La Ciencia Del Cambio Climático y Otras Religiones - Disidentia

La ciencia del cambio climático y otras religi
Por José Carlos Rodríguez - 9 diciembre, 2019
Tras observar las masas congregadas en Madrid, Greta Thunberg jalea el éxito del llamamiento a que el pueblo escuche su
“500.000 personas marcharon en Madrid anoche. ¡Es el comienzo del cambio! El mundo despierta lentamente ante la crisi
medioambiental. Pronto, las personas al poder no podrán seguir ignorando la ciencia”. No sé si Greta tenía el ceño fruncid
móvil, pero imagino que habrá llegado a esa cifra redonda por ciencia infusa, la misma a la que apela en su triunfante tuit
número de asistentes a la manifestación en 10.000, y el diario El País, el mismo que rebajaba, severísimo, el conteo de la
contra Rodríguez Zapatero, ve crecidas las masas madrileñas hasta las 20.000 almas.
No está mal, teniendo en cuenta que una buena parte de los 6,3 millones de desplazamientos por el puente los han protag
madrileños, que han huido de la capital quemando hidrocarburos. Le han dejado un paisaje de Madrid que no es el de la b
capitalista contra la que luchó Carmena, sino que se asemeja más de lo que acostumbra a Pyongyang, campeona en la luc
cambio climático.
El lenguaje de Greta es apocalíptico. Habla de un fin inmediato de la vida sobre la tierra. Y establece un vínculo entre culp
redención que, como es fácil de entender, es un esquema mental propio del cristianismo y del ecologismo. La relación entr
ecologista y la cristiana es la misma que la que hay entre ésta y el gnosticismo: su concepción del mundo se parece lo suf
permitir una ósmosis entre ambas, aunque sean fundamentalmente diferentes. Por eso hay gente que se confunde, como
adopta la filosofía de la Pachamama, disfrazado de Papa. Él ve en las noticias alarmistas “señales de alarma que nos mand
trasunto de la Tierra.
El vacío que deja en Occidente el cristianismo ha sid
colonizado por otras profesiones de fe. Por eso Greta es
profeta. Por eso puede hablar con esa gravedad de asun
que desconoce por completo
Si el ecologismo se parece, por un lado, a la gnosis, por otro tiene un elemento que lo vincula con otra religión coetánea d
Dios: el marxismo. Ambas hablan en nombre de la ciencia, como muestra de su odio inextinguible hacia ella. La ciencia de
no es la ciencia del clima, es el nombre que recibe la denominación ecologista de mayor impacto. Y, por supuesto, nada tie
ciencia.
Hay un motivo para todo esto, y es el engaño de que podríamos deshacernos de la etiología religiosa por la decisión de un
descreídos de la Ilustración, que podríamos dejar atrás decenas de miles de años de pensamiento religioso como quien se
No es así. Y el vacío que deja en Occidente el cristianismo ha sido colonizado por otras profesiones de fe. Por eso Greta
eso puede hablar con esa gravedad de asuntos que desconoce por completo.
Es necesario entender todo ello no sólo para comprender por qué le hacemos caso a una iletrada en un asunto de una com
intelectualmente detestable, sino para entender, también, cómo se benefician el poder y otros intereses de este marco ent
ideológico y político.
En el esquema del pecado, nosotros somos los culpables, y buscamos la redención fuera de nosotros: en el poder que nos
con duro y benevolente cayado, cuyos zarandeos en forma de regulaciones e impuestos son por un lado el camino hacia la
otro el sacrificio y la penitencia que expiará nuestro pecado y nos conducirá a la salvación. Conocemos esos conceptos por
siglos imbuidos en ellos; no tenemos ni que nombrarlos. Mejor, de hecho, no hacerlo. Aunque, como en el caso de la palab
(acto sagrado), hemos olvidado por completo su significado.
¿Quién se beneficia de esta nueva fe? El poder. El poder es el que asume esta nueva religión que, como tantas veces ha p
legitima su ejercicio. Y le otorga un sentido a los sacrificios, dicho en el sentido más pagano del término, que nos esperan
Puede que esto no se entienda en un principio, pero es sólo porque, como ocurre con la forma de comunicación política m
discurso no tiene pretensión alguna de adecuarse a la realidad; sólo de producir ciertos efectos políticos. Greta dice que e
“ignorada” por los líderes políticos, los mismos que se pelean por ofrecerle un púlpito. “Están intentando desesperadamen
dice la persona que tiene más titulares en todo el mundo.
Al igual que la ciencia del cambio climático no es ciencia, tampoco el cambio climático es realmente lo importante. En la re
tenido lugar en Madrid, no han participado tres países (China, los Estados Unidos e India) en los que, por ese orden y en c
generan más de la mitad de las emisiones de CO2 de origen humano del planeta. Y verdaderamente no importa, porque lo
de este congreso han sido otros.
Patricia Espinosa, directora del área del clima de Naciones Unidas, ha dicho que “si tienes un problema de desigualdad, el
climático profundizará ese problema”, y que lo mismo ocurrirá con la pobreza. También con el hambre, y muchos mensaje
cambio climático supone una pérdida de vidas. Nadie ha albergado la idea de que el CO2 es alimento de las plantas, y que
cómo el hambre está remitiendo en el mundo.
Otro de ellos es el colonialismo. La crisis climática, ¿qué digo?, la emergencia climática se debe a que el colonialismo ha im
desigual en el que unos emiten gases de efecto invernadero y otros no. No sé cómo encajarán esto con el hecho de que C
el primer y tercer emisor de CO2 del mundo. Los jóvenes, o el feminismo, son otros de los grandes temas del COP25 de M
supuesto, todo dentro de un contexto de lucha contra el capitalismo, y una llamada sin descanso a que actúen los poderes
pronto para adorarlos como a dioses, pero gracias a Greta puede que lo hagamos en el curso de nuestra vida.
Foto: Andrew Gustar
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José Carlos Rodríguez

Estudié periodismo en vez de haberme dedicado a leer a los clásicos. Mientras intento enmendarme, me dedico al oficio de c
sean interesantes y respondan a la verdad. De las ideas sobre cómo debemos convivir, la libertad no me parece la peor de to

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