Oraciones Básicas

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Oraciones

Para mantener una estrecha relación con Dios, es esencial dedicar tiempo regular a la oración y al estudio de la Biblia
para conocer Su voluntad, así como buscar la pureza de corazón mediante el arrepentimiento y la entrega de nuestros
pecados. Además, cultivar confianza y dependencia en Dios en todas las circunstancias nos ayuda a fortalecer nuestra
conexión con Él, reconociendo Su papel como nuestro refugio y fortaleza. Practicar el amor y la compasión hacia los
demás, siguiendo el ejemplo de Jesucristo, también es fundamental para reflejar el amor de Dios en nuestras vidas y
fortalecer nuestra relación con Él.
La señal de la Cruz

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Padre nuestro

Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre,


venga a nosotros tu Reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.

Ave María

Dios te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo;


bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Gloria

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.


Como era en un principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.

Credo de los Apóstoles

Creo en Dios Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra.


Y en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor.
Que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo;
nació de Santa María Virgen.
Padeció bajo el poder de Poncio Pilato; fue crucificado, muerto y sepultado.
Descendió a los infiernos; al tercer día resucitó de entre los muertos.
Subió a los cielos; está sentado a la derecha de Dios Padre todopoderoso.
Desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos.
Creo en el Espíritu Santo.
La Santa Iglesia Católica; la comunión de los Santos.
El perdón de los pecados.
La resurrección de la carne.
La vida perdurable. Amén.

Salve

Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra,


Dios te salve, a ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a ti suspiramos, gimiendo y
llorando en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros
esos tus ojos misericordiosos, y después de este destierro muéstranos a Jesús,
fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce Virgen María!
V. Ruega por nosotros, santa Madre de Dios.
R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo. Amén.

Acto de contrición

Pésame, Dios mío, y me arrepiento de todo corazón de haberos ofendido.


Pésame por el infierno que merecí y por el cielo que perdí.
Pero mucho más me pesa, porque pecando ofendí a un Dios tan bueno y tan grande como Vos.
Antes querría haber muerto que haberos ofendido, y propongo firmemente no pecar más y
evitar todas las ocasiones próximas de pecado. Amén.

Ángelus

V. El Ángel del Señor Anunció a María.


R. Y concibió por obra del Espíritu Santo.
Dios te salve, María...
V. He aquí la esclava del Señor.
R. Hágase en mí según tu palabra.
Dios te salve, María...
V. Y el Verbo se hizo carne.
R. Y habitó entre nosotros.
Dios te salve, María...
V. Ruega por nosotros Santa Madre de Dios.
R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo.
Oremos:
Infunde, Señor, tu gracia en nuestras almas, a fin de que habiendo conocido por la voz del Ángel el
Misterio de la Encarnación de tu divino Hijo, podamos, por los méritos de su Pasión y de su Cruz,
alcanzar la gloria de la Resurrección. Por Cristo, nuestro Señor. Amén.

Regina Coeli
(Se reza durante el tiempo pascual en vez del Ángelus )
V. Reina del Cielo, alégrate, aleluya.
R. Porque Aquel, a Quien mereciste llevar, aleluya.
V. Resucitó según dijo, aleluya.
R. Ruega por nosotros a Dios, aleluya.
V. Gózate y alégrate, Virgen María, aleluya.
R. Porque resucitó el Señor verdaderamente, aleluya.
Oremos:
Oh Dios, que has alegrado al mundo por la Resurrección de tu Hijo, Nuestro Señor Jesucristo,
concédenos, por la intercesión de su Madre, la Virgen María, alcanzar los gozos de la Vida eterna.
Por Cristo, nuestro Señor. Amén.

Espíritu Santo

Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor.
V. Envía, Señor, tu Espíritu y serán creados.
R. Y renovarás la faz de la tierra.
Oremos. Dios, que has iluminado los corazones de tus fieles con la luz del Espíritu Santo, danos el
gustar todo lo recto según el mismo Espíritu y gozar siempre de su consuelo. Por Jesucristo nuestro
Señor. Amén.

Ángel de la Guarda

Ángel de Dios, que eres mi custodio, ya que la soberana piedad me ha encomendado a ti,
ilumíname, guárdame, rígeme y gobiérname. Amén.

San Miguel Arcángel

San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla, sé nuestro amparo contra la perversidad y


acechanzas del demonio.
Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el
divino poder a Satanás y a los otros espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la
perdición de las almas. Amén.

