Las Limitaciones A Los Derechos Fundamentales
Las Limitaciones A Los Derechos Fundamentales
Las Limitaciones A Los Derechos Fundamentales
RESUMEN: En el presente trabajo, el autor aborda un tópico central dentro de la Dogmática de los
Derechos Fundamentales, como son sus Limitaciones.
En él, se presenta un concepto de dichas limitaciones, para luego analizar diversas clasificaciones
de las mismas, distinguiendo según criterios que tienen que ver con las circunstancias en las que
operan, el origen de las limitaciones, y la norma en la que constan o se establecen.
Respecto de los requisitos que deben cumplir estas limitaciones para que sean legítimas, el autor se
refiere a condiciones de carácter competencial, internacional, material y lógico.
Finalmente, el trabajo propone la existencia de lo que él denomina "limitaciones fácticas" de los
derechos fundamentales, que estarían representadas por restricciones ilegítimas que son establecidas
o toleradas por la institucionalidad estatal, en especial, por los Tribunales de Justicia, quienes, en
sus sentencias, terminan reconociéndolas con fuerza de cosa juzgada.
PALABRAS CLAVE: Derechos Fundamentales. Limitaciones a los Derechos Fundamentales.
Limitaciones Fácticas a los Derechos Fundamentales. Jurisdicción Constitucional.
"Art. 27. Suspensión de Garantías: 1. En caso de guerra, de peligro público o de otra emergencia que amenace la
independencia o seguridad del Estado Parte, éste podrá adoptar disposiciones que, en la medida y por el tiempo
estrictamente limitados a las exigencias de la situación, suspendan las obligaciones contraídas en virtud de esta
Convención, siempre que tales disposiciones no sean incompatibles con las demás obligaciones que les impone el
derecho internacional y no entrañen discriminación alguna fundada en motivos de raza, color, sexo, idioma,
religión u origen social. 2. La disposición precedente no autoriza la suspensión de los derechos determinados en
los siguientes artículos: 3 (Derecho al Reconocimiento de la PersonalidadJurídica); 4 (Derecho a la Vida); 5
(Derecho a la integridad Personal); 6 (Prohibición de la Esclavitudy Servidumbre); 9 (Principio de Legalidady de
Retroactividad); 12 (Libertad de Conciencia y de Religión); 17 (Protección a la Familia); 18 (Derecho al
Nombre); 19 (Derechos del Niño); 20 (Derecho a la Nacionalidad), y 23 (Derechos Políticos), ni de las garantías
judiciales indispensables para la protección de tales derechos. 3. Todo Estado Parte que haga uso del derecho de
suspensión deberá informar inmediatamente a los demás Estados Parte en la presente Convención, por conducto
del Secretario General de la Organización de los Estados Americanos, de las disposiciones cuya aplicación haya
suspendido ".
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos ha destacado que la afectación de derechos
fundamentales durante períodos de excepción constitucional, debe cumplir con dos requisitos
formales esenciales, a saber, el cumplimento de los principios de proclamación y de notificación.
La proclamación "implica una serie de actos de publicación y publicidad indispensables en la
determinación de responsabilidades sobre la adopción y ejecución de medidas excepcionales, así
como para que los ciudadanos puedan conocer exactamente la extensión de las limitaciones a sus
derechos impuestas por el Estado". La notificación, por su parte, consagrada en el art. 27.3 de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos13, "requiere de los Estados parte informar de
manera inmediata a los demás Estados Parte de las disposiciones cuya aplicación haya suspendido,
de los motivos que hayan suscitado la suspensión y de la fecha en que haya dado por terminada tal
suspensión"14. En este punto, la Corte Interamericana señaló:
"(...) ha sido aceptado por el Estado que al momento de expedir el Decreto N° 86 de 3 de septiembre
de 1992, no se informó inmediatamente a los demás Estados Parte en la presente Convención, por
conducto del Secretario General de la Organización de los Estados Americanos (en adelante "OEA"),
de las disposiciones de la Convención cuya aplicación haya suspendido, de los motivos que hayan
suscitado la suspensión y de la fecha en que haya dado por terminada tal suspensión, tal como lo
exige el artículo 27.3 de la Convención. Al respecto, la Corte valora positivamente lo manifestado por
Ecuador al efectuar su allanamiento, en el sentido de que: (...) los Estados de la región tienen que
estar conscientes [de las exigencias del] artículo 27.3 de la Convención Americana (...) obligación que
muchas veces es inobserva[d]a por los Estados, y que en este caso fue inobservada por el Estado
Ecuatoriano. De ahí el reconocimiento de buena fe que hace el Estado (...)'.
