen todos los pueblos. R/ Vayan por todo el mundo
y prediquen el Evangelio.
Porque grande es su amor hacia nosotros y su fidelidad dura por siempre. R/ Vayan por todo el mundo
y prediquen el Evangelio.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya. Yo los he elegido del mundo, dice el Señor, para que vayan y den fruto y su fruto permanezca.
Aleluya.
Evangelio
† Lectura del santo Evangelio según san Marcos (16, 15-18) R/ Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, se apareció Jesús a los Once y les dijo: “Vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio a
toda creatura. El que crea y se bautice, se salvará; el que se resista a creer, será condenado. Estos son los
milagros que acompañarán a los que hayan creído: arrojarán demonios en mi nombre,
hablarán lenguas nuevas, cogerán serpientes en sus manos, y si beben un veneno mortal, no les
hará daño; impondrán las manos a los enfermos y éstos quedarán sanos”. Palabra del Señor.
R/ Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Por este sacrificio eucarístico que vamos a ofrecerte, concédenos, Señor, que el Espíritu Santo
nos ilumine con aquella misma fe que impulsó siempre a san Pablo a la predicación de tu Evangelio.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Que esta comunión avive, Señor, en nosotros el amor incansable que impulsó a san Pablo a
consagrarse al servicio de toda la Iglesia. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

83
Martes Enero 26
San Timoteo y san Tito, obispos
Memoria
Antífona de Entrada
Cuidaré de mis ovejas, dice el Señor, y les buscaré un pastor que las apaciente, y yo, el Señor, seré su Dios.
Oración Colecta
Oremos:
Dios nuestro, que hiciste dignos seguidores de san Pablo a tus santos obispos Timoteo y Tito,
Concédenos, por su intercesión, amarte y servirte en nuestros prójimos para que podamos llegar al
cielo, nuestra patria. Por nuestro Señor Jesucristo… Amén.
Primera Lectura
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo (1, 1-8)
Pablo, apóstol de Jesucristo por voluntad de Dios, conforme a la promesa de vida que hay en Cristo Jesús, a
Timoteo, hijo querido. Te deseo la gracia, la misericordia y la paz de Dios Padre y de Cristo Jesús, Señor
nuestro. Cuando de noche y de día te recuerdo en mis oraciones, le doy gracias a Dios, a quien sirvo con una
conciencia pura, como lo aprendí de mis antepasados. No puedo olvidar tus lágrimas al despedirnos y anhelo
volver a verte para llenarme de alegría, pues recuerdo tu fe sincera, esa fe que tuvieron tu abuela Loida y tu
madre Eunice, y que estoy seguro que también tienes tú. Por eso te recomiendo que reavives el don de Dios que
recibiste cuando te impuse las manos. Porque el Señor no nos ha dado un espíritu de temor, sino de fortaleza,
de amor y de moderación. No te avergüences, pues, de dar testimonio de
nuestro Señor, ni te avergüences de mí, que estoy preso por su causa. Al contrario, comparte
conmigo los sufrimientos por la predicación del Evangelio, sostenido por la fuerza de Dios.
Palabra de Dios. R/ Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial Salmo 95
R/ Cantemos la grandeza del Señor.
Cantemos al Señor un canto nuevo, que le cante al Señor toda la tierra; cantemos al Señor y
bendigámoslo. R/ Cantemos la grandeza del Señor.
Proclamemos su amor día tras día, su grandeza anunciemos a los pueblos; de nación en nación, sus
maravillas. R/ Cantemos la grandeza del Señor.
Alaben al Señor, pueblos del orbe, reconozcan su gloria y su poder y tribútenle honores a su
nombre. R/ Cantemos la grandeza del Señor.
“Reina el Señor”, digamos a los pueblos. El afianzó con su poder el orbe, gobierna a las naciones
con justicia. R/ Cantemos la grandeza del Señor.

Aclamación antes del Evangelio


Aleluya, aleluya. Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has revelado los misterios del
Reino a la gente, sencilla. Aleluya.
Evangelio
† Lectura del santo Evangelio según san Marcos (3, 31-35) R/ Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, llegaron a donde estaba Jesús, su madre y sus parientes; se quedaron fuera y lo mandaron
llamar. En torno a él estaba sentada una multitud, cuando le dijeron: “Ahí fuera están tu madre y tus hermanos,
que te buscan”. El les respondió: “¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?” Luego, mirando a los que
estaban sentados a su alrededor, dijo: “Estos son mi madre y mis hermanos. Porque el que cumple la voluntad
de Dios, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre”. Palabra del Señor. R/ Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas


Mira, Señor, con bondad las ofrendas que te presentamos, en la fiesta de los obispos san Timoteo y san
Tito, para que nos obtengan tu perdón y glorifiquen así tu santo nombre. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

Oración después de la Comunión


Oremos:
Reanimados por este sacramento, te pedimos, Señor que, a ejemplo de san Timoteo y san Tito, nos
esforcemos en dar testimonio de la fe que ellos tuvieron y en llevar a la práctica sus enseñanzas.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

84
Proclamaré sin cesar la misericordia del Señor
Miércoles Enero 27
Feria de la 3a. semana del Tiempo Ordinario
Antífona de Entrada
El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré? El Señor es la defensa de mi vida, ¿quién me hará temblar?
Cuando me asaltan mis enemigos, tropiezan y caen.

Oración Colecta
Oremos:
Dios nuestro, de quien todo bien procede, inspíranos propósitos de justicia y santidad y concédenos tu
ayuda para poder cumplirlos. Por nuestro Señor Jesucristo… Amén.

Primera Lectura
Lectura del segundo libro de Samuel (7, 4-17)
En aquellos días, el Señor le habló al profeta Natán y le dijo: “Ve y dile a mi siervo David que
el Señor le manda decir esto: ‘¿Piensas que vas a ser tú el que me construya una casa para que
yo habite en ella? Desde que saqué a Israel de Egipto hasta el presente, no he tenido casa, sino
que he andado en una tienda de campaña, por dondequiera que han ido los hijos de Israel. ¿Acaso en todo ese
tiempo le pedí a alguno de los jueces, a quien puse como pastores de mi pueblo, Israel, que me
construyera una casa de cedro?’ Di, pues, a mi siervo David: ‘Yo te saqué de los apriscos y de andar tras las
ovejas, para que fueras el jefe de mi pueblo, Israel. Yo estaré contigo en todo lo que emprendas, acabaré con tus
enemigos y te haré tan famoso como los hombres más famosos de la tierra.
Le asignaré un lugar a mi pueblo, Israel; lo plantaré allí para que habite en su propia tierra. Vivirá tranquilo y sus
enemigos ya no lo oprimirán más, como lo han venido haciendo desde los tiempos en que establecí jueces para
gobernar a mi pueblo, Israel. Y a ti, David, te haré descansar de tus enemigos. Además, yo, el
Señor, te hago saber que te daré una dinastía; y cuando tus días se hayan cumplido y descanses para siempre
con tus padres, engrandeceré a tu hijo, sangre de tu sangre, y consolidaré su reino. El me construirá una casa y
yo consolidaré su trono para siempre. Yo seré para él un padre y él será para mí un hijo. Si hace el mal, yo lo
castigaré con vara fuerte y con azotes, pero no le retiraré mi favor, como
lo hice con Saúl, a quien quité de tu camino. Tu casa y tu reino permanecerán para siempre ante mí, y tu trono
será estable eternamente’ ”. Natán comunicó a David todas estas palabras, conforme se las
había revelado el Señor. Palabra de Dios. R/ Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 88


R/ Proclamaré sin cesar la misericordia del Señor.
“Un juramento hice a David, mi servidor, una alianza pacté con mi elegido: ‘Consolidaré tu dinastía para siempre
y afianzaré tu trono eternamente’. R/ Proclamaré sin cesar la misericordia del Señor.
El me podrá decir: ‘Tú eres mi padre, el Dios que me protege y que me salva’. Y yo lo nombraré mi
primogénito sobre todos los reyes de la tierra. R/ Proclamaré sin cesar la misericordia del Señor.
Yo jamás le retiraré mi amor ni violaré el juramento que le hice. Nunca se extinguirá su descendencia
y su trono durará igual que el cielo”. R/ Proclamaré sin cesar la misericordia del Señor.

Aclamación antes del Evangelio


Aleluya, aleluya. La semilla es la palabra de Dios y el sembrador es Cristo; todo aquel que lo encuentra vivirá
para siempre. Aleluya.
Evangelio

† Lectura del santo Evangelio según san Marcos (4, 1-20) R/ Gloria a ti, Señor
En aquel tiempo, Jesús se puso a enseñar otra vez junto al Iago, y se reunió una muchedumbre tan grande,
que Jesús tuvo que subir en una barca; ahí se sentó, mientras la gente estaba en tierra, junto a la orilla.
Les estuvo enseñando muchas cosas con parábolas y les decía: “Escuchen. Salió el sembrador a sembrar.
Cuando iba sembrando, unos granos cayeron en la vereda; vinieron los pájaros y se los comieron.
Otros cayeron en terreno pedregoso, donde apenas había tierra; como la tierra no era profunda, las plantas
brotaron enseguida; pero cuando salió el sol, se quemaron, y por falta de raíz, se secaron. Otros granos
cayeron entre espinas; las espinas crecieron, ahogaron las plantas y no las dejaron madurar. Finalmente, los
otros granos cayeron en tierra buena; las plantas fueron brotando y creciendo y produjeron el treinta, el sesenta o

85
el ciento por uno”. Y añadió Jesús: “El que tenga oídos para oír, que oiga”. Cuando se quedaron solos, sus
acompañantes y los Doce le preguntaron qué quería decir la parábola. Entonces Jesús les dijo: “A ustedes se les
ha confiado el secreto del Reino de Dios; en cambio, a los que están fuera, todo les queda oscuro; así, por más
que miren, no verán; por más que oigan, no entenderán; a menos que
se arrepientan y sean perdonados”. Y les dijo a continuación: “Si no entienden esta parábola, ¿cómo van a
comprender todas las demás? ‘El sembrador’ siembra la palabra. ‘Los granos de la vereda’ son aquellos en
quienes se siembra la palabra, pero cuando la acaban de escuchar, viene Satanás y se lleva la palabra
sembrada en ellos. ‘Los que reciben la semilla en terreno pedregoso’, son los que, al escuchar la palabra,
de momento la reciben con alegría; pero no tienen raíces, son inconstantes, y en cuanto surge un problema o
una contrariedad por causa de la palabra, se dan por vencidos. ‘Los que reciben la semilla entre espinas’ son los
que escuchan la palabra; pero por las preocupaciones de esta vida, la seducción de las riquezas y el deseo de
todo lo demás, que los invade, ahogan la palabra y la hacen estéril. Por fin, ‘los que reciben la
semilla en tierra buena’ son aquellos que escuchan la palabra, la aceptan y dan una cosecha: unos, de treinta;
otros, de sesenta; y otros, de ciento por uno”. Palabra del Señor. R/ Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas


Mira, Señor, con bondad, estos dones que te presentamos humildemente, para que sean gratos a tus ojos
y nos hagan crecer en tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Antífona de la Comunión
Señor, tú eres mi amor, mi fuerza y mi refugio, mi liberación y mi ayuda. Tú eres mi Dios.
Oración
después de la Comunión
Oremos:
Que la fuerza redentora de esta Eucaristía nos proteja, Señor, de nuestras malas inclinaciones y nos guíe
siempre por el camino de tus mandamientos. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

86
Santo Tomás de Aquino, presbítero y doctor de la Iglesia
Jueves Enero 28
Memoria
Antífona de Entrada :El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para llevar la Buena Nueva a los
pobres y anunciar su liberación a los cautivos.
Oración Colecta Oremos: Señor Dios nuestro, que hiciste de Tomás de Aquino un hombre admirable por
su anhelo de santidad y su dedicación a las ciencias sagradas, ayúdanos a comprender su doctrina y a
imitar sus ejemplos. Por nuestro Señor Jesucristo… Amén.
Primera Lectura
Lectura del segundo libro de Samuel (7, 18-19. 24-29)
Cuando David se enteró por Natán de las promesas divinas, fue a ponerse delante del Señor
y le dijo: “¿Quién soy yo, Señor, y qué es mi casa, para que me hayas favorecido tanto hasta
el presente? Y no contento con esto, extiendes ahora tus promesas también a mis descendientes. Ciertamente,
Señor, no es así como proceden los hombres. Tú has elegido al pueblo de
Israel para que sea siempre tu pueblo. Y tú, Señor, has querido ser su Dios. Ahora, Señor,
manténle a tu siervo y a su casa la promesa que le has hecho y cumple tus palabras. Así tu
nombre será glorificado para siempre y todos dirán: ‘El Señor de los ejércitos es el Dios de
Israel’. La casa de tu siervo David permanecerá para siempre en tu presencia, pues tú, Señor de
los ejércitos, Dios de Israel, eres quien le ha hecho esta revelación a tu siervo: “Yo te edificaré una
casa”; por eso tu siervo se ha atrevido a dirigirte esta súplica. Sí, Señor, tú eres Dios y tu palabra es verdadera.
Tú has hecho una promesa a tu siervo David; dígnate, pues, ahora, bendecir la casa de tu siervo, para que
permanezca para siempre ante ti, porque tú, Señor Dios, lo has dicho, y con tu
bendición, la casa de tu siervo será bendita para siempre”. Palabra de Dios. R/Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial Salmo 131
R/ Dios le dará el trono de su padre David.
Señor, Dios poderoso de Jacob: en favor de David acuérdate de todos sus afanes y de aquel juramento que te
hizo. R/ Dios le dará el trono de su padre David.
David juró al Señor: “No he de entrar en la tienda donde habito ni he de subir al lecho en que descanso, no habré
de conceder sueño a mis ojos ni quietud a mis párpados, hasta que halle un lugar para el Señor, una morada fija
para el Dios poderoso de Jacob”. R/ Dios le dará el trono de su padre David.
Dios prometió a David –y el Señor no revoca sus promesas–: “Pondré sobre tu trono a uno de
tu propia descendencia. R/ Dios le dará el trono de su padre David.
Si tus hijos son fieles a mi alianza y cumplen los mandatos que yo enseñe, también ocuparán sus hijos tu trono
para siempre”. R/ Dios le dará el trono de su padre David.
Esto es así, porque el Señor ha elegido a Sión como morada: “Aquí está mi reposo para siempre. Porque así me
agradó, será mi casa”. R/ Dios le dará el trono de su padre David.
Santo Tomás de Aquino, presbítero y doctor de la Iglesia
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya. Tus palabras, Señor, son una antorcha para mis pasos y una luz en mi sendero.
Aleluya.
Evangelio
† Lectura del santo Evangelio según san Marcos (4, 21-25) R/ Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús dijo a la multitud: “¿Acaso se enciende una vela para meterla debajo de una olla o debajo
de la cama? ¿No es para ponerla en el candelero? Porque si algo está escondido, es para que
se descubra; y si algo se ha ocultado, es para que salga a la luz. El que tenga oídos para oír, que oiga”.
Siguió hablándoles y les dijo: “Pongan atención a lo que están oyendo. La misma medida que utilicen para tratar
a los demás, esa misma se usará para tratarlos a ustedes, y con creces. Al que tiene, se le dará; pero al que
tiene poco, aun eso poco se le quitará”. Palabra del Señor. R/ Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Que estos dones, Señor, que te presentamos en honor de tus santos y que van a dar testimonio de tu
poder y de tu gloria, nos alcancen de ti la salvación eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
después de la Comunión
Oremos:
Te rogamos, Señor, que el sacramento que hemos recibido nos encamine al cielo que ya mereció obtener
santo Tomás de Aquino, sirviéndote con fidelidad. Por Jesucristo, nuestro Señor.Amén.

87
Misericordia, Señor, hemos pecado
Viernes Enero 29
Feria de la 3a. semana del Tiempo Ordinario
Antífona de Entrada :Escucha, Señor, mi voz y mis clamores y ven en mi ayuda; no me rechaces, ni me
abandones,Dios, salvador mío.
Oración Colecta Oremos: Dios nuestro, fuerza de todos los que en ti confían, ayúdanos con tu gracia, sin
la cual nada puede nuestra humana debilidad, para que podamos serte fieles en la observancia de tus
mandamientos. Por nuestro Señor Jesucristo… Amén.
Primera Lectura Lectura del segundo libro de Samuel (11, 1-4. 5-10. 13-17)
En la época del año en que los reyes acostumbraban salir a la guerra, David envió a Joab con sus oficiales y
todo Israel contra los amonitas. Los derrotaron y pusieron sitio a Rabbá. David se había quedado en
Jerusalén. Un día, al atardecer, se levantó de dormir y se puso a pasear por la terraza del palacio; desde ahí vio
a una mujer que se estaba bañando. Era una mujer muy hermosa. David mandó preguntar quién era aquella
mujer y le dijeron: “Es Betsabé, hija de Eliam, esposa de Urías, el hitita”. David mandó unos criados a buscarla.
Se la trajeron a su casa y durmió con ella. La mujer quedó embarazada y le mandó decir a David: “Estoy
encinta” Entonces David le envió un mensaje a Joab: “Haz que venga Urías, el hitita”. Joab cumplió la orden, y
cuando Urías se presentó a David, el rey le preguntó por Joab, por el ejército y por el estado de la guerra. Luego
le dijo: “Ve a descansar a tu casa, en compañía de tu esposa”. Salió Urías del palacio de David y éste le mandó
un regalo. Pero Urías se quedó a dormir junto a la puerta del palacio del rey, con los demás servidores de su
señor, y no fue a su casa. Le avisaron a David: “Urías no fue a su casa”. Al día siguiente, David lo convidó a
comer con él y lo hizo beber hasta embriagarse. Ya tarde, salió Urías y se volvió a quedar a dormir con los
servidores de su señor y no fue a su casa. A la mañana siguiente escribió David a Joab una carta y se la envió
con Urías. En ella le decía: “Pon a Urías en el sitio más peligroso de la batalla y déjalo solo para que lo maten”.
Joab, que estaba sitiando la ciudad, puso a Urías frente a los defensores más aguerridos. Los sitiados hicieron
una salida contra Joab y murieron algunos del ejército de David, entre ellos, Urías, el hitita. Palabra de Dios. R/
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial Salmo 50 R/ Misericordia, Señor, hemos pecado.
Por tu inmensa compasión y misericordia, Señor, apiádate de mí y olvida mis ofensas. Lávame bien de todos mis
delitos y purifícame de mis pecados. R/ Misericordia, Señor, hemos pecado.
Puesto que reconozco mis culpas, tengo siempre presentes mis pecados. Contra ti solo pequé, Señor, haciendo
lo que a tus ojos era malo. R/ Misericordia, Señor, hemos pecado.
Es justa tu sentencia y eres justo, Señor, al castigarme. Nací en la iniquidad, y pecador me concibió
mi madre.R/ Misericordia, Señor, hemos pecado.
Haz que sienta otra vez júbilo y gozo y se alegren los huesos quebrantados. Aleja de tu vista mis maldades y
olvídate de todos mis pecados. R/ Misericordia, Señor, hemos pecado.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya. Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has revelado los misterios del
Reino a la gente sencilla. Aleluya.
Evangelio † Lectura del santo Evangelio según san Marcos (4, 26 34) R/ Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús dijo a la multitud: “El Reino de Dios se parece a lo que sucede cuando un hombre
siembra la semilla en la tierra: que pasan las noches y los días, y sin que él sepa cómo, la semilla
germina y crece; y la tierra, por si sola, va produciendo el fruto: primero los tallos, luego las espigas y después
los granos en las espigas. Y cuando ya están maduros los granos, el hombre echa mano de la hoz, pues ha
llegado el tiempo de la cosecha”. Les dijo también: “¿Con qué compararemos el Reino de Dios? ¿Con qué
parábola lo podremos representar? Es como una semilla de mostaza que, cuando
se siembra, es la más pequeña de las semillas; pero una vez sembrada, crece y se convierte
en el mayor de los arbustos y echa ramas tan grandes, que los pájaros pueden anidar a su sombra”.
Y con otras muchas parábolas semejantes les estuvo exponiendo su mensaje, de acuerdo con lo que ellos
podían entender. Y no les hablaba sino en parábolas; pero a sus discípulos les explicaba todo en
privado. Palabra del Señor. R/ Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas : Dios nuestro, que en estos dones que te presentamos has otorgado al
hombre el pan que lo alimenta y el sacramento que le da nueva vida, haz que nunca llegue a faltarnos
este sustento del cuerpo y del espíritu. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Oración después de la Comunión
Oremos: Que nuestra participación en este sacramento signo de la unión de los fieles en ti, contribuya,
Señor, a la unidad de tu Iglesia. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

88
Santa María en Sábado Memoria libre
Sábado Enero 30
Antífona de Entrada :María, el Altísimo te ha bendecido más que a todas las mujeres de la tierra, y de tal
manera te ha glorificado, que los hombres no cesan de alabarte.
Oración Colecta Oremos: Por intercesión de la santísima Virgen María, llena de gracia, cuya gloriosa
memoria estamos celebrando, haz, Señor, que también nosotros podamos participar de los dones de tu
amor.Por nuestro Señor Jesucristo… Amén.
Primera Lectura Lectura del segundo libro de Samuel (12, 1-7.10-17)
En aquellos días, el Señor envió al profeta Natán para que fuera a ver al rey David. Llegó Natán ante el rey y le
dijo: “Había dos hombres en una ciudad, uno rico y el otro pobre. El rico tenía muchas ovejas y numerosas reses.
El pobre sólo tenía una ovejita, que se había comprado; la había criado personalmente y ella había crecido con él
y con sus hijos. Comía de su pan, bebía de su vaso y dormía junto a él. La quería como a una hija. Un día llegó
un visitante a la casa del rico, y éste no quiso sacrificar ninguna de sus
ovejas ni de sus reses, sino que se apoderó de la ovejita del pobre, para agasajar a su huésped”.
Al escuchar esto, David se puso furioso y le dijo a Natán: “Verdad de Dios que el hombre que ha hecho eso debe
morir. Puesto que no respetó la ovejita del pobre, tendrá que pagar cuatro veces su valor”.
Entonces Natán le dijo a David: “¡Ese hombre eres tú! Por eso te manda decir el Señor: ‘La muerte por espada
no se apartará nunca de tu casa, pues me has despreciado, al apoderarte de la esposa de
Urías, el hitita, y hacerla tu mujer. Yo haré que de tu propia casa surja tu desgracia, te arrebataré a tus mujeres
ante tus ojos y se las daré a otro, que dormirá con ellas en pleno día. Tú lo hiciste a escondidas;
pero yo cumpliré esto que te digo, ante todo Israel y a la luz del sol’ ”. David le dijo a Natán: “He pecado contra el
Señor”. Natán le respondió: “El Señor te perdona tu pecado. No morirás. Pero por haber despreciado al Señor
con lo que has hecho, el hijo que te ha nacido morirá”. Y Natán se fue a su casa.
El Señor mandó una grave enfermedad al niño que la esposa de Urías le había dado a David. Este pidió a Dios
por el niño, hizo ayunos rigurosos y de noche se acostaba en el suelo. Sus servidores de confianza
le rogaban que se levantara, pero él no les hacía caso y no quería comer con ellos. Palabra de Dios.
R/ Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial Salmo 50
R/ Crea en mí, Señor, un corazón puro.
Crea en mí, Señor, un corazón puro, un espíritu nuevo para cumplir tus mandamientos. No me arrojes, Señor,
lejos de ti, ni retires de mí tu santo espíritu. R/ Crea en mí, Señor, un corazón puro.
Devuélveme tu salvación, que regocija, y mantén en mí un alma generosa. Enseñaré a los descarriados tus
caminos y volverán a ti los pecadores. R/ Crea en mí, Señor, un corazón puro.
Líbrame de la sangre, Dios, salvador mío y aclamará mi lengua tu justicia. Señor, abre mis labios y cantará mi
boca tu alabanza. R/ Crea en mí, Señor, un corazón puro.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya. Tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su Hijo único, para que todo el que crea en él
tenga vida eterna. Aleluya.
Evangelio † Lectura del santo Evangelio según san Marcos (4, 35-41) R/ Gloria a ti, Señor.
Un día, al atardecer, Jesús dijo a sus discípulos: “Vamos a la otra orilla del lago”. Entonces los discípulos
despidieron a la gente y condujeron a Jesús en la misma barca en que estaba. Iban además otras barcas.
De pronto se desató un fuerte viento y las olas se estrellaban contra la barca y la iban llenando de agua. Jesús
dormía en la popa, reclinado sobre un cojín. Lo despertaron y le dijeron: “Maestro, ¿no te importa que
nos hundamos?” El se despertó, reprendió al viento y dijo al mar: “¡Cállate, enmudece!” Entonces el viento cesó y
sobrevino una gran calma. Jesús les dijo: “¿Por qué tenían tanto miedo? ¿Aún no tienen fe?” Todos se quedaron
espantados y se decían unos a otros: “¿Quién es éste, a quien hasta el viento y el mar obedecen?”. Palabra del
Señor. R/ Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Jubilosos de poder celebrar la festividad de la Madre de tu Hijo, te presentamos, Señor, estas ofrendas
de alabanza, y te pedimos que por este santo intercambio de dones, se acrecienten en nosotros los
frutos de la redención eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Habiendo recibido el sacramento celestial, te pedimos, Señor, que cuantos hemos celebrado con
veneración, la memoria de la santísima Virgen María, merezcamos participar del banquete eterno.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

89
Cuarto Domingo del Tiempo Ordinario
Domingo Enero 31

Antífona de Entrada
Sálvanos, Señor y Dios nuestro; reúnenos de entre las naciones, para que podamos agradecer tu poder santo y
sea nuestra gloria el alabarte.

