Amor Sólido en Tiempos Modernos

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“EL AMOR SÓLIDO EN TIEMPOS LÍQUIDOS”

Primera parte

Capítulo 1:

Sergio Sinay habla en este capítulo como es el tiempo en que vivimos, la falta de permanencia
que nos rigen, como el ser humano vive en un constante devenir, sin establecerse en un lugar.
Este modo de vivir se sostiene en una base de interminables finales y de inmediatos sucesos.

No se valora el tiempo, la construcción, la espera, el conocimiento, la constancia, la presencia,


el proyecto, etc. Se extiende el terror de “no estar al día”, se dice y se repite que algo, o alguien
“ya fue”.

También habla de que tanto las cosas que son creadas hoy en día, como las relaciones que se
establecen como un tipo de negocio, las cosas no se crean para cubrir una necesidad, sino para
generar una ganancia. Por lo tanto, en la actualidad todo debe tener un uso inmediato.

Además hace referencia al hecho de vivir rodeados y poseídos por la tecnología, que lo que
hace es describirnos un mundo sin dolor, sufrimiento, frustración, espera o esfuerzo. Nos afirman
que “todo es posible” y que si hay algo que todavía no se puede hacer pronto será posible.

En este panorama de contante cambio, de una cultura virtual y un consumismo extremo hablar
de amor pareciera ser un estorbo.

Critica personal:

Estoy de acuerdo con lo expuesto por el autor, ya que noto en el día a día que, tanto
adolescentes como jóvenes, presentamos estas actitudes. Vivimos con la euforia de cambiar y de
conocer sensaciones nuevas, olvidándonos de disfrutar, respetar, descubrir y valorar lo que ya
tenemos. Nos pasamos toda la vida “viviendo al máximo” y nos olvidamos de vivir, de ser, y de
pertenecer.

Ponemos primero lo banal, lo pasajero, lo superficial, y no buscamos la profundidad de las


cosas, de las personas y de los vínculos mismos. Pasamos por la vida sin detenernos a vivirla.

Capítulo 2:

Sergio Sinay habla en este capítulo sobre la diferencia que existe entre la tecnología y el amor,
como el primero trata de hacer del segundo un mero trámite entre personas dispuestas a invertir
poco tiempo en conocer a otra.

No se busca construir un vínculo con otra persona, sino solamente “conocerla” para disfrutar de
su compañía superficial. Se destruye la alteridad, el otro es un fantasma, una silueta, las relaciones
son menos epidémicas y nada trascendentes, se consolida en el plano de los sentimientos.

También hace una distinción entre los bienes extrínsecos y los bienes intrínsecos. Lo primero
tiene que ver con lo visible y mensurable, y los segundos se relacionan con lo que no se mide y no
sé ve. En el mundo predominan los primeros haciendo que nos enfrentemos con el otro y no
seamos capaces de amar al otro (característica de los segundos bienes).

Además deja bien en claro que el sentimiento del amor sólo es posible si se da respecto al otro,
no sé puede amar en el aire o en la soledad, está es la principal dificultad de amar porque “el
otro” molesta, nos molesta no tener el poder de controlarlo, de no saber todo de él, no somos
capaces de respetar sus misterios.
Critica personal:

Estoy de acuerdo con lo que dice el autor, cada vez son más las personas que no somos capaces
de formar un vínculo porque el egoísmo del YO no nos permite acercarnos al otro y ser con el otro.
Vivimos tan acelerados y encerrados en nosotros mismos que permitirnos y permitirle a los demás
conocernos y construir una relación cada vez es más difícil. Pensamos en la otra persona de una
forma meramente funcional sin darnos la oportunidad de descubrirla. “Queremos” a alguien solo
por hobby o solo de a ratos, no a lo largo de nuestra vida.

Capítulo 3

Sergio Sinay comienza en este capítulo hablando del narcisismo, y lo hace a través del mito de
narciso, quién se ahogó en el agua por observar admirado su belleza. A través de este mito dice
que hoy en día esa agua es reemplazada por distintas formas de auto encantamiento, como
espejos, pantallas, selfies, etc., que hacen que el narcisismo se halla vuelto una forma cultural
donde los sentimientos están en un segundo plano, y por eso se necesita todo el tiempo de
sensaciones fuertes que estimulen la adrenalina.

Por otro lado, el narcisista es alguien que se olvida que el otro con su presencia es quien
confirma su existencia, convirtiendo la sociedad en una cultura egoísta llena de amor a uno
mismo, y una cultura consumista basada en deseos, cambios e innovación, prefiriendo parejas
temporales que poder abandonar ante el cansancio de ser mirado por los mismos ojos. Hoy en día
se vive en un mundo sin moral y sin amor, considerando a la moral como el conjunto de valores
que orientan la conducta del ser humano hacia el bien, aquella que se basa en la famosa regla de
“no hagas al otro lo que no quieres que te hagan”. También habla de una cultura con personas
enamoradas de sí mismas, donde el otro es considerado perfecto haciéndolo a imagen y
semejanza de su deseo, donde su presencia refuerza la imagen que el narcisista tiene de si mismo,
e irónicamente, donde se niega a ser abandonado aunque el abandone.

