02 Lope de Rueda El Olvidado de Sí Mismo

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EL OLVIDADO DE SÍ MISMO

Interlocutores:
LENO, Simple.
MESIFLUA, como arpía.

LENO: Muchas veces se inventan los hombres cosas que les valdría más estar con fiebre en la
cama por cuatro días. Mirad, por vida vuestra, quién le mandaba a mi amo cuando me envió
por aquella carga de chamizos para calentar el horno, tantas retartalillas ni tantos
retruécanos. Paréceme a mí que para un hombre discreto y agudo como yo, bastaban el
tercio de las palabras, que de cansado de rumiallas a la sombra de un arbusto me adormí y,
despertado, me hallé sin asno y atolondrado desta suerte. ¡Válame Dios! Si por mi mala
suerte algún espanto me han convertido en asno, adobado está LENO. ¡Ah! Plegue a ti,
ángelo Miguelo, que me depares alguno que me conozca y desengañe quién soy. ¿Oíste,
quién sale allá? Quiero llamar. ¡Ah, señora!
MESIFLUA: ¿Quién eres? ¿Cómo te llamas?
LENO: Eso querría yo saber.
MESIFLUA: ¿Que tu nombre proprio no sabes?
LENO: Pues si lo supiese, ¿qué me faltaba?
MESIFLUA: ¿De dónde has partido hoy?
LENO: Yo creo que de casa de mi amo Sulco.
MESIFLUA: Pues, ¿a qué saliste de casa de tu amo, o cuándo?
LENO: Ayer salí antes que el sol.
MESIFLUA: ¿Por qué ibas?
LENO: Si soy el que pienso, por una carga de chamizos para calentar el horno, porque estaba ya el
pan masándose cuando salí de casa.
MESIFLUA: Y ¿cuándo se había de hornear el pan?
LENO: Ayer había de estar cocido, que dos días ha que por no haber harina en casa nos dábamos
al ayuno.
MESIFLUA: ¡Buen recado se tiene la gente de tu amo con tal priesa! Pero agora, ¿qu'es lo que quieres
o qué buscas?
LENO: Querría saber quién soy o cómo me llamo.
MESIFLUA: ¿De qué manera quies saber aqueso de mí?
LENO: ¿De qué manera? Que yo me volveré acullá la cara y llamarme heis por mi nombre Leno
y, si os respondiere, yo debo de ser.
MESIFLUA: ¿Y si no respondes?
LENO: Si no respondiere a Leno, daré conmigo en casa de algún ensalmador y rogaréle que me
conjure, que quizá debo ser el álima algún defunto.
MESIFLUA: Bien dices. ¿Por qué nombre quies que te llame?
LENO: Cuando era vivo, Leno me llamaban.
MESIFLUA: Pues calla y llamaréte.
LENO: Déjame volver de espaldas.
MESIFLUA: Vuélvete.
LENO: Heme aquí. ¡Sus! Bien me podéis llamar.
MESIFLUA: ¡Leno!
LENO: Alzá un poquito más la voz.
MESIFLUA: ¡Leno!
LENO: ¿Qué os praz?
MESIFLUA: ¡Ah! ¿Ves como eres tú?
LENO: Sí, Sí; yo soy, yo soy. ¡Oh, bendito aquel que me dejó hallar! En mi vida me había visto
tan confuso.
MESIFLUA: Y agora, ¿qué quieres hacer?
LENO: Desllorarme a mí y comenzar a llorar al asno, que creo qu'es el perdido, y entraréme en
casa.
MESIFLUA: Va norabuena.
LENO: Reventado muera yo si de aquí adelante no me hago poner un escripto en las espaldas que
diga cuyo soy y cómo me llamo y en qué barrio moro, como suelen poner a los niños
cuando comienzan a caminar.
FIN

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