Se dice Gloria.

Oración Colecta
Oremos:
Concédenos, Señor, Dios nuestro, amarte con todo el corazón y, con el mismo amor, amar a nuestros
prójimos. Por nuestro Señor Jesucristo... Amén.

Primera Lectura
Lectura del libro del profeta Jeremías (1, 4-5. 17-19)
En tiempo de Josías, el Señor me dirigió estas palabras: “Desde antes de formarte en el seno materno, te
conozco; desde antes de que nacieras, te consagré como profeta para las naciones. Cíñete y prepárate;
ponte en pie y diles lo que yo te mando. No temas, no titubees delante de ellos, para que yo no te quebrante.
Mira: hoy te hago ciudad fortificada, columna de hierro y muralla de bronce, frente a toda
esta tierra, así se trate de los reyes de Judá, como de sus jefes, de sus sacerdotes o de la gente
del campo. Te harán la guerra, pero no podrán contigo, porque yo estoy a tu lado para salvarte”.
Palabra de Dios. R/ Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 70


R/ Señor, tú eres mi esperanza.
Señor, tú eres mi esperanza, que no quede yo jamás defraudado. Tú, que eres justo, ayúdame y defiéndeme;
escucha mi oración y ponme a salvo. R/ Señor, tú eres mi esperanza.
Sé para mí un refugio, ciudad fortificada en que me salves. Y pues eres mi auxilio y mi
defensa, líbrame, Señor, de los malvados. R/ Señor, tú eres mi esperanza.
Señor, tú eres mi esperanza; desde mi juventud en ti confío. Desde que estaba en el seno de
mi madre, yo me apoyaba en ti y tú me sostenías. R/ Señor, tú eres mi esperanza.
Yo proclamaré siempre tu justicia y a todas horas, tu misericordia. Me enseñaste a alabarte desde niño y seguir
alabándote es mi orgullo. R/ Señor, tú eres mi esperanza.

Segunda Lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los corintios (12, 31—13, 13)
Hermanos: Aspiren a los dones de Dios más excelentes. Voy a mostrarles el camino mejor de todos. Aunque yo
hablara las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo amor, no soy más que una campana que
resuena o unos platillos que aturden. Aunque yo tuviera el don de profecía y penetrara
todos los misterios, aunque yo poseyera en grado sublime el don de ciencia y mi fe fuera tan grande como para
cambiar de sitio las montañas, si no tengo amor, nada soy. Aunque yo repartiera en limosna todos mi bienes y
aunque me dejara quemar vivo, si no tengo amor, de nada me sirve. El amor es comprensivo,
el amor es servicial y no tiene envidia; el amor no es presumido ni se envanece; no es grosero ni egoísta; no se
irrita ni guarda rencor; no se alegra con la injusticia, sino que goza con la verdad. El amor disculpa sin límites,
confía sin límites, espera sin límites, soporta sin límites. El amor dura por siempre; en cambio, el don de profecía
se acabará; el don de lenguas desaparecerá y el don de ciencia dejará de existir,
porque nuestros dones de ciencia y de profecía son imperfectos. Pero cuando llegue la consumación, todo
lo imperfecto desaparecerá. Cuando yo era niño, hablaba como niño, sentía como niño y pensaba como niño;
pero cuando llegué a ser hombre, hice a un lado las cosas de niño. Ahora vemos como en un espejo y
oscuramente, pero después será cara a cara. Ahora sólo conozco de una manera imperfecta, pero entonces
conoceré a Dios como él me conoce a mí. Ahora tenemos estas tres virtudes: la fe, la esperanza y el amor; pero
el amor es la mayor de las tres. Palabra de Dios. R/ Te alabamos, Señor.

Aclamación antes del Evangelio


Aleluya, aleluya.

90
El Señor me ha enviado para anunciar a los pobres la buena nueva y proclamar la liberación a
los cautivos.
Aleluya.
Evangelio † Lectura del santo Evangelio según san Lucas (4, 21-30) R/ Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, después de que Jesús leyó en la sinagoga un pasaje del libro de Isaías, dijo: “Hoy mismo se ha
cumplido este pasaje de la Escritura que ustedes acaban de oír”. Todos le daban su aprobación y admiraban la
sabiduría de las palabras que salían de sus labios, y se preguntaban: “¿No es éste el hijo de José?” Jesús les
dijo: “Seguramente me dirán aquel refrán: ‘Médico, cúrate a ti mismo’ y haz aquí,
en tu propia tierra, todos esos prodigios que hemos oído que has hecho en Cafarnaúm”. Y añadió: “Yo les
aseguro que nadie es profeta en su tierra. Había ciertamente en Israel muchas viudas en los tiempos
de Elías, cuando faltó la lluvia durante tres años y medio, y hubo un hambre terrible en todo el país; sin embargo,
a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a una viuda que vivía en Sarepta, ciudad de Sidón. Había muchos
leprosos en Israel, en tiempos del profeta Eliseo; sin embargo, ninguno de ellos fue curado sino Naamán, que era
de Siria”. Al oír esto, todos los que estaban en la sinagoga se llenaron de ira, y levantándose, lo sacaron de la
ciudad y lo llevaron hasta un barranco del monte, sobre el que estaba construida la ciudad, para despeñarlo.
Pero él, pasando por en medio de ellos, se alejó de ahí. Palabra del Señor. R/ Gloria a ti, Señor Jesús.
Se dice Credo.
Oración de los Fieles
Celebrante:
Oremos a Dios que desde nuestro Bautismo nos ha consagrado como profetas de su Reino y pidámosle
que nos conceda predicar con nuestras vidas el mandamiento del amor. Digamos:
R/ Te rogamos, óyenos.
Para que el Evangelio de la gracia llegue a todos los rincones del mundo, y todos confesemos y vivamos nuestra
fe en Jesús. Oremos al Señor. R/ Te rogamos, óyenos.
Para que el Señor libre a la Iglesia del triunfalismo y la intolerancia, y para que le conceda reconocer sus errores
y promover la unidad y el amor. Oremos al Señor. R/ Te rogamos, óyenos.
Para que el amor entre todos los hombres afiance la paz y el respeto en nuestra sociedad, y ayude a superar los
conflictos y las divisiones. Oremos al Señor. R/ Te rogamos, óyenos.
Para que el Señor mire con amor a los que sufren física o moralmente, y para que transforme sus angustias
en gozo y sus dolores en bienestar. Oremos al Señor. R/ Te rogamos, óyenos.
Para que la esperanza en la resurrección anime a los que ven cercana la hora de su muerte, y se encienda en
ellos el deseo de ver a Dios. Oremos al Señor. R/ Te rogamos, óyenos.
Para que los que estamos celebrando nuestra fe en la mesa del Señor, vivamos nuestra vocación profética con
audacia y caridad sincera. Oremos al Señor. R/ Te rogamos, óyenos.
Celebrante:
Señor y Padre nuestro, que nos invitas a vivir la caridad hasta las últimas consecuencias, atiende
nuestros ruegos, y haz que en Ti encontremos la fortaleza, la ilusión y la vida. Por Jesucristo nuestro
Señor. Amén.
Oración sobre las Ofrendas
Acepta, Señor, estos dones que te presentamos en señal de sumisión a ti, y conviértelos en el
sacramento de nuestra redención. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Prefacio Dominical IV Historia de la salvación
El Señor esté con ustedes. R/ Y con tu espíritu.
Levantemos el corazón. R/ Lo tenemos levantado hacia el Señor.
Demos gracias al Señor, nuestro Dios. R/ Es justo y necesario.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo nuestro Señor. Porque naciendo,
restauró nuestra naturaleza caída; con su muerte destruyó nuestros pecados; al resucitar nos dio
nueva vida; y ascendiendo hasta ti, Padre, nos abrió las puertas del Reino de los cielos. Por eso, unidos a los
coros angélicos, te aclamamos, llenos de alegría: Santo, Santo, Santo...
Antífona de la Comunión : Ven, Señor, en ayuda de tu siervo y sálvame por tu misericordia. Que no me
arrepienta nunca de haberte invocado.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Que el sacramento del Cuerpo y la Sangre de tu Hijo que acabamos de recibir, nos ayude, Señor,
a vivir más profundamente nuestra fe. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

91
Firmeza es el Señor para su pueblo
Feria de la 4a. semana del Tiempo Ordinario
Lunes Febrero 1

Antífona de Entrada
Firmeza es el Señor para su pueblo, defensa y salvación para sus fieles. Sálvanos, Señor, vela sobre nosotros y
guíanos siempre.
Oración Colecta
Oremos:
Padre misericordioso, que nunca dejas de tu mano a quienes has hecho arraigar en tu amistad,
concédenos vivir siempre movidos por tu amor y un filial temor de ofenderte. Por nuestro Señor
Jesucristo… Amén.
Primera Lectura
Lectura del segundo libro de Samuel (15, 13-14. 30; 16, 5-13)
En aquellos días, llegó un hombre a avisar a David: “Todos los israelitas se han puesto de parte de Absalón”.
Entonces David les dijo a sus servidores que estaban con él en Jerusalén: “Huyamos pronto, porque si llega
Absalón, no nos dejará escapar. Salgamos a toda prisa, pues si se nos adelanta y nos
alcanza, nos matará y pasará a cuchillo a todos los habitantes de la ciudad”. Al subir por el monte de los
Olivos, David iba llorando, con la cabeza cubierta y los pies descalzos. Todos sus acompañantes iban también
con la cabeza cubierta y llorando. Cuando llegaron a Bajurim, un hombre de la familia de Saúl,
llamado Semeí, hijo de Guerá, les salió al encuentro y se puso a seguirlos. Los iba maldiciendo
y arrojaba piedras a David y a todos sus hombres. El pueblo y los soldados se agruparon en torno a David.
Semeí le gritaba: “Fuera de aquí, asesino malvado. El Señor te está castigando por toda la sangre de la casa de
Saúl, cuyo trono has usurpado. El Señor ha entregado el trono a tu hijo Absalón y tú has caído en
desgracia, porque eres un asesino”. Abisay, hijo de Sarvia, le dijo entonces a David: “¿Por qué se ha de poner a
maldecir a mi señor ese perro muerto? Déjame ir a donde está y le corto la cabeza”. Pero el rey
le contestó: “¿Qué le vamos a hacer? Déjalo; pues si el Señor le ha mandado que me maldiga, ¿quién se
atreverá a pedirle cuentas?” Enseguida, David dijo a Abisay y a todos sus servidores: “Si mi propio hijo quiere
matarme, ¿con cuánto mayor razón este hombre de la familia de Saúl? Déjenlo que me maldiga, pues se lo ha
ordenado el Señor. Tal vez el Señor se apiade de mi aflicción y las maldiciones de hoy me
las convierta en bendiciones”. Y David y sus hombres prosiguieron su camino. Palabra de Dios.
R/ Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial Salmo 3
R/ Levántate, Señor, y sálvame, Dios mío.
Mira, Señor, cuántos contrarios tengo, y cuántos contra mí se han levantado; cuántos dicen de mí: “Ni Dios podrá
salvarlo”. R/ Levántate, Señor, y sálvame, Dios mío.
Mas tú, Señor, eres mi escudo, mi gloria y mi victoria; desde tu monte santo me respondes cuando mi voz te
invoca. R/ Levántate, Señor, y sálvame, Dios mío.
En paz me acuesto, duermo y me despierto, porque el Señor es mi defensa. No temeré a la enorme
muchedumbre que me cerca y me acecha. R/ Levántate, Señor, y sálvame, Dios mío.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya. Un gran profeta ha surgido entre nosotros. Dios ha visitado a su pueblo. Aleluya.
Evangelio
† Lectura del santo Evangelio según san Marcos (5, 1-20) Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, después de atravesar el lago de Genesaret, Jesús y sus discípulos llegaron a la otra orilla, a la
región de los gerasenos. Apenas desembarcó Jesús, vino corriendo desde el cementerio un hombre poseído por
un espíritu inmundo, que vivía en los sepulcros. Ya ni con cadenas podían sujetarlo; a veces habían intentado
sujetarlo con argollas y cadenas, pero él rompía las cadenas y destrozaba las argollas; nadie tenía fuerzas para
dominarlo. Se pasaba días y noches en los sepulcros o en el monte, gritando y golpeándose con piedras.
Cuando aquel hombre vio de lejos a Jesús, se echó a correr, vino a postrarse ante él y gritó a voz en cuello:
“¿Qué quieres tú conmigo, Jesús, Hijo de Dios altísimo? Te ruego por Dios que no me atormentes”. Dijo esto
porque Jesús le había mandado al espíritu inmundo que saliera de aquel
hombre. Entonces le preguntó Jesús: “¿Cómo te llamas?” Le respondió: “Me llamo Legión, porque somos
muchos”. Y le rogaba con insistencia que no los expulsara de aquella comarca. Había allí una gran piara de
cerdos, que andaban comiendo en la falda del monte. Los espíritus le rogaban a Jesús: “Déjanos salir de aquí
para meternos en esos cerdos”. Y él se lo permitió. Los espíritus inmundos salieron del hombre

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y se metieron en los cerdos; y todos los cerdos, unos dos mil, se precipitaron por el acantilado hacia el lago y se
ahogaron. Los que cuidaban los cerdos salieron huyendo y contaron lo sucedido, en el pueblo y
en el campo. La gente fue a ver lo que había pasado. Se acercaron a Jesús y vieron al antes endemoniado,
ahora en su sano juicio, sentado y vestido. Entonces tuvieron miedo. Y los que habían visto todo, les
contaron lo que le había ocurrido al endemoniado y lo de los cerdos. Ellos comenzaron a rogarle a Jesús que se
marchara de su comarca. Mientras Jesús se embarcaba, el endemoniado le suplicaba que lo admitiera en su
compañía, pero él no se lo permitió y le dijo: “Vete a tu casa a vivir con tu familia y cuéntales lo misericordioso
que ha sido el Señor contigo”. Y aquel hombre se alejó de ahí y se puso a
proclamar por la región de Decápolis lo que Jesús había hecho por él. Y todos los que lo oían se admiraban.
Palabra del Señor. R/ Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas


Oremos:
Acepta, Señor, este sacrificio de reconciliación y alabanza que vamos a ofrecerte, a fin de que purifique
nuestros corazones y podamos corresponder a tu amor con nuestro amor.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Oración después de la Comunión


Oremos:
Señor, tú que nos has renovado con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, concédenos que la participación en
esta Eucaristía nos ayude a obtener la plenitud de la redención.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

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Presentacion del Señor
O
Memorial de la Virgen de la Candelaria
Martes Febrero 2
Antífona de Entrada Recordaremos, Señor, los dones de tu amor en medio de tu templo. Que todos los
hombres de la tierra te conozcan y te alaben, porque es infinita tu misericordia.
Se dice Gloria.
Oracion Colecta
Oremos:
Dios todopoderoso y eterno, mira a tus fieles reunidos hoy para celebrar la presentación en el templo de
tu Hijo Jesucristo, y concédenos que podamos presentarnos ante ti plenamente renovados en el espíritu.
Por nuestro Señor Jesucristo... Amén.
Primera Lectura
Lectura del libro del profeta Malaquías (3, 1-4)
Esto dice el Señor: “He aquí que yo envío a mi mensajero. El preparará el camino delante de mí. De improviso
entrará en el santuario el Señor, a quien ustedes buscan, el mensajero de la alianza a quien ustedes desean.
Miren: Ya va entrando, dice el Señor de los ejércitos. ¿Quién podrá soportar el día
de su venida? ¿Quién quedará en pie cuando aparezca? Será como fuego de fundición, como la lejía de los
lavanderos. Se sentará como un fundidor que refina la plata; como a la plata y al oro, refinará a los
hijos de Leví y así podrán ellos ofrecer, como es debido, las ofrendas al Señor. Entonces agradará al Señor la
ofrenda de Judá y de Jerusalén, como en los días pasados, como en los años antiguos”.
Palabra de Dios. R/ Te alabamos, Señor.
o bien,
Primera Lectura
Lectura de la carta a los hebreos (2, 14-18)
Hermanos: Todos los hijos de una familia tienen la misma sangre; por eso, Jesús quiso ser de nuestra misma
sangre, para destruir con su muerte al diablo, que mediante la muerte, dominaba a los hombres, y para liberar a
aquellos que, por temor a la muerte, vivían como esclavos toda su vida. Pues como bien saben, Jesús no vino a
ayudar a los ángeles, sino a los descendientes de Abraham; por eso tuvo que hacerse semejante a sus
hermanos en todo, a fin de llegar a ser sumo sacerdote, misericordioso con
ellos y fiel en las relaciones que median entre Dios y los hombres, y expiar así los pecados del pueblo. Como él
mismo fue probado por medio del sufrimiento, puede ahora ayudar a los que están
sometidos a la prueba. Palabra de Dios. R/ Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial Salmo 23
R/ El Señor es el rey de la gloria.
¡Puertas, ábranse de par en par; agrándense, portones eternos, porque va a entrar el rey de la gloria!
R/ El Señor es el rey de la gloria.
¿Y quién es el rey de la gloria? Es el Señor, fuerte y poderoso, el Señor, poderoso en la batalla.
R/ El Señor es el rey de la gloria.
¡Puertas, ábranse de par en par, agrándense, portones eternos, porque va a entrar el rey de la gloria!
R/ El Señor es el rey de la gloria.
Y ¿quién es el rey de la gloria? El Señor, Dios de los ejércitos, es el rey de la gloria.
R/ El Señor es el rey de la gloria.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Tú eres, Señor, la luz que alumbra a las naciones y la gloria de tu pueblo, Israel. Aleluya.
Evangelio
† Lectura del santo Evangelio según san Lucas (2, 22-40) R/ Gloria a ti, Señor.
Transcurrido el tiempo de la purificación de María, según la ley de Moisés, ella y José llevaron al niño a
Jerusalén para presentarlo al Señor, de acuerdo con lo escrito en la ley: Todo primogénito varón será
consagrado al Señor, y también para ofrecer, como dice la ley, un par de tórtolas o dos pichones.
Vivía en Jerusalén un hombre llamado Simeón, varón justo y temeroso de Dios, que aguardaba el consuelo de
Israel; en él moraba el Espíritu Santo, el cual le había revelado que no moriría sin haber visto antes al
Mesías del Señor. Movido por el Espíritu, fue al templo, y cuando José y María entraban con el niño Jesús para
cumplir con lo prescrito por la ley, Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios, diciendo: “Señor, ya puedes dejar

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morir en paz a tu siervo, según lo que me habías prometido, porque mis ojos han visto a tu Salvador, al que has
preparado para bien de todos los pueblos; luz que alumbra a las naciones y gloria de tu pueblo, Israel”. El padre
y la madre del niño estaban admirados de semejantes palabras. Simeón los bendijo, y a María, la madre de
Jesús, le anunció: “Este niño ha sido puesto para ruina y resurgimiento de muchos en Israel, como signo que
provocará contradicción, para que queden al descubierto los pensamientos de todos los corazones. Y a ti, una
espada te atravesará el alma”.
Había también una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser. Era una mujer muy anciana. De joven,
había vivido siete años casada y tenía ya ochenta y cuatro años de edad. No se apartaba del templo ni de
día ni de noche, sirviendo a Dios con ayunos y oraciones. Ana se acercó en aquel momento, dando gracias a
Dios y hablando del niño a todos los que aguardaban la liberación de Israel. Y cuando cumplieron todo lo
que prescribía la ley del Señor, se volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El niño iba creciendo y
fortaleciéndose, se llenaba de sabiduría y la gracia de Dios estaba con él.
Palabra del Señor. R/ Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Señor, tú que colmaste las esperanzas del anciano Simeón de no morir antes de ver al Mesías, completa
en nosotros la obra de tu gracia por medio de esta comunión, para que sepamos
buscar siempre a Cristo en esta vida y podamos llegar a contemplarlo en la eternidad.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Origen de la advocación de la Virgen de la candelaria

Inicialmente la fiesta de la Candelaria o de la Luz tuvo su origen en el Oriente con el nombre del "Encuentro", posteriormente
1
se extendió al Occidente en el siglo VI, llegando a celebrarse en Roma con un carácter penitencial .Su fiesta se celebra,
según el calendario o santoral católico, el 2 de febrero en recuerdo al pasaje biblíco de la Presentación del Niño Jesús en
el Templo de Jerusalén (Lc 2;22-39) y la purificación de la Virgen María después del parto, para cumplir la prescripción
de la Ley del Antiguo Testamento (Lev 12;1-8).La fiesta es conocida y celebrada con diversos nombres: la Presentación del
Señor, la Purificación de María, la fiesta de la Luz y la fiesta de las Candelas; todos estos nombres expresan el significado de
la fiesta. Cristo la Luz del mundo presentada por su Madre en el Templo viene a iluminar a todos como la vela o las
candelas, de donde se deriva el nombre de "Candelaria".Historia de la aparición en las CanariasNo hay acuerdo sobre el
año de la aparición, pero la opinión mayoritaria es que apareció en la desembocadura del barranco de Chimisay, en el
municipio canario de Güímar, 95 años antes de la conquista de Tenerife, es decir aparecería del 1400 al 1401. Es por tanto
la primera aparición mariana de Canarias. Fray Alonso de Espinosa describió la historia en 1594.Escenificación de la
aparición de la virgen en la Playa de El Socorro, GüímarSegún la leyenda relatada por Fray Alonso de Espinosa, iban dos
pastores guanches a encerrar su ganado a las cuevas cuando notaron que el ganado se remolinaba y no quería entrar.
Buscando la causa miraron hacia la desembocadura del Barranco de Chimisay y vieron sobre una peña, casi a la orilla del
mar, la figura de una mujer que creyeron animada. Como estaba prohibido a los hombres hablar o acercarse a las mujeres en
despoblado, le hicieron señas para que se retirase a fin de que pasase el ganado. Pero al querer ejecutar la acción, el brazo se
le quedó yerto y sin movimiento. El otro pastor quiso herirla con su cuchillo. Pero en lugar de herirla, quedó herido el mismo.
Asustados, huyeron los dos pastores a Chinguaro, la cueva-palacio del mencey Acaymo, para referirle lo acontecido. El
mencey acudió con sus consejeros. Ella no respondía pero nadie se atrevía a tocarla. El mencey decidió que fuesen los
mismos dos pastores ya heridos quienes la recogieran para llevarla al palacio. Ellos, al contacto con la imagen, quedaron
sanados. El mencey comprendió que aquella mujer con un niño en brazos era cosa sobrenatural. El mismo rey entonces quiso
llevarla en sus brazos, pero después de un trecho, por el peso, necesitó pedir socorro. Es así que en lugar de la aparición hay
hoy día una cruz y en el lugar donde el mencey pidió socorro, un santuario a Nra. Señora del Socorro.

