Turismo Rojo

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Este tipo de turismo nació hace un poco más de diez años en la República Popular de

China, se trata de la visita a lugares significativos para la historia del Partido Comunista de
China (PCC), el objetivo es que las personas que lo llevan a la practica conozcan la historia
de China, sus orígenes, tratar de imaginar lo que era antes del año 1949 y en lo que se ha
convertido hoy al país asiático.

Durante los últimos diez años, China ha invertido más de 1.087 millones de dólares para
desarrollar el turismo en los sitios donde se libraron las batallas más famosas o lugares
importantes en la vida del máximo dirigente del Partido Comunista de China, Mao Zedong
(Mao Tsé tung), lo cual ha traído beneficios a la industria turística nacional, ya que los
viajes dentro del país de los visitantes relacionados con el llamado Turismo Rojo han
aumentado considerablemente en los últimos años, incidiendo en el aumento del mercado
turístico interno.
En los lugares donde se puede conocer la historia objeto de este tipo de turismo se ofrecen
atracciones que incluyen jugar con la chaqueta y el sombrero azul típicos de la época
comunista y tomar fotografías, también se puede participar en las reconstrucciones
históricas de las grandes batallas libradas por el Partido Comunista contra los nacionalistas,
pudiendo el turista formar parte de esta actividad completamente vestido con el uniforme
de los nacionalistas o de los comunistas. Esta actividad se refiere a un proyecto económico
que busca revitalizar y aprovechar las zonas rurales, beneficiando a lugares antes olvidados,
entre estos se encuentra Ruijin, un pequeño pueblo en las montañas del sureste de China en
donde Mao Zedong (Mao Tsé tung) estableció el gobierno soviético chino durante el año
1933 y que hoy es una de las capitales del Turismo Rojo, e incluso contiene un parque
temático, lo que permite que las familias de la comunidad se incorporen a la actividad y
generen ingresos.

Un dato importante es el referido a los destinos turísticos que se han ido incorporando para
la practica de esta actividad “roja” ya no se limitan al territorio de China. Tras un acuerdo
firmado entre los gobiernos de Rusia y China, se introdujeron recorridos que repasan los
pasos de Lenin; desde el año 2011 los operadores turísticos chinos han estado organizando
visitas de temática “roja” no solo en Rusia, sino también en Alemania, en el Reino Unido y
en la antigua Yugoslavia, estas incluyen recorridos en lugares relacionados con personajes
como Marx, Engels, Lenin y Tito.
El turismo rojo es una actividad que en los últimos años, la República Popular de China ha
intentado explicar más que cualquier otra actividad. En parte, el turismo rojo es regresar
sobre los hitos de la fundación de la China moderna, tratar de imaginar lo que era antes de
1949 y en lo que se ha convertido hoy. Es así como la nueva China recuerda y hace honor a
su historia y de cómo la nueva clase media china que viaja va en busca de sus orígenes. A
nivel nacional, los visitantes relacionados con el llamado ‘Turismo Rojo’ han aumentado de
670 millones en 2012 a 786 millones en 2013, duplicando el ritmo del mercado turístico
interno. En los últimos diez años, China ha invertido más de 1.087 millones de dólares para
desarrollar el turismo en los sitios de las batallas más famosas o lugares símbolo de la vida
del máximo dirigente del Partido Comunista de China.

Es un proyecto económico que busca revitalizar las zonas rurales, contrario a las
interminables campañas políticas chinas que pretenden revivir la fe en una ideología, la
cual en los últimos treinta años ha perdido el control sobre la gente, que está más ocupada
en correr detrás del progreso y el enriquecimiento individual. Aún hay rincones olvidados
que gozan de un resplandor repentino.

Entre estos se encuentra Ruijin, un pequeño pueblo en las montañas del sureste de China en
donde Mao Zedong estableció el gobierno soviético chino durante 1933. Hoy es una de las
capitales del ‘Turismo Rojo’ e incluso contiene un parque temático. Todos los turistas (no
locales) tienen que pagar 4 dólares para entrar. El gobierno municipal espera que en el
futuro centenares de familias sean capaces de trabajar y que los ingresos sean de más de
millón y medio de dólares.

Un experimento que se ha repetido en muchos lugares de China, del cual hay muchos que
se lamentan. Algunos sostienen que no se debe pagar la entrada, otros aseguran que los
alimentos vendidos en el interior son demasiado caros. Los turistas se quejan de la baja
calidad y alto precio de los recordatorios y los comerciantes dicen que no pueden hacer otra
cosa porque los alquileres locales son muy altos. Pero a pesar de la controversia, los
‘turistas rojos’ continúan creciendo.

En Yan’an, la cuna de la revolución comunista, la mayoría de los turistas son jóvenes (dos
de cada tres todavía no han cumplido los 35 años) y sigue en aumento. En el 2013 hubo
aproximadamente treinta millones más de visitantes, 30 por ciento más que el año anterior.

Yan’an no es exactamente el lugar que se podría pensar en ir de vacaciones. Se trata


simplemente de un pueblo tallado en roca, un rincón polvoriento en la región centro-norte
de Shaanxi, que se convirtió en el punto final de la Larga Marcha, en donde cientos de
miles de soldados caminaron más de diez mil kilómetros para escapar de las fuerzas
nacionalistas del Kuomintang.

Hoy, las cuevas, con excepción del entonces hogar de Mao Zedong, de Zhu De, Zhou Enlai
y otros líderes importantes se han convertido en tiendas de recuerdos. En todos los lugares
se puede jugar con la chaqueta y el sombrero azul típico de aquellos años y tomar
fotografías. Incluso se puede participar en las reconstrucciones históricas de las grandes
batallas libradas por el Partido Comunista contra los nacionalistas. Ser testigo de esto
cuesta alrededor de 19 dólares y, con una adición de 7 dólares, se puede formar parte de la
reconstrucción histórica, completamente vestido con el uniforme de los nacionalistas o de
los comunistas.

Según le dijo Liu Xiao, del Instituto de Turismo de la Universidad Unión de Beijing, al
Financial Times, el ‘Turismo Rojo’ está ganando popularidad debido a que los paquetes son
más baratos en comparación con otros paquetes de vacaciones para los jóvenes. "Quieren
averiguar lo que inspiró a la generación más vieja que ayudó a superar muchas
dificultades”.

Dai Bin, presidente de la Academia de Turismo de China, confirmó: "El Turismo Rojo es
ante todo un proyecto político, que le recuerda a los jóvenes y a la gente rica la dificultad
de los tiempos".

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