El narcisista se encuentra en una prisión insoportable, donde se refuerza, por un lado, la


separatidad, que es la conciencia de mí mismo como una entidad separada que nace y muere sólo
teniendo un breve paso por la vida; y por el otro lado, la angustia existencial, que es el vacío que
hay debajo de las aguas en las que Narciso se observó. Podemos decir entonces que sólo el amor
es el camino que lo liberará, aprendiendo el arte de amar y buscando sentido a su existencia,
siendo lo más importante generar vínculos verdaderos con sentimientos reales que traspasen la
etapa del enamoramiento, es decir, que se convierta la ilusión en conocimiento, logrando amar a
la persona como sinceramente es, con sus luces y con sus sombras, donde la escucho y la tengo en
cuenta, ya que el encuentro con los dones del otro me permite valorizar la mejor parte de mi, y
finalmente, traspasar esa separatidad que llena la vida del narcisista de angustia existencial.

Crítica personal:

Personalmente, si bien no todas las personas actuamos de la misma forma ante las distintas
situaciones que se nos presentan a lo largo de la vida, es verdad que la sociedad de hoy en día
tiende mucho hacia el narcisismo, que significa quererse a uno mismo buscando distintas maneras
para sentirse bien, entendiéndose actualmente ese “sentirse bien” como cuidar de nuestro cuerpo
a través de dietas y gimnasios, es decir, está relacionado con lo que mostramos de nosotros
mismos al exterior.

Pero no debemos generar ni un exceso de narcisismo al olvidarnos de que nuestra naturaleza es


ser un ser social, y que convivimos en todos los ámbitos de nuestra vida con otras personas que
también nos enseñan y nos ayudan a mejorar nuestra existencia; ni tampoco un defecto, al
preocuparnos tanto por el bien de los demás que nos olvidemos de nuestras propias necesidades.
Es por esto que debemos generar un punto medio en este estilo de vida donde nuestro límite
termine donde empiece la libertad del otro, viviendo sin dañar a los que están a nuestro
alrededor. De esta manera a través del amor que generan nuestros vínculos con las demás
personas podemos superar esa angustia de no saber en qué consiste nuestra presencia tan breve
en un mundo tan grande.

Capítulo 4

Sergio Sinay habla en este capítulo sobre como las redes sociales junto con el consumismo y las
relaciones epidérmicas, tratan de llenar esa angustia existencial a través de la cual se reconoce
una soledad inicial que llena mi existencia, pero al final realmente sólo causan una soledad aún
mayor que vive en el corazón de quien la padece. La aparición de nuevas tecnologías, como las
plataformas de Badoo o Tinder, sólo ofrecen “calmar el hambre de amor con comida chatarra”
haciéndote creer que por arte de magia de un teclado y de una pantalla encontrarás al amor de tu
vida, y como eso no ocurre, sólo permiten potenciar a la generación de hoy en día a tener
relaciones sin compromiso, a la distancia y descartables. Además, las discusiones de las parejas
actuales suelen venir de las mismas, considerando por ejemplo clavar el visto como rechazo,
infidelidad continuar viendo sin la presencia del otro una serie de Netflix, o infidelidad digital
comunicarse con un/una amante a través de internet. Esto genera vínculos de control donde se
tiene al otro en la mira, y donde se impiden oportunidades reales para el amor.

Estas nuevas tecnologías hacen marketing acerca de los hogares unipersonales, haciendo creer
que vivir sólo me genera libertad para ocuparme de mí mismo, y que la vida con otro es
desgastante. Pero en realidad la libertad es comprender que se vive con otros, y que no todo lo
que se desea se puede obtener. Actualmente la famosa frase “hasta que la muerte nos separe” se
considera más una imposición religiosa que un compromiso amoroso, pero en realidad detrás de
todo esto se encuentran personas que justamente por la soledad se convierten en controladoras e
indiferentes por los que les pasa a los otros, personas que consideran el reclamo de la pareja como
una molestia, y su presencia como un fantasma.

Las relaciones líquidas carecen de terreno firme en donde construir compromisos, ya que
Internet hace prescindir del otro y crear una burbuja impenetrable, que hace que los vínculos se
debiliten y las relaciones amorosas pierdan consistencia. A la persona de hoy en día le importa
más sentirse bien realizando dietas, gimnasios, etc., es decir, su propia imagen en el espejo, que el
verdadero encuentro con el prójimo, ya que así se siente más cómodo y protegido de la presencia
de ajenos, quedando el amor también fuera de esa fortaleza impenetrable. Pero en realidad el
amor permite trazar una huella que vaya más allá de esa fortaleza y potenciar facultades
personales que a solas no habrían germinado. No niega entonces que se necesiten tiempos de
soledad para atender las necesidades del alma y reparar las heridas emocionales, pero esto sólo es
transitorio para luego poder colaborar en la tarea de instalarse en la vida del otro con lo mejor de
uno, y nutrirse del mundo, al mismo tiempo que me entrego al mismo.