La llevaron a una cueva cerca del palacio del rey hoy convertida en capilla. Más tarde un joven llamado Antón,
que había sido tomado como esclavo por los castellanos y había logrado escapar y regresar a su isla, reconoció
en la imagen milagrosa a la Virgen María. Él, habiendo sido bautizado le relató al mencey y a su corte la fe
cristiana que él sostenía. Así llegaron a conocer a la Virgen María como "La Madre del sustentador del cielo y
tierra" (Guanche: Axmayex Guayaxerach Achoron Achaman o Chaxiraxi) y la trasladaron a la Cueva de
Achbinico (detrás de la actual Basílica de Candelaria) para veneración pública

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Feria de la 4a. semana del T. O. o memoria libre de san Blas, obispo y mártir o de san Oscar, obispo
Miércoles Febrero 3
Antífona de Entrada Pueblos todos, aplaudid; aclamad al Señor con gritos de júbilo.
Oración Colecta
Oremos:
Padre de bondad, que por medio de tu gracia nos has hecho hijos de la luz, concédenos vivir fuera
de las tinieblas del error y permanecer siempre en el esplendor de la verdad. Por nuestro Señor
Jesucristo… Amén.
Primera Lectura
Lectura del segundo libro de Samuel (24, 2.9-17)
En aquellos días, el rey David dio a Joab y a los jefes del ejército que estaban con él, esta orden: “Recorran
todas las tribus de Israel, desde la ciudad de Dan hasta la de Bersebá, para hacer el censo de la población, a fin
de que pueda yo saber cuánta gente tengo”. Joab entregó al rey los resultados del censo: en Israel
había ochocientos mil hombres aptos para la guerra, y en Judá quinientos mil. Pero a David le remordió la
conciencia por haber mandado hacer el censo y dijo al Señor: “He pecado gravemente; pero tú, Señor,
perdona la culpa de tu siervo, porque he cometido una gran locura”. Aquella misma noche el Señor
le habló al profeta Gad,consejero de David, y le dijo: “Ve a ver a David y dile que yo, el Señor, le mando decir
esto: ‘Te propongo tres castigos. Escoge uno y yo lo realizaré’ ”. Por la mañana, Gad se presentó ante David y le
preguntó: “¿Qué castigo prefieres; tres años de hambre en tu territorio; tres meses de huir, perseguido por tus
enemigos; o tres días de peste en tus dominios? Piénsalo y dímelo, para que pueda
yo contestarle al Señor, que me ha enviado”. David le respondió: “Estoy en un gran apuro. Pero prefiero caer en
manos de Dios, que es el Señor de la misericordia, que en manos de los hombres”. Y escogió la peste. Era la
época de la cosecha del trigo, cuando el Señor envió la peste sobre Israel, desde aquella misma mañana hasta
el tiempo señalado. Desde Dan hasta Bersebá murieron setenta mil hombres.
Pero, cuando el ángel del Señor había extendido ya su mano hacia Jerusalén, para desatar ahí la peste, el Señor
tuvo compasión y le dijo: “¡Basta ya! Retira tu mano”. En ese momento, el ángel se hallaba cerca de Jerusalén,
en los campos de Arauná, el yebuseo. Entonces el rey David, angustiado por el exterminio,
oró así: “Soy yo, Señor, el que ha pecado; soy yo, el pastor, quien ha obrado mal. ¿Qué culpa tienen ellos,
que son las ovejas? Castígame, pues, a mí y a los míos”. Palabra de Dios. R/ Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial Salmo 31
R/ Perdónanos, Señor, nuestros pecados.
Dichoso aquel que ha sido absuelto de su culpa y su pecado. Dichoso aquel en el que Dios no encuentra
ni delito ni engaño. R/ Perdónanos, Señor, nuestros pecados.
Ante el Señor reconocí mi culpa, no oculté mi pecado. Te confesé, Señor, mi gran delito y tú me has perdonado.
R/ Perdónanos, Señor, nuestros pecados.
Por eso, en el momento de la angustia, que todo fiel te invoque, y no lo alcanzarán las grandes aguas,
aunque éstas se desborden. R/ Perdónanos, Señor, nuestros pecados.

Aclamación antes del Evangelio


Aleluya, aleluya. Mis ovejas escuchan mi voz, dice el Señor; yo las conozco y ellas me siguen. Aleluya.
Evangelio
† Lectura del santo Evangelio según san Marcos (6, 1-6) R/ Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús fue a su tierra en compañía de sus discípulos. Cuando llegó el sábado, se puso a
enseñar en la sinagoga, y la multitud que lo escuchaba se preguntaba con asombro: “¿Dónde aprendió
este hombre tantas cosas? ¿De dónde le viene esa sabiduría y ese poder para hacer milagros? ¿Qué no
es éste el carpintero, el hijo de María, el hermano de Santiago, José, Judas y Simón? ¿No viven aquí, entre
nosotros, sus hermanas?” Y estaban desconcertados. Pero Jesús les dijo: “Todos honran a un profeta, menos
los de su tierra, sus parientes y los de su casa”. Y no pudo hacer allí ningún milagro, sólo curó a algunos
enfermos imponiéndoles las manos. Y estaba extrañado de la incredulidad de aquella gente.
Luego se fue a enseñar en los pueblos vecinos. Palabra del Señor. R/ Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas Concédenos, Señor, participar dignamente en esta Eucaristía por medio de la
cual tú te dignas hacernos partícipes de los frutos de la redención. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Oración después de la Comunión
Oremos: Que el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, que hemos ofrecido en sacrificio y recibido en comunión,
sean para nosotros principio de vida nueva, a fin de que, unidos a ti por el amor, demos frutos que
permanezcan para siempre. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

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Jueves Febrero 4
Feria de la 4a. semana del Tiempo Ordinario
Antífona de Entrada
Recordaremos, Señor, los dones de tu amor, en medio de tu templo. Que todos los hombres de la tierra te
conozcan y alaben, porque es infinita tu justicia.

Oración Colecta
Oremos:
Dios nuestro, que por medio de la muerte de tu Hijo has redimido al mundo de la esclavitud del Pecado,
concédenos participar ahora de una santa alegría y, después en el cielo, de la felicidad eterna. Por
nuestro Señor Jesucristo… Amén.

Primera Lectura
Lectura del primer libro de los Reyes (2, 1-4. 10-12)
En aquel tiempo, sintiendo que se acercaba el día de su muerte, David le hizo estas recomendaciones a su hijo
Salomón: “Yo ya me voy por el camino de todos los mortales. Ten valor y sé todo un hombre. Cumple los
mandamientos del Señor, tu Dios; camina por sus sendas y observa sus preceptos, órdenes, decretos e
instrucciones, tal como están escritos en la ley de Moisés. Si haces esto, tendrás éxito en todas tus empresas y
el Señor cumplirá la promesa que me hizo al decirme: ‘Si tus hijos me son fieles a mí, el Señor,
y cumplen sinceramente mi voluntad con todo su corazón y con toda su alma, no te faltará un descendiente en el
trono de Israel’ ”. Cuando el rey David murió, lo sepultaron en la llamada ciudad de David. Reinó sobre Israel
durante cuarenta años: siete en Hebrón, y treinta y tres en Jerusalén. Su hijo Salomón lo sucedió en el trono y su
reino se consolidó. Palabra de Dios. R/ Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial 1 Crónicas 29


R/ Bendito seas, Señor, Dios nuestro.
Bendito seas, Señor, Dios de nuestro padre Jacob, desde siempre y para siempre. R/ Bendito seas, Señor,
Dios nuestro.
Tuya es la grandeza y el poder, el honor, la majestad y la gloria, pues tuyo es cuanto hay en el cielo y en la tierra.
R/ Bendito seas, Señor, Dios nuestro.
Tuyo, Señor, es el reino, tú estás por encima de todos los reyes. De ti provienen las riquezas y la gloria.
R/ Bendito seas, Señor, Dios nuestro.
Tu lo gobiernas todo, en tu mano están la fuerza y el poder y de tu mano proceden la gloria y la fortaleza.
R/ Bendito seas, Señor, Dios nuestro.

Aclamación antes del Evangelio


Aleluya, aleluya. El Reino de Dios está cerca, dice el Señor; arrepiéntanse y crean en el Evangelio.
Aleluya.
Evangelio
† Lectura del santo Evangelio según san Marcos (6, 7-13) R/ Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, llamó Jesús a los Doce, los envió de dos en dos y les dio poder sobre los espíritus inmundos.
Les mandó que no llevaran nada para el camino: ni pan, ni mochila, ni dinero en el cinto, sino
únicamente un bastón, sandalias y una sola túnica. Y les dijo: “Cuando entren en una casa, quédense en ella
hasta que se vayan de ese lugar. Si en alguna parte no los reciben ni los escuchan, al abandonar
ese lugar, sacúdanse el polvo de los pies, como una advertencia para ellos”. Los discípulos se fueron a
predicar el arrepentimiento. Expulsaban a los demonios, ungían con aceite a los enfermos y los curaban.
Palabra del Señor. R/ Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Oremos: Que el sacrificio que vamos a ofrecerte nos purifique, Señor, y nos ayude a conformar cada día
más nuestra vida con los ejemplos de tu Hijo Jesucristo, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Amén.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Dios omnipotente y eterno, que nos has alimentado con el sacramento de tu amor, concédenos vivir
siempre en tu amistad y agradecer continuamente tu misericordia. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

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Santa Águeda, virgen y mártir Memoria
Viernes Febrero 5
Antífona de Entrada
Esta santa luchó hasta la muerte por la ley de Dios y no se aterrorizó ante la amenaza de los impíos, pues
estaba afianzada sobre roca firme.
Oración Colecta Oremos: Que tu santa virgen y mártir Águeda, tan agradable siempre a tu corazón por la
consagración de su virginidad y su valor en el martirio, nos obtenga, Señor, tu fortaleza, para superar
nuestro egoísmo y nuestra cobardía. Por nuestro Señor Jesucristo… Amén.
Primera Lectura Lectura del libro del Eclesiástico (Sirácide) (47, 2-13)
Como se aparta la grasa para los sacrificios, así fue escogido David entre los hijos de Israel. El jugaba con
leones, como si fueran cabritos y con osos, como si fueran corderos. Joven aún, mató al gigante y lavó
la deshonra de su pueblo: hizo girar su honda y de una pedrada derribó la soberbia de Goliat. Porque invocó al
Dios altísimo, él le dio fuerza a su brazo para aniquilar a aquel poderoso guerrero y restaurar
el honor de su pueblo. Por eso celebraban con canciones su victoria sobre diez mil enemigos, y lo bendecían en
nombre del Señor. Ya cuando era rey, peleó con todos sus enemigos y los derrotó. Aniquiló a los filisteos y
quebrantó su poder para siempre. Por todos sus éxitos daba gracias al Dios altísimo y lo glorificaba. Amaba con
toda el alma a su creador y le entonaba canciones de alabanza. Instituyó salmistas para el servicio del altar, que
con sus voces hicieron armoniosos los cantos. Celebró con esplendor las fiestas y organizó el ciclo de las
solemnidades. El santuario resonaba desde el alba con alabanzas al nombre del Señor. El Señor le perdonó sus
pecados y consolidó su poder para siempre. Le prometió una dinastía perpetua y le dio un trono glorioso en
Israel. Por sus méritos le sucedió un hijo sabio, que vivió en paz: Salomón fue rey en tiempos tranquilos, porque
Dios pacificó sus fronteras; le construyó un templo al Señor y le dedicó un santuario eterno. Palabra de Dios. R/
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial Salmo 17 R/ Bendito sea Dios, mi salvador.
Perfecto es el camino del Señor y firmes sus promesas. Quien al Señor se acoge en él halla defensa.
R/ Bendito sea Dios, mi salvador.
Bendito seas, Señor, que me proteges; que tú, mi salvador seas bendecido. Te alabaré, Señor, ante los pueblos
y elevaré mi voz, agradecido. R/Bendito sea Dios, mi salvador.
Tú concediste al rey grandes victorias y con David, tu ungido, y con su estirpe siempre has mostrado, Señor,
misericordia. R/ Bendito sea Dios, mi salvador.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya. Dichosos los que cumplen la palabra del Señor con un corazón bueno y sincero, y perseveran
hasta dar fruto. Aleluya.
Evangelio † Lectura del santo Evangelio según san Marcos (6, 14-29) R/ Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, como la fama de Jesús se había extendido tanto, llegó a oídos del rey Herodes el rumor
de que Juan el Bautista había resucitado y sus poderes actuaban en Jesús. Otros decían que era Elías; y otros,
que era un profeta, comparable a los antiguos. Pero Herodes insistía: “Es Juan, a quien yo le corté la cabeza, y
que ha resucitado”. Herodes había mandado apresar a Juan y lo había metido y encadenado en la cárcel.
Herodes se había casado con Herodías, esposa de su hermano Filipo, y Juan le decía: “No te está permitido
tener por mujer a la esposa de tu hermano”. Por eso Herodes lo mandó encarcelar.Herodías sentía por ello gran
rencor contra Juan y quería quitarle la vida; pero no sabía cómo, porque Herodes miraba con respeto a Juan,
pues sabía que era un hombre recto y santo, y lo tenía custodiado. Cuando lo oía hablar, quedaba
desconcertado, pero le gustaba escucharlo. La ocasión llegó cuando Herodes dio un banquete a su corte, a sus
oficiales y a la gente principal de Galilea, con motivo de su cumpleaños. La hija de Herodías bailó durante la
fiesta y su baile les gustó mucho a Herodes y a sus invitados. El rey le dijo entonces a la joven: “Pídeme lo que
quieras y yo te lo daré”. Y le juró varias veces: “Te daré lo que me pidas, aunque sea la mitad de mi reino”. Ella
fue a preguntarle a su madre: “¿Qué le pido?” Su madre le contestó: “La cabeza de Juan el Bautista”. Volvió ella
inmediatamente junto al rey y le dijo: “Quiero que me des ahora mismo, en una charola, la cabeza de Juan el
Bautista”.El rey se puso muy triste, pero debido a su juramento y a los convidados, no quiso desairar a la joven, y
enseguida mandó a un verdugo que trajera la cabeza de Juan. El verdugo fue, lo decapitó en la cárcel, trajo la
cabeza en una charola, se la entregó a la joven y ella se la entregó a su madre. Al enterarse de esto, los
discípulos de Juan fueron a recoger el cadáver y lo sepultaron. Palabra del Señor. R/ Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas Oremos: Santifica, Señor, con tu bendición estas ofrendas y enciende en
nosotros ese amor a ti, por el que tu santa mártir Águeda, fue capaz de soportar todos los tormentos. Por
Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

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después de la Comunión Oremos: Que el sacramento que hemos recibido nos dé, Señor, la misma
fortaleza con la que tu santa mártir Águeda, fue fiel en tu servicio y generosa en el sufrimiento.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
San Pablo Miki, sacerdote, y compañeros mártires
Sábado Febrero 6
Memoria
Antífona de Entrada
Aquellos que siguieron en la tierra las huellas de Cristo, se alegran ahora en el cielo; y porque lo amaron hasta
morir por él, con él se gozan eternamente.
Oración Colecta
Oremos: Señor Dios, que quisiste llamar a la vida eterna por medio de la cruz a Pablo Miki y a sus
compañeros y les diste fortaleza para morir por ti, concédenos, por su intercesión, que sepamos vivir
con honradez y sin miedo la fe que profesamos. Por nuestro Señor Jesucristo... Amén.
Primera Lectura
Lectura del primer libro de los Reyes (3, 4-13)
En aquellos días, el rey Salomón fue al santuario de Gabaón a ofrecer sacrificios y ofreció mil holocaustos sobre
el altar. Una noche, estando él dormido en aquel lugar, se le apareció el Señor y le dijo: “Salomón, pídeme lo que
quieras, y yo te lo daré”. Salomón le respondió: “Señor, tú trataste con misericordia a tu siervo David, mi padre,
porque se portó contigo con lealtad, con justicia y rectitud de corazón. Más aún,
también ahora lo sigues tratando con misericordia, porque has hecho que un hijo suyo lo suceda en el trono. Sí,
tu quisiste, Señor y Dios mío, que yo, tu siervo, sucediera en el trono a mi padre, David. Pero yo no soy más que
un muchacho y no sé cómo actuar. Soy tu siervo y me encuentro perdido en medio de este
pueblo tuyo, tan numeroso, que es imposible contarlo. Por eso te pido que me concedas sabiduría de corazón
para que sepa gobernar a tu pueblo y discernir entre el bien y el mal. Pues sin ella, ¿quién será capaz de
gobernar a este pueblo tuyo tan grande?” Al Señor le agradó que Salomón le hubiera pedido
sabiduría y le dijo: “Por haberme pedido esto, y no una larga vida, ni riquezas, ni la muerte de tus enemigos, sino
sabiduría para gobernar, yo te concedo lo que me has pedido. Te doy un corazón sabio y prudente,
como no lo ha habido antes ni lo habrá después de ti. Te voy a conceder, además, lo que no me has pedido:
tanta gloria y riqueza, que no habrá rey que se pueda comparar contigo”. Palabra de Dios.
R/ Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial Salmo 118
R/ Enséñanos, Señor, a cumplir tus preceptos.
Sólo cumpliendo tus mandatos puede un joven vivir honestamente. Con todo el corazón te voy buscando,
no me dejes desviar de tus preceptos.R/ Enséñanos, Señor, a cumplir tus preceptos.
En mi pecho guardé tus mandamientos, para nunca pecar en contra tuya. Señor, bendito seas; enséñame tus
leyes. R/ Enséñanos, Señor, a cumplir tus preceptos.
Con mis labios he ido enumerando todos los mandamientos de tu boca. Más me gozo cumpliendo tus
preceptos que teniendo riquezas. R/ Enséñanos, Señor, a cumplir tus preceptos.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya. Mis ovejas escuchan mi voz, dice el Señor; yo las conozco y ellas me siguen. Aleluya.
Evangelio
† Lectura del santo Evangelio según san Marcos (6, 30-34) R/ Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, los apóstoles volvieron a reunirse con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y
enseñado. Entonces él les dijo: “Vengan conmigo a un lugar solitario, para que descansen un poco”. Porque
eran tantos los que iban y venían, que no les dejaban tiempo ni para comer. Jesús y sus apóstoles se dirigieron
en una barca hacia un lugar apartado y tranquilo. La gente los vio irse y los reconoció; entonces de todos los
poblados fueron corriendo por tierra a aquel sitio y se les adelantaron. Cuando Jesús desembarcó, vio una
numerosa multitud que lo estaba esperando y se compadeció de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor,
y se puso a enseñarles muchas cosas. Palabra del Señor. R/ Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas Recibe, Padre santo, las ofrendas que te presentamos en honor de tus santos
mártires y concédenos permanecer firmes en la confesión de tu nombre. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Oración después de la Comunión Oremos:
Señor y Dios nuestro, que admirablemente ilustraste el misterio de la cruz con el ejemplo de tus Santos
mártires, concédenos la gracia, ya que hemos sido alimentados con el Cuerpo de Cristo, de seguirlo con
fidelidad en la Iglesia para la salvación de todos. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

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Domingo Febrero 7 Quinto Domingo del Tiempo Ordinario

Antífona de Entrada
Entremos y adoremos de rodillas al Señor, creador nuestro, porque él es nuestro Dios.

Se dice Gloria

Oración Colecta
Oremos:
Señor, que tu amor incansable cuide y proteja siempre a estos hijos tuyos, que han puesto en tu gracia
toda su esperanza. Por nuestro Señor Jesucristo... Amén.

Primera Lectura
Lectura del libro del profeta Isaías (6, 1-2. 3-8)
El año de la muerte del rey Ozías, vi al Señor, sentado sobre un trono muy alto y magnífico. La orla de su manto
llenaba el templo. Había dos serafines junto a él, con seis alas cada uno, que se gritaban el uno al
otro: “Santo, santo, santo es el Señor, Dios de los ejércitos; su gloria llena toda la tierra”. Temblaban las puertas
al clamor de su voz y el templo se llenaba de humo. Entonces exclamé: “¡Ay de mí!, estoy perdido,
porque soy un hombre de labios impuros, que habito en medio de un pueblo de labios impuros, porque he visto
con mis ojos al Rey y Señor de los ejércitos”. Después voló hacia mí uno de los serafines. Llevaba en la mano
una brasa, que había tomado del altar con unas tenazas. Con la brasa me tocó la boca, diciéndome: “Mira: Esto
ha tocado tus labios. Tu iniquidad ha sido quitada y tus pecados están perdonados”. Escuché entonces la voz del
Señor que decía: “¿A quién enviaré? ¿Quién irá de parte
mía?” Yo le respondí: “Aquí estoy, Señor, envíame”. Palabra de Dios. R/ Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 137


R/ Cuando te invocamos, Señor, nos escuchaste.
De todo corazón te damos gracias, Señor, porque escuchaste nuestros ruegos. Te cantaremos delante de tus
ángeles, te adoraremos en tu templo. R/ Cuando te invocamos, Señor, nos escuchaste.
Señor, te damos gracias por tu lealtad y por tu amor: siempre que te invocamos nos oíste y nos llenaste de valor.
R/ Cuando te invocamos, Señor, nos escuchaste.
Que todos los reyes de la tierra te reconozcan, al escuchar tus prodigios. Que alaben tus caminos, porque tu
gloria es inmensa. R/ Cuando te invocamos, Señor, nos escuchaste.
Tu mano, Señor, nos pondrá a salvo, y así concluirás en nosotros tu obra. Señor, tu amor perdura eternamente;
obra tuya soy, no me abandones. R/ Cuando te invocamos, Señor, nos escuchaste.

Segunda Lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los corintios (15, 1-11)
Hermanos: Les recuerdo el Evangelio que yo les prediqué y que ustedes aceptaron y en el cual están firmes.
Este Evangelio los salvará, si lo cumplen tal y como yo lo prediqué. De otro modo, habrán
creído en vano. Les transmití, ante todo, lo que yo mismo recibí: que Cristo murió por nuestros pecados,
como dicen las Escrituras; que fue sepultado y que resucitó al tercer día, según estaba escrito; que se le
apareció a Pedro y luego a los Doce; después se apareció a más de quinientos hermanos reunidos, la mayoría
de los cuales vive aún y otros ya murieron. Más tarde se le apareció a Santiago y luego a
todos los apóstoles. Finalmente, se me apareció también a mí, que soy como un aborto. Porque yo perseguí a la
Iglesia de Dios y por eso soy el último de los apóstoles e indigno de llamarme apóstol.
Sin embargo, por la gracia de Dios, soy lo que soy, y su gracia no ha sido estéril en mí; al contrario, he trabajado
más que todos ellos, aunque no he sido yo, sino la gracia de Dios, que está conmigo. De cualquier manera, sea
yo, sean ellos, esto es lo que nosotros predicamos y esto mismo lo que ustedes han
creído. Palabra de Dios. R/ Te alabamos, Señor.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya. Síganme, dice el Señor, y yo los haré pescadores de hombres. Aleluya.
Evangelio
† Lectura del santo Evangelio según san Lucas (5, 1-11) R/ Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús estaba a orillas del lago de Genesaret y la gente se agolpaba en torno suyo para

100
oír la palabra de Dios. Jesús vio dos barcas que estaban junto a la orilla. Los pescadores habían desembarcado
y estaban lavando las redes. Subió Jesús a una de las barcas, la de Simón, le pidió que la alejara un poco de
tierra, y sentado en la barca, enseñaba a la multitud. Cuando acabó de hablar,
dijo a Simón: “Lleva la barca mar adentro y echen sus redes para pescar”. Simón replicó: “Maestro, hemos
trabajado toda la noche y no hemos pescado nada; pero, confiado en tu palabra, echaré las redes”. Así
lo hizo y cogieron tal cantidad de pescados, que las redes se rompían. Entonces hicieron señas a sus
compañeros, que estaban en la otra barca, para que vinieran a ayudarlos. Vinieron ellos y llenaron tanto las dos
barcas, que casi se hundían. Al ver esto, Simón Pedro se arrojó a los pies de Jesús y le dijo: “¡Apártate de mí,
Señor, porque soy un pecador!” Porque tanto él como sus compañeros estaban llenos de asombro al ver la
pesca que habían conseguido. Lo mismo les pasaba a Santiago y a Juan, hijos de Zebedeo, que eran
compañeros de Simón. Entonces Jesús le dijo a Simón: “No temas; desde ahora serás pescador de hombres”.
Luego llevaron las barcas a tierra, y dejándolo todo, lo siguieron. Palabra del Señor.
R/ Gloria a ti, Señor Jesús.
Se dice Credo
Oración de los Fieles
Celebrante:
Al Santo de Israel y al Señor de la historia oremos en nombre de toda la humanidad. Digamos:
R/ Escucha, Señor, nuestra oración.
Para que los pastores del Pueblo de Dios, los ministros de la Palabra, los consagrados y los fieles laicos vivamos
el Evangelio con espíritu profético y convicción orante. Oremos. R/ Escucha, Señor, nuestra oración.
Para que no dejemos nunca de dar gracias a Dios por los bienes que diariamente nos concede a nosotros y a la
humanidad entera. Oremos. R/ Escucha, Señor, nuestra oración.
Para que cuantos invocan al Señor desde las cárceles, los hospitales, la marginación, experimenten la liberación
interior, y descubran en el servicio de los cristianos la presencia del Dios que los ama.
Oremos. R/ Escucha, Señor, nuestra oración.
Para que la fe en la Palabra de Dios guíe nuestros pasos en el servicio y la entrega a los hermanos. Oremos. R/
Escucha, Señor, nuestra oración.
Para que el Señor se manifieste en el corazón de los que hoy morirán y les infunda la paz, el gozo y el
consuelo de su vida eterna. Oremos. R/ Escucha, Señor, nuestra oración.
Para que la gracia que recibimos en cada Eucaristía no se frustre en nuestras vidas, sino que dé muchos
frutos para el Reino. Oremos. R/ Escucha, Señor, nuestra oración.
Celebrante:
Escucha, Señor, la oración de tu pueblo, y ya que recompensaste la fe de los discípulos que echaban las
redes en nombre de tu Hijo dándoles una pesca abundante, no desoigas lo que con confianza te hemos
suplicado. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Oración sobre las Ofrendas
Señor, Dios nuestro, tú que nos has dado este pan y este vino para reparar nuestras fuerzas, conviértelos
para nosotros en sacramento de vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Prefacio Dominical V La creación alaba al Señor
El Señor esté con ustedes. R/ Y con tu espíritu.
Levantemos el corazón.R/ Lo tenemos levantado hacia el Señor.
Demos gracias al Señor, nuestro Dios. R/ Es justo y necesario.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor,
Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Porque creaste el universo con todo cuanto contiene; determinaste el
ciclo de las estaciones; y formaste al hombre a tu imagen y semejanza: porque lo hiciste dueño de un mundo
portentoso, para que en tu nombre dominara la creación entera y, al contemplar la
grandeza de tus obras, en todo momento te alabara. Por Cristo nuestro Señor. A quien cantan los cielos
y la tierra, los ángeles y los arcángeles, proclamando sin cesar: Santo, Santo, Santo...
Antífona de la Comunión
Demos gracias al Señor por su misericordia, por las maravillas que hace por su pueblo; porque da de beber al
que tiene sed y les da de comer a los hambrientos.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Señor, tú que has querido hacernos participar de un mismo pan y de un mismo cáliz, concédenos vivir de
tal manera unidos en Cristo, que nuestro trabajo sea eficaz para la salvación del mundo.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

101
Lunes Febrero 8
Feria de la 5a. semana Feria del Tiempo Ordinario o memoria libre de san
Jerónimo Emiliano

Antífona de Entrada
Yo quiero acercarme a ti, Señor, y saciarme de gozo en tu presencia.
Oración Colecta
Oremos:
Señor, tú que iluminas a los extraviados con la luz de tu Evangelio para que vuelvan al camino de la
verdad, concede a cuantos nos llamamos cristianos imitar fielmente a Cristo y rechazar lo que pueda
alejarnos de él. Por nuestro Señor Jesucristo… Amén.

