Reseña. Pensar Rapido Despacio

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Reseña de la introducción y capitulo 1 de Pensar rápido, pensar despacio

Juan Camilo Guerra Moreno


Estudiante de tercer semestre de economía de la Universidad Industrial de Santander
Bucaramanga, Colombia
6 de marzo de 2020

Un saludo al lector, espero que esté bien. La lectura que hice corresponde a la introducción y el
capítulo 1 del libro Pensar rápido, pensar despacio, un libro de psicología económica de uno de los
autores más reconocidos en esta rama, Daniel Kahneman. Cabe resaltar que este libro tiene otro autor
implícito, que a pesar de que estaba muerto para el momento en el que se escribió, esta obra no
tendría sentido sin él: Amos Tversky, un israelí con quien kahneman hizo sus trabajos más prolíficos.
El libro es bastante fácil de leer, es contado como quien cuenta una historia. El autor es cercano al
autor y hace constantemente ejercicios para que el lector compruebe en sí mismo las conclusiones a
las que llegó el autor en sus experimentos. Ello se le facilita al autor, porque al final, el texto se basa
en un análisis del comportamiento humano desde una visión individual y colectiva. Pues explica cómo
funciona la mente y como se cometen errores sistemáticos por la manera como el individuo reconoce
el exterior y por cómo se relaciona los patrones de comportamiento del colectivo. En resumen, el
lector se identifica con la lectura y la puede encontrar como una guía para entenderse a sí mismo, o al
menos así me sucedió en la lectura que hice.
En la introducción el autor señala su público, expresa que espera tener como lectores a las personas
del común que disfrutan del chisme. Pues en el chisme se pueden encontrar los juicios que la gente
normalmente hacen; juicios que influenciarán su toma de decisiones. Cuando toman esas decisiones
en base a esos juicios pueden caer en sesgos. Asimismo aquellos que hacen críticas de la manera como
las demás personas actúan pueden cometer sesgos, pues todos hacen conclusiones apresuradas
mediante su reacción inconsciente.
Del chisme el autor espera encontrar información que le permita conocer las predicciones sesgadas y
las etiquetas que usan las personas para criticar a otras. Dice que gran parte de nuestros
pensamientos en nuestra mente suceden de manera inconsciente, sin que sepamos cómo llegaron las
ideas a nuestra mente, sino que suceden por intuición. Comenta que casi siempre las personas actúan
guiados por las creencias que han construido a partir de las experiencias vividas. Esas creencias
generan intuiciones, que normalmente permiten actuar racionalmente, pero no siempre es así, a veces
da pie a errores.
En consecuencia con lo anterior, el objetivo del autor, es que las conversaciones del día a día de
personas comunes, se enriquezcan con un lenguaje más especializado que les permita ser más
objetivos al recibir juzgamientos, y así evitar tomar malas decisiones al creer en estos. Además de
corregir los sesgos en cada uno para que no juzguen sesgadamente al otro.
Hasta aquí se puede comprender que el autor está interesado en comprender la manera cómo
funcionan los juicios y las reacciones de las personas frente a las críticas de los demás. Además, quiere
explicar los sesgos de estas críticas. A lo largo del texto que leí, quedo claro que para el autor, este es
un tema que le genera mucha curiosidad, elemento que beneficia la investigación, pues la hace más
detallada. Esto último el mismo lo menciona en la siguiente parte.
Posteriormente, presenta un apartado en el que explica cuál fue el origen de su obra y sus
investigaciones. Allí hace una presentación muy emotiva de su obra que comienza por los años 70.
Explica su relación con Tversky y como se conexión les permitió disfrutar mucho de su trabajo. Habla
un poco de su pedagogía e introduce por primera vez en el texto la heurística. Es esta parte, el autor
hace una explicación muy general de lo que explicará a lo largo de su obra.
Al parecer, el hecho de que tuvieran conexión por su similitud y trabajaran de manera divertida hizo
que pudieran aprovechar las ideas del otro y trabajar arduamente hasta alcanzar un resultado
admirable. El autor considera que su mejor trabajo fue el que hizo en esos años, los años 70.
Cuenta el autor que en Jerusalén junto a su colega Tversky, especializado en la teoría de decisiones,
discutieron acerca de la estadística intuitiva y concluyeron que ellos realmente no podían hacer