Critica personal:

Actualmente podemos decir que las redes sociales son muy positivas a la hora de comunicarse
con personas que están muy lejos de nosotros, o para acceder a información de manera más
práctica y ágil, la cual se actualiza cada micro segundo. Pero también son negativas, ya que a veces
nos volvemos tan adictos a ellas que estamos todo el tiempo pendientes de recibir un me gusta o
de tener la mayor cantidad de seguidores posibles, llegando a pensar que si esto no ocurre
realmente estamos muy solos. Así, terminamos basando nuestra soledad en las distintas
plataformas de internet, las cuales nos hacen creer que estar solos nos permite poseer la mayor
libertad posible.

En realidad, las redes sociales nos hacen sentir más solos, porque al final del día, en el fondo,
sabemos que no tenemos a nadie, que no tenemos esos verdaderos vínculos humanos cara a cara
que nos dan ese amor familiar, de amistad o de pareja, que no puede ser reemplazado con nada
igual. Estos vínculos son los que finalmente nos van a hacer superar esa angustia y soledad más
profunda, permitiéndonos comprender que, si bien es satisfactorio tener tiempos de soledad para
estar con nosotros mismos, esto deberá ser transitorio, ya que será en las demás personas donde
encontraremos el verdadero sentido de nuestra existencia.
Capítulo 5: Falacias que distorsionan el amor

Cuando el amor no se consolida surgen formas disfuncionales de las relaciones afectivas. Quizá
debido a que no llenan el vacío afectivo y existencial que quieren disimular, su duración suele ser
breve. Considero estas relaciones como búsquedas de atajos para escapar al compromiso, a la
responsabilidad, a la profundidad emocional y al sentido del amor, la más apoyada es la poligamia.
Jacques Attali pronostica el final de la monogamia, ya que dice que es un útil convencionalismo
social y que pronto desaparecerá, incluso como ideal.
La libertad es resignación

La libertad es un valor que cobra dimensión y sentido a partir de los condicionamientos, que
son necesarios para la vida, ya que nos ayudan a crecer. Somos libres porque, ante los límites, las
reglas, etc. elijo, tomo decisiones y me hago cargo de las consecuencias. Forjo una sabiduría real
producto de lo vivido. La libertad ayuda a madurar y a crecer.
La economía contra el amor

Cuando dos personas se eligen es porque han construido una historia común, dando origen al
sentimiento que llamamos amor, consagrándose un vínculo de sujeto a sujeto. Aunque el amor
pase inadvertido ante la mirada de la contabilidad económica, es la más maravillosa energía
enriquecedora, trascendente y capaz de rescatarnos. En mi pronóstico, no será fácil quitar la
monogamia para el pensamiento líquido, pero no sé qué formas tomará.
Los mitos de la infidelidad

1. Que la infidelidad tiene que ver solo con sexo;


2. Que todo el mundo es infiel;
3. Que el adulterio puede ser terapéutico para una pareja en crisis;
4. Que el amante debe ser más “sexy” que el cónyuge;
5. Que el adulterio, sin enamoramiento, es inofensivo;
6. Que la mejor reacción cuando uno es el engañado, es fingir no darse cuenta para evitar
una crisis;
7. Que la infidelidad es culpa del engañado por no satisfacer a su pareja;
8. Y que la infidelidad debe terminar en separación.

Cuando alguien no actúa responsablemente buscará un culpable en quien ampararse, o los


creará. En todos los casos, se verá afectada la autoestima del engañado, que debe subvaluarse
para seguir adelante.

Quizás entre todas estas falacias, sofismas y malentendidos en torno al amor, el de la


infidelidad resulte el espacio que proponga a la pareja el trabajar en la reparación del vínculo
amoroso. Pero solo es posible si en la historia previa habían acumulado fondos afectivos
(acciones, conductas y experiencias compartidas durante la relación y “almacenadas”) para
afrontar las crisis, porque el amor es un trabajo que requiere presencia, contracción, vocación,
dedicación y conciencia.

Critica personal:

Personalmente, pienso que el amor es subjetivo y que cada persona lo vive, lo siente y lo
expresa a su manera. No creo que, necesariamente, tenga que ser un amor monógamo. En mi
opinión, la monogamia no desaparecerá, sólo se reducirá. Cada vez hay más personas que buscan
nuevas formas de relaciones, donde se sientan seguros y amados. Y si estas relaciones funcionan,
no tienen por qué ser breves, siempre hay excepciones.

La libertad es un valor fundamental para la vida de todos nosotros, no creo que podamos vivir
sin ella. Pero también son necesarios los límites, y por ellos se toman decisiones, no podemos
tener todo lo que deseamos en la vida, pienso que siempre nos faltará algo, que es lo que nos
ayuda a crecer como personas.

Respecto a la infidelidad, me parece una de las más horribles cosas que le podes hacer a una
persona a la que, supuestamente, amas, es lastimarla de una manera inmensa. Siento que,
después de una infidelidad, jamás volverá a ser lo mismo, por más “fondos afectivos” que tengan,
la confianza ya se quebró y es casi imposible recuperarla. A partir de ahí, si “recuperan” su
relación, probablemente solo será a partir de peleas, discusiones, inseguridades y poco amor.

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