Primera Lectura
Lectura del primer libro de los Reyes (8, 1-7.9-13)
En aquellos días, el rey Salomón convocó en Jerusalén a todos los ancianos y jefes de Israel, para subir allá el
arca de la alianza del Señor desde Sión, la ciudad de David. Todos los Israelitas se congregaron en torno al rey
Salomón para la fiesta de los tabernáculos, que se celebra el séptimo mes del año. Cuando llegaron los ancianos
de Israel, unos sacerdotes cargaron el arca de la alianza, y otros, junto con los levitas,
llevaron la tienda de la reunión, con todos los objetos sagrados que en ella había. El rey Salomón y toda
la comunidad de Israel inmolaron frente al arca ovejas y bueyes en tal número, que no se podían ni contar.
Llevaron el arca de la alianza del Señor hasta su lugar en el santuario, el lugar santísimo, y la colocaron bajo las
figuras de los querubines, de tal modo, que las alasde éstos quedaron cubriendo el arca y las varas que servían
para transportarla. Lo único que había en el arca eran las dos tablas de piedra, que Moisés colocó ahí, cuando el
Señor estableció la alianza con los israelitas, a su salida de Egipto. En cuanto los sacerdotes salieron de aquel
sitio sagrado, una nube llenó el templo, y esto les impidió continuar oficiando, porque la gloria del Señor había
llenado su templo. Entonces Salomón exclamó: “El Señor dijo que
habitaría en una espesa nube. Por eso, Señor, la casa que te he construido con magnificencia, será tu morada”.
Palabra de Dios. R/ Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial Salmo 131
R/ Levántate, Señor, y ven con el arca.
Que se hallaba en Efrata nos dijeron; de Jaar en los campos la encontramos. Entremos en la tienda del Señor y
a sus pies, adorémoslo, postrados. R/ Levántate, Señor, y ven con el arca.
Levántate, Señor, ven a tu casa; ven con el arca, poderoso auxilio. Tus sacerdotes vístanse de gala;
tus fieles, jubilosos, lancen gritos. Por amor a David, tu servidor, no apartes la mirada de tu ungido.
R/ Levántate, Señor, y ven con el arca.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya. Jesús proclamaba el Evangelio del Reino y curaba a la gente de toda enfermedad.
Aleluya.
Evangelio
† Lectura del santo Evangelio según san Marcos (6, 53-56) R/ Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos terminaron la travesía del lago y tocaron tierra en Genesaret.
Apenas bajaron de la barca, la gente los reconoció y de toda aquella región acudían a él, a cualquier parte donde
sabían que se encontraba, y le llevaban en camillas a los enfermos. A dondequiera que llegaba, en los poblados,
ciudades o caseríos, la gente le ponía a sus enfermos en la calle y le rogaba que por lo menos los dejara tocar la
punta de su manto; y cuantos lo tocaban, quedaban curados.
Palabra del Señor. R/ Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración
sobre las Ofrendas
Mira bondadosamente, Señor, las ofrendas de tu Iglesia suplicante, y conviértelas en alimento espiritual
que ayude a crecer en santidad a todos tus fieles. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

Oración después de la Comunión


Oremos:
Te suplicamos, Señor, que esta Eucaristía que hemos recibido, nos ayude a amarte más y a servirte
mejor cada día. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

102
Feria de la 5a. semana del Tiempo Ordinario
Señor Dios, tú eres mi auxilio
Martes Febrero 9
Antífona de Entrada Señor Dios, tú eres mi auxilio y el único apoyo de mi vida; te ofreceré de corazón un
sacrificio y te daré gracias, Señor, porque eres bueno.
Oración Colecta Oremos: Míranos, Señor, con amor y multiplica en nosotros los dones de tu gracia para
que, llenos defe, esperanza y caridad, permanezcamos siempre fieles en el cumplimiento de tus
mandatos.Por nuestro Señor Jesucristo… Amén.
Primera Lectura
Lectura del primer libro de los Reyes (8, 22-23.27-30)
El día de la dedicación del templo, Salomón, de pie ante el altar del Señor y en presencia de toda la asamblea de
Israel, levantó los brazos al cielo y dijo esta oración: “Señor, Dios de Israel, no hay Dios como tú, ni arriba en los
cielos, ni aquí abajo en la tierra. Tú eres fiel a la alianza que hiciste con tus siervos, y les muestras tu isericordia,
cuando cumplen de todo corazón tu voluntad. Si ni el cielo infinito te puede contener, ¿cómo va a ser posible,
Señor, que vivas en medio de los hombres y habites en esta casa que yo te he construido? Pero ciertamente
atenderás a la oración de tu siervo y a su plegaria, Señor, Dios mío, y oirás el clamor y la oración que tu siervo
hace hoy delante de ti: Que noche y día estén abiertos tus ojos sobre este templo, sobre este lugar,del cual has
dicho: ‘Yo estaré ahí’. Escucha la oración que tu siervo te dirige en este sitio. Oye, pues, Señor, la súplica de
este siervo tuyo y de tu pueblo, Israel. Cuando oren en este lugar, escúchalos desde el cielo, en donde tienes tu
morada. Escúchanos y perdónanos”. Palabra de Dios. R/ Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial Salmo 83 R/ Qué agradable, Señor, es tu morada.
Anhelando los atrios del Señor se consume mi alma. Todo mi ser de gozo se estremece y el Dios vivo es la
causa. R/ Qué agradable, Señor, es tu morada.
Hasta el gorrión encuentra casa y la golondrina un lugar para su nido, cerca de tus altares, Señor de los ejércitos,
Dios mío. R/ Qué agradable, Señor, es tu morada.
Dichosos los que viven en tu casa, te alabarán para siempre; dichosos los que encuentran en ti su fuerza, pues
caminarán cada vez con más vigor. R/ Qué agradable, Señor, es tu morada.
Pues un día en tus atrios vale más que mil fuera de ellos, y yo prefiero el umbral de la casa de mi Dios al lujoso
palacio del perverso. R/ Qué agradable, Señor, es tu morada.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya. Inclina, Dios mío, mi corazón a tus preceptos y dame la gracia de cumplir tu voluntad.
Aleluya.
Evangelio † Lectura del santo Evangelio según san Marcos (7, 1-13) R/ Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, se acercaron a Jesús los fariseos y algunos escribas venidos de Jerusalén. Viendo que algunos
de los discípulos de Jesús comían con las manos impuras, es decir, sin habérselas lavado, los fariseos y los
escribas le preguntaron: “¿Por qué tus discípulos comen con manos impuras y no siguen la tradición de nuestros
mayores?” (Los fariseos y los judíos, en general, no comen sin lavarse antes las manos hasta el codo, siguiendo
la tradición de sus mayores; al volver del mercado, no comen sin hacer primero las abluciones, y observan
muchas otras cosas por tradición, como purificar los vasos, las jarras y las ollas). Jesús les contestó: “¡Qué bien
profetizó Isaías sobre ustedes, hipócritas, cuando escribió: Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón
está lejos de mí. Es inútil el culto que me rinden, porque enseñan doctrinas que no son sino preceptos humanos.
Ustedes dejan a un lado el mandamiento de Dios, para aferrarse a las tradiciones de los hombres”. Después
añadió: “De veras son ustedes muy hábiles para violar el mandamiento de Dios y conservar su tradición. Porque
Moisés dijo: Honra a tu padre y a tu madre. El que maldiga a su padre o a su madre, morirá. Pero ustedes dicen:
‘Si uno dice a su padre o a su madre: Todo aquello con que yo te podría ayudar es corbán (es decir, ofrenda para
el templo), ya no puede hacer nada por su padre o por su madre’. Así anulan la palabra de Dios con esa tradición
que se han transmitido. Y hacen muchas cosas semejantes a ésta”. Palabra del Señor. R/ Gloria a ti, Señor
Jesús.
Oración sobre las Ofrendas: Dios nuestro, que con la muerte de tu Hijo llevaste a término y perfección los
sacrificios de la antigua alianza, acepta y bendice estos dones, como aceptaste y bendijiste los de Abel,
para que lo que cada uno te ofrece, sea de provecho para la salvación de todos. Por Jesucristo, nuestro
Señor. Amén.
Oración después de la Comunión
Oremos: Señor, tú que nos has concedido participar en esta Eucaristía, míranos con bondad y ayúdanos
a vencer nuestra fragilidad humana para poder vivir como hijos tuyos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

103
Memoria Santa Escolástica, virgen
Miércoles Febrero 10
Antífona de Entrada
Como las vírgenes prudentes, santa Escolástica, conserva su lámpara encendida para salir al encuentro de
Cristo.
Oración Colecta
Oremos:
Al celebrar la fiesta de santa Escolástica, te pedimos, Señor, que, a imitación suya, aprendamos a
servirte con un amor infatigable y a disfrutar profundamente tu amistad. Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.
Primera Lectura
Lectura del primer libro de los Reyes (10, 1-10)
En aquellos días, la reina de Sabá oyó hablar de la fama de Salomón y quiso cerciorarse personalmente de su
sabiduría, haciéndole algunas preguntas sutiles. Llegó, pues, a Jerusalén con una gran caravana de camellos
cargados de perfumes, oro en gran cantidad y piedras preciosas. Entró en el palacio de Salomón y le hizo al rey
las preguntas que había preparado. Salomón respondió a todas, de modo que no dejó de contestar ni la más
difícil. Cuando la reina de Sabá comprobó la sabiduría de Salomón y vio el palacio que había construido, los
manjares de su mesa, las habitaciones de sus servidores, el porte y los vestidos de sus ministros, sus coperos y
los sacrificios que ofrecía en el templo del Señor, se quedó maravillada y dijo al rey: “De veras es cierto lo que en
mi país me habían contado de ti y de tu sabiduría. Yo no quería creerlo, pero ahora que estoy aquí y lo veo con
mis propios ojos, comprendo que no me habían dicho ni la mitad, pues tu sabiduría y tu prosperidad superan
todo cuanto oí decir. Dichoso tu pueblo y dichosos estos servidores tuyos, que siempre están en tu presencia y
escuchan tu sabiduría. Bendito sea el Señor, tu Dios, que se ha complacido en ti y que por el amor eterno que le
tiene a Israel, te ha elegido para colocarteen el trono de Israel y te ha hecho rey para que gobiernes con justicia”.
La reina le regaló a Salomón cuatro toneladas de oro y gran cantidad de perfumes y de piedras preciosas; nunca
hubo en Jerusalén tal cantidad de perfumes como la que la reina de Sabá le obsequió a Salomón. Palabra de
Dios. R/ Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial Salmo 36 R/ Rectas y sabias son las palabras del justo.
Pon tu vida en las manos del Señor, en él confía, y hará que tu virtud y tus derechos brillen igual que el sol de
mediodía. R/ Rectas y sabias son las palabras del justo.
Rectas y sabias son las palabras del justo. Lleva en su corazón la ley de Dios, sus pasos son seguros.
R/ Rectas y sabias son las palabras del justo.
La salvación del justo es el Señor; en la tribulación él es su amparo. A quien en él confía, Dios lo salva de los
hombres malvados. R/ Rectas y sabias son las palabras del justo.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya. Tu palabra, Señor, es la verdad: santifícanos en la verdad. Aleluya.
Evangelio
† Lectura del santo Evangelio según san Marcos (7, 14-23) R/ Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús llamó de nuevo a la gente y les dijo: “Escúchenme todos y entiéndanme. Nada que entre
de fuera puede manchar al hombre; lo que sí lo mancha es lo que sale de dentro”. Cuando entró en una casa
para alejarse de la muchedumbre, los discípulos le preguntaron qué quería decir aquella parábola. El les dijo:
“¿Ustedes también son incapaces de comprender? ¿No entienden que nada de lo que entra en el hombre desde
afuera puede contaminarlo, porque no entra en su corazón, sino en el vientre y después, sale del cuerpo?” Con
estas palabras declaraba limpios todos los alimentos. Luego agregó: “Lo que sí mancha al hombre es lo que sale
de dentro; porque del corazón del hombre salen las intenciones malas, lasfornicaciones, los robos, los omicidios,
los adulterios, las codicias, las injusticias, los fraudes, el desenfreno, las envidias, la difamación, el orgullo y la
frivolidad. Todas estas maldades salen de dentro y manchan al hombre”. Palabra del Señor. R/ Gloria a ti,
Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas Acepta, Señor, los dones que te presentamos, en reconocimiento de las
maravillas realizadas por tu amor en la vida de santa Escolástica, virgen, y haz que nuestro sacrificio de
alabanza sea grato a tus ojos. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Señor, que este sacramento fortalezca en nosotros tu amor, para que aceptemos los sufrimientos de
nuestra vida como una forma de participar en la pasión de Cristo y nos esforcemos por vivir unidos a ti, a
ejemplo de santa Escolástica, virgen. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

104
Feria de la 5a. semana del Tiempo Ordinario o memoria libre de
Nuestra Señora de Lourdes
Jueves Febrero 11
Antífona de Entrada
Adoremos a Dios en su santo templo. El nos hace habitar juntos en su casa. El es la fuerza y el poder de su
pueblo.
Oración Colecta
Oremos:
Padre santo y todopoderoso, protector de los que en ti confían, ten misericordia de nosotros y
enséñanos a usar con sabiduría de los bienes de la tierra, a fin de que no nos impidan alcanzar los del
cielo. Por nuestro Señor Jesucristo… Amén.

Primera Lectura
Lectura del primer libro de los Reyes (11, 4-13)
Cuando el rey Salomón envejeció, sus mujeres le desviaron el corazón hacia otros dioses; su corazón ya
no perteneció por entero al Señor, como el de David, su padre. Salomón dio culto a Astarté, diosa de los fenicios,
y a Molok, el abominable ídolo de los amonitas. Hizo lo que el Señor reprueba; no se mantuvo plenamente fiel al
Señor, como David, su padre. Sobre el monte que está frente a Jerusalén construyó un altar a Kemós, ídolo de
Moab, y otro a Molok, ídolo de los amonitas. Y también mandó construir altares para que sus mujeres extranjeras
pudieran quemar incienso y ofrecer sacrificios a sus dioses. Esto irritó al Señor, porque Salomón había desviado
su corazón del Señor, Dios de Israel, que se le había aparecido dos veces y le había prohibido precisamente dar
culto a otros dioses. Pero Salomón no lo obedeció. Entonces el Señor le dijo: “Porque te has portado así conmigo
y has sido infiel a mi alianza y a los mandamientos que te di, te voy a arrebatar el reino y se lo voy a dar a un
siervo tuyo. Sin embargo, por consideración a David, tu padre, no lo haré durante tu vida, sino en vida de tu hijo.
Pero no le voy a quitar todo el reino. Por amor a mi siervo, David, y a Jerusalén, mi ciudad predilecta, le dejaré a
tu hijo una tribu”. Palabra de Dios. R/ Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial Salmo 105
R/ Por tu pueblo, Señor, acuérdate de mí.
Dichosos los que cumplen la ley y obran siempre conforme a la justicia. Por el amor que tienes a tu pueblo,
acuérdate de nosotros, Señor, y sálvanos. R/ Por tu pueblo, Señor, acuérdate de mí.
Nuestros padres se unieron con paganos y aprendieron sus prácticas; dieron culto a los ídolos y éstos fueron
para ellos como una trampa. R/ Por tu pueblo, Señor, acuérdate de mí.
Entonces entregaron hijos e hijas en sacrificio a los demonios, y el Señor renegó de su pueblo y estalló su enojo.
R/ Por tu pueblo, Señor, acuérdate de mí.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya. Acepten dócilmente la palabra que ha sido sembrada en ustedes y es capaz de salvarlos.
Aleluya.
Evangelio † Lectura del santo Evangelio según san Marcos (7, 24-30) R/ Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús salió de Genesaret y se fue a la región donde se encuentra Tiro. Entró en una casa, pues
no quería que nadie se enterara de que estaba ahí, pero no pudo pasar inadvertido. Una mujer, que tenía una
niña poseída por un espíritu impuro, se enteró enseguida, fue a buscarlo y se postró a sus pies.
Cuando aquella mujer, una siria de Fenicia y pagana, le rogaba a Jesús que le sacara el demonio a su hija, él le
respondió: “Deja que coman primero los hijos. No está bien quitarles el pan a los hijos para echárselo a los
perritos”. La mujer le replicó: “Sí, Señor; pero también es cierto que los perritos, debajo de la mesa,
comen las migajas que tiran los niños”. Entonces Jesús le contestó: “Anda, vete; por eso que has dicho, el
demonio ha salido ya de tu hija”. Al llegar a su casa, la mujer encontró a su hija recostada en la cama, y ya el
demonio había salido de ella. Palabra del Señor. R/ Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Acepta, Señor, estos dones que tu generosidad ha puesto en nuestras manos, y concédenos que este
sacrificio santifique toda nuestra vida y nos conduzca a la felicidad eterna. Por Jesucristo, nuestro
Señor. Amén.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Señor, que esta Eucaristía, memorial de la muerte y resurrección de tu Hijo, nos ayude a corresponder al
don inefable de su amor y a procurar cada día nuestra salvación eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

105
Feria de la 5a. semana del Tiempo Ordinario
Viernes Febrero 12
Antífona de Entrada
Dios mío, ven en mi ayuda; Señor, date prisa en socorrerme. Tú eres mi auxilio y mi salvación;
Señor, no tardes.
Oración Colecta
Oremos:
Señor, tú que eres nuestro creador y quien amorosamente dispone toda nuestra vida, renuévanos
conforme a la imagen de tu Hijo y ayúdanos a conservar siempre tu gracia. Por nuestro Señor
Jesucristo… Amén.

Primera Lectura
Lectura del primer libro de los Reyes (11, 29-32; 12, 19)
En aquel tiempo, Jeroboam, siervo de Salomón, salió de Jerusalem y se encontró por el camino al profeta Ajías,
de Siló, que llevaba puesto un manto nuevo. Estaban los dos solos en el campo. Ajías tomó su manto, lo rasgó
en doce pedazos y le dijo a Jeroboam: “Toma diez pedazos, pues el Señor, Dios de Israel, te manda decir: ‘Voy a
desgarrar el reino de Salomón. A ti te daré diez tribus, y a Salomón solamente le dejaré una en consideración a
David, mi siervo, y a Jerusalén, la ciudad que elegí entre todas las tribus de Israel’ ”. Y desde entonces hasta el
día de hoy, Israel se separó de la casa de David. Palabra de Dios.
R/ Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 80


R/ Israel, yo soy tu Dios: cumple mis mandatos.
No tendrás otro Dios fuera de mí, ni adorarás a dioses extranjeros. Pues yo, el Señor, soy el Dios tuyo,
el que te sacó de Egipto, tu destierro. R/ Israel, yo soy tu Dios: cumple mis mandatos.
Pero Israel no oyó mi voz y mi pueblo no quiso obedecerme. Los entregué, por eso, a sus caprichos
y los dejé vivir como quisiesen. R/ Israel, yo soy tu Dios: cumple mis mandatos.
¡Ojalá que mi pueblo me escuchara y cumpliera Israel con mis mandatos! Yo, al punto, humillaría
a sus enemigos y sentirían mi mano sus contrarios. R/ Israel, yo soy tu Dios: cumple mis mandatos.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya. Abre, Señor, nuestros corazones, para que comprendamos las palabras de tu Hijo.
Aleluya.

Evangelio
† Lectura del santo Evangelio según san Marcos (7, 31-37) R/ Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, salió Jesús de la región de Tiro y vino de nuevo, por Sidón, al mar de Galilea, atravesando
la región de Decápolis. Le llevaron entonces a un hombre sordo y tartamudo, y le suplicaban que le impusiera
las manos. El lo apartó a un lado de la gente, le metió los dedos en los oídos y le tocó la lengua
con saliva. Después, mirando al cielo, suspiró y le dijo: “¡Effetá!” (que quiere decir “¡Abrete!”). Al momento se le
abrieron los oídos, se le soltó la traba de la lengua y empezó a hablar sin dificultad. El les mandó que no lo
dijeran a nadie; pero cuanto más se lo mandaba, ellos con más insistencia lo proclamaban; y todos estaban
asombrados y decían: “¡Qué bien lo hace todo! Hace oír a los sordos y hablar a los mudos”.
Palabra del Señor. R/ Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración
sobre las Ofrendas
Santifica, Señor, estos dones y por medio del sacrificio de tu Hijo, transforma toda nuestra vida en una
continua ofrenda. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Oración después de la Comunión


Oremos:
Protege, Señor, continuamente a quienes renuevas y fortaleces con esta Eucaristía y hazlos
dignos de alcanzar la salvación eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

106
Santa María en Sábado
Sábado Febrero 13
Antífona de Entrada
Te aclamamos, santa Madre de Dios, porque has dado a luz al Rey que gobierna cielo y tierra por los siglos de
los siglos.
Oración Colecta
Oremos:
Señor, concede a tus hijos gozar siempre de completa salud de alma y cuerpo; y por la intercesión de la
gloriosa siempre Virgen María, líbranos de las tristezas de esta vida y concédenos disfrutar de las
alegrías eternas. Por nuestro Señor Jesucristo… Amén.
Primera Lectura
Lectura del primer libro de los Reyes (12, 26-32; 13, 33-34)
En aquellos días, Jeroboam, rey de Israel, pensaba para sus adentros: “El reino todavía puede volver a la casa
de David. Si el pueblo sigue yendo a Jerusalén a ofrecer sacrificios en el templo del Señor, acabará por ponerse
de parte de Roboam, rey de Judá, y a mí me matarán”. Por tanto, después de consultarlo, Jeroboam mandó
hacer dos becerros de oro y le dijo al pueblo: “Ya no tienen para qué ir a Jerusalén, porque aquí tienes, Israel, a
tu Dios, el que te sacó de Egipto”. El colocó uno de los becerros en Betel,mientras el pueblo iba con el otro a la
ciudad de Dan. Además mandó construir templos en la cima de los montes y puso de sacerdotes a hombres del
pueblo, que no pertenecían a la tribu de Leví. Instituyó una fiesta el día quince del octavo mes, parecida a la que
se celebraba en Judá. El mismo subió al altar en Betel para ofrecer sacrificios a los becerros que había mandado
hacer; y ahí, en Betel, designó a los sacerdotes para los templos que había construido. Jeroboam no cambió su
mala conducta y siguió nombrando a gente común y corriente para que fueran sacerdotes de los templos que
había construido en la cima de los montes; consagraba como sacerdote a todo aquel que lo deseaba. Este fue el
pecado que causó la destrucción y el exterminio de la dinastía de Jeroboam. Palabra de Dios. R/ Te alabamos,
Señor.
Salmo Responsorial Salmo 105 R/ Perdona, Señor, las culpas de tu pueblo.
Hemos pecado igual que nuestros padres, cometimos maldades e injusticias. Allá en Egipto, nuestros padres no
entendieron, Señor, tus maravillas. R/ Perdona, Señor, las culpas de tu pueblo.
En el Horeb hicieron un becerro, un ídolo de oro, y lo adoraron. Cambiaron al Dios que era su gloria por la
imagen de un buey que come pasto. R/ Perdona, Señor, las culpas de tu pueblo.
Se olvidaron del Dios que los salvó, y que hizo portentos en Egipto, en la tierra de Cam, mil maravillas,
y en las aguas del mar Rojo, sus prodigios. R/ Perdona, Señor, las culpas de tu pueblo.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya. No sólo de pan vive el hombre, sino también de toda palabra que sale de la boca de Dios.
Aleluya.
Evangelio
† Lectura del santo Evangelio según san Marcos (8, 1-10) R/ Gloria a ti, Señor.
En aquellos días, vio Jesús que lo seguía mucha gente y no tenían qué comer. Entonces llamó a sus discípulos y
les dijo: “Me da lástima esta gente: ya llevan tres días conmigo y no tienen qué comer.Si los mando a sus casas
en ayunas, se van a desmayar en el camino. Además, algunos han venido de lejos”. Sus discípulos le
respondieron: “¿Y dónde se puede conseguir pan, aquí en despoblado, para que coma esta gente?” El les
preguntó: “¿Cuántos panes tienen?” Ellos le contestaron: “Siete”. Jesús mandó a la gente que se sentara en el
suelo; tomó los siete panes, pronunció la acción de gracias, los partió y se los fue dando a sus discípulos, para
que los distribuyeran. Y ellos los fueron distribuyendo entre la gente.Tenían, además, unos cuantos pescados.
Jesús los bendijo también y mandó que los distribuyeran. La gente comió hasta quedar satisfecha, y todavía se
recogieron siete canastos de sobras. Eran unos cuatro mil. Jesús los despidió y luego se embarcó con sus
discípulos y llegó a la región de Dalmanuta.Palabra del Señor. R/ Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración
sobre las Ofrendas
Padre lleno de bondad, que nos socorra el inmenso amor de tu Hijo unigénito para que, quien al nacer de
la Virgen María, no menoscabó la integridad de la Madre, sino que la consagró, nos libre de
nuestras culpas y haga acepta a ti nuestra oblación. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Oración después de la Comunión Oremos:
Señor, al recibir el sacramento celestial en esta conmemoración de la santísima Virgen María,
te pedimos que nos concedas celebrar dignamente, a imitación suya, el misterio de nuestra redención.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

107
Domingo Febrero 14 Sexto Domingo del Tiempo Ordinario

Antífona de Entrada
Sírveme de defensa, Dios mío, de roca y fortaleza salvadoras; y pues eres mi baluarte y mi refugio,
acompáñame y guíame.