Bendita sea tu pureza

Bendita sea tu pureza, y eternamente lo sea,


pues todo un Dios se recrea, en tan graciosa belleza.
A ti, celestial Princesa, Virgen sagrada María,
yo te ofrezco en este día alma, vida y corazón;
mírame con compasión, no me dejes, Madre mía.

ORACIONES DE LA MAÑANA

Señor y Dios mío, en quien creo, en quien espero, a quien adoro y amo con todo mi corazón; te doy
gracias por haberme creado, redimido, hecho cristiano y por haberme conservado la vida en esta
noche. Te ofrezco todos mis pensamientos, palabras, obras y trabajos del presente día, a mayor honra
y gloria tuya, en penitencia por mis pecados y en sufragio de las almas del purgatorio.
Dame, Señor, tu gracia para que pueda servirte fielmente en este día, y me vea libre de todo pecado
y de todo mal. Amén.
Padre nuestro... Dios te salve, María...

Consagración al Sagrado Corazón

Oh Jesús mío, por medio del Corazón Inmaculado de María Santísima,


te ofrezco las oraciones, obras y trabajos del presente día,
para reparar las ofensas que se te hacen y por las demás intenciones
de tu Sagrado Corazón.

Oración a la Santísima Virgen

Oh Señora mía, oh Madre mía, yo me ofrezco del todo a ti,


y en prueba de mi filial afecto, te consagro en este día, mis ojos, mis oídos,
mi lengua, mi corazón, en una palabra, todo mi ser.
Ya que soy del todo tuyo, oh Madre de bondad,
guárdame y defiéndeme como cosa y posesión tuya. Amén.

A San José

Señor, que con inefable providencia te has dignado escoger a San José
para esposo de tu santísima Madre, haz que así como le veneramos cual protector
en la tierra, así sea él nuestro intercesor en el cielo. Amén.

ORACIONES DE LA NOCHE

Señor y Dios mío, en quien creo, en quien espero, a quien amo más que a todas las cosas, te doy
gracias por haberme creado, redimido, hecho cristiano y conservado en este día. Dame luz y gracia
para conocer mis pecados y arrepentirme de ellos.
Te adoro, Dios mío, postrado con profunda humildad ante tu presencia soberana. Creo en ti, porque
eres Verdad infalible. Espero en ti, porque eres Bondad infinita, fiel a tus promesas. Te amo con todo
mi corazón, porque eres sumamente amable, y amo a mi prójimo como a mí mismo por amor a ti.

Examen de conciencia

Es indispensable, para la vida normal del cristiano, no descuidar, ni una noche, el examen de
conciencia o revisión del día. Se puede hacer según el siguiente orden:
A. Dar gracias a Dios por los beneficios recibidos.
B. Pedir gracia para conocer los pecados y detestarlos.
C. Examinar brevemente las faltas cometidas durante el día, particularmente el defecto dominante.
D. Pedir perdón a Dios por dichas faltas.
E. Proponer enmienda con su gracia.

Oración de San Bernardo

Acordaos, oh piadosísima Virgen María, que jamás se oyó decir


que ninguno de los que han acudido a vuestra protección,
implorado vuestra asistencia y reclamado vuestro socorro,
haya sido abandonado de Vos.
Animados con esta confianza, a Vos también acudimos,
oh Madre, Virgen de las vírgenes, y gimiendo bajo el peso de nuestros pecados,
nos atrevemos a comparecer ante vuestra presencia soberana.
Oh Madre de Dios, no despreciéis nuestras súplicas, antes bien escuchadlas y acogedlas
benignamente. Amén.

Al Ángel de la Guarda

Ángel de la Guarda, dulce compañía no me desampares ni de noche, ni de día.


Sé mi protector, sé mi buena guía.
No me dejes solo que yo sin ti me perdería.

A San José

Glorioso San José, padre adoptivo de Jesús y


esposo de la bienaventurada Virgen María, te elijo,
desde ahora y para siempre, por mi particular patrono,
por dueño y director de mi alma y de mi cuerpo, de mis pensamientos,
palabras y obras, de mi vida y de mi muerte.
Te suplico me recibas por servidor tuyo perpetuo,
me asistas en todas mis acciones,
y me obtengas la inestimable gracia de vivir y morir como tú,
en el amor de Jesús y de María. Amén.

Bendición de los alimentos

Bendice Señor los alimentos que vamos a tomar.


Bendice a los que los hicieron.
Y haz que juntos,
comamos en la mesa celestial. Amén.

Fuente: Devocionario católico

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