La Corte considera que la obligación internacional que tienen los Estados Parte en la Convención
Americana bajo el artículo 27.3 constituye un mecanismo enmarcado en la noción de garantía
colectiva subyacente a este tratado, cuyo objeto y fin es la protección del ser humano. Asimismo,
constituye una salvaguardia para prevenir el abuso de lasfacultades excepcionales de suspensión de
garantías y permite a los otros Estados Parte apreciar que los alcances de esa suspensión sean acordes
con las disposiciones de la Convención. Por ende, la falta de este deber de información implica el
incumplimiento de la obligación contenida en el artículo 27.3. Aun en este último supuesto, el Estado
no queda eximido de justificar la existencia de la situación de emergencia y la conformidad de las
medidas dispuestas al respecto, en los términos señalados anteriormente (...).
En razón de las consideraciones anteriores, la Corte declara que el Estado incumplió las obligaciones
contenidas en el artículo 27.1, 27.2y 27.3 de la Convención, en relación con los derechos y
obligaciones contenidos en los artículos 1.1, 2, 4, 8.1 y 25 de la misma".15
Proclamación y notificación, por tanto, se vinculan por ser principios que tienen que ver con la
publicidad de la declaración de estado de excepción y de las medidas extraordinarias que se
adopten. La diferencia entre ambas radica principalmente en que mientras la primera se refiere a
una comunicación que, a nivel interno, debe hacer el gobernante que hubiere decretado el estado de
excepción a sus gobernados, la segunda se relaciona con el aviso que el Estado debe realizar a los
demás Estados Parte de la Convención Americana sobre Derechos Humanos. Cabe recordar,
finalmente que la Corte Interamericana ha señalado que
"La libertad consiste en poder hacer todo lo que no perjudica a otro. Así, el ejercicio de los derechos
naturales de cada hombre no tiene otros límites que los que aseguren a los restantes miembros de la
sociedad el goce de estos mismos derechos. Estos límites sólo pueden estar determinados por ley".
2.2.2. Una segunda categoría de limitaciones o restricciones son aquellas de carácter u origen
material o físico,y que tienen que ver con las reales posibilidades del Estado, directamente o a
través de las instituciones privadas que en virtud del principio de subsidiariedad colaboran con el
mismo fin (AFP, Isapres, etc.), para responder a determinados derechos llamados "prestacionales" o
de la "segunda generación"18.
Estas limitaciones se encuentran referidas exclusivamente a los derechos económicos y sociales, los
cuales exigen condiciones suficientes que permitan satisfacerlos razonablemente, de tal modo que la
ausencia del referido contexto real significa, en la práctica, una verdadera limitación al ejercicio del
derecho en cuestión.
Es relevante destacar que esta clase de restricciones sólo pueden ser toleradas respecto de los
mencionados derechos económicos y sociales, entendidos éstos como "derechos generales positivos
a acciones fácticas del Estado"19, toda vez que son los únicos dentro del esquema general de
derechos fundamentales que dependen exclusivamente de las posibilidades reales de acción del
aparato estatal.
Pero aun así, cabe indicar que no todos los derechos sociales se identifican como "derechos
prestacionales" que requieran de un esfuerzo presupuestario estatal, ni todos pueden quedar
expuestos en su protección a las posibilidades económicas del Fisco20. Por lo mismo, es necesario
analizar en cada caso, si en verdad se puede considerar legítima o no, la restricción a un derecho
económico o social, basada en este tipo de consideraciones.
Al respecto, cabe hacer notar que incluso el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales
y Culturales21 introduce este elemento limitativo, cuando dispone en su artículo 1.1:
" Cada uno de los Estados Parte en elpresente Pacto se compromete a adoptar medidas, tanto por
separado como mediante la asistencia y la cooperación internacionales, especialmente económicas
y técnicas, hasta el máximo de los recursos de que disponga, para lograr progresivamente, por
todos los medios apropiados, inclusive en particular la adopción de medidas legislativas, la plena
efectividad de los derechos aquí reconocidos22".
2.2.3. Finalmente, podemos reconocer la existencia de aquella clase de limitaciones más habituales
y reconocidas, que son las que expresamente están previstas por el ordenamiento jurídico positivo.
A diferencia de las dos anteriores, estas limitaciones no se entienden "implícitamente incorporadas
en cada derecho", sino que su origen se encuentra en el ordenamiento jurídico mismo, el cual de
forma explícita las nombra y reconoce; y es por este motivo que las insertamos en este criterio
taxonómico. Esto no quiere decir que carezcan de fundamento o justificación en valores o
principios de gran importancia, sino sólo que, para invocarlas, basta citar algún precepto
constitucional o legal para poder recurrir a ellas.
Para ello, tanto los instrumentos internacionales como las constituciones políticas de los diferentes
Estados establecen directamente restricciones al ejercicio de determinados derechos, o bien,
autorizan o delegan a determinadas autoridades, normalmente en el legislador, para fijarlas. Esta
última mención da origen a una tercera clasificación, que es la que se expondrá a continuación.
2.3. Clasificación según la norma en la que consta la limitación
Naturalmente, esta clasificación sólo se refiere a aquellas limitaciones establecidas expresamente en
el ordenamiento jurídico.
Al respecto, Robert Alexy indica que el individuo tiene derecho a que su libertad general de acción
no sea"restringidapor normas que no son elemento constitutivo del orden constitucional, es decir,
que no son formal y materialmente acordes con la Constitución"23. En ese sentido, agrega más
adelante el mismo autor, "una norma puede ser una restricción de derecho fundamental sólo si es
constitucional. Si no lo es, su imposición puede, por cierto, tener el carácter de una intervención
pero no de una restricción. Con esto, puede fijarse ya una primera característica: las normas son
restricciones de derechos fundamentales sólo si son constitucionales 24.
Bajo esta perspectiva, consistente en que, en el plano interno, sólo la Constitución puede permitir la
imposición de limitaciones a los derechos, es que Alexy distingue dos clases de restricciones de los
derechos fundamentales25:
"Artículo 30. Alcance de las Restricciones. Las restricciones permitidas, de acuerdo con esta
Convención, al goce y ejercicio de los derechos y libertades reconocidas en la misma, no pueden ser
aplicadas sino conforme a leyes que se dictaren por razones de interés general y con el propósito para
el cual han sido establecidas".
En relación con esta última norma, la Corte Interamericana de Derechos Humanos ha dicho que "al
leer el artículo 30 en concordancia con otros en que la Convención autoriza la imposición de
limitaciones o restricciones a determinados derechos y libertades, se observa que exige para
establecerlas el cumplimiento concurrente de las siguientes condiciones: a. Que se trate de una
restricción expresamente autorizada por la Convención y en las condiciones particulares en que la
misma ha sido permitida; b. Que los fines para los cuales se establece la restricción sean legítimos,
es decir, que obedezcan a 'razones de interés general' y no se aparten del 'propósito para el cual han
sido establecidas'. Este criterio teleológico (...) establece un control por desviación de poder; y c.
Que tales restricciones estén dispuestas por las leyes y se apliquen de conformidad con ellas"45.
La Corte también aborda el problema relativo a la delimitación del concepto de "interés general", al
que alude el mencionado art. 30 del Pacto de San José de Costa Rica, cuando indica:
"La Convención no se limita a exigir una ley para que las restricciones al goce y ejercicio de los
derechos y libertades sean jurídicamente lícitas. Requiere, además, que esas leyes se dicten 'por
razones de interés general y con el propósito para el cual han sido establecidas'. (...) El requisito según
la cual las leyes han de ser dictadas por razones de interés general significa que deben haber sido
adoptadas en función del 'bien común' (art. 32.2), concepto que ha de interpretarse como elemento
integrante del orden público del Estado democrático, cuyo fin principal es 'la protección de los
derechos esenciales del hombre y la creación de circunstancias que le permitan progresar espiritual y
materialmente y alcanzar la felicidad' ('Declaración Americana de los Derechos y Deberes del
Hombre' Considerandos, párr. 1). 'Bien común'y 'orden público' en la Convención son términos que
deben interpretarse dentro del sistema de la misma, que tiene una concepción propia según la cual los
Estados americanos 'requieren la organización política de los mismos sobre la base del ejercicio
efectivo de la democracia representativa' (Carta de la OEA, art. 3.d);y los derechos del hombre, que
'tienen como fundamento los atributos de la persona humana', deben ser objeto de protección
internacional (Declaración Americana, Considerandos, párr. 2; Convención Americana, Preámbulo,
párr. 2)"46.
Que los derechos puedan ser limitados en consideración al "interésgeneral", no significa en ningún
caso que este interés sea superior a los derechos humanos o a la dignidad de la persona, sino sólo
implica que los derechos sólo podrán limitarse o restringirse "excepcionalmente", en atención a
dicho interés general. Además, estas restricciones deberán ser establecidas en términos de
generalidad normativa, de modo tal que no signifiquen sacrificios o cargas particulares, atentando
contra la igualdad ante la ley y de la proscripción de toda forma de arbitrariedad.
Finalmente, el mismo Tribunal internacional ha señalado "que la palabra leyes en el artículo 30 de
la Convención significa norma jurídica de carácter general, ceñida al bien común, emanada de los
órganos legislativos constitucionalmente previstos y democráticamente elegidos, y elaborada según
el procedimiento establecido por las constituciones de los Estados Partes para la formación de las
leyes"47.
No podemos ignorar -luego del criterio de la Corte Interamericana recién expuesto- la reflexión
acerca de aquellos casos ya revisados, en los que la Carta Fundamental ha autorizado a que órganos
administrativos puedan limitar derechos fundamentales (art. 19 números 6 y 13 de la Constitución
Política). Si para la Corte, las leyes que puedan establecer restricciones a los derechos y libertades
reconocidos en la Convención Americana sobre Derechos Humanos deben provenir " de los órganos
legislativos constitucionalmente previstos", bien podríamos concluir que en este punto específico,
Chile se encuentra en situación de incumplimiento del mencionado instrumento internacional.
5. Conclusiones
1. Las limitaciones a los derechos fundamentales son elementos perfectamente compatibles con la
debida protección del ser humano, son herramientas aptas para la defensa de la persona.
2. Estas limitaciones pueden ser ordinarias o extraordinarias, según si operen en todo momento, o
sólo bajo estados de excepción constitucional. También pueden provenir del respeto por los
derechos fundamentales de los demás sujetos, o de condiciones materiales o físicas (en el caso de
derechos prestacionales), o bien soberanamente consagradas en el ordenamiento jurídico positivo.
Estas últimas, finalmente deben siempre tener sustento constitucional, por lo que hemos distinguido
entre limitaciones directamente constitucionales e indirectamente constitucionales.
3. Para que las limitaciones a los derechos fundamentales sean legítimas deben cumplir con diversas
condiciones. En primer lugar, deben ser generadas por quien tenga las competencias para ello,
cuestión que debe quedar resuelta en el plano constitucional. En segundo término, deben cumplir
los estándares jurídicos que establece el derecho internacional de los derechos humanos, el cual fija
reglas claras en este punto. Por último, las limitaciones deben respetar el contenido esencial del
derecho, así como ser justificadas y proporcionales.
4. No obstante lo anterior, es posible descubrir en la jurisprudencia nacional, casos donde los
Tribunales han aceptado restricciones a derechos fundamentales que no cumplen con uno o más de
los requisitos antes planteados. Si los órganos judiciales no hubieran prestado su anuencia, estos
casos no pasarían a ser más que meras afectaciones o vulneraciones de derechos. Pero del momento
que el orden institucional las acepta, se convierten en verdaderas limitaciones fácticas a los
derechos, concepto que hemos desarrollado en este trabajo.
Notas