Se dice Gloria.

Oración Colecta
Oremos:
Señor nuestro, que prometiste venir y hacer tu morada en los corazones rectos y sinceros, concédenos
la rectirud y sinceridad de vida que nos hagan dignos de esa presencia tuya.
Por nuestro Señor Jesucristo... Amén.

Primera Lectura
Lectura del libro del profeta Jeremías (17, 5-8)
Esto dice el Señor: “Maldito el hombre que confía en el hombre, que en él pone su fuerza y aparta del Señor su
corazón. Será como un cardo en la estepa, que no disfruta del agua cuando llueve; vivirá en la
aridez del desierto, en una tierra salobre e inhabitable. Bendito el hombre que confía en el Señor y en él pone su
esperanza. Será como un árbol plantado junto al agua, que hunde en la corriente sus raíces; cuando llegue el
calor, no lo sentirá y sus hojas se conservarán siempre verdes; en año de sequía no se marchitará ni dejará de
dar frutos”. Palabra de Dios. R/ Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 1


R/ Dichoso el hombre que confía en el Señor.
Dichoso aquel que no se guía por mundanos criterios, que no anda en malos pasos ni se burla del bueno, que
ama la ley de Dios y se goza en cumplir sus mandamientos. R/ Dichoso el hombre que confía en el Señor.
Es como un árbol plantado junto al río, que da fruto a su tiempo y nunca se marchita. En todo tendrá éxito.
R/ Dichoso el hombre que confía en el Señor.
En cambio los malvados serán como la paja barrida por el viento. Porque el Señor protege el camino del justo y
al malo sus caminos acaban por perderlo. R/ Dichoso el hombre que confía en el Señor.

Segunda Lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los corintios (15, 12. 16-20)
Hermanos: Si hemos predicado que Cristo resucitó de entre los muertos, ¿cómo es que algunos de ustedes
andan diciendo que los muertos no resucitan? Porque si los muertos no resucitan, tampoco Cristo resucitó. Y si
Cristo no resucitó, es vana la fe de ustedes; y por tanto, aún viven ustedes en pecado, y los que murieron en
Cristo, perecieron. Si nuestra esperanza en Cristo se redujera tan sólo a las cosas de esta
vida, seríamos los más infelices de todos los hombres. Pero no es así, porque Cristo resucitó, y resucitó como la
primicia de todos los muertos. Palabra de Dios. R/ Te alabamos, Señor.

Aclamación antes del Evangelio


Aleluya, aleluya. Alégrense ese día y salten de gozo, porque su recompensa será grande en el cielo, dice el
Señor. Aleluya.
Evangelio
† Lectura del santo Evangelio según san Lucas (6, 17. 20-26) R/ Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús descendió del monte con sus discípulos y sus apóstoles y se detuvo en un llano. Allí se
encontraba mucha gente, que había venido tanto de Judea y de Jerusalén, como de la costa
de Tiro y de Sidón. Mirando entonces a sus discípulos, Jesús les dijo: “Dichosos ustedes los pobres,
porque de ustedes es el Reino de Dios. Dichosos ustedes los que ahora tienen hambre, porque serán saciados.
Dichosos ustedes los que lloran ahora, porque al fin reirán. Dichosos serán ustedes cuando los hombres los
aborrezcan y los expulsen de entre ellos, y cuando los insulten y maldigan por causa del Hijo
del hombre. Alégrense ese día y salten de gozo, porque su recompensa será grande en el cielo. Pues así
trataron sus padres a los profetas. Pero, ¡ay de ustedes, los ricos, porque ya tienen ahora su consuelo! ¡Ay de
ustedes, los que se hartan ahora, porque después tendrán hambre! ¡Ay de ustedes, los que ríen ahora,

108
porque llorarán de pena! ¡Ay de ustedes, cuando todo el mundo los alabe, porque de ese modo trataron sus
padres a los falsos profetas!” Palabra del Señor. R/ Gloria a ti, Señor Jesús.

Se dice Credo.

Oración de los Fieles


Celebrante:
Pongamos en Dios nuestra confianza y pidámosle que así como resucitó a Jesucristo de entre los
muertos, nos haga esperar nuestra resurrección poniendo en sus manos de Padre nuestras inquietudes
y anhelos. Digámosle: R/ Escúchanos, pues confiamos en Ti.

Para que la Iglesia viva el espíritu de las bienaventuranzas del Reino y anuncie el secreto de la verdadera
felicidad a la que conduce el Evangelio. Oremos. R/ Escúchanos, pues confiamos en Ti.
Para que los jefes de los pueblos y los poderosos del mundo confíen más en Dios que en sus propias fuerzas.
Oremos. R/ Escúchanos, pues confiamos en Ti.
Para que la esperanza de la resurrección futura nos ayude a vivir ahora la dicha de que un día veremos a Dios
tal cual es. Oremos. R/ Escúchanos, pues confiamos en Ti.
Para que el Señor dé fecundidad a todos los proyectos de justicia, educación, salud y bienestar que llevan
adelante los cristianos. Oremos. R/ Escúchanos, pues confiamos en Ti.
Para que los enfermos, los oprimidos y los que sufren en el mundo, aguarden con paciencia la recompensa de
Dios y experimenten su consuelo y su ayuda para no desfallecer. Oremos. R/ Escúchanos, pues confiamos en
Ti.
Para que la celebración de la resurrección de Cristo en esta Eucaristía, avive nuestra fe, renueve nuestra
esperanza y nos haga vivir la caridad. Oremos. R/ Escúchanos, pues confiamos en Ti.

Celebrante:
Oh Dios, que llamas dichosos a los que el mundo llama desgraciados, escucha las oraciones que con fe
te presentamos, y haz que un día gocemos de la dicha eterna. Por Jesucristo nuestro Señor.
Amén.

Oración sobre las Ofrendas


Que este sacrificio, Señor, que vamos a ofrecerte, nos purifique y nos renueve y nos ayude a obtener la
recompensa eterna, prometida a quienes cumplen tu voluntad. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Prefacio Dominical VI Prendas de la Pascua eterna

El Señor esté con ustedes. R/ Y con tu espíritu.


Levantemos el corazón. R/ Lo tenemos levantado hacia el Señor.
Demos gracias al Señor, nuestro Dios. R/ Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre
santo, Dios todopoderoso y eterno. En quien vivimos, nos movemos y somos; y todavía peregrinos en este
mundo, no sólo experimentamos las pruebas cotidianas de tu amor, sino que poseemos ya, en
prenda, la vida futura. Pues al poseer las primicias del Espíritu, por el cual resucitaste a Jesús de entre los
muertos, podemos esperar que un día sea nuestra la pascua eterna. Por eso, Señor, te damos gracias y
proclamamos tu grandeza, cantando con los ángeles: Santo, Santo, Santo...

Antífona de la Comunión
Tanto amó Dios al mundo, que le dio a su Hijo único para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga
vida eterna.

Oración después de la Comunión


Oremos:
Señor, aviva cada vez más en nosotros el deseo de recibir este pan eucarístico, por medio del cual nos
comunicas tú la vida verdadera. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

109
Lunes Febrero 15
Feria de la 6a. semana del Tiempo Ordinario

Antífona de Entrada
Acuérdate, Señor de tu alianza; no olvides por más tiempo la suerte de tus pobres. Levántate, Señor, a defender
tu causa; no olvides las voces de los que te buscan.

Oración Colecta
Oremos:
Dios eterno y todopoderoso a quien confiadamente podemos llamar ya Padre nuestro, haz crecer en
nuestros corazones el espíritu de hijos adoptivos tuyos, para que podamos gozar, después de esta vida,
de la herencia que nos has prometido. Por nuestro Señor Jesucristo… Amén.

Primera Lectura
† Lectura de la carta del apóstol Santiago (1, 1-11)
Santiago, siervo de Dios y de Jesucristo, el Señor, saluda a las doce tribus, dispersas por el mundo.
Hermanos míos: Cuando se vean asediados por toda clase de pruebas y tentaciones, ténganse por dichosos,
sabiendo que las pruebas a que se ve sometida su fe les darán fortaleza, y esta fortaleza los llevará a la
perfección en las buenas obras y a una vida íntegra e irreprochable. Si a alguno de ustedes le
falta sabiduría, que se la pida a Dios y él se la dará; porque Dios da a todos con generosidad y sin regatear.
Pero tiene que pedírsela con fe y sin dudar; pues el que duda se parece a las olas del mar, que van y vienen,
agitadas por el viento. Quien es inconstante e indeciso en su vida, no recibirá nada del Señor.
Que el hermano de condición humilde esté orgulloso de su alta dignidad, y el rico, de su humilde condición, pues
se acabará como las flores del campo. Porque sale el sol y con su calor quema las hierbas; se caen las flores y
se acaba su belleza. Así se marchitará el rico, en medio de todas sus empresas.
Palabra de Dios. R/ Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 118


R/ Danos tu misericordia, Señor, y tendremos vida.
Antes de la aflicción fui un descarriado, pero ahora obedezco tus palabras. Tú que eres bueno y haces
beneficios, instrúyeme en tus leyes. R/ Danos tu misericordia, Señor, y tendremos vida.
Sufrir fue provechoso para mí, pues aprendí, Señor, tus mandamientos. Para mí valen más tus enseñanzas que
miles de monedas de oro y plata. R/ Danos tu misericordia, Señor, y tendremos vida.
Yo bien sé que son justos tus decretos y que tienes razón cuando me afliges. Señor, que tu amor me consuele,
conforme a las promesas que me has hecho. R/ Danos tu misericordia, Señor, y tendremos
Danos tu misericordia, Señor, y tendremos vida

Aclamación antes de Evangelio


Aleluya, aleluya. Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie va al Padre, si no es por mí, dice el Señor.
Aleluya.
Evangelio
† Lectura del santo Evangelio según san Marcos (8, 11-13) R/ Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, se acercaron a Jesús los fariseos y se pusieron a discutir con él, y para ponerlo a prueba, le
pedían una señal del cielo. Jesús suspiró profundamente y dijo: “¿Por qué esta gente busca una señal? Les
aseguro que a esta gente no se le dará ninguna señal”. Entonces los dejó, se embarcó de nuevo y se fue a la
otra orilla. Palabra del Señor. R/ Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Acepta, Señor, con bondad, estos dones que has puesto en manos de tu Iglesia, y con tu poder
conviértelos en el sacramento de nuestra salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Oración después de la Comunión


Oremos:
Que la recepción de esta Eucaristía nos confirme, Señor, en tu amor y nos ayude a conseguir la vida
eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

110
Martes Febrero 16
Feria de la 6a. semana del Tiempo Ordinario
Antífona de Entrada
Dios nuestro y protector nuestro, un solo día en tu casa es más valioso para tus elegidos, que mil días en
cualquier otra parte.

Oración Colecta
Oremos:
Enciende, Señor, nuestros corazones con el fuego de tu amor a fin de que, amándote en todo y sobre
todo, podamos obtener aquellos bienes que no podemos nosotros ni siquiera imaginar y has prometido
tú a los que te aman. Por nuestro Señor Jesucristo… Amén.

Primera Lectura
Lectura de la carta del apóstol Santiago (1, 12-18)
Hermanos: Dichoso el hombre que sufre la tentación, porque después de superarla, recibirá en premio la corona
de la vida, que Dios ha prometido a los que lo aman. Que nadie diga, cuando sufre una tentación, que es Dios el
que lo tienta, porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni pone él mismo a nadie en
tentación. Más bien, cuando alguno es tentado, es su propia concupiscencia la que lo arrastra y lo seduce. La
concupiscencia concibe y da a luz al pecado; y el pecado, cuando madura, engendra la muerte.
No se equivoquen, queridos hermanos: Todo beneficio y todo don perfecto viene de lo alto, del creador de la luz,
en quien no hay ni cambios ni sombras. Por su propia voluntad nos engendró por medio del Evangelio, para que
fuéramos, en cierto modo, primicias de sus creaturas. Palabra de Dios.
R/ Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 93


R/ Señor, dichoso aquel a quien tú educas.
Señor, dichoso aquel a quien tú educas y enseñas a cumplir tus mandamientos; cuando lleguen las horas de
desgracia, no perderá el sosiego. R/ Señor, dichoso aquel a quien tú educas.
Jamás rechazará Dios a su pueblo ni dejará a los suyos sin amparo. Hará justicia al justo y dará un porvenir al
hombre honrado. R/ Señor, dichoso aquel a quien tú educas.
Cuando me hallaba al borde del sepulcro, tu amor, Señor, me conservó la vida; cuando se multiplican
mis problemas, en tus consuelos hallo mi delicia. R/ Señor, dichoso aquel a quien tú educas.

Aclamación antes del Evangelio


Aleluya, aleluya. El que me ama cumplirá mi palabra y mi Padre lo amará y haremos en él nuestra morada, dice
el Señor. Aleluya.

Evangelio
† Lectura del santo Evangelio según san Marcos (8, 14-21) R/ Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, cuando los discípulos iban con Jesús en la barca, se dieron cuenta de que se les había
olvidado llevar pan; sólo tenían uno. Jesús les hizo esta advertencia: “Fíjense bien y cuídense de la levadura de
los fariseos y de la de Herodes”. Entonces ellos comentaban entre sí: “Es que no tenemos
panes”. Dándose cuenta de ello, Jesús les dijo: “¿Por qué están comentando que no trajeron panes? ¿Todavía
no entienden ni acaban de comprender? ¿Tan embotada está su mente? ¿Para qué tienen ustedes ojos, si no
ven, y oídos, si no oyen? ¿No recuerdan cuántos canastos de sobras recogieron, cuando repartí cinco panes
entre cinco mil hombres?” Ellos le contestaron: “Doce”. Y añadió: “¿Y cuántos canastos de sobras recogieron
cuando repartí siete panes entre cuatro mil?” Le respondieron: “Siete”.
Entonces él dijo: “¿Y todavía no acaban de comprender?”. Palabra del Señor. R/ Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Acepta, Señor, los dones que te presentamos para esta Eucaristía a fin de que, a cambio de ofrecerte lo
que tú nos has dado, podamos recibir de ti, tu misma vida. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Tú que nos has hecho partícipes de la vida de Cristo en este sacramento, transfórmanos, Señor,
a imagen de tu Hijo, para que participemos también de su gloria en el cielo. Por Jesucristo, nuestro
Señor. Amén.

111
Miércoles de Ceniza
Miércoles Febrero 17

La bendición e imposición de la ceniza pueden hacerse también sin misa. En este caso, conviene
celebrar la liturgia de la Palabra, usando el canto de entrada, la oración colecta y las lecturas con sus
cánticos, como en la misa. Enseguida se tienen la homilía y la bendición e imposición de la ceniza. La
ceremonia se termina con la oración universal.
Antífona de Entrada
Señor, tú tienes misericordia de todos y nunca odias a tus creaturas; borras los pecados de los hombres que se
arrepienten y los perdonas, porque tú, Señor, eres nuestro Dios.
No se dice Gloria.
El acto penitencial es sustituido por el rito de la imposición de la ceniza.
Oración Colecta
Oremos:
Que el día de ayuno con el que iniciamos, Señor, esta Cuaresma, sea el principio de una verdadera
conversión a ti, y que nuestros actos de penitencia nos ayuden a vencer el espíritu del mal.
Por nuestro Señor Jesucristo… Amén.
Primera Lectura
Lectura del libro del profeta Joel (2, 12-18)
Esto dice el Señor: “Todavía es tiempo. Vuélvanse a mí de todo corazón, con ayunos, con lágrimas
y llanto; enluten su corazón y no sus vestidos. Vuélvanse al Señor Dios nuestro, porque es compasivo
y misericordioso, lento a la cólera, rico en clemencia, y se conmueve ante la desgracia. Quizá se arrepienta, se
compadezca de nosotros y nos deje una bendición, que haga posibles las ofrendas y libaciones al Señor,
nuestro Dios. Toquen la trompeta en Sión, promulguen un ayuno, convoquen la asamblea, reúnan al pueblo,
santifiquen la reunión, junten a los ancianos, convoquen a los niños, aun a los niños de pecho. Que el recién
casado deje su alcoba y su tálamo la recién casada. Entre el vestíbulo y el altar lloren los sacerdotes, ministros
del Señor, diciendo: ‘Perdona, Señor, perdona a tu pueblo. No entregues tu heredad a la burla de las naciones.
Que no digan los paganos: ¿Dónde está el Dios de Israel?’ ” Y el Señor se llenó de celo por su tierra y tuvo
piedad de su pueblo. Palabra de Dios. R/ Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial Salmo 50
R/ Misericordia, Señor, hemos pecado.
Por tu inmensa compasión y misericordia, Señor, apiádate de mí y olvida mis ofensas. Lávame bien de todos mis
delitos y purifícame de mis pecados. R/ Misericordia, Señor, hemos pecado.
Puesto que reconozco mis culpas, tengo siempre presentes mis pecados. Contra ti solo pequé, Señor, haciendo
lo que a tus ojos era malo. R/ Misericordia, Señor, hemos pecado.
Crea en mí, Señor, un corazón puro, un espíritu nuevo para cumplir tus mandamientos. No me arrojes, Señor,
lejos de ti, ni retires de mí tu santo espíritu. R/ Misericordia, Señor, hemos pecado.
Devuélveme tu salvación, que regocija, y mantén en mí un alma generosa. Señor, abre mis labios
y cantará mi boca tu alabanza. R/ Misericordia, Señor, hemos pecado.
Segunda Lectura
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios (5, 20—6, 2)
Hermanos: Somos embajadores de Cristo, y por nuestro medio, es Dios mismo el que los exhorta a ustedes. En
nombre de Cristo les pedimos que se reconcilien con Dios. Al que nunca cometió pecado, Dios lo hizo “pecado”
por nosotros, para que, unidos a él, recibamos la salvación de Dios y nos volvamos justos y santos. Como
colaboradores que somos de Dios, los exhortamos a no echar su gracia en saco roto. Porque el Señor dice: En el
tiempo favorable te escuché y en el día de la salvación te socorrí. Pues bien, ahora es el tiempo favorable; ahora
es el día de la salvación. Palabra de Dios. R/ Te alabamos, Señor.
Aclamación antes del Evangelio
Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Hagámosle caso al Señor, que nos dice: “No endurezcan su corazón”.
Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Evangelio
† Lectura del santo Evangelio según san Mateo (6, 1-6.16-18) R/Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Tengan cuidado de no practicar sus obras de piedad delante de los
hombres para que los vean. De lo contrario, no tendrán recompensa con su Padre celestial.

112
Por lo tanto, cuando des limosna, no lo anuncies con trompeta, como hacen los hipócritas en las sinagogas y por
las calles, para que los alaben los hombres. Yo les aseguro que ya recibieron su recompensa. Tú, en cambio,
cuando des limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace la derecha, para que tu limosna quede en
secreto; y tu Padre, que ve lo secreto, te recompensará. Cuando ustedes hagan oración, no sean como los
hipócritas, a quienes les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que los vea la
gente. Yo les aseguro que ya recibieron su recompensa. Tú, en cambio, cuando vayas a orar, entra en tu cuarto,
cierra la puerta ora ante tu Padre, que está allí, en lo secreto; y tu Padre, que ve lo secreto, te recompensará.
Cuando ustedes ayunen, no pongan cara triste, como esos hipócritas que descuidan la apariencia de su rostro,
para que la gente note que están ayunando. Yo les aseguro que ya recibieron su recompensa. Tú, en cambio,
cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que no sepa la gente que estás ayunando, sino tu
Padre, que está en lo secreto; y tu Padre, que ve lo secreto, te recompensará”. Palabra del Señor. R/ Gloria a
ti, Señor Jesús.
No se dice Credo.
Bendición de la Ceniza
Después de la homilía, el sacerdote, de pie y con las manos juntas, dice:
Hermanos, pidamos humildemente a Dios Padre que bendiga con su gracia esta ceniza que, en señal de
penitencia, vamos a imponer sobre nuestras cabezas.
Y después de un breve momento de oración en silencio, prosigue:
Oración
Señor Dios, que te apiadas de quienes se humillan y concedes tu paz a los que se arrepienten, escucha con
bondad nuestras súplicas y derrama la gracia † de tu bendición sobre estos siervos tuyos que van a recibir la
ceniza, para que, fieles a las prácticas cuaresmales puedan llegar, con un alma purificada, a celebrar la Pascua
de tu Hijo, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
O bien:
Oración
Tú que no quieres la muerte del pecador, sino su arrepentimiento, escucha, Señor, con bondad nuestra súplicas
y bendice † esta ceniza que vamos a imponer sobre nuestra cabeza en reconocimiento de que somos polvo y al
polvo hemos de volver, a fin de que el ejercicio de la penitencia cuaresmal nos obtenga el perdón de los pecados
y una vida nueva a imagen de tu Hijo resucitado. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Y rocía la ceniza con agua bendita, sin decir nada.
Imposición de la Ceniza
En seguida, el sacerdote impone la ceniza a todos los presentes que se acercan a él, y dice a cada uno:
Arrepiéntete y cree en el evangelio.
O bien:
Acuérdate de que eres polvo y al polvo has de volver.
Mientras tanto, se entona un canto del salmo 50 u otros cantos de carácter penitencial apropiados.
Terminada la imposición de la ceniza, el sacerdote se lava las manos.
Oración de los Fieles
Celebrante:
Oremos a Jesucristo que nos llama a la conversión y pidámosle su ayuda para vivir este tiempo de
Cuaresma, camino hacia la Pascua, con un corazón sencillo y humilde. Digamos:
R/ Te rogamos, óyenos.
Para que la Iglesia invite a todos los hombres a la reconciliación con Dios, y para que en su seno todos
experimentemos el amor y la misericordia. Oremos al Señor. R/ Te rogamos, óyenos.
Para que el Papa, los pastores y los ministros de la Iglesia, sean dispensadores generosos del perdón que viene
de Dios. Oremos al Señor. R/ Te rogamos, óyenos.
Para que el Señor renueve el corazón de todos los hombres del Tercer Milenio, y para que germinen en ellos
sentimientos de paz, tolerancia, respeto y amor desinteresado. Oremos al Señor. R/ Te rogamos, óyenos.
Para que la generosidad, la oración sincera y el ayuno de los cristianos, alcance a los más necesitados la ayuda
y el consuelo que necesitan. Oremos al Señor. R/ Te rogamos, óyenos.
Para que cesen las guerras, se termine con la violencia terrorista y todos en el mundo podamos gozar de
la armonía de la creación y de la fraternidad verdadera. Oremos al Señor.
R/ Te rogamos, óyenos.
Para que la Cuaresma, que hoy comenzamos, nos una más íntimamente a Jesucristo y nos abra a la
conversión total al Evangelio, en nuestro caminar hacia la Pascua. Oremos al Señor.