aproximaciones estadísticas subjetivas fiables, sino que eran sesgadas. Atraídos por el tema de la
estadística intuitiva hicieron un estudio juntos, para saber si pasaba en otros académicos. Y
encontraron mediante una reunión de expertos que estos otros también tenían sesgos, es decir, no
tenían una adecuada estadística intuitiva.
El proceso que hicieron se basaba en analizar, mediante preguntas experimentales, la respuesta
intuitiva que daban ambos ante estas preguntas, y cualquier similitud entre sus respuestas era
considerada una similitud en la mayoría de personas. Ello dio como fruto un estudio sobre la
similitud de las predicciones que hacen las personas.
Un experimento que hicieron fue preguntarles a las personas que adivinaran si determinada persona
era agricultor o bibliotecario de acuerdo a una descripción hecha de aquella persona. La gente con su
estadística intuitiva respondía que era bibliotecario, pero la estadística real sostenía que por cada
bibliotecario había 20 agricultores, es decir, sesgo. Así encontraron que las personas hacen
predicciones o responden intuitivamente basándose en su memoria, se basan en hechos que
respalden sus conclusiones. Ello lo llama el autor disponibilidad heurística. Este método es como un
atajo porque es el que las personas hacen por defecto.
También hace un ejemplo que involucra su experiencia personal, lo que lo hace más convincente. Dice
el autor que en algún momento creía que los políticos eran más propensos a ser infieles que los
médicos, lo creía por el efecto del poder que tienen y porque no están mucho en sus casas. Pero luego
comprendió que su conclusión se debía a que había más publicidad alrededor de los casos en
políticos, porque los periodistas prefieren hablar del adulterio en políticos que en médicos. Él confió
en la disponibilidad heurística.
Este estudio sirvió para entender por ejemplo, como hay unas ideas presentes y otras olvidadas en el
imaginario colectivo. También sirve para entender como los medios inciden en la importancia que le
dan las personas a diferentes temas, pues este le da más importancia a las cosas que le llegan a su
pensamiento con facilidad. Llegan con facilidad porque han sido muy repetidos y han sido muy
repetidos porque han sido muy mencionados por los medios. Así también le restan importancia a lo
que los medios no mencionan. Por ello es que los gobernantes les interesa manipular los medios de
comunicación. En este punto hace una conclusión fantástica porque relaciona directamente la
psicología con la política y muestra como las creencias individuales afectan la economía como un
todo, porque dependiendo que las expectativas, las personas deciden invertir o no, como bien lo decía
Keynes.
En cuanto a la utilidad del texto, el autor señala que buscaron con Tversky como aconsejar a las
personas del común para la toma de sus decisiones en incertidumbre.
Una importante razón del atractivo de este texto es que el lector se identifica con este, pues al
practicar en sí mismo los experimentos que contiene, piensa de la manera que el autor espera y
comete los mismos sesgos que habían dado como resultado en el texto. Entonces se puede decir que es
lo pedagógico e interactivo del libro un factor importante para que este tuviese popularidad. Al tener
el lector esos errores, pone en duda sus propias creencias en dogmas, de esta manera el libro es más
convincente.
En cuanto a la aceptación el autor también menciona que a pesar de las críticas, la idea de que las
personas tienden a cometer errores sistemáticos fue aceptada. Además otros autores han tomado en
cuenta sus investigaciones y las han complementado. De hecho, dice que este libro busca recopilar los
avances que se han hecho desde sus primeras investigaciones.
Para terminar la introducción, el autor menciona algunos avances que se han hecho en la rama de la
psicología económica y los conceptos más básicos sobre los cuales se desarrolla su teoría.
El autor dice que en el texto expondrá cómo funciona la mente y las implicaciones del pensamiento
intuitivo. Dice que se enfocará en los casos donde la heurística falla o se presenta sesgos. Los sesgos
significaron la base de su teoría, pues fue la herramienta para entender los juicios y elecciones
colectivas.
No dejan por fuera de sus investigaciones otro tipo de intuición, diferente a la que la gente común
