El Valor de La Primera Bienaventuranza
El Valor de La Primera Bienaventuranza
El Valor de La Primera Bienaventuranza
*Jesús en este sermón habla de las bienaventuranzas, del rol preponderante de la iglesia en
el mundo, de la ley y de la gracia, del pecado de la ira, del adulterio en el corazón, del
divorcio, de los juramentos en vano, del amor a los enemigos, del corazón limpio, de las
limosnas y la ofrenda sincera, del valor de la oración, del poder del ayuno, de lo malo de
la avaricia, de los tesoros terrenales y de los tesoros celestiales, del afán y la ansiedad, la
importancia de cómo miramos y que miramos, el juzgar con justo juicio, la regla de oro,
nuestra relación adecuada con el prójimo ect.
El sermón del monte para muchos es el comienzo del ministerio de Jesús. Es una
radiografía al corazón y carácter del Señor Jesucristo. Representa una nueva Ley, ya no
escrita en tablas, (como en el Sinaí) sino en el corazón de la iglesia. Las bienaventuranzas
apuntan hacia lo ético-moral de la persona y la vida espiritual del creyente. Se transforma
en un manual de conducta para todo aquel que desee ser discípulo e hijo de Dios.
Encontramos verdades escatológicas en ellas cumplidas y por cumplir. Presentan las bases
para el resto de las leyes divinas y las exigencias que éstas traen.
Presentación
*En este pasaje el Señor habla de una cualidad cristiana, que no tiene relación alguna con
un tipo de pobreza material o miseria. Esto no es cuestión de dinero, sino en una condición
del corazón. Ya que el hecho de ser pobre materialmente no representa ninguna virtud, al
contrario. Hay gente que tiene todo el dinero del mundo y son pobre de espirito, así como
también hay gente pobre materialmente que también son pobres de espíritu. ¿Que cosas no
es ser pobre en espíritu? eje. “Cuando nos cuesta Orar, leer poco la biblia, no poder vigilar
o ayunar, no sentir las ganas de congregarse cuando nos cuesta alabar y adorar a Dios etc.”
El Maestro nos habla de otro tipo de pobreza, y solo entendiendo esta realidad se puede
entrar en este bendito reino celestial.
1- la realidad espiritual de aquel entonces:
Al llegar a desarrollar su ministerio, el Señor Jesús venía notando desde hace un buen
tiempo que los que pertenecían al trabajo del templo habían perdido todo tipo de
sensibilidad, y aún más, consideraron el templo como un medio para sus propios fines, los
puestos de honra como símbolo de autoridad ante los demás, y el servicio sacerdotal como
un mero trámite de una larga lista de tradiciones ancestrales. (Cf. Mateo 23:4-7)
El propósito de Dios en todo eso nunca fue ese. El hombre por sí solo, al notar su grandeza
y poderío se fue alejando cada vez más del Espíritu del Señor.
El hombre nunca se ha dado cuenta por si solo que en realidad es un pobre (Apocalipsis
3:17). Toda nuestra culpa, nuestra miseria, toda nuestra deficiencia nos lleva a esta carente
humanidad, que no reconoce nada ante Dios.
2- la actitud de un pobre en espíritu.
a) entrega por causa de su necesidad: el pobre comprende que nada tiene, que nada le
pertenece. Nada es suyo. Por lo mismo se entrega ante aquel que es dueño de todo.
Como mayor ejemplo tenemos a Jesucristo, quien se entregó en obediencia a su
Padre (lea: Juan 6:38 ; 8: 28-29 , 50) Obviamente Jesús no lo hizo a causa de su
necesidad, sino de la nuestra. El Rey que se hizo esclavo, el Señor que se hizo
sirviente, el que lo tenía todo para hacerse pobre, “…porque por su pobreza nosotros
fuimos enriquecidos.” (2ª Corintios 8:9)
Conclusión
*Cuando ya creemos tenerlo todo, cuando estamos satisfechos de nosotros mismos, cuando
decimos comprender los misterios y sentimos no tener necesidad de nada, es cuando más
nos alejamos de Dios. Algunos ni siquiera esperan nada, son ricos dentro de su corazón, no
comprendiendo que aunque tengamos todo lo demás, nuestro corazón debe seguir siendo
pequeño y pobre, porque nuestro Dios quiere hacer rebosar nuestra copa.
En virtud a este ejemplo podemos decir claramente que el pobre en espíritu no es una
persona que no tiene nada, sino una persona que hace servir todo lo que tiene.