113
R/ Te rogamos, óyenos.
Celebrante:
Señor Jesucristo, Tú que te hiciste miembro de nuestra raza para poder rescatarnos del pecado y de la
muerte; acoge las súplicas que en nombre de tu pueblo te hemos dirigido, y haz que vivamos
más unidos a Ti en este tiempo de gracia y salvación. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
Cuando se impone la ceniza sin celebrar misa, aquí termina la celebración.
Oración sobre las Ofrendas
Acepta, Señor, este sacrificio con el que iniciamos solemnemente la Cuaresma, y concédenos que por
medio de las obras de caridad y penitencia, venzamos nuestros vicios y, libres de pecado,
podamos unirnos mejor a la pasión de tu Hijo, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Amén.
Prefacio de Cuaresma IV Los frutos del ayuno
El Señor esté con ustedes. R/ Y con tu espíritu.
Levantemos el corazón. R/ Lo tenemos levantado hacia el Señor.
Demos gracias al Señor, nuestro Dios. R/ Es justo y necesario.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre
santo, Dios todopoderoso y eterno. Porque con el ayuno corporal, refrenas nuestras pasiones,
elevas nuestro espíritu, nos fortaleces y recompensas, por Cristo nuestro Señor. Por él, los ángeles y arcángeles,
y todos los coros celestiales, celebran tu gloria, unidos en común alegría. Permítenos
asociarnos a sus voces cantando humildemente tu alabanza: Santo, Santo, Santo…
Antífona de la Comunión
El que medita la ley del Señor día y noche, dará fruto a sutiempo.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Que esta comunión abra, Señor, nuestro corazón a la justicia y a la caridad, para que observemos el
único ayuno que tú quieres y que conduce a nuestra salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

La imposición de cenizas marca el inicio de la cuaresma en la que los cristianos nos preparamos
para celebrar la Pascua con cuarenta días de austeridad, a semejanza de la cuarentena de Cristo en el
desierto, también la de Moisés y Elías.
Las cenizas nos recuerdan:
El origen del hombre: "Dios formó al hombre con polvo de la tierra" (Gen 2,7).
El fin del hombre: "hasta que vuelvas a la tierra, pues de ella fuiste hecho" (Gn 3,19).
Dice Abrahán: "Aunque soy polvo y ceniza, me atrevo a hablar a mi Señor" (Gn 18,27).
"todos expiran y al polvo retornan" (Sal 104,29)
La raíz de la palabra "humildad" es "humus" (tierra). La ceniza es un signo de humildad, nos recuerda lo
que somos.
Las cenizas, como polvo, son un signo muy elocuente de la fragilidad, del pecado y de la mortalidad del
hombre, y al recibirlas se reconoce su limitación; riqueza, ciencia, gloria, poder, títulos, dignidades, de
nada nos sirven.
Inspirados por las Sagradas Escrituras, algunas comunidades religiosas tienen la costumbre de poner a
sus hermanos moribundos en la tierra o sobre cenizas.
En Job (Jb 42,6) la ceniza simboliza dolor y penitencia.
La costumbre de imponer la ceniza se practica en la Iglesia desde sus orígenes. En la tradición judía, el
símbolo de rociarse la cabeza con cenizas manifestaba el arrepentimiento y la voluntad de convertirse: la
ceniza es signo de la fragilidad del hombre y de la brevedad de la vida.
Al inicio del cristianismo se imponía la ceniza especialmente a los penitentes, pecadores públicos que se
preparaban durante la cuaresma para recibir la reconciliación. Vestían hábito penitencial y ellos mismos
se imponían cenizas antes de presentarse a la comunidad. En los tiempos medievales se comienza a
imponer la ceniza a todos los fieles cristianos con motivo del Miércoles de Ceniza, significando así que
todos somos pecadores y necesitamos conversión. La cuaresma es para todos.
Las cenizas se obtienen al quemar las palmas (en general de olivo) que se bendijeron el anterior
Domingo de Ramos. Se debe aclarar que no tendría sentido recibir las cenizas si el corazón no se
dispone a la humildad y la conversión que representan

114
Feria de Cuaresma: jueves después de ceniza
Jueves Febrero 18

Antífona de Entrada
Clamé al Señor, y escuchó mi voz y me libró de los que me atacaban. Encomienda a Dios tus afanes y él te
sustentará.

Oración Colecta
Oremos:
Inspira, Señor, nuestras acciones y dirígelas con tu gracia, para que todo cuanto emprendamos lo
iniciemos en tu nombre y podamos llevarlo a término por tu amor. Por nuestro Señor Jesucristo…
Amén.

Primera Lectura
Lectura del libro del Deuteronomio (30, 15-20)
Esto dice el Señor: “Mira: Hoy pongo delante de ti la vida y el bien o la muerte y el mal. Si cumples lo que yo te
mando hoy, amando al Señor tu Dios, siguiendo sus caminos, cumpliendo sus preceptos, mandatos y decretos,
vivirás y te multiplicarás. El Señor, tu Dios, te bendecirá en la tierra donde vas a entrar para
poseerla. Pero si tu corazón se resiste y no obedeces, si te dejas arrastrar y te postras para dar culto a dioses
extranjeros, yo te anuncio hoy que perecerás sin remedio y que, pasado el Jordán para entrar a poseer la tierra,
no vivirás muchos años en ella. Hoy tomo por testigos al cielo y a la tierra de que les he
propuesto la vida o la muerte, la bendición o la maldición. Elige la vida y vivirás, tú y tu descendencia, amando al
Señor tu Dios, escuchando su voz, adhiriéndote a él; pues en eso está tu vida y el que habites largos años en la
tierra que el Señor prometió dar a tus padres, Abraham, Isaac y Jacob”.

Palabra de Dios. R/ Te alabamos, Señor.


Salmo Responsorial Salmo 1
R/ Dichoso el hombre que confía en el Señor.
Dichoso aquel que no se guía por mundanos criterios, que no anda en malos pasos ni se burla del bueno, que
ama la ley de Dios y se goza en cumplir sus mandamientos. R/ Dichoso el hombre que confía
en el Señor.
Es como un árbol plantado junto al río, que da fruto a su tiempo y nunca se marchita. En todo tendrá éxito.
R/ Dichoso el hombre que confía en el Señor.
En cambio los malvados serán como la paja barrida por el viento. Porque el Señor protege el camino del justo y
al malo sus caminos acaban por perderlo. R/ Dichoso el hombre que confía en el Señor.
Aclamación antes del Evangelio
Honor y gloria a ti, Señor Jesús. Arrepiéntanse, dice el Señor; porque ya está cerca el Reino de los cielos.
Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Evangelio
† Lectura del santo Evangelio según san Lucas (9, 22-25) R/ Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Es necesario que el Hijo del hombre sufra mucho, que sea
rechazado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, que sea entregado a la muerte y que resucite
al tercer día”. Luego, dirigiéndose a la multitud, les dijo: “Si alguno quiere acompañarme, que no
se busque a sí mismo, que tome su cruz de cada día y me siga. Pues el que quiera conservar para sí mismo su
vida, la perderá; pero el que la pierda por mi causa, ése la encontrará. En efecto, ¿de qué le sirve al hombre
ganar todo el mundo, si se pierde a sí mismo o se destruye?”
Palabra del Señor. R/ Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración
sobre las Ofrendas
Acepta, Señor, con bondad estas ofrendas que te presentamos, para que nos alcancen tu perdón, y den
gloria a tu nombre. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Oración después de la Comunión


Oremos:
Señor, que el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, que hemos recibido en esta comunión, sean para
nosotros fuente de perdón, de santidad y de salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

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Vía Crucis Eucarístico
- por San Pedro Julián Eymard
Primera Estación
Jesús, Condenado a Muerte
V. Te adoramos, ¡oh Cristo!, y te bendecimos.
R. Que por tu santa cruz redimiste al mundo.
Jesús es condenado por los suyos, por aquellos mismos a quienes ha colmado de favores. Condénasele cual si fuera un
sedicioso, a El, que es la bondad misma; como blasfemo, siendo así que es la misma santidad; como ambicioso, cuando se
hizo el último de todos. Como si fuera el último de los esclavos, es condenado a la muerte de cruz.
Como vino a este mundo para sufrir y morir y para enseñarnos a hacer ambas cosas, Jesús acepta con amor la inicua sentencia
de muerte.
También en la Eucaristía es Jesús condenado a muerte. Condenado en sus gracias, que no se quieren; en su amor, que se
desconoce; en su estado sacramental, en que es negado por el incrédulo y profanado por horribles sacrilegios. Por una
comunión indigna vende a Jesucristo un mal cristiano al demonio, entrégalo a las pasiones, lo pone a los pies de Satanás, rey
de su corazón; le crucifica en su cuerpo de pecado.
Los malos cristianos maltratan a Jesús más que los mismos judíos, por cuanto en Jerusalén fue condenado una sola vez, en
tanto que en el Santísimo Sacramento es condenado todos los días y en infinidad de lugares y por un número espantoso de
inicuos jueces.
Y a pesar de todo, Jesús se deja insultar, despreciar, condenar; y sigue viviendo en el Sacramento, para demostrarnos que su
amor hacia nosotros es sin condiciones ni reservas y excede a nuestra ingratitud.
¡Perdón, oh Jesús, y mil veces perdón, por todos los sacrilegios! Si me acontece cometer uno sólo, he de pasar toda la vida
reparándolo. Quiero amaros y honraros por todos los que os desprecian. Dadme la gracia de morir con Vos.
Padrenuestro, Avemaría, Gloria
Segunda Estación
Jesús, cargado con la Cruz
V. Te adoramos, ¡oh Cristo!, y te bendecimos.
R. Que por tu santa cruz redimiste al mundo.
En Jerusalén, los judíos imponen a Jesús una pesada e ignominiosa cruz, que era considerada entonces como el
instrumento de suplicio propio del último de los hombres. Jesús recibe con gozo esta cruz abrumadora;
apresúrase a recibirla, la abraza con amor y la lleva con dulzura.
Así nos quiere suavizarla, aliviarla y deificarla en su sangre.
En el Santísimo Sacramento del altar los malos cristianos imponen a Jesús una cruz mucho más pesada e
ignominiosa para su Corazón. Constitúyenla las irreverencias de tantos en el santo lugar; su espíritu, tan poco
recogido; su corazón, tan frío en la presencia del Señor, y su tan tibia devoción. ¡Qué cruz más humillante para
Jesús tener hijos tan poco respetuosos y discípulos tan miserables!
Aun ahora Jesús lleva mis cruces en su Sacramento, pónelas en su Corazón para santificarlas y las cubre con su
amor y besos, para que me sean amables; mas quiere que las lleve también yo por Él y se las ofrezca; se allana
a recibir los desahogos de mi dolor y sufre que yo llore mis cruces y le pida consuelo y auxilio.
¡Cuán ligera se vuelve la cruz que pasa por la Eucaristía! ¡Cuán bella y radiante sale del Corazón de Jesús! ¡Da
gusto recibirla de sus manos y besarla tras Él! A la Eucaristía iré, por tanto, para refugiarme en las penas, para
consolarme y fortalecerme. En la Eucaristía aprenderé a sufrir y a morir.
¡Perdón, Señor, perdón por todos los que os tratan con irreverencia en vuestro sacramento de amor! ¡Perdón por
mis indiferencias y olvidos en vuestra presencia! ¡Quiero amaros; os amo con todo mi corazón!
Padrenuestro, Avemaría, Gloria
Tercera Estación
Jesús Cae por Primera Vez
V. Te adoramos, ¡oh Cristo!, y te bendecimos.
R. Que por tu santa cruz redimiste al mundo.
Tan agotado de sangre se vio Jesús después de tres horas de agonía y de los golpes de la flagelación, tan debilitado por la
terrible noche que pasó bajo la guardia de sus enemigos, que, tras algunos momentos de marcha, cae abrumado bajo el peso
de la cruz.
¡Cuántas veces cae Jesús sacramentado por tierra en las santas partículas sin que nadie se dé cuenta!
Mas lo que le hace caer de dolor es la vista del primer pecado mortal que mancilló mi alma.
¡Cuánto más dolorosa no es la caída de Jesús en el corazón de un joven que le recibe indignamente en el día de su primera
Comunión!

116
Cae en un corazón helado, que el fuego de su amor no puede derretir; en un espíritu orgulloso y fingido, sin poder
conmoverlo; en un cuerpo que no es más que sepulcro lleno de podredumbre. ¿Así por ventura hemos de tratar a Jesús la
primera vez que se nos viene tan lleno de amor? ¡Oh Dios! ¡Tan joven y ya tan culpable! ¡Comenzar tan pronto a ser un
judas! ¡Cuán sensible es al Corazón de Jesús una primera Comunión sacrílega!
¡Gracias, oh Jesús mío, por el amor que me mostrasteis en mi Primera Comunión! Nunca lo he de olvidar. Vuestro soy, del
mismo modo que Vos sois mío; haced de mí lo que os plazca.
Padrenuestro, Avemaría, Gloria.
Cuarta Estación
Jesús encuentra a su Santísima Madre
V. Te adoramos, ¡oh Cristo!, y te bendecimos.
R. Que por tu santa cruz redimiste al mundo.
María acompaña a Jesús en el camino del Calvario sufriendo un verdadero martirio en su alma; porque cuando se ama se
quiere compadecer.
Hoy en el Corazón Eucarístico de Jesús encuentra en el camino de sus dolores, entre sus enemigos, hijos de su amor, esposas
de su Corazón, ministros de sus gracias, que, lejos de consolarle como María, se juntan a sus verdugos para humillarle y
blasfemar y renegar de Él. ¡Cuántos renegados y apóstatas abandonan el servicio y el amor de la Eucaristía tan pronto como
este servicio requiere un sacrificio o un acto de fe práctica!
¡Oh Jesús mío, quiero seguiros con María, mi madre, por más que os vea humillado, insultado y maltratado, y deseo
desagraviaros con mi amor!
Padrenuestro, Avemaría, Gloria
Quinta Estación
El Cirineo ayuda a Jesús a llevar la Cruz.
V. Te adoramos, ¡oh Cristo!, y te bendecimos.
R. Que por tu santa cruz redimiste al mundo.
Jesús aparecía cada vez más rendido bajo su peso. Los judíos, que querían que muriese en la cruz, para poner el colmo a sus
humillaciones, pidieron a Simón el Cirineo que tomase el madero. Negóse él, y menester fue obligarle para que tomara este
instrumento que tan ignominioso le parecía. Mas aceptó al fin y mereció que Jesús le tocara el corazón y lo convirtiera.
En su Sacramento Jesús llama a los hombres y casi nadie acude a sus invitaciones. Convídales al banquete eucarístico y se
echa mano de pretextos mil para desoír su llamamiento. El alma ingrata e infiel se niega a la gracia de Jesucristo, el don más
excelente de su amor; y Jesús se queda solo, abandonado, con las manos llenas de gracias que no se quieren: ¡Se tiene miedo
a su amor!
En lugar del respeto que le es debido, Jesús no recibe, las más de las veces, más que irreverencias.. Ruborízase uno de
encontrarlo en las calles y se huye de Él así que se le divisa. No se atreve uno a darle señales exteriores de la propia fe.
¿Será posible, divino Salvador mío? Demasiado cierto es, no puedo menos de sentir los reproches que me dirige mi
conciencia. Sí, he desoído muchas veces vuestro amoroso llamamiento, aferrado como estaba a lo que me agradaba; me he
negado cuando tanto me honrabais invitándome a vuestra mesa, movido por vuestro amor. Pésame de lo más hondo de mi
corazón. Comprendo que vale mucho más dejarlo todo que omitir por mi culpa una comunión, que es la mayor y más amable
de vuestras gracias. Olvidad, buen Salvador mío, mi pasado y acoged y guardad vos mismo mis resoluciones para el porvenir.
Padrenuestro, Avemaría, Gloria
Sexta Estación
Una piadosa Mujer enjuga el Rostro de Jesús
V. Te adoramos, ¡oh Cristo!, y te bendecimos.
R. Que por tu santa cruz redimiste al mundo.
El Salvador ya no tiene rostro humano; los verdugos se lo han cubierto de sangre, de lodo y de esputos. El esplendor de Dios
se encuentra en tal estado, por lo cubierto de manchas, que no se le puede reconocer. La piadosa Verónica afronta los
soldados; bajo las salivas ha reconocido a su salvador y Dios, y movida de compasión enjuga su augusta faz. Jesús la
recompensa imprimiendo sus facciones en el lienzo con que ella enjuga su cara adorable.
Divino Jesús mío, bien ultrajado, insultado y profanado sois en vuestro adorable Sacramento. Y ¿dónde están las verónicas
compasivas que reparen esas abominaciones? ¡Ah! ¡Es para entristecerse y aterrarse que con tanta facilidad se cometan tantos
sacrilegios contra el augusto Sacramento! ¡Diríase que Jesucristo no es entre nosotros sino un extranjero que a nadie interesa
y hasta merece desprecio!
Verdad es que oculta su rostro bajo la nube de especies bien débiles y humildes; pero es para que nuestro amor descubra en
ellas por la fe sus divinas facciones. Señor, creo que sois el Cristo, Hijo de Dios vivo, y adoro bajo el velo eucarístico vuestra
faz adorable, llena de gloria y de majestad; dignaos, Señor, imprimir vuestras facciones en mi corazón, para que a todas
partes lleve conmigo a Jesús, y a Jesús sacramentado.
Padrenuestro, Avemaría, Gloria

117
Séptima Estación
Jesús Cae por Segunda vez
V. Te adoramos, ¡oh Cristo!, y te bendecimos.
R. Que por tu santa cruz redimiste al mundo.
A pesar de la ayuda de Simón, Jesús sucumbe por segunda vez a causa de su debilidad, y esto le depara una ocasión para
nuevos sufrimientos. Sus rodillas y manos son desgarradas por estas caídas en camino tan difícil, y los verdugos redoblan de
rabia sus malos tratos.
¡Oh, cuán nulo es el socorro del hombre sin el de Jesucristo! ¡Cuántas caídas se prepara el que se apoya en los hombres!
¡Cuántas veces cae por la Comunión hoy el Dios de la Eucaristía, en corazones cobardes y tibios, que le reciben sin
preparación, le guardan sin piedad y le dejan marcharse sin un acto de amor y de agradecimiento! Por nuestra tibieza es Jesús
estéril en nosotros.
¿Quién se atrevería a recibir a un grande de la tierra con tan poco cuidado como se recibe todos los días al Rey del Cielo?
Divino Salvador mío, ofrézcoos un acto de desagravio por todas las comuniones hechas con tibieza y sin devoción. ¡Cuántas
veces habéis venido a mi pecho! ¡Gracias por ello! ¡Quiero seros fiel en adelante! ¡Dadme vuestro amor, que él me basta!
Padrenuestro, Avemaría, Gloria
Octava Estación
Jesús consuela a las Afligidas Mujeres Piadosas
V. Te adoramos, ¡oh Cristo!, y te bendecimos.
R. Que por tu santa cruz redimiste al mundo.
Consolar a los afligidos y perseguidos era la misión del Salvador en los días de su vida mortal, misión a la que quiere ser fiel
en el momento mismo de sus mayores sufrimientos. Olvidándose de sí, enjuga las lágrimas de las piadosas mujeres que
lloraban por sus dolores y por su Pasión, ¡Qué bondad!
En su Santísimo Sacramento, Jesús no cuenta con casi nadie que le consuele del abandono de los suyos, de los crímenes de
que es objeto. Día y noche se encuentra solo. ¡Ah, si pudieran llorar sus ojos, cuántas lágrimas no derramarían por la
ingratitud y el abandono de los suyos! Si su Corazón pudiera sufrir, ¡qué tormentos padecería al verse desdeñado hasta por
sus mismos amigos!
Y aun siendo esto así, tan pronto como venimos hacia Él, nos acoge con bondad, escucha nuestras quejas y el relato con
frecuencia bien largo y harto egoísta de nuestras miserias, y olvidándose de sí nos consuela y reanima. ¿Por qué habré yo,
Divino Salvador mío, recurrido a los hombres para hallar consuelo, en lugar de dirigirme a Vos? Ya veo que esto hiere a
vuestro corazón, celoso del mío. Sen en la Eucaristía mi único consuelo, mi único confidente: con una palabra, con una
mirada de vuestra bondad me basta. ¡Ameos yo de todo corazón y haced lo que os plazca!
Padrenuestro, Avemaría, Gloria
Novena Estación
Jesús cae por Tercera vez
V. Te adoramos, ¡oh Cristo!, y te bendecimos.
R. Que por tu santa cruz redimiste al mundo.
¡Cuántos sufrimientos en esta tercera caída! Jesús cae abrumado bajo el peso de la cruz y apenas si a fuerza de malos tratos
logran los verdugos levantarle.
Jesús cae por tercera vez antes de ser levantado en cruz como para atestiguar que le pesa el no poder dar la vuelta al mundo
cargado con su cruz.
Jesús vendrá a mí por última vez en viático antes de que salga también yo de este valle de destierro. ¡Ah, Señor, concededme
esta gracia, la más preciosa de todas y complemento de cuantas he recibido en mi vida!
¡Pero que reciba bien esta última comunión, tan llena de amor!
¡Qué caída más espantosa la de Jesús, que entra por última vez en el corazón de un moribundo, que a todos sus pecados
pasados añade el crimen de sacrilegio y recibe indignamente al mismo que ha de juzgarle, profanando así el viático de su
salvación!
¡En qué estado más doloroso no se ha de ver Jesús en un corazón que le detesta, en un espíritu que le desprecia, en un cuerpo
de pecado entregado al demonio! ¡Es el infierno de Jesús en tierra!
¿Y cuál será el juicio de esos desdichados? Sólo pensarlo causa temblor. ¡Perdón, Señor, perdón por ellos! Os ruego por
todos los moribundos. Concededles la gracia de morir en vuestros brazos después de haberos recibido bien en viático.
Padrenuestro, Avemaría, Gloria
Décima Estación
Jesús es Despojado de sus Vestiduras
V. Te adoramos, ¡oh Cristo!, y te bendecimos.
R. Que por tu santa cruz redimiste al mundo.
¡Cuánto no debió sufrir en este cruel e inhumano despojamiento!