utiliza cuando juzga problemas del diario vivir, otra fuente de juicios intuitivos diferente a la
heurística por memoria: esta es la intuición de experto. El autor señala ejemplos de esta intuición de
experto en los que pareciera que la persona tiene un sexto sentido por lo complejas y acertadas que
son sus juicios intuitivos, como el ajedrecista que predice en unos segundos en cuantas jugadas hay
un jaque mate. A pesar de ello, señala que todas las personas son de alguna forma expertas en algunos
juicios intuitivos más comunes como detectar con una palabra si alguien está o no enojado. Ello
sucede por las experiencias repetidas y el reconocimiento de ellas en eventos nuevos.
Incluso, el autor incluye los juicios intuitivos que dependen de emociones ya sean positivas o
negativas, esta se le llama heurística afectiva y carecen de razonamiento lógico.
Luego explica de manera muy sencilla y contrastando, cuales son las desventajas de aquella increíble
intuición. Dice que cuando debe tomarse una decisión y surge una duda, si la persona reconoce la
situación, si ya la ha vivido, su intuición le responde directamente a esa duda. Pero si es una situación
más complicada de la que no tiene mucho conocimiento, la intuición le responde a otra duda que se
relacione con la primera. Por ejemplo, si alguien trata de decidir si es más útil A o B, pero ello es muy
complicado, entonces su intuición le dirá por ejemplo, que A es más atractivo a la vista que B.
Entonces, escogerá A no por ser útil sino por ser atractivo a la vista.
Finalmente, da por primera vez una clara distinción entre los dos tipos de pensamiento que suponen
el título del libro. En resumen, explica que cuando se debe hacer un juicio complejo, el individuo hace
un juicio más sencillo, es decir, hace heurística intuitiva, está pensando rápido o hace un juicio de tipo
experto. Pero cuando ni esta heurística intuitiva ni la intuición experta actúan, la mente hace un
razonamiento más profundo y meditado, un pensamiento lento. A ese pensar rápido le llama sistema
1 y al pensar lento le llama sistema 2. Estos dos nombres los toma de otros dos autores que menciona
en el texto.
La metodología del autor es entender la mente como un lugar en el que trabajan el sistema 1, uno
intuitivo y rápido y el sistema 2, uno más lento y deliberado. El sistema 1 es el que más se usa, es
decir, decidimos inconscientemente la mayoría del tiempo. El sistema 1, el intuitivo, hace una
compleja construcción de la realidad muy apropiada basada en respuestas automáticas de la mente.
A pesar de ser una introducción un poco larga engloba muy bien su teoría y le da al lector una idea de
las intenciones del autor.
Luego de ello, en el capítulo 1 de la parte 1, Kahneman presenta una foto de alguien aparentemente
enojado. Con ello y otros ejercicios visuales de manera bastante didáctica y acertada explica las
reacciones de un ser humano ante estos estímulos. Asimismo, el lector comprueba su veracidad pues
reacciona como el autor esperaba. En mi caso, caí en todas las “trampas” que el autor me propuso.
Mediante estos ejercicios explicará bien la relación entre los dos sistemas antes mencionados y que
conflictos se pueden presentar entre ellos.
La primera y más superficial distinción que hace es poniendo al lector a trabajar por separado sus dos
sistemas, el intuitivo y el forzado. Primero pone al lector a ver el rostro de una mujer aparentemente
enojada y explica que al ver un rostro haciendo cualquier expresión es fácil interpretar de manera
automática el estado de ánimo. Y esto se hace sin quererse, solo porque es parte del pensamiento
rápido. Es decir, en este caso se usa el sistema 1.
Seguido a lo anterior pone al lector a resolver una multiplicación un poco complicada. Y demuestra
que en contraste, al hacer una operación matemática, algo más tedioso que lo anterior, se requiere de
un pensamiento lento y de un proceso más largo. Por intuición se puede hacer una aproximación del
resultado pero no la respuesta exacta. Este trabajo se hace si se quiere o no: la persona toma
deliberadamente conocimiento de su cabeza para resolver el problema. Es decir, en este caso se usa el
sistema 2.
De manera muy clara el autor define ambos sistemas en la página 22 así:
El Sistema 1 opera de manera rápida y automática, con poco o ningún esfuerzo y sin sensación de
control voluntario. El Sistema 2 centra la atención en las actividades mentales esforzadas que lo