118
¡Arráncasele los vestidos pegados a las llagas, las cuales vuelven a abrirse y desgarrarse!
¡Cuánto no debió sufrir en su modestia viéndose tratado como se tendría vergüenza de tratar a un miserable y a un esclavo,
que al menos muere en el sudario en el que ha de ser sepultado!
Jesús es despojado aún hoy de sus vestiduras en el estado sacramental. No contentándose con verle despojado, por amor
hacia nosotros, de la gloria de su divinidad y de la hermosura de su humanidad, sus enemigos le despojan del honor del culto,
saquean sus iglesias, profanan los vasos sagrados y los sagrarios, le echan por tierra. Es puesto a merced del sacrilegio, Él,
rey y Salvador de los hombres, como en el día de la crucifixión.
Lo que Jesús se propone al dejarse despojar en la Eucaristía es reducirnos a nosotros al estado de pobres voluntarios, que no
tienen apego a nada, y así revestirnos de su vida y virtudes. ¡Oh Jesús sacramentado, sed mi único bien!
Padrenuestro, Avemaría, Gloria
Undécima Estación
Jesús es Clavado en la Cruz.
V. Te adoramos, ¡oh Cristo!, y te bendecimos.
R. Que por tu santa cruz redimiste al mundo.
¡Qué tormentos los que sufrió Jesús cuando le crucificaron! Sin un milagro de su poder no le hubiera sido posible soportarlos
sin morir.
Con todo, en el calvario Jesús es clavado a un madero inocente y puro, mientras que en una comunión indigna el pecador
crucifica a Jesús en su cuerpo de pecado, cual si se atara un cuerpo vivo a un cadáver en descomposición.
En el calvario fue crucificado por enemigos declarados, mientras que aquí son sus propios hijos los que le crucifican con la
hipocresía de su falsa devoción. En el calvario solo una vez fue crucificado, mientras aquí lo es todos los días y por millares
de cristianos. ¡Oh divino Salvador mío, os pido perdón por la inmortificación de mis sentidos, que ha costado expiación tan
cruel! Por vuestra Eucaristía, queréis crucificar mi naturaleza e inmolar al hombre viejo, uniéndome a vuestra vida
crucificada y resucitada. Haced, Señor, que me entregue a vos del todo, sin condición ni reserva.
Padrenuestro, Avemaría, Gloria
Duodécima Estación
Jesús Expira en la Cruz
V. Te adoramos, ¡oh Cristo!, y te bendecimos.
R. Que por tu santa cruz redimiste al mundo.
Jesús muere para rescatarnos; la última gracia es el perdón concedido a los verdugos; el último don de su amor, su divina
Madre; la sed de sufrir, su último deseo; y el abandono de su alma y de su vida en manos de su Padre, el último acto.
En la Sagrada Eucaristía continúa el amor que nos mostró Jesús al morir; todas las mañanas se inmola en el santo sacrificio y
va los que le reciben a perder su existencia sacramental. Muere en el corazón del pecador para su condenación.
Desde la Sagrada Hostia me ofrece las gracias de mi redención y el precio de mi salvación. Pero para poderlas recibir, muera
yo junto a Él y para Él, según es su voluntad.
Dadme, Dios mío, la gracia de morir al pecado y a mí mismo, gracia de no vivir más que para amaros en vuestra Eucaristía.
Padrenuestro, Avemaría, Gloria
Decimotercera Estación
Jesús es entregado a su Madre
V. Te adoramos, ¡oh Cristo!, y te bendecimos.
R. Que por tu santa cruz redimiste al mundo.
Jesús es bajado de la cruz y entregado a su divina Madre, quien le recibe entre sus brazos y contra su corazón, ofreciéndolo a
Dios como víctima de nuestra salvación.
A nosotros nos toca ahora ofrecer a Jesús como víctima en el altar y en nuestros corazones para nosotros y para los nuestros.
Nuestro es, pues Dios Padre nos le ha dado y El mismo se nos da también para que hagamos uso de Él.
¡Qué desdicha el que este precio infinito quede infructuoso entre nuestras manos, a causa de nuestra indiferencia!
Ofrezcámoslo en unión con María y pidamos a esta buena Madre que lo ofrezca por nosotros.
Padrenuestro, Avemaría, Gloria
Decimocuarta Estación
Jesús es depositado en el Sepulcro
V. Te adoramos, ¡oh Cristo!, y te bendecimos.
R. Que por tu santa cruz redimiste al mundo.
Jesús quiere sufrir la humillación del sepulcro; es abandonado a la guarda de sus enemigos, haciéndose prisionero suyo.
Mas en la Eucaristía aparece Jesús sepultado con toda verdad, y, en lugar de tres días, queda siempre, invitándonos a nosotros
a que le hagamos guardia; es nuestro prisionero de amor.
Los corporales le envuelven como un sudario; arde la lámpara delante de su altar lo mismo que delante de las tumbas; en
torno suyo, reina silencio de muerte.

119
Al venir a nuestro corazón por la comunión, Jesús quiere sepultarse en nosotros; preparémosle un sepulcro honroso, nuevo,
blanco, que no esté ocupado por afectos terrenales; embalsamémosle con el perfume de nuestras virtudes.
Vengamos, por todos los que no vienen, a honrarle, adorarle en su sagrario, consolarle en su prisión, y pidámosle la gracia del
recogimiento y de la muerte al mundo, para llevar una vida oculta en la Eucaristía.
Padrenuestro, Avemaría, Gloria

Feria de Cuaresma: viernes después de ceniza


Viernes Febrero 19
Antífona de Entrada
El Señor me escuchó, tuvo piedad de mí y ha venido en mi ayuda.

Oración Colecta
Oremos:
Concédenos, Señor, tu gracia durante estos días de penitencia cuaresmal, para que a nuestras prácticas
externas corresponda una verdadera renovación del espíritu. Por nuestro Señor Jesucristo... Amén.
Primera Lectura
Lectura del libro del profeta Isaías (58, 1-9)
Esto dice el Señor: “Clama a voz en cuello y que nadie te detenga. Alza la voz como trompeta. Denuncia a mi
pueblo sus delitos, a la casa de Jacob sus pecados. Me buscan día a día y quieren conocer mi voluntad, como si
fuera un pueblo que practicara la justicia y respetara los juicios de Dios. Me piden sentencias justas y anhelan
tener cerca de Dios. Me dicen todos los días: ‘¿Para qué ayunamos, si tú no nos ves? ¿Para qué nos
sacrificamos, si no te das por enterado?’ Es que el día en que ustedes ayunan encuentran la forma de
hacer negocio y oprimen a sus trabajadores. Es que ayunan, sí, para luego reñir y disputar, para dar
puñetazos sin piedad. Ese no es un ayuno que haga oír en el cielo la voz de ustedes. ¿Acaso es éste el ayuno
que me agrada? ¿Es ésta la mortificación que yo acepto del hombre: encorvar la cabeza como un junco y
acostarse sobre saco y ceniza? ¿A esto llaman ayuno y día agradable al Señor? El ayuno que yo quiero de ti es
éste, dice el Señor: Que rompas las cadenas injustas y levantes los yugos opresores; que liberes a los oprimidos
y rompas todos los yugos; que compartas tu pan con el hambriento y abras
tu casa al pobre sin techo; que vistas al desnudo y no des la espalda a tu propio hermano.
Entonces surgirá tu luz como la aurora y cicatrizarán de prisa tus heridas; te abrirá camino la justicia y la gloria
del Señor cerrará tu marcha. Entonces clamarás al Señor y te responderá; lo llamarás y te
dirá: ‘Aquí estoy’ ”. Palabra de Dios. R/ Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial Salmo 50
R/ A un corazón contrito, Señor, no lo desprecias.
Por tu inmensa compasión y misericordia, Señor, apiádate de mí y olvida mis ofensas. Lávame bien de todos mis
delitos y purifícame de mis pecados. R/ A un corazón contrito, Señor, no lo desprecias.
Puesto que reconozco mis culpas, tengo siempre presentes mis pecados. Contra ti solo pequé, Señor,
haciendo lo que a tus ojos era malo. R/ A un corazón contrito, Señor, no lo desprecias.
Tú, Señor, no te complaces en los sacrificios y si te ofreciera un holocausto, no te agradaría. Un corazón contrito
te presento, y a un corazón contrito, tú nunca lo desprecias. R/ A un corazón contrito, Señor,
no lo desprecias.
Aclamación antes del Evangelio
Honor y gloria a ti, Señor Jesús. Busquen el bien y no el mal, para que vivan, y el Señor estará con ustedes.
Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Evangelio † Lectura del santo Evangelio según san Mateo (9, 14-15) R/ Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, los discípulos de Juan fueron a ver a Jesús y le preguntaron: “¿Por qué tus discípulos no
ayunan, mientras nosotros y los fariseos sí ayunamos?” Jesús les respondió: “¿Cómo pueden llevar luto los
amigos del esposo, mientras él está con ellos? Pero ya vendrán días en que les quitarán al esposo, y entonces sí
ayunarán”. Palabra del Señor. R/ Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas Señor, que el sacrificio que te ofrecemos en este tiempo de preparación para la
Pascua nos haga agradables a tus ojos y más generosos en la práctica de la penitencia. Por Jesucristo,
nuestro Señor. Amen.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Que nuestra participación en este sacramento nos libre, Señor, de todas nuestras culpas y nos obtenga
de tu misericordia la conversión de nuestro espíritu. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

120
Feria de Cuaresma: sábado después de ceniza
Sábado Febrero 20

Antífona de Entrada
Escúchanos, Señor, pues eres bueno y míranos conforme a tu bondad infinita.
Oración Colecta
Oremos:
Dios eterno y todopoderoso, mira compasivo nuestra debilidad, y extiende tu mano para protegernos. Por
nuestro Señor Jesucristo... Amén.
Primera Lectura
Lectura del libro del profeta Isaías (58, 9-14)
Esto dice el Señor: “Cuando renuncies a oprimir a los demás y destierres de ti el gesto amenazador
y la palabra ofensiva; cuando compartas tu pan con el hambriento y sacies la necesidad del humillado,
brillará tu luz en las tinieblas y tu oscuridad será como el mediodía. El Señor te dará reposo permanente;
en el desierto saciará tu hambre y dará vigor a tucuerpo; serás como un huerto bien regado, como un manantial
cuyas aguas no se agotan. Construirás sobre tus viejas ruinas y edificarás sobre cimientos muy antiguos; te
llamarán reparador de brechas y restaurador de hogares destruidos. Si detienes tus pasos
para no violar el sábado y no tratas tus negocios en mi día santo, si llamas al sábado tu delicia y lo
consagras a la gloria del Señor, si lo honras absteniéndote de viajes, de buscar tu interés, de tratar tus asuntos,
entonces el Señor será tu delicia. Te asentaré sobre mis montañas, te haré gustar la herencia de tu padre
Jacob”. Palabra de Dios. R/ Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 85


R/ Señor, enséñame a seguir fielmente tus caminos.
Presta, Señor, oídos a mi súplica, pues soy un pobre, lleno de desdichas. Protégeme, Señor, porque
te amo; salva a tu servidor, que en ti confía. R/ Señor, enséñame a seguir fielmente tus caminos.
Ten compasión de mí, pues clamo a ti, Dios mío, todo el día, y ya que a ti, Señor, levanto el alma, llena
a este siervo tuyo de alegría. R/ Señor, enséñame a seguir fielmente tus caminos.
Puesto que eres, Señor, bueno y clemente y todo amor con quien tu nombre invoca, escucha mi oración y a mi
súplica da respuesta pronta. R/ Señor, enséñame a seguir fielmente tus caminos.

Aclamación antes del Evangelio


Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
No quiero la muerte del pecador, sino que se arrepienta y viva, dice el Señor.
Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Evangelio

† Lectura del santo Evangelio según san Lucas (5, 27-32) R/ Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, vio Jesús a un publicano, llamado Leví (Mateo), sentado en su despacho de recaudador de
impuestos, y le dijo: “Sígueme”. El, dejándolo todo, se levantó y lo siguió. Leví ofreció en su casa un gran
banquete en honor de Jesús, y estaban a la mesa, con ellos, un gran número de publicanos y otras personas.
Los fariseos y los escribas criticaban por eso a los discípulos, diciéndoles: “¿Por qué comen y beben con
publicanos y pecadores?” Jesús les respondió: “No son los sanos los que necesitan al médico, sino los enfermos.
No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores, para que se conviertan”.
Palabra del Señor. R/ Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas


Que este sacrificio de reconciliación y de alabanza que vamos a ofrecerte, nos purifique, Señor y nos
renueve, para que todos nuestros pensamientos y acciones se apeguen a tu voluntad.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Oración después de la Comunión


Oremos:
Señor, que este sacramento que hemos recibido, y que es fuente de vida para tu Iglesia, sea para
nosotros prenda segura de salvación eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

121
Primer Domingo de Cuaresma
Domingo Febrero 21

Antífona de Entrada
Me invocará y yo lo escucharé; lo libraré y lo glorificaré; prolongaré los días de su vida.

No se dice Gloria.

Oración Colecta
Oremos:
Concédenos, Dios todopoderoso, que las prácticas anuales propias de la Cuaresma nos ayuden a
progresar en el conocimiento de Cristo y a llevar una vida más cristiana. Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.

Primera Lectura
Lectura del libro del Deuteronomio (26, 4-10)
En aquel tiempo, dijo Moisés al pueblo: “Cuando presentes las primicias de tus cosechas, el sacerdote tomará el
cesto de tus manos y lo pondrá ante el altar del Señor, tu Dios. Entonces tú dirás estas palabras ante el Señor, tu
Dios: ‘Mi padre fue un arameo errante, que bajó a Egipto y se estableció allí con muy pocas personas; pero luego
creció hasta convertirse en una gran nación, potente y numerosa. Los egipcios nos maltrataron, nos oprimieron y
nos impusieron una dura esclavitud. Entonces clamamos al Señor, Dios de nuestros padres, y el Señor escuchó
nuestra voz, miró nuestra humillación, nuestros trabajos y nuestra angustia. El Señor nos sacó de Egipto con
mano poderosa y brazo protector, con un terror muy grande, entre señales y portentos; nos trajo a este país y
nos dio esta tierra, que mana leche y miel. Por eso ahora
yo traigo aquí las primicias de la tierra que tú, Señor, me has dado’. Una vez que hayas dejado tus primicias ante
el Señor, te postrarás ante él para adorarlo”. Palabra de Dios. R/ Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 90


R/ Tú eres mi Dios y en ti confío.
Tú, que vives al amparo del Altísimo y descansas a la sombra del todopoderoso, dile al Señor: “Tú eres mi
refugio y fortaleza; tú eres mi Dios y en ti confío”. R/ Tú eres mi Dios y en ti confío.
No te sucederá desgracia alguna, ninguna calamidad caerá sobre tu casa, pues el Señor ha dado a sus ángeles
la orden de protegerte a donde quiera que vayas. R/ Tú eres mi Dios y en ti confío.
Los ángeles de Dios te llevarán en brazos para que no te tropieces con las piedras, podrás pisar los escorpiones
y las víboras y dominar las fieras. R/ Tú eres mi Dios y en ti confío.
“Puesto que tú me conoces y me amas, dice el Señor, yo te libraré y te pondré a salvo. Cuando tú me invoques,
yo te escucharé, y en tus angustias estaré contigo, te libraré de ellas y te colmaré de honores”.
R/ Tú eres mi Dios y en ti confío.

Segunda Lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los romanos (10, 8-13)
Hermanos: La Escritura afirma: Muy a tu alcance, en tu boca y en tu corazón, se encuentra la salvación, esto es,
el asunto de la fe que predicamos. Porque basta que cada uno declare con su boca que Jesús es el Señor y que
crea en su corazón que Dios lo resucitó de entre los muertos, para que pueda salvarse.
En efecto, hay que creer con el corazón para alcanzar la santidad y declarar con la boca para alcanzar la
salvación. Por eso dice la Escritura: Ninguno que crea en él quedará defraudado, porque no existe
diferencia entre judío y no judío, ya que uno mismo es el Señor de todos, espléndido con todos los que lo
invocan, pues todo el que invoque al Señor como a su Dios, será salvado por él. Palabra de Dios.
R/ Te alabamos, Señor.

Aclamación antes del Evangelio


Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
No sólo de pan vive el hombre, sino también de toda palabra que sale de la boca de Dios.
Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Evangelio
† Lectura del santo Evangelio según san Lucas (4, 1-13) R/ Gloria a ti, Señor.

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En aquel tiempo, Jesús, lleno del Espíritu Santo, regresó del Jordán y conducido por el mismo Espíritu, se
internó en el desierto, donde permaneció durante cuarenta días y fue tentado por el demonio.
No comió nada en aquellos días, y cuando se completaron, sintió hambre. Entonces el diablo le dijo: “Si eres el
Hijo de Dios, dile a esta piedra que se convierta en pan”. Jesús le contestó: “Está escrito: No sólo
de pan vive el hombre”. Después lo llevó el diablo a un monte elevado y en un instante le hizo ver todos los
reinos de la tierra y le dijo: “A mí me ha sido entregado todo el poder y la gloria de estos reinos, y yo los doy a
quien quiero. Todo esto será tuyo, si te arrodillas y me adoras”. Jesús le respondió: “Está escrito: dorarás al
Señor, tu Dios, y a él sólo servirás”. Entonces lo llevó a Jerusalén, lo puso en la parte más alta del templo y le
dijo: “Si eres el Hijo de Dios, arrójate desde aquí, porque está escrito: Los ángeles del Señor tienen
órdenes de cuidarte y de sostenerte en sus manos, para que tus pies no tropiecen con las piedras”. Pero Jesús
le respondió: “También está escrito: No tentarás al Señor, tu Dios”. Concluidas las tentaciones, él
diablo se retiró de él, hasta que llegara la hora. Palabra del Señor. R/ Gloria a ti, Señor Jesús.
Se dice Credo.
Oración de los Fieles
Celebrante:
La presencia liberadora de Dios en nuestra historia, nos anima a caminar con Jesucristo y a cargar
la cruz de cada día para unirnos a su obra redentora. Animados por su fidelidad incondicional, oremos
por su pueblo junto a toda la Iglesia. Digamos: R/ Señor, ten piedad.
Para que en este tiempo nos abramos al amor que Dios nos concede hecho perdón, cercanía
y misericordia. Oremos con confianza. R/ Señor, ten piedad.
Para que al revivir el misterio pascual de Cristo comprendamos que su triunfo ha absorbido nuestra
muerte, y nos ha conseguido la victoria. Oremos con confianza. R/ Señor, ten piedad.
Para que Cristo que se anonadó por amor y venció las tentaciones, nos ayude a dar libremente nuestra vida para
transformar nuestra sociedad y elevarla a Él. Oremos con confianza. R/ Señor, ten piedad.
Para que Cristo, que en su pasión asumió nuestro sufrimiento y pecado, transforme nuestra vida a imagen suya.
Oremos con confianza. R/ Señor, ten piedad.
Para que con espíritu solidario y con caridad sincera, consolemos a Cristo que sigue en agonía en cada hermano
que sufre. Oremos con confianza. R/ Señor, ten piedad.
Para que al celebrar esta Eucaristía, prenda de nuestra salvación y garantía de la nueva y eterna alianza, nos
identifiquemos más con Aquel que es nuestro alimento y vida. Oremos con confianza.
R/ Señor, ten piedad.
Celebrante:
Señor Jesucristo, que en el desierto fuiste tentado por el maligno, y en la cruz lo derrotaste para siempre;
escucha nuestras oraciones, y haz que este tiempo de conversión y penitencia nos
fortalezca para superar las pruebas y nos una más a Ti. Que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén
Oración sobre las Ofrendas
Te pedimos, Señor, que estos dones que vamos a ofrecerte, nos dispongan convenientemente para el
santo tiempo de la Cuaresma, que estamos iniciando. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Prefacio propio Las tentaciones del Señor.
El Señor esté con ustedes. R/ Y con tu espíritu.
Levantemos el corazón. R/ Lo tenemos levantado hacia el Señor.
Demos gracias al Señor, nuestro Dios. R/ Es justo y necesario.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre
santo, Dios todopoderoso y eterno. Porque Cristo nuestro Señor, al abstenerse durante cuarenta
días de tomar alimento, inauguró la práctica de nuestra penitencia cuaresmal y, al rechazar las tentaciones del
enemigo, nos enseñó a sofocar la fuerza del pecado; de este modo, celebrando con sinceridad el misterio de
esta Pascua, podremos pasar un día a la Pascua que no acaba. Por eso, con los ángeles y
santos te cantamos el himno de alabanza, diciendo sin cesar: Santo, Santo, Santo...
Antífona de la Comunión
No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que viene de Dios.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Que este pan celestial alimente, Señor, en nosotros la fe, aumente la esperanza, refuerce la caridad, y nos
enseñe a sentir hambre de Cristo, que es el pan vivo y verdadero, y a vivir de toda palabra que proceda
de tu boca. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

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Lunes Febrero22 Fiesta
De La Cátedral de san Pedro apóstol
Antífona de Entrada
Dijo el Señor a Simón Pedro: Yo he rogado por ti para que tu fe no desfallezca y tú, una vez convertido, confirma
a tus hermanos.

Se dice Gloria.

Oración Colecta
Oremos:
Que nada pueda perturbar, Señor, la fe que profesamos y que tú quisiste cimentar sobre la roca firme de
san Pedro. Por nuestro Señor Jesucristo… Amén.
Primera Lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Pedro (5, 1-4)
Hermanos: Me dirijo ahora a los pastores de las comunidades de ustedes, yo, que también soy pastor
como ellos y además he sido testigo de los sufrimientos de Cristo y participante de la gloria que se va a
manifestar. Apacienten el rebaño que Dios les ha confiado y cuiden de él no como obligados por la fuerza,
sino de buena gana, como Dios quiere; no por ambición de dinero, sino con entrega generosa; no como si
ustedes fueran los dueños de las comunidades que se les han confiado, sino dando buen ejemplo. Y cuando
aparezca el Pastor supremo, recibirán el premio inmortal de la gloria. Palabra de Dios.
R/ Te alabamos Señor.
Salmo Responsorial Salmo 22
R/ El Señor es mi pastor, nada me faltará.
El Señor es mi pastor, nada me falta; en verdes praderas me hace reposar y hacia fuentes tranquilas
me conduce para reparar mis fuerzas. R/ El Señor es mi pastor, nada me faltará.
Por ser un Dios fiel a sus promesas, me guía por el sendero recto; así, aunque camine por cañadas oscuras,
nada temo, porque tú estás conmigo. Tu vara y tu cayado me dan seguridad.
R/ El Señor es mi pastor, nada me faltará.
Tú mismo me preparas la mesa, a despecho de mis adversarios; me unges la cabeza con perfume y llenas
mi copa hasta los bordes. R/ El Señor es mi pastor, nada me faltará.
Tu bondad y tu misericordia me acompañarán todos los días de mi vida; y viviré en la casa del Señor,
por años sin término. R/ El Señor es mi pastor, nada me faltará.
Aclamación antes del Evangelio
Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y los poderes del infierno no prevalecerán sobre ella, dice
el Señor. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Evangelio
† Lectura del santo Evangelio según san Mateo (16, 13-19) R/ Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, cuando llegó Jesús a la región de Cesarea de Filipo, hizo esta pregunta a sus discípulos:
“¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?” Ellos le respondieron: “Unos dicen que eres Juan el Bautista;
otros, que Elías; otros, que Jeremías o alguno de los profetas”. Luego les preguntó: “Y ustedes, ¿quién dicen que
soy yo?” Simón Pedro tomó la palabra y le dijo: “Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo”.
Jesús le dijo entonces: “¡Dichoso tú, Simón, hijo de Juan, porque esto no te lo ha revelado ningún hombre, sino
mi Padre que está en los cielos! Y yo te digo a ti que tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia. Los
poderes del infierno no prevalecerán sobre ella. Yo te daré las llaves del Reino de los cielos; todo lo que ates en
la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo”. Palabra del
Señor. R/ Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Recibe Señor, con bondad los dones que tu Iglesia te presenta, y concédele fidelidad a la fe del apóstol
san Pedro y docilidad a su magisterio para que pueda llegar a la patria eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Oración después de la Comunión


Oremos:
Concédenos, Señor, que el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo que hemos recibido hoy al celebrar la cátedra
de san Pedro, sean para nosotros sacramento de unidad y de paz. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

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Martes Febrero 23
Feria de la 1a. semana de Cuaresma; se permite la conmemoración de san Policarpo, obispo y mártir
Antífona de Entrada
Señor, tú has sido nuestro refugio de generación en generación. Desde siempre y por siempre tú eres Dios.
Oración Colecta
Oremos:
Mira, Señor, con misericordia a tu pueblo que en estos días de Cuaresma usa con moderación de los
bienes del cuerpo y aviva en su espíritu el deseo de poseerte. Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.
Primera Lectura
Lectura del libro del profeta Isaías (55, 10-11)
Esto dice el Señor: “Como bajan del cielo la lluvia y la nieve y no vuelven allá, sino después de empapar la tierra,
de fecundarla y hacerla germinar, a fin de que dé semilla para sembrar y pan para comer, así será la palabra que
sale de mi boca: no volverá a mí sin resultado, sino que hará mi voluntad y cumplirá su misión”.
Palabra de Dios. R/ Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 33


R/ El Señor libra al justo de todas sus angustias.
Proclamemos la grandeza del Señor y alabemos todos juntos su poder. Cuando acudí al Señor, me hizo
caso y me libró de todos mis temores. R/ El Señor libra al justo de todas sus angustias.
Confía en el Señor y saltarás de gusto, jamás te sentirás decepcionado, porque el Señor escucha el clamor de
los pobres y los libra de todas sus angustias. R/ El Señor libra al justo de todas sus angustias.
Los ojos del Señor cuidan al justo y a su clamor están atentos sus oídos. Contra el malvado, en cambio, está el
Señor, para borrar de la tierra su recuerdo. R/ El Señor libra al justo de todas sus angustias.
Escucha el Señor al hombre justo y lo libra de todas sus congojas. El Señor no está lejos de sus fieles y levanta
a las almas abatidas. R/ El Señor libra al justo de todas sus angustias.

Aclamación antes del Evangelio


Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
No sólo de pan vive el hombre, sino también de toda palabra que sale de la boca de Dios.
Honor y gloria a ti, Señor Jesús.

Evangelio
† Lectura del santo Evangelio según san Mateo (6, 7-15) R/ Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Cuando ustedes hagan oración no hablen mucho, como los
paganos, que se imaginan que a fuerza de mucho hablar, serán escuchados. No los imiten, porque el Padre
sabe lo que les hace falta, antes de que se lo pidan. Ustedes, pues, oren así: Padre nuestro, que estás
en el cielo, santificado sea tu nombre, venga tu Reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los
que nos ofenden; no nos dejes caer en tentación y líbranos del mal. Si ustedes perdonan las faltas a los
hombres, también a ustedes los perdonará el Padre celestial. Pero si ustedes no perdonan a los hombres,
tampoco el Padre les perdonará a ustedes sus faltas”. Palabra del Señor. R/Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas


Acepta, Señor y creador todopoderoso, los dones que hemos recibido de tu generosidad y convierte el
pan y el vino que nos has dado para nuestra vida cotidiana en sacramento de salvación eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Oración después de la Comunión


Oremos:
Que esta Eucaristía nos ayude, Señor, a moderar las pasiones y los deseos terrenos y a buscar tu justicia
y tu Reino. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

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Miércoles Febrero 24 Feria de la 1a. semana de Cuaresma
Antífona de Entrada
Recuerda, Señor, que tu ternura y tu misericordia son eternas y no permitas que nos derrote el enemigo.
Sálvanos, Dios de Israel, de todas nuestras angustias.
Oración Colecta
Oremos:
Mira, Señor, con bondad a tu pueblo, que con fervor desea entregarse más a ti y concédele que la
práctica de las buenas obras renueve su alma, ya que con sus privaciones se esfuerza por dominar su
cuerpo. Por nuestro Señor Jesucristo... Amén.

Primera Lectura
Lectura del libro del profeta Jonás (3, 1-10)
En aquellos días, el Señor volvió a hablar a Jonás y le dijo: “Levántate y vete a Nínive, la gran capital, para
anunciar ahí el mensaje que te voy a indicar”. Se levantó Jonás y se fue a Nínive, como le había mandado
el Señor. Nínive era una ciudad enorme: hacían falta tres días para recorrerla. Jonás caminó por la ciudad
durante un día, pregonando: “Dentro de cuarenta días Nínive será destruida”. Los ninivitas creyeron en
Dios, ordenaron un ayuno y se vistieron de sayal, grandes y pequeños. Llegó la noticia al rey de Nínive, que se
levantó del trono, se quitó el manto, se vistió de sayal, se sentó sobre ceniza y en nombre suyo y de sus
ministros, mandó proclamar en Nínive el siguiente decreto: “Que hombres y animales, vacas y ovejas, no
prueben bocado, que no pasten ni beban; que todos se vistan de sayal e invoquen con fervor a Dios y que cada
uno se arrepienta de su mala vida y deje de cometer injusticias. Quizá Dios se arrepienta y nos perdone, aplaque
el incendio de su ira y así no moriremos”. Cuando Dios vio sus obras y cómo se convertían de su mala vida,
cambió de parecer y no les mandó el castigo que había determinado imponerles. Palabra de Dios. R/ Te
alabamos, Señor.
Salmo Responsorial Salmo 50
R/ A un corazón contrito, Señor, no lo desprecias.
Por tu inmensa compasión y misericordia, Señor, apiádate de mí y olvida mis ofensas. Lávame bien de todos mis
delitos y purifícame de mis pecados. R/ A un corazón contrito, Señor, no lo desprecias.
Crea en mí, Señor, un corazón puro, un espíritu nuevo para cumplir tus mandamientos. No me arrojes, Señor,
lejos de ti, ni retires de mí tu santo espíritu. R/ A un corazón contrito, Señor, no lo desprecias.
Tú, Señor, no te complaces en los sacrificios y si te ofreciera un holocausto, no te agradaría. Un corazón contrito
te presento y a un corazón contrito, tú nunca lo desprecias. R/ A un corazón contrito, Señor,
no lo desprecias.
Aclamación antes del Evangelio
Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Todavía es tiempo, dice el Señor. Arrepiéntanse de todo corazón y vuélvanse a mi, que soy compasivo y
misericordioso. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Evangelio
† Lectura del santo Evangelio según san Lucas (11, 29-32) R/ Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, la multitud se apiñaba alrededor de Jesús y éste comenzó a decirles: “La gente de este tiempo
es una gente perversa. Pide una señal, pero no se le dará más señal que la de Jonás. Pues así como Jonás fue
una señal para los habitantes de Nínive, lo mismo será el Hijo del hombre para la gente de este tiempo. Cuando
sean juzgados los hombres de este tiempo, la reina del sur se levantará el día del juicio para condenarlos,
porque ella vino desde los últimos rincones de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay uno
que es más que Salomón. Cuando sea juzgada la gente de este tiempo, los hombres de Nínive se levantarán el
día del juicio para condenarla, porque ellos se convirtieron con la
predicación de Jonás, y aquí hay uno que es más que Jonás”. Palabra del Señor. R/ Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Te presentamos, Señor, este pan y este vino que tú mismo nos has dado para que te los ofreciéramos, a
fin de que, al convertirlos tú en el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, nos obtengan la salvación eterna. Por
Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Oración después de la Comunión


Oremos:
Tú, Señor, que no cesas de invitarnos a tu mesa, concédenos que la recepción de este sacramento sea
para nosotros fuente de vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

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Jueves Febrero 25 Feria de la 1a. semana de Cuaresma

Antífona de Entrada
Señor, oye mis palabras, escucha mi lamento, haz caso de mi voz suplicante, Rey mío y Dios mío.

Oración Colecta
Oremos:
Puesto que sin ti nada podemos, concédenos, Señor, luz para distinguir siempre el bien y valor para
ponerlo en práctica, a fin de que podamos vivir según tu voluntad. Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.
Primera Lectura
Lectura del libro de Ester (4, 17n.p-r.aa-bb.gg-hh)
En aquellos días, la reina Ester, ante el mortal peligro que amenazaba a su pueblo, buscó refugio en el Señor y
se postró en tierra con sus esclavas, desde la mañana hasta el atardecer. Entonces suplicó al Señor, diciendo:
“Dios de Abraham, Dios de Isaac, Dios de Jacob, ¡bendito seas! Protégeme, porque estoy
sola y no tengo más defensor que tú, Señor, y voy a jugarme la vida. Señor, yo sé, por los libros que nos dejaron
nuestros padres, que tú siempre salvas a los que te son fieles. Ayúdame ahora a mí, porque no tengo a nadie
más que a ti, Señor y Dios mío. Ayúdame, Señor, pues estoy desamparada. Pon en mis labios palabras
acertadas, cuandoesté en presencia del león y haz que yo le agrade, para que su corazón se vuelva en contra de
nuestro enemigo, para ruina de éste y de sus cómplices. Con tu poder, Señor, líbranos de nuestros enemigos.
Convierte nuestro llanto en alegría y haz que nuestros sufrimientos nos
obtengan la vida”. Palabra de Dios. R/ Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial Salmo 137
R/ De todo corazón te damos gracias, Señor.
De todo corazón te damos gracias, Señor, porque escuchaste nuestros ruegos. Te cantaremos delante de tus
ángeles, te adoraremos en tu templo. R/ De todo corazón te damos gracias, Señor.
Señor, te damos gracias por tu lealtad y por tu amor: siempre que te invocamos nos oíste y nos llenaste de valor.
R/ De todo corazón te damos gracias, Señor.
Que todos los reyes de la tierra te reconozcan, al escuchar tus prodigios. Que alaben tus caminos, porque tu
gloria es inmensa. R/ De todo corazón te damos gracias, Señor.
Tu mano, Señor, nos pondrá a salvo, y así concluirás en nosotros tu obra. Señor, tu amor perdura eternamente;
obra tuya soy, no me abandones. R/ De todo corazón te damos gracias, Señor.
Aclamación antes del Evangelio
Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Crea en mí, Señor, un corazón puro y devuélveme tu salvación, que regocija.
Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Evangelio
† Lectura del santo Evangelio según san Mateo (7, 7-12) R/ Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Pidan y se les dará; busquen y encontrarán; toquen y se les abrirá.
Porque todo el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que toca, se le abre. ¿Hay acaso entre ustedes
alguno que le dé una piedra a su hijo, si éste le pide pan? Y si le pide pescado, ¿le dará una
serpiente? Si ustedes, a pesar de ser malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, con cuanta mayor razón el
Padre, que está en los cielos, dará cosas buenas a quienes se las pidan. Traten a los demás como quieren que
ellos los traten a ustedes. En esto se resumen la ley y los profetas”. Palabra del Señor.
R/ Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas


Acepta, Señor, en tu bondad las ofrendas y súplicas que te presentamos, y convierte a ti nuestros
corazones. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Oracion después de la Comunión


Oremos:
Concédenos, Señor Dios nuestro, que el sacramento que nos has dado como ayuda para nuestra
salvación, nos sirva de auxilio tanto para esta vida como para la futura. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

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Primer Viernes de Cuaresma
Viernes Febrero 26
Antífona de Entrada
Sálvame, Señor, de todas mis angustias. Mira mis trabajos y mis penas, y perdona todos mis pecados.
Oración Colecta
Oremos:
Concede, Señor, a tus hijos prepararse interiormente a la celebración de la Pascua, para que la
mortificación corporal, propia de este tiempo, dé en cada uno de nosotros frutos espirituales.
Por nuestro Señor Jesucristo... Amén.
Primera Lectura
Lectura del libro del profeta Ezequiel (18, 21-28)
Esto dice el Señor: “Si el pecador se arrepiente de los pecados cometidos, guarda mis preceptos y practica la
rectitud y la justicia, ciertamente vivirá y no morirá; no me acordaré de los delitos que cometió; vivirá a causa de
la justicia que practicó. ¿Acaso quiero yo la muerte del pecador, dice el Señor, y no más bien que enmiende su
conducta y viva? Si el justo se aparta de su justicia y comete maldad, no se recordará la justicia que hizo. Por la
iniquidad que perpetró, por el pecado que cometió, morirá. Y si dice: ‘No es justo el proceder del Señor’,
escucha, casa de Israel: ¿Conque es injusto mi proceder? ¿No es más bien el proceder de ustedes el injusto?
Cuando el justo se aparta de su justicia, comete la maldad y muere; muere por la maldad que cometió. Cuando el
pecador se arrepiente del mal que hizo y practica la rectitud y la justicia, él mismo salva su vida. Si recapacita y
se aparta de los delitos cometidos, ciertamente vivirá
y no morirá”. Palabra de Dios. R/ Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial Salmo 129
R/ Perdónanos, Señor, y viviremos.
Desde el abismo de mis pecados clamo a ti; Señor, escucha mi clamor; que estén atentos tus oídos a mi voz
suplicante. R/ Perdónanos, Señor, y viviremos.
Si conservaras el recuerdo de las culpas, ¿quién habría, Señor, que se salvara? Pero de ti procede el perdón,
por eso con amor te veneramos. R/ Perdónanos, Señor, y viviremos.
Confío en el Señor, mi alma espera y confía en su palabra; mi alma aguarda al Señor, mucho más que a la
aurora el centinela. R/ Perdónanos, Señor, y viviremos.
Como aguarda a la aurora el centinela, aguarde Israel al Señor, porque del Señor viene la misericordia y la
abundancia de la redención, y él redimirá a su pueblo de todas sus iniquidades. R/ Perdónanos, Señor,
y viviremos.
Aclamación antes del Evangelio
Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Purifíquense de todas sus iniquidades; renueven su corazón y su espíritu, dice el Señor.
Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Evangelio
† Lectura del santo Evangelio según san Mateo (5, 20-26) R/ Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Les aseguro que si su justicia no es mayor que la de los escribas y
fariseos, ciertamente no entrarán ustedes en el Reino de los cielos. Han oído ustedes que se
dijo a los antiguos: No matarás y el que mate será llevado ante el tribunal. Pero yo les digo: Todo el que se enoje
con su hermano, será llevado también ante el tribunal; el que insulte a su hermano, será llevado ante el tribunal
supremo, y el que lo desprecie, será llevado al fuego del lugar de castigo. Por lo tanto, si cuando vas a poner tu
ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene alguna queja contra ti, deja tu ofrenda
junto al altar y ve primero a reconciliarte con tu hermano, y vuelve luego a presentar tu ofrenda. Arréglate pronto
con tu adversario, mientras vas con él por el camino; no sea que te entregue al juez, el juez al policía y te metan
a la cárcel. Te aseguro que no saldrás de ahí hasta que hayas pagado el último centavo”. Palabra del Señor. R/
Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Acepta, Señor, estas ofrendas por medio de las cuales has querido misericordiosamente devolvernos tu
amistad y darnos la salvación eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Que la recepción de tu sacramento nos renueve, Señor, y, purificados de toda maldad, nos haga
participar de los bienes de la redención. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

128
Sábado Febrero 27 Feria de la 1a. semana de Cuaresma

Antífona de Entrada
La ley del Señor es perfecta y reconforta el corazón; el testimonio del Señor es veraz y vuelve sabios a los
sencillos.

Oración Colecta
Oremos:
Señor y Padre eterno, haz que se conviertan a ti nuestros corazones a fin de que, viviendo consagrados
enteramente a tu servicio, te busquemos siempre a ti y nos dediquemos a la práctica de las obras de
misericordia. Por nuestro Señor Jesucristo... Amén.

Primera Lectura
Lectura del libro del Deuteronomio (26, 16-19)
En aquel tiempo, habló Moisés al pueblo y le dijo: “El Señor, tu Dios, te manda hoy que cumplas estas leyes y
decretos; guárdalos, por lo tanto, y ponlos en práctica con todo tu corazón y con toda tu alma. Hoy has oído al
Señor declarar que él será tu Dios, pero sólo si tú caminas por sus sendas, guardas sus leyes, mandatos y
decretos, y escuchas su voz. Hoy el Señor te ha oído declarar que tú serás el pueblo de su propiedad, como él te
lo ha prometido, pero sólo si guardas sus mandamientos. Por eso él te elevará en gloria, renombre y esplendor,
por encima de todas las naciones que ha hecho y tú serás un pueblo consagrado al Señor, tu Dios, como él te lo
ha prometido”. Palabra de Dios. R/ Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 118


R/ Dichoso el que cumple la voluntad del Señor.
Dichoso el hombre de conducta intachable, que cumple la ley del Señor. Dichoso el que es fiel a sus
enseñanzas y lo busca de todo corazón. R/ Dichoso el que cumple la voluntad del Señor.
Tú, Señor, has dado tus preceptos para que se observen exactamente. Ojalá que mis pasos se
encaminen al cumplimiento de tus mandamientos. R/ Dichoso el que cumple la voluntad del Señor.
Te alabaré con sincero corazón, cuando haya aprendido tus justos mandamientos. Quiero cumplir tu ley
exactamente. Tú, Señor, no me abandones. R/ Dichoso el que cumple la voluntad del Señor.

Aclamación antes del Evangelio


Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Purifíquense de todas sus iniquidades; renueven su corazón y su espíritu, dice el Señor.
Honor y gloria a ti, Señor Jesús

Evangelio
† Lectura del santo Evangelio según san Mateo (5, 43-48) R/ Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Han oído ustedes que se dijo: Ama a tu prójimo y odia a
tu enemigo. Yo, en cambio, les digo: Amen a sus enemigos, hagan el bien a los que los odian y rueguen por los
que los persiguen y calumnian, para que sean hijos de su Padre celestial, que hace salir su sol sobre los buenos
y los malos, y manda su lluvia sobre los justos y los injustos. Porque, si ustedes aman a los que los aman, ¿qué
recompensa merecen? ¿No hacen eso mismo los publicanos? Y si saludan tan sólo a sus hermanos, ¿qué
hacen de extraordinario? ¿No hacen eso mismo los paganos? Sean, pues, perfectos
como su Padre celestial es perfecto”. Palabra del Señor. R/ Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas


Que la celebración de este sacramento nos purifique, Señor, de nuestras faltas y nos haga dignos de
participar de tu Eucaristía. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Ayuda, Señor y reconforta siempre a estos hijos tuyos, a quienes has iluminado con tu palabra y
alimentado con tu sacramento. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

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Segundo Domingo de Cuaresma
Domingo Febrero 28
Antífona de Entrada
De ti mi corazón me habla diciendo: “Busca su rostro”. Tu rostro estoy buscando, Señor; no me lo escondas.

No se dice Gloria.

Oración Colecta
Oremos:
Señor, Padre santo, que nos mandaste escuchar a tu amado Hijo, alimenta nuestra fe con tu palabra
y purifica los ojos de nuestro espíritu, para que podamos alegrarnos en la contemplación de tu gloria. Por
nuestro Señor Jesucristo... Amén.

Primera Lectura
Lectura del libro del Génesis (15, 5-12. 17-18)
En aquellos días, Dios sacó a Abram de su casa y le dijo: “Mira el cielo y cuenta las estrellas, si puedes”.
Luego añadió: “Así será tu descendencia”. Abram creyó lo que el Señor le decía y, por esa fe, el Señor
lo tuvo por justo. Entonces le dijo: “Yo soy el Señor, el que te sacó de Ur, ciudad de los caldeos, para entregarte
en posesión esta tierra”. Abram replicó: “Señor Dios, ¿cómo sabré que voy a poseerla?”
Dios le dijo: “Tráeme una ternera, una cabra y un carnero, todos de tres años; una tórtola y un pichón”.
Tomó Abram aquellos animales, los partió por la mitad y puso las mitades una enfrente de la otra, pero
no partió las aves. Pronto comenzaron los buitres a descender sobre los cadáveres y Abram los ahuyentaba.
Estando ya para ponerse el sol, Abram cayó en un profundo letargo, y un terror intenso y misterioso se apoderó
de él. Cuando se puso el sol, hubo densa oscuridad y sucedió que un brasero humeante y una antorcha
encendida, pasaron por entre aquellos animales partidos. De esta manera hizo el
Señor, aquel día, una alianza con Abram, diciendo: “A tus descendientes doy esta tierra, desde el río de Egipto
hasta el gran río Eufrates”. Palabra de Dios. R/ Te alabamos Señor.

Salmo Responsorial Salmo 26


R/ El Señor es mi luz y mi salvación.
El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién voy a tenerle miedo? El Señor es la defensa de mi vida, ¿quién podrá
hacerme temblar? R/ El Señor es mi luz y mi salvación.
Oye, Señor, mi voz y mis clamores y tenme compasión; el corazón me dice que te busque y buscándote estoy.
R/ El Señor es mi luz y mi salvación.
No rechaces con cólera a tu siervo, tú eres mi único auxilio; no me abandones ni me dejes solo, Dios y salvador
mío. R/ El Señor es mi luz y mi salvación.
La bondad del Señor espero ver en esta misma vida. Armate de valor y fortaleza y en el Señor confía.
R/ El Señor es mi luz y mi salvación.

Segunda Lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los filipenses (3, 17—4, 1)
Hermanos: Sean todos ustedes imitadores míos y observen la conducta de aquellos que siguen el ejemplo que
les he dado a ustedes. Porque, como muchas veces se lo he dicho a ustedes, y ahora se lo repito llorando, hay
muchos que viven como enemigos de la cruz de Cristo. Esos tales acabarán en la perdición, porque su dios es el
vientre, se enorgullecen de lo que deberían avergonzarse y sólo piensan en cosas
de la tierra. Nosotros, en cambio, somos ciudadanos del cielo, de donde esperamos que venga nuestro
salvador, Jesucristo. El transformará nuestro cuerpo miserable en un cuerpo glorioso, semejante al suyo, en
virtud del poder que tiene para someter a su dominio todas las cosas. Hermanos míos, a quienes tanto quiero y
extraño: ustedes, hermanos míos amadísimos, que son mi alegría y mi corona, manténganse fieles al Señor.
Palabra de Dios. R/ Te alabamos, Señor.

Aclamación antes del Evangelio


Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
En el esplendor de la nube se oyó la voz del Padre, que decía: “Este es mi Hijo amado: escúchenlo”.
Honor y gloria a ti, Señor Jesús.

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Evangelio
† Lectura del santo Evangelio según san Lucas (9, 28-36) R/ Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús se hizo acompañar de Pedro, Santiago y Juan, y subió a un monte para hacer oración.
Mientras oraba, su rostro cambió de aspecto y sus vestiduras se hicieron blancas y relampagueantes. De pronto
aparecieron conversando con él dos personajes, rodeados de esplendor: eran Moisés y Elías. Y hablaban de la
muerte que le esperaba en Jerusalén. Pedro y sus compañeros estaban rendidos de sueño; pero,
despertándose, vieron la gloria de Jesús y de los que estaban con él. Cuando éstos se retiraban, Pedro le dijo a
Jesús: “Maestro, sería bueno que nos quedáramos aquí y que hiciéramos tres chozas: una para ti, una para
Moisés y otra para Elías”, sin saber lo que decía. No había terminado de
hablar, cuando se formó una nube que los cubrió; y ellos, al verse envueltos por la nube, se llenaron de miedo.
De la nube salió una voz que decía: “Este es mi Hijo, mi escogido; escúchenlo”. Cuando cesó la voz, se quedó
Jesús solo. Los discípulos guardaron silencio y por entonces no dijeron a nadie nada de lo que
habían visto. Palabra del Señor. R/ Gloria a ti, Señor Jesús.
Se dice Credo.
Oración de los Fieles
Celebrante:
Oremos a Jesús, el Hijo de Dios, y supliquémosle que acelere la llegada de los cielos nuevos
y la tierra nueva, donde contemplaremos su rostro eternamente. Digamos: R/ Muéstranos tu gloria
y escúchanos
Por la Iglesia: que por la oración y cercanía a los hombres, descubra la voluntad de Dios y la anuncie con
claridad. Oremos al Señor. R/ Muéstranos tu gloria y escúchanos.
Por los que hemos recibido el don de la fe, por los que presiden las comunidades, por los que buscan la verdad:
que el resplandor de la gloriade Cristo nos haga testigos creíbles de su Evangelio.
Oremos al Señor. R/ Muéstranos tu gloria y escúchanos.
Por los que están sumergidos en la miseria, la esclavitud o la explotación: que se les manifieste Jesucristo en el
compromiso de los cristianos. Oremos al Señor. R/ Muéstranos tu gloria y escúchanos.
Por los que sufren a causa de la enfermedad, por los que no tienen trabajo o teniéndolo son injustamente
remunerados: que el Señor les dé su fuerza y haga fecundo su sufrimiento. Oremos al Señor.
R/ Muéstranos tu gloria y escúchanos.
Por todos los que nos hacen el bien y por los que nos hacen daño, por nuestros amigos y enemigos, por
nuestros compañeros de trabajo o estudio: que juntos sepamos escuchar la voz del Señor y seguir sus caminos.
Oremos al Señor. R/ Muéstranos tu gloria y escúchanos.
Por cada uno de nosotros, pueblo escogido y amado de Dios: que descubramos en nuestras vidas los destellos
de la gloria del Padre y vivamos con corazón agradecido. Oremos al Señor.
R/ Muéstranos tu gloria y escúchanos.
Celebrante:
Señor Jesús, haznos dóciles a tu Palabra y fieles a tu amor, y no permitas que nunca nos apartemos de
Ti. Que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
Oración sobre las Ofrendas
Que esta ofrenda, Señor, nos obtenga el perdón de nuestros pecados y nos santifique en el cuerpo y en
el alma para que podamos celebrar dignamente las festividades de la Pascua. Por Jesucristo, nuestro
Señor. Amén.
Prefacio propio La transfiguración del Señor.
El Señor esté con ustedes. R/ Y con tu espíritu.
Levantemos el corazón. R/ Lo tenemos levantado hacia el Señor.
Demos gracias al Señor, nuestro Dios. R/ Es justo y necesario.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre
santo, Dios todopoderoso y eterno. Porque Cristo nuestro Señor, después de anunciar su muerte a los
discípulos, les mostró en el monte santo el esplendor de su gloria, para testimoniar, de acuerdo con la
ley y los profetas, que la pasión es el camino de la resurrección. Por eso, como los ángeles te cantan en el cielo,
así nosotros en la tierra te aclamamos, diciendo sin cesar: Santo, Santo, Santo...
Antífona de la Comunión Este es mi Hijo amado, en quien me complazco; escuchadlo.
Oración después de la Comunión
Oremos:Te damos gracias, Señor, porque al darnos en este sacramento el Cuerpo glorioso de tu Hijo,
nos permites participar ya, desde este mundo, de los bienes eternos de tu Reino. Por Jesucristo, nuestro
Señor. Amén.

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