demandan, incluidos los cálculos complejos. Las operaciones del Sistema 2 están a menudo
asociadas a la experiencia subjetiva de actuar, elegir y concentrarse.
De manera más profunda explica que el sistema 2 permite pensar en uno mismo, permite pensar en lo
que se desee, permite hacer procesos mentales por pasos y puede controlar el pensamiento del
sistema 1. Mientras el sistema 1 sin esfuerzo crea impresiones y luego patrones con ellas. Incluye
algunos instintos. Explica que el conocimiento adquirido de la cultura nos permite hacer asociaciones
rápidas cada vez más complejas, por ejemplo entre personas y un estereotipo.
Asimismo establece relaciones de poder entre los sistemas. Dice que cuando sucede un evento
inesperado, el sistema 1 actúa y el individuo siente el deseo de atenderlo. Pero luego el sistema 2 actúa
voluntariamente y decide si atenderlo o no. También explica que como el sistema 2 requiere
concentración no se pueden hacer al mismo tiempo una actividad propia del sistema 2 y del sistema 1.
Siguiendo con las relaciones de poder señala que normalmente el sistema 2 aprueba lo que sugiere el
1, es decir, es el 2 aquel que siempre decide cual será la acción voluntaria. Además, el 1 acude al 2
cuando algo es complejo o atípico, y el 2 busca en la memoria algo que le dé sentido a esto atípico.
Otro problema que encuentra en el sistema 1 es que usar este sistema es inevitable. Porque hay veces
-que cuando una persona trata de hacer una actividad pero no la puede hacer porque tiene impulsos o
emociones que se lo impiden hacer. Por ejemplo, cuando se quiere estudiar un texto muy difícil, pero
no puede porque sus impulsos no le permiten concentrarse. Allí el sistema 1 y el 2 entran en conflicto.
Allí es cuando dice el autor que el sistema 2 debe controlar al 1.
Otro conflicto que puede haber es el de las ilusiones. Mediante un truco visual el autor demuestra que
a veces el sistema 1 percibe cosas engañosas y hace falta el sistema 2 para corregir estos errores con su
análisis más profundo y lento. Además dice, que estas se podrían evitar si todo el tiempo el individuo
utilizara el sistema 2, pero que esto sería imposible, ya que es muy tedioso y poco práctico todo el
tiempo pensar lento.
Finalmente, insiste en el uso de la metáfora de dos agentes que representen a los dos sistemas para
entender más práctica y cómodamente como entran a veces en conflicto. Por ejemplo, a veces el
sistema 1 indica por impulso que hay que reaccionar agresivamente, mientras el sistema 2 hace que
las acciones agresivas o intimidantes no sean tomadas a la ligera, generando altercados entre los
sistemas, es decir, la persona duda de si debe ser agresivo o disimular su ira. Aunque hay casos como
el estado de ebriedad que inhibe el sistema 2, dando espacio total al sistema 1 para que decida.
En conclusión, de esta lectura se puede aprender una nueva manera de entender el funcionamiento de
la mente. La lectura permite comprender que hay dos sistemas en el cerebro que guían nuestras
decisiones, uno que actúa por defecto, que es inevitable y que se guía por las creencias; nos lleva a
tomar decisiones apresuradas y fáciles. Pero este es susceptible de cometer errores por ser sesgada y
dependiente de los imaginarios colectivos. Allí entra el sistema 2 que permite a la persona con un
proceso más lento y profundo, entender mejor la realidad y atender a problemas más complejos.
Siendo así, estos pueden entrar en conflicto, pues la persona a veces no sabe si atender a uno u otro
sistema, ya que tienen percepciones diferentes de la realidad, aunque siempre es el sistema dos el que
decide que acción voluntaria llevar a cabo.
También se puede concluir que el libro es ameno de leer. No presenta muchas complicaciones y es útil
para quien lo lee pues contiene ejercicios prácticos que le permiten al autor interactuar con el lector.
Además, al haber el autor y su colega Tversky tenido conexión y haber disfrutado de la investigación,
lograron hacer un trabajo confiable y detallado de los juicios y decisiones que hacen las personas a
diario ya sea que lo que hagan sea pensar rápido o pensar despacio.

Bibliografía.
Kahneman, D. (2011). Pensar rápido, pensar despacio: EE.UU. Farrar, Straus and Giroux.

Trabajo hecho con cariño: cariño por el conocimiento. Porque "un conocimiento razonado sin
cariño, es un conocimiento inútil para quien